-¿Sirius
me dejas? - susurró el licántropo, mientras el hombre moreno se alejaba entre la bruma.
Lupin intentó alcanzarlo
pero fue inútil
El cuerpo de Black comenzó a desvanecerse, hasta que desapareció completamente.
Remus despertó bañado en sudor
como cada noche, desde hacía, casi, dos años.
De nuevo se vio rodeado por la realidad
Sirius había muerto. Estaba muerto, ya no volvería
jamás volvería a envolverlo entre sus brazos
Se incorporo, frustrado, mientras las lágrimas luchaban por salir, enrojeciendo sus dorados ojos.
Él, Remus John Lupin, el licántropo
el destinado a morir joven era el último Merodeador.
Estaban bajo tierra. Todos. No retuvo el llanto.
Y, a pesar de su melancolía, logró esbozar una mueca, lo más cercano a una sonrisa que lograba componer desde la muerte de Black, cuando recordó a sus amigos
James era el más astuto
Lily la intrépida, sus destinos eran los de alguien grande, con futuro, pero murieron tan jóvenes
cuando apenas habían dejado la adolescencia; cuando se habían casado, y tenido un hijo, y su vida comenzaba a funcionar
Veintiuno no es una edad en la que se deba pensar en la muerte, y, sin embargo
Sirius
Sirius era el valiente. El que no le temía a nada
el que habría dado todo por la gente a la que amaba
Pero él también dejó el mundo demasiado pronto
Treinta y seis tampoco es una edad apta para morir.
Y Peter
Peter. Sus manos temblaron, y la sonrisa desapareció. Peter, el que parecía inofensivo. El más torpe y tonto de los tres, el que parecía el más leal a los Merodeadores y
por su culpa se había desencadenado toda esa guerra. Disfraces para niños y adultos
Remus había recibido unos días antes, con alegría, la noticia de su muerte. Treinta y ocho años también es una edad temprana para dejar de respirar pero
que se joda.
-Remus
¿te encuentras bien? - preguntó una voz femenina a sus espaldas. - él se enjugó las lágrimas discretamente, y volteó a ver a su esposa.
-Si, Dora, estoy bien
. - amparado por la oscuridad de la noche sin luna, los surcos de lágrimas en el rostro de Lupin no fueron visibles para la joven.
Lánguida, Tonks se tendió sobre la cama, incitando a su marido a hacer lo mismo.
-¿Me quieres? - le susurró, cuando, al fin, la tuvo entre sus brazos.
Lupin cerró los ojos, y tardó en contestar
La quería, si, pero no como debe hacerlo un esposo
Sólo la veía como una amiga.
Echaba de menos a Sirius
pensaba en él todos los días
pensaba en él hasta cuando besaba a su esposa, aunque supiera que no estaba bien.
Pero no podía evitarlo; no podía evitar buscar los cálidos ojos grises en los de su esposa, del mismo color
Pero ella no era Sirius
-Si... claro que te quiero
- murmuró, al fin, mientras acariciaba los cabellos rizados, fucias, imaginando que era una cabellera morena la que se deslizaba entre sus dedos. Tonks sonrió complacida, y se acomodó en el escuálido pecho del hombre lobo.
Remus cerró los ojos también, imaginando que era a Sirius el que estrechaba entre sus brazos
Era la única forma de concebir el sueño.
Vale
¿Se me ha ido mucho la olla? ¿Carece demasiado de sentido??
La verdad
no le encuentro demasiada coherencia
pero este fic me ha salido sin pensarlo... y
ya que lo tenía escrito ¿Por qué no publicarlo??
Dejar comentarios!!
Besos!!!
Sirius... ¿Por qué me dejas? - Fanfics de Harry Potter
-¿Sirius me dejas? - susurró el licántropo, mientras el hombre moreno se alejaba entre la bruma.
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2023-02-27
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