.::Pretendiendo::.TERMINADA!! - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Relatos Gay Eroticos y>
Capitulo 1. El Plan

-No puedo creerlo!!! Por qué los prefectos tienen que vigilar los alumnos si ya vamos de regreso a casa?! - Hermione iba arrastrando su baúl con un poco de dificultad, mientras avanzaba por el estrecho pasillo del tren.

Había estado la mayor parte de la tarde manteniendo el orden entre los estudiantes más pequeños, mientras que los demás prefectos se habían limitado a quedarse en sus compartimientos disfrutando de las últimas horas antes de volver a casa.

-Yo y mi manía por seguir siempre las normas al pie de la letra!!!- rezongaba mientras asomaba la cabeza por la ventana de cada compartimiento en busca de sus amigos. - Espero que el carrito de la comida no haya pasado aun
-

Siguió caminando hasta que por fin escuchó a lo lejos unas voces conocidas, al parecer Harry y Ron mantenían una discusión muy interesante a cerca de un tema que ella no lograba distinguir. Se acercó aun mas, las cortinas del compartimiento estaban corridas, pero aun así se podían escuchar sus voces a la perfección


-Harry, por favor, no me vengas a decir que en lo único que te fijas de una chica es en su personalidad!!!- Ron parecía a punto de echarse a reír ante aquella idea- pero si tú eras el primero que se quedaba embobado cada vez que Cho se te acercaba
y ella no se puede decir que tenga TANTA personalidad
-

-Bueno, pero esos eran otros tiempos
- Harry estaba dudando como responder, Ginny estaba sentada a su lado atento a cada uno de sus movimientos, y después de la pelea que habían tenido hacía unos días, no quería echarlo todo a perder
- Ahora estoy seguro de que lo importante en las personas es su personalidad, que tan compatibles son el uno con el otro, su forma de ser
- Miro de reojo a Ginny, y comprobó con satisfacción como esta sonreía


-Uff! Si, segurísimo
y es por eso que estas de novio con mi hermana, por su gran personalidad, y no porque es una de las chicas mas lindas de todo el colegio, no?- Se quedo estupefacto al escucharse a si mismo diciendo eso de su hermana
Ginny sonrió complacida- Quiero decir, que
bueno! Tú me entiendes! Y tu!- refiriéndose a su hermana- Que no se te suba a la cabeza, OK?

-Ehh
pues claro que es por eso! Digo, por su forma de actuar, lo tierna, valiente y audaz que es, además que juega bien al quidditch y besa muy bien


- Hey! Cuidado con lo que dices de ella!!! - dijo el pelirrojo mientras miraba hacia otro lado, pues Ginny se acercó a Harry y le dio un beso muy dulce, tras su último comentario


-Y a ti Ron, como te gustan las chicas?

Hermione se apoyó más aun a la puerta, atenta a cada palabra que escuchaba.
Hacia ya casi seis años que ella y Ron se conocían, pero estaba claro que entre ellos había algo más que un simple cariño de amigos
pero aun sabiendo esto, Ron se negaba a reaccionar, y ella
que podía hacer ella? Se le hacía un nudo en la garganta cada vez que recordaba lo mal que la había pasado ese año, mientras el salía con Lavender, verlo junto a ella todo el tiempo, besándose delante suyo, sin importarle lo mas mínimo sus sentimientos
que entupida había sido al pensar que el también la quería! Y que difícil había sido afrontar que talvez ella no era todo lo que el buscaba, y después de todo debía resignarse a ser simplemente eso: amigos.

-Qué cómo me gustan? - Ron estuvo a punto de decir: como Hermione
pero se detuvo al pensar en lo estupido que sonaría aquello, y lo que era mas probable aún, que ella no sintiera lo mismo por el
Se frustraba cada vez que la veía pasar caminando con ese aire tan propio de ella, con ese pelo y esos ojos castaños que lo hacían alucinar y quedarse en las nubes cada vez que los veía, verla hablar con otros chicos mientras el la observaba, convencido de que nunca la podría estrechar entre sus brazos, abrazarla, besarla y decirle lo mucho que la amaba desde hacia tiempo.

-Ron! Tanto te cuesta responder? - Harry se había quedado observando como su mejor amigo se quedaba pensando, con la mirada perdida, aparentemente reflexionando sobre algo


-Eh?
Ah! Pues obvio que con un buen cuerpazo, unas curvas de estas que son así: (simulo el cuerpo de una chica con las manos mientras que seguía hablando), que usen ropa sexy, que besen bien
. Ah, si! Y que sean un poco tontas, para poder manejarlas a mi manera
fáciles, ya sabes!- Harry le pico un ojo en señal de entendimiento


-Ah!!! Pero que machista eres!- Harry de inmediato cambio su expresión a la de un niño bueno, que no se ha enterado de nada, mientras su novia se paraba echa una furia de su asiento y se dirigía hacia la puerta- Espero que lo hayas dicho en broma, porque es una falta de consideración muy grande hacia las chicas
ya verás, encontrarás una mujer que te volverá loco y entonces te darás cuenta de lo que Harry te dice- Miró a su novio en busca de aprobación y de inmediato este asintió


-Sí, como no- dijo el pelirrojo mientras pensaba que ya había encontrado esa chica, pero que nunca sería suya


-Ahora me voy, quedé de hablar con Luna hace rato para
-pero ni Harry ni Ron llegaron a saber para qué Ginny necesita hablar con Luna, pues al correr la puerta del compartimiento, Hermione cayó hacia dentro


-Hermione! Estas bien?- le preguntó Ron mientras se paraba de de inmediato de su asiento para ayudarla a levantarse


-Ehh
sí, sí, estoy bien, es sólo que tropecé con mi baúl mientras Ginny abría la puerta, y ya sabes, me he caído
- mintió mientras colocaba su baúl en una esquina y se sentaba a su lado.

-Bueno, pues si no ha pasado nada, entonces me voy a buscar a Luna, nos vemos dentro de un rato!- dijo Ginny, mirando a Hermione no muy convencida de la excusa que había dado, mientras se marchaba.

-Y cómo la has pasado cuidando de los de primero? Te divertiste?- dijo Harry, tratando de poner un poco de humor a la situación, que se había puesto un poco tensa.

-No, Harry.- Fue la repuesta seca que dio la castaña. Todavía le costaba asimilar lo que había escuchado antes de que Ginny abriera la puerta
Ahora estaba todo mucho mas claro. Era por eso por lo que Ron no se animaba a tomar una decisión con respecto a ellos. Al parecer, ella no llenaba los requisitos de su chica ideal


Harry se quedó en silencio mientras intercambiaba una mirada con Ron. Qué le habría pasado a su amiga para que de repente se quedara tan callada? Eso definitivamente no era muy usual en ella

Ginny regresó media hora después, justo cuando el carrito de la comida estaba en su compartimiento. Harry compró de todo un poco para compartir con sus amigos, como hacía siempre que estaban en el tren. Se acercó a Hermione, que no había pronunciado palabra desde que se había sentado al lado de Ron, y le ofreció ranas de chocolate


-Gracias Harry, pero no tengo hambre
- hacía rato que por su cabeza rondaban muchos pensamientos
se preguntaba, qué pasaría si ella se decidía a luchar por la persona que en realidad amaba
valdría la pena cambiar su forma de ser por Ron? Que tal si funcionaba y lograban ser felices? O lo que también era probable: Y si fallaba en su intento? Y que tal si al pretender ser una persona que no es, dañaba cualquier posibilidad de tener a su lado al pelirrojo, o peor aún: arruinaba su amistad para siempre
?

-Oh, vamos Herms, si no has abierto la boca desde hace rato! Qué te pasa? - le preguntó el pelirrojo.

Miró a Ron a los ojos, y fue como si le hubieran dado un choque eléctrico para que reaccionara, el estaba ahí en ese momento, a su lado, mirándola de una manera inusual en él (o eso fue lo que le pareció)


-Hermione, estas enferma?- Hermione miró a Ginny como si se acabase de percatar de su presencia
- Estas muy extraña amiga
Mira, mejor vamos al baño, de seguro estas cansada por tantas horas vigilando los pasillos, y una poco de agua fresca en la cara te hará bien
- se levantó y tomó a Hermione del brazo, mientras cogía una rana de chocolate que su hermano le estaba pasando y se la ponía su amiga en la mano
-Ten, algo de chocolate te hará bien
-

Hermione tomó el pedazo que Ginny le tendía y se lo metió en la boca sin mucho entusiasmo, luego se levantó y con un simple venimos ahora se despidió de sus amigos y siguió a la pelirroja
Se detuvieron frente a una puerta de color rojo que estaba ubicada justo al final del pasillo, Hermione abrió la puerta y entraron. Era un compartimiento mucho mas amplio de lo normal, aunque desde afuera se veía uno común y corriente
Uno de los lados estaba lleno de lavabos con sus respectivos espejos, mientras que el otro se encontraba dividido en casetas, donde lógicamente, se encontraban los inodoros. Había en el aire una fragancia a pinos, sumamente parecida a la de los baños de los prefectos del castillo. Pero, a parte de eso, no era nada del otro mundo,,,

-Bien, ahora me dirás que es lo que en verdad te pasa? Ni pienses que me voy a creer el cuento de que estas cansada
- dijo Ginny interrogándola con la mirada mientras se sentaba encima de la meseta de uno de los lavabos.

- Pero si has sido la tú la que has dicho eso!!!- dijo Hermione.

-Si, pero fue sólo para despistar a Harry y a Ron
ahora me contarás o tendré que sacártelo?- Ginny la miraba con una sonrisa de quien no quiere la cosa


Hermione la miró por unos segundos, como evaluando si decirle o no, pero al final tomó una decisión: si debía pretender ser la chica perfecta para Ron, pues quién mejor que su mejor amiga para ayudarla? Además de que era la hermana del pelirrojo, y por ende, debería conocer sus gustos muy bien, no? Sopesó esta idea un instante y después le dijo:

-Está bien, sé que a ti no puedo mentirte
Estaba un poco distraída porque
ahh! No se como decirtelo!!! Iré al grano
Ginny, si quieres una persona debes luchar por ella no? Digo, por ser felices


-Sabía que se trataba de un chico!!!- la pelirroja sonrío triunfante.

-Yo también lo sabía!!!- exclamé entusiasmada, olvidándome de que no puedo participar en la conversación


-Y tu quien eres?- me preguntó intrigada Hermione.

-Ah! Pues yo soy la autora
jejeje

-Y qué haces aquí?- me pregunta Ginny.

-Eh
pues nada, solo me dejé llevar por la emoción, lo siento- me disculpé un tanto avergonzada.- Pueden continuar
-y seguí con lo mio


-Bueno
en que estaba?!

-En que Ginny sabía que estabas tan distraida por culpa de un chico
Ups
se me salió, ya! No pasará otra vez!- y seguí escribiendo al ver la mirada asesina que me mandaba Hermione.

-Ah Si!!!... A ver, y como lo sabes?-continuó la castaña.

-Es Ron, no?- Hermione se quedó pasmada
Acaso era TAN ovbio lo que sentía por él?

-No hay que ser prefecto, ni posible premio anual para darse cuenta, Herms
-dijo la pelirroja al ver la cara que ponía su amiga.

-Sí, Ginny
Es Ron - la castaña se sonrojó un poco al admitirlo.

-Esta bien
a ver, cuéntame, que es lo que te pasa?

-Bueno, es sólo que he escuchado la conversación que tenían sobre chicas hace un rato, y
sé que no soy todo lo que el busca, pero quisiera serlo
de verdad. Entonces, he estado pensando que
quizás, si yo cambiara un poco mi aspecto y mi actitud, ya sabes, me arreglara un poco y dejara es obsesión por los libros y los deberes que tengo
pues, que quizás, el me haría caso, no? Que opinas?

-Hermione, estas segura de lo que quieres hacer?- la pelirroja había escuchado a su amiga con mucha atención, sabía que si estaba por intentar algo así debía ser muy importante para ella


-Sí, he estado pensándolo mucho, y he llagado a la conclusión de que si no lo intento, si no lucho por lo que quiero, es probable que nunca sepa si lo nuestro pudo haber funcionado


-En eso tienes razón, pero
estás segura de que él no siente absolutamente nada por ti?

-Ehh
pues los últimos años, cuando estábamos en cuarto, quinto, y hasta principios de sexto, me di cuanta de que era probable de que él también sintiera algo por mi
ya sabes, cuando lo invité a la fiesta del club de las inminencias
pero entonces él comenzó a salir con Lavender y yo fui con el cabeza hueca ese que solo hablaba de quiddich, y ese fue el final de que nuestra relación. A partir de ahí no ha pasado nada, pero tenia la esperanza de que tu supieras algo


-Bueno amiga, los chicos son muy cerrados con eso de los sentimientos, y más aún Ron! Estoy segura que ni siquiera Harry lo sabe, imagínate si se lo diría a su hermana menor!

-Por eso mismo es por lo que tengo que intentarlo
y para eso necesito de tu ayuda!!!

-DE LA AYUDA DE QUIEN?... ups, se me olvidó
de la ayuda de quién?-susurró después de la mirada que Hermione le había lanzado por gritar así
a veces se le olvidaba lo estricta y mandona que podía llegar a ser su amiga


-Pues de tu ayuda! De quién mas?-intervine yo de nuevo-
Uhmm
como que se me esta asiendo una costumbre


-Se me acaba de ocurrir una idea- dijo la castaña pasando por alto la negativa de Ginny e ignorándome olímpicamente- Qué te parece si te pasas parte de las vacaciones conmigo y mis padres, y me ayudas a dar un cambio radical? todo lo contrario a lo que soy, y muy parecido a lo que quiere Ron
una chica sexy, tú sabes mucho de eso! Eres una de las chicas mas codiciadas del castillo!

Ginny le sonrió tras su ultimo comentario
lo pensó por un momento y se dio cuenta de que después de todo, Hermione había sido su fuente de apoyo, a la que recurría cada vez que tenia un problema, cuando se sentía sola, o cuando se derrumbaba pensando en que Harry y ella nunca llegarían a estar juntos
fue ella la que le dio la idea de tratar de actuar normal frente a Harry, quien la convenció de que saliendo con otros chicos, lograría despertar su interés hacia ella
Pero ahora, irónicamente, era ella la que necesitaba de su apoyo para ser feliz con la persona que amaba
no perdería nada con ayudarla; al contrario, serian cuñadas si todo funcionaba bien! Y animada por esta idea, miró a la castaña que se había sentado a su lado y la miraba poniendo una cara de suplica, de las que usaba cuando quería algo


-Está bien
te ayudaré! Pero que conste que primero tenemos que pasar por mi casa a buscar algunas cosas y luego de ahí partiremos a la tuya, ok?

-Sí!!! Perfecto! Oh Ginny! No sabes cuanto te lo voy a agradecer- se levantó entusiasmada y ayudó a la pelirroja a bajarse


-Uhmm
no te preocupes, estoy segura de que encontrarás la manera de agradecérmelo- dijo mirando a su amiga maliciosamente.

-Qué estás pensando?- preguntó la ahora preocupada Hermione, pues la cara que tenía Ginny se le parecía bastante a la que ponían Fred y George cuando planeaban una travesura


-Ya verás! Ahora mejor nos vamos, que conociendo a Harry y a Ron, deben estar a punto de venir a buscarnos!- y tras decir esto, agarró a su amiga de la mano y salieron de allí.

Llegaron a su compartimiento al poco tiempo, donde encontraron a Harry y a Ron muy entretenidos hablando sobre su tema preferido: quiddich! Cuando las dos amigas entraron, Harry se abalanzó sobre Ginny y la abrazó mientras bromeaba:

-Ohh! No sabes lo preocupado que estaba por ti! Digo
-se corrigió al ver la cara de escepticismo que ponía Hermione-
por las dos! Llegué a pensar que les había pasado algo horrible mientras estaban en el baño
no vuelvan a asustarme así!- puso cara de persona que a sufrido mucho en poco tiempo y se sentó junto a Ginny no sin antes robarle un beso, a lo cual la pelirroja no puso mucha resistencia
aunque pensándolo bien
quién en su sano juicio se resistiria?!

-Bueno, vamos a ver si controlan sus muestras de afecto mientras están en público!- dijo Ron mientras se fijaba en que Hermione parecía mucho más animada.

-Sí, es verdad! No crean que todo el tiempo queremos verlos besándose en nuestras narices! Sabían que es de mala educación?- los regañó Hermione.

-Oh! Ya veo que has vuelto a la normalidad
-dijo Harry divertido, al ver a sus amigos de acuerdo en algo.

-Muy gracioso
-dijo Ron, quien para sorpresa de todos (incluyéndolo a él) había defendido a Hermione


La castaña ocultó una sonrisa y tras mirar su reloj dijo:

-Creo que deberíamos cambiarnos, ya estamos llegando a la estación


-Sí, es buena idea- dijo Ginny.

Dicho y hecho; todos se quitaron las túnicas y las guardaron en sus baúles. No pasaron más de cinco minutos antes de que el tren comenzara a disminuir su marcha hasta detenerse por completo. Los alumnos iban saliendo atropelladamente de los compartimientos junto a sus respectivos equipajes


Cuando Harry, Ron, Ginny y Hermione lograron descender del vagón se miraron contentos
Cruzaron la barrera del andén 9 ¾ donde los esperaba la familia Wesley; Harry y Ron se acercaron a saludar mientras que Ginny y Hermione misteriosamente habían acorralado a Molly junto a los señores Granger. Minutos más tarde los padres de Hermione se fueron, dejando a la chica con una sonrisa de oreja a oreja mientras hablaba entusiasmada con Ginny. Harry y Ron se miraron extrañados


Ellos no sabían que esto sería sólo el principio de unas vacaciones que se avecinaban interesantes (pues Harry la pasaría en la Madriguera) y llenas de sorpresas para todos
en especial, para cierto pelirrojo


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Bueno, hasta aquí el primer capitulo!!!
Estoy lista para los tomatazos!!! Les cuento que este es mi primer fic, así que no sean muy duros conmigo, vale? Actualizaré muy pronto, pero recuerden que los reviews son un incentivo a la velocidad! ;) Cualquier pregunta sobre la historia, o alguna idea, no duden en escribirla, ok?
Gracias de antemano, Besos!
lu_potter
Autora deprimida por el casi comienzo de las clases. Y a la espera de que lean su historia!!!



Eran alrededor de las ocho de la noche cuando la familia Weasley, acompañados de Harry y Hermione, llegaron a La Madriguera.
El trayecto había sido un poco incomodo para todos, pues la aparición conjunta no era una buena opción con 6 personas y 4 baúles; además de que al señor Weasley se le había hecho prácticamente imposible conseguir un auto del Ministerio para esa tarde, por lo que no les había quedado mas remedio que tomar dos taxis desde la estación hasta la casa.

Entraron por la puerta de atrás, a un comedor que ya estaba en penumbras. La señora Weasley encendió las luces y se fue directamente a la cocina murmurando algo sobre que en Hogwarts no alimentan a sus hijos. El señor Weasley puso los ojos en blanco y se sentó a la mesa. Los chicos dejaron los baúles a un lado y lo imitaron.

-Ginny, tu madre me ha comentado que no pasaras las vacaciones con nosotros
- su padre la miraba esperando una respuesta.

-Ahh! Pues lo que pasa es que
este... - La pelirroja miró a Hermione en busca de ayuda y ésta, inteligente después de todo, fue a su rescate:

-Le he pedido ayuda a Ginny para organizar una fiesta, ya sabe
con motivo de mis 18 años
y como es mi mejor amiga, pues
me ha parecido una buena idea. - Respondió la castaña inocentemente.

-Wao!!! Ya cumples 18 años?! El tiempo vuela!- exclamó el padre de los pelirrojos
- Aun recuerdo como si fuera ayer, la primera vez que
-

-Y desde cuando Hermione Granger organiza fiestas?- Fred interrumpió lo que seguro sería una larga historia por parte de su padre


-Quien hará una fiesta?- preguntó George que acababa de entrar al comedor al igual que su hermano gemelo.

-Pues, según lo poco que escuché, Hermione piensa hacer una fiesta! No es sorprendente?- le respondió Fred, a quien obviamente le parecía que había gato encerrado en aquella situación


-Y que tiene de sorprendente que quiera celebrar mi cumpleaños!?

-No
nada! Así que es tu cumpleaños
a ver, y cuantos años cumples?

-Dieciocho
-al ver la mirada confusa de los gemelos aclaró- Es que cumplo años el 19 de septiembre, por lo que al entrar en Hogwarts casi tenia doce
Así que les llevo unos cuantos meses a los demás
-concluyó la chica.

-Bueno
eso lo explica todo- dijo Fred, al parecer mas tranquilo.

-Y cuándo va a ser? Quiénes irán? Dónde será? - Preguntó Harry quien hasta ese momento no había participado de la conversación.

-Eh
pues, aun no lo he decidido- contestó Hermione, un tanto perturbada al darse cuenta de que lo que en un principio le pareció la excusa perfecta, le estaba dando demasiados problemas


-Ya basta Harry! No ves que la pones nerviosa antes de tiempo?-le reprochó Ginny quien al igual que su mejor amiga, se comenzó a dar cuenta del problema en el que se había metido- Ya tendremos tiempo para pensar en todo eso, después de todo, para eso estaré con ella


-Y cuándo se marchan?- preguntó el único pelirrojo de la habitación que había permanecido en silencio.

-Pues, ahora que lo pienso, cuanto antes mejor! No vaya a ser que no nos dé el tiempo!- exclamó Hermione asustada.

-Herms, calmate!!! Que no es para tanto
-dijo Ginny tratando de tranquilizar a la castaña que se estaba poniendo histérica. Se acercó a ella y le susurró en un tono tan bajo que incluso Hermione tuvo que agudizar sus sentidos para escucharla - Creo que deberías poner en practica lo que hablamos desde ya! - y tras una ultima mirada de advertencia, volvió a colocarse bien en la silla.

-La cena está lista!!!- la voz de la señora Weasley llegó desde la cocina hasta el comedor, distrayendo así la mirada de los presentes que se habían quedado observando algo extrañados como Hermione asentía en silencio y adoptaba una pose despreocupada.

-Que bueno!!! Comenzaba a morirme de hambre!- exclamó Ron cuando su madre entró a la habitación dirigiendo con su varita una serie de platos exquisitos que poco a poco fueron colocándose en la mesa.

- Oh! Que novedad!- dijo sarcásticamente Hermione, provocando la risa de los presentes


Todos empezaron a servirse con entusiasmo y enseguida comenzó una charla muy amena. Los gemelos le contaban a Harry, Ron y Ginny como iba la tienda de artículos de broma, mientras los señores Weasley hacían uno que otro comentario acerca de las últimas noticias del Profeta.

Mientras tanto, al otro lado de la mesa, Hermione ponía en marcha su plan: había servido en su plato una cantidad mínima de comida, entre las que se encontraba un poco de puré de patatas acompañado de una montaña de vegetales que, en otras circunstancias, no comería. Con mucho esfuerzo, al ver el aspecto verde que presentaba su plato, empezó a comer
Se sorprendió al descubrir que no era tan malo como pensaba: los vegetales de la señora Weasley sabían bastante bien! Y tras este delicioso descubrimiento su plato quedó vacío en pocos minutos. Levantó la cabeza y observó con envidia como Ginny repetía su ración.

-Claro, después de todo, ella no tiene problemas con su aspecto- pensó con amargura Hermione. Luego se dijo a si misma- No te preocupes, será por poco tiempo, además de que valdrá la pena
porque si todo sale como quiero, para el día de la fiesta estaré vuelta otra persona. La persona perfecta para Ron!- Y tras este último pensamiento, sonrió con satisfacción mientras negaba un apetitoso pastel de chocolate que le pasaba Ron.

-Hey! Pero porqué no quieres? Si esta buenísimo!!!- le preguntó el pelirrojo.

-Sí! Mira que bien huele
Mmm
y que rico sabe! De doble chocolate relleno de caramelo!!! - y como forma de vengarme por no dejarme intervenir en el capitulo anterior, le acerqué un trozo especialmente grande para darle envidia
Ñacañaca! (pronunciar como risa macabra, XD) Que mala soy!

Todos me miraron un poco extrañados por mi repentina aparición y Hermione picada por mi comentario, decidió presentarme:

-No se preocupen, es sólo la autora de este fic... le encanta meterse en lo que no le importa!!!- dijo la castaña encantada por distraer la atención de los presentes de su postre a la interruptora.

-EN LO QUE NO ME IMPORTA?! Pero cómo te atreves?,,, si soy la que te dio la idea de cambiar tu...-pero nadie en el comedor tuvo el placer de escuchar mis reclamaciones, pues Hermione me tapó la boca y con la ayuda de Ginny me arrastraron hasta la sala...

-Estas loca o qué?! Casi dañas todo el plan!- susurró muy enfadada la castaña, mientras su pelirroja amiga cerraba la puerta que daba hacia el comedor para que los curiosos dejaran de mirar...

-No! Lo que pasa es que me estoy cansando de que no me dejes intervenir en mi propia historia!!!- le reproché igual de enfadada.

-Herms, creo que tiene un poco de razón... al fin y al cabo, ella es la de las ideas, no?

-Por fin alguien está de mi parte!-exclamé aliviada- Siempre has sido una de mis favoritas darling... y como muestra de agradecimiento haré que Harry se porte bien contigo, vale?- le piqué un ojo a la pelirroja y al ver que Hermione no estaba del todo convencida seguí: - Bien, así no llegaremos al próximo capi, so... mejor arreglamos esto de una buena vez. Si queremos llevarnos bien, debemos de poner unos puntos en claro: Primero: Me dejaran intervenir cuando quiera...

-Está bien! Pero con la condición de que no metas la pata! Ok?- Me dijo Hermione.

-Ok!- Sonreí satisfecha.

-Todo aclarado? Bien, pues a ver que les inventamos a los otros para que no sospechen nada...- y al ver que yo también asentía, me aclaró- Lu! Desaparece que tu no vas!

-Ah! Si... verdad! Que les vaya bien!- y tras despedirme seguí con lo mió :D

-Ok... vamos!- dijo Hermione y abrieron la puerta otra vez.

Todos habían terminado su postre y la señora Weasley se disponía a recoger la mesa cuando las chicas entraron al comedor.

- Y que fue todo eso?- preguntó Ron a quien no se le había escapado la rapidez con la que Hermione había reaccionado.

-El qué?- dijo Ginny haciéndose la inocente.

-Como que el qué? Pues eso! O acaso les parece normal taparle la boca a la gente y arrastrarla a otro sitio?- respondió suspicazmente el bombonzazo de cabello azabache y ojos verdes.

-Ah... eso! - dijo Hermione como quien no quiere la cosa- No ha sido nada! Es sólo que la chica esta un poco loca, pero que se le puede hacer?- y cuando estaba a punto de sentarse la silla desapareció como por arte de magia, con el pequeño inconveniente de que nadie la había convocado... jejeje!!! Eso le pasa por llamarme loca! Porque... ok, que me faltan un par de tornillos, pero me hizo quedar mal delante de MI Harry... digo, del Harry de Ginny!... XD- AHHH!!!!

-Hermione! Estas bien?- le preguntó Ron que se había levantado de inmediato a socorrer a la castaña.

-Sí! Es solo que me pareció que la silla estaba ahí!-dijo un poco confundida, luego vio como yo le picaba un ojo y sonreía.

-Parece que hoy estas un poco desequilibrada...-mencionó Harry recordando el como estuvo a punto de partirse la cabeza en el compartimiento...

-Bien! Basta de charlas y ayúdenme a organizar las habitaciones! Apuesto a que están muy cansados después de todo un día en tren...-dijo la señora Weasley.

-Pero mamá, si no hay nada que arreglar! Está todo bien: los gemelos duermen juntos, Harry duerme en el cuarto de Ron y Hermione en el mío. Y que cada quien ordene su cuarto, así no tendrás que molestarte, ves?- respondió la pelirroja.

-Bien, pues si ya todos tenemos habitación, será mejor que nos vayamos a dormir...-dijo la señora Weasley en un tono que no admitía replicas.

-Pero Molly, si apenas son...-el señor Weasley consultó su reloj- las diez de la noche! De seguro que los chicos querrán acostarse un poco mas tarde! Están de vacaciones, ya tendrán tiempo para dormir!

-Sí, pero...-trató de discutir la señora Weasley, y al ver la cara de entusiasmo que tenían los demás, no tuvo mas remedio que desistir a la idea de que se acostaran temprano...- bueno, pues si se quedarán despiertos, son TU responsabilidad! -le espetó molesta a su marido- Yo me voy a ver la telenovela que esta muy buena hoy...- y tas decir esto, subió a su habitación.

Los demás se levantaron de la mesa y subieron sus baúles a sus respectivos cuartos, mientras el señor Weasley sintonizaba una vieja radio Muggle que tenía en la sala y se disponía a relajarse luego de un largo día. Cuando los chicos bajaron, se acomodaron en los sillones que estaban repartidos alrededor de toda la sala.
Hermione, en un movimiento casi inconsciente tomó un libro e iba a leerlo cuando captó la mirada que le lanzó Ginny. Lo dejó a un lado y se dispuso a participar en la conversación.

-Así que mi hermanita y tu son novios, eh?- le decía Fred a Harry.

-Pues... si, comenzamos a salir hace poco- contestó Harry un tanto nervioso ante la mirada de los gemelos y el señor Weasley.

-En serio?- preguntó el padre de los pelirrojos a su hija mas pequeña.

-Eh... este... si! Harry y yo nos queremos mucho y hemos decido salir juntos, verdad mi amor?- le preguntó Ginny al ojiverde.

-Claro! Por supuesto, si tus padres están de acuerdo...- y le lanzó una mirada preocupada al señor Weasley que lo observaba como examinando si El niño que vivió era lo suficientemente bueno para su hija... al parecer decidió que si, pues contestó:

-Por supuesto que Molly y yo estamos de acuerdo!- Harry dio un profundo suspiro, pues ya comenzaba a presagiar una muerte lenta y dolorosa por parte de los ocho Weasley...

-Ustedes saben que no dejaría que por nada del mundo le pasara algo malo a Ginny, nunca la lastimaría... ella significa mucho para mi, y la protegería hasta con mi vida si fuera necesario...

-Si, lo se chico... por eso estoy mas tranquilo. Que padre no quisiera que el novio de su hija sea lo suficientemente capaz de enfrentarse al que-no-debe-ser-nombrado y salir victorioso? Se que la protegerás y no la lastimarás...

-Y si no lo hace, no te preocupes, nosotros nos encargamos de dejarlo sin descendencia papá...-Harry volvió a asustarse al ver la cara de malicia que ponían los gemelos - Es broma Harry!

-Cambiando de tema... cuando parten para tu casa Hermione?-preguntó Ron.

-Ginny, que te parece si lo hacemos mañana en la tarde... así tendrás tiempo de pasar otro rato con tu familia...

-Si, es buena idea. Además de que necesito vaciar mi baúl de los materiales del colegio y echar lo necesario para... cuanto tiempo voy a quedarme en tu casa?

-No lo sé... no hemos hablado de la fecha de la fiesta aún...

-Supongo que regresamos poco tiempo después de la fiesta, no?

-Regresamos?-preguntó confusa la castaña.-Ginny, no habíamos quedado en que te pasarías todo el verano en mi casa?

-Bueno, más bien... parte del verano. Hasta que todo quede resuelto.- y al ver la cara que ponía su amiga repuso - Es que quiero ver a Harry en vacaciones!!!

-Sí, yo también quiero volver a verte antes de las clases! Comenzaba a pensar que los meses en la Madriguera no serían lo mismo sin ti...

-Oh por Dios! Guarden su amor para cuando estén solos!- y al ver como Ginny y Harry asentían picaramente, Ron aclaró- pero cuidadito con lo que hacen!

-Hay, ya déjalos Ron! No ves que yo quisiera tener a alguien que vaya a extrañarme en el verano?-dijo Hermione

-Pero quién te dijo que nadie lo hará?

-Tu me vas a extrañar?-preguntó la castaña esperanzada.

-No! Me refería a los profesores! XD

-jajaja! Risas mil!-dijo sarcásticamente la castaña desilusionada.

-Vale, ya! Dejen ustedes también su amor para más tarde... Nosotros nos vamos a acostar, que mañana tenemos que madrugar para abrir la tienda- Los gemelos se levantaron y lo mismo hicieron Ginny y Hermione.

-Nosotras también nos vamos a acostar, después de todo, mañana nos espera un día muy largo...

Las chicas se despidieron de todos, en especial de los gemelos, pues era probable que no los vieran de nuevo hasta finales del verano cuando volvieran a casa.
Al poco tiempo de haber desaparecido por las escaleras, Ron, Harry y el señor Weasley se levantaron de sus asientos y también los imitaron, pues después de todo ya no tenían mucho de que hablar.

Subieron las escaleras hasta el último rellano que era donde se encontraba la habitación de Ron. Abrieron la puerta y se encontraron con el mismo cuarto que habían dejado meses atrás: el póster del equipo de quiddich favorito del pelirrojo pegado en las paredes, una pequeña ventana por donde se colaban los rayos de la luna que caían suavemente en dos camas pequeñas ubicadas a cada lado de la habitación y los baúles que habían subido hacía poco en una de las esquinas. Hedwing empezó a ulular, al igual que la pequeña lechucita de Ron, en cuanto los chicos entraron a la habitación, aparentemente deseosos de salir de sus jaulas e internarse en la oscuridad de la noche a cazar.

Harry comenzó a quitarse su pijama en lo que Ron sacaba a las lechuzas por la ventana.
Cuando de repente comentó:

-De verdad no vas a extrañar a las chicas?

-Bueno, lo usual, ya sabes... - dijo el pelirrojo tratando de ocultar su vergüenza fingiendo que buscaba algo en su baúl.

-Ron, vamos... que soy tu mejor amigo! De verdad no te gusta Hermione ni un poquito?

-Si te lo cuento me prometes no abrir la boca?

-Por supuesto! Acaso no me conoces?

-Vale... - aceptó Ron- Sí me gusta... me gusta desde siempre! Conforme?

-No, no estoy conforme...-respondió Harry con una sonrisita en los labios.

-Y que mas quieres que te diga?

-Ron, si tanto te gusta Herms, porqué no se lo demuestras? Porqué nunca se lo has dicho?

-Pues, porque... este... hay, no se, Harry! Lo unico que se es que de seguro ella no quiere a su lado a alguien como yo...

-Alguien como tu? Que quieres decir?

-Ya sabes... un chico inteligente, con buenos modales, con buen físico...

-Y como sabes que ella busca eso?- le interrumpió Harry.

-Pues... porque es lo que buscan todas las chicas, no?

-Ron, en eso te equivocas. Además, ya deberías saber que Hermione no es como todas las chicas, ella es... diferente... Talvez deberías decirle lo que sientes por ella. Quien sabe si ella también te corresponde?! No vaya a ser que otro se te adelante...

-Tienes mucha razón amigo...-admitió Ron.-Quizás ya vaya siendo la hora de averiguar si lo de nosotros puede funcionar...

-Que tal si le preguntas en la fiesta? Así tendrás tiempo de pensar lo que le dirás...-le dijo Harry quedándose medio dormido.

-Si, será lo mejor...- y tras unos momentos le preguntó- Harry?

-Mmm...

-Crees que ella me quiera?

-Mmm...? Si...-respondió el ojiverde que estaba más dormido que despierto.

-En serio?- Sonrió. Y tras este ultimo pensamiento feliz, se dispuso a dormir...

_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,_,

Mientras... en la habitación de las chicas...

Ginny y Hermione ya se habían puesto sus pijamas y estaban acostadas, cada una sumergida en sus pensamientos cuando Hermione preguntó:

-Gin... crees que esto de verdad funcione?

-El que?- contestó Ginny un tanto distraída...

-Lo de la fiesta... crees que cuando Ron vea mi nueva yo... me va a hacer caso?

-No lo se Herms... todo depende de el. Pero si quieres mi opinión... pienso que estaría loco de no pedirte salir con el.

-De verdad?

-Claro! todo va a salir bien... No te preocupes!-la animó su amiga

-Si... tienes razón, debo ser positiva!

-Bien... ahora mejor nos dormimos, si queremos tener fuerzas para viajar mañana.

-Sí...-suspiró Hermione. Luego tras un rato en silencio pregunto:-Gin, estas despierta?

-Mmm? Si...- contestó la pelirroja que ya estaba durmiéndose...

-Solo quería darte las gracias... Si no fuera por ti, no me habría animado a hacer todo lo que vamos a ser... Gracias, de verdad!

Luego escuchó la respiración lenta y acompasada que venía de su lado izquierdo: Ginny ya estaba dormida. Se giró y acomodó las mantas. Cerró los ojos y se sumergió en un sueño profundo deseando con todas sus fuerzas que todo saliera bien...


Capitulo 3. ¡Sorpresas y más sorpresas!

Era todavía muy temprano cuando nuestra protagonista abrió los ojos...
Le costó un rato acostumbrarse a los rayos de sol que se colaban por la ventana y bañaban su cara dificultándole enfocar bien las cosas... Se sentó en la cama y muy pronto recordó los planes que tenía para ese día. Se levantó con sumo cuidado, tratando de no despertar a la pelirroja que aun dormitaba a su lado. Se quitó la pijama, la guardó en su baúl y sacando unos shorts y un t-shirt se los puso rápidamente, sin hacer el menor ruido. Se calzó las zapatillas y luego se acercó al pequeño escritorio que se encontraba bajo la ventana, para tomar pergamino, tinta y pluma.

Abrió la puerta de la habitación y salió al rellano, y tras asegurarse de que su amiga no se había despertado, cerró nuevamente. Bajó las pocas escaleras que le quedaban y se adentró en la silenciosa sala, donde no se escuchaba el más mínimo sonido a excepción del tic-tac del reloj de nueve manecillas que colgaba en la pared.

Caminó hasta el comedor, se sentó a la mesa y se dispuso a escribir una carta a sus padres. Frunció un poco el entrecejo buscando la mejor forma de expresarse, y tras vacilar unos instantes comenzó:

Hola!
Solo quería disculparme por no volver a casa con ustedes ayer, cuando fueron a recogerme a la estación. Como ya les expliqué, mi mejor amiga, Ginny Weasley nos acompañará durante las vacaciones, así que teníamos que pasar a su casa a recoger su equipaje antes de marchar.
Tengo pensado volver hoy a casa poco después de la hora de almorzar, por lo que se que cuando lleguemos, aun no habrán regresado del consultorio. ¡Pero no se preocupen! Estaremos bien... Además de que me encargaré de guardar una rica cena para todos...
¡¡¡Los quiero muchísimo!!!
Con amor,

Hermione

Cuando acabó de pasar la carta a limpio, la enrolló con cuidado y se levantó nuevamente. Abrió la puerta que daba al jardín. El sol ya había salido por completo. Debían ser alrededor de las 9 de la mañana. Caminó hasta la cerca y se acercó a donde estaban paradas unas lechuzas... una blanca junto a una pequeñita que revoloteaba sin parar, emocionada, pues al parecer habían regresado de cazar hacía poco tiempo.

-Hola Hedwig! Hola Pig!- la castaña bajó con cuidado a Hedwig y se sentó en el césped.- Necesito que me hagas un favor, vale?-la lechuza ululó en señal de afirmación- Bien, quisiera que por favor entregaras esta carta lo mas pronto que puedas a mis padres... - y como si entendiera todo lo que Hermione decía levantó su pata. La chica no perdió tiempo y la amarró. Y para su fascinación, la mascota del morenazo-de-infarto-Potter desplegó sus alas y emprendió su vuelo en menos de lo que dices rápido, haciéndose cada vez más pequeña hasta perderse de vista...
La castaña se levantó de inmediato, le dijo adiós a Pig y se dispuso a volver a la casa. Empujó la puerta de la cocina, donde encontró a la madre de los pelirrojos un tanto agitada...

-¡Hola señora Weasley!- la aludida pegó un salto de la sorpresa que se llevó al verla aparecer tan repentinamente.

-Oh! Me asustaste querida... ¡Buenos días!

-¿Qué le pasa que la veo tan atareada?- se interesó la chica al ver que la mujer abría la puerta del refrigerador y se disponía a sacar cosas a toda velocidad...

-Lo que pasa es que me he quedado dormida (Arthur no me ha despertado antes de irse al trabajo) y debo hacer un montón de cosas: preparar el desayuno, limpiar la casa, desgnomizar el jardín, ir de compras, recoger unas túnicas en la lavandería y preparar la comida!!! Y todo antes de que ustedes se vayan!- se alarmó histérica.

-Oh! Esos son muchas cosas! Que tal si le doy una mano?- la señora Weasley la observó no muy convencida, así que la castaña continuó:- Escuche, si repartimos las tareas entre todos los que estamos en la casa, terminaremos mas rápido. Lo mejor será que salga a hacer las compras y a recoger las túnicas y yo me encargo de decirle a los demás cuando despierten lo que les corresponde hacer... esta de acuerdo?

-Si! Me parece una estupenda idea! Pero... quién hará el desayuno?

-No se preocupe por eso, lo haré yo. Y ahora váyase para que le de el tiempo!

-Tienes razón! Gracias!- caminó hasta el jardín y luego exclamó mas aliviada- Regreso en un par de horas!!

-Hasta luego! -Hermione se quedó mirando como la señora Weasley salía de la casa y girando sobre sus pies desparecía.- Bien, ahora... - Echó un vistazo a su alrededor, la casa seguía en silencio.- Supongo que a preparar el desayuno...-suspiró y con un moviendo de su varita un paquete de pan empezó a cortarse en rebanadas, dando la oportunidad a que: el queso, el jamón, la mayonesa, el tomate y mantequilla se introdujeran en partes iguales en el pan, formando así unos sándwiches de aspecto delicioso...-Uhmm... No fue tan difícil!- se encogió de hombros.

-¿Qué no fue tan difícil?- preguntó Ron entrando a la cocina seguido de Harry.

-El desayuno... nos ofrecí para ayudar a tu madre a hacer las tareas de la casa. Y a mi me tocó el desayuno.- Con otro movimiento de su varita colocó todo en su lugar, dejando la cocina impecable. Luego, dirigió la pila de sándwiches hasta la mesa.

-Me parece buena idea, mamá siempre está atareada, una ayuda de vez en cuando no le viene mal...-admitió una pelirroja que acababa de hacer su entrada en la habitación. Se acercó a Harry y depositó una serie de besos tiernos en sus labios, al que el ojiverde respondió gustozo...

-Y que nos toca hacer a nosotros?-preguntó el pelirrojo apartando la mirada de la escena que se daba a su derecha...

-Este... a ustedes le corresponde desgnomizar el jardín. Mientras que Ginny y yo arreglamos la casa, y terminamos de preparar los baúles.-respondió la castaña, un tanto indiferente. Había sacado unos vasos de la alacena y los colocaba en la mesa junto al jugo de calabaza.

-Oh! Es cierto, se marchan hoy a la tarde, no?- preguntó un desilusionado Ron.

- Si! Pero no te preocupes, que nos veremos seguido! Los podemos venir a visitar de vez en cuando si ustedes prometen escribirnos, vale?-contestó Ginny.

-Y pueden ir a visitarnos cuando quieran! Solo tienen que avisar al señor Weasley para que conecten mi chimenea a la red flu y listo!- Hermione sonrió al imaginarse la cara que de sorpresa que pondrían sus padres al ver a los chicos saliendo de su chimenea...

-Ya está el desayuno mamá?- Inquirió Bill entrando a la cocina...-Oh!!! Hola chicos!-saludó abrazandolos a todos- Había olvidado que ya estaban de vacaciones!

-Si, llegamos ayer...-respondió Harry tomando a Ginny de la cintura.

-Y tu cuando llegaste hermanito? Que no te vimos anoche...

-Bueno Ron... es que estaba en una cita con Fleur y me tardé un poquito...-sonrió picaramente.- y... volviendo a mi pregunta... ya esta el desayuno?

-Si! Sentémonos a la mesa!-respondió la castaña. Y acercándose empezó a servir el jugo en los vasos, mientras los demás se iban sentando tomando cada uno un sándwich y esperaban a que Hermione les pasara un vaso.-Harry, espero que no te moleste que haya usado a Hedwig para enviar una carta a mis padres avisándoles que vamos hoy...-dijo después de que se hubieron sentado y empezado a comer.

-No, por supuesto que...-se interrumpió el cabello azabache cuando Bill escupió todo el jugo de calabaza que estaba bebiendo, el cual tuvo la gentileza de caer sobre el bienaventurado Harry, quién estaba sentado frente a el.

-¡Oye! ¡Fíjate a dónde apuntas! Mi amor, ¿estás bien?- preguntó Ginny preocupada por su novio al tiempo que lo limpiaba con una servilleta.

-Este jugo esta asqueroso!!!- esclamó Bill luego de disculparse con MI pobre Harry, digo... con el de Ginny (la costumbre, :D)

-¿Asqueroso? ¡Pero si lo acabo de preparar!- se escandalizó la castaña mientras se llevaba el vaso de Bill a la boca, dispuesta a comprobarlo por si misma...-AH! Ya se que es lo que pasa... - exclamó divertida- Es que has tomado el jugo equivocado, éste- dijo señalando el vaso que tenía enfrente- no es el tuyo. Es el mío.- intercambió las bebidas- ya esta: puedes continuar con tu desayuno.

Bill, aún desconfiando, probó su jugo, como temiendo que lo fueran a envenenar otra vez.
-¡Esté si sabe bien!-suspiro general- Ahora, lo que no entiendo es porqué querrias beberte algo así?- le preguntó extrañado.

-Lo que pasa es que no le puse azúcar a mi jugo- contestó la castaña.

-¿Y por qué no tomas un sándwich como nosotros?- preguntó Ron suspicazmente.

- Es que no tengo mucha hambre...

- ¿Cómo que no tienes mucha hambre? - exclamó Ron todavía pensando que aquello era sumamente extraño...

-¿Y?-contestó Hermione a la defensiva.

- ¿Como que Y ? ¡¡¡Sueles comer como hipógrafo que almacena una hambruna de diez meses seguidos!!!

- Gracias, Ron- ironizó la castaña.

- De nada- contestó el ojiazul sin desviarse de la conversación. Al ver que Ron esperaba una respuesta no tuvo más remedio que decir la verdad:

- Esta bien... ¡¡¡Estoy a dieta!!! ¿Conformes?

- ¡¿Es verdad eso?! ¡¡¿Estás a dieta?!!- inquirió Ron, cuya sorpresa le provocó que el jugo que estaba bebiendo se le escapara por los orificios de su nariz pecosa. Empezó a toser y el pelo-azabache le dio unas cuantas palmadas en la espalda para que se tranquilizara mientras que las chicas se reían por el espectáculo.
Una vez que el pelirrojo recuperó su compostura los ojos se volvieron a centrar en la castaña.

-Si, lo estoy. ¿Algún problema?- contestó una desafiante Hermione.

-No, no hay ningún problema. Es tú vida después de todo. Pero...- dudó un instante.

-¿Pero qué, Ronald?

-Pero... pensaba que eras más inteligente...- se arrepintió de lo que había dicho al instante de haberlo pronunciado, pero ya era demasiado tarde. Hermione lo fulminaba con la mirada.

-Y yo pensaba que tenías una vida...- y tras ese comentario tan borde, se levantó de la mesa y dirigiéndose a Ginny continuó:- Te espero arriba. ¿Recoges la mesa por mi?- y sin esperar respuesta salió echa una furia del comedor.

-Te has pasado Ron...- comentó Bill.

-¿Yo? ¡Pero solo estoy tratando de que no haga una estupidez!- se defendió el ojiazul.
-Si... ¡Pero tienes que hacerlo con tacto!

-¿Harry, que no ves que él de eso no tiene ni una pizca? - contestó Ginny.

-¡Genial! ¡Ahora todo es mi culpa!- bufó.- Harry, te espero en el jardín...- se levantó de la mesa y salió de la casa, dejando a los demás mirando su desayuno.

-Bueno... creo que después de todo el desayuno no fue tan bien, ¿no?

Ginny puso los ojos en blanco murmurando algo así como hombres, para después empezar a recoger los platos que casi nadie había tocado. Guardó los sándwiches y el jugo en el refrigerador y después volteó dirigiéndose a su hermano:

-Bill, ¿podrías lavar los platos?

-¡Seguro!- y con un movimiento de su varita los susodichos empezaron a lavarse, enjuagarse y secarse por si mismos...

-¡Gracias!

-De nada... Ahora me tengo que ir. Debo pasar por Fleur antes de ir al trabajo. ¡Nos vemos!- Besó la mejilla de su hermana y le dio un apretón de manos a Harry para luego salir al jardín y desaparecerse.

-Bien... supongo que solo quedamos nosotros...- Harry miró a su novia significativamente.

-¡Harry! ¿Cómo puedes pensar en nosotros cuando nuestros amigos están que no se hablan?

-Pues... tienes razón. Lo siento. Pero es que no soporto pensar que pasaremos separados tanto tiempo...- dijo el pelo-azabache poniendo cara de niño a quién se le niega un caramelo.

-Hay mi niño, no te preocupes... ¡Que el tiempo pasará más rápido de lo que piensas!

-¿En serio?- al ver que la pelirroja asentía y se disponía a irse a socorrer a su amiga, gritó:- ¿Pero no me das ni un besito para el camino? ¡Mira que hay muchos gnomos en el jardín...! - exclamó esperanzado.

-No... Espera hasta que nos vayamos a despedir, ¿vale?- Harry se desinfló como si lo hubieran pinchado con una aguja- ¡Bien! ¡Me rindo!- Se abalanzó sobre el chico, y éste, sin perder oportunidad, colocó una mano en su espalda empujándola suavemente sobre él mientras acercaba sus labios muy despacio a los suyos... acoplándose en un tierno y dulce beso, mezclado con una pasión que solo una pareja que esta verdaderamente enamorada puede sentir...

*****10 minutos más tarde, en la habitación de la afortunada pelirroja...*****

Hermione estaba sentada en el alfeizar de la ventana cuando Ginny entró a su habitación caminando como si estuviera flotando en las nubes, con una sonrisa de oreja a oreja...
Su expresión cambió de inmediato al ver la cara bañada en lágrimas de su mejor amiga. Se acercó a ella y la abrazó, como si con eso pudiera transmitirle toda la felicidad que ella sentía. La castaña le agradeció el abrazo con una sonrisa y se secó la cara con una túnica que había a su lado.

-Mi hermano es un cretino ¡no le hagas caso!- trató de animarla la pelirroja.

-¡Lo sé! Y lo peor de todo es que estoy enamorada de él...- suspiró Hermione.

-Herms, no te ofendas, pero no se cómo puedes querer a alguien así...

- Ese es el problema: ¡Yo tampoco lo sé!

-Hay amigas mías... Dicen que el amor es ciego, pero yo creo que el cupido que flechó a Hermione también era sordo, mudo y sin tacto... - suspiré yo también, apareciendo al lado de las chicas y sentándome con ellas.

-¡Hola Lu! - me saludó encantada mi pelirroja favorita...

-¡Hola chicas!- abracé a Ginny y, tras dudarlo un momento, también abracé a la castaña... Para mi sorpresa, no sólo me correspondió en el abrazo, sino que también me regaló una sonrisa...

-Bueno, y... ¿Qué haces aquí Lu?

-Es que vi que Herms está un poco triste, y vine para decirle que no se preocupe tanto...-la castaña me lanzó una mirada cargada de escepticismo- ¡Es en serio! Ron está muy arrepentido por lo que dijo...

-¿Y tú como lo sabes?- me preguntó olvidándose de con quién hablaba...

-¡Pues porque soy yo la que lo escribo, tontis! Daaaa... (Pronunciar como: es lo más obvio del mundo)

-¿Y entonces que hago?

-Ya te lo dije: no te preocupes que yo me encargo... pero no te pongas triste que me entristezco yo también, ¿si?

-Pero el idiota no se puede quedar sin su merecido por comportarse como lo hizo con Herms...-dijo una pelirroja nada dulce.

-También lo sé, y ya me encargué de ello...

-¿Ah sí? ¿Qué hiciste?-preguntó interesada la castaña.

-Ah... pues, digamos que se les olvidó que podían usar magia desgnomizando el jardín...-dije con una media sonrisa.
-Jajaja! ¿Osea que harán todo el trabajo a mano pudiéndolo hacer con un simple hechizo? XD

-¡Tardará una eternidad!- exclamó una más animada Hermione.

-Sí, pero se lo merece...-dijo la pelirroja cuando se hubo recuperado de su ataque de risa.

-Bien, misión cumplida... ya estamos todas alegres, así que ya me voy, que tengo unas cuantas cosas que escribir...- les sonreí nuevamente y desaparecí.

Ya mucho más animadas, las chicas se levantaron y salieron de la habitación, recogiendo a su paso lo que encontraban mal colocado. Media hora más tarde, todo había vuelto a su lugar: cojines, túnicas, sillas y sombreros; el piso estaba que brillaba de limpio y se respiraba un aroma a casa recién organizada...

-Ginny, creo que eso es todo, ¿verdad?- dijo la castaña guardando su varita.

-Sí, ahora podemos subir a alistarnos. Y yo, a empacar mis cosas... - se encaminó hacia las escaleras, luego se dio cuenta de que su amiga no la seguía, por lo que se devolvió sobre sus pasos...- Herms, ¿vamos?

-¿Crees que deberíamos avisarles que pueden usar varita?- preguntó un tanto distraída Hermione. Había estado observando como los chicos recogían gnomos, le daban vueltas y los lanzaban una y otra, y otra vez...

Ginny echó un vistazo por la ventana y se quedó boquiabierta al ver a un Harry todo sudado, bajo un sol caliente... y a su hermano. Los dos usando solo unos jeans apretados, sin nada que cubriera su torso!!! Hay Dios Mío que me da?!- sacudo la cabeza un poco para apartar esa imagen de mi mente y seguir con la historia.

-Noooo- dijeron al unísono Hermione y Ginny. Se quedaron allí paradas, embobadas con la imagen, alrededor de unos quince minutos, cuando por fin, la castaña reaccionó y preguntó:

-¿No teníamos que hacer algo?

-¿Eh? Ahh... si, creo que teníamos que regresar a mi cuarto, para... algo... pero ya no recuerdo que era...-dijo una pelirroja un tanto confundida.

-Creo que tenías que empacar...-dijo su amiga aun aturdida por la visión.

-Ah, si... ¡ya recuerdo!

-Y luego alistarnos para marcharnos a mi casa...

-Ajá...-asintió Ginny aún sin apartar la vista. Luego de unos segundos más, en los que su cerebro procesó la información, miró a su amiga y comenzaron a caminar con mucho pesar hasta su habitación. En donde no había vista hacía el jardín....

Tardaron otra media hora en meter todas las cosas necesarias en los baúles. Ginny se puso unos jeans azules ajustados, con una ramera de amarillo palido. Luego se encaminó hasta la puerta murmurando algo sobre una despedida con Harry y salió de la habitación si más, dejando a la castaña a medio vestir.
Se había puesto unos pantalones bajos, ajustados a la cadera y se disponía a buscar una blusa de tirantes en su baúl cuando...

-Toc Toc... Ginny, pregunta mamá si...- Ron se cortó a mitad de la frase, pues al parecer la imagen de una Hermione vestida de la cintura para abajo no dejó que su cerebro coordinara bien las ideas...cerró la puerta bruscamente.

Se hizo el silencio. Nuestra protagonista aprovechó para colocarse el sostén que había puesto a un lado. Por fin encontró la blusa que buscaba y se la puso.
Luego dijo:

-Ya puedes pasar Ron...- el pelirrojo abrió la puerta, cohibido... suspiró al darse cuenta de que Hermione ya se había terminado de poner la ropa.

-Eh... lo siento. Buscaba a Ginny, pero ya veo que no esta.- se dió la vuelta dispuesto a salir de la habitación, cuando se voltio nuevamente.- Herms, sobre lo de esta mañana...

-Ya no importa Ron...

-Sí, por supuesto que importa. Reaccioné como un estúpido. De verdad me arrepiento de lo que dije...- detrás de el, aparecí yo, y luego de un te lo dije silencioso, le piqué un ojo a la asombrada castaña y desaparecí nuevamente.

-Y yo lamento haberte dicho que te buscaras una vida...-dijo un tanto apenada la chica.

-Tenías razón. Pero, ya estoy en ello... - caminó hacia Hermione y justo cuando se acercaba lentamente a ella:

-¡Ron! Tu madre dice que ya está la com...- se cortó Harry al ver la casi escena.- Ehh... lo siento. La comida está lista.- y se fue dejando un apenado Ron que no hallaba como justificar su extraño movimiento.

-¿Bajamos?- preguntó con las orejas coloradas.

-Ok.- Y salieron de la habitación dejando atrás el pequeño incidente.




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Hola!!! Les ha gustado el capi??? Espero que si! Me di una vuelta por el fic y al ver que se han portado bien con los reviews, decidí actualizar enseguida!
Ven como a los niños buenos, se les premia?
Ahora, les tengo unas preguntas que me gustaría que me contestaran:
1. Como les parece mas fácil: que responda a los reviews como estaba haciendo hasta ahora, o que lo haga al principio del nuevo capi para que no tengan que volver a buscarlo?
2. Les esta gustando la historia??? Jejeje
3. Bien, ahora levanten la mano las chicas que se imaginaron a los bombones de Harry y Ron sin camisa, todos sexis? ;)


Gracias de antemano por los 10 reviews que se que me van a dejar cada uno (:D jajaja! es broma, pero espero que por lo menos llegue a 20 la cuenta!). Nos leemos luego, y mi actualización depende de ustedes, ya saben!!!




Capitulo 4. Residencia Granger


-Y yo lamento haberte dicho que te buscaras una vida...-dijo un tanto apenada la chica.

-Tenías razón. Pero, ya estoy en ello... - caminó hacia Hermione y justo cuando se acercaba lentamente a ella:

-¡Ron! Tu madre dice que ya está la com...- se cortó Harry al ver la casi escena.- Ehh... lo siento. La comida está lista.- y se fue dejando un apenado Ron que no hallaba como justificar su extraño movimiento.

-¿Bajamos?- preguntó con las orejas coloradas.

-Ok.- Y salieron de la habitación dejando atrás el pequeño incidente.

Mientras se dirigían al comedor no cruzaron palabra alguna, cada uno sumergido en sus propios pensamientos:

- ¿Qué pasó allá arriba... Me iría a besar?-pensaba Hermione

- ¡Oh, por Dios! Casi arruino todo... ¿se habrá dado cuenta de la iba a besar?

-No... Es imposible, seguro que era por otra razón...

-No... Talvez no fue tan obvio... ¿o si?

-¿Pero entonces por qué se acercó a mí?

-Y esa imagen... ¿Cómo se le ocurre andar semi-desnuda?

-¿Y si se asustó por lo que vio...?

-Wao... Nunca pensé que tuviera un cuerpo tan perfecto...

-Total que el que estaba mal era el, no yo... ¡la puerta estaba cerrada!

-¿Quién me manda a entrar sin llamar...?

Estaban ya sentados en la mesa, todos hablaban sin parar con la expectativa de que las chicas pronto se marcharían... Todos, excepto:

-¡Ron! ¡Hermione! ¿Qué les pasa que están tan callados?-preguntó una suspicaz pelirroja.

-¿Qué? ¡Nada!- dijeron los aludidos al unísono, dando a entender que sí pasaba algo. Luego para disimular más, empezaron a servirse de todos los platos que estaban a su alrededor... ya pensarían en lo que había pasado más adelante.

La comida transcurrió sin nada fuera de lo normal hasta que llegó la hora de partir.
Los baúles ya estaban al pie de la escalera, y la sala estaba inmersa en una rápida despedida por parte de las chicas, y en una lenta, por parte de los demás, que no querían que ellas se marcharan tan pronto. Cada uno por sus propias razones.

-¿Pero no van a merendar primero? ¡Miren que unas galletitas de chocolate no le vienen mal a nadie! - dijo una triste señora Weasley.

-No, mamá... ya te dijimos que queremos irnos lo antes posible...

-Sí... y llegar antes de mañana...-murmuró una castaña.

-¿Pero cual es la prisa?

-Ya te dijimos Harry, mis padres nos esperan...

-¿Y no les pueden escribir cancelando todo?- preguntó cierto pelirrojo que tenía cierto interés en que cierta castaña se quedara en cierta sala, para desaparecer ciertas personas y poder continuar cierta escena que dejaron atrás... entendieron, ¿cierto? XD

-No hermanito... ¡debemos marcharnos ya!

-¡Pero no es justo!- rezongó el pelo-azabache, comportándose como un bebé haciendo un berrinche... un sexy bebé por supuesto...- ¿te despides de mí?

-¡Pero si ya lo hice!- dijo una exasperada pelirroja recordando como unos momentos atrás habían paseado por el jardín tomados de la mano, y en donde Harry le había prometido escribirle todos los días... si le daba un beso por cada uno de los días que no se iban a ver... ¿qué buen trato, no? Yo lo aceptaría sin pensarlo, ¿no creen?

-Bueno, ya basta... ¿nos vamos ahora o esperaremos el comienzo del otro milenio?- preguntó Hermione a su amiga.

-¡Ahora!- exclamó la pelirroja aliviada de dejar atrás el abrazo de oso panda/koala/polar que le daba su madre.

-Pues salgamos de aquí...- la castaña depositó un beso en la mejilla de la señora Weasley, un abrazo a su mejor amigo, y cuando llegó el turno de Ron...

- Eh... supongo que no las puedo convencer para que se queden...-dijo el pelirrojo mirando a los ojos a la castaña, por primera vez en más de una hora...

-No... Supongo que no. Nos veremos antes de la fiesta, ¿verdad?

-¡Claro! Pero no te preocupes que para la próxima tocaré antes de entrar...- dijo con una media sonrisa, haciendo alusión a lo ocurrido momentos atrás.
La chica se ruborizó. Se acercó a él para darle un beso en la mejilla. El chico aceptó el beso, para después sumarle un gran abrazo.

Harry y Ron sacaron los baúles por la puerta principal, quedando frente a frente a un gran autobús color morado de tres pisos que la castaña había convocado segundos antes con su varita. Subieron a él, se acomodaron en sus asientos, dejaron sus equipajes a un lado junto a la jaula de la mascota de Hermione (que luchaba por salir), abrocharon sus cinturones y dijeron adiós con la mano a la Madriguera que poco a poco se fue desapareciendo convirtiéndose en un borrón marrón, junto a un paisaje verde difuminado por la velocidad con que viajaban.

-Bienvenidas al Autobús Noctámbulo, mi nombre es Stan Shunpike y seré su guía por el resto del viaje... ¿Hacia donde se dirigen señoritas?- les preguntó un pecoso muchacho no más viejo que ellas, mientras se sostenía a los barrotes que colgaban del techo para no caerse.

-Vamos al número 24 Calle las Rosas. A las afueras de Londres.-contestó Hermione.

-Bien, primero llevaremos a Irlanda a la señora Catherine - dijo señalando a una bruja que vestía una túnica verde un poco extravagante.- Luego van ustedes... Serán unos 16 sickles (olvidé como se escribe) y si quieren un refresco, 4 knuts adicionales. Llegaremos a su destino en una hora, mientras tanto, disfruten del viaje...

Las chicas se miraron. Hermione sacó de su bolso el dinero necesario para el viaje y los refrescos y luego se lo pasó a muchacho. Éste sonrío y fue a la parte de atrás del autobús a verificar a los demás pasajeros.

El transcurso del paseo no fue muy placentero para ninguna. El conductor lograba que el bus escarlata atravesara las calles de Londres por espacios pequeñitos en donde no cabía ni el cochecito de un bebé, pasando por alto señales de tráfico, pegándose a las paredes de los edificios, haciendo que los buzones se quitaran del camino para no ser atropellados, traspasando otros autos e incluso personas que caminaban por las aceras.
Al cabo de media hora, las muchachas se miraron nuevamente, estaban tan mareadas que tuvieron que tomar unas pastillas anti-vomitivas que habían llevado para el camino. Pero aún así no se atrevían a abrir mucho la boca por miedo a bañar de gratis a la otra...

-Veo que no están acostumbradas a viajar en el Autobús Noctámbulo...- les dijo Stan,
cuando se acercó a entregarles los refrescos.

-¿Te parece?- preguntó sarcásticamente una Ginny que no estaba de muy buen humor debido a tantas vueltas.

-Sí...- le respondió sin captar el tono borde de la chica- Sus caras están de un ligero color verde- señaló.

-Se nos pasará en cuanto bajemos de aquí...-dijo Hermione, al ver la mirada asesina que le lanzaba la pelirroja al ayudante del conductor.

-Pues, están de suerte, porque nos hemos saltado dos paradas y llegaremos antes a su destino- y tras decir esto el autobús frenó de golpe, haciendo que las chicas se inclinaran hacia delante...

- Número 24 Calle las Rosas- anunció una voz. Se habían detenido justo delante de una linda casa de dos niveles; con el techo cubierto de tejas color rojo oscuro y paredes pintadas de un amarillo pálido.

Antes de que el chico les dijera que ya podían viajar, las chicas habían descendido del autobús junto a sus equipajes. Dieron las gracias sin mucha convicción y se quedaron observando como el autobús desaparecía nuevamente elevándose en el aire para no chocar con una antena de televisión cercana.

Se dieron la vuelta y mientras iban hacia la entrada, Ginny se fijó en la hermosa fuente que se encontraba a un lado del jardín de la entrada, a unos cuantos metros del hermoso caminito que en ese momento atravezaban formado por unas bien cuidadas rosas rojas.

-Bueno... ya estamos...-dijo Hermione cuando abrieron la puerta.- Hogar, dulce hogar...-Caminaron hasta en el centro de la casa. La pelirroja se quedó con la boca ligeramente abierta por lo que veía:

La sala poseía unos ventanales hermosísimos que al correrlos, permitía la entrada a una enorme terraza con vista a una linda piscina en cuya superficie se reflejaban los rayos del sol de la tarde. Miró a su alrededor y se percató de que los muebles, a pesar de ser muy sencillos, le daban cierto toque de elegancia y modernidad a la habitación.
Levantó la cabeza y le echó un vistazo al alto techo, del que colgaba una gran lámpara de cristal en forma de araña. A un costado de la sala, había una gran puerta de color caoba. Ginny caminó hasta ella, la abrió y descubrió una biblioteca casi tan bien abastecida como la de Hogwarts, y eso ya era mucho decir. En el centro se hallaba un escritorio, lo que daba a entender que ese era el despacho del padre de la castaña. Ahora entendía de donde había heredado esta última su hábito por la lectura.
Salió de allí y caminó hacía el otro extremo donde, separado por dos magnificas columnas, se encontraban las escaleras en forma de Y que llevaban a la segunda planta.
Siguió a Hermione por ellas, y al llegar arriba divisó otras tres puertas.

-Está es la habitación de huéspedes.-dijo su amiga abriendo la primera puerta- Mi madre ya la ha organizado para que duermas en ella...-
Era una habitación muy acogedora, espaciosa y agradable a la vista. Las paredes estaban pintadas de un naranja claro, que sumadas a la ventana del fondo, le daba un aspecto luminoso al cuarto. Bajo las ventanas se encontraba una hermosa cama, cubierta con frazadas y almohadones de color naranja encendido haciendo juego con las cortinas de la habitación. También allí había dos puertas: una daba entrada a un baño con bellas terminaciones en mármol; y la otra a un armario en el que cabrían perfectamente diez baúles colocados en fila.

-Y... bueno, ¿Qué piensas?-preguntó Hermione sentándose en una silla junto a la cómoda.

-¡Wao! ¡Me encanta esta habitación! ¡Adoro esta casa! ¡Es simplemente estupenda!- exclamó la pelirroja corriendo las cortinas para que entrara más luz.

-Hay... no es para tanto.- respondió la castaña un tanto abrumada por la cara de felicidad de su amiga- Pero me alegro que te guste, porque también será tu casa mientras estés aquí...
-¡Gracias!-dijo la pelirroja con una sonrisa.- Me pregunto por qué nunca nos habías comentado que vivías en una mansión como esta...

-¿Mansión? ¿Pero de que hablas, Ginny? Si solo es una casa común y corriente...- respondió humildemente Hermione.

-¡Común y corriente mi gallinero!- exclamó la chica- ¡¿Qué no ves que es tan grande como la de los Malfoy?!

-No... ¡Que va!- le restó importancia la castaña.- De todas formas mis padres casi no pasan tiempo aquí, llegan a la tarde de su trabajo... Y yo llevo seis años sin disfrutarla por completo...-suspiró.

-Se nota que aquí no ha habido niños pequeños desde hace mucho... bueno, lo digo porque todo está en orden y en perfecto estado. No hay muebles rotos, ni paredes rayadas con lápices de colores...

-Sí... nos mudamos a ella cuando tenía siete años, y ya para ese tiempo prefería leer que colorear o jugar a las muñecas. Además de que no tenía con quién...

-En ocasiones como esta me alegra mucho no ser hija única...

-Sí, no sabes la suerte que tienes.

-Bien... ¿y ahora que hacemos? ¿Esperar a que lleguen tus padres?- Ginny estaba en medio de la cama, como toda una princesa...

-Sí... pero podemos ocupar el tiempo desempacando nuestras cosas, luego viendo que podemos hacer de cena... prometí prepararles algo de comer a mis padres.

-¡Me parece perfecto!

Hermione ayudó a colocar la ropa y los zapatos de Ginny en su armario, a guardar las pijamas en las gavetas y menos de quince minutos la habitación ya tenía un aspecto más parecido a la pelirroja: fotos de su familia, amigos y su novio esparcidas encima de las mesitas de noche; un póster grande de su equipo de quiddich favorito descansaba detrás de la puerta del armario y el baño estaba embriagado de una fragancia que olía a flores silvestres.

Salieron del nuevo cuarto de la pelirroja y se dirigieron a la puerta del medio, que era la que daba a la habitación de la castaña. La abrieron y se encontraron con una imagen muy parecida a la que habían dejado atrás: los muebles eran exactamente los mismos, a diferencia de que los tonos que predominaban era el rosado pastel y el acolchado y cortinas eran de un color fucsia. La anfitriona desempacó rápidamente y pronto abandonaron el cuarto. Bajaron las escaleras y se encaminaron hacia una puerta cercana a la terraza, en donde se encontraba la cocina.

Era un poco más amplia que las habitaciones pero a la vez más pequeña que la sala de estar. Los gabinetes eran de caoba y las mesetas de un color blanco que daban a relucir una limpieza extraordinaria. La meseta terminaba en forma de L estaba rodeada de una serie de banquitos altos dando a entender que era una especie de desayunador. En el centro de la habitación había una pequeña mesa de cuatro sillas, que al parecer no se usaban con mucha frecuencia.

La pelirroja se sentó a la mesa adsorbiendo cada detalle que veía. Nunca había estado en una casa tan hermosa como aquella (sin contar el castillo por supuesto), y ver la humildad que siempre había estado presente en Hermione, a pesar de tener todo lo que tenía, la asombraba aún más. No era que se quejara de cómo era la casa de sus padres. No. Es solo que era un ambiente totalmente diferente. No se oían los sonidos que estaba acostumbrada a escuchar: voces alrededor de ella pidiéndole que se moviera a falta de espacio, ni gallinas cacareando, ni el espíritu del ático arrastrando las cadenas... Al contrario, todo estaba en completo silencio.

-Y bien... ¿se te antoja una pizza?- preguntó la castaña sacándola de su ensimismamiento.

-¿Eh? ¿Qué si se me antoja que me pisen?- preguntó la pelirroja confundida.

-No... Dije pizza. Es una comida muggle, ¿la has probado alguna vez?

-No lo creo...

-Es una masa redonda aplanada cubierta de salsa, queso derretido, jamón, pepperoni, salchichas o incluso vegetales...-N/A: ¡¡¡Tengo mucha hambre!!! :S

-Suena... interesante. Además de que ya me dio hambre con tantos ingredientes...- N/A: ¿A ti también? Jaja- ¿Y como la preparamos?

-Ehh... bueno, esa es la parte difícil. Por lo que hay personas que las venden para facilitar las cosas. Sólo tenemos que ordenar una...

-¿Cómo? ¿Por vía lechuza? ¡Ah, no! En este caso usamos a los parteros, ¿verdad?- preguntó interesada una Ginny que no había prestado nada de atención a la clase de Estudios Muggle.

- XD!

-¿Que? ¿Dije algo chistoso?

-Algo así... a ver, te explico: No son parteros (esos ayudan a las madres a dar a luz los bebes). A los que te refieres son a los carteros (que llevan cartas). Pero tampoco son esos... Hay un método mucho más efectivo: ¡el teléfono!

-¡Hay! Ahora me confundiste más...- Hermione puso los ojos en blanco.- El tefetono es ese aparato que se usa para hablar con otras personas como si estuvieran a tu lado, aunque no lo estén, ¿verdad?

-¡Sí! Pero se dice teléfono, no tefetono...

-Eso... ¿así que por allí ordenaremos la pizza?
-Exacto. Observa.-le indicó mientras marcaba los números en el teléfono de la cocina.- ¿Hola? Quisiera ordenar una pizza familiar de doble queso con pepperoni. Sí... residencia de los Granger. ¿Veinte minutos?... Está bien.-colgó.

-¿Eso es todo?

-Sí... ahora solo tenemos que esperar a que la traigan. Están muy cerca de aquí. No duraran mucho.- contestó sentándose al lado de su amiga.

-Ok...-aceptó la pelirroja.- Ahora, cambiando un poco de tema... ¿Qué pasó entre tu y Ron antes de la comida?- preguntó sin rodeos.

-¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso?

-Estaban como idos cuando bajaron a comer. Ni siquiera se miraban.- la castaña le lanzó una mirada suspicaz- Esta bien... Harry me contó...-admitió.

-Ehh... pues nada.-contestó no muy convencida.

-¿¡Nada!? ¡Pero si estaban totalmente solos! ¿no aprovechaste para ser seductora?

-Algo así...

-¿Cómo que algo así?- Hermione le contó su pequeño encuentro.- ¿Y como sabes que no te iba a besar?

-El no haría eso... creo...

-¿Cómo que no? ¿Y si también le gustas?

-Si también le gustara hubiera continuado luego de que tu novio nos interrumpiera...-razonó equivocadamente la chica.

-¿Y si se asustó? ¿O pensó que no lo dejarías?

-No se Ginny... ya no se nada.

-está bien... ya no te atormentes más con ese tema. Mejor pensemos en el plan. Tanto como si le gustas o si no, quedará rendido a tus pies luego de la transformación que te haremos...

-Eso espero... porque sino todo se irá por la borda.

-¡Claro que no! Te aseguro que si no funciona (lo que es muy poco probable) tendrás cientos de chicos de donde elegir... Hay muchos peces en el mar niña...

-Supongo...-contestó más para convencerse a sí misma que para la chica que tenía enfrente.

-Oye... ¿Qué es eso de allá?-preguntó Ginny señalando un televisor plasma de pantalla plana ubicado en una de las paredes de la sala...

-Oh... es solo un televisor. ¿Quieres echarle un vistazo?

-¡Claro!

Salieron de la cocina y se sentaron en los muebles de la sala. Hermione encendió el aparato que iluminó la habitación que se estaba quedando en penumbras... Empezó a pasar canales con el control mientras que Ginny miraba asombrada.

-¿Así que con esto puedo ver las cosas que están haciendo otras personas alrededor del mundo?- preguntó fascinada.

-Más o menos... Puedes ver distintos programas, como deportes, entrevistas con artistas famosos, noticias de lo que pasa alrededor del mundo, conciertos, videos, películas... en fin, lo que estén pasando en el cable...

-¡Wao! ¡Esto es increíble!- exclamó la chica; pasando todos los canales una y otra vez a una velocidad que no lograba ver nada.

Hermione se quedó observándola con media sonrisa en el rostro... Segundos después un gato de color canela entro en la sala persiguiendo una bola de pelo morado que se subió al regazo de la pelirroja y se escondió en el bolsillo de su remera.

-¡Crookshanks! ¿No te dejé en mi habitación hace rato?- preguntó la castaña mientras lo subía a sus piernas.- ¿Has estado persiguiendo a Arnold?

-Es probable...- le contestó su amiga mirando con recelo al gato que maullaba mientras su dueña lo acariciaba.-Esta temblando el pobre...-dijo dirigiéndose al micropuff.

-Gatito malo... No vuelvas a hacerlo, ¿me entendiste?

De repente la puerta de la entrada se abrió dando paso a una pareja compuesta por una mujer menuda de cabello negro rizado y un hombre castaño de aspecto serio. Los dos miraron alrededor mientras depositaban las llaves, la cartera y el maletín en una mesa cercana.

-¡Mione! ¡¡¡Hija!!!- exclamó la mujer con una gran sonrisa

-¡Mamá!- la castaña se abalanzó hacia sus padres para abrazarlos.

-Tu debes ser Ginebra Weasley, ¿cierto?- preguntó el hombre mientras saludaba a la pelirroja como si la conociera desde siempre.

-Sí... soy yo. Espero que no sea moletia el haber venido...- respondió la aludida un tanto sonrojada.

-¡Por supuesto que no! ¡Para nosotros será un placer tenerte aquí en las vacaciones!- respondió la mujer de cabello rizado mientras la abrazaba como a su hija.
-Bien... en tu carta decías que nos tendrías la cena lista Mione... pero no la veo.- dijo el padre aparentemente hambriento mientras echaba un vistazo a la cocina- ¿Dónde está?

En ese momento tocaron el timbre. Hermione caminó hasta la puerta y la abrió mientras decía felizmente:

-¡Aquí esta!

Pagaron la cuanta, luego se sentaron juntos a la mesa. Se sirvieron soda. Y empezaron a charlar animadamente mientras las chicas les ponían al tanto de todo lo que había pasado durante el año. Ginny y el padre de Hermione devoraban la pizza mientras la primera decía entre cada bocado que era lo mejor que había probado en su vida.
Terminaron de comer, vieron un poco de televisión y como a las diez de la noche se despidieron y subieron cada uno a sus cuartos, con la expectativa de un fin de semana por delante, en donde habría grandes sorpresas para todos.


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Hola mis queridos lectores!!!

Como están todos? Espero que bien! Por fin terminé de redactar este capi, que es un poco más largo que los demás, así que no se pueden quejar...
Tardé un poquito mas en subirlo porque me propuse no hacerlo hasta tener 15 reviews :D. Se que es muy egoísta de mi parte, pero tomen en cuanta que habia estado actualizando con un día de por medio, so... no me lo reprochen!
El próximo capi se llamará Visita inesperada... y como lo dice el titulo, habrá un nuevo personaje, que no resultará del agrado de todos...
Gracias a todos los que estan siguiendo la historia y siempre me dejan uno que otro mensajito que realmente ayuda a levantar el ánimo.
Espero que me sigan leyendo y ya saben: dejen muchos reviews!!! Por favor, que se necesitan! Kisses! Los quiero mucho!

***Lu***
Capitulo 5. Visita Inesperada

-¿Me pasa la mantequilla, señora Granger?

-Por supuesto querida


Era una hermosa mañana. Ginny, Hermione y los padres de esta última habían decidido tomar el desayuno al pie de la piscina, para si aprovechar los primeros rayos de sol de un verano que apenas empezaba. Un delicioso aroma subía en espiral desde los platos que estaban sobre la mesa, confundiéndose así con el perfume de las rosas del jardín. La madre de la castaña se había esmerado preparando la comida: huevos revueltos, tocino, cereales, tostadas, mermelada, mantequilla, leche, jugo, incluso frutas
Todo para cuatro personas.

-¿Sale algo importante en las noticias, papá?- preguntó la castaña a su progenitor, mientras miraba con resignación la doble porción de frutas que su amiga pelirroja había puesto en su plato.

-No, querida
Solo una estrella de rock que viene a dar un concierto
-respondió mientras doblaba el periódico y se disponía a untar mermelada de fresa a sus tostadas.

-Últimamente no hay nada fuera de lo normal en las noticias
-comentó la señora Granger.

-Supongo que desde que Harry derrotó a el-que-no-debe-ser-nombrado todo ha vuelto a la normalidad.- dijo Ginny.

-¿El-que-no-debe-ser-nombrado?- preguntó confuso el señor Granger.

-Se refiere a Voldemort.-contestó su hija haciendo caso omiso al sonido que hizo su amiga al escuchar el nombre.

-Ahh
si, nos lo comentaste anoche... Ese chico Potter debe ser muy valiente.

-Lo es
-afirmó una orgullosa pelirroja.

-Es cierto. Pero también lo dices porque es tu novio
-comentó la castaña.

-¿Es verdad eso? ¿Tienes novio?- preguntó asombrado el señor Granger.

-Ehh
pues sí. Harry y yo estamos saliendo desde hace un par de meses
-contestó Ginny un tanto sonrojada.

-¡Te felicito!-exclamó la señora Granger.- David, ¡no pongas esa cara!- le reprochó a su esposo.

-Pero es que son muy jóvenes como para tener novios Jane


-Acuérdate que tú y yo comenzamos a salir a los diecisiete


-Sí
pero


-¡Hay ya papá! No seas un aguafiestas
-comentó la castaña tratando de corregir el desliz que tuvo.- Ginny casi tiene dieciséis


-¡Además es muy linda!- aportó su madre.

-Gracias


-Y sobre todo conoces perfectamente a Harry
Nunca le haría daño


-Eso lo tengo claro, pero es que
-se cortó nuevamente. Esta vez por la llegada de una lechuza de plumas doradas que se posó en el hombro de su hija.

Hermione tomó la carta que estaba atada a su pata, y de inmediato se puso a leerla mientras el animal emprendía vuelo.

-¿Pasa algo malo?- preguntó Ginny a su amiga
pues con cada línea que pasaba su semblante se volvía mas sombrío. La castaña tardó unos minutos en responder, pero cuando lo hizo su cara parecía un poema.

-Andrea viene.-comunicó a nadie en particular.

-¿Andrea? ¡Que gran noticia!- la señora Granger compuso una enorme sonrisa.

-¿En serio? ¿A que hora llega?- preguntó su padre, al parecer también entusiasmado por la noticia.

-Dice que debemos pasar a recogerla a la estación del tren a las once de la mañana
-respondió mientras doblaba un pergamino rosa, y lo colocaba sobre la mesa.

-¿A las Once? ¡Pero si es en un hora!- Dijo la mujer de cabello rizado consultando su reloj.

-Sí


-Lamento interrumpir
pero, ¿quién es Andrea?

-Andrea es la hija de mi prima favorita- contestó la señora Granger.

-Por lo tanto, mi prima segunda- completó su hija.

-Pero eso debería ser genial, ¿no?- preguntó confundida la pelirroja al ver la cara de sufrimiento que ponía su amiga.

-Tú lo dijiste: Debería.

-Es que Mione y su prima no se llevan muy bien que digamos
-comenzó el hombre de cabello castaño.

-¿No muy bien? ¡Somos como el agua y el aceite! ¡No podemos mezclarnos!- exclamó su hija.

-Hay no digas eso
si se llevaban muy bien cuando eran niñas


-O si, mamá
éramos como uña y mugre.-dijo sarcásticamente.

-¿Pero que paso para que se lleven tan mal?- preguntó curiosa la pelirroja.

-Bueno
todo comenzó cuando


**********Flash Back**********

-Hermione, juega conmigo a las muñecas
-pidió una niña rubia de ojos verdes de unos seis años.

-No puedo
estoy leyendo.-se excusó una replica en miniatura de nuestra protagonista, a la vez que pasaba la pagina de un gran volumen de cuentos.

-Sí no juegas conmigo, entonces


-¿Qué harás?-preguntó desafiante la castaña.

-Entonces se lo diré a tía Jane
-amenazó la chiquilla.

-No me importa.

-Pues a tío David


-Mejor, el me apoyará


-Bien, pero después no digas que no te lo advertí


-No te preocupes, no lo haré.-contestó despreocupadamente sin darse cuenta de lo que hacía su prima.

La pequeña Andrea tomó una barra de chocolate y mucho cuidado y esmero la embarró totalmente en el t-shirt blanco que llevaba puesto. Le pasó el dulce a su prima, y ésta, tan concentrada en su libro estaba, que no se dio por enterada de lo que agarraba. Por ultimó, se tiró al suelo de la sala del apartamento en donde se encontraban y comenzó a llorar como si se le fuese la vida en ello.

-¡Mamá! ¡Tía Jane! ¡Ayúdenme!

-¿Qué estas haciendo?- preguntó la castaña arrodillándose a su lado, aun con el dulce en mano.

-Ya lo verás
-respondió y sonrió maliciosamente.

-¿Qué pasa aquí?- preguntó una mujer de cabellos rizados, entrando en la habitación seguida de una mujer rubia.

-¡Mamá! Hermione me atacó
-sollozó falsamente mientras corría a brazos de su madre.

-¿Es eso cierto?- preguntó la señora Granger.

-No. ¡Por supuesto que no!- exclamó su hija dolida porque su madre la creyera capaz de semejante tontería.

-¡Sí lo hiciste!- se defendió su prima.

-¡Que no lo hice! ¿Por qué haría algo así?- dijo dirigiéndose a su madre.

-Porque te pedí que jugaras conmigo, no querías y entonces ¡me atacaste!- la acusó la pequeña rubia.

-Es verdad que no quería jugar contigo, pero


-¡Ves como lo admites!

-¡Que no lo hice!

-¡Que si lo hiciste!

-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡Que


-¡BASTA!- la cortó su madre.- No quiero más discusiones. Tu prima ha venido a visitarnos, así que complácela jugando con ella.

-Pero


-¡Si peros! Eres la mayor Mione, compórtate como tal
- y sin más, salió de la habitación seguida por la mujer rubia.

-Te lo dije
Ahora jugarás conmigo.-dijo Andrea con una sonrisa triunfante en su rostro.

**********Fin de Flash Back*********

-Ya
pero eso fue cuando eran niñas
-comentó Ginny cuando su amiga terminó de relatar la historia que le costó su primer regaño por parte de sus padres.

-Sí, pero ese fue sólo el comienzo muchas otras de sus trampas
-dijo resentida

-Hay... ¿no crees que estas exagerando un poquito?

-¡Que no exagero Gin! Andrea es la persona más engreída, fastidiosa, superficial, mentirosa, petulante, egocéntrica, interesada, presumida, ufana, presuntuosa, vana, fanfarrona, pedante, insolente, orgullosa, soberbia, arrogante...-se cortó para tomar aire.

-Parece como si estuvieras describiendo a Malfoy...-sugirió Ginny.

-¡Exacto!

-Mione, ¡no hables así de tu prima!

-Prima segunda...-corrigió la aludida.

-Es lo mismo...

-No lo es...

-Como quieras... - cedió su madre- Lo que trato de decir es que Andrea debe estar pasando por un mal momento debido al divorcio de sus padres. Y nos visita para cambiar de ambiente...

-Claro.-bufó la castaña.

-Talvez estos años que estuvo viviendo en el extranjero le hicieron bien...-sugirió su padre.

-Ya la escucho alardear... Mis cremas importadas de París..., Cuando estuve en New York..., ¿Vas a salir así vestida?, El porche de mi padre..., Mi novio y yo somos tan felices...- terminó de imitar.

-Eso es ver para creer...-comentó la pelirroja.

-Querida, lo que tu padre y yo queremos que entiendas es que debes tratar de ser amable con ella... tal vez se lleven mejor.

-Bien... pero si salta con algunas de sus estupideces-

-Cuida tu vocabulario.- la corrigió su padre.

-No respondo.-completó la castaña.

-Será mejor que salgamos ya... no vaya a ser que lleguemos tarde.-Mione, ¿podrías...?

-Listo.-Dijo cuando con un movimiento de su varita todo lo que había sobre la mesa de la piscina desapareció.

-Bien, pues en marcha...

Caminaron hacia adentro, la madre de la castaña cerraba las puertas mientras el padre sacaba el auto del garaje. Se subieron en la parte de atrás y de inmediato estaban camino a buscar a la tan querida prima. Según la señora Granger había una estación no muy lejos de allí, por lo que llegarían dentro de unos quince minutos.

A diferencia del trayecto pasado, Ginny puso mucha atención a todos los detalles que veía y que había ignorado por la velocidad que llevaba el Autobús Noctámbulo. Era una urbanización muy bonita, con casas muy parecidas a la de los Granger; en el centro se encontraba un parque en donde los niños se columpiaban mientras sus madres vigilaban. Más allá, había una plaza rodeada de tiendas, restaurantes, supermercados, un cine, y demás cosas que la pelirroja no pudo observar.

En un abrir y cerrar de ojos ya estaban parqueándose en la estación. Se bajaron del auto y caminaron hacia el tumulto de personas que iba y venía en todas direcciones. Al parecer acababa de llegar un tren.

-No la veo...-dijo el señor Granger mientras alzaba la cabeza por encima de la multitud que bajaba de los vagones ahora abiertos.

-Ya debería estar aquí
-comentó su esposa mirando su reloj de pulsera nuevamente.

-Talvez no llegó a tiempo para tomar el tren y no tuvo más remedio que volver a casa. O simplemente no pudo venir
-contestó una esperanzada Hermione.

-Ya quisieras, primita


La castaña dio media vuelta. Hacia ellos caminaba una muchacha rubia de algunos dieciséis años. Llevaba un top y una minifalda que dejaban al descubierto una figura esbelta y bien torneada y unas bien formadas piernas. Sus ojos verdes resaltaban debajo de los lentes de sol que traía puestos. Su rostro lucía una sonrisa de autosuficiencia. Su caminar de modelo, y el bronceado de su piel llamaba la atención de todos aquellos que pasaban a su lado, en especial chicos, que se quedaban estupefactos ante tanta belleza. En fin, era la antitesis perfecta de nuestra protagonista.
La joven llegó hasta donde la esperaban sus tíos y prima.

-¡Hola tío David! ¡Tía Jane!- saludó dándoles un fugaz beso en la mejilla.

-¡Que grande y hermosa estás querida!- se sorprendió la mujer a la vez que caminaban de regreso al auto.

-Disculpa, pero
¿Tu eres
?- preguntó dirigiéndose a la pelirroja.

-Soy Ginny Weasley. Amiga de Hermione.

-Oh! Mucho gusto Gin. ¿Puedo llamarte Gin, verdad?- y sin esperar respuesta continuó- Es un placer conocerte
Las amigas de mi querida prima también son mis amigas.

-¿Escuchaste eso Ginny? ¡Ya eres su amiga! ¿No es fabuloso?- dijo sarcásticamente la castaña.

-Veo que sigues igual
Justo como te recordaba, con tu cabello enmarañado y tus dientes de castorcito, primita


-Y yo veo que sigues igual de perrita
-dijo la aludida en un tono perfectamente audible, apretando las uñas contra las palmas de su mano.

-¿Qué dices?

-Nada
que veo que tienes una perrita
-rectificó al ver la mirada que le lanzaba su padre, señalando hacia el enorme bolso que traía la rubia.

-Ahh
Sí, es una chiguagua, la compré cuando estuvimos de vacaciones en Cancún
-dijo con una falsa sonrisa.

-¿En serio? ¿Cómo te fue por allá?-preguntó el señor Granger más por evitar otro conflicto entre su sobrina y su hija, que por estar interesado en lo que tuviera que contar.

-¡Ah, pues súper bien! ¡Osea, lo máximo! Mi papá me mandó de vacaciones con unas amigas, las que eran VIP por supuesto, porque ni loca le pagaba el pasaje a cualquiera, osea
¡Cero que ver! En el avión íbamos en Primera Clase, como personas importantes que somos
Al llegar al aeropuerto unos chicos que estaban guapísimos fueron a recogernos y nos llevaron al hotel y entonces


***10 minutos después***

-Y cuando regresamos de la fiesta en la playa a la que nos invitaron, los chicos estaban con unos traguitos por encima de la cabeza, por lo que no tuvimos más remedio que dejarlos en la recepción. Osea, por que ni locas los subíamos a que durmieran arriba
Además de que mi daddy nos mataba
¿te imaginas? Pues sí


***5 minutos después***

-Pero te digo que fue rarísimo
porque osea, si apenas me conoces
¿como me vas a pedir que salgamos Sí, que es verdad que soy sumamente bella, y que estuvo super sweet todo lo que me dijo, así a la luz de la luna
¡pero no es para tanto! Y cuando ya nos íbamos de camino aeropuerto se me acercó con una caja y yo me asusté muchísimo porque ¡había algo moviéndose dentro! Y resultó que era un perrito, que en realidad era perrita, pero que no lo descubrí hasta que llegamos al veterinario y tuve que cambiarle el nombre de Jay a


-¡Ya llegamos!- cortó la señora Granger, haciendo que sonara un suspiro de alivio por parte de los demás excepto la rubia..

-¿Tan rápido? El tiempo vuela cuando una se divierte
-comentó mientras se bajaban del auto.

-Dirás cuando tú te diviertes
-rectificó la castaña.

-¿No es lo mismo?-preguntó la ojiverde.

-¡No!

-Lo que sea
¿Tía pintaste la casa?

-No querida
está igual como siempre


-¿En serio? Pero está mucho más claro desde la última vez que vine


-Eso es porque la última vez que viniste era de noche y estaba oscuro
-suspiró Hermione.

-¡Ah, es cierto!- dijo divertida ante su tontería.- Sabes
creo que deberías hacerlo, ponerle unos colores más vivos, para resaltar los espacios y darle más sofisticación al lugar
porque la verdad esta
-lanzó una mirada de superioridad a las blancas paredes, que por cierto, estaban muy elegantes a mi parecer.

-Bueno
¿Y quieres algo de comer?- preguntó la madre de la castaña obviando el comentario anterior


-Por supuesto, ¡me muero de hambre!- accedió mientras se sentaba en el sillón más cómodo y colocaba a su perro justo donde su prima iba a tomar asiento

-¿Y que se te antoja?- preguntó con mucha cautela su tía conocedora de los exigentes gustos de su sobrina.

-Pues
me gustaría una sopa de camarones con poco ajo.

-Ehh


-¡No he terminado!

-Lo siento-se disculpó la señora Granger.

-Eso es sólo de entrada. De plato fuerte
mmm
¿Qué tal unas langostas bien cocidas? De postre
creo que estaría bien unos brownies cubiertos de helado de fresa y vainilla, con dos cerezas por favor


-¿Algo más, o eso es todo?- preguntó sarcásticamente la castaña mientras su pelirroja amiga, abría la boca en señal de sorpresa.

-Déjame pensar
¡Ah sí! Se me olvida: una soda dietética. Ahora sí es todo.

-¿Una soda dietética?- preguntó confusa Ginny.

-Por supuesto Gin
Hay que cuidar la dieta
-respondió picándole un ojo.

-Ahh


-Bien
Creo que nos hace faltan algunos ingredientes para preparar lo que quieres. Pensándolo bien, no tenemos nada de eso en la cocina
- respondió algo nerviosa la mujer.

-Hermione podría aparecerse e ir a comprarlos. Ya tiene los diecisiete, ¿no?

-Sí, ya puedo usar la magia. Pero no por eso voy a hacerlo cuando a ti se te de la gana.

-Un momento
¿tu también eres bruja?- preguntó asombrada la pelirroja.

-¡Por supuesto! ¿Acaso pensabas que Hermione era la única con magia en la familia? ¿Nunca se lo mencionaste?- preguntó dirigiéndose a su prima.

-Pues no
se me olvidó. - respondió ésta inocentemente.

-En fin
¿Mione, vas a comprar las cosas?- preguntó su padre.

-No.

-Pues lo haré yo. Regreso pronto.-dijo mientras cerraba la puerta con las claras intenciones de no regresar hasta que fuera totalmente necesario, y así no tener que soportar las discusiones que sabía se avecinaban.

El resto de la tarde transcurrió muy lento, según Hermione, que trataba de pasar el mayor tiempo posible lejos de la vista de su prima. Pero ésta, a sabiendas de sus intenciones, las seguía a todas partes solo por la simple necesidad de fastidiarla. Fiel a su promesa, la castaña trataba de llevar la fiesta en paz, cada vez que podía
Así que todo marchó bien, o mejor dicho, dentro de lo normal, hasta poco después de la hora de la cena. Cuando por poco estalla la tercera guerra mundial. ¿Cómo pasó? Pues
Mejor léanlo por ustedes mismos


********** Flash Back **********

Estaban todos sentados en la sala, disfrutando de unas deliciosas galletas de chocolates rellenas de vainilla (a excepción de la castaña, que tenía terminantemente prohibido tocarlas) que había traído el señor Granger del supermercado. Cuando de repente


-¡Hermione! ¡Suelta esas galletas! ¡¿Qué no ves que estas muy gorda y ya te has comido tres paquetes?! Después te sube la azúcar y tengo que llevarte al veterinario
-regañó Andrea.

-¿Qué? ¿Veterinario? ¿Estas loca o que? ¡Si no he probado bocado! - exclamó la castaña.

-Hay
pero crees que todo en la vida gira alrededor de ti, ¿o que?

-¡Pero has dicho Hermione!

-¡Hablaba con mi perro!

-¿Qué?

-Y dicen que eres inteligente
que la perra se llama Hermione.-dijo poniendo los ojos en blanco como si fuera lo más obvio del mundo.

-¿Estas loca?

-XD

-¡Cállate Ginny!- le espetó a la pelirroja que de inmediato paró su ataque de risa.

-No estoy loca ni nada parecido
Es que me pareció que era igualita a ti y decidí ponerle tu nombre.-dijo señalando a la chiguagua que miraba a su ama con los ojos bizcos mientras dejaba un charco de baba en el suelo.

-¡Pero ni en el blanco de los ojos! ¡Lo hiciste a propósito! Ya verás
-abalanzándose con varita en mano hacia donde estaba su prima.

-¡BASTA!- gritó su padre, quitándole de encima a su hija, mientras que su sobrina corría a refugiarse a brazos de su tía.

-Hay
¡pero que violenta eres!- dijo frotándose el brazo.

-¡Puedo ser más violenta si quieres!-vociferó liberándose de los brazos de su padre.

-Tranquila Mione
-trató de apaciguar la pelirroja al ver la mirada asesina de su amiga..

-A mi me parece muy lindo que le haya puesto el nombre de su prima favorita a su mascota
-comentó la señora Granger enternecida.

-Pues eso es lo que yo pensé
Deberías estar alagada de que te llames como mi perrita
-agregó la chica.

-¿Alagada yo? ¿No será que ella que debe estar alagada al llamarse como yo?

-Eso fue lo que dije


-No fue lo que dijiste


-Que si


-Que no


-Que sí
-hubieran seguido discutiendo como cuando niñas de no ser porque alguien sugirió subir a dormir.

-Tienes razón mamá
Mejor ya me voy a acostar


-Por cierto
¿Dónde dormiré yo?- pregunto la rubia mientras la castaña se despedía de sus padres.

-¿Dónde más? ¡En el cuarto de huéspedes con Ginny!- contestó Hermione lanzándole una mirada de compasión a su amiga.

-Ohh


-¿Qué pasa querida, no te gusta?

-Bueno
lo que pasa es que esa habitación es muy luminosa


-¿Y?- preguntó la castaña, que no se esperaba nada bueno


-Y que mis ojos son muy sensibles a la luz


-Fácil
¡tápatelos!

-¡Hija! ¡No seas tan egoísta e insensible! Puedes dormir donde quieras Andrea


-¿Qué tal en la habitación de Hermione?

-¡NO! ¡Ni siquiera lo pienses! ¿Por qué mejor no duermes en la sala? Puedo hacer aparecer una cama


-¡Por supuesto que no! Dormirá en tu cuarto y caso cerrado.-contestó su madre.

-¡Genial! ¡Sencillamente fenomenal! ¿Qué otra cosa podría salir mal?- en ese instante resbaló con el charco de baba que hay dejado su tocaya en el piso.- Ahhhhh!!!!!!!!!!!!!
¿Estas conforme ahora? Ya me quitaste mi nombre, mi casa, mis padres, mi amiga, ¿y ahora también mi cama?- preguntó desafiante a la rubia.

-Pues


-¿Es que no sabes lo que es el sarcasmo?

-¡Herms!, ¿estás bien?- preguntó la pelirroja mientras la ayudaba a ponerse de pie.

-Sí
estoy bien. Será mejor que me vaya a dormir, no vaya a ser que comience a caer truenos en plena casa
- subió las escaleras mientras afuera empezaba a llover.

-Mejor subo con ella. Nos vemos mañana. ¡Buenas Noches!- deseó mientras arriba se escuchaba un portazo.

********** Fin de Flash Back**********


Las dos amigas estaban acostadas una al lado de la otra en la cama de la pelirroja, en un completo silencio. Hermione fingía leer Cien formas de maravillar a un hombre, mientras que Ginny estaba sumergida en sus propios pensamientos, respetando el mal humor de su amiga. De repente la castaña habló:

-Tenemos que decirle a mi mamá lo de la fiesta.

-Tienes razón. Mañana lo haremos. También debemos comenzar con tu rutina de ejercicios. No vaya a ser que no nos de el tiempo.

-Lo sé. Pero ni siquiera tenemos fecha


-Debemos resolver eso también.

-Sí.

-Oye Ginny
quería pedirte disculpas por comportarme así. ¡Es que Andrea me saca de mis casillas!

-No te preocupes
te entiendo.

Después de un rato de silencio.-Que duermas bien Gin


-Gracias, igual.- Dijo su amiga cubriéndose con las sábanas


En menos de cinco minutos las dos chicas estaban sumergidas en un profundo y tranquilo sueño. El de nuestra protagonista lleno de chiguaguas, pero aun así tranquilo




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El capi más largo hasta el momento!!!
Verdad que la espera valió la pena?
Ojalá me recompensen con muchos reviews, recuerden que la inspiracion desaparece si no ceo que les va gustando!!!!

Besos!!!

*** Lu ***

Capítulo 6. Preparativos

-Ya te dije que diría que si...

-Bueno, eso me lo dijiste, ¡lo que no sabía era que se emocionaría tanto! Le faltó poquito para ponerse a saltar de la alegría...-comentó la pelirroja mientras se servia un poco jugo de una jarra.

Las dos amigas estaban sentadas en la terraza de la casa. Era media mañana del domingo y el sol estaba en todo su esplendor. Habían aprovechado el momento en que Andrea decidió darse un chapuzón en la piscina, y así pedirle permiso a la madre de la castaña para organizar la fiesta. La mujer se sorprendió tanto por la idea de ver a su hija planificando algo que no fuese un maratón de lectura, que ni siquiera la dejó terminar de hablar y de inmediato se puso a su disposición para cualquier ayuda que necesitara...

-No, mamá... con Ginny será suficiente, ¡no te preocupes!- había contestado rápidamente la castaña.

-¡Sí señora Granger, nosotras nos encargaremos de todo!- completó la pelirroja.

-Si quieres inflamos globos, soy muy buena en ello...-comentó la mujer casi con lágrimas de emoción en los ojos.

-¿Globos? ¡Pero si cumplo dieciocho! ¡No cinco! Queda totalmente prohibido todo lo que tenga que ver con globos, gorritos, payasos y acuarela... ¿De acuerdo?

-Pero...-Hermione le lanzó una mirada de advertencia- Está bien.-contestó un poco decepcionada su madre como si le hubiese robado las ideas...- ¿y cuando será?

-Pues debe ser en Agosto...

-A finales de Agosto...Así tendremos más tiempo.-aclaró la pelirroja.

-Deberían hacerla la última semana antes de comenzar las clases...-sugirió la mujer de cabello negro.

-Mmm... Tienes razón mamá.

-Es una excelente idea, así cuando entremos a clases, ¡todos estarán hablando de lo buena que fue tu fiesta!-exclamó Ginny.

-¡Pues entonces ya está! Será el fin de semana antes de comenzar las clases...

Luego habían evadido los nuevos intentos por parte de la señora Granger de ayudarlas en la organización, Hermione le hizo prometer que no intervendría a menos que ellas se lo pidieran. A regañadientes la mujer aceptó, no sin antes dejar en claro que se daría un par de vueltas a ver como iban las cosas el día de la fiesta. Salieron de la cocina muy contentas y se dirigieron a la terraza, (donde ahora estaban sentadas) dispuestas a hacer todo lo que estuviera en sus manos para que su plan saliera lo mejor de lo mejor.

-Bien, comencemos...-dijo la castaña apareciendo pergaminos y plumas para ambas.

-¿Qué vamos a hacer?

-Una lista de todo lo que no se nos puede olvidar, para que así todo quede perfecto.

-Bueno... no es una mala idea, después de todo, son demasiadas cosas...

-Eso es cierto. Tenemos que pensar en que serviremos de comida...

-Debe ser algo fácil de preparar, no podemos complicarnos más las cosas...

-La bebida la podemos comprar en el Caldero Chorreante...-sugirió Hermione.

-Si, lo haremos cuando vayamos a comprar la ropa...

-¿Dónde la compraremos? ¿En el callejón Diagon?

-No te preocupes, de eso me encargo yo.- Ginny sonrió malévolamente.

-¿Qué vas a hacer?

-¿Estas segura de querer saberlo...?

La castaña miró a su amiga de manera evaluadora, al final tomó una decisión -No... Estoy mejor así. Ya me preocuparé más adelante. ¿Qué mas hace falta?

-Ya sabemos que hacer con la comida, bebida, ropa... ¡Ah! ¡Falta lo más importante!

-¿Qué?

-¡Pues los invitados!

-¡Cierto! Lo olvidaba...

-¿A quienes vas a invitar?

-¡A mis amigos! - contestó como si fuera lo más obvio del mundo.

-¿Quiénes son tus amigos?-preguntó la pelirroja con un mal presentimiento.

-Pues... Harry, Ron... este... ¿Luna?- contaba con los dedos.-Mmm... Talvez Lavender y Parvati, tú...y yo-terminó de contar la castaña, feliz de ocupar mas de una mano.

-¿Y?

-¿Cómo que Y?

-¡¿A quienes más vas a invitar?! ¿No van personas de otras casas?

-Puedo invitar a mis amigos prefectos si quieres...-sugirió no muy convencida.

-¿PREFECTOS?

-Son de otras casas...-contestó tímidamente.

-La verdad que no se lo que haré contigo...- suspiró.

-Lo siento, pero es que ustedes son los únicos con los que me llevo bien...-se disculpó la castaña.

-Bien, pues entonces debes aprender a socializar con todo el mundo y no solo con los de tu curso.

-Si, lo se, pero es que...

-Es que nada, tienes saber que nunca le caerás bien a todo el mundo, pero aun así debes intentarlo...

-Tienes razón.

-Mejor de los invitados me encargo yo, ¿vale?

-Por mi no hay problema.-contestó con una sonrisa.

-Pues manos a la obra...-tomó un pergamino nuevo y comenzó a escribir nombres sin parar. Parecía como si se hubiese memorizado cada estudiante popular existente desde cuarto hasta séptimo curso. Hermione se fijó que figuraban en la lista algunos nombres de Slytherin y cuando preguntó a Ginny sobre esto, ella simplemente le respondió:

- Hay que admitir que aunque sean serpientes, no todos son malas personas...- ante la mirada escéptica de su amiga rectificó.- Esta bien... ¡Es que están buenísimos! ¿Has visto sus cuerpazos últimamente? ¿No? Pues deberías... mira que es una buena forma de recrear la vista...

-¡Ginny! ¡Tienes novio!

-¿Y eso que? Tendré novio, pero aun no soy ciega...-comentó divertida. Su amiga puso los ojos en blanco. - Además si invitamos chicos lindos, vendrán muchas chicas, y si vienen muchas chicas, vendrán más chicos populares, y si vienen chicas populares, vendrán más chicos populares detrás de las chicas populares... ¡es el ciclo de la vida!-completó. (N/A: Me enredé con mi propio ciclo de la vida)

Estuvieron alrededor de una hora escribiendo, tachando y volviendo a escribir los nombres de las personas que según Ginny, eran imprescindibles para que la fiesta se diera buena. Solo interrumpida de vez en cuando por Hermione con la pregunta de ¿Quién rayos es...? O la exclamación de ¡No olvides poner a...! Al final las dos quedaron conformes con el listado.

-¡Perfecto! Creo que con cincuenta y dos personas bastará.

-¿Crees que cabremos todos en mi sala?

-Pues claro... y si no, la ponemos más grande. Corremos los muebles, uno que otro hechizo, y listo. Ahora solo nos falta resolver lo de la música, hacer invitaciones para todos y enviarlas...

-Bien. Pero creo que deberíamos irnos a terminar lo que nos falta a nuestra habitación, porque por allí se acerca Cruela De Vil...-sugirió la castaña, señalando a su prima Andrea por encima de la baranda de la terraza.

-Vale... Por cierto... ¿Quién es Cruela De Vil? - preguntó la pelirroja mientas subían las escaleras.

-Ah... pues es una señora de una película muggle llamada 101 Dálmatas en donde hace abrigos de la piel de los perritos...

-¡Pobrecitos!

-Sí... Aunque si fueran de chiguaguas no me afectaría mucho que digamos...-comentó echándole un vistazo a su tocaya, que estaba parado babeando un hueso a la entrada de se ex - habitación.

-¡Que mala eres!

-No... Si yo solo decía.-contestó encogiéndose de hombros mientras abrían la puerta de su habitación.


****Mientras tanto... en la Madriguera****

-Hermione, quiero que sepas que aunque no lo demuestre, eres muy importante para mi... No, no... Eso se escucha demasiado cursi...-El pelirrojo caminaba de un lado a otro en su habitación. Había estado pensando las últimas dos horas, en la mejor forma para hablarle a la castaña de sus sentimientos. Pero al parecer, no le estaba yendo demasiado bien que digamos...-¿Y si le escribo una carta? No... No soy bueno escribiendo. ¿Y si le compro rosas y chocolates y se los llevo a su casa?

-No, creo que sería demasiado...-Harry estaba parado en la puerta de la habitación observando como a su amigo se le agotaban las ideas.

-¡Hey! ¡Me asustaste!-se sobresaltó el pelirrojo llevándose una mano al pecho.- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

-Lo suficiente como para saber que estas hecho un lío...-sonrió y caminó hasta la cama mas cercana y se sentó de frente a su amigo- Veo que de verdad estas decidido a enfrentar tus sentimientos por Hermione...

-Así es...-contestó ligeramente rojo el aludido. -Es que ya no puedo seguir negando que me gusta Herms... y creo que ya es hora de confesarle lo que siento.


-¡Me alegro por ti! Si que ya era hora...

-Lo malo es que no tengo ni idea de cómo hacerlo...

-¡Ah! No te preocupes, que para eso estoy yo.-contestó el ojiverde dándose aires de Don Juan.

-Uff! Me imagino... Seguro que con tu ayuda Herms será mi novia en un santiamén...-dijo sarcásticamente el pelirrojo.

-Dale... que no soy tan malo como piensas para eso de las chicas... Solo hay que saber tratarlas. ¿No ves que bien nos llevamos tu hermana y yo? La tengo en la palma de mi mano...-dijo mostrándole su mano.

-¿Quién lo diría?

-¿Quién diría qué?

-Pues que tienes a Ginny en la palma de tus manos... Si a mi me parece que es al revés...-comentó en tono burlón Ron.

-¡Eso no es cierto!- se defendió el chico de los anteojos.

-Claro que lo es... apuesto cien galeones a que si Gin te dice: ¡Salta como un mono, trépate a un árbol y luego cacarea como gallina... lo haces enseguida!

-¡No es verdad!- su amigo lo miró a los ojos.- Vale... es posible que me trepe al árbol, pero no porque ella me lo ordene, si no porque se me antojaba en ese momento...

-jajaja... Te lo dije.

-Yo que tu no me burlaría... pues talvez sea cierto que haría cualquier cosa por Gin, sin embargo tu no tienes a nadie por quien cacarear...-comentó su amigo, dando justamente en el clavo.

-¡Ouch!

-Lo siento... pero es cierto. Y si sigues hablando solo, y practicando con la chica de la revista - señaló una rubia en bikini que miraba coquetamente desde la portada de una revista que estaba encima de la cama- nunca llegarás a declarártele a Herms...

-¡¿El pequeño Ronnie se le declarará a Hermione?!- exclamaron al unísono Fred y George, mientras enrollaban un par de orejas extensibles.

-¡¿Será que en esta casa no existe la privacidad?!- dijo enfadado Ron al tiempo que cerraba la puerta, viendo como sus hermanos se sentaban junto a Harry con una sonrisa de oreja a oreja.

-Así que darás el gran paso, ¿eh?-preguntó George.

-Eso no es de su incumbencia... ¿Qué hacían espiándonos?

-Estábamos probando las nuevas orejas extensibles...

-¿Ah Si? Yo las veo iguales...-dijo Ron aun molesto.

-Estarán iguales por fuera, pero acabamos de añadirle un nuevo mecanismo que hace que no solo puedas escuchar lo que dicen los otros a metros de distancia sin que se den cuenta, sino que también puedes volver a escuchar y ver todo, por medio de este microchip... es tecnología muggle.

-Exacto... ¿Quieres probar?-preguntó Fred, desenrollando nuevamente las cuerdas y presionando un botón de la oreja izquierda. De repente una pequeña pantalla se creó en medio de las orejas extensibles y en ella aparecieron Harry y Ron charlando como lo habían hecho momentos antes de la interrupción de los gemelos.

-¿Ves? ¿A que esta genial, no?-preguntó orgullosamente George, guardando el artefacto otra vez.

-De que esta genial, esta genial... ¡pero se supone que no deben escuchar conversaciones ajenas!

-Tu lo has dicho hermanito, se supone. Pero, ¿Qué seria de la vida sin los chismes?

-Si... además gracias a ellas nos enteramos de lo que quieres hacer con Herms...

-¿En verdad vas a hacerlo?

-Si... lo haré, pero el problema es que no se como...-se rindió por fin Ron, bajando la guardia y tirándose en su cama.

-¡Eso no es problema!-dijo Fred.

-¿Ah, no?

-Claro que no... Confía en nosotros, te enseñaremos todo lo que tienes que saber para que Hermione caiga rendida a tus pies...-terminó George.

-¿En serio?-se levantó esperanzado el aludido.

-¡Por supuesto! Serás su chico perfecto, te enseñaremos como hacerle cumplidos, como vestirte elegantemente, un poco de cultura general...

-¿Ustedes saben cultura general?-los cortó el ojiverde.

-...A hablarle sin trabarte, mirarla a los ojos y decirle lo que piensas, a elegir correctamente sus obsequios, e incluso podemos prestarte nuestro nuevo auto para que la saques a pasear...-continuaron obviando el comentario anterior.

-Y si no funciona, prometemos que te devolveremos tu dinero.-terminó Fred.

-¿Dinero?

-Ya sabes, pasta verde... Galeones, sickles, knuts, dólares, euros, pesos, libras, francos, soles, billetes, reales... en efectivo o tarjeta, como quieras...

-¿Piensan cobrarle a su propio hermano?

-¡Pues claro! Negocios son negocios hermanito...

-Además de que no es cualquier ayuda... Te garantizamos que si antes de un mes, no te has convertido en su príncipe azul, te devolveremos tu dinero.

-¿Cuánto me costará?-preguntó Ron con una mueca en la cara.

-Pues depende...

-¿De que?

-De cuanto tiempo quieres que te entrenemos...

-¿Entrenarme?

-Si... debemos prepararlo todo con anticipación para que quede bien...

-Además de que no somos cualesquiera entrenadores, ¡somos los Weasley!

-¡Los mejores!-dijeron al unísono chocándose las palmas.

-Bien... pues lo máximo que se pueda...

-Mmm... A ver, lo máximo que puede durar el curso son seis semanas...

-Y eso tendrá un costo de cien galeones.

-¿Cien galeones? ¿Están locos? ¿De donde sacaré yo todo ese dinero?

-Puedo prestártelo si quieres...-sugirió Harry.

-No Harry, ya te debo bastante...

-Amigo, ¡sabes que eso no importa!

-Si que importa... No puedo seguir tomando dinero prestado con la excusa de que te lo pago cuando acabe Hogwarts...

-Pero ya casi estamos acabando, solo nos falta un año...

-Si, pero después tenemos que estudiar para las carreras que escojamos y así poder trabajar.

-¿Y eso que tienes que ver?

-¡Que no podré pagártelo todo!

-Te digo que no importa...

-Pues a mi si...

-¿Acabaran pronto de discutir o volvemos luego?-preguntó Fred mirando su reloj.

-¡No estaríamos discutiendo si no tuviera que buscar cien galeones para pagarles!

-Bien... tengo una idea.- dijo George.

-¿Me ayudaran de gratis?

-¡NO!- vociferaron los gemelos.

.Entonces, ¿Cuál es?- preguntó decepcionado Ron.

-¿Qué tal si trabajas para nosotros en la tienda? Así podremos entrenarte a la vez que nos pagas...

-Además de que podrás practicar con las clientas...-comentó George guiñándole un ojo.

-Y nosotros no perderemos tiempo yendo y viniendo tan a menudo a casa...

-¿Y yo que?- preguntó Harry.

-¿Qué pasa contigo? ¿También necesitas ayuda con mi hermana?

-¿No que la tenias en la palma de tus manos?-preguntó burlonamente Fred.

-¿Cómo...?-George señaló las orejas extensibles.- Ahh... pues no me refería a eso de todas formas...

-¿A no? ¿Y de que hablabas entonces?

-¿Qué pasará conmigo si Ron se va a la tienda con ustedes? ¿Me quedaré solo aquí?- preguntó.

-Si quieres puedes acompañarlo.

-Si, la ayuda nunca esta demás.-completó George.

-¡Perfecto! Así reuniré el dinero más rápido.-comentó feliz Ron.

-Bien, pues todo listo... los pasaremos a buscar mañana temprano, ¿Bien?

-OK...-contestaron los chicos.
Los gemelos se levantaron de la cama y girando sobre sus talones desaparecieron, dejando tras de si a los dos chicos.

-¡Ronald, Harry! ¡La comida está lista!- llegó la voz de la señora Weasley por las escaleras.

-¡Ya vamos, mamá!

Los dos amigos salieron de la habitación y se dirigieron al comedor, ambos pensando en la aventura que sabían se aproximaba, y preguntándose, uno con más nerviosismo que el otro, (N/A: ¿adivinen quien?) que pasaría cuando Hermione viera el cambio de que daría Ron por ella... ¿Le gustaría? ¿Lo detestaría? ¿En verdad valdría la pena el esfuerzo de trabajar en vacaciones? Solo era cuestión de tiempo para averiguarlo...



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Hola!!!

Ya estoy de regreso!!!!!! Si, se que me tarde un montón... ¿pero no han sentido alguna vez que el mundo se confabula en tu contra para que no hagas algo? Bien... ¡pues es exactamente lo que me ha pasado! Se me había hecho prácticamente imposible actualizar hasta ahora, que por fin me he liberado un poquito de las tareas del cole... ¿será que los profesores no saben que los alumnos también tenemos vida social?

En fin, gracias a todos por su apoyo en esta historia, que se ha convertido en parte de mi vida! Me alegra mucho que les vaya gustando! y ya saben... lo que les digo siempre! Si no me dejan muchos reviews no actualizo rápido!!! jejeje...
Además de que he notado de que muchos la leen y no me dicen ni pío sobre ella!!! :S

Bueno, ojala les haya gustado el capi, y nos leemos pronto!!!

Bye!

Capitulo 7. Lecciones de Conquista I

-¡Vamos! ¡Apresúrate!

-¡Aun no me has dicho lo que haremos! ¡Ni por que corremos! - protestaba la castaña mientras era arrastrada escaleras abajo por la pelirroja.

-¡Ya te lo dije! Tenemos cosas que hacer...

-¡Buenos días niñas! - saludó alegremente la señora Granger. Estaba junto a la puerta de la entrada, colocándose la chaqueta con una mano, al tiempo que cerraba su bolso y sacaba las llaves con la otra.

-¡Buenos días, mamá! ¿Por qué tan deprisa?- preguntó extrañada su hija.

-Tu padre y yo tenemos una cita con unos pacientes dentro de veinte minutos, y no creo que nos de el tiempo para llegar al consultorio... ¡¡¡David!!!- vociferó.

-Ya voy, ya voy...-contestó el hombre de cabello castaño bajando rápidamente las escaleras con unas batas blancas en mano.

-¿Llevas las planillas que acordamos?-preguntó su esposa. El hombre asintió arreglándose la corbata.- Pues, podemos irnos...-dijo abriendo la puerta.

-¡Hasta luego, chicas!-se despidió el hombre saliendo apresuradamente hacia el garaje.

-Bien... batas, guantes, bolso, chaqueta, planillas... lo tengo todo.-confirmaba la mujer metiendo las cosas en su bolso.- ¡Nos vemos en la cena, entonces! ¿Podrán arreglárselas sin nosotros?

-Por supuesto...-su madre no parecía muy convencida.-No te preocupes, estaremos bien...-agregó para tranquilizarla.

-¡Pero si estoy segurísima de que estarán bien! Lo que me preocupa es si la casa se mantendrá en pie cuando regresemos...

-Confié en nosotras, señora Granger... Cuando regrese todo estará en su lugar...-dijo Ginny con su carita de ángel.

-Esta bien.-dijo tratando de autoconvencerse la mujer.-El desayuno esta sobre la mesa. Hay comida en el refrigerador, solo necesitan calentarla en el microondas y...

-¡Ya vete mamá!-apuró su hija, al escuchar como su padre tocaba la bocina del auto.

-Si, si... ¡Un momento! ¿Donde están mis llaves?

-¿No son esas que tiene en la mano, señora?-preguntó Ginny.

-Ah, si... es cierto.-contestó levemente ruborizada la mujer.- Ya me voy...-dijo cerrando la puerta.

-Uno, dos...-contaba la castaña.- tres...- la puerta se abrió nuevamente.

-¡Olvide mi celular!-dijo la mujer que acababa de salir por la puerta. Tomó el aparato de la mesita de la entrada.-Ahora si me voy...-y salio de nuevo.

-¿Cómo sabias que volvería?-preguntó asombrada la pelirroja, mientras caminaban hasta el comedor.

-Digamos que no heredé la organización de mi madre precisamente...

-Ohh...

-¿Me vas a decir lo que tienes planeado?

-Mmm... no. Mejor desayunamos primero y luego comenzamos.

-¿Comenzar el qué?-preguntó mientras se servia un poco de cereal en su plato.

-¿Cómo que el qué? ¡Tu transformación!-contestó con poniendo cara de obviooo a la vez que se servia leche.

-¿Y cómo lo haremos?

-Ya lo sabrás... ahora sólo desayuna.

-Pero...

-Creeme, necesitarás fuerzas...-la cortó Ginny con una sonrisa que no auguraba nada bueno...


***En la Madriguera***


-¿Ya están listos?-preguntaba Fred entrando a la habitación que compartían Harry y Ron.

-Si, solo nos despedimos de mamá y nos vamos...-contestó su hermano, mientras el ojiverde cerraba los baúles.

-¡Perfecto! Vamos...-dijo y salió de la habitación seguido de los dos chicos.

Bajaron las escaleras y enseguida se toparon con un inconfundible olor a huevos revueltos con tocino y a jugo de naranja recién hechos que salía de la cocina. Estaba claro que no eran los únicos que habían madrugado esa mañana.

-Mamá...

-¡Hola chicos! Que bueno que ya están despiertos, les preparé el desayuno...-saludó dándoles abrazos de mamá osa que no ha visto a sus cachorros en meses.

-Ehh... Bueno, no creo que podamos desayunar hoy...-contestó Ron.

-¿No van a desayunar? ¿Por qué? ¿Acaso no tienen hambre?-preguntó examinando a sus hijos como si estuvieran incubando un virus.

-No es eso. Lo que pasa es que tenemos que irnos...

-Si, de hecho... Se nos hace tarde para abrir la tienda.-dijo George levantándose de la mesa en donde había estado tomando una taza de café y hojeando El Profeta sin mucho interés.

-No entiendo... ¿Y por qué llevan sus baúles?- preguntó a Ron y a Harry.

-¿No le has dicho?-preguntó Fred a su hermano menor.-¡Se suponía que lo harías!-dijo cuando el chico negó con la cabeza.

-¿Decirme el qué?- La mujer estaba cada vez más confundida.

-Harry-y-yo-hemos-decidido-pasar-el-resto-de-las-vacaciones-trabajando-en-Sortilegios-Weasley - Ron había dicho todo esto de carretilla, luego cerró los ojos, preparándose para la explosión que sabía se avecinaba.

-¿QUE HAN DECIDIDO QUE?

-Eso mismo... Nos ayudaran, y de paso nos harán compañía. -Mintió Fred.

-No creo que sea una buena idea.-dijo poniendo los brazos en jarra.

-Mamá, ya tenemos casi diecisiete... Sabemos lo que es correcto y lo que no. ¡¡¡No puedes estar todo el tiempo pendiente a lo que hacemos o dejemos de hacer!!!-explotó Ron, haciendo que todos, incluidos los gemelos se sorprendieran.

-Así que ya son grandes, ¿eh?-preguntó la mujer levantando una ceja ante lo que había dicho su hijo. -Bueno, pues si eso es lo que quieren... Está bien.-accedió de repente haciendo algo nunca antes visto: se sentó en la silla más cercana y tomando una revista se puso a hojearla.

-¿Qué?

-Que estoy de acuerdo... Ya son casi mayores de edad y deben tomar sus propias decisiones...-se sirvió chocolate caliente y subió los pies en otra silla.

-¿Mamá? ¿Estas enferma?-preguntó George, acercándose a la mujer para tentar su frente.

-¡Claro que no!-dijo apartando la mano de su cara.- Es solo que Ronald acaba de hacerme saber que ya no me necesitan más...

-Mamá... no quise decir eso, lo que quise decir es...-trató de rectificar el pelirrojo, a sabiendas que el que lo llamara Ronald no era una buena señal.

-No, está bien.-lo cortó su madre.-Capté el mensaje. Será mejor que se vayan si no quieren llegar tarde. ¡Diviértanse! - les deseó colocándose las gafas y empezando a leer.

-Ya la escucharon, vámonos antes de que cambie de opinión.-susurró George empujando a los demás hacia el jardín.

-Pero...

-¿Qué? ¿Te quieres quedar?

-No, pero tampoco quiero que se quede enojada conmigo...-contestó Ron arrepentido.

-¡Pero si no esta enojada! Incluso nos dijo que nos divirtiéramos en vez de cuidense o no hagan travesuras-comentó Harry.

-No la conoces tanto como yo... está enojada, y mucho...

-No te preocupes, ya se le pasará...-trató de tranquilizarlo Fred.

-Apuesto a que cuando volvamos a verla estará tan inflexible como antes...-completó George son con una sonrisa.

-Si ustedes lo dicen...¡Wao! ¿Ese es su auto?-preguntó asombrado, olvidándose de todo en un microsegundo.

-Si, lo es... ¿Les gusta?-preguntó con orgullo Fred, al tiempo que daba la vuelta a un Ferrari ultimo modelo convertible, de color rojo.

-¿Gustarme? ¡Es lo mejor que he visto en mi vida!-comentó entusiasmado Harry.

-¿Puedo conducirlo?

-Ni lo sueñes hermanito...-dijo George colocándose al volante, mientras su gemelo minimizaba los baúles.

-Pero dijiste que me dejarías...-suplicó el menor de los pelirrojos.

-¡Es cierto!-corroboró su amigo, con la esperanza de que lo dejaran a el también.

-Si, dijimos que lo haríamos, pero no cuando...-respondió inteligentemente Fred.-Ahora móntense y abrochasen los cinturones.

-Y si...

-¿Vienen o se quedan?-lo cortó George, encendiendo el motor.

-Esta bien...-contestaron los chicos resignados, haciendo lo que les decian.

-¿Qué tan rápido es?-preguntó pelo-azabache.

-Eh... Solo digamos que muy rápido.-contestó George guiñándoles un ojo a la vez que ponía en marcha el auto .

Fred presionó un botón azul que estaba en el tablero y de repente el todo, incluidos ellos, se volvieron invisibles. Luego su gemelo movió una palanca y el coche se elevó en el aire y comenzó a volar a una velocidad inaudita.

-¿Esto responde a tu pregunta?-dijo dirigiéndose a Harry.

-Mmm... creo que sí.-contestó agarrándose fuerte del asiento para evitar caerse con las vueltas que estaban dando.


***Mientras...las chicas...***


-¿Qué haga QUE?

-Lo que escuchaste...

-¿Y como se supone que caminaré con un montón de libros en la cabeza?-la castaña no daba crédito a sus oídos.- ¿Y si se caen?

-¡El objetivo es que los mantengas nivelados para que no se caigan!

-¡Ellos no nos han hecho nada para que los tratemos así! ¡Como si fueran objetos comunes y corrientes! ¡Sería un pecado, una ofensa, un insulto a la enseñanza!- la chica estaba tan alterada ante la idea de que los libros tocaran el piso... que parecía como si estuvieran insultando a un miembro de su familia...

-Hay... ¡no es para tanto! Si te concentras en lo que haces no pasará nada...

-¡Pero aún no sé que en que me ayudará esto!

-Bien, eso te ayudará a mantener una postura correcta al caminar...

-¿Y que tiene que ver mi postura con conquistar a tu hermano?

-¡Muchísimo!

-No entiendo...-se negó a captar la chica, cruzándose de brazos.

-A ver...-la pelirroja se armó de paciencia, como dispuesta a hacerle entender a un niño por qué uno mas uno es igual a dos.-Cuando un chico camina hacia ti, ¿que es lo primero que le ves?

-¿La cara?

-Bueno, si... pero no. También te fijas en su porte, la forma en que se mueve, el aura que desprende al caminar...

-¿Todo eso lo notas en unos segundos?

-Bueno, no tanto así... pero es algo que percibes de una forma u otra. Tus movimientos muestran la clase de personalidad que tienes.

-¿En serio?

-¡Claro! Entonces, partiendo de ese hecho, debes aprender a caminar con soltura, ligereza, confianza y seguridad. Eso dará una buena impresión de ti. Ahora quiero que tomes estos libros y hagas lo que te digo... - la chica no se movió ni un milímetro de su lugar a la entrada del despacho de su padre.-Vamos, ¡sólo inténtalo!

Habían arrimado todos los muebles a una pared, para de esa manera dejar el centro de la habitación libre para poder moverse a su antojo. La alfombra roja que comenzaba en la puerta y terminaba en el escritorio, daba la idea de una autentica pasarela. Ideal para lo que estaban haciendo.

Aun no del todo contenta con la idea, Hermione empezó a caminar de un lado para otro, con dos libros del tamaño de enciclopedias en la cabeza. Le costaba mantener el equilibrio, y cada dos por tres se caían al suelo, haciéndola rezongar.

-¡Mantén los hombros erguidos!

-¡Eso estoy tratando de hacer!-contestó enderezándose lo mas que podía.

-Creo que será mejor empezar con un solo libro, cuando lo domines, le pondremos un poco de dificultad...

-¿Más dificultad? Jajaja... como si se pudiera...-y con una sonrisa irónica siguió con lo que estaba haciendo.

-¡Cabeza en alto! ¡Si miras hacia abajo, se te caerán!- le reprochó la pelirroja, justo en el momento en que los volúmenes se desparramaban otra vez. Su amiga los recogió y empezó todo de nuevo, concentrándose en memorizar las sugerencias que le daba Ginny. Al cabo de media hora y de cuatrocientas cincuenta y dos agachadas al piso, la castaña se rindió:

-Esto no va a funcionar...

-Si que lo hará, solo necesitas practicar...-la animó la pelirroja sentándose a su lado en el piso.

-Lo dices como si fuera tan fácil... ¡Quiero ver que lo intentes! ¡Es imposible!

-¡No lo es! Mira y aprende:

La chica se levantó y comenzó a caminar cumpliendo todos los requisitos, sin ningún problema... es mas, le era tan natural que parecía como si lo hubiera hecho toda su vida. Daba vueltas alrededor de la boquiabierta castaña, que no podía creer lo sencillo que se era todo. Se puso un libro, luego dos, tres, e incluso cuatro, y no perdió el equilibrio ni por un instante.

-¿Ves?

-Increíble... ¿Cómo lo haces?

-No lo se... creo que siempre lo he hecho así...-contestó sin darle mucha importancia.-Ahora, hazlo tú...

-Está bien.-se paró de donde estaba recostada, tomo nuevamente un libro y empezó todo el procedimiento por milésima vez, mientras pensaba: Vamos, si Gin lo hizo...¿Por qué no podré hacerlo yo también? Y justo al cabo de diez minutos ya había dominado la técnica.

-¡Perfecto!-la felicitó la pelirroja.-Ahora ponte estos tacones y haz lo mismo...-le dijo tendiéndole un par de zapatillas, que había sacado de que se yo que parte.

-¿Qué?-contestó la chica, al tiempo que una sonrisa creada segundos atrás desaparecía de su rostro sin dejar rastro.

-¡Que camines con ellos!

-Seguro que hoy me rompo una pierna con esto...-suspiró tomando unas zapatillas plateadas con tacón de aguja, que a mi entender, podian sacarle un ojo a una gente.

-No... ¡Que va! Si son inofensivas...-contestó Ginny.

-Si tú lo dices...-se sentó en una silla para calzárselas.

-Apúrate, que aun nos quedan muchas cosas por hacer...-Hermione levantó la cabeza con los ojos como platos.

-¿Mas cosas? ¡Pero si me duelen tanto las piernas que dudo pueda moverme hasta dentro de dos días! ¡Mínimo!-exclamó.

-Si, pero aun nos faltan tres series de treinta abdominales, media hora en ese aparato raro que esta en la habitación de tu mamá que hace que camines y corras en un mismo sitio...

-¿La caminadora?

-Ah... si, ¡eso mismo! La encuentro muy util para nuestro plan... En fin, otra media hora en la bicicleta...

-Sabes... estoy comenzando a pensar que quieres matarme...

-Y después un intensivo de combinación de ropa, y si nos da el tiempo, tambien de maquillaje...-terminó obviando el comentario anterior.

-¿De qué?

-Maquillaje...

-¿Y eso se come con...?

-¿No sabes lo que es?-ahora quien no daba crédito a sus oídos era la pelirroja.

-Bueno, me suena...

-Oh, por Dios... Creo que no debí meterme dejarme convencer para esto...-dijo sentándose junto a su amiga.

-¡No digas eso! ¡Mira lo que has logrado en un solo día!- se levantó y caminó por toda la habitación, no perfectamente como lo había hecho Ginny, pero si con grandes avances. Y si se tomaba en cuenta que lo hacia con tacones de ocho centímetros, era todo un logro. Dio un tras pies justo cuando se iba a sentar, pero esto no quitó la sonrisa de satisfacción del rostro de su amiga.- ¿Te das cuenta? ¡Nunca lo hubiera hecho sin ti!

-Bueno, no es para tanto... Solo te ayude, pero lo has hecho tu sola...-se levantó y caminó hasta la puerta con mucho mas animo.

-¿A dónde vas?-preguntó la castaña imitando a su amiga y poniéndose de pie.

-A la cocina.-ante la mirada de desconcierto de la otra, agregó:-Es que ser tu entrenadora personal da hambre...

-¡Pero si acabamos de desayunar!

-Si, hace dos horas... ¡ya es tiempo de la merienda!-y con una sonrisa salió de la habitación dejando a la otra practicando otra vez.



****************************************


Hola!!!

¿Como están? ¡Espero que muy bien! Aquí les dejo otro capi más de la historia... y como seguro se dieron cuenta por el titulo, tendrá por lo menos, una segunda parte. Porque estas transformaciones no me cabían en uno solo... Ya estamos más cerca del gran final, así que espero que les este gustando como va quedando. Y si no, ¡háganmelo saber!

Bueno, cambiando de tema... ¡Estoy feliz como una lombriz!
Seguro se preguntaran el por qué de mi felicidad... ¿No lo quieren saber? Aish... Total, que se los diré de todas formas... ¡Es porque ya salí de mis exámenes del cole! (No me pregunten por las calificaciones). Aunque también debe ser por el hecho de haber sobrepasado los 50 reviews!!! Mmm... Pensándolo bien, creo que es por eso.
Nueva meta a superar: ¡100! No pido mucho, ¿verdad? :P

Y ya para terminar... ¡gracias de nuevo por seguir el fic! ¡Cuídense mucho, y nos leemos pronto! ¡Los quiero! !Besos de chocolate para todos! ¡Bye!

***Lu***


Capítulo 8. Lecciones de Conquista II.

-Ya pueden salir...-dijo Fred a unos botes de basura.

-¿Ya se fueron?-susurró, asomando la cabeza, un chico de de ojos verdes y cabello color negro azabache.

-Si, ya se fueron... - confirmó George, aguantando las ganas de echarse a reír, a la vez que le tendía una mano para ayudarlo a salir

-¿Están seguros?-preguntó con cautela el menor de los pelirrojos, sacando la cabeza de una pila de fundas de basura.

-No te preocupes hermanito, no pasa nada...-dijo Fred ayudándolo a ponerse de pie.

Harry y Ron saltaron fuera de su escondite con suma precaución, mirando a todos lados alerta ante cualquier señal de peligro. Ron se quitó una cáscara de banana que tenía encima de la cabeza y asegurándose de que no había nadie cerca, retomaron su camino por el Callejón Diagon.
Seguro se preguntarán cómo llegaron Harry Potter y Ronald Weasley a querer camuflarse con la basura... Si es así, les cuento que todo comenzó cuando...

***Flash Back***

Habían llegado al Callejón Diagon hacia unos minutos. Empezaron a bajar por la calle adoquinada en dirección al local de los gemelos. Generalmente a esas horas de la mañana, solo había uno que otro comprador madrugador por allí, a parte de los dueños de las tiendas que abrían temprano. Pero ese día, aun siendo lunes, la calle estaba repleta de gente que iba y venía por todas partes. Esto le pareció un poquito extraño a nuestros chicos, y aún fijándose que la mayoría de personas que pasaban a su lado eran del género femenino portadoras de playeras de distintos colores con un mismo símbolo grabado en ellas, no le dieron importancia y siguieron su camino, atribuyéndole el repentino cambio de clientela a el factor vacaciones + aburrimiento = día de compras.

Poco tiempo después divisaron a lo lejos un cartel enorme con letras doradas que rezaba: Estrellas de Rock firman autógrafos hoy a las 9:00 AM, para luego cambiar a la imagen de un grupo de cinco chicos musculosos de unos veinte años vestidos con chaquetas de cuero negras, jeans ajustados, cabellos enmarañados y guitarras eléctricas, que guiñaban el ojo a cada mujer que pasaba a su lado.

-Así que es por esto que hay tantas chicas hoy...-dedujo inteligentemente Fred.

-Realmente no se por que el alboroto... Si nosotros somos más guapos que ellos...-comentó George tirándose el pelo hacia tras en un intento de parecer más sexy.

-Me gustaría tener tantos fans como ellos...-comentó Ron, poniéndose en marcha nuevamente, mirando como un montón de chicas suspiraban al unísono cada vez que la imagen del vocalista de la banda les sonreía.

-Cuidado con lo que deseas amigo
-Le advirtió Harry, quien ya tenia mucha experiencia en este campo.

Siguieron avanzando con un poco más de dificultad a través de la multitud, que a cada paso se hacía más densa. Estaban llegando a una caseta especial que había sido instalada como camerino para los artistas, cuando de pronto escucharon que alguien vociferaba detrás de ellos:

-¡Miren!

-¡¡¡Es Harry Potter!!!

-¿El que esta a su lado no es su mejor amigo?

-Si, ¡es Ronald Weasley!

-¡Que buenos que están!

-Vamos niñas... ¡¡Tras ellos!!

-¡Que no se escapen!

Y sin previo aviso, un batallón de chicas se lanzó detrás de ellos sin darles tiempo ni siquiera a reaccionar. Harry y Ron estaban parados con la boca abierta ante la avalancha de hormonas asesinas que se le venía encima. Los gritos eran ensordecedores. Al parecer la voz se había corrido y cada vez eran más y más quienes iban a su alcance. Parecían leonas hambrientas en busca de su presa. Pero nuestros chicos no se dieron cuenta de que la situación no era muy favorecedora para ellos hasta que las chicas empezaron a entrarse a golpes con tal de ser la primera en acercárseles, o en este caso: cazarlos. Y fue cuando estaban a sólo unos metros de ser aplastados y de tener una muerte lenta y dolorosa, cuando una voz muy parecida a la de unos de los gemelos les advirtió:

-¡Corran!

Y justo en ese instante sus mentes reaccionaron, sus neuronas se conectaron entre sí, mandándoles una señal a sus piernas para que empezaran a moverse. Todo sucedió en cámara lenta. En unos segundos los cuatro comenzaron a correr calle abajo, seguidos de cerca por la multitud desenfrenada que cada segundo crecía más, con una sola frase en mente: El que lo encuentra se lo queda.... Corrían como si un enjambre de abejas asesinas los persiguieran, aunque no podemos culparlos, porque si los agarraban, quien sabe que sería de ellos.

-¡Vamos chicas! ¡Más aprisa que se nos escapan!-dije con mucho entusiasmo, pues era una de las que dirigía el ejercito, jajaja... Después me acordé que si no escribo, no se termina el capi, y contra mi voluntad me desaparecí, no sin antes animar a las otras a acelerar el paso.

El maratón iba de un lado a otro por todo por toda la calle. No hubo una sola tienda en donde no se colaran en un desesperado intento por burlar a sus acosadoras, que parecían que habían recargado sus pilas para la ocasión. Era increíble como corrían con taconazos y con bolsos de todo el tamaño sin perder la compostura ni por un segundo... Los chicos entraron a Honey Dukes, con la esperanza de perderlas allí. Sin embargo no lo lograron y no tuvieron mas remedio que colarse a la parte de atrás y salir por la puerta trasera de la tienda. Siguieron su carrera por todos los sitios habidos y por haber que encontraron, cuando se dieron cuenta de que hacía rato que los gemelos se habían perdido de vista. Entraron en pánico ante la posibilidad de que los hayan secuestrado.

-Harry, ¿Qué hacemos?-preguntó su amigo cuando los lugares se habían agotado.

-No lo sé...-respondió el aludido saltando unas bancas.

-¿Traes tu capa invisible?

-¡Mi capa!-exclamó el pelinegro dándose en la frente.-¡La olvidé! Estaba dentro del baúl que George tiene minimizado en su bolsillo


Siguieron buscando escondite Ya comenzaban a darse por vencidos cuando una mano salida de la nada los agarró de un tirón.

-¡¡¡Ahhh!!! - gritaron Harry y Ron paranoicos...

-¡Tranquilos! Somos nosotros...-susurró Fred quitándose la capa de encima.

-Apúrense, métanse aquí...-completó su gemelo señalando unos botes grises que estaban llenos a rebosar de pilas y pilas de fundas apestosas, sucias y llenas de basura, mugre y de quién sabe que cosa mas


-¿Ahí?-preguntó atónito su hermano menor.

-¡Si! A menos que quieras seguir corriendo...

-¡Ni pensarlo!-dijo el pelinegro negando con la cabeza.

-Prefiero morir a manos de esas locas que meterme allí
- contestó el pelirrojo. En ese momento se oyeron los gritos de la muchedumbre desenfrenada acercarse:

-¿Dónde están?

-Creo que se doblaron a la derecha...

-¡Entonces vamos!

-¡Retiro lo dicho!-aseguró Harry tirándose de cabeza a un cubo de basura.

-¡No nos han visto!-dijo Ron escabulléndose en otro.


***Fin de Flash Back***

-Es un peligro andar con ustedes en estos días
-comentó divertido George.

-¡Si! Para la próxima, avísennos cuando su club de fans los vaya a acompañar chicos
-dijo sarcásticamente su gemelo.

-No puedo creerlo: ¡Hasta le quitamos las chicas a los tipos del anuncio!

-Si
es que no tenemos la culpa de ser tan irresistibles
-suspiró Harry dramáticamente, haciéndose el incomprendido.

Así que de esa forma habían llegado a tal situación
Sumamente interesante, ¿no? En fin, que siguieron su recorrido, rodeados de tiendas por todos lados, y no tuvieron ningún otro inconveniente a excepción de una ocasión tuvieron que devolverse en busca de Ron, que se había metido en un surtidor de escobas de carreras, antes de que éste se llevara la Saeta de Fuego’08 que el dueño le estaba vendiendo a cambio de 5000 galeones. Lo sacaron a rastras de allí, y después de mucho refunfuñar y argumentar que si tomaba prestamos de a 50 galeones de todos sus conocidos podría juntar los cinco mil que costaba, por fin aceptó que era una idea completamente absurda.

Y ya sin más, llegaron al local número noventa y cuatro. La calle llena de un grupo únicamente femenino había desaparecido, y ahora era normal, chicos y chicas comunes y corrientes sin ningún trastorno psicológico que les hiciera ver a Harry a Ron como sus ídolos
Sin embargo, estaba completamente desierta en comparación con lo abarrotado que estaba aquel lugar. Los escaparates de las tiendas de los alrededores, cubiertos de carteles con los precios de los artículos que vendían, eran totalmente sosos a diferencia de los del local de Fred y George que parecían un espectáculo de fuegos artificiales. Al pasar por delante, los peatones se volvían para admirarlos y algunos incluso se detenían para contemplarlos con perplejidad.

El escaparate de la izquierda era deslumbrante, llenos de artículos que giraban, reventaban, destellaban, brincaban y chillaban. Harry sonrió para sí mismo. Era impresionante como parecía que todo el tiempo aquel lugar siempre estaba en su máximo esplendor, que nunca tenía una racha mala, al contrario de las demás que tenían sus altas y bajas. Pero no la de los Weasley. Esa siempre estaba llena de alegría y diversión por todas partes, aun en los tiempos más difíciles.

Recordó la primera vez que vio todo aquello, hacia ya un año, cuando las demás tiendas estaban cubiertas de grandes carteles morados puestos por el ministerio en los que se observaban las fotografías de los mortífagos más buscados, la de los gemelos llevaba el mismo, pero con unas centelleantes letras amarillas que decían:

.
¿Por que le preocupa el-que-no-debe-ser-nombrado?
¡Debería preocuparle
LORD KAKADURA
la epidemia de estreñimiento que arrasa el país!


Entraron al local, en el que no cabía ni una aguja de tan apretado que estaba todo. Los clientes miraban los nuevos productos ubicados en los estantes de la izquierda, sin embargo los Surtidos Salta-clases no habían perdido su auge del todo. Un montón de niños de unos trece años se apilaban a su alrededor comentando entusiasmados lo genial que la pasarían faltando a clases. Una joven bruja de cabello corto y rubio que llevaba una túnica color magenta estaba detrás del mostrador. Se le veía muy atareada cobrando a la clientela que ya se marchaba, dando instrucciones a una chica de cómo usar varitas de broma, advirtiendo a unos chiquillos de no destapar los turrones sangra-narices y otras cosas más. Cuando vió a los gemelos su cara se iluminó:

-¡Que bueno que ya están aquí Señor Weasley y Señor Weasley!- exclamó aliviada.

-¡Buenos días Verity!- saludó Fred

-Mucha gente hoy, ¿verdad?- comentó George.- Lamentamos llegar tarde, es que tuvimos unos pequeños inconvenientes


-Pero no te preocupes, ¡traemos refuerzos!- dijo Fred poniéndose la túnica del personal y señalando a los chicos.

-Me alegro de escuchar eso
¡Por cierto! Se me olvidaba
Los del Ministerio llamaron hace media hora.

-¿Ah si? ¿Y que querían? - preguntó Fred mientras caminaba a la parte de atrás de la tienda, seguido de la bruja que miraba nerviosa un cuadernito de apuntes.

-Bien
¿Y que hacemos ahora?-preguntó Ron luego de que se hubieran ido.

-Trabajar.-contestó George.

-¿Trabajar? Pero se supone que me ayudarías a ser el candidato perfecto de Hermione


-Si lo sé
aquí esta tu primera lección: Trabaja y gana dinero, para que se de cuenta de que eres responsable y piensas en el futuro. Por Dios
Nunca pensé que diría eso. ¡Que bajo he caído! - dijo pasándoles unas túnicas magentas idénticas a las que tenia puesta.

-¿Y que hay de un cambio de look o algo parecido?- replico confundido.

-Bien, eso lo hablaremos más tarde
Ahora hay mucha clientela que atender.

-Pero


-Escucha hermanito, lo primero es lo primero: debes obtener dinero para pagar el las lecciones que te daremos. Ya en las noches verificaremos la otra parte. Allí preguntarás o sugerirás lo que quieras
Pero mientras tanto, esto es lo que hay
-dijo haciendo el papel de padre comprensivo y colocando una mano en su hombro.- ¿De acuerdo?

-No me queda de otra
- dijo poniéndose la túnica le había pasado.

-¿Y que se supone que haremos?-preguntó Harry imitando a su amigo.- ¿Ayudar a los compradores?

-¿Qué? ¡No! Para nada
¿No les había dicho? Mmm
Estoy olvidando las cosas
-comentó cuando los chicos negaron.

-¿Que debemos hacer?

-Ok, les explicaré, así que pongan mucha atención. Dado que Sortilegios Weasley ha adquirido tanta fama y que nuestros artículos de broma se venden tan bien, el espacio que tenemos en este local es muy reducido. Por lo que hemos decidido comprar el que esta contiguo a nosotros, ampliarlo y convertirlos en uno solo, para así hacer de éste nuestra sucursal principal. Ahora bien, hay tantos clientes por estos días, que Fred y yo no hemos tenido tiempo suficiente para acomodar las cosas. Ahí es donde entran ustedes: se encargarán de trasladar las cajas que están en la parte trasera y llevarlas por aquella puerta- señaló una cortina de color azul oscuro que estaba en la parte derecha y que camuflaba la entrada que unía los locales.-Además deben pintar todo, arreglar unas tuberías que no funcionan, ordenar los artículos nuevos que pondremos, reparar los escaparates que están arruinados, entre otras cosas
¿Quedó todo claro?

-Sí
-contestaron al unísono.- Espera
¿A que hora comemos?-preguntó Ron.

-Su hora de almuerzo es de doce a una de la tarde.

-¡Pero para eso falta mucho tiempo! ¡Moriremos de hambre!

-¡No exageres!
Ahora, pónganse en marcha.-dijo saliendo a ayudar a unos chicos que querían hacer un pedido vía lechuza.

-¿Soy solo yo... o es que los gemelos ya no están tan bromistas como antes?-preguntó Harry mientras caminaban hacia la cortina.

-Sí, es cierto. Los estamos perdiendo: ¡se están convirtiendo en adultos!

-Mmm
Espero que estés seguro de lo que sientes por Herms
-comentó el ojiverde de pronto.

-¿Por qué lo dices?

-Porque si llegas a romper con ella después de todo el trabajo que estamos a punto de hacer, primero me volveré loco, te golpearé por estúpido, luego me reiré en tu cara y cuando me aburra de verte sufrir te ayudaré a superarlo
-dijo divertido al ver las ruinas de un local completamente vacío que parecía que estaba a medio construir.

-¡Oh! Gracias
¡que gran amigo me gasto!-respondió sarcásticamente el pelirrojo.

-¡En serio te lo digo! ¿Estás viendo todo lo que tenemos que hacer?

-Sí, lo veo, no soy ciego
Pero no te preocupes, ¡valdrá la pena!

-Eso espero


-De eso me encargo yo
-Y pusieron manos a la obra.

Estaban haciendo todo en equipo, para que las cosas se les hiciera mucho más fácil. Pero aun así, ya en la tarde aun no habían acabado de acondicionar el local para empezar a trabajar en el
Solo para empezar, imagínense todo lo que tenían que hacer. Llevaron productos de limpieza de un lugar a otro, quitaron las capas de polvo que se habían acumulado encima de las estanterías y el mostrador. Sacudieron los escaparates, barrieron todos los desperdicios que con el tiempo habían quedado abandonados en el suelo. Sacaron desde hormigas, pasando por cucarachas y ratones hasta criaturas mágicas que se habían escondido en la parte de atrás. Y ya a las seis de la tarde regresaron nuevamente al otro lado para ayudar a despachar a las personas que aun quedaban en Sortilegios Weasley.

-Y
¿Cómo funcionan exactamente estas
? ¿Fantasías Patentadas? - preguntó una joven.

-Señorita
- A Ron le tocaba atender a la última clienta, mientras Harry ayudaba a contar los ingresos del día a los gemelos.

-Llámame Andrea
-le respondió como quien no quiere la cosa.

-Eh
Pues, Andrea
Lo dice en la caja.-señaló Ron. Pero al voltear y darse cuenta de que hablaba con una rubia bellísima de ojos verdes que llevaba en su gran bolso rosa un chihuahua, rectificó rápidamente.-Pero si quieres, te explico con gusto. Tan solo con un sencillo conjuro accederás a una fantasía de treinta minutos de duración, de primera calidad y muy realista, fácil de colar en una clase normal y casi imposible de detectar. Es decir, que te imaginarás una situación en la que serás la protagonista
Te advierto que puede tener algunos efectos secundarios


-Oh
Genial, le compraré una a mi queridísima prima. La pobre, no tiene novio, y ha de estar desesperada

-¿En serio? Si es tan linda como tú de seguro no tendrá problemas
-le respondió siguiéndole el juego a esa arpía, digo
chica.

-No, en realidad no. Yo soy la más linda de la familia
- (N/A: ¿Alguien tiene tantas ganas como yo de que Andrea se caiga dentro de la caja de micropuffs y estos se la coman viva? Mejor olvídenlo
Van y después se envenenan los pobrecitos
)

-Eso lo sé de solo mirarte preciosa
-continuó Ron, sin darse cuenta de que estaba calificando de fea a su Herms


-¡Oh My Goodness! Osea, eres toda una lindura darling
Lástima que me tenga que ir, ¿Podrías decirme cuanto es?

-Para ti
nada. Va por cuenta de la casa
-contestó con una sonrisa pícara.

-¡Gracias corazón!

-No hay de que
¡Regresa pronto!

-Lo haré
-susurró la joven seductoramente y salió de allí.

-¡Te lo descontaré de tu sueldo!-le advirtió Fred a su hermano menor a la vez que cerraba el local con llave.

-¿Qué? ¿Por qué?

-No puedes ir por ahí regalando artículos a cualquier niña linda que se te cruce


-Esta bien


-¿Sabes que? Note algo muy interesante mientras coqueteabas con esa chica


-¿Yo coqueteando? ¿De verdad?

-Pues si
lo hiciste muy bien, no se cual es tu problema
puedes hablar con cualquier chica sin trabarte


-El problema es simple: Hermione no es cualquier chica. Ella es
no se. Simplemente especial.

-¿Especial? Hay hermano, que sentimental estas
creo que has estado viendo muchas telenovelas últimamente
-dijo de repente Gorge uniéndose a la conversación. Los cuatro habían subido unas escaleras ubicadas al fondo, que daban a un mini-departamento justo encima del local. Tenía dos habitaciones, una pequeña sala de estar y una cocina. No era la gran cosa, pero les servia para descansar en la noche.

-¿Yo? ¿Sentimental?... Naaaa
-replicó sentándose en una mesa al fondo de la habitación. El sol ya se había ocultado y por la ventana se podía apreciar como rápidamente las calles comenzaban a quedar en penumbras.-Es solo que no es lo mismo hablar con ella que con Lavender. No las puedes engañar con las frasecitas simples y sin sentido que le dirías a cualquier otra. Es demasiado inteligente


-En eso si que tienes razón. Y puede que llegue a resultar un inconveniente
Demasiada astucia, valentía, principios y astucia para una chica.

-Bueno, pero aun así con todas esas cosas, estoy loco por ella. Por más que quiera no puedo evitarlo.

-Si
Supongo que no era tu plan enamorarte de tu mejor amiga


- Créeme que no puedes planear de quien enamorarte
Te lo digo por experiencia. Nunca imagine que terminaría saliendo con la hermana de mi mejor amigo. Y mucho menos que iba a ser aquella chiquilla que conocí el primer día en King Cross quien volvería mi mundo de cabeza.-dijo Harry, recapacitando sobre como había sucedido todo con su pelirroja.

-Entonces, ya que aclaramos todo, ¿Cómo se supone que le voy a hacer para conquistarla?

-Fácil
Supongo que querrá un chico que tenga sus mismos intereses, que se parezca a ella, ¿No? - Ron asintió levemente.- Bien
pues es justamente eso lo que le daremos. Te instruiremos para convertirte en su chico perfecto.-dijo Fred subiendo los pies a la mesa.

-Deberás trabajar muy duro si queremos terminar con todo esto antes de su fiesta de cumpleaños. Sabes que con todo lo que estas haciendo en el día, solo tendrás las noches y tus horas libres para hacer lo que tengas que hacer.-dijo George.

-Bien.

-Creo que podemos comenzar con unas lecciones de modales, a las chicas les gusta eso


-Y podemos ir mañana en la tarde a una librería y comprar algunos volúmenes de la literatura muggle, que sé te convendrían leer
-sugirió Harry.

-Y tengo algo que posee los pasos principales para que cualquier chica, incluso Hermione, caiga rendida a tus pies
-y agitando su varita conjuró un montón de revistas algo gastadas, que su hermano menor tomó con desconfianza.- ¡Trátalas bien! Mira que son una reliquia familiar. Han pasado por muchas generaciones de Weasleys. Y es la clave de nuestro éxito.-completó guiándole un ojo.

-Léelas y pondremos en practica todo, ¿ok?

-Ok
Pero, ¿Solo leeré cosas y las pondré en práctica?

-Pienso que algo de ejercicios no te caerá nada mal
Pesas quizás
-dijo Harry.

-Es una buena idea, porque estas algo delgaducho
El abdomen, los bíceps y tríceps debes mejorar.-confirmó uno de los gemelos parándose de su asiento y examinando a Ron a la luz de una lámpara.

-Seguro que unos músculos le impresionaran bastante
-aseguró el otro.

-¿Y donde encuentro equipos para ejercitarme?

-Ah
pues Lee nos prestó algunos
Están en nuestras habitaciones. Puedes usarlos.

-Y deberías ir a la playa y broncearte algo
estas pálido
-siguió el gemelo con la revisión imitando a su madre.

-Únete a alguna causa noble que haga que piense que no eres un patán después de todo
-dijo Fred.

-Unas clases de baile no te vendrían mal
-animó George.

-Si, si sabes como manejarla en la pista de baile, será muy sencillo todo lo demás
-confirmó Fred.

-Escucha música clásica, apréndete los nombres de sus autores
Si, sé que suena aburrido
Pero a ella le encantará.

-Mmm
Creo que debería tomar nota de todo esto
-se dijo el chico que abrumado ante tantas nuevas ideas comenzó a anotar todo sin parar.

-Sabes
Mejor memoriza la contraportada de los libros y listo
Así no tendrás que leerlos todos


-¡Artes! Seguro que darás una buena impresión si sabes lo esencial de la danza, el teatro, pinturas, artistas


-Viajó a Francia en tercer año, ¿cierto? Creo que la sorprenderías sabiendo distinguir los tipos de vinos y quesos


-Y si te pide opinión de algo que no sepas, afirmas todo con elegancia y le dices que estas de acuerdo con su opinión


-También algo de ropa nueva


-Un traje casual para la fiesta


-O mejor aún: un esmoquin


-¡Chistes nuevos!

-No
¡pensará que no ha madurado!

-Tienes razón.

-Mejor sé reservado


-Cuando eres silencioso y solo hablas cuando es necesario, las chicas piensan que escondes algún misterio y se interesan en ti


-Es psicología inversa


-Hazle buenos cumplidos
Hay una sección dedicados a ellos en una de las revistas.

-Regálale sus flores preferidas el día de su cumpleaños


-Creo que son los jazmines
-aventuró Harry.

-Aprende a cocinar algo


-Compra un nuevo perfume


-


-Por ahora no se me ocurre nada más
-dijo Fred.

-A mi tampoco.-dijo su hermano.

-Ni idea.-completó el pelinegro.

-Ok
Pues si ya terminaron, agradezco mucho sus sugerencias. De verdad.- levantándose de su silla agregó: -Mejor me voy comenzar con todo esto.-Dio un gran bostezo.- Si es que no me duermo antes... Nos vemos mañana
- Agarró su pila de instrucciones y revistas y se fue de allí.

-Bueno Harry, nosotros también nos vamos a acostar temprano


-¡Que descansen!-los gemelos entraron en la puerta de la derecha.

Harry se quedó solo y pensativo por unos instantes. Miró hacia afuera. La luna y las estrellas ya estaban en el cielo. Eran apenas las ocho de la noche. Y recordando una vieja promesa que hizo a cierta pelirroja, sacó pluma, pergamino y tinta de su baúl, y empezó a redactar una carta. Luego de media hora y de borrones y tachaduras quedó satisfecho con lo que decía. La pasó a limpio, la enrolló y ató a la pata de su lechuza el pergamino. Abrió la ventana y la observó sobrevolar la oscuridad unos instantes, hasta convertirse en una motita blanca. Estaba seguro que a pesar de tener que trabajar en vacaciones, sería mil veces mejor que los veranos en la casa de los Dursleys. Sonrió al escuchar la voz de Ron, al parecer estaba leyendo en voz alta y memorizando algo. Apagó las luces, e imitando a los gemelos, se fue a dormir.


******************************


¡Hola a todosss!

¿Cuanto tiempo ha pasado desde el último capitulo? Acaso, ¿unas dos semanas? Sí
creo que así es. Bueno, pues no es tanto como imaginé :)
A ver, me gustaría que me contaran algo nuevo ¿Cómo están? ¿Qué han estado haciendo? ¿Sobreviven a las clases o están a punto de auto convencerse de que talvez ser analfabeto no sea tan malo después de todo
? ¿Les gustó este capi? ¿Alguna cosa que quieran que incluya en la historia? ¿Alguna idea para que Ron conquiste a Herms? ¡Chicos/as! ¡Háganme saber tácticas de conquista, que se me acaban!

Nuevamente, y como es costumbre: ¡¡Gracias por los reviews!! Me encantan, y me alegran el día con solo leerlos
Me despido de ustedes con abrazo calentito (me muero del frío!) y les mando besos a todos


Cuídense mucho y nos vemos luego


***Lu***

Capitulo 9. Lecciones de Conquista III

Es interesante, e incluso diría que un tanto gracioso, cuando ese misterio al que llamamos tiempo decide jugar con nosotros cuando más desesperados estamos porque algo ocurra. Seguro que se habrán topado con un momento así


Son uno de esos días en donde empiezas con el pie equivocado, todo te salió mal desde que abriste los ojos en la mañana, entonces deseas que acabe ese día lo más rápido posible. Momentos de intenso calor, cansancio, cuando estas harto de oír al estúpido profesor hablando monótonamente de algo que estas seguro no te servirá para nada en la vida, cuando aparece esa molesta mosca, que zumba a tu alrededor como burlándose de que ella es libre de escapar de allí cuando quiera, sin embargo tú no puedes. O simplemente ya estas harto de todo y de todos, y lo único que quieres es salir de tu ultima clase, para poder llegar a casa, darte un baño y tirarte en tu cama hasta la próxima semana


Y es justo ahí, cuando faltan dos minutos para que esa tortura acabe, que te da la impresión de que las manecillas del reloj empiezan a girar mas lentamente, pasando de un numero a otro con una parsimonia asombrosa como si no quisieran completar su recorrido hacia el numero doce
Tic Tac. Tic Tac. Te provoca zarandearlo para hacer que pare ese sonido que se esta amplificado a mil en tu cabeza. Y él solo esta allí, tranquilo, estático, dándote la certera sensación de que esos dos minutos se convierten en dos largas horas, o peor aun: que se ha detenido y nunca se acabara el tiempo.
Y
¿Entonces? ¿Qué se supone que haces? No tienes más remedio que esperar. Sí, aguantar y esperar a que pasen esos minutos. No los necesitas. Solo quieres que terminen de pasar para largarte de allí. Esa es la única solución para el problema.

Ahora
¿que pasa cuando el caso es completamente al revés? Cuando ves que el tiempo pasa demasiado rápido para tu gusto. Tienes mil cosas en mente para hacer antes de un tiempo determinado. Quien sabe
talvez un trabajo que terminar antes de que llegue el profesor, o tratar de memorizarte los últimos párrafos de tu cuaderno de apuntes antes de que empiece el examen. Sin embargo es allí cuando una hora desaparece en un abrir y cerrar de ojos, y sin darte cuenta, ya tienes el tiempo encima. Y presientes que no podrás lograrlo
Que necesitas con urgencia mas tiempo para poder cumplir tú propósito. Es lo único que te ayudaría. Unos miserables minutos más. ¿Qué hacer entonces? No puedes detener el tiempo. Esto si es un poco mas complicado. No te sobra, te hace falta.

Supongo que ahora tienen una idea de lo que estaban pasando nuestros protagonistas. Tenían que lograr ponerse en forma y hacerse un poco más interesantes para, según ellos, poder agradarle al otro como algo más que un simple amigo. El problema es que solo disponían de un verano para hacerlo.

Hermione contaba con Ginny quien estructuraba toda su rutina diaria para llegar al objetivo lo mas fácil posible. Aunque debemos decir que de fácil no tenía nada. Todos los días, la pelirroja se encargaba de enseñarle algo nuevo a su amiga, quien como buena alumna, ponía todo su empeño en hacerlo lo mejor que podía.
En un par de ocasiones tuvo que tomar un respiro y recordarse a sí misma por qué estaba haciendo todo aquello. Ocasiones como:

-¡Mas rápido! -gritó Ginny.

-¡Eso estoy haciendo!-le respondió casi sin aliento la otra.

Para cambiar un poquito la costumbre de la caminadora habían salido a correr al parque. Bueno, en realidad la castaña era quien se ejercitaba, mientras la pelirroja iba rebasando y haciendo piruetas con un carrito de mini golf alrededor de ella. Llevaba ropa deportiva, audífonos para escuchar música y el cabello recogido en una cola alta para evitar sudar bajo el sol abrasador que iluminaba el cielo de la tarde.

-¡Estoy segura que un fénix corre más rápido que tú!

-¡Los
fénix
no
corren! ¡Vuelan! -respondió acelerando el paso.

-Sabes lo que quiero decir
¡Aun te quedan cincuenta metros! ¡Vamos!

-¿No podemos hacer solo veinticinco?-preguntó con poquitas esperanzas a sabiendas de la respuesta.

-Nooop
-le contestó tranquilamente mientras con una mano seguía conduciendo y con la otra agarraba un helado de vainilla que había sacado de no se donde


-¿Por qué?

-A ver
¿quieres estar más delgada para la fiesta, si o no?

-Si.

-Pues entonces serán sesenta metros...

-¿¡Qué!? ¿Me quieres matar o qué? ¡Ya llevo casi un kilómetro!

-Pues entonces complétalo
¡y deja de actuar como una cría!-le espetó simplemente y sin mas pisó el acelerador del auto dejándola atrás por mucho


-Hay Ginny
Ojala que nunca tengas problemas con Harry
Porque te las voy a cobrar con creces
-dijo por lo bajo y resignada siguió con su rutina a la vez que veía como a lo lejos la pelirroja se estacionaba y se disponía a destapar un nuevo helado.

**************************************************************

Mientras tanto
para los chicos las semanas se hacían cada vez mas cortas.
El tiempo se les iba rapidísimo. Se levantaban temprano, desayunaban algo, ayudaban a abrir la tienda y enseguida se ponían a trabajar. En la noche solo subían a dormir.

Los primeros días fue algo duro para ellos, pues debían organizar el territorio antes de comenzar a pasar los artículos de un lado para otro, pero luego que hubiesen arreglado todo, y con un poco de ayuda por parte de la varita de Ron, las cosas de a poco empezaron a verse mejor.


Harry comenzaba a preocuparse por la salud mental de su amigo, pues cuando todos por fin se iban a descansar, y se suponía que dormían, el pelinegro se levantaba en busca de un vaso de agua, y casi siempre encontraba a Ron medio dormido en la sala, con un paquete de libros encima. Lo escuchaba recitar párrafos de memoria mientras tomaba una ducha, cuando se cambiaba, desayunaba, trabajaba, o incluso cuando dormía
No paraba de practicar con toda chica que se le cruzara por delante (claro, sin que los gemelos se enteraran
) y prácticamente no comía ni dormía, por eso se le veía unas ojeras horribles. Pero el seguía repitiendo una y otra vez: ¡valdrá la pena!
El ojiverde trataba de ayudar a su amigo en todo lo que podía. Le tomaba el tiempo cuando se ejercitaba e incluso, para que se le hiciera menos tedioso, los hacía con él


En su tiempo libre y los fines de semana iban a la biblioteca pública que se encontraba a unas cuadras, y allí se la pasaban hasta tarde buscando cosas que le pudiesen servir de algo en su intento de impresionar a Hermione. La encargada era una chica algo mayor que ellos, de unos veinte años, morena, cabello negro y lacio, ojos negros rasgados, estatura media y muy lindas facciones. Ron había intentado varías veces aplicar los conocimientos adquiridos en ella, pero para su desgracias, no era tan fácil como pensaba


-Hola linda
¿Sabes donde puedo encontrar
?-miró a su alrededor en busca de inspiración.- ¿
el catálogo de vinos internacionales?

La chica levantó los ojos de su libro Memorias de una Geisha y sin mucho interés le señaló la sección de gastronomía que estaba a su izquierda.

-Ohh
Bueno, gracias
-se pasó la mano por la cabeza, dio unos pasos sin rumbo fijo y de repente se acercó de nuevo.-Es que
Estoy muy interesado en aprender acerca de las culturas extranjeras, ya sabes
expandir los horizontes siempre es bueno
-le comentó en otro intento desesperado por entablar conversación.

-Ajá...

-Sí


-
-Ya se le había acercado ese pelirrojo acompañado de su amigo unas dos veces, siempre con una excusa estúpida, por lo que estaba algo familiarizada con el proceso.

-Y
¿Trabajas todos los días aquí o
?

-No, solo los fines de semana.-le respondió más por salir del paso.

-Bueno
seguro que aquí no te diviertes mucho


-De hecho, me encanta leer y me parece un trabajo muy entretenido
-dijo señalando su libro.

-Mmm
-asintió, pensando quién diablos en su sano juicio pasaría todo el fin de semana dentro en una sala repleta de libros con un silencio sepulcral arropándolo. En seguida le vino a la mente la respuesta: Hermione pagaría por ello.

-Sí.

-De todas formas
¿Cómo te llamas?-preguntó sin captar la indirecta anterior.

-Escucha


-Ron
Mi nombre es Ron.

-Como sea
No te ofendas, sé que tratas de ser agradable, pero eres muy niño para mí
-Lo veía con una media sonrisa en el rostro, al parecer en son de burla.

-Oh
Ya veo.

-¡Lo siento!-le dijo con cara de que en realidad no le importaba mucho, y regresó a su libro.

-No hay problema...- y completamente rojo y con las palabritas ¡¿muy niño?! resonándole todavía en la cabeza, tomó el catalogo y se fue de allí.

-¿Cómo te fue?-preguntó Harry con una sonrisa de burla en el rostro.

-¿¡Y me preguntas!? - exclamó sin buen humor, a sabiendas de que el pelinegro había visto y escuchado todo


-Solo es una chica, no te preocupes
-trató de animarlo.

-Sí, no es lo que me molesta
es que el no conseguir ni siquiera que me diga su nombre demuestra que aun no estoy listo para un desafío mayor


-Dicen que la tercera es la vencida


-Esta es como la quinta vez que lo intento


-Bueno, pues entonces será la sexta


-Eso espero


-¿Qué tal si dejamos todo por este fin de semana y hacemos algo con los chicos?

-No lo sé
No quiero desperdiciar el fin de semana


-¡No lo harás!-y al ver que su amigo no estaba del todo convencido continuó- Te servirá para despejarte un poco y luego vendrás con más fuerzas


-Mmm


-¡Vamos!

-Esta bien
¡Salgamos de aquí!-tomaron todo y salieron.


******************************************************************

Pero nada fue más complicado para ella como la semana en que tuvo que aprender a maquillarse. A Ginny no le cabía en la cabeza como es que su amiga podía realizar complicados movimientos con la varita y pronunciar dificilísimos hechizos, si ni siquiera sabia donde se ponía un delineador y mucho menos la dirección en que se colocaba una sombra. Aquella tarde, sin poder inventar una nueva excusa para sacársela de encima, no tuvo más remedio que hacerle caso y cruzar los dedos para que lo que sea que tuviera en mente la pelirroja, la dejara viva por lo menos hasta la fiesta


-Muy bien
sígueme
-le ordeno el sargento
digo, Gin.

-¿A dónde vamos?-preguntó temerosa la castaña.

-A nuestra habitación
.-ya era costumbre llamarla así desde que Andrea había desterrado a Herms de la suya.

-¿Y que haremos allí?

-Te enseñaré las nociones básicas de un buen maquillaje


-Bueno


Giró la manecilla de la puerta. Ginny susurró algo de que necesitaban más claridad y se fue a correr las cortinas para dejar entrar un sol radiante desde los ventanales de la habitación. Luego fue a su armario y sacó de su baúl un bolso negro que colocó encima de la cómoda y sin más empezó a vaciar todo. Había desde lápices labiales de todo tipo y grosor, hasta sombras de todos los tonos. Indicó a Hermione que se sentara justo en frente del espejo.

-Recógete el cabello
-dijo remangándose.

-Listo
-respondió la chica haciéndose una cola alta.

-Perfecto
Comencemos
Primero que nada, debes saber que la mirada es una de las claves de la belleza femenina. Para que forme parte de las irresistibles armas de una mujer, es imprescindible conocer ciertas técnicas de maquillaje de ojos y contar con los cosméticos y útiles adecuados. Las sombras, la mascara, el delineador y el lápiz de ojos correcto es lo que necesitas para tener una mirada capaz de parar el tránsito
-mientras hablaba iba mostrándole cada cosa a la castaña, quien a su vez tomaba nota mental y visual de todo lo que estaba diciendo su amiga.

-El primer paso son las cejas
-continuó- Ahora quiero que reclines un poco la cabeza hacia atrás y cierres los ojos


-¿Para qué?

-Ya sabrás
¡Solo hazlo!

-Bien
-e hizo lo que le indicaba. Esperó unos instantes, y al sentir que nada ocurría abrió los ojos nuevamente.-¡¡¡AHHH!!!

-¿Qué pasó?-se asustó Ginny.

-¿Qué rayos es eso que tienes en la mano?-preguntó.

-Ah
¿Esto dices?- le preguntó señalando una paleta llena de una mezcla humeante color verde pálido que acercaba a su cara lentamente.

-¡Si!

-Ah
Pues es solo cera para depilar
-dijo restándole importancia y acercándola a la cara de la castaña otra vez.

-¿QUÉ?-vociferó apartándose rápidamente del alcance de la pelirroja.

-¿Y ahora que pasa?-preguntó alejando la paleta de la cara nuevamente.

-¡¿Me vas a depilar las cejas?!

-Sí


-¿Y para qué?

-¿Acaso no pusiste atención a lo que te he estado diciendo?-preguntó colocándose una mano en la cintura mientras miraba de manera acusadora haciendo que su parecido a su madre se acentuara aun más.

-¡Sí que puse atención! Lo que pasa es que


-¡Nada!-la cortó la pelirroja.- ¡Harás lo que te diga y punto!

-Pero y si


-Estas en buenas manos
¡No te preocupes!- Hermione guardó silencio y aún mirando recelosa la paleta volvió a su posición inicial en la silla.

Ginny sonrió satisfecha y soplando un poco la cera se la puso alrededor de las cejas de su amiga. Justo donde sobraban uno que otro pelito de más
Luego sacó de la bolsa unos papelitos de colores y se los colocó con mucho cuidado encima de la mezcla.

-Ahora respira profundo
-sugirió.-A la cuenta de tres
¿ok?

-Vale


-Uno
-la castaña cerró los ojos con fuerza y se aferró a la silla.-Dos


- ¡Ahyyy! ¡¡Me duele!! ¡¡Me duele!!

-¡Pero si ni siquiera he tirado de la cinta!

-¿Ah no?-Hermione abrió un ojo. Ginny estaba a cinco centímetros de su cara, pero aun así no la había tocado.

-¡No!

-Upss
¡Lo siento!

-Ok
Aquí vamos
Uno, dos


-¡¡AHHH!!

-¡Hermione! ¡Ya basta! -reprochó la chica mirando la cinta que aún estaba en su lugar.

-Solo estoy practicando


-Bien, pues si ya terminaste de practicar, aquí vamos
-y sin contar para evitar otro simulacro por parte de la castaña, despegó la cinta.

-¡Bien! ¡Ya estoy lista! Puedes
¡Auch! - abrió los ojos.- ¿Ya acabó todo?

-Sí


-¿Tan pronto?

-Ajá
-asintió poniendo una crema sobre la parte enrojecida de su rostro.

-¿Por que no me dijiste que casi no dolería?-preguntó mirándose al espejo.

-No me preguntaste
-respondió encogiéndose de hombros al tiempo que examinaba como había quedado.-Sigamos
Luego que depilas tus cejas, te aseguras de que queden del mismo tamaño. Para ello utilizas esto - dijo enseñándole un lápiz de ojos- que debes procurar que sea de la misma tonalidad de tu cabello. Rellenas los espacios y así disimulas cualquier imperfección.

-¡Que buen truco!

-Lo es
Además puedes utilizar el mismo lápiz para pasar dentro y alrededor de tu ojo, con mucho cuidado por supuesto. Así
-le dijo mostrándole cómo hacerlo.

-¡Quedan como si estuvieran enmarcados!-se asombró la chica.

-Ese es precisamente el objetivo. Ahora aplicas una sombra que sea completamente opuesto al color de la ropa que llevas puesta
.

-¿No debería ser igual al color de mi ropa?

-Antes era así
pero ahora, es todo lo contrario. ¡El objetivo es que destaquen tus ojos! A ver
Verde.-dedujo al fijarse en el polo naranja que traía la castaña. Se puso a rebuscar encima de la cómoda.- ¡Aquí están!

-Pero ahí tienes dos tipos de sombras


-No, en realidad es una sola. Lo que pasa es que debes jugar con el color y usar dos tonalidades del mismo naranja. Una más oscura que el otro. O incluso otro color
rosa pálido talvez. Puedes aplicarlo con los dedos si quieres


-¿Puedo intentarlo?

-Eh
pues


-¡Dale, vamos! ¿Sí?-preguntó mientras ponía cara de niña a quien no se le deja estrenar su nuevo juguete de navidad.

-Esta bien


-¿El oscuro dentro o fuera?

-Como quieras


-¡Wao! ¡Estupendo! - celebró untándose un poco en los párpados.

Ginny se fijó en que al parecer a su amiga no le habían enseñado en el jardín de infancia que se pintaba dentro de los bordes y no fuera de ellos, pues con cada segundo que pasaba la castaña se embarraba cada vez más. Ya no sabía donde empezaba un párpado y terminaba el otro.

-Eh
¿Herms?

-Dime


-Mejor te ayudo yo
¿ok?

-¿Qué pasa? ¿Acaso lo estoy haciendo mal?

-Pues no
Pero mira, creo que si lo haces de esta forma te irá mejor
Difuminas un poco aquí y luego algo de mascara para las pestañas, brillo de labios y listo


Y así, paso a paso fue cambiando no solo el aspecto, sino también la forma de pensar de la chica. Comenzaba a darse cuenta que cuidarse un poquito de vez en cuando no le hacía nada mal a nadie. Aunque hay que admitir que los métodos de enseñanza de su amiga eran bastante buenos, porque nuestra protagonista aprendió de todo un poco, lo justo para cambiar lo que le molestaba y lo necesario para en el fondo seguir siendo ella misma. Su personalidad dio un giro muy notable.

Basta con decir que aprendió la mejor forma de arreglarse, se cortó el cabello (no sin antes patalear, para después dejarse convencer de que lo cambios a veces son buenos) de caminar, vestir, comer, como combinar la ropa con los accesorios, y hasta a dejar un poco su obsesión por la lectura de libros de texto y sustituirla por revistas de moda. Ya no era aquella chica que vivía con un libro en la mano en pleno verano. La puso al tanto de las celebridades del mundo mágico y la ayudó a saber que tipo y el color de ropa a usar en cada temporada del año.

Los fines de semana salían al centro de Londres las dos chicas solas. Tomaban un capuchino, iban de compras y se olvidaban todo por un buen rato. Incluso llegaron a caminar por el callejón Diagon en busca de Ron y Harry, con la intención de sorprenderlos. Pero por alguna extraña razón, a la hora del almuerzo los chicos nunca estaban allí. Así que no tenían más remedio que conformarse con los piropos baratos y las miradas de codicia que recibían de los de la calle. Algo desilusionadas regresaban a casa, con la única meta en mente por parte de la castaña, de poner mas empeño y regresar a la otra semana mas linda que nunca.

************************************************************

En fin, que en seis semanas, Hermione Granger, la antigua chica de cabello enmarañado, amante de los libros, la sabelotodo insufrible, aquella que sabía tanto de moda como de quiddicth... y Ronald Weasley, antiguo pelirrojo bromista, que no le daba importancia a nada en la vida, el alma de la fiesta, quien sabia tanto de cultura general como de maquillaje
Se habían transformado totalmente.



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Hola hola!!!!

¡Sí! ¡Lo sé! ¡Ya no me atormenten más! ¡Lamento no haber actualizado en tanto tiempo! Les juro que no fue mi intención hacerlos esperar, pero es que
(Esperen, déjenme sacar mi lista de posibles razones)
1. Me raptaron unos marcianos verdes que querían que les escribiera un fic solo para ellos

2. Mi perro se comió mi tarea, por lo que tuve que hacerla dos veces

3. Mi hermanita babeó la computadora y provocó un electro circuito en ella

4. Me dio una enfermedad extraña que no me permitía usar el teclado

5. Me llamaron de Warner Brothers para pasar el fic a película y bueno
estuve ocupada regateando el precio :P
6. Voldemort me secuestró por querer ayudar a Harry y sus amigos

7. Accidentalmente y practicando con mi nueva varita (treinta centímetros, madera de pino y pelo de unicornio por si les interesa) desaparecí la laptop

8. Tenía una montaña de tarea tan grande que duré algunos días sin dormir

9. Estaba celebrando Halloween

10. Una tormenta tropical dejó inundado y sin electricidad mi país por varios días


Bueno
¿Qué les han parecido mis excusas? :D Si, se que apestan
pero es que no tuve tiempo, ¡de verdad! Lo siento muchísimo y trataré de no hacerlo de nuevo ¿Bien? (Lu pone cara de niña buena)
Ojala que les haya gustado el capi, y pues
¡por fin acabamos la transformación! ¡No más lecciones de conquista! Ya me cansaba de no tener que preparar titulo
Estamos a dos capis de distancia para la gran noche, así que ¡prepárense!

¡Gracias a todos por su tiempo al dejarme reviews! ¡¡¡Ya casi llego a los cien!!!
¡Vivaaa! (hago unas porras improvisadas) ¡Sigan así!
Bueno, y sin más me despido de ustedes

¡Un beso y un abrazo enorme! ¡Cuídense mucho!
¡Byeee!

*Lu*

P.D. ¡La excusa número diez es verdadera!
Capitulo 10. ¿Misión Imposible?


-¡¡DESPIERTA!!-vociferó por enésima vez la pelirroja. Había estado tratando de despertar a su amiga desde hacía ya media hora. Pero ésta, al parecer ni se enteraba. Seguía durmiendo, sonriendo de vez en cuando y murmurando palabras que no lograba entender
-¡Por Dios! ¿Será que tiene el sueño de piedra esta niña?

-Probablemente
-contesté apareciéndome de repente en la habitación.

-¡Hola, Lu! ¿Cómo estás? - me preguntó la única chica a la que le presto a MI Harry.

-¡Hola Gin! Pues, aquí ya ves
Tenía rato que no las veía y decidí hacerles una visita
-contesté sonriéndole.- ¿Y tú en que andas?

-Tratando de que Herms se levante, ya son las 11:00 AM y tenemos unas cosas que hacer
Pero nada de nada
-suspiró resignada a la vez que mirábamos cómo la castaña se daba vueltas enredándose aun más entre las sábanas, abrazando su oso de peluche con fuerzas y hablando dormida.

-Mmm
Ya sé lo que podemos hacer
-comenté.

-¿Qué?

Y sin responder a la pregunta ni pensarlo dos veces, tomé un vaso de agua helada que había encima del tocador y me acerqué a la cama sigilosamente. Lo levanté justo encima de la cara de la castaña y sin miramientos, se lo vertí encima. La reacción fue inmediata:

-¡¡Levicorpus!! - gritó la chica mas por instinto que por otra cosa, tomando su varita de encima de la mesita de noche.

-¡Oye! ¡Bájame de aquí!-le espetó Ginny, que había sido como halada por una cuerda invisible desde su tobillo, y ahora guindaba cabeza abajo con las manos en las cintura y el cabello rojo cayéndole desordenadamente por la cara. Mientras que yo, alejándome de la escena del crimen rápidamente, ya que ya suponía que algo de esa naturaleza pasaría, mantenía una cara de inocente que no ha roto ni un plato. -¡Ni siquiera fue yo! - exclamó la chica.

-Gracias por delatarme niña
-respondí aparentando enojo
Luego miré detenidamente el aspecto que presentaba la castaña: un pijama azul empapado de la cintura para arriba, con el cabello enmarañado como si no hubiese visto un cepillo en días, una expresión mojada de pocos amigos y la varita aun en ristre.

-¿Por qué rayos hiciste eso?-preguntó furiosa Hermione temblando de pies a cabeza.

-¡Hola! A mi también me da gusto verte de nuevo Herms
-respondí sarcásticamente. Luego continué:

-Es que me dio la ligera impresión de que tenías calor y decidí refrescarte un poquito


-¡Jajaja! ¡Mira como me río! - dijo señalando su cara, que tenía una mueca que podía ser todo menos una sonrisa


-Esta bien
Me disculpo
Pero es que no tuvimos mas remedio
No querías despertarte
-admití encogiéndome de hombros.

-¿Tuvimos? Eso suena a mucha gente
-comentó la pelirroja aun colgada del tobillo desde lo alto del techo de la habitación.

-¿Y no podían hacerlo como personas normales y corrientes y zarandearme un poco? ¡No! Pensaron que sería más divertido hacerlo a lo antiguo, ¿no? - contestó ignorando el comentario anterior.

-¡Ginny llevaba un buen rato tratando de hacerlo! Pero estabas muy ocupada soñando quién sabe qué cosa y no le hacías caso
Así que tuve que ayudarla un poquito


-Es cierto
-corroboró la pelirroja apoyándome por fin.- ¿Qué era lo que soñabas?

-Nada
-contestó la castaña tratando de borrar una sonrisa estúpida que había aparecido en su rostro al recordar lo que estaba soñando.

-Apuesto a que era algo relacionado con Ro-Ro
-dije con voz cantarina tratando de imitar a La-La
Digo, a Lavender.

-¡Claro que no!-se defendió de inmediato.

-¿No? ¡Pero solo mira como te has puesto!- se burló la pelirroja, señalando la cara de su amiga que estaba de todos los colores. - Total
Lo importante es que ya estas despierta
¡Ahora bájame de aquí!

-¡No lo haré! - Respondió testaruda la chica
- ¡Te lo mereces por lo que me hiciste!

-¡Pero si no fui yo! Además, ¡No tenías por que reaccionar así!

-¿A no? Recuerda que estas hablando con la chica que tomó clases de defensa junto a Harry y Ro-Ro, digo, Ron
para derrotar a Voldemort
No puedo reaccionar de otra forma cuando me toman por sorpresa.-se justificó cruzada de brazos.

-Como sea
¡Solo bájame que la sangre se me esta subiendo a la cabeza!

-Bien
-repuso su amiga.- ¡Liberacorpus!-pronunció el contra hechizo, dejando caer al suelo de un golpe a la pelirroja. Después de todo, por su culpa estaba mojada
O eso seguía pensando ella.

-¡Ouch!
¿No podías hacerlo con más delicadeza?-preguntó resentida Ginny, pasándose la mano por la cabeza


-Lo siento
-se disculpó Hermione. Luego utilizó su varita para secarse la ropa y la almohada con la corriente de aire caliente que había conjurado. Y sin más, se acostó de nuevo.

-¿Vas a dormirte otra vez?-preguntó incrédula la pelirroja.

-Si
-contestó simplemente la castaña, acomodándose las sábanas.

-¿Después de todo lo que duré para despertarte?

-Duramos
-corregí.

-Aja
-contestó la otra cerrando los ojos lentamente.

-¿Qué no te acuerdas qué día es hoy?

-¿Lunes?

-No...

-¿Martes?

-No


-¿Miércoles?

-No


-¿Jue
?

-¡NO! ¡Es sábado!-la corté yo, antes de que siguieran recitando los días de la semana.

-Ah, sí
Sábado
Ahora déjenme dormir
Ginny, ayer me mataste con los ejercicios y me duele todo el cuerpo


-No hablo de día de semanas


-¿Entonces?-dijo de mal humor, mientras se tapaba con las sábanas hasta la cabeza.

-Hoy es un día sumamente importante para tí


-¿Ah sí? - dijo abriendo un ojo y tratando de recordar.

-Sí


-No se de que me hablas
-respondió después de pensar un rato.

-¡HOY es el día en el que pondrás a prueba todo lo que has aprendido! ¡HOY me demostrarás que todo lo que te enseñé sobre chicos servirá de algo! ¡HOY sabrás si estás lista para conquistar a Ron! Pero sobre todo
¡HOY te demostrarás a ti misma que puedes lograr todo lo que te propongas! - Ginny tomó aire.

-¿De verdad? ¿Y cómo querías que lo adivinara si no te tomaste la molestia de comentármelo siquiera?

-¡Pero si te lo dije hace una semana!

-¿En serio?

-Sí, soy testigo
-dije solemnemente mientras tomaba las riendas de la situación que estaba haciendo que Ginny echara chispas por las orejas
literalmente.

-Bien
¿Entonces que haremos?

-Sólo vístete
Mi queridísima amiga y yo nos encargaremos del resto
-dije misteriosamente.

-Aish
Está bien
-se resignó la castaña a la vez que se paraba de la cama.

-Nos vemos abajo
-dije abriendo la puerta.

-¿Me visto para alguna ocasión especial? - preguntó algo curiosa Hermione. Ginny y yo intercambiamos una mirada cómplice y respondimos al unísono:

-Algo coqueto y sencillo


-Ahora sí, apúrate
-y salimos dejándola confusa.


**********************************************************


Uno que otro transeúnte caminaba sin mucha prisa por el desolado Callejón Diagon bajo los abrasadores rayos del sol del mediodía. Los únicos dos restaurantes de la calle estaban repletos de gente apurada por conseguir mesas libres, pues al parecer, aquel sábado todas las familias de magos de Londres habían decido comer fuera de casa. (N/A: ¿Será que no había un McDonalds, un Domino’s pizza o un Burger King en el mundo mágico?) En fin, que por lo tanto, nuestros chicos estaban sin mucho trabajo que hacer en la tienda, a excepción de dar los toques finales a la nueva personalidad de Ron.

-Bien amigo
Creo que has avanzado mucho en estas últimas semanas
-comentó Harry.

-Sí, hasta pareces digno de llevar el porte de un Weasley
-dijo George

-Tienen razón
Incluso me atrevería a decir que estas tan guapo como nosotros
-agregó Fred.

-Gracias
-respondió a los cumplidos el menor de los pelirrojos, mientras colgaba el letrero de Cerrado a la nueva, mejorada y mucho más grande sucursal de artículos de broma.

-Definitivamente esas clases que te dimos te servirán de mucho


-¿Clases? Pero si a eso no se les puede llamar de esa forma
¡Pagué para que mis hermanos mayores me dieran consejos con las chicas!

-Consejos, clases, lecciones, recomendaciones, toques, recordatorios, consultas, advertencias, avisos, guías, reflexiones, orientaciones
Da igual
-Fred le restó importancia con un gesto de la mano.

-Sí, la única diferencia es que a los otros hermanos se los dan de gratis, pero a mí me cobran por ello


-Dale, ya no te quejes tanto
Sí que te agradecemos el gesto de ayudarnos con la tienda - el pelinegro fingió un ataque de tos.

-Y a Harry también
-completó George.- Pero, ¿me vas a decir que un hermano ordinario podría lograr que conquistes a la chica de tus sueños?

-Aun no hemos probado si funcionará
-le recordó Ron.

-Sí, pero estoy seguro que estás preparado y que cualquier chica cae rendida a tus pies.-dijo Fred.

-Bueeeeno
No estaría tan seguro de eso si fuera tú
-comentó con gesto divertido el pelinegro.

-¿A que te refieres?

-Pues


-¿Estas poniendo en duda nuestras capacidades para enseñar El Arte de Conquistar?-preguntó amenazadoramente George.

-¿Y las mías para aprender? - preguntó con el ceño fruncido su amigo.

-Eh


-Porque si lo estas haciendo te digo estas totalmente equivocado
-respondió rápidamente con los brazos cruzados.

-Sí, él puede con lo que sea
-asintió George.

-Solo di cuándo y dónde y estará allí para demostrártelo
-dijo Fred.

-Por supuesto que sí


-Créeme cuando te digo que confío en tus facultades
Pero ¿que les parece si lo probamos?

-Claro que lo hará


-Acepta
-dijo Fred estrechándole la mano a Harry como si cerraran un trato.

-Pues vamos entonces


-¿A dónde? - preguntó Ron con la boca abierta, quién se había quedado en su mismo sitio mientras los otros discutían si era lo suficientemente capaz o no


-A que demuestres que sabemos conquistar
Digo, que sabes conquistar
-respondió George como si fuera algo obvio.

-¿Ahora?

-Sí
-dijo Fred tomando la chaqueta de su hermano menor y pasándosela.

-¡Vamos! - lo alentó Harry, sonriendo ante la expresión atónita de su amigo mientras caminaban hacia la puerta y la abrían haciendo sonar la campanita. Los gemelos lo tomaron por los brazos y lo sacaron de allí


**********************************************************************


Mientras tanto, en las afueras de Londres, un trío de chicas iba a toda velocidad rebasando a todos los autos que se encontraban por la carretera, montadas en una carrito de minigolf que minutos atrás y por arte de magia se habían encargado de pintar color rosa chicle, para que según ellas, estuviera mas acorde con la ocasión


-Bien
¿ahora si puedo saber que es lo que se supone que haré? - preguntó la castaña que estaba sentada en el asiento del acompañante, sujetándose como podía por los acelerones que metía la pelirroja quién estaba al volante.

-Mejor le decimos cuando lleguemos
-sugerí desde la parte de atrás.

-Sí, sorpresa es mejor, además quiero ver la cara que pone cuando le digamos


-¡Sí! Seguro que le da algo y se pone histérica
-comenté sonriendo a la vez que me imaginaba la futura escena.

-¿Recuerdan que estoy aquí verdad? - preguntó con sarcasmo Hermione.

-Por supuesto
pero no puedes negarnos ese placer amiguita
-dijo Gin mirándola maliciosamente y recordando como había estado colgada del techo por casi media hora esa mañana.

-¿Será algo difícil? - preguntó con temor.

-No si sabes como utilizar tus dones
-respondí con algo más de misterio.

Llegaron a aquella plaza que meses antes, a principios del verano, habían visto rápidamente cuando iban en busca de Andrea al aeropuerto. Estaba compuesta por muchísimas tiendas que vendían desde maquillaje, accesorios, zapatos, cosas para la casa, hasta ropa al último grito de la moda (tuvimos que sujetar a Ginny para que no se fuera directo a ellas), centros de belleza e incluso una librería antiquísima (adivinen a quien tuvimos que sujetar
). Pero el destino de estas intrépidas chicas, era nada más y nada menos que un café/bar súper caro que había en la planta baja del edificio, al aire libre. Se desmontaron del carrito, y pareciendo los tres Ángeles de Charlie, se sentaron muy coquetamente en una de las mesitas con sombrilla.

-¿Así que mi prueba consiste en hacer aparecer dinero para pagar este restaurante? -comentó incrédula la castaña.

-No exactamente


-¿Entonces qué?

-Bien, escucha con atención: tu meta es lograr que nos dejen gratis la cuenta
Tan sólo usando tus encantos


-¡Y nada de magia!-advertí.

-Además, no es cualquier restaurante


-¿A sí? ¿Y que tiene de diferente?

-Para empezar, es sólo de chicas


-Por lo tanto nuestra presencia aquí no llamará mucho la atención


-Así que tienes que hacerte destacar de alguna forma


-También tiene la particularidad de que sus meseros son los chicos más lindos de por aquí
-contesté demostrando que había hecho bien mi tarea.

-Y su trabajo es atender a las clientas, pero sin inmiscuirse con ellas


-Lo que nos lleva a pensar, -agregué- que tendrás que hacer que se las jueguen por ti


-Pero sin rogarle nada, ¿entendido?

¡¿Qué rayos haría?! Pensó sin expresar su pánico en voz alta. Esto sí que era misión imposible



*******************************************************************


Cuatro chicos caminaban sin mucha prisa por el centro de Londres, guiados por un pelinegro de ojos verdes, quien maquinaba en silencio su plan macabro para poner a su amigo a toda prueba.

-¿A dónde vamos? - preguntó George.

-Estamos llegando, solo nos falta una cuadra
-contestó evadiendo la pregunta.

-¿Sabes que pierdes tu tiempo, no?

-Tal vez
Eso lo veremos cuando lleguemos
-dijo mientras cruzaban la calle.

-No hay ninguna chica que sea incapaz de caer rendida a sus pies
-siguió uno de los gemelos.

-No con todos los consejos que le dimos


-Y con la ropa que compraremos para el día de la fiesta de Hermione, cuando te desmontes del Ferrari a la entrada de su casa, con un ramo de rosas rojas en la mano, una actitud diferente, muchísimo más caballeroso, y tan culto como ella
Segurísimo que cuando te vea, ni siquiera te dejará hablar y te preguntará: ¿Quieres ser mi novio Ro-Ro? - dijo en son de burla Fred.

-Jajaja
¡muy gracioso! - exclamó el menor de los Weasleys.

-Bien, ya llegamos
-comentó Harry sacando a los hermanos del principio de su sesión de Molestemos a Ron.

-¿La biblioteca?-preguntó incrédulo su amigo.

-¿Qué hará allí? ¿Demostrar que puede gustarle a la chica que atiende la sección de libros infantiles? - preguntó Fred cuando entraron.

-¿Cómo sabes que hay una chica que atiende esa sección? - preguntó suspicaz Ron.

-Es que Fred y yo hemos venido un par de veces, ya sabes
-contestó George, guiñándole un ojo a su hermano.

-De todas formas, no es para eso
Bueno, casi
-dijo Harry cuando se sentaron en una de las mesas más próximas a la puerta. - Ella no sería un gran reto que digamos


-¿A no? ¿Entonces a quién debo conquistar? - preguntó Ron temiendo la respuesta.

-La bibliotecaria
-dijo con una sonrisa de oreja a oreja su amigo.

-¿A esa chica linda de allí?- preguntó Fred señalando a una joven morena de pelo suelto que estaba sentada tras el mostrador, ocupada fichando algunos libros nuevos que alguien acababa de traer.

-Pero si se ve que es muy dulce
-comentó George viendo como esta sonreía amablemente a unas niñas que la saludaron al pasar.

-Si, pero así de dulce como la ves, ha rechazado a Ron unas diez veces


-Nueve
-dijo el pelirrojo entre dientes poniéndose colorado.

-¡¿Qué?! - exclamó Fred.

-¡¿Cómo es posible?! - exclamó su gemelo.

-Así como lo oyen
Por lo que si Ron logra que ella le acepte una invitación a la fiesta que dará Herms, quedaré completamente convencido de que eres capaz de todo amigo mío


-¡Vamos, que lo harás bien!

-¡Sí, anda! ¡Es pan comido!

-¡¡Levántate hombre!!-le animó Harry.

Ron tragó saliva con dificultad y luego se puso de pie, caminando lentamente hacia la chica de la cual no sabía ni el nombre. ¡¿Cómo iba a lograrlo?!


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Así que tenía que hacer que un niño lindo, completamente extraño, acostumbrado a miradas lujuriosas por parte de las decenas de chicas que atendía diariamente, le pagara la cuenta, ¡¿Y sin utilizar magia?! ¡Ja! ¿Pero quien se creían que era? ¿Andrea? Seguro que esa cabeza hueca si que lograría poner de cabeza a cualquier chico
Y eso, que estaba casi confirmado que solo le quedan un par de neuronas (si es que no se le han quemado aun del esfuerzo que hace por caminar y hablar al mismo tiempo)
Entonces, ¿cómo era posible que una bruja de casi 18 años, prefecta de uno de los colegios más prestigiosos de Magia de Europa, posible Premio Anual de séptimo curso, y con un coeficiente intelectual próximo al de Einstein, no puede ser capaz de cumplir con ese simple reto
? ¡No! Si pensaban que me pondría como loca y no sabría cómo actuar, pues ¡se equivocan! Les enseñaré con quién están tratando
¡Como que me llamo Hermione Jane Granger!


Vamos Hermione, ¡piensa! -Se dijo a sí misma haciendo que su cerebro empezara a trabajar a mil por hora. - Recuerdo que leí alguna vez que deseamos lo que no podemos tener
Y estos chicos están acostumbrados a llamar la atención de cada mujer que se les cruza, he de admitir que pueden tener a la que quieran cuando quieran, sin proponérselo siquiera
Pues talvez ignorarlos sea la clave
¿Hacerme la difícil? ¿No?


Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sus ojos enfocaron la imagen de un chico alto, blanco, cabello y ojos negros, de mirada cautivadora y un físico excelente acentuado por el atuendo que llevaba puesto: jeans y un t-shirt color rojo que al parecer formaba parte del uniforme de los empleados. Se dirigía hacía ellas rápidamente montado en patines en linea y con una libreta entre manos.

-Buenas tardes señoritas, mi nombre es Arturo
¿Puedo tomar su orden?

-¡Hola! - dijimos Ginny y yo al unísono, mientras Hermione se limitaba a cruzar las piernas, las cuales quedaban al descubierto gracias a la minifalda negra que se había puesto combinada con una blusa naranja y un ligero maquillaje que destacaba la forma de su cara, mirando el menú tras los lentes de sol que había echo aparecer de repente.

-¿Cuál es la especialidad de la casa?-preguntó la castaña.

-Bueno, pues de entrada tenemos ensalada estilo mediterráneo, acompañado de vino blanco
-respondió el chico mirando a su interlocutora con interés.

-Mmm
-la castaña aparentó estar indecisa.

-¡Yo si quiero la ensalada asiática! - exclamó Ginny haciéndole ojitos.

-Estilo mediterráneo señorita
-corrigió el joven.

-Lo que sea
Y luego, creo que unas pechugas de pollo


-¿Y usted?-dijo refiriéndose a mí.

-Tengo casi 16, estoy soltera y sin compromisos y me puede aparecer en este fic cuando quiera, pues soy la autora, así que no tengo ningún inconveniente en que me invites a salir
-contesté de inmediato con una sonrisa.

-Me preguntaba que iba a pedir para almorzar
-aclaró sin sorprenderse de mi declaración.

-Ah
Me parece que ordenaré lo mismo que ella
-contesté sin nada de vergüenza, examinando los cuadritos del abdomen del chico, los cuales se notaban bajo la fina tela del t-shirt.

-Yo simplemente tomaré una piña colada
-se decidió por fin Hermione, cerrando su menú y devolviéndoselo sin mucho interés al perplejo pelinegro, que no podía creer que aun no la castaña no se dignaba en mirarlo.

-Bien
si quieren algo más, estaré dentro si me necesitan
-y tras decir esto, se fue patinando hacia adentro.


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¿Qué estrategia usaré? ¿Le hablo de cualquier tema? No
¿Le muestro mi faceta romántica? No, seguro que me saca a patadas si le salgo con algún poema
¿Y si le digo que estoy interesado en alguna cultura extranjera? Mmm
creo que esa técnica la utilicé la quinta vez que intenté abordarla. ¿Le pregunto cómo se llama? Talvez sea un buen inicio de conversación
O quizás no
¡Por el amor de Dios! ¿Por qué las mujeres tienen que ser tan difíciles? ¿Por qué Harry con solo mirarlas las tiene bajo sus pies? ¡No es justo! ¿Qué no se supone que los Weasleys somos como un imán atrapa-chicas? Al parecer yo no heredé esas facultades
Si sólo pudiera ser yo mismo
¿Le hablo con la verdad? ¡Ja! ¡Cómo si fuera a funcionar! Sólo voy, me le acerco y le digo:


-Hola, ¿Qué tal? - Comenzó a hablar solo cerca de una de las estanterías.- Me llamo Ron, no se si me recuerdas, soy el chico que te ha estado molestando todo el verano para conseguir que le des tu nombre
Pero tú ni siquiera me miras
Sólo quería que supieras que mis amigos están en el otro extremo de la sala, esperando que me acerque a ti y te convenza de ir a la fiesta que ofrecerá nuestra amiga con motivo de sus 18 años dentro de unas semanas
Sí, se que no me conoces aun, pero entiéndeme, aquí estoy poniendo a prueba no solo mis capacidades para tratar con mujeres algo difíciles (no me malinterpretes, con eso no quiero decir que seas difícil) es solo que
estoy enamorado de la chica en cuestión, y no sabía como hacer que me viera como mas que un amigo, así que Harry Potter (Sí, quien derrotó al-que-no-debe-ser-nombrado) y mis hermanos gemelos (el par de pelirrojos de aquella mesa), me ayudaron todo el verano a cambiar mi apariencia y algo de mi personalidad para gustarle a Hermione. Seguro te preguntarás, ¿Qué tienes que ver con todo esto? Bien, en realidad, nada. Pero si consigo que vayas a esa fiesta, les demostraré a ellos, y sobre todo, a mí mismo, que estoy preparado para conquistar al amor de mi vida
En fin, no espero que me entiendas, pero


-Te entiendo
-dijo una voz a sus espaldas.


**********************************************************************


-Voy al baño chicas, regreso en unos minutos
-dijo Hermione.

-Ok


La castaña se levantó de su asiento y entró con paso decidido al restaurante. Todos se quedaron mirando a la chica, que caminaba con mucha desenvoltura y gracia, como toda una modelo, encima de unos tacones naranja que hacían juego con su blusa. Se detuvo frente al mostrador y le preguntó a la chica que cobraba donde estaba el baño. La joven le señaló una puesta a la izquierda y sin mirar a nadie en específico, se dirigió a la puerta con el letrero que decía Damas, captando la atención de todos los meseros del lugar.

-¿Quién es ella? - preguntó un chico rubio.

-Una clienta obviamente


-Se ve que no frecuenta mucho este lugar


-O que lo frecuenta demasiado, depende de cómo lo veas
-comentó otro.

-No, llevo todo el verano trabajando aquí y nunca la había visto
-dijo Arturo participando de la conversación.

-¿Quién atiende su mesa? - preguntó un muchacho de cabello largo.

-Yo
-respondió.

-¿No se te ha insinuado?

-Para nada
Se limitó a ordenar
Sin embargo sus amigas están babeando
-comentó como sin querer colocando lo que iba a llevar sobre una bandeja.

-Eso es lo que se llama una chica con clase
-dijo otro.

-Sí, la verdad es que tiene un aire desafiante


-Talvez desafiante no sea la palabra correcta.-comentó el rubio.

-Más bien parece que es algo diferente


-Diferente para bien supongo


Hermione salió del baño, y con mucho porte, se dirigió nuevamente a su mesa, con la cabeza en alto y sin demostrar el más mínimo interés hacia los que la miraban con descaro.

-Mejor les llevo su orden
-dijo Arturo mirando la silueta de la castaña desaparecer tras la puerta.

-¡Yo te acompaño! - exclamó el chico rubio embobado.

-¡Yo quiero verla de cerca! - dijo el de cabello largo.

-¡Es mi mesa!-reclamó el de pelo negro.

-¿Y?

-¡Que yo la ví primero!

-¡Y nosotros después!

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-¿Me entiendes?-preguntó incrédulo el pelirrojo.

-Sí
Con razón siempre venías acompañado de Potter todos los fines de semanas
-supuso la chica terminando de colocar unos libros en la estantería que Ron había utilizado para practicar.

-¿Conoces a Harry?

-¿Y quién en el mundo mágico no conoce Al-niño-que-vivió?

-¿Eres bruja?

-Sí.-contestó simplemente.

-¿Y qué rayos haces trabajando en una biblioteca?

-Te lo dije hace unas semanas
Lo hago por diversión
Sólo mientras termino mi carrera de medimaga.

-Increíble
Y yo que pensaba que eras muggle.

-Pues ya ves como no
-dijo encogiéndose de hombros.-Eres Ronald Weasley, ¿no?

-Sí.

-Bien, mi nombre es Lorena
¡Mucho gusto!-dijo estrechándole la mano.

-No sabes lo aliviado que estoy de poder hablar abiertamente contigo
-admitió siguiéndola hasta la parte delantera del lugar.

-Supongo que sí
¿Decías algo sobre una fiesta al principio de la conversación que te traías contigo mismo
?

-Sí, será dentro de unos días, y me preguntaba si querías venir
Claro, no como mi pareja, sino como invitada


-¿Van tus hermanos? -comentó aparentando estar distraída, pero la verdad era que se había quedado muy interesada al observar a los acompañantes de su interlocutor.

-Sí, creo que sí


-Pues esta bien
Solo avísame por vía lechuza cuando
¿Vale?

-¡Perfecto!

Y sin más, se encaminó hacia los chicos que desde la mesa de atrás lo miraban expectantes.

-¡Listo!-exclamó cuando estuvo más cerca.

-¿Ya?-preguntó Harry.

-¿Tan rápido?-se extrañó George.

-¿Estás seguro que no usaste magia? - preguntó incrédulo Fred

-Mira que estaba prohibido
-le recordó el pelinegro.

-No, usé sólo mis habilidades innatas
- dijo restándole importancia Ron.-¿Nos vamos?

-Sí, pero


-A ver
Ya hice lo que me pidieron, su nombre es Lorena, es bruja, estudia para trabajar en San Mungo como medimaga, esto es sólo un trabajo de medio tiempo que hace por diversión, nos conoce perfectamente y dijo que iría a la fiesta, que solo le avisara cuando
-aclaró con una sonrisa de autosuficiencia, mientras se juraba a si mismo nunca rebelar que la había invitado por accidente.

-¿En serio?

-Sí. ¿Ya podemos irnos? Quiero comer algo antes de abrir la tienda...

-¡No puedo creerlo!-escuchó como exclamaba Harry cuando salían a las calurosas calles de Londres para dirigirse al Caldero Chorreante.


**********************************************************************


-Oh vamos
¿Qué no tienen algo mejor que hacer? - preguntó la chica que atendía el mostrador, mirando como los chicos empezaban a pelearse por llevar la orden a la mesa del trío. -¿Qué tal si van los tres? - sugirió la chica.

-¡No!-exclamaron al unísono.

Entonces, de repente, empezaron una carrera para ver quién llegaba primero a la mesa de la misteriosa castaña, empujándose entre sí como niños que peleaban por quedarse con el trozo de chocolate más grande. Pero como los tres llevaban patines, la carrera iba muy a la par. El problema era que la puerta era muy estrecha y no podían salir todos por allí. La atravesaron como pudieron, y a tropezones se acercaron a la mesa, donde las tres chicas conversaban.

-Me llamo Joan
-se presentó el chico rubio.

-Y yo soy Michael
-saludó el de cabello largo.

-¡Hola chicos!

-Ehmm
nos preguntábamos si este incompetente las está atendiendo bien


-Porque si no es así, estamos a sus ordenes
-dijo desesperadamente el rubio, mirando a
Hermione, quien mostraba sumo interés en la pulcritud de sus uñas.

-Sí, muy bien.-contestó Ginny.

-Aquí esta lo que ordenaron, señoritas
-dijo galantemente Arturo, amagando a poner las cosas sobre la mesita.

-¡Yo te ayudo!

-¡No, lo haré yo!

-¡Son mis clientas!

-¡Eso no importa!

-¡¡¡Si importa!!!

-¡Basta chicos!-exclamó de repente Hermione, llamando la atención de todos. Se quitó los lentes de sol que aun llevaba puestos, y miró directamente a los ojos a Arturo, quien se quedó paralizado ante la belleza de sus ojos, perdiendo así el control de sus patines, para terminar resbalando y llevándose consigo a los otros dos, quedando los tres tirados en el piso y llenos de pastas por todos lados, mientras unas albóndigas adornaban sus cabezas.

-¿Misión cumplida no les parece?-preguntó sonriente la castaña, media hora más tarde, cuando las tres entrábamos a la casa.

-Creo que sí
-admitió Ginny.

-Te felicito, nos sorprendió tu forma de actuar
-le dije.

-Gracias, gracias
-contestó haciendo falsas reverencias.-Se lo debo todo a mi maestra
-comentó mirando a Ginny.

-Bien, así que ya sabes que puedes con todo, ¿verdad?-preguntó la pelirroja.

-¡Sí! Ya estoy mucho más confiada. Ahora más que nunca sé que lograré que Ron se enamore de mí


Al otro lado de la sala, detrás de la puerta que da a la cocina, una rubia de ojos verdes se llevó la mano a boca sorprendida


-Con que esa es la razón por la cual ha cambiado tanto este verano
-se dijo a sí misa Andrea, atando los cabos sueltos rápidamente en su cabeza.-Hay primita
si supieras que yo también tengo en mente mis propios planes de verano

Capítulo 11. "De Compras y Arpías I"


-Ya falta poco para el día de la fiesta
-comentó la señora Granger.

-¡Si! Sólo siete días, doce horas, veinticinco minutos y treinta segundos
-respondió Hermione ansiosamente. Luego, al notar que todos los habitantes de la Residencia Granger que estaban sentados a la mesa se quedaron mirándola, ésta adoptó una pose despreocupada y añadió: -Claro, que no es que tenga el tiempo cronometrado ni haya estado tachando día por día en el calendario o algo por el estilo
-trató de arreglar en vano.

-¿Y ya sabes qué usarás? - preguntó su madre pasando las tostadas a su rubia sobrina.

-No lo sé
probablemente algo sencillo
-contestó la chica.

-¡¿Sencillo?! -Ginny casi se atraganta con el jugo de naranja al escuchar eso. -¡¿Te estas volviendo loca?!

-No que yo sepa


-Pero
Pero
¡Es tu fiesta! ¡No puedes usar algo sencillo! ¡Simplemente no puedes!-se escandalizó la pelirroja.

-Bueno
Pues creo que tengo unos jeans nuevos y una blusa muy linda que seguro que estarán bien
-sugirió.

-¿Unos jeans y una blusa? ¿Para el día de tu cumpleaños? ¡Ja! Y yo que pensaba que eras la más inteligente de Hogwarts
-comentó burlonamente Andrea.

-Mmm
No creo haberte pedido opinión, pero no te preocupes, que si la necesito te llamo a tu número privado de la ARSC ¿ok? -contestó la castaña.

-¿ARSC?-preguntó confundida la chica.

-Asociación de Rubias Sin Cerebro


**10 segundos después**

-¿Me estás diciendo estúpida?

-Y yo que pensaba que aún te servían dos neuronas
-dijo inocentemente Hermione.

-¿Aja? Pues


-¡Basta chicas!-exclamó el señor Granger.

-¡¡Fue ella quién empezó!!-dijeron al unísono.

-No me importa quién haya empezado
Vamos a ver si se comportan, que hay cosas muchas mejores que hacer que pasarse todo el día discutiendo como un par de niñas malcriadas
-reclamó tomando El Profeta que estaba encima de la mesa del jardín.

-Sí, mejores cosas como decidir en dónde vamos a comprar el vestido para la fiesta
-dijo Ginny retomando la conversación.

-¿Vestido? Pero si quedamos en que los jeans


-¡Los jeans nada!

-Es que no soy una chica de vestidos
Soy más
práctica.

-¿Qué no aprendiste nada en estos meses?

-Sí, pero


-Pues entonces
¡Iremos a comprar un vestido y punto final!-exclamó la pelirroja.

-Me parece buena idea.-apoyó su madre.-Creo que debes destacarte del grupo.

-¡Exacto! ¿Y qué mejor forma de hacerlo que usando un vestido a la última moda?

-Hay muchas otras formas de hacerlo
Quizás Ron y todos los demás se fijen en mí y no en lo que llevo puesto ¿verdad papá?

-No lo sé querida
Son cosas de chicas, a mí no me preguntes... Además, ¿quién rayos es Ron?

-A pues
Esto
Bueno
-Hermione cambió a rojo más rápido que un semáforo.

-¡Ah! Ronald es mi hermano
-Respondió Ginny sacando a su amiga del apuro. Y ante la mirada expectante de los señores Granger agregó:- Son cosas de chicas
-concluyó imitando al padre de la castaña.

-Entonces
¿Nadie me secunda?-preguntó Hermione pasando la vista por todos los que estaban sentados en la mesa a su derecha, deteniéndose antes de llegar a la figura de su prima. -Bueno
está bien. Iremos de compra.-dijo al fin dándose cuenta de que nadie la ayudaría en su lucha por no usar vestido. Estaba en manos de la pelirroja
Otra vez.

-¡Perfecto!-celebró Ginny.

-¿Y dónde vamos?

-No lo sé aún


-¿Al callejón Diagon?

-No, la última vez que fuimos me fijé en que no había mucha variedad


-¿Al centro de Londres?

-Tampoco. De seguro que todas las chicas del colegio han visitado todas esas tiendas ya


-¿Y que tiene que ver eso?

-Pues que debe ser una pieza nunca antes vista
-respondió como si fuera lo más obvio del mundo.

-¿Vemos que tal en la plaza que esta cerca de aquí?

-No, son demasiados sencillos
-negó la pelirroja.

-¡Pues mis opciones se agotaron!

-Vamos
Debe haber un lugar en este mundo que tenga las tiendas más exclusivas, de diseñadores importantes, de buena calidad, nunca antes visto por las chicas del colegio y con precios asequibles
No puede ser tan difícil
-dijo pensativa la chica, como si simplemente estuviera pidiendo comprar un sándwich de jamón y queso.

-Ni que quieras ir al otro lado del mundo
-comentó Hermione.

-Donde sea con tal de encontrar la pieza perfecta.-señaló Ginny.

-Yo conozco un lugar así
-comentó Andrea.

-¿Y? Nadie te ha pedido tu opinión
-aclaró mordazmente la castaña.

-Bueno, si no quieres saber
-contestó la rubia encogiéndose de hombros.-Aunque te digo que es un sitio excelente
O sea, allí es donde compro toda mi ropa por lo tanto debe ser súper genial todo
¿me captas? y, o sea, sabes que yo soy siempre me visto de lo mejor y de los mejores
Pero, mejor olvídalo
Después van y me confunden contigo y o sea, mi reputación se arruina completamente
¡ni loca!-concluyó la chica a punto de agregar otro de sus o sea con ese tonito que tanto fastidiaba a su prima.

-¿Qué no tienes más palabras en tu vocabulario además de o sea? Y para que lo sepas, ¡no necesito vestir igual que tú! Luego piensan que también pertenezco a la ARSC


-¡Junta urgente!-exclamó Ginny parándose de su asiento y llevándose a Hermione a una esquina alejada de los oídos de todos.

-¿Qué pasa? ¡¿Acaso no puedo terminar de llamar estúpida a esa cabeza hueca?! - exclamó la castaña poniendo cara de que se le estaba prohibiendo algo tan vital como respirar.

-Puedes termina de hacerlo en otro momento
Ahora, quiero que reconsideres lo de la tienda
La cabeza hueca, digo, Andrea podría servirnos de ayuda


-¿Ella? Pero si no se olvida de su cabeza por el simple hecho de que la tiene pegada al cuello


-Sí, pero debes admitir que no se viste muy mal la condenada
Tal vez la estamos prejuzgando y no sea tan mala después de todo.-comentó a la vez que miraban como la chica se disponía a volver a dentro de la casa. - Debes tragarte tu orgullo y pedirle ese pequeñito favor
No te costará mucho
Dale


-¿Qué? ¿Yo pedirle un favor y quedarme en deuda con ella para toda la vida? ¡Primero muerta! ¿Me oyes? ¡MUERTA! - exclamó dramáticamente


-¿Ya mencioné que Harry y Ron vienen dentro de una hora para acompañarnos de compras?-soltó la pelirroja como sin querer queriendo


-¿QUÉ? - Y ante su desesperación, no tuvo más remedio que tragarse sus palabras:- ¡¡Andrea!! ¡Oye, espérame! - exclamó corriendo hasta llegar a la puerta de la cocina.

-¿Qué quieres?

-Pues
Este
Me preguntaba si tú
Mepodríasdecirdóndeeslatienda
-completó de carretilla.

-No he entendido nada


-¡Pero si serás idiota! Es decir
-se corrigió automáticamente- Que si nos podrías decir dónde puedo comprar el vestido
-respondió a regañadientes.

-¡Oh! ¿Y qué te hizo cambiar de opinión, primita?

-Es que nos van a acompañar unos amigos y


-Que tenemos que deslumbrarlos con lo que vayamos a comprar
Cuando Hermione salga del vestidor, debe verse simplemente espectacular. -completó Ginny alcanzándolas y uniéndose a la conversación.

-¿A Harry y a Ron? - preguntó la rubia.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque el único chico que con su visita puede causar interés en Ginny es su novio, Harry Potter. Y el único capaz de hacer que me pidas ayuda a mí, es el tal Ron ese
su mejor amigo
No se me escapó lo de la mesa, ¿sabes? - dedujo acertadamente la rubia sin cerebro.

-¡Wao! ¡Estoy asombrada por tu capacidad para hacer conjeturas!-dijo sarcásticamente su prima.

-¡Hermione!

-¿Al final me vas a decir o no?-preguntó la castaña cruzándose de brazos y haciendo caso omiso a Ginny.

-Está bien
Te diré.

**********************************************************************


-¿Estas ahí, Ron?

-Sí, aquí estoy
-respondió el aludido abriendo la puerta de su habitación y parándose bajo el umbral. -¿Qué pasa?

-Es que acabo de recibir una nota de Ginny preguntándonos si podemos ir dentro de un rato a la casa de Hermione
-respondió el pelinegro mostrándole el pergamino que traía en su mano.

-¿De Hermione?-Al parecer Ron solo había escuchado la última palabra.

-Si
Nuestra mejor amiga desde primero, una chica de cabello enmarañado, ojos cafés, adicta a los libros, como de esta altura - dijo colocando su mano cerca de su nariz- y por la que hemos estado trabajando todo el verano
¿La recuerdas?

-¡Deja de hacerte el payaso Harry!

-Vale, esta bien
¿Y, vamos o no?

-Pues no se
¿No se supone que me le declararía en la fiesta?

-¿Y quién está diciendo lo contrario? Podemos salir los cuatro y quién sabe
Incluso te vaya mejor porque podrías ir mostrándole tus cambios


-No había pensado en eso


-Pues ya ves
¿Entonces?

-Vamos
Pero primero tenemos que bajar a avisarles a Fred y a George
Están en la tienda., luego podemos irnos.

-No
Ahí te equivocas amigo


-¿Nos iremos sin avisar?

-¡No! Me refiero que debemos ponernos presentables para la ocasión
-dijo a la vez que se miraba en el espejo del fondo.

-Cierto, no queremos que las chicas no vean desaliñados


-Bien, nos vemos abajo dentro de quince minutos


-Ok
-y tras decir eso, el pelirrojo se dirigió a su armario, abrió las puertas de par en par y empezó a sacar ropa como loco. - ¡Dios! ¿¡Que rayos me pondré!?

**********************************************************************

-Aún no sé como caí tan bajo
-dijo de repente Hermione, mientras ambas se alistaban en lo que llegaban los chicos.

-¿A qué te refieres?

-¿Cómo pude pedirle ayuda a la imbécil esa?

-Es que necesitábamos su ayuda, quieras o no


-Todavía no nos dijo donde vamos a conseguir el vestido.

-Ya lo hará. Ha de estar saboreando la victoria de que por una vez en su vida, la necesites para algo. Pero no te preocupes, que llegado el momento de la fiesta tú serás el centro de atención de cada hombre de allí, bailarás toda la noche con tu príncipe azul y esto valdrá la pena, incluso rebajarse ante la rubia sin cerebro
Me pregunto si la furia que le dará le hará perder las neuronas que le quedan...-comentó la pelirroja pensativa.

-Precisamente eso es lo que temo.

-¿Qué se ponga más estúpida?

-No, eso ya no puede ser posible
creo.

-¿Entonces?

-Que talvez no sea tan estúpida después de todo.

-¿Por qué?

-No lo sé
Pero presiento que algo se trae entre manos. No es de esas personas que te ayudan así por así.

-Si
Pensé en eso hace rato. Pero bueno
Ya confirmaremos si nuestras sospechas son ciertas. Luego del día de hoy por supuesto.

-¡Claro!

-Ahora
Dime, ¿Qué opinas?- preguntó Ginny dándose la vuelta para que su amiga le diera el visto bueno a lo que traía puesto.

-Los jeans a la cadera te quedan súper bien, pero creo que esa blusa roja te hace ver muy pálida. ¿Qué tal si te pones la blusa color azul pastel con los zapatos altos que le combinan? Apuesto que con la cartera que está encima de la cama quedará perfecto.

-¡Me asombra lo rápido que has aprendido amiga!

-Lo sé
-asintió la castaña con una sonrisa de autosuficiencia. Para la ocasión se había puesto unos shorts negros bastante cortos que dejaban ver las piernas en las que tanto había trabajado estas vacaciones. Eso, acompañado de una blusa de estilo asiático, color amarillo y unos zapatos cerrados del mismo tono, el cabello suelto con algunas ondas, la hacía ver simplemente espectacular.

-¡Te ves muy bien!

-Gracias. ¡Ahora apúrate, que los chicos no tardan en llegar!-dijo un tanto nerviosa la castaña.

-Si
Solo dame 5 minutos y estaré lista.


*******************************************************************


-¡Harry! ¿Te parece bien esta camisa?

-Sí
El color azul marino te queda bien.

-¡Gracias!-contestó aliviado el pelirrojo. -¿Bajamos?

-Claro, solo déjame terminar de peinarme
-contestó el ojiverde mientras seguía con la eterna lucha entre su cabello y el cepillo.

-Ya déjalo
¡Te ves bien así!

-¡Para ti es fácil decirlo porque tu cabello se está quieto todo el tiempo!

-Harry, en serio
estás bien así. ¡Vamos! ¡No quiero llegar tarde!-lo apuró mirando su reloj.

-Está bien
-aceptó a regañadientes.

Bajaron las escaleras que unía el pequeño departamento a la tienda de artículos de broma, encontrándose de inmediato con los gemelos.

-Chicos, vamos a salir
-anunciaron cuando estuvieron a unos pasos.

-Ya veo
¿Y para donde vamos?-preguntó Fred.

-Pues ustedes no van a ningún sitio. Nosotros - respondió Harry auto-señalándose a él y a Ron alternativamente- vamos a salir con las chicas.

-¿De verdad?-preguntó con una media sonrisa George.

-Si, de verdad. ¿Qué tiene de extraño?-preguntó Ron a su hermano.

-Pues verás hermanito
Creo que habrá un cambio de planes.


********************************************************************

El timbre de la Residencia de los Granger sonó de pronto haciendo que toda la casa se convirtiera en un caos de voces, sonidos de tacones, ir y venir de chicas que bajaban las escaleras apuradas, luchando por ser la primera en abrir la puerta de la entrada.

-¡Yo abro!

-¡¡No Ginny!! ¡Abriré yo!

-¿Chicas, no prefieren que
?-preguntó la Señora Granger cuando las dos pasaron a su lado con toda la velocidad que sus zapatos altos les permitían.

-¡No!-respondieron al unísono.

Pero justo cuando estaban llegando a la puerta de caoba, de la nada salió el padre de la castaña y la abrió si decir nada, al parecer había estado muy absorto en su libro y no se había dado cuenta de que su hija casi se mata por abrir.

-¿Si? -preguntó a un chico de ojos verdes que estaba parado en la entrada.

-Buenos días
-Harry no sabía que más decir. ¿Se presentaba y decía que venia a buscar a su novia y su mejor amiga?

-¡Harry!- Uff
Salvado por la campana.-Papá, el es Harry Potter. ¿Lo recuerdas?

-¡Oh si! Casi no te reconozco hijo
Pasa, pasa, no te quedes ahí parado.

-Gracias.-Caminaron hasta los muebles de la sala y tomaron asiento.

-Y
¿Dónde está Ron?-preguntó la pelirroja luego de darle un beso en la mejilla y sonreírle cariñosamente.

-No ha podido venir. Debe hacer unas cuantas cosas con los gemelos
-contestó el pelinegro mirando disimuladamente a Hermione quién había hecho una mueca de desagrado.

-¡Que lástima!-exclamó Ginny.-¿Qué está haciendo?

-Ehmm
-Harry dudó un poco al contestar.-En realidad no sé muy bien, íbamos a salir cuando Fred dijo que necesitaba a Ron para no se que cosa
Pero el caso es que se reunirá con nosotros en la tarde.

-¡Ahora si estamos hablando!-exclamó un tanto más animada la castaña.

-¡Herms! ¡Estás preciosa! ¿Qué te hiciste?-preguntó el ojiverde mientras la miraba de arriba a abajo.

-Pues ya ves
Un poco de esto y un poco de aquello
Nada del otro mundo.-Mintió la castaña.

-¿Y no vas a decir nada de mi?-preguntó la pelirroja aparentando celos a la vez que se levantaba y daba una vuelta para su novio.

-Mi amor, estás simplemente
-pero se cortó al ver bajar por las escaleras a alguien que lo dejó totalmente desubicado por unos segundos.

-¿Simplemente?

-Así que tu eres el famoso Harry Potter
-Andrea terminó de bajar las escaleras. Llevaba un vestido corto sin mangas, que parecía mas blusa larga que vestido, de un tono verde fuerte resaltando así el color de sus ojos. Las piernas descubiertas y el cabello rubio amarrado en una cola alta le daban un toque de modelo de pasarela. La condenada se veía simplemente hermosa.

-Ehmm
Eso dicen.-contestó Harry poniéndose de pie.-¿Y esta señorita es
?

-Soy la prima de Hermione, Andrea. Pero tú puedes decirme como gustes.-respondió pícaramente.

-Un placer conocerte.-respondió el pelinegro saludándola con un beso en la mejilla y mirándola fijamente a los ojos hasta que un carraspeo lejano lo devolvió a la realidad.

-¿Andrea, nos dices donde queda la tienda?-preguntó Hermione en un claro intento de salir de esa casa lo más rápido posible para así evitar una masacre por parte de cierta pelirroja que fulminaba con la mirada a una rubia.

-¿Qué no te dije?-preguntó inocentemente.

-¿Decirme qué?-preguntó entre dientes la castaña.

-Sería una descortesía de mi parte no llevarlos al sitio, es que no es fácil de encontrar


-Con un mapa nos resolvemos, no te preocupes


-Además llevo demasiado tiempo encerrada en esta casa sin mencionar que tengo unas ganas enormes de saber más sobre el niño que vivió
-dijo mirando sugerentemente a Harry- Es que no me he mantenido informada debido a mis viajes por alrededor del mundo, ya sabes
-completó dándose aires de grandeza.

-Pues agarra un libro e infórmate y ya si tienes alguna duda, se la preguntas a Ginny, quien después de todo es su novia
-contestó mordazmente la castaña haciendo énfasis en la última palabra.-¿Verdad Harry?

-¿Eh?

-¡Olvídalo!-exclamó Ginny rabiosa al darse cuenta que éste no había escuchado palabra de la conversación debido a que estaba como embelezado mirando a la rubia.

-Pues, ¿nos vamos?-preguntó Harry.

-¡Claro! Ya que somos cuatro, y dos de nosotros aún no tenemos permiso de aparición, podemos ir en parejas y así Herms puede ir con Ginny y Harry
-empezó a decir la rubia como si fueran de excursión.

-¿Y que tiene que ver la aparición?-preguntó la castaña.

-¿Es que cómo planeas ir a New York? ¿En autobús-noctámbulo?

-¿A New York?

**Los lugares que aparecen en el siguiente capítulo son reales, sin embargo, debido a la imaginación de la autora, la ubicación geográfica puede variar** Ahora sí, el Cap!!


Capítulo 12. "De compras y Arpías II"

-¿Por qué no pudimos dejar esto para después?-preguntaba el pelirrojo un tanto enfadado mientras se subía en la parte de atrás del Ferrari rojo junto con los gemelos.

-Por el simple hecho de que falta una semana para esa fiesta y no tendremos más tiempo para salir a comprar tu traje
-dijo Fred.

-¿Traje?

-Si, si, si
eso que usas con camisa, pantalón de vestir, saco y corbata
-respondió George haciendo un movimiento raro con la mano a la vez que encendía el motor del auto.

-¡Sé muy bien lo que es un traje muggle!

-¿Entonces para que preguntas?-comentó George.

-¡No estaba preguntando!-se exasperó el menor de los Weasley.

-¡Ah bueno! Como quieras


-Sólo me extrañaba. ¿Por qué un traje?

-¿Qué no es una fiesta formal?

-Semi-formal


-Bueno, en este caso semi-formal y formal viene a ser lo mismo
-dijo Fred.

-Y más aún si vas a impresionar a Hermione
-agregó George.

-Ya
-aceptó Ron imaginándose a sí mismo, con muy poco esfuerzo, vestido con un traje azul oscuro con una rosa roja en manos mientras colocaba una mano en la espalda de Herms, que estaba vestida como una princesa con un vestido blanco de mucho vuelo. Poco a poco la acercaba más a él cuando


-¡Muévete idiota!-sus pensamientos fueron interrumpidos por la exclamación de George al conductor del lado-¡El semáforo estaba en amarillo! ¡Podías pasar! ¿Por qué no te quitas de una buena vez cara de troll?-preguntó y sin esperar respuesta activó un botón amarillo que se encontraba encima del tablero, pudiendo atravesar así las calles por espacios pequeñísimos.

-¿A cuál tienda iremos?-preguntó Ron.

-Lo verás pronto
Ya casi llegamos.-dijo Fred desde el asiento del copiloto.

Dieron unas vueltas más, pasaron unos semáforos en rojo a una velocidad inaudita, y en un tiempo record de cinco minutos recorrieron lo que a un muggle normal le habría tomado de veinte. Llegaron a una plaza compuesta por cuatro edificios unidos en forma rectangular, con un hueco en el centro para una especie de parque lleno de bancas blancas y con una fuente común en el medio, donde las personas tiraban monedas para que supuestamente se cumplan sus deseos
O los de las personas que la limpian, depende de cómo lo veas. En fin, los hermanos Weasley se desmontaron del Ferrari rojo y caminaron por el estacionamiento llamando la atención de cada persona de género femenino que en ese momento pasaba por la calle. Y es que claro, tres pelirrojos con tremendo cuerpo, músculos que sobresalían en las camisas semi-abotonadas dejando ver claramente el abdomen lleno de los cuadritos en los que tanto habían trabajado (por lo menos el menor de ellos), unos blue jeans que acentuaban un trasero bien dotado, zapatos y correas combinadas, cabello peinado de una forma que los hacía ver súper bohemios, gafas de sol, y para colmo sin una chica al lado
Imposible ver algo así todos los días, ¿no creen? Volviendo otra vez a lo que verdaderamente nos interesa, (N/A: si, si, si
se que también la descripción de un buen trasero es importante, pero lo dejaremos para luego, ¿ok? ) los tres se dispusieron a subir las escaleras (N/A: ah, que genial ha de ser la vista mientras suben als escaleras... *suspiro*) que los conducirían al segundo nivel. Cuando ya se encontraban allí, siguieron por un amplio pasillo hasta llegar a una tienda con varias vitrinas donde se veían maniquíes con ropa al último grito de la moda.

Abrieron la puerta, haciendo que la campanita de la entrada sonara con un ligero repiqueteo llamando la atención de los que estaban adentro. Los jóvenes pasaron y de inmediato una mujer con un distintivo de empleada salió a su encuentro.

-Bienvenidos a Sheccid tienda por departamentos
¿En qué puedo ayudarlos?-la mujer parecía de unos treinta y cinco años, podría muy bien ser la dueña de la tienda, sonrió amablemente y con una especie de tic nervioso se arregló el uniforme que traía: pantalón de tela oscuro y blusa blanca con el nombre del lugar grabado en el hombro.

-Ehmmm
Buscamos ropa formal para hombres
-empezó Fred.

-¡Oh! Entonces deben ir a la sección de caballeros
-Luego de unos segundos, y al ver que los chicos se quedaban en el mismo lugar, dijo:-está al fondo, vengan conmigo
-concluyó guiándolos a través de los mini pasillos que dividian las secciones. Minutos después se detuvo e hizo una seña a una chica que estaba cómodamente sentada en silla hojeando una revista de moda.-Esta es Anne, estoy segura que los ayudará en su elección. Cualquier inconveniente, me avisan, estaré por aquí cerca
-y sin más, se alejó a paso ligero dejando a los tres Weasley’s en manos de la chica.


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-¿Y dónde más planeas buscar un vestido a la última moda? O sea
Por lógica, New York es sinónimo de moda
-aclaró Andrea con un tono de superioridad.

-¿Sabes qué son los sinónimos?-preguntó Hermione con cara de ¡Dios mío! ¡Se va a acabar el mundo!

-Aish
¿Y qué te crees primita? ¿Qué eres la única inteligente de la familia?

-¿Prefieres la verdad o una mentirita?-preguntó la castaña con cara de ángel.

-¡Ya! Mejor salgamos Herms
No nos queda de otra que ésta nos acompañe
-espetó Ginny, a quién, un momento a otro, la rubia le empezaba a caer como piedra.

-Como iba diciendo antes de que esta niña nos interrumpiera
-continuó la ojiverde mirando fugazmente a su prima- Nos apareceremos en un callejón cerca de Main Street, es muy poco transitado, por lo tanto no tendremos problemas con los muggles
Iremos en parejas, Herms puede ir con Ginny y yo con


-¡Ni se te ocurra!-exclamó Ginny imaginando lo que se traía entre manos la cabeza hueca.

-Hay Gin
Pero ni siquiera me has dejado terminar
-dijo Andrea haciendose la ofendida.

-¡No me importa! ¡Escucha muy bien lo que te voy a decir!-exclamó echa una fiera-¡Y esto va para ti también Potter!-Harry se asustó, y es que claro, su novia no lo llamaba Potter todos los días.-Tú irás con Hermione y yo iré con MI novio, ¡como debe ser! Y si alguien tiene algún problema, lo puede ir diciendo ahora mismo y lo arreglamos de inmediato
-esto último sonó tanto a una amenaza, que cierta rubia ni siquiera intentó protestar y permaneció en silencio, mientras que por la cabeza de cierto Elegido solo transcurría una serie de escenas en donde veía a su pelirroja como autora de una muerte lenta y dolorosa si seguía con la repentina atracción que sentía por la prima de Hermione. Así que se prometió a sí mismo no hacer nada que pudiera desatar la furia de Ginny de nuevo. Su pelirroja valía demasiado como para arriesgarse a tener una pelea con ella ya que la rubia solo le gustaba físicamente.

Los cuatro chicos se despidieron rápidamente de los señores Granger, quienes de inmediato desaparecieron escaleras arriba. Se pusieron en parejas como lo había ordenado Ginny: Hermione con Andrea y ella con Harry. Se colocaron en medio de la sala, se agarraron de manos (una mueca de disgusto recorrió el rostro de la castaña) y con una media vuelta sincronizada, los cuatro desaparecieron de escena reapareciendo en un callejón de una de las avenidas más transitadas de La Gran Manzana. Como bien había dicho la rubia, no habían tenido problemas de que algún muggle los viera sin querer. Salieron a la calle y se unieron a la marea de personas que iban y venían de un lado para otro. Era increíble la multitud de gente que pasaba cada una ensimismada en su propia vida. Empresarios con maletines y sacos en mano, hombres y mujeres hablando por celulares y dando instrucciones para hacer no se que cosa, jóvenes con sus ipods con música tan alta que podía ser escuchada por lo que caminaban a su lado, niños que iban agarrados de mano peleando por que les compraran el juguete que estaba en las vitrinas, mensajeros en bicicleta pedaleando a toda velocidad para hacer sus entregas, constructores e ingenieros planeando los próximos edificios, taxis amarillos, autos, jeepetas, autobuses, todos tocando las bocinas apurando el tránsito que estaba tan congestionado que daba la impresión de que no avanzaba, rascacielos tan altos que no podías ver su final, anuncios publicitarios por todas partes, gente comprando y vendiendo cosas en plena calle, y por supuesto, ¡cientos y cientos de tiendas! La razón principal por la que estaban allí y por la que Ginny aún no asesinaba a Andrea.

-Wow
¡Esto es increíble!-exclamó Harry cuando caminaban por la Quinta Avenida.

-Sí, definitivamente lo es
-suspiró Ginny viendo por las vitrinas las marcas más importantes del mundo.

-¡Claro! ¿O acaso piensan que los llevaría a cualquier porquería de lugar? No, mis queridísimos amiguis
O sea
Hablamos de mí, porque o sea, no me visto en cualquier pocilga
-espetó la rubia. (N/A: ¿Alguien más desea que el viento venga y la enganche de la antorcha de la Estatua de la Libertad?)

-La Quinta Avenida es una de las más famosas del mundo y la principal arteria de Manhattan, de hecho, es el eje que divide la ciudad en dos sectores, el East Side y el West Side, siendo aquí donde comienzan las numeraciones de los bloques de edificios en las calles. La Quinta Avenida nace al norte de Washington Square Park, en Greenwich Village y se extiende hasta el Harlem River. Esta avenida ya cobró importancia a mediados del siglo XIX cuando importantes personalidades establecieron aquí su residencia. Las tiendas más lujosas, como Tifanny o Cartier, los hoteles más famosos como el Plaza, las iglesias más importantes como St. Patrick’s Cathedral o el edificio más carismático de la ciudad, el Empire State, dan reconocido prestigio a esta importante avenida
-saltó de repente Hermione. Imposible hacer que dejara por completo sus hábitos de ratón de biblioteca, ¿no creen?

-Ehmmm
Si, como sea
-le restó importancia su prima-Harry cariño, ¿te gustaría ir a Hard Rock Café?

-Cof Cof
-fingió toser la pelirroja mirando significativamente a su novio. Estaba más que claro que si este aceptaba, podía darse por muerto.

-No creo Andrea


-Oh, por favor
Dime Andy
-pidió la ojiverde colocando una mano en el hombro del pelinegro mientras caminaban por la acera.

-Mmm
Eh
¿Andy?... No creo, me parece que es mejor comprar lo que vayamos a comprar porque debemos encontrarnos con Ron a las cinco en punto en el Caldero Chorreante. - rechazó un tanto nervioso Harry.

-Ah
es una pena que estemos cortos de tiempo. - lamentó Andy
Digo, Andrea.

-Si, una pena
-concluyó Ginny agarrando de la mano a su novio y colocándose en medio de él y la rubia.


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-Y
¿Qué buscan exactamente?- preguntó la joven. No podía tener más de dieciocho años, llevaba el cabello castaño suelto hasta la cintura, de estatura media, algo delgada, piel clara, alguna que otra pequita en su refinado rostro y ojos de color oscuro. A diferencia de la mujer que los había recibido al principio, no vestía el uniforme, traía unos jeans a la cadera junto con un top rojo que acentuaba sus bien formadas curvas, zapatos altos de color rojo encendido que hacían una perfecta combinación con su esmalte de uñas y tono de labios. En fin, que se notaba a leguas que sabía cómo vestirse bien.

-Ehmm
Mi nombre es Gred
Digo, Fred Weasley
-se presentó adelantándose el pelirrojo.

-No, ¡yo soy Fred! ¡Tú eres George!-corrigió el verdadero Fred.

-Ah, si
Da igual
-Los gemelos se lanzaron mutuamente una mirada de reproche como queriendo decir ésta es mía.

-Bien chicos, ¿en qué los puedo ayudar?-preguntó la joven sonriendo y mirándolos atentamente.

-Estamos buscando un traje para nuestro hermano menor


-Si, es que tiene su primera cita y lo estamos ayudando para que se vea súper bien
-comentó como sin querer Fred haciendo que Ron se sonrojara.

-Claro, no le estamos cobrando ni lo hacemos trabajar en nuestra tienda ni nada por el estilo
-negó frenéticamente George.

-¡Totalmente gratis!-exclamó Fred.

-Ah, claro
-la chica los miró extrañada.

-Y hablando de tiendas


-¡Tenemos una tienda de artículos de broma!

-Hacemos unos trucos espectaculares


-¡Prácticamente como magia!

-Me gustaría ver sus trucos algún día
Soy de mente abierta. -La muchacha los miró con picardía y luego de examinarlos de la cabeza a los pies atentamente continuó- Ahora, ¿qué clase de traje buscan exactamente?

-Pues uno normal obviamente
de los que usan los hombres muggles
-soltó Ron, y al darse cuenta de la metida de pata que acaba de dar, se corrigió:-Digo, con un corte estilo muggle

-Eh, esa clase de corte no la conozco, pero tenemos el corte común. Aunque, si quieres mi opinión, la camisa es lo más importante aquí. ¿Más o menos cuál es el estilo que buscas?

-No tengo la menor idea
-confesó Ron.

-¿Cuál es la ocasión?-preguntó entonces la chica.

-Una fiesta semi-formal.-intervino Fred.

-Pero claro, queremos que se vea lo mejor posible, porque de ahí depende la conquista.-señaló George.-Claro que no es que estemos diciendo que a las mujeres se les puede conquistar con las apariencias


-No, no, no
Simplemente es para que se vea bien, ¿no crees que le dará un buen toque a su declaración de amor?

-Por supuesto
-aceptó Anne deteniéndose un instante en los ojos de Fred, tenían un brillo especial que le llamaba la atención.-Bien, como deben saber, la camisa blanca es el denominador común en todos los armarios de un caballero. Es una pieza que todo hombre debe poseer y es parte de la base para cualquier vestimenta. Muchos hombres sólo usan sus camisas blancas en ocasiones especiales y cuando lo hacen, a diferencia de otras piezas de ropa, la usan perfectamente planchada. ¿Por qué no te mides ésta?-preguntó al menor de los pelirrojos pasándole una pieza de cuello pequeño, con bonitos pliegues y detalles minúsculos en la parte frontal.

-De acuerdo.-aceptó Ron, no muy convencido todavía, metiéndose en un vestidor cercano.

-¿Quieres que me pruebe algo para ti preciosa?-preguntó George.

-Talvez pueda hacerte un desfile de trajes de baño
Pero debes ayudarme
-comentó Fred invitándola al vestidor con él.


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-
¡Pero no! ¡Nadie escucha a Hermione!-la castaña estaba quejándose con nadie en especifico.

Ninguno había querido sentarse al lado del conductor. Andrea no iba a perder la oportunidad de sentarse al lado del pelinegro. Ginny no iba a dejar que Andrea se hiciera ilusiones con SU novio. Harry se quedó al lado de su novia por temor a un nuevo acercamiento por parte de la rubia iniciando así arranque de celos por parte de Ginny y Hermione no iba a dejar sola a su amiga porque no sabía como iba a explicarle a su mamá como su prima había desaparecido misteriosamente. Así que los cuatro iban apretujados como sardinas en el auto que parecía que se estaba encogiendo. A pesar de que Hermione había insistido en que era más fácil aparecerse fuera de la plaza a la que querían ir, su rubia prima le había llevado la contraria argumentando que el movimiento de la aparición le causaba náuseas. Hizo ademán de llamar a su daddy para que le consiguiera una limosina especial para que los llevara al lugar, pero luego decidió que Harry iba a pensar que ella era muy superficial por lo que optó por el taxi amarillo en el que ahora se encontraban atascados en el tránsito.

-Aish
¡ya no te quejes tanto y tómalo como un recorrido turístico!-comentó felizmente la rubia.-¿No eras tú quién contaba no sé que cosa sobre la ciudad?

-¡Claro, para ti es fácil decirlo porque no te estás asfixiando!-exclamó furiosa la castaña. Y es que con razón, el orden en que estaban sentados no la beneficiaba mucho: En una puerta iba Harry, luego Ginny, después Hermione y en el lado opuesto Andrea, que con sus aires de grandeza, parecía que se había vaciado un frasco de perfume, causante de la alergia momentánea de su prima.

-Hay o sea primis
Esto no es cualquier perfume, ¡es Channel!

-¡Me importa una


-¡Hay! ¡Cuida tu vocabulario!

-
mierda lo que sea que llevas puesto!-completó la castaña.

-Ya Herms
no ha de faltar mucho
-la consoló la pelirroja, mientras su amiga estornudaba sin parar.

Media hora después, se desmontaban aliviados frente a una plaza que rezaba con letra gigante Acrópolis Center. Pagaron el taxi y se colocaron de frente admirando el edificio. Era de unos veintiséis pisos, con una arquitectura muy característica, pues la parte frontal y con ella, los cinco primeros niveles de la plaza estaban concebidos con la analogía de un barco, simbolizando la actividad comercial allende los mares así como el encuentro entre dos mundos. Sus paredes eran de cristal translúcidas, por lo que se podía ver todo lo que estaba dentro. Subieron las escaleras, que en la base de la calle eran anchas pero poco a poco se iban estrechando, que los llevaría al primer piso.
Cuando entraron se quedaron maravillados (incluso la rubia cabeza hueca) del movimiento de compra y venta que se percibía. Ambos lados estaban ocupados por decenas de tiendas de todas las marcas habidas y por haber, mientras que el centro tenía muchos puestos de ventas de accesorios de todo tipo, así como también toda clase de souvenires, helados, casetas con los teléfonos celulares recién salidos al mercado, tecnología por todas partes, música moderna. El primer, segundo, tercer y cuarto piso estaban destinados solamente a ropa, el quinto piso a comida rápida (o lenta) de todas partes del mundo, el sexto nivel era exclusivamente un cine con las películas de estreno mundial, y ya del séptimo piso en adelante, pertenecían a oficinas, bancos, etc.
en fin, la plaza era un sueño para cualquier adolescente con dinero en los bolsillos.

-¿Les parece si empezamos el recorrido?-preguntó una entusiasmada Hermione.


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Para cuando Ron salió del vestidor con la camisa puesta, Anne ya le tenía preparada una serie de opciones.

-Por lo general, los trajes de diseñador son increíblemente elegantes y sexys, y por ende, pueden darte una idea de lo que se está usando, y así armar tu vestimenta formal de acuerdo a tus posibilidades. Ya que tenemos la camisa, ¿Qué tal si elegimos un pantalón acorde? Personalmente creo que los pantalones de diseño recto y sin pliegues, usados con un largo hasta los pies, son muy elegantes. ¿Qué más?-preguntó la chica más para sí misma que para los tres hombres que la miraban, dos de ellos hacían más que mirarla. Si quieren mi opinión, casi la desnudaban con la mirada
pero eso es otra historia.-No tienes que usar un esmoquin entero, ya no es de temporada
Un saco como éste - tomó de una percha un saco de un negro casi azulado, con botones plateados en las mangas y pecho, con las solapas del cuello dobladas de forma especial- con un pantalón negro, no necesariamente del mismo diseñador, pues éste que tengo aquí es Dior, sumados a la camisa blanca que traes puesta, te quedará simplemente espectacular.

-¿Debo llevar corbata?-preguntó

-No creo. Déjate unos cuantos botones de la camisa sin abrochar, y estoy seguro que el dará un toque mortal a la vestimenta.

-Uff
¡que alivio!

-¿Y qué hay de los zapatos y la correa? -Preguntó la chica.

-Vamos a comprar un par
creo. - Ron miró dubitativo a sus hermanos.

-Si, cualquier cosa que Anne considere que está bien, está bien para nosotros
-dijo Fred, sin poner mucha atención a su hermano. La chica podía estar diciéndole que le iba a cargar la tienda entera a la tarjeta de crédito y los gemelos asentirían gustosos. Increíblemente esta chica estaba logrando idiotizarlos sin hacer mucho


-¡Buscaré unos zapatos negros y una correa que combine! Regreso en unos minutos


-Claro belleza
Pero no te pierdas, ¿ok?

-A menos que quieras que nos perdamos juntos, no lo haré
-contestó por lo bajo Anne, sorprendiendo de sobremanera a su interlocutor, quien casi se tropieza con sus propios pies al escuchar su respuesta.

-Definitivamente esta chica no es lo que aparenta
-comentó Ron a la vez que se desabotonaba la camisa.

-¿Qué quieres decir con eso?

-En el buen sentido por supuesto
parece que no es tan angelito como se ve


-Si, como se ve
¡porque se ve buenísima!-exclamó George.

-Oye hermanito
creo que es hora de que pongamos un alto en esto


-¿Un alto?

-Si, yo la ví primero, así que la invitaré a salir


-¿Qué tu la viste primero?

-¡Claro!

-¿Y dónde? Mínimo por la bola de cristal de la profesara Trelawney
-dijo sarcásticamente George.

-¡No! Pero la última te la quedaste tú, Anne me pertenece


-¡No he visto que tenga un letrero que diga Propiedad de Fred Weasley!

-¡Tampoco uno que diga Soy de George!

-Talvez lo tenga tatuado en un lugar secreto y no lo sepas
-dijo su gemelo sonriendo irónicamente.

-¿Qué tal si la invitan a la fiesta y allí ven a cual de los dos prefiere? - intervino el menor de los pelirrojos.

-¡Es lo más inteligente que has dicho en todo el día hermanito!

-Si, ya verás como caerá a mis pies, no se podrá resistir a un tipo como yo


-Acuerdate que somos gemelos...

-Diablos
¡es cierto! - recordó Fred chasqueando los dedos como si le hubiesen robado su plan macabro.

-Creo que estos te servirán
-comentó de repente la causa de la discusión, alias Anne.

-Ehmmm
¡Veo que regresaste!-exclamó George sonrojándose. ¿Por qué me sonrojo? ¿Qué me está pasando? Porque ok, se ve muy bien
pero
¡ni para tanto! ¿Acaso estoy perdiendo mi toque Weasley?
-pensó angustiado.

-Si, y veo que estuvieron muy entretenidos en mi ausencia
-dijo como sin querer la castaña acercándose a Ron y pasándole los zapatos.

-Solo teníamos una discusión entre hermanos
-le restó importancia George.

-Ah, sí
se lo que es eso, tengo una hermana menor
¿Te mides el traje completo?-preguntó cambiado de tema.

-Claro, dame unos minutos


-¡Tómate tu tiempo! - exclamó lanzando una mirada fugaz a los gemelos.


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Harry estaba sentado en una silla dentro de la última tienda del último pasillo del último piso de todos los pisos destinados a compra. Tenía un hambre atroz, su estómago rugía, le dolían los pies y juraba que si veía a Hermione cambiarse de nuevo por milésima vez, a Andrea criticarla en cada pieza que se ponía argumentando que le quedaría mucho mejor a ella, o a Ginny negar cada vestuario poniéndole un defecto ya sea por color, diseño, textura, precio
se iba a tirar desde el punto más alto del Empire State. Habían recorrido cada rincón de Acrópolis, y a pesar de ser una plaza tipo recopilación de todas las marcas famosas, ninguna desde Gucci, Channel, Prada, Oscar de la Renta, Carolina Herrera, Cartier, Armani, Puma, Nike, Adidas, pasando por Diesel, Fendi, Lacoste, Christian Dior, Banana Republic, Kenneth Cole y terminando con el famoso diseñador Ralph Lauren, ¡ni una sola vez Ginny y Hermione estuvieron de acuerdo! Cuando la castaña estaba conforme con como se veía, la pelirroja encontraba un desperfecto que la convencía de que ese no era el modelo adecuado para ella. Las esperanzas poco a poco se les iban agotando a las dos amigas, y cuando entraron a Dolce and Galbana ya estaban armando una visita a Paris para ver si tal vez allí encontraban lo que sea que estaban buscando.

-Ya veo por qué no nos gusta ir de compras con ustedes
-comentó Harry al tiempo que bostezaba y se colocaba los brazos detrás del cuello en señal de cansancio.

-Hay
no es tan malo Harry querido
-lo consoló la rubia.-Es solo que a Herms no todo le queda bien, like me, o sea
¡y por eso estamos tardando más!

-Aja
-asintió sin darle mucha importancia Harry. -¿Qué fue lo que le vi a esta niña? Si tiene más de dos neuronas es mucho
-pensaba el pelinegro caminando al lado opuesto de la tienda en busca de alguna camisa bonita para ponerse el día de la fiesta.

Mientras tanto, Hermione y Ginny estaban siendo ayudadas por una mujer que se daba las de sabelotodo de la moda:

-¿Qué te parece este conjunto de falda y blusita de corte recto con un lindo estampado rosa y verde?-preguntó la señora enseñando el conjunto más feo que ambas amigas habían visto en su vida.

-Ehmm
¡no gracias!-negó la pelirroja.

-Buscamos algo más bien para la noche


-Sí, de una sola pieza
-concluyó Ginny.

-Ah, debieron decírmelo antes
Justamente hoy llegó la nueva mercancía. Este vestidito que tengo por aquí, se está vendiendo mucho
-sugirió mostrando un vestido ligero de mousselina con acabado en rosa fucsia de la rodilla para abajo.

-No, está muy sencillo


-¡Podrías probarte este!

-No me gusta como me queda
-Hermione se vio obligada a probarse una pieza que con la que parecía más bien envuelta en una sábana, amarrada en el cuello.

-¿Y este otro?

-De tan solo verlo, sé que no me quedará bien
-dedujo Hermione al ver un mini vestido negro con tanto brillo que parecía que deslumbraba por si solo.

-Niña, ¿no crees que pides mucho? - preguntó un tanto molesta la vendedora.

-Gin
creo que será mejor que
¿Gin?

La pelirroja había estado husmeando entre los vestidores cuando de un rincón alejado sacó una pieza que obviamente había sido escondida por alguna clienta que no quería que la vendieran. A simple vista parecía un vestidito común y corriente, pero cuando te fijabas más, descubrías que detrás de su sencillez se encontraba la belleza. Era un diseño muy especial. Parecía
(N/A: ¡Un momento! ¿No se supone que no van a saber como estará vestida en la fiesta? ¡Será una sorpresa!)

-¡Herms, debes probarte este!-gritó ansiosa Ginny.

-¿Estás segura? - preguntó la castaña al ver el tipo de corte del vestido.-¿No es un poco atrevido?

-Quizás
-convino su amiga.-¡Pero por eso mismo está genial!

-No lo sé Gin


-¡Oh, vamos! ¡No pierdes nada con probártelo!

-Está bien, pero será lo último que me pruebe


-Vale
-aceptó viendo como la castaña se metía en el vestidor.

-¿Aún no deciden?-preguntó Harry con voz que denotaba cansancio. Se acercó a su novia y la abrazó por detrás, dándole un dulce beso en la mejilla.

-No me vengas con eso
¡sabes muy bien que aún estoy molesta contigo por lo de esta mañana!-susurró rápidamente la pelirroja poniéndose de cara a su novio, lo cual, si quieren mi opinión, es un verdadero error
¿Cómo pretende resistirse a un tipo que está tan
tan
tan
*suspiro*
en fin, simplemente que está?

-Vamos Gin
Sabes que me porto bien, sólo fue una tontería sin sentido, técnicamente no hice nada
-dijo acercándola más a el.

-Bueno, pues técnicamente sigo enfadada con
-realmente no llegaron a saber con quién estaba enfadada la pelirroja, porque en ese momento la castaña salió con su nuevo atuendo dejando a los presentes, conocidos y desconocidos, sin habla.

-Wow
-articuló la pelirroja.

-Herms, estás


-¡¡ESE ES!! - gritó eufórica Ginny.


**********************************************************************************************

-Ron, creo que vas a arrasar en esa fiesta
si queda una chica que no caiga bajo tus encantos, será mucho
¡te lo aseguro! - lo animó Anne al verlo con el traje entero. (N/A: No me gustan los pelirrojos, pero imagínense a Rupert en traje
¡diablos... necesito un hombre!)

-Gracias
-respondió sonrojándose.

-¿Cuánto es?-preguntó galantemente Fred quitandole los paquetes de las manos a la chica y arrojándoselos a su hermano menor.

-Bueno, eso se lo dirán en el área de caja, yo solo estoy para ayudarlos a escoger la mercancía.

-Y para salir conmigo obviamente
-comentó George.

-Mmmm
no sé


-Supongo que no hay ninguna regla que diga que una chica linda como tú no puede salir con unos clientes como nosotros
-dijo Fred dándose aires de tipo que está irresistible.

-No, en realidad no hay ninguna
-dijo Anne.

-Ya ves, entonces debes aceptar una invitación de nuestra parte para una fiesta.

-Será el próximo sábado.

-En casa de amiga de mi hermano
-comentó George.

-¿Aceptas?-preguntó Fred.

-¿Implica eso salir en serio con uno de ustedes?-preguntó con una sonrisa indescifrable la chica y colocándose las manos en la cintura de forma muy graciosa.

-Probablemente si
-asintió George.

-Claro, sólo si tú quieres
-aclaró Fred.

-¡Entonces allí estaré!-aceptó la castaña.

-¡Vendremos a buscarte!-dijeron al unísono despidiéndose con la mano, antes de colocarse en fila para pagar la ropa que eligieron para Ron. Al final de todo, no sólo su hermano menor salió beneficiado, pensaba Fred
Esta chica tiene algo especial, un misterio, y debo descubrir por qué me llama tanto conocerla



**********************************************************************************

-Para la próxima debemos visitar China Town, porque tienen unos trajes estilo japonés


-Chino
-corrigió Hermione.

-O sea, eso mismo
¡muy bonitos!-comentó Andrea.

-¿No te hubiese gustado también venir en taxi desde New York a Londres
? - preguntó sarcásticamente Hermione.
Estaban sentados en una mesita alta del Caldero Chorreante. El bar estaba algo vacío para ser sábado en la tarde. Faltaban diez minutos para las cinco, hora en que se supone que se encontrarían con Ron y los gemelos. Harry, Ginny, Andrea y Hermione conversaban animadamente comentando su excursión al otro continente.

-No primita
Eso sería una verdadera tontería, o sea
el taxi no podría atravesar el Atlántico
-comentó la rubia.-¿O si?

-¡No! - exclamaron al mismo tiempo sus tres acompañantes.

-Hay, yo solo me aseguraba
-aclaró la ojiverde.

-Aja
-le dio la razón la pelirroja más por salir del paso que por otra cosa. Se notaba a leguas que con trabajo esa chica sabía que era el Atlántico.

-¿Gin, me acompañas a pedir las cervezas de mantequilla?-preguntó Hermione.

-Claro, así aprovechamos para preguntar por las bebidas para la fiesta


-Si, tienes razón


-Harry, ¿nos acompañas?

-No mi vida, me duelen los pies, mejor me quedo aquí tranquilito
-Ginny lo miró con suspicacia pero luego decidió que podía vigilar los movimientos de la cabeza hueca, digo, de Andrea desde la barra.

-Bien


Ambas caminaron hasta la barra, preguntaron los precios de las bebidas y averiguaron con el cantinero Tom como haría para hacer llegar el próximo sábado el pedido a su casa.

-Sería buena idea unos cinco litros de whisky de fuego
¿O más?

-Creo que así está bien
Cincuenta botellas de cerveza de mantequilla, alguno que otro Jarabe de cereza y gaseosa


-¡Podemos servirlos con hielo y sombrillita!

-¡Si!

-Ron de grosella, Hidromiel caliente con especias, Alhelí, Zumo de calabaza
de todo eso podemos servir


-Claro, lo que no estoy segura es de las cantidades de cada uno


-Cierto, debemos pedir ayuda a Fred y George, después de armar tantas fiestas en al sala común deben ser unos expertos en esto


-Deben estar por llegar
Junto con Ron
-soltó Ginny moviendo las cejas de arriba para abajo en señal de wao.. ya casi es el momento

-¡Gin! ¡No me pongas más nerviosa de lo que ya estoy!

-O claro, si solo faltan 3 minutos


-¡Ginevra! - protestó la castaña.

-Está bien, está bien
mientras esperamos a los que faltan, solo pediremos
siete cervezas de mantequilla por favor
-pidió la pelirroja al cantinero. Se volteó dispuesta a seguir molestando a su amiga en lo que el hombre buscaba el pedido, cuando vio algo que la hizo tambalearse por unos segundos:

Parecía sacado de una película de terror. Drácula, digo, Andrea, besaba a Harry. Andrea y Harry se estaban besando. ¡Besando! Es decir, ¡sus bocas estaban unidas en ese preciso momento! ¡SU Harry besaba a esa arpía! No podía creerlo. Lo vio en cámara lenta. Tenía que haber un error
Pestañó un par de veces, pero la visión no cambiaba. ¡Seguían allí! ¡No era una pesadilla!

-¡O por Dios!-Hermione se había volteado también para ver la escena que la pelirroja contemplaba con la boca abierta. Harry se separó de la chica segundos más tarde.

-Herms, llévame a casa
-logró articular la pelirroja en el instante en que sus ojos se toparon con los de su novio. Unas lágrimas bajaban silenciosas por sus mejillas. Claramente el pelinegro iba a decir algo cuando la castaña agarró a su mejor amiga de la mano y dando media vuelta desapareció de allí, justo en el momento en el que un trío de Weasley’s entraba por la puerta. Hermione vio un reflejo difuminado de Ron antes de sentir como sus pies se despegaban del piso.

-¡Harry! ¿Qué pasó?-preguntó Ron alarmado cuando se acercó a la mesa.

-Nada Ron
Simplemente acabo de joder todo


Capítulo 13. ¡Respira, Respira, Respira!

Eran las diez de la mañana del sábado, día en que por fin nuestros chicos se verían a la cara por primera vez desde hacia casi tres meses, los pajaritos pitaban alegres, una suave brisa alborotaba los arbustos de la Residencia de los Granger, el agua cristalina de la piscina reflejaba los rayos de sol, los padres de la castaña leían el periódico en la terraza, Andrea veía televisión junto a su perrito chihuahua en la sala, Ginny tomaba una refrescante ducha
Todo parecía estar en completo orden, hasta que un grito agudo y ensordecedor interrumpió la tranquilidad. La pelirroja salió rápidamente del baño, envolviéndose lo mejor que pudo en una toalla, para encontrar a una Hermione desordenando su cómoda, abriendo y cerrando gavetas, abriendo las puertas del armario, revisando incluso debajo de su cama, detrás del espejo de cuerpo entero, en las fundas de compras, buscando incluso en su propia ropa, algo que la pelirroja no lograba entender.

-¿Qué pasa? - preguntó Ginny al ver el estado de su amiga.

-¡Gin! ¿Has visto los accesorios que usaré esta noche? - preguntó dándole la espalda para revisar su mesita de noche.

-¿Los que compramos en París? - (N/A: Sí, este par de amigas habían tenido la osadía de ir a París a mitad de semana sólo para comprar los accesorios que le quedarían a la perfección al vestuario de la castaña. Eran bellísimos y habían costado una fortuna, pero como bien dijo la pelirroja la belleza cuesta).

-¡Sí!

-No los he visto desde anoche que los estabas viendo tú
-respondió a la vez que recordaba que la noche anterior su amiga había revisado su vestuario completo una y otra vez justamente para que nada le saliera mal.

-¡Exacto! Pero hoy no los veo
¡Los dejé en una cajita justo allí! - exclamó señalando su mesita de noche y mirando a su amiga nuevamente.

-Pero si los dejaste ahí, deben seguir ahí, ¿no crees? Vamos
Me pondré algo de ropa y buscaremos entre las dos.

Veinte minutos después, la habitación estaba hecha un desastre. Habían puesto todo de patas para arriba pero aún así los dichosos accesorios no habían aparecido.

-¡No pudo habérselos tragado al tierra! - exclamó confundida Ginny sentándose en la cama.

-Oh no
Esto debe ser un aviso de que todo va a salir mal
-la castaña se puso en posición fetal en un rincón de la habitación.-Todo va a salir mal, todo va a salir mal, todo va a salir mal, nada va a valer la pena, Ron se burlará de mi, haré el ridículo
-Se decía así misma abrazada a sus rodillas y con cara de consternación. Tras unos segundos salió de su trance y dijo:- Mejor llamo a todos los invitados para cancelar, así me ahorro la vergüenza. - concluyó hablando consigo misma y dirigiéndose al teléfono.

-¿Estás loca?

-¡¡No!! - cómo odiaba cuando le preguntaban eso.

-¿Entonces qué rayos haces?

-¿Cancelando la fiesta? - preguntó con el auricular en mano.

-¿Y por qué? - se paró indignada. -¿Te vas a rendir tan fácilmente ante el primer fallo?

-Yo no


-¡Mejor me hubieses dicho y no hubiésemos desperdiciado las vacaciones en esto! Porque francamente
. ¡Es absurdo lo que haces!

-¿Y qué se supone que debo hacer? ¡Ya no tengo nada que ponerme! El vestido no se verá bien sin el toque especial de los accesorios. Y no podemos ir a París y estar aquí antes de las cuatro de la tarde - la pelirroja iba a contra argumentar- y aunque pudiéramos, ¡ya no tengo más dinero para comprar nada! Ginny, no voy a hacer el ridículo frente a más de cincuenta personas, voy bien vestida o ¡simplemente no voy! ¡¡Y punto!!

-Primero que nada: me dejas el pesimismo a un lado, que no es el fin del mundo. Segundo: El vestido se verá bien como sea. Brilla por sí solo. Tercero: Aunque podemos ir a París y volver en menos de 2 horas, sinceramente no creo que sea buena idea. Cuarto: Iremos a una plaza en el centro de Londres, allí encontraremos algo barato. Quinto: ¿Crees que voy a dejar que hagas el ridículo? Y por último: ¡Ya larguémonos que tengo hambre! ¡¡Y Punto final!! - terminó la chica saliendo de la habitación. La castaña solo pudo suspirar resignada antes de tomar su bolso de mano y seguirla.


**Mientras tanto, con los chicos**



Los rayos del sol poco a poco se iban ocultando tras los edificios, Harry caminaba solo por una calle vacía cuando de repente un silencio sepulcral arropó su alrededor, el sol pareció apagarse, todo se llenó de sombras, el ambiente se puso oscuro y un frío que calaba en los huesos se apoderó de él. En la esquina más próxima una alta figura encapuchada hizo su aparición. Su andar era lento, como si se arrastrara hacia él saboreando el hecho de que estaba solo. El pelinegro trató de sacar su varita pero descubrió que no la tenía consigo. ¡Por Merlín!, ¿cómo pudo haberla olvidado? ¿Qué estaba pasando? ¿Dementores luego de la caída de Voldemort? Retrocedió hasta quedar pegado a la pared del callejón. La criatura se acercaba más y más, estaba a dos metros, la distancia rápidamente disminuía entre ellos. Era su fin, estaba indefenso, no había nadie que pudiera socorrerlo en ese instante, le iba a dar el beso, de eso estaba seguro
Su alma sería succionada por aquella criatura que ahora mismo estaba a centímetros suyo, podía percibir su asfixiante olor a perfume
¡un momento! ¿Perfume? ¿Desde cuándo los dementotes usaban perfumes? Espera
¿¡Acaso era eso Channel!? No, no puede ser
¡Es imposible! La figura lentamente se quitó la capa
¡¡Era
era
Andrea!! Y
O no
O no
¿Qué rayos traía puesto? ¡¿Un traje de novia?!

-¡O sea Harry! ¿A caso pensabas dejarme plantada en el altar? ¡Llevo rato esperándote!-reclamó la rubia deshaciéndose de la capa dejando al descubierto un finísimo vestido de novia de la marca Versace.

-¿Altar? - Harry estaba tan confundido que a penas podía hablar. -¿De qué estas hablando?

-¿Cómo que de qué estoy hablando? ¿No recuerdas que hoy es nuestra boda?

-¿¡BODA!? ¡¡NOOOO!!

Harry despertó sobresaltado sudando frío. Miró a ambos lados rápidamente comprobando que todo había sido una pesadilla. Se sentó en la orilla de la cama mientras se desordenaba el cabello distraídamente con la mano. Miró a su alrededor, Ron estaba sentado en su cama, a la derecha, recostado con un pergamino entre manos mirándolo fijamente.

-¿Otra vez pesadillas? - preguntó dejando de lado su lectura.

-Es la tercera vez esta semana que me sueño lo mismo
-dijo resoplando enojado dejándose caer nuevamente sobre las mullidas almohadas.

-Veo que lo de mi hermana te afectó el subconsciente. - comentó Ron con una media sonrisa en el rostro.

-El subconsciente, la mente, el sentido, la orientación, la ubicación, el corazón, el ánimo
¡TODO! ¡Ginny me está volviendo loco! No sé que voy a hacer si no me perdona
¡Lo intenté todo! - exclamó el pelinegro exasperado.-Ya no puedo con esto, si vuelvo a tener otra pesadilla con Andrea ¡te juro que me suicido! -terminó exagerando un poco.

-¿De verdad intentaste todo?

-Si
Le escribí una carta por día, le mandé un mensaje vía patronus, fui hasta su casa, incluso la llamé por teléfono, le he mandado una rosa cada día desde el sábado, pero por más que haga
¡no quiere escucharme! ¡No quiere saber de mí! ¡No quiere verme a la cara!

-Ginny es así amigo, debes comprender que debió ser muy duro para ella verte besándote con la rubia


-¡¡Que no me estaba besando con ella Ron!! ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?


**Flash Back**



Hermione y Ginny caminaban hacia la barra, mientras Harry y Andrea se quedaban en la mesa. El pelinegro contemplaba en silencio el lugar a la vez que una sonrisa iluminaba su rostro recordando la primera vez que había entrado allí, había sido con Hagrid hacía ya seis años. ¡Vaya! Seis años
Parece que fue ayer cuando


-Así que
Tu y Ginny son novios, ¿eh? - preguntó Andrea sacándolo de sus pensamientos.

-Si.-afirmó simplemente volviendo a la realidad y fijándose en ella nuevamente.

-Esa chica tiene un temperamento algo fuerte, ¿no crees?

-Eso la hace especial.-comentó Harry desviando su mirada hacia su novia, quien en ese instante sonreía encantadoramente.

-Estoy segura que tú y yo haríamos una pareja genial
-comentó de repente la chica, cruzando las piernas seductoramente, a la vez que lo miraba directamente a los ojos.

-¿Eso crees?-preguntó el pelinegro tratando con todas sus fuerzas de no ser maleducado.

-¡Por supuesto! Además, admitámoslo: soy mil veces más linda que ella
-Harry levantó una ceja al escuchar tal declaración. ¿Quién se creía ella? ¿La princesa de Inglaterra?

-Mira Andrea


-Andy - lo corrigió inmediatamente la chica.

-Como sea
Quiero que te quede bien claro que Ginny es la dueña de mi corazón y que nadie, repito: nadie, NUNCA le quitará su lugar, ¿entiendes? - preguntó furioso en un susurro, pues no quería armar revuelo, acercándose a ella por encima de la mesa.

-Nunca digas nunca, Harry querido
-susurró también acortando rápidamente la distancia que quedaba entre ellos, aprisionando su boca en un beso inesperado. Y como si la suerte estuviera a favor de la rubia cabeza hueca, justo en ese momento la pelirroja, quien charlaba alegremente con Hermione, desvió su mirada hacia aquel beso. La sorpresa de aquel bien calculado movimiento tomó a Harry tan desprevenido que tardó más segundos en reaccionar de lo que en cualquier otra situación hubiese tardado, dando suficiente tiempo a Ginny como para querer enviarle una maldición cruciatus a ambos. Sin embargo, y a pesar del nudo que sentía en su garganta, la pelirroja decidió desaparecer de allí. Cuando el pelinegro por fin reaccionó y sus ojos hicieron contacto con los de su novia, pudo ver reflejado bien claro en su mirada algo que le decía que iba a pagar un alto precio por ese desliz. Las chicas terminaron de desaparecer en el momento en que entraron los gemelos y Ron. Lo que pasó después, es historia.


**Fin Flash Back**



-¿Ves como no tuve la culpa? ¡Incluso estaba defendiéndola! - exclamó el pelinegro terminando de contar el relato por décima vez.

-Un beso es un beso Harry
Ginny se está aprovechando, y quién sabe lo que le falte por hacer
-comentó Ron, sembrando la semillita de la duda en su mejor amigo.

-¿Crees que aproveche ahora que está enojada conmigo para meterse con otro tipo? - dijo Harry pensativo.

-Ehmmm
¿prefieres la verdad o una mentirita? - preguntó el pelirrojo.

-¿La verdad? - respondió no muy seguro.

-Pues
la verdad es que no creo que Ginny sea de esa clase de mujeres. Conociéndola, sólo te está poniendo a prueba antes de perdonarte. Pero eso si, te aconsejo que no desistas, es más
Hoy en la noche sigue insistiéndole hasta que te perdone.

-Claro, eso es lo que haré. - aceptó Harry más animado. - Hablando de hoy en la noche
¿Estás preparado?

-Mmm
Pues
Más preparado no puedo estar. - comentó el pelirrojo señalando la pila de libros que estaba en su mesita de noche. - Pero igual, no sé
¿Y si no la convenzo Harry? - por dentro Ron estaba lleno hecho un manojo de nervios, pero claro, no iba a andar por ahí diciéndoselo a todo el que se le cruce por delante.

-¡Claro que la convencerás! Has aprendido muchísimas cosas nuevas, puedes desenvolverte en cualquier tema, tus modales son únicos, pasaste la prueba de la chica de la biblioteca - Ron se sonrojó al recordar cómo había convencido a Lorena por accidente. - Tienes un traje espectacular, tu físico está increíble, llegarás en un carro genial, limítate a hacer y decir todo lo contrario de de lo que harías normalmente y ¡listo! Todo saldrá bien
¡Lo prometo!

-Si, estaré bien
-afirmó tratando de auto-convencerse apretando distraídamente el pergamino que tenía entre manos.

-¡Cuidado con la invitación! - exclamó Harry, arrebatándosela a su amigo. Días atrás había llegado por correo atada con una fina cinta color plateado. Era de un tono morado claro, con una fina caligrafía en tinta plateada. Ron la había releído tanto que a pesar de que había llegado envuelta en un apretado tubo, ya estaba totalmente plana. - Recuerda que sin ella no podemos entrar.

-Harry, no creo que vayan a negarnos la entrada


-Es que cuando te vean no te van a reconocer
-dijo el pelinegro sonriendo.-Además, es mejor prevenir que lamentar. ¿Te imaginas que tengamos que quedarnos afuera por no tener la invitación? ¡Sería el colmo!

-Dale, ya
¡No seas exagerado! Ahora vamos a desayunar


-Si, está rarísimo que los gemelos no nos hayan llamado
-comentó poniéndose el primer t-shirt que encontró.

-Ah, es que hoy no abriremos la tienda nosotros
Es nuestro día libre.-aclaró Ron calzándose los tenis.

-Oh, es cierto
Sospecho que esos dos quieren acabar rápido hoy para poder alistarse y buscar a las chicas que llevarán.

-Si
-afirmó terminando de vestirse.- ¿Listo? Me muero de hambre
-comentó saliendo de la habitación en busca del desayuno.


**En un callejón de Londres
**



Ginny y Hermione respiraron profundo luego de poner bien los pies sobre la tierra. A pesar de que ya tenían tiempo apareciéndose, les costaba acostumbrarse a la sensación que esto producía, en especial a la pelirroja. Se acomodaron la ropa y el cabello y salieron decididas del callejón, caminaron unos cincuenta metros hasta llegar a una plaza conocida por Ginny, pues había ido muchas veces con sus hermanos. Estaba compuesta por cuatro edificios unidos en forma rectangular con una especie de parquecito con una fuente de agua en el medio. Ya eran las doce en punto, y puesto que tenían varias cosas que hacer antes de la hora de la fiesta, no tenían mucho tiempo que perder por lo que fueron directamente al tercer piso.

-Tenemos que hacer algo con tu cabello
-comentó Ginny.

-¿Qué tiene de malo? - preguntó la castaña mirando su reflejo en una de las vitrinas de las tantas tiendas del pasillo por el que caminaban.

-Que debes arreglarlo para esta noche, y no creo que una poción alisadora haga mucho
-comentó viendo el volumen del cabello de la aludida. - Hay que pasarle la plancha o algo


-¿La qué? - preguntó confundida la chica mientras imaginaba una plancha para ropa.

-La plancha
¿Sabes? Hay un salón de belleza muy bueno en el piso de abajo, fui el año pasado cuando


-¡Gin! Quedamos en que compraríamos los accesorios y regresaríamos enseguida


-Bueno, esto no tardará mucho. Es más, deberíamos ir antes de comprar las cosas
-aclaró cambiando repentinamente de rumbo y bajando por las escaleras más cercanas.

Cinco minutos después entraron a un local, bueno, cabe aclarar que Ginny arrastró a Hermione hasta allí, pero ya cuando estaba dentro quedó estupefacta al ver tantas mujeres lindas, con cabelleras perfectamente lisas o rizadas, con peinados estupendos, maquillajes sensacionales, que decidió dejar de protestar y observar en silencio a ver si copiaba algún que otro detalle de última hora mientras su amiga hablaba con la encargada.

-¿Puedo ayudarlas? - preguntó una rubia alta con una falsa sonrisa en el rostro.

-Ehmmm
Claro, queremos arreglarnos el cabello. - dijo Ginny.

-¿Ambas?

-Si. - respondió Hermione sorprendiendo a la pelirroja.

-¿Lavado y secado normal o quieren algún acondicionador especial? - preguntó la mujer entrando los datos en una computadora que tenia encima del mostrador.

-Para mi normal, pero para mi amiga, quisiera que le decoloraran algunos mechones de unos dos tonos más claros que su cabello. - respondió la pelirroja sin consultar a Hermione, quien iba a protestar, pero con tan solo una mirada de su amiga se quedó en silencio. - ¡Ah! Y por supuesto nuestras uñas


-¿Las uñas? - preguntó la castaña.

-¡Claro! Debemos estar como princesas - afirmó y mirando nuevamente a la empleada dijo - Manicure y pedicure para las dos.

-Perfecto. Pasen por aquí señoritas
-las guió por un pasillo.


**En la sala de los Granger
**



-Por fin se largaron
-comentó en voz alta Andrea parándose del sillón en el que había estado sentada.-Ese par ya me tiene cansada. - tomó una de sus manos a forma de marioneta -¡Hola! Soy Hermione... La sabelotodo insufrible de la familia y esta es mi amiga Ginny, -presentó a su otra mano- novia de Potter-salvé-al-mundo.-De repente se sienta nuevamente y con su pie derecho imita a Ron con una voz grave - Soy Ronald Mcdonald y estoy locamente enamorado Hermione pero ella es tan idiota que no se da cuenta. - con el pie izquierdo sigue su teatro de marionetas improvisadas- Y yo soy Harry Potter, salvé al mundo de quien-no-debe-ser-nombrado y estoy tan bueno pero aún así le hago caso a la pobretona de Weasley - y sin querer perdió el equilibrio cayendo de bruces hacia delante. Se levantó rápidamente y exclamó furiosa:

-¡Já! ¿Qué se piensan? ¡Creen que pueden vivir en su mundo en donde todo sale bien! ¡O sea! Esta noche las cosas serán a MI manera
-en ese momento sonó el teléfono.-¿Si? ¿Confirmación para el buffet de esta noche? Si, aún est
-se paró en seco. ¡Eso es! La forma perfecta de que todo salga mal. ¿Qué sería de una fiesta sin comida? -Digo, no
Ya no estamos interesados. Verá, es que hubo un problema y la fiesta se tuvo que cancelar, por lo tanto ya no necesitaremos de sus servicios
No, no se preocupen, para la próxima ocasión le llamamos
Si
Claro
Hasta pronto. - colgó. Segundos después el teléfono sonó nuevamente.-¿Hola?... Eres Dean, ¿no?... Oh, te habla la prima de Hermione. Ella no está en este momento pero me pidió que te dijera que ya había resuelto el problema de la música. O sea
que
¡exacto! No necesitará que seas el DJ esta noche
Si, es una lástima que hayas perdido tu tiempo grabando los discos, pero mi primita es así de olvidadiza, pero ¡bueno! Te espero en la fiesta
¡Au Revoir! - y antes de que el pobre chico terminara de protestar colgó con ese falso acento francés.

-Hay primita
Si crees que todo esta noche será un cuento de hadas, te equivocas
Veamos si resistes el estrés cuando todo te salga mal. Y yo estaré allí para lucírmela como tiene que ser. No te valdrá de nada el vestidito y la ayuda de tu amiguita. Porque, por más que la mona se vista de seda, caballo se queda
¿o era cebra? Da igual
-se dijo así misma con un ligero floreteo de la mano- Yo me quedaré con Harry y tu terminarás llorando. - sonrió malévolamente.- Bien, ya arreglé lo de la comida, la música y
por supuesto, los accesorios. - y de repente sacó del bolsillo de su pantalón una cajita dorada. -¡Qué fácil fue sacártelos! Como quitarle un dulce a un b


-¡Andrea! ¡Veo que encontraste los accesorios!-la señora Granger salió de la cocina encantada.-¡Oh! Hermione se pondrá tan feliz cuando lo sepa


-¡Si! - mintió la rubia mientras maldecía para sus adentros.

-¿Dónde los encontraste? - preguntó la mujer tomándolos suavemente de las manos de su sobrina, quien sonreía hipócritamente.

-Eh
Pues
estaban junto al control del televisor. - inventó rápidamente.-¡Probablemente los olvidó allí!

-Seguro que con los nervios por la fiesta de hoy tiene la cabeza en otro mundo. Bueno
Mejor los guardo y le aviso.-y tras eso último subió las escaleras hacia su dormitorio con el teléfono en mano.


**En la plaza**



Dos horas más tarde salieron de allí como nuevas. El cabello de Ginny había quedado súper ondulado y estaba tan largo que le daba casi por la cintura, sus uñas se veían sumamente delicadas con un color rosado pastel y unos diseños especiales en blanco, mientras que Hermione se veía irreconocible. Es más, cualquier persona que la hubiese visto antes del verano y la viera en ese momento no se le ocurriría siquiera pensar que era la misma amiga inseparable de Potter y Weasley. Ahora que se había arreglado el cabello de una forma diferente, el cambio en su persona se acentuaba más. Le habían puesto unos productos que le habían dejado el pelo completamente lacio y con un buen cepillo habían hecho que las puntas quedaran rizadas al final, le tiñeron unos cuantos mechones de rubio que brillaban tanto como el sol, le hicieron una pollina de lado que tapaba parte de su frente dándole un aire de misterio y elegancia a la vez. Se había puesto uñas a la francesa, por lo que las manos se le veían preciosas.

-¿Ves que bellas somos? - preguntó la pelirroja colocándose unos lentes de sol.

-¡Por supuesto! - afirmó su compañera imitándola mientras subían las escaleras nuevamente.-¿Hola? - el celular le sonó de repente.- ¿Qué? ¿En serio? Vaya
¡Eso es genial!.... Bien, nos vemos en un rato. ¡Adiós!

-¿Quién era?

-Era mi mamá
¡Dice que encontró la cajita! - exclamó felizmente la castaña.

-Wow
¡Eso está genial!

-Si, ahora busquemos un lugar para desaparecernos y
¿Ginny? - la castaña retrocedió unos pasos, pues su amiga se había quedado embelezada mirando la vitrina de una tienda de antigüedades árabes.

-¡Mira que belleza! - exclamó señalando un traje de belly dance que estaba en exhibición.

-Si, esta muy lindo pero


-¡Hermione! ¡Debemos comprarlo!

-¿Estás loca? ¿Para qué?

-¿Te imaginas lo espectacular que me vería en el?

-Si Gin, pero


-O mejor aún
¡sería una entrada hiper-extra-ultra-super-mega-genial para tu fiesta! ¿te imaginas? O sea
-utilizó el tono de su archienemiga alias Andrea- ¡Dejarías boquiabierto a todo el mundazo!

-Si, pero


-Ya lo visualizo - la pelirroja puso cara que estaba viendo el futuro- las luces se apagan, y te apareces en medio de la sala, las luces se prenden nuevamente y detrás del humo de colores sales tu ¡bailando belly dance!

-Me parece perfecto


-¿Verdad?

-Si, sólo hay un problemita


-¿Cuál? - preguntó extrañada la chica, pues a su entender el plan estaba perfectísimo.

-¡QUE NO SÉ BAILAR BELLY DANCE!


**En Sortilegios Weasley**



Los gemelos, Harry y Ron estaban sentados en la mesa del comedor del departamento. Jugaban cartas tratando de matar el tiempo. La verdad era que no tenían nada que hacer más que esperar a la noche..

-¡Ron! ¡Te toca! - exclamó Fred.

-¿Eh? - el chico estaba más perdido que Andrea en una clase de geografía.

-¡Que te toca jugar!

-Ah
-miro sus cartas- Paso


-Tienes una reina, juega con esa
-comentó Harry viendo las cartas de su amigo.

-Ah, si... ok.-aceptó distraído colocando la carta en la mesa.

-Ese es el cuatro de corazones


-¡Ron! ¿Qué te pasa? Estas como que
¡ido!

-¡No me pasa nada! - exclamó soltando un suspiro.

-¿Ah no? ¿Entonces por qué miras el reloj cada cinco minutos, estás distraído, parece como si tuvieras un tic nervioso porque no paras de mover el pie derecho, y suspiras como una niñita? - Ron dejó de mover el pie y se levantó de su asiento.

-Es que
¡Estoy nervioso! ¿Contentos? - declaró tirándose en un sillón y tapándose la cara con un cojín.

-¿Y por que estaríamos contentos? - preguntó George. - Vamos hermanito
¡Puedes confiar en nosotros!

-¡Por supuesto! Sabes que estamos aquí para ayudarte
-confirmó Fred.

-No lo sé
-dudó el chico.

-Oh, vamos
¿A caso no te lo hemos demostrado en estas vacaciones?-preguntó George.

-Si te refieres a hacernos trabajar a Harry y a mi para ustedes durante tres meses sin descanso, pues sí, ¡me lo han demostrado! - dijo sarcásticamente.

-Ah
¡pero gracias a eso estás más fuerte!

-¡Si! Nuestros consejos te han ayudado, ¿o no? Además, ¿crees que habrías logrado lo que has logrado en casa con mamá?

-¡Ese es precisamente el problema! - exclamó de repente Ron.-¡Aún no he logrado nada!

-Pero... ¿Y Lorena? ¡Con eso lo demostraste! ¡Esa chica no quería darte ni su nombre!

-No Harry, lo de Lorena fue pura casualidad
Me escuchó quejándome y accedió sin ningún problema a asistir a la fiesta. - admitió mirando fijamente a los demás- Los músculos ya los tenía, el traje me lo gané por haberlos ayudado con la tienda. ¡Todo lo que he hecho es pasarme horas en la biblioteca memorizando datos que ni siquiera sé si tendré oportunidad de mencionar! - exclamó tapándose la cara como gesto de frustración.-¿Cómo se supone que actuaré delante de ella? ¡Olvidaré todo! Saben como me pongo cuando siento presión por hacer algo bien, -recordó con fastidio la canción A Weasley vamos a coronar -simplemente sé que todo saldrá mal


-Ron, estoy seguro de que


-No, George
No quiero que me vengas con falsas esperanzas. Ya no sé si todo esto valdrá la pena
-dijo con un deje de tristeza en la voz. - Al final seguiré siendo el mismo pelirrojo pecoso que solo habla de quidditch y que nunca llamará la atención de Hermione. - se levantó lentamente del sillón.-Será mejor que me vaya haciendo la idea de que ella nunca me verá como algo más que un amigo
-y sin decir una palabra más, salió en dirección a su habitación.

-Nunca había escuchado a Ron así
-comentó George.

-Yo tampoco
Pero ya tengo la solución a todos sus problemas. - dijo Harry.

-¿En serio?

-¿Qué vas a hacer? - preguntó Fred.

-Ya lo verán, sólo encárguense de que esté vestido y bien arreglado a las ocho en punto. - dijo misteriosamente.-Regreso luego
-salió por la puerta principal dejando a los gemelos pensativos.

-Hablando de mujeres
-saltó de repente Fred tras unos minutos de silencio.-Debemos buscar a Anne a las ocho.

-Ron mencionó ayer que Lorena iría
-comentó aparentando poca importancia George. Pero la verdad era que esa chica le había llamado la atención de una forma extraña. No iba a perder la oportunidad de conocerla más a fondo esta noche.

-¿Crees que deberíamos pasar a buscarla también?

-Sería buena idea. ¡Sería un dos para dos! - exclamó entusiasmado.

-¿Y con quién te quedarás tú? - preguntó ansioso, pues a pesar de que ambas chicas le gustaban no quería armar una pelea con su hermano.

-Eso no es de tu incumbencia hermano. - respondió. Aún no se decidía cuál le gustaba más, por lo que no quería dar una respuesta de inmediato.

-Ok
-Fred se encogió de hombros. ¿Así que sería de esa forma? -¡Que gane el mejor!

-Así será
-dijo simplemente estrechándole la mano a su gemelo en forma de trato.

**Mientras, en la Residencia Granger
**



-
entonces cuando me despierto ¡hay un ramo de flores encima de la cama!

-¡Oh! Eso es tan lindo por parte de Harry
-comentó Hermione cerrando la puerta de la casa. Acababan de llegar, dejaron los bolsos y los lentes de sol encima de la mesa de la sala, tomaron asiento tranquilamente y continuaron con su conversación. Estaban inmersas en el tema de la pelea Harry/Ginny. La pelirroja no había tenido tiempo suficiente para contarle lo que había estado pensando a cerca de eso. Así que estaba poniéndola al tanto de los últimos intentos por parte su Romeo para hacer que ella (Julieta) lo perdonara.

-Si, muy dulce de su parte, pero que ni se crea que saldrá de eso tan fácilmente


-¡Que mala eres!

-¿Mala yo? No querida amiga
A los hombres hay que tenerlos comiendo de la palma de tu mano. Hay que hacerlos sentir que tú eres la que tiene el poder y quien domina la relación. ¡Y más aún cuando son ellos los que meten la pata! - terminó su mini-discurso feminista la pelirroja.

-Bueno, pero aún así pienso que


-¡Hola chicas! - la mamá de la castaña bajó las escaleras. -¡Qué bueno que ya están aquí! - exclamó acercándose a ellas y dándoles un abrazo de oso.

-Si, llegamos hace poco


-Que bien, porque el almuerzo ya está listo, ¿por qué no me ayudan a servirlo? - preguntó encaminándose a la cocina.

-¡Claro! - las chicas siguieron a la mujer a la cocina.

Media hora más tarde y con el estómago lleno, Andrea, los padres de la castaña, Hermione y Ginny se sentaron en la terraza a disfrutar del postre. Nadie hablaba mucho a excepción de los adultos, que conversaban entusiasmados sobre cierto descubrimiento científico en qué se yo qué parte del mundo que significaría un gran avance en la medicina muggle.

-
será todo un acontecimiento, nos ayudará en especial a los


-¿Mamá? - Hermione había recordado algo.

-¿Sí? - la mujer interrumpió lo que decía para prestar atención a su hija.

-¿Dónde encontraste los accesorios?

-Los encontró Andrea, querida.

-¡¿Quién?!

-Sí primita, los encontré tirados en medio de la sala, seguro que


-¡Ni siquiera insinúes la posibilidad de que YO los haya dejado ahí tirados! Porque sé muy bien dónde pongo mis cosas, no como algunas que dejan todo tirado en cualquier sitio como si tuvieran un sirviente caminando detrás de ella 24 horas al día


-¡Hermione! - exclamó su padre.

-¡Es cierto! - refutó enojada. Estaba hastiada de que ese rubia cabeza hueca pareciera un angelito delante de sus padres. -Es más, ¿quién me asegura que no fue ella quién los escondió?

-Oh, Hermy
No puedo creer que pienses eso de mí. - la ojiverde fingió una cara de asombro mezclado con pena. - Tú eres mi prima adorada, O sea
¡Nunca haría eso! - se levantó de su asiento y se fue de allí.

-¡Ya basta Hermione! - exclamó su madre.-¡Que sea la última vez que te escucho acusarla de algo tan grave como robo!

-Pero mamá, no sabes de lo que es capaz esa


-¡Dije que basta! - el semblante de su madre se endureció tanto que la castaña no pronunció otra palabra, es más, ni siquiera se atrevió a mirar a Ginny, quien sentada a su lado le susurró un casi inaudible mantén la calma. - Vas a subir inmediatamente a pedirle una disculpa a tu prima.

-¡Pero
!

-¡Nada! ¡No puedo creer que estés actuando así! Ella tan buena que es contigo
-Hermione bufó. Se levantó y sin mirar a sus padres entró a la casa.

-Primero muerta que pedirle perdón a esa zorra
-susurró furiosa camino a su habitación. Entró y azotó la puerta con todas sus fuerzas. Cinco minutos después tocaron a la puerta, iba a gritar a quién sea que fuese que se largara de allí, más no tuvo tiempo, pues la cara de Ginny se asomó por el marco.

-Herms, no quiero molestarte pero
-se notaba en su cara que quería estar haciendo cualquier cosa menos estar allí- tengo que decirte algo.

-Pasa Gin, es también tu habitación
Además, no es contigo con quien estoy molesta.

-Lo sé, pero es que pasó algo y no creo que vayas a estar muy contenta. - dijo terminando de entrar.-¿Me das tu varita? - pidió.

-¿Crees que te voy a atacar o qué? - A Hermione se le olvidó el enfado y sonrió a su amiga.-Vamos, ¡no puede haber algo peor que tener una prima como Andrea! Estoy lista para todo
¡Dispara!

-¿Qué?

-Que me digas que pasa
-aclaró.

-Bueno, es que tu mamá me dijo que te dijera que Andrea le dijo que el tipo del buffet le dijo que hubo un problema con la comida y que no podrían llegar a tiempo para la fiesta
En otras palabras, no hay comida para los invitados.

-¿Qué? - Hermione no daba crédito a sus oídos.

-Y eso no es todo
Dean llamó para avisar que a última hora se le presentó un problema con los discos y que


-¿No habrá música? - el semblante de la castaña palideció.

-Me temo que no
-Ginny se preparó para la explosión tapándose los oidos, que no tardó en hacer su aparición:

-¡NO PUEDE ESTAR PASANDO ESTO! ¡DIOS! ¿QUE FUE LO QUE HICE MAL?

-Herms, tranquilizate, ya verás que


-¿CÓMO QUIERES QUE ME TRANQUILICE? ¡¡PASÉ MESES PREPARÁNDOME PARA ESTA ESTÚPIDA FIESTA, SOLO PARA QUE EL MUNDO CONFABULE CONTRA MÍ!! - la chica empezó a arrojar todas sus almohadas al suelo.

-Pero


-¿SABES LO QUE ES DURAR TRES MESES, ¡TRES MESES GINNY!, SIN PROBAR NI UN SOLO DULCE? ¡NI UNO SÓLO! - colocó su dedo índice a tan solo cinco centímetros de la cara de la pelirroja.

-Sé que ha sido muy duro para ti, pero


-¡NO GIN! ¡NO QUIERAS SABER QUÉ TAN DURO HA SIDO! - puso una cara de maniática que hace que por poquito la pelirroja estallara de la risa.

-Vamos a resolverlo, no te
.

-¿CÓMO LO RESOLVEREMOS? ¡¿CÓMO SE SUPONE QUE ENCONTRARÉ UN DJ O UN BUFFET A TAN SOLO - consultó su reloj- CUATRO HORAS Y VEINTICINCO MINUTOS DE LA FIESTA?

-¡BASTA! - la pelirroja perdió la poca paciencia que tenía. - ¡Siéntate y escucha atentamente lo que voy a decirte! - la castaña en medio de su histeria obedeció a su amiga y se sentó a la orilla de la cama.- ¿Recuerdas aquel día cuando te prometí que te ayudaría a conquistar a mi hermano? - Hermione asintió levemente- ¡Pues hablaba en serio! ¡Y no voy a permitir que te desmorones cuando estamos así de cerca de llegar a la meta! Vas a quedarte tranquila y a relajarte, yo me encargaré de todo. ¡Soy una Weasley! Y sé exactamente lo que tengo que hacer
-tomó la varita de la castaña de encima de la cama y salió precipitadamente de la habitación.

Tras unos minutos, Hermione se subió a la cama, se sentó y cruzando las piernas adoptó al posición de la flor de loto, se colocó lo más recta que pudo, unió su pulgar y su dedo índice en cada mano y cerró los ojos en una pose de meditación.

-Ommm
Ommm
Relájate, todo saldrá bien, déjalo en manos de Gin
Ommm
Ommm



*****


Lugar: Residencia Granger
Hora: 8:15 P.M.
Estado: Nerviosismo Total

Ronald Weasley estaba parado en la puerta de la entrada. Fred, George, Lorena, Anne y Harry habían entrado hacía ya cinco minutos, más el se había quedado atrás a propósito. No sabía exactamente qué rayos hacía allí, lo único que tenía claro era que no quería hacer el ridículo esa noche. Sus nervios se habían calmado en gran medida, pues su mejor amigo, Potter, había resuelto el problema de que se le olvidaría todo. Esa tarde había aparecido con unos aparatos llamados micróponos o algo así. El plan consistía en que tendría un aparatito pequeñito en su oreja desde donde escucharía claramente las instrucciones que les darían los gemelos llegado el momento de abordar a la castaña. Eso facilitaría las cosas muchísimo. Sólo se limitaría a repetir lo que ellos le dijeran, agregando uno que otro comentario de su propio ingenio, y todo iría bien. Los habían probado antes de salir de casa, y funcionaban a la perfección, pero aún así se sentía inseguro. Presionó la alarma del Ferrari que estaba parqueado a unos metros, llamando la atención de los que apenas llegaban, asegurándose de que estaba bien cerrado. Se pasó la mano por el bien peinado cabello, se arregló la ropa lo mejor que pudo, (vestía el traje azul marino que había comprado una semana atrás, con la camisa blanca semi-desabrochada, los zapatos negros, un perfume embriagador y algo de gelatina en el cabello. Chicas: ¡estaba para morirse!), respiró profundo y tocó el timbre.

Una pelirroja que le resultaba vagamente conocida abrió la puerta.

-¡Ron! ¡Qué guapo estás! Vamos
¡Pasa! - Ginny le dio un fugaz abrazo a su hermano. Dejó la puerta abierta para que los demás invitados entraran sin necesidad de ir a abrirles.

-¡Gin! Estás
¡preciosa! - quedó sorprendido ante el vestuario de su hermana menor. Y es que claro, después de hacer el papel de súper heroína y salvar la fiesta, no podía ponerse cualquier cosa, ¿no? Llevaba un vestidito de lo más sencillo color crema, que se confundía con el color de su piel, corto más o menos a un palmo más arriba de la rodilla, sin tirantes y con un fino bordado de piedrecillas plateadas que bajaba desde su escote en forma de corazón hasta terminar en su cintura. Unas zapatillas blancas, y el pelo suelto hasta la cintura con algunas ondas, acompañado de un maquillaje sencillo, le daban el toque perfecto al atuendo.

-¡Gracias!... Los demás están por allí. - señaló un rincón de la sala.

El lugar estaba muy cambiado. Con un par de hechizos lo habían puesto el triple de grande y habían colocado una tarima especial al pie de las escaleras donde había un micrófono y unos cuantos instrumentos como batería y guitarra. Los muebles habían desaparecido y en cambio había muchas mesitas altas ubicadas estratégicamente en todo el lugar para poner los tragos e irse a bailar. El piso estaba cubierto de luces de todos los colores que formaban un gran círculo marcando la pista de baile. A un costado estaban las dos puertas de caoba abiertas de par en par que daba paso a lo que momentos antes era la biblioteca, pero que en ese instante era una sala para donde podías sentarte a conversar tranquilamente y/o a picar algo. La lámpara de cristal que colgaba del techo estaba siendo sustituida por una bola de luces móviles que alumbraba ciertos lugares más que otros. En una esquina había un pequeño bar, atendido por un sobrino del dueño del Caldero Chorreante, donde ibas y pedías lo que querías por cuenta de la casa. En la pared de fondo estaba la televisión de pantalla plana, la cual sorprendía a todos con la nitidez y calidad de imagen de los videos que pasaban, haciendo que te sintieras dentro de los mismos. Los ventanales de la terraza dejaban ver el área de la piscina, a la cual podías acceder bajando unas escaleras improvisadas. La decoración de todo era muy simple, colores pasteles predominaban, los pasamanos de las escaleras tenían enredadas delicadamente trozos de tela de colores.

Poco a poco el ambiente de fiesta fue inundando la habitación a medida que los invitados llegaban y dejaban la timidez de lado. Ron se mantenía en silencio, al margen de la conversación que mantenían los gemelos, sus acompañantes, Ginny y Harry. Observaba detenidamente a todos los presentes, evaluando sus comportamientos (por así decirlo) de una forma u otra. Se fijó en Lavender Brown. ¿Soy solo yo o esa chica luce más zorra de lo normal? ¿Cómo había sido capaz de salir con ella? Un momento de torpeza supongo
Llevaba una blusita morada con tirantes y una minifalda blanca acompañadas de unas zapatillas del mismo color que su blusa
Charlaba animadamente en el centro de la pista junto a su inseparable amiga Parvati Patil, cuya gemela estaba a unos metros de distancia entretenida con Seamus, ambas llevaban una túnica de color rosado fucsia cuya única diferencia radicaba en los diseños, pues eran prácticamente idénticas, al igual que su pelo recogido en una larga trenza. A su izquierda Cho Chang se veía muy alegre de brazos de un chico de Ravenclaw que Ron reconoció como jugador de quidditch. Y pensar que Harry llegó a salir con ella
Más a su izquierda había un grupo de aproximadamente diez Slytherins. Zabini, algunos miembros el equipo y por supuesto Draco Malfoy lideraban la charla. Las mujeres se reían como tontas de cada comentario que hacían, sin embargo, del brazo del rubio platinado no colgaba Pansy Parkinson como era de esperarse. Al contrario, ésta miraba resentida a la chica que en ese momento agarraba de manos a Malfoy. Medía un metro setenta, era de tez clara, cabello castaño oscuro al igual que sus ojos. Sonreía plácidamente vestida con un discreto vestido negro con un pequeño escote y se movía con gracia. Bueno, debemos darle un poco de mérito a la serpiente. La chica no está nada mal
A la derecha un grupo de los que antes iban a séptimo en Hogwarts, pero que ahora que estaban graduados hablaban sin cesar con tragos en mano, chicas y chicos, sin distinción de casa. Reconoció a una muchacha de cabello castaño oscuro, piel blanquecina y traje de color verde pálido. Su nombre era Sabrina, iba a la casa del te Hufflepuff y estaba hablando amistosamente con Katie Bell, antigua Griffindor.

Un grupo de muchachos de edades comprendidas entre los diecisiete y veinte años estaban ubicados cerca de los equipos de música. Dos de ellos llevaban traje formal, con saco y corbata, mientras que sólo uno usaba un traje negro, al igual que su cabello, con una camisa naranja encendida que lo hacía ver extremadamente apuesto. En medio de ellos se encontraba una chica de cabello negro, cortado en capas hasta un poco más allá de los hombros, ojos marrones casi negros y de estatura media. Vestía un pantalón negro de tela suelta con una blusa de mangas largas, color verde pálido, con los hombros al descubierto. Ginny, al percatarse de la cara de interrogación que ponía su hermano, aclaró:

-Los conocimos durante el verano
Los cuatro trabajan en un café, en una plaza cerca de aquí.

-¿Ah sí? - preguntó Harry mirando a Ginny suspicazmente.

-Sí, y si quieres mi opinión, son geniales y esos chicos están buenísimos
-completó maliciosamente observando la cara que ponía su novio. - Ahora que lo recuerdo, voy a charlar con ellos un rato


-Pero
¿y yo?

-¿Tu qué?

-¿Con quién me quedo? - Harry puso cara de niño bueno.

-Pues con los otros
O mejor aún, ¡búscate a Andrea para que te acompañe!-y salió en dirección de Joan (rubio), Michael (castaño cabello ligeramente largo), Gabriela y Arturo (de cabello y ojos negros, con un porte sensacional), al verla, éste último la saludó con un abrazo muy cariñoso y de inmediato se puso a hablar con ella como si la conociera de toda la vida, haciendo que a Harry le salieran humitos por las orejas.

-Huy
Parece que alguien está celoso
-comentó con voz cantarina Anne, al fijarse en la escenita. Esa noche llevaba puesto un vestido de una fina tela, de color blanco, con un cinturón ancho color rojo encendido, haciendo juego con unas zapatillas de aguja de la misma tonalidad, unas argollas gigantes y el cabello castaño semi-recogido en un moño dejando unos cuentos rizos fuera le daban un toque muy chic a su aspecto. -¿Qué le habrás hecho a la pobre chica?

-Yo nada
-respondió inocentemente mirando a su interlocutora.

-¡Já! Esa no te la crees ni tu
-comentó en son de burla Lorena. Se veía espectacular en un vestido, un amarillo especial que contrastaba con su color de piel, de mangas anchas y escote en V estilo japonés, el cabello negro suelto hasta la cintura, unas zapatillas de plataforma cruzadas hasta la rodilla y un maquillaje que acentuaba sus ojos rasgados haciéndola parecer una auténtica Geisha.

-Digamos que Harry fue embaucado por una rubia
-dijo Fred.

-Sin cerebro
-completó George.

-Pues creo que algo de cerebro debe tener como para lograr que la pareja más feliz del mundo mágico se pelee
-de la nada, apareció la autora de esta historia, es decir, ¡yo! Y préstenle mucha atención a la descripción de mi vestuario: Un corsés negro bien ajustado dando a conocer mis muchas curvas (Cof Cof
) con una minifalda del mismo color que dejaban ver unas piernas muy torneadas (Cof Cof
N/A: Más le vale a Lo y a Tuto que no digan lo contrario en sus reviews. ¡¡Shhh!! Que no está tan lejos de la realidad, ¡Jum!) Mi cabello negro, lacio, brilloso y sedoso cayendo libremente por mi espalda, un maquillaje súper sencillo y unas zapatillas plateadas que me hacían ver más alta de lo normal. Sonreía felizmente. ¡Wow! Todos se quedaron mirándome. Apuesto que es porque soy muy hermosa. ¡Wow! ¡Cuánto me amo! =)

-¿La estás defendiendo? - preguntó Harry.

-No, para nada
Sólo digo, que tal vez no sea tan cabeza hueca como todos piensan.

-Tienes que admitir que pocas neuronas ha de tener para hacer algo así
-comentó Anne.

-¡Estoy de acuerdo contigo! - exclamó Lorena. -Cambiando un poco de tema
¿Cuándo ponen la música? ¡Tengo unas ganas de bailar
!

-Seguro que muy pronto princesa
¿Ya te dije que te ves hermosa esta noche? - preguntó seductoramente George.

-Eh
Si, pero es bueno que me lo repitan de vez en cuando
-comentó picándole un ojo al pelirrojo.

-Chicas, ¿quieren algo para tomar? - preguntó Fred haciendo que su hermano dejara de ser el centro de atención.

-Sí
-respondieron al unísono.

-Pues, vamos a ello
-con una sonrisa pícara y ofreciendo un brazo a Lorena y a Anne espero que cada una se aferrara a él para llevárselas a ambas dejando a su gemelo con Harry y Ron.

-¿Competencia fuerte, eh? - preguntó Harry.

-¡No por mucho! - y tras decir eso siguió su gemelo por las puertas de caoba.

-Me pregunto cuando saldrá Herms
-comentó en voz alta Ron luego de unos minutos.

-Ni idea, pero me alegra que mi dolor de cabeza aún no haya aparecido


-¿Te refieres a Andrea?

-¡Claro! Mira que si Ginny me ve cerca de ella puedes asegurar que no


-¡Su atención por favor! - gritó una voz por encima del ruido. Todos miraron hacia las escaleras.

-Hablando de la reina de roma
-Harry susurró con fastidio.

Parada en el descansillo de las escaleras en forma de Y, una rubia de ojos verdes con aires de grandeza y de autosuficiencia comparables a los de Draco Malfoy sonría abiertamente. Debemos admitir que la condenada estaba simplemente bellísima con el atuendo que llevaba. Era un traje carísimo de color azul cielo. Empezaba con un pronunciado escote, sin tirantes, cubierto de piedrecillas azules y verdes por todo alrededor. Se ajustaba tan perfectamente a su cuerpo de modelo que parecía que lo habían hecho encima de ella. Las piernas quedaban al descubierto con un rajado en la derecha. Un fino colgante pendía de su cuello y unos diamantes en sus orejas hacían juego con sus delicadas zapatillas que parecían hechas de cristal. (N/A: Hay que odiarla un poco más por verse tan bien, ¿no creen?) - Mi nombre es Andrea, y junto a mi queridísima, dulce y tierna prima Mione, hemos preparado esta fiesta para ustedes, así que espero que la dis
¡¡Ahhhhh!! - se cortó repentinamente al sentir como alguien la tomaba por el cabello bruscamente y la bajaba casi arrastrando por las escaleras. -¡Ginny! ¿Qué te pasa? ¡¡Ouch!! ¡O sea me vas a arrancar el cabello
!

-¿Ah si? ¡Lo siento! ¡No me di cuenta! - bramó furiosa la pelirroja llevándola al centro de la habitación ante la mirada expectante de todos.-¡Puedo permitir que hayas arruinado nuestras vacaciones, permitir que estés con nosotras 24 horas al día fastidiándonos la paciencia, puedo aceptar incluso tus cuentos estúpidos de tus viajes por alrededor del mundo, puedo escucharte hablar de todas las tonterías con tu tonito superficial que tanto me irrita, puedo tragarme el hecho de que no te soporto, puedo dejarme aplastar por ti solo para no molestar a los padres de Herms


-¡Hay pero suéltame! - exclamó tratando de zafarse del brazo de la pelirroja, quién la tenía agarrada por la muñeca como si se le fuera la vida en ello.

-¡Cállate que no he terminado! - la sala volvió a estar silenciosa.- ¡Saber que has sido tú la que has tratado de sabotear la fiesta, quedarme tranquila y arreglarlo. Puedo aceptar que eres una indeseable, estúpida, egocéntrica, cabeza hueca, que solo tiene dos dedos de frente, puedo incluso dejar que te metas con MI novio si eso es lo que tanto quieres
-continuó - Pero, lo que NO voy a permitir es que te adueñes de la fiesta que con tanto trabajo Hermione preparó, no TÚ! Y menos aún quitarle el protagonismo
Así que vamos a ver si te arrinconas como la p


-¡No voy a dejar que me trates así! O sea
¡Tengo más derecho que tú en esta casa!

-¿Ah sí? ¡Yo te voy a dar un poco de derecho! - y sin más preámbulos se abalanzó sobre ella. Ginny perdió la poca cordura que le quedaba. La tiró al suelo y se le encaramó encima. La rubia solo pedía ayuda tapándose la cara mientras que entre gritos pedía que se la quitaran de encima.

-¡¡Ahhhhh!! ¡Cuidado con mi vestido! ¡Es un Chanel clásico!

Diez segundos más tarde ambas estaban en esquinas distintas. Parecía un Rin de boxeo. Andrea se quejaba de que le habían roto una uña y se le había desordenado el cabello y corrido el maquillaje, mientras que la pelirroja estaba enterita y sin ningún rasguño, sonriéndole desde el otro extremo, mirándola con tanto odio que estaba segura que la tonta esa no intentaría nada más por esa noche. Y si lo hacía, se las vería con ella.

-¿Qué me están mirando? - preguntó a los gemelos.

-¡Nada! - respondieron al unísono alejándose unos metros de ella.

-Ya sabía que habías tardado mucho en explotar
-comenté yo, parandome a su lado.

-Si Lu, sé que sobreactué algo, pero es que


-¿Sobreactuar? ¡Pero si ha estado genial la pelea!

-¿Eso crees?

-¡Obvio que sí! Apuesto a que muchas de las chicas que ahora están leyendo esto hubiesen hecho lo que sea por estar en tu lugar y agarrar a Andrea por el cuello como un pavo en día de Acción de Gracias.

-Ah, bueno
¡Que alivio! Y yo que pensaba que había actuado mal
En fin, ¡que empiece la fiesta! - y sin más, las luces de la sala se apagaron totalmente. Muchos susurros y grititos de expectación llenaron el ambiente.

De repente, en el centro de la pista de baile, apareció una figura cubierta por mucho humo. No se distinguía su cara, pues al igual que su cuerpo estaba tapada por un velo negro. Las luces de colores se encendieron enfocándola, al tiempo que la canción Ojos así de Shakira empezaba a sonar por todas partes. La chica dejó caer el velo que la cubría, dejando a todos sin respiración. ¡Era Hermione Granger! No, no podía ser
¡Simplemente no podía serlo! Vestía un traje de Belly Dance color rojo fuego, y es que claro, era de esperarse que todos se sorprendieran contando con tan sólo un sostén desde donde colgaban cientos y cientos de lentejuelas y cuentas doradas, mientras diversas telas que hacían el papel de falda, dejando sus piernas levemente a la intemperie. El cuerpo se le veía espectacular. Su abdomen que siempre había sido plano, ahora estaba totalmente torneado y una marcada cintura lo dividía en dos. Sus ojos estaban completamente enmarcados por un lápiz negro, sus pestañas lucían alargadas, su cabello estaba perfectamente liso, su piel brillaba debido a un gel con escarcha que se había puesto, estaba
estaba
estaba
¡wow!

La chica comenzó a moverse al compás de la canción sensualmente, colocó sus brazos entrelazados por encima de su cabeza y empezó a bajarlos lentamente con movimientos circulares de la muñeca. Batía su cuerpo empujando sus caderas de arriba abajo o de lado a lado.


Ayer conocí un cielo sin sol
y un hombre sin suelo
un santo en prisión
y una canción triste sin dueño
ya he ya he ya la he
y conocí tus ojos negros
ya he ya he ya la he
y ahora sí que no
puedo vivir sin ellos yo



Empezó a hacer vibrar su cuerpo rápidamente sólo con juntar sus piernas y levantándolas de una a la vez, agitando sus caderas. Jugaba con su cabello suelto y hacia movimientos circulares con sus manos. Encajaba y desencajaba la cadera rápidamente. No miraba a nadie en especial, más sus ojos desprendían un brillo, un fuego, increíble.


Le pido al cielo sólo un deseo
que en tus ojos yo pueda vivir
he recorrido ya el mundo entero
y una cosa te vengo a decir
viaje de Bahrein hasta Beirut
fui desde el norte hasta el polo sur
no encontré ojos así
como los que tienes tú



La canción seguía sonando. Nadie era capaz de mover un solo músculo. Todas las miradas estaban centradas en aquella mujer que es este momento realizaba tales movimientos como dislocarse para un lado, con las dos piernas en media punta y cruzadas. Viraba la cadera para adentro con la pierna del frente en cuanto la de atrás era arrastrada para el lado. ¿Cómo diablos podía hacer algo así?


Ayer vi pasar una mujer
debajo de su camello
un río de sal y un barco
abandonado en el desierto
ya he ya he ya la he
y vi pasar tus ojos negros
ya he ya he ya la he
y ahora sí que no
puedo vivir sin ellos yo



Mientras seguía bailando, mantenía con los ojos cerrados, concentrada, y sin que nadie se lo esperara los abrió y comenzó a hablar en una lengua extraña, recitaba justo al parte que ese instante sonaba. Su voz sonaba tan sensual que los hombres no podían dar crédito a lo que veían y escuchaban.


Rabbou ssamai fika rrajaii
fi ainaika ara hayati
ati ilaikoum ya baladaho
arjouka Rabbi labbi nidai
viajé de Bahrein hasta Beirut
fui desde el norte hasta el polo sur
y no encontré ojos así
como los que tienes tú



Logró un efecto sensacional cuando su abdomen al igual que todo su cuerpo empezó a vibrar. Su respiración se tornó rápida y agitada.
Y sin que nadie lo previera, terminó su acto con un giro sobre sí misma, se agachó, el tintineo de su ropa cesó y se quedó quieta mirando fijamente a los ojos a una sola persona: Ron.



Capítulo 15.


-¿Vestido despampanante capaz de dejar a cualquier hombre babeando? Listo. ¿Peinado casual ligeramente desordenado? Listo. ¿Zapatillas únicas que nadie más tiene? Listo. ¿Accesorios y maquillaje sencillamente perfectos? Listo. ¿Perfume que haga que me recuerden por siempre? Listo. ¿Actitud de soy una súper modelo y no un ratón de biblioteca? Listo. - Hermione caminaba de un lado a otro de su habitación, mientras revisaba una pequeña lista de las cosas que tenía totalmente prohibido olvidar. Se detuvo frente al espejo de cuerpo entero, dio una última mirada a su atuendo, y satisfecha con lo que vio se dirigió a la puerta. - Es hora de dejar a todos boquiabiertos
Otra vez.

Salió de su cuarto. Caminó por el pasillo y se detuvo antes de empezar a bajar las escaleras. Echó un vistazo hacia abajo. Algunos estaban en el bar o comiendo, otros conversaban animadamente, pero la mayoría estaba en medio de la sala, bailando al ritmo de una banda que había encontrado Ginny en el último minuto. ¡Vaya! Esa chica sí que se las arreglaba para conseguir lo que ella quería. Tengo que seguir su ejemplo

Respiró profundamente y empezó a bajar las escaleras.


*****



-¡Harry! ¿La viste? ¿Viste cómo se quedó mirándome cuando terminó de bailar? Amigo, estaba
estaba
¡wow! - Ron estaba que casi daba saltitos de la emoción. No podía creer que ésa chica que diez minutos atrás había aparecido en medio de la pista con ese sensual baile que le había vuelto loco, era la misma con la cual había pasado seis años de su vida.

-No sé
¿Estás seguro que te miraba? ¡Podía haber estar mirando a cualquiera! - exclamó Harry en tono de burla, aunque también estaba más que impresionado con la entrada de su amiga.

-¡Te digo que si era a mi! - reiteró el pelirrojo.

-Ya
Puede que haya sido a ti, pero
-su amigo le dirigió una mirada de reproche.-¡Bueno, ya! ¡Sólo bromeaba! Definitivamente te miraba a ti
-le dio una palmada en el hombro.

-¿Qué haré cuando baje?

-¿Cómo que qué harás? ¡Hablar con ella!

-¡Si! Pero es que
¡actuaré como un estúpido! - su interlocutor le sonrió irónicamente. - Vale
¡Más estúpido que de costumbre!

-Creía que ya habíamos resuelto ese inconveniente de quedarte sin palabras delante de ella
- señaló el auricular que yacía en la oreja derecha del pelirrojo. - Fred y George estarán atentos para auxiliarte si te trabas. Sólo apégate al plan y listo.

-Está bien


-Ahora brindemos por el éxito de esta noche. - chocaron los vasos que estaban a rebosar de whisky de fuego. - Y porque
¡wow! - se cortó al ver bajar a alguien por las escaleras.


*****



La música era el único sonido que se escuchaba en toda la casa, sin embargo, ya nadie bailaba, caminaba o hablaba. Parecía que todos se habían quedado mudos, perplejos ante la mujer que se encontraba ahora en el descansillo de las escaleras en medio de la sala. Aquellos que todavía no se terminaban de creer su aparente transformación luego de su tan espectacular entrada, quedaron ensimismados, atrapados ante la imagen de la chica totalmente despampanante que se presentaba frente a sus ojos.

-Huy
¡Pero que silencio! - exclamó con un deje de ironía en la voz.

Un vestido color plata brillante caía desde la parte de atrás de su cuello, dividiéndose en dos triángulos que cubrían cada seno, dejando un tremendo escote en forma de V en su pecho. Llegaba hasta su diminuta cintura y en vez de soltarse y coger vuelo, se ceñía más a su figura, acentuando sus caderas y cortándose un palmo antes de llegar a sus rodillas. El cabello, antes suelto, quedó semi-recogido en un moño, del que caían juguetonamente largos rizos hasta sus descubiertos hombros. Su espalda estaba completamente desnuda a excepción de una flor sumamente pequeña y delicada que estaba tatuada con puntos color fucsia en la parte baja de la misma. Su cuerpo bronceado, al igual que sus piernas alargadas mediante unas finas zapatillas también color plata, no tenían nada que envidiar a cualquier Miss Universo. En su cuello llevaba una cadenita de la que colgaba un fino dije en forma de la famosa Torre Eiffel. Unos pendientes largos con la misma forma caían de sus orejas, atrayendo la atención hacia su cara, que estaba maquillada maravillosamente. Sus ojos perfectamente delineados, parecían como enmarcados bajo unas pestañas alargadas, la sombra combinada que empezaba de un color rosado fuerte y se iba difuminando por todo el párpado hasta volverse plateada, en el rabillo de cada ojo brillaba una lagrimita artificial que le daba un toque sensual a su mirada, los pómulos iban acentuados con un tono rosado y sus labios con un brillo del mismo color. ¿Podría estar más hermosa?

Sonrió abiertamente a todos y lo más pausado que pudo, un pie delante del otro, terminó de bajar las escaleras que le faltaban hasta el primer escalón.


*****



-Y
¿Qué opinas, hermanito? - preguntó Ginny acercándose a Ron, que seguía parado en el mismo lugar en el que momentos antes había estado brindando amenamente con Harry. No se había movido ni medio centímetro, tenía la vista perdida en el centro de la sala, justo donde Hermione saludaba a todos con una sonrisa encantadora. - ¿Hola? La tierra llamando a Ron
¡Responda! - la pelirroja le pasó la mano frente a sus ojos un par de veces, más él ni siquiera pestañó.

- Creo que debes tomar eso como un En este momento no puedo atenderte, estoy demasiado embobado mirando el cuerpazo de Hermione como para dedicar unos minutos a hablar contigo. Deja tu mensaje después del tono y talvez, solo si me acuerdo de quien eres, te buscaré
Piiii
- bromeó Anne colocándose al lado de la pelirroja.

-Si, creo que tardará unos minutos más en reaccionar
Mejor vamos a buscar algo de tomar. -sugirió Ginny, mirando de soslayo al pelinegro, quien abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró. Ambas chicas se caminaron en dirección al bar, dejando al pelirrojo en su estado de trance e ignorando olímpicamente a Harry.

-Mira
¿Y a ustedes qué les pasa? - preguntó la castaña cuando empezaron a cruzar por medio de una marea de gente que poco a poco se integraba a la centro de la pista, aún comentando lo sucedido con la anfitriona de la casa, a penas cinco minutos atrás.

-¿A quiénes? - preguntó la pelirroja.

-Vamos, no te hagas la inocente
Algo va mal entre Harry y tú, se les nota de sobra


-Es que quiere que lo perdone luego que se besó con la arpía esa - señaló con la cabeza a una rubia que estaba sentada en una esquina con cara de pocos amigos.

-Y yo que creía que Harry era un santito
-comentó Anne.

-De santito, ¡ése no tiene nada! - exclamó haciendo que su interlocutora sonriera.

-¿Qué les sirvo? - preguntó el muchacho que atendía la barra, cuando llegaron hasta ella.

-Para mí una cerveza de mantequilla. - dijo Ginny. - ¿Y tú?

-Yo quiero una soda. - la pelirroja la miró extrañada y ya iba a preguntar qué rayos era eso, cuando Lorena se les unió.

-¡Que calor hace! ¿Me das una botella de agua, por favor? - pidió al muchacho. -¡Deberían bailar un rato! La música está de lo mejor
-tamborileaba en la barra al ritmo de una canción muy movida.

-Claro, sólo vinimos por algo de tomar
-aclaró Anne. - Iré por Fred para bailar


-Ah
¿por Fred? - Lorena dejó de tamborilear bruscamente.

-Si, ¿hay algún problema en que lo invite a bailar? - preguntó levantando una ceja.

-No, para nada
Es que
¿Segura que no prefieres a George?

-Bueno, la verdad es que


-Hay
¡no me digan que se van a pelear por Fred! - exclamó Ginny incrédula. - ¡Si George y él son iguales!

-Es justo lo que les he estado diciendo
-comenté yo, uniéndome a la conversación. - Hey guapo, ¿me das un vaso de zumo de calabaza? - pregunté al chico que no se perdía palabra de la conversación de las cuatro mujeres que tenía enfrente.

-¿Pelearnos por Fred? ¡No, que va! - Anne miró fugazmente a Lorena, con cierto destello maligno en los ojos. - Si nosotras somos chicas con clase


-¡Exacto! No caemos en esas bajezas
-dijo la morena de ojos rasgados, aparentando poca importancia, sin embargo una mirada calculadora fue directamente hacia los gemelos.

-¡Hola chicas! - Hermione llegó hasta ellas caminando como toda una modelo.

-¡Herms! ¡Estás bellísima!

-Gracias Lu, igual tú
-me dijo. (N/A: ¡Esta chica si que me cae bien! Y no es porque alabe mi vestuario, ni nada. ¡Lo juro!)

-Así que tú eres la famosa Hermione
-dijo Lorena.

-Hemos escuchado mucho de ti. - completó Anne.

-¿En serio? ¡Un placer conocerlas! - no tenía ni la menor idea de quiénes eran aquellas dos chicas que parecían saberse toda su vida, pero no tenía tiempo de preguntar cómo, cuándo ni dónde, había cosas más urgentes. - Hey, Gin
¿cuándo crees que pueda
? - dirigió una mirada disimulada al pelirrojo que estaba hablando con Harry al fondo.

-¿Hablar con él e iniciar todo?

-Si. - contestó un tanto avergonzada la castaña, ante la mirada asombrada de Anne y Lorena.

-Pues, creo que deberías esperar un rato, para hacerte la importante, ya sabes
-contestó como si fuera lo más normal del mundo. - Ayudaría mucho si fueras a hablar con otros chicos primero. ¡Y no pongas esa cara! Ve y socializa con todos, y déjalo a él para el final


-Bueno
-aceptó a regañadientes la chica. No tenía mucha prisa por acercarse a él, pero prefería salir de eso pronto o la ansiedad de no saber su reacción al verla, la iba a terminar matando. - Espero que sigan pasándola bien
¡nos vemos al rato! - se despidió encaminándose hacia el grupo mixto de chicos y chicas que estaban en el lado opuesto de la sala.

-¿Ella quiere llamar la atención de Ron? - preguntó Anne mirando como se alejaba.

-Si. - confirmó la pelirroja, tomando un sorbo de su bebida.

-¿Y por casualidad no cambió todo su aspecto y su personalidad para conquistarlo? - preguntó Lorena recordando cierta conversación que tuvo con cierto pelirrojo en cierta biblioteca.

-Así es
Pero, ¿cómo sabes tú eso? - se sorprendió Ginny.

-Es que
creo que Ron y Hermione no piensan tan distinto después de todo
-respondió Anne recordando la conversación que tuvo con los gemelos cuando Ron compraba su traje.

-¿Qué quieren decir? - preguntó la pelirroja confundida.

-Está diciendo que Ron también tiene un plan para conquistar a Hermione. - aclaró Lorena.

-¿Qué? - Ginny levantó las cejas.

-Si, Ron está profundamente enamorado de ella
-confirmó Anne.

-Pero
pero
¿Por qué no me dijeron? - preguntó con tono acusador a nadie en específico. - ¡Nos hubiésemos ahorrado muchas cosas!

-Yo lo supe hace sólo una semana
-se defendió Anne.

-Yo hace dos semanas, pero no sabía que ella también estaba haciendo lo mismo. - aclaró Lorena.

-¿Y tú Lu, que excusa tienes? - la pelirroja se volteó hacia mí, interrumpiendo mi intento de escape express y me mirándome con ganas de matarme, hacerme picadillos, prenderme fuego y enterrarme, y no precisamente en ese mismo orden. -¡Lo sabías desde siempre! ¿Por qué no me dijiste?

-Eh
Bueno, yo
este
¡Oh! ¡Acabo de recordar que dejé la estufa encendida! Mejor voy y la apago antes de que se incendie todo
¡Adiós! - y escabulléndome lo más rápido que pude, me perdí en dirección opuesta a la cocina, pasando entre el grupo de gente que saltaba animadamente en medio de la pista.

-¡Arrrg! - exclamó Ginny. - ¡Tenemos que decirle! - exclamó una enfadada pelirroja dirigiéndose otra vez a Lorena y Anne.

-Pero Gin, ya lo echo, echo está
-trató de persuadirla Lorena.

-Es cierto. - afirmó Anne.

-Además, ¡mira que linda se ve esta noche y que confiada está! Creo que valió la pena esos cambios.

-Y la cara de bobo que tenía Ron cuando ella apareció, no tiene precio.

-Talvez tengan razón. -admitió Ginny más tranquila. - Pero cuando se entere
no quiero ni imaginar lo que pasará.


*****



-¡Ron! - los gemelos Weasley caminaban hasta su hermano menor, que se movía nerviosamente de un lado a otro. Harry había dicho no sé qué sobre una pelirroja que le sonaba de algo, para luego desaparecer hacia ya un rato por ahí.

-¡Que bueno que aparecen! - exclamó el aludido, deteniéndose por fin. - Creía que me iban a dejar solo en esto.

-¿Cómo haríamos eso? Si somos tu soporte en esta misión
-dijo Fred sentándose en la mesa más próxima.

-¡Claro! Jamás te haríamos algo así
-confirmó George sentándose próximo a su gemelo y haciendo que Ron bufara.

-Y dime, ¿estás nervioso? - preguntó Fred.

-¿Nervioso yo? ¡No! Para nada
Sólo me estoy haciendo encima
Pero nada grave. - contestó sentándose también a la mesita.

-Ah, que mal escuchar eso
-comentó sin captar el tono sarcástico de la frase.

-¿Por qué? - preguntó su hermano menor.

-Es que los nervios son una buena señal. - aclaró George.

-Aparte de que sería sumamente aburrido no estar nervioso cuando estas a punto de hacer algo tan grande
¡Estás a minutos de poner en marcha todo lo que has estado planeando por tres meses!

-Sabiendo que cualquier movimiento o palabra en falso podría echar todo por la borda


-Dejando en cero tus posibilidades de tener algo más con la chica de tus sueños


-Incluso de seguir siendo su amigo


-Por supuesto, dado que eso arruinaría todo rastro de amistad.

-Yo estaría más que nervioso si tuviera que probarle a la mujer que en verdad me importa, y que encima es mi mejor amiga, que soy el candidato perfecto para ella


-Y más si es tan inteligente como Hermione


-¿Has visto lo linda que está esta noche?

-Vaya que está deslumbrante


-Algo intimidante aparte


-Para resumir, estas arriesgándote a todo en esto
-terminó Fred

-¡Wow! Si antes no estaba pudriéndome por los nervios, ¡me retracto! Gracias por recordarme todo lo que podría perder
¡Es un verdadero alivio saber que puedo ponerme tan nervioso! Ahora ya no me siento presionado, en serio
-Ron imprimió cada palabra con todo el sarcasmo que fue capaz.

-¡En fin! -continuó sin hacer caso al tono que usó su hermano -Vinimos a decirte que con las orejas extensibles escucharemos todo lo que hablen, y con esto que consiguió Harry - señaló un pequeño micrófono en forma de lapicero que su gemelo traía en el bolsillo del traje - te daremos instrucciones y las escucharás por el aparatito que ya tienes en la oreja.

-Vale


-Ahora nos alejaremos para probar si sigue funcionando. - ambos gemelos se sentaron varias mesas a la derecha. Sacaron unas cuerdas largas de extraña textura y color piel, las deslizaron por debajo de la mesa hasta dónde estaba sentado Ron y acercaron sus rostros a la punta del lapicero.

-¿Hola? Uno, dos, tres
¡Probando!
- un ruido agudo casi deja sordo a su hermano menor. - ¡Oupss!

-Creo que no hay necesidad de hablar tan de cerca
-susurró Ron sobándose la oreja derecha.

-¡Eso quiere decir que sí funciona bien!

-Si, los oigo fuerte y claro


-Perfecto, porque el cisne va directo al nido


-¿Qué? - Ron los miró desde su mesa.

-Hermano, no creo que los cisnes tengan nido
¿o si?
- preguntó confundido George.

-Ni idea
Bueno, Ron
No te asustes, pero
Hermione se dirige hacia ti
- dijo Fred.

-Repite otra, vez
Es que creí haber escuchado que Hermione viene hacia acá
-miró hacia delante como para comprobar que había entendido mal. Sin embargo, se encontró con la imagen de una castaña archiconocida, de recién descubierta tremenda figura caminando directamente hacia él.

-¡No entres en pánico! Actúa de lo más normal


-¡Ser yo mismo no es una opción! - exclamó sin apenas mover los labios.

-Esto es lo que vas a hacer: -ordenó Fred sin quitarle los ojos de encima a su hermano menor. -Cuando llegue hasta ti, levántate de la mesa, salúdala con un beso en la mejilla, y tomando su mano suavemente, ofrécele sentarse contigo. No olvides correr la silla para que se siente.

Ron tragó en seco, respiró profundo y haciendo un enorme esfuerzo para no poner cara de idiota, puso su mejor sonrisa colgate y se levantó de su asiento.

-¡Hola! - Hermione se acercó resuelta hasta él y le plantó un beso en la mejilla, en vez del abrazo que en otras circunstancias le daría.

-¡Ho-Hola! - apenas pudo articular palabra cuando la tuvo frente a frente. En su cabeza se comenzaron a agolpar uno a uno los recuerdos que tenía sobre ella. Era increíble que aquella niña de cabellos enmarañados que una vez le había fastidiado con sus aires de sabelotodo, fuera la misma que en ese momento lo miraba con ojos brillantes a poca distancia, con ese aire de inocencia que tanto la caracterizaba, pero ahora, estando a centímetros de su cuerpo, la veía menos niña y más mujer que nunca. ¿De dónde había salido ese cuerpo? ¿Acaso siempre estuvo allí y nunca lo había notado?

-¿Qué pasa Ron? ¿Te comieron la lengua los ratones? - preguntó la chica cuando pasaron los segundos y el pelirrojo seguía mirándola a los ojos. Parecía haberse ido a otro mundo.

-Es que, estoy realmente impresionado
-dijo cuando se sentaron.

-Vas bien, vas bien
Ahora tómale la mano y dile que se ve hermosa.


-Estás
¡irreconocible! Esta noche estás más bella que nunca. - dijo haciendo lo que sus hermanos le indicaban.

-No, no, no
¡Le estas diciendo que antes se veía fea!


-Digo, siempre has sido hermosa, más hoy me has dejado sin palabras
-remedió con una sonrisa nerviosa.

-¡Gracias! Tu tampoco te ves nada mal
¿Has estado haciendo ejercicios? - preguntó fijándose en la musculatura que se dejaba entrever por medio de la camisa semi-abierta.

-Bueno, ya sabes
Un poco de esto y algo de aquello
-dijo restándole importancia. Bien, ¡estoy haciendo uso de una modestia increíble! - pensó auto felicitándose, pues en otra ocasión hubiese hecho alarde de las tantas las horas de ejercicio que había hecho por semanas.

-Dile que esta diferente.

-Sin embargo, tú estás sumamente cambiada. - comentó tomando un sorbo de su bebida.

-Pero en una forma excelente, debo añadir. ¡Díselo!

-Pero en una forma excelente, debo añadir. - qué falso se sentía repitiendo frases ajenas.

-¿En serio? - Vamos Herms, ¡no te sonrojes
! Has como que es lo más normal del mundo que te halaguen.
- pensaba mientras cruzaba las piernas.

-Por supuesto.

-Dale, no digas más nada
Deja que sea ella la que hable ahora. Mientras más calladito, más aire de misterio.


-Es increíble lo que hace sólo un poco de ejercicio y algo de maquillaje
¿no crees? - respondió tratando de no desviar su mirada hacia su camisa.

-Coméntale lo bien que le salió su entrada.

- Además, hace rato bailaste genial. No sabía que eras aficionada a la danza del vientre
- ¿Danza del vientre? Ok, definitivamente eso no pertenece a mi vocabulario. - pensó.

-Eso no fue nada
-no pudo evitar sonrojarse al recordar los movimientos que había hecho. ¡Vamos, no es hora de retractarse, arriésgate un poco más! - ¿Quieres saber un secreto? - preguntó la castaña poniéndose a jugar con uno de los rizos que caía en sus hombros.

-No demuestres que quieres saber, dale una respuesta vaga.

-Si me quieres contar, claro
-aparentó relajarse en la silla.

-Bailé especialmente para ti
-susurró acercándose a él con la voz más seductora que pudo imitar. ¿Por qué esto me recuerda a Andrea?

-Vaya, vaya
-se sorprendió George mirando a Hermione y a Ron alternativamente.

-Eh
¿En se-serio? - Ron no pudo evitar ponerse nervioso ante esa mirada que le lanzó.

-¡Obvio! - respondió sonriéndole mientras se moría por dentro. ¡Siento que me estoy vendiendo! - se lamentó.

-Esto
yo
¿Qui-quieres algo de tomar? - preguntó levantándose de la mesa y bebiéndose de un solo trago el contenido de su vaso. - Es que ya se me acabó el mío


-¡Bueno! Un whisky de fuego estará bien


-¿Whisky de fuego? ¿No es muy fuerte para ti? - preguntó arqueando las cejas. ¿Desde cuándo Hermione toma?

-Nada es muy fuerte para mi, cariño
-contestó guiñándole un ojo. Espero no vomitarlo


-Eh
¡Regreso en un momento! -¿Cariño? ¿Desde cuando su Hermione le decía así? -pensó cuando le pasó por el lado con expresión seria.

-¡Te estaré esperando! - sonrió mientras lo veía alejarse hacia la barra. Bueno, debo admitir que estoy interpretando muy buen mi papel, aunque por alguna razón
me siento zorra
- se miró el vestido- Pero
Si lo quería era una chica fácil, entonces, ¡una chica fácil tendrá!
-se cruzó de piernas decidida.


*****



-Aún no puedo creer que esa Ginny me dejara en ridículo
¡O sea! ¡A mí! ¿Es que no sabe con quién se está metiendo? Pero ya verá
No me quedaré tranquila así de fácil, pronto la pondré en su lugar. Es sólo cuestión de saber esperar


Llevaba rato refunfuñando y maquinando posibles planes para vengarse por vergüenza que la pelirroja le había echo pasar hacia rato. Andrea se levantó de su silla y se dirigió a la puerta cuando se fijó en que una chica conocida entraba a la casa. Medía 1.75, llevaba el pelo castaño lacio recogido en una cola alta, de tez bronceada y rasgos faciales muy bonitos. Un vestido color negro con detalles en rojo al estilo playero, y unas sandalias de tacón alto del mismo tono, daba a relucir una modesta figura.

-¡Andy! - la rubia se lanzó encima de la recién llegada, dándose mutuamente un beso en cada mejilla. -¡Te esperaba hace hora y media!

-Hay amiguis
¡lo siento tanto! - por alguna razón ambas usaban el mismo tono artificial que distinguía a la prima de Hermione - Pero el vuelo se retrasó, ¡aparte de que en el aeropuerto se empeñaron en preguntarme cosas una y otra vez! ¿Cuesta tanto creer que traigo una maleta llena de zapatos para solo una noche? ¡O sea! Uno no sabe lo que se le puede presentar
-puso los ojos en blanco como si llevar 25 pares de zapatillas para dos días en Londres, fuera lo más normal del mundo. -¡Hay por Dios! ¡Que anti-fashion son! - colocó dos maletas de mano en el suelo y se arregló el vestido.-Pero bueno, veo que no llego tan tarde después de todo
-supuso cuando vio la multitud disfrutando de la noche.

-¡Claro que no! Pero, ¿A que no adivinas la que me hizo pasar la pelirroja esa
? ¡Se atrevió a dejarme en ridículo cuando me estaba presentando ante todos! ¡O sea! ¡Casi me arranca el cabello y me destroza el vestido!

-¿No me digas? - se llevó una mano a la boca asustada- ¿Pero no lo arruinó, verdad? ¡Un Chanel clásico, por favor!

-¡Eso mismo le dije! Pero imagínate
Una pobretona como ella, no sabe nada de marcas
-espetó.

-Hay Andrea, no sé por qué preferiste quedarte aquí en vez de acompañarme a Italia estas vacaciones
-se sentaron en un sofá próximo al vestíbulo.

-¡No sabes por todo lo que he pasado! - se lamentó. -¡Ha sido un martirio estar aquí!

-Lo sé amiguis
-dijo Andy con tono comprensivo. (N/A: ¿Pueden creer que se llamen Andy y Andrea?)

-Lo único bueno es el bombonzazo que conocí. - su rostro se iluminó.

-Ah si
Me contaste cuando hablamos por teléfono. ¿Harry Potter, verdad? - la rubia asintió- ¡Wow amiga! Me imagino que ya lograste quitárselo a la Weasley esa... - supuso viendo el pelinegro a la distancia, completamente solo.

-Bueno, he tenido pequeños inconvenientes
-admitió. - Pero confío en que esta noche lo logro.

-¡Ni lo dudes darling! Porque
¡O sea, eres tú! Aparte de que tu best friend ever vino a ayudarte. - le guiñó un ojo.

-Hay si amiguis
¡Pero ya no sé que hacer! Tengo que ganarme a Harry, hacer quedar mal a Ginny y al mismo tiempo fastidiar a Hermione. ¡Y ya no tengo ideas!

-¡Andrea! No te estreses que te salen arrugas y eso solo se arregla con botox amiguis


-¡Oh no! ¿Me estoy arrugando? - se puso a buscar un espejo de inmediato.

-¡No! - la calmó- Sólo digo que no te presiones, que tu súper amiga extra top model aquí presente, vino lista para todo


-¿En serio?

-¡Daaa! Acuérdate que tenemos planes malvados pre-fabricados. Es más
¡Ya sé cuál es el perfectísimo para ti! - sonrió. - Lo primero que haremos, será
-empezó a susurrar rápidamente.


*****



-Mira que Hermione me sorprendió con lo que dijo


-Si
¿Qué mosca le habrá picado?

-Está demasiado diferente


-Ron por poco se cae de la silla cuando mencionó lo del baile.

-Definitivamente eso fue bastante gracioso. - Fred sonrió. - Pero las mujeres son así, un día están de una forma, otro día de otra


-Si, supongo


-Y hablando de mujeres, desde que Ron coja confianza con Herms, me iré a ponerle atención a las chicas


-¿Las chicas? - preguntó.- ¿No crees que hablar en plural es una falta de coherencia en la oración, dado que sólo es una chica? - puso especial énfasis en la palabra una.

-Verás hermano, es que aún no sé quién me gusta más, si Lorena o Anne


-Bueno, pero ese no es mi problema.

-¿Cómo que no es tu problema?

-Si te quedas ninguna de las dos por estar de indeciso, no va a ser mi problema. - aclaró.

-¿Y quién te dijo que me quedaré sin una?

-Es que, está más que claro que ambas me prefieren a mí. - dijo George encogiéndose de hombros.

-No, las dos están muertas por mí. Y no puedo culparlas, si soy el más fuerte, el más guapo, el más gracioso, el más


-¿Por qué no paras de decir tantas tonterías?

-La verdad duele, ¿no? - se recostó del espaldar de la silla. - Es más, como soy buen hermano, dejaré que decidas con quién te quedas. Total
yo puedo tenerlas a ambas.

-Tengo una mejor idea


-¿Cuál?

-¿Qué te parece si hacemos una pequeña competencia aquí y ahora? El que gane elige.

-Me parece bien. ¿Dos de tres?

-Vale.


*****



-Tenías razón con lo del baile, la música está de lo mejor
-comentó Anne a Lorena cuando sudadas se apartaron del centro de la pista.

-¡Excelente banda!

-Si, y esos muchachos parecen que tienen pilas nuevas. - refiriéndose a sus compañeros de baile.

-¡Si! ¿Te fijaste cómo se quedaron mirándonos Joan y Arturo?

-Casi se le salen los ojos cuando les hiciste un beeper en medio de la última canción. ¡Debes enseñarme esa técnica! - exclamó la castaña provocando que Lorena se echara a reír.

-Claro, cuando quieras
-le sonrió. - ¡También bailas súper bien!

-Gracias.

-Oye, ¿qué pasará en aquella mesa? - preguntó la morena fijándose como se armaba un coro alrededor de una de las mesitas cercanas a la cocina.

-Preguntémosle a ella
-señaló a Lavender que en ese instante pasaba agarrada de manos con Dean. - Disculpa, ¿sabes qué pasa allá?

-Son los gemelos Weasley
Están compitiendo el uno contra el otro. La puntuación está uno a uno. Ahora están por empezar la tercera ronda de Piedra, papel o tijera. - resumió rápidamente y ya iba a seguir de largo cuando la castaña preguntó:

-¿Sabes por qué lo hacen? - la detuvo Anne.

-Creo que están compitiendo por unas chicas ahí
Ana y Lorene o algo así. - le dio poca importancia. - Por cierto, ustedes a mí, no me vieron
-ella y el chico subieron rápidamente las escaleras, perdiéndose en el pasillo de las habitaciones.

-¿Escuchaste eso? - preguntó asombrada Lorena cuando la rubia se perdió de vista.

-Si, al parecer esos dos no quieren que los encuentren
¿Crees que la mamá de Hermione los sorprenda?

-¡No! Eso no


-¿Entonces?

-¡Fred y George están peleando por nosotras! - exclamó.

-Ah, era eso
Bueno, era de esperarse. Con mujeres como nosotras, no es fácil decidirse
¿Captas la ironía de la situación? Al final ellos se pelean por nosotras. - sonrió satisfecha.

-¿Crees que debemos interrumpirlos y sacarlos a bailar nosotras mismas o dejarlos pelearse un rato más? - tras unos segundos de pensarlo, ambas dijeron al unísono:

-¡Dejarlos pelearse un poco más! - se pusieron a bailar nuevamente.


*****



-¿Entonces chica? ¿Cuál es el famoso plan? - preguntó Andrea

-¡Hay pero no te me desesperes darling! Por que, ¡o sea! Lo primero que vamos a hacer es dañarle el vestidito barato que trae puesto la Ginny esa
Quién sabe, tal vez del enojo y decida no aparecerse más por aquí.

-Entonces así, tendré mi oportunidad con Harry. - dijo la rubia jugando con su cabello y mirando de reojo al pelinegro. - Me gusta esa parte
Pero, ¿y qué haremos con mi primis?

-A eso iba



-¡Ya sé! - se le prendió el bombillito. - Cuando yo arruine el vestido de Weasley y haga que desaparezca a cambiarse mientras yo me voy con su Harry, digo, mi Harry


-Ajá...

-Tú irás y le plantarás tremendo beso al pelirrojo. ¡Y listo! No creo que la santita de Herms soporte verlo con otra tan descaradamente.

-¿Tu crees? - preguntó insegura Andy.

-¡Hay claro! ¿O cómo crees que logré que Ginny no le hable a Harry? Además amiguis
Fíjate que el pelirrojo no está nada mal. - ambas voltearon a ver a Ron. Éste estaba hablando con Hermione, sonriéndole, cosa que por alguna razón, lo hacía más irresistible.

-¡Wow! Eres una genia
-la alabó su compañera dándose cuenta que también saldría beneficiada.

-Lo sé. - guiñó un ojo. - Ahora sígueme. - se levantaron de los asientos y caminaron hasta la mesa de la comida, donde había distintos platos para que los invitados probaran.

-¿Y qué vas a hacer tú con eso? - preguntó cuando vio a Andrea tomar una bandeja entera de bocadillos que parecían pizzas en miniatura.

-Algo sumamente sencillo. Caminaremos hasta donde está Ginny y se lo arrojaremos encima.

-¡Pero eso se verá muy obvio! ¿No crees?

-Ahí es donde entras tú.

-Cuando vaya llegando hasta ella, tú te atravesarás en el medio de mi camino, haciendo que pierda el equilibrio y tirándole encima el plato. Pero claro, todo accidentalmente. - sonrió. - Cuando esté bien embarradita, pasamos a lo tuyo. ¿Bien? - su interlocutora asintió. - ¡En marcha!

Bordearon la pista, por detrás de las mesitas que estaban esparcidas en el lugar. Ambas chicas divisaron a su objetivo: Ginebra Weasley, conversando amenamente con un grupo de chicos que por lo menos la amiga castaña, no lograba identificar.

-Ni los mires mucho, son unos pobretones también. Trabajan en un café-bar que queda por aquí cerca. Ya sabes, a mi primita le gusta invitar toda clase de gentuza. - hizo un gesto despectivo.

-Lástima, porque no están nada mal. - se lamentó Andy fijándose especialmente en Arturo.

-Como sea, ponte por ese lado. - la rubia y la castaña se colocaron en direcciones opuestas, frente a frente, sólo separadas por unos cuantos metros. Detrás de la castaña se encontraba el grupito charlando. Andrea se acercó el pulgar a los ojos, como midiendo el espacio entre ellos.

-¿Qué haces? - preguntó Andy

-¡Calculando si la bandeja llegará directito hasta ella! ¡O sea! Lo vi en una película muggle. - Andy se maravilló ante la inteligencia de su amiga del alma.

-¡Estoy lista!

-Cuando diga tres, te chocas conmigo, ¿bien? - la otra asintió.-Uno, dos y


¡CAPUM!

Antes que la chica terminara de contar, pasó algo inesperado: de la nada apareció Sucy, la Slytherin que había estado acompañando a Draco Malfoy. Caminaba en dirección al baño, y distraída o apropósito (casi imposible de distinguir), había chocado su hombro contra Andrea, provocando que cayera estrepitosamente al piso y que el ruido metálico de la bandeja al caer resonara por encima de la música, haciendo que todos voltearan a mirarla, captando la atención hasta de la más lejana mosca, bichos y gusarapos del patio de la casa. Andy apurada trató de ayudarla, pero se resbaló con los bocadillos empapados en salsa que se habían esparcido por todo el suelo y como consecuencia cayó de bruces encima de su aliada, embarrándola hasta más no poder. Todos estallaron en carcajadas dándose cuenta de quien era la dueña del show.


*****



-Aquí tienes. - Ron colocó un vaso delante de la castaña, para luego sentarse junto a ella.

-Huy
¡Cuánto tardaste! Ya iba a pedir rescate
-comentó bromeando.

-No, sólo me entretuve saludando a unos amigos. - mintió Ron. La verdad era que había entrado en pánico cuando se dio cuenta que los gemelos estaban entretenidos en otra cosa y que ya no iban a poder ayudarlo más. Tardó un rato en decidirse entre volver a la mesa o escapar por la puerta trasera. Al final, resultó que no era un Gryffindor por pura casualidad. - Y
¿Qué me cuentas? - preguntó para romper el hielo.

-Nada nuevo
Estas vacaciones han sido un tanto aburridas... ¡Muy bueno! - - dijo evitando hacer un gesto de asco con los labios al probar el trago que le había traído Ron. Debo procurar deshacerme de esto sin que se de cuenta. - pensó.

-¿En serio? ¿No me digas que a Ginny no se le ocurrió alguna locura?

-No, para nada
Aunque - se retractó pensando en que debería ser mas abierta.- Debo decir que las fiestas a las que fuimos Gin y yo con los muchachos no tienen nada de aburridas. ¡Y más si son hasta las cuatro de la mañana! - sonrió esperando haberlo impresionado.

-¿Fiestas salvajes hasta las cuatro? - abrió los ojos como platos.

-Claro
Pero claro, esas no me gustan.

-Supongo que lo dices porque ese no es tu clase de ambiente
-comentó pensando que por fin escucharía algo coherente.

-¡No! Lo decía porque prefiero las que duran hasta que llega la policía y nos tenemos que ir.

-¿Qué? - no daba crédito a sus oídos. -¿En serio? No sabía que eras tan fiestera. - se tragó un tanto nervioso. ¿Quién era ella y que había echo con su Hermione? -Y
¿Has leído algo bueno últimamente? - intentó cambiar de tema a uno que le favorecía, dado que había leído al menos 50 resúmenes y críticas de libros en las vacaciones.

-¿Libros? - se puso nerviosa. ¿Qué digo? ¿Si Ron, leí casi la biblioteca entera de mi papá o No Ron, me la pasé tomando sol en la piscina? -¡No, que va! ¿Quién en su sano juicio desperdiciaría las vacaciones leyendo?

-¿Desperdiciarlas?

-¡Obvio! Cuando puedes hacer otras cosas como pintarte las uñas, arreglarte el cabello, salir al cine


-¿No leíste absolutamente nada? - la interrumpió.

-Eh
¿las revistas de moda cuentan? - preguntó haciéndose la inocente. ¡Qué estúpida me siento! -¡Ah! Y unas de quiddich también
¿Sabías que le cambiaron la mitad del equipo a Las Arpías y que el Equipo de Gran Bretaña tienen un nuevo entrenador?

-Yo


-¡No sabes lo apasionante que pueden llegar a ser los deportes! Aparte de que les pusieron jugadas emocionadísimas a la sección de deportes en el profeta y


-Eh
-¡Esperen un momento! ¿Hermione contándome sobre las nuevas jugadas de quiddich?

Hermione siguió parloteando por unos cinco minutos. Por suerte tenía una gran memoria visual y no se había olvidado de nada de lo que su pelirroja amiga le había contado sobre el dichoso deporte que Harry y Ron tanto veneraban. Ron aparentaba estar muy concentrado en la conversación, tratando de ser callado y de ser misterioso tal y como los gemelos se lo habían aconsejado. Pero en realidad estaba mirándola como si fuera la primera vez que se fijaba en ella. ¿Vestido caro? ¿Un escote que dejaba poco a la imaginación? ¿Fiestas alocadas? ¿Acompañada de hombres? ¿Nada de libros? ¿Preocupada por la moda? ¿Aficionada al quiddich? No
Aquí había algo que no encajaba. Y tenía que averiguar qué era. Estaba apunto de interrumpirla cuando un súbito bullicio cerca del bar hizo que ambos miraran en esa dirección.
*****



-¡Pero si serás idiota! - exclamó la rubia mientras su piel adquiría un tono rojo por la vergüenza, y, la salsa de tomate.

-¡Lo siento! - Sucy le tendió una mano tratando de no reírse en su cara al verla tan asquerosa de los pies hasta la última hebra de cabello.

-¡No necesito la ayuda de una incompetente como tú! - espetó tratando de levantarse en vano, pues se resbalaba una y otra vez.

-¡Como quieras! - resolvió la chica, soltándola y dejándola caer de nuevo.

-Creo que el rojo no combina con tu cabello rubio teñido - Ginny miraba sus intentos de pararse desde arriba- Ni con el azul de tu caro vestido Chanel clásico. - imitó su vocecita. - Es más, considero que hay que difuminarlo un poco - se acercó a ella y le vertió una botella de agua encima. - ¡Así está mejor!

-¡Haaaay! ¿Por qué es tan difícil ser shoooo? - empapada en una mezcla de salsa de tomate, ingredientes para pizza y el contenido de toda una botella de agua, siendo el motivo de burla de toda una sala repleta de adolescentes, tan solo quería que la tierra se abriera y se la tragara enterita.

-¡Hay amiguis! Deja que yo te ayudo
-Andy, que no había salido tan afectada ni tan sucia, se recuperó más rápido y la ayudó a ponerse de pie. -¿Estás bien?

-¡No! ¿Qué no me ves? ¡O sea, soy un desastre! - casi se le salen las lágrimas.-Mi vestido está arruinado, se me rompió el tacón - señaló sus zapatillas - ¡y me partí tres uñas! ¡Mi manicurista que va a matar cuando lo sepa!

-¡OMG! Es decir
Oh My God, para los que no entiendan - aclaró- ¡Aquí no hay nada que ver! ¡Vuelvan a ser miserables y dejen de atormentar a mi best friend ever! ¡O sea, Andrea! - aún entre risas la gente volvió a sus asuntos y las dejaron solas. Se encaminaron al baño.

-Andy
¡¿Qué voy a hacer ahora?! - se miró al espejo cuando llegaron.

-Bueno
¡No todo está arruinado! Míralo por el lado bueno


-¿Y cuál es ese? ¡Porque yo no lo veo! - exclamó casi echando humos por las orejas.

-Ehmm
-se puso a pensar. Después de unos segundos sin que se le ocurriera nada, admitió: -Ok, la verdad no sé. ¡Pero no todo está perdido! Lo de Ginny salió mal, sí
Pero aún puedes fastidiar a tu prima.

-Tienes razón. - la miró de arriba abajo- Por suerte tú no te ensuciaste. Aprovecha y sácalo a bailar. - agudizó el oído.- Ahora que suena la música de nuevo
Mientras, te veo desde aquí y trato de remediar esto.

-Dale. - salió del baño dejando a su amiga sola.

-Ya verán
A mi nadie me da un no como respuesta. Yo, tarde o temprano, consigo lo que quiero. - se dijo así misma cruzándose de brazos y mirando por el resquicio de la puerta.


*****



Había tantas cosas que debía pensar. No sabía que rayos estaba sucediendo, ni por qué de repente todo estaba saliendo tan mal. Ya tenía el presentimiento de que las cosas se derrumbarían de un momento a otro, pero jamás se imaginó que Hermione iba a ser la causante. ¿Por qué ese cambio radical? Estaba tan diferente que parecía otra persona. Actuaba como la clásica chica que no tiene mas nada en el cerebro que aire mezclado con las cosas que ellas consideran importante, es decir: ropa, moda, maquillaje, chicos, etc. ¿Qué había pasado con aquella chica que había dejado en la estación semanas atrás? ¿Qué había pasado con ella? Ron la miró hablar de lo acontecido hacia unos minutos y reírse de lo que había pasado con su prima. ¿Hermione se burlaba de las personas? No, siempre trataba de ayudarlas y defendía a todos, incluyendo las causas perdidas. A menos que la persona se lo mereciera, de verdad. ¿Todos estos años se había equivocado de persona? La miró de nuevo. Sonreía abiertamente a uno de los invitados. Se veía tan hermosa bajo las luces de colores que hacían que su vestido destellara. Increíble que una persona tan bella pudiera ser tan inteligente al mismo tiempo. ¿De verdad era inteligente o también era una farsa? ¿La inteligencia se puede fingir? No creo. Era algo que le salía natural. Natural, como el amor que sentía por ella. Y justo por ese amor debía averiguar que estaba pasando. Se encaminó hasta ella para hablar por tercera vez, cuando una chica se atravesó en su camino.

-¿Necesitas algo? - le preguntó al ver que ella no se animaba a hablar.

-Eh
Yo, lo siento, pero
me preguntaba si tú
-las mejillas se le subieron de tono cuando estuvo frente a él y se le olvidó todo lo que iba a decir o hacer. Andy se quedó embobada mirando sus ojos y fijándose en cada detalle de su ropa, su cuerpo, sus facciones, su cabello, su expresión confusa, ¡todo! Parecía flechada. (N/A: Genial, otra amante de los pelirrojos.)

-¿Si yo
? - la animó a continuar Ron. Al darse cuenta que tenía intenciones de invitarlo a bailar, y creyéndola chica inocente, le dio pena y la ayudó. - Perdón que te interrumpa, pero
¿me acompañas a bailar? - Pensó que si la invitaba le haría un favor a ella y a si mismo, pues le serviría para despejarse un poco la mente con respecto a Hermione y para aclarar su próximo paso. Dio un último vistazo a la castaña, que al parecer no se había fijado que la estaba esperando, y llegando a la conclusión de que no notaria su ausencia por unos minutos, tomó de la mano a la chica que tenía en frente y se fue a la pista de baile.

Segundos después, esa chica era acribillada con la mirada por cierta castaña que solo había fingido hacerse la desentendida.


*****



-Yo tú y dejo a Ginny tranquilita
-dije acercándome a Arturo y dándome cuenta de la dirección de su mirada.

-¿Por qué?

-Simple, porque por la forma en que te ha estado mirando MI Harry, digo, Harry, -rectifiqué- Puedes verte involucrado en una muerte lenta y dolorosa.

-¿Eso crees? - preguntó incrédulo.

-Si.

-Bueno, entonces invitaré a bailar a Hermione. - concluyó después de caer en que el pelinegro no paraba de lanzarle miradas furtivas y apretaba los nudillos de vez en cuando.

-No puedes hacer eso.

-¡Claro que puedo! Que yo sepa, no tiene novio
Y en este momento no parece divertirse. - miró en dirección a la castaña que estaba sentada en el bar mirando disimuladamente como el pelirrojo bailaba su segunda canción con Andy.

-Aún así, no puedes.

-¿Ah, no? A ver
¿Y quién me lo va a impedir? - me quedé ensimismada mirando el tamaño y la musculatura de mi guapo interlocutor.

-Yo
¡Sólo lo sé!

-¿Eres adivina o qué?

-Pues para que sepas, soy la autora de esta historia y lo sé todo. - dije con aires de autosuficiencia.

-¿Ah si? - preguntó confundido. ¿Historia? ¿De qué rayos esta chica está hablando? - pensó. -Ah, ya sé que es lo que pasa


-¿Por fin te diste cuenta? - pregunté pensando que ya había captado la indirecta de que Hermione y Ron eran novios potenciales.

-¡Si está todo tan claro como el agua!

-Por supuesto, no sé como no te habías dado cuenta antes


-Todo encaja perfectamente en la descripción


-Si, todo siempre encaja, es lo que toda buena autora hace cuando
¡Un momento! ¿En qué descripción? - me volteé hacia él.

-A ver
Prepotente, delirantemente egocéntrica, poco humilde, huyes de Ginny -comenzó a enumerar con los dedos. - Bonita, muy bien vestida, con ganas de que Hermione se quede sentada y aburrida
Tú debes ser la Andrea de la que todos hablan, ¿no?

-¿Yo, Andrea? ¿De qué rayos hablas tú? - pregunté confundida.

-Esa es la razón por la que no quieres que baile con Hermione. ¡Quieres seguir fastidiándola!

-¡Eso no es cierto! Yo


-¡Pero yo detendré esta locura de una vez por todas! - me interrumpió. Y haciendo alarde de súper héroe me cargó con una fuerza salida de no sé donde, colocándome de cabeza encima de su hombro.

-¿Qué piensas que haces? - pregunté enfurecida mientras la sangre se me iba al cerebro.

-Te sacaré de la fiesta. - respondió simplemente. Se dirigió a la salida atravesando las personas que se quedaban mirándonos.

-¡Esto es un error! ¡Bájame inmediatamente o ya verás lo que te va a suceder! - pataleaba y con los puños golpeaba su espalda.

-¿Qué? ¿Vas a llamar a tu papito para que te salve? - casi estábamos en el vestíbulo.

-¡No! Pero


-¿Vas a hacer que aparezca una araña gigante en tu supuesta historia y me coma?

-Arrrg
¡No soy Andrea! ¡Soy Lu! - grité cuando abría la puerta para sacarme a empujones de la casa.

-¿Lu?

-¡Si! - me bajó.

-¿Por qué no me lo dijiste antes? - preguntó.

-¡Era lo que trataba de
! - el pelinegro me dejó con la palabra en la boca y sin más, se fue hacia dentro de nuevo, haciendo que mis ganas de matarlo aumentaran. -¡Hombres! ¿Quién los entiende?


*****



-¡Esto es el colmo! - exclamó enfurecida Hermione levantándose de un golpe de la silla. -¡No puedo creer lo que hace! - Andy rodeaba el cuello de Ron con sus manos mientras bailaban una canción más o menos lenta. -¡Es la gota que derramó el vaso!

Caminó hecha una fiera en dirección a la cocina. Abrió la puerta de par en par, encendió las luces que estaban apagadas y se dirigió directamente al refrigerador. Sacó un cubo gigante de helado de fresa e iba por un plato para servirse cuando se detuvo, lo pensó mejor, y sólo buscó una cuchara. En vez de sentarse a la mesa de la cocina, se encaminó por la puerta trasera al patio de la casa. Casi cae a la misma piscina cuando perdió el equilibrio debido a los tacones. Se quitó las zapatillas con rabia y las colocó a un lado de la silla de playa en la que tomó asiento. Le quitó la tapa al bote de helado, tomó una cucharada grande y se la llevó a la boca con furia. Se arrepintió enseguida, ya que, segundos después, casi se le congela el cerebro. Empezó a agitar las manos como loca dando pequeños saltitos en su mismo lugar.

Cada segundo que pasaba estaba más enfadada. No podía creer que luego de todo lo que había hecho, el estúpido de Ron prefirió bailar con la amiga esa de su prima. No entendía absolutamente nada. ¿De verdad tenía tan mala suerte? ¿Qué rayos era lo que estaba haciendo mal? ¡Que alguien me explique! -pensó angustiada.

Luego de tres meses haciendo dieta, prácticamente viviendo a base de vegetales y agua, haciendo ejercicios que no tenían ni pies ni cabeza, leyendo revistas sin ningún contenido útil para su educación, desperdiciando el tiempo yendo de compras y fijándose en ropa, aprendiendo los nombres de las personas populares del colegio, memorizando tácticas para conquistar a los hombres, preocupada por verse bien, en resumen: ¡volviéndose la persona que siempre juró que no sería! ¡A pesar de todos sus sacrificios se había puesto a bailar con otra! ¡Otra! ¡O-t-r-a!

El enfado se le fue pasando y se convirtió en dolor. Por encima de todo eso, de todo lo que había logrado ese verano y que creía imposibles en ella, el destino volvía a repetirle una y otra vez que nunca lograría nada en el amor. Que siempre sería la ratona de biblioteca que todos conocen. Que podía ser la bruja más inteligente de todo Hogwarts, pero que todo quedaría así. Inteligencia, ¿quién la necesita si no tienes amor? No vale la pena que haga tantos cambios. ¿Para qué? La prueba viviente tenía nombre y apellido: Ronald Weasley. Sabía que era cuestión de tiempo para bajarse de su nube de fantasías en donde todo salía bien, en donde Ron caía redondito a sus pies y le proponía que fuera su novia. Pero nunca pensó que sería culpa de él mismo que volviera a la realidad tan deprisa.

-¡Malditos hombres! ¡Ojala se pudran todos en el infierno! - gritó al aire, al tiempo que las lágrimas caían lentamente por sus mejillas.

-¡Ouch! Escuchar eso duele
-Harry apareció a su lado. -¿Me puedo sentar? - la chica se secó las lágrimas con una mano y se movió para que su amigo se sentara. - Gracias. Ahora, a pesar de tu odio hacia los hombres


-A ti no te odio. - le interrumpió jugando con el helado con aún tenia en sus manos.

-¡Que bueno! No quisiera estar en la lista negra y tener que disculparme contigo también. Ya tengo suficiente con Gin. - bromeó provocando que una sonrisa se asomara en el rostro de la castaña. - Ahora, ¿me cuentas por qué lloras?

-No estoy llorando. Solo se me metió una pajita en el ojo.

-Aja


-Aparte de que el rímel me dio una alergia terrible, ¡no sabes! - mintió descaradamente.

-¿Y por qué te quieres comer un bote de helado a las diez de la noche en plena fiesta? - preguntó mirando como se derretía.

-Yo
No es nada. - no se atrevía a mirarlo a los ojos. Sabía que si lo hacia terminaría derrumbándose, y confesar todo en estos momentos no se le antojaba divertido. - ¡Estaré bien!

-Vamos, Herms
¡Somos amigos! Tú siempre me apoyas, es mi turno ahora. - su tono comprensivo hizo que volviera a lagrimear. - Dale, cuéntame que pasa


-Es una larga historia
-se excusó la castaña.

-Tengo toda la noche. - replicó el pelinegro.

-Bueno
Pero luego no te quejes si te aburro. - el chico sonrió satisfecho. - Todo comenzó cuando



*****



-¿Amigo, te sirvo algo? -el cantinero se quedó mirando a Ron. Llevaba cinco minutos con la cabeza enterrada entre los brazos, recostado encima de la barra.

-Sólo si tienes la solución a mis problemas embotellada
O algo de Feliz Felicis
Aceptaría con gusto. - dijo Ron con voz amortiguada.

-Pues no tengo
Te ves algo deprimido. ¿Te pasa algo? - preguntó preocupado.

-¡¿Qué no me pasa?! Esa sería la pregunta. Estuve todo el verano trabajando en una tienda, memorizando cosas aburridísimas que no sé para me sirven, haciendo ejercicios que en verdad no necesito, ensayando tácticas de conquista con las mujeres, recibiendo consejos de mi mejor amigo y mis hermanos, aprendiendo a bailar de forma decente, para venir a esta fiesta y dar una buena impresión, con un traje de que sé yo que marca, zapatos caros, carro de lujo que ni siquiera es mío, esperando la ayuda divina para lograr que la chica de mis sueños, que resulta ser mi mejor amiga del colegio, ¡se fije en mí por una vez en su vida! ¿Y para qué me ha servido? ¡Para nada! ¿Qué obtuve? ¡Nada! ¡Sólo preguntas sin respuestas y una chica totalmente desconocida que dice ser Hermione!

-¿Hermione dices?

-Si.

-¿La anfitriona de la fiesta?

-Si.

-¿Una chica de cabello castaño, piel clara, vestido deslumbrante y que hace rato hizo un baile que dejó a todos boquiabiertos como si no fuera algo natural en ella?

-Si, la misma. - afirmó con voz cansina.

-¿Y dices que estuviste cambiando este verano por ella?

-Si, bueno
Era una clase de experimento para


-Saber si ella te quería así. - completó con una sonrisa extraña.

-Exacto. Pero
¿Cómo lo sabes? - preguntó levantando la cabeza, repentinamente interesado.

-Sorprendente. - dijo con media sonrisa.

-Espera, ¿Me dices que es lo sorprendente? Porque la verdad siento que se me está escapando algo


-Es que hace rato escuché a las chicas - señaló con la cabeza a un grupo entre las que estaba Ginny, Lorena y Anne - hablando sobre lo mismo. Sobre cambio de personalidad y eso.

-¿De verdad? ¿Qué decían?

-Algo como que la pelirroja se había pasado las vacaciones ayudando a cambiar el físico y la personalidad de Hermione para conquistar a un tal Ron.-el pelirrojo palideció - No me digas que tú eres Ron
-titubeó el chico captando el significado de su expresión.

-Si. - atinó a decir. -¿Sabes dónde está?

-¿Quién?

-¡Hermione! - exclamó exasperado. - Tengo que encontrarla y aclarar las cosas
-empezó a mirar por todos lados.

-Estuvo sentada aquí hace rato, refunfuñó sobre una Andy o algo así y salió disparada por aquella puerta. - señaló la cocina.

-Vale. - el pelirrojo dio unos pasos en esa dirección cuando volvió atrás y se sentó otra vez.

-¿Te olvidaste algo? - preguntó el cantinero al verlo.

-Es que
¡no sé que voy a decirle! ¿Cómo el explico lo estúpido que he sido?

-Amigo, creo que debes ser tú mismo. Es la única forma de llegar al corazón de una chica.

-Pero
yo
¿Sabes qué? Tienes razón
-se incorporó de nuevo. - Es el mejor consejo que he escuchado en todo el verano. - sonrió. - Y mira que he escuchado bastantes
¡Gracias! - corrió hacia la cocina.

-¡De nada! - se quedó mirando como entraba.



*****



-Wow Herms
¿En serio hiciste todo eso por él? - Harry acababa de escuchar a su amiga contarle todo, y ahora se debatía en si contarle o no que Ron había hecho exactamente lo mismo por ella.

-Y, para colmo, después de TODO lo que hice por él, de meterme en este vestidito y maquillarme como si estuviera disfrazada, actuar como una verdadera estúpida toda la noche y hablar porquerías sobre un deporte que no soporto, ¡¿Cómo me lo agradece tu amigo?! - gritó volviendo a enfurecerse Hermione.

-Eh


-¡¡Bailando con otra!! - exclamó mirando a Harry como si él tuviera la culpa.

-Pero quizás debas


-¡Nada Harry! ¡Nada! Me cansé de tomar la iniciativa en todo. A partir de este momento, me quedaré sentadita aquí mismo - se sentó en la silla - ¡No me importa nada! Está sumamente claro que por más que quiera que esto funcione él no se da cuenta de mi existencia.

-Escúchame Herms, yo


-¡Es injusto! - le interrumpió. - Él de lo más normal, pasando su verano en paz, regocijándose con sus amigos y yo aquí, ¡sufriendo por su culpa!

-Deberías saber que


-¡No quiero saber de nada que tenga que ver con él! - volvió a interrumpir. - Y si vas a ponerte a defenderlo, es mejor que te vayas también
-volteó la cara de mala gana y siguió con su helado, que estaba más aguado que congelado.

-Es una verdadera lástima que no quieras saber nada de mí.

-Un momento
reconocería esa voz en cualquier sitio.
- pensó la castaña. Volteó su cabeza tan rápido que casi se queda sin cuello. -¿Q-qué ha-haces tú aquí? - preguntó casi sin voz a un pelirrojo con expresión triste, que llevaba las manos en los bolsillos de su traje y los ojos azules brillosos.

-Pues, me invitaste a la fiesta
¿No lo recuerdas? - trató de bromear. Hizo un gesto a Harry con la mano y éste comprendió rápidamente a su amigo.

-Eh, yo
Tengo que
¡Hablamos ahorita chicos! - el pelinegro se encaminó a la casa.

-¿Qué tanto escuchaste? - trató de indagar Hermione, poniéndose de pie.

-Pues
prácticamente todo. - resumió. - Quiero hablar contigo sobre eso.

-Bueno, yo no quiero hablar contigo. - se cruzó de brazos testaruda.

-Realmente no me importa. - aclaró el chico más obstinado aún.

-¿Disculpa? - levantó una ceja.

-Lo que escuchaste, no me importa que quieras hablar o no. Es a mí a quién me tienes que escuchar. - dijo con actitud desafiante.

-No estás en posición de decirme qué hacer, ¿sabías? - dijo tercamente.

-¿Acaso no puedes dejar que por una vez en tu vida alguien tome el mando de la situación y trate de arreglar las cosas?

-¡Ronald Weasley! ¡Te recomiendo que te calles si no quieres hundirte más profundo de lo que ya estás! ¡Mejor vete con la chica ésa con la que estabas bailando! - se volteó dando por terminada la conversación, pero a los pocos segundos sintió que alguien la tomaba por el brazo.

-Así que de eso se trata todo, ¿no? Tú estás celosa
-dijo con una media sonrisa.

-Ron, yo
-se quedó en blanco por unos segundos, pero rápidamente se recuperó- ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Acaso no tienes suficiente con haber escuchado toda la conversación?! ¡¿Tienes que humillarme también?!

-¿Quién ha dicho algo de humillaciones?

-¡¿Qué no tienes más nada que hacer que no sea hacerme la vida miserable?! - se soltó bruscamente.

-¿Qué no tienes otra forma de hablar conmigo que no sea peleándome?

-¡Pues para que sepas yo
! - iba a replicar.

-¿Por qué no me dices de frente lo que fuiste capaz de decirle a Harry?

-Yo no


-¿Por qué no me dices que estas loca por mí? ¡Dime! - la tomó por los brazos otra vez.

-¡Y-ya t-te dije que no qui-quiero ha-hablar contigo! - tartamudeaba sin poder zafarse.

-¿Por qué te empeñas en ser alguien que no eres? ¿Por qué no me dijiste todo desde un inicio?

-No creí que me fueras a querer como soy
-luego de unos segundos, ya no forcejeaba. Las lágrimas le habían vencido y ahora corrían libremente por sus mejillas. -¿Quién iba a querer a la nada interesante Hermione, con su uniforme gigante, cabello alborotado, la sabelotodo insufrible, la tonta que no tiene vida social? ¡Dime! ¿Quién Ron? ¿Tú? - sollozó en silencio.

-¡Hermione, si no te despreciaras tanto a ti misma te hubieses dado cuenta que llevo años detrás de ti! ¿Aún no puedes ver lo que cambié este verano tan solo para impresionarte? - la miró fijamente y la soltó despacio.

-¿Para impresionarme?

-¡Si! ¿Ves este traje? - dio una vuelta. - ¡No tengo la menor idea de qué marca es, pero aún así pague por él para que me vieras con algo de ropa que no sea la de segunda mano con la que estas acostumbrada a verme! ¡Ahorré por tres meses, leí libros todo el verano, pasé fines de semana enteros en una biblioteca llena de polvo para ser algo más inteligente y poder ser merecedor de alguien como tú y venir esta noche decirte palabras bonitas que en verdad no eran mías - tomó el auricular de su oreja y con un fuerte golpe lo lanzó a unos arbustos lejanos. - y así convencerte!. ¿Pero sabes qué? Descubrí que soy un idiota


-Ron, no digas eso
-susurró.

-Si, soy un idiota por haber pensado que querrías a alguien que aparente ser otra persona. ¡Por Dios! ¡Tuve la respuesta delante de mis narices todo el tiempo! ¡Aceptas a las personas por quienes son, no por lo que tengan o puedan ofrecerte! Y eso es justamente lo que me gusta de ti. ¿Crees que con un vestido así y actuando como si tuvieras aire en el cerebro vas a lograr algo en este mundo? ¡No! - con sus pulgares secó las lágrimas que le habían corrido todo el maquillaje, soltó su cabello rizado con cuidado y se quedó mirándola a esos ojos castaños, que tanta paz transmitían, en silencio bajo la luz de la luna llena. Dijo más calmado: -Las personas verán quién es Hermione Granger, la chica maravillosa, con mente brillante, capaz, tierna y absolutamente hermosa que eres
-tomó su barbilla suavemente. -La que yo veo en ti.

-Lo siento tanto Ron, nunca quise
-empezó a decir, pero calló cuando el pelirrojo la abrazó.

Bajo las estrellas, con la luna reflejada en el agua trasparente de la piscina, una brisa fresca soplando en sus rostros, habiendo dicho todo cuanto quería, y con la castaña entre sus brazos, se sintió el chico más afortunado del mundo. De pronto cayó en cuenta de que le faltaba algo muy importante. Se deshizo de ella lentamente y mirándola a los ojos preguntó:

-¿Hermione, quieres ser mi novia? - no pudo evitar sonrojarse al preguntarlo. - Espera, no me contestes aún.

Se separó unos centímetros más de ella, y aclarándose la garganta, inesperadamente empezó a tararear una melodía.

Sé que las palabras se las lleva el viento
pues no es el caso con mis sentimientos
yo soy un hombre de palabra
y te lo digo a corazón abierto


De frente a ella, no podía hacer otra cosa que no fuera plasmar su sentimiento en cada palabra que esa canción tenía. Veía como Hermione se llevaba la mano a la boca sobrecogida por la sensación de que verdaderamente le estuviera cantando a ella. Debía admitir que él mismo estaba impresionado de lo que se había atrevido a hacer.

Sé que no es tan fácil para ti amarme
quizás mis fallas te asusten bastante
yo quiero ser el hombre de tu vida
con el que soñaste


Mientras seguía con la letra, no dejaba de mirarla. ¡Vaya que era hermosa! Allí, parada frente a él, con lágrimas en los ojos y una sonrisa emocionada.

Sé que poco a poco te iré conquistando
que beso a beso te iré enamorando
hasta que ya no puedas mas mi amor,
de tanto amor


Se juró a si mismo, que si ella aceptaba ser su novia, no la defraudaría jamás. Bastante le había costado tenerla a su lado, como para arruinar todo por una tontería. Pondría todo lo que estuviera de su parte para hacerla feliz.

Si yo fuera tú, tal vez diría que si
no necesito más para adorarte
tan solo quiero amarte


La voz le empezaba a temblar. ¡Rayos! ¿Qué tenía ella que lo ponía tan nervioso? Sin embargo, se mantuvo con la mirada fija en sus ojos, pendiente a cada expresión de su rostro, le era medio imposible, pues hasta ese instante ella lo tenía cubierto por sus manos, mirándolo tan solo por entre los dedos.

Si yo fuera tu me daba un chance mas
tan solo para darte y demostrarte
mi vida en un instante


Ya finalizando la canción, se acercó unos pasos más a ella, separados a escasos centímetros, se llevó la mano izquierda al bolsillo derecho de su traje, sacó una rosa roja verdaderamente bella y la puso entre sus manos, ofreciéndosela.

Si yo fuera tú

Tal vez diría que sí.



-¿Qué dices Herms? ¿Serás mi novia? - volvió a preguntar casi en un susurro inaudible.

-No, Ron, no puedo ser tu novia. - respondió bajando súbitamente la mirada.

-¿Qué? - el alma se le cayó a los pies. -¿P-por qué? - preguntó.

-Hasta que me prometas
-levantó la vista y sonrió mirándolo a los ojos- que jamás seremos algo que no somos.

-Lo prometo. - sin más, tomó su barbilla delicadamente, y cortando la distancia que quedaba entre ellos, la besó.


*****



Luego de lo que pareció unos segundos, se separaron y abrazados otra vez, sonrieron mutuamente. Fue entonces cuando escucharon unos pasos detrás de ellos, se voltearon y se encontraron frente a frente con Draco Malfoy. Hermione enseguida soltó a Ron y lo encaró:

-¿Qué haces aquí? - preguntó.

-Vine a decirte que creo que cometes un error con él. No te quiere, o por lo menos, no tanto como yo.

-¿Qué?

-Lo que escuchas Granger, estoy completamente enamorado de ti, siempre lo he estado y siempre lo estaré. Y es por eso que vine a pedirte no sólo que dejes a Weasley, si no también que te cases conmigo. - se arrodilló ante la mirada expectante de la castaña. -¿Aceptas ser mi esposa?

-Eh
yo
-la chica volteó a mirar a Ron, que no daba crédito a lo que veía y escuchaba. Se encaminó hasta donde el rubio de cabello platinado y respondió sin rodeos: -Claro Draco, tu eres el verdadero amor de mi vida y por eso: Sí, acepto casarme contigo.

Se dieron un beso de película, y agarrados de la mano salieron por la puerta de atrás de la casa, hacia la fría noche. Nadie volvió a saber de ellos, pero a los pocos meses se casaron y tuvieron un hijo muy lindo llamado Draquín, con el cabello rubio platinado, los ojos claros, la inteligencia de Hermione y la mente calculadora de su padre. Y así vivieron felices para siempre. Fin. =)

-Hay bueno, bueno
- dice Lu, apareciendo en la historia. - Eso no fue lo que en verdad pasó. Pero, ¿Tengo derecho a soñar, no? Apuesto a que a alguien le hubiese gustado un final, así. ¿Cierto? - miro a las lectoras que me observan con cara de pocos amigos- ¿Nadie? - silencio sepulcral- Hay, ya
¡Ok! Este es el verdadero final: -pongo cara de ¡Qué aburridos son! y sigo escribiendo.


*****



Luego de lo que pareció unos segundos, se separaron y abrazados otra vez, sonrieron mutuamente. Fue entonces cuando escucharon susurros apurados y gente correteando en dirección a la casa.

-Sabemos que están espiando
-dijo Ron con voz cansina dirigiéndose a un grupo de chicos que estaban parados, fingiendo hablar de lo más normal, en la terraza que daba al patio.

-¿Quiénes? - preguntó George con aire inocente.

-¿Nosotros? - Fred puso los ojos en blanco.

-¡Claro que no! - negó rápidamente Lorena.

-¡Imposible! - exclamó Anne ocultando una sonrisa.

-¿Nos creen capaz de algo así? - preguntó Ginny aparentando estar dolida por tal acusación.

-¡Sí! - exclamaron al unísono Hermione y Ron caminando hasta ellos, subiendo una escalerilla que los conducía directamente a la sala.

-Sólo porque estemos aquí, no quiere decir que los estemos espiando o algo por el estilo - se defendió George. Pero ante la mirada de incredulidad y la sonrisa irónica que les dirigían Hermione y Ron, admitió: -Vale, los estábamos espiando, ¡pero es un derecho que tenemos por ser cupidos! -hizo un gesto con la mano y los ojos muy propios de él.

-¿Y? - preguntó Lorena emocionada.

-¿Y qué? - preguntó a su vez Ron.

-¿Ya somos cuñadas? - indagó la única pelirroja del grupo.

-Bueno
podríamos decir que
-Hermione tomó la mano de Ron y sonrió abiertamente. -¡Sí, Gin! ¡Somos cuñadas! - se abrazó a Ginny y ambas chicas empezaron a dar saltitos.

-¡Bien hecho hermanito! - George le palmeó la espalda.

-¡Siempre supe que lo lograrías! - exclamó Harry, felicitándolo también.

-Aunque claro, con unos maestros como nosotros
¡era de esperarse! - argumentó Fred.

-¿Ah sí? - preguntó Anne con una sonrisa irónica en el rostro.

-¡Claro, preciosa! - Fred se acercó a ella y colocando un brazo por encima de su hombro, preguntó: -¿Y tú que dices? ¿Te importaría salir con un tan chico encantador como yo?

-¿Encantador? - la chica lo miró seductoramente. - Ya veremos
-ambos terminaron de entrar a la sala, donde se escuchaba el bullicio de las personas, al parecer la fiesta estaba en su punto.

-Tu hermano no tiene remedio, ¿eh? - Lorena se acercó por detrás de George, sacándolo de su ensimismamiento.

-¿Qué te puedo decir? Es algo que se lleva en los genes
-sonrió pícaramente. -¿Bailamos? - ofreció su brazo.

-Vamos. - se aferró al brazo del pelirrojo y ambos entraron dejando tan solo dos parejitas a fuera.

-¡Harry, ven! ¡Entremos a disfrutar lo que queda de la noche! - invitó Hermione tomada de la mano de su novio, cuando estaban a punto de abandonar la terraza.

-Adelántense ustedes
Yo, tengo algo que resolver. - dijo misteriosamente mirando de reojo a Ginny, que estaba parada junto a la barandilla, con la vista fija en el agua traslúcida de la piscina. Ron asintió, no sin antes dedicarle una mirada de advertencia, y luego entró con la castaña. - Gin, ¿podemos hablar?

-Es lo que estamos haciendo, ¿no?

-Eh
Bien, quiero que escuches lo que te voy a decir. - se acercó a ella. - Sé que cometí un error hace unos días, pero te quiero explicar cómo pasó todo


-Ya lo sé.

-
Mira, en realidad
-retrocedió el tiempo en su cabeza unos segundos. -¿Cómo que ya lo sabes? ¿A qué te refieres? - preguntó confundido.

-Ya lo sé todo. Sé que no fue tu culpa lo del beso, sé que fue Andrea, sé que te sientes terrible por todo y también sé que estas sufriendo por lo que me hiciste pasar. - respondió volviéndose hacia él.

-¿E-en se-serio? - tartamudeó suspicaz.

-Si. - contestó simplemente

-¿Quién te lo contó? - preguntó luego de un rato en que ambos se quedaron callados.

-Lu.

-¿Lu?

-Sí, Lu
-(N/A: ¿Es tan complicado mi nombre?)

-¿La loca esa que jura que es la autora de la historia? - miró hacia dentro, buscándome con la mirada.

-La misma. - Ginny sonrió. (N/A: ¬¬) - La misma noche se apareció en casa y nos contó a Herms y a mí lo sucedido. Dejé en sus manos tu castigo. - puso cara de ángel.

-¿Es decir que llevo una semana entera atormentándome con lo que pasó, pensando que has de querer matarme, siendo ignorado y tú todo este tiempo ya sabías que fue un error?

-Podemos decir que sí. - reconoció.

-Pero
pero
¡No entiendo! - la miró confuso. -¿Por qué? - preguntó comenzando a sentirse utilizado.

-Es que
No todos los días se tiene a Harry Potter mandándote cartas, chocolates, -se acercó a él -rosas, y rogándote que lo perdones
- rodeó su cuello con los brazos con una sonrisa pícara. - Es un lujo que no toda chica se puede dar.

-Eres malvada, ¿lo sabías? - susurró el ojiverde acercándose más a su cara.

-Mmmm
-fingió pensar unos segundos. - Sí. - acortó la distancia y lo besó. Tras unos minutos decidieron volver a dentro y continuar con la fiesta.

Cuando ingresaron se pusieron a bailar al compás de la música. La comida había quedado atrás, las bebidas descansaban en las mesas, la música estaba a todo volumen, y las luces destellaban por encima de las cabezas de todos los chicos y chicas que estaban en la pista de baile. No había nadie que no se divirtiera, salvo cuatro personas. Una rubia archiconocida que estaba sentada con cara de pocos amigos, el vestido antes sensacional ahora se veía horrible, lleno de manchas moradas. Estaba hablando entre rápidos susurros con Andy, quien aparentaba escuchar, pero tenía la vista perdida en la pista, como queriendo estar en cualquier otro lugar, específicamente con cierto pelirrojo que la había dejado flechada.

Aparte, en un sillón estaba sentada yo, sonriendo feliz, viendo como mi creación
Cof Cof
Digo, la feliz parejita bailaba en plena pista. Ron seguía guapísimo con su traje y Hermione bellísima con su vestido. Ambos se habían quedado con sus respectivas personalidades intactas, pero hemos de admitir, que ciertos cambios le habían caído como anillo al dedo. Seguía con mis cavilaciones respecto a lo inteligente que soy, cuando alguien se coloca directamente enfrente de mí. Levanto la cabeza lentamente con claras intenciones de exclamar un ¡Quítate del medio! más me retracto cuando me topo con la alta figura de un chico de cabellos y ojos negros, tez clara y sonrisa encantadora.

-¿Bailas? - me preguntó Arturo.

-¿Qué? ¿Después de que me insultaste, me confundiste con Andrea y casi me sacas a patadas de la fiesta? - pregunté incrédula.

-Sí. - contestó sencillamente.

-Pues fíjate que tengo dignidad y
¡Ok! - me encogí de hombros, levantándome y siguiéndolo por entre la gente. Los autores también deben divertirse, ¿no?


*****



Al día siguiente de la fiesta, Ginny y Hermione, junto con los chicos, fueron a la Madriguera a pasar el resto de las vacaciones. Sin embargo, a pesar de ya no tener la presión de tener que prepararse para verse, la última semana de vacaciones pasó volando, entre cartas de Hogwarts anunciando la llegada de las clases, visitas al Callejón Diagon para comprar los libros, los uniformes y todo lo que necesitarían para cursar lo que sería el último año de el trío de oro y el penúltimo de cierta pelirroja.

Pronto llegó el 1ero de Septiembre y los clásicos alborotos entre los chicos para que no se les quedara absolutamente nada en casa, junto a los gritos de la señora Weasley apurándolos para que llegaran a la hora indicada, no se hicieron esperar. Como siempre, llegaron a la estación de King Cross con el tiempo justo para atravesar la pared que los llevaba al andén 9 ¾. Los gemelos decidieron acompañarlos, junto con Lorena y Anne. Ésta última no cabía en sí de la sorpresa que le había provocado descubrir un mundo mágico en sus propias narices.

-Esto es
maravilloso, fantástico, asombroso, sorprendente, estupendo, sencillamente ¡extraordinario! - no paraba de hacer exclamaciones de ese tipo, con los ojos como platos, encantada de la vida.

-Y eso, que aún no has visto nada
-aclaró la morena de ojos rasgados, que iba de la mano de George. Ambas chicas se habían hecho muy amigas, y es que claro, imposible no serlo luego de sus grandes conquistas gemelas.

Estando dentro los chicos se despidieron de todos, entre abrazos asfixiantes, promesas de cartas, besos y unas cuantas lágrimas emotivas por parte de la mamá de Ron. Ya se iban alejando del grupo para subirse al tren cuando una voz con un tonito ligeramente conocido, los hizo voltearse lentamente, preparados para recibir una maldición de un momento a otro, como en una película de terror:

-¡Hey chicos! ¡Espérenme! ¡O sea! ¡Qué pesado es esto! - una rubia con minifalda de tela de jean, tacones de aguja y blusita roja encendido, iba arrastrando un baúl en dirección a ellos.

-¡Andrea! ¿Qué haces aquí? - preguntó Hermione boquiabierta al verla pararse junto a ellos. -¿Se me olvido algo en casa?

-Ah
¿No te dijeron mis tíos? - la chica negó temerosa. -¡Mi daddy me consiguió una plaza para estudiar en Hogwarts con ustedes! - se colocó el rubio cabello detrás de las orejas y contorneándose exageradamente, los dejó allí a todos, quienes se miraban entre si sin poder articular palabra. A la castaña le dio un tic nervioso en el ojo izquierdo cuando la vio subirse al tren con sus aires de grandeza, preguntando por el botones para que le lleven el equipaje.

-¡¡No, esto tiene que ser una pesadilla!! - exclamó dramáticamente como a punto de desmayarse.

-¡Apúrense chicos! - recomendó sonriendo Fred, abrazado a la cintura de Anne, al ver como la máquina escarlata empezaba a echar humo amenazando con partir.

Salieron un poco del trance que les había provocado la llegada de Andrea y se subieron en seguida al tren, que rápidamente empezó a tomar velocidad, haciendo que el grupo se perdiera de vista.

-¿Qué haremos ahora? - preguntó con voz preocupada la castaña empezando a caminar por el pasillo en busca de un compartimiento vacío.

-¿Con respecto a
?

-¡¡A Andrea!! - puso los ojos en blanco.

-Herms, no te preocupes
Apuesto a que cae en Slytherin, después de todo, es una serpiente por naturaleza. - la trató de consolar Harry.

-Aparte de que no va a nuestro curso. - dijo Ron.

-Va a mi curso. - comentó Ginny. - Probablemente no me la tope muy a menudo, y si lo hago, pues
¡Mala suerte para ella! - dijo con una sonrisa malvada. - Sabes
Nunca me puse a pensar como le quedarían los mocomurciélagos. - dijo pensativa.

-¡Ginny! - reprochó Hermione entre las risas de todos. - Bueno, supongo que no tengo de qué preocuparme. - admitió.

-Nos tienes a nosotros. - aclaró Harry.

-Y si se mete contigo, se las verá conmigo y mi varita. - dijo rotundamente Ron cuando llegaron a un compartimiento vacío.

-Han sido unas vacaciones únicas, ¿verdad? - preguntó Ginny, sentándose junto a Harry.

-Cierto. - confirmó Ron sonriéndole a Hermione. Ésta le dio un beso en la mejilla y dirigiéndose a la pelirroja dijo:

-Gracias otra vez por todo Gin, sin tu apoyo no habría logrado nada. - tomó de la mano a quien ahora era su novio.

-¡No digas tonterías! - exclamó. - Estaba más que claro que ustedes quedarían juntos. - sonrió.

-Me pregunto cómo será todo ahora. - comentó Harry. -¿Cambiará nuestra amistad?

Aquellas vacaciones que empezaron como un juego de niños, habían llegado a su fin, y aún les costaba asimilar los buenos resultados que habían obtenido. Ahora solo quedaba esperar que todo siguiera tal y como antes. Se quedaron un rato en silencio, sin saber que decir. Hasta que


-Bueno, no sé ustedes, pero yo tengo hambre
-dijo el pelirrojo.

-¡Ron! - exclamaron los tres restantes.

Y es que había cosas, que nunca cambiarían




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Capitulo 1. El Plan -No puedo creerlo!!! Por qué los prefectos tienen que vigilar los alumnos si ya vamos de regreso a casa?! - Hermione iba arrastrando su b

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2023-02-27

 

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