Scorpius y los semidioses de Rose - Potterfics, tu versión de la historia

 

 

 

Scorpius Malfoy podía asegurar que se había enamorado de Rose Weasley cuando la vio en el Anden 9 y ¾. Tenía once años entonces, pero él sabía que estaba sintiendo amor por la bella niña que estaba a varios metros de él. Su padre había señalado a la familia, diciendo que eran los Weasley y los Potter, pero después de eso, Scorpius no escuchó más, se había quedado paralizado al verla a ella. Rose había tenido el cabello hasta la mitad de la espalda, el color era uno entre el rojo oscuro y el anaranjado, todo dependía de la luz del sol. Él se fijo que ya llevaba puesto su túnica negra y que tenía una sonrisa tan amplia que se le veían los dientes blancos. No llegó a ver sus ojos en ese momento, pero cuando estaban en la Ceremonia de Selección, Scorpius pudo admirar que era de color azul rey, y eran tan hermosos que si ella le hubiera pedido que se cortara la mano, lo hubiera hecho. Scorpius Malfoy estaba completamente enamorado de Rose Weasley desde que era un niño.
Él se había hecho amigo de ella, su mejor amigo, gracias a Albus Potter, el primo de ella y el mejor amigo de él. Y por conocerla mejor, sintió el amor crecer por ella. Rose era totalmente valiente -no por nada estaba en Gryffindor-, inteligente, impulsiva, inmadura, alegre, trabajadora y muchas cosas más. Rose era una extraña mezcla de todas las chicas del mundo que a los ojos de Scorpius, la hacía ser perfecta. Había sido el primero en darse cuenta lo especial que era, pero no fue el último. Ella era el sueño de todos los chicos, incluso se decía que quien lograba ser su novio, debía recibir un premio y la admiración de los demás. A Rose le gustaba la atención y tontear con los que se acercaban a ella, pero nunca había tenido novio, o al menos uno oficial.
Scorpius quería estar con ella. Quería besarla, abrazarla, tocarla. Él merecía un logro por estar todo el tiempo cerca de ella y aun así, resistirse al impulso de hacer algo que no fuera de simples amigos. Aquello era una tortura, sobre todo porque Rose tenía la manía de sentarse sobre él y rodearle el cuello con sus brazos, haciendo que estuviera totalmente pegada a él. Y Scorpius no podía besarla, ni aunque lo quisiera.
Ahora tenían diecisiete años. Estaban en su último año de Hogwarts. En tres meses se graduarían. Scorpius quería ser Auror. Rose quería jugar Quidditch profesional. Seguirían ser amigos, claro, pero él sabía que si salían del colegio para siempre y todavía no estaba con ella, perdería cualquier oportunidad de ser su novio.
Chicos de todas las edades le habían dado flores, chocolates, canciones, cartas, salidas, cenas y cualquier cosa romántica. Nada de eso había funcionado para que Rose se enamorara de ellos. Scorpius necesitaba algo diferente, original, algo que hiciera que ella sintiera el mismo amor que él sentía hacia su persona.
Y cuando estaba a punto de comer su tercera empanada de calabaza en la mesa de Slytherin, la idea llegó a su mente.
¡Lo tengo! gritó tan fuerte y emocionado que todos lo miraron. Desde la mesa de Gryffindor, Rose lo miraba entre confusa y divertida.
Scorpius rió con timidez hacia las personas que lo miraban y cuando todos volvieron a lo que estaban haciendo, él se inclinó sobre la mesa y miró entusiasmado a Albus, quien lo miraba con una ceja alzada.
Ya sé como conquistar a Rose le dijo. Su amigo suspiró. ¡Esta vez funcionará! Y ella se dará cuenta de lo que hago agregó.
Sabía que tuve que elegir otro amigo en mi primer año suspiró Albus. Levantó la cabeza para mirarlo. ¿Qué tienes planeado?
Necesitaré tu ayuda y la de Hugo.
Albus lo miró confundido y los dos giraron las cabezas para mirar hacia uno de los extremos de la mesa. Hugo Weasley, el hermano menor de Rose, comían tranquilamente, escuchando atento lo que su novia le decía. El único Potter en estar en Slytherin se preguntó como le iba a hacer Scorpius para convencer a Hugo que lo ayudé, sobre todo cuando se enterará que era para conquistar a su hermana.
Tú conoces mejor que a nadie a Rose siguió Scorpius y Hugo sabe tanto sobre los libros como su hermana.
¿Quieres regalarle libros?
No respondió Scorpius, con una sonrisa como la del gato de Alicia en el País de las Maravillas. Quiero convertirme en los semidioses que Rose ama.
Albus estaba seguro que su amigo había perdido la razón.

 



¡Nuevo proyecto! Básicamente se me ocurrió mientras leía de nuevo el último libro de Percy Jackson y debía escribirla. Esta historia no tendrá más de diez capítulos y ya tengo la mitad escrita, así que actualizaré con normalidad. ¿Esta idea les gusta? Creo que original, o al menos no vi ninguna historia que sea así.
Lo único que me queda para decir que como dije, la historia la subí el mismo día de mi cumpleaños -o sea hoy, 31 de marzo- como regalo para los lectores. Y yo no rompo las promesas como ven.
¡Besos!Aunque había aceptado ayudarlo, Hugo seguía con ganas de matar a Scorpius. La razón no era porque estaba intentado enamorar a su hermana, sino porque había entrado a su habitación en un momento comprometedor.
Hugo Weasley era el más inteligente de Hogwarts, y si fuera poco, era respetado por todos los alumnos y profesores que habían, sobre todo porque tenía la-mirara-que-haría-que-Voldemort-se-haga-en-los-pantalones. Y se agregaba que era un Weasley. Las chicas estaban detrás de él todo el tiempo, sobre todo porque él y su primo Albus eran los únicos chicos que quedaban de esa familia en el colegio. A Hugo no le importaba, ya que él solo tenía ojos para su novia, Alex Rosier.
Ella estaba sentado al frente suyo en la cama, leyendo un libro de Transformaciones. Alexandria le había pedido que le ayudará a estudiar para el próximo examen de aquella asignatura y él había aceptado, así que desde hace dos horas estaban en la habitación de chicos de quinto año con los libros y pergaminos.
Ya me tengo que ir dijo Nathan Rosier, el gemelo de Alex y el mejor amigo de Hugo o llegaré tarde a mi cita. Disfruten del estudio.
Él salió de la habitación y Alex soltó un suspiro de cansancio.
Por fin, ya estaba pensado que no se iría más.
¿Mmm? Hugo levantó la cabeza de su tarea para ver como su novia se quitaba la remera que traía, revelando un sostén violeta con detalles negros. Él dejó caer la mandíbula.
¿Realmente creías que solo quería estudiar, Hugo? Con toda la libertad del mundo, ella se sentó sobre el regazo de él. Todavía sorprendido y distraído, Hugo rodeó su cintura con sus brazos. A veces puedes llegar a ser bastante lento.
Hugo rodó los ojos y tiró de ella para besarla, mientras que Alex sonreía, poniendo sus manos sobre los hombros de él. El último de los Weasley tiró todo el material para estudiar de la cama y empujó a su novia hasta que ella quedó sobre la colcha y él sobre ella. Alex rió y tiró de él para volver a juntar sus labios.
¿Por qué eres tan traviesa?
Porque así te gusto.
Él suspiró profundamente y llevó sus labios al cuello de Alex, quien empezó a gemir con suavidad. Cuando ella se arqueó, Hugo llevó sus manos al broche del sostén para quitárselo, y lo hubiera hecho, si alguien no hubiera entrado bruscamente a la habitación. Alex chilló y se puso la remera sobre su cuerpo, mientras Hugo se incorporaba para enviarle una mirara asesina a Scorpius Malfoy, que en ese momento se dio cuenta que había llegado en un mal momento.
¿Vuelvo más tarde?
¡LARGO!
Hugo intentó calmarse y miró a Alex, quien seguía respirando con dificultad con los ojos bien abiertos. Ella negó con la cabeza y se pasó la remera por la cabeza, luego se acomodó el cabello negro.
Se acabó el momento.
Imbécil bufó Hugo. Se inclinó y le dio un corto beso a su novia. Voy a ver qué quiere. Ya vuelvo.
Alexa asintió y se sentó bien en la cama, todavía con las mejillas sonrojadas. Hugo salió de la habitación y caminó hacia Scorpius, quien estaba sentado en uno de los escalones, con las mejillas tan rojas como las de su amiga por interrumpir a ella y a su novio. Hugo contó hasta diez para calmarse y se sentó a su lado.
Más te vale que sea lo que sea qué quieres sea bueno.
Primero, lo siento se disculpó, sin mirarlo a los ojos. Y segundo, tú y seguramente todo el mundo saben que estoy enamorado de Rose.
Como cualquier chico con dos ojos contestó Hugo, haciendo una mueca de disgusto. ¿Y qué tiene eso que ver con lo que quieres de mí?
Ya sé como enamorarla. ¡Y esta vez va a funcionar! agregó cuando él lo miró con algo de burla. Rose adora los personajes masculinos de los libros, pero ama más que a nadie a los semidioses de esa saga que lee. ¡Yo quiero ser ellos!
Hugo pestañó confundido. Él recordaba vagamente que la primera vez que había visto a Scorpius Malfoy, él parecía un chico maduro e inteligente, luego comenzó a juntarse más con Albus y Rose y se convirtió en un problemático, bromista y fuera de juicio como ellos. Hugo se dio cuenta por completo que el chico maduro e inteligente ya no estaba al ver la sonrisa de loco que tenía Scorpius.
Es una idea ridícula dijo cuando él terminó de explicarle lo que quería hacer.
Albus dijo que era absurda contestó Scorpius. Tú y Al conocen a Rose mejor que a nadie. Y tú también sabes tanto sobre los libros de Las Crónicas del Campamento Mestizo como ella, necesito que me digas todo sobre ellos, desde su color de cabello hasta su personalidad.
¿Piensas teñirte el pelo? Genial, Scorpius se volvió loco, pensó Hugo.
¡No! Usaré peluca dijo con obviedad. Él se giró hacia él y juntó las manos en signo de súplica. Por favor, por favor, dí que lo harás. Necesito tu ayuda, y la de Albus. Vamos, vamos, vamos.
Es una terrible idea dijo, pero terminó aceptando ayudarle.
Scorpius le dio un fuerte abrazo que lo tomó por sorpresa, pero tan rápido como lo abrazó, se alejó y salió corriendo, seguramente para reunirse con Albus. Hugo suspiró profundamente y se paró para dirigirse hacia su habitación. Alex Rosier estaba sentada en el piso, apoyando su espalda en la cama y leyendo el mismo libro que tenía antes de quitarse la remera. Ella le sonrió tímidamente al verlo entrar.
¿Qué quería?
Hacer el ridículo contestó él simplemente.


Algunos seguramente reconocieron a la novia de Hugo como también al mejor amigo de él, Nathan y Alexandria Rosier, ya que son personajes míos usados para otra historia mía, pero tuve que ponerlos acá si o si porque son mis personajes favoritos y debía ponerlos en este fic.
Quiero agradecer por acá a las cuatro personas que me felicitaron por mi cumpleaños, muchas gracias realmente, me sentí feliz al leer sus comentarios, y también saber que les gustó la historia. Y sólo digo para alguien que comentó que no tengo los libros de Percy Jackson, tuve que leerlos por PDF, pero por mi cumpleaños me regalaron el primer libro, El ladrón del rayo, también el tercer libro de Harry Potter. Entonces no tengo nada más que decir que disfruten la lectura.
¡Besos!Rose Weasley escuchaba con aburrimiento lo que le estaba diciendo Mark McLaggen. El chico no perdía tiempo en hablar de él, ni siquiera los primos de Rose, James Potter y Fred Weasley, eran tan egocéntricos como él. Lo único que ella escuchaba era , y . Maldijo por sexta vez a Albus y Scorpius en lo que llevaba la hora. Se suponía que los tres se juntarían en Cabeza de Puerco en Hogsmeade, pero ellos ya llevaban cuarenta minutos de retraso y en ese tiempo, McLaggen la había visto sola, se sentó frente ella en la mesa y comenzó a hablar sobre sus magníficas habilidades como cazador en el Quidditch.
Suspiró profundamente y miró el reloj que la taberna tenía. ¿Dónde demonios estaban sus amigos? Sus supuestos mejores amigos que la habían dejado plantada y habían hecho que se estuviera muriendo de aburrimiento escuchando a McLaggen.
Cuando él comenzó a hablar por tercera vez de sus fuertes músculos -Rose tenía que admitir, a regañadientes, que McLaggen si tenía un buen cuerpo-, su mente vagó hasta hace unos días atrás. Albus y Scorpius estaban actuando de una forma muy extraña, hablando en voz baja y callando abruptamente cuando ella se acercaba, y lo más raro de todo, Hugo a veces estaba con ellos, algo completamente raro porque su hermano solo vivía para los hermanos Rosier, el Quidditch y las tareas, además de que él no convivía mucho con las mismas personas. Rose se preguntaba qué estaban tramando.
Ya sabes, yo estaría encantado de hacer lo que tú quisieras dijo McLaggen. Rose rodó los ojos ante la insinuación de sexo de él. Era bastante popular entre los chicos para saber cuando uno de ellos quería llevarla a la cama, como ahora. Era momento de poner fin a la aburrida conversación.
Mark, ya me tengo que ir. Adiós.
Sin darle tiempo de discutir, dejó dinero para pagar su cerveza de mantequilla y salió de Cabeza de Puerco. Mataría a Albus y Scorpius por hacerla soportar todo aquel aburrido e insoportable momento con Mark McLaggen, les daría un buen golpe en la cabeza a cada uno. Estaba a punto de entrar a una joyería donde estaba Alice Longbottom, la novia de Albus, para preguntarle si sabía dónde estaban él y Scorpius, pero entonces escuchó como alguien gritaba su nombre.
Rose sonrió al ver a su hermano y a su cuñada caminado con las manos entrelazadas. Desde la primera vez que los había visto discutir, siempre supo que acabarían juntos y le daba alegría saber que las cosas entre ellos iban de bien a mejor. Hugo y Alexa se acercaron, él con cara de pocos amigos y ella con una sonrisa divertida. Rose abrió la boca para preguntar qué pasaba, pero Hugo simplemente le dejó una nota en su mano y se alejó con su novia, sin decir nada más.
A quién saliste tan misterioso, Hugo suspiró para si misma, mirando el contenido de la nota. Era de, obviamente, Scorpius, incluso aunque no estuviera firmada, Rose reconocería su letra en cualquier lado. Era mejor que en esa nota le explicará por qué él y Albus la dejaran plantada.
"Tengo tres meses para hacerlo y créeme, aunque a simple vista parezca fácil, es completamente difícil, por lo tanto no creo que tenga suficiente tiempo para hacerlo. Si no logro terminarlo, tal vez puedo seguirlo después de terminar Hogwarts, o quizá no, pues tal vez se me fue la oportunidad. Aunque Albus dice que perdí la oportunidad hace tiempo, pero él está con humor de perros, así que no le creo...
¿Estoy divagando, verdad? Cuando me pongo nervioso, divago, incluso cuando estoy escribiendo. Lo siento, ¿lo he hecho de nuevo?
¿Mañana en la Sala de los Menesteres? Podemos estudiar. Además, quiero enseñarte algo."
Rose rió mientras guardaba la nota en el bolsillo, Scorpius podía a ser tierno cuando quería, y muy adorable. Claro, eso no decía que le haya perdonado por ni siquiera decirle que no pensaba ir a la cita de hoy. Le daría un golpe en la cabeza al verlo, a él y a Albus. Como era obvio que ninguno de los dos aparecería por Hogsmeade y Rose no quería encontrarse de nuevo con McLaggen, decidió volver a Hogwarts. Mientras caminaba al castillo, se preguntaba qué era lo que Scorpius quería mostrarle. Tal vez al fin le diría lo que él, Albus y Hugo estaban haciendo los últimos días, algo que al parecer Scorpius quería hacer en estos tres meses.
Bueno, pensó, mañana lo sabré.


¡En el siguiente capítulo comienza la humillación... el plan de Scorpius! ¿Quién creen que será el primer semidiós que Scorpius imitara para intentar conquistar a Rose? ¿Y los demás? Yo solo digo que serán cinco semidioses entre griegos y romanos. Y para una lectora que me mandó un mensaje por Facebook: No, Nico di Angelo y Will Solace no están entre los seleccionados por los chicos, ya que ellos son gays y Hugo sabe que si su pareja favorita llega a sentir una pequeña atracción por una chica (incluso aunque ésta chica sea ella y Scorpius sea quien se disfrace de ellos), se enojarian terriblemente.
Ya que la historia tiene pocos capítulos y ya vengo desde el mes pasado escribiendo esto, únicamente me falta escribir un capítulo más y el epílogo para terminar de escribirla, así que como dije la última vez, no voy a dejar de actualizar está historia por grandes períodos de tiempo.
Y por último quiero avisar que, además de subirla en Potterfics, también subo Scorpius y los semidioses de Rose en Wattpad. Este es el link: https://my.w.tt/UiNb/cqx1EgeJ4B
¡Besos!Albus y Hugo se miraron brevemente y volvieron a ver a Scorpius, ambos intentado no sonreír. Por supuesto, el intentar estar serios solo duró unos cinco segundos máximo antes de romper en carcajadas. Scorpius frunció el ceño, los miró con indignación y se cruzó de brazos. Él estaba seguro que se veía bien, no entendía que tanta gracia les daba a sus supuestos amigos. Albus y Hugo lograron calmarse luego de diez minutos, más o menos, ya que cada vez que volvían a verlo, reían con fuerza nuevamente.
Aún tienes tiempo para retractarte, Scorp murmuró Albus, sin perder la sonrisa. Mejor eso antes de pasar vergüenza.
No pasaré vergüenza masculló.
Ya estás pasando vergüenza corrigió Hugo. Suspiró. Mira, has lo que quieras. Ya sabes como comportarte y... y, bueno, supongo que, en un cincuenta-cincuenta, lograrás atraer a Rose. De cualquier forma, he quedado con Alex Él tomó su chaqueta del sofá y se la colocó. Cuando pasó al lado de Albus, agregó en un susurro: Mañana muéstrame el video.
Albus asintió con disimulo. Antes de que Scorpius apareciera, había colocado una cámara entre los estantes para grabar lo que ocurría en la Sala de los Menesteres. Scorpius era su mejor amigo, claro, y era su hermano por elección, pero no por eso iba a desaprovechar la oportunidad de grabar el ridículo que iba a hacer. Hey, no podían culparlo, él intentó avisarle a Scorpius, pero el chico completamente perdido en la desesperación de conquistar al amor de su vida, no le hizo caso.
Tienes que tener fe, confianza y... polvillo de hada dijo Albus seriamente. Scorpius rió.
Ve, Al. Estaré bien.
Si tú lo dices...
Con un suspiro resignado, Albus salió de la Sala de los Menesteres, dejando a Scorpius terminando de organizar todo. Él rogó a Merlín, Morgana y, por qué no, a los dioses griegos de Rose para que su mejor amigo no pasara tanta humillación y terminará tan avergonzado que no querrá salir de la cama hasta terminar Hogwarts. Tal vez no debió seguir con la idea desde un principio.
Estaba pensado en aquello cuando chocó con alguien.
Alice, cariño dijo sonriente. Ella le sonrió y se puso de puntillas para darle un beso en los labios.
Tengo hambre, ¿me acompañas a la Cocina?
Ni siquiera debes preguntar.
Mientras tomaba la mano de su novia, Albus pensó que Scorpius tal vez estaba haciendo bien en hacer esta idea -por muy ridícula y absurda que fuera- para conquistar a Rose. Él también haría hasta la cosa más humillante para tener a Alice para siempre a su lado.
Ah, lo que hace el amor susurró tan bajo que Alice no lo escuchó.


Todavía riendo de un chiste de su prima, Rose se levantó de su asiento para irse del Gran Comedor. Llevaba en las manos un libro de Pociones y pergaminos para estudiar con Scorpius, aunque dudaba de que hicieran eso, hacia mucho que el chico había dejado de estudiar. No lo hacía desde que se había convertido en el mejor amigo de Albus y de ella. A los dos les gustaba contar como habían convertido a Scorpius Malfoy de un ángel a un demonio.
Gran parte de ayer y todo el día de hoy, Rose estuvo pensando la verdadera razón por la cual Scorpius la había citado en la Sala de los Menesteres. Scorpius había escrito en la nota que tenía tres meses para hacerlo, ¿pero qué demonios quería hacer? Y luego estaba eso de que quería mostrarle algo, ¿pero qué? Rose odiaba que le dejaran con la duda. Tal vez Scorpius quería mostrarle alguna cosa que le compró, o algo que se compró para él, quizá consiguió una película para ver entre los dos. Podía ser cualquier cosa.
Y Rose había imaginado muchas cosas, pero nunca lo que vio al entrar a la Sala de los Menesteres.
La última vez que había visto a Scorpius, éste era el mismo de siempre: cabello rubio platinado, peinado hacia atrás, y lindos ojos grises mercurio. Ahora parecía otra persona.
Rose por poco dejó caer los libros y los pergaminos.
Scorpius tenía el cabello negro. ¡Negro! Rose ni siquiera había pensado que aquello era posible. ¡Y sus ojos eran verdes! Rose tuvo que pestañar varias veces para asegurarse que no estaba delirando. Seguía siendo Scorpius, lo único que tenía diferente era el cabello y los ojos. Era Scorpius, pero a la vez tan parecido a...
Podía ser que Rose estuviera completamente obsesionada con Las Crónicas del Campamento Mestizo, pero ella estaba segura que Scorpius se parecía en ese momento a Percy Jackson.
Por... los... dioses...


¿Esperaban esto? ¿Se imaginaban que en realidad Scorpius se pondría una peluca como le dijo a Hugo? ¿Se imaginan a Bertie Gilbert, el actor que hizo a Scorpius Malfoy en Las reliquias de la muerte II, con cabello negro y ojos verdes? Pues si lo hacen, así será. Ya pueden ir imaginado comóplatos fue la reacción de Rose al verlo.
Leí los libros de Percy Jackson hace tiempo -debo volver a leerlo para hacer esta historia bien-, así que nomas recuerdo a tres semidioses rubios: Jason Grace, Will Solace y Octavian. El primero obviamente va a estar, los otros dos, no; Will no es una opción por su condición sexual y odio al legado de Apolo como para hacer que Scorpius se disfrace de él. Por lo tanto, mayormente Scorpius va a usar muchas pelucas y lentes de contacto.
Ay, lo que el mini-hurón hace por amor...
¡Besos!A pesar de que Scorpius tenía una sonrisa en la cara, estaba completamente nervioso y miedoso. En el momento que Rose entró y lo miró, se arrepintió de no seguir el consejo de Albus y cancelar la ridiculez que había hecho. Diablos, él mismo se estaba humillando y avergonzado por su cuenta. Y había que agregar que la peluca le estaba dando comezón y los lentes de contacto verdes le estaban molestando. Había sido una mala idea.
Rose lo estaba mirando con curiosidad -y con su típica distracción, que le hacía saber a Scorpius, que pese a como estaba vestido, ella tenía una parte de su mente en otro lado, vagando entre mundo imaginarios y criaturas fantásticas-, con una pequeña sonrisa asomándose en sus labios. Ella paseó su vista sobre él, mirando intensamente su camiseta naranja con la leyenda "CAMPAMENTO MESTIZO" y el collar con cuentas (el tridente verde, el Vellocino de Oro, el Laberinto y El Empire State Building). Rose aumentó su sonrisa y se acercó a él, con toda la normalidad del mundo, como si ver a su mejor amigo disfrazado de Percy Jackson fuera algo normal.
Scorpius pidió fuerzas a Merlín para que todo resultará bien.
Rose dejó los libros sobre la mesa que les ofreció la Sala de los Menesteres y palmeó el sillón a su lado para que Scorpius se sentará.
Es increíble que vamos a tener que hacer el Felix Felicies para los ÉXTASIS, es un asco, ¿verdad? le preguntó Rose, poniendo los ojos en blanco.
Un asco es creer a los doce años que a tu madre le mató un Minotauro comentó, intentado que su voz sonara casual.
Si, eso es un asco murmuró Rose, sonriendo con alegría. Scorpius supuso que era el primero, descontando a Hugo, que hacía una referencia de Percy Jackson.
Rose tomó un libro y se acercó más a Scorpius. Él era muy consciente de sus muslos tocándose. Algunos de los cabellos de Rose acariciaban el rostro de él, gracias a la brisa que entraba por la ventana que Scorpius había pedido que aparezca. Tal vez la idea, por muy absurda y ridícula que pareciera, era buena.
Rose apoyó su cabeza en el hombro de él, leyendo en voz alta un párrafo del libro de Pociones. Era una suerte que Scorpius se llevara bien con aquella asignatura porque sinceramente estaba bastante distraído viendo a Rose que escuchándola hablar. No veía hora de contarle a Albus y Hugo que su plan estaba yendo a la perfección, Rose estaba tan cerca y todo gracias a su imitación de Percy Jackson. Si, llegaría a terminar Hogwarts siendo novio de ella.
Los semidioses necesitarían mucho Felix Felicies Rose rió, interrumpiendose en su lectura.
Y los dioses deberían empezar a hacer sus cosas por su cuenta agregó. Rose arrugó la nariz. Aunque, Apolo hizo muchas cosas cuando se convirtió en mortal.
¿En qué momento se convirtió en mortal?, se preguntó Scorpius para si mismo. ¡Hugo no me dijo nada! ¿Y si hace una referencia sobre eso y no logró entenderla?
Las partes Solangelo eran las que más me gustaron en El oráculo oculto.
Solangelo. Solagenlo es el nombre de una pareja, ¿verdad? ¿Pero quienes eran las dos personas?... Piensa, Scorpius. Piensa... ¡Ah! ¡Nico y Will!
Nico y Will son una ternura dijo Scorpius. Rose lo miró confundida.
¿Qué tiene que ver eso con la Poción Multijugos? preguntó. ¿Me estabas prestando atención, Scorpius?
¿Oh? Digo, si. Claro que te estaba escuchando.
Rose lo miró y elevó las comisuras de sus labios. No entendía el porqué Scorpius actuaba de esa manera, pero debía admitir que le gustaba que supiera un poco sobre la saga que tanto le gustaba, aunque hubiera preferido que siguiera con su cabello rubio y los ojos grises. Pero se veía adorable. Muy adorable.
Al día siguiente, Rose tenía entrenamiento con el equipo de Quidditch a la mañana y debería irse a dormir temprano, pero igualmente Scorpius sintió decepción al ver que solo estuvo con ella una hora. Pero, tenía que recordar, fue una hora fantástica, sobre todo porque estaba casi seguro de que ella le estaba coqueteando con disimulo. Debería preguntarle a Albus al respecto.
Nos vemos mañana dijo ella.
Rose se mordió el labio y entonces se puso de puntillas, para dejar un beso cerca de los labios de Scorpius, quien se encontró más rojo que el cabello de ella. Soltando una pequeña risa, Rose de dio vuelta para irse.


Hugo quería ser responsable, ser un buen Prefecto y pasear por los pasillos de Hogwarts en busca de parejas escurridizas que lo estaban haciendo en salones vacíos para detenerlos. Pero resultó que al final era él quien lo hizo con su novia en un salón vacío. Alex Rosier si que podía hacer lo que quisiera con él, sin tener que hacer esfuerzo alguno.
Eso estuvo muy bueno ronroneó ella, abrochandose la camisa. Hugo suspiró.
Ya te dije que no deberíamos hacer eso cuando tengo que patrullar.
Alexandria rió como si él le hubiera contado la mejor broma del mundo.
Hace un momento no te estabas quejando.
Hugo la rodeó con sus brazos y se agachó la cabeza para besarla, pero antes de poder hacerlo, escucharon un carraspeo. Él se giró para encontrar a su hermana que le hacía señas para que hablaran afuera, pero a la vez les sonreía con pircadia. Alex se sonrojó. Hugo se preguntó como podía ser tímida con otros y toda una salvaje con él.
Rose estaba apoyada en una pared, mirando sus uñas, cuando Hugo salió del salón. Su hermana alzó las cejas y lo señaló con un dedo de forma acusadora.
No me dijiste que habías dejado de ser virgen.
¿Realmente vamos a hablar de eso? protestó Hugo, poniéndose al lado de ella. ¿Qué pasa?
¿Scorpius se vistió como Percy Jackson para conquistarme, no? Fue directo al asunto.
Si. Una idea absurda y ridícula, si me preguntas.
También es algo tierno sonrió Rose. Cuando él te lo dijo, ¿por qué no le dijiste que ya estoy enamorada de él?
Hugo sonrió divertido.
¿Y perderme la oportunidad de ver a Scorpius perder la cabeza y disfrazarse como los semidioses que adoras? Ni loco.
Rose negó con la cabeza, aunque no parecía molesta. Realmente ella quería ver hasta que punto llegaría Scorpius por conquistarla. Los dos saldrían ganando: ella le diría que estaba enamorada al final y él le enseñaría que bien lucía como hijo de dioses olímpicos. No veía nada de malo hacerse la desentendida.
Rose se despidió de Hugo y también de su cuñada, gritando un "¡Hasta luego, Alex!", recibiendo un tímido "Adiós" como respuesta. Ella rió y caminó hasta su Sala Común, preguntándose de cuál semidiós se iba a disfrazar Scorpius la próxima vez.Albus y Hugo untaban mermelada a sus panes mientras veían curiosos a Scorpius. Él había llegado más tarde que ellos al Gran Comedor y seguía sin tocar nada de la mesa, suspiraba a cada rato y buscaba a Rose con la mirara en la mesa de Gryffindor. Albus carraspeó y chasqueó los dedos frente al rostro de él, intentado que su mejor amigo reaccionará para que le contará a él y a Hugo que había ocurrido ayer con Rose.
¿Vas a contarnos de una buena vez lo que ocurrió, Scorpius?
¿Cuánta humillación pasaste? preguntó Hugo directo, consiguiendo un golpe de parte de su primo.
Scorpius sonrió bobamente.
Salió perfecto suspiró. Ella estaba tan cerca...
Y es mi hermana interrumpió Hugo. Te agradecería que no digas nada que haga que te de un puñetazo en tu relato.
Scorpius sonrió con más ganas, describiendo lo sucedido en la Sala de los Menesteres, aunque lo único que los dos chicos lograban entender entre suspiro y suspiro era «El cabello rojo de Rose era perfecto», «Los ojos azules de Rose parecían zafiros» y «La risa de Rose es la mejor melodía que escuché». Básicamente, solo habló del porqué estaba enamorado de Rose.
Ay, amigo, estás tan perdido... Albus movió negativamente su cabeza. Quedé con Alice, así que, muchachos, yo me retiro.
Scorpius y Hugo lo despidieron moviendo la mano. Éste último entonces notó que los gemelos Rosier iban entrando al Gran Comedor, riendo por algo que dijo uno de ellos. Hugo estuvo a punto de irse a sentar donde los tres siempre se sentaban cuando Scorpius cerró los dedos alrededor del brazo de él. Hugo lo miró fastidiado.
¿Qué?
¡Tienes que decirme todo sobre Jason Grace!
Hugo volteó los ojos.
¿Seguirás con eso?
¡Obviamente!
Hugo, cariño lo llamó Alexandria, haciendo señas para que se acercara a donde estaba ella y su hermano.
Después de clases, nos vemos en la biblioteca y te diré todo lo que quieras saber, ¿bien? dijo él cansado. Scorpius asintió sonrientes y le soltó el brazo para que pudiera ir con su amigo y novia.
Scorpius miró como Hugo se alejaba hasta el otro extremo de la mesa de Slytherin y luego dirigió su mirara hacia donde los alumnos de Gryffindor se sentaban. Rose estaba hablando con su prima Lily Potter, la hermana menor de Albus, mientras escribía en un pergamino, seguramente hacía la tarea. Scorpius sonrió, si las cosas iban como había planeado pronto podría ser su novio.


Desgraciadamente, Jason Grace no era fácil de interpretar. Scorpius tardó tres días en aprender a ser él. Usó un hechizo para oscurecer su cabello rubio, ya que el suyo era demasiado claro en comparación al de el semidiós romano. Fue horrible ponerse de nuevo los lentes de contacto, esta vez de color azul eléctrico, que solo le causaban irritación. El hijo de Jupiter tenía una cicatriz en el labio, según Hugo, producto de haber mantenido un romance con la engrapadora -o mejor dicho, por intentar comerse la engrapadora a los dos años-. Albus propuso pegarle con aquel objeto para hacerle una cicatriz en el labio, algo que afortunadamente no hizo, pero su amigo entonces uso magia para hacerle una cicatriz.
Fue divertido inventar estúpidas excusas para que Lucy Weasley, la prima de Albus y Hugo, les diera sus anteojos, ya que Jason Grace usaba un par. Hugo, fiel semidiós romano (algo por lo que estuvo peleado con su hermana dos semanas, porque Rose era griega), hizo un escándalo antes de prestarle a Scorpius su ramera morada del Campamento Jupiter. Él también le dibujó la imagen de un águila con la frase SPQR y abajo agregó doce lineas negras. En un cinturón que Albus le había dado, tenía un ladrillo rojo ("Otro romance de Jason Grace", dijo Hugo), una moneda que parecía de oro y una espada que Hugo llamó Gladius.
Scorpius decidió que Jason Grace le gustaba, porque no debía cambiar tanto su aspecto.
Rose antes lo odiaba comentó Hugo, mientras Albus reía del ladrillo que Scorpius llevaba, entonces él se hizo amigo de Nico y lo empezó a amar.
¿El chico tiene novia o solo le atrae los objetos inmóviles? cuestionó Scorpius, mirando la engrapadora que su amigo tenía en la mano.
Tiene novia, si. Piper McLean, hija de Afrodita. Pero a Rose le gusta shippear a Piper con Leo Valdez, hijo de Hefesto, así que no lo menciones. Puedes decir que estás enamorado del ladrillo, la engrapadora o Percy Jackson.
En serio, Rose tiene un grave problema con los gays dijo Albus.
La frase de Rose es: "Si la vida te da gays, shippealos".
Por eso fue la más emocionada cuando Louis confesó que era gay rió Albus.
Hugo miró a Scorpius como diciendo: "¿Realmente estás enamorada de esa loca por los gays?". Él solo rió y suspiró, a veces las personas terminaban enamorandose de quién menos esperaban, y Scorpius, alguien algo, muy poco, o al menos ahora, maduro e inteligente, estaba perdido por Rose, una chica que estaba obsesionada con las sagas juveniles de libros muggles y parejas homosexuales que shippear con todo el alma. No podían ser más diferentes.
Entonces, Jason es hijo de Jupiter y de Beryl Grace, hermana de Thalia Grace, ex-Pretor de Nueva Roma, novio de Piper McLean, pero no debo mencionarlo, y mejor amigo de todos los semidioses repasó Scorpius concentrado.
Y odia a Eros agregó Hugo. Rose le gusta decir que Jason quiere matar a Eros por obligar a Nico a confesar que estaba enamorado de Percy. Y puedes decir que él antes sintió algo por Reyna, pero nunca estuvieron juntos porque estaba enamorado del ladrillo.
¿No sería mas fácil enviar a Rose a un psicólogo? cuestionó Albus.
Hugo se llevó la mano al mentón pensativo. Scorpius rió, repasando todo lo que el hermano del amor de su vida le dijo sobre el hijo de Jupiter. Sonrió estúpidamente al recordar como Rose se comportó con él los últimos días, más cariñosa y risueña con él. El haberse hecho pasar por Percy Jackson había ayudado mucho.
Scorpius no quería preguntar cómo lo hizo, pero agradecía que Hugo hubiera hecho que Violet Parkinson, la Prefecta de Slytherin, y Mark McLaggen, el Prefecto de Gryffindor, terminaran en la enfermería con gripe, así McGonagall permitiría que Scorpius y Rose vigilaran los pasillos de Hogwarts los dos juntos.
Él miró la hora del reloj, dentro de un rato debía encontrarse con Rose para empezar su turno y continuar con su plan.


Ya, pero se nota que el pobre está enamorado de ti. El día que le digas que también lo amas, le dará un paro cardíaco dijo Lily Potter segura. Rose soltó una risita. Nos vemos luego. ¡No hagas cosas indebidas con Scorp en los pasillos! agregó divertida, volviendo a entrar a la Sala Común de Gryffindor.
Rose sonrió y se encaminó el quinto piso, donde debía patrullar con Scorpius. Scorpius estaba apoyado en la estatua de Boris el Desconcertado en uno de los pasillos. A primera vista, Rose no pudo distinguir nada diferente en él, entonces se acercó y una sonrisa se formó al verlo con claridad.
Sinceramente, a Scorpius le quedaba muy bien el cabello rubio oscuro, aunque tampoco era que le quedaba mal el cabello platinado. Eso si, Rose siempre preferiría los ojos grises de él, pero igualmente, por el tono del cabello, el color azu eléctrico en los ojos le quedaba bien. La remera del Campamento Jupiter que llevaba era obviamente de Hugo -estaba muy sorprendida de que él se lo hubiese prestado, lo reconoció por la mancha negra que había en el hombro izquierdo y porque era muy ajustada para él (¡Maldición! Las horas de entretenimiento de Quidditch le estaban haciendo muy bien...)-. La sonrisa de Rose se amplió al ver el ladrillo rojo, la engrapadora, la moneda de oro que debía de ser el camuflaje de Ivlivs y la espada Gladius de Juno.
Así que Scorpius decidió disfrazarse esta vez de Jason Grace.
Bonito ladrillo comentó sonriente, pasando sus brazos alrededor del cuello de Scorpius. Vio como tragaba saliva, pero seguía sonriendo.
Lo sé, es hermoso. Sería una perfecta pareja.
Y por algo se creó el Brason, ¿no?
Scorpius pestañó confundido y Rose rió para luego explicarle que así se llamaba la relación entre Jason Grace y el ladrillo rojo. Ella sonrió divertida y tomó la mano de él para comenzar a patrullar, mirando de vez en cuando a Scorpius, quien parecía hablar consigo mismo. Rose miró sus brazos, no sabía cómo, pero le pediría a Hugo que le prestará más seguido la camisa del Campamento Jupiter a Scorpius si se le iba a marcar así los brazos...
Sonriendo con pircadia, hizo que él parase de caminar y acarició suavemente los brazos de él, haciendo que Scorpius tragara saliva. Si el chico no fuera tan despistado como la mayoría del sexo masculino, ellos dos hubieran estado juntos hace tiempo. ¿Es que acaso Scorpius no notaba que le gustaba sentarse sobre él para sentir su piel? ¿O las sonrisas que solo le daba a él? ¿Y las veces que hizo rozar sus labios tampoco se dio cuenta? Rose suspiró, pronto él sería suyo.
Pero tampoco pasaba nada por entretenerse un rato con él.
¿Qué opinas del Jasper? preguntó ella.
Es... umm, horrible dijo Scorpius, Rose sonrió. Jason solo puede estar con el ladrillo rojo, la engrapadora o mejor aún, Percy Jackson.
Muy bien Aplaudió alegremente. Piper debe de estar con...
Leo Valdez completó Scorpius. El Valdean es vida, la verdad es que no entiendo porque hay pocas personas que le fusta.
¡Exacto!
Rose ya no podía soportarlo más. Podía poner las manos en el fuego al apostar que Scorpius no había leído los libros del muggle Rick Riordan, sino que Hugo le contó todo lo que debía de saber, pero aún así todo le parecía tierno. Jason Grace, si bien estaba en la lista de sus semidioses favoritos, estaba en el último lugar, pero por el hecho de que él se haya tomado la molestia de imitarlo, hizo que lo amara más.
Sin esperar más tiempo, lo empujó a la pared más cercana y lo besó.Siendo sinceros, al principio Scorpius no había puesto mucha fe en el plan que hizo, por eso todavía le costaba creer que hace tres semanas había besado a Rose Weasley. El recuerdo del sabor de sus labios seguía en él todavía y a cada momento lo tenía en la cabeza, lo que hacía que estuviera más alegre de lo usual. Como nadie, ni siquiera Albus y Hugo, sabían aquello, ya se estaba rumoreando de que él estaba ingeriendo sustancias tóxicas. En otras palabras, lo tacharon de drogadicto.
Scorpius pensaba que técnicamente lo era. Era adicto a la boca de Rose Weasley.
Quedaba dos meses y medio para los ÉXTASIS y no queriendo pasar por lo mismo que los TIMOs, Scorpius decidió ponerse a estudiar con anterioridad, al igual que el resto de sus compañeros de curso. Agradecía que la Temporada de Quidditch haya terminado para Slytherin la semana pasada o bien apenas tendría tiempo para respirar; el equipo de las serpientes tenía la delantera en la Copa de Quidditch Interescolar, el último partido era dentro de diez días y Gryffindor o Ravenclaw debía ganar con más de cuatrocientos y veinticinco puntos para poder ganar la Copa. Scorpius estaba seguro que Slytherin se la llevaría.
En todo caso, tuvo que suspender por un tiempo su plan para conquistar a Rose. Si, no importaba que se hubiesen besado (y que lo hubiesen repetido unas cuantas veces), todavía no eran novios, no oficialmente, tenía que seguir conquistandola. Al menos contaba con algo seguro: Rose sentía algo por él.
Ahora Scorpius estaba sentado en una de las tantas mesas de la biblioteca, repasando todo lo que había aprendido en Historia de Magia junto a Albus y Rose. Se aprendería más rápido lo que leía su amigo en voz alta si no fuera porque Rose estaba acariciandole la mano por debajo de la mesa, Scorpius solo era consciente de los dedos de ella sobre sus nudillos.
Hugo dijo que nos encontráramos con él en una hora en la Casa de los Gritos le avisó Albus una vez que Rose levantó a buscar otro libro.
Scorpius asintió.
¿Dijo qué semidiós imitaría? preguntó. Albus frunció el ceño confundido.
En realidad, dijo que imitarás a un duende latino de Santa Claus respondió. Se encogió de hombros, sea lo que sea que significa aquello.


Leo Valdez sin duda era el mejor semidiós que hasta el momento Scorpius había imitado. Le gustaba su compartimento infantil, bromista, alegre, divertido y coqueto. Eso si, la idea de usar nuevamente el cabello negro y otra vez lentes de contacto, ahora marrones, no le llamaba mucho la atención, sobre todo usar un hechizo para que sus orejas se pusieran puntiagudas. La ropa le encantó. Los vaqueros marrones y la camisa blanca con tirantes negros eran geniales, pero el cinturón que tenía era fantástico: no sabía como lo hizo Albus, pero pudo meter cientos de cosas ahí adentro, sobre todo herramientas de construcción.
La parte complicada fue aprender su vida. Nació en Texas, era hijo de Hefesto, dios del fuego y la forja, y la mortal Esperanza Valdez. Al ser hijo del dios herrero y una mujer que se recibió de ingeniería mecánica, Leo era el doble de bueno con las maquinas que cualquiera de sus medio-hermanos. Y lo mejor de todo, tenía el don del fuego (aunque Hugo comentó que gracias a eso, su madre murió cuando él tenía ocho años. No fue apropósito, pero Leo se estuvo culpando por años por la muerte de Esperanza Valdez).
Hugo había conseguido hacer una poción bastante difícil que creaba fuego que no quemaba, se la dio a él y le dijo que si quería hacer aparecer llamas en sus manos, solo debía tomar tres gotas de la poción. Scorpius estaba tan emocionado que se puso de pie y se acercó a la chimenea.
Estaba a punto de tocar el fuego cuando Albus lo jaló hacia atrás, mirándolo como si se hubiese vuelto loco. Algo que obviamente pasaba. Hugo se palmeó la frente.
¡No, idiota! ¡Aléjate del fuego, Scorpius! No eres como Leo Valdez que puede resistirse a las llamas. Serás hurón carbonizado.
Dijiste que podía soportarlo protestó él.
Dije que podrías soportar el fuego de la poción, ¡no el de la chimenea! le espetó. Lo único que nos falta es que te mueras quemado.
Hurón carbonizado rió Albus.
Scorpius rodó los ojos y se sentó en unos de los sofás, repasando la vida de Leo Valdez. El chico era enamoradizo, se había enamorado de Thalia Grace, la hermana cazadora de Jason Grace, Quione, diosa de la nieve, Reyna Ramírez-Arellano y Hazel Lesvesque, aunque esos podían ser llamados amores platónicos, ya que en verdad Valdez estaba enamorado de Calypso. Caleo se llamaba su shipp, la pareja era la tercera en las favoritas de Rose de Percy Jackson; la primera era obviamente Solangelo y la segunda Valdean.
Albus y Hugo se fueron de allí con la intención de llamar a Rose para que fuera a la Casa de los Gritos para encontrar a Scorpius. Él estaba nervioso, casi como la vez que se disfrazó de Percy Jackson, por supuesto que esta sería la tercera vez que imitaba a un semidiós, pero era la primera vez que lo hacía luego de besar a Rose. Se preguntó si todo saldría bien.


A Rose le resultó tierno que Scorpius siguiera con esto de los semidioses, así que cuando su primo y hermano le dijeron que él la estaba esperando en la Casa de los Gritos, no dudó en dejar su estudio por la mitad e ir a su baúl a buscar algo que ponerse, algo atractivo pero que no fuera vulgar. Aprovechando que era fin de semana y no necesitaba usar el horrible uniforme de Hogwarts, Rose se puso unos jeans ajustados y un top blanco con la leyenda "I'm sexy", desordenó su cabello rojo para que se viera más salvaje, pero que no perdiera su brillo. Por último, se puso unos tacones azules.
Su corazón le pertenecía a Scorpius desde que tenía catorce años, pero eso no significaba que le molestarán las miraras que las personas le dedicaban; ella podía ser de Gryffindor, pero compartía unas similitudes con las serpientes, como el egocentrismo, a Rose le gustaban las miraras de envidia de las chicas y las miraras de deseo de los chicos. Pero ahora, que sabía que Scorpius también la quería y la estaba esperando en la Casa de los Gritos, ignoró todas las miraras que le dedicaban por caminar con rapidez al lugar donde se encontraría con su mejor amigo.
A pesar de que era un día soleado, Rose tuvo que usar un Lumos para poder caminar por el camino del Sauce Boxeador, tenía que tener especial cuidado porque llevaba tacones y realmente la idea de caerse y ensuciarse la ropa no le gustaba en absoluto.
Leo Valdez suspiró encantada al verlo.
Scorpius todavía no notó su presencia, estaba arrodillado frente la chimenea, mirando atento el fuego. Rose se acercó con cuidado de no hacer ruido y se inclinó atrás de él para abrazarlo. Él se sobresaltó pero al darse cuenta de que era ella, sonrió.
Mmm, que bien te queda la remera ronroneó coqueta, acercándose a su boca.
Rose recordaba divertida como en los primeros besos que se dio con él, Scorpius lo hacía de manera torpe y siempre terminaba sonrojado y mirando al suelo avergonzado, aquello simplemente le parecía tan adorable que volvía a besarlo. Rose podía acostumbrarse a besarlo toda la vida, solo tenía que esperar que él le propusiera ser su novia. Rogaba que no tardará mucho.
Gracias murmuró Scorpius un tanto sonrojado. Él se levantó y caminó hasta el sofá para sentarse, Rose, sonriendo pícaramente, se acercó y se sentó con toda la libertad del mundo en sus piernas. Scorpius se sonrojó más si era posible.
Aww, eres una ternurita, Scorp ronroneó ella, apretandole las mejillas.
Literalmente Scorpius parecía un tomate andante. A Rose le gustaba que fuera tan fácil sonrojado, ahora a los chicos ya no se los podía alagar sin elevar sus egos y ni siquiera tenían un leve color rojo en sus mejillas. Ella se sentía muy afortunada de tener a su lado a Scorpius, quien era uno de los pocos chicos perfectos que quedaban.
Entonces dijo Rose, lista para preguntarle preguntas sobre Valdez para saber si él había aprendido bien, ¿con quién está Leo?
Scorpius pestañó nervioso. Había olvidado preguntarle a Hugo que debía contestarle, sabía que Rose amaba la pareja de Leo Valdez y Piper Mclean, pero también la que formaban Valdez y Calypso. Rose carraspeó, esperando una rápida respuesta.
Leo está... vaciló con Calypso, y a pesar de que su pareja es buena..., él tambien debe de estar con Piper McLean.
Rose sonrió satisfecha y Scorpius se alivió.
¿Hermanos?
Mierda.
Rose soltó una carcajada al ver a Scorpius balbuceando y tan nervioso. Decidió dejar pasar las preguntas, él ya había aprendido muchas cosas de sus semidioses favoritos como para enojarse por no saber el nombre de alguno de los hijos de Hefesto.
Al menos sabía sobre que Valdean y Caleo eran excelentes parejas.
Además, ella no tenía ganas de hacer preguntas, sino de besarlo (y de ser su novia, pero Scorpius, como la mayoría de los chicos, era demasiado lento, y aunque él la amaba, iba a tardar un buen rato en pedírselo). Igualmente, Scorpius pareció tener otros planes, porque la dejó con cuidado en el sofá y se encaminó a la cocina de la Casa de los Gritos -que seguramente debía de tener telarañas- y regresó casi al instante con dos bolsas de Fonzies.
Rose reprimió un grito de emoción, desde que leyó La casa de Hades y apareció aquella comida chatarra, ella tuvo ganas de probarlas, pero por mas que buscara no podía encontrarla en ningún lugar de Londres. Imaginaba que solo se debían de vender en Italia, pero sus padres no aceptaron llevarla al país de origen de Nico di Angelo solo para poder comprar Fonzies. Los padres de Rose eran muy malos porque ¡Fonzies, dioses!, ¿cómo no podían no llevarla a Italia para comprarlos?
Scorpius sonrió al verla y se sentó a su lado, ni siquiera pudo pasarle la bolsa de comida chatarra porque Rose ya se lo había arrebatado.
Oh, oh, por los dioses y el Olimpo murmuró Rose, con la boca llena de Fonzies. Ésto es una maravilla, parece Ambrosía. ¿Cómo lo conseguiste?
Él abrió su bolsa y sacó algo que parecía ser papa frita. Se la llevó a la boca y la probó, Rose tenía razón: los Fonzies eran deliciosos.
Mi tía Daphne está en Italia ahora informó Scorpius, limpiando la boca de Rose, quien se había manchado terriblemente por ingerir las papas como loca. Ella le sonrió avergonzada, le pedí que me trajera esto, hay más bolsas ahí señaló con la cabeza la cocina, los ojos de Rose brillaron, puedes quedarte con todo.
Rose se inclinó y le dio un beso en la mejilla, completamente feliz. Scorpius entonces se armó de valor y dejó de un lado la bolsa de Fonzies suya como la de ella y le tomó las manos. Rose amplió su sonrisa.
Yo... Bueno, me estaba preguntando si... Los ojos de ella se iluminaron más y alzó las cejas, esperando impaciente la pregunta si quisieras venir conmigo al Baile de Graduación.
Al principio, Rose pareció decepcionada (ella realmente había esperado que le pidiera ser su novia), pero al entender bien las palabra de Scorpius recuperó su alegría y lo besó con fuerza en los labios. La respuesta era obvia.
Entonces se separó cuando Scorpius le pidió que mirara hacia al frente y el llanto giró la cabeza hacia el lugar donde él le indicaba. No supo como demonios lo hizo (y debía preguntarle para hacerlo ella también), pero de un dedo de Scorpius salía una llama y él estaba escribiendo en el aire tres palabras hechas por fuego al rojo vivo.
Te amo, Rose.


Lo siento, lamento haber tardado tanto en actualizar, no recuerdo cuando fue la última vez que subí un capitulo, pero lamento hacerlos esperar. Subiré los dos capítulos y el epílogo que quedan en poco tiempo, ya no más tardanza. Por el momento, espero que hayan disfrutado el capítulo, éste ha sido mi favorito de la historia.
Besos.Tendremos dos fiestas se emocionó Albus. Una con todo el mundo y otra para los de séptimo solamente
El año pasado me colé en la fiesta de graduación informó Alexandria. Se giró hacia Hugo. ¿Recuerdas, cariño? Le pagamos a Wiltter para que nos dejara pasar a ti, Nathan, Lily y a mí.
¡Y no fueron capaces de avisarnos! protestó Scorpius.
No estuvo tan buena dijo Nathan, tras tragar un pedazo de torta de chocolate. El discurso fue horrendo, el rey y la reina fueron abucheados, alguien vomitó en el ponche... Un asco.
Vale, me han arruinado mi felicidad los acusó Albus.
Ellos rieron hasta que Hugo, Nathan y Alex tuvieron que irse a su primera clase del día, Scorpius y Albus, en cambio, se quedaron en el Gran Comedor, no tenían clase los de séptimo año de Slytherin y Ravenclaw porque su profesora de Transformaciones se había enfermado. Scorpius suspiró y miró hacia la mesa de Gryffindor, Rose estaba hablando con sus amigas a la vez que recogían sus cosas para irse a clase. Cuando ella giró la cabeza y lo vio, le sonrió con cariño.
Me he dado cuenta que no me has contado sobre como van las cosas con Rose dijo Albus, atento a las miraras y sonrisas que se dedicaban sus amigos. Me dices a mí y a Hugo que están yendo de maravilla, pero no qué está pasando en realidad. Y Él rió, Scorpius lo miró hay un rumor de que los vieron teniendo sexo en un salón vacío.
Scorpius se sonrojó violentamente y negó con la cabeza; Albus pareció aliviado, al parecer aceptaba que su mejor amigo saliera con su prima favorita, pero no que tuviera tan rápido relaciones. Finalmente, Scorpius le contó lo que estaba pasando.
No estábamos teniendo... eso Albus rodó los ojos ante el sonrojo más fuerte de Scorpius, pero si nos estábamos besando.
Si él hubiera estado tomando un vaso de jugo, seguramente lo hubiera escupido sobre la mesa ante la sorpresa que se llevó.
¡¿Qué?!
¿Recuerdas cuando me disfrace de Jason Grace? le preguntó. Albus asintió todavía asombrado. Estábamos sobre las parejas que a ella le gustaba cuando me empujó a una pared y me besó.
Albus alzó una ceja con pircadia.
¡No es lo que estás pensando! Solo me besó. Y luego seguimos besándonos.
Albus fingió molestarse con él por no decirle antes y luego lo picó por lo que le dijo. Pero después no sabía si estar divertido o enojado porque a pesar de todos los besos que se dio con Rose, Scorpius y ella todavía no estaban juntos. La excusa de Scorpius fue que todavía no encontraba el momento adecuado para decírselo, aunque tuvo que admitir que cuando le escribió con fuego a Rose que la amaba, debió habérselo preguntado, pero ella había chillado y abrazado tan fuerte que se le olvidó.
Solo un mes y medio para terminar el colegio, Scorp le recordó Albus, y en el paso que estás yendo, no vas a lograr nada.
Scorpius suspiró, sabía que se estaba retrasando y que tuvo que pedirle hace tiempo a Rose que fuera su novia, pero él quería hacer las cosas con lentitud. Enseñarle a Rose que no la quería por su cuerpo (como la mayoría de los chicos), sino que la amaba por como era ella. Y si tenía que retrasar su plan, que así fuera: solo le importaba que Rose supiera que no habría otro chico que la amara como él la amaba.


Albus estaba algo mosqueado. Había tenido la idea de irse a Hogsmeade de noche con Alice para una cita romántica, por los estudios y el Quidditch apenas tuvo tiempo que compartir con ella, pero en su lugar estaba en la Sala de los Menesteres en un lugar deseado por Hugo para que aparezca varios disfraces. Scorpius se transformaría al parecer en un semidiós que tenía la habilidad de cambiar de forma al animar que quisiera y ellos debían conseguir un disfraz de animal rápido.
Hugo a la vez que buscaba, le decía a Scorpius información sobre Frank Zhang. Era hijo de Marte, dios romano de la guerra y la violencia, y la mortal Emily Zhang, una soldado canadiense. Frank había nacido en Canada, pero vivía en Estados Unidos, tenía descendencia china y era legado de Poseidon. A diferencia de los semidioses comunes, Frank Zhang no poseía disléxia ni THDA, podía transformarse en el animal que quisiera y su vida dependía de un pedazo de madera: si ésta se quemaba, la vida de Frank Zhang se extinguiría con las llamas del fuego.
Era novio de Hazel Lesvesque e increíblemente Rose amaba esa pareja; debía de ser una de las pocas parejas cannon que ella shippeaba. Frazel se llamaba su pareja. Zhang era uno de los semidioses favoritos de Rose por dos motivos: era súper hiper tierno y porque era hijo de Marte, lo que lo convertía en el medio hermano de Hugo (Albus había pensado que él sería el hijo de aquella diosa inteligente, Atenea, que Rose admiraba, pero como el chico resultó ser un semidiós romano y la forma romana de la diosa ya mencionada, Minerva, era una doncella virgen, no podía tener hijos, Hugo se convirtió en hijo de Marte). Albus no comprendía nada, pero todo le resultaba divertido. ¿A quién no le resultaría divertido ver como tu mejor amigo perdía la dignidad por conquistar a la chica que amaba?
Por milésima vez, agradeció que Alice no se lo hubiera hecho tan difícil. Sinceramente, Albus no tenía ganas de disfrazarse de los personajes de los Looney Tunes que le gustaba a su novia.
Ya sabes, si haces eso, no estaríamos perdiendo el tiempo acá le dijo Albus a Scorpius. Éste miró nerviosamente hacia Hugo, temeroso de que hubiera escuchado, pero seguía escuchando música con sus auriculares en su iPod mágico mientras buscaba un disfraz para Scorpius.
No puedo hacer eso, sería humillante.
Albus arqueó las cejas. Su amigo rodó los ojos.
No puedes negarme que he avanzado mucho con Rose desde que empecé con esto protestó Scorpius. Albus se rascó el cuello, estaba muy seguro que él hubiera tenido el mismo resultado sin usar este plan ridículo y absurdo si hubiera tenido valentía en pedirle una cita a Rose.
Yo solo digo que sería más fácil si te transformarás intentó convencerlo.
Cuando Albus y Scorpius estaban en segundo curso, James Potter y Fred Weasley, el hermano y el primo del primero, les habían contado que James Potter I y Sirius Black habían sido Animagos: podían transformarse en un animal, Potter en un ciervo y Black en un perro. Albus y Scorpius, emocionados ante aquella idea, decidieron intentarlo y tres años después se habían convertido en Animales (ilegales).
Yo seré un mono había dicho Albus, nombrando a su animal favorito.
Y yo una serpiente dijo Scorpius, completamente convencido.
Resultó que ambos fueron otros animales de lo que quisieron. Albus podía convertirse en un leopardo de las nieves y Scorpius en un... bueno, en un hurón. Éste último se había sentido tan humillado ante aquello que se había negado a transformarse de nuevo.
Y mucho menos lo haría frente a Rose.
¿Qué ocurre, Alex? Albus miró de reojo como Hugo se quitaba los auriculares para hablar por celular con su novia. Sonrió interiormente, él como toda su familia había predicho que el último de los primos Weasley quedaría rendido ante la chica Rosier.
Estaba a punto de hacer una broma al respecto, pero algo lo distrajo. Bien, estaba seguro que lo que estaba parado frente suyo era Scorpius. Ahora, no estaba seguro que su amigo siguiera teniendo el juicio perfecto. Vaya, pensó, y mira que antes de que se juntara con Rose y conmigo era un chico listo. Demasiado, agregó con un escalofrío.
Sip, definitivamente su prima y él habían hecho un buen trabajo llevándolo al lado oscuro de los locos.
Scorpius parecía él mismo, con la única excepción que se había puesto una cabeza peluda, con hocico y a la que se le sobresalían dos cuernos, incluso había un aro dorado en los grandes huecos de la nariz. Albus estalló en carcajadas.
Puede ser que Frank Zhang pueda transformarse en el animal que quiera, pero, Scorpius, no tiene el cuerpo de humano y la cabeza de un toro. No es un minotauro.
Éste bajó los hombros, pero Albus siguió riéndose.
Ay, hermano, mejor conviértete en el pequeño animal peludo.
Iré allá en cuanto... La voz de Hugo murió en cuanto se acercó hacia los amigos. Albus podía jurar que Scorpius estaba ruborizado bajo la cabeza de minotauro. Alex, te llamo más tarde, ¿si? Hugo golpeó los cuernos de Scorpius. Yo también. Adiós.
Él colgó y miró fijamente a Scorpius, quien al parecer se había encariñado con la cabeza del hijo de Pasífae porque no daba señales de querer sacarsela.
Realmente siento miedo por ti, Scorpius. Rose va a hacer lo que quiera contigo suspiró. Albus sonrió. Quítate esa cosa y ponte a buscar algo que usar, ¿bien?
No hace falta suspiró Scorpius, quitándose la cabeza. Como Albus supuso, las mejillas de él estaban rojas. Ya sé como transformarme en un animal informó, haciendo una mueca de disgusto.
Albus soltó una fuerte carcajada cuando vio que en el lugar donde estaba antes Scorpius había un pequeño y peludo hurón.


Rose dio una vuelta sobre si misma mientras se miraba en el espejo que Alexandria, su querida cuñada, tenía en la habitación de chicas de quinto curso de Slytherin. Al parecer, aunque Alex no se llevaba bien con sus compañeras, juntas habían juntado para comprarse un espejo de cuerpo entero para su cuarto y habían convencido a la directora para que las dejara ponerlo.
¿Ya conseguiste tu vestido? preguntó Rose a Alex. Ella negó con la cabeza.
Iré con Lily a Hogsmeade en la próxima salida informó. Vi un vestido negro hermoso que quiero comprarme. Tiene un cinturón de un tono más oscuro con destellos plateado. Sin espalda. Y también vi unos zapatos que combinará perfectamente con el vestido.
Mi hermanito se va a quedar con la boca abierta.
Éso es lo que busco.
Rose soltó una risita y volvió la vista al espejo. El vestido que compró en Navidad con el fin de usarlo en el baile de fin de curso era de color violeta, uno bastante sencillo, pero era ajustado y marcaba sus curvas. Se pondría unas sandalias blancas y unos pocos accesorios más como brazaletes y collares. Eso si, lo que usaría para su fiesta de graduación sería mejor que nada y sobresaliría de las demás.
Mientras se miraba, sujetando su cabello con ambas manos, decidiéndose que peinado podía usar, Alex le dijo que Hugo acababa de mandarle un mensaje para que le avisara a ella que Scorpius la estaba esperando en el salón vacío del sexto piso.
El salón vacío antes era el lugar donde se daban las lecciones de teatro en el tiempo en el que Herbert Beery era profesor en Hogwarts. Pero con su retirada y la baja de la asignatura de teatro, el salón quedó deshabitado y ahora es usado por alumnos del colegio mágico para hacer fiestas, aprovechando que el lugar es extremadamente grande.
Teniendo en cuenta que el lugar al que tenía que ir estaba en el sexto piso, ella estaba en las Mazmorras de Slytherin y además tenía que sacarse el vestido y ponerse ropa que la hiciera parecer más hermosa que siempre, Rose tardó alrededor de una hora en reunirse con Scorpius, ya toda roja por la carrera desde la Sala Común de las serpientes hasta la Torre de Gryffindor y luego volver un piso más abajo para juntarse con él.
Igualmente, Scorpius no parecía molesto. Es mas, su rostro se iluminó al verla entrar al salón vacío.
Rose estuvo a punto de disculparse por llegar tarde cuando Scorpius se acercó a ella y la besó. Abrió los ojos sorprendida, era la primera que él tomaba la iniciativa en el beso. Sonrió y cerró los ojos mientras lo abrazaba por la cintura, ladeando la cabeza para mejor a proximidad.
Cuando se separaron, Rose vio que estaba de nuevo -como supuso- vestido de un semidiós, ésta vez romano. Ahogó un chillido, pero empezó a saltar emocionada. Frank Zhang era su cuarto semidiós favorito (el primero era Nico di Angelo, el segundo Luke Castellan y el tercero Leo Valdez). Scorpius no llevaba peluca, pero su cabello era negro con corte militar (Rose rogó que hubiera usado un hechizo y no que en verdad se hubiera hecho ese peinado, pero Scorpius estaba tan loco por el amor que no sabía con exactitud que hizo) y tenía lentes de contacto marrones. Hugo debió haberlo vestido como Frank Zhang después de recibir la bendición de Marte. Pero gracias a que Scorpius ya era adorable por naturaleza, había logrado que pareciera de verdad el semidiós romano que estaba interpretando.
Scorpius entonces la tomó de la mano y la llevó a unos sofás rojos que había para sentarse. Rose miró el lugar con fascinación, era muy diferente a como era cuando se hacían fiestas ahí. Sonrió al ver que había traído Scorpius para cenar. No pastas, no sushi, ni otras comidas elegantes, sino pizza. Rica y sabrosa pizza de queso y pepperoni. Y nada de vino o gaseosa, había traído cerveza.
Rose aplaudió, aquello era mejor que cualquier cena romántica.
Cuando se sentó, Scorpius le dejó en sus manos un pequeño trozo de madera. Rose se mordió el labio, le gustaba todo lo que él estaba haciendo. Pero, desde adentro de ella, se estaba cansando: ¿era necesario que en todas las citas (si se podían llamar así) que tenía con Scorpius el tuviera que disfrazarse de uno de sus personajes de los libros? Si, era tierno, pero ella quería estar con él, no con alguien que fingía ser.
Se lo iba a decir..... cuando terminará de imitar a Frank Zhang. Tenía que ver como lo imitaba si o si.
Entonces, ¿Albus te dijo sobre ir los tres juntos a la Fiesta de Fin de Curso? preguntó Scorpius, dando un bocado a su pizza.
Rose sonrió.
Si, y será fantástico. Pero espero con más ganas el Baile de Graduación agregó, acercándose más a él.
El color inmundo un poco las mejillas de Scorpius. Hablaron sobre el tema de las celebraciones que tendrían el siguiente mes, ya que Rose no hizo ni una pregunta sobre algo que tuviera que ver con el hijo de Marte, solo comentó que Hugo también era hijo de Marte y que por esa razón habían discutido, ya que Rose quería que su hermano fuera griego e hijo de Hades, dios del Inframundo, como ella.
Ya es tarda murmuró Rose, viendo la hora en el reloj que sus padres le compraron. Faltaba pocos minutos para que fueran las doce de la madrugada.
¡Espera! Repentinamente, toda la sangre se había acumulado en sus mejillas y parecía nervioso. Yo tengo que mostrarte algo.
Bien dijo ella, mirándolo expectante. ¿Qué es, Scorp?
Rose vio como se tensaba y cerraba los ojos. Cuando estaba a punto de resultarle si estaba bien, quedó con la boca abierta al ver lo siguiente que le pasó. De repente, ya no era Scorpius Malfoy quien estaba sentado frente a ella en el sillón, sino que sobre el almohadón había un hurón blanco. Rose gritó.
¡Merlín! ¡Es hermoso! ¡Dioses, solo mírate! chillaba mientras lo tomó entre brazos. ¿Los hurones podían ruborizarse? En cualquier caso, las mejillas peludas del ahora Scorpius hurón estaban coloradas. Rose se levantó de un salto. ¡Tengo que llevarte a mi habitación! ¿Cómo se puede llamar a un hurón? ¿Panky? ¿Ching? ¿Patitas? Son nombres mas de perros, ¿no crees?
El hurón ladeó la cabeza, mirando confundido. Pobre de Scorpius, Rose había querido un animal peludo desde que era niña y ahora que tenía un hurón en sus brazos, aunque antes hubiera sido un humano, se lo quedaría como mascota.
Si, Albus y Hugo tardarían en ver a su amigo.


Rompí mi promesa, lo siento. Dije que actualizaria los capítulos faltantes rápido, pero con esto del paro de profesores, empecemos tarde y ahora nos están dando con todo, aparte que compre tres libros nuevos que leer y estoy repasando la saga Pretty Little Liars. Pero intentaré, de verdad lo haré, actualizar seguido éstos dos últimos capítulos que me quedan.
Aviso que ya Scorpius no se transformará en ningún semidiós más. Sé que dije que serían cinco semidioses (el último iba a ser Luke Castellan, hijo de Hermes), pero decidí que hasta aquí aquí acaba usar disfraces con Scorpius.
Espero que se siga leyendo esta historia. No se preocupen, actualizaré ahora si con rapidez.
¡Besos!Scorpius despertó -como seguramente la mayoría de Hogwarts- con un horrible dolor de cabeza y con los músculos entumecidos. Escuchó a sus compañeros de habitación gemir de dolor, él debía de ser el último en despertarse. Quizá no debió hacer un apuesta con Albus en la Fiesta de Fin de Curso sobre quien podía beber más ron. Pensando que debería ir a la enfermería antes de que se acabaran las pociones anti-resaca, estuvo a punto de correr sus cortinas para saludar a sus amigos.
Fue entonces cuando notó algo presionado contra su cuerpo. O mejor dicho, alguien.
Scorpius era un chico y era un adolescente, así que por más tímido e inocente que fuera, sus hormonas estaban alborotadas, así que mentiría si dijera que nunca tuvo un sueño subido de tono y en las que siempre aparecía Rose, sin ropa y gimiendo su nombre. Scorpius se sentía muy avergonzado de que le pasara aquello y levantarse duro, lo que hacía que no pudiera ver a su amiga por una semana entera. Pero, una cosa era imaginar despertar en la cama con Rose, otra muy distinta era realmente despertarse en la cama con Rose.
La reconoció por su cabello rojo esparcido sobre la almohada blanca; como sangre en la nieve. Cuando se inclinó, apreció su cara relajada y tranquila mientras dormía, sus manos juntas bajo su mejilla. Scorpius no sintió felicidad por tenerla ahí, sino pánico y miedo, ahora si se habían arruinado todas sus posibilidades de estar con ella: dudaba que Rose quisiera estar con alguien que se aprovechó de ella mientras estaba ebria.
Lo de anoche era confuso en su cerebro. Recordaba que había llegado al Gran Comedor con Rose y Albus, a la vez que conversaban sobre cuáles serían sus notas de ÉXTASIS, la cuales habían terminado de dar hace dos días y los nervios seguían todavía en ellos. Scorpius también recordó hacer hablado con Hugo sobre que lo de los semidioses estaban acabados y éste, en su tono siempre de sabelotodo le dijo que era lo mejor porque ya había pasado suficiente vergüenza. Después había bailado dos canciones con Rose. Y lo último que recordaba era haberse acercado a Albus y jugar con él y con otros chicos más a una competencia sobre quién bebía más alcohol.
"Estaba borracho", no era algo que podía decirle a Rose como excusa por haberle robado la virginidad, si lo hacía ella seguramente le pegaría, o peor aún, se lo diría a su hermano y primos y éstos lo matarían.
Sintió miedo cuando ella se empezó a remover, señal clara de que estaba a punto de levantarse. Scorpius era consciente de que Albus estaba despierto (lo había oído maldecir a Merlín, Morgana y Dumbledore por su dolor de cabeza), así que tomó su varita y puso el hechizo silenciador para que no se escuchara afuera de las cortinas los gritos que Rose daría una vez que de levantara y lo viera a él.
Rose suspiró, llevando sus dedos a su cabello, desenredando a su paso su pelo rojo. Entonces ella se dio vuelta y Scorpius contuvo el aliento.
Pero ella no gritó, sino que le sonrió.
Buenos días, Scorp.
¡Lo siento! exclamó sin poder contenerse. Ella frunció el ceño. ¡Yo no quería acostarme contigo! No es que diga que no eres lo suficiente para mí, pero no quería hacerlo borracho. ¡He sido horrible, me he robado tu virginidad! Me odias, lo sé. Ni quiera yo puedo disculparme. Soy un idiota, tú te merecías que tu primera vez fuera en un lugar especial y con alguien que sea una maravilla contigo, ¡no que sea un borracho y se haya aprovechado de ti! Oh, Merlín, lo siento tanto, Rose. Lo lamento mucho.
Rose lo miró... y rompió a reír a carcajadas. Ella se incorporó para sentarse y Scorpius se llevó las manos a los ojos, no podía verla desnuda, sería un cabrón si lo hiciera.
Scorpius dijo ella suavemente, no nos acostamos.
¿Ah, no? preguntó confundido. Rose retiró las manos de sus ojos, Scorpius se dio cuenta que ella estaba usando una de sus camisas, afortunadamente no estaba desnuda.
No, tontito rió. Tú y Albus estaban tan borrachos por ese tonto juego que decidí traerlos hasta acá. Cuando te ayudé a ir a la cama, me pediste que me quedara y como no tenía ganas de volver al Gran Comedor, dormí contigo Ella sonrió mientras pellizcaba su mejilla. Solo dormimos, no hicimos nada.
Scorpius la miró un largo momento, luego levantó la sabana que lo cubría (algo que tal vez debió de hacer desde un principio) y se dio cuenta que llevaba puesto sus boxers negros (no pudo evitar sonrojarse cuando fue consciente de que la noche anterior seguramente Rose se encargó de quitarle los pantalones). Él sintió un repentino alivio, no iba a poder ver el rostro de Rose de nuevo si se hubiera acostado con ella en un estado de embriaguez.
Rose sonrió y de improvisto, se incorporó del todo y lo atrajo hacia él para besarlo. Cuando ella tomó la iniciativa se sentarse en su regazo, Scorpius se dio cuenta que no llevaba unos pantalones de dormir, sino únicamente sus bragas, y por la manera que se sentía que su pecho se apretara contra el suyo, podía afirmar que tampoco traía sostén. Ella solo usaba sus bragas y una camisa de él. Aquello solo hizo que Scorpius la besara con más fuerzas.
El beso pudo durar un minuto, hora o semana, Scorpius no fijó en el tiempo, sino en como se sentía la piel de Rose bajo su tacto, la forma en la que ella se movía sobre él y como su cabello rojo se enredaba en sus dedos, haciendo caso omiso a la voz que le recordaba que seguía estando en su habitación con sus compañeros y sobre todo el primo de la chica que estaba casi desnuda en su regazo. Agradeció que Rose decidiera cortar con aquello o dudaba que él mismo hubiera podido detenerse.
Mmm, estás mejorando con esto de los besos susurró ella, con una sonrisa traviesa.
¡Scorpius, idiota, despiertate! Los dos saltaron al oír el grito de Albus desde afuera. Se escuchó la protesta de los otros chicos. Tenemos que ir a buscar la poción para la resa... ¡Diablos, ábrete paso, Smith, tengo que ir al baño!
Tal vez debas esperar un poco más antes de irte aconsejó Scorpius a Rose, acariciando su brazo.
Ésta asintió y volvió a acostarse en la cama, cubriéndose con la sabana. Scorpius jugó con sus cabello hasta que volvió a quedarse dormida.


Cuando Rose por fin pudo irse de la habitación de Scorpius y sus compañeros, solo una cuarta parte de Slytherin estaba levantada, afortunadamente nadie estaba en la Sala Común. Rose únicamente se cruzó con Alex Rosier, que salía con sus tacones en la mano de la habitación de chicos de quinto año; compartieron una sonrisa pícara entre las dos, seguramente sabiendo que la otra había pasado la noche con Scorpius o Hugo respectivamente (aunque Rose podía apostar que su hermano y Alex no hicieron solo dormir como ella y Scorpius).
Rose tuvo que ponerse el vestido que usó la noche anterior, así que sumando esto con el hecho de que la chica más popular de Hogwarts, ella, Rose, no durmió en su habitación en la Torre de Gryffindor, no ayudó para nada de que el rumor de que se había acostado con alguien disminuyera. Ella estaba segura que apenas estuviera en su Sala Común, Lily le haría un millón de preguntas.
Para su fortuna, la Sala Común de Gryffindor estaba algo vacía y solo tuvo que soportar unas pocas miraras curiosas y murmullos sobre su persona, Rose ignoró a cada uno de ellos con una sonrisa de indiferencia. Ya en su habitación, se apresuró a buscar ropa para vestirse luego de bañarse, quería hacerlo todo rápido antes de que Lily o alguna de sus amigas viniera a interrogarla.
Aunque apenas se metió bajo la ducha, escuchó los gritos de Lily Potter y Ginger Macmillan en la habitación llamándola. Rose sonrió divertida, acariciando su cabello mojado.
¡Sabemos que estás ahí adentro! gritó Lily. ¡Cuenta con quién demonios pasaste la noche!
¡Seguro que con Scorpius! chilló Ginger. ¡Escuché a un Slytherin decir que te vio anoche en su Sala Común!
¡¿Qué tan grande la tiene?! preguntó, obviamente, Lily. Rose estaba segura que sonreía con picardia.
Rose soltó una carcajada y se siguió bañando con la mayor paciencia que existía, escuchando claramente a su prima y amiga hablar sobre las mil y una posibilidades que hicieron ella y Scorpius anoche. Finalmente, terminó alrededor de media hora (y Lily y Ginger seguían hablando) y se enrolló una toalla en su cabello luego de secarse el cuerpo y ponerse la ropa que había traído.
Ahora si cuenta dijo de inmediato Lily.
Siento decepcionarlas dijo ella, tomando un peine, pero sigue siendo tan virgen como de bebé.
¡¿Qué?! exclamó su prima indignada. ¿Y al menos algo oral?
Me pregunto qué diría James si te escuchara.
Rose le contó, a la vez que se cepillaba el pelo, que había llevado con trabajo a Scorpius y Albus a sus habitaciones en las Mazmorras de Slytherin, ya que ambos estaban en un estado de ebriedad, y los ayudó a acostarse en sus camas. Al final, Scorpius le había pedido que se quedara y como Rose no tenía ganas de volver a la fiesta (y quería dormir junto a él) aceptó y se tumbó a su lado. "Solo dormimos, nada más", tuvo que repetir mínimo cinco veces para que le creyeran.
Merlín, tienes la oportunidad de violarlo y no lo aprovechas se quejó Ginger.
Rose no pudo evitar volver a reír, sobre todo cuando Lily asintió con energía. Ella estuvo a punto de contestarles cuando una lechuza blanca como la nieve entró por la ventana de la habitación, dejando un pergamino cortado a la mitad sobre la cama de Rose. Caminó hasta ella y tomó el pergamino para leer que traía puesto.
¿Y qué dice? preguntó Lily con impaciencia, quería volver al tema del cual estaban hablando.
Rose sonrió.
Tienen que ayudarme a buscar un vestido lindo. Scorpius me va a llevar a un restaurante de Hogsmeade.


Scorpius había tenido que usar las influencias de su padre (y de paso tener que revelarle a éste que estaba enamorado de Rose, recibiendo la respuesta de que ya lo sabía desde que él tenía catorce años mientras reía, haciendo sonrojar a su hijo) para poder conseguir esa misma noche una reservación en el restaurante Fire, que era el más popular de todo Hogsmeade.
Como era obvio que no tenía gusto en la moda, pidió ayuda a Albus para que le dijera que ponerse. Y mientras éste lo hacía, Hugo le hacía un breve resumen de como debía comportarse frente a Rose ("Principalmente intenta no babear. Y si me entero que luego tuvieron sexo, te mataré"). Albus bostezó, todavía cansado por la noche anterior, había afirmado que una vez solo, dormiría hasta mañana cuando debería prepararse para el Baile de Graduación.
Scorpius estaba totalmente nervioso. Era fácil actuar como un semidiós, pues ya sabía que debía hacer o decir, ahora que tenía que ser él mismo frente a la chica a la que amaba... Rogaba para que no sudada delante de Rose. En estos siete años, sería la primera vez que tenía una cita con ella (no contaban las que iba con sus amigos o con Albus y Alice) y temía hacer todo mal. Hoy le pediría que fuera su novia y esperaba que todo saliera perfecto.
Si la diosa de la suerte, Tyche, estaba de su lado, entonces tal vez al final del día podría sentirse feliz de tener a Rose a su lado.
¿A qué hora quedaron? preguntó Albus, mientras le quitaba la horrible corbata que Scorpius se había puesto.
Pasaré por ella a las ocho y quince, pero la reservación no es hasta las nueve.
¿Sabes que pasadizo debes de tomar para ir hasta Hogsmeade? cuestionó Hugo. Scorpius asintió.
Intenta no toparte con ningún Prefecto le aconsejó su amigo. Mucho menos con el idiota de McLaggen.
Scorpius hizo una mueca. Los rumores de que Rose y él eran parejas no se hicieron esperar éstos últimos días y aumentaron de sobremanera cuando los alumnos se dieron cuenta que Rose había pasado la noche anterior con Scorpius ("¡Digo la verdad! ¡Solo dormimos!", tuvo que decirle una y otra vez a Albus, Hugo, Nathan y cualquiera que le preguntara si lo había hecho con Rose). Por culpa de los comentarios (por el momento falsos) que decían que él estaba con ella, horas atrás, Mark McLaggen había ido a encontrarlo en los jardines con su séquito, si no hubiera estado caminando por ahí el profesor Longbottom, Scorpius estaba seguro que hubiera pasado los dos últimos días en Hogwarts en la enfermería.
Albus entonces aplaudió y llevó una mano a la frente, exclamando que el mundo todavía no estaba preparado para el buen gusto que él tenía de moda. Hugo rodó los ojos, pero Scorpius hizo aparecer un espejo y pensó que si su amigo se dedicaba a algo relacionado con la moda, triunfaría.
Albus había estado hace dos horas rebuscando entre la ropa de Scorpius, murmurando que debían ir juntos a comprar ropa luego de graduarse de Hogwarts ("También podrían ir a bailar con Louis y Drake a los clubes para gays", había dicho Hugo). Finalmente se había decidido por una camisa gris lo bastante ajustada para que marcara sus abdominales hechos por los entrenamiento de Quidditch, pero también holgado para que no se pegara a su cuerpo como segunda piel y él no se sintiera incomodo. También hizo que se pusiera unos vaqueros marrones que abrazaba sus caderas. Luego, Albus le había prestado una campera blanca suya e hizo que se arremangara las mangas y como último toque le desordenó el cabello.
Me veo bien silbó Scorpius admirado.
Soy sombroso haciendo estas cosas se jactó Albus, mirándose las uñas.
Creo que ya deberías ir yendo comentó Hugo. Scorpius asintió, tomó la pequeña rosa que había sacado del jardín y se aseguró una vez que estaba bien. Se despidió de sus amigos y se fue hasta la puerta para salir cuando Hugo volvió a hablar. Y recuerda, Malfoy, acuéstate con ella y te mato.Rose estaba maravillada con todo lo que veía en el restaurante Fire. Había ido tres veces antes de aquella vez, cuando fue a celebrar que a su madre la ascendieron como Ministra, cuando fue el cumpleaños de su prima Victoire y cuando vino a comer con sus amigas. Y ahora estaba con Scorpius en su restaurante favorito de todo Hogsmeade.
Por fortuna, no había ningún alumno de Hogwarts que pudiera molestarlos, pero desgraciadamente un al parecer reportero mágico había estado allí y les había sacado una foto cuando Rose de improvisto había besado a Scorpius. Ella no dudaba que al día siguiente los dos estarían en primera plana de el diario El Profeta, el título diría algo parecido a: "La hija de los dos héroes está de novia con el hijo de un mortifago" o "Romeo y Julieta: Rose Weasley y Scorpius Malfoy al descubierto". Fuera como fuera, las familias y los amigos de ellos eran conscientes hacía tiempo que ambos se gustaban, no iban a sorprenderse o enojarse al ver la noticia.
Rose le sonrió a Scorpius cuando éste le tomó la mano sobre la mesa, con una sonrisa tímida. El camarero les había traído pasta, un vino mágico y una copa para cada uno. Rose jugó con sus dedos, llevándose un poco de pasta a su boca, sin quitarle los ojos de encima. Estaban a punto de terminar su comida y a pesar que no habían bebido ni siquiera la mitad del vino, Rose estaba segura que igualmente estaban a punto de irse, lo que significaba que la hora tan esperada de que él le propusiera ser su novia se acercaba.
Mañana es nuestro Baile de Graduación comentó Scorpius.
Y al día siguiente, nuestra Graduación Ella suspiró. Seguro recibirás el premio de mejor alumno de nuestro año.
Tú eres mejor murmuró él.
Rose rió, negando con la cabeza, y tomó su copa de vino para darle un sordo. En realidad, no habían hablado mucho, se habían pasado la mayor parte de la veda tomándose de la mano y lanzándose sonrisas tímidas. Aun así, todo le estaba fascinada a Rose. Cada cosa que ocurría, le afirmaba una y otra vez que él la amaba.
Scorpius suspiró y acarició sus nudillos con su pulgar, dejando de lado su comida y centrándose únicamente en ella. Rose solo podía sentirse emocionada como nerviosa, ni siquiera le incomodaba el hecho que él la estaba viendo comer, como normalmente le sucedía cuando alguien la observaba a la hora del almuerzo o cena.
Yo te he comprado algo dijo entonces Scorpius.
No debiste dijo ella, limpiando su boca con una servilleta. Seguro el simple hecho de comer aquí te ha salido caro.
Scorpius se encogió de hombros, mientras buscaba algo en el bolsillo de su campera blanca. Rose notó que la mano de él temblaba mientras le pasaba la pequeña cajita, aunque no le dijo nada, secretamente le parecía tierno. Rose soltó su mano y tomó el obsequio, con repentina curiosidad y emoción.
Adentro, había un anillo de oro rosa, con pequeñas piedras negras en él, un diamente, que parecía verdadero, brillaba contra las dos velas que se habían puesto en la mesa. Sobre diamante, había una rosa roja hecha de plata. Rose contuvo el aliento, era lo más hermoso que había visto, y a la vez le resultaba algo familiar.
Casi olvidándose de agradecerle a Scorpius por el anillo, se lo puso en el dedo anular, admirando con alegría el regalo. Scorpius le sonrió.
Me alegra que te guste dijo él, mirándola atentamente.
¿Gustarme? Creo que me enamoré de éste anillo suspiró Rose.
Scorpius rió y su sonrisa se hizo más grande.
Era de Nana Greengrass le informó Scorpius. Con razón le resultaba concedido, Abuelo Edward lo mandó a hacer especialmente para ella para su primer aniversario como esposos Él suspiró y agachó un poco la cabeza. Nana murió hace unos cinco meses, ¿recuerdas cuándo me fui por una semana de Hogwarts? Justo entonces. Yo estuve con ella los últimos minutos de su vida. Nana se sacó el anillo y me lo dio, me pidió que se lo diera a la mujer que más me importaba, a la que más amaba Scorpius levantó la cabeza. Tenía lágrimas en los ojos, pero estaba sonriendo. También me dijo: "Y, algo más, no sigas perdiendo tiempo, dile que la amas. Estoy segura que te corresponderá, Scorpius". No sé cómo, pero sé que hablaba de ti.
Rose se sonrojó y clavó la vista en el anillo. La primera vez que había conocido a Lena Greengrass, había sido dos años atrás, cuando había acompañado a Scorpius a la casa de sus abuelos maternos para buscar algo que él había dejado olvidado antes de juntarse en el Caldero Chorreante con Albus. Scorpius se había ido a la habitación que usaba cuando se quedaba ahí y ella se había sentado con la abuela de él en la cocina a tomar un té.
Eres hermosa le había dicho, con una sonrisa tierna. Debes de tener muchos pretendientes.
La verdad es que si Rose no quería sonar presumida, pero no mentía: el último mes había recibido cuatro lechuzas de diferentes chicos pidiendo una cita con ella.
¿Pero sientes algo por alguien?
Tal vez admitió, sin animarse a decirle que el único chico que le interesaba estaba un piso arriba.
La abuela de Scorpius sonrió.
Él siente lo mismo que tú le dijo con seguridad.
Rose había estado tan confundida que no volvió a hablar hasta que Scorpius entró en la cocina y le dijo que ya podían irse. Tal vez Lena Greengrass hablaba de Scorpius ese día, como le habló de ella a su nieto en su lecho de muerte. Tal vez ella solo necesitó diez minutos para saber que ellos estaban enamorados y no años como ellos mismos.
Por eso te doy el anillo retomó la conversación Scorpius, devolviendo a Rose a la realidad. Porque mi abuela dijo que sé lo de a quien amaba y yo te amo a ti, Rose. Lo he hecho desde que te vi hace siete años en el Anden admitió, algo avergonzado. Sé que puedo hacerte feliz, solo te pido una oportunidad de probartelo. Realmente te amo, Rose, y yo solo quiero tu felicidad.
Ni siquiera tenías que hacer este discurso (aunque me encantó), solo debías besarme hace años. Yo también te amo le dijo con una sonrisa.
Cuando Scorpius se levantó bruscamente de la mesa, tiró del mantel, haciendo que casi se cayeran los platos, las copas y las velas, pero a él no pareció importarle, mucho menos cuando las personas se giraron hacia ellos, advertidos por el ruido. Rose miró soñadoramente como él se acercaba a ella y la tomaba entre sus brazos para levantarla, entonces la besó con la dulzura y la ternura que lo describían.
Tal vez hubieran seguido un buen rato besándose, sino fuera porque los magos y brujas que estaban en Fire empezaron a aplaudir.
Para aclarar, ¿quieres ser mi novia? preguntó Scorpius, con algo de timidez.
Ni siquiera hace falte que responda, pero por supuesto que si confirmó ella.
Y Scorpius volvió a besarla.


Lynx Malfoy tenía que admitir que la historia de amor de sus padres no era para nada normal, podía ser tierna, pero era muy extraña, tanto que él no llegaba a creérselo del todo. Si no fuera por las fotos mágicas que tío Hugo y tío Albus siempre mostraban en días familiares, de su padre disfrazado de personajes ficticios, él nunca hubiera creído que él había hecho todo lo imposible para parecerse a los semidioses que a su madre le encantaba.
Su padre, Scorpius, estaba con las mejillas sonrojadas y pareciendo algo avergonzado, mientras que su madre, Rose, estaba acostada en el sillón, leyendo concentrada La sangre del Olimpo como para darse cuenta de que estaban hablando los dos hombres más importantes de su vida.
Pero, papá... Lynx se interrumpió a si mismo para reír con fuerza, te pusiste peluca... y lentes de contacto. ¡Incluso fingidas tener un enamoramiento por un ladrillo!
Lo valió se encogió de hombros su padre, mirando con amor a su mujer.
Debiste amarla mucho para hacer el ridículo frente a ella murmuró Lynx. Y mamá debió amarte mucho para no llamar a un loquero agregó por debajo.
Su madre murmuró algo entre dientes, pero al parecer iba dirigido a su libro. Su padre sonrió y se levantó, le despeinó el cabello a su hijo y se marchó a la cocina para comenzar a preparar la cena. Sabiendo que no era buena idea interrumpir a su madre mientras leía, Lynx se marchó a su habitación, pensando en la historia que le contó su padre; aún le costaba creer que aquello hubo funcionado con éxito. Literalmente, a su padre le ayudó ese plan absurdo y ridículo, porque en vez de hacerlo ver patético, consiguió a la chica que amaba.
Lynx rió en voz baja y se tiró en su cama, tomando su celular cuando notó que tenía un mensaje en él. ¿Puedes creer que Emma dejó a Jules y va a hacer que piense que sale con Mark? ¡La amo, pero a veces me exaspera! Y papá dijo que recién me daría el siguiente libro mañana, no puedo aguantar tanto. Necesito más de los cazadores de sombras, decía el texto de Violet Weasley, la prima de Lynx y la hija del hermano de su madre.
Lynx le contestó algo parecido a que estaba muy obsesionada con aquella saga, con una sonrisa formándose en sus labios. Estaba seguro que para nadie era un secreto que él estaba enamorado de ella, pero había un problema. No importaba el hecho de que fueran primos, ya había una relación incestuosa en su familia y todo el mundo lo aceptaba, el problema era que Lynx no sabía de que manera decirle lo que sentía y mucho menos sabía si ella lo correspondía.
Lynx escuchó entonces la risa de su madre, seguido por la de su padre. Había pensado que la idea de su padre había sido una estupidez, pero quizá era brillante. ¿Y si él se disfrazaba de cinco cazadores de sombras, los favoritos de Violet? ¿Podría obtener el mismo resultado que su padre?
Con la moral alta, escribió un mensaje a su mejor amigo, Ethan, el hermano de Violet. Oye, ¿tú también lees estos libros de cazadores de sombras, verdad? Necesito ayuda. ¡Es importante!
Lynx sonrió mientras apretaba el botón ENVIAR. Si todo resultaba bien, él tendría el mismo éxito que su padre.

Scorpius y los semidioses de Rose - Potterfics, tu versión de la historia

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Scorpius Malfoy podía asegurar que se había enamorado de Rose Weasley cuando la vio en el Anden 9 y ¾. Tenía once años entonces, pero él sabía que estab

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