***Drama y Tragedia, es lo que tbmn embarca este Fic****
1
Recuerdos del pasado:
Una joven de cabello castaño y ojos marrones, caminaba lentamente por Weller Naill Center, rumbo al único lugar que creyó que nunca visitaría.
Aun aquellos horribles recuerdos, estaban frescos en su mente.
Ya había pasado cinco años desde aquello, y a un no lo podía olvidar.
Todos sus amigos se alejaron de ella, cuando lo supieron y su mejor amigo también lo hizo.
Como si el clima reflejara su inmensa tristeza, una fuerte lluvia empezó a caer en esos momentos por todo Londres; al tiempo que recordaba (como un video casetera muggle) aquel verano de 1997, tres días antes de que entrara a Hogwarts:
****Flash Back****
Me encontraba en casa de mis tíos (para ser mas especifica, en Wiiney Splers) pasando las últimas semanas que me quedaba de verano, antes de ingresar a Hogwarts.
Lo mas importante para mi, siempre fue mis estudios, a si que antes de que mis padres me mandaran para acá, recogí todos mis libros de la escuela, y los metí en la maleta.
Mis tíos me decían que descansara un poco y que saliera a tomar aire fresco, igual, los libros no se iban a ir de mi lado.
A un lo recuerdo como si fuera ayer:
Mi tía Miriam me dijo que saliera a la plaza, ya que estaban de fiesta (o algo así) y como es el destino, aquel día no decidí quedarme en casa (como siempre) si no que salí como una simple muggle en un día de fiesta.
Todas las calles estaban decoradas para la ocasión; miles de sonidos musicales entraban y salían de mis oídos, y ninguno los entendía.
En ese momento, una carroza majestuosa con vivos colores, paso por mi lado; y las personas que estaban en ella, me saludaron jovialmente. Poco a poco, me fui contagiando de aquella alegría que los habitantes de Wiiney Splers daban.
Como una niña chiquita de cinco años, recorrí todas las calles, vislumbrándome con las esplendorosas luces y fogosos decorados.
Pero de un momento a otro, uno gritos de unos niñitos chiquitos se hicieron presentes, y cortaron aquel ambiente de fiesta que había hace solo unos pocos segundos
.
****Fin del Flash Back****
Mire a todos lados: La gente me gritaba: - ¡Loca! ¿Qué le pasa? - no sabía por que lo hacían, hasta que entendí el por que:
El semáforo estaba en verde y yo en plena calle como una tonta.
Con las mejillas rojas de la vergüenza, camine lo mas rápido que pude hacia el anden; pero con miles de charcos debajo de mis pies, es muy difícil hacerlo.
Me dirigí hacia el parque, solitario y con leves sombras que atravesaban con rapidez por los árboles, me senté en una pequeña banca y aquel ensimismamiento (que me había estado acompañando desde hacia ya dos años) se hizo presente; y sin permiso, aquel recuerdo azotó mi mente:
****Flash Back****
Corrí lo más rápido que pude hacia el lugar donde habían surgido los gritos, y me quede seca al contemplar aquella escena tan espeluznante:
Cinco mortifagos, acorralaban a 6 pequeños e inofensivos infantes con la varita. Miles de muggles estaban alrededor, y en ese momento pensé - Harry ¿Por qué no estas aquí? - no sabía que hacer, las piernas me temblaban de arriba a bajo. Tenía mi varita en el bolsillo de mi falda (nunca salía sin ella) una buena prevención que aprendí de mi querido amigo Harry Potter. En ese momento, una duda cruzo mi mente: Si los mortifagos buscaban a Harry ¿Por que estaban aquí? En un lugar a miles de kilómetros de Little Whinging, no lo entendía.
Pero ya habría tiempo de echarle cabeza aquella pregunta, ahora tenía que colocar a salvo a esos pequeños.
Sin pensarlo dos veces (tal cual lo hubiera hecho Harry) saque mi varita y corrí hacia los mortifagos.
- ¡Petrificus Totalus! - exclame al primero que se me cruzo.
Cuando quedo petrificado, caí en cuenta que era Dolohov, me miraba con ganas de matarme; yo solo le hice una mueca de ira, y me aleje de el.
Bellatrix Lestrange asechaba a dos hermanitas de por hay unos siete años.
- Aléjate de ellas, ahora mismo - le espete con furia. Esta me miro y soltó una socarrona carcajada.
- ¿Haciéndote la valientita como Potter? - Me preguntó fríamente - Eso no te queda nada bien, sangre sucia.
La rabia se me fue subiendo lentamente; antes me dolía que me dijesen así, ahora me enfurecía.
- Nunca
me vuelvas
a
decir
sangre
sucia - le dije entre dientes, y levante mi varita - Ahora mismo, me vas a decir ¿Que hacen aquí? - Bellatrix soltó una sonora carcajada y me miro expectante.
- Te buscamos a ti - fue lo único que me dijo, antes de que la voz de Lucios Malfoy resonara tras mis espaldas:
No me había dado cuenta, que malfoy había invocado el hechizo: - Desmaius - y en una fracción de segundo, caía con un estruendorozo sonido al suelo
.
****Fin del Flash Back****
La lluvia se hacía mas intensa, a medida que aquellos recuerdos iban avanzando.
Desde hacía meses que estaba yendo a una terapia con una sicóloga bruja, una vieja amiga de Hogwarts: Lavender Brown. Ella era la única que no se había ido de mi lado. A un que no le conté todo con lujo de detalles, pero poco a poco se fue convirtiendo en mi concejera, confidente y mejor amiga.
Todas las personas que pasaban por mi lado, me miraban como si fuese un bicho raro, a un que con justa razón:
Mientras todos caminaban con rapidez a causa de la lluvia, yo estaba hay sentada en aquella banca, con la mirada perdida y con un rostro que reflejaba mi desgracia.
Desde aquel encuentro con los mortifagos en Wiiney Splers, mi actitud y todo lo anterior que era Hermione Granger, había cambiado:
****Flash Back****
Empecé abrir los ojos con sorna. Mire a mí alrededor: Me encontraba en un callejón oscuro y solo una leve luz iluminaba mi cuerpo mojado.
- ¿Dónde estoy? - susurré, luego me mire mis pies y mis manos, estaba amarada, comencé a gritar como loca:
- ¡Auxilio, suéltenme, auxilio, los mortifagos me atraparon, auxilio!
- ¿Crees que alguien te va a escuchar, sangre sucia? - me preguntó una fría y oscura vos (que creía saber quien era, ya que arrastraba las palabras) saliendo de la oscuridad.
Mis suposiciones fueron acertadas: Lucios Malfoy era quien acaba de salir de las penumbras, el mismo que me había hechizado.
- ¡Suéltame! - le ordene con fiereza, a un que sabía que eso no podía ser posible.
- Una sangre sucia como tú ¿Dándome órdenes? - Me dijo con vehemencia - No me hagas reír.
- ¿Qué quieren de mi?
- Nosotros nada - me contestó con indiferencia - Pero si nuestro señor - había quedado mas confundida de lo que estaba: Ellos no me necesitaban, ¿Pero si Voldemort?
- No te entiendo - le dije muy sería.
- Haber, ¿Cómo te explico? - Comenzó Malfoy con una sutil voz - Mi señor quiere que tú te alíes a nosotros, para que así le traigas a Potter, y poderlo destruir - todo aquello lo dijo tan rápido, que no tuve tiempo de asimilarlo. Tuvieron que pasar cerca de unos 20 segundos, para que mi cerebro procesara la información.
- ¡Ni en sueños! - Grité - ¡Nunca haría eso, y dile a Voldemort que se valla olvidando de ello! - no sabía de donde habían surgido aquellas palabras, pero las dije con tanta furia, que hasta se me aguaron los ojos.
- Es que no es si quieres o no, es que debes hacerlo - me comentó Malfoy más frío de lo habitual.
Lo mire expectante por unos momentos. ¿Aliarme a Voldemort, para destruir a Harry, mi mejor amigo? Eso era una locura, no lo podía hacer.
- Antes muerta, que aliarme con ustedes - le espeté con fiereza. Una sonrisa macabra, cruzo los labios de Lucius en esos momentos; ya sabía lo que significaba aquella sonrisa: No tenía más escapatoria.
- Si no te alias a nosotros - empezó hablar, después de un momento de silencio - Pues
tu familia - y sacando su varita, apuntó hacia un extremo del callejón - Morirá - aquella palabra me cayó como un balde de agua fría. ¿Mataría a mi familia, si no me convertía en una Mortífaga?
- ¡No!- grité de nuevo - No puedes hacer eso.
- ¿A no? ¿Por qué no puedo? - me preguntó, con altivez.
- No le hagan nada a mi familia, por favor - le suplique, mientras varias lagrimas salían de mis ojos.
- Tienes dos opciones - me dijo Malfoy, ayudándose con los dedos - La primera, convertirte en Mortífaga y traer a Potter hacia nuestro señor, y la segunda quedarte sin familia, tu decides.
Estaba entre la espada y la pared, no sabía que hacer. Si elegía la opción uno, significaba la traición hacia mi mejor amigo y si elegía la opción dos, perdería a las dos únicas personas que me trajeron a este mundo.
La lluvia comenzó aumentar y el silencio reino en todo el callejón. Lucios me miraba fulminante, al tiempo que guardaba su varita.
- Mira hacia haya - me ordenó, señalándome hacia el extremo del callejón, que hace un momento había apuntado con la varita.
Me senté con dificultad (ya que estaba amarrada de pies a cabeza) y miré con detenimiento. Casi me da un desmayo, al ver a mis padres amarrados e inconcientes.
- Suéltalos - le dije, y trate de forcejear contra mis ataduras, pero era inútil.
- Tú decides, si salvar la vida de tus padres o serle fiel a tu mejor amigo - fue lo único que me dijo, antes de que desapareciera de mi lado y volviera aparecer al lado de mis padres.
Me quede pensando por un momento, mis ojos se llenaron de lagrimas y un vació, reino mi corazón.
Abrí la boca, pero en ese momento se me olvido como hablar. No sentía mi lengua y un grande taco estaba en mi garganta. Mire hacia el cielo y en un hilo de vos, susurré: - Espero que algún día me puedas perdonar por esto, Harry
Luego mire a Malfoy y dije entre cortada:
- No
les hagas
nada
los
los
.los ayudaré
****Fin del Flash Back*****
Mi llanto se hizo presente en ese momento. Lloraba por lo estupida que fui, al aliarme con Voldemort, lloraba por que gracia a eso, me arruine por completo mi vida.
Me cubrí la cara (ya que me daba vergüenza que me vieran llorando) y mire hacia el suelo, empapado por el agua.
El pito de los carros entra y salían por mis oídos, hasta que alguien dijo mi nombre y levante la cara.
- Hermione - volvió a repetir aquella voz. Mire a todos lados, pero no había nadie, lo único que había era un VogsBaguen rojo, estacionado al frente.
- Hermione, soy yo - en ese instante, la cabeza de Lavender salió por entre la ventanilla del VogsBaguen. Me miraba como medio confundida - ¿Qué haces hay mojándote? - me preguntó, con manera desaprobatoria. Sin dejarme responder, volvió hablar - Ven entra, vamos a mi casa.
Acepté sin reproche, mientras más lejos estuviera de aquel lugar, mucho mejor.
Entre en el auto, Lavender me abrazó al tiempo que me daba un beso en la mejilla (en forma de saludo) - Eres una tontina ¿Qué hacías hay, mojándote? - me preguntó, mientras encendía el carro.
Miré por la ventanilla, tratando de no contestarle aquella pregunta, pero sabía que Lavender me estaba mirando esperando alguna respuesta.
- Pues
- no sabía que decirle, si le decía la verdad me regañaría, y eso era lo que menos quería en esos momentos - Nada
pensando en muchas cosas, no más. Iba en ese preciso instante a coger un taxi, para que me llevara a la casa - fue lo primero que se me vino a la mente.
Lavender me miro de reojo - Pero si tú tienes carro - me recordó con vehemencia - ¿Por qué ibas agarrar un Taxi?
A Lavender Brown no se le podía mentir, ella sabía que eso no era cierto.
- Esta bien, yo
estaba
estaba
estaba pensando
sobre
sobre
sobre lo que sucedió hace dos años.
En ese instante, Lavender frenó bruscamente y me miro con reproche - Te dije mil veces, que no pensaras en eso ¿Hasta cuando, Hermione?
Me encogí de hombros. Sabía que eso no estaba bien, pero ¿Qué más podía hacer? Si aun aquellos recuerdos, estaban frescos en mi mente.
- No es mi intención Lavender - me defendí, recuperando mi postura de suficiencia - Aquellos recuerdos vienen solos, a mi mente.
- Solo vienen, por que tú los llamas - me espetó y volvió arrancar, ya que todos los carros le pitaban desesperados - ¿No han servido para nada las terapias? - me preguntó sin mirarme.
Agache mi cabeza. Si habían servido, pero esas cosas no eran fáciles de olvidar.
- Esta bien, cuando estemos en mi casa haremos la décima terapia en este mes, para ver si te puedes despejar un poco de eso.
No le dije nada, igual aquellas terapias me daban una y otra vez el mismo resultado: Que aquellos recuerdos estuvieran cada vez más en mi mente.
Según mi reloj, nos gastamos media hora en llegar hacia la casa de Lavender (Ya que el esposo de ella, había comprado una casa, a las afueras de Londres)
Cuando entro el auto al garage, bajamos de el y entramos a la casa.
- ¿No esta tu esposo aquí? - le pregunté un poco nerviosa, ya que a Dean (un antiguo compañero de Hogwarts) ya no le caía tan bien que digamos, después de lo sucedido hace cinco años.
- No, esta trabajando - me respondió con indiferencia. Abrió la puerta, y me invitó a pasar.
Siempre lo había dicho: El decorado vanguardista que Lavender y Dean le habían dado a la casa, le daba un toque muy magico y muggle.
- Ven, haremos la terapia en la sala - me dijo, mientras nos encaminábamos hacia ella.
Llegamos a la sala: Un espacio muy amplio, con muebles color café claro y una mesa del siglo XIX con portarretratos de todos nuestros amigos de Hogwarts, la adornaban.
- Ya vengo.
Miré a Lavender, que se alejaba de la sala hacia la cocina, y sentándome en un sofá, agarre un portarretrato que me trajo en ese momento un leve recuerdo:
****Flash Back***
Me dolía mucho el brazo izquierdo, la señora Weasley nos estaba afanando para que bajáramos rápido, ya que nos dejaría el tren.
- Muchachos, muévanle - nos ordenaba desde la cocina.
- Hay mamá, espérate un momento - le espetaba Ron, desde el dormitorio que había compartido con Harry en el verano.
- Tú mamá esta como loca, Ron - le comenté, entrando en la habitación.
- Si, tranquila, ya la escuché.
- Solo te estoy diciendo - le reproche y blanquee mis ojos.
- La señora Weasley siempre es así - terció Harry, agarrando su baúl y haciéndoseme a un lado - Ya no me sorprende.
Lo mire de reojo, y me cubrí mi brazo izquierdo, con la chaqueta que llevaba puesta.
Desde que había regresado de la casa de mis tíos, a pasar los últimos tres días del verano que restaban, no había podido mirar a los ojos a Harry, me daba vergüenza y tristeza a la vez verlo.
- Hermione
eh
¿Te puedo decir algo? - me preguntó, un poco nervioso. No sabía si aceptar o no, pero al final accedí
Salimos del dormitorio, dejando a Ron solo, mientras alegaba como loco.
Harry me llevó hacia las escaleras de la madriguera (con la mano cogida) y cuando estuvo seguro de que no había nadie, empezó hablar:
- Este
Hermione
yo
yo
.este... ¿Por que no me miras? - me preguntó un poco confuso, al ver que tenía la cabeza agachada.
Me mordí el labio inferior, no tenía ni idea que decirle.
- Ven, mírame - me dijo, levantando con delicadeza mi rostro.
Cuando nuestras miradas se cruzaron, no sabía por que demonios aquella extraña sensación estaba naciendo en mi corazón. Era como si aquellos ojos verdes me intimidaran y me colocaran nerviosa.
Lo que había pasado con los mortifagos, ya estaba pasando como a un segundo plano, por que ahora tan solo mirar a Harry, me revolcaba el estomago.
- Bueno - musitó, soltándome el rostro - Eh, Hermione
yo
te
te
te
te quería
te quería
te quería decir que
que tu
tu
tu
eh
me
me
eh
me
eh
que tu
bueno pues que yo
este
.que desde hace mucho
eh
yo
tu
eh
me
este
- levante el ceño, no entendía el por que del nerviosismo de Harry - ¿Estas bien? ¿Te pasa algo? - le pregunté un poco preocupada, a un que esa misma pregunta me la debería hacer yo.
Harry respiró profundo, y agarrándome la cara me dijo: - Que tu me
gu
- Ustedes dos, bajen ya - nos grito de repente, la señora Weasley desde el recibidor.
- Bueno
mejor bajemos ¿no? - opiné y agarré mi baúl. Mientras bajaba las escaleras, mire de reojo a Harry, que había pegado un puño con la otra mano
****Fin del Flash Back****
- ¿Quieres? - me preguntó Lavender, mostrándome unos ricos Sándwich con Yogurt.
Salí en ese instante, de mi ensimismamiento (como una bala, cuando atraviesa el cuerpo) y la mire contrariada - ¿Qué? - exclamé.
- Que si quieres - me volvió a repetir. Mire los Sándwiches y acepté. Aunque ni se por que lo acepté, ya que ni tenía ganas de comer, cada bocado que pasaba por la garganta, lo sentía como si me estuviese comiendo un pedazo de alfombra, ruda y áspera.
- Ahora si, desahógate - me ordenó Lavender, colocándose al frente mio - Dime todo lo que quieras, yo te escucharé.
La mire por un instante con aire taciturno, después me encogí de hombros, y el silencio reino en la sala.
Tenía mi miraba fija en el suelo, no quería contarle nada mas, además ¿Apara que? Si aquellas terapias no me estaban sirviendo de nada, solo me hacían revivir una y otra vez, aquella historia que nunca quisiera haber vivido.
****Flash Back****
Ya habíamos atravesado el andén 9 3/4 y cuando lo hicimos, la inmensa locomotora color rojo escarlata, nos esperaba echando humo por la boquilla, en medio de una muchedumbre que estaba alrededor.
Miré a Harry, tenía la cabeza agachada y no era capaz de mirarme a los ojos. Me pregunté el por que de su comportamiento, pero no dije nada.
Subimos al expreso, con las apremiasiones de la señora Weasley.
- Se cuidan mucho - nos dijo, cuando ya estábamos en el tren - Y no vallan hacer travesuras.
- ¡Mamá! - Le reprochó Ron - Tú sabes que ya no estamos en esas.
- A verdad - exclamó la señora Weasley - No me acordaba que ya son adolescentes y que ahora sus preocupaciones son tener a alguien más que una amiga o amigo, y lucir bella o elegante, siempre - cuando la señora Weasley terminó me reí por lo bajo, pero paré, cuando sentí la fría mirada de Ron en mi nuca.
- ¡Mi mamá si que me avergüenza!- farfullaba, cuando el expreso apuro la marcha - Sinceramente
.
- ¡Ron! - Le espeté - Respétala, es tu madre. Y como suele suceder siempre en nuestras conversaciones, aquella fue una de las miles, que se convirtió en discusión.
Como al cabo de diez minutos, me cansé de discutir y cambie de asiento hacia donde estaba Harry.
Ninguno de los dos, éramos capas de mirarnos, por mi parte, por que me daba vergüenza verlo, después de aquel pequeño incidente.
Luego de dos horas, el carrito de la comida paso y compramos muchas ranas de chocolate y grageas de todos los sabores.
- Ah, me salió Krum - dijo de repente Ron, tirando al suelo el cromo que le había salido en la rana de chocolate - Va
ya no me importa.
- No la tienes por que tirar al suelo - le dije con rudeza y mirándolo mal, la agarre y me la guarde en el bolsillo.
- Claro, como fue tu novio lo defiendes - me dijo con vehemencia.
- El no fue mi novio, solo fue un buen amigo - le dije, a un que me ruborice un poco. Ron hizo muecas de: hu, si claro y continuó comiéndose su rana.
En ese instante, mire de reojo a Harry, que estaba comiéndose una gragea de vainilla con aire taciturno. Me le acerque con lentitud, y sin saber por que iba a ser lo que iba a ser, lo abracé con fuerza y le di un beso en la mejilla.
- ¿Qué te pasa? - le pregunté, a un abrazándolo. Este me miro y sonrió (aquella sonrisa, sin saber por que, me mató) y en un susurro me dijo:
- Nada, solo
pensaba en Voldemort, y en que estará planeando - cuando dijo eso, mi corazón como que dejo de latir, y sentí como un balde de agua fría caía sobre mí.
Yo era lo que estaba planeando Voldemort
Para derrotarlo
yo, su mejor amiga
****Fin del Flash Back***
El ruido de un auto estacionándose afuera, fue lo que me saco de mis recuerdos. Lavender se levantó como un resorte del sofá, y miró por entre las cortinas del ventanal.
- Es Dean - dijo en un susurro de sorpresa.
Me coloqué toda nerviosa y al igual que ella, me levanté del sofá.
- Mejor me voy - le dije, agarrando mi bolso - No quiero ocasionarte problemas, por estar aquí.
- Claro que no te vas - me espetó - Además esta casa es de los dos, y aquí puede entrar las personas que yo quiera.
Resignada (y con miedo de que Dean me lanzara aquellas miradas frívolas que solía lanzarme) volví y me acomode de nuevo en el sofá, esperando a que el entrara.
Abrieron la puerta con parcimonia y mis manos ya estaban sudando.
Por ella, entro un hombre de compostura un tanto atlética (pero no tanta, como la de Harry) y vestido con un traje de pana.
- Hola amor - saludó, sin notar mi presencia pensé. Justo cuando iba a subir las escaleras, volteo de nuevo y me vio hay sentada en el sofá de su sala.
- Ah
.hola - dijo con vos fría, luego se devolvió hacia Lavender y en vos baja (pero con un tono muy adecuado para que lo escuchase) le preguntó - ¿Qué hace ella aquí? - Noté como las mejillas rosadas de Lavender, cambiaban de color a un tono mas fuerte; con una sonrisa me dijo - ¿Nos disculpas? - y acto seguido, se fueron hacia el vestíbulo, donde Lavender colocó una puerta entre el y la sala, para que no escuchara nada.
Me levanté del sofá, y con paso lento me acerque hacia la puerta, lo que alcanzaba a escuchar, era:
- ¿¡Cómo se te ocurre preguntarme eso, delante de ella!? - le preguntaba Lavender a su esposo, en un tono un poco mas alto de lo normal.
- ¡Pero tu muy bien sabes, que a mi no me gusta que ella este aquí en mi casa! - le contestó con rudeza. En ese instante, se me llenaron mis ojos de lágrimas; antes Dean me consideraba como una buena amiga, ahora, estaba en su lista negra.
- ¡Pues yo puedo traer a la casa, a quien se me de la gana! - Le espetó - Además, esta casa la compramos entre los dos, y por ende nos pertenece a los DOS.
- ¡Puedes invitar a todas las personas que quieras, pero a ella no!
- ¿COMO QUE A ELLA NO? - Le preguntó, ahora gritando - ¡MIRA DEAN THOMAS, HERMIONE ES MI AMIGA, TE GUSTE O NO; Y LA VOY A SEGUIR INITANDO CUANTAS VECES SE ME DE LA GANA!
- PUES SI TU PREFIERES A ESA
ESA
A TU AMIGUITA, PUES MEJOR ME LARGO DE AQUÍ - No pude soportarlo mas, no era justo que ellos dos pelearan por mi culpa, así que saque mi varita del bolsillo del pantalón y derribe la puerta.
- No es necesario que te vallas, Dean - le informé, conteniendo mis lagrimas - Yo soy la que me voy.
Dean me miro entre confundido y feliz, y miro hacia otro lado.
- No Hermione, no es necesario que te vallas. Quédate - me rogó Lavender, pero yo negué con la cabeza.
- No Lavender, no quiero ser la causante de un discusión matrimonial, mejor me voy - y antes de que mi amiga me detuviera, cerré los ojos con fuerza y con un plin desaparecí.
*********Notas de la autora******
Hola, hola:
Bueno, aquí estoy yo de nuevo, con el fic q hable en mi anterior fic (jiji, "A tu lado") No se vallan a equivocar y crean q esta es la continuación, NO, nada q ver, simplemente es otro fic MUY alejado de "A tu lado" la continuación de este esperenla (como les dije) en Agosto...
Como podrán a versen dado cuenta, el fic lo hablo algunas veces desde la perspectiva de Hermione, otras desde mi perspectiva, nu se, me pareció q sería interesante, ¿Ustedes q opinan?
Espero q les guste el fic....y dejen comentarios....
Bye....
Besos. 2
Lagrimas de dolor:
Reaparecí de nuevo en Weller Naill Center. La lluvia había cesado y junto con ella el ajetreo de las personas.
Las lágrimas hicieron de nuevo acto de presencia, y deje que circularan por mis mejillas libremente.
Se comenzaron a empapar, a medida que salían por mis ojos. Varias lágrimas saladas entraron a mi boca, y yo las probé con amargura. Esas eran las lágrimas de dolor que provocaba al haber traicionado a un amigo.
****Flash Back****
El primer mes como Mortífaga había culminado, y el frío viento de octubre había hecho su arribo a la escuela.
Cada vez que estaba cerca de Harry, me sentía tan mal. Era como si mi corazón se comprimiera cada vez que me hablaba, era como si el supiera lo que estaba haciendo, y eso me atormentaba día tras día. Y para males, estaba sintiendo algo por el, más que una simple amistad.
Todas las noches, el recuerdo de aquel incidente en Wiiney Splers, azotaba mi mente una y otra vez. En varias ocasiones, me levantaba sudando y dando tales gritos, que mis compañeras de cuarto se levantaban asustadas.
- ¿Qué te pasa? - Me preguntó Lavender muy preocupada, el viernes por la noche - ¿Te encuentras bien?
Yo la mire un poco desconcertada, y asentí con torpeza.
- Si estoy bien - le asegure, con una sonrisa - Solo pues
.tuve una pesadilla, nada más.
Las chicas me miraron con el ceño fruncido, y al cabo de diez minutos se fueron a dormir.
Yo en cambio, me quede sentada sobre la cama con aire taciturno. Agarre mis rodillas, y me comencé a balancear como si fuera una silla mecedora.
Cantaba una canción que mi madre me cantaba cuando era un bebé, aquella canción (después de diez y siete años) me confortaba tanto, hacia que todos los males se fueran, y las preocupaciones también.
Cuando me di cuenta que el sueño me había abandonado por completo, abrí el dosel que cubría mi cama, y salí del cuarto (tratando de no levantar a mis compañeras)
Baje por las escaleras empinadas, y llegué a la sala común. En ella, ya se encontraba alguien, alguien que como yo, no podía dormir.
- ¿Harry? - indague, al reconocer al peliazabache.
Este volteo (ya que estaba viendo ensimismado la leña ya consumida) y me miro expectante.
- Hola, Herms - me saludo, al tiempo que me esbozaba una de aquellas sonrisas que me estaban cautivando poco a poco.
- ¿Qué haces despierto tan tarde? - le pregunté, acercándome.
- Pues lo mismo que tú haces despierta tan tarde - me contesto, y acerco una butaca que estaba a un extremo, para que yo me sentara.
Hice lo que el quería que hiciera, y después me lo quede mirando fijamente - ¿Te sucede algo? - le pregunté curiosa, al ver que volvía su vista hacia la leña quemada.
Movió enérgicamente la cabeza, y me miro - No pasa nada, solo pues
estoy pensando en muchas cosas, nada más.
- En cosas que tienen el nombre de ¿Voldemort? - el ojiverde me miro, y negó con la cabeza.
- Por parte si - admitió - Pero por otra parte
.pues - y desvió su vista hacia la ventana - Es por una chica.
Al escuchar eso, me dio irá en pensar que mi mejor amigo estuviera así por una estupida chica.
- Y
¿Quien es la causante de tu ensimismamiento? - le pregunté, como quien no quiere la cosa, pareciendo no celosa.
Harry no me contesto al instante, se tomo su tiempo para responderme.
- Una amiga de hace mucho tiempo, a la cual quiero mucho - me contestó, ahora mirándome fijamente.
- ¿Así? Y
no se, ¿Quién es? - en ese preciso momento, no se porque se me vino a la mente Ginny ¿Y si le estaba gustando la menor de los Weasley? No podía ser, eso si que me partiría el alma. Pero ¿Qué estaba diciendo? Si Harry era solo mi amigo, y por el sentía solo una simple amistad, a un que eso estaba cambiando poco a poco
****Fin del Flash Back****
Cuando mi rostro estuvo empapado de aquel liquido salino, me lleve las manos hacia mis mejillas y las limpie rápidamente.
Mire mi reloj: faltaba quince para las seis, se había pasado el tiempo volando.
Seguro aquel sitio ya estaba cerrado, a si que decidí ir a visitarlo otro día, a un que en si no me apetecía entrar en ese lugar.
Me levante de la banca (mojada por la lluvia de hace un rato) y fue hacia la avenida para agarrar un taxi.
Al cabo de diez minutos, un bonito taxi paro y yo me subí a el.
- Ah el barrio Likentoon, por favor - le dije, cerrando la puerta.
- Con gusto - respondió este, y arranco.
El camino hacia mi casa, nunca se me había hecho tan largo. Por lo cual, en aquel trayecto, los recuerdos volvieron a mi mente.
****Flash Back****
Miraba a Harry curiosa, y trate de sacar aquella rabia tan repentina que había sentido por Ginny. Estaba haciendo conjeturas que quien sabe fueran ciertas.
- Es una persona a la cual quiero mucho - me dijo, mientras se miraba sus zapatos deportivos - Una amiga que
siempre a estado conmigo, en las buenas y en las malas.
Me quede callada ¿Ginny lo había acompañado en las buenas y en las malas? Me pregunté. Si era así ¿Cuándo sucedió eso, que no me di cuenta?
- Hermione - me llamó, sacándome de mis pensamientos.
- Dime.
- Hermione, desde hace mucho te quería decir que - y se me fue acercando lentamente - Que, desde hace
pues
desde días atrás eh comenzado a sentir cosas por ti, que no tienen el nombre de amistad - tras aquellas palabras, mi corazón comenzó a palpitar a mil por segundo. Lo que me estaba dando a entender, era que ¿sentía lo mismo que yo por el? Pero ¿Cómo?
- Hermione, en pocas palabras, tu
tu
me
me
me gustas mucho - y sin previo aviso, me dio un beso.
Un beso tierno, protector y lleno de amor, un beso que tanto el como yo lo esperábamos desde hacia mucho tiempo.
Nuestras lenguas se unieron como al son del palpitar de nuestros corazones, y la adrenalina comenzó a subir por nuestro cuerpo.
Por fin estaba tocando sus labios, aquellos labios rojos que desde hace mucho quería probar
.
****Fin del Flash Back****
Un pequeño sollozo salio de mi cuerpo, y el taxista me miro por el retrovisor.
- ¿Se encuentra bien? - me preguntó, al ver que estaba llorando.
- Si estoy bien - le asegure, con una sonrisa - Usted siga, por favor.
El taxista obedeció, y siguió su rumbo.
Me era tan difícil saber que Harry me había querido tanto, para después que se enterará que lo había traicionado, me era tan duro.
- Mi, Harry - dije a lo bajo - Hubiera hecho hasta lo imposible por no haberte traicionado, pero no me quedo de otra - otro sollozo silencioso reino el taxi - Pero es que
yo siempre te eh amado
y
- las lágrimas comenzaron a brotar de nuevo. En ese momento, mi celular sonó, y conteste fingiendo que estaba bien.
- ¿Bueno?
- ¿Señorita Granger? - me llamo una voz de un joven, que al escucharla el corazón me dio un vuelco. Era tan parecida a la de el.
- Si
soy yo - dije entre cortada - ¿Quién me necesita?
- Mucho gusto, soy James Patterson, es que me dieron su teléfono para ver si usted me podía hacer un favor - me explico aquella voz, y yo me quedaba cada vez sin habla, era tan parecida esa vos a la de Harry, pero
no podía ser, seguro era pura casualidad, el ya se había ido, muy lejos de Londres, era imposible que estuviera aquí de nuevo.
- Eh, ah si
y ¿En que le puedo ayudar? - le pregunté, tratando de que mis palabras sonaran claras.
- Pues como usted es columnista del Diario El Profeta, me preguntaba si podría escribir una columna que demuestre los falsos que son esa empresa de fabricadores de polvos invisibles - me dijo, hablando un poco mas bajo - Yo puedo dar testimonio, y otras personas también.
- ¿Y por que tendría que escribir eso? - le pregunté, sin entender nada.
- Porque esa empresa es un fraude - me explico - Esos polvos invisibles solo provoca grabes problemas en la piel, y por culpa de ellos, mi hijo de 5 años murió hace 6 meses - tras aquellas palabras, se me hizo un nudo en la garganta.
- Eh, claro que escribiré esa columna - le dije de inmediato - Eh, pero me tendré que reunir con usted para
ya sabe
que me de los hechos y todo eso.
- Ah por supuesto - acepto el hombre, muy feliz - ¿Le parece bien que nos veamos el lunes a las nueve de la mañana en el Café Missu de la cuarta? - me preguntó.
Yo me quede pensativa - No, no hay ningún problema - conteste por fin - Hay lo veré.
- Está bien, llegaré unos quine minutos antes al café, para que solo tenga que preguntarle a la recepcionista por mi - me dijo - Fue un placer hablar con usted señorita Granger, nos veremos el lunes, que tenga buena noche - y acto seguido, me colgó el móvil.
Guarde el celular en mi bolso, y durante el camino hacia mi casa, me quede pensando en aquella voz, tan parecida a la de el.
El taxi entro al barrio Likentoon, y paró al frente de una pequeña casa encerrada en una reja.
- Son 16 libras - me dijo el taxista, saque mi billetera y le pague 19 - Quédese con el cambio - y baje del carro.
Abrí la reja y crucé el patio. Cuando estuve en mi casa, me reconforte un poco, los muebles blancos y las paredes blancas, me alegraron.
Subí a mi cuarto y deje el bolso en sima de la cama. Entre al baño (ya que quería ducharme) y me desvestí, mientras me desvestía, recordé al instante como una vez este cuerpo se lo había entregado a Harry, mi amado.
****Flash Back****
Ya había pasado un mes desde que Harry y yo éramos novios.
El hecho de que Harry Potter y Hermione Granger fueran novios, dio mucho de que hablar en la escuela.
A Ginny, no le gusto de amucho que yo tuviera algo con Harry, ya que seguía locamente enamorada de el, pero ¿Qué mas se podía hacer? Si los dos nos queríamos no había nada que hacer.
Un día, en las vacaciones de navidad, Harry y yo decidimos quedarnos en Hogwarts, y así pasar la navidad juntos.
- Ven que te quiero dar un regalo - me había dicho el ojiverde, en la sala común, el 24 de diciembre - De navidad - me explico, y me saco de la sala.
- ¿Qué regalo? - le pregunte curiosa, mientras salíamos por el hueco del retrato.
- Es una sorpresa - me dijo, y me llevo hacia un pasillo donde estaba el tapiz de un mago, enseñando a bailar inútilmente ballet a unos trols.
- ¿El cuarto de los Menesteres? - Dije, mirando una puerta blanca que se había erguido, cuando Harry paso tres veces por el tapiz - ¿Qué hay adentro?
- Ya veras - y entre con el al cuarto.
Un pequeño cuarto, con una cama de madera muy linda envuelta en una fina sabana blanca, nos dio la bienvenida.
Al lado de la cama, había un armario, y al lado derecho una mesita de noche, los dos de madera.
Observe que dos copas con una botella de vino, estaban en sima de la mesita de noche.
- ¿Y eso que? - pregunté, agarrando una copa.
- ¿Creías que íbamos a recibir la navidad, sin unas buenas copas de vino? - me dijo, y me invito a que me sentara en la cama.
Las horas pasaron, y tras copitas de vino una tras otra y habladuría sobre cosas del colegio, las doce llegaron y nos deseamos feliz navidad.
- Es la primera vez que esperamos la navidad - comenté, dándole un beso en los labios.
- Si, cierto - me dijo, y me comenzó de nuevo a besar.
Esa ves, aquel beso fue un poco diferente, ya que se fue convirtiendo en un beso cada vez más pasional, y cuando menos me había dado cuenta, estaba acostada en la cama con Harry en sima.
Este comenzó a quitarme la blusa, hasta que quede solo en brasiel, y poco a poco nos fuimos despojando de nuestras prendas.
Cuando menos pensaba, estábamos en ropa interior, y Harry intentaba quitármela.
- Te amo - me dijo en un susurro, y yo le dije lo mismo.
Me mire el brazo izquierdo donde tenía la marca tenebrosa, y me dio un vuelvo el corazón.
Tape mi brazo con la sabana y le sonreí a Harry. No sabía por que me iba acostar con el, si estaba besando a la que pronto lo iba a traicionar
****Fin del Flash Back****
Si nunca hubiera aceptado ser Mortífaga, seguramente Harry estuviera a mi lado, y no se hubiera ido.
Pero no, tuve que aceptar eso, y como no tuve el valor de confesarle lo que pasaba, peor.
La castaña abrió la llave y dejo que la fría agua le cayera en su rostro húmedo por las lágrimas que le era muy difícil de contenerlas.
Cerró el grifo y se seco con parcimonia, cuando se coloco ropa de la casa, se dirigió hacia el estudio, donde tenía que terminar una columna del equipo de quidditch los Chudley Cannons.
Entro al estudio y prendió el computador, cuando abrió Word, leyó lo que tenía escrito.
Se sorprendía lo bien que escribía, por algo se había ganado el titulo de la Columnista de oro en el profeta.
Escucho un fuerte golpeteo en la ventana, y se levanto a ver que ocasionaba ese ruido.
Cuando estuvo a una considerada distancia del ventanal, vio volar a la típica lechuza mensajera que le entregaba las cartas de sus admiradores que leían sus columnas y unas cuantas cosas más.
Abrió una carta (de una admiradora) la cual decía:
Querida Hermione:
¿Cómo a estado? Le quiero decir que me gustan mucho todas sus columnas, y la del mes pasado estuvo fenomenal. Esa de los jóvenes magos metiéndose en la droga muggle, mis hijos la leyeron, y se quedaron encantados.
Me gustaría que me enviara un autógrafo suyo, no para mi sino para mi hijo que esta loquísimo por usted.
Con mis más preciados saludos, se despide de usted:
Karina Melebar.
Hermione sonrió, recibir aquellas cartas de personas que le decían que escribía fenomenal, hacia que hiciera mejor su trabajo.
Cuando leyó unas cinco cartas más y las contesto todas, agarro el profeta a ver que había de nuevo en el mundo magico.
En primera plana apareció el equipo el cual estaba escribiendo, muy sonrientes y felices.
Debajo de la foto, resonaba un titulo que decía:
LOS CHUDDLEY CANNOSNS SABOREAN LA FELIZ VISTORIA:
Tras un largo tiempo sin ser ganadores de ningún partido, por fin los Chudley Cannons
Saborean la dulce victoria, donde le ganaron a los Tornados 345 a 223.
El equipo, dará una breve entrevista el 15 de diciembre ya que el equipo esta trabajando muy arduamente antes de que las vacaciones navideñas lleguen.
Para leer mas, abran la siguiente pagina
Hermione estaba muy interesada en saber más a fondo su victoria frente a los Tornados, a si que abrió el profeta y leyó:
Los Chudley Cannons, los cuales eran reconocidos como el equipo perdedor de toda Inglaterra, ahora saborean su victoria.
Tras la derrota que tuvieron los Tornados al enfrentarse a ellos, el equipo goza de su 3 victoria en el año.
- Estamos a punto de llegar a la final de quidditch, y eso nos alegra mucho - dijo el capitán del equipo: Ronald Rospencer, a un miembro del profeta.
El que esta mas contento, es el buscador: James Patterson, el cual retoma su puesto tras 1 año incombaleciente por causa de una enfermedad muy extraña, que lo dejo en estado de coma.
Patterson, afirma que se siente muy feliz de estar de nuevo en el equipo, y agradece a Andrew que lo haya sustituido tan bien durante el año que falto.
- Pues cuando lleguen las vacaciones me voy a dedicar a mi esposa, por que como sabrán el accidente de mi hijo, provoco una profunda tristeza en ella - nos dijo Patterson, al salir del entrenamiento el día de ayer.
En el típico receso (en donde el equipo descansara mucho) trataremos de conseguir entrevistas abiertas con cada integrante de los
Chudley Cannons.
- ¿Patterson? - dijo a lo bajo, tras dejar el Diario en sima del escritorio - James Patterson - volvió a leer, y se quedo pensando - Será el joven con que me voy a reunir el lunes - respiro profundo, y recordó aquella voz, aquella voz que se parecía tanto a la de Harry.
Doblo el Profeta y se preguntó si en aquella foto del equipo aparecía el joven Patterson. Sin aguantarse la curiosidad, volvió hacia la primera plana y escudriño la foto con sigilo.
Debajo de esta, resonaban los nombres (de derecha a izquierda) de los integrantes, a si que comenzó a buscar.
Pero fue en vano, ya que el no estaba hay.
Tratando de sacar aquella idea de que James era Harry, guardó el Diario en un cajón del escritorio, y siguió escribiendo su columna.
A las once menos cuarto, la castaña se fue a dormir. Siempre era la misma rutina: Iba a su baño, se limpiaba la cara y tras una corta ducha se acostaba en su cama.
A pesar de que cinco largos años ya habían pasado, ese sueño de como había traicionado a Harry, seguía fresco en su mente, al igual que los miles de recuerdos que no tenían fin.
(......)
****Notas de la autora*******
Buuuaa, voy a llorar, no quería hacer eso.....pero lo tuve q hacer, me lo exigian, bueno....ahora mismo colocaré el prox chap con la continuación de este (para q no se me descontrole)
Resps Rews:
Aana_EXTASIS: Holaaaa: Me gusta mucho d q te haya gustado como narre en primera persona....bueno, al principio me parecio q podría ser una crónica, contada por herms, pero luego al ver q me estaba quedando charra, la cambie, y desidi narrarla en 1 persona y luego en (hay...bueno, normalita XD, se me voldio el nom) y pues wow, me sorprende q leeas fics de H/Hr, viendo q no son tus favoritos, a mi me facina esta pareja, y la verdad,me aburren los fics H/G....esos no me llaman para nada la atención, pero me alegra MUCHO q te haya llamado la atención mi fic...hay q bonito n_n (bue, y eso q no soy buena para los resumenes) Ya tu fic lo publicaste?? pos pa leerlo, así no sea de mi pareja preferida.....hay q ver a ultramar (jiji, como dice mi prof de historia) Y me llenaste de entusiasmo cuando escribiste: "vAyA PoR FiN AlGuIeN HiZo uN FiC ComO El qUe eSpErAbA" fue lindu, espero q te guste este chap, y la partesita q estara en el prox chap....chao t cuidas. Besos.
Darkgranger: Jjaja, cierto ¿no q estabas en el hospital por el paro q te preovoq? bueno, hagamos una ecepción, luego vuelves a tu estado de moribundes (XD) jajaj XD ¿Ya t esta entrando la melancolia? hay, chillona (buuaaa, aquien engaño, cuando escribi el 1 chap, a mi tbmn)...si es triste...pero bue....jaja, creo q en este fic el Love se verá intercalado XD....mmmmmm será interesante.- Ok, ojala lo leas completiiiiiiiito, y espera la continuación de mi otro fic...ya sabes en agosto....
Chu, t keru...besos....
Bueno, y a los q no dejan rews, pero se q leyeron el 1 chap, MUXAS GRACIAS...y espero q dejen proximamente...
Bye, Bye...
Besos. Continuación:
2
Lágrimas de dolor:
A la mañana siguiente, el sol entro por la rendija de la ventana del cuarto de Hermione, provocando que esta se despertara.
Con un corto bostezo, se paro de la cama dirigiéndose al baño.
Era sábado, y ese día tendría que ir al Profeta para entregar su Columna sobre los Chudley Cannons, por lo cual se baño y se vistió muy elegante.
A las pocas horas, salió de su casa y se subió a su convertible negro. La avenida ese día no estaba tan congestionada como otras veces, lo que le fue más fácil la llegada a su oficina.
La sub.Oficina del Profeta quedaba en el pueblo de Hogsmeade, pero la oficina central quedaba en el centro de Londres.
Estacionó su convertible en un pequeño parqueadero que estaba en la esquina, entre la avenida Rossver y la Parkerd. Bajo del auto y camino por toda la avenida Rossver hasta un edificio de once pisos, desgastado y apunto de derrumbarse.
Entro en el, y observo que poco a poco el polvo se lo estaba comiendo. Con paso normal se dirigió hacia un mostrador (al tiempo que el tacón de sus zapatos hacían toc-toc al caminar) y agarró un teléfono blanco el cual no tenía cable.
Sacó de su bolso una tarjeta dorada y la pasó por una pequeña rajadura que tenía el teléfono sin cable, y como por arte de magia el teléfono brillo y de hay salio una voz femenina (parecida a la que salía de la cabina del Ministerio de Magia) la cual dijo:
- Sea bienvenida a la Oficina Central del Profeta, señorita Granger. Por favor diríjase hacia el otro lado del mostrador, y toque la pequeña campana de plata que hay dentro de la caja de cristal - la castaña le obedeció, y sin soltar el auricular entro al mostrador. Tal cual aquella voz se lo había ordenado, toco la campanilla de plata y sintió como era absorbida por una mano invisible que la jalo hacia arriba. Y en un abrir y cerrar de ojos, se encontraba parada en medio del Lobby de la Oficina del Profeta.
Muchas personas uniformadas con túnicas negras y blancas, caminaban de un lado a otro con largos rollos de pergaminos en las manos.
Algunas se dirigían hacia pequeñas puertas que estaban ubicadas a cada extremo del Lobby, otras iban hacia una puerta dorada enorme la cual tenía una pequeña Insignia:
Columnistas
El piso de madera brillaba tanto, que parecía irreal.
En los muebles color vinotinto, se encontraban las personas que necesitaban hablar con la recepcionista para alguna cita con algún trabajador de la oficina.
Varias chimeneas estaban pegadas junto a unas lisas e impecables paredes blancas, donde en ocasiones las personas se aparecían con polvos flu (como lo hacían en el Ministerio)
Hermione se pudo haber aparecido en su oficina directamente, pero ese día no tenía ánimos para hacerlo.
- Buenos días señorita Granger - la saludo una joven rubia de ojos grises, cuando entro por la gran puerta dorada.
- Buenos días Evelyn - le correspondió con el saludo, sonriéndole como pudo.
- ¿Ya terminaste la columna de los Chudley Cannons? - le preguntó Evelyn, caminando a su lado rumbo a su oficina.
- Sí, la entregaré hoy, solo hay que hacerle unos breves toques.
- Ah bueno - y se despidió de ella, cuando esta entro en su oficina.
Evelyn era su secretaria, y muy buena gente.
Cuando abrió el pergamino donde tenía escrito la columna de los Chudley Cannons, de un momento a otro se le vino a la mente la conversación con ese tal James Patterson.
La voz de ese hombre, era tan parecida a la de él. Pero era imposible, Harry ya no estaba en Londres, se había alejado de ella hace mucho tiempo
y para siempre
.Harry Potter estaba
- Muerto - se dijo a lo bajo, y dejo el pergamino a un lado para agarrarse fuertemente la cabeza - El ya esta muerto
yo lo vi cuando se enfrentó a Voldemort y el también murió
***Flash Back***
La última batalla por fin había llegado, y yo lo tenía muy claro.
Cuando Hogwarts recibió una emboscada el día de nuestra graduación, sabía lo que iba a pasar, ya que yo fui la culpable de que los mortífagos pudieran entrar en la escuela.
- ¡Mortífagos! - me dijo Harry al oído, cuando un estruendo sucedió en los terrenos - Hermy, amor, quédate aquí
con los demás - y acto seguido, salio del Gran Comedor, junto con Dumbledore, McGonagall y los demás profesores.
- ¡Harry! - grité mientras lo veía alejarse, una vez la gran puerta se cerro, mis ojos se llenaron de lagrimas.
- No llores, todo estará bien - me consoló Ron. Aunque yo no lloraba por el hecho de que Harry fuera a enfrentarse (por ultima vez) con Voldemort, si no por el hecho de que yo había sido la que había traído al Darck Lord a Hogwarts.
Abracé fuertemente a Ron, el era mi única fuente de consuelo, la única.
- Ron
¿Por qué? - le pregunté con voz apagada, mientras lo abrazaba mas fuerte. El pecoso solo se limitó a sobarme la cabeza y a darme unos golpecitos en la espalda.
- El va a estar bien - me repitió.
Afuera, se estaba librando la última batalla entre el bien y el mal, entre Harry Potter y Lord Voldemort
De un momento a otro, la puerta del Gran Comedor se abrió de golpe, y por ella entraron cuadro Mortífagos.
Gritos de terror rodearon todo el comedor, y yo saqué mi varita.
- No, Hermione - me advirtió Ron, mientras veía a los malvados - Le prometí a Harry que cuidaría de ti, y no voy a permitir que luches.
- Pero, Ron - proteste, aunque no había poder humano que lo hiciera cambiar de opinión.
Me brindo una amplia sonrisa, al tiempo que le lanzaba un Expelliarmus a un hombre corpulento y muy alto.
Solo estaba la profesora Sprud junto con Snape
- ¡Severus, gracias por ayudarnos! - Dijo una voz de una mujer - Pensé que ibas a traicionarnos de nuevo.
- Pues mira que no lo hice - la interlocutora de Snape era nada más y nada menos que: Bellatrix Lestrenged.
Cuando la profesora Sprud se dio cuenta de que Snape era también un mortifago, casi le da un desmayo.
Yo mientras tanto, estaba hay plantada como una boba, al tiempo que veía como mi mejor amigo Ron luchaba contra dos mortífagos al mismo tiempo, aunque el no era el único, Dean, Seamus, Neville y otros, también estaban combatiendo. A pesar de que fueran pocos, los mortífagos los superaban en poder.
Bellatrix después de terminar de hablar con Snape, me miro a mí fijamente. Yo también la mire, con un despreció enorme hacia ella.
Saque mi varita del bolsillo y grite:
- ¡Desmaius! - y le cayó de llenó en su pecho.
Como los demás mortifagos estaban ocupados y Ron también, aproveche para salir del recinto.
Tenía que ir a ver como se encontraba Harry, tenía que salvarlo de las manos del Lord.
- ¡Crucio! - exclamó la voz de Voldemort, justamente cuando salía.
- ¡NO! - Grité, al ver que le daba de lleno a Harry. El moreno estaba mal herido, mucha sangre le recorría todo el cuerpo, y poco a poco iba perdiendo fuerza.
- ¿Cansado, Potter? - le preguntó con sarcasmo el Lord oscuro.
Harry lo fulmino con aquellos brillantes ojos verdes que siempre me embelezaban, y se levantó del frío suelo como pudo.
Mire a mi alrededor: Los de la Orden peleaban con gran coraje contra los seguidores de Voldemort, y en medio de todo ese lió de hechizos y maldiciones, se libraba la batalla final, entre el amor de mi vida y el ser mas repugnante que hubiera existido sobre la faz de este mundo.
- Harry - dije a lo bajo, cuando se levantó por completo.
- ¡Eres una basura, Voldemort! - Exclamó el ojiverde, y yo me mordí el labio - ¡Por tu culpa me quede sin padres, por ti no pude estar con ellos, viví la peor infancia que un niño JAMÁS desearía! ¡Por tu culpa, Sirius esta muerto, por tu culpa DUMBLEDORE FALLECIO! - al escuchar las últimas palabras, busque desesperada al profesor Dumbledore, y en efecto, su cuerpo yacía tendido en el suelo.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, Albus Dumbledore había muerto
ahora seguía
- Si, así es Potter, eh acecinado a las personas que mas haz querido - le dijo aquel ser, con voz fría y oscura - ¡Ya ahora sigues tú! - yo pegué un grito ahogado.
- Pero primero - dijo Voldemort, levantando su varita - ¡Crucio! - y el maleficio torturador, volvió a caer de nuevo en el blanco.
- Te contaré como pude entrar en la escuela, como te tengo ahora en mis manos - mis ojos se desorbitaron por completo. Le iba a decir la verdad, Lord Voldemort le iba a decir a Harry, que su NOVIA lo había traicionado, aquella mujer con que se acostó aquella noche, y donde sus almas por primera vez se unieron.
Un taco muy grueso se formo en mi garganta, y me derrumbe junto al cadáver de Albus.
Quería gritar, decirle la verdad a Harry por mi propia boca, pero no podía
era como si hubiera olvidado hablar.
Vi con dificultad, como Harry levantaba su cabeza y miraba con asco a Voldemort.
- Desde el año pasado estuve pensando en un plan para que te derrotara, te derribara y no hubiera forma de que te salvaras - comenzó hablar el Darck Lord, caminando lentamente hacia Harry - Un plan que estuviera contra derrotas, un plan que no tuviera el nombre de Lily Evans ni de Albus Dumbledore, un plan que al cabo de unos meses, se me ocurrió - paro en su relato, y miro fijamente a Harry - Se me ocurrió el plan más GRANDE de la historia, ya tenía la forma de derrotarte
y no había cosa o poder humano que te salvara. Ese plan llevaba todas las de ganar, y tenía el mi nombre escrito con la VICTORIA - Harry lo miraba expectante
parecía que el dolor le había impedido hablar - ¿Y sabes cual era ese plan, Harry? - El moreno negó - Ese plan era ella - y me señalo con su cadavérica mano.
El rostro de Harry volteó hacia donde estaba señalando el Lord, y abrió los ojos como platos.
- ¿Sorprendido? - Le preguntó Voldemort, con una maquiavélica sonrisa - Claro, obvio que debes estar sorprendido. Si, pensé en ella, pensé en ese asquerosa sangre sucia, la única que había estado a tu lado día y noche, y te conocía a la perfección - Harry me miraba atónico, y yo trate de desviar mi vista de sus ojos, pero no podía, simplemente no podía hacerlo. En ese momento, Ron llegó junto con los demás estudiantes que estaban en la sala común, todos raspados y mal heridos, pero se encontraban bien.
La pelea entre los mortífagos y la Orden del Fénix había terminado, y los del segundo bando habían ganado. Ahora solo quedaba esperar a Harry Potter.
- Hermione, ¿Estas bien? - me preguntó Ron, agachándose a mi lado. Yo no le contesté, ya que estaba viendo a Harry.
- Gracias a Granger, fue que pudimos entrar en Hogwarts - le comentó el señor oscuro, y Harry empuño la mano.
- ¡Eso no es cierto! - Grito - Hermione JAMAS haría eso
es imposible
ella
ella
ella no me traicionaría.
- Pues que poco conoces a tus amigos, Potter - le dijo el Lord con suficiencia - Ah, verdad que ella no es tú amiga
es tu novia.
- ¿De que están hablando? - me preguntó Ron, que miraba hacia el centro donde estaba Harry con Voldemort.
Yo no supe que contestarle, es mas, se me había olvidado como hacerlo
Al parecer, ellos no escuchaban nada
yo era la única que estaba viendo ese sufrimiento...el sufrimiento de mi amado al enterarse de que su chica lo había traicionado
Harry miro a Voldemort con furia
- ¡ESTAS MINTIENDO! - le gritó, y un quejido de dolor salió por su boca.
- ¡Harry! - exclamé, mis lagrimas estaban en aumento.
- ¡Harry, Harry, creo que le heredaste eso de confiar en todo el mundo al asqueroso de Dumbledore! - Se mofó el Darck - ¿Creíste que por ser tu novia, no te iba a traicionar? - Harry no respondió a su pregunta, solo se limito a escuchar.
- Hermione accedió a ser mortífaga
solo con la condición de
no asesinar a sus padres. Prefirió que sus padres vivieran, en ves de ti - le dijo - Prefirió que sus padres estuvieran bien, y el niño que vivió - el cual la salvo e múltiples peligros - muriera, y todo acabara.
- Hermione nunca
haría eso - dijo entre dientes - Ella
nunca
- Harry, Harry, Harry
- ¡Cállate, que me vas acabar el nombre! - le espetó el moreno, y vi de como los ojos de Voldemort salían chispas.
- ¡Hermione me contó todo sobre ti, tus debilidades y a lo que mas temías! - le comentó con furia - Me contaba como eras de débil cuando estas con ellas, ¡Hermione Granger me contó todo sobre ti!
El cerebro de Harry parecía que no iba aguantar tanta información. Cerro los ojos bruscamente, y yo también.
pensé, y varias lagrimas corrieron por mis mejillas
Lo se me dijo su vos. ¿Pero como era posible? Me pregunté. Como podía ser posible que yo estuviera escuchando lo que Harry estuviese pensando
Lo se fue lo único que me dijo, antes de volver abrir los ojos.
El también los tenía abiertos, y sonreía con suficiencia.
-¡Llegó la hora de tu muerte Lord Voldemort! - le espetó, y levantando su varita exclamo:
- ¡AVADA KEDABRA!
Al mismo tiempo que la luz verde salía como un rayo de su varita; de la varita hermana (es decir, la de Voldemort) salía la misma luz verde.
Por un momento, se vio como una gran burbuja se formaba cuando los dos maleficios de muerte chocaron, pero al instante (sin saber como, cuando o porque)
El maleficio de Harry cruzo el de Voldemort, y le cayó en el pecho a ese mounstro.
Mientras tanto, la otra luz verde salió disparada hacia el cuerpo de Harry y
- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOO! - Grité
y una fuerte explosión se hizo en ese momento
Cuando el humo se despejo, abrí los ojos al instante. Todo estaba oscuro, y solo podía escuchar diversos murmullos muy lejanos.
- ¿Hermione? - Me llamó una voz, era la voz de Ron - ¿Dónde estas? - yo no le respondí, ya que buscaba a tientas el cuerpo de Harry.
Tenía que estar vivo, aquel maleficio no le pudo haber caído a el, no podía estar muerto, no lo podía estar.
Comencé a palpar con mis manos a ver si lo encontraba, cuando mi mano derecha toco una varita sostenida por una mano a un calida.
- ¡Harry! - dije a lo bajo - Lumos - pronuncié, y la punta de mi varita ilumino su hermoso rostro.
Tenía los ojos cerrados, pero una amplia sonrisa le surcaba los labios.
- ¿Harry? - lo llamé un poco tímida - Harry despierta - le insistí, y mis lagrimas volvieron a correr - Harry
Harry
Harry se que estas vivo - le dije, en un sollozo - Por favor, despierta y dime que todo acabo. Que Voldemort por fin esta muerto y que
y que
que mi pesadilla terminó - pero nada sucedió. Esperé por cinco largos minutos, pero su cuerpo seguía quieto, inerte.
Sentí como una calida mano se posaba en mi hombro, eh intentaba apartarme de el.
- ¡NO! - Espeté, safándome de esa mano - ¡DEJENME, QUIERO ESTAR CON HARRY!
- Hermione, Harry
Harry
el
el ya esta
- ¡NO PUEDE ESTAR MUERTO, RON! - Le grité al pecoso, y le mostré mi cara llena de lagrimas - ¡El debe estar vivo, lo se! ¡Harry no puede morir, no lo puede hacer!
Con gran esfuerzo, mi amigo pelirrojo me aparto del cuerpo de Harry, mientras yo pataleaba y gritaba que me soltará.
Me llevó lejos de la multitud que se formó en aquellos momentos, lejos del cuerpo inerte de Harry.
- Hermione - me dijo a lo bajo - Harry
Harry ya esta muerto
el
el maleficio de Voldemort lo mató.
- ¡NO! - volví a gritar. Me rehusaba a creer que el estuviera muerto, no lo podía estar, era tan injusto - ¡EL DEBE ESTAR VIVO, RON, EL NO DEBE ESTAR
PORQUE
PORQUE
! - y me tumbe al suelo. Mis rodillas chocaron contra la empantanosa tierra, pero no me importo.
Lloraba, lloraba como nunca jamás había llorado. Lloraba por el hecho de que algo en mi interior me decía que si, que Harry había muerto, y que todo había sido por mi culpa.
- ¡NOOOOOOO! - volví a gritar
estaba desesperada, quería salir corriendo a cualquier parte, lejos de Hogwarts, lejos del cadáver de Harry, lejos de el recuerdo que me atormentaba en esos momentos, lejos del recuerdo de que Hermione Granger fue una mortífaga.
- ¡Vamos, Herms! - me insistió Ron, y me agarro el hombro.
- ¡NO! - Le espeté - ¡Quiero estar sola! - Le dije - ¡Por favor! - le supliqué, y al minuto accedió.
Lagrimas. Lagrimas de dolor brotaban por mi rostro. Lagrimas de sufrimiento al saber que jamás volvería a verlo. Lagrimas de ira por que pude impedirlo, pero por mi cobardía no fui capaz.
Lagrimas de tristeza, por que el único chico que me había amado y con el que me había sentido protegida, ahora estaba muerto...
El ya no iba a estar a mi lado, para abrazarme, besarme y decirme cuanto me quería. No, ya no iba hacer todo eso
no lo iba hacer porque:
¡Harry Potter, estaba muerto!
*******notas de la autora*******
Buuuaaa, esto era lo q menos quería, se me descontrolo todo....noooooo ahhh, hay es q mi inspiración esta a flote en este fic, y pos no me doy cuenta q llevo como 30 hojas de word e un solo chap, bueno, NO le hagan caso al Nº q la pg coloca al lado del titulo del chap, si no la Nº q aparece aquí...
Bue...bueno, espero q les guste....
Bye...
(LLOROOOOO!!!)3
Rosas, Orquídeas, Claveles y Azucenas:
El domingo había amanecido con una helada brisa y una que otra chispa de agua. Con la alegría de que era día de NO TRABAJO, la castaña se levantó de su cama a las diez y media, y al cambiar su pijama por una falda corta y una blusa escotada, bajo las escaleras hacia la cocina.
Abrió la alacena, y saco el tarro de chocolate, y el paquete de pan tajado blanco. Luego, se dirigió a la nevera y de hay saco la leche, el paquete de queso y mortadela y la mantequilla.
Cuando estuvo en la mesa, comenzó a preparar su desayuno del día. Agarro la leche y la vertió en una jarra, colocándola al tiempo en sima de la estufa. Al mismo tiempo que prendía fuego a la estufa con su varita mágica, recordó la cita que tendría al día siguiente con ese tal James Patterson.
A un aquella voz tan parecida a la de Harry le resonaban en sus oídos, y no la habían dejado en paz hasta entonces.
Ella sabía perfectamente que Harry había muerto hace cinco años, se había encontrado su cuerpo y lo habían enterrado en un cementerio muy cerca de su casa (aquel cementerio que iba a visitar aquel día en que Lavender la encontró en la calle)
pensó con nostalgia Un débil sollozo resonó en la cocina, al tiempo que una castaña caía de rodillas en el suelo.
Las lágrimas comenzaron a brotar por mis ojos (por enésima vez, ya no me acuerdo) y me tape el rostro con mis manos.
Me daba vergüenza de mi misma, pero en palabras más claras, me tenía repugnancia. Desde aquel día en que vi caer a Harry en la última batalla, mi vida se partió en dos y mi corazón también.
Día tras día, me preguntó que hubiera sido de mí si aquel verano no hubiera salido de la casa de mis tíos. ¿Qué hubiera pasado si le hubiera dicho que no a la propuesta de Voldemort? Seguramente mataría a mis padres, pero en cierto modo mis padres hubieran estado orgullosos de lo que hubiera echo: Sacrificar a las personas que más amaba sobre la faz de la tierra, por la segunda persona que había estado a mi lado durante siete largos años, y me había comprendido como nadie otra lo había echo.
Ese acto lo podría a ver tomado cualquier otra persona que no fuera yo, una persona que no quisiera a sus padres como los quería yo.
Yo amaba a mis padres, ya que gracias a ellos había llegado a este mundo, sin ellos no hubiera sido la mujer que soy ahora, sin ellos no hubiera conocido a Harry Potter, sin ellos no me hubiera enamorado de Harry Potter, pero gracias a ellos (y solamente a ellos) fue que aquel verano estuve en esa complicación:
Elegir entre los que me habían traído al mundo, y mi mejor amigo y gran amor.
Todo es tan frustrante si lo vez de esa manera. Por un lado, te sientes desgraciada al haber optado por tus padres y al haber provocado la destrucción de tu mejor amigo, pero por otro, te sientes tranquila contigo misma, porque presientes (en lo mas profundo de tu ser) que ese amor de tu vida, hubiera echo lo mismo al haber estado en una situación similar.
Lily Potter había salvado la vida de Harry ofreciendo la suya propia, cuando solo era un bebé, y seguramente (y lo puedo decir, sin equivocarme) que Harry hubiera echo lo mismo por aquel ser tan hermoso que le dio la vida.
Voldemort me la había puesto difícil, elegir entre la salvación de mis padres y la de Harry
era algo muy presionante, y mas si tus padres están amarrados y los apuntan una varita que en cualquier momento puede dar la palabra de muerte.
En ese momento me sentía entre la espada y la pared, y no sabía que hacer.
Seguro muchos de ustedes se estarán preguntando: ¿Por qué no le dijiste nada a Harry cuando podías? ¿No que eras la novia? ¿Porque no le dijiste?
Pues fácil, no se lo dije por temor. Sí, temor a que Voldemort en cualquier momento llegase a la casa de mis padres y los destruyese. No me pregunten como se daría cuenta, pero estaba segura de que lo haría, por medio de espías infiltrados en Hogwarts o algo por el estilo.
Por eso no me atreví a confesarle a Harry que en esos momentos era una mortífaga, que la mujer que besabas todos los días, estaba planeando algo para destruirte.
Sí, fue muy cobarde de mi parte no haberle dicho, lo admito, pero ¿Qué harían ustedes en una situación similar? ¿Qué harían si el mago más temible en todos los tiempos, se les apareciera y les dijese que eligieses entre tus padres y tu novio o amigo? ¿Por cual camino se irían? ¿Por el salvamento de sus padres y quedarse sin su mejor amigo? ¿O por el salvamento de su mejor amigo y quedarse sin padres? Decisión muy difícil ¿No creen?
Se lo que estarán pensando en estos momentos: Le hubieras dicho a Dumbledore, seguramente el le daría protección a tus padres. Si, puede que sea cierto, pero
Dumbledore tendría que actuar ¿No? Tenía que hacer algo para proteger a mis padres, y sabía perfectamente que Voldemort los tenía vigilados, y le iba a parecer muy sospechoso que de un momento a otro, muchas personas quisieran estar cerca de los señores Granger, por lo cual aquella opción la descarte.
No le dije Harry, porque no estaba cerca de mis padres para protegerlos cuando Voldemort se enterara de mi traición. No le dije a Dumbledore, porque sabía que en cualquier momento Voldemort se daría cuenta, eh igual los mataría, así que por lo cual opte por la elección de quedarme callada (llorando todas las noches en el dormitorio) que se me partiera el corazón en dos (cada vez que Harry me besaba) y que mi alma se desmoronaba poco a poco (cada vez que Harry y yo estábamos juntos) por proteger a mis padres y traicionar a mi novio.
Una acción no acta para un Gryffindor, cuestión que me la estoy preguntando también desde hace mucho tiempo: ¿Quede en la casa correcta? ¿No hubiera sido mejor que el sombrero seleccionador me hubiera elegido para otra cosa que no fuera Gryffindor? Si no tenía ni una pizca de valor ¿Por qué quede en Gryffindor? ¿Por qué quede en la casa de los valientes de corazón, si aquella acción no fue valiente? Cuestión que me la respondo con un simple:
El sombrero seleccionador sabe lo que hace, y nunca manda a los estudiantes a las casas equivocadas, y además, el valor es algo que se resplandece en el momento menos inesperado, es una luz tan rápida que no te das cuenta que apareció y renació en ti.
Seguramente, aquel valor de Godric Gryffindor había resplandecido en mí cuando me enfrente a Voldemort y le grite en su cara que no haría eso, y resplandeció más, al optar por el salvamento de mis padres.
No se, cuestión que me la respondo así, ustedes pensaran diferente, o ¿Igual que yo? Lo veremos después.
En estos momentos, quisiera saber que pensaría Harry de todo esto. ¿Me odiaría? ¿Me entendería? O ¿Simplemente me hubiera dado una de aquellas sonrisas tan lindas que siempre daba, y no me hubiera dicho nada?
La verdad no se que hubiera echo Harry, ya que nunca se lo dije, y supongo que Voldemort tampoco se lo dijo. Pero en todo caso, nada de eso me conforma, me siento en estos momentos, desbastada y sucia por dentro.
Una escoria crece dentro de mi a medida que pasa los días, una escoria que se esta comiendo mi alma a pedacitos cada vez que recuerdo a Harry y todo lo que hice. Una escoria (que como una sanguijuela) va chupando mi sangre, dejándome cada vez sin liquido rojo que bombear a mi corazón, pero en todo caso no hay razón de que este siga funcionando, ya que desde que vi caer a Harry hace cinco años, mi corazón había dejado de latir, mi corazón había dejado de existir.
Al cabo de cuatro horas, aquel liquido salino dejo de brotar por los ojos claros de la chica, por lo cual (débil y desbastada) se levanto del suelo y subió lentamente por las escaleras.
Nunca había llorado por tanto tiempo, y menos en una sola posición como lo había echo hace unos momentos: De rodillas.
Entro al baño y comenzó a desabotonar su blusa, dejando al descubierto un protuberante pecho que había desarrollado al transcurrir del tiempo.
Cuando su cuerpo estuvo completamente desnudo, se metió a la ducha y giró el grifo con delicadeza. Aquella agua fría la reconfortaba tanto.
Al salir del baño, se coloco un pantalón caqui muy ajustado al cuerpo, y una blusa blanca cruzada atrás. Se puso sus botas blancas y miro por la ventana: Una débil lluvia azotaba en esos momentos la ciudad de Londres, lo que significaba que el invierno estaba pronto a llegar.
A finales de septiembre, los londinenses se daban cuenta de que el invierno pronto llegaría, y que sería una nevada muy fría.
Sin importarle que estuviese lloviendo, agarró su bolso (también blanco) y salió del cuarto.
Bajo una vez mas las escaleras, y fue rumbo al vestíbulo. Del perchero que estaba a unos escasos metros de la puerta, agarró la chaqueta azul oscuro y salió a la gélida brisa del 27 de septiembre.
Abrió su paraguas (que lo había agarrado antes de salir) y se dirigió a la parada de autobuses. Rápidamente tomo un taxi y se subió en el - Por favor a la avenida Weller Naill Center - le pidió al taxista, una vez estuvo dentro del vehiculo.
- Con gusto - respondió este muy formal.
El recorrido desde el barrio Likentoon hasta la avenida Weller Naill, duro quince minutos, mas diez minutos sumados al entrar en el Center de la ciudad, transformaron 25 largos minutos.
La avenida Weller Naill se conectaba con el centro de la ciudad, o el Center of London como le decían los londinenses. Antiguamente, las personas llamaban la avenida Weller Naill (o W.N) y el Center o Centro de la ciudad, pero de dos años para acá, el presidente proclamo que como aquella venida se conectaba con el Centro de la ciudad, la mejor manera de llamarlo sería:
Weller Naill Center, por lo cual el cementerio Peace And Light se encontraba en pleno centro de Londres, cruzando claro esta por la avenida Weller Naill.
Bajo del taxi (el cual le cobro 48 libras) y camino hacia una reja, la cual la miro con aplomo. Sentía una gran paz con tal solo mirar la gran reja gris que se erguía en esos momentos ante ella.
Fuera del cementerio, los vendedores de flores se hacían lado y lado de este, para que los visitantes compraran rosas, claveles, jazmines etc.
Con una sonrisa, Hermione se acerco hacia un puesto donde atendía una viejita muy particular, que desde hace cinco años le compraba las flores.
- Muy buenas tardes, señorita Granger - la saludo con una sonrisa, cuando la castaña se acerco.
- Muy buenos días Genubia, ¿Cómo le ha ido?
- Pues muy bien, el trabajo hoy esta arduo - le comentó, y miro las escasas flores que tenía en esos momentos sobre la mesa de madera - Hoy por la mañana hubo un entierro, y las flores que me compraron fueron bastantes.
Hermione observó con detenimiento las pocas flores que le quedaban en esos momentos a Genubia, y con tristeza dijo - Las orquídeas, las azucenas y los claveles ya se acabaron. Yo que quería hacerle hoy un ramo bien hermoso a Harry.
Genubia lo miro con ternura, y le dijo - Tenía el presentimiento que vendría hoy, por lo cual le guarde esto - y saco de debajo de la mesa, un ramo hermoso y grande, lleno de claveles, azucenas y orquídeas.
La castaña abrió los ojos como platos - Ah, pero
¡Si esta hermoso! - Exclamó sorprendida - Hay Genubia
.esta divino este ramo.
- Sabía que le iba a gustar, señorita Granger. Se que usted quiere que la tumba de su novio sea la mas hermosa del cementerio, por lo cual le hice este ramo.
La mujer la miro con los ojos encharcados - Gracias Genubia
no sabe lo feliz que me hace
tener algo tan lindo en mis manos. Muchas gracias - y comenzó a sacar de su bolso la cartera, pero la viejita la detuvo.
- No, nada de eso, yo le hice este ramo con todo el apreció que le tengo, no me tiene que pagar nada.
- Pero
- balbuceo la castaña.
- Pero nada, usted guarde esa cartera, y agarre el ramo que su novio la debe estar esperando - con una sonrisa, Hermione asintió y agarró el ramo, no sin antes darle un gracias a Genubia.
Entro por la gran reja gris, y comenzó a caminar por el largo pasillo que conducía hacia las tumbas.
La tumba de Harry estaba en la tierra, por lo cual se esmeraba mucho en que fuera la más bonita de todas.
Subió por unas cortas escaleras, y llegó a un inmenso valle de pastizal verde, donde miles de epifasios lo adornaban.
Comenzó a caminar por un sendero, hasta que se detuvo en una tumba de color carmesí, la cual decía:
HARRY POTTER
Un gran Amigo y el mejor mago
De todos lo tiempos.
Siempre te recordaremos
Por tu gran corazón.
Rdos de: Tus amigos y tu inmensa familia.
El cementerio Peace And Light, era un cementerio magico, donde solo podían acceder las personas con magia. Estaba protegido contra Anti-Muggles, y los muggles que por casualidad volteaban a la izquierda, veían una reja apunto de derrumbarse y miles de escombros atrás. Aunque generalmente casi nunca volteaban, ya que siempre iban muy apurados y les atraía los restaurantes que había al otro lado ¿Casualidad? Ustedes juzguen.
La castaña miro el Epifasio, y sus ojos se le comenzaron aguar, pero había llorado tanto, que las lágrimas no quisieron volver a brotar de sus lindos ojos.
Coloco el ramo en sima de la tumba, y se santiguo, a tiempo que cerraba los ojos.
Le dolía tanto estar en ese lugar, le dolía tanto comprender que ya su Harry no estaba y nunca iba a regresar, cada vez que visitaba aquel lugar, su corazón se comprimía y su alma se destruía.
Aparte de haber soportado la muerte de su gran amor, también tuvo que soportar que todos sus amigos se alejaran de ella, cuando esta les comentó lo que había echo.
Lo recordaba como si fuera, como si solo hubiera sido ayer:
**Flash Back**
No podía creer que Harry hubiera muerto, era como una pesadilla en la que quería salir.
Me encontraba en el cementerio Peace And Light, y dentro de diez minutos iban a enterrar al hombre de mi vida.
Lloraba y lloraba, no paraba de llorar, y mi única fuente de consolación era Ronald Weasley, aquel amigo que siempre estuvo conmigo y con Harry en las buenas y en las malas.
- ¿Porque, Ron?
. ¿Porque? - le preguntaba una y otra vez, mientras el me abrazaba - Yo a Harry lo amaba
.no es justo que este muerto
. ¡NO ES JUSTO!
- Ya cálmate - me decía el pelirrojo, dándome unos golpecitos en la espalda - Harry esta
.bueno, Harry murió en aquella batalla por salvarnos a todos, ten en cuenta que murió como un héroe.
- Pero el se podía haber salvado - le comenté, entre sollozos. Ron me alejo un poco, y miro mi rostro empapado por aquel líquido salido.
- ¿Cómo que se pudo haber salvado? - Preguntó, levantando el ceño - No te entiendo.
Mire fijamente aquellos ojos azules profundo, y trague saliva. sabía que había llegado el momento de decirle la verdad, sabía que había llegado el momento de decirle a todo el mundo que por culpa mia, Harry Potter había muerto.
- Ron
yo
te
te tengo que contar algo
.que
.me carcome el alma por dentro - le empecé a decir, entrecortadamente - Ron
yo
yo tengo
yo - y en ese momento, los que traían la tumba de Harry llegaron con aplomo.
Empezaron a caminar por entre la multitud, y se posaron en sima de la tierra. Me abracé fuertemente a Ron, y vi con tristeza, como iba cayendo aquella tumba café clara a la tierra.
Comencé a gritar sin control, y Ron me tuvo que sujetar para evitar que fuera a la tumba, y me enterrara viva con Harry.
- ¡LO SIENTO MUCHO HARRY! - Gritaba con desesperación, mientras Ron me agarraba de la cintura - ¡YO TE AMO
.Y NO QUISE HACER ESO
.LO LAMENTO
.LO LAMENTO! - todas las personas me comenzaron a mirar extrañados, seguro preguntándose porque decía eso.
Mi cuerpo de un momento a otro se volvió muy pesado, provocando que me cayera al suelo con un seco golpeteo.
Ron se arrodillo al lado mio, y me abrazo. Aquel abrazó debía reconfortarme, pero fue todo lo contrario:
Yo no merecía aquel abrazo, Ron no debía estar abrazándome a mí, a la autora de que su mejor amigo hubiera muerto.
- Soy una completa imbécil, Ron - le dije en un susurro - Una completa imbécil, y una vil cobarde.
- ¿Pero de que hablas? - me preguntó el ojiazul. Lo mire de nuevo, y le dije con la boca seca:
- Yo soy la culpable que Harry
.este
muerto - la última palabra la dije en un hilo de voz, y vi con tristeza, como Ron arqueaba las cejas.
- No entiendo - me dijo inocente, por lo cual levante la manga izquierda de mi chaqueta y deje al descubierto la marca tenebrosa. El tenue sol que brillaba en esos momentos sobre Londres, provoco un débil brillo sobre la repugnante calavera.
Ron abrió los ojos como platos, y de inmediato se separo de mí con tal repugnancia, como aquellas personas que tienen lepra y la gente se aleja de ellas por miedo a que los contagien.
- ¡Eres una de ellos! - Dijo en un hilo de voz - ¡Eres una Mortífaga! ¡FUISTE UNA SERVIDORA DE EL-QUE-NO-DEBE-SER-NOMBRADO! - cuando dijo aquellas palabras, el cementerio se quedo mudo, y parecía como si todo el mundo hubiera contenido la respiración en esos momentos.
Mis amigos de Hogwarts miraron con horror la marca tenebrosa, al igual que los profesores y las demás personas.
- Mira, mami, es una Mortífaga - le dijo una niña pequeña a su madre, al tiempo que me señalaba con su dedo índice.
- Si, Kim, pero no la señales que de pronto puede sacar su varita y asesinarte.
Cuando dijo eso, mis ojos se llenaron de lágrimas, pero a un más cuando Ron se paró y me dijo:
- ¡Yo que te considere mi amiga durante todo este tiempo, yo que pensé que eres un ángel y que todo lo hacías bien! ¡Yo que me enamore de ti perdidamente y lo mantuve en secreto cuando te comenzó a gustar Harry! ¡Yo que
! ¿Cómo nos pudiste hacer esto, Hermione? ¡¿Cómo es posible que nos hayas traicionado?! ¡¿Cómo es posible que hayas traicionado al amor de tu vida?! ¡¿CÓMO ES POSIBLE?!
- Ron
déjame explicarte - le dije, solloza - Mira
no tuve mas alternativa
era eso o que Voldemort asesinara a mis padres.
- ¡MENTIRA! - Grito el pelirrojo, con furia - ¡ESTAS DICIENDO MENTIRAS! Tú te uniste a ellos para ser alguien en la vida, estabas cansada de ser sangre sucia y pensaste que uniéndote a los mortifagos ibas a ser algo
. ¡PERO NO
TE EQUIVOCASTE!
- ¡ESO NO ES CIERTO! - le grité, levantándome de un salto - Pueda que en algunas ocasiones me haya sentido mal al ser sangre sucia, pueda que haya pensado por un momento lo diferente que sería mi vida si fuera de sangre limpia, pueda que algún pensamiento dañino haya surcado mi mente en algún momento, pero NUNCA - y óyeme viendo Ronald Weasley- NUNCA pensé unirme a los mortifagos y hacerle daño a Harry.
Entiéndeme, no tenía escapatoria, era eso o quedarme sin padres - Ron me miraba de arriba abajo, su mirada reflejaba repugnancia, y sabía que nada de lo que había dicho lo había convencido.
Mire a Ginny (la cual estaba al lado de Neville, su novio) y me acerque a ella con paso lento, pero Neville se paro frente a ella y no me dejo pasar.
- ¡No le vas hacer nada, asquerosa Mortífaga! - Me dijo entre dientes, al tiempo que sacaba su varita y me apuntaba directamente en el pecho - ¡Eres una basura, Hermione
y yo que creí en ti
hubieras quedado mejor en Slytherin si una Mortífaga querías ser!
- ¡ENTIENDE QUE YO NO QUERÍA SER MORTIFAGA! - Grité por enésima vez - ¡PERO NO TUVE
!
- ¡Ya deja de mentir, Hermione! - me exigió la voz de Ginny, detrás de Neville. La mirada de ella fue la que mas me dolió, tenía mirada de decepción y eso me dolió hasta el alma.
- Nunca creí eso de ti, Hermione. Yo te considere como la hermana que nunca tuve, te confié mis secretos, te dije en tiempos pasados que me gustaba Harry, te pregunté la mejor manera de conquistarlo, y tú me decías que no sabías. ¿Acaso eras una Mortífaga desde antes que te ennoviarás con Harry? - aquella pregunta me cayó como un balde de agua fría.
- ¡NO! - Exclame - Solo
por favor entiende
no tuve mas alternativa.
- ¡Vete de aquí! - me ordenó Ron, a mis espaldas. Gire mi cabeza, y vi que tenía la varita en ristre, apuntándome de llenó en el pecho - ¡Si no te vas, soy capaz de lanzarte una maldición, y es enserio!
Lo mire estupefacta
¿Lanzarme una maldición? Pero
- Ron
yo
- ¡Ya lo oíste! - me gritó Seamus, colocándose al lado de Neville - ¡Te largas, o los tres te lanzamos una maldición!
- Los cuatro - le corrigió Dean, haciendose al otro lado de Neville.
- No, los seis - hablo Parvati Patil y su hermana Padma, posándose una a una al lado de Ron.
- Yo diría que los siete - dijo Ginny, también levantando su varita - ¡Vete, Hermione, es lo mejor para ti y para todos!
- Yo no estuve en el ED por nada, aprendí muchas cosas - dijo la soñolienta voz de Luna, pero esta vez no era soñolienta, era de venganza.
- Tú veras, Granger - habló Ron, mirándome fijamente - O te vas, o te matamos.
Los mire a todos con tristeza. Más y más varitas se fueron levantando poco a poco, y vi con dolor como la varita del profesor Flitwick, Hagrid y McGonagall se levantaban.
- Es mejor que se valla, señorita Granger - me aconsejó la profesora McGonagall con diplomacia - No le queremos hacer daño, pero si usted no se va
- Sí, se que es lo mejor para todos - dije en un susurro. Agarré mi chaqueta y me la volví a poner, cuando iba a dejar un clavel en la tumba de Harry, Ginny se interpuso entre ella y me miro desafiante - No - me dijo entre dientes, y yo asentí ligeramente.
Comencé a caminar con paso lento hacia la salida, al tiempo que escuchaba lo que me decía Ron:
- ¡Ojala que te vallas para siempre, y no te vuelva a ver en Londres!
- ¡Canadá es un bonito país para que se valla a vivir una Mortífaga como tú! - Me comentó Dean - ¡Creo que haya hay varios de los tuyos! - con gruesas lagrimas brotándome por mis ojos, salí por la gran reja y cerrando mis ojos, desaparecí con un plin
**Fin del Flash Back**
Suspire con dolor, apreté la mano. Desde aquel incidente, me había ido a vivir con mis padres a Francia, donde aprendí muchas cosas, y después de tres años regrese a Londres con un nuevo trabajo como columnista del profeta.
Gracias a díos en el entierro de Harry no había reporteros de ningún periódico mágico, por lo cual cuando regrese, fue muy fácil conseguir un trabajo, ya que si el mundo mágico hubiera sabido que yo era una Mortífaga, seguramente ahora estuviera en Azkaban o ocultándome como una sucia rata.
Terminé de rezar, y abrí los ojos con sorna. Me quede mirando el nombre de Harry Potter escrito en letras doradas, y recordé que cuando había vuelto a Londres, todos mis amigos ya tenían una vida echa, y muchos se habían ido a vivir a otros países, como Ron, que creo que se fue a vivir a Polonia con su esposa.
En ese momento, solo habían dos personas visitando el tranquilo cementerio: Una era Hermione, y la otra, un hombre que acababa de venir de la tumba de su hijo y se dirigía hacia la tumba de una compañera que había fallecido hace dos años.
Para ir aquella tumba, tenía que pasar por el sendero que conducía hacia la tumba de Harry, y donde se encontraba en esos momentos Hermione Granger.
Cuando paso por hay, se detuvo para observar la tumba del héroe que el nunca había escuchado mencionar. Era muy hermosa, llena de orquídeas, claveles y azucenas, si que estaba bien linda.
pensó el hombre, que llevaba consigo en esos momentos, un fresco ramo de rosas rojas.
- Creí que la única tumba hermosa de este cementerio era la de mi hijo - comentó el hombre, provocando que Hermione se sobresaltará un poco, y quedará de piedra al escuchar esa voz - Pero por lo que veo, esta tumba y la de mi hijo compiten por el primer lugar.
Hermione se quedo seca, empezó a sudar frío y la imagen de Harry se le dibujo en su mente.
Era aquella voz de nuevo, aquella voz tan parecida a la de Harry, pero no podía ser, el ya estaba muerto
.ella estaba visitando su tumba en esos momentos.
Se levantó con sorna del piso, y dudo si voltear o no. ¿Qué haría si viera a Harry Potter, vivo y sonriéndole? Obvio que era un pensamiento muy tonto, pero
¿Sería posible que Harry estuviera vivo?
Temía voltear y verlo hay o no verlo. Algo en su corazón le decía que volteara, pero su mente le decía que no, que de pronto era alguien MUY diferente a Harry, pero con una voz MUY parecida.
En lo mas profundo de su ser (aunque lo negara) ella deseaba que cuando volteara, ver al hombre que amaba parado frente a ella, sonriéndole y diciéndole Nunca me fui, y estoy de nuevo contigo
Eso le decía el corazón, pero su mente le decía que no volteara, que dejara de hacerse falsas ilusiones, Harry estaba muerto y muerto se quedaría; no había poder mágico que devolviera a los muertos y eso ella lo debía entender.
pensó, recordando que una vez eso mismo le dijo Harry cuando estaban estudiando en Hogwarts.
- Hay que tomar riesgos - dijo a lo bajo, y tomando una bocanada de aire, giro sobre sus talones, para encontrarse con la viva imagen de Harry Potter.
pensó estupefacta. Estaba contrariada, y no sabía que pensar. Por un lado, su corazón le decía que ese si era Harry Potter, el amor de su vida, pero por otro, su razón le decía que ese no era Harry, además ese era castaño y no peliazabache.
Pero se pudo haber tinturado el cabello le dijo aquella vocecilla proveniente del corazón.
Claro que no, ese no es Harry le insistía la razón. En esos momentos una fuerte discusión entre la razón y el corazón se comenzaron a formar en la cabeza de Hermione, dejándola cada vez mas contrariada.
Poco a poco comenzó a perder sus colores, y cada vez era más pálida.
- Señorita, ¿Se encuentra bien? - le preguntó aquel joven, mirándola fijamente. Aquellos ojos verdes, debía ser el, no había otra explicación con aquel cosquilleo que sentía la castaña en esos momentos.
Ese cosquilleo era único y especial, un cosquilleo que solo sentía cuando el moreno la veía con aquellos profundos ojos verdes, que te intimidaban, pero que a la vez te embelezaban.
- Pero si
si
si
si eres
eres
eres - comenzó a respirar con dificultad, aquella conmoción la estaba perjudicando - Pero si
eres
eres
Ha-ha-ha - la silueta de aquel joven tan parecido a Harry la fue viendo cada vez mas borrosa, y un fuerte dolor de cabeza saltó en esos momentos - Eres
Ha-ha-ha
- y sin poderlo soportar mas, Hermione Granger cayó desmayada.
*******N.d.l.a*****
Mia queridos lectores:
Wenas, ok, espero q les haya gustado el capi....
Hola mis queridos lectores:
MUCHAS gracias por las personas q me dejan Rews...como en este fic mi inspiración esta a flote, entonces conestare los rews en la parte donde ustedes lo colocan XD.....
Me alegro mucho q les este gustando n_n eso me motiva + a escribir.
Se cuidan, y nos vemos en la prox actualización...
Besos...4
¿James Patterson o Harry Potter?
- ¡Señorita! - exclamó el moreno, agarrándola antes de que cayera al suelo. Le miro fijamente el rostro, aquel rostro le era tan familiar, pero no sabía de donde lo había visto.
Miro a su alrededor: Estaban solos, y ella necesitaba atención médica urgente, ya que comenzó a tener ligeros escalofríos.
Agarro el bolso que había traído Hermione, y cargándola la llevó hasta la administración del cementerio.
Seguramente Ralph lo podía ayudar, el tenía una chimenea en su despacho y se podían transportar a San Mungo lo más rápido que pudiera.
Caminó a grandes zancadas por los senderos que rodeaban el cementerio, hasta que llegó a una pequeña caseta de color blanca y con un letrero resonaba:
Administración
Con agitación, abrió la puerta y sobresaltó al mago que había dentro.
- ¿Qué pasa, James? - le preguntó Ralph, un hombre que no pasaba los cuarenta años, con cabello negro y ojos grises.
Su vestimenta era una túnica negra con un emblema de una tumba y una bandera blanca.
- Es
es esta señorita - le dijo exhausto, mirando a Hermione - Se desmayó de un momento a otro cuando me vio y
¡Tengo que llevarla rápido a San Mungo! - Ralph al ver la gravedad del asunto, ayudo al joven ojiverde y de cabello castaño, a llevar a Hermione hasta la chimenea.
- Muy bien, entra - le ordenó Ralph, mientras sostenía el cuerpo inconciente de Hermione. James entro a la chimenea, y luego recibió a la castaña.
- Toma - le dijo el hombre, entregándole unos puñados de polvos flu.
- Gracias, Ralph - y sonriéndole, exclamó - ¡A San Mungo! - y entre llamaradas verdes, James Patterson y Hermione Granger desaparecieron.
Reaparecieron de nuevo en una abarrotada recepción, llena de magos y brujas que estaban sentados en desvencijadas sillas de madera; algunos tenían un aspecto supremamente normal, otros eran mutantes que de tan solo verlos daban miedo.
Se acerco con dificultad hacia una larga fila que había frente a una bruja rubia y regordeta que estaba sentada detrás de un mostrador donde un letrero decía: Información
Miro la fila, y vio que era eterna, ya que el primer paciente que estaba frente a la bruja, tenía unas largas alas blancas (como una especie de ángel) y gritaba como loco.
Tenía que llevar a Hermione rápido donde un sanador, ya que cada vez los escalofríos eran mas intensos.
En ese momento, una sanadora de cabello violeta, ojos miel y rostro angelical paso por su lado - ¡Señorita! - la llamó, antes de que fuera a revisar a una señora que tenía una enorme tetera enzima de los hombros, en vez de cara.
- Si, dígame - le hablo, con una vocecilla de duendecillo que le hacia perder el encanto del rostro angelical y los ojos miel.
- Señorita
Angelín Splentty - le dijo, leyendo el letrerito dorado que llevaba colgado en la túnica verde lima - Mire, llevó a una paciente que esta sufriendo unos escalofríos muy fuertes, y no se que hacer.
- ¿Qué le paso? - le preguntó, mientras volteaba un pergamino agarrado con un sujetapapeles, y sacaba su pluma.
- Estábamos en el cementerio Peace And Light, cuando de un momento a otro me miro, comenzó a decir un mundo de incoherencias, a perder sus colores, y de repente se desmayo.
Angelín anotaba cada palabra que James decía, y luego lo miro fijamente - No me extraña que esta señorita se haya desmayado - le comentó, al tiempo que desviaba la mirada hacia su frente, buscando tal vez la cicatriz en forma de rayo - ¿No le han dicho que se parece mucho al gran héroe Harry Potter? - James asintió con lentitud - Si, los mismos ojos, el mismo tono de piel, la misma voz, pero
se diferencian en dos cosas: Usted no tiene cabello azabache y tampoco aquella cicatriz.
El joven sonrió, tapándose la frente con varios mechones de su cabello castaño tinturado.
- Un momento - le dijo, y levantando su varita, hizo aparecer ante sus ojos una camilla de color blanca - Colóquela hay - le ordenó. James asintió sin reproches, y la sanadora la traslado por un pasillo a toda velocidad.
Cruzaron por una puerta, luego por otra, subieron las escaleras, y entraron a una puesta dorada que resonaba:
Conmociones comunes
- Espere afuera, por favor - le dijo Angelín, y sin más, le cerró la puerta en sus narices.
James miro por un momento la puerta, y luego se sentó en las escaleras, con el bolso de Hermione en su regazo.
- A ver, ¿Como te llamas tu, jovencita? - le preguntó al bolso, al tiempo que lo abría y sacaba su cartera de cuero.
En ella encontró varios pasaportes, unas tarjetas de diferentes clubes de cachet, su cédula de identificación y su carnet de aparición.
Sacó los dos últimos documentos, pero cuando lo hizo tres pequeñas fotos se le cayeron al suelo.
Las miro y las levantó sin si quiera fijarse en su contenido, lo que le importaba era saber quien era ella.
Miro la cédula de identificación:
Hermione Jane Granger
Nº: 3`698.475
Fecha de nacimiento: 19 de septiembre de 1979.
Lugar de nacimiento: Londres/Inglaterra.
- Así que te llamas Hermione - dijo el moreno a lo bajo, mientras veía la foto mágica de la castaña moverse entre el pequeño recuadro dorado de la tarjeta - Pero si eres la columnista del profeta
seguro por eso te me hacías familiar - pero algo le decía que esa no era a razón.
Luego, miro el carnet de aparición:
Licencia de aparición, perteneciente ha:
Hermione Jane Granger
Del colegio: Hogwarts, de magia y hechicería.
Edad: 17 años.
Incapacidad: Ninguna.
- ¿Estudiaste en Hogwarts? - Repitió el ojiverde, leyendo el carnet de aparición - Siempre quise estudiar hay - se dijo a lo bajo, mientras veía aquellos ojos marrón que le devolvían la mirada. Por algún extraño motivo, aquellos ojos le hacían recordar algo
pero
ese recuerdo no podía llegar a su mente.
Suspiro, y guardo el carnet y la cédula de identificación en la cartera, junto con los demás papeles. Estaba muy preocupado por ella, pero la pregunta era: ¿Por qué? ¿Porque estaba preocupado por ella, si solo hace como media hora la había conocido? ¿Qué tenía esa jovencita de 22 años, que lo atrapaba tanto? ¿Por qué aquellos ojos se le hacían tan familiar, y le trataban de hacer venir recuerdos que sin embargo no llegaban a su mente? ¿Acaso su pasado no era el pasado triste y desolado que le describieron los sanadores cuando despertó en San Mungo hace cinco años?
***Flash Back***
Una luz verde salió de la punta de la varita de un ser que no podía reconocer, ya que su rostro lo cubría la profunda oscuridad.
Oía voces provenientes de algún lugar, el grito de dolor de una jovencita, y el palpitar de su corazón pararse por un momento para después seguir funcionando.
¿Quién soy? Se preguntaba internamente. Algo en su corazón le decía que no era la persona que creía ser, y la jovencita que había gritado, lo necesitaba como nunca.
¿Quién soy? Se preguntó de nuevo, mientras corría por un largo pasillo hacía una luz enseguecedora.
¿Quién soy? Volvió a preguntarse, justo en el momento en que entro a la luz.
¿Quién soy? Aquella pregunta quedo apagada tras dos ligeras voces que hablaban con sorpresa.
- ¿Estas segura de lo que viste, Cleer? - le preguntaba un sanador con túnica verde lima, barba blanca (como la de Santa Clauss) y ojos cafés, a una sanadora de Practica, de cabello rubio largo hasta la cintura, ojos verde claro y unas que otras pecas en la cara.
- Si señog estoy muy seguga de lo que vi - le insistía la muchacha francesa - Chaglie Thomson movió su mano cuando entge a taparlo. No estoy loca señog Nostgadamus yo lo vi, se lo jugo
El hombre de barba blanca y que no pasaba de los 50 años, miro con sosiego al jovencito que en esos momentos no era ni la sombra del que había sido hace diez minutos: Charlie Thomson.
- Es muy extraño - comentó, acercándose al paciente con lentitud - Se parece tanto a el.
- ¿Se gefiege a Haggy Potteg? - le preguntó Cleer, mirando a el señor Nostradamus.
- Si - respondió este - Pero es imposible, Harry potter estudia en el colegio Hogwarts de magia y hechicería que queda en escocia, no es posible que este aquí.
Hubo un sepulcral silencio, en el que Charlie ¿O Harry? se quedo parado en medio de la resplandeciente luz, y vio como la imagen de una jovencita se iba formando poco a poco.
Primero comenzó por las piernas (al parecer llevaba un uniforme de colegio) después fue subiendo hacia su cintura, llegó hasta sus pechos y justo cuando iba a formarse la cara, una oscuridad absoluta se trago la luz, y el joven grito mientras se agarraba la cabeza.
- Mige, señog - le dijo Cleer, señalando con su dedo índice el cuerpo del joven moreno y pelo azabache que se encontraba en esos momentos en la cama.
El sanador volteó de inmediato, en el preciso momento en que el paciente movía una mano.
- ¡Por las bárbaras de merlín! - Exclamó Nostradamus, viendo estupefacto la escena - Pero si
si es cierto.
- Lo ve, esta vivo
.vivo.
El sanador se acerco a un mas a Charlie, y le agarro la mano para tomarle el pulso, y en ese preciso momento, el muchacho abrió los ojos.
- ¡Dios mio! - Nostradamus se quedo mirando aun mas sorprendido los profundos ojos verdes que lo estaban observando con desconcierto - Pero
si es
es
Harry Potter.
- ¿Quién soy? - preguntó el joven moreno, con los ojos aun mas abiertos. No había escuchado lo que acababa de decir el sanador, lo cual fue un grave error.
- Señor Patterson - se corrigió de inmediato el Sanador, con una sonrisa - Que gusto tenerlo despierto.
Charlie lo miro desconcertado - ¿Mi apellido es Patterson? - Nostradamus asintió - ¿Y como es mi nombre?
- Chag
- James - se le adelantó el hombre a la jovencita, antes de que Cleer le dijese su verdadero nombre - James Patterson es tu nombre.
Cleer miro contrariada al sanador, pero no comentó nada.
- ¿Qué me paso? - Preguntó James, mirando a todos lados - ¿Dónde estoy?
- Eso te lo responderá Cleer de la Vela - le dijo Nostradamus, levantándose de la cama - Ya vengo - y sonriéndole, salió del cuarto, no sin antes picarle un ojo discretamente a la sanadora en práctica.
Cleer sonrió, y se acerco a James - Estas en San Mungo - le contestó, mientras le echaba para atrás unos cadejos de cabello azabache - Te llamas James Patterson y tienes 17 años, una señora te trajo aquí, porque te encontró tirado en la calle, al parecer
te golpeaste la cabeza porque estuviste en duelo con unos magos.
- ¿Unos magos? - repitió James, sin comprender.
- Si, unos magos, ¿Acaso no recuerdas que eres mago? - James cerró los ojos, y asintió no muy convincente - Pues bien, esa señora te trajo aquí por urgencias, estabas sangrando cuando entraste al hospital, y muy mal herido.
- ¿Y mis padres? - Cleer vaciló un momento antes de responder.
- Pues
ellos
al parecer fallecieron
fue una riña o algo así
porque no se encontró rastro de sus cuerpos - esa había sido una mentira muy rebuscada, ya que lo que en realidad había pasado era:
Charlie Thomson (su verdadero nombre) tenía 20 años, y era el mejor buscador que los Puddlemere United tenían hasta el momento.
Hace 10 meses se enfrentaban con los Montrose Magpie como locales, y en el transcurso del partido dos bludger locas le golpearon la cabeza dejándolo inconciente. Tal fue el golpe, que lo dejaron en coma durante largos 10 meses, y el día de hoy: 16 de junio de 1997, había fallecido a las 17:01pm por razones ilógicas, pero a las 17:45pm, había despertado pero con otra rostro y otro nombre
James la miro con sosiego, quería llorar por la pérdida de sus padres, pero sentía muy internamente que no había razones para hacerlo.
***Fin del Flash Back***
Lo único que James recordaba, era que el sanador Nostradamus y la sanadora Claree le comentaron en breves palabras lo triste que era su vida. Como no tenía familia en Gran Bretaña, Nostradamus muy gentilmente le consiguió un trabajo como buscador en el equipo de quidditch de Estados Unidos: Los Ballycastle Bats, por lo cual tuvo que irse a vivir haya y conseguir un apartamento mientras sus finanzas mejoraban.
La verdad era que cuando James recibió la noticia de que era buscador de los Ballycastle Bats, le dijo a Nostradamus que el no tenía idea de cómo se jugaba el quidditch, ni mucho menos tenía actitudes como buscador, pero el sanador estaba muy seguro de que el si tenía actitudes como buscador, Y ¿Ustedes que creen?
El hecho es que se fue a vivir a Norteamérica, donde conoció a una mujer muy hermosa, amante del quidditch y directora de la revista:
Quidditch, el deporte mágico del siglo
Se enamoro perdidamente de ella, y al cabo de 1 año de relación, se casaron y al poco tiempo tuvieron un hijo.
Hace dos años que James esta de nuevo en Inglaterra, ya que al tener a su esposa Emily en embarazo, decidió que lo mejor para los tres era irse a vivir al país natal de Patterson, donde el niño tendría una educación de todo un mago.
Emily era una bruja proveniente de padres muggles y que nunca había salido de Estados Unidos, por lo cual cuando llegó a Inglaterra, se sorprendió por lo bella que era y por el frío tan potente que hacía.
Una vez James se radico de nuevo en el país ingles, consiguió rápidamente un puesto como buscador en los Chudley Cannons, y desde hay es el más famoso del equipo. Pero hace como 6 meses, su pequeño Anthony había fallecido por causa de una maldita empresa de polvos invisibles, que le provocaron una rara enfermedad en la piel y le acabaron con su corta vida.
- ¿Señor? - lo llamó una voz chillona, sacándolo de su ensimismamiento. James levantó la mirada, para encontrarse con el angelical rostro de Angelín.
- ¿Cómo esta Hermione? - le preguntó, levantándose de un salto.
- Pues ya despertó, gracias a merlín, pero
- lo miro fijamente, y continuó - Esta un poco débil y no puede hablar bien, pero repite una y otra vez el nombre de un tal Harry, ¿Por casualidad lo conoce? - James negó con la cabeza.
- Apenas la conocí en el cementerio - le recordó el ojiverde - Y se que se llama Hermione, por su cédula.
- Ah, esta bien, si quiere puede entrar a verla.
James lo pensó un minuto, y luego accedió con una sonrisa. Entró por la puerta y Angelín lo condujo hacia una camilla blanca que se encontraba al lado de una ventanilla por donde entraba la luz.
- Procure que no hable tanto - le sugirió la sanadora - Ya que esta débil, y no es conveniente que hable demasiado.
El moreno asintió, y siguió con la mirada a la de cabello violeta.
Cuando esta salió por la puerta, se acerco con parsimonia a la cama.
En ese momento Hermione tenía los ojos cerrados, y lucía bien a como la había traído hace unas horas.
No sabía porque motivo, pero de solo ver aquel rostro, le producía un pequeño cosquilleo en el estomago. Era como si la conociera desde hace mucho, y algo más que una amistad los hubieran unido en el pasado.
- Hermione, ¿Te conozco de algún lado? - le preguntó, mirándola fijamente - ¿Por qué siento como si alguna vez fuimos amigos? ¿Qué tienes tú para hacerme sentir esto?
- Harry - dijo la castaña, en un hilo de voz.
James levantó el entrecejo, y se acerco más a ella - ¿Cómo dice? - le preguntó.
- Harry - repitió de nuevo, ahora con más claridad - Harry
¿Eres tú?
El pelicastaño no supo que responderle. No sabía quien era Harry, y no sabía mucho de ella.
- Harry
¿Es tu novio? - le preguntó, a lo que esta contestó:
- Harry
¿Estas aquí? - y tras aquellas palabras, abrió lentamente los ojos, dejando al descubierto unos profundos ojos marrones.
Como James se había acercado un poco para escuchar lo que decía la castaña, al abrir los ojos Hermione, se miraron fijamente y sus corazones comenzaron a latir con violencia (unas más que el otro)
James no comprendía aquella inesperada reacción, se quería alejar de aquellos profundos ojos, pero una fuerza indescriptible lo atraía aun más.
El palpitar de su corazón iba cada vez en aumento, y un deseo indescriptible por besar aquellos labios rojos, lo embargaron en esos momentos.
No entendía porque sentía esa sensación desenfrenada de besarla, pero lo único que sabía era que no iba a desaparecer hasta que la besara.
Sus labios estaban muy cerca, solo unos cuantos centímetros los separaban, era cuestión de unos pocos movimientos para que sus bocas estuvieran unidas.
James se empezó acercar con sorna hacia el rostro de Hermione, y esta se quedo estupefacta.
Sus miradas emanaban ansiedad, inocencia, desconcierto e inquietud. Los dos estaban muy desconcertados, pero en ese momento solo se miraban uno al otro.
Unos cuantos palmos
.ya estaban muy cerca
.se iban a besar
iban a sentir aquel calor de nuevo después de tanto tiempo
muy poco espacio entre los labios del moreno y los de la castaña, estaban muy cerca
.demasiado cerca
.tan cerca
pero
Hubo una fuerte explosión (que al parecer provenía de la recepción) y tras aquel estruendo, los rostros de los dos jóvenes se separaron.
- ¿Qué fue eso? - preguntó una asustada Hermione, incorporándose en la cama.
- No, no se levante - la detuvo el moreno - Esta muy débil, y no es buena idea que se pare.
- Pero
quiero ir a ver que pasa - se excuso Hermione, mirándolo.
- Si
pero
iré yo, usted quédese aquí - le dijo, y sonriéndole, salió de la habitación.
Lo seguí con la mirada hasta que desapareció tras cerrar la puerta. Estaba conmocionada, no podía ser el
.simplemente no podía
.pero era tan igual
los mismos ojos, el mismo color de piel, la misma voz, la misma boca
.pero había algo que no se parecía a el:
El color de su cabello era castaño y además
- No tiene la cicatriz - se dijo a lo bajo, para convencerse de que el no era el que estaba pensando - Deja de pensar estupideces - se reprimió con dureza - Harry murió hace cinco años, hoy fuiste a visitar su tumba, ese muchacho no es el
es alguien muy parecido a el
.pero no es el.
Me tape el rostro con mis manos, mientras recordaba su cara y el momento en que nos quedamos mirando.
Aquella sensación no la había vuelto a sentir desde hacia cinco años pensé. Desde que había muerto Harry, no volví a sentir aquella sensación, y hoy (hace cinco minutos) la había sentido, y era tan lindo.
James regresó luego de 10 minutos, y cuando lo hizo encontró a la castaña sentada en la cama, con las piernas cruzadas.
- ¿Qué paso? - le preguntó la joven, curiosa.
- Pues al parecer unos explosivos mágicos que llevaba un mago, se le encendieron y armaron tremendo revuelo en la recepción - le respondió el joven - Y
tú ¿Cómo te sientes? - ¿Por qué la estaba tuteando? Si apenas la conocía hace unas cuantas horas.
- Pues ya mejor, gracias - y sonriéndole, lo miro fijamente.
James no pudo resistir aquella profunda mirada marrón, así que desviando su vista, se acerco a la ventana.
Hubo un abrupto silencio, en el que solo se escuchaba el ruido que hacían los carros muggles en las carreteras que había afuera del hospital.
- Eh
Hermione creo que esto es tuyo - hablo James, entregándole el bolso. La chica le sonrió de nuevo, y lo recibió con parsimonia; sin intensión se rozaron las manos, y sintieron como una extraña mariposa les nacía en el estomago.
- Gracias.
El ojiverde no dijo nada, respiró profundo y se sentó a su lado - ¿Por qué me llamó Harry hace un momento? - le preguntó sin poderse contener.
La castaña agacho su mirada, y vacilo un momento - Pues
- se mordió el labio inferior, y continuó - Porque se parece mucho a un amigo que tuve en la infancia - lo miro fijamente - Cuando lo vi en el cementerio creí que era el, por eso me desmaye. El estudio en Hogwarts conmigo
¿Nunca a oído del famoso Harry Potter? - James desvió su vista (por segunda vez) y la fijo en el suelo.
- Pues
- y se quedo callado, mientras recordaba lo que había pasado hace 5 años cuando había despertado en San Mungo.
*****Flash Back*****
- Tome señor Patterson - le decía Nostradamus, al día siguiente que había despertado - Son boletos para que se valla a vivir a Estados Unidos, además ya le conseguí un trabajo haya.
James lo miro desconcertado - Vivir a Estados Unidos, pero ¿Por qué? - el sanador vacilo un momento antes de responder.
- Pues
porque haya estarás mucho mejor que acá - aunque la verdadera razón, era que como hace muy poco había muerto Harry Potter (y el era Harry Potter) no sería conveniente que saliera a la luz publica y que todos especularan de el.
El hecho es que muy tarde de la noche, había tomado un vuelo rumbo a USA, y una nueva vida comenzaría.
En Norteamérica había conocido a Emily, se caso con ella y cuando había vuelto a Gran Bretaña, todas las personas lo miraban extraño.
- Mira es Harry Potter - le dijo un niñito de 6 años de edad, a una mujer de cabello negro y muy alta.
- Deja de decir estupideces Frank, Harry Potter ya murió hace mucho tiempo, seguramente es alguien muy parecido a el, no más.
James los miro extraño, haber ido a aquel callejón no había sido la mejor idea que hubiera tenido.
Por donde iba, todas las persona lo quedaban mirando, algunos imprudentes lo señalaban con el dedo, otros murmuraban por lo bajo cada vez que pasaba por el lado.
No entendía porque le decían que era el Hary Potter, y que se parecía mucho a el.
Tantas preguntas, pero tan pocas respuestas.
Una vez había sido James Patterson sus recuerdos se le habían borrado por completo, y no sabía que Harry Potter había sido el mago más famoso de todo el mundo magico, y el cual había desrrotado al mago más temido por todos:
Lord Voldemort.
Y lo que menos sabía, era que el era Harry Potter.
******Fin del Flash Back********
- Respóndeme - le exigió la castaña, al ver que el moreno se había quedado ensimismado.
James pego un respingo, la volvió a mirar - Pues
la verdad no se quien es Harry Potter - le mintió, ya que luego de que todas las personas lo confundieran con ese tal Harry Potter, había averiguado en muchos libros y había visto todo lo que había hecho este joven moreno de cabello azabache, ojos verdes y una cicatriz en forma de rayo.
*****Flash Back*****
Se encontraba en su casa, eran las 11 de la noche, y su esposa junto con su hijo se habían quedado dormidos.
Hacía como 3 horas estaba buscando en todos lo libros habidos y por haber, a ese tal Harry Potter, con el cual lo confundían últimamente.
A mediados de la media noche, agarro un libro titulado:
Magos famosos del mungo magico y comenzó a buscar a ese tal Harry Potter.
No tuvo que buscar mucho, ya que al abrir el libro y pasar el índice, lo encontró en la primera página:
Harry James Potter:
Hijo de James Potter (mago) y Lily Evans (Muggle) nacido el 31 de julio de 1980.
Y junto con aquella portada, venía una foto grande del susodicho.
Colapsado y contraído, cerro el libro y desde hay se dedico a meterse en la cabeza que el no era Harry Potter, si no una persona MUY parecida a el. Además, no tenía esa extraña cicatriz que lo caracterizaba, aunque siempre inconscientemente se tapaba la frente con los cadejos de cabellos castaños, cada vez que alguien le habla de el.
*****Fin del Flash Back*********
- ¿No conoces a Harry Potter? - Repitió una castaña un tanto incrédula - Es imposible ¡Si todo el mundo magico conoce al famoso Harry Potter!
- Pues yo soy la ecepción - le dijo el pelicastaño, con una sonrisa - Yo dure muchos meses internado en San Mungo por un accidente que tuve, luego me fui a vivir a Usa, y apenas hace poco regrese a Londres, así que no se muy bien de las personas.
Hermione levantó el entrecejo, pero no siguió insistiendo. Suspiro profundo, y dijo resignada - Bueno, simplemente tienes un parecido enorme con Harry, y por eso te confundí, espero que me disculpe.
James le sonrió, lo que provoco en la castaña un pringaso de electricidad.
- No se preocupe, igual todo el mundo tiene confusiones - se quedaron mirando fijamente nuevamente, pero esta vez fue Hermione quien desvió su mirada - Este
voy hablar con la sanadora para ver cuando le pueden dar de alta - y acto seguido, salió por la puerta rumbo en busca de Angelín.
- Que tonta soy - me reprendí a lo bajo, justo momentos después de que la puerta se cerrara tras James - Ese no es Harry, además el ya esta muerto hace años - suspire con tristeza, y abracé mis piernas con las manos - Pero como me gustaría que James fuera Harry, como me gustaría.
Pasados unos minutos, James entro de nuevo, con la noticia de que mañana me darían de alta.
- ¡Que bien! - Dije emocionada - ¡Nunca me ah gustado quedarme en hospitales por mucho tiempo!
James me miro, y se rió.
- ¿De que se ríe? - le pregunté, levantando el entrecejo.
- De nada - me respondió, y suspiro - Simplemente me hace recordar mucho a mi hijo Anthony.
Cuando me dijo eso, me mordí el labio y recordé lo de la llamada de la otra vez - Lo
lo lamento mucho - me disculpe enseguida - No era mi intención que
bueno
- No se preocupe - me tranquilizo el pelicastaño - Todo esta bien, igual es una perdida que tendré que resignar tarde o temprano.
La muchacha lo miro con sosiego, y bajo su mirada - No fue mi intención, en serio - volvió a repetir, ahora con voz apagada - No quise recordarle a su
discúlpeme de todo corazón.
- No importa, todo está bien, en serio - le aseguró el hombre de fervientes ojos verdes.
La castaña lo miro, y para disculparse le dijo - Mañana cuando salga de aquí, iremos al café en que quedamos la otra vez para la entrevista, y usted me dirá todo sobre esa fábrica de polvos invisibles, y le prometo que lo publicaré en la próxima columna.
- Le agradezco - le dijo James - Pero prefiero que no haga eso. A pesar de que mañana le den de alta, no sabremos que puede pasar, de pronto le da una recaída y me sentiría muy culpable si eso pasa.
Hermione lo miro - Esta bien, entonces ¿Le parece que nos reunamos el miércoles a eso de las 4 de la tarde? - James pensó un poco y asintió
- Ok, entonces nos vemos en el café Missu de la cuarta - dijo, luego miro su reloj: iban a ser las 9 de la noche.
- ¡Ya es muy tarde! - Exclamó sorprendido - Bueno, este
creo que me iré, tiene que descansar y con mi presencia aquí no es adecuado.
Hermione asintió - Muchas gracias por todo - le agradeció, con una amplia sonrisa.
- De nada - y se acerco a ella para darle un beso en la mejilla (cosa que dejo pasmada a la castaña, y contrariado al ojiverde) - Este
eh
.mañana vendré para acompañarla hasta su casa. Hasta luego - y se alejo de ella, (pero con lentitud) ya que no quería irse tan pronto. Caminó hacia la puerta, y una vez llegó a esta, giró su cabeza para ver a una Hermione sonriente sentada en la cama.
- Que descanses
.James - el joven asintió, y salió de la habitación con una amplia sonrisa.
****N.D.L.A*****
Hola mis queridos lectores:
Gracias a todos los q me dejaron Rews, ya saben, para ver las respuestas, vallan a los Rews (en este caso, los del anterior cap) ya q aquí no me queda espacio. Ojala les haya gustado este cap.....y espero sus comentarios.... n_n
Se cuidan...y. nos vemos en la prox actualización...
Besos.5
Cuando hablan las miradas:
La luz de la mañana entro por la rendija de la ventana de la habitación 433, provocando que una castaña abriera perezosamente sus ojos.
Ya era lunes, eso quería decir que hoy a Hermione le darían de alta.
Se incorporó en la cama y se sobó los ojos con sus manos. En ese momento, el rostro de James le apareció en su mente, y sonrió del tal solo verlo.
¿Qué era lo que le pasaba con aquel chico? Y ¿Por qué se parecía tanto a Harry? Ella sabía que no era Harry, el ya había muerto hace años, pero entonces, si no era Harry, ¿Por qué con ese hombre sentía esos pringazos de electricidad cada vez que aquellos fervientes ojos verdes se chocaban con los suyos?
¿Qué era lo que le pasaba?
Respiró profundo y se tapo el rostro con las manos - Seguramente es por la conmoción - dijo por lo bajo, para tratarse de dar una respuesta lógica a su comportamiento cuando el estaba cerca - Por ser tan parecido a Harry es que reacciono así, nada más.
A pesar de que su mente le decía eso, su corazón le dictaba todo lo contrario.
Era como si su razón y sus sentimientos estuvieran en esos momentos en una fuerte riña:
La primera decía que ese no era Harry, que el ya había muerto hace mucho, y que por el hecho de que se pareciera a Harry no quería decir que fuera el.
Por su parte, sus sentimientos le decían que ese si era Harry, y que era posible que el no hubiera muerto y que hubiera sobrevivido por circunstancias extraordinarias.
- Tonterías - bufo a lo bajo, y se destapo la cara - ¡Deja de pensar estupideces! - y luego de regañarse a si misma, se incorporo mejor en la cama, y coloco los pies en el suelo.
Apoyo sus manos en la cama y trato de levantarse.
Pero justo cuando su cuerpo se separo del colchón, sus piernas flaquearon y no resistieron el peso de cuerpo.
- ¡Hermione! - gritó James, entrando en ese momento por la puerta.
No supo como lo hizo, pero lo hizo:
De una manera fantástica corrió como pudo antes de que la castaña cayera al suelo, y la agarro con sus brazos.
Se miraron fijamente, volvían a quedar extremadamente cerca.
- ¿Estas bien? - le preguntó James, olvidando que ayer la estaba tratando como una completa extraña apenas conocida.
- Eh
sí - respondió esta con un hilo de voz - Solo fue
un
un
- estaban demasiado cerca, la castaña podía sentir la respiración del moreno exhalándole sobre sus labios.
Al tiempo, el moreno podía contar las pecas que tenía en las mejillas, y ver lo largas que eran sus pestañas.
Estaban muy cerca, tan cerca, exageradamente cerca.
Sin poderse contener más, sus rostros se fueron acercando poco a poco
unos cuantos palmos los estaban separando en esos momentos
.comenzaron a cerrar sus ojos
.sus labios se rozaron y
.
- Señorita Granger ya puede salir del hospital - le informó Angelín, interrumpiendo la romántica escena entre ambos chicos.
Hermione se puso colorada, y miro abochornada a la sanadora.
- Hay, lo siento - se disculpo esta de inmediato, con aquella voz chillona que la caracterizaba - Este
bueno, la espero en la recepción para que firme unas cosas - y acto seguido cerro la puerta, dejándolos de nuevo solos.
Se miraron una vez mas fijamente, estaban rojos como un tomate, totalmente abochornados.
- Este
- balbuceó Hermione, para romper el témpano de silencio que se había formado - Eh
.- James aun la tenía entre sus brazos cogida de la cintura, y eso la hacía colocar muy nerviosa. A pesar de que ya su distancia era un poco considerable, el corazón le estaba latiendo a mil por segundo.
Lo mismo le sucedía al moreno, que no dejaba de respirar con agitación y de mirar aquellos ojos marrones, tan profundos y atractivos que lo atraían lentamente.
- Creo
creo que es mejor que me valla
.ah
.este
.cambiar - le dijo la muchacha, tratando de soltarse de los varoniles brazos de James, pero no podía.
Patterson la miraba embelesado, estaba como embodado por sus ojos.
No quería soltarla, no quería que se fuera de su lado. Quería besarla, quería probar esos provocativos y sensuales labios rojos, deseaba besarla y abrazarla como nunca antes lo había echo con una chica.
¿Pero que estaba pensando? ¿Quería besar y abrazar a una mujer completamente desconocida? ¿Estaba loco o que? ¿Se le había zafado un tornillo? ¿Qué era lo que le pasaba?
- Eh
si, claro - asintió, luego de unos minutos. Soltó con lentitud la delgada cintura de la castaña, y dejo que esta agarra su ropa y se fuera al baño.
La siguió con la mirada hasta que desapareció de vista, y luego se desplomo en la cama.
Se estaba volviendo completamente loco ¿Porque sentía esa atracción tan fuerte cada vez que estaba con ella? ¿Qué le pasaba? ¿Qué le atraía de esos profundos ojos marrones, que no podía dejar de mirarlos?
¿Por qué con una sola mirada, sentía que le decía muchas cosas sin hablarle?
- Yo tengo una esposa - se recordó a si mismo por lo bajo - Una esposa a la cual quiero con todo mi corazón, una esposa que vendrá dentro de 1 año y yo la recibiré con los brazos abiertos - si eso del querer y brazos abiertos sonaba muy lindo, pero
¿Eso era lo que el estaba sintiendo en esos momentos?
A caso ¿Qué demonios tenía aquella castaña de ojos marrones, para que de un momento a otro le hiciera un vuelco en su corazón y no dejara de pensar en ella?
Ayer no había podido dormir por estar pensando en Hermione, no había pegado pestaña por que cada vez que cerraba los ojos, la imagen de ella aparecía.
¿Qué le pasaba? Era su pregunta.
No entiendo que me pasa, estoy muy confundida.
Hace un momento quería besarlo, quería sentir aquellos labios rojos y calidos, ¿Pero porque? ¿Qué me pasa con este hombre? apenas lo acabo de conocer ¿Por qué estoy sintiendo esto hacia el?
Me metí al baño y abrí la llave. Una relajante agua fría salió en esos momentos por el grifo, una refrescante agua que me hacía despejar un poco.
Estaba muy aturdida, no sabía que me estaba pasando, no entendía porque quería besar a ese hombre que apenas había conocido ayer.
- Porque se parece a Harry - dije a lo bajo, y metí mi cabeza en el chorro de agua.
James se encontraba tumbado (aun) en la cama, pensando en Hermione.
Luego de unos minutos, se levantó y miro hacia la puerta del baño.
No sabía porque, pero una vocecilla imprudente le decía que entrara al baño, una vocecilla que lo atraía poco a poco.
Al poco tiempo, sus piernas le comenzaron hacer caso aquella vocecilla, y dirigiéndose lentamente hacia la puerta, la abrió con sorna.
Sal de aquí le decía su subconsciente, pero la vocecilla imprudente era más fuerte.
Cerró la puerta del baño sin hacer mucho ruido, y miro con sosiego la cristalina puerta de la ducha.
Por el elegante vidrio, se reflejaba la sensual figura de la castaña:
Un contorno delgado y fino, una cintura muy seductora y unas caderas perfectas, era lo que estaba viendo en esos momentos el moreno.
Se mordió el labio inferior, y reprimió el deseo de abrir aquella puerta, entrar a la ducha y mientras la agarraba por su cuerpo, la besara con pasión.
Cerró sus ojos con fuerza, y salió de nuevo del baño.
Ya había llegado muy lejos, ¿Dejarse llevar por una vocecilla que había aparecido de la nada en su cabeza y que le había ordenado entrar al baño para verla? ¡Si que había ido demasiado lejos!
Se tapo el rostro con las manos, y respiro profundo - Estas bien loco James - se dijo a lo bajo.
A los pocos minutos Hermione salió del baño, vestida con la misma ropa que la otra vez en el cementerio, y al ver a James le sonrió.
El muchacho se puso un poco colorado, pero también le sonrió.
La castaña se acerco al tocador y comenzó a mirar por todas partes.
- ¿Qué buscas? - le preguntó James, al ver como miraba la mujer.
- Mi bolso - le respondió con preocupación - ¿No lo haz
? - pero la interrumpió, al entregarle el bolsito que llevaba ayer.
- Gracias - le agradeció sonriente - Bueno, creo que ya me voy.
- Yo dije ayer que te iba acompañar hasta tu casa - le recordó el ojiverde - Así que vamos juntos.
Hermione asintió, y salieron juntos de la habitación. Llegaron a la recepción donde Angelín le hizo firmar unos papeles a la chica.
- Es para tu hoja médica - le explicó la sanadora, al ver la cara de desconcierto de la ojimarron - Es para tener un seguimiento de los pacientes, usted sabe, todo lo que le pase y así.
- Gracias por todo - le agradeció James a la sanadora, y luego miro a la recepcionista gorda - Y a usted también.
Se retiraron del mostrador, y se dirigieron a la salida.
Camino hacia los maniquíes ninguno hablo, James por lo apenado que estaba con el mismo de lo del baño, y Hermione por los pensamientos que tenía para con el.
Luego de salir de Purge y Dowse S.A. se dirigieron hacia un parqueadero que había muy cerca de allí.
- La llevare en mi auto hasta su casa - le informó James, luego de unos minutos de silencio - Para que viaje más cómoda.
Hermione se rió por el cambio tan repentino que tenía el moreno al hablarle, a veces le hablaba muy educado, y otras veces como si la conociera de toda la vida.
James no preguntó porque se había reído. Subieron a su auto: Un chevrolet convertible azul rey, y fueron camino a casa de Hermione.
- ¿Dónde es? - le preguntó el hombre, cuando el primer semáforo apareció en el camino.
La muchacha le dio las indicaciones, y en unos minutos ya se encontraban frente a una elegante casa.
Se bajaron del auto y Hermione lo invitó a que tomara con una taza de café.
- Yo encantado.
Pasaron por el vestíbulo y entraron a la cocina. Con un movimiento de su varita, sacó una jarra, el tarro de café y el agua, los reunió muy hábilmente y en pocos segundos el café estaba listo.
- Huele bien - dijo James, agarrando la taza que le entregaba la castaña - ¿Es colombiano?
- Sí - le contestó la mujer, sentándose frente a el en la pequeña mesita que había en la cocina - El mejor café de todo el mundo.
- Sí, huele muy bien y sabe exquisito - y desde hay comenzó a entablarse una conversación.
Hablaron de muchas cosas, tales como:
El trabajo, la familia, el estudio (a pesar de que James no se acordaba muy bien en donde había estudiado) y cuando tocaron el tema de los amigos, a Hermione se le cristalizaron los ojos.
- ¿Qué ocurre? - Quiso saber el moreno, dejando la taza sobre la mesa - ¿Pasa algo? - la castaña negó con la cabeza, pero no pudo retener que una gruesa lágrima le rodara por la mejilla.
- ¿Por qué lloras? - la mujer no respondió al instante. Se secó la siguiente lágrima que había resbalado, y subió su cabeza para así retener el líquido salino.
- Hace
hace cinco años mis amigos se alejaron de mi - le contestó, luego de que estuviese segura de que más lágrimas no iban a salir - Por un error que cometí cuando era una adolescente.
- ¿Y que error fue ese? - la muchacha lo miro ensimismada.
- Traicione a un amigo - le comentó, y se mordió el labio inferior - Y
pues
ellos
nunca
nunca me lo perdonaron
y
se fueron
.- sin poderlo contener más, gruesas lagrimas comenzaron a brotar por sus ojos, y dejo la taza de café a un lado.
James la miro alarmante, no sabía que hacer. Se levantó de su asiento y se acerco a ella.
La miro por un momento, y luego la abrazo. Hermione correspondió a aquel abrazo, mientras lloraba sobre su hombro.
- Yo
yo no quería hacerlo
pero
.no tenía más alternativa - decía entre sollozos. El moreno no entendía muy bien lo que le decía la castaña, sabía que había traicionado a un amigo, pero
¿Qué tipo de traición había sido?
Pensó que preguntarle no sería lo más adecuado en esas circunstancias, así que se reservó aquella pregunta para sus adentros.
La abrazó con más fuerza, y sintió como el líquido salino que salía por los marrones ojos de la castaña, le iban empapando poco a poco la fina camisa, pero eso no le importo.
- Ya, cálmate - la tranquilizaba en un susurro.
En ese momento que estaban tan cerca, el ojiverde podía oler el olor a jazmines y rosas que emanaba el cuerpo de la chica, podía sentir su corazón palpitarle junto al suyo, y podía sentir su respiración exhalándole en el cuello.
Después de unos minutos, la muchacha se separó un poco de el, dejando al descubierto un rostro húmedo por las lagrimas y unos ojos hinchados de tanto llorar.
La miró embelesado.
Se miraron (una vez más) fijamente, pero esta vez era diferente:
Aquellas miradas como que hablaban, cada una decía una cosa y la otra le respondía. A pesar de que no estaban articulando ninguna palabra, era como si se entendieran por medio de las miradas.
El moreno no dejaba de ver aquellos ojos marrones, y estos no permitían dejarlos de mirar.
Sus rostros se comenzaron acercar (como aquella vez el en hospital) y James atrajo el frágil cuerpo de la castaña hacia suyo.
Estaban muy cerca, sus miradas se juntaban cada vez más, sus labios los separaban unos escasos centímetros o mejor dicho, milímetros.
Estaban muy cerca, comenzaron a cerrar sus ojos y
Sus labios se fusionaron en un dulce, profundo y apasionante beso.
Primero fue el contacto de las bocas, y luego las lenguas entraron en acción.
Sabrá díos cuanto tiempo duraron así, pero aquel beso se podía asegurar que era un beso lleno de protección, ternura, y pasión.
Los dos desde hace mucho querían eso, deseaban probar aquellos provocativos labios, querían sentir el sabor del otro, querían tenerlo cerca.
Pasado varios minutos, se tuvieron que separar por falta de aire.
James miro fijamente a Hermione, la cual había dejado de llorar y un brillo indescriptible se había formado en sus ojos.
- Eh
ejem - carraspeo, para luego desviar su vista al suelo - Este
creo
creo que ya me voy - respiró profundo, y la comenzó a soltar con lentitud - Si
si necesitas algo me llamas - y sacando de su bolsillo un tarjeta, se la entrego con delicadeza en la mano - Eh
hasta luego.
Hermione no sabía que decir, estaba aturdida y contraída por lo que acababa de pasar. Se había besado con James, y lo peor era que había disfrutado mucho de aquel beso ¿O no?
Miro la tarjeta con desconcierto - Eh, si claro - dijo con un hilo de voz - Bueno, que
.que te valla bien - y trato de esbozarle una sonrisa, pero estaba tan confundida que no pudo.
James también intento hacer lo mismo, pero solo consiguió un ligero movimiento de su boca.
Se dirigió hacia el vestíbulo acompañado de Hermione, la cual tenía la cabeza agachada y la mirada perdida.
Una vez estuvo fuera de la casa, le echo un último vistazo a la mujer que acababa de besar y se subió a su auto.
Cerré la puerta segundos después de que James saliera, y deje que mi cuerpo se fuera resbalando hacia el suelo. Me tape el rostro con las manos, al tiempo que recordaba aquel beso.
¿Acaso lo había disfrutado? ¿Acaso me había gustado ese beso? Me toque inconscientemente los labios, y saboreé su aroma que aun tenía impregnado.
Tenía que admitirlo, me había gustado aquel beso, lo había disfrutado tal cual disfrutaba cada vez que Harry me besaba. Cerré mis ojos y recordé lo que acababa de pasar hace unos minutos, era como si quisiera tener aquel recuerdo intacto en mi mente y que nadie me lo pudiera borrar.
Me quede en aquella posición por varias horas, hasta que el teléfono sonó y tuve que levantarme.
- Bueno - dijo la castaña levantando el auricular.
Al otro lado de la línea, la voz muy familiar de una joven resonó:
- ¿Hermione? ¡Hola! ¿Como haz estado?
La chica arqueo las cejas, y trato de distinguir aquella voz, hasta que luego de varios minutos, exclamo:
- ¡Samantha! Que gusto escucharte.
Samantha McTreyn era una gran amiga de Hermione, había estudiado en el Instituto de Salem ubicado en Canadá, y la había conocido cuando fue a vivir a Francia con sus padres luego de salir de Hogwarts. A pesar de que era nativa de Gran Bretaña, había estudiado en la academia de aurores en Francia
- Herms, te llamaba para decirte que regreso a Londres - le comunico muy eufórica - Y me preguntaba si podría quedarme a vivir por un tiempo contigo, sabes el problema que tuve con mis padres y no quiero ir a pedir posada.
- Claro que sí, yo encantada - le respondió la castaña - ¿Y cuando vendrás?
- El miércoles por hay a las 8:30pm llegare al aeropuerto.
- Ah bueno, entonces haya nos vemos.
- Listo, hasta el miércoles Herms, y gracias por todo.
- De nada - y acto seguido, colgó el auricular.
Subió por las escaleras y abrió la puerta de su cuarto con sorna, se desplomo en la cama y miro ensimismada el cielo raso de la habitación.
ººººººººººººººººº
El camino hacia su casa nunca había sido tan largo y sinuoso. Aun la figura de aquella mujer de cabellos castaños y ojos marrones, le retumbaban en la cabeza y lo atormentaba poco a poco.
Estaciono su chevrolet azul rey en el andén frente a su casa, y luego bajo de esta para enfrentarse a la brisa otoñal.
Paso por el vestíbulo y dejo su chaqueta sobre el perchero, se dirigió a la sala (una amplia estancia con una estantería llena de libros en una esquina, rodeada de unos finos muebles color crema, las paredes estaban pintadas de blanco hueso, y una mesa de cristal estaba en el centro de los muebles)
Con sigilo, se acerco al Mini-bar que estaba al lado de la estantería llena de libros, y saco de hay una botella de Champagne junto con una copa de cristal.
Cuando estaba contraído, se tomaba una o dos copas de trago para así poder ver las cosas con más claridad.
Se sentó en su butaca preferida: La que estaba al lado de la chimenea; y vertió la Champagne en la copa. Tomó un sorbo, luego dos, luego tres, hasta que la copa quedo de nuevo vacía.
No se podía sacar de la cabeza a Hermione, su rostro aparecía una y otra vez, atormentándolo.
Se había dado un beso con ella, pero ¿Qué era lo que le pasaba? ¿Acaso se estaba enamorando de una mujer que apenas conocía?
- Estoy muy mal - dijo a lo bajo, tras un hondo suspiro.
Se paso su lengua por los labios, el dulce aroma de aquella castaña permanecían a un en su boca, intacto.
"Pero besa bien" pensó, para luego sacudirse la cabeza con estrépito - Pero que cosas piensas, Patterson - se reprendió a si mismo, llenando de nuevo su copa - Mañana un arduo entrenamiento no te caería nada mal.
ºººººººººººººººº
La mañana del martes llegó, y con ella una intensa agua nieve cayó por toda la capital Londinense. Con desganó, una pelicastaña de ojos marrones se levantó de su cama y entro a la ducha.
No había dormido bien, lo ocurrido la noche anterior la había dejado muy contraída.
Luego de salir de la ducha, se vistió con un jean negro ajustado al cuerpo, una blusa beich que no le alcanzaba a tapar el ombligo, unas sandalias que le hacían juego con la blusa, y una chaqueta de cuero blanca.
Agarrando una pila de pergaminos que tenía en sima del escritorio, salió de la habitación.
Termino de desayunar quince minutos después, y cerrando sus ojos desapareció con pergaminos y todo.
- Buenos días, señorita Granger - la saludo su secretaría, justo en el momento cuando esta se apareció a las afueras de su oficina - ¿Cómo estuvo el fin de semana?
- Muy ajetreado - le confesó la castaña - Me pasaron muchas cosas, que luego te contaré - miro sus pergaminos, y entró a la oficina - ¿Alguna novedad?
- Pues
- balbuceó la muchacha rubia de ojos grises - El primero de diciembre saldrán los Chudley Cannons a vacaciones, y en el Ministerio hay un revuelo por que los magos de las bromas para muggles vuelven atacar.
- Ah - suspiró la castaña - Ok, Evelyn, gracias - y con una sonrisa, la chica salió de la oficina.
pensó, al tiempo que se acercaba a su escritorio y se sentaba en la silla.
- ¡Muy bien muchachos, haremos la jugaba española! - les decía Ronald Rospencer a su equipo en el campo de juego.
Los Chudley Cannons tenían hoy un arduo entrenamiento, ya que pronto saldrían a vacaciones y no se podían dar el lujo de perder la copa de quidditch.
- Muy bien, Kelly quiero que vallas al extremo del campo - le ordenó Ronald, a una jovencita de menos de 20 años, con ojos negros cabello azulado y rasgos americanos.
La muchacha asintió, y sobre voló por las cabezas de tres de sus compañeros.
- Dylan, quiero que interceptas a Kelly, tú sabes como hacerlo.
Un hombre de cabbelo gris, negro y alto, asintió ligeramente con la cabeza y paso volando por el lado de James.
Tras las diferentes ordenes que Ronald les diera a su equipo, el entrenamiento comenzó.
James pensó que montar en su escoba y sentir el viento rozarle la cara lo iba a reconfortar, pero estaba resultando todo lo contrario.
A cada minuto la imagen de Hermione y el besándose, llegaba a su cabeza sin previo aviso, provocando que no pudiese volar bien.
- ¡Tiempo fuera! - Les gritó Ronald, formando con sus manos una T - James ¿Qué te ocurre? - el ojiverde lo miro ensimismado y negó con la cabeza - ¿Te encuentras bien?
- ¿Puedo tomarme un tiempo? - le preguntó, tratando de hablar lo más fuerte posible.
Ronald lo miro desaprovatoriamente - Esta bien - accedió por fin - Termino el entrenamiento, igual, sin un integrante la jugaba española no queda bien.
James agradecido la comprensión de su capitán, y descendiendo lentamente hacia el suelo, bajo de su escoba.
- Espero que mañana estés mejor - le dijo Ronald, sonriéndole.
- Si no se preocupe - y acto seguido se dirigió hacia los vestidores.
- James, James - lo llamaba la voz de un hombre a sus espaldas.
El moreno volteo para ver correr tras el a un muchacho de su misma edad, con ojos profundamente azules, cabellera marrón, una cara de un súper modelo muggle y una musculatura perfecta.
- ¿Qué pasa Kevin? - le preguntó, levantando el entrecejo.
- Eso mismo te pregunto yo a ti, ¿Estas bien? - el ojiverde dudo si decirle la verdad o no, pero al fin y al cabo Kevin había sido su amigo y compañero y podía confiar en el.
- No, no estoy bien Kevin - le contestó al fin - Estoy muy confundido - y caminando rumbo a los vestidores, le empezó a contar todo lo que había pasado el fin de semana.
- Y me bese con ella - concluyó, al tiempo que se sentaba en una butaca de madera.
Kevin lo estaba escuchando muy atento, estuvo pendiente de cada palabra que su amigo le decía, y luego de que finalizara, se quedo callado.
- Pues
la verdad no se que decirte - le dijo, sentándose a su lado - Mira que es bien extraño sentir todo eso por una mujer que apenas acabas de conocer.
- Sí, lo se - admitió el moreno, tapándose el rostro con las manos - Pero es que
¡Kevin tú la vieras, esa mujer es preciosa, es toda una princesa, sus labios son rojos como la sangre, y esos ojos, esos ojos marrones que si los quedas viendo te pierdes en ellos; y ese cuerpo
.hay díos mio....! ¡Estoy loco!
El ojiazul lo miraba entre confundido y sorprendido - James, tu tienes una esposa - le recordó, como si eso fuera lo más obvio del mundo.
- ¡LO SE! - gritó el moreno, sin poderse contener - Y por eso es que estoy así, no debí besarla, no debí dejarme tentar por esos labios, y además
.- se agarro su cabeza y cerro sus ojos - Nunca debí fisgonear cuando se estaba duchando.
- ¡¿LA FISGONEASTE CUANDO SE ESTABA DUCHANDO?! - repitió el pelimarrón de grito en cuello.
- Shiiiiit - le advirtió el muchacho, colocando su dedo índice en la mitad de los labios - Calla, alguien podría oírte.
Kevin miro a ambos lados, y bajo la voz - James, ¿Por qué hiciste eso?
- ¡NO SE! - Repitió por enésima vez el aludido - Estoy muy confundido Kevin, y en sima, siento como si conociera a Hermione durante mucho tiempo.
- Tendrás que hablar con ella - sentenció por fin su interlocutor - Tendrás que aclararle las cosas, y decirle que aquel beso fue una
confusión o algo así.
- Sí, se que tengo que hablar con ella - admitió James - Pero
es que
.no se, algo me impide hacerlo, algo me dice que eso no es lo que quiero.
- ¿Quieres decir que quieres tener algo con esa chica? - preguntó alarmado el americano.
James abrió los ojos como platos - ¡Noooo!, claro que no, pero
.es que
. ¡Todo es tan confuso!
- Pareces un adolescente de 16 años.
El moreno no dijo nada sobre el último comentario de su amigo; estaba absorto en sus pensamientos, y no podía pensar con claridad.
Un ancho silencio reino los vestidores, hasta que alguien carraspeo un poco fuerte, provocando que los dos muchachos dieran un respingo.
- Si no les importa, voy a limpiar - les dijo la empleada, un tanto grosera - Y con ustedes hay, no es posible.
Kevin la miro con indignación, y bufando se levantó de la butaca - Vamos James, te invitó a almorzar - le dijo el hombre, y el otro asintió sin reproches.
º*º*º*º*º*º*º
- Hermione, ya es la hora del almuerzo - le informó Evelyn, entrando en su oficina - ¿Almorzamos juntas? - la chica (que estaba organizando su próxima columna) asintió sin ligereza.
- Vamos al Restaurant Perth, hay venden una comida australiana deliciosa.
- Sí, esta bien, espera organizo esto y salimos - le dijo Hermione, escribiendo algo en un pergamino.
Evelyn asintió, y salió de su oficina.
Si quiera tanto ajetreo había provocado en la castaña que se despejara un poco de lo ocurrido la noche anterior, por lo cual aquel beso con James había pasado a segundo plano.
- Vamos pues - dijo por fin, saliendo de su oficina. Evelyn sonrió, y con un plin desaparecieron.
º*º*º*º*º*º*º
Los dos hombres estacionaron sus autos frente a un elegante restaurante llamado:
Restaurant Perth y entraron por la puerta corrediza.
- Nunca había venido a este sitio - comentó James, cuando se reunió con su amigo Kevin.
El Restaurant Perth era un restaurante muy reconocido en Londres, aparte de ser uno de los más elegantes, atraía a muchos turistas por su arquitectura que destacaba de la década del romanticismo. La música clásica que se podía escuchar cuando se entraba al recinto, y las pequeñas mesas con finos manteles blancos que se apreciaban por todo el lugar, provocaba que fuera calificado por los expertos con un 10.
- Bienvenidos al Restaurant Perth - los saludo un hombre, vestido de esmoquin blanco y negro - ¿En que les puedo ayudar?
- Una mesa por favor - le respondió Kevin.
- Por aquí - y siguieron al hombre de raíces hindú hasta una mesa para dos, ubicada al lado de una hermosa pecera.
- La carta - Kevin tomo la carta, y se la mostró a James.
- Todo lo que elijas aquí es una exquisitez - le comentó, al ver que el ojiverde miraba con recelo la carta - Hasta los platos que tiene nombres raros.
- Eh
bien
este dame un - y volvió a mirar la carta - Un venimentí con caviar, el plato ruso con papás y el postre de fresas.
- Aja - decía el hombre, mientras anotaba sobre un pequeño cuadernillo - ¿Y usted que desea, señor?
- Dame un pollo al curry con salsa inglesa, por favor.
- Esta bien, y ¿De tomar que desean?
- Tráenos una botella de vino, y para cuando terminemos unas copitas de coñac - le ordenó el ojiazul, al hombre. Este asintió.
- ¿No te parece demasiado? - le preguntó James, arqueando las cejas.
- Cuando hay dinero, hay que darse lujos - respondió con voz de filósofo - Y unas copitas de vino para luego rematar con una de coñac, no mata a nadie.
El hombre moreno no opinó nada, solo se limito a mirar la mesa.
º*º*º*º*º*º*º*º
- ¿En que les puedo ayudar? - les preguntaba una mujer regordeta, bajita y que hablaba un tanto chistoso, a unas jovencitas de 22 años.
- Ubícanos en una mesa, por favor - le pidió una de ellas, la cual era rubia y de ojos grises.
La mujer bajita asintió, y las condujo hacia una mesa para dos, con una vela en el centro, y la cual estaba ubicada a unos escasos metros de la de unos hombres muy elegantes y varoniles.
Luego de pedir la orden (que fueron unos langostinos para la castaña y una gran langosta para la rubia) la mujer regordeta se fue con el pedido.
- Es lindo el lugar - comentó la castaña, examinando el recinto - Muy elegante.
- Si, el Perth es uno de los mejores restaurantes que hay en Londres - le informó Evelyn - Y el más caro.
Hermione sonrió, pero aquella sonrisa se desvaneció cuando sus ojos se cruzaron con la verde mirada de un moreno que estaba sentado a unas escasas mesas de ella.
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Hola mis queridos lectores. No puedo ocupar tanto space, asi q gracias a lo q dejaron rews, los kiero....contesto Rews en mi Blog.....Bye bye, se cuidan, y espero q les haya gustado el capi....
Emma6
El encuentro:
- Hace pocos meses vine aquí con Samuel - le decía Evelyn, a un distraída Hermione - Y fue donde me comento lo de su
¡Hermione! Hermione ¿Me estas escuchando? - le preguntó la rubia, al notar que la castaña desde hacía cinco minutos no le estaba prestando atención - ¿Hermione? ¡Hermione! ¡Oye despierta! - le espetó, tronándole los dedos frente a su cara.
- ¿Qué? - Preguntó aturdida, mirándola confusa - ¿Qué pasa?
- Eso mismo te pregunto yo a ti - le dijo la chica - ¿Estas bien?
- Vamonos de aquí - le suplico la castaña, con carita de borrego - Por favor.
- ¿y porque? - quiso saber su amiga.
- Luego te explico, pero vamonos.
Evelyn la miro extraña - ¡No nos iremos de aquí hasta que me digas el porque! - le espetó con rotundidad.
La castaña la miro suplicante, para luego desviar su vista hacia la mesa en la que se encontraba James, la cual la miraba fijamente.
La rubia miro hacia donde estaba viendo su amiga, y levantó el entrecejo - ¿Qué tiene que ver ese chico? - le preguntó sin comprender.
- Te explico luego, pero vamonos - le suplicó la joven.
Evelyn accedió por fin, y antes de salir del recinto, cancelo la orden.
- ¡James! - Lo llamó Kevin, luego de unos breves minutos - ¡James! James ¿Estas bien? - el muchacho salió de su ensimismamiento, luego de que el americano lo golpeara con su celular en la cabeza.
- ¡Auch! - Exclamó el moreno, al tiempo que lo fulminaba con la mirada - ¿Qué pasa? - le preguntó irritado.
- Desde hace rato te estoy hablando - le dijo su amigo - ¿A quien estabas mirando?
- A ella - le contestó en un susurro.
- ¿A quien?
- A ella - repitió de nuevo, viendo hacia la puerta - Ah Hermione.
- ¡¿Estaba aquí?! - preguntó, sin podérsela creer - ¿Por qué no fuiste hablar con ella?
James lo miro, y desvió su vista - No se
cuando la vi, como que me paralicé.
- Si que eres tonto - le dijo Kevin, y suspiro por lo bajo - ¡Hay díos!
º*º*º*º*º*º*º
- Ahora si, ¿me dirás porque demonios salimos del restaurante así? - le preguntaba la rubia en el auto, a una castaña que estaba ensimismada.
- Es que
el - y tragando saliva, le contó todo lo que había pasado.
- Y me deje besar por el - terminó de relatar, al tiempo que cerraba los ojos - Te juro que no se que me pasa, pero
¡Es que se parece tanto a Harry!
- Si, eso vi - admitió Evelyn - Es un tanto similar, pero nada más. Y Hermione, ¿Disfrutaste el beso? - le preguntó, sin poderse contener.
La castaña la miro con sosiego, para después asentir con debilidad.
- ¡Huao! Te besaste con el buscador de los Chudley Cannons, ¡Que envidia! - la muchacha lo fulmino con la mirada, y resopló a lo bajo.
º*º*º*º*º*º*º*
Tochhaunw, a las afueras de París, Francia.
Hora local: 3:30pm
El viento viajaba de una manera inusual, la brisa otoñal daba a entender que pronto el invierno se acercaba a la capital francesa.
Todos los habitantes concordaban que aquella campiña era la campiña más hermosa que jamás hubieran visto.
Con un extenso jardín, adornado con aquella casa grande de madera con dos pisos, hacía ver al pueblo de Tochhaunw, más pintoresco.
- Así que mañana regresaras a Inglaterra - le decía un hombre de unos 22 años, a una joven, el cual arrastraba las palabras - Me vas a dejar solo.
Una muchacha de cabello castaño indio-ondulado hasta la cintura, facciones inglesas y boca delgada, le sonrió para reconfortarlo.
- Extraño Londres - se excuso, con un tono francés que le quedaba muy bien - Además, quiero volver a ver a Hermione.
- ¿Hermione? - repitió el hombre, mordiéndose el labio inferior - ¿Es tu amiga?
- Sí, la conocí aquí en Francia - le comentó la pelicastaña - Ella estudio en Hogwarts, al igual que tu.
- Si, se quien es - dijo en un susurro inaudible, procurando que la joven no lo escuchara - ¿Cuándo viajaras?
- El miércoles por la tarde, estaré en Londres más tardar a las 8.
El hombre la miro con aquellos penetrantes ojos grises, y pasándose una mano por su perfecta cabellera rubia, le sonrió.
- Te extrañare mucho - le dijo en un murmullo, al tiempo que se le acercaba poco a poco.
- Yo
.yo también - balbuceó incrédula Samantha, mirándolo fijamente.
Se fue acercando aun más, y cuando sus distancias fueron cortas, la agarró por la cintura al tiempo que la atraía a su cuerpo.
Se quedaron mirando fijamente - ¡Te amo! - fui lo último que dijo, antes de que se fundieran en un dulce y apasionante beso.
Sus manos comenzaron a bajar por el vestido blanco que en esos momentos la chica llevaba puesto, y se detuvieron en su cierre.
Por otra parte, Samantha le acariciaba la espalda con lentitud, mientras dejaba que su lengua danzara dentro de la boca del platinado.
Poco a poco, Draco comenzó a despojar de aquel fino vestido a su dueña, hasta que la dejo en interiores.
A medida que el tiempo pasaba, Samantha le quito la camiseta y el pantalón a aquel hombre que le robaba el sueño, y al poco tiempo estaban desnudos.
Draco empezó a besarla en el cuello, lo que provoco que la chica soltará un gemido de placer. Llegó hasta sus senos, para luego mirarla al rostro - Eres tan hermosa - le dijo en un susurro, y le deposito un calido beso en los labios.
Sus cuerpos se fueron dirigiendo hacia la cama. La chica se acostó en el colchón, y Malfoy la miro con detenimiento.
pensó, mientras le miraba aquellos ojos cafés que tanto le atraían.
Sabía que no era ella, sabía que con la que estaba apunto de hacerla suya no era ella, aquella chica inteligente y que años atrás le había dado una bofetada.
Sí, Draco sabía que no era Hermione, no era la castaña de ojos marrones que había cautivado su corazón el último año en Hogwarts.
Antes la aborrecía con todo su ser, pero cuando el último año llegó, un sentimiento (que creyó haber perdido) renació en su corazón.
*****Flash Back******
Ya había pasado un mes desde que Hermione se había unido al bando oscuro. Un mes desde que sentía aquel extraño sentimiento hacia ella.
Los dos ahora eran mortífagos, trabajaban en secreto como espías en Hogwarts. Compartían su tiempo libre juntos, y se ingeniaban planes (que el sabía que no era lo que más le gustaba a ella) para derrotar a Potter.
Todas las noches iba a su habitación (sin que sus compañeras se dieran cuenta) y le comentaba las novedades.
- Un día de estos te van a descubrir - le dijo la castaña, cuando el platinado había entrado a la habitación.
Tenía los ojos hinchados y rojos, y el rubio supuso que acababa de llorar.
- Si sigues con esa absurda actitud, vas a provocar que el señor oscuro se enoje - le dijo Malfoy, mirándola fijamente. Le dolía verla así, sabía que a ella le dolía traicionar a su amigo, pero no había de otra - Además, ya entraste a esto, y no hay vuelta atrás.
Tras aquellas palabras, con horror observo como se le cristalizaban los ojos y comenzaba a llorar de nuevo.
- No llores - le ordenó a lo bajo, para luego abrazarla. No sabía porque lo estaba haciendo, solo hacia lo que su corazón le decía.
- No llores - le repitió con delicadeza, levantándole el rostro - Mira que te vez fea llorando.
Hermione le sonrió, y se secó las lágrimas con sus manos.
Por su parte, Draco la miraba fijamente, estaba sintiendo algo por ella, cada vez que la veía, sus sentidos se enloquecían.
Pero no puede ser cierto se decía internamente. No podía estar
.no
no podía estarse enamorando de una SANGRE SUCIA.
*****Fin del Flash Back******
Ese año se había dado cuenta sobre sus sentimientos hacia Hermione. Luego de haberla aborrecido por tanto tiempo, terminó enamoradísimo de ella. Pero nunca tuvo tiempo de decirle lo mucho que la amaba, por ende, cuando conoció a Samantha, le recordó tanto a ella; es que se parecían tanto:
No tenía el mismo color de ojos (pero si eran muy parecidos), la misma figura, casi el mismo color de cabello, pero había algo que Samantha no tenía y Hermione sí. Ese algo era: La capacidad de hacerlo feliz, de hacerlo sentir como en las nubes cada vez que su mirada marrón, se cruzaba con la suya.
º*º*º*º*º*º*º*º
Una intensa agua nieve comenzó a caer por toda la capital Inglesa, y los dos hombres elegantes y muy fornidos, tuvieron que acelerar su paso antes de que la lluvia se intensificará.
Camino a casa de James, Kevin le recalcaba lo tonto que había sido en no haber hablado con Hermione. Había tenido la oportunidad, y el como un completo tarado la había dejado pasar.
El moreno no le reprochaba nada, ya que todo lo que le decía el americano era cierto.
Una vez Kevin lo dejase frente a la puerta de su casa, James se bajó y subió rumbo al cuarto.
Sí, había sido un completo pelmazo ¿Dejar pasar esa oportunidad así por así? Eso era de personas muy estúpidas como el.
Se desplomó en la cama, al tiempo que cerraba los ojos y trataba de olvidar lo acontecido hace unas horas.
º*º*º*º*º*º*º
Luego del pequeño incidente en el Perth, Evelyn y yo almorzamos algo ligero en un pequeño restaurante que había en la avenida, ya que tenía que regresar pronto al trabajo.
Volver a ver a James, había provocado en mi que aquel beso volvería a mis recuerdos ¿Por qué me había besado con el? Era mi pregunta.
Cinco minutos después, entro por la puerta Evelyn, con una pila de pergaminos traídos del profeta ubicado en Hogsmeade.
- Tenemos trabajo para toda la semana - le comentó, un poco malhumorada - Hay, claro nos cargan todo a nosotras
. ¡partida de
! ¿Te sucede algo, Hermione? - le preguntó la rubia, al ver que su amiga miraba ensimismada la columna que estaba escribiendo para la próxima publicación del profeta.
La chica pegó un respingo, y miro a la rubia con desdén - ¿Me preguntaste algo? - dijo, algo distraída.
Evelyn arqueo las cejas - Creo que es mejor que te vallas a tu casa - le aconsejo, escudriñando su rostro - Lo que sucedió hoy en el Perth te dejo un poco alterada, Herms.
La castaña negó rotundamente - No, estoy bien Evelyn, no te preocupes.
-¡Deja de ser tan terca! - Le espetó la muchacha, cruzándose de brazos - Con todo lo que debes tener en la cabeza en estos momentos, no puedes trabajar. Es mejor que pidas un permiso y te vallas.
Después de que la rubia le insistiera tanto, Hermione accedió a la petición.
- Esta bien, pero solo lo hago porque tu me lo pides - le dejo bien en claro, antes de salir de su oficina a hablar con su jefe.
º*º*º*º*º*º*º*º
Samantha no habían elegido un buen tiempo para viajar en avión, y mucho menos si se trataba de una distancia tan larga.
- Te digo que te aparezcas - le insistía el platinado, mientras bajaba por las escaleras rumbo al vestíbulo - Llama a Granger y le pides las coordenadas.
- ¡No! - Exclamó Samantha, testaruda como ella sola - Iré en avión y punto.
- Yo no confió en los aparatos fabricados por muggles - le confesó el ojigris, con su peculiar tono de arrastrar las palabras - Prefiero los fabricados por magos.
La peliindia rió por lo bajo - No seas tonto, amor - le dijo dulcemente, acercándosele con parsimonia - Los aparatos fabricados por muggles son muy buenos, y además yo se me cuidar solita - y tras concluir la última palabra, le di un beso en los labios.
Malfoy no pudo resistir a aquellos labios que lo provocaban día y noche, y resignado, salió de la casa ayudándola con las maletas.
º*º*º*º*º*º*º
No había podido conciliar el sueño en toda la noche. Desde que la volvió a ver en el Perth el día anterior, aquel beso y todo lo acontecido cuando la conoció no querían salir de su mente.
Aunque tratara de olvidarla, simplemente no podía. Su rostro y la imagen de aquel cuerpo deambulaban por su cabeza todos los días, y no había forma de sacarlas.
- ¡James! - Lo llamó una voz en la lejanía, pero el moreno estaba como en otro universo - ¡James Patterson! ¡James! ¡Patterson, si no vuelas bien te saco del equipo! - y tras aquellas palabras, salió bruscamente del ensimismamiento que lo estaba embargando en esos momentos.
- ¿Qué paso? - preguntó, con un tono de sutil inocencia. Abajo, en la cancha, se encontraba Ronald, mirándolo furioso.
- Baja inmediatamente - le ordenó, señalando con su dedo índice el terreno de juego.
Se mordió el labio inferior, y comenzó a descender con parsimonia.
Sabía lo que le esperaba, sabía que por su mal vuelo aquel día le iban a pegar una regañada, si es que no era peor.
Ronald miro fijamente al ojiverde, y con un bufido se dirigió hacia los vestidores.
El moreno apuro el paso, ya que su interlocutor era un poco más alto que el y por ende caminaba mucho más rápido.
Entraron en la oficina del capitán, y Ronald se sentó detrás de un escritorio de madera que había al lado de una repisa llena de libros.
- Siéntate - le indico el hombre de unos 39 años, ojos negros, cabello castaño y una musculatura perfecta. El joven asintió sin reproches, y se sentó justo delante de el en una butaca de madera amueblada.
Ronald arqueo las cejas, y lo miro severamente - ¿Qué te esta pasando? - le preguntó, con educación - Hoy estas volando muy mal, y el anterior entrenamiento te tuviste que salir porque no te sentías bien.
James vaciló un momento antes de contestar.
- Pues
- balbuceo, al tiempo que jugaba con la punta de su túnica de juego - Este
nada, problemas que tengo, es todo.
- ¿Le ah pasado algo a tu esposa? - el ojiverde negó - ¿Entonces?
James lo miro con aplomo, y suspiro - Nada Ronald, simplemente
cosas de la vida.
- Pues espero que esas Cosas de la vida queden en tu casa - le espetó el capitán - Porque no quiero que ninguno de mis jugadores anden pensando en otras cosas mientras están en el campo de juego - James agacho la cabeza, y se miro las zapatillas deportivas - Deja tus problemas en la casa, James, o si no me veré en la obligación de sacarte del equipo - el moreno abrió los ojos como platos, y abrió la boca para objetar, pero la volvió a cerrar - Eres el mejor buscador que tengo - le confesó Ronald - Y gracias a ti es que hemos llegado a donde estamos, pero si sigues así te tendré que sacar el equipo James.
Un silenció abrupto reino en toda la oficina.
James se miraba sus zapatillas deportivas, y Ronald lo miraba a el.
- ¿No te han dicho que te pareces mucho a Harry Potter? - le preguntó de repente, quebrando aquel silencio. El moreno asintió - Sí, eres idéntico a el, pero no tienes esa cicatriz que lo caracterizaba, y tu cabello no es azabache.
El joven suspiro - Me lo han dicho muchas veces señor - le confesó, ya tenía la voz un tanto irritada - Ronald, te prometo que dejare mis problemas a un lado.
El hombre sonrió- Esta bien, porque no quiero despedir al mejor buscador que tiene toda Europa.
Patterson se levantó, y con un ademán salió de la puerta.
Tenía que sacarse a Hermione de su mente, y por culpa de ella no iba a permitir que lo botaran del equipo, primero muerto antes que salir de los Cannons.
º*º*º*º*º*º*º*º
- Evelyn, hoy saldré un poco mas temprano - le decía Hermione en miércoles a la rubia, en su oficina - Ya que vendrá una amiga de Francia, y la voy a recoger al aeropuerto.
- No hay problema - le dijo la muchacha, sonriéndole - Yo me encargo de llevar los titulares a Robert.
La castaña sonrió, y miro su reloj - Ya van hacer las 7, creo que es mejor que valla ya, el aeropuerto esta muy lejos y minino me demoro una hora con quince minutos.
- ¿Vas a manejar? - le preguntó su amiga, incrédulo.
- Obvio - le contestó la ojimarron, como si eso fuera lo mas lógico del mundo - Es un aeropuerto muggles, y no me puedo dar el lujo de aparecerme así por así.
- Para eso existen los callejones - le recordó la rubia - Te puedes aparecer en un callejón, y entrar como si nada al aeropuerto.
Hermione negó rotundamente - No, quiero ir en mi carro.
- Hay Herms, eres la mejor columnista que tiene el profeta, he visto todos los premios que haz recibido cuando estudiabas en Hogwarts, pero ¡No aprovechas las ventajas de ser una bruja!
La chica sonrió - Toda mi sangre es muggle, y prefiero seguir viviendo así, aunque conviva en el mundo mágico con magos y brujas como tu - Evelyn movió la cabeza, y suspiro.
- Como quieras - dijo a lo bajo, y agarro una pila de pergaminos - Que te valla bien Herms, y nos vemos mañana - y acto seguido, salió de la oficina.
La ojimarron se quedo unos minutos mas organizando sus cosas, y luego abrió la puerta y cruzo por el pasillo que conducía hacia la gran puerta dorada.
Una vez la cruzo, se encontró con Roger, el hijo de su jefe.
- Hola, preciosa - la saludo aquel tono irlandés que le quedaba muy bien - Tiempo sin verte.
Hermione lo miro de arriba abajo:
Si que había cambiado. Ahora era mucho más alto que ella, su físico había mejorado bastante, y aquellos profundos ojos miel los tenía más miel que nunca.
Además, el bronceado que había adquirido al viajar a Cancún, lo hacia ver muy bien, y hacia jugo con su cabello negro oscuro.
- ¡Roger! - exclamó la castaña, estaba sorprendida por su cambio - Cuanto tiempo, te vez genial.
- Sí, lo se - admitió el pelinegro, y luego se echo a reír - No mentiras
tu te vez mas que bien Hermy, podría decir que MUCHO mejor que la otra vez en que nos vimos.
- Ya ha pasado 1 año - le recordó Hermione - Y
tu cambio fue extremo - y si que lo había sido. Antes de que Roger decidiera viajar a Holanda para continuar con sus estudios como médico de muggles, era un escuinclito de 20 años, flacuchento y desnutrido.
- Gracias por lo de cambio extremo - le agradeció con prepotencia - Tu estas toda una princesa, y dime ¿Ya tienes novio? - y tras aquella pregunta, se le fue acercando peligrosamente.
- Hey, hey - le advirtió la castaña, colocando sus manos entre su cuerpo y el de el - Roger, tu eres muy buena gente y si estas muy guapo, pero me llevas un año de diferencia
.
- Solo un año - le recalcó el muchacho.
- No importa, pero un año es un año. Además, tú sabes muy bien que entre tú y yo solo puede existir una linda amistad.
Suspirando profundo, sonrió - Esta bien, aunque es un desperdicio que una preciosura como tú este sola - Hermione se ruborizo a tales palabras, y solo se limito a esbozarle una amplia sonrisa.
- Bueno, creo que te dejo - le dijo Roger, dejándole el camino libre - Nos vemos otro día, preciosa - y despidiéndose de ella con un beso en la mejilla, entro por la puerta que hacía unos momentos había salido la castaña.
º*º*º*º*º*º*
- Pasajeros, por favor abrocharse los cinturones que estamos apunto de aterrizar - les indicaba la vocecilla de una de las azafatas que en esos momentos iban en el avión 256, con destino a Londres/Inglaterra.
La peliindia se abrocho el cinturón y miro nostálgica la foto que desde todo el recorrido no había dejado de ver.
- Draco - dijo en un susurro, al tiempo que le tocaba los labios con la llama de sus dedos - Mi Draco.
Recordaba todo como si hubiese sido ayer, como si solo hubiese sido ayer.
***Flash Back****
Una de sus mejores amigas se había acabado de ir hacia menos de una hora.
Sabía que la iba a extrañar mucho, y eso le dolía tanto.
Apenas eran las 8 de la mañana, eso quería decir que tenía que ir al Ministerio de magia en Francia, para continuar con su trabajo.
Era aurora, y a pesar de que ahora el mundo vivía en paz, tenía que llenar mucho papeleo y un arduo trabajo llevaba en sima
Se re apareció en su oficina, y se sentó frente a su escritorio. Miro la pila de pergaminos que tenía en sima, y los ojeo con desgano.
- Hay Hermione, chiquita te cogui mucho afecto - dijo a lo bajo, mirando una foto magica que tenía enzima del escritorio, encalmada en un portarretrato de madera color caoba, con bordes dorados.
Suspiro profundo, y en ese momento alguien toco a la puerta.
- Siga - dijo, con desanimo.
- Madame McTreyn, un jovien lo buta - le anunció su secretaria.
- Dole to passe - y con una sonrisa, la secretaria le anunció al joven que siguiera.
- Buenos días - la saludo un joven de cabellera platinada y ojos marrones, con un tono ingles - Es un placer conocerla, señorita McTreyn.
Samantha le sonrió, quedando cautivada con sus profundos ojos.
- Bue
buenos días
¿Señor
?
- Malfoy, Draco Malfoy - se presentó, besándole la mano.
- Un gusto.
- El gusto es mio
.
*****Fin del Flash Back******
A los diez minutos, la misma vocecilla que había hablado hace unos momentos, resonó de nuevo en el interior del avión - Sean bienvenidos al Winston Churchil Airport. Orleáns les complace anunciarles que estamos en la capital de Gran Bretaña. Esperamos que sea de su agrado la estancia aquí, que pasen buena noche - y acto seguido, todas las luces se encendieron y el ajetreo en el avión se hizo presente.
Con una sonrisa amarga, guardo la foto en el bolsillo de su blusa, y bajo una pequeña maleta que no podía ir en el portaequipajes con todas las demás, y comenzó a salir del avión.
º*º*º*º*º*º
La castaña acababa de llegar hacia 10 minutos al aeropuerto, y justo a tiempo, ya que el vuelo 256 acababa de aterrizar.
No se quiso acercar a la muchedumbre que se aglomeraba frente a la amplia puerta, así que decidió quedar lejitos y ver así con más facilidad, cuando Samantha saliera.
Lo que la muchacha podía notar, era que en aquel avión no solo viajaban turistas, si no también un grupo de Rock muy famoso, ya que a lo lejos, vio un montón de carteles con palabras como:
¡The Ramus, I Love!
"Seguramente es una banda de Rock muggle" pensó, y se tuvo que tapar los oídos cuando el grupo acababa de salir por la puerta, y todas su fanaticada comenzó a gritar como loca.
Cuando el grupo paso (y todos sus fans corrieron detrás de ellos) comenzaron a salir los turistas, y hay Hermione se inclinó un poco para ver cuando salía Sam.
Entre apretujones, pisadas, codazos y golpizas, Samantha McTreyn salió por entre la aglomerada multitud.
Al ver a Hermione, corrió como una niña chiquita a abrazarla.
- ¡¡Herms!! - Exclamó, dándole un caluroso abrazo - Hay amiga, tiempo sin verte.
Hermione sonrió y la miro - Si, fueron varios años. ¡Si que estas bien guapa!
- Tu no te quedas atrás - le dijo Sam, sonriente - Hay Herms, que alegría volver a verte.
- Lo mismo digo - le dijo Hermione - Bueno, ¿Vamos no?
*********Notas de la Autora********
Hola mis queridos lectores:
Les ofresco disculpa por la tardanza, es q tuve unos problemillas X hay....pero ya estoy de vuelta.
Espero q les haya gustado el capi....y dejen comentarios....
Muchas gracias a todos los q me escribieron Rews en el anterior cap...me alegro q les este gustando el Fic... n_n
Respuestas busquen en el Blog....bueno se cuidan y nos vemos en la prox actualizacion....
Besos....
Emma.7
One small talk
Octubre había llegado con su gélido viento y constantes lluvias.
Los Chudley Cannons comenzaban con un arduo entrenamiento, ya que antes de que las vacaciones de invierno llegasen, tendrían un partido contra los Arrows (eso iba a suceder en ese mes) donde jugarían como locales.
- ¡20 minutos de descanso! - Les anunciaba Ronald a los jugadores, al tiempo que se bajaba de la escoba - Y son 20 minutos contaditos.
James se bajo de su escoba, y se dirigió hacia la pequeña tienda que había a las afueras del campo.
- ¿Vas a gastar? - le preguntó Kevin, acercándosele sigilosamente - Vamos, no seas malo Patterson
El joven sonrió, y asintió deliberadamente.
Ya había paso 2 semanas y 3 días desde la última vez que vio a Hermione en el Perth. Por órdenes estrictas de su capitán se la había sacado de la cabeza, por lo cual volvía a jugar como siempre desde antes que la conociera.
Aunque para ser sinceros, una vez que el entrenamiento de quidditch terminaba, James volvía a su casa, afligido y con la imagen de Hermione en su cabeza.
Constantemente se le venían a su mente las imágenes de aquel ardiente beso, que sin duda lo había disfrutado.
La única cuestión era el porque. Desde que la había visto en el cementerio, no podía dejar de pensar en ella, y para colmo de males, últimamente estaba teniendo unos sueños muy extraños, donde aparecían diversas personas que el no había visto en su vida, un castillo enorme el cual lo incitaba a deambular por sus pasillos.
Y una casa muy linda y acogedora, donde aparecían 5 pelirrojos sonriéndole.
No entendía porque tenía esos sueños tan raros, y daba el hecho que era por el vigoroso entrenamiento.
- Paga - le dijo Kevin descaradamente, luego de haber comprado 3 paquetes de papitas de pollo, un paquete de pastel de hojaldra, y una botella de cerveza de mantequilla.
- Casi no comes ¿no? - inquirió con recelo, mirándolo ceñudo. El americano se limito a sonreírle, y le guiño un ojo.
- ¿Te pasa algo? - le preguntó su amigo, una vez estuvieron sentados en las bancas que habían a las afueras de la cancha - Te noto algo
.ido.
El ojiverde lo miro con sosiego - No
nada, solo es que
- ¿Por casualidad tiene la palabra Hermione incorporada? - El muchacho asintió débilmente - Lo sabía ¿Ahora que ocurre?
James no sabía que contestar, ya que la verdad, ni el mismo sabía que ocurría.
- No se
- balbuceo - Es que
bueno
últimamente eh tenido sueños muy extraños - y le comentó lo de aquellas personas pelirrojas, ese extraño castillo y la acogedora casa.
- Y
pues
- Y piensas que si hablas con ella, podrías aclarar todos esos sueños - le completó Kevin.
Si, era buena idea, aunque eso no era lo que tenía en mente, pero si.
- Pues
si
si eso, aunque no se
¿Qué tal que no me quiera recibir? - objetó James, con la mira perdida en el suelo.
- Es obvio que te recibiría - le dijo su amigo, mordiendo un pedazo de pastel - Porque se que también quiere hablar contigo, eso te lo puedo asegurar.
El joven asintió torpemente, y le sonrió - Esta bien
veré
.veré cuando hablo con ella, y gracias - fue lo último que dijo, antes de que Ronald pitara y los volviera a llamar al campo.
- Hay, si que molesta - se quejo el muchacho, bebiéndose apresuradamente la cerveza de mantequilla.
º*º*º*º*º*º
Polonia-Ciudad de Varsovia.
Un suave viento recorría toda la ciudad, y una ligera lluvia comenzaba a caer con sigilo.
Toda la avenida estaba aglomerada de varsovianos que caminaban de un lado a otro, para así llegar temprano a sus casas.
Iban a ser las 5 de la tarde, y un joven de cabello rojo y ojos profundamente azules, entró con aplomo a su casa.
Pasó por el vestíbulo (dejando su chaqueta colgada en el perchero) y se dirigió hacia las escaleras.
Estaba muy agotado, (ya que hoy había sido la inauguración de su anhelada fundación) donde asistieron mas de un millon de varsovianos.
El evento había sido todo un éxito, bailaron, charlaron, estuvieron los medios de comunicación muggle y uno que otro reportero del profeta.
Para haber sido la apertura de la fundación, había sido un buen comienzo, ya que cuando todo había terminado, el pelirrojo escucho los comentarios de la prensa, los cuales eran muy positivos.
Entró a su habitación, donde encontró a una joven rubia con cara tierna, acostada en la cama matrimonial.
Al verla, esbozo una amplia sonrisa.
Hay estaba, su esposa, tan dulce y hogareña como siempre. La verdad era que nunca había pensado casarse con ella, pero el destino así lo había escrito.
Se acerco con sigilo a la cama, y observo que dormía junto con la otra luz de sus ojos.
- Mis princesas - dijo en un susurro, sentándose a un lado de su esposa - Tan inocentes que se ven dormidas - no pudo soportar darle un corto beso en aquellos labios rojos y gruesos que tenía la rubia.
Al hacer aquella acción, la chica gimoteó, provocando que abriera los ojos perezosamente.
- ¿Ron? - Bacilo, escudriñando el rostro del joven que la había besado - ¿Eres tú?
- No, soy Severus Snape - bromeó el chico, y la muchacha se incorporo lentamente en la cama.
- Hola amor, ¿Cómo te fue con la apertura de la fundación? - le preguntó, sovándose los ojos con sus nudillos.
- Muy bien - dijo el joven Weasley, con una amplia sonrisa - Fueron muchos medios de comunicación.
- ¿Así? Me alegró mucho - se quedaron mirando fijamente.
- ¿Sabes que cada día te vez mas hermosa? - le comentó su esposo, acariciándole el rostro con el dorso de su mano.
Luna Lovegood a un tenía aquellas cejas claras y esos ojos saltones que la habían caracterizado desde niña, pero el cabello (rubio, rucio y enmarañado) ya no era así, si no que tenía un aspecto muy cuidadoso, estaba sedoso y el brillo que emanaba era espectacular.
- Siempre haces que me sonroje - le reprocho la muchacha, encogiéndose de hombros.
- Bueno, supongo que me volví experto en eso ¿No? - y sin poderse contener más, se fundieron en un profundo y dulce beso.
No sabían cuanto había durado aquel beso. No se querían separar, hasta que el llanto de una infante los obligo.
- Dulce - la llamó su mamá, alzándola de la cama - Hay pequeña ¿Qué pasa? - a toda respuesta, la bebita de ojos azules, cabello rubio y pequeñas pecas que le cubrían el rostro, soltó un sollozo.
- ¿Tiene hambre? - preguntó Ron, mirando a Luna con el entrecejo fruncido.
- No, quiere un baño - comentó la mujer, viéndola detenidamente.
- ¿Un baño? - Repitió el hombre, incrédulo - ¿Pero como sabes eso?
- Las madres tenemos un sexto sentido, amor - le contestó su mujer, al tiempo que se levantaba de la cama - Bueno, creo que iré a bañar a Dulce, ya vengo - y se dirigió hacia una pequeña puerta que había al fondo de la habitación.
El pelirrojo la observo, hasta que se perdió de vista.
Suspiro con aplomo, y miro la habitación en la que estaba:
Una estancia grande; con un armario de madera italiana y bordes de oro; una ventana al lado (con el umbral de plata) una cama matrimonial grande y fina; y un piso de mármol color carmesí, le sonrieron.
Se levantó de la cama, y fue hacia la ventana:
La brisa otoñal de Polonia, hacia que sus pulmones se llenasen de aire puro y fresco.
Se sorprendía lo rápido que pasaba el tiempo, no podía creer que hacía 4 meses su mejor amigo había cumplido ya el 5avo aniversario de fallecido, y no podía creer, que dentro de 1 semana cumpliría con su adorada esposa 1 año de casados.
- El tiempo es nuestro peor enemigo - dijo a lo bajo, con voz de filosofo. Cuando sintió que la brisa otoñal era cada vez mas fría, se retiro de la ventana al tiempo que la cerraba de golpe.
Volvió a sentarse en la cama, pero esta vez al lado del nochero. Agarró uno de los 4 portarretratos que en este resonaba, y lo miro con detenimiento:
Una familia muy numerosa de cabellera rojiza lo saludaba con fervor. Sonrió al verse a si mismo a la edad de 16 años, aquella foto la habían tomado en la boda de Fleur
tiempo aquellos.
- Mi familia - dijo en un suspiro.
*****Flash Back*****
Todo había pasado tan rápido:
La muerte de su mejor amigo, el día que lo enterraron, la vez en que le dijo a su Hermione que se largara, la vez en que vio a sus hermanos Fred y George irse para Australia (porque les habían ofrecido re hacer su empresa haya, después de que quebraran aquí a causa de los mortifagos)
Y ahora se encontraba hay, en pleno jardín de la madriguera, bajo un fulgurante sol de verano.
Ya había pasado más de un año y medio después de todos los acontecimientos anteriores, y ahora le tocaba el irse, alejarse de su familia como lo habían hecho sus hermanos, y decir adiós a la madriguera.
- Hijo, recapacita - le rogaba su madre, con lágrimas en los ojos - Mira que irte tan lejos
es
¡Ron, por merlín, es Polonia!
¿Sabes lo lejos que esta de Gran Bretaña? - el pelirrojo miro con sosiego a su madre, y asintió.
- Si mamá, se que Polonia queda lejos
.pero
me tengo que abrir camino, es decir
Fred y George están en Australia triunfando con su empresa Sortilegios Weasley desde hace mas de un año y medio.
Charlie anda en Rumania con sus dragones, y le va muy bien. Bill se caso con Fleur hace 3 años y ahora viven en Turquía con su hija Charlotte, y Percy es el secretario privado de Rufus Scrimgeour - la miro fijamente - Mamá, ya todos mis hermanos tienen una nueva vida, y yo soy el único de la familia que no esta establecido en nada.
- Ginny tampoco - le aterco su madre, mirando de reojo a su hija - Y ella no se irá para Polonia.
- Mamá, yo solo tengo 18 años - le recordó la pelirroja - Y apenas estoy empezando con mi doctorado en medicina, Ron ya ah trabajado para el Ministerio, fue auror sin si quiera entrar en el academia, además es el mejor golpeador que había tenido Hogwarts y
- Y me da muy el manejo de finanzas y todo eso - le completo su hermano - Mira mamá, yo se que es duro para ti que tus hijos se vallan, pero
mira, no nos podemos quedar contigo para siempre, tenemos que hacer nuestras vidas, así como tú un día hiciste la tuya al casarse con papá - y miro a Arthur, buscando algún apoyo.
El hombre (que ahora se le estaban notando unas ciertas canas por la edad) sonrió, y se acerco a su esposa - Molly, deja al muchacho volar, ya es hora ¿No crees?
- ¡Pero es que es mi pequeño! - protesto la señora Weasley, gimoteando con tristeza - Y me duele que se valla.
- Te dolió cuando se fue Bill, cuando se fue Charlie, cuando se fue Percy, y cuando se fueron los gemelos - le recordó su esposo, sonriéndole - A mi también me duele, no creas que alejarse de un hijo después de que lo criaste es fácil, pero
así es la vida Molly, nuestro hijos son prestados, están con nosotros por un tiempo y luego se van a rehacer su vida, eso lo tienes que tener en claro.
La pelirroja sollozo, y miro con los ojos aguados a su último hijo varón - Esta bien - accedió, limpiándose unas cuantas lágrimas que le habían resbalado por sus mejillas - Cuídate hijo, que te valla muy bien, y nada de travesuras - al decir esto último, Ron coloco cara de indignación, pero luego sonrió.
- Sí mamá, me portare bien - le aseguró su hijo, al tiempo que se dejaba acariciar su mejilla.
- Te cuidas - le repitió su madre, tratando de que su voz no sonara cortada - Y
me mandas lechuzas de besen cuando - Ron asintió, y miro a su padre.
- Bueno hijo, espero verte pronto - fue lo último que dijo, antes de darle un fuerte abrazo - Buena suerte.
- Que te valla bonito, hermanito - le deseó su pequeña hermana, sonriéndole - Y ojala encuentres a una chica linda para que te cases con ella, eso si, que te soporte demasiado, y también que cocine rico.
- ¿Para que necesito a alguien que cocine rico? - le preguntó su hermano, levantando el entrecejo, Ginny rió.
- Para alimentar a tu estomago - respondió como quien no quiere la cosa - Porque si se casan contigo, no es solo con Ron Weasley, si no también con su estomago.
El pelirrojo rió, y la abrazo - Hay pequeña Ginny, espero que cuando vuelva ya seas toda una doctora ¿no? - la muchacha asintió.
- Bueno familia - dijo, retirándose un poco de ellos - Creo que es hora de irme - y con la última imagen de aquel trío, cerró los ojos y con un plin desapareció.
*****Fin del Flash Back****
Dejó el portarretratos a un lado, y agarro otro de madera combinada con plata:
El mismo lo saludaba con un traje negro y blanco, al lado de una jovencita rubia vestida con un largo y lindo traje blanco que le tapaba casi todas las piernas; terminaba en punta dejando al descubierto la pierna izquierda. Era de lentejuelas, y brillaba al son de la luna de aquel otoño del año 2001.
*******Flash Back********
¿Hacia cuando tiempo se había ido de la madriguera? No lo sabía exactamente, pero si tenía claro que había pasado el nuevo milenio en un nuevo país, lejos de los Weasley.
Todos festejaban un 31 de diciembre del 2000, ya que había llegado el milenio y nada les había pasado.
Todos estaban contentos, bebían, bailaban y charlaban, pero el único que no lo estaba, era Ronald Weasley, el cual se encontraba en el balcón de su casa sin disfrutar la fiesta que el mismo había organizado.
- ¿Ron? - Lo llamó una voz, abriendo la puerta del balcón - Huy
aquí afuera hace mucho frío - le comentó una muchacha de cabellera rubia, y ojos azules, que en esos momentos llevaba puesta unos gruesos guantes, una chaqueta de cuero y una bufanda que le tapaba el cuello.
A causa del frío, sus mejillas se habían tornado rosadas, y tenía los labios blancos.
- ¿Qué haces aquí? - le preguntó, sentándose a su lado - ¿Por qué no estas en la fiesta? - Ron (el cual estaba ensimismado desde hacia media hora mirando como los copos de nieve caían desde el cielo) se sobresalto a su pregunta.
- ¡Hola Luna! - La saludo, mirándola con sosiego - ¿Qué haces aquí?
- Eso mismo te preguntó yo - le dijo la chica - ¿Por qué no estas en la fiesta? - le preguntó de nuevo.
El joven pelirrojo vaciló un momento, y se detuvo a mirar la ciudad de Varsovia, que en esos momentos estaba full iluminada por las celebraciones de fin de año.
Luego, respondió:
- Extraño a mi familia - le dijo en un murmullo casi inaudible - Y
quisiera estar con ellos.
Luna lo miro con sosiego, para luego sacar su celular.
- ¿Ginny recibió el obsequio que le di por motivo de su 19avo cumpleaños? - le preguntó la muchacha, el joven asintió - Que bien - dijo, sacando su móvil.
Ron la miro con recelo - ¿Para que un celular muggle? - quiso saber con curiosidad.
Luna no le respondió, simplemente se limito a sonreírle. Abrió la tapa de su móvil, y marco un teléfono muy largo.
A los pocos minutos, la voz de una joven resonó al otro lado de la línea.
- ¿Ginny? - Indagó la rubia, acercándose más el móvil al oído - ¿Eres tú?
- Sí - le respondió una voz - ¿Quién eres? ¿Luna?
- Si, soy yo
- ¡Luna! - gritó la pelirroja, aturdiendo a la rubia - ¡Que emoción! ¿Y ese milagro?
- Nadita, por aquí. Oye, ¿Sabes que desde hace 6 meses estoy en Polonia? - le comentó la muchacha, gritando por el auricular.
- ¿En serio? - Grito a su vez la otra chica - Que bien ¿Y en que parte?
- En donde esta tu hermano, y estoy con el - le comunico, Ginny pegó otro grito - ¿Quieres hablar con el? - le preguntó la rubia.
- Si, claro - contestó la pelirroja, muy emocionada - Pásalo.
- Pero Ginny, Tu celular tiene video-llamada ¿cierto? - La joven asintió - Muy bien, entonces dale clic en video-llamada así podrás verlo, ah y dile a tus padres también - y como un rayo, Ginny fue a avisarles a los señores Weasley para después colocar la video-llamada.
Una vez el celular de la pelirroja estuvo activado, al de la rubia se le prendió un botoncito rojo arriba de la pantalla, lo que le hizo saber que también tenía que encender el programa.
Se escucho un sonido todo extraño (como el de una llamad interferida) y Ron miro a todas partes.
- Tranquilo - lo calmó su amiga - Es solo el programa, esta haciendo contacto con el celular de tu hermana.
- ¿Y eso que? - le preguntó Ron, el cual no entendía nada.
- Pues que podrás hablar con tus padres y verlos al mismo tiempo, como si ellos estuvieran aquí - el pelirrojo abrió un poco la boca, se había sorprendido.
Un pito como tipo plon salió por el móvil, y en ese momento la cara de Ginny apareció en la pantalla.
- Toma - le dijo Luna, entregándole el celular a Ron. El chico no sabía que hacer, lo agarro con delicadeza y miro a su amiga.
- ¿Qué hago? - preguntó con voz inocente.
- Solo habla - le contestó la rubia, y este asintió.
- Ho-hola - dijo, tartamudeando un poco.
- ¡Hermanito! - Exclamó su hermana, gritando como una loca - Hola ¿Como estas? Aquí están papá y mamá ¡Feliz año! ¡Feliz nuevo milenio! ¡Te extraño un resto! (
)
Y así continuaron hasta entrada la madrugada, en el que Ron tuvo que colgar porque si no se le acababa el crédito a Luna.
- Gracias - le agradeció, dándole una sonrisa - Eso me coloco mucho mejor.
La rubia le sonrió - De nada - dijo, y se quedaron mirando fijamente.
Pero si es hermosa pensó el pelirrojo, mirando su cara Nunca la había visto así
- Estas muy linda hoy, Luna - le dijo Ron, acercándose a ella - Muy hermosa, diría yo.
Luna no dijo nada, solo se limito a sonreírle.
Sus rostros se empezaron acercar más, solo unos cuantos palmos los separan y
en un abrir y cerrar de ojos se fundieron en un profundo y dulce beso
un beso que habían estado deseando desde hacia mucho tiempo
******Fin del Flash Back*****
Y desde hay se hicieron novios, y en octubre 16 del 2001 contrajeron nupcias.
La boda se había llevado acabo en la madriguera, donde su madre lloro como nunca al ver a su hijo en el altar.
A ella fueron todos sus amigos, acepto claro, Harry y Hermione.
Harry por obvias razones, y Hermione porque (a pesar de que ya había vuelto de Francia, ya que Ron tenía todos sus pasos pisteados) era lógico que no la iba a invitar después de lo acontecido.
Y en febrero del 2002, habían tenido una bebita, la cual la bautizaron con el nombre de Dulce de los Ángeles Weasley Lovegood.
Después de eso, Ron formó una fundación para niños desamparados de la calle, donde les daba alimentación, educación y por supuesto: Amor.
El día de hoy, había echo la inauguración (después de mucho sudar) y ahora era el jefe de:
Foundation Weasley`s of love and peace donde cargaba con la responsabilidad de mas de 100.000 niños desprotegidos, tanto muggles como mágicos.
Aparte de eso, ayudaba en el Ministerio de Magia con uno que otro problemilla que se les presentaba.
Luna, por otro lado, era la directora del quisquilloso en Polonia, la cual se había convertido en una gran empresa conocida mundialmente, en el año de 1999.
El pelirrojo suspiro de nuevo, y dejo el portarretratos a un lado.
Agarro un tercero, en el cual se encontraba con sus tres mejores amigos de Hogwarts.
Al ver a Hermione tan feliz e inocente, le produjeron deseos de matarla, pero sintió a la vez unas ganas de llorar.
¿Cómo había sido posible que su mejor amiga los hubiese traicionado? No solo a el, si no a TODOS los que un día la habían considera una amiga.
- ¿Te ocurre algo, amor? - le preguntó su esposa, la cual se había montado a la cama, y ahora le había colocado sus manos sobre los hombros.
Ron la miro, y negó - Nada, solo
aun no me cabe en la cabeza que Hermione haya hecho eso - le confesó, y dejo el portarretratos a un lado - ¿Porque lo hizo?
- Amor, Hermione debió tener una razón justa ¿No crees? - Ron bufo de exasperación, y blanqueo los ojos.
- Si claro - dijo con sarcasmo.
Luna suspiro, y miro a Dulce (la cual se encontraba ya dormida de nuevo) y miro a su esposo.
- Ron, se que
bueno
no es un buen momento para decirte esto pero
.extraño a mi padre
y
y me gustaría ir a verlo - le comentó su esposa, mordiéndose el labio inferior.
- Quieres decir, ¿Volver a Londres? - le preguntó Ron, abriendo los ojos como plato. La rubia asintió.
- No, Luna - le espetó testarudamente - Tú sabes muy bien que un día dije que NUNCA volvería haya.
- ¿Es por Hermione? - Quiso saber la ojiazul, y el pecoso se quedo callado - Mira Ron, por mucha ira que tengas contra ella, no puedes dejar que te alejes de tu país natal, simplemente por no verla.
Si, se que lo que hizo no tiene nombre, pero
igual ella es un ser humano, y como cualquier ser humano es imperfecto.
- Pues si, pero es que eso no fue un error - le dijo Ron, empuñando las manos - Fue un simple capricho. ¿Es que acaso no entiendes, Luna? ¡Ella quería salir de esa moribundes en que se encontraba, quería dejar de ser una sangre sucia, y por ello se unió a los mortifagos!
- ¿Crees que El-que-no-debe-ser-nombrado, en su tiempo hubiera permitido que una sangre sucia como lo dices tu, se hubiera unido al bando oscuro? - Su esposo no respondió - Vez Ron, es decir, lo que dices es ilógico
.mira
.Hermione
.Hermione les quiso explicar porque hizo eso
pero ustedes no le creyeron.
- No le creímos, porque es mentira - al parecer, el pecoso se empesimaba a odiar con todas sus fuerzas a Hermione, por lo cual Luna no siguió insistiendo.
Desistió por quedarse callada, y levantarse de la cama.
- ¿A dónde vas? - le preguntó Ron, mirándola desconcertado.
- Afuera - contestó, colocándose los zapatos - ¡Lejos de ti!
- ¿Cómo dices?
- Que voy a salir a caminar lejos de ti, porque no quiero estar cerca de una persona que es tan cerrada y no puede creer que su mejor amiga no tuvo alternativas al ver que sus padres estaban en peligro.
- ¡Pero si eso es
.!
- ¡Ron! - Exclamó Luna, levantándose de un brinco de la cama - Mira, tú tienes cosas estupendas: Eres un esposo fiel, lindo y te acomides a todo
.pero
pero
.no resisto tú forma de pensar
.es decir, eres muy cerrado a todo, muy terco y crees que siempre tienes la razón. Cuando algo se te mete a la cabeza, no hay poder humano que te diga todo lo contrario, tiendes a no creerle muy fácilmente a las personas
y
. ¡Eres un testarudo! - le espetó, sin poderse contener - ¡Y prefiero estar lejos de alguien como tu! - y agarrando a la niña, junto con su bolso y el biberón, se dirigió a la puerta y la cerró de un portazo.
Ron quedo estupefacto por las palabras de su esposa, era la primera vez que le habla de esa forma, pero para ser sinceros, era la primera vez que tenían una discución de ese grado.
Se quedo callado, absorto en sus pensamientos. ¿Será que todo lo que le había dicho luna, era cierto? ¿Será que el era un testarudo, y no podía ver que Hermione no había tenido mas alternativa? ¿Será que Hermione no quería unirse a los mortifagos, pero le había tocado?
Tantas preguntas, pero tan pocas respuestas.
Suspiro por 4 o 5 vez (ya ni sabía) y se desplomó sobre el colchón.
Lo de Luna lo había dejado conmocionado y en estado de shock. Volver a Londres
no sabía si esa era una buena idea.
¿Y si se encontraba a Hermione? ¿Cómo la miraría a los ojos después de todo eso? ¿Qué haría?
Aquellas palabras de por mucha ira que tengas contra ella, no puedes dejar que te alejes de tu país natal, simplemente por no verla le resonaban fuertemente en su cabeza.
Cerró los ojos con brusquedad, tratando de pensar un poco y a ver si despejaba su mente.
Pero con tantas cosas, le era imposible.
ºººººººººººº
El entrenamiento había terminado a las 5:30pm, y los jugadores bajaron de sus escobas rumbo a los vestidores.
- ¡Ronald es un dictador! - comentaba Kevin, entrando en el vestidor. Llevaba todo el traje salpicado de barro, y tenía un tremendo morado en la cara - ¡Abusa de su poder!
- ¡Cierto! - Asintió una joven morocha de ojos cafés y cabello negro encrespado, sentándose en la banca - ¡¿Cómo se le ocurre entrenar en un día como este?!
Justo después de que había terminado el receso, una fuerte lluvia había caído por todo Londres, sorprendiendo a los habitantes.
A pesar de que el campo de quidditch se encontraba a las afueras de la capital (a mas tardar una media hora) la lluvia los había alcanzado hasta haya.
- ¡Esta obsesionado por ganar la copa! - Comentó un hombre con rasgos hindúes, cabello negro, y ojos negros como con miel - ¡Por eso nos maltrata!
- Pero cualquiera estaría así - intervino una muchacha de cabello corto color azul, ojos marrones y nariz un tanto puntiaguda - Ustedes saben el equipito que era los Chudley Cannons, y pues
estar en los octavos de finales
. ¡Déjame decirte que es una bomba!
- La Kelly tiene razón - dijo Catherine Valmont, una chica de cabello color chicle, ojos verdes y un cuerpo espectacular - Ronald debe estar muy emocionado.
- Tan emocionado que esta segado por ella - espetó Kevin, el cual se estaba quitando el uniforme, pero al ver que las tres chicas del equipo lo miraban con aprensión, se detuvo.
- ¡No pares, bebé! - Le grito divertida Nathalie (la morocha de ojos cafés) - ¡Que aquí te estamos admirando!
- ¡Que graciosa Nathalie! - la chica sonrió, y miro a sus compañeras.
- Sigue, que nosotras no te vamos a decir nada - le dijo Kelly descaradamente, al tiempo que lo miraba fijamente.
Kevin sonrió - ¿Entonces porque no te empiezas quitando la blusa, muñeca? - le preguntó, y Nathalie sacó su varita.
- ¡Cuidado con lo que dices Darwich! - le advirtió la muchacha, apuntándolo con su varita - En el colegio me gane un trofeo como la mejor en Defensa, y no fue por nada.
El ojiazul levantó el entrecejo, y soltó una carcajada - Sabes que soy incapaz de faltarte al respeto, muñeca - y le guiño un ojo.
James no participaba en la discución que había en el vestidor, ya que estaba absorto en sus pensamientos.
Se preguntaba si iría hoy a visitar a Hermione y así poder hablar con ella.
"Tengo que aclarar muchas cosas con ella" pensaba, mientras sus compañeros se reían de las bobadas que decía Kevin "Además, tengo que hablar con ella y preguntarle si sabe sobre esos sueños extraños que tengo"
Ahora no tenía nada que hacer, así que decidió ir hoy a la casa de la castaña.
****Notas de la autora****
Hola mis queridos lectores:
Bueno, La partecita q falta, en el prox cap, sorry, es q no me la permitieron tan larga
.o_O)
Muchas gracias por todos los rews resividos en mi anterior capi, ojala este les haya gustado....y respuestas en mi Blog....
Bueno, ya me voy porq estoy ocupando mucho space....
bYe bye...
Un beso:
Emma. *********
- Hermy, ya vengo - le gritaba Samantha desde el vestíbulo - Voy a ir al supermercado a comprar unas cosas.
- Buenos - gritó la muchacha - Pero cuídate Sam, mira que ya son las 7:30 y de pronto te roban.
La peliindia rió a carcajadas - ¿Quien se va a encartar conmigo? - preguntó, y dándole un adiós, desapareció.
Hermione rió por lo bajo, mientras re leía su próxima columna.
A los pocos minutos, tocaron al timbre.
- ¿Sam? - se preguntó, mientras cerraba Word y salía del cuarto.
Consultó su reloj: apenas había pasado 15 minutos ¿Qué se le habrá olvidado?
Bajo por las escaleras y se dirigió al vestíbulo.
Acercándose a la puerta, la abrió - Sam ¿Por qué o te apare
? ¡James! - Exclamó sorprendida, abriendo los ojos como platos - James
.pero
¿Qué
que haces aquí?
El moreno le sonrió con nerviosismo, y la miro expectante - Ese
.hola
eh ¿Puedo pasar? - la muchacha se retiro del recibidor, par darle paso a su inesperado visitante.
Lo condujo hacia la sala, donde lo sentó en uno de los muebles - ¿Quieres
quieres algo de tomar? - le ofreció la castaña, acercándose al mini-bar que tenía en ella.
James negó - No gracias, solo
solo quiero conversar contigo
es corto, así que no te demoro - le explicó el joven, sonriéndole.
La chica asintió, y se sentó en el sillón del frente - Bien - dijo - ¿De que necesitas hablar?
El ojiverde no sabía por donde empezar. Se mordió el labio inferior, y tomo una bocanada de aire - Pues - balbuceó, y suspiró lentamente - Este
pues la verdad
yo quería
- quería disculparse por lo del beso (eso era lo principal) pero lo de aquellas pesadillas ¿Se lo comentaba? no le dijo una vocecilla en su interior Mejor déjalo para otro día y tragándose la pregunta, continuó.
- Pues, quería pedirte una disculpa por
por lo ocurrido la vez en que te dieron de alta - Hermione abrió los ojos como platos, y miro el suelo.
Aquel beso que tanto había disfrutado ¿Se estaba disculpando por ello?
- Se que
bueno
- prosiguió el joven - No
no debí acercarme a ti para bueno eso
- Eh - balbuceó la chica - Si
pero
también fue mi culpa, es decir, yo correspondí a tu
a eso ¿No? - James asintió.
- Si, se podría decir que fue culpa de los dos - y se quedaron mirando fijamente, en donde se formo un silencio sepulcral, en el que solo se escuchaba el crepitar de las llamas ardiendo en la chimenea.
- Ejem
ejem - carraspeó el moreno, y a Hermione le produjo un escalofrió, ya que le recordó a aquella profesora de defensa contra las artes oscuras que había tenido en 5 año cuando estudiaba en Hogwarts, y era una de sus mas odiadas maestras.
- ¿Te pasa algo? - le preguntó James, al ver su escalofrío. La chica negó y sonrió - Bueno
este
Hermione
..por eso es que viene aquí - le comentó el moreno - Porque me siento muy apenado contigo, y no quiero que cuando nos encontremos en la calle, nos ocultemos uno tras otro por la vergüenza que nos provoca eso.
Hermione asintió ligeramente.
- Además - continuó James - Yo tengo una esposa a la cual quiero mucho y
pues
aunque en estos momentos Emily esta en USA, yo
.yo no
.yo la sigo queriendo igual - sin saber porque, a Hermione se le comenzaron aguar los ojos ¿Por qué sentía eso? James lo había conocido hace poco ¿Porque se debía sentir triste por ello?
Trato de esbozarle una sonrisa, pero solo consiguió un ligero movimiento de sus labios.
James tragó saliva, y la miro - Pero
igual, después de esto podemos seguir siendo
amigos ¿No? - Hermione asintió.
- Eh, si
además te debo una entrevista - le recordó, sonriéndole.
El moreno asintió - Eh si - y se fue levantando del mueble - Bueno
este, creo que ya me voy - dijo, consultando su reloj de chaneine de cuero - Nos hablamos otro día, y me avisas cuando puedas hacerme la entrevista.
Hermione sonrió, y por 4 vez asintió - Nos vemos otro día, James - y también se levantó del mueble.
Se quedaron mirando fijamente, y luego se despidieron con un beso en la mejilla.
- Te acompaño - se ofreció la castaña, y fueron hacia el vestíbulo.
Hermione le abrió la puerta al ojiverde, y lo vio marcharse en su auto.
Cuando el convertible volteó a mano izquierda, cerró la puerta con sigilo.
¿Por qué lo que le había dicho James le estaba doliendo tanto? ¿Qué era lo que le pasaba con ese chico? ¿Acaso era por el hecho de que se parecía tanto a Harry, su Harry?
- No, hay algo más - se dijo a lo bajo, apoyándose contra la puerta - Hay algo más - y tras aquellas palabras, varias lagrimas salieron por sus ojos.
//////////////////////
8
Entre escobas, imágenes y murmullos:
La segunda semana del mes de octubre había llegado, y con ella la expectativa de que el sábado los Chudley Cannons jugarían contra los Arrows. Por ende, el quipo entrenaba ahora de 6 de la mañana a 4 de la tarde, cosa que molesto a todo el equipo, y más a Kevin.
- ¡Maldito de Ronald! - Exclamaba furioso, como por enésima vez - ¡Es un dictador, obsesivo por el triunfo, un
!
- Te recomiendo que te calles - le aconsejó la morocha de ojos cafés, llamada Nathalie Portman - Si Ronald te escucha, puede hasta expulsarte del equipo.
El ojiazul se sentó afligido en la banca, al tiempo que se tapaba la cara con las manos.
- ¡Estoy re cansada! - Comentó Kelly, secándose la cara con una toalla - Claro, como Ronald no es el que le toca que volar en una escoba para meter la quaffle en la portería, entonces le va mier
- Shiiiiit - le advirtió la chica de cabello color chile, desviando sus profundos ojos verdes hacia la puerta - Hay viene.
Y en efecto segundos después entro por la puerta el capitán de los Cannons.
- Muchachos, dentro de tres días será el partido - les comentó, con una sonrisa de oreja a oreja - Y por ende, quiero que mañana estén aquí a las ocho y media.
- Hay, si quiera ya no es a las seis - dijo Kelly, como aplaudiendo aquello.
Ronald sonrió - Si, es para que descansen un poco.
Las muchachas se miraron entre si, y blanquearon los ojos.
- Bueno Ronald, como tu digas.
ººººººººººº
- ¿Te parece bien? - le preguntaba una joven de rizos negros, a la castaña con bucles castaños.
Hermione no estaba escuchando la conversación que desde hacía una hora entablaba con la administradora del Profeta ubicado en Hogsmeade, ya que estaba sumergida en sus pensamientos.
La visita de James hace unos días para hablar de aquel beso, la había dejado tan apagada.
Era cierto que ese beso había sido un error, pero desde hacia mucho tiempo no sentía eso que había sentido con el, al tocar sus labios.
- ¿Hermione? - La llamó Ángela Theron, provocando que esta pegara un respingo - Hermione te estoy hablando.
La muchacha la miro ensimismada, y asintió con lentitud - Eh, si, si
este
.esta bien - contestó, casi mecánicamente.
Ángela sonrió y levantándose de su asiento, le extendió la mano - Entonces nos veremos dentro de un mes - fue lo último que dijo, antes de desaparecer con un plin
La ojimarron miro su oficina con sosiego, y suspiro.
No había escuchado ni jota de lo que había hablado con Ángela, y eso la preocupo un poco.
- ¡Que estupida soy! - se dijo a lo bajo, colocando sus hombros sobre la mesa de madera, y apoyando su cabeza sobre las palmas de sus manos - Además, te comportaste como una niña. Debiste haberle pedido disculpas en el momento que te besó, pero no
claro, tu te quedaste quieta y no dijiste ni jota.
- ¿Acaso hablas sola? - le preguntó Evelyn, entrando a su oficina sin si quiera tocar.
- Para la próxima ten la amabilidad de llamar a la puerta, ¿Si? - le espetó la joven, un tanto molesta.
- ¡Pero bueno! - Exclamó la rubia, exasperada - Amaneciste con el genio a flor de piel ¿No?
Hermione tomo un hondo suspiro, y le sonrió - Discúlpame Evelyn, es que
aun no me puedo sacar de la cabeza a James - se excuso la mujer, dando un resoplido de exasperación - Se que tu no tienes nada que ver con esto, pero
¡Estoy estresada, es todo!
La mujer la miro maternalmente, y se acerco a ella con paso lento - Ya verás que pronto ese Patterson va a salir de tu cabeza - le aseguro, abrazándola fuertemente - Y podrás dejar ese estrés.
La castaña asintió, y la miro fijamente - Gracias Evy, no se que haría sin ti.
- Pues nada - le respondió la chica, y Hermione soltó una pequeña risa.
ºººººººººººº
- ¡Sean bienvenidos a los octavos de finales del campeonato de quidditch! - Los saludaba un joven que no pasaba de los 28 años, por un micrófono mágico - ¡Hoy en el estadio Rolly Won Spleen, los Arrows llegan como visitantes para enfrentarse a los Chudley Cannons, que últimamente les esta yendo viento en popa!
Por fin el sábado había llegado, y con ella los octavos de finales. El Rolly Won Spleen estaba repleto de hinchas del los Cannons, los colores naranja y negro dominaban las tribunas.
Solo un punto de color blanco y azul se veía en la tribuna oriental, donde muy pocos hinchas habían viajado para apoyar a los Arrows.
- Este será un partido muy decisivo para el equipo de los Arrows - decía el comentarista, por el micrófono mágico - Si los Arrows ganan esta partida, tendrán 889 puntos a su favor, cosa que no afectaría de amucho a los Cannons, ya que ocupan el primer lugar en el cuadro A, con 999 puntos.
Esto quiere decir, que si los Arrows ganan este encuentro, aun tendrán chanse de seguir en el torneo, pero si sucede lo contrario
. ¡Adiós, y que les valla bien! - aquel comentario no les gusto mucho que digamos a los pocos hinchas de los Arrows, ya que comenzaron a silbar y a lanzar pequeñas chispas con sus varitas.
- Bueno, bueno, creo que esto se puso tenso - opinó Keyn (el comentarista) al tiempo que cerraba de un golpe la ventana del cubículo - Este
creo que
sí, ya comenzara el partido. Y hacen la entrada el equipo local, los Chudley Cannons - cuando los 7 jóvenes con túnicas naranjas y negras pisaron el campo, el publico los ovacionó.
- Y pisando fuerte entra:
Catherine Valmont, Kevin Darwich, Nathalie Portman, Ronald Rospencer, Kelly Sullivan, David Klarson y James Patterson - cuando nombro a este último, la muchedumbre enloqueció: comenzaron a gritar y silbar como nunca, algunas chicas le gritaban:
¡Eres un bombonzazo! Otras simplemente se gastaban la garganta gritando su nombre.
- Las mujeres te aman - le dijo Kevin en tono burlón, para hacerlo si quiera sonreír.
James dio un ligero movimientos de labios, para luego fijar su vista al suelo.
Desde la vez que hablo con Hermione acerca del beso, se estaba sintiendo tan culpable.
Eso no lo quería hace pero
era como si algo lo hubiera obligado.
Día y noche se preguntaba porque se sentía así, pero no obtenía ninguna respuesta.
Para aquel partido se sentía muy presionado, a tal punto que hoy no iba a ir al juego, pero por no hacer perder a su equipo es que fue.
- ¿Te sientes mejor? - le preguntó Kevin, haciéndosele a un lado. El ojiverde asintió, y miro hacia el otro extremo de la cancha, donde sus rivales daban arribo.
- Y aquí vienen los Arrows - anunció Keyn, en sima del griterío que se había formado - Raven Baxtter, Bom Pirsson, Josie Traenn, Daniel Dos Santos, Lizeth Loojan, Orlando Brown, y Andrew Stevenson - los pocos hinchas con túnicas color blanco y azul los ovacionaron, pero luego quedo apagada tras la barahúnda que los hinchas de los Cannons formaron.
- Capitanes, pasen al frente - les ordenó el arbitro apareciendo en el campo. Ronald salió del grupo para dirigirse hacia donde estaba el árbitro, mientras que una joven de cabello corto color negro, ojos violeta y pómulos muy rosas, se acerco con elegancia.
- Dense la mano - les dijo el arbitro, y la muchacha (a la que respondía con el nombre de Josie Traenn) Le estrecho la mano a Ronald, muy delicadamente.
- Pero si es una princesita - dijo Nathalie en tono burlón, mirándola de arriba a bajo - ¿Qué nos va hacer alguien como ella?
- Ni te imaginas lo mucho que esa Princesita puede hacer - le comentó David, mordiéndose el labio inferior - No por nada se gano el apodo de la Gata Traenn
- ¿Y porque le dicen así? - quiso saber Kelly, la cual estaba escuchando la conversación muy detenidamente.
- Porque cuando vuela cerca de ti, no te das cuenta hasta que te quita la quaffle.
Las tres cazadoras se miraron, pero Nathalie soltó un bufido - Si, que esa princesita se me acerque y vera lo que puedo hacer.
- ¡Todos a sus escobas! - Gritó el árbitro negro de cabello chuzado - Uno, dos
. ¡TRES!
- ¡Y comienza el partido
! - anunció Keyn, agarrando mejor el micrófono.
º*º*º*º*º*º*º
La brisa otoñal llegaba con sigilo hacia los terrenos de Bradford, donde una amplia casa dominaba el sector de Chonter`s Hutland
La catalogaba la más hermosa del sector, pero decían que sus dueños eran un tanto
extraños.
Por supuesto la pareja de novios hacia caso inmune a aquellos comentarios, pero últimamente se volvieron propensos a ellos.
- ¡Ya cálmate! - le decía por enésima vez un hombre de cara redonda, ojos negros y cabello claro, a una mujer pelirroja.
- ¡No me puedo calmar! - Exclamaba una y otra vez la pecosa de cabello rojizo y ojos claros - ¿Es a caso no vez lo que esta pasando?
- Claro que lo veo - le contestó el hombre, levantándose del sillón - Pero amor, si antes no le prestábamos atención a esos comentarios ¿Por qué lo vamos hacer ahora?
- Porque antes no eran tan intensos como lo son ahora - le respondió la chica, dejando de dar vueltas en un solo sitio (como lo había hecho segundos antes) - Hace una hora la jefa del hospital me dijo que me podía tomar la semana libre, porque no habían tantas emergencias ¡COMO SI EN UN PUEBLO MUGGLE NO EXISTIERA EL BANDALISMO Y LOS ACCIDENTES!
- No grites - le suplico Logbottom, haciendo un extraño gesto con los labios. Al parecer con aquella reacción, la menor de los Weasley había hecho una replica idéntica de su madre cuando se enojaba.
Ginny respiró profundo y tomó una bocana de aire, se dirigió hacia la butaca que tenía al lado del fuego y se sentó en ella.
- Es que ya no lo soporto más, Neville - le confesó la chica, tapándose el rostro con sus manos - Mira, todos esos muggles nos tienen entre ceja y ceja, ya están sospechando que somos magos, y para completar me echaron del hospital.
- No te han echado - le explico su novio, arrodillándosele a un lado - Simplemente
.pues
.
- Me dieron vacaciones permanentes - completó la pecosa, exasperada - Neville, tu como yo sabemos que ya en este pueblo no encajamos, o ¿Es que acaso no vez como todos los muggles nos miran cuando salimos a dar un paseo? - el chico asintió con la cabeza, y bajo su mirada.
- Si, lo se cariño
pero es que
- Pero es que nada, Neville - lo atajó su novia - Ya estoy cansada de todo esto, ya estoy cansada que cada vez que voy al supermercado, todas las señoras me miren de arriba a bajo, y agarren sus niños del brazo porque piensan que en cualquier momento puedo sacar mi varita y acecinarlos.
- No seas exagerada.
- ¡No lo soy! - Le espetó Ginny - Simplemente soy realista, nada más.
- ¿Entonces que? - le preguntó Neville, parándose del suelo - ¿Volvemos a Londres para ver si te encuentras a Miss Granger, alias Mortífaga?
Ginny no respondió en seguida, bajando la mirada se limito a chasquear su lengua, para después suspirar profundo.
- No lo se - fue lo único que dijo, antes de soltar el llanto - Es que
no se
me siento incomoda aquí
.y además
- Shiiiiit - la calló su novio, colocándole el dedo índice en la comisura de los labios - Veras que pronto todo se compondrá, te lo aseguro - y sellando aquella promesa, le dio un profundo y dulce beso.
º*º*º*º*º*º
Miami Beach.
Hora local: 9:45 AM.
A comparación con el clima que se respiraba en todo el continente europeo, en las playas de Miami Beach se podía observar un sol radiante en lo alto del firmamento.
Ya todo estaba listo para la exposición de pinturas que se realizaría en la Galería:
Gallery Pictures Patil and associates
Y dentro de medía hora se abrirían las puertas.
En el interior de la galería una joven con rasgos hindúes caminaba de un lado a otro, mientras que en sus manos sostenía una taza de café.
- Ya tranquilízate - la calmaba un joven de cabellera negra, ojos azules, facciones latinas, cuerpo tonificado y asentó colombiano.
Parvati dejo de caminar de un lado a otro, y tomó un sorbo de su taza de café - ¿Qué tal que no venga nadie? - Preguntó desesperada - ¿Qué tal que todo esto se valla al traste?
- Nada se va a ir al traste - le aseguró su esposo, abrazándola con cariño - Verás que todo va a estar bien.
- Pero es que
- Amor no te preocupes, tranquilízate y respira profundo - le aconsejó Michael (su esposo) - Todo va a salir a pedir de boca.
Parvati le sonrió, y recostando la cabeza sobre
Su hombro, cerró los ojos.
ººººººººº
Ya había transcurrido una hora y media de juego, y el partido estaba empatado con 263 para cada equipo.
Media hora restaba para que el encuentro terminara, eso quería decir que James tenía que atrapar la snitch antes que el buscador contrario.
- Y es Loojan con la quaffle - narraba Keyn por el micrófono mágico - Se la pasa a Stevenson y Stevenson se dirige a la portería
- el joven de profundos ojos color miel, miro fijamente a Darwich, el cual le sonrió con suficiencia.
- Y Kevin impide que la quaffle entre por el aro de los Cannons, al parecer los Arrows no están muy contentos que digamos.
James medio escuchaba el griterío que la muchedumbre daba, pero estaba demasiado ensimismado en sus propios pensamientos como para enterarse de lo que pasaba en el mundo exterior.
Muchas imágenes entraban y salían de su cabeza, imágenes que no entendía que demonios significaba:
Una familia de pelirrojos lo saludaban desde el interior de una pequeña casa que parecía una madriguera, un enorme castillo se alzaba sobre las colinas incitándolo a entrar.
Un niño pelirrubio le extendía la mano al tiempo que se mofaba de alguien que estaba a su lado, una muchacha cubierta de pelos de gato estaba tendida sobre una cama, mientras que una mano la acariciaba con parsimonia.
Un hombre con cara demacrada le sonreía, mientras que otra persona lo apuntaba con una varita.
Corría como por una especie de laberinto junto con otro chico no menos de 17 años, agarraban al tiempo una especie de trofeo y al instante se encontraban como en un cementerio.
Un hombre lo amarraba a una estatua, y veía con horror como un ser espeluznante salía por un caldero justo en el momento en que un ser muy pequeño y con cara de rata echaba: Hueso, Carne y Sangre.
Cerró los ojos con brusquedad, para tratar de aminorar un potente dolor de cabeza que le dio en esos momentos. Respiraba con dificultad y a medida que volaba sobre su escoba, sentía como sus pulmones iban perdiendo poco a poco el funcionamiento.
- ¡Y anotan los Arrows! - exclamó Keyn, asiendo voltear al pelicastaño.
- Basta
.ya - decía entre dientes, agarrándose la cabeza - No
mas
.basta
.ya - pero el dolor no se iba, al contrario, era cada vez más intenso.
- 273 a 263 a favor de los Arrows - gritos y abucheos entraban y salían por sus oídos, provocando que le doliera a un más la cabeza.
Poco a poco esos gritos fueron cambiando a unos que decían:
- ¡Vamos Gryffindor, Vamos Gryffindor! Y eran cada vez más intensos.
A medida que el viento le rozaba la cara, aquellos gritos se fueron apagando, dejando solamente unos murmullos que provenían de quien sabe donde.
- Harry - decía la voz de una joven con insistencia.
- ¿Qué? - gruñía otra voz pero esta era varonil, muy parecida a la de el.
- Me parece
.que Sirius no está aquí
El dolor se intensifico a un más, y como si fuera por arte de magia todo se quedo apagado.
Era como si alguien hubiera detenido el tiempo, era como si algo les hubiera sucedido a las personas que se encontraban admirando el partido.
Todo se había vuelto oscuro y silencioso, lo único que podía escuchar eran diferentes murmullos de muchas personas que el no conocía
.aunque dos voces le sonaban muy familiares.
De un momento a otro el dolor de cabeza desapareció, como si se hubiera difuminado en el aire. Respiró con alivio, pero no había terminado aun:
Muchas pero muchas imágenes comenzaron a pasearse por aquella oscuridad, mostrando hechos que el poco a poco iba recordando (pero no sabía porque)
Sus manos comenzaron a sudar frío, provocando que se deslizaran del mango de la escoba
.su respiración volvió a agitarse y
Estaba sintiendo como sus sentidos lo abandonaban, y sin poderse contener más, calló inconsciente.
- ¡HARRYYYYYYYYYYYYYYYYY! - gritaba la voz de una joven, la cual le era muy familiar.
Su escoba fue cayendo a medida que su cuerpo lo hacía, pero antes de que tocara el suelo alguien lo detuvo.
- ¡Fin del partido! - gritó Keyn un tanto asustando, saliendo de la camina de locutor.
- ¡James! - Gritaron varias voces, cuando el cuerpo inconsciente del moreno estuvo en tierra - James, James despierta.
- Esta sudando - exclamó la asustadiza voz de Kelly, arrodillada a su lado - Tenemos que llevarlo a San Mungo.
- Kelly tiene razón - dijo Kevin, parándose del suelo - Llevémoslo ya, antes de que empeore.
Y con varios plin resonando en el estadio, el equipo de los Chudley Cannons desapareció.
ºººººººººº
- ¡Hermione, Hermione! - gritaba la voz de Evelyn, entrando apresuradamente en la oficina de la castaña.
Hermione la miro con el ceño fruncido, ya que había interrumpido una entrevista que tenía - ¿Qué sucede? - Le preguntó contrariada.
- Es
James - respondió entrecortada - A-acabo de
de recibir un
un informe de un
miembro del profeta y
- respiro profundo antes de continuar - Al parecer James perdió el conocimiento en pleno partido.
La muchacha abrió los ojos como platos, y se levantó de un salto de la silla - ¿Cómo dices? - preguntó, sin podérsela creer.
- Ahora esta en San Mungo - le informó su secretaria - Y al parecer esta muy mal.
La chica no sabía que hacer, miro a la joven de rizos pelirrojos que observaba la escena con aprensión, y le ofreció disculpas.
- Señorita Keynbban, discúlpeme pero creo que hoy no podremos hacer la entrevista.
Paola Keybban dio un bufido de exasperación, y sin si quiera despedirse salió de la oficina.
Evelyn la vio marcharse, para después desviar su mirada hacia la castaña - ¿Vas a ir a verlo? Hermione lo pensó un momento, y asintió con ligereza - Si, sí, ahora mismo - y dándole una sonrisa, desapareció.
La sala de espera del Hospital San Mungo en esos momentos estaba abarrotada de reporteros que esperaban alguna reacción del joven Patterson. Por otro lado, el equipo de los Cannons se encontraban sentados en las desvencijadas sillas, con las caras preocupas y unos que otros ojos cristalizados.
- ¡Señorita! - exclamó la voz de Hermione, re apareciéndose en la recepción.
La mujer gorda y rubia la miro con aprensión - Si, diga - dijo descortésmente.
- Señorita
¿Me puede decir como esta el Joven James Patterson? - Kevin al escuchar el nombre de su amigo, volteó a ver quien preguntaba por el y vio a una hermosa mujer de cabellera castaña y ojos marrones.
- Hay viene el sanador, pregúntele a el - le contestó la recepcionista, señalándole con los ojos a un hombre mayor que salía por una puerta grande blanca al final del pasillo.
Hermione caminó a grandes zancadas hacia donde estaba el sanador, pero se perdió entre la multitud que se formo en esos instantes.
- ¿Cómo esta James? - le preguntó Ronald al sanador.
El hombre desvió su mirada al suelo, para después mirar sobre los reporteros a una jovencita de ojos marrones que lo observaba preocupada.
- James
sufrió una
se podría decir
Desconexión cerebral - y tras las miradas de desconcierto que los presentes colocaron, agregó - Por algún motivo tuvo mucha presión en el momento del partido, su cerebro no resistió tanto ajetreó y poco a poco se fue desconectando. Aun funcionan los sistemas principales que son el pulmonar y el circulatorio, pero la movilidad, el habla y la razón de pensar no están funcionando.
- ¿Eso quiere decir que
?- preguntó la voz de Catherine detrás de Ronald.
- Eso quiere decir que la situación del joven Patterson es crítica, y si no recupera el conocimiento en 2 días
.podría quedar en coma.
Todos se miraron unos a otros, tragando saliva y reprimiendo un sollozo.
Hermione se mordió el labio inferior y se tapo el rostro con las manos. Kevin la miro de reojo y se fue acercando poco a poco.
- Alguna mejora se los comunicare - fue lo último que dijo el sanador, antes de desaparecer por la puerta que acababa de salir.
- No - dijo la castaña en un susurro ahogado - James
no
- y varias lágrimas resbalaron pos sus mejillas.
- ¿Hermione Granger? - la llamó una voz varonil, y la chica asintió lentamente.
- ¿Quién
quien es usted? - preguntó con voz entrecortada, limpiándose las pocas lagrimas que le habían salido por sus ojos.
- Me llamo Kevin Darwich
soy, amigo de James.
Hermione le sonrió y se volvió a morder el labio.
- No te preocupes, el va a estar bien - le aseguro el ojiazul, esbozándole una amplia sonrisa.
******Notas de la autora********
Hola mis queridos lectores:
Estoy aquí de nuevo, con un new chap...espero q les haya gustado mucho, porque desde aquí es que se pone interesante n_n y desde aquí inician las preguntas:
¿James se podrá bien?
¿Quedara en coma?
¿Que pasara con Hermione y el equipo, si eso sucede?
¿James esta recordando que es Harry Potter?
Si así lo hace ¿Que pasara de ahora en adelante?
Todas esas dudas, y más, se resolveran al transcurso de la historia...muchas gracias por los dos rews.... n_n y los q no dejaron, pues espero q dejen en este...jiji...
Ah, extraño el rew de Ana_Extasis, y el de Gaby...caray me abandonaron o_O....pero bueno...
Bye bye, besitos, se cuidan, y nos vemos en la prox actualización...
Emma_Potter
9
Between Dreams:
Un enorme castillo se alzaba al fondo de un amplio e interminable lago, y varios botes se dirigían con parsimonia hacia el.
Una muchedumbre se agolpo en la puerta principal de aquel castillo, y con pasos lentos y nerviosos, un grupillo de chiquillos subían por unas escaleras de piedra.
Un niño de cabellera rubia y ojos grises, le extendía la mano a un ser que no podía ver, al tiempo que fulminaba con la mirada a alguien que estaba al lado
De un momento a otro, aquel rubio y aquel castillo se esfumaron en el aire dejando a su paso una absoluta oscuridad.
No entendía lo que le estaba pasando, veía escenas de cosas que el sabía que habían pasado, pero no sabía el porque.
Esas personas, ese castillo, esa sensación de familiaridad, ¿Qué le estaba pasando?
º/J*H/º
- Toma - le ofrecía el ojiazul, extendiéndole una taza con Té de Tila - Eso te tranquilizará un poco.
La castaña le dedico una media sonrisa, y agarrando la taza sobre sus manos aspiro el suave aroma que emanaba la Tila.
- Gracias - le dijo, bebiendo un sorbo grande - La verdad
no se que pensar en estos momentos.
Kevin la miro con mesura, y sentándose a su lado se cruzó de brazos.
- El va a estar bien - le aseguró, dándole una sonrisa - Patterson es un chico fuerte, te lo digo porque lo conozco.
La muchacha rió por lo bajo y tomando otro sorbo de su Té, cerró los ojos.
Trato de recordar aquel beso que guardaba día y noche en el corazón, procurando que nadie se lo robase. Suspiro profundo, al tiempo que se pasaba la lengua por sus finos labios.
º/J*H/º
Al cabo de cuatro horas, la recepción del hospital comenzó a disminuir en gente, y únicamente en la muchedumbre quedaban:
Unos dos o tres periodistas del profeta que esperaban sacar alguna noticia sobre lo acontecido con Patterson, y cuatro miembros del equipo, incluida Hermione.
Cada vez que la puerta blanca ubicada al final de la sala se habría con sigilo, provocaba que mecánicamente los presentes se levantaran de las desvencijadas sillas.
Media horas más tarde, como por enésima vez, la puerta blanca se abrió, y por ella se mostró el amable rostro del Sanador que estaba curando a James.
- ¡Señor Nostradamus! - Exclamó Hermione, siendo la primera en levantarse de la silla - ¿Cómo se encuentra James?
Nostradamus Lokfortter vaciló un momento, para luego contestar con voz trémula - El joven Patterson aun no tiene ninguna mejora
y
.temo que tampoco la tenga mañana.
La ojimarron reprimió un grito, y no puedo evitar que varias lágrimas le surcaran el delicado rostro.
Lokfortter la observo con interés, para luego carraspear con aprensión - James
tiene un estado circular bien, su corazón bombea como si solo estuviera inconciente, al igual que sus pulmones
.pero
.la lectura cerebral no da mejoras.
- Es extraño - opinó Catherine, sentada en una silla color azul claro - Si tuvo una Desconexión Cerebral ¿Por qué sus sentidos principales no están latentes? - el sanador suspiro.
- Si, es extraño - admitió Nostradamus, tosiendo discretamente - Pero eso es lo que da la lectura cerebral.
Al parecer sus ondas cerebrales sufrieron un desordenamiento, provocando así la inmovilidad, pierde de la conciencia y capacidad de razonar.
El desordenamiento de las ondas cerebrales se da por fuertes choqueos o ajetreos internos. Seguramente el joven Patterson tuvo mucha presión, como les explique hace casas horas, y pues
eso provoco que sus demás sentidos se Desconectaran, por así decirlo, dejando solo al Sistema Pulmonar y el Circulatorio en funcionamiento.
- Pero si
sus ondas cerebrales no se ordenan de nuevo podría
- Quedar en coma - le completó Nostradamus, al capitán de los Cannons - Y eso sería muy grave, ya que sufriría por completo la desconexión, provocando que los únicos sistemas en funcionamiento dejen de estarlo.
Hermione se mordió el labio inferior, y retirándose de la muchedumbre que se había agolpado frente al sanador, se sentó en una silla alejada.
Me tape el rostro con mis manos, no quería que me vieran llorar, y además, no quería que se formaran especulaciones de que tengo algo con James o cosas por el estilo.
- No quiero - dije en un susurro para mis adentros - No quiero
no quiero que te vallas.
Harry se había ido de mi lado para siempre, y ahora que encontraba a alguien tan parecido a el, a un hombre que me llenaba de dicha, a un ser que estaba comenzando a considerar como un Amigo, no quería que díos se lo llevara de nuevo.
- Por favor, déjalo conmigo - fue lo último que dije, antes de escuchar un carraspeo al frente mio.
- Ejem, Ejem.
Levanté la cabeza con sigilo, y me seque rápidamente las lágrimas - ¡Señor
Nostradamus! - exclamé, levantándome de la silla de un saltó - ¿Qué se le ofrece?
- Tú eres la famosa Hermione Granger ¿Verdad? - le preguntó el hombre, escudriñando su rostro con los ojos. La mujer asintió.
Lokfortter sonrió con disimulo, y con voz sutil le dijo - Si quiere
cuando todos se vallan puede entrar al ver al joven Patterson. Estoy seguro que su presencia lo reconfortara - y sin más, dio media vuelta sobre sus talones y le dio la espalda, no sin antes guiñándole un ojo discreto que solo puedo ver la castaña.
º/J*H/º
- ¿Estas segura que te vas a quedar un rato más? - le preguntaba Kevin a la castaña, arqueando las cejas - Mira que ya van a ser mas de las doce, y pues
- Sí, estoy segura - le ratifico la mujer, sonriéndole.
Hacia escasos le había informado a Kevin que se quedaría una hora, por si alguna nueva novedad se presentaba.
A pesar de que el ojiazul se opuso ante aquello, al final tuvo que rendirse eh irse para su casa solo.
- Hasta luego señorita Granger - se despidió Catherine, pasando por su lado.
- Hasta luego, Catherine.
Y cuando el último reportero se hubo desaparecido, la mujer se sentó de nuevo en una silla y suspiro profundo.
- Ya puede ir a verlo, si quiere - le dijo una voz a sus espaldas, lo que ocasionó su sobresalto.
La ojimarron asintió sin mucha convicción, y siguiendo al Sanador cruzó la puerta blanca.
º/J*H/º
Una tenue luz iluminaba un largo pasillo con piso perfectamente blanco. Diversas puertas se veían con cada paso que se daba, y un suave golpeteó de sus tacones resonaba en las baldosas.
- Aquí es - dijo Nostradamus, parando frente a una puerta de color café y bordeada de finas líneas color turquesa - Trata de no hacer mucho ruido - fue lo último que le dijo, antes de que entrar por la puerta de enseguida.
La castaña respiro profundo, y colocando una mano en el picaporte, abrió la puerta.
ºººººººººººº
Miami Beach.
Hora local: 6:30 AM.
La galería había salido a pedir de boca. Los medios mas importantes de USA habían ido a presenciar el evento, y las mejores pinturas de Parvati Patil habían salido en las mejores prensas del país.
- ¿Si ves? Te lo dije - le decía Michael, con una sonrisa de oreja a oreja - Que la galería de arte iba a ser estupenda.
La mujer con rasgos hindúes sonrió ampliamente - Tenías razón, amor - asintió, dándole un beso en los labios - No debí colocarme tan paranoica esta mañana.
- Es normal - comentó su esposo, abrazándola - Es decir, era tu primera exposición de arte y a pesar de que ya habías mostrado tu talento antes, pues en frente de los medios y la gente
pues
a cualquiera le dan nervios.
La muchacha asintió, y se dirigió hacia una pequeña mesita que había al fondo del recinto.
Vertió un contenido amplio de Coca-Cola dentro de un vaso de cristal, y tomó un largo sorbo. Luego dejó el vaso (a medio beber) en sima de la mesa, y suspiro profundo, al tiempo que sentía unas varoniles manos sobre sus caderas.
- ¿Quieres jugar? - le preguntó Michael, susurrándole al oído en tono sensual.
La mujer asintió, y retrocediendo unos pasos, dejo que los fornidos brazos del joven le rozaran el vientre.
Los labios del pelinegro se deslizaron por el cuello de la mujer hindú, provocando que soltara un pequeño gemido. Poco a poco, sus instintos animales se fueron apoderando de el, y haciendo caso omiso de que estaban en plena galería de arte, comenzó a bajar el cierre de la blusa a su amada esposa.
En escasos segundos la chica quedo completamente desnuda, y el joven solo se había quedado con la corbata en el cuello.
Se miraron fijamente, y acercando lentamente sus rostros se fundieron en un candente y pasional beso.
ºººººººººº
Le agarró fuertemente la mano, mientras lo miraba fijamente - Por favor, despierta - le decía en un susurro, tratando de reprimir un sollozo.
Ya llevaba media hora sentada en la orilla de la cama de James, y había tratado en lo posible de que sus lágrimas no surcaran su rostro por tercera vez.
Verlo en ese estado: conectado a maquinas muggles (hechizadas con magia) para que pudiera respirar mejor (a pesar de que su sistema respiratorio estaba bien) era triste.
El electrocardiograma sonaba con un débil Ti-Ti-Ti a medida que pasaban los segundos.
Hermione inhalo un hondo suspiro, al tiempo que le apretaba más fuerte aquella calida mano al ojiverde.
- No quiero perderte - dijo inconcientemente, para después secarse unas cuantas lágrimas que salieron de sus ojos.
********
Un hombre con cara de mounstro le sonreía maquiavélicamente por un espejo, y alguien (el cual no podía ver) sostenía una piedra al parecer de color rojo. Después todo se volvía negro y se sumergía en la confusión
*******
Cuando la tercera semana de octubre dio su arribo en el continente europeo, las lluvias se intensificaron y poco a poco se comenzó a notar que el frío invierno llegaba pronto con sus vendavales.
Hermione se había quedado en el hospital hasta el otro día, donde tuvo que pedir permiso en su trabajo para poder faltar.
No había podido conciliar el sueño, ya que a cada segundo se levantaba para ver si James se encontraba bien, y lo volvía hacer 5 segundos después.
La puerta se comenzó abrir lentamente, y por ella apareció Nostradamus, con una sonrisa de oreja a oreja.
- Buenos días - la saludo, provocando que diera un pequeño respingo - Disculpe, no era mi intensión asustarla.
Hermione le sonrió con franqueza - No se preocupe, igual últimamente ando dando respingos en todas partes.
El sanador sonrió, para luego fijar su mirada en James - ¿Y bien? - preguntó curioso, mientras se acercaba a la cama.
La castaña dudo si responder o no, finalmente opto por la primera opción - Pues
en toda la noche no hubo cambios ni nada por el estilo.
Nostradamus chasqueo la lengua, y le agarró el mentón con mesura, para después mover negativamente la cabeza.
- ¿Cómo lo ve? - le preguntó la ojimarron, un tanto nerviosa. El sanador se paso la lengua por sus resecos labios, y con voz gruesa contestó:
- No esta nada bien, y el problema es que esta peor de lo que estaba ayer.
Aquellas palabras fueron lo que provoco el pánico en Hermione. ¿Estaba más grave que ayer? Pero como era posible, si ella había estado todo el tiempo con el ¿Qué había pasado?
En ese momento no puedo reprimir el llanto que estaba gozoso por salir, y frente al anciano sanador, soltó las lágrimas.
El hombre la miro con ternura, para después irla abrazar - No se preocupe - le comenzó a decir, con voz paternal - El joven Patterson se va a recuperar, el es fuerte
ya vera.
*********
Un niño de unos once años se sentaba sobre una butaca de madera, al tiempo que una señora de edad le colocaba un extraño sombrero en la cabeza.
En Slytherin, no pensaba aquel infante, mientras el extraño sombrero abría una rendija que al parecer era la comisura de su boca.
James estaba aturdido ¿Qué quería decir aquel niño con En Slytherin, no? además ¿Qué significa Slytherin? ¿Se estaba volviendo loco? ¿Qué era lo que le estaba sucediendo? ¿Por qué tenía todo esos sueños tan extraños? Y además ¿Por qué sentía que todo eso ya lo había vivido?
- ¡Gryffindor! - gritó aquel sombrero, y una barahúnda se formo en todo el comedor.
¿Gryffindor? ¿Slytherin? ¿Un sombrero que habla por si solo? ¿Qué era todo eso?
El mismo infante se paro del asiento, y con parsimonia se fue acercando hacia una larga mesa, donde varios estudiantes le sonreían con alegría.
- Tranquilízate - se decía el moreno para si, mientras miraba aquella escena. Aun no podía distinguir al niño, y una jovencita de tan bien unos once años o doce, la veía borrosa.
- Tranquilízate - se volvió a repetir, para después quedar en completa oscuridad
aquella oscuridad que siempre aparecía cada vez que volvía a ser James Patterson.
***********
Hermione asintió con lentitud, y se limpio las lágrimas con la manga del buzo que llevaba puesto.
- Le sugiero que valla a descansar - le aconsejó el viejo sanador, sonriéndole - Estuvo toda la noche aquí, y al parecer no durmió bien. Es mejor que se valla a su casa, se de un buen duchazo y se acueste a dormir, más tarde si quiere puede venir a visitarlo.
La chica lo pensó un momento, y al final accedió, igual hoy era martes festivo y no tenía que ir a trabajar. Sonriendo salió del cuarto, no sin antes decirle a Nostradamus - Cualquier novedad me avisa - y salio por la puerta.
El sanador se quedo ensimismado viendo la puerta donde hacia unos segundos había salido la castaña, y en un susurro inaudible, dijo - Creo que muy pronto, todo va a volver como hace 5 años.
º*º*º*º*º*º*º
Bradford, sector de Chonter`s Hutland
Hora local: 8:30 AM
Ginny entró a la casa dando un portazo a la puerta, estaba harta y apunto de matar al primer que se le atravesara.
- ¡Me largo de aquí ahora mismo! - exclamó de grito en cuello, subiendo por las escaleras ruidosamente.
Su novio (el cual estaba en la cocina preparando el desayuno) dio un salto y se asomo por la puerta desconcertado.
- ¿Qué pasa cariño? - le preguntaba, subiendo por las escaleras detrás de ella.
La pelirroja no respondió al instante, primero entro al cuarto (abriendo la puerta con un fuerte Aloahmora) y se dirigió hacia el closet que tenía frente a su cama.
- ¡Que ya estoy harta, Neville! - le respondió, sacando con fuerza algunas prendas del armario y metiéndolas en una maleta - Que ya me quiero largar de este asqueroso pueblo muggle, no soporto estar aquí ni un minuto más.
- ¿Pero
pero que fue lo que paso?
Ginny bufó exasperada, y se dejo caer sobre el colchón de la cama - Cuando salí a trotar al parque, me encontré a la señora Lane, la cual me miro de arriba a bajo y me dijo: ¿Dónde esta su escoba? Yo pensaba que la gente como usted no caminaba si no que volaba o flotaba - dijo, emitiendo una chillona y mandona voz - ¡Y ESO FUE LA GOTA QUE DERRAMO EL VASO!
Neville se quedo callado, absorto en sus pensamientos. Su novia estaba harta de aquel pueblo, quería irse de hay lo más rápido que pudiera, pero el no quería irse de hay, además, si se iban tendría que ser a Londres, y eso era lo que menos quería.
- Amor - comenzó a decir con dulzura - Mira, si tal vez
.
- ¡NO me vas a convencer esta vez, Neville! - le espetó la pelirroja, incorporándose en la cama - Ya tome una decisión, y hoy mismo me largo de aquí.
- ¿No hay otra solución? - quiso saber el carirredondo, mordiéndose el labio inferior. La mujer negó con la cabeza.
- Lo siento, Neville, pero regresaré a Londres.
- ¿Y si vas donde tus padres? - le sugirió Logbottom, al tiempo que le brillaba los ojos.
Ginny negó rotundamente - No - dije en un hilo de vos, acomodando mejor sus ropas en la maleta - Cuando me fui de la madriguera contigo, jure jamás volver a esa casa, ya que mi madre no aceptada nada de lo que yo quería para mi vida. No quiso que yo fuera doctora de muggles si no de magos, y no acepto nuestra relación
además, no quería que su única hija se fuera de su lado, por lo cual me harte y me fui a vivir contigo
y le grite en su cara que NUNCA iba a volver a aquella casa del demonio.
El hombre se quedo de piedra - Le
¿Le dijiste eso a
a tu madre? - preguntó sin podérsela creer. La pelirroja asintió con lentitud.
El ojinegro agacho la cabeza, y la miro con sosiego - Te alejaste de tu familia por mi culpa - dijo en un hilo de voz, al tiempo que unas cuantas lagrimas le rodaban por aquellas mejillas redondas - Te alejaste de la mujer que te cuido día y noche por
por estar conmigo.
Ginny dejo de empacar la ropa, para mirar a su novio - No
no fue tu culpa, Neville - le aseguro, sentándose a su lado - Fue mi decisión. Cuando me dijiste que querías vivir conmigo, eso también lo había pensando, y
.bueno, cuando me lo dijiste no pensé mucho. Quería alejarme de la madriguera, quería formar una vida nueva tal cual lo habían hecho mis hermanos, y por solo ser la única niña de la familia, no iba a permitir que todos los planes que tenía contigo se fueran al desagüe.
El joven la miro con los ojos encharcados, y la abrazo fuertemente - ¿Entonces no es mi culpa? - preguntó con inocencia.
- No - le confirmó su novia, para después agarrarle el rostro y mirarlo fijamente - Mira amor, yo te amo mucho, tú fuiste el único que me dio cariño sincero de verdad. Ni Dean, ni Anthony, ni el mismo Harry puedo hacer eso.
Cuando me ennovie con Harry en 5 curso y el estaba en sexto, era la mujer más feliz sobre la faz de la tierra porque por fin estaba con el hombre que tanto había soñado. Sus besos y sus carisias me inquietaban como nunca, creía que eso iba a durar para siempre, pero luego tuvimos que terminar por culpa de Voldemort, y hay me di cuenta que no quería compartir mi corazón con alguien que podría morir tarde o temprano, y que estaría lejos de mi, además
.Harry se merece alguien mejor que yo, no una niña berrinchuda y caprichosa como lo era la Ginny Weasley de hace 5 años - Neville estaba callado, escuchando atentamente a su novia - Y entonces llegaste tú cuando yo apenas estaba en sexto, aun no podía entender que el amor de mi vida se había alejado de mi, y estaba muy triste. Pero fueron tus palabras las que me sacaron de aquel mar de lágrimas, y las que me hicieron ver en ti la gran persona que nunca vi
******Flash Back*****
Ya había pasado un año desde que Ginny Weasley había terminado con Harry Potter. La joven estaba muy mal, ya no comía ni podía dormir bien. Todas las noches se despertaba en su dormitorio, y miraba con ensimismamiento el dosel de su cama. Recordaba los momentos tan felices que había pasado con Harry, los días de fulgurante sol en que se besaban con pasión y amor, los días en que ella le decía que lo amaba, y el le correspondía con una sonrisa o un corto beso.
Ella creía que eso iba a durar para siempre, que iban a salir de Hogwarts y se iban casar o algo por el estilo, es más, hasta estaba soñando con lo bonito que quedaba su nombre como la señora Potter.
Suspiro con vaguedad, y miro a su alrededor: No se había dado cuenta que se había salido de su camino, y ahora estaba en quien sabe donde.
Tanto tiempo estudiando en la escuela Hogwarts de magia y hechicería, y no había aprendido a reconocer cada uno de los pasillos y pasadizos que este guardaba.
Miro su reloj de bolsillo con ensimismamiento, faltaba media hora para que empezara la absorta clase de Pociones. Suspiro de nuevo, y comenzó a caminar con lentitud por aquel desolado pasillo.
- Harry - dijo a lo bajo, suspirando de nuevo - Como quisiera tenerte de nuevo entre mis brazos, como quisiera fundirme con tu aroma seductor, como quisiera besar aquellos provocativos labios, como quisiera volver a estar contigo.
Varias lágrimas recorrieron su rostro, y se las limpió rápidamente con la manga de su túnica. Había jurado no volver a llorar por el, y aquel día había roto su promesa
.pero es que ¿Cómo quería no llorar por el y no ponerse triste, si todo lo que una vez había soñado se había ido al traste?
- MALDITO VOLDEMORT - gritó sin poderse contener, su voz resonó como eco por el desierto pasillo - MALDITO, SI NO FUERA POR TI, EN ESTOS MOMENTOS ESTARÍA CON EL, EN ESTOS MOMENTOS ESTARÍA BESANDOME CON EL
.TE DETESTO, QUSIERA QUE MURIERAS AHORA MISMO
QUE TE PUDRIERAS EN EL INFIERNO
.- Se dejo caer sobre el frío suelo, mientras sus pobres rodillas recibían el impacto.
Había reprimido por mucho tiempo aquellas lágrimas, y hoy era el día en que las iba a derramar todas, hasta la última, hasta que no pudiera llorar más. Hoy sería el día en que derramaría toda su furia contra Voldemort, toda su frustración y toda su amargura por no estar en esos momentos con su gran amor.
Aquel líquido salino comenzó a salir por sus ojos, como si tuviera una fuga, pero no le importaba. Estaba triste, con rabia, desolada, con frustración, en si, muchos sentimientos acumulados en su pequeño corazón.
Sigilosos pasos se comenzaron a escuchar por los desolados pasillos en los que se encontraba Ginny, llorando desconsoladamente. Estaba tan absorta que no se dio cuenta cuando alguien se lo puso enfrente.
- ¿Estas bien? - Le preguntó la voz de un joven, arrodillándose a su lado - ¿Por qué lloras, Ginny? - la joven levantó el rostro, y con la vista nublada, reconoció a Neville Logbottom, aquel chico torpe de la casa Gryffindor.
- ¡Neville! - exclamó asustada, y se limpió rápidamente las lagrimas - Eh
.nada, solo
bueno
me entro una basurita, nada más.
El chico arqueó las cejas- Puedes debió haber sido bastante grande - opinó, mirándola inquisidoramente - Porque parece que tus ojos tuvieran una fuga.
La muchacha negó con la cabeza, sonriéndole jovialmente - No
estoy bien, enserio Neville.
- ¿Es por Harry? - quiso saber el muchacho, sin más rodeos. La pelirroja agacho su mirada, y se quedo mirando el frío suelo de piedra.
- Eh
- balbuceó, para después tragar saliva - Pues
más o menos.
- ¿Lo sigues extrañando? - la chica asintió con lentitud, y se mordió el labio inferior.
Neville la abrazó con fuerza, al tiempo que le decía al oído - Debes continuar con tu vida, Ginny, no puedes dejar que algo tan pequeño como esto te impida proseguir y seguir buscando aquella meta que tanto añoras. No puedes permitir que algo tan absurdo derrote todos tus sueños, y te deje viviendo en un mundo en el que solo la soledad y la tristeza mandan.
Tienes que entender que en esta vida hay Alti-Bajos, y como a veces serás muy feliz, también serás muy triste. Habrán días en que el sol resplandezca en el firmamento, otros, en que solamente verás una nube negra sobre tu cabeza
pero no te puedes dejar vencer por eso, porque para eso existen los amigos, y para eso existen las segundas oportunidades.
No te des el lujo de embarcarte en un barco que no vale la pena subir, mejor quédate en la playa, probando los ricos cocos de las palmeras, y dibujando trocitos de esperanza en la blanca arena
*******Fin del Flash Back********
Neville sonrió - Te amo - le dijo en un susurro, y luego le dio un profundo beso.
No supieron cuanto tiempo duro, pero al cabo de unos segundos se tuvieron que separar por falta de aire - Esta bien - dijo por fin, sonriendo de nuevo - Si te quieres ir de aquí, nos iremos, pero aguanta unos días más, hasta que pueda encontrar una casa en la capital, ¿Te parece? - Ginny chasqueó la lengua - Esta bien - dijo por fin, y le dio otro beso - Pero solo lo hago porque tú me lo pides.
º*º*º*º*º*º
Tochhaunw, a las afueras de París, Francia.
Hora local: 9:15am
Llegas a tu casa con aplomo, cierras la puerta y miras el recinto con sosiego. Sabes que ella no esta hay, sabes que se fue hace más de un mes, pero sientes como si en cualquier momento se fuera aparecer y te diera un calido beso en tus fríos labios.
Quieres que ella aparezca, pero a la vez deseas que no. Entiendes que con la que hiciste el amor el último día de su estancia en Francia, no es la que verdaderamente deseas, pero necesitabas un calor de mujer que te quitara aquel frío reconcentrado en tu cuerpo.
Subes por las escaleras con lentitud, dejas que tus pies te conduzcan hacia donde ellos saben que tú siempre vas. Últimamente ya no usas el cerebro para manejar tus pies, sino que ellos saben (como si pensaran) cuales son tus sitios preferidos.
Colocas tu gruesa y blanca mano sobre el picaporte de una fina puerta, y la abres con sosiego. Entras a la habitación, y miras con sigilo todo lo que esta contiene.
Ya habías perdido el conteo de cuantas veces la haz visitado, después de que contaste 500 el último día de la semana pasada.
Respiras profundo, tratando de inhalar el dulce aroma que esta desprendía cada vez que se encontraba dormida en aquel cuarto. Te acercas a la cama, y comienzas a tocar las
Sabanas que la cubren con tu gruesa mano, quisieras que con eso ella apareciera sobre el colchón, desnuda y apunto de permitirte que la hagas tuya de nuevo.
Te sientas en la cama para luego desplomarte con torpeza, al tiempo que te tapas el rostro con tus manos. Comienzas a respirar lentamente, deseando tenerla sobre ti, sin ropa, y tú acariciándole aquella suave espalda; aunque la verdad, no quieres a Samantha, si no que quieres a Hermione.
La quieres hacer tuya, quieres escuchar los gemidos de placer de aquella ojimarron mientras tú le das lo que ella pida.
Deseas que grite tu nombre, al tiempo que tu la acaricias con delicadeza en su vientre.
Tu instinto animal esta loco por probar aquel cuerpo, por tocar aquellos senos, por besar aquella boca, por hacerla tuya hasta el final. La quieres a ella, solo a ella y a nadie más.
**********N.D.L.A*********
Hola:
Bueno, primero q todo ofresco disculpas por la demora, es qur tuve unos inconvenientes por hay XD....
Segundo, muchas gracias por los rews resividos en el anterior cap, y los q no dejan, pos = gracias por leer el fic.
Tercero, espero q les guste el capi, y la parte de la hipnosis q lo hice con draco, si les gusta ese tipo así, me dicen para hjacer un capi (aunq corto) así de ese estilo n_n
Nos vemos en la prox actualización...besos, se cuidan...
Emma.º*º*º*º*º*º
Polonia-Ciudad de Varsovia.
Ya había pasado varios días desde que Luna había salido furiosa de la casa Weasley, con su hija Dulce en manos.
A pesar de que habían hecho las pases, Luna seguía comportándose un tanto alejada del pelirrojo, y eso a el le irritaba.
No soportaba que cada vez que salía de trabajar, Luna no lo recibiera con un beso y un juego de mandarina como siempre lo hacía, si no con un simple - Hola - y listo, eso era todo.
Además, que cada vez que se sentaban a la mesa, la rubia comenzara a insinuar cosas sobre Londres o Hermione, algo así como:
- En Londres deben ya de ser las 4 de la tarde o, Hermione seguramente supiera realizar aquel encantamiento.
Estaba harto, y cansado de aquellas insinuaciones ridículas.
Sabía que Luna quería ir a Londres para visitar a su padre que hacia tiempo no veía
.pero
no soportaría el hecho de que en algún momento viera a Hermione caminando por la calle, como si nada hubiera pasado.
Respiro profundo, y se acerco a la nevera, saco de hay una jarra grande de juego de mora y la vertió en un vaso de cristal.
Se dirigió hacia la sala, y se desplomó en el sofá, al tiempo que miraba con sosiego el cielo raso.
Tomo un sorbo amplio de juego, y después escucho que un fuerte golpeteo resonaba en la ventana. Arqueo las cejas, y se levantó del sofá, dirigiéndose hacia el lugar de origen del ruido: La ventana.
Dejo el vaso sobre la mesita de centro, y corrió el vidrio, para ver a una lechuza grisácea que llevaba el profeta.
- El profeta matutino - dijo Ron por lo bajo, y entregándole unas cuantas monedas, quito el periódico de su pata, y volvió a cerrar la ventana.
Agarró de nuevo el vaso de cristal, al tiempo que abría con parsimonia el periódico.
En la primera plana resonaba un gran titulo que decía:
TRAGICO ACCIDENTE EN ROLLY WON SPLEEN.
- ¿El estadio de quidditch? - Preguntó el pecoso, quedándose parado en medio de la sala - ¿Qué habrá pasado? - como nunca se podía aguantar su inquita curiosidad, abrió la página que le indicaba el índice, y comenzó a leer:
DESMAYO EN ROLLY WON SPLEEN:
El sábado pasado, cuando se comenzaba los octavos de finales, los Chudley Cannons se enfrentaron con los Arrows, los cuales jugaban de visitantes en el estadio Rolly Won Spleen.
Todo iba (se podría decir) muy bien para ambos equipos, aunque los Arrows llevaban la delantera por 10 puntos, y solo restaba media hora de juego.
Toda la muchedumbre estaba siguiéndole los pasos a James Patterson (el buscador de los Cannons) y estaba apunto de agarrar la Snitch, cuando de un momento a otro el joven se desmayo.
Lo llevaron a San Mungo de urgencias, y hay los sanadores le pronosticaron que había sufrido una Desconexión cerebral donde todos sus sentidos principales se habían desordenado, y había provocado la perdida de conocimiento.
Según lo que dijeron los sanadores, es que el joven Patterson debe despertar el día de hoy, porque si no se quedaría en estado de coma. Su situación es muy crítica, y los Cannons están sufriendo por su salud, porque si algo le pasa, el equipo tendría que buscar a un nuevo buscador en solo 2 semanas, para que cuando volvieran de las vacaciones, tuvieran el equipo completo.
Solo deseamos que Patterson se recupere pronto, y siga volando en su escoba como siempre lo ah hecho
- Pobre - dijo Ron por lo bajo, cuando termino de leer la noticia - Ojala se recupere pronto, porque creo que gracias a el es que los Cannons están en la sima - siguió volteando las hojas, cuando se detuvo en la mitad del periódico.
Se quedo de piedra al ver la foto magica que se movía frente a sus ojos:
Un joven moreno de unos 22 años, ojos verdes, cabello castaño y cuerpo excepcional, le sonreía jovialmente, al tiempo que le boleaba la mano.
Bajo aquella gran foto, un nombre (escrito en letras doradas) resonaba:
James Kolmyn Patterson, buscador de los Chudley Cannons
Al leer el nombre, abrió los ojos como platos, y se acerco más el periódico a sus ojos, provocando que el vaso del jugo que llevaba en la mano, se estrellara contra el suelo y se hiciera añicos.
- ¿Pero que demonios
? - Preguntaba Luna, bajando a todo correr por las escaleras - ¿Qué paso aquí, Ron? - la rubia miro el desastre que se había formado en su impecable sala: manchas de jugo de mora habían caído por todas partes, en los muebles, las mesas, los portarretratos, las paredes, en fin, sin contar los trocitos de vidrio roto esparcidos por el suelo.
El pelirrojo no le respondió al instante, estaba como en estado de shock mirando el Profeta con los ojos desorbitados.
- ¡Ron! - lo llamó su esposa con los brazos cruzados - Ron
Ron, ¡Ronald Billius Weasley! - exclamó la rubia, con la cara roja como un tomate.
El pecoso salió torpemente de su letardo, y miro confundido a su mujer - ¿Qué sucede? - Le preguntó inocente - ¿Ahora me llamas por mi nombre completo?
Luna levantó una ceja - Eso mismo te pregunto yo - le contestó, con los brazos cruzados y la cara roja - ¿Qué demonios paso aquí?
Ron miro la sala y abrió la boca con sorpresa, al parecer apenas se había dado cuenta el desastre que había formado su pequeño vaso con jugo de mora.
- Eh
yo
este
hay una buena explicación, Luna - le aseguro su esposo, mordiéndose el labio inferior.
- Pues eso espero, por tu bien.
El hombre trago saliva, estaba muy consternado, no sabía por donde empezar.
- Pues
este - si no le explicaba bien, Luna era capaz de echarle la primera maldición que le viniera a la cabeza, porque para ella su gran tesoro en esa casa era la sala, la cual tenía que estar impecable y como una cajita de cristal.
- ¿Y bien? - le preguntó Luna en tono amenazante, el cual cohibió un poco al pelirrojo - Estoy esperando una buena explicación, Billius.
Ron hizo una mueca al escuchar su segundo nombre, y maldijo a su madre por lo bajo.
- Pues
- balbuceó - Este
es que
.mira - y le mostró el periódico.
- Si, un periódico, ¿Y que? - saltó Luna, desconcertada.
- Mira la foto - le dijo su esposo, señalando en la mitad de la página.
La rubia arqueo las cejas - ¿Qué quieres que mire? - le preguntó sin entender.
Ron dio un bufido de exasperación, y le arrebato el periódico. Lo doblo por la mitad y le coloco la foto sobre sus narices - ¡Mira! - le dijo, señalándosela con el dedo índice - ¿Te parece familiar?
Luna la observo por varios segundos, para después soltar un gritito de sorpresa - ¡Por las barbas de Merlín, pero si
si se parece a Harry! - el chico asintió.
- Y doy todos los galeones del mundo por apostar que el es Harry - la mujer arqueó las cejas, y miro desorbitada a su marido.
- ¿Piensas que el es Harry? - le preguntó sin entender, Ron asintió - Pero
Ron
Harry ya
- ¡Si ya se, el murió hace 5 años! - Exclamó el pecoso - Pero
¿Qué tal que en verdad no haya muerto? - la rubia hizo un gesto extraño con la boca, esa idea sonaba muy descabellada hasta para alguien que cree en los snorkacks de cuernos arrugados.
- Amor
esa idea suena muy
bueno
.no tiene sentido hasta para mi - el hombre soltó un bufido, y se paso sus manos por la cara - Además, mira que ese chico se llama James Patterson, y tiene el cabello castaño, y no posee esa cicatriz en forma de rayo que tenía Harry.
- Si, pero si tiene los ojos verdes, la misma sonrisa de Harry, y el mismo color de piel - le testarudo el pelirrojo, abriendo los ojos - Además ¿No te parece extraño que su nombre sea James? ¡Luna
recuerda que el segundo nombre de Harry era James! ¿Coincidencia? No lo creo.
La muchacha se quedo callada, y respiro exasperada - Esta bien
hagamos de cuenta que ese tal Patterson sea Harry
.pero entonces
¿Qué ganamos con eso?
Ron se quedo pensando, y luego de unos minutos exclamo:
- ¡Luna, iremos a Londres!
/////////////
10
Revelaciones:
Después de almorzar, la castaña regreso de nuevo a San Mungo, donde los integrantes de los Cannons se encontraban en la sala de espera.
- Hola, Hermione - la saludo Kevin, cuando esta apareció en plena recepción - ¿Dormiste bien?
La castaña asintió, sonriéndole - Eh
si
si dormí bien, poco, pero descanse que es lo importante.
- James sigue mal - le informó el ojiazul, moviendo la cabeza - Hace un momento Nostradamus salió y nos dijo que no esta mejorando, y que su situación empeora. Lo peor, es que al parecer en muy poco tiempo se puede quedar en coma, porque sus sistemas están ya fallando.
Hermione dio un gritito ahogado - ¿En coma? - repitió, sin podérsela creer - Pero
¿Cómo es posible? No
.el no
díos mio.
Kevin la abrazo con delicadeza - Ya
no vallas a llorar otra vez - le aconsejó - Mejor cálmate, y relájate. Ven, vamos a charlar con los chicos.
La ojimarron asintió, y se dejo llevar hacia las desvencijadas sillas.
º*º*º*º*º*º
Bradford, sector de Chonter`s Hutland
Hora local: 1:05 PM.
- ¡Amor! - Gritaba un joven de cara redonda y ojos oscuros, en el recibidor - Amor
amor baja.
Ginny comenzó a bajar con desgano por las escaleras, y sonrió al ver a su novio - ¿Qué pasa? - Neville sonrió de oreja a oreja, y la abrazo con ímpetu.
- Ya conseguí una casa - le dijo en el oído - Esta ubicada en el centro de Londres, y el barrio se llama Loserville y además esta cerca del cementerio donde enterramos a Harry.
Tras escuchar aquellas palabras, el semblante a la muchacha se le cambio por completo, y sonriendo le dio un calido beso - Eres el mejor - le dijo, abrazando - Gracias amor, gracias por todo lo que haces por mi.
********
Veía como una jovencita de unos trece años de edad (la cual no le podía ver la cara) y un joven también de esa edad, pero un poco más alto que la chica, pasaban por el hueco de un gran árbol, que al parecer tenía manos en vez de ramas.
Estaban raspados, y ensangrentados, todo parecía que se habían enfrentado a alguien o a algo.
- ¡Auch! - escucho exclamar la voz de un joven, al sentir el peso de la chica sobre el suyo.
- Lo siento - dijo esta de inmediato, sonriéndole ampliamente.
Aquellos chicos como que buscaban algo, porque miraban por todas partes, con rapidez y miedo. James sentía que los conocía, es más, presentía que aquel joven era el cuando pequeño.
Siguió los pasos de aquellos chicos, y vio con sorpresa como un haz de luz salía de la punta de una varita, y se estrellaba en medio del pecho de un adulto, con nariz puntiaguda y cabello grasoso.
Aquel rostro, ese rostro le era muy familiar, pero
no
no podía ser
¿Acaso estaba recordando el nombre? ¿Ese no era Severus Snape, su antiguo profesor de Pociones?
**********
Hermione abrió la puerta con parsimonia, y la dejo abierta para que Kevin entrara.
Se miraron de reojo, y luego se fueron a sentar en las pequeñas butacas de madera que había a lado y lado de la cama de James.
- Hay amigo, ¿Qué situación, no? - Le preguntó Kevin, mirándolo con sosiego - Mira James, es hora de que te levantes y agarres tu escoba
.se esta oxidando por tu culpa.
Hermione soltó una pequeña risita, y movió la cabeza.
- ¿Por qué te ríes? - quiso saber el americano, arqueando las cejas. La muchacha negó.
- Por nada, simplemente me recuerdas a
aun amigo que tuve en mi infancia - y recordó a Ron.
Después miro a James
no podía resistir las ganas de besarlo y probar aquellos labios que la excitaban - Ya compórtate - se reprendió por lo bajo, suspirando profundo - Recuerda que el no es Harry, y no puedes seguir viviendo de su recuerdo. Además, James tiene esposa
.- y hablando de Emily
- Kevin - lo llamó la joven, el chico la miro - Y
.y ¿Emily sabe lo que esta pasando? - Kevin negó con la cabeza.
- No, la tratamos de localizar ayer, pero al parecer el número que dejo en casa de James ya no existe.
Hermione abrió la boca - Ah
ya - y después miro fijamente al moreno.
- Harry - dijo en un susurro inaudible
********
Sí, su profesor de Pociones, pero ¿Cómo sabía eso? luego, aquella escena se borro, y en su lugar apareció la que vio cuando estaba en el partido contra los Arrows:
Se encontraba como en una especie de cementerio, un hombre con cara de rata alzaba una varita y le daba de lleno en el pecho al joven que lo acompañaba.
- ¡Nooooo! - gritaba desesperado.
Después, unas cuerdas invisibles lo comenzaron amarrar contra una lapida que resonaba con el nombre de:
TOM RYDDLE.
A James le comenzó a dolor fuertemente la cabeza. Ya había vivido aquello, y poco a poco iba sintiendo quien era en realidad.
Un hombre encapuchado lo miraba fijamente, James también lo miro y reconoció aquel rostro:
Era colagusano el servidor de
Todo comenzó a pasar tan rápido, primero aquel hombre fue sacando los huesos de la lapida en la que estaba firmemente amarrado, después el mismo hombrecillo se corto una parte de su brazo y lo vertió junto con aquellos huesos en un caldero grande y negro, para luego acercarse con sigilo a el y con un cuchillo lastimarle el brazo hasta que le saliera sangre.
James grito por dentro, y con horror, vio como una figura renacía del caldero, una figura que poco a poco reconoció.
Estaba entendiendo todo, sabía lo que estaba pasando. El dolor en su cabeza se intensifico a medida que aquel mounstro salía del caldero, lo estaba recordando todo, poco a poco su mente se fue aclarando. Estaba empezando a entender porque se sentía tan extraño cuando conoció a Hermione
estaba entendiendo todo.
Aquel mounstro salió por completo del caldero, delgado, con cara blanca como una calavera, con los ojos amoratados y una nariz tan aplastada como la de una serpiente. Se miraron fijamente, y James soltó un grito ahogado.
De su frente se comenzó a formar una marca, una marca en forma de rayo
.mas bien
estaba volviendo a renacer la cicatriz de aquel eterno héroe. Estaba volviendo a los recuerdos de quien era
.estaba volviendo a ser Harry Potter.
º*º*º*º*º*º
Polonia-Ciudad de Varsovia.
- ¿Y que vamos hacer en Londres? - le preguntaba Luna, una vez Ron le comentó su descabellado plan.
Ron sonrió - Pues ver si ese tal James Patterson es Harry Potter - le contestó, como si eso fuera lo más obvio del mundo.
La rubia arqueó las cejas - ¿Y como se lo piensas decir? ¡Hola James, mira es que me preguntaba si por casualidad eres Harry Potter el chico este que murió hace 5 años en la batalla final con Quien tu sabes! - Dijo con sarcasmo - ¿Así?
El pecoso negó - Claro que no, se lo diremos de una forma más sutil - y dirigiéndose hacia las escaleras, se perdió de vista.
Luna se quedo con la boca abierta y los brazos cruzados. Después miro su preciada sala - ¡Ron! - Exclamó furiosa - ¡Ron, antes de irnos como espías a Londres ven y limpia la sala! - y resopló con rabia
º*º*º*º*º*º*º
Miami Beach.
Hora local: 6:13 AM.
Ring-ring-ring-ring sonaba aquel teléfono en la casa de la esquina de playa.
Una mujer de rasgos hindúes baja a contestarlo - ¿Bueno? - pregunta con voz de sueño, por el auricular.
- ¿Parvati? - Resuena la voz de una mujer, al otro lado del teléfono - ¿Eres tú?
La chica la cual responde al nombre de Parvati Patil, asiente con un débil - Aja ¿Quién eres tú?
- Pues yo, tónica - le contesta la mujer de voz grave - Lavender ¿Acaso ya me olvidaste?
Parvati abre los ojos como platos ¿Acaso era Lavender, su amiga del alma? No lo podía creer.
- ¿Lavender Brown, la que estudio conmigo en Hogwarts? - pregunta sin podérsela creer.
- Si, la misma - Parvati da un gritito por el teléfono, provocando que Lavender lo aleje de sus oídos, porque si no le dañaría los tímpanos.
- ¡Hay, casi me dejas sorda! - Le reprocha su amiga, para después soltar una carcajada - Parv, te llamo para invitarte al Baby Chauwer que voy hacer este domingo.
La hindú vuelve a gritar sorprendida - Ahhhh ¿Estas embarazada? - Pero sin esperar respuesta, añade - Hay, pero si ese Dean no pierde el tiempo.
La mujer se ríe por el otro lado del auricular, y le dice que la espera. Parvati asiente, y le promete que estará en Londres bien por la mañana
y que para la próxima que le valla a informar algo, que lo haga cuando haya sean las 6 de la tarde.
Y cuelga el teléfono.
ººººººººººº
Hermione suspiro profundo y miro a Kevin - Solo espero que James se recupere pronto, para su bien y el de su esposa.
El americano asintió, y luego la quedo mirando.
- Hermione ¿Puedo hacerte una pregunta? - esta asintió - Pues
bien
.este
.James me contó todo lo que paso entre ustedes dos y
.me preguntaba si
.bueno
.por casualidad te
.te
¿A ti te gusta James? - fue una pregunta muy inesperada que Hermione no vio venir.
- Pues
- balbuceó, pero en entonces abrieron la puerta y por ella apareció Nostradamus.
- Buenos días - los saludo con una sonrisa - Señor Darwich, su hermana lo esta esperando en la recepción - le comunicó. Kevin alzó una ceja, y levantándose de la butaca, salió del cuarto.
El sanador le sonrió a la castaña, y volvió a salir por la puerta.
Hermione miro fijamente a James, el cual tenía los ojos cerrados y su semblante era sereno.
- ¿Será que me estas empezando a gustar? - le preguntó en un susurro - Hay James
por merlín, mira en que lió estoy metida.
º*º*º*º*º*º
Tochhaunw, a las afueras de París, Francia.
Hora local: 12:48pm
El ojigris suspiro, y se levantó de la cama después de haber fantaseado con Hermione.
La deseaba tanto, si que la deseaba. Salió de aquel cuarto que siempre lo llenaba de fantasías, y se dirigió hacia la cocina.
Agarró la jarra con agua que había en sima de la alacena, y vertió un poco de su contenido en un pequeño vaso.
La tomó de un sorbo, para después irse a sentar en el sofá de la sala.
Estaba absorto en sus pensamientos, y no se podía quitar de enzima la imagen de Samantha desnuda en aquella cama transformándose en su amada Hermione.
- Pronto vas a ser mia, Hermione Granger, muy pronto - se aseguro así mismo, mirando hacia la ventana con aplomo.
********
Se encontraba en el departamento de misterios, aurores y mortifagos se estaban enfrentando entre si varita contra varita, y el luchaba también con uno de ellos.
Al girar su cabeza, vi con horror como su padrino Sirius Black desaparecía por entre un largo velo.
Se acerco a este con sigilo, y comenzó a llorar. No quería que se fuera, deseaba con que al reverso del velo se encontrara Sirius, con aquella sonrisa que tanto lo caracterizaba, diciéndole que estaba bien y que siguiera luchando
.pero no sucedió nada
.
Entendió o recordó entonces, que su padrino estaba:
MUERTO
********
º/J*H/º
Hermione suspiro, mordiéndose al labio inferior. Deseaba tanto besar aquellos labios, si que lo deseaba
*******
De un momento a otro, se encontraba bajo la sombra de un gran árbol, junto con una pequeña pelirroja en su regazo.
- ¿Ginny? - indagó por lo bajo.
- ¿Si? - preguntó esta, mirándolo fijamente - ¿Sucede algo?
Harry negó con la cabeza, y le sonrió - No, nada, y tras aquellas palabras, le dio un profundo beso
Sí, estaba también recordando que había sido algo de Ginny Weasley.
*******
º/J*H/º
- Como quisiera que tu fueras Harry, mi Harry - le decía la castaña por lo bajo, acariciándole con el dorso de su mano, el rostro - Eso es lo que más deseo.
********
- ¡Crucio! - gritó el Lord Oscuro, apuntando con su varita hacia Harry. La maldición le cayó de lleno en su pecho, y este se desplomó en el suelo.
- ¿Cansado, Potter? - le preguntó Voldemort, con una sonrisa maquiavélica en los labios.
Estaba recordando la última batalla con el Lord.
Harry se levantó flaqueando, y mi miro fulminante.
- No-no permitiré que
que me derrotes - y tras aquellas palabras, un haz de luz se formó entre ellos
**********
º/J*H/º
- Mi Harry - dijo la castaña, una vez más, por lo bajo - Te extraño tanto - Y sin poderse contener más, le di un beso en aquellos rojos y provocativos labios
********
Aquella luz lo fue transportando como hacia un camino, un camino formado por pequeñas piedras.
Al final de aquel camino, vislumbro la silueta de una muchacha, ya que vio como su cabello se mecía de un lado a otro, al son del viento.
Harry arqueó las cejas, y curioso se fue acercando hacia donde aquella chica.
Cuando estuvo a una distancia adecuada para poderla distinguir, se quedo con la boca abierta al ver a su Hermione vestida de blanco, con el cabello totalmente liso, y sus pómulos más rosados que nunca.
- Hermione - dijo en un susurro ahogado, sonriendo ampliamente
.
*********
º/J*H/º
A aquel calido beso, se le unió el abrazo de unos varoniles brazos de un moreno.
Hermione se detuvo con aquel beso, y se alejó de él asustada.
James comenzó a mover sus parpados ligeramente, para después abrir los ojos con lentitud. Miro fijamente a Hermione y le esbozo una amplia sonrisa.
La castaña abrió los ojos como platos, al tiempo que se llevaba las manos hacia la boca, impidiendo gritar.
- ¿Hermione? - indagó el ojiverde por lo bajo, a lo que la chica se alejó de el como si tuviera viruela de dragón, y abrió la puerta con rapidez.
- ¡Señor Nostradamus! - Exclamó, ya en el pasillo de la sala - ¡Señor Nostradamus! - en anciano (el cual se encontraba platicando con un colega) la miro inquisidoramente - ¿Qué pasa? - preguntó con calma.
La joven tomó una bocanada de aire, y lo miro con los ojos totalmente desorbitados - Él - fue lo único que pudo decir.
- ¿Quién?
- Él - repitió la castaña, nerviosa y alterada - Ja-James
des-despertó
. ¡James Despertó! - el sanador abrió los ojos, y miro de reojo a su colega.
- Ya vengo - le dijo, haciendo una leve inclinación, luego agarro a Hermione del brazo, arrastrándola lejos de los oídos chismosos - ¿Cómo dices?
La chica se mordió el labio inferior, y tomando aire de nuevo, contestó:
- Me-me encontraba en
en el cuarto de James, cuando
.cuando de un momento a otro abrió los ojos y
y
y dijo mi nombre.
Nostradamus se quedo en silencio - No puede ser - dijo inaudible, para luego abrir la puerta con sigilo. Una vez dentro, lo primero que vio fue la cara de James un tanto desconcertada.
- ¿Quién es usted? - le preguntó el moreno, alzando una ceja.
º*º*º*º*º
Polonia-Ciudad de Varsovia.
- Pasajeros con destino a Londres/Inglaterra, por favor abordar por la puerta 506 - anunciaba una vocecilla melosa por los micrófonos - Repito, pasajeros con destino a Londres/Inglaterra, por favor abordar por la puerta número 506.
- ¡Llego la hora! - exclamó un emocionado Ronald Weasley, levantándose de un salto del asiento.
Luna bufo por lo bajo, al tiempo que movía negativamente la cabeza - Esto es una locura - dijo con sensatez, agarrando firmemente a Dulce - Mira Ron, Por qué mejor no nos olvidamos del cuento este que James Patterson es Harry Potter ¿Si? si quieres, podemos ir a visitar otro día a mi papá, igual siempre lo llamo y
- ¡No! - Aterco el pelirrojo, moviendo la cabeza de un lado a otro - Vamos a ir a Londres para averiguar porque ese tal Patterson se parece tanto a Harry. Y cuando yo me quedo con una duda, no hay poder humano que me la saque de la cabeza - y caminando con paso seguro, se dirigió con maletas y todo hacia la puerta 506.
º*º*º*º*º*º
Bradford, sector de Chonter`s Hutland
- ¿Y cuando nos vamos de aquí? - preguntaba una emocionada pelirroja, a un carirredondo con una amplia sonrisa.
- Pues
- balbuceó Neville, y luego la miro - Hoy mismo si quieres.
Ginny abrió los ojos como platos, y lo abrazó efusivamente - ¡Fantástico! - Exclamó alegre, pero después miro la casa - No, creo que mejor nos vamos mañana a la madrugada. Necesito hacer unas cuantas cosillas con la casa y las pertenencias.
Neville arqueó las cejas - ¿Qué vas hacer? - preguntó curioso. La pelirroja sonrió.
- Pues primero, voy a llamar a una agencia de trasteos muggles para que nos lleven todas las cosas hasta la casa en Londres - le comenzó a explicar - y después, o no, ahora mismo voy a llamar a las mobiliarias y voy a dar en venta la casa - el chico torció la boca en sinónimo de que no le gustaba aquello.
- ¿Por qué vas a vender la casa? - le preguntó el pelinegro, mirando nostálgico el recinto.
- Porque me quiero olvidar que alguna vez vive en este pueblo de porquería - el chico se quedo callado, y agacho la cabeza como un niño regañado.
- ¿Y el dinero? Porque mira que nos vamos mañana y una casa no se vende de un día para otro - la chica sonrió.
- De eso se encarga la mobiliaria, no te preocupes - le comentó su novia, con total frescura - Mira, cuando pongamos en venta la casa le pedimos a la mobiliaria que nos envíen el dinero vía correo a Londres, y asunto resuelto.
El joven asintió lentamente, y vio como su novia subía por las escaleras. Luego recordó como una bala que Ginny le había dicho que se irían en la madrugada, abrió los ojos como platos y movió la cabeza.
- ¿Por qué nos tenemos que ir en la madrugada? - le preguntó el pelinegro, con voz de que no le gustaba eso.
La chica giro sobre sus talones, y lo miro sonriente - Porque al que madruga, dios lo ayuda - y dando un giro de nuevo, subió por las escaleras y se perdió de vista.
Neville se quedo con la boca abierta como un grifo - ¡Mujeres! - Exclamó exasperado - ¿Qué manía tienen en madrugar tanto para irse de viaje? ¡Hay, sinceramente nunca las voy a comprender!
..
ºººººººººº
Liverpool, sector de Pollnew
- Amor, estoy tan emocionado - le comentaba Dean a su esposa Lavender, ya en la habitación - Es que
aun no puedo asimilar que dentro de 9 meses seré papá
es que
es tan
irreal.
- Pues créelo chiquito - le dijo su esposa, sonriéndole ampliamente - Porque cuando el bebé, o la bebita nazca, pues
.creo que los gastos se van duplicar, así que ponte a trabajar duro- Dean abrió la boca en sinónimo de protesta.
- ¿Así que seré el que me ocupe de todos los gastos? - Le preguntó reprochosamente, cruzándose de brazos - ¿Por qué no lo haces tú?
- Porque yo voy a cuidar a nuestro hijo o hija - le contestó la mujer, descaradamente - Además, un niño siempre necesita la figura de su madre en casa, y si no la ve, cojera malos vicios, y yo no quiero eso.
Dean sonrió, y la abrazo - Eso es lo que me fascina de ti - le dijo seductoramente en el oído - Además del dulce aroma a fresas silvestres que emanas todos los días - y comenzó a besarla en el cuello con pasión - ¿Sabes que estoy loco por ti?
- ¿En serio? - Preguntó sorprendida la muchacha, mordiéndose el labio - No lo había notado la otra noche - su esposo rió.
- Pues si, no se que me hiciste, pero me tienes en tus garras - Lavender se volteó y lo miro sensualmente.
- ¡Miu! - Exclamó, pasando sus largas uñas por el rostro del joven - Una gata anda suelta.
Dean sonrió maquiavélicamente - Creo que tendré que atraparla - y abrazándola con fuerza, la atrajo hacia su cuerpo. Se miraron fijamente, para luego fundirse en un profundo beso.
- Te amo - le decía el hombre, desabotonándole la blusa con apuro.
- Cálmate, tigre - le susurro Lavender, pasando su mano por su pecho - No tenemos afán.
El chico asintió, y le bajo la blusa con sorna. Se mordió el labio inferior al ver sus protuberancias, y movió la cabeza.
- Hay Lavender, me mueves muchas cosas al tiempo - le comentó, respirando lentamente. La muchacha sonrió - ¿Así? Que interesante - y besándole el cuello, lo llevo hasta la cama - Ahora, la que manda esta noche, soy yo
******N.D.L.A*********
hOLA: Poco Space, así q cortas palabras: Gracias X losq dejaron Rews, y a los q no =, los kiero a todos, besos,espero q haya sido de su agrado el cap...bye.....besos.
Emma.
º/J*H/º
- ¿Acaso no me recuerda? - preguntó Nostradamus, mirando a James con el ceño fruncido. El peliazabache negó.
Hermione escudriño su rostro, para después soltar un gritito ahogado.
- ¿Qué pasa? - saltó el sanador, mirándola de repente. La castaña tartamudeo, y señalo con el dedo índice el cabello del muchacho.
Nostradamus la siguió con la mirada, y también tuvo que contener un grito por lo que sus ojos proyectaban:
El cabello del hombre moreno de 22 años, ya no era castaño, si no que era
- Azabache - murmuro el viejo sanador, acercándose más a James - No puede ser
pero
es imposible.
- ¿Sucede algo? - preguntó Hermione, la cual ya había salido de su sorpresa, pero le faltaban aun más.
Nostradamus movió la cabeza con negación - No
esto
esto es imposible
no pudo
los libros decían que no se podía.
- ¿De que libros esta hablando? - Quiso saber la castaña, arqueando las cejas - ¿Qué pasa señor Nostradamus?
El viejo se secó la frente con un viejo pañuelo que acaba de secar, y miro fijamente al hombre que tenía en frente.
James levantó una ceja, y lo miro mas desconcertado que antes - ¿Qué? ¿Se le perdió uno igualito a mi, o que?
- Sí - afirmó el anciano, embelesado - Hace cinco años, no solo ami, si no también a todo el mundo magico.
Hermione estaba igual de desconcertada que James, y ambos miraban con sosiego al sanador.
Nostradamus retiro su mirada del rostro de James, para trasladarla hacia el de Hermione.
- Señorita Granger - la llamó con parsimonia - Esto
lo que le voy a contar
es
es un poco extraño
pero
es cierto.
- ¿Qué pasa? ¿Qué me va a contar? - Preguntó la castaña desesperada - Hágale que me estoy impacientando.
Nostradamus inhalo un hondo suspiro, y le indicó a la mujer que se sentara en una pequeña butaca - Lo que le voy a contar no son cuentos de hadas muggles ni nada por el estilo - le comenzó a decir, sentándose también en una butaca - Mire
hace 9 años viaje a Israel porque me necesitaban en el hospital magico de allá, ya que una tribu natal de ese país estaban contagiados con fiebre de dragón. El caso es que viví durante 9 años en Israel, conocí una cultura masifica, llena de misterios y sorpresas. Visite muchos lugares, y leí muchos libros y documentales escritos por magos famosos israelíes, los cuales hablaban sobre la muerte y la vida después de la muerte.
Esos temas siempre me han llamado la atención, pero el que mas atrajo mi atención, fue un libro que el jefe de una Tribu llamada Los Chespenaes Tokkann que traducida a nuestro idioma significa:
Salvamento de almas blancas me dio.
Se trataba de algo increíble, lleno de la magia mas blanca que se puede ver en estos tiempos, con expresiones de amor y afecto.
¿Quiere saber que encontré específicamente en ese libro? - la mujer asintió - Pues bien
todo comenzó el 16 de junio de 1993
.
*******Flash Back*******
Tajan Magín le había regalo aquel libro titulado Almas Blancas cosa que el sanador agradeció mucho.
La muerte y la vida después de la muerte, habían sido las cosas que siempre lo atraían. Con sus fabulosos misterios y todo eso, lo cual lo condujo a que leyera de cabo a rabo aquel amplio y gordo libro.
Contenía información estupenda, llena de conjuros y hechizos que utilizaban los antiguos para proteger las almas de sus familiares cuando cruzaran el más haya, y así no se fueran al limbo, el lazo entre la vida y muerte, donde se dice, penan las almas impuras.
El libro traía un índice de 120 diferentes lecturas, donde se podía apreciar el salvamento de las almas blancas y demás, pero un capitulo que le llamó mucha la atención, fue uno titulado:
Intercambio de almas para una segunda oportunidad
Miro el titulo con inquietud, y sentándose en la mesa, lo comenzó a leer:
Los antiguos magos utilizaban una especie de sección espiritista en el momento en que algún familiar estaba agonizando o apunto de morir. La extraña sección trataba de que dos miembros muy allegados del Casi-difunto, tuvieran que separar las almas de sus cuerpos, para así poder entrar en la conexión que se forma entre el cielo y la tierra, en el momento en que el susodicho estuviera apunto de pasar al segundo bando.
Luego de aquella parte (que se consideraba la mas difícil) tenían que interferir en la conexión para así poder salvar el alma de su familiar, y llevárselo lejos de la muerte.
Esto particularmente lo hacían en las personas que aun no era el día de su muerte, y las cuales se merecían una segunda oportunidad
Nostradamus terminó de leer la primera parte capitulo, y miro con sosiego el techo de su casa.
- Intercambio de almas - dijo por lo bajo, mirando el libro con aplomo. Luego lo abrió en su segunda parte, y continuó:
El salvamento de almas tenía como requisito, que el alma que los familiares extrajeran, tenían que buscar inmediatamente un cuerpo nuevo, para que así el alma no se desintegrara, ya que lo que las mantiene vivas, son la energía de los cuerpos.
Aquel nuevo cuerpo, tenía que obedecer a ciertas características, más sea físicas o internas del susodicho en cuestión. Esto quiero decir, que los familiares del Casi Difunto debían buscar un cuerpo, el cual se pareciera en ciertos aspectos físicos, o si no, en ciertas costumbres o diversiones.
Su tiempo límite era de 45 minutos, y si al cabo de esos 45 minutos no habían conseguido un nuevo cuerpo, el alma se desintegraba, quedando flotando en la tierra para toda la eternidad. Que sería lo que conocemos como almas en pena
El viejo sanador dejo el libro sobre la mesa, y se quedo pensando por varios minutos.
Luego, se le ocurrió una pregunta sumamente descabellada, pero que tenía que ser resulta.
Así que levantándose de un salto, se dirigió hacia la puerta y salió de su casa.
La única persona que le podía resolver su duda, era el Tajan Magín, de la tribu los Chespenaes Tokkann. Para el era muy fácil entrar y hablar con Tajan, ya que todos los nativos lo conocían, y no sacaban sus armas para liquidarlo.
- Tajan - lo llamó, llegando hacia u pequeño pedestal hecho de bambú - Necesito hablar contigo - el Tajen (el cual habla 20 lenguas, entre ellas el ingles) se levantó y lo miro.
- ¿Dime? - le preguntó, escudriñándolo con sus profundos ojos negros.
Nostradamus trago saliva, y continuó:
- Bueno, el libro que
que usted me regalo esta muy interesante
.me gusto mucho la cuestión esa del salvamento de almas
y pues
quería preguntar
si, si almas puras que fallecieron hace tiempo ¿Pueden salvar el alma de un familiar en cuestión? - el Tajan arqueó las cejas.
- ¿Porque la pregunta? - indagó, dejando una copa de oro sobre el pedestal de bambú.
- Porque
- balbuceó el sanador - Porque
.bueno, yo soy muy curioso, y la verdad
.quisiera saberlo, nada más.
El hombre, el cual vestía una túnica negra con visos dorados, sandalias de plata y una corona hecha de ramas de olivo, lo miro fijamente.
- Pues si, puede pasar - contestó, con suma franqueza - Pero
solamente será en caso en donde el susodicho se merezca una segunda oportunidad, actuando así los familiares ya muertos
****Fin del Flash Back****
Hermione se quedo con la boca abierta cuando Nostradamus concluyo con su relato - Y
. ¿Y que tiene que ver esto con
con James? - preguntó, al tiempo que miraba de reojo al joven, el cual estaba con la cabeza ladeada a un lado de la cama.
El sanador suspiro.
- Un día vino un joven de 20 años de edad aquí a San Mungo, traído por un equipo de quidditch - le comentó el anciano - Estaba con una hemorragia en la cabeza muy severa, y era acusa de que dos bludger lo habían golpeado, dejándolo inconsciente al instante.
Se llamaba Charlie Thomson, gran buscador de los Puddlemere United.
Se encontraba con los Montrose Magpie como locales jugando en un partido d quidditch, donde de un momento a otro, las bludger le pegaron en la cabeza.
Aquella hemorragia gracias a merlín la pudimos contener, pero como había perdido tanta sangre, y sus sistemas estaban tan graves, se quedo en como durante 10 largos meses - la castaña se llevo las manos a la boca, impidiendo que un gritito se le saliera - El caso es que el 16 de junio de 1997, a las 17:01 había fallecido - prosiguió Nostradamus - Recuerdo que en esta misma habitación fue donde se quedo mientras estaba en su estado de coma. Cuando falleció, yo me salí de la habitación para informarles a los familiares que hicimos todo lo posible, pero Charlie ya había pasado a mejor vida.
El hecho es que en esos tiempos una sanadora en práctica llamada Cleer de la Vela, salió del cuarto toda asustada, diciéndome que cuando iba a tapa el cuerpo, vio con claridad como se movía; por supuesto yo no le pude creer, porque los muertos nos resucitan, pero igual la acompañe para verlo con mis propios ojos, y en efecto, cuando me acerque a la cama, puede ver que el cuerpo se movía, pero cuando lo destapamos ya no se encontraba Charlie Thomson, si no otra persona - Hermione abrió aun más la boca.
- Y
¿Y quien se encontraba en su lugar?
Nostradamus tragó saliva, y se quedo callado por varios minutos. Hasta que recordó por fin como hablar, continuó:
- El que se encontraba en su lugar
era
era
.era Harry Potter.
- ¿¡QUÉ!? - Exclamó la ojimarron, levantándose de u salto de la butaca - ¿Co
como
.como así? ¡No entiendo!
- Tranquilícese - le aconsejó el sanador, levantando las manos - Mire, yo también me sorprendí mucho, pero
pero luego recordé aquel libro.
- ¿El libro que me hablo hace un momento?
- Si, el mismo - le confirmó Nostradamus - Sabía que era una locura, pero no tenía otra explicación. Hice rápidamente una hipótesis en mi cabeza cuando le vi los ojos verdes esmeraldas al nuevo paciente, y comprendí que el salvamento de almas se había empleado.
Ahora era el turno de Hermione para quedarse callada, se mordió el labio inferior, y miro hacia el suelo con sosiego.
- Eso
eso quiere decir que
que ¿Que Harry esta vivo? - preguntó casi expectante.
Nostradamus asintió lentamente.
La chica abrió mas la boca, y varias lagrimas salieron por sus ojos - Eso
es decir
Harry
no
.no esta
. ¡díos mio! Y
¿Y donde esta ese tal Charlie Thomson? Ósea
quiero
quiero hablar con el
- Una vez entendí lo que había pasado, comprendí que Charlie Thomson si había muerto de verdad, pero en su lugar, el alma de Harry Potter había sobrevivido. No le podía decir que el era Harry Potter, porque una vez el Salvamento de Almas se hace, la memoria de (digámoslo así) su anterior cuerpo, desaparece, dejando solo la memoria nueva que otras personas le construyen - al ver la cara de confusión de la castaña, agregó - Eso quiere decir, que tuve
tuve que inventar una nueva vida
y esa nueva vida tiene o tuvo el nombre de James Patterson.
La joven abrió los ojos como platos, y lo miro desconcertada.
- ¿Qué
que quiere
quiere
quiere decir?
Nostradamus giró sus ojos hacia donde estaba el cuerpo del moreno - Que el
el
quiero decir que
no se como demonios paso, pero Harry Potter recupero su pasado perdido
.
El ojiverde no participaba en la conversación, ya que estaba absorto en sus pensamientos. Millones de imágenes volaban por su cabeza, como una bala, y lo confundían poco a poco.
Noto que alguien lo estaba mirando, así que giró su cabeza y se choco con los desorbitados ojos de una jovencita pelicastaña.
- Ha
¿Harry? - tartamudeó la chica, el moreno arqueó las cejas.
- Qué
¿Qué paso Hermione? - la mujer pegó un gritó ahogado, tapándose una vez mas la boca con sus manos.
////////////////
11
Volviendo a empezar
Londres/Inglaterra.
Hora local: 2:12 PM
El viento viajaba de una manera inusual, y unas cuantas gotas de lluvia caían sobre la cara de los apresurados peatones.
A finales de mes se podía observar que el invierno daba aun más su arribo, y que se iba a quedar mucho tiempo de lo esperado.
Explicarle a Harry lo que había pasado, no fue trabajo fácil, pero aun más difícil, fue decirles a el equipo de los Chudley Cannons lo que sucedía.
- ¿Pretenden que les creamos esa historia? - Preguntó una muy desconfiada Catherine, arqueando las cejas - Ósea
es una
.es una locura.
- La Cat tiene razón - exclamó Kevin, el cual estaba sentado en una butaca - ¿Qué James nunca existió, y que en su lugar estaba era Harry Potter? ¡Por favor!
- Pues créelo - le dijo una voz gruesa, saliendo por una puerta de una habitación - Ellos te están diciendo la verdad, igual no hay razón para mentirles.
Kevin y todos los del equipo, incluido Ronald, lo quedaron mirando fijamente.
- Pero si eres la replica de James
- comentó Kelly, la cual lo escudriñaba con la mirada - Es imposible que
- James Patterson nunca existió - hablo Hermione, ahora mucho mas seria - Solo fue un nombre que el señor Nostradamus inventó para protegerlo.
- ¿Protegerlo? - Repitió David, levantando una ceja - ¿Cómo así?
- Una vez el salvamento de almas esta completado - intervino Nostradamus - No puedes decirle a el susodicho la persona real que es, porque todos tus recuerdos han sido borrados, y si le dices la verdad, puedes provocar que se enloquezca o algo peor.
David abrió los ojos como platos, y agacho la cabeza lentamente.
El moreno se acerco a Hermione, y le sonrió. La castaña le devolvió la sonrisa, pero con nerviosismo. Aun estaba en estado de Shock por lo que había pasado
es que
no lo podía creer, pero estaba tan feliz de volver a estar junto a el
.
ººººººººººº
- El vuelo 506 procedente de la ciudad de Varsovia/Polonia, esta haciendo su arribo en estos momentos - comentaba una vocecilla - Repito, El vuelo 506 procedente de la ciudad de Varsovia/Polonia, esta haciendo su arribo en estos momentos, por favor reclamar su equipaje por la puerta número 15.
- ¡2 Días! - Exclamaba un furioso pelirrojo, bajando por las escalinatas del avión - ¡Seguramente aquella vocecilla molesta va a estar en mi cabeza hasta el final de mis días!
- ¡No digas tonterías! - le bramo una rubia entre dientes - Además, ni fue tan largo.
- ¡Si, claro, eso dilo tú! - le espetó el Weasley, bufando por lo bajo - Nunca vuelvo a montarme en un avión muggle.
- ¿De quien fue la idea de venir a Londres? - le preguntó Luna, arqueando las cejas.
- Pero ¿De quien fue la idea de viajar en avión? - la mujer blanqueó los ojos y cargó mejor a su hija.
- Bien, ahora ¿Dónde vamos a dormir? - el joven se quedo parado, y la miro con una sonrisa.
- Este
no se.
Luna lo miro exasperada, y coloco su mano izquierda en la cadera. Ron la miro con temor, porque sabía que cuando la rubia hacia eso, era porque se estaba enfadando.
- Ronald Bilius Weasley, no me digas que no pensaste en eso antes de venir aquí - el hombre se mordí el labio inferior, y la miro inocente.
- Pues
más o menos - contestó, encogiéndose de hombros. Luna bufó con rabia, y blanqueo los ojos.
- Díos, eres sinceramente un caso perdido - exclamó, dirigiéndose hacia la entrada del aeropuerto.
- ¿A donde vas? - le preguntó su esposo, agarrando las valijas con rapidez.
- Pues a casa de mi padre - respondió la chica, y se perdió por la puerta corrediza.
ºººººººº
- ¿Te gusto la casa, amor? - le preguntaba un pelinegro, a una jovencita pecosa ya en la sala.
La muchacha giro sobre sus talones, y lo miro fijamente - ¡Me encanto! - exclamo emocionada.
A las 7:30 de la mañana habían llegado a Londres, y en esos momentos estaban organizando su nueva casa.
Como Neville se lo había dicho, su nuevo hogar quedaba en el centro de la ciudad, muy cerca del cementerio donde habían enterrado a Harry.
- Estoy muy a gusto aquí, muchas gracias Neville - y le dio un corto beso en los labios.
º/H*H/º
- ¡Harry! - lo llamó una voz varonil. El moreno giro su cabeza, y le sonrió al anciano que había pronunciado su nombre.
- Nostradamus ¿Qué pasa? - preguntó, mirándolo fijamente.
El hombre sonrió y le extendió un pedazo de pergamino - Este tu permiso de salida. Por fin te dieron de alta.
El ojiverde abrió los ojos como platos, y agarro el pergamino - ¿En serio? - preguntó, sin podérsela creer - ¡Wow, por fin!
El viejo sanador sonrió más jovialmente, pero luego le dijo muy serio:
- El mundo mágico cree que estas muerto, y supongo que no sería nada fácil entender lo que te sucedió. Por lo tanto, cuando salgas de San Mungo, te enfrentaras a la realidad ¿Estas preparado para eso?
Potter se mordió el labio inferior y fijo su mirada en el suelo, luego de reflexionar un poco, contesto:
- Si puede estar 5 años con una identidad que no conocía, puedo soportar la realidad, además tengo a Hermione - y justo cuando dijo su nombre, la puerta se volvió abrir, y por ella apareció la castaña de ojos marrones que lo embelesaba día y noche.
- El taxi nos esta esperando afuera - le informó, sonriente. Luego se le acerco y le extendió una chaqueta de cuero color caqui - Esta haciendo frío afuera, y además hay mucha gente, y
.pues
- se mordió el labio inferior, y chasqueo la lengua. El ojiverde sonrió, y agarro la chaqueta.
- Bien, entiendo. Me quieres ocultar ¿No? . la castaña movió de un lado a otro su cabeza, pero solo fueron unos pequeños milímetros. El joven sonrió de nuevo.
- No importa, vamos - y colocándose la chaqueta, se alborotó el cabello y le agarro la mano.
La chica suspiro y miro a Nostradamus - Señor Nostradamus, muchas gracias por todo.
El anciano le sonrió - De nada, y cualquier cosa ya sabe en donde buscar - y les guió un ojo.
- Gracias - fue lo último que dijo el joven Potter, antes de salir de la habitación.
- Buena suerte, Harry Potter.
ººººººººº
- Harry - lo llamó Hermione, cuando salieron del hospital - Eh, quiero, quiero que te pongas estos lentes - le dijo algo tímida, mostrándole unas gafas de sol color negra.
El moreno arqueo las cejas - Pero si me los pongo, no podré ver. Hermione movió la cabeza, y sacando su varita la apunto hacia los anteojos de su amigo; en un abrir y cerrar de ojos era de color negro.
- Siempre me sorprender, Hermione - le dijo Harry, sonriente - ¿Vamos? - esta asintió, y se dirigieron al taxi.
ºººººººººº
Un fuerte Ding-Dong resonó en toda la casa Lavengood, y un hombre de ojos azules con unas que otras canas en su cabellera mona, bajo con parsimonia por las escaleras de la gran Mansión del barrio Blue Deep.
- ¡Ya voy, ya voy! - Repetía con cada paso que daba - ¡Vendedores, seguramente son vendedores! - el señor Lavengood odiaba a los vendedores, ya que lo único que le ofrecían eran cremas para las arrugas que en su cara se estaban formando.
Si, Mr Lavengood tenía ya sus años, sobrepasaba los 49, pero no era para tanto. Aun su sistema auditivo estaba como nuevo, y su corazón ni hablar. Pero había que confesar que tanto tiempo trabajando en la Revista el Quisquilloso, había provocado que Mr Lavengood se volviera un poco cascarrabias, por no decir mucho.
- ¡Advierto, si son vendedores mejor lárguense que no estoy de genio para sus productos! - Exclamó, acercándose a la puerta - Así que mejor
. ¡Luna, Hija!
La rubia le sonrió ampliamente - ¡Papá! - exclamó emocionada, y le dio un fuerte abrazo - ¡Cuánto tiempo!
- Si, ya te estaba extrañando mi hijita - y le di un beso en la frente - Pero mira, estas ya toda una mujer, como correo el tiempo.
- Sí, el tiempo es nuestro peor enemigo, papá - y le dio un beso en su arrugada mejilla.
- Y ¿Donde esta mi hermosa nietesita? - pregunto el señor Lavengood, mirando a todos lados.
Luna sonrió, y giro su cabeza - Ron, ya sal de hay, que mi papá quiere ver a Dulce - le ordeno su esposa.
El pelirrojo (el cual estaba escondido tras un pequeño muero de la casa) asomo su pecosa cara, con Dulce en brazos.
- Amor, sal de hay - le ordenó la rubia entre dientes.
El joven trago saliva, y comenzó a dar pequeños pasos hacia delante.
Seguramente se estarán preguntando ¿Pero porque Ron estaba escondido? Pues simple:
El señor Lavengood una vez que se entero de que su amada hija se iba a casar, pues un diminuto odio se formo en su corazón para con el pobre de Ronald Weasley, y desde hay, cada vez que a la rubia le da por visitar a su querido padre, el pelirrojo sufre, porque sabe que no la va a pasar muy bien donde su querido suegro, ya que como el muy bien le había dicho el día del matrimonio:
- ¡Me arrebataste a mi dulce princesa, y eso nunca te lo voy a perdonar!
Eso por supuesto lo sabía Luna, pero hacia todo lo posible para que su marido dejara de comportarse como un chiquillo de 5 años y enfrentara a su padre como todo un hombre; pero simplemente era imposible.
- Eh
..buenas noches, suegrito - balbuceó tímidamente el pelirrojo, esbozando una forzada sonrisa - ¿Cómo ah estado? - Don Lavengood lo miro fulminante.
- ¿Me permites a mi nieta, por favor? - le preguntó Lavengood como un niño maleducado.
El pecoso asintió con sorna, y le entrego a Dulce. Luego rodó los ojos y se cruzo de brazos.
º/H*H/º
El taxi paro frente a una pequeña casa muy elegante. Luego de pagarle 25 libras, Hermione y Harry bajaron y se dirigieron hacia la entrada.
- ¿Esta es tu casa? - preguntó un sorprendido Potter. La joven asintió.
- Si, la compre cuando regrese de Francia - comento, abriendo la puerta.
- ¿Estuviste en Francia? - La castaña asintió - ¿Y porque?
Hermione se quedo inmóvil, y se mojo los labios con su lengua.
- Pues
- balbuceo nerviosa - Este
no, como mis padres se fueron a vivir haya
pues
ya sabes, quisieron que fuera con ellos y todo el rollo. Además después de tu supuesta muerte, no me quedaron ganas de quedarme aquí en Londres.
Le dolía mentirle a Harry, pero Nostradamus le había dicho que no le podía decir nada de su vida, ya que eso ocasionaría un colapso cerebral, así que tenía que recuperar sus recuerdos por el solo.
- Es linda - opinó el muchacho, examinando la casa - ¿Y vives sola aquí?
- No, vivo con
- Hermione, por fin llegaste. Me llamaron del Ministerio y
.ah
. ¿Ha-ha-ha
.Harry Potter? - el moreno arqueo las cejas y sonrió.
- Mmmm, ¡Hola!
Gruesas gotas de agua se juntaban en todos los alfeizares de las ventanas. Suaves rayos de luz se ocultaban por aquel firmamento grisáceo, y una brisa helada soplaba por toda Europa. El invierno estaba cada vez más cerca, y las vacaciones de los Cannons se venían en sima.
Para el equipo fue extraño aceptar a Harry como el buscador, a pesar de que era la replica del supuesto James Patterson que creyeron conocer. Pero no crean que para el moreno fue sencillo acoplarse con sus compañeros, ya que estaba acostumbrado a sus amigos de Hogwarts, y aquellos personajes le era muy difícil.
Aparte de tener que llevarse bien con los integrantes de los Cannons, tenía que estar ocultando su identidad como si fuera un vándalo o algo por el estilo, ya que (según Hermione) aun el mundo magico no estaba preparado para - seguramente lo que pensaría todo el mundo- la resurrección del famoso Harry Potter.
James Patterson supuestamente seguía aun internado en el hospital, según información que Nostradamus les dio a los medios mágicos. El profeta había publicado sobre un misterioso nuevo buscador que remplazaba a Patterson en los Cannons, el cual lo apedillaban: La misteriosa sombra. Por lo tanto, la identidad de Harry estaba muy bien oculta, aunque en las calles era dificultoso.
- Harry entiende, aun el mundo magico no esta preparado para verte en la sociedad - le repetía Granger por enésima vez, ya en la sala de su casa - Ni me quiero imaginar el escándalo que se formaría si se enteran de que tu estas vivo.
- ¡Pero ya estoy harto, Hermione! - le recalcaba el moreno, una y otra vez - Disfrazarme como si fuera un francotirador o un delincuente me parece absurdo. Además, ¿Qué tiene que el mundo magico se entere de una vez por todas? Es decir, tampoco sería el acabose.
La castaña movió la cabeza negativamente, y chasqueo la lengua - Mira Harry, yo te entiendo - le dijo comprensiva - Pero comprende que el mundo magico no se va a creer el cuento ese del salvamento de almas y todo eso. Estamos en una sociedad que es incrédula, y esas clases de cuento lo tomarían como una burla, y pensarían que tu te escondiste por X o Y motivo, y yo no quiero que se inventen chismes sobre ti. Lo que más deseo y anhelo es tu protección, Harry, y no permitiré que publiquen ridículos artículos hablando patrañas sobre ti.
El moreno se sobo los ojos, e inhalo un hondo suspiro, luego se fue a sentar en el sofá con aplomo. La castaña se mordió el labio inferior, y se fue asentar a su lado.
- Harry, si por mi fuera le gritaría a todo el mundo que estas vivo, pero
no todo el mundo tiene la capacidad de
de entender cosas que no están en su lista de temas - el hombre suspiro de nuevo, para después mirarla fijamente.
- Gracias - fue lo único que dijo, antes de acercar su rostro al de ella.
Hermione miro fijamente los verdes esmeraldas de Potter, y se dejo llevar por la sensación que nacía en esos momentos en su estomago.
Desde que a Harry le dieron de alta en San Mungo, la ojimarron no volvió a probar aquellos provocativos labios rojos, y hoy por fin lo volvería hacer. Después de tanta angustia, de tanto tiempo en pensar que su Harry había muerto, todo aquello moriría con aquel beso.
Sus caras se fueron acercando poco a poco; se podía escuchar el latir de sus corazones a gran velocidad a medida que sus rostros acortaban la distancia. Unos palmos y por fin esos labios una vez más estarían juntos.
Muy corto, tan corto que
No supieron como paso, pero paso, sus labios se fundieron en un apasionante beso. Un beso que comenzaba a sellar todas las heridas de amor que un día se formo en el pecho de una castaña. Un beso que crecía con el palpitar de sus corazones, un beso que se iba convirtiendo poco a poco en un beso magico, protector y lleno de amor.
Un beso que hizo renacer el amor que por tanto tiempo fue arrebatado, un beso que hizo regresar la ilusión y la magia, un beso que hizo agrandar el corazón de dos enamorados
El Baby Shower de Lavender realizado a finales del anterior mes fue todo un éxito, sus antiguos compañeros de Hogwarts asistieron puntualmente al evento, y la o el bebé recibió muchos porvenires.
- Ya voy a cumplir un mes - le comentaba la joven de 22 años a su esposo, en la sala de la casa - Estoy tan feliz.
- Si, y ya es hora de que hagamos una cita con el Obstetra, ¿No te parece? - la mujer asintió lentamente, para luego llevarse las manos a su vientre.
- No puedo creer que dentro de esta cosita esta creciendo una nueva vida, me siento tan
dichosa - dijo con lágrimas en los ojos.
- Sí, seremos los padres más felices del mundo.
*****N,.D.L.A*****
hOLA:
Regrese, y esta vez actualizado más temprano...eso les gusta no?, pues espero q si....
Gracias a los dos rews dejados en el anterior caps....y a los q no dejan, pos = gracias X leer el fict.
Espero q este cap haya sido de su agrado....y ya las cosas se van poniendo picantes....huuuuu
Como el cap una vez fue largo, tuve q cortar una opartesita, así q esperenla en el prox chap Besos y se cdn...
Emma.º*º*º*º*º*º
Corporación Pierre and belle ce Paris, Francia.
Hora local: 9:42 AM
- Señog Dgaco don Thomas quiege hablag con usted - le informaba una peliazul de ojos grises, al platinado en su oficina.
El hombre de cabellera rubia, ojos grises y cuerpo atlético asintió con regocijo - Die q`s un rate me unie un elle - la joven asintió con apresura, y salio de la oficina.
Draco suspiro con aplomo, y levantándose del cómodo asiento que hace un rato ocupaba, salió de su oficina rumbo a la de su Jefe.
Desde que se fue a vivir a Francia, rápidamente consiguió un trabajo como Gerente general de comercio en la empresa de joyería más popular de la capital de la luz, y sin contar la buena amistad que había fraternado con su querido jefe Richard Thomas, que aparte es ingles igual que el.
- ¿Me quería ver, Mr Thomas? - preguntó el rubio, abriendo la fina puerta de madera con mesura.
Un hombre de ojos negros, cabellera castaña (con una que otra cana asomándose) dentadura perfecta y con vestimenta elegante de saco negro y corbata, le sonrió ampliamente.
- Sí, así es - le afirmó su jefe - Te tengo una muy buena propuesta, querido Draco.
El hombre arqueó las cejas, y se fue a sentar en una amueblada silla frente a Richard.
- ¿Una propuesta? - Repitió el aludido, y se mordió la lengua - ¿Qué clase de propuesta?
Mr Thomas sonrió ampliamente, dejando al descubierto la blanquees de sus dientes. Luego estiro su mano derecha y tomo una pila de pergaminos.
- Toma - le dijo, entregándole los pergaminos con mesura. Malfoy levanto una ceja y con desconcierto los agarró.
- ¿Qué esto? - preguntó confuso, mirando los pedazos de papel.
- Lee la primera página y sabrás de que te estoy hablando - le ordenó Richard, señalándole con los ojos los pergaminos.
El platinado partió por la mitad la pila de documento, y dejando una sobre la mesa, tomo la otra y la leyó.
Al término de 15 minutos, se quedo con la boca abierta y estupefacto.
- ¿Y bien? ¿Aceptas? - Draco no sabía que decirle, es que había sido algo muy apresurado.
- Pues
yo - balbuceó, y se mordió el labio inferior, giro sus ojos hacia el suelo, para después quedarse callado.
- Respóndeme - le ordenó Thomas, con los brazos cruzados - Porque si tú no lo haces, otro con más agallas lo hará.
Malfoy suspiro profundo y dejando la primera parte de los documentos con sus hermanas, contestó:
- Sí, acepto Mr Thomas.
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12
The Return:
La mañana del 5 de noviembre amaneció con un cielo gris y nubloso, y auguraba que pronto iba a caer una torrencial lluvia sobre la capital inglesa.
Bajo aquella brisa helada que congelaba hasta los pelos de la nuca, los Chudley Cannons entrenaban arduamente antes de que las vacaciones de diciembre llegasen.
- ¡Una última vuelta y terminamos! - les anunciaba Ronald Rospencer a sus jugadores, con el Bate en mano.
- ¡Eso dijiste hace 45 minutos! - Gritaba a su vez una molesta Catherine Valmont, montaba en su Nimbus 2005 - ¿Vas a decir lo mismo 45 minutos después?
Ronald bufó con exasperación, y tiro el bate al suelo, el cual se partió en dos.
- ¡Si tanto te molesta que entrenemos, pues te puedes ir, eres libre eso! - le gritó de grito en cuello, y luego paso sus gruesas manos por su cabellera castaña.
Catherine abrió los ojos como platos, y se cruzo de brazos - ¡Pues si, me largo, porque prefiero estar en mi casa cómoda como siempre, antes que seguirte viendo la carota de ogro que te mandas! - y sin previo aviso bajo en pique hacia el suelo, y agarrando Nimbus, chaqueta y todo, se perdió de vista.
Los demás jugadores se quedaron callados, y con la boca abierta miraban sorprendidos a Ronald.
- El entrenamiento terminó - puntualizo, bajando hacia el campo. Los demás hicieron lo mismo, pero en vez de ir hacia los vestidores, se reunieron en las bancas del campo.
- ¡Ronald esta loco! - exclamó David, bufando con ira por lo bajo - ¡¿Cómo se le ocurre echar de esa manera a Cat?!
- ¡Sinceramente el no tiene cerebro! - Comentó una molesta Kelly, y se desplomo en la banca - ¿Y ahora que vamos hacer sin una cazadora?
- Supongo que Ronald debe buscar un reemplazo rápido - dijo Kevin, y al igual que Kelly, se desplomo en una banca lateral a la de ella.
- Ronald no pensó, debió haber controlado su ira - opinó Harry, limpiando la manga de saeta de fuego - Catherine es una chica muy explosiva, y eso el lo sabía.
- ¡Claro que lo sabía! - espetó Nathalie, cruzada de brazos - Pero lo que sucede es que Ronald no resiste que Cat le diga la verdad en la cara, por eso le dijo lo que le dijo. Además, desde hace mucho tenía ganas de botarla del equipo.
- Natha tiene razón - concordó Kevin - Ronald es un hombre muy obstinado, y que una chiquilla como Cat le diga lo que verdaderamente es le da rabia.
- Pero lo que me deja pensando - hablo David, luego de varios minutos de silencio. Todos giraron sus cabezas para observarlo - Es ¿Por qué Ronald trata así a su propia hija?
ººººººººººº
El vuelo charter en el cual viajo el joven Malfoy, fue (por así decirlo) agradable, a pesar de que al apuesto mago NUNCA le había gustado las cosas fabricados por muggles.
- Bienvenido a Londres, joven Malfoy - lo saludo una guapa jovencita de asentó burgués, ojos color turquesa, mejillas rosadas, pómulos delgados, cabello azulado y cuerpo de modelo muggle.
- Tú debes ser Amatista ¿O me equivoco? - preguntó el platinado, escudriñando el rostro de la joven burgués. Esta asintió con mucha cortesía.
- Si, soy yo. Sígame que le mostrare las instalaciones de su nueva empresa, y por su puesto su nuevo apartamento. - y con una sonrisa que lo cautivo al instante, la siguió con paso fino.
º*H/H*º
- ¿Por qué vienes con esa cara? ¿Qué te paso? - Le preguntaba una curiosa Granger, a un moreno afligido.
Harry no respondió al instante, solo se limito a sentarse a la mesa y apoyar sus codos sobre el vidrio.
- Por lo que veo no te fue muy bien en el entrenamiento - comentó Samantha, poniendo los platos - ¿Sucedió algo?
- Conmigo no - respondió por fin - Fue con Cat.
- ¿Hablas de la chica de cabello color chicle? - indagó la castaña, recordando su rostro. El joven asintió - ¿Qué sucedió?
- Pues hoy
- y les relato a las muchachas la discusión que tuvieron Ronald y Catherine.
- Y nos enteramos de que es su hija - concluyó con un largo suspiro.
Las mujeres se miraron confundidas, y luego guardaron silencio.
- Pero
. - balbuceó la castaña, haciendo uso de su lógica - Si esa chica no se parece ni pizca a tu capitán ¿Cómo es posible que sean parientes?
- No es de sangre - aclaró el moreno, sovándose las manos - Catherine fue adoptada cuando era muy pequeña por el matrimonio Rospencer. Según lo que nos comentó David ella fue o es muy rebelde, y en varias ocasiones se escapo de la casa de sus padres adoptivos, por lo cual, Ronald llegó a la obligación de enviarla a un Internado en Suiza cuando tenía 13 años, y eso al parecer nunca Catherine se lo perdono.
- ¡Pero que horrible! - Exclamó Hermione, tapándose la boca con sus manos - ¿Cómo un padre le puede hacer eso a un hijo?
- Pero no tuvo más remedio - hablo Sam, la cual veía la conversación muy interesante - Con una hija rebelde yo haría lo mismo.
- Pero si todo se puede solucionar con amor - aterco la castaña, y se cruzo de brazos - Odio a la gente que hace eso.
- Eh, y Catherine luego de salir del internado - prosiguió el moreno, antes de que su novia comenzara alegar por lo que Ronald había hecho - Entro a una universidad de haya de suiza. A pesar de que sus padres le enviaban dinero para que custodiara sus estudios, ella se los devolvía porque decía que no necesitaba de su plata y que ella sola se puede bandear. Por lo cual consiguió un trabajo como secretaria en una pequeña empresa, con el sueldo que se ganaba logro pagar los 6 semestres de ingeniería industrial, y a los 21 años regreso a Londres con la esperanza de ser aceptada en algún empleo; pero como no lo logro, se dio cuenta que necesitaban una cazadora en el equipo de los Chudley Cannons, así que se animo a presentar la prueba y quedo.
- ¿Pero dio la prueba para el equipo sabiendo que su padre era el capitán? - quiso saber la peliindia, curiosa. El ojiverde negó.
- No, cuando fue a dar la prueba el capitán era una muchacha africana, pero la mujer sufría del corazón o algo por el estilo, y a los pocos meses de conformar el equipo falleció, así que la liga internacional de quidditch se vio en la obligación de buscar un reemplazo rápido; como Ronald había jugado en muchos equipos internacionales pues pensaron en el y lo subieron al puesto.
- ¿Así no mas? - Dijo una muy sorprendida Granger - ¿No le hicieron pruebas ni nada?
- Ronald tiene mucha trayectoria, y no era necesario - la joven suspiro exasperada, y blanqueo los ojos.
- El hecho es que cuando Catherine se entero del cambio, quiso salirse del equipo, pero la Liga Internacional de Quidditch no la dejo - concluyó el muchacho con un amplio suspiro.
- Una pregunta, ese chico David ¿Cómo sabía todo eso? - quiso saber Samantha muy intrigada.
- Pues David vivió en Suiza en el tiempo en que Catherine fue llevaba haya, se conocieron y al poco tiempo se hicieron novios - respondió con desden - Pero hace 6 meses terminaron, aun que siguen siendo muy buenos amigos.
- ¿Y el equipo sabía lo de su noviazgo?
- No, porque lo tenían en secreto o algo así. Todos se enteraron el día de hoy.
- ¡Pero insisto! - Exclamó la castaña, levantándose del asiento - Ronald hizo muy mal en enviar a su hija hasta suiza. Razones tiene la pobre para odiarlo tanto - y dando vuelta sobre sus talones, se dirigió hacia la cocina.
º*H/H*º
- Ves, ya llevamos 3 semanas aquí en Londres y aun no sabes nada sobre el misterioso Patterson - alegaba Luna furiosa en la habitación que compartía con su marido.
- Pero yo no tengo la culpa - se defendía a su vez el joven Weasley, dejando a Dulce en la cuna - Si los sanadores no me lo dejan ver, lo tienen más cuidado que león enjaulado.
La rubia bufo exasperada e inhalo un hondo suspiro - Si no es porque papá se siente muy a gusto en tenernos aquí
- En tenerlas - le corrigió el pelirrojo, levantando el dedo índice - Porque lo que a mi respecta
- Bueno, bueno, en tenernos a las dos, no lo pensaría ni un segundo más y regresaría a Polonia.
- Pues yo la paso peor - le aterco el pecoso, sentándose en la cama - ¿O crees que es muy agradable ver la cara de ogro que se manda tu papá cada vez que me ve? Mira que eso no es pasarla bueno.
- ¡Pero bueno! - Exclamó Luna abrazándolo - Entiende que aun papá esta muy sensible por nuestra boda y
- ¡El 16 de octubre cumplimos un año! - Le recordó el pelirrojo, con exasperación - Creo que es tiempo suficiente para captar que ya su hija no es una niña, y que tiene que dejar esos caprichos absurdos.
- ¿Tu aceptarías así no más que tu querida Dulce de los Ángeles se te fuera de las manos? - le preguntó su esposa, muy sería que de costumbre. El hombre chasqueó la lengua y miro el cielo raso con aplomo.
- ¿Ves? Es decir, para un padre siempre es muy difícil despegarse de sus hijos, y más si es mujer.
Ron asintió con lentitud, y movió la cabeza - Pues si, tienes razón pero
es que ¡Si vieras las miradas matadoras que me lanza tu padre! quedaría perfecto para una película del conde Drecula
- Drácula - lo corrigió la rubia con una sonrisa - Pero si hablas con el seguramente todo se solucionara.
º*H/H*º
- ¿Este es mi apartamento? - preguntaba un atónico Draco Malfoy a una jovencita de cabello azulado y ojos turquesa.
- Si, el señor Thomas dijo que quería que el jefe de comercio de la empresa aquí en Londres tuviera todo lo necesario - le comentó la joven con una sonrisa - Y lo cumplió. Este apartamento es todo suyo.
El hombre comenzó a pasearse por la sala, la cual ya estaba amueblada con una mesa de cristal en el centro, un televisor plasma en una vitrina de madera, un equipo de sonido último modelo, y un piso de mármol increíblemente brillante.
Las paredes estaban pintadas de color terracota; un largo pasillo conducía hacia los cuartos, y se podía distinguir al fondo un grande e impecable espejo.
- ¡Wow! Pues, dile a Mr Thomas que este apartamento esta estupendo - dijo el Malfoy muy asombrado.
- Muy bien, entonces mañana espero verlo en la empresa - le dijo Amatista con una sonrisa, y le dio un beso en la mejilla. Dio media vuelta sobre sus talones pero antes de salir por la puerta, volteo y dijo - A y a propósito, yo seré tu compañera de trabajo.
º*H/H*º
Desde que Catherine había salido furiosa del entrenamiento de quidditch de la otra vez, los Cannons entrenaban con una integrante menos. Algunos jugadores (entre ellos Kevin) no le dirigían la palabra a Ronald, otros, lo asediaban cada vez que podían para que se disculpara con Cat.
- ¡Pero por el amor de díos! - Exclamaba Kelly por enésima vez - Ronald ¿Qué te cuesta dejar tu orgullo a un lado y ofrecerle una disculpa a Catherine? - el ojinegro la miro con exasperación, y suspiro moviendo la cabeza de un lado a otro.
- Catherine fue la que tuvo la culpa - dijo tercamente - ¿Quién era la que me molestaba diciéndome tirano y no se cuantas cosas más?
La americana bufó por lo bajo y se fue a sentar hacia las bancas con aplomo.
- Mira Ronald - hablo Harry, luego de varios minutos de silencio - Si no hablas con Catherine saldremos a las vacaciones de invierno muy flojos, y cuando volvamos al campeonato, seguramente perderemos.
El hombre de 39 años no dijo nada, solo se limito a observar sus zapatillas deportivas.
El orgullo de Ronald Rospencer fue más grande que el supuesto amor que le tenía a su hija adoptiva, que el día de la fecha a la salida para las vacaciones de invierno, los Cannons se tuvieron que despedir con un flojo entrenamiento, tal cual se lo había augurado Harry.
- ¡Que tengan lindas vacaciones! - Les deseaba David ya en los vestidores - ¡Y que coman mucha natilla!
- Hay no, eso engorda - bromeo Nathalie, para después soltar la carcajada - No mentiras, si, también les deseo lindas vacaciones y una feliz navidad adelantada.
Todos sonrieron.
- Oye Nata ¿Y vas a ir a algún lado con tu familia? - preguntó Kevin curioso, al tiempo que se abotonaba la camisa.
La ojicafé asintió - Obvio, vamos a visitar a una tía que vive en Colombia.
- Que bien, vas a ir al país donde abunda el mejor café del mundo ¡Súper! - la chica asintió con ligereza.
- Y tu Harry ¿Vas a sacar a tu querida Hermione a pasear? - quiso saber Kelly, la cual ya se estaba poniendo las botas.
El ojiverde se mordió el labio inferior - Pues
no se, tengo que ver - fue lo único que dijo.
Entre risas y preguntas sobre que era lo que iban hacer en esas vacaciones, el equipo se fue arreglando y alistando para descansar por varias semanas de los arduos entrenamientos de quidditch.
- Ahora si ¡FELICES VACACIONES! - Gritó un Kevin muy emocionado ya a la orilla de la puerta - ¡Que la pasen de lujo, y nos volveremos a ver el 3 de enero! - fue lo último que dijo, antes de levantar la mano en sinónimo de Hasta ponto y desaparecer con un plin.
- Creo que yo haré lo mismo - dijo Kelly, colocándose la chaqueta - ¡Hasta enero, chicos! - y al igual que el ojiazul, la americana desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
º*H/H*º
La fuerte lluvia que había azotado a la capital inglesa hace menos de 10 minutos, había formado que en pleno centro los autos se volvieran locos por llegar rápido a sus casas. Los transeúntes ya no estaban respetando el semáforo, corrían por entre los carros en movimiento y se tropezaban unos con otros.
En la ciudad donde la elegancia y el porte reinaban de esquina a esquina, se fue esfumando poco a poco con cada goteron de agua que caía sobre Londres.
Luego de estar casi media hora en aquel tumulto de autos que se había formado en el centro, el ojiverde llegó a su casa y estaciono su chevrolet convertible azul rey.
Bajo del mismo después de agarrar unos papeles, y abrió la puerta con sorna.
Llegó a la sala, y dejando los papeles sobre la mesa se desplomó en su sofá color tierra.
Se zafo un poco el nudo de su corbata, y cerrando los ojos suspiro con alivio.
Ese día se había levantado muy temprano ya que tenía una reunión con un importante empresario de la ciudad. El sueño de Harry de unos meses hacia acá, era formar una empresa de joyería muy destacada.
Por lo cual hablo de ello con David, su compañero de quidditch, y este le recomendó a Zac Afron, catalogado como el mejor empresario de Londres y muy pronto del mundo.
Así que antes de salir a vacaciones contacto al susodicho y juntos organizaron una reunión en la cafetería Silver and Opals.
La idea le gusto mucho a Afron, y le prometió que haría todo lo posible para realizar su proyecto. Aunque la verdad Zac tenía otros planes:
Como había visto en el joven moreno a un tipo de carácter fuerte y emprendedor, vio en el la posibilidad de derrocar de una vez por todas con la corporación Pierre and Belle`ce
º*H/H*º
El platinado miraba aun con asombro la estupenda oficina en la que estaba instalado hacia más de 2 semanas. Todavía no podía creer que todo lo que sus ojos proyectaban fuera suyo, es que era como un sueño echo realidad.
Malfoy no se podía quejar, ya que su oficina era la más grande de todas; una alta columna con una arquitectura magnifica, paredes perfectamente blancas; 2 o 3 retratos de personajes que hicieron historia en la empresa colgados en las mismas; un piso totalmente alfombrado (el cual hacía juego con las paredes, aunque de un blanco un tanto más subido) un escritorio amplio y grande fabricado con la mejor madera traída de Rusia; un sillón cómodo y amueblado; y detrás de este, una inmensa ventana que dejaba al descubierto los fabulosos edificios de la capital inglesa, dejando con ella un pequeño orificio en donde se podía aspirar el clima que sus habitantes emanaban. Les sonreían jovialmente.
Con un suspiro y una ultima mirada a su oficina, salio por la puerta.
Otra puerta fina y elegante se erguía ante el musculoso cuerpo del ojigris (la cual resonaba una pequeña placa de plata, y con finas letras doradas decía: Salón de eventos) Con sorna coloco una mano en la perilla y la giro con sigilo.
Una vez abrió en su totalidad la puerta, esta dejo al descubierto una estancia impecable y abstracta.
Por ser el Salón de eventos era mucho más grande que la oficina del platinado, una mesa larga y rectangular era lo primero que llamaba la atención al que entraba; seguido por paredes impecablemente blancas; piso de madera brillante; retratos y premios pertenecientes a Pierre and Belle`ce y 2 o 3 mesitas de madera cuyo contenido era información importante de la empresa.
- Disculpen la tardanza - se disculpo el joven Malfoy, mirando a los presentes: 6 personas, que según tenía entendido eran los accionistas de la empresa, junto con Amatista Rybben, la Jefa de comercio y finanzas.
- No se preocupe - hablo la mujer de ojos color turquesa - Igual todo acabaron de llegar.
El hombre le sonrió y se quedo mirando esos profundos ojos que día con día le fascinaban más.
- ¿Todos saben porque estamos aquí, no? - preguntó cortésmente, pero sin dejar a un lado su peculiar tono de arrastrar las palabras.
Todos asintieron - Como sabrán, Pierre and Belle`ce es la corporación más importante del continente europeo, nuestras colecciones son muy cotizadas no solo en Europa si no también en Latinoamérica, no ah nacido mujer ni hombre que se resista a nuestras joyas, y no ah nacido empresa que de la talla; y no solo por que tenemos diseños de alta calidad, si no porque vamos al margen con la actualidad, sus creaciones y las necesidades de las personas, y por su puesto nuestras mejores clientas, las mujeres bellas - y miro súbitamente a Amatista - Sabemos lo que ellas y ellos quieren, entendemos que quieren verse novedosos, por lo cual nuestros diseños así lo son - todos asintieron ligeramente por las palabras de Draco - Y todo eso fue lo que me llevo a organizar esta reunión.
Quiero que la empresa crezca, que llegue al medio oriente y seamos reconocidos en todo el mundo entero. Que desde la Patagonia en Argentina hasta el rincón mas bajo de Hong Kong, resuene el nombre Pierre and Belle`ce.
Que los pequeños rivales se estremezcan a nuestra merced, y que todas las personas blancas o de color, utilicen nuestros diseños.
Y para ello vamos a mejorar un ciento por ciento. La calidad de los diseños va a ser mucho mejor de lo que es ahora, consultaremos con los mejores expertos del mundo entero y así estaremos a la vanguardia de todo el mundo.
Seremos los mejores, y eso lo comenzaremos aquí, haremos que todo el mundo tiemble a merced de nuestras colecciones.
º*H/H*º
Un suave golpeteo en la puerta provoco que una castaña pegara un respingo al desconcentrarse en lo que estaba haciendo.
- Siga - indico con fastidio, sovándose la parte de atrás del cuello. Evelyn, su secretaria, apareció por entre la puerta y le sonrió inocente.
- Discúlpame por interrumpirte, Hermione, pero los papeles que me pediste ya están listos - la mujer fijo su mirada en la pila de pergaminos que su amiga llevaba en mano, y sonrió.
- Muy bien, déjalos aquí en sima por favor - le indico, señalándole una parte de su revuelto escritorio. La mujer asintió, y al instante salió de su oficina.
Cuando sintió el cerrojo de la puerta cerrarse tras la rubia, volvió a mirar su columna, y se sumergió en ella.
º*H/H*º
A las 7:45pm el cielo se comenzó a vislumbrar grisáceo, lo que quería decir que una fuerte lluvia venía en camino.
Agarrando su chaqueta del perchero salió de la oficina, paso por el largo corredor que llevaba hacia los ascensores, y con aplomo le hundió el botón de subir cuando estuvo frente a los artefactos.
- ¿Ya te vas? - le preguntó una voz femenina a sus espaldas. El ojigris se estremeció al escuchar esa sensual voz, y con sutileza giro para ver de quien se trataba.
- ¡Amatista! - Exclamó no muy sorprendido - Pensé que ya te habías ido.
- Me quede organizando unos papeles de la empresa - le comentó con una sonrisa - ¿A dónde vas?
El hombre arqueó las cejas - Pues al departamento, obvio - contestó con mesura.
La mujer sonrió de nuevo y lo quedo mirando fijamente. Draco también hizo lo mismo, y por varios minutos sus miradas irradiaban chispas de pasión.
- Qui-¿Quisieras ir hoy al departamento? - le preguntó sin saber lo que hacía.
La mujer abrió los ojos como platos, y esbozo una amplia sonrisa; era como si hubiera estado esperando aquella propuesta.
- Claro, me encantaría - respondió con voz sexy - Pero primero tengo que hacer unas cosillas. Me esperas haya ¿esta bien? - el ojigris asintió, y dándole un beso en la mejilla abordó el ascensor.
Lo último que vio fue los profundos ojos turquesa de la mujer con pómulos rosa que le sonreían con picardía, antes de que la puerta se cerrara automáticamente.
No sabía exactamente lo que le pasaba con Amatista. Cada vez que la tenía cerca sus impulsos se enloquecían en un desenfrenado intento de besarla, tocarla y hacerla suya; aunque ese sentimiento lo sentía cada vez que se cruzaba por su camino una mujer hermosa y de buen cuerpo.
Entendía que lo que sentía siempre (y era muy difícil de controlar) estaba en esos momentos prohibido, ya que Samantha era su novia aunque la verdad el joven platinado únicamente la tenía como un retrato, un retrato que calmaba las ansias de la verdadera mujer que realmente amaba.
A la peliindia no le había comunicado que se encontraba en Londres, y no lo iba a ser. Estaba muy bien con sus amantes de turno, y eso era lo que menos le importaba, que Sam se enterara.
El ascensor paró en seco y un débil timbre resonó dentro cuando las compuertas se abrieron, pasó por el lobby de la empresa y se dirigió hacia la salida. En el parqueadero una fina Toyota último modelo color roja, lo esperaba con elegancia.
Aquella camioneta se la había regalado su jefe principal el señor Thomas, cosa que agradeció mucho, ya que estaba atrayendo a mujeres muy lindas.
Antes de arrancar, miro el cuelo por el espejo retrovisor y movió la cabeza.
- Que bien, va a llover de nuevo - fue lo único que dijo, antes de prender el motor y arrancar hacia su casa.
º*H/H*º
- ¡Lindo día para que el clima decidiera lanzar una llovizna! - reprochaba una furiosa Hermione, saliendo de su oficina con una pila de pergaminos - Malditos del Ministerio, tenían que prohibir hoy el uso de apariciones, justo el día que no traigo carro - camino por el desierto pasillo y abrió con dificultad la puerta. Miro los goterones que se estaban alzando en esos momentos sobre la capital, y resoplo con furia.
- No tengo más remedio - dijo con aburrimiento, sacando la varita del bolsillo de su chaqueta - Impermeable - pronunció apuntando con la punta de la misma la pila de pergaminos. En un abrir y cerrar de ojos, una especie de bolsa transparente los cubrió.
Hermione suspiro y salió al frío clima del mes de noviembre Espero que no valla a nevar pensó con desgano mientras se dirigía a la estación de autobuses.
Espero 5 minutos mientras pasaba un taxi vació, pero al parecer estaban conspirando contra ella, ya que todos pasaban ocupados.
- ¡Primero voy a pescar un resfriado que un estupido taxi pase! - espeto con rabia, caminando hacia el centro de la ciudad. Ese iba a ser un recorriendo bien largo.
º*H/H*º
La lluvia se intensificaba por cada cuadra que pasaba, suspiro con aplomo una vez más, y prendió la radio. La suave música clásica lo relajaba del arduo trabajo que había tenido aquel día, lo relajaba tanto que no se dio cuenta que casi atropella a una hermosa jovencita castaña de profundos ojos marrones.
- ¡OIGA! - Le gritó la mujer, pegándole con la palma de su mano en la cola de la camioneta - ¡Tenga más cuidado, señor! - aquella enojada y molesta voz lo saco de su atontamiento, y movió la cabeza para ver mejor a la joven que se encontraba frente a su auto.
¿Acaso estaba soñando? ¿Acaso sus ojos le estaban jugando una ilusión óptica? No, sus ojos nunca le jugaban cosas por ese estilo. Con sorpresa y aturdimiento, abrió la puerta de la camioneta y se bajo con sorna.
Disminuyó un poco la anchura de sus ojos, y se quedo perplejo al escudriñar con detenimiento el rostro de aquella mujer.
- ¿Hermione? - indago entre la lluvia.
La castaña arqueó las cejas ¿Cómo era que un completo desconocido sabía su nombre? Para resolver su enigma se acerco más al susodicho, y casi se va de espaldas al encontrarse cara a cara con
- ¿Draco
Malfoy?
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Draco y Hermione ya se encontraron ¿Que sucederá?
Pues no se pierdan EL PROX capitulo de: Recuperando el Pasado Perdido.
Besos, y cdts....
13
¿Quién eres tú?:
Aun no podían salir del asombro, estaban sorprendidos porque se habían vuelto a reencontrar después de tanto tiempo, ¿Pero como era posible?
- Gra-Granger - tartamudeó el ojigris - Este
estas empapada. Ven entra, te llevare a tu casa - y acercándose más a ella la agarró del brazo y la condujo hacia la camioneta.
La mujer (aun en su letardo) dejo que el platinado le abriera la puerta y la introdujera dentro del auto.
Una vez estuvieron los dos dentro y lejos de la tempestad que se alzaba sobre sus cabezas, se miraron fijamente.
- Pero si estas hermosa - hablo una vez más el joven Malfoy, mirándola embelesado - Cada día estas más bella.
Tras aquellas palabras, la castaña sacudió su cabeza y lo miro con los ojos desorbitados.
- Pero
¿Qué haces aquí, Malfoy? - le preguntó desconcertada, colocando los informes sobre las piernas. El rubio sonrió con suficiencia.
- Una muy larga historia, mi querida Granger - fue lo único que le dijo, antes de encender de nuevo el motor.
º*H/H*º
- Así te convertiste en un gran empresario y ahora eres el jefe de una empresa que tiene la corporación para la que trabajas - repitió la castaña sorprendida - Interesante.
- Sí, se podría decir - admitió el platinado con vehemencia, luego sonrió - Y ahora cuéntame de ti ¿Qué haz hecho durantes estos largos 5 años? - la ojimarron fijo su mirada en la pila de pergaminos, como si de un momento a otro hubiera renacido en ella un súbito interés por mirarlos.
- Pues
- balbuceó, luego de un corto silencio - No mucho, me fui a vivir a Francia con mis padres, hay conseguí trabajo en una revista y regrese hace 2 años aquí a Londres. Estoy trabajando en el Profeta como Columnista y le sirvo a la comunidad mágica como buena ciudadana - Draco sonrió ampliamente.
- Me alegro, si quiera ya te pudiste sacar de tu mente a Potter - cuando el joven dijo eso, Hermione tosió exageradamente y miro por la ventana - ¿Ocurre algo?
- No, nada - respondió al instante la aludida - Simplemente
pues
- no estaba segura si contarle que Harry estaba vivo o no ¿Que tal que le dijese a alguien? No, mejor dejaría ese asunto cuando se diera cuenta que Malfoy había cambiado del todo, tal cual se lo había comentado.
- ¿Y bien? - la apremió el rubio para que continuara.
- Nada, simplemente me
me ahogué con saliva, es todo - Malfoy arqueó las cejas pero no siguió insistiendo.
- ¿Esta es tu casa? - preguntó sorprendido, al estacionarse frente a una hermosa casa con una verja color café y un pasto muy bien cuidado.
- Si, mis padres la compraron por mi - le comentó la castaña - ¿Quieres entrar?
El hombre iba a decir un alientado: Sí, pero recordó que a su casa iría Amatista, y cuando hacia un compromiso no lo podía romper, ya que era su naturaleza.
- Eh
no, no Granger Gracias, tengo cosas que hacer en mi departamento - se disculpo cortésmente. La mujer asintió.
- Está bien. Hasta luego Malfoy, y gracias por traerme - y cuando iba a abrir la puerta de la camioneta, una mano gruesa y fuerte la detuvo.
- ¿No te vas a despedir de mi? - le preguntó un dolido Malfoy. Hermione arqueó las cejas.
- Ya lo hice, te dije hasta luego y gracias - le recordó la muchacha.
- No, pero no ese tipo de despedidas - Hermione suspiro.
- Mira Malfoy, el hecho de que me hayas traído a mi casa y te hayas comportado tan cortésmente conmigo, no te da el regalo de que me despida de ti como un amigo. Primero tienes que ganarte mi confianza, porque todavía no creo que hayas cambiado. Así que mientras tanto Malfoy, alarguemos distancias ¿De acuerdo? - y dedicándole una última sonrisa, se bajo de la camioneta y se dirigió hacia la entrada de su casa.
Draco la siguió con la mirada hasta que desapareció al cerrar la puerta.
- ¿Confianza? - repitió en un susurro, poniendo una mano sobre el asiento en el que hace unos momentos ocupaba Granger - Muy bien, me ganare tu confianza Granger, más pronto de lo que crees.
º*H/H*º
Una tenue luz iluminaba la pequeña pero acogedora habitación del rubio, y una mujer muy sensual con falda corta y blusa estampada se encontraba tendida en la cama con dosel rojo.
- ¿Sabes que me excitan las mujeres que usan falda? - Le comentó el platinado, acercándosele peligrosamente - Y más las que tienen un cuerpo tan espectacular como el tuyo.
Amatista sonrió coqueta - ¿Así? Entonces ven aprobarme - le dijo sensualmente. Draco paso su lengua por sus gruesos labios fríos, y se sentó en la cama.
- ¿Por donde quieres que empiece? - Preguntó con inocencia, mirando la vestimenta de la aludida - ¿Por la falda o por la blusa?
- Por donde tú quieras - y tras aquellas palabras, Draco se le comenzó acercar y le dio un profundo pero apasionante beso en aquellos labios rosa que hacían juego con sus pómulos. Cuando el oxigeno se esfumo de sus bocas, el platinado retiro sus labios de los de Amatista, y en su lugar paso a su cuello y lo comenzó a besar con pasión, cosa que la ojiturquesa disfrutaba.
A los pocos minutos la blusa de la mujer ya no estaba en su lugar, al igual que la camisa blanca del rubio. A medida que se besaban, Malfoy le comenzaba a desabotonar el sostén a la joven Rybben, y esta le acariciaba la desnuda espalda
- ¿Lo estas disfrutando? - le preguntó el platinado, cuando la hubo despojado de ropa. La mujer miro fijamente aquellos ojos grises, y asintió con lentitud.
- Sí, y mucho - tras aquellas palabras, las manos inquietas de Malfoy bajaron por los protuberantes pechos de Amatista, luego siguieron su recorrido hasta su vientre, para terminar en su rostro.
- Eres hermosa - le dijo con su tono de arrastrar las palabras - Nunca había visto tal belleza. La mujer sonrió, y se dejo llevar por el aroma a menta que emanaba el rubio cada vez que se acercaba a su olfato, se dejo llevar por aquella sensación tan espectacular que su cuerpo le producía.
Y bajo la colcha de una pasión desenfrena, se formo una manta sensual entre dos amantes ocultos.
º*H/H*º
Se desplomo en la cama con aplomo y miro el cielo raso que cubría su casa. Suspiro con vaguedad, y cerro los ojos para que la imagen de aquella hermosa castaña apareciera en su mente. No podía creer como el tiempo pasaba tan rápido, antes era ese tal James Patterson, buscador de los Cannons y gran amigo de Kevin Darwich; y ahora volvía a ser Harry Potter, gran amor de Hermione Granger y recolector de recuerdos.
Aun no recordaba con exactitud los hechos de su vida pasada, pero a medida que los meses transcurrían su mente se volvía cada vez más clara.
Volvió abrir los ojos y al instante se difumino la imagen de Hermione; con sorna se levantó de la cama y se dirigió hacia una pequeña mesita que había al fondo de la habitación.
Agarró una jarra llena de un líquido rojo y la vertió en un vaso de cristal, tomó un sorbo largo hasta que dejo de nuevo el vaso vació, y dejándolo en sima de la mesa salió de la habitación.
º*H/H*º
London Center, Sector de Loserville
Hora local: 11:30 PM.
Una intensa agua nieve se fue formando, luego de aquella tempestad que nació en las horas de la tarde.
Con sorna Ginny Weasley bajo por las escaleras y cerró la ventana, la cual comenzaba a dar molestos golpeteos por culpa del fuerte viento.
- Estupido invierno - espetó por lo bajo, acomodando la cortina. Camino por entre los finos muebles que hace poco habían comprado, y se quedo mirando el suelo con aplomo.
- ¿Hay una mancha? - le preguntó curioso la voz de su novio desde las escaleras. La pelirroja dio un respingo y sonrió.
- No, simplemente me quede pensando - le confeso con mesura.
Neville se le acerco y la abrazo fuerte - Quieres ir a ver a tus padres, ¿Verdad? - la mujer asintió con lentitud.
- Si, pero
no se que pensaría mamá si me vuelve a ver luego de que me comporte de ese modo - Logbottom la abrazo a un más fuerte.
- Creo que Molly se pondría muy feliz al volver a ver a su pequeña hija - opinó el carirredondo - Nada perderías en irlos a visitar.
La pecosa se quedo callada y observo con detenimiento el tapiz de la pared que tenía en frente.
º*H/H*º
La mañana del sábado amaneció fría y con un cielo que auguraba lluvia una vez más. En los pastizales verdes de todos los jardines de las casas de Londres, se podía observar pequeñas motitas de agua por la fuerte lluvia de la madrugada.
Con lentitud, la primera luz del día entraba por la rendija de una ventana. Sin avisar iluminaba toda una habitación, y caía con sorpresa sobre el rostro de un joven moreno.
Tras aquella luz enseguecedora, Harry Potter abrió los ojos con sorna y a tientas agarro las gafas.
Hoy iría a visitar a Hermione, y por ende necesitaba verse más guapo a nunca; así que luego de refrescarse un poco se levantó de la cama rumbo a la ducha.
º*H/H*º
Me levanté sudando frío y me incorpore en la cama con susto. Respiraba con dificultad y mi visión era nublosa, mande mis manos hacia mi frente y me seque aquel líquido salino, que no eran (por primera vez) mis lágrimas.
Suspire con lentitud para aminorar el fuerte dolor de cabeza que se formó en esos momentos, y cerré los ojos con fuerza.
Hace unos momentos había tenido un sueño, o más bien una pesadilla.
Soñé que Harry se me iba otra vez de mi lado (y no era porque se iba a morir o algo por el estilo) Si no que prefería aquella mujer que lo acompaño por tanto tiempo. Si, prefería a Emily, su esposa de hace años.
Al recordar aquella pesadilla mis ojos se cristalizaron, y sin poderme aguantar, solté el llanto. Lloraba desconsolada, no quería que el amor de mi vida se fuera una vez más de mi lado, había sufrido por 5 años, y no quería volver a sufrir una vez más.
La puerta de mi habitación se abrió y alguien se sentó a mi lado.
- ¿Pasa algo, Hermione? - me preguntó una voz femenina, que poco a poco comencé a reconocer. Abrí una vez más los ojos, y observe la borrosa silueta de Samantha.
- ¡Sam! - exclame entre sollozos, para luego tirarme entre sus brazos.
- ¿Qué ocurre? - volvió a peguntar mi amiga, la cual sonaba preocupada.
Dude si contarle o no, pero igual ella había sido la única mano amiga que tuve cuando el mundo estaba en mi contra.
- Tuve una pesadilla - le comente como niña de cinco años, que lloraba en el regazo de su madre luego de haber soñado con el coco - Soñé que Harry se iba una vez más de mi lado, y que era feliz con su
su esposa Emily.
La peliindia se mordió la lengua y me abrazó con fuerza - No te preocupes - me dijo en un susurro - Era solo una simple pesadilla, nada más.
Más tranquila después de aquellas palabras, suspire con alivió y me recosté sobre su hombro.
º*H/H*º
La primera luz de la mañana despertó bruscamente a un platinado el cual dormía placenteramente. Al abrir los ojos con sorna, lo primero que observó fue la cabeza de Amatista recostada sobre su desnudo hombro.
Suspiró con aplomó, y suavemente le acarició el rostro con el dorso de la mano.
Si que es bella pensó con avidez, bajando su mano hacia el hombro de la chica Y tan suave
Por un momento se sintió culpable por haberla utilizado para calmar sus tentaciones pasionales, pero al recordar que estaba en su naturaleza seducir a una mujer bella y luego llevarla a la cama, sonrió con malicia.
Sin despertarla, se incorporo en la cama tratando de hacer el menos ruido posible; luego se dirigió hacia el baño que tenía en la habitación, y se perdió de vista tras cerrar la puerta.
Al entrar a la ducha, cerró la puerta de cristal tras si, y suspiró profundo al tiempo que abría el grifo con mesura.
Incorporó su cabeza en la helada agua. Aquella sensación de frescura lo lleno de mucho animo, y renació en él, el deseó de tener entre sus manos a Hermione Granger.
No podía negar que Amatista era una esplendida compañera pasional, pero el quería a Hermione, y ninguna mujer (ni si quiera la mismísima Reina Isabela) iba a serlo cambiar de parecer.
Sabía perfectamente que tenía novia, la cual la debía amar y respetar, pero sus principios salvajes se lo impedían. Samantha era muy hermosa, pero tenía que aceptar que solo estaba por ella para tener (si quiera en lo físico) la viva imagen de su querida Granger.
Cuando su desnudo cuerpo estuvo cubierto de aquel liquido frío y refrescante, abrió de nuevo la puerta y agarró la toalla.
Al cerrar los ojos, recordó (como en un Video Clip Muggle) la imagen de Hermione, sonriéndole y despidiéndose de el tan formalmente.
- No haz cambiado nada, ¿No mi querida Granger? - dijo a lo bajo, mirándose al espejo - ¿Así que necesitas conocerme mejor? Pues ese será mi objetivo.
º*H/H*º
Al salir de la ducha se dirigió a su armario, lo abrió de par en par y escudriño la ropa que tenía guardada en el.
Tras una pequeña demora, saco unos pantalones de Lino Italiano negros, una camisa azul oscura manga larga, unos zapatos que le hacían juego con los pantalones, y una corbata de tonalidad Azul petróleo. Tras pasarse un fino peine por su alborotado cabello, se miro al espejo y movió de un lado a otro su cabeza, sinceramente aunque había pasado 5 años, aquel pelo azabache seguía siendo igual de rebelde que siempre.
Salió de su habitación rumbo a la cocina, luego tomar un desayuno energético y lleno de vitaminas, tomó su saco del perchero y salió a la fría mañana del sábado.
º*H/H*º
Evelyn salió del cuarto de la castaña 20 minutos después, ya que se quería asegurar de que su amiga se hubiera calmado.
Hermione suspiró profundo y recordó que ese día Harry iría a visitarla, y como un rayo entro a la ducha.
Colocándose una falda blanca, una blusa rosada de mangas largas, unas botas que hacían juego con su blusa, una diadema blanca y maquillaje suave, salió del cuarto.
- ¡Huy, Judiny! - Bromeó la peliindia al verla en el comedor - ¿Por qué te cambiaste tan rápido?
- Porque hoy viene, Harry - se excuso la mujer, encogiéndose de hombros. La chica la miro picaramente, y sonrió.
- Me alegra que su relación este viento en popa - le confesó su amiga - Ojala pudiera decir eso conmigo.
La castaña levantó una ceja, dejando un vaso con jugo de naranja sobre la mesa - ¿Lo dices por Malfoy? - la joven asintió - ¿Pero es que acaso no lo sabes?
- ¿Saber que? - preguntó Sam.
- Pues que Malfoy esta aquí en Londres - le respondió su amiga - Ayer me lo encontré en la calle, dijo que estaba manejando una de las empresas que posee la corporación en donde trabaja - Samantha se quedo estupefacta por un segundo, luego sonrió.
- ¿Ósea que Draco esta aquí, en Inglaterra? - La mujer asintió - Hay pero
.si no me dijo nada. Voy a visitarlo ahora mismo - y dejando su desayuno a medio terminar, le sonrió a Hermione y desapareció con un plin.
La chica suspiro, y agarrando el desayuno que la joven había dejado, lo puso en la mesa.
A los quince minutos, el timbre resonó en toda la casa, lo que provoco el respingó de la castaña.
Creyendo que seguramente era Harry quien estaba tocando, se limpió la boca, lavo los platos con un toque de su varita, y se dirigió al recibidor.
- ¡Hola, Ha
¡¿Draco?! - exclamó sorprendida, al abrir la puerta. La figura varonil que sus ojos proyectaban en esos momentos, no era el cuerpo musculoso del moreno con ojos verdes y cabello azabache, si no el de un platinado, de piel blanca, ojos grises y cabello rubio.
- ¡A mi también me alegra volver a verte, Granger! - Bromeó con ironía, para luego sonreírle - ¿Cómo estas?
La mujer abrió los ojos como platos, y tardo en contestar.
- Eh
este
.bien
pero
. ¿Que haces aquí?
- Vine a visitar a una vieja amiga - le respondió el hombre de sonrisa seductora - Aquí afuera esta haciendo mucho frío, ¿Me dejarías entrar? - Hermione rodeó los ojos y se mordió el labio inferior.
- Pues
este
.eh
- si lo dejaba entrar, Harry llegaría en cualquier momento, y si Draco lo veía se armaría la de Troya. Pero si no lo dejaba entrar, pasaría como maleducada, y eso no lo quería.
- Este
eh
.si. Sí, pasa, pasa - y se aparto para darle paso a su sorprendente invitado.
- Linda casa - opinó el joven Malfoy, analizando el recinto - Es más hermosa de lo que me imaginaba.
La chica le sonrió - ¡Gracias! Pasemos a la sala ¿Te parece? - el platinado asintió.
Una vez estuvieron en la sala, Hermione le ofreció algo de beber a su invitado.
- No acostumbro beber por la mañana - le confesó el ojigris - Pero jamás despreció una invitación de ese estilo, y mucho menos si me la hace alguien como tú - y le guió un ojo.
Hermione carraspeó - Este
.eh
te ofrezco Whisky, Coñac, Champán, Vino, o Vodka, ¿Cuál deseas? - el hombre lo pensó un momento, y luego se fue por el Whisky. La mujer le sonrió, y levantándose de su asiento, se dirigió a la pequeña licorera que tenía a un extremo de la sala; sacó de hay dos copas de vidrió y una botella mediana de Whisky; las llevó a la mesa de centro y las puso en sima.
Luego de vertir una cantidad considerable de licor, le entregó una copa a Malfoy.
- Gracias, muñeca - le agradeció el platinado, mirándola a los ojos seductoramente.
La castaña levantó una ceja y le sonrió.
- Si pretendes conquistarme con tu miradita, estas muy equivocado - le espetó la mujer, sonriente - Eso puede surtir efecto en otras mujeres, pero en mi no.
- Bueno, entonces tendré que utilizar otra técnica - y le sonrió. Hermione movió la cabeza.
- Oye, ¿Por qué no le dijiste nada a Samantha que estabas en Londres? - quiso saber la ojimarron. El rubio dejo la copa sobre la mesa, y se zafó un poco el nudo de su corbata. Suspiró con aplomo para luego responder - Yo
yo no le dije nada porque
porque la verdad ya no siento lo mismo que cuando me ennovie con ella. Desde que se fue de Francia a vivir aquí pues
las cosas cambiaron, nos distanciamos y
y mi corazón dejo de quererla.
- ¿Eso quiere decir que ya no gustas de Sam? - El hombre asintió - ¿Entonces porque estas con ella? - Draco quería decirle: Porque me recuerda tanto a ti, pero se contuvo.
- Porque
.no tengo el valor de terminarle.
- Es mejor que lo hagas - le aconsejó la castaña - Porque luego será peor.
El ojigris giró sus ojos y los fijo en la alfombra azul que había en el piso, como si de un momento a otro hubiera nacido un súbito interés por mirarla.
- Yo le dije que regresaste - hablo la intelectual, luego de breves minutos de silencio - Ya que ella vive aquí, conmigo.
Malfoy dejo de fijar su mirada en la alfambra, para mirar sorprendido a la castaña - ¿Qué hiciste que?
- Que le dije a Samantha que regresaste a Londres - le repitió su interlocutora - ¿No lo podía hacer? - Draco asintió deliberadamente, y luego hizo lo contrario.
- Eh
Si
.digo, no
.digo, no estuvo mal pero
.Yo le quería decir - la ojimarron se mordió el labio inferior, y agacho su mirada - Pero no te sientas culpable, el que tiene toda la culpa soy yo por no haberle dicho nada a Samantha.
En ese momento el timbre de la puerta sonó por segunda vez, y el semblante de la mujer paso de ser un tono fresco y rosa, por uno nervioso y blanco.
- ¿Te encuentras bien? - preguntó el joven Draco, escudriñando su rostro - Te pusiste pálida ¿Ocurre algo? - la chica negó con la cabeza.
- Eh
.no
yo
atenderé - y levantándose del sillón, fue con paso lento al recibidor. Abrió la puerta con sorna y le sonrió al moreno que se encontraba al otro lado.
- Hola amor - la saludo Harry - ¿Cómo estas? ¿Por qué estas tan pálida? - Granger no respondió al instante, ya que se quedo muda mirándolo a los ojos.
Harry arrugo la frente, al tiempo que caminaba hacia la sala - ¿Estas bien, Hermione? - le preguntó por segunda vez, llegando a la sala.
- Mira que tu semblante no es muy
- ¡¿Potter?! - exclamo la voz sorprendida de un platinado desde el sofá.
Harry giró su cabeza para ver quien había pronunciado su apellido, y levanto una ceja - ¿Te conozco? - le preguntó a su interlocutor.
Draco abrió los ojos como platos, estaba sorprendido.
- ¡¿Qué
que demonios haces aquí?! ¡¿No que estabas muerto?!
-------------------------
Hola:
Bueno, primero, kiero ofrecerles disculpas por la demora, es que tuve unos problemas tecnicos con la PC...ustedes comprenden. Pero ya estoy de vuelta, aunq no aseguro q la PC este buena de nuevo, pero =.
Ahora la pregunta del millón:
¿Que sucedera después de este "encuentro" tan....placentero?
¿Draco comentara lo de Harry?
¿Harry lo podrá recordar?
¿Ustedes que creen?
Bueno, para responder a estas y más preguntas...no se pierdan el prox chap.
Cuidense y muchos besos.
Emma.14
La promesa del silencio:
El ambiente en la sala se comenzaba a tornar incomodo a medida que los minutos pasaban. Los presentes se miraban unos con otros, tratando de sacar algunas respuestas.
Malfoy miraba consternado a Hermione, exigiéndole con la mirada una explicación, al tiempo que Harry miraba a su novia, sin poder comprender nada.
La chica se sentía abordada por tantas miradas llenas de cuestiones, y suspirando levantó las manos.
- Harry, ve y siéntate - le ordeno a su novio. El chico asintió como un niño chiquito, sin quitarle la mirada de enzima al platinado.
- Malfoy, tu también haz lo mismo - el hombre ocupo su lugar sin reproches, y miro a Harry.
Hermione acerco la primera silla del comedor que agarro, y se sentó en medio de los dos.
Miro súbitamente a Harry y luego a Draco, después tomó una bocanada de aire y abrió la boca.
- Harry - dijo, mirando al peliazabache - Harry, el es
el es Draco Malfoy - le comenzó a explicar - Estudio en Hogwarts, quedo en Slytherin y fue
bueno
por mucho tiempo nos cargo odio, al igual que nosotros a el - el moreno levanto el entrecejo. ¿Qué se llamaba Draco Malfoy, y que estudio en Slytherin? Pero
¿Por qué no podía recordar nada?
- ¡Espera un momento! - Exclamó el rubio - Primero explícame a mi, ¿Qué hace este imbécil aquí? ¿Volvió a la vida o que?
- No - respondió la aludida - No volvió a la vida Malfoy, ya que nunca falleció - el platinado quedo más confundido que antes.
- No entiendo - le confesó apenado.
La mujer respiró profundo y le comenzó a contar sobre aquel libro que el sanador Nostradamus había leído, sobre el salvamento de almas, y lo que le ocurrió a Harry en el momento de aquella explosión.
- Y por ende no recuerda nada - concluyo la mujer después de varias horas - Poco a poco su mente se esta comenzando a recuperar, pero
.necesita de mucho tiempo.
Malfoy se quedo callado tratando de analizar la información adquirida, luego fulmino con la mirada a Potter.
- Así que Cara rajada volvió a la acción - dijo con despreció, majándose los labios con su lengua - Que interesante. Un héroe nunca muere ¿No es así, Pipotte?
- ¡Malfoy! - Exclamó la castaña, fulminándolo con la mirada - No le digas eso. ¡Me dijiste que habías cambiado!
- Y lo hice - le aseguro el rubio - Solo lo dije para que Potter recordar su vida - y lo fulmino con la mirada - ¿Ya me recuerdas, Potter?
Harry movió la cabeza de un lado a otro, y cerro los ojos. Recordó uno de los primeros sueños que había tenido cuando estaba recuperando su memoria, aquel chico rubio que le sonreía con malicia a uno y miraba con desprecio a otro. Luego, aquella imagen se fue aclarando en su mente, y vio la viva imagen del hombre que estaba frente suyo, con la ecepción de que era 11 años más joven.
- ¡Malfoy! - Dijo entre dientes, mirando con sus orbes ojos verdes, aquellos maquiavélicos ojos grises - ¡¿Qué demonios haces aquí?!
- Eso mismo me preguntó yo - le confesó el platinado - Que lastima que tus padres te dieron una oportunidad, porque ya sin ti todo era diferente.
- Agradezco el estar aquí de nuevo - dijo el moreno, levantándose del sillón - Porque así defiendo lo que es mio - y miro de reojo a Hermione.
Malfoy soltó una sonora carcajada tras ver la mirada de Harry - No, no, no - dijo a lo bajo, tomando su copa - Esa no es la manera de volver a saludar a un viejo amigo - y tomó un sorbo largo de su Whisky - Que maleducado te haz vuelto, Potter.
El moreno bufo con escepticismo, y movió la cabeza.
- Veo que no haz cambiado - dijo entre dientes, con un tono frío - Sigues siendo el mismo mordaz de siempre.
- Y tu el mismo pedante de antes - y se observaron fijamente, sus miradas irradiaban llamas.
- Eh
Malfoy, creo que es mejor que te vallas - le aconsejó la castaña, mirando a ambos.
El platinado asintió, y dando el último sorbo a su delicioso Whisky, dejo la copa sobre la mesa.
- Gracias por todo, Granger - le agradeció el rubio - El trago estuvo exquisito, y la compañía ni se diga. Nos veremos otro día, querida Hermione - y haciendo una pequeña reverencia, le sonrió - Hasta luego, querida princesa.
Hermione se sintió un tanto abochornada por la caballerosidad del joven, que sus mejillas se subieron un poco de tono.
- Te
te acompaño al recibidor - se ofreció la mujer, y luego miro a Harry - Ya vengo, Harry.
El moreno siguió con la mirada a la parejita de amigos, y luego empuño las manos.
- Malfoy, te pido por favor que no comentes nada de lo que viste y escuchaste hoy - le suplicó la castaña - Mira que muy pocos saben lo de Harry.
El platinado asintió - Algo que no soy es soplón, Hermione - le aseguró el chico - Te doy mi palabra que no diré nada, y mira que las promesas de un Malfoy se cumplen.
Hermione sonrió - Gracias - le dijo con mesura, abriéndole la puerta.
- De nada - respondió su interlocutor con pedancia - Nos veremos otro día, Hermione - y se le acercó para darle un beso en la mejilla, y para sorpresa suya, la mujer le correspondió.
- Hasta luego, Malfoy, y gracias de nuevo - se despidió la castaña.
- Por favor, no me digas Malfoy - le pidió el ojigris, mirándola a los ojos - Dime Draco, así como yo te estoy comenzado a decir por tu nombre. La chica sonrió.
- Voy a ver si me acostumbro, Malfoy, perdón, Draco - el hombre mostró su perfecta dentadura - Que tengas lindo día - y dedicándole una última sonrisa, salio por la puerta rumbo a su camioneta ultimo modelo.
Hermione observó hasta que la camioneta viró a la izquierda y se perdió de vista. Cerró la puerta tras esa escena, y giro sobre sus talones.
- Ahora nos tuteamos ¿No? - dijo la voz molesta de Harry, mirándola fijamente. El joven al parecer había estado en el alfeizar del recibidor hace rato, y había escuchado la mayoría de la conversación de los jóvenes.
- Ha-Harry - tartamudeó la castaña - Eh
mira yo te lo puedo explicar.
- ¿Hace rato que son amigos y no me habías comentado? - le preguntó el moreno, mirándola fijamente. La chica negó.
- No, lo
lo volví a ver ayer - le contestó la mujer
Harry abrió la boca - Pues mira nada más, pero si la confianza ya se gana en un abrir y cerrar de ojos, que interesante.
- Mira, Harry, solo estaba siendo cortés con el, nada más - se defendió la castaña - Además, Malfoy es un simple conocido que dice haber cambiado.
- Ahora ya lo llamas por su apellido, hace un momento le decías Draco - le recordó el peliazabache con fastidio. Hermione movió la cabeza de un lado a otro.
- Harry te estas ofuscando por nada. Es mejor que regreses a tu casa y te tranquilices - le aconsejo su novia.
- ¿Me estas echando? - le preguntó el moreno, arqueando las cejas - Claro, me lo imaginaba, me hechas de la casa para quedarte a solas con Malfoy ¿No es así?
La mujer se cruzó de brazos y lo miro sin poder dar crédito a sus palabras - ¿Insinúas que tengo algo con Draco Malfoy? - le preguntó con elegancia. El hombre asintió.
- Sinceramente Harry estás loco.
- ¡Puede que este loco, pero no soy bobo, Hermione! - Le comentó el ojiverde seriamente - Se que tu te traes algo entre manos con ese imbécil.
La chica ya se le estaba comenzado a subir la temperatura - No seas estúpido, Harry, apenas me reencontré con el ayer y
- Y ya lo estas tuteando - le recordó el moreno con rabia - Hermione ya no te hagas la tonta, se que tienes algo con ese tipo.
- ¡Deja de decir estupideces, Harry! - Le espetó la intelectual con ira - Mira, yo no tengo nada con Malfoy, no lo tuve ni lo tendré. ¡Así que sácate esas absurdas ideas de la cabeza!
- ¡No son absurdas ideas! - aterco el ojiverde, mirándola fulminante - Simplemente comentó lo que veo.
- ¡Pues creo que esas gafas necesitan un aumento! - critico la mujer, mirando sus lentes - Porque ven cosas que no son.
Harry bufó por lo bajo y se acomodo mejor el saco.
- ¿Adonde vas? - le preguntó Hermione, al verlo pasar por su lado.
- Tengo ahora una reunión muy importante con Zac Afron, y no me quiero retrasar - le contestó de mala gana - Y como al parecer mi visita no fue oportuna, pues no vemos otro día, si es que mi lugar no lo ocupa Malfoy - y dedicándole una fulminante mirada, desapareció por la puerta dando un portazo.
Hermione se quedo estupefacta en su sitió, mirando el lugar del acontecimiento; luego de reaccionar unos segundos después, abrió la puerta pero Harry ya se había ido.
º*H/H*º
- Señor, Potter - lo saludo un hombre veterano, extendiendo una arrugada pero fuerte mano - Que gusto volver a verlo.
El moreno le trato de sonreír, y observo sus profundos ojos negros.
- ¿Y bien? - Le preguntó Harry - ¿Me va ayudar en mi proyecto? - el hombre de ojos negros, cabellera blanca, un poco más alto que Harry, y postura elegante, asintió.
- En la anterior reunión que tuvimos te dije que te iba ayudar, y también que te iba a conseguir el capital ¿No es así? - el moreno asintió - Pues bien, revisando mis finanzas llegue a la conclusión que el capital voy a ser yo - Harry abrió los ojos como platos, y lo miro sorprendido.
- ¿En serio? - preguntó sin podérsela creer
- Si - le ratificó el hombre - Y me vi en la obligación el día de ayer una vez terminamos de hablar, de buscar varios locales disponibles para realizar su empresa - y sacó una carpeta negra de encuadernada en cuero - Mira, estos son los sitios - y abrió la carpeta, donde debajo de lisos pliegues de plástico fino, se podía observar distintas fotos de elegantes sitios.
- Son muy lindos - confesó el ojiverde, mirando los lugares - Y están ubicados en los mejores sitios de la ciudad.
- Sí, pero el que más me gusto fue este - y dándole la vuelta a la página que estaba mirando, le señalo un gran establecimiento de 8 pisos, con puerta principal y parqueadero privado.
- Posee 356 cubículos, cada uno con una extensión favorable para una empresa catalogada. Hay una sala espectacular para fabricar las joyas, donde cabría sin ningún inconveniente las maquinas productoras. Tiene una sala amplia para las juntas o eventos especiales, varias oficinas para los empleados de alto rango, una sala de óseo, una sala de chequeo y papeleo, una sala de impresión y coloración, una sala de moldestación de joyas, posee varios ascensores fabricados por japoneses, escaleras también, y por supuesto, una sala de presidencia - le comentó el señor Afron - Es la más copada de todas.
Harry se quedo con la boca abierta cuando finalizo las características principales, y luego pregunto el precio.
- Esta entre 663 millones de libras hasta 1.000 millones - le respondió con tranquilidad - El dueño me dio un valor mínimo, que es de 998`689.455 libras esterlinas - Harry se quedo callado.
- ¿Todo ese dinero? - preguntó sorprendido.
- No ofrecen mucho por un establecimiento de 8 pisos, créame - le confesó Zac - Y gracias a díos, porque es el mejor que hay en el momento. Además queda a 20 minutos del centro de la ciudad, y a 12 cuadras de la empresa Pierre and Belle`ce.
- ¿Pierre and Belle`ce? - Repitió sin comprender - ¿Que es eso?
- Es una de las tantas empresas que la corporación Francesa de Joyerías tiene en Europa - le explico el veterano - La de aquí la maneja un tal
Draco Malfoy - al escuchar ese nombre, los ojos se le llenaron de chispas al moreno.
- ¿Draco Malfoy? - repitió incrédulo.
- Si, dicen que es un empresario muy bueno ¿Lo conoce? - Harry asintió lentamente.
- Mas de lo que usted cree, Mr Afron.
º*H/H*º
- ¡Harry es un estúpido! - Decía por enésima vez, una malhumorada Hermione - ¡¿Como demonios se le ocurre pensar que yo podría tener algo con Malfoy?! ¡Es que es tan
! - y bufó con rabia, desplomándose en el sofá de su sala.
- Ya cálmate - le aconsejaba Evelyn, la cual había suspendido una cita con su súper novio por acudir al llamado de su amiga - Hermione, tienes que entender que Harry se ofusco mucho al verte aquí en tu casa con su peor enemigo, ¿O tu no te pondrías así si te lo encuentras con una de sus tantas novias?
La castaña se quedo callada y miro expresiva a la rubia.
- ¡Pues si pero
No me colocaría tan ofuscado como él!
- No, te pondrías peor - le corrigió la mujer, y luego al ver la severa mirada de su amiga, sonrió - Es cierto, Hermione, tienes que admitirlo.
La chica resopló con fastidio y luego se incorporo en el sofá - ¡Esta bien! - aceptó por fin, tapándose el rostro con sus manos - Si, comprendo que Harry se ofusco un poco y que era justo que lo hiciera.
Evelyn sonrió - Me alegro que lo hayas aceptado, ahora el siguiente paso es esperar.
- ¿Esperar? - Repitió la ojimarron sin comprender - No entiendo.
- Si, espera a que Harry te llame o algo, por que algún día se le tiene que pasar esa rabia ¿No crees? - Hermione asintió sin mucho convencimiento, y desplomándose una vez más en el sillón, cerró los ojos.
º*H/H*º
- Amor, ¿Te vas animar por fin hablar con mi papá? - le preguntaba como por senté cima vez la rubia al pelirrojo - Mira que el no come gente.
- Si, claro - dijo mordaz, blanqueando los ojos - A los demás quizás no, pero lo que a mi concierne
- ¡Tampoco! - Le completó Luna severamente - No te va a pasar nada Ron, ¡Por Merlín! habla con el.
El pecoso se sobó el cuello con su mano izquierda, y suspiro con frustración.
- Esta bien - aceptó por fin a regañadientes - Hablare con el, pero después de la cena.
º*H/H*º
- Pero no debiste ser tan rudo con ella, Harry - opinaba Kevin, el cual había estado escuchando al ojiverde hace más de media hora con su súper relato.
- ¡Pero la encontré con Draco Malfoy, mi peor enemigo! ¡¿Cómo quieres que me comportara?!
- Pues en primer lugar, le hubieras dejado explicarte lo que sucedía, y en segundo, no te hubieras sulfurado como lo hiciste - le explicó el ojiazul, mirándolo severamente - La verdad fuiste muy cruel con Hermione.
Harry se mordió el labio inferior y miro el cielo raso de su sala.
- Este
¿Quieres algo de tomar? - le ofreció al instante, para sacar de la conversación el tema de Hermione.
Kevin lo miro, y levantando el entrecejo asintió con torpeza.
º*H/H*º
Con un sabor de satisfacción en sus labios, estaciono su camioneta último modelo en el parqueadero de su empresa; y se dirigió con elegancia y porte hacia la entrada.
- Buenas tardes, señor Malfoy - lo saludo el guarda, haciendo una leve reverencia, al tiempo que abría la puerta.
- Buenas tardes - correspondió con el saludo, entrando por la abertura que se formó al retirar la puerta de cristal.
Camino con porte por el lobby, mientras notaba como todas las mujeres de la empresa lo quedaban mirando con la boca abierta. Sonrió con malicia al contemplar sus rostros Nadie se resiste al poder Draco pensó juguetón, dirigiéndose hacia los ascensores.
Luego de un breve recorrido, el ascensor freno bruscamente en el 5 piso, lugar donde el cual bajo el muchacho.
Al entrar a su oficina, se sorprendió mucho ver sentada en su asiento de presidente a nada más y nada menos que a Samantha Thomson, su novia.
- ¡Samantha! - Exclamó sorprendido - ¿Qué
que haces aquí?
La chica de ojos claros, piel bronceada y cabello liso, le sonrió.
- Nada, Hermione me comentó que estabas aquí en Londres teniendo en tu mando a una de las empresas de la corporación a la que trabajas, y pues decidí visitarte - le comentó la mujer, sonriente - ¿No te agrada?
El hombre la miro desconcertado, y luego sacudió la cabeza como si eso fuera un mal sueño.
- Eh
pues
no es que no me haya agradado
pero
pues - se zafó un poco el nudo de la corbata - Eh
es
fue
inusual encontrarte aquí.
La peliindia se levantó de la silla y se le fue acercando peligrosamente.
- Cuando Hermione me comentó que estabas aquí en Londres, no sabes lo contenta que me puse - le comentó su chica - Y pues
por eso
vine aquí - y le dio un corto beso en los labios - Porque te extrañaba mucho, mi bebé.
Draco carraspeó incomodó, y se alejó disimuladamente de los brazos de Samantha.
- Ah
que bien, si yo también te
extrañaba - aquellas palabras las dijo con un animo.
La chica le sonrió - Me alegró que así fuera.
En ese momento la puerta de la oficina se abrió de golpe, y por ella entro una molesta Amatista.
- ¡Draco Malfoy! - Exclamó al entrar a la oficina, sin hacer reparaciones de quien había en ella - ¡¿Por qué demonios me dejaste sola en el departamento?! ¡¿No pensaste acaso que tu calor corporal me haría falta?!
Draco abrió los ojos como platos y miro nervioso a Samantha.
- ¿Qué tu calor corporal, que? - Preguntó una confundida Thomson - ¿A que se refiere esta señorita con eso, Draco? - el platinado tragó saliva y se mojó los secos labios.
- Pues
- balbuceó el ojigris - Todo tiene una explicación Sam, te lo aseguro.
- Pues claro que tiene una explicación, y la quiero ¡Ahora!
º*H/H*º
- Hermione, ¿Puedo hablar contigo? - le preguntaba la voz de Roger a sus espaldas.
La castaña dio un respingó y giró sobre sus talones.
- Este
si claro, ¿Dime?
Roger carraspeó con incomodidad, y giró los ojos - Pues
me preguntaba si
tal vez
por casualidad
¿Aceptarías ir a cenar conmigo esta noche? - la chica dejó los pergaminos sobre el mostrador de la recepción, y miro expectante al joven.
- Pues
este
Roger es que quede ir a cenar con Evelyn, además mañana tengo que madrugar porque le haré una entrevista a Wilmer Biscontter, y pues
ya sabes que una oportunidad como esa no se desaprovecha por nada - se excuso la mujer con educación - Lo siento Roger, quizás otro día.
El hombre asintió un poco afligido - Esta bien, cuando estés libre me avisas - y dándole un beso en la mejilla, se dirigió hacia los ascensores metálicos.
- ¿Desde cuando acordamos ir a cenar? - preguntó una curiosa voz saliendo por debajo del recibidor - Porque eso nunca lo planeamos ¿O si? - la castaña avergonzada por su mentira, miro con carita de cordero desgoyado a su amiga.
- Es que fue una mentirita blanca que le dije a Roger - se explicó al instante - Porque
pues
- No querías salir con el hijo del jefe, que esta un bombonzazo y tiene mucho dinero - le completó la rubia - Sí, razonable.
- No, no es eso - le corrigió la intelectual - Es que
- No quieres engancharte con alguien porque estas saliendo con Harry, así sea que en estos momentos estén disgustados - le completó por segunda vez, la joven - Si, eso también es muy razonable.
- Roger es lindo - admitió la ojimarron - Pero
no quiero que por esa cita piense cosas que no son. Suficiente tengo con Malfoy para venir con otro.
Evelyn movió negativamente la cabeza - Hay mi Hermy, sinceramente estas echada a la antigua, hay dos bombonzazos detrás de ti y tu decides quedarte con el moreno - reprimió la mujer, moviendo la cabeza - Yo de ti no me quedo con uno, si no con los tres.
La muchacha abrió los ojos como platos - ¡Hay no! Eso no es para mi, no señor.
º*H/H*º
- ¡Ginny! - La llamaba la voz de su esposo, entrando a la cocina - ¿Reconsideraste el hecho de visitar a tus padres? - la pelirroja se mordió el labio inferior y fijo su mirada en los trastes que estaba lavando.
- Pues la verdad
tengo miedo - le confesó la chica, mirándolo fijamente - Tengo miedo a que me rechacen, tengo miedo a que no me reciban en la madriguera, tengo miedo a enfrentarme a mi madre y verle de nuevo la cara después de tanto tiempo, y más luego de lo que le dije.
Su esposo la miro con comprensión - Te entiendo - le aseguró su marido - Pero
tienes que dejar esos miedos atrás y ver adelante, no puedes quedarte resguardada en tu bola de cristal.
La mujer suspiró, y resignada accedió - Esta bien, mañana iremos a la madriguera, pero antes me tendrás que acompañar al centro para comprarles unas cosas a mis padres.
- Te acompaño hasta el cielo si es posible - y dándole un beso en sus labios, el recinto se lleno de armonía.
º*H/H*º
- Entonces en eso quedamos ¿No? - confirmaba la voz de Zac Afron el acuerdo con Harry Potter.
- Si, en eso quedamos - y estrechándole la mano, sonrió con emoción.
- Entonces comenzare a legalizar todos los tramites, y en menos de lo que canta un gallo, abriremos la empresa. Eso si, primero haremos todo lo que comentamos hace unas horas, y verás que cuando abramos la empresa vamos a derrocar a Pierre and Belle`ce - le aseguró el veterano.
Harry asintió con regocijo - Si, eso espero Mr Afron, eso espero.
º*H/H*º
En la oficina del platinado lo único que se podía respirar era: Confusión por parte de Samantha, rabia por parte de Amatista, y temor por parte de Draco.
Hace unas horas lo único que se podía escuchar era el susurrar del viento y los pitos de los carros en las calles, ya que las miradas era lo único que se percibía en la habitación, con el hedor de los diferentes matices.
- ¿Y bien? - Hablo por fin la voz de Samantha, rompiendo aquel incomodo silencio - ¿Me puedes explicar, Draco Malfoy?
El platinado la miro apenado, no sabía que contestarle.
- Yo le puedo responder a su pregunta, señorita - se ofreció la tierna chica de ojos turquesa - Lo que acontece es que su ¿novio? Y yo
pues
ayer tuvimos
¿Cómo decirlo? - se quedo meditando un momento y luego continuó - Una noche de
- ¡NO! - Exclamó un asustadizo Malfoy, interponiéndose entre las dos - Eh
no le vallas a creer lo que esta loca diga, amor.
- ¿Ahora me llamas loca después de que la noche anterior hicimos el amor? - le preguntó una dolida Amatista, mirándolo con odio. Le salían chispas por los ojos.
- ¿CÓMO? - el gritó de asombro de la joven peliindia resonó en toda la desierta oficina - Qué tu
que tu
¡¿Cómo pudiste Malfoy?!
- Mira Amor, eso no es
- ¿Cierto? - le completó Thomson, mirándolo con desprecio - Creí todo de ti, menos esto, Malfoy. Eres una basura
¡UNA BASURA! - y dándole una fuerte bofetada, salió furiosa de la oficina.
Draco se quedo con la mano en la cara por unos instantes, después miro con ira a Amatista.
- ¿Cómo pudiste? - le preguntó entre dientes - ¿Por qué lo hiciste?
- ¡Porque no me respetaste como mujer! - le espetó la peliazul, empuñando las manos - ¡Porque me faltaste al respeto!
- Si tú fuiste la que se acostó conmigo - le recordó el platinado - ¡Yo no te obligue, y no tengo la culpa de que tú seas una cualquiera!
¡BAF!, otra bofetada para el platinado. Draco: 0, mujeres: 10
- ¡Me das asco! - fue lo último que dijo, antes de salir (al igual que Samantha) furiosa de la oficina y dándole un portazo a la puerta.
- ¡MALDITASEA! - exclamó el rubio, dándole una patada a la pared, como si con eso aminorara su ira, pero fue todo lo contrario.
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Hola:
Bueno, gracias DarkGranger por el rew, me alegro mucho q t haya gustado el cap.
Ahora:
¿Q sucederá después de esta pekeña pelea q Hermione y Harry tuvieron?
¿Manfoy se aprovechará de ello?
¿Habrá una reconciliáción?
No se pierdan el proximo capitulo, q va a estar de ataq.
Besos:
Emma.
15
Agrias noticias:
Pequeñas gotas de agua nieve caían débilmente sobre la capital inglesa, provocando que en los alfeizares de todas las ventanas se comenzara a formar un pequeño circulo de agua.
En la sala de la casa de Potter se encontraban dos hombres tomando unas copitas de ginebra, uno lo hacia para aliviar las penas del desamor, y el otro por simple diversión.
- Deberías hablar con ella - le aconsejaba por segunda vez Kevin Darwich, vaciando la tercera ronda del licor en su copa de cristal - Mira que ya va a llegar diciembre y ustedes dos disgustados como que no cuadra.
- ¡Ya dejemos el tema! - Exclamó el moreno exasperado, mojando sus labios con la lengua - Además, ella fue la que tuvo la culpa; y ella es la que debe pedir disculpas no yo.
Kevin movió negativamente la cabeza y se llevo la copa a la boca - Como tú digas - dijo el rubio a lo bajo, pasando su dedo índice por el borde de su copa - Pero luego no te vallas a estar lamentando.
Harry bufó exasperado, y dejando la copa con Whisky sobre la mesa, se recostó en el espaldar del mueble cerrando los ojos.
Kevin rió por lo bajo, y vació otra tanda del licor en la copa.
ºººººººººººº
Desde que Harry y Hermione discutieron, ya había trascurrido una semana y media, tiempo suficiente para que la serpiente se comenzara a ganar a la joven con artimañas bajas y típicas de un Slytherin.
Ese día, el platinado la invitó a desayunar en el café Missu de la cuarta, un sitió vanguardista y muy romántico, lugar prefecto para parejas recientes.
- Supongo que habrás venido mucho aquí ¿No? - le preguntó Malfoy con su tono frío y lúgubre, a la castaña de ojos marrones.
La mujer asintió - Si, casi siempre hago las entrevistas aquí
pero la verdad es la primera vez que estoy con alguien que no es un cliente.
El hombre de ojos grises y sonrisa seductora, sonrió - Me alegro de que yo haya sido el primero - y poso su mano sobre la de la joven.
Hermione miro con aprensión la gruesa y varonil mano del platinado, y la retiro con delicadeza.
- Draco - lo llamó con tono de advertencia - Ya sabes que a mi no me gusta
- Si, ya se - la calló el ojigris - Pero es que no me resisto. La joven carraspeó un tanto incomoda, y suspiro con vaguedad.
- Y
¿Cómo van las cosas con Potter? - preguntó con disimulo luego de varios minutos en silencio - ¿Se han hablado o algo?
La castaña rodó sus ojos y se mordió el labio inferior - Pues la verdad no eh visto ni su rastro desde la vez que salió de mi casa - le confesó con sorna, agarrando un pedazo de servilleta - Y pues
no se que a pasado con el.
El Slytherin sonrió para sus adentro, y suspiró satisfecho - Que lastima - dijo con sensatez muy bien fingida, agarrando un pedazo de pan tostado - Hacen muy linda pareja.
Hermione le sonrió sorprendida. Tal vez Draco sí había cambiado y ya no era la persona mordaz y de mal corazón que conoció hace unos años; tal vez ahora era un nuevo Draco, una nueva persona. Pero es que caras vemos
º*H/H*º
Faltaba un cuarto para la una, y Mr Afron llegó apresurado al café Missu como alma que se lleva el diablo.
- Lo lamento - se disculpo al instante frente a su interlocutor de cabello azabache y ojos verde esmeralda - El trafico en esta época es horrible.
- Lo entiendo - dijo Harry con sensatez - Se lo que es quedarse media hora en un trancón interminable.
Zac le sonrió, y sacando su carpeta de planeación la coloco sobre la mesa.
- Ya el local donde quedará Conceptos esta comprado - le informó el hombre de dentadura perfecta - Lo único que resta es que compremos los muebles y la infraestructura; y por supuesto su firma como jefe de la empresa.
Potter sonrió con malicia - ¿Y cuando comenzaremos con los tramites para conseguir el permiso de exportación hacia Latinoamérica? - preguntó con curiosidad. Su interlocutor le sonrió.
- Mis hombres están en eso, no se preocupe. Por ahora, lo único es que ingenie un plan de negocios y me lo entregue a finales de diciembre - le pidió Mr Afron educadamente - Que de lo demás me encargó yo.
º*H/H*º
Un silencio incomodo reinaba en medio de los dos, y los profundos ojos marrones de la castaña trataban de no chocar con los de el rubio. Hace un momento Malfoy le había preguntado si con Potter todo había terminado, y ella no supo que contestarle.
La razón era que no sabía si seguía queriendo a Harry, ya que después de que discutieron, Malfoy era el único que le subía el ánimo diciéndole que ella valía mucho como para estar derramando lagrimas por el. Muy bien dicen por hay que: Nunca llores por alguien que no merezca tus lágrimas, y el que las merezca no te hará llorar.
º*H/H*º
La época de navidad ya se acercaba, por lo cual todos los centros comerciales de la capital inglesa abrían sus puertas con increíbles y magnificas decoraciones navideñas.
Ese día, Hermione había salido junto con Samantha para comprar algunas cositas que necesitaban para la casa.
Por el gélido viento que en esos momentos se sentían por todo Londres, las jóvenes castañas se colocaron abrigos largos y gruesos, junto con bufandas y guantes que le protegían sus manos.
Sus cabellos danzaban al son del viento, provocando un extraño ensimismamiento de cualquiera (del genero masculino) que se cruzara con ellas. Es que no se podía negar que las dos esbeltas mujeres eran preciosas, por no decir hermosas.
Sus cuerpos bronceados, sus dentaduras perfectas, y sus pechos redondos y torneados formaban hasta el más atrevido deseo.
- No puedo creer la cantidad de gente que hay - dijo una sorprendida Samantha mirando la muchedumbre que se agolpaba por cada paso que daba.
- En épocas decembrinas, son así - le comentó la castaña, ajustándose mejor su bufanda blanca - Si vienes de compras el 15 de diciembre, te aseguro que si sales viva es de milagro.
La peliindia sonrió y entrando junto con su amiga a una tienda de chucherías baratas, se alboroto un poco su castaño y liso cabello.
º*H/H*º
- ¡Estas galletas están riquísimas! - Exclamó Samantha, yendo por su tercera bandeja de galletitas de jengibre - ¿Por qué no me habías traído antes aquí, Hermione?
La castaña le esbozo una amplia sonrisa, y tomando con su delicada y tersa mano la humeante taza de café, se la llevo a los labios.
Luego de saborear el exquisito y exótico liquido colombiano, dejó la taza una vez más sobre la mesa y se mojo los labios con su lengua.
- No te traje porque nunca me preguntaste donde vendían galletitas de jengibre ricas - se excuso la intelectual, con un gesto de inocencia - Si me hubieras dicho algo, te juro que hace años te hubiera traído aquí.
- Creo que tenemos que venir más seguido de compras - opinó Thomson, agarrando una 3 galleta y llevándosela a la boca con elegancia.
º*H/H*º
No sabían si era su magnetismo seductor masculino o simplemente su caminado, pero desde que el rubio y el castaño pisaron Square Garden comenzaron acaparar todas las miradas femeninas. Y es que no era para menos, ya que tanto tiempo jugando Quidditch les había dado su recompensa, y una muy buena.
- Podemos ser modelos ¿No crees, Harry? - Le comentó Kevin burlonamente - Te aseguro que la primera revista que saquemos todo el mundo la compra
o bueno, todas la compran.
El moreno bufo con ironía, y movió la cabeza negativamente - Modelo serás tu, porque lo que a mi respecta
- También - lo cayó su amigo, ajustándose su chaqueta de cuero - Podríamos ganar una muy buena plata.
- No gracias - le espetó Harry sonriente - Yo estoy satisfecho con lo que tengo. Además con el proyecto de mi nueva empresa, pues
ya sabes.
- Si, estas muy ocupado - dijo Kevin imitando una falsa voz de una mujer mayor - Pero lo haríamos como Hobbie.
- Ni como hobbie, ni como medías tardes ni como nada - le advirtió Harry, mirando por entre los vidrios de varias vitrinas - Si quieres, haya tú. Pero a mi déjame sano.
Kevin lo miro de reojo, y entre dientes dijo algo como: - Aguafiestas y bufo por la bajo.
- ¿Y que es lo que necesitas? - le preguntó el rubio con indiferencia.
El moreno se rió por la actitud tan hostil que había tomado su amigo para con el, y movió la cabeza.
- Unos tapices para la ya casi empresa - le respondió con elegancia, deteniéndose frente a un local de tapices rojos y azules - Y creo que llegamos al lugar correcto.
º*H/H*º
- ¿No crees que compraste mucho? - Le preguntó Kevin mirando con aprensión las bolsas - ¿No era que ese tal Afron se iba a encargar de todo?
Harry asintió dejando las bolsas que cargaba sobre una amplia banca de madera - Sí, pero a mi no me gusta recostarme en nadie - le respondió el moreno con elegancia - Oye ¿Quieres un café? - el rubio se le abrieron los ojos como platos y asintió con ligereza.
º*H/H*º
Las dos mujeres estaban tan absortas en una conversación muy interesante sobre escritores muggles muy famosos, que no se percataron de los hombres altos y varoniles que entraron al sitió en donde estaban.
- Es bonito el ligar - comento Kevin escudriñando el recinto - No lo conocía.
- Eso es porque nunca vienes de compras.
- ¿Y tu si? - preguntó el rubio, levantando una ceja. El moreno hizo un gesto extraño con la cabeza y se llevo la taza de café hacia su boca.
- Mi escritor muggle favorito es Edgar Allan Poe - le comentaba Hermione a su queridísima amiga - Es el padre de las novelas de misterio e intriga, y eso me fascina.
- Yo en cambio mi escritor favorito es C.S Lewis. A mi me gusta todo lo que tenga que ver con la fantasía y la magia, por algo soy bruja - y rió por lo bajo.
Hermione movió la cabeza por el comentario de Samantha, y rodó sus ojos.
Comenzó a escudriñar el recinto con detenimiento, cuando sus profundos ojos marrones se detuvieron en un moreno y atractivo rostro masculino el cual conocía a la perfección.
- ¡Harry! - exclamó por lo bajo, sintiendo un fuerte jalonazo en su estomago al ver sus rostro tan alegre y descomplicado.
- ¿Pasa algo, Hermione? - preguntó Samantha al ver lo pálida que la intelectual se puso.
La castaña asintió ligeramente con la cabeza, y haciendo un gesto con los ojos, la peliindia voltéelo con elegancia y miro sorprendida la razón de la palidez de la chica.
- ¿Y si vas y hablas con el? - Opinó la joven, mirándola a los ojos - Mira que es una gran oportunidad.
Hermione negó rotundamente con la cabeza y abrió los ojos como platos - No, ni loca que estuviera. Su amiga bufo con exasperación, y se cruzo de brazos.
- Quien te entiende, por las noches lloras porque quieres aclarar las cosas y estar con el, y ahora te da miedo acercársele - dijo Samantha con ironía - Sinceramente, Hermione
La conversación sobre próximos partidos de Quidditch, se detuvo para que los hombres pudieran saborear el exquisito café que el recinto otorgaba, y en ese lapso de tiempo, Harry casi se atranca con un pedazo de galleta.
- ¿Qué ocurre? - Saltó un asustado Kevin, mirando con los ojos desorbitados a su amigo - ¿Estas bien?
Entro fuertes cof-cof el moreno adquirió la compostura de nuevo, y se acomodo mejor en el asiento.
Luego de unos breves minutos en que su cerebro analizo la proyección de sus ojos, respondió a la pregunta de Kevin.
- Hermione
esta aquí.
El rubio giro su cabeza y mordiéndose el labio inferior lo miro de nuevo - ¡Habla con ella! - Le espetó sin rodeos - ¡Habla y deja que te explique todo!
El ojiverde negó rotundamente y giro sus ojos - No, yo no tengo porque ir a buscarla - dijo con sensatez.
- ¿Puedes dejar tu orgullo a un lado y hablar con ella? - Le preguntó Kevin, el cual se había puesto muy serio - Mira que esta situación de los novios disgustados no me esta gustando.
Harry lo miro de reojo, y luego a Hermione, y con un suspiro se levanto quedando frente a el - Mejor me voy - y dicha aquellas palabras, salió por la puerta de madera.
º*H/H*º
Un silenció espectral reinaba en medio de los dos, y dos corazones locos latían al son del viento.
Samantha y Kevin se las habían ingeniado para que Harry y Hermione se encontraran en un lugar agradable y cómodo y así poder hablar, pero al parecer esa situación para ellos no era cómoda ni mucho menos agradable.
Un silencio torrencial era lo único que hablaba entre ellos, y el susurro del viento era el fondo del hielo.
Muchos pensamientos se cruzaban en esos momentos por la mente de Harry, pensamiento de indecisión y amargura. Pensamientos de no saber que hacer, ni que decir.
Por otra parte, la conversación con Draco aquella noche seguía latente en los recuerdos de la castaña
******Flash Back********
La conversación que hace unos minutos fue tan amena, ahora era fría y torrencial. Un silencio glacial reinaba la sala de la castaña, y lo único que se escuchaba era el crepitar de las llamas consumiéndose.
La pregunta de Draco la dejo sin habla, la dejo en shock.
¿Seguía sintiendo algo por Harry después de lo ocurrido? ¿Había sido un rompimiento definitivo? ¿Lo seguía queriendo? Eran de unas de las muchas preguntas que en esos momentos revoloteaban por la mente de Hermione.
- ¡Respóndeme! - Le exigió el platinado con voz grave - ¿Todo con Potter termino para siempre?
Hermione se mordió el labio inferior, y mirando de nuevo aquellos ojos grises, suspiro.
- Es una pregunta muy difícil de responder, Draco - le dijo la castaña con sensatez - En estos momentos estoy muy confundida; la verdad no se que es lo que estoy sintiendo por Harry, y no quiero darte una respuesta errónea para que después estés sufriendo por mi culpa. Lo único que te digo es que si Harry y yo llegamos hablar, dudo mucho que vuelva a ser todo como antes; la confianza se va flaqueando, al igual que el amor - y conteniendo el impulso de llorar, sonrió - Por lo cual mi respuesta queda a un con los signos de interrogación.
Draco le sonrió con franqueza, y tomando delicadamente su mano la miro a los ojos - Me gusta mucho como eres, Hermione - y dándole un beso en el dorso de la mano, se levantó del sofá y se perdió de vista por el vestíbulo.
******Fin del Flash Back********
Inconscientemente sus miradas se chocaron, provocando el sobresalto de ambos.
Al parecer aquella reacción había sigo el toque para partir el hielo, ya que por fin hablaron.
- Eh
- balbuceó el moreno carraspeando incomodo - Este
eh
y
¿Cómo haz estado?
Aquella pregunta le sorprendió hasta al mismo Harry. ¿Cómo se le ocurre a alguien con cerebro hacer esa clase de preguntas después de una fuerte discución? ¿Es que acaso estaba loco?
Un poco desconcertada sonrió, y sin mirarlo a los ojos respondió con un débil.
- Pues no tengo de que quejarme, la verdad.
El ojiverde carraspeó de nuevo y suspiro con vaguedad.
- Al parecer Samantha y Kevin juntos hacen corto circuito - comentó un apabullado moreno, mirando ensimismado el suelo.
Hermione asintió con convicción - Sí, tienes razón - y una forzada sonrisa se dibujo en sus labios.
Una vez más el silenció reino entre ellos, y la incomodidad fue la invitada de honor.
- ¡Hermione! - la llamó después de unos breves minutos. La castaña se sobresalto por el llamado, pero igual sonrió (aunque forzada) y lo trato de mirar a los ojos.
- ¿Si?
El peliazabache la miro a los ojos pero luego los desvió al suelo, como si las pequeñas hormigas que pasaban por hay estuvieran dando un esplendido concierto.
- Quiero
quiero saber si
si entre
¿Entre tu y Malfoy hay algo? - la ojimarron giró los ojos y movió negativamente la cabeza.
- Solo somos amigos, nada más - contestó con franqueza. El ojiverde la miro de reojo y se mordió el labio inferior, le costaba tanto creerle.
- Te lo dije no con la intención de que me creas - le aclaro Hermione al ver la reacción de Harry - Si no con la intención de poder estar tranquila conmigo misma, ya que me sentía un tanto embargada por el hecho de que esto quedo así.
Harry abrió un poco la boca y la volvió a cerrar, al parecer no tenía nada que reprochar.
- Ah
ya
- fue lo único que dijo antes de quedarse de nuevo callado.
- Bueno, creo que ya quedo todo aclarado ¿no? - Exclamo Hermione levantándose de la banca - Este
creo que mejor me voy. Hasta luego. Harry - y sonriéndole giró sobre sus talones, pero antes de que pudiera caminar unos cuantos centímetros, sintió como unos fuertes brazos varoniles la devolvían.
- No puedo dejarte ir - le aseguro Harry mirándola a los ojos - No puedo dejar de ser tan tonto y perder el amor de mi vida por una estupidez - y sin si quiera preguntarle, le dio uno de lo más profundos y apasionantes besos en la historia de los besos.
º*H/H*º
Grandes y violentas llamas de fuego se alzaban sobre lo que había sido un avión yumbo 406, de America Airlines. Una muchedumbre interminable estaba forma en círculo alrededor del desastre, y varios autos de bomberos se encontraban con sus largas y gruesas mangueras apagando el fuego, antes de que se esparciera por todo el bosque.
La camioneta del Telediario nacional llegó con apuro al lugar de los hechos, y bajándose a toda velocidad, una joven rubia de 24 años más o menos, ojos verdes y pómulos proporcionados, se coloco frente a la cámara que su compañero de color cargaba.
- Muy buenos días - saludó la reportera, sonriendo - Ultimo minutos: Nos encontramos en el bosque Werllyn a 20 minutos de Shefferville (Canadá) donde hace aproximadamente 10 minutos, un avión de la aerolínea America Airlines se estrelló contra unas robustas montañas, ocasionando la perdida de los 530 pasajeros a bordo, y la destrucción del avión.
En estos momentos no tenemos información alguna sobre los nombres de los pasajeros, pero ampliaremos esta noticia dentro de media hora.
º*H/H*º
- ¿Entonces a donde quieres ir a cenar? - le preguntaba Harry a una castaña al otro lado del auricular.
La mujer chasqueo la lengua y se mordió el labio inferior - Pues no se, a donde tu me quieras llevar - le respondió con un cierto tono de indiferencia. El ojiverde sonrió con malicia.
- Muy bien, entonces te recojo a las 8:45 más o menos ¿Está bien?
- De acuerdo - asintió la ojimarron, sonriendo - Entonces aquí te espero - y lanzándole un beso, colgó el teléfono.
Potter dejo el inalámbrico sobre una pequeña mesa de madera que había en la sala, y dirigiéndose hacia el Mini-bar, saco de hay una botella de coñac junto con una copa mediana de cristal.
No era que el moreno se hubiera vuelvo adicto a la bebida, no, nada por el estilo; si no que solamente aquello lo calmaba un poco.
El proyecto de formar una empresa la cual fabricara joyería mixta estaba formándose con mucho éxito, y Harry no podía negar la gran ayuda que Mr Afron le estaba ofreciendo. Lo único que al ojiverde le preocupaba era ¿Qué pasará una vez la empresa este formada y lista para presentarse al publico? ¿Zac Afron lo dejará encargado de la empresa, sabiendo que él era el único que había hecho posible la formación de la misma? Y si así fuese ¿Qué pasará con Pierre and Belle`ce la Corporación que tenía Malfoy al mando?
- Ojala que caía derrocada - murmuro Harry por lo bajo, con un dejo de fastidio en su voz.
Tomó un segundo sorbo de su trago, y pasando su lengua por los labios, miró hacia el vacío
º*H/H*º
El sol caía espléndidamente sobre la pequeña pero reconfortante Madriguera, y dentro de ella, una mujer de rizos rojos, ojos claros y un tanto robusta, supervisaba los distintos utensilios de cocina que cortaban solos la papa, la cebolla y demás.
Chasqueó la lengua una vez el cuchillo terminó su labor con las papas, y sonriendo las vertió en una mediana olla de aluminio. Prendió fuego a la estufa de gas con un toque de su varita, y espero a que el alimento se cocinara.
Se fue a sentar en una pequeña butaca al lado de la ventana, donde por la cual entraban largos y fuertes rayos de luz solar, el cual provocaba que los rizos cabellos rojizos (con uno que otro cadejo de color blanco) dieran un brillo exagerado.
Miró con sosiego cada rincón de la Madriguera, y dio un hondo suspiro.
- El tiempo si que pasa rápido - dijo para sus adentros, deteniendo su mirada sobre las escaleras que conducían al segundo puso - Hace algunos años atrás estaba preparando a mi Bill para su primer año en Hogwarts, y ahora todo un profesional, padre de una pequeña de 4 años, casado con una esposa maravillosa- suspiró de nuevo y metiendo las manos al bolsillo del delantal que traía puesto, sacó un grueso pañuelo blanco, el cual lo utilizo para limpiarse las lagrimas que había salido hacia algunos instantes.
Un olor a aceite cocido le hizo saber que las papas a la francesa estaban listas, y levantándose de la butaca, se digirió hacia la estufa de gas, y apago el fuego.
Estirando un poco el cuello escudriñó el contenido dentro de la olla, y olfateando el olor que las papas emanaban, las retiro de la estufa.
Justo en el momento en que iba a agarrar los trocitos de tomate y cebolla que otro cuchillo había cortado, un suave golpeteó a la puerta llamó su atención. Frunciendo el ceño, se limpió las sucias manos con el mantel blanco floreado, y se dirigió al lugar del ruido.
- ¿Diga? - preguntó con curiosidad, apoyando su oreja frente a la puerta.
Alguien al otro lado se movió un tanto incomodo, y carraspeando, respondió con una voz nerviosa y tartamudeante.
- Eh
soy
soy yo
soy yo mamá
.Ginny.
º*H/H*º
Los profundos ojos azules de Dulce se cerraron al compás de la voz de su madre, quedando dormida entre sus brazos.
- Hola, amor - la saludo su esposo, entrando con precaución en la habitación.
- Hola - le correspondió su esposa con el saludo, dejando con sumo cuidado a su bebe en la cuna - ¿Hablaste por fin con mi papá?
El pecoso asintió un tanto afligido - ¿Y bien?
Ron miro a Luna, y suspirando se fue a sentar en una mullida silla de madera con un cojín muy suave - Pues
- balbuceo - Comenzamos a platicar de cosas y
- se quedo callado por varios minutos, mirando con sosiego la alfombra que cubría el suelo.
- ¿Y? - Lo apremió la rubia, incitándolo a que continuara - ¿Qué paso? ¿Se reconciliaron?
- Y - hablo Ron, suspirando de nuevo - A pesar de que tuve que recibir un sermón de 30 minutos, unas mil recomendaciones y lo mal que se sentía por haberle quitado su única hija, pues ya nuestra relación mejoro si a una buena sonrisa te refieres.
La rubia pegó un pequeño gritito, para luego cubrirse la boca con las manos. Miro de reojo a Dulce, y se balanceó sobre su esposo - ¡No sabes cuando me alegra escuchar eso! - Exclamó con emoción - Sabía que si platicaban iban a solucionar todo.
Ron resopló con aplomo, y dejó que la ojiazul se sentara en su regazo - Y tú no sabes cuando añoro estar solo sin la compañía de tu padre.
º*H/H*º
Draco Malfoy se encontraba en su amplia oficina sentado sobre una amueblada silla leyendo un largo memorándum que no dejaba rastro de entendimiento alguno en su saturado cerebro.
Por un lado estaba la ira que sentía en esos momentos al enterarse de que Harry y Hermione se habían reconciliado, y por otro, la frustración de no haber tenido sexo en las semanas que llevaba al terminar con Samantha. Desde aquel pequeño incidente, pareciera como si todas las mujeres del planeta se hubieran dado cuenta de la basura que era: Ya nadie se le acercaba, cuando trataba de seducir a una bella mujer que entraba a su compañía, todas lo miraban por en sima del hombro y murmuraban groserías por lo bajo, que hubiera asustado a cualquier marinero.
Al comprender que aquel memorándum no le cabía en la cabeza, lo dejo sobre su escritorio al lado del teléfono, el cual no había sonado desde hacia horas.
- Maldito Potter - dijo entre dientes, mirando hacia el vacío - Tu eres el único obstáculo que tengo para acercarme como quiero a Hermione - y empuño la mano - Pero se que esa relación no va a durar mucho, o me dejo de llamar Draco Malfoy.
º*H/H*º
Los ojos de Molly Weasley se desorbitaron por completo al escuchar aquel nombre y aquella voz, y temblando, abrió la puerta con sutileza.
- ¿Gi-Ginny? - indago por lo bajo, mirando sorprendida la sensual figura de la mujer con contornos perfectos que le visualizaban sus ojos - ¿Eres tu?
La mujer que era idéntica a su madre, asintió con torpeza - Si, soy yo
mamá
Tras largos minutos de lloriqueos, abrazos y anécdotas sobre sus vidas (y más de la pequeña Weasley) tomaron el té con galletitas de jengibre (especialidad de la señora Weasley) y suspiraron tras tanto hablar, a las 5:15 de la tarde.
- No sabes lo mucho que te extrañe, pequeña - le dijo su madre, acariciándole el rostro con el dorso de la mano - Desde que te fuiste de la manera que te fuiste
yo
yo quede desbastada.
Ginny se mordió el labio inferior para reprimir un sollozo, y agarró la mano de su madre - Mamá, yo pensé que me ibas a ignorar o no me ibas abrir - le dijo con franqueza.
Molly movió negativamente la cabeza - Como crees que haría eso. a pesar de todo, sigues siendo mi hija, la cual quiero y amo, y
y no podría hacerme la de la vista gorda sabiendo que mi hija de las entrañas vino a visitarme.
- Mamá, lo siento - se disculpo la mujer pelirroja - No sabes lo mucho que haría por retroceder el tiempo y enmendar lo que hice.
- Pero el tiempo no se puede retroceder - hablo Molly, muy sabiamente - Lo único que se puede hacer, es construir el futuro que se cierne hacia el frente - y dándole un fuerte abrazo, le di un beso en el cuello - Te quiero mucho, mi Ginebra
mucho.
º*H/H*º
El avión de America Airlines procedente de la ciudad de Washington D.C y con destino a la capital Británica, había sido totalmente destruido. Los pasajeros a bordo había fallecido, y ninguno había salido ileso.
Los pocos familiares que se enteraron de la noticia, comenzaban a llegar al lugar de los hechos, y revisaban con sumo cuidado la lista negra de los pasajeros muertos.
Una mujer de rasgos africanos, cabello color chocolate, pómulos acentuados, piel tersa (la cual llevaba una bufanda que envolvía el cuello) Se acerco con apuro a una de las miles de las listas.
Busco la sección de los apellidos comenzados por H, y una vez los encontró, comenzó a señalar con su dedo índice cada párrafo que leía:
Holliven Steven.
Holliven Alexandra.
Hortus Caroline.
Hiller Menrrus.
(
.)
Y al final de la interminable lista, un pequeño nombre cayó como una tumba sobre sus ojos:
Hokent`s Dayane Emily
----------------
¿Saben quien es Emily Dayane Hokent`s? espero q si...
Ojala les haya gustado el capitulo
bESOS y abrazos..
Emma.16
Cansado y frustrado:
Querido James:
Se que en estos momentos
Te estarás preguntando porque te estoy
Escribiendo. Pues lo que sucede es que
la verdad la noticia que te voy a informar no es la más agradable de todas, a mi me esta doliendo, y a un no lo eh podido asimilar como es debido.
Ayer un avión de la America Airlines se estrelló contra unas montañas en el bosque Werllyn, cerca a Shefferville, donde el cual todos su pasajeros fallecieron, entre ellos
Emily. Si James, Emily falleció
se que es muy difícil para ti leer esto (Tanto como para mi escribirlo) pero es justo que lo sepas.
Creí que la manera más especial para informártelo sería mediante la lechuza de Emily, fue un tanto extraño para mí utilizarla, pero creo que lo logre.
Ojala no te llegue tarde la carta, y lo lamento mucho.
Los más sentidos pésames
Holly McGuire de Hokent`s
PD: El entierro será el día de hoy a las 6:30PM, en la capital del país, en el cementerio central.
Había echo un gran esfuerzo al leer aquella carta, ya que aparte de estar muy arrugada y sucia (debido a la gran distancia que recorrió la lechuza) las lagrimas de la Señora McGuire habían corrido un poco la tinta, lo que hacia la lectura más difícil aun.
Luego de leerla varias veces, tratando de asimilarla un poco, cerró los ojos y trato de recordar aquel nombre.
Emily pensó con curiosidad, mordiéndose el labio inferior - Me suena
pero
- de un momento a otro, la imagen de una jovencita muy hermosa y con una sonrisa encantadora se le dibujo en su mente, provocando el asalto del joven.
- ¡Emily! - exclamó sorprendido, agarrándose la cabeza - Pero
no
dios mio - dejo la carta sobre la mesa de centro, y agarró su móvil con las manos un tanto sudadas.
- ¿Bueno? - hablo la voz de Hermione al otro lado del celular.
- ¡Hermione! - exclamó el moreno, un tanto alarmado.
- ¿Qué sucede, Hary? - preguntó a su vez la mujer, poniéndose un poco asustada.
- Hermione necesito hablar contigo - le comento su novio - ¿Estas muy ocupada?
La castaña paso sus ojos sobre la pila de pergaminos que tenía sobre su escritorio, pero movió la cabeza - No, no estoy ocupada, ¿Pasa algo?
- En Missu te lo comento, por teléfono no es adecuado - y despidiéndose, descolgó el móvil.
Hermione miró con aprensión el teléfono que tenía en la mano, y se pregunto que era lo que tendría que decirle Harry.
º*H/H*º
Un torrencial silencio reino entre ambos jóvenes, ninguno de los se atrevía a decir palabra alguna.
La castaña carraspeó tras breves cinco minutos, y agarrando la mano de Harry, lo obligo a que la mirara a los ojos.
- Es prudente que vallas, ya que los padres de Emily te consideran su esposo - le hablo con franqueza - Y no ir, denotaría tu falta de interés.
- Pero es que ella no me interesa - admitió el moreno sin rodeos.
- Lo se - le advirtió su novia - Pero piensa que es una amiga, y lo haces por delicadeza.
El ojiverde chasqueó la lengua y puso los ojos en blanco - No lo se - hablo en un susurro, más para si que para ella - Yo
me sentiría muy extraño en un entierro que si mucho se el nombre de la difunta, no más.
Hermione inhalo un hondo suspiro, y apretándole con fuerza la varonil mano del moreno, la levanto con delicadeza.
- Ve, que nada pierdes con ello. Hazlo por cortesía, nada más.
º*H/H*º
Abrochándose con sorna los botones del saco que traía puesto, se acomodo la bufanda de piel y los guantes de cuero.
Agarró su pequeña maleta y miro a Hermione - Aun no se porque tengo que llevar ropa - se quejo, mirando la pequeña maleta de cuero - Si solo asisto al entierro, y me voy.
- Sí, pero uno nunca sabe - se disculpo la castaña - Además, quien quieta que te ensucies la ropa que llevas puesta, y mal presentado no puedes estar.
El hombre movió la cabeza negativamente, y bufo con exasperación.
- Insisto que no debo llevar ropa - dijo a lo bajo.
- El vuelo Express con destino a la capital de USA, por favor abordar la puerta 1515 - anunció una vocecilla chillona - Repito, el vuelo Express con destino a la capital de Estados Unidos por favor abordar por la puerta número 1515.
- Es tu vuelo - le dijo la castaña, quitándole una lanita al saco - Ve.
El moreno le di un profundo beso en los labios, y le acarició el rostro.
- Si no regreso mañana, llama al FBI - le aconsejó su novio, sonriéndole.
- Si no regresas mañana simplemente me aparezco en Washington y te busco hasta en las alcantarillas.
Harry asintió, y dándole otro beso, se digirió hacia la puerta 1515.
La castaña lo quedo observando, hasta que se perdió tras pasar el muelle.
º*H/H*º
En el vuelo Express llegó a las 3:00 de la tarde a Estados Unidos, cosa que le pareció extraña ya que a esa misma hora lo estaba abordando.
- Estupido cambio de horario - refunfuño por lo bajo, mirando su reloj de Sapphire el cual marcaba las 9:00 de la noche, hora Británica.
Acomodándolo a la hora que marcaba un inmenso reloj expuesto en mitad del aeropuerto, se digirió a la parada de Taxis.
Un hombre de color lo subió a un taxi muy buen cuidado, de marca fina y elegante.
- Muy buenas tardes, caballero - lo saludo con cortesía - ¿A dónde desea ir?
- Al cementerio central, por favor - le respondió con aplomo, zafando un poco su bufanda.
- ¿Usted es ingles, verdad? - indagó el taxista, mirándolo por el retrovisor. Harry asintió.
- Sí, ¿Se me nota mucho?
- El asentó de los ingleses es único y muy peculiar - le respondió el taxista, sonriéndole - Y dígame ¿Es usted de Londres?
- Sí, la ciudad más linda del mundo.
- Eso dicen, pero sabe que no estoy de acuerdo - le comentó el hombre, limpiando una pequeña virgencita con un pañuelo blanco. El moreno arqueó las cejas.
- No se ofenda - se adelanto a decir el taxista, sonriéndole - Solamente comento, yo pienso que Londres no es la ciudad más linda del mundo, estoy seguro que la más linda es mi hermosa Cartagena.
- ¿Cartagena de Indias? - preguntó el ojiverde arrugando el entrecejo. El hombre asintió.
- Así, pues si a la estructura de Cartagena se refiere, tiene usted razón.
- El cementerio central - anunció tras unos minutos el negro cómico, sonriente - Son 50 dólares. El moreno carraspeó con molestia, al tiempo que hurgaba sobre el bolsillo de su pantalón.
Sacó de ella una billetera de cuero, e hizo un extraño ruido con la boca - Solo tengo Libras Esterlinas - le comentó al taxista - ¿Le parece bien que le pague con ellas?
El hombre asintió - Si, no hay ningún problema.
Harry saco unos cuantos billetes de la billetera, y sonriéndole, salió del auto.
- Muchas gracias - fue lo último que dijo, antes de que el taxi arrancara.
º*H/H*º
Miro con sosiego la blanca puerta que se erguía ante el, y dando un largo suspiro, la abrió de un golpe.
El cementerio central era enorme, miles de caminos se erguían frete a la entrada principal, y millones de bóvedas (familiares e individuales) era lo único que adornaban el cementerio (sin contar las flores y letreros que cada una contenía)
Camino por un pequeño camino de piedra que conducía a las tumbas en tierra, y suponiendo que ese era el camino correcto, siguió derecho.
Al fondo donde terminaba el caminito de piedra, un corro de gente se alzaba sobre una leve tumba, la cual estaba siendo bendecida por un padre. Con sorna se fue acercando a ella, hasta que llegó y se reunió con la conmoción.
Como no conocía a la madre de Emily (o bueno, no la recordaba) se fue acercando hasta la tumba, al tiempo que sus oídos recibían murmullos de todas las personas.
Algunos que alcanzo a escuchar, era algo así como:
- Es el, el novio de la difunta, pobre, como estará de devastado
- Pero yo me imaginaba a alguien más guapo y elegante
Aquel último comentario le resulto un tanto cómico ¿Esa mujer quería que fuera más guapo y elegante? Pues pedía mucho, porque si así no lo fuera, en Hogwarts las mujeres no hubieran suspirado más de mil veces por el.
Miro con vaguedad la tumba empapada de agua bendita, y cerro los ojos, dispuesto a realizar una oración por la eterna difunta, hasta que una voz elegante lo llamo desde la lejanía.
- James, James, James.
Harry movió la cabeza, y miro hacia ambos lados viendo quien lo había llamado, pero no vio a nadie, hasta que una mujer de rasgos africanos se le acerco.
- Hola, James - lo saludo sonriente - Pensé que no vendrías.
Harry le sonrió como pudo, y levantó una ceja - Eh
si, es que el trafico estaba muy
pesado - se disculpo de inmediato.
La señora McGuire asintió - Si, comprendo. Pero bueno, me alegra que estés aquí - y lo abrazó con fuerza - Cuanto lo siento James, tú más que nadie debes estar sufriendo como nunca.
El moreno le dio unas pequeñas palmaditas en la espalda, y la retiró con delicadeza.
- Eh, si
pero, yo creo que no hay dolor más grande que la perdida de una hija ¿O me equivoco? - la mujer asintió.
- Si, tienes razón.
En todo el entierro hubo lloriqueos, lamentaciones y más lloriqueos, de los cuales Harry estaba harto. No era que no respetara a Emily, si no que le hastiaba estar en algún sitio donde no se sentía cómodo.
A las 5:56Pm, las personas comenzaron a desfilar fuera del cementerio, y Harry agradeció aquella acción.
- Desde que Emily perdió a su padre, había estado muy triste - le comento la señora McGuire - Y por eso se quería ir a Londres, para estar contigo.
- ¿El señor Hokent`s falleció también? - preguntó Harry, un tanto sorprendido.
- Sí, hace un mes. Emily no te quiso comentar nada por no perturbarte, pero te comento que sufrió mucho por su perdida.
- Si me imagino - dijo el moreno más para si que para otra persona.
º*H/H*º
Sus ojos lo único que proyectaban era la oscuridad absoluta que la habitación emanaba. El susurro del viento entraba sigilosamente por la ventana entre abierta, provocando en el joven un escalofrió difícil de describir.
Al verla a ella acostada sobre el suave colchón, sonrió para sus adentros. Y es que se veía tan linda dormida, envuelta en aquella capa de sueños en los que solo ella era dueña.
- Y también yo - dijo a lo bajo, sentándose en el borde de la cama con sorna para no despertarla - También yo soy el dueño de sus sueños - y le acarició con suavidad la tibia y rosada mejilla.
- Hay mi Hermione, no sabes cuanto te amo - y justo en el momento en que sus labios iban a tocar los de ella, un fuerte ruido en la cocina lo impidió hacerlo.
El chico se levante de un brinco del colchón, y sonriendo al ver su rostro arrugarse, desapareció con un plin.
La castaña comenzó abrir los ojos con sorna, y cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad que la habitación emanaba, se puso las pantuflas y dirigiéndose hacia la puerta la abrió con delicadeza.
- ¿Harry? - indago a lo bajo, aun con el entrecejo arrugado. El hombre de fervientes ojos color verde esmeralda, le sonrió.
- Hola amor - dijo en un susurro, dándole un dulce beso en sus labios - ¿Como estas?
- Bien, pero
¿Qué haces aquí? - preguntó la mujer, acomodándose el Baby Door que traía puesto.
- Tome el Avión Express a las nueve de la noche haya en Estados Unidos
.creo que no fue buena idea ¿cierto? - preguntó a lo bajo, mirando su reloj de pulsera el cual marcaba: 4:30Am.
La ojimarron movió la cabeza negativamente - No, no es eso
simplemente me hubieras avisado. ¿Quieres algo de tomar o comer? - el ojiverde asintió con ímpetu.
- Un vaso con agua estaría bien, gracias - la castaña asintió, y desde la cocina le preguntó algo que la tenía un tanto curiosa desde hacia 5 minutos:
- Harry, ¿Cuando llegaste a la casa primero fuiste a mi cuarto? - el peliazabache arqueó las cejas y acomodándose mejor en el sofá movió negativamente la cabeza.
- No amor, en el primer lugar que me aparecí fue aquí en la sala. ¿Por qué la pregunta?
- Pues
porque
- la joven se quedo pensativa un instante para recordar lo que vio o ¿Imagino? Es que no estaba muy segura si la voz de aquel joven tan sensual había sido en su mente o en la realidad - Pues
.no, seguramente estaba soñando - y le entregó el vaso con agua.
El ojiverde recibió el vaso, al tiempo que se acomodaba mejor en el sofá para darle espacio a su novia.
- Hoy me acosté a la 1 terminando una columna que el Profeta va a publicar mañana - le comento Hermione con voz cansada - Y tengo un sueño.
- Pues ve a dormir - le aconsejo Harry acariciándole la mejilla con el dorso de su mano. La ojimarron negó con rotundidad - No, me quiero quedar contigo - afirmó la mujer tercamente.
El moreno dio un resoplido de disgusto y le dijo que se acostara en su regazo.
- ¿Y tu?
- Yo me quedo aquí, vigilando tus sueños - fue lo último que dijo, antes que la castaña cerrara los ojos.
La mañana del 1 de diciembre amaneció tempestuosa y con agua nieve. El frió aire se colaba por las rajaduras de las ventanas de las casas que a pesar de la calefacción se sentían como iglúes; al parecer aquel invierno iba a ser muy fuerte.
Acostada sobre el regazo de un hombre de fervientes ojos verdes se encontraba Hermione Granger, acurrucada y envuelta en una fina sabana blanca.
Harry la miraba embelesado, no podía creer cuan hermosa era, y cuanta suerte estaba teniendo. Le acarició con suavidad la mejilla (la cual estaba fría por el viento que se colaba por la ventana) y sonrió para sus adentros. No había dormido muy bien que digamos, ya que todo el tiempo estuvo vigilando el sueño de su amada, pero eso a este no le importaba en absoluto.
Poco a poco la princesa de sus cuentos de hadas fue abriendo los ojos con sorna, y al encontrarse con la mirada del moreno, sonrió.
- Hola - lo saludo con un tono de total soñoliento - ¿Cómo amaneciste? - el moreno le sonrió.
- Un poco cansado, pero bien - le confesó el joven - ¿Y tú?
- Bien, ¿Qué hora es? - preguntó la castaña, incorporándose en el sofá.
El ojiverde desvió sus ojos hacia el reloj de pared que estaba colgado cerca de las escaleras, y arrugándolos un poco respondió:
- Las siete menos cuarto - Hermione sonrió, y dándole un sutil beso en los labios, se dirigió hacia las escaleras.
- ¿A dónde vas? - quiso saber el ojiverde, observándola irse.
- A la ducha - contestó sin dificultad - Hay personas que todavía trabajan, Harry - y dedicándole una última sonrisa, se perdió por las escaleras.
º*H/H*º
La absorta oscuridad que aun a entradas de la mañana embargaba la habitación, hacia suponer que él no quería recibir alguna visita sorpresa.
Abriendo los ojos en medio de la niebla, movió su cabeza de un lado a otro, tratado de disipar aquel recuerdo tan ironio que su mente cavilaba desde entonces.
Había estado tan cerca de besar aquellos labios, a unos centímetros de tocarlos, pero él lo tuvo que interrumpir.
Como siempre San Potter interrumpiendo todos los planes del platinado, como siempre interponiéndose en la mitad de él y su amada.
- Desgraciado - lo maldijo a lo bajo, provocando un eco en la desierta habitación - Por mi quisiera que te pudrieras en el infierno.
Y tras desear aquello tan macabro (pero no tan lejano de realizar) sonrió maquiavélicamente y salió de la habitación para recibir los primeros rayos del alba.
º*H/H*º
Tras ver salir a la castaña por el ventanal de su casa, suspiró con sosiego dejándose caer sobre el sofá donde había pasado la noche con ella.
Deseaba tanto salir como lo hacia Hermione; salir y dejarse de ocultar bajo harapos y trapos grandes, salir y demostrar su identidad.
La verdad es que se estaba cansando de ocultar su identidad, vivir entre sombras y hacer creer a todo el mundo que Harry Potter estaba muerto. Y es que todo esto lo hacia porque Hermione se lo opinaba, pero ¿No habría otra forma de decirle al mundo que Potter había vuelto?
Con supresa ira y frustración carcomiéndole el alma, se dirigió hacia el Minibar que la castaña tenía en la sala, y sacando de ella una botella de whisky junto con una copa de cristal, se dejo sumergir en los fuertes efectos del licor.
º*H/H*º
Desde que la pelirroja había ido a visitar a su madre, todo en su vida pareciese que hubiese dado un giro de 360º. Al reencontrarse con su padre, sintió una ola de alegría difícil de describir, y es que volver a ver a la familia que por mucho tiempo creyó haber perdido era como sentir volver a nacer. Sí, eso era lo que Ginny estaba sintiendo en esos momentos: Como si hubiese nacido por segunda vez.
- ¿Más galletas, hija? - le preguntaba la rechoncha señora Molly, a la menor de los Weasley la cual ese día había ido con su novio.
- No mamá, gracias.
- Y coméntame, Neville querido, ¿Qué es lo que haces por la vida?
- Bueno, yo tengo mi propia botánica magica donde cultivo platas para experimentos y medicamentos mágicos - le comentó el pelinegro, un poco nervioso por la mirada de alto rencor que su suegra emanaba - Y
bueno, me va muy bien gracias a dios.
- Ginny me comento que la Herbologia era tu asignatura favorita cuando estabas en Hogwarts ¿es cierto? - quiso saber Molly, un tanto curiosa.
Neville asintió - Si, fue y sigue siendo una de mis asignaturas favoritas. A mi me encanta las platas, y por ende alcé la botánica que tengo actualmente.
Molly asintió y chasqueó la lengua con un dejo de impaciencia - Ah, ya
.y coméntame querido Neville, ¿Cuándo te piensas casar con mi hija? Porque ya llevan mucho tiempo conviviendo juntos y ¿No crees que es hora de emprender nupcias? - Logbottom abrió los ojos como paltos y agarrando su taza de té por el mango, se la llevo con nerviosismo a la boca.
Ginny al notar lo nervioso que su novio se había puesto, carraspeó como para que notaran de nuevo su presencia, y mirando a su madre confesó:
- Mamá, es que la verdad a los dos nos gusta la unión libre - y miro de reojo a Neville - Y pues
el tema de casarnos todavía no esta en nuestra agenda.
Molly solo atino a mover la cabeza de arriba hacia abajo, al tiempo que miraba a su hija y a Neville.
- Ah, ya - dijo con ironía, moviendo la cabeza - Así que unión libre. Que bien, así pueden los dos hacer lo que se les plazca ¿No? - ahora era el turno de la pelirroja abrir los ojos como platos, y mirar a su madre con ironía.
- ¿Hacer lo que se nos plazca? - Repitió incrédula, dejando a un lado su tasa con Té - ¿A que te refieres con eso, mamá?- Molly movió de nuevo la cabeza, y sonrió de manera fingida.
- Pues a que como no están casados, los dos pueden ir y venir con quien se les ofrezca en gana
.igual como dijiste tú, es una unión libre - testificó la rechoncha señora, mirando su hija con suprema superioridad.
Ginny empuño las manos, y levantando una ceja abrió la boca para protestar:
- Mira mamá - comenzó, tratando de ser lo más sutilmente posible - El hecho de que tu y papá se hayan casado a los 19 años, no tiene nada que ver con que yo también haga lo mismo. Los tiempos han cambiado, Molly, y ya no son como antes.
La pelirroja, la cual era la viva imagen de la mujer que estaba hablando, abrió los ojos como platos.
- Los tiempos han cambiado - repitió sin dar crédito a sus palabras - Entonces acostarse y estar con cualquier hombre que se te pase por enzima es la nueva moda, ¿No? - Ginny abrió de nuevo la boca para protestar, pero su madre continuó - Y tomar y meter droga en cualquier hotelucho para llevarse a la cama a una rubia con caderas perfectas esta IN, ¿No? - Y miro a Neville, el cual miraba a la mujer con temor de que en cualquier momento fuese a explotar - No, pues sinceramente los tiempos de este nuevo siglo son una porquería, Ginebra.
- ¡Yo no me estaba refiriendo a eso, mamá! - exclamó la mujer de ojos azules, levantándose de un brinco de la silla - Yo solo te estaba comentado que
- ¡Que en la actualidad no hay necesidad de casarse, porque es mucho más divertido acostarse con el primer baboso que se te cruce enfrente!, ¿No? - la interrumpió la dama, también parándose de la mesa y mirando fulminantemente a su hija.
- ¡Puedo notar en tus palabras un gran dejo de indirectas, madre! - Dijo Ginny entre dientes, también fulminándola con la mirada - ¿Qué es lo que en realidad quieres decir? ¿Quieres decir que tu única hija es una perra?... ¿Eso quieres decir? - Molly arqueó las cejas y coloco las manos sobre su cintura.
- Cuidado con el vocabulario que utilizas frente a mí, jovencita - le advirtió la pelirroja, con el dedo índice parado - ¡Porque por mucho que allá pasado el tiempo yo sigo siendo tu madre y merezco respeto!
- ¡Pues yo sigo siendo tú hija, y no veo nada de respeto en tus palabras, Molly! - le espetó una furiosa Ginny Weasley, al parecer hay se iba armar la de Troya.
- ¡Yo no tendría que tratar bien a alguien que no me respeta! - le confesó Molly, mirando a Ginny.
- ¡Pues creo que pensamos lo mismo! - comentó la pelirroja entre dientes.
- Al parecer la hija dulce y damita que eduque en aquellos tiempos se perdió - dijo la mujer, con lágrimas en los ojos - ¿Dónde se fue la Ginny obediente y que tanto quería a su madre? ¿¡Por el desagüe!?
- Las personas lo hacen cambiar a uno, Molly - opinó Ginny, levantando el entrecejo - Y creo que yo no fui la ecepción - y agarrando su bolsito, levantó a Neville del brazo con un tirón.
Estaban dispuestos a desaparecer, pero antes de que lo hicieran Ginny volteó a ver a su madre; la cual la miraba estupefacta, y en un murmullo, dijo:
- Y para que te quede bien claro, yo nunca me eh acostado con un hombre que no sea Neville - y dirigiéndole la más venenosa de las miradas, desapareció con un plin.
º*H/H*º
Hermione fue llegando a la hora del almuerzo, tiempo en el que Harry había llamado a un restaurante chino para ordenar algo.
- ¿Cómo te fue? - le preguntó el moreno ya en la mesa. La castaña no respondió al instante, ya que primero dejo los papeles que traía en mano a un lado y agarro su caja de arroz chino.
- Pues muy bien, gracias a dios - comento con alegría - Dentro de 3 días me dan vacaciones y estoy muy contenta.
- Que bien, tu más que nadie te mereces esas vacaciones - le confesó el moreno. Luego se quedo callado, mirando ensimismado su caja de arroz chino.
La castaña noto el repentino cambio de su novio, por lo cual le pregunto que le pasaba.
El moreno movió la cabeza y atino a suspirar.
- Pues la verdad, es que
estoy harto, Hermione - fue lo único que dijo, ya que lo demás la chica lo comprendió.
- ¿Es por lo que hablamos la otra vez? - preguntó la mujer ojimarron. Este asintió.
- Sí. Mira Hermione, la verdad este jueguito de esconderme de todo el mundo para que no descubran que soy Harry Potter me esta jactando, y quisiera mostrarme al mundo como soy, sin temor alguno.
- Pero, Harry - hablo la mujer, con tono de alta suficiencia - Mira, tu sabes muy bien la razones por la que te oculto, y además en este mundo tienes a muchos enemigos que estarían encantados de volver a verte para hacerte algo.
- Si Draco Malfoy no me a hecho nada hasta el momento, no tengo de que preocuparme - dijo el moreno, dejando la caja de arroz chino a un lado.
Hermione dio un hondo suspiro, tratando de mantener su paciencia controlada - Harry, Draco no es una amenaza para ti, y lo sabes. El a cambiado y
- ¡Más tonta tu que le crees esas patrañas! - le espetó el joven moreno entre dientes - Mira, Hermione, si tu no haces algo para que me muestre a la luz publica, yo mismo tomare las riendas por mis manos.
- Pero, Harry
- balbuceó la castaña, sin darle crédito a las palabras del chico - Harry, ¿Cómo supones que tu vas a
?
- ¡No lo se! - La interrumpió el moreno - Pero es lo único que te digo. Ya estoy cansado de vivir entre sobras, y no voy aguantar un día más así. O arreglas esto o lo arreglo yo, pero esta situación no la aguanto ni un minuto más - y cerrando los ojos, desapareció con un plin.
La castaña miro con estupefacción el lugar en que había estado hacia unos instantes el ojiverde, y movió la cabeza.
No podía permitir que el tomara la situación por sus manos, y levantándose de la mesa se dirigió hacia su cuarto.
Al llegar a el busco un pedazo de pergamino junto con un tintero y una pluma, y yendo hacia su escritorio, escribió:
Necesito hablar contigo, y es urgente.
Nos vemos mañana en el café missu de la cuarta, a las 3: 15pm, espero que no faltes.
Att: Hermione Granger.
PD: Si faltas ya sabes que te puede suceder.
Al terminar de escribir la pequeña nota, la leyó dos veces y cuando estuvo conforme con ella, desapareció dirigiéndose hacia el centro de mensajeria en Hogsmeade.
Una vez vio como su nota la llevaba una pequeña lechuza con puntitos cafés, sonrió para si misma.
Estaba segura que iba a llegar a su destinarío, y si eso ocurría todo iba a cambiar desde ahora.
Y si que lo iba cambiar, y bastante.
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¿A quien le habrá enviado Hermione aquella nota tan misteriosa?
¿Será que esa nota será el motivo para que el fict de un giro de 360º?
¿Ginny y su madre volverán a reconciliarse?
¿Será capaz Malfoy de algún día robarse un beso y hasta más, de su adorable castaña?
Preguntas y más preguntas, resultas en los proximos capitulos...
Besos, y brazos.
Emma.17
El regreso del vuela pluma
Mientras afuera cantaros de nieve caía como la sangre, dentro del café Missu se respiraba un ambiente elegante y mítico.
La calefacción confortaba a todos los que en esos momentos se encontraban en el establecimiento bebiendo una taza de chocolate o resguardándose de la nieve.
En la mesa más alejada del lugar, se encontraba una castaña de ojos marrones que en esos momentos llevaba una gabardina negra, con un blue jean, y una blusa que le hacia juego a la gabardina. Una bufanda blanca y unas sandalias del mismo color.
Hacia 10 minutos esperaba impaciente a alguien, y mientras se preguntaba cuando haría su apareciendo la muy condenada, la voz de un platinado la sobresalto desde las sombras.
- Que placer encontrarte aquí, Hermione - dijo el hombre con su sutil tono de arrastrar las palabras.
- Me asustaste, Draco - confesó la mujer, colocando la mano derecha en su pecho.
- Discúlpame, no era mi intención asustarte - y sonrió - ¿Puedo acompañarte? - la mujer asintió sin rodeos.
- Y coméntame, ¿Qué hace una mujer bella como tú, tan sola en este lugar? - quiso saber el platinado, un tanto curioso.
La chica chasqueó la lengua y se demoro en responder - Pues
estoy esperando a alguien - fue lo único que dijo.
- ¿A Potter, quizás? - esta negó.
- No, a alguien más - el ojigris sonrió de nuevo y poso su mirada en el escote de la blusa que traía Hermione en esos momentos.
Al ver sus protuberantes senos asomarse al exterior, los más oscuros y siniestros pensamientos llegaron a su mente.
- ¿Draco? - lo llamo la mujer, tocándole la mano. El hombre salió de un salto de su ensimismamiento, y miro consternado a la chica.
- Disculpa, ¿Qué me decías? - pregunto Draco algo azorado.
Hermione levantó el entrecejo y sonrió con supremacía.
- Te preguntaba que estabas haciendo aquí - el platinado sonrió, y carraspeando un poco contesto:
- Quede de verme aquí con un compañero de trabajo, pero al parecer no va a venir.
- Creo que nos esta pasando lo mismo - comentó la castaña un tanto disgustada - Pero con la ligera diferencia de que si esa persona no viene, le irá muy mal conmigo.
Malfoy se mordió el labio inferior - No quisiera estar en los zapatos del susodicho - dijo con un dejo de cómico. Luego miro su reloj y chasqueando la lengua se levanto de la silla.
- Bueno mi querida Hermione, quisiera quedarme más tiempo pero el trabajo llama - comento el rubio, extendiéndole la mano.
La castaña atino al gesto, y sonriente se despidió de el.
- Ah, por si acaso ves a alguien con cara de no saber donde esta parado, le avisas que Draco Malfoy lo estuvo esperando y que se prepare para su funeral - le dijo el hombre, antes de salir del lugar.
La mujer sonrió, y pensó por un momento que eso le pasaría a la condenada si no llegaba en 5 minutos.
Justo cuando faltaba 1 minuto por terminar el tiempo limite que la castaña le había impuesto, una voz gruesa resonó a sus espaldas, con un dejo de superioridad muy bien fingida.
- Granger, otra vez nos encontramos.
Hermione giro la cabeza, y levantando el entrecejo miro a la presente de arriba abajo.
- Pensé por un segundo que no ibas a llegar, Rita Skeeter.
º*H/H*º
Luego de beber una humeante taza de chocolate, Rita miro con ovación a Hermione, la cual jugaba con su taza de café.
- Ah pasado ya mucho tiempo, ¿No, Granger? - hablo la mujer de rubia cabellera con cadejos blancos, que aun se hacia aquel peinado estrambótico en la cabeza y vestía con túnicas carnavalescas.
La chica asintió sin regocijos - Si, ya ha pasado 7 años desde la última vez que nos vimos. Y ahora estas mucho más
¿como se podría decir? Mucho más atractiva - comentó la castaña.
La mujer se acomodo las gafas que ahora tenía todos los diamantes falsos, y lanzando un cadejo blanco hacia atrás, sonrió.
- El tiempo lo hace cambiar a uno - dijo con superioridad falsamente fingida - Y al parecer tú tampoco fuiste la acepción de toda regla. Tengo que confesar que estas muy bien, comparada con la señorita prefecta que conocí en quinto.
Hermione sonrió, y empuño las manos para liberar su prominente ira.
Hubo un repentino silencio en el que las dos mujeres se comenzaron a mirar fulminantemente, tal vez quizás recordando los momentos no tan felices que pasaron juntas en tiempos atras.
- Y dime, Granger. ¿Qué debo el honor a esa carta tan repentina? - Pregunto Rita, luego de un breve silencio - Porque déjame comentarte que me sorprendió y mucho. Es decir, doña prefecta enviando una carta a Rita Skeeter es como si te la hubiera enviado el mismísimo Lord Voldemort si estuviese vivo.
Hermione rió a lo bajo y movió la cabeza - Nada, las sorpresas que te da a veces la vida, Rita - y sonrió con aquella suficiencia que siempre la caracterizaba.
- ¿Sorpresas? - repitió la ex periodista del Profeta con un dejo de ironía - En ti la palabra sorpresa no esta incluida.
- Pero si la de casualidad - y sonrió.
Skeeter chasqueó la lengua y ordeno otra taza de chocolate - La última vez que me llamaste fue para hacerle un favor a tu noviecito Potter - recordó la mujer de rizos rubios y canas que habían aparecido por la edad - Pero como no esta vivo, pues me es muy difícil de creer que necesites de mi ayuda siendo una columnita del Profeta tan famosa como lo eres tú.
- Hay ocasiones que hasta los grandes sabios necesitan ayuda de los pequeños cerebros - profeso la ojimarron, y sonrió por enésima vez.
Skeeter movió la cabeza y miro los profundos ojos marrones de la castaña - ¿Sabes que nunca me a gustado esa mirada? - le comento, viendo como chispas de tener un plan perfecto salían como llamas por los ojos de Hermione.
- ¿Y sabes que a mi me fascina ver tu rostro tras esta mirada? - y sonrió.
Otro silencio repentino azoto la conversación no tan amena de las dos mujeres. El mesero llegó con la 3 taza de chocolate para la rubia anciana, la cual la recibió de un jalonazo.
- La paciencia no es mi virtud - dijo Rita mirando a Hermione - ¿Será que me puedes comentar que planes macabros trae entre manos?
La chica chasqueó la lengua y bebió de su nueva humeante taza de café - Pues a ver, lo único que te puedo decir es que necesito que le hagas un favor a un gran amigo mio.
Skeeter levanto el entrecejo - ¿Qué amigo? - preguntó curiosa mirando con avidez a la castaña.
- ¡¿Y a ti que te importa?! - Le espetó la chica con descaro - Solo escúchame muy bien: Quiero que a mi amigo le hagas una entrevista para que su vida salga a relucir hacia la vía pública ¿me entiendes?
Rita arqueó las cejas - Lo que me quieres decir es ¿Que haga algo parecido con lo que hice con tu noviecito 7 años atrás? - la castaña asintió, gozosa de que hubiera entendido tan rápido.
- Y dime ¿Por qué lo tendría que hacer?
Hermione rió y dio un hondo suspiro - Rita, Rita, Rita, los años te han afectado ¿cierto? Pues bien, te voy a refrescar la memoria: Animaga sin licencia es igual a un cupo directo a Azkaban - la mujer abrió la boca para protestar, pero la volvió a cerrar tras ver la venenosa mirada que la ojimarron le lanzo.
- Y
bueno, si por casualidad hago lo que me dices - hablo de nuevo la periodista ocultando su tono de nerviosismo - ¿Quién publicaría aquella historia? Que yo recuerde el Profeta ya no es el mismo, y la revistucha esa del Quisquilloso no recibiría una historia de mi tutoría y
- De eso me encargo yo - la interrumpió la castaña, cansada de su perorata - Solo quiero que me des tu palabra de que vas a serle la entrevista a mi amigo.
Rita, que se veía acorralada por la acecina mirada de la joven, no tuvo más remedio que acceder a su propuesta. Hermione sonrió.
- Me alegro de que hayas pensado con cabeza fría - hablo con mesura - ¿Puedes presentarte mañana en este mismo sitio a las 12:30? - Rita asintió a regañadientes.
- Que bien, entonces nos vemos mañana a las doce y media y espero que no te demores tanto como lo hiciste hoy, ya que la puntualidad es algo que admiro mucho en las personas.
º*H/H*º
La nieve se ponía más intensa a medida que el tiempo transcurría. En las elegantes casas en la capital londinense un ambiente relajado y suave se respiraba en cada rincón de las familias felices que vivían en ellas.
En la casa número 886, una bebé de profundos ojos azules lloriqueaba sin control, quebrando la tranquilidad anteriormente respirada.
- Luna, calla a Dulce - le suplicaba un pelirrojo sofocado por los gritos de la niña - Que me va a dañar los tímpanos.
- ¡Pues haz algo tu también! - le espetó la rubia, la cual luchaba para que la bebé se calmara - Porque con solo quejarte no ganas nada.
Ron se acerco a su hija, y la cargo con dificultad - Creo que tiene hambre - comento mirándole el rostro con escepticismo - Mmm, ¿Por qué no le das algo de comer?
- ¿Y crees que no lo hice ya? - Preguntó Luna incrédula - Fue lo primero que hice, Ronald.
El pelirrojo abrió los ojos como platos - Pero bueno - dijo entre dientes, mirando a su esposa - No era para que te pusieras así.
La mujer resopló con enojo, y girando los ojos le pidió lo más calmadamente posible a su marido que saliera del cuarto.
Ron, para no evitar ningún inconveniente con su esposa salió de la habitación sin miramientos.
- ¡Mujeres! - dijo a lo bajo antes de cerrar la puerta.
º*H/H*º
El fuerte timbre resonó en la residencia Potter, donde el moreno tomaba unas copas de coñac junto con Kevin Darwich.
- Yo abro - se ofreció el rubio levantándose de su silla y yendo hacia el recibidor.
Mientras el ojiverde guardaba la botella de coñac en el pequeño Minibar, la voz de una mujer resonó a sus espaldas.
- Buenas noches, Harry - el moreno giro sobre sus talones y medio le sonrió a la castaña que sus ojos proyectaban en esos momentos.
- Ah, Hola Hermione - respondió a su saludo con desgana. Kevin carraspeo como para que notaran su presencia, y luego se dispuso a agarrar su chaqueta.
- Bueno, creo que aquí sobro - dijo el joven, mirando a los chicos - Este, creo que nos veremos después, Harry. Hasta luego, Hermione - y sonriéndoles, desapareció con un plin.
Un silencio amodorrante reino todo el recinto, y solo dos leves miradas se chocaban a cada segundo.
Luego de un largo minuto, Hermione hablo con serenidad.
- Este
.te tengo que comentar algo - le informo la castaña un tanto cohibida. El ojiverde levanto el entrecejo y le señalo los sofás para que se fueran a sentar.
Después de otro incomodo minuto de silencio, Hermione volvió a tomar las riendas de la conversación.
- Hoy por la tarde hable con alguien - comento como quien no quiere la cosa - Y
creo que la debes recordar muy bien.
Harry arqueó las cejas y con voz gruesa pregunto - ¿Quién es?
- Rita Skeeter - contestó la ojimarron con sorna, esperando la reacción del moreno.
Harry se quedo callado por un momento, hasta que la imagen de una mujer de cabellera rubia con un peinado estrambótico, vestida con túnicas carnavalescas y anteojos con diamantes falsos apareció en sus recuerdos, al tiempo que esta le sonreía irónicamente.
- Rita Skeeter - repitió el hombre a lo bajo mirando la alfombra que cubría el suelo de su residencia - ¿Acaso fue la que conocí cuando estaba en cuarto grado? - Hermione asintió con regocijo, mirando los profundos ojos verdes de su intercomunicador.
Harry chasqueo la lengua y miro severamente a la castaña - Y ¿Por qué hablaste precisamente con ella? - quiso saber el moreno, un tanto enojado.
- Pues
- balbuceó la joven - Fue la única en la que pensé.
El ojiverde movió de un lado a otro la cabeza, y suspiro con frustración - Y
¿Qué tiene que ver ella conmigo? - Hermione blanqueo los ojos y adapto una de sus típicas expresiones cuando le trataba de explicar una cosa a alguien con mentalidad de niño de 5 años.
- Pues
a ver: Rita es, ex periodista dramática y bochinchera que haría lo que fuera por una noticia explosiva y el hecho de que el famoso Harry Potter siga vivo, sería algo que ella no desaprovecharía en escribir, ¿Entiendes?
Harry chasqueo la lengua y de repente un súbito interés en la alfombra lo embargo por completo. Hubo un silencio amodorrante, donde solo se escuchaba el crepitar de la chimenea y el zumbar del viento al son de la caída de la nieve.
Ninguno de los dos dijo nada al transcurso de 5 minutos, 10 minutos y 15 minutos; todo era silencio absoluto y nada más.
La castaña miraba de vecen cuando el rostro del moreno, el cual había adaptado una expresión seria y reflexiva. Al parecer en su mente solo cabía la posibilidad de volver hablar con la mujer que hacía más de 7 años lo había perturbado con sus blasfemias mal habladas.
- ¿Harry? - indago la castaña a lo bajo, luego de varios minutos en silencio - ¿Y bien? ¿Qué piensas al respecto?
- ¿Es la única salida que tengo? - pregunto el moreno un tanto irritado. Tan solo imaginarse estando solo con Rita Skeeter en una habitación mugrienta y con olor a moho, le producía un escalofrío indescriptible. Y digo indescriptible porque estar al lado de una mujer que lo único que inventa son blasfemias provoca un no se que de vértigo.
- Si es la única forma
- hablo de nuevo el ojiverde después de varios minutos - Creo que tendré que acceder.
Sonreí al escuchar el Si de Harry, y sin aguantar el impulso de abrazarlo, así lo hice.
- Me alegro que hayas accedido a mi propuesta - le dije al oído - Veras que así todo de ahora en adelante cambiara.
- Eso espero - me dijo con vos áspera, retirándome de su cuerpo - Eh, si no te importa voy arriba - y levándose del sofá fue rombo hacia las escaleras.
Lo quede mirando con sosiego mientras se perdía con cada paso que daba. Había pensado que con lo que había echo iba a servir para que Harry dejara de comportarse tan frío conmigo, pero al parecer no había funcionado.
Sabía que por su cabeza estaba pasando muchas cosas, cosas de las que yo seguramente era centro de protagonismo.
Pero mi única pregunta era: ¿Qué cosas?
Aun la frustración de no contarle lo que verdaderamente paso, y la razón por la que fue James Patterson me seguía embargando la cabeza.
Desde pequeña había sido muy buena para disimular mis problemas; me preocupaba por otras cosas que no fuera aquello, pero ahora todo era diferente: Ya no era una pequeñita de 11 años que lo único que le importaba era su estudio, no, ahora soy una mujer de 22 años preocupada por su trabajo, su novio y sus amigos. ¿Que le diría a mi Harry si se enterara por boca de otra persona lo que había sucedido hacia 5 años? ¿Qué pensaría de mi? Seguramente que soy una basura, de eso estoy más que segura
pero
si le digo por mi boca, ¿Seguiría pensando lo mismo? Mmmm, no se, lo único que si estoy segura es que nuestra relación se iría al desagüe y eso era lo último que quisiera. Por lo cual, aquel acontecimiento solo quedara entre nosotros ¿De acuerdo? Claro, si es que no aparece de repente un tercero.
º*H/H*º
En la penumbra de una habitación, un joven moreno miraba taciturno el cielo raso que daba visos tornasol con la poca luz de la luna que se filtraba por las rejillas de la ventana.
Por su cabeza pasaban muchas cosas, cosas de las cuales ni el mismo las entendía.
El centro de protagonismo era Hermione, su Hermione. Desde la vez en que tuvieron esa pequeña discución por lo de estar siempre en incógnito, provoco en él miles de preguntas y escenas extrañas que no le podía dar explicación alguna. Desde esa vez se comenzó a comportar extraño con ella, y lo más raro de todo era que ni el mismo le daba explicación al porque de su comportamiento; era como si una fuerza invisible interna lo obligase a ser lo que estaba haciendo, a comportarse como lo estaba haciendo.
Harry amaba a Hermione, de eso él lo tenía más que claro, pero
¿Por qué se dejaba llevar por escenas extrañas que de un momento a otro aparecieron en su mente sin ninguna respuesta? ¿Eso tenía sentido? Viéndolo desde la razón desde luego que no.
Suspiro con aplomo y dejando de mirar el cielo raso se dirigió hacia la ventana.
Los pitos de los carros y el bullicio de la ciudad, se hizo preguntar lo que siempre se preguntaba cada vez que el estaba colerizado con el mismo: ¿Por qué, mientras él estaba dándole una explicación a algo que no tenía respuesta, las personas haya afuera reían y se divertían como si nada estuviese pasando? y es que uno de los grandes defectos que tenía Harry Potter, era que siempre que el estaba mal, todo el mundo tendría que estarlo
.así era la ley Potter.
Giro los ojos en sinónimo de impaciencia, y cerrando la cortina con brusquedad se tiró de nuevo en la cama. Cerró los ojos para tratar de disipar todas aquellas escenas y pensamientos que revoloteaban en su cabeza como mariposas danzarinas, y tratando de respirar lo más calmadamente posible comenzó a quedarse dormido.
Sintió como su cuerpo iba perdiendo poco a poco la fuerza y se iba elevando al más recóndito lugar que la inteligencia humana podría alcanzar: El sueño.
Y es que era en sus sueños donde nadie lo perturbaba, era hay donde podía alcanzar la paz más deseada.
º*H/H*º
Tras esperar tanto a Harry para ve cuando se resignaba a bajar, Hermione se quedo dormida en el sofá de la sala, después de cavilar sobre que era todos aquellos pensamientos que por la cabeza de Harry pasaban.
Mientras descansaba, el moreno bajo con sorna las escaleras y se sentó en una pequeña butaca que había al lado del sofá en el que descansaba la castaña.
La miro con ensimismamiento, y con ternura le acarició la mejilla con el dorso de la mano.
- No sabes cuanto te amo - dijo en un susurro al cuerpo dormido de su amada - Y odio estar así contigo.
Sus labios se comenzaron acercar lentamente a los de ella, y un suave rose provoco el despertar de la ojimarron.
- ¿Harry? - Indago despacio, incorporándose en el sofá - ¡Hola!
El ojiverde trato de sonreírle pero lo único que consiguió fue una ligera mueca.
- Lamento haberte dejado esperando tanto - se disculpo el moreno con bochorno - Es que me quede dormido.
- Si me imagine - murmuro la castaña por lo bajo - Bueno, y
ya que el rió dejo de ser tan caudaloso - y lo miro fijamente - ¿Vas a ir mañana conmigo a la entrevista?
- Pues no tengo otra elección, ¿O si? - Hermione negó - Pues sí, si es por mi bien.
- Y lo va a ser, te lo prometo.
Se quedaron mirando fijamente, y como si sus miradas se llamaran fueron acercándose lentamente hasta que se fusionaron en un profundo y tierno beso.
Con aquel beso, millones de sensaciones comenzaron a renacer en los cuerpos de nuestros jóvenes protagonistas, que poco a poco fueron cayendo en el sofá.
Mientras el moreno besaba con una pasión desenfrenada el cuello de la castaña, esta le desabotonaba con fuerza los botones de su camiseta.
Cuando estuvieron libres de ropa, se miraron una vez más y envolviéndose en las sabanas de la pasión se dejaron llevar por el llamado de la carne que hacia su arribo
*********
La nieve se volvía cada vez más intensa a medida que el tiempo transcurría. Eran las 12:30 y las puertas del café Missu se abrieron de par en par.
Harry y Hermione entraron por ellas apresuradamente, y secándose el agua de las chaquetas fueron a sentarse a una mesa al fondo del recinto.
Cuando estuvieron acomodados, una mujer regordeta y con ojos negros se les acerco y les pregunto que querían pedir.
- Dame por favor un Capuchino - le pidió Hermione, la cual se escurría el agua que le resbalaba por el ondulado cabello castaño.
- De acuerdo. Y, ¿El señor que sea ordenar? - preguntó, mirando a Harry.
El ojiverde, (el cual estaba con una gabardina negra, una bufanda del mismo color y unas gafas oscuras) miró la carta.
- A mi tráeme por favor un chocolate bien caliente - y tras recoger las cartas, la mujer regordeta desapareció.
Hubo varios minutos de silencio en donde los dos jóvenes se ocuparon en formar muñequitos con las servilletas que había en la mesa, y cuando las gastaron todas se miraron apenados.
Harry le sonrió por entre la tonelada de ropa que llevaba en sima, y agarrándole su mano la miro fijamente.
- La noche de ayer fue inolvidable - le dijo en un susurro para que solo lo escuchase ella - Fue mágica.
Hermione le devolvió la sonrisa y asintió - Si, fue mágica la velada de ayer.
Sus miradas ahora eran distintas: irradiaban deseo, calor, amor y protección; cosas de las que anteriormente estaban muy bien guardadas.
Hermione soltó una ligera carcajada y se tapo el rostro con sus manos.
- ¿Qué ocurre? - preguntó su novio un poco contrariado.
- Es que me intimida tu mirada - confesó la castaña un poco abochornada. El ojiverde sonrió y movió la cabeza de un lado a otro.
- ¿Y como no te intimido anoche? - Hermione abrió la boca para protestar pero la volvió a cerrar cuando sintió una ligera subida de tono en sus mejillas.
- ¡Granger! - Hablo la chillona voz de Rita Skeeter a las espaldas de Harry.
- Rita - contestó a su vez la castaña con un dejo de asco - Llegaste tarde, otra vez.
- El transito, querida
tu sabes - se disculpo la rubia mujer con un tono de inocencia muy mal fingida.
- Ah, claro, el transito - repitió la ojimarron con aspereza - Se me olvidaba ese pequeñísimo detalle.
Rita giro los ojos y los puso en blanco - Bueno a ver, ¿se supone que donde me voy a sentar? - preguntó mirando a la castaña y a su invitado incógnita.
- Pues en un asiento, es obvio - respondió la chica con indiferencia - Y ni creas que te lo voy a traer, para eso tienes manos.
Skeeter la miro con ganas de matarla, y volvió a girar los ojos.
Harry clavo su mirada en la mujer que todo un año lo atormentó con sus blasfemias, y bufo con exasperación.
- ¿Y bien? - Hablo la mujer luego de unos breves minutos en los que se ocupo en traer la silla - ¿Me vas a presentar a tu invitado X? - Hermione miro de reojo a Harry y asintió.
- Si, pero antes promete que no vas a gritar, no vas a desmayarte, no vas a ponerte fría y no vas a colocarte muda - le señalo la chica apuntando con los dedos.
Rita asintió - SI, pero ni que fuera la reencarnación de Harry Potter.
Hermione movió la cabeza de un lado a otro y se rió - Es como si lo fuera, querida Rita.
Skeeter la miro con el ceño levantado y suspiro - La paciencia no es mi virtud - le comento entre dientes.
Hermione se rió de nuevo y miro a Harry.
- Mostrémosle a nuestra invitada quien eres tu - Harry asintió, y quitándose todo lo que llevaba en sima, dejo al descubierto su rostro
.
º*H/H*º
- Lucia, quiero que hagas 1000 copias de esta entrevista, por favor - le pidió la castaña entrando en una oficina amueblada y pintada de blanco.
Una mujer de 45 años de edad y con cara de sapo (muy parecida a la de la profesora Umbriged) asintió con la cabeza.
- Claro, Hermione; pero
. ¿De que se trata la entrevista?
- De algo que cambiara la historia - fue lo único que le dijo, antes de salir de la oficina.
Al llegar a la suya, y ver la pila de pergaminos que tenía sobre el escritorio, suspiro con exasperación y luego se rió al recordar lo que había acontecido en la tarde ayer.
****Flash Back****
Rita se quedo estupefacta al ver el rostro del niño que vivió.
- Pero, pero - balbuceó atónica - Tu
tú no
.tu
¿Tú no es que estabas muerto?
Harry sonrió - Muy bien dicho, estaba - y miro fijamente a Rita - Ahora estoy de nuevo aquí, vivo y con muchas ganas de decirle al mundo que Harry Potter esta regreso.
Skeeter lo mire y levantó el entrecejo. Aun no podía superar aquella sorpresa.
- Que
. ¿Que
demonios
.qui-quieres decir? ¿A que te
.re-refieres? - preguntó Rita tartamudeando.
Hermione suspiro - Lo que Harry se refiere es a una especie de confesión, tipo la que hizo cuando estaba en 5 - le respondió la castaña con suma paciencia - Queremos que digas la razón del porque Harry NUNCA murió y ahora esta entre nosotros otra vez
- ¿Harry nunca murió? - la interrumpió la reportera, estupefacta.
- No me interrumpas - le ordeno entre dientes - En fin. El caso es que queremos que le hagas una entrevista, donde digas detalladamente cada acontecimiento, que sucedió después de la explosión en Hogwarts, y que hizo todo este tiempo Harry Potter.
No queremos habladurías baratas y blasfemias pobres ¿De acuerdo? Solo queremos la verdad y nada más.
Rita la miro venenosamente, y abandonando aquella apariencia de estupefacción, tomo su porte de sabelotodo.
- ¿Y de que sirva que yo escriba la entrevista, si nadie la va a publicar? - preguntó con aspereza - Porque si no recuerdas, hace años que estoy sin trabajo y el profeta no recibirá algo que sea de mi tutoría.
- De eso me encargo yo - le comentó la castaña - De eso no te preocupes.
Rita blanqueo los ojos y sacando su Vuela pluma con un largo pedazo de pergamino, miro a Potter.
- Muy bien, chico
. ¡Suelta la sopa!
Hermione movió la cabeza de un lado a otro, y agarrándole la mano a Harry, comenzó la entrevista
****Fin del Flash Back****
Hermione rió de nuevo al recordar la expresión del rostro de Rita tras ver a Harry, es que había sido tan cómica.
Mientras organizaba unos papeles que estaban sobre su escritorio para llevárselos a la casa y trabajar en vacaciones, alguien entro y la abrazo por la cintura.
Hermione observo los brazos y noto que eran de un hombre. Pensó en Harry pero antes de decir su nombre giro sobre sus talones y se sorprendió al ver quien la estaba abrazando.
- ¡Draco! - Exclamó retirándose apresuradamente - ¿Qué haces aquí?
- En mis tiempos se saludaba - dijo con reproche un tanto ofendido. Hermione le sonrió y Draco le devolvió la sonrisa.
- No pues nada, pase por tu casa y no te que no había nadie; así que recordé que cuando nos volvimos a ver me dijiste que trabajabas en el Profeta y pues
no se, por simple curiosidad vine.
- ¿Y como te dejaron entrar tan fácil? - preguntó la castaña un poco contrariada.
- Le dije al portero quien era yo y a quien venía a buscar y listo.
Hermione se quedo sorprendida - ¿Así tan fácil te dejo entrar? ¡No, pues
! ¿Qué tendrá Draco Malfoy que hasta a los hombres los embelesa?
Malfoy sonrió con malicia - Tu sabes, es el precio que se gana cuando uno es elegante, guapo y famoso - respondió con su tono de arrastrar las palabras.
- Que modesto - exclamó la castaña con desdén.
- Como siempre - se quedaron mirando fijamente y luego sonrieron.
- ¿Que vas hacer ahora? - le preguntó el rubio con curiosidad.
Hermione termino de recoger los pergaminos y empequeñeciéndolos los guardo en su bolso. Luego miro a Draco.
- Pensaba ir donde Harry - le respondió un poco cohibida - Pero la verdad no se.
Al escucharla respuesta de la castaña, la sangre del rubio se comenzó a hervir.
- Ah, ya - dijo con ironía - Que bien. Bueno, entonces
¿Quieres que te lleve? Puedo dejarte en la casa de Potter si quieres.
- No Draco, no te preocupes. Además seguro estarás ocupado con tu empresa y
- No es molestia - la corto el platinado - En serio. Además ahora voy para la casa de una amiga que me invito a comer y pues paso por donde vive tu novio - aquella última palabra la dije entre dientes.
Hermione solo por educación le acepto su ofrecimiento.
- Esta bien, pero me tendrás que esperar unos minutos - le comentó la castaña - Es que tengo que hablar con la editora que copia las entrevistas y todo eso.
Draco asintió - Si, claro, no importa. Aquí te espero - y se sentó en una pequeña butaca que había al lado de la puerta.
Hermione sonrió y agarrando su bolso salio de la oficina.
Como ese día llevaba puesto una falda de jean con una blusa blanca escotada, Malfoy se quedo mirándola fijamente mientras se alejaba de sus ojos
.se veía tan linda, tan bella, tan sensual. La verdad era que la deseaba tanto.
Quería tenerla entre su pecho, mientras le susurraba al oído cosas lindas.
Quería abrazarla con pasión, mientras esta se aferraba en sus brazos.
Quería hacerla suya y sentir su calor durante toda una noche, con el firmamento, la luna y las estrellas de testigos
Se mojo los labios con sorna tras fantasear con la castaña, y al cabo de quince minutos Hermione regreso.
- Llegaste rápido - le dijo el platinado levantándose de la butaca.
- Si, es que tenía prisa - le comento.
Durante el trayecto al parqueadero, Malfoy le estuvo comentando lo bien que le estaba yendo con la empresa en la capital inglesa.
- Aunque hay rumores de que una nueva empresa va a ser abierta el próximo año - le comento como quien no quiere la cosa.
- ¿Así? ¿Y quien te dijo?
Draco se mojo de nuevo sus labios - Mis contactos - respondió con sutileza. Hermione sonrió y al abrir la puerta, notaron que una fuerte lluvia azotaba Londres.
- Ten - le ofreció el ojigris quitándose la gabardina.
Hermione la recibió y sonrió - Gracias - le dijo.
Subieron al auto con apuro, y el platinado encendió el motor fugazmente.
- Esta lluvia no me gusta - dijo entre dientes, girando las llaves - Porque siempre se forman esas filas inmensas de carros en la autopista.
Hermione asintió - Tienes razón, y más como ya se acerca la época de navidad es peor.
Justo como Malfoy lo había previsto: Una pila de carros se habían aglomerado en mitad de la autopista. Millones de pitos y gritos se envolvían con la caída de la fuerte lluvia, sin contar los apresurados pasos de los transeúntes que pasaban por entre los carros.
- Así es Londres, no me acordaba - dijo el rubio entre dientes.
- ¿Tanto te acostumbraste a Francia que ya no recuerdas como es Londres en la época decembrina? - le preguntó Hermione un tanto sorprendida.
- No, no es eso
es que
.bueno, cuando me fui de Londres huí con la intención de alejarme de todo y de todos.
Quería hacer una nueva vida, olvidarme de todo lo que mi familia había echo en tiempos pasados, alejarme de lo oscura que fue mi
Adolescencia en la época de Hogwarts
- suspiro y miro con vaguedad el timón de su carro - Eso duro, ¿Sabes?
Hermione lo miro con pena y colocó sus manos sobre las suyas - Lo siento - le dijo en un susurro ahogado - No sabía que esa había sido tu verdadera intención. No me lo habías comentado.
- Hay cosas que no se gritan a los cuatro vientos - murmuro el platinado con sorna - Pero bueno
así es la vida ¿no? Creo que todo lo que me esta pasando es por lo mal que me comporte cuando estaba joven, ¿No crees? - la castaña se quedo callada y no respondió al instante.
- Tu no eras malo - le dijo con vaguedad - Simplemente
- Era perverso - completó entre dientes - ¿Crees que me siento orgulloso de tener la marca tenebrosa aun latente en mi brazo? - Suspiro - La verdad la sola idea de que me vuelva arder y de volver a mis antiguas andanzas siempre me atormentan, y estos son los días en que no eh dejado de tener aquellas pesadillas donde estamos tu y yo en las misiones secretas cuando estamos en Hogwarts en séptimo año.
Hermione suspiro y se apretó fuertemente el brazo izquierdo.
- Yo también odio esta maldita marca - dijo en un hilo de voz, reprimiendo las ganas de llorar - Por culpa de ella, es que creía haber perdido por 5 años a la persona que más eh amado sobre la tierra. Perdí a mis amigos y a mi familia
no sabes lo repugnante que me siento al tener esto sobre mí
.es como, como si fuera una
una
- ¿Maldición? - le completó el ojigris con desdén. Hermione asintió.
- Si, te comprendo. Yo también ciento eso, es como si yo fuera distinto a las demás personas; es como si esto me excluyera de la sociedad y del mundo entero.
- Por un momento te olvidas que existe, ¿No? - Hablo Hermione con sosiego - Por un momento vives tu vida y te alejas de los malos recuerdos
pero después es como si aquel fantasma te persiguiese y te hiciese recordar lo que fuiste alguna vez
- Sí, es como si aquel fantasma pretendiera que viviéramos de nuestro pasado y que siempre estuviera en nuestras vidas.
- ¡Odio el maldito día en que me tropecé con los mortifagos! - Exclamó una Hermione rabiosa - ¡Odio el maldito día en que dije que si, lo odio todo! - y sin poder aguantar más, derramo todas las lágrimas que estaban deseosas por salir.
Draco se mordió el labio inferior, y con sorna se acerco a la castaña para abrazarla.
- No llores - le suplico en un susurro - No llores que odio verte llorar.
- Pero es la única manera que tengo para liberar si quiera un poco esta frustración - dijo a lo bajo, aferrándose al pecho del platinado como una niña pequeña.
- Cuando llorabas en la oscuridad, lo odiaba - le cometo con vaguedad - Cuando decías lo mal que te sentías al traicionar a Potter, me partía el alma verte sufrir.
Hace años que no veo esas lágrimas, y ahora me duelen más que antes.
Hermione lo abrazó fuerte y derramo todas sus lágrimas sobre el hombro del platinado.
Necesitaba ahogarse, necesitaba recibir el consuelo de alguien que la entendiese, de alguien que hubiese estado en su lugar
y ¿Que mejor que Draco Malfoy? El había sido mortifago igual que ella, sentía lo mismo que ella y pensaba igual que ella.
Los dos se sentían fuera de la comunidad, fuera del mundo, diferentes a todos. Es que se entendía tan bien con Draco, y saber que años atrás eran tan malos amigos.
No se podían ver ni en pintura y se odiaban tanto. Y ¿Quien iba a creer que estos dos, los que alguna vez tuvieron una riña hace 9 años donde el platinado recibió una bofetada por parte de la castaña, estuvieran abrazados en ese preciso instante? ¿Quién lo iba a creer?
Luego de que derramase todas las lágrimas que desde hacía meses estaban gozosas de salir, mire a Draco.
- Gracias - fue lo único que le dije, antes de darle un beso en la mejilla, pero no sabía si fueron las hormonas, el tiempo o la situación, pero aquel beso de amistad se recreo para otra cosa
.
º*H/H*º
- ¿Hermione? - indagó el hombre de fervientes ojos verdes, a lo bajo.
Hacia media hora que estaban hablando de la entrevista, y no habían podido avanzar por culpa de la castaña.
-¿Me decías? - preguntó con vaguedad, volviendo bruscamente a la tierra.
Harry la miro con el ceño fruncido - ¿Estas bien? - le preguntó un tanto preocupado.
Hermione asintió precipitosamente - Si, si estoy bien - y sonrió - ¿En que estábamos?
- Te pregunte que para cuando saldría la entrevista - le repitió por enésima vez el peliazabache.
La castaña pensó un momento - Pues
no se, para el miércoles de la próxima semana, espero.
Harry asintió - Que bien - fue lo último que dijo antes de quedarse observando fijamente a su novia.
- ¿Segura que estas bien? - le preguntó de nuevo - Porque la verdad te noto distante.
La ojimarron pego un brinco por la pregunta del moreno.
- Si, estoy bien - le aseguró fingidamente - Simplemente tuve un día muy agitado.
- Yo creo que la mojada te hizo daño - opinó Potter examinándole el rostro - Porque déjame decirte que caminar desde el Profeta hasta aquí es una trayecto largo.
La castaña asintió - Eh, si
.pero, no tenía dinero para un taxi - se excuso de inmediato.
- Pues hubieras cogido uno y aquí yo lo hubiera pagado.
Hermione sonrió obligada - Eh, claro
lo recordare para la próxima - y se levantó de su silla.
- ¿A dónde vas? - quiso saber el moreno. La castaña lo miro.
- ¿Puedo descansar un rato en tu alcoba? - Harry asintió y sonriéndole subió a todo correr por las escaleras.
º*H/H*º
Lo que menos había querido sucedió.
Tanto que me había alejado de él para que aquella noche sucediera eso. ¿Por qué maldita sea, porque?
Mil veces me había dicho a mi misma que me alejase de el, que él en cualquier momento me daría tentaciones, pero claro, como soy tan terca no me hice caso.
¿Ahora que estará pensando? ¿Creerá que yo siento algo por él?
Bueno, tengo que ser sincera conmigo misma: Cuando ocurrió eso, sentí algo muy pequeño en mi corazón
pero
¿Eso significa que ya no quiero a Harry? ¿Será que con toda la desconfianza que este me tiene, el amor que antes sentía por el se esta desvaneciendo poco a poco? Y es que tengo que aceptar que las cortesías de Draco nunca las eh pasado por alto.
Tan caballeroso, tan formal, tan gentil
¿Qué más se puede esperar de un hombre así?
Seguramente muchas mujeres estarían felices estando en mi lugar, pero ¿Por qué yo no?
En estos momentos me siento culpable por lo que paso, es como si hubiera traicionado a Harry por segunda vez. Mis lágrimas volvieron a salieron de mis ojos, pero esta vez no duraron mucho, seguramente porque ya no tenía más desde la vez en que las derrame todas en el hombro de Malfoy.
- Malfoy - dije a lo bajo, asomándome por la ventana.
Los pitos de los carros y el bullicio de los londinenses me hicieron devolver aquel recuerdo que hacía unos instantes había ocurrido
.
****Flash Back****
Me acerque para darle un beso en la mejilla, pero sin saber porque se lo di fue en la comisura de la boca, lo que provoco que el platinado me correspondiera con el beso.
Quise retirarme de él, pero era como si su magnetismo animal me rehusase hacerlo.
Sentía como su lengua danzaba dentro de mi boca y se encontraba con la mia. Miles de sensaciones seguramente comenzaron a surgir en su interior y
¿También en el mio?
Estaba sintiendo algo con ese beso, pero... ¿Que era lo que estaba pasando? No esto esta mal, muy mal.
Yo estoy con Harry, no puedo andarme besuqueando con su peor enemigo, esto esta mal, muy mal.
A pesar de que lo decía no podía alejarme, me era imposible.
Después de varios minutos de forcejear con mis sentimientos y mi razón, me aleje con brusquedad de el.
- No Draco, esto esta mal - le dije entre dientes, limpiándome las pocas lágrimas que me seguían resbalando.
- Pero
¿Por qué? - me preguntó con inocencia.
Resople con exasperación - Porque si. Porque entre nosotros no podrá pasar nada. Solo amigos ¿lo recuerdas? La otra vez también aconteció casi lo mismo, te dije que alargáramos distancias
.esto no puedo volver a ocurrir nunca más Draco, nunca - y desabrochándome el cinturón abría la puerta, pero antes, Malfoy me agarró del brazo abrigándome a mirarlo de nuevo.
- Si te pusiste así es porque sentiste algo - me dijo entre dientes, mirándome fijamente - Me correspondiste con el beso y no lo puedo negar. Sientes algo por mí, ¡Acéptalo!
Mire su mano y me separe de ella bruscamente.
- Si sentirá algo por ti, sería prohibido. Y
además
.yo estoy con Harry
- ¡AL DIABLO CON POTTER! - Exclamó exhaustado - ¡Hermione, TU ME FACINAS, ME ENCANTAS, ME TIENES LOCO ¿Es que acaso no lo entiendes? Olvídate de Potter, Hermione. El no te quiere, no confía en ti, ¿Qué hombre es ese para ti? Tu te mereces a alguien que te de la talla y Potter
-¡Y Harry me da la talla! - Lo interrumpí muy seria - Mira Draco, lo que paso entre los dos fue un error que
- ¡NO fue un error! - Me grito desesperado - Yo se que sientes algo por mi Hermione, yo lo se.
- ¡Draco
fue un error, entiéndalo! Si te correspondía, discúlpame, pero
- me quede callada y lo mire fijamente - Mira, es mejor que no nos volvamos a ver - y mirándolo por última vez, me baje del carro y comencé a caminar bajo la tormentosa lluvia.
****Fin del Flash Back****
Ahora, ¿Con que cara me seguiría presentando a Harry de ahora en adelante? ¿Con que cara?
- Malditas tentaciones - dije a lo bajo, tirándome en la cama.
¿Por qué tenía que existir las tentaciones? ¿Por qué? Por culpa de ellas es que uno cometía muchas fallidas, por culpa de ellas después nos lamentamos.
Pero la verdad, las mismas tentaciones las formamos nosotros, los seres humanos. ¿Es que acaso no nos podemos contener? Porque aquel magnetismo nos atrae tanto, ¿Qué era lo que tenía?
Me sentía culpable por lo que había echo, por segunda vez había traicionado a Harry y me sentía como una basura.
La verdad prefiero morirme en este mismo instante, antes de que Harry se enterase que entre Draco Malfoy, su peor enemigo, y Hermione Granger, su gran amada, sucedió algo, algo de lo que JAMÁS podré olvidarme.
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¿Que pasara ahora con Hermione y Malfoy?
¿Seguira el paltinado molestando a la castaña?
¿Se enterara Harry algún día de lo que paso entre ellos dos?
¿Y....que sucedera de ahora en adelante, cuando lean la entrevista? ¿Le cambiara la vida a Harry?
Esas y más preguntas serán resultas en los prox chap....
Bueno, con un ebso y un gran abrazo, se despide de ustedes su más fiel escritora:
Emma_Potter.....Con el toque Emma y Potter XD....
18
The truth:
****Flash Back****
Faltaba muy poco para que diciembre se acercara, y ella, bajando lentamente por las escaleras la miro.
- Sam, ¿Estas segura que es esto lo que quieres? - le preguntó la castaña mirándola sin dar crédito a sus acciones.
Samantha Thomas asintió sin inmutarse.
- Si, Herms, es esto lo que quiero.
- Pero
- balbuceó la mujer, mirando las maletas de su amiga - Sam tu puedes
- No Hermione, mira
extraño Francia y pues
a pesar de que en Londres me siento muy bien
simplemente no puedo
- Pero Sam
- Pero nada, Hermy - la corto la peliindia con dureza - Solo espero que algún día me entiendas - y dándole un beso en la mejilla de despedida, salió por aquella puerta hacia el ventoso ultimo día de noviembre.
****Flash Back****
Aun aquel recuerdo seguía latente en mi mente. Estos son los días en que no entiendo la decisión de Samantha, y es que estaba tan bien aquí.
Me da a veces la impresión de creer que se devolvió a Francia por Draco, y es que desde que se separaron ella ya no era la misma.
Su sonrisa se había desvanecido y su cara se volvía cada vez más demacrada
pero lo único que no entiendo es ¿Por qué? Bien que haya sufrido por la separación, pero
¿Hasta el punto de irse del país por no ver al hombre que tanto amo? Aunque bueno, hay que aceptar que Samantha quiso mucho a Draco y pues
pero sigo sin entenderlo.
Se tumbó a la cama con todo el peso de su cuerpo, y descansando en el calido colchón, dejo que su mente vagara en sus recuerdos.
Primero llegó a los recuerdos de aquella velada romántica que paso con Harry en su casa, con una sensación difícil de describir fue sintiendo poco a poco sus caricias, sus besos, sus abrazos, su tibio cuerpo bajo la luna y las estrellas.
Después aquel recuerdo se torno a la maldita tentación que tuvo con Draco el día de ayer. Al maldito beso que no debió haber pasado, pero sobre todo, a la maldita aceptación de que le había gustado.
Se levantó de un respingo de la cama, y tapándose la cara con ambas manos respiró con agitación. Aun los amargos labios de Malfoy seguían en los suyos, consumiendo hasta el último de sus respiros; seguían hay, vigilantes de que nunca lo olvidaran.
La entrevista que le habían echo a Harry días atrás había funcionado y muy bien.
Las lechuzas no paraban de picotear en el vidrio de la ventana de la sala en la residencia Potter. Las cartas estaban amontones en la mesa de centro, y Harry y Hermione tenían que juntarse para leer las pilas de pergaminos que por hora llegaban.
La castaña estaba muy feliz de que su idea estuviese dando frutos, y Harry no podía creer que tanta gente lo hubiera querido y lo siguieran haciendo.
- Tu eres famoso, Harry - le dijo su novia cuando terminaron de leer una carta de una chica que vivía en París - Y todo el mundo mágico te quiere.
- Pero no pensé que tanto - confesó el moreno atónico.
- Pues ya vez, eres su héroe más venerado.
Harry le sonrió y continúo leyendo las cartas de la pila de pergaminos sobre la mesa.
La mañana del día miércoles amaneció con principios de nieve, que esperaban a que se acercara la época de noche buena.
Faltaban 3 días para que fuese navidad, y las compras decembrinas se comenzaban a ver en aquella semana.
Los centros comerciales habían abierto sus puertas aquel día a las 6 de la mañana; las vitrinas de todos los almacenes estaban repletas con ropa, joyas, adornos, relojes y toda clase de objetos que las personas compraban.
El taxi se detuvo frente al centro comercial Chipichape, y después de pagar 26 libras esterlinas al conductor, la castaña se bajo con la medio nieve que en esos momentos caía por todo Londres.
Aquel día iría a comprar adornos para su casa, ya que todo lo que anteriormente tenía los había botado, y ahora le tocaba que comprarlos de nuevo.
Paso por varias tiendas de ropa donde se enamoro de un conjunto que tenía una bufanda y una chaqueta color piel con bordes dorados, se la quería comprar pero prefirió ir primero al almacén de adornos navideños.
Subió por las escaleras eléctricas hasta el segundo piso, y entro en una tienda que ocupaba el mayor espacio de todo el bloque.
La tienda estaba adornada para la época: Un enorme árbol de navidad con nieve artificial se podía vislumbrar a la entrada del local colocado a la derecha. Guirnaldas de todos los colores estaban pegadas en las paredes y las escaleras, un enorme Santa Clauss estaba colgado en el techo y miraba con sus vivos ojos a todos los compradores que entraban al local.
A la chica le causo gracia a aquel muñequito, y luego de observarlo por un rato comenzó con sus compras.
Mientras tanto en la residencia Potter:
El joven Harry ya se estaba cansando de recibir a cada segundo más de 29 cartas, y es que la verdad no entendía como podía a ver gente tan desocupada que enviara cartas desde por la mañana.
- ¿Porque no se quedan durmiendo? - preguntó enfadado, abriendo la cincuentava carta en una hora - Si es muy temprano para que estén tan desocupados.
Resopló con fastidió cuando vio llegar a un par de lechuzas más, y refunfuñando a lo bajo subió a su cuarto.
Se tiró en su suave cama, y dejando que el viento que se filtraba por la rendija de la ventana, se quedo dormido.
********
El profeta matutino por fin lo pudo revisar, y es que desde hacía días que estaba en el buzón; a un no podía entender porque el padre de Luna odiaba al profeta.
Con sigilo entro a su cuarto, y desdoblando el periódico se sorprendió mucho al ver el rostro de él en primera plana.
- ¡LUNA! - Gritó sorprendido desde el segundo piso - ¡LUNA, VEN AQUÍ!
- ¡¿Por el amor de díos, que sucede?! - preguntó una exasperada rubia subiendo a todo correr por las escaleras.
- ¡LO VES! - Gritó el pelirrojo mostrándole el periódico - ¡LO SABÍA! ¡JAMES PATTERSON ERA HARRY POTTER!
Luna se quedo atónica tras arrebatarle de un manotazo el Profeta a su esposo.
- No lo puedo creer - dijo en un susurro ahogado - Pero
¡Si esta vivo!
- ¡Yo te dije! - Exclamó el hombre con orgullo - ¡Te dije que ese tipo era Harry! pero no me quisiste creer.
- ¡Wow! Es que
es sorpréndete
después de 5 años de
¡Wow!
- Si, lo se - coincidió el pelirrojo - No se si mamá ya habrá leído el periódico - y miro con soslayo la ventana - Si así lo hizo, seguro que le dio un infarto.
Y como para toda respuesta, un fuerte golpeteó resonó en la ventana. Ron y Luna se miraron, y yendo hacia ella, vieron a Errol, la vieja lechuza de la familia Weasley, que volaba a fuera con el frío.
- ¡Errol! - exclamó un emocionado Weasley.
Abrió rápidamente la ventana y dejo pasar a la cansa lechuza.
- Creo que es hora de que deje de entregar cartas - opinó Luna la cual miraba el cansancio del pobre animal.
Ron no le prestó mucha atención al comentario de su esposa, y abriendo el pergamino lo leyó con rapidez.
- ¡Mamá ya lo leyó! - Comentó entusiasmado - Y dice que porque no averiguamos donde esta viviendo Harry para que vallamos a visitarlo.
- Es una grandiosa idea - dijo Luna sonriente - ¿Pero donde hacemos eso?
Ron se quedo callado un momento, pareciera como si su cerebro estuviese trabajando muy deprisa que sus orejas se coloraron.
- ¡Lo tengo! - Exclamó - Dicen que la Internot lo encuentra todo.
- La Internet - le corrigió Luna - Si buena idea amor, pero recuerda que Harry es mago, no muggle.
- Pero James tuvo que tener contacto con los muggles, seguramente aparecerá algo - opinó el chico - No perdemos nada con intentarlo.
Luna giro los ojos y chasqueando la lengua accedió.
º*º*º*º*º*º
Liverpool, sector de Pollnew:
Lavender estaba terminando de transcribir unos papeles que tenía sobre la mesa, ya que los necesitaría para el día de mañana en una conferencia que tendría en el Hotel Hilton.
Suspiró con aplomó y se sobó su pequeña barriguita, no podía comprender como los meses habían transcurrido tan rápido. Hacía poco era cuando Dean y ella estaban en su lecho de amor, y ahora dizque con 3 meses de embarazo.
- ¿Qué será? - se preguntó a lo bajo mirando su vientre - ¿Un niño o una niña? Dean quiere un niño, pero
sería magnifico que fueras una nena - y se quedo divagando en sus pensamientos del sexo del bebé.
Un suave llamado en la puerta fue el culpable de sacarla bruscamente de sus pensamientos. Miro con soslayo la puerta y anunció que entrara.
- Amor - dijo Dean entrando en la habitación con el Profeta en la mano. Parecía sorprendido por algo.
Lavender se levanto de la silla y se acercó a el - ¿Qué sucede? - le preguntó curiosa.
A toda respuesta, Dean le mostró la foto mágica que se movía en primera plana.
Lavender pegó un gritito y se tapo la boca con ambas manos - ¡Dios, pero si es HARRY POTTER!
Dean asintió
º*º*º*º*º*º
Miami, Beach.
Hora local: 1:25Pm.
A comparación con el agua nieve que por todo el continente europeo se respiraba, en la playa de Miami el ambiente era calido y reconfortable.
A pesar de que en ocasiones un viento frío rodeaba la playa, era el único invierno que los habitantes de Miami vivían.
En un cómodo apartamento campestre que tenía vista al mar, una jovencita con rasgos hindúes, ojos negros profundos y cabello largo y liso del mismo color, miraba ensimismada el cielo.
- ¿Parvati? - Indagó su esposo entrando en el balcón - ¿Te sucede algo?
La chica lo miró y negó - No
simplemente
pues
estaba pensando en
.pues
viendo a los niños jugar se me vino a la cabeza que
sería
sería lindo tener un hijo, ¿No te parece? - Michael la miró con el ceño levantado y suspiro.
- Parv, ya hemos hablado de eso - le recordó su esposo - Todavía
todavía es muy pronto para cargar con tremenda responsabilidad.
Parvati suspiro y lo miro - Lo se pero
mi amiga Lavender ya esta embarazada y
- ¡Dale, y dale con la amiguita esa! - exclamó el joven exasperado - Pues bien por tu amiga, pero es la vida de ella y su esposo, no la nuestra. Seguro piensan que tener un hijo a tan temprana edad es muy reconfortable pero
- ¡Mis padres tuvieron a mi hermana y a mi a los 21 años! - le comentó la chica con las mejillas coloradas - ¡Y ellos no se murieron por cargar con DOS responsabilidades!
Michael giró sus ojos y miro hacia el cielo.
- Amor, es que a un no estamos preparados
- ¡El que no esta preparado eres tu! - Le espetó la chica furiosa - ¿Por qué no quieres tener un hijo? ¿Cuál es el problema? ¿Qué pasa? - pareciera como si Michael hiciera un enorme esfuerzo de controlar su ira, pero sin aguantarla más, exploto:
- ¡MALDITA SEA, PORQUE A MI NO ME GUSTA ACARREAR CON RESPONSABILIDADES! ¡SOY MUY JOVEN, Y NO QUIERO DAÑARME LA VIDA CAMBIANDO PAÑALES Y ALIMENTANDO A UN MOCOSO QUE LO ÚNICO QUE HACE ES LLORAR! - y miro atentamente a su mujer - ¿SABES PORQUE DEMONIOS ME CASE CONTIGO? PARA TENER A ALGUIEN CONQUIEN ACOSTARME, PARA NO ANDAR CON CUALQUIERA DE LA CALLE, ¡POR ESO ME CASE CONTIGO! POR NADA MÁS.
Parvati no podía creer lo que sus oídos le estaban trasmitiendo al cerebro, es que era imposible.
¿Cómo demonios Michael Cyrus, aquel chico guapo y caballeroso que había conocido en la universidad, se había vuelto así?
Ella que había sido la mujer más feliz del mundo cuando este le propuso matrimonio, ella, que había sido la más dichosa al estar entre sus brazos y sentir sus caricias.
Ella, que pensó que en un futuro no muy lejano, tendría hijos los cuales llevarían su apellido y todo sería color de rosa.
Habían sido tantos sueños derrumbados en una tarde.
- ¿Por qué dices eso? - le preguntó entre lagrimas - ¿No es cierto, verdad? ¡Mira que
es de muy mal gusto lo que me estas
.me estas diciendo!
- ¡No es ninguna broma! - le afirmó el joven, muy serio - Es la verdad Parvati, yo solo me case contigo para tener placer
nada más.
¡PLAF!
Dio a Michael una bofetada con todas sus fuerzas.
- ¡ERES UN CERDO! - Le gritó de grito en cuello - ¡Te odio! - y yendo hacia adentro sacó una enorme maleta y sacando toda la ropa de él del armario comenzó a guardarla, o más bien, a tirarla en la valija.
- ¡¿Pero que demonios haces?! - le preguntó el hombre mirando atónico a su esposa - ¿Por qué estas sacando toda mi ropa?
Parvati no le respondió al instante, se limito a cerrarle la maleta con fuerza y ponerle en sima zapatos, chanclas y todo lo que se le atravesara.
- ¡Pues porque te largas! - le respondió al fin - Este apartamento es mio, y no voy a permitir que convivan aquí las cucarachas - y le lanzó una mirada cargada de veneno.
Michael la miro con los ojos como platos - Pero amor
podemos
podemos hablar - opinó tartamudeando.
- ¡No tengo nada que hablar contigo! - Le espetó la chica - Todo lo que me tenías que decir ya están en mis oídos
así que te puedes ¡LARGAR! - Y colocando su laptop sobre la valija, le señalo la puerta - ¡VETE!
- Pero
pero amor, nuestro matrimonio
esta relación
- ¡Bah! - Bufó con exasperación - Por eso no te preocupes, ahora mismo comenzare con las tramites de divorcio, y en menos de lo que canta un gallo ya no seré más la señora Cyrus.
º*º*º*º*º*º
London Center, Sector de Loserville
Ginny y Neville se encontraban en la habitación viendo televisión, hasta que un fuerte golpeteó los saco de su comodidad.
- ¿Puedes ver que es, amor? - le preguntó la pelirroja mirando al carirredondo.
Logbottom asintió, y yendo hacia el lugar del ruido abrió la ventana.
- Es una lechuza del profeta - comentó, mirándola extrañado - ¿No habías cancelado la suscripción? - Ginny se levantó de su cama y fue a donde estaba su novio.
- Si, pero
¿Qué aquí? - Neville negó y abriendo la ventana la dejó pasar.
- No tenemos un knut - le comentó Ginny a la lechuza parda - Lo siento.
Y como si la sonrisa de la chica fuera suficiente para la lechuza, esta dio un ululu y se marcho.
Los jóvenes la miraron irse, y agarrando el Profeta lo abrieron:
En la primera plana el rostro de Harry potter sonreía mostrando sus ojos verdes brillantes en todo su esplendor.
- ¡Harry! - exclamaron los chicos.
º*H/H*º
Al terminar las compras navideñas a las doce del día, llegó a su casa y descolgando todos los paquetes en la sala, fue hacia la cocina.
Tomó un vaso con agua y luego subió a su habitación. Al entrar vislumbro una gabardina negra, la cual el dueño era Draco Malfoy.
- ¡Díos! - dijo a lo bajo, mirándola con ensimismamiento - La gabardina de Malfoy.
Suspiró con aplomó y miro su reloj - Son las doce en punto
.creo que me tocara ir a su empresa y entregársela - y con otro suspiro, desapareció.
º*H/H*º
Traspaso las puertas de cristal que había a la entrada, luego de hablar con el guarda y comentarle que iría donde Draco Malfoy, este la dejó entrar sin ningún problema.
- Otra que cae en sus garras - dijo el portero a lo bajo cuando Hermione se alejó de el.
La chica lo miro sobre su hombro, y mejor se quedo callada.
- Vengo a ver al señor Malfoy - dijo la muchacha al llegar a la recepción del 3 piso.
Una mujer de ojos violetas, cabello rubio y pómulos proporcionados, la miro de arriba a bajo.
- ¿La novia? - le preguntó con un tono que envolvía muchos celos.
- Eh, no - respondió la chica de inmediato - Soy una amiga
Hermione, Hermione Granger.
La recepcionista la volvió a mirar de arriba hacia abajo y chasqueando la lengua agarro el teléfono.
- Voy a ver si la puede atender - le dijo con seriedad - Ya que el señor Draco es un joven muuuuuuy ocupado.
- Si, yo se lo abrumador que es ser alguien de negocios - dijo la castaña con altanería.
La mujer levantó la ceja y mientras oprimía el botón Nº 1 dijo entre dientes: - ¡Altanera!
En la oficina del rubio, el teléfono sonó tan duro que lo sobresalto.
- ¿Qué sucede MaryAnn? - preguntó el joven exasperado.
- Señor, disculpe que lo interrumpa pero es que una chica lo necesita - le comento con desgana.
- Dile que venga después - le ordeno sin importancia.
MaryAnn sonrió y asintiendo miro a la castaña.
- Que regrese después porque en estos momentos el señor Draco esta MUY ocupado - Hermione bufo a lo bajo.
Miro la gabardina y dijo muy alto - ¡Dile que es urgente!
- ¿Hermione? - indagó el rubio al escuchar su vos al otro lado del auricular.
- Señorita, Draco me dijo que esta muy ocupado y que si puede
- ¡DEJALA PASAR! - le gritó su jefe.
- ¿Perdón?
- ¡Que la dejes pasar! - repitió el joven recuperando la compostura.
- Pero jefe
usted dijo que
- ¡La dejes pasar! - La cortó el platinado - Ah y otra cosita MaryAnn, dime Señor Malfoy, aunque te demores un poquito más - y descolgó la bocina.
- No tenías porque decirle eso - opinó Hermione ya en la oficina del rubio - Hubieras visto como me miro. Casi me mata.
Malfoy se rió - MaryAnn siempre mata con la mirada a todas aquellas que me vienen a visitar.
- Ya tienes guardaespaldas gratis - le comentó Hermione con ironía - No te tendrás que preocupar por las mujeres que te asedien.
- Contigo no hay necesidad de eso - y la miro fijamente.
Tras aquella mirada la chica se comenzó a sentir incomoda, por lo cual carraspeando le mostró la gabardina.
- La
la otra vez me la lleve - le dijo a lo bajo, tratando de disipar aquel recuerdo de su mente - Y
bueno, quise devolvértela.
Draco sonrió - Ah, bien. Eh
gracias - y la tomó con elegancia.
Sus manos se rozaron levemente, y sonriendo se alejaron.
- Este
bueno, ya me voy. Tengo que organizar mi casa para la navidad y pues
- Si, yo tengo que trabajar - y miro hacia su escritorio - Que te valla bien.
Hermione asintió y sonriéndole tímidamente desapareció.
º*H/H*º
Parecía como si el timbre de la casa se hubiese dañado, ya que no había dejado de sonar desde hacia 1 minuto.
- ¡Ya voy! - exclamó Harry bajando por las escaleras a todo correr.
- ¡Que demonios pasa! ¿Ustedes quieres son? - preguntó tras ver a una rubia de profundos ojos azules que venía acompañada por un pelirrojo con pecas.
Los dos se quedaron boquiabiertos al verlo, tanto que Ron se quedo mudo, por lo cual Luna tuvo que hablar.
- El es Ron Weasley y yo soy Luna de Weasley - contestó con una sonrisa - Y
somos
¿Nos dejas pasar? - Harry los miro con el ceño fruncido. ¿Dejar pasar a dos completos desconocidos que lo único que sabía era su nombre? Y eso que se lo dijeron hace 5 segundos.
Pero bueno, los dos tenían cara de buena gente, asintió.
- Y
¿Se supone que los tengo que conocer? - preguntó Harry tras escuchar a Ron y a Luna. Estos asintieron.
- Si, nosotros estudiamos juntos, en Hogwarts - le comento Ron por enésima vez - Fuimos compañeros de cuarto y estábamos en la misma casa.
- En quinto fuiste con nosotros dos y otros compañeros al Ministerio de Magia, a rescatar a tu padrino.
- Sirius - dijo el ojiverde a lo bajo.
- ¿Lo recuerdas? - le preguntó Ron sorprendido envuelto con un tono de: ¿A ese si lo recuerda y a mi no?
- Bueno, algo - confesó el moreno algo colorado - Leves imágenes - y los miro - La verdad
a un no eh podido recuperar todo mi pasado - se quedo callado y miro atentamente a Ron.
Luego recordó los primero sueños que había tenido, siendo James Potter.
- Espera un momento. A ti te recuerdo un poco - le comentó escudriñando su rostro.
Ron se ensancho de la felicidad - ¿En serio? ¿Y que recuerdas?
- Pues
.- balbuceó el moreno - Son imágenes confusas, no se
estamos corriendo en todas ellas.
- Si, siempre corrimos en Hogwarts - comentó el pelirrojo y se ensimismo al recordar viejos tiempos.
Harry sonrió - Eh si
aunque la verdad no me acuerdo mucho de ti.
- Bueno no importa - dijo el pecoso sin mucha importancia ya - Mira, mi mamá te manda pasteles de caldero y un suéter - le comentó entregándole un paquete de color rojo sangre.
Potter lo recibió y sonrió.
- Le dije a mamá que no te diera el suéter, pero ella insistió hasta que te lo traje.
Al abrir el paquete vio un suéter de tela Yérsey color carmín, que tenía bordado en el centro una enorme y gorda H.
- ¡Wow! Esta
lindo - y sonrió.
Luego miro con ensimismamiento los pasteles de caldero.
Después de varios minutos de silencio, Ron carraspeó lo que provoco que el moreno se sobresaltara.
- Y Harry
¿dime como recordaste todo? ¿Fue así de improviso? - el ojiverde negó.
- No, la verdad me ayudo mucho Hermione.
Luna y Ron se miraron.
- ¿Hablas de Hermione Granger? - preguntó Lavengood algo sorprendida. Este asintió.
- ¿Qué tiene que ver ella en todo esto? - preguntó Ron atónico.
Harry los miro - Pues
mucho la verdad - y estos se quedaron en silencio.
- Gracias a Hermione fue que comencé a recordar todo. Ella
ella me mostró quien era yo y
pues
ahora estoy aquí
.siendo lo que era antes.
Ron se quedo callado y miro a Luna.
- Y
. ¿Estas con ella aun sabiendo lo que te hizo? - le preguntó a lo bajo.
- Cállate Ron - le ordenó su esposa entre dientes.
- ¡Deja que conteste! - Harry los observó como discutían, así q respondió antes de que se armara la gorda.
- No te entiendo - dijo - ¿Qué hizo Hermione? - al escuchar aquellas palabras, una sonrisa de ironía surco el rostro del pelirrojo.
- ¿Hermione no te ah dicho lo que hizo hace 5 años? - Harry negó.
- ¡Cállate! - le espetó Luna, pero aquello no fue suficiente para detener al pecoso.
- ¿Estas con alguien que por culpa de ella fue que tuviste que comenzar desde cero? - el moreno levantó el entrecejo.
- No te entiendo - confesó algo abochornado.
Ron bufo - ¡Pues simple! Resulta que tu querida Hermione Granger ¡TE TRAICIONO!
- ¡RON!
- ¿Qué? ¡Era hora de que lo supiera!
- ¡Pues si, pero no por tu boca! - le dijo Luna entre dientes, muy enojada.
- ¿Cómo que Hermione me traiciono? - repitió un confuso Potter.
Weasley asintió - Si, Harry. Tu querida Hermione por dejar de ser una sangre sucia y convertirse en alguien importante - y dio mucho énfasis en la última palabra - ¡Te traiciono! Se unió a Voldemort, a los mortifagos, ¡A TU ENEMIGO!
Harry no lo podía creer, no, todo eso es mentira, no
eso no puede ser cierto
no.
- Estas mintiendo - dijo a lo bajo - Hermione es incapaz, ella, ella
- Eso es lo que también creería si no la hubiera escuchado desde su propia boca - y lo miro fijamente - Harry, Hermione te traiciono
¡Por eso te paso lo que te paso! ¡TODO POR CULPA DE ESA MALDITA GRANGER!
- ¡CALLATE, RON! - le gritó Luna desesperada.
La pareja comenzó a discutir y Harry se que en un lapso total de ensimismamiento, asombro y sorpresa.
----------------------
Ahora que Harry sabe toda la verdad, ¿Que pasara de ahora en adelante con Hermione y él?
¿Será que terminaran?
¿Malfoy se aprovechara de ello?
¡DESCUBRANLO! en el prox chap....
Wow, no lo puedo creer, este capitulo lo termine en un día...jaja me supere, viva, viva, yupiiiiiiiiiiiiii jajaja. Me siento realizada.....
Ok, primero q todo: MUCHAS GRACIAS A TODAS LAS PERSONAS QUE DEJARON SUS REWS EN EL ANTERIOR CAP. Me alegra mucho que les haya gustado tanto n_n
SIEMPRE RESPONDO LOS REWS EN MI BLOG, OSEA DONDE DEJAN LOS REWS....para todos aquellos q e preguntan si los respondo, pues miren hay ok?
Otra cosita antes de irme, ya q tengo la inspiracón a flote y me trasladare con mi bota hacia mi otro fict, FELIZ AÑO a todos. Q las metas y sueños q no se les cumplieron en este año, pues q se les cumplan en el 2007.....
Muchas gracias por acompañarme en este año, y espero q en el prox año sea =....besos los kiero a TODOS en especial a mi mami GABY, q me dejo esperando su rew en el prox chap...che nena.....¡T ADORO!
besos a todos y cuidense...
Se despide de ustedes su más fiel escritora:
Emma_Potter.....
PD: Samantha volvera, no se preocupen, y ah si, ya aparecieron los persos q dieron su aparicion en los primero capis!! seguiran más su asentuamiento ahora q regreso harry...n_n
Escenas dl capitulo anterior (jajaaj)
Weasley asintió - Si, Harry. Tu querida Hermione por dejar de ser una sangre sucia y convertirse en alguien importante - y dio mucho énfasis en la última palabra - ¡Te traiciono! Se unió a Voldemort, a los mortifagos, ¡A TU ENEMIGO!
Harry no lo podía creer, no, todo eso es mentira, no
eso no puede ser cierto
no.
- Estas mintiendo - dijo a lo bajo - Hermione es incapaz, ella, ella
- Eso es lo que también creería si no la hubiera escuchado desde su propia boca - y lo miro fijamente - Harry, Hermione te traiciono
¡Por eso te paso lo que te paso! ¡TODO POR CULPA DE ESA MALDITA GRANGER!
- ¡CALLATE, RON! - le gritó Luna desesperada.
La pareja comenzó a discutir y Harry se que en un lapso total de ensimismamiento, asombro y sorpresa.
*************
19
Déjame explicarte
Los recuerdos y las imágenes de una noche oscura, llena de tinieblas y luces verdes, rojas, azules y demás, saltaban y salían por su agitada cabeza.
Cerró por los ojos para apaciguarla, pero al parecer eso había sido un error.
El cambio de color en el semáforo le avisó que ya tenía que avanzar, y virando hacia la izquierda fue hacia la casa de ella.
Aquella fiera que se había estado adormilando en su interior, ahora estaba deseosa de salir y rasguñar a la primera persona que se le colocaría en frente.
Y es que era algo absurdo, ¿Cómo pudo Hermione Granger hacerle eso? Él que pensó que era alguien especial, el que la amo con todo su ser, ¿Y le pagaba con eso? la verdad la vida era muy injusta con el pobre moreno.
Llegó a su casa y frenó en seco. Se bajo del carro y miro con sosiego la fachada. Suspiró con aplomó y dirigiéndose a la puerta la toco con fiereza.
La primera vez no tuvo respuesta, por lo cual toco de nuevo, una y otra vez; hasta que la voz de la castaña resonó en la residencia.
- Ya voy, ya voy - decía constantemente, bajando con rapidez por las escaleras.
- ¿Si bue
? ¡Harry! ¡Me alegra
! - pero no pudo terminar su oración ya que el muchacho entró con fuerza a la casa, empujándola para que le diera paso.
- ¿Pero que te pasa? - le preguntó su novia mirándolo algo aturdida.
- ¿A caso no te lo imaginas? - preguntó a su vez el moreno con sarcasmo. Hermione levantó el entrecejo y negó con sinceridad.
- Ja - bufó Harry con ironía - Si claro, como si no supieras que gracias a ti mi vida fue una completa incógnita por 5 años.
La ojimarron tuvo que demorarse unos segundos para que su cerebro captara la indirecta. Luego abrió los ojos como platos.
- Harry
yo
yo te lo quería decir, en serio.
El moreno la miro con furia - Claro, ¿Cuándo lo ibas hacer? Una vez que ya estuviera viejo y que no escuchara nada ¿Tenías que esperar hasta que otra persona me lo dijera?
- Harry
.entiéndeme, para mi es muy difícil decirte
que
que
- ¡Que tu eres la causante de mi supuesta muerte! - le completó el joven con frialdad.
Hermione negó - No Harry, las cosas no son como las crees. Yo estuve entre la espada y la pared, no tenía tiempo de elegir. Eras tú o eran mis padres.
- ¡TONTERÍAS! - Exclamó el ojiverde dándole un puño a la pared - ¡Tonterías! Deja de ser tan hipócrita Hermione, y dime la verdad. ¡Tu solo hiciste eso para ser alguien en la vida, para ser reconocida, para conseguir fama! Tal cual lo dijo Ron.
- ¿Así que Ron fue el soplón que te dijo? - Preguntó Hermione - ¡NO LE CREAS NADA LO QUE ESE ESTUPIDO DIGA!
- Pues ese estúpido como tu le dices - hablo Potter entre dientes - Si tuvo el coraje de decirme lo que mi querida Hermione hizo.
La castaña lo miro - ¿Crees que es muy fácil decir algo así? ¿Crees que es muy simple decirle a la persona que más has amado que lo traicionaste? ¡Eso noe s fácil Harry, y mucho menos si fue por obligación!
Hubo un minuto de silencio, donde solo se escuchaban los bufidos de ironía que Harry daba.
- ¡Hermione! Dejemos de idioteces ¿Quieres? Solo dime que lo hiciste por ser alguien en la vida y con eso se arregla todo.
- ¡PERO ES QUE NO FUE ASÍ!
- ¿ENTONCES POR QUE LO HICISTE? - le gritó el moreno de grito en cuello.
La muchacha se quedo callado y desvió su vista hacia el suelo - Voldemort había capturado a mis padres - le comentó en un susurro - Era ellos o tú. Si no quería perderlos tenía que unírmeles y
y
.y traicionarte - y al decir aquella palabra se tapo el rostro con sus manos, al tiempo que muchas lágrimas surcaban su rostro - Compréndeme - dijo a lo bajo - Eras tu, o era la vida de mis padres.
- ¡PERO YO ERA TU NOVIO, MALDITA SEA!
- Si - aceptó una avergonzada Hermione - Y no me siento muy satisfecha por haberte traicionado, pero
¡MIS PADRES ME DIERON LA VIDA! Ellos son mi todo sobre cualquier cosa
y
tú también lo eras pero
¡Padres son padres, y nadie los puede remplazar!
- ¡pero tampoco nadie me reemplazo! - Exclamó un ojiverde ardido por dentro - Tú no sabes cuando sufrí con todo esto Hermione, no sabes
no sabes lo que es levantarte en un hospital y no saber quien eres. No sabes lo duro que es irte a vivir a otro país y convivir con personas que tú nunca has visto. No sabes lo mucho que sufrí durante esos 5 años
y todo POR CULPA TUYA.
- ¡NO ME TIENES QUE RECORDAR QUE ES MI CULPA! - gritó una desesperada Hermione. Las lágrimas le caían como agua por las mejillas, perdiéndose en el escote de su blusa.
Otro minuto de silencio, en que hay si no se escuchaba nada. Harry estaba que se encendía por dentro: Primero, la fiera en su interior quería lanzarle la primera maldición que se le ocurriera a la persona que estaba al frente, y segundo, sentía una frustración inmensa al saber que aquella persona que tantas ganas tenía de degollara; ahorcarla, torturarla, era su Hermione, su amada Granger.
- ¿Por qué? - preguntó de repente el moreno. Estaba arrodillado y el rostro lo tenía tapado con sus manos - ¿Porque lo hiciste?
Hermione se murió el labio inferior y entre lágrimas dijo:
- No tenía alternativa. Yo te amo Harry, pero el amor que siento por ti es muy diferente al que siento por mis padres, y no podía permitir que los mataran en mi presencia. Ver como los torturaban, como gritaban, como sufrían. No podía permitirlo.
- Pero si lo permitiste conmigo - dijo el chico entre dientes. Su rostro también se estaba llenando de lágrimas - Permitiste que Voldemort me destruyera en Hogwarts, permitiste que sufriera, que me desmoronara por dentro con cada maldición, permitiste mi destrucción
y lo peor de todo es que
permitiste que confiera en ti - levantó su rostro húmedo y la observo con la mirada más acecina que ninguna persona podría colocar - ¡YO CONFIÉ EN TI HERMIONE! Tú eras la única persona que me entendía, que sabía que me preocupaba, la única mujer a la que ame de verdad. Podría ser que haya salido con Ginny en 6, si lo acepto, pero
contigo fue diferente
yo a ti te AMABA, y con ella solo fue una simple atracción - se quedo callado y limpiándose las lágrimas de su rostro dijo - ¿Y sabes que es lo peor? - La chica negó - Que aun te sigo amando. Y me duele no poderte destruir, no poder hacer que sientas si quiera un poco del dolor que en estos momentos estoy sintiendo. Me duela saber que la persona a la que quiero acabar es la mujer que más eh amado sobre todo el mundo, la única que supo comprenderme y saber quien era. La única que
¡MALDITASEA TU FUISTE LA ÚNICA A LA QUE LE DI MI CORAZÓN, MI ALMA, MI TODO, LA ÚNICA, Y ME PAGAS CON ESTO
.QUE DESGRACIA TAN MALDITA LA MIA!
Con cada palabra una parte de mi alma se iba desmoronando de a pedacito. Con cada expresión, con cada gesto, hasta con su respiración mi corazón dejaba de latir poco a poco. Y esa mirada, aquella mirada que sus ojos verdes esmeraldas irradiaban: Llena de odio, tristeza, frustración, sorpresa.
Sabía que en esos momentos él me estaba odiando y amando, y me estaba matando por dentro. Y aquello me dolía tanto.
Yo lo amaba, y quería besarlo, abrazarlo y decirle que lo sentía. Que comprendiera que tuve que elegir entre las dos cosas que más amaba, que estaba entre la espada y la pared
que
no había tenido escapatoria.
Le quería decir que Voldemort había jugado muy bien, que se las sabía todas. Pero no
la fuerza se me había ido, no tenía el valor de decirle aquello. Si, soy una cobarde pero
¿De que me sirve tener valor si igual Harry no me iba a comprender?
¡Maldito cabeza dura! Lo se
y odio el día en que me cruce con los mortifagos, el día en que dije si a todo eso
y ahora que lo pienso, todo esto sería distinto si me hubiera echo matar. Así mis padres quedaban vivos y Harry destruía a Voldemort y todos felices. Sí, seguramente eso hubiera sido lo mejor, pero claro, la chica modelo; inteligente; audaz; astuta, no pensó con esos momentos, se dejo llevar por la cobardía y olvido que era una Gryffindor. ¿Absurdo no? Yo que siempre había sido la típica niñita que hacía valorizar los sentimientos de cada casa, que alentaba a los alumnos para que lucieran su hogar
y véanme donde caí
¿Irónico, no les parece?
Y ahora estoy aquí
esperando a que la única persona que eh amado me diga hasta de que me voy a morir. Esperado su desprecio, su ignorancia.
Maldito el día en que me tropecé con los mortifagos, MALDITO EL DÍA.
- Déjame explicarte - susurro una llorosa Hermione desde la puerta - Hablemos y
Harry bufo - ¿Hablar? - repitió sin podérsela creer - ¿Hablar de que? De cómo t burlaste a mis espaldas cuando hablas con Voldemort sobre destruirme ¿Quizás? O como te divertías estando en las reuniones secretas, ¿De pronto?
La chica negó - No
quiero
quiero
¡ENTIENDE QUE NO TENÍA ESCAPATORÍA
YO
!
- ¡CALLATE! - Le gritó el moreno acercándosele. La miro fijamente y con una voz cruel y una mirada cargada de veneno dijo:
- No quiero volver a saber nada de ti. Olvida que existo, porque desde ahora
para mi solo eres una simple CUCARACHA ¿Entiendes? Solo eso y NADA MÁS - y abriendo la puerta con fuerza la cerró bruscamente.
Me quede estática en el lugar donde me había hablado Harry. Muda, sin saber que hacer. Hasta que mi sentido común me hizo reaccionar y yendo hacia la puerta grite
- ¡HARRY! - pero su carro ya iba muy lejos, y quede hay, bajo la nieve que extrañamente se fue intensificando a medida que mis lágrimas corrían libremente por mi rostro.
Mis rodillas tocaron con un golpe seco el suelo mojado, pero no me importo. Estaba desbastándome por dentro.
º*H/H*º
Un Ferrari rojo paso el primer semáforo, viro a la izquierda y se detuvo frente a una casa con una fachada muy linda y elegante. Cuando estaba apunto de bajar a tocar, vislumbro una silueta a unos pasos de la reja. Se encontraba arrodillada y se tapaba el rostro con sus manos.
- ¿Hermione? - indagó Draco Malfoy arqueando las cejas.
Aquel día iba hablar con ella para dejar aclarado que lo del beso lo había sido un impulso, y que no había necesidad de alejarse. Pero al verla arrodillada en casi mitad de la carretera, bajo una intensificada nieve, se acercó a ella con parcimonia.
- ¿Te encuentras bien, Hermione? - le preguntó con temor una vez estuvo a su lado.
La chica levantó su rostro y lo miro con sosiego.
- ¿Draco? - indagó. El platinado le sonrió y ayudándola a levantarse la llevó de nuevo a su casa.
- ¿Por qué estabas afuera? - Quiso saber el chico al tiempo que la sentaba en un mullido sofá al lado de la chimenea, y hacía aparecer con ayuda de su varita una humeante taza de Té.
Hermione no respondió al instante, solo se limitó a beber un amplió sorbo del Té. Después de varios minutos de silencio, la joven hablo.
- Harry ya sabe todo, Draco - respondió con una voz apagada y lúgubre.
- ¿A que te refieres?
- Ah que
el sabe lo que hice
que lo traicione.
Por un momento el joven sintió una inmensa satisfacción que renacía en su cuerpo. Ya no tenía a Potter estorbando en el medio, y aquella era la oportunidad para ganarse a la castaña.
Pero luego la satisfacción desapareció al ver que su rostro se surcaba de lágrimas de dolor.
- No llores - dijo abrazándola - Sabes que odio cuando lloras.
- Pero es la única manera que tengo de desahogar mis penas - confesó con bochorno.
- Hay muchas formas de desahogarse que llorar - le comentó Draco mirándola fijamente - Como por ejemplo escuchar los concejos de los que te quieren.
Hermione negó - No tenga a nadie que me quiere. Mis padres murieron hace un año y
Harry no me quiere ver ni en pintura.
- No estoy hablando de ellos - hablo Malfoy ignorando el nombre de Potter - Si no de mi - y le acarició la mejilla.
Hermione le sonrió y alejándose un poco de el se tapo el rostro.
- ¡Mi vida no podría estar peor, Draco! - Confesó entre dientes - Lo peor que me podía pasar era que Harry se enterara de lo que hice por boca de otra persona.
- ¿Y quien le aviso?
- Ron - respondió en un susurro - ¡Yo se lo iba a decir
y tú puedes dar crédito de ello
pero
aun era muy pronto para eso!
Harry apenas se estaba acoplando a la noticia que salió en el Profeta de que el seguía vivó, y aun era muy pronto para esto - y muchas lágrimas comenzaron a salir por sus ojos como si fueran una llave descompuesta.
El platinado odiaba ver llorar a Hermione, y volviéndola abrazar, la miro fijamente a los ojos
aquellos ojos que día y noche lo embelesaban.
- Princesa, tu sabes cuanto odio que llores. No me gusta que estés sufriendo por alguien, ni mucho menos por Potter. Mira, tú eres alguien grandiosa, que cualquier hombre estaría feliz de tener a su lado
y si Potter no quiere ver eso, es su problema.
- Pero
es justo que se aleje de mi
igual yo fui la culpable de que sucediera todo lo que paso - y se secó unas cuantas lágrimas que resbalaban por sus mejillas dispuestas a perderse en su escote - ¡FUI UNA TONTA DRACO, UNA ESTUPIDA! - y lo abrazó con fuerza.
El rubio solo se limitó a corresponderle el abrazo y sonriendo le acarició con dulzura la cabeza.
- Pero piensa una cosa Hermione: Si Potter te quiere como tanto el te a dicho, vendrá a buscarte para aclarar las cosas
o si quiera te escuchará si vas a buscarlo. Pero si solo te ignora y te trata mal, hay no hay nada más que pensar
.el no te quiere y seguramente nunca te quiso.
Aquellas palabras lo único que provocaron fue el descubrimiento de nuevas y más lágrimas de dolor y frustración.
Una vez más, Hermione Granger se ahogaba en la tristeza.
º*H/H*º
Sus ojos se enlagunaban cada vez que el rostro de la castaña aparecía en su mente, y unas cortas lágrimas salían cuando aquel recuerdo de una noche mágica le insurpaba la cabeza.
Es que
¿Cómo era posible que ella le hubiera echo eso? ¿En que estaba pensando cuando lo traiciono?
En ser reconocida le respondió una imprudente voz en su cabeza, aquella voz que siempre aparecía en los momentos menos indicados.
- ¡MALDITA SEA! - exclamó furioso, golpeando con fiereza el timón del auto.
Al llegar a su casa, Ron y Luna ya no estaban, seguramente pensaron con cabeza fría si él llegaba echo una fiera que les hubiera dicho o echo.
Comenzó azotar todas las cosas que se le atravesaran por el camino, entre ellas: El perchero al lado de la puerta, un libro de magia que por un desgraciado error se encontraba sobre la mesa del teléfono, y consigo llevo del bulto también el teléfono.
Los asientos del comedor y algunos papeles que habían sobre el también fueron las victimas de su enorme ira.
Se desplomó con desaliento en el sofá y comenzó a llorar como un niño pequeño, un niño al que le habían destrozado el corazón (pero no por robársele una paleta) si no porque se sentía herido hasta lo más profundo de su pecho.
Los leves recuerdos que su cerebro comenzó a recopilar, le mostraban su época en Hogwarts, aquella época que fue tan gratificante.
Le comenzaron a mostrar sus aventuras y desventuras con aquel chico pelirrojo que hoy había ido a visitarlo y con su amada Hermione.
Se enfureció al ve aquella imagen que alborotándose su rebelde cabello abrió los ojos.
- ¡TE ODIO! - gritó con todas su fuerzas hacia el vacío.
º*H/H*º
Los días que faltaban para la víspera de navidad terminaron muy rápido, tanto que los londinenses se sorprendieron de lo diminuto que se estaba volviendo el tiempo.
Como siempre a última hora se podía observar a compradores afanosos que entraban a una tienda con miles de paquetes y volvían a salir media hora después con diez paquetes más.
La verdad, la castaña se sorprendía lo tercos que eran las personas al dejar todo para última hora.
Con aplomó entro a una tienda de adornos navideños, para ver si podía comprar algunas cosas que le faltaban. La verdad era que ella no quería decorar su casa, ni mucho menos después de lo acontecido con Harry; pero un chico rubio la animó hacerlo, diciéndole que no se acomplejara por lo que aquel moreno le hiciera, que ella viviera si vida tranquila.
- Como si fuera tan fácil - dijo a lo bajo al recordar su conversación el día anterior.
****Flash Back****
Parecía como si su segundo hogar ya fuera ese. Ya que todos los días el platinado llegaba a la casa de Hermione siempre a la misma hora, con la excusa de saber como seguía de su rompimiento con Potter.
La castaña le agradecía mucho la preocupación de su amigo, pero a veces se hastiaba al verlo día y noche en su morada.
Un día antes del 24, el timbre resonó en la residencia Granger, y con aplomó la muchacha fue abrir.
- ¡Draco! - exclamó con una sorpresa muy bien fingida - ¡Que placer volverte a ver! - aunque claro, aquel placer se había reducido a la 5 visita consecutiva en dos días.
- A mi también me da mucha alegría verte de nuevo - confesó el rubio dándole un beso en la mejilla - Cada vez estas bella.
Hermione le sonrió. Ya no se colocaba sonrojada con los cumplidos de joven, ya que se estaba acostumbrando tanto a ellos como si fuera una lección de cada día.
- Ven entra, que hace un frío glacial a fuera - le aconsejó la mujer dándole paso.
Malfoy sonrió, y yendo hacia la sala se sentó en un mullido sofá.
- Y
¿Cómo sigues?
Hermione lo miro con sosiego y yendo hacia el Minibar respondió - Pues no te puedo decir que muy bien pero tampoco estoy tan mal - y sacando dos copas de cristal junto con una botella de vino se acerco a el - ¿Quieres?
- Encantado.
Vertió un buen contenido en su copa y entregándosela le sonrió.
- Ayer llame a Harry - le confesó la ojimarron.
- ¿Así? ¿Y que te dijo? - preguntó un muy curioso Malfoy.
- No me dijo nada - respondió con vaguedad - La verdad, ni me contestó el teléfono.
Una sonrisa malévola surco el rostro del platinado, pero al parecer la castaña no la había percatado.
- ¿Y lo llamaste al celular? - preguntó con delicadeza. Hermione asintió.
- Si, como 6 veces. Pero ninguna me quiso responder. Intente llamando de un celular de otra persona, pero cuando escucho mi voz inmediatamente me colgó.
- Ósea que te esta evadiendo - comentó el hombre mojando sus labios con la punta de su lengua.
Hermione lo miro y asintió - Mmmm, me temo que si - y reprimió las ganas de llorar - Aunque bueno
yo en su lugar también estaría haciendo lo mismo.
- ¿En serio? - Hermione se mordió el labio inferior y se retracto.
- No, mentiras
yo no soportaría dejarle de hablar - Draco asintió.
- ¿Ves la diferencia? - Le preguntó el joven ocultando su felicidad - Si tu estuvieras en su lugar no lo evadirías, es más, tratarías de aclarar las cosas. Pero él lo único que hace es evadirte y colgarte el teléfono al saber que eres tú. Yo creo y te lo vuelvo a repetir, que Potter no te quiso como tanto te dijo, y por eso no quiere hablar contigo - hubo un turbio silencio, en donde el crepitar de las llamas de la chimenea era lo único que se podía escuchar en esos momentos, claro, sumándose a la barahúnda que los londinenses formaban afuera.
El rubio al ver que la ojimarron estaba apunto de llorar, cambio drásticamente de tema.
- ¿Y esa bolsa que tienes en el rincón de que es? - Hermione siguió su mirada y sonrió.
- Ah, son algunos adornos que compre para supuestamente decorar la casa
pero
ya se me quitaron las ganas.
- ¿Por Potter? - esta asintió - Otra vez la burra al trigo
Hermione, trata de sacártelo por un momento de la cabeza ¿Quieres? Vive tranquila tu vida y deja de mortificarte. Se que para ti es difícil, pero inténtalo
¿Dónde quedo la chica modelo, sabelotodo, fuerte y entusiasta que tanto repugne en Hogwarts? ¿Dónde quedo la joven que no se dejaba vencer por los obstáculos? ¿Dónde quedo la chica que luchaba para que fuera escuchada? ¿Dónde? ¿Se murió con el reencuentro de Potter? O tal vez ¿Nunca existió? - y la miro fijamente - Hermione, tienes que volver a recuperar tu fuerza, tu estatus y deja de vivir en la sombra que Potter te dejo. Deja de reprimirte por lo que ya se marco, vive la vida y no sigas la sombra de Potter. Por favor, regresa a la tierra, no te vallas, suficiente has aguantado para perder la esencia que tanto te caracterizo y la cual me fue cautivando poco a poco.
La castaña se quedo muda tras aquella perorata, y mirándolo fijamente a los ojos, se mordió el labio inferior.
****Fin del Flash Back****
- Bienvenida a Meykelin Marnness la mejor opción para artículos navideños - la saludo una rechoncha señora con una vocecilla supremamente aguda - ¿En que le puedo colaborar?
Hermione le trato de sonreír - Tienes
¿Escarcha blanca para paredes? - preguntó sin mucho entusiasmo.
- Si claro, y nos llegaron unas nuevas color tornasol, ¿Quiere verlas?
- Eh
si claro - asintió la mujer sin mucha importancia.
Mientras la rechoncha mujer iba hacia la bodega para buscar su pedido, la campanita que estaba arriba de la puerta de entrada sonó y por ella entro una chica de cabello rubio con un bebita en brazos.
La nena estaba profundamente dormida, lo que le resultaba algo incomodo a la mujer caminar rápido.
Se acerco a unas estanterías y agarro un paquetico de bolas para árboles de navidad que había visto en el fondo de una hilera.
Eran preciosas, daban visos de colores lo que provoco el despertar de la pequeña.
- Dulce - dijo la joven a lo bajo - Amor, ¿Por qué te despertaste? - le preguntó su madre acariciándole la mejilla.
A toda la respuesta la pequeña colocó su mano sobre el paquetico y miro a su madre.
- Ya veo - dijo con una sonrisa.
Fue hacia el mostrador mientras le hacia caritas a su hija, y dejando el paquete sobre el, la miro a los ojos.
Hermione se estaba impacientando por la tardanza de la mujer, que agarrando su bolso se alejo del mostrador. Justo cuando iba a salir de la tienda, la rechoncha vendedora la llamo.
- ¡Señorita, señorita! - la chica volteó y se quedo de piedra al ver a la muchacha que estaba frente al mostrador.
- Luna - dijo en un susurro.
- ¿Hermione? - indagó la rubia escudriñándola con la mirada.
La castaña medio le sonrió y mirando la escarcha asintió - Eh, si claro
me, me llevo esta - le dijo a la vendedora sin prestar mucha atención a la calidad de la escarcha, ya que lo único que le importaba era salir de hay lo más rápido posible.
Fue hacia la caja registradora y sacando su billetera miro el precio en la pantalla. Saco de ella las 55 libras que le pedían, y se las entregó a la señora de ojos verdes.
- Hermione, que
que sorpresa encontrarte - le dijo Luna algo aturdida por su reencuentro.
- Eh, claro
si, también digo lo mismo - asintió la castaña algo cohibida. Luego de que le registraran su compra, agarro el paquete y sin si quiera mirar a Luna dijo entre dientes:
- Hasta luego Luna, y
feliz navidad - pero antes de que saliera de la tienda, la mujer la intersecto.
- ¡No te puedes ir! - Exclamó la mujer viéndola fijamente - Tenemos muchas cosas de que hablar.
- Que yo recuerde no tenemos nada de que hablar - dijo la castaña algo seria.
- Si que la tenemos - la corrigió la rubia - Una de ellas es Harry.
Hermione se quedo de piedra al escuchar su nombre, y reprimiendo un sollozo negó.
- No
no creo que lo que haga o deje de hacer Harry sea de mi incumbencia.
- Pues yo creo que si te incumbe mucho, y más si se refiere a su rompimiento - la ojimarron por primera vez la miro.
- ¿A que te refieres? - le preguntó atónica.
- Me refiero a que se muy bien lo que sucedió entre ustedes dos hace algunos días. Harry ya sabe lo que hiciste, y por eso necesitamos aclarar algunas cosas - le contestó Lavengood muy seria.
- Pensé que esa cuestión ya la habían aclarado tu y todos los ex alumnos de Hogwarts - hablo la castaña con un tono de frialdad en su voz - Porque si no lo recuerdas bien, todos dieron por echo de que yo hice lo que hice por fama, por reconocimiento.
Luna agachó la mirada - Si
pero no fueron todos - y la miro a los ojos - Yo a un me caben las dudas de que hiciste eso por ser alguien en la vida.
Hermione suspiro y se quedo callada.
- ¿Y bien? ¿Que dices? ¿Vienes a tomarte un chocolate conmigo? Mira que esta haciendo un frío glacial.
Granger dudo si aceptar la invitación de su ex amiga ya que bueno
después de todo no confiaba en nadie, y la única en la que había confiado no sabía nada de ella desde hacia meses.
- Está bien - excedió por fin - Pero no puedo demorarme tanto
ya que
tengo una cita con alguien.
- ¿Un nuevo amor? - preguntó una curiosa Luna. Hermione negó.
- No
un amigo, nada más.
La rubia asintió - Muy bien
entonces espérame a que compre estas bolas y vamos a un café nuevo que hicieron en el centro comercial hace dos semanas.
Ella asintió sin miramientos, igual aquella charla no sería nada más que un mar lleno de insultos y ofensas.
Luego de 5 minutos, Luna salió con el paquete en una mano y su hija cargada en la otra.
- ¿Es tu hija? - Le pregunto Hermione yendo hacia el Café.
Luna asintió - Si, se llama Dulce de los Ángeles
es bueno
su padre es Ron - al decir aquel nombre, sintió un sabor amargo en la boca.
- ¿Te sucede algo? - preguntó la castaña al ver su reacción. La rubia negó.
- No, es solo que
bueno
Ron ha cambiado mucho. Ya no es el chico tierno y olvidadizo de Hogwarts
ahora
se va mucho por las apariencias y más con lo que sucedió contigo.
Hermione suspiro - Si, al parecer yo le arruine la vida a todo el mundo ¿No? - dijo sarcástica.
Luna negó - No, no estoy diciendo eso
solo que
bueno
- se quedo callada al llegar al recinto.
Se fueron a sentar a una mesa alejada de oídos curiosos, y luego de pedir dos tazas humeantes de chocolate se quedaron calladas.
- Y según tú - hablo Hermione de nuevo luego de un sepulcral minuto de silencio - ¿De que es lo tenemos que hablar? - Luna hizo una mueca desagradable. Sentía el rencor y el odio que su ex amiga de Hogwarts tenía en la voz. Aunque bueno, era de esperarse, ya que después de que todo el mundo te de la espalda por algo que hiciste y sin si quiera te dejen explicarlo, es para tenerle rencor a todas esas personas de por vida.
- Pues - balbuceó la rubia y desvió su vista hacia dulce - Primero
¿Qué te parece si me vuelves a decir el porque hiciste lo que hiciste?
Hermione suspiro - Pensé que eso ya estaba claro ¿No? O fue lo que me dieron a entender la otra vez.
Luna negó - Pues le habrá claro a los demás - aclaro la rubia - Pero no a mi.
La castaña la miro con recelo y chasqueó la lengua - ¿Y cual es la fisión que tienes por saber lo que realmente paso? - le preguntó cortante.
La mujer se mordió el labio inferior - Pues
yo siempre eh sido una mujer que le gusta escuchar lo que tiene por decir las personas, ya que desde pequeña mi padre me a inculcado el valor de la escucha y de que todo el mundos se merece una segunda oportunidad.
Aquellas palabras se podía decir que ablandaron un poco el corazón frío de la ojimarron, pero no tanto.
- La verdad no le veo sentido a esta conversación - le confesó con brusquedad - Ya que siempre que trato de explicar lo que realmente paso aquella vez a alguien de Hogwarts, es muy curioso que esa persona no me crea. No se
¿Casualidad o Coincidencia?
- Pues yo soy muy diferente a nuestros ex compañeros de la escuela - le hablo Luna muy seria - ¿O caso no recuerdas como me tratabas en 5? - Hermione agachó la mirada - Porque yo si me acuerdo. Me tratabas como una chiflada e insinuabas que El quisquilloso era una revista de mala muerte, claro con mucho tacto - la castaña se mordió el labio inferior y ahora era ella la que se sentía cohibida - Pero a un así - continuó Luna mirándola fijamente - Estoy en estos momentos contigo, exigiéndote que me expliques lo que realmente sucedió. Ya que yo si te considere y te sigo considerando una gran amiga. Hermione, tu tienes un corazón enorme y se que lo que hiciste lo hiciste porque lo tenías que hacer y no había escapatoria.
La ojimarron trato de ser fuerte reprimiendo las lágrimas, pero no pudo.
- Si quieres llora - le aconsejó la rubia - Y eso una vez más me demuestra que si eres humana y tienes corazón.
Al no poder contenerse más, la muchacha soltó el llanto como una magdalena, y con los ojos encharcados miro a Luna.
- No sabes lo arrepentida que me siento por lo que hice, Luna - le confesó la castaña - No sabes lo vil que me siento al recordar todo el daño que cause - tragó saliva para que su voz no se fuera perdiendo - Y más a Harry y a Ron. Ellos dos eran mis mejores amigos y bueno
traicionarlos fue lo peor que pude hacer en toda la vida.
Luna la miro con compasión y estirando el brazo libre que tenía le agarro la mano - Entonces, ¿Por qué lo hiciste?
Hermione se seco las lágrimas con la punta de su gabardina, y respirando profundo contesto:
- Todo sucedió en las últimas semanas de vacaciones - comenzó la chica - Me encontraba en Wiiney Splers con mis tíos
Había una especie de carnaval en la ciudad y ese día decidí salir porque mi tía me lo pidio
pero te juro que ese fue mi peor error
Luna escuchaba atentamente cada palabra, cada silaba y cada acento que la castaña decía. Los movimientos tampoco se los perdía y cada vez que Hermione se quedaba callada lo único que decía era Continua.
- ¡Luna, estaba en esos momentos desesperada! - Exclamó la ojimarron con lágrimas en los ojos - No sabía que hacer. Estaba entre la espada y la pared. Voldemort había capturado a mis padres y uno de los mortífagos los tenía apuntados con la varita. Si no hacía lo que ellos me decían iban a morir
. ¡Y no podía permitirlo! - tragó una vez más saliva y continuo - Era ellos o Harry
y
no tuve más opción que aceptar lo que me dijeron.
No podía ver como mis padres morían en manos de esas bestias y por esa razón tuve que convertirme en espía de Voldemort - se secó las lágrimas y miro a Luna con sosiego - No sabes lo difícil que fue para mi los días en Hogwarts. Ver a Harry, a Ron y a todos mis amigos hablándome y diciéndome que yo era la mejor de todo Hogwarts y que seguramente ganaría el premio de mejor conducta en el banquete de despedida.
Para mi
mantenerme escondida eh ir a reuniones secretas con Malfoy por la noche era
era algo que no
algo que despreciaba
odiaba y quería gritarlo a los cuatro vientos.
- ¿Pero porque no lo hiciste? - le preguntó Luna concentrada.
Hermione se rió - ¿Crees que Voldemort hubiera permitido que su plan perfecto decayera? Obvio que no Luna. Él tenía a mis padres vigilados y por obvias razones a mí también. Si le fallaba iba a cobrárselas a mis padres y el sabía que eso era lo que más me dolería en todo el mundo
.más que traicionar a Harry - y suspiro - Tampoco le podía haber insinuado nada a Dumbledore o a McGonagall
ya que eso también era un riesgo que no podía correr.
- ¿Y entonces porque no le dijiste a Harry el último día de escuela? Aquella vez que los mortifagos invadieron Hogwarts.
- ¡Luna!....eso para mi no era fácil. Además todo había pasado tan rápido que
que no me dejo tiempo para nada. Cuando menos pensé Harry estaba luchando por su vida y por la de todos con Voldemort
en el bosque
y
yo no tenía otra alternativa que tratar de ayudarlo.
Remendar lo que hice
.destruyendo a algunos mortífagos
aunque claro
eso no me sirvió cuando Él implemento el Avada Kedabra.
- En ese momento pudiste haber echo algo - comentó Luna algo seria.
Hermione se volvió a reír - ¿Si? ¿Qué? - Preguntó la chica irónica - Si en mis manos hubiera estado el poder de interceptarme entre la maldición y Harry
créeme que lo hubiera echo
pero
el tiempo en ese momento no fue mi aliado.
Hubo otro turbo silencio en el que solo se escuchaba el cuchichear de las demás personas en el lugar, y el ajetreó de los compradores atrasados.
Luna miraba de vecen cuando a Hermione, la cual tenía si vista fija en la ventana.
- Hermione - la llamo la rubia después de varios minutos - ¿Y que paso con Hermione?
La chica se sobresalto al escuchar su voz, y mordiéndose el labio inferior le respondió:
- Bueno
pues
nada. Sucedió todo lo que seguramente leíste en el Profeta
y
hace unos días
terminamos - y reprimió un sollozo.
- Entonces si estaban juntos - la castaña asintió - ¿Y como sucedió todo eso?
- Fue un encuentro
inesperado por así decirlo - y trago saliva - El
yo lo conocí cuando era James Patterson y podrás imaginar la sorpresa que me lleve al verlo
bueno tan parecido a Harry
cualquiera.
Luna asintió - Si, eso mismo nos pasó a Ron y a mi cuando vimos en el Profeta su foto. Fue aquella vez en que estaba hospitalizado.
La castaña le trato de sonreír - Si claro - y se quedo callada.
Le dolía tanto hablar de todo aquello, y más con Luna.
- Le dije a Ron que no se lo dijera a Harry - le comentó la rubia inocente - ¡Pero el es tan destarado que no me quiso escuchar!
- ¿Ron le contó a Harry? - Luna asintió - ¿Y porque si no era de su incumbencia?
La mujer se encogió de hombros - Porque seguramente lo vio necesario.
Hermione bufó - ¡Yo le iba a contar a Harry lo que hice
pero quería que se enterara por mi boca no por la boca de un soplón! - exclamó desesperada.
- Eso mismo le dije a Ron
pero el se hace el de los oídos sordos - y suspiro - No sabes lo mucho que le insistí para que se quedara callado
pero ya había abierto mucho la boca.
La castaña se sobó la cabeza, y con sosiego miro su taza de chocolate - Luna, yo amo a Harry y me gustaría que el entendiera lo que esta pasando
pero
el es tan cerrado que no comprende que lo que hice lo hice porque no tenía escapatoria
era el o mis padres.
La rubia la miro con tristeza, y agarrándole la mano le dijo.
- Si de algún apoyo te sirve
yo si te creo - la chica le sonrió por primera vez con el corazón y miro con ternura a Dulce.
º*H/H*º
Eran las once de la noche del 24 de diciembre, y en la residencia Potter se respiraba un aíre glacial y sin vida.
Un hombre de veinte y dos años de edad, miraba taciturno las flameantes llamas que crecían y se hacían pequeñas a medida que el tiempo trascurría.
Tenía una copa de whisky en una mano y una fotografía arrugada en la otra. Aun no podía creer que ella le hubiese echo lo que le hizo.
- Yo que tanto te ame - dijo entre dientes, apretando con fuerza la fotografía - Yo que me entregue a ti
y me pagas con esto - y para aminorar la ira que en esos momentos comenzó a sentir, se bebió otro sorbo del licor.
En esos momentos el timbre sonó en la casa, lo que provoco el sobresalto del moreno.
Con sorna se acercó a la puerta y vislumbro a varios pelirrojos de los cuales solo uno conocía.
- ¡Ron! - Exclamó al abrir la puerta - Pero
¿Quiénes son ellos? - y miro con el ceño fruncido a los demás.
Antes de que Ron le pudiera responder, una rechoncha señora se balanceó sobre él abrazándolo con ímpetu.
- ¡Hay Harry, querido! - Exclamó sorprendida, viéndolo con dulzura - No sabes cuanto soñé con esto.
Potter la alejó con suavidad y trato de sonreírle, aunque era muy difícil con una desconocida que se balanceaba sobre ti como una completa chiflada.
- Harry, seguro no te acordaras de mi familia, pero podemos hablar de ello si nos dejas entrar - le dijo Ron sonriente.
Harry asintió no muy convencido, y les dio paso.
- Harry, estas muy lindo - le dijo Ginny sonriente, la cual había ido acompañada de su novio Neville - Y me siento tan feliz de que estés de nuevo con nosotros.
Harry le sonrió y se quedo callado.
Todas aquellas personas tenían que ver algo con su pasado, pero lo más fuerte era que no las recordaba
aunque aquella chica se le hacía tan familiar.
- Harry
estas muy lindo
siempre tan guapo - lo elogió una mujer con rasgos franceses y unos ojos súper expresivos. La chica respondía al nombre de Fleur Delacure, y ese día traía puesto un vestido de seda color violeta con una coleta alta como la de un caballo.
El ojiverde le sonrió con jovialidad, aquella joven la atraía, pero claro ¿Cómo no lo iba atraer si era una veela?
Miro al hombre pelirrojo que estaba a su lado con una nena de 5 años con cabello pelirrojo al igual que su padre pero con los ojos claros como los de su madre.
- Harry - hablo el hombre llamado Bill - Que cambiado estas
ya dejaste de ser un niñito para convertirte en todo un hombre.
El moreno asintió - Eh
si claro. Miren la verdad yo no se quien demonios son todos ustedes. Algunos los recuerdo pero otros no
la verdad mi memoria me falla - y agacho la cabeza ruborizado.
- Por eso no te preocupes pequeño - lo tranquilizo la señora Weasley - Que esta noche lo recordaras todo - y con una jovial sonrisa sacó su varita y apuntando hacia el comedor aparecieron diversos platos y copas navideñas - Porque con una rica cena le despierta los recuerdos a cualquiera.
º*H/H*º
Luna había decidido pasar la navidad con Hermione, así eso significara discutir con su marido
aunque bueno, ya no se veía la diferencia entre cuando no estaban enojados y cuando si lo estaban.
- Tiene una casa muy bonita, señorita - le comento el Señor Lavengood admirando el recinto. Hermione le sonrió.
- Gracias, trato de mantenerla lo más ordenada posible.
Luna sonrió al ver a Hermione un poco contenta - ¿Y vas a invitar a alguien más? - le pregunto. La chica desvió su vista hacia el suelo y para toda respuesta vio como una luz, proveniente de un auto, parqueaba frente a la casa.
Un hombre elegante vestido con una gabardina color azul petróleo, bajo del auto y un fuerte timbre resonó en el recinto.
Hermione les sonrió a sus invitados y fue hacia el recibidor. La penetrante mirada de Draco Malfoy le dio la bienvenida al abrir la puerta.
- ¡Draco! - Exclamó con sorpresa - Pensé que lo había dicho en broma.
- ¿Qué? Acompañarte en navidad - la castaña asintió. El platinado le sonrió - Cuando un Malfoy promete algo, lo cumple.
- Hermione pensé que podríamos colocar este ador
¿¡Malfoy!? - Exclamó una sorprendida Luna Lavengood dejando su comentario a un lado - ¿Qué demonios haces acá?
Draco trato de sonreírle, aunque le era muy difícil.
- A mi también me da mucho gusto volver a verte, querida Lavengood - luego miro a Hermione - Aquí afuera hacia un frío horrible
¿Me dejas entrara? - la chica asintió al tiempo que la rubia murmuraba entre dientes algo como Mejor quédate afuera para que te congeles y volvió hacia la sala.
Hermione le dio una pequeña sonrisa inocente a su invitado, la cual Malfoy la devolvió ampliamente.
-----------------
¿Será q algún día estos par de tortolitos vuelven a su nido de amor?
¿O acaso el Halcón de Malfoy ganara esta batalla por el amor de la dulce castaña y destruira el nido d estos dfos turtuelos?
¿Será que la cena de navidad será un desastre por la precencia de Draco?
¡Pues no se pierdan el rpox capi d este fantastik fict!
*Espero q me disculpen x la demora, pero comprendan...plis!!! ojala les gust el capitulo y dejen muchoz rews...ok? besos a todos y los kiero resto....CDT...*
Se despide d Udts su + fiel amiga y escritora:
Emma.LITTE RECORDERIS
En el anterior capitulo
.
Llegó a su casa y frenó en seco. Se bajo del carro y miro con sosiego la fachada. Suspiró con aplomó y dirigiéndose a la puerta la toco con fiereza.
La primera vez no tuvo respuesta, por lo cual toco de nuevo, una y otra vez; hasta que la voz de la castaña resonó en la residencia.
- Ya voy, ya voy - decía constantemente, bajando con rapidez por las escaleras.
- ¿Si bue
? ¡Harry! ¡Me alegra
! - pero no pudo terminar su oración ya que el muchacho entró con fuerza a la casa, empujándola para que le diera paso.
- ¿Pero que te pasa? - le preguntó su novia mirándolo algo aturdida.
- ¿A caso no te lo imaginas? - preguntó a su vez el moreno con sarcasmo. Hermione levantó el entrecejo y negó con sinceridad.
- Ja - bufó Harry con ironía - Si claro, como si no supieras que gracias a ti mi vida fue una completa incógnita por 5 años.
La ojimarron tuvo que demorarse unos segundos para que su cerebro captara la indirecta. Luego abrió los ojos como platos.
- Harry
yo
yo te lo quería decir, en serio.
El moreno la miro con furia - Claro, ¿Cuándo lo ibas hacer? Una vez que ya estuviera viejo y que no escuchara nada ¿Tenías que esperar hasta que otra persona me lo dijera?
- Harry
.entiéndeme, para mi es muy difícil decirte
que
que
- ¡Que tu eres la causante de mi supuesta muerte! - le completó el joven con frialdad.
Hermione negó - No Harry, las cosas no son como las crees. Yo estuve entre la espada y la pared, no tenía tiempo de elegir. Eras tú o eran mis padres.
- ¡TONTERÍAS! - Exclamó el ojiverde dándole un puño a la pared - ¡Tonterías! Deja de ser tan hipócrita Hermione, y dime la verdad. ¡Tu solo hiciste eso para ser alguien en la vida, para ser reconocida, para conseguir fama! Tal cual lo dijo Ron.
- ¿Así que Ron fue el soplón que te dijo? - Preguntó Hermione - ¡NO LE CREAS NADA LO QUE ESE ESTUPIDO DIGA!
- Pues ese estúpido como tu le dices - hablo Potter entre dientes - Si tuvo el coraje de decirme lo que mi querida Hermione hizo.
La castaña lo miro - ¿Crees que es muy fácil decir algo así? ¿Crees que es muy simple decirle a la persona que más has amado que lo traicionaste? ¡Eso noe s fácil Harry, y mucho menos si fue por obligación!
Hubo un minuto de silencio, donde solo se escuchaban los bufidos de ironía que Harry daba.
- ¡Hermione! Dejemos de idioteces ¿Quieres? Solo dime que lo hiciste por ser alguien en la vida y con eso se arregla todo.
- ¡PERO ES QUE NO FUE ASÍ!
- ¿ENTONCES POR QUE LO HICISTE? - le gritó el moreno de grito en cuello.
La muchacha se quedo callado y desvió su vista hacia el suelo - Voldemort había capturado a mis padres - le comentó en un susurro - Era ellos o tú. Si no quería perderlos tenía que unírmeles y
y
.y traicionarte - y al decir aquella palabra se tapo el rostro con sus manos, al tiempo que muchas lágrimas surcaban su rostro - Compréndeme - dijo a lo bajo - Eras tu, o era la vida de mis padres.
- ¡PERO YO ERA TU NOVIO, MALDITA SEA!
- Si - aceptó una avergonzada Hermione - Y no me siento muy satisfecha por haberte traicionado, pero
¡MIS PADRES ME DIERON LA VIDA! Ellos son mi todo sobre cualquier cosa
y
tú también lo eras pero
¡Padres son padres, y nadie los puede remplazar!
- ¡pero tampoco nadie me reemplazo! - Exclamó un ojiverde ardido por dentro - Tú no sabes cuando sufrí con todo esto Hermione, no sabes
no sabes lo que es levantarte en un hospital y no saber quien eres. No sabes lo duro que es irte a vivir a otro país y convivir con personas que tú nunca has visto. No sabes lo mucho que sufrí durante esos 5 años
y todo POR CULPA TUYA.
- ¡NO ME TIENES QUE RECORDAR QUE ES MI CULPA! - gritó una desesperada Hermione. Las lágrimas le caían como agua por las mejillas, perdiéndose en el escote de su blusa.
Otro minuto de silencio, en que hay si no se escuchaba nada. Harry estaba que se encendía por dentro: Primero, la fiera en su interior quería lanzarle la primera maldición que se le ocurriera a la persona que estaba al frente, y segundo, sentía una frustración inmensa al saber que aquella persona que tantas ganas tenía de degollara; ahorcarla, torturarla, era su Hermione, su amada Granger.
- ¿Por qué? - preguntó de repente el moreno. Estaba arrodillado y el rostro lo tenía tapado con sus manos - ¿Porque lo hiciste?
Hermione se murió el labio inferior y entre lágrimas dijo:
- No tenía alternativa. Yo te amo Harry, pero el amor que siento por ti es muy diferente al que siento por mis padres, y no podía permitir que los mataran en mi presencia. Ver como los torturaban, como gritaban, como sufrían. No podía permitirlo.
- Pero si lo permitiste conmigo - dijo el chico entre dientes. Su rostro también se estaba llenando de lágrimas - Permitiste que Voldemort me destruyera en Hogwarts, permitiste que sufriera, que me desmoronara por dentro con cada maldición, permitiste mi destrucción
y lo peor de todo es que
permitiste que confiera en ti - levantó su rostro húmedo y la observo con la mirada más acecina que ninguna persona podría colocar - ¡YO CONFIÉ EN TI HERMIONE! Tú eras la única persona que me entendía, que sabía que me preocupaba, la única mujer a la que ame de verdad. Podría ser que haya salido con Ginny en 6, si lo acepto, pero
contigo fue diferente
yo a ti te AMABA, y con ella solo fue una simple atracción - se quedo callado y limpiándose las lágrimas de su rostro dijo - ¿Y sabes que es lo peor? - La chica negó - Que aun te sigo amando. Y me duele no poderte destruir, no poder hacer que sientas si quiera un poco del dolor que en estos momentos estoy sintiendo. Me duela saber que la persona a la que quiero acabar es la mujer que más eh amado sobre todo el mundo, la única que supo comprenderme y saber quien era. La única que
¡MALDITASEA TU FUISTE LA ÚNICA A LA QUE LE DI MI CORAZÓN, MI ALMA, MI TODO, LA ÚNICA, Y ME PAGAS CON ESTO
.QUE DESGRACIA TAN MALDITA LA MIA!
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Luna había decidido pasar la navidad con Hermione, así eso significara discutir con su marido
aunque bueno, ya no se veía la diferencia entre cuando no estaban enojados y cuando si lo estaban.
- Tiene una casa muy bonita, señorita - le comento el Señor Lavengood admirando el recinto. Hermione le sonrió.
- Gracias, trato de mantenerla lo más ordenada posible.
Luna sonrió al ver a Hermione un poco contenta - ¿Y vas a invitar a alguien más? - le pregunto. La chica desvió su vista hacia el suelo y para toda respuesta vio como una luz, proveniente de un auto, parqueaba frente a la casa.
Un hombre elegante vestido con una gabardina color azul petróleo, bajo del auto y un fuerte timbre resonó en el recinto.
Hermione les sonrió a sus invitados y fue hacia el recibidor. La penetrante mirada de Draco Malfoy le dio la bienvenida al abrir la puerta.
- ¡Draco! - Exclamó con sorpresa - Pensé que lo había dicho en broma.
- ¿Qué? Acompañarte en navidad - la castaña asintió. El platinado le sonrió - Cuando un Malfoy promete algo, lo cumple.
- Hermione pensé que podríamos colocar este ador
¿¡Malfoy!? - Exclamó una sorprendida Luna Lavengood dejando su comentario a un lado - ¿Qué demonios haces acá?
Draco trato de sonreírle, aunque le era muy difícil.
- A mi también me da mucho gusto volver a verte, querida Lavengood - luego miro a Hermione - Aquí afuera hacia un frío horrible
¿Me dejas entrar? - la chica asintió al tiempo que la rubia murmuraba entre dientes algo como Mejor quédate afuera para que te congeles y volvió hacia la sala.
Hermione le dio una pequeña sonrisa inocente a su invitado, la cual Malfoy la devolvió ampliamente.
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FIN DEL 19AVO CAPITULO
.PEKE RECORDERIS, RECUERDEN
AHORA DELEITENSEN CON EL 20ABVO CAPITULO DE:
RECUPERANDO EL PASADO PERDIDO
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20
Amigos
La cena de navidad no estaba resultando una velada agradable y fiestera como debería ser. Al contrario, en la residencia Granger se respiraba un ambiente tenso e incomodo.
Al llegar las 12 de la noche, los presentes brindaron con algo de desagrado y más aquella rubia y aquel platinado.
- Mmmm, bueno, si me disculpan - hablo Hermione tras no soportar ni un minuto más aquella tensión.
Se levanto del asiento y retirándose de ellos fue hacia la cocina.
Se dirigió al pequeño balcón que había en esta, y vislumbro con sosiego los fuegos artificiales que lanzaban en la lejanía.
- Harry - dijo en un murmullo y una silenciosa lágrima le resbalo por la mejilla.
º*H/H*º
- ¡FELIZ NAVIDAD! - exclamaban sonoras y felices voces en la residencia Potter a las 12 de la noche.
- Feliz navidad, Harry - le deseo la señora Weasley abrazándolo - Que Santo Clauss te traiga muchos regalos.
El moreno trato de sonreírle pro simplemente no podía. Era como si se le hubiera olvidado como hacerlo.
- Disculpen - dijo levantándose de la mesa - Ya regreso - y los dejo festejando solos.
Subió a su cuarto y dirigiéndose hacia el balcón suspiro.
Con melancolía miro una foto que había sacado del bolsillo de su chaqueta, y una pequeña lágrima le resbalo por la mejilla.
Guardando de nuevo la foto, se mordió el labio inferior y con un hilo de voz dijo
- ¿Por qué Hermione, porque?
º*H/H*º
A la mañana del veinte y cinto, Granger bajo a desayunar y cual fue su sorpresa al encontrarse solo con Luna.
- ¿Y Draco? - le preguntó mirando a todos los lados.
- Se fue - respondió Lavengood sin mucha importancia - Hace como 5 minutos.
- ¿Y no espero a que me despertara? - Luna negó.
- No, al parecer Malfoy sigue siendo el mismo maleducado de siempre - y agarrando a Dulce se acerco a Hermione.
- La verdad no se porque lo invitaste a tu casa para pasar la navidad contigo - le dijo en tono de reproche.
Se acercó hacia la mesa y cogiendo el bolso se digirió hacia el vestíbulo.
- ¿A dónde vas? - le preguntó la castaña algo confundida.
- A casa - le respondió la muchacha con desgana - Dulce desgraciadamente necesita ver a su padre y no seré la que le impida hacerlo - al llegar al vestíbulo se colocó la chaqueta y abrió la puerta.
- ¡Luna! - La llamo Hermione - No tienes que irte tan temprano. Puedes esperar a que desayunemos.
Lavengood negó - Gracias Hermione, pero es que la verdad no quiero volver a encontrarme con Draco
no se
de pronto le da la locura de volver y en realidad no soportaría compartir de nuevo mesa con el - abrió la puerta pero antes volvió a mirar a la ojimarron - Pero esto no es por ti Hermione, es por el - y cerrando la puerta tras si, desapareció.
º*H/H*º
- Tu familia es genial, Ron - le comentaba Potter a las tres de la tarde en un café cerca de la casa.
Hacía media hora que los Weasley se habían ido de la residencia Potter, pero antes habían prometido que acompañarían a Harry el fin de año.
El pelirrojo asintió - Si, y ojala recordaras lo buena que era mi madre contigo cuando estábamos en Hogwarts. Ella fue tu segunda mamá.
Harry le sonrió. La verdad le era muy frustrante no acordarse de todas las cosas que le habían pasado en su época escolar, aunque claro, después de lo que sucedió con Hermione ya ni ganas le quedaba de tratar de recordar lo que le paso cuando era joven.
Tenía miedo de sentirse nuevamente traicionado y decepcionado
aquello le había dejado una gran eh imborrable marca.
*******
Los días que pasaron para la llegada del fin de año llegaron más rápidos que nunca.
El 28 que se veía tan lejano ahora estaba en la puerta de la casa de cada residencia londinense.
Ese día Luna había invitado a Hermione a almorzar con la excusa de que quería pasar más tiempo con ella, ya que desde el 24 no se volvían hablar.
- Te voy a presentar cuatro intimas amigas - le comentó la rubia al llegar al restaurante - Y las cuales conoces muy bien.
- ¿Quiénes son? - preguntó una curiosa castaña.
- Ellas - y señalo a una pelirroja con pequitas en su rostro, a dos gemelas con rasgos hindúes y a una joven de cabello negro y ojos claros.
- ¡Hermione! - exclamaron tres con desagrado y solo una con agrado.
- Luna - hablo la pelirroja con aire de enfado - Por qué no me dijiste que esta
- y miro a Hermione re mal - ¿Era tu invitada sorpresa?
- Por eso mismo, porque sabía que no vendrían.
Ginny bufo a lo bajo - Tu muy bien sabes que no soportamos verla ni en pintura.
- Ginny tiene razón - hablo una de las gemelas - Hermione causo mucho daño y no es justo que la traigas aquí como si nada.
- Pero Parvati antes de juzgar a alguien primero hay que escucharla - le dijo Luna muy seria viendo a la chica fijamente.
Las tres mujeres dieron un resoplido de ironía.
- ¿Escuchar que? - Preguntó altaneramente la gemela de Parvati - ¿La historia de cómo Hermione se volvió Mortífaga porque estaba cansada de las humillaciones? ¡¿Esa?!
Las demás asintieron y Ginny miro a Luna - Luna, yo no tengo nada que escuchar, ni mucho menos una historia inventada por esta.
Estaba apunto de que se me salieran las lágrimas, de derrumbarme frente a ellas, de demostrarles que me dolía mucho sus comentarios, pero no les iba a dar ese privilegio.
No les iba a dar el gusto de que se rieran de mi por ser débiles.
Pudieron a ver sido mis amigas en Hogwarts, pero ahora ellas me trataban muy mal, aunque claro con cierta razón.
Me reí irónicamente al escuchar a Ginny - Ginny, yo pensé que eras distinta. Pensé que escucharías lo que tendría que decir.
Ginny me miro sin dar crédito a mis palabras.
- ¿Escucharte? - Repitió - Por favor Hermione, esos fueron otros tiempos. Ahora estamos en una época muy distinta a la que crecimos y por ende la niñita que se dejaba llevar por las palabras se quedo en la época pasada.
Me reí de nuevo, ya que era la única forma que tenía para reprimir el llanto.
- Al parecer te volviste igual que tu hermano Ron, ¿O me equivoco?
- ¡No permitiré que te metas con mi hermano! - Me exclamó mirándome fijamente - Te pudiste haber metido con Harry y haberlo traicionado
pero con él no te metas
¡NO LO HARÁS!
Si que me hacía daño todas esas palabras, si que me dolían. No podía creer que la chica que me estaba gritando era Ginny, la misma Ginny Weasley que conocí en Hogwarts. La pequeña que era mi mejor amiga, aquella niña indefensa
no pensé que fuera ella.
- Ustedes no entienden - les dije luego de un incomodo minuto de silencio - Lo difícil que fue para mi hacer eso - trate de aguantar el llanto - ¿Creen que me fue fácil traicionar a Harry? ¿Y más cuando fuimos algo? ¿Creen que es fácil engañar al hombre con el que te entregaste en cuerpo y alma una noche de luna llena? - aquellas palabras provocaron pequeños saltos de sorpresa en las presentes, pero no me importo.
- Simplemente quiero que me escuchen y luego si quieren pueden hechizarme dije- al ver que Parvati se llevaba una mano al bolsillo de su gabardina blanca - Pero por favor
si quiera por una vez en su vida dejen que les explique desde mi boca lo que realmente me condujo a eso.
Todas se quedaron calladas y con alegría vi el rostro de cada una.
- Chicas, yo eh hablado con Hermione desde hacia meses. Ella
bueno, yo se todo lo que sucedió
escúchenla y luego si la pueden juzgar - les dijo Lavender con un tono suave.
Las otras tres chicas se miraron y mirándome con desagrado accedieron a quedarse.
- Gracias - les dije con una sonrisa - En serio, no saben lo feliz que me hacen al saber que me van a escuchar.
La nieve se comenzó a intensificar a medida que Hermione les contaba la historia a las jóvenes.
Le dolía cada vez que pronunciaba el nombre de Harry, pero se sentía peor cuando Ginny levantaba una ceja llena de escepticismo.
- Y esa fue la razón que me llevo a lo que hice - finalizó Hermione con los ojos marrones profundamente cristalizados.
Luna y Lavender miraron fijamente de Ginny y Parvati.
- ¿Y bien? - preguntó Luna curiosa.
Ginny miro a sus amigas y de último a Hermione.
- La verdad no se que creer - dijo finalmente la pelirroja, mirando acribillada mente a la castaña - Hermione nos mintió una vez
¿Quién dice que no puede hacerlo de nuevo?
Hermione la miro y reprimiendo el llanto dijo
- Ginny, si todo lo que les dije hace un momento fuera mentira, créeme que no hubiera gastado mi tiempo inventándola.
- Pues si inventabas cosas para decirle a los profesores cuando estábamos en Hogwarts, nada raro sería que lo hubieras echo con nosotras - le dijo la pelirroja con ímpetu.
- Hermione no sabía que vendría hablar con ustedes - les comentó Luna algo cohibida - Yo la invite a que nos tomáramos algo aquí al igual que ustedes, y pues este era mi plan.
Parvati miro a Hermione y suspiro - Cuando estamos en Hogwarts, al principio no me llevaba muy bien contigo - le recordó la oriental - Ya que nos preocupaban cosas distintas. Pero después de todo lo que sucedió al transcurso de los años te comencé a ver más que una sabelotodo o rata de biblioteca - Hermione lanzo una pequeña sonrisa, tratando de mostrar que le había agradado si quiera un poco el comentario de Patil, aunque hubiera sido todo lo contrario.
- Tú siempre has sido una chica correcta, que seguía las reglas y le dolía cuando le quitaban puntos. Cuando nos dimos cuenta de lo que hiciste me pregunte: ¿Pero que sucedió con la Hermione que conocí en primero? ¿A dónde se fue? Pero ahora que escuché lo que nos dijiste pues
creo que volví al antiguo concepto que tenía sobre ti.
Granger le sonrió - Gracias Parvati - le dijo con sinceridad.
- Y bien, Ginny - le hablo Lavender - ¿Tu que dices?
- Sí, todas ya comprendimos a Hermione - le comentó Luna - Ahora faltas tu.
La pecosa suspiro y tapándose el rostro miro a Hermione por el rabillo de uno de los dedos de su mano derecha.
- Digamos que te creo, pero aun estas en periodo de prueba - le dijo entre dientes. Luego tomando un sorbo grande de su taza de chocolate miro a Parvati - Y hablando de otro tema más agradable - y bufo exasperada - ¿Cómo va el asunto del divorcio, Parvati?
- ¿Estabas casada? - preguntó una sorprendida Hermione. Al ver la expresión de Ginny se ruborizo y opto por quedarse callada.
- Si, estaba casada - le respondió la oriental mirando de reojo a Ginny - Con Michael Cyrus, lo conocí cuando viaje a las islas de Miami a explotar mi arte.
- Yo creí que te ibas a ocupar algo relacionado con la adivinación - comento Hermione seria - Como te gustaba tanto esa asignatura y defendías junto con Lavender a copa y espada a la profesora Trelawene pensé que serías algo así como una especie de sucesora Trelawene. O bueno, eso también lo pensaba Harry y Ron.
Parvati negó - No te puedo negar que me sigue atrayendo la adivinación, pero no tanto como antes. Cuando comenzamos a ver esa clase tenía solo 13 años y pues
la visión de uno a esa edad es muy corta y no vemos más haya de nuestras narices. Pero cuando sales de la escuela y te enfrentas al verdadero mundo, te das cuenta que la vida no esta llena de hojas de té o lecturas de quiromancía.
- Eso mismo les decía a Lavender y a ti - les recordó la ojimarrón - Que el mundo no es solo bolas de cristal y hojas de té. La verdad me alegro mucho de que te hayas dado cuenta de ello.
Parvati asintió - Si, y después de ver lo que le sucedió a Sybill con la tediosa profesora Umbriged, pues no me gustaría estar en sus zapatos.
- Hablando de la cara de sapo - intervino de repente Luna adoptando aquella expresión aislada en su rostro, que siempre la había caracterizado desde chica y que Hermione creyó que había perdido - Como yo estoy viviendo en Polonia con Ron y Dulce, un día que estaba en el centro comercial comprando los víveres, me la encontré como cajera.
- ¡¿Cómo CAJERA?! - saltaron todas al mismo tiempo sin podérsela creer.
- ¿Es en serio? - preguntó una sorprendida Ginny.
Luna asintió - Si en serio, me dio tanta risa que casi se me cae las latas de atún que llevaba en mano.
- ¿Pero ella no era la que decía que todos lo híbridos y muggles y no se cuantas basuras más no servían? - recordó Lavender con repugnancia.
- Si, pero al parecer la vida da muchas vueltas.
- ¿Y te reconoció? - preguntó Hermione algo ansiosa.
La rubia dio una sonrisa picara - ¿Cómo podría olvidar a una integrante del único grupo que se formo y fortaleció a lo largo del año frente a sus narices? ¿Y que además llevaba como nombre a la única persona de Hogwarts que le había llevado la contraria aparte de nosotros?
Ginny se limito a reír a carcajadas, carcajadas tan duras que ya todo el mundo la comenzó a ver como bicho raro.
- Y
y cuando te vio
¿Que te dijo? - preguntó la pecosa una vez pudo respirar.
- ¿Qué me iba a decir? Obviamente nada. Cuando me vio se limito abrir sus ojos de sapo y hacer ese ridículo gesto con la boca. Pudo haber pasado ya 5 años, pero este rostro no se le olvida a cualquiera.
Las chicas se rieron por el comentario de Luna.
- Me hubiera gustado haber estado hay - comento Lavender - Cuanto no hubiera gozado con su rostro.
- Y cambiando de tema - intervino Parvati - ¿Como va ese embarazo Lav? - Lavender sonrió.
- Fenomenal, Deán esta súper contento, aunque aun no se da a la idea de que va a ser papá, pero bueno.
- Debe ser extraño - opino Hermione - Es decir, cuando apenas hacia 5 años estábamos en Hogwarts aprendiendo a utilizar una escoba, y ver como ahora estamos juntos o con una vida formada apunto de dar a luz una criatura, es extraño.
- Extraño no es la palabra - la corrigió Luna - Si no sorprendente. Yo no creí en ningún momento casarme con el torpe de Ron, pero véanme ya hasta tuve una hija con el.
- Luna, ¿Te puedo hacer una pregunta? - hablo Lavender algo cohibida.
- Claro, hazla.
La chica tomo mucho aire y dijo - Yo
bueno, como sabrás yo fui algo chiquito, pero algo de Ron y pues
.no se
la verdad a mi nunca me gusto como besaba
¿Ahora que tal lo hace? - la rubia trato de aguantar las ganas de reírse, y tragando saliva lo disimulo.
- Pues para serte sincera no a mejorada en nada desde la primera vez que nos besamos en el baile de graduación, pero pues
ya no babosea tanto - al ver la cara de repugnancia de las presentes se rió - No hagan esas caras, es la verdad.
- Yo siempre dije que Ron no sabía besar - comento Ginny algo pensativa - Cuando estaba con Harry - y miro de reojo a Hermione con una pequeña sonrisa en su rostro - En sexto, veía cuando Ron y tu se besaban y pues
¡Era un espectáculo horrible! Pareciera como si Ron fuera una de esas serpientes que cuando se van a tragar su presa abren esa bocata y salpican saliva por todas partes.
- ¡Ginny! - la regaño Luna algo molesta - A pesar de que Ron fuese y sigue siendo mal besador, no es para que lo compares con alimañas como esas.
La chica se rió - Muy bien, pero ustedes lo confirmaron, no es mi culpa.
Hermione se rió junto con las otras chicas.
Desde hacia tanto tiempo no se sentía así como se estaba sintiendo ahora: Tan tranquila, tan despreocupada, tan plena. Llena solo de felicidad y unas grandes amigas que estaban a su lado tomando una taza de chocolate y hablando de Cosas de chicas como cuando estaban en Hogwarts.
- ¿Y que tal besa Harry? - le preguntó Parvati a Ginny, lo que provoco el sobresalto de la castaña.
La ojimarrón miro fijamente a la pelirroja esperando su respuesta.
Ginny observo a las presentes y luego a Hermione.
- Pues
la verdad no puedo decirlo con certeza, ya que bueno
solo estuvimos como los últimos dos meses o mes y medio que nos quedaba de estudio, así que pues
no te podría decir que tal besa - y sonrió - Pero Hermione si, ya que ella estuvo con él por casi todo el año - y la miro.
Ahora la mirada acribilladora de Parvati se dirigió a Granger.
- ¿Qué? - preguntó esta haciéndose la tonta.
- ¡Que tal besa Harry, Hermione? - le preguntó su amiga ansiosa por saber la respuesta.
Era como si en ese preciso instante todo el ruido del mundo se hubiera esfumando quedando a la expectativa de lo que respondería o no la chica.
- Pues
- balbuceó algo cohibida - Yo
bueno, él
este
eh - no sabía que responderle, algo para ella no era fácil.
Podría ser para Luna y las demás pero para Hermione Granger
era otro cuento.
Miro sus rostros y luego encerrándose en lo oscuro de sus pensamientos, comenzó a recordar la primera vez que se beso con Harry.
La primera vez que sintió aquellos labios rojos sobre los suyos. La primera vez que su lengua lanzo con la de el y se unieron en una. La primera vez en la que subió al cielo y toco las estrellas con las manos. La primera vez que
No, era muy difícil describir como besaba Harry
es que
¿Que podía decir? ¿Que movía bien su lengua? ¿Qué no baboseaba la cara? ¿Qué con solo una caricia la petrificaba hasta tal punto de dejarla sin fuerzas? ¿Qué cuando la agarraba por la cintura desprevenidamente, toda su alma se iba a sus pies? O quizás ¿La forma como la miraba antes de darle un beso? ¿O simplemente la forma como la miraba? O tal vez ¿La razón por la cual se sentía tan feliz a su lado? O de pronto ¿La manera tan dulce de quitarle la ropa cuando estuvieron por primera vez juntos? ¿De besarle el cuello hasta llegar a sus senos? ¿De tocarle su piel con aquellas manos que la hacían estremecer? O simplemente por la sencilla y simple razón de ser ¿Harry Potter, el niño que vivió?
- ¡Hermione! La comenzó a llamar una voz desde lejos, lejos. La cual la chica creía era de Harry.
- ¡Hermione! - la volvió a llamar aquella voz - ¡Oye, responde! - tras tronarle los dedos frente a su rostro la joven se sobresalto y miro algo confundida a sus interlocutoras.
- A si
¿Dime? - Parvati negó.
- ¿Qué tal besa Harry? - le volvió a preguntar hora algo impaciente. Hermione se quedo callada de nuevo y limitándose a sonreír dijo
- Yo no califico de uno a diez la forma como besa la única persona que comprendió y supo ver mi esencia durante todo este tiempo - tras aquellas palabras la sonrisa de Parvati se borro de su rostro, pero una extraña sonrisa surco el rostro de la pecosa.
En la casa de Harry, Ron, Dean y el disfrutaban de unas copas de Whisky al tiempo que recordaban entre risas todo lo que aconteció en Hogwarts.
- Harry, ¿Y te acuerdas de aquella vez en segundo cuando viajamos en el auto volador de mi padre porque el estúpido del Dobby ese nos había cerrado la puerta mágica para abordar el expreso? - el ojiverde asintió.
- Si, tengo vagos recuerdos de ellos, pero
algo es algo.
- No puedo creer el tiempo tan rápido que pasa, es decir, hace poco estamos en primero aguantándonos los regaños de McGonagall, y ahora disque todos unos hombres - comentó Dean.
- Tienes razón - asintió Ron bebiendo un sorbo de su trago por 4 vez - Yo ahora disque con una esposa y una bella hija, y tu Dean apunto de ser papá. Vas a ver las responsabilidades que trae consigo un niño.
Dean asintió - Si, aunque lo bueno es que va a ser varón y pues
no hay que preocuparse tanto por la protección.
- No te creas - le desmintió el pelirrojo - A si tengas un niño tienes que enseñarle lo que es bueno y es malo, porque es más fácil que un hombre entre a lo oscuro que una mujer. Ya sabes por la cuestión del machismo y todo eso.
Dean suspiro - Bueno, entonces creo que me espera un largo camino lleno de dolores de cabeza - dijo con desdén.
- Créeme que los dolores de cabeza no te lo dan tus hijos si no tú esposa.
Harry no podía opinar al respecto sobre el tema de conversación, ya que nunca había estado casado y con la única persona que creyó que lo estaría se había dado cuento que lo traiciono.
- Pero bueno, y hablando de otras cosas - intervino de repente Ron tras un minuto de silencio - ¿Cómo va el equipo, Harry?
Harry se sobresalto a su pregunta - Pues
a mitades de Enero volvemos a los entrenamientos, ya nos enfrentaremos a los Tornados en Febrero.
- ¿La final cuando es? - preguntó Dean.
- En Abril creo
aunque esta más programada para Marzo. Así que no se que decirte.
- Oye y
no te quería preguntar esto pero - el joven se quedo callada y tomando primero un sorbo de su trago continuó - ¿Has seguido hablando con Hermione?
Harry negó - No, después de lo que sucedió no eh hablado con ella. Pase el día de navidad con los Weasley y ella supongo que sola.
- O con Malfoy - comentó un Ron algo metido.
El solo echo de pensar que Hermione haya pasado navidad junto con Draco Malfoy, su peor enemigo, le provocaba que su sangre se hirviera como el agua.
- Sí, seguro paso la navidad con Malfoy - dijo entre dientes - No me sorprendería ya que últimamente se han convertido en los grandes amigos.
Los chicos no comentaron en nada, en cosas así era mejor quedarse callado.
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Ojala que les haya gustado el capi, no es tan interesante como los demás, este es más bien tranquilito, para lo que sucederá en los próximos capitulo.
Espero con muchas ansias los rews de mis anteriores lectores de HA, y ojala se les suman a ellos los nuevos lectores de HL
.
Ahora si, me voy, no sin antes decirles:
¡QUE GUSTASO VOLVER A ESCRIBIR PARA USTEDES DE NUEVO!
ATT: Emma.
PD: El diseño de la pagina quedo súper
¡Muy buen trabajo webmasters de HL y HA n-n!
21
Cuando un año viejo se va nuevos amores
.
Me gustaría decirte cuanto te extraño. Que más anhelaría que pasar este día contigo. Que noches tan placenteras serían si estuvieras conmigo, seguramente no serían frías y lúgubres.
Cuanto no daría por estar entre tus brazos, que me acaricies con tus dulces manos, que me apapaches con tus abrazos y que me beses con tus rojos labios.
Daría mi alma a los ángeles del cielo con tal de estar contigo y patinar sobre las nubes. Acortarme en tu regazo mientras me acaricias mi cuerpo, y con tus suaves roces me quitas el tormento.
Es que contigo me siento tan bien, me siento protegida y que nada me falta. Es como si estuviera en el cielo con dios, exceptuando que tu solo eres mi y no de todos.
Cuando miro tus ojos tu calor me embarga aquel cuerpo frío que había estado por muchos años, pero ahora que ya no estas no se si sigo viva.
Huelo las flores pero no siento el olor. Miro el sol, pero no siento su calor. Se que hay aire, pero no me roza sobre el cuerpo. Se que existe el amor, pero no lo siento.
¿Dime entonces que hago, si tú ya no me quieres? ¿Dime entonces que digo para que me vuelvas hablar? ¿Dime entonces a quien consigo para que me brinde el calor que me brindabas? ¿Dime que hago, dímelo por favor? Que estoy desorbitada sin un concejo. Camino sin rumbo fijo buscándote en una oscuridad abrumadora. Trato de encontrar tus verdes ojos en un espacio tan gris que ni el más brillante color saldría a la luz.
No encontró tu luz, no encuentro tu amor.
Te estas alejando y no lo puedo evitar.
Quisiera gritar pero te llevaste mi voz cuando te fuiste.
Te regalo mis labios para cuando quieras besar, pero regresa.
Te regalo mis pulmones para cuando quieras respirar, pero ven conmigo.
Te regalo mi diario para que te desahogues, pero no me dejes esperando.
Te regalo mi todo, pero solo regresa aquí. Bésame, abrázame, apapáchame en este día. Quisiera estar contigo en tu cuarto mientras solo con las miradas nos hablamos.
Y es que nosotros no necesitamos las palabras para comunicarnos, un simple gesto nos dice lo que pensamos.
Sí, cometí un gran error, lo acepto pero
¿no es de humanos equivocarse? No es de humanos acaso ¿Elegir entre una cosa que aprecias y otra que amas? Y es que el amor se puede expresar de billones de formas, hay tantas que no me alcanzaría el pergamino para plasmarlas.
Y ahora estoy aquí entre las cuatro paredes de mi habitación, sin ninguna salida que tu corazón. REGRESA A MI POR FAVOR, mi alma te lo puede a gritos, ¿Es que acaso no la oyes? ¿Es que tengo que subir el volumen? O quizás ¿Es el ruido que hay en tu cerebro que no te deja escuchar el corazón?
A veces los humanos nos dejamos llevar tanto por lo racional que olvidamos que tenemos sentimientos, que las otras personas tienen corazón, que no son de madera y sienten cada palabra, cada mirada, cada hipocresía, cada arrogancia, cada ignorancia.
¡Entiende! NO SOY DE MADERA, yo soy una humana, siento, pienso, creo. Y no me parece justo lo que estas haciendo.
Me ignoras, me observas con una mirada cargada de veneno, te alejas cada vez que me acerco y con solo un No hay nada de que hablar lo arreglas todo.
Yo te amo y no me da pena decirlo. TE AMO. Pero tu actitud apesta, no me aguanto más tu mirada fría, aquel calor ya se esfumo.
No me aguanto más tus caricias sin sentido, aquel roce especial se extinguió.
No me soporto tus palabras sin sentido, las bonitas se las llevo el viento.
Ya no te soporto, y es en serio.
Si, quisiera que estuvieras a mi lado, besándome en estos momentos; pero ya eh echo mucho para que eso ocurra. Y yo no soy de madera, yo siento
yo siento todo lo que me haces, me dices, y me miras. YO LO SIENTO, MALDITASEA. Pero también me canso, me canso de rogarte, me canso de pedirte que hablemos, me canso de esperar que algún día comprendas que lo que hice no fue por que quise.
Me canso de todo, de todo.
Ahora estas en tu cocina y ¿Quién es ella? ¿Tu nuevo amor? ¿Ya me reemplazaste? Huy eso es grave, que profundo, no pensé que yo sería tan fácil de olvidar, pero al parecer si.
¿Qué están haciendo? ¿La cena? ¡Pero si falta mucho tiempo para las 12! ¿No me digas que van a comer primero? Bueno igual eso no me importa.
¿Están jugando con la ensalada? Ja ella te tiro un pedazo de tomate, ¡Que originalidad! Y tu
mírate
la estas bañando en salsa
¡Pareces un niño chiquito!
¡Que cursi por favor
paren ya! ¿Quieren?
¡No, paren
tu no tienes que estar jugando con ella
es conmigo con la que deberías jugar! ¿Le vas a dar un beso? ¡No lo hagas, no te lo permitiré
.NOOO!
¡PLAM! El plato de la ensalada se quebró
ups lo siento se me fue la el Wingardium Leviosa, es que quería recordar viejos tiempos en Hogwarts.
¿Ahora a donde vas? ¿A traer un trapo? ¿Y porque no la mandas a ella?
Te sigo por el corredor hasta el cobertizo, enciendes la luz y buscas un trapo que te sirva para limpiar el desastre que forme en la cocina.
Ya lo encontraste, ¡Que bien! Seguro tu novia estará MUY feliz.
¿Me estas mirando? No, eso no puede ser
¿Estas recordando que me diste tu capa de invisibilidad cuando cumplimos 3 meses de novios? ¡Si me descubres será el fin!
Aléjate
no
aléjate
aléjate
uff que salvada, me tuve que arrinconar a la pared antes de que tu mano tocara la capa.
Soy muy inteligente ¿Cierto?
Vuelves a la cocina, ya no quiero entrar ¿Para que? ¿Para ver como limpian lo que yo provoque, tu noviecita y tu? No gracias, no quiero ver lo necesario que es que dos personas manejen un trapo para limpiar algo en el suelo.
Ya no estoy en tu casa y la verdad ni se para que entre.
Me siento dolida, más de lo que estaba antes.
Quisiera haber sido aquella la que fue atacada por una salsa. Quisiera haber sido aquella la que con una sonrisa se hacía la ensalada.
Quisiera haber sido la que en estos momentos esta contigo.
Pero ya todo cambio, tú y yo nunca estaremos de nuevo juntos. Ya tienes una nueva vida y creo que deberé comenzar la mía.
Tal vez si recuerdo tus desplantes pueda odiarte y conseguirme a otro, así como tú la conseguiste.
Pero déjame decir que no es tan bonita como yo
parece una escoba con patas y seguramente no se baña los domingos. Pero espera a que sus cuerdas se dañen, ya veras lo fea que es
es solo una boba niña linda que cuando encienden la luz su cara es la de una avestruz.
¡Dios pero escúchenme! ¿Estoy celosa? ¿Son celos de niña? ¡Si, si, son celos de niña! Lo acepto. ¿Qué más podría hacer? ¡Te vi con otra, y eso me dolía tanto!
Duele pensar que ahora es ella quien recibirá tus besos. Duele pensar que ahora es ella quien estará sobre tu regazo mientras que le acaricias su cuerpo.
Duele pensar que ahora ya no soy yo la que reciba esos a papachos y esos abrazos tan protectores.
Duele pensarlo, y mucho.
Pero seguro esto a ti no te importa ¿Cierto? Igual ya me olvidaste y eso mismo debería hacer. Voy a tomar tu ejemplo, te voy a olvidar.
Regrese a mi casa con un sabor amargo en la boca y con una impotencia difícil de describir. Miro el reloj: Son las 7:00 de la noche. No demora en llegar, tengo que estar lista.
Saco aquel vestido que compre ayer junto con mi amiga, si tu ya eres feliz yo lo merezco ser tan bien ¿No crees? Lo coloco sobre la cama y sacando unas sandalias muy lindas del armario, entro al baño.
Me quito la capa de invisibilidad que me sirvió de amucho, ¡Ni creas que te la voy a devolver! Sirve para espiarte.
Abro el grifo y siento la fría agua cayendo sobre mi desnudo cuerpo. Aun recuerdo cuando este cuerpo fue tuyo
fue una experiencia tan agradable, pero al parecer ya la olvidaste como aquel beso que se da al final de la primavera. La primavera se va dándole paso al verano, dejando un sol abrumador y los recuerdos quemados.
Ya estoy lista, me seco y me coloco el vestido.
Me dirijo al espejo y eligiendo entre que tonos de sombras, rubor, polvos, delineador y gloss me aplico, el reloj va corriendo.
Al fin elegí los todos pasteles, me lucen muy bien con mi vestido rosa pálido con un escote muy sensual a delante, dejando ver solo un poco para dejar al libre albedrio los pensamientos de las personas.
Me miro al espejo y hago un guiño, al tiempo que una doble idéntica a mi me lo devuelve.
Que sensual pienso.
Luego una suave luz se refleja contra los vidrios de mi ventana. Me asomo al balcón y me alegra saber que ya esta aquí.
Salgo del cuarto y bajo por las escaleras muy sensualmente.
Toca a la puerta y pasando por el recibidor, la abro.
Este me observa tónicamente, se quedo anonadado al verme.
- Que linda estas, Hermione - me dice al oído cuando lo invito a entrar. Yo solo me limito a sonreírle.
Y es que también hay que admitir que el esta muy guapo. Aquel traje elegante lo hace ver tan bien. Es tan guapo.
Me rió de mis pensamientos morbosos, pero bah, son los único que emana aquel varonil chico de ojos grises y cabello rubio.
- ¿Quieres una copa mientras nos vamos? - le pregunto yendo a la sala.
-Si te la tomas conmigo, con mucho gusto - Me dijo muy cortésmente, lanzándome una de aquellas miradas que me congelaban.
Sí, no son iguales que las tuyas, pero tengo que admitir que también me dejan sin palabras.
Saco la copa de whisky y la coloco sobre la mesa de centro. Le sirvo un poco en una copa de cristal, y al pasársela se rozan nuestras manos.
El me sonríe y yo trato de ser natural, pero simplemente me estoy muriendo de la pena.
- ¡Brindemos pro ti! - me dice muy dulcemente mirándome a los ojos.
- Aun es muy temprano para brindar - le comento algo cohibida.
-Si lo se - admite - Pero no hay horas exactas que no pueda brindar por ti, por tu existencia, por tu belleza.
Me ruborizo al escuchar sus palabras
y es que es tan lindo.
Hace tanto tiempo que no escucho aquellas dulces palabras salir de tu boca, que ahora que veo que salen de aquella boca, se ven más lindas que las tuyas.
- Bueno, entonces, yo brindo también por ti - dije con una sonrisita tímida. Me parecía de muy mal gusto que el brindara por mi y yo no por el.
Draco me sonrió - Muy bien, entonces brindemos por los dos
que esta amistad sea para siempre.
Bebí un sorbo largo de mi trago sin desviar mi mirada de sus ojos. Es que parecían imanes
me atraían tanto. Quería alejarlos pero simplemente no podía
¿Qué tiene aquellos ojos que no tienen los tuyos?
Si, no puedo evitar compararte con el pero
ustedes dos son las únicas personas que han visto mi verdadera esencia y han estado conmigo así sea otra.
Aunque más Malfoy que tú. Si supieras lo que estoy diciendo me matarías, pero bueno.
Pasan las horas y comenzamos hablar de todo un poco: De nuestros años en Hogwarts, de Quidditch (Si de Quidditch, aquel deporte que cuando estudiaba odiaba tanto, aunque bueno, me gustaba cuando tú jugabas)
- No soy fanática a ningún equipo - le comento con una sonrisa - Pero pues, ahora me esta gustando el Quidditch.
- ¿Es gracias a Potter? - me pregunta.
¿Gracias a ti? Pues habría que pensarlo.
-La verdad no se - admito algo roja - Creo que si - puedo notar que en su mirada algo cambio.
Un poco de aquel brillo desvaneció cuando escucho mi respuesta.
- Pero es en tiempo pasado - dije sin saber que había dicho. Solo quería que aquel brillo regresara
¡Lo siento!
Malfoy me mira con alegría y aquel brillo regresa
respiro.
- Eso me alegra mucho - le alegra
que alivio.
Nos quedamos un rato callados, no sabemos que decir
los temas de conversación se agotaban.
Hasta que luego se me ocurre preguntar
- ¿Y donde me vas a invitar esta noche? - Draco me mira y sonríe.
- Es sorpresa - me dice pícaramente - No te puedo decir.
Suspiro
- Esta bien, pero no importa que sea un lugar fino, con tal de estar contigo, todo está bien.
¿Pero que dije? Qué con tal de estar con el
¿Qué? ¡No puede ser
! ¿Estaré sintiendo algo por Draco? ¡No, puras patrañas!
Malfoy me mira y sonríe de nuevo. Creo que esta pensando lo mismo que yo.
Con sorpresa veo como me agarra mi mano y se la lleva a su pecho.
- Tú siempre has estado aquí
conmigo - y me señala su corazón - Gracias a ti es que esto respira, y me agrada tanto tenerte a mi lado.
Cuando daría por saber que vas a ser mía y nunca te separaras de mi.
Sus palabras me hacen temblar
¿Ser suya? No
no las cosas se están yendo para mayores.
- Draco
.yo - digo despacio - Draco, tu eras una gran persona pero
- Sí, si, se que tengo que esperar - me interrumpe y dejando suavemente mi mano de nuevo sobre la mesa de centro, sonríe - Lo siento, es que te lo tenía que decir.
Sonrió también - No te preocupes - y ahora soy yo la que le agarra la mano - Igual tu has sido para mi un gran apoyo en estos tiempos.
Nos quedamos mirando fijamente, ups, creo que estoy sintiendo algo más que pena en estos momentos.
¿Qué es?
¿Es lo mismo que sentí por ti cuando te vi diferente? ¿Será que a el lo estoy viendo diferente? Bueno nada raro sería, si tú viste diferente a una desconocida
¿Por qué no ver diferente a Draco Malfoy? Verlo más que un simple amigo.
- Ah
y
¿Quieres más trago? - le pregunto para salir de aquella confusión. Este nota no razón y acepta.
Voy hacia el Mini bar y saco de hay la botella y una vez más le sirvo.
- ¿Has hablado últimamente con Potter? - me preguntó de ti
el peor tema de conversación.
- Yo
bueno - balbuceo - La verdad no
ya no se nada de el.
Y no noto una sonrisa de alegría que surca el rostro del rubio.
La nieve afuera se comienza a intensificar
.eso esta grave, de pronto no podremos salir.
- Es mejor que nos vayamos ya - opina Malfoy viendo por la ventana - Antes de que la nieve se intensifique más.
Acepto su propuesta sin reproches - Espera voy por mi abrigo - le digo subiendo las escaleras.
Entro de nuevo a mi cuarto y enciendo la luz.
Abro mi armario y saco una gabardina blanca, junto con unos guantes y bufandas del mismo color.
Al cerrar el armario notó una fotografía de ti sobre el tocador, entre los labiales y las sombras.
La agarro con parsimonia y vagamente la observo. Te veías tan lindo cuando eras joven, aunque aun te sigues bien, y lamente admitir que más.
Aquel cabello alborotado nunca se te va arreglar, creo que así vas a morir
aunque así me gustas más.
Aquellos ojos verde esmeralda tan penetrantes
miles de sueños tuve con ellos y hasta el sol de hoy los tengo.
No a llegado personaje que me deje de soñarlos, aun no ah llegado.
No quiero seguir viendo tu sonrisa, aquella sonrisa que me enloquece, ya que si la veo me coloco triste y no quiero dañar este día.
Volteó boca abajo el retrato
lo lamento, pero creo que es lo mejor para los dos.
Salgo de nuevo del cuarto. Bajo las escaleras, al final de estas me espera Draco.
-¿Vamos? - me pregunta extendiéndome su mano.
Acepto y con mucha cortesía me escolta hasta fuera del recinto.
Subimos a uno de los 5 carros que tiene el rubio, y abriéndome la puerta, subo.
Malfoy enciende el motor y nos dirigimos hacia el restaurante.
- Ojala no haya tumulto en la avenida - comento organizándome mi bufanda. Draco asiente.
- Si, porque si no aquí nos quedamos hasta las 12.
- Pues celebramos el año nuevo aquí - opine - Claro, si no llegamos al restaurante antes.
Él asintió - Pues si, por eso no hay problema.
Lo agradable es que atravesamos la avenida sin ningún inconveniente, al parecer no a todo el mundo se le había ocurrido la idea de salir a cenar en año nuevo.
- ¿Ya casi llegamos? - le preguntó a Malfoy con impaciencia.
- Aguanta princesa, no seas impaciente.
La verdad es que me gusta tanto que me diga princesa
se que no viene al tema pero lo tenía que confesar.
Nos estacionamos frente a un restaurante muy lujoso
llamado Noches de Paris
Lo miro con asombro - ¿Es un restaurante francés? - pregunto viendo su fachada.
Este asiente - Si, el mejor que hay en Gran Bretaña.
Sonreí.
- No tenías porque traerme aquí - le dije algo apenada.
- No tenía, quería
. ¿Vamos? - ruborizándome asentí.
Draco se bajo del auto y abriendo la puerta me extendió la mano como lo hizo en la casa.
Se la tome y bajándome del auto tuve un pequeño tropezón con una punta de las sandalias.
- ¡Cuidado! - exclamó Draco agarrándome al instante.
Al levantar la cabeza quede mirando fijamente sus ojos grises.
Nunca en la vida había estado tan cerca de el
exceptuando claro aquel día, aunque esta vez era diferente.
La vez en que quede tan cerca de Malfoy sentí sensación de alejarme pero su magneto masculina me atraía. Ahora era diferente.: Quería estar así con el, como estaba en aquellos momentos, y la verdad es que no me quería separar.
Me enderecé tratando de quedar en mejor posición, claro esta sin separarme ni un centímetro de su cuerpo.
Sus dos manos me tenían sujeta firmemente a la cintura, pareciera que no me quisieran soltar.
Un brazo se aleja de ella y se dirige a mi rostro.
- Eres tan hermosa - me dice con el mismo tono que utiliza cada vez que utiliza aquella palabras - Tan bella, tan dulce, tan
- se queda mudo mientras con sus dedos me acaricia mis mejillas, mis ojos, mi cabello y
mi boca.
Sentí un escalofrió indescriptible cuando sentí sus dedos sobre mis labios, no se, era como una sensación de querer que en vez de sus dedos fueran sus labios los que tocaran los míos.
- ¡Quisiera besarte! - me dice de repente, congelando todos mis sentidos, dejándome inmóvil -Pero yo te hice una promesa y la voy a cumplir.
Cuando note que sus intenciones eran separarse, lo detuve.
- No lo hagas - le dije en un hilo de voz. Salía humo por mi boca y mis piernas se estaban congelando a causa del frío.
- No lo hagas - le volví a repetir agarrando la mano que hace un momento había utilizado para acariciar mi rostro.
- No quiero que te alejes de mi - le dije inconscientemente, mirando aquellos embelesadores ojos - No quiero sentirme sola...Otra vez.
Mis labios pedían a gritos que los calentaran
se estaban congelando, sentían el frio de la noche.
Y quería que aquel hombre que estaba mirando, fuera el que lo hiciera.
- ¿Qué dices? - me preguntó a lo bajo, mirándome también.
- Que quiero estar contigo - le dije aun más bajo.
Mi voz se estaba apagando.
- Hermione
yo
- nos quedamos mirando por un largo tiempo, dejado que las miradas hablaran, solo las miradas. Si eso sucedía, había llegado el momento
Mientras nos mirábamos, sostenía fuertemente su mano, como tratando de impedir que se alejara.
Después de varios minutos, descubrí una sensación distinta, una palabra que se estaba grabando en mi corazón y poco a poco el cerebro la comenzó a leer: ¡Bésame!
- ¡Hermione!...- me dijo Draco acercándose a mi lentamente.
- No
no quiero que
te
alejes
de mi
nunca - fue lo último que le dije antes de ser callada por sus labios.
Aquel frio comenzó a desaparecer a medida que los labios de Draco se aferraban más a los míos.
Ya los sentía con vida, después de tanto tiempo volvía a sentir aquella sensación de jubilo y felicidad que solo sientes cuando estas
Ahora era el tiempo de nuestras lenguas, comenzaron a danzar en un mar lleno de
¿Amor?
En realidad no se que es esto
pero lo único que si estoy segura es que aquí me siento tranquila, protegida, llena de amor
¡Vuelvo a vivir!
A medida que aquel beso se intensificaba más, al igual que la nieve, solté su mano y pasando mis dos brazos por su cuello, me aferré más a su cuerpo con la intensión de no separarme nunca más.
Me sentía tan bien estando así con el
tan bien
que
me atrevería a decirlo
mejor que cuando estaba contigo.
Siento como sus manos acarician mi espalda, suben y bajan por mi cintura y se detienen en mi cadera.
Al tiempo que yo juego con su cabello, aquel cabello que antes no lo había sentido tan sedoso.
Si que se había propiciado para un beso largo, pero es que igual no lo quería detener, así como estaba me sentía muy bien.
Una mano entro por mi gabardina y se poso en mi escote, mientras que la otra seguía subiendo y bajando desde mi espalda hasta la cadera, de la cadera hasta el cuello y así sucesivamente.
No me molesto aquella mano en mi escote, al contrario me excitaba. Pero no de la manera de
bueno
así, si no de que con esa posición me sentía más plena de lo que no me había sentido en años.
A medida que los besos subían de tono, las caricias también y no lo podía evitar
Después de varios largos y plenos minutos que quizás fueron horas, nos separamos por fin
arrepentidos de haberlo echo.
- Hermione - me dijo Draco sin aliento - Yo
- No quiero que te alejes
de mi
.nunca - le dije respirando agitadamente. Aun el aliento no lo había recuperado.
- Quiero que
estés
conmigo
si
siempre.
Draco me sonrió, y dándome un corto beso me acaricio la mejilla.
- Claro que lo haré. Siempre estaré contigo mi amor
siempre
Le devolví la sonrisa, y abrazándolo fuertemente apoye mi cabeza sobre su hombro.
- Te a-m-o - le deletree con un tono inaudible, que creo que no había escuchado.
Espero que me perdones Harry, pero
.si tu ya eres feliz
.tengo el derecho de serlo también
.
¿No crees?
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Hellos, hellos
Como han estado?
Espero q les haay gustado el cap, creo que muchos me van a odiar despues de esto, pero creanme, en los proximos capitulos si q tendrán razones para hacerlo....
Gracias a los 2 rew del anterior cap, espero q en este recupere los rews bastantiks q resivia antes...
Como mañana tengo que madrugar para ir al coleg Muggle, así q me despido...
Besos y nos vemos en el prox chap...q comienza lo bueno...
PD: Estoy escribiendo en Amores Cruzados, pronto new cap...
Bye bye.22
Tazas, puños, varitas y muggles
El sabor de aquel beso seguía latente aun en los labios de la castaña al día siguiente, y es que la verdad un beso, una caricia y unos ojos así no eran fáciles de olvidar, ni mucho menos si se trataba de Draco Malfoy.
No quería levantarse de su cama. Con ensimismamiento miraba el cielo raso de su cuarto al mismo tiempo que recordaba el beso con aquel rubio; y es que ¿Cómo olvidarlo? Si fue tan mágico, tan dulce; además, después de ver a Harry con aquella mujer
no le había quedado otra alternativa ¿O si? no es que Hermione hubiera utilizado al platinado para comenzar a olvida al ojiverde, no, nada por el estilo, simplemente es que
pues
así es el amor, si él ya tiene otra, tu debes también tener compañía.
Respirando cansinamente se levantó por fin de la cama, y dirigiéndose hacia la ducha cerró la puerta.
Tal vez la fría agua de la mañana lograba confortarla un poco, despejarla de tantos pensamientos y quizás pensar con cabeza fría la verdadera razón por la cual había besado a Draco Malfoy.
No le busques más camino, te gusta y ya le decía aquella vocecilla imprudente en su cabeza, que solo aparecía en los momentos menos indicados.
- ¡Cállate! - espetaba entre dientes algo molesta. Entro a la ducha y cerrando la puerta abrió el grifo. El agua fría comenzó a caer por su desnudo cuerpo, y sintió con gran alivio un confort esplendido.
Todos los pensamientos que la habían embargado desde su despertar se comenzaron a ir, las imágenes de ella besándose con Malfoy y luego besándose con Harry se esfumaron a medida que su tibio rostro tocaba la gélida agua, y es que solo en aquellos momentos se veía el poder curativo que tenía la refrescante agua de la mañana en esos estados.
º*H/Hº*
No había podido dormir bien en toda la noche, y no era exactamente porque se trasnocho con alguien o algo por el estilo, no, era todo lo contrario.
Había pasado el fin de año con todos los Weasley y con una personita en especial que había olvidado recordar: Cho Chang había sido llevada por Ronald Weasley, para (lo que según le dijo el) una compañía esplendida, aunque lo único que había conseguido fue una guerra de ensalada.
Sí, no podía negar que la joven era muy linda, por no decir hermosa. Su espectacular cuerpo le habían echo producir una sensación extraña, relacionada con su dormitorio y una botella vino. Sus ojos negros como la oscuridad, lo envolvían en un transe difícil de salir, y su cabello que danzaba al son del viento, lo hipnotizaba a medida que esta caminaba.
Escucho un ruido tosco en el cuarto de al lado, era como si algo o alguien se hubiera caído, así que colocándose una batola sobre su desnudo cuerpo (exceptuando los calzoncillos que llevaba puestos) salió de la habitación y toco en el cuarto de enseguida.
- Cho - llamo a la puerta - ¿Estas bien? - no hubo respuesta como por cinco minutos, así que el joven Potter volvió a tocar - Cho - llamo de nuevo - ¿Todo esta bien? - pero la joven oriental se negaba o no podía responder.
Con preocupación sacó su varita de un bolsillo de su batola, y exclamando - ¡Alohamora! Entro a la habitación.
- Cho te encuentras
¡Dios mío! ¿Qué te sucedió? - preguntó algo asustado el joven moreno al ver a la oriental caída en el suelo con una pila de libros sobre su cuerpo. Con ayuda de su varita comenzó a retirar los libros, y una vez estuvo libre de ellos la ayudo a levantarse.
El espectáculo era fenomenal: La joven de ojos y cabello oscuro llevaba puesto un camisón de seda muy sensual, que dejaba al descubierto su ropa interior de encaje color rosa. Los labios rojos como la sangre brillaban en su sin maquillada rostro, bajo la tenue luz que el sol de la mañana proyectaba.
- Pero
¿Que te sucedió? - le preguntó el moreno alejando de su mente aquellos pensamientos tan Raros
Cho lo observo algo apenada, y ruborizándose un poco comenzó acomodar los libros en la estantería.
- Es que
me iba a bañar - le comentó con desdén - Y pues
arriba de la estantería vi un jabón que me gusta mucho y quise
alcanzarlo.
- ¿Y porque no utilizaste tu varita? - le preguntó el mago algo confundido.
- Es que la había dejado en el comedor y pues
me daba pena bajar en estas fachas y que me vieras así
aunque - y sus mejillas se pusieron rojas como un tomate - Creo que igual me viste.
Harry le sonrió tímidamente - Pero no importa, así te ves muy bien - ¿De donde habían salido aquellas palabras?
¿Pero en que piensas, Potter? pensó con ira ¿Qué crees que dirá Cho al respecto? ¿Estas loco o que? pero al contrario de lo que Harry pensó, Cho solo se limito a sonreír.
- Gracias- le dijo ahora menos roja - Lo bueno es que alcance el jabón - y le sonrió de nuevo.
Harry le devolvió la sonrisa, y siguiéndola con la mirada se detuvo donde ella se había detenido: Frente a la puerta del baño.
- Harry - hablo de nuevo la chica colocándose más pero mucho más colorada que antes.
- ¿Dime?
Cho lo miro y mordiéndose el labio inferior le propuso:
- Oye
no se
te
te
¿Te gustaría que nos bañáramos juntos? (N/A: Zorra inmunda esta de la choncha, ¿Cómo se atreve a proponerle algo así a mi Harry?
digo al Harry de la Hermy
pero ¿Qué le pasa?)
El moreno se quedo estupefacto ante tal propuesta, ni cuando estaba con Hermione le habían dicho aquello.
- Eh
yo
yo
Cho es que, pues
la verdad es que
- la verdad es que se moría de ganas de decirle que si, porque es que
¿Quién se contiene ante tal belleza? La carne era débil y las tentaciones muy grandes
pero el ojiverde tenía algo que se llamaba dignidad y pues
no iba a ducharse con alguien que solo la noche anterior había recordado. Si, sabía que ellos dos habían sido novios en su época en Hogwarts, pero
de aquí a bañarse juntos ya era caso aparte.
Cho se había quedado en su casa porque él le había dicho que se quedara.
Cuando los Weasley se marcharon, Harry le pregunto que a donde iría, esta le dijo que a un hotel, ya que no tenía lugar donde quedarse. El moreno le propuso que se quedara en su casa y luego se marchara después del almuerzo y sin miramientos la oriental había accedido.
- Lo siento, Harry - se disculpo de inmediato la pelinegra - No debí proponerte eso tan
tan
bochornoso, no que pena contigo Harry
¿Qué pensarás de mi? Mira... ¿Sabes que? Olvida todo lo que dije - y colocando una mano sobre el pomo de la perilla, la giro y entro al baño.
Harry se quedo parado mirando como la puerta se cerraba frente a sus narices. Entra con ella le decía la vocecilla imprudente dentro de su cabeza. Ve y entra, que seguramente en estos momentos tu querida Hermione debe estar revolcándose con Malfoy agitó su cabeza para esfumar aquellos estúpidos pensamientos y la ridícula vocecilla que le hablaba dentro de la cabeza. Con desdén se dirigió a la puerta, no sin antes lanzarle una última mirada al lugar donde-minutos atrás-se había encontrado Cho Chang.
ºººººººººº
- A ver si entiendo - decía Ronald Weasley con un aire de sabiondo a las seis de la tarde en el café Missu. El y Harry se habían reunido para platicar sobre lo acontecido aquella mañana con Cho, o más bien el moreno lo había llamado para ponerlo al tanto - Prácticamente Cho se te insinuó muy directamente ¿Y tú la rechazaste?
Harry lo miro y asintió - Pues rechazar, rechazar, no - se trato de defender - Pero pues
- Le hiciste más caso a lo que te dictaba tu corazón que tus tentaciones - le completo su amigo completamente desilusionado - Sinceramente Harry, uno te trata de ayudar y tu no te dejas.
El moreno se despeino su frondosa cabellera azabache, al mismo tiempo que lanzaba un suspiro de cansancio.
ººººººººººº
- ¿A dónde vamos Draco? - le preguntaba Hermione en el interior de la camioneta de su novio.
- Es que voy a tener una pequeña charla con el gerente comercial de una empresa que patrocina la nuestra, y pues quiero que estés presente.
- ¿Y porque? - a la pregunta de Hermione Malfoy levantó el entrecejo.
- ¿Cómo que porque? - preguntó a su vez, algo desconcertado - Porque ya eres mi novia, y quiero que estés al tanto de mis movimientos.
- Pero si yo confió en tus movimientos - le dijo la joven con un tono de indignación.
- Sí, pero las demás personas no - y viró hacia la izquierda.
Hermione suspiro - Esta bien, y
¿Dónde quedaste de verte con tu socio?
Draco sonrió - En el Café Missu.
Bajo una intensa llovizna que se alzaba sobre la ciudad Londinense, una castaña y un rubio bajaron de una lujosa camioneta resguardándose dentro del local del conocido y reconfortable: Café Missu.
- Ven amor, por aquí - le indicó Malfoy a medida que avanzaban.
Se fueron a sentar en una de las mesas de los rincones, las mejores para fomentar charlas empresariales.
- ¿Y tu socio es de Francia? - quiso saber la castaña algo curiosa.
El rubio asintió - Sí, es de Francia, un muy buen amigo mío para serte sincero.
Unas mesas más haya de la de la pareja, se encontraban Harry y Ron, el cual el segundo estaba reprendiendo a su amigo por ser tan imbécil.
- Harry, se que lo que voy a decir va a sonar algo
imprudente y hasta mal pensado, ya que tengo una esposa y una hija adorable, pero
- se quedo callado mientras bebía un sorbo de su humeante café - ¿Cómo es posible que un hombre con sus 5 sentidos bien puestos, rechace la oferta de una mujer con tremendas curvas?
Harry alzó los hombros y coloco una carita de No lo se - Pues
- balbuceó - No se
existe un hombre - y se mordió el labio inferior.
Mientras desviaba su mirada hacia las mesas para observar cualquier cosa que no fuera la mirada de reclamo de su amigo pelirrojo, vio con asco una escena que no le agrado de amucho.
A unas mesas más al fondo, se encontraban Malfoy y SU Hermione, juntos
¡tomados de la mano!
- ¡Esto es inaudito! - dijo entre dientes levantándose de la mesa, sin si quiera percatarse de lo que estaba haciendo.
- ¿Harry a donde
? - pero no pudo terminar de escuchar la pregunta completa de Ron, ya que cuando menos se había dado cuenta, se encontraba parado frente a la mesa de los dos enamorados
Draco alzó la mirada y lo observo con aquellas miradas inquisidoras que siempre solía tener - ¡Potter! - exclamó con su típico tono de arrastrar las palabras - ¡¿A que debemos tu honorada visita?!
- ¡Harry! - exclamó a su vez Hermione, soltando inmediatamente la mano del rubio.
Malfoy la miro de reojo y movió la cabeza de un lado a otro.
- Potter, si no te molesta estamos ocupados - le dijo muy sutilmente - Así que ¿Porque mejor no te regresas a tu mesa? - le propuso el platinado - Seguramente tu noviecito Weasley se debe estar impacientando - y miro burlonamente hacia donde se encontraba Ron de pie, el cual miraba hacia la mesa con nerviosismo.
- ¿Qué haces con este, Hermione? - preguntó el ojiverde entre dientes, observando fijamente a la castaña.
- ¿Es que no es obvio? - intervino el ojigris, molesto de que lo hubieran ignorado - ¡Esta conmigo porque ya somos pareja!
Hermione miro asustada a Draco y luego a Harry. Y mordiéndose el labio inferior trato de reprimir un sollozo.
Las palabras del rubio le cayeron como un baldado de agua fría en la cabeza al moreno. Observo a Malfoy y luego a Hermione - ¿Es cierto?- le preguntó en un hilo de voz.
La castaña trago saliva y asintió levemente.
- ¿Cómo es posible? - le preguntó en un susurro. Sus ojos se estaban cristalizando y sus nudillos se estaban volviendo blancos como la nieve.
La chica no sabía que responderle, por primera vez en la vida estaba en blanco.
- Potter, Potter, Potter - hablo de nuevo Malfoy al ver que su novia no reaccionaba - Sinceramente eres bien bruto ¿No? ¿Es que acaso no se ve a leguas que Hermione esta conmigo porque encontró en mi lo que tu no le pudiste dar? - Harry movió la cabeza de un lado a otro. Se rehusaba en creer que SU Hermione hubiera preferido a aquella sabandija y despreciable cucaracha-como ella le había dicho una vez-que elegirlo a él.
- No
eso no es cierto - se dijo más para si mismo que para los presentes - No
¡MIENTES! - grito, provocando que todas las miradas del establecimiento se posaran en el.
- Confírmale tú, mi amor - le dijo Malfoy a Hermione, con una voz dulce extremadamente fingida. Le dio un beso en los labios y Hermione se quedo seca.
¡Esa había sido la gota que derramo el vaso!
Sin poder soportarlo más, el moreno- con los puños que había estado apretando desde el inicio de aquella conversación-se balanceó hacia Malfoy-y como recordando los años en Hogwarts-se fue directo a su cara.
- ¡HARRY, NO! - grito Hermione por fin hablando. Estaba muy asustada y se podía ver como sus labios temblaban. Uno tras otro, tras, tras otro golpe. Potter iba a volver picadillo a Draco Malfoy.
Mientras una mano le daba un puño en una mejilla, la otra no se daba la de esperar y le zampaba otro en la nariz; a los pocos minutos el platinado estaba empapado en sangre.
La camisa blanca que llevaba en esos momentos, se tiño de un rojo oscuro, envuelto con el sudor que emanaba el ojiverde.
- ¡PO-POTTER! - gruñía entre dientes el ojigris - ¡SU-SUELTA-SUELTAME! - pero las quejas del Slytherin eran inútiles, ya que el Gryffindor lo tenía acorralado contra el suelo, con uno, dos, y hasta tres puños en 6 segundos.
- ¡HARRY, SUÉLTALO POR FAVOR! - Le pedía una desesperada Hermione envuelta en lágrimas. Aunque se esforzara por alejarlo del rubio, era inútil, la fuerza de la castaña no era nada comparada con la del moreno.
- ¡RON! - Le gritó esta al pecoso - ¡VEN Y HAS ALGO! - el pelirrojo la miro desde su mesa y a grandes zancadas llego hacia donde se comenzaba a formar un corrillo de gente chismosa.
- ¡Llamare a la policía! - exclamó el dueño del establecimiento yendo a todo correr hacia la estantería.
Como los cuatro magos estaban tan ocupados en lo suyo, no pudieron escuchar lo que el dueño del local había dicho.
Mientras tanto, el ojiverde estaba que mataba a golpes al rubio, ya los dos ojos los tenía morados y la nariz le sangraba como una llave descompuesta.
Ron trataba de alejar a Harry del moribundo Malfoy, pero era imposible.
- ¡RON HAS ALGO! - le pedía Hermione de grito en cuello - ¡DETÉN A HARRY!
- ¿Y QUE DEMONIOS CREES QUE ESTOY HACIENDO? - le espetaba el Weasley tratando de jalar-inultamente-el brazo de su compañero.
Tomando la última fuerza que le quedaba, el platinado saco de su bolsillo su varita mágica, y sin importarle que estuvieran acompañados de miles de muggles, exclamó:
- ¡EXPELLIARMUS! - y el cuerpo, también ensangrentado de Harry, salió volando hacia el otro extremo del Café Missu.
Los presentes dieron gritos de sorpresas, una mujer se desmayo y solo dos niños exclamaron un fuerte y sonoro: ¡HUUAAAAOOO!
- ¡DRACO, NO! - exclamó a su vez Hermione yendo a todo correr hacia donde se encontraba Harry.
Ron también hizo lo mismo.
- ¡HARRY! - La llamo esta, arrodillándose a su lado - ¿Te encuentras bien? - Harry la miro, y sin responderle también saco su varita y apuntó hacia Malfoy.
- ¡HARRY NO LO HAGAS! - Le espetó la castaña, pero ya era demasiado tarde: El ojiverde, con toda la ira por la que estaba invadido, exclamó:
- ¡PETRIFICUS TOTALLUS! - pero antes de que la maldición le diera de lleno al débil de Malfoy, este logro activar un encantamiento protector, lo que provoco que la maldición de Harry revotara sobre un hombre gordo, y fuera este quien recibirá el impacto.
Los demás muggles vieron con horror como el hombre se caía al suelo rígido como una tabla.
Hermione dio un gritito de susto, al mismo tiempo que Ron se le colocaban las orejas rojas. Potter tragó saliva, pero en cambio Malfoy levantó su varita y exclamando grito:
- ¡CRUCIO! - una luz cegoza salió en dirección a Harry, este la esquivo a tiempo y la lucecita fue a parar a la última mesa del local, derribando tazas, platos y todo el chocolate al suelo.
Hermione al ver que Harry le iba a responder, se interpuso entre él y su agresor que se iba acercando poco a poco - ¡Harry, no lo hagas! - le pidió entre lágrimas.
El moreno la observo por un instante y moviendo la cabeza de un lado a otro la retiro de su camino.
Hermione se mordió el labio inferior y espero a que lo peor sucediera.
Harry miraba venenosamente a Malfoy, con ganas de querer acecinarlo.
- ¡HAZLO, POTTER! - Lo incitó el Slytherin con una socarrona voz - ¡Has uno de tus encantamientos especiales enfrente de todos estos muggles, hazlo! - Potter apretó fuertemente su varita y abriendo la boca exclamo con todas sus fuerzas - ¡SECTUSEMPRA! - y una especie de serpiente verdosa salió en busca de Malfoy. Draco la observo burlonamente y sin si quiera mover los labios (o eso fue lo que alcanzo Harry a ver) la maldición reboto sobre el destrozado cuerpo del platinado y se devolvió en dirección a su agresor.
Harry abrió los ojos como platos, no sabía que hacer. En esos momentos toda la enseñanza en Hogwarts se le había borrado.
Hermione, al ver que aquella serpiente se dirigía hacia donde Harry, corrió a grandes zancadas hacia donde Harry y se interpuso entre él y la maldición.
El ojiverde pudo ver con horror como aquella serpiente se acercaba a toda velocidad hacia el cuerpo de su amada.
- ¡HERMIONE, NOOOO! - gritó este tratando de alejarla. Estiro su brazo para empujarla lejos del animal ese, pero ya era demasiado tarde: El sectusempra impactó de lleno sobre el cuerpo de la ojimarrón. Con un débil Ho cayó lentamente al suelo.
- ¡HERMIONE! - gritaron desesperados al mismo dos jóvenes. El moreno se arrodillo y antes de que el cuerpo inconsciente de Hermione tocara el suelo, lo agarro.
- ¡Hermione! - dijo en un susurro inaudible. Luego con extremo espanto, pudo ver como varias fisuras en el cuerpo de la chica se comenzaban a formar, provocando que toda la sangre que circulaba por sus venas comenzara a salir al exterior.
- ¡NOOOO! - gritaba este, al tiempo que se empapaba de sangre el rostro, la camisa, el pantalón, las manos, todo.
Ron se quedo estupefacto ante tal escena, al igual que los muggles presentes en el lugar. Malfoy sin poder aguantarlo más, cayó inconsciente en el suelo, soltando la varita y teniendo en su mente el último recuerdo de Hermione sangrando antes de cerrar los ojos.
En el lapsus tiempo en que Harry gritaba, Hermione se desangraba, los muggles observaban aterrados, Ron abría los ojos como platos y Malfoy caía inconsciente, la policía londinense entro al lugar junto con un hombre alto y de piel negra, una mujer de cabello rojizo y mejillas rosadas y un hombre de aspecto cansado y canas revueltas con cadejos de cabellos castaño.
Los tres señores miraron aterrados la escena de los cuatro magos, la chica sacó de su bolsillo una especie de varita mágica, y pronunciando un hechizo que nadie escucho, el tiempo se paro y todo se volvió negro.
El hombre alto y de piel negra murmuro algo para sus adentros, lo que provoco que todos los muggles se desmayasen al igual que los 4 magos. Antes de que Harry cayera inconsciente con el cuerpo ensangrentado en Hermione en brazos, pudo notar como el otro hombre de cabellera negra y blanca sacaba su varita, y apuntando a cada punto estratégico en los extremos, el local se iluminaba con una luz segosa.
- ¡Señor Finnigan la estamos perdiendo! - exclamaba una desesperada voz en un cuarto blanco.
El hombre blanco y de ojos negros (N/A: No se si en los libros describen a Seamus, es que tengo muy mala memoria. Me estoy guiando porque se que Dean es morenito y Neville blanco con el rostro en forma de papa. Si no es como describo a Seamus, porfa me corrigen.)
Miro con el rostro lleno de sudor, a su paciente envuelta en sangre.
- Fue una maldición muy poderosa - decía en un hilo de voz - ¡Esta perdiendo mucho sangre, traigan más bolsas!
- una joven de cabello corto color lila fue hacia donde una puerta y sacó de hay 4 bolsas llenas de un liquido rojo viscoso.
- Señor Finnigan, ¿Cree que se salvara? - le preguntó la misma mujer de cabello lila.
El hombre movió la cabeza de un lado a otro - No lo se Martha, roguemos que así sea.
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Mientras tanto, en otra sala más pequeña en la que se encontraba Hermione, estaba Malfoy con múltiples vendas por todo el cuerpo, lo bueno era que ya no estaba sangrando.
Malfoy abrió mediamente los ojos y vislumbro una pequeña sombra- ¿Cómo se encuentra, Señor Malfoy? - le preguntaba una sanadora que llevaba puesta una túnica color verde lima, la cual llevaba el escudo de San Mungo.
El Slytherin se tocó la cabeza y gruño con fastidio.
- ¿Qué me sucedió? - le preguntó casi inaudible.
La sanadora comenzó a organizar unos pergaminos y a escribir algo en ellos. Los pergaminos estaban sobre una tablita muy fina de madera, al mismo tiempo que estaban sujetos a un gran gancho dorado.
La sanadora lo miro y levantó una ceja - ¿No se acuerda de lo que sucedió? - Draco negó - Al parecer tuvo un enfrentamiento con un mago en un local atestado de Muggles - le comentaba la sanadora mientras escribía sobre el pergamino con diminutas letras - Junto a usted entro un joven ojiverde que estaba inconsciente y una chica que su estado era lamentable.
- ¿Hermione? - preguntó casi que automático.
La sanadora movió la cabeza de un lado a otro - No se como se llamaba - le confesó - Pero le digo que su estado era critico. Al parecer le habían lanzado una maldición muy poderosa, la camilla en la que estaba siendo conducida ya no era blanca si no roja.
Malfoy trato de incorporarse sobre la cama lo que le provoco un tremendo alarido.
- ¿Qué cree que hace? - le preguntó la sanadora yendo hacia él - ¡Esta muy débil, no debe levantarse en su estado!
- ¡Pero
tengo que ir a verla! - exclamó fastidiado por que la sanadora no lo dejaba hacer nada.
- Lo lamento, pero en su estado es muy fácil que le de una recaída. Usted también perdió mucha sangre, y no me voy a dar el lujo de llevarlo a la sala de emergencias.
- Pero
ella - insistía el Slytherin - Tengo que
tengo que ir a verla.
Por mucho que le rogara que lo dejara salir, la sanadora no daría el brazo a torcer.
- Mire, si quiere pudo ir averiguarle en recepción, pero no le prometo nada - Draco se tuvo que conformar con ello. La sanadora le sonrió y terminando de escribir sobre el pergamino, se dirigió a la puerta, no sin antes colocarle un embrujo a la perilla.
- Por si las dudas - se defendió al ver la mirada asesina que le había lanzado el rubio.
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A dos habitaciones a la derecha de la de Malfoy, se encontraba Harry, aun inconsciente.
Pero al parecer su cerebro no lo estaba, ya que se podía ver como los ojos de Harry se movían de un lado a otro
.tenía una pesadilla.
Si Hermione se mure, juro que no me lo perdonare pensaba entre sueños Si ella muere
no, si ella muere sería por mi culpa
Luego, la imagen en el Café Missu llegaba a su mente, con aquella serpiente cayendo de lleno en el pecho de su amada.
- ¡HERMIONE! - gritaba, al mismo tiempo que alguien lo llamaba desde el exterior.
- Harry, Harry - poco a poco fue cobrando la conciencia.
Al abrir los ojos y tomar sus gafas, pudo reconocer la voz quien lo llamaba.
- ¿Tonks? - Indagó a lo bajo, sorprendido de ver a la bruja ahí - ¿Que haces aquí?
- Yo fui la que llego junto con Remus y Kingsley Shacklebolt - le comentó con una sonrisa - Éramos los tres magos que entramos conjunto con la policía.
Harry no comprendía muy bien, ya que su cerebro apenas se estaba recuperando de los hechos pasados.
- Pero
¿Cómo es que....?
- Desde la época que El-señor-oscuro comenzó a tomar de nuevo el poder - empezó a explicar la aurora más joven de los Black - El Ministerio de Magia y la Orden del Fénix vieron apropiado que cada dos o tres aurores estuvieran al tanto de todo lo que acontecía con el mundo muggle. Así que cada riña o pelea en la cual eran llamados los policías, tres aurores asistían al lugar, para ver si se trataba de Mortífagos.
Ahora las cosas se volvían más claras pero
- Voldemort ya no esta, y los pocos Mortífagos están en Azkaban - recordó el moreno - Y entonces
¿Por qué llegaron?
Tonks le sonrió - No esta nunca de más ver que todo anda en orden - y le guiño un ojo.
Harry trato de sonreírle pero solo consiguió una mueca de dolor. Luego recordó a Hermione.
- ¡Tonks! - la llamó con fuerza - ¿Dónde esta Hermione, se encuentra bien?
Nymphadora Tonks lo miro de soslayo - Lo que te diga sería mentira, Harry - le dijo con pesar - Desde que entraste aquí no me eh despegado de ti, y pues
velar por Hermione le esta correspondiendo a Remus.
Harry suspiro - Pero
¿No sabes como se encuentra? - Tonks negó.
- Lo único que se es que la esta atendiendo un viejo compañero tuyo de la escuela - Harry arqueó las cejas - ¿Cómo es que se llama? - se preguntó más para si que para el moreno - Tiene algo que ver con final y ganar
¿Cómo es? - se quedo pensativa un momento y luego reacciono de una manera tan poco común que le provoco un sobresalto al moreno - Así, Finnigan
Seamus Finnigan.
Harry se extraño. ¿Seamus un sanador? Si que la vida daba muchas vueltas.
- Tonks, necesito saber como esta Hermione - le suplicó el ojiverde - Si algo le pasa a ella me moriría.
Nymphadora lo miro con aquellos ojos castaños que reflejaban la unión de sangre que tenía con su padrino Sirius. A pesar de que habían pasado 5 años, el rostro de Tonks seguía intacto, no se marcaba las leyes de la vejez, Harry pensó que seguramente era por ser metamorfomaga.
Por fin Tonks asintió - Esta bien, iré hablar con Remus a ver si sabe algo - y levantándose de la cama se dirigió hacia la puerta. Antes de que saliera, Harry le grito:- ¡Hey Tonks! Gracias - la metamorfomaga le sonrió y saliendo del cuarto, desapareció.
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- ¿Eso es lo único que tiene para decirnos, señor Weasley? - le preguntaba por enésima vez el Ministro de Magia Rufus Scrimgeour. El pecoso asentía cansino, también por enésima vez.
- Si señor Scrimgeour, fue lo único que sucedió.
- Así que el señor Potter comenzó todo - concluyó el ex Ministro de Magia, Cornelius Fudge. Los años para el si habían pasado, las marcas de las leyes de la vejez se hacían muy notorias.
Ron negó con la cabeza - No, no - dijo testarudamente - Harry no fue quien comenzó, Malfoy lo provoco y el no se iba a quedar callado.
- ¡Pero utilizar las varitas en un local infestado por muggles es una locura! - exclamó un enojadísimo Scrimgeour, que le parecía inaudito como dos jóvenes de 22 años de edad se comportaran como simples chiquillos de quince.
- Les entendiera si fueran unos chiquillos de quince o catorce años - comenzó hablar el Ministro muy serio - Pero ya todos unos hombres de veinte y dos, que tienen sus vidas echas y terminaron la escuela hace cinco años, ¡ES INAUDITO! - a todo lo que el Ministro de magia decía, Fudge lo apoyaba con un gesto en la boca.
- El señor Ministro Scrimgeour tiene toda la razón - dijo con una típica voz de lambe suelas - Ya todos unos hombres, ¡Por favor!
- ¡Por favor le diría a usted, Fudge! - intervino una voz que al pelirrojo le fue muy familiar.
- ¡Profesor Lupin! - exclamó el Gryffindor con una sonrisa.
Lupin lo miro y le devolvió el gesto - Hola, Ron. Y por favor ya no soy tu profesor, dime solo Lupin o Remus.
Ron asintió - Esta bien profesor
digo, Remus - Lupin rió. Luego fijo su vista en el ex Ministro de Magia - Por favor le diría a usted - volvió a repetir.
- ¡No entiendo lo que dice! - exclamó el hombre con bombín morado algo nervioso. Lupin levanto el entrecejo.
- ¿No entiende lo que digo? - repitió el licántropo incrédulo - Pues bien, le explicare de una forma más
entendible - y suspiro - A ver
al decir Por favor, le diría a usted me refiero a la actitud que solo un hombre como usted hubiera tenido en tiempos como los de cinco años atrás. En tiempos en los que el mago más poderoso y perverso de todos los siglos había regresado, y usted por hacerse el muy fuerte y el que no le creía a palabras que decían un anciano decrepito y un niño con enfermedad de héroe, provocó que casi mitad del mundo, tanto muggle como mágico, se hubiera destruido en sus narices y usted no hubiera echo nada al respecto - las palabras del antiguo profesor Lupin del pelirrojo, habían sonado fuertes, tan fuertes que el pecoso apostaría todo su dinero que tenía en Gringotts, que Fudge estaba intimidado.
Cornelius lo miro y tratando-muy mal- de disimular su temor, se secó el sudor que le comenzaba a resbalar por la frente - No es necesario que se coloque tan agresivo, Señor Remus - le dijo con un tono de amabilidad - Solamente estaba dando mi comentario de lo que el Ministro Scrimgeour había dicho.
- Así, Scrimgeour - dijo a lo bajo, luego dirigiendo su mirada al actual Ministro de Magia - Buenos días, Ministro.
Ron se quedo atónico, no podía creer como un hombre que hacía solos unos segundos tenía una cara de puño, ahora la tenía tan amable como una niña de los Boy Scud´s.
Scrimgeour le devolvió el gesto con una de aquellas miradas que siempre solía tener: Como la de un león viejo y cansado.
- Señor Lupin - hablo muy cortésmente - Usted que fue profesor de los delincuentes
- Si no es mucha molestia, Ministro - le dijo Remus - En mi presencia trate de no decirles delincuentes, suena un poco
tosco.
Scrimgeour asintió - Esta bien. Usted que fue profesor del señor Potter y del señor Malfoy, ¿Podría explicarme porque tuvieron esa disputa?
El viejo merodeador asintió - Como no, pues vera: Harry y Malfoy han sido enemigos desde que se vieron en Hogwarts. Siempre discutían y se peleaban cuando el uno daba su brazo a torcer; no es que sean jóvenes problemas - aclaro el auror - Si no que no se pueden ver ni en pintura.
Rufus gruño con desaprobación - Como dije antes de que usted llegara - hablo con una voz gruesa - Aquello lo admito en unos pequeños de 12 o 13 años, pero en personas ya adultas de 22 años, es ¡INAUDITO!
- Como también es inaudito que usted los juzgue de esa manera - intervino de repente Kingsley Shacklebolt. Miró acribilladoramente a Fudge y luego le sonrió a Scrimgeour.
- Señor Ministro, si me permite decirle con el debido respeto que usted se merece - aunque era obvio que una persona como él no se merecía ninguna clase de respeto - Creo que también es inaudito la forma como usted los juzga.
- Hágase a comprender, Shacklebolt - le ordeno el actual Ministro de Magia. El mago alto y de piel negra asintió.
- Pues vera, no puede comparar a unos jóvenes de 15 o 16 años con unas personas de 22. Es decir, si, se que el comportamiento de Potter y Malfoy no fue el apropiado, y mucho menos si se ve en las circunstancias donde ocurrieron los hechos - Scrimgeour asentía con cada palabra del auror - Pero tampoco puede refutar a creer lo que otras personas le dicen. Los sentimientos de odio hacia una persona van aumentando a medida que se crece, y créame que cuando le digo que el odio que se sienten esos dos actualmente, no es ni una gota del mismo odio comparada que cuando se conocieron - hizo una pausa para ver si alguno de los presentes iba a agregar algo, pero al ver que no fue así, continuó - Uno creé que los odios o envidias que se tienen en la escuela son como lo dice usted Cosas de niños y uno pensará que esas Cosas de niños van cambiando a medida que el niño en cuestión va creciendo. Pero con el paso del tiempo nos damos cuenta que no es así, el odio es un sentimiento que crece como la simpatía o antipatía. Crecen a medida que se conoce más a la persona, a medida que se la trata o se le ve el comportamiento de esta con los demás. Esas pequeñas cosas provocan que aquel odio pequeño se convierta en un odio inmenso, tan inmenso que a veces es muy difícil de controlar - y miro de soslayo a Remus - O también puede suceder que de un momento a otro uno comience a odiar a alguien - y miro de reojo a Fudge, el cual se sintió intimidado - Creció de la noche a la mañana y no sabes como ocurrió. Así es como el odio que se tiene hacia una persona desde pequeño, los dos van creciendo y por extraños motivos que la ciencia muggle no a logrado descifrar, se siguen odiando y hasta peor.
Toda la perorata de Shacklebolt le provoco en el actual Ministro un deje de pensamiento.
- Tiene usted razón, Shacklebolt - asintió - Pero tenga en cuenta que ellos utilizaron su magia en un establecimiento abarrotado de muggles, infringiendo el Decreto del Secreto de los Magos clausula
- No se moleste en decirme la clausula ni el articulo, señor Ministro - lo cayó el auror - Sí, entiendo a la perfección lo que usted dice y estoy de acuerdo con ello. Pero colóquese un momento en los zapatos de los dos jóvenes: Usted al ver que su agresor lo ataca con una varita, por obvias razones le tiene que responder ¿O no? La naturaleza humana es así, yo te pego y tú respondes igual o peor.
El ministro cayó, por primera vez alguien más tenía la razón y no había sido Albus Dumbledore.
- ¡Pero, Shacklebolt! - exclamo Rufus - ¿Usted sabe cuantos muggles había en ese lugar? - el negro asintió - Si, aproximadamente unas 40 personas - Scrimgeour asintió.
- Si, y ¿Sabe la cantidad de magos desmemorizadores que se van a tener que usar para borrarles la memoria a todos esos muggles y así no recuerden nada de lo acontecido esta tarde? - el auror también asintió.
- Si, no se olvide que tengo muchos amigos en esa sección.
- Pues entonces se podrá imaginar la cantidad de trabajo que esos dos jóvenes nos colocaron este fin de semana - hubo un bufido de Si como no que provenida de Lupin, y Ron reprimió las ganas de reírse.
- Se que usted es un hombre muy ocupado, Ministro - y Rufus alzó pecho, lo que provoco otro bufido irónico por parte de Lunático - Y se lo que usted les piensa hacer, y no es necesario de verdad. Mire, ellos son adultos ya maduros, y creo que solo con una pequeña sanción será más que suficiente. Además, recuerde que una chica infiltrada esta en estos momentos muy grave, a perdido litros de sangre y no son muchas sus posibilidades de vida - al escuchar aquellas palabras, el corazón del pelirrojo se acelero, y por primera vez después de tanto tiempo, volvía a preocuparse por su amiga.
- ¿La señorita Granger, verdad? - el auror negro asintió - Sí, la recuerdo muy bien ¿Cómo olvidarla? - eh hizo un gesto extraño con la boca.
- ¿No le parece ya eso demasiado castigo para el señor Potter? - Scrimgeour lo miro.
- Pues no se, la verdad - y hubo un bufido de exasperación, pero esta vez por parte de Ron - También debo recordarle que un muggle fue atacado por la maldición Petrificus y podría sucederle algo.
- En el hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas, nada es imposible, señor Ministro - hablo la voz de una mujer de repente, que al parecer había estado escuchando la conversación desde hacia tres minutos.
- ¡Tonks! - exclamó Ron, el cual apenas la acababa de ver. La aurora le sonrió.
- Señor Ministro - hablo de nuevo acercándosele - No sabe lo mucho que Harry esta sufriendo por Hermione, él mismo me pido que averiguara por su estado, y una penalización grande no es justa para alguien que aparte de que esta muy débil, esta demasiado preocupado por la mujer de su vida.
Al parecer aquella última razón no le toco ni un poquito del frio corazón de león que Rufus tenía, pero lo demás lo había alivianado, no mucho, pero algo es algo.
- Ponga en consideración todo lo que le hemos dicho, señor Ministro - le dijo Shacklebolt ahora con un tono de voz diferente - Y no los penalice.
Rufus los observo a todos uno por uno, y luego se detuvo en Ron. El pecoso trago saliva.
- Antes de que ellos salgan del hospital quiero que me avisen - les ordenó Scrimgeour muy seriamente - Necesito hablar con ellos y que ellos mismo me cuenten la verdadera versión de la historia - y miro de reojo a Ron, el cual se sintió algo incomodo.
- Pero todo lo que yo le dije es cierto - confesó, tratando de no ser un poco brusco.
Rufus lo examino de arriba a bajo y luego medio le sonrió - Si, ya se
pero es mejor tener varios pergaminos que uno solo - y acomodándose mejor la túnica, le estrecho la mano a Shacklebolt y luego miro a los demás.
- ¡Que tengan un buen día! - fue lo último que dijo antes de marcharse junto con Fudge detrás.
- ¡Ese imbécil es un grosero! - exclamó una molesta Tonks al mismo tiempo que cambiaba de aspecto: Apareció al lado de Lupin una mujer de cabellera roja larga y crespa como el fuego, con ojos dorados como los suyos.
- Ya clámate, amor - le aconsejó Lunático abrazándola - Igual sin un estrechón de manos de él no a matado a nadie hasta el momento.
Nymphadora asintió - Si, tienes razón - y suspiro.
- Solo espero que haya pensado las cosas - hablo Shacklebolt sobresaltando a los presentes - Y que solo sancione a Potter y Malfoy - los demás asintieron.
- Ron, si quieres puedes ir a ver a Harry - le comentó Tonks - Ya esta despierto y no creo que algún sanador de coloque problemas por eso. Ron les sonrió y retirándose se dirigió hacia la habitación donde estaba su amigo, pero luego recordó que no lo sabía así que dio media vuelta sobre sus talones.
- Eh
¿Donde
?
- Cuarto piso sección de recuperación - le respondió la aurora antes de que el joven terminara de formular la pregunta. Ron le sonrió y se fue.
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En la habitación del rubio se sentía un dejo de frío y soledad, como si en vez de estar en un agradable cuarto de un hospital (N/A: Aunque no es para nada agradable) parecía como si se entrara a un iglú.
La puerta se abrió y por ella entro la misma aurora que hacía unas horas había hablado con Malfoy.
- ¿Y bien? - le preguntó sin si quiera saludarla.
- Aun la están operando - le respondió algo apenada - Lo siento señor Malfoy, pero fue lo único que pude averiguar.
Sin poder hacer nada, dio un puño a la mesita de noche que tenía en frente para si quiera liberar un poco su frustración, pero en vez de hacerlo le provoco un dolor indescriptible, ya que esa era una mano lastimada.
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- Las pulsaciones del corazón ya son normales, sanador - le indicó una joven de cabello lila a Seamus - La sangre que perdió se esta recuperando.
- Gracias a Merlín - agradeció el joven - Por fin, la paciente esta fuera de peligro.
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La puerta de la habitación de Harry se abrió y por ella entro Ronald Weasley.
- ¡Ron! - exclamó el hombre muy contento de ver a su amigo - ¿Cómo estas?
- Yo perfecto - le confesó el pecoso - ¿Pero y tu?
Harry miro su aspecto, pero sonrió - He estado en peores condiciones, créeme.
- Sí, te creo - Potter rió con su amigo mientras este tomaba una pequeña butaca de un rincón y la acercaba hacia la cama.
- Al parecer nunca voy a dejar esa manía de visitar los hospitales ¿No? ¿Sabes cuantas veces eh estado ya en este lugar?
- Ni me lo quiero imaginar - le dijo su amigo.
Harry rió. Luego recordó a Hermione.
- Oye, Ron - lo llamó algo apenado.
- ¿Dime?
- Este
- balbuceó, no sabía como empezar - ¿Sabes
sabes algo
?
- ¿Que si se algo de Hermione? - le completó el pelirrojo, este asintió - Pues lo que alcancé a escuchar de Shacklebolt es que todavía la están operando.
Harry abrió los ojos como platos, ¿Aun no habían terminado? Eso quería decir que lo que le había provocado a la castaña había sido grave.
- Pero no te preocupes - lo tranquilizo Ronald - Ella estará bien.
Ron se quedo en la habitación de Harry hasta las once de la noche, se hubiera quedado más tiempo si no hubiera sido por una sanadora mayor que lo había reprendido por no dejar descansar al paciente.
- ¡Pero es mi amigo, quiero estar con él! - gruñía Ron mientras la sanadora lo arrastraba hacia la puerta con la camisa.
- Sí, si muy bonito - decía irónicamente - Pero lo puede ir a visitar mañana, ahora él tiene que descansar - y abriendo la puerta lo saco de la habitación - Que tenga buena noche - y le tiro la puerta en sus narices.
- ¡Vieja loca! - exclamó entre dientes el pelirrojo.
Luego miro su reloj y yendo hacia la salida, desapareció.
La noche en el hospital para Harry no estaba siendo muy agradable que digamos.
Veinte minutos después de que la sanadora lo hubiera dejado solo, habían apagado todas las luces y al parecer el era el único que estaba despierto faltando un cuarto para la media noche. Pero es que, ¿Cómo se suponía que durmiera sin saber como se encontraba Hermione?
Hacía un momento le había preguntado a la sanadora si sabía algo al respecto, pero ella le dijo que no.
- ¿Entonces para que esta aquí? - se preguntó a lo bajo en medio de la oscuridad.
Tenía que averiguar algo, tenía que saber como estaba su Hermione, si ya había salido de emergencias o estaba en cuidados intensivos, necesitaba saberlo.
Cerró los ojos y trato de no pensar en ella, pero cada vez que hacía eso, más pensaba en ella. Sin poder contenerse más se incorporo en la cama, y con todo el dolor que sentía en esos momentos fue hacia la puerta-no sin ates agarra su varita mágica-.
Puso una mano en la perilla y la giró, le era muy difícil creer que le costara tanto hacer aquello.
Salió de la habitación e iluminando el camino hacia el corredor siguió. Con cada paso que daba pareciera como si algún miembro se le fuera a salir, era un dolor insoportable.
Había transcurrido más o menos media hora después de que había salido de la habitación, cuando llego a la recepción. Se tenía que felicitar a sigo mismo por no haberse demorado más. Abrió el cuadernillo de seguimientos y lo comenzó a leer, pero sentado en el suelo ya que estaba agotado.
En varios pergaminos escritos con una letra diminuta, alcanzó a leer que en la habitación 459 se encontraba Malfoy con múltiples fracturas, daños en varios huesos y perdida de mucha sangre. Al leer aquello Potter se sintió satisfecho por su esplendido trabajo.
Siguió buscando alguna pista que le dijera donde estaba Hermione, y cuando estaba apunto de rendirse vislumbro varios papeles que no estaban en el libro y contenían una caligrafía muy conocida. Saco los pergaminos y observo que era la de Seamus. Recordó lo que le había dicho Tonks, así que comenzó a leer el informe:
La joven Hermione Jane Granger llego al hospital con muchos cortes y muy desangrada. Su pulso se estaba perdiendo al igual que los latidos de su corazón. La trasladaron inmediatamente a la sala de emergencias, donde tuvo una transfusión de sangre al estilo muggle y muchos conjuros para quitar la maldición de su cuerpo. Todo el proceso duro aproximadamente 6 horas después de de que la paciente llegara.
Al parecer fue atacada por la maldición SECTUSEMPRA, comúnmente utilizada por antiguos Mortífagos en antiguos tiempos.
Después de que el proceso fue concluido, se traslado al paciente al cuarto piso habitación 499, en la sección de: Cuidados Intensivos.
A pesar de que la transfusión de sangre y los conjuros para dañar la maldición fue todo un éxito, la paciente a un se encuentra en esta critico, y se estar a muchos cuidados.
Firma: Seamus Finnigan, sanador encargado.
Al leer aquello, Harry se sintió desbastado, una mugre por dentro. Si no hubiera desde un principio lanzado aquel maleficio, nada de eso estuviera pasando. o mejor aun, si tan solo se hubiera calmado y comprendido que Hermione se merecía ser feliz, así hubiera sido al lado de la peor sabandija del mundo. O no, para haber prevenido todo eso desde un principio, hubiera perdonado a Hermione y asunto arreglado.
Todo es tu culpa, Harry le decía aquella vocecilla que en los momentos menos oportunos aparecía Todo es tu culpa
- ¡Lo se, lo se! - dijo con lagrimas en los ojos - ¡LO SE!
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Holis queridos lectores:
No saben lo HAPPY q me siento al subir este cap. Cuando lo escribi no paraba d escribir....me gaste 23 hojas de word, aunque en otrs caps eh llegado a 30, pero bueno....este capitulo me re facino escribirlo, y la part q más me gusta es cuando entran los aurores al estaurante, es q me lo imagine como una pelicula y todo...jiji con efectos y así...jaja xd....
Solo espero q les haya gustado muxo, y pos se q con este cap no voy a remendar el cap anterior ni con los proximos, pero bueno...
mcuhas gracias x los rews resividos en el anterior cap, d corazçon gracias...
Nos leemos en la prox actualización...
besos
se cuidan
Bye Bye
Att: Emma_Potter (DaNy) n_n
23
Recupérate Hermione
Al día siguiente el moreno se tuvo que aguantar la perorata de la sanadora a cargo de su cuidado, diciéndole que no había sido nada prudente lo que hizo anoche, y que si algo hubiera salido mal seguramente en esos momentos estarían en su velorio.
- Pero no es para tanto - decía algo fastidiado, ya que nunca le había gustado que lo regañaran por cosas tan insignificantes.
- ¿Qué no es para tanto? - repitió furiosa la sanadora - Usted esta con múltiples heridas, muy débil porque fue atacado por un expelliarmus y además perdió un poco de sangre debido al impacto - le comento la mujer - ¿Y me dice que no es para tanto?
- ¡Pero es que necesitaba saber como estaba Hermione! - se defendió el ojiverde - ¡Y como usted no me dijo donde estaba!
- Pues no sabía - le dijo la sanadora algo enojada - Y si me disculpa señor Potter, tengo que atender a pacientes que si se dejan consentir - y mirándolo rudamente, salió de la habitación.
Harry bufo con exasperación. ¡Necesitaba ver a Hermione!
En la sala de espera del quinto piso se encontraban Lupin, Tonks y Shacklebolt, los cuales tomaban una humeante taza de café ofrecida por una brujita rechoncha y de túnica blanca.
Mientras conversaban, se les acercó Ron junto con Luna y su hija Dulce en brazos.
- ¡Ron! - lo saludo Lupin - Luna
pero ¿Esta es su hija? - la rubia asintió.
- Hola profesor, Lupin. Y si, es nuestra hija. Se llama Dulce.
- ¡Huy pero si le queda perfecto el nombre! - exclamó Tonks encantada con la bebé.
- Hola chicos - los saludo Shacklebolt. Ron le devolvió el gesto y Luna también, aunque algo cohibida ya que no lo conocía muy bien.
- Ron me conto ayer lo que sucedió - dijo Luna algo angustiada - ¿Y como se encuentra Harry y Hermione?
- Pues Harry está bien - le contestó Lupin - Pero lo que respecta a Hermione, creo que esta en la sala de cuidados intensivos del cuarto piso.
- ¡Oh, no! Pobrecita - exclamó Luna - ¿Y ustedes creen que la pueda ir a ver?
- No se, tienes que hablar con el sanador a cargo - le comentó Tonks.
- ¿Y quien es? - preguntó.
- ¡YO! - dijo una voz a sus espaldas, una voz que los dos jóvenes reconocieron al instante.
- ¡Seamus! - exclamaron los chicos.
- ¿Qué haces aquí? - quiso saber Luna muy curiosa.
- De vacaciones - bromeó el ojinegro - No mentiras, trabajo aquí Luna - Luna lo miro y sonrió.
- ¿Y no me digas que tu eres esposa del loco de Ron? - le preguntó al ver a la nena que llevaba en brazos la mujer, la cual tenía mucho parentesco de los susodichos.
La rubia asintió - Si, me casé con el demente de Ronald Weasley.
- ¡Oye! - exclamó el pecoso algo ofendido - Más respeto con tu marido.
- Si como sea - dijo la mujer sin mucha importancia. Desde hacia meses para acá la relación entre esos dos se estaba deteriorando, y al parecer Ron no se daba cuenta de ello.
- ¿Y como se encuentra Hermione, Seamus? - quiso saber el pelirrojo algo preocupado.
Seamus vacilo unos instantes antes de responder- Pues
- balbuceó - Este
ya esta fuera de peligro - les dijo tratando de sonreír - Pero
- ¿Pero que? - repitió la rubia, estaba algo nerviosa.
- Es que
con la maldición que recibió pues
perdió muchos litros de sangre y a pesar de que le hicimos una transfusión, aun se encuentra muy débil.
- ¿Eso quiere decir a un no esta fuera de peligro? - le preguntó Ron. Seamus asintió.
- ¡¿Pero como es posible?! - exclamó Luna - Si con la transfusión se debía recuperar. El joven volvió asentir.
- Si, ya se. Pero es que tiene que comprender que la sangre de Hermione y la de todos los hijos de muggles que nacen con magia, es muy diferente a la de un mago de sangre limpia o de sangre mestiza.
- ¿ósea que es posible que la señorita Granger muera? - intervino Shacklebolt sobresaltando a los jóvenes.
Finnigan negó - La verdad no lo se - confesó algo apenado - Pero ojala que no se así.
Se formo un silencio incomodo en medio de la sala de espera, era un silencio lleno de angustia y desesperación.
- Bueno, si me disculpan tengo que firmar unos pergaminos - les comentó el sanador algo cohibido.
Antes de que Seamus se retirara, Luna lo llamo - ¡Seamus! - este giro sobre sus talones y la observo.
- ¿Podemos ir a verla? - su antiguo compañero de escuela la miro, y reflexionando un poco accedió.
- Esta bien, pero solo puede entrar uno a verla, y si no es mucha molestia no se demoren tanto - y sonriéndoles, desapareció.
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Luna bajo al cuarto piso y se digirió a la sala de Cuidados Intensivos. Busco la habitación Numero 499 y entro en ella.
Conectada mediante varios instrumentos médicos muggles, y sobreviviendo con diversos conjuros y hechizos, se encontraba la dulce castaña, que viéndola en ese estado su sonrisa se había borrado.
Reprimiendo las ganas de llorar, la rubia se acercó a la cama y la miro con pena.
- Hermione - dijo en un hilo de voz. Le dolía verla en ese estado. A pesar de que en Hogwarts no habían sido las mejores amigas, ahora después de 5 años la vida les había dado una oportunidad para que se conocieran, y la chica estaba conociendo a la verdadera Hermione.
- Hermy - volvió a repetir, sentándose ahora en una pequeña butaca al lado de su cama - Recupérate pronto - le decía tratando de recuperar su compostura - Mira que seguramente Harry esta sufriendo mucho por tu estado. Si, se que el también te hizo sufrir pero
no solo Harry esta angustiado. Todos los estamos, y solo queremos verte recompuesta otra vez.
Sabía que por más que le hablara, la castaña no iba a responderle, y es que era tan agobiante ver a un amigo tuyo acostado sobre una cama de un hospital sobreviviendo gracias a maquinas que a inventado el propio hombre, sin poder si quiera utilizar su cuerpo.
Y es que era tan frustrante no ver ni un signo de vida, ni un movimiento, ni escuchar alguna palabra.
Varias lágrimas silenciosas comenzaron a surcar el rostro de la bella rubia, con delicadeza se las limpió y levantándose de donde estaba, observo a Hermione.
- No me pudo quedar mucho tiempo - le decía con la voz entre cortada - pero te prometo que vendré acompañada Harry, para ver si así te recuperas pronto - y dándole un beso de despedida en la frente, salió del cuarto.
Camino hacia la salida y luego subió al quinto piso. En la sala de espera se encontraban a un las mismas personas que había dejado hacía 5 minutos, cuando visualizo a su esposo corrió a su encuentro.
- ¡Luna! - exclamó el pelirrojo algo asustado - ¿Pero que te
? -aunque no pudo terminar de formular la pregunta, ya que su esposa comenzó a llorar desconsoladamente sobre su hombro.
- Es
es horrible
ho
horrible, Ron - le comentaba la rubia entre sollozos - Verla ahí, sin moverse, sin decir ni una sola
sola palabra
sin poder
poder si-siquiera a-abrir los o-ojos
sin mirarte, sin-sin escu-escucharte
es como
como, como S-si Es-estuviera
mu-muerta
¡Muerta!
Las palabras de Luna alarmaron-más de lo que estaban-a los presentes. A Tonks se le aguaron los ojos, y apara ocultar sus lágrimas busco el hombro de Remus.
Shacklebolt, que parecía un hombre fuerte, trago saliva y se oculto tras el Profeta, seguramente para que no vieran aquel liquido salido surcar por su rostro.
Por otra parte, Ron y Remus trataban en lo posible de no soltar el llanto, de no mostrarse preocupados, para con la simple razón de que sus amadas no se mortificaran más.
- Cálmate, Luna - le aconsejaba Ron dándole unos suaves golpecitos en la espalda - Tu depresión no le hará nada bien a Dulce - y como si aquello fuera una cura automática, la rubia se retiro del pelirrojo y fue a buscar a su bebé, la cual estaba en el regazo de Shacklebolt.
- Hermione no va a morir, ¿Verdad que no, Remus? - le preguntaba Tonks al oído del licántropo.
El ojidorado no sabía que responderle, es que ni el estaba seguro de si la castaña se iba a recuperar pronto.
Todos estaban angustiados, incluso Ron, que días atrás estaba despreciando con todo su corazón a Granger.
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El moreno estaba desesperado, más desesperado de lo que se encontraba veinte minutos atrás. No sabía que hacer, es que no lo dejaban hacer nada. Había intentado salir del cuarto para ir a ver a Hermione, pero la maldita de la sanadora le había lanzado un hechizo a la puerta para que no la abriera.
A pesar de que había utilizado todos los contra hechizos que le habían enseñado en Hogwarts, no sirvió, al parecer aquella magia sobrepasaba la de él.
- ¡MALDITA SEA! - exclamaba angustiado. Comenzó a tirar todo lo que se le atravesaba en el camino: Un jarrón, un directorio y unos pergaminos que se encontraban en la mesita de noche, llevaron del bulto.
- ¡MALDITA SEA! - frustrado, sin poder hacer nada y querer realizar mucho, se desplomó sobre el suelo, y diversas lágrimas silenciosas comenzaron a caer por sus mejillas, mojando las vendas y curas que su rostro traía. Aquel líquido salino se colaba por los orificios de las vendas, provocando que los cortes en su rostro le ardieran. Pero eso no le importaba, necesitaba ver a Hermione, le urgía verla y saber como estaba, tenía que acompañarla, tenía que estar con ella.
- ¡Hermione! - decía en un sollozo - ¡Amor
quiero estar contigo MALDITA SEA, saber como te encuentras
.quiero acompañarte, estar a tu lado
a tu lado!
No podía creer que una mujer lo estuviera destrozando tanto, ni el mismísimo Lord Voldemort pudo destruirlo, y ahora una joven de ojos marrones, bucles castaños, piel tersa, labios rojos como la sangre y un cuerpo excepcional, le desmoronaba el alma.
¿Qué le estaba pasando? ¿Quizás la estuviera amando como la amo años atrás? Sí, seguro era eso, no cabía duda, porque ¿Qué más sería si no eso? Harry Potter se había enamorado, sentía amor por la que años atrás fue su mejor amiga, y la que hacía un mes había discutido con ella.
Ya no le importaba lo que Hermione hubiera echo o no en su pasado, igual, pasado era pasado y ahora había que vivir el presente. Y no podía soportar ver un presente sin ella, sin sus besos, sin sus abrazos, sin sus caricias, sin su Hermione.
Era tan agobiante ver un futuro sin ella, es que para Harry Potter en esos momentos futuro no iba a ser futuro sin su Hermione, y ahora el presente no era presente si la castaña se encontraba en las condiciones en las que estaba.
Cerró los ojos y comenzó a recordar con horror la escena que ocasionó todo eso: Él, lanzando el Sectusempra, Malfoy bloqueándolo y la maldición devolviéndose. Ella, interceptándose en medio de la maldición y el, y luego ella de nuevo cayendo con mucho dolor hacia el suelo.
Había sido toda su culpa, toda su maldita culpa.
En esos momentos no podía echarle la culpa a alguien más-como acostumbraba hacer-si no que se tenía que aguantar aquel sentimiento cargando sobre su cuerpo, sobre su pecho, sobre su corazón.
º*H/Hº*
Ginny Weasley se encontraba en su casa, organizando su cuarto, cuando sonó el teléfono.
Dirigiéndose hacia la mesa de noche, levantó el auricular.
- ¿Bueno? - preguntó algo molesta. A la joven pelirroja le incomodaba mucho que la molestaran mientras estaba haciendo sus quehaceres, y más a la manera Muggle.
- Gin lamento molestarte, pero - la voz de Luna sonaba angustiada.
- ¿Qué sucede? - preguntó la menor de los Weasley olvidando por completo su mal genio repentino - ¿Le sucedió algo a Ron?
Luna no contestó al instante, se tomo unos minutos para hacerlo.
- ¡LUNA! - la llamó una desesperada pelirroja. Al otro lado del auricular la rubia pegó un respingo.
- ¿Qué sucede? - le volvió a preguntar la chica.
Luna carraspeó - Pues...Es ¡Hermione! - dijo, en un hilo de voz.
- ¿Qué pasa con ella? - si quiera no era de su hermano.
- Esta en San Mungo, ayer fue traída a emergencias porque Harry y Malfoy tuvieron una disputa y ella fue atacada por una maldición.
- ¡¿Cómo?! ¿Pero que sucedió?
- Lo único que se es que esta en Cuidados Intensivos
Oh Ginny, vieras como esta la pobrecita, es tan triste verla.
- Ya voy para ya, Luna, junto con Neville - le comunicó la pelirroja casi automáticamente - Y no llores más ¿Esta bien? - y colgando el auricular, bajó hacia la sala.
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Después de varios intentos fallidos, por fin el platinado logró incorporarse en la cama, aguantando el dolor insoportable de sus heridas.
- ¡Maldito Cara Rajada! - exclamaba mientras bajaba un pie de la cama - ¡Esta me la vas a pagar y bien caro!
Luego de que su cuerpo completo estuviera fuera de la cama, miro hacia la puerta.
Cuando fue a dar un paso para caminar, emitió un alarido de dolor que si estuviera en la antigua Casa de los Gritos los aldeanos creería que era un hombre lobo.
Ahora había otra dificultad: Caminar hacia la puerta. ¿Como lo podía hacer si cada vez que movía un centímetro su pie, sentía como si todos los miembros se le descolgaran? Realmente esa iba a ser Misión imposible.
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No había tenido ni idea de cómo lo había logrado, pero al parecer lo consiguió. Ya se encontraba rumbo a la habitación de la castaña, y a pesar de las quejas y dolores, estaba feliz.
Varios sanadores pasaron por su lado, pero gracias al campo de invisibilidad que creó (los dos años como Mortífago le sirvieron de amucho para aprender magia negra) no lo lograron ver.
Llegó a la habitación 499, y entrando en ella observo a Hermione.
Quitándose el campo de invisibilidad se acerco a su cama y le tocó el rostro.
- Mi Hermione - le decía en un hilo de voz - Recupérate pronto, que quiero que nos vallamos a vivir juntos - le quedo observando los rasguños y moretones que tenía en el rostro, y una rabia indescriptible lo invadió.
- ¡Estas así por culpa de Potter! - exclamó con furia - Pero ese maldito me las va a pagar, no te preocupes amor, que esto no se queda así.
En ese momento la puerta se abrió y por ella entro Ginny Weasley. La pelirroja observó con asco y asombro la presencia del platinado.
- ¿Que demonios crees que haces aquí, Malfoy? -le preguntó con desprecio - ¡Lárgate ahora mismo!
Draco la miro socarronamente - ¡Hola, Weasley, hace años que no te veía! Estas guapísima - y mojo sus fríos labios con su lengua.
La pecosa lo miro con asco - ¡Lárgate ahora mismo, Malfoy! ¿O quieres que llame a seguridad?
- ¡Hujujuuiiii! - exclamó - Mira que miedo tengo, estoy temblando del susto.
Ginny sacó su varita, y acercándosele amenazadoramente la apunto hacia su pecho.
- Mira que no tengo mala puntería - le comentó con altivez - Y muy rara vez eh fallado a tan corta distancia.
Malfoy la observo por un momento y luego se rió.
- Weasley, Weasley, la pequeña Weasley. Linda pero jodida ¿No? - y se volvió a reír, lo que causo la sacada de cabales de la pecosa.
- Es mejor que te vallas, porque no quiero lanzarte un encantamiento enfrente de Hermione - le advirtió peligrosamente.
- Quiero que sepas que no me intimidan tus amenazas, Weasley - le dijo Draco con su peculiar tono de arrastrar las palabras - Y mucho menos me voy a ir solo porque una chiquilla como tu me lo dice.
- Malfoy, si no te vas
- comenzó a decir la menor de los Weasley.
- Si no me voy ¿Qué? ¿Me vas hacer algo? - las palabras arrogantes eh irónicas del platinado, producía en Ginny una ira indescriptible.
- ¡Es mejor que te largues! - le exclamó fastidiada - O si no
En ese momento la puerta se volvió abrir, y por ella entro la sanadora que estaba a cargo de Malfoy.
- ¡Joven, Malfoy! - exclamó furiosa, al parecer sin darse cuenta todavía de la presencia de Ginny - ¡¿Que cree que
!? Luego miro con sorpresa a la pelirroja.
- ¡Jovencita, hágame el favor de bajar inmediatamente esa varita mágica! - le ordenó explosivamente - ¿Es que acaso no sabe que esta en un hospital?
Ginny la miro algo abochornada y guardando su varita como niña regañada, asintió.
- Si ya se - comenzó a defenderse - Pero es que no pude soportar al ver a ese - y miro con todo el veneno que pudo cargar en su mirada a Draco - Estar aquí en la habitación de mi amiga.
Hubo un bufido de exasperación y sarcasmo por parte del platinado. La sanadora lo miro elocuente y luego volvió su vista hacia la joven pelirroja.
- Pero ese no es un buen motivo para sacar la varita ¿Es que acaso no sabe las reglas que tenemos en San Mungo? Ningún visitante puede traer su varita, y si la trae tiene que estar con un código de seguridad para prevenir incidentes.
Ginny agacho la cabeza - No lo sabía - confesó con sinceridad.
- Obviamente no lo sabía, porque si fuera así no hubiera sacado esa cosa - y movió la cabeza de un lado a otro - Hágame el favor de retirarse del cuarto - le ordeno con autoridad.
Ginny negó - No señora, no me iré - le dijo muy decidida.
La sanadora arqueó las cejas - ¿Cómo que no se irá? - repitió incrédula - ¿Es acaso sorda o que? ¡Retírese de la habitación ahora mismo, señorita!
Una vez más la Weasley negó - No, lo siento mucho pero no me iré sin antes ver a Hermione.
- Pues ya la vio, se esta recuperando ¡Ahora vallase! - la chica movió la cabeza de un lado a otro y fulmino con la mirada a la sanadora. Le importaba un bledo si se veía muy infantil, en esos momentos tenía mucha ira.
Antes de abrir la puerta le lanzó una última mirada a Malfoy cargada de veneno, y colocando una mano en la perilla salió del cuarto. Azoto la puerta con todas sus fuerzas y salió de la sala.
- ¡Pero que chica tan maleducada! - exclamó la sanadora viendo el sitio donde hacía unos segundos se encontraba Ginny. Luego poso su mirada en el platinado - Con respecto a usted señor Malfoy, hágame el favor de regresar al cuarto.
- ¡Pero usted no me pude obligar! - le espetó tratando de no sonar altanero - Yo ya no soy un niño.
- Lo sé- admitió la sanadora - Y como mínimo yo le llevo cuatro años, pero aquí yo soy la autoridad, y le guste o no tiene que obedecerme. Así que regresemos al cuarto - y apareciendo de la nada una silla de ruedas, poso a Malfoy en ella y lo dirigió de nuevo a su habitación (N/A: Huuuu lo llevan como niño chiquito
jajaja)
*******
Después del pequeño incidente en la habitación de Hermione que sucedió con Malfoy y Ginny, a la joven pelirroja no la dejaron visitar a su antigua compañera de escuela hasta que la castaña estuviera en la sala de recuperación.
- ¡pero es injusto! - exclamaba una molesta Weasley en la sala de espera. Eran las nueva de la mañana del día siguiente, y como de costumbre se encontraban en la sala Luna, Ron, Tonks, Lupin, Shacklebolt, Neville y la joven pelirroja, esperando las buenas nuevas sobre la recuperación de la ojimarrón.
- Yo solo hice lo que tenía que hacer. Además, Malfoy no tenía nada que hacer en la habitación de Hermione.
- Sí - asintió Ron muy molesto, sus orejas se estaban poniendo colocaras - Malfoy no tenía que estar en la habitación de Hermione, ni que fuera su amigo.
Los demás asintieron.
- Pero tienen que comprender - intervino Shacklebolt - Que el joven Malfoy estaba preocupado por la señorita Granger.
Ginny bufó - ¡Preocupado mi abuelita! Él lo único que quiere es acostarse con Hermione, nada más.
Por una parte la pelirroja tenía razón, pero por otra
¿Será que al platinado ya se le habían quitado las ganas de hacer suya a la castaña después de conocerla más a fondo? Seguramente el tiempo lo diría todo.
Reuniéndose con ellos llegaron el Señor y la Señora Weasley, informados por Lupin.
- Nos enteramos de lo que sucedió - hablo Molly con una voz algo quebrada - Y no lo pudimos creer. Después de todo lo que sucedió con Hermione, pensé que no la perdonaría, pero esto es un castigo de Merlín.
- Cálmate, Molly - la tranquilizo Lupin - Hermione se esta recuperando.
- Sí, por eso no se preocupe - le confirmó Tonks, sonriente. Aquel día llevaba una túnica color turquesa que le hacia juego con los ojos esmeraldas y el cabello turquesa que llevaba en esos momentos.
- ¡Remus! - lo saludo Arthur haciendo notar su presencia - ¡Que gusto de verte! Has tenido mucho trabajo por estos días ¿Eh? - el licántropo asintió.
- Sí, a pesar de que el legado oscuro termino, no creas que el ajetreo para los aurores también. Hay algunos pillos que quieren hacer de las suyas y convertirse en el nuevo Voldemort del siglo XXI.
EL SEÑOR Weasley rió por el comentario - Si me imagino, ¿Y como vas con Tonks? - Remus miro instintivamente a la metamorfomaga y por mecánica, sonrió.
- Pues muy bien, gracias a dios - y volvió a sonreír - La verdad Tonks es una chica estupenda.
- Perfecta para ti - y el auror se ruborizo un poco.
- ¿Ya hablaste con ella? - le preguntaba Ron a su hermanita menor. Los dos Weasley se habían retirado un poco de los demás, para conversar a gusto sobre un tema familiar.
- ¡¿Cómo quieres que me le acerque si ni si quiera me dirige la palabra?! - le espetó la pecosa algo brava.
- ¡Oye, no es conmigo con quien tienes el problema! - le recordó su hermano un tanto ofendido - Solo te estoy haciendo una sugerencia, pero si no la quieres tomar
- Mamá es muy explosiva, no le puedes decir algo por ya esta armando una tormenta en un vaso de agua - comenzó a decir la Joven.
- Igual que tú - comentó Ron, pero al ver la mirada asesina de su hermana, opto por quedarse callado.
- Bueno si, es igual a mí. Y ese es el problema, no se como acercármele sin que me agreda y yo la agreda a ella.
Ron se quedo pensando, al parecer por primera vez se estaba tomando algo en serio.
- Yo opino que la llames ahora que están en un hospital, mi madre nunca gritaría aquí - Ginny se quedo reflexionando sobre la idea.
- Sí, puede que funcione.
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Una joven de cabellera negra, ojos negros con rasgos asiáticos y un cuerpo espectacular, entraba por la puerta principal de San Mungo.
Aquel día traía puesto una falda rosa de tela jean, una blusa escotada color blanca con una diadema sobre su cabellera que le hacia juego con la blusa. Unas sandalias doradas y un bolso del mismo color.
En las manos llevaba lo que parecía un obsequio, junto con una enorme tarjeta viviente.
- Buenos días señorita - saludo la mujer a la recepcionista. La recepcionista la observo con envidia.
- ¿Qué desea? - le pregunta sin prestarle mucha atención.
- ¿Me podría informar sobre el estado de Harry Potter? - pregunta la oriental muy ansiosa.
La recepcionista mira con mala gana una agenda - Habitación 457, cuarto piso, sala de recuperación - responde molesta.
La joven la mira y le sonríe - Gracias - es lo último que dice antes de desaparecer.
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Estas en la habitación de un hospital, tu cuerpo esta algo débil pero eso no te importa. Cada vez que la sanadora entra es para darte una reprimenda de lo que hiciste noches atrás, pero te sientes satisfecho de que Hermione este sana y salva, así fuera en la sala de Cuidados Intensivos.
Acostado en la misma posición en la que estas hace horas, notas como la perilla de la puerta se comienza a mover, y ruegas con todas tus fuerzas de que no sea la sanadora.
Sonríes al ver que no es la sanadora, pero te sorprendes al mismo tiempo.
- ¡Cho! - exclamas sin saber si ponerte feliz o no - ¿Qué haces aquí? - le preguntas algo curioso.
La oriental te mira coqueta y se acerca a ti - Nada, solo es que me entere lo que te ocurrió - le comenta dejando un obsequio envuelto en papel pergamino rojo.
- Te traje un obsequió - te dice dándote una tarjeta viviente.
Miras la tarjeta y el obsequio que esta envuelto.
- ¿Por qué? - preguntas algo curioso.
La chica solo te sonríe - Para que te recuperes pronto - te confiesa.
Abres la tarjeta viviente y te ves a ti mismo saludarte, con una varita en una mano y una Snitch en la otra, al tiempo que te guiña un ojo.
- ¿Te gusta? - te pregunta la joven más coqueta que antes.
Tú asientes - Si, esta muy bonito - luego miras el paquete - ¿Y que hay en el paquete? - Cho te mira y abriendo el paquete por ti, te lo deja sobre tu regazo.
- ¿Un implemento para el Quidditch ultimo modelo? - preguntas algo asombrado.
La oriental asiente - Sí, se que eres buscador de los Chuddley Cannons y pues
vi apropiado regalarte esto, ya que casi vuelve la temporada y de seguro lo necesitarás.
Le sonríes de nuevo y en forma de agradecimiento le das un caramelo que hay sobre la mesa - Se que es poca cosa, pero fue lo único que encontré - te excusas al ver el rostro de la chica.
Cho te vuelve a sonreír y toma el caramelo, no sin antes rozar tu mano. Te sientes incomodo como si fueras un niño chiquito, y dejando la tarjeta viviente sobre la mesita, te incorporas un poco sobre la cama.
- ¿Y que has hecho? - le preguntas a la mujer al ver que no coloca tema de conversación.
La ojinegra te mira y responde - ¡Pensarte! - te comenta de una manera poco común.
Sientes como todos los colores se te suben al rostro, y tratas de sonreírle.
- A si, la próxima temporada jugaremos con los Tornados - le comentas al recordar la ficción de la chica por aquel equipo.
Chang te sonríe de nuevo - ¿En serio? - te pregunta sin podérsela creer - Huao, no me lo voy a perder - y puedes notar en su mirada un dejo de bastante coquetería, demasiada para tu gusto.
- Me contaron que el impacto que recibiste fue horrible - te comenta la muchacha luego de un corto periodo de silencio. Asientes cansino - Si, pero la que si esta mal es Hermione - y al decir aquel nombre puedes notar el cambio tan brusco en el rostro de la joven.
- Ah, cierto, se me olvidaba que estaba Granger - dice algo molesta - Bueno, y
¿Cómo vas con ella? - al parecer la pregunta que hace es con un tono de hipocresía, que era muy bien fingida.
- Pues
la verdad estamos un poco distanciados - al escuchar aquello, Cho se coloca de nuevo feliz, y te das cuenta que su sonrisa vuelve a la cara.
- A que pena - dice sin sentirlo ni un poco - Bueno, pero seguro encontraras a una chica que te valore de verdad - y puedes notar en su tono de voz, que habla específicamente de ella.
La quedas mirando por unos momentos y mueves la cabeza de un lado a otro.
ººººººººº
Los días pasaron y cuando Harry menos se dio cuenta, ya se habían cumplido dos semanas desde su llegada a San Mungo.
Sus lecciones se habían recuperado del todo gracias a las pociones dadas por la sanadora a cargo, y sus energías lo volvieron a invadir.
A las doce y cuarto, la sanadora a cargo de su cuidado le comunico que ya se podía ir.
- Ya todo en la resección esta listo - le informó - Y su instalación en el hospital fue pagada.
- ¿Por quien? - quiso saber el ojiverde.
- Por un tal Remus Lupin - y sonriéndole, salió de la habitación.
Salió de la habitación con una pequeña valija en la mano, la cual contenía una carga pequeña de ropa mientras se encontraba en el hospital.
Afuera del cuarto lo esperaba Tonks.
- ¡Hola, Harry! - lo saludo con su típico todo habitual - Me alegro mucho que te dieran de alta.
El moreno asintió - Sí, a mí también - y luego miro instintivamente hacia la sala de Cuidados Intensivos.
- Tonks - la llamó - ¿Y sabes como sigue Hermione? - la metamorfomaga lo miro con unos ojos color azul celeste - Pues lo que tengo entendido es que ya la trasladaron a la sala de recuperación - le comentó - Y hay es más fácil el acceso de las personas.
Al escuchar aquello, el rostro de Harry se le ilumino.
- ¿Y cuando crees que podré verla?
- Hoy mismo si quieres - le respondió la aurora al mismo tiempo que le ayudaba con la valija.
- En la sala de espera se encuentran el Señor y la Señora Weasley, muy preocupados por ti - le comento Nymphadora - A Molly casi le da un infarto al saber que hoy te iban a dar de alta, por fin.
Harry le sonrió y los dos se encaminaron hacia el primer piso.
Aparte del Señor y la Señora Weasley, se encontraban Ron, Luna-junto con su hija dulce- Kingsley Shacklebolt, Lavender, Dean, Parvati y Remus Lupin. Al ver a este último el joven se le acerco antes de que lo sofocaran con abrazos y estrechados de manos.
- ¡Profesor Lupin! - exclamó el muchacho muy contento de verlo.
- ¡Harry! - exclamó a su vez el licántropo - Me alegro que estés bien. El moreno asintió.
- Sí, a mi también. Y Profesor Lupin, gracias por pagar la cuenta en el hospital - le agradeció de corazón - En serio, no tenía que hacerlo.
- Se que no tenía - confesó el ojidorado - Pero quería hacerlo - una sonrisa en el rostro del peliazabache surco.
En esos momentos se les acerco el Señor y la Señora Weasley.
- ¡Harry, querido! - lo llamó Molly con su tono de voz tan familiar - ¡Me alegro mucho que estés bien! - y al instante le dio uno de aquellos abrazos asfixiantes que eran tan comunes en ella.
- S-sí, eh
M-me
A-alegra v-verla a us-usted también - le respondió entrecortado por la falta de aire en sus pulmones.
- Ya, ya, déjalo Molly - la reprendió su marido al ver que Potter se estaba asfixiando - ¡Que no lo mato la varita, ahora lo vas a ser tu! - la Señora Weasley se retiro de Harry algo abochornada pero enfadada con su marido.
- ¡Tu sabes que eso sería lo ultimo que haría! - le espetó indignada yendo hablar con Tonks.
Arthur la vio irse tan pomposamente que no aguanto las ganas de soltar una pequeña carcajada. Luego vio a Harry y le dio un estrecho de manos.
- ¡Bienvenido al mundo de los vivos, Harry! - exclamó el Señor Weasley feliz por su presencia.
- Créame Señor Weasley, me eh visto peor en otras ocasiones.
Mientras conversaba con el padre Weasley, aparecieron en medio de la sala el ex Ministro de Magia Cornelius Fudge y el actual Ministro Rufus Scrimgeour. Todos al verlos pararon sus conversaciones tan amenas y los observaron con cara de pocos amigos.
- Buenos días - saludo Rufus con un tono que se captaba de inmediato que solo lo había echo por cortesía - Gracias Kingsley por llamarme - agregó el Ministro al ver a Shacklebolt parado en un rincón de la sala.
Tonks dio un bufido de exasperación y se cruzo de brazos, al tiempo que Lupin, el señor y la señora Weasley ponían los ojos en blanco.
Luna prefirió prestarle más atención en esos momentos a su hija Dulce que a Rufus. Lavender y Parvati por su parte seguían conversando, importándoles un bledo quien había llegado. Dean vio más divertido una revista de Quidditch mágico que la llegada de los Ministros.
Harry observó a Rufus Scrimgeour con cara de poco amigos, al tiempo que recordaba hechos no muy interesantes en su juventud con aquel hombre.
Scrimgeour al notar su presencia se dirigió hacia el, y en esos momentos el moreno deseo ser invisible.
- ¡Harry Potter! - exclamó con aquella voz tan poca fiable en el - ¡Que gusto me da verte!
- Lastima que no pueda decir lo mismo - le espetó el muchacho muy serio. Sinceramente volvía a verse el verdadero Harry Potter.
Fudge abrió los ojos como platos y movió de un lado a otro la cabeza - Sinceramente Potter
- fue lo único que alcanzó el joven moreno a leer en los labios de Cornelius.
- Potter, necesito hablar contigo - le comunicó Scrimgeour como si hace unos momentos no hubiera pasado nada.
Harry asintió - Pero a solas - pidió al ver a los presentes.
Harry volvió a sentir, y cansino lo siguió.
- ¿Has visto al señor Malfoy? - le preguntó serio.
- ¿Cree que soy su guarda espalda o algo por el estilo? - preguntó a su vez el peliazabache tratando de no sonar tosco.
Rufus movió la cabeza - No, claro no - afirmo - Solo preguntaba, ya que pues
- ¿Qué es lo que sucede conmigo? - intervino una voz en la lejanía. Al voltear los dos hombres vieron a Draco Malfoy acercarse con paso lento.
Harry lo observo fulminándolo con la mirada, Lastima que te salvaste pensó con rabia.
- ¡Así, el hombre que buscaba! - exclamó el Ministro dándole un estrechón de manos - Muy bien, ya que están los dos, vamos directamente al grano.
Malfoy y Potter se miraron, por una fracción de segundo se asesinaron con las miradas pero luego las alivianaron.
- ¿Qué sucede? - quiso saber el moreno.
- Pues verán -comenzó a explicar el Ministro de Magia de una manera que sonara jocoso - Es sobre aquel asuntillo en el Café Missu.
Draco y Harry carraspearon y vacilaron un poco.
-Tengo entendido que se atacaron primero físicamente y luego con sus varitas.
- ¡El que me ataco primero fue Potter! - espetó Malfoy antes de que alguien dijera algo.
- ¡Pero fue él quien me ínsito hacerlo! - exclamaba a su vez Harry tratándose de defenderse.
Rufus al ver que los dos hombres se iban a colocar a pelear, levantó las manos en sinónimo de calma.
- Muy bien, muy bien - exclamó -Los dos tranquilos. Se que podemos hablar de esto como personas civilizadas que somos - Draco dio un bufido de exasperación y Harry se rió irónicamente.
- ¿Me pueden contar que sucedió, por favor? - les pidió Rufus algo cortes.
Harry fue el primero en hablar - Bueno pues me encontraba en el café Missu con Ron - al decir aquello una risita burlona salió de la boca de Malfoy. Potter lo fulmino con la mirada - Y pues - continuó girando los ojos - Vi que Malfoy estaba con Hermione y
- ¿Entonces todo este lio fue por la señorita Granger? - quiso saber el Ministro. Potter negó.
- ¡No! Si me deja hablar quizás pueda sacar sus deducciones - le espetó un tanto molesto. Scrimgeour lo apremió a que continuara.
- Pues bien, vi a Malfoy y a Hermione juntos. No puedo negar que me dio rabia al verlos, así que fue a donde estaban ellos y
- Y estábamos de lo más de bien - interrumpió el platinado - Hasta que este llego y nos arruino la fiesta.
- Malfoy, si no te importa estoy hablando yo - le espetó Harry. Draco bufo y se cruzo de brazos como un niño chiquito.
- El caso - prosiguió Harry - Fue que Malfoy comenzó agredirme y yo no me iba a quedar con los brazos cruzados. Así que le dio lo que se merecía - concluyo muy satisfecho por su respuesta.
Scrimgeour lo observo y movió de un lado a otro la cabeza - Ahora su versión, Malfoy - el ojigris asintió.
- Pues bien, yo estaba con Hermione sin molestar a nadie, cuando Potter llegó todo histérico y sin decirme nada me zampo un puño en la cara. Luego me tiro al suelo y comenzó a golpearme en todas partes, por supuesto yo no reaccione porque Hermione estaba conmigo, y no quería que viera una mala acción de mi parte - Harry abrió los ojos como paltos, no podía creer lo bien que mentía ese imbécil.
- ¡Eso no es cierto! - exclamó ofuscado - Tu sabes muy bien que no fue así, Malfoy - el platinado puso cara de ¿perdón? Y cuando Scrimgeour no lo miraba, una sonrisa burlona surco su rostro.
- De modo que el que comenzó todo fuiste tu Potter ¿No? - concluyó Rufus al parecer contento por su hallazgo en tan poco tiempo.
Draco asintió y Harry negó - No, eso no fue así - repitió por enésima vez - Señor Scrimgeour, sí, acepto que le pegue unos puños pero
¿Qué me dice sobre la varita? Malfoy fue quien me ataco con un expelliarmus, y si me quedaba sin hacer nada seguramente en estos momentos no estaría vivo - el Ministro se quedo pensando un poco.
- Pues viéndolo de esa forma el que violó el Decreto del Secreto fue usted, señor Malfoy -el platinado movió la cabeza de un lado a otro.
- ¡Pero Potter me respondió! Lo que significa que tanto él como yo somos culpables - los argumentos de los dos hombres eran bastantes sólidos, ahora el problema era encontrar un culpable.
Rufus Scrimgeour al ver que cada pregunta lo conducía a otra, hizo aparecer un pedazo de pergamino junto con tinta y pluma. Escribió los nombres de los acusados con una caligrafía cursiva y muy pulida. Luego un pequeño-lo que le pareció a el moreno-articulo, al parecer con respecto a lo que se estaba tratando.
Cuando termino de escribir lo que sea que haya escrito en aquel pergamino, el Ministro le dio dos golpecitos suaves con la punta de su varita, lo que provoco que saliera dos duplicados del original.
Le entrego uno a Harry y a Draco y luego se guardo el original en el bolsillo de su túnica.
- Los duplicados que tiene cada uno de ustedes - comenzó a explicar el Ministro - Poseen el encantamiento Proteico, con la excepción de que estos no cambiaran para imitar al que tengo yo, si no que me cambiara cuando alguno de ustedes utilice su varita para agredirse uno al otro.
- ¿Quiere decir que el pergamino original que usted posee cambiara una vez alguno de nosotros utilicemos magia? - preguntó Draco. Rufus asintió.
- Así es.
- ¿Y por cuanto tiempo no podremos utilizar la varita? - quiso saber el moreno, ya que tenía muchas ganas de volverle la maldición al platinado.
- Indefinido - respondió Scrimgeour - Si veo que entre ustedes la relación ha mejorado después de un mes, es posible que dañe el contrato.
Harry miro de reojo a Malfoy y bufo a lo bajo.
- ¿Ya me pudo retirar? - preguntó algo ofuscado, guardando su duplicado del contrato en el bolsillo de su chaqueta.
El Ministro asintió - Sí, y hasta un próximo encuentro - fue lo último que le dijo antes de que el moreno se alejase más.
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- ¿Y que te dijo don Scrimgeour? - quiso saber Ron una vez Potter regreso con los demás.
Harry le conto en breve lo que hablaron y sobre el contrato ese.
- Así que por más de que quiera atacar a Malfoy, no podré - concluyó con fastidio arrugando el contratito ese.
Ron movió la cabeza de un lado a otro - No, no, sinceramente
Mientras Harry trataba de sobreponerse a la conversación de hacia una hora, Seamus llegó sobresaltando a los que habían en la sala.
- ¡Seamus! - exclamó Parvati desde el sofá - Que alegría verte.
Finnigan la miro y asintió - A mi también me alegra verte y verlos - y observo a los presentes. Luego se acerco a donde estaba Harry.
- Harry - lo llamó, ya que estaba ensimismado en sus pensamientos. El moreno pegó un respingo.
- ¿Dime?
- Mira, aquí tienes el horario en el que podrás ver a Hermione - le informó entregándole un pedazo de papel pergamino. Harry lo recibió y noto con gran entusiasmo que la podría ver después de que saliera la sanadora.
- Gracias - le agradeció muy contento - Y
¿Ya despertó? -Seamus negó.
- No, pero es posible que escuche lo que dicen.
Harry asintió y miro su reloj, esperando impaciente a que los quince minutos de la sanadora se terminaran.
- Bueno, si hay alguna complicación mientras estas hay, me avisas - y sin más se fue a entregar los otros horarios a los demás.
Harry se tumbó en el sofá, desalentado, lo único que quería en esos momentos era ver, por fin, a su Hermione.
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Por fin había llegado el turno para Harry de entrar al cuarto de Hermione. Los nervios lo apoderaron cuando comenzaba a subir por el ascensor hacia el cuarto piso, una vez este dio un fuerte traqueteó, le indico al moreno que debía salir.
Comenzó a caminar con pesadez por el pasillo ¿Y si Hermione no lo quería ver? ¿Y si lo ignoraba mientras le hablaba? Pues obviamente lo iba a ignorar porque estaba inconsciente pero
¿Y si no lo estaba? ¿Y si se encontraba despierta y no lo quería ver? Todas esas preguntas empezaron a revolotear por su cabeza como molestas mariposas, y un revuelco en su estomago se hizo presente.
- Deja de pensar tonterías - se decía a medida que avanzaba hacia la sala de recuperación - Todo va a estar bien, no te preocupes.
Entro por una puerta alta fabricada en madera, y comenzó a buscar la habitación 410. Sus manos estaban sudando, y el horario que Seamus le había entregado se estaba arrugando.
- ¡Tienes que calmarte! - se reprendió a si mismo pasando por las puertas Nº 408 y 409. Al llegar a la 410 freno en seco y trago saliva. Su corazón comenzó a emanar más de 100 latidos por segundos, y un sudor frío se apodero de el.
Al tocar la perilla sus nervioso aumentaron, y con temor comenzó a girarla.
Al abrir la puerta noto que alguien ya estaba hay
Draco Malfoy se encontraba inclinado hacia el rostro de Hermione, al parecer le quería dar un beso. Sus manos estaban sobre el regazo de la muchacha y si la visión de Harry no le fallaba (y este sabía que no era así) una luz negra salía por las palmas de este.
- ¡Malfoy! - exclamó Harry asustando al Slytherin.
- ¡Potter! - dijo a su vez el chico guardando algo en el bolsillo - ¿Qué te trae por acá?
Harry miro algo desconfiado el bolsillo de la serpiente y luego movió la cabeza.
- Vengo a ver a Hermione ¿Y tu que haces acá? Que yo sepa no es el horario de tu visita.
Draco chasqueó la lengua - No, no Potter, el que esta mal aquí eres tu. Esta es la hora en la que visito a Hermione, me autorizo una sanadora.
El moreno movió la cabeza - No te creo nada, y es mejor que salgas de aquí antes de que llame a seguridad.
Malfoy lo miro burlonamente - ¿Acaso es delito visitar una paciente? - preguntó el Slytherin.
El Gryffindor lo miro con cara de poco amigos - No, no es un delito - admitió - Pero si es un delito hacerle algo a los pacientes - y lo fulmino con la mirada.
La serpiente lo observo por unos instantes y luego se hecho a reír.
-¿Tu crees que le haría algo a Hermione? - preguntó el ojigris - No me hagas reír, Potter.
- Se muy bien la clase de calaña que eres tu, Malfoy - le espetó el moreno rudamente - Y se cuales son tus mañas.
- Mañas las que tienen otros - exclamó el rubio algo ofuscado.
En esos momentos Harry se le iba a balancear para propiciarle otro puño, pero la mano (al parecer de una mujer) lo detuvo.
- No lo hagas, Harry - le ordeno Luna entrando en la habitación. Al parecer ninguno de los jóvenes se había dado cuenta de cuando se había abierto la puerta.
- Pero miren a quien trajo el viento, ¡Si es Lunática Lovegood! - dijo Malfoy con aquel arrastre de palabras tan peculiar en él.
- Si, ¿Y que estabas haciendo aquí, Malfoy? ¿Buscando unos amigos tuyos? Porque déjame decirte que en las habitaciones no hay cucarachas, claro hasta ahora - el comentario de Luna provoco en Harry una risa que no pudo contener, es más, si hubiera podido no quería contener.
Malfoy la observo con ganas de querer matarla - No es gracioso, Lunática - le espetó furioso.
- Es que no fue un chiste, solo fue un comentario - le informó muy seria.
- ¿Te puedes largar, Malfoy? - le pidió Potter muy educadamente. El rubio los observo y dirigiendo su mirada hacia Hermione sonrió.
Antes de salir murmuro algo que Harry supuso eran palabras obscenas para el y Luna.
- Gracias, Luna - le dijo Harry sonriente - Si no hubieras llegado, hace años que le hubiera pegado a Malfoy.
La rubia sonrió - Si ya se, yo soy la que te cuido el pellejo.
El ojiverde asintió - Sí, al parecer te estas convirtiendo en mi ángel guardián.
Luna se rió. Luego vio que algo le preocupaba a Harry.
- ¿Estas bien? - quiso saber la ojiazul algo preocupada.
El moreno asintió - Si, solo es que
cuando entré vi que Draco como que le estaba haciendo algo a Hermione - le comentó el joven.
Luna se quedo pensativa - ¿Algo como que?
El ojiverde se quedo reflexionando - No se, lo único que pude ver era que de sus manos salía como una luz negra que iba hacia el regazo de Hermione.
- ¿Y estas seguro que era una luz? - preguntó Luna.
Harry asintió - Sí, ¿Por qué?
- No se, quizás haya sido el reflejo de las luces de los carros junto a la luz solar - opinó la rubia.
- ¿Tu crees?
- Pues eso es lo que pienso. Además si Malfoy la hubiera hechizado, en estos momentos estaría rodeado de aurores, ya que San Mungo tiene una detección para personas que utilizan magia negra dentro del lugar.
Harry se quedo callado y miro instintivamente a Hermione.
- Y si era por eso, no te preocupes Harry, que Hermione esta bien - le aseguro su amiga y esposa de Ronald Weasley.
El peliazabache asintió, aunque había algo en su interior que estaba intranquilo, que no se tragaba entero la explicación de luna. Pero atribulo aquello a la razón de estar de nuevo cerca de Hermione.
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Hola, hola hola
Jiji, bueno, ojala le shaya gustado el capitulo
Muchas gracias x sus rews, se les agradece
Ok, espero sus comentarios con ansias, y ya me voy k mañana me tok ir a la prepa y tengo examen final del semestre de fisica e historia
BYE BYE!24
The Erasing Memories
A la mañana siguiente Londres amaneció con una llovizna que sorprendió a todos los transeúntes madrugadores. En el hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas mágicas, un joven moreno de cabello azabache y ojos verdes (que estaban en esos momentos ocultos por sus cerrados parpados) se encontraba sentado sobre una pequeña butaca mullida con un almohadón de terciopelo. Su cabeza descansaba sobre la camilla donde se encontraba Hermione, aun sin despertar.
- Harry - lo comenzó a llamar una voz en la lejanía - Harry - repetía aquella voz, haciéndose cada vez más fuerte.br />El moreno se levantó sobresaltado, saliendo de sus pesadillas, donde veía a Hermione muerta.- ¿Qué? - preguntó casi automático - y acomodando mejor sus gafas vislumbro una figura femenina.- ¿Ginny? - indagó a lo bajo cuando su visión se acostumbro a la luz del día.
La joven pelirroja le sonreía a unos escasos centímetros de el - Buenos días, Harry - lo saludo con una voz radiante - ¿Por qué te quedaste dormido acá?El moreno al parecer apenas se había percatado del lugar en donde se encontraba, ya que comenzó a girar su cabeza hacia ambos lados para ver en donde estaba.Luego vio a Hermione dormida sobre la camilla y sonrió.- Ahora que me acuerdo - comenzó hablar con una voz soñolienta - Cuando Luna se fue, me ofrecí para cuidarla - y miro instintivamente a la castaña.
La pelirroja asintió - Ah, si, eso fue lo que supuso mi hermano.- ¿Y a que horas se fueron ustedes? - le preguntó Harry parándose de la butaca.Ginny se quedo pensativa, recordando - Eran como las dos de la madrugada cuando me desaparecí junto con Neville y Luna - comentó - Mi hermano y los demás se fueron como media hora después. Al parecer te estaban esperando.Harry asintió, al tiempo que se mordía el labio inferior.
- Les cause muchas molestias ¿Cierto? - Ginny negó.- No para nada, entendemos que estés preocupado por Hermione, igual todos lo estamos - Harry le sonrió por la comprensión que tenía la joven pelirroja.- Los demás están en un restaurante de la esquina desayunando - le comentó la chica - Si quieres puedes acompañarnos.El ojiverde miro hacia donde se encontraba Hermione y chasqueó la lengua - Es que
- No te preocupes, Harry - lo tranquilizó la menor de los Weasley - No le pasará nada a Hermione si tu la dejas por una hora.Harry trato de sonreír, y aun no muy convencido de si dejar o no la habitación, se fue con Ginny.La preocupación extrema de Harry por Hermione, creció a un más cuando el moreno vio al platinado hacerle-lo que sea que le hubiera echo- a la castaña. Y no se tragaba aquel cuentico chino que le había dicho Luna No se, quizás haya sido el reflejo de las luces de los carros junto a la luz solar Harry estaba muy convencido que la luz negra que había visto salir de las manos de Malfoy (porque la había visto, ya que su visión no le fallaba) era real, y ningún cuento lo iba hacer pensar lo contrario.
Al salir de San Mungo (algo preocupado y mojándose a causa de la lluvia) atravesaron la calle hacia la otra esquina, y si tan solo hubiera girado su cabeza unos grados hacia la izquierda, hubiera visto a un joven rubio con una gabardina negra entrar a unos grandes almacenes cuyo letrero rezaba: Automáticamente el moreno se quedo callado. Luego miro a Hermione y volvió a suspirar ¿Cuántos suspiros tenía aquel chico?- Vamos, Harry - lo apremió Ron luego de unos minutos.Harry negó - Vamos - le insistía el pecoso ahora jalándolo de la camisa.El ojiverde se soltó de el bruscamente y se cruzo de brazos.- No me moveré de aquí - le dijo el moreno muy seguro de su mismo - Esperare hasta que ella despierte.Ron movió la cabeza - Si no sales de aquí vas a sufrir de claustrofobia - le comentó el pelirrojo para ver si así salía, pero había sido en vano.- Vamos - le insistía por cuadragésima vez - Vamos, Harry, por favor - pero el peliazabache ya había tomado una decisión: Quedarse en la habitación hasta que ella despertara-y si así no lo era-entonces de por vida.Al ver que no había poder humano que lo levantase de aquella butaca, el pecoso desistió y salió de la habitación derrotado.- No pude - comentó al ver el rostro de los presentes.Luna negó - ¿Lo ven? Harry esta muy mal.La señora Weasley se levantó del asiento y fue hacia la habitación donde se encontraba Harry. Veinte minutos después llegó con la misma cara que su hijo Ron.Después de ella fueron el señor Weasley, Tonks, Lavender, Dean, hasta el mismísimo Kingsley Shacklebolt, pero todos llegaban con una cara peor que la del anterior.- Ve tú, Remus - opinó la metamorfomaga tras ver la derrota de Ginny - Seguro tu serás al único que va escuchar.Lupin negó - ¿Qué te hace pensar eso?Tonks rió irónicamente - Pues que solo ha habido tres personas en este mundo que Harry les ah echo caso, o bueno, en la mayoría de los casos - comentó - Esas tres personas fueron Dumbledore, Sirius y ahora tú.Lupin se quedo callado. Si se quedaba pesando, lo que su novia había dicho tenía sentido: ¿No era por casualidad Dumbledore el único al que le hacía caso en su niñez? ¿No había sido Sirius el único que logró que si quiera una vez en su corta vida lo obedeciera? ¿Y no le había toca a él una vez en su época en Hogwarts? Se quedo pesando y todo daba a que era correcto.
- Pero eso era cuando Harry estaba joven - comentó tratando de alejarse de aquel cargo - Ahora el es todo un hombre, no creo que le haga caso a una persona de mi edad.- Con mayor razón - le dijo Tonks muy seria - Porque eres mayor que él y te hará caso.- Pero si ni le presto atención a Kingsley - le recordó Lupin - ¿Cómo me va a prestar atención a mí? - la metamorfomaga rió al ver los miles de peros que su novio le daba.- Lo que sucede es que Harry no confía tanto en el como confía en ti.
------------Entrando en la habitación y pensando que era una perdedera de tiempo, poso su gruesa mano sobre el hombro de Harry.- Vamos muchacho - lo llamó utilizando aquel tono en su época de profesor - Vamos, que el mundo de afuera te llama.Harry lo observo por unos momentos y luego volvió a fijar su mirada en Hermione.Lupin suspiro, y acercando una butaca con su varita se sentó frente a Harry.- A ver - comenzó a hablar - ¿Que es lo que verdaderamente te preocupa?Harry lo observó por unos instantes y levantó una ceja. ¿Es que acaso no era obvio? - Pues, porque no despierta Hermione - le dijo con un tono lúgubre.Remus negó.- En el tiempo en el que te eh conocido - comenzó - Te eh conocido muy bien, y puedo poner mis manos al fuego por ello - le aseguro al ver la expresión de Potter - Y se que aparte del despertar de Hermione, te agobia otra cosa
lo puedo ver en tus ojos, ya que son muy expresivos, igual a los de tu madre.Harry movió la cabeza y rió con ironía - Yo se que usted no se sabe lo otro que me agobia - le aseguro con rotundidad - Puede ser un excepcional mago, profesor Lupin, pero de sufrimientos usted no sabe nada.- Se más que nadie sobre sufrimientos, Harry - le aseguro el licántropo -¿O crees que ser un hombre lobo no es un calvario? Créeme que cuando te diga que esto no se lo deseo ni a mi peor enemigo, hablo en serio.Harry bufo - Ser un hombre lobo se retorna a algo insignificante con lo que mi corazón sufre en estos momentos.- Entonces si te pasa algo aparte de lo de Hermione - concluyó Remus con una amplia sonrisa - ¿Ves? Soy muy bueno ¿A que no?Una pequeña sonrisa surco por los labios del moreno, pero luego se esfumo al instante.- Si no me quieres contar, muy bien - hablo con una voz tranquila - Y si no quieres irte de aquí, te entiendo - y levantándose de la butaca se acomodo su chaqueta - Pero lo único que te digo, Harry - hablo de nuevo antes de salir del cuarto - Es que Hermione es como el espejo de OESED, mientras más la sigas viendo, más te encierras en ella. Te van llegando pensamientos dolorosos a medida que tus ojos se aferran a su cuerpo inconsciente, y te vas quedando hay, en aquellos oscuros pensamientos, dejando paso a una sola cosa: La locura infinita - y abriendo la puerta-no sin antes verlo por última vez-salió del cuarto.Harry vio la puerta cerrarse con suavidad, y volvió a suspirar.
----------------Lupin llego más devastado que los demás, y Tonks lo abrazó.- Bueno, pero la intención es lo que cuenta ¿No? - dijo la chica tratando de sonar chistosa, pero no había sido así.- Harry esta muy mal - comentó, desplomándose en el sofá más cercano - Se esta derrumbando poco a poco.En esos momentos Ginny se encontraba mirando hacia las escaleras, desenado ansiosa ver bajar por ellas a Harry, pero había sido inútil.Pese a que exprimiera sus pensamientos tratando de traer mágicamente a Harry, era como tapar el sol con una sola mano: IMPOSIBLE.Suspirando, cerró sus ojos, y al volverlos abrir vio a un joven moreno bajando por las escaleras.Cerró y abrió los ojos varias veces para comprobar que no era ninguna clase de visión óptica; y cuando estuvo segura de que el chico que veía bajar era real, sonrió.- ¡HARRY! - Gritó emocionada corriendo hacia él.El grito de la pequeña Weasley provoco el sobresalto de los presentes y la regada de café de la señora Weasley.- ¡Me alegro que hayas decidido bajar! - exclamaba emocionada abrazándolo súper fuerte.El moreno recibía aquel abrazo como un gesto lleno de vida.- A mi también me alegra, Ginny - le confirmó el moreno - Me alegra, y mucho.
ººººººººººººEn una mansión a kilómetros de San Mungo, se encontraba un hombre y una mujer conversando.- ¿Todo esta saliendo acorde al plan? - preguntaba la mujer con una copa con coñac en las manos.El hombre asentía con regocijo - Si, todo esta saliendo acorde al plan - y bebiendo un sorbo largo de su trago, se paso la lengua por sus labios.- Eres hermosa - le dijo el hombre con un tono muy
peculiar.La joven rió - No empieces - le dijo muy seria - Yo solo le pertenezco a un hombre.El hombre rió con ironía - Y yo solo le pertenezco a una mujer - le decía con una voz inocente - Pero
- y se volvió a pasar su lengua por sus labios, al tiempo que observaba la espectacular figura de su interlocutora - Podemos jugar un rato
- Tú muy bien sabes que el que juga con fuego
- Sale quemado - le completo el hombre acercándosele peligrosamente - Lo se. Lo se muy bien - y paso su mano por su rostro: Primero le acaricio las mejillas, luego bajo por su cuello hasta llegar a sus pechos. Aquellas caricias estremecían a la presente.- Detente - le ordenó la mujer muy seria.- ¿Porque? - quiso saber el hombre algo confundido - ¿Es que acaso no te gusta? La mujer negó - No, solo es que no quiero perder mi etiqueta.El hombre soltó una sonora carcajada, tan fuerte que los pocos pájaros que se posaban en el jardín sobre los frondosos árboles, salieron despavoridos.- No te alcanzarían los dedos ni de las manos ni de los pies para contar la cantidad de mujeres que han perdido su etiqueta conmigo v- le comentaba el hombre volviendo a sus excitantes caricias.La mujer blanqueó los ojos por unos segundos, cuando aquella mano tan varonil y fuerte entro por entre su vestido y acarició su entrepierna.- ¡De-detente! - le ordenó por segunda vez, pero ahora su voz sonaba entre cortada. Aquella mano comenzaba a subir con rapidez, cada vez con caricias más sensuales.- Si tú quieres - la complació el hombre deteniéndose en la parte prohibida.- ¿Por qué te detuviste hay? - le preguntó la mujer algo molesta.- Porque tus deseos son ordenes para mi - se defendió el hombre viendo sensualmente.A pesar de que afuera eran las 9 de la mañana, en la mansión parecía como si las ocho de la noche se aproximara (N/A: Es como-para los que se vieron ETE-la casa de los chicos que lo encontraron
oscuuuuura, que a pesar de que afuera fueran las 6 de la mañana, adentró era supremamente oscuro
si que tenían unas corinas bn gruesas
) La mujer lo observó y movió la cabeza de un lado a otro. Dejando su copa sobre la mesita que tenía a un lado, observo al hombre que tenía en frente.- Te voy a matar por esto - le dijo entre dientes, al tiempo que se balanceaba sobre el como una fiera salvaje.- ¿Ves? - le dijo Tonks a Remus cuando Harry estuvo con todos en la sala - Te lo dije.Lunático rió - Si, eres experta en eso - y le dio un suave beso en los labios.Al sentir tanto calor humano rodeándolo, se comenzó a sentir vivo, de nuevo, como antes.- Veras que pronto todo será como antes - le afirmaba Dean - Ya los veré a ustedes juntos haciendo cositas.Lavender lo miro y le pegó con el codo en el estomago.- ¡Auhs! - exclamó el joven mirándola reprochosamente - ¿Por qué hiciste eso?Lavender lo miro y con cara tierna respondió - Lo siento, es que me pateó al bebé y también te patie a ti. Dean movió la cabeza de un lado a otro - Mujeres - dijo a lo bajo.Harry se rió tras la reacción de Lavender, si que se estaba sintiendo bien.
ººººººººEn medio de una oscura habitación se podía sentir el calor tan intenso que dos jóvenes emanaban. No era difícil distinguirlos por aquel olor tan peculiar que cada uno tenía. Y es que ¿Eran suficientes acaso más palabras?El hombre pasaba sus gruesas manos por el espectacular cuerpo de la mujer, disfrutando cada milímetro de sus partes y sin dejar escapar ni un suspiro de su presa- ¿Te diviertes? - le preguntó al ver el sudor caer por el rostro de la mujer.Esta asintió.- Como nunca antes me había divertido - y lo miro maliciosa.- Te propongo un juego - le dijo el hombre algo tierno - Ya que estas tan ardiente.- ¿Que juego? - le preguntó la mujer ansiosa por saber la respuesta.El hombre chasqueó la lengua y se incorporo en la cama.Mojo sus labios con la lengua y observo con sabor, aquel exquisito monumento.- Si que eres bella - le dijo en un susurro, luego rió a carcajadas.
------------ ¿Y como te sientes ahora? - le preguntó Lupin cuando Harry pudo estar solo, por fin.El ojiverde lo miro y sonrió - Pues muy bien - le confesó con sinceridad - En realidad me estaba obsesionando con Hermione - y chasqueó la lengua.Remus sonrió - A veces a uno le sucede eso - le aseguro el auror - Pero hay que salir de ese trance, o si no morirás con el.Harry asintió - ¿Usted por casualidad le a pasado eso? - Lupin asintió.- Sí, y sucedió hace 3 años, cuando el último Mortífago que quedaba atacó a Tonks - y la miro con soslayó.- ¿Qué le sucedió? - pregunto el ojiverde muy ansioso por saber el chisme.- Pues
fue atacada por dos Cruciatus seguidos y quedo inconsciente como por un mes -al parecer recordar aquello lo ponía muy mal, así que Harry no siguió preguntando.Luego al ver la expresión del moreno, sonrió.- Cuando te vi me pareció verme reflejado en ti - le comentó el ojidorado - Y me dio pena por ambos.- ¿Usted también se encerró tanto como yo? - Remus negó.- No, creo que más que tú. Tonks no despertaba, y ya había pasado más de dos semanas, me quería morir.Los sanadores me decían que ya todo iba a estar bien, que pronto despertaría, pero mientras el tiempo avanzaba más me daba cuenta que todo aquello era mentira - y se detuvo viendo el rostro del moreno - Pero obviamente lo pensaba por que estaba frustrado - aclaró antes de meterle esas ideas absurdas en la cabeza al joven - Estaba destrozado por dentro, quería morirme yo en vez de Tonks.Harry hay-por primera vez-vio que alguien había sufrido más que el.- Lo lamento mucho, profesor - le dijo en un hilo de voz.Lunático negó - No lo lamente - le aseguro - Igual eso paso
aunque
me quedo un sabor amargo en la boca.- ¿Y eso porque? - le preguntó, Harry, al parecer, aquella manía de querer saber toda la vida de los demás, no se le había pasado.Remus rió, aunque algo melancólico.- Aquella maldición provoco que Tonks se le borrara por completo sus últimos recuerdos - le comento el único merodeador que quedaba vivo. Volvió a sonreír con amargura y reprimió una lágrima - Entre esos recuerdos estaba la propuesta de matrimonio que le había echo a Tonks - y una sonrisa amarga surco de nuevo su rostro.Trago saliva y levantó el rostro para que las lágrimas no salieran al exterior.Harry trago en seco, en realidad sentía pena por el.- ¿Y porque no le vuelve a proponer matrimonio?- le preguntó Harry algo confuso.Lupin rió - Harry, eso es imposible - le dijo en un hilo de voz - Una persona como yo solo puede realizar esas clases de propuestas después de más de 25 años, luego de
ya sabes, el incidente.Harry arqueó las cejas - ¿Y porque no puede después? - quiso saber muy curioso.El merodeador volvió a reír - Harry, si le propongo a Tonks matrimonio, moriría en el intento, y la última cosa que quiero es dejarla sola.El ojiverde se quedo callado.- Bueno Harry, si me disculpas voy por un café - y levantándose del asiento se fue alejando de él.Harry movió la cabeza de un lado a otro. ¿Acaso no había sido él, el que le había dicho que sentir miedo era sinónimo de valentía? Lupin sentía miedo de proponerle a Tonks matrimonio de nuevo por la razón de dejarla sola, pero
¿Y si no fallecía en el intento? ¿Y si solo eran falsas blasfemias? Si no lo intenta, nunca se dará cuenta si eso sucederá o no pensó con pena.
Las doce de la noche llegó tan rápido como se pasa unas deliciosas y agradables vacaciones de verano. Todos en la sala de espera se encontraban dormidos, todos, excepto uno.A pesar de que ya no se sintiera obsesionado por Hermione, no podía negar la frustración tan grande que sentía verla inconsciente y sin poder hacer nada.- Si quieres ve a visitarla - opinó una voz a sus espaldas.Desde hacía media hora el moreno se encontraba parado frente a las escaleras que conducían a los pisos superiores, mirando ensimismado el pasillo de las escalas.Un fuerte respingó fue el resultado de aquella voz.- ¡Señor Kingsley! - exclamó algo sorprendido por la presencia del auror - Pensé que yo era el único que no podía dormir.Shacklebolt asintió - Sí bueno, es que hoy me toco la guardia y no puedo dormirme.El ojiverde afirmó con la cabeza - Sí claro, entiendo - y luego se quedo callado, desviando de nuevo su vista hacia las escaleras.El auror carraspeó, como para que Harry se acordara de su presencia.- Ve a visitarla - le aconsejó sin mucha atención. Potter lo observó por unos instantes.- ¿Y si me obsesiono de nuevo con ella? - preguntó algo angustiado.- Eso depende de ti - fue lo último que le dijo antes de alejarse de el.
--------------El cuarto era muy oscuro y lúgubre. Solo una débil luz proveniente de una lámpara de madera iluminaba la habitación. La suave sombra que proyectaba aquella tintineante luz le daba un fantasmagórico saludo a todo aquel que se osaba visitar el cuarto a la media noche.Un hombre con una capucha negra (tan negra que no se distinguía en la oscuridad) entraba en la habitación y miraba fijamente a la persona que estaba descansando en aquella cama con dosel.Sonrió para sus adentros, y sacando una especie de talismán se lo posó sobre el regazó de aquella chica.Sonriendo de nuevo, desapareció.
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Despertándose al lado de la pelinegra, se levantó de la cama rumbo a la cocina (no sin antes colocarse una batola para tapar su varonil cuerpo desnudo) Bajo las escaleras y una vez llegó al sitio donde quería llegar, abrió la nevera y saco de hay una jarra de cristal llena de juego de Uva.- ¿No me ibas a ofrecer? - le preguntó una sensual voz a sus espaldas.Sabía de quien se trataba, así que no tuvo motivo para voltear. Sintió como unos suaves brazos tocaban sus hombros y luego bajaban hacia su cintura, para luego abrazarlo con fuerza.- Te iba a llevar al cuarto - mintió, aunque tratando de sonar muy convincente.La mujer rió - A mi no me engañas - y le dio un suave beso en aquellos labios rojos - Porque a pesar de que nos criamos diferentes, tengo las mismas mañas que tú - y metiendo su mano por la batola, acarició su abdomen.El hombre se mordió el labio inferior y dejando a un lado la jarra con jugo de Uva y los dos pequeños vasos de cristal, abrazó a la mujer.- No entiendo que es lo que haces
- le decía en un susurro - Para encenderme tan rápido - y le dio un candente beso en los labios.Cuando se separaron por falta de aire, la mujer le volvió a sonreír.- Esa es mi arma secreta - y una suave y delicada tela, cayó al suelo.
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Miras ensimismada por el balcón de tu mansión. Tienes todo lo que una mujer desearía para ser feliz, pero no lo eres.Te falta algo y lo peor es que sabes muy bien de que se trata.Te falta sus caricias, sus abrazos, sus besos, la forma como decía Te Amo y todas esas cosas cursis que salían de su boca. Que solo él podía pronunciarlas tan
tan él.Suspiras como por enésima vez, ya ni sabes cuantas veces has hecho aquello, y es que desde que te fuiste de Londres no has dejado de hacerlo.Te llevas tu mano derecha al vientre y vuelves a suspirar. Pero ahora tus facciones cambian y tu rostro se humedece.Si tan solo le hubieras dicho a tu mejor amiga la razón por la que te ibas
pero no, fuiste tan cobarde que solo le dijiste que lo mejor era alejarse de el y hacer de nuevo tu vida en otro lugar.No puedes negar que te dolió mucho cuando te enteraste lo que el estaba haciendo con tú mejor amiga, pero sabías y sabes aun, que ella no tuvo la culpa
y algo muy en tu interior te dice que el tampoco.Suspiras de nuevo y miras tu vientre.No puedes creer que una personita muy chiquita este creciendo dentro de ti.A veces te gustaría agarrar el teléfono y comentarle a él que estas en aquel estado, pero simplemente no puedes.Él no te ama y nunca te amo, y eso lo sabes muy bien. Para serte sincera, lo sabías desde hacía mucho antes, antes de que lo conociera, antes de que se dieran aquel beso.Sabías con quien te metías, sabías que aquel hombre era un Don Juan de Juanes. Pero no, tú quisiste dejar tu sentido de la razón a un lado, y acostarte con él.Ahora estaban allí las consecuencias de tomar decisiones apresuradas, pero lo bueno de todo aquello es que tomaste una lección: Nunca hacerle caso al corazón cuando de Don Juanes se trata.Te limpias las lágrimas que han salido de tus ojos y han comenzado a resbalar por tus rosadas mejillas.Suspiras de nuevo y reprimes un sollozo.Aun lo amas y eso es lo que más te duele. Te duele amarlo después de tanto tiempo, después del daño que te ah echo, después de que solo estaba contigo para acercarse a tu amiga, después de que se revolcara con todas las viejas que conocía, y después de todo eso, aun lo seguías amando.Te muerdes el labio inferior tan duro que te sacas un poco de sangre, pero no te importa que un hilillo de aquel liquido rojo resbale por tu camisón de dormir y lo manche. Ya no te importa nada.A veces quisieras morirte y dejar este mundo, pero luego te acuerdas de la vida que viene en camino y cambias de parecer. A pesar de que el ya no este contigo (y nunca lo estuvo) tu lucharas por tu bebé, lucharas por el y lo sacaras a delante.Así sea sola, así sea que cada día lo recuerdes, no importa, tu bebé será tu fuente de apoyo, será tu musa, será tu aliento cuando ya no tengas ganas de respirar.Te colocas a pensar todo aquello y te pones feliz, tan feliz que te olvidas un poco de él. Pero luego aparece de la nada su rostro en tu mente y vuelven de nuevo los recuerdos.Una lágrima más resbala por tu mejilla y tú la dejas caer libremente.Miras el cielo estrellado de la capital y te das cuenta que llegó el momento. Llegó el momento de que ahora sí hagas de nuevo tu propia vida, lejos de él y luchando por tu hijo.De ahora en adelante serás una mujer nueva, una mujer que no dependa de nadie y que no viva de los fantasmas del pasado.Serás una mujer que luche por su bebé y la que se enfrente a puño y garra contra cualquier pleito.Aunque te duela dejar todo a tras, vas a hacerlo.Vas a olvidar todo, vas a olvidar para siempre a Draco Malfoy
¡Samantha!
--------------La habitación estaba en oscuras, y solo aquella luz fantasmagórica proveniente de la lámpara de madera, era lo único que iluminaba el resintió.Un joven moreno entra a la habitación y sonríe al verla en su cama, tan placida y lucida como la había dejado horas atrás.- Se que pronto te recuperaras - dice agarrándole la mano a la joven castaña - Y seremos felices - pero lo que el no sabía era que el destino le iba a jugar una pequeña partida de ajedrez.El miércoles por la mañana llegó con una esplendorosa luz. Aquella luz entra por la rendija de la ventana de aquella habitación eh ilumina cómicamente al moreno.Este abre los ojos con ensimismamiento y bosteza una vez esta despierto.Le alegra saber que su Hermione esta bien, y suspira de nuevo.- ¡Harry! - lo llamó Luna la cual había entrado en la habitación algo apurada - Casi que no te encuentro - le dijo un poco brava - Dean nos va a contar algo referente a Hermione.Al escuchar aquello una alegría iluminó el corazón del ojiverde.- ¿De Hermione? - preguntó sorprendido y miro instintivamente hacia su castaña.- ¿Pues que esperas? ¡Vamos! - y agarrando a la rubia de las manos, salen de la habitación.Mientras tanto un objeto extraño desaparece de las manos de Hermione Granger.- ¡Hasta que por fin apareces! - le espetó Dean Thomas a Harry Potter - Te estábamos buscando por todo el hospital.El moreno se mordió el labio inferior y agacho la cabeza.- ¿Que era lo que nos tenías que decir? - Dean movió la cabeza de un lado a otro y suspira.- Pues ayer estuve analizando a Hermione y según lo que los exámenes dijeron debe despertarse esta mañana, a más tardar a las doce del medio día.Harry ya no podía ocultar su alegría y es que su rostro había cambia tan drásticamente que se veía irreconocible.- ¿Hablas en serio? - preguntó muy eufórico. Su ex compañero de Hogwarts asintió.- Nunca eh hablado más en serio en mi vida, Harry.Lupin, Tonks, Ron, Luna, el Señor y la Señora Weasley, Fred, George, Ginny, Neville y Kingsley, sonrieron.- ¿Ves Harry? - le hablo Ginny cuando Dean se fue - Todo era cuestión de fe.Este le sonrió y sin poderse contener la abrazó.Las doce del medio día llegó y con ella la ansiedad de los presentes en la sala de espera.- Si ella despierta el señor Thomas nos avisara - les dijo Lupin al ver el rostro de preocupación de sus ex alumnos de Hogwarts.Ginny, Luna, Ron, Neville y Harry asintieron - Si, eso esperamos - dijo un Neville más nervioso de lo normal.- ¿Tu crees que despertara esta tarde? - le preguntó Harry a su amigo Ron.Este asintió - Sí, además Dean es un buen Sanador, nunca se equivoca.- ¿Y si vamos a la habitación? - propuso Ginny algo impaciente. Esta vez fue el señor Weasley quien negó.- No, creo que tendremos que esperar a ver que pasa, hija.La una y media llegó y con ella una desesperación más. Las dos y las tres no se tardaron en dar su cara, y cuando el reloj de San Mungo anunció las 5, la ansiedad no se dio la de esperar.- ¡Voy al cuarto! - exclamó Harry muy azorado.Tonks negó - No, Harry, tienes que esperar a que...- pero no pudo completar la frase, ya que Dean Thomas llegó a la sala de espera callando a los presentes.- Les tengo que informar - hablo antes de que alguien lo interrumpiera - Que
- se quedo callado y miro a Harry. Luego una extraña sonrisa surco su rostro - ¡Que Hermione acabo de despertar!Ginny, Luna, Ron y Neville sonrieron. Los señores Weasley se abrazaron y los gemelos Weasley chocaron sus manos.Tonks y Lupin se miraron y como muestra de su felicidad se dieron un beso.El único que no podía expresar su euforia era Potter. El joven estaba muy confundido, no sabía que hacer. Miles de emociones entraban y salían de su cuerpo.Tantos días esperando aquel momento y cuando llegaba ni sabía como reaccionar.- Vamos, Harry - lo jaló Luna yendo con todos a la habitación donde se encontraba la castaña.Harry se dejo arrastrar por la Ravenclaw, por la conmoción hasta se le había olvidado como caminar.Cuando llegó a la puerta se soltó de Luna.- Entren ustedes primero, yo ya voy - se disculpo en seguida, al ver el rostro de confusión de la rubia.Lovegood asintió y entrando junto con los demás, cerró la puerta.Harry se quedo parado frente a la puerta de madera como un estúpido.¿Por qué no entras? le preguntaba aquella vocecilla imprudente en su cabeza.- ¡No lo se! - respondía a su vez algo confuso. Si que había llegado al límite, ahora le respondía a una vocecilla que ni existía.¡Pues entra! le insistió la vocecilla ¡Mira que al único que ella quisiera ver es a ti! - Lo se pero
¿Y si no es así? ¿Y si quiere ver a Malfoy? ¿Si no me quiere ver en pintura?¿Tu crees que Hermione no quisiera verte después de todo lo que han vivido?- ¡Ese es el problema! - exclamó Harry, ahora sentándose en el suelo - Tú lo has dicho: Por todo lo que hemos vivido. Lo único que hemos vivido son dicciones y más discusionesLa vocecilla esa parecía haber adaptado vida propia: Hasta suspiraba.¡Deja de ser tan tonto! - lo reprendió duramente - ¡Ahora párate de aquí y entra!El ojiverde hizo un gesto extraño con su boca, y levantándose del suelo puso una mano en el picaporte.Solamente tienes que girarla hacia la izquierda - le recordó la vocecilla por si había olvidado como hacerlo.- ¡Yo se como se hace! - le espetó el chico - ¡No te molestes! - y tragando saliva entro a la habitación.Hay, acostada aun sobre la cama, pero con los ojos bien abiertos y una sonrisa de oreja a oreja, se encontraba Hermione Granger, tan lucida como siempre.- Me alegra mucho de verlos, en serio - decía con una voz muy enérgica a los presentes - No saben lo extraño que se siente regresar después de
bueno
ya sabes.- ¿Y lo recuerdas todo? - le preguntó Tonks la cual era la que estaba más cerca.Hermione asintió - Sí, aunque algunas cosas
en realidad parte de mis recuerdos son borrosos.Luego miro a su lado izquierdo y le sonrió a Ginny y Ron.- Pensé que no estarían aquí - fue lo único que dijo y luego les sonrió.- Bueno si, si no fuera por Harry - le dijo Ron devolviéndole el gesto.Granger arqueó las cejas y levantó los hombros.- Nos alegramos de que este bien, pequeña - le decía la señora Weasley - Nos tenías muy preocupados.Lupin asintió - Si, nunca vuelvas hacer eso.La castaña asintió.A cinco personas de distancia se encontraba Harry, contento por ver tan gran espectáculo.- Ve y salúdala - le comentó Kingsley a su oído.Harry trago saliva y dando unos pasos hacia adelante, se hizo al lado de Tonks.Como Hermione estaba tan entretenida platicando con Ginny, Harry la tuvo que llamar, aunque algo tímido.- Hermione - le dijo en un hilo de voz.La chica giro su cabeza y le sonrió.- ¿Si? - le preguntó aun sin perder aquella sonrisa que la caracterizaba.Harry trago saliva - ¿Cómo te encuentras
amor? - preguntó aunque aquella palabra lo pensó mucho para decirla.La castaña arqueó las cejas - Pues
- balbuceó, sin saber si responder o no - Bien, supongo
pero - y lo observó fijamente, detallando en el cada facción de su rostro - ¿Nos conocemos?Aquella pregunta le cayó como un balde de agua fría al moreno.¿Cómo que si se conocen? ¡Obviamente si! ¿O es que acaso ella no lo recordaba?Harry abrió los ojos como platos y trato de sonreír - Eh, esta muy bueno tu chiste, Herms, pero
no me agrada.- Es que no es ningún chiste - afirmó la castaña la cual se estaba poniendo algo irritada - En realidad no se quien eres, no te conozco.Todos los presentes se miraron unos a otros, pero nadie se atrevía decir algo por miedo a ser ejecutadoHarry movió la cabeza de un lado a otro - No
no, no
debes estar jugando - decía el ojiverde haciéndose el de la vista gorda - Tú no puedes
¡Soy Harry
Harry Potter! ¿Acaso no me recuerdas?Hermione lo quedo viendo fijamente y chasqueó la lengua - Si te recordara - comenzó a decir lentamente - No te diría que ¡No se quien eres! - y se mordió el labio inferior - Mira, yo no quiero ser grosera ni nada por el estilo
pero ¿Puedes irte? Harry se quedo callado y agachando su mirada se dirigió hacia la puerta.- ¡Harry! - lo llamó la voz de Luna, pero este ni la escucho. Suspirando con frustración, salió del cuarto 410.
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Hola, hola hola
Ojala k lo k hice funcione...hagan cachitos...sia aprecer la historia medio rara o_O les pido diculpas, osea el formato, ok?Besos.
25
The difference
- ¡¿PERO QUE DEMONIOS SUCEDIÓ?! - Preguntaba un irritado, confuso y frustrado Harry Potter.
- Cálmate, Harry - le ordenaba Remus aunque era inútil: el moreno comenzaba de nuevo azotar las pertenencias de Lupín.
- ¡¿QUÉ ME CALME?! - espetó el moreno más irritado de lo normal - ¡LA MUJER DE MI VIDA NO ME RECUERDA, CREE QUE SOY UN COMPLETO EXTRAÑO Y PARA COLMO DE MALES, ME ESTA DETESTANDO! ¿CÓMO DEMONIOS QUIERES QUE ME CALME, REMUS?
- Azotando las cosas no vas a llegar a ningún lado - le aconsejó Nymphadora Tonks, la cual tenía su varita en ristre apuntando a cada cosa dañada para repararla.
- Todos estamos igual de confusos y frustrados que tú, Harry - le aseguro Ron desde un sillón muy lejos de él. Desde que tenía uso de recuerdo, estar lejos cuando Harry tenía aquellas pataletas era la mejor opción.
Harry los miro y negó - ¡Ustedes no entienden! - les dijo entre dientes - No entienden como me siento.
- ¡Pues claro que no entendemos como te sientes! - exclamó Luna levantándose del sofá - Porque eres muy diferente a todos los que estamos acá. Pero lo único que si tenemos en común, es la preocupación por Hermione, y a pesar de todo no estamos azotando las cosas de un ex profesor de Defensa.
Harry la miro rudamente y blanqueando los ojos se fue hacia un rincón.
- Hermione es mi todo - le decía entre dientes, aguantando las ganas de gritar de nuevo - Y es muy frustrante para mi vivir lo que esta pasando.
- Es muy frustrante para todos, Harry - le aseguro la Ravenclaw muy seria - Pero azotando cosas y gritando como un sicópata no vamos a llegar a ningún lado.
- ¡¿Pero sentarnos en una silla viéndonos las caras como imbéciles si va a funcionar, no?! - le espetó Harry subiendo su tono de voz.
Luna respiró profundo - En primer lugar, vuelves a tu tono normal, que no estoy de genio para soportar de nuevo tus alaridos - le ordenó Lovegood seriamente - Y en segundo lugar, estas cosas se deben tomar con calma, y si no lo comprendes bien puedes tirarte del Canary Wharf si quieres (N/A: El Canary Wharf esta ubicada en la zona portuaria de Londres, es la torre más alta de Inglaterra)
Al aparecer aquellas palabras eran las únicas que lo habían echo reaccionar.
Tapándose el rostro con las manos, resoplo con frustración.
- ¿Pero que podemos hacer, entonces? - preguntó sin ver a nadie, pero muy seguro de que alguien le iba a responder.
- Pues por ahora nada, Harry - le contesto Tonks, la cual acaba de reparar el reloj de mesa que hacia unos minutos Harry había arrojado al suelo y vuelto añicos.
- ¡¿Cómo que nada?! - espetó el ojiverde exaltándose de nuevo. Al ver el rostro de advertencia de la Ravenclaw, se calmó un poco - ¡Tenemos que hace algo ahora!
- Harry, eso no se hace de la noche a la mañana. Tenemos que investigar si lo que le paso a Hermione fue por causa del impacto o un encantamiento.
- ¡Pero si no nos movemos nunca sabremos lo que le sucedió! - dijo el muchacho algo desesperado.
- Cálmate - le aconsejó Ron cruzado de brazos - Seguro pronto encontraremos una solución.
Harry quería creer lo que sus amigos le decían, pero es que la desesperación lo embargaba. ¿Tú que harías si el amor de tu vida no te recuerda y de paso cuando te le acercas de nuevo te mira con repugnancia? Por obvias razones se podía entender a Harry, pero la única pregunta aquí era ¿Por donde empezar?
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Boulogne-Billancourt-A las afueras de París, Francia.
Hora local: 5:25pm
****Flash Back****
Bajando por las escaleras se encontraba Samantha McTreyn y al final de ellas estaba Hermione.
- ¿Estas segura de lo que haces? - le preguntó la castaña con el ceño fruncido.
La pelilasia asintió - Sí, Hermione - le ratifico con una sonrisa - Lo mejor es que me regrese a Francia. Además extraño mi país y mi gente - Hermione la miro ya abrazándola le susurro al oído:
- Te voy a extrañar mucho, Sam
****Fin del Flash Back****
Ya habían pasado 2 meses desde que McTreyn había abandonado Londres y con ello todos sus recuerdos. Desde que se había montado al avión, había jurado olvidarse de todo y re hacer una nueva vida lejos de sus amigos y por supuesto de él.
Hermione nunca se había dado cuenta la verdadera razón por la que la castaña abandono la capital inglesa, y ni mucho menos tenía el valor de confesarle que estaba embarazada.
Mirando con sosiego una fotografía mágica, se limpio rápidamente unas cuantas lágrimas que habían resbalado por su mejilla.
****Flash Back****
La fiesta de integración estaba resultando todo un éxito.
- Muy buena idea McTreyn - la felicito un joven de ojos azules y cabello rubio. La chica sonrió satisfecha.
Si al norteamericano de quinta le había gustado la fiesta, quería decir que todo era perfecto.
Feliz por su gran logro, se digirió hacia la mesa por un poco de ponche.
Agarro una copa y comenzó a servirse, hasta que sintió como su cintura era rodeada por unas gruesas y blancas manos.
- ¡Draco! - Exclamó Samantha algo asustada- Casi me matas de un susto.
- No es para tanto - bufó el rubio algo divertido - ¿Y como esta la chica más bella de la fiesta? - le preguntó susurrándole al oído.
Aquella acción provoco que hasta los pelos de la nuca de la chica se le erizaran.
- Bien - contestó algo tímida - Draco, es mejor que me sueltes, alguien puede sospechar que tu y yo
- ¿Quién va a sospechar? - Preguntó un desinteresado Malfoy - Si todos están borrachos.
Samantha lanzo una fugaz mirada a todos los invitados y se rió por el comportamiento de algunos.
- Tienes razón - dijo a lo bajo muy divertida - Pero a un así, es mejor que estemos alejados.
Draco la miro y, moviendo la cabeza de un lado a otro se le acerco a un más - ¿Tan lejos como esto? - preguntó, al mismo tiempo que comenzaba a besarle el cuello y subía hasta su mejilla.
Le comenzó a dar suaves masajes con sus labios y después llego hasta el lóbulo de su oreja.
- ¡Para! - le ordeno una derretirá McTreyn, pero aquello fue inútil, Draco, en su no fallido intento de excitarla, le mordió el lóbulo de su oreja izquierda.
Aquello provoco que la castaña soltara un gritito de place, y Draco sonriera con triunfo.
- ¿Qué te parece si vamos a mi apartamento, princesa? - le preguntó en un susurro.
Samantha se queda pensativa, reflexionando si decir Sí era la mejor opción.
- Te espero en el auto - fue lo último que le dijo el platinado, después le dio un fugaz beso en sus labios.
La chica se mordió el labio inferior. Vio como se iba alejando de apoco el joven, y chasqueando la lengua, corrió tras él.
****Fin del Flash Back****
Varías lágrimas cayeron por sus mejillas cuando aquel recuerdo se esfumo de su cabeza.
Si hubiera adivinado que por culpa de Malfoy iba a sufrir tanto, nunca lo hubiera acompañado a su apartamento y ni mucho menos se hubiera acostado con el.
- Es que fuiste una tonta, Samantha - se reprendía a lo bajo mientras se sobaba el vientre - Nunca debiste haberte fijado en Draco Malfoy. Desde el principio sabías que el no era para ti.
ººººººººººº
Londres/Inglaterra.
Hora local: 6:30pm.
Abriendo la puerta con pesadez, se retiro para que Luna y Ron entraran.
Hacia media hora se habían ido de la casa de Lupín, ya que la rubia vio apropiado dejarlo solo junto con Tonks.
Ginny y Neville se habían ido a su casa para descansar, no sin antes decirle a Harry que contaba con ellos.
- ¿Desde cuando mi mundo se enredo tanto? - preguntaba el moreno a los presentes una vez llegaron a la sala. Ron y Luna se sobrecogieron y ninguno dijo nada.
- Hermione es mi todo - comenzaba hablar mientras iba hacia el Mini bar para servirse una copa de coñac - Y es muy injusto que esto suceda después de todo lo que hemos pasado.
- A nosotros también nos parece muy injusto, Harry - le comentó Luna sentándose junto a su esposo - Pero no nos podemos desesperar, si tomamos las cosas con calma
- ¡¿Con alma, dices?! - Repitió el ojiverde sin dar crédito a sus palabras - ¿Qué tomemos esto con calma? ¿Quieres que tome con calma el hecho de que Hermione no me recuerda? ¡Luna, por favor
esa es la idea más absurda que eh escuchado en mi vida!
Ron lo miro algo mal - No le hablas así a Luna - le ordeno algo altanero - Respétala. Además solo estaba dando sus opiniones.
- Harry, yo se que estas muy desesperado - hablo de nuevo la rubia notándose algo tensa - Pero no por eso tienes que cerrarte. Tenemos que buscar una solución, porque se que la hay, pero únicamente tenemos que es eso
buscarla.
Harry chasqueó la lengua. No es que quisiera ser grosero con Luna, es más, él le tenía demasiado aprecio a aquella chica de cabellera rubia, pero es que no podía ver una solución por la desesperación en la que se encontraba.
- Tú solo tienes que comenzar a buscar - le repitió la chica - Además, recuerda que en esto no estas solo, tienes a todos tus amigos de Hogwarts: Deán, Lavender, Parvati, Ginny, Neville, Seamus, Ron y yo. No te vamos a dejar solo en esto.
- Pero
¿Y si fue magia negra la que utilizaron para hechizar a Hermione? - preguntó un Harry más tensionado que antes.
Lovegood sonrió - Pues para eso existen los libros.
Mira, Ginny me dio una muy buena idea antes de que nos fuéramos de la casa del Profesor Lupín
me propuso que porque no ibas a Hogwarts y pedias de la biblioteca algunos libros. En mis 7 años de estancia como estudiante de Ravenclaw, te digo que no fueron en vano. Visite con mucha frecuencia la biblioteca y más en 5º y 7º curso, y déjame decirte que los libros son geniales.
Potter sonrió al escuchar hablar a Luna. Es que, su entusiasmo por los libros y sus ganas de investigar lo hacia acordar tanto a
- Pero dudo mucho que McGonagall me deje ver sus libros
o bueno, la señorita Pince.
Ahora era el turno de Ron hablar - Harry, McGonagall te amaba cuando estamos estudiando. Tú eras su estudiante preferido, así no fueras inteligente, y te aseguro que estaría dispuesta a cooperar si le comentas lo que esta ocurriendo.
Harry se quedo pensando.
¿Será que McGonagall lo dejaría entrar al castillo una vez más?
- Pero, y la señora Pince
ella
- Ella es buena gente, solo que trates bien a sus preciados libros te los presta - le comento Luna sonriente.
El moreno asintió.
Luego miro a sus amigos y después fijamente a Luna.
- Oye Luna, ¿Y si me acompañas? Porque de seguro si Pince te ve conmigo, tendrá más confianza ¿No te parece?
Lovegood miro a Harry y luego a Ron. Este le sonrió y solo dijo - Yo cuidare a Luna en el día en que estés ausente.
La joven asintió y Harry sonrió.
- Genial, entonces ¿Te parece si mañana en la mañana partimos desde la estación King Cross?
Luna chasqueó la lengua - Pero no es el primero de septiembre - le recordó Luna algo consternada - ¿Cómo se supone que nos vamos a ir a Hogwarts?
Potter se rió - ¡Para eso somos magos! ¡Para eso tenemos licencia de aparición!
Colocando cara de Que tonta fui Lovegood sonrió.
- Esta bien, entonces nos encontramos mañana en la estación.
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Liverpool, sector de Pollnew
Hora local: 7:00pm.
- Es muy grave lo que le ocurrió a Hermione ¿No te aparece? - le preguntaba Lavender a su esposo Deán una vez se llegaron a su casa.
El joven asintió - Sí. Me preguntó ¿Qué le habrá ocurrido? Es decir
¿Tú crees que perdió la memora a causa del accidente?
La chica chasqueó la lengua y dejando su gabardina sobre el perchero, negó - No, ¿Sabes que no creo eso? Es decir, si hubiera sido a causa del accidente, no nos hubiera recordado a todos. Es muy extraño que solo haya olvidado a Harry - y se quedo pensando - No se, pero eso me suena a un encantamiento desmemorizante.
Deán negó - No, un encantamiento desmemorizante no es tan fuerte
.o bueno, aplicándolo a los muggles si, pero no a un mago. Además, con ese encantamiento se borran solo los últimos sucesos ocurridos y vistos, no el pasado de una persona.
- Pero entonces ¿Qué crees que es? - le preguntó Lavender muy intrigada.
Deán volvió a negar - Pues en realidad no se. Pero lo único que si estoy seguro es que esto no es magia común. Nadie es capaz de borrarle los recuerdos a otra persona para que olvide a alguien
amenos que este con la magia negra.
- Pero en estos tiempos nadie esta en la magia negra - le recordó su esposa - Además, los pocos Mortífagos que quedan se encuentran en Azkaban.
El pelinegro se quedo callado y yendo hacia la sala se fue a sentar en un sillín de cuero.
- Sabes que no - dijo de repente mientras se sobaba la barbilla - Aun no me creo ese cuento chino de que Draco Malfoy se volvió un hombre de bien.
El fue y será siendo un Mortífago, y a pesar de que ayudo al Ministerio en su tiempo para que capturaran a muchos Mortífagos, no me trago entero el cuentico ese de que ya se recompuso yo vi con mis propios ojos a alguien que se arrepiente de ser un Mortífago, y déjame decirte que la cara de Malfoy no me convence.
- ¿Lo dices por lo de Hermione? - Deán asintió - Pues si, yo también eh pensado eso. En realidad me sorprendió mucho ver a Malfoy en el hospital mientras Hermione estaba inconsciente. Yo juraba que se encontraba en Azkaban.
- No, seguramente con la soplada que dio de sus antiguos colegas y una muy buena suma de dinero pues
es muy fácil que no haya sido metido a la cárcel.
- Siempre los Slytherin se salen con la suya, ¿No? - hablo una Lavender algo enfadada.
Deán asintió - Sí, siempre se salen con la suya.
********
London Center, Sector de Loserville
Hora local: 7:15pm.
Hace unos momentos Ginny Weasley y Neville Logbottom acababan de llegar a la casa, y lo primero que hicieron fue tumbarse en el primer sofá que encontraron.
- Estoy rendida - comentó un Neville algo falto de aire.
La pelirroja asintió - Lidias con Harry es peor que lidiar con un Troll.
- Prefiero lidiar con el Troll - opinó su novio con los ojos cerrados.
- ¿Quieres jugo de calabaza? - le ofreció la menor de los Weasley al carirredondo.
Neville asintió - Sí, y con hielo, por favor.
Suspirando, Ginny se levantó del sofá y fue directo a la cocina.
Regreso con una jarra llena de un delicioso y frio jugo de calabaza.
- Aquí esta el jugo, amor - le dijo su novia acercándose a Logbottom.
El chico abrió los ojos con pesadez y casi a tientas recibió el vaso que la pelirroja le entregaba.
- Neville - lo llamó la muchacha cuando se tomaron su 2 vaso del jugo. El pelinegro la miro.
- ¿SI? - Preguntó como quien no quiere la cosa.
- Mmmm, mira que hace unos días estuve hablando con
el Padma
¿La recuerdas? - el chico asintió cansino - Pues bien, eh, ella
pues
comenzamos hablar y llegamos al tema de
ya sabes
el sexo.
Al decir aquello los ojos se le desorbitaron al pobre de Neville. Él no era esa clase de personas que le gustaba hablar de ese tipo de cosas a Calzón quitado como decían vulgarmente.
- Ah ¿Sí? ¿Y que te dijo? - le preguntó algo reacio con respecto al tema.
- Bueno
.me preguntó si tu y yo
ya
ya sabes
lo habíamos echo.
Logbottom abrió los ojos como platos - ¡¿Qué?! - Saltó asustado - ¿Pero quien se cree esa de preguntar semejantes cosas?
Ginny levantó los hombros - No lo se pero
cuando corte con ella pues
me coloque a pensar en ello.
Neville sintió un ligero calor en sus mejillas, se había ruborizado y el no se daba cuenta.
- ¿Pensar en que? - preguntó haciéndose el tonto, aunque la respuesta ya la sabía de ante mano.
Ginny suspiro algo ofuscada - Pues
en eso
ósea
Neville, llevamos mucho tiempo juntos y en ningún momento me has llevado a la cama.
Aquellas palabras fueron suficientes para que el pobre Logbottom se pusiera de todos los colores.
- Hemos vivido muy bien así como estamos - le dijo algo tímido - Y no necesitamos de
de
s-s-s-s-
- Sexo - le completo su novia como si nada.
Neville movió la cabeza de un lado a otro - De eso
o ¿Qué? ¿Te hace falta?
La pelirroja se quedo pensando y mordiéndose el labio inferior asintió. Al ver la cara de horro que su novio había colocado, se defendió - Neville, yo soy mujer, joven aun, pero soy mujer y pues
necesito de las caricias de un hombre para sentirme
amada.
- ¿Y es que acaso con mis atenciones y mis besos no son más que suficientes? - preguntó un pelinegro muy disgustado.
Ginny asintió - Sí pero
hay momentos en la relación que
pues
hay que hacer ciertas cosas para juntarlos más. ¡Mira a mi hermano y a Luna! ¡Ósea
ya tiene a Dulce y son la mejor pareja del mundo!
- ¡Pero no por eso debemos acostarnos! - exclamó Logbottom en un arranque de desesperación. Pero al captar que aquellas palabras salieron de su boca, se la tapo rápidamente con las manos.
Ginny sonrió - Neville - le dijo dulcemente mientras dejaba la jarra de juro sobre la mesa de centro - Que digas esas palabras no tiene nada de malo - y se le comenzó acercar peligrosamente. - Además, somos pareja y pues
cuando decidiste que nos viniéramos a vivir juntos, te lo juro que pensé que ocurrirían muchas cosas, así no estuviéramos casados aún.
Neville la miro algo extraña y se mordió el labio inferior. Sabía a donde corría el río con aquellas acciones, y esa dirección no le agradaba en absoluto.
No era que Neville fuera extraño ni mucho menos no le resultara atractiva Ginny, pero, la razón era muy sencilla: El joven era alguien con aquella teoría de: Cuando este más grande estaré listo y pues a los 22 años no la veía como una edad apropiada para estarse acostando con alguien, así se refiriera a ese alguien como su novia.
¡Claro que quería acostarse con Ginny
que más desearía en todo el mundo que tocar su canela piel y besos esos labios de fuego! Pero pues aun no se sentía listo y por ende tenía miedo.
Al salir de sus pensamientos, descubrió que unos candentes labios le obstruían los suyos, al tiempo que unas curiosas manos le desabotonaban la camisa.
Al ver aquello tomo su compostura y retiro a Ginny con suavidad - Eh
no quiero ser grosero, Ginny - se disculpo de antemano abotonándose lo poco que su novia había conseguido - Pero
creo que no es tiempo aun
además, tu solo tienes 21 años y
y yo 22 y pues
- ¿Crees que somos muy jóvenes para esto? - le completo una pelirroja completamente desilusionada.
Neville asintió.
Ginny suspiro y resignada le sonrió - Esta bien - le dijo algo molesta, pero sin tratar de notarse tan obvia.
- ¿A dónde vas? - quiso saber su novio al verla que agarraba su gabardina del sillín de la mesa.
Ginny lo miro y sonriendo dijo - A la casa de Luna - y desapareció.
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- Es fuerte lo que le esta pasando a Harry, ¿no? - preguntaba un preocupado pecoso a su esposa en el cuarto.
Luna asintió aún no muy convencida.
Desde que habían llegado a la casa de su padre hacia más de dos horas, no dejaba de estar ensimismada, pero al parecer su esposo no se daba cuenta de ello.
Su matrimonio no andaba bien y no se necesitaba tener tres ojos de frente para darse cuenta.
Suspiro cansina y miro a su hija la cual estaba en sus brazos.
Se había dormido hacia quince minutos, y sonriendo, la dejo en su cuna.
- ¿Qué crees que podemos hacer? - le preguntó Ron por fin viéndola a los ojos.
Luna trato de ocultar aquella mirada de ensimismamiento, pero Ron ya la había descubierto.
- ¿Te pasa algo? - le preguntó enseguida.
Luna negó - No, solo es que
- y se quedo callada si decirle su indirecta o no
- No te das cuentas ¿verdad? - por la cara de desconcierto que el pelirrojo dio, Lovegood suspiro.
- Me lo imagine - dijo a lo bajo pero procurando que Ron no hubiera escuchado.
- ¿Darme cuenta de que? - fue la tan grande respuesta del pecoso.
La rubia negó - No nada
tonterías, olvídalo - y se acostó en su cama, con ropa y todo.
- ¿No te vas a poner la pijama? - le preguntó su esposo. Ella negó.
- No, hace frío, y pues la pijama esta muy lejos - y sin más, fingió que se dormía.
º*H/Hº*
No podía creer que él fuera tan tonto ¿Pero en que demonios estaba pensando? Demasiado jóvenes sí claro, él y sus baratas escuras de cajón.
- El joven es el - dijo la chica entre dientes y envuelta en ira.
Aquella charla con Padma la había echo reflexionar y también le había provocado un gusanito curioso que apenas había despertado.
**Flash Back**
Era lunes y se encontraba en la cocina esperando a que Neville llegara para que pudieran ir juntos a ver como seguía Hermione.
Mientras estaba preparando el jugo de mora, el teléfono sonó y fue a contestarlo.
- ¿Bueno? - dijo levantando el auricular.
- ¿Ginny? - hablo una voz extremadamente familiar al otro lado.
La pelirroja no podía creer con quien estuviese hablando.
- ¿Padma? - ¿Padma Patil? - la chica del toro lado del auricular asintió.
- La misma aunque no en persona.
- ¡No lo puedo creer! - exclamó la pelirroja sorprendida - Sabía de tú hermana pero pensé andabas perdida.
La joven asintió - Sí, pero ya vez. No es que me entere lo que le sucedió a Hermione por mi Hermione, es muy cruel ¿No?
Ginny asintió - Sí, a pesar del daño que hizo, pues
es Hermione y no se merecía eso.
- Sí - asintió Padma - Pobre Harry, debe estar devastado ¿no?
- No te imaginas - le hablo la muchacha - Ese hombre esta muy mal. Gracias a dios ya esta fuera de peligro.
- Sí, Parvati también me contó sobre lo de Harry.
- Oye, ¿Y tu donde estas? Supe que tu hermana tiene una Galería en Miami y que pues estaba con un latino muy mozo pero discutieron.
- ¡Sí, ese Michel es un canalla! - dijo con rabia - Pero bueno. No pues yo estoy viviendo se podría decir que cerca de Londres. En Escocía.
- ¡¿En Escocía?! - repitió la pelirroja incrédula - ¿Y que estas haciendo?
- Pues vine primero a pasar unas vacaciones con mis tíos maternos y luego ellos me insistieron en que modelara ropa interior.
- ¿Y?
- Y pues me gusto y no me quede modelando ropa interior
¡Forme mi propia Vutit de interiores aquí en Escocia!
- ¿En serio? ¿Y como te ha ido?
- Pues muy bien. Estoy comprometida con el joven más adinerado de toda Escocía y por él es que estoy saliendo adelante. Dentro de 2 meses sale los modelos a Inglaterra.
- Me alegro mucho - le comento Ginny - ¿Y como es tu prometido?
La joven escucho un hondo suspiro al otro lado del auricular.
- Perfecto - respondió la chica después de varios minutos - Y cuando digo perfecto es con toda la extensión de la palabra.
Ginny rió al captar lo que Padma quería decir.
- ¡Es que tu vieras! - Exclamó como quien no quiere la cosa - Es una fiera en la cama
uff, si tu pudieras sentir eso. Pero de seguro ya lo has hecho con muchos hombres o si quiera con tu amado. A todas estas ¿Con quien estas?
La chica sintió un ligero calor en sus mejillas y se mordió los labios.
Por muchos años que hubieran pasado sabía que Padma Patil seguía siendo la misma chica egocéntrica, vanidosa, un poco ofensiva, ilusa, tonta y burlona como la había conocido en Hogwarts.
No es que se avergonzara de Neville solo que
no quería sentirse mal si escuchaba alguna burla de la joven con respecto a su novio.
- Pues
- balbuceó antes de responder.
- Vamos - la apremio la hindú - ¡Ni que te hubieras ennoviado con Neville Logbottom! - aquello fue la gota que había derramado el vaso.
Ginny se pudo de todos los colores y sus labios se secaron.
Se puso pálida y por unos segundos pareció al Polthergeits que vivía en Hogwarts.
- ¿Ginny? - La llamo Padma al otro lado del auricular - ¿Te paso algo?
- S-sí - asintió la ojiclara (N/A: ¿De que color son los ojos de Ginny? Es que me da flojera buscar
sorry) - Solo es que
nada
eh
¿Y que cuentas?
Padma rió - ¿Quién es tu novio? - le preguntó al instante sin salirse del tema.
Ginny se mordió el labio - Pues...Es
es
- ¡No me digas que Neville, porque juro que me quedo estática! - la pelirroja suspiro.
- Sí - contesto inaudible.
- ¿Qué dijiste?
- Que si - repitió Ginny ahora un poco más fuerte.
Padma se quedo callada - ¿Que si, que?
- Que sí, Neville es mi novio.
Por fin había acabado el discurso, pero ahora venía la tortura.
Hubo un silencio abrupto entre ellas y Ginny pudo notar que Padma hacia el máximo esfuerzo por no burlarse.
- AH
¡que bien! - Exclamó por fin pero sin aire - Yo
si
ese era con el que
eh
bueno
pensé que
podrías haberte emparejado con Michel Córner ya que Deán fue ocupado por Lavender.
Ginny suspiro - Te agradezco que te hayas aguantado la risa - le comentó la joven sin más.
Padma asintió - Claro
pero, dime ¿Ya lo hicieron?
Aquella pregunta le cayó como un balde de agua fría - Ah
- balbuceo.
¿Qué le iba a decir ahora? ¿Qué después de 5 años no había sido capaz de si quiera desnudársele en frente a Neville? ¡Padma fue en su generación una de aquellas chicas fáciles y decirle que a sus 22 años aun era virgen pues
era un pecado y de los capitales!
- Claro - respondió por fin sin saber lo que decía - Es un león en la cama.
**Fin del flash back**
Un torrencial de agua comenzó a caer por todo Londres - Bonita la hora - hablo con desgana entrando a un bar muy conocido.
Había escuchado de el pero nunca había decidido entrar.
Era muy lujoso, con un toque de acabado francés y norteamericano, que lo dejaba ver muy novedoso, el bar Empire le daba una muy buena reputación a su nombre.
Se acerco a la barra y sentándose sobre aquellas sillas altas y que cuando te subes quedas como un chiquillo de cinco, llamo al tabernero.
- Un coñac bien cargado y en las rocas por favor - pido sin aprensiones.
Sería la primera vez que tomará algo tan fuerte, ya que hasta ese momento la cerveza la mareaba un poco, pero estaba tan molesta que no le importo.
- Es muy fuerte para alguien como usted ¿No cree? - le hablo una voz varonil a su lado.
Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se había dado cuenta de la clase de compañía que tenía al lado.
Giro la cabeza y chasqueó la lengua - ¡Malfoy! - dijo con desprecio.
º*H/H*º
Te encuentras solo en tu habitación, con fantasmas del pasado que deciden acosarte.
Miras ensimismado una fotografía mágica, y tan solo mirarla te trae muy malos recuerdos.
Comienzas a preguntarte porque tú vida es tan miserable y si hasta comienzas a cuestionarte si en realidad merecer vivirla.
No eres nadie sin ella y sabes que si no recuerda nada no lo serás nunca.
No podría soportar otro rechazo u otra de aquellas ácidas miradas que solo ella podía dar.
Sí, te reprendes mil veces por haber sido tan tonto y por haberte alejado de ella. Seguramente si la hubieras perdonado y si quiera haberla escuchado, seguro ella no hubiera ido a los brazos de aquel.
Sí, sabes que es única y exclusivamente tu culpa de que Hermione le hubiera pasado lo que le paso pero
¡Maldita sea!
¿acaso eres adivino? Seguramente si lo fueras te hubiera ido a pedir de perlas con Trewleny.
Con todas tus fueras lanzas el portarretrato lejos de ti y este se estrella contra la pared de enfrente.
Por un momento te da lo mismo que su marco se hubiera echo añicos y que la fotografía que estuvo adentro se mezclaba con madera y vidrios.
Pero después te sientes mal por haber destruido el único recuerdo feliz que te quedaba.
Maldices a lo bajo y recoges la fotografía. La observas minuciosamente para notar si no tiene algún daño, pero feliz lo oprimes contra tu pecho al notar que no le sucedió ni un rasguño.
Vuelves a tu cama y se sientas en el colchón. Miras al vacio y te pierdes en el, en una mezcla de flores frescas y fresas con canela. Sí, ese era ahora el aroma que ella emanaba y lo sabías muy bien a pesar de que no hubieras probado sus labios en siglos.
Había cambiado y lo sabías, por lo cual también cambio su aroma, pero eso no deba la diferencia, siempre sería tú Hermione, así ella no te recordara.
Tus ojos se humedecen al ver su rostro y te limpias rápidamente unas cuantas lágrimas que te resbalan por las mejillas y van a morir en tu camisa.
Sí, así eres tú, tan impredecible, tan incognito y tan indefenso cuando no estabas con ella.
Para el mundo podía ser El niño que vivió El elegido San Potter o Cara rajada
Pero para ella sabes que solo eres tú, tú y nadie más que tú (N/A: huy me salio como una canción de Laura Pusini, viejísima
bueno ya) y eso ni el mismísimo Voldemort lo podría cambiar.
Las personas te ven como tu salvador, a pesar del tiempo, y creen que eres una persona fuerte, pero sabes que eso no es así.
Cuando estas a su lado eres un minino resguardándose en el regazo de su madre para que no seas cena del tigre.
Pero ahora todo era diferente, ella no estaba a tu lado y tú te sentías desbastado, inseguro y sin poder.
Suspiras al recordar la pila de deberes que te esperan mañana y tú sin ella.
Regresas de nuevo al equipo de Quidditch para entrenar y así llegar a las finales. Y también das corte a tu nueva empresa
la mostraras al mundo.
Pero todo aquello lo vez como una simple ilusión, ya que te había imaginado estando con ella en todo aquello y no se
quizás con una o dos copas de champaña y unas velas románticas.
Para colmo de males, tenías que averiguar lo que le había ocurrido y ni sabías por donde empezar.
Ese no eras tú, la que averiguaba era ella para ti, no tu para ella.
El mundo esta de cabeza piensas con frustración mirando una vez más la fotografía Y esta en mi contra
Así eres tú, un hombre que muestra ser fuerte cuando no lo es. Un minino cuando estas con ella y un don nadie cuando no lo esta.
Así eres tú, con ella eres Harry Potter, pero sin ella solo eres uno más del montón, con un nombre que hasta te parecía jocoso, con un nombre común y corriente:
¡Eres solo Harry y nada más!
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Ginny agarro su trago y de un sorbo se lo tomo.
- Oye mi reina, tómatelo con más calma - le aconsejó Draco Malfoy, el cual ya iba por su tercera ronda de Whisky - Que eso no es el jugo de calabaza que acostumbras tomar.
Ginny ni lo escucho y tomo de nuevo, aunque hizo un esfuerzo sobrehumano para no hacer muecas.
Malfoy se rió al ver el rostro de la pelirroja.
La miro de arriba a bajo: No podía negar que era atractiva, esos cinco años la habían puesto en muy buenas condiciones.
- Al parecer no estas acostumbrada a este tipo de bebidas - comentó Draco como quien no quiere la cosa - ¿Acaso no te apetece no se una simple cerveza de mantequilla? ¿O aún es muy fuerte para la nena?
Ginny lo fulmino con la mirada - Yo puedo con esto, gracias - le dijo entre dientes - Y no me llames nena, que ya no lo soy.
Malfoy se mofo por su actitud de chica ruda - ¡Huy, pero que miedo tengo, Weasley! Si fuera el antiguo Malfoy de antes te hubiera respondido.
Ginny lo miro insípida - ¿Y no vas a responder? - Malfoy se quedo callado - Ja, eso esta para no creerse.
Draco la miro y movió la cabeza.
- ¿Quieres otro trago? - le preguntó al ver que ya acababa con el suyo.
Ginny miro el vaso y chasqueando la lengua asintió.
- Mejor toma Whisky - le aconsejó Malfoy llamando al tabernero - Porque el coñac te daña hígado.
- Como si el whisky no lo hiciera - protesto Ginny ácida.
Malfoy negó - No, eso es lo que teman la gente de etiqueta.
La pelirroja lo observo sorprendida - ¿La gente de etiqueta? - Repitió incrédula - Pero yo voy a tomar eso - le recordó cuando el tabernero se fue con la orden - Y yo no soy de etiqueta. Sin mal no recuerdo, tú un día llamaste a mi familia y a mi Deshonra de los sangre puras
Cuando el tabernero les hubo traído el trago, Draco se mofo.
- Eso fue en el pasado, amor - le aseguro el platinado - Además, era muy joven y a esa edad decía muchas idioteces.
- Pues al parecer esa sarta de idioteces no se te han quitado - comentó la chica con ironía.
Malfoy rió de nuevo - Mira ¿Qué te parece si yo invito todos los tragos de ahora en adelante mientras conversamos? Así te das cuenta que no soy el mismo de antes.
Ginny chasqueó la lengua. La oferta estaba tentadora.
- Está bien - asintió sin regocijos.
Draco sonrió y levantando su vaso dijo - ¡Salud por una conversación plena!
Ginny agarró su vaso y asiendo el mismo gesto, sonrió - ¡Salud!
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Wenas:
Bueno pues sorry por la demora, es que me enfrasque en otras cosas ya que no tenía inspiración para este fic, además comencé a pensar que mi fic debería tomar un rumbo más bruco después de lo acontecido con H/Hr. Y además me debo fijar en las otras parejas y su comportamiento ¿me entienden? Pues solo espero que les guste.
El próximo capitulo tendrá algo de LEMON, por lo cual cambiare el Rating de la historia, porque luego me demandan o-O así que prefiero evitar eso.
No se cuanto les guste los Lemos, pero pues me encantaría que esto tuviera un poco, pero igual la historia es para ustedes, así que aquí ustedes mandan
¿Lo quieren o no? Espero sus respuestas,
Algunos dirán que yo ya puse lemon en este fic (hay despistados) pero pues esos no son Lemos, son lemositos, jijij, que me fascinan, pero pues no se
me ha llamado la atención desde hace un buen y más porque hace dos días me enfrasque bien harto con una historita LEMON en ff.net
y me encanto!!!!! (no me vena mal) solo es que es interesante leer esas clases de historias, no es que te lleven a un mundo X mientas lees (a mi no me ocurre eso, aunque no dudo que hayan personas que se pervertirán con esas clases de historia) pero yo se que ustedes son lo suficientemente maduros x así decirlo, para leer esas clases de cosas así que pues solo espero su aprobación
si no les gusta y me acusan con ¡Pervertir a menores o-O-siendo yo menor, XD..Aun tengo 16! Entonces me callo y sigo como voy
Pero ojala me aprueben mi idea.
Espero que les haya gustado el cap., espero muchos rews y también con sus respuestas
¡PLIS, EN SERIO!
Y ahora ya me voy, ayer lo iba a subir a las 2:05am, y eso que tenía sueño, pero no pude porque por una extraña razón la página no me abrió, ni si quiera me cargo ¬¬ y pues ahora lo hago
.jijiji, aguantándome el regaño de mi mamá porque nos va a coger la tarde para viajar a Bogotá, mmm la razón se las explico después
esto lo hice para que una niña con el Nick de oscuridad Granger pudiera leer el fic antes de irse a vacaciones
al menos que se valla desde el 1 de julio
.¡DI QUE NO
O SI NO
.mira que me mi mamá se esta enojando y cuando ella se enoja
Mmmm solo les digo que parece a la señora Weasley, si, es tranquila y buena gente pero su genio, no es tanto
! Bueno ya
Besos a todos! Se cuidan y me voy!
Emma!
26
The puzzle
Draco Malfoy le ofreció la 4 ronda de Whisky a la bella pelirroja al cabo de dos horas.
- Tú me quieres emborrachar, ¿Verdad? - Le preguntó la Weasley algo desafiante - Porque mira que no soy tan fácil.
Malfoy la miro de reojo mientras se bebía su quinta ronda del trago - Se que no eres fácil - hablo por fin con un tono divertido - ¿Es acaso un delito que te invité a beber un poco?
- Pues que lo hagas tú, si - y lanzo su cabellera hacia atrás.
Draco vio aquella acción tan
excitante, que tuvo que comenzar con su sexta ronda de whisky para dejar aquel calor atrás.
- ¿Así que estudiaste para ser una doctora muggle? - Ginny asintió torpemente.
Hacia una hora el platinado le había preguntado a la pelirroja sobre su vida y esta le comentó que estaba de novia con Neville y había estudiaba para ser doctora muggle.
- ¿Y porque no quisiste ser una MediMaga? - Ginny negó - No
además
estoy muy rodeada de magos como para hacerlo también en mi trabajo.
Con aquella respuesta produjo que el ojigris soltara una sonora carcajada.
Las pocas personas que se encontraban en el bar a esas horas lo miraron como un animal exótico.
- ¿Por qué te ríes?
Malfoy negó - No, solo es que
bueno
me causo un poco de risa tu comentario. La única amiga muggle que te conocí en Hogwarts fue Hermione y siempre todos tus novios fueron mestizos o puros.
- ¡Pues esos eran otros tiempos! - Espetó la chica comenzando a beber su quinta ronda del licor - Además, es interesante tratar con muggles.
- Sí claro, si de gente idiota se habla.
- ¡Oye, ellos no son ningunos idiotas! Además, recuerda que una de mis mejor amigas es muggle.
Malfoy asintió y un extraño escalofrió le recorrió el cuerpo al pensar en Hermione.
- Pero no todos son así - se retracto de inmediato - Un ejemplo es Hermione.
-¿Desde cuándo le dices Hermione? - a pesar de que Ginny estuviera algo prendida no quería decir que aun no se encontrará en sus cinco sentidos.
- Suena mejor que Granger ¿No crees? - la Weasley no opino, solo se limito a beber su whisky.
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Bajaron del porche rojo que Malfoy había acabado de comprar hacia dos días. El auto se había estacionado frente a una linda residencia con lujosos edificios de campiña.
- ¿Sabes que eres la primera mujer que sube en este auto? - Ginny, la cual se encontraba algo mareada por el exceso de alcohol, lo miro entre cerrando los ojos.
- ¡Qué bien! - fue lo único que dijo antes de caer al suelo.
- ¡Cuidado! - Le advirtió el platinado agarrándola justo a tiempo - Yo tenía razón Weasley, no sabes tomar.
La joven le lanzo una ácida mirada, pero no dijo nada.
Subieron por el ascensor hasta el apartamento del rubio.
Malfoy abrió la puerta con una mano, mientras que con la otra, paso por entre el umbral de la puerta, teniendo a Ginny aún en brazos.
Traspasaron el amplio pasillo hasta la habitación del joven.
- Bienvenida - hablo de nuevo el rubio acostándola en su cama - Esta es mi humilde cuarto.
Ginny entre abrió los ojos; le dolía tanto la cabeza que la poca luz que se filtraba por la ventana la mareaba.
- Eres bellísima - le dijo Malfoy sentándose a su lado.
Le toco la cara con el dorso de la mano, al mismo tiempo que comenzaba a bajar por su cuello.
Ginny ni se inmuto a tal acción, estaba tan consternada que su proeza se había ido al desagüe.
- Siempre me has parecido una mujer encantadora, Weasley - le comentó el platinado despejándola de su chaqueta y desabrochándole la blusa.
Ginny le dio una risita de estúpida y suspiro.
- ¿Crees que me vas a complacer? - le preguntó a lo bajo, mirándolo seductoramente.
Draco chasqueó la lengua y negó - No lo sé, dímelo tú - y metiendo su blanca y fría mano por entre el pequeño agujero que se había formado en la blusa de la pelirroja al quitar algunos botones, Ginny gimió.
Malfoy se sorprendió por el gemido de la Weasley - ¿Acaso tu marido nunca ha estado contigo?
- Neville no es mi marido - le aclaro la ojiclara con fiereza - Solo es un pobre diablo - y atrayendo con fuerza el rostro de Malfoy, lo beso con pasión.
El ojigris ni se inmuto a tal acción, es más, segundos atrás estaba deseando lo mismo.
La pelirroja se acomodo mejor en la cama al tiempo que el rubio se colocaba en la posición de arriba.
Entre besos candentes y pequeños abrazos, el platinado se encargo de desabotonarle por completo la blusa a la pequeña Weasley, al mismo tiempo que ella le quitaba la camisa.
- Eres candente - le comentó Draco sin aliento luego de dejarla en ropa interior. Miro con supremo furor los pechos de la chica y pasó su lengua pos sus labios con suavidad.
Ginny solo se rió, y desabotonándole el pantalón, lo tiro al suelo.
- Esta noche - le decía el ojigris besándola en el cuello - Vas a ser la mujer más feliz del mundo - sus labios bajaron hasta los pechos de la Weasley, donde, con sus manos, le quitó el sostén, el cual había salido volando hasta un rincón de la habitación.
La Weasley gimió al sentir el contacto de los fríos y gruesos labios de Malfoy en sus pechos, hundió sus largas uñas en la desnuda espalda, lo que provoco que este soltara un grito de dolor.
- ¿Te dolió? - le preguntó una descarada pelirroja. Malfoy negó, y agachando su cabeza comenzó a besarla por todo el abdomen.
Al llegar más bajo, Ginny lo detuvo. Draco levantó la cabeza y arrugo el entrecejo.
- Es mi turno - le comentó la pelirroja he incorporándose un poco de su posición, dejo que ahora Malfoy estuviera abajo y ella arriba.
El movimiento provoco que se mareara un poco, pero eso no le impidió besar el pecho del Slytherin con fiereza.
No sabían si eran los deseos imparables que sentían los dos jóvenes por tenerse el uno al otro o la sensación indescriptible que sentía Ginny por dejarse probar a un hombre que
no era Neville.
Minutos después Ginny volvía a su antigua posición, al mismo tiempo que sentía como los dientes de la serpiente bajaban sus pantis.
Gimió por unos segundos y luego fue cayada por los labios del chico. Un beso intenso y poderoso provoco que en Ginny se le despertaran los 5 sentidos que, por el trago, se le habían dormido.
Y en ese preciso instante, mientras probaba los besos del Slytherin, el rostro de Neville se dibujo en su mente, y una claras palabras saltaron a sus oídos:
- ¡Me traicionaste!
*******
Eran las siete y cuarto cuando Harry Potter se levantó de su cama y se dirigió al baño.
Tenía unos 45 minutos aproximadamente para vestirse y desayunar, ya que a las 8:20 Luna iría a su casa para que se aparecieran en el poblado de Hogsmeade.
La Ravenclaw le había dado la idea de averiguar en los libros de su antigua escuela para ver si podía encontrar la razón por la que Hermione lo había olvidado.
A pesar de que el ojiverde tuviera todas las esperanzas puestas en lo que encontrarían, no estaba muy seguro que en aquello libros, ni en los de la sección prohibida, iban hallar la respuesta y mucho menos la cura de lo que a Hermione le habían hecho.
Solo hay que confiar le decía constantemente aquella vocecilla imprudente en su cabeza Y deja de lanzar la sal
¡Pues claro que no estaba lanzando la sal! El más que nadie quería estar de nuevo con Hermione pero
las circunstancias no decían lo contrario.
Fuera lo que le hubiera hecho Malfoy a Hermione (porque estaba más que convencido que fue el sucio Slytherin el cabecera del plan) sería muy difícil encontrar algún remedio que revertiera el efecto de magia oscura.
Al salir del baño se vistió con una camisa manga larga color café claro, unos jeans de mezclilla y unos zapatos de cuero del mismo color que la camisa.
Se hecho un poco de gel en su rebelde cabello, y a pesar de que se echara la mejor pócima capilar, no había poder humano que ordenaran su azabache y rebelde cabellera.
Salió de su cuarto algo cansado; la noche anterior no había podido dormir bien pensando el Hermione, la ida a Hogwarts y la apertura de su nueva empresa; sin contar claro está, el regreso al equipo de los Chudley Cannons.
¿Cuando me metí en todo esto? pensó el moreno algo desbastado.
Llego a la cocina y sacó de la alacena un paquete de galletas junto con un tarro de chocolate.
Podía usar la varita pero no tenía ánimos de utilizar la magia, así que vertiendo la leche en la licuadora, la cual había sacado de la nevera, la mezclo con el chocolate.
- ¿Eso es lo que todos los días desayunas? - le preguntó una voz delgada en el umbral de la puerta de la cocina.
Harry giró rápidamente, para encontrarse con el rostro sonriente de Luna Lovegood.
- ¿¡Luna!? - Exclamo el Gryffindor muy sorprendido - ¿Pero qué haces aquí? ¿No acordamos de vernos a las 8:20? ¿Y cómo te apareciste sin que te escuchara?
- Muy buenos días Harry - lo saludo la rubia algo ácida, olvidando sus preguntas - Yo amanecí muy bien, gracias por preguntar - y resopló con exasperación.
- Lo siento - se disculpo el moreno - Solo es que
me asustaste. Que alguien se te aparezca en tu casa sin escucharlo y luego te salude de es forma tan
.particular pues
- Yo no tengo la culpa de que estés tan absorto tus pensamientos que no escuchas cuando alguien se aparece - le reprocho Luna algo disgustada. Al parecer se había levantado con el pie izquierdo.
- Er
- balbuceó Harry, olvidando por completo la leche con el chocolate - ¿Por qué viniste tan temprano?
Luna chasqueó la lengua y desvió su vista al suelo. Harry comprendió por aquella mirada que había sucedido algo con Ron.
- ¿Pasó algo? - Lovegood asintió con torpeza, ocultando las pocas lágrimas que le habían resbalado en ese momento con su abundante cabellera rubia.
Harry suspiró, e invitando a la Ravenclaw a sentarse, ambos se dirigieron a la sala.
- ¿Me quieres contar? - preguntó el ojiverde cuando se sentaron ambos al lado del otro.
- Es que
- balbuceó Luna algo nerviosa. Aún era incapaz de mirar a Harry, y en vez, miraba la punta de su bufanda blanca y jugaba con ella.
- Hoy
Dulce estaba llorando a las cinco de la mañana - empezó a relatar sin mirarlo aún.
Harry asintió y se dio una nota mental rápidamente Jamás tener bebés
- ¿Y?
- Y
bueno
yo me levanté y le di de comer, pero
Dulce no quería. La duche y aún seguía llorando
hasta que
.Ron se levantó bravo y exigió que callara a la niña.
Yo le dije que no podía, porque no tenía hambre y tampoco quería un baño, así que él me miró furioso y me dijo
me dijo que
que
bueno
que yo era una inútil, que no podía liderar con un bebé y que no entendía porque había quedado embarazada.
Varias lágrimas recorrieron sus mejillas y esta vez fueron visibles para Harry.
Potter no sabía que decir en aquellos casos. Ron había sido su mejor amigo de toda la vida, sabía que tenía poca paciencia con las mujeres y discutía con todo pero
creía que Luna había logrado mansar aquel temperamento tan brusco que el Weasley solía tener a veces.
Al ver que Harry no decía nada, la rubia continuó - A mi me dio mucha rabia y comencé a discutir con él, a decir que él tampoco servía para nada y que solo estaba como arrimado en la casa de mi padre. Le comente que había sido un gran error irnos de Polonia ya que el ni se había inmutado a conseguir algún trabajo y que había sido un tonto al dejar el trabajo como auror en Varsovia - trago saliva al tiempo que se limpiaba aquel liquido salido con el dorso de su mano - Y pues
discutíamos tan fuerte y más con los lloriqueos de Dulce que despertamos a mi padre. El entro a la habitación furioso y nos pregunto qué pasaba.
Yo mire a Ron y rogué que no dijera nada pero
era demasiado tarde; Ron miro furioso a mi padre y le grito cosas horribles, que había sido un error haberse casado conmigo y peor aún cuando me dejo embarazada.
Le dijo también que la familia Lovegood era una lunática y que ahora estaba de acuerdo con todo el mundo: Que alguien que creía en los nargles y había formado una revista de tan poco prestigio no era para fiar - trago de nuevo saliva y se limpió las cuantas lagrimas más que habían salido de sus ojos. Al parecer, recordar aquellos sucesos la ponían muy mal.
- Y pues
dijo que
no sabía cómo había aceptado ser parte de aquella familia y había preferido mil veces haberse casado con Hermione Granger que a pesar de que era una devoradora de libros, una estúpida sabionda y una excéntrica mujer, era mucho mejor que una lunática Luna Lovegood. Luego de que dijese todo eso, agarro su maleta y con ayuda de su varita guardo toda su ropa y
desapareció sin decir nada más.
Al haber terminado su relato Luna miro a Harry, para luego llorar como magdalena. Potter la abrazo de inmediato y dejo que llorara tranquilamente sobre su hombro.
No podía creer que el Ron Weasley que había sido el malo de la historia era el mismo Ron que lo había acompañado en Hogwarts y arriesgado aquella vez en primer año con el ajedrez mágico.
Es que era
como pensar que Draco Malfoy en realidad se había vuelto bueno, o que Lord Voldemort había regresado.
- Ya, ya - decía Harry, dándole unos golpecitos en la espalda a la rubia. A pesar de que cinco años hubieran pasado, el tacto para consolar a una mujer aún le faltaba.
- Todo va a estar bien - aunque no estaba muy seguro si aquello fuera adecuado.
Luna levanto su cara del hombro de Harry y trato de sonreírle.
- Gracias - le dijo con aquella vocecilla soñadora que no la había escuchado hablar desde hace años - Pero
no creo que todo vuelva a estar bien, Harry. Ron se fue y mi padre no quiere saber nada de él. Hasta
.me amenazo con quitarme a Dulce si volvía a ver a
ese mocoso
Harry abrió los ojos como platos - El no te puede hacer eso, primero tiene que tener la custodia - dijo Potter como si tal abogado profesional fuese.
- Pues si dice que su padre la abandono y su madre está dispuesta a buscarlo y que le importa más un marido desconsiderado que su propia hija, pues
creo que son razones suficientes para ganarla ¿no crees?
Harry no dijo nada, solo se quedo callado.
Luego de varios minutos, Luna miro su reloj y saltó de un brinco del sofá.
- Ya van a ser las 8 - hablo como si nada - Nos entretuvimos mucho en esta telenovela - y tratando de sonreír se limpió las pocas lagrimas que le quedaban - Ven
vamos preparar tu desayuno.
---------
Los pocos rayos de luz entraron por aquella cortina gruesa de aquella habitación que estaba impregnada de diferentes matices.
Un cuerpo varonil y musculoso se hallaba acostado sobre una elegante cama fabricada en madera francesa y cubierta con una delicada sábana blanca.
A su lado se hallaba una joven de piel blanca y cabellera de fuego. Sus ojos claros estaban aun cerrados, por lo cual el palatinado no los podía ver.
Había pasado la mejor noche de su vida, nunca antes había probado aquel cuerpo, aquel sabor, aquellos besos.
Giro su cabeza para ver aquel contorno que se formaba en la sábana blanca. No podía negar que era bella y sentía la obligación de volver hacer suyo aquel cuerpo, pero sabía que ella jamás se lo permitiría de nuevo.
Suspiró con frustración y chasqueó la lengua.
Sí, había pasado la mejor noche de su vida pero
algo lo molestaba, y mucho.
ºººººººººº
Con un plin aparecieron en el pequeño y acogedor pueblo mágico de Hogsmeade.
A esas horas estaba desierto, por lo cual se dirigieron al sendero que conducía al castillo. Pero en el camino, una voz muy familiar los llamo:
- ¡¿Harry, Luna?! - los muchachos voltearon y gritaron al unisonó:
- ¡Hagrid! - el semigigante, guardabosques de Hogwarts y profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, sonrió.
- ¡Hace tiempo que no los veía! - exclamó el hombre corpulento acercándose a ellos.
Saludo a luna abrazándola y luego le estrecho la mano a Harry.
- Como has cambiado - comentó el semigigante viendo a Harry - Te pareces tanto a tú padre - y trato de disimular una pequeña lagrima que resbalo por su mejilla y se perdió en su tupida barba - ¡Cuando me entere que estabas vivo
era
como si todo hubiera sido una pesadilla!
Harry asintió, gozoso de volver a ver a uno de los profesores que tanto apreció le había cogido.
- Ni yo me lo creo - confeso Harry algo abochornado.
Miro a Hagrid y después a Luna, la cual estaba ensimismada.
- ¿Y qué vienen hacer por acá? - esta vez fue Luna quien hablo, aunque algo soñolienta.
- Necesitamos la ayuda de los libros de Hogwarts.
El semigigante asintió, aunque no entendía muy bien para que les sirviera aquello.
- Entonces los acompaño - se ofreció apremiándolos a proseguir.
Mientras caminaban por el sendero, Hagrid les comento que Hogwarts no era lo mismo sin Hermione, Ron y Harry. Cuando el hombre nombro a Ron, Harry miro de reojo a Luna y como lo había sospechado, había soltado un sollozo.
Hagrid miro a Harry y este levantó los hombros.
Subieron por las escaleras de piedra y entraron por entre la gran puerta de roble.
Al hacerlo, los pocos estudiantes que estaban en los pasillos los miraron como bichos raros.
Algunos comenzaron a cuchichear, otros lo señalaron y los más descarados gritaron sus nombres, o bueno, el de Harry.
El ojiverde se sintió algo cohibido, después de cinco años, él, seguía siendo famoso.
- Supongo que tendrán que hablar con la directora McGonagall ¿verdad? - les preguntó Hagrid pasando por el medio de un grupillo curioso de Hufflepuff, los cuales, llamaron a Harry.
El muchacho volteó algo abochornado y una linda rubia de ojos miel se le acercó e inclinándose le dio un beso en la mejilla.
El moreno se quedo estatua, mientras veía como la chica de más o menos unos 16 años, se juntaba con sus amigas y se tapaba la cara con ambas manos.
- Al parecer sigues acaparando la atención femenina - le comentó Hagrid y Luna se rió.
Harry no dijo nada, ya que se alegró al ver que Luna salía de su ensimismamiento si quiera por un rato.
- Y Hagrid, si la profesora McGonagall ya no enseña transformaciones
¿Quién lo hace? - pero antes de que el hombre corpulento le pudiese responder, una mujer alta, de color y cabello algo quemado bajaba por las escaleras de caracol con un grupo de alumnos curiosos y que le preguntaban algo relacionado con el T.I.M.O, seguramente eran de quinto.
- ¡Yo! - Respondió la mujer acercándose a los jóvenes - Harry, que gusto volver a verte - y le extendió la mano.
Potter la miro, por una fracción de segundo no la reconoció, pero luego brinco al recordar largas y exhaustas horas de entrenamiento de Quidditch en quinto.
- ¿Angellina Johnson? - indago muy sorprendido.
La morocha asintió - La misma y en persona.
El ojiverde se quedo estupefacto - Pero..¿Qué haces enseñando aquí? Yo pensé que te ibas a dedicar a
no se
- ¿El Quidditch? - completó la joven, este asintió.
- Pues ese era mi proyecto de vida cuando salí de aquí pero
bueno
luego me entere lo de la muerte de Dumbledore y que necesitaban un vacante para transformaciones y como cuando estudiaba me había ido tan bien pues acepte. Además estar en un equipo profesional no era como de mi ritmo.
El moreno no le cabía en la cabeza que Angellina Johnson ahora fuera la nueva maestra de transformaciones.
- ¡Profesora Johnson! - La llamó una jovencita que tenía una vocecilla algo chillona - ¿Los encantamientos cambiantes también los veremos en el T.I.M.O?
Angellina asintió - Sí Harmony, los encantamientos de cambio al igual que los de transfiguración ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?
- Yo creo que otras 6 veces - hablo la voz de un jovencito de cabellera castaña, ojos azules y lleno de pecas - ¡Porque a Harmony le gustan las docenas!
La chica lo fulmino con aquellos ojos grises que tenía - ¡Cállate Rolando
.si quiera yo no saco T en los ensayos de Pociones!
Pero antes de que el joven pecoso comenzara a protestar, un chico algo enclenque y de ojos marrones jalo a Harmony de la túnica - Ya le preguntaste lo que querías a la profesora, ahora vámonos - y la alejo del chico pecoso, que se estaba colocando morado de la rabia.
La chica resoplo y resignada siguió a su amigo.
El pecoso empuño sus manos y exclamo - ¡Niñas! - y se fue.
Harry se rió a tal escena, le hacían recordar las discusiones de Hermione y Ron hace once años atrás.
- Si no fuera por Henry esos dos se agarrarían a los gritos. Ese muchacho se ve que quiere tanto a Harmony - hablo Angellina con una vocecilla de dulzura.
Luego poso sus ojos negros en Luna, y abrió los ojo como platos.
- Disculpa, no te vi - hablo la chica mirándola de arriba abajo - ¿tú eres?
- Luna Lovegood, pero eso no importa.
Johnson asintió e iba abrir la boca para decir algo, pero Harry la detuvo.
El sabía perfectamente que iba a decir Ah, Lunática Lovegood así que no lo permitió.
- ¿Sabes dónde está la profesora McGonagall?
Angellina negó - Pues, supongo que en su oficina ¿no? Y sonriendo se despidió de Harry y de Luna, aunque esta última con algo de risa.
- Bueno, yo tengo clases dentro de cinco minutos con los de cuarto - anunció Hagrid mirando su gran reloj de bolcillo
- No hay problema que los deje solos ¿verdad - Harry negó.
- No Hagrid, yo me conozco Hogwarts al derecho y al revés.
El semigigante asintió y despidiéndose de cada uno, tomo el pasillo que conducía a las mazmorras.
Harry miro a Luna y ambos subieron por las escaleras de caracol rumbo al despacho de la directora.
- Es nostálgico ya no estudiar aquí ¿verdad? - hablo Harry mientras pasaban por los pasillo.
Luna no comentó nada, estaba de nuevo callada.
Potter suspiro, en aquellos momentos le provocaba meterle un puño a Ron por ser tan estúpido.
Al pasar por un pasillo donde se encontraba la bruja tuerta, Luna se detuvo.
Harry la miro algo extrañado.
- Aquí fue el lugar donde Ron y yo nos dimos nuestro primer beso - comentó como si tal cosa - Fue cómico - y trato de sonreír. Se acerco a la bruja tuerta y la toco con delicadeza - Yo estaba llorando porque me habían robado la medalla que mamá me había obsequiado en uno de mis cumpleaños. No me importaba que se robaran mis zapatos pero
esa medalla era lo más importante para mí.
Ese día me encontraba aquí, cuando una mano gruesa me mostro mi medalla y era la de Ron. Yo me emocione tanto que
me abalance hacia él y lo abrace. No supe cómo pero
nos acercamos y nos besamos, aunque fue una experiencia un toque desagradable - y una expresión algo molesta se dibujo en el rostro de la rubia - Ron no sabía besar en ese entonces, casi me come la boca
me
bueno
hubo mucho exceso de saliva y todo eso.
Harry se mordió el labio inferior y trato en todo lo posible de no reírse. Pero luego, la imagen de él y Cho besándose en el cuarto de los menesteres bajo un racimo de muérgano, pues
lo hizo dudar si el besaba igual o peor que Ron.
Luna se rió y suspiró - Eran lindos tiempos - dijo - Luego nos hicimos novios y
yo le enseñe a besar
supongo que aprendió porque
ahora lo hace bien.
Potter no opinó nada - Mejor vayamos a ver a McGonagall y hagamos esto rápido.
Lovegood asintió con torpeza y subieron por las escaleras hasta llegar al despacho de la directora.
Se posaron frente a la fea gárgola y no supieron que decir.
- ¿Cuál crees que será la clave? - le preguntó Harry a Luna, esta chasqueó la lengua.
- Pues
eh
que te parece Dumbledore es el mejor - a Harry le pareció una contraseña algo estúpida para un despacho, pero vio, con gran sorpresa, como la gárgola comenzaba a ascender con sutileza.
- ¡Que te parece! - Exclamó la rubia algo sorprendida - ¡le atine!
Tocaron varias veces a la puerta pero nadie respondió, a la cuarta tocada Luna decidió ir a buscar a McGonagall en el gran comedor o supervisando alguna clase.
- Ella no es Umbriged - le recordó Harry haciendo una mueca extraña con su boca al recordar la cara de sapo.
- Pero tiene que estar en Hogwarts - comentó Luna y se perdió de vista tras descender con la gárgola.
Harry siguió tocando y tocado, hasta que sus nudillos se tornaron rojos.
Resignado, se recostó sobre el pomo de la puerta y cerro sus ojos. Suspiro mientras se sobaba su mano derecha, hasta que escucho un clic sonar tras él y abrirse la puerta.
Freno en seco antes de tocar el suelo. Con asombro, vislumbro el despacho que antes pertenecía al antiguo director de Hogwarts: Albus Dumbledore.
Aún las extrañas cosas que había en el anterior despacho seguían tal cual, en su misma posición, pero había ciertos adornos femeninos que hacían reconocer al instante que el director ya no era director.
Miro hacia la derecha y vislumbro con algo de tristeza el perchero dorado, Fawkes el fénix, ya no estaba en él; Harry supuso que seguramente se había ido después de que Dumbledore se fuera también.
Era de esperarse pensó el muchacho algo melancólico.
Movió la cabeza de un lado a otro y suspiro.
- ¡¿Pero qué haces aquí, Potter?! - le pregunto una voz autoritaria y algo altanera.
Harry se sobresalto al escuchar aquella voz, por un momento se había olvidado de los cuadros mágicos del despacho.
- Nada, vengo hablar con la profesora McGonagall.
- ¿Vienes a pedir el puesto de Defensa? - Le preguntó el mismo cuadro de Phineas Niguellus con molestia - Porque mira que haberte soportado por siete años y que regreses de nuevo es algo
- ¡Phineas! - lo llamo una voz que Harry no tardo en reconocer: Esa voz era muy difícil de olvidar, tranquilizadora, amable, protectora y en ocasiones, paternal.
- Deja al muchacho en paz ¿quieres? ¡Ya suficiente a sufrido como para que le molestes! - atrás del gran sillín donde el actual director se sentaba, estaba un cuadro algo más grande que los demás y bordeado de dorado y plateado. Bajo su pequeña silueta, resonaba un nombre estampado con finas letras cursivas:
Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore (Director de Hogwarts-1955-1997)
- ¡Hola Harry! - lo saludo el ex director de Hogwarts, esbozándole aquella sonrisa que le erizó los pelos.
No había vuelto a ver a Dumbledore desde que había caído en la batalla con Voldemort, ya que se había transformado en otra persona.
- Prof-profesor Dumbledore - balbuceó el muchacho algo cohibido - Me
me alegra mucho volver hablar con usted
así sea
- Se que no es la mejor forma - hablo el anciano. A pesar de que ya fuera un retrato, la barba blanca, los ojos azules y las gafas en forma de media luna seguían tal cual Harry lo recordaba.
- Vine
vine hablar con la profesora McGonagall - le comentó Harry como si tal cosa.
Dumbledore solo asintió y Harry le pareció, por un momento, que él ya sabía de ante mano para que estaba en el castillo.
- Ella está supervisando al nuevo profesor de Defensa - le dijo mirándose sus manos - Porque no confía mucho en las personas, tanto como yo.
- ¡Y ese fue tu gran error, Albus! - hablo la voz, de nuevo, de Phineas - Confiaste mucho en la gente y ya ves, ahí están las consecuencias.
- Pero hubiera muerto de cualquier forma, Phineas - dijo el anciano muy tranquilo. Ahora sus ojos azules se posaban en el cuadro de al lado.
- Pues sí, pero no bajo las manos de Voldemort.
Era la primera vez que Harry escuchaba decir el nombre de Voldemort bajo la boca de un cuadro.
- Y dime Harry ¿Cómo te va con Hermione? - tras aquella pregunta, sintió como si el mundo se le viniera en sima.
- Ella
eh - pero antes de que pudiera continuar, Dumbledore le pregunto:
- ¿Fue ella quien te hizo recordar todo? - Potter se quedo en shock, pero
¿Cómo sabía él que
? ¡Ah por díos, pero si era Albus Dumbledore, el todo lo sabe, a pesar de que ya estuviese muerto!
- Pues
si. Fue algo extraño, yo
tuve un accidente y como que
.recordé quien era pero Hermione fue una gran ayuda.
Dumbledore asintió al tiempo que sonreí - Sí, siempre me imagine que algún día recuperarías tus recuerdos
es gratificante volver a ser Harry Potter ¿verdad? ¿o te gustaba ser James Patterson?
- ¿Cómo sabe
?
- Nostradamus es un gran amigo mío - le comentó Albus como quien no quiere la cosa - Estudiamos juntos en Hogwarts. El se dedico a ser Medimago y yo
bueno, termine aquí.
- ¡Cuando podías haber sido Ministro de Magia! - exclamó Niguellus mirando ensimismado algún rincón del despacho.
Dumbledore no dijo nada, solo se limito a suspirar.
- Profesor Dumbledore - lo llamo Harry - ¿Usted sabía acaso sobre
?
- ¿El Salvamento de Almas? - lo interrumpió Dumbledore. Harry asintió, atónico.
- Si, si que sabía. En algunos viajes que tuve la oportunidad de hacer junto con mi hermano Aberthford, estuve en Israel y conocí la historia.
Harry no lo podía creer, Albus sabía la verdad pero
- Profesor
¿y porque no le dijo a alguien que yo estaba vio?
Albus negó - Eso es inaudito Harry, si lo hacía, podías volverte loco. Aunque es muy curioso que hayas recuperado tu pasado, seguramente la vida te dio una segunda oportunidad.
Harry suspiro y se sobo con brusquedad los ojos.
- Ahora dime
¿Cómo vas con Hermione?
Por un momento había olvidado la verdadera razón por la que había ido a Hogwarts, y cuando Albus se lo había recordado, respondió:
- Bueno ella
- se quedo callado y después de un breve silencio, le comenzó a contar todo acerca del hechizo.
- Y estoy más que seguro de que Malfoy tiene velas en este entierro - agregó, terminando su relato.
Dumbledore se quedo callado y chasqueó la lengua - La respuesta no está en los libros Harry - dijo, después de varios minutos - La respuesta está en ti, solo en ti, Harry - pero antes de que pudiera preguntarle nada más, la imagen de Albus Dumbledore desapareció.
- ¡Dumbledore! - exclamó el moreno al ver que el retrato se encontraba vació - Profesor, aparezca, necesito que me explique lo de
- No te gastes la garganta gritando, muchacho - le aconsejó Phineas, algo amable - Seguro fue hablar con Violete y la Dama Gorda, es hora del té - y sin nada más, también desapareció.
Harry no supo si también se iba a tomar el té junto con la Dama Gorda, Violete y Dumbledore, pero si supo que en aquellos momentos deseaba ser un retrato.
---------------
Ginny entro a su casa algo desbastada, le dolía mucho el cuerpo junto con la cabeza.
Lo primero que hizo al pasar el vestíbulo fue tirarse al primer sofá que vio.
Neville no había llegado del trabajo, y eso había sido un gran alivio.
Hoy habían terminado las vacaciones para el carirredondo, y San Mungo necesitaba una gran dosis de medicamentos que requerían plantas para el hospital.
La pelirroja suspiro y cerró sus ojos.
La imagen de Draco Malfoy se le dibujo en su mente y maldijo mil veces aquel ser repugnante.
Nunca se iba a perdonar lo que había hecho y seguramente, jamás se le iba a borrar de su mente.
*********
Draco Malfoy se miro al espejo: Estaba completamente desudo, y sonrió. Un ser idéntico a él le devolvió aquella sonrisa de suficiencia. Hacía poco se había ido la joven de cabellera de fuego; había pasado con ella la mejor noche de todas, no lo podía negar, pero
algo no había salido bien y eso le molestaba bastante.
Se coloco unos calzoncillos negros que sacó del armario, y con frustración, tomo el vaso de agua, a medio terminar, que en la mesita de noche.
La mente de aquella pelirroja se le dibujo en la mente, su cuerpo desnudo y luego
crash había apretado tan duro el vaso que se había quebrado en su mano.
Con una fuerte maldición lanzada al aire, fue hacia el baño y dejo que el agua se llevara la escandalosa sangre que resbalaba por el dorso de su mano y caía sobre el lava-manos.
ºººººººººº
- ¡Bienvenido al imperio de la belleza, señor Potter! - lo felicito una voz extendiéndole la mano.
Harry se la estrecho de inmediato y sonrió.
Por fin había cerrado el negocio con Zac Afron y ahora había dado apertura a su nueva empresa Concepts
- Te felicito, Harry - le dijo Luna sonriente.
Harry asintió. Había agradecido mucho que la rubia lo acompañara a la apertura de su nueva empresa, ya que me aterraba la idea de ir solo.
Después de unos minutos, Zac le comunico que estaría la pendiente de todo y que si había algún inconveniente le avisara.
- Mañana comenzaran a trabajar la gente que contrate, si no te gusta alguien solo dímelo - y guiñándole un ojo, desapareció por la puerta corrediza de su nueva
oficina.
- Me pregunto cómo vas hacer con la presión de un empresario y de un buscador profesional - comenzó Luna mirando ensimismada por la ventana.
En aquello momentos, una bandada de pájaros pasaron volando frente al ventanal de la nueva oficina de Harry, y una susurro, parecida a la voz de Dumbledore, dijo
La respuesta está en ti, solo en ti, Harry
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PLIS, QUIERO QUE LEAN ESTO, si quieren:
Hola a todos:
Primero que nada, gracias por los rews, son muy lindos.
Ayer se lanzo el 7 y ultimo libro de Harry Potter:
Deathly Hallows. Tuve el honor de ver el lanzamiento del libro y escuchar el 1 capitulo de la propia boca de Joanne Katherine Rowling "The dark desending" ONLINE, gracias a Harry Latino.
Fue un gran honor para mi haber estado escuchando aquello, así hubiera sido online. Fue una expericiencia única y que nunca olvidaré.
Horas despues comencé a buscar cosas sobre el libro, porque no podía aguantar la incertidumbre de que ya fuera 21 en mi país (ya que a la hora que vi la transmición, eran las 6:01pm del 20 de julio aquí en Colombia) y buscando y buscando, encontre algo: Fotos sobre el 7 libro y el epilogo que Rowling escribio en el, relatando la vida de los personajes que habían vivido a la batalla.
nO guante la curiosidad y lo leí...pero fue un grave error....
No se si a estas alturas ya todos lo sepan o hayan echo lo mismo que yo hice al comprar el libro: ver el epilogo para saber el final y no esperarse grades sorpresas (lo digo claro esta a los H/Hr como yo) Pero cuando leí aquel articulo en internet, no lo pude creer, así que hoy a la 1pm compre el libro 7 en la libreria Nacional del centro comercial CHipichape. Al comprarlo lo primero que hice fue leer el Epilogo del libro en mis manos con mis propios ojos, y en realidad casi me da un soponsio...pero no fue bueno...ni gratificante.
Obviamente no quiero decir nada sobre el libro (aunque es muy dificil ocultarlo) pero solo quiero decir que me siento decepcionada....amachucada, dolida, ¡matada! es como si JKR me hubiera clavado un puñal en mi espalda...por un momento pensé ¿Quien eres tu y que le hiciste con JK Rowling? Me senti muy mal que tuve ganas de llorar, pero luego, recorde la LPDF y todos aquellos lindos fics Harmony que había leído y dije: "El harmony existe en nosotros, no en sus palabras" y pues, si ella no vio la escencia que hay entre H/Hr pues que importa, igual, ellos siempre viviran en mi pase lo que pase.
Y por ello prometi junto con una amiga, que disfurtaríamos Harry Potter así al final Harry y Ginny se casaran y tuvieran hijos que los llamara Albus Severus y Hugo (nota mental: NUNCA LLAMES ASÍ A LOS HIJOS DE TU H/Hr DANIELA)
Así que eso mismo se lo digo a uds, si se sienten decepcionados como yo...continuen...adelante y que una shipper no este por ensima de lo que es verdaderamente Harry Potter...porque el amor que JKR nos mostro, fue un amor impuro y superficial.
Se que después de la salida de DH no resiva más rew, y que tal vez shipper H/G y R/Hr insurpan mi territorio burlandose de mi, pero terminare este fic y Amores Cruzados hasta el fin, con un EPilogo mucho mejor que el de JO (Ya que en realidad me lo imagine diferente, así fuera con la shipper H/G) y demostrar que escritoras como yo..tenemos más tacto en el amor que Joanne Katherine Rowling, que apesar de todo, sigue siendo mi escritora favorita, pero ya TOLKINE subio al Nº1 junto con C.S Lewis...ella, paso a tercer lugar.
Y también para demostrarle a los H/G & R/Hr que esto no es un amor superficial (apesar de que la mayoria de mis amigos sean de ese bando)
Buenas noches (tardes) (mañana) y espero que les haya gustado el chap.
Att: Emma.27
Catched
**Flash Back**
El rostro de Neville apareció en la mente de la chica pelirroja.
Me traicionaste escuchó decirle claramente.
- ¡No! - exclamó a lo bajo la ojiclara empujando al platinado.
- ¿Qué te pasa? - le preguntó Malfoy irritado, ya que cuando comenzaba con sus pasos de cortejo, nadie lo podía interrumpir.
- ¡Tú Malfoy, es lo que pasa! - le respondió la menor de los Weasley incorporándose en la cama.
- ¿Pero que demonios dices? ¡Si hace un momento estábamos de lo más de bien!
- ¡ERES UN CERDO! - le gritó Ginny Weasley fulminándolo con la mirada.
Agarrando las prendas que se regaron por el suelo de la habitación de la serpiente, se colocó la blusa y el pantalón.
- ¡Ah, y te recomiendo que te des un baño! - le aconsejó la joven. Y lanzándole una última mirada cargada de veneno a Draco, desapareció.
**Fin del Flash Back**
El teléfono estaba sonando desde hacia media hora, pero la pelirroja estaba tan ensimismada en los recuerdos de aquella noche, que no fue hasta después del 5 timbrazo que atendió.
- ¿Bueno? - preguntó nerviosa y algo alterada.
- ¿Ginny? - indagó una voz muy familiar al otro lado del auricular.
- ¡Lavender! - Exclamó la Weasley aliviada - Pensé que eras
- ¿Malfoy? - Ginny asintió, muy a su pesar.
- Sí
es que tengo mucho miedo de lo que pueda pasar, Lavender.
- Pero estas bien, ¿verdad? Mira que me dejaste muy preocupada cuando saliste de la casa tan temprano. Hubieras esperado a que Dean se levantara para llevarte.
- No te preocupes Lav, estoy bien. Además, soy una bruja - la tranquilizó la ojiclara a su amiga de la infancia.
La pelinegra asintió, aunque no muy convencida - Si necesitas algo más, solo avísame ¿De acuerdo?
- Sí Lav, tú no te preocupes - y dándole un adiós no muy convincente a Brown, colgó el teléfono.
Suspirando con frustración, cerró los ojos, al mismo tiempo que recordaba con claridad los sucesos de aquella noche, que aún, seguían frescos en su mente.
**Flash Back**
Un ruidoso plin resonó en toda la residencia Thomas Brown, aparecido al que hace un detonador al explotar.
La joven pelirroja abrió los ojos y se encontró en medio de una bonita y elegante sala de estar.
- ¿Quién anda hay? - preguntó la voz de un hombre que la Weasley conocía muy bien.
- ¡Estoy armado! - amenazo aquella voz al tiempo que bajaba por las escaleras.
- ¡Amor, no creó que sea correcto que digas eso! - le aconsejó una mujer que iba tras el - Mira que si es un ladrón
.ya lo advertiste.
- Por eso, para que se abstenga de seguir robando - se excuso el joven Dean bajando por las escaleras.
Pasaron una parte del vestíbulo para entrar a la sala de estar.
Encendiendo la luz débilmente, vieron, con sorpresa, como Ginny Weasley se encontraba arrodillada en el suelo, llorando.
- ¡Ginny! - exclamó Lavender dirigiéndose rápidamente hacia ella.
- Dean, trae una manta - le ordeno a su esposo, al tiempo que le levantaba el rostro a su ex compañera de escuela.
Thomas obedeció inmediatamente, y subiendo por las escaleras se perdió de vista.
- ¿Qué pasa Ginny? - Preguntó Brown un tanto preocupada - Te ves mal ¿Ocurrió algo con Neville?
La Weasley solo se limitó a mover la cabeza de un lado para el otro, mientras varias lágrimas morían al tocar sus labios.
- ¿Entonces? - Cuando Dean reapareció con la manta en las manos, la pelinegra la paso por encima de la cabeza de la chica y le cubrió los hombros.
- ¿Pero que haces acá? - quiso saber Dean, un tanto curioso.
Ginny miro a Lavender y después a Dean, para desviar su vista hacia el suelo.
- Voy a preparar chocolate - se ofreció el Gryffindor arrastrando sus pies hacia la cocina.
- Vamos - la apremió Brown jalándola del suelo. La chica obedeció al instante, estaba tan consternada que no sabía hacia donde iba.
Sentándola en la primera silla que encontró, Lavender se sentó al frente.
- Ginny - la llamó como por tercera vez - ¿Qué ocurre? - tuvieron que pasar varios minutos de silencio y lloriqueó, hasta que la menor de los Weasley respondiera, aunque en un hilo de voz.
- ¡Soy una estúpida! - Fue lo primero que dijo aún con lagrimas en los ojos - ¡Pero Lavender te lo juro
yo nunca pensé que haría algo de esa calaña!
La joven miro algo confundida a su amiga, era obvio que no entendía ni jota de lo que estaba le hablaba.
Tras aquella mirada de confusión, Ginny tomó una bocanada de aire y dijo - ¡Casi me acuesto con Draco Malfoy! - un gritó de sorpresa, el sonido de varias tazas rompiéndose y el lloriqueó de alguien arrepentido, inundo la antes, tranquila casa de los Thomas Brown.
**Fin del Flash Back**
No se podía concentrar en su trabajo, era el primer día después de unas largas vacaciones, y aún, el recuerdo de aquella noche, seguía latente en su mente, en su cabeza, en su corazón.
Maldita sea, por mucho tiempo había deseado esos ojos, esos labios, esos senos ese
¡Pero todo había salido mal!
Sí, paso la mejor noche de su vida, pero no había sido con ella, con aquella mujer que por poco iba a ser suya
.
**Flash Back**
Besaba con pasión aquello labios con sabor a fuego, sinceramente los mejores labios que había probado en su vida.
Y esos pechos, esas manos, esas caricias. Con cada caricia lo volvía loco
.loco de remate. Creía que en cualquier comento iba a pegar tal grito que llegaría hasta el lejano oriente.
Mientras callaba su grito con uno de sus mejores besos, sentía como toda la adrenalina le recorría su cuerpo. En pocos minutos ella iba a ser suya, y no abría poder que la sacara de ahí.
Pero luego, ella se separó bruscamente, mirándolo aturdida.
- ¡No! - exclamó a lo bajo la ojiclara empujándolo con brusquedad.
- ¿Qué te pasa? - le preguntó el joven irritado, más que irritado estaba furioso, lo habían interrumpido en sus pasos de cortejo y eso NUNCA ninguna mujer se había abstenido a ellos. Pero al parecer ella había sido la primera.
- ¡Tú Malfoy, es lo que pasa! - le respondió la menor de los Weasley incorporándose en la cama.
- ¿Pero que demonios dices? ¡Si hace un momento estábamos de lo más de bien! - claro que estaban de lo más de bien. Ella besaba con pasión cada centímetro de su cuerpo y el nunca en su vida había probado tales labios. Por supuesto que iban bien, estaban excelentes.
- ¡ERES UN CERDO! - le gritó Ginny Weasley fulminándolo con la mirada.
El joven Draco se quedo estupefacto.
¿Eres un cerdo? Eso era lo que le contestaba después de que gritada de pasión cuando la había despojado de sus pantis y CON LOS DIENTES
.por dios, esa mujer estaba loca.
Vio con inmundo asombro como la pelirroja agarraba su ropa y se la colocaba rápidamente, al tiempo que le decía que se diera un baño, y desaparecía al instante, no sin antes lanzarle una de aquellas miradas que eran su especialidad.
El Slytherin se quedo estupefacto, la quijada le había caído unos pocos milímetros de lo normal y su cerebro, por primera vez, estaba funcionando lento.
¿Acaso ella lo había rechazado?
¿Acaso aquella deshonra de la sangre pura le había dicho cerdo?
¿Acaso ella lo había empujado y había desaparecido antes que la tuviera en sus brazos?
¿Acaso la que lo había mandado al traste era la propia Ginebra Molly Weasley?
Sí, al parecer era la misma.
Con furia, voleó la mano hacia el escritorio, provocando que el teléfono junto con unas libretas de direcciones saliera disparadas hacia el suelo.
Sentándose en la orilla de la cama, respiró con agitación.
Lo había dejado semidesnudo, con mucho calor y gran agitación. Y para colmo, le había recomendado que ¡Se diera un baño! ¿Pero en que demonios había estado penando aquella deshonra de la sangre?
- Maldita - dijo entre dientes apretando sus puños - Pero esto no se va a aquedar así.
La venganza vendría después, pero ahora lo que sí era importante, era deshacer aquel calor con algo, que Draco estaba seguro no iba a ser el baño.
**Flash Back**
Sí, no podía negar que Sophia Stevens había sido una gran fiera en la cama, pero ella no era Ginny Weasley.
Sus labios no tenían aquel calor tan fuerte que solo la pelirroja emanaba y su cuerpo
bueno, para ser una tenista profesional estaba más que perfecto, pero
ella no era Ginebra.
Su cabello, sí, era rojo como la de ella pero
.su olor no era igual, y ni lo beso igual.
Podía ser que le hubiera hasta enseñado nuevas posiciones que ni él mismo había descubierto
.pero él había querido ser el profesor y no el alumno.
Con frustración resopló a lo bajo, al tiempo que miraba por la ventada hacia la concurrida capital.
------------------
- ¡No está nada mal! - dijo el rubio entrando en la nueva oficina de Potter - Pero recuerda Gerente, que mañana tenemos el entrenamiento.
El ojiverde asintió, cansino de que todo el mundo le recordará aquello.
- Sí, Kelly ya me había enviado una lechuza, después de que Ronald y Nathalie lo hicieran - le comentó el moreno un tanto fastidiado.
- Si bueno
.pero recuerda que eres el mejor buscador que tenemos y pues
- No te preocupes, estaré en el Rolly mañana a las ocho sin falta - le aseguró el azabache.
Kevin asintió, aunque noto a su amigo algo preocupado.
- ¿Pasa algo? - Harry lo miro y suspirando asintió.
- Sí
es Hermione. Por el accidente de la otra vez no recuerda nada
o bueno, no me recuerda que es distinto.
Darwich se quedo callado, al tiempo que suspiraba.
- Mira hermano, tú no te preocupes por eso, ya verás que pronto va a recordar todo.
- Sí es por culpa de una maldición, la veo muy difícil Kevin.
*************
- ¡Te extrañe mucho, Herms! - le decía una jovencita de ojos grises y cabellera rubia - ¡No sabes lo ansiosa que estaba por que estas vacaciones se acabaran!
Hermione asintió - Sí, las vacaciones largas son un poco aburridas - y sonriendo, entro a su oficina.
Evelyn asintió - Bueno, ahora tenemos mucho trabajo. Hace unos minutos llegó una lechuza, traía una carta, mira aquí esta - y le extendió su mano, la cual llevaba consigo una especie de pergamino color ocre.
La muchacha extrañada, lo tomó y leyendo en voz baja, dijo:
Querida señorita Hermione Jane Granger:
Reciba usted un cordial saludo.
Es un gusto para la revista Quidditchs Millennium comentarle que ha sido seleccionada entre millones de columnistas de todas las revistas y periódicos mágicos del mundo, para llevar a cabo el seguimiento oficial del torneo final de Quidditch 2002-2003. Este trabajo será un gran honor a quien lo porte, ya que podrá tener acceso exclusivo a todos los partidos y vestidores del equipo principal: Los Chudley Cannons. Podrá conversar con ellos y hacer limpias y exclusivas entrevistas a todos y cada uno de sus integrantes.
Llevara en sus pergaminos las primicias que el mundo mágico ansia conocer, y todo aquello aparecerá tanto en su columna del diario matutino El Profeta, como en las secciones especiales que Quidditchs Millennium a otorgado para estos dos meses que dura la temporada.
Esperamos con ansias su carta de aceptación vía lechuza, prontamente nos comunicaremos con usted si decide aceptar.
Mis más buenos deseos.
Mathilda Hollows Rid.
Directora de Quidditchs Millennium
Tras terminar de leer la carta, se quedo estupefacta.
¿Qué la habían seleccionado para el seguimiento de la temporada final de quidditch? e ¿Iba hablar con todos y cada uno de los integrantes de Chudley Cannons?
¿Acaso era un sueño?
¡Todos esos meses que se trasnocho para escribir pulcras y excelentes columnas acerca de aquel equipo, y ahora iba a tener acceso exclusivo a todos los partidos y a los vestidores
es que eso era como
- ¡Un sueño! - exclamó una Hermione sorprendida.
Aún tenía en la mano el pedazo de pergamino escrito por la mismísima directora de una de las revistas más populares en términos de deporte.
- ¡Esto es genial! - exclamó Evelyn contenta. Esta no se encontraba estupefacta, es más, se había puesto tan o más contenta que la propia Hermione.
- ¿Sabes lo que esto significa?
- ¿Qué voy a ver hombres semidesnudos? - opinó Granger estupefacta.
Evelyn negó - ¡No! Bueno, pueda que si
pero Hermione, esto es una gran oportunidad para tu carrera. Puedes ser reconocida no solo en Inglaterra si no en TODO el mundo mágico.
¿Acaso no sabes la popularidad que posee Quidditchs Millennium?
- ¡Pues claro que lo sé! - exclamó la ojimarron, saliendo de su letardo temporal - ¡Pero esto es
es mucho para mi!
Evelyn levantó el entrecejo, y arrebatándole el pergamino comenzó a leerle la primera estrofa.
Es un gusto para la revista Quidditchs Millennium comentarle que ha sido seleccionada entre millones de columnistas de todas las revistas y periódicos mágicos del mundo.
Concluyo haciendo mucho énfasis en las palabras millones y mundo.
- Hermione, esto no te llego por suerte. Fuiste seleccionada entre millones de aspirantes al seguimiento oficial, y lo hicieron no porque seas bonita, si no porque eres muy talentosa.
- ¡Pero eso era como una especie de concurso! - exclamó la chica quitándole el pergamino a su amiga - Y yo nunca envié ninguna de mis columnas, y no creó que sean adivinos como para saber sobre mis columnas.
- ¡Pues lo pudieron haber leído en el Diario El Profeta - opinó la rubia la cual se comenzaba a incomodar un poco.
Hermione levantó el entrecejo - ¡Evelyn
Quidditchs Millennium es una revista noruega, haya no leen El Profeta!
La ojigris levantó los hombros - ¡Pues
¿Tu que sabes?! De pronto
no se
alguien es ingles y leyeron por casualidad una de tus columnas y
Pero se quedo callada cuando noto la mirada inquietante de su amiga.
- O tal vez - comenzó a decir Granger, con una vocecilla intrigante - Algo o alguien logro que una de mis columnas llegaran a los edificios Quidditchs Millennium - Evelyn carraspeó con molestia, al tiempo que retrocedía un poco.
- Sí, claro
algunos de tus fans
seguramente lo hicieron para que tú
- ¡Evelyn! - la llamo su amiga dando unos pasos hacia adelante - Tú como yo sabemos muy bien que para esas especies de concursos se necesita la columna original, escrita a computadora o a puño y letra por el mismo autor.
La rubia tragó saliva: estaba acorralada.
- Y viendo que tú eres la única que tiene acceso a mis columnas originales y eres la única que tienes permiso de llevar las copias a creación y como eres la única que se queda con lo original aparte de mi, pues
es muy curioso que mis columnas hayan llegado a noruega ¿no crees? - Evelyn abrió los ojos como platos.
- ¡Es horrible como roban de fácil en los escritorios! - dijo en tono dramático mordiéndose el labio inferior - ¡Será mejor que le ponga un encantamiento antirrobo.
Hermione asintió, curiosa.
- Sí, sería bueno que le coloques otro encantamiento antirrobo, porque al parecer el que tiene ahora no funciona.
La rubia carraspeó de nuevo, provocando que Hermione cerrara levemente los ojos.
- ¿Por qué lo hiciste? - quiso saber su amiga. Esta vez, su tono había adaptado una especie de seriedad.
Evelyn la miro extraña - ¿Qué me dices? - preguntó haciéndose la tonta.
- ¡No te hagas la tonta! - Le espetó la castaña con el pergamino en las manos - Tú fuiste la única que debió haber enviado mi columna
y no me vallas a decir que fueron ladrones invisibles o los elfos domésticos
porque no te creo.
Su amiga suspiro, y resignada asintió.
- Bueno si, está bien, yo fui la que envié una de tus columnas a la revista esa. Pero no fue para mal, yo solo quería que te reconocieran en todo el mundo. Además, no te puedes quedar cinco años más encerrada en este ridículo cubículo que solo tiene setentaicinco de ancho y
Ochentainueve de alto.
Lo hice por tú bien y tu futuro.
Hermione miraba fulminante a su amiga.
- ¡Es que no lo puedo creer! - exclamó furiosa.
- Tu más que nadie sabe que a mi no me gustan esos cuenticos de los concursos ¿o acaso no crees que si quería ganarme ese seguimiento hubiera enviado mi columna por MI propia cuenta? - Evelyn se quedo callada y Hermione bufó.
- ¿No lo pensaste verdad? ¡Claro, tenías que hacer una de tus estúpidas locuras para meterme en esto! Evelyn, yo como estoy, estoy muy bien, gracias; y no necesito fama ni gloria eterna para sentirme satisfecha.
Sé que lo hiciste por mi bien y eso demuestra que eres una gran amiga, pero yo no quiero esto Evelyn
.no es mi sueño.
Evelyn abrió los ojos como platos.
- ¡Claro que es tu sueño! - Exclamó la mujer algo subida de tono - Muchas veces me dijiste que sería genial conversar con el capitán de los Cannons si quiera una vez, o estar en el vestidor con todos y cada uno de sus jugadores. Que admirabas a las reporteras mágicas que iban a los partidos y se sentaban en aquellas bancas, mientras veían con sus propios ojos cómo se pasaban la quaffle unos a otros.
¡Tú más que yo sabe perfectamente que esté es tu sueño
pero no lo quieres aceptar por el hecho de que fue otra persona la que te hizo el favor y fue a otra persona la que se le ocurrió la idea
no a ti! - de un momento a otros, los colores de Granger cambiaron: pasaron de ser un rosado pálido a un rojo sangre.
- ¡Tú sabes muy bien que yo no soy así! - Le espetó la muchacha, molesta - Además, me gusto mucho que hayas tenido esa idea pero
- ¡Pero no fue tuya! - Le completó la rubia - Mira Herms, te conozco como la palma de mi mano, y escuche atentamente tus anécdotas en Hogwarts. Se perfectamente que tú eras el cerebrito de tu escuela y que no soportabas que alguien fuera mejor que tú en algo. Además, el hecho de que no aceptes tú más anhelado sueño
demuestra que lo que pensé de ti durante estos cinco años, es lo correcto.
- ¡ESTAS MUY EQUIVOCADA! - Le gritó la Gryffindor molesta. Tan molesta estaba que comenzó apretar con fuerza el pergamino.
- ¡Tú no me conoces tan bien como dices!
- ¡Claro que te conozco! - Le aseguró su amiga rotundamente - Y te conozco tan bien que se que en estos momentos estas pensando en dejar tú sueño solo por un berrinche. ¿Pero sabes que? Sí haces eso eres una completa imbécil, ya que por tus caprichos de yo soy la mejor y nadie me supera vas a dejar volar un sueño que en estos momentos está a la altura de tu cabeza - y sin decir nada más, salió de la oficina dando un portazo con brusquedad.
º*º*º*º*º*º*º
Fue hacia la cocina y abriendo la nevera sacó de ella una jarra de jugo de calabaza.
Vertiéndolo en un vaso se lo tomó todo de un solo sorbo.
Es que el hecho de tener en tus recuerdos imágenes besándote con una alimaña como Malfoy, era como para que te sintieras sucia de por vida.
Hacia dos horas que Neville se había ido de la casa, para volver al trabajo, como siempre.
Ginebra aún no conseguía trabajo, ya que en el mundo muggle lo que sobraban era enfermeras.
Así que con fastidio, se tuvo que quedar en la casa, para recordar todo lo acontecido la noche anterior.
**Flash Back**
El ruido de vasos rotos junto con el gritito de sorpresa que había dado Lavender, provoco que la pelirroja volviera a soltar otra tanda de llanto.
- ¿Pero como
como es eso de que casi te acuestas con Malfoy? - preguntó Dean, igual de desconcertado que su esposa.
Ginny tragó saliva y en un hilo de voz dijo:
- No sé, solo
.me encontraba en su apartamento y el m-me b-besaba
- con cada palabra, los esposos Thomas abrían los ojos con sorpresa; y es que era imposible creer que la menor de los Weasley, una chica dulce, inocente, tierna, carismática, y simpática (N/A: Pensamiento SOLO hasta la Orden del Fénix ¬¬) se hubiera casi acostado con el peor de todas las alimañas: Draco Malfoy.
- Y luego de que desaparecí de su apartamento pues
no pensé en otra cosa que su casa - finalizó la ojiclara, con otro mar de lágrimas.
Lavender miro a su esposo y este le devolvió la mirada. No sabían que decir, es más, en aquellos casos no había nada que decir, solo que
- ¡Estamos contigo!
**Fin del Flash Back**
Varias lágrimas comenzaron a surcar por el rostro de la chica. Lagrimas de dolor al saber que había traicionada a la única persona que le brindo su corazón, afecto y compañía. Es que nunca se había imaginado lo estúpida que podía ser
. ¿Que? ¿Acaso quería una noche de placer? ¡Pues pudo que hubiera conseguido pero
¿Qué ganaba con ello si se sentía como una vil basura?
En aquello momentos, hasta lo que había hecho Hermione era tan o más pequeño que lo que la Weasley había cometido.
- ¡Eres una basura Ginebra Weasley, una basura!
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No podía creer en que lugar se había metido, a que clase de sitio le toco llegar solo por comportarse así.
Y es que encerrado en un cuarto con olor a orines de gato, conjunto con la humedad del ambiente y el olor del encierro, Ronald Billius Weasley se sentía igual o peor que su hermana.
No sabía si era una clase de maldición o que pero, en aquello momentos, tumbado en el único pedazo de la cama que estaba limpio, comenzaba a reflexionar lo estúpido que había sido al gritarle a Luna de ese modo.
Ella no tenía la culpa de todas las cosas que por su cabeza pasaban, ella no tenía la culpa de su estrés por estar cargando con la responsabilidad de un bebé. Ella no tenía la culpa de sentirse inservible y un bueno para nada, como siempre.
No, ella no tenía la culpa, ahí el único culpable era él y solo él.
Y es que si pudiera retroceder el tiempo para no haber dicho lo que dijo, lo haría y con mucho gusto, pero tan cruel era el mundo que habían inventado aparatos para hablar en la calle, sin cable, y no habían inventado una máquina de tiempo.
Se sentí sucio por dentro cada vez que pensaba en ella, en su Luna y en su pequeña Dulce; y no le cabía en la cabeza que él, Ron, el chico cómico, simpático, amigable y buen amigo, hubiera hecho lo que hizo.
Él sabía que el tiempo cambiaba a las personas, pero no tanto.
Se incorporo en la cama, inhalando el poco aire puro que la habitación emanaba. No había pensando otro lugar más acorde de cómo se sentía que el antiguo callejón Knockturn, que a pesar de que ya no era tan tenebroso se podía ver uno que otro sospechoso esperando el momento de atacar.
Sí, había llegado muy bajo ¿Instalarse en el callejón Knockturn? Eso era un camino desesperado.
Suspiro con aplomó, deseando que el olor a humedad y orines de gato entrasen por boca y le envenenaran sus pulmones, pero como dicen por ahí, nada es perfecto en un mundo lleno de imperfecciones.
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Hacía unos minutos que había acostado a la niña en la cuna. Después de haberle dado su merienda, la bebita había caído tan rendida como su madre.
Pero bendito sea el alma de los niños, tan blanca y pura. Cuando creces, dejas esa inocencia tal cual dejas volar a tú globo en forma de animal, a excepción que no puedes comprar otra alma con una libra.
Suspiro con aplomo, pensado quizás en ¿Ron?
Sí, eso era lo que Luna Lovegood estaba haciendo en aquello momentos, como lo había hecho la vez que Ron desapareció de su casa.
Siempre pensaba en él, en donde se había hospedado y si se estaba alimentando como se debe. También, pensaba si él la pensaba, si estaba arrepentido por lo que hizo y quizás no sé, quisiera volver; pero aquella idea era tan loca y descabellada como pensar que algún día su padre iba a tratar a Ronald como el hijo que nunca tuvo.
Suspiro con aplomó, al tiempo que se tumbaba en la cama, cerrando los ojos para no pensar en él y en el momento en que le grito de esa manera.
A la mañana siguiente una leve lluvia acompaño a los madrugadores transeúntes que en aquel entonces se paseaban a las 7 de la mañana del 29 de enero.
Algunas miradas eran ausentes, quizás pensando en su trabajo. Otras eran refunfuñonas y la gran mayoría tenían aún la mirada soñolienta, de aquel trasnochador que al día siguiente se convierte en un madrugador empedernido.
Terminado de desayunar rápidamente, Harry Potter agarra su uniforme de los Chudley Cannons, aquel uniforme que por tantos meses no había usado, y cerrando los ojos, aparece en el estadio Rolly Won Spleen.
Suspiró con fastidio cuando re apareció en los vestidores, sinceramente aún no se podía acostumbrar a ese arte.
- ¡Hola, Harry! - lo saludo Kevin Darwich entrando en el vestuario.
No se podía negar que aún era extraño saber que ese no era aquel joven James Patterson que por tanto tiempo lo habían acompañado, si no que ahora era Harry, pero no cualquier Harry, era él, el único, el inigualable Potter.
- Hoy regresamos a las canchas - les comentaba el capitán del equipo Ronald Rospencer.
Reunidos todos, o bueno, casi todos, escuchaban atentamente a Ronald, aunque hacían lo que podían.
- Dentro de dos meses exactamente, nos estaremos enfrentando en la final ¿Ya saben lo que significa eso? - Nadie hablo, por lo cual Rospencer continuo - ¡Que es muy posible que los Cannons jueguen fenomenal y llegamos a la final con el equipo que quede del continente oriental!
- todos asintieron, aunque no muy decididos.
- ¡Ronald! - lo llamó Kelly Sullivan con mucha elegancia. El capitán volteó y miro a la ojinegra.
- Ronald, es que mis compañeros y yo nos preguntábamos ¿Cómo vamos hacer para estar en las finales sin una cazadora? ¿O acaso se puede jugar con seis integrantes? - el pelicastaño carraspeó algo incomodo.
- Pues de eso quería hablarles - comentó a lo bajo mirando a sus interlocutores.
- ¿Llamaste de nuevo a Cat? - quiso saber David muy intrigado. El hombre negó.
- ¿No llamaste a Cat? - Intervino Nathalie un tanto molesta - ¿Y porque no lo hiciste? ¿Es que acaso no ves que la necesitamos? ¡Estás bien ciego Ronald!
- Mira Nathalie, en primer lugar me respectas y en segundo lugar
- ¡¿Por qué debo respetar a un hombre que no respeto a su propia hija?! - espetó Portman furiosa.
Rospencer abrió los ojos como platos, y la morocha se dio cuenta que había cometido un error.
- ¿Cómo dices? - los ojos de Ronald se habían vuelto vidriosos, tanto que se reflejaba con claridad sus profundos ojos negros.
- Digo
pues
aquí todos somos como tus hijos ¿no? - Hablo Kelly mirando severamente a Nathalie - Es decir
¿tú no me consideras tú hija? ¡Yo te considero a ti como un padre
muy lejano
.pero, igual.
El hombre de 39 años miro a la morocha y después a la norteamericana, y suspirando asintió.
- Sé que nos falta una cazadora - volvió hablar después de varios minutos de silencio - Y después de hacer arduas audiciones logré encontrar a una chica perfecta - y sin decir nada más, llamó a la muchacha.
Una joven de cabello liso negro y largo hasta la cintura, con ojos igualmente negros, pómulos rosas, pechos protuberantes y rasgos orientales, entro a los vestidores.
David se movió incómodamente en la silla, al tiempo que Kevin decía una palabra a lo bajo.
Por otra parte, Catherine y Kelly miraron de arriba abajo a la nueva integrante, como tratando de encontrarle alguna imperfección.
Harry miro atónico a la chica que en aquellos momentos le sonreía con mucho coqueteó.
- Me complace presentarles a una jovencita que estudio en la escuela Hogwarts, fue buscadora del equipo de Ravenclaw y maneja la escoba como una diosa. A pesar de que su experiencia como cazadora es nula
- ¿Entonces para que la contrato? - le preguntó Kelly a Catherine en un tono un tanto alto. Ronald la asesino con la mirada pero continuó - Su manejo de la escoba es excelente como les dije
.
- Si, seguramente en la cama la mueve genial - comentó Catherine y Kelly soltó una sonora carcajada.
Rospencer carraspeó con molestia - Bueno, sin más preámbulos, les presento a la señorita Cho Chang.
Al decir aquel nombre David y Kevin aplaudieron con ímpetu, al igual que Ronald, pero Harry se quedo mudo y estático.
Por otra parte, Catherine y Kelly se rieron como estúpidas.
- ¿Se puede saber que es lo gracioso, señoritas? - les preguntó Rospencer viéndolas de mala gana.
Kelly y Catherine lo miraron con los ojos llenos de lágrimas, y cuando el aire les regreso a los pulmones, contestaron:
- ¡Es que fue un buen chiste! - Dijo Natha tapándose la boca - Un muy buen chiste, Ron.
El capitán levanto el entrecejo - No es ningún chiste, Portman - le espetó el hombre muy serio - La señorita aquí presente va a ser la nueva integrante de los Cannons.
Tras aquella respuesta, las muchachas dejaron de burlarse, para tomar un tono serio y enojado.
- ¿Cómo que esta Che Cheng va a ocupar el puesto de Catherine? - preguntó Kelly algo irritada.
- Es Cho - hablo la dulce vocecilla de la pelinegra, desde la puerta - No es Che, es Cho y además mi apellido tampoco es Cheng, es Chang. Soy Cho Chang.
Kelly la fulmino con la mirada - ¡Sí como te llames, Che, Chu, Cho, Cha
igual es un nombre ridículo!
La joven le lanzo una mirada cargada de veneno y se cruzo de brazos.
- Pues Sí señorita Sullivan, la señorita Chang va a ocupar el puesto que muy amablemente Catherine abandono - le rectificó el hombre de ojos negros.
Kelly negó - No, de ninguna manera. Además usted muy bien sabe que Catherine no dejo el equipo porque quisiera, si no porque USTED le grito - Nathalie asintió, al igual que Kevin y David.
- Además - intervino Nathalie - Si esta cosa - y señalo sin disimulo hacia donde se encontraba Cho - Nunca ha estado en el puesto de cazadora ¿De que nos sirve tenerla? ¡Si no vamos a llegar ni a las pre-finales con esta chinita!
- ¡No soy de china! - intervino de improviso la pelinegra. Kelly y Catherine la fulminaron con la mirada - Nací en Japón, por lo cual soy japonesa no china.
- ¡Para mí es lo mismo, niñita! - le espetó Catherine sin cortesía.
Sus mejillas estaban rojas y por el color de su piel se notaba a un más.
Kelly por su lado, apretaba con fuerzas sus puños, como haciendo una nota mental de que sería muy cruel dañar sus pobres manos con la cara fea de aquella niñita de
- ¡BASTA YA! - gritó Rospencer mirando enfurecido a la norteamericana y a la morocha - Aquí el capitán soy yo, por lo cual YO doy las ordenes, les guste o no. Así que Cho se queda con nosotros.
- Te dio un muy buen servicio de cama, ¿verdad? - Le preguntó Kelly con altanería - ¿Cuánto te cobro? ¿O el precio que le diste fue entrar en el equipo? ¡Claro
como eres un viejo verde que
!- ¡BLAF! Una fuerte y furiosa bofetada impacto contra la mejilla de la norteamericana, la cual cerró los ojos por el impacto.
Nathalie se quedo de piedra al lado de su amiga, David se levantó de su asiento, al igual que Kevin y Harry.
- ¡Eres un asco! - Le espetó Nathalie metiendo su mano al bolsillo - ¡Ya verás
!
- ¡NO! - gritó la peliazul aún con la mano en la mejilla derecha. Sus ojos se habían llenado de lagrimas a causa del impacto, y el lado derecho de su rostro estaba con ligeros cadejos azulados que cubrían la mano de la chica
- No vale la pena ni gastar una maldición en este tipo - dijo entre dientes, fulminándolo con la mirada.
Luego se rió tontamente - ¡Y Catherine tenía razón
usted es un tirano y aparte de eso, un poco hombre
mire que pegarle a una mujer
! - y volvió a reír.
Sacando su varita abrió el loker, y de el salieron volando unas sandalias junto con un bolso negro.
Agarro las sandalias en la mano y se lanzo el bolso negro al hombro.
- ¡Yo no voy a estar en un lugar donde gobierna un poco hombre como usted! - exclamó con fiereza, fulminándolo con la mirada - ¡RENUNCIO! - y sin decir ni una palabra más, desapareció.
Nathalie movió la cabeza de un lado a otro y agarrando sus cosas, (tal cual lo hizo Kelly) miro a Ronald.
- Yo pensé que usted era alguien diferente Ronald Rospencer, pero al parecer es igual de imbécil que los hombres que le pegan a las mujeres
una basura completa - y amarrándose la chaqueta en la cadera, sonrió con malicia.
- ¡Yo también renuncio! - y antes de desaparecer al igual que Kelly, pronuncio unas palabras en griego, y sonriendo, desapareció.
David también agarraba sus cosas y se cambiaba los zapatos.
Ronald lo miro extrañado - ¿Que? ¿Tú también te vas? - Klarson no le respondió al ínstate, se limito solo a amarrar sus zapatillas deportivas.
Cuando la túnica del equipo estuvo guardada en su maletín, se dirigió hacia la salida.
- ¿A dónde vas? - le preguntó su capitán con intriga.
David se detuvo en el umbral de la puerta y con un suspiro contestó - A decirle a Catherine que ya no regrese al equipo, no hace falta - y antes de perderse de vista, añadió - Y también renuncio, para que me puedas sustituir, si quieres, con un oriental como ella.
Ronald se quedo estupefacto, sin saber que decir o que hacer.
Kevin por su parte, se colocaba la camisa azul cielo que su familia le había obsequiado en navidad.
- ¿También te vas? - le preguntó Harry a lo bajo, el cual, ya estaba vestido.
Kevin asintió - Te acompaño - y juntos fueron hacia la salida.
- ¡Potter, Darwich! - los llamó el hombre con voz gruesa. Los jóvenes voltearon al unisonó - Ustedes no pueden dejar el equipo.
- ¡Obsérvanos! - exclamó Kevin, y con una sacudida de mano, desaparecieron, al igual que sus compañeros.
Ronald se quedo callado. Estaba tan ofuscado que no sabía que decir, pero luego, de un momento a otro, todo su cabello se comenzó a caer. Eran montañas y montañas de cabellera negra que caían al suelo y formaban unas palabras.
Cho miraba con asombro la escena, sin moverse ni un centímetro, al parecer, trataba de leer lo que las montañas de cabellera negra querían formar en el sucio y frio suelo del vestuario de los Cannons.
Cuando de la cabeza de Ronald no quedo ni un pelito de donde agarrar, Cho saltó un chillido ahogado cuando leyó clara y coherentemente las palabras.
RONALD ROSPENCER ES UN PANTAN Y VIL CUCARACHA.
º*H/H*º
- Mira, aquí te envían de la imprenta - le comentó Evelyn tirando sobre el escritorio una especie de fotografía - Dicen que averigües todo lo que puedas acerca de ese hombre - y sin decir nada más, se dirigió hacia la salida.
Hermione la miro con aprensión, por unos instantes dudo en llamarla, pero luego grito su nombre.
La rubia volteó de mala gana.
- Envié la carta - le comentó como si nada, chasqueando la lengua.
Evelyn asintió - ¡Que bien! Renunciaste a tu sueño, estupendo - dijo con sarcasmo, cruzándose de brazos - ¡Ya me puedo ir?
Granger negó - No, acepte lo del seguimiento.
La ojigris abrió la boca para protestar, pero cuando sus oídos transmitieron la información al cerebro, la volvió a cerrar.
- Que hiciste, ¿que? - Hermione suspiro y tomando una bocanada de aire dijo: - Envié la carta aceptando el trabajo.
Con una amplia sonrisa, Evelyn corrió donde su amiga y la abrazo con fuerza.
- ¿Pero porque cambiaste de parecer? - le pregunto cuando la libero de aquel abrazo sofocante.
La Gryffindor esbozo una débil sonrisa, y suspirando dijo:
- Todo lo que dijiste es cierto, soy una estúpida niñita que no soporta que una idea genial no sea suya.
Soy una estúpida niñita que prefiere abandonar sus sueños por un absurdo capricho y
soy una estúpida niñita que se estrecho contra el suelo al enfrentarse con la verdad - y reprimió un sollozo - Pero Evelyn, es tan difícil sobrevivir en una sociedad como esta. Antes de que me enterara que era bruja, mi vida social era un fiasco, hasta decirte que ni e el jardín logré amigos. Cuando estaba en la primaria hacia todo solo y bueno
.cuando supe que era una bruja eso me convirtió en alguien
me convirtió en lo que soy.
Iba a entrar a un mundo nuevo, un mundo donde nadie me conocía y pues
estudiar en un lugar donde todo el mundo eran mestizos o de sangre pura pues
ser hija de muggles te da la obligación de saber más que los demás. De tener mayores responsabilidades y ser la favorita de los maestros - y riendo como patética, continuó - Para mi lo más importante era sacar Extraordinarios y ser la chica modelo. Trataba en lo posible de no romper ninguna regla, y ser siempre la mejor. Pero estar rodeada de personas que conocen tanto de un mundo que es nuevo para ti
te lleva como a la adicción de ser buena en todo.
Buena en pociones, buena en encantamientos, historia de la magia, runas antiguas
para mi, ser la estudiante y chica modelo era como el escape de saber que podría o no encajar en esta sociedad.
Por eso soy tan perfeccionista, porque el mundo me hizo así, o bueno, yo me fabrique - se secó unas cuantas lágrimas que habían resbalado por sus mejillas y continuó - Y me dolió hasta el fondo tus palabras, porque sabía que eran ciertas. Yo pensé por un momento en ello pero
siempre tuve el temor, y aun lo tengo, de que hay alguien más inteligente que yo, y por eso no envié la columna.
Pero si no fuera por ti - y la miro fijamente, sonriéndole - En estos momentos no me hubiera dado cuenta que ser una estúpida sabionda e increíble perfeccionista, puede ser peor que contagiar la fiebre de dragón.
Evelyn sonrió, y sin decir nada más, le dio un fuerte abrazo.
º*H/H*º
A las ocho menos cuarto Hermione apareció en el hotel Hilton, lugar donde Mathilda Hollows la esperaría para conversar con ella y hablar sobre el seguimiento en la final de quidditch.
Por otra parte, Harry había llegado en su convertible azul rey al mismo hotel, ya que se quedo en reunir con Zac Afron para comentarle como iba Concepts
Iba a solo unos pasos detrás de Hermione, pero por la muchedumbre que iba más adelante, no la pudo reconocer.
Cruzo el lobby y se dirigió al ascensor rápidamente antes de que este cerrara, pero cuando había llegado, este estaba ascendiendo hacia el 4 piso.
Con aplomo miro a su alrededor y con gran satisfacción, noto que una joven estaba a punto de cerrar el segundo, así que grito - ¡Señorita espere! - y corrió hacia el lado derecho.
Cuando entro al pequeño cubículo, le dio las gracias a nada más y nada menos que
- ¡Hermione! - exclamó el ojiverde casi que de grito en cuello -¿Pero que haces aquí?
Granger lo miro con los ojos tan abiertos como platos - ¿Acaso me está siguiendo? - le preguntó con aprensión levantando el entrecejo.
Potter negó - No, solo viene acá para hablar con alguien, nada más.
La castaña bufo a lo bajo, y oprimiendo de mala gana el botón número 10, el ascensor comenzó a ascender.
- ¿Serías tan amable de apretar el número 11? - le preguntó el moreno un tanto cohibido. Después de aquel incidente en el hospital, no había vuelto a ver a Hermione, lo que le provocaba un salto en sus tripas.
Con otro bufido, la marca de botones se encendió en el número 11, y esperaron a que subiera más y más.
No sabían si era porque el ascensor estaba malo o por la tensión que se respiraba en el cubículo, pero cada piso pasaba más lento que el anterior.
Con algo de impaciencia, Hermione comenzó apretar constantemente el número 10, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
- Si haces eso puedes bloquear al ascensor - le comentó el Gryffindor a lo bajo.
La mujer lo fulmino con la mirada - ¡Yo puedo hacer con mis dedos lo que quiera! - y volvió a oprimir el número como por enésima vez.
Potter movió la cabeza de un lado a otro - ¡Que vas a bloquear el
! - pero antes de que pudiera terminar la oración, hubo una estrepita sacudida en el cubículo, lo que provoco el desequilibrio de los dos jóvenes y el golpe seco de una cabeza cuando paro en secó en alguno de los pisos.
Las lámparas que se encontraban en la parte superior, se averiaron acusa del impacto, por lo cual Harry tuvo que encender su varita con el encantamiento Lumos
- ¡Hermione! - la llamó a lo bajo, iluminando su rostro - Hermione
¿Estás bien? - la muchacha abrió los ojos con sorna, al mismo tiempo que se tocaba la cabeza.
- ¿Q-que
que paso? - preguntó, incorporándose del suelo.
Harry la quiso ayudar pero esta se resistió.
- Pues por tu jueguito de aprieto el 10 hasta el cansancio el sistema se averió - le contestó el moreno con sarcasmo.
Hermione lo fulmino con la mirada - ¡Yo no tuve la culpa
además no soy adivina como para saber que el ascensor estaba fallando!
- ¡Pues si tu lo dañaste!
- ¡Claro que no! - Exclamó la intelectual muerta de ira - ¡Además es tú culpa!
- ¿Mi culpa? - ahora era el turno de Potter de exclamar.
- ¡Pues sí, porque no me dijiste nada! - Harry prefirió quedarse callado para no armar la tercera guerra en un cubículo.
Se acerco a la paleta de botones y oprimió el que decía Help
Pero no sucedió nada.
- ¿Qué pasa? - preguntó una Hermione muy curiosa. Se encontraba atrás de Harry, y como era un poco más baja, no podía ver por su protuberante espalda.
- Pues los controles no sirven
la energía se fue - concluyo el moreno sentándose en el suelo.
- ¿Pero que haces? - al parecer la actitud tan fresca de Harry ponía de muy mal humor a la castaña, si es que se podía lograr más.
- Es obvio que mientras nos rescatan se van a demorar, así que prefiero esperar.
Granger bufo exasperada - ¡Obvio que no van a tardar tanto
es el hotel Hilton!
- Así estés en el mismísimo hotel del presidente Blair, se van a demorar.
- ¡Entonces aparezcámonos! - sugirió la muchacha cerrando los ojos, pero cuando lo hizo, no paso nada, seguí parada en el mismo cubículo con Harry Potter.
- ¿Mmm? - Hermione lo miro y negó - No lo sé, no me puedo desaparecer.
Harry levanto el entrecejo. Al igual que Hermione cerró los ojos, pero no sucedió nada.
- Este hotel está protegido para no usar magia - concluyó Harry tocando las paredes.
Hermione bufo - ¡Genial! Ahora estoy atrapada con un loco esquizofrénico en un cubículo que es más pequeño que una cabina telefónica.
El ojiverde se río.
¡Si, estaba atrapado con un loco esquizofrénico y muerto de amor!
- ¡Lo que provoca la impaciencia! - dijo a lo bajo sentándose de nuevo.
Aquello iba para largo.
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Wenas wenas:
Ahh creyeron k Ginny se había acostado con Malfoy???? JA LOS ENGAÑE...jijijij
y ps la k me pregunto k perturbaba a Malfoy....pos hay tuvo la respuestik...buena no? jijiji
Llgamos a la culminación de otro cap más de RPP...¿les gusto?
y ahora
¿Que sucederá enntre Harry y Hermione?
¿Pasara algo en aquel ascensor?
¿Los rescataran rápido o s emoriran de ambre o desespración?
¿Volvera el equipo de los Cannons a reunirse?
¿Podrán llegar al final?
¿Cho Chang será la que suplante a Catherine Valnmot?
¿Si la Che Cheng entra al equipo...conquistara al ojiverde?
Todo esto y más en los proximos chaps!!!!!
Ok pos gracias por los 3 rews k resivi ¬¬ y ahora el regaño:
COMO ES POSIBLE QUE SOLO 3 REWS????????????'' ahhhh me dejan triste, 3 rew, nu, nu nu, yo kero más,......así k aquí también empleo mi huelga.....el requisito es el mismo (7) rew, como minino 6....pork si no...miren k estoy cumpliendo mi HUELGA en AC, ya que termine ayer el cap, pero no lo voy a subir si no veo los rew minimo q pedi...resen, resen a ver....jijij
y hablo ens erio con lo de la HUELGA! auque voy a ver si me aguanto ¬¬ pero no en seiro muchachos, sus bastantikus rews me animan a continuar, o si no hay andie kien lea, pa' k escribo??? a? diganme uds??
Ok pos nos vemos en la prox actualización....quien sabe........ñaca ñaca.....
OKS BYE SE CUIDAN!!!!!!!!!By: Emma.
28
El chillido de muerte
Ya había transcurrido media hora desde que Harry y Hermione se habían quedado atrapados en el ascensor.
Aquella media hora, según Harry, había sido la más larga y pesada de la historia.
Ninguno de los le dirigía la palabra al otro, y como si aquello no fuera suficiente, Hermione siempre se las ingeniaba para soltar una risita irónica de cuanto en cuanto, y culpar a Harry por haber quedado atrapados.
El moreno hacia caso omiso a aquellos comentarios tan mordaces, ya que lo que menos quería era formar la tercera guerra mundial en un cubículo tan estrecho.
Pero la desesperación de Hermione había llegado al ápice, tan así que el ojiverde no podía respirar tan fuerte, ni a cada segundo, ya que como le había explicado Granger, se ofuscaba más de lo que estaba
Por lo cual al Gryffindor le resulto algo, incomodo, respirar a cada cinco segundos, para no molestar a la chica Jane.
- ¿Podrías dejar de mover tu varita, por favor? - le pidió una irritadísima Granger, sentada en el rincón del lado derecho.
Harry miro su varita y luego a Hermione - ¿Acaso no puedo si quiera mover mi varita a mi antojo? - espetó algo molesto. Que le impidiera respirar era una cosa, pero esto
por favor.
Hermione adopto una expresión de suma concentración, aquella expresión que tanto la había caracterizado en sus años como estudiante de bruja.
Miro a Harry con suficiencia, y tomando aire, dijo (como si le estuviese explicando a un niño retrasado que dos más dos es cuatro)
- Porque el Lumos de tu varita me fastidia
además, no veo la razón por la que tengas que mover esa cosa.
- ¡Pues es lo único interesante que tengo por hacer! - se defendió el moreno irritado.
Granger bufo con exasperación y dándole la espalda, se alumbro su rincón, sola.
Harry movió la cabeza de un lado a otro. Sinceramente nunca había creído lo irritable que podía ser una mujer en aquellas circunstancias.
Draco Malfoy miraba ensimismado por la ventana, pensando y pensando.
Pensaba en dos mujeres. Una de las mujeres ya le había sido cotidiano pensarla, ya que desde hace cinco años lo hacía. Pero la otra, no. Era extraño y más para el platinado.
El era un Casanova, un donjuán, un león e infinidades de apodos que se le podría colocar a esta serpiente. Para él no era común pensar en las presas que se comía.
Es decir, para él las mujeres solo eran como un utensilio de pasión, que descontrolaba los sentidos y provocaba calentura. Para él era común acostarse con 8 mujeres en una semana y luego las botaba; y si querían volver a verlo, el solo las ignoraba.
Pero aquella hermosa chica de cabellera de fuego y ojos marrones brillantes, había sido la excepción.
Sí, admitía que no pudo con ella, no se la había llevado a la cama y eso le dolía bastante. Pero con lo poco y mucho que logro en su estadía en la cama, había notado una sensación muy extraña, una sensación de
no sabría cómo explicarlo, ya que sus labios rojos, su cuerpo de modelo y su voz tan sensual, le provocaba que su cabeza diera vueltas y vueltas.
Él estaba acostumbrado a las mujeres finas. De alto prestigio tanto en la calle como en la cama. Él no buscaba sesear su placer en una mujerzuela, no, él siempre buscaba lo mejor: las mejores tenistas, las mejores reporteras, las mejores abogadas o las mejores ingenieras; y eso es solo un tercio de las mejores que Draco Malfoy a tenido en su cama.
No negaba que aquel libertinaje sexual le agradaba mucho pero, así había sido acostumbrado y así se había quedado.
Él sabía que solo había una mujer que quería tener en su cama y la cual no la cambiaría por nadie.
Se había prometido a si mismo, que si la conseguía (como si de alguna presea se tratara) iba a dejar aquella vida de Casanova.
Pero la joven de fuego le seguía revoleteando la cabeza, y ni el hecho de haber sacado a Potter de la vida de Granger, lo hacía sentir bien.
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Ginny Weasley se encontraba ensimismado, mirando la fotografía de un joven carirredondo, pálido y de cabello negro.
Sí, ella amaba a Neville Logbottom a pesar de todo, y lo peor era que se sentía tan miserable por lo que había pasado.
Desde la noche en que había desaparecido del apartamento de la serpiente, los recuerdos de una conversación muy sofocante con su madre, diciéndole que era una cualquiera por el libertinaje que tenía en la relación con Neville, se fue volviendo cada vez más fuerte.
Aunque le doliera admitirlo, su madre tenía razón.
*********
Billius Weasley caminaba taciturnamente por el callejón oscuro, pensando en Luna y en su pequeña Dulce.
¿Qué estaría pasando con ellas en aquellos momentos? ¿Lo extrañarían? ¿Luna querría verlo después de todo?
Pateó con ensimismamiento una botella de cerveza tirada en el suelo. Él, todo un auror experto, caminando como un mendigo por las casi desiertas calles de Knockturn.
Mientras caminaba, se tropezó con un hombre, un hombre corpulento y alto.
Su hedor era hediondo: parecido al que emanaba su cuarto, con excepción que no olía a húmedo, si no a excremento de unicornio.
- Lo siento - se disculpo al instante alzando la mirada. Cuando lo hizo, se quedo pálido y tieso al ver el rostro familiar que lo observaba ceñudo.
- ¡Weasley! - bramo la voz, con un tono parecido al de un toro enfurecido.
º*H/H*º
Una mujer que vestía una túnica oscura color azul rey, entraba con apuro al hotel Hilton.
Su cabello oscuro ondeaba al son de su caminar, al mismo tiempo que su túnica rozaba el liso suelo del Hilton.
Todos los huéspedes y empleados del mismo la miraban extraños cuando pasaba por el vestíbulo, seguramente preguntándose a que fiesta de disfraces iría aquella señorita.
Pero a esta no le importaba, es más, era inmune a aquellas miradas, ya que había llegado al hotel con un solo objetivo, y no iba a fallar en el.
Al traspasar el vestíbulo, subió con rapidez las escaleras que conducían al segundo piso, y luego cruzo algunas puertas que llevaban a algunos jugos del hotel.
Caminaba con paso firme y decidida. Su mirada era elegante y misteriosa y el olor que esta emanaba era como de frutas tropicales.
Llevaba en su mano derecha un portafolio negro con bordes dorados, era muy elegante para ser de marca dos.
A sus lados colgaban unas especies de cadenas grises, que a pesar de que se veían muy pesadas, por el paso que daba la mujer eran demasiado livianas.
Su tamaño no era considerable: medía unos milímetros más que el dedo del corazón.
Se dirigía algún lugar inexplicable, un lugar del cual mujer no estaba pensando, ya que sus pies la conducían a él.
º*H/H*º
El reloj de mano del ojiverde marco las nueve en punto: desde hacia una hora se encontraba atrapado con Hermione, sin posibilidad de que los rescataran pronto.
El moreno no sabía si era por el cansancio de permanecer una hora encerrados en un cubículo como aquel, o el hueco profundo que se iba formando en sus estómagos o un milagro de Merlín, pero Hermione había dejado de discutir, o por lo menos en términos medio.
- ¿Crees que nos rescaten? - le preguntó la castaña un poco preocupada.
Por falta de electricidad, el aire acondicionado no estaba funcionando, por lo cual el poco aire que quedaba en el cubículo era sutilmente conservado.
Potter asintió con torpeza, aunque la misma duda le atravesaba la cabeza.
- Claro que sí. Además, como tu dijiste, estamos en el hotel Hilton
aquí nada nos puede pasar.
Hermione asintió para su pesar y miro hacia el techo.
- Desearía que si quiera el aire funcionara - dijo ensimismada y un poco triste.
- Pues
- balbuceó Harry - Utiliza un hechizo.
Hermione negó - Eso lo intente hace 45 minutos, pero al parecer solo funciono el Lumos - el ojiverde se mordió el labio, si no podían utilizar más magia aparte del Lumos
¿entonces que podrían hacer? ¿Estar esperanzados por el poder no-mágico de los muggles?
Suspiro con frustración, nunca en su vida había deseado tanto su magia como ahora.
- Tengo calor - musito la muchacha quitándose la gabardina. Al hacerlo, dejo a un Harry un tanto atónico, ya que dejo al descubierto una blusa blanca con escote profundo y un ombligo perfecto.
Cuando Hermione noto la mirada irrespetuosa de Harry, lo miro fulminante y agarro su gabardina para taparse un poco.
*******
- ¡¿Goyle?! - exclamó Ron sorprendido por la figura que sus ojos proyectaban.
Un hombre corpulento, alto y gordo, con cara ancha, pequeños ojos negros (como huevecillos de Dozzy) y nariz chata, lo miraba ceñudo.
- ¡Weasley! - volvió a repetir el corpulento hombre. Su aliento no era específicamente a flores silvestres, y Ron pensó que era peor: si oler sus nefastas ropas o soportar el olor de su boca.
- ¿Que haces aquí? - quiso saber Goyle mirándolo de arriba abajo - Hasta donde se vivías en Polonia.
Billius abrió los ojos como platos - ¿Cómo demonios sabes eso? - le preguntó con altanería.
Goyle mostro sus asquerosos y feos dientes amarillos, de los cuales colgaban una especie de gusano baboso, con excepción de que no se movía.
La expresión de Ron al parecer ofendió a Goyle, ya que cerró inmediatamente la boca.
- Los chismes vuelan, Weasley - le respondió Goyle agarrando un enorme y feo maletín de cuero - Sé que te casaste con Lunática Lovegood y tuvieron una hijita. ¿Qué hicieron el día de su 1 aniversario? - Ron no respondió en seguida, ya que se quedo estupefacto cuando Goyle saco de aquel bolso una especie de pipa de madera, aunque ya estaba rucio y amarillo por el tiempo.
Del hueco donde normalmente salía el humo, Goyle saco una especie de cría de algún pájaro negro feo y sin gracia.
- ¿Qué es eso? - le preguntó Weasley cuando había salido de su letardo.
Goyle miro a la cría y después a Ron con aire taciturno.
- Mi única compañía - contestó en voz baja.
Ron se quedo desconcertado ¿La única compañía de Goyle era una cría de pajar negro, feo y sin gracia?
Se asusto un poco y se imagino a él, dentro de unos diez años, con la misma cría en la mano y vestido con harapos sucios y rotos.
Sacudió la cabeza para espejar aquellos pensamientos tan
- No me respondiste - hablo Goyle luego de varios minutos de silencio. Ahora la cría de pájaro caminaba tontamente por la grande y gruesa palma estirada del hombre.
Ron miro a Goyle y contestó - Bueno
tuve una pequeña discusión con mí
con Luna.
Una sonrisa malévola surco la ancha boca de Goyle - No creo que haya sido tan pequeña como para que hubieras parado aquí
en este callejón - y toco con su dedo índice, la cabeza de su cría.
Los hombres se quedaron en silencio por un largo minuto, hasta que Goyle volvió hablar, con una voz atronadora que le provoco que los pelos de Ron se le erizaran.
- Mira Weasley, tú me caes mal, por ser tan estúpido y haberte juntado con Potter en Hogwarts, pero te voy a dar una recomendación - y agarrándole la mano le puso la cría de aquel animalejo en la palma de su mano - Yo sé que no quieres terminar como yo, oliendo a cigarro, trago y excremento de unicornio - le hablo, sosteniéndole fuertemente la mano.
Ron trató de soltarse, pero era inútil: la fuerza de Goyle le doblaba el número.
- Así que te recomiendo, Weasley, que vayas y te disculpes con tú Lunática, yo se que la quieres y ella te debe estar chillando en el cuarto como estúpida. No cometas el mismo error que yo - y mostrándole de nuevo sus podridos dientes, desapareció camino arriba.
º*H/H*º
Sacando del bolsillo de su túnica una vara larga y pálida, la mujer llegó al final del cuarto piso y comenzó hacer diversas florituras con ella.
Tocaba cada centímetro de una pared blanca como la nieve, al mismo tiempo que murmuraba unas extrañas palabras.
Luego, dio unos pasos hacia atrás y con satisfacción la vio derrumbarse, dejando a su paso un artefacto mediano y dorado.
Apunto con su varita hacia el portafolio y las cerraduras hicieron un sonido pareció a un crack y se abrió al instante.
Dejo a la vista diversos pergaminos con tinta y un libro gordo y grueso.
Retirando con la varita cada uno de los pergaminos y el libro grueso, encontró una pequeña llave plateada y brillante.
- ¡Accio llave! - exclamó la mujer y la pequeña llave de plata se poso en su mano.
Con mucho cuidado camino hacia la pared que acababa de derrumbar, y arrodillándose frente al aparato dorado y mediano, introdujo la llave en la cerradura, produciendo que un brillo enseguecedor iluminara el rincón.
Sintió como el suelo a sus pies temblaba un poco y luego se calmaba, quedando intacto como hacia unos segundos.
El brillo de la cajita mediana ceso y con una especie de clip soltó la llave.
La mujer la atrajo de nuevo a su mano con el mismo encantamiento de hacia un rato. Guardo la llave de nuevo en el portafolio y en su lugar agarro el libro gordo.
La caratula que cubría el libro era de un color rojo oscuro, parecido a uno de los colores que ondeaba la casa de Gryffindor.
Con paciencia busco por entre las amarillentas páginas un capitulo, el cual estaba dividido gracias a una flor marchita. Dejando caer la flor al suelo, empezó a leer la oración que estaba escriba en griego.
Al terminar, guardo de nuevo el libro y sacando una pluma con su tinta y pergamino, escribió con letra fina y clara unas simples palabras:
Esta listo
Y con el movimiento de su varita, el pergamino desapareció.
º*H/Hº*
- ¡Te lo juro, puede atraer este papel hacia mis manos! - le replicaba una cansada Hermione.
Hacia unos segundos, Hermione había estado jugando con su varita, pensando en infinidades de hechizos y encantamientos, hasta que hace unos segundos, había atraído un envoltorio de golosina a sus manos con solo pensarlo.
- ¡Pero Hermione! - Le volvía a insistir Harry - Es imposible, recuerda que lo único que podemos proyectar es el Lumos.
La castaña asintió con torpeza - Sí lo sé
pero ¿Cómo explicas que el envoltorio de la golosina cayera en mis manos sin que la hubiera tocado?
Potter se quedo callado, sinceramente para aquello no tenía explicación.
- ¡Ves! - espetó Hermione triunfante - Juro que hace unos segundos, la protección anti-magia desapareció, y por eso puede proyectar el Accio.
El ojiverde se quedo callado.
- No lo sé - fue lo único que dijo.
Se recostó sobre el espaldar de su silla con aplomo, cerrando los ojos y pensando en Hermione y para su desgracia, también en Ginny.
Solo había algo que estaba contento, y era que por fin podía convertir algo en polvo, y eso lo hacía tan feliz.
Una sonrisa llena de complicidad, surco el rostro del joven Slytherin, al mismo tiempo que pensada y pensaba.
º*H/Hº*
- Inténtalo de nuevo - le insistió Potter después de varios minutos de silencio.
- No funcionara - espetó Hermione algo incomoda - Ya lo intente mientras estabas jugando con tu varita - Harry chasqueó la lengua y se dejo tumbar (de nuevo) en el frio suelo.
- ¿Y si no nos sacan nunca de aquí? - volvió a preguntar Hermione más preocupada que la anterior vez.
Harry volvió a negar - No, claro que no, nos rescataran pronto, ya verás.
Granger lo observo ensimismada, como deseando que sus palabras fueran ciertas. Pero luego negó.
- No, ya llevamos una hora y media atrapados aquí y nadie se ha dado cuenta de nuestra existencia - luego se quedo callada y miro la puerta del ascensor, y una ancha sonrisa surco su rostro - ¿Y si gritamos? - opinó la castaña algo esperanzada,
Potter miro a la chica y luego desvió su mirada hacia la puerta. No quería ser el responsable de derrumbar las esperanzas de Hermione, pero tenía que ser honesto, muy a su pesar.
- Estas puertas están blindadas - comentó como quien no quiere la cosa - Y a pesar de que nos gastemos la garganta gritando, no nos escucharían. Pensé que lo sabías - concluyó con un dejo de bochorno.
Hermione asintió cabizbaja - Claro que lo sabía
solo quería que me dieras la lucecita de la esperanza - confesó con las mejillas totalmente encendidas.
A tal respuesta, Harry se sintió como un completo estúpido.
- Ah, yo
- balbuceó algo cohibido - Yo no quería
.eh
- ¡No importa! - exclamó Granger sonriendo fingidamente - Así que solo tenemos que esperar - concluyó irónicamente sentándose sobre el suelo - ¡Como odio esperar!
Harry la miro de soslayo; quería abrazarla y decirle que no se preocupara, que todo estaría bien, que estaba con él
pero
ella jamás se lo permitiría.
Un dejo de ira y frustración impacto al moreno, y deseo con todas sus fuerzas degollar a Draco Malfoy.
*********
Ron había regresado a su cómoda habitación en uno de los hoteles más repugnantes de todo el mundo mágico, ubicado en el callejón Nocturno.
Estaba un poco aturdido por lo que Goyle, su antiguo enemigo de escuela, le había comentado.
Dejó sobre el alfeizar de la ventana la cría de aquel animalejo parecido a un pájaro carroñero, que le había dado Goyle.
- Bonito regalo - murmuro a lo bajo oliéndose la mano. Emanaba un hedor a huevos podridos y piel chamuscada; torció la boca y tosió con repugnancia, nunca en su vida había olido semejante cosa.
Se sentó sobre el único pedazo de colchón que quedaba limpio, al tiempo que pensaba y pensaba.
¿Hablar con Luna? Bueno, eso lo quería hacer desde hacía rato pero
¿Y si lo echaba? O peor aún ¿Y si Xenophilius lo echaba el mismo de su casa? Seguramente no iba a ser de la forma normal
Pensar aquello produjo en su cuerpo un grande y largo escalofríos, pero imaginarse un futuro como el de Goyle, sin amigos, sin hogar, sin familia y oliendo a excremento de unicornio, le erizo los pelos.
Deseaba hablar con Luna pero
los miedos lo carcomían por dentro: miedo a chocarse con la realidad y ver que todo está perdido; miedo a perder a Dulce y ganarse el rencor de la única mujer que lo supo comprender; miedo a darse cuenta la clase de persona en la que se había convertido.
Sí, de eso estaba hecho el ser humano, de puros y simples miedos. Miedo a perder el amor, miedo a perder el trabajo, miedo a perder un examen, miedo a reprobar un año, miedo a ver fallecer a las personas que más se ama, miedo a no tener una compañía, miedo a la soledad, el miedo al miedo y por supuesto, el miedo más terrible de todos: miedo a enfrentarse consigo mismo.
Desde siempre ha existido como esa barrera entre el Yo externo y el Yo interno; y es este segundo el cual no deseamos inspeccionar para no inmiscuirnos en un mundo tan oscuro que nunca creíamos haber formado.
Podríamos haber inventado las alfombras voladoras y haber creado millones de protección anti-muggle para los torneos de quidditch. Podía enfrentarnos a criaturas tan siniestras como los dementores, pero no podíamos enfrentarnos a nosotros mismos; ¿Irónico, no? Y no lo hacemos porque sabemos que al hacerlo podríamos perder hasta la cosa más pequeña en nuestra vida, pero la cual ha significado mucho en el camino.
Nos podríamos llamar cobardes, porque eso es lo que seríamos al no intentar enfrentarnos.
Cobardía a perder todo y cobardía al quedarse solo; porque cobarde es aquel que se esconde para no enfrentar sus problemas y deja que otros lo enfrenten por él.
Ron Weasley podía ser una especie de cobarde egoísta, ya que prefería estar lejos de la mujer que ama, al tiempo que se hace daño a sigo mismo e hiere a su hija y a su esposa, el hogar que por tanto tiempo tuvo que luchar.
No quería enfrentarse a la realidad de quedarse solo, y mucho menos quería darse cuenta la especie de monstruo que se transformo al pasar de los años; y si decía que Hermione Granger había sido una especie de traidora y egoísta al haber traicionado a sus amigos
.pues él simplemente era un nada en la existencia.
--------------
Lavender miraba con tristeza el cabizbajo y húmedo rostro de la rubia.
Hacia media hora que había llegado, y cuando le había preguntado cómo estaba Ron la rubia se había balanceado a llorar.
Por supuesto que Brown no podía creer la clase de
monstruo en la que se había transformado su ex novio, era imposible creer si quiera una parte de aquella historia.
- ¡Y estoy muy preocupada por el, Lav! - sollozaba Luna en medio de su hombro. Cada cuanto daba un hipito seco, lo que provocaba que Lavender se irritara un poco.
- Pero seguro el estará bien - la tranquilizaba su amiga, dándole leves golpecitos en su espalda - Además, tú ni debes preocuparte por un inconsciente como Ron, el que debe estar preocupado es él, no tú.
ºººººººººººººº
Una pequeña llovizna se alzaba sobre la capital francesa, y una peli lacia con el cabello castaño, ojos claros y pómulos rosas se paseaba por las calles de Bois de Boulogne (n/a: no se cómo se pronuncia, yo lo encontré en Encarta y me pareció lindo xd) admirando sus extensos e innumerables caminos y lagos.
Eran las cuatro de la tarde y los ciudadanos a pesar de soportar una pequeña llovizna, gozaban de un grado promedio de 2,8; por lo cual el frio era soportable.
Samantha Thomson miraba ensimismada cada lago que cruzaba bajo los monumentales y exóticos puentes de peltre, al tiempo que se tocaba su pequeño vientre con la mano.
No podía creer que tan solo ayer hubiese cumplido tres meses de su embarazo, es que le parecía una completa locura. Cada vez que recordaba el niño (o niña) que llevaba en su vientre, recordaba a Malfoy y lo grandioso que debería ser su vida sin saber de la existencia de una criatura.
Por supuesto que Samantha no sería la que se lo hiciera saber, ya que estaba tan decepcionada que prefería mil veces ser madre soltera a compartir la paternidad de su hijo con una alimaña como Draco. Pero aunque se hiciera la mujer fuerte y que no la toca un rayo, imaginarse el mero futuro sin Draco, le provocaba una sensación de vértigo.
º*H/Hº*
Harry no sabía que hacer, estaba desesperado, y se maldecía a sigo mismo por ser tan estúpido.
Hace unos segundos había comentado sobre una pareja que había fallecido en un ascensor; y ahora Hermione se encontraba sollozando en el rincón del mismo.
- L-lo siento
no era mi intención - se disculpaba como por enésima vez, al mismo tiempo que miraba horrorizado como aquel liquido salido surcaba por su rostro.
La castaña no comentaba nada, solo era ella y sus lágrimas.
abrázala le decía constantemente aquella vocecilla en su cabeza, que ni en el ascensor había desaparecido. Trago saliva y miro con soslayo la húmeda espalda de la chica a causa del sudor. ¿Y si la abrazaba? Nada perdía con intentarlo
aunque
tal vez una bofetada sería suficiente.
No, no podía arriesgarse a tanto. Había llegado a una amistad con Hermione lejos de gritos y malas miradas que no lo iba arruinar por cumplir el simple capricho de una estúpida voz. Aunque aquel capricho no era solo de aquella voz.
Desde que se había dado cuenta que se encontraba encerrado con Hermione en un ascensor, sus más candentes deseos habían saltado a su cabeza, pero difuminado constantemente cuando esta le había dicho que lo peor que le había sucedido en la vida era quedarse atrapada con la persona que más odiaba en el mundo.
**Flash Back**
- ¡Prefería mil veces haberme quedado encerrada con Gozzila o Voldemort que contigo, Potter! - exclamaba una furiosa e histérica Hermione Granger.
Solo habían pasado diez minutos desde que el ascensor había dado una fuerte sacudida y producido el daño del sistema, y Hermione Granger ya estaba insultando a Harry.
- No es para tanto - protestaba el moreno un poco dolido. Y es que ¿Quedarse con Gozzila?
La castaña resoplo con disgusto - Tú sabes muy bien que desde Hogwarts nos detestamos, o que ¿Ya se te olvido las veces en que me llamabas sangre sucia? O como te burlabas de mí al saber que no podía montar en una escobaba.
Harry se quedo callado y estupefacto. Esas eran las clases de cosas que había Malfoy no él. Quería decírselo y gritárselo a los cuatro vientos pero
Luna le había comentado que lo mejor era no decirle nada.
- ¡Pero cuando despertaste en San Mungo no me recordabas! - Le recordó el moreno un poco molesto - ¡Y ahora me dices todo lo que
paso en Hogwarts!
La castaña bufo con exasperación - ¡Tú nunca esperas encontrarte con tú peor enemigo cuando despiertas de un accidente! - se defendió la Gryffindor algo airada, y sin decir nada más le dio la espalda al moreno.
**Flash Back**
¡Claro, y no había sido Malfoy! Ahora estaba más seguro de que Draco Malfoy había tenido mucho que ver con la perdida de recuerdos en Hermione.
Pero aquello en esos instantes ya había pasado a otra estancia, en esos momentos estaba mirando a Hermione y debatiéndose entre abrazarla y no hacerlo.
Hazlo le insistía aquella voz, una y otra vez.
Con un suspiro, acerco sus brazos al cuerpo de la castaña y
la abrazo.
Milagrosamente la joven se dejo, es más, volteó su cuerpo para quedar frente a frente con el de Harry; apoyando su húmedo rostro sobre el hombro del joven.
Desde tanto tiempo había estado esperando algo así, aunque él era más ambicioso y quería un beso pero bueno
con un abrazo como esos se confortaba y demasiado.
- Lo siento - le susurro al oído para que lo escuchara claramente - No quise asustarte - Hermione asintió y levanto su húmedo rostro. Aún así, con los ojos hinchados y la nariz roja, se veía hermosa.
- Es solo q-que
- balbuceó la ojimarron viendo directamente hacia los ojos del peliazabache - No quiero
no quiero
ya sabes
terminar así - y lo volvió abrazar.
- No vas a terminar así - le aseguro el joven aferrándola más a su cuerpo.
No sabían cuanto tiempo habían pasado en aquella posición, pero no fue hasta que un golpe seco impacto contra el suelo el cubículo.
- ¡¿Que fue eso?! - preguntó una Hermione muy exaltada.
Por el impacto, los jóvenes se pusieron en pies al instante, al tiempo que sentían aquel mismo golpe chocante, pero esta vez contra la puerta del ascensor y luego las paredes.
- ¡¿Qué sucede?! - preguntaba Hermione desesperada, mirando con los ojos bien abiertos a cada rincón del ascensor.
- Si lo supiera te lo diría - le aseguró Potter, el cual había saco su varita y apuntaba a todos lados, a pesar de que no pudiera utilizar la magia.
Aquellos golpes se hacían más fuertes a cada minuto, y la tención de los Gryffindors aumento cuando escucharon varios gritos desesperados que provenían de los primeros rellanos.
- ¿Qué sucede? - indagó Granger entre lagrimas, al mismo tiempo que buscaba la mano del moreno.
Harry estaba tan perturbado por notar alguna maldición o conjuro extraño, que no había notado el apretón de manos de la chica.
- ¡Algo está pasando abajo! - Dijo aturdido mientras escuchaba los sonoros gritos de mujeres, niños, ancianos y hombres que ascendían de piso - ¡Y no parece nada bueno!
- ¡¿Qué vamos hacer?! - le preguntó una Hermione envuelta en pánico.
Sea lo que sea que estuviese asustando a los huéspedes del hotel Hilton, ya iba por el piso número seis, lo que quería decir que restaban solo cinco pisos para impactar con el número once.
Potter estaba aturdido y angustiado, sea lo que fuera que estuviese abajo, no podía permitir que siguiera subiendo, pero sin magia era imposible.
Además, tenía miedo de que aquella cosa le hiciera daño a Hermione.
- Tratemos de desaparecer - le sugirió a una castaña aferrada a su cuerpo. Cerrando los ojos trataron de pensar en el pasillo del Lobby, pero fue como querer comer un pastelillo sin dinero.
El fuerte golpe resonó de nuevo en la puerta, pero más potente que las anteriores veces. El golpeteó provoco el sobresalto de la castaña, que se aferraba a un más al brazo de Harry, al mismo tiempo que (al igual que Potter) apuntaba con su varita hacia el otro rincón del cubículo.
- ¡Tenemos que salir de aquí como podamos! - sollozaba la ojimarron mirando a todos lados. El panorama era frustrante: a donde quiera que miraras solo podía ver muros cafés y para colmo, blindados.
- Vamos a salir de aquí - le aseguro Harry apuntando su varita hacia la puerta del ascensor - ¡BOMBARDA! - exclamó, pero ni una chispita roja había salido de su punta.
Resopló con disgustó al tiempo que un horrible, fuerte e insoportable sonido impactaba contra el cubículo.
Era como una especie de chillido infernal, que provenía de quien sabe dónde. Con aquel chillido, las paredes del ascensor se comenzaron a agrietar, formando figuras tridimensionales a su paso.
Un estruendo se unido aquel sonido, lo que provoco que los jóvenes se separaran.
- ¡HERMIONE! - gritó el moreno al no sentir la presión de su cuerpo contra el brazo.
Con inmenso horror vio como el ascensor se comenzaba a estirar y estirar. Se había estirado tanto que ahora era una réplica idéntica del pasillo del Lobby que se encontraba diez pisos más abajo.
Y como si aquello no fuera poco, aquel sonido infernal le retumbaba en los tímpanos y pensó que en cualquier momento sus oídos iban a estallar.
Cuando el ascensor dejo de estirarse, noto, para su desgracia, que al otro lado se encontraba Hermione.
- ¡HERMIONE! - Grito desesperado - ¿TE ENCUENTRAS BIEN?
Hermione se incorporo del suelo y agarrando fuertemente su varita asintió.
- ¡Sí, pero ven aquí! - le suplicó en un sollozo.
Harry asintió, y cerrando los ojos para aminorar aquel chillido de muerte, empezó a caminar hacia donde se encontraba la castaña.
Cuando todas las paredes tuvieron completamente agrietas, comenzó a descender hacia el suelo.
- ¡HARRY, CUIDADO! - exclamó Hermione desde el otro extremo del ascensor.
Harry abrió los ojos justo en el momento en que el piso se comenzaba abrir.
Sus ojos no podían creer lo que a su cerebro le proyectaban:
Un agujero de más o menos unos 40 de ancho, y una ruptura que se iba formando a su alrededor y al lado de Hermione.
Balanceándose un poco vislumbro con gran horror como los pisos inferiores se iban derrumbando poco a poco. Primero eran las escaleras, después los aparadores de los distintos almacenes, los cuales caían con súbito impacto contra las personas.
- ¡AHHH! - grito Hermione al mismo tiempo que Harry levantaba su cabeza.
Si la visión diez pisos abajo era impactante, la visión de enfrente le estaba haciendo competencia:
Hermione se encontraba en una pequeña parte de lo que hacía unos segundos había sido un piso grande y firme.
Las grietas se habían proporcionado tanto que comenzaron a formar pequeños huecos por donde una persona de tamaño normal podría caer fácilmente hacia el vacio.
- ¡HERMIONE! - exclamó una asustado Harry Potter.
No sabía que hacer
no sabía ni que decir.
- ¡Quédate tranquila, ya voy por ti! - claro que tenía que ir por ella, pero la pregunta era ¿Cómo?
Al frente se cernía un agujero de unos 40 centímetros de ancho, y no podía tomar impulso porque estaba en la misma situación de Hermione; y para completar aquel chillido seguía aun presente.
- ¡HERMIONE TIENES QUE SALTAR! - le sugirió el muchacho de grito en cuello.
Desde aquella distancia, pudo ver claramente la expresión de su ex novia, que no era para nada aceptable.
- ¡¿Quieres que salte ese agujero?! - Preguntó atónica señalando la gran grieta que había formado aquel chillido - ¡ESTAS LOCO!
-¡Tú tienes todavía un poco de espacio atrás de ti, si agarras impulso puedes lograrlo! - Le explicó el moreno con la varita en ristre - ¡Y no te vas a caer porque yo te voy agarrar! - Hermione negó tercamente, no se atrevía saltar a tal distancia, ni mucho menos desde tal altura.
- ¡NO, HARRY! - Le gritó la castaña negando con la cabeza - ¡NO LO VOY A LOGRAR!
- ¡Claro que lo vas lograr! - Le aseguro el peliazabache con una sonrisa - ¡Confió en ti! Siempre lo he hecho.
La joven no entendió aquel comentario, pero aún así se siguió negando.
- ¡PUEDO CAER!
El moreno negó - ¡YO ESTARÉ LISTO
TE ATRAPARE! - pero aún así la ojimarron se empecinaba a no saltar.
- ¡PUEDO CAER EN CUALQUIER MOMENTO! - Le gritó desesperada, mirando con horror hacia abajo - ¡ADEMÁS ESTA MUY ALTO!
- ¡No te caerás si tomas impulso! - le aseguro como por tercera vez el joven. Les quedaba muy poco tiempo si el chillido desidia agrietar el suelo que estaba detrás de Hermione.
- ¡Créeme que si podría saltaba yo
pero me es imposible! - y señalo la parte de atrás.
La chica se mordió el labio inferior, era visible que no sabía que hacer.
- ¿Seguro que me agarras? - le preguntó en un hilo de voz a un Harry decidido.
El Gryffindor asintió - Sí, y cuando estemos juntos desaparecemos.
Hermione negó - ¡NO! La protección ¿recuerdas? - Harry asintió torpemente.
- ¡Sí, pero esto debe ser obra de alguien con magia
.si esto funciona también la desaparición! - Hermione miro a Harry y luego a su varita. Estaba dispuesta a comprobar la teoría del chico por su propia cuenta, pero estaba tan asustada que no se le ocurría ningún hechizo.
Fijo su mirada de nuevo en los orbes verdes del joven y suspiro.
- ¿Seguro que me agarras? - le volvió a repetir no muy convencida.
El moreno asintió.
Tomando una bocanada de aire, miro hacia atrás y fue dando un paso a la vez, alerta de cualquier paso en falso.
Cuando había dado veinte pasos, escucho que un fuerte crac resonaba a sus pies, y dando un brinco a un lado vio con horror como la parte en la que se encontraba hacia unos segundos, estaba descendiendo hasta caer en el primer piso.
- ¿ESTAS BIEN? - le preguntó Harry muy angustiado.
Granger asintió.
- ¡Muy bien, ahora empieza a correr y salta! - le indicó el moreno.
Con un chasquido de su lengua, metió la varita en su bolcillo.
Suspiro con aplomo y cerro sus ojos. Luego los volvió abrir después de varios minutos.
Al hacerlo se encontró con los esmeraldas ojos de Harry, que extrañamente la lleno de fuerza.
Asintió de nuevo y miro la poca distancia que las grietas le habían permitido.
- ¡Esto no va a funcionar! - espetó en un hilo de voz envuelto de miedo.
- ¡CONFIA EN MI! - Le gritó el moreno extendiéndole los brazos - ¡AQUÍ TE ESTARE ESPERANDO!
Otro suspiro, un leve sollozo, un asentimiento y un impactante estruendo chocando contra el ascensor
.
TO BE CONTINUED!!!
--------------
Huy, hace años que quería colocar el TO BE CONTINUED al finalizar mis chaps....huuuuu k gonitu.....es k keria desahogar mis gritos d histeria cuando hoy me dejaron con el CONTINUED en una serie ¬¬ jijij
Hola ninios y ninias!
ps bueno me alegro muxo k haya habido en el anterior chp los rees k pedi, jaja (se soprepasaron x uno pero hay los veo bn n_n)
Pos veo k eso de la huelga funciono así k....
¡JAJAJA DECLARADA EN HUELGA CON ESTE CHAP....Y VEAN K TIENE CONTINUED....JAJA ¿Se van a dejar comer por la incertidumbre????? Si no kieren ingresar a sanmungo por daños cerebrales mejor...
A DEJAR REWS!!!!!!!1 (las condiciones = k en el cap anterior!!!!!!
Y si, sigo buscando a DarkGranger...¿alguien la a visto???????????????
Ok besos a todos y
CONTINUARA!!!!!!!!!! JAJAJAJA
PD: ALGUNO DE UDS A TRATDO DE SALTAR UNA GRIETA DE MÁS DE 30 CM D ANCHO???? mmm no se si alquien sea capax de hacerlo....o he visto mucha pelicula tragica o siempre miere mi personaje favorito o k pero...¿uds creen k hermione sobreviva? (ahhhhhhh si, si si, jajaja)
Aioz!
29
Escapando del peligro
Un sonido, parecido al que hace un detonador al explotar, resonó fuertemente en los pasillos del 9avo piso.
- ¿Estás bien? - preguntaba un aturdido Harry Potter a una asustadiza Hermione.
- Sí - musitó la castaña, un que no muy convencida.
Hacía unos minutos se encontraban encerrados en un ascensor a punto de derrumbarse, Harry le había comentado a Hermione que saltara una gran grieta que se había formado por un chillido escandaloso y difícil de soportar; por supuesto que la joven no había estado de acuerdo
pero como le había dicho el moreno:
¡CONFIA EN MÍ!
¡AQUÍ TE ESTARE ESPERANDO!
Y sí, al otro lado del ascensor la estuvo esperando, y no se fue hasta que ella estuviera en sus brazos.
- ¡Salgamos de aquí! - le sugirió Harry agarrándola de la mano.
Comenzaron a correr por entre grietas de 15cm y estantes derrumbados. Personas que gritaban y pedían auxilio, mucho humo proveniente de los pisos inferiores y agrietadas paredes a punto de caer.
- ¡Tenemos que ayudar a estas personas! - comentó Hermione girando su cabeza hacia atrás, al tiempo que esquivaban los escombros.
Harry miro hacia atrás y negó - ¡No, Hermione, sin magia no podemos hacer nada! - pero la castaña no lo había escuchado, y antes de que pudiera decir la palabra quidditch, la muchacha se soltó de su brazo y viro hacia la izquierda.
- ¡HERMIONE! - exclamó el moreno, pero la Gryffindor ya se encontraba muy lejos de su alcance. Con un resoplido de disgusto, fue tras ella.
- ¡Hermione, espera! - le rogaba el moreno un tanto molesto. No sabía si era por los escombros que tenía que esquivar o lo agitado que se encontraba su cuerpo, pero la chica en aquellos momentos corría mucho más rápido que él.
- ¡Harry, ven! - lo llamó la intelectual parándose frente a uno de los ascensores que conducían a las los pisos superiores - ¡Tenemos que sacar a estas personas!
Harry llegó agitado, al tiempo que colocaba las manos sobre sus rodillas - ¡NO! - Exclamó el ojiverde, viendo que aquel ascensor estaba en peores condiciones que en el que habían salido en el piso de arriba - ¡No tenemos tiempo Hermione, vamos! - y la agarro del antebrazo, pero fue inútil, ya que la castaña se soltó bruscamente al contacto de su piel.
- ¡No me iré sin estas personas! - Le espetó testarudamente tratando de abrir la puerta del ascensor - ¡AYÚDAME! - Harry miro a Hermione y viro la cabeza hacia atrás.
¿Y si al piso de arriba se le ocurría derrumbarse? ¡Podían quedar aplastados como una tortilla! Tortilla de Hermione y Harry
- ¡AYÚ-DA-ME! - le suplico la castaña tratando de abrir la puerta en vano.
Suspirando, el moreno la trato de abrir, pero era inútil, la puerta blindada no se movía ni un centímetro.
- ¡Es muy fuerte
Her-mi-o-ne! - la muchacha respiró hondo y preguntó:
- ¡¿Están bien ahí dentro?! - una baraúnda de voces se comenzaron a formar al otro lado del ascensor, y solo la voz de un joven, respondió:
- ¿Cómo se supone que estemos bien si esta cosa esta a punto de derrumbarse? - Hermione chasqueó la lengua y miro a Harry.
- ¿Qué hacemos? - el ojiverde negó, y luego se le ocurrió una extraordinaria idea, o bueno, no tanto.
- ¿Y si me aparezco dentro del ascensor? ¡Funciono una vez! - Granger se mordió el labio inferior, y con impaciencia, negó con la cabeza.
- ¡Te puedes quedar atrapado con esa gente! - opinó alarmada, mirando con nerviosismo la puerta blindada - ¡Y sería peor!
- ¡Pues si es así, te grito y tú te vas sin mí! - pero aquella idea había sido igual o más estúpida que la anterior.
- ¡No me voy a ir sin ti! - le aseguro una testaruda Granger.
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- ¡Esta bien! - Aceptó por fin la muchacha de cabellera castaña y ojos marrones - ¡Pero trata que no se asusten! - Harry sonrió, y con un plin, aparece dentro del ascensor.
Afuera, Hermione pudo escuchar el grito de varias señoras y el chillido de un infante, y otro plin resonó en el pasillo.
El moreno apareció con una mujer desmayada entre sus brazos, y agarrada de su pantalón, se encontraba una niña.
- ¡Se asusto! - le comentó el ojiverde como quien no quiere la cosa.
Dejo a la mujer tendida en el suelo y la chiquilla al cuidado de Hermione - ¡Hay siete personas dentro, será muy difícil correr con todas! - pero la chica no lo escuchaba, ya que se había agachado para mirar a la escuálida chiquilla que lloraba con angustia.
- ¡no te preocupes! - La tranquilizaba la Gryffindor agrazándola con fuerza - ¡Todo va a salir bien! - y Harry pudo ver, para su satisfacción, como le limpiaba unas cuantas lagrimas que resbalaban por sus mejillas.
Sí la chica se veía linda porque si, como madre era ¡perfecta!
Sonriendo, volvió aparecer dentro del ascensor.
Cuando las siete personas estuvieron fuera, Harry miro a Hermione - ¿Y hora que? - le preguntó entre dientes mirando de reojo a las personas que cuchicheaban entre sí.
La castaña negó - No sé, supongo que tratar de salir de aquí - y miro hacia arriba - ¡Pronto!
El techo del 9avo piso comenzaba a agrietarse, igual que las demás paredes, y si no se daban prisa podían quedar sepultados entre millones de escombros.
Harry miro impaciente a las personas que acababa de salvar, y luego suspiro.
- ¿Eres un mago, verdad? - le preguntó la misma chiquilla a la que Hermione había consolado.
Potter asintió con torpeza, y la pequeña dejo al descubierto unos enormes dientes de conejo.
Tenía el cabello rubio perlado, ojos grises y era algo cachetona; si no hubiera sido por sus cachetes, se podría decir que aquella niña era la hija perdida de Draco Malfoy.
- No nos van hacer nada, ¿verdad? - preguntó la voz de un asustadizo joven, y Harry la reconoció como la misma voz que había resonado con sarcasmo dentro del ascensor.
- ¡Tenemos que salir de aquí! - Les había comentado la ojimarron viendo a las asustadizas personas - Son muchos, así que deberán darse prisa. El piso de arriba está a punto de derrumbarse, y si tenemos suerte podremos salir del edificio antes de que caiga por completo.
Algunos asintieron no muy convencidos, otros (entre ellos el joven flacucho y de voz socarrona) negaron.
- ¿Y si solo es una trampa? - Musitó el chico mirando desconfiadamente a Harry y después a Hermione - ¿Y si son secuestradores y quieren alguna recompensa?
El moreno negó - ¡Si les fuéramos hacer algo, no lo abríamos salvado! - espetó con fiereza.
El muchacho lo fulmino con la mirada, y abrazando a su madre escondió su rostro entre el hombro de una mujer robusta.
- ¡Miren! - Los llamó la castaña aminorando la tención - Harry y yo no les vamos hacer nada, solo queremos ayudarlos - aunque la voz tranquilizadora de la castaña no había convencido ni a la mitad de los acorralados.
- ¡Yo le creo! - hablo la voz de la chiquilla de cabellera rubia y ojos grises. Ante la mirada atónica de su hermana, la pequeña agarro la mano de Hermione y le sonrió.
La Gryffindor agradeció el gesto y miro a los demás - ¿Y bien? - la hermana de la infante, que era unos 7 años mayor que ella, negó asustada.
- ¡Natacha, regresa inmediatamente! - Le espetó alarmada mirando con sumo terror a Harry y Hermione - ¡No conoces a esta gente, podrían hacerte daño!
Pero la niña, negó - ¡No, además no quiero morirme como lo hicieron mamá y papá! - exclamó la ojigris reprimiendo un sollozo.
La muchacha, que era de cabellera negra y ojos azules (muy diferente a su hermana) suspiro con aplomo.
- Tu sabes muy bien que mamá y papá
- ¡LO SE! - Espetó Natacha ofuscada - ¡Pero ellos querían que viniéramos a vivir con nuestros tíos, y no me quiero reunir con ellos todavía! - la pelinegra suspiro, y asintiendo, se reunió con su hermana.
Hermione miro con ternura la conmovedora la escena, y luego desvió su vista hacia los demás - ¿Y ustedes? - hubieron varios cuchicheos, que fueron apagados por un fuerte sonido de paredes cayendo.
- ¡Viene del lobby! - Comentó Harry agarrando automáticamente el brazo de Hermione - ¡Nos queda poco tiempo! - varios resoplidos de disgusto y uno que otros asentimientos. Con temor, tres personas más se sumaron a las llorosas hermanas.
Solo, al otro lado, quedaban el chico enclenque y su madre robusta.
- ¿Ustedes se quedan? - les preguntó el moreno desafiante.
El joven miro a su madre y luego a Harry, y con un resoplido, negaron.
- ¡Nos encontramos frente al hotel Hilton, donde en estos precisos momentos está sucediendo una catástrofe! - comentaba la periodista frente a una grande camera gris - Detrás de mí, pueden ver los escombros que se están formando extrañamente desde el lobby del hotel y que van ascendiendo lentamente. Hay muchas personas frente al lugar de los hechos, bomberos, policías y corrillos de gente que observan con espasmo como uno de los hoteles más importantes en Londres, se va derrumbando poco a poco.
Pero lo que más nos aterra a todos los que estamos aquí, son las personas, que para desgracia, no han salido - paró en seco y viro hacia atrás - ¡No sabemos si hayan sobrevivientes aún!
Luna Lovegood miraba asustada la nota del telediario.
- El hotel Hilton - murmuro a lo bajo y luego recordó algo que Harry le había comentado.
Con un gritito de sorpresa, se dirigió directo a su cuarto perdiéndose por entre las escaleras.
º*H/H*º
Esquivaron olímpicamente un trozo de pared que cayó con estrepitó cuando iban alcanzar las escaleras.
Lograron saltar la gran grieta que se había formado entre las mismas (Hermione con un poco más de experiencia) y llegaron por fin al quinto piso.
El panorama no era muy alentaron que digamos, ya que este no se encontraba mejor que los pisos superiores.
Muchas paredes se habían derrumbado ya, dejando al descubierto varias habitaciones hecha añicos.
Si tenían suerte, podían escapar antes de que las columnas principales decayeran, pero para ello tenían el tiempo contado.
Harry no había soltado en ningún momento la mano de Hermione, ni cuando un enorme estante se había derrumbado frente a ellos.
- ¿Por qué no utilizan eso de desaparecerse? - les sugirió el muchacho enclenque llevan a su madre agarrada del antebrazo.
Harry miro al chico incrédulo - ¡Si funciona, créeme que ya lo hubiéramos hecho! - le espetó con fastidio e impaciencia.
El chico lo fulmino con la mirada (de nuevo) y volvió a replicar:
- ¡pero lo hicieron hace rato! - Harry se detuvo y lo miro fijamente.
- Mira niñito, este hotel tiene una protección anti-magia; alguien la coloco porque sabía que habían personas como nosotros - y señalo a Hermione y a sí mismo -
.que podrían utilizar la magia. Hace un momento la protección se había quebrado momentáneamente, pero ya esta activa de nuevo - al parecer, el muchacho resulto más aturdido que hacía unos segundos.
- ¡Vamos! - musitó Granger jalándole la manga de la camisa.
Con un bufido de desesperación empezaron a correr por entre los interminables pasillos, hasta que llegaron de nuevo a unos destruidos escalones.
El único escalón que estaba intacto era el primero y más o menos el ultimo.
- ¿Ahora que hacemos? - le preguntó Hermione a un desconcertado Potter.
El moreno negó - No lo sé
tendremos que buscar otra salida - y miro a los presentes - ¿Alguno de ustedes conocen otra salida que no sean las escaleras?
La muchedumbre se quedo callada, pero fue la niña quien hablo:
- No hay otra salida - murmuro a lo bajo - ¡Pero podremos inventar una! - Harry la miro con un dejo de inocencia y a la vez ignorancia.
¿Inventar una salida? ¡Si claro, y él era Superman!
- Mira, no podemos utilizar magia - le recordó el ojiverde con suma paciencia - Y créeme que sin ella ni Merlín podría crear una salida nueva.
Peor la niña no dejo de sonreír - ¡No tonto! - Le espetó Natacha y su hermana le golpeó el hombro - ¡Lo que yo opino es que podremos bajar por la cuerda de izado del ascensor! ¡Si no estoy mal, todos pararon en el piso diez y nueve, por lo cual estos pisos están intactos!
Harry se quedo callado y miro a Hermione.
Una sonrisa de suficiencia ilumino su rostro - pues claro
¿Cómo no se me ocurrió antes? - y miro con sorpresa a la chiquilla de diez años.
Natacha le sonrió y luego volvió a mirar a Harry - ¿Qué te parece?
- Pues
yo
- musitó el moreno, pero fue Hermione quien lo aprobó.
- Podremos resbalar por la cuerda con las blusas o camisetas, así no nos quemaremos las manos - sugirió la castaña quitándose la chaqueta que llevaba puesta. Lo mismo hicieron las demás mujeres, con excepción que la mayoría llevaba blusas de manga larga.
Harry asintió torpemente, y quitándose su gabardina, miro al muchacho enclenque.
El y Harry eran los únicos hombres en el grupo de nueve personas, por lo cual les dio lo mismo que hacer o no.
- ¡Muy bien, vallamos! - exclamó la ojimarron moviendo la mano.
Harry y ella comenzaron a correr de nuevo por entre los pasillos; con ayuda de todos lograron abrir la puerta blindada e inspeccionaron el ascensor.
- ¿Si creen que nos soporte? - preguntó Angie mirando un tanto desconfiada las fachadas del cubículo.
Granger chasqueó la lengua - Nos tienen que soportar - respondió agachándose para mirar al vacio.
Lo único que se podía ver era un profundo e interminable hueco negro, con una especie de soga en la mitad.
- ¿Cómo podremos saber cuando lleguemos al lobby? - preguntó una mujer asiática y con pinta de vaquera.
Granger chasqueó la lengua - No creo que el ascensor del lobby este bueno - comentó como quien no quiere la cosa - Como mínimo llegamos a la segunda planta.
- ¿Pero como sabemos que es la segunda planta? - quiso saber una desesperada mexicana que entrelazaba las sudorosas manos con impaciencia.
- ¡No lo sé! - exclamó la Gryffindor pidiéndole a Harry un poco de ayuda.
- He
- musitó el joven - Vamos a bajar en parejas - sugirió - Yo opino que él y yo - y señalo al joven enclenque - Bajemos con todas ustedes, así podremos abrir un poco la puerta para ver en que piso nos encontramos - todos asintieron, pero una voz socarrona no estuvo de acuerdo.
- ¡Mi hijo no va a subir y bajar como estúpido! - Exclamó la robusta mujer abrazando al joven - El baja conmigo y punto - pero fue el mismo enclenque que negó.
- No mamá, yo puedo subir y ayudar a las chicas - la mujer robusta abrió los ojos como platos y lo miro ensimismada.
- Pero Charlie
- ¡Mamá! - Exclamó el joven exasperado - Ya es hora de que haga algo importante en la vida ¿no crees? - y sin perder más tiempo, comenzaron con el descenso.
Los primero en bajar fueron Charlie y su madre, la cual no estaba muy convencida de ello.
- Solo trata de abrir un poco las puertas - le comentó Harry cuando estuvieron en la soga - Si no ves nada que se parece al segundo piso, siguen bajando.
- ¿Y cómo se que es el segundo piso?
- Porque al frente del ascensor hay un cuadro escoses - le comentó Natacha y este asintió.
Tuvieron que esperar diez minutos hasta que el muchacho ascendió fatigado.
- Lo
bu-bueno
es...q-que
la
la puer-puerta ya
ya esta
a-abierta - comentó Charlie con la voz entre cortada. Todos asintieron y fue el turno de Harry de llevar a la pequeña Natacha.
- ¡Suerte! - le deseó Hermione y para su satisfacción, sintió un apretón de manos.
Potter asintió y miro a Natacha.
- ¡vamos! - dijo y envolviéndose su camisa en las manos, se aferro a la soga.
Charlie le ayudo a subir a la niña para que se aferrara a la soga, no sin antes envolver sus manos en la pequeña blusita que llevaba hace un rato.
- Vas a ir arriba mío - le comento Harry mirando hacia arriba - Y no desciendas tan rápido - Natacha asintió, y comenzaron a bajar lentamente.
El descenso no era nada agradable, ya que en ocasiones la fuerza de la soga era tal que sus manos perdían el control y descendían muy rápidamente. No fue a la cuarta vez, cuando Natacha le había golpeado en la cabeza al moreno, que este había sugerido descender el primero.
Al llegar al segundo piso, vislumbraron la puerta abierta por Charlie - ¡Muy bien Natacha! - hablo fuerte para que la niña lo escuchara - Voy a brincar, cuando ya esté en tierra firme te grito ¿vale?
Con un débil - ¡sí! - el hombre se comenzó a balancear adelante y atrás, y luego cayó estrepitosamente en el raido suelo del segundo rellano.
Había muchas personas que corrían a todas direcciones, algunas gritaban para un auxilio, otras corrían alarmadas hacia las escaleras.
Había mucho humo en aquel piso y débiles sacudidas se sentían cada nueve segundos.
Cuando se levantó, pudo ver a la madre de Charlie empapada de sudor.
- ¡Salta! - le gritó el moreno y la pequeña despendio con mesura. Miro a Harry y cerrando los ojos, salto hacia los brazos del mismo.
Cuando se hubo levantado, dejo al cuidado de Natacha a la madre de Charlie, y sonriéndoles, empezó a ascender
El asenso tampoco era tan agradable, era peor.
Tenía que hacer mucha fuerza para poder llegar arriba, sin contar que constantemente descendía con estrepito.
Al llegar al quinto piso, escucho el suspiro de una castaña, y sonrió para sus adentros.
Y así fue la rutina hasta que todas las mujeres estuvieron en el segundo piso.
- ¡Baja! - le ordenó Harry a Charlie rotundamente.
El moreno se encontraba muy agitado porque acababa de bajar a la mujer oriental, pero aquello no le importo.
Solo quedaban él y Hermione, y no iba a dejar que un escuincle baboso la bajara.
Charlie asintió no muy convencido, y se aferro a la cuerda.
- Cuando estés abajo guía a los demás hacia las escaleras, con suerte seguirán intactas - le ordenó el Gryffindor y este asintió.
- ¡Gracias!- fue lo último que dijo antes de descender.
El ambiente se formo tenso después de que quedaran solo Hermione y él en el quinto piso a punto de derrumbarse.
- Fue muy valiente de tu parte dejar ir a Charlie - le comentó la castaña como quien no quiere la cosa - Sé que estas muy cansado.
Harry la miro y trato de sonreír - No, estoy bien - le aseguró un poco colorado.
La mujer le sonrió y agarrándole la mano se la apretó con fuerza.
- Gracias - le dijo en un susurro y le dio un beso en la mejilla.
No sabía de cuantos colores se había puesto Potter, pero lo que si sabía era que aquel beso lo deseaba en otra parte.
- Si quieres podemos esperar - le comentó su ex novia mirándolo algo abochornada.
Harry negó - No, esto está a punto de caer, y no me voy a dar el lujo que te pase algo.
Hermione lo observo y de nuevo le sonrió.
Mordiéndose el labio inferior se acercaron al ascensor, justo en el momento en el que el edificio daba una fuerte sacudida.
Con horror, vieron como desde el fondo del pasillo iba creciendo una grande y atemorizante llamarada de un fuego verde.
El humo empezó a esparcirse por toda la planta, llegando a los pulmones de las únicas personas que se encontraban en el sitio.
- ¡cof-cof! - exclamó Hermione tratando de abrir los ojos para vislumbrar un poco el panorama.
Si antes la vista era desalentadora, ahora peor, ya que el fuego había entrado por todos los cuartos quemando camas, doseles, nocheros, escritorios, cuadros, estatuas, estantes e infinidades de cosas que se encontraban en el 5 rellano; dejando a su paso un mar negro.
- Tenemos
Cof-cof
que
cof-cof
salir de
cof-cof
aquí - propuso el moreno entre cortado.
El humo se esparcía por todos sus pulmones, haciéndole imposible respirar. Agarro a tientas la mano de Hermione y la levanto del suelo.
- Nos vamos a
.cof-cof
ahogar
cof-cof
con el hu
cof-cof
humo dentro del
cu-cof-cof
cubículo - comentó Hermione tapándose la nariz y la boca con la mano que le quedaba libre.
Harry sacó un pañuelo que tenía en el bolsillo y se lo ofreció a Hermione.
- ¡Tapate
la
cof-cof
.boca con eso! - Le espetó firmemente - ¡Y no me vayas
cof-cof
hacer reclamos!
La chica asintió torpemente, y amarrándose el pañuelo a la cara (como una máscara de doctor muggle) miro Harry.
Sus ojos se tenían rojos a causa del humo que entraba por sus orbes. Sacudiendo la cabeza, se aferro firmemente a la soga (aunque le fue un poco difícil alcanzarla) y después fue Harry.
- ¡Bajaras primero! - Le dijo firmemente gritando un poco - ¡Y hazlo rápido que nos asfixiaremos! - con una torpe sacudida de cabeza, Hermione empezó a descender rápidamente, pero procurando no perder el paso.
Al llegar el segundo piso, noto con espasmo como la misma llama verde había llegado al segundo rellano antes que ellos.
- ¡Harry, esa cosa nos persigue! - exclamó asustada.
- ¡Tú salta! - le ordeno a la mujer mirando hacia arriba.
El mismo fuego verde decencia sobre sus cabezas.
- ¡Arriba también esta
y va bajando! - con un gritito ahogado, la castaña se balanceó adelante y atrás, y luego cayó ruidosamente sobre el sucio suelo.
Cuando se levantó se sacudió un poco el hollín que se había impregnado en sus ropas.
- ¡Harry, salta rápido! - le suplicó la mujer mirando hacia el fuego - ¡Se está acercando!
- ¡Aquí también! - exclamó el moreno asustado.
Descendió unos cuando pasos más y cayó a unos palmos de Hermione.
- ¡Vamos! - lo apremió la ojimarron agarrándolo del antebrazo.
Empezaron a correr lejos de aquel fuego, pero el fuego verde que había comenzado a descender desde ascensor, se unió con su gemelo, y juntos formaron una especie de pirámide, tan alta que parecía el rostro de una inmensa persona.
- ¡NO ESCAPARAS! - retumbo una voz arrogante que provenía de aquel fuego.
Esa voz le era muy familiar, parecida a la de Voldemort, pero mucho más arrogante.
Hubo otra fuerte sacudida en el rellano. Estaban a unos cuantos palmos de tocar las escaleras, pero antes, del fuego salió una especie de mano verde y gruesa (parecía un mounstro) y el cual impacto contra la pantorrilla de Hermione.
- ¡AHHHHH! - grito la mujer cayendo de bruces contra el suelo.
- ¡HERMIONE! - exclamó un asustadizo Harry.
El moreno giro sobre sus talones y se arrodillo frente a la chica - Hermione, ¿Estás bien? - la mujer levantó la cabeza y miro su chamuscado pantalón.
- Solo
me queme un poco
es todo - balbuceó la mujer viéndose con horror como la carne de su pantorrilla derecha se había vuelto roja sangre.
- ¿Puedes caminar? - le preguntó Harry alterado.
La chica asintió, y con ayuda del moreno se puso en pie.
- ¡PUEDES CORRER PERO NO ESCONDERTE, HARRY POTTER! - le gritó la misma atronadora voz proveniente del fuego.
- Me está llamando a mi - murmuro el moreno viendo hacia atrás.
La llamarada de fuego iba cada vez en aumento, y poco a poco los iba alcanzando.
Llegaron hasta las escaleras y Harry miro a Hermione.
- ¡Trata de bajar por las escaleras sosteniéndote al barandal! - le sugirió su antiguo compañero mirándola a los ojos.
Hermione lo miro expectante y luego giro hacia donde se encontraba el enorme fuego verde.
- ¡NO! - Exclamo la Gryffindor asustada - ¡El fuego te puede alcanzar!
- ¡Él me busca a mí! - Le comentó el joven con altanería - ¡Y no voy a permitir que te haga daño por mi culpa!
- Pero
- ¡PERO NADA! - Espeto un Harry furioso - ¡Bajas ahora mismo por las escaleras y te pierdes de vista!
Pero la castaña seguía en su posición y decisión.
- ¡No me iré sin ti, Harry Potter! - le aseguró rudamente la ojimarron.
Harry suspiró con fastidio.
Le echo un vistazo a la llamarada de fuego y luego miro fijamente a Hermione.
Agarrándole el rostro con sus manos tiernamente, le dijo:
- ¡No quiero que te pase nada, si algo te sucede juro que me muero! No voy a permitir que te pase lo que te paso hace unas semanas
¡No lo voy a permitir! - la castaña se quedo callada, y Harry pudo notar que le temblaban los labios.
- Pero
- balbuceó, pero fue callada por unos cálidos labios rojos.
La ojimarron no lucho con ello, es más, se dejó que el moreno la aferrara más a su cuerpo, a medida que aquel beso se intensificaba.
Ese beso había sido muy distinto a los demás, aquel beso era como si fuera a ser el último.
Un beso lleno de amor y protección, pero al igual de pasión.
Aquel beso era como el que se habían dado aquel día en casa del moreno cuando estuvieron juntos, recordando quizás los tiempos en Hogwarts.
Se separaron por la falta de aire en sus pulmones. Hermione observo abochornada al moreno, pero no le replico.
Por su parte Harry le acarició su mejilla con el dorso de la mano.
- ¡Vete! - le suplicó por enésima vez - ¡Vete y ponte a salvo!
- ¿Seguro que vas a estar bien? - Harry asintió.
- Sí - le ratificó con vehemencia - Voy a estar bien - y dándole un fugaz beso en los labios - sacó su varita.
- ¡Pero no te va a funcionar! - murmuro Hermione viendo su varita incrédulamente.
- ¡Vamos a ver! - fue lo último que dijo antes de desaparecer de su vista.
El moreno se poso frente a la llamarada de fuego verde, y la miro desafiante.
- ¿Me buscabas? - le preguntó rotundamente apuntándolo con la varita.
Era absurdo que estuviera hablando con una llama de fuego, pero Harry sospechaba (no, más bien sabía) que aquel fuego no era común, y había alguien que lo controlaba.
- ¡Harry Potter! - Exclamó la ruda voz desde el interior de las llamas - ¡Has escapado de todas mis trampas!
Harry fulmino con la mirada la llamarada de fuego, y trato de buscar su fuente para destruirla, pero había sido en vano.
- ¿Tú hiciste todo esto? - quiso saber el moreno volviendo a observarlo. Tenía que ganar tiempo para poder encontrar así la fuente de su poder.
La llama asintió y Harry se estremeció al notarlo.
- ¡Lástima que eres muy fuerte
al parecer el amor te hace fuerte! - bramó con fiereza.
- Bueno si, es que ese es mi poder - espetó el moreno con petulancia.
La socarrona voz proveniente del fuego rió con ironía.
- ¿Eres Voldemort? - le preguntó el ojiverde temiendo la respuesta.
El fuego negó - No. Soy alguien mucho más fuerte que esa ridícula serpiente - y rió de nuevo.
Los pelos de la nuca de Harry se le erizaron. Si no era Voldemort
¿Entonces quien?
Las probabilidades de que fuera su sucesor eran absurdas y ridículas.
- ¿Quién te envió para matarme? - otra socarrona risa y luego, silencio.
- ¡Yo soy el que te quiere matar! - exclamo la llamarada con arrogancia.
Harry levanto el entrecejo - No conozco a llamas que sean vengativas - murmuro con ironía - Al menos que no te haya gustado como te trate alguna vez
aunque pata serte sincero
- ¡CALLATE! - Exclamó la voz con repugnancia - ¡Odio cuando empiezas con tus ridículos comentarios!
Potter bufo - Entonces si no eres una llama vengativa ¿Quién te creo?
- Yo me creo con el odio y el rencor de mi dueño - le comentó la voz como quien no quiere la cosa - Y voy creciendo a medida que su odio crece.
Harry vi la gran altura que tenía la llama, y mordiéndose el labio dijo:
- ¡Huy
entonces tu dueño me debe odiar demasiado como para que hubieras alcanzado los 8 metros! ¿Me puedes decir quién es? - la voz rió de nuevo.
- No hago milagros, Potter.
Harry se quedo callado y siguió buscando alguna fuente de poder.
Cuando volteó a su izquierda, pudo ver como Hermione se escabullía por detrás de aquella llamarada gigante.
- ¡Hermione! - susurró a lo bajo viendo con horror como su ex novia iba hacia el fondo del pasillo.
- ¿Qué dices? - quiso saber la llamarada verde con curiosidad.
Potter negó - No
nada...Solo
me sorprende que puedas hablar.
- ¡Yo nos yo quien habla! - Le comentó la llama - Si no el que me creo.
- Ah - balbuceó el moreno - ¿Y el te puso aquí así como así?
- ¡No seas tonto! - bramo la voz azotando con aquella mano gruesa y fea (la misma que había lastimado a Hermione) el suelo.
- Así que tú eras el de los temblores - hablo el moreno con suficiencia. Tenía que ganar tiempo para poder llegar donde Hermione y cubrirla. Si aquella llama la descubría
.
- Ingenioso ¿no? - Harry chasqueó la lengua.
- Pues no lo sé
- dijo con desdén cruzándose de brazos - No me parece ingenioso que para matarme tenías que cobrar la vida de otras personas.
- ¡La vida de los muggles no valen nada! - Exclamó la voz atronadora con suficiencia - ¡Yo soy una de las personas que todavía cree que el mundo estaría mejor sin esos fastidiosos muggles.
Harry rió irónico - ¿Te crees una persona? - le preguntó con arrogancia, y volvió a reír - Yo siempre he considera a los que piensan así como otras cosas
no personas.
El inmenso fuego dio otra sacudida al edificio, pero mucho más fuerte - ¡IMBÉCIL! - exclamó empujándolo unos cuantos metros.
El joven cayó de trasero e impacto fuertemente con estatua quemada.
Se levantó tambaleándose, tocándose la parte de la cabeza donde se había golpeado.
- ¡IMBÉCIL! - exclamó la voz de nuevo riéndose a carcajadas.
Harry no le importo cuantos insultos tendría que recibir por un fuego parlante, ya que lo único que le importaba era Hermione.
Con tanto humo que despedía el fuego, sus ojos se aguaban cada vez que trataba de ver al fondo del rellano.
- Tienes miedo ¿Potter? - le preguntó la voz burlonamente.
Harry negó - ¡No, me he enfrentado a cosas mucho peores que un fuego parlante! - al parecer aquello no le daba mucha gracia, pero no le importo.
Hermione pensaba con desesperación, caminando hacia el fondo del rellano.
- ¿A dónde vas? - quiso saber el fuego.
- ¡Que te importa! - le espetó el moreno con altanería.
Cuando llego al mismo lugar donde estaba segundos atrás, pudo notar que un pequeño bulto se movía en el rincón del pasillo.
Al parece tenía algo firmemente sosteniendo con las manos, pero no se podía ver claramente que era lo que estaba haciendo.
Harry chasqueó la lengua y vio al fuego.
- Eh
¿Por qué no me cuentas de tu amo? - otra carcajada tenebrosa y luego
silencio.
En aquellos momentos pasaron muchas cosas a la vez:
Después del silencio, el fuego se harto de la charla y lanzo su gruesa mano hacia Harry, dispuesto a matarlo; pero antes de que lo pudiera tocar, una luz planeada ilumino toda la habitación, cegando a Harry por completo.
Después, noto que estaba corriendo hacia Hermione, para protegerla de la inmensa expansión de la llama de fuego verde que se alzaba sobre ella.
Cuando la toco, cerraron los ojos y desaparecieron.
Se reaparecieron a las afueras del hotel Hilton, que en aquellos momentos se venía abajo.
Cuando abrieron los ojos pudieron ver que miles de ojos se posaban en ellos, y escucharon la voz de una mujer robusta diciendo:
- ¡SON ELLOS, LOS MAGOS, LOS QUE NOS SALVARON! - y luego vítores por todas partes.
Harry aun no podía vislumbrar muy bien donde se encontraba, lo único que sabía era que estaba en medio de un corro de gente, y abrazaba firmemente el cuerpo de una mujer.
Cuando volteó su rostro hacia la izquierda, noto que una reportera estaba entrevistando a los que habían salvado, y millones de personas estaban más atrás.
Luego, escucho una voz lejana que lo llamaba
aquella voz cargaba mucho veneno en su voz y luego, como si fuera por arte de magia; una fuerza invisible soltó9 a Hermione de sus brazos, lanzándola hacia el tumulto de gente aglomerada frente a la reportera.
- ¡Hermione! - musitó el Gryffindor, pero las fuerzas se le iban yendo.
Luego, sintió como una llamarada roja se cernía sobre él, provocando que comenzara a sudar escandalosamente.
Escucho los gritos de asombro de muchas personas, la exclamación de una chica diciendo de su nombre, y después, aquella llamarada roja se fue tornando dorada, cerrándose alrededor de él.
Con la poca visión que sus ojos le otorgaban, vislumbro una especie de jaula dorada, que lo encarcelaba sin ninguna salida.
Cuando la tocó con un brazo, todo a su alrededor se fue disminuyendo, las voces se fueron opacando y él fue cayendo, cayendo y cayendo
.
TO BE CONTINUED
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Wnas:
jijij ps como tan?
con 18 hojas de word, culmine el 29avo cap, a mi me gusto muxo, pero no tanto como el sig cap k toy escribiendo e smuy ahhhhhhhh haromny....
Para la chik o chik k me pedía mas escenas H/Hr...con eso es mas k suficiente?
ps es sollo una bri de boca...porjk esto se pone candente jajajaja
Ok ps espero k les haya gustado el cap....mmmm no se vallan acostumbrar tanto en las actualizaciopnes rapidas, y todavia sigo en mi HUELGA....así k no se alegren....
las mismas normas para la prox actualizacion y hablo en serio jajajaja....me aguanto ghasta k no me dejen los rew k kiero jajaj...
Para k se vallan dando una idea de k se tratara el 30avo cap ps aki el titulo:
Se llama Utopía...
Y para los k sepan k es una Utopía, ps s eimaginaran mso nuuu creen???????' jajaja
Ok ps hasta la pox actualizacion besos y dejan rew......
PD: Gracias x los rews dl anteiro cap...byeeeeeeeeeee
ADVERTENCIA: EL CAPITULO QUE ESTAS APUNTO DE LEER, CONTIENE UN LEMMON MUY AVANZADO PARA MI EDAD Y PARA LA EDAD DE MUCHO DE UDS 8(jiji, exquisito xd) SI ERES MUY SENSIBLE, ES RCOMENDABLE NO LEERLO.
NO APTO PARA SHIPPER DEL CLUB FUEGO Y CANELA NI PARA LOS HR/R....YA QUE PUEDE HERIR SU HERMOSO DH (al diablo)
BY EMMA_POTTER
30
Utopía
Diciembre 26 del año 2012
Iba cayendo y cayendo hacia un abismo interminable. Hacia un mundo fantástico y a la vez lúgubre.
Iba cayendo hacia una completa oscuridad, una oscuridad que poco a poco se fue aclarando.
Sintió como su cuerpo caía estrepitosamente sobre algo suave.
¿Suave? ¿Pero que estaba significando?
Quería abrir los ojos para ver en donde se encontraba, pero le era imposible; estaban tan pesados como yunques que aquello era una ardua tarea.
Su mente divagaba por espacios utópicos, espacios extraños pero a la vez fantásticos.
No entendía porque su cabeza divagaba en aquellos lugares, lugares que conocía pero a la vez no
era como si se los hubiera formado el mismo.
Suspiro
¿podía suspirar? Eso quería decir que estaba a salvo pero
lo último que había vivido era
¿Qué había vivido? No lo recordaba, y era muy extraño.
¿Por qué no recodaba lo que había vivido antes?
¿Acaso estaba muerto?
¡No, no podía ser
si estuviera muerto vería a sus padres
aunque ni podía abrir los ojos!
Suspiro de nuevo
¿en dónde estaba? ¿En algún universo paralelo? O ¿Había enloquecido?
Suspiro de nuevo.
Una voz en la lejanía pronunciaba su nombre, una voz que no conocía pero a la vez sí.
- ¡Papi! - le decía la vocecilla más fuerte que antes - ¡Papi
mamá dice que despiertes! - el hombre no sabía que hacer, estaba muy aturdido y sofocado.
Por una parte no podía abrir los ojos, y por otra estaba contrariado.
¿En donde se encontraba? Era su pregunta.
- ¡Papi! - aquella voz se hacía cada vez más y más fuerte, hasta que lo comenzaba a zarandear.
Movió la cabeza de un lado a otro y vislumbro una pequeña silueta que la iluminaba los rayos del sol.
A tientas agarro las gafas y pudo ver el rostro de una pequeña de ojos verdes esmeraldas, cabellera castaña y piel tersa que le devolvía la mirada.
- Mamá dice que la próxima te lanza un vaso de agua fría - le comentó la niña sentándose en el borde de la cama.
Harry dio un gran bostezo y comenzó a incorporarse en la cama.
Miró a la pequeña fijamente: era como si se mirara a si mismo a la edad de once años, a excepción de que ella tenía más o menos unos nueve.
Se restregó sus ojos, pensando que tal vez estaba soñando, pero cuando sintió el ligero toque de los labios de la pequeña en su mejilla, noto que era más que un sueño.
- Mamá te está esperando - le repitió cansina la infante - Y se está colocando brava. Mejor te apuras antes de que te bañe con la regadera como hizo ayer - y sonriéndole de nuevo, salió del cuarto.
Harry miro a su alrededor: Se encontraba en una amplia habitación, al parecer todo era de madera y porcelana.
La cama se encontraba frente a la puerta, al lado de esta había dos mesitas de madera a lado y lado, y en ellas reposaban diferentes cosas.
En la mesa del lado derecho había un libro mediano que rezaba: El código DA Vinci y junto a este se encontraba una varita de Madera de vid con nervio de dragón en su interior. Suspiro
. ¿será posible que
?
- No - dijo Harry a lo bajo un poco aturdido.
No podía ser que esa varita fuera de ella
aunque
No hay dos varitas iguales recordó una vez.
Luego giro su cabeza hacia la mesita de noche del lado izquierdo, y vislumbro también una varita, su varita para ser más exacta.
Al lado de aquella varita con el núcleo de pluma de ave fénix, se hallaba tres portarretratos, al parecer dos eran de fotografía muggle y el otro era mágico.
Agarro primero el que estaba a vivo color pero no se movía, y se quedo estupefacto al vislumbrar tres personas (entre ellas él y Hermione) y en la mitad la misma niña que lo acababa de despertar, excepto que era unos años más joven.
El paisaje de aquella fotografía era hermoso, ya que detrás de ellos estaba la torre Eiffel, rodeada por frondosos árboles y matorrales cubiertos de flores.
Miro la siguiente fotografía (no-mágica) y le dio un vuelco el corazón:
En ella estaba él cargando a un botoncito envuelto en una sábana blanca. Por entre un orificio que había en la superficie, sobre salía una pequeña cabecita que miraba tiernamente al hombre que la cargaba.
La otra fotografía era mágica, la agarro con parsimonia y al verla se le formo un nudo en la garganta.
Se encontraba él, al lado de Hermione (la cual vestía un largo y hermoso vestido blanco, el cual daba visos al reflejarse con los rayos de luz. Sobre un elegante peinado, llevaba una tiara plateada, que en sus extremos despedían unas finas y delgadas tiras que colgaban sobre las orejas de la castaña)
Estaban al parecer en la madriguera, ya que a sus lados, saludaban voleando la mano Ron y Ginny, al parecer más contentos que los recién casados.
Se quedo de piedra y trago saliva. Dejando el portarretrato en el nochero, se levanto de la cama.
O era un sueño muy bien hecho o se había quedado dormido por más de cinco años.
Suspiro de nuevo y salió de la habitación.
Al hacerlo, se encontró con un bonito pasillo que se dividía en dos partes:
El pasillo del lado izquierdo conducía a tres habitaciones que estaban al frente de la habitación en la que acababa de salir el moreno; y el pasil