Permaneció sentado en su silla, frente a su escritorio. Estaba próximo a morir, lo sabía desde que el año había comenzado. Tenía ese sexto sentido alerta, que le decía que pronto prescindirían de él y muy pronto pagaría cuentas de la mala administración anterior.
Como fuera, no se movería. Con un trago de whiskey en una vieja botella. El último que quedaba y el último que se bebería.
Por el fin de sus tiempos. Sonrió pesadamente, frotándose la cien con una mano y pensando en todo lo que pudo haber sido, menos ministro de magia.
Alzó la cabeza y miró el tejado. Pronto. Muy pronto iba a morir. Todos se habían ido a proteger a Potter. Al gran mago de importancia mundial, que sin él nadie podría sobrevivir. Incluso él; que temía por su vida.
Nada que un buen licor no pudiera mitigar.
Continuó oyendo una vieja música, en un viejo tocadiscos. No había hablado con ninguno de sus funcionarios. A esas alturas, era muy probable que ya todos se hubieran volteado en su contra y esperaran su muerte. Suspiró suavemente mientras cambiaba el sentido del disco y escuchaba su canción favorita por última vez.
¿Qué sería de tener esposa e hijos? De tener algo por lo que vivir. Andaría cobarde, como una vieja gallina. Pero ya no tenía qué temer, puesto que estaba solo. Era un hombre solitario y no llevaría desgracias consigo, por morir de forma poco honrosa.
Escuchó las campanadas del recibidor. Una tras la otra. Voldemort y sus secuaces, no tardaban en arribar. Lo habían hecho con tantos funcionarios del ministerio; que no le extrañaba que en cuanto se descuidara, apareciera de entre las sombras.
Pero estaba listo para morir. Harry Potter era más importante que él y que su suerte. Que lo mataran si creían que eso iba a detener a los aurores y al resto de los personajes tan importantes de aquel entonces.
Miró una vez más su vaso. A medio beber. Lo bebió de un golpe y entonces, su puerta se habrió de la misma forma. De golpe.
Hola, Scrimgeour.
Hola, Dolohov. Bienvenido. ¿A qué debo el honor de tu visita tan especial? ¿Quieres un poco de whiskey? Es del mejor año. Quizá podríamos escuchar una canción antes de que te vayas.
Sonrió y negó con la cabeza, sacando su varita y apuntándolo ligeramente. Podía morir, si protegían muy bien a Harry Potter. Que al final, hasta sus aliados lo habían traicionado. Ya no era del bando de Dumbledore ni tampoco, del bando de Voldemort. Era una pieza poco indispensable y muchos otros; asumirían el control que él no tenía.
Buenas noches, Rufus.
Perdió el sentido y se desbalanceó en la silla. Sintió el embiste de la magia y dejó de tocar el suelo. Cayó de espaldas y comenzó a cerrar los ojos sin mirar atrás. ¿Para qué? Preferible era morir sin mirar. Morir sin dolor alguno.
Que de avada kedavra, terminaran con su vida.
Adiós para siempre, Harry Potter.
Quizá fueron sus últimas palabras, mientras escuchaba la risa de Dolohov y comprendía que el mundo se veía mejor en negro. Donde no pudiera pensar en guerras ni en tristezas. Cuando comprendía que de allí jamás se levantaría.
"El ministro ha sido asesinado" "El ministro ha muerto".
Se oiría por todas las calles de la ciudad que intentaba proteger.
Rufus Scrimgeour - Fanfics de Harry Potter
Permaneció sentado en su silla, frente a su escritorio. Estaba próximo a morir, lo sabía desde que el año había comenzado. Tenía ese sexto sentido alerta
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2023-02-27
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