Hola chicos!
Bien primero que nada, como ya mencione al inicio es una historia de CONTENIDO SEXUAL por lo que les aviso es para MAYORES DE 18.
El resto es bajo su respondabilidad.
En fin, esta es la historia de como Hermione y Snape se enamoraron y todo lo que tuvieron que enfrentar para estar juntos....
Sin mas por el momento vamos al primer capi.
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¿El comienzo de algo?
Llevaba más tiempo del que me había dado cuentacon ese pensamiento merodeando en los rincones de mi mente. Algunas vecesconsideraba que se había vuelto obsesión.
Pensaba en ella todo el tiempo, soñaba con sus ojos, sus labios, su olor
Comenzaba a enloquecer, tenía que sentirla cerca,saber que sería mía.
Vacié el vaso de wishky una vez más de un solotrago.
Me sentía agotado, era viernes por la noche,seguramente todos en el colegio estarían en el Gran Comedor, cenando, tambiéndebía estar ella, pero yo prefería continuar encerrado, observando las llamascrepitar con parsimonia en la chimenea.
Observe una vez más la hora en ese pequeño relojde plata posado sobre una repisa detrás del sofá en el que estaba sentado.
La impaciencia comenzaba a apoderarse de mí, másde una vez pensé en correr hasta su habitación y hacerla mía ahí mismo, perosería demasiado imprudente...
Llevaba casi tres meses sin saber nada de ella, sin ella saber nada de mí,tenía que verla cuanto antes y sin embargo aquel día ella ni siquiera sabía queyo había vuelto.
Dumbledore me había prohibido verla, al menoshasta que volviera, era por ella, la cuidaba, y yo también, pero cada vez eramás difícil aguantar las ganas de correr a verla y tenerla entre mis brazos.
Saque aquel trozo de pergamino amarillento ydesgastado del bolsillo de mi túnica.
Fue la primer y última nota que recibí de ellaluego de mi partida.
Fue mi fuente de energías, de esperanza, derazones para continuar y sobre todo para volver y sin embargo ni siquiera puderesponderle.
Comencé a recordar la manera en que terminamosjuntos e, instintivamente observe aquel reloj de plata
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-¡Largo!- eran tan solo las 2:30 del día y losalumnos estaban más insoportables que de costumbre, en una sola hora, dosGryffindor y un Slytherin consiguieron hacer explotar cuatro calderos, eso,debería ir a algún libro de records.
Pero no solo eran los alumnos los que estabaninsoportables aquel día, también Snape iba de peor humor que mucho otros días.
Apenas escucho retumbar la campana, ordeno a todossalir. Y bueno, los alumnos salieron de las mazmorras disparados, sinconsiderarlo dos veces.
El profesor volvió con desgana hasta su escritorioa continuar corrigiendo aquellos estúpidos ensayos que comenzaban aenloquecerlo. *¿Cómo era posible que sus alumnos fuera tan idiotas?*
En aquello estaba, cuando vio un destello plateadoque distrajo su vista.
Frunció el ceño confundido y se acercó hasta lamesa de dónde provenía aquello. Se trataba de un bonito reloj de pulseraplateado que alguien había olvidado en la mesa por las prisas de salir huyendode ahí. Emitía un ligero resplandor plateado al tiempo que el Sol se reflejabasobre él. Si no se equivocaba, aquella era la mesa de Potter y sus amiguitos.
-¿Profesor Snape?
No era algo común que un alumno le hablar en mitadde un pasillo, mucho menos Gryffindor, mucho menos ella.
-¿Si? Señorita Granger-
-Yo
creo que olvide mi reloj de pulsera en elaula de Pociones.
Snape recordó enseguida el reloj plateado queahora reposaba en el escritorio de su despacho.
-Si supongo que si
La chica lo observaba apremiante.
-No ando por el castillo levando conmigo las cosasque mis alumnos olvidan en el aula, pase más tarde a mi despacho, a las 8 enpunto.
-Gracias- agradeció la chica con una sonrisa (¿Unasonrisa? Si una sonrisa) y se alejó de ahí.
Snape la observo alejarse sin apenas darse cuentade lo que hacía.
*La chica es bella* pensó *¿Pero qué?* Agito lacabeza como si inténtese alejar aquello pensamientos de él.
La idea continuaba dándole vueltas por la cabeza,era como una clase de enfermiza obsesión que no podía evitar.
La imagen de todo su cuerpo aparecía una y otravez por su mente incitándolo a pensamientos nada correctos para ser ella sualumna y el un profesor. Observaba la hora impacientemente en aquel relojplateado que justo en ese momento jugueteaba entre sus dedos.
Volvió a llenar su vaso de wishky hasta el borde ylo vacío de un sorbo.
Eran las 8:10 y la Gryffindor no aparecía.
Había comenzado a darse por vencido, tal vez ni siquiera iría.
A lo lejos, se escuchaba el ensordecedor tronidode los relámpagos y el susurrar de los arboles agitados por la brisa nocturna.
*Toc, toc*
-Pase- respondió con su acostumbrado tono frio.
Granger temblaba de pies a cabeza, y tambiénescurría. Era obvio que venía de los terrenos del colegio y que, por miedo a másllegar tarde no había ido sin siquiera secarse un poco.
La puerta continuaba abierta y la luz provenientede las antorchas detrás de ella delineaba cada curva de su cuerpo.
La ropa mojada se pegaba a su cuerpo, resaltandocada trozo de su ser.
Sus pezones erectos por el frio tacto de su camisamojada parecían querer traspasar la tela de su sostén y también de su camisa.
Su pelo, enmarañado y revuelto por el aire solo conseguíadarle un toque más excitante a toda aquella imagen.
La entrepierna de Snape comenzaba a responder a lavista.
-Granger cierre la puerta- siseo el hombre poniéndosede pie.
Hermione lo observo confundida pero aun así lo hizosin dudar.
Tal vez, lo correcto hubiera sido que Snape le lanzasealguna clase de conjuro para secar su ropa, o algo por el estilo, pero no lohizo, la vista le excitaba en demasía.
-Profesor Snape
yo
venia-vengo por mi reloj-Hermione apenas podía hablar, tiritaba incontrolablemente.
-Señorita Granger, acaso usted tiene frio- susurroSnape acercándose a ella.
Hermione lo observo atemorizada, sin dejar detemblar.
-Yo
si hace frio afuera- balbuceo la castaña
Snape sonrió de lado,
-Podría calentarla, si usted quiere
Los ojos deHermione se abrieron desmesuradamente
**********Hermione**********
¡Por Merlín! Pero qué diablos me estaba diciendoese hombre.
Podía notar la enorme erección que resaltaba en suentrepierna. Quería salir corriendo de ahí, pero era como si mis pies hubieransido clavados al piso.
Snape se acercaba a mí, quería mover, salircorriendo, pero no lo hice.
**********Narradora**********
-Vamos Granger ambos sabemos que queremos esto-dijo él con voz melosa acercándose peligrosamente a ella.
La castaña temblaba de pies a cabeza,comenzaba a arrepentirse de haber ido aldespacho de aquel hombre en esas condiciones.
-Yo
yo-o-o
-¿Qué ocurre Granger? Ha perdido acaso su grancapacidad de respuesta- inquirió el profesor divertido.
-Cre-e-o que yo debería i-i-rme- balbuceo
-Yo no lo creo
Sin previo aviso, atrapo los labios de la chica,con ansias, con desesperación, con hambre.
Hermione cerro los labios fuertemente, intentabaromper el beso, apartarse, pero el cuerpo de Snape aprisionándola contra la fríapared de piedra no se lo permitía. No se dio cuenta en que momento había terminadopor abrir la boca.
No consiguió reprimir un traicionero gemido que surgiódesde las profundidades de su garganta al sentir la suave lengua de Snaperecorrer cada rincón de su boca.
Las manos de Snape habían comenzado a deslizarsepor la espalda de la castaña.
Hermione había terminado por corresponder el besosin apenas darse cuenta. Las manos de Snape acababan de posarse en el traserode su alumno, cuando ella rompió el beso.
-Debo irme- susurro restregándose el dorso de lamano en su boca.
-Nadie dijo que podía irte- repuso Snapecomenzando a besar el cuello de la castaña.
Snape había comenzado a deshacerse de la camisa dela chica.
**********Hermione**********
Aquello no era lo que tal vez pude haber pensado,sentir a Snape jadear en mi cuello como un animal, mientras besaba todo mi cuerpocon desesperación, jamás pensé en algo así.
Comenzó a deshacerse de mi camisa con impaciencia.
Un gemido de sorpresa escapo de mi boca al darmecuenta que Snape había comenzado a besar mi pezón izquierdo.
-¡Por Merlín Granger! Eres jodidamente Deliciosa-exclamo el hombre fuera de sí.
Volvió de nuevo a los labios de Hermione, másdelicadamente esta vez, hasta que, sin previo aviso fue la lengua de Hermionela que se introdujo en la boca del profesor.
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¿Y bien que les parecio?
Es la primera vez que escribo un fic asi, asi que porfitas tenganme paciencia
Dejen sus comentario porfi
Los ama: Feer :3
Dudas, lágrimas yrecuerdos..::. Hermione ¿Estas bien?
**********Hermione**********
Laslágrimas no dejaban de emanar de mis ojos, me era imposible dejar de sollozar,cada segundo de la noche anterior podía clasificarse como el peor de mi vida.
Comopodía haber sido tan estúpida, caer en su trampa
Seescuchaban pasos al fondo, era él
venia buscarme
.
Abrílos ojos de golpe, con un ligero sobresalto. Me incorpore con un dolor decuello insoportable, había caído dormida en el mismo piso de los lavabos deprefectos.
"¿Tanmal había dormido?"
Restreguémis manos por mis ojos, aún estaban húmedos e hinchados.
Losdorados rayos de Sol se colaban por las ventanas, debía ser más de medio día.
Meacerque a uno de los espejos, tenía un aspecto horrible. Un escalofrió merecorrió de pies a cabeza.
Unaparte de mí, intentaba convencerme de que no toda la culpa había sido suya, yotambién se lo había permitido, pero una vocecita en el fondo de mi cabeza merecordaba que aquello no había sido como yo esperaba. No puedo asegurar haberlopasado mal, pero tampoco lo había disfrutado
a
-¡PorMerlín Granger! Eres jodidamente Deliciosa- exclamo el hombre fuera de sí.
Volvióde nuevo a los labios de Hermione, más delicadamente esta vez, hasta que, sinprevio aviso fue la lengua de Hermione la que se introdujo en la boca delprofesor.
Snapela sujeto con fuerza de la cintura, empujando aún más su espalda contra la fríapared de piedra.
Aquelbeso era el más pasional en el que la castaña jamás hubiese participado.
Nose dio cuenta en que momento, Snape había terminado por deshacerse de su camisay también de su falda. Snape continuaba completamente vestido.
Labesaba salvajemente, con hambre y desesperación. Hermione había llegado alpunto de no saber si continuar correspondiendo aquello o romper el beso.
Snapelevanto a la chica por la cintura y esta, instintivamente se sujetó a lacintura de él con ambas piernas.
Elhombre la guio por la pequeña estancia, hasta atravesar una puerta que conducíaa una enorme habitación de tapiz verde, con una enorme cama de dos plazas en elcentro de la habitación, cubierta con pulcras sabanas negras.
Elhombre arrojo con poca delicadeza a Hermione sobre la cama y se colocó ahorcajadas sobre la ella.
Snapecomenzó a besar y morder el cuello de la chica con desesperación mientras Hermione parecía no reaccionar.
Elhombre deslizaba sus manos por todo el cuerpo de la chica, mientras Hermionemovía torpemente sus manos por la espalda de él.
Snapecomenzó a deslizarse por su abdomen recorriendo cada centímetro de la piel dela castaña con sus labios.
Hermionesoltó un nuevo gemido de sorpresa al sentir a Snape sumergirse entre susmuslos. Instintivamente, Hermione cerró las piernas pero Snape, con poco a pocaconsiguió que la chica las abriera mostrándole todo su centro.
-¡JoderGranger, eres deliciosa!- exclamo el hombre una vez más fuera de sí.
**********Hermione**********
Snapehabía comenzado a recorrer toda mi intimidad con su lengua, arrancando fuertesgemidos desde mi garganta.
a
Yaquello, era solo lo que podía clasificarse como lo mejor de la noche.
Mepuse de pie secándome los ojos una vez más.
Noquería salir de los lavabos, era como si tuviese miedo de encontrármelo, detoparme con él
Medaba vergüenza que pudiera encontrarme en aquel estado, luego de lo sucedido.
Teníaun aspecto terrible, contemplarme en el espejo representaba todo un retopersonal, pues mi aspecto resultaba aterrador.
Enfin, me duche. No podía continuar con aquella asquerosa sensación en mí.
Restregabami cuerpo con fuerza, como si intentase arrancar su esencia de mí. Su ser que,aunque no quisiera, había sido grabado con fuego a mi cuerpo.
a
Gemíacon miedo, sentía su pene erecto en la entrada de su intimidad. Snapecontemplaba a la castaña divertido.
-¡Grangereres tan estrecha!- exclamo sin reprimir un sonoro gemido que emanaba desde sugarganta al tiempo que comenzaba a introducir su pene en la intimidad de la castaña.
-VamosGranger, muévete conmigo- susurro el hombre ignorando los gemidos de dolor queHermione dejaba escapar.
Despuésde un rato sintiendo a Snape dentro de ella, la castaña comenzó a acostumbrarsea sus enormes dimensiones. No consiguió reprimir un agudo gemido al sentir losfinos dedos de Snape juguetear con su hinchado clítoris.
Losmovimientos de Snape comenzaron a volverse más torpes y pausados al tiempo queHermione sentía las olas de su primer orgasmo acercarse.
Ambosvinieron ruidosamente exclamando el nombre del otro.
a
Suvirginidad le había sido arrancada de una manera diferente a como ella algunavez lo pudo haber imaginado
Terminode ducharse y salió de los baños de prefectos, con un ligero temblor en todo sucuerpo.
Erasábado por la mañana, nadie rondaba por los pasillos a aquella hora, y muchomenos con ese hermoso clima.
Caminabatranquilamente, al tiempo que intentaba acompasar su respiración que aún seencontraba agitada.
-¿Hermione?
Lacastaña se sobresalto
-¡PorMerlín! Lupin me has asustado
-Losiete pequeña- se disculpó el licántropo acercándose a la castaña para darle unbeso en la mejilla.
Sedetuvo un segundo a contemplarla.
-Hermione¿Estas bien?
-¿Yo?Si Lupin, por supuesto, solo que me has asustado
Elhombre la observaba
-Hermione¿Has llorado?- inquirió el hombre sabiendo la obvia respuesta.
-¿Qué?Por su puesto que no- respondió la chica pasando automáticamente sus manos porsus hinchados y rojizos ojos.
Lupincontinuaba mirándola fijamente.
-Note puedo mentir ¿Cierto?- dijo la chica dándose por vencida
-Teconozco pequeña, anda dime que ocurre
Losojos color miel de la chica se conectaron con los almendra del licántropo yenseguida se tornaron vidriosos.
Lachica se abrazó fuertemente al cuerpo del hombre
-Vamosa mi despacho ¿Si?- dijo él, separándose un poco de ella.
-¿Quéocurre Herms?
Hermioneno sabía cómo decirle aquello. ¡Por Merlín! Había dormido con un maestro, y nocualquier maestro, había dormido con Severus Snape.
-Lupinyo
yo
Elprofesor la observaba fijamente
-Tú
jura que no dirás nada a nadie.
Elhombre la observo desconcertado pero asintió.
-Prométemeque diga lo que diga no me juzgaras
Lupinhabía comenzado a alarmarse.
-Meestas asustando Herms.
-Bienyo
dormiconsnape-
-¿Qué?-exclamo Lupin, rogando que aquello que había entendido no fuera lo cierto.
-Yo
dormí con Snape- susurro la chica contemplando el piso.
Lupinla observaba atónito.
-Hermionedime que estás jugando, dime que esto es una mala broma
Lachica negó lentamente con la cabeza.
-¿Ese
ese maldito abuso de ti Hermione?- inquirió el licántropo aterrado
-¡No!-exclamo la castaña enseguida.
Lupinno sabía qué clase de respuesta hubiese preferido.
-Hermionetu
tu
¿Quisiste dormir con Snape?-inquirió Lupin horrorizado
Hermioneasintió
-¡PorMerlín!- exclamo. Respiro hondo e intento calmarse, -Herms
¿sientes algo porSnape?-
-Nolo sé- respondió la chica después de un momento de pensarlo.
-¡HermionePor Merlín! Dormiste con él- recrimino el hombre
Lachica comenzó a sollozar.
-Nono
yo no quería
lo siento linda- susurro Lupin arrepentido rodeando a lachica con sus brazos.
Hermioneintentaba calmarse, pero no lo conseguía.
-Pequeña,puedo saber que paso
Hermionerespiro hondo, separándose de Lupin.
Comenzóa relatar lo vivido la noche anterior, le era difícil narrar algo así, le dabapena y también miedo
Lupinla contemplaba horrorizado mientras ella continuaba hablando.
-Élte obligo- aseguro el licántropo
-No- negó la castaña
-Hermione
¿Tú querías aquello?
Lachica no sabía que responder, y sin decir nada, volvió a refugiarse entre losbrazos de Lupin, sin para de sollozar.
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Holi!
Por fi! dejen sus coments
Un Beso
Feer :D
Una leona atrevida
********** Snape**********
Habíaperdido el control de una manera que no lo había hecho hace mucho tiempo.
Mehabía comportado como un verdadero animal.
Cuandodesperté aquella mañana, Hermione ya no estaba, era obvio. Había salidocorriendo de ahí, huyendo de mis garras.
Despuésde un rato, cuando las escenas de la noche anterior comenzaron a acudir a mimente, el peso de la culpa cayó sobre mis hombros.
Era
era tan solo una niña ¿Cómo podía haberle hecho aquello?
"Notan niña" se interponía una voz en mi mente, que parecía empeñada en llevarmela contra.
Jamásimagine caer tan bajo, perder el control de semejante manera "¡Por Merlín!Prácticamente había abusado de Granger"
Meera difícil comprender como ella, ¡Granger! había conseguido sin siquieraintentarlo que yo perdiera el control de esa manera.
¡PorMerlín me había acostado con Granger, con Hermione Granger!
Aquelloera imposible, ¿Qué diablos había hecho?
Definitivamenteno podía volver a acercarme a esa maldita rata de biblioteca
esa rata tanmalditamente deliciosa.
**********Narradora**********
Losdías siguientes transcurrieron de manera extraña, las clases de pociones lecausaban más pánico a Hermione del que hubiera sido común.
Habíaintentado alejarse lo más posible de Snape, sin embargo el destino parecíaestar en su contra.
Selo topaba más de lo normal en mitad de los pasillos y sin quererlo,continuamente sus miradas se cruzaban en el Gran Comedor y también más de lomeramente necesario durante las clases.
Sinembargo, conforme el paso del tiempo, la cercanía de Snape le provocaba cosasque jamás había sentido.
Talvez era culpa de las malditas hormonas, no estaba segura, pero lo que si podíaasegurar era que cada clase de pociones le provocaba una calentura que pocotenía que ver con el calor de las mazmorras.
Talvez su primera vez no había sido precisamente como lo había esperado, sinembargo ahora esperaba mucho más
Todohabía comenzado aquella calurosa tarde, en una sesión doble de pociones con Hufflepuff.
Hermionehabía terminado por convencerse que el solo hecho de ver a Snape provocaba enella sensaciones indescriptibles.
Jamásimagino que aquello pudiera sucederle a ella, mucho menos con alguien como él,con Snape. Aun le horrorizaba pensar en ello.
Enfin la clase comenzó de manera normal.
Losalumnos se apretujaban en la puerta de la entrada para tomar asiento a laespera de Snape.
Lapuerta se abrió de golpe, apenas dejando ver el rastro de la ondeante capa quese movía tras los apresurados y enfurecidos pasos de Snape.
-¡Silencio!-exclamo aun que no era necesario, el aula se había sumido en un silenciosepulcral.
-¡Granger!¡Al frente del aula ahora!-
Hermionese levantó de en medio de Harry y Ron y se dirigió al pupitre frente alescritorio de Snape extrañada.
Amboschicos observaban a Snape fijamente, como si imaginaran maneras realmentedolorosas de torturarlo.
Snapecomenzó a escribir en la pizarra las instrucciones para la elaboración de"Esencia de Díctamo"
-¡Tienendos horas!- anuncio el hombre.
Cadauno comenzó con su trabajo, sin embargo había dos personas dentro de aquellapequeña aula que apenas podían concertarse en lo que hacían.
Snapepaseaba entre las filas de pupitres observando el trabajo de los alumnosmientras su mente parecía estar posada en otro sitio
**********Snape**********
Habíajurado no volver a hacerlo, sacarlo de mi vida y también de mis pensamientos,pero era algo difícil de conseguir.
Pasarpor su lado y sentir el suave y dulce aroma de su perfume flotar hasta mi narizme enloquecía, me hacía querer perderme entre sus cabellos y enredar mis manosen su cintura, acariciar cada centímetro de su piel como aquella noche, ydegustar de esos pechos que me resultaban tan exquisitos
Teníaque hacer uso de todo mi autocontrol paran no irme encima de ella y comenzar abesar todo su cuerpo.
**********Hermione**********
Sentira Snape por detrás, inclinarse ligeramente sobre mí para inspeccionar mi pocióny por un fugaz segundo mi espalda y su pecho rozarse me provocaba una calenturaque poco tenía que ver con el calor de las mazmorras.
Nohabía pasado ni una hora y yo, estaba a punto de volverme loca.
Seestaba volviendo casi imposible aguantar el impulso de lanzarme a su cuello ybesarlo desesperadamente.
Necesitabasus manos, esas expertas manos recorriendo cada centímetro de mi cuerpo,mientras sus labios descendían por miabdomen hasta llegar a aquel punto que me hacía estallar.
No había pasado ni la mitad de la clase y yo ya me había desecho del suéter ytambién del chaleco del uniforme.
Mipoción no estaba siendo precisamente un éxito apenas podía prestarle atencióndebido al sofocante calor que se extendía por todo mi cuerpo.
**********Snape**********
Eracomo si Granger lo supiera, como si quisiera volverme loco.
Nollevaba el suéter y tampoco el chaleco solo esa delgada y traslucida camisablanca que resaltaba su bien formado pecho de una manera que no sabríaexplicar.
Haciademasiado calor en el aula, y ella había recogido su cabello en un moño, dejandoa la vista su cuello
ese cuello de piel tersa y olor a flores que parecíahipnotizarme.
¡Merlín!Esa chica estaba enloqueciéndome
**********Narradora**********
Haciademasiado rato que Snape nohabía tenido otro remedio que refugiarse tras su escritorio pues, su entrepierna había comenzado a responder ante la vista de Hermione.
Elcuerpo de Hermione también había comenzado a responder ante sus no tan buenospensamientos.
Fueen aquel momento, Hermione intentaba concentrarse en la elaboración de supoción, cuando, mientras esperaba a que esta comenzara a hervir su mirada y lade Snape se cruzaron.
Fueun impulso, una reacción involuntaria tal vez, pero mientras ninguno de los dosse permitió despegar la vista Hermione no pudo contener el impulso de morder sulabio inferior mientras lo observaba.
Snapela observo extrañado, sin despegar la vista de su alumna, recorriendo cadacentímetro de su anatomía.
Unagota de sudor escurría por su cuello hasta perderse en su escote
Elimpulso de lanzarse sobre ella y recorrer el fino sendero dejado por aquellagota con su lengua, fue casi incontrolable.
Porun momento, un fugaz segundo o tal vez menos, Hermione pareció sonreírle aSnape, grave error tal vez, el hombre desvió la mirada enseguida.
Laclase finalizo de manera normal, a excepción de dos personas que parecían estara punto de rostizarse.
-¡Quierosus pociones en mi escritorio ahora!
Unalarga fila se formó frente al escritorio de Snape y uno a uno fuerondepositando sus pociones.
Hermionefue la última.
Sumirada y la de Snape se cruzaron nuevamente, como taladrándose, sin apenasparpadear.
Elaula comenzó a vaciarse progresivamente hasta que tan solo quedaron Hermione ySnape.
Quisosellar la puerta con un conjuro, lanzarse sobre ella y recorrer aquel exquisitocuerpo con sus labios, pero había prometido no volver a caer tan bajo.
Hermionedemoraba demasiado y Snape estaba deseando que aquella chica se largase antesque no pudiera contenerlo más.
-¿SeñoritaGranger podría retirarse?- pregunto elhombre harto de ver a la chica demorarse tanto.
-Profesoryo
-
Snapela observo con una ceja levantada
"¡Merlín!Luce tan bien cuando hace eso"
Nosupo de donde saco el valor para decir lo que dijo, o para hacer lo que hizo.
¿Dóndehabía quedado aquella Hermione recatada y de buen comportamiento?
Nolo sabía, lo único que si sabía era que en ese momento no era ella.
Seacercó lentamente hasta su escritorio.
Snapesolo la observaba acercarse, rogando por que no hiciera lo que él pensaba.
-Queríapreguntarle por qué me mira de esa manera- inquirió la chica deteniéndose justofrente a su escritorio, recargando ambas manos en él.
-Noentiendo de que habla Srita Granger.
-Hablode la manera en la que me observo al entrar al aula, y también durante el restode la clase, incluso ahora.
Snapeno conseguía ocultar su creciente nerviosismo.
-Notengo la menor idea sobre que habla.
-Hablosobre la manera en que me mira, como me desea. Lo que provoco en usted.
-Ustedestá loca si piensa que provoca lo más mínimo en mi- repuso Snape recuperandosu tono habitual.
Hermioneaun no conseguía creer que fuera capaz de lo que estaba a punto de hacer, nosolo podía ser rechazada por Snape, se estaba jugando toda su vida escolar y tambiénprofesional.
Rodeolentamente el escritorio hasta detenerse justo detrás de Snape.
Comenzóa deslizar lentamente sus manos por el pecho del pocionista.
-¿Noprovoco nada en usted?- susurro sensualmente la chica en su oído.
Snapeintentaba mantener la compostura, cosa que resultaba prácticamente imposibledado la enorme erección que se formaba justo en aquel momento entre suspiernas.
-Granger,reti-retirese- consiguió articular el profesor, con la voz consumida por eldeseo.
-¿Deverdad quiere que yo me vaya?- susurro la chica en su odio, al tiempo que ledaba un pequeño toque con la punta de la lengua, arrancando un gemido de lagarganta de Snape.
-Granger
-¿Si?-inquirió la chica sensualmente al tiempo que comenzaba a deslizar sus labiospor el cuello de este.
-Ustedno quiere esto- dijo de pronto Snape recobrando el sentido. El hombre se pusode pie alejándose un tanto del escritorio.
-Cómopuede asegurar usted eso, usted no sabe lo que quiero.
Asegurola chica acercándose a él.
Snapela detuvo.
-Granger,¡fuera!- exclamo el hombre.
Hermionese acercó aún más al hombre, acorralándolo entre la pared y su cuerpo. La chicase para sobre las puntas de sus pies y se acercó al odio de él, recorriendo la líneade la mandíbula con sus labios.
-Siasí lo quiere- susurro antes de darle un nuevo toque con la lengua en su oído,arrancando un segundo gemido de la garganta de él.
Lachica dio media vuelta dejando al hombre ahí, sin embargo, no alcanzo a dar nisiquiera dos pasos cuando el hombre la había sujetado por la cintura.
-Estájugando con fuego Granger- susurro esta vez el hombre en su oído -Y quien juegacon fuego se quema
Hermioneapenas prestaba atención a lo que el hombre decía, pues las manos de él deslizándosepor su abdomen eran mucho más interesantes.
Snapecomenzó a lamer la oreja de Hermione arrancando pequeños gemidos de sugarganta.
-¡Ah!Severus
Sunombre en su boca, emanado de aquellos dulces labios sonó a gloria para Snape.
Sinprevio aviso, Snape giro a Hermione ensu mismo lugar, sin soltar su cintura, quedando a tan solo unos centímetros.
-Nome importaría quemarme- susurro la chica antes de que sus labios de unieran enun apasionado beso.
Lachica soltó un gemido al sentir la suave lengua de Snape introducirse en suboca.
Erauna batalla, ambas lengua se enredaban, luchando por mantener el control.
Lasmanos de Hermione se enredaron en el cuello de este, mientras Snape la sujetabafuertemente por la cintura, atrayéndola más hacia sí.
Snapecomenzó a desabrocha la camisa de Hermione, recorriendo el cuello de esta consus labios arrancando suaves gemidos de la garganta de esta de vez en cuando.
Lacamisa de Hermione se encontraba en el suelo, y también su sostén, mientras queSnape degustaba de esos deliciosos pechos que lo volvían loco.
Hermionehabía enredado sus piernas alrededor de la cintura de Snape, sintiendo como pormomentos la erección de Snape rozaba aquel punto que la hacía enloquecer.
Cuandode pronto el sonoro retumbar de la campana los interrumpió.
Fueradel aula se escuchaban pasos.
-Tengoclase- recordó Snape separándose enseguida de Hermione. Pero Hermione no parecíadispuesta soltarlo.
-Vete-ordeno Snape
Hermionevolvió a besarlo, un beso cargado de pasión, de lujuria, de deseo contenidos.
-Estono se quedara así- amenazo Hermione mientras se dirigía a las salida del aula.
Porun momento, una fracción de segundo o tal vez menos, Snape pareció sonreír.
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Hola!
Bueno que les pareció? Espero sus coments!
Un Beso
Feer :3
Una leonaatrevida II
"Una clase así, con semejante calentura extendiendose portodo mi cuerpo, fue practicamente imposblie" Hermione Granger
"Aguantar a un monton de alumnos idiotas, mientras que laenormer ereccion entre mis piernas no se dignaba a bajar, fue una situacioninsoportalbe" Severus Snape.
Suspasos resonaban sobre el frio piso del baño de prefectos. Caminaba en círculos,de un lado a otro. La idea rondaba por su mente amenazante
Habíasalido huyendo de la clase de Flitwick apenas esta había comenzado, no podíasoportarlo más, ese sofocante calor que se había apoderado de ella después deaquel encuentro con Snape no la habíadejado ni un solo segundo, estaba a punto de volverse loca, necesitaba acabarde ello, quería salir corriendo y lanzarse al cuello de Snape y pedirle que lahiciera suya ahí miso.
*¡PorMerlín Hermione! ¿En qué estás pensando?*
Habíanpasado dos horas, después de la clase doble de pociones con Snape, y Hermioneno había podido soportarlo más. Con el pretexto de un fuerte dolor de cabeza,convenció a Flitwick de permitirle salir del aula.
Jamásimagino encontrarse en aquella situación
**********Snape**********
Labotella de wishky amenazaba con terminarse, hacia demasiado tiempo que no bebíade esta manera, tan descontrolado
Lasimágenes de mi primera noche con Granger (aquello suena demasiado extraño paramí mismo) danzaban por mi mente, apoderándose de mis pensamientos.
No podía parar de pensar en mi reciente encuentro con la chica, su expresión,su mirada y su voz consumida por el deseo
Unavez más vacié el vaso lleno de wishky de un solo trago.
**********Hermione**********
Llevabaalgún tiempo encerrada en los lavabos de prefectos, un lugar tranquilo ysolitario, excelente para pensar y meditar a placer.
Estabasentada en el frio piso, con la espalda recargada en la pared.
Intentabatranquilizarme, acompasar mi respiración
pero esa sofocante excitacióncontinuaba apoderándose de mí.
Mepuse de pie decidida, no podía más con ello. Enjuague mi cara una vez más,aunque el rojo encendido de mis mejillas no desaparecía.
**********Narradora**********
Caminabadistraídamente por los pasillos del colegio, eran tan solo las 12 del día, losalumnos debían encontrarse en los terrenos del colegio, disfrutando delabrazador sol que reinaba sobre los terrenos del colegio.
Torcióen un pasillo a la izquierda, con dirección a la biblioteca cuando se estrellóde lleno con algo, o alguien.
Estuvoa punto de caer, a no ser que unos fuertes brazos la sujetaron por la cintura.
-¿Granger?
-
Profesor
Ambosse observaron por un segundo.
-Gracias-agradeció la chica, después de despegar sus ojos color miel de los profundostúneles del profesor.
Aquello comenzaba a resultar incómodo, Snape no parecía dispuesto a soltar aHermione, y la chica no quería que lo hiciera sin embargo ninguno de los dossabía qué hacer.
Snapetomo aire, y muy en su interior se armó de valor para decir lo siguiente:
-Srita.Granger, me parece que tenemos un asunto pendiente- susurro el hombre cerca deloído de la chica, atrayéndola más hacia así.
-¿Sobre qué? Profesor- repuso la chica haciéndose la desentendida.
-Sobreaquel asunto que estábamos por discutir en las mazmorras- ronroneo el hombrerozando sus labios con los de la chica, olvidándose por un momento donde seencontraban.
-¿A si?- susurro la chica con una sensualsonrisa, acercándose más al profesor.
-¡Te digo que sí! Es seguro que mañana Gryffindor vencerá a Slytherin en elpartido de Quidditch
-Nolo sé, ese Malfoy es muy bueno.
-Sí,pero Potter es mejor.
Snape soltó a Hermione sin pensarlo, la cual fue a parar al suelo con un sonorogolpe.
Setrataba de dos niños de segundo curso de Ravenclaw que se congelaron al ver laescena.
Snapede pie frente a Hermione petrificado y esta tirada en el suelo.
-¿Estabien señorita Granger?- inquirió el hombre extendiendo una mano para ayudar ala chica a levantarse.
-Graciasprofesor- repuso la chica poniéndose de pie.
-¿Quéobservan ustedes dos?- exclamo el hombre -5 puntos menos a Ravenclaw ¡Largo!
Ambosniños dieron media vuelta sin pensarlo y se alejaron de ahí casi corriendo.
-Creoque este no es un muy buen lugar- susurro la chica al odio del hombre, dándoleun ligero toque con la lengua, antes de que se dispusiera a irse de ahí.
Snape giro hábilmente y aprisiono a la chica entre la dura pared de piedra y sucuerpo.
-Encontraremos algo
- repusoel hombre
En menos de lo pudieranhaber imaginado, ambos se encontraban en los cuartos de Snape.
-Bien Señorita Granger,espero que podamos resolver los asuntos pendientes- ronroneo el hombresujetando a Hermione por la cintura.
Sin pensarlo una vez más, ysin estar dispuestos a esperar una segundo más, ambos fundieron sus labios enaquel apasionado beso que tanto habían anhelado.
Snape sujetaba fuertemente aHermione por la cintura y la chica había enredado sus manos en el cuello delpocionista.
Se separaron poco despuéspor falta de oxígeno.
Ambos respirabanagitadamente, pero una sonrisa amenazaba con aparecer en los labios de ambos.
Hermione disfrutaba deaquello como no lo había hecho en su primera vez.
Snape sujeto a la chica porla cintura y con delicadeza la poso boca arriba sobre la cama de mantas negra,acto que ha decir verdad, tomo por sorpresa a la castaña.
El pocionista se habíadeshecho de su larga capa negra y ahora solo vestía una camisa blanca y unpantalón negro de vestir, que no conseguía disimular le enorme erección que seformaba entre sus piernas.
Snape volvió a besar loslabios de la chica. Un gemido escapo de la garganta de este al sentir la suavelengua de la chica invadir su boca.
Comenzó a deslizar lenta ytortuosamente sus labios por el cuello de la chica, depositando ligerosmordiscos que arrancaban suaves gemidos de la garganta de la chica.
Comenzó a deshacerselentamente de la camisa de la castaña dejando al descubierto un lindo sosténrosa de encaje.
De pronto la chica lodetuvo.
-Creo que es tiempo de queyo sea quien juegue sucio- sentencio la chica incorporándose y siendo ellaquien se colocara a horcajadas sobre Snape.
La chica se deshizorápidamente de la camisa de él, y también de su pantalón con ayuda de este,dejándolo completamente desnudo.
Comenzó a deslizar lenta ytortuosamente sus labios por el pecho de su profesor, hasta llegar a suabdomen, su mano se deslizaba por todo el cuerpo del profesor hasta quedelicadamente la froto por toda la longitud de Snape arrancando un gemido desus labios.
Hermione introdujo la puntaen su boca, arrancando un gemido de sorpresa de Snape.
Un segundo gemido escapo delos labios del profesor, cuando Hermione había introducido media erección en suboca.
-¡Por Merlín Granger!- Suspiro Snape cuando Hermione comenzó a deslizar suslabios por toda la longitud del profesor.
Snape jugueteaba con el cabello enmarañado de lachica, mientras esta estaba concentrada en su trabajo.
Snape gemíadescontroladamente mientras Hermione continuaba deslizando sus labios por todala longitud del profesor.
Las olas del primer orgasmocomenzaban a extenderse por todo el cuerpo de Snape. Hasta que por fin sucedió.
Hermione se incorporó,dándole tiempo a Snape para acompasar su respiración.
Aquel orgasmo había sido pormucho el mejor que Snape había tenido en un largo tiempo.
Hermione se recostó al ladodel profesor, con la cabeza recostada sobre el pecho de este.
-Bien, creo que es mi turnoGrang
Hermione
Hermione sonrió
Snape volvió a colocarse ahorcajadas sobre la chica y rápidamente se deshizo de la ropa de la castaña.
El hombre volvió a besar losjugosos labios de la castaña, con hambre y desesperación. Hermione correspondíaa aquel beso sin pensarlo.
Snape comenzó a besar desesperadamenteel cuello de la chica, descendiendo hasta su pecho.
Un gemido escapo de loslabios de la castaña cuando el profeso atrapo su pezón entre sus labios.
Lo besaba, lo lamia eincluso lo mordía ligeramente arrancando pequeños suspiros de la boca de suamante.
Snape dejo de lado el pechode la castaña y comenzó a descender por su abdomen hasta llegar a aquel puntoque Hermione tanto esperaba.
Snape separo delicadamentelas piernas de la chica para un segundo después hundirse entre ella.
El profesos lamio lenta ytortuosamente el clítoris de la chica arrancando sonoros gemidos de sugarganta.
-¡Oh Severus!
Su nombre en sus labios, conaquel tono tan erótico lo éxito sobremanera.
-Dilo otra vez- pido elhombre volviendo a ascender hasta lo labios de la castaña.
-Severus
- susurro la chicaen el odio del profesor atrapando el lóbulo de su oreja entre sus labios. Snapesoltó un gemido.
-Te quiero en mí, ahora-exigió la castaña.
Snape no necesito escucharlodos veces y rápidamente se deslizo dentro de la chica.
-¡Por Merlín Hermione! Erestan
tan estrecha- gimió el hombre comenzado con una lentas embestidas.
Hermione gemíadescontroladamente mientras Snape aumentaba la fuerza de las embestidas en unintento de alcanzar un segundo orgasmo.
Las aterciopeladas paredesde la castaña comenzaron a absorberlo, al tiempo que ambos se unían en unruidoso orgasmo.
Ambos gritaban el nombre delotro con la voz consumida por el placer al tiempo que ambos terminaban en unplacentero orgasmo.
Snape se recostó al lado dela castaña, mientras ambos intentaban acompasar su respiración.
Snape se giró hasta volver aquedar sobre la chica, intentado no hacerle daño.
-Bien linda, debo irme a dar clase- dijo el hombre como quien no quiere lacosas observando fascinado a la chica que se encontraba debajo de él.
-¿Me dejaras aquí sola?-pregunto la chica con fingido sufrimiento.
-Podrías esperar hasta que vuelva- respondió el hombre dándole un casto beso ala chica antes de ponerse de pie.
Con un movimiento de lavarita, se encontraba completamente vestido.
Hermione se incorporó en la cama.
-Supongo que yo también iré a clase- dijo la chica con ademan de ponerse depie.
Snape se acero a ella y laderribo en la cama.
-Espero me visites estanoche- le susurró al oído.
La chica le dio un tiernobeso en los labios.
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Holi! Bien tal vez debanodiarme por que me ausente demasiado tiempo pero tengo una muy buena explicacion;Me suspendieron del colegio xD y no me habian dejado acercarme siquiera a lacomputadora, pero los prometo no volver abandonarlos. Tambien he tenidodemasiado problemas existenciales y no habia en si pensado en la historia, peroactualizare mas seguido lo juro.
En fin, se que este fue uncapi un poco aburrido, pero les prometo de pronto empezara la accion jejej
Por ahora porfi dejen suscoments!
Un beso
Feer :3
El partido de Quidditch
Los labios de Severusrecorrían hábilmente cada centímetro de la piel de la castaña que estuviera asu alcance, sus manos se encargaban en aquel momento de acariciarfrenéticamente los pechos de la chica que suspiraba a cada toque de su amante.
Snape comenzó a descenderpor su abdomen, haciendo pequeños círculos con la lengua en el ombligo de lachica.
Snape se sepultó entre laspiernas de la castaña. El profesor lamia lentamente el clítoris de Hermione,torturándola.
Su dedo gordo rozaba supezón izquierdo, acompañándose más tarde del índice, dando pequeños pellizcos asu pezón, lo suficiente para sentir solo placer.
Hermione soltó un sonorogemido de sorpresa al sentir un fino dedo de Snape introducirse en suspliegues, para ser secundado por un segundo y más tarde un tercero.
Snape no había dejado delamer el clítoris de Hermione, dispuesto a proporcionarle un fabuloso orgasmo.
Hermione gemíadescontroladamente, sintiendo las olas de su primer orgasmo acercarse
-¡Por Merlín Severus!
Severus aumento la velocidadde sus dedos y sin esperar mucho más, Hermione vino ruidosamente.
Snape bebió los jugos de lacastaña gustoso.
Hermione respirabaagitadamente. Snape se acercó y beso a la chica, en un beso, lejos de serapasionado, un beso tierno, sensible.
Hermione sonreía.
Snape se apartó y se fue aacostar a un lado de la castaña.
-Amor, es algo tarde ymañana supongo, iras a ver a tus estúpidos amiguitos jugar Quidditch.
-Si quieres que me quede,solo tienes que pedirlo- respondió la castaña recostándose sobre el pecho deSnape.
Snape acariciaba el pelo dela chica.
-Descansa
La castaña se incorporó,besando suavemente los labios de Snape.
Se revolvía entre lascálidas sabanas hasta que sintió la presencia de un cuerpo al lado suyo.
La castaña, muy a su pesarabrió los ojos y se encontró con los penetrantes ojos negros de Snapeobservándola.
-Hola- dijo la chica desperezándose
-¿Cómo durmió mi pequeñabruja?- inquirió el pocionista, dándole un beso en la frente a la castaña-
-Excelente- confeso la chicacon una sonrisa.
Snape acariciaba el pelo dela castaña, y la observaba fascinado.
Hubiera querido pasar ahíuna eternidad, y nunca separarse de Snape, pero después de un rato, el hombrese incorporó y después de un movimiento de la varita se encontraba completamentevestido.
-¿A dónde vas?- inquirió lachica
-Al Gran Comedor, tú tambiéndeberías ir hacia allá.
-¿Iras al partido deQuidditch?- pregunto la chica
-Tengo algo más importanteque hacer- repuso el hombre.
Se acercó a la castaña y ledio un cálido beso en los labios antes de desaparecer por la puerta.
-¿Dónde habías estadoHerms?- inquirió Harry media hora más tarde, mientras ambos caminaban por losterrenos del colegio hacia el campo de Quidditch.
-Estaba algo ocupada- Repusola chica evadiendo el tema.
-Anoche no te vi llegar a laSala Común.
Hermione había comenzado aponerse nerviosa.
-Yo... Salí algo tarde de labiblioteca- balbuceo la chica
-Estuve ahí por la noche yno te vi en ningún momento.
La chica se restregaba lasmanos nerviosa.
-¿Hay algo que quierasdecirme Hermione?- Harry la miraba inquisitoriamente, se había detenido.
-Emmm
¡no! Harry
nada.
Harry la contemplaba nadaconvencido.
-¿Dónde está Ron?- preguntola chica cambiando drásticamente el tema. Ambos continuaron el camino.
-Con Lavender- respondió elchico en un claro intento de molestar a la chica
-¡Oh! Que gusto
La chica ni siquieraprestaba atención a lo que decía el chico.
-¡Herms! ¿Qué ocurrecontigo?
Harry la observaba con esosojos verdes, aquello ojos que sabían cómo hacerla hablar.
Hermione estuvo a punto dedecirle todo, de confesarlo como lo había hecho con Lupin, pero sabía que sihacia aquello, Harry la mandaría a encerrar en San Mungo después de encargarsede matar a Snape con sus propias manos.
-Estoy bien Harry lo juro-repuso la chica sonriendo.
Aquello no dejo muyconvencido a Harry, pero no insistió más.
Los alumnos comenzaban aamontonarse en las gradas del estadio, pero Hermione se había terminado porseparar de Harry, con el pretexto se esperar a Ginny, sin embargo no se sentíacon ganas de estar en el partido.
Estaba realmente cansada y adecir verdad se sentía algo triste. Aquello contestación de Snape "Tengo algo más importante que hacer" nola había hecho sentir nada bien. Caminaba despreocupadamente por los terrenosdel colegio, de regreso al castillo, cuando se topó de frente con Ron, que corríahacia el terreno de juego.
-¡Herms! Hola- el chico ledio un rápido beso en los labios, que tomo por sorpresa a la chica.
El pelirrojo respirabaagitadamente.
-¡Te veré en el estadio!-exclamo antes de volver a correr.
Hermione lo observo alejarse,mientras en su cerebro se procesaba todo lo ocurrido.
La guerra había terminadohacia un año, ella había besado a Ron en la cámara de los secretos y ahoraambos eran
pareja.
Pareja
Hermione apenas podíaasimilar aquello, era como si por un momento lo hubiese olvidado, toda su atenciónse había centrado en Snape
en Severus
La chica continuo caminando,pensando en su "novio" del cual casi se había olvidado y pensando en
Severus.
Algunas veces no era lanecesidad de estudiar la que la mantenía refugiada en la biblioteca, si no lanecesidad de alejarse del mundo exterior que tanto la agobiaba, y aquella ocasiónera una de esas veces.
La biblioteca estaba desierta,como era ya costumbre, sobre todo un sábado por la mañana durante un partido deQuidditch.
La chica comenzó a vagar porlas estanterías, buscando algún libro de lectura "ligera" que consiguieradistraerla del resto del mundo.
Encontró uno que hacia demasiado tiempo que no leía, por que siendo sinceros,en 7 años prácticamente había devorado la biblioteca completa.
Se paró sobre las puntas desus pies, pero no conseguía alcanzar el libro, estaba demasiado alto.
Fue cuando aquel cuerpo apareciódetrás de ella, dándole aquel empujoncito necesario para alcanzar el libro.
-Gracias- susurro la chicasin moverse ni un ápice, esperando lo que vendría.
-Por nada pequeña
**********Hermione**********
¿Pequeña? Un momento
aquella no era la loción de Snape, el no olía a menta
a menta como
**********Narradora**********
-¡Lupin!- exclamó la chica girándoseenseguida.
El licántropo sonreía,mientras la observaba con sus cálidos ojos color almendra.
-¿Por qué no estás en elpartido?- inquirió la chica buscando la manera de zafarse de aquella situación quecomenzaba a incomodarla.
-Tu tampoco estas allá- respondióel profesor. Había aprisionado a la chica entre la estantería y sus brazosposados a ambos lados de su cabeza.
-Si
yo
no me apetecíaestar por allá- repuso la chica apartándose por debajo del brazo de Lupin.
Lupin se giró hacia la chicarecargándose de lado sobre la estantería, con los brazos cruzados sobre supecho.
Una pose que lo hacía lucirrealmente atractivo.
-Bien yo
iré a mi Sala Común
La chica se despidió con unmovimiento rápido de la mano.
-¿No te apetece ir a tomarun poco de té a mi despacho?- propuso el hombre acercándose peligrosamente a lacastaña
-No de verdad
yo gracias
tal vez en otro momento.
La chica salió casicorriendo de la biblioteca olvidando el libro que se suponía iba a leer.
Aquella actitud tan extrañade Lupin la había espantado.
Tal vez sería mejorencerrarse en su habitación y descansar por un rato.
¿Qué seria aquello tanimportante que seguramente Snape hacía en aquel momento?
Hermione estaba tan solo aun pasillo de llegar a la torre de Gryffindor, cuando unos fuertes brazos la sujetaronpor la cintura, por detrás. Por un momento tuvo miedo de que se tratara deLupin.
-¿Qué hace mi pequeña brujamerodeando por los pasillos tan sola?
Hermione suspiro al sentir el cálido aliento de Snape rozar su cuello.
-Iba hacia mi torre- respondióa chica, sujetando las manos de Snape que se encontraban entrelazadas sobre suabdomen.
Snape la besaba delicadamenteen el cuello.
-Ya veo
pensé que tal vez
pensaríasen mi
- repuso Snape con fingido sufrimiento.
-Tenías algo muy importanteque hacer ¿Cierto?- repuso la chica algo enfadada. Separándose de Snape.
El profesor la observabadivertido.
La volvió a abrazar, sin importarleque la chica luchara por soltarse.
-Sí, tan importante comovisitar a mi alumna favorita- le susurró al oído provocando que una descarga eléctricarecorriera toda su espalda.
-Pues ya puedes ir abuscarla
-Ya la he encontrado- respondióel hombre volviendo a entrelazar sus manos en el abdomen de la chica.
-Pero veo que ella no quiereestar conmigo- dijo de pronto el hombre con fingido sufrimiento
La castaña sonrió, girándosesobre sus talones y sin previo aviso, atrapo los labios de Snape con los suyos.
Snape correspondió al besoansioso, sujetando delicadamente a la chica por la cintura.
De pronto, se escucharonpasos a lo lejos.
En un excelente reflejo deSnape, adquirido en sus años de mortífago, sujeto a Hermione por la cintura yla llevo a un pasillo contiguo, donde ambos de refugiaron entre las sombras.
Snape estaba recargadocontra la pared, y la espalda de Hermione estaba recargada en el pecho de este.
Snape la sujetaba con ambasmanos por el abdomen mientras ella sujetaba las manos de él.
Se trataba de Lupin, quecaminaba en dirección al retrato de la dama gorda.
-Varita de regaliz- susurroLupin y el retrato se abrió, permitiéndole pasar.
-¿A dónde va ese estúpido Lobo?-exclamo Snape mientras lo observaba entrar.
-¡Oye!- lo reprendióHermione
-Olvidaba que es tuamiguito- repuso Snape con fingida amargura.
-¿Celoso?- inquirió lacastaña girándose en su lugar hasta quedar frente a este.
-¿De ese? Claro que no- respondióSnape
Hermione lo miraba suspicaz.
-Tú eres mía ¿De acuerdo?
Hermione sonrió
-De acuerdo- respondió,antes de volver a besar aquellos labios que tanto necesitaba.
Ninguno de los dos parecía dispuestoa separarse, era como si ambos se hubiesen fundido en un solo cuerpo.
Snape contemplaba a lachica.
-¿Qué?- inquirió esta trasdarse cuenta de la mirada de este.
-Es solo que eres perfecta
-repuso el, apartando un mechón de pelo que caía sobre la frente de la chica.
Hermione se ruborizo unpoco. Y volvió a besar los labio de Snape, en un cálido y tierno beso.
Hermione poso su cabezasobre el pecho de este, mientras Snape únicamente la abrazaba. La castaña disfrutabade aquel momento como jamás lo había hecho con nadie, ni siquiera al lado deRon.
Ron
Tenía que terminarlo
aquello a su lado tan solo era un engaño.
-¿En qué piensas?- inquirió Snapeun momento después
-En nada- respondió la chicaincorporándose.
A lo lejos, se escuchaba elbarullo de los alumnos que volvían al Castillo.
-Creo que debo ir a laentrada del castillo, a controlar todo el alboroto.
-No te vayas- repuso lachica sin disimular su decepción.
-En algún momento tendremosque separarnos
-Esperemos a que sea elmomento- respondió la chica abrazándose fuertemente a él.
Por un momento, aunqueHermione no lo noto, Snape sonrió sinceramente.
Se escuchaban pasosacercarse por el corredor. Lupin había salido de la Torre de Gryffindor.
-Creo que es tiempo de irme-dijo de pronto Snape separándose de la chica.
La chica lo soltólentamente, como quien no quiera la cosa.
-¿Te veré esta noche?- inquirióel profesor.
-Prometí a Ron y a Harryacompañar a ver a Hagrid esta noche.
-Ahh- repuso Snape sin disimularsu enfado.
-¿Estas molesto?
-No
La chica se acercó y le dioun cálido beso a Snape que este apenas correspondió.
-Amor, no te molestes yo
-¿Cómo me has llamado?- inquirióde pronto el profesor sujetando el rostro de la chica con ambas manos.
Hermione su ruborizo.
-¡Por Merlín! Linda, como podríamolestarme contigo.
Snape beso tiernamente aHermione, tan tierno que apenas podía creer que aquel beso lo estuviese dandoel.
A lo lejos se escuchaba elbarullo de los alumnos acercándose por el pasillo.
-Te veré luego.
Snape salió de su esconditeentre las sombras y desapareció al final del pasillo.
-¿Hermione?
-¡Lupin! Hola
-Así que volviste con ese
-Si- respondió la chicatajante
Lupin alzo una ceja.
-Ya veo.
-¿Estas molesto?- inquirióla chica algo seria.
-No- respondió el licántropocon una sonrisa mal fingida.
**********Snape**********
-¿Se puede saber dónde te habíasmetido?- inquirió McGonagall amenazante al verme aparecer por el corredor
-Yo
estaba ocupado en midespacho- respondió fríamente
McGonagall me observo nadaconvencida.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Holi :DD
Por fitas dejen sus coments, es lo unico que hace que me sienta con animos de continuar la historia
Un Beso
Feer :3
¡Estúpido Weasley!
Hermione se vio arrastradapor la muchedumbre que se dirigía a la Sala Común para una merecidacelebración, luego de la victoria de Gryffindor sobre Slytherin.
Harry estaba realmentefeliz, sin embargo Ron sonreía como nunca.
Como era su costumbre, luegode una victoria, Ron relataba detalladamente a todo el que estuviera dispuestoa oír la manera en que había realizado cada una de sus paradas.
-¡Las viste Hermione! ¡Lasviste! ¡Fue magnifico!
-¡Claro!- repuso Hermione enun intento de seguirle la corriente.
Hacia menos de diez minutosque se había separado de Snape y ya le extrañaba.
-¿Dóndes estuviese?-inquirió Harry de pronto, luego de conseguir apartarse del barullo.
Tomo a su amiga por el brazohasta conducirla por la escalera de los dormitorios, se sentaron en eldescanso, algo alejados del resto.
-Yo
estuve ahí todo eltiempo- repuso la chica sabiendo que antemano que no conseguiría engañar a suamigo.
-Y tú crees que yo soyestúpido
Hermione lo observodivertida
-¡Vamos Hermione! Sabes quepuedes contarme lo que sea. No puede ser tan grave ¿Qué podría ser? No me dirásque sales con Snape o algo parecido- soltó Harry riendo con ganas.
Hermione dejo escapar unarisita nerviosa.
-¿No sales con Snape cierto?- inquirió Harry, al tiempo que su enorme sonrisadisminuía hasta tornarse en una seria expresión.
La cara de Hermione habíaadquirido un tono escarlata como el del uniforme de Quidditch que Harry aunvestía.
-Esto
esto es una bromapesada- aseguro Harry. Pero Hermione había terminado por esconder su rostroentre sus manos.
-¡HERMIONE!
-¡Shh!
-Nada de "shh" me puedesexplicar que ocurre contigo.
-¡Harry! Te estaba buscando.Hola Herms
-Hola Ginny
-Ginny, yo estaba hablandocon Herms, nos puedes dar un minuto
-¡No! No, ustedes no sepreocupen, yo los dejo, estoy muy cansada, los veré mañana.
Hermione hizo el ademan deponerse de pie pero Harry la sujeto por el brazo.
-Tú y yo tenemos que hablarmuy seriamente.
Hermione se zafó de la manode su amigo y desapareció por la escalera hacia el cuarto de las chicas.
**********Snape**********
Siendo sinceros, extrañaba aHermione acostada a mi lado, en una noche me había acostumbrado a ella y ahorame hacía falta.
Pensaba en ella
¿Ellapensaría en mí?
Por primera vez en algúntiempo, me dormí sobrio, sin haber bebido una sola gota de alcohol.
Aunque no quisiera y mecostara admitirlo aquel día lo había pasado realmente bien.
**********Hermione**********
El Sol se colaba por laventana, anunciando un nuevo día, golpeaba en mi rostro y traspasaba misparpados. Gire en la cama, buscando con mi brazo la compañía de aquel cuerpoque había sido testigo de los sueños más húmedos de toda mi vida, sin embargolo único que encontré fue una fría almohada y la orilla del colchón.
Abrí los ojos conparsimonia, esperando por un momento verlo ahí, pero él no estaba.
Le extrañaba. Me estabainvolucrando demasiado con él, y tal vez para el esto era solo un juego.
Lo busque en el GranComedor, pero él no estaba, con lo único que me encontré fue con los suspicacesojos verdes de Harry que no se despegaron de mi ni un momento.
Yo me hacia la desentendiday cada vez que mi mirada se cruzaba con la suya le sonreía como si no pasasenada, pero sabía que en algún momento, el comenzaría con las preguntas.
Y para mi mala fortuna noestaban Ron, ni Ginny y tampoco Neville. Solo él y yo, sin nadie que nosinterrumpiese.
-¿Y bien?- comenzó Harry.
-¿Qué?- pregunte desviando lavista.
-Creo que teníamos unaconversación pendiente
-¿A si? Tal vez mas tardeahora debo ir a la biblioteca
-Tú y yo hablaremos ahoraHermione.
Me volví a sentar de malagana
-Bien
¿Serás tú quien hableo yo quien pregunte?
-
-Entonces
¿Dónde estuvisteayer?
-Ya has de saberlo, para quepreguntar
-Quiero escucharte decirlo.
-Estuve con Snape
-Haciendo que
-¡Harry!
-Se supone que soy tu amigoy puedes confiar en mi ¿No?
Fruncí el señor dándome porvencida.
-Hablando
-¡Claro Hermione! Y tú creerque estos dientes son de leche
-Anda
¡Ya has confesado lomás feo! ¿Qué puede ser peor que salir con Snape?
-Dormir con el- dije en unsusurro casi inaudible que Harry entendió a la perfección.
-¡QUE!
Algunos alumnos voltearon aobservarnos, alarmados.
-¿Qué?- repitió más bajoesta vez.
-Lo que escuchaste- respondíevadiendo el tema.
-Hermione
¿Te acostaste conSnape?- inquirió mi amigo horrorizado.
-Si.
-¡Hermione! Es que acaso túestás loca.
-Enamorada Harry, enamorada-respondí. Enseguida tape mi boca horrorizada al darme cuenta de lo que acaba dedecir.
-¡Qué!
Yo estaba exageradamenteruborizada
-¿Cuánto llevas
llevassa-a-a-liendo con él?- Harry balbucea como si le causase asco lo que estabadiciendo.
-No estoy saliendo con el-respondí- No oficialmente.
Harry me observaba cada vezmás sorprendido.
En aquel momento Snape entropor aquella puerta situada detrás de la enorme mesa de profesores.
Por una milésima de segundosu mirada y la mía se conectaron y una sonrisa ilumino de rostro. Harryobservaba la escena horrorizado.
De pronto Harry hizo aquellapregunta, aquella pregunta que yo sabía que haría pero que tenía terror de quela hiciese.
-¿Y Ron?
-¿El qué?
-Hermione sabes de quehablo, ¿Qué ocurrirá con él, ustedes?
-Harry
yo
esto esdemasiado confuso, no estoy segura de lo que siento yo
Harry me observaba, altiempo que negaba varias veces con la cabeza.
Me entraron ganas decontarle lo que había pasado con Lupin, pues aun que fue algo casiinsignificante, me había dejado alarmada.
-
y lo sabes
-¿Saber qué?
-¿Al menos me estasescuchando?
-Harry me siento un pococansada y no tengo ánimos de hablar- dije recorriendo discretamente la mesa deprofesores con la mirada.
**********Narradora**********
Hermione caminabatranquilamente por los pasillos del Colegio al atardecer, esperaba que, coma lamañana anterior, se topara con Snape.
La luz del Sol que por ahoradescansaba en el horizonte, se colaba por los enormes ventanales del colegioinundando los pasillos con una hermosa luz dorada.
Hermione pensó por unmomento, en ir a buscar a Snape, pero después del desayuno, no lo había vueltoa ver en todo el día y no estaba segura de que estuviera en el colegio.
De pronto a lo lejos,distinguió una silueta acercarse.
-¡Ron!- exclamo al ver alchico
-¡Hola Herms!- este seacercó y beso tiernamente los labios de la chica.
Hermione se quitó casienseguida, tratando de no ser grosera aun que fue en vano.
-¿Ocurre algo?
-Yo
Ron, necesitamos hablar
-Sí, yo también opino lomismo- respondió el pelirrojo con una sonrisa.
Sujeto a la castaña por lamano y la condujo por los pasillo hasta una aula vacía cerca de las mazmorras.
Ambos entraron.
Hermione no sabía la manerade comenzar.
-Herms
que nos está pasandopregunto de pronto Ron, viendo a la chica a los ojos.
-Ronald, creo que esto noestá funcionado- repuso la chica
-Hermione ambos nos hemosdistanciado
-Creo que tal vez
seríamejor dejarlo por un tiempo, pensar mejor las cosas
-¡Que!- exclamo el chico-¡No! yo no me refiero a eso, es solo que siento que nos hemos distanciado unpoco-
Hermione se movíaimpacientemente
-Herms aun te amo y yo séque tu siente lo mismo por mí.
Hermione intentaba sonreírde manera convincente.
-Ronald yo
no estoy segura.
-¿Qué?- inquirió elpelirrojo acercándose a ella.
-Ron de verdad lo siento,pero creo que necesito un tiempo para pensar las cosas, aclarar mi mente.
-Hermione
pero
no hay nadaque pensar, ambos nos amamos, nos besamos en la cámara de los secretos aquellaocasión porque así lo quisimos
Ron había sujetado a Hermionepor la cintura y acercaba su rostro peligrosamente al de ella.
-Lo se Ron, pero tal vez
noestábamos seguros de lo que sentíamos.
- Yo si lo estoy- repuso elchico.
-Ron realmente lo siento,pero necesito un tiempo- repuso la chica intentando zafarse de las manos delchico que comenzaban a apretarla con demasiado fuerza.
-¡No Hermione!... yo
yo teamo
-Si Ron pero yo
- estuvo apunto de exclamar un "Yo a ti no" pero consiguió reprimirse -Yo no estoysegura
-Ron por favor suéltame
-Herms, no pudo haberseesfumado todo tu amor así, sin más- dijo el chico y sin previo aviso beso a lachica.
La chica lo apartoenseguida, con un fuerte empujón.
-¿Qué te ocurre?- exclamoRon.
-No me gusta que me tratesasí.
-Hermione es que tú tienesque entender, aun nos amamos
-¡No Ron! Ya no
-¡Claro que sí! ¿Por quétienes que negarte?
-¡Ron!- exclamo la chicacuando el pelirrojo la volvió a sujetar por la cintura
No se dieron cuenta en quemomento el volumen de sus voces había ido en aumento.
**********Snape**********
Caminaba despreocupadamentepor los pasillos, pensaba en salir a tomar aire libre y despejar un poco mimente.
De pronto me parecióescuchar la voz de Hermione a lo lejos.
*No puede ser posible quealucine con ella* pensé
-¡No Ron!
Aquello no eran imaginacionesmías
-¡Ron!
Los gritos provenían de unaula casi llegando a las mazmorras.
-¡Ron suéltame!
-¡Hermione que no entiendesque yo te amo!
-¡Ron no!
Aquello no era normal, sinpensarlo dos veces, abrí la puerta de un golpe encontrándome con una horribleescena.
Hermione estaba recostadasobre el escritorio con Weasley posado a horcajadas sobre ella, Hermioneluchaba por quitárselo de encima pero por más que lo intentaba, no loconseguía.
-¡Weasley, Granger!-
Hermione me observo a la vezespantada, a la vez aliviada y sin embargo Weasley se había incorporado yacomodado la ropa a una velocidad increíble.
-¿Puedo saber que estáocurriendo?- inquirí
-Profesor yo
-¡Largo!- exclame enfurecido-50 puntos menos Gryffindor-
Weasley salió corriendodespavorido del aula, sin siquiera detenerse a mirar que Hermione permanecía ensu sitio, inmóvil.
Me había controlado sobremanera, pues restarle cincuenta puntos s Gryffindor era lo menos que podíahacer. Sin por mi hubiera sido, hubiera degollado ahí mismo a Weasley.
Hermione se habíaincorporado y me observaba espantada, mientras intentaba cubrirse con sucamisa.
-¡Ese idiota de Weasley melas va a pagar!- exclame enfurecido.
Me acerque a Hermione y laobserve, tan indefensa, temblando y con los ojos enrojecidos a causa delllanto.
-¡Ese Weasley es unimbécil!- exclame incluso espantando a Hermione
-Severus yo
-¡Ese idiota que se cree!
-Severus intenta calmarte
-¡No Hermione! No me pidaseso, como se le ocurre a ese imbécil.
Hermione temblaba, tal vezde frio, de miedo, no lo sé.
-Severus yo no
-¡Como se atreve! ¿Qué clasede mierda transita por su cerebro si cree que puede hacerte daño? Me encargarede matarlo con mis propias manos
Hermione me observabadivertida.
-¡Que!- exclame casi demanera salvaje.
-Gracias- susurro
-¿Qué?
-Gracias por salvarme de eseimbécil, gracias por preocuparte por mí y
gracias por quererme- repuso lachica ruborizada.
Aquella chica era midebilidad, aquello que conseguía matarme con una sola mirada.
Me acerque lentamente aella, desarmado.
La sujete entre mis brazoscomo si se tratara de una fina muñeca de porcelana que pudiera romperse ante elmás mínimo soplo de aire nocturno.
La bese, con ternura, conpasión, con cariño, con deseo, con hambre, con sentimiento
tal vez con amor.
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Holis!
Bien espero que les haya gustado, por fitas dejen sus coments
Un Beso
Feer :3
Hola!
Bienantes de comenzar el capi, había olvidado aclarar unos puntos muy importantes,y creo que será mejor que lo haga ahora.
LaGuerra termino hacia un año, como habrán notado, Snape, Dumbledore y Lupinviven.
Todoslos alumnos, se ven obligados a repetir el curso en Hogwarts.
Voldemortmurió, sin embargo Bellatrix, Yaxley y Dolohov siguen vivos. A pesar de lamuerte de Voldemort ellos y otros aún son mortífagos.
Snapese revelo ante el mundo como un verdadero integrante de la Orden del Fenix.
Y ahora, ¡A leeer!
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¡Severus! ¿Señorita Granger?
-Hermione ¿Qué fue lo queocurrió?
Harry comenzó a bombardear ala castaña con preguntas en cuanto la vio entrar a la Sala Común.
-¿De qué hablas?
-Sabes muy bien de que habloHermione
La chica se revolvía en subutaca junto al fuego, nerviosa.
Harry la observaba con unaceja levantada, acción que le recordó enseguida a Snape, solo que Snape silucia realmente atractivo haciendo aquello.
-¡Hermione! Me quieresexplicar que está pasando.
-¿Pasando de que Harry? Yasabes todo lo que tienes que saber.
-No
Hermione ¡Por Merlín!¿Te has vuelto loca?
Hermione miraba a su amigofastidiada.
-Ya te he dicho lo que teníaque decir, ¿Me puedo ir?
-Hermione, explícame queestá pasando con
con Snape.
-¡Explicarte que Harry! - lachica comenzó a explotar, se había puesto de pie. -¿Acaso también quieres quete diga la manera en que me lo hace?
La chica tapo su bocasorprendida por lo que había dicho. Para su buena fortuna, en aquel momento laSala Común se encontraba completamente desierta.
-Siendo sinceros Hermione,quiero dormir esta noche- repuso Harry con una sonrisa en un intento dearreglar las cosas.
Hermione también sonrió.
**********Hermione**********
Termine contando todo aHarry, explicándole la manera en que todo había comenzado. Harry me escuchabaatento, pero a la vez horrorizado.
-¿Y bien?- pregunte cuandotermine de hablar
-Es
extraño- respondióHarry atónito -Mi mejor amiga enamorada de
Snape
Soloatine a sonreír de lado
Nome topé con Ron en todo el resto del día y ni tampoco el Lunes siguiente, ytampoco con Snape.
Porprimera vez en algún tiempo, me sentí frustrada de no tener clase de pocionesaquel día.
Meencontraba en la biblioteca, finalizando los deberes que McGonagall nos habíaasignado. Era casi media noche y yo recién había terminado.
Medesperece, me levante y me dirigí a las estanterías, a reacomodar los librosque había utilizado.
Fuecuando sentí aquel cuerpo detrás de mí, tuve miedo que se tratara de Lupin yquise girar enseguida, pero aquella persona me aprisionaba entre su cuerpo y laestantería.
Unashábiles manos comenzaron a deslizarse por mis brazos, para luego pasar a miespalda.
Delineabala silueta de mi cuerpo hasta detenerse en mi cintura.
Unescalofrió recorrió toda mi espina dorsal al sentir los labios de aquellapersona posarse sobre mi cuello. Un suspiro escapo de mis labios cuando
-Sabíadónde encontrarte
Aquellavoz
me entraron ganas de salir corriendo de ahí.
Meaparte, casi de manera brusca.
-Holapequeña- el muy cínico me saludo como si no pasara nada, dándome un delicadobeso, más bien en la comisura de los labios.
-¿Quéocurre contigo?- pregunte casi de manera salvaje, alejándome un tanto de él.
Lupinme observaba con una sonrisa en sus labios.
-Teveías demasiado sola, aquí en la biblioteca, y pensé en hacerte una pequeñavisita.
Nosabía la manera de lidiar con aquello, estaba espantada ante la extraña actitudde Lupin.
-Tengoque irme, te veré mañana.
Tomemi mochila y me encamine a la salida, sin embargo Lupin me cerro el paso, conlo que choque de bruces contra él, y Lupin aprovechando la oportunidad mesujeto por la cintura.
-¿Estasbien?- inquirió con una sonrisa de lado.
Yosolo asentí algo incomoda.
-Teveré mañana pequeña- Lupin se acercaba peligrosamente a mí, y al decir esto,rozo delicadamente sus labios con los míos, para después alejarse por el largocorredor.
Caminaba rápido, quería llegar a mi sala común cuanto antes, tenía miedo detoparme de nuevo con Lupin.
Seescuchaban pasos detrás de mí, pero preferí no voltear y continuar con micamino.
Pasabaen aquel momento justo frente al despacho de Snape cuando aquella persona metomo por los hombros y me acorralo contra la fría pared de piedra.
-¿Adónde va tan a prisa mi pequeña sabelotodo?
Suspirealiviada al sentir el aliento de Snape rozar mis labios. Abrí los ojos.
Mesujetaba delicadamente por la cintura, mientras depositaba pequeños besos en micuello.
-Ibaa mi torre, es algo tarde- respondí abandonándome a los brazos de Snape.
-Yotenía otros planes en mente- me susurro al oído lamiendo ligeramente mi oreja
Ungemido escapo de mi garganta.
-Quepor cierto, no implicaban tu torre.
Deslizosus manos por mi espalda hasta mi trasero para levantarme, yo enrede mispiernas alrededor de su cintura para no perder el equilibrio.
Entramosen el despacho de Snape sin parar de besarnos, con el aun cargándome hasta sushabitaciones.
**********Narradora**********
Snapedeposito con suma delicadeza a la chica sobre la cama de pulcras y relucientessabanas negras.
Besabalentamente a la chica, en las mejillas, los labios, el cuello. Disfrutaba decada centímetro de su piel, como si se tratara del más exquisito de lo manjar. Acariciabadelicadamente el cuerpo de la chica, disfrutando del suave tacto de su blancapiel.
Se deshacía lentamente de la camisa de la chica, como quien no quiere la cosa,acariciando cada centímetro de piel que estaba a su paso.
Hermionesolo se dejaba querer, disfrutando
Snape se había desecho de la camisa de la chica y también del sostén, que ahoradescansaban en el suelo.
Recorríalentamente el sendero entre los senos de Hermione con sus labios, depositando cálidosbesos a su paso.
Susmanos habían comenzado a deshacerse de la falda de la chica.
Hermionedejo escapar un leve gemido cunado su pezón izquierdo se vio atrapado en loslabios del profesor.
Snape,besaba, lamia y pellizcaba los pezones de la chica, arrancando leves gemidos desu garganta.
Hermione acariciaba la cabeza de Snape, enredando sus dedos entre su cabellomientras el pocionista descendía por el abdomen de la chica.
Susmanos se deslizaban hábilmente por las piernas de Hermione mientras él seconcentraba en su ombligo.
Descendíapor su abdomen hasta sus muslos. Evadiendo aquella parte que Hermione esperabacon ansias a que él llegase.
Acariciabalas piernas de la chica, besando sus muslos, al tiempo que comenzaba a separarsus piernas lentamente.
Hermionesuspiraba conforme Snape se acercaba aquel punto.
Justoantes de llegar, alargando el momento que Hermione tanto anhelaba, volvió hastalos labios de la chica.
Losbesaba apasionadamente, mientras sus manos se deslizaban por todo el cuerpo dela chica.
-¡Merlín!Severus ¿Cuánto más me harás esperar?
-PacienciaSeñorita Granger, paciencia- susurro el profesor en el oído de la chica, dándoleun pequeño toque con la punta de la lengua. Hermione gimió.
Snapevolvió a descender hasta el centro de la chica y sin más preámbulos, sumergiósu mano entre sus rizos, en busca de su clítoris, que lo esperaba hinchado ypreparado para él.
Snapele dio un suave toque que hizo suspirar a la castaña. Acerco lentamente suboca, hasta que su mano se vio sustituida por su lengua.
Hermionegemía sin control. Snape recorría todo el centro de la chica con la lengua altiempo que introducía un dedo en el interior de la chica.
-¡Ahhh!¡Merlín Snape!
-¿Quéocurre Señorita Granger? ¿Quiere que pare?- inquirió de pronto Snape observandoa la chica, divertido.
-Nisiquiera lo pienses- sentencio la chica.
Snapese acercó una vez más a los labios de Hermione.
-Tedije que no pararas- susurro la chica besando los labios de su amado.
-Nolo hecho- respondió el pocionista.
Hermionesoltó un gemido de sorpresa que más bien fue un gritito de placer al sentirtoda la longitud de Snape deslizarse en su interior.
Snapela observaba divertido mientras comenzaba con unas lentas embestidas al tiempoque ambos comenzaban a moverse en un frenético vaivén continuo.
-¡Hermione!-jadeaba Snape.
-¡Severus!-gemía Hermione.
Despuésde un par de embestida más de Snape ambos terminaron en un estruendoso grito deplacer.
Snapese dejó caer a un lado de la chica. Ambos jadeaban, intentado acompasar su respiración.
Despuésde un rato recostado, Snape se incorporó en la cama.
-Lindaes tarde- repuso de pronto Snape
-¿Meestas corriendo?- inquirió Hermione con fingido sufrimiento.
Snapela observo escéptico.
Sedirigió a la cama, y se recostó sobre la chica.
-Tendríaque ser muy idiota para dejar ir a una mujer tan
tremendamente deliciosa como tú-susurro el hombre rozando sus labios con los de la chica.
Hermionesonreía.
Snapedio media vuelta y desapareció por una puerta al fondo.
Paracuando volvió, se encontró con Hermione sentada en la cama, con su camisapuesta y una sonrisa inocente en sus labios.
Snapela observo divertido, el vestía tan solo su pantalón negro.
Subióa la cama y se sentó al lado de la chica la cual se acurruco en medio de laspiernas de este, con una sonrisa inocente en sus labios.
Snapela abrazaba tiernamente, mientras ella reposaba en su pecho.
-Gracias-susurro la chica.
-¿Cómodices?
-Graciaspor una noche tan excelente
Hermionehabía girado el rostro hacia su amado. Era como una fina muñeca de porcelana. Susmejilla habían adquirido unos tonos rojizos que la hacían lucir preciosa y susojos estaban cargados de cariño sincero.
Snapese acercó y le dio un tierno beso en los labios.
-¿Sabíasque eres mi pequeña bruja?
Hermioneno respondió, solo se limitó a sonreír.
-Teamo- susurro el pocionista en el oído de la castaña haciendo que esta seestremeciera.
*¡Meama! ¡Me ama! Ha dicho que me ama*
Hermionese apretó más contra el cuerpo de su amado, como toda respuesta. Sabía que éllo entendía.
Snapebesaba su pelo, mientras sujetaba a su amada fuertemente entre sus brazos, comosi tuviese miedo de que en cualquier momento pudiera esfumarse.
Hermionese acurrucaba entre los brazos de su amado, pensando en que no podía existirnada en el mundo que arruinara aquel momento.
Depronto la habitación se ilumino con un fuerte resplandor esmeralda.
-Severushijo, siento moles
¡Severus! ¿¡SEÑORITA GRANGER!?
Elanciano director observaba la escena atónito, aun envuelto entre fuegos verdes.
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¿Que les parecio?
Dejen sus coments por fitas!!!
Un Beso
Feer :3
Conversaciones
Depronto la habitación se ilumino con un fuerte resplandor esmeralda.
-Severushijo, siento moles
¡Severus! ¿¡SEÑORITA GRANGER!?
Elanciano director observaba la escena atónito, aun envuelto entre fuegos verdes.
Lapareja estaba inmóvil, paralizada.
Despuésde lo que parecieron horas para los 3 presentes la pareja reacciono, poniéndoserápidamente de pie.
Dumbledoreaun los contemplaba y fue hasta ese momento que Hermione se dio cuenta que aunvestía la camisa blanca de Snape, y este recordó que continuaba desnudo de lacintura para arriba.
Conun rápido movimiento de la varita de Snape, ambos se encontraban completamentevestidos.
Hermioneobservaba el piso, al igual que Snape, evadiendo la mirada de Dumbledore yesperando su primera reacción.
-SeñoritaGranger, puede retirarse- hablo el director, contemplando a la chica.
Hermionesalió de la habitación sin tener el valor de mirar atrás. Con la cabeza gacha ypaso tembloroso.
**********Hermione**********
Salítemblando de la habitación de Snape y también de su despacho.
Elpasillo estaba completamente desierto, solamente el aire azotando contra lasparedes de piedra era testigo de las lágrimas corriendo por mis mejillas.
¡Merlín!¿Cómo no pensamos en eso?
Quisequedarme ahí, hablar con Dumbledore, defender a Snape, decirle que todo habíasido mi culpa.
¿Cómono lo pensamos? ¿Cómo no nos dimos cuenta que todo aquello estaba mal? ¡Merlín!Estaba prohibido
Me había enamorado de Severus
¡Merlín! Él me amaba y sinembargo todo aquello estaba mal, era prohibido.
**********Narradora**********
Dumbledorese había sentado frente a la chimenea, en el pequeño sillón individual de forronegro.
Snapese acero y también se sentó, con la cabeza gacha y la mirada perdida.
-¿Ybien? Severus
Dumbledorelo contemplaba con sus penetrantes ojos azules y su expresión siempretranquila.
Snapealzo la mirada resignado. Pero no respondió.
-¿Puedesexplicarme que es lo que acabo de ver? Severus
Snapeno sabía que responder. ¿Qué esperaba Albus escuchar? ¿Qué era lo que queríaque le respondiera?
-Albusyo
Dumbledoreseguía contemplándolo, con la mirada fija en Snape, esperando una respuestapacientemente.
Snapehubiera preferido que Dumbledore gritara, que lo reprendiese por haber hechoaquello, que se molestara con él, en lugar de verlo de aquella manera.
De pronto Dumbledore soltó una pequeña risa.
Snapevolvió a levantar la vista. Extrañado
-¿Laseñorita Granger?- decía como si se trátese de un divertido chiste.
Snapelo contemplaba sin entender.
-¿Esenserio Severus? ¿La señorita Granger?
-¿Quieresdejar de actuar así?- exclamo Snape poniéndose de pie.
Dumbledorelo miro.
-¡Quieresdejar de fingir que nada ocurre!
-Severus
siéntate- pidió el anciano profesor acomodándose en su butaca.
Snapevolvió a sentarse.
-Claroque se lo que está ocurriendo, pero preferiría que tú me lo expliques.
Dumbledoresaco su varita del interior de su capa y con un movimiento, una tetera llena dete y dos tazas de porcelana aparecieron sobre la mesita de centro.
-Lanoche es larga- repuso el directo dando un sorbo a su te.
**********Hermione**********
Temblaba.Tal vez de frio, tal vez de miedo, quizá estaba nerviosa, no lo sé. Pero noparaba de temblar. Así como tampoco paraban las lágrimas de brotar de mis ojos.
Debía ser demasiado tarde, tal vez más de las dos de la mañana. Pero eso noimportaba.
Quería volver donde Snape, saber que estaba ocurriendo.
Nome aleje demasiado del despacho de Snape. Estaba oculta entre las sombras, enun pasillo contiguo.
Talvez no quise hacerlo, o tal vez no había podido, no estoy segura.
Depronto escuche pasos acercándose por el corredor.
¿Quiénpodía rondar por los pasillos a estas horas de la noche?
-¿Hermione?
Diun respingo al escuchar aquella voz a mis espaldas.
-Lupin
-¿Quéte ocurrió?
-Yo
Mepuse de pie casi avergonzado. Sin atreverme a levantar la vista.
-Venaquí- susurro dándome un cálido abrazo.
Olvidelo que había ocurrido, olvide el miedo que sentía hacia él, hacia su actitud.Solo necesitaba que alguien me abrazara de aquella manera. Como él lo hacía.
-¿Quéocurre pequeña?
Memiraba con cariño, con preocupación. No como lo había hecho en la biblioteca.
-¡Oh!Lupin
Meabrase fuertemente a él. Y deje correr las lágrimas.
Élno decía nada, solo me abrazaba, protegiéndome.
**********Narradora**********
Dumbledoreseguía contemplando a Snape, que parecía, no encontrar las palabras adecuadaspara decir aquello.
-VamosSeverus
-Albus
es complicado.
Snapetomo aire.
-Yo
he
yo
dormí con Hermi
- carraspeo -La Señorita Granger.
Suvoz ya no era fría, su acostumbrado tono divertido y cínico habíandesaparecido.
Suvoz se había tornado, grave, áspera. Reservada.
-Esoyo lo vi- aclaro el anciano profesor -¿Cómo fue que paso?
Snapecontinuaba con la mirada clavada en el piso.
-Yo
no sé cómo explicarlo Albus.
-Severus
¿Sientes algo por la Señorita Granger?
Unarisa irónica escapo de los labios de Snape.
-Lachica sabía lo que hacía
- susurro más para sí que para Dumbledore.
Dumbledorelo observaba sin comprender.
-Termino
enamorándome- repuso Severus como si la idea resultase extraña.
Porprimera vez en la noche, la mirada tranquila y apacible de Dumbledore desapareció.Para ser sustituida por una inconfundible sorpresa.
-¿Cómodices?
Snapese puso de pie. Pasaba frenéticamente sus manos por su cabeza.
-¡Merlín!Albus ¿No lo entiendes? Es Granger
me enamore de Hermione Granger.
Eracomo si Snape no pudiese creer lo que estaba diciendo.
Albusvolvía a mostrarse tranquilo.
**********Narradora**********
-Todoestará bien pequeña
-NoLupin
¿Y si Albus lo despide? ¡Lupin! ¿Qué voy a hacer sin él?
Hermionelloraba desconsoladamente. Lupin buscaba la manera de consolarla aun queparecía imposible.
Porun momento la mirada de Lupin pareció oscurecerse.
Hermionedio otro sorbo a su te de naranja.
Lupinla había convencido de ir a su despacho. Hermione estaba aferrada en esperarfuera del despacho de Snape.
-Vamospequeña, no es bueno que estés aquí.
Finalmentela chica había terminado por acceder a ir.
Estabasentada en un sillón en las habitaciones de Lupin.
-Hermses algo tarde, deberías intentar dormir.
Lachica aun sollozaba. Se puso de pie, dejando la taza de té sobre la mesita decentro y se dispuso a salir de ahí.
-GraciasLupin
-¿Adónde vas?
-Volveréa mi torre
-No-negó rotundamente el profesor -Puedes quedarte en mi habitación, yo dormiréaquí.
Hermionelo observo, agradecida.
**********Narradora**********
-Severusdebes comprender que esto está completamente prohibido
Snapelevanto la vista con un dejo de miedo en su mirada.
-¿Qué?Pero Albus
es que yo
-Severus,¿Esperas que pase por alto una relación más allá de lo meramente profesionalentre un profesor y una alumna?
-¿Esque no lo entiendes? Albus yo la amo. Amo a Hermione como nunca había amado anadie, ni siquiera
- dudo por un segundo -ni siquiera a Lily.
-¿Estásseguro?- inquirió el anciano, contemplándolo.
-Completamente-respondió el pocionista decidido.
Dumbledoresoltó una risa.
-Nopuedo permitirlo
pero ¿Poco te importara lo que yo diga no?
Severuslo contemplo.
-Loprohibido atrae- aseguro el anciano dándole un último sorbo a su té.
Unsilencio reino por un momento entre ambos.
-Severus,recuerdas la conversación que tuvimos hacia unas noches.
Snapeasintió sin levantar la vista de sus manos.
-Bien
lo he considerado y
creo que es tiempo.
Snapeabrió los ojos desmesuradamente.
-¡No!-exclamo poniéndose de pie.
-Severushijo
-NoAlbus
yo
no puedo hacerlo, ¿Por qué justo ahora? Pudiste decírmelo antes.
-Justamentevenia hablar sobre ello y me encuentro con esto
Snapesabía lo que esas palabras significaban
.
-Déjameverla
Dumbledorenegó rotundamente con la cabeza.
-Albuspor favor.
-Severussi tanto la amas debes pensar en su seguridad.
-Pero
no puedo dejarlo todo, irme así sin más.
-Severus,ya habíamos hablado sobre esto, sabias que este momento llegaría.
-Perono creí que sería tan pronto.
-Severus,los has hecho tantas veces. ¿Por qué negarte ahora? Justo ahora que podríasignificar que todo terminase.
-Porque antes no me importaba. Porque antes lo hice porque te prometí hacerlo. Sinembargo ahora hay alguien más, alguien quien me importa y con quien quieroestar.
Dumbledorelo contemplaba sorprendido ante estas últimas palabras.
-Hijo,realmente lo siento pero
es algo que tienes que hacer.
-Déjamedecirle- pido el profesor. Mejor dicho rogo.
-No.Debes pensar en ella, en su seguridad.
-Nopuedo irme así.
-Ellalo entenderá, volverás pronto y podrás explicarle todo.
-Porfavor
-Losiento Severus, pero mañana mismo deberás irte.
-No-se opuso el hombre
-Cuantoantes salgas, más pronto volverás.
-¡Albus!Entiende que yo la amo, que pasara si no vuelvo.
-Yosé que volverás. Ella será tu razón. Buenas noches- repuso el hombreterminante.
Dumbledoreentro a la chimenea y desapareció entre fuegos verdes justo como había llegado.
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Comenten xD
Un Beso
Feer :3
Severus ¿Dónde estás?
Losrayos del Sol, se colaban por las ventanas y golpeaban el rostro de una chicaque dormía plácidamente.
Depronto, la chica despertó, se movía en la amplia cama aun sin abrir los ojos.
**********Hermione**********
Abrí los ojos lentamente, hasta que me di cuenta que no sabía dónde estaba. Me incorporeen la cama casi de manera brusca.
Setrataba de una habitación pequeña, de paredes blancas con una enorme ventana a la derecha de donde seencontraba la cama en la que yo estaba.
Había una puerta al fondo, cerrada. Estaba sola.
Mevolví a recostar y poco a poco las escenas de lanoche anterior comenzaron a acudir a mi mente.
Quise salir corriendo de ahí y buscar a Dumbledore.Quería saber que había pasado
Depronto la puerta del fondo se abrió y me encontré con una cálidasonrisa que Lupin me regalaba.
-¿Cómo dormiste?- inquirió entrando a la habitación.
-Yo
bien gracias
Elme contemplaba con una amplia sonrisa en sus labios.
-¿Qué hora es?- inquirí.
-Tarde,pero no quise despertarte, estabas demasiado cansada.
Sonreíde lado
-Lucestan linda cuando duermes- comento.
Nosupe que decir, pero ahora, ero lo que menos me importaba.
-Lupinyo
de verdad gracias, no sé qué haría sin ti.
Lupin sonrió.
Lachica se puso, de pie, desperezándose.
-Seramejor que vuelva a mi torre.
Lachica se paró sobre las puntas de suspies, y un acto de gratitud pego sus labios a la mejilla del licántropo.
Porun momento Lupin sintió ganas de girar su rostroy besar aquellos labios que lo comenzaban a volver loco, pero sabía que aquello no sería sensato.
**********Narradora**********
-¿Dónde estuviste Herms? Déjame adivinar
Harryla observaba con una sonrisita.
Lachica sonrió de lado. La tristeza sereflejaba en su rostro.
-¿Qué ocurrió?
-¡Ay! Harry
Elchico abrazo a su amiga, preocupado por la expresión en su rostro y por las lágrimas que comenzaban a correr por susmejillas.
Lachica se incorporó secando su rostro.
-Esque yo
si estuve con Snape pero
Harryla observaba
-Dumbledorenos vio
-¿Qué?
Lachica asintió apenada, con las lágrimasamenazando con volver a brotar de sus ojos.
-¡Merlín! Hermione pero como
-Dumbledoreentro a la habitación de Snape y nosotros
-¿Y es que acaso no sabe tocar?
Hermioneintento sonreír pero le fue imposible.
-Vamosno puede ser tan malo- repuso el chico volviendo a abrazar a su amiga.
-¿Y si lo despide? ¡Harry! ¿Qué voy a hacer?
-EsDumbledore, él lo entenderá.
-¡Harry!Esto no es tan sencillo, está prohibido, total y completamente prohibido.
-¡PorFavor Hermione! Es Dumbledore, hace con las reglas lo que se le antoja- repusoel chico dejando escapar una risita.
Elsonido de la campana retumbo por todo el Colegio.
-Vamos-El chico se incorporó ayudando a poner a suamiga de pie.
-Tengomiedo Harry- dijo de pronto la chica mientras ambos se dirigían a las mazmorras.
-Hermione
ambos sabemos que Snape
desafortunadamente estaráahí.
Hermionelo observo divertida aunque con los ojos llorosos, y ambos entraron en el aula.
Aún faltaban tres minutos para que iniciara la clase, y algunas sillas aún continuaban vacías.
Hermionese removía nerviosa en su asiento.
-¡Vamos Hermione! ¿Quieres calmarte? Encualquier momento Snape atravesara esa puerta hecho un huracán como es sucostumbre y comenzara con su maldita clase.
Elsonido de la campana retumbo en todas las paredes del aula y un nudo se formó en el estómago de Hermione.
Encualquier momento él tenía que atravesar esa puerta. Tenía que ser él.
Jamás había necesitado tanto que Snape comenzara unaclase, o mejor dicho, que entrara al aula.
-Buenosdías chicos, por favor abran su libro en la página 257, hoy elaboraremos unFiltro de Paz.
Todoscontemplaban a Slughorn que recién había ingresado en el aula.
-Apartir de hoy, seré su nuevo profesor de pociones.
-No
-susurro Hermione contemplando horrorizada a Slughorn.
Nopodía ser verdad, no podía
Severus
¿Dónde estaba? Dumbledore no podía haberhecho aquello.
Lapalabras de Slughorn resonaron fuertemente en la cabeza de Hermione "A partir de hoy, seré su nuevo profesor depociones"
Nopodía estarle pasando aquello, tenía que ser un sueño, no podía ser real.
Dumbledoreno podía hacerlo hecho.
Severusno podía irse
Su peor miedo se estaba cumpliendo, aquello a lo que jamás imaginotemerle de tal manera se había convertido en realidad. Severus ya no estaba.
-Hermioneyo
Harrytambién lo contemplaba, jamás lo hubiera imaginado, no podía ser posible queDumbledore hubiera hecho aquello.
-Hermione¿Qué te ocurre?- inquirió Ron feliz por la ausencia de Snape aunque extrañadopor el repentino cambio de actitud de la chica.
Losojos de Hermione se llenaron de lágrimas.
-Tranquila
-susurro Harry en un intento de consolarla, aunque sabía que era en vano.
-SeñoritaGranger ¿Se encuentra usted bien?
Hermioneno escuchaba, no sabía de su alrededor y tampoco sabía lo que hacía.
Nole importaba lo que pasara, ya nada importaba si él no estaba.
Saliócorriendo del aula sin importarle aquellas miradas que la seguían, y lossusurros a su espalda, sin prestar atención a los llamados de Harry, a laspreguntas de Slughorn.
Slughorn.Lo odiaba. Lo odiaba por estar ahí, lo odiaba por ocupar un lugar que no le correspondía.Lo odia por estar cuando él ya no estaba.
Queríahuir de ahí, alejarse de todo, apartarse del mundo y no saber nada de nadie.
-¡Hermione!
Alguiense había atravesado en su camino y la sujetaba por los hombros.
Seabrazó fuertemente a la cintura de Lupin y lloro como jamás lo había hecho.
**********Narradora**********
Elaire soplaba con fuerza a pesar del fuerte Sol que reinaba aquel día.
Lacapa del director ondeaba tranquilamente al igual que la del hombre de pie a sulado.
-Estiempo Severus- dijo de pronto el director, despegando la vista del horizonte.
-Albus
-suplico el hombre
-Yalo discutimos Severus- respondió Dumbledore terminante aunque con una sonrisaen su rostro.
Snapese notaba molesto, preocupado.
-Hazlopor ella Severus
-¡Porella es por quien quiero volver!
-Novolveré a discutirlo hijo, será mejor que te vallas.
-Albuste lo ruego, solo déjame volver a despedirme, verla una última vez, no puedoirme así, dejarla sin decir nada.
-Severusya hablamos sobre esto, y conoces mis motivos, si yo pensara que ella no corre ningúnpeligro al saber a dónde iras ahora mismo te diría que corras a verla pero séque no es así.
Snapebajo la mirada dándose por vencido.
Hubieradado todo, su vida si fuese necesario con tal de volver, de besar sus labiosuna última vez, y jurarle que la amaba
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Holi!
Gracias por todos los comentarios, y por fi continuen asi, no saben lo feliz que me hace leer todos su coments, prometo actualizar pronto.
Un Beso
Feer :3
Unpergamino, testigo de un sentimiento
Losdías pasaron de una manera extrañamente lenta para Hermione. Era como si todo asu alrededor sucediera en cámara lenta, como si las cosas fueran más despaciode lo que deberían.
Laclase de pociones se había vuelto una tortura casi inaguantable para lacastaña.
Mirarhacia el escritorio y darse cuenta que no era Snape quien estaba ahí leprovocaba un dolor que jamás había sentido.
Las noches eran, tal vez, los momentos más dolorosos para Hermione, después delas clases de Slughorn.
Extrañabala presencia de Snape al lado suyo mientras dormía, sus besos, sus caricias. Suvoz susurrando en su oído.
Desdela partida de Snape, Hermione había perdido el sueño. La nostalgia la invadíapor la noche y el cansancio se hacía presente durante el día.
Cadanoche, los recuerdos llegaban hasta su mente, tan vívidos como la primera vez.
Sus notas habían descendido alarmantemente. Pero ahora, eso le había dejado deimportar a la chica, su carácter también había cambiado. Todos los habían notado.
Yano levantaba la mano en ninguna clase y tampoco se interesaba por su labor comoPrefecta.
Habíaperdido aquel optimismo y alegría que tanto la caracterizaban, incluso se habíadescuidado a ella misma.
Laúnica persona que algunas veces, todavía conseguía avivar aquella marchitachispa de alegría en la castaña, era Lupin. Desde aquella tarde en que lacastaña se había refugiado en su despacho, hecha un mar de lágrimas por lapartida de Snape, Lupin se había vuelto su amigo, su confidente y tal vez másque eso.
Sinembargo aquello no lograba compensar el gran tiempo que la chica pasaba sola.
Sehabía aislado del mundo, de todo y de todos. Había dejado incluso, de visitarla biblioteca y de ir a almorzar al Gran Comedor.
Nuncase le veía por el castillo, a no ser que se dirigiera una clase que fuerameramente necesaria.
Eracomo si
como si se hubiera convertido en un cadáver que respiraba.
Hermione no sabría decir cuando tiempo había pasado desde que Snape había desaparecido,su vida se había vuelto tan monótona, que era difícil diferenciar los días.
Parecíallevar toda una eternidad sin estar a su lado, y sin embargo era como si todavíala noche anterior hubiera dormido entre sus brazos.
Yaun así, todavía conservaba la esperanza de cada día, al entrar al aula depociones, verlo de nuevo sentado detrás de aquel escritorio.
-SeñoritaGranger
¡Señorita Granger!
-¡Hermione!-Ron le dio un codazo a su amiga.
Una vez más, la chica se había perdido en la ventana, contemplando la inmensidad,olvidando todo lo que había a su alrededor y dejándose arrastrar por la vistaque la hundía en recuerdos
Lachica giro su rostro casi con parsimonia y se topó con la dura expresión de laprofesora McGonagall.
-Losiento profesora McGonagall- repuso la chica incorporándose en la silla.
Laprofesora la observaba enfurecida.
-Lepodría explicar a la clase la manera correcta para realizar un Patronus
-Nolo sé profesora, lo siento- respondió la chica sin apenas pensarlo.
Lamayoría de la clase ya se había acostumbrado a estas respuestas de la chica,sin embargo continuaban causando sorpresa.
McGonagallno sabía que ocurría con la chica, que había provocado tan repentino cambio enella. "¿Cómo era que su alumna favorita, aquella chica modelo había terminado así?"
-¡Hermione!
Lachica caminaba por los pasillos, ignorando su alrededor, sumida, como se había vueltosu costumbre, en sus pensamientos.
-¡Hermione!
-Oh
Hola Harry
-¿Cómoestás?
Esaera la diaria pregunta del chico aunque su respuesta, fuera más que obvia.
-Bien-repuso la chica sin prestarle demasiada atención, con la mirada clavada en elpiso.
Harryse detuvo en seco frente a su amiga.
-Túnecesitas hablar con alguien- dijo el chico en un claro intento de ofrecerle suayuda.
-Harryestoy bien, de verdad gracias.
Harryla contemplaba nada convencido. Y es que, como convencerse. El aspecto de suamiga era terrible. Había dejado de aplicarse el ligero maquillaje que antesutilizaba, unas enormes y amoratadas ojeras resaltaban debajo de sus ojos, que habíanperdido aquel brillo especial.
Harryestuvo a punto de oponerse, con cualquier argumento, por estúpido que fuera,pero se vio interrumpido.
-Hermione.
Alguienmás la llamaba. Se trataba de Lupin, que observaba a ambos chicos desde sudespacho.
-Teveré más tarde Harry- se despidió la chica, apenas en un susurro entrando en eldespacho junto con Lupin.
-Adiós.
Esincreíble la manera en que pueden cambiar las cosas según las circunstancias,la rutina de Hermione había cambiado drásticamente, a pesar de ser tan monótona.
Habíanpasado, para ser exactos, tan solo diez días desde que Snape se había ido, ydesde aquel momento, Lupin se había encargo de cuidar de la chica.
Lachica había dejado de dormir en su habitación, con el pretexto de Lupin, de quetenía miedo de que hiciese alguna tontería.
Hermionese lo agradecía infinitamente, aunque tal vez no lo dijese abiertamente ella deverdad aprecia lo que Lupin hacía por ella.
-Holapequeña.
Hermioneapenas hablaba, y más aún, apenas prestaba atención a su alrededor.
-Hice un poco de té.
Lacastaña se había sentado en un sillón frente al fuego, y contemplaba las brasasarder en la chimenea.
-Ten
Lupinle entrego una taza a la chica con un poco de té.
Lachica lo bebía en silencio, sin decir nada, Lupin la contemplaba sentado en un sillóna su lado.
Sehabía vuelto tan común y a la vez tan extraño para ambos encontrarse así
-¡Yano puedo más!- exclamo la chica de pronto.
Lupinse sobresaltó al escucharla.
Laslágrimas habían comenzado a resbalar por las mejillas de la castaña.
-Nopuedo estar un minuto más sin él- sollozo.
-Pequeña
-¿¡Porqué lo hizo Lupin!? ¿Por qué se fue así, sin decir nada?
Lupinse había puesto de pie y se acercaba a ella.
-¿Esque acaso yo no le importaba?
-Nodigas eso
- repuso el licántropo arrodillándose junto el sillón frente a la chica.
-Quejicusno es tan estúpido para dejar ir a una mujer como tu
Laspalabras de Snape, durante aquel partido de Quidditch hacia unas semanasaparecieron en su mente.
"Tú eres mía ¿De acuerdo?...
Es solo que eres perfecta
-"
Ypor un fugaz momento una sonrisa atravesó por sus labios.
Lupinla contemplaba fascinado. Lentamente, acerco su pulgar y seco las lágrimas dela chica. Acto que ella agradeció.
-Lupin
Gracias, pero tengo algo que hacer, te veré mas tarde.
Lachica se puso de pie con un nuevo brillo en los ojos y se despidió de Lupin rápidamente,antes de desaparecer por la puerta del despacho.
Resultomás difícil de lo que hubiese esperado, había desperdiciado demasiado pergaminoy tinta en el solo comienzo.
Severus:
Amor
No sé cómo comenzarcon esto. Son tantas cosas las que quisiera decirte y tan pocas palabras para expresarlo.
Yo
no sé qué estápasando, Severus, tengo miedo ¿Qué ocurrió contigo?
Quisiera poder convencerme de que todo son alucinaciones mías, pero
incluso hepensado que nunca volverás.
Severus, ¿Es culpa mía?
Yo
¿Quéfue lo que paso con Dumbledore? ¿Él te despidió?
Sé que tal vez hagodemasiadas preguntas, pero son tantas las dudas que tengo. Quisiera poder estarsegura de que todo esto solo es pasajero, y que pronto volverás pero he llegadoa pensar, que incluso te has olvidado de mí.
Severus, no quisieradudar sobre esto, daría todo por estar completamente segura, pero me hepreguntado
¿Me amas?
Eracasi imposible leer aquello, la tintaba esta emborronada, era tan obvio que lacastaña había llorado mientras escribía aquello
Severus, la vida en elcolegio es tan difícil sin ti, no sé cómo he aguantado estos días, me haces demasiadofaltas, me acostumbre a tu presencia, a dormir contigo y despertar a tu lado.
Me acostumbre a tucuerpo, a tus besos, a tus caricias y ahora
Ya nada tiene sentido sino estás tú
Es como si todo se hubiera tornado color gris
Ya no sé qué sentidotiene mi vida ahora que no estás tú.
Severus, yo te amo, teamo como no he amado a nadie jamás.
Sumano temblaba, conforme escribía la carta, y las lágrimas brotaban por sus ojoshasta detenerse sobre el pergamino; el único testigo de sus sentimientos.
Daria todo, mi vida si fueranecesario con tal de verte una última vez, de volver a sentir tus caricias, aescuchar tu voz diciendo mi nombre.
Severus ¿Dónde estás? ¿Porqué te fuiste así? Sin decir nada. ¿No te importo?
Severus
yo no sé qué estápasando, y tengo tanto miedo. No quiero perderte pero tu
no he sabido nada deti, solo desapareciste, sin decir nada
Quiero pensar que pronto volverás,que te volverle a ver, pero si no es así, solo quiero pedirte una cosa: No meolvides
Con Amor
Hermione.
Apretófuertemente aquel trozo de pergamino
¿Cómo podía haberle hecho aquello aHermione?
Ellaestaba sufriendo y todo era su culpa.
Comodesearía que ella supiera cuanto la amaba.
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Holi! Ya ando de regreso por estos rumbos. Por fi dejen sus coments!
Por los que no cacharon el final, es como en las peliculas cuando alguien escribe una carta y alguien la lee, al final Severus ya recibio la carta y la esta leyendo.
Un Beso
Feer :3
Lupin yo
Esperar
Laespera, se había vuelto una rutina para Hermione.
Conel paso del tiempo, la chica se acostumbró a esperar
tan solo esperar.
Lachica se dejaba arrastrar hasta sumirse en las profundidades de sus recuerdos,esperando.
Eltiempo había pasado sin siquiera dejarse notar, y Hermione solo esperaba.
Algunasveces, terminaba por olvidar que era lo que esperaba. ¿Por qué esperaba?
Inclusodudaba sobre seguir esperando. Pero esa pequeña llama de esperanza que ardía ensu interior la obligaba a continuar
esperando.
Haciaun mes que Hedwig había desaparecido por la ventana de la lechuzeria con lacarta a Severus en su pico. Y hacia un mes que Hermione esperaba un respuestaque brillaba por su ausencia.
Lacastaña, intento que su vida retomara aquel curso normal que siempre habíatenido, volver a ser quien antes fue, sin embargo gracias a Snape, ahora en suvida había un antes y un después.
Yde nuevo, se encontraba esperando.
Esperandoentrar al aula de Slughorn y ver Snape.
Esperandover aparecer a Hedwig en el Gran Comedor durante el desayuno.
Esperandotal vez, sencillamente dejar de esperar.
Ymás que esperar, Hermione quería dejar de recordar. Mejor dicho, quería poderolvidar.
Resultabamás cansado de lo que aparentaba, recordar dolía, y eso la agotaba, intentarolvidar la hacía recordar y mientras tanto, seguía esperando, esperando algoque comenzaba a sospechar que jamás sucedería.
-Harry
-Aunno Hermione- respondió el chico sin siquiera dejarla terminar, pues sabía cuálsería la pregunta, y Hermione sabía cuál sería la respuesta.
Lachica se sentó a la enorme mesa de Gryffindor con aquella expresión dedecepción que hacía algún tiempo, se había vuelto tan común en ella.
-Vamos, desayuna- repuso el chico acercándole un plato con avena.
-Notengo hambre Harry.
-Vamos Herms, no puedes seguir sin desayunar- intervino Ron con un sonrisa. Lachica lo contemplo con algo de recelo.
Lascosas entre ellos dos, no estaban precisamente bien, sin embargo Ron parecíaesforzarse por que recuperar al menos su amistad, pues era obvio que después delo ocurrido aquella noche en el aula vacía, habían dejado de ser novios.
Elpelirrojo estaba a punto de hablar, con cualquier excusa tonta, tal vez algunabroma estúpida para conseguir que su amiga sonriera, cuando una lechuza se posójusto frente a Hermione, derribando la jarra llena de jugo de calabaza.
-Hedwig
-dijo la chica en un susurro apenas audible.
Elave llevaba un pequeño rollo de pergamino atado a su pata.
Lachica contemplo a la lechuza perpleja. Intento desatar la carta, pero sus manostemblorosas y torpes apenas se lo permitían.
-GraciasHedwig- intervino Harry acariciando el pico del ave, que se alejó de ahívolando.
Hermione contemplaba la carta, consternada.
Ronobservaba a la chica impaciente por saber de qué se trataba, en cambio Harryentendía claramente lo que ocurría.
-Herms
Lachica temblaba y parecía no darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor.
-¡Vamosde que se trata!- intervino de pronto Ron, arrebatando la carta a la chica.
-¡Ron!-chillo la castaña, haciendo el ademan de quitarle la carta.
-¡Noseas tan idiota!- intervino Harry arrebatándole la carta a su amigo yentregándosela a la castaña.
Lacastaña se puso de pie temblando, y se alejó de ahí, concentrada en el rollo depergamino entre sus manos.
La chica respiro hondo antes de disponerse a desatar aquel pequeño rollo.
Habíaesperado tanto para ello, tan tiempo deseando que aquello ocurriese, dándolevueltas a aquel asunto, pensando en tantas posibilidades y sin embargo ahora nosabía que era lo que esperaba encontrar.
No quería saber que era lo que aquella carta contenía, no quería enfrentarsecon aquello que podría significar.
Desatoaquel pequeño nudo de hilo plateado con dedos torpes. El rollo cedió enseguidaextendiéndose en una pequeña carta, más, mucho más corta de lo que la chicahubiese esperado.
Realmente lo siento
S.S.
Lachica releyó la carta sin entender, como si buscase algún clase de mensajesecreto en aquellas tres míseras palabras
¿"Realmente lo siento"?
¿Quésignificaba aquello? Tres palabras sin el más mínimo significado, sin algúnasomo de cariño, de afecto o al menos de importancia.
Tres palabras cargadas de frio, de sequedad
Trespalabras sin sentido, pero con el suficiente para romperle el corazón.
Puedohaber esperado, tantas cosas, tantas contestaciones. Y siendo sinceros, llego aimaginar que pasaría, que haría si él llegaba a contestar algo así, sin embargojamás pensó que pasaría.
No lloro, era como si aquel enorme nudo atorado en su garganta no se lopermitiese.
Pensó tantas cosas en aquel momento, imagino tonterías, recordó momentos, hizo suposicionesque era una verdadera tontería, pero ahora eso era lo que menos importaba.
Algunavez, vio a llorar a Ginny, por Harry, y pensaba que era una estupidez sufrirque no valía la pena, pues si te hacia sufrir no era indicado, y sin embargo ahíse encontraba ella, sentada en el frio suelo del baño de prefectos, con unrollo de pergamino en las manos, un pergamino que, con tres palabras, le había partidoen corazón en mil pedazos.
Entonces
se había ido, no solo eso, lo había hecho para alejarse de ella, la había abandonadosin importarle lo que ella sintiera.
**********Hermione**********
Jamáshabía sentido algo así, tantas dudas, tanto miedo
tan cosas que pasaban por micabeza en aquel momento.
Sentíauna tristeza inmensa, indescriptible
Tenía miedo, estaba nerviosa, sentía unnudo en la garganta y un hueco en el estómago
Estabamolesta
LO ODIABA
Pero
Cuanto lo extrañaba
**********Narradora**********
-Pequeña
¿Qué ocurre?
Lupinla observo casi espantado, al verla entrar con aquel aspecto a su despacho.
-¡HayLupin!- la chica se lanzó a la cintura del licántropo, dándole un fuerteabrazo.
Lupin no dijo nada por un momento, sola la dejo llorar, hablar, gritar
desahogarse.
-Linda
¿Qué te ocurrió?
InquirióLupin sin soltar a la castaña, solo alejando un poco su rostro para contemplarel suyo.
Unapequeña bolita de pergamino arrugado resbalo desde la mano de la castaña hastael suelo.
Lupinse inclinó a recogerla y leyó su contenido.
Cuandodespego sus ojos del papel se topó con los color miel de la chica, enrojecidospor el llanto, clavados sobre los suyos.
-Túdijiste que él no me dejaría ir, dijiste que él no lo haría
- susurro la chicacasi con reproche.
-Amor
realmente lo siento
Hermioneno escuchaba, no de daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, ni le importaba,ni siquiera escucho aquello que había dicho Lupin, la manera en que la había llamado.
La chica sollozaba sin separarse de él, y Lupin no pensaba soltarla, él no la dejaría.
Lupinacariciaba el cabello de la castaña, y ella solo sollozaba
-Linda,debes calmarte.
-Linda
así me decía el- susurro la chica con una sonrisa de lado.
Lupinla contemplo por un momento, fascinado, justo como la contemplaba Snape.
Lasujeto por la barbilla, haciéndole suaves caricias con su dedo gordo.
-Nome gusta verte llorar.
Lachica agacho la cabeza.
-Eresmás linda cuando sonríes- susurro el Licántropo acercando su rostro al de lachica. Una pequeña sonrisa, mínima, surco por los labios de la chica.
-No me gusta verte así, y te prometo, te prometo que yo no permitiré que nadie te hagadaño.
Lachica lo contemplaba. Ella a él a ella.
Hermioneno se movía, y Lupin sin soltar su cintura y su barbilla acercaba su rostrolentamente.
Paso
fue breve, cinco segundos o quizá menos pero pasó.
Loslabios de Lupin rozaron los de la castaña casi tímidos, con delicadeza. Solo unpequeño roce.
Hermioneno estaba segura
por un momento, esos escasos segundos, era como si el calorhubiese vuelto a su cuerpo.
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Holi!
Hay... por porfi no me odien, de verdad no quize abandonarlos pero tuve un PROBLEMOTA (con mayusculas xd) si les contara...
Ahora si... enserio prometo no vovler a abandonarlos.
Gracias por todos sus comentos y sigan asi que eso me hace muy feliz :DD
Un beso
Feer :3
Olvido, resignación
¿Qué más da?
Loslabios de Lupin rozaron los de la castaña casi tímidos, con delicadeza. Solo unpequeño roce.
Hermioneno sabía que estaba haciendo, con sus manos posadas sobre el pecho de Lupin, noen un intento de alejarlo, en un intento de sentirlo.
-Lupinyo
- susurro la chica apartando su rostro.
-Losiento pequeña
-Nofue tu culpa
- respondió la chica separándose de él.
Porunos segundos, ambos se contemplaron.
-Yo
creo
creo que iré a clase- susurro la chica saliendo del despacho.
-Hermione
- intervino el licántropo sujetándola por la mano.
Lachica giro el rostro para toparse con aquellos ojos almendra.
-Losiento
Lachica no respondió y simplemente abandono el despacho.
**********Hermione**********
¡Merlín!¡Merlín! ¡Merlín!
¿Qué diablos acababa de hacer? ¡Merlín, había besado a Lupin!
¿Quéestaba ocurriendo conmigo? ¿Por qué lo había hecho? Mejor dicho, ¿Por qué lohabía permitido?
¿Cómohabía dejado que sucediera? ¿En qué momento?
Micabeza se había convertido en un remolino de dudas
"SiSnape se entera
¡Va odiarme! Pero
¿Qué más daba? Yo ya no le importaba."
Aquel pensamiento, producto de mi mente estúpida hizo que mi corazón sequebrara, fue como una puñalada
¿Podría ser cierto? ¿Y
y si yo no leimportaba?
Contemple,casi con odio aquel trozo de pergamino que continuaba arrugado en mi mano
**********Narradora**********
Yde nuevo estaba distraída, con la cabeza en otro sitio, contemplando comosiempre la ventana, con la mirada perdida al igual que sus pensamientos. Tansolo esperando a que aquella clase, fuera cual fuere, terminara.
Hacíaalgún tiempo que los profesores se habían resignado, era como si ya no tuvieseremedio.
Sinembargo, aquella clase no había resultado tan fácil, digamos
distraerse.
Lupinse paseaba entre los pupitres, explicando un tema que como era de esperarse, aHermione no le interesaba.
Sinembargo, su mirada seguía a Lupin a cada lugar que esta iba. Era como una clasede imán del que ella no podía separar la vista.
Lupinlo notaba, sentía la mirada de la castaña clavada en su espalda, siguiendo suspasos. Le estaba costando demasiado trabajo dar aquella clase, mientrasaparentaba que no le ocurría nada.
Lachica continuaba observando al Licántropo, pensaba tantas cosas, su cabeza, eraun remolino de confusiones
La clase término antes de que la chica se hubiese dado cuenta, lacampana resonó por toda el aula y los alumnos comenzaron a irse.
Quiso salir casi corriendo de ahí, no estabaprepararse para quedarse a solas con Lupin.
-¡Hermione!- la llamo Lupin, cuando se dio cuentade que la chica se disponía a irse.
Hermione giro sobre sus pasos, pero sinatreverse a mirarle la cara.
-Yo
creo que deberías hablar.
-Lo siento Lupin, tengo clase- repuso la chicacasi a la defensiva y abandono velozmente el aula.
Lupin la observo desaparecer por el marco de lapuerta un tanto confundido.
**********Snape**********
Yuna vez más estaba sentado en aquel sillón, observando por esa horribleventana.
Lanoche comenzaba a caer sobre la estrecha calle de la Hilandera, la luz de las lámparascomenzaba a tiritar, atravesando la ligera neblina que nublaba la vista aquellanoche.
Observe la hora. Eran tan solo las 7:15
Busqueentre las bolsas de mi túnica, y extraje aquel pergamino. Hacia un mes, quecada noche leía aquella carta. La había aprendido de memoria, pero que másdaba, cada palabra, cada fase, cada letra me recordaba a ella.
Aún recuerdo cuando vi aquella lechuza, posada en el alfeizar de mi ventana.
*****
Pasabade media noche, hacía mucho rato, que yo daba vueltas en la cama, sin conseguirdormir. La necesitaba. Extrañaba su cuerpo junto al mío, dormir con ellaabrazada a mi cuerpo, y despertar a su lado
Estabavolviéndome loco.
Necesitabaescuchar su voz, sentir sus caricias, oler su perfume.
Mivida se había vuelto un infierno desde el momento en que había abandonado elcastillo hacia poco más de 1 mes.
Losminutos pasaban lentamente, los días eran largos y las noches aún más. Jamáshabía deseado tanto volver al colegio como lo deseaba ahora.
Eraen aquello momentos de insomnio, solo y en medio de la obscuridad cuando los recuerdoscomenzaban a revivirse. Torturándome.
Fueen aquel momento, cuando mi mente comenzaba a divagar en los recuerdos, alejándosede una realidad que no quería vivir, cuando lo escuche. Fue un impulso, mejordicho un acto de reflejo. Me puse de pie casi de un salto con varita en mano,contemplando cada rincón de la habitación, hasta que mi mirada se detuvo en laventana.
Setrataba de una lechuza blanca, posada sobre el alfeizar de la ventana,esperando a que abriese.
Meacerque a la ventana con sigilo, aun con varita en mano, y permití a la lechuzaentrar.
Setrataba, según creo y para mi sorpresa, de la lechuza de Potter.
Ydespués
bueno, había leído aquella carta.
Suclara, pulcra y estilizada caligrafía había desaparecido para dejar ver unamano temblorosa e insegura que había escrito aquella carta. Los borrones sobrelas letras demostraban las lágrimas que habían resbalado sobre sus mejillashasta parar en aquel pergamino.
Nosé qué hubiera preferido, si leer o no aquella carta.
Ahora,sabia como se encontraba ella sin embargo, eso me hacía sentir peor.
Suspalabras habían perforado en mi corazón como un millón de dagas.
"Severus,la vida en el colegio es tan difícil sin ti, no sé cómo he aguantado estosdías, me haces demasiada falta, me acostumbre a tu presencia, a dormir contigoy despertar a tu lado.
Me acostumbre a tucuerpo, a tus besos, a tus caricias y ahora
Ya nada tiene sentido sino estás tú
Es como si todo se hubiera tornado color gris
Ya no sé qué sentidotiene mi vida ahora que no estás tú.
Severus, yo te amo, teamo como no he amado a nadie jamás.
Severus ¿Dónde estás?¿Por qué te fuiste así? Sin decir nada. ¿No te importo?"
¡Merlín!¿Cómo podía pensar aquello?
Eralo más importante que poseía, era mi razón de ser, de existir. La amaba como jamáshabía amado a alguien.
*****
Quiseresponderle enseguida explicarle todo
decirle todo lo que sentía y mis motivospara no estar a su lado.
Quisejurarle que volvería pero
Haciados días que había hablado con Dumbledore, me había encontrada con él en Cabezade Puerco ya entrada la noche.
*****
-Buenasnoches Severus- saludo el anciano al entrar al Pub.
-Albus-respondí a modo de saludo.
-¿Cómote va?
Melimite a asentir con la cabeza, no tenía ánimos de hablar, aunque bueno, sabíaque a eso habíamos ido.
Albusse sentó delante de mí y me contemplo por unos segundos, sabía que en cualquiermomento comenzaría a preguntar
-¿Ybien? ¿Qué has conseguido?
-Noestán sencillo Albus, Bellatrix sabe que la sigo y ha sido demasiado cuidadosa,Yaxley no ha salido de su escondite y tampoco los Carrow.
-¿Hasllegado a saber dónde se ocultan?- inquirió.
-No
no he podido seguir demasiado tiempo a Bellatrix, no quiero resultar tan obvioy el resto se encuentran inactivos.
-Hanestado demasiado silenciosos, y eso no es bueno- dijo Albus más para sí quepara mí.
-Supeque se reunirían en un par de días.
-Deberás seguirlos.
-Losé- respondí con hastió -Es lo único que he estado haciendo.
-Noquiero que permanezcas mucho tiempo en tu casa, Bellatrix sabe dónde seencuentra y no quiero que valla a buscarte. Podría ser peligroso.
-Albus,olvidas con quien hablas. He sido espía por demasiado tiempo
-Si,pero ahora estas distraído.
-¿Qué?-pregunte sin comprender a que se refería.
-Ambossabemos que no estás del todo concentrado en lo que haces.
Sabíaque en cualquier momento comenzaría con aquello, intentaría abordar el tema acomo fuera y acababa de hacerlo.
Porun momento, Albus me contemplo con sus penetrantes ojos azules.
-¿Vatodo bien?- pregunto con una ligera sonrisa.
Locontemple escéptico. Ambos sabíamos que aquella insignificante pregunta poco teníaque ver con él motivo porque estábamos ahí.
¿Quéesperaba escucharme decir?
"SiAlbus gracias, estoy en perfecta salud, feliz y orgulloso de lo que estoyhaciendo"
-Noesperas que responda eso- repuse antes de poner me de pie. Dando por finalizadanuestra charla.
-Aúnno hemos terminado.
**********Narradora**********
(Dos días después, en el presente)
Pasaban de las diez de la noche y ella continuaba encerrada, se podríadecir que casi escondida en la biblioteca. No quería estar en su habitación ymucho menos en su sala común.
Su cabeza continuaba hecha un remolino, dudas, recuerdos, pensamientosun millón de tonterías cruzaban por ella.
De pronto y sin siquiera proponérselo recordó aquel beso con Lupin,aquellos escasos cinco segundos en que todo aquello tan rápido y tan lentohabía sucedido
-Buenasnoches Hermione
-Oh
Hola Lupin.
Acabade abandonar la biblioteca, lo suficiente tarde para evitar encontrarse con alguieny sin embargo tan solo a unos pasos, se topaba con Lupin.
-¿Noes algo tarde para que rondes por los pasillo del colegio sola?
-Medirijo a mi torre
-Nopasaras esta noche en mi habitación.
-Lupin,no creo que sea lo mejor- repuso la chica deteniéndose.
Lupintambién se detuvo.
-Yo
quería hablar contigo sobre
sobre lo que ocurrió.
-Nohay nada que hablar,
-Yo,de verdad quería pedirte perdón
no sé por qué lo hice.
-Nofue tu culpa, yo te correspondí- repuso la chica.
Lamirada de ambos se conectó, por un segundo.
-¿Porqué lo hiciste?- inquirió Lupin de pronto.
-¿Qué?
-¿Porqué me correspondiste?
-Yo
Lupin no lo sé
me sentía mal en aquel momento y
-¿Yahora?- inquirió el licántropo de pronto acercándose peligrosamente a la chica.
-¿De
de que hablas?
-Notecomo mirabas durante las clases
-¡Que!Yo Lupin
no
no es lo que crees.
-Quees entonces Hermione.
Laacorralo contra la pared, con ambos brazos posados a cada lado de su cabeza.
-Lupinyo no
Pensóen decir "no estoy lista" o tal vez "no sé por qué lo hice" quizás un "no es locrees" pero fuera cual fuera lo que quisiera decir no lo dijo.
Pues
Lupin acercaba lentamente su rostro al suyo, hasta que Hermione podía sentir supropia respiración contra los labios del licántropo.
Yde nuevo sucedió.
Lupinvolvió a buscar los labios de la chica lentamente, apenas los rozaba hasta que,sin previo aviso, atrapo los labios de la castaña, besándolos casi de maneradesesperada.
Hermioneno sabía qué hacer, Lupin la había sujetado por la cintura y continuaba besándolay ella bueno, no se oponía.
Depronto, Hermione se descubrió respondió aquel beso con ansias. Sin darse cuentahabía enredado sus brazos alrededor del cuello del profesor.
Aquellanoche, Hermione accedió a volver a dormir en la habitación de Lupin.
Perono sucedió nada extraordinario, Hermione durmió en la cama de Lupin y Lupin enaquel sofá. Como había sido desde la partida de Snape
**********Hermione**********
Pocoa poco el olvido se fue apoderando de mi mente, como alguna vez lo hicieron losrecuerdos. Tal vez no era olvido, mejor dicho era resignación, pero que másdaba, estaba casi convencida, después de aquella carta de que tal vez el no volvería,y si lo hacía yo había dejado de importarle.
Hacíacasi dos meses de la partida de Snape
-¿Quétal? linda...
-HolaLupin.
Sesentó a mi lado. A observar la puesta del sol detrás del lago, al horizonte.
-¿Cómova todo?
-¡Excelente!-respondí - Hable con McGonagall y también con Flitwick y me permitirán repetirel último examen.
Elme miraba sonriente.
-Me da gusto que
que vuelvas a ser tú- confeso redondeándome por los hombros.
Yodeje escapar una ligera risa, al tiempo que le correspondía el abrazo.
-Gracias-susurre acercándome más a él.
-¿Porqué?
-Porno dejarme- respondí viéndolo a los ojos.
**********Narradora**********
Yuna vez más, los labios de Lupin buscaron los de la chica, y ella no se negó. Talvez ya no lo haría.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
¡Holi! Como estan??
Bien espero que les guste el capi. Tarde un poco en subirlo pero es que me costo mucho trabajo escribir este capi en especial no se por que... en fin espero que les guste y espero sus coments.
Un beso
Feer :3
Sensaciones conocidas, peronunca iguales.
-¡Holachicos!
-¡Hermione!-exclamo Harry -¡Hola!
Lachica de nuevo sonreía. A pesar de que su aspecto demacrado aun prevalecíasobre su rostro, aquella sonrisa le devolvía un poco de la Hermione que algunavez había sido.
-¿"Cofode emfuendas?"
Lachica levanto una ceja sin comprender. El pelirrojo se detuvo un segundo, paratragar y después hablo.
-¿Cómote encuentras?
-Muybien Ronald, gracias- repuso la castaña sentándose y comenzando a desayunar.
Resultabaalgo extraño, como si ya hubiesen olvidado ambos chicos, como lucia Hermionecuando sonreía.
-Y
¿A qué se debe tu repentino cambio de humor?- inquirió Harry en un susurro.Observaba a Hermione con expresión suspicaz.
-Nolo sé Harry, solo estoy feliz- respondió la chica restándole importancia.
-¿Hayalgo que quieras decirme?
Lachica negó con la cabeza sin prestarle demasiada atención, con la mirada fijaen la mesa de profesores.
-Aúnno ha vuelto- susurro el chico, dirigiendo la mirada en la misma dirección quela castaña.
-¿Qué?...yo
Lasonrisa desapareció del rostro de la chica a una velocidad sorprendente, su rostro se ensombreció y su miradaperdió el ligero brillo que había adquirido.
-¿Dijealgo malo?- Harry parecía alarmado.
-Herms
¿Estas bien?- intervino el pelirrojo.
-Siyo
creo que iré a la biblioteca- repuso la castaña poniéndose de pie.
**********Snape**********
Caminabademasiado rápido, constátenme giraba la cabeza en mi dirección. Se podría decirque casi nerviosa.
Erala primera vez que veía a Bellatrix vestida de muggle y también, era la primeravez que yo lo hacía.
Bellatrixlucía un conjunto un tanto extraño a comparación del resto de las mujeres quetransitaban por esa calle aquella tarde.
Vestíauna sudadera gris y una pantalón negro con una zapatillas de deporte colorrosa.
Sumano derecha se encontraba en el interior de la bolsa de aquella sudadera, sabíaque llevaba su varita ahí, y yo también.
Mehabía cansado de seguirla, sin rumbo, todo recto, desde el principio de aquellalarga avenida.
*¿Adónde diablos se dirigía?*
Mehabía cansado de seguirla, oculto entre la multitud, intentando en vano no servisto; ella sabía que la seguía.
**********Hermione**********
Intentabaen vano leer aquel enorme libro sobre encantamientos, me era imposibleconcentrarme.
Enaquel momento, tenía dos horas libres al igual que los chicos, y lasdesaprovechaba encerrada en la biblioteca hundida en las páginas de un libroque incluso, comenzaba a parecerme aburrido
Pensabaen las palabras de Harry, y era cierto, Snape aún no volvía. No podía parar depreguntarme si lo haría. ¿De verdad, algún día volvería?
Ahora que lo pensaba, Snape nunca había desaparecido de esa manera, ni siquieradurante la guerra, a pesar de tener que mantenerse al tanto de las actividadesde Voldemort.
Dejeescapar un hondo suspiro.
Medetuve a pensar un momento, en mí.
*¿No podía continuar así? Sumida en una espera, que tal vez nunca acabaría
Desperdiciando mi tiempo en algo a lo que
* Incluso me dolía pensarlo *En algoa lo que ya no le importaba, o quizás jamás le importe*
Enaquello, con mi mente de nuevo hundida entre mis pensamientos cuando alguien sedetuvo justo detrás mío.
-¿Quétal linda?
Sentíasu aliento golpear contra mi cuello, y su olor a menta colarse por mis fosasnasales, embriagándome.
Unestremecimiento recorrió mi cuerpo.
-Hola Lupin- respondí, sin apenas moverme, sintiendo sus brazos posarse sobremis hombros.
Porun momento, recordé aquel día, luego de la clase de pociones, cuando aborde aSnape
Yo había hecho justo lo mismo que Lupin
Susurrar en su odio, posar mis manossobre sus hombros, su pecho
Un escalofrió recorrió mi espalda y una sonrisasurco mis labios al recordar aquello. Aquello que ahora parecía tan lejano.
-¿Qué haces tan sola, en un día tan lindo como hoy?- Susurro comenzando a besarmi cuello.
Movíla cabeza, sentía un nuevo escalofrió extenderse por mi cuerpo.
No supe cómo fue que paso, tan rápido.
Lupin me sujeto por la mano, haciendo que me levantara de aquella silla ygirándome, justo frente a él.
Deslizo lentamente sus manos hasta mi cintura, apoyándome contra la mesa.
Élsonreía y yo
yo lo observaba más bien con media sonrisa.
Acerco lentamente su rostro al mío, yo esperaba el momento de sentir sus labiossobre los míos, pero el parecía querer extender ese momento al máximo.
No sé por qué lo hice, pero sin estar dispuesta a esperar un minuto más, fui yola que atrapo sus labios, ansiosa; casi con hambre.
**********Narradora**********
Laclase de Astronomía, termino más rápido de lo que hubiese querido, comenzaba aretornarle el gusto, y sobre todo, a recuperar sus buenas notas. Sin embargoaún no conseguía que su concentración fuese completa.
De vez en cuando se distraía, contemplando al bosque prohibido, al lago osimplemente pensando
Era algo noche, alrededor de las 9 cuando la clase práctica finalizo.
Descendía de la torre con el resto del grupo, aunque algo retraída. Cuando depronto, unos fuertes brazos la sujetaron por la cintura obligándola a desviarsepor aquel pasillo contiguo, hasta toparse con Lupin.
-¿Qué te ocurre? Pudieron vernos- susurro la castaña soltando una risita.
-Queríaverte- repuso Lupin con un sonrisa, besando los labios de la chica.
Ambosdesfrutaban del momento, siendo felices, olvidándose del mundo aunque fuera poresos cortos minutos.
Los minutos pasaban lentamente para ambos, besando los labios del otro,abrazados
disfrutando uno del otro.
**********Snape**********
Denuevo no podía dormir. *Mierda* Estaba cansado de aquello.
Había sido una verdadera pérdida de tiempo seguir a Bellatrix, después de loque parecieron horas de seguirla por aquella avenida, término torciendo a laderecha en un estrecho callejón que no tenía salida.
Sabía que yo era el único que la seguía, y sin más preámbulos, a mitad delcallejón simplemente despareció.
*¿Y yo que había hecho? NADA, absolutamente nada*
Tal vez Albus tenía razón, tal vez estaba distraído. Pero como no estarlo, comono estarlo si no podía dejar de pensar en ella, en Hermione.
Por alguna razón, tenía miedo.
¿Y si Hermione estaba molesta?
Tenía todo el derecho de estarlo, la había abandonado, así sin más, sin deciradiós, sin darle una sola explicación.
Y luego, aquella carta, esa estúpida contestación de parte mía. Odiaba aDumbledore por haber obligado a hacer aquello. Hubiera preferido no respondernada a aquellas míseras palabras. "Realmente lo siento" *¿Qué mierda era eso?Hermione había intentado impregnar todo su amor en un pergamino y yo, yo lerespondía con tres míseras palabras carentes de sentido.
Por alguna razón recordé aquel encuentro con el idiota de Weasley en el aulavacía.
¿Ysi volvía a buscarla? ¿Y si le pedía otra oportunidad? Yo ya no estaba, y era másque seguro, que ella estaba molesta conmigo.
¿Qué haría, que haría yo si la perdía?
**********Hermione**********
-Quedescanses linda- susurro Lupin en el marco de la puerta, contemplando a lacastaña, sentada plácidamente en su cama.
-¿A dónde vas?- inquirió la chica
-Aúntengo ensayos que corregir- repuso el licántropo.
Lacastaña se movió hacia un lado de la cama, en una invitación a que este seacercase.
Lupin se acercó lentamente, hasta sentarse al lado de la chica.
Sin decir nada, la castaña se acurruco entre sus brazos.
Lupin comenzó a acariciar su pelo, besando su cabeza, hasta descender a sucuello.
Hermione se estremecía a cada beso del licántropo.
Cerró los ojos. No quería que aquel momento terminase,
Sin embargo, no podía para de pensar que todo aquello que sentía con Lupinaquellas sensaciones fabulosas, eran sensaciones ya conocidas, sensacionesvividas con el que posiblemente seria el amor de su vida y que, hiciera Lupinlo que hiciera, nunca serian sensaciones iguales.
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Holi!
Espero que les gustara el capi, prometo actualizar pronto, mientras dejen sus coments porfiplis!!!
Un beso
Feer :3
P.D: Sorry por error subi el mismo capi dos veces, prometo mañana borrarlo xD
Tal vez es tiempo
**********Hermione**********
Erauna mañana cálida. El Sol se colaba por la ventana, atravesando por la finacortina blanca hasta detenerse en mi rostro. Acariciándolo suavemente.
Noquería despertar, era la primera vez en tres meses que tenía un sueño tanlindo, tan lindo como aquel, y no quería que acabase nunca.
-¿Cómodormiste pequeña?
Sonreíaante el suave tacto de su mano sobre mi mejilla.
-Excelente
Susojos taladraban los míos, mientras una sincera sonrisa aparecía sobre surostro.
Teníatantas dudas, tantas preguntas que hacerle y sin embargo, una mirada suya meera suficiente.
Meacurruque entre sus brazos, abrasándome fuertemente a él.
-Hermione
Sentíasu aliento golpeando contra mi odio. Sumano aun acariciaba mi mejilla.
-¿Sí?- respondí
-Creoque es hora de levantarse.
-Noquiero separarme de ti- susurre acercándome aún más a él.
Volvió a acariciar mi rostro, acariciando suavemente sobre mis parpados,invitándome a abrir los ojos. Los abrí lentamente.
El Sol iluminaba suavemente la habitación de blancas paredes.
Realmente no quería abrir los ojos, quería que aquel momento durara porsiempre.
-Linda
Suvoz, una vez más susurro en mi odio, estremeciéndome.
Levantela vista y me topé con sus ojos
¿Almendra?
Sumano aun reposaba sobre mi mejilla, pero, ya no era su mano.
-¿Quétal pequeña?- susurro besando mi frente.
-Lupin
Intenteen vano disimular el toque de decepción de mi voz.
Me contemplo por un momento, como si intentase buscar en mi rostro la respuestaa mi repentino cambio de humor.
Meincorpore en la cama, desperezándome.
Habíasido un sueño tan real
Lo había sentido junto a mí, de nuevo a mi lado y
Ysolo se trataba de Lupin.
-Yotampoco quiero sepárame de ti- susurro besando mi cuello.
*¡Merlínlo había dicho en voz alta! ¿Cómo era posible? Pero es solo que
había sido tanreal*
Sentía las manos de Lupin deslizándose por mis brazos, mientras su rostro sehundía en mi cuello.
Sentíalas caricias de Lupin, y sin embargo pensaba en Snape, recordaba mi sueño,aquel sueño tan real.
**********Narradora**********
Hermioneabandono la habitación de Lupin con el pretexto de ir a clase, pero en aquelmomento era en lo que menos pensaba.
-Fresa Silvestre - susurro la contraseña y entro al baño de prefectos.
Eralo que necesitaba, la tranquilidad del baño de prefectos para acomodar sumente.
Sentíael chorro de agua fría escurrir por su cuerpo.
Pasaba sus dedos por su cabello, disfrutando del momento.
Suspiro
Su mente y sobre todo su corazón eran un remolino de sentimientosdifíciles de identificar.
Era algo realmente extraño, y más aún difícil de entender.
Había dormido con Lupin, entre sus brazos, y sin embargo, acababa de tener elsueño más lindo con Snape como único protagonista.
Era extraño. Un sentimiento extraño, muy parecido a la culpa comenzó ainvadirla.
¿Cómoera posible? ¿Por qué
? ¿Por qué no podía dejar de pensar en Severus? ¿Por quétenía amarlo? ¿Por qué a él y no a Lupin?
Laslágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, confundiéndose con las gotas deagua tibia que escurrían por su rostro.
-¡Porque!- exclamo.
Sesentía tan culpable. Lupin realmente la amaba y ella
¡Merlín cuanto deseabapoder corresponderle!
Suespalda fue resbalando por la fría pared de mosaicos blancos, hasta sentarse elfrio suelo, con el chorro de agua aun golpeando contra su cuerpo.
Seacurruco, abrazando sus piernas a su cuerpo.
¿Porqué? ¿Por qué tenía que ser todo tan difícil?
Lo deseaba demasiado
¿Por qué no podía amarlo? El
no la había dejado, el seguíaahí, a su lado a pesar de todo
Elsonido de la campana retumbo por toda el aula.
-Bien puede irse- anuncio Lupin, volviendo detrás de su escritorio. - Y por favor,no olviden su ensayo de 1,000 palabras sobre el conjuro "Accio".
Todoslos presentes observaron con algo de reproche al licántropo, y comenzaron aabandonar el aula.
-Hermione- la llamo, pero no era necesario la chica había cerradodisimuladamente la puerta tras el último alumnos.
Ambos se observaron por un segundo.
Un par de minutos más tarde, Lupin besaba los labios de la castaña con desesperación.Hermione había terminado por deshacerse de la camisa del licántropo.
Lupin se detuvo por un momento. Contemplo a la castaña, con una sincera sonrisadibujada en sus labios.
-Hermione
- dijo de pronto, se parando un poco su cuerpo de la castaña.
Lachica lo observo intrigada.
-Noquiero ir demasiado rápido, tu... yo
no sé cómo decirlo, tal vez no estés list
Antesde Lupin pudiese terminar de hablar, la chica lo callo, con un beso.
-Prometointentarlo- susurro la castaña en su oído.
Yasí lo haría. Se lo prometió a sí misma. Pues, tal vez ya era tiempo deresignarse e incluso, de comenzar a olvidar.
Los días pasaron velozmente para ambos.
En menos de lo que pudieron imaginar habían pasado ya dos semanas juntos. Ytres meses 4 días, para ser exactos desde la partida de Severus.
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Holis!
Aqui les traigo un nuevo capi. Por fi no me maten, se que es exageradamente, ni siquiera llega a las mil palabras, pero el sigiente esta en proceso y tal vez los recompense.
Mientras comenten por fi!
Un Beso
Feer :D
P.D: Si comentan, tal vez lo suba esta misma noche :DD
Volviendo al presente
Llevabamás tiempo del que me había dado cuenta con ese pensamiento merodeando en losrincones de mi mente. Algunas veces consideraba que se había vuelto obsesión.
Pensaba en ella todo el tiempo, soñaba con sus ojos, sus labios, su olor
Comenzabaa enloquecer, tenía que sentirla cerca, saber que sería mía.
Vaciéel vaso de wishky una vez más de un solo trago.
Mesentía agotado, era jueves por la noche, seguramente todos en el colegioestarían en el Gran Comedor, cenando, también debía estar ella, pero yoprefería continuar encerrado, observando las llamas crepitar con parsimonia enla chimenea.
Observeuna vez más la hora en ese pequeño reloj de plata posado sobre una repisadetrás del sofá en el que estaba sentado.
Laimpaciencia comenzaba a apoderarse de mí, más de una vez pensé en correr hastasu habitación y hacerla mía ahí mismo, pero sería demasiado imprudente...
Llevaba casi tres meses sin saber nada de ella, sin ella saber nada de mí,tenía que verla cuanto antes y sin embargo aquel día ella ni siquiera sabía queyo había vuelto. Significado de emojis
Dumbledoreme había prohibido verla, al menos hasta que volviera, era por ella, lacuidaba, y yo también, pero cada vez era más difícil aguantar las ganas decorrer a verla y tenerla entre mis brazos.
Saqueaquel trozo de pergamino amarillento y desgastado del bolsillo de mi túnica.
Fuela primer y última nota que recibí de ella luego de mi partida.
Fuemi fuente de energías, de esperanza, de razones para continuar y sobre todopara volver y sin embargo apenas pude responderle.
Comencéa recordar la manera en que terminamos juntos e, instintivamente observe aquelreloj de plata
Megustaba hacerlo, era mi fuente de entrenamiento en mis tardes aburridas.
¿Entretenimiento?Si
Era realmente extraña nuestra historia.
En fin
Dejeescapar un hondo suspiro.
Mepreguntaba tantas cosas.
¿Quéestaría haciendo en aquel momento? ¿Aún me extrañaría?
Losnervios habían comenzado a invadir mi cuerpo desde el momento en que me aparecía las orilla de Hogsmade.
Estaba a tan solo una noche, un par de horas de poder volver a verla, sentir sucuerpo, sus caricias.
Dumbledore me había pedido verme aquella noche apenas llegara, pero me opuserotundamente. No estaba con ánimos de verle, a decir verdad estaba realmentemolesto con él.
Me había obligado a alejarme de la persona que más amaba, a irme sin dar unasola explica y eso, eso sería algo que jamás le perdonaría.
-VamosSeverus, se lo explicaras cuando vuelvas- repuso con su expresión siempretranquila cuando se lo hice saber.
Estabadesesperado. Al borde de la locura.
-¡Porfavor! Solo
Tu habla con ella, tienes que hacerle saber que yo
Comenzóa negar con la cabeza antes de que yo hubiese terminado.
-Esote corresponde a ti- fue su respuesta.
Quise lanzarme sobre él y golpearlo hasta desahogar toda mi frustración.
Peroaquello no había sido lo peor.
Lo peor fue aquella tarde, un mes después de haber recibido la nota deHermione.
***
-Nisiquiera lo pienses- respondió rotundamente.
Loobserve con expresión fría y una mirada cargada de odio.
-Nome mires así- dijo observándome con aquello ojos tan azules -Sabes que es lomejor para ambos.
-¿Quieresdejar de decir eso?- exclame -¡Tu como puedes saberlo!
Salídel Pub enfurecido, aventando sillas y mesas a mi paso.
***
Finalmente,había hecho caso a medias a su orden.
Había respondido a la carta, sí. Pero no de la manera que hubiera deseadohacerlo.
"Realmentelo siento"
Nopodía dar pista de su destinatario tampoco de su remitente. Sería ponerlapeligro, pero aquella estúpida contestación, también ponía en peligro la relaciónde los dos.
Quise explicarle todo. Todo lo que aquella carta me había hecho sentir, todo loque significaba para mí, todo lo que sentía por ella.
Quería que lo supiera. Que estuviera completamente segura de ello. Que novolviera a dudarlo por un solo momento.
Perobueno, al menos mi partida había servido para algo, después de unenfrentamiento había conseguido asesinar a los Carrow, sin embargo sabía queBellatrix y el resto me buscarían, con lo que Dumbledore decidió que seríamejor que volviera a Hogwarts.
**********Narradora**********
Snapeno se dio cuenta en que momento, había terminado por dormirse.
Sehabía quedado hasta tarde, pensando. Conteniendo el impulso de correr hasta la habitaciónde la castaña y hacer lo que tanto deseaba.
Sentía que explotaría. Que no podría soportar un minuto más sin ella a su lado.Y sin embargo había tenido que sopórtalo todo una noche.
Llegoa su aula en las mazmorras más temprano de lo que nunca en su vida de docentelo había hecho.
Estabarealmente nervioso. Como jamás lo había estado.
Loscalderos estaban perfectamente ordenados. Los ingredientes acomodados dentrodel armario y todo listo para su primera clase.
Jamáshabía estado tan ansioso por impartir una.
Tan solo esperaba escuchar el retumbar de la campana. Sabía que en cualquiermomento aquella puerta se abriría y volvería a verla. Al fin podría hacerlo.
Ellaentraría, y de nuevo podría contemplar esos hermosos ojos miel, podría volver aoler su perfume. Podría volver a ser feliz.
El simple hecho de pensarlo, lo hacia sonreír. A su manera.
Tan solo faltaban diez minutos. Diez minutos para poder verla. De nuevo tenerlacerca
**********Narradora**********
(20minutos antes)
Eraun día cálido, y a pesar de eso, aquellos dos cuerpos se encontraban abrazados.Unidos como uno solo.
Solodos cuerpos enredados en una sábana blanca, y también en un abrazo.
El hombre observaba a la castaña. Fascinado.
Acariciabasu pelo mientras ella dormía tranquilamente.
Era,simplemente el hombre más afortunado por tener a una mujer tan perfecta comoella a su lado.
La castaña comenzó a revolverse entre las sabanas, parecía haber despertado.
-Amor
-susurro el Licántropo a su oído.
-¿Mmm?
-Eshora de despertaron.
Los enormes ojos miel de la chica se abrieron lentamente.
-Hola linda- susurro el hombre, inclinándose a besar los labios de su amada.
-¿Quétal Remus?
-¿Cómodormiste?
-Bieny ¿tu?
-Siempre que sea a tu lado será perfecto.
La castaña se pegó más al cuerpo de él, reposando su cabeza sobre su pecho.
-Creo que es hora de levantarse pequeña
Elhombre continuaba acariciando el cabello de la chica.
La chica negó como una niña pequeña que quiere continuar durmiendo y se abrazómás a él.
-Hermione
vamos
-Quieroquedarme aquí, contigo- susurro.
-Debesir a clases linda, nos veremos esta noche.
-Noquiero esperar hasta esta noche- repuso colocándose a horcajadas sobre elhombre y comenzado a besar su cuello.
-Vamosamor, no puedes seguir faltando a clase.
-Soloserá una aburrida clase de pociones con Slughorn- repuso la castaña volviendo abesar los labios del licántropo.
El licantropo comenzo a recorer el cuerpo de la chica con sus manos y a corresponder aquel beso.
¿Quémás daba?
Solo sería una aburrida clase de pociones con Slughorn
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De nuevo soy yo!!! haha
Bien lo prometido es deuda, aqui esta el capitulo aun que bueno... esperaba mas comentarios... ._.
En fin, espero que este capi su lo comenten :DD
Para aclarar dudas.
Es en esta parte donde empieza nuestro fic, no se si lo recuerden. Por eso es volviendo al presente.
Todo lo que paso antes era una especie de Flash Back. Apartir de aqui todo es en presente ok :3
Bien espero que les alla gustado
Un beso
Feer:3
Reencuentro
Unalarga fila de alumnos de séptimo años esperaban fuera del aula de pociones enlas mazmorras. Tranquilos, sin ninguna clase de preocupación que los agobiara.
La campana retumbo por todo el castillo y los alumnos empezaron a ingresar alaula en un total, completo y perfecto desorden.
Una vez dentro, iban y venían entre los pupitres, charlando, riendo;despreocupados de la vida.
-Silencio
Nofue un grito, un regaño, una exclamación. Solo fue su frio y amargo tonoproveniente del fondo del aula.
Elaula se sumió en un profundo y repentino silencio que perforaba los tímpanos.La mirada de todos los presentes se había clavado en aquella esquina, dondeSnape los observaba oculto entre las sombras.
-¿Qué esperan para volver a sus lugares?- exclamo Snape con su tono amargo,sentándose detrás de su escritorio.
Recorrióa todo el alumnado con su mirada, mientras volvían rápidamente a sus asientos,sin despegar apenas la mirada de Snape, como si no creyesen que de nuevo estabaahí.
Unaespecio de nudo comenzó a formarse en el estómago de Snape.
Ahí estaba Potter, y también Weasley, incluso Longbottom pero ella no estaba
-Abran su libro en la página 256
El mal humor comenzó a expandirse por todo su cuerpo, como si se tratase de unveneno corriendo por sus venas.
-Hoy preparan un "Filtro de Paz" tienen una hora-
No quería ver a ningún Slytherin, mucho menos a ningún Gryffindor, quería verlaa ella.
Habíanpasado alrededor de quince minutos cuando unos ligeros golpecitos resonaron enla puerta.
Snapese puso de pie de mala gana. Atravesando entre humos de colores varios hastallegar a la puerta.
-Sientola tardanza Profesor Slug...
Losojos de la castaña se abrieron desmesuradamente.
Porfin. Ahí estaba ella, ahí estaba él.
El tiempo se detuvo a su alrededor. Por un segundo, la micra de segundo en quesus miradas se conectaron, todo fue perfecto.
La chica poso su mano sobre el pecho del hombre, necesitaba sentirlo; saber queera real.
-Severus
-susurro lo suficientemente alto para que lo escuchara la clase.
-SeñoritaGranger, no sé qué sea lo que usted este pensado, pero a pesar de mi ausencia,sigo siendo su Profesor- dijo este remarcando la última palabra.
Alejola mano de la chica con mal disimulada delicadeza, y se alejó de ahí rumbo a suescritorio.
Lachica entro al aula lentamente, como si aún procesase lo que acaba de ocurrir.
La castaña se sentó entre sus dos amigos.
-Hermione,¿Estas bien?- inquirió el pelirrojo
Perola castaña no respondió.
Harry la observaba sonriente. Sabía lo que estaba pasando, y se sentía felizpor su amiga, pues con solo un vistazo podía darse cuenta de había vuelto a serella.
La chica comenzó con su trabajo, como lo haría en cualquier clase normal, perole era imposible. Apenas podía despegar la vista de Snape. No podía creerlo.
¡Habíavuelto! ¡Realmente había vuelto!
Después de 30 minutos el aula se había llenado de vapores de todos los colores.Sin embargo eso no era impedimento para que de vez en vez, sus miradas secruzaran fugazmente.
Elmomento más esperado para ambos llego, después de lo que parecieron horas. Lacampana retumbo por todo el colegio anunciando el final de aquella tortura.
-Señorita Granger puede esperar un minuto- dijo el pocionista cuando la chicacomenzaba a guardar sus cosas.
-¿Teespero?- Inquirió el ojiverde acercándose a su amiga. Ambos se contemplaronantes de soltar una carcajada.
-Teveré más tarde- repuso el chico guiñándole un ojo y abandonando el aula.
La castaña sonrió mientras lo contemplaba alejarse. Después de un par desegundos, el aula quedo totalmente vacía.
Lacastaña se acercó y cerró lentamente la puerta.
Giro sobre sus talones para poder, al fin contemplarlo.
Ahí estaba él, de pie junto a su escritorio con su expresión seria y sinembargo, una mirada cargada de sentimientos.
-Severus
-Hermione
Amboscomenzaron a avanzar, lentamente.
Hasta que la castaña no pudo más, y corrió hasta sus brazos.
Lo abrazo fuertemente. Necesitaba sentirlo, saber que verdaderamente ahíestaba.
-¡Teextrañe demasiado!-exclamo la chica entre sollozos.
Severusla sujeto por cintura, alejándola un poco de sí para poder contemplarla.
*¡Merlín!Realmente era perfecta*
-Teamo
TE AMO.
Besoesos labios. Aquellos labios que tanto extrañaba. Esos labios sonrosados quetanto había deseado, que tanto necesitaba.
Lacastaña enredo las manos alrededor del cuello del hombre.
Amboshabían necesitado tanto aquello.
Todas las dudas, rece sentimientos, preocupaciones, TODO que resuelto con aquelbeso, aquel beso tan simple y tan significativo, cargado de todos aquellossentimientos que tanto habían querido decirse.
-¡Oh! Linda no llores- susurro el profesor separándose un poco de la castaña.
-¡Teamo! ¿Lo sabes? No tienes idea de cuánto te amo.
Volvióa besarlo, necesitaba sentirlo, realmente necesitaba sentirlo.
-¡Oh Merlín! Severus, había olvidado cuan bien se sentía esto.- exclamo lacastaña sin poder contener un sonoro gemido.
-Yahare yo que no lo olvides- repuso Snape divertido volviendo a besar los labiosde su amada.
Comenzóa recorrer el cuerpo de la chica, acariciándolo con delicadeza.
Besaba cada centímetro de su piel, como si la vida se le fuese en ello.
Comenzó a acariciar lentamente sus pechos, hasta que atrapo un pezón entre suslabios.
-¡Oh!
Lacastaña soltó un gemido.
Snape abandono sus pechos, y comenzó a descender por su abdomen depositandoligeros besos.
Sus manos también hacia su trabajo, acariciaban sus piernas hasta llegar a laparte interna de sus muslos, para comenzar a abrirlas lentamente.
Llego hasta esa parte de ella.
Comenzó a acariciarla lentamente, introduciendo sus dedos entre sus pliegues,en busca de su clítoris. Lo pellizco suavemente, arrancando un fuerte gemido delos labios de la castaña.
-¡Merlín Severus!- exclamo la chica al sentir la mano de este ser sustituidapor su boca.
El pocionista continúo con su trabajo, empeñando en hacer disfrutar a la chicaal máximo.
Recorría de arriba abajo la intimidad de la chica, mientras sus manos seencargaban de nuevo de sus pechos.
-¡Te quiero en mi ahora! No puedo soportarlo más- exclamo la castaña.
Snape no necesito escucharlo dos veces.
Volvióa besar los labios de la chica antes de penetrarla en una embestida.
-¡Merlín!¡Ohh!
Snapeobservaba divertido a la castaña mientras comenzaba a embestirla suavemente.
-¡Oh!Cuanto extrañaba esto- exclamo la chica sin poder contener un sonoro gemido.
Snape comenzó a embestirla un poco más rápido, descendiendo su mano hasta el clítorisde la castaña, mientras lo pellizcaba suavemente.
-¡Merlín!
-¿Tegusta?- susurro el hombre besando el cuello de la chica sin abandonar su tareade darle placer.
-¡Merlínsí!
Snapesoltó una risita y comenzó a embestirla aún más fuerte, sintiendo las olas del orgasmoacercarse.
Amboscayeron dormidos después de un rato, abrazados, Enredados como un solo cuerpo.
Sintiéndose el uno al otro como desde hacía tanto tiempo lo necesitaban.
-¿Cómodormiste pequeña?
Sonreíaante el suave tacto de su mano sobre su mejilla.
-Excelente
Susojos taladraban los suyos, mientras una sincera sonrisa aparecía sobre surostro.
Teníatantas dudas, tantas preguntas que hacerle y sin embargo, una mirada suya meera suficiente.
Seacurruco entre sus brazos, abrasándose fuertemente a él.
-Hermione
Sentíasu aliento golpeando contra su odio. Sumano aun acariciaba su mejilla.
-¿Sí?- respondió
-Creoque es hora de levantarse.
-Noquiero separarme de ti- susurro acercándose aún más a él.
Volvió a acariciar su rostro, acariciando suavemente sobre mis parpados,invitándome a abrir los ojos. Los abrí lentamente.
Tenía miedo, miedo de que de nuevo fuera un sueño de que nada hubiese pasado yno estuviera el ahí a su lado.
**********Hermione**********
Levante la vista y me topé con sus ojos, aquellos ojos como dos profundos túnelesnegros en lo que yo había encontrado un amor sincero.
-Severuste amo- me volví a abrazar a él, acurrucándome entre sus brazos.
-Teextrañe demasiado amor- repuso comenzando a acariciar mi cabello. Sentía su respiraciónen mi odio. Me gustaba volverlo a sentir así, tan cerca de mí.
Noquería volver a perderlo, quería pasar el resto de mi vida ahí, a su lado.
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Holis!!
Bien, se que me tarde pero aqui esta.
Espero les alla gustado y por favor dejen sus coments, intentare actualizar pronto
Un Beso
Feer :3
Señor Malfoy
¿A que debo suvisita?
*Toc,toc*
-Adelante
-
-¿Sr. Malfoy
?
-Buenas noches profesor Snape
-¿Aque debo su visita?
-¿Puedoentrar?
-Porsupuesto, pase.
[
]
-Nosé a qué se refiere
-De nada le servirá seguir ocultándolo, profesor.
[
]
-Lamento decirle que eso no es verdad, y no me interesa lo que tenga usted paradecirme, Sr. Malfoy, y le pido por favor, se retire de mi despacho.
-Señor, yo tengo ninguna necesidad de mentirle, y si le digo esto, es porque yolo he visto con mis propios ojos.
-Sr.Malfoy, no pienso seguir escuchándolo, retírese.
-Solopiénselo Señor, esa estúpida sangre sucia, con perdón de la expresión, cree quepuede burlarse de usted.
-RetíreseMalfoy.
-Buenasnoches Profesor Snape.
*****
-Linda
-¡No!-exclamo la castaña como quien hace un puchero.
-Ayerperdí la mitad de mis clases por tu culpa- recrimino el hombre, divertido.
-¿Así? Nadie te obligo a estar conmigo.
-Meobligo mi corazón- susurro el pocionista al odio de la chica.
Lacastaña sonrió en los labios del profesor.
-¿Me extrañaste?- inquirió la castaña al tiempo que Severus recargando sucuerpo sobre el de la chica, apoyada contra la pared de su despacho.
-Cadasegundo- respondió el pocionista rozando los labios de la castaña.
Sus labios volvieron a fundirse en un apasionado beso.
La campana se hizo escuchar por todo el castillo, interrumpiendo su lindomomento.
-Ahora,será mejor que vayas a clase- susurro Snape sujetando a la castaña por lacintura, alejándola un poco de sí.
-No quiero volver a separarme de ti
-Mi vida, nos veremos esta noche, lo prometo.
La castaña lo observo por un segundo.
-¿Cómo me has llamado?
-Mivida, porque eso es lo que eres.
-Buenos días chicos, por favor ocupen sus lugares.
Lupiningreso al aula como lo haría cualquier día normal, feliz y animado.
Por alguna extraña razón no había ido a desayunar aquella mañana, con lo que nohabía tenido ninguna clase de encuentro desagradable en la mesa de profesores.
-Hoy tendremos una clase práctica- anuncio sentándose cómodamente en la orilladel escritorio. -Así que por favor, todos pónganse de pie.
Todos los alumnos se pusieron de pie algo confundidos.
Con un movimiento de la varita de Lupin, todos los pupitres a su alrededordesaparecieron, dejando un gran espacio en el aula.
-Ahora, quiero que cada uno tome una pareja.
Todos dudaron por un momento, al tiempo que comenzaban a dispersarse por elaula.
Hermione hizo pareja con Harry, y Ron con Parvati, Draco con Pansy y Nevillecomo era costumbre en aquellas actividades, quedo solo.
-Veamos
- susurro Lupin al detectar el problema.
-Pansy con Neville- la expresión de Pansy se tornó en una fea mueca dedesagrado.
-Harry tu
¿Podrás conmigo no?- inquirió Lupin con una sonrisa. Harry asintiócon la cabeza.
-YHermione, ¿Tu con Malfoy?- inquirió el profesor algo inseguro.
Ambosse contemplaron con odio antes de acercarse un poco, solo lo meramentenecesario.
-¿Estabien?- susurro Lupin acercándose a la castaña.
-Claro- respondió la chica restándole importancia.
-Bien
- comenzó Lupin colocándose al frente de la clase, donde todos pudieranverle. -Se trata de una pequeña practica de duelo
-
Por un momento todos recordaron la clase de duelo que alguna vez intento dar elProfesor Lockhart, y comenzaron a lanzarse mirada nerviosas.
-Comoes obvio- continuaba Lupin -Solo pueden utilizar hechizos de defensa, no quierotener que salir del aula con un alumno en brazos, y ahora, comiencen.
**********Hermione**********
Misuerte no podía ser peor, había alrededor de cuarenta alumnos ahí, la mitad de ellosGryffindor y tenía que venir a tocarme con Malfoy.
Ambos nos contemplamos por un minuto, antes de comenzar con lo que teníamos quehacer.
-"Expelliarmus"- susurro él, casi con desgana.
-"Protego"- Respondí, apenas sin inmutarme. El haz de luz rojo reboto contra labarrera invisible que se formó frente a mí y paso cerca de la cabeza.
Ambos nos contemplamos, el asco y el desprecio se reflejaban en su mirada.
-Petrificus Tot
-¡Expelliarmus!
Elhechizo le dio de lleno el pecho, haciéndolo volar por el aire poco más de unmetro.*
-Estúpida sangre sucia- susurro al tiempo que se ponía de pie.
Lo observe divertida, mientras este sacudía su túnica, como esperando que medistrajera para lanzarme algún conjuro.
-Desmai
-¡PetrificusTotalus!
Elhechizo de Draco, ni siquiera se acercó a mí, sin embargo, sin embargo el míorozo muy cerca de su brazo.
-Sangre sucia idiota- dijo, esta vez más fuerte,dando un paso hacia mí.
-¡Petrificus
-¡Densaugeo!- Fueel primer hechizo que vino a mi mente. Y dio de lleno en su rostro, de donderápidamente comenzaron a resaltar unos enormes incisivos, que después de unsegundo sobresalían de su boca.
Solté unasonora carcajada. Un pequeño círculo comenzó a formarse alrededor de Malfoy.
-¿Qué ocurre?- inquirió Lupin acercándose.
No pudo contener una risita, que lo único que consiguió fue enfurecer aún más aMalfoy.
Susurro un conjuro que rápida devolvió lo dientes de Malfoy a su estado normal.
-Vuelvan a su trabajo- anuncio Lupin acompañado delas risas de todos los presentes.
-¿Qué ocurrió hurón?- inquirí divertida al tiempo que lo contemplaba.
Malfoy se acero rápidamente a mí, y de un ligero empujón me lanzo contra lapared que estaba justo detrás de mí.
-No te quieras pasar de lista, estúpida sangresucia-
Susurro en mi odio, recargando su cuerpo sobre el mío.
-¡Quítate de encima! Malfoy
-¿Acaso te molesta?- inquirió pegando aún más su cuerpo al mío.
-¡Aléjate!- exclame empujándolo, pero él no se movió ni un ápice.
-No pensé que esto te molestara- susurro en mi odio.
-¡Eres un imbécil!- exclame cuando sentí su lengua posarse sobre mi oído -¿Porquién me tomas?
Me aleje de él como pude, mejor dicho lo avente hasta que el cedió y retrocedióun paso.
Me contemplo por un segundo, recorriéndome de arribaabajo con sus fríos ojos grises.
Me dispuse a irme de ahí, cuando me sujeto fuertemente del brazo. Obligándome agirarme, y verlo de frente.
-No te quieras hacer la lista conmigo Granger, sé muy bien cómo eres
Susurro recorriendo mis labios con su dedo.
-¡No sé de qué mierda hablas Malfoy!
Volvió a acercarse a mí, acorralándome entre sucuerpo y la pared.
-No me provoque Granger, que a la que menos le conviene es a ti "Mi pequeñabruja" o debería decir "Preciosa"
Sentía como mi corazón comenzaba a latir fuertemente, azotando contra mi pecho,al tiempo que mi cerebro terminaba de procesar lo que -Malfoy acababa dedecirme
*¡Merlín! Él lo sabía
MALFOY LO SABIA*
-Sr. Malfoy ¿Está todo bien?
Loa voz de Lupin a espaldas de Malfoy irrumpió en mis pensamientos.
Malfoy se alejó de mí, volteando verlo con arrogancia.
-Claro que si profesor, ¿Cierto Granger?- inquirió casidivertido. Taladrándome con sus ojos grises.
-Si Lupin, está todo bien- susurre.Lupin me contemplaba con sus ojos color almendra, suspicazmente. Era obvio que habíavisto más de lo que aparentaba.-Bien- repuso contemplando a Malfoy detenidamente -continúen con el ejercicio.-¿Continuamos?- inquirió Malfoy con una sonrisa, colocándose frente a mí.Me puse en posición, esperando cualquier hechizo de parte de Malfoy.-¡Tarantallegra!
-ProtegoEl conjuro reboto golpeando de lleno contra Malfoy.
Soltéuna sonora carcajada al ver las piernas de Malfoy comenzar a bailar como locas.Todos los presentes voltearon a mirarlo, y comenzaron a reír con ganas-¡Estúpida Granger!- exclamo justo después de que Lupin lanzara un contrahechizo, para enseguida abandonar el aula hecho una huracán.
Malfoy realmente molesto, y sé que es capaz de muchas cosas, pero jamás creíque pudiera hacer aquello
**********Narradora**********
Hermione abandono el aula un par de minutos después,pensando en lo que tal vez, acaba de meterse.
Llevaba la mente ocupada, distraída, cuando sintió unosfuertes brazos sujetarla por la cintura y obligarla a desviarse por un pasillocontiguo.
La castaña sonrió, al toparse con aquellos ojosnegros.
-¿Qué ocurre?
-No sé, solo tenía ganas de ver a mi pequeña bruja.
La castaña sonrió al tiempo que Snape le daba un casto beso.
*¡Merlín, cuanto extrañaba aquellos fugaces encuentros con él*
Pasaban ya de las nueve de la noche.
Snape se encontraba sentado en su despacho en espera de alguien.
*Toc,toc*
-Adelante
-
-¿Sr. Malfoy
?- Snape no pudo ocultar su sorpresa al darse de cuenta de que setrataba de su ahijado y no de aquella chica de melena castaña había estadoesperando durante todo el día.
-Buenas noches profesor Snape
-¿Aque debo su visita?
-¿Puedoentrar?
-Porsupuesto, pase.
Malfoyentro en el despacho, cerrando la puerta detrás de él.
-¿Cómo le va?- inquirió sentándose frente a mi escritorio. Lo observeextrañado.
-Sr. Malfoy no sé qué se le ofrezca, pero le recuerda que están no son horaspara estar fuera de su sala común.
-Eso no le molesta cuando Hermione viene a visitarlo.
Malfoylo dijo así, sin más, sin poder contenerse.
-Nosé a qué se refiere
-De nada le servirá seguir ocultándolo, profesor.
Snape había comenzado a ponerse nervioso.
-¿Cómolo sabe?- inquirió Snape dándose por vencido.
Malfoysonrió, triunfante.
-Eso es lo que menos importa profesor, sé que cosas que podrían interésale aún más.
Snapelo contemplo intrigado, sin comprender a que se refería.
-Usted se ausento por un tiempo y pues
Granger, no lo desaprovecho.
Snapelo contemplo con una ceja levantada.
-Lachica se olvidó muy rápido de usted a decir verdad.
-Sabe que Sr. Malfoy, no me interesa la mentiras que usted tenga para decirme
-Noson mentiras señor, yo mismo la vi, con el profesor Lupin.
Snapesintió como la sangre comenzaba a hervirle a una velocidad impresionante,
Quiso correr en ese mismo momento hasta el despacho de Lupin, y ahorcarlo consus propias manos.
-Lamento decirle que eso no es verdad, y no me interesa lo que tenga usted paradecirme, Sr. Malfoy, y le pido por favor, se retire de mi despacho- repuso haciendouso de todo su autocontrol para no explotar en ese mismo momento.
-Señor, yo tengo ninguna necesidad de mentirle, y si le digo esto, es porque yolo he visto con mis propios ojos.
-Sr.Malfoy, no pienso seguir escuchándolo, retírese.
-Solopiénselo Señor, esa estúpida sangre sucia, con perdón de la expresión, cree quepuede burlarse de usted.
-RetíreseMalfoy.
-Buenasnoches Profesor Snape
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Holo!!!
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Gracias
Un beso
Feer :3
Vacacionesen mal momento
-Bauleo- susurro la castaña con un movimiento de la varita yun segundo después su baúl comenzó a llenarse de su ropa perfectamente doblada.La chica se sentó en laorilla de su cama, dejando escapar un hondo suspiro.
Las vacaciones había llegado demasiado pronto según le parecía.
Se lamentaba no haber podido pasar la noche anterior por el despacho de Snape, perolos deberes se le habían amontonado de una manera que hacía mucho tiempo que nole sucedía.
Se detuvo a observar como su ropa continuaba guardándose dentro del baúl.
Pasaría las vacaciones de Pascua en Grinmuld Place, tomaría el tren aquellatarde con los chicos, y también con Lupin.
Tenía que hacer algo respecto aquello, pero no sabía la manera
digamos, determinar con él.
Su baúl estuvo listo un par de minutos después, se puso de pie, dejando todo enperfecto orden y salió de su habitación. Tenía muy claro lo que iba a hacer.
Recorrió todo el castillo hasta su despacho. Una vez frente a la puerta demadera, toco un par de veces, para después entrar.
-Hola- atino a decir la chica, entrando al despacho y cerrando la puerta trasde sí.
-¿Señorita Granger?- inquirió Snape con fingidasorpresa.
La castaña lo observo con una sonrisa coqueta y se acercó lentamente a él.
-¿Me puede explicar qué diablos esta haciendo?- inquirió el pocionista, cuandola chica estaba demasiado cerca.
La chica lo observo extrañada, pero enseguida su expresión cambio a una mássensual.
-No lo sé
- ronroneo -Quería despedirme de ti.
Se había acercado demasiado a Snape, obligándolo a retroceder hasta acorralarloentre su cuerpo y la fría pared de piedra.
Snape estaba haciendo uso de todo su auto control para no besar aquellos labiosque comenzaban a hacerle falta, o mejor aún, para no comenzar a despotricarcontra la chica como había estado queriendo hacer desde la visita de Malfoy.
La castaña se paró sobre las puntas de sus pies, y sin pensarlo dos veces, pegosus labios a los de su amado profesor.
Snape se descubrió correspondiéndole, pero enseguida la alejo de si, casi demanera brusca.
-¿Qué diablos cree que hace Granger?- bramo.
-¿Severus?- inquirió la chica realmente extrañada.
-No sé quién se crea usted, pero le recuerdo que sigo siendo su profesor- dijoeste, remarcando la última palabra con un tono amargo y frívolo.
-¿Qué
ocurre?
La castaña sentía como el pánico comenzaba a extenderse por su interior. Su corazónlatía salvajemente, como si quisiera salírsele del pecho.
-Granger, retírese de mi despacho- susurro el hombre dando media vuelta y dirigiéndosehacia su escritorio.
-Severus
¿Qué te ocurre?- inquirió la chica sujetándolo por la mano, antes deque este se fuera.
Snape se soltó de su agarre enseguida, casi con asco.
-Lárgate-susurro, haciendo un esfuerzo sobre humano por no comenzar a gritar.
-¿Por qué me tratas así?- inquirió la chica ofendida, poniéndose frente a él.
-¿Por qué? Por qué Señorita Granger, es lo mismo queyo me pregunto
- respondió este apenas en un susurro.
Snape sujeto a la castaña fuertemente por el brazo, haciéndole daño y la lanzocasi bruscamente contra la pared.
-¿Por qué tenías que hacerme esto?- inquirió este con voz temblorosa, por tantarabia acumulada, al tiempo que comenzaba a acercarse peligrosamente a la chica.
-¿Por qué con él? ¡Por qué ese maldito bastardo!- exclamo
La castaña sintió una especie de miedo aparecer en su interior.
*¡Malfoy no podía haberle hecho aquello!*
-¿Cómo lo sabes?- susurro la chica.
-¿Así que no lo niegas?- recrimino el hombre.
La chica clavo la mirada en el suelo.
-Se-se-Severus
yo, déjame explicarte
-No hay nada que tengas que explicar- repuso este -Esta bastante claro.
-Amor por favor
-No vuelva a llamarme así Granger- intervino elhombre. -Para usted como cualquier alumno soy su profesor.
-Solo
por favor escúchame- suplico la castaña con las lágrimas comenzando acorrer por sus mejillas.
-Severus
yo
sabes que te amo.
-¡Merlín! ¡No seas hipócrita!- exclamo el hombre,volviendo a acercarse a ella peligrosamente, quien parecía haberse fundido a lapared -¡Lo mismo le habrás dicho a Lupin y sabes Dios a cuantos más!-
Sintió de pronto, la palma de la mano de la castaña, estrellarse de llenocontra su mejilla.
-No te atreva a hablarme así- susurro la chica amenazante.
Sentía esta vez, la rabia comenzar a extenderse por todo su cuerpo.
Snape la observo furioso, ¡Cómo se atrevía!
-¡Lárguese de mi despacho ahora Granger!
La castaña no se movió.
-¡Por qué lo hiciste!- exclamó de pronto -¿Por qué tenías que abandonarme así?
-¿Tú piensas que yo quería hacerlo? ¿Crees que estaba feliz de tener quedejarte así?
-¿Qué más da? Ni siquiera te importaba
-¿Y yo a ti si? Me olvidaste con el primer imbécil que se cruzó en tu camino.
-¿Y tú? Tú me abandonaste sin preocuparte por darme una maldita explicación-chillo la castaña.
Ambos se encontraban a tan solo un palmo de distancia, sus labios casi serozaban, y sentían el aliento del otro golpear contra sus labios.
-¡Tú no entiendes nada!- bramo Snape
-¿Cómo esperas que lo haga si ni siquiera temolestaste en explicármelo?
-¿Y qué más da? Ya te fuiste a revolcar con tu lobito ¿No?
La castaña lo contemplo dolida.
-Sabes que, ¡Lar-gar-te con él! Pues, como tú dices, a mi poco me importas.
Hermione lo contemplo horrorizada.
-No puedes estarme diciendo esto
Alzo su mano hasta posarla sobre la mejilla del pocionista, Severus la alejo deun manotazo.
-¿Por qué Hermione?- inquirió de pronto. Abatido. -¿Por qué tenías que hacermeesto?
-Severus no fue mi intención
-¿Por qué con él? ¡Un amigo de Potter! ¡POR QUE!- bramo el hombre sin prestarleatención.
Hermione comprendió de pronto. Le había dado donde másle dolía. Lo había lastimado de una manera imposible de comprender.
Sus miradas se cruzaron por un segundo.
Se besaron, con pasión, con coraje, con rabia con deseo.
Snape rompió el beso de manera brusca casi asqueado, alejándose rápidamente deella.
La sujeta por una muñeca haciéndole daño y la condujo hasta la puerta.
-No quiera volver a verla- susurro antes de cerrar la puerta justo en la carade la chica.
La último que la castaña escucho antes de salircorriendo fuel el ruido de cristales rompiéndose contra la pared del despacho.
Se detuvo en un pasillo solitario, sin poder soportarlo un segundo más.
Dejo su espalda resbalar por la fría pared de piedra hasta detenerse en el suelo.
Las lágrimas comenzaron a correr libres por sus mejillas.
Aquello no podía estar pasándole, no a ella.
-Hermione
¡Merlín! ¿Estás bien?
Un Lupin salido de saber Merlín donde, se acercaba aella preocupado.
El licántropo se arrodillo a su lado.
-¿Estas bien pequeña?
-¡Déjame en paz!- bramo la chica antes de salircorriendo de ahí, hecha un mar de lágrimas.
La chica caminaba por el sendero hasta la estación de Hogsmade junto con elresto de sus compañeros. Su expresión no podía ser peor.
-Herms
¿Segura que estas bien?
-¿Qué te ocurre Granger? ¿Por qué esa expresión tanfea?- se burló Malfoy pasando por su lado. -Te dije que no me provocaras-agrego antes de alejarse seguido de sus amigotes.
Hermione imagino tantas maneras lentas y dolorosas de torturarlo
-¿Qué ocurre?- inquirió Harry extrañado por la actitud de Malfoy
Hermione la observo con aquellos ojos color miel hundidos en lágrimas.
Continuaron caminando, hasta llegar a la estación, donde el tren colorescarlata ya los esperaba.
Solo podía pasarle a ella.
Las vacaciones no podían haber llegado en un peor momento.
¡Merlín! Como podía ser tan estúpida.
Severus la odiaba, realmente la odiaba, y ahora, tendría que pasar dos semanascon Lupin. ¡Dos malditas semanas!
Lo amaba demasiado, de una manera que jamás habíasentido, y ahora... Ahora todo se había ido a la mierda por su estúpida culpa
**********Snape**********
Todo se había tornado borroso, después de botella ymedia de wishky de fuego a cualquiera le sucedería.
Era realmente patético, desahogarme con una estúpida botella de alcohol.
Pero, ¿Qué más podía hacer?
¡Estúpida sangre sucia! ¡Estúpida Gryffindor! ¡Estúpido Lupin!
¡ESTÚPIDA NECESIDAD DE VOLVER A BESAR AQUELLOS LABIOS!
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Holi!!
Bien, creo que acabo de romper las esperanzas de mucho de mis lectores encuanto a la reacción de Severus pero
seamos honestos, es Snape, no iba areaccionar bien haha.
En fin prometo actualizar pronto, mientras dejen sus coments por fi
Un Beso
Feer :3
Vacaciones en mal momento II
El tren comenzó a aminorar la marcha. Para aquellosmomentos el cielo se había teñido de un color azul aterciopelado.
Pasaban de las siete de la noche cuando el expreso se detuvo en la estación deKing Cross.
-Vamos Herms
- susurro Ginny sujetando a su amiga por el brazo, ayudándola aincorporarse.
-Gracias Ginny- susurro la chica intentado en vano sonreír.
-¿Segura que estas bien?- inquirió la pelirroja al tiempo que bajan del tren.
-Prefiero no hablar de eso, te contare más tarde.
Un pequeño círculo de personas (no tanto) las esperaban ya en el andén.
Ahí estaban Fred y George, también Bill y el Sr. Weasley, y Harry y Ron que reciénse les habían unido.
Después de los respectivos saludos y breves comentarios, uno a uno atravesaronaquel muro hacia el mundo muggle.
**********Narradora**********
De nuevo, el ruido de cristales rotos, estrellándosecontra la pared de piedra, perforó el silencio de aquella habitación.
Dumbledore se limitaba a contemplarlo, sin decir una palabra, saboreando uncaramelo de "tuti-fruti" (Su nuevo descubrimiento muggle)
-¿Has terminado ya de destrozar mi despacho, Severus?- inquirió el ancianoprofesor un par de minutos después.
Snape se dejó caer sobre una silla frente al escritorio del profesor, abatido.
-¿Me explicaras que está ocurriendo o lo hare yo?
-Es claro que se trata de la partida de la Señorita Granger, luego de sudiscusión de esta mañana
El pocionista lo observo con un toque de sorpresa. ¿Cómo le hacia ese ancianopara enterarse de todo?
-Todo esto es tu culpa- susurro el pelinegro incorporándose en su asiento.
Dumbledore lo observo algo extrañado.
-¡No finjas que no lo sabes! ¡Si tan solo me hubieras permitido explicarle, almenos despedirme!
-El hubiera no existe, Severus. Hay que aceptar el pasado y vivir el presente.
-¡No me vengas con esas tonterías!- exclamo.
Dumbledore lo contemplo sin inmutarse.
-Severus, es solo una pelea de novios- dejo escapar una risita - Pronto pasara.
**********Narradora**********
-¿Dónde está Lupin?- inquirió Harry un segundodespués de que todos aparecieran justo frente al número 12 de Grinmuld Place.
-No lo sé- repuso Ginny de pie a su lado, sujetando su mano.
El Sr. Weasley fue el primero en entrar en la antigua construcción, seguidopoco después del resto.
Sirius los esperaba en el recibidor, al pie de la escalera, con una ampliasonrisa.
-Sir
- la exclamación de Harry quedo suspendida a la mitad, siendo opacada porun fuerte grito a sus espaldas.
-¡Sirius!
Una chica pelinegra salida de quien sabe dónde corrió a los brazos del hombre.
Poco les importo la mirada de extrañeza que les regalaban todos los presentes,y unieron sus labios en un cálido beso.
La extraña chica giro sobre sus talones aun abrazada a Sirius y contemplando alresto.
-¿Pansy?
-¡Pansy!
-¡Pansy!
-¿¡Parkinson!?
Las exclamaciones de Harry, Ron, Ginny y los gemelos en perfecto coro no sehicieron esperar.
Lupin se encontraba recargado en el marco sin puerta del corredor, observandola escena divertido.
-¿Esto es enserio Sirius?- inquino Harry en un susurro acercándose a él.
-Jamás lo había sido tanto- repuso el hombre abrazando fuertemente a Pansy;sonriente.
-Hora de cenar- anuncio de pronto la Señora Weasley que los llamaba desde lacocina.
**********Narradora**********
-¡Todo es culpa tuya!
-Severus
¿Me dejaras hablar? O piensas seguirgritándome toda la noche
Snape lo observo casi con odio pero guardo silencio.
-Tal vez sea lo mejor
Snape abrió la boca para protestar pero Dumbledore lo hizo callar.
-Bellatrix te está buscando.
El pocionista lo observo sin comprender, con unaceja levantada.
-Sabe que estas tras ella, que la seguías y aun lo haces
-¿Qué tiene que ver eso con
-Hijo
tal vez la Señorita Granger este más segura con el profesor Lupin
La mirada del pocionista se llenó de odio.
-¡No lo permitiré!- exclamo.
-Por lo que le dijiste esta mañana, tenía entendido que no querías volver averla.
Snape le lanzo una mirada frívola. ¿Cómo se había enterado ese maldito viejochismoso?
-Si realmente la amas la protegerás
-Por supuesto que lo haría, daría mivida por Hermione
-¿De nuevo es Hermione? O ¿Señorita Granger?
Snape rodo lo ojos fastidiado.
-Severus
debes pensar en la chica, tal vez no esté segura a tu lado, Lupin lacuidara.
-Yo
yo la cuidare- balbuceo como pocas veces lo hacía.
-Conoces mejor que yo a Bellatrix, sabes que terminara enterándose y labuscara, ya la torturo una vez y poco le importara hacerlo de nuevo
-No- susurro.
-¿Cómo dices?- inquirió el anciano profesor.
-Ya nos separaste una vez y no permitiré que lo hagas de nuevo.
-Eso depende de ti- musito.
Snape había comenzado a perder la paciencia. Aquellas charla sin sentido no loestaba llevando a ningún lado.
**********Narradora**********
Todos cenaban despreocupados de la vida, charlando ymás aun escuchando a Sirius hablar sobre lo suyo con Pansy.
Era complicado para los aun estudiantes, estar sentados a la misma mesa que unaSlytherin y No cualquiera si no ni más ni menos que la antigua novia de DracoMalfoy.
A la castaña se le revolvió el estómago tan solo de pensarlo.
-Bien, creo que es hora de que todos vayamos a dormir, nos espera un largo díamañana.
El número 12 de Grinmuld Place era una casa grande; bastante Sin embargo apenascontaba con cinco habitaciones.
Después de que todos se instalaran, descubrieron que Hermione, Pansy y Ginny notenían una habitación.
-Yo puedo dormir con mis padres- musito la pelirroja, soltando un largo bostezoy abandonando la sala.
Lupin y Sirius se lanzaron una mirada cómplice.
-Volvemos en un minuto- anuncio Lupin antes dedesaparecer por el corredor seguido de Sirius.
Un silencio incomodo reinaba en la habitación donde ambas chicas esperaban.
-¿Es extraño no? Granger- susurro de pronto Pansy.
Hermione la observo sin comprender.
-Tú con Lupin y yo con Sirius- dejo escapar un suspiro.
Los ojos de la castaña se abrieron un poco.
-Creo que será mejor que nos llevemos bien.
Estiro su mano esperando a ser estrechada. Acto que la castaña correspondió untanto vacilante. Pansy por primera vez para Hermione, sonrió sinceramente.
-¿Y cuánto llevan juntos?- inquirió la Slytherin sentándose a su lado.
-¿Cómo lo sabes?- pregunto de pronto la castaña.
-Yo
me lo contó Draco.
La castaña casi se atraganto con el vaso de agua que bebía en aquel momento.
-¿Te dijo
La castaña no completo la frase, pero sentía la necesidad de preguntarlo.
Pansy le guiño un ojos al ver que Sirius y Lupin se acercaban.
-Lo sé- susurro antes de que Sirius hablara.
-Tenemos una sorpresa.
Ambos las condujeron hasta la habitación que antes, era de Sirius. Primeroentraron Sirius y Pansy, seguidos de Hermione y Lupin que se desviaron por unapuerta contigua a la habitación de Sirius y Pansy.
Lupin cerró lentamente la puerta detrás de él.
-¿Y bien?- inquirió acercándose a la castaña -¿Qué te parece?
Hermione no supo que responder, y solo atino a retroceder, hasta que quedoaprisionada entre la pared y el cuerpo del licántropo.
-Ya te extrañaba- susurro dejando viajar sus manos hasta la cintura de lachica.
Hermione realmente quería parar aquello pero no sabía la manera de hacerlo sinlastimarlo.
-Lupin yo
estoy muy cansada- balbuceo.
Lupin había comenzado a besar su cuellos deslizando lentamente sus manos portodo su cuerpo.
-Emm
Hola- Pansy los observaba desde la puerta.
-¡Pansy!- exclamo Lupin alejándose de la castaña.
-Yo
creo que preferiría dormir con Hermione- susurro la Slytherin ingresandoen la habitación.
Lupin contemplo a ambas, bastante extrañado.
Hermione asintió.
Con un movimiento de la varita del licántropo, su baúl aun sin deshacer salióde la habitación flotando.
-Te veré mañana, linda- se despidió Lupin volviendo a acercarse a la castaña.
-¡Hermione quieres ayudarme con esto!- exclamo Pansy.
Hermione se acercó rápidamente a la chica.
-Si Lupin nos vemos- se despidió desapareciendo por la puerta del baño con unpar de cosas de Pansy en las manos.
Lupin la observo desaparecer algo confundido y poco después abandono lahabitación.
La castaña salió del baño en cuanto escucho la puerta cerrarse.
-Gracias- susurro sentándose a la orilla de la cama.
Los días pasaron velozmente para fortuna de la castaña.
Había conseguido estar lo suficientemente ocupada para alejarse de Lupin y nopensar en Snape.
Aunque, sabía que en algún momento tenía que terminar con aquello. No podía continuarsimplemente evadiéndolo.
Tal vez Snape no quería volver a verla jamás, tal vez no quería saber nada deella, sin embargo no quería seguir lastimando a Lupin de aquella manera, sabíaque la amaba, se lo había demostrado, sin embargo le era imposiblecorresponderle y a decir verdad no quería obligarse a hacerlo.
Era la última semana de vacaciones cuando sucedió lo que realmente deseaba contodas sus fuerzas que jamás pasara.
Hacia un año que la guerra había finalizado y Voldemort había muerto, sinembargo el orden y la paz no había vuelto del todo al mundo mágico.
Bellatrix y algunos más continuaban sueltos, empeñados en vengar la muerte desu amo, por lo que, de vez en cuando, aun se celebraban reuniones de la Orden.
Los mortífagos estaban inactivos y bastante silenciosos sí; pero se temía queen cualquier momento pudieran comenzar otra guerra. Y pero aun, con Bellatrixal mando.
En fin
Fue la mañana del miércoles, y Hermione se encontraba ayudando a Fleur a cuidarde la pequeña Victorie.
La pequeña corría por la casa feliz mente hasta los brazos de su madre que bajabalas escaleras para ir a comer.
Hermione suspiro aliviada. Estaba cansada de correr todo el día detrás de lapequeña niña traviesa, y realmente necesitaba un respiro.
Caminaba distraídamente por el recibidor cuando sintió una ráfaga de vientoproveniente de la puerta de entrada que se cerraba lentamente, alguien acaba deentrar o tal vez de salir. En eso estaba cuando se encontró de frente contra unfornido pecho cubierto con una capa negra.
Sus manos se detuvieron en el pecho de aquel hombre y las manos de él viajaronhasta su cintura, evitando que ella cayera.
Levanto la mirada, hasta que sus ojos miel se encontraron con aquellos profundospozos que conocía tan bien.
-Profesor
-Señorita Granger, tenga más cuidado- susurro.
Se contemplaron por un segundo.
Tanta gente, tanta gente que había en esa maldita casa y venía a encontrarsecon ella.
-¿Hermione estas aquí?
Lupin
siempre tan oportuno.
Snape le lanzo una mirada de odio al licántropo antesde alejar a Hermione de él, haciéndola a un lado bruscamente
Fue el momento más incómodo en el que Hermione pudo haberse encontrado.
Ambos estaban ahí, observándose con odio, y ella, depie al lado de Snape, contemplando a ambos.
La tensión pudo haberse cortado con un cuchillo.
-Vamos pequeña
- susurro Lupin sujetándola por los hombros y alejándola deSnape.
Hermione comenzó a caminar con el licántropo. Muy en su interior esperaba algo,alguna clase de reacción de parte de Snape, que hiciera algo, que dijera algo.
Snape los contemplo alejarse.
Una vez solos, Hermione se zafo del agarre del licántropo.
-Lupin
-Necesitamos hablar- concreto el hombre lobo.
Hermione asintió y ambos caminaron silenciosamente a la sala que se encontrabacompletamente desierta.
Lupin se sentó en un sillón y Hermione se sentó nerviosamente, frente a él.
-Lupin yo
-Solo quiero que estés segura de que yo si te amo
Ese "si", esa pequeña palabra de 2 letras acababa de perforarle el corazón. Nosupo que hacer, simplemente se encontró mirando fijamente aquellos ojos coloralmendra.
-Lupin yo no
Lupin la cayó posando su dedo sobre sus labios.
-Puedo darte todo lo que no te dará
-Lupin, por favor
no hagas esto más difícil.
-¿Qué quieres haga? Hare lo que sea, Hermione
yo te am
-No- susurro la chica - Lupin
sé que tú me amas, realmente me lo hasdemostrado pero yo no puedo corresponderte
-Entonces
-Lo intente, de verdad, no sabes cuánto desearía hacerlo, pero no puedo.
Lupin suspiro resignado.
Lo estaba lastimando, veía la tristeza reflejada en su rostro, la decepción inundandosu mirada.
Sujeto su rostro entre sus manos, se sentía la peor persona del mundo, pero erala mejor.
-Gracias- susurro -Gracia por amarme de esa manera, gracias por estar ahí para míy realmente siento no poder corresponderte, no merezco todo lo que has hecho
La chica dejo la frase suspendida a la mitad, cuando Lupin unió sus labios a los de ella.
**********Snape**********
No soy curioso, nunca acostumbre serlo, ni siquiera de pequeño, pero eraHermione de quien hablamos. Hermione, sola con Lupin.
Los seguí, lenta y silenciosamente.
Me detuve, a unos pasos de donde la sala donde ellos entraron.
¿Qué más daba? A mí ni siquiera me importaba ¡Que hiciera con su vida lo queella quisiera!
Pensaba al tiempo que seguía avanzando hacia la sala.
Ahí estaban ambos, hablaban de algo que no alcanzaba a comprender.
Hermione sujetaba el rostro de Lupin entre sus manos, hasta que después deun segundo, ambos fundieron sus labiosen un beso.
¡ESTÚPIDA SABELOTODO!
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Holi!
Bien, se que fue un capitulo algo largo y mas aun aburrido, pero era necesario.
Les juro que el proximo sera mejor. Espero poder actualizar pronto, mientras porfi comente que opinan!
Un beso
Feer :3
Holi!
Volví,siento haberlos abandonado, pero estaba falta de inspiración.
Bien,tal vez el capi este un poco mal hecho, prometo corregirlo
o ustedes díganme!
Por fi comenten! si no haran que me deprima, y juro que dejara abandonado el fic.
Sinmás preámbulos ¡a leer!
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
La casa de los gritos
Hacia un mes que Hermione había terminado con Lupin, hacia un mes que elexpreso de Hogwarts había retomado el camino de King Cross al castillo, haciaun mes que los chicos se habían despedido de Grinmuld Place y sus habitantes.
Hacia un mes que Snapeevitaba el más mínimo contacto visual con la castaña, hacia un mes que la clasede pociones se había vuelto un infierno.
Hacía más de un mes que Lupin se había despedido de Hermione con un beso. Hacíapoco más de un mes que Snape los había visto
**********Hermione**********
Era tarde, tarde
¡Muytarde!
Me había quedado dormida, luego de que Ginny me despertase para bajar adesayunar. Pero es solo que, había tenido un sueño tan hermoso, que luego dedespertar había vuelto a cerrar los ojos para que este continuara. Sin embargo,cuando se me ocurrió consultar la hora descubrí que faltaban 5 minutos para las10 a.m.
Todas aquellas actividades cotidianas como ducharme, arreglarme, bajar adesayunar y alistar mis cosas para la clase en las que acostumbraba tardar casihora y media las realice fugazmente en menos de 20 minutos. Sin embargo y apesar de mi sorprendente velocidad, ya iba tarde a la clase de pociones.
¡Merlín iba a matarme!¡10:13!
Corría por los pasillos como una loca, aventando gente a mi paso, y gritándolesuna disculpa cada vez que los arrollaba.
Baje de un brinco los últimos dos escalones de la escalera hasta el pasillo delas mazmorras.
¡Merlín 10:17! Iba amatarme, seguro que iba a matarme.
Corrí lo más rápido que mis agotadas piernas me permitían y tras doblar unaúltima esquina llegue al aula.
Temblaba de pies a cabeza, y sudaba en exceso. Jamás creí volver a sentir aquelmiedo hacia él
Mis nudillos golpearon suavemente la puerta, como si no quisiera que fueranescuchados.
La puerta se abrió lentamente, revelando las miradas de todos los alumnosclavadas sobre mí.
-Granger
- susurro
-Lo siento profesor-repuse ingresando al aula.
La puerta se cerró detrás de mí.
-Diez puntos menos Gryffindor- musito volviendo a su escritorio.
Ocupe mi sitio, entre Harry y Ron, y me dispuse a comenzar a trabajar.
-Es bastante bueno fingiendo ¿No crees?- susurro de pronto Harry, inclinándoseun poco sobre mí para que Ron no lo escuchara, y lanzándome un sonrisita.
-No está fingiendo- repuse con tono amargo.
Harry me contemplo sincomprender, pero no agrego nada.
La clase de pociones, se había convertido en un auténtico infierno desde quehabía vuelto de Grinmuld Place.
No sabía qué hacer, buscaba el momento oportuno para hablar con Snape, sinembargo cuando estaba a punto de hacerlo me daba cuenta de que en realidad, élno quería volver a verme.
Todo aquello me resultaba demasiado pesado, más aun que cuando él se fue, sinembargo me jure no volver a caer en lo mismo, abandonarme de esa manera.
Lo amaba, si, con toda mi alma, pero no podía hundirme en mi misma como lohabía hecho aquella vez.
Intentaba estar tranquila, o al menos fingía estarlo.
Y las cosas con Lupin no iban mucho mejor, me buscaba.
No era cómodo para mí. Ahora me daba cuenta de lo mucho que lo extrañaba comoamigo. Pero solo eso, no algo más.
**********Snape**********
Mi mente era unremolino de confusiones.
Había visto a Hermione con Lupin, en el colegio y también en los paseos aHogsmade pero
No podía permitir que él se quedara con ella pero
si ella así lo prefería, yono podía hacer nada.
**********Narradora**********
El tiempo pasabalentamente, torturando no solo a Snape y a Hermione, incluso a Lupin.
La necesitaba, su lado. Con él.
La amaba, la amaba como jamás se había enamorado. Como nunca lo había sentido.
Paso aquel sábado por la tarde
Hacia un día soleado y los alumnos ansiaban poder salir del castillo. Aquel díahabría una salida a Hogsmade.
-Vamos Herms- la apuro Ginny desde la puerta.
-¿Cuál es la prisa?-inquirió la castaña de mala gana.
-Vamos, no quiero llegar tarde.
-Hogsmade no se moveráde ahí lo juro- repuso Hermione saliendo de la habitación siguiendo a Ginny.
Harry y Ron ya lasesperaban fuera del castillo.
-¡Hola, chicas!-saludo Harry para luego acercarse a su novia y tomarla de la mano.
-¿Nos vamos?- sugirió Ron comenzando a caminar.
-¡Que tal chicos!- exclamo una voz detrás suyo.
Aquello ojos almendra se cruzaron con los de la castaña, enseguida este giro elrostro hacia él.
-¡Que tal Lupin!-repuso Harry.
-¿Van a Hogsmade?-inquirió.
-Claro- repuso Ginny-¿Vienes?
Le lanzo una fugazmirada a Hermione, casi imperceptible antes de aceptar.
Pronto, Harry, Ron y Lupin se adentraron en una plática sobre Quidditch, en laque, de vez en cuando, Ginny participaba.
-Iremos a buscar unamesa- Susurro Ginny alejándose con Hermione mientras Ron y Harry se dirigíanhacia la barra por las bebidas.
Lupin se habíaentretenido un momento, conversando con el profesor Flitwick.
Los chicos conversaronanimadamente, charolando de cualquier cosa y bebiendo sus cervezas demantequilla despreocupadamente.
-¿Podemos hablar
?-inquirió Lupin de pronto acercándose a la mesa.
-Ahora vuelvo chicos- susurro la castaña poniéndose de pie y abandonando elestablecimiento seguida de Lupin.
Comenzaron a caminar por la larga calle principal.
-Hermione yo
no es como decir esto.
La chica solo espero a oírlo hablar.
-Te amo- soltó así,sin más.
-Lupin por favor
- susurro la chica deteniéndose. -No sigas con esto.
-Hermione, soloescúchame.
La chica continúo consu recorrido, con la mirada clavada en el piso.
-Te amo, te amo comojamás había amado a nadie. Te convertiste en parte de mí. Me enamoraste hastael punto de sentir que enloquezco si no estás a mi lado.
La chica negó con la cabeza.
-Era perfecta,Hermione. La mujer perfecta para mí.
Seguían caminado, calle arriba. Podían observar la casa de los Gritos y susalrededores desiertos.
-Lupin
. Me halagaspero yo
no soy la indicada y
no quiero lastimarte pero
-Sé que tal vez no meamas
pero debes algo
-Lupin te quiero, y tequiero mucho
-Eso es algo-intervino el licántropo soltando una risita nerviosa
Hermione también intento reír, pero le costaba trabajo.
-Tal vez sea difícil, pero no imposible. Yo sé que lo puedo conseguir. Teenamorare. Lo hare.
-Lupin
La chica callo de pronto. Indicando a Lupin que también guardara silencio.
Le había parecidoescuchar algo a lo lejos.
Bastocon un grito.
Un grito quizá de alguna chica de primer grado fue suficiente para alertar aalumnos y profesores. Para alterarlos.
Sin embargo, a pesar de que progresivamente todos en aquel pequeño pueblitonotaron lo que ocurría, nadie hizo nada.
Las escenas de una batalla tan reciente, aparecieron ante los ojos de todos.Aterrándolos.
Las abarrotadas calles se vaciaron en un segundo, al tiempo que alumnos yprofesores se refugiaban en los pequeños establecimientos a lo largo de lacalle principal.
-¿Qué ocurre?- susurro la castaña al tiempo que ambos giraban en todasdirecciones.
-No lo sé pequeña
- repuso Lupin observando a los pocos alumnos aun en lacalle, correr por toda la calle en busca de refugio.
-Sera mejor volver- susurro el licántropo con un toque de nerviosismo en suvoz. Asió a Hermione por el brazo pero ella no se movió.
Se habían en un profundo silencio, un silencio que perforaba los tímpanos.
Solo el estridente grito de Bellatrix resonó de pronto, rasgado el aireprimaveral. Que fue secundado tan solo un segundo después por la respuesta deSnape y el contrahechizo de Dolohov.
La castaña desvió sumirada en aquella dirección, mientras una especie de terror comenzaba a invadircada célula de su cuerpo.
Ahí estaban. Ahíestaba él.
-Severus
- fue lo único que su boca pudo articular.
Una sombra negra surco el cielo hasta detenerse en la casa de los gritos,revelando a Yaxley, de pie a lado de los 2 mortífagos ya presentes.
Un haz de luz plateado escapo de su varita, hechizo que Snape apenas consiguióevitar ya que estaba bastante ocupado luchando contra los otros 2.
-¡SEVERUS!
Fue un grito desgarrador.
Hermione comenzó a correr hacia la casa de los gritos, sin pensar en nada. Sinpensar en lo que hacía; solo pensando en él.
-¡Hermione!- exclamo Lupin detrás suyo.
Unos brazos rodearon ala castaña por la cintura, deteniéndola.
-¡Severus!
Pataleaba, golpeaba,arañaba el cuerpo de Lupin, tan solo pensando en correr hasta donde estaba él.
-Hermion
Pero era inútil. Hermione había conseguido zafarse de su agarre y corría calleabajo con varita en mano.
-¡Hermione!- exclamoLupin siguiéndola.
-¡Severus!
Esa voz. Esa voz que conocía mejor que así mismo, que podría identificar encualquier sitio floto hasta sus oídos.
Era ella. Corría calle abajo con la mirada clavada sobre él seguida por elhombre lobo.
Quiso gritarle que parara, que se detuviera, pero un hechizo asesino lanzadopor Dolohov que pasó rozando su oreja lo distrajo.
-¡Petrificus Totalus!-exclamo petrificando a este.
-¡Hermione no!-exclamo.
Pero ya era tarde lacastaña atravesaba en aquel momento por debajo de la cerca que rodeaba la casade los gritos.
-¡Severus!- exclamo.
Era lo único que podía decir, lo único que su boca podía articular y sobretodo, lo único que le interesaba en aquel momento.
-¡Desmaius!- exclamola castaña a una distancia considerable, dando de lleno en el pecho de Yaxley.
-Hermione
- susurroSnape observando los ojos de la castaña bañados en lágrimas.
-Severus
-Que lindostortolitos
- exclamo la estruendosa voz de Bellatrix.
Bellatrix lo había descubierto. Con solo ver esa escena, Snape sabía que ellasabía todo.
Pero ahora eso, le importaba un comino.
Le importaba cuidar a Hermione, dar su vida por ella si era necesario. Leimportaba sacarla de ahí con vida; a como diera lugar.
Ambos fijaron la vistaen ella, recordando que aún estaba ahí. Y ella, los observaba con una sonrisaburlona.
-¡Expelliarmus!-exclamo de pronto Lupin apenas rozando a la mortífago.
Yaxley se había incorporado, y el hechizo lanzado a Dolohov había pasado.
-¡Petrificus
-¡Expelliarmus!
-¡Protego!
Se había convertido enuna batalla. Cuatro hombres, dos mujeres. Tres buenos, tres malos
¡ah! Y tresenamorados.
Lupin luchaba contraDolohov, Hermione contra Yaxley y Snape contra Bellatrix.
Un hechizo asesinoescapo de la varita de Lupin golpeado de lleno en el pecho de Dolohov.
Un chillido escapo delos labios de Bellatrix.
-¡Estúpido hombrelobo!- bramo clavando sus ojos sobre él.
Un haz de luz roja escapo de la varita de BEllatrzi, direccion hacia el hombre lobo, quien apenas pudo esquivarlo.
Las maldicionesimperdonables así como hechizos escudo volaban por el aire una y otra vez.
-¡Desmaius!- fueYaxley, quien golpeo de lleno en el pecho de la castaña.
-¡Hermione!-exclamaron Lupin y Severus al unísono.
Bellatrix dejó escapar una carcajada.
Lupin corrió hasta la castaña, apenas esquivando los conjuros lanzados porYaxley.
Con un movimiento de su varita incorporo a la castaña, a la que un "Crucio" paso rosando por su cabeza.
-¡Petrificus Totalus!-Bramo Snape, golpeando a Yaxley con el haz de luz que emanaba de su varita.
Solo quedaban Bellatrix y ellos tres.
Por un momento, solo un segundo, se sumieron en un profundo silencio,interrumpido únicamente por el crujir de las ramas de los árboles.
De pronto un grito desgarrador surco el aire perforando el silencio.
-¡¡AVADA KEDABRA!!
-¡¡PROTEGO!!
Holi!
Bueno, los dejo con un capitulo super cortito, pero prometo actualizar pronto. Espero les guste el capi y por fi Comenten! Eso me hara muy feliz! :DD
Los amisimo! <3
La vida en tusojos
**********Snape**********
Todo paso tan rápido y tardo tanto en ocurrir.
Caí de rodillas sobre la fría hierva, agotado. Con mi brazo extendido y lavarita apuntando hacia Hermione.
Sentía mi corazón latir violentamente contra mi pecho. Azotándolo, amenazandocon salir por mi garganta.
**********Hermione**********
Yaxley se había desplomado.Petrificado.
Por un segundo, todo se sumió en un profundo silencio hasta que
-¡¡AVADAKEDABRA!!
-¡¡PROTEGO!!
Mis ojos se clavaron sobre Severus.
Ahoraentiendo lo que dicen, sobre aquello que antes de morir, vez pasar tu vidafrente a tus ojos.
Porque mi vida estaba frente a mí, de rodillas. Me miraba, con aquellosprofundos ojos negros cargados de una tristeza infinita.
Laestridente carcajada de Bellatrix resonó por todo el lugar.
Mecontemplaba eufórica, con sus ojos encendidos de maldad. Maldad pura.
Aquel rayo de luz de verde estaba tancerca de mí, que casi me tocaba.
Cuando de pronto, una fina barreracasi cristalina apareció frente a mí, separándome de aquella maldición. Protegiéndome.
-¡Hermione!
Fue su voz, aquel grito desesperaba el que me obligo a voltear y a mirarlo, ypaso
La fina barrera, el hechizo "Protego" obligo a aquella maldición, esa maldita maldiciónasesina a rebotar.
Observe el hechizo estrellarse contra la barrera casi aliviada, hasta que estetomo una nueva dirección.
-¡NOOOOOOOO!
Sus ojos se clavaron sobre los míos. Negué con la cabeza. El haz de luz verdeestaba tan cerca de él. Lo contemple aterrada.
Por un segundo me pareció ver que me sonreía, antes de sus ojos brillaran porultima vez.
El hechizo impacto contra su pecho, obligándolo a volar por los aires, antes dedesplomarse violentamente.
Todo aquello, paso en tan solo unos segundos.
La estridente risa de Bellatrix volvió a retumbar, antes de que desapareciera surcandoel aire, convertida en tan solo una sombra negra.
-¡NOO!- exclame corriendo hasta él.
Me arrodille a su lado, dejando las lágrimas correr por mis mejillaslibremente.
-Despierta
- susurre sujetando su rostro entre mis manos.
Sus ojos habían perdido aquel brillo, ese brillo especial que me regalaba dacavez, al mirarme.
Ahora su mirada estaba perdida, la vida en sus ojos se había esfumado.
**********Narradora**********
Severusse había incorporado, observaba a su castaña arrodilla al lado de lo que ahoraera tan solo un cadáver.
Se desplomo sobre el pecho del licántropo, sollozando silenciosamente.
-Lupin
no
- sollozo.
Sujeto su mano aun tibia entre las suyas.
-Perdóname
-susurro la castaña. -Tu no merecías esto- su voz era entre cortada y apenas podíahablar -Todo ha sido mi culpa
yo no merezco todo lo que hiciste por mí.
Beso su mejilla, cerrando delicadamente sus parpados. Ahora parecía que dormía.
-Lo siento
- susurro.
Su puso de pie, aunque sus piernas apenas podían sostener su peso.
Sus ojos estaban hinchados, y rojos.
Busco con la mirada a Severus, y ahí estaba, de nuevo frente a ella. De pie ytan solo contemplándola.
-Hermione
-¡Es tu culpa!- exclamo con las lágrimas volviendo a brotar de sus ojos.
Se había acercado, con paso dudoso y tambaleándose.
-Hermione
-¡Porque!- exclamo. -¡Es tu culpa!- exclamo la castaña.
Había comenzadoa golpear su pecho con sus pequeños puños. Desahogando todo aquello que sentía.
Las lágrimas aun corrían por sus mejillas y ella sollozaba.
-Es tu culpa
- sollozaba a cada golpe.
Snape no la detuvo, solo se quedó ahí, sin defenderse. Con los ojos cargado deuna tristeza y dolor infinitos.
-Tú lo mataste
¡Te odio!
Snapesujeto de pronto a la castaña por las muñecas, clavando sus profundos ojosnegros cargados de dolor, sobre los miel de ella.
-¡TE AMO!- exclamo la castaña abrazándose a su cintura fuertemente. Volviendo asollozar. Hundiendo su rostro en su pecho, mojando su levita con las lágrimas quebrotaban de sus ojos.
Snape le correspondió el abrazo enseguida.
-No sé qué haría si te hubiera perdido- susurro Snape acariciando su mejilla.
Hermione se volvió a abrazar fuertemente a él. Como si tuviera miedo deperderlo. De que en cualquier momento pudiera desvanecerse.
-Te amo Hermione, eres mi vida- susurro el profesor abrazando fuertemente a lacastaña. A SU castaña.
Adiós pequeña...
Snapese alejó de la castaña de pronto, al ver aparecer a Dumbledore justo detrás deellos.
-¿Quéha sucedido?- inquirió el anciano acercándose a la pareja.
Lagente había comenzado a abandonar los establecimientos del pequeño pueblito y asalir a la calle principal, observando confundidos la extraña escena.
Harry y Ron fueron los primeros en correr calle abajo, al distinguir a suamiga.
-¿Cómopaso?
-Yo
-susurro Snape.
Hermione estaba de pie al lado de él, pálida. Con la mirada clavada sobre elcuerpo sin vida de Lupin.
Dumbledore contemplaba el cuerpo inerte de Dolohov, justo al lado del de Lupin.
-Era un bueno muchacho- susurro -¿Cómo es que
?
Contemplabaa Snape esperando una respuesta.
-Un hechizo de Bellatrix reboto- susurro el pocionista.
-¿Reboto?¿Con que
?
Peroencontró la respuesta de pie, justo al lado de Severus, temblando ligeramente.No puedo conseguir ocultar una tierna sonrisa. El chico estaba verdaderamenteenamorado.
-Señorita Granger, ¿Se encuentra usted bien?
Lachica asintió como atontada, sin despegar la vista del licántropo.
-¡Hermione!
Harryy Ron habían atravesado la cerca, corriendo hacia la chica.
-¿Quéha
?- pero Harry no completo la frase, Ron acaba de darle un codazo en lascostillas, señalándole algo con la mirada.
-Lupin
-susurro Harry.
Ron intento detenerlo, pero el chico se lanzó sobre el cuerpo sin vida dellicántropo.
-No,no, no.
Hermioneobservaba con lágrimas en los ojos a su amigo, que susurraba sobre el cuerpo inertedel licántropo.
Ron observaba interrogante a su amiga, y más aún confuso.
-¿Qué ocurrió?- inquirió el pelirrojo en un susurro, pero su amiga no leprestaba atención.
Estabacomo ida. Como si apenas se diera cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Enuna especie de shock.
-¿Qué ocurrió?- inquirió Harry de pronto, incorporándose.
-Nofue culpa de nadie Harry
- susurro el director dedicándole una sonrisa queintentaba ser tranquilizadora.
Harry lo miro extrañado.
-Fue un hechizo de Bellatrix, que reboto
-¿Reboto?-inquirió Harry.
-Severus hizo lo que pudo
-¡Claro!- exclamo Harry fuera de sí. -¡Lo que pudo! -¡TU LO MATASTE!- bramo elchico de pronto, apuntando al pelinegro con su varita.
-¡Harry!- fue Dumbledore, fue Ron.
-¡NO!- exclamó la castaña reaccionando de pronto. Interponiéndose entre alumnoy profesor.
-¡Potter!No te atrevas a apuntarme
-¡Cállese! Usted lo mato.
-¡Harry!
-¡Hermionequítate!
-¡Nolo perderé al también! exclamo la castaña.
-Hermione, ¿No te das cuenta? ¡Él lo mato!
-Harry,lo hizo para salvar mi vida- susurro la chica sollozando.
Ron observabala escena sin creer lo que veía, Hermione defendía a Snape, de pie entre ambos.Protegiéndolo.
-Harry, vamos baja la varita, por favor- musito el director acercándose alpelinegro.
-¿Hermioneque esto?- bramo Ron de pronto, con la clara intención de armarle algunaescenita.
Pero la castaña no le prestaba atención.
-Severus
susurro girándose hacia el, y apoyándose contra su pecho
-¿Qué ocurreamor?
-Me
me siento mal- balbuceo la castaña.
Sintió sus rodillas doblarse bajo su peso. Sus ojos no podían mantenerseabiertos.
Todo se había oscurecido.
Unos fuertes brazos la habían sujetado, impidiendo su impacto contra el suelo
-Hermione
Fue el susurro de Severus, lo último que escucho antes de perder la noción detodo lo que ocurría a su alrededor.
**********Narradora**********
Seveía tan linda cuando dormía.
Extrañaba tanto sentirla tan cerca, observarla dormir, pero sobre todo dormir asu lado.
Por un momento, parecía que todo a su alrededor se desvanecía, y solo existíaella, recostada en aquella camilla de sábanas blancas con esa expresiónrelajada, casi sonriente.
Habían sido demasiadas emociones para un solo día, y la castaña había sufridoun pequeño shock.
Eran alrededor de las 9 p.m., llevaba algunas horas ahí, sentando justo al ladode ella, solo observándola dormir.
**********Hermione**********
Abrílos ojos lentamente. Los parpados me pesaban demasiado, me era casi imposiblemantenerlos abiertos.
Estaba sola en la enfermería, era la única en todas aquellas camillas.
Las cortinas de mi cama estaban descorridas un rayo de luz de luna se colabapor la ventana, proyectándose sobre el piso, confiriendo un aura misteriosa ala enfermería.
Por un momento, no conseguí recordar lo que había ocurrido, hasta que poco las imaginesde aquella mañana acudieron a su mente, torturándola lentamente.
Escucho de pronto, unos pasos lejanos acercándose a la enfermería.
De pronto se percató de que él se encontraba ahí.
La observaba apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados sobre elpecho y una ligera sonrisa surcando sus labios.
-¿Lupin?-inquirió la castaña, abriendo los ojos.
-Hola pequeña- susurro el licántropo.
-¿Cómo
? La castaña se incorporó en su cama.
-Gracias por ser tan especial para mí- susurro el licántropo observando a lacastaña desde los pies de su cama.
La castaña lo observo sin comprender.
-Te amo Hermione.
-Lupin
El licántropo dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta.
-Espera
¿Adónde vas?
-Deboirme- susurro dedicándole una sonrisa desde la puerta.
-Lupin
no me dejes.
-Adiós pequeña
**********Snape**********
Mesobresalte al escuchar su voz, y más aún al descubrir que aun dormía.
Había balbuceado algo, pero no conseguí entender que había dicho.
Hermione comenzó a revolverse entre las cálidas mantas.
-Pequeña
-susurre acercándome a ella, dándole un suave beso en la frente.
-Lupin
- sonrió por un segundo.
Aleje un poco el rostro del suyo al escucharla.
-¿Severus?- susurro un tanto extrañada.
-Creo que necesitar dormir- repuso incorporándome. -Te veré por la mañana- volvía besarla sobre la frente, más secamente esta vez.
**********Narradora**********
Fueuna gran conmoción la que invadió a alumnos y profesores, la mañana deldomingo, cuando Dumbledore tuvo que hablar sobre lo ocurrido, durante undiscurso en el desayuno.
Másde una chica sollozaba silenciosamente, escuchando las palabras del director. Perola más afectada era Hermione, que lloraba incontrolablemente.
Snape la observaba desde la mesa de profesores.
-Lupin, vivirá por siempre en nuestros corazones, como nuestro preciado profesorde Defensa contra las Artes Oscuras- concluyo Dumbledore con una sonrisa, intentandovanamente contagiar al resto.
**********Hermione**********
Yano estaba, aquella silla en la mesa de profesores estaría por siempre vacía,justo como lo estaba ahora.
Sehabía desvanecido, igual que en mi sueño, sin dejar rastro.
Me era imposible para las lágrimas que emanan de mis ojos.
**********Snape**********
"Loasesino Bellatrix Lestrenge" había dicho Dumbledore. No me había mencionadosiquiera, y se lo agradecía realmente. Sin embargo, al escuchar aquello, tantoPotter como Hermione, me lanzaron una fugaz mirada.
Potter asesina, claro. Pero la de Hermione no sabría definirla.
Estaba dolida, triste, lastimando
Los extrañaba, lo necesitaba. Le era imposible ocultarlo.
Y eso, aunque fuera egoísta e incluso estúpido, me molestaba.
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Hola!
Pf...! Por fi, no me odien no fue mi intension abandonarlos por tanto tiempo, pero de verdad he estado muy ocupada. Sobre todo viendo The Walking Dead [pf... tengo un trauma x3]
En fin, juro no volverlos a abandonar.
P.D: Yo se que me aman y van a comentar siii?
Un beso
Feer :3
Besos sabor a te extraño
Losdías de nuevo habían comenzado a trascurrir con una velocidadimpresionante, para cuando Hermione sedio cuenta, había pasado un mes desde la muerte de Lupin.
Y no solo eso, estaban a menos de dos meses de finalizar el curso en Hogwarts,el curso se le había pasado volando, sin que ella apenas pudiera notarlo
-¡Hermione!
Lachica de cabellos castaños se detuvo en mitad del pasillo, buscando a quien lellamaba
-¿Pansy?-inquirióla chica viendo acercarse a la morena.
-¿Cómo estás?- inquirió la Slytherin abrazando fuertemente a la castaña. Hermionela observo extrañada.
-Yo bien
supongo- repuso la chica.
-Ya paso un mes
- susurro Pansy.
El peso de la verdad cayó sobre los hombros de Hermione. Sonrió de lado.
-¿Quieres hablar?- inquirió la morena.
-Yo
prefiero no
- replico la Gryffindor con voz ronca, debido al nudo quecomenzaba a formarse en su garganta.
Lachica se alejó por el largo pasillo, no sin antes despedirse de Pansy.
1mes
La chica caminaba por los pasillos, sumida en sus pensamientos, con los ojosnublados por las lágrimas que amenazaban con escurrir por sus mejillas.
Había pasado un mes desde que Lupin había muerto, por su culpa. Por quererprotegerla, por correr detrás de ella. Eso, era una culpa que no la dejaba enpaz.
Ypor otro lado, estaba Severus.
Se había distanciado tanto de él. Simplemente, era como si todo se hubieseesfumado. Simplemente, se dejaron.
Ya no había más encuentros furtivos en el aula, ni visitas a su despacho. Solo,había dejado de pasar.
Leextrañaba, le extrañaba de una manera dolorosa, le extrañaba demasiado, y sinembargo estaba tan sumida en su dolor por la muerte de Lupin que no se habíamolestado en buscarle.
Suvida era un caos, un completo y total desastre.
Su mente y más que eso su corazón, se habían tornado en un cumulo desensaciones indescriptibles.
Quería, más que nada, volver a los brazos de Severus, gritarle lo mucho que loamaba, y sin embargo, simplemente no sabía cómo hacerlo.
Sucedió aquella mañana, alrededor de las doce del día, cuando Hermione sedirigía velozmente a la biblioteca a terminar la tarea de Runas Antiguas, quela noche anterior había dejado pendiente.
Entro sin apenas mirar quien se encontraba ahí, acostumbrada a que a esashoras, siempre se encontraba desierta.
Torció sin poner atención, por un pasillo, sumergiéndose entre las estanteríasde libros, cuando chocó contra una persona.
Unos fuertes brazos, que ella reconocería en cualquier sitio la sujetaron porla cintura, evitando que cayese.
-Señorita Granger tenga más cuidado- susurro Snape secamente, soltando a la chica.
Hermione hubiera dado todo porque nunca más la soltase.
-Yo
lo siento profesor- balbuceo la castaña.
Por un segundo sus miradas se cruzaron, como hacía ya tanto tiempo que no lohacían.
Aquellos profundos ojos negros que ella conocía tan bien taladraban susbrillantes ojos melados.
-Con permiso- repuso Severus siguiendo de largo.
La castaña quiso tomarle del brazo, decirle que no se fuera, que no volviera adejarla sola, pero por alguna razón, no lo hizo.
Snape deseo dar la vuelta, volverla a sujetar entre sus brazos. Deseo queHermione lo detuviera, que le pidiese que no se fuera, pero eso no sucedió.
Estaba a punto de abandonar la biblioteca, casi en la puerta cuando escucho sudulce voz a su espalda.
-¡Severus
!
Snape volteo enseguida escucho su voz, casi de manera brusca, con una llamaradade esperanza en su mirada.
Se contemplaron por otro largo y eterno segundo.
-Te extraño- musito la castaña en un susurro apenas audible.
El rostro de Severus pareció iluminarse por un segundo.
La chica se lanzó a los labios de este de pronto, sin esperar una reacción deél.
-Te amo Hermione, te amo
¡Merlín! TE AMO.
Exclamo sujetándola tiernamente por la cintura.
Todas aquellas barreras, todas aquellas dudas que ella no sabía que tenía sevieron disueltas con aquel beso.
Hermione lo rodeo por el cuello.
-¿Quénos pasó?- susurro el pocionista un par de minutos más tarde, luego de queambos hubieran corrido a refugiarse en su despacho.
-No lo sé y no me importa- susurro la castaña tiernamente, dándole un beso enlos labios.
Severus le correspondió el beso enseguida, sin pensarlo siquiera.
Ambos habían necesitado tanto aquello.
Habían extrañado tanto al otro, sus besos, sus caricias, su voz, su aroma.
Aquello, aquello eran besos sabor a te extraño.
-Te extrañe tanto pequeña
Severus la contemplaba como si fuera el más hermoso de los tesoros, y eso era;era su tesoro.
Despertaren sus brazos, en aquella cama que conocía tan bien, entre aquellas sabanas queolían a él
Era lo único que quería hacer por el resto de su vida.
No se había dado cuenta de cuanto extrañaba aquello, hasta que, al abrir losojos se topó con aquellos profundos pozos negros que la observaban tiernamente.
Denuevo, todo volvía a ser perfecto. Por un momento, parecía que nada pudiesearruinar su felicidad.
Aquellas visitas nocturnas, aquellos encuentros desesperados entre clases, todohabía vuelto.
Y ahora, estaba más segura que nunca de cuanto amaba a Severus.
Sin embargo, los días corrían a una velocidad impresionante.
1de junio
5 de junio
10 de junio
20
Solo 10 días
y todo terminaría.
Aquello había comenzado a agobiar a Hermione de una manera casi insoportable.
¿Qué sería de ella?
No quería ni siquiera pensarlo.
Tener que abandonar el castillo. Aquel castillo que siempre fue su hogar y sobretodo, tener que abandonarlo a él.
¿Qué pasaría después de que ella se fuese? ¿Todo terminaría? ¿Podría seguir enalgo más?
Estaba cansada de todo aquello, de que aquellas dudas que por un momentoparecían haberse disipado de su mente, volvieran a acosarla
-Señorita Granger, que gusto encontrarla por aquí- susurro el profesor Snapepegando sus labios delicadamente al odio de la chica.
Hermione sonrió, y se dejó arrastrar por el hasta un alejado pasillo, ocultosentre la sombras.
-Te extrañe
- susurro la chica al tiempo que el profesor la acorralaba entre sucuerpo y la pared.
-Y yo a ti
sabelotodo insufrible- susurro el pocionista comenzando a besar elcuello de la chica.
La castaña se dejaba hacer, acariciando la espalda del pocionista.
-No tengo mucho tiempo- susurro el pocionista ascendiendo al odio de la chica ydándole un toque con la lengua, para después atrapar el lóbulo entre suslabios.
-Aprovéchalo-susurro la castaña.
El profesor contemplo aquello ojos melados un segundo antes de atrapar los labiosde la castaña con los suyos.
La chica correspondió el beso enseguida con ansias, con lujuria, con deseo.
El pocionista rompió el beso para volver a su cuello.
Mientras tanto, sus manos vagaban por el cuerpo de la chica, comenzado adeshacerse su corbata y camisa.
La castaña soltó un gemido al sentir la mano de su profesor colándose pordebajo de su falda.
Snape sonrió, divertido.
-¿Has visto a Hermione?- inquirió el pelirrojo mirando hacia ambos lados delGran Comedor.
Harry lanzo una rápida mirada a la mesa de profesores. El murciélago tampocoestaba. Dejo escapar una risita.
-No
- replico Harry
-Últimamente no estaba durante la comida y tampoco en la cena
-Nuncalo hace- repuso Harry- Siempre está en la biblioteca.
-Creo que iré a buscarla- repuso el pelirrojo.
Harry lo contemplo por un segundo, un tanto preocupado.
-Mejor esperamos a que vuelva, sabes que no le gusta que la molesten cuandoestudia- argumento el ojiverde.
-Sí, pero necesita comer algo-
Harry intento detenerlo, pero que más daba, Ron nunca buscaría en el despachode Snape
La camisa de la chica y su sostén hacia un rato que habían ido a parar al sueloy Severus estaba entretenido en uno de sus pezones, besándolo, lamiéndolo ymordisqueando.
A la chica le resultaba casi imposible reprimir los gemidos a cada toque de suamante.
Severusvolvió a besarlo labios de la chica, al tiempo que comenzaba a deshacerse de sufalda.
-¿Hermione
?
Lachica había enredado sus manos alrededor del cuello del pocionista. Mientras ella sujetaba delicadamente por la cintura atrayéndola más hacia sí.
-¿Hermione
?
Al pelirrojo, le pareció escuchar ruidos extraños al fondo del pasillo.
-¿Hermione eres tú?
Setrataba de unas sombras que le resultaba imposible reconocer. Tal vez, porprimera vez haría valer su autoridad como prefecto.
La pareja de sombras parecía moverse extrañamente.
El pelirrojo se acercó sigilosamente. Intentando no hacer ruido, aunque lapareja parecía no percatarse de nada de lo que ocurría a su alrededor.
-Profesor
¿Podría dejarse de preliminares?- susurro la castaña juguetonamente.
-Sera un placer Granger
-
placer Granger
Elpelirrojo abrió los ojos desmesuradamente, y se acercó rápidamente a ellos.
-¡HERMIONE!
-¡RON!
-¡WEASLEY!
Ronparecía querer asesinar a Snape con la mirada y contemplaba a Hermione sinpoder creer lo que veía.
Snape estaba de pie delante de la castaña, cubriéndola de la mirada de Ron,pero el pelirrojo lo mal interpreto enseguida.
-¡Comose atreve!- bramo -¡A una alumna! ¡Es un maldito bastardo!
-¡Nose atreva a hablarme de esa manera Weasley.
Ron estaba tan rojo como su cabello debido a la ira que comenzaba a acumularsey distribuirse por todo su cuerpo.
-¡Suéltala!- bramo de pronto el pelirrojo sacando la varita.
Snape sujetaba a la chica aun detrás suyo. En un intento tal vez, deprotegerla.
-¡Ron!
-¡Solosuéltala maldita serpiente!- escupió el pelirrojo.
Ambos se contemplaban lanzándose miradas de un odio profundo, de aquellas que Snapeguardaba exclusivamente para Harry.
-¿Qué está ocurriendo aquí?
Laprofesora McGonagall acaba de aparecer en mitad del pasillo con el ceñofruncido y expresión confundida.
-¿Alguienpuede explicarme a que se deben esosgritos?
Hermione contemplo a la profesora aterrada
-¡Profesor Snape! ¿Señorita Granger? ¡Weasley! Guarde ahora mismo esa varita.
Snape contemplaba nervioso a la profesora, olvidando que aun resguardaba aHermione detrás suyo.
-Profesor, explique qué diablos ocurre aquí.
-Yo le diré profesora- repuso el pelirrojo con los ojos centelleantes por larabia.
-Ron
- suplico la castaña en un susurro -No
-¿No que señorita Granger?
-¡Loestas defendiendo!- bramo Ron sin prestar atención a la profesora McGonagall.
-Tú no lo entiendes
- sollozo la castaña.
-¡Que debo entender! ¡Vi lo que él te hacia!
-Ron
yo... él
no
-No me vengas a decir que te has convertido en una
-¡Muchocuidado con cómo le habla Weasley!- salto Snape de pronto.
-¡Dejen de decir idioteces! ¿Profesor que está ocurriendo? ¿A qué se refiere elseñor Weasley?
-¡Snape abuso de Hermione!- bramo Ron sin rodeos.
Los ojos de la profesora McGonagall se abrieron como platos.
Por un segundo, quiso soltar una carcajada, Snape podría ser lo que fuera menosun violador y ¡Por Merlín! ¿A Granger! ¡Era imposible!
Pero aquella duda quedo disuelta al ver los llorosos ojos de la castaña aun depie detrás del profesor.
-¡SNAPE!- bramo la profesora fuera de sí.
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Tarde pero aquí esta.
Siento la tardanza pero estoy en mitad de mis exámenes finales, apenas tengo tiempo para dormir.
Espero sus comentarios.
P.D: Aun no he decidido le numero de capítulos pero no serán mas de 27, asi que, final esta cerca :D
Un beso
Feer :3
Problemas
-Plumade azúcar- susurro la profesora McGonagall ante la gárgola que protegía eldespacho de Dumbledore, con la voz temblándole por la ira que hacía rato sehabía apoderado de toda ella.
Ron subió por las escaleras, arrastrando de mano a Hermione y secundado por laprofesora McGonagall que, ni por un segundo, dejo que el profesor Snapesiquiera mirara a la castaña.
Ron toco con poca delicadeza a la puerta del despacho del director.
-Adelante- susurro el hombre desde dentro.
Ron abrió bruscamente la puerta.
-¡Señor Weasley, señorita Granger! Que agradable sorpresa.
La sonrisa del anciano pareció desvanecerse por un segundo al ver a expresión dela chica, y más aún, al ver que McGonagall y Snape los seguían.
-Severus,Minerva ¿A que debo tan extraña visita?- inquirió el profesor con un brillo ensus azules ojos.
Todos se contemplaron por un segundo, sin decir nada.
-Siéntense
- susurro el anciano, asiendo aparecer los asientos suficientes paracada uno.
Todos ingresaron al despacho, y Snape cerró la puerta detrás suyo.
-¿Y bien?-
Hermionecontemplo aterrada a Ron, que había abierto la boca para decir algo.
-Señorita Granger ¿Se encuentra usted bien?- inquirió Dumbledore regalándole unaamplia sonrisa.
La castaña continúo sollozando en silencio. Estaba a punto de responder cuando
-¡Es culpa de esta maldita serpiente!- espeto la profesora McGonagall de pronto.
Dumbledore alzo una ceja sorprendido, al escucharla.
-Minnie, no es necesario referirse de esa manera a Severus.
-¡No hay otra manera de llamarle!- exclamo la profesora fuera de sí.
El director contemplo a Severus, que en aquel observaba el piso visiblementeapenado.
Su vista viajo después a Hermione y volvió al pocionista. Creyó entender que ocurría.
-¿A qué viene el señor Weasley en todo esto?- inquirió de pronto clavando susojos azules sobre el pelirrojo.
Ron pareció ponerse nervioso por un segundo.
-Yolo descubrí
¡Yo salve a Hermione de él!- exclamo Ron.
Por un segundo, la profesora McGonagall pareció sorprenderse por lo dicho porel chico, pero prefirió no decir nada, tenía cosas más importantes en la cabezaen aquel momento.
-¿Salvarde quién?- inquirió el anciano director.
Hermione dejo escapar un sollozo, y por un segundo, Snape se atrevió a levantarla vista y contemplarla.
-¡Estebastardo!- exclamo la profesora McGonagall enloquecida, sujetando a Snape porla túnica y obligándolo a despegar la vista del suelo.
-¡Minnie!- exclamo Dumbledore, sorprendido por la reacción de la profesora.
-¡Este maldito animal abuso de Hermione!- exclamo Ron de pronto, exasperado porla situación.
-¡No se atreva a llamarme así Weasley!- exclamo Snape volviendo de pronto en sí.
-¡Tu cállate!- exclamo McGonagall.
-Señor Weasley, no tiene motivos para llamarle a si al profesor Snape yMinerva, intenta calmarte- susurro el director demasiado tranquilo a pesar de lagravedad de la situación.
-¿Señorita Granger?- musito el director como esperando que la castañainterviniese.
La chica alzo la vista. Sus ojos estaban vidriosos y rojizos debido al llanto.
La chica contemplo al director suplicante.
-Minnie, señor Weasley, me regalan un segundo con Severus y la señorita Granger-pido el director amablemente.
Ronse puso de pie resignado, sin embargo Minerva no se movió de su lugar.
-No- negó rotundamente -No dejare que el este cerca de ella- repuso laprofesora que, en aquel momento se encontraba sentada en medio de la pareja.
-Minnie, aquí estoy yo- repuso el profesor con una sonrisa, intentandoconvencerla.
La puerta se cerró detrás de la profesora, que abandono el despacho, recelosa.
Dumbledore guardo silencio por un momento, limitándose a observar a ambos.Hermione aun sollozaba en silencio, y Snape no despegaba la mirada del suelo,visiblemente apenado.
-¿Pueden explicarme que sucedió?- susurro el profesor seriamente. Sin dejar de sonreír,aunque sus ojos habían perdido aquel brillo que reflejaba si impasibletranquilidad.
Severus apenas se movió, sin atravesar a decir nada.
-¿SeñoritaGranger?- inquirió el director.
Perola castaña apenas pudo negar con la cabeza.
-Severus
-Dumbledore, yo no
-Claroque comprendo que lo que menos sucedió entre ustedes fue una violación- susurroel anciano dejando escapar una risita. -Mi pregunta es
- continuo el director -¿Cómofue que el señor Weasley y la profesora McGonagall llegaron a creer semejantecosa?
Lasmejillas de Hermione se colorearon enseguida de un rojizo intenso. Y Snape se removiónervioso en su asiento.
-¿Estaban en tu despacho, Severus?-
Elpocionista negó con la cabeza.
El director levanto una ceja.
-¿Dónde se encontraban, Señorita Granger?
Lachica enrojeció sobre manera, dando un respingo.
-En
en un pasillo- balbuceo la castaña, con la mirada clavada en sus rodillas.
Dumbledore abrió algo los ojos, sorprendido.
-Esperaba algo de recato de su parte señorita Granger. Y Severus, pensé queserias más discreto- susurro el director sin ocultar la decepción y sorpresa entremezcladasen su voz, con un toque de molestia en la misma.
-Y ahora, necesito hablar con Minerva
- susurro el director
-Puederetirarse Señorita Granger- agrego visiblemente decepcionado. -Y tu Severus,espera fuera, volveré a hablar contigo.
Hermione se puso de pie, lanzándole una última mirada al director, seguida deSeverus.
La castaña temblaba de pies a cabeza. Quiso voltear ahí mismo, y abrazarse alcuerpo de Severus, y no soltarlo nunca más
-¡COMOPUDISTE PERMITIRLO!
Albusapenas se movió, sabía que aquel huracán se desataría en su despacho así comocada palabra había salido de su boca.
-Minnie, querida, intenta calamar
-¡Nome pidas que me tranquilice!- bramo la directora de la casa de Gryffindor-¡Acaso te has vuelto loco! ¿Cómo pudiste dejarlos que
-Minniesiéntate- susurro el director señalando la silla frente a él.
La profesora McGonagall se sentó de mala gana frente a él.
-No están fácil de comprender, tal vez cometí un error, que muy contadas veceslo hago- aclaro el director con una ligera sonrisa, esperando hacerle gracias ala profesora, cosa que no consiguió.
-Minnie, cuando iba el profesor Snape a volver a enamorarse
-¡Eso no era amor!- bramo la profesora interrumpiendo al director.
-Minerva, tu no escuchaste a Severus hablar sobre la señorita Granger como yo,estoy convencido que ambos están enamorados.
McGonagall abrió la boca para decir algo, peor Dumbledore continuo
-
Pero no puedo negar, que esperaba algo más de prudencia de parte de ambos.
-Snape es una mala influencia para Hermione.
Dumbledore alzo una ceja sorprendido ante el comentario de la profesora.
-¿A qué te refieres?- musito él
-Las notas de Hermione has bajado enormidades, esta desconcentrada, deprimida
Dumbledore soltó una risita.
-Eso ocurriría con cualquiera pareja que tuviera la Señorita Granger.
-¡Albus! Esto no es correcto, es Snape, un ex mortífago, amargado, lleno deodio y rencores y
¡Por Merlín! Le saca 20 años.
-Severus, es un buen hombre, que merece una segunda oportunidad. Minnie además, la edad no importa, si se está enamorado
-No Albus, Hermione tal vez este enamorada, pero Snape, él no, él no estácomprometido con esa relación, ¡Merlín!, se lo que vi, Granger lloraba, aquellono era algo que Hermione quisiera hacer, la estaba obligando.
Dumbledore pensó por un segundo.
-No creo a Snape capaz de algo así
- susurro.
-Yo tampoco lo creía, pero se lo que vi
Albus
no puedes permitir que esto continúeasí.
Albus callo de nuevo.
-¡Yademás! No es posible, simplemente no lo es. Es poco profesional, no es moral
no es correcto. Una alumna y un profesor y no es cualquier profesor, es Snapede quien hablamos.
-Minnie, Snape es como cualquier otro ser humano
Minervatomo aire, dispuesta a continuar discutiendo, pero Albus la interrumpió.
-¿Y el señor Weasley?
-Élfue quien los descubrió juntos
-Albus
El director levanto una ceja, en señal de que la escuchaba.
-Hermione necesita buscar alguien de su edad, que este a su lado a pesar detodo
¿Qué hará ella cuando todo termine con Snape?... el podrá dejarla encualquier momento
ella aun es inocente
Dumbledore suspiro.
-Sera mejor que hable con Severus.
Minerva asintió y se puso de pie.
-Albus
se lo que vi- susurro la profesora de nuevo abandonado el despacho.
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Volvi!
Bien, por fi comenten, me haran muy feliz! * . *
Sabian que los amo!
Ok no, ando de cursi.
Un beso
Feer :33
Eres mi vida, pequeña
-SiéntateSeverus.
Severustomo asiento frente al director, aun sin atreverse a mirarlo.
-¿Hay algo que quieras decirme?- inquirió el director, contemplándolo conaquellos penetrantes ojos azules.
Elpocionista negó lentamente, con la mirada aun clavada en el piso.
-Severus-lo llamo el director obligándolo a mirarlo -Pensé que serias mas prudente
-Albus
-susurro el hombre en tono suplicante.
-No tienes excusa, Severus- intervino el director duramente -No debistehacerlo, sinceramente, esperaba algo más de recato, por parte de la SeñoritaGranger
-No la juzgues a ella
- musito el pocionista suplicante -Todo es culpa mía.
Albussuspiro, se encontraba notablemente molesto.
Por un par de minutos, un silencio incomodo se apodero de la habitación.
-Supongo, que sabrás lo que esto significa, ¿No, Severus?- inquirió eldirector, interrumpiendo el pulcro silencio.
Severus levanto la vista del sus rodillas, temiéndose lo peor.
-¿Aqué te refieres?- inquirió el pocionista.
-No puedo permitir que esto continúe- repuso Dumbledore, completamentedecidido.
-¿Qué?
-Loque oíste, tendrás que terminar tu relación con Hermione.
**********Narradora**********
-¿Estasbien?
Fuelo primero que inquirió el pelirrojo, acercándose a ella en cuanto la vio salirdel despacho de Dumbledore.
Hermione lo contemplo, con una llamarada de furia encendiéndose en sus melados ojos.
-¡Eres un grandísimo imbécil!- exclamo al tiempo que su mano se estrellabasobre la mejilla del pelirrojo.
-¿Pero qué ocurre contigo?- inquirió el chico, sujetándose la mejilla en cualacababa de recibir el golpe.
Las lágrimas volvieron a brotar nuevamente por los ojos de la chica.
-¡Te odio!- exclamo yéndose de ahí.
-¡Hermione!- la llamo Ron.
Pero ella ya no lo escuchaba, había echado a correr, huyendo de ahí.
Lacastaña susurro entrecortadamente la contraseña al retrato de la Dama Gorda, yentro a la Sala Común.
-¡Hermione!- la llamo el pelirrojo alcanzándola en medio de la Sala Común,ahora solo ocupada por Harry y Ginny.
-¿Qué ocurre?- inquirió el moreno acercándose a ambos.
Ginny los contemplaba, sentada en una butaca cercana al fuego.
Hermione intentaba parar las lágrimas que aun resbalan por sus mejillas, perole resultó imposible.
-¡Hermione! ¿Estás bien?- inquirió Harry, pero cabe decir que la preguntaestaba de más.
-¡Vamos Herms!- susurro la pelirroja poniéndose de pie, y dándole un cálidoabrazo.
-¿Qué paso?- volvió a preguntar el pelinegro, ayudando a su amiga a sentarse enla butaca más cercana.
-¡El idiota de Ronald! ¡Eso es lo que paso!- exclamo con la voz temblándole porla rabia.
-¿Qué hizo esta vez el idiota de mi hermano?- inquirió Ginny como si Ron no laescuchase.
Hermione sollozo más fuerte esta vez, aferrándose a la túnica de Harry, sentadoa su lado.
-Es por él ¿Cierto?- susurro el pelinegro quedamente, al odio de la castañapara que solo ella pudiese escucharlo.
La chica asintió lentamente, contemplándolo con aquello ojos melados, ahoraenrojecidos por el llanto.
Harry estaba a punto de preguntar a qué venia Ron en todo eso, sin embargo elpelirrojo se adelantó.
-¡No entiendo por qué te comportas así!- bramo el pelirrojo molesto -¡Te salvede ese maldito bastardo!- grito al tiempo que se acercaba a ella.
-¡Tu no me salvaste de nadie!- repuso la chica, poniéndose de pie y encarándolo.
Ron la observo.
-¡Porquetienes que seguir fingiendo! ¡Ambos sabemos lo que ahí sucedió!
-¡Tú no sabes nada! ¡Solo eres un maldito entrometido!
Ron había abierto la boca, dispuesto a replicar.
-Herms,ven aquí- susurro la pelirroja acercándose a su amiga, y obligándola asentarse.
La chica se sentó, resignada, pero aun con los ojos centelleantes. Ron lacontemplaba, incrédulo. Como si le pareciera simplemente imposible que ellaestuviera negando algo como lo que acababa de suceder. Y es que, eso era, erasimplemente imposible.
-¿Herms, puedes explicarme a que diablos se refieren ustedes dos?- inquirió lapelirroja, completamente confundida.
-¡Diles Hermione! ¡Anda! ¡Diles que fue lo que paso en ese pasillo!
-¡Ronaldcállate!
-¡Díselos!¡Quiero que se los digas!
-¡Tú no eres quien para decirme que hacer!
-¡No me cambies el tema!
-¡Solocállate Ron!- exclamo la castaña comenzando a llorar de nuevo.
-¡Diles que fue lo que ese imbécil te hizo!
-¡Élno me hizo nada!
-¡¡¡ El abuso de ti!!!
-¡YO LO AMO!
Harrylos contemplaba gradualmente sorprendido, en cambio, Ginny había tapado su bocacon ambas manos, ahogando un grito. Y Ron, la observaba incrédulo.
-¿Qué has dicho?- susurro el pelirrojo negándose a asimilar lo que la castañaacaba de gritarle.
-¡Lo que oíste!
-Notiene por qué encubrirlo
- susurro Ron, con fingida paciencia, como si trataracon una niña pequeña.
La castaña lo contemplo fastidia, siendo esta vez ella quien negaba con lacabeza.
-¡Hermione! ¡¡Él te forzó!!- volvió a exclamar el chico.
-¡Fue algo que yo quise!- repuso la chica perdiendo los estribos.
-¡Eresuna
-¡No te atrevas a llamarla de ningún modo!- intervino Ginny.
Roncontemplaba a ambas horrorizado.
-¡Estásloca!- grito antes de desaparecer por las escaleras que conducían a los cuartosde los varones.
Por un segundo, los tres presentes se contemplaron, sin saber que decir.
-Hermione
- susurro el ojiverde acercándose a ella.
-Solo déjenme sola- repuso la chica abandonando la Sala Común.
Abrió lentamente la puerta, intentando hacer el más mínimo ruido.
-Severus, ¿Estás aquí?- inquirió. Pero no recibió respuesta.
La chica recorrió el despacho con la mirada. Por un momento, tuvo miedo de queaun no volviera del despacho de Dumbledore.
Camino hasta la puerta, situada en el fondo de la habitación, e ingreso porella.
La cama del pocionista se encontraba perfectamente tendida, con aquellaspulcras sabanas negras que tanto le rememoraban.
Se sentó a la orilla de la cama, contemplando la habitación. Las lágrimas unasvez más, comenzaron a brotar de sus melados ojos.
Fue cayendo lentamente, hasta encontrarse tenida sobre aquellas cálidas,mantas, abrazada a la almohada sobre la que, durante tantas noches, ella había dormido.
**********Narradora**********
-Loque oíste, tendrás que terminar tu relación con Hermione.
Losojos del pocionista se abrieron desmesuradamente.
-No puedes hacerme esto- susurro casi de manera suplicante.
-Ya lo he decidido, y es lo que harás- repuso el director, terminante.
-No- negó el pocionista.
-Losiento hijo, pero es lo correcto. Desde un comienzo, no debí permitirlo
-Albus
-NoSeverus, confié en ti, de verdad, esperaba algo más de responsabilidad porparte de ambos, pero después de esto, no pudo permitir que lo tuyo con laSeñorita Granger continúe.
-Albus, fue solo un error
yo
-Fue más que un simple error Severus, un error que te está costando caro, y lolamento, pero me veo obligado a pedirte que termines con todas relación conHermione, más allá de lo laboral.
-Albus no puedes hacerme esto, yo la amo.
-Lo siento hijo, pero tú me has obligado a tomar esta decisión, además, tal vezMinerva tenga razón.
-¿A qué te refieres?- inquirió el pocionista, recuperando aquel tono de vozfrio.
-Severus
no has pensado, ¿Qué pasara cuando finaliza el curso? En algunos díasHermione se marchara, y partirá del castillo para nunca volver.
-Yo
-Severus, la señorita Granger, partirá del colegio, continuara con su vida.
-No
no, yo
algo haremos
-Tal vez es mejor así- susurro el director guiñándole uno de sus azulados ojos.-Puedes irte.
Snape se puso de pie. Albus lo llamo antes de que este cerrara la puerta detrásde él.
-Severus, debes terminar tu relación con la Señorita Granger, si no la haces,lo sabré.
Severus lo contemplo casi con odio y cerro de un portazo detrás de él.
Entroa su despacho tan molesto, que apenas noto que la puerta no estaba cerrada conseguro, como él la había dejado.
Comenzó a lanzar todo lo que se encontraba a su paso, desahogando así, lainsoportable frustración que sentía.
Abrió la puerta de su habitación, aun furioso.
-¿Hermione?- susurro visiblemente sorprendido.
-Severus-repuso la chica incorporándose y corriendo hasta él, sin embargo este se apartó.
-¿Ocurre algo?- inquirió la castaña extrañada.
-Sal de mi despacho, por favor.
-¿Qué ocurrió con Dumbledore?- inquirió la chica ignorando lo dicho por el pocionista.
-¿No me escuchaste? Vete.
-Severus
¿Qué ocurre?
-Estodebe terminar- repuso el pocionista
-¿Qué?- exclamó la chica sin creer lo que escuchaba.
-Hermione, no hagas esto más difícil, solo vete.
-Severus no
-Y por favor - continuo este -No habrá más Severus ni Hermione.
-No me hagas esto. Por favor- suplico la chica acercándose a él, pero de nuevo,el logro apartarse-
-Por favor, no me hagas esto más difícil- pido el hombre.
-No
Severus
yo te amo
Aquellas palabras hicieron que Severus se sintiera morir
-Por favor Hermione
tu vida continua, conocerás a más personas, volverás aenamorarte, pronto lo olvidaras.
-¡No!- exclamo la chica -¿Cómo puedes decir eso? No es tan sencillo.
-¡Hermione! Todo pasara, pronto quedara en el olvido, tú conocerás a alguienmejor, formaras una familia y continuaras con tu vida.
Las lágrimas, de nuevo surcaban las mejillas de la castaña.
-Pero yo no quiero olvidarte, no quiero conocer a nadie más, quiero formas unafamilia contigo, continuar mi vida a tu lado.
-¡Hermione por favor! Esto solo es pasajero, una aventura, pronto pasara.
-¡Eso es lo que soy para ti! ¡Solo una aventura!- bramo la castaña sin creer loque acaba de escuchar.
Severus la contemplo por un segundo.
-¡No!- exclamo.
Odiaba que ella causara eso en él, que complicase tanto las cosas, porque nosolo se iba y lo dejaba continuar pudriéndose por dentro, odiándose por perderla.Por qué tenía que complicar de tal manera las cosas, obligarlo a contradecirsehasta el punto de darse cuenta que le era imposible engañarse a sí mismo.
-¡Entonces!- grito la castaña -¿Qué fui para ti? ¿Solo un juego?-
-¡Tu!-exclamo Snape acercándose a ella peligrosamente -Tu eres una insufrible sabelotodo,MI insufrible, eres mi pequeña bruja, mi alumna favorita, mi perfecta prefecta,mi reina, mi princesa, mi todo. Mi razón de ser, de existir, de continuarrespirando cada día. Eres mi vida pequeña. El amor de mi vida.
Estaba a tan solo unos centímetros, sus alientos se entremezclaban, embriagándolos.
La catana cerró los ojos esperando sentir los labios de él posarse sobre lossuyo, pero aquello no sucedido. Sintió aquel cálido y envolvente beso sobre sufrente, y, para cuando abrió los ojos, élya había desaparecido por la puerta del despacho, con aquella capa negraondeando detrás de sus pasos.
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Hola! volvi.
Bien primero que nada, escribi el capi rapido asi que tal vez este algo mal estructurado, prometo editarlo.
Tambien actualiza tan rapido por que tal vez no pueda actualizar durante toda la semana.
P.D: Por fi comenten! Saben que eso es lo unico que me anima a seguir actualizando...
Los amo
Feer :33
Holi!
Bueno, volvi con el ultimo capi de este long-fic
Espero les alla gustado mi historia.
Y les agradezo de todo corazón todos sus reviews, sus favoritos, y sobre todoque allan seguido la historia desde el comienzo.
Bien, tal vez mucho me odien cuando terminen de leer capi, pero que creen! Nosoy tan cruel, habrá un epilogo, entonces, sin mas preámbulos, a leer...
Y pues, dejen reviews...
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No me hagas esto
Losdías pasaron a una velocidad increíble, sin apenas dejarse notar, para cuandoHermione se dio cuenta, estaba sentada en el Gran Comedor, en medio de Harry yRon, escuchando a Dumbledore dar su motivador discurso de graduación a aquellosalumnos de séptimo grado que, sin más remedio, se despedían del colegio.
Sin embargo, le era imposible enterarse de lo que el director hablaba, sumirada era atraída como un imán hacia aquellos ojos negros situados en elextremo de la mesa de profesores.
**********Snape**********
Dumbledoreme había llevado hasta ahí casi arrastrando. Literalmente, había ido a sacarmede mi despacho.
¿Acaso no entendía que lo que menos deseaba era tener que estar ahí?
No quería tener que soportarlo, saber que estaba por perderla, que se meescapaba como agua entre los dedos y que yo lo permitiera, que no hacía nadapor evitarlo.
-¿Sete ofrece algo Dumbledore?- inquirí cuando le permití pasar a mi despacho.
-Buen día hijo
Loobserve con una ceja levantada, como quien dice que no quiere verlo.
-Vendrása la ceremonia de Graduación- musito entrando en el despacho.
-No-repuse, sin despegar la vista de los ensayos que aun corregía.
-¡Merlín! Severus, Es el ultimo día del curso, podrías darte un descanso.
Lo ignore, y continúe con lo mío.
-Vamos, la ceremonia está por comenzar- repuso abriendo la puerta.
-No iré- repuse.
-No te lo he preguntado- repuso terminante -Debes estar ahí.
-Nome obligaras- intervine cortante.
-Sigo siendo tu superior- repuso sonriéndome.
Rodé los ojos fastidiado y abandone el despacho sin siquiera mirarlo.
-¿Quieres dejar esa actitud tan infantil?- dijo Albus de pronto, alcanzándomepor el corredor.
Quiseresponderle tantas cosas, gritarle cuanto lo odiaba por obligarme a hacer loque estaba haciendo.
-Nose dé qué hablas- repuse tajante.
-Sabemos que es por el bien de Hermione.
-No me interesa Albus- repuse secamente y me aleje de ahí.
Yahora estaba sentado en esa larga mesa, escuchando el estúpido discurso deAlbus que no me interesaba en lo más mínimo, y soportando aquellos ojos meladosclavados sobre mí, contemplándome fijamente.
¿Por qué se empeñaba en torturarme de esa manera? Se lo había dejado lo másclaro que mí ya de por sí, podrido corazón me lo había permitido.
¿Acaso no lo había entendido?
¿No podía tan solo dejarme e irse? Apartarse de mi vida, sin seguirtorturándome.
Yo ya estaba acostumbrado a aquello, vivir solo y pasar el resto de mi vida encompleta amargura.
Y ella no merecía eso, ella necesitaba a alguien joven a su lado, alguien de suedad, sin un pasado oscuro y una reputación manchada de por vida.
Ella se merecía a alguien mejor. Alguien que pasara el resto de su vida a sulado, que formara una familia con ella y la cuidara por siempre.
Ahora, hablaba McGonagall, todos los chicos de séptimo año se habían puesto depie. McGonagall entregaba un pequeño reconocimiento a cada uno, conforme losmencionaba.
-Harry James Potter.
El inepto de Potter avanzaba sonriente, mientras recibía su reconocimiento,como si realmente mereciera estar ahí.
-Por ultimo- anuncio la profesora -Los mejores promedios de la clase.
-Draco Lucius Malfoy.
-Y Hermione Jean Granger.
Pasoal frente con esa sonrisa suya tan perfecta y sus hermosos ojos caféscentelleantes de alegría.
Era simplemente perfecta, y yo estaba tan orgulloso de ella. Mi insufriblesabelotodo, mi pequeña bruja siempre tan inteligente.
**********Hermione**********
Unagran sonrisa oscilaba en mi rostro, y sin embargo me dolía estar ahí.
Nosabía cómo hacía para soportarlo, sonreír a todos, sentados a las mesas delGran Comedor, con ese rollo de pergamino en la mano; como si verdaderamentefuera feliz.
-Gracias Sr. Malfoy, Señorita Granger, pueden volver a sus sitios- susurro elDirector poniéndose de pie, tal vez dispuesto a continuar con su discurso.
Camine hacia mi mesa, cuando de pronto todo pareció girar a mí alrededor y elsuelo moverse bajo mis pies. Me tambalee por un segundo y perdí el equilibrio,casi cayendo sobre Malfoy, quien caminaba a mi lado, y apenas consiguiósujetarme.
-¿Quéocurre contigo Granger?- susurro sujetándome fuertemente por la cintura,impidiéndome caer.
Había quedado casi recostada sobre sus brazos, de espaldas a las 4 mesas de lascasas y viendo la mesa de profesores, justo frente a él.
Estabatan cerca del rostro de Malfoy que sentía su loción flotar hasta mis fosasnasales. Por un segundo, creí ver a Snape removerse incómodo y más que eso,molesto, en su asiento.
Aun mareada, me separe rápidamente de él. Pero supongo que volví a tambalearme,porque de nuevo volvió a sujetarme, esta vez de un brazo y la profesora McGonagallse acercó rápidamente a mí.
-SeñoritaGranger ¿Se encuentra usted bien?- inquirió un tanto alarmada.
-Siyo
si profesora- balbucee.
Me contemplo un tanto molesta.
-Vuelvana sus sitios enseguida- susurro dando media vuelta.
**********Narradora**********
Dracole lanzo una última mirada de desprecio a la castaña antes de dirigirse haciasu mesa, al igual que Hermione.
-Herms ¿Te encuentras bien?- inquirió Harry enseguida su amiga se sentó a sulado.
-¡Claro!¿Por qué no habría de estarlo?- respondió la chica con una fingida sonrisa.
-Te vi, ahí al frente, casi caes de no ser por Malfoy
-Solotropecé- repuso la chica cortante.
-¿Hermione, de verdad estas bien?- susurro la pelirroja, inclinándose un pocosobre la mesa, para que solo su amiga pudiese escucharla - Estas algo pálida
-Solome duele un poco la cabeza, en verdad Ginny, no es nada.
La chica le lanzo una mirada suspicaz, pero no insistió más.
Dumbledore aun hablaba, pero Hermione apenas conseguía prestar atención.
Desvió la vista, y de nuevo la fijo sobre Snape, que paseaba distraídamente lamirada por el Gran Comedor, hasta que sus oscuros ojos se toparon con losmarrones de la chica.
La chica sintió una descarga eléctrica recorrerle toda la espina dorsal. Por unmomento, se sintió como aquellas primeras veces, cuando todo era confuso,cuando su mirada se cruzaba con la de él durante las clases de pociones, cuandosentir su aliento cerca de su odio la hacía experimentar sensacionesdesconocidas
Por un momento, pareció hundirse en los hipnotizantes ojos del pocionista,hasta que este desvió la vista rápidamente.
De pronto Hermione volvió a la realidad, dándose cuenta de que todos aplaudían,y Dumbledore parecía haber finalizado su discurso. La chica se unió a losaplausos, intentado ocultar su momentáneo desconcierto.
Después de un momento, todos comenzaron a ponerse de pie. La castaña comenzó aperderse entre la multitud de estudiantes que se dirigían a la Sala Común,seguida de sus amigos.
-Luz de vela- susurro Ginny al retrato de la Dama Gorda, entrando seguida desus amigos.
-Las veremos en un rato, chicas- se despidió Harry despareciendo junto con Ronpor la escalera que conducía hacia los dormitorios de los chicos.
Ambas chicas entraron a su habitación, y descubrieron que el resto de suscompañeras no estaban.
Hermione cerró la puerta detrás de sí.
-¿Qué es esto?- susurro de pronto la pelirroja casi lanzándose sobre la cama desu amiga.
Hermione se acercó y vio a Ginny tomando un pequeño paquete rojo que reposabasobre la colcha color escarlata de su cama.
La pelirroja dio media vuelta entregándole el paquete a su amiga, sonriente.
La castaña la observo extrañada, tomo el paquete entre sus manos y se sentó ala orilla de su cama, observando la pequeña caja roja, fijamente.
-¿Qué es?- inquirió Ginny ansiosa acercándose a ella.
La chica deshizo el pequeño moño de hilo dorado que sujetaba caja y la destapo lentamente, casi con manostemblorosas. Un trozo de pergamino resbalo, hasta posarse en el suelo.
Ginny se precipito a levantarlo.
- Amor
No sé cómo comenzar
- habíacomenzado a leerlo en voz alta, pero repentinamente había preferido parar.Despego la vista del trozo de pergamino y se dio cuenta que su amiga lloraba.
-¡Hermione!
Lachica contemplaba fijamente aquel reloj de plata que reposaba dentro de lacaja, al tiempo que otro trozo de pergamino oscilaba en su mano.
-¿Qué ocurre?
Lacastaña sollozo.
¿Cómo era posible que le estuviese sucediendo eso?
Lehabía devuelto el reloj. Ese reloj que sabía que significaba tanto para él comopara ella.
-No
- susurro releyendo aquel trozo de pergamino.
No puedo seguir con estatortura.
Lo siento
S.S
Denuevo tan frio, tan seco. Verdaderamente no lo entendía.
Le había dicho que la amaba, que era su vida, y ahora, le devolvía el únicoindicio que podía recordarle aquello que alguna vez podía haber sucedido entreellos dos.
-No puede hacerme esto- sollozo la castaña.
La pelirroja se acero tímida a su amiga y le entrego el trozo de pergamino quese había dispuesto a leer.
La castaña se secó el rostro y sujeto el pergamino, pero al notar de qué setrataba sollozo aún más fuerte.
Erala carta, aquella carta donde había plasmado su corazón con las palabras queapenas podían acercarse a todo aquello que había querido decirle. ¿Por quétenía que hacerle eso? Tratarla de esa manera.
-¿Qué ocurre Herms?- inquirió la pelirroja sentándose a su lado.
-¿Por qué me hace esto Ginny?- sollozo.
-¿Quién?- inquirió está sin comprender.
Lacastaña soltó un largo suspiro antes de responder.
-Severus
-dijo apenas en un susurro, como si le doliese pronunciarlo.
La pelirroja la miro extrañada por un segundo. Pensaba en que decir cuando suamiga intervino.
-Yo lo amo ¿Sabes? Lo amo como nunca llegue a amar siquiera a tu hermano
no sé qué paso, o porque fue que sucedió loúnico que sé es que quiero pasar mi vida a su lado, me enamore de él
de talmanera que siento que muero si no está conmigo...
Al fin lo había dicho en voz alta. Había sentido una paz sencillamenteindescriptible al expresar todo aquello que sentía que le oprimía el pecho y lecortaba la respiración.
Ginny parecía impresionada. Estuvo a punto de cuestionar a su amiga, depreguntarle si aquello era enserio, pero prefirió callar al ver otra gruesalágrimas resbalar por la mejilla de ella.
-¿Quéocurrió?- inquirió la pelirroja en un susurro.
-No lo sé- repuso Hermione sollozando.
-¡Oh! Vamos Herms
todo estará bien
Hermionesoltó una amarga carcajada.
-No lo estará- repuso -El tren a King Cross parte en un par de horas, despuésde esto no volveré a verlo
-Entoncescorre, ve a buscarlo, soluciona las cosas- musito Ginny sonriente.
Hermione levanto la vista, y la observo un tanto confundida.
-¿Quése supone que haga? Él no quiere verme
-¿Cómo estas tan segura de eso?
La castaña suspiro.
-No te des por vencida, eres Hermione Granger, una mujer fuerte y hermosa quelogra todo lo que se propone y que no se dejara abatir por tonterías, si deverdad le amas, ve a buscarlo, él no se permitirá perderte, no tan fácil.
Hermione le contemplo con una sonrisa de lado.
-Ginny, esto es complicado.
-No lo compliques más, solo búscalo, dile lo que sientes.
La pelirroja poso su mano sobre la de la castaña, al tiempo que sonreía. Lacastaña volvió a soltar un largo suspiro, decidida esta vez.
-Lo hare- susurro contemplando agradecida a la pelirroja.
Porun segundo ambas callaron.
-Pero corre, el tren parte en poco más de una hora.
Hermione sonrió una última vez y abandono la habitación, con ambas notasarrugadas dentro del bolsillo de su chaqueta y aquel reloj jugueteando entre susdedos.
**********Narradora**********
Seguramente,en aquel momento debería estar partiendo hacia Hogsmade, rumbo a la estación yaun que se negara a aceptarlo, había conservado la pequeña esperanza de quefuera a buscarlo.
Pero
¿Por qué habría de hacerlo?
Luego de haberle hecho aquello, no habría razón para que ella le buscase, paraque quisiera volver a saber de él.
¿Por qué le había devuelto el reloj, y la carta? Aquella carta que significabatantas cosas para él
ni siquiera él lo sabía.
Lo había hecho en un arranque de descontrol, en un intento de alejar de él todoaquello que le recordaba a ella pero, el simple hecho de mantenerse vivió lahacía pensar en ella.
¿Cómo podía ser tan estúpido? ¿Cómo podía dejar que se alejara de su lado deaquella manera?
Pero,de alguna forma, Dumbledore tenía razón. Por duro que le resultase aceptarlo, era lo mejor para ella. Y él,siempre buscaría la forma de que ella estuviera bien. Y si la mejor manera eraalejándose de ella, eso haría.
Sumente, en aquellos momentos se encontraba en aquel dialogo interiorcuestionándose a sí mismo por sus estúpidas decisiones cuando le pareció oírque alguien golpeaba a la puerta de su despacho. Por un segundo, su corazón dioun vuelco, al pensar que se trataba de ella, pero eso resultaba sencillamenteestúpido, seguramente se trataría de Dumbledore, que vendría a molestarlo concualquier estúpido comentario.
Por un momento considero muy seriamente el no responder, fingir que no seencontraba ahí, pero sabía que Dumbledore no se tragaría esa mentira, y queinsistirá hasta que él abriese.
-Adelante- musito de mala gana.
La puerta se abrió lentamente revelando aquella esbelta figura que era la dueñade sus sueños y la creadora de todos aquellos problemas que ahora lo agobiaban.
Porun segundo, un incómodo silencio invadió el lugar. Hermione lo observaba conaquellos ojos miel, un tanto hinchados por el llanto, del que él sabía, era elcausante.
-¿Se le ofrece algo Granger?
-¿Puedoentrar?- inquirió la chica aun de pie en el marco de la puerta.
-Le dije que entrara, ¿Es que acaso esta sorda?
Había olvidado como ser frio. Aquel sarcasmo e ironía que parecían siempre colgarde sus labios, desaparecían frente a ella. Aquellas palabras suyas, cortantes,secas, siempre presentes en su vocabulario parecía haberlas olvidado.
Lacastaña entro con las piernas temblando bajo su peso como gelatina. Por unmomento se tambaleo, de nuevo estaba mareada.
La chica cerró la puerta detrás de sí, y de nuevo el silencio invadió la invitación.
-¿Y bien? ¿Se va a quedar ahí esperando hasta que comience a nevar?
Snapela observaba con una ceja levantada.
-Yo...yo ven-ven-vengo a hablar conti
con usted.
-¡Granger! Basta de balbuceos y hable ¡ya!, no tengo todo su tiempo.
A Hermione le dolían aquellas palabras, aquel tono frio y falto del cariño quealguna vez le había escuchado, pero sabía que al también le dolía, no podía simplementehaberla olvidado.
-Queríadespedirme de usted, profesor
Snape la contemplo con un profundo dolor disfrazado de sorpresa.
-¿De mí? No veo por qué deba interesarme el que usted se vaya...
-¡Quieresparar!- lo corto Hermione perdiendo la paciencia.
Snapela volvió a contemplar con una ceja levantada. Sabía lo que se avecinaba.
-¡Estoy cansada de esto! ¡De que finjas que nada ocurre!
-SeñoritaGranger, no sé de qué diablos habla y le pido, baje su tono de voz, que no permitiréque me hable de esa manera
-¡Solocállate! ¡Porque tienes que seguir fingiendo?
Snape estuvo a punto de responder pero prefirió callar.
-¿Por qué tenías que devolverme esto?- exclamo la castaña arrojando la bola depergamino amarillento, que fue a parar contra el pecho del pocionista.
-No sé a qué se refiere Granger, es solo un trozo de pergamino.
-¿Eso es para ti? ¿Solo un trozo de pergamino?
Snape sabía perfectamente que para el podían significarse tantas cosas, pero noun trozo de pergamino.
-¿Y esto?- grito la chica agitando el otro trozo de papel en su mano -"No puedo seguir con esta tortura. Lo siento"¿Crees que acaso yo soy muy feliz?
-Granger,solo salga de mi despacho y lárguese
-¿Porqué tienes que tratarme así?- bramo la chica.
Snape resoplo cansado.
-Hermione
-¡No!Snape ¡Por que! ¿Porque tienes que fingir que nada ocurre? ¿Por qué tienes queevitarme?
-¡No te estoy evitando!- bramo Snape.
Habíaolvidado aquel intento suyo de tratarla como una alumna más, de hablarle de ustedy llamarla por su apellido.
-¿Y por qué no puedes decírmelo a la cara? ¿Acaso eres tan cobarde para ello?
-No te atrevas a llamarme cobarde- exclamo Snape poniéndose de pie.
-¿Y qué nombre tiene esto que haces?- exclamo la chica lanzando el reloj sobrela mesa.
Elreloj resbalo por la obscura madera hasta caer al piso. El cristal del reloj seestrelló contra el piso, haciéndose añicos. Así como el corazón de ambos.
Porun segundo, ambos lo contemplaron, sin decir nada.
-Te odio- sollozo la chica
Snape pensaba en algo adecuado que responder cuando la chica volvió a hablar.
-¡Porque tenía que enamorarme de alguien como tú!
Severus la contemplaba sin atreverse a decir nada.
-¡Ereslo peor que me ha pasado! ¡Me arrepiento de cada minuto a tu lado!
Ensu vida, JAMÁS, había sentido el dolor que sintió en aquel instante. Todo a sualrededor pareció derrumbarse. Su mundo se vino abajo.
-Granger,salga de mi despacho- musito con voz ronca.
-Dejade llamarme "Granger" ¡Merlín! ¡TE ODIO!
Snapeestaba cansado. Se acercó a ella ferozmente sujetándole fuertemente por lacintura, casi haciéndole daño.
-¿Si tanto me odias por que tenías que venir a despedirte?
La castaña sollozo, evitando verlo a los ojos.
-Suéltame
- exclamo intentado zafarse del agarre de Snape.
Estaban tan cerca, como hacía tiempo que no lo habían estado, como hacia tantoque extrañaban estar. La loción de Snape flotaba hasta sus fosas nasales embriagándolaal igual que el perfume de la chica hasta la nariz del pocionista.
-¡Respóndeme!
-¡Creíque sería diferente! ¡Pero veo que ni siquiera te intereso! ¡Soy una tonta! Penséque sentías algo por mi
Snape resoplo, al fin liberándola.
-Solo fue una aventura
-¡No!No fue solo una aventura, eso entre tú y yo fue más que eso, y tú lo sabes.
Snape estuvo a punto de responder a no ser por la fuerte campana de retumbo portodo el castillo, indicando que recién, habían dado las 12.
-Debes irte, o no alcanzaras el tren
Hermionecallo por un segundo, contemplando el piso.
-¿Yahora qué?- musito de pronto, sin atreverse a mirarlo a la cara -¿Simplementetermino?
-Nuncacomenzó
-¿Yque fue todo aquello? ¿Pretendes que solo lo olvide? Así, sin más
-Hermione
-¡Eresel amor de mi vida Severus! ¿Acaso no lo entiendes?
-Vete
no me hagas más esto, por favor.
La castaña respiro hondo, reuniendo el valor suficiente.
-Bien
entonces
Adiós
Severus no tuvo el valor para responder y solo atino a mover la cabeza en señalde despedida.
La castaña abandono el despacho con un sonoro portazo.
¡Acaba de perderla! ¡Merlín como podía ser tan idiota! Quiso abrir la puerta,correr tras ella gritar su nombre.
Lacastaña dejo resbalar lentamente su espalda por la puerta ya cerrada.
¡Lo había perdido! Todo se había ido a la basura
¿Por qué tenía que ser así? ¿Porqué?
Depronto, escucho el ruido de cristales rotos contra la puerta del despacho.
Seguramente, había comenzado a desquitarse con todo aquello que estuviera a su alcance.
Sepuso de pie, secando sus ojos, y comenzó a andar por el largo pasillo, cuandose percató que aun sostenía el aquel trozo de pergamino arrugado en su mano.
Volvió a contemplarlo y por un segundo, su mundo pareció iluminarse.
Elreverso de aquella insignificante nota, oculto entre tachones y borrones se leíanlas palabras "te amo". La chica sonrió aun con lágrimas en los ojos.
Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron. Abrió la puerta deldespacho sin preocuparse en tocar y sin más se lanzó sobre él, besando suslabios apasionadamente, apenas dándole tiempo de reaccionar.
Snape apenas a tino a rodearla por la cintura, alejándola un poco de sí.
-Nome hagas esto
- susurro la chica, volviendo a besarlo tiernamente en loslabios.
Fin
Pd:No me odien habrá un epilogo.
Gracias por seguir esta historia hasta el final! De verdad los amo a todos y espero que difruten de este apilgo, aun que creo que me exedi un poquito (na mas tantito) pero no pude contenerme, lo siento.
Dejen coments porfa! me harán muy feliz!
Ahora... a leer!
Por siempre a tu lado
2Meses después
Lalluvia repiqueteaba sobre las ventanas del Expreso de Hogwarts.
Eltren había comenzado a aminorar la marcha al tiempo que se acercaba a laestación de Hogsmade.
-Severus,hijo ¿Podrás acompañar a Hagrid a la estación?- musito Dumbledore asomando lacabeza por la puerta del despacho del profesor Snape.
Snapeobservo a Dumbledore con cara de pocos amigos, y se puso de pie de mala gana.
-¿Tengode otra?- murmuro fastidiado.
Dumbledoresonrió, y abandono el despacho sin decir nada más.
¿Estabamolesto? Si, Snape estaba de un humorque ni él mismo se soportaba. No tenía ánimos de estar ahí, de aguantar aDumbledore y mucho menos de tener que caminar hasta Hogsmade a recibir unmontón de niños idiotas, que poco le venían a importar.
Yanada le importaba, ella ya no estaría más ahí. Ya no la vería bajar del trenaquella noche, ya no asistiría más a sus clases de pociones, ni la veríasumergida en algún enorme libro de encantamientos, durante sus horas libres enla biblioteca.
Pero lo que más le pesaba, es que ya no habría más encuentros furtivos en lospasillos y aula de pociones, ya no lo visitaría más en su despacho por lasnoches, ya no habría supuestos castigos por cualquier motivo, ni miradasindiscretas durante clase. Todo había terminado.
Llevaba apenas un par de horas dentro de aquel frio castillo, y ya le hacíafalta, era como sí sin ella el oxígeno no entrara a sus pulmones y el aire lefaltase. Resoplo
Eltemible profesor de pociones cruzaba en aquel momento el vestíbulo, en direcciónal Gran Comedor, cuando
-Profesor
-murmuro una infantil voz a sus espaldas.
Snapegiro sobre sus talones, bajando la vista y topándose con un pequeño niño desegundo año. Le lanzo una mirada asesina, de aquellas que le dedicaba a todomocoso que interfería en su camino.
-¿Qué quiere?- inquirió.
-Lo-lobuscan en su despacho
- balbuceo el niño, con un notable temor por el hecho detener que estar hablando con el profesor.
Snapeelevo una ceja.
-¿Quién?
-No-no-no lo sé
Una joven.
-¿Quéle dijo?
-Quiereverlo
-¡Largo!-exclamo Snape viendo al niño alejarse velozmente.
Caminocon paso rápido hacia su despacho, temiendo, pero muy el fondo, desenado que setratara de quien él pensaba.
Abrióla puerta de su despacho con un movimiento de la varita. La habitación estabacompletamente obscura, poco común, ya que él acostumbraba dejar encendida unatenue luz al fondo.
Entrocerrando la puerta tras de sí, mientras intentaba acostumbrarse a la profundaobscuridad.
Habíadado apenas unos pasos dentro de la habitación cuando sintió unos frágilesbrazos enredarse alrededor de su cintura, posando sus dos palmasabiertas sobre su espalda, y aquellos dulces labios rosas pegarse a los suyos.
Seabandonó a los brazos de la mujer que más había amado en su vida, y correspondióaquel beso con ansias.
-¿Quéhaces aquí?- inquirió Snape alejándola solo lo suficiente para ver su rostro,ya que, cabe mencionar, Hermione había encendido las luces con un movimiento dela varita.
-Teextrañaba
- repuso la chica con una sonrisa inocente.
-Nopuedes venir aquí cada vez que te plazca- la reprendió Snape, aunque su rostroreflejaba claramente que le encantaba verla.
-Tengoalgo importante que decirte
- susurro la chica alejándose un poco de él, ysentándose en el mullido sofá.
-Nopuedes quedarte aquí, Dumbledore debe estar buscándome.
-¿Y?
-Noes bueno que te encuentre aquí, y yo debería estar en el Gran Comedor.
-Éldijo, que no podía tener nada contigo mientras fuera tu alumna.
-Granger, retírese
-¡Uh!Hacia demasiado tiempo que no me llamaba Granger, profesor Snape- susurro lacastaña poniéndose de pie y acercándose al pocionista peligrosamente.
-Hermione
vete, no quiero que Dumbledore nos encuentre aquí.
-¿Quépasa si faltas a la ceremonia de selección?- susurro la castaña seductoramente,sellando la puerta del despacho con un movimiento de la varita.
Lachica había acorralado al pocionista contra la pared y ahora, enredaba susbrazos alrededor de su cuello.
-Hermione
no me obligues a esto- susurro Snape comenzando a responder a los besos de lacastaña en su cuello, enredando sus manos alrededor de su cintura.
-¿Severusestas aquí?- Dumbledore lo llamaba del otro lado de la puerta, golpeandosuavemente.
-Telo dije- murmuro Snape alejando a la castaña de su lado.
Lachica lo miro, sin apenas moverse.
-Andavete.
-¡Severus!-los golpes de Albus se habían vuelto insistentes.
-Tengoalgo que decirte
- musito la chica entrando en la chimenea.
-Hablaremosmás tarde
Ahora vete.
-Severus
-¿Qué?-exclamo el hombre perdiendo la paciencia, que estaba a punto de abrir lapuerta.
-Vasa ser papa- susurro la chica.
Jamás,nunca en su vida, volvió a ver aquella expresión en el rostro de Severus. La confusión,emoción, alegría, se había hecho patente en su expresión como nunca le había visto,sus ojos siempre negro y profundos, parecieron resplandecer por un segundo,llenos de un brillo especial.
Lachica había decidió irse, a punto de arrojar los polvos flu dentro de lachimenea a no ser que sintió la mano de Severus deteniendo la suya, impidiéndoselo.
-Repítelo
-Vamosa ser papas.
Latomo de la cintura, acercándola lo suficientemente a él para que ella salierade la chimenea.
-Teamo
miss Snape
Lachica sonrió ampliamente, a decir verdad no se esperaba aquello.
Rodeo su cuello con sus delicadas manos y ambos se fundieron en un cálido beso.
-Alohomora
Severus
¿Interrumpo?- Dumbledore acababa de irrumpir en la habitación.
-ProfesorDumbledore ¿Qué tal?
-¿SeñoritaGranger?- repuso el mago a modo de saludo. La chica sonrió. -¿Qué hace aquí?
-Necesitabahablar con Severus.
-Nola vi llegar.
-Lleguepor red Flu.
-Yaveo, creí que no dejabas entrar intrusos a tu despacho, Severus.
-Hayconfianza- intervino la chica con claras dobles intenciones.
-Lohe notado.
-Mevoy, profesor Dumbledore hasta luego- se despidió la castaña amablemente. -Te verémás tarde Severus- susurro la chica besando los labios de Snape a lo que esteapenas quiso responder, para luego desparecer por la chimenea envuelta entrefuegos verdes.
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Un par de meses después....
-Es
hermosa
Literalmente,Sirius fue el primero en abalanzarse sobre la Señora Weasley que había salidode la habitación de Hermione, con aquella pequeña niña en brazos.
Tomoa la nena entre sus brazos y la contemplo fascinado, como si él fuese el padre.
¿Y como no iba a ser así? Durante el embarazo de Hermione él era el que había estadomás cercano a ella, Severus por estar Hogwarts y el resto de sus amigos por susrespectivos trabajos, apenas habían tenido tiempo de verla. Así que, Hermione habíaconvencido a Snape de mudarse a Grinmuld Place durante su embarazo, mientras élse encontraba en Hogwarts.
-Esigual a ti
- susurro Sirius sonriendo ampliamente a Hermione, un par de minutosdespués, con la nena aun en brazos.
-Exceptopor los ojos- susurro la chica en el justo momento en que Snape aprecia en lapuerta de la habitación -Tiene los ojos de su padre.
Snapecontemplo a Hermione y después clavo los ojos en el que era su hija. Sirius selo paso y Severus lo tomo entre sus brazos. Jamás había sentido aquella sensaciónque lo invadió en el momento en que tomo a la pequeña entre sus brazos. Una alegríapura y llenadora.
Siriushabía abandonado la habitación dejando a ambos solos.
Eraidéntica a su madre, unos pequeños mechones de pelo castaño caían por su rostro,y gracias al cielo, había sacado su nariz, pero Hermione estaba en lo cierto, teníasus ojos
Severusse acercó hasta la cama donde se encontraba Hermione y sentó a su lado,depositando en un lindo beso en su frente.
-Teamo- susurro la castaña.
-Yyo a ti.
Jamás,se pudieron sentir tan felices. Por primera vez, después de tanto tiempo, se sintiólleno, completo, ¿Qué más podía pedir? Tenía a su lado a la mejor mujer delmundo y el mejor regalo que pudo darle, una hermosa bebe.
Lacastaña lo contemplo fijamente, perdiéndose como tantas veces en aquellosprofundos ojos negros.
Seacercó a él, besándolo cálidamente.
*Ningunode los dos se habían percatado de que Sirius, Pansy La familia Weasley casicompleta, Harry y Luna los observaban desde la puerta, pero ninguna se atrevióinterrumpir, pues jamás imaginaron poder ver una escena tan conmovedora.
Por Siempre a tu lado <3 - Potterfics, tu versión de la historia
Hola chicos!Bien primero que nada, como ya mencione al inicio es una historia de CONTENIDO SEXUAL por lo que les aviso es para MAYORES DE 18.
potterfics
es
https://potterfics.es/static/images/potterfics-por-siempre-a-tu-lado-3-potterfics-1705-0.jpg
2024-09-14
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