No dejaba de preguntarle eso, por todas partes. Cada vez que lo veía, siempre le preguntaba lo mismo. Papá, qué quieres de regalo para el día del padre. ¿Qué iba a decirle? No tenía idea. No solía celebrarlo. Ni siquiera con su propio padre.
Mientras la cobijaba, negó con la cabeza y sonrió suavemente. Aunque insistía en que nada necesitaba. Ella sabía que él quería algo de regalo. Y esa noche, mientras él se iba a dormir, lo siguió a hurtadillas.
Siempre dormía solo en su cama. Y ella, ella también dormía sola en su cama. Mientras lo miraba, tuvo una idea estupenda.
Ya sabía qué le iba a regalar a su padre para el día tan especial. El día en su honor. Sonrió, muy contenta y se dirigió a su cuarto. Comenzó a escribir su plan. Tenía que salirle perfecto. ¡Tenía que funcionar a como diera lugar!
Esa mañana, se había levantado muy temprano. Su padre ya se había ido a sus clases matutinas. Vivían en Hogwarts, durante las clases y luego, por supuesto, en Spinner's End.
Salió corriendo, como un rayo. ¡Sabía lo que necesitaba su padre! Y lo que ella necesitaba también. Además, ya no tenía que pedirlo de regalo de cumpleaños. Mataría dos perdices de un solo tiro. ¡Sería estupendo!
Corrió hasta el despacho de su profesora de defensa contra las artes oscuras y llamó con avidez. Con una sonrisa amable, ella le permitió pasar.
Profesora Hermione. ¿No querría ser usted, mi mami?
Hermione iba a contestar, pero se quedó en silencio. ¿Su mamá? Se mantuvo pensativa, mientras Esther la miraba. Ya sabía de qué hablaba y sabía, que era la hija del profesor de pociones. El hombre más temible, tenía una hija.
Halaba su mano, para que saliera del despacho y fuera a conversarlo con su padre. Sin embargo, Hermione no se movía de su puesto.
Sea mi mami, profesora Hermione. Yo quiero regalarle a mi papá, una esposa que esté con él y lo quiera mucho. Que lo cuide. ¡Y así yo tendría una mami! ¿No quiere? Usted sería ¡la mejor mami de todas!
Hermione se echó a reír, mientras Esther parecía decepcionada. Le explicó que para ser su mami o para que incluso Snape, la aceptara, tenían que conocerse primero. Esther insistió hasta que se cansó y Severus la buscaba.
La expresión en el rostro de Hermione, no le gustaba. ¿Por qué se reía de esa forma?
En el almuerzo lo supo y casi se atragantó con su vaso de jugo de calabaza. Prometió que hablaría con su hija y Hermione insistía en que no fuera muy duro con ella. Que solo quería ayudarlo. En cuanto hablaron, Hermione escuchó la versión de la historia. Sus pequeños ojos, lloraban en silencio.
Solo quería hacerte feliz, papi. ¡Y quiero una mami! Todos tienen una, excepto yo. Me hubiese encantado, pasar el día de las madres con una. ¡Y la profesora Hermione, sería una estupenda mamá! Además, ella te querría mucho. ¡Ella quiere a todo el mundo!
No tanto como a todo el mundo pero...
Lo siento, papá.
Pero, la idea no me parece tan mala. Yo podría ser tu mamá, si lo quieres y si a Severus no le molesta.
Y Esther sonrió. Mucho más, cuando Hermione se había inclinado junto a Snape y había depositado un pequeño beso en su mejilla.
¡Su regalo del día del padre se había vuelto realidad!
¿Qué quieres de regalo, papi? - Fanfics de Harry Potter
No dejaba de preguntarle eso, por todas partes. Cada vez que lo veía, siempre le preguntaba lo mismo. Papá, qué quieres de regalo para el día del padre. ¿
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2024-11-22

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