Solo Tú Doblas Mi Razón
Capítulo 1
Una vez más en Hogwarts
-¡Mamá! ¿¿Dónde está mi libro de pociones??- Gritaba una pelirroja mientras revolvía su habitación. Su nombre era Lily Evans, y con su rizado pelo color fuego y sus ojos verdes esmeralda, era la adolescente soñada por todos los chicos que la conocían. Eso sin mencionar el espectacular cuerpo del que era dueña, envidia de todas las alumnas del colegio al que asistía, el que insistía en ocultar bajo el uniforme de Hogwarts.
-¿Podes decirlo un poco más alto así los vecinos se enteran de lo anormal que sos?- Le dijo mordazmente su hermana mayor Petunia. Ésta no era una bruja en el mismo sentido que su hermana. No tenía ningún poder mágico, pero lo que si poseía era una envidia mortal hacia Lily, y la trataba con desprecio e inferioridad desde que se enteró de los poderes de su hermana.
Antes de que la pelirroja pudiera replicar entró a la habitación su madre con aspecto cansado, y con un pesado libro en la mano.
-Aquí tienes Lil, apúrate si quieres que tu padre te lleve a la estación, todavía hay que pasar a buscar a Irina- Dijo Aurelia mirando con severidad a sus hijas. Ella tampoco tenía ningún poder mágico, al igual que su marido, por lo que Lily era hija de muggles.
-Si mamá- Contestó con una sonrisa.
Después de tirar dentro de su baúl todo lo que creía que iba a necesitar en el año, se dirigió rápidamente al comedor. Allí la esperaba en una jaula limpiada minuciosamente una hermosa lechuza colorada, que al verla chilló de la alegría.
-¿Estas lista Gina?- Preguntó la ojiverde mirando a su mascota.
-¿Partimos Lil?- Se escuchó decir al padre, Walter, que miraba a su hija menor con cariño.
-¡Claro Pa!- Respondió entusiasta.
Después de que se zafó del enorme abrazo lleno de lágrimas de su madre, y recibió un débil No vuelvas anormal de su hermana, se subió al cuidado Fiat uno de su familia, y partieron a la casa de su mejor amiga.
Otro clima se vivía en la casa de los Fletcher. Irina, una rubia muy bonita de ojos color miel, con curvas pronunciadas, y las mejores piernas de todo el colegio según el alumnado masculino, se encontraba acomodando las cosas para el primer día de clases de su hermanita, Julie. Como era una muchacha ordenada y prolija, ya tenia todo preparado para partir, pero no era el caso de su pequeña hermana, que había dejado todo para último momento y ahora estaban a las corridas.
-Julie, por favor ayúdame- Imploró la rubia, ya que la aludida estaba mirando la televisión.
-Pero Iri, todavía hay tiempo- Tras una mirada fulminante de su hermana decidió agregar- Iré a ver si llego Lily- Mientras salía casi corriendo. Conocía el temperamento de la rubia y decidió que era mejor no ponerlo a prueba. A pesar de que ellas lo negaran eran muy parecidas, no solo por la personalidad, sino también físicamente. Salvo por un pequeño detalle, la hija más pequeña tenía el pelo color castaño con muchas ondas y corto hasta los hombros, que contrastaban con las mechas doradas y lacias, largas hasta la cintura que poseía la otra.
Desde la puerta Nancy, una mujer castaña de unos 40 años, miraba a las niñas divertida. Al notar su presencia, Irina le sonrió y le dedicó un abrazo cargado de ternura. La extrañaría ya que no la iba a ver hasta las vacaciones de navidad.
Las niñas vivían con su madre, ya que su padre las había abandonado cuando Julie tenía apenas 10 años. Las tres eran muy unidas y les costaba separarse.
-¡Ya llegó Lily!- Se escuchó gritar a una niña con entusiasmo.
Bajaron las escaleras tan rápido como les permitieron los baúles.
-¡¡Iri!! ¿Cómo has estado?- Preguntó sonriente una pelirroja.
-¡Hola amiga! Te extrañe mucho- Le respondió la rubia mientras la abrazaba fuertemente- Aunque nos vimos hace dos días.
-Hola Lily- Se escuchó la voz de Nancy.
-Hola señora Fletcher- Respondió Lily con una sonrisa- ¿Vamos chicas?- Agregó con entusiasmo.
Las hermanas Fletcher asintieron con alegría y tras despedirse de su madre siguieron a Lily hasta el auto.
El viaje fue muy calmado
en realidad nada que ver. Las adolescentes se contaban todo lo que les paso esos dos días que no se habían visto, y la castaña trataba de preguntar sobre aquellas cosas que no entendía, es decir, todo. Y sumado a esto se encontraba Walter metiendo bocadillos como: te dije que ese chico era el más lindo, la combinación de rosa y verde es el último grito de la moda o yo veo dos novelas simultáneamente, ahora ya son 22 las que miro riéndose y haciendo reír a las chicas.
Pronto llegaron a la plataformas 9 y 10. Tras saludar a Walter, se dispusieron a entrar a la plataforma 9 y ¾ . Cuando llegaron se encontraron con un enorme y hermoso tren colorado que parecía a punto de partir. También se veían muchos alumnos con sus familias despidiéndose, pero ellas querían encontrar a cierta castaña que no veían entre la muchedumbre. Se estaban abriendo paso entre las personas, cuando de repente se escucha a alguien gritar:
-¡Chicas!
Reconociendo esa voz enseguida las aludidas se dieron vuelta justo cuando alguien se abalanzaba sobre ellas y les daba un enorme abrazo.
-¡Arianna!- Gritaron al unísono las chicas emocionadas.
-Ayy, las extrañe demasiado nenas- Dijo la aludida. Una castaña, con el pelo lleno de ondas y largo, de grandes ojos azules y largas pestañas. Era muy menudita, la más baja del grupo, pero tenía un cuerpo precioso, aunque su fuerte eran sus miradas te fijas en mí sí o sí que derretían a cualquier chico.
-Nosotras mucho más- Respondieron sus amigas.
-Claro, y de mí nadie se acuerda, ¿no?- Dijo una voz masculina que se acercaba.
-¡Gaby!-Gritó Lily lanzándose a los brazos de un morocho con un cuerpo perfecto (y según Lily un culo escultural), dueño de los mismos ojazos azules que tenía su hermana melliza, Arianna.
-¡Nena Linda! ¿Cómo estas?- Dijo el aludido respondiendo el abrazo que casi le cortaba la respiración, y dándole un sonoro beso en la mejilla.
-Bien, ahora mejor- Respondió con una hermosa sonrisa la pelirroja.
-¡Hey! Deja un poco para los demás amiga- Le reprochó Irina sonriendo. Tras abrazarlo, Julie se acercó con timidez para saludar a los amigos de su hermana.
-Hola Ju, ¿Estas nerviosa por empezar este año- Preguntó amistosamente la castaña.
-No, por supuesto que no, vengo preparada- Respondió simulando valentía, pero el tono de su voz delataba otra cosa.
-Bueno, creo que estamos viendo a una pequeña Gryffindor- Dijo con entusiasmo Gabriel y mientras le dedicaba una sonrisa a la niña. Tras esto Julie enrojeció totalmente, cosa que por suerte para ella nadie noto.
-¿Qué les parece si subimos al tren? Tengo que buscar a Remus para ir a la reunión de los prefectos- Se escucho decir a Lily.
Todos en el grupo, asintieron mostrándose de acuerdo, y tras esto subieron al tren para buscar un compartimiento vacío.
En otra parte del andén se encontraba observando la escena un muchacho moreno, alto con un cuerpo envidiable debido a su entrenamiento de quidditch y unos hermosos ojos color avellana tras unos lentes que le daban aspecto de inteligente. Su nombre era James Potter, conocido por los hombres en el colegio como el mejor cazador que ha tenido Gryffindor, y por las chicas por el mejor trasero que ha tenido Gryffindor.
Estaba tan concentrado en un abrazo que cierta pelirroja le había dado a su compañero de cuarto que no se dio cuenta de que alguien gritaba su nombre buscándolo.
De repente sintió como alguien golpeaba su espalda cariñosamente a la vez que decía:
-Hey Prongs, un día te va a pasar el autobús noctámbulo por encima cuando estés mirando tan disimuladamente a la pelirroja.
Se trataba de Sirius Black, un chico con un cuerpo perfecto por el que morían casi todas las chicas de Hogwarts, con su pelo negro azulado perfectamente peinado y unos ojos grises que enamoraban a más de una.
-Hola Padfoot, ¿Cómo estas amigo?- Dijo el aludido con una sonrisa.
-Muy bien, ¿sabes que
- No termino lo que estaba diciendo porque de repente una chica alta, morocha y de ojos marrones se le tiró encima abrazándolo con mucha fuerza.
-¡¡¡ Siru Siru mío!!!- Gritó justamente en el oído del morocho a lo que él hizo una mueca de dolor.
-Hola Alisson, ¿Cómo estas?- Respondió él tratando de zafarse para poder respirar con normalidad.
-Ahora que estoy a tu lado no puedo estar mejor- Dijo ella con voz soñadora y como dirigiéndose a un público inexistente, parecía que se sentía Julia Roberts.
Sirius la miraba espantado, y él nunca miraba a una chica con las curvas que poseía la morocha de esa manera. Pero Alisson provocaba eso en él. No podía sacársela de encima, ella estaba encaprichada con Sirius desde que en 4º año él heroicamente le sacó un gusano del hombro mientras ella gritaba como una loca pidiendo que alguien la salvara de tan horrendo bicho.
Detrás de ella se encontraba James riéndose descontroladamente, por lo que se ganó una mirada fulminante de su amigo. Por fin decidió apiadarse de él:
-Alisson, me parece que tienes el maquillaje corrido- Dijo tratando de parar la risa.
-Oh no! ¡Es como en mi pesadilla!- Gritó ella y salió corriendo llevándose por delante a un alumno de 6º año alto, con muy buen cuerpo, castaño y de ojos color miel. Tenía un aspecto cansado, pero se lo veía feliz.
-¡Moony!- Gritaron James y Sirius en cuanto notaron la presencia de Remus Lupin.
-Padfoot, Prongs- Respondió él mientras abrazaba con cariño a sus mejores amigos, y mirando a Sirius agregó- Recién me cruzo con tu novia, ¿Cómo lograste sacártela de encima?
-No es mi novia, gracias a Dios- Rieron todos y después agregó- Prongs me la sacó de encima.
-Si, le dije a mi querida prima que su maquillaje estaba corrido- Dijo James entre risas- Tendrías que haber visto su cara, era más o menos así- Y se puso a imitar demasiado bien a Alisson.
Cuando ni Sirius ni Remus podían parar de reír se escuchó una vos chillona que decía:
-¿Cómo es que se ríen de mi nuevo corte si todavía no me vieron?
El que había hablado era Peter Pettigrew, un chico bajo, de aspecto nada agradable, con nariz puntiaguda y ahora con el pelo que parecía que se lo había cortado el enemigo.
Esto lejos de calmar a los muchachos hizo que se rieran más fuerte aún. Y hasta el chico recién llegado se reía aunque no entendía porque.
De pronto se percataron que ya no había casi ningún alumno en el anden y que el Expreso Hogwarts estaba a punto de partir.
Rápidamente se subieron y ni bien terminaron de subir sus baúles el tren comenzó su marcha.
-¿Hay lugar para nosotras?- Preguntaron entusiasmadamente dos chicas entrando en el compartimiento donde se hallaban Irina, Arianna, Julie y Gabriel. Se trataba de Kim y Sarah. La primera era una chica muy bajita, castaña con unos kilos de más y unos preciosos ojos celestes. La segunda era muy delgada, de pelo corto y dorado, y profundos ojos negros. Eran estudiantes de 6º año en Gryffindor y compañeras de cuarto de Lily y sus amigas.
-¡Claro! Siempre hay lugar para uno más- Respondió Arianna amablemente.
-¿Cómo pasaron sus vacaciones chicas?- Preguntó Irina mientras se aplastaba un poco contra Julie para que Kim se pudiera sentar a su lado.
-Muy bien, pasamos casi todas las vacaciones juntas.- Dijo alegremente Sarah a la vez que terminaba de saludar a todos los ocupantes del compartimiento.
-¿Quién es esta bella niña?- Preguntó sonriendo la castaña.
-Es mi hermana Julie, empieza este año.
-Ayy, pero que cosa tan bonita- Replicó Kim haciendo que la pequeña se sonrojara.
-Déjala en paz, ¿no ves que le incomoda que la mires tan fijamente?- Dijo de pronto Gabriel.
-¿y a ti que te importa? No veo que la chica se esté quejando.
-Es que no tiene suficiente espacio personal como para hacerlo, el mismo que me están sacando a mi.
-¿Quién se atrevería a acercarse tanto a vos como para sacarte tu espacio personal?
-Pues tú, falta que te me tires encima más o menos.
Ella se ruborizó de repente. En efecto, estaban muy cerca uno del otro, ella se había acercado durante la discusión y ahora casi tenía su nariz pegada a la de él. Se incorporó para sentarse lo más alejada de el, pero había tantas personas en el compartimiento que calculo mal, perdió el equilibrio y terminó literalmente encima de Gabriel.
-Vaya, no creía que te lo tomarías al pie de la letra- Murmuró el chico con tono burlón.
Ella más roja que un tomate, se levanto con la mayor dignidad que pudo y se sentó en el otro extremo.
Todos observaban la escena divertidos. Ya estaban acostumbrados a las peleas que protagonizaban estos dos. Entonces Sarah decidió apiadarse de su mejor amiga y pregunto:
-¿Dónde está Lily? No la veo hace mucho.
-Está en la reunión de prefectos, no tarda en venir- Respondió amablemente Arianna.
-Ah, cierto. ¿Y está Remus con ella?
-Mmmm, si, supongo ¿Por qué?- Contestó nuevamente la castaña, pero esta vez un poco más fríamente.
-No, por nada- Replicó Sarah riéndose y dirigiendo una mirada elocuente a su amiga, quien reía con ella.
Arianna iba a decir algo cuando de repente se abrió la puerta dejando ver a James, Sirius y Peter.
-Buenos días damas- Dijo el primero con una sonrisa que derretía a cualquier chica, buscando con la mirada a cierta pelirroja.
-e Irina- Agregó el segundo mirando burlonamente a la rubia que se dedicaba a fulminarlo con sus ojos.
-Y Gabriel- Se quiso sumar Peter, porque parecía que nadie se había percatado de su presencia (N/A: con esos bombones a tu lado ¿Quién se va a dar cuenta de que siquiera existís? Perdón, pero tenía que decirlo xD).
-Hola- Dijeron al mismo tiempo Kim y Sarah mientras que parecía que trataban de contener la baba.
-¿Se puede saber que es lo que quieren?- Preguntó fríamente Irina.
-Como este es el compartimiento más vacío del tren- Empezó James, a lo que Arianna levantó una ceja, posiblemente fuera el más lleno- Decidimos hacerles compañía.
-Que lástima, pero no son bienvenidos los tontos acá. Así que pueden darse media vuelta e irse- Dijo fríamente la rubia.
-Ey! Agresión. ¿cómo me vas a decir eso? Me rompes el corazón- Replicó con cara de perrito mojado Sirius.
Haciendo caso a sus instintos Irina no miró a los ojos al morocho, sino que lo miró a Potter y le dijo:
-Será mejor que se vayan pronto, porque en cualquier momento va a llegar Lily y no seré yo quien la aguante cuando los vea acá.
Como si la hubiera invocado por arte de magia, cierta pelirroja entró al compartimiento, en el cual ya no cabía ni una mosca, seguida de Remus, y miró incrédula las personas que se encontraban en él.
-Miren quien llegó, mi pelirroja favorita.- Dijo James con una sonrisa seductora.
Si lo que quería lograr era calmar a la ojiverde, se puede decir que le salió el tiro por la culata.
-POTTER ¿QUIEN TE DIJO QUE YO SOY TU PELIRROJA?- Saltó ella, con un grito que por poco hace parar el tren.
-Tranquila, si queres lo discutimos a solas, en mi habitación, después de hacernos algunos mimitos, y
-Ehh, Prongs, creo que no la estas arreglando- Le hizo notar Sirius señalando con temor la cara de Lily que cada vez se ponía más roja debido a la vergüenza y a la ira.
-POTTER, BLACK, PETTIGREW, SE VAN YA MISMO DE AQUÍ-Vociferó la pelirroja.
-¿Por qué él se puede quedar y yo no?- Respondió el primero señalando a Remus como un chico al que no le conceden sus caprichos.
Entonces se abrió nuevamente la puerta del compartimiento y entró una morocha de ojos marrones con una sonrisa casi maléfica en sus labios.
-Lo único que faltaba- Masculló Irina, que no podía ver ni en figurita a la prima de James.
Si antes no entraba ni una mosca, ahora no entraba ni un alfiler.
-Escuché el nombre de mi amor, ¿dónde estás corazón?- Dijo ella tan dramáticamente como le permitía el poco espacio personal que poseía.
El aludido se había escondido detrás de su amigo, esperando que la morocha no lo reconociera.
En ese momento el compartimiento era un caos.
Irina con pura maldad le señaló a Alisson donde se encontraba Sirius, a lo que inmediatamente ésta prácticamente se tiró, pasando por encima a su primo, a los brazos de su amor. Ahora entre ellos tres se desarrollaba una gran pelea. Bah, en realidad entre la rubia y el Padfoot, porque la morocha, solo se limitaba a agarrar como un naufrago a la orilla al chico y meter algunos bocadillos para no sentir que le sacaban el protagonismo.
En otro rincón Lily se dedicaba a pelear con James, nada muy original, ella le decía que no lo quería ver en todo el año, y él insistía en que eran la pareja ideal y tenían que salir juntos. Ella hasta llegó a amenazarle con quitarle puntos a su casa antes de empezar el año escolar, ante esto el chico aflojó un poco. Sin embargo no duró mucho, ya que en seguida estaban envueltos en otra discusión, esta vez él decía que admitiera que ella estaba enamorada de él y ella lo negaba alegando que jamás se fijaría en un ser tan engreído, arrogante, y un largo etcétera. Muy original lo de estos chicos, ¿no?
Otros que no estaban hablando precisamente muy amablemente eran Gabriel y Kim. El primero alegaba que ella lo había querido violar cuando se le tiró encima salvajemente según sus propias palabras. Ella, que más colorada de la vergüenza no podía estar, le contestaba que nunca se acercaría a él ni con un láser a 10 metros. Cosa que no parecía muy creíble en esos momentos porque se encontraban muy cerca uno del otro. Cada vez que discutían tenían la costumbre de ir acercándose y si uno no prestaba atención a los gritos, los insultos y las caras rojas por la ira, parecía una perfecta escena estilo Nothing Hill. Julie se encontraba al lado de ellos observando divertida su discusión, aunque en realidad miraba más a Gabriel que a otra cosa.
En cambio, distinta era la situación que vivía Remus. Él sí podía mantener una conversación normal con alguien del sexo opuesto. Pues se limitaba a ver como sus amigos se mataban y a hacer comentarios graciosos que hacían que Arianna se riera a más no poder. Nunca se había fijado en esa chica, la verdad es que su compañía era muy agradable, pensaba mientras la veía. Cuando giró la cabeza para despegar su mirada de la castaña por unos segundos, se dio cuenta que se encontraba al lado de Sarah quien lo miraba, suspiraba, soltaba risitas tontas, le hacía ojitos, trataba de captar su atención, todo al mismo tiempo. Al notar esto pensó que más tonta no se podía ver, y eso que estaba acostumbrado a esa clase de comportamientos provenientes de sus fans. El clima tranquilo de este grupo desentonaba con el desastre que hacían sus amigos.
Y Peter
Bueno, él se encontraba en el medio de todos metiendo de vez en cuando algún bocadillo en todas las conversaciones para que alguien notara su presencia. Lo cual parecía que no estaba logrando.
De repente el tren comenzó a animorar la marcha, pero nadie lo notó, todos estaban muy compenetrados en lo suyo.
Ya todos habían bajado del tren, y los únicos que todavía ni siquiera se habían cambiado eran los ocupantes de este compartimiento.
Pasaron unos minutos así, hasta que una chica abrió la puerta, pero se quedó mirando al grupo desde el pasillo, porque aunque quisiera no podía entrar.
Se trataba de una alumna de 5º año, perteneciente a Gryffindor, con pelo largo hasta la cintura y lacio, color rojo claro y ojos castaños que observaban divertidos la situación. Ella ya tenía puesta la túnica, su baúl en una mano y un hermoso gato gris en la otra.
Cuando notaron su presencia todos callaron, milagrosamente, y la saludaron.
-¡Hola Jane!
-Hola gente- Respondió ella con una sonrisa, después agregó- ¿no se tendrían que haber cambiado ya? Ya no hay nadie en el tren.
Hubo unos segundos de silencio, hasta que la información llegó al cerebro de los chicos. Entonces súbitamente todos (bueno Peter tardó un poco más) se abalanzaron sobre sus baúles para cambiarse. Esto se dificultó un poco ya que no había suficiente espacio para que once adolescentes se cambiaran todos juntos. En el desorden que se armó en esos minutos las chicas consiguieron sacar a los merodeadores del compartimiento, con sus baúles y túnicas en la mano.
Después de ellos también salió Alisson, de la misma forma que los chicos.
-Mejor me voy, estas brujas me despeinaron- Atinó a decir mientras salía corriendo balbuceando algo sobre un hechizo alisador.
-Parece que los echaron- Comentó Jane riéndose mientras abrazaba a los merodeadores. Aunque era un año menor que ellos, era la única que se llevaba bien con todos. Era una excelente compañera, amiga y confidente.
-Te parece bien.- Respondió James abrazando a su hermanita
-¿Podemos apurarnos? Creo que moriré de hambre- Se escuchó decir a Sirius con voz dramática.
Rápidamente se pusieron las túnicas encima de la ropa y salieron en busca de los carruajes que los conducirían al castillo. Se ubicaron en uno los merodeadores y Jane, que en seguida se puso en marcha.
Inmediatamente después de que los chicos bajaron del expreso, Kim y Sarah, salieron para tratar de subirse al mismo carruaje que ellos. Detrás de ellas salieron Lily, Arianna, Gabriel, Irina y Julie, pero con la intención de subirse al carruaje más alejado de ellos.
Pronto este grupo de cinco se subió a uno y disfrutaron del camino hacia el castillo, en silencio por primera vez desde que salían de la estación de King's Cross, cada uno sumido en sus pensamientos. Los cuales eran muy variados:
Lily: Si Potter vuelve a insinuar una vez más que yo estoy secretamente enamorada de él, lo mato, lo entierro y lo castro. No precisamente en ese orden.
Arianna: ¿Seguirán teniendo un romance oculto McGonagall y Kettleburn?
Gabriel: La próxima vez que se me acerque tanto, la beso. Quiero saber como va a reaccionar. Aunque mejor lo hago después del partido de Quidditch contra Slytherin, no vaya a ser cosa que me mate y después no pueda jugar.
Irina: En la primer visita a Hogsmeade, voy a ir a Zonko. Le voy a llenar la cama de bombas fétidas a ese engreído de Black. Mmmm, mejor no, se las voy a poner en el baño donde debe tener todas sus cremas.
Julie: ¿Será posible que a ese tal sombrero seleccionador le salgan dientes y me coma?
Pronto todos los alumnos de 2º a 7º llegaron al castillo y se sentaron en las mesas correspondientes a su casa.
Todo el grupito de 6º año de Gryffindor se sentó justo en la mitad de la mesa, observando a uno nerviosos chicos de 1º año entrar, y mirar con desconfianza a un viejo sombrero que se hallaba encima de un taburete, en medio del Gran Salón. De pronto, este comenzó a cantar una canción.
Mientras:
-Lily- Susurró Irina- Si no aparece comida en mi plato inmediatamente te voy a morder un brazo.
Ante esto Lily se alejó un poco. De pronto noto que su amiga empieza a olfatear pobre, está tan hambrienta que ya imagina el olor de la comida pensaba.
De repente Sirius saca con una cara de que inteligente soy una rana de chocolate de su bolsillo. Con lo que no contó el morocho fue que no era el único pensando en comida en ese momento. Y fue entonces cuando sintió que una rubia se le tiraba encima tratando de sacarle el preciado alimento. En otras circunstancias le habría encantado encontrarse con esa alumna encima, pero esta vez defendía con uñas y dientes su tesoro. En el forcejeo también se metieron Remus, que no podía ver chocolate y no pelear por él, James, que también tenía hambre, y Lily que trataba de sacarles la golosina para confiscarla como buena prefecta que era. Entre tanto forcejeo la rana salió volando y terminó en el precioso pelo rojizo de Lily, quien en ese momento fue el centro de las miradas de todo el Gran salón. Totalmente colorada y fulminando a sus compañeros con la mirada, guardo el chocolate, y se puso a ver como el sombrero terminaba su canción como si nada hubiese pasado, mientras los merodeadores y sus amigas trataban de contener las risas.
La profesora McGonagall se paró en frente de todos, y después de dirigir una mirada reprobatoria hacia la mesa de Gryffindor, se dispuso a leer los nombres de los nuevos estudiantes para realizar la ceremonia de selección.
-Craven Erica
-¡Hufflepuff!
-Drury Abel
-¡Ravenclaw!
-Fletcher Julie
La pequeña avanzó hacia el sombrero, pero apenas tocó su cabeza éste gritó:
-¡Gryffindor!
La mesa de esa casa estalló en aplausos, y la nueva alumna se dirigió a donde estaba su hermana con una enorme sonrisa y muy feliz.
-Harrison Luke
-¡Gryffindor!
Esta vez fue un niño sonriente, rubio como el sol y con hermosos ojos color cielo, el que avanzó hacia la mesa de la casa de los valientes.
Pasaron al frente por lo menos 10 alumnos más, y justo cuando en la mesa de Gryffindor unos cuantos se morían de inanición, el profesor Dumbledore se levantó sonriente.
-Bienvenidos una vez más a este maravilloso colegio- Empezó a decir el director- Que durante las vacaciones extrañó sus risas, llantos, exámenes, preocupaciones, bromas- esto último pareció que lo dijo mirando a los merodeadores- y hoy está más preparado que nunca para volver a ser habitado.
-Si el castillo le dijo todo eso hay que preocuparse- Susurró James haciendo reír a sus compañeros, inclusive a Lily.
-Quiero recordarles que no está permitido internarse en el bosque prohibido, ni subir a la torre de astronomía fuera del horario de clases. Tampoco se permite el uso de toda clase de productos provenientes de la tienda Zonko- Esta vez si no quedaron dudas de que se lo estaba diciendo a los merodeadores. Después añadió- Bueno, no se ustedes pero yo muero de hambre, así que
¡A comer se ha dicho!- Tras esto, apareció súbitamente comida, sobre la que se abalanzaron todos los alumnos.
Cuando ya a nadie le entraba más comida, el director se paró una vez más y se limitó a decir:
-Cada uno a su Sala Común que mañana les espera un día de lo más agobiante- A lo que muchos alumnos bufaron recordando que habían retornado a las clases.
Lily y Remus se pusieron rápidamente de pie, e indicaron a los nuevos gryffindor el camino hacia su torre.
Cuando llegaron se despidieron y subieron a sus respectivos cuartos.
-¿Y Lily? Los pequeños son cada vez más dóciles ¿no?- Preguntó sarcásticamente
Irina, recostada en su cama.
-Hay que matarlos desde chiquitos- Respondió la pelirroja fastidiada, mientras sus amigas se reían a carcajadas. Sabían que mañana temprano estos niños, volverían a ser los pequeños Gryffindor como los llamaba cariñosamente Lily.
Rápidamente se durmieron, sin llegar siquiera a pensar en algo. Lo mismo que pasó en el cuarto de los merodeadores.
Solo Tú Doblas Mi Razón
Capítulo 2
Entre castigos, masajes y bengalas.
-¡Arriba! ¡Vamos chicas!- Una rubia de ojos color miel gritaba escandalosamente mientras abría las ventanas de su habitación y animaba a sus compañeras a levantarse.
-Un rato más mami, por favor- Respondió una adormilada Lily.
-No no no no, nada de eso, hay que levantarse, no querrán llegar tarde a DCAO, no?- Decía Irina a la vez que agarraba las sábanas de la cama de la pelirroja para que se levante. Miró a las camas de Sarah y Kim, pero estaban vacías.
-Como se nota que tenemos clases con Smith- Se escuchó decir a Arianna con una sonrisa cómplice levantándose.
La rubia sintió como la sangre subía a sus mejillas de la vergüenza, pero sin hacer caso se dedicó a intentar que la pelirroja se desprendiera de la almohada que agarraba como si su vida dependiera de ello.
-No, no quiero. Quiero a mi camita- Chillaba, negándose a abandonar su cama.
-Bueno, esta bien, hace lo que quieras- Le respondió con voz derrotada Irina dirigiéndose al baño.
Su amiga volvió a sus sueños contenta por haber ganado la batalla. Pero le extrañaba que su mami se hubiera rendido tan rápidamente. Estaba pensando en eso cuando de repente:
-AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
La pelirroja estaba empapada de pies a cabeza. Ante la negativa de levantarse, sus amigas le habían vaciado un balde de agua helada encima. A pesar de los mil y un insultos que recibieron, valió la pena porque Lily se fue al baño para secarse y cambiarse. Pero no contaban con que una pelirroja saliera al grito de ¡¡¡la venganza será terrible!!! a mojarlas totalmente. A consecuencia de esto, las tres se hicieron con sus varitas y se echaban agua mutuamente, haciendo de la habitación un desastre. Terminaron al cabo de un rato, tiradas en la cama de Arianna, agitadas por la batalla. De pronto la rubia se levantó de un salto, gritando:
-¡¿Qué hacen en la cama?! Vamos a llegar tarde a clases, ¡y el 1º día!
Las chicas rápidamente se pusieron decentes para ir a clases, ya que estaban mojadas y despeinadas, y salieron corriendo hacia el Gran Comedor, para agarrar aunque sea una medialuna, porque de verdad llegarían tarde.
Los merodeadores estaban desayunando tranquilamente, aunque James miraba constantemente hacia la puerta esperando que su pelirroja favorita apareciese, pero ya se hacía la hora de ir a clases y todavía no había llegado.
- Prongs! Ya hace más de 12 hrs. que estamos en el castillo y todavía no hemos molestado a Quejicus, me está agarrando abstinencia- Dijo Sirius con un tono falsamente desesperado.
-Mmmm, tendríamos que darle una bienvenida especial, ¿no creen?- Respondió con tono divertido el morocho.
-Cuando lleguemos a la sala común ideamos una buena broma- Se sumó a la conversación Remus.
-¡Pero eres un prefecto! ¿cómo se te ocurren esas cosas?- Simuló escandalizarse James, haciendo reír a sus amigos, menos a Peter, que estaba muy ocupado tratando de meterse el triple de su peso en comida en el menor tiempo posible.
-¡Wormtail!, si sigues así te vamos a tener que llevar rodando al aula- Indicó entre risas el chico de ojos grises.
-Tdenez rzazon- Respondió este avergonzado, con la boca repleta de torta, una vez que tragó todo agregó- sino las chicas ya no me van a mirar más.
Ante esto sus amigos se empezaron a reír con muchas ganas, ya que Peter tenía menos ligue que un loco malo encerrado en Azkaban, y su nuevo look no lo ayudaba mucho.
Todavía riendo se levantaron y se dirigieron hacia la salida, pero en el camino los llevaron por delante una pelirroja, una castaña y una rubia.
-Buen día se dice, ¿no, Lily?- Protestó con tono ofendido James.
-Evans para ti Potter, y yo saludo a quien se me de la gana- Respondió de mal modo la pelirroja, después con una voz dulce y una sonrisa agregó- Buen día Remus.
-Buen día Lily- Dijo el castaño con una sonrisa, la cual se le borró de la cara cuando se dio vuelta y vio a James fulminándolo con la mirada, muerto de celos- Ehh, será mejor que nos apuremos para llegar a tiempo a clases- Se apresuró a decir tratando de cambiar de tema.
El grupo se dirigió al aula donde daría clases Smith. Rápidamente se ubicaron en el fondo del salón, y poco a poco éste se fue llenando. Cuando llegó Gabriel, hizo el amague de sentarse al lado de James, pero al ver la cara con que lo estaba mirando cambió de opinión y se ubicó delante de ellos. Luego llegaron Kim y Sarah, quienes se sentaron lo más alejadas del morocho de ojos azules a pedido de la primera. Pero no lograron sentarse delante de todo, ya que esos lugares ya habían sido ocupados.
-Buen día chicos- Saludó un joven profesor entrando al aula provocando varios suspiros entre las alumnas. Su nombre era John, alias un metro ochenta de perfección. Tenía su apodo merecido por sus profundos ojos azules, pelo rubio y un cuerpo que dejaba a más de una con la boca abierta. Su sonrisa era encantadora y su mirada matadora. Había entrado al colegio como profesor el año pasado, pero solo daba clases a 6º y 7º año.
De pronto, como los alumnos se habían quedado en silencio, se empezaron a escuchar los gritos de tres estudiantes que se acercaban.
-¡Lily, si no te hubieras empecinado en que tus medialunas tuvieran quesito y jamoncito adentro, ya estaríamos en clases y no llegando tarde!.
-¡Si ustedes no hubieran decidido que yo me tenía que bañar con agua helada, vestida y en mi cama, no me hubiera vengado y podría haber comido mis medialunas rellenas en paz!
-¡Y si cierta rubia no se hubiera levantado de casi madrugada para no llegar tarde a ver a su Johncito Smithicito Lily no habría puesto tanta resistencia para levantarse!
Entonces entraron al aula una pelirroja, una castaña y una rubia, que se quedaron pasmadas al notar la mirada de los alumnos del curso y de su profesor encima de ellas.
-Evans, Fletcher, Dallas, ¿pueden pasar a sus lugares?- Dijo el profesor severamente, pero con una sonrisa en su mirada.
-Si profesor- Respondieron cabizbajas y se sentaron en los únicos bancos libres que había, junto a los merodeadores, excepto Lily, que cuando notó el lugar vacío al lado de Gabriel se dirigió ahí. Cosa que no le hizo mucha gracia a cierto morocho de ojos avellana.
La clase transcurría normalmente. Los chicos pensando las mil y una formas de matar a un profesor, y las chicas las mil y una formas de enganchar a un profesor. En esto último estaba pensando Irina cuando notó que un papel caía sobre su banco. Este decía:
Hola rubia, creo que moriré de aburrimiento gracias a tu Johncito Smithicito, vos que estas mas cerca, ¿le tiras con algo? Sirius.
Ella se giró, lo fulminó con la mirada y en el mismo papel le escribió:
Primero que nada si en un futuro queres tener hijos no me vuelvas a decir rubia, soy Fletcher para ti Black. Segundo, no es mi Johncito Smithicito, nunca lo llamé así, y tercero no te tengo porque dar mas explicaciones porque prefiero gastar la tinta en algo más útil como hacer una lista de las formas mas dolorosas de matarte. Muérete Black. Fletcher.
Cuando el morocho recibió la respuesta hizo un gesto dramático, dibujó una sonrisa marca merodeadora como le decían ellos a las que dejaban a cualquier chica en las nubes, y mirándola con cara desafiante movió los labios diciendo Igualmente, rubia.
-¡TE MATO!- Se escuchó decir a Irina a la vez que se lanzaba encima de Sirius, con intenciones de ahorcarlo, o eso parecía porque el morocho con una fuerza extraordinaria la agarró de las muñecas y la miraba con una sonrisa divertida.
Parecía que ninguno de los dos se daba cuenta de que habían interrumpido la clase y que ahora acaparaban la atención de todos los alumnos presentes.
-Fletcher, Black, ¿me hacen el favor de dejar sus peleas de pareja y se acercan a mi escritorio?- Dijo una voz severa.
La rubia se puso rápidamente toda colorada y mirando al profesor con cara de estas fuerte pero te quiero matar igual se acercó, al mismo tiempo que lo hacía Sirius.
-Profesor, ehh, yo, lo siento- Comenzó a decir la chica, tratando de eludir lo que sería un castigo seguro.
-No se preocupe Fletcher- Comenzó a decir el rubio, Irina suspiró aliviada, después de todo parecía que no la castigarían el primer día de clases- A mi no me tiene que pedir disculpas, sino a su compañero, Black.
La chica tenía la boca abierta del asombro. ¿Ella, Irina Fletcher, disculparse con su compañero más odiado, el imbécil de Black? Eso no pasaría nunca. Atrás de ella, el moreno de ojos grises escuchaba todo con una sonrisa en sus labios, sería divertido ver como la persona que menos lo soportaba del colegio le pedía disculpas.
-No, no lo haré.- Respondió ella con total naturalidad, rezaba porque el profesor se resignara y los dejara volver a sus asientos, pero no tenía muchas esperanzas de que esto sucediera.
-Bueno, si usted lo desea así- Irina estaba a punto de ir corriendo hasta su banco, antes de que Smith le dijera otra cosa, pero no fue lo suficientemente rápida y el profesor agregó- Los espero a ambos el lunes a las 6 de la tarde en mi despacho para discutir su castigo.
-¿Qué?- Dijo esta vez Sirius.- Pero profesor, empiezan las prácticas de quidditch ese día, y el primer partido es muy importante.
-Lo siento, pero deben aprender a llevarse bien. Los espero puntuales, no quiero que ninguno falte.
Fue entonces cuando sonó la campana que indicaba el término de la clase.
-Gracias- Le dijo sarcásticamente un Sirius muy enfadado a la rubia, pasando por su lado para recoger sus cosas.
Ella lo ignoró y tras agarrar sus pertenencias, siguió a sus amigas hasta la sala común en silencio. Nunca lo admitiría pero la forma en que Sirius se había dirigido a ella le había dolido. Y sus compañeras lo notaron, pero no dijeron nada porque sabían que Irina lo negaría.
Ese día y los siguientes pasaron normalmente, las chicas evitaban a toda costa a los merodeadores, salvo Arianna que no le molestaría volver a cierto castaño nuevamente. Desde que había hablado con él en el tren, no habían vuelto a cruzar palabra. Esperaba que no se hubiera olvidado de ella tan pronto, era la primera vez que hablaban. Bueno, salvo el 18 de noviembre del año pasado, a las 3:55 de la tarde, cuando él le pidió permiso para salir del aula, pero no es que ella lo recordara mucho.
Estaba pensando en esto cuando iba hacia la biblioteca a buscar a sus amigas que se encontraban haciendo el trabajo kilométrico que había mandado McGonagall en su primer clase, de repente se chocó con alguien que estaba tan distraído como ella. Esto hizo que la muchacha se cayera sentada en el suelo.
-Discúlpame, ¿estas bien?- Le preguntó una preocupada voz dulce, a la vez que le tendía una mano para ayudarla a levantarse.
-Si, no te hagas problema- Contestó la chica amablemente, tomo la mano que le tendían, pero mientras se estaba incorporando, vio unos ojos color miel que bien conocía, se dio cuenta de era Remus quien la ayudaba y de la sorpresa se volvió a caer, esta vez arrastrando al chico con ella, que terminó casi encima de Arianna.
Él miró a la chica a los ojos, azules, profundos, sentía que estaba en las nubes.
Ella no podía creer su suerte, hipnotizada por aquellos ojos color miel, que cada vez se acercaban más.
Sus cuerpos estaban muy pegados y no podían reaccionar, cada uno embobado con la belleza del otro. Él levantó su mano y la deslizó con la mayor suavidad del mundo por la mejilla de la castaña, como comprobando que era real. Le dedicó una sonrisa cargada de ternura, a la que ella correspondió, y lentamente la ayudó a levantarse.
Cuando terminaron de incorporarse, quedaron uno en frente del otro, todavía muy cerca. Arianna no pudo evitar mostrar una mueca de dolor cuando sintió un tirón muy fuerte en su pie. Remus bajó de su estado de ensoñación y se mostró preocupado por la chica:
-¿Qué es lo que te duele Ari? ¿Estás bien?
Ella, un poco sorprendida de que el chico conociese su nombre, le contestó:
-Si, me encuentro perfectamente- Pero al querer apoyar su pie, una especie de aullido de dolor brotó de sus labios y para no caerse tuvo que sostenerse en el castaño.
-Si ya veo lo bien que estás- Dijo él con una sonrisa, aunque seguía preocupado. Entonces agregó- Vamos a la sala común, no puedes ir a clases en este estado.
-Pero si me acompañas perderás la clase de pociones, mejor deja que vaya sola a la enfermería.
-Si claro, vas a ir sola a la enfermería que está en la otra punta del castillo, y yo prefiero tener pociones dobles con los Slytherin que estar contigo.- Dijo él sarcásticamente, haciendo que ella se sonrojara al escuchar la última parte.- Apóyate en mi, que en seguida estamos en un sillón muy cómodo de nuestra sala común.
La castaña, todavía sonrojada, tomó el brazo que le ofrecía el chico y empezaron a caminar en silencio hacia la torre de Gryffindor.
Cuando llegaron, ésta se encontraba vacía debido a que era hora de clases. Remus la ayudó a acomodarse en un gran sillón escarlata frente a la chimenea.
-Ya vengo, no te escapes- Le dijo él sonriendo, y subió a su dormitorio.
A pesar del dolor que sentía en su pierna, Arianna no podía evitar esbozar una gran sonrisa pensando como el chico de sus sueños se preocupaba por ella. Tras unos minutos notó que el chico se acercaba con un pote en sus manos.
- Perdón por el retraso, no lo encontraba- Le escuchó decir al mismo tiempo que se sentaba a su lado.
-No te tenes que preocupar tanto por mi Remus- Al ver la cara de reproche del muchacho agregó- Muchas gracias.
-Pero si para mi es un placer- Respondió él provocando que la chica se sonrojara.- ¿Cuál es el pie que te duele?
-El derecho
-Dámelo
-¿Qué?- Preguntó Arianna segura de no haber entendido bien.
-Que me des el pie así te coloco esta pomada que te va a hacer bien. Si no te molesta, claro.- Replicó él un poco nervioso, pero ella no lo notó.
-No, no me molesta en absoluto- Respondió ella levantando su pie y colocándolo cerca de Remus.
Él lo tomo con delicadeza entre sus manos, y comenzó suavemente a quitarle el zapato, y la media. Entonces observó un hermoso pie desnudo. Con un dedo empezó a recorrer el contorno de éste, provocando un ligero estremecimiento de la castaña. Ante esto no pudo evitar esbozar una tímida sonrisa. Destapó el pote, y tomó un poco de crema incolora. Lentamente comenzó a masajear el pie de la chica. Ésta notaba como las manos de Remus y la pomada le daban calor, y disminuía el dolor. El chico siguió esparciendo la crema, pero los masajes cada vez se parecían más a caricias.
Realmente los dos lo estaban disfrutando. Arianna ya no sentía ni rastros de dolor, solo placer y felicidad. Remus no podía evitar pensar que quería acariciarla toda, y besarla hasta cansarse, era la primera vez que se saltaba una clase adrede y no podía estar más agradecido a esa decisión.
El castaño ubico suavemente el pie de la chica sobre un almohadón, en el piso.
-¿Estás mejor?- Le preguntó él tímidamente.
-Si, mucho mejor- Respondió sonriente ella, a la vez que se acercaba al chico. Entonces con una mano acarició su rostro, y le dio un dulce beso en la mejilla- Gracias- Le dijo mirándolo a los ojos.
Él sonrió radiante de felicidad, tomo la mano de la muchacha y se la beso con ternura- De nada- Respondió en voz baja.
Entonces entraron los chicos de 6º año, terminando con la paz que reinaba en esos momentos en la sala común.
-¡Potter! ¡¡¡La próxima vez que te metas con Severus, no vas a poder jugar nunca más al quidditch porque tendrás las piernas rotas!!!
-Pero Lily, él se la buscó, yo no puedo creer que lo sigas defendiendo.
-Soy Evans para ti. Él no hizo nada para que tú lo molestes, y lo defiendo porque es mi amigo, y no se merece lo que le haces.
-Con nacer ya se merece que lo moleste, y no entiendes que es una mala persona, no te conviene relacionarte con él.
-Él es mejor persona de lo que tu nunca podrás ser Potter- Esto último lo gritó antes de meterse en su habitación y dar un tremendo portazo.
Irina siguió a su amiga, no sin antes dedicarle una mirada confusa a Arianna que se encontraba sentada en el sillón con Remus. La castaña murmuró una disculpa y subió a su dormitorio. Gabriel que llegaba último, subió rápidamente al dormitorio de las chicas, ganándose una mirada fulminante del pelinegro de ojos avellana.
-¡No puedo creer que lo siga defendiendo! Cuando se entere de lo que en verdad es Snape me dará la razón- Bramó enfurecido James.
-¿Qué fue lo que sucedió?- Preguntó Remus.
Flash back
El profesor Slughorn los había puesto en parejas para realizar una complicada poción. Lily e Irina formaban un equipo, pero no prestaban mucha atención a las indicaciones ya que estaban preocupadas porque Arianna no aparecía por ningún lado. No había ido a la biblioteca y ahora se saltaba una clase. También notaron que Remus tampoco se encontraba en el aula. De esto mismo se habían percatado Sirius y James que formaban otro equipo.
Slughorn empezó a pasearse por los calderos para ver como iba la poción. Se paró frente a Severus y le dedicó una sonrisa de orgullo, era su estudiante preferido, junto con Lily. Snape miró con superioridad a los merodeadores, gran error.
Cuando el profesor se fue, James sacó una bengala sabe Dios de donde y con la excusa de ir a buscar más ingredientes, se levantó y la lanzó al caldero del pelinegro de nariz ganchuda, mientras este no miraba.
La poción comenzó a burbujear, cada vez de manera más violenta, hasta que explotó manchando a su dueño y provocando que su piel se le pusiera verde.
Los gryffindor comenzaron a reírse, a excepción de Lily que estaba a punto de asesinar a cierto morocho de ojos avellana. Sonó el timbre y todos los alumnos salieron rápidamente antes del que el profesor buscara al culpable.
Una pelirroja se acercó a James dando grandes zancadas:
-Como no sos lo suficientemente inteligente para que te salga la tarea como a él, ¿te dedicas a molestarlo?
Potter la miró sorprendido, no contaba con que ella se hubiera dado cuenta de quien había causado el incidente.
-Yo soy mucho más inteligente que él, te lo aseguro. Y a parte no te quejes que ahora está más slytherin que nunca. - Respondió señalando al chico, que en efecto, estaba más verde que el uniforme de su casa.
Mientras los chicos discutían, Snape se fue hacia la enfermería maldiciendo el día en que nacieron los merodeadores. Pero ni Lily, ni James se percataron de ello. Seguían enfrascados en su pelea, la cual era seguida por todos.
Fin del flash back
-Y entonces siguieron peleando hasta que llegamos aquí- Terminó de contar Sirius, a la vez que Peter entraba por el cuadro de la Dama Gorda.
-¿y éste por qué llega después?- Preguntó curioso Remus.
-Es que dice que la pelirroja le da miedo, por eso caminó a 25 metros de nosotros.
-¿Ya se calmó Evans, o se convirtió en el increíble Hulk?- Preguntó el chico tembloroso.
-Está en su dormitorio buscando armas para matarte, Wormtail- Le dijo muy convencido James.
Ante esto Peter salió corriendo hacia su habitación agarrándose el trasero.
-¿y tú por qué no fuiste a clases?- preguntó Sirius con una sonrisa pícara, lo había visto con Arianna ni bien entró.
Remus bajó la mirada sonrojado y se dispuso a contarles los sucesos de esa tarde.
Una escena parecida se vivía en la habitación de las chicas. Una vez que Gabriel había calmado a la pelirroja, todas las miradas se centraron en la castaña haciéndole entender que debía contar algo.
-¿Qué hice?- Preguntó sonrojada cuando notó tanta gente mirándola a ella.
-Me parece que nos tenes que contar algo, ¿no crees?- Dijo a modo de respuesta Irina a la vez que ponía sus manos en su cintura.
-Si Ari, ¿Por qué faltaste a pociones? Te extrañe, tuve que hacer el trabajo con Peter- Decía Gabriel dramáticamente mientras la tomaba de los hombros y la zarandeaba un poco.
-Bueno ya déjala que nos tiene que contar- Pidió Lily agarrando al chico y sentándolo a su lado en la cama.
-Bueno, todo comenzó cuando me dirigía a la biblioteca
-¿Entonces, te gusta Dallas?- Preguntó curioso James, cuando el castaño dio por terminado su relato.
-No lo sé, la verdad es que me parece una chica muy bonita y dulce. Me hace sentir bien cuando estoy con ella.- Respondió el aludido sonriendo bobamente.
-Te gusta- confirmaron sus amigos- Y mucho- Agregó Sirius.
-Si, creo que me gusta.- Corroboró tristemente.
-¿Pero por qué esa cara Moony?- Preguntó el moreno.
-Es que tengo miedo de enamorarme, no quiero lastimarla.
-¿Por qué la lastimarías? No sos así
-Cuando se entere de mi condición se alejará de mi, y me odiará. Es mejor que sigamos siendo amigos y no sepa nada.
A lo que Remus se refería era a la condición de licántropo. Cuando era pequeño, un hombre lobo llamado Greyback lo mordió dejándolo casi muerto. Él sobrevivió, pero desde ese momento una vez por mes se transformaba. Ésta enfermedad le deba muchas veces inseguridad, en especial cuando le gustaba una chica. Sólo salía con alumnas para divertirse, nunca se permitió enamorarse y establecer una relación seria.
Sus amigos llamaban a esta condición pequeño problema peludo, y con mucho esfuerzo se habían convertido en animagos para acompañarlo en las noches de luna llena y así no se sintiera tan solo. James se transformaba en un hermoso ciervo, Sirius en un gran perro negro de ojos grises, y Peter en una escurridiza rata gris.
-Mira, no la conozco mucho a Dallas, pero no me parece una mala chica y no creo que reaccione así cuando se entere- Dijo seriamente James.
-Si yo fuera tú, me haría amigo de ella, y al conocerla sabrás de que manera va a reaccionar- Aconsejó el otro animago.
-Si, supongo que eso es lo que haré- Dijo Remus un poco más animado.
Entonces escucharon a alguien que salía de la Sala común, pero no habían visto quien. Se miraron preocupados, alguien los había escuchado, ¿pero por cuanto tiempo? Tenían que averiguar quien había sido, y cuanto era lo que sabía, no podían arriesgarse.
-¿Vamos a decirle a Peter que Lily ya no lo va a matar?- Sugirió James.
Los otros dos asintieron y subieron a su dormitorio. Una vez allí:
-¿Y su si enteró de lo que soy?
-Cálmate Moony, no sabemos cuanto es que escuchó.
-Pero tenemos que saber quien es para hablar con él.
-¿Qué es lo que pasó?- Pregunto un confundido Peter saliendo de debajo de su cama.
-Alguien escuchó cuando estábamos hablando del pequeño problema peludo de Moony, pero no sabemos si se enteró de su enfermedad.- Contestó Sirius.
-¿Y tú que hacías debajo de tu cama?
-Tenía miedo de que entrara Evans con una ametralladora al mejor estilo Rambo.
-Ay pero que imaginación que tienes Wormtail- Dijo James con una sonrisa.
-El caso es que ahora cuando salga de la sala común puede que todos me vean y me señalen como a una bestia
-No digas eso Moony, tienes más imaginación que Peter.-Dijo Sirius a la vez que le tiraba un almohadón- Vamos a averiguar quien era y nadie se va a enterar de nada, ¿si?
-Gracias chicos, no se que haría sin ustedes.
-No serías nada, obviamente- Dijo arrogantemente James con lo que se ganó un puñetazo cariñoso por parte del licántropo.
-¿Podemos ir a cenar? Creo que moriré de hambre- Se escucho decir a Peter.
-Claro, con comida en mi estómago pienso mejor- Dijo Sirius mientras arrastraba a sus amigos fuera del dormitorio.
Solo Tú Doblas Mi Razón
Capítulo 3
Nuevas amistades, y algo más.
Empezaba el primer fin de semana en Hogwarts, y éste los encontraba a los chicos de Gryffindor sumergidos en montañas de tarea que los profesores habían insistido en mandar alegando la cercanía de exámenes, cuando en realidad recién comenzaba el año.
-Basta, no quiero ver un trabajo de pociones nunca más- Dijo Arianna con tono fastidioso.
-Ni yo, estoy harta de esto- Se sumo Kim tirando la pluma arriba de sus papeles.
-Chicas si no hacen sus trabajos ahora, ¿Cuándo los harán? Es muy importante que sean responsables
- Comenzó Lily, y los demás se miraron sabiendo que cuando la pelirroja largaba su discurso no terminaba más.
-¿Vamos a dar una vuelta por los jardines? Quiero disfrutar del sábado- Sugirió Gabriel, interrumpiendo a la chica, lo que todos agradecieron para sus adentros.
-Si, por favor, si veo una vez la palabra antídoto creo que vomitaré- Dijo poniendo cara de asco la castaña.
-Bueno, ¿Quién viene con nosotros?
-Yo no puedo, quedé en encontrarme con mi hermana en un rato.- Respondió Irina.
-Yo tampoco, quiero terminar este trabajo- Negó el licántropo.
Arianna y Gabriel se miraron y supieron que sería una pérdida de tiempo intentar convencer a cierta pelirroja que los miraba con cara de interrumpieron mi discurso de responsabilidad, no cuenten conmigo.
Los tres ya se habían levantado cuando Kim le preguntó a su amiga:
-¿No vienes Sarah? Te va a hacer bien un poco de aire.
-No, gracias. Tengo que hacer algunas cosas esta tarde- Contestó ella lanzando una mirada elocuente hacia Arianna, la cual se dio cuenta de esto.
-Bueno, esta bien. Cuídate, nos vemos- Le dijo su amiga.
Tras saludar a la rubia, el grupo salió de la sala común y se dirigió los jardines del colegio.
OoOoO
No habían pasado ni diez minutos cuando Sarah se levantó, murmuro una disculpa y salió de la sala común. Los tres chicos que quedaban allí se miraron extrañados. Definitivamente esa chica estaba rara.
Al cabo de un momento en silencio:
-¡Ya terminé! Por fin, ya me parecía que no iba a poder irme de vacaciones por estar haciendo este trabajo- Dijo la pelirroja exageradamente.
-¡¿Ya terminaste?!- semi-gritó Irina mirando el trabajo de su amiga como comprobando que estaba terminado- A mi me falta como 1,5 m de pergamino- Agregó tristemente mirando por la ventana. Desde allí se veían a Sirius y James jugando al quidditch, arrugó el ceño y desvió la mirada.
-Yo casi termino, me queda agregar algo sobre los animagos- Se escuchó decir a Remus, a lo que las chicas se miraron furtivamente, cosa que el licántropo no notó.
-Bueno, voy a ir a la enfermería a visitar a Severus. Los veo más tarde.- Saludó Lily, antes de salir rumbo a la otra punta del castillo.
Irina y Remus se quedaron en silencio haciendo sus tareas. Ellos no eran amigos, solo se hablaban cuando estaban los dos con Lily. Tras unos minutos así se escuchó decir a la rubia:
-¿Cuál es tu secreto Lupin?
Él la miró sorprendido y su corazón comenzó a latir furiosamente.
-No sé de que estas hablando, creo que lees muchas novelas Fletcher- Respondió el chico tratando de eludir el tema.
-Sé que algo ocultas, algo por lo que temes lastimar a Arianna
Al escuchar esto su nerviosismo aumentó, ahora sabía quien había escuchado su conversación en la sala común.
-No te metas en mi vida Fletcher, y nunca lastimaría a tu amiga- Dijo él fríamente, tratando de ocultar su miedo de ser descubierto.
Estaba a punto de levantarse e irse cuando la rubia le tomo un brazo y mirándolo a los ojos le dijo seriamente:
-Voy a descubrir tu secreto, y si lastimas a mi amiga me vas a conocer.
Entonces lo soltó y él se fue de la sala común haciendo excesivo ruido.
Ella observaba como se iba. No estaba segura de que sentir. Por un lado creía que Remus era un buen chico y que a Arianna le haría bien estar con él. Pero por el otro, lo que había escuchado no le gustaba nada.
Estaba sumida en sus pensamientos cuando notó que una castaña de pelo corto y ondas se sentaba a su lado.
-¡Hermanita!- Exclamó la rubia abrazando a la niña.
-Hola Iri, ¿Cómo estás?- Le dijo Julie cuando recordó como respirar después del abrazo de su hermana.
-Bien, ¿vos como estas? ¿Cómo fue en tu primer semana de clases? ¿Tenes amigos? ¿Qué te pareció el castillo? ¿Extrañas a mami?
La niña, que a la mitad de las preguntas se había perdido, contestó:
-Estoy bien, la primer semana fue
digamos que esperaba otra cosa.
Irina la miró con cara interrogante.
-Yo pensé que con agitar la varita ya hacíamos magia, y ayer de repente me dan una montaña de libros para estudiar.
Su hermana se rió ante el comentario de la pequeña, a ella también le había pasado.
-¿Y amigos? ¿O novios?- Preguntó con una sonrisa cómplice que hizo sonrojar a Julie.
-Me llevo muy bien con una chica que se llama Sophia, es una de mis compañeras de cuarto y de padres muggles también. Y nos hicimos muy amigas también de Luke, un chico un tanto reservado, pero muy agradable.
-¡Que bueno! Me alegro que hayas hecho amigos tan pronto.
-¿Y a ti como te fue?
La rubia se ensombreció al pensar en Remus, pero disipó esos pensamientos para contestarle alegremente:
-Muy bien, con un castigo encima ya, pero sobreviviré- Dijo en un tono dramático haciendo reír a la pequeña castaña.
-¿Por qué un castigo en la primer semana de clases? ¿volviste a estallar un excusado?
Sonriendo nostálgica por una de las pocas bromas que había hecho respondió:
-Me castigaron por querer matar a Black, no me entendieron cuando les dije que le hacía un favor al mundo- Contó fingiendo tristeza. Cambiando drásticamente su tono agregó- ¿Vamos a la orilla del lago?
-¿Pero no hay un calamar gigante que nos puede comer?- Preguntó su hermana temblorosa.
-No te preocupes, yo te protegeré- Le decía Irina riéndose mientras salían por el retrato de la Dama Gorda.
OoOoO
Una muchacha pelirroja entraba a la enfermería buscando con sus ojos verde esmeralda a su amigo. Snape se encontraba en una cama jugando con su varita. Se sorprendió al ver quien era su visita.
-¡Hola Sev!- Saludó alegremente Lily abrazando la chico.
-Hola Lily, ¿Cómo estas?- Dijo el chico respondiendo secamente el abrazo de la chica.
-Bien, estaba preocupada por ti, ¿Cómo estas?
-Todavía con algunos lugares verdes, gracias a Potter el genio.- Contestó despectivamente y después agregó furioso- Cuando lo vea va a saber quien soy.
-Yo sé que lo que hizo Potter estuvo mal, pero no creo que debas vengarte Sev
-¿Ahora lo defiendes? Claro sos una Gryffi al igual que él.
-No digas eso, no lo defiendo, pero no creo que puedas hablar mal de él cuando con los que te juntas son mil veces peor.- Replicó ella dolida.
-No sabes lo que dices, hacen cosas grandiosas que tu no entiendes.
-¿Las artes oscuras son cosas grandiosas dices?
-No te voy a explicar algo que no vas a entender.
Lily sentía como las lágrimas insistían en salir, no podía creer lo mucho que había cambiado su amigo de la infancia.
-Quiero que dejes de hablar con ellos- Dijo ella resuelta secándose las lágrimas.
-Lo siento Lily, no lo voy a hacer.- Estaba realmente muy molesto por lo que decía la pelirroja. Primero defendía a su enemigo número uno, y ahora le pedía que deje al grupo en el que por primera vez se sentía cómodo.
-Snape, son ellos o yo.
Él la miró sorprendido, jamás lo había llamado por su apellido, y no podía creer que lo hiciera elegir de esa forma.
-Lily, yo
- Pero por primera vez no supo que decir, no iba a dejar de hablar con sus compañeros por aquella pelirroja defensora de Potter. Solo atinó a decir- Lo siento.
Ella no pudo más, le dio una cachetada que contenía toda la decepción que sentía en aquél momento. Él solo la miró con furia, haciendo que Lily por primera vez tuviera miedo de Snape.
Sin decir nada más, Lily salió corriendo. No quería saber nada de aquel Slytherin por algún tiempo.
OoOoO
-¿Qué es lo que tiene Sarah en contra mío?- Preguntó Arianna algo picada. Ella junto a Gabriel y Kim caminaban cerca del río.
La castaña de ojos celestes la miró sin saber que decir, sin embargo resolvió decirle:
-Creo que se debe a tu acercamiento a Remus, él le gusta desde el año pasado.
-Me temía que fuera por algo así- Dijo Arianna apenada, no le gustaba pelearse con una de sus compañeras, y menos por un chico.
-No te pongas mal, no es tu culpa- La reconfortó su hermano abrazándola.
-Es verdad lo que dice Gab, a parte ya no le gusta tanto.- Aportó Kim
Arianna solo asintió, a ella le gustaba Remus desde mucho antes que a su compañera, pero igualmente le dolía lo que Sarah hacía.
-En realidad yo la noto distante con todos- Dijo el morocho.
Se sentaron en el pasto recién cortado, y Kim se quedó callada mirando el lago, con una mirada triste.
Gabriel noto esto, tomo su mano y le dijo:
-¿Tu sabes que es lo que le pasa a Sarah, no?
La castaña lo miró y opto por confiar en ellos y contarles lo que sabía.
-Durante el verano fuimos a Grecia, la estábamos pasando muy bien, cuando casi a finales de las vacaciones volvimos porque su abuelo falleció. Ella no era muy cercana a él, sin embargo la afectó muchísimo. Estaba muy triste y decidí darle un poco de espacio para que esté con su familia. Al cabo de un tiempo me pidió que la acompañara al callejón Diagon para comprar los útiles y la vi mucho mejor, sin embargo cuando saludé a la madre la cual siempre fue muy amable conmigo la noté distante, fría. Aunque lo atribuí al dolor que sentía por la muerte de su padre.
Los hermanos Dallas asentían sin saber que decir, no tenían mucho trato con la rubia, por lo que no la conocían mucho. Entonces se hizo un silencio, cada uno estaba sumido en sus pensamientos.
Pero este no duró mucho.
El morocho comenzó a tirar piedras al agua, salpicando a Kim. Ante esto ella comenzó a gritar, como de costumbre:
Ya empezamos de vuelta, pensó Arianna. Entonces vio a Irina que se acercaba con su hermana. Dado que en cualquier momento se sentiría que sobraba decidió ir con las chicas. Trato de comunicarles su decisión a sus amigos, pero ya era tarde. Ya estaban enfrascados en una nueva discusión. Por lo que se fue sin que los otros tuvieran noticia de ello.
-¡¿Pero estas loco o qué?!
-¿Qué?- Preguntó Gabriel indiferente, mientras seguía su juego molesto.
-¡¡No se si te diste cuenta pero me estas mojando!!-Le decía ella tratando de parecer calmada cuando en realidad estaba a punto de ahorcar a su compañero.
-Si, si me di cuenta- Él seguía indiferente.
-Bueno, ¡entonces para de molestar!
-No quiero
-Te voy a hacer tragar esas piedras si no dejas de mojarme.
-Muévete hacia un lado que no te de el agua.
-¿Por qué me tengo que mover yo? ¡Muévete tú!
-Estoy cómodo.
La castaña estaba roja de la ira, en cualquier momento se le tiraba encima para matarlo. En cambio el moreno parecía estar pasándola genial ante las amenazas de la chica.
-O te quitas tu solo, o te quito yo.
-Inténtalo- Le respondió él con una sonrisa de desafío.
Ella trató de empujar al chico, pero éste tenía demasiada fuerza y lo único que logró fue tumbarlo y quedar ella arriba de él.
Ella lo miró a los ojos y enseguida se puso más colorada que un tomate. Iba a pedirle una disculpa cuando él dijo:
-Yo sé que soy irresistible, pero no sabía que tu eras tan directa.
Kim se separó rápidamente, aún colorada y muy enojada.
-Tú no estas ni cerca de ser irresistible, y si yo soy directa o no, no es tu problema.- Dijo ella enojada, mirando hacia otro lado para evitar el contacto visual con el chico.
-Pues a mi me parece que si te parezco irresistible- Dijo el chico con tono arrogante solo para molestar a la castaña, mientras se acercaba sin que ella se diese cuenta.
-Yo se que decir estupideces está innato en vos, pero por una vez en la historia ¿podrías decir algo coherente?- Replicó muy molesta.
Gabriel fingió pensarlo.
-¿Si te digo que yo no seré irresistible pero tú si, te parece coherente?- Le dijo finalmente.
Ella pensando que era una de sus jugarretas se dio vuelta rápidamente, pero con lo que no contó fue que el morocho estuviera tan cerca, y sus rostros quedaron muy juntos.
Antes de que algún desastre de la naturaleza (o alguna broma de Gabriel) arruine el momento, el chico tomo entre sus manos la cara de Kim y le dio un dulce beso.
Era lo más tierno que alguna vez le había pasado, pensaba la castaña.
Él se separo suavemente y espero la reacción de la chica, no estaba seguro de lo que acababa de hacer, pero no lo había podido evitar.
Ella lo miró a los ojos y no dudo en acercarse y plantarle un buen beso, un poco más intenso que el anterior.
Cuando se separaron, ambos tenían una hermosa sonrisa de felicidad.
Él la abrazó para asegurarse de que todo era real.
Tras unos minutos de estar así en silencio, Kim preguntó:
-¿Y ahora que somos?
Gabriel lo pensó unos momentos y luego respondió:
-Creo que lo mejor es no tener nada serio por ahora.
La castaña lo miró y asintió mostrándose de acuerdo, aunque en el fondo, ella prefería ser la novia, pero prefirió darle la razón.
-Entonces ¿amigos con derecho a roce? (N/A: Por si no entienden, sería que están juntos pero no tienen título de novios).
-Si, claro, amiguito mío- Dijo ella divertida dándole un suave beso en sus labios.
Gabriel la tomo entre sus brazos y la alzo ubicándola encima de sus piernas. Estuvieron un buen rato mirando el lago y peleándose de vez en cuando para no perder la costumbre, hasta que llegó el atardecer y decidieron volver al castillo.
OoOoO
La quaffle pasaba de mano en mano rápidamente, mostrando que quienes la manejaban tenían un talento excepcional. Un chico baja estatura y nariz puntiaguda observaba dos manchas en el cielo que se movían a una velocidad increíble y aplaudía emocionado, cada vez que pensaba que habían hecho algo genial, es decir, todo el tiempo.
-¡Prongs! Mejor bajemos porque Peter se está por pillar de tan emocionado que esta.
El aludido sonrió y ambos descendieron suavemente. Si es que se puede llamar suavemente competir para ver quien llega la pasto más rápido sin hacerse torta en el piso, según las palabras textuales de James.
Peter comenzó a notar que las manchas que antes volaban a una gran altura caían precipitadamente encima de él y salió corriendo a esconderse debajo de las gradas al grito de ¡soy muy joven para morir! mientras se agarraba la cabeza.
Ante tanto griterío, una rubia y una castaña que caminaban cerca se acercaron para ver lo que parecía, por los gritos del pequeño merodeador, una 3º guerra mundial.
Entonces dos muchachos aterrizaron asombrosamente bien, teniendo en cuenta la velocidad a la que volaban.
-Que raro, Black haciéndose el galán- Se escuchó decir irónicamente a Irina, molesta por haberse acercado, intrigada por el ruido, y encontrarse con la persona que menos quería ver.
-Yo no necesito hacerme, soy un galán, rubia- Le respondió él mirándola fríamente, todavía no se olvidaba del castigo que había recibido, según él por culpa de la chica.
-Hasta el calamar gigante es más galán que tú
-Bueno, digamos que tu no eres precisamente la hermosura en persona- Dijo él mirándola descaradamente de arriba a abajo, aunque en realidad en el fondo tenía que admitir que la chica no era fea.
-¡Mi cuerpo no te tiene porque importar Black!- Respondió ella tapándose inconcientemente y poniéndose roja.
Ella parecía a punto de saltar y sacarle los ojos, por lo que Arianna decidió decir algo antes de que produjera un desastre:
-¿No vieron a Remus?- Preguntó mirando a los merodeadores.
James fue el único que movió la cabeza negando, Sirius estaba demasiado concentrado en encontrarle defectos a la rubia como para darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor y Peter cada vez se encontraba más lejos del grupo debido a que temía que empezaran a volar maldiciones y alguna le tocara a una persona inocente como él.
Él estaba a punto de replicar cuando de repente se escuchó una voz aguda y chillona, dueña de las pesadillas de Sirius.
-¡Siru Siru mío!
El aludido se escondió rápidamente detrás de su amigo, deseando más que nunca poder mimetizarse con el pasto. Pero claramente no lo consiguió ya que segundos más tarde tenía a una morocha colgada de su espalda, con lo que no pudo evitar gesto de dolor, la chica era pesada en más de un sentido.
-Hola Alisson- Dijo él tratando de sonreír, pero en vez de eso le salió una mueca medio rara.
-Ay tontín, llámame Ali- Respondió la chica riendo tontamente, parecía que no se había dado cuenta de la presencia del resto del grupo.
Al verla Irina rodó los ojos, realmente hoy no era su día. Se disponía a abandonar rápidamente el lugar, cuando sintió que una mano le agarraba el brazo para detenerla.
-Todavía no hemos terminado nosotros- Era Sirius que le hablaba todavía con la muchacha encima, la cual intentaba llamarle la atención a su amor y al mismo tiempo escuchar lo que le decía a esa sangre sucia.
-Nunca empezamos nada Black, y espero tenerte que ver lo menos posible.-Le respondió ella alejando bruscamente su brazo del morocho.
James, Peter y Arianna observaban preocupados la escena. Los chicos cada vez se llevaban peor, y definitivamente durante todo el año tendrían que verse muy seguido. Sin ir más lejos, dentro de dos días tendrían que cumplir un castigo.
Entonces la rubia agarró del brazo a su amiga y salieron rumbo al gran comedor para cenar.
-Ehh, Padfoot, ¿no crees que estas siendo demasiado duro con Irina?- Preguntó James con cautela una vez que las chicas habían desaparecido de la vista de los muchachos.
-No lo creo, esa chica me saca de las casillas- Respondió seriamente sumido en sus pensamientos. Pero después volvió a decir con una sonrisa- ¡El que llega último al castillo se le tira a McGonagall!
Antes de que pudiera agregar algo más los tres merodeadores salieron disparados hacia el castillo, como si los persiguiera la imagen de ellos mismos ligando con su profesora de transformaciones.
Con lo que no contaba Sirius era que todavía tenía colgada de su espalda a una morocha llamada Alisson. Por lo que le costo más llegar al Gran comedor, en el camino decidió utilizar una de las tácticas de su amigo para alejar a su admiradora:
-Ehh, Alisson, me parece que tu pelo ya no esta lacio como siempre- Dijo él tratando de que la chica salga huyendo.
-Ayy, es verdad Siru mío, me lo rice esta mañana y solo para vos- Respondió ella con una sonrisa boba, provocando en el moreno ganas de tirarse a nadar con el calamar gigante, hoy nada le salía bien.
OoOoO
Una pelirroja corría por los pasillos menos transitados del colegio.
Estaba lastimada por su conversación con Snape, ellos eran amigos, no entendía porque le hacía esto.
Seguía corriendo. Lágrimas le cegaban la visión, por lo que no podría ver por donde iba.
¿Y por qué había defendido a Potter? Eso era lo que menos entendía. Una cosa más que arruinaba ese engreído.
No le importaba hacia donde iba, solo quería alejarse de lo que alguna vez fue su mejor amigo.
Estaba sumida en sus pensamientos, cuando sintió que chocaba con alguien.
Era un chico fuerte y alto, que la tomo entre sus brazos y con una voz preocupada le pregunto:
-¿Estas bien, Lily?
La chica levanto su mirada y sus ojos verdes se toparon con unos hermosos ojos avellanas que la observaban con dulzura, de los cuales el dueño era Remus.
Bajo la mirada sin decir nada y se dejó acurrucar entre los brazos del castaño.
Él no sabía que hacer. Tenía a la chica de la cual estaba enamorado su mejor amigo, entre sus brazos, llorando.
Comenzó a caminar el trecho que lo separaba de la torre de astronomía, lugar al que se dirigía para pensar.
Ella se dejo llevar por el chico, apoyándose en él.
Caminaron un largo rato en silencio. Lily le agradeció mentalmente por esto. Sentía que si abría la boca, lo único que lograría era llorar más fuerte.
Cuando llegaron, por primera vez desde que se habían cruzado se separaron. Remus la miró más detenidamente y reparó en que ella había dejado de llorar.
Se sentó en un banco, e hizo sentar a su compañera a su lado.
-Cuéntame, ¿Qué es lo que te paso Evans?- Le preguntó el chico dulcemente, tomando la mano de la pelirroja.
Ella lo miró con los ojos acuosos y se dio cuenta de que podía confiar en él, por lo que le contó por lo que había pasado esa tarde.
-Entonces lo único que paso por mi cabeza en ese momento fue alejarme de allí. Y fue cuando me encontraste- Concluyó ella su relato con su cabeza apoyada en el hombro del licántropo.
Él no sabía que pensar. ¿Lily se había peleado con su mejor amigo por defender al chico que supuestamente odiaba? Era algo que no entendía, pero al notar que la chica estaba a punto de ponerse a llorar nuevamente la abrazó con más fuerza.
-No estés mal- Le susurró tranquilizadoramente.
La chica se incorporó y miró de frente al merodeador. Los ojos de la pelirroja ya no tenían lágrimas, sin embargo reflejaban tristeza. Pero entonces al advertir que en los ojos de su nuevo amigo había preocupación, su mirada pasó a ser curiosa.
-¿Qué es lo que paso Remus?- Le preguntó ella, observándolo.
Él la miró sorprendido, ella nunca lo llamaba por su nombre de pila. Pero rápidamente cambió su expresión, por una preocupada.
-Solo estoy cansado, mi madre no mejora y me temo que en algún tiempo deba volver a mi casa para ver como se encuentra- Respondió el licántropo recordando la cercanía de la luna llena y obviando su reciente roce con Irina.
-Oh, lo siento. Espero que tu madre mejore pronto.- Le dijo Lily dedicándole una dulce sonrisa.- Y sabes, que acá tenes a una amiga por si necesitas algo- Agregó ella tomándole la mano.
-Gracias, y sabes que siempre podes contar conmigo.- Él le devolvió la sonrisa, le daba mucha alegría contar con una amiga como Lily.
Ella lo abrazó y se sintió infinitamente mejor que un par de horas antes. Se sentía feliz de que su amiga se hubiera enamorado de un chico como Remus, y esperaba que las cosas evolucionaran entre ellos.
Antes de que se pudieran dar cuenta ya había caído la noche, se la habían pasado hablando y simplemente haciéndose compañía para olvidar sus problemas.
Cuando la panza de Lily rugió del hambre, recordó que no comía nada desde el almuerzo y juntos fueron a las cocinas para comer algo, ya que la cena seguramente ya había terminado. Ambos estaban contentos por haber ganado un amigo ese día.
OoOoO
La sala común de gryffindor se hallaba casi desierta de no ser por un pequeño grupo de alumnos de 6º y una alumna de 5º.
Sirius y Peter jugaban en un rincón al ajedrez mágico, la partida no estaba muy emocionante ya que el moreno ganaba cada juego en minutos sin transpirar. Pero todavía no se habían ido a dormir para hacerle compañía a su amigo que estaba esperando a los dos chicos que todavía no aparecían por allí.
James se encontraba en un sillón, al parecer leyendo una revista, si es que se puede leer cuando la revista esta al revés. Sus pensamientos siempre volaban en la misma dirección, hacia una pelirroja que lo traía loco desde tercero. Pero estos se vieron interrumpidos cuando escucho que alguien entraba a la sala común. Se incorporó rápidamente pero al ver que no se trataba de la persona a la que esperaba se tiró nuevamente en el sillón con un bufido de decepción.
-Yo también me alegro de verte hermanito- Dijo sarcásticamente Jane, entrando por el cuadro de la dama gorda.- Hola chicos. Ah, Sirius, recién me cruzo a Smith, dijo que el castigo se cancela hasta nuevo aviso, porque tiene que irse unos días del castillo por asuntos que le encomendó Dumbledore. O algo así, porque me olvide de gran parte de lo que dijo cuando se dio vuelta y vi su culo.
-Hola Jane- Saludaron Peter y Sirius, y este último agregó con una sonrisa- Gracias hermanita, es la mejor noticia del día. No tendré que ver a Fletcher.
-Vamos al mismo curso, así que creo que la tendrás que ver sí o sí.- Le indicó su ratonil amigo con tono de me-he-dado-cuenta-y-tu-no.
Él aludido lo fulminó con la mirada y prefirió hablarle a alguien a quien en ese momento no tenía ganas de matar- No es que James no te quiera saludar, es que esta con mal de amores.
Jane se acerco a su hermanito mientras este fulminaba con su mirada a su mejor amigo, y se acomodó a su lado.
James apoyó su cabeza en el regazo de su amiga, mientras esta jugaba con su pelo, despeinándolo aún más, si es que esto era posible.
-¿Qué paso esta vez con Lily?- Le preguntó Jane con voz dulce.
-Es que ella no apareció en todo el día. Y Remus tampoco- Respondió el merodeador tristemente.
-No te preocupes, capaz que los dos están estudiando por ahí, y se les paso la hora, ya saben como son- Contestó su amiga tras besarle la frente.
-¿Y tú donde has estado toda la tarde?- Preguntó curioso el chico.
-Con un chico de Ravenclaw bastante mono.- Contestó la aludida haciendo un gesto con la mano como quitándole importancia, a la vez que sonreía pícaramente. Ella era como la parte femenina de los merodeadores, había estado saliendo con más de la mitad del alumnado masculino del colegio, pero nunca duraba con el mismo chico más de una semana.
Entonces se escuchó como dos personas entraban a la sala común hablando animadamente, pensando que ya nadie estaría levantado. Ellos dejaron de hablar al sentirse tan observados. Lily le dijo suavemente buenas noches a Remus, y se fue a su habitación.
Jane la imitó y subió a su cuarto, tras saludar a los merodeadores.
El castaño, se sentó frente a James, para darle la larga explicación que este le estaba pidiendo con la mirada.
OoOoO
Sarah y Kim se encontraban en la cama de esta última cuchicheando quien sabe sobre que. Irina estaba sentada en su cama leyendo una novela precisamente muy cursi. Y por último Arianna y Gabriel acostados en la misma cama sin hacer nada más que mirar el techo, y pegarse codazos de vez en cuando.
Cuando la pelirroja entro a la habitación, se esperaba un panorama parecido al que se presentaba, pero esto no evitó que su cara se pusiera de todos los colores cuando cinco pares de ojos se dirigieron a ella con interrogación.
Irina miraba pasaba su mirada de Arianna a Lily esperando a que alguna dijera algo, pero pronto se desespero.
-¡¿Nos cuentas de una vez el motivo de tu desaparición hasta estas horas de la noche?!- Soltó la rubia imitando perfectamente a Aurelia, la madre de Lily.
Al notar que los ojos de Lily comenzaban a llenarse de lágrimas, Gabriel la atrajo hacia él y la sentó a su lado mientras la abrazaba.
La ojiverde contó todo con lujo de detalles, y nadie se atrevía a interrumpir.
Al terminar miró con cara de disculpa a Arianna, y esta lo primero que hizo fue ir a abrazar a su amiga para transmitirle su apoyo.
-No quiero que estés mal, ¿si? Y por lo de Remus no te aflijas, me pone contenta de que puedas ser amiga de alguien tan maravilloso como él.- Le susurró Arianna de manera que solo Lily pudiera escucharlo.
La aludida sonrió sinceramente respondiendo al abrazo de su amiga, y cuando se separaron sus ojos reflejaban que se sentía mucho mejor.
De repente sintió como Irina se le tiraba encima, haciéndola caer en la cama al grito de:
-¡¡A LA CAMA QUE TENGO SUEÑO!!
Y sin esperar se acostó en la cama de la pelirroja acomodándose para dormir. Arianna no lo pensó dos veces y rápidamente se hizo un lugar al lado de la rubia. Lily las miraba divertida, por lo visto esta noche tendría compañía. Cuando una de las tres estaba mal tenían la costumbre de dormir juntas, y ese día la ojiverde lo necesitaba.
Gabriel se despidió de las chicas y fue para su cuarto, al tiempo que Sarah y Kim se acomodaban cada una en su cama para descansar.
-¿No harán cosas raras ustedes tres, no?- Se escuchó decir a Kim bromeando una vez que se apagaron las luces, provocando la risa de sus compañeras.
OoOoO
-Necesitaba que alguien estuviera a su lado porque estaba muy triste. Sabes que nunca me fijaría en Lily sabiendo lo que significa para vos- Fue lo único que escuchó Gabriel de la boca de Remus antes de que los merodeadores notaran su presencia y se quedaran callados.
-Pueden seguir hablando chicos, no se preocupen- Les dijo el chico recién llegado dando a entender que se había dado cuenta de la interrupción de la charla, a la vez que se cambiaba.
James al ver los ojos de Remus se dio cuenta de que había sido un tonto al desconfiar de él.
-No te voy a perdonar- Le dijo al licántropo, dejando a este y a Sirius de piedra- Si vos no me perdonas primero- Agregó con una sonrisa de disculpa y dándole una palmada cariñosa en el hombro de su amigo.
-Por fin chicos, ya me parecía que en cualquier momento iba a tener que ser yo el sensato del grupo- Dijo Sirius dramáticamente fingiendo espanto- ¡Que horror!- Semi grito haciendo reír a sus compañeros de cuarto.
-Ehh, Gab, disculpa si te ofendimos- Se escuchó decir a Remus apenado mirando al moreno. Aunque el licántropo se había disculpado por todos, James se acostó sin siquiera mirar a su compañero de cuarto, no le gustaba que fuera tan cercano a su chica.
-No hay problema chicos, me alegro que hayan arreglado las cosas- Respondió el aludido con una sonrisa.
Y entonces todos los merodeadores se metieron a sus camas con la clara intención de dormir. Pero al cabo de unos minutos se escuchó que Sirius se levantaba rápidamente y chocaba con todas las cosas en la oscuridad intentando cambiarse.
-¡Lumos! ¿Qué se supone que estas haciendo Padfoot?- Preguntó extrañado James.
-Recién me acuerdo de que había quedado con una chica de Hufflepuff- Cuando terminó de cambiarse, agregó con una sonrisa pícara- No me esperen despiertos muchachos.- Y salió hacia el gran comedor.
-Este Padfoot no tiene remedio- Suspiró Remus. Sus amigos asintieron en silencio dándole la razón.
Solo Tú Doblas Mi Razón
Capítulo 4
Noticias y dudas inesperadas.
Ya había pasado un mes desde el comienzo de las clases, y esto lo evidenciaban las decoraciones del castillo dando la bienvenida a Halloween.
Los alumnos cenaban en el gran comedor cuando el director se levantó y pidió silencio para ser un anuncio.
-Como todos saben se acerca Halloween- Comenzó a decir Dumbledore, ante esto se escucharon murmullos que recorrían todo el comedor.- Y este año me alegra anunciar que haremos un gran baile para festejarlo.
Los murmullos crecieron y el anciano tuvo que volver a pedir silencio.
-Esta será una gran oportunidad para que alumnos de todas las casas y cursos a partir de 4º puedan interactuar y hacer amigos.-Antes de que alguien pusiera hablar agregó con una sonrisa divertida- Y otra cosa: no se preocupen por conseguir pareja. En las puertas del gran comedor, en el inicio de la fiesta, las alumnas que asistan tendrán que tomar uno de los papeles que esté dentro de esta caja y éste les indicará su pareja para el baile.
Los alumnos se miraron con incredulidad, especialmente unas chicas de Gryffindor que miraron con desconfianza al director, al cual le destellaban los ojos como si estuviera divirtiéndose.
-Terminen bien la cena y cualquier duda me la comunican- Concluyó Dumbledore sentándose y dejando así a todo Hogwarts con un nuevo tema de conversación.
-¿Pero este viejo que se fuma?- Preguntó en un susurro Arianna pensando en la posibilidad de que otra chica que no fuera ella pasara toda la noche con Remus.
-Shh, ¡Ari! ¿Cómo se te ocurre decir eso del director?- Respondió Lily con el mismo tono de voz escandalizada.
Ante esto la aludida solo levantó los hombros dando a entender que no era para tanto.
-Creo que será interesante, espero que me salga el nombre de algún chico guapo- Pensó en voz alta Irina.
-A mi me gustaría que me toque con Gabriel- Suspiró Kim, ante lo que sus amigas la miraron entre divertidas e interrogantes.
-¿Y por qué te gustaría tener de pareja a mi hermano?- Preguntó con picardía la castaña.
La castaña enrojeció al darse cuenta de lo que había dicho, y aseguró- Mejor estar con alguien que conozco y no un perfecto desconocido, ¿no?
-Tienes razón- Decidió decir Lily para salvar a su amiga de un vergonzoso momento. Ella estaba enterada de lo que pasaba entre Kim y su mejor amigo, pero no había dicho nunca nada, a pedido de éste.
-¿Y tú Lily, vas a ir?- Preguntó Sarah tratando de desviar el tema para ayudar a su amiga, la cual se lo estaba agradeciendo mentalmente.
-No creo, no tengo ganas de pasar la noche con un chico al que ni siquiera conozco, seguro me aburriría como una ostra.
-¿Y quien dijo que las ostras son aburridas?- Preguntó James incorporándose a la conversación, después de haber escuchado nada más que la última frase de la pelirroja. Muy a pesar de la chica se sentó junto a ella y enseguida se sumaron el resto de los merodeadores y Gabriel, ubicándose entre sus compañeras.
-¿Y a ti quien te dijo que meterse en conversaciones ajenas me caería bien?- Respondió Lily con malhumor.
Los integrantes del grupo rodaron los ojos, una nueva discusión se avecinaba. Para evitar una batalla campal en plena cena Gabriel decidió intervenir:
-¿Van a ir al baile de Halloween?
-Pues claro, siempre se puede conocer a una nueva muchacha- Contestó con una pose arrogante Sirius, ante lo que Irina soltó un bufido de exasperación.
-Yo no estoy tan segura, no me gusta mucho la idea de tener de pareja a alguien que no conozca- Dijo Lily más para sí, que para los demás.
-Lo que pasa es que quieres venir conmigo- Le susurró James a la pelirroja seductoramente.
Los integrantes del grupo nunca escucharon la contestación de la aludida, ya que justo una gran lechuza negra capto la atención de todos al pararse justo enfrente de Sarah, y darle un sobre del mismo color.
Sin decir una palabra, la chica lo tomo rápidamente y salió con paso apresurado.
Gabriel miró los ojos tristes de Kim, y sin decirle nada, acarició su mano por debajo de la mesa, sin que nadie lo note. La castaña agradeció con la mirada este gesto y rápidamente cambió su expresión por una más alegre.
-A mi no me apetece quedarme en mi habitación mientras los demás se divierten, así que espero estar con todos ustedes en la fiesta- Dijo ella para terminar con la tensión que se había formado.
-Estoy de acuerdo con Kim. Creo que deberíamos ir todos- Agregó Remus mirando directamente a una pelirroja que se dedicaba a fulminarlo con la mirada.
-Yo estoy muy emocionado con ir, seguro que voy a hacer pareja con Brittany - Dijo confiado Peter mirando a una hufflepuff que se reía tontamente con un grupo de chicas exactamente iguales a ella.
-Si Wormtail, no te preocupes que seguro estas con ella toda la noche.- Ironizó Sirius dando unas palmadas en la espalda de su amigo.
De pronto se escuchó a alguien gritar:
-¡Siru Siru mío!
-Lily, ¿no crees que ya es tarde?- Preguntó Irina significativamente.
-Ehh, si. Vamos.- Le respondió un tanto confundida, ya que no se había percatado de la presencia de una castaña que se acercaba.
Murmuraron una disculpa y rápidamente partieron hacia la sala común.
Sirius tuvo una reacción parecida, hizo una seña a James para alejarse de allí y antes de irse le susurró a Remus:
-Tú te quedas y le dices que me fui al Congo Belga- Luego miró a Peter y agregó- Ven con nosotros, eres capaz de arruinar todo.
Y sin más se camuflaron entre los alumnos que dejaban el gran salón.
Finalmente la castaña llegó donde todavía se encontraban cenando Remus, Arianna, Gabriel y Kim.
-Rem, ¿No has visto a mi Siru?- Preguntó con tono decepcionado.
-Esta vez se fue a dormir temprano Alisson- Contestó el chico encogiéndose de hombros.
-Bueno, gracias.- Murmuró antes de alejarse.
-Por más insoportable que sea, esa chica a veces me da lástima- Pensó en voz alta Arianna.
-A mi me pasa lo mismo, y lo peor es que siempre soy yo el que tiene que inventarle una excusa para que Sirius salga corriendo- Suspiró Remus.
Tras un bostezo nada disimulado de Kim, los cuatro se levantaron y se dirigieron a la Sala Común.
OoOoO
Al llegar a la torre de Gryffindor, se extrañaron al encontrar a James, Sirius y Peter copiando de un pergamino.
Luego de despedir a las chicas, Remus se acercó lentamente hacia donde estaban sus amigos. Con un movimiento hábil logró hacerse con el pergamino.
-Podrían haber hecho cada uno su tarea en vez de copiar la mía, ¿no?- Les preguntó en pose de padre enojado.
-Pero es que nos olvidamos y ya es muy tarde, Moony- Respondió Sirius con cara de perrito mojado.
-Sé bueno y préstale el pergamino a tus amigos para que mañana no les pongan una mala nota- Dijo James en el mismo tono empleado anteriormente por su mejor amigo.
-A parte no nos estábamos copiando, solo buscábamos inspirarnos- Aseguró Peter.
Ante estas insistencias el licántropo cedió con una sonrisa, sus amigos siempre lo terminaban de convencer.
-¿Y tú, también necesitas inspiración?- Le preguntó a Gabriel.
-No, yo ya busqué inspiración en el trabajo de Lily- Respondió riendo.
Al escuchar el nombre de la pelirroja, James levantó la vista instintivamente.
-¿Entre ustedes solo hay amistad o algo más?- Preguntó de repente el moreno sorprendiendo a Gabriel.
El aludido rió por la pregunta, no le cabía en la cabeza la posibilidad de tener algo más con la pelirroja.
-Lily es como mi hermana, nunca pasaría algo fuera de la amistad entre nosotros- Contestó sinceramente.
-Sin mencionar que él esta saliendo con Kim- Dejó caer Remus como quien no quiere la cosa.
Entonces todas las miradas se centraron en Gabriel, quien por su parte observaba a Remus con asombro, lo cual delataba que lo que se decía era verdad.
-¿En serio?- Preguntó incrédulo Sirius- Pero ¿Por qué no nos lo dijeron a todos?
-Bueno
- Titubeó unos instantes, pero antes de que pudiera contestar alguien entrando a la Sala Común lo interrumpió.
Los chicos miraron sorprendidos a la profesora Mcgonagall que entraba con la preocupación grabada en su semblante.
-Chicos, ¿Dónde puedo encontrar a la señorita Owen?- Preguntó con un matiz de cansancio en su voz.
-En su dormitorio, es aquella puerta- Se apresuró a contestar Remus al darse cuenta de que buscaba a Sarah.
Sin perder tiempo la jefa de la casa subió las escaleras y entró al dormitorio.
Las cinco chicas, que se encontraban despiertas, cada una en sus asuntos, la miraron con curiosidad.
-Señorita Owen, ¿puede acompañarme? Me temo que algo le ha ocurrido a su madre, el director la espera en su despacho para hablar con usted.
La aludida, que había permanecido en un rincón con el misterioso sobre marrón, abrió los ojos con desconcierto y totalmente aturdida siguió a su profesora, sin entender verdaderamente que era lo que ocurría.
Sus compañeras bajaron a la Sala Común aún sin entender lo que había sucedido.
-¿Por qué McGonagall buscaba a Sarah?- Preguntó Gabriel.
-Parece que hubo un problema con su madre- Contestó Lily dejándose caer pesadamente en uno de los sillones cercanos a la chimenea.
Kim no lo dudó un momento y se dejó acurrucar en los brazos de su amigo sin importar lo que los demás pensaran, se sentía muy mal y las lágrimas amenazaban con salir.
-Yo creo que lo mejor es no precipitar conclusiones, esta la posibilidad de que no sea algo grave y ustedes haciéndose problema por nada- Acotó Sirius tratando de mejorar el ambiente.
-Si no fuese grave, McGonagall no hubiera venido a buscarla a estas horas de la noche para hablar con el director- Respondió fríamente Irina.
-No creo que lo mejor sea que se pongan a pelear- Dijo James con un tono maduro que sorprendió a cierta pelirroja. Los aludidos bufaron, pero se mostraron de acuerdo.
-Potter tiene razón, lo mejor es calmar los ánimos y esperar noticias.- Se escuchó decir a Arianna, que se encontraba sentada al lado de Remus. Éste enlazó sus dedos con los de ella sin que nadie lo notara.
Finalmente uno a uno se fueron quedando dormidos en la sala común.
OoOoO
-AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
Dos gritos despertaron a los gryffindor, que saltaron de sus lugares asustados por tanto griterío. Se trataba de Irina y Sirius que gritaron asustados al despertar y encontrarse con sus caras a dos centímetros de distancia.
Ahora se encontraban a diez metros uno del otro gritándose y culpándose mutuamente por la cercanía.
Se terminaron de despertar cuando McGonagall entró a la sala común, un poco más calmada que la noche anterior. Fue recién entonces cuando la rubia y el morocho dejaron de discutir, aunque seguían lanzándose miradas fulminantes.
-¿Alguien podría recoger las pertenencias de la señorita Owen?-Preguntó amablemente.
-Yo se las recogeré profesora- Se apresuró a decir Kim- ¿Qué es lo que ha pasado? ¿No volverá?
-Sólo les puedo decir que su madre está mucho mejor y que ha decidido quedarse con ella unos días, nada de que preocuparse- Respondió con una sonrisa de alivio.
Kim le respondió la sonrisa, pero no se sentía aliviada en absoluto. No podía evitar tener un mal presentimiento. Sacudió la cabeza tratando de alejar esos pensamientos y subió a la habitación, seguida de sus amigas.
-¿Qué crees que pudo haber pasado?- Preguntó Lily dirigiéndose a Kim una vez que todas estaban dentro.
-No lo sé, pero me tiene preocupada lo que pueda llegar a pasar a partir de ahora.
-No te preocupes, cuando hablemos con Sarah vas a estar mucho mejor- Le dijo Arianna abrazándola para darle fuerzas.
-¡Sí, vas a ver que estarás mucho mejor! Tienes que estarlo para asistir al baile- Hizo notar la rubia.
-¡Irina!- Le llamaron la atención escandalizadas Lily y Arianna.
-No chicas, Iri tiene razón. No voy a arruinarles la fiesta, iremos todas y yo estaré bien, lo sé.
-Irán quieres decir, porque yo no pienso asistir con un desconocido- Se encaprichó la pelirroja.
-Oh si, tu vendrás con nosotras.- Amenazó Arianna.
-¿Qué pasa si no quiero?
Sus amigas intercambiaron miradas y fue Kim la que respondió.
-Tu vendrás, de eso no te preocupes.- Luego se dirigió a Arianna- ¿Me acompañarías Ari?
-Claro, no tengo problema- Respondió siguiendo a la castaña.
-¿Y bien? ¿Qué es lo que piensas acerca de lo que te dije?- Preguntó Irina una vez que ella y Lily se quedaron solas en la habitación.
-Iri, sinceramente no creo que Remus esté casado secretamente.
-Bueno está bien, quizás no casado. Pero algo esconde, no lo niegues.
Lily iba a replicar cuando la rubia la interrumpió:
-¡Ya sé! Es gay, a eso se refería con su condición- Semi-gritó triunfante.
-Iri, ligó con medio Hogwarts, te aseguro que no es gay.
-Pero entonces ¿A qué condición se refería?
-Mira Iri, no sé a que se refería con eso. Pero lo conozco y sé que es un buen chico, así que espero que lo trates mejor.
-Pero Li
-No, sin peros. Prometo ayudarte a descubrir porque piensa que puede lastimar a Ari, pero trátalo mejor.
-Esta bien- Se resigno la rubia.-Gracias por ayudarme.
Lily le dirigió una sonrisa y la abrazó.
-No me tienes que agradecer nada, eres mi amiga.
OoOoO
Cada vez faltaba menos para el baile de Halloween y el clima de nerviosismo y expectación lo delataba. Todos estaban emocionados menos cierta pelirroja.
-Lily, ¿Y si te sale de pareja uno que este para chuparse los dedos?- Durante el desayuno Irina trataba de convencer a su amiga.
-¿Alguien me llamó?- Se sumó Sirius. Los merodeadores habían tomado la costumbre de desayunar, almorzar y cenar con sus compañeras, por insistencia de James y Remus.
-Con la suerte que tengo yo, seguro que me toca alguien como Lockhart- Respondió la aludida ignorando al merodeador.
Fue entonces cuando cientos de lechuzas interrumpieron el desayuno con la correspondencia matutina. Una pequeña lechuza blanca dejó El Profeta delante de Arianna y ésta le entregó unas monedas a cambio.
-¿Qué? Después de lo que pasó con Sarah supuse que sería útil tener datos de la vida en el exterior- Se excusó la castaña al notar muchos ojos que la miraban curiosos
Todavía no lo había abierto cuando sus ojos quedaron fijos en el titular principal.
-¿Qué es lo que sucede Ari?- Preguntó Remus que había notado el cambio de expresión de la chica.
-Miren esto- Atinó a decir dejando el periódico en el centro de la mesa para que todos lo pudieran leer.
-Misterioso ataque en el ministerio- Comenzó a leer Lily-.
Las autoridades están alarmadas por un suceso inédito que tuvo lugar ayer a altas horas de la noche. Un numeroso grupo de mortífagos irrumpió en el edificio abriéndose paso con maldiciones, la mayoría imperdonables.
Según testigos, los aurores y otros miembros del ministerio se defendieron con destreza, sin embargo los seguidores de quien-ustedes-saben eran muy hábiles y no dieron el brazo a torcer.
Parecía que estaban buscando algo, fueron directo al departamento de inefables, pero no estamos seguros de si se cumplió su objetivo Nos aseguró Samantha Jones, personal del departamento de misterios, testigo de lo sucedido.
El ataque duró cerca de veinte minutos y afortunadamente no hubo muertos, solo algunos heridos de distinta gravedad tanto de un bando como del otro, sin embargo todos los mortífagos lograron escapar.
Especialistas discuten acerca del propósito de este ataque y lo único que queda claro es el inminente avance del mago tenebroso, y que cada vez va a ser más difícil de frenar.
El ministerio va a reforzar las medidas de seguridad y espera que los habitantes hagan lo mismo, en especial hijos de muggles, ya que parecen ser el blanco preferido de los mortífagos.
Cuando finalizó la lectura, levantó la mirada llena de preocupación y se topó con los ojos de James que la miraban de la misma manera. Por primera vez no se molestó, sino todo lo contrario, sintió un extraño alivio.
-¿Creen que lo que sucedió con la madre de Sarah tenga algo que ver con esto?- Preguntó Gabriel rompiendo el silencio.
-Pero ella no trabaja en el ministerio, ¿O si?- Dijo James.
-No lo sé- Respondió Kim- Siempre supuse que no trabajaba, pero ahora que lo pienso no estoy tan segura.
El grupo había quedado sumido en el silencio cuando un alumno de Ravenclaw, los interrumpió.
-Disculpa, ¿Tú eres Irina Fletcher, cierto?
-Si, soy yo- Respondió la aludida desconcertada.
-Me ha enviado el profesor Smith, para decirte que cuando termines el desayuno vayas a su despacho con Sirius Black.
-Ah- Se limitó a decir arrugando la nariz, esto solo podía significar una cosa: castigo- Bueno, muchas gracias- Agregó dedicándole una sonrisa, ante lo que el chico le devolvió una igual.
Sirius, que no se había perdido de detalle, miraba con el ceño fruncido a Irina y al chico que se retiraba. Cuando sonó la campana que delataba el final del desayuno pensó sarcásticamente: genial.
OoOoO
Sirius e Irina se dirigieron rápidamente al despacho de su profesor de DCAO, sin siquiera cruzar una mirada.
Ni bien tocaron la puerta el profesor los hizo entrar.
-Buenos día, chicos. Hacía mucho que no los veía.- Los saludó amablemente.
-Buenos días- Respondieron los aludidos. La rubia con una sonrisa y el morocho con una mueca de fastidio.
-Aunque no lo crean, no me he olvidado de su castigo, y es por ese motivo que los llamé- Comenzó, al ver que ninguno decía nada continuó- Como les habrán comunicado en unos pocos días tendrá lugar el baile de Halloween, y mi idea era imponer un castigo para que se llevaran mejor.
Ante esto, los dos adolescentes se fulminaron con la mirada mutuamente, dando a entender que eso no sería tan sencillo.
Ignorando ese gesto, prosiguió como si nada:
-En fin, el castigo consiste en que ustedes se pasarán la fiesta dentro de la cabina de DJ haciéndose cargo de la música. En cuanto me entere de que alguno la abandonó, tengan por seguro un nuevo castigo, y juntos, obviamente.
Esperó pacientemente a que sus alumnos dijeran algo, pero los dos se habían quedado con la boca abierta de la sorpresa mirándolo.
-Pero profesor, yo no quiero pasar toda la noche con alguien a quien no soporto- Se quejó Irina.
Sirius se limitaba a fulminar con su mirada a su compañera y a su profesor alternadamente.
-Por eso mismo quiero que aprendan a llevarse mejor- Se levantó y les abrió la puerta- Ahora si me disculpan, necesito hablar con su director.
Los gryffindor salieron sin siquiera saludarlo y se encaminaron hacia la sala común del mismo modo que antes, sin cruzar una mirada en todo el camino.
Ambos tenían el mismo pensamiento en la cabeza:
¿Como harían para pasar toda una noche ellos dos solos sin matarse?
Solo Tú Doblas Mi Razón - Fanfics de Harry Potter
Solo Tú Doblas Mi RazónCapítulo 1 Una vez más en Hogwarts -¡Mamá! ¿¿Dónde está mi libro de pociones??- Gritaba una pelirroja mientras revolvía su ha
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2024-10-05
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