Arhon abandonó la recámara real,con algo más que su seriedad característica en el rostro.
Contempló las pupilas llorosas de su soberana Myrna,que más allá de su condición de gobernante absoluta del reino hallado tras el puente de la luna,se había aferrado como cualquier mujer de corazón generoso, a una última esperanza.
Llevaba sus cabellos grises recogidos,y su valiosa corona no la acompañaba en aquella instancia tan dolorosa,como complemento de aquel engalanado atuendo de lujo que ataviaba su madurez,al igual que su pena.
Arhon no era hombre de conmoverse fácilmente,pero conocía la muerte de cerca,y en función de un viejo dolor personal,se compadeció de su reina y le tomó ambas manos como si se tratara de un hijo ante el sufrimiento de una madre.
-No hay nada que hacer señora.Lo siento.Su vida se apagará de un momento a otro.-dijo con frases puntuales,mientras los otros dos hombres presentes en aquella antesala del cuarto real,se enteraban de la sentencia que había pronunciado.
-Mi rey soberano Nygel te llama Ryan,quiere hablarte,y te suplico que te des prisa.No dispone de mucho tiempo ya.-dijo Arhon sin más preámbulos mientras abría la puerta de la habitación de la cual había salido previamente,invitando al caballero en cuestión a seguirlo.
En medio del lujo de aquella recámara,el desgastado rey poco a poco experimentaba la última aventura,dejando en cada respiro un poco de su endeble existencia.
-Siéntate Ryan.-dijo con un hilo de voz,mientras Arhon le acomodaba la almohada esponjosa para que estuviera menos incómodo.
-Señor...-atinó a decir el convocado con mucha pena.
Se trataba de un hombre maduro de semblante gentil,de cabello castaño de tonalidad ambarina,sujetado en una cola,como todos los hombres del reino llevaban,con un bigote claro y una barba fina e incipiente.
-¿No te has preguntado la causa de tus soledades Ryan?¿No has buscado dentro de tu ser los motivos por los cuales no te has enamorado todavía?-preguntó el monarca moribundo.
-Miles de veces mi señor.-respondió apenado ante esa vida que huía sin remedio frente a sus ojos.
-Esta es una historia de errores querido.Errores que muchos cometimos por el temor a las sombras,que siempre nos han aterrado,y que han caminado entre nosotros para arrebatarnos el poder.Arhon sabe de pérdidas...recuerdas a su predestinada...
-Mildred...-recordó Ryan como quien recapitula un libro.
-Una elegida.-susurró el monarca-Asesinada a manos de una sombra intangible.Tu predestinada corría la misma suerte,por eso decidimos lo que decidimos,aunque en esa sentencia se fuera con ella una porción de nuestras vidas...
-¿Quién era?preguntó Ryan buscando los ojos duros pero comprensivos de Arhon.
-Ayxa y Rufus fallecieron de una extraña pena...¿recuerdas?.Murieron un poco cada día por haber tenido que entregar a su única hija.De dolor.Al haberla hecho pasar por el puente de la luna,hacia ese otro mundo que paralelamente convive con el nuestro.Para que no la alcanzara la misma muerte que a Mildred.Para salvarla.
-Aquí tienes todo explicado en estos libros.-dijo Arhon interrumpiendo al monarca,mientras Ryan ataba rápidamente imágenes mentales.
-Ella... mi predestinada...vive en ese lugar...¿Pero por qué corría peligro?
-Es un ser de luz,como lo era la predestinada de Arhon.Cualquiera de las dos podría haberme sucedido en el reino.Ella es la última de las almas puras.A cierta edad,y con cierto entrenamiento,sus cualidades se tornan indestructibles,y desde esa claridad absoluta,obrando conforme a su naturaleza sagrada,se puede lograr la utopía...la bendita empresa...digamos el milagro...como le dicen en el otro mundo...de terminar con el poder de las sombras...
-¿Cómo supieron que mi predestinada era una de esas elegidas?-preguntó Ryan a la vez acongojado por generar a su rey el esfuerzo de tener que hilar el relato que le urgía decodificar.
-Nació el día de la última luna llena de plata.La última en mil años.
-Recuerdo a esa niña,aunque yo ya estaba algo mayor...-dijo Ryan con un vaga memoria.
-Nadie sabe esta historia,y ahora que te la he relatado,ya puedo morirme en paz con mi conciencia.Te pido que atravieses el puente.Que la busques,que la traigas de nuevo a su lugar.Aquí ella ya podrá desarrollar su potencial,y quien sabe,hasta te recuerde interiormente y puedas amarla y heredar este poder de luz que a mi ya se me escapa...
-¿Dónde la busco?-preguntó Ryan ya con todas sus ideas movilizadas en función de lo que había oído.
-Todo lo que necesitas saber está en esos textos que Arhon te ha mostrado-dijo el rey sintiendo que su cuerpo se hacía liviano en una rara especie de levitación,casi cruzando los umbrales de la muerte.-Aprende el lenguaje de tus sueños.Visualiza tus imágenes nocturnas,y la encontrarás...-dijo el anciano mientras sus ojos se cerraban sin remedio,y Ryan atesoraba sus últimas palabras aferrado a su mano franca.
Las lágrimas no tardaron en llegar para los dos hombres que sintieron que se habían quedado demasiado solos.
Salieron al pasillo en busca de la reina que ante el visible llanto no tardó en adivinar la triste e inmodificable noticia.
-Amigo ven...-dijo el otro hombre presente,fundiéndose con Ryan en un abrazo,mientras Arhon olvidaba su fría personalidad y contenía a esa dama herida.
Ryan lloraba desconsoladamente,con miles de inquietudes mezcladas con el dolor.
-Terminó Jethro...terminó.-repetía aferrado a su compañero.
-Era esperado.Cálmate.-le decía un hombre alto,de fina delgadez y cabello castaño oscuro que enmarcaba unos vivaces ojos azules violáceos.-Me tienes a mí para acompañarte,no lo dudes.-le repetía una y otra y vez,sin que las lágrimas lo perturbaran tanto como a Ryan.
-Tú.Aprende pronto lo que dicen los textos que te he mostrado.No es tiempo de llorar.Tú que sí puedes hacer algo,hazlo.-le soltó un gélido Arhon,impulsado por su propia historia,y considerando a esa angustia visible como un tiempo perdido.
-Déjalo que se desahogue.-lo contradijo Jethro.
-Tiene razón.-dijo Ryan reponiéndose y tomando aquellos escritos,mientras Jethro decidía seguirlo adonde se dirigiera.
-Es personal amigo.No puedes venir.Debo encerrarme con estas palabras plasmadas.Espero no te molestes,pero es algo que tengo que hacer solo.Al menos por ahora.
-Pero recuerda que cuentas conmigo sea lo que sea que decidas emprender.-respondió Jethro mirando como Ryan abandonaba el recinto no sin antes dar a su soberana su más sentidas condolencias.
Arhon hubiera querido alcanzarlo para decirle algo que hacía tiempo daba vueltas en su cabeza,pero consideró que contener y asistir a su soberana Myrna, era en aquellos momentos más importante que unas palabras que seguramente no hubieran sido tenidas en cuenta.
Dejó su asunto para después,y se ofreció para lo que la sentida mujer necesitara,mientras Jethro lo imitaba y se postulaba para prestar la ayuda que ella quisiera.
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-Feliz cumpleaños Clarissa...que todos tus sueños se cumplan.-dijo Hernán dando un abrazo a su amiga,y colocando luego en su muñeca delicada una pulsera finísima que le había comprado.
-Gracias amigo.-respondió ella contemplándolo con esos ojos especiales de mirada tan profunda.
-¿Cuándo te vas a decidir y me vas a aceptar?-le preguntó él por milésima vez.
-Sabes que por alguna razón este corazón no se enamora.Te juro que no es una excusa elegante para rechazarte.Es lo que siento...perdóname Hernán.Sé que nadie me comprende y me quiere en este mundo más que tú...pero no lo logro...
-Ok.Es mi culpa.Te pido paciencia;quizás en mil años lo acepte.Pero no estés triste por mí.Los chicos te prepararon una reunión sencilla.
-Vamos entonces.-dijo Clarissa sintiéndose tan extraña como cada uno de los días de esa,su vida, la que creía correcta.
La casa de Hernán siempre era la indicada para las fiestas y reuniones.
Vivía solo hacía mucho tiempo,siempre con la esperanza de que Clarissa aceptara compartir su vida con él de una buena vez.
Se habían hecho muy amigos a partir de su paso por el conservatorio de arte dramático,y desde esas épocas habían permanecido juntos.
No existían dos seres más compatibles que ellos,o que pudieran sentir lo que sentían el uno por el otro.
Clarissa era la que interponía las barreras con ese hombre de escultural delgadez,cabello renegrido y rostro anguloso de masculinas facciones bien delineadas.
Hernán era precioso ante sus ojos por momentos miel,y otras veces verdes,que constituían una rareza.Ajena a este mundo.
Pero se hallaba incapacitada para amarlo como él pretendía,como si aún su naturaleza misma le indicara desde ese universo que latía suavemente en su interior,que Hernán no era el correcto.
Antes de que abandonaran el cuarto en el cual en forma privada le había obsequiado la pulsera,Hernán tomó de la mano de Clarissa,mientras sus ojos castaños oscuros apuntaban hacia la cama llamando al pasado en ese instante,e invitándola sin remedio a revivir un recuerdo de sábanas y dulzura,que demasiado tiempo atrás en el calendario,los había tenido como protagonistas.
-¿Recuerdas aún?-preguntó Hernán a esa mujer de su adoración,de cuerpo generoso y cabello castaño con leves destellos rojizos que se fusionaban con la luz,y se volvían seda para su mirada.
-Cómo olvidarme de que fuiste el primero.Y que me cuidaste.Nadie hubiera podido hacerlo mejor que tú.Fue hermoso.
-Nunca pude olvidar esa noche.Esa noche se muere conmigo.Lástima que fue la última.-se lamentó Hernán por momentos esperanzado,y por otros preso de la más fría resignación.
Pero era Clarissa la que no podía poner en palabras un argumento lo suficientemente entendible,apto para la comprensión de Hernán que traía a ese pasado en sus pupilas.
Ella no podía entender como su ser no se rendía ante el amor más dedicado de ese hombre,que era perfecto para ella desde cualquier ángulo de análisis.
No podía explicarse la razón por la cual no lo aceptaba como compañero de vida.
Era siempre su extraño interior como una voz inaudible pero que a ella siempre le había manejado la voluntad.
Ese trasfondo que guardaba desde esa infancia en el hogar de niños huérfanos en el que había crecido,hasta que para su fortuna,y a la edad de diez,años,cuando ya la comprensión habitaba en ella había sido adoptada por dos buenas personas que habían logrado hacerla una mujer de bien,más allá de que su origen hubiera resultado para ella un completo misterio.
Sabía sin saber,que un motivo poderoso e inexplicable con vocabulario racional,le impedía querer a ese hombre casi perfecto,que esa noche de luna llena de su cumpleaños,se desprendía de la dulzura y la entrega al cual el pasado había transformado en emocionada víctima,y la invitaba de una buena vez a bajar a la fiesta que sus amigos habían preparado.
Se mostraron tomados de la mano como los novios que no eran,pero todos y cada uno de los allí presentes manejaban a la perfección esos códigos.
Especialmente Julia,que fue la primera en abrazar a su amiga y desearle un buen año.
Se le sumaron Teresita,Pedro,Martín,y por último la siempre distante Amanda.
Todos ellos dictaban clases en la academia de bellas artes,y allí se habían conocido.
Julia era profesora de danzas,Teresita,"Tessi",de dibujo y pintura,Martín y Pedro de literatura,y Amanda dictaba clases de escultura.
Clarissa y Hernán,la cátedra de teatro.
-Antes de que comencemos a comer y beber,y por supuesto antes de que mi amiga abra los regalos que le compramos,yo quiero proponer un brindis a su salud,y desearle muchas cosas lindas para esta nueva edad que estrena hoy...-dijo Julia con esa simpatía y calidez que eran muy difíciles de igualar.
-Me sumo por mi amiga del alma.Te quiero Clari.-dijo Tessi levantando la copa.
-Los escritores nos sumamos a dúo.-dijeron Pedro y Martín.
Clarissa sonreía sintiendo que era muy afortunada.
-Te quiero.-le soltó sin pudor Hernán,sabiendo que un "te amo",hubiera quedado fuera de contexto,aunque pronunciándolo sin palabras.
Ella pareció percibirlo,y le sonrió con picardía,mientras él lo aceptaba en un juego de miradas cómplices.
-Que tengas un lindo año.-agregó Amanda por último.-Y que te mueras.-resonaron esas palabras solo audibles para Clarissa que se quedó helada contemplando a Amanda que profería con palabras un buen augurio,y una maldición con sus silencios.
La miró sorprendida a los ojos,mientras aquella falsa se le acercaba a darle un beso,y se oficializaba la fiesta.
Nunca entendió como había podido escuchar esa voz maldiciéndola.Ni tampoco la declaración de amor de Hernán.
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-La mujer que busco ya comenzará a sentir su naturaleza poderosa...-pensó Ryan en voz alta,sumergido en un mar de textos.
Había leído mucho,mientras en el castillo lentamente se organizaban los funerales del rey.
Arhon estaba en lo cierto.No eran tiempos de lágrimas.
Había algo en esos escritos que lo había sorprendido más que cualquier otro postulado de conocimiento.
La dama elegida,la última hija de la luna,al igual que la desafortunada Mildred,tenía una sola debilidad,que ponía en peligro de muerte a su existencia.
Ese corazón puro,estaba incapacitado para detectar la presencia de los aliados de las sombras.
Lo que en el mundo tras el puente de luna constituyera una cualidad desarrollada,dentro del reino era la nada misma.
-Encontrarte,mujer sin nombre...Tylah...te llamaron los tuyos...esos que tuvieron que dejarte tan sola...para preservar tu preciosa existencia...Tylah...-repetía Ryan una y otra vez ante los archivos que tenía entre sus manos.
-Te voy a encontrar...-pensó seguro mientras la noche de luna llena tanscurría en la quietud de los dos mundos.
Clarissa se quedó pensativa luego de haber escuchado tan claramente las voces de lo que tanto Hernán como Amanda le habían proferido desde sus silencios.
Sonreía para olvidar aquel trance agridulce,ante las ocurrencias de Pedro y Martín,que hacían rabiar con sus bromas a Julia y a Tessi,mientras Amanda permanecía callada.
Estaba molesta,lejana como siempre,en ese mundo de allegados que parecían no entenderla,sin alcanzar a comprender, que era su propia distancia la que impedía que se vincularan con ella de igual modo que con Clarissa o sus otras dos compañeras de trabajo.
Estaba ahí por obligación,con ese odio discreto,directamente proporcional a la proximidad de Hernán a quien bajo ningún concepto soportaba ver tan entregado a Clarissa,según ella como si se tratara de de un perro estúpido y fiel,tendido a las plantas de una mujer,que conforme al análisis que realizaba dentro de sus parámetros de celos,no merecía su amor.
Un amor que ella le hubiese dado con gusto,alucinada con su delgadez de héroe de fotonovelas,su talento actoral y ese carisma que lamentablemente solo guardaba para "la otra",que para colmo de males,se daba el lujo de rechazarlo.
Amanda era invisible a los ojos de Hernán,que tan solo le reservaba un cordial diálogo de cortesía,muy distinto a su atención protectora para con su elegida personal,o el vínculo afectuoso que compartía sinceramente con Julia y Tessi.
A él no lo conmovía su cabello rubio ceniza,nunca bien peinado,con algunas iluminaciones de peluquería,su rostro pálido sin maquillaje,y un absoluto mal gusto desde su óptica masculina para combinar la prendas que ataviaran su cuerpo de elevada estatura y hombros amplios.
Esa noche,llevaba puesto un top color violeta fuerte,sobre un pantalón color café que marcaba exageradamente sus muslos,de una tela rústica,imposible de combinar con ese fino top que revelaba la imperfección de sus hombros.
No era atractiva como Clarissa,ni tenía el cuerpo delgado y armonioso de Julia,forjado por la danza,ni la bella simpleza de las formas de Tessi.
Ella misma,sin poder aceptarse tal cual era,en alguna medida en su propio desprecio por su aspecto personal,le daba a su cuerpo una importancia que en realidad no debía tener.
Porque más allá que a Hernán le resultara totalmente adversa ante su mirada de hombre,era ese carácter hostil y la mirada portadora de malos secretos la que en definitiva instalaba la distancia entre ambos.
No era ese cuerpo, al que Amanda comparaba con el de las demás,y que castigaba con un evidente mal gusto,el culpable de que tanto Hernán como los otros no lograran fluir con ella con naturalidad,sino su falta de ángel,que a pesar de ser una artista en su disciplina,no asomaba por sus ojos desprovistos de buenas miradas.
Seguía ahí,con su inmodificable silencio,entrecortado con alguna respuesta hacia a Julia,que con su personalidad sociable,hacía hablar hasta las rocas.Solo ella se compadecía de Amanda,y no llegaba a percibir los aires gélidos que habían ahuyentado a los otros.
Y así,Hernán se desvivía en atenciones hacia Clarissa,seguido por la mirada hostil de Amanda.
Esa noche era suyo.Quería jugar a ser más que el amigo fiel.
Aunque luego,de madrugada,saliera por ahí a conformarse con damas de ocasión,que le hicieran callar la voz de los instintos.
Su costado animal que Amanda hubiera deseado conocer gustosa,y que se revelaba en sábanas de alquiler.
Porque su esencia se había quedado para siempre con Clarissa,que lo rechazaba una y otra vez,ante lo que para él representaba un repetido dolor.Aún sabiendo que ella era absolutamente sincera.
Pero esa noche,en la que tomaba su mano adornada con la pulsera de oro y corazones ambarinos que le había regalado,esa noche en su honor,no se despegaría de su compañía.
Tenía una propuesta que hacerle.Aunque percibiera una negativa como una sombra desesperanzadora.
No quería dejarla ir cuando terminara el festejo.
Se guardaba para ella.
No quería salir a deambular en busca de sudores pagos.
Quería que estuvieran juntos. Solo le faltaba decírselo,y la sola e improbable idea de que le dijera que sí,lo mantenía animado.Esa esperanza que se diluiría cuando ella se negara.Como siempre.Como si otro dueño con más derechos que él, la reclamara desde la nada misma.
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Ryan se había quedado dormido sobre el diván de terciopelo de su cuarto,en ese mar de documentos que había estado analizando tan comprensivamente.
La pesadez de esos ojos cerrados acompasados por su suave respiración,se habían llevado el dolor por la muerte del soberano Nygel,haciéndolo descansar de dolores y búsquedas.
Caminaba tranquilo por el paisaje de imágenes que soñaba,por una calle moderna de raros vehículos que cruzaban veloces,mientras un parque de pinos y palmeras casi artesanales se robaba sus pupilas.
Veía gente corriendo,niños paseando con sus padres,vendedores de globos y ramos de flores,y frente a ese parque prolijo y encantador, al otro lado de la concurrida calle,un edificio antiguo de gandes dimensiones,con un cartel tallado.
Escuela de Bellas Artes...
Memorizó la escena dentro de su propio sueño,mientras un golpeteo constante a su puerta,lo extrajo de aquel raro universo,que estaba seguro era el que se hallaba cruzando el puente de la luna.
Se incorporó rápidamente,y se dirigió medio dormido a abrir.
Era Arhon.
-Quiero hablar contigo antes de que amanezca y se realice oficialmente el funeral de mi señor Nygel.-dijo hostil como siempre,con sus palabras adaptadas al dolor de la muerte.
-Pasa Arhon.Te escucho.-respondió Ryan con su mejor buena voluntad.
Pero antes de prestarle la debida atención que merecía,y concentrarse en su voz casi espectral,le pidió que lo disculpara unos instantes,y antes de que lo que había soñado se diluyera en el olvido,tomó papel y pluma y plasmó en palabras aquello había visto en las imágenes que su descanso le había revelado.
Como su rey le había dicho antes de morir,estaba teniendo en cuenta el lenguaje de sus sueños,que para su fortuna,había empezado a manifestarse.
Arhon tenía apenas unos pocos años más que Ryan,pero parecía muchísimo mayor,en cuanto al gesto siempre amargado de su rostro bastante apuesto a pesar de las secuelas de la pena.Su oscuro cabello recogido como el de todos los masculinos del reino,descubría el dolor hospedado en sus ojos,que esa madrugada habían llorado la partida de su soberano,su único y último amigo.
Era al igual que Ryan y Jethro,persona allegada al círculo más íntimo de la realeza,y médico personal del matrimonio de monarcas.
Los otros dos hombres,se habían dedicado puntualmente a cuestiones de administración,liderando jerarquías como las caras visibles de un poder honesto,llevado de puertas hacia afuera del castillo,en el cual residía el mando.
-¿Has leído los documentos?-preguntó Arhon con tono distante,muy diferente al cordial que había usado siempre con los reyes.
-No todos.Son demasiados,y no están señalados los conceptos básicos que debo aprender.No he podido procesar en pocas horas tanta cantidad de información.-respondió Ryan en forma sensata.
-No,hay,tiempo.-dijo Arhon deteniéndose en cada una de las tres palabras.La mujer de quien hablamos ha alcanzado la edad en la cual su naturaleza comienza a manifestarse.Donde sus poderes se "encienden",como un fuego en su interior...¿comprendes?...Y en esa proporción el mal se alerta,vigila,percibe que ella un día llegará hasta aquí para dar pelea.
-¿Quién es ese mal del que toda la vida nos hemos cuidado?¿Quién lo encarna?-preguntó Ryan sabiendo que Arhon había tenido acceso a toda esa información a través del fallecido soberano.
-No tiene cuerpo,no tiene nombre,no tiene residencia...igual que en el otro mundo,solo se ven sus efectos devastadores.Nos usa como huéspedes para que obremos.Nos maneja,nos enferma,nos hace objetos de su odio...y en el caso de Mildred...asesina...-culminó Arhon con el rostro al borde del llanto que el solo recuerdo de aquella mujer le había provocado.
-La conocí.-dijo Ryan.Sé además que las elegidas no pueden percibir la presencia de las sombras,por eso no pueden defenderse.
-Tu predestinada sí podría.Es la última de su casta.Bien entrenada esa mujer puede terminar con todos y cada uno los males.En su mundo la llamarían algo así como "ángel de luz".Pero siempre y cuando no la destruyan primero,no la encuentren primero.De eso se trata la prisa.
-¿Pueden matarla en su mundo?-preguntó Ryan.
-No.A ella donde habita no la alcanzan enfermedades,heridas,o maldiciones.Puede morir,pero al terminar su ciclo,como mi rey,de forma normal.Aquí sí puede ser asesinada.El día que regrese tendrá que estar muy bien protegida hasta que alcance su mayor estado de luminosidad,y pueda terminar con todas aquellas oscuridades que nos aquejan.Tienes que encontrarla,traerla de vuelta,y sobre todas las cosas,ser muy cauteloso.Cuidadoso de tu entorno,de tus relaciones y vínculos.No puedes revelar esta información a nadie.Recuerda que jamás sabrás si las sombras te oyen.No poseen un cuerpo reconocible ni señales que te adviertan.
-¿Cómo cruzo al otro mundo?-preguntó Ryan sin la menor idea de dónde debía empezar su búsqueda,apenas con algunas palabras anotadas referidas al sueño que había tenido.
-La mente hombre la mente...¿para qué nos entrenan desde niños para poder usarla?Cuando visualices el sitio donde se encuentra tu dama,te vas hasta el puente de roca que separa a este castillo del reino,esperas el baño plateado de la luna llena,pronuncias como frase puntual el sitio que te señalan las ideas,y cierras los ojos.Al abrirlos,ya no serás Ryan sino un habitante de esa tierra paralela,con documentos que te identifiquen,profesión y un nuevo nombre.Todo lo hará tu mente.Ella proyecta y realiza.-dijo Arhon como si diera una clase.
-¿Me acompañarás?- le preguntó esperando que le diera una respuesta afirmativa.
-No puedo.Mi señora Myrna me necesita aquí.Además tú aún no sabes donde irás.Trabaja en eso.Búscate un nombre.Una vida paralela que enseñar a esa mujer cuando la contactes.Deberás crearte un vínculo.Aunque estoy seguro que la predestinación la acercará a tí sin que tengas que invertir demasiado esfuerzo.
-Un nombre...
-La mente Ryan...úsala.
-Arhon...¿tú has estado del otro lado alguna vez?.
-Sí.Buscando un olvido que nunca llegó.Confieso que me divertían ciertas costumbres foráneas...pero no soy yo ni mis circunstancias lo que a tí debe importarte ahora.Pero te aseguro que llegado el caso te ayudaré si algún día me necesitas.Eres de lo mejor que se ha visto por aquí.Tienes nobleza.Solo que...-Arhon se detuvo en una interminable pausa dubitativa.
-Dime.
-No puedes hablar de esto con tu amigo Jethro.No es posible que le brindes detalles.Eso no te lo dijo mi rey pero nadie puede saber a qué vas,ni que harás.Justificarás tu partida como una investigación del mundo detrás del puente, que te encargara mi señor antes de morir.Esa es la versión que dirás a todos.Inclusive a la reina.Su carácter generoso podría conducirla a revelar el secreto a su círculo de allegados,y francamente no sabemos quienes integran las filas de las sombras.
-Entendí Arhon.Y es una ventaja saber que cuento contigo.Mi rey te valoraba mucho.-dijo Ryan.
-Encuentra a esa mujer.No dejes que le pase lo que a Mildred.Te aseguro que una personalidad como la tuya no soportaría ni la milésima parte de lo que yo he padecido.Y toma...-dijo sacando un último documento que traía oculto bajo su capa.
-¿Qué es?-preguntó Ryan curioso.
-Lee y verás.Recuerda.Piensa.Analiza.Cuando estés listo me contactas.Solo a mí.Ahora iré a contener a mi reina.-dijo Arhon abandonando el recinto,y dejando a Ryan con un desgastado pergamino entre las manos.
Lo abrió cuidadosamente,y comenzó a leer.
Hija maravillosa,envidia de las hadas de los bosques,
princesa sutil delicada en aromas...
musa de amores,refugio del corazón de los poetas,
anfitriona del amor,tu eterno huésped,
cristal purísimo de infinita bondad...
Demasiado bella,demasiado noble,
heredera de causas de luna y redención,
temor de las sombras que se inquietan con tu nombre...
Tylah...
Ya no estarás con nosotros dulcísima hija de los cielos,
y aunque sea por tu bien...
cada día alejados de tu lado,se nos vendrá la muerte,
iremos hacia ella...
Pero valdrá la pena,para que vivas...
y puedas proyectar esa luz que te acompaña,
como sello de tu origen.
Adios Tylah...
Te dicen tus padres,que por darte la vida,
se aventuren a morir.
-Tylah...-pronunció Ryan conmovido hasta las lágrimas.Había escuchado su propia voz,mientras leía en voz alta el pergamino,comprobando como el sonido de cada palabra lo emocionaba profundamente.
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Clarissa comenzó a llorar sin poder contenerse.
Ya su fiesta había terminado, y se hallaba sola con Hernán tomando una taza de café,cuando las lágrimas se apoderaron de sus ojos.
Lloraba con el espíritu,con el corazón,con cada uno de sus sentidos.
-Linda...¿qué te sucede?-preguntó Hernán preocupado por ese llanto repentino e inexplicable.
-Un vacío...un dolor...una angustia que no me puedo explicar.Creo que por primera vez en años,me pesa ser huérfana...pensarás que estoy loca...no me hagas caso...creo que me voy a ir...-dijo Clarissa desconcertada ante su propio y extraño dolor.
-Tú no te vas,y en todo caso yo te acompaño.-le dijo Hernán dándole un abrazo contenedor,olvidando sus ganas de hombre y su propuesta,concentrado en darle a la mujer que amaba su protección y su cercanía.
-Gracias Hernán.Creo que después de todo no sé que espero...si eres lo único concreto que yo tengo en mi historia.Me encantaría amarte...hoy más que nunca.-le dijo muy sinceramente desde esa vulnerabilidad que la aterraba.
-Para tí yo tengo todo el tiempo del mundo.-dijo abrazándola mientras ambos se quedaban en silencio.
Ese lunes,Clarissa entró de la mano de Hernán a la sala de profesores de la Escuela de Bellas Artes.
Habían dormido juntos después de todo,como él había querido,aunque sus pieles ni siquiera habían intervenido en un solo roce.
Solo habían compartido ese fin de semana,la enorme cama de él,en una compañía de aristas casi fraternales,para suavizar aquella angustia que se había apoderado de Clarissa.
Y a pesar de que ambos habían estado muy juntos,Hernán sabía perfectamente que no había sido así.Que esa pared intangible,imposible de visualizar,se había interpuesto una vez más entre los dos.
-Buenos días,dijeron saludando con un beso a Amanda y a Julia,que ante su llegada,habían cortado abruptamente la intensa conversación que mantenían.
-¿Chicas quieren que les traiga un café?-preguntó Hernán muy atento,mientras ya había servido uno a Clarissa como buen detalle,a pesar de que ambos ya habían desayunado juntos en su casa.
-Yo te aceptaría uno.-dijo Amanda,mirando con rabia como ese hombre que ella quería,la dejaba en un segundo plano que la enfermaba.Y hasta la simple idea de que Clarissa hubiera sido convidada primero,ya había sido motivo suficiente para que desplegara su malas energías.
Llevaba calzas de color azul fuerte y una casaca larga con chillones arabescos,que le daban un aspecto demasiado extraño,sumada esa imagen a su cabello siempre revuelto y a la cara con el maquillaje ausente.
Clarissa,a pesar de que no había oído maldiciones como la noche de su cumpleaños,comenzó a percibir el fastidio como una realidad negativa e imposible de ocultar.
-Hernán me voy a tomar el café afuera.Quiero conversar un rato con Tamara.-dijo refiriéndose a la encantadora,excéntrica, así como también interesante directora del instituto.
-Te acompaño.Yo también hace rato que no hablo con ella.-dijo él entendiendo perfectamente que Clarissa había querido dejar a las dos amigas retomar la charla.
-Cruzaron a Martín y a Pedro,y les hicieron señas para que no entraran al salón ,y luego se reunieron a conversar un rato antes de las primeras cátedras,con Tessi,que como era su costumbre,había llegado sobre la hora.
-¿Qué sabes de estos dos?-interrogó Amanda,una vez que se quedara a solas con Julia.
-Todo.-respondió ella.Clarissa es mi amiga y hablamos muchas veces.No sé de que te extrañas...
-Entonces cuéntame.¿Son novios?.Porque él está demasiado empalagoso con ella.Pero yo nunca los veo concretar nada.-siguió Amanda masticando rabia en las frases.
-Ellos se quieren mucho hace tiempo.Es lo único que te puedo decir.
-¿No somos amigas?¿Por qué me ocultas información?Acaso no dices que me quieres mucho,que soy la hermana que nunca tuviste...y te niegas a responderme.¿No ves que Hernán es mi tipo de hombre?¿No me conoces los gustos acaso?.
-Mira Amanda,te voy a responder con generalidades que en definitiva todos manejamos aquí,aunque tú no quieras entenderlas.Clarissa adora a Hernán pero no lo ama y él a ella sí.Fin de la historia.
-Tú tienes que saber más.-insistió.
-Como eres Amanda,y encima sabes perfectamente que te quiero mucho más que a Clarissa.Ella lo sabe;porque yo se lo hago muy evidente,y se aparta.Pero la relación que tengo con ella si bien no es como la tuya,no es motivo para que yo te cuente cosas que a tí no te deberían interesar.
-Hernán me interesa.Y anda de sirviente de "tu amiga" que se cree mucho para rechazarlo.
-Ella lo quiere.Y no se cree nada.Y ya no te abuses de que soy buena y tranquila.-dijo Julia algo molesta,dejando su asiento,y agregó desde la puerta.-Te dejo sola para que te calmes y pienses un poco.Yo por lo pronto voy a ver si bailando me quito estas contracturas que me dejaste.
-Vete "mejor amiga".-le dijo Amanda tomándose el café,mientras Julia se iba sin decirle una palabra más.
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-Un nombre y una profesión...vamos mente...respóndeme...-se decía Ryan una y otra vez.
El día anterior habían sido los ceremoniosos funerales en el reino,y no había tenido ni tiempo ni ganas de forjarse una nueva identidad en función de la búsqueda que emprendería.
Todos habían llorado la partida del rey,y él no había sido la excepción.No había hablado con su amigo Jethro,y sentía una creciente soledad mezclada con el temor lógico de la tremenda responsabilidad que tenía entre sus manos.
-Escuela de Bellas Artes...un parque enfrente...letreros en una lengua común...una bandera desplegada en un mástil...esos colores que indican la nación...piensa luego en la ciudad...la música que tocaba la banda en el parque...concéntrate...-se decía intensamente,como Arhon le había dicho.
Todo le cerró.Buscó en viejos libros de geografía de aquel mundo.Identificó la bandera,la ciudad con esa música que todavía resonaba en su enajenada mente...
Al menos ya podría pasar con esos datos el puente de la luna.Sabía de la escuela,y de ese parque cuyo nombre visitó de inmediato sus recuerdos Parque Pinar Central...
Unía las piezas y sonreía después de mucho llanto en su rostro pálido y demacrado por las lágrimas.
-Un nombre...que se parezca al mío...-pensaba animado.
-Creo que seré Ian...o Yan...Ian...será mejor-se decía como un chico entusiasmado escribiendo su nuevo nombre.-Ian del Castillo...aunque suene a ridícula ironía...-decía riendo solo y anotando apuntes.-Es solo el disfraz...nunca dejaré mi identidad de lado...solo será para acercarme a tí...que seguro serás aquella,también en otro disfraz mundano como el que usaré yo...-dijo expulsando a la sonrisa de su cara,mientras la pena lo hacía su presa nuevamente,al recordar a Tylah.
-Una profesión...relacionada con el arte...si voy a fingir un rol que no tengo...que mejor que un actor para representar.Un docente en la cátedra de teatro...eso haré.-se decía entre apenado y enérgico.
La mente estaba funcionando gracias a los consejos de Arhon.Había luna llena por aquellas jornadas,por lo que antes de que el astro de esas características menguara sin remedio,debía partir.Lo sabía bien.Ya nada sería igual.
Golpes a la puerta de su recámara,lo extrayeron de sus postulados,a los cuales antes de dirigirse a abrir,ocultó entre los papeles de su escritorio.
-Ryan...apenas has cruzado palabra conmigo hermano...¿qué te sucede?-preguntó Jethro ingresando a la habitación con una confianza absoluta.
-Encargos póstumos de mi rey.Misiones que debo cumplir.Por eso estoy encerrado aquí ultimando detalles.
-¿Y de qué se trata?-preguntó su amigo.
-Trámites de una investigación que debo hacer.Nada importante.-dijo sin dar apreciaciones concretas,tal como Arhon le había aconsejado.
-Pero dime más...-insistió Jethro tendido sobre la cama como si fuese suya.
-Me iré al otro mundo tras el puente.Mi rey quiso encargarme un informe.
En función de estudiar las costumbres...ya sabes...su sueño era poder hallar la fraternidad entre nuestras existencias paralelas...ideas utópicas de mi señor...pero...yo cumpliré su voluntad...aunque otro luego investigue en base a mis datos...-dijo Ryan ya ensayando su rol teatral con maestría.
-No se hable más.Me voy contigo.-dijo Jethro dejando la cama de un salto veloz.
-No puedes.Además no tardaré mucho.-le respondió sabiendo que aquella empresa era individual y secreta.
-Está bien amigo.Entiendo.Abúrrete solo del otro lado del puente...pero sal un poco de tu cueva que cada vez estás más pálido.Yo también sufro la muerte de mi rey...pero no me sepulto en vida como tú.-agregó Jethro enfilando hacia la salida.
-Te haré caso.Luego tomaré un poco de aire.-le respondió Ryan viéndolo abandonar la recámara,y suspirando con alivio.Su versión oficial había resultado creíble.
Todo marchaba bien.
Ryan tenía sus pensamientos bastante ordenados,así como también,en la misma proporción,un centenar de dudas.
No había salido a tomar aire esa tarde como le había prometido a Jethro,y se había quedado en su habitación anotando un sinfín de palabras como apuntes que en el otro mundo necesitaría.
Esparaba la madrugada,ya que justo antes de que la luz de la luna llena abandonara el cielo de su universo,debía pronunciar el conjuro,compuesto de todos aquellos datos racionales que había plasmado a partir de sus deducciones.
A medida que el momento se aproximaba,con la misma intensidad iba ganándolo un creciente temor.Sabía que aquella aventura no sería fácil,y que su mente constituía la única y segura garantía de salir airoso.
Llevaba sus lujosas ropas de príncipe de cuentos,y una capa de amplias dimensiones,además de monedas de oro puro ocultas en un pequeño saco de cuero. Sabía que todo aquel atuendo se transformaría apenas desapareciera de allí,y que sus pies se fijarían sobre ese suelo tan distinto que lo recibiría como a un extraño visitante.
Ya nada faltaba.Solo que el temor le diera algo de tregua,más allá de su valentía que era una indiscutible virtud.
Salió de la recámara con pasos sigilosos,y comenzó a transitar los corredores del castillo en busca del único ser capaz de entenderlo esa noche.
Golpeó la puerta del cuarto de Arhon,que le abrió de inmediato haciéndolo pasar.Tampoco dormía.
-Ya me voy...llegó el momento-le dijo Ryan bastante nervioso.
Arhon percibió esa inquietud latente,hizo un gesto de negación,miró hacia el techo,y lo empujó sin violencia hacia afuera del cuarto.
-Sígueme.Te acompañaré.Prometí ayudarte.Me quedaré contigo en el puente hasta que partas.Pero por favor ya cambia esa cara de condenado a muerte.
Ryan se sintió más seguro en la proximidad de ese compañero tan honesto como distante.
Cada tanto,miraban hacia atrás,con la sensación de que alguien los seguía a través de los oscuros corredores,en el caso de Ryan,influenciado por el nerviosismo que lo invadía sin remedio.
Salieron del castillo,y cruzaron el jardín real como dos sombras,intercambiando posiciones,con Arhon cuidando las espaldas de Ryan en ese recorrido que se hacía interminable en función de los miedos.
Cuando llegaron al límite que marcaba ese puente de roca,ambos lo abordaron deteniendo sus pasos veloces,queriendo visualizar la extensión completa de la estructura,sin poder lograrlo.
Estaban exactamente en la mitad de esa construcción de piedra,a la luz de una luna que no podía perforar la espesa muralla de niebla de la madrugada.
-Ya.-sentenció Arhon.Hazlo.Sabes que tu mente es tu aliada.Si enfocas todo el tiempo cada imagen,yo sabré de tí.
-Gracias.-le respondió con su sinceridad más visceral,mientras estrechaba su fría mano de franqueza.
-Cierra los ojos y vete ya hombre...-fue lo último que Ryan oyó como a la distancia,mientras leía mentalmente los nombres de los sitios y hacía cobrar vida a las imágenes procesadas de los sueños,apuntando el rostro hacia la luna y diciendo cada palabra en una voz perfectamente audible,para que el conjuro pudiera llevarse a cabo.
Arhon de un momento a otro se encontró solo allí,y supo que el primer paso había sido dado con éxito.
Regresó con andar lento,contagiado por el recelo que Ryan había conseguido instalarle,con el presentimiento de que no se hallaba solo en el lugar,pero ante la sepulcral soledad de los jardines,la sensación se diluyó rápido,y se obligó a dejarse de paranoias,y a regresar a la comodidad de su habitación,mientras deseaba sinceramente que aquel buen hombre lograra cumplir con la voluntad de su rey.
Miles de imágenes poblaban la mente de Ryan,que experimentaba la etérea sensación de flotar dentro de un sueño,como en un éxtasis.Sintiendo que su masa corporal se alivianaba,y que cambios profundos lo hacían su irremediable presa.
Abrió sus ojos ambarinos,y contempló ese nuevo cielo de madrugada en el cual la luna llena daba su iluminación final.
Estaba sentado en una fría banca del parque de sus sueños cubierta por tenues gotas de rocío,con la pupilas enfrentadas a la escuela que apenas asomara el sol lo tendría traspasando su entrada.
Se miró la vestimenta.Igual a la de esos seres que había visto en sus imágenes nocturnas,y notó que su cabello largo había desaparecido,mientras palpaba su nuca rapada.
Las monedas de oro se habían vuelto unos coloridos papeles que señalaban cifras,y supo que ese valor sería el utilizado en función de sus gastos.
Aguardó por unos minutos el amanecer sentado en la banca,y con las primeras luces del alba entendió que antes de aventurarse a abordar el edificio que su mente le había indicado,tenía que buscarse un lugar donde vivir,por el tiempo que durara su estadía.
Se levantó de allí,todavía con la paranoica apreciación de que no estaba solo,caminó hacia un letrero luminoso que le devolvía las palabras que necesitaba leer: "Hotel Residencial",y entendió que su búsqueda había terminado.Que todos los elementos necesarios se conjugaban en un radio de cercanía,como si esa ciudad extraña se hubiera compadecido de él de antemano y hubiese querido brindarle su ayuda.
-Ingresó al bastante lujoso hospedaje,donde un concerje lo recibió con amabilidad,mientras le pedía sus datos,obligando a Ryan a convencerse de que ya era otro.
-¿No trae usted equipaje?-lo interrogó el empleado del hotel,que ya tenía en sus manos la llave de la habitación asignada.
-No...-respondió algo inseguro.Mis pertenencias me las compraré por aquí.Vengo desde lejos,y no quise viajar con carga.-respondió tan convincente como pudo,a ese hombre que lo miraba raro.
-Por aquí.-dijo conduciéndolo por un corredor muy diferente al del castillo.-Que tenga un buen día.
-Igual usted.-respondió Ryan desplomándose sobre una cama enorme que olía a limpieza.
Cerró sus ojos, y respiró profundo.
Luego los abrió,y se dirigió hacia la tibieza de una bañera caliente que hizo que sus tensiones se aflojaran.
Envolvió su cuerpo en una esponjosa bata blanca que colgaba de un perchero,mientras contemplaba su nuevo aspecto frente al espejo del baño.La prolija barba y bigote seguían allí correctamente delineados,aunque el cabello corto lo hacía lucir algo mayor.
Se aprobó de inmediato,sin otro remedio,y decidió que había llegado la hora de la verdad.
Dormiría un rato, si podía,y luego iría por el sitio que su mente le había señalado como el ámbito de pertenencia de la mujer de su búsqueda.
Golpes a su puerta lo inquietaron de repente.
Acomodó su bata,y se dispuso a abrir,con esos nervios que habían vuelto a ganarle la partida.
-Muy buenos días.-dijo Jethro parado en la puerta de la habitación del hotel,mientras Ryan lo miraba atónito,haciéndose un millón de preguntas,y corroborando que esa constante percepción que había sentido desde que había atravesado los pasillos en busca de Arhon para comunicarle su partida,había sido acertada.Lo contemplaba mudo,sin poder articular frase alguna.
Jethro entonces,ingresó sin perder un minuto de tiempo,y se acomodó en aquella cama ajena de igual modo que lo había hecho el día anterior en su mundo.
Llevaba su cabello no tan corto como Ryan,aunque sus ojos mezcla de azul y violeta que intercambiaban tonos según la luz,lo hacían parecer salido de un cuento.
Usaba ropa muy elegante y cargaba una enorme valija.
-En el apuro olvidaste tus pertenencias,y quien mejor que tu amigo del alma para alcanzártelas y de paso compartirlas.Tenemos el mismo talle...-dijo muy suelto de cuerpo.
Luego de haber procesado aquella escena,y todavía sorprendido,Ryan por fin habló.
-¿Qué haces aquí Jethro?¿Cómo lograste cruzar?¿No te había dicho que no podías acompañarme?.
-Cuantas preguntas... ya pareces un verdadero investigador...que hago aquí...ayudarte...como crucé...oyendo tu conjuro escondido en el puente...y con respecto a acompañarte o no...pienso que cuando un amigo necesita apoyo...otro amigo debe brindárselo.O me vas a decir que yo te puedo estorbar en tu investigación...
-Francamente sí Jethro.Quiero que esta noche regreses al castillo.
-Imposible amigo.Esta fue la última luna llena.Tendrás que soportarme por algunos días.Pero calma,te aseguro que si me aventuré a venir,no fue con el propósito de estorbarte,sino para brindarte mi compañía incondicional.
Ryan sonrió,mientras ambos estudiaban sus nuevos aspectos detenidamente.
-¿Cómo te llamarás aquí?-preguntó curioso.
-Bruno Leblanc...¿te gusta?.Creo que es bueno poder elegir un nombre distinto.Y haré lo mismo que decidas hacer tú..."Ian del Castillo".
-¿Cómo sabes?No podemos leernos la mente entre nosotros.Solo Arhon sabe como articular esa facultad,y la verdad no creo que te lo haya enseñado....dijo Ryan con una gran intriga.
-El empleado de concerjería.Un libro abierto...Creo que será divertido estudiar a estos personajes tan limitados.Se puede ver en ellos de una manera casi teatral...
-Teatral...justamente de eso se trata.Para estudiar a estas personas me voy a convertir en un profesor de arte dramático,y daré clases en la escuela que se ve desde este ventanal,observa.-dijo Ryan pegado al vidrio.-Si estos seres no necesitan mis servicios,lamentablemente tendré que usar técnicas de persuación mágicas para convencerlos,aunque sabes que no me gusta el hecho de manipular la mente ajena.
-Ya veo...y esta misión debe ser muy importante para que decidas aplicar magia sobre otros individuos.Como que algo te obliga a focalizar en ese lugar...algo importante...-dijo Jethro elaborando teorías.
-Nada más importante que cumplir la última voluntad de mi rey.Él me señaló este sitio...no sé...quizás porque en él se congrega un grupo interesante de personas...dignas de ser evaluadas...artistas...en fin...yo solo me limitaré a realizar mis informes.Tú no estás obligado.
-Yo me voy contigo.Habrá dos profesores entonces.No he llegado hasta aquí para aburrirme encerrado en un cuarto de hotel.Y si para partir debo esperar a la siguiente luna llena,haré de mi estadía algo productivo.-dijo Jethro realmente empesinado.
-Me pregunto como hiciste para que ni Arhon ni yo pudiéramos verte.-dijo Ryan con el control remoto del televisor del cuarto en la mano,viendo como esa pequeña caja de imágenes iba y venía en función del botón rojo que apretaba,mientras se sorprendía como una criatura.
-¿Cómo hice?.Ese es mi secreto mejor guardado,así que ya ni preguntes porque no te lo voy a decir.Solo tienes que saber que tu mejor amigo ha venido para ayudarte en todo lo que esté a su alcance.
-Antes de ir a esa escuela quisiera comer algo.Esa sensación de estómago vacío es idéntica en ambos mundos.Aquí tienen que darnos algo para desayunar.-dijo Ryan tomando ropa de la valija de Jethro,y diciéndole adios a la bata.
-Estoy de acuerdo...y si no nos dan de desayunar...tenemos nuestras "habilidades" para convencerlos.-dijo Jethro sonriendo maliciosamente.
-No abuses...-le advirtió Ryan ya más relajado entendiendo que a pesar de aquella inesperada visita,su secreto estaba seguro,y la atención de su amigo,focalizada tan solo en divertirse.El plan permanecía intacto.
Desayunaron en el comedor del hotel,degustando las delicias del nuevo mundo.
-Esto es un manjar...-dijo Ryan saboreando una humeante taza de café.
-Es cierto.-le respondió Jethro,ya con ganas de iniciar la aventura.
Y al cabo de que sus extranjeros apetitos fueran saciados,ambos emprendieron el corto trayecto hasta ese instituto que por esas horas ya tenía su puertas abiertas y numerosos estudiantes entraban y salían.
Encararon ambos el pasillo de la escuela,y preguntaron a uno de los alumnos acerca de donde se hallaba la oficina del director,enfilando hacia el despacho de Tamara Benavente,dueña del establecimiento,además de ser quien lo dirigía.
Ryan tomó coraje,y con Jethro detrás suyo,dio dos tímidos golpes en la puerta,y abrió.
-Adelante...-dijo Tamara con la calidez y la cordialidad que le eran tan propias.Buenos días...tomen asiento,agregó mientras ofrecía su mano a los recién llegados,reparando en la extraña galanura que los envolvía,y ella con su gusto refinado de pintora exquisita,había percibido.
-Bueno...-empezó Ryan su discurso algo nervioso.Ambos somos docentes de la cátedra de arte dramático,y quisiéramos saber si hay vacantes para nosotros en su escuela.Tenemos referencias comprobables-prosiguió tratando de moderar su habla caballerosa,muy diferente a lo que había oído de los estudiantes en los corredores.
-Ah...que pena...-se excusó Tamara,tan estéticamente bella,contemplada por la mirada de Jethro.
-Mis plazas están completas.Quizás el año que viene yo podría...
Y ya no pudo hablar más,mientras Tessi ingresaba intempestivamente en el despacho sin saludar,y descargaba la noticia que traía.
-A Hernán...lo atropellaron cruzando la calle...Clari está con él...hasta que venga la ambulancia...un loco de estos que cambió el carril...
-¡Por Dios Santo!-dijo Tamara levantándose de su asiento.-Dile a Clarissa que no se preocupe,y ve con ellos que yo en unos minutos te alcanzo y vemos...¿está mal Hernán?
-Muy golpeado.Creo que tiene una pierna fracturada.Pero está conciente...ya me voy...-dijo Tessi hecha un mar de nervios.
Tratando de recuperar la compostura,Tamara volvió a su silla,y de inmediato cambió de planes.
-Señores...creo que voy a necesitar esas referencias suyas.Uno de mis docentes en el área de arte dramático acaba de tener un accidente,y su compañera seguro pedirá licencia para cuidarlo,ya que no tiene familia...en fin...disculpen mis nervios espantosos es que no puedo manejarlos.
-Tranquila señora...-dijo Ryan sereno y caballeroso.Al menos sus alumnos no perderán las clases.Con mi compañero podremos realizar las suplencias.
-Ya ve,no se preocupe.Si quiere regresamos mañana más tranquilos y acordamos todas las cuestiones de formalidades.-dijo Jethro muy convincente.
-Bueno si...-dijo Tamara como perdida,pensando en Hernán,a quien tanto estimaba.-Díganme sus nombres para anotarlos,por ahora,hasta que podamos concretar.
-Ian del Castillo,y mi compañero Bruno Leblanc.Hoy puede suspender la cátedra de teatro,y ya mañana reanudarla con nosotros.-sugirió Ryan viendo como esa fatalidad que lamentaba profundamente los había colocado en el sitio y el momento justo.
Solo le faltaba adentrarse en el mundo que guardaban aquellas cuatro paredes,donde la mujer de su vida,deambulaba oculta bajo un disfraz.
-Por suerte fue solo un susto,no te preocupes ni te pongas mal.-dijo Hernán aquella tarde,ubicado muy a pesar suyo,en la cama del hospital,con su brazo derecho enyesado,mientras Clarissa lo miraba con ganas de echarse a llorar,contemplando un enorme moretón sobre su frente,mientras le acariciaba la mano izquierda,sentada junto a él.
-Pensamos que te habías quebrado la pierna,por como caíste,y por como te dolía.Creo que ese asesino al volante solo te rozó.Imagina si te hubiera impactado de lleno...-dijo Clarissa mientas el llanto la ganaba con facilidad.
-No me pasó nada.Estoy dolorido,es todo,y estos doctores quieren que me quede por lo menos tres días en observación.Yo ya quiero irme de aquí.-dijo Hernán con reales ganas de fugarse.
-Tienen que comprobar que no tengas ninguna lesión interna.Además impactaste con la cabeza.Ese brazo roto creo que te salvó de algo peor.-continuó Clarissa todavía con los ojos húmedos.-Si te hubieras muerto,yo me hubiera muerto contigo.No existe alguien en este mundo a quien yo quiera más que a tí.Y perdona si sueno cursi.Pero así siento.
Hernán la miró con el amor de siempre,profundamente sorprendido por aquella declaración.
-Pero no me aceptas...
-Si yo pudiera entenderme Hernán...tú eres la única figura tangible que tengo.Mi fuerza,mi inspiración,quien me acompaña;eres todo para mí,y de solo pensar que podría perderte...me siento terrible.Además pienso que te mantengo atado a una espera que no si se algún día va a resultar como tu quieres.Yo no quiero que malgastes tus años pensando en un futuro conmigo.Porque esa seguridad no te la puedo dar.Hasta el día de hoy yo no me puedo explicar por qué aún no estamos juntos...
-¿Y si quiero esperarte?Tú siempre me has dejado libre.Nunca fuiste egoísta.Permíteme elegir a mí.
-Pero no es justo.Tú no eres alguien para una relación ocasional.Eres muy valioso.Uno en cientos...y te quiero tanto...con un amor tan deficiente,que me odio por ser así...-dijo Clarissa hablando con una sinceridad tan cruda,que los ojos de Hernán se poblaron de un esbozo de brillo.
No le dijo nada,porque le creía.Sabía que era sincera,y que si no podía de una vez por todas aceptarlo desde otra perspectiva,era porque alguna razón tan inexplicable como poderosa,se interponía como una barrera emocional que él percibía perfectamente.
-Yo te elijo,hasta que Dios decida,hasta que pueda comprender,hasta que te enamores,de mi o de otro...no me importa el futuro.Vale el aquí y ahora...y por ejemplo las gracias que te tengo que dar por cuidarme.
-Tus padres viven en el exterior,no te tratas con nadie de tu familia...es lo menos que puedo hacer.Estamos solos los dos,el uno para el otro...y nos vamos a poner patéticos y cursis...sentimentales...Quiero cuidarte.No es un sacrificio.Por lo menos mientras tengas ese brazo inhabilitado.-dijo ella con una leve sonrisa más relajada.
-Entonces voy a accidentarme todos los meses,si eso nos acerca...Clari...¿notaste que desde que te conozco nunca te has enfermado?
-Sí...los médicos deberían estudiarme.Soy una rareza.Desde niña en el orfelinato se sorprendían al ver que no tenía ni una tos,mientras los otros chicos se contagiaban todos los virus...no es magia...debo tener buenas defensas...es todo.
-¿Pediste licencia en la escuela para estar conmigo?.
-¿Quién te lo contó Pedro, Martín o la arrebatadita amorosa de Tessi?
-No debes perder las clases por mi.
-Silencio.-dijo Clarissa.-Acabo de comunicarme con Tamara y me contó que ya nos tiene reemplazo.Son dos profesores que llegaron ayer pidiendo unas vacantes...
-Que raro...-dijo Hernán.
-El caso es que le vinieron como caídos del cielo por tu accidente y mi licencia.
-Para cuidarme.Licencia para cuidarme.
-Porque te quiero,te cuido.Y...mañana tengo que pasar un rato por la escuela para decirles más o menos los temas que estábamos trabajando,para que los alumnos tengan una continuidad coherente.
-Ok...espero que estén a nuestra altura...
-Difícil.Nosotros somos únicos,irrepetibles e irreemplazables.
-Tú si.-le dijo Hernán,sintiendo como su mano le acariciaba el cabello con una dulzura digna de un hada.
-Afuera están Amanda y Julia.-dijo Clarissa dejando sus placenteras caricias.
Hernán cambió la expresión de su rostro.
-A Julia la quiero.A la otra cara de nerd no.
-No seas malo.Encima que viene a verte.A mi me odia y sin embargo yo la comprendo,porque eres la razón.Creo que le gustas y mucho.
-Por Dios Clari...¿te alejas cada vez más de Julia verdad?
-Sí.Creo que me estoy vinculando mucho con Tessi,y en alguna medida con Tamara.Es que con Julia hay un tema que no podemos compartir.
-Un horrible y despeinado tema.-dijo él con picardía.
Clarissa sonrió.
-Mañana temprano vengo,y luego paso a conocer a los nuevos.-dijo besando la mano de Hernán,mientras desde la puerta,les decía a sus compañeras que ya podían entrar a verlo.
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Al día siguiente,cuando los relojes marcaban las once de la mañana,habiendo ya pasado por el hospital en el cual Hernán mantenía la obsesiva idea de fugarse,Clarissa se llegó hasta la escuela,con una gran curiosidad ante la inminente presentación de los hombres que tomarían la cátedra.
Se había arreglado muy cuidadosamente para causar la mejor de las impresiones,y la envolvía una dulcísima atmósfera de perfume.
Fue hasta el despacho de Tamara para ponerse la tanto acerca de sus dos nuevas adquisiciones,mientras relataba a su amiga como se encontraba el accidentado.
-Esa gente ya está en el aula.Vete para allá.-le indicó la directora,mientras Clarissa buscaba la puerta.
Salió de la oficina hacia ese destino de curiosidad,cuando un hombre la detuvo haciéndole una pregunta.
-Buenos días...¿sabes si llegó la profesora Clarissa Torres?
-Soy yo...-dijo reparando en unos ojos azules que por momentos cambiaban a violáceos.Tú eres...
-Bruno Leblanc...uno de los reemplazantes.-dijo ofreciendo su mano en saludo.-Venía a preguntar por tí a la directora.Esta mañana nos tomaron,y más o menos nos refirió algunas cuestiones generales.Y me dijo que apenas llegaras te mandaría con nosotros.
-A eso iba...-dijo mirando a ese hombre,que se parecía terriblemente a una versión mejorada de Hernán,solo que con unos ojos rarísimos y hermosos.
-Yo doy generalmente la parte teórica.Es decir,la técnica.Mi amigo es quien realiza la práctica de lo que ese día se ve en clase.¿Tú que harás?
-Práctica.Mi compañero seguramente irá por tu lado.-dijo Jethro muy amigable,sintiendo entre él y Clarissa una ancestral familiaridad.Una indescriptible sensación de cercanía,que su corazón extranjero no pasó por alto.
A ella,por alguna razón,le sucedía lo mismo.Lo miraba mucho,como si lo conociera,y él hacía igual,en un juego de miradas que parecía no tener fin.
Ryan se acercó lentamente hacia su amigo,que lo había dejado solo con los alumnos en el salón.
-Ian...ella es Clarissa,la profesora de la que nos habló Tamara esta mañana.-dijo Jethro todavía con esa sensación de vínculo.
Ella le prestó atención al recién llegado,y caminó hacia él con la misma cordialidad que poseía para con todas las personas.
-Clarissa Torres.-dijo enterada de que aquella, era definitivamente una mañana de ojos bellos,esa vez ambarinos y bondadosos.
-Ian del Castillo.-se limitó a decir él,mientras sentía que la respiración se le aceleraba,perdido en aquella mirada de ángel,que lo había hecho estremecer.
Con un elegante disfráz,el cabello en un corte moderno y tan propio de ese mundo desconocido que transitaban sus pasos de príncipe,supo que había caído la última duda,y que su búsqueda había terminado.
Esa mujer de ojos entre miel y verdes que danzaban según la luz,ese parecido innegable con la difunta Aixa,y su piel erizada como testigo de aquel encuentro luego de años de sueños confusos, que le devolvían el nombre de una dama sin rostro,esa belleza parada frente a él,era su predestinada.
Era Tylah.
No había ninguna duda.
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ATENCIÓN:
quiero decirles que mañana y el domingo no podré publicar,ya que voy a estar fuera el fin de semana.
Les dejo este capi...
Bastante revelador...y el día lunes si Dios quiere me tendrán de vuelta
escribiendo temparanito como es mi costumbre.
Les dejo mi cariño,y les pido que me esperen.
Ceci=)
El viento de la tarde,juega con su cabello largo y sedoso,que se muestra rebelde,como del mismo modo es su corazón.
Aún falta para que la noche se declare soberana,y el fresco del otoño se robe el paisaje.
Los árboles del inmenso jardín,le devuelven una belleza amarillenta a sus pupilas,en pinceladas de hojas secas que danzan a merced de ese aire que las vuelve sus esclavas.
Todo el ambiente que enmarca su mirar,es una perfecta armonía de tonos,aromas y sensaciones de ocre y atardecer.
Pronto cumplirá doce años,y ya sabe muchos secretos que otros niños ni siquiera imaginan,o que intuirán más adelante.
Sabe que puede lograrlo,que lo que ha aprendido escuchando conversaciones,espiando a sus padres,o escabulléndose por los pasillos de la escuela,siempre se le taducirá en beneficio.
Especialmente esa tarde.
Contempla de lejos la escena,y se va acercando lentamente.
Sabe como hacer para que nadie note sus pasos.Para que no lo obliguen a atarse el cabello,o que le ordenen que entre a su residencia,con el argumento de que ya está algo grandecito,y le recuerden que debe comportarse, cuando los mejores amigos de sus padres llegan a hospedarse por algunos días.
Una manta tendida en el césped, protege a un ángel de la humedad de la hierba.
Una nana la acompaña sentada a su lado,mientras sus padres conversan en una lujosa mesa de hierro,dos metros más adelante.
Se acerca sabiendo lo que hace.La mujer que debe cuidar el tesoro, nunca lo verá.
Nadie se dará cuenta de que él se apropiará de algunos instantes.
Toma asiento junto a la niña,que manipula pequeñas muñecas de porcelana,y lo mira a los ojos azules violáceos,sonriendo luminosa.
Apenas ha cumplido un año de vida,y sin embargo maneja unos niveles de dulzura que estremecen su corazón de niño,que admira ese rostro,mientras lo acaricia con delicadeza.
Ella le devuelve más sonrisas,mientras a él se le llenan de lágrimas esas pupilas raras y cambiantes.
Es preciosa.Una hermosísima criatura,que desde su inocencia lo invita a compartir sus muñecas,mientras los oídos de él,de repente, pierden la conexión con esa magia emanada de la pequeña Tylah,hija de Aixa y Rufus,los mejores amigos de sus padres.
Ya no puede seguir enterneciéndose con esas manitos suaves como algodón.Se distrae con lo que oye.Es más fuerte su curiosidad,y luego de besar la frente de la princesita de las muñecas,deja su lugar junto a ella,y se acerca a los adultos,alrededor de la mesa de hierro.
-Esta niña ya está predestinada,hemos pronunciado el conjuro de los corazones unidos...Es Ryan II...él es el elegido.Es algo mayor,pero como sabrán queridos amigos,la predestinación desconoce barreras de tiempo y distancia...aunque...-los ojos de Rufus se nublan por una extraña pena repentina.
Rufus no puede seguir hablando.Siente como padre un nudo en la garganta,mientras Aixa cambia de tema,y la charla de viejos conocidos toma un matiz más superficial.
-Es Ryan...-resuenan las palabras en su cabeza,mientras su travesura se torna triste.
La tarde agoniza,la nana toma a la pequeña entre sus brazos,y se acerca a su madre,quien la recibe entrañablemente,con los ojos emocionados que él ve desde lejos.
Los mayores ingresan a la propiedad antes de que el clima se torne hostil,mientras él se ata el cabello,entraza sus finas ropas,y se une a ellos como el más obediente de los hijos.
-¿Dónde estabas Jethro?.Sabes que no quiero que estés deambulando por los jardines ni que te alejes de la casa.-le advierte su madre.
-Estuve cerca mamá.-dice con su verdad más absoluta.
-Es linda la niña...
-Preciosa sí...-dice su madre abrazándolo mientras todos buscan el calor de la amplia sala y esperan la cena.
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-Esa niña...que falleció...será que no fue así...será que las leyendas son ciertas, será que tan solo vive en otro mundo después de todo...que lo que se dice en torno a ella es cierto...la cara de Aixa...ah...estoy alucinando...
-Bruno...Bruno....lo llamó Ryan por cuarta vez.
Él y Clarissa ya se iban para el salón,mirándose muy cordialmente,cuando Jethro se había quedado pensativo,habiendo detenido sus pasos.
-Perdonen,ya estoy con ustedes.Solo creí que había olvidado algo,pero no fue así.Tengo una buena memoria después de todo.-respondió sonriente,aunque en su interior guardaba una inquietante sensación de nostalgia.
Ese otoño había llegado hasta él desde los dominios del pasado y la niñez,sometiéndolo a una emoción ataviada de hojas secas y perfumes de hierbas.Había sentido todo en su piel masculina,en ese momento deseosa de cruzar el puente de luna y llorar su rara emoción en otro marco que no fuese aquel,tan inapropiado para lo que estaba sintiendo.
Contempló como la profesora de teatro,guardaba en sus pupilas verdes y miel,algo de aquella pequeña que había adornado el jardín con más belleza que la naturaleza misma.
Estudió en detalle las miradas de Ryan,escrutando su interior,y aunque no podía leer su mente,la forma de depositar sus pupilas del color de aquel otoño en esa mujer,lo llenaban de una perturbadora confusión,no así de certezas.
-¿Vienes Bruno?-dijo Clarissa sonriéndole con la misma familiaridad que le había demostrado desde el primer minuto,mientras sentía a la vez,como el profesor Ian del Castillo,por alguna extraña razón,la había hecho sentir muy cómoda.
-Ya voy,le respondió bajando a la realidad,mientras la escena de otoño,se retiraba en derrota,en aquel marco adverso,de esa tierra indiferente.
-Les aviso que solo los voy a guiar para que sepan como nos veníamos manejando con mi compañero.No voy a poder trabajar estos días.
-Que pena.-dijo Ryan,con unos enormes deseos de hacer visible su emoción,y reprimiendo ese amor de años,guardado en su profunda esencia.
-¿Y si te necesitamos?-dijo Jethro por su parte en tono risueño,para expulsar al recuerdo de aquella niña,que le daba ganas de llorar.
-Para eso están los teléfonos Bruno.-respondió ella,sin saber que sus interlocutores no tenían la menor idea de a qué se refería con esas palabras.
-Claro.-contestó sabiendo que lo esperaba una nueva materia de estudio.
Los tres ingresaron al salón de las cátedras,mientras la magia permanecía oculta,esperando el momento preciso para manifestarse.
-Buenos días...-dijo Clarissa ingresando al salón,escoltada por los dos caballeros.
En ese momento los alumnos se alegraron de su vuelta,y se acercaron a saludarla,preguntando como se encontraba el profesor Hernán,cuando volvería,y si ella retomaría las clases,en un interrogatorio de variada índole,que parecía no tener fin.
-La profesora vino a ayudarnos con los temas a tratar,para que ustedes no sientan un cambio drástico en la metodología de estudio,y eso nos va a permitir continuar con la misma temática que iban manejando hasta ahora.-dijo Ryan para "salvar" a su dama de tanta pregunta,que en cierto punto ya resultaba algo molesta.
Clarissa captó de inmediato su objetivo,sorprendida ante tanto carisma,ya que en un minuto había logrado que los indiscretos bien intencionados,dejaran las inquietudes y se dispusieran a comenzar la clase,y le sonrió en un tácito agradecimiento de miradas conectadas.
-A mi en particular me gustaría que Clarissa,ya que se molestó en llegarse hasta la escuela,nos diera parte de la clase de hoy.-dijo Jethro en un tono apropiado para que los alumnos se adhirieran al instante a su propuesta,que una vez más generó bullicio en el aula.
-Gente...no se comporten como adolescentes...aquí el promedio de edad es de veinte años por lo menos...-dijo Ryan tratando de calmar de nuevo el mar de palabras que Jethro había desatado.
Cuando el silencio se adueñó del recinto una vez más,Clarissa depositó sus carpetas con la guía del programa de temas sobre el escritorio,y comenzó su exposición,para aportar a los nuevos su metodología de trabajo.
-Bueno..."memoria emotiva".es el tema de hoy.¿Alguien me podría definir este concepto aplicado al teatro?.
-Tiene que ver con lo emocional-dijo una voz por ahí.
-Es cierto.-agregó Clarissa-.Pero la idea es más amplia.Este recurso se utiliza para aquellas escenas en las cuales el actor tiene que generar emoción profunda en el expectador.Lograr que se conmueva.Transmitirle lo que está sintiendo.Para ello,recurre a sus propias emociones personales,busca algún hecho de su pasado que le haya generado alguna sensación intensa,y en base a ello,logra que su emoción se vuelque en el personaje que está interpretando.
Clarissa hizo una pausa en la explicación,satisfecha al ver que el tema propuesto había resultado interesante,y luego continuó.
-Ahora voy a tomar la parte de Hernán,que les daba un ejemplo práctico.Voy a actuar un texto de Cumbres Borrascosas,la novela escrita por Emily Bronte en el año 1847.De haber estado Hernán,él hubiera actuado algún diálogo de Heathcliff;en cambio yo,diré unas líneas de Caty,intentando generar la emoción a partir de la memoria emotiva.
Clarissa se sentó en una silla en el centro del salón,cerró sus ojos,inspiró profundo,y y en un extraño ritual interior,comenzó a invocar a sus vacíos,a su origen desconocido,a esa falta de amor para con Hernán,y la constante sensación de estar incompleta todo el tiempo,que habían sido monedas corrientes durante toda su vida.
-Todos mis más grandes sufrimientos,han sido los sufrimientos de Heathcliff.
El gran pensamiento de mi vida,ha sido él...
Mi amor por Linton,es como el follaje del bosque.El tiempo lo cambiará.
Como el invierno cambia los árboles.
Mi amor por Heathcliff,se parece a las rocas,que yacen en lo profundo...
Un manantial de escasa alegría aparentemente...pero tan necesario...
Yo,soy Heathcliff...
Al cabo de tan sentida interpretación,no solo los ojos de Clarissa estaban húmedos,sino que toda la clase,incluidos los "profesores",se habían empapado de la emoción del texto.
-No puedo vivir sin mi vida...no puedo vivir sin mi alma...
Agregó Ryan leyendo esa frase en la mente de uno de los alumnos que sabía textos puntuales de la obra que estaba siendo objeto de estudio,mientras se la decía a su actriz,habiéndose acercado a su silla, mirándola con una infinita ternura.
Clarissa se despojó de su emoción,aunque no por completo,devolvió a Ryan la mirada,le sonrió muy complacida,y descendió a su realidad,guardando de nuevo en su ser,aquellas tristezas que le daban las herramientas para expresar su vocación.Se había conmovido,más allá de lo que había constituído dar una simple clase.
Jethro,por su lado, se quedó pensativo.Miles de preguntas colapsaban su mente,mientras leía en las intenciones ajenas y tomaba información de aquellos seres tan limitados.
Sentía que había algo más que una profesora carismática y talentosa en la figura de Clarissa.Percibía su magia.Se perdía en sus ojos tan cambiantes como los suyos,y reparaba en la mirada de amor indiscutible de la cual Ryan la había hecho prisionera.
-Ahora quiero que los nuevos profesores me digan su opinión acerca de la metodología de estudio,si la van a implementar...si consideran apropiado manejarse de la manera que les expuse...o se han quedado mudos.-dijo Clarissa,ya conectada nuevamente a su rutina.
-Excelente.-dijo Ryan.
-Coincido.-agregó Jethro.
-Estos profesores hablan poco o los dejé sin palabras...muchas gracias de verdad,y si mi trabajo les sirve,adelante.Ahora sí me tengo que ir.Sigan trabajando con el texto de Emily Bronte,de la misma manera.-dijo Clarissa.
-Correcto.Para mañana,si la profesora está de acuerdo,van a preparar un informe teórico con el resumen del argumento del libro,un informe detallado sobre el recurso de la memoria emotiva,y mi compañero los va a evaluar en cuanto a un texto que van a tomar de la obra a su elección,individual o grupal,y lo van a representar como lo hizo Clarissa.El resto de la hora de clase pueden comenzar con la parte teórica.-dijo Ryan como todo un docente,sorprendido en relación a lo que su inteligencia había podido generar.
-Me parece perfecto Ian.-dijo ella dándoles a los dos un beso de despedida, y saludando luego a sus alumnos.
La primera prueba de fuego había sido pasada exitosamente para aquellos visitantes de otra tierra.
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-Lo hiciste bien...-dijo Julia como siempre parada al lado de Amanda,en un intento por ser amable con Clarissa,a quien sentía todo el tiempo que había abandonado en su amistad.Había presenciado la breve interpretación del texto desde la puerta abierta del salón,y se había conmovido como todos los allí presentes.
-Gracias Julia,me encantaría quedarme a charlar,pero tengo que pasar por el hospital de nuevo a ver como sigue el accidentado.-dijo con cordialidad, aunque sintiendo que la presencia de Amanda,a quien no había negado su saludo, había puesto entre ellas una barrera de distancias bastante compleja.
-Dale mis saludos,y que esté bien...-dijo Julia con sinceridad,entendiendo que sería muy difícil que Clarissa pudiera confiar en ella como en otros tiempos.
-No sé por qué te rebajas...ella te ignora.Mejor vamos a saludar a los nuevos cuando terminen la clase.-dijo Amanda focalizando en la armoniosa perfección de Jethro,dispuesta a aguardar para entablar algún vínculo.
Pero Jethro estaba a años luz de sus intenciones,perdido en la miles de preguntas que le haría a Ryan esa misma noche que parecía que nunca llegaría.
Solo podía esperar que el cielo se llevara al sol,y que le diera la oportunidad de despejar esas dudas que parecían no querer dejarlo respirar tranquilo.
-Por fin en el hogar.Ya era hora de que esos tipos me dejaran salir.No sé por qué me tuvieron tanto tiempo retenido.-se quejó Hernán entrando a su casa ayudado por Clarissa,con cierta dificultad para realizar sus movimientos,luego del impacto que después de todo había sido una desgracia con suerte.
-Te dejaron salir porque ya los tenías hartos,pero ni creas que vas a estar deambulando por la casa.Lo único que conseguiste fue cambiar una cama por otra,porque ya mismo te vas a acostar.
-Hago lo que sea que me pidas.-dijo Hernán con cara de pícaro,camino a su habitación.
-Así me gusta.-le respondió Clarissa.
-Lo más positivo de todo es que te quedarás conmigo a cuidarme,así que ya no me interesa si voy a estar parado,sentado o acostado,en tanto estés cerca.-dijo Hernán mientras la rodeaba con su único brazo sano,y le daba varios besos ruidosos en la mejilla.-Cuéntame que sabes de nuestros reemplazos y luego nos tomamos un tecito mientras miramos televisión.
-Son muy respetuosos,profesionales,creo que saben de lo que hablan...
-¿Son "guapos"?Porque Pedro y Martín cuando estuvieron a verme en el hospital,dijeron que traen babeando al alumnado femenino...¿Es cierto?
-Son elegantes...pero no sabes todavía como son tus amigos de exagerados...especialmente Pedrito que hará o dirá lo que sea para verte la cara de rabia y divertirse un rato...
-Elegantes...qué palabra...¿Actuaron...qué hicieron mientras estuviste presente?
-Trabajé con memoria emotiva,tomé tu parte práctica y dije unas líneas de Caty...Ian me siguió con una frase de Heathcliff...básicamente eso.
- "Ian"...¿Hizo a "mi" Heathcliff?
-¿"Tu" Heathcliff?-perdona lindo pero muchos actores ya representaron ese rol...en Hollywood...en Europa...Además no seas egoísta...fue solo una línea que me dedicó con gentileza,para rematar mi diálogo.Y lo hizo muy bien.Los alumnos se llevaron una buena impresión,que es lo que nos interesa.Buena calidad en la enseñanza.
-O sea que Tamara no contrató a esos dos por su "envase",sino porque de verdad tienen talento...
-Habrán traído referencias Hernán.Con lo exigente que es Tamara...Una mujer que pinta,escribe,y además canta no va a contratar a cualquier improvisado...
-Tamara...es una mujer de "armas tomar" cuando le gusta un hombre...
-¿A qué viene eso?.Ella es un espíritu libre,y no molesta a nadie.Para eso existe la soltería.Para disfrutarla.Para qué atarse a un compromiso si el amor no llega.Creo que es muy sensata,hace lo que siente en el momento justo.
-O sea que si no hay amor,lo reemplazamos por aventuras...esa sería tu teoría...
-Usted señor no me hable de aventuras porque si comienzo a relatar las suyas se nos hace fin de año aquí.-dijo Clarissa entre seria y risueña con ambas expresiones dibujándose en su rostro.
-La mujer que yo amo no me devuelve lo mismo.Será eso.Y sabes qué...tienes razón en lo que estás pensando.Estoy celoso.No me gusta que ningún intruso esté cerca de mis lugares de vínculo,de la persona más importante en mi vida.Por eso me comporto como un inmaduro. Pero bueno...¿Cuándo retomas tu cátedra?
-Cuando estés mejor,y ya no tengas dificultades para caminar.Me quiero instalar en tu casa si no te molesta...
-¿Molestarme?.Este lugar es tuyo Clari...yo...
-Voy a preparar el tecito...prendes la tele y me esperas...-dijo Clarissa que sabía perfectamente que la charla concluiría con un "te amo" doloroso para ella,y lo último que necesitaba el eterno vacío de su alma,era aquella repetida certeza,que por más que hiciera denodados esfuerzos,no podía corresponder.
-Te espero.-dijo Hernán dando a esa frase un sentido muy amplio.
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-¿Cómo va tu investigación?-dijo Jethro,como siempre tendido sobre la cama de Ryan,que disfrutaba del calor ya conocido de la bañera.
-Bien...
-Es que no te veo hacer anotaciones...antes eras tan detallista...vivías en un mar de papeles...
-Uso la mente Jethro...me conecto con Arhon y le envío mis informes...
-Ah...qué método tan eficiente...-dijo Jethro sin creer una sola palabra,mientras veía a su amigo calzarse esa bata cómoda,sin mirarlo a sus ojos azules violáceos.
-¿Te gusta esa profesora Ryan?-le soltó sin contemplaciones previas.
-Que dices...ella es solo una más en este mundo que estoy investigando.Nadie en especial...
-¿Quién es tu predestinada?Porque sabes...yo no tengo...-dijo Jethro agudizando su perspicacia.
-Murió.Y es un tema doloroso,así que te pediría que lo cambies.Mejor ayúdame a pensar en "teléfonos",y las miles de cosas que aun nos faltan por aprender a manejar aquí.
-Doloroso...más doloroso es mi caso,que al no tener una mujer elegida por la fuerza de la luna para mí...estoy condenado a relaciones sin amor...y aunque me enamorara...sabría que la mujer en cuestión no sería para mí en esencia...eso es doloroso.Y más importante que los objetos raros de este mundo.
-No sabía que no tenías predestinada...
-Hay muchas cosas que no sabes de mí.¿Por qué crees que he sido como he sido en cuestiones sentimentales toda mi vida?.Una vez sentí amor.Hace mucho tiempo...todavía vuelve a mí esa memoria...supongo que algún día pasará...a menos que...olvídalo.No son mis circunstancias y yo, el tema a tratar aquí.El punto es que estoy convencido de que a tí te provoca algo especial esa "profesora"...
-Deja de delirar Jethro...
-Y es más...la miras con ojos de enamorado...y si tengo en cuenta que los hombres de nuestro mundo solo pueden mirar con amor a sus predestinadas...
-Deja de hacer razonamientos sin base...es una locura lo que estás planteando...-dijo Ryan bastante incómodo.
-Y si a eso le sumo que por más que lo intenté esta tarde todo el tiempo,no pude leer la mente de esa preciosa mujer...estoy en condiciones de afirmar que Clarissa es una de los nuestros.
Ryan se quedó sumido en una profunda y silenciosa inquietud.
-¿Vas a negarlo amigo?.¿Te vas a atrever a decirme que ella no es tu predestinada?¿Crees que no reconocería la cara de Aixa después de que fue casi como una tía para mí?...Dilo ya.Que Tylah no murió.Que por alguna razón poderosa fue enviada aquí...Se terminó tu cuento de la investigación amigo.Habla anda...confírmame lo que te estoy diciendo.
Ryan supuso que a esas alturas y ante argumentos tan avasallantes,no era posible ni tenía sentido negar una realidad que ya poseía un nombre.
Tomó coraje,inspiró profundo,puso su mejor cara de honesto,se sentó y miró a Jethro a los ojos.
-Clarissa es Tylah.Todo lo que me has dicho es cierto.Solo que es un tema mío personal.Y los detalles referidos a por qué ella está aquí,y por qué vine a este mundo...esos no los puedes saber.Le hice una promesa a mi rey,y no hay amistad que me obligue a romperla.Ni siquiera la tuya.Ahora sabes que vine por una poderosa razón.Ya que me seguiste,vive aquí a tu gusto,diviértete,pero jamás interfieras en mis asuntos,porque de lo contrario,ya no podría llamarte amigo,y terminaríamos enfrentados de muy mala manera.
-Tranquilo Ryan...jamás me tendrías estorbándote.Lo último que yo haría es interferir en tus planes si es que los tienes.Y si durante tu "misión"sientes que necesitas mi ayuda,no tienes más que pedirla.Te lo aseguro.Ya te dejo en paz...me voy a mi cuarto.Haré de cuenta que no pasó nada.
-Espero que así sea Jethro.Por el bien de muchas personas,incluído tú.
-Despreocúpate.De veras.-dijo saliendo del cuarto,e ingresando en su habitación,mientras luego de un profundo suspiro,esos ojos azules violáceos,se le llenaban de lágrimas amargas.
-Muy buenos días amigo.-dijo Jethro parado en la puerta de la habitación,mientras Ryan lo hacía pasar aún con rastros de sueño en su mirada ambarina.
-¿No te parece un poco temprano teniendo en cuenta la hora en la que tenemos nuestra cátedra y que el lugar de trabajo queda cruzando la calle?
-Bajemos a desayunar y comencemos nuestro día con el pie derecho.Ya entendí perfectamente la situación.Estuve pensando mucho ayer,y decidí que no tengo que interferir en tus acciones.Solo que el hecho de que deba esperar a la siguiente luna llena si deseo irme de aquí,hace que en el mientras tanto tenga que llevar una vida.Digamos una experiencia más.Este mundo.
-Cuanta energía...euforia diría yo.Anoche estabas...como te diré...angustiado;acongojado.Veo que hoy has dado un cambio muy grande...
-Es cierto.Pero también es de sabios enviar al olvido nuestras tristezas. Me sugeriste que mientras no te estorbara ni pusiera en riesgo tu "investigación",llevara aquí una estadía a mi gusto,y es lo que pienso hacer.Te informo que haga lo que haga será mi entera responsabilidad,y jamás entorpeceré tus planes.
Ryan miró a Jethro bastante incrédulo,teniendo en cuenta los razonamientos discutidos con él la noche anterior.
-Ese "haga lo que haga"...no me suena muy confiable para serte sincero...
-Despreocúpate amigo.Y además ten en cuenta que ya que mi compañero de viaje,por motivos poderosos que entiendo,aunque no conozca de que se trata,decide que no los puede compartir conmigo porque lo "ata" una promesa,algo tengo que hacer,mientras no obstruya ni obstaculice lo encomendado por mi soberano.
-Espero que ese "algo",no nos genere problemas.-dijo Ryan ya con otro semblante más distendido ante tanta elocuencia de argumentos,cambiándose para bajar a desayunar.
Luego de que ambos compartieran la delicia diaria del café,se llegaron hasta el instituto,aunque era todavía bastante temprano,mientras Jethro se quedaba en la puerta viendo como un número personas,de cantidad atípica,ingresaban a la escuela directamente a la oficina de inscripciones,llenando el hall recibidor.
Luego alcanzó a Ryan,que conversaba con sus compañeros en la sala de docentes,comentando que por lo menos habían visto más de treinta aspirantes queriendo anotarse para alguna cátedra.Corría el temprano mes de abril,y aún quedaban cupos para algunas disciplinas.
-Buenos días...-saludó muy cordialmente.
-Que tal...-dijo Amanda perdida en la perfección de su elegancia masculina,por lo menos en ese momento olvidada,de la influencia de Hernán como objeto de su deseo.
Jethro leyó la mente de esa mujer de cabello de ondas despeinadas,enemistada con el buen gusto,y se sorprendió de las múltiples fantasías que le generaba a partir de la puerta de sus ojos azules violáceos cambiantes,obra de otro universo.
Antes de que tanto fuego interior terminara incomodándolo,preguntó a sus compañeros si sabían si se encontraba la directora,y ante la respuesta afirmativa,dejó la sala de profesores,seguido por la mirada de pena de Amanda,que ignoraba como su calor interno había sido para Jethro una imagen sensorial y reveladora.
Luego lo siguieron los otros,y Ryan,antes de que Julia se fuera,la llamó aparte.
-¿Eres amiga de Clarissa?.
-Cada vez menos,lamentablemente.Pero la quiero mucho.¿Por qué?
-Es que tengo que hablar con ella algunas cuestiones de la clase,y como no está viniendo...
Julia dudó si entregar o no el número telefónico de su ya a esas alturas casi amiga,y para que el profesor no se sintiera mal,ideó una excusa creíble para responderle.
-Ah...que pena...como su celular es nuevo,todavía no me lo dio...es muy reciente...Además sabes...estamos algo distanciadas.No peleadas,y francamente por culpa mía...pero bueno...no te aburro con mis problemas.
Ryan leyó la mente de Julia.Él hubiera podido manipular esa voluntad a su antojo para conseguir la información que necesitaba,pero la ética y la moral que habían guiado sus acciones durante toda su vida,le impidieron hacerlo.
Supo que Julia había mentido por discreción,y entendió además ese intento de resumen de distancia para con Clarissa que había querido relatarle,y se traducía en un solo nombre,el único posible,que era el de Amanda.
-Pero no te preocupes Ian...yo veo como le aviso que la quieres ver.Te lo prometo.
-Gracias Julia.-dijo despidiéndose mientras veía a la bailarina tomar otro camino distinto al suyo en el corredor,y saliendo para iniciar su clase.
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-Treinta y cinco personas...-es increíble.Y todos para las clases de teatro.Esto jamás pasó.Estoy sorprendida.-dijo Tamara cruzando sus largas piernas luego de colgar con la oficina de inscripciones.¿Qué querías hablar conmigo Bruno?.
-De trabajo.De que en un futuro nos mantuvieras el empleo a mi compañero y a mi...aún así regresaran los titulares...pero mira entiendo si no cabe la posibilidad...
-Sí cabe.Creo que esta rareza que ha sucedido esta mañana significa un gran cambio en mis expectativas.Treinta y cinco personas se traducen en muchos ingresos,sobre todo en los tiempos de crisis económica que se viven hoy por hoy.No solo van a quedar efectivos ustedes dos sino que voy a tener que habilitar otra sala.Es así.En una institución privada,mientras dispongamos de espacio físico,se toman las vacantes.Esto es un negocio.
-Te trajimos suerte entonces...-dijo Jethro modulando su habla en un tono seductor.
-Así parece...-respondió Tamara perfectamente adaptada a las miradas masculinas furtivas como aquella de colores cambiantes que la hechizaban.
-Que fortuna...rodearnos de belleza y perfección.-agregó Jethro redoblando la apuesta,frente a esa mujer exótica,en quien leía la existencia de un detallado historial de conquistas y romances intensos.
-Belleza y suerte...aliadas...-dijo ella en un tono de entrega.
Era una dama perfecta para el juego que Jethro había realizado desde la mañana,"aportando" a la institución,espíritus ansiosos de inscribirse para clases de teatro,y allí,en esa oficina,manejaba la voluntad de la directora con maestría,conduciéndola por un camino de deseo sin retorno.
Tamara no era Tamara,sino una refinada muñeca seductora que llevaría a cabo todas y cada una de las propuestas que a él se le antojaran solicitarle,con su mente sometida a una manipulación exquisita y perversa.
Jethro sabía que el amor,se había quedado muy guardado en un lecho de lágrimas de otoño y nostalgia.Ese amor que lo hacía estremecer y le quemaba la piel.Lejano,ajeno,prohibido y lascerante,situado en ese rincón de su espíritu invadido por la más pura sensibilidad.
La directora era otra cosa.Una voluntad rendida al hechizo de sus fantasías de poder en un mundo de seres limitados.Una opción de lujo comparada con Amanda.Un rato de placer de tinte animal.
La besó sin previo aviso en la boca,como un desesperado,mientras se encargaba de que nadie los molestara hasta que su entrevista de fuego y sangre concluyera.
Se dejó llevar por el cuerpo generoso de Tamara,cuya perdida conciencia se desdibujaba aún más en sus caricias salvajes.
Al menos durante unos minutos robados al reloj,el recuerdo de Tylah,no podría atormentarlo.
Era cerca de la una de la tarde.Hernán ya había comido en el almuerzo lo que Clarissa le había cocinado,y se encontraba en la habitación,algo soñoliento a causa de los relajantes musculares que debía tomar por el impacto de los golpes sufridos.
Ella estaba en la cocina lavando los últimos platos,y a la espera de tomarse un café,mientras una pequeña torre de libros descansaba sobre la mesa.
Con Hernán parecían un matrimonio en cuanto al esquema de circunstancias que se estaban manejando.Solo que no dormían juntos debido al cuerpo dolorido de él,y además para evitar situaciones confusas que los condujeran luego a lastimarse sin razón.
Pero quien los observara desde afuera y sin conocer sus realidades distantes,veía a una abnegada mujer que lo daba todo por un hombre en aquel momento difícil que le tocaba transitar.
Una bella mujer instalada en una casa cumpliendo el rol de una esposa,en todos los aspectos.Solo la cama y la pasión le eran esquivos.
Clarissa adoraba a Hernán,de todos los modos en los cuales una dama podía adorar a un caballero.Pero menos con la plenitud de un cuerpo que se le revelaba cada día con más autoridad,y que con un lenguaje extraño,pero a la vez,claro y comprensible,le hacía saber que las sábanas de Hernán estaban prohibidas.
Clarissa retiró el agua del fuego,y mientras se decidía a prepararse el café,un seco sonido de timbre,la inquietó.
-Que no sean Pedro y Martín...-no estoy para bromas ahora...-pensó mirando hacia el techo,como buscando el cielo.
La cara de Julia,se reveló inmediatamente después de que abriera la puerta.
-Hola...sabía que te iba a encontrar acá...es que el hombre...este que te reemplazó...Ian...necesita hablar contigo...y me pidió que te lo dijera...yo no le dí el número de tu celular...era eso.¿Hernán está bien?-dijo desde la puerta con las mejillas sonrojadas por cierto nerviosismo.
-Dolorido pobrecito.Todo golpeado.Pero sí.Siempre le da sueño después del almuerzo.
-Ok...dale mis saludos...ya me voy.
-Ven,tómate un café.Ya que te llegaste hasta acá.Después te vas.-la invitó Clarissa por una cuestión de gentileza,ya que no le guardaba rencor alguno.Solo tenía para con ella,una distancia sensata.
-No,no quiero molestar.
-Pasa.El café ya está prácticamente servido¿Es que estás con Amanda?.Si es así...
-No.-dijo Julia.-Aunque es cierto...últimamente estamos muy "de vínculo".-agregó entrando y dejando de lado la forzosa timidez.
-Eso es lo que me alejó de tí...pero quiero que sepas que no tengo ningún sentimiento malo hacia tu persona.-dijo Clarissa sin dar dramatismo al asunto,mientras servía las dos tasas,y acercaba una caja de bombones artesanales para acompañar el café.
-Lamento que ya nuestra amistad no sea como antes...-habló Julia sin creer lo que simplemente estaba diciendo,también con una naturalidad que de repente se había hecho dueña de la escena entre las dos.
-No es culpa de nadie...las cosas se dieron así.Y en este caso,la distancia que tomé me resultó positiva.Digamos que aunque te suene duro oirlo de mi boca, me benefició, en el sentido de que, y perdona...yo no puedo ni podría jamás unir mi vida con alguien como Amanda.Podría darte razones que tú jamás comprenderías...que te demostraran que mi alejamiento no es un capricho,que tiene fundamentos...pero la verdad Julia...terminarías pensando que son inventos míos,por eso,mejor dejar las cosas así...
-Dime tus razones.A mi me importan.
Clarissa se quedó callada.No podía decirle a Julia que literalmente había podido escuchar con voz audible las maldiciones de Amanda.Leer ese odio visceral en sus ojos aparentemente de mirada buena.Seguro la tildaría de loca o rara.
-No tiene caso.Son sensaciones que hacen que yo no pueda aprobar a la persona que hoy comparte tanto contigo.Además a ella le pasan cosas con Hernán y me traslada sus frustraciones.No puedo hacer mucho al respecto...y no puedo pedirte que cambies tus afectos por mi culpa.Creo que mientras andamos vamos eligiendo caminos...
-Y los nuestros van paralelos...por mi debilidad,esa necesidad que tengo de cuidar a los otros...aunque en ese "proteger" haya perdido tu amistad.-dijo Julia con pena y resignación.
-¿Proteger?
-Amanda es débil,necesita todo el tiempo que le digan que está linda,que sus esculturas le salieron perfectas,que su departamento es el mejor decorado...-yo me adapté a esa amistad más bien protectora.A tí te sentía completa,como que nada te faltaba.Te veía y te veo como alguien que no es de este mundo...no te puedo cuidar.No lo necesitas.Quizás sea eso lo que me unió y me une a Amanda.A pesar de todo le tengo cariño.-dijo Julia con toda sinceridad.
-Diste en el clavo.Ni te imaginas.Tienes toda la razón.-dijo Clarissa sintiendo una vez más como su rara naturaleza era percibida por otro ser humano que ponía en sencillas palabras lo no tan sencillo que le había sucedido desde niña.
-Tessi y Tamara son más artistas...es lógico que te entiendan más.Yo solo bailo,y si bien intervienen las emociones además del cuerpo,pienso que tu estás a un nivel de magia...que ahí sí no puedo definir...y te juro que no es palabrería bonita para quedar bien.
-Comprendo,Julia...estamos haciendo las dos mucho esfuerzo para explicarnos por qué siendo dos buenas mujeres,no podemos ser las de antes...pero tranquila...que no hay nada desagradable en esta "distancia".
-Distancia que yo generé.Y que ahora ya se hizo muy difícil de acortar.
-Bueno...ya dimos un paso...quien sabe...-dijo Clarissa para hacerla sentir mejor,aunque con una sensación de ruptura que jamás hubiera querido experimentar.Aún así puso su mejor voluntad,para ignorar ese vacío que se le tornaba tan presente.
-Gracias...yo se que lo haces de buena que eres.Pero estos caminos como tu dices los alejé yo.Y me hago cargo.Soy débil,comprensiva hasta el cansancio...siempre tenemos alguien especial que hace de nosotros lo que quiere.Yo no soy la excepción.No sabes como quisiera tener tu racionalidad...
-No te preocupes Julia.Mi cariño siempre lo vas a tener.
-Pero desde otra vereda...-dijo Julia algo conmovida,aunque disimulando,para no contribuir con penas en esa casa donde el accidente ya había traído muchas.
-Por ahora sí.No te voy a mentir.Pero yo te dejo la puerta abierta...te repito...contigo no hay rencores.
-Pero dime...-dijo Julia secándose una pequeña lágrima con el pañuelo.-¿Vas conmigo a la escuela antes de que se hagan las cuatro y Ian se vaya?Estoy con mi auto,y te llevo.Como en los viejos tiempos.Por lo menos así recordamos épocas felices...
-Está bien.-dijo Clarissa-Voy a dejarle una nota al enfermito,que ya a estas alturas se debe haber dormido la siesta.
Luego de haber escrito una nota para Hernán donde le decía sin detallar argumentos que volvería pronto,Clarissa tomó un abrigo liviano del perchero,y salió junto con Julia hasta la escuela.
Durante el trayecto,ambas no cruzaron palabra,pero las dos sabían desde sus más profundas convicciones, que la distancia se había acortado,y a pesar de que ese tramo fuese casi imperceptible,ambas supieron que definitivamente,ya no estaban tan lejanas.
Amanda las vio llegar juntas y despedirse con un beso,mientras destilaba su eterno veneno amargo.Rápidamente se pegó a Julia en función de que le explicara la escena que había visto con lujo de detalles,pero como Julia tenía ensayo con un grupo para la gala anual,con la excusa perfecta se la sacó de encima.
Clarissa,por su parte,se dirigió a la sala de docentes,donde Ryan,ordenaba papeles en silencio.
-Hola...
-Que tal Clarissa...-respondió él con esa galantería tan principesca,con una repentina emoción que se esforzó por no hacer tan evidente.
-Julia me dijo que querías hablarme¿Terminaste el turno?.
-Sí.Pero por alguna razón todavía sigo aquí.Y que suerte que me viste antes de que me fuera.¿Quieres que hablemos en el parque?Son cuestiones de trabajo.No te voy a quitar tiempo.Sé que estás ocupada.
-Buena idea.-dijo ella encontrando por primera vez la belleza de unos ojos buenos de color ámbar,que la miraban de una forma que le gustaba mucho.
Abril siempre había sido un precioso mes en el parque.
Los pinos y palmeras que adornaban sus prolijos caminos de cemento bordeados por bancos de hierro,lo convertían en un recreo no solo para la vista.Esos árboles de hojas perennes,burlaban al otoño,que no lograba alcanzarlos con su ocre belleza, pero que luego debería rendirse ante la desolación de un invierno inevitable.
Cerca de las cuatro de la tarde,el sol brillaba con bastante fuerza en un tibio y reconfortante baño de luz y color que se adentraba en los sentidos generando bienestar.
-Que día precioso.-dijo Clarissa para quebrar el silencio que Ryan habían mantenido desde que habían salido de la escuela.
-Hermoso,es cierto.-le respondió observando como la luminosidad se fusionaba con sus pupilas cambiantes de verdosas a miel,mientras sentía unos incontenibles deseos de tomarla de la mano,pero comprendiendo claramente,que la calma,sería para el plan que habían forjado sus pensamientos racionales,su aliada más fiel.
-Tú dirás.Te escucho.-continuó Clarissa sin elegir un banco para sentarse,pensando que sería mejor la opción de caminar por aquella maravilla de sitio.
-¿No quieres sentarte?.¿O tomarte un café conmigo en el hotel donde me hospedo?-le preguntó Ryan sacando las dos posibles opciones que se le ocurrían dentro del reducido mundo que manejaba.
-¿Dónde te hospedas?.
-Allí.-dijo señalando el costoso hotel.
-Buen lugar...será carísimo.
-No tanto.Uno tiene que pagar lo necesario cuando de cumplir objetivos se trata.
-Enseñar teatro.A ese objetivo te refieres.
-Entre otros mucho más importantes.Más valiosos.
-Entiendo.Formar una familia si es que acaso ya no la tienes.-agregó Clarissa con gran interés.
-Ya debería tenerla.Estoy algo atrasado...pero voy a recuperar el tiempo que perdí.
-Interesante.O sea que además de venir desde otro lugar a trabajar de lo que te gusta...también viniste a buscar novia...
Ryan se sorprendió ante la soltura cordial y el tono familiar que Clarissa había utilizado,a partir de sus palabras,y casi no supo como seguir luego de aquella frase de características tan reveladoras,en relación a lo que le estaba pasando.
-Encontrar...me gusta más.-respondió de forma inteligente,mientras ella le devolvía una sonrisa de aprobación,y a él le provocaba unos enormes deseos de decirle acerca de su tierra,de la conexión entre ambos,de que estaban hechos el uno para el otro antes de nacer,y que la había amado siempre aún sin siquiera haber sabido de su existencia.Pero una vez más se contuvo,y la razón le ganó a su corazón que amenazaba con manifestarse.
-Bueno,yo por mi parte te deseo suerte...pero ahora sí,está muy linda esta caminata...sin embargo no me has hablado de trabajo...en parte por mis preguntas, y te pido que me disculpes.-dijo Clarissa volviendo a las cuestiones laborales.
-Déjame que te invite ese café.Y más tranquilos conversamos.Puedes ver el parque desde el ventanal de la confitería.¿Aceptas?.
Clarissa en ese momento se sintió extraña.Pero no como siempre le sucedía cuando se concentraba en el vacío de su origen y esa parte de historia desconocida que la envolvía desde pequeña.No como cuando se sabía rara,y podía percibir los pensamientos ajenos.
Por primera vez en la vida,un hombre distinto a Hernán la estaba invitando a acompañarla,y esa sensación de "novedad",constituía una nueva rareza,dentro de las muchas que ya se hacían presentes en sus días.
Se sentía como cualquier mujer libre a quien un caballero la estaba llamando a participar e un hecho simplísimo,pero que para ella en función de un Hernán que parecía un marido instalado y con derechos,le resultaba toda una hazaña.
-Acepto.-respondió luego de esa pausa de análisis que a Ryan se le había hecho eterna por culpa de ese sentimiento que le provocaban dos peligrosas hermanas aliadas en contra de su razón.Proximidad y belleza.
Cruzaron hasta la lujosa confitería del hotel,donde Ryan agasajó a su invitada con las delicias que sí conocía bien.Y mientras esos ojos danzantes lo enamoraban más todavía,entonces,sin remedio,ideó un argumento creíble con respecto al trabajo.
-Quiero que elijas todos y cada uno de los temas de la cátedra Clarissa.No quiero correrme un solo centímetro del programa de trabajo que ya tenías pensado para el ciclo.
Ella lo miró mientras sonreía y degustaba esas deliciosas masas artesanales.
-Hablas como los personajes de los libros...eres uno en un millón.
-Sí,soy algo formal...¿Te resulta chocante la forma en que hablo?
-No,al contrario...ojalá todas las personas se expresaran así...Y disculpa de nuevo...otra vez te saqué de tu tema...
-Háblame a tu gusto.No tenemos que ser tan estructurados.-le sonrió.
-Está bien...quebremos estructuras entonces...No mira:te alcanzaré mi programa de las clases.Mañana voy a hacerme un tiempo y te traigo los contenidos y algunas obras para sugerirte.Esta noche paso por mi casa y te busco todos los datos.Es que no estoy en mi depatamento.
-¿No?-respondió Ryan con una terrible inquietud.
-Estoy instalada con mi amigo.Mi compañero de la cátedra.Él se accidentó el día que tú y Bruno llegaron.No tiene familia cerca y lo estoy ayudando.Su casa es grande y no me gusta que esté solo.Y menos con un brazo quebrado,y todo dolorido.
-Haces bien.Es un buen gesto de tu parte.-dijo Ryan con sinceridad pero con la espina de los celos clavada y dándole un punzante dolor por primera vez en la vida.
-No te quito más tiempo entonces.-agregó ya más serio.Nos vemos mañana en la escuela y me traes el programa de las clases como acordamos.
-No me voy a ir corriendo Ian...el enfermo está bien.Duerme y mira televisión,No te preocupes.Muchísimas gracias por esta merienda tan rica.
-No me agradezcas.El agradecido soy yo porque hayas aceptado,además de la ayuda que me vas a dar con tu guía de estudios.Gracias a tí.
-Ian..,¿De dónde son ustedes?.
-Ah...-respondió él desconcertado,sin saber que decir,mientras en ese momento leía el nombre de una ciudad en la mente de unos de los comensales sentado en otra mesa. -La Sierra Dorada.Ese es mi pueblo.
-Que lindo...diculpa la indiscreción.Hermosa ciudad.Perdona que sea tan curiosa.
-Perdonada.Mañana ya vamos a hablar un poco más.Pero te pido que manejes bien tus tiempos,así tu amigo no se queda solo...
-Despreocúpate.Y gracias otra vez.-dijo Clarissa dándole un beso gentil en la mejilla,sintiendo a ese hombre cercano,y con muchas ganas de volverlo a ver.
Se despidió entonces,salió a la calle,tomó un taxi,fue hasta su departamento por los papeles prometidos,y ordenó un poco.
Luego de ducharse y cambiarse de ropa,cuando ya la tarde se había ido sin remedio,volvió a ver como se encontraba Hernán.
Una sorpresa esperaba por ella apenas la llave introducida en la cerradura,le permitiera abrir, y dar paso a su entrada.
Nunca supo en que momento la boca de Hernán,se había adueñado de la suya.
Clarissa sintió en un determinado momento,como sus acciones ya no le pertenecían.
Hernán parecía haber dejado su frágil convalescencia olvidada en algún lugar,y se expresaba sobre su boca de un modo que ella jamás había experimentado con él.
Ese beso,de características intensas,descarado y permisivo que la había tomado por asalto,no se parecía en nada a aquellos otros besos pasionales,pero de matices dulces y acompasados,que se habían dado hacía mucho tiempo,cuando Clarissa había decidido ceder a su amigo aquella experiencia primera,casi desdibujada en la inmensidad indiferente del calendario.
Ella decidió dejarse llevar.Aunque más no fueran unos breves instantes.Permitirse sentir.Invocar a sus instintos.Intentar hacer llegar a su cuerpo aunque fuera tan solo una sensación de placer,por más que el sentimiento se acercara peligrosamente a una faceta animal.Por más que únicamente reaccionaran su cuerpo y su sangre.Esa pasión que ante Hernán le era adversa.
Pero no pasó nada.Aquel ejercicio de bocas fusionadas con intensidad,se quedó allí en una simple técnica de sabores de intercambio.Como un beso teatral.Ella sintió que había compartido ese juego arriesgado con alguien que se parecía más a un hermano que a aquel olvidado amante que había sido alguna vez.
Clarissa se separó empujando suavemente a Hernán,que parecía poseído esa noche,y se enfocó en sus ojos,que por alguna razón le devolvían una rarísima y familiar mezcla de miradas que definitivamente se turnaban entre conocidas y diferentes,en un diálogo interior,que Clarissa no pudo decodificar.Que le fue imposible.
-¿Qué significa esto?.-preguntó sin hacer dramas,pues no era necesario entre dos personas adultas que habían compartido gran parte de sus vidas.
-Mira no lo sé.Solo te puedo decir que esta tarde por primera vez no sentí dolores en el cuerpo,y de la nada comencé a pensar en tí;vi que no estabas,leí tu nota,supuse que te habías ido a la academia ya que tu vocación es más fuerte,y la verdad,toda la tarde se me instaló este deseo de hacer lo que hice,aunque te juro que por momentos mientras te besaba,sentía que no era yo.Sé que es muy delirante lo que te digo,pero experimenté una como decirte...
Clarissa lo miró sin creer una sola palabra,aunque lo escuchaba para ver a dónde se dirigía con tan loca explicación.
-Una intermitencia.A veces sentía tu boca...a veces no...debe ser el efecto de los remedios que estuve tomando.Perdona.Que te amo no es ningún secreto.Pero me conoces.A pesar de que muchas veces tengo ganas de que estemos juntos,sabes bien que yo no me manejo así.Te pido que me aceptes la disculpa.Sé que estás pensando que es una excusa infantil...el típico..."no sé que me pasó...pero sucedió".Te juro que es cierto linda...créeme.Sabes que lo último que yo haría sería mentirte.Te valoro demasiado para arriesgar tu cariño de la manera en que lo hice hoy...y por otro lado no olvides que tu también me correspondiste...a los dos nos pasaron cosas extrañas.
Clarissa supo que Hernán estaba siendo sincero.Allí sí se iluminó esa mente poco entrenada que ella desconocía,y que a veces le regalaba revelaciones.Pudo leer la más absoluta verdad en sus palabras,y por su parte,quiso manifestarle el por qué de haberle seguido las instancias de su beso.
-Te merecías que yo probara amigo.Quería comprobar si podía apasionarme.En realidad quería sentirte...
-No pudiste ...
-No...y siempre es la misma historia,y agradezco a Dios que me creas una y otra vez cuando te digo que no puedo fluir contigo.Yo soy tu amiga del alma,tu hermana,la que siempre va a estar ahí cuando la necesites,la que te va a defender si alguien te quiere dañar.Pero más no puedo,y me duele porque estoy segura que me estoy perdiendo a alguien maravilloso...Lamentablemente ya estoy convencida Hernán.No me pasa nada como mujer,y me odio por eso.-Clarissa hizo luego una pausa de análisis.
-Perdona...si quieres te ayudo a contratar una enfermera y dejo tu casa...
-No...tu no tienes culpa.Yo soy el problema.Y también te digo que últimamente me he sentido extraño,raro...como el día de mi accidente.Este beso no debió pasar.Todavía no me lo explico...Pero te quedas aquí.Esta es tu casa,haces lo que quieres.Prometo tener más control.
-Te quiero demasiado Hernán.Jamás podría distanciarme de tí,a menos que me lastimaras,y sé que eso nunca lo vas a hacer.Ahora quiero que vuelvas a la cama,y esperes la cena rica que te voy a preparar.
-Gracias.-dijo él sintiendo como los dolores le volvían la cuerpo,pero sin decirle a Clarissa para no preocuparla.
Ella igual percibió que su amigo no se sentía bien,y lo acompañó apoyándose en él para que caminara hasta el cuarto,lo ayudó a acostarse y acomodó sus almohadas.
-¿Todo bien?-dijo él mirándola entre avergonzado y tierno.
-Siempre.-le dijo ella mientras se iba a la cocina,y con un hondo suspiro trataba de olvidar la escena anterior.
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Tamara acariciaba el brilloso cabello de Jethro,recostado sobre su figura en una exótica cama de motel.
Sonreía plena y satisfecha luego de las experiencias vividas hacía instantes.
La directora seguía sin ser ella,transformada en una mujer que ya no manejaba ni siquiera el vocabulario adulto y catedrático que siempre la había caracterizado,rendida ante el mentor sus entregas.
-Bruno...hubiera jurado que ese beso final que me diste es el más sentido que me han dado.¿Siempre transmites tanto amor y emoción cuando tienes sexo con una mujer que te interesa?-preguntó Tamara medio mareada,pero no del todo irracional.
Jethro sonrió de una forma maligna y encantadora,aunque no respondió con palabras audibles.
-No te besaba a ti...-pensó mientras dejaba a su compañera de sudores sin la respuesta que le había solicitado.
-¿No hablas?-insistió Tamara recuperando de a poco su personalidad original.
-No hemos venido aquí para tener conversaciones...-dijo él reiniciando con caricias un nuevo juego,mientras se encendía pensando en la preciosa boca de Clarissa,que por primera vez él,aliado con sus hábiles facultades,en un experimento sentido y exitoso,había podido degustar.
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Llegó la mañana de una noche rara.
Clarissa dejó a Hernán con el kinesiólogo que debía trabajar con los masajes sobre ese cuerpo dolorido,y le comunicó que estaría un rato por la academia.Ya había dejado el almuerzo preparado para que si tardaba mucho su amigo se lo calentara en el microondas,y una vez ultimados todos los pequeños detalles de aquel inusual hogar,salió a la calle.
Condujo su auto bastante tranquila,sabiendo que no tenía prisa alguna,y en unos minutos borrados por un conocido trayecto,estacionó frente a la escuela.
Pasó por la oficina de Tamara que lucía una piel luminosa y radiante,y adivinó ese brillo que conocía de sobra en los ojos de su jefa.
No le dijo nada para no incomodarla,y fue en busca de Ryan con todos los papeles que conformaban el programa solicitado.
Se llegó hasta el salón de clases donde ambos compañeros aplicaban la técnica a clásicos de Shakespeare,esperando por la guía más acertada que ella debía aportarles.
Apenas Ryan la vio,esa misma emoción conocida lo invadió por completo,y ella se acercó gentilmente a saludarlo,con esas ganas de estar cerca suyo,que cada vez se le volvían más intensas.
Dedicó a Jethro un sencillo "hola Bruno",y se quedó cerca de Ryan,que la invitó a compartir el almuerzo durante el receso del mediodía.
Ella aceptó con una tan buena predisposición,que el asombro como sensación preponderante que la invadía,la llevó en un segundo hacia una repentina comparación con la ya antigua y conocida figura de Hernán.
Ella quería estar con Ryan,Ian,según sus ojos.Cuando lo tenía cerca,experimentaba un tibio bienestar que no lograba explicar con exactitud.
Quizás le caía bien, tal vez demasiado.
Él la siguió con la vista hasta que abandonó el aula.Le dedicó una última sonrisa.
-Te busco a las doce y media.-dijo Clarissa saliendo al pasillo.
Él asintió completamente feliz.
Clarissa esperaba por Ryan en la sala de profesores,acompañada por la calidez de un café,cuando Tamara abrió la puerta con una sonrisa cinematográfica,y se alegró al ver que su amiga estaba sola.
Se sentó a su lado,continuó destilando su evidente felicidad,y esperó en vano que Clarissa le preguntara algo en relación a tanta alegría desbordante,ya que se trataba de una mujer sumamente discreta.
Al final,cuando esa inocultable sonrisa se hartó de mostrarse sin motivo concreto,Tamara quebró ese silencio,para su gusto,demasiado respetuoso.
-¿No me vas a preguntar nada?-comenzó con su habla serena.
-¿Debería?-respondió Clarissa con un tono más elocuente,muy risueña.
-Si quieres...
-Si tu me quieres contar...
-Bruno Leblanc...-soltó sin reparos.
-¿Otra "experiencia" Tamara?-preguntó Clarissa fingiendo que era la primera vez que oía algo así,aunque bastante sorprendida ante la rapidez del hallazgo.
-Sí.No me digas que no es precioso.
-Admito que es muy guapo,pero...como decirlo...
-No es tu tipo.-continuó Tamara mientras la puerta se abría,y el protagonista de la charla se hacía presente allí,con esa última y penosa frase para él,ya asimilada en sus ideas;y así en un segundo ya había podido conocer completa la breve conversación que las damas habían mantenido.Había conseguido visualizar los escasos dichos de Clarissa almacenados en las ideas de la directora,y comprendió una vez más para sus experimentos en el mundo de seres limitados,que podía leer la mente de alguien de su tierra de luna,siempre y cuando se guardaran sus expresiones en la memoria de un ser inferior.
Sonrió satisfecho,y adorable,mientras se regodeaba en su nuevo triunfo.
-¿Comemos en mi oficina Bruno?-dijo Tamara a esas alturas embriagada por esos ojos azules violáceos,que emanaban una particular energía que la transformaba en esclava.
-Si claro.-respondió él guiñando un ojo a Clarissa y despidiéndose muy amigablemente,con sensaciones mezcladas.Por un lado había podido vulnerar las ideas de una de los suyos,pero por otro,había confirmado que no despertaba en ella ningún interés.
Luego de que su amiga desapareciera de escena con su nuevo objeto de deseo,en la generosidad del reloj,siendo la hora pactada,decidió ir por Ryan hasta el salón de clases,pero antes de que tomara el corredor,él se había hecho presente ya en la puerta,interceptando su camino,mientras permanecía cerca de su mirada,que le devolvía una indiscutible conexión.
-¿Pasó rápido la hora?-preguntó Clarissa,algo incómoda por ese mirar que se había generado entre los dos,y que se perfilaba inevitable.
-Se me hizo muy larga la espera.No lo voy a negar.Cuanto mejor es el motivo que nos aguarda,más lentos caminan los relojes.-dijo en un gentil halago.
Clarissa agradeció el cumplido,mientras sentía que sus mejillas se acaloraban a pesar de aquella simple frase que ni siquiera había tenido matices de seducción,sino tan solo una delicada cortesía.Solo que con aquel hombre hasta lo más sencillo,se le tornaba intenso.
Él notó que su frase no había pasado desapercibida,y al ver la incomodidad de su dama,sintió por primera vez muchas ganas de acercarse,ganas que nuevamente se obligó a reprimir.
-¿Dónde vamos a comer Ian?-le preguntó para distenderse un poco,y alejar su nerviosismo a su juicio tan innecesario,pero presente sin ninguna duda.
-Donde quieras.-le contestó él con mirada complaciente.
-Sabes...me gusta el restaurante confitería de tu hotel.Desde allí se ve el parque...¿No te importa que sea tan repetitiva y poco original?
-Al contrario.Coincido en que ese es un lugar muy acogedor,además te agradezco que lo eligieras.Los que no somos de aquí tenemos dificultades para conducirnos en una ciudad tan grande,y la verdad aprecio que hayas elegido una opción que dentro de todo manejo bien.-respondió Ryan invitándola a que por fin se llegaran hasta ese refugio que una vez más los recibiría.
Tomaron entonces una mesa junto a la ventana,mientras miraban callados el menú.
-Es muy lindo lugar La Sierra Dorada,tu pueblo.Fui de vacaciones allí muchas veces...-dijo Clarissa para iniciar la conversación.
-Siempre son hermosos los lugares de pertenencia,porque más allá de que los paisajes sean de ensueño,estamos vinculados con el corazón.
-Que lindo lo que dices...-dijo ella realmente sorprendida por el habla dulce y el tono caballeroso de aquellas palabras.
-Yo amo a mi tierra,y la extraño cuando estoy lejos.Siento como que me falta mi historia...-prosiguió viendo como los ojos de su Tylah,brillaban extraños.
-Yo soy huérfana sabes...tengo un tema personal con la "historia";digamos que mi realidad comenzó cuando esos dos divinos que son mis padres de la vida me adoptaron a pesar de que con diez años no es fácil que alguien decida apiadarse de tí...pero antes de eso...son solo recuerdos de orfelinato...no del todo alegres...
-¿Nunca quisiste investigar tu origen...tus raíces?-le preguntó Ryan en función al voto de confianza que ella le había brindado al relatar esos tramos de su vida.
-Me dejaron una noche,en la puerta del hogar...como en las películas.La policía intentó rastrear a quienes me habían abandonado...pero se los tragó la tierra.Pero sabes...si no me querían...fue lo mejor que pudieron haber hecho...y te juro que por alguna razón poderosa,no les guardo odio ni rencor.
Ryan quedó conmovido,recordando aquella carta que Arhon le había dado.
-Te puse triste...perdona...se supone que íbamos a hablar de trabajo,y yo te salí con esta historia,lo siento mucho Ian...
-No...fui yo que te llevé al tema contándote de mi tierra.No te preocupes.
-Es muy hermosa tu tierra...dan ganas de volver cada verano...-dijo ella ya más tranquila.
-Pero los otoños son incomparables.Te cuento algo...desde donde vivo,el paisaje serrano es increíble...-dijo Ryan tratando de generar interés en su dama conmovida,rememorando la belleza de su castillo.
-Nunca fui en otoño,y ahora que dices que vale la pena,quizás un fin de semana lo haga.Me limita el trabajo,y ahora,las circunstancias que me tocan en suerte.
Ryan pensó que a su verdadera tierra no llegaría tan fácil como ella creía,y sonrió tímidamente,atreviéndose a una sutil indiscreción.
-¿Circunstancias?.
-Mi amigo,accidentado,dolorido...y bueno.Eso.Estoy atada.Con gusto porque lo adoro.Pero necesito cuidarlo.No estoy para otoños...
-Entiendo.Se ve que eres muy generosa.Pero ya vas a visitar mi lugar.Te lo aseguro.
-¿Tú crees?-dijo Clarissa sonriéndole mientras trataba de alejar de su mente situaciones que le generaran malestar.
-Absolutamente.Mi tierra está siempre encantada de recibir corazones que sepan apreciar su belleza.
-Es especial lo que dices...ya no quedan personas que se expresen de la manera en que lo haces...y te digo más...me está provocando mucha curiosidad el otoño en tu "mundo".
Ryan se quedó helado ante aquella palabra que fluyó de los labios de su dama con tanta naturalidad.Sintió que había hablado con su esencia,aunque para ella tan solo hubiese sido una expresión más,dicha dentro de un simple marco de palabras.
-Mi mundo.Acertaste.Que podría ser tuyo,ya que me contaste que tu infancia fue algo triste.Yo te lo presto.
-¿Me prestas tu ciudad?.
-Mi ciudad no...mi mundo.-dijo Ryan con toda la ternura que era capaz de exponer.
-Entonces les diré a todos que nací en La Sierra Dorada...-bromeó Clarissa.
-No...ese nombre se lo sacamos...es un nombre muy típico.
-¿Quieres cambiar el nombre de tu pueblo?.
-Sí...Reino de la Luna es mejor.
-Estás hecho un poeta.De verdad eres especial.Dices cosas que nadie dice,eres creativo,hablas como los héroes de las historias que leía desde niña.Esos libros fantásticos que me abstraían de mi realidad triste.Te agradezco que me hayas regalado un poco de magia.La verdad,la necesitaba.
-¿Por eso haces teatro?-preguntó Ryan a esas alturas con un desesperado deseo de abrazar a la mujer que el destino había hecho suya.
-Sí claro...para ser diferente una y otra vez...y en cada personaje inventarme la vida que me faltó.Creo que me entendiste como si me conocieras de antes.
-A lo mejor...-respondió él con una sonrisa,que ella le devolvió diáfana y sincera.
Se quedaron mirándose ambos en silencio,mientras no hacían más que sonreir,sintiendo como las palabras los habían abandonado.
Se miraban sin perder la conexión,cuando en un determinado momento,Ryan dejó de lado la fría racionalidad que había sido su sello desde que había llegado,y sin pensar mucho,para luego no tener que arrepentirse,tomó la mano de Clarissa con suavidad,mientras sus ojos de ámbar regresaban a buscar sus pupilas verdes miel.
Ella sintió una profunda calidez que la invadía.Que recorría su cuerpo con una tibieza suave y espiritual.
Una pequeña lágrima rodó por su mejilla,sin que pudiera explicar la causa de esa conmovedora sensación que la embargaba.
Él comenzó a acariciar la mano que ya había hecho suya,como un ritual de dulcísima magia,que poco a poco fue allanando su corazón de mujer.
Quería que siguiera con su maravillosa delicadeza.
Se sintió bastante mal cuando el mozo del restaurante,arribó con los platos servidos,cortando el vínculo que ese hombre le había regalado.
Comenzaron a almorzar sin otro remedio.Sus manos se separaron interrumpiendo aquella delicada manifestación de dulzura,aunque sus ojos siguieron dedicándose miradas enmarcadas por sonrisas dóciles.
Comieron con tranquilidad,degustando sabores y atesorando buenos momentos,a pesar de que sus cuerpos ya habían abandonado la calidez del contacto que tan bien los había hecho sentir a los dos.
Solo se escuchaba en la sofisticada mesa,el cómplice sonido de los cubiertos que ambos manejaban serenos y cordiales.
-¿Entonces aceptas?-dijo Ryan mientras luego de beber,sus labios quedaban humedecidos y brillosos por un finísimo vino blanco.
-¿Perdón?-respondió ella abriendo enormes sus ojos danzantes que lejos de la luz del sol se habían tornado de color miel.
-Si ya eres ciudadana de mi mundo,me lo tienes que confirmar...
-La Sierra Dorada o el...¿Reino de la Luna?...¿Dije bien?.
-Sí claro.Ya le habíamos cambiado el nombre "geográfico".-respondió él, relajado y satisfecho,mientras el cremoso postre llegaba a la mesa.
-Acepto si...estoy algo grande para cambiar mi residencia...pero sí.-dijo Clarissa endulzando su boca con aquella delicia,mientras Ryan combatía cuerpo a cuerpo con su racionalidad,tentado de probar a aquella dama de labios deliciosos.
-Tu nombre.
-Clarissa,es muy bonito.Me lo pusieron las voluntarias que me encontraron.Por eso me agrada.
-Es precioso...pero en mi mundo no te sirve.Necesitas uno más poético,que encierre enigmas...además de que me gustaría que me permitieras regalarte uno nuevo.
-¿Qué clase de juego es este...uno de roles?¿Estamos actuando?¿Ensayando de antemano para la gala anual de docentes?-preguntó ella risueña e intrigada.
-Si no quieres...si no te gusta...volvemos a la gris rutina.Pensé que hace un momento me habías agradecido mi aporte de "magia".Pero si crees que estamos siendo muy inmaduros,aquí termina nuestro tema.
-"Nuestro"...ahora me dejas curiosidad...-dijo Clarissa siempre con la boca dulce que parecía tener un imán para la mirada ámbar de Ryan.
-¿Sigo?-preguntó él.
-Adelante.
-El caso es que te propongo una actuación fuera del escenario.Como un desafío.Un personaje a representar.Una habitante del Reino de la Luna.
-El nombre.Dime como se supone que me voy a llamar.-dijo Clarissa ya definitivamente involucrada en aquel extraño juego que no era tal,sino un plan cuidadosamente diseñado por el hombre sentado frente a ella.
-Tylah...-le dijo con naturalidad,mientras a ella se le erizaba la piel y su corazón se aceleraba,como si su sangre hubiera reconocido el eco ancestral de su nombre.
Una emoción ataviada de un escalofrío posterior que navegó su columna vertebral,se llegó hasta su cuerpo,y su respiración se dibujó en un suspiro hondo.
-Bello nombre...gracias...-atinó a decir pretendiendo ocultar a Ryan el impacto que había sufrido,pero que él había adivinado en una nueva danza de sus ojos extranjeros.
-Yo también tengo el mío...no es Ian...
-Tu me renombras y yo no puedo hacerlo contigo...-dijo Clarissa ya con su respiración normalizada,mientras un fresco sorbo de agua servía para relajar tensiones.
-Es que ya es tarde...pero prometo que si al decírtelo no te gusta,te voy a permitir cambiarlo.Yo te haría ese honor.
-¿Cómo se llama entonces el caballero del Reino?.
-Ryan...Ryan II,hijo de...Ryan I ...verás no importa.Solo Ryan...
De nuevo Clarissa fue víctima de un nuevo y usurpador escalofrío.
-Preciosos nuestros nombres.Sabes...aún no comprendo bien dónde se dirige este cambio de roles,pero tengo que confesar que me gusta.Es la primera vez que me proponen algo así...aunque quizás en tu caso sea tan solo una repetida...¿estrategia? ¿de conquista? ¿de ego?...
-Jamás.Es la primera vez que hago el intento.Nunca había tratado con una colega talentosa que pudiera y quisiera prestarse a la experiencia.No tengo razón para mentirte.Además la conversación la fuimos hilando entre ambos...no te olvides de eso...
-Es cierto.Es que en mi realidad cotidiana solo tengo un amigo.Terrenal,seguro...mi adoración,y a mis padres adoptivos claro.La magia fluye cuando trabajo y dejo de ser yo.Pero explícame los "términos" de este "trabajo".
-Fácil.Tu serás Tylah...y yo Ryan.Habitantes de un reino al cual se accede con la mente y el corazón.A través de un puente,con la luna llena como testigo silenciosa...
-Es lindo lo que dices...
-Déjame continuar...quiero que te "creas" tu personaje.Que respondas si te llamo por tu nombre nuevo,y que hagas igual conmigo.Delante de quien sea.Ahí está el verdadero reto...y que hagamos durar nuestra obra de teatro hasta un final digno...y feliz...
-Tengo una condición,Ian...nunca vamos a jugar a nada delante de mi alma sagrada que es Hernán.Él jamás se va a enterar de nuestra locura creativa.Siente mucho por mí.Más de lo que yo le puedo dar,y hacerlo poner mal por la complicidad de un juego...no hablaría correctamente de mí como mujer...
Clarissa se puso seria mientras la invadía un raro ejército de sensaciones emocionales,extrañas,punzantes.Sentía latir dentro suyo ese nombre que había recibido y que parecía reclamarle una identidad nueva.
-No te preocupes...tu amigo nunca va a saber nada.Tengo códigos .Tú no me conoces,pero si hay algo que me caracteriza es saber respetar las individualidades ajenas.Confía y relájate.Solo nos vamos a divertir haciendo lo que más nos gusta.Actuar.No vamos a dañar a nadie.
-Te confieso que me siento rara...y asustada...
-No hay por qué...-dijo Ryan rozando suavemente su mejilla con el dedo pulgar en una caricia breve que ella disfrutó.
-¿Y nuestros personajes...se conocen...son familia...qué hacen Tylah y Ryan?.
-Eso me encantaría que lo descubrieras sola...
-¿No vas a decirme?.
-Ellos se encuentran...después de muchos años...tienen que conocerse...y...-Ryan no pudo seguir, ahogado por la profundidad de la emoción de los hechos que había puesto en palabras,aunque se obligó por el bien de su cuidadoso plan,a continuar como si nada hubiese sucedido.
-Se encuentran y se redescubren.Lo demás lo vamos viendo en el camino.Creo que la idea básica ya te la conté.
-Gracias Ryan...
-De nada Tylah...
-Eres especial.-dijo ella sin poder dejar de mirarlo en sus ademanes caballerosos que trascendían cualquier actuación.Que ese hombre parecía llevar en sus genes.
-Gracias.Es un halago vieniendo de alguien como tu.
-¿Por qué será que siento que te conozco?¿Será que tu guión se hizo realidad..."Ryan"?
-Tal vez "Tylah"...tal vez...-dijo sin poder contener las ganas de fundirse en el sabor de esa boca pequeña y dulcísima,pero cambió su impulso por una nueva caricia a su mano que en ese instante se transformó en la manifestación visible del más oculto de los fuegos.
Terminaron de almorzar al cabo de una hora,ya no tan serenos como al principio,y la realidad desprovista de encanto les señaló aquellas tareas rutinarias que los aguardaban inevitablemente.
-Tengo una clase más...¿te quedas a presenciarla?-dijo Ryan muy cerca de Clarissa,mientras cruzaban la puerta de salida a la calle.
-No puedo.Ya bastante culpa siento de que mi hermano del alma haya almorzado solo.Perdóname.Igual mañana tengo que volver.Tamara me contó anoche por teléfono que tiene muchas personas nuevas en la academia y que me necesita.La semana que viene abre una cátedra así que me tendrás cerca.
-Quiero que vuelvas a comer conmigo Tylah.Es la única condición que te pido,ya que tengo que esperar a mañana para verte.
-Acepto Ryan...aunque me apena que gastes tanto dinero en mí...
Él le cubrió la boca con su mano masculina,para que ya no emitiera frases como aquella.
-Es un gusto hacerlo.En mi reino agasajamos a las damas hermosas.
Clarissa sonrió mientras buscaba su mejilla para un beso de despedida,camino a su auto.
-Hasta mañana Tylah...
-Hasta mañana Ryan...-dijo saliendo una vez más hacia su vida real,comenzando a pensar seriamente en continuar cuidando de la salud de Hernán,pero ya no instalada en su departamento,en función de aquel beso mal dado,y además por las sensaciones de inquietud que su compañero de almuerzo y aventuras poco a poco estaba provocando en ella.
-Hola,¿Cómo te fue con tus masajes?-dijo Clarissa llegando hasta la casa de Hernán, que esa vez miraba televisión pero ya no desde su cuarto,sino frente al plasma desde los cómodos sillones del living.
-Bien,quise levantarme un poco.Estuve leyendo y ahora me entretuve con una película.No viniste a almorzar...-dijo mientras hacía sonar su mejilla en un beso de buenas tardes,y la veía sentarse al lado suyo.
-No pude.Y de eso quiero que hablemos.Por un lado Tamara el lunes abre una nueva cátedra y me quiere ahí;es decir;nos quiere;a los dos;a mi cuanto antes,y a ti cuando te repongas.
-¿Y de dónde sacó la gente?-preguntó Hernán incrédulo.
-Eso no lo sé.Tiene por lo menos hasta ahora treinta cinco personas que se inscribieron para teatro.
-No vamos a poder con todos.
-No;se quedan los nuevos.Es decir,nos devuelven nuestros alumnos y ellos se hacen cargo de ese grupo.Es mejor,así trabajan a su gusto y nosotros continuamos con nuestros propios métodos de trabajo.Ellos verán como se manejan.
Hernán hizo silencio,ante un panorama que no se le presentaba demasiado alentador.Intuyó que vendrían más novedades a juzgar por la incómoda seriedad de Clarissa.
-¿Qué sigue?-le preguntó tomando aire y agarrando su mano en señal de confianza,mientras la miraba con sus ojos conocidos y entrañables para ella.
-Sigue que me vuelvo a mi departamento lindo.No...no puedo...más bien...no podemos jugar a ser marido y mujer.No lo somos.Me hubiera encantado ser tu esposa.Pero no me salió.Por eso ya no quiero que nos confundamos más.-dijo Clarissa con la voz entrecortada y los ojos húmedos,ya que ese hombre siempre lograba sacarle las emociones más delicadas y sensibles.
-Se ve que ya estoy mejor.-respondió Hernán,mientras esbozaba una levísima sonrisa resignada.
-No entiendes...voy a venir todos los días a verte.Solo que voy a vivir y dormir en mi lugar.Mi departamento.Igual hasta que te cures me vas a tener que soportar.Hago esto para dejar claras algunas cuestiones.
-Porque nos besamos.-dijo Hernán con un brillo cómplice en los ojos.
-Entre otras cosas.-respodió ella.
-Beso que alguien compartió conmigo,porque hasta ahora yo no me lo puedo explicar.-aseguró Hernán como su verdad más sincera aunque intuyendo que su amiga no daba demasiado crédito a sus palabras.
-Así es,lindo.Voy a preparar mi bolso.Ya esta noche te la pasas solito,aunque se me rompa el corazón.Es para ayudarnos.Quiero que a partir de ahora empieces a pensar en función de tu popia vida.Individual.No como un satélite de esta amiga tuya que te adora,pero que tiene que dejarte ir.
-Aunque me dejes libre...yo voy a seguir siendo el dueño de mis actos.Tu no te preocupes,que en cuanto a sentimientos veré como me las arreglo.Y seguir amándote es también una opción.Los riesgos siguen siendo míos.
Clarissa escuchó resignada aquellas palabras que habían escapado de los labios de Hernán,pero a través de las cuales se había expresado en sí,su esencia más arraigada.Esa obstinación que algún día abandonaría su espíritu mismo.
-Abrázame.Y no prepares el bolso delante mío.No quiero sentir que nos divorciamos sin habernos casado.Así cuando te vas tan solo me das un beso de "hasta mañana".-dijo Hernán en tono de broma extendiendo su brazo sano hacia esa mujer que lo miraba con una ternura que en ese momento él sintió que no era de este mundo.Y no se equivocaba.Como si la faceta luminosa de Clarissa quisiera revelarse ante él en ese instante,en reconocimiento a tanto amor del bueno,y demasiados años de una preciosa hermandad.
-Que bueno que me entiendas...-dijo Clarissa aferrada a ese ser de su adoración,que a pesar de que estaba segura de que por su causa estaba muy amargado,le devolvía cariño y madurez,además de absoluto respeto por su decisión.
-Anda...pero antes de que te vayas nos tomamos una buena merienda.-le dijo con una sonrisa arrancada a su boca con un tremendo esfuerzo, para que ella no se sintiera mal,mientras su mente era absolutamente leída por esa dama rara,que traducía el dolor de sus pensamientos internos,con esa facultad que tenía oculta,y que se le revelaba especialmente cuando de emociones fuertes se trataba.
Clarissa había podido visualizar literalmente cada frase de amor guardada en la mente de Hernán,que esa tarde para no ponerla triste,una vez más más se disfrazaba de amigo,y así,como un hermano sin chance,se expresaba una vez más reservándose la pena.
-Eres precioso.-le dijo con los ojos mojados por la emoción que le habían despertado las líneas entrañables de su mente,mientras ella misma se sorprendía ante aquella habilidad que una vez más se le había manifestado.
Luego de que la emoción los dejara más tranquilos,compartieron el resto de la tarde abrazados como dos hermanos,hasta que las primeras sombras de la noche,les indicaron que cada uno tenía que comenzar su propio camino.
Que por más que estuviesen cercanos de cuerpo,la pasión jamás les sería una materia en común.Que estarían juntos,pero separados.Que aquella era definitivamente la mejor opción,y la más transparente.
Clarissa había dejado algo más que un departamento,y se había llevado mucho más que ropa.
Poco a poco,y sin que ella lo supiera claramente,el plan de Ryan se instalaba con delicadeza sutil en sus días,y Tylah,la habitante de esa tierra extraña,comenzaba a ganar posiciones dentro de su ser,en el mundo real,que era en definitiva una gran equivocación.
Esa esencia diáfana de ángel de luz en un marco inapropiado,estaba comenzando a hacerse visible como un sol en un alba de revelaciones.
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Clarissa durmió esa noche un sueño reparador sobre la comodidad de su cama.
El día la encontró despierta muy temprano y con renovadas energías,puestas al servicio de comenzar a vivir con las ideas claras y ordenadas.
Comprendió dentro de la naturalidad de aquella mañana que parecía igual a las otras,que el hecho de haber dejado establecidos los parámetros a seguir con Hernán,habían sido la mejor decisión.
No estaba feliz,pero sí tranquila dentro de su verdad más absoluta.
Llegó a la academia antes de las nueve.La mente positiva se reflejaba en la expresión de su rostro.Lucía bella y perfumada,mientras sus ojos danzantes la hacían parecer tan especial como de costumbre.
-Buenos días...-dijo entrando a la sala de docentes donde ya estaban presentes todos sus conocidos,además de Tamara que les contaba acerca de la gala anual,mientras de paso estaba cerca de su "Bruno".
Clarissa dio a todos un beso,incluída a la siempre desarreglada Amanda,y se detuvo frente a Ryan con una sonrisa cómplice,mientras respiraba profundo.
Él tomó su mano y la besó mientras hacía una reverencia.
-Buenos días Tylah...-dijo ante el desconcierto general.
-Buenos días Ryan...-respondió ella generando reacciones diversas.
Pedro y Martín quisieron reirse a carcajadas,pero por una extraña razón,no pudieron hacerlo.
Tessi sonrió con ojos de niña,mientras Julia,la más sensible,se emocionaba en su interior,sin hacer visible a los otros su inquietud.
Tamara asintió complacida desde su más finísima inteligencia,pensando que estaba frente a dos actores tremendos,mientras Amanda bajaba la vista considerando que aquellos dos eran un par de ridículos.
Jethro se quedó callado.Serio.Como si un aire polar hubiera atravesado su carne.
Su estado sin reacción duró por unos segundos de pausa,y antes de que su malestar fuera captado por la mirada del grupo,en un rol digno de un premio,se obligó a contener ese punzante dolor interior,y en un abrir y cerrar de ojos,sonrió con una luz rara,y guiñó un ojo a su amigo en una complicidad que encerraba la verdad de sus vidas.
Ya había visto el juego.La estrategia de Ryan estaba revelada.
Sabía que esa mujer preciosa era su dama del destino.
Los otros motivos,los más profundos,esos eran otra historia.
Luego de aquella mano besada durante la reverencia caballerosa,el día laboral en la academia debía comenzar.Restaban quince minutos para que las horas de clase se iniciaran,por lo que cada uno de los reunidos en el apartado de docentes,se dispuso a salir hacia el área de los salones.
El dúo de escritores se retiró primero,ambos aún sorprendidos y sin un atisbo de risa burlona.
Julia y Tessi los siguieron,mientras que Tamara separaba a la pareja del Reino de la Luna,ya que Ian debía irse a su salón y Clarissa a su oficina a hablar acerca de todas aquellas cuestiones referidas al nuevo grupo de alumnos que se incorporaban el día lunes,ya que la directora tenía deseos de unificar el programa de trabajo,por más que sus profesores fuesen distintos.
-Hasta el almuerzo Ryan II...
-Hasta el almuerzo,Tylah,hija de Rufus y Aixa...-le soltó él como información extra,mientras,y aunque le sonara demencial,Clarissa sentía dentro de su corazón que tenía un origen.
Sonrió sorprendida,y se despidió de su príncipe que retomó su rutina de trabajo,mientras Tamara se la llevaba a su oficina,luego dejar a su Bruno una mirada significativa y encantadora,que él respondió de igual manera.
Solo Amanda se quedó allí hasta que se hiciera la hora justa,mientras miraba las fotos más recientes de sus vacaciones en la costa,ajena a toda la palabrería a su juicio cursi,que había oído.
-Tienes una mirada muy bella como para opacarla con esos anteojos.-le dijo Jethro tomando la silla a su lado,y mostrando gran interés por las fotografías que la despeinada castaña guardaba en el álbum entre sus manos.
Se acercó a aquella mujer apoyándole su barbilla en el hombro,generando que ella se sintiera a esas alturas muy incómoda en la misma proporción que emocionada.
Lo miró a sus ojos cambiantes de tono,y le sonrió sin la ironía y la malignidad que siempre se adueñaban de su cara.
-Uso lentes para leer.No son permanentes.-le respondió halagadísima de que semejante ejemplar se mostrara interesado en alguna materia concerniente a su persona.
-Está bien,yo solo preguntaba...¿me muestras las fotos...se pueden ver...?-continuó Jethro simpático y encantador,desplegando sus frases con maestría y leyendo como un libro las emociones que estaba provocando en Amanda.
-Claro...si se las muestro a todo el mundo...bueno...no a todo el mundo...al que quiera verlas.
Jethro tomó el pequeño álbum,y al pasar rozó las manos de la escultora,cuya respiración se aceleraba minuto a minuto desconociendo que estaba literalmente junto a un príncipe de novelas,y que todas aquellas sensaciones eran normales de sentirse dadas las circunstancias.
-Que bonitas...-dijo Jethro como si en verdad le hubiesen interesado los retratos de una mujer más despeinada aún por el viento del mar que había obrado sobre su ya dificil cabello de ondas inmanejables.
-Eres osada para combinar colores...eso me gusta.-continuó el maligno y adorable seductor,mientras Amanda sentía que el corazón iba a estallarle dentro del pecho.
-Quítate esos lentes.La primera vez que nos presentaron no los usabas y quiero ver como son esos ojos tuyos escultora.-le dijo en un tono dulce y enérgico,viendo como ella por propia voluntad accedía a su pedido.
-Preciosos.-le dijo muy cerca,enfrentándola con sus dos gemas azules violáceas.
-Gracias.-respondió Amanda con su ego elevado a la millonésima potencia,mientras miraba nerviosa su reloj,que todavía le regalaba cinco minutos más de gracia divina.
-Sí,ya es casi la hora...que pena...-dijo Jethro actuando su decepción con un arte refinado y exquisito,mientras inevitablemente,pensaba en el objeto sagrado que le lastimaba el alma.En unos ojos mágicos enamorados de la luz.Luego,la imagen de la sofisticada directora y su cuerpo de puertas abiertas,no alcanzaron para opacar la primera imagen.
Pero de todas maneras,supo que los buenos proyectos necesitaban sacrificios,y que todo buen plan requería movimientos arriesgados de piezas en función de obtener una partida exitosa.Sonrió adorable y gentil,mientras tomaba sin previo aviso la cara de la escultora desprovista de sus lentes,y hacía con sus ojos una extraña conexión.
-Ahora me vas a ayudar...necesito cierta comunicación linda...-le dijo suavemente mientras ella asentía sin oponer resistencia.
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Voló la mañana de trabajo,y la hora del almuerzo de tintes teatrales llegó para los protagonistas.
Clarissa esperaba por su caballero fuera del salón,y a él le agradó encontrarla allí,mientras un ya desocupado Jethro,pasaba como siempre guiñando su ojo.
-Esta vez Tylah invitará a Ryan a un lugar especial.-dijo ella mientras él se perdía en su mirada con un amor que ya no podía contener y que manejaba a duras penas gracias a su racionalidad,y por el bien de su estrategia.
-Ryan invitará a Tylah...nunca permitirá que ella pague.-contestó apoyando su mano en el hombro de Clarissa para caminar los pasillos hacia la salida de la escuela.
-Esta vez invito yo caballero.-insistió ella llevándolo hasta su auto,mientras la cara de Ryan se transfiguraba por la inquietud.
-Ryan II nunca ha subido a un "aparato" como este.En su tierra se viaja en carruaje...o con el poder de la mente...
Clarissa sonrió maravillada,mientras creía que aquella actuación cada vez se tornaba más magistral.
-¿Y cómo es que la dama Tylah sabe tanto de este mundo?-lo interrogó risueña,mientras ayudaba a su actoral compañero con el cinturón de seguridad,sintiendo intensidad al haberse acercado tanto.
-Estás en un mundo que no es el tuyo Tylah...-dijo Ryan hablándole muy en serio,antes de que ella se dispusiera a arrancar el vehículo.
-¿Por qué?.
-Porque tu familia tuvo que dejarte en un lugar seguro...lejano al peligro que te acechaba en tu tierra...
-Ah...-respondió ella reviviendo su historia de niñez y orfandad.
-Sí...eres hija de Aixa y Rufus,de noble origen en mi tierra de luna.Eres una princesa de ojos danzantes,favorecida con miles de dones y virtudes...-dijo mirándola con unos deseos enormes de besarla,interrumpidos por el sonido seco de ese motor que ponía en marcha el auto,y le arrebataba ese momento de emoción sublime,que Clarissa también sintió,solo que su pudor,la obligó a cortar la escena en el arranque del camino a ese sitio que quería mostrarle a su especial compañero.
-Vamos a almorzar mirando el río de esta ciudad,de este mundo que no me pertenece.-dijo Clarissa estacionando y señalándole un bonito y acogedor resturante.
-Yo te invitaré.-le advirtió él,ofreciéndole su mano para caminar hasta la entrada.
-Eres obstinado Ryan...
-Todo por una dama especial...-le dijo ya dentro del precioso sitio,retirando la silla para que ella se sentara,generando envidia en las otras comensales femeninas,que veían a ese caballero como a una especie en extinción.
-¿Entonces tengo padres...tengo un origen?.Sabes...en realidad yo nunca supe de mi origen,y para serte sincera,es muy duro vivir así.
-Estamos fuera de la realidad Tylah...olvida a Clarissa...-le recordó Ryan.
-Perdona...pero al hablar del abandono de una niña en un mundo diferente,tocaste sensibilidades mías muy profundas.Cosas que casi nadie sabe de mi...excepto mi hermano del alma...si hasta parece que hubieras leído mi mente...
-Tu puedes leer la mente ajena.Yo no hubiese podido leer la tuya.Ambos somos habitantes del Reino.Entre nosotros no podemos...salvo alguien que sí puede...un amigo de mi tierra...Arhon.Creo que no existe materia que le sea difícil...
-Leer la mente ajena...que curioso...me ha pasado varias veces...pero no es algo que yo pueda controlar a mi gusto.Ese caballero de tu tierra...¿podría enseñarme?...-dijo Clarissa ya totalmente metida en un tema a manera de juego,que sin saberlo exponía el más fiel relato de su existencia.
-Arhon podría hacer de tí la dama más poderosa que jamás se haya visto...aunque confieso...que yo estaría muy celoso de que pasaras mucho tiempo con él...-dijo Ryan aminorando la intensidad del diálogo para quitarle un poco de la carga de realidad que había adquirido.
-¿Cuándo conoceré a mi maestro entonces?.
-Pronto.-respondió Ryan sonriendo con un amor que le rogaba que lo dejara fluir en la boca preciosa de habla serena de la mujer de los ojos danzantes.
-Y dime...¿Aixa y Rufus no me extrañan...?.
Ryan se quedó en silencio ante aquella pregunta que encerraba una respuesta tan dolorosa,que definitivamente no era el momento para que saliera a la luz.
Un hombre elegantemente vestido se acercó de inmediato a la mesa en la cual ellos comían,y les dedicó unas palabras.
-Por ser los clientes número cinco mil...la casa los invita con este almuerzo.-dijo con gentileza,mientras la sorpresa del momento se llevaba de allí aquel doloroso interrogante.
Ryan había manipulado una mente por primera vez desde que había llegado.Por el bien de su preciosa mujer.
-Nadie pagará caballero.-dijo Clarissa aún felíz por la distinción.
-Así parece.-le respondió Ryan disfrutando a pesar de todo de su travesura necesaria.
-Me gusta estar contigo.Eres mágico.
-La magia te pertenece Tylah.Cualquiera que se mire en esos ojos tuyos lo sabe...
Ambos sintieron una ancestral emoción,como si una suave brisa se llegara desde los tiempos.
Se miraron de forma diferente,como si sus esencias realizaran una presentación formal.Como si por primera vez notaran una compatibilidad profunda y sagrada.
La predestinación de la luna,lentamente daba los primeros indicios de pertenencia,con un hechizo sublime en una realidad sin hechizos.En un mundo hostil.Pero que de todos modos se manifestaba.
Se tomaron ambas manos,sin poder dejar de mirarse.
Clarissa no entendía los motivos de esa unión placentera e invasiva.
Ryan sabía que el amor más puro se estaba revelando.
El almuerzo terminó con el plan de Ryan llevado hacia donde justamente quería,y ya más preparado mentalmente,por si su cada vez más real y cercana predestinada,pudiera formularle alguna pregunta difícil.
-Hasta las tres tenemos tiempo.¿Qué quieres hacer Tylah?-le preguntó sin abandonar el juego que no era ni más ni menos que el de sus más absolutas realidades.
-Acerquémonos un rato al río.-dijo tomando su mano,para que cruzaran la calle hasta donde tras un murallón,se dibujaban las aguas en un seductor paisaje urbano.
Él la siguió en silencio,apreciando la belleza del cuadro frente a sus ojos.
-¿Hay un río tan bonito en tu tierra?-le preguntó con la mirada perdida en el dorado que el sol de las primeras horas de la tarde había estampado sobre el fulgor de las pequeñas olas,mientras una suave brisa otoñal,fresca por esos momentos,jugaba con su cabello sedoso y perfumado.
-Nuestra tierra.Nunca te olvides.Ambos pertenecemos a ese mundo que pronto te va a tener de vuelta y ocupando el lugar que te mereces.Viviendo tu verdad,y no esta mentira,que que aunque con seres muy nobles a tu alrededor,es el verdadero escenario.Clarissa fue,es,y será uno más de tus roles...
-Pensé que Tylah lo era...-respondió ella continuando con la coherencia de las palabras de su caballero.
-Tylah es tu verdadero nombre,tu esencia,tu identidad.
-No se si me gusta este juego...la parte del abandono de una niña en un mundo hostil para protegerla de un mal acechante se parece horriblemente al abandono real que sufrí en carne propia.Debiste elegir una temática de argumento que no me fuera tan difícil en lo personal.Aún me pregunto que fue aquello tan poderoso que impulsó a mis padres a dejarme tirada en la puerta de un orfelinato a la espera de que la gracia divina se apiadara de mi...Diez años después recién pude tener mi primera apreciación de familia...Mi historia es mucho más triste todavía que la de un guión teatral.
Ryan la oía muy conmovido,sumido en un respetuoso silencio.
-Creo que ya no querré actuar más la vida de esta princesa.Es tan triste como la mía.Es que sabes...quisiera saber más detalles,y a la vez pienso que terminaría lastimada.
Ryan abandonó estratégicamente el tono real,y para lograr una aproximación de entendimiento,comenzó a relacionar los hechos de la vida de Tylah,como si contara una historia,ya no hablándole a ella,sino como quien relatara un cuento.
-Cuando la existencia preciosa de su hija se vio amenazada por las fuerzas de la oscuridad,enemigas de la perfección de ese ser de la luz,dueña de las claves secretas para la paz infinita de nuestro mundo,prefirieron salvarla,aunque ello significara su propia muerte.
-¿Muerte?-preguntó Clarissa conmovida por el tono del relato del cual cada palabra se había instalado en su alma sensible e identificada desde esa realidad de orfandad y soledades antiguas de lágrimas del pasado.
-Aixa y Rufus se murieron de pena.
-Como castigo por haber abandonado a su hija...
-No,no como un castigo.El dolor de su ausencia terminó con ellos.Murieron de pena,aunque sabiendo que había sido lo mejor.Es una triste historia.Es verdad.
-Tan triste como la mía.La diferencia es que yo no sabré jamás las razones que me quitaron el origen.El caso amigo,es que ya no quiero jugar más este juego.No podría soportarlo.
-Te perderás el mensaje de esperanza.La obra del amor.Un destino marcado para el bien de tu mundo.
-¿Mi mundo?-preguntó ella incrédula.
-Ese que te espera para que le lleves un poco de luz...y este corazón tuyo predestinado desde antes de nacer,que es el mío.
-Que belleza lo que dices...aunque francamente se me confunden la realidad y la fantasía...
-Las dos realidades dirás...-insistió Ryan temiendo que su plan se arruinara.
-Tú quieres que sigamos con esta historia...
-Yo quiero seguir al lado tuyo.Es lo único que me interesa.-le dijo Ryan ya habiéndose peleado con la razón,y con los sentimientos aflorando a través del ámbar de sus ojos,que ansiaban que ella pudiera leerles el amor que desplegaban como una carta silenciosa.
-Nunca conocí a nadie como tú.A veces creo que es verdad lo que dices,y que sí perteneces a un reino de cuentos.
-Pertenecemos.Ambos.
-¿Sabes para qué me sirvió esta charla?.
-Dime.-le respondió él con interés.
-Para que pudiera encontrar al menos una razón para justificar mi abandono.Si bien nunca guardé odio por eso,ahora gracias a ti puedo pensar que tal vez mis padres no podían mantenerme o darme lo que necesitaba y ese orfelinato era la única salida.Tal vez no eran las fuerzas del mal en un mundo de luna,sino miseria y desamor...
-Tus padres te amaron.Piensa eso.Que Tylah,que habita en tu interior salga a la luz y puedas entender.
Los ojos de Clarissa comenzaron a llenarse de lágrimas.Era tan penosa la historia,tan lascerante,que experimentaba una corporal sensación de angustia,como si ese pasado se mostrara como sentencia inapelable,y trascendiera los límites del juego.
Pero sentía también un tenue alivio,que no era otra que la comprensión hacia esos dos seres que por su propio bien,la habían conducido a un mundo de vacíos solitarios.
-¿Y tú que rol cumples en verdad en esta historia?-preguntó Clarissa con los ojos verdes miel pincelados por el llanto que apuntaban a ese río comprensivo que le regalaba belleza.
Ryan hubiera querido decirle muchas cosas.Palabras de amor antiguas atesoradas por años esperando por estamparse en el aire cercano a su tibia respiración.Pero se contuvo temiendo que su dama hermosa saliera huyendo de allí y que todo el camino andado quedara sin el destino que lo había forjado.
-El rol que tu quieras darme.Mientras me permitas estar cerca tuyo.-fue lo único que atinó a decir,expresando mucho en apenas dos frases en las cuales no había sido su voz,sino su espíritu quien se había manifestado con delicadeza.
Ella lo abrazó sin dejar de disfrutar el paisaje,hasta que de una vez sus ojos de danza,que lucían perfectamente fusiondos con ambos tonos en la misma proporción,se dignaron a enfocar los suyos,como dos diamantes de ámbar que le hablaban un lenguaje interno y delicado.
No hubo más palabras y la fresca brisa de ese otoño perfecto de miradas ocre,se mezcló con la tibieza de dos alientos que se acercaron unidos por un deseo común.
Clarissa entreabrió lentamente sus labios que recibieron la humedad de la boca furtiva de Ryan,que se apropió de ellos con una voraz dulzura mientras hacía un recorrido delicado e invasivo a la vez,liberando un amor preso por la distancia durante demasiado tiempo.
Había sido un beso tan dulce como déspota,sereno y salvaje;un beso muy distinto a aquella rareza que Hernán le había dado sorpresivamente,o a aquellos besos de sábanas tímidas del pasado.
Un beso que parecía no ser de este mundo,y entablaba una conexión absoluta de esencias.
Al cabo de un mar de sabores tibios y los sonidos ahogados de dos respiraciones agitadas,esas bocas brillosas de miel y derroche,se separaron por fin,para dar paso a las palabras perdidas que estaban de regreso.
-¿Cómo sigue esta historia?-preguntó ella en un suspiro hondo,aún asimilando la belleza de haber degustado esos labios extranjeros de miel y caricias de fluidos exquisitos.
-¿Me permites escribir tu historia Tylah?.
-¿Tendrá un buen final?-le preguntó casi en un ruego de ternura.
-Te lo aseguro.¿Me acompañas?.
-Claro Ryan.-respondió ella buscando su boca otra vez.
-No quiero que te sientas presionada por estos besos.-dijo Ryan tomando ambas manos de Clarissa entre las suyas.
-Me gustaron mucho.En mi vida los besos,así como las alegrías y los buenos vínculos no me bendijeron demasiado.-le respondió ella sonriendo levemente y con una sincera resignación.
-Tampoco creas que estoy loco.Es que lo que me pasa contigo hace mucho tiene un nombre.Solo que ciertos temas requieren un poco más de tiempo.Si esperé por años,creo que puedo esperar un poco más.
-Pero si casi no me conoces...
-A Clarissa casi no la conozco;a Tylah me la he aprendido de memoria.Ella es una leyenda."Eres" una elegida,además de ser una preciosa mujer.-le dijo con esos ojos tiernos mientras ella se debatía entre ficción y realidad,pero experimentaba en su propia piel,como todos los sentidos se le encaminaban hacia un aprendizaje que había comenzado sin que ella pudiera frenarlo con la razón,rendida también ante aquella historia que era la de su propia vida.
Su vida real,aunque pareciera de cuento.
-Es cierto.Recuérdame a Tylah,si la olvido...pero dime...¿Tú que sientes por ella?¿Por qué la cuidas?¿Por qué viniste a buscarla a su mundo "de teatro" como tu le llamas?.
Ryan la miró con perspicacia,y esbozó una sonrisa.
-Es muy especial el paisaje de este río de fondo,nos besamos,quiero que volvamos a hacerlo...pero...ya te he dicho demasiado por hoy...¿No quieres guardar algo de encanto para mañana?.
-Solo quería saber que sentías...-dijo ella algo apenada.
-Todo te lo voy a decir.Pero a su debido tiempo.Pero creo que si me miras a los ojos,vas a encontrar la respuesta a tu primera pregunta.Hazlo.-le dijo con firmeza,todavía aferrado a sus manos suaves.
Ella hizo lo que Ryan le había pedido,y encontró una dulcísima mirada de ámbar que pronunciaba silencios delicados.
Nunca la habían mirado así.Ni siquiera Hernán que por mucho tiempo había sido su único y especial referente masculino.Esos ojos hacían mucho más que contemplar,y Clarissa se sintió muy halagada,al poder descubrir la belleza de sentimientos que esa mirada ocre le devolvía.
No dijo más,y atesoró esas caricias calladas,que por más que aún no hubiesen sido hechas confesión,su significado había sido más que comprendido.
-Entiendo Ryan.Y es increíble.Todo lo tuyo es mágico.Hasta tu mirada.Ya no voy a hacer más preguntas.Quizás voy a esperar a que la respuestas lleguen solas.
-Van a llegar.Más pronto de lo que te imaginas.
Dejaron con cierto pesar el encantador paisaje de la avenida costanera,y subieron al auto que junto con la academia como destino,se había vuelto la puerta hacia la vida real.
Entraron de la mano a la escuela,y antes de ir a dar a Tamara un último saludo,Clarissa se despidió de su príncipe,en las puertas del salón,mientras Jethro fingía no contemplar esa escena que lo quemaba por dentro.
Cuando vio como al pasar sus manos unidas,supo que la conexión ya estaba realizada,y ante un abrazo seguido por un breve e intenso beso en la boca,confirmó aquella teoría que le hacía tanto mal.
Ryan le había robado su paisaje de otoño,y junto con él,a la niña preciosa de las muñecas y el jardín.En ese beso,sintió que se había ido de alguna manera y sin despedirse,aquel sueño dulce de su infancia.
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Tamara se encontraba sola en la sala de docentes.Se había quedado allí ya que hacía minutos había estado reunida con su personal para todo lo referido a la coordinación de actividades para la gala del año.
Lucía hermosa y amargada cuando Clarissa se sentó junto a ella luego de haberle dado un beso.
-¿Otra vez por acá Clari?-le preguntó con un dejo de desgano.
-Sí,ya me voy.Comí con Ryan.
-¿Ryan?¿Se puede saber a qué juegan ustedes dos?.
-No jugamos...-dijo Clarissa recordando ese primer e intenso beso junto al río.
Tamara sonrió pícara,y su brillo característico volvió en una rápida y fugaz expresión a visitar sus ojos maquillados y perfectos.
-Ojalá yo pudiera"jugar".-agregó,nuevamente con la mirada opaca.
-¿Qué te pasa directora?.No me digas que es un tema de amores porque no te lo creo...¿Existe ya ese caballero que logre ponerte mal?No,no es posible.-dijo Clarissa esperando una respuesta.
-Bruno.Me tiene desconcertada.Yo no soy así de estar pendiente de un tipo.Me conoces bien...pero este es especial...es...bueno ya viste que es "precioso",aunque no sea tu tipo...y en otros aspectos te diría que no es de este mundo...y mira que tengo un extenso historial...Elementos para comparar me sobran...
-¿Tan buen amante es?-preguntó Clarissa perdida en la expresión"no es de este mundo",que la impresionó un poco en relación a lo que estaba viviendo,aunque luego pensó que solo se trataba de una forma enfática de hablar.
-El caso es que yo la "gran" Tamara,la que jamás involucraba sábanas y sentimientos...estoy celosa.
-¿De quién?.
-Dios...me odio por esto...
-Dilo mujer...
-De Amanda.
Clarissa no pudo evitar reirse,aunque lo hizo a través de una salvadora y amplia sonrisa.
-¿Cómo es eso?-preguntó conteniendo un reir más evidente.
-Sí,ríete.Pero sabes...los encontré hoy hablando muy cerquita,casi con sus bocas pegadas.Los espié por la puerta entreabierta.Aún no sé como no se dieron cuenta de que yo los miraba.Y es más...ella le hablaba con una vocecita casi imperceptible.Una vocecita rara.Impostada.Como de niña tonta.Puedes creer...hasta le cambia la voz para seducirlo...
-Tamara...quizás actuaban.Bruno se me hace que tiene una personalidad algo "festiva"quizás...¿Los viste besarse?.
-No.Solo murmuraban una conversación rara...y ella le hacía vocecita de "nenita".Y como te imaginarás la gran Tamara no le va a ir a pedir explicaciones.Se supone que cada quien es libre...
-¿Te enamoraste linda?.
-No lo sé...es que si hubieras probado ese manjar me entenderías.
Clarissa sonrió recordando sus propias delicias,y no dijo más, tan solo limitándose a palmear la espalda de de su amiga,mientras Julia llegaba allí y veía ese cariño que tiempo atrás había sido suyo.
Ya Amanda le había ido con el cuento de que Bruno había sido divino con ella,y en ese consuelo que Tamara recibía,el cuadro completo acabó por cerrarle.Se sintió mal por el hecho de que una nueva barrera proveniente desde Amanda y sus actos,se interpusiera entre ella y Clarissa,muy cercana en lo afectivo a la directora.
Se apenó mucho mientras veía a Clarissa darle un abrazo contenedor a su amiga,y recordarle que la quería mucho,que se calmara,y que jamás estuviera mal.
-Te quiero Clari,gracias como siempre.Y no te preocupes.Ya voy a volver a ser yo.
-Espero ese día.-le respondió con una sonrisa,mientras Julia la miraba añorando esos códigos que ambas habían compartido en el pasado.
-Siempre tan buena,-le dijo muy triste,aunque sus ojos denotaran normalidad.
-Quiero mucho a Tamara.
-Lo sé.Sabes querer.Es una fortuna tu cariño.-dijo Julia muy sincera.
Clarissa la miró fijamente,mientras como si fuera un texto,leía la tristeza de Julia con claridad,y sentía como se le revelaban todos y cada uno de sus pensamientos.No se trataba de locas ideas suyas.Se encontró decodificando esa mente que en silencio extrañaba su amistad.
-No te preocupes Julia.Dame tiempo.Es un poco grande esta distancia entre nosotras.-le dijo.
-¿Tú cómo sabes lo que yo estoy pensando?.-preguntó Julia asombrada de como Clarissa había leído sus ideas nostálgicas que la habían invadido desde su memoria.
-No lo sé.Créeme.-le respondió dándole un abrazo,y saliendo del salón,mientras aquel viejo escalofrío paseaba una vez más por su columna vertebral.
Clarissa encontró la voz de Hernán aquella noche,al otro lado de la línea.
Se había duchado y andaba por su departamento,todavía guardando en su cuerpo las tibias secuelas del baño,cuando el llamado de su amigo,la había obligado a silenciar las bellas canciones que la acompañaban.
-¿Cómo te sientes?-había sido la primera y principal de las preguntas.
-Solo.-le respondió sin ocultar su verdad más inmediata.
Tenía un dejo de resignación,y en la voz demasiada seriedad,que dejaba traslucir la inocultable amargura que sentía,en una realidad que no se le hacía fácil.
-Lo importante es que estamos charlando...¿Te duelen los golpes?-lo interrogó Clarissa apenada,sobre todo recordando el descollante beso que Ryan le había dado junto al río,y esa casi relación que ya estaban manteniendo.
-Los golpes no...ah...perdona linda...-se excusó al segundo,mientras afloraba su costado fraternal y recordaba que lo último que hubiera querido hacer en la víspera de un viernes,hubiera sido generar a quien tanto lo había ayudado,alguna aproximación de culpa o tristeza.
-Te entiendo Hernán,escucha...yo a ti te lo perdono todo.Sabes como te quiero,y no hace falta que ya me digas más.
-¿Tú estás bien?.Es que mi fastidio me impidió que hiciera lo correcto y te preguntara.Voy de nuevo...¿Cómo fue tu día Clari?-le dijo volviendo a ser ese tierno de siempre,de la voz entrañable y dueño de sus más familiares alegrías.
-Ahora bien.-respondió ella pensando en ese río,y en el nombre nuevo que un ser encantador le había regalado.
-¿Eso solo?.¿Qué tal la escuela?.
-Hay novedades...pero cuando regreses ya tus inseparables te van a contar.Allí se sabe todo de todos.
Clarissa,ante su propia respuesta,se acordó de Julia,y de como había leído sus pensamientos en ese flash involuntario,pero supo que a Hernán no podría al menos de momento contarle de esa extraña facultad,que si bien ya había vivido en situaciones anteriores,nunca como aquella tarde y con tanta exactitud.
-Entiendo linda...estás cansada y yo aquí sin otra cosa que hacer que quitarte tu tiempo...Apuesto a que estás en bata,con una barra de chocolate en tu mano y con tu música preferida en el equipo...
-¿Cómo lo sabes?.-preguntó risueña,conociendo la respuesta que le daría,pero ansiando escucharla.
-Años...de acompañarte y de quererte bien.De compartir tus gustos,de ser tu imagen de "compatibilidad"...Te dejo para que disfrutes un rato de tus pequeños placeres...Que descanses hermosa...
-Igual tu bello.
Clarissa colgó entendiendo que Hernán no había leído su mente.Las facultades de él eran bien terrenales,y no existía nadie en el mundo de teatro como Ryan le llamaba,que la entendiera más que él.
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El viernes se reflejaba en los rostros de los alumnos que caminaban los concurridos pasillos de la academia.
Lucían distendidos ante el portal prometedor que pronto cruzarían hacia el fin de semana,y los profesores no constituían la excepción a la regla.Se los veía igual de relajados.
-¡Clari!-dijo Tessi al verla entrar al salón de docentes,ya que ese día no le correspondía incorporarse,sino hasta el lunes.
-No nos extraña a nosotros...no te hagas ilusiones...-dijo Pedro con su picardía genética,mientras Martín le daba la razón,silbando y mirando hacia el techo.
-¿Qué saben ustedes dos?.Mi amiga me quiere,por eso vino.Ella nos quiere a todos.Incluídos ambos...par de mal pensados...
Clarissa los miró con complicidad y les devolvió ese cariño al cual Tessi había hecho referencia,mientras Julia y Amanda llegaban juntas,y la nueva preferida de Jethro les brindaba un saludo general,y se ubicaba en la mesa hasta la hora de la cátedra,mientras ordenaba papeles de su bolso.
Julia se acercó a Clarissa,a quien había reservado el último beso,y le dio un abrazo como aquellos del pasado,aún percibiendo su incomodidad,siempre provocada por la misma persona.
Ella se lo devolvió con gentileza,mientras Amanda levantaba la vista de su desorden,y se quedaba muda en un mar de pensamientos negros que Clarissa comenzó a leer nuevamente como la portada de un periódico.
Su caballero entró por la puerta a manera de salvador involuntario,y apenas encontró su mirada,esa conexión desagradable con la mente retorcida de la escultora,acabó cortándose de inmediato.
-Buenos días Tylah-dijo con el beso a su mano y la reverencia.
-Mi caballero Ryan...-respondió ella en un nuevo capítulo de aquella historia que tenía fascinados a todos menos a Amanda.
-¿No creen que están algo creciditos para jugar ese juego?.-dijo con una voz que no era de nenita,como Tamara había señalado,sino más bien bastante potente,y de mujer adulta.Clarissa reparó en ese detalle por primera vez en tanto tiempo de trato,y lo comparó con los dichos de la directora.
-Mi dama y yo no perjudicamos a nadie con nuestro juego.-respondió Ryan muy educado,y con la mejor de sus sonrisas,y Amanda no se atrevió a contradecirlo,ya que se trataba del mejor amigo de su nuevo objeto de deseo,habiendo dejado a Hernán en un segundo y lejano plano.
-Ella es así...perdió la magia.Yo los apruebo.-dijo Julia mientras la escultora le lanzaba una mirada casi asesina.
-Aplauso...aplauso y ovación...dijo Pedro mientras todos lo seguían incluidos los protagonistas de la obra,en una bulliciosa alegría de viernes,mientras Amanda volvía a su mundo de bolso y papelerío no sin antes dedicarle al provocador del aplauso,el calificativo de "payaso",que él agradeció con una carcajada mientras la ignoraba absolutamente y acentuaba el sonido de las palmas de sus manos.
Ryan miró a su Tylah a los ojos,y ella le correspondió acercándosele mucho,y quedando muy junto a él conectando con la bella señal de esos ojos preciosos de ámbar.
-Estaría bueno que ahora se besaran-insistió Pedro sin haberse dado cuenta que Hernán se había hecho presente allí,y contemplaba la escena con gran desconcierto,alucinado y concentrado en el abrazo que Clarissa mantenía con un desconocido,que la miraba con algo más que compañerismo o cordialidad.
A su lado,un amistoso Jethro ya se había presentado,como su reemplazante,en la oficina de la directora,y juntos se habían llegado hasta el salón.
Clarissa se separó del cuerpo de Ryan,cuyas facultades lo hicieron comprender que aquel era el famoso hermano del alma,y que frente a él,debía cerrarse cualquier capítulo de aquella historia.
-Hernán...¿Qué haces aquí?-se acercó Clarissa mientras le daba un beso,y los demás hacían lo mismo.
-Es increíble...la verdad no me duele nada.Como si nunca me hubiesen atropellado.No necesité calmantes.Y para estar aburrido en casa mirando el techo,decidí venir a hacer lo que me gusta,que es dar clases.Aunque hoy vengo solo de visita ya que el lunes se incorporan los alumnos nuevos.¿Hice mal?.
-Yo creo que sí.Tu no tienes el alta médica,y tienes un brazo enyesado.
-Me siento bien Clari.De verdad,no te preocupes.-le aseguró con un dejo de tristeza en el arrastre de su palabras.
-Bienvenido.-le dijo Amanda maliciosa,mientras veía parados uno al lado del otro a los dos hombres que le hacían perder el juicio.
-Vamos a trabajar entonces.-dijo Ryan un tanto apenado,ya que con Hernán allí sería más dificultoso desplegar su estrategia.
-Ian del Castillo-dijo extendiéndole su mano mientras salía hacia su cátedra.
Hernán se presentó también,y luego de aquel breve momento de elevada intensidad,todos dieron rienda suelta a las primeras instancias de ese viernes que se había iniciado lleno de sorpresas.
Clarissa se apresuró a dejar el salón y fue tras los pasos de su caballero,antes de que Hernán,que se había quedado conversando con Jethro algunas cuestiones técnicas,pudiera alcanzarla.
-Ryan...lo llamó.
Él se dio vuelta muy feliz y la tomó de las manos.
-Pase lo que pase comemos juntos hoy...
-¿Hoy?-preguntó él dubitativo.
-Yo quiero hacerlo.
-Vemos como se maneja tu...amigo,y decidimos...¿Aceptas?.
-Está bien.-le dijo mirando hacia ambos lados del pasillo por si alguien venía y le regaló un último beso fugaz en señal de trato.
Y ya nada más pudo decir o hacer mientras se acercaban Hernán y Jethro conversando animadamente como dos viejos amigos,muy parecidos,muy compatibles,con una rara química entre los dos,hermanados por un dolor idéntico,a pesar de ser habitantes de dos mundos completamente distintos.
Clarissa y Hernán presenciaron la clase de esos profesores extraños y carismáticos.
Se habían demorado en comenzar,ya que los alumnos habían invertido varios minutos en interrogar al accidentado recuperado con tintes milagrosos,gracias a cierta ayuda proveniente de otra tierra.Ayuda destinada a colaborar en una causa de códigos secretos y detalles intrincados.
Ryan supo que ese mediodía no podría estar con su dama a solas,y ese aspecto racional de su personalidad no había dejado que el pesar lo ganara.
Después de todo era viernes y por más que él no perteneciera a este mundo,tenía en claro que en un día como aquel,lo último que necesitaba era deprimirse.
Rondaban en su cabeza las perspectivas de la gala anual acerca de la cual ya la directora les había informado a todos,y si bien él siempre había odiado manipular las mentes ajenas,esa vez su causa valía el atrevimiento.
Además tan solo se trataba de arte,y en función de esa idea que se le había ocurrido,y entendiendo que el almuerzo a solas con su bella elegida se le presentaba difícil,en una excelente estrategia,cambió magistralmente de planes.
Jethro,disfrazado de Bruno y muy "amigo" de Hernán,hermanado en una compatibilidad genética,un amor no correspondido y la otra mitad por la hábil manipulación tan suya,miraba a Ryan fijamente,y si bien sabía que no podía leer las líneas de sus ideas,supo por el brillo de sus ojos,que su amigo también sabía jugar,y que si bien su astucia tenía otros códigos y ciertos límites que él desconocía,a esas alturas ya se había transformado en un rival digno.
Un rival que lentamente había desplazado a la vieja amistad.
Un rival con un interés común.
Un rival sin odios,pero en aquella competencia callada,alguien a quien debía vencer.
Lo dejaría obrar,como en una partida de ajedrez de dos expertos.Y luego sí,actuaría en consecuencia.
La clase terminó,los alumnos se retiraron y la hora del almuerzo interrumpido llegó por fin.
-No se vayan...antes quiero que nos reunamos todos con Tamara,ya que se me ocurrió una idea para la gala anual.-dijo Ryan sin poder sacarle a Clarissa los ojos de encima, mientras se moría por abrazarla,solo que se contenía para que Hernán no sufriera,al menos de momento.
-Esta gente estará cansada amigo,déjalos que se vayan a comer...no ves que este pobre hombre está todavía con el brazo quebrado...-lo contradijo Jethro palmeando la espalda de Hernán como en señal de comprensión.
-A este obstinado no le duele nada Bruno.Si no,no se hubiese atrevido a dejar el reposo.Ian tiene razón y si tiene una idea me encantaría escucharla y aún más a nuestra "dire",que últimamente ha estado muy dispersa...-dijo Clarissa mientras Jethro se sentía identificado por esa última expresión,y se daba cuenta de que Tylah,del Reino era igual de perspicaz que él y su amigo si se lo proponía.
-Vamos y después almorzamos todos juntos.-dijo Hernán con ese espíritu animado que lo había caracterizado siempre.
-Que no se hable más entonces...vamos a contarle tu idea a los otros.-dijo Jethro reemplazando al fastidio bien disimulado por la necesidad de saber que planes tenía su compañero,mientras la curiosidad lo hacía su presa.
Fueron hasta el salón de docentes,mientras Clarissa iba a buscar a Tamara.
Ya con la directora allí,Ryan comenzó a obrar en función del plan que se convertiría en un hecho decisivo en relación al objetivo fundamental de su viaje,que era cumplir con la voluntad de su fallecido rey.
-Tamara...-dijo iniciando su sugerencia pausadamente,con los codos apoyados en la mesa,y haciendo gala de toda su brillantez.-¿Qué te parecería realizar una gala temática?¿Nunca lo has hecho antes?.
Los ojos de la directora denotaron asombro,y lo animó a continuar muy interesada en oirlo.
-Dime como.
-Todas las disciplinas de la escuela relacionadas con un mismo tema.Una línea de coherencia.No algo histórico,ya que aquí si bien nos valemos de elementos históricos,somos artistas...y...yo había pensado en una gala de cuentos de hadas.Príncipes princesas,castillos,y como final una obra de teatro actuada por algunos de nosotros,sin demasiados personajes...Una obra que Pedro y Martín podrían escribir a partir de mi idea.Ellos sabrían como plasmar el guión.Digo...en lugar de hacer un clásico,podríamos actuar algo de creación propia...
Tamara se había quedado en una pausa silenciosa,y los otros igual que ella ante el hablar acompasado de un hábil orador.Un habitante extraño que rogaba convencer a la directora sin tener que manipularla.
-Me encanta tu idea Ian.No sabes el peso que me has quitado de encima.Me has facilitado las cosas enormemente.
-Me dices y escribo.-agregó Pedro sin problemas.
-Igual yo.-acotó Martín.-Solo que tu nos dices el tema de tu obra para que ya comencemos con el marco y los diálogos.
-Yo la dirijo.Con este brazo,y aunque ya a esas altutas no tenga yeso,prefiero pautarles mis conceptos desde abajo del escenario.-dijo Hernán con buena predisposición.
-¿Y nosotros?¿Los "no actores"?´preguntó Amanda.
-Ustedes preparan una muestra con sus alumnos en base a los cuentos de hadas.Cada cual desde su disciplina.Sea el baile,pintura,o en tu caso escultura.Además como la gala es abierta al público,quizás hasta se puedan vender algunas obras.Habría que hablar también con la gente del coro.Es sencillo y fácil de organizar.-dijo Ryan muy seguro de lo que estaba diciendo.
Necesitaba tres semanas.Todo debía estar listo para la siguiente luna llena,donde debía llevar a su predestinada de regreso.
Como un hábil maestro enfocó las mentes de Pedro y Martín,y comenzó a volcar en ellas la historia de su tierra y el vínculo que lo unía con la dama de los ojos danzantes,para que rápidamente el guión fuese presentado a la directora,y de inmediato comenzaran esos ensayos que culminarían con su plan esa noche de la gala.
-Ya tengo ideas...parece que estoy inspirado...-dijo Pedro sintiendo como todas líneas transferidas se hacían presentes en él,literalmente obligándolo a escribir.
-Me pasa igual.-dijo Martín,también objeto de esa rara"motivación".
Y mientras Ryan se aseguraba de que ambos ensamblaran correctamente los capítulos de su propia historia,Jethro observaba la escena callado,y entendiendo que el día de la gala él también llegaría con su propia estrategia.
Más silenciosa,oculta entre las sombras de la perspicacia.Pero que llegaría con igual contundencia y efectos.
-Celebremos.-dijo Tamara ya más tranquila,sabiendo que tenía gracias la la "iluminación" de Ian,un problema menos que considerar.Solo le quedaba la inquietud y el interrogante más difícil de responder.Por qué su Bruno había desviado su interés hacia Amanda.
De todas maneras se obligó a reponerse,y propuso un almuerzo compartido,mientras Clarissa miraba a Ryan sonriendo,e intuía que ese guión le sería muy familiar.
Y mientras Hernán salía con Pedro y Martín por las provisiones para la comida,Jethro se quedó mirando desde un segundo plano como su compañero y la dama del jardín que le hacía tanto mal con su nostalgia,salían al pasillo para conversar a solas.
-¿Qué harás mañana?-le dijo ella tomando su mano.
-Lo que quieras hacer.
-¿Podría sorprenderte?.
-Me encantaría.-respondió él con sus ojos ambarinos menos racionales,con una pasión que lo amenazaba todo el tiempo.Una dulce amenaza cuando esa mujer de su adoración estaba cerca.
-Entonces te voy a sorprender.-le dijo besando la comisura de sus labios,al límite con esa boca a la que ni siquiera rozó.
Ryan sintió la naturaleza prodigiosa de esa dama que en ese acto tan sencillo como demencial,le había despertado todos sus sentidos.
Supo que Tylah no solo era la dueña de su ternura,y la princesa angelical de los ojos cambiantes.Supo que su cuerpo también le despertaría sensaciones nunca antes vividas,y por primera vez deseó tenerla, experimentando un aspecto más pasional en la conexión que hasta el momento habían tenido.
La besó con una vehemencia liberada de ojos juzgadores,en la soledad del pasillo desierto,sintiéndola cada vez más suya.Como la soberana de su destino.
Deseó como un desesperado,que ya llegara el día siguiente y su mujer le develara el enigma,y que lo sorprendiera como la criatura exquisita que día a día se revelaba en ella con más intensidad.
Clarissa llegó al hotel antes de las diez de la mañana.
Sus pasos la llevaron directamente a la confitería restaurante que tanto le había gustado por su fina decoración y una extraña buena enegía que ese sitio presentaba cual atmósfera,provocándole sensaciones placenteras.Allí,pidió un desayuno completo con las exquiciteces que conocía bien,pero tan solo lo reservó como un pedido posterior,hasta que ella pudiera regresar en compañía de un invitado selecto que dormía escaleras arriba,sin saber que ya alguien había trazado un cálido itinerario para su día sábado.
Ryan dormía profundamente sobre aquella cama cómoda.Se había desvelado pensando en Tylah,en su Reino de Luna,en ese plan al que le pondría todo su empeño,pero sobre todas las cosas y liderando el convulsionado mundo de sus ideas,se encontraba ese beso robado en el pasillo de la escuela de arte,cuya vehemencia lo había hecho estremecer,aún más que aquel dado junto al río.
Había besado a varias mujeres en su tierra,y su cuerpo se había perdido en bastantes submundos de sábanas y sudores.Pero las delicias corporales que le despertaba su predestinada no tenían punto alguno de comparación.No existían palabras que pudieran definir su belleza de éxtasis,ya que la razón moría y los análisis perdían el sentido igual que él,al contacto con la cercanía de su mujer.Suya desde toda perspectiva.Única y especial.
Por ello dormía esa mañana,su pesadez de horas de vuelos mentales y deseos cada vez más intensos.
Clarissa marcó el número de cuarto desde la recepción,mientras junto a la cama de Ryan,ese aparato sonaba una y otra vez,haciendo que perdiera la conexión con su descanso necesario.
Entreabrió los ojos,y notó que una pequeña luz titilante y un sonido agudo aguardaban que los hiciera callar.
Había visto personas hablando a través de esos aparatos,y tan solo los imitó levantando el tubo,y se quedó en silencio,a la espera de lo que pudiera resultar,con su oído atento y expectante.
-Ryan...buenos días...¿Te desperté?-dijo Clarissa tímidamente,mientras él sentía una emoción de respirar acelerado al reconocer esa voz que ya a esas alturas le sonaba como música.
-Que sorpresa...-dijo más bien con un suspiro más que con palabras reales.
-Lamento haberte despertado...pero es que si ayer te hubiese dicho que vendría a buscarte,no estarías ahora hablándome con tanto asombro...
-Feliz estoy...¿Dónde estás?-le preguntó ya sentado sobre la cama y con los ojos de ámbar bien abiertos.
-Aquí en recepción,esperándote para que desayunemos juntos.Y luego...bueno digamos que te planifiqué tu día...si no te molesta...
Ryan se estremeció ante la dueña de esa voz cálida y deseó ya en ese preciso instante estar navegando esos labios de cuento cuya huella volvía a su memoria haciéndolo morir de ganas nuevamente.
-Preciosa...ven...-le dijo hablando ya con su razón extraviada en los mares de esa melodía que le devolvía el tubo del teléfono.
-No caballero...yo espero por usted en la recepción,así que tómese su tiempo,que aquí nadie tiene apuro,y póngase aún más elegante de lo que ya es...-dijo Clarissa adorable,mientas él le daba el gusto,acomodaba el tubo del bendito aparato en sus sitio,y corría al baño para iniciar el ritual e complacer a su dama.
Apareció bastante nervioso,con una sonrisa involuntaria que se le había vuelto un reflejo.Que no podía salirse de su cara,instalada allí al ver como su elegida se acercaba a él,y le dejaba la sutil aproximación de un beso que rozó sus labios como una caricia,mientras él la correspondía con un abrazo contenedor,cambiado por el verdadero beso que hubiera querido darle,solo que su razón se llegó una vez para guiarlo,y comprendió que con una mujer de esas características,tenía que ir despacio para luego poder disfrutarla en plenitud.
-Estás muy atractivo...-le dijo ella mientras caminaban de la mano a la confitería.
-A la altura de mi dama...respondió todavía con esa sonrisa bondadosa que le daba a su rostro masculino una luz especial.
-Tengo lindos planes para nuestro sábado...Quiero mostrarle "mi mundo",a mi caballero de la tierra extraña.Que conozca aquellos sitios que son especiales para su princesa,que según él no debería estar aquí,en una sociedad de seres limitados...-dijo y se detuvo pensativa.
Ryan supo que esa pausa en su discurso obedecía a algo importante,pero la dejó pensar con buen criterio sin preguntarle nada,hasta que ella se dispusiera a seguir.
-Ian yo...
-"Ryan",recuerda.
-Perdona...Ryan...yo...a veces... puedo leer la mente de las personas.Como si fueran libros.Literalmente "ver" que piensan y sienten,y últimamente desde que comenzamos con nuestro juego estas "percepciones",se incrementaron en cuanto a lo seguido que me suceden y a la intensidad de lo que percibo.Digamos como que la historia del cuento que nos inventamos,se me revela.Me pasa.Y me da miedo.¿Entiendes?.
Ryan le tomó las dos manos,mientras su boca que moría por besarla,comenzó con un atisbo de explicación.
-Tu natualeza,hermosa.Ella es la que se manifiesta cuando te suceden esos hechos que hoy te son extraños,pero que ya verás que cuando Arhon complete tu entrenamiento,serán algo normal en tí,como repirar o reirte.
-Este juego se me escapa de las manos.Siento todo el tiempo que tienes razón y que lo que comenzó como un guión teatral ya se apropió de mi vida.Como si fuese cierto.Sobre todo por algo que solo Hernán sabe de mí...que es esa persistente sensación de orfandad y vacío.Como si yo fuese en verdad la niña que abandonaron en este mundo.Tylah,la hija de Rufus y Aixa.
-Lo eres.Aunque lo que yo te diga desafíe a tu razón,aunque por momentos quieras pensar que estoy demente y que todo lo que te pasa es obra de la casualidad...no es así.Tú eres mi princesa de ojos danzantes.Mi predestinada por el conjuro de la luna.Desde antes de nuestros nacimientos.Por eso congeniamos.Por eso nos emocionamos cuando nos tenemos cerca.Y entiendo que en este mundo violento y desprovisto de encanto se te haga difícil y hasta casi imposible creerme.Comprendo...pero si me das un tiempo,un tiempo breve de trato...yo te aseguro que vas a brillar en todo tu esplendor,y esa naturaleza tuya,se te va a manifestar completamente.
-Sabes...-dijo ella dulce y avasallada por los argumentos que esa historia exponía a través de palabras entre mágicas y coherentes...-Yo siento que te creo...y además...-y no pudo seguir,ya que un miedo repentino silenció sus palabras.
-Yo voy a decir lo que te da miedo.Porque siento exactamente lo mismo.-dijo Ryan con su voz suave y serena.
-¿Sabes lo que siento?¿No era que entre nosostros no podíamos leernos?
-Las mentes no.Las ideas no.Yo solo estoy leyendo tu corazón.Porque es mío hace demasiado tiempo.Nos pertenecemos ambos.Y quiero que me prometas que pase lo que pase,te vas a acordar de este día y de mis palabras.
-Te lo prometo.-le dijo ella aguardando por esa confesión que intuía desde su espíritu mismo.
-Te amo Tylah.Simple como eso.Y quiero que estemos juntos hasta el día de la partida,cuando ya tengamos que dejar de respirar.Y quisiera creer que te pasa lo mismo conmigo,más allá de tus temores.
-Me pasa lo mismo.-dijo ella aún sin poder creer lo que su boca había pronunciado.
-Déjate llevar entonces...ya me habías hecho el honor de ser el escritor de tu historia.Ya comencé a escribirla,con ese final feliz que te prometí.
-Eres de verdad alguien de otro mundo...-dijo ella con sus ojos llenos de lágrimas.
-No llores...disfruta,cree tu fantasía.No importa lo que digan los demás,ponte en mis manos...sueña...no analices...vive...pronto te aseguro que tu vida va a cambiar.Aunque haya cosas que por ahora no pueda decirte.
-Es emoción...no te preocupes Ryan...te haré caso.En este día te hago mi guía oficial hacia donde me quieras llevar.Te dejo,te permito,te concedo...
-Mi amor...
-Tu amor si...que este día entonces se va a despedir de su mundo mostrándotelo,para que luego cuando tu decidas la lleves donde quieras.
Clarissa sintió que sus palabras brotaban solas,que no hacía maquinaciones mentales para pronunciarlas.
Por primera vez sintió que aquello había dejado de ser un juego.
Su piel estremecida al contacto con las caricias de ese hombre de mirada dulce,le hacía saber que la profesora de teatro había comenzado a alejarse en un tenue adios,y que la princesa de los ojos danzantes se acercaba para quedarse en ella para siempre.
Luego de un desayuno en el cual la magia había sido el principal tema de conversación,Ryan interrogó a su dama acerca de esos planes que ella había ideado para el sábado.
-¿Qué has pensado para nosotros?-dijo intuyendo solo buenos momentos.
-Muchas cosas.Digamos que si Clarissa se va a "despedir" de su mundo rutinario y monótono,debe hacerlo como corresponde,y hacer partícipe de ello a su caballero,que hoy no tendrá más remedio que ser un hombre común y corriente.
-Me gusta.Confieso que me inquieta un poco...pero voy a estar a la altura.-dijo Ryan tomando su mano,mientras salían a la calle.
-Vamos a pasear en auto.La ciudad es demasiado hermosa y merece que la descubras en todo su esplendor.Ya me tocará a mi pasear por tu tierra.
-Nuestra tierra.-le recordó muy dulcemente dejando al pasar un beso suave sobre su boca mientras ingresaba al vehículo ya con más soltura,y se disponía a aceptar todas y cada una de las sugerencias de su dama.
Clarissa lo llevó en un recorrido por el encantador paisaje urbano,mientras aminoraba la velocidad en sitios puntuales tales como la escuela a la que había concurrido,las plazas donde había jugado,los sitios adonde sus padres adoptivos la habían llevado siempre para su diversión,y la última y triste parada fue la puerta de ese orfelinato al cual ella de vez en cuando volvía a hacer donaciones.
-Aquí me dejaron...-deslizó con la melancolía de siempre,mientras Ryan le acariciaba el cabello.
-¿Quieres entrar?-le sugirió con delicadeza mientras veía como una lágrima descendía por su mejilla.
-No.Solo quería enseñarte este lugar donde viví hasta los diez años.Después de todo fue mi casa por mucho tiempo;puedo asegurar que me trataron muy bien.Mis angustias son otras.Es ese vacío que me ha agobiado toda la vida.Pero no quiero ponerte triste.Necesitaba compartir esta realidad contigo.Antes de que sienta nuevamente que la que fui hasta ahora me deja,me abandona...
-Es que te va dejar.Ya comenzó a despedirse...-le aseguró Ryan muy serio y respetuoso de esos sentimientos tan difíciles de manejar.
-Por eso ahora vamos a ir al almorzar al mundo de Clarissa.-dijo secándose aquella lágrima profunda,y mirando a ese hombre precioso a los ojos.
-¿El mundo de Clarissa?.
-Mi departamento.Y yo voy a cocinar para tí.¿Te gusta la idea?.
-Claro.-respondió Ryan con las expectativas de esa buena propuesta evidenciadas en su sonrisa complaciente.-Me va a encantar;estoy seguro.-agregó.
Llegaron hasta el edificio,y Ryan abordó junto con ella el ascensor hasta el séptimo piso,asombrado pero silencioso de conocer el funcionamiento de otro aparato,ya que en su hotel usaba las escaleras por tratarse de subir tan solo una planta en la cual se hallaba su habitación.
-Y esa ropa te la sacas.-dijo Clarissa inmediatamente después de haber introducido la llave en la cerradura,y abierto la puerta.
Ryan la miró entre sorprendido y entusiasmado,mientras una chispa de deseo lo inquietaba,y ponía manos a la obra para aflojar su corbata,mientras deseaba a la vez buscar la boca de esa mujer que lo miraba risueña.
-¿Qué has entendido?.Perdón,me expresé muy mal...es que tu traje es demasiado fino y lujoso igual que tu camisa...y la verdad no quisiera que te mancharas con salsa o que arrugaras la tela cuando esta tarde nos recostemos en el sofá a ver una película.Vamos a hacer "cosas" de gente común.De eso se trata.
Ryan comenzó a reir ante la confusión.
-¿Y qué quieres que me ponga?.
-Ah...ropa de mi papá.Mis padres viven en la otra punta del mapa ahora,y cuando vienen a visitarme siempre se dejan algo olvidado en el apuro.Además eres igual de alto,así que las prendas te van calzar de maravillas.Entra a mi cuarto y sobre la cama vas a encontrar lo que dejé para que "luzcas".
-Bueno...pero reconoce que al decir "quítate esa ropa",me hiciste ilusionar.Esas cosas son iguales en ambos mundos.-respondió muy divertido mientras accedía a la sugerencia de su dama,que tomaba a la cocina como destino de lo que allí prepararía.
Ryan volvió pronto vestido con un cómodo jogging azul, y pantuflas en sus pies,y modeló para su cocinera que ya había puesto sus manos a la obra.
-¿Cómo me veo?.
-Eres precioso aunque reconozco que el traje me fascina...-dijo ella contemplando a ese hombre divino que con aquella ropa sencilla igual mantenía esos aires inconfundibles de ser especial.
Clarissa cocinó una gustosa carne en una salsa llena de especias y luego la acompañó con unas pastas que hicieron la delicia de su caballero.Una cremosa torta helada fue el postre de tan elaborada preparación y un infaltable café cerraron las delicias presentadas al invitado.
-Así podría acostumbrarme a este mundo...y muchas gracias linda...-le dijo con cara de tierno,esa que vistiera como vistiera salía a relucir de la mano de sus ojos de ámbar.
-Veremos como me tratan cuando yo vaya contigo al Reino.-dijo Clarissa sin querer creer demasiado lo que decía,aunque sintiendo una verdad absoluta con cada palabra en una contradicción que vez tras vez alejaba las dudas.
-Te vamos a tratar como lo que eres...-dijo buscando su boca almibarada de postre,con la cual disfrutó unos instantes invadiéndola en un dulce recorrido,sintiendo esas ganas nuevamente.
Clarissa se separó con delicadeza,mientras le recordaba a su caballero que tenía platos que lavar,y que la esperara en el sofá de la sala,mientras dejaba la cocina en orden,como todas las mujeres del mundo real lo hacían.
Puso el control remoto del equipo de audio en su mano,y le dirigió los movimientos para prenderlo,a la par que le enseñaba como en una espectacular actuación,a introducir el cd, para disfrutar de la buena música que tanto le gustaba.
Después de que dejara la cocina impecable,se recostó junto a él en el sofá,mientras le sugería mirar alguna película,explicándole a su extranjero,que aquella palabra significaba una historia representada como en el teatro,pero visible en la pantalla del televisor por obra y gracia de la tecnología.
Así,medio en juego y medio en broma,Ryan se instruía en la materia de la realidad,y Clarissa jugaba a enseñarle,mientras poco a poco el juego se diluía,y esa verdad absoluta ganaba más y más terreno.
Nunca supieron en qué momento de quedaron dormidos,pero las sombras del atardecer los encontraron abrazados en el sofá.
La primera en despertarse fue Clarissa,que retiró suavemente el brazo de su príncipe dormido sobre su cuerpo,y fue por una ducha caliente para prepararse para la sorpresa nocturna,que cerraría el sábado.
Ryan la encontró demasiado tarde para él,cuando ya una bata blanca había cubierto la armonía de sus formas,maquillándose frente al espejo del baño.
-Tramposa.-le dijo fingiendo enojo.
-Te veías tan lindo dormido...daba pena despertarte.Ya lo hice esta mañana y me dio culpa.Báñate que después te llevo a un lugar especial.-le dijo haciéndose la desentendida.
-Perdonada.-le dijo mientras la veía cederle la comodidad del baño,y desafortunadamente para él,salir de allí.
-Estás preciosa.-le dijo al cabo de su ducha,envuelto en otra bata,mientras su dama ya se encontraba lista,vistiendo un dos piezas de lino negro entallado de saco y pantalón,con un liviano tapado color uva sobre los hombros,y en sus pies botas cortas de taco fino.
-Gracias y vístete.Y perfúmate a tu gusto con la fragancia que elegí para tí.Ponte más hermoso de lo que ya eres.-le dijo pensando en esa noche que sería muy especial.Porque así la había planeado.
Si la mujer común,la profesora,la hija adoptiva,la hermana de la vida de Hernán,la amiga de todos,la opuesta de Amanda,tenía que irse,la despediría con honores,por haber habitado en ella durante tanto tiempo,en agradecimiento por haber sido el cofre que en su interior hubiera guardado a Tylah,como su secreto más valioso.
Le diría adios como ella se merecía,aunque de su mano caminara un príncipe de cuentos.
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Esta autora promete mucha "intensidad" para el capítulo de mañana.
Quiero aclarar que el tema musical que voy a mencionar no es de mi autoría.Pertenece a Nelson John,de Operación Triunfo.
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-¿Dónde vamos a ir?.-preguntó Ryan antes de subir al auto,que ya se había convertido para él,en el hecho más natural del mundo.
-A un lugar por el que siento mucho apego,que me gusta.Un pub,más bien resto-bar.¿Sabe de qué se trata una opción así mi príncipe de cuentos?.
-Si mi dama tiene la amabilidad de explicarme...
-Bueno,generalmente es un sitio acogedor,tibiamente iluminado,con buena música de fondo,o un cantante en vivo,donde te puedes pedir alguna comida liviana,o tomarte desde un café hasta la bebida que prefieras.
-Y ese "pub" es especial supongo.Debe serlo si te gusta.Eres una artista de paladar refinado.
-Es precioso,ya vas a ver.-dijo Clarissa diciendo esa última frase como un susurro pegada a su oído antes de poner el auto en marcha,haciendo que ese hombre estuviera peligrosamente cerca de su boca,a la que había deseado durante todo el día.
Llegaron al cabo de veinte minutos de viaje a través de las iluminadas calles en esa noche apacible,hasta aquel selecto refugio de emociones.
El lugar estaba cálidamente ambientado,con tonos en la gama de los beige como hilo conductor de la decoración,con detalles de madera y ventanales con vidrios repartidos,que al estar empañados por el sello del otoño reinante,incrementaban la sensación de pertenencia.
-Es muy lindo,veo que lo que me adelantaste era cierto.-dijo Ryan contemplando la decoración armoniosa del lugar.
Tomaron asiento en una de las mesas más próximas a un pequeño escenario,donde un micrófono listo se hallaba a la espera de algún artista convocado para esa noche.
-Te invito yo esta vez.-dijo Ryan mientras se les acercaba una camarera ataviada con un uniforme negro e impecable, que les proporcionaba las opciones de un menú liviano.
-Como quiera mi caballero.No me voy a oponer a nada esta noche.
Ryan sonrió con mucho placer al oir aquellas palabras de Clarissa,que lo miraba con una sensualidad silenciosa pero no por ello,menos evidente.
-Tylah...hay algo que quiero decirte...porque contigo no puedo ni quiero tener secretos...
-Te escucho Ryan...
-Es acerca de Jethro,o mejor dicho,quien tu conoces como Bruno Leblanc...
En ese preciso momento,y luego de que esas palabras salieran de su boca,una fugaz y gélida brisa se adueñó del ambiente,mientras Clarissa quedaba algo desconcertada.
-¿Qué dices?¿Por qué involucras más personas en nuestra historia?.-le preguntó sin enojo,pero sí con una creciente inquietud.
-Yo no lo involucré linda...él me siguió desde nuestro hogar.Vino tras mis pasos aún sabiendo que no debía hacerlo.No pudo volverse cuando yo se lo pedí,porque solo se puede regresar cuando hay luna llena,y para él en ese momento ya era tarde...Además recuerda que debes creer lo que te digo...No soy un desquiciado que quiere envolverte en su locura...Te amo demasiado como para mentirte.
-Pero él...
-Él no va a intervenir en nuestros asuntos.Ya ves...se ha mantenido al margen.Se limita a hacer su vida hasta que pueda irse de aquí.
Clarissa pensó en Jethro.Recordó el primer día que lo había visto,y como ambos se habían dedicado miradas familiares.Esa sensación de apego que había experimentado con él desde el primer encuentro en la academia.
-Es increíble...pero siento que conozco a... ¿cómo lo llamaste?...
-Jethro.
-Sí...desde que lo ví lo siento cercano...y esto que me cuentas me resulta muy revelador...Pero no te preocupes...mientras no nos afecte...Bruno o Jethro,puede hacer lo que se le de la gana.Yo te creo...y ahora hablemos de nosotros...de esto que nos pasa.-dijo Clarissa con la sensación de sorpresa,ya expulsada de su estado de ánimo.
Luego respiró profundo,y continuó serena.
-Quiero que disfrutes estos detalles de mi vida...y según estoy sintiendo...tal vez los últimos...
-Yo voy a llenarte de nuevos detalles.-dijo Ryan ya con la adorable costumbre de tomarla por ambas manos.
Ajeno a su charla,al cabo de unos minutos,un cantante tomó el micrófono del escenario,mientras desde el control central del sonido,se deslizaba la pista instrumental de su canción.
Estuve buscando en mi arca interior,
la que guarda en mi los recuerdos...
Estuve mirando el niño que fui,
aquel que soñaba despierto.
Trajín de la vida,me trajo hasta aquí...
de tanto correr nunca vi:
que estaba llorando el niño que fui...
Que siempre me habló y nunca oí.
Dónde han quedado los sueños...
En qué ruta los perdí...
Quién ha cerrado las puertas,
que me llevan a mi jardín.
Dónde han quedado los sueños,
pregunto al niño que fui...
Quizás él tenga la llave,
del cofre...
que no puedo abrir...
-Preciosa canción.-dijo Clarissa mientras la melodía continuaba en la maravillosa voz del intérprete.
-La canta con mucho sentimiento.-dijo Ryan muy de acuerdo con ella.
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Mientras afuera,bajo el cielo urbano de esa noche apacible salpicada de estrellas con brillo de diamantes,el corazón de Jethro volvía a destrozarse una vez más,y sus ojos azules violáceos,que combinaban a la perfección con ese cielo nocturno,habían imitado el brillo de los luceros,en un mar de lágrimas desgarradoras.
"Quien ha cerrado las puertas...que me llevan a mi jardín..."-Recordaba mientras el dolor lo hacía su esclavo.
-No debo estar aquí.No debí seguirlos.No es mi tiempo todavía.-se dijo secando su cara perfecta,dibujada por la profundidad de la angustia.y desapareciendo en la noche.
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-Me has hecho muy feliz hoy.Me has regalado una muy buena apreciación de tu mundo.Digamos una muestra perfecta de como viviste hasta ahora...Y amo que aún no puedas imaginarte toda la belleza que te espera...que yo tengo reservada para tí...
-Hablas tan bonito Ryan...-le respondió conmovida por la dulzura de ese hombre cuya mirada tenía una inmensa riqueza de diálogos sin palabras.
-Como mereces...dime que sigue...
-No sigue.El mundo de Clarissa termina cuando salgamos de este lugar.Lo que pase después,ya no dependerá de mi...
-Entonces voy a pedirte que me dejes regalarte una noche a tu altura.Que me dejes,que me permitas,que me concedas...tal como habías asegurado...Poder demostrarte cuanto te valoro...y que experimentes esas sensaciones que solo el amor verdadero te puede dar...¿Me acompañas?...
-¿Dónde quiere ir mi caballero?
-Quiero que me lleves de vuelta al hotel,y que te quedes conmigo.Que esta noche estemos juntos como nos merecemos,por lo que somos...
Clarissa lo miró sin decir palabra;luego sonrió,tomó su cartera,y se levantó de la silla.
-Te acompaño.-fue lo único que dijo desde que ambos abandonaron el pub,hasta que cerraron suavemente la puerta de la habitación del hotel.
Había poco que decir,y demasiado por sentir.
Se miraron a los ojos por los cuales asomaba ese Reino de la Luna sin que pudieran evitarlo.
Continuaron con sus pupilas unidas,hablándose sin palabras,decodificando silencios,que luego dieron paso a una primera caricia.
Ryan rozó el rostro de Tylah,porque ya era ella,con una delicadeza digna de un artesano,a la que le siguió un beso,que ya no podía ni debía postergarse más.
Saboreó su boca con una lentitud enloquecedora,humedeciendo tibiamente sus labios,que iban haciéndole concesiones progresivas hasta que se rindieron ante el poderío de esa boca masculina y deseosa,que terminó degustándolos como un manjar.
Cuando sus sentidos,ya habían comenzado a nublarse,en un fugaz atisbo de lucidez,interrumpieron voluntariamente aquel invasivo contacto,para volver a mirarse y confirmar cuanto estaban disfrutando el uno del otro.
Ryan extrajo delicadamente una a una las prendas dormidas sobre el cuerpo de su dama,mientras luego dejaba que ella,con sus manos de princesa se deshiciera de las ataduras de tela que encarcelaban a su cuerpo cada vez más lleno de deseo.
Se abrazaron en un contacto estremecedor,que trascendía la realidad de sus pieles unidas.
Ryan la condujo a la cama con toda la dulzura que esa mujer merecía,para reanudar allí la ruta cálida de los besos que hacían fluir almíbar de sus bocas,que no deseaban terminar con aquel juego de sabores practicado hasta el cansancio.
Sus labios de príncipe se dedicaron luego a deleitarse con las mieles de su cuello ataviado de perfume, deteniéndose por un merecido tiempo;todo el necesario para que su dama pudiera sentirlo.
Después,deslizó con maestría un idéntico recorrido de placer en cada selecto camino sobre la piel de su predestinada,en una serena travesía de dominio,que ella pudo atesorar,devolviendo luego los honores con el mismo esmero,poniendo la masculinidad de su hombre al borde de una prodigiosa complacencia.
Cuando ambos sintieron que ya la habitación se había esfumado,y se les hacía dificultoso creer que estaban allí,amándose con tal entrega,cuando aquel devenir de besos y caricias les resultó insuficiente,Ryan,con una perfecta combinación de sentimiento y deseo,guiado por su esencia extranjera de luna,contempló los ojos de Tylah.
Clavó su mirada en esas perlas danzantes,mientras se adueñaba por fin de su condición de mujer,tomando completa posesión de su cuerpo.
Ella lo sintió adentrarse profundamente en su ser,en un ritual maravilloso,que los mantuvo unidos por algo más que un compás de éxtasis y respiraciones hermanadas con los supiros y las palabras enloquecedoras.
Porque Ian y Clarissa se habían quedado afuera.
Tylah y Ryan se habían convertido en los soberanos de ese cuarto de hotel.
Después de la predestinación,después de años de haber estado separados por obra de fuerzas oscuras y desoladoras,a pesar de haber realizado sus vidas como dos perfectos desconocidos,esa noche,en un mundo que no les pertenecía,ellos dos,los verdaderos,por fin,se habían podido amar.
Tylah,que ya había dejado atrás a Clarissa,despedida esa noche anterior en el marco de una velada de calidez de vidrios empañados,abandonó la cama en la cual Ryan dormía profundamente.
Caminó por la amplia suite calefaccionada,como queriendo reconocer aquel cuarto,que se había diluído durante el éxtasis nocturno,y esa mañana,sus ojos miraban en derredor,capturando la escena completa,con todos sus detalles.
Había sucedido.Había sentido mucho más que placer,y definitivamente muchísimo más que la ternura de aquellos ocasionales encuentros con Hernán en un pasado no tan lejano en el calendario,pero sí a un abismo de distancia de su corazón.
Se había acercado al cielo.
Había saciado sus instintos más viscerales,el plano sentimental le había devuelto la contundencia del amor,su racionalidad había aprobado las instancias de su conducta,y el espíritu había sido el último en sumarse a la profundidad de su entrega.
Pasión,corazón,razón y espiritualidad,se habían aliado en un adios a la conocida Clarissa,mientras Tylah se le revelaba en la misteriosa danza de sus ojos verdes miel,frente al espejo que le devolvía un brillo de otra tierra.
Comenzó a sentir que aquel juego,había dejado de ser.Las dudas habían partido lentamente en derrota,y si bien no sabía hacia donde la conduciría concretamente esa nueva realidad de detalles,estaba dispuesta a seguir a ese hombre que la había amado en la totalidad de los planos de su ser.
El agua caliente de la ducha,le recorría el cuerpo que la noche anterior se había vuelto un cofre sagrado.
Aunque ni los fluidos de mil cascadas podrían arrebatarle el camino de esos besos extranjeros,depositados en su piel como huellas indelebles por el caballero de los ojos ambarinos.
Una lágrima tímida y profundamente sentida,fue la primera de muchas en caer,para perderse sin remedio en el cálido aguacero.
Estaba emocionada,dándole la bienvenida a ese amor real que nunca antes se había hospedado en su interior,y que en varios momentos de su vida,hubiera querido experimentar con Hernán.
Ese sentimiento nuevo,explicaba todas las preguntas formuladas mil veces,y cuya única respuesta había sido siempre el eco de un horrible vacío.
Era Ryan.El predestinado,el único,el hombre que la había descubierto en su plenitud.
Tylah fue por su ropa,que descansaba indiferente sobre la alfombra,como toda una simbología del pasado inmediato.
Se preguntó como se vería con un atuendo de princesa en ese Reino que cada vez le generaba más ansias,mientras se vestía despacio,sabiendo a la perfección que esas prendas eran su verdadero disfraz.
-Oye...¿Dónde te quieres ir que ya te vistes...?No me digas que querías escaparte...-dijo Ryan dejando la cama,mientras le quitaba las prendas de la mano,y se deshacía de igual modo de la bata,llevando a Tylah a su refugio de sábanas revueltas,mientras se embriagaba con el perfume de su cabello,y la sometía a la proximidad de su piel.
-Quería vestirme...-dijo ella tímidamente,allanada por esa princesa extranjera,que se adueñaba cada vez más de su voluntad.
-Abrázame...entiendo que te sientas rara.Todo lo que te pasa es lógico...el caso es que todavía tenemos un tiempo que esperar...restan tres semanas para la luna llena,y entonces...
-Tendré que irme...-dijo Tylah otra vez con los ojos salpicados de lágrimas.
-No se trata de partir...se trata de "llegar".A encontrarte con ese origen que siempre desconociste y que fue la causa de tu mayor sufrimiento.Yo no podría relatarte lo maravillosa que es nuestra tierra,porque mis palabras resultarían siempre insuficientes...Además,tu significas mucho allí.Tu existencia obedece a un propósito.Solo que no me corresponde a mí instruirte para que alcances el máximo potencial de esa luz sagrada que te favorece...
-¿Tanta importancia tiene esta hija pródiga?-preguntó Tylah ante semejantes argumentos.
-Toda la importancia.- respondió él pegado con ternura a su cuerpo.
-Pero dime...mi gente,mi entorno,los afectos de Clarissa.¿No cuentan?.
-Esas cuestiones te las detallará el único hombre capacitado para contestar todas y cada una de tus preguntas,y aclarar los enigmas que hoy te parecen imposibles de resolver.
-¿Arhon verdad?.
-Sí,Arhon.Pero prefiero que sea él quien te cuente su propia historia,que tiene ciertos puntos en común con la tuya.Estoy seguro que ni bien te conozca y a pesar de lo duro que es,te va a adorar,como todos en el Reino.
-Tengo temor.-dijo Tylah sin ocultarlo.-¿Qué haremos hasta la próxima luna?.Porque para serte muy sincera,si bien estoy segura de que Clarissa se ha ido,Tylah todavía no manda por completo en mi interior.
-Lo sé.Y qué haremos...Ganarle al tiempo.Utilizarlo a nuestro favor.Sin desconocer que se trata de una breve cuenta regresiva.Comprendo tus altibajos,y sé con exactitud que durante este corto período,se va completar lo que ahora sientes incompleto.Porque estás atravesando una transición.Haz de ella algo productivo.Yo te voy a ayudar.
-Explícate mejor Ryan.
-Por lo pronto le vas a decir a Tamara que después de la gala anual,te vas a tomar una licencia.Sé que tiene una demanda extraña de vacantes para teatro,y le tienes que decir que vaya buscando reemplazantes ya que Hernán será el único que quede.
-Mi Hernán...-dijo ella con una pena conmovedora.
-Lo quieres...
-Lo adoro.Es todo para mí.Menos el amor y la pasión,que son de tu propiedad.
-Vete despidiendo de él,de tus padres,diles en principio que vas a viajar lejos.Arhon luego se va a encargar de adiestrar a tu mente para que pronto los olvides.
-¿Me van a quitar mis recuerdos?Eso no es justo...
-Los recuerdos de Clarissa.Tú no eres ella.Pero no te alteres,no es una experiencia traumática.Tal vez Arhon te enseñe como convivir con ambos planos sin que interfieran con tu destino.Tienes que entender que no eres de este mundo,y que por más que te niegues,el proceso es irreversible.Te encaminas hacia un estado de elevación.Algo muy superior a todo lo que conoces.Clarissa es el disfraz,el rol;el verdadero teatro.
Tylah se quedó callada,tratando de comprender lo que Ryan le decía con tanta firmeza.
-Preciosa...o no te demostré acaso todo el amor que he venido guardando para nosotros durante tanto tiempo.-dijo acentuando el tono dulce de sus frases.
Ante aquella sentencia,cosa juzgada,Tylah se serenó,respiró profundamente,y comprendió que no disponía de opciones para considerar,y que el mundo de Clarissa se le escapaba progresivamente de las manos.
Continuó con su silencio de razones para asimilar,en la cama de ese hombre hermoso que la miraba con la ternura de siempre.
-Recuerda que te prometí un final feliz.No tengas dudas.Quiero que recuerdes esto que te digo.Que confíes.¿Lo harás?.-la interrogó acercándose a su boca.
-Con miedos.Pero sí.Sé que lo que hicimos anoche significó mucho más que piel.
-Te amo.-dijo Ryan cubriéndola con su cuerpo,enamorado de esos ojos que una y otra vez volvían a intercambiar la belleza de sus tonos.
Ella le sonrió más animada,aunque llena de inquietudes,pero que parecían esfumarse al contacto con besos renovados.
-Ya Arhon te tendrá muchas horas a su merced.Déjame disfrutarte,y disfruta también de este estado de gracia que Tylah te está concediendo.-dijo Ryan haciéndola de nuevo prisionera de sus caricias,que volvían a iniciar sobre su piel,una nueva obra de arte.
Tylah se quedó con Ryan en el hotel durante el resto del domingo,y con las primeras horas de la noche regresó a su departamento junto con él,ya que habían acordado estar juntos en la medida que pudieran hasta el día de la gala.
El lunes por la mañana los encontró llegando juntos a la academia,aunque sin demostrarse amor con besos o caricias ya que Hernán era ese ícono sagrado que respetarían absolutamente hasta el día del adios.
Solo se dedicaban miradas significativas y celosas guardianas de los recuerdos vividos al amparo de la intensidad de las sábanas.Se hablaban con los ojos,y se sonreían de a ratos,cuando la atención de Hernán se desviaba hacia otros asuntos.
Tamara había sido la primera en recibir el impacto de la noticia de la "licencia",y con mucho pesar decidió publicar al instante un aviso en el diario solicitando personal docente.
Sintió muy extraña la realidad que hacía que tres de sus profesores se marcharan al mismo tiempo dejando un buen sueldo y dos cátedras colmadas de alumnos,pero ante la seguridad en los argumentos de Clarissa,que ya cada vez le daba paso más contundente a la princesa extranjera,no pudo hacer otra cosa más que resignarse,no sin antes pedir explicaciones.
-¿Cómo es eso de que se van los tres?.De Bruno lo esperaba...él ya me había dicho que se iba a ver su familia al exterior...aunque te confieso que pensé que era una excusa para dejarme.Pero ahora Ian y tu...¿Se van juntos linda,es eso?¿Tienes una relación de pareja con él?- le preguntó Tamara en su oficina,tratando de hallar aluna razón que la convenciera.
Tylah se quedó muda,deseando articular una respuesta convincente,pero sencillamente su perspicacia no fluía,inquieta por el desconcierto de su amiga la directora,a quien tanto apreciaba.
Y si algo le faltaba para convertirse esa mañana en un mar de nervios,había sido el propio Hernán,que había aparecido de improviso en la oficina,con la misma pregunta en su boca,y a la espera de poder saber que pasaba por la cabeza de su mejor amiga para querer dejar la profesión que tanto amaba por un tiempo incierto,disfrazado de licencia.
-Bruno me dijo que se van los tres...¿Cómo es eso Clari?-insistió con la misma avidez que Tamara.
Tylah creyó que iba a echarse a llorar,cuando un salvador inesperado se hizo dueño de la escena.
-Buenos días...-saludó Jethro cortando ese momento de tensión transcurrido en segundos.
-¿De qué hablaban?-dijo nublando a la directora con sus ojos bellos,y sonriéndole a pesar de que su espíritu no había hecho más que llorar en las noches más próximas de su pasado.
Tamara perdió el eje,alucinada con la bella cercanía de ese masculino que la subyugaba,que usaba ese día sobre su mente,una acentuada manipulación.
Luego,se acercó a Hernán y lo palmeó haciendo que aflojara sus contracturas al segundo.
-Es que...se van los tres...balbuceó la directora,ya con menos carga de inquietud.
-Perdona Clari...te matamos a preguntas como si estuvieras haciendo algo malo...después de todo es tu vida,y una licencia prolongada no es un pecado mortal.Disculpa ¿si?.A veces me olvido de que nuestras vidas no son siamesas.-decía un Hernán manejado como títere por esa "serenidad",producto de la maestría de un Jethro que apoyado en el marco de la puerta,sonreía complacido contemplando los avances de su juego.
-Me alegro que entiendan.-dijo Tylah,aliviada,mientras les daba un "hasta luego",y salía al pasillo sintiendo que se había sacado un enorme peso de encima.
No le causó extrañeza de que Hernán y Tamara se quedaran conversando guionados por tal "autor",y ya fuera de la oficina,tampoco se sorprendió de que un caballero de ojos azules violáceos,la llamara por su verdadero nombre.
-Tylah...-dijo mirando en ambas direcciones en el corredor,y besando su mano en reverencia.Me llamo Jethro,y estoy para servirte.
Ella lo contempló con una familiaridad ancestral,y lo vio sonreírle,aunque descubrió que esos ojos claros y perfectos guardaban tenues secuelas de llanto.
-¿Por qué siento que te conozco?-le dijo ya hablando sin ocultar su origen,entendiendo que ya los disfraces se habían caído.
-Porque somos casi familia...tus padres y los míos se querían como si fueran parientes,aunque no lo eran.Pero yo considero que la familiaridad no la da la sangre,sino los sentimientos.-le dijo con astucia para que ella sintiera empatía con la frase,ya que había sido desde los diez años una hija del corazón de sus padres adoptivos.
-Es cierto...y tu...¿Conociste a mis verdaderos padres?-le dijo conmovida al nombrarlos,mientras en cuentagotas se iban saliendo de ella las últimas fuerzas de Clarissa,y Tylah lentamente le ganaba posiciones.
-Más que eso.Yo me crié con tus padres.Todavía te recuerdo de pequeña...-le dijo esa vez sin alardear,con los sentimientos a flor de piel,reviviendo una vez más la escena del jardín de sus sueños.
-¿Me vas a contar acerca de mi familia?.
-Nuestra familia.Porque yo los quise así.-le respondió contundente.
-Tu no debes contarle nada Jethro,y lo sabes.Esos recuerdos tiene que experimentarlos ella a través del entrenamiento con Arhon.Dijiste que no ibas a interferir y no te veo cumplir tu palabra.-dijo Ryan con un semblante duro y acusador,con las razones más verdaderas.
-Es cierto,es cierto...es que simplemente comenzamos a hablar.Sabes...tuve que sacar a tu dama de un grave problema ahí dentro.-dijo señalando a la oficina de Tamara.
-Tu...¿Me ayudaste con los dos?-preguntó Tylah.
-Manipulaste sus mentes para tu beneficio.Herramienta que no debes emplear.-dijo Ryan.
-Pero mi amor...si él no hubiese llegado,me hubiera puesto más nerviosa de lo que ya estaba.Casi me desmayo por la angustia.Recuerda que no es sencillo para mi este "paso"...-dijo Tylah bastante apenada,mientras Ryan le daba un abrazo contenedor seguro de que Hernán no los vería,y apuntaba hacia Jethro sus palabras.
-Por esta vez pasa amigo.Pero jamás quieras darle una información que ella no está preparada para recibir en este momento.Aunque agradezco tu ayuda,no lo dudes.De métodos poco ortodoxos,pero ayuda la fin.
-Prometo que vamos a hablar mucho de nuestra familia cuando el "estricto"Arhon,y aquí su defensor oficial nos lo permitan.Tu con calma,que cada vez falta menos.-dijo guiñando un ojo,y en una magistral actuación,salió al encuentro de sus alumnos.
Estaba emocionado por ese pequeño vínculo que había iniciado con Tylah,el primero.Especial.Su creación.
Porque él había unificado los criterios de Hernán y Tamara para que se unieran en sus interrogatorios.Él les había dado las preguntas,el tono y la dureza de las intenciones.Él había hecho que acorralaran a su niña de otoño con sus demandas,para luego aparecer como el bendito salvador.
Su juego había sido maravilloso,y mientras esa mañana daba clases a sus alumnos,miraba a Ryan como al perdedor en una partida de muchas que vendrían en futuro cercano.
Estaba como en el aire,alucinado con la sonrisa familiar que le había obsequiado su niña del recuerdo,y el trato cordial que había surgido entre los dos.
Supo que ya no eran extraños,y que llevaría a esa familiaridad hasta los niveles que él quisiera.
En contraposición a sus lágrimas de la noche de la melodía,una sonrisa teatral se había hecho soberana de su boca.
El martes siguiente a la presentación oficial con Jethro,había hallado a Tylah demasiado extraña.Esa transición que despedía a Clarissa,se había manifestado todo el tiempo con intermitencias en su estado anímico,algunas veces de escenas familiares,y por otros momentos encontrándola allí con la tajante sensación de ser una extranjera de pies a cabeza.
Ese día se le había dado asueto a los alumnos,ya que todo el personal se había dedicado a la delineación de la gala,y se encontraban reunidos en el auditorio de la academia,cada cual con su proyecto para exponer a la directora.
Solo faltaban Amanda y Jethro,y cuando Hernán había decidido ofrecerse para ir por ambos,para que no caminara el interminable pasillo con ese brazo preso del yeso y todavía una dificultad lógica para caminar,Tylah le había dicho que se quedara,que ella iría por el duo ausente,más bien para proteger a Tamara,antes de que,para no molestar a Hernán, se hubiera ofrecido también ella a ir,y encontrara quizás algo desagradable a sus bellos ojos.
Ryan,Pedro,Martín,Tessi y Julia espiaban el guión de la obra teatral,mientras dos representantes del área de música presentaban a la directora los temas que interpretaría el coro.
Tylah,salió al corredor velozmente hasta la sala de profesores,y al aproximarse a la puerta,puso sigilo a sus pasos,temiendo que dentro del aula se actuara una escena incomodante,pero al no oir el sonido acalorado de dos respiraciones,suspiró con alivio,aunque le llamó la atención otro sonido que pudo percibir,aunque no con claridad.
Una voz aniñada,como la que Tamara había mencionado una vez,poblaba el silencio del corredor con una misma continuidad de agudos.
Tylah quiso concentrarse,pero esa extraña voz no tenía precisión en las palabras.
Ni siquiera golpeó la puerta,manejada por su curiosidad femenina,y halló a Jethro apuntando sus ojos raros a Amanda,que lo miraba cerca de su boca,en un completo éxtasis.
-Clarissa...-dijo Jethro al instante que Amanda se levantaba de la silla,tomaba su cartera sin siquiera saludar,e iba al auditorio a sumarse a la reunión.
-Tylah...-volvió a decir Jethro,ya con ella a solas.
-¿Por qué esa mujer te habla así?.Ella no tiene ese tono.-le preguntó entre risueña y asombrada,pensando que Tamara había tenido razón.
-Me busca,quiere halagarme.Me cuenta cosas,ya sabes,de ese veraneo del cual les ha hablado a todos hasta el cansancio,en esa isla de no se dónde...la verdad me harta un poco,pero me da pena cortarla...-dijo él con mucha seguridad.
-Me preocupa que hagas sufrir a mi amiga.Decide con quien quieres estar en tu corta estadía aquí.Me caería muy mal de tu parte que por tu culpa Tamara que es una mujer con mayúsculas además de una talentosa sufriera...
-Solo hablamos.Créeme.Y si me pone voz de niña,allá ella.No puedo decirle "ubícate" si no lo hace por sus propios medios.Además confieso que me halaga como hombre en mi ego masculino.Eso es igual en ambos universos.¿Me disculpas?.
-No quiero que juegues con Tamara.
-Tylah...Tamara sabe lo que hace.Y la verdad si lo pienso en términos racionales,hasta te diría que tiene más potencial que yo.Pero no te inquietes que no la haré sufrir.Además si tu me lo pides,doble obligación.
Tylah se quedó mirándolo sin creerle.
-Tylah,sabes...se trate de Tamara,o Amanda,o quien fuese,para mi es lo mismo.Yo estoy enamorado de otra mujer.Y hasta que pueda estar con ella cualquier cuerpo que pase por mi cama,sea más sofisticado o más visceral,será solo eso.Un cuerpo.
-Tu discurso me recuerda a uno que ya oí varias veces.-dijo Tylah pensando en las argumentaciones de Hernán cuando ella le había hecho referencia cientos de veces a sus aventuras.-Tienes razón que hay cosas comunes en los dos mundos.-agregó pensativa.
-Ya ves...pero insisto.Dejaré en paz a Tamara.Haré que me olvide si es necesario.
-¿Puedes hacer eso?.
-Puedo hacer muchas cosas pero tu "predestinado" no me lo permite...y dada mi personalidad...creo que tiene razón.-dijo Jethro en una actuación formidable para crear comprensión en su dama.
-Te lo dirá por el bien de todos.
-Por supuesto.Ryan es un hombre muy noble,y cuando va por una causa,por más dura que nos parezca a otros,siempre se encarga de realizarla.Tu padre era muy noble también.Además de ser un "tipo" especial.Un "personaje",como se dice aquí...
-¿Mi papá?-dijo Tylah con los ojos brillosos.
-Sí,un hombre bueno,carismático,divertido.Solo que tu te pareces a tu madre.Yo los adoraba.Y ellos me querían mucho también.Pasaban largas temporadas en casa de mi familia.
Tylah tenía los ojos húmedos mientras el relato la ganaba,y de momento se olvidó completamente,que en el auditorio había gente esperando por ellos.
-¿Y me conociste de niña?.
-Claro.Me gustaba verte sentada sobre la hierba del jardín.Tu jugabas con tus muñecas.Yo me quedaba al lado tuyo y tu me sonreías siempre.Como ahora.Nunca perdiste esa sonrisa...
-Parecen recuerdos bellos...aunque Ryan no quiere me digas estas cosas.-recordó Tylah realmente conmovida,y ganada por una delicada emoción.
-Pero él no está aquí...y yo te conté...y lo haré siempre que me lo pidas...porque esas memorias te pertenecen,más allá de lo que diga el amargo de Arhon o el correcto de tu prometido.-dijo Jethro adorable y travieso,arrancando a Tylah una sonrisa cómplice,que denotaba esa nueva personalidad que poco a poco iba desplazando a la formal Clarissa,y dejaba ver a una princesa de estado de ánimo colorido y de gran picardía,situación que lo alegró,y celebró su nuevo hallazgo.
-Creo princesa,que deberíamos volver.-dijo con el rostro serio.Me quedaría horas hablándote de tus orígenes,pero la verdad es que no quiero generar conflictos con mi amigo.-agregó fingiendo recato.
-No creo que hayas hecho nada malo.Te pregunté y contestaste.Fin del problema.
-Pero no quiero sin querer perjudicar quizás planes ajenos...eres muy buena.Pero por hoy ya me he portado demasiado mal.-dijo Jethro en un rol cinematográfico.
-"Nos" hemos portado mal.-dijo ella sonriendo con una expresión completamente distinta a su anterior formalidad,desdibujando esos aires de docente que la habían caracterizado durante tanto tiempo.
Es que había comenzado a fluir de la manera incorrecta,en la que Arhon y Ryan se oponían.Estaba acelerando sus tiempos.
Pero a Jethro parecía no importarle.Estaba sumido en los avances de su propio juego,y continuaba apostando cada vez más fuerte.Experimentando y logrando resultados satisfactorios.
-¿Vamos?-le dijo al oído para luego mirarla con esos ojos azules hechiceros.
-Deberíamos.-le dijo ella.
Jethro le ofreció su brazo,y ambos salieron para el auditorio.
-Creo que me gané un buen primo después de todo.-dijo Tylah sin pensar que eso que había dicho desde la complicidad de dos compañeros cordiales,había derrumbado la anterior complacencia de Jethro.
Esas palabras habían desmoronado su endeble estructura.Sus ojos cambiantes se quedaron sin brillo en un instante,y una espinosa sensación de frío le ganó todos y cada uno de sus músculos.
Luchó para expulsar la sensación de que se había convertido en el nuevo Hernán.
Eso era lo último que hubiese deseado que le sucediera.
-Te pusiste serio...-le dijo Tylah.
-No,es que quiero concentrarme bien en la gala,y ya me distraje bastante.
-Ah...-dijo ella soltando su brazo mientras entraba al auditorio y se quedaba muy cerca de Ryan,mirándolo a los ojos con un amor cada vez más intenso.
El resto de la semana transcurrió entre miles de preparativos para la gala que tanta importancia tenía para la directora.
El coro ya sabía lo que debía interpretar,Tessi había comenzado a trabajar en los decorados de la obra mientras sus alumnos realizaban los diseños temáticos sobre las telas utilizando diferentes materiales y texuras,y Amanda por su parte había puesto a los suyos a esculpir castillos.
Julia ya había comenzado las pruebas tempranas de vestuario para los que la acompañarían en sus bailes,y todas sus coreografías que siempre habían ostentado el buen gusto,con más razón en aquellas instancias,se veían acentuadas de profesionalismo.
Y Pedro y Martín habían logrado extraer de sus alumnos las mejores expresiones literarias para volcarlas en una gaceta que se distribuiría esa noche entre los invitados.
Pero su mayor creación había sido la tarea conjunta de plasmar en palabras un texto maravilloso,producto de la transmisión de pensamientos de Ryan,que les había obsequiado algo más que inspiración.
Se trataba de una obra romántica,en la cual un anciano rey de un universo paralelo,instruía al más confiable de sus hombres para recuperar un tesoro perdido de ojos danzantes,que significaba mucho más que el amor de su vida.
El guión,de contados personajes,el rey,la reina,un duro hombre de confianza,el noble caballero y su joya,estaba impecablemente escrito,con una poesía maravillosa,que había sorprendido a todos por la luminosidad de la redacción,como si una mano angelada hubiera dictado a los escritores aquellas frases delicadas y majestuosas.Y en definitiva,era eso lo que había sucedido.
Sin embargo,más allá de los aspectos técnicos y profesionales de su vida,parecía ser que un único vestigio de la conocida Clarissa era el que se quedaba para actuar,como al fin de cuentas siempre había hecho.Parecía permanecer para jugar ese antiguo rol,que se escapaba como la arena de un reloj en un tiempo que estaba llegando a su fin.
Porque Tylah se había distanciado bastante de Hernán,al que sentía cada vez más lejano,aunque jamás menos querido.
Sabía que tenía que despedirse de él,y sabía también que si lo hacía a solas,sería una experiencia demasiado traumática,y además si demoraba los pasos de su adios y los dejaba para la fecha de la última luna,temía que esa princesa dueña de su ser,la condujera hacia un trato más lejano aún por lógica.Porque ese afecto no le correspondería a ella,sino a esa profesora de teatro que guardó su lugar por años oculta en su interior.
Además había pasado todas y cada una de las noches con Ryan,y ese fuego sereno de sus brazos ponía cada vez más barreras emocionales entre ella y ese hermano que sin remedio,estaba dando los primeros y sentidos pasos de la despedida.
Ese nuevo martes de ensayos,que marcaba más cercanía con el día de la llegada,como Ryan decía,tenían a la cada vez más desdibujada profesora de teatro sentada sola en la sala de docentes,y a todos los demás reunidos una vez más en el auditorio,esperando por ella,que bebía su café preocupada por el único hombre que significaba aún más afecto que sus distantes padres adoptivos,ubicados del otro lado del mapa.
Hernán y el adios no eran palabras compatibles,y esa Clarissa que aún se resistía a dejar de respirar,se aferraba a ese nombre bendito,pensando en la manera más sencilla de dejar de existir en su vida sin causarle sufrimiento.
-Tylah...¿Por qué no vienes?.Tu predestinado se inquieta cuando te pierdes del alcance de sus ojos...-le dijo Jethro sentándose junto a ella a la mesa.
-Dile que ya voy...solo pensaba...Clarissa pensaba por mi...
-Hernán,tus compañeros y tus padres adoptivos.En ese orden y no necesito leer tu mente para saber que piensas.
-Me duele.-le respondió ya sin ocultar su llanto,sin saber que cada lágrima suya derramada significaba ácido en el corazón de ese hombre que la amaba al borde de las esperanzas perdidas.
La abrazó sin plantearse si aquello era correcto o incorrecto,y ella se lo permitió intuyendo que aquel cariño llegaba desde su costado fraternal.
-No llores.Yo voy a ayudarte aunque Ryan no me deje "jugar" con la gente como él dice.Por algo se trata de seres limitados y en este caso bien vale que nosotros los poderosos saquemos a relucir nuestro poderío.La causa lo vale.-dijo Jethro sin cortar con la serena y encantadora calidez del abrazo.
-¿Qué se puede hacer?-preguntó ella.
-Que te olviden.Que desaparezcas en la memoria de todos aquellos que te conocieron.Es la única manera de que no sufran tu partida.
-Nada de eso.No vinimos aquí para jugar con los seres de este mundo a nuestro antojo.-dijo Ryan hallando a su mujer abrazada a otro hombre,y escuchando aquella perturbadora sugerencia.
Tylah se despegó de su nuevo familiar que una vez más volvió a perderla,y se ubicó al calor de los brazos apropiados.Ryan la contuvo desterrando a los celos que había sentido como un fuego al contemplar aquella escena,y la miró a los ojos tristes.
-Eso no se puede hacer linda.No podemos jugar con nuestra superioridad cuando se trata de los afectos ajenos.Sería cruel.
-Más cruel sería que sufrieran por mi culpa.-le respondió Tylah,mientras Jethro asentía.
-Quitarles el sufrimiento.Si no me recuerdan,no van a llorar ni me van a extrañar.Se trata de los que alguna vez fueron míos Ryan...-insistió desde la última fortaleza de Clarissa.
-No seas orgulloso amigo.Que tus celos infundados no te cieguen y admite que tuve una excelente idea.Yo lo haría.Tu no tendrías que manipular nada.Reconoce que se trata de un buen plan,y deja de lado los temas personales.
-No estoy celoso.-respondió Ryan bastante alterado para lo sereno que se mostraba siempre,mientras Jethro lograba sacarlo de su línea.
-Que no se diga más entonces.Quédate tranquila princesa,que si de mi depende,nadie derramará una sola lágrima por tu causa.Aunque tu prometido jamás lo admita,te he ayudado mucho hoy.-dijo Jethro apuntando su mirada enigmática hacia los ojos más esperanzados de Tylah,que se quedó a solas con su predestinado,cuando él luego de su frase puntual y tajante,abandonara el salón.
-¿Qué te pasa Ryan,no confías en mi?.
-No confío en Jethro.Creo que se ha vuelto un desconocido para mi.Todo el tiempo me está desafiando.
-Solo me quiso ayudar.Me vio triste.Creo que me aprecia como a su familia.No te enojes con él.Lo que siento por tí no se compara con ningún cariño...
-Lo se.Perdona.Es que por más que yo provenga desde otro universo,los celos de ver a tu dama en brazos de alguien más se sienten igual.
-Pero yo te amo.
-Y yo a tí.-le dijo acercándola a su pecho,y continuó.-¿Sabes que haremos para que todo sea alegría?
-Dime.-le respondió ella con los ojos llenos de entusiasmo.
-Una fiesta de despedida.Aquí en la academia con tus seres queridos.Y si tus padres no pueden llegar les hablas por...tel...
-Teléfono,o internet.-deja esas cuestiones.
-Una fiesta en la cual dices que te quieres despedir antes de tu viaje.Sin lágrimas.Todo felicidad.Y luego no me opondré a que Jethro haga su trabajo.Si tu eres feliz...yo solo quiero que sonrías.
-Lo haré en tanto estés conmigo.
-Entonces te pasarás la vida sonriendo,porque yo nunca te voy a dejar.
No hubo fiesta en la academia.
Hernán no lo había permitido,y una vez más,como en las viejas épocas,cuando los príncipes tan solo habitaban los libros de cuentos,la reunión de despedida de su todavía Clarissa,se había realizado en su casa.
Poco le importaban ya su brazo roto,o su mesa de luz llena de calmantes inyectables,o su disgusto ante la licencia inesperada que llevaba a cabo su amiga,sobre todo en el mismísimo comienzo del año escolar.
También se le había hecho dificultoso comprender por qué ella le daba tanta relevancia a una travesía dentro de su propio país,y por qué se hallaba tan contrariada ante el hecho de que sus padres adoptivos se hubieran visto imposibilitados de asistir a la reunión.
Miles de interrogantes se le agolpaban empujándose para salir,y para que su boca los exteriorizara ante una rara Clarissa,que parecía estar dejando algo más que la cátedra que había sido siempre su mayor pasión.
Estrés,cansancio,nervios,necesidad de un cambio de ambiente;todas esas causas resultaban lógicas para Hernán.Menos una.
La duración no determinada de la ausencia.Ese concepto de pasaje de ida,de regreso jamás mencionado,nunca estipulado en una fecha concreta.
Intuía que era bastante probable que ella se fuera con"Ian".Solo que no se atrevía a preguntarle,ni mucho menos estaba preparado para oir una respuesta afirmativa.
Sabía en el fondo que no era casualidad que ambos hubieran fijado una misma fecha para ausentarse del trabajo,y a pesar de que delante suyo,ni siquiera se rozaban,Hernán adivinaba algo más que compañerismo en sus intenciones.
Con "Bruno" tenía otra relación.Aunque ignoraba que esa cercanía se debía a algo más que a caracteres compatibles o ciertos manejos.
Una fuerza poderosa unificada en un idéntico amor no correspondido,los hermanaba en un dolor que muchas veces hacía a sus miradas muy semejantes,aunque sus ojos ostentaran diferentes colores.
Y entonces allí, una vez más como anfitrión,Hernán estaba en la amplia sala de su propiedad,asegurándose de que sus invitados se hallaran a gusto,mientras trataba de atrapar la vuelo algún acercamiento diferente entre su amiga y el caballeroso competidor.Y si bien las cuentas estaban claras,a veces deseaba engañarse y pensar que ese viaje no sería el de dos enamorados,sino una pausa individual para su dama,y que a su vuelta querría tal vez reconsiderar su decisión.
Pero luego,cuando capturaba al pasar alguna sonrisa cómplice entre los dos viajeros,su pobre ilusión se hacía añicos.Igual que Jethro.Pero en el mundo real.
Las mujeres no sentían de la misma forma.Ellas estaban felices de que su amiga se fuera a descansar,y si bien se morían de ganas de preguntar detalles y confirmar si trataba o no del "bello colega",mantenían un respetuoso silencio a la espera de que su amiga Clarissa decidiera contarles o escribirles desde algún pintoresco destino aclarando esas dudas intensas que ellas tenían.
Ese sábado,en una noche tranquila de clima ameno,estaban allí además de los príncipes extranjeros,todos los conocidos y entrañables,menos Amanda.
De una vez por todas Hernán había vulnerado el corazón noble de su forzosa hermana de la vida,que a pesar de todo volvía a disculpar una y otra vez a la desagradable de siempre,y haciendo valer sus derechos como anfitrión y dueño de casa,había negado a la escultora la posibilidad de que asistiera.
Sabía perfectamente que en una reunión de seres de luz,nada tenía que hacer la oscuridad.
Había volcado en ese aparente desplante todos los fastidios acumulados por demasiado tiempo y había plasmado en ese hecho de haber dejado afuera a Amanda,todos y cada uno de los desprecios que su excluida le había hecho padecer a la mujer de su adoración.
Por lo que en un buen clima ,de buena gente,sonaba la música favorita de la agasajada,que sonreía bastante tranquila.
Una frase de Ryan antes de que llegaran,le había templado el espíritu,alejando cualquier aproximación de angustia.
-"Vamos a volver algún día.Yo te lo prometo."-resonaba una y otra vez su promesa más que confiable avalada por la calidez de sus ojos dulces que solo traducían amor.
Tylah le creía.Le había creído desde el primer momento del inicio de aquel juego tan real.Siempre.
Si él le aseguraba un retorno futuro,sabía que sería tan cierto como ese amor que la llenaba de luz y belleza.
Tamara y Tessi conversaban muy a gusto con Martín y Pedro,con la gala cercana como tema principal,mientras la directora le dedicaba a Bruno algunas miradas que él esa noche no devolvía del mismo modo,en relación a la promesa que había hecho en cuanto a no dañarla ni ilusionarla,en la profundización de un vínculo que de todas formas estaba destinado a romperse.
Julia también estaba allí.
Se sentía incompleta en ausencia de Amanda.Se había acostumbrado durante demasiado tiempo a esa relación simbiótica,y se le hacía dificultoso integrarse a la conversación con los demás.
Se hallaba indefensa.Incapacitada para decodificar la alegría chispeante y creativa de Tessi,o la elevada delicadeza de Tamara.
No se divertía con las ocurrencias de los escritores,y todavía se hallaba demasiado lejos de aquella Clarissa con quien había compartido en un pasado gran parte de sus vivencias más profundas.
Parecía opaca e incompleta sin Amanda.Desolada.Sin nadie a quien guiar y proteger.Muchas veces olvidándose de sí misma,inmersa en una soledad de esencia,por más que se encontrara en medio del espíritu distendido de la reunión.
Jethro la había mirado con disimulo desde que había llegado,extrañado al no haberla visto entrar junto a su otra mitad despeinada y desagradable,y se había enfocado en sus pensamientos que divagaban en un entorno de "extraños conocidos".
-No te preocupes Julia.La vida se trata de decisiones.-le había dicho Jethro acercándole un vaso de bebida helada y una bandeja con delicias.
-¿Decisiones?-dijo ella como bajando de la nube que la había mantenido inmersa en su opaca elevación.
-Digo que no puedes caminar por dos territorios.La luz y la sombra no pueden convivir,ni en ti,ni en ningún lugar.-le insistió viendo como su pobre mente sabía que estaba en el sitio correcto,pero su complejo de protección hacia la "ausente",no le permitía disfrutar de la fiesta.
-Créeme...es muy difícil caminar por el borde...siempre debemos optar por alguno de los lados.volvió a insistir el caballero de los ojos preciosos.
Julia no lo entendió demasiado bien,puesto que con él no había generado un gran vínculo desde que había llegado a la escuela,y hasta se sentía culpable de que le hubiera estado hablando con tanta cercanía,ya que se había puesto a pensar que ese hombre se había convertido en la nueva obsesión de Amanda,y eso la hacía sentir mal.
-Por eso Julia...no te angusties.Son decisiones,como te dije.Solo hay que saber evaluar,para poder elegir.-concluyó dejándola sola con sus diálogos mentales,que ella interpretó luego de manera sencilla,como las apreciaciones de alguien que había querido hacerla sentir integrada,desconociendo el verdadero significado de tales consejos,que Jethro parecía en definitiva,haberse dado a sí mismo.
Julia abandonó entonces la desértica sensación de angustia que le generaba la falta de Amanda,y se vinculó al festejo general,sin haber comprendido desde sus lógicas limitaciones,la impresionante confesión que ese extranjero le había hecho.
-Por unas buenas vacaciones,por que vuelvas renovada,con mucho sol para repartir,te deseo lo mejor...y lo más importante ...que vuelvas.-dijo Hernán levantando su copa sin querer angustiarse,aunque sabiendo muy en su interior que la partida se encaminaba a ser definitiva.
-Gracias amigo,hermano de mi alma.Claro que voy a volver.Por supuesto.Es solo un descanso.No es para siempre.Te quiero...y los quiero...gracias por todo lo que compartimos...nunca me voy a alejar...por más viajes que haga...vuelvo pronto.-dijo lo que quedaba de Clarissa sin llorar,aferrándose a la promesa de Ryan,y confiando en los poderes de Jethro.
Todos brindaron complacidos.Nada había sido definitivo o tajante.
Todos de alguna manera,se habían quedado del lado de la esperanza.
Quiero dedicar este capítulo,y los que vendrán de ahora en más,a todos aquellos que quieren sinceramente,que no mienten ni comparan,que no hablan falsedades,que no generan tristezas...
Dedico mis palabras a los que entienden que cada ser humano es único e irrepetible...a los que se manejan con la verdad...
A quienes me quieren bien,y me lo demuestran.
Nagore,espero que este capítulo "teatral" sea de tu especial agrado.Para tí linda.
Y para todos los que día a día me acompañan.
Gracias por estar cerca.
Los quiero mucho.
Cecilia.
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Más rápido de lo que los tres nacidos en el Reino habían imaginado,con esa velocidad con la cual transcurre el tiempo considerado en términos de una cuenta regresiva,el sábado de la gala,y además el de la última luna llena,había llegado por fin.
La academia entera se hallaba adornada en su estructura con detalles temáticos de los cuentos de hadas,y los alumnos y sus padres se habían dado cita desde la seis de la tarde,hora en la cual se habían abierto las puertas primeramente para la exposición de trabajos de las distintas disciplinas.
Luego,y a partir de las nueve en punto,comenzaba la gala con la apertura del ballet,para luego concluir el evento con la obra de teatro que ese año significaría mucho más que ficción.
Todo el personal docente,desde la directora hasta inclusive los alumnos que participarían brindando su colaboración artística,lucían disfraces encantadores relacionados con el mundo de princesas y castillos.
Todo era perfecto,detallado y cuidadoso,tal cual era la personalidad de la ideóloga y organizadora,que sonreía complacida viendo como su instituto se llenaba poco a poco de personas gustosas de compartir el arte que el establecimiento exponía.
Muestras de esculturas y telas,la gaceta literaria que se obsequiaba a cada familia,además de canciones permanentes y renovadas interpretadas por el coro,creaban una atmósfera de magia y profesionalismo.
-Es increíble que me haya tocado el papel de Arhon.-se quejaba Jethro masticando las palabras,mientras los actores estaban algo nerviosos antes de salir a escena.
Un alumno destacado representaría al rey Nygel,otra sobresaliente a la reina Myrna,y Tylah y Ryan serían ellos mismos,aunque nadie lo supiera.
-Ponle buena voluntad.Recuerda que queda poco tiempo aquí.Así que ya que hace un mes decidiste seguirme,actuar como Arhon por unos minutos no te hará ningún daño.Así que colabora sin quejarte.Es lo menos que puedes hacer.-le decía Ryan en tono serio y sereno,mientras Hernán,como director,guión en mano,les hacía repasar las líneas del texto por última vez.
-¿No te gusta tu rol Bruno,tienes dificultades para concentrarte?.Te lo pregunto porque te noté algo disperso durante el transcurso de los ensayos.-dijo Hernán y siguió.-Este "Arhon"...como decirlo...es demasiado serio para ti;formal.Pero como insististe en actuarlo...
-Y lo voy a actuar bien "director".Son mis nervios del debut.No me hagas caso.-dijo Jethro que sí tenía nervios,pero no por causa de aquella fachada teatral que representaría con tan poco ánimo.
Pronto llegaría el momento de estar cerca del verdadero Arhon,y junto con esa proximidad,con sus interminables reproches,su unión de criterios con Ryan,su "apropiación" de Tylah para lograr en ella cuanto quisiera;por lo que ese retorno significaría dificultades que no deseaba enfrentar,pero que se perfilaban como inevitables.
Por una milésima de segundo,pensó en no regresar.En no cruzar el puente.Quedarse a habitar ese mundo de seres limitados inmune a las enfermedades y manipulando mentes a su antojo.Esperando tranquilo una muerte lejana en el tiempo,enamorando bellezas como Tamara,o emborrachándose en un bar con una triste canción de fondo.Deambulando por la noche,libre y sin ataduras.
-Jethro,¿te sientes bien?.Estás muy pálido.-le dijo esa voz que lo hacía estremecer y al instante se le borraron con la velocidad de un relámpago todas sus maquinaciones anteriores,extraviado en esos ojos musicales que lo miraban con sincera preocupación.
-Volvemos Tylah...por eso pensaba.Pero por fortuna me hiciste regresar y olvidarme de unas locas ideas que se me habían cruzado por la mente.
-No te preocupes;Hernán dice que tienes dificultades para interpretar a Arhon.¿Tan complicado es ese hombre?.
-Muy difícil.Pero no temas.Apenas te vea le vas a encantar.
-Te lo pregunto porque se supone que voy a pasar gran parte de mi tiempo con él mientras dure mi entrenamiento.
-Tranquila linda.No habrá nada que no puedas lograr.-dijo Jethro tomando su mano y acariciándola,mientras un amor sin remedio y y de escasas esperanzas se asomaba a través de la enigmática belleza de sus ojos.
-Además siempre voy a estar para rescatarte si tu prometido y tu instructor pretenden agobiar tu mente con exceso de esfuerzos.Te sacaré a los jardines sin que nadie nos vea,como cuando éramos niños y...
-Y vivían mis padres.-agregó ella sintiendo mucha intensidad al decirlo.Tenía ganas de llorar,angustias mezcladas con ansias y alegrías,en una fusión de sentimientos encontrados que no podía explicarse,hasta que sus ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Qué sucedió aquí?-preguntó Ryan viendo como su predestinada tenía el semblante ganado por la congoja y la emoción.
-No habrás estado forzando sus recuerdos.-dijo en un enérgico reproche dirigido a Jethro,que aún permanecía con su mano aferrada a su niña de otoño.
-Ese no es tu problema.-respondió desafiante dirigiendo a Tylah una única mirada humilde,para luego irse junto a Hernán y los otros actores,dejando sola a la pareja en una escena repetida de celos y recriminaciones.
-¿Qué sucedió mi amor,por qué lloras?.Cuéntame.¿Tienes miedo de cruzar?Sabes que no debes ...que yo estoy aquí...
-No es eso Ryan.Es que siento que me manejan fuerzas que no puedo controlar.Me encuentro distinta,como si no fuese yo.
-Eres Tylah.El proceso se está completando.Es normal.Por eso no quiero que Jethro te traiga de golpe recuerdos de nuestra tierra.Para que los cambios se realicen como debe ser.En forma progresiva...¿entiendes?.
-Comprendo.
-No te pongas mal.Recuerda que en el escenario tienes que salir a despojarte de Clarissa.Y ella,que te guardó durante tanto tiempo,merece ser despedida sin angustias.Por eso te pido calma,y que confíes en mi.Nada malo te va a pasar mientras yo esté cerca.
Ryan la abrazó con su indiscutible amparo y protección,mientras secaba suavemente las últimas lágrimas,y la besaba con delicadeza en la boca,transformando ese acto en un tibio conjuro sanador.
Luego la tomó de la mano,mientras sonreía sereno y comprensivo.
-Vamos a "actuar",a ver que tal nos sale.-le dijo.
-Sabes...ya quiero cruzar ese puente.-respondió ella en un cambio inesperado de valentía ante su realidad inminente.
-No esperaba menos de ti.
Así,salieron al encuentro de Hernán y Jethro que aguardaban que el ballet dirigido por Julia culminara con su presentación,para luego sí,comenzar a desarrollar las instancias de la obra en la cual se jugaban sus propias vidas.
El público ovacióno a los bailarines,mientras el telón se cerraba,y Tamara,vestida como una verdadera reina,tomaba el micrófono mientras daba la bienvenida al público presente y les anunciaba que en instantes los docentes de la institución a cargo de la cátedra de teatro interpretarían una obra de autoría compartida con la disciplina de literatura,y llamaba al escenario pidiendo un fuerte aplauso para Martín y Pedro,como autores,que ese año habían contado con una gran ayuda para plasmar la belleza de los textos.
Se acercaba el final.
Comenzaba la obra,así como también los últimos suspiros de Clarissa.
Tylah,comenzaba a brillar.
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El alumno que interpretaba al rey,hizo su gran actuación,al igual que la virtuosa que había prestado su cuerpo a la reina Myrna,y Jethro,muy a su pesar,había puesto su mejor rostro contracturado para recrear a un Arhon que al menos resultara creíble.
La obra transcurrió en medio de un respetuoso silencio del público presente,maravillado ante la genial narrativa de ese guión de una magia absoluta que lograba transmitirse.
Pasó un intervalo a cargo de Julia y sus perfectos movimientos forjados por técnica,carisma y disciplina en iguales proporciones hasta que llegó el momento de que ese poema final de la obra,marcara su epílogo.
Tylah miraba a Ryan a los ojos,en una entrega ritual y mística mientras las frases del guión llegaban a sus labios con ductilidad y sentimientos.
Ryan...
Amor de lejos...hijo de la luna bendita que escribió tu nombre en los ríos
de mi sangre,y me hizo suya en una sentencia sagrada.
Bello príncipe de ojos de ámbar,que acaricias mis sentidos cuando dices amarme y me emocionas...
Caballero de luz,precioso viajero que no sabe de obstáculos y deshace en cada abrazo mis temores más profundos.
Me encontraste dormida ,oculta en un disfraz que atesoraba mi esencia,y despertaste en un beso a una mujer renacida.
Que te amará con el alma,hasta que la muerte marque el portal hacia lo incierto.
Tylah...
Princesa delicada,favorecida de dones,cuyos ojos que danzan me subyugan ,
y me invitan a soñar...
Luminosa dama,privilegio,dulce tesoro,adorada y bella...
Nos hemos encontrado,porque tenía que ser...
Porque siempre fui tuyo,y siempre fuiste mía,más allá de las sombras que un día
cercano,cederán ante tí.
Yo ansío perderme en ese mar de tus brazos,y que juntos con la noche partamos a ese Reino,que desde tiempos remotos,callado nos espera...
Sabiendo que una historia contarán nuestros labios...
Inolvidable y perfecta.
Tan reales actores,cuyos ojos estaban llenos de lágrimas,se besaron en los labios con delicadeza,tal como marcaba el texto del epílogo,mientras Hernán lo sentía demasiado pasional,y el público aplaudía de pie la belleza de la interpretación.
El telón caía,y segundos después,los protagonistas oficiaban su reverencia tomados de la mano,inmersos en ese angelical bullicio.
-Saludamos y nos vamos...-susurró Ryan en el oído de Tylah,cuya nueva identidad había convertido a Clarissa en una memoria.
Jethro de inmediato,puso a trabajar su mente,en función de aquella tarea poco ortodoxa para evitar el sufrimiento ajeno.
El cruce del puente estaba a punto de suceder.
De nuevo en camarines luego de una extensa y merecida ovasión del público,los tres actores de la vida supieron que su partida ya no debía dilatarse más.
Tylah había invertido los roles de su ser.Porque cuando había sido Clarissa,la princesa tan solo se había convertido en una leve insinuación de algunas facultades extrañas,ahogada por la contundencia del mundo real.Pero en ese momento de cambios y verdades reveladas,había sido la profesora de teatro,la destinada a transformarse en el recuerdo intenso de la originaria del Reino de la Luna.
Y esas memorias de Clarissa,tenían principalmente esa noche,y en aquel contexto,tres afectos arraigados a su capacidad de haber dado amor.
Tessi,la dueña de la alegría,que combinaba a la perfección una maestría artística sensacional,un pensamiento constructivo y esperanzador,fusionado con un carácter chispeante que la hacía maravillosa.
Tamara,una mujer mucho más que interesante.Musical hasta para con sus diálogos,armoniosa,perfeccionista en todas las ramas del arte que le sonreían con inspiración. Humana,y siempre dispuesta a escuchar a los demás.
Y Hernán.El bello,el encanto,el propietario de la ternura,el habitante privilegiado de esa tierra preciosa de los sentimientos.El más importante de todos.
Definitivamente,le dolería decirle adios a esas tres maravillas que había tenido la bendición de conocer.
Luego,como una leve brisa de cariño,Tylah pensó en Pedro y Martín,en su permanente buen humor,y dedicó sus últimos pensamientos a Julia.
Tan amiga,tan querida en otros tiempos,tan cercana a sus emociones,y esa noche tan distante,caminando junto a la oscuridad en un constante afán de proteger.
Su mente le dijo adios.No hubo abrazos.No la sentía cercana,ya transformada en esa princesa extranjera.Tan solo le dio un único y simple beso en la mejilla,clonado con el que le diera a Amanda,que esa noche por milagro no desplegaba veneno.
Si se quedó un buen rato abrazada con sus tres joyas de cariño.
Sabiendo que sería dura la vida sin ellos,por más que fuesen propiedad de Clarissa.Ese sentimiento la perseguiría donde fuera.
No quiso llorar,porque se suponía que nadie lloraba por un viaje turístico,y contuvo esas ganas amenazantes.Y en esos tres abrazos,supo que dejaba su alma,inmortalizada en un momento que Jethro apenas salieran,se encargaría de borrar.
Y si a ella se le hiciera imposible convivir en su nuevo destino con el dolor de esas ausencias,sumadas a la de sus padres,quizás el poderoso Arhon,podría prestarle su ayuda.Por lo que con esa tibia esperanza y sabiendo que sus amados no sufrirían por su adios,así ataviada como estaba de princesa de cuentos,junto con sus dos compañeros de aventuras,en un descuido de aquellos seres preciosos distraídos en medio de la algarabía exitosa de la gala,a quienes estaba dejando sin remedio,salió hacia la calle en dirección al parque cuyo puente sobre el lago artificial que lo adornaba,hacía con la luna llena la combinación perfecta para el enlace con la otra tierra.
-Ya está.Ya los he liberado de sus memorias.No van a sufrir.-anunció Jethro ya sobre el puente junto a la mujer que amaba más a cada momento,a quien su predestinado abrazaba conteniéndola en aquella previa tan difícil.
-Cierra tus ojos.Relájate.Jethro y yo vamos a pronunciar el conjuro por tí.-dijo Ryan apuntando por última vez sus pupilas hacia la luna llena,tan necesaria en la magia de la travesía.
Se abrazaron los tres,navegando en medio de frases que para Tylah resultaban incomprensibles,hasta que luego de esa sensación de liviandad imposible de describir con palabras,Ryan indicó a su princesa que quitara la clausura de sus pupilas y le diera la bienvenida a su Reino de Luna.
Lo primero que ella pudo contemplar,fue la estructua rocosa del puente,y a mediana distancia la belleza de un castillo fabuloso,al cual la moneda plateada que engalanaba el cielo,lo hacía brillar en un bello enigma de perfección.
Una vez que sus ojos recorrieran el paisaje cercano,dirigió su sorprendida mirada a esos dos príncipes que habían conservado el atuendo actoral característico de los cuentos de hadas,pero que lucían el cabello largo atado en una cola,y también ambos unas prolijas y afinadas barbas y bigotes que delineaban perfectamente los ángulos varoniles de sus rostros.
-Lucen raros. Pero muy apuestos-dijo a sus dos acompañantes,mientras notaba a su propio cabello algo más largo,que había llegado a traspasar la línea de sus hombros.
-Y tu pelo es distinto también linda.Ya no tienes tu estilo de aquel mundo donde eras Clarissa.-le señaló Ryan acariciándola con ternura,mietras Jethro una vez más contenía esos celos que estaban literalmente matándolo.
-¿Entramos?-sugirió para interrumpir a las manos de Ryan,que paseaban a gusto por esa sedosidad de color castaño dorado,mientras se dejaba subyugar por los ojos de esa belleza que le devolvía las mismas miradas de amor.
-Sí claro.-dijo Ryan por fin recordando que se hallaba junto a la elegida,y que no era conveniente que deambularan por los jardines adyacentes al castillo en medio de la noche.Por lo que luego de dejarle un beso sobre los labios,la tomó de la mano,y junto con Jethro caminaron hasta la entrada de la fortaleza que pronto sería su nuevo hogar.
Cruzaron un enorme portal de hierro,y tomaron un corredor principal de acceso,mientras sus pasos buscaban encontrar a la soberana Myrna,que se hallaría seguramente en compañía del respetuoso Arhon.
Ryan,ya más tranquilo por encontrarse en su lugar de pertenencia,llamó a la puerta de la sala donde intuía que se encontraría su reina,y a la par de que un sirviente la abriera de par en par,por fin junto con Jethro y tomando de la mano a la mujer que amaba,caminó hasta la presencia de su majestad,hallando también los ojos de Arhon,que de inmediato se fijaron en la recién llegada.
-Buenas noches señora.-saludaron los caballeros haciendo una formal reverencia,mientras Tylah se quedaba detrás,sin saber como manejarse.
-Buenas noches caballeros.-dijo aquella fina dama sonriendo en señal de aprobación.
-Buenas noches a todos.-dijo Arhon en un respetuoso saludo,fulminando a Jethro con la mirada,sabiendo que hacía un mes había hecho lo que no debía.
-Ella es la hija de Aixa y Rufus mi reina...Tylah...-le comunicó Ryan a una soberana que ya había sido informada por Arhon acerca de la misión secreta que Jethro había vulnerado.
-Ven...acércate,le dijo la dama,mientras Tylah olvidaba el protocolo de la realeza y la saludaba con un beso como si se tratara de una tía con cara de buena gente,para luego,ya con sus nervios más distendidos,acercarse a Arhon y darle también un beso afectuoso,como a cualquier amigo de su vida pasada.
Tanto Myrna como él,quedaron sorprendidos ante aquella rara cordialidad,pero ambos secretamente se sintieron halagados,al inmediato contacto con la buena energía de ese ángel de luz que les había permitido compartir un beso tan afectuoso,en el cual habían podido percibir esa naturaleza mágica especial que llevaba en su interior.
-Mi nombre es...
-Arhon.Lo se.Mi instructor.-lo interrumpió Tylah al haberlo reconocido de inmediato luego de haber oído tantas veces a sus compañeros de travesía formular acerca de él las descripciones más detalladas.-Encantada de conocerte por fin.-agregó con la única manera de hablar informal con la cual podía manejarse,más allá del mundo donde se encontraba.
El hombre del cabello oscuro atado también en una cola que la miraba desde la inmensidad de sus ojos castaños,luego de haberse sorprendido ante el "tuteo",casi al instante,y venciendo a la serenidad que debía conservar ante el hecho de encontrarse frente a la elegida,señalada por su fallecido rey,casi como un reflejo,se acordó de Mildred.
Su Mildred igual de dulce,aunque menos extrovertida.Su Mildred que amanecía en la esperanza de otro ser de luz que traería reivindicaciones.
-Mi tarea consistirá en darle mi entrenamiento para que alcance su máximo potencial.Ya le iré contando.-le dijo tratándola con bastante distancia,queriendo despojarse del precioso recuerdo de su esposa,motivado por la luminosidad de ese ángel vestido de princesa,cuyos ojos esa noche danzaban una vez más fusionando el verde y la miel.
-Bienvenida Tylah;al fin de cuentas,después de tanto tiempo,esta es tu casa.Te invito gentilmente a que compartas conmigo tu primera cena.-dijo la cordial reina Myrna,acordándose de su compañero que había partido dejándola tan sola,mientras la miraba con orgullo y los ojos rebozantes de ternura,entendiendo como por fortuna su última voluntad había sido cumplida.
-Y gracias a ti,Ryan II,por la noble labor de haberte esmerado tanto en complacer a tu rey,aunque ya no estuviera entre nosotros.-agregó luego Myrna con real sinceridad,más hallá de su habla ceremoniosa.
-Era lo que debía hacer señora,y si me permite llevar a Tylah al comedor,allí esperaremos por usted.-dijo levantándose de la lujosa silla en que se hallaba sentado,sabiendo que su princesa a partir del día siguiente ya comenzaría a familiarizarse con la totalidad de las dependencias del castillo.
La reina asintió,y así lo hicieron,acompañados por ella misma,que los guió mientras dejaban aquella sala suntuosa,hecho que al segundo de realizado,había tenido a Arhon,encima de Jethro,antes de que este pudiera escabullirse tras la pareja y la soberana.
-Sabes que el tribunal podría condenarte a prisión si llega a sus oídos que pusiste en riesgo una misión secreta encomendada por su majestad el rey Nygel.-dijo Arhon acentuando todas y cada una de sus palabras.
-La misión ha sido cumplida satisfactoriamente.Y es más:yo he colaborado con ella.Además:¿quién podría atestiguar en un juicio en mi contra?.El único que lo sabe es mi buen amigo Ryan,y la verdad no lo imagino levantando su dedo acusador para perjudicarme.Asi que Arhon,relájate,y dedícate a lo que sabes hacer,que es entrenar a Tylah para que alcance lo que deba alcanzar en función de lo que el Reino necesita.
Arhon se quedó en primera instancia sin argumentos,ya que cada palabra que había oído se apegaba a la más absoluta certeza,y un juicio dentro de aquel contexto,se veía bastante improbable.
-A ti te quiero lejos de la elegida.Y la llamo así porque estoy seguro de que manejas perfectamente el significado de ese concepto.Estarás muy bien vigilado.Después de tu osadía ya has dejado de ser confiable aquí.Además puedo leerte claramente y se lo que te despierta esa mujer.Pero ni sueñes que la vas a tocar.Aquí la predestinación se respeta;ignoro que te has creído y que pretendes pero lo voy a averiguar pronto.
-Mis sentimientos no son de tu incumbencia Arhon.Tu no vas a manejar mis emociones.Que sabes tu de esos temas,si aún vives aferrado a...-Jethro hubiera querido decir "Mildred",pero se contuvo sabiendo que si se atrevía a pronunciar el nombre sagrado de la esposa del entrañable recuerdo,al menos esa noche la pasaría en un frío y húmedo calabozo,por lo que reconsideró.
-A tu pasado Arhon.Así que deja de interferir en cuestiones que no manejas.La luna en lo que a mi respecta,no mandará en mi corazón y pienso que si una mujer desea amar a un hombre,lo hará por más dictámenes obsoletos que se lo prohiban.
-Ella "ama" a Ryan.Ese sentiminto se "ve".Así que deja de forjarte falsas expectativas y "aléjate" de ella.Porque si no lo haces,yo te aseguro que terminarás encerrado de por vida.
-Quédate tranquilo Arhon...no le hagamos ahora un desaire a la reina y tengamos la cena en paz.-dijo Jethro con una falsa sonrisa serena,como estableciendo una tregua entre ambos.
Por lo que con bastante carga de fastido,salieron de allí para incorporarse a la velada,en la cual la reina agasajaba a Tylah con los manjares más deliciosos y refinados,mientras no dejaba de observarla,viéndola siempre como a la materialización del último e importante deseo de su compañero tan amado.
Tylah por su parte le devolvía cordialidad y sonreía sin saber demasiado que decir,tomada de la mano de Ryan,que sabía que para ella no era fácil aquella situación,y en ese sencillo gesto,le daba el apoyo que necesitaba.
Ya con los dos antagónicos sentados a la mesa,la comida transcurrió dentro de un silencio lógico,hasta que Jethro,luego de haber bebido un sorbo de vino,quebró la quietud con una sugerencia expuesta a la soberana.
-Nuestra recién llegada merece a mi juicio un banquete de bienvenida mi señora.Tal vez con el agregado de un baile cermonial.Me atrevo a proponérselo para mañana en la noche,en función de la importancia de su hallazgo.Creo que este ser de luz recuperado para nuestro Reino merece una bienvenida acorde a su importancia.
-Un baile de gala...-pronunció la reina recordando a otras majestuosas celebraciones del pasado,tiempos en que las sombras no significaban una amenaza latente.
-Es descabellada la sola idea de un festejo señora,en realción a lo cercana que está la muerte de nuestro rey.-se opuso Arhon desde un ángulo muy sensato.
-Es cierto.-lo avaló Ryan.
-Majestad,le ruego no tome a mal mi petición.A mi me duele la ausencia de nuestro rey tanto como a todos aquí,pero la relevancia y la luminosidad de una elegida recuperada,constituyen un motivo de peso para realizar al menos un banquete.Pero por supuesto,usted decide...
-Tienes razón Jethro.Ya hemos llorado aquí por culpa de la muerte y de las sombras.No sería una gala multitudinaria.Solo las familias más cercanas.El círculo de confiables.Doy mi aprobación.Mi amado esposo estaría de acuerdo.Él disfrutaba el hecho de agasajar a quienes lo merecían.
-Insisto señora,la dama aún no está entrenada.No ha adquirido técnicas de defensa y exponerla a un contacto masivo con personas cuyas intenciones desconocemos me parece demasiado riesgoso.-dijo Arhon con sus duras pupilas dirigidas a Jethro.
-No te preocupes Arhon.Estoy yo para cuidarla,además de la custodia real.Si mi reina está de acuerdo y desea hacer una discreta celebración,acompañémosla.Creo que también Tylah merece ser presentada en sociedad.-dijo Ryan.
-Espero que no tengamos que lamentarnos.Pero si su majestad lo quiere así,yo no solo asistiré,sino que me mantendré alerta.-dijo Arhon ya resignado.
-Disculpen todos...¿Puedo hablar?-dijo Tylah luego de que todo el entorno pareciera olvidarse de que ella estaba allí siendo objeto de múltiples opciones de análisis.
-Claro,mi amor.-le respondió Ryan con dulzura y serenidad.
-Escuché que Jethro se refirió a mi como a "la elegida".Yo hasta donde se,vine a esta tierra en una búsqueda de mi verdadera identidad,y a desarrollar las facultades que algunos manejan aquí.Pero ese nuevo concepto francamente no lo llego a comprender.
Arhon volvió a mirar a Jethro con una indignación repetida mientras la reina sonreía algo incómoda y a Ryan le tocaba responder,ya que quien había iniciado el interrogante,se había quedado mudo.
-Eres una elegida.Alguien muy importante en nuestro universo.Un ser de luz.
-Una líder natural.-acotó Arhon para ayudar con un vocabulario técnico en aquellas cuestiones que Ryan manejaba a duras penas,y dijo luego-Yo sacaré esa esencia suya Tylah.Ese liderazgo interior.Y le explicaré cuanto desee saber.Pero siempre en la justa medida del proceso.
-Lentamente,linda.Como habíamos hablado.No te preocupes.Piensa que mi señora reina dará un banquete en tu honor mañana por la noche.Ya luego Arhon comenzará a trabajar contigo y despejará todas tus inquietudes,-dijo Ryan con su mano todavía unida a la de ella.
Y si bien para Tylah la resumida explicación no logró satisfacer esas dudas que se habían apropiado de su mente,de momento aceptó esas palabras de buena gana,confiando en que pronto dilucidaría el enigma que la tenía como figura principal.
La cena terminó con la fiesta como único tema de conversación posible,hasta que Tylah manifestó sus deseos de irse a descansar el agotamiento que su cuerpo y su mente ostentaban sin que pudiera evitarlo.
-Haré que te preparen una recámara.Y enviaré algunos de mis trajes.-dijo la reina.
-No es necesario señora.Yo quiero dormir con el hombre que amo,como lo he hecho hasta ahora.Y con respecto a sus vestidos,creo que su talle es más pequeño que mis medidas.Pero agradezco su gesto infinitamente.-respondió Tylah muy halagada.
-El vestuario no es un problema.-aseguró Arhon.-Puede usar los vestidos que Mildred jamás llegó a lucir.Creo que van a quedarle perfectos.Es un desperdicio que telas tan finas permanezcan arrumbadas.Además yo se los cedo Tylah para que disponga de ellos si lo desea.Si no lo toma a mal,claro.-continuó sabiendo que aquel gesto no solo significaba exorcizar viejos dolores,sino brindar a una elegida las pertenecias de otro ser de luz a quienes las sombras no le habían dado chance de brillar.
-Muchas gracias Arhon.Por supuesto que los voy a lucir con mucho gusto.-dijo Tylah,que lo único que sabía en concreto de Mildred,era que había fallecido.Y atesoró ese gesto de su instructor como a una gran nobleza de su parte.
Jethro se quedó callado,con la mente abstraída.Tenía esa fiesta clavada como una espina de impaciencia,mientras veía a ese amor que le dolía internamente,irse a compartir algo más que la cama con su predestinado,mientras Arhon y la reina conversaban acerca del comportamiento de Tylah,con respecto al mundo en el cual había vivido hasta esa noche,y que para la soberana,que jamás había cruzado el puente de luna,resultaba bastante incomprensible.
-Me retiro.Hasta mañana y buenas noches.-dijo Jethro complacido por haber hecho posible la idea de esa celebración cercana,y además con otro fuerte e invasivo pensamiento que junto con el de su amor no correspondido,esa noche,estaba seguro,no lo dejaría dormir en paz.
Tylah había estado tan cansada la noche anterior,que había dormido un sueño profundo al calor de los brazos serenos y protectores de Ryan que esa mañana se había encontrado ya con sus ojos ambarinos abiertos mirando en dirección a ningún lugar específico,cuando ella despertó abrazada a su tibieza.
Nunca había brindado a su cuerpo la placentera sensación de haber probado una cama tan cómoda y de semejantes dimensiones,por lo que la invadía una relajante atmósfera de plenitud y paz,sumada a la certeza de saber que sus seres adorados,aquellos que se habían quedado del otro lado del puente,no estarían sufriendo su ausencia.
Además,las expectativas del descubrimiento de un mundo nuevo que se iniciaría nada menos que con una fiesta en su honor,tenían a Tylah animada mientras daba los buenos días a ese hombre,poseedor de su delicadeza,y le sonreía tranquila y luminosa.
Un insistente golpeteo a la puerta de la recámara,interrumpió aquellas miradas de sutil romanticismo,y Ryan,de inmediato,envolviendo su cuerpo con una de las sábanas,ya que vestirse le había dado pereza,se dirigió a contestar el llamado.
Abrió apenas una hendija de la puerta ya con la sábana fija sobre su cuerpo en forma de túnica,para saber quien había osado interrumpir la placidez de aquella mañana.
Un criado con un enorme arcón de madera artesanal,aguardaba el visto bueno de quien ocupara el cuarto,para depositar la pesada encomienda allí dentro.
Ryan entendió inmediatamente y le manifestó al sirviente que dejara el pesado baúl en el pasillo,que él se encargaría de entrarlo,y apenas el hombre se perdiera en el corredor,arrastró el pesadísimo arcón,mientras a toda velocidad cerraba la puerta y volvía junto a su dama.
-¿Qué habrá allí dentro?-preguntó Tylah desde su muy tentada curiosidad femenina ante la presencia de un envío tan intrigante.
-No lo se,luego lo abrimos.Recuerda que a partir de mañana ya dispondremos de muchísimo menos tiempo para estar juntos,y quiero que disfrutemos al máximo.
Tylah pareció no escucharlo,ya que en un segundo había abandonado la cama,improvisándose otra túnica,para que pronto sus manos se dispusieran a revelar el contenido de aquel presente.
Logró levantar su tapa con dificultad,y lo primero que hallaron sus ojos fue un pergamino con una nota de prolija y artística caligrafía.
Porque los objetos,
sin nadie que los valore,
se transforman en solo eso:objetos.
Le envío estos tesoros,
para que destinados a engalanarla,
adquieran un renovado brillo,
esperando que usted,
les otorgue sinceramente,
su merecido valor.
Arhon.
Seguido a tan encantador detalle,los ojos ávidos de Tylah se hallaron admirando finísimos vestidos,calzados artesanales,encajes soñados,y algunas joyas sencillas además de preciosas diademas y tiaras de perlas con delicadas incrustaciones de pedrería.Un mar de tules y sedas de colores tenues que la tenían extasiada.
-Que belleza...esto es elevado,no es vestuario teatral.-decía Tylah acariciando la textura de algunas prendas.Esto es...
-Verdadero.Pobre Arhon.Estas bellezas le deben quemar.Por eso te las envía.Eran de Mildred.-dijo Ryan que ya se había unido a la avidez por develar el misterio del cofre de su dama.
-¿Cómo le voy a pagar a ese hombre semejante gentileza?.
-Siendo aplicada en todo aquello que te enseñe.No dispersándote mientras te esté transmitiendo sus conceptos.
-¿Olvidas mi faceta docente?-Si bien se que soy otra persona las memorias y habilidades de Clarissa las conservo completas.Me voy a entender a las mil maravillas con Arhon.Como colegas.Solo que me siento muy extraña cuando me trata de "usted".
-Es un hombre muy formal.Tendrá tan solo tres o cuatro años más que yo.El dolor lo maneja hace tiempo ya...
-Por lo ocurrido con su esposa.Quizás quiera contarme en algún momento.Yo para acortar su distancia podría enseñarle técnicas teatrales.Para que pueda fluir conmigo;quitarle ese "personaje" para que trabajemos mejor.
-No se si me guste tanta "fluidez".-dijo Ryan quitando de las manos de Tylah un vestido del arcón,mientras la llevaba a la cama y se recostaba suavemente sobre ella.
-¿Quieres ganar posiciones Ryan II?.
-Entre otras cosas.-respondió con una sonrisa cómplice y atrevida.
-Pero quiero conocer el castillo...
-Después.Ahora deseo que me concedas unos minutos,muchos minutos de la totalidad de tu tiempo valioso.-le susurró al oído mientras comenzaba a hacer de su piel un territorio de caricias de su exclusiva posesión.
Luego de aquella voluntad concedida a su caballero,la dama buscó la reconfortante maravilla de un baño de inmersión,mientras el vestido que ya había seleccionado su preciosísimo buen gusto,descansaba junto a los encajes de una delicada ropa interior y unas botas acordonadas de fino taco a los pies de la cama que los exponía como obras de arte.
Luego se vistió y deslizó sobre ese cabello algo más largo y con reflejos tornasolados al igual que sus ojos,un peine artesanal que había sacado del arcón,junto con un collar discreto y una pequeña tiara de perlas azules que luciría para que combinaran con el vestido.
Ryan ató su cabello y entrazó su vestuario de príncipe,y luego de regalarle la complacencia de una sonrisa de agradecimiento,señal del amor más sereno y delicado,la tomó de la mano para que pudieran bajar las interminables escaleras para dirigirse a desayunar.
La reina,ubicada en la enorme mesa de delicias del comedor,dedicó a su selecta huésped su saludo ceremonioso de buenos días,recorriendo con la vista en una mirada de mujer maternal,el nuevo atuendo que la engalanaba.
-Buenos días señora.-le dijo Tylah con un beso,ya que su carácter de cercanía y calidez,no lo cambiaría jamás,mientras luego veía ingresar a Arhon,y de inmediato se acercaba a él para darle las gracias.
-Te agradezco tu regalo.-dijo dándole un beso ruidoso y de una confianza total y absoluta,mientras daba una vuelta y le permitía observarla.-¿Me veo bien?-le preguntó sonriendo llena de gratitud.
-Luce muy bien en verdad.Y no me de las gracias.Será positivo para mi saber que los tesoros de Mildred no se quedarán guardados en la soledad de un arcón.-dijo más bien como hablando de sí mismo.
Porque Arhon era un tesoro masculino de virtudes,encerrado en la soledad del arcón del tiempo y la tristeza.
-Gracias Arhon...pero no me trates de "usted".Piensa que vamos a trabajar mucho juntos y tenemos que crearnos un vínculo.
Él no le respondió con palabras de inmediato y tan solo esbozó después una eternidad,una brevísima insinuación de sonrisa,viendo como su amada renacía en la dulzura de otra elegida a quien no dejaría que nada malo le sucediera.
-Está bien Tylah.Así será.-dijo bastante seguro,para luego saludar a Myrna y a Ryan,que conversaban acerca de la fiesta.
Desayunaron ya más distendidos que la noche anterior,mientras de a poco el instructor y la reina se adaptaban lentamente al lenguaje cálido de Tylah que los trataba como a familiares entendiendo que no sabría ni podría relacionarse de otra manera.
Después,en un recorrido ofrecido gentilmente por Arhon,visitaron junto con Ryan las diversas dependencias del castillo,terminando el improvisado tour en el amplísimo y precioso jardín al cual el otoño había otorgado un dorado majestuoso,digno de la inspiración de poetas.
Arhon luego se retiró y la pareja se quedó sola en medio de la plenitud armoniosa del paisaje.
-¿Me dejas sola Ryan?.¿No te enojas?.-le preguntó Tylah con cierta nostalgia.-Es que quiero meditar un rato.Pensar,inspirar profundo...espérame en la salón principal,o en nuestro cuarto...donde quieras.Yo luego te alcanzo.Necesito unos minutos solo míos para darme mi propia bienvenida...¿Comprendes?.
-Claro que sí.Tranquila.-dijo su bello predestinado tomando su mano y besándola suavemente.
Ella se sentó en una banca de piedra mientras aquellos ocres benditos le regalaban un tesoro de luz para su alma.
Allí estuvo un buen rato regalándose hermosura,y redescubriendo esa nueva esencia, que a la vez guardaba sus entrañables detalles antiguos que la hacían especial.
-"Niña de otoño"...-la interrumpió Jethro tomando un lugar junto a ella en la banca,y abrazándola suavemente.
-¿Cómo me llamaste?.Porque ya no tengo nada de niña.Ni quiero tener.Me gusta la mujer que soy.Nada de niña Jethro.
Él hubiera querido darle la razón;cerrarle su boca con un beso furtivo;hacerle sentir esa pasión que lo gobernaba,pero cambió todos aquellos ímpetus por una explicación algo más que convincente.
-Te llamo así porque este contexto me recuerda a nuestros hogares de la infancia.El otoño,el jardín y tu como una perla en medio de tanta perfección.Yo te adoraba.Eras una niña muy bella.Y es cierto.Ya eres una mujer.Me guardaré la palabra "niña".Dama de otoño será de ahora en adelante mi exclusivo nombre para referirme a ti.
Tylah sonrió de manera fraternal,como si se encontrara delante de un pariente.
-Suena bien.Te lo acepto.
-No es lo único que aceptarás de mi...esta noche te voy a dar una gran sorpresa.No creas que Arhon o tu prometido son los únicos que tienen derecho a hacerte obsequios.Yo también te quiero dar uno.
-¿Sorpresa dices?-preguntó Tylah con los ojos iluminados.
-Algo especial que te mereces.
-Me dejas intrigada...
-Mejor,así cuando esta noche revele el enigma será más placentera la sensación que quiero darte.Solo que debe quedar entre tu y yo.Tu..."instructor" me tiene vigilado luego de que me fuera detrás de Ryan y él por su parte últimamente no me entiende demasiado bien.Así que espera callada la noche y permíteme regalarte la belleza que mereces.Luego pasada tu emoción,les cuentas.
-¿Me voy a emocionar?.
Jethro sonrió adorable y enigmático mientras deslizaba un beso sobre la mejilla del objeto de su adoración,dejándola sola.
-Espera a la noche Dama de otoño.-dijo abandonando el jardín.
El domingo en el castillo voló entre preparativos para el banquete oficiado en honor a la elegida recuperada.
Las primeras horas de la noche de luna cuarto menguante,encontraron al gran salón principal con la enorme mesa repleta de manjares listos para ser degustados en la recepción a la cual asistiría ese círculo de confianza integrado por la personas a quienes había hecho referencia la reina Myrna.
Tylah se hallaba junto a Ryan en la habitación de la cama de las delicias y la comodidad,preparándose frente al amplísimo espejo que ocupaba gran parte de una de las paredes.
Se veía fina y preciosa,aunque no terminaba de acostumbrarse al nuevo largo de su cabello,que la hacía lucir,a su juicio demasiado extraña,como si se tratara de la dueña de otro rostro.
Ryan por su parte,llevaba su atuendo de gala,con unas botas de caña alta de cuero reluciente,y una capa de tela de raso aterciopelado.
-¿Nerviosa?.-preguntó mirándola con ternura con ese aspecto muy diferente al que ella había conocido de Ian,con otro estilo enmarcando sus facciones.
-No;confieso que ayer cuando llegamos sí lo estaba,pero la verdad mi amor es que no tengo el más mínimo deseo de cambiar mis modos.Me van a tener que aceptar y adaptarse a mi con el propio estilo que me dejó mi experiencia como Clarissa,que por cierto,te adoró igual que yo.-dijo abrazándolo con suavidad.
-Ah...ya quisiera que concluyera tu entrenamiento.Y eso que aún ni siquiera ha comenzado...Que se realice tu consagración a la luna,que llegue por fin de tu mano el tiempo de paz que nos merecemos.Pero...en fin...esos temas elevados se los reservo a mi amigo Arhon.
-Suena interesante.Pero dime;después de todo eso...¿Qué será de nosotros?.-preguntó Tylah luego de aquella enumeración de objetivos a cumplir.
-Vivir felices.-respondió Ryan.
-Yo ya soy feliz.Creo que fui feliz desde el primer día que nos presentamos en la academia.Tu llenaste ese vacío horrible.Yo estaba desolada sin tu presencia.Tu ocupas el sitio que debes ocupar.A veces siento que esto es tan perfecto que hace que yo me pregunte si en verdad me amas tanto...
-Te amo en la misma medida.Y aquí...-dijo colocando la mano de Tylah sobre su corazón-también había vacío.Hasta que mi señor soberano Nygel me habló acerca de ti,y en en ese momento pude comprender todas las causas de mis angustias,que obedecían al hecho de no tenerte.Y ahora,que estás conmigo,tu presencia me da la felicidad en plenitud.
-¿Pero,tengo que entrenarme?¿Por qué no me puedo quedar así como estoy?.Viviendo la vida contigo,con hijos,viajes,haciendo de nuestra existencia algo productivo y grato hasta que el destino diga.
Ryan la miró muy seriamente.
-Porque el poder de las sombras...-y tomó aire para seguir-el poder de las sombras podría matarte como le sucedió a Mildred.Tu eres la paz y la protección de nuestro pequeño universo.Necesaria.Espera a dialogar con Arhon.Él te acercará a un mundo de conocimientos para los cuales yo estoy limitado.Solo puedo reservarme para amarte y protegerte.
-Me basta precioso.Me alcanza.-dijo acariciando con ternura ese rostro de nobleza infinita.¿Vamos ya con la reina?.
-De eso quería hablarte.Yo tengo que esperarte en el salón.Tu vas a bajar sola las escaleras solo cuando estén todos los invitados.Como en esa "película"que vimos aquella tarde en tu casa.
-Esperar...¿Por qué?.Yo bajo de tu brazo y ahí me presentan a todos.¿Por qué hacen todo tan difícil aquí?.
-Linda,linda...es por esta única vez...Dale el gusto a Myrna de que sea como ella quiere.Ya luego le contarás que a ti no te gusta el protocolo.
-Pero me voy a aburrir aquí sola...
-No tanto.Puedes leer algunos de mis libros o entretenerte mirando los regalos tan bellos que Arhon te envió.Yo luego te mando a avisar con un criado para que te nos unas.Y no estarás sola.Habrá dos custodios en la puerta de la recámara.
-Está bien mi amor.-dijo ella no del todo convencida,pero lo último que deseaba era mantener una discusión con Ryan.
-Sabía que entenderías.
Tylah lo besó en la boca,y muy a pesar suyo lo dejó partir,mientras miraba en derredor las pocas opciones que la recámara le ofrecía para mitigar su aburrimiento que ya comenzaba a mandar en ella.
Al minuto,ya aburrida por completo,dos golpes a la puerta le sonaron angelicales,pensando que ya el salón se encontraría lleno y que podría bajar al banquete.
Pero lo que le devolvieron sus ojos al abrir,había sido a la figura de Jethro,que ingresó raudamente al cuarto,portando una botella de finísimo cristal labrado con un líquido ambarino en su interior,en una de sus manos,y en la otra dos copas del mismo delicado material.
-Felicidades mi Dama de otoño...-dijo luego de apoyar las copas y la botella sobre el escritorio de Ryan,con su sonrisa más encantadora,y agregó sin dar respiro,como una orden de tono gentil.-Cierra tus ojos.Ciérralos anda.-insistió al ver que Tylah sonreía sin hacerle caso.
Cuando ante la reiteración del pedido ella se prestara al juego,encandilada por esa sonrisa irresistible,cerró sus dos bellezas danzantes verdes y miel hasta nuevo aviso.
-Ábrelos.-dijo Jethro al cabo de unos segundos.
Al hacerlo,una cámara digital ponía fente a ella la fotografía no demasiado nítida de un retrato que parecía una pintura de amplias dimensiones.
-Para ti preciosa.Te mereces ver esta imagen.
-¿Quiénes son?.No se distinguen bien.¿Y qué haces con una cámara aquí?.Sabrás que cuando se agoten sus baterías no te servirá de mucho.
-Lo se.Me la "regaló" un alumno durante la gala.Me la traje exclusivamente para tomar esta fotografía.Son tus padres,los míos,tu y yo hace muchos años.
Estas personas son Aixa,tu madre que te tiene en sus brazos,tu padre Rufus,mi padre llamado como yo,igual a mi,y esta aquí sentada es mi madre Gyrlen.Como verás nuestras familias estaban vinculadas por un gran lazo de afecto.-le decía mientras Tylah operaba el zoom para visualizar cada rostro en detalle,sumida en una emoción muy profunda.
Ese paseo borroso por un pasado arrebatado por las sombras,le había dado una pequeña continuidad de un levísimo llanto,aunque entendía con resignación aquella realidad ya sin remedio,presa de la tibia humedad de sus pupilas.
-Gracias Jethro.Ha sido un regalo muy especial de tu parte sin dudas.Pero dime...¿Dónde se encuentra ese cuadro?.
-De eso te quería hablar.En tu casa paterna.Una mansión que queda cerca de este castillo.Lo que en el otro mundo serían apenas doce o quince cuadras aproximadamente.Allí hay cuidadores que la habitan.Podría llevarte ahora mismo si quieres.
-No,ahora sería imposible.Allí abajo me esperan.
-Pero linda,el salón está vacío,lo acabo de ver.Deberás pasar aquí por lo menos dos horas más hasta que se dignen a llamarte.Es odioso todo ese ceremonial...Vamos hasta la mansión que fue tu hogar.Vemos la pintura y te devuelvo sanita y salva y nadie se enterará...
-Pero hay custodios Jethro.Nos van a preguntar por qué nos vamos.No quiero actuar como ladrona,ni mucho menos desairar a la reina.Y menos aún buscarme problemas con Ryan que me pidió que me quedara en esta habitación.
-No Tylah...si nuestra aventura nos toma media hora es mucho.Al menos no estarás aquí aburriéndote por unas estúpidas costumbres protocolares.Anda...complace a este caballero que te quiere tanto.
-Está bien.Confieso que me encanta la idea.¿Pero cómo harás para que no nos vean salir?.
-Nadie me ve ni nos verá si yo no quiero.Ese secreto lo aprendí en un viejo libro de conjuros y es mi tesoro de conocimiento mejor guardado.Tal vez a ti algún día te lo revele.Solo a ti.Pero...primero lo primero.Brindemos con lo que traje para hacerte probar.-dijo Jethro llenando ambas copas con el fluído ambarino.
-No bebo alcohol.-aclaró Tylah.
-No es alcohol.Es una vieja receta de familia.Miel,zumos frutales de los bosques.Tu madre sabía prepararla.Prueba y me das tu opinión.Pero toma bastante.No tengas miedo ni le hagas caras feas.
Tylah tomó la copa entre sus manos,y luego de un sencillo brindis,la colocó en sus labios que al contacto con aquella líquida maravilla de sabor y aroma,se bebieron el contenido hasta el final.
Ella nunca supo si Jethro había bebido.
La habitación entera comenzó a darle vueltas,hasta que su conciencia dejó de responderle.
Lysle saboreó el cuello de Jethro con la desesperación propia de los días forjados por la ausencia,mientras de forma compulsiva pretendía despojarlo de su vestuario fino.
-¿Quieres que tu marido nos descubra?- dijo él tomando sus manos heladas y quitándolas de encima de su cuerpo.
-Ese ya se fue a dormir su maldita estupidez alcohólica.O que...¿Tienes miedo que sea "otra" la que despierte y nos encuentre haciendo lo que mejor sabemos.-dijo la mujer echando un fugaz vistazo al cuerpo de Tylah que dormía su sueño forzado en uno de los sillones contiguos al amplio diván en donde tenía a Jethro muy próximo a lo que su desesperación le dictaba.
-Te necesité demasiado...-le repetía con esa voz aniñada pero a la vez escalofriante que él conocía muy bien.-¿Tu crees que conversar contigo a través del cuerpo de esa pobre idiota del otro mundo me resultaba suficiente?.Mira que ha de tener el alma de una hechicera muy negra para ser un "canal" compatible conmigo.La verdad no cualquiera logra estar a mi altura.-continuaba de nuevo con sus brazos de víbora enroscados alrededor del cuello de Jethro que esa noche parecía significarle la más irresisitible de las tentaciones.
Lysle era una mujer de mediana estatura,delgada,poco voluptuosa,con un cabello castaño oscuro como el de Jethro perfectamente peinado,de un lacio inmodificable que le caía en un corto estilo sobre el final del mentón,adornado por una pequeña tiara de perlas de ónix.
Llevaba un vestido de color morado con detalles de negro en el cuello y unas botas cortas azabache con un altísimo taco filoso.
La expresión peligrosa de su cara conjugada con el tono infantil que emitían sus cuerdas vocales la convertían en la dueña de un aspecto bastante intimidatorio.
-Déjame Lysle.Yo no he venido a eso.Y menos con tu "marido" escaleras arriba.-dijo Jethro luchando serenamente con esas manos que se escurrían por su cuerpo,mientras contemplaba un enorme cuadro frente a sus ojos de la "feliz" pareja de apropiadores de aquella lujosa mansión.
-¿Mi marido?¿Y desde cuando te preocupa lo que el infeliz de Jhonas tapizado en oro piense o deje de pensar?.Antes de irte no te interesaban las formalidades.-le recordó en un patético canturreo,para luego dirigir sus ojos negros hacia Tylah y continuar-Será que te molesta tu botín.Temes que despierte y nos vea jugar.Déjala,seguro que en su mundo saben más que nosotros acerca de ciertos juegos.
Jethro se levantó del diván y caminó hacia el espectáculo que daba Tylah con la conciencia perdida,en aquel sillón tan próximo a los deseos inmanejables de Lysle.
-Ya cumplí.Les traje a la elegida.Ya no se entrenará y tan solo pasará desapercibida como cualquier otra mujer del Reino;por lo que tu,tu marido,y la corte de seres oscuros que pactan con las sombras no se verán impedidos en sus planes de tomar el castillo de la vulnerable Myrna y echar de allí a todos si lo desean.Y luego dirigir los destinos de cada alma a su entera voluntad.Me tiene sin cuidado.
-Aún nos falta para eso y lo sabes bien.Esta nos estorba.Ya nos deshicimos de una pero la luna inmunda parece empesinada en designar nuevas "salvadoras" del mundo.Lo que me consuela es que la pobre ya no va a poder salvar a nadie cuando la matemos la primera noche del cielo negro.
-Dijeron que no la iban a matar.La idea era que permaneciera con ustedes.Que yo me haría cargo de sus necesidades instalado aquí.Después de todo esta casa siempre ha sido suya por más que las últimas voluntades de Aixa y Rufus te designaran a tí como su única heredera.Los pobres creían que tu cariño era sincero.-dijo Jethro bastante nervioso.
-Ay si...pensar que cuando llegué aquí de criada poco a poco me los fui ganando...qué pena me dio cuando murieron...-dijo irónica con ese color de voz espectral y aterrador.
-Hay que ultimarla en la próxima luna nueva como hicimos con Mildred.Solo que con ella nos fue más fácil.Le gustaba caminar por las afueras y se nos sirvió ella misma en bandeja de plata.Con esta "mujer"-señaló con ironía,no nos queda otra que esperar por el cielo negro.Lamentablemente hoy mismo la luna no nos favorece.Quédate con ella cuanto quieras aquí,dale las mil atenciones,véndele cuanta mentira se te ocurra.Pero su muerte es un hecho programado para la primera noche de luna nueva.Además me consta que sabes hacer sentir a una dama cuando te lo propones...-dijo susurrando en su oído.-Hazla gozar a tu antojo...no tengo inconvenientes en compartirte.-insistió con su lengua de reptil deslizándose a través de los labios de Jethro,que en ese preciso instante se descubría invadido por una persistente sensación de náuseas.
-¿Cómo hiciste que se durmiera,eh?Porque tu no sabes preparar pociones.¿Te estás especializando en alta brujería?-dijo sin poder dejar de tocarlo.
-Ese no es asunto tuyo Lysle.Tráeme algo fuerte para beber.
-Luego...-le dijo con su voz infantil ahogada por la exaltación de sus instintos.
-No lo haremos aquí.
-La princesa...te da pudor.A mi me motiva mucho más que nos vea sin ver.Y más aún la posibilidad de que despierte.
-Cállate ya.-le ordenó Jethro desencajado como si oyera sus cantarinas e irónicas frases a distancia.
-No me digas que te enamoraste de esta condenada.Pues mala suerte porque ya tiene su lugar reservado en la tierra del cementerio.Además la vas a poder disfrutar estos días hasta que todo termine.Yo después me voy a encargar bien de que te olvides de ella.Se lo que te gusta.Se como hacerlo.-le dijo arrancándose prácticamente ese bello vestido morado y los encajes que le estorbaban,deshaciéndose de sus botas de taco filoso,y desterrando a la tiara de perlas negras y lustrosas de sus cabellos de seda.
Luego,se sentó sobre el diván con su espalda bien apoyada en el respaldar,y abrió sus delgadas piernas en una invitación que no necesitó de las palabras.
Jethro no quiso mirar hacia el lecho improvisado que velaba los sueños obligados de Tylah.Cerró sus ojos interiores.Clausuró las puertas del alma,y silenció el devenir intenso y emocional de su corazón.
Su cuerpo le dio la feroz bienvenida a un inmundo animal salvaje y repulsivo,que de inmediato se encontró encima de la carne de esa ofrenda voluntaria y visceral.Dentro de aquella opción instintiva de uñas enterradas en su espalda y sonidos infernales que lo mantenían al borde de perder la concentración,que solo sus ganas más primitivas mantenían latente.
Dos sonidos guturales y aterradores marcaron el final de la cacería.
-Tráeme algo fuerte para tomar.-dijo Jethro por segunda vez mientras respiraba profundo luego de aquella última embestida,y preparaba dos copas que había acercado desde un fino aparador a los sillones de la sala,testigos silenciosos de su placer inmundo.
Se sentía sucio,asqueado,apenas satisfecho en la actividad mecánica de su cuerpo.De ese reflejo de éxtasis carnal.
Lysle no se había dado cuenta del polvo blanco que él ya había vertido en su copa.La amistad con Hernán le había permitido apropiarse de muchos de los fuertes calmantes que le habían recetado para atemperar los dolores de su accidente,que bien molidos y mezclados habían constituído algo más sencillo que una poción.Los elementos carentes de magia,obra de la medicina simple habían funcionado en el sueño obligado de Tylah y pronto pondrían a dormir también a la traidora de Lysle.
Porque él jamás permitiría que rozaran siquiera a su Dama de otoño.Por más que poco le hubieran importado los destinos del Reino de la Luna.No había tenido problemas en obstruir la misión y aventurarse a que Tylah se quedara sin predestinado,sin entrenamiento y sin la posibilidad de elvarse como la fina criatura que debía ser.Había sido un egoísta completo.Pero jamás permitiría que esos traidores adoradores de las sombras cegaran esa vida que era su vida.
Suya desde aquel otoño en el parque.Desde la primera sonrisa de muñecas y pequeñas manos de terciopelo.
-Salud Lysle.-le dijo en una mueca irónica que le dio paso a una sonrisa gélida.
-Por nosotros.-le respondió la dueña del agudo más escalofriante,que luego poco a poco fue siendo invadida por una pesada sensación de sopor que la depositó así desnuda como estaba,como una serpiente que mudara su piel escamosa y repulsiva,sobre el mismo diván de la lujuria.
Jethro se vistió con la velocidad de un rayo.No quería perder tiempo.Tenía que enmendar uno de sus más terribles errores.El peor de todos.Forjado por la mezquindad y la falta de interés en un universo mejor para las almas que compartían su existencia.
Tylah no debía despertar allí.Definitivamente,esa ya no era la casa de sus padres.Lysle y ese marido sombrío habían arrebatado la belleza y la claridad a aquellas cuatro paredes,que esa noche habían sangrado de la peor manera,en una herejía de ascos profundos.
-No tengo perdón.Pero ya no se puede volver atrás.-se dijo Jethro mientras tomaba a Tylah entre sus brazos para disponerse a ingresar una vez más en la inmensidad de la noche.
-¿Qué haces?-le preguntó la voz etílica de Jhonas,situado al borde de las escaleras,observando a su mujer desnuda sobre el diván y a Jethro con su tesoro de poder enfilando hacia la puerta de salida.
-Impedir que ustedes par de traidores la asesinen.
-Sabes que no hay opción.-le profirió en un grito alcoholizado rabioso de celos por aquella apropiación descarada que además Jethro había hecho de su mujer.
-No discutiré contigo.-dijo mientras murmuraba en voz muy baja una serie repetida de frases que al encadenarse,hicieron que los ojos rojos de alcohol de Jhonas,ya no pudieran verlo huir con aquella preciosa joya dormida entre sus brazos.
-La dama no responde a mi llamado a la puerta,señor.Yo no tengo autorización para entrar.Además los custodios del corredor refieren que no la han visto salir de la recámara.-dijo el criado enviado previamente por Ryan a buscar a Tylah,ya por pedido de la reina,quien sentada a la cabecera de la mesa del salón,había visto cubierta la totalidad de sus invitados comensales que ansiaban conocer a la belleza recuperada.
Ryan lo primero que pensó,fue que se habría quedado dormida,pero luego,una afilada intuición hizo que se inquietara ,por lo que subió rápidamente las escaleras,para entrar de inmediato al cuarto.
Tylah no estaba allí.
Tan solo una rara botella de fino cristal labrado y dos copas;una vacía y la otra llena con un líquido ambarino,yacían sobre el escritorio como los únicos elementos que marcaban una extraña diferencia con la escena anterior.
-Ve a decirle a Arhon que venga de inmediato,pero que antes le informe a mi señora que debe despedir a los comensales.Me temo lo peor.La elegida ha desaparecido.-dijo Ryan enviando al criado con aquella noticia tan desesperanzadora.
En cuestión de unos minutos interminables para sus nervios,Arhon se hacía presente allí en la escena del enigma.
-Se la llevaron amigo.-fue lo primero que le manifestó Ryan,sin esforzarse por ocultar su progresivo estado de desesperación.-Supongo que le dieron de beber el contenido de esta botella.Como no hay derrames,creo que alguien simuló un brindis.Solo que ella fue la única que bebió.
Arhon acercó la copa llena a su olfato.
-Es un zumo frutal,con un elevado contenido de miel,quizás para otorgarle un sabor agradable que camuflara sus verdaderos componentes.
-¿Cómo...veneno?-dijo Ryan con el rostro desencajado,mientras un sudor frío le recorría el cuerpo convertido en víctima despiadada del nerviosismo.
-Tendría que analizarlo en el laboratorio para saber con exactitud cuales son sus compuestos.Pero tranquilízate.Cualquier tipo de ataque o herida realizada sobre una elegida,mientras haya luna en el cielo,no podría matarla.Piensa que nadie en este caso querría envenenarla si supiera que no podría cumplir con su objetivo.No estamos hablando de intento de asesinato.-dijo Arhon inclinándose a pensar una teoría más relacionada con el abuso o el secuestro.
-Ryan,te lo diré con objetividad,y debes calmarte al oirme.Creo que quien le dio a beber el preparado es muy probable que haya querido hacerla objeto de rapto o...la verdad...me cuesta pronunciar lo que en este momento se cruza por mi mente...
Ryan captó la tremenda y penosa intencionalidad,al borde del llanto.
-¿Quién querría hacerle algo así?.Nadie excepto mi señora,tu y Jethro...
Y ya no pudo seguir hablando pensando la peor de las respuestas,mientras encontraba en los ojos de Arhon,una mirada que ostentaba que ambos habían pensado lo mismo.
-Jethro.Fue él.Y ya que hablamos con absoluta sinceridad,te informo Ryan que el día que ustedes llegaron pude enfocar su mirada y leerlo.Él está...enfermo con tu mujer.Solo que estas intenciones de secuestro no pude visualizarlas.Hubiera necesitado mirarlo durante cierto tiempo prudencial a los ojos para poder acceder al mundo de sus ideas.Y estuvo bastante esquivo últimamente.Aún antes de que te siguiera y cruzara el puente.
-¿Pero cómo se la llevó?.Los custodios no se atreverían a mentir sabiendo que puedes leerlos Arhon.
-Del mismo modo que aquella noche del cruce.Creo que maneja alguna clase de facultad para moverse sin ser visto.
-¿Se hace literalmente invisible?-preguntó Ryan desde su desconocimiento.
-No creo que sea eso.Me inclino a pensar que sabe "nublar las mentes" para qué él,o cualquier objeto o persona a quien incluya en el conjuro,no pueda ser observado.Es una magia muy elevada.Ese tipo de hechizos figuran en libros a los cuales no todo el mundo tiene acceso.El único que pudiera haber tenido material como ese hubiera sido mi señor Nygel en su biblioteca.Salvo que Jethro haya llegado a tener conocimiento de esa información en algún momento de su vida.Piensa que es muy difícil encontrar la respuesta que buscamos en tantos libros diferentes.
-Salvo que supiéramos el título es decir "el nombre del conjuro".Con magia el libro correcto se nos revelaría.-dijo Ryan.
-Así es.Manualmente revisar volumen por volumen nos consumiría demasiado tiempo,y no podemos hacer participar a ningún criado.Se trataría de dar a cualquiera acceso a alta magia.Además, de no pronunciar exactamente el nombre que necesitamos,el libro no se movería de su puesto donde quiera que se encuentre...es difícil amigo.
-Podemos poner gente a buscar a Jethro.-sugirió Ryan.
-El castillo tiene que estar protegido y piensa que así buscáramos por cielo y tierra,él podría estar en cualquier lugar frente a nosotros oculto bajo el efecto de su facultad.Creo que el desgraciado nos fastidió esta vez.
-Tu dices que lo hizo por Tylah...
-Está obsesionado con tu mujer.Para serte sincero,el hecho de que ella aún no esté entrenada la hace vulnerable.Me temo que este traidor pueda decirle o hacerle a su antojo.Aunque en verdad no quiero creer que la lastime.-dijo Arhon para luego continuar,apoyando su brazo en señal de consuelo,sobre la espalda de un Ryan que quería mantener a toda costa una entereza que por momentos amenazaba con abandonarlo.
-Creo que intentará seducirla,envolverla...el caso es que si no lo logra...como no puede hechizarla por su condición de elegida...espero que no la fuerce.Perdona si soy duro pero Jethro ha cruzado ya muchos límites.Confiemos en que su lado razonable lo acompañe.Y no te sientas mal.Todos de alguna manera fallamos en protegerla.Somos todos responsables.
-No Arhon.La culpa es toda mía.Yo la dejé sola por una formalidad estúpida.Ella quería bajar conmigo al salón y yo no la dejé.La expuse de la peor manera-dijo Ryan con el llanto ya evidente y sin esforzarse por ocultarlo.
-No ganamos nada con ponernos así.Ni creas que toda esta desgracia no me afecta.Yo pasé por tu situación.Solo que tu debes estar seguro de que a ella no la van a matar.El condenado está enamorado y estoy seguro de que la va a proteger.
La reina Myrna llegó hasta la habitación vacía,mientras veía con pesar la desolación en los rostros de aquellos dos hombres,hermanados por los mismos miedos.
-Haré cuanto pueda por ustedes.Tienen en mi a una aliada.-dijo más bien como si una madre bondadosa se refiriera a sus hijos.
-Gracias señora.Le informaremos acerca de nuestras sospechas.-dijo Ryan secando sus lágrimas,y comenzando a pensar en revelar el enigma que le permitiera traer de nuevo a Tylah junto a él.
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Los primeros rayos del sol se filtraron levemente tras el pesado cortinado de aquella bellísima recámara.
Tylah abrió sus ojos mientras intentaba incorporarse en el mar esponjoso de la cama enorme que había velado su pesado sueño.
Le dolía la cabeza,y su aliento le devolvía un sabor medicinal con apenas unos atisbos de miel.
Tenía puesto un fino camisón de lino bordado color champagne,y la ropa que había elegido para la fiesta truncada,descansaba sobre una silla de marco artesanal,cerca de su calzado lustroso.
-Buenos días.-la saludó Jethro corriendo el pesado cortinado para que la luz se apoderara de la preciosa habitación.
-¿Dónde estoy?-preguntó ella bastante dispersa,con las ideas desordenadas y preguntándose que había sucedido.
-Estás en tu casa Tylah.-fue lo único que Jethro se dignó a responderle.
-¿Y la fiesta,la reina,el castillo...dónde está mi Ryan?-insistió con inquietud.
-Ya hablaremos de eso.Te mandaré a traer el desayuno y luego te voy a explicar todo.
-Está bien.-respondió Tylah muy confiada,ya sin inquietud,ignorando aquel trazo desviado que había efectuado Jethro sobre las líneas de su historia.Sonrió pensando que todo estaba bien,y esperó ese desayuno aceptado como tan amable sugerencia.
Jethro besó su mano complacido.
Tylah degustaba los manjares de su bandeja de desayuno,mientras Jethro, sentado junto a ella en la cama,se permitía soñar despierto una vez más.
-¿Cómo llegué aquí?.Dímelo por favor.Lo último que recuerdo es nuestro brindis.
-Ya te contaré acerca de eso;come tus delicias por ahora,que apenas termines me gustaría enseñarte la casa y algo muy especial que quiero compartir contigo.
-¿Por qué estás tan misterioso?.
-Jethro no respondió,se limitó a sonreir,y esperó con paciencia que Tylah concluyera con la degustación de ese dulcísimo obsequio que había mandado a prepararle especialmente.
Cuando la vio por fin desperezarse con plenitud,él mismo retiró la bandeja que aprisionaba sus piernas,y en un acto muy gentil,le extendió su mano.
-Ven,que te mostraré tu casa.
-¿Mi casa?.
-Así es;ven que es un día precioso y quiero que el último destino sea el jardín,antes de que almorcemos juntos.
A Tylah se le tradujeron extrañas tantas atenciones;sintió como si su día ya hubiese estado programado de antemano,pero como se trataba de una cariño casi familiar,se dispuso sin problemas a dejar aquella suave y cómoda cama.
Al levantarse,un mareo producido por los efectos de la medicinal pócima que había ingerido sin saber,la hicieron tambalear,por lo que Jethro obtenía fácilmente la excusa perfecta para tomarla por esa cintura deseada en un efímero y bendito contacto.
-Te mareaste,linda.Déjame ayudarte a caminar.-dijo para prolongar aquel abrazo que había soñado tantas veces,aunque en otros contextos de sábanas ajenas.
Caminaron lentamente hacia una habitación contigua,en la que un enorme cuadro descolagdo y a medio cubrir por una sábana blanca,yacía apoyado en uno de los cuatro ángulos del recinto.
-¿Se te pasó el mareo ya?.-le preguntó sin el mínimo deseo de despegarse de la calidez de su cuerpo.
-Sí,gracias.-le respondió mientras lo veía quitar el velo de aquella obra de arte.
-Para ti hermosa.Esto es lo que te prometí.Aquí está plasmado un maravilloso momento de nuestras vidas.Esa pobre imagen que te mostré ayer,no tiene comparación con esta pintura original.
Tylah se acercó al cuadro, e intentó asimilar cada rostro en detalle,al igual que lo había hecho con la cámara.
-Entonces...esta es mi casa.Por eso lo dices;porque estamos en la casa de mis padres.¿Se trata de una especie de conjuro que me trajo aquí para poder disfrutar de esta sorpresa...como un regalo?.
-No,linda.Esta no es tu casa paterna.Es "mi" casa paterna.Lo único que te queda de la propiedad de tu familia es este cuadro al que quise traerme de allí hace tiempo para preservar tu memoria.Tu mansión familiar posee desafortunadamente otros propietarios a quienes tus padres heredaron en vida,por tu ausencia.
-Jethro...cada vez entiendo menos lo que está pasando...
-Esta es tu casa Tylah.Porque todo lo que es mío te pertenece.
-¿Por qué me hablas así como...?
-Como si estuviera enamorado.Porque de hecho...lo estoy.¿Y sabes por qué?.Porque tu eres mi predestinada.Lo dijo la luna en su sentencia,lo dijeron nuestros padres que ya habían celebrado nuestra unión desde que éramos unos niños.Lo dijo una tarde de otoño en la que me acariciaste con tus manos de ángel...Y lo dijo esa familiaridad que sentimos al conocernos en la academia.
-Jethro,si estás haciéndome una especie de broma,te informo que es demasiado fuerte.Estás logrando que me ponga muy incómoda;me siento mal.
-Te digo la verdad mi amor.Tus padres me adoraban;y yo a ellos.Nacimos el uno para el otro.Lo confirmo cada vez que me miras.
-Creo que ha sido suficiente.Te has excedido.No se que pretendes,pero la verdad es que lo que dices no tiene ninguna lógica.Ryan es mi único predestinado.Él me lo aseguró,además de contarme acerca de mi futura misión a cumplir aquí cuando Arhon inicie mi entrenamiento.
-Tylah,no quisiera lastimarte;pero ya va siendo hora de que alguien en este reino se digne a decirte la verdad.Para que no sigas sufriendo,y para que luego no sientas que haya sido en vano haber dejado el mundo de Clarissa.
Tylah regresó sola hacia la habitación donde había pasado la noche,y se sentó abatida sobre la cama.Jethro fue tras sus pasos,y se ubicó junto a ella,demasiado cerca.
-Ryan te mintió linda.-dijo tomándola suavemente por el mentón para que lo mirara.-Se enamoró de ti.No puedo culparlo por eso.¿Quién no lo haría?Pero junto con Arhon ellos inventaron lo de tu entrenamiento para retenerte en el castillo.Ellos tienen una amistad desde hace mucho tiempo,y a reina le contarán la versión de la historia que más les convenga.El caso es que son aliados.Ryan te ama y ha infringido la ley de la sagrada predestinación,que te declaró mía desde antes de que nacieras...
-Pero yo lo amo;y él a mi.Pude sentir ese amor.Cuando llegó a mi vida llenó un gran vacío.
-Te hechizó preciosa.Arhon conoce todos los conjuros,inclusive aplicables a seres de esta tierra.Tu "crees" amarlo;pero en realidad eso que dices sentir es solo la vil obra de dos mentes que te han manipulado a gusto.
-Pero me han dicho que soy una elegida.
-Hermosa...tienes facultades como cualquiera de nosotros.Eso es normal aquí.Piensa que tenían que inventarte un cuento bien creíble para retenerte.Una razón poderosa...Se que te hago sufrir con lo que te digo.Pero no puedo permitir que te sigan engañando.Por eso te saqué del castillo.Primero porque nuestras vidas ya han sido consagradas,y segundo,porque una mujer debe estar al lado de su hombre.Y no podía permitir que Ryan ejerciera sobre ti derechos falsos.Porque ninguna norma lo asiste.Tanto él como Arhon son dos fraudes.
-Pero Jethro...no tiene sentido lo que me dices.Además tu siempre te mantuviste al margen,y ahora me vienes con un planteo de amor.Por otro lado,ellos no van a inventar semejante mentira solo para ayudarse.
-Con respecto a mi,solo esperé el momento propicio para hablarte con sinceridad.Y por lo demás,Arhon tiene una deuda moral con Ryan.Él le fue de mucha ayuda cuando Mildred falleció.Tienen un vínculo de hermanos.No se por qué te resulta tan extraño comprenderlo.Piensan con la misma mente.
-¿"Por qué",me preguntas?-dijo Tylah echándose a llorar con una desesperación creciente,originada en el dolor profundo de los argumentos que Jethro había enumerado.
-No llores,por favor.
-¿Te das cuenta lo que acabas de hacer?.Arruinaste mi vida,que ni siquiera se si es mía ya...Dejé a mis amigos,a mis padres.Dejé de ser yo para convertirme en esta débil que no sabe como seguir.Porque ya no sabe que creer.
-Cree en mi.Mira mis ojos.Yo no arruiné tu vida.Yo solo te estoy ayudando a que no vivas engañada.Y para que estés donde debes estar,que es a mi lado.
-Yo no te amo Jethro.Me recuerdas todo el tiempo a Hernán.Creo que te empesinas en vano.
-Hernán y tu no compartían ninguna predestinación.Conmigo sucede que sí.Vuelve a ver el cuadro.Mira las caras de felicidad de nuestros padres celebrando la unión de nuestras existencias.Tanto,que quisieron inmortalizar esa dicha en una pintura.
Jethro hizo una pausa para poder tomar una bocanada profunda de aire.
-Mira preciosa...yo no te pido que me ames de un día para el otro.Se que eres víctima de un poderoso hechizo y que por eso tu corazón no puede corresponderme de momento.Pero voy a esperar con paciencia a que esa manipulación se vaya reduciendo y te deje libre para sentirme.
-Llévame con mis supuestos manipuladores.Vamos al castillo y que me digan la verdad en mi cara.-dijo Tylah con reales deseos de saber.
-¿Y crees que lo admitirán?.
-Hagamos la prueba.Vete que me cambiaré de ropa y me llevarás.Por cierto...¿Quién me desvistió anoche?-preguntó intrigada.
-Una criada,quédate tranquila.Jamás abusaría de ti.-respondió Jethro,que esa vez inclinó su teoría por el lado de la razón,y continuó.
-Tu en ese estado no irás a ninguna parte.Es peligroso.Muchos seres oscuros andan tras tus pasos por causa de la "fábula" de la elegida.Iremos juntos al castillo,sí;pero cuando seas mi mujer completa y puedas amarme como yo te amo.Como quería tu mamá;que soñaba con nietos de ojos danzantes como los que tenemos ambos.
Jethro agudizó magistralmente el tono conmovedor de sus argumentos y aquella frase que había hecho referencia a Aixa,había resultado devastadora para Tylah.
Siguió llorando,cubriéndose la cara.Sentía que le dolía cada resquicio de ese ser que había abandonado la fortaleza de Clarissa,pero que tampoco estaba preparado para rendirse ante la plenitud de la princesa.
La falta de ese entrenamiento la mantenía en un estado de profunda debilidad,como una flor a merced del poderío de los vientos.
Sentía que no sabía que sentir.
Ansió por un instante un abrazo de Hernán.Pero él ya ni siquiera recordaba su entrañable compañía.
Reprimió el deseo de perderse en los labios gentiles y a la vez apasionados de Ryan,que se mostraba en un nuevo rol de mentiroso forjado por las manos de Jethro y su guión.
Estaba perdida.Opaca.Sus ojos habían dejado de danzar.Se habían quedado detenidos en un verde oscuro y desolado.En un penoso aquelarre de cristales de sal y agua tibia.
Jethro descubrió su rostro.Retiró con delicadeza esas dos manos de artista que servían de telón a sus ojos mojados.
-Mírame.-le profirió en una orden sutil.
Ella encontró su mirada pero jamás entendió por qué él ya había unido su boca con la suya en un beso robado en aquellas circunstancias tan lejanas a la idea de romance.
Hizo una suave y a la vez persistente presión de movimientos contenidos en las ganas sobre sus labios,hasta que el instinto lo llevó a querer profanar ese territorio ajeno de humedades deseosas de su boca pequeña.
-Déjame por favor.-le dijo Tylah desde su último esfuerzo,con un cuerpo extenuado,que apenas le respondía,dándole vuelta la cara suavemente.
-Perdóname.Te daré tus tiempos.
Tylah no respondió,y se metió de nuevo dentro del refugio de las sábanas.
-¿No quieres ir al jardín mi amor?-le sugirió Jethro para salir de la situación que había generado el beso.
-Quiero pensar y descansar por ahora.Y no me digas "mi amor".Para mi las palabras son importantes,y la verdad,yo no soy tu amor.
Jethro abandonó el cuarto sin decir nada,y cerró con cuidado la puerta.Apoyó su espalda cansada contra la pared del corredor.Bajó sus párpados,y respiró profundo.
-Está hecho.-dijo emitiendo un hondo suspiro.
La mentira había sido contada.El veneno,inoculado.
-Y sí eres mi amor.-se dijo susurrando,mientras salía en la búsqueda de un trago que lo ayudara a mitigar un poco los efectos de la herejía que había proferido su boca maldita por ese amor enfermo que le lastimaba la piel.
El salón principal del castillo está lleno de invitados.Suena la música de la orquesta real,y un agradable bullicio se fusiona con la cálida luz de las velas.
El aire huele a menta y a lavanda,y su cuerpo se mantiene en un cálido estado de gracia bendita.
Está sentado en un lugar de privilegio en la mesa principal,mientras los comensales elogian que haya podido acceder a tales estratos.Pero a él no le interesa.No lo gana la vanidad de la cercanía con el poder.
Es otro el pensamiento que lo invade y prácticamente no le permite contactar con algo más que no sea su bienestar sereno,y un ansia repetida que lo domina.
La ve ingresar al salón descendiendo la suntuosa escalera de mármol reluciente.Luce preciosa.Como si una luz celestial la guiara en el camino alumbrando cada uno de sus pasos.
Abandona entonces la mesa del prestigio,y camina veloz a su encuentro.Llega justo para tomar su mano en el último escalón.Mano que de inmediato roza con sus labios para luego dedicarle la reverencia más noble.
Ella sonríe luminosa,mientras se declara suya sin decirlo.Con el lenguaje enternecedor de sus ojos castaños que hospedan a la ternura más profunda.
Él la abraza fuertemente.Quiere embriagarse con el perfume de su cabello,y experimentar en esa cercanía la sensación de que ha tocado a un ángel.
Ella tiene otro plan.No quiere acompañarlo hasta la mesa de la galas.
Lo toma de la mano y le sonríe sin emitir sonido alguno;como en una tácita invitación para que la siga.
Él sin vacilar,accede.Cualquier sitio al lado de ella luciría mejor que el paraíso.
Llegan hasta el límite que marca una pesada y lustrosa puerta.No hay nadie en el corredor desolado.Todo el mundo ha concurrido a disfrutar de la gala de los reyes.Ya la música resuena lejana en débiles notas que se elevan al aire.
Ella devuelve el abrazo anterior,y abre el pesado portal.Él solo la sigue;sin importar lo que decida hacer allí dentro.
Sabe que se encuentran solos y enamorados hasta el alma.Quiere darle un beso;perder la razón y navegar ese mar de sentimientos que lo emocionan.
Ella no lo deja.Se aparta.No ha alcanzado la habitación con ese fin.
Va hacia un estante,toma un libro de cubierta color gris como las nubes de tormenta con letras plateadas estilo góticas,y lo deposita en sus manos mientras sonríe.
Y entonces ya no la ve.La busca en vano,sin poder hallarla.Entiende que se ha ido dejándole su ofrenda.Inmerso en esa vieja soledad que conoce bien.
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Myrna acarició su cabello oscuro con ternura.
Había caído la tarde y Arhon dormía exhausto sobre el escritorio del despacho del rey.
Lentamente se incorporó ante tan cálida demostración de afecto.
Tenía los ojos brillosos y la misma repetida sensación de vacío.
Pero en esa oportunidad,poseía,además de la angustia,una pequeñísima luz de esperanza.
-He soñado con ella,señora.
La reina supo de inmediato que había hecho referencia a Mildred,ya que para Arhon,no existía otro concepto de "ella".
-No sufras querido,ya nada se puede hacer;y nada ganas con ponerte triste.
-Esta vez me dejó algo más que dolor majestad...¿Dónde está Ryan?.
-En su recámara,supongo.Tengo entendido que se llevaría varios libros para revisar.-respondió la reina.
-Envíe por él,señora.-dijo Arhon con los ojos iluminados por una corazonada que creía tener,y que lo llenaba de algo bastante parecido a la alegría.
En cuestión de escasos minutos,Ryan se hacía presente;tenía secuelas de llanto dibujadas en su cara,pero la más firme predisposición para colaborar en todo aquello que fuese necesario.
-Es un libro de tapa color gris;plomizo;con letras góticas plateadas.Mildred lo puso frente a mis ojos en un sueño,y estoy convencido de que en él se encuentra todo lo que debemos saber de ese conjuro que hace a Jethro hasta ahora imposible de encontrar.
-Manos a la obra entonces;busquemos.-dijo Ryan cuya sonrisa contrastaba demasiado con su palidez y unas ojeras que lo hacían lucir como si estuviese enfermo,a causa de la angustia.
Se dividieron la cantidad de sectores a revisar,y comenzaron la tarea de descubrir una cubierta con ese tono específico,hasta que Arhon,más adaptado a trabajar con bibliografía,pudo,en un tiempo bastante breve considerando la enorme cantidad de volúmenes,efectuar el celebrado hallazgo.
Eran interminables páginas para escrutar,pero que más daba;si allí se encontraba la clave para despojar al estratega de su mayor ardid.
-Aquí está.-dijo Arhon,sonriendo con ese placer propio de la satisfacción ante las puertas de un futuro logro.
En voz alta y modulada con maestría,leyó:
OMNUBILADOR
< Conjuro mediante el cual quien lo pronuncia se asegura de que las percepciones de quienes se encuentren constituyendo un entorno próximo,o lejano,sean "omnubiladas".Es decir,que pierdan la capacidad de ver a quien lo invoca,así también como a todos aquellos objetos o personas a quienes lo haga extensivo.
Su ejecutor no será entonces captado por ninguno de los cinco sentidos del cuerpo,por lo que las mentes ajenas,resultarán incapacitadas para valerse de esas funciones>
-¿Dice cómo contrarrestralo?-preguntó Ryan.
-Si,por supuesto;explica hasta como quitarlo de por vida.Es altísima magia.Aquí figura todo.Como adquirirlo como facultad,como bloquearlo temporariamente,y como anularlo,que es lo que ahora mismo haremos.
-Quisiera saber como Jethro pudo tener acceso a esta información.-dijo la reina.
-Creo saber como.-le explicó Ryan.-Fue supongo durante nuestra niñez;cuando nuestras familias concurrían a los banquetes reales.Jethro siempre se apartaba.Le gustaba ingresar al despacho de su majestad.Era un ávido lector.El libro debe haber llegado a sus manos por casualidad,y así él seguramente tomó ese conocimiento que convengamos es bastante ventajoso.
-Mande a revisar el reino entero señora.Jethro estará muy tranquilo creyendo que no será visto.No intentará huir.Seguramente debe hallarse muy cómodo.-dijo Arhon y agregó como inspirado-Y que sitio puede ser más cómodo que su propia casa.
Los tres se miraron y pensaron en su residencia familiar.
-Es una casa majestuosa.Seguramente tiene allí a Tylah.Además si quiere ganar terreno con ella no la expondrá a pasar necesidades en un lugar poco apropiado.Y tampoco puede cruzar al otro mundo sin luna llena.-dijo Ryan.
Arhon sonrió con la satisfacción de haber revelado el enigma,y dijo muy serenamente,con una profunda convicción:-Ni bien anulemos el maldito hechizo nos presentaremos allí con la guardia real.Y...utilizaremos su propia magia en su contra,ocultándonos como él lo hizo.Seremos invisibles.No le vamos a dar tiempo a reaccionar.Destino y cárcel serán sinónimos para Jethro.
Los tres se miraron con muchos pensamientos en común.Con el agradecimiento infinito y profundo a esa guardiana silenciosa llamada Mildred,y la idea próxima y añorada de tener a la princesa de los ojos danzantes de vuelta en el castillo.
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Tylah durmió mucho.No supo cuanto.La ausencia del sol le brindó la certeza de que había anochecido.
La habitación estaba oscura y silenciosa al igual que su espíritu lastimado por la mentira y la confusión.
Ignoraba donde estaría Jethro,y tampoco le importaba.No deseaba que apareciera.
En realidad no quería ver a nadie.Dos sensaciones confrontadas la invadían.Por un lado la necesidad imperiosa de pensar y asimilar esa nueva realidad,y por otro sus ganas abismales de dormir para perder la conciencia y no tener dolor.
La tibieza de una mano suave se posó sobre su frente que ardía como el infierno.
Sintió que se relajaba al solo contacto.Que una rara paz visitaba su pobre alma torturada por las falsedades.
No escuchó palabra alguna,pero junto con la caricia que había experimentado en un segundo real,un solo pensamiento se adueñó de su mente.
"Confía"...
Entonces,ante aquellas seis letras repetidas e instaladas en sus ideas como un rezo de oración,recordó antiguas palabras de Ryan.
-"Pase lo que pase,deberás confiar en mí.Yo escribiré el final feliz de tu historia".
Y de inmediato,revivió la imagen ambarina de sus ojos sinceros,y sintió en la piel ese amor profundo que la cubrió como un cálido manto.
Sus ojos se llenaron de lágrimas;pero no de congoja,sino brotadas desde una delicada emoción.
Supo quien le había mentido,y en ese saber,adquirió una leve esperanza de que su amor honesto,su predestinado,ese hijo de la luz que había aprendido a adorar,pronto la sacara de allí.
Se quedó con la caricia guardada,aunque nunca supo si había existido en verdad.
Un ángel de ojos castaños había estado haciéndole la más bella de las compañías.
Un nuevo amanecer llegó como algo más significativo que la simpleza de un sol que asomaba.
Arhon había estado toda la madrugada ejercitando su mente poderosa.Conectado con el nombre de Jethro;dando los pasos necesarios para borrarle esa facultad que hasta ese momento,lo había vuelto prácticamente invencible.Pronunciando cada una de las palabras del conjuro que el libro develaba.Gestando palmo a palmo su tan próxima y futura decadencia.Construyendo el final de su juego.Ese epílogo que arribó junto con el sol,que despejó con su luz una de las últimas sombras.
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Tylah despertó temprano.Había dormido con una maravillosa profundidad surgida desde la paz de su espíritu.
Un baño de inmersión relajó cada uno de sus músculos,y dio entonces pronto paso a vestirse y quitarse ese camisón que le representaba demasiados recuerdos de amargura.
Tuvo el fugaz presentimiento de que ya no volvería a usarlo,y que esa cama ya no estaría destinada recibir el sueño de sus ojos.
Quiso creer que esa noche en principio negra,salvada por la caricia de un ángel,había sido la última que pasaría dentro de aquella cárcel de incertidumbres.
Las únicas certezas que manejaba,se le traducían en verdad y mentira;luces y sombras;amor y obsesión;Ryan y Jethro.
Ya más relajada,apelando a la conducta terrenal de aquella desdibujada Clarissa,quiso analizar la situación fríamente.
Sabía que como Tylah estaba llena de deficiencias.Que se encontraba incompleta,y que desde esa perspectiva,lo único que tenía en concreto con absoluta claridad,era el amor de su predestinado.
Por eso necesitaba a la profesora;a la docente racional,para establecer los parámetros que en ese momento manejaban su inmediatez.
Sabía que estaba secuestrada en la casa de un hombre que había sido capaz de fabular para retenerla.
Esa verdad se le había revelado en contraposición a la confianza ciega que había vuelto a sentir por Ryan.
Estaba sola;sin poderes que esgrimir;con el cuerpo débil,y expuesta al peligro de esos besos descarados de un hombre que la consideraba un objeto de su posesión.
Entendía que no obtendría beneficios si se ponía en plan de rechazar a Jethro abiertamente,por lo que una vez más,aquella actriz del pasado regresó para asistir a la princesa en sus lógicas limitaciones.
Haría lo que mejor sabía hacer.Actuar.Actuar para protegerse.
Fingir sumisión para salir huyendo en algún momento oportuno en el que su caballero pudiera descuidarse.
Aunque muy dentro de su corazón sentía ese concepto de cuenta regresiva con respecto al tiempo que permanecería en esa casa.
-Buenos días Dama de otoño.¿Durmió bien mi predestinada?.-saludó Jethro complacido de verla producida y con un buen semblante.
A Tylah se le hizo un nudo en el estómago,pero contestó con una sonrisa de labios sellados para responder.
-Vamos a desayunar al jardín.-le dijo Jethro ofreciéndole su brazo para caminar,sin intentar besarla o tomarse otras atribuciones,por lo que Tylah pensó que dentro de su preocupante panorama,aquella era dentro de todo la mejor opción que podía presentársele;por lo que la idea de llenar de energías a su cuerpo,la animó un poco.
Todo era armonía sobre aquel parejo césped de esmeralda,sobre el cual una mesa de hierro forjado,ataviada con el más delicado de los manteles,exponía varias delicias y sabores.
Tylah se sentó y respiró profundamente.
Comenzó a desayunar en silencio,tratando de concentrarse en la serena belleza del jardín.
En un descuido,halló la mirada de Jethro,que respetando ese silencio que ella había querido mantener,tan solo la acompañaba en su falta voluntaria de palabras;como un guardián.
Tylah pensó acerca de como un hombre tan bello e inteligente había terminado así;esclavo de la bajeza de su mentira.Como un amor insano lo había privado de toda posibilidad de emitir su luz.
Pero luego ya no pudo seguir con su análisis.
Porque ella,en total desconocimiento de aquel conjuro hallado en el libro de la cubierta gris,no pudo explicarse como de repente,y en un abrir y cerrar de ojos,veía a Ryan y a Arhon tomar cada uno de ellos un brazo de Jethro,para entregarlo a los soldados reales,aparecidos repentinamente.
No se dijeron nada.No había palabras por decir.
Jethro comprendió que habían adivinado su ventaja y la habían aprovechado en su contra.Asimiló su caída sabiendo que habían jugado mejor que él.Lo supo en el ácido devenir de miradas inquietas.Por eso el silencio.Ya de nada servía hablar.El juego había terminado.
Dedicó a su amor enfermo un último cruce de pupilas antes de que se lo llevaran.Expresó mucho desde ese enfoque.Luego miró hacia la salida para que su Dama de otoño no pudiera ver el brillo acuoso que lo lastimaba.Que le dolía más que las cadenas que le habían puesto sobre su cuerpo.
Había dejado el jardín donde había aprendido a amarla,y donde había visto también fallecer a su más bella ilusión.
Tylah se había quedado inmóvil.Sorprendida ante la rápida secuencia que parecía irreal.No podía reaccionar ante la escena que había presenciado.Estaba de pie,contemplando a los guardias que se llevaban a su carcelero.
-Mi amor...-dijo Ryan abrazándola fuertemente contra su pecho,mientras Arhon le hacía una señal para que se manejara con ella despacio y sin arrebatos.
Tylah respiró con alivio,y comenzó a llorar en una continuidad de lágrimas necesarias que le permitieran desahogarse.Se quedó bastante tiempo pegada a la serena contensión de ese cuerpo que conocía bien y que en ese momento solo quería abrazar para recordar esas sensaciones bellas que le habían hecho tanta falta.
A pesar de ese mar salado,detrás del velo tibio de cristales,sus ojos volvieron a danzar una y otra vez,jugando con la miel y el verde de nuevo en una bella bienvenida.
Cuando por fin decidió separarse de su amor real,sin ningún impedimento por una supuesta falta de confianza,se abrazó a Arhon con un cariño que la colmó de alegría,mientras le susurraba palabras hermosas de agradecimiento declarándole como se había ganado su alma.
Él se emocionó mucho.Sobre todo viéndola llevar las ropas de su ángel.Sintió como surgía esa hermandad,y supo que la querría para siempre.Que ella había llegado para dar luz;inclusive a él,que parecía haberla perdido.Que sería un placer trabajar para entrenarla y elevarla hacia su plenitud.
Luego de tan hermosa manifestación de amistad,Arhon decidió dejar solos a los enamorados.No pudo menos que sonreir antes de irse tras los guardias.Sentía esa mañana algo más que la satisfacción del deber cumplido.Se había dado cuenta como el amor después de todo,aunque con disfraces distintos,no se había olvidado de él.
-Te extrañé linda.-dijo Ryan a punto reanudar el llanto que Tylah le había convidado desde su profundidad emocional.
-Y yo a tí.-dijo dándole un beso que pudiera borrar aquel robado por la obsesión.
Cuando dejó libre a su boca,lo condujo hasta aquella habitación donde el cuadro de su familia exponía el pasado con belleza.Aún la belleza de un Jethro que en esos años tenía el corazón puro de niño.
-Quiero que me lleven este cuadro donde yo esté.Quizás sea lo único bueno que quede del hombre que se equivocó.
-Como quieras.Haremos lo que digas.-le respondió Ryan,y agregó con cierto recelo.-¿Sabes lo que le espera verdad?.
-No quiero imaginarlo.Solo quiero que me lleves de vuelta al castillo.-dijo abrazándose a él y caminando hacia la salida.
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Estuve buscando a mi niño interior,
en un rincón lo encontré...
Corriendo a abrazarme,llegó y me dijo:
¿Por qué te alejaste de mi?
Te pido perdón-contesté-
Estaba tratando de huir...
de ser lo que otros querían de mi...
Así fui olvidando quien fui...
¿Dónde han quedado los sueños?
¿En qué ruta los perdí?
¿Quién ha cerrado las puertas,
que me llevan a mi jardín?
¿Dónde han quedado los sueños?
Pregunto al niño que fui...
Quizás el tenga la llave,
del cofre...que no puedo abrir...
Jethro no quería pensar mientras imaginaba la celda que pronto sería su morada.Esa canción que había oído del otro lado del puente de luna,había llegado una vez más hacia él.
Volvía a cantarla en silencio.Era preferible eso,a la oscura idea de saber que el amor de su vida estaba prohibido.
Y esa realidad,era todavía más dolorosa que el encierro que ya se había convertido en su destino inevitable.
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Quiero aclarar nuevamente que la canción mencionada pertenece a Nelson John de Operación Triunfo.
Aprovecho a agradecer los más de 400 comentarios,que en mi caso particular,no son un alimento del ego,sino una belleza diaria.Un intercambio de cariño que me hace muy feliz.
Gracias de todo corazón.
Porque podemos escribir muy bien o no tanto.Pero los escritores "somos" solamente en función de la gente hermosa que nos lee y valora lo que hacemos.
Les dejo mi cariño y mi agradecimiento.
Hasta mañana(y qué lindo suena)
Ceci=)
Tylah se había incorporado nuevamente a la vida en el castillo,pero en aquella ocasión,sin un banquete que la agasajara.El cariño maternal de la reina,feliz por su recuperación,le había resultado suficiente para haberla hecho sentir contenida.
Al cabo de una tarde que había volado en cuestiones tan simples como acomodar la ropa del arcón o familiarizarse con algunos miembros de la corte,había llegado la noche con una cena íntima con su majestad,Arhon y su predestinado Ryan.
-Mañana vamos a comenzar a trabajar Tylah.Y no te preocupes,que si bien no se trata de una tarea sencilla,estoy convencido de que aprenderás rápido.Yo voy a poner contigo mi mayor esfuerzo y te advierto que seré exigente;pero porque sé hasta donde puedes dar.
Al escuchar aquello último,Tylah notó como los ojos de Arhon se nublaban,e intuyó que instintivamente había efectuado una comparación entre su entrenamiento y el de Mildred,y pudo inferir que quizás cierta falta de exigencia o rigurosidad en el pasado,tal vez no le habrían permitido protegerse del poder de las sombras.
Pero consideraba que aquella no era una noche para reflotar historias de dolor,por lo que se dedicó a sonreir,como si nada hubiese percibido.
-Claro señor instructor.Estaré gustosa de que me exija mucho.Tengo que estar a la altura de mi maestro.-dijo más bien utilizando el lenguaje teatral de Clarissa.
Arhon sonrió también leyendo la mente de Tylah,y descubrió en ella su infinita bondad,respeto y sentido de la discreción ante un dolor que él cargaba como estigma,y del cual pronto le daría a conocer por creerla absoluta merecedora de su confianza.
-No quisiera arruinarles el buen clima.-dijo la reina.-Pero si me permiten informarles,mañana el tribunal se reunirá para juzgar a...Jethro;y... a decir verdad,los cargos se traducen en alta traición a este reinado,conspiración,obstrucción de causas encomendadas por la realeza,secuestro de la elegida y exposición de ésta al accionar de las sombras...un panorama muy complicado en verdad.Y muy penoso.
-Disculpe majestad,pero ni lo mencione.Estaremos presentes cuando se realice el juzgamiento,pero no creo que sea apropiado arruinar la velada tomando al traidor como tema de conversación en esta mesa.-dijo Ryan bastante más serio de lo que solía ser.
-Concuerdo señora.Dada la gravedad de las faltas que cometió,es un hecho que el tribunal va a proponer la pena más severa.Y a usted como soberana y jueza de nuestros designios le tocará la reponsabilidad de avalar o rechazar ese dictamen.-dijo Arhon muy unificado con el criterio de Ryan.
-Le daré la oportunidad de crearse atenuantes.Si tiene información útil que pueda brindarnos en función su descargo,le concederé ese beneficio.-agregó la reina desde su costado más justo y humanitario.
Tylah permanecía callada.Eran precisamente esos los momentos en los cuales se sentía extranjera.
Y a pesar de todo lo que Jethro la había hecho sufrir,no podía evitar sentir pena por su desafortunado encierro y por aquella condena inminente que pesaba sobre su cabeza.
Ryan notó que ella se hallaba incómoda,y sugirió cambiar el tema de conversación para que los cuatro pudieran distender el clima tenso que se había generado a partir del relato referido a las circunstancias de Jethro.
Y además de la importancia de un acontecimiento de las características de un juicio,pudieron lograr que la comida transcurriera en forma amena,hasta que se retiraran a sus habitaciones.
-Te extrañé tanto...-dijo Ryan masajeando con delicadeza los hombros de Tylah,sentada en la verdadera cama;en la que tenía que estar.
Ella le quitó sus manos con ternura cuando notó que la presión ejercida sobre su cuerpo había adquirido matices relacionados con otras sensaciones.
Tenía demasiada preocupación en su mente como para rendir con la plenitud que ella misma se exigía como mujer,por lo que miró a Ryan sonriendo en una confesión que no necesitó de palabras.
-Esperaré entonces...-dijo él entre risueño y resignado,comprendiendo perfectamente.
-Estoy algo cansada,preocupada,culpable por la desgracia ajena.
-Tu no tienes culpa del destino que se forjaron otros.Preocúpate por este mundo,y por el del otro lado del puente si lo deseas.Pero nunca por alguien que no merece ni un segundo de tu inquietud.-dijo Ryan adjuntando razones y realizando un angustioso recuento de las horas lejos de ella,con el temor desesperado de que hubiera corrido la misma suerte que Mildred.
-Abrázame;tienes razón.Solo que mi cuerpo esta noche no me responde para amar como merece un hombre como tu.
-Entiendo linda,ven;no me des explicaciones que no necesito.-le dijo ayudándola con los modos del príncipe encantador que era,a sumergirse en el refugio tibio de las sábanas,mientras se ubicaba a su lado y la cubría con su cuerpo.-Descansa mucho.-le dijo dejando sobre su cuello un suave beso beso final de buenas noches.
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Llegó la mañana de un día muy complicado en el castillo.
-Ya me voy con Arhon.Deséame suerte,Ryan.
-No la necesitas.Ya tienes tu luz.Solo aprenderás a conocer tu potencial.
Tylah y Ryan habían desayunado juntos,y luego él se dirigió a reunirse con los miembros del tribunal de justicia en las instancias previas a lo que sería la presentación de los cargos en contra de ese amigo perdido,extraviado en algún lugar de su infancia,y que había dado paso a un usurpador construido en función del deseo descontrolado,por el gobierno de un amor enfermo ejercido sobre su voluntad.
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-Buenos días Arhon.-dijo Tylah dándole un beso,notando como él ya se había adaptado a su calidez.
Se hallaban ambos reunidos en el despacho del rey,sentados en un enorme diván tapizado de terciopelo azul.
-Bueno,el primer paso será la relajación,y las técnicas de respiración que deberás adquirir para...
-Espera Arhon.-dijo Tylah interrumpiéndolo.-Antes de comenzar quisiera hacerte una pregunta necesaria.Aunque si consideras que no debes responderme,lo entenderé.
-Dime.-le manifestó de muy buena forma.
-Quiero saber si existe una conexión o un vínculo entre Mildred y yo.Es decir,si tenemos puntos en común.Si ella era una elegida;y de ser así,por qué murió.No es mi intención ponerte mal;pero tu ni te imaginas el cariño que me inspira tu persona.Es algo muy especial lo que siento hacia ti;y si vamos a trabajar con nuestras esencias,me gustaría que existiera confianza entre nosotros.No te lo pregunto por una simple curiosidad.
-Lo se Tylah.Pensaba contarte,y créeme que yo también siento por tí el mismo aprecio.Solo que no soy hombre de expresarme seguido.Sobre todo cuando la cuestión a expresar,guarda viejas culpas.
-No me gusta la palabra"culpa".Preferiría"responsabilidad",si no te molesta.
-Son culpas Tylah.Culpas por no haber hecho lo que debía en tiempo y forma.
Arhon tomó aire,y siguió.
-Mildred y yo estábamos recién casados.Había llegado su tiempo de comenzar el entrenamiento.Como te llegó a ti como cuando seguramente comenzaste con intermitencias a leer las mentes de tu entorno.Esa es la señal de que hay que empezar.Pero ella y yo dejábamos dar rienda suelta a nuestro "romance",a la vida de la realeza,fiestas,banquetes,eventos propios de nuestra condición...noches y más noches...Horas restadas a aquello que en realidad teníamos que hacer.Sabes...yo soy uno de los pocos entrenadores signados con un don especial;por eso tengo más poder.Solo tenía que entrenar bien a Mildred;y no permitirle que se alejara de este lugar seguro,en el estado de transición que ella estaba atravesando...El caso es que fue secuestrada y asesinada la primera noche de luna nueva.Sacrificada a las sombras con una daga de plata que le cortó la garganta.No se pudo defender.No lo pudo intuir,no pudo cuidarse por su condición a medio entrenar.¿Comprendes?¿Llegas a entender por qué yo me opuse a ese banquete que te expusiera a desconocidos?.De hecho todo el tiempo te estoy comparando con Mildred.Temiendo que puedas correr su misma suerte.No podría cargar con otra culpa.Imagina como me sentí cuando desapareciste.
Tylah se compadeció del tono sentido y los ojos brillosos de un Arhon que se le había revelado desde su más profunda sinceridad.
-Tu no tienes la culpa.La amabas.Querías estar con ella.Vivir la vida.No te condenes por eso.El mal sin rostro es el único culpable aquí.Ese que tuerce los corazones..dijo tomándole la mano.-Y yo te agradezco tu confesión y te prometo no apartarme jamás de tus enseñanzas hasta que las completes.Eres un gran hombre y yo te admiro.Otros en tu lugar ya se habrían muerto.De pena...como mis padres.Eres fuerte Arhon.
-No creas que no he querido morir algunas veces...
-Pero vives.Y vivirás porque yo quiero que seas feliz.
-Gracias Tylah.Se que Mildred tendrá justicia a través de tu luz.
Tylah en ese momento recordó aquella caricia en la noche del cuarto oscuro de la desesperanza.Quiso guardarse esa emoción.
Supo que Mildred había estado cerca.
Con una profunda paz que la llenó de ternura,se dispuso a comenzar a andar su camino hacia la claridad del alma.
Caía la tarde en el Reino de la Luna.Se iba el sol,pero junto con las primeras sombras de la noche,llegaban también las instancias decisivas para Jethro.
El tribunal de justicia de la corte se hallaba reunido en aquella sala fría y rectangular,en la cual la reina Myrna,situada en el estrado ubicado en medio del recinto,presidía formalmente la sesión,con Tylah sentada junto a ella.
Frente al consejo reunido para evaluar las acciones del acusado,incluídos Arhon y Ryan entre sus integrantes,ataviado de cadenas que le impidieran la posibilidad de un escape y escoltado por dos guardias del castillo,estaba Jethro.
Su cabello largo se presentaba desatado y rebelede,y lucía todavía las galas que de resultar condenado,serían las últimas.
Sus ojos azules violáceos se hallaban contagiados de la rojiza secuela de las lágrimas,y desde su aparente serenidad,sabía bien que no le esperaba otro destino que el encierro.
El tribunal,con Arhon como su más destacado representante,por tratarse de uno de los hombres de más elevada honestidad,a través de su voz,había hecho la presentación formal de los cargos,los mismos que ya había mencionado la reina durante la cena de la noche anterior.
Ryan por su parte,como el principal damnificado en la cusa,pasó luego a relatar detalladamente todas las instancias del engaño,iniciadas con el cruce del puente hasta la realización del secuestro de su mujer.
Una vez que los elementos acusatorios fueron expuestos punto por punto,se hizo tal silencio en el recinto,que hasta parecían escucharse todas y cada una de las respiraciones emitidas allí.
La reina miró fijamente a Jethro.Tuvo que reprimir todos sus instintos de madre.Olvidar la familiaridad del pasado,y los recuerdos de ese niño a quien había visto crecer y hacerse hombre para errar en su senda.Endurecer el alma y acallar la voz de los sentimientos.
Llamó a Jethro al estrado para hacer su descargo,y él ,que si bien sentía un gran respeto hacia la figura de su soberana,consideraba que la mujer a quien tan descaradamente le había mentido,era la única merecedora de sus disculpas y su más sincero arrepentimiento.
Tenía pocos deseos de hablar.Lo hecho estaba hecho,y su contracturado cuerpo no le respondía demasiado.Solo la presencia de Tylah en el estrado,hacía que lo que tenía que decir cobrara relevancia.
Respiró profundo,y sin quitar los ojos de la mirada triste de su obsesión,inició su única y última defensa.
-Antes que nada debo decir que me equivoqué.De nada me serviría negarlo,o evadir responsabilidades.Soy perfectamente conciente de ello.Y quiero agregar que mis intenciones en ninguna de las etapas del plan que llevé a cabo,fueron hacerle daño a la elegida.Por el amor que sentí hacia sus padres,que me cobijaron como a un hijo,y por el amor,que aunque enfermo e inevitable,sentí y todavía siento por ella.Amor que me llevó a desconsiderar los destinos de mi propia casa,y a traicionar amistades.Por eso pacté y negocié,olvidando los destinos de mi propio hogar,al cual le debía lealtad y respeto.Porque ese mal que no tiene rostro,y que se hospeda en los cuerpos endebles como el mío,nos hace presos de mezquindades.Nos traza al encierro como única paga en retribución a la obra de nuestro comportamiento sombrío.Pero la información de la cual dispongo,una historia real de conspiraciones y muertes absurdas,se las daré sin callarme nada,en función de reparar aunque sea en una pequeña medida el mal que causé por obra de mi egoísmo.
Luego de aquellas palabras emanadas desde la más pura crudeza,Jethro relató con lujo de detalles las confesiones de Lysle y Jhonas,que hasta su descargo,habían resultado uno de los matrimonios más respetables del reino.Contó acerca de su accionar oscuro,y de como habían forjado junto a sus aliados el asesinato ritual de Mildred,que él hasta la noche de sus instintos había ignorado.
Su exposición rigurosa permitía así a las fuerzas del castillo realizar una investigación y truncar el golpe de toma de poder que los oscuros habían proyectado como una realidad a partir del supuesta muerte de Tylah.Muerte que Jethro después de todo había evitado,iluminándose a tiempo.
Cuando terminó de exponer todo cuanto sabía,dirigió una mirada profundamente sentida a su Dama de otoño.
-Perdóname Tylah.-dijo como únicas dos palabras,sintiendo que se quitaba de encima un enorme peso.No importaba ya si ella en su infinita compasión lo hacía o no.Pero él se lo había dicho,y era suficiente.
Tylah se quedó callada.Había sufrido demasiado por aquella mentira tan atroz y dolorosa.Lejos de Ryan,presa de la incertidumbre,con un dolor de duración incierta.Solo lo miró en silencio con un hálito de comprensión en su semblante.Nada más.Era lo único que podía sentir.Compasión por un hombre que se había equivocado demasiado.
Lo vio irse a tomar su puesto nuevamente frente al tribunal,retirándose lentamente de la proximidad del estrado.
Lo contempló con la resignación de quien espera una condena segura,totalmente conciente del castigo más próximo que aguardaba por él.
Las deliberaciones del consejo le resultaron eternas.Directamente no los veía.Sus sentidos los captaban como a una borrosa imagen de murmullos desfavorables y hostiles.
Miraba de a ratos a la reina con su expresión tristísima y a Tylah con una entereza propia de las mujeres de honor.
Sí supo que su descargo lo había liberado de la perpetuidad de su condena,pero entendió también que la alta traición era uno de los delitos más graves que un individuo podía cometer.
Por lo que los quince años de encierrro que la evaluación conjunta del tribunal y su majestad le habían otorgado,no lo sorprendieron en lo más mínimo,y con resignación aceptó su justa paga.
El consejo dio fin al espectáculo de sus circunstancias,y cayó así el telón de su destino.
Antes de que se lo llevaran hasta los dominios de humedad y roca,miró por última vez a esos ojos verdes miel que mantenían una serenidad correcta y perceptible.Se quedó con esa imagen,y caminó escoltado por sus carceleros hacia la morada que se robaría la inmediatez de sus años.
Todo parecía haber terminado para él.
-Estoy muy triste.-dijo Tylah mientras la reina se retiraba raudamente para que no la vieran llorar por ese hijo pródigo.
Ryan la abrazó en silencio apenado por la imagen de la reina que se alejaba en el corredor,mientras Arhon la tomaba luego por ambas manos,y la miraba a los ojos.
-Tylah...él tiene que pagar.
-Lo se.-respondió.
-Ahora debes pensar en tu entrenamiento.Con los conspiradores que pronto estarán tras las rejas,solo paz y armonía esperan por este reino cuando tu te sientes en el trono.
-Reinaremos linda.Myrna nos cederá los destinos de nuestro mundo.Piensa en eso y verás como se diluyen las sombras.
Tylah escuchó con respeto,y comprendió la grandeza a la cual se referían.Su razón captó todas y cada una de las bendiciones venideras.
Pero su corazón sensible de mujer de luz,no podía quitarse el dolor por el infortunio de Jethro.
Quiso pensar que en algún lugar,dormida y a la espera de brillar,permanecía una tibia esperanza.
Las fuerzas reales habían cortado de raíz a la conspiración llevada a cabo por el siniestro matrimonio de Lysle y Jhonas.
Mientras eran llevados a las instancias de un juicio de futura condena,un nombre maldito había allanado sus pensamientos invadiéndolos de odio hasta sus huesos.Un nombre ejecutor de su caída estrepitosa,y la de todos aquellos oscuros hermanados con la causa de su ambición.Un nombre cuyo dueño estaría muy próximo a sus cuerpos que permanecerían en las sombrías celdas de roca de por vida.
Maldijeron una y mil veces a Jethro trazando una infinidad de pensamientos venenosos que le auguraran una muerte dolorosa.Lo odiaron al mismo nivel que habían ostentado la negra noche en la que habían puesto fin a la existencia de Mildred.
Ellos y su ejército de retorcidos estarían hundidos para siempre entre esas gélidas paredes de desolación.
Y ese mal intangible,ese espíritu sin rostro al cual habían dado albergue en sus corazones,no se corporizaría allí para salvarlos de su inevitable destino,en el desierto helado que sería su morada final.
Porque comenzaba la era de la luz;los tiempos de paz en el Reino de la Luna.
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Tylah y Arhon se habían entendido a las mil maravillas desde el comienzo.
Toda esa formación docente que ella había heredado de Clarissa,le había sido útil para conectarse con él,salvando las enormes distancias,de docente a docente.
Arhon la instruía con profesionalismo,y exigía una devolución de iguales proporciones.
Técnicas de respiración,manejo de la mente,aprendizaje de conjuros,claves para agudizar las percepciones,habían constituído muchas de las temáticas de cada clase en las cuales el nivel de complejidad se iba elevando por parte del maestro,y a su vez la alumna iba adquiriendo los conocimientos necesarios para brillar.
Para guardar algo más que una buena mujer dentro de su cuerpo.Mucho más todavía que un alma sensible.
Debía hospedar a una dama de luz.Especial,completa,llevada hasta su máximo fulgor.
No se trataba de que fuese perfecta,y que en esa supuesta perfección le ganara la vanidad.
Por el contrario,la idea había sido que fluyera la belleza que ya había existido en su interior desde su nacimiento,pero en todo su potencial.
Que se volviera una persona capaz de conmover un corazón con tan solo una palabra.Que pudiera detener una lágrima de congoja,al delicado roce de su mano.Que lograra borrar la angustia con un abrazo gentil.
Que se forjara en ella un ser humilde,de gran ternura;artífice de paz y de justicia.Que pudiera compadecerse del dolor ajeno y rigiera los destinos de su nación con honestidad.
Porque era la última de una raza de luminosos signados por la luna,que continuarían a través de su descendencia.
Una mujer con ambos planos.Muy terrenal en la cotidianeidad de sus circunstancias,pero a la vez muy elevada en la proyección de esa luz sobrenatural que la acompañaría hasta el final de sus tiempos.
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Dos largos meses habían transcurrido desde el comienzo del entrenamiento,unificado con los días cercanos en el calendario al encarcelamiento de los oscuros.
Tylah ya había aprendido a manejar a la perfección todas aquellas facultades que su instructor le había transmitido,y dominaba con habilidad ciertas técnicas referidas al control corporal,como así también una larga lista de conjuros.
Había aprendido bien,y ello se veía reflejado en las reiteradas sonrisas de su maestro,que había disfrutado haciendo con ella no que no había podido hacer con Mildred,y en esas nuevas facultades adquiridas por Tylah,veía asomar a su amor a través de la belleza danzante de sus ojos agradecidos.
-Hasta ahora has hecho un excelente trabajo Arhon.Espero haber respondido a tu altura.-dijo esa alumna tan especial.
-Respondiste superando mis expectativas.Y al menos sabes que soy sincero porque puedes leerme al igual que yo a ti;básicamente solo nosotros dos conservamos esa condición.Para los demás está restringida.
-Sabré lo que piensa Ryan de mi...-dijo sonriendo.
-Solamente amor vas a leer cuando interfieras con los pensamientos de ese hombre .-respondió Arhon fingiendo seriedad.
-Lo se;lo leí.Va a proponerme casamiento.No quise que me delatara la emoción y me contuve.
Arhon negó con la cabeza increíblemente distendido como jamás pensó que lo estaría,como compadeciéndose del pobre Ryan ante la ventajosa situación que le sacaba su mujer,y rió abiertamente.
-¿Sabes lo que me sorprende de ti?-dijo muy cariñoso.-Que hablas como si fueras aquella profesora de teatro del pasado.Creo que a pesar del nivel que has alcanzado,increíblemente aún no lo comprendes.
-¿Te molesta eso,te decepciono?-se inquietó Tylah.
-No,por el contrario.Celebro que atesores buenas conductas.Herramientas que te acerquen a los demás.Yo me pasé la vida atesorando culpas y profundizando distancias.Tu eres digna de admiración.
-Te quiero tanto... tanto...ni sabes...no podrías imaginarlo.Y te confieso que adoro leer como también me quieres-dijo Tylah con sus ojos salpicados de pequeñas lágrimas.
Arhon la abrazó con algo más que un simple cariño fraternal.Existía en él además del afecto de hermanos,una comprensión profunda con respecto a un problema que esa mente de dama luminosa no había podido solucionar.
-Déjalo ya.Déjalo ir.Permite que el tiempo pase y acontezca lo que es justo.No sufras por alguien que voluntariamente se alejó de la luz.Piensa en Ryan.En lo afortunados que son ustedes dos de tener un final feliz para su historia.Valora lo que posees.Basta mirarte en mi espejo para que compares y agradezcas la vida que estás viviendo...
-Tienes razón.-dijo Tylah.-Y me siento mal por el hecho de que todo mi entrenamiento y mi superación personal no hayan podido vencer esta angustia.
-Tu corazón linda;él te lo impide,y no existe técnica que pueda con tu infinita bondad.Recuerda que una vez me pediste que no sufriera.Que no me culpara.Ahora soy yo quien te lo pide a ti.-dijo Arhon con una gran dulzura acentuada en cada una de sus frases.
-Prometo buscar una salida.Cuando la encuentre...me gustaría contar con tu ayuda...¿Me ayudarás?.
-Mmm...tal vez...-dijo Arhon sonriendo medio de lado.-Tendré que evaluar en su momento.-agregó sin estar del todo convencido.
Ella lo llenó de besos y salió de allí.
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Tylah había dejado el despacho del rey,para subir a su habitación.
Una idea había comenzado a gestarse en su mente,por lo que esa pena,se le había hecho un tanto más llevadera.
Abrió la puerta de su cuarto,y se encontró con los preciosos ojos de Ryan ,que guardaban la expectativa por una pregunta que sus labios morían por pronunciar,y que ya no podía posponerse.
Preguntó aquello que su dama ya había leído en él,pero al escucharlo de su boca,no le resultó por ello un momento menos hermoso,sumido en esa especie de música celestial que solo puede oirse cuando se habla desde el alma.
-Acepto.-dijo feliz mientras se alegraba por esa forma sencilla y directa que su amor había empleado para proponerle felicidad,mientras el anular de su mano izquierda se ataviaba con el brillo de un diamante.
Abrazó a Ryan con toda su ternura,y luego buscó su boca para deleitarse en una travesía de placer bello y conocido.
Sabiendo que estaba invitando a su cuerpo a una maravilla más profunda aún que el devenir de unas sábanas.
Porque estaba segura de que en cualquiera de los dos mundos que había conocido,no existiría jamás un amor como el suyo.
La boda de Tylah y Ryan no había sido ni multitudinaria ni majestuosa.
Ella principalmente lo había querido así.Tan solo los invitados integrantes de aquel "círculo de confianza" que habían entablado amistad con la casa de los reyes desde los tiempos de Nygel,y algunos familiares directos de su predestinado.
Un vestido sencillo,una tiara de perlas blancas,una discreta cola de tul y un ramo de jazmines,habían constituído el vestuario.
La reina había comprendido bien que el protocolo tan solo era un conglomerado ancestral de costumbres,y que no era el caso de que Tylah no lo respetara,sino que para su escala de valores,no tenía importancia alguna.
Ella sí valoraba a sus entrañables afectos.Los únicos que poseía allí,ya que los otros se habían quedado desprovistos de recuerdos del otro lado del puente.
Pero Tylah no quiso que la tristeza y la añoranza de aquella vida de teatro que había vivido,se robaran la felicidad que Ryan le había brindado,al recibirla desde el brazo de Arhon,en un altar poco convencional,en el cual la reina,como autoridad máxima,les había dado su bendición,cediéndoles dentro de la misma ceremonia,los destinos de aquel maravilloso universo.
Ceremonia que había culminado con una celebración discreta y los flamantes monarcas saludando a su pueblo desde las escalinatas del castillo
Porque así se había iniciado formalmente el tiempo de paz.
Tiempo de abrir los corazones.De crear,de engendrar hijos,de admirar la belleza infinita del paisaje.
De vivir la perfección de una vida imperfecta y llena de matices.
De aprender de los errores del pasado y subsanarlos.
De tener ganas de crecer y evolucionar.
De celebrar día a día cada respiro de la existencia.
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Habían transcurrido casi dos años desde la boda.
Todo seguía igual de armonioso en el reinado de los nuevos monarcas,tan enamorados como el primer día.
Tylah y Ryan se habían hecho acreedores de un pueblo contento,una felicidad de presencia constante,un Arhon más habituado a las sonrisas y al olvido,y una Myrna complacida de poder guiar y ayudar desde su puesto de madre más que el de consejera.
Tan solo un dolor persistía en el corazón de Tylah.Espinoso e instalado.
Pensaba todo el tiempo,a manera de compulsiva comparación en la comodidad de su recámara,el lujo de su vestuario,la calidez y dulzura de sus manjares,e inevitablemente establecía un parámetro con la realidad de Jethro,preso en su frío submundo de roca y oscuridad.
Ella podía reirse,conversar,hacer el amor hasta cansarse con su rey;pero cuando se quedaba tan solo con la compañía de sus pensamientos,la tortura llegaba puntual para visitarla y robarse la danza de sus ojos.
Así recordaba que había perdido a sus padres,a su familia adoptiva,a sus amigos,y además también a ese hermano que se había dejado manejar por un amor obsesivo,quien era el último y más penoso en la lista de sus carencias.
Poque pese a todo pronóstico,Clarissa no había muerto.
Había evolucionado hacia un ser superior que era Tylah.Pero sus sentimientos seguían allí haciéndola sufrir por Jethro,a pesar del gran dolor que le había causado.
Y era entonces en ese sufrimiento,donde Tylah se revelaba en cuanto a su corazón de ser luminoso,que no sabía atesorar otra virtud para él, más que el perdón.
Estaba sensible;con esa espina pequeña ejerciendo sobre ella su presistente punzada.
Pensaba que un hombre bello se desdibujaba día a día lentamente en su soledad de piedra y abandono.
Pero sin embargo,a pesar de ello,no eran tiempos de llorar.
No debía someterse a la tiranía de las lágrimas.
Solo tenía que hacer una evaluación.Poner en una balanza lo que sentía.La balanza de luces y sombras.
Poner en práctica todos aquellos conocimientos que había adquirido y perfeccionarlos.
Ser feliz aunque ese estigma y la realidad ajena se constituyeran en amenaza para su luz natural.
Porque el hijo de Ryan que llevaba en su vientre,ese heredero de una raza de claridad,el que nacería en los tiempos dorados,la necesitaba en plenitud.
Por él,Tylah dejaría de padecer.No pactaría jamás con su espina.No negociaría con el dolor y la punzación.
Había llegado el momento de ejecutar aquella vieja idea que una vez,como rayo de luz,se había cruzado por su mente.
Supo que sus seres amados del Reino de la Luna,y sobre todo Ryan,no se merecían la ingratitud de su sufrimiento.
Por cada beso y caricia que recibía en su vientre;por cada augurio de buen nacimiento;por cada palabra de amor atesorada por la nobleza de su alma.
Tylah se había trazado el firme propósito de ser feliz.
Y había sabido como hacerlo.
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-No.En eso no podré ayudarte.-dijo Arhon muy contundente.
-Pero te adoro y me adoras...vas a ser el futuro entrenador de mi hijo,cuando nazca...además de que sabes que sola no voy a poder hacerlo...Piensa amigo de mi corazón...¿Qué hubiera hecho Mildred?...En el fondo sabes que ella hubiese estado de mi parte...
-Tylah...preciosa y convincente.Pero me estás pidiendo algo imposible aquí...
-Aquí si...
-Yo no soy autor de teatro.En esa temática tu eres la experta.No comprendo para que me necesitas...
-Porque sin ti no podría arriesgarme Arhon...además en mi estado...tu eres mi médico...y porque sencillamente quiero que estés allí conmigo cuando suceda.
-Está bien...me convenciste.Pero lo vamos a hacer bien.Nada de locuras ni arrebatos.Día,hora,circunstancia,precisión y absoluto secreto.¿Trato hecho?.
-Esta noche.Nueve en punto.Cuando Ryan esté en la reunión con el consejo de justicia.Entonces me buscas.Recuerda que te adoro.-dijo Tylah dejando a Arhon una infinidad de besos.
-¿Qué sucede aquí?-preguntó Ryan.
-Situaciones "técnicas".Códigos de cariños de profesor y alumna.
Ryan sonrió con picardía sabiendo que existía una complicidad entre ambos,y que tarde o temprano lo harían partícipe de ella,ya que su mujer no le guardaba ningún secreto.
Una bella redonda y plateada luna llena adornaba el cielo de esa preciosa noche.
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Arhon golpeó la pueta del cuarto de Tylah,y ella salió sin perder tiempo,y de inmediato lo tomó de la mano para iniciar la corta travesía.
Un recorrido que fue cambiando las paredes lujosas para dar paso progresivo a otro panorama más sórdido, se hizo visible cuando arribaron a ese sótano de los condenados.El sector de los calabozos de roca.
Tylah respiró profundamente deteniendo su andar.
-Como médico es mi obligación pedirte que pienses antes de hacer esto.Mira que si te sucede algo a ti o a tu hijo no sobreviviré a otra culpa.-dijo Arhon tomándola suavemente por los hombros.
-No me va a pasar nada.Es solo el olor nauseabundo de ese lugar.Es común en los primeros tres meses sentir estas cosas y lo sabes.No te preocupes.Voy a estar bien si me abrazas para caminar.No dejes que mire ni oiga nada.Ayúdame a controlarme.
Arhon asintió y pronto llegaron hasta el sitio en el cual sus pasos debían detenerse.
-No irás sola.-dijo Arhon.
-Tengo que hacerlo.Te llamaré cuando todo haya terminado.Confía en mi.-respondió Tylah,mientras su amigo se apartaba lo suficiente para dejarla sola frente a aquellas rejas.
-Jethro...-pronunció con toda la dulzura que pudo.
Un hombre pálido,de delgadez extrema,con semblante desolado,saltaba de su inhóspito lecho pensando que aquella voz era producto de otro de sus sueños más hermosos.
-Tylah...-dijo mirándola con lo único bello que le quedaba,que eran esos ojos azules violáceos,llenos de lágrimas de emoción.
Ella lo tomó de las manos entre los barrotes que establecían entre ambos la distancia necesaria.
-No me alcanzarían mil condenas para reparar lo que te hice...-murmuró disfrutando el cálido contacto de esas manos suaves.
-No digas nada...solo quiero que sepas que a pesar de todo el daño que me hiciste,mi corazón no guarda rencor para ti.Porque fuiste el primer y único vínculo que me acercó a la historia de mis padres.Y te lo agradezco.
-Te amo...-dijo Jethro mirándola con un sentimiento que desprovisto ya de su andar obsesivo,se asomaba por sus pupilas acuosas de contemplar sincero.
-No digas nada...descansa...anda...recuéstate...-le ordenó Tylah dulcemente,para verlo cumplir su serena y angelical petición.
Ella cerró sus ojos,inspiró profundamente,y se concentró olvidando ese horrible sitio,el hedor y la pestilencia de la humedad,y ese frío que traspasaba su sacón de piel.
Permaneció inmovil,inmersa en los ejercicios de su mente por un tiempo indefinido y necesario.
Hasta que regresó a aquella realidad de color gris,descendiendo de su estado de éxtasis.
-Ya está Arhon.-dijo en un hondo suspiro.
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Quiero contarles que mañana es el final de esta historia.
La verdad,solo voy a escribir otra si quieren.Si me lo piden,lo hago.
Los espero mañana para compartir el fin de este cuento de hadas que hice con mucho cariño,y mis agradecimientos hacia ustedes que son quienes me animan con tan hermosas palabras.
Los quiero.Mucho mucho.
Ceci.
Era una noche preciosa en la ciudad.El parque se hallaba artesanalmente iluminado,y los reflejos de neón que impactaban dibujando en el agua del lago artificial,lo poblaban de destellos radiantes,que le deban encanto al paisaje urbano.
El auditorio se hallaba colmado en la totalidad de sus butacas.
Había acontecido una gala más.Otro buen espectáculo para los sentidos en una renovada cita con el arte.
Al caer el telón,el público aplaudió de pie la maravillosa interpretación de los actores.
Especialmente las tres personas sentadas en la primera fila.
-Estás divino instructor,con tu cabello corto.-le susurró una bella mujer,que volvía a lucir el estilo que tanto le gustaba,aunque más no fuese por algunas horas robadas al tiempo.
-Compórtate.No olvides que tu marido podría oirte.-respondió un caballero elegantísimo,con una voz modulada y encantadora.
-Mi esposa está tan feliz esta noche,que hasta se permite piropear a su profesor.-agregó un segundo hombre,impecable en la pulcritud de su traje,con unos ojos ambarinos,que miraban con ternura a la belleza sentada junto a él.
-Me pregunto si voy a poder hacerlo.-dijo Tylah.
-Vas a poder.Te vamos a ayudar.Recuerda que tus facultades te abren todas las puertas ahora.Aunque esta noche pretenda confundirte con una magia que ya conoces,no eres la misma,mi amor.-dijo Ryan con la idéntica dulzura que jamás había cambiado en él.
-Me extraña alumna que precisamente tu estés tan vacilante.No olvides que ellos no te conocen.Así que relájate y actúa con naturalidad;porque si de actuar se trata,eres experta.Aunque me temo que ese corazón tuyo que desconoce de técnicas de autocontrol,termine haciéndote llorar.Prométeme que te vas a manejar con calma.
-Voy a hacer lo posible.-dijo Tylah tomando aire,mientras,como si se hubiesen puesto de acuerdo,Ryan y Arhon le acariciaban ese vientre apenas perceptible,que acunaba al hijo de la luz.
Ella entonces,caminó hacia el encuentro de una dama tan fina y bella como siempre,que lucía un avanzado embarazo,y no se cansaba de estrechar manos y recibir felicitaciones por otra gran gala,además de muy buenos augurios de buen nacimiento.
-¿La directora?-dijo Tylah tragándose su emoción queriendo perderse en un abrazo con esa amiga delicada que había sido siempre un admirado espejo en el cual mirarse.
-Tamara,encantada.-dijo dándole un beso.
Tylah siguió entonces con su guión perfectamente ensayado.
-Ellos son mi esposo y mi hemano;nos recomendaron venir desde el ministerio de cultura,y la verdad quisiéramos que este evento cada vez pudiera ser más masivo,es decir,que pudiera tener más revelancia.Porque lo merece.
-Somos apenas una pequeña institución privada.Me encantaría esa posibilidad,pero se necesitan muchos recursos.-dijo Tamara siendo muy sincera.
-Eso se puede arreglar señora.Yo soy empresario y ya hace tiempo estoy pensando en invertir en cultura.-dijo Arhon.
Los ojos de la directora se llenaron de asombro.
-Podríamos charlarlo.Esperen que les presento a mi marido.
-Dime...¿De cuántos meses estás?.-le preguntó Tylah sintiendo que el corazón se le salía del pecho.
-De siete.Ya falta muy poco.Y es una nena.-dijo Tamara mientras llamaba a un hombre a su lado.
-Él es Hernán,mi esposo.-dijo haciendo a todos las presentaciones pertinentes.
Tylah sintió que iba a desmayarse,y Arhon,que había podido percibir esa posibilidad ,antes de que pudiera suceder,conociendo la historia de ese hermano de la vida,la sostuvo delicadamente sin que nadie lo notara.
-Así que trabajan en el ministerio.-dijo Hernán con ese espíritu de anfitrión que se mantenía intacto.
-Así es.-dijo Tylah respirando profundamente y obligándose a concentrarse en su rol.-Y mi hermano que es empresario,tiene ganas de invertir en cultura.Crear espacios para nuevos artistas.Digamos ganar dinero pero haciendo una actividad muy productiva y edificante.
-Coincido...¿Clarissa me dijiste verdad?.Porque ese es el nombre que tenemos pensado para nuestra hija.-dijo Hernán haciendo que su alma se iluminara,aunque ella no pudiese expresarse como hubiese amado hacer.
-Los felicito.Saben...yo también espero un hijo,aunque no se note mucho.-les contó llena de luz,de verlos juntos,a sus dos afectos más elevados.Sintió que aunque no la conocieran,el simple hecho de que fueran felices había sido la más grande bendición que hubiera podido recibir de ellos.
Luego del intercambio de felicitaciones,mientras los amigos conocidos desconocidos volvieran a coincidir en la mayoría de los parámetros,Tylah notó al pasar,como los ojos oscuros de Arhon contemplaban muy detenidamente a una dama muy risueña,que se encontraba en otro grupo de charla.
Tylah pidió a Tamara y a Hernán que la disculparan un momento,dejándolos en la grata compañía de Ryan,y de inmediato se acercó al oído de su instructor,en una continuidad de susurros.
-Es buena gente,excelente pintora,promedio intachable,comprometida socialmente con las problemáticas más comunes,dulce,divertida...y además...preciosa;o no.-dijo refiriéndose a Tessi.
Arhon le sonrió,mientras Tylah seguía su venta cordial.
-Yo creo doctor,humildemente claro,que usted debería recetarse algo así.Pienso que la alegría de esta mujer haría de usted un hombre nuevo.Claro que si quisiera hacerla partícipe de nuestro mundo en un futuro,yo sería más que feliz,porque la adoro.Aunque si lo pienso bien...me conformaría con que usted nos visitara con cada luna llena.Recuerde que lo quiero cerca mío,y de mi familia.Hablando en serio...no imagino mi vida sin ti,Arhon.
-Voy a estar linda.Siempre.Así que..."Tessi".
-Sí Tessi.-dijo Tylah manipulando un poco la mente de la otra amiga entrañable,para que se acercara a ellos y poder saludarla.
-¿Les gustó la muestra de pintura?.Yo soy la encargada.-les dijo,ya informada de que se trataba de gente "del ministerio".
-Por supuesto.-respondió Tylah,una vez más representando su papel,y saludando a su amiga con un cariño de gran caudal,solo que sencillamente no podía hacer que fluyera a su antojo.
Luego,la dejó a solas con Arhon,intuyendo que una combinación muy bella de estilos podía surgir de esa unión de dos seres tan luminosos.
Se quedó más relajada,ya sin la amenaza de las ganas de llorar,viendo como todo fluía,aunque nadie recordara significado de su nombre.
El grupo se unificó en torno a la gente del ministerio,y al empresario de la cultura,incorporándose tan cálidos como siempre,Pedro y Martín,además del dúo inmodificable de Julia y Amanda.
De una Julia que había elegido guiar y proteger,en una decisión personal, que unía su compañía diaria a una mujer con aristas bastantes oscuras,pero que ella una y otra vez volvía a elegir en función de su cariño fraternal,desconociendo sombras,y cuidando ese vínculo que sería muy difícil de romper,al menos hasta que una de las dos se propusiera formar una familia,o cambiar el rumbo en algún aspecto.
Por lo que el grupo había vuelto a ser el de antes,aunque solo en teoría,ya que la práctica de la realidad se oponía a viva voz;aunque a Tylah no le importaba,mientras pudiera atesorar esos instantes de armonía,que antes de partir para su hogar,se llevaría transformados en hermosos recuerdos.
-Buenas noches...-dijo un hombre de cabello largo castaño oscuro,dueño de unos ojos maravillosos,azules violáceos,mientras daba a Tylah un beso en la mejilla,y estrechaba las manos de Ryan y Arhon.
-Encantado,Bruno Leblanc.Enseño teatro y hasta recién estuve detrás de escena dirigiendo a mis alumnos.
-¿Te gusta actuar?.-preguntó Tylah muy emocionada a un Jethro favorablemente cambiado,gracias a la idea que había tenido.
-Nací para esto.-dijo él muy contundente,mientras su ex compatriotas se miraban complacidos
Porque Jethro estaba donde debía estar.Sin recuerdos de un mundo que solo le había reservado la cárcel.
Estaba libre.
De amores obsesivos que le quemaran la piel y le nublaran su buen accionar.
Tenía su cabello suelto como todo un símbolo.Sin ataduras.Sin sentimientos culposos por deseos mal habidos o traiciones.
Haciendo lo que mejor sabía.
Encantar.Provocar fascinación.
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-Habrás visto que cumplí mi promesa de volver.-dijo Ryan a punto de cruzar el puente,contemplando el lago iluminado del parque.
-Sí mi amor.Siempre me dijste la verdad.En todo.
Avanzaba la noche en una ciudad que despedía a dos extraños enamorados.
La luna adornaba el puente,y hacía con ellos dos un cuadro de diseño.
Esa misma ciudad que se robaba a Arhon,tan solo hasta que el próximo disco de plata volviera a engalanar el cielo nocturno.
Porque intentaría darse la oportunidad de conocer a Tessi,y que su alegría pudiera sanar por completo ese corazón demasiado lastimado por la culpa del pasado.
Intentaría darse el permiso de experimentar y sentir.De evaluar y atesorar.
Tylah se sintió muy feliz de que se tratara de Tessi.Esa indiscutible dueña de las buenas sensaciones.
Supo que en algún lugar,Mildred estaría sonriendo luminosa.
Tylah y Ryan pronunciaron el conjuro que los devolvió nuevamente a su tierra.
Se tomaron de la mano y caminaron lentamente abandonando la estructura de roca de ese puente que había vinculado sus vidas,y atravesaron los jardines reales complaciéndose con la vista majestuosa del castillo dibujado por la delicadeza de la luna.
Estaban de nuevo en su mundo de cuentos.
-Hemos pasado mucho...hemos vivido mucho...-dijo Ryan,mirando a su reina con un amor sublime.
-Pero estamos juntos,como debe ser.Como estaba escrito.Y eso es lo que importa.Me diste el final feliz que yo quería,además de este hijo tuyo que será mi adoración.
Ryan se conmovió profundamente,y besó los labios de Tylah bajo esa luna plateada que los llenaba de luz.
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Bueno,terminamos.
Y digo terminamos porque ustedes me acompañaron en este cuento de hadas que la verdad me encantó hacer.
Que disfruté dejándome llevar y soñando a mi gusto.
Porque para eso son este tipo de historias,que nos sacan de la realidad y nos hacen caminar del lado de los sueños.
Para dejar volar la imaginación.
Espero de corazón que este final les haya gustado.
Quiero decirles gracias.
A Jackadictas,Clara y Alejandra,con sus comentarios individuales o a dúo,siempre interesadas en cada instancia de los personajes,elaborando razonamientos,enviándome sus soles españoles,sus abrazos de verano.Para mi,dos talentosas impresionantes,además de buenas personas,que se ganaron mi corazón.
JustForYou,Maite,con sus comentarios teatrales,largos sí,pero llenos de contenido,valorando cada palabra que yo pudiera decir,evaluando con cariño a mis personajes,y haciéndose presente con esa energía maravillosa que por suerte contagia.Que puedo decir,más que desearte lo mejor linda,porque te quiero mucho.
Lupina Snape,o sea Romy,generadora de sonrisas,positiva,delicada como autora,dulce,cálida.Siempre que veo tu nombre el ánimo se eleva porque tenés el don de transmitir ese espíritu de celebación permanente que te caracteriza.Y haberte conocido fue muy hermoso,y quererte es más fácil aún.
Moony, Marcos,mi compañero,que solo se registró en PF para poder compartir mis ideas y poder comentar.Que puedo decir de este amigo fiel que tengo el gusto de tratar a diario,y que me regala su compañía y sus palabras inteligentes que me ayudaron y me ayudan mucho.
Nagore,que esta historia de "teatro" fue pensada como regalo para ella,que me acompaña desde que entré a esta página,y todo lo que yo pudiera decir de su persona sería poco,y me quedaría sin palabras,porque es de esos seres de luz que están en este mundo para traer alegría a quienes tenemos la suerte de vincularnos con ellos.Te quiero linda Pamplonesa.Te adoro.
Naty_Tonks,capítulo aparte.Madrugadora,fiel,cariñosa,"querendona",tierna,y podría seguir hasta mañana con adjetivos.Alguien que está muy cerca de mi corazón aunque viva en Ecuador y yo en Argentina.Gran narradora,talentosa,que más decirte...que te quiero tanto... tanto...y sigo repitiéndolo...
Steph,mi lucecita.La que siempre tiene tiempo,y si no lo tiene lo fabrica para mi.Que cuando leo su nombre me da una profunda ternura.Porque hace mucho que te quiero y cada día te quiero más y ya te lo dije tantas veces...pero no importa,porque es lindo lo que generás en mi.
Tommy,o sea Faby,cuyo final de Jethro le pertenece.Porque yo te lo regalo linda.Por tu compañía,por contarme de las cosas de tu vida,por tener siempre una sonrisa a pesar de tus tareas o tu salud;siempre positiva.Te admiro y quiero que lo sepas.Eres muy especial.
Viole...Sofi...mi gran amiga a quien quiero tanto.Talentosa,respetuosa,delicada,entrañable para mi.Que me emociona cuando publica y muchas veces cuando dentro de sus comentarios me regala ese arte que a ella la bendice y que generosamente comparte.
Me quedo sin palabras linda,te quiero mucho,desde hace tiempo,y que siga siempre así...
Hago por ti,extensivo mi agradecimiento a tu jefe,el Señor Luis,por haberse interesado en mi humilde historia.Esta argentina agradece su gentileza y le envía un cordial saludo desde Buenos Aires.
Yesenia,Sakura;inteligente,llena de energía y sentimientos cuando escribe.La del comentario profundo,que es el sueño de todo escritor.Que le comenten como ella sabe hacer.Y te felicito por escribir comprometida con los temas de tu sociedad.Eso es admirable.
Y a Black Roses,con su alegría,Lady Brunette,Nessie y Phoenix(que vuelva),les dejo también mi agradecimiento más cariñoso y sincero por haber pasado por acá cuando podían.
Y a todos los favoritos,que no comentaron,pero leyeron;la verdad me hubiera encantado saber que pensaban,y poder establecer una linda comunicación.De todas maneras gracias.
GRACIAS A TODOS,los que me animaron a publicar nuevamente,y mientras yo tenga salud e inspiración,voy a seguir escribiendo.
Ya publiqué EL Sabor de tu Piel,espero que les guste,es muy distinto a esto,y mañana ya subo el capítulo 2.
Sin más que agregar,les repito que los quiero mucho,y yo cuando digo querer a alguien,lo siento de verdad.
Los aplaudo a todos,escritores maravillosos,comentaristas de lujo,iluminadores de la página y del alma.
Les dejo un abrazo emocionado.
Cecilia.
Puente de Luna. - Fanfics de Harry Potter
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2024-11-16
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