Recordaba esanavidad. El olor de las galletas recién horneadas de Lily, los vistososcolorines de las decoraciones navideñas que él, junto a sus amigos, habían colocadopor las paredes; los regalos bajo un árbol que rozaba el techo; las risas en lacocina mientras él añadía alguno más.
Recordaba a susamigos. Las ojeras de Lunático, la estatura de Colagusano, la casi ceguera deCornamenta y el mal humor de Evans. Recordaba la risa de Peter, la alegría deJames, el ánimo de Lily y las bromas de Remus.
Recordaba a Harry.Su sonrisa desdentada cuando lo sentaba en sus rodillas y jugaba con él, supelo tan oscuro como el de su amigo y sus ojos tan verdes como la chica quepoco a poco se había hecho un hueco en su vida (y, para sorpresa de muchos, sinningún interés amoroso de por medio).
Recordaba la noche.La mezcla de villancicos muggles que Lily les enseñaba y los villancicosmágicos que ella intentó aprender. El canto desafinado de Peter y los esfuerzosde Remus y James por intentar que no se notase.
Recordaba la cena. Latextura del puré deshaciéndose en su boca, el sabor del pavo que James y Lilyhabían cocinado, el dulce de la tarta que él se había encargado de traer, elchocolate que Remus había preparado como cobertura y la magnífica decoraciónque Peter se había encargado de hacer. El sonido de copas chocando en unbrindis.
Recordaba la nieve.El blanco manto cubriendo el césped; Harry, James, Remus, Peter y él jugando enla nieve. Lily intentando hacerles entrar y uniéndose a ellos, acabando en lanieve con un dulce beso de su marido.
Recordaba el frío. Lachimenea encendida brindando calor a la sala, tumbarse en el suelo como hacíanen los tiempos de Hogwarts, tostar nubes en el fuego y hablar hasta bien entradala noche. El chocolate caliente justo a las doce.
Recordaba lashistorias. Los fantasmas, los piratas, los boggarts; la fantástica imaginaciónde Remus y Lily, la total admiración de James y Peter al escucharles, susintentos de hilar dos frases coherentes. El brillo en la mirada de James.
Recordaba lacocina. Siempre ajetreada, siempre con alguien dispuesto ayudar, siempre Jamesy Lily dispuestos a encargarse de toda la cena. Siempre las mismas bromas y advertenciascuando los dejaba solos.
Recordaba losjuegos. Juegos simples y fáciles para el pequeño Harry que contaba con unospocos meses de edad, juegos más complicados cuando se dormía. Juegos imposiblescuando el alba empezaba a despuntar sobre el horizonte.
Recordaba lasrisas. Cada melodía, cada tono, cada matiz que las hacía inconfundibles a susoídos, que le haría poder identificar a sus amigos solo por ella. Su propiarisa cuando estaban juntos.
Recordaba laslágrimas. La alegría, la tristeza, la emoción, la felicidad, la incertidumbre,el no saber qué pasará. Un abrazo, una sonrisa más, una mirada esperanzadahacia el futuro, una promesa de seguir todos juntos.
Recordó el miedo.Los saltos de Peter cuando James contaba sus famosas historias, los gritoscuando Lily les enseño un aparato muggle que dijo llamarse "Televisión" y una película anunciada como "La noches de los muertos vivientes". El blanco y negro de la película, lassensaciones que intentó ocultar cuando se asustó.
Recordaba losregalos. La sonrisa de su ahijado al desenvolver los regalos con ayuda de supadre aún sin saber qué sucedía, el brillo en los ojos de James al recibir unestuche de artículos para el cuidado de la escoba, la felicidad de Lily con ellibro que tanto tiempo había buscado y que James consiguió para ella. Lassonrisas cómplices que compartieron al ver feliz al otro con su regalo.
Recordaba lasmañanas. Las ojeras de todos por no dormir, el olor a café recién hecho,especialidad de Peter; las llamadas del pequeño Harry que no quería permanecermás tiempo en su cuna. El alegre murmullo estando todos sentados en la mesa.
Recordaba la calle. Salir con Remus y Peter acomprar un último detalle, felicitar a todos, muggles y magos, por el camino yvolver a casa para darles a James y Lily un último regalo que nunca seesperaron. La sorpresa en sus ojos que después se fijaron en el álbum de fotosque tenían en sus manos.
Recordaba losanimales. Transformarse en un perro para correr por la casa jugando con suahijado, ver a James convertido en un ciervo en el jardín llevando a su hijopequeño en su lomo, Peter siendo una rata que se dejaba abrazar por Harry paradormir. Remus superando su incomodidad y fingiendo un aullido para el pequeño.
Recordaba lafelicidad. Su familia unida, las risas de todos los miembros, de todos aquellosa quien consideraba sus hermanos, de aquella que se había ganado a pulso eltítulo de hermanita peleona. Los bufidos de Lily cada vez que la llamaba así.
Recordaba los intentos.James tratando de hacer bailar a Lunático, Peter intentando disuadirle a él yél queriendo conseguir que Evans, la prefecta perfecta, bebiese más alcohol dela cuenta aún sabiendo que no lo conseguiría. Los fracasos y también las risas.
Recordaba lamúsica. Un coro cantando cerca de la casa de los Potter canciones navideñas que nada tenían que ver con el mundo mágico; la música que optaronpor escuchar después de la cena y los villancicos, el baile de honor del señory la señora Potter. Parar solo por consideración a los vecinos.
Recordaba laspeleas. Cucharas a izquierda o derecha, mantel rojo o granate, pan cortado osin cortar, ¿me siento aquí o me siento allá? Terminar con una sonrisa y seguircomo si nunca hubiese pasado nada.
Recordaba los detalles. Las manecillas marcando las doce, él y James gritando al unísono "Feliz Navidad" como habían hecho siempre, los dedos de James y Lily entrelazados durante la cena, las miradas sonrientes de Peter a todos sus amigos y la actitud de Remus a hacer cosas que el resto del año no haría. Su intención de hacer aquella Navidad única.
Recordaba loscuentos. James contando sus cuentos favoritos, "Los cuentos de Beedle el Bardo"y aquel que Lily había narrado, "Un cuento de Navidad", según dijo ellade Charles Dickens. Los fantasmas del pasado, presente y futuro llamando a lapuerta de Scrooge.
Ydespertó recordando.
Despertóentre el frío y la humedad, entre la tristeza y el hastío. Despertó entre olasy piedras, entre gritos y lamentos. Despertó entre lágrimas y recuerdos, entrebarrotes y celdas. Despertó entre locura y cordura, entre súplicas y ruegos.
Despertósabiendo que el fantasma de las navidades pasadas le había visitado de nuevo.
Recordaba esa Navidad. - Fanfics de Harry Potter
Recordaba esanavidad. El olor de las galletas recién horneadas de Lily, los vistososcolorines de las decoraciones navideñas que él, junto a sus amigos, hab�
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2024-09-02
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