Perdón si los lastimo, espero que alguna vez logren entender lo que hice, porque, créanme, es la mejor decisión.
A los que queden aquí, sepan que los amo y los amaré siempre
Pero la persona a quien mas amo no está aquí, y es mi deseo buscarlo, aunque sea fuera del mundo terrenal
Repito, por favor perdónenme
Los amo mucho y no olviden que, de una u otra manera, estaré con ustedes.
Así culminaba la desgarradora carta de una muchacha que, arrodillada en el suelo de un oscuro bosque, se disponía a dar un paso del que luego no podría arrepentirse
Pero lo que hizo y por qué es algo que sabrán después. Ahora corresponde contar la historia completa de Rose Weasley, para lograr comprender sus acciones y sufrimientos.
Todo comenzó el 1 de septiembre del año 2017, cuando una de las familias Weasley (considerando que actualmente había como mínimo 5 de ellas XD) se dirigia a la estación King Cross.
-Bueno niños, ajústense BIEN los cinturones, procuren no moverse y
¡RECEN! ¡Porque esta vez manejará papá!- dijo una adulta Hermione a sus hijos, que con una risa burlona en . cara, hicieron el ademán de rezar.
¡Gracias! ¡Eso es lo que yo llamo confianza familiar!- respondió sarcásticamente el ahora padre de familia, Ron.
Era solo una broma, amor- se defendió Hermione, dulcemente. Parecía que los años pasados junto a Ron habían terminado por cambiar su personalidad, ya que ahora era una mujer más alegre, risueña e incluso algo más bromista.
Y sus hijos parecían haber heredado esa misma alegría, aunque cada uno poseía características que lo hacían especial.
Hugo era físicamente muy parecido a su padre, de hecho era casi idéntico a Ron (tanto en el rostro como en el cuerpo en general) exceptuando el hecho de que tenía los ojos color miel, como su madre.
Hugo era además muy alegre, sociable, en el colegio muggle al que asistía tenía muchos amigos, era muy popular. Pero a pesar de ser muy inteligente, no se esforzaba mucho en los estudios. Tal vez se comportaba así porque sabía que sus primeros cinco años de educación no eran importantes, faltaba ver entonces su desempeño en Hogwarts.
Rose, por su lado, parecía ser la mezcla perfecta de las cualidades de sus padre. Por una parte, era muy bella, era una copia fiel de Hermione, pero con el cabello rizado de un rojo intenso y unos ojos azules cautivantes y hermosos.
Además era muy inteligente, aplicada, estudiosa y buena lectora, pero no por eso aburrida. Todo lo contrario, era alegre y divertida. Se podría decir que tenía algo del gen bromista de sus tíos George y el fallecido Fred.
Tal parece entonces que Rose es perfecta, pero a lo largo de esta historia sus defectos y debilidades aparecerán.
Pero por el momento, todo en la pequeña familia funcionaba bien, iban a dejar a Rose, la mayor, a su primer año en Hogwarts.
Ya habían llegado, se habían encontrado con Harry, Ginny y los niños, y ahora Rose y su primo Albus se disponían a subir al tren.
Entonces lo vio
Allá, lejos, al otro extremo del andén, un chico rubio de ojos grises, esperaba junto a su padre la partida del tren.
-Así que ese es el pequeño Scorpius- dijo Ron; el nombre llamó la atención de Rose- asegúrate de machacarle en cada examen, Rosie. Gracias a dios heredaste el cerebro de tu madre.
-Ron por amor de dios- dijo Hermione, medio severa medio divertida- ¡No intentes volverlos uno contra otro antes de que siquiera empiecen la escuela!-
-Tienes Razón, lo siento- dijo Ron, pero sin poder contenerse, añadió:- No seas amigable con él, Rosie. El abuelo Weasley no perdonaría que te casaras con un sangre pura.
Todos rieron, menos Rose, a ella no le había parecido que Scorpius fuera malo, algo en sus ojos lo decía
quizás era porque no se veían tan fríos como los de su padre.
Pero el sonido que indicaba la partida del expreso, la hizo olvidar aquello por un momento.
-¡Adiós Papi!- se despidió Rose de su padre, abrazándolo fuerte. Siempre había sido muy cercana a él, y la idea de no verlo todos los días era algo triste.
¡Si alguien te hace algo, solo envía una carta y yo iré a hacerlo polvo!- recordó Ron, haciendo reír a su hija.
¡Adiós mamá!- abrazó también a su madre.
¡Cuídate mucho! ¡No te metas en problemas! ¡no descuides los estudios!- aconsejó ésta, que parecía un poco aprensiva de dejar a su hija sola por primera vez.
¡Descuida mami! ¡Adiós hermanito! ¡Se que me extrañarás!- Terminó Rose hacia Hugo, guiñándole un ojo.
¡Olvídalo! ¡no te extrañaré!- dijo el chico, pero igualmente abrazó a su hermana.
Finalmente subió al tren. Y allí comenzaron las aventuras, la diversión, allí conocería el amor, la amistad
pero también el sufrimiento
La primera alegría para la niña llegó inmediatamente, ya que quedó en la casa que deseaba: Gryffindor, aunque en realidad no había otra opción, porque todos sus familiares eran pura Valentía y ella no pudo evitar heredar tal cualidad. (N/a: jejeje)
Aquel auspiciaba ser un buen año, pero no por eso falto de conflictos.
Hay que recordar que aquel sería, en general para todo Hogwarts, un año especial, porque muchos de los que ingresaban a primer año eran los hijos de quienes vivieron plenamente la guerra donde se venció al Señor Oscuro, de quienes lucharon contra él
pero también de quienes lo apoyaron. Y eso era un indudable punto de conflicto.
Pero la pregunta era ¿Se mantendrían las antiguas rencillas de padres a hijos, o serían capaces de empezar de cero?
Capitulo 2: Scorpius Malfoy
¿Scorpius Malfoy en Gryffindor? - murmuraba James Potter a su hermano y prima.
¿Y eso qué? - preguntó Rose algo brusca.
Pues que es un Malfoy
¡un MALFOY!- recordó James como si fuera lo más obvio del mundo- ¡Los Malfoy son por excelencia Slytherin!
¡Bueno pero tal vez él es distinto! ¡No puedes marcar a alguien solo por su apellido!- dijo la pelirroja, comenzando a alterarse.
Pero tío Ron dijo que
- porfió James.
¡Si! ¡Pero mi papá nos contó sobre su padre! ¡El no conoce a Scorpius!- discutió Rose.
¡Pero tu ni siquiera lo conoces y ya lo estás defendiendo!- alegó James, enojado.
¡No lo defiendo! Es solo que me molesta que seas tan prejuicioso- se defendió Rose, hablando más calmadamente- ¿y tu que opinas, Al?
Opino que los dos deberían dejar la discusión y esperar a ver como se comporta ese tal Scorpius
- dijo el chico de ojos verdes, dando por terminada la pelea.
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Los días fueron pasando, a estas alturas ya todos tenían algún amigo con el que pasaban el día
Menos Scorpius.
Se podría pensar que esto le sucedía por los prejuicios de los demás, pero el problema era, en realidad, el mismo. Él y sus propios prejuicios. Pensaba que nadie en Gryffindor lo querría, y se convenció tanto de aquello que terminó por armarse una coraza que lo hacía ver como un chico osco y antipático.
Conclusión: Ahora toda la casa Gryffindor lo creía un engreído, y si estaba solo, ¿a quien le importaba?
Pero lo que Scorpius no sabía era que su situación estaba próxima a cambiar.
¡Ejem! ¡Ejem!- Rose aclaró su voz y dijo: - ¿Puedo sentarme aquí?- señaló un asiento vacío al lado de Scorpius. Estaban en la sala común.
Como quieras- respondió el chico con desinterés, sin despegar la mirada del libro que tenía en las manos.
Rose se sentó y habló otra vez:
Emmm
Quisiera que me ayudaras con mi tarea de Pociones, es que vi que eres muy bueno en la materia y me preguntaba si
-
¡Tu no vienes aquí por eso! ¡No mientas!- Dijo Scorpius, aún sin mirar a la chica, y usando aquel tono frío y molesto tan usual en su padre- No necesitas ayuda, vi lo bien que te ha ido en todo a si que
¡Ve al grano!- esta vez, levantó la vista hacia la muchacha.
Rose, molesta por el brusco tono de voz usado por Scorpius, dijo:
¡¿Por qué eres tan pesado con todo el mundo?! ¡Muchos se te han acercado a hablar amigablemente y tu solo los espantas con rudeza!-
¡Eso no te incumbe! ¡Vete de aquí y ódiame como los otros! - alegó Scorpius, levantándose enojado.
¡No! ¡No me iré de aquí hasta que aceptes sociabilizar con alguien!- Rose comenzaba a gritar.
¡¿Por qué insistes?! ¡Ya te dije que no es de tu incumbencia!- El rubio gritaba también.
¡Si, Si es de mi incumbencia!-
¿Por qué?-preguntó Scorpius, desafiante.
¡Pues porque me desespera verte siempre solo, sin amigos
! ¿Sabes lo que creo? ¡Que eres un tonto!- Rose se volteó, dispuesta a irse.
¡Oye! ¡Encima me insultas! ¿Qué te crees, pelirroja? ¿Qué me vas a insultar gratuitamente?- dijo Scorpius.
¡Yo no te insulté! ¡Solo dije la verdad!- sonrió Rose.
¿A si? Pues ya que estamos diciendo verdades
¡Tu eres una tonta chica entrometida!- se defendió Malfoy (N/a: Arrg! Que después lo confundo con su sucio padre
)
¡Idiota!-gritó Rose.
¡Entrometida!- gritó Scorpius.
¡Antisocial!-
¡Insoportable!-
¡Engreído!-
Ya no se me ocurre otro insulto que gritarte a si que
¡Tu ganas!-Scorpius se sentó, rendido.
Rose celebró riendo:
¡O si! ¡O si! ¡Gané! ¡Gané!- bailaba alegremente.
Scorpius rió de aquel ridículo baile, y dijo con una sonrisa:
Gracias por preocuparte por mi
La verdad no pensé que le agradara a una de las personas más populares de Gryffindor
-
¡Ya ves! - dijo Rose, segura de si misma, aunque en el fondo pensaba ¿Soy popular?- ¿Y que dices? ¿Quieres unirte a nuestro grupo de amigos?- terminó, sentándose al lado de Scorpius.
Y
¿Quiénes son tus amigos?- preguntó a su vez el chico, levantando una ceja.
¡Chicos! - llamó Rose y al instante aparecieron un niño y una niña los dos, al parecer, de primer año, muy sonrientes- Ella es Emily Wood y el es Derek Longbottom.
¡Mucho gusto!- dijo Emily, estrechándole la mano a Scorpius. Era una chica de largo pelo negro, liso, poseía unos lindos ojos café oscuro.
¡Hola! - saludó también Derek. Tenia el cabello castaño, al igual que sus ojos. No era un chico gordo pero tampoco era lo que se dice delgado, estaba en el justo equilibrio de peso. (n/a: xD me enrollé con lo del peso).
Bueno, ellos son mis amigos, solo falta mi primo Albus que está
¿Dónde está?- terminó Rose a Emily.
Está en el campo de quidditch guardándonos los lugares para el partido de hoy lo recuerdan, el primero de la temporada y también es el primer partido de James en el equipo- respondió Emily.
Entonces ¿que estamos esperando? ¡Vamos ya a ver el partido!- apuró Derek y luego agregó- ¿vienes con nosotros Scorpius?
Eeeeeee
-Miró con inseguridad a todos pero al ver sus caras de entusiasmo dijo: ¡Si, claro!
Entonces los cuatro chicos partieron hacia el campo de quidditch.
Tu
¿eres el hijo del profesor de herbología? - preguntó Scorpius a Derek, mientras caminaban por el castillo.
S-Si- dijo Derek, sonrojándose- Pero
No creas que me tiene preferencia por eso
todo lo contrario, yo diría que me exige aún más
- terminó con una expresión de fastidio.
Podría apostar a que odias herbología- aventuró Scorpius con una expresión de fastidio.
¡Oh! Pero ¿Cómo adivinaste?- rió Emily.
Cuando llegaron al campo de Quidditch presenciaron el espectacular primer partido de la temporada en que, por supuesto, Gryffindor salió victorioso.
Allí también Scorpius y Albus se conocieron, comprobando este último que su hermano mayor estaba muy equivocado ya que el chico Malfoy resultó ser muy agradable, y quizás en un tiempo más un buen amigo.
Esa noche, cuando los chicos fueron a dormir, Scorpius se sintió mejor. Todas las noches era una tortura ir hacia la habitación y que todos lo observaran con recelo, pero ahora que Albus y Derek, con quienes compartía habitación se atrevieron a hablar con él por fin y descubrieron que podrían ser buenos amigos, la situación cambió. Sus nuevos amigos hacían que todo fuera más agradable y divertido.
Una tranquila tarde de lunes, en que Scorpius y Rose estudiaban, a ésta última, de pronto, le surgió una duda:
-Scorpius, Tu padre
¿No te dijo nada por haber quedado en gryffindor? -
Scorpius, calmadamente reflexionó la respuesta.
No lo sé
lo más probable es que este enojado, porque no me ha enviado ninguna carta, solo mamá lo hace. Pero al menos no me ha enviado un vociferador
- dijo finalmente encogiéndose de hombros.
¿Entonces tu mamá no sabe sobre las rivalidades de las casas?- preguntó Rose, intrigada, recordando lo mucho que importaba en su familia todo aquello- ¿No estudió en Hogwarts?
Si, si lo hizo. De hecho era una Slytherin también, pero ella es más
- el chico pensó la palabra exacta- sensata que mi padre
seguro que en este tiempo ha estado intentando convencerlo de que ser un Gryffindor no es pecado- sonrió.
Rose sonrió también. Se alegraba de saber que su amigo no sufriría por estar en Gryffindor, y comenzó a imaginar qué diría su propia familia si ella estuviera en Slytherin
y de pronto llegó a un pinto en el que no había pensado antes: ¿Qué diría su familia al saber que uno de sus mejores amigos era nada más y nada menos que Scorpius MALFOY?
Durante sus pocos años de vida había escuchado tantas cosas, por decir lo menos, malas sobre los Malfoy
El abuelo Weasley alegaba al menos una o dos veces al año que no era posible que se hubieran salvado por segunda vez en su vida de ir a Azkaban habiendo cometido tantos delitos. Delitos que afectaron también a mi familia pensaba Rose, considerando que su propia madre casi había muerto torturada por, aunque no directamente, por los Malfoy.
Por eso la sorprendió tanto que Scorpius, perteneciente a esa familia con tan horrendo historial, fuera una tan buena y agradable persona. Pero Rose se sobrepuso a la sorpresa y decidió obviaría todo lo escuchado acerca de la familia de su amigo
Si Scorpius era o no como ellos, eso lo demostraría el mismo, y hasta ahora las cosas parecían marchar bien.
Pero como no sabía la reacción de su familia (o mas bien de su padre), pensó que sería mejor no contarle a nadie la identidad de su amigo.
Los meses pasaron y Rose, Scorpius, Emily, Derek y Albus se fueron haciendo cada vez más inseparables. Tanto así que hacían todo juntos, las clases, los deberes y los castigos. Ya en su primer año habían sido castigados un par de veces (una de ellas por armar guerra de comida en el gran salón) el único que no se metía en problemas era Albus, quien, era autentica y puramente un niño bueno.
Pero a pesar de ser todos distintos, se querían de la misma forma, ya eran los mejores amigos y nada ni nadie los separaría
tal vez ni siquiera la muerte.
Y el año acabó, había llegado el momento de la despedida.
Los cinco amigos se despidieron afectuosamente y prometieron verse al menos una vez en el verano. Pero Scorpius no puedo prometer eso, diciéndole a sus amigos que su padre no lo dejaría.
Así, medio decepcionados, cada chico fue con su respectiva familia.
¿Al? ¿Puedo pedirte algo?- preguntó Rose a su primo antes de que llegaran a donde sus padres los esperaban.
¿Qué pasa?- dijo Al.
No menciones delante de mi padre que somos amigos de Scorpius- comenzó la pelirroja- o mejor, no le digas a nadie de la familia. Tu sabes que casi todos les tienen un odio encarnado a los Malfoy y
¡Si! ¡Ya entendí!- calmó el muchacho- Tranquila, no le diré a nadie
y me aseguraré de que James tampoco lo haga
Con esto último, Rose respiró tranquila.
Cuando llegaron al fin donde sus familia pasó lo típico: Los llenaron de besos, abrazos, y preguntas (¿Cómo se comportaron? ¿Qué tan los profesores? ¿Qué tal las notas?, etc. Etc.
¿A si que la hija menor de Oliver Wood es amiga de uds.? - preguntó Ron, mirando a la familia Wood, que caminaba delante de ellos.
¡Si!- contestaron alegremente Albus y Rose, comenzando a relatar las aventuras pasadas con ella y Derek (a quien ya conocían porque Neville jamás perdió contacto con sus viejos amigos del colegio).
Y así pasaron todo el camino a sus casas hablando de los nuevos amigos
y sin mencionar una sola vez a Scorpius
Los siguientes años fueron igual de buenos que el primero, lleno de risas, diversión, un castigo una que otra vez.
El año más célebre sin duda fue el segundo año de Rose, cuando se realizó la selección del nuevo equipo de Quidditch.
Y si que era un equipo nuevo, ya que la mayoría de los antiguos jugadores habían terminado ya su educación en Hogwarts. Con lo que quedaron 4 puestos libres en un equipo que conservaba a su capitán, Josh Brown; a Fred Weasley (2do), quien iba en 6to al igual que el capitán; y James Potter que iba en tercero y estaba en el equipo desde el año anterior.
Luego de la selección, la formación actual del equipo era la siguiente:
Bateadores: Fred Weasley, James Potter (N/a: como que los dos están muerto jaja
T____T)
Cazadores: Scorpius Malfoy, Albus Potter, Josh Brown.
Guardiana: Emily Wood
Buscadora: Rose Weasley.
Como podemos ver, la mayoría del equipo son entre sí, o primos, o amigos, lo que provocó una oleada de críticas que decían cosas como: ¡Es una injusticia! ¡no puede ser! ¡esto esta arreglado! ¡Seguro que hay muchos que lo merecen más que ellos!
Pero pronto tendrían que tragarse sus palabras al ver lo bien que jugaban los chicos quienes, tal como lo hicieron sus padres en el pasado, se encargaron que la copa no saliera de la oficina del profesor Hagrid, nuevo jefe de la casa de los leones.
Todo lo anterior hacía que lo estadía en Hogwarts fuera excelente. Pero no por eso exenta de problemas. Porque no había que olvidar que nadie de la familia se había enterado de su amistad con Scorpius, excepto los primos que estaban en Hogwarts
Y el inconveniente surgió cuando Lily y Hugo entraron por fin al colegio. Había que evitar a toda costa que ellos revelaran el secreto.
Lily no fue un real problema. Ella vivía su vida y no prestaba la atención suficiente al asunto como para percatarse de quien era amigo de quien.
El verdadero problema fue Hugo. Después de toda una vida escuchando los horrores de los Malfoy, se mostraba reacio a conocer a Scorpius, y el hecho de que fuera un Gryffindor, a su parecer, no significaba necesariamente que era una buena persona. Por lo tanto se negaba rotundamente a ser cómplice de esa amistad.
Luego de un largo proceso de sobornos (en los que Albus y Rose tuvieron que ofrecerle una buena cantidad de ranas de chocolates al mes, y a veces hacerle los deberes) Hugo accedió.
Problema solucionado y ahora sí se podía decir que las cosas marchaban bien, pacíficamente, tanto dentro como fuera del colegio no había mucho de que preocuparse, hacía tiempo que no aparecía algún villano amenazando con conquistar al mundo.
Pero llegó el quinto año de Rose Weasley, y es aquí donde comenzaría a vivir la vida más intensamente
¡Feliz cumpleaños Rosie! - dijeron muchos jóvenes al unísono a una bella chica pelirroja de ojos azules que venía entrando a su casa y los miraba a todos muy sorprendida.
Y es que Rose Weasley cumplía ese hermoso día de agosto sus 15 años. Y sus amigos habían decidido hacerle una fiesta sorpresa. Hace un mes que estaban preparándola, y llegado el día, habían pedido a los padres de la niña que la sacaran de la casa el tiempo suficiente para dejar todo en orden.
En este momento Rose estaba felizmente sorprendida al ver a todos sus primos y amigos esperándola. Pero ¿estaban todos sus amigos? No
Buscó con la mirada a uno de sus más queridos amigos, pero él no estaba.
Intentamos que Scorpius viniera pero
tu sabes
su padre no lo dejó- susurró Emily mientras abrazaba a su amiga por su cumpleaños. La aludida asintió.
La fiesta resultó tal como la habían planeado: ¡genial! Comida exquisita y diversión.
Rose bailaba alegremente preguntándose que estaría haciendo Scorpius en ese momento.
Mientras tanto, lejos de allí, un chico rubio, recostado en su cama, se preguntaba que estaría haciendo su amiga Rose en aquel momento.
Seguramente estaba celebrando feliz sus 15 años, mientras él estaba ahí, solo y aburrido
Les dijo a sus amigos que su padre no lo había dejado ir, pero en realidad ni siquiera había preguntado
¿Para qué? ¿Para revelar la identidad de sus amigos y además de recibir un firme NO, un castigo? Mejor ahorrarse problemas.
Era en momentos como éste en los que se preguntaba por qué le había tocado pertenecer a esa familia. Tan prejuiciosa y prejuiciada a la vez. Pensaba en lo extraño que era que él no hubiera salido igual.
Pensaba que tal vez las generaciones de Malfoy iban mejorando con el tiempo, porque había diferencias sustanciales entre su padre y su abuelo. Este último cada vez que podía alegaba contra el ministerio controlado solo por sangres sucia y traidores a la sangre, que en los buenos tiempos las cosas iban mejor. Y es que, mirándolo desde su perspectiva, no estaba del todo equivocado. Porque los buenos tiempos según él eran aquellos en que el soborno y las amenazas le daban gran poder dentro del ministerio y la comunidad mágica en general. Pero ahora todo era distinto.
Luego de la definitiva derrota del señor tenebroso el ministerio había pasado, en gran parte, a manos de el lado bueno, algunos miembros de la orden del fénix, o amiguitos de Potter en general, en definitiva, gente a quien no era tan fácil corromper. Y más difícil era la tarea si se consideraba que los Malfoy eran ex mortífagos quienes por segunda vez en la historia se habían salvado de ir a Azkaban con una burda excusa (la de haber ayudado a Harry Potter, el héroe, en la última batalla) Pero esta vez la comunidad mágica no lo olvidó, y muchos aún los miraban con recelo.
Todo lo anterior daba a Lucius Malfoy material para quejarse por el resto de su vida.
Pero Draco se mantenía al margen de todo aquello. Porque recordaba con horror todo lo sucedido en su condición de mortífago. El haber presenciado torturas, el horrible hecho de ver a un amigo morir, y el vivir con miedo, saber que un solo error o algo que molestara al señor tenebroso les podría costar la vida, eran recuerdos que jamás borraría de su mente y que no deseaba se volviera a repetir. Tal vez eso hizo que, sin proponérselo, formara a Scorpius de mejor forma de cómo a lo habían hecho con él, ya que, aunque el niño no fue criado para amar a los sangre sucia tampoco lo había sido para odiarlos. En consecuencia, su hijo era una persona más abierta de mente, una buena persona.
Pero una cosa era ser buena persona y respetar a los demás, y otra muy distinta era ser un gryffindor y mezclarse con los demás. Eso era algo que Draco jamás se sacaría de la cabeza, porque si bien era capaz de saludar a Harry, Ron y Hermione con cortesía, en el fondo de sus ser seguían siendo El engreído de Potter, su perro faldero el traidor a la sangre y la desagradable sangre sucia.
Y no permitiría jamás que su único hijo se mezclara con los hijos de tan indigno trío.
Por eso es que se escandalizó tanto cuando se enteró de que Scorpius había quedado en la casa Gryffindor, porque lo devolvió por un momento a su infancia, olvidó su cambio y recordó lo mucho que había odiado a los miembros de esa casa, pensó en la escoria que SIEMPRE salía de ahí y pensó también que seguramente los hijos de todos esos estarían también allí, mezclándose con su hijo.
En un arranque de ira comunicó a su esposa que cambiaría inmediatamente a Scorpius de Hogwarts, lo enviaría a Durmstang, dijo. Pero Astoria Greengrass, a pesar de haber sido una Slytherin como su esposo, era más sensata y ligeramente más abierta de mente que él. Con paciencia convenció a Draco de que el odio entre las casas era algo infantil y que no tenía sentido armar tanto escándalo por eso.
Draco accedió a regañadientes y cuando Scorpius volvió de su primer año le advirtió (a espaldas de Astoria) que no aceptaría a ningún amiguito que llevara por apellido Weasley o Potter.
Al recordar esto Scorpius se retractó de lo que había pensado hace algunos momentos. Mi padre y mi abuelo son iguales, solo que el abuelo no se molesta en disimular se dijo con enojo.
Ahora más que nunca deseaba cumplir ya los 17 años y ser libre, libre para hacer y estar donde quisiera, libre para estar con sus amigos, reír con las bromas de Derek, continuar haciendo travesuras con Rose. Ella es genial pensó La una de las pocas chicas geniales que existen. Es que ella era especial, era como su complemento perfecto tanto en las clases como fuera de ellas, porque eran tan buenos haciendo pociones como molestando al viejísimo Filch.
Desde hacía un tiempo que pensaba en Rose mucho más que antes, pero se decía a si mismo que era solo porque ser su mejor amiga. Pero en el fondo sabía que no era solo por eso, pero no tenía la menor idea de cual podía ser la razón. La idea de que Rose le gustara se le pasó por la mente pero no lo pudo saber con certeza porque, aunque le habían atraído algunas chicas, ninguna de ellas había ocupado tanto sus pensamientos como ella lo hacía ahora y por lo tanto no tenía referencias que le ayudaran a saber si se estaba enamorando.
Al final, terminó por descartar tal idea, diciéndose que Rose jamás podría ser su novia porque era algo más parecido a una hermana
¿cierto?
Pero no sabía que al verla de nuevo se daría cuenta de lo equivocado que estaba
El amor se combate con ¿odio?
¡Chicos!- un apuesto muchacho de ojos verdes y cabello negro junto con su prima, una bella chica pelirroja de ojos azules, avanzaban con entusiasmo hacia sus amigos.
¡Al, Rose!- gritaron Scorpius, Emily y Derek, felices. Los cinco chicos habían cambiado mucho de su primer año hasta ahora.
Scorpius, ahora más alto, tenía el cabello relativamente largo y cuidadosamente desordenado, sus bellos y peculiares ojos grises, que antes pasaran desapercibidos, ahora eran de un increíble atractivo para las chicas, que últimamente lo observaban mucho y no muy disimuladamente, pero él no parecía darse cuenta.
Derek, por su lado, distaba mucho del chico que todos conocieron. El año anterior había tomado el puesto de bateador que Fred Weasley dejó libre al salir de Hogwarts, lo que terminó por darle una esbelta figura de deportista. Esperaba que su nuevo aspecto le ayudara a conquistar a la hermosa Dominique Weasley, hija menor de Bill, de quién el estaba perdidamente enamorado.
Emily, con su largo y brillante cabello negro y sus ojos de profundo color café, hacía uso de sus encantos, sabía que muchos chicos en la escuela estaban locos por ella y se sentía orgullosa de eso.
Albus, cada año que pasaba se parecía más a su padre. Si no fuera por la falta de cicatriz y lentes, cualquiera habría dicho que era el mismísimo Harry Potter que se había devuelto a Hogwarts.
Además de los rasgos físicos, Al había heredado la popularidad de su padre, pero al igual que él, no la disfrutaba demasiado. Enrojecía (nadie sabía con certeza si de rabia o vergüenza) cuando le llegaba alguna patética carta de amor de chicas que lo amaban en secreto. Pero el era un chico bajo perfil, muy distinto a su hermano James, quien era un presumido que cambiaba de novia cada dos por tres. (N/a: no crean que era mala persona
es solo que heredo la picardía de su abuelo
xD, ¡igual te quiero James! Jajaja)
¡Adivinen Qué!- dijo Rose emocionada a sus amigos, mientras subían al expreso que los llevaría al colegio- ¡Me nombraron
¡¿Prefecta?!- interrumpió Emily.
¡Si!- contestó emocionada Rose.
Ya los sospechaba
- terminó Emily con autosuficiencia.
¡Yo también lo soy!- informó Scorpius, feliz.
¿Qué? ¿Prefecta? - bromeó Derek, haciendo reír a Albus.
¡No, tonto! ¡Prefecto! - corrigió el rubio, medio enojado medio divertido.
¡Que bien, Scorpius! Entonces
¿Vamos al carro de los prefectos?- propuso Rose, sonrojándose por la idea de ir sola junto a Scorpius.
Si
- accedió el chico sonrojándose también, pero si saber por qué.
¡Eso! Vayan los dos solitos- dijo Derek con una pícara sonrisa.
Rose frunció el ceño y le sacó la lengua a su amigo.
¡Oh! ¡Mira Derek! ¿Acaso esa no es Dominique?-gritó Scorpius por último, haciendo que Derek volteara completamente sonrojado buscando a la chica recién nombrada quien, obviamente, no estaba.
Pero en eso Scorpius y Rose ya se habían ido.
Lamento que no hayas podido ir a mi fiesta de cumpleaños- dijo Rose con tristeza mientras se dirigían al compartimiento de prefectos.
Si
yo también lo lamento, pero tu sabes, el problema de siempre, mi padre- contestó el rubio encogiéndose de hombros- bueno
al menos te envié mi regalo ¿Te gustó?- terminó el rubio con una encantadora sonrisa.
¡Si! Es una lechuza preciosa
- Dijo Rose emocionada, abrazando a Scorpius.
Única en su especie
- respondió éste, respondiendo al abrazo torpemente, turbado por tener a Rose tan cerca.
Es que es genial, porque yo no había tenido nunca una lechuza propia, solo una por familia, y es tan hermosa y
Rose siguió hablando pero Scorpius ya no la escuchaba, solo la observaba con una lánguida sonrisa.
Scorpius observaba a su amiga detenidamente, y de pronto la realidad lo golpeó tan fuerte como si le hubieran dado una bofetada: Rose ya había dejado de ser esa niña traviesa, esa chica a la que erróneamente había considerado su hermana
Ahora era una joven hermosa y atractiva
Tan atractiva que no podía dejar de mirar esos ojos azules, hipnotizado. Tan atractiva que el solo rozar su fresca piel le provocaba escalofríos
¡Hey! ¡Scorpius! ¿Me estás escuchando?- preguntó Rose, dándose cuenta de la mirada perdida del chico. Claramente no la estaba escuchando.
¿Ah? ¿Qué?... No, lo siento, me desconcentré ¿Qué decías?- respondió al fin el rubio, como despertando de un sueño.
Rose con paciencia repitió lo que estaba contando, y siguieron conversando alegremente, con Scorpius intentando no mirar demasiado a su amiga para no quedar como un tonto otra vez.
El año escolar empezó con normalidad. Solo había una novedad: El nuevo capitán del equipo de Gryffindor era nada más y nada menos que James Potter, a quien después de saber la buena nueva no se le borró la sonrisa de la cara.
Además de eso, nada especial sucedía en Hogwarts. Pero sí en el interior de Scorpius, quien cada día se enamoraba más de Rose
y cada día se encargaba de negárselo a si mismo, porque pensaba que era como enamorarse de su propia hermana
Pero pronto esa excusa se le hizo insostenible, claramente Rose no era su hermana y jamás la sentiría ni la había sentido nunca como tal.
Un día, entre pensamientos y más pensamientos se le ocurrió la idea de hablar con la chica y confesarle todo, convertirse en su novio
Pero la realidad rápidamente lo bajó de la nube.
Le parecía que lo suyo con Rose jamás resultaría, porque simplemente, todo estaba en contra. Para empezar seguro que ella no le correspondería, y si lo hiciera solo le acarrearía problemas, tanto a ella como a él mismo. Porque sus familias se odiaban, y jamás los dejarían estar juntos
Pero todas esas solo eran excusas para intentar tapar su cobardía, porque en el fondo sabía que para un verdadero Gryffindor enamorado todos esos eran obstáculos fáciles de superar.
Rose en cambio tenía las cosas bien claras. Hace ya un tiempo que Scorpius le gustaba y se había dado cuenta desde principios de ese año que él le correspondía. Si sus familias se odiaban, ¿Qué importaba? Bien podrían mantener una relación en secreto, total, solo les quedaban dos años para cumplir la mayoría de edad y ser libres para estar juntos
Pero faltaba lo más importante: la declaración. Se había propuesto esperar a que él lo hiciera, pero comenzaba a cansarse. No iba a esperar para siempre a que reaccionara, y siendo sinceros, no veía ninguna luz de que Scorpius se le fuera a declarar. A si que ese sábado 1 de octubre se decidió, le diría todo. Pero no sabía que Scorpius también había tomado una decisión
Rose avanzó decidida hacia su sala común, donde encontró a Scorpius jugando ajedrez mágico con Albus.
Scorp
¿Podemos hablar un momento?- preguntó Rose, con voz débil pero decidida.
Entonces Scorpius reaccionó de una manera inesperada: Levantó la mirada del tablero de ajedrez hacia Rose con una expresión de fastidio, como si ella lo hubiera estado molestando el día entero, y dijo:
-No, no podemos hablar
y haz el favor de no volver a decirme Scorp
- y dicho esto se levantó bruscamente rumbo al cuarto de los chicos.
Y Rose se quedó allí, observándolo desconcertada. Había estado tan segura de ser correspondida y ahora Scorpius le hacía esto, ¡¿Qué le pasaba?!
¿Tienes idea de qué fue eso?- le preguntó a su primo, quien respondió igual de desconcertado:
No tengo ni idea
-
Por su parte Scorpius se encerró en su habitación. Había tomado una decisión: La única forma de olvidarse de Rose era alejarse de ella, evitarla, y aunque le costara y doliera mucho, no pasar nunca más un momento a solas con ella, si fuera necesario dejar de ser su amigo para convertirse en su enemigo.
Todo para olvidarla y si es que ella sentía algo por él, que lo olvidara también.
Notas de Autora:
Solo vuelvo para decir que Me gusto la frase "Un Gryffindor Enamorado" jejeje Buena Mezcla eh???
Bueno ya Adiozz! Dejen Reviews!!Entre Quidditch y Decisiones
¡Estúpido! ¡Estúpido! ¡Estúpido! era lo que Rose pensaba últimamente cada vez que veía a Scorpius pasar a su lado sin mirarla.
Y es que el extraño comportamiento que Rose pensó se le pasaría al día siguiente, se prolongo más de lo debido. Hace una semana que no le hablaba, no la miraba, ¡Nada!
Se escapada de ella como el fugitivo de la policía. Tanto así que no había tenido oportunidad de hablarle ni pedirle una explicación. Ya ni siquiera se juntaba con Albus o Derek, quienes podrían haberle servido a Rose como conexión.
La idea de que Scorpius estuviera dispuesto a cortar con TODOS sus amigos para no verla le producía rabia y dolor a la vez. Tenía tantas ganas de llorar como de golpearlo.
Las ganas de golpearlo surgían sobre todo en los entrenamientos de Quidditch, donde obligatoriamente Rose y Scorpius debían verse. Una sola vez intentó lanzarse hacía él y pegarle un puñetazo en la cara, pero James tomó cartas en el asunto inmediatamente, y luego de detener el ataque el advirtió que si lo intentaba otra vez estaría fuera del equipo. Así, reprimida, sin lograr hablar ni una sola vez con Scorpius y con un humor cada vez peor, Rose Weasley logró llegar al 22 de octubre, día del primer partido de la temporada, Gryffindor contra Slytherin.
Ese día el castillo se llenó de expectación, porque, sin duda alguna, aquel era el partido más esperado, no solo por la genialidad de los dos equipos, sino porque la rivalidad entre las dos casas, aunque era menor que antaño, aún persistía.
¡Hola chicos!- saludó la bella Dominique Weasley a sus primos que desayunaban- ¡Suerte en el Partido! - les deseó la bella muchacha, con su encantadora sonrisa. Luego con gracia se volteó en dirección a la mesa de Ravenclaw, casa a donde pertenecía. Derek la observaba embobado.
El pobre chico había tenido la mala suerte de enamorarse de la más hermosa y engreída de las hijas de Bill. De sus tres hermanos, Dominique era la más parecida a Fleur. Era tan hermosa y engreída como su madre, solo miraba a aquellos que parecían ser dignos de su atención, y al parecer Derek no lo era.
El desayuno pasó rápido, y pronto todo el equipo se dirigió al campo de Quidditch.
Rose buscó con la mirada a Scorpius, pero no lo encontró. Nuevamente éste había desayunado antes, la rabia inundó una vez más, pero se obligó a olvidarlo al menos por esa mañana en al que debía estar con la mente en el juego.
Observó el paisaje que se alzaba fuera de las paredes del castillo, había mucha neblina.
Mal día para jugar- murmuró la pelirroja.
Si
- respondió su primo Albus, pensando que Rose no solo se refería al clima.
Los dos chicos se unieron a los demás miembros del equipo, rumbo a los camarines.
¿Y scorpius?- preguntó el capitán James, una vez allí.
Aquí estoy
- respondió un agitado Scorpius, que, de donde fuera que viniera, traía su túnica color escarlata ya puesta.
¡Llegas tarde! ¿Lo sabías? - reprochó Rose, colérica.
¿Y quién te crees tú para reprocharme algo?- exclamó Scorpius, usando aquel tono de desprecio tan usual en su padre, y antes tan poco usual en él. A pesar de estar claramente desafiando a Rose a pelear, no la miraba a los ojos.
La chica enrojeció de rabia. Quienes la conocían sabían que aquello era signo de que Rose estaba REALMENTE enojada, pero, aunque sabían el peligro que significaba mantenerse allí en esos momentos, la curiosidad pudo más que el miedo, y se quedaron para ver el desenlace de aquella riña segura.
¿QUE QUIEN SOY YO?- Rose comenzó a gritar- ¡SOY TU AMIGA DESDE HACE 5 AÑOS! ¡SOY QUIEN SABE TODO DE TI! ¡SOY TU MEJOR AMIGA! ¡¿Y ME PREGUNTAS QUIEN SOY?!
El rubio iba a replicar pero
¡CALLATE! ¿Qué te crees tú? ¡Debería preguntar yo! ¡Tú, que me has ignorado por casi un mes, sin razón! ¡ERES UN COMPLETO IMBECIL!- Rose gritaba cada vez más fuerte y ya tenía a Scorpius arrinconado contra la pared amenazadoramente- ¡TE ODIO! ¡NO SE COMO PUDE
! Y paró la frase ahí.
¡No se como pude haber hecho amistad con alguien como tú!Completó Scorpius está vez logrando sostener la mirada furiosa de Rose, quien parecía no poder aguantar más la ira contenida durante todos esos días de indiferencia, y se descargó dando a Scorpius una sonora y dolorosa bofetada. Acto seguido se dio media vuelta y se fue, dejando al rubio con el rostro y el orgullo heridos, y al resto del equipo estupefactos.
¡Hola queridísimos compañeros!saludaron las gemelas Cynthia y Alison Jordan, unas hermosas chicas de Gryffindor encargadas de relatar los partidos de QuidditchAquí estamos en el primer partido de la temporadaComenzó Cynthia con alegría.
¡Slytherin contra Gryffindor!- siguió Alison.
¡Y aquí entran los Slytherin!- Gritó Cynthia. Se escucharon tanto abucheos como festejosUno, dos, tres
Siete
- terminó Cynthia fingiendo voz de aburrimiento, sin molestarse en presentar a cada jugador del equipo.
¡Y
con uds.
El espectacular, maravilloso y sin igual
EQUIPO GRYFFINDOR! - presentó Alison
Y vemos entrar al guapísimo capitán y bateador, James Potter
Qué por cierto es MI novio, a si que cuidadito con él, chicas
- advirtió Cynthia con voz de broma, aunque todas sabían que la advertencia iba en serio.
¡Y entra el no menos talentoso bateador! ¡Derek Longbottom!- (N/a: quien iba a pensar aquel apellido anunciado en un partido de Quidditch xD)
¡Y los expertos cazadores!-
¡Jared Grint! ¡Scorpius Malfoy! Y ¡Albus Potter!- se escucharon los gritos de las chicas (incluida la autora) (n/A: si se preguntan quien es Jared Grint
es el reemplazante de Josh Brown, y debido a su nombre sospecho que es bastante guapo
*p*)
¡Y
! -
¡La estrella del equipo!-
¡Rose Weasley!- dijeron Cynthia y Alison a coro.
¡PAREN LAS PRESENTACIONES Y DEJEN QUE COMIENCE EL PARTIDO!Gritó al sra. Treventon, actual arbitro y profesora de vuelo, a las comentaristas.
Bueno...- Comenzó una de las gemelasy los jugadores se elevan. Los capitanes se dan la mano y el partido comienza.
Malfoy tiene al Quaffle, da un pase espectacular a Grint, quien avanza hacia la meta de Slytherin, ¡Seguro anota!... ¡No! ¡El bateador de Slytherin lanza una Bludger que desvía a Grint! ¡Qué lástima!
Ahora Watson, la, a todo esto, bastante fea cazadora de Slytherin tiene la Quaffle, avanza con seguridad a la meta de Gryffindor, parece que va a anotar pero ¡Wood hace una excelente atrapada! -
¡Ahora Albus tiene la Quaffle, la pasa a Malfoy que la pasa a su vez a Grint, quien la devuelve a Albus y
! ¡Si! ¡Anota y son 10 puntos para Gryffindor!-
A la media hora de juego, Gryffindor iba a la cabeza por 100 a 10. Parecía que la constante tención entre uno de los cazadores y la buscadora no había afectado en lo más mínimo el rendimiento del equipo.
El equipo de Slytherin, al darse cuenta de su inmensa desventaja, comenzó a compensar sus debilidades con trampa. Pero sus trampas eran demasiado evidentes, lo que derivaba en una cantidad considerable de penaltis a favor de Gryffindor.
Ahora Gryffindor iba a la cabeza 150 a 10.
¡Uh...! ¡Al parecer este partido está llegando a su fin! ¡Rose Weasley ah visto algo! ¡Si! ¡Vio la Snitch! ¡Pero
! ¡COMO PUEDEN SER TAN SUCIOS! ¡LOS 7 JUGADORES DE SLYTHERIN SE HAN LANZADO HACIA LA BUSCADORA! ¡QUE ALGUIEN LOS PARE!-
La sra. Treventon soplaba su silbato con desesperación e iba hacia los jugadores pero no alcanzó a detener el feroz ataque de uno de los Slytherin quien velozmente avanzó hacía la chica y antes de que ella pudiera reaccionar, la derribó de la escoba.
Rose estaba desesperada, caía sin poder evitarlo, escuchaba gritos desesperados, tal vez era ella misma, no lo sabía
pero de pronto todo se apagó.
Cuando Rose despertó, ya no estaba en el campo de Quidditch, si no, en la enfermería, con todos sus compañeros de equipo alrededor
todos menos Scorpius.
El rostro de Rose enrojeció de rabia al parar en ese detalle.
¿Echando de menos a Scorpius? ¿Eh?- dijo Emily con una sonrisa pícara.
Rose se preguntó que tan obvia podía ser, y, mirando a su amiga inquisitivamente dijo:
Yo no dije que lo
¡¿POR QUE NO ESTA AQUI?! - terminó finalmente sin poder ocultar su desesperación.
Todos los chicos rieron, pero a Rose no le importó, solo quería respuestas.
¡Aaay! - suspiró Emily, adoptando un tono dramático- Lo que pasa es que tu héroe no aguantó ver a su doncella sufrir, a si que
- tomó una almohada y comenzando a golpearla, siguiógolpeó al chico que te atacó
lo masacró a golpes
le dio, le dio y le dio
le rompió la nariz, y
- dejó de golear la almohada- ya le iba a pegar al resto del equipo pero Treventon lo vio y lo envió con Hagrid, quien se suponía lo castigaría, pero, bueno tu sabes como es Hagrid, parece que consideró que lo de Scorpius era un pecado menor porque solo le mando a escribir cien veces no debo golpear a mis compañeros
A si que ahora está en la sala común escribiendo- terminó, con una sonrisa.
Rose se recostó aliviada por saber que, si Scorpius no estaba allí, no era por hacerle un desprecio sino por intentar defenderla.
¿No quieres saber lo que pasó con el partido?- preguntó James, sorprendido de que su prima no lo hubiera preguntado aún.
¡Ah! ¡Si!...respondió Rose como si recién reparara en aquel detalle- ¿Qué pasó?
Albus contestó:
Suspendieron el partido, obviamente, pero como ya íbamos a 140 puntos arriba, ganamos
Y Treventon, por supuesto, estaba MUY enojada, a si que como castigo suspendió a todo el equipo de Slytherin, es decir, que tendrán que buscarse nuevos jugadores, porque los 7 actuales no podrán jugar nunca más
Y eso les da gran desventaja porque un montón de novatos sin entrenamiento
no hacen mucho ¿no?
¡Qué bien!celebró Rose, junto con sus demás compañeros de equipo que se quedaron con ella un buen rato más.
Mientras tanto, un chico rubio anotaba palabras en un pergamino, con expresión triste.
La verdad es que, pensándolo bien, Scorpius no tenía razones para estar triste, porque en realidad la había sacado muy barata. Después de haber golpeado a varios chicos, solo debía escribir unas cuantas líneas.
Pero la mente del chico vagaba por otros lados, y aunque lo hubieran castigado duramente, poco le habría importado. Porque él solo pensaba en Rose, en sus palabra hirientes y en esa bofetada que le había dolido hasta el alma.
Le afectaba pensar que se merecía todo aquello, que en realidad había sido un estúpido con ideas que lo eran aún más. Porque no había pensado que mientras más se alejaba de Rose, más la amaba.
Y
¿Qué iba a hacer ahora para recuperar, al menos, su amistad?
De pronto vio un papel a medio quemar por el fuego de la chimenea, y sintió un extraño impulso que lo llevó a tomar el papel y leerlo:
Intento decirte lo que realmente siento por ti
Pero mis labios no se atreven a decir te amo
¡Ah! Cada vez que veo tu rostro me da miedo explicarte este sentimiento.
No se como ni cuando empecé amarte
Solo sé que deseo que me ames como yo te amo a ti
Scorpius
Aquella era, sin duda, la letra de Rose. Y ese era un poema
dedicado a él.
¿Cómo pudo haber sido tan tonto? Tanto tiempo alejándose de Rose. ¡Sin saber que ella le correspondía!
Tenía que hacer algo, pero no sabía qué ni cómo hacerlo. Se preguntaba hace cuanto tiempo habría escrito eso, quizás después de tanto tiempo de frialdad ella había dejado de sentir todo aquello, pero
¿Cómo saberlo?
Tal vez preguntándole a Emily, pero
¡No! Por mucho que fueran amigos, no se atrevía a preguntarle algo así.
Entonces ¿Qué hacer para asegurarse de los sentimientos de Rose?...
Pero ¿En qué estoy pensando? Se dijo Scorpius. Ya no era tiempote pensar estrategias para dar pasos seguros, era hora de ser osado y arriesgarse
En unos segundos Scorpius llegó a la enfermería, entró rápidamente y ahí estaba ella, leyendo un libro. ¡Se ve hermosa! pensó el chico. Y era verdad. Aunque estaba allí postrada sobre una cama, se veía muy hermosa, su cabello brillaba al igual que sus bellos ojos azules, ahora concentrados en la lectura.
Scorpius se quedó en blanco, había olvidado lo que hacía allí, y ahora estaba parado con una tonta expresión sin poder dejar de observar a Rose.
¡Hola!- saludó la chica, percatándose de la presencia de su amigo y sonrojándose al notar su intensa mirada.
¡Ho-hola! - titubeó Scorpius saliendo de su embobamiento y sentándose en la cama de la muchacha.- y
. ¿Cómo estás?
Bien
mejor que el chico al que le fracturaste la nariz- bromeó Rose, señalando con la cabeza a una alejada cama donde un maltrecho chico descansaba.
¡Se lo merecía! ¿no?- susurró Scorpius.
Si
bueno ¡Gracias por defenderme!- dijo Rose- y
¿Qué tal tu castigo?
Mmm
no digamos que fue mucho ¿no? ¡ya terminé!- respondió el rubio y luego de esto se produjo un incómodo Silencio, como nunca habia sucedido antes entre ellos.
Tu no viniste solo a saber como estaba yo ¿No es cierto? - Habló Rose de pronto, sin mirar a Scorpius a los ojos- ¡Ve Al grano!
Los dos rieron al pensar en lo parecido que sonaba eso a su primera conversación.
Pero la sonrisa se borró rápidamente del rostro de Scorpius, que tomo aire y comenzó a decir
todo:
Tienes razón yo vine a
disculparme, yo
Sé que tuviste razón en todo lo que me dijiste hoy en el camarín y sé que me merecía aquella bofetada. Todo es mi culpa, si yo no te hubiera ignorado todo este tiempo, nada malo habría pasado y segaríamos siendo los amigos de antes y
ya no habría más silencios incómodos- terminó, sonriendo.
Pero aún no entiendo
¿Por qué has sido tan frío conmigo todo este tiempo? ¿Cuál es tu motivo?- Preguntó Rose, acomodándose mejor en la cama.
Bueno yo
- comenzó a decir Scorpius, acercándose un poco más a Rose - Tu
Me
- poco a poco se acercaba más a la chica, ahora estaba muy cerca, demasiado cerca quizás, pero ya era tarde para evitar lo inminente.
Scorpius acariciaba suavemente el rostro de Rose, y sus labios se acercaban
entonces sucedido lo que los dos habían deseado desde hace tanto tiempo. Se estaban besando y aquella era la sensación más linda que alguno de ellos hubiera sentido antes. Nada ya importaba, el mundo podía desvanecerse tras ellos
y no habría importado, solo querían quedarse aquí por siempre, abrazados, sintiéndose el uno al otro.
Pero la voz de la, para ellos, impertinente sra. Pomfrey los interrumpió.
¡Ejem!- se aclaró la garganta- ¡Sr. Malfoy! ¡El horario de visitas ya se acabó! ¡Debe irse!- chilló la mujer.
Era difícil saber cual de los dos chicos estaba más enojado. Pero aún así, y muy a su pesar, se separaron.
Volveré mañana para que continuemos nuestra
eh
conversación.- se despidió Scorpius, acariciando por última vez a Rose, y sonriendo tiernamente, se fue.
Así pasaron la noche, al parecer separados, pero unidos aún por ese beso en el que no podían dejar de pensar.
Al día siguiente, a pesar de ser Domingo Scorpius se levantó muy temprano para ir a la enfermería. Seguro que hot daban de alta a Rose, y si no
bueno, se quedaría a su lado todo el día.
Mientras caminaba por los pasillos de Hogwarts, mientras más se acercaba a la enfermería, más preguntas se agolpaban en la mente de Scorpius.
¿Qué diría al verla? ¿Como reaccionaría Rose al verlo?
Para su sorpresa y alivio cuando llegó, Rose estaba acompañada por Emily, su hermano Hugo. Al menos así se ahorraría tener que hablar como ella a solas, al menos por un momento.
Emily, al verlo, puso una enorme sonrisa, y luego, en tono de profunda solemnidad dijo:
Hugo
te presento a tu nuevo cuñado, el Sr. Scorpius Hyperion Malfoy-.
Scorpius se quedó como en piedra, estupefacto. Rose, estaba tan roja como un tomate, y Hugo observaba a los dos anteriores con la boca abierta.
¿Es verdad eso?- preguntó finalmente, su tono denotaba que estaba conteniendo su ira.
Rose, captando eso, cambió totalmente su actitud.
Si, es verdad- dijo en tono desafiante, sosteniendo una mirada con su hermano que bien podría haber significado Si, Es verdad
¿Qué vas a ser al respecto?
Bien
que bien, los felicito- dijo el muchacho, mirando primero a su hermana y luego dedicándole a Scorpius una mirada de profundo odio- Imagínate lo feliz que se pondrá Papá cuando se entere
- y sin mirar a nadie más, se fue.
Rose, olvidó de inmediato la altanería y corrió tras su hermano con expresión de temor.
¡Hugo! ¡Espera! - Gritaba la chica- ¡Tenemos que hablar!
Pero Hugo caminaba a paso rápido y decidido, sin voltear hacia su hermana. Tenía los puños apretados y la cara roja de rabia.
Rose vio con horror que su hermano estaba tomando el camino hacia la lechucería
eso quería decir que
¿No serás capaz de contarle a papá, verdad hermanito?- preguntó Rose con miedo.
¡ja! Ahora soy tu hermanito ¿no?- dijo al fin Hugo, girándose bruscamente hacia su hermana y fulminándola con la mirada.
¡Tu siempre has sido mi hermanito! ¡Sabes que te quiero!- Hugo rió sarcásticamente al escuchar eso- Solo
no le cuentes a papá ¿si?
¿Y por que no habría de contarle?- siguió Hugo, con rabia- estoy seguro que querrá saber QUIEN es el afortunado primer novio de su primogénita ¿No?... Además, Quien nada hace nada teme
¿A que le temes Rose?-
¡No he hecho nada malo! Solo que papá creerá que si es malo
- dijo Rose con tristeza.
Bueno
¡Averigüemos lo que en verdad piensa papá!- Dijo por último el chico, antes de darse vuelta y seguir su camino.
¡NO! - gritó Rose, desesperada, tomando a su hermano firmemente del brazo-Por favor, Hugo! ¿Acaso nunca te has enamorado?
Hugo no dijo nada.
- ¡Uno no elige de quien enamorarse!- gritó la muchacha.
-Pero podrías haberlo intentado
Lo que tu hiciste no fue solo enamorarte, ¡traicionaste a nuestra familia!- reprochó el chico con aún más rabia.
¿Traición? ¿De que hablas?- preguntó Rose, confundida.
¡Ja! ¡Y aún lo preguntas! ¡¡Te has enamorado de un Malfoy!! ¡Tu sabes comos son todos ellos! ¿O acaso no has escuchado todo lo que papá ha dicho sobre ellos?
Si pero él hablaba de su padre y abuelo ¡No de Scorpius! ¡Yo sé que él es distinto!- Rose comenzaba a enojarse.
¿A si? ¿Cómo puedes estar segura de eso?- desafió el chico.
Rose hizo rodar sus ojos con impaciencia:
-Bueno pues porque soy su amiga desde primer año, lo conozco bien ¡Muy Bien! Es amable, simpático, alegre, nunca ha discriminado a las personas por su dinero o si es sangre pura o no
Además, ¡Quedó en Gryffindor! ¿No es eso suficiente?-.
Hugo no parecía dispuesto a aceptar que había sido derrotado, aunque luego, en tono más calmado y encogiéndose de hombros, dijo:
- Bueno
¡Nunca se sabe!-
Aquel tan absurdo comentario fue para Rose la gota que rebalsó el vaso, ahora su ira había explotado y no había nadie que la detuviera:
¡TU NUNCA TE HAS DIGNADO A HABLAR CON EL SIQUIERA! ¡TE HAS LIMITADO A OBSERVARLO CON RENCOR SIN SABER COMO ES EN REALIDAD! ¡ERES UN
PREJUICIOSO!
Hugo reflexionó. Si, cierto, era un prejuicioso Pero
él solo quería proteger a su hermana
Aunque la pregunta era: ¿De qué? ¿Había hecho Scorpius algo malo, acaso?
Ahora parecía que en la mente del chico habían dos personajes que defendían fehacientemente sus posiciones.
Uno decía: ¡Es un Malfoy! ¡No importa lo que haga! ¡Ese es su mayor pecado!
Pero al parecer el otro era bastante más sensato: ¿Acaso vas a condenar al chico solo por su apellido? Si en realidad
¡No ha hecho nada malo! De hecho
Se arriesgó a defenderla en el partido de Quidditch ¡Lo viste!
Luego de mucha reflexión, Hugo tomó una decisión. Esta vez su ángel bueno había ganado la batalla.
¡Bah! ¡Tonta conciencia! Se reprochó el chico, odiaba perder contra su hermana, pero hacer lo correcto puedo más que su orgullo, a si que dijo:
- ¡Está bien! Tienes razón, estoy siendo prejuicioso- bajó la mirada, pero luego adoptó una expresión dura- No le diré nada a papá, pero ¡Malfoy estará a prueba! ¡Que se atreva a hacerte algo y se las verá conmigo!
Rose miró a su hermano con alegría y corrió a abrazarlo, diciendo:
-¡Por eso te quiero tanto, enanito!- Le besó en la mejilla- ¡Le diré a mamá y a papá que te compren un GRAAAN regalo de navidad!
El pobre hermano menor se veía bastante turbado cuando logró soltarse de los brazos de su hermana, pero luego de recuperarse, dijo:
Solo
tres cosas: Procura no abrazarme de ésta manera en público- su hermana sonrió divertida al oír eso, Hugo siguió:- ¡JAMAS vuelvas a llamarme Enanito! Y
No olvides lo del regalo de navidad- y guiñándole un ojo a su hermana, se giró rumbo a su sala común.
Rose Llegó con una radiante sonrisa a la enfermería, y con la misma expresión de felicidad, le dijo a Emily en susurro:
No sabes lo cerca que estuviste de morir
-
¿Yo? ¿Por Qué?- preguntó la aludida con voz inocente, aunque sabía de que se trataba.
¡Pues porque si mi hermano se hubiera decidido a contarle a papá lo de Tu-Sabes-Que sería TU culpa porque TU le contaste!- respondió la pelirroja, aún en susurro.
Eh
siento un poco apartado ¡¿Por qué no dejan ya de murmurar?!- dijo Scorpius, incómodo, observándose los zapatos como un niño pequeño.
Aún no había hablado con Rose sobre lo de anoche.
Bueno, ya
¡Pero no te enojes!- respondió la chica, echándole al rubio una mirada de extrema dulzura, lo que recordó a Emily que si no se iba ahora, la apartada sería ella.
Entonces se fue, imaginando que cuando lo viera de nuevo estarían abrazados y felices.
Y no se equivocó, ya que, un rato después Rose salió de la enfermería con una radiante sonrisa y con su mano entrelazada a la de Scorpius.
Desde que Rose y Scorpius comenzaron a salir oficialmente, la vida para ellos se tornó dulce y bella (N/A: ¿O tal vez sería CURSI y bella? ¡Ah! ¡Mejor me callo! :), atrás quedaron los días de inseguridad, de penas y malestares. Nada podría arruinar esos momentos. ¿Deberes? ¿Qué podían tener de malo los deberes si los hacían juntos?... ¿Clases aburridas? ¿Qué podían tener de aburridas si estaban uno al lado del otro, riendo o hablando por lo bajo, y si no podían simplemente se observaban?
Scorpius no supo con exactitud como fue que Rose se convirtió en su vida. Claro que los amigos o el Quidditch seguían siendo importantes, pera nada era igual sin ella. Podía decir con seguridad que la amaba más que a cualquiera en el mundo. Seguro que sus amigos lo creerían exagerado, porque ellos eran como picaflores, gustaban de una, luego de otra
Pero él no era así.
Muchos podían decir que era mejor disfrutar la adolescencia y luego pensar en algo más serio. Pero el pensaba que estar con Rose era disfrutar su vida y adolescencia al máximo.
Scorpius
ese nombre que no salía de la cabeza de Rose, ese chico que estaba junto a ella cada día, iluminándolo. Era tan feliz, más feliz de lo que acostumbrado. Porque sí, ella siempre había sido una niña feliz, pero nunca tanto como lo era ahora. ¿Y quien no lo estaría al lado de un chico tan lindo, encantador, inteligente, amable
? No podía evitar suspirar y sonreír como tonta cuando pensaba en todas las virtudes de su novio.
Ahora, en este mismo segundo, Rose tenía una cara de boba increíble, tenía la mirada perdida en quien sabe donde y parecía no escuchar nada del Mundo exterior.
¡Hey! ¡Soñadora! ¿Podrías escucharme?- Hugo zarandeaba a su hermana para hacerla volver a la superficie terrestre.
-¿Ah? ¿Qué? ¿Qué quieres?- respondió Rose, recién percatándose de la presencia de su hermano.
¿Te das cuenta que mañana comienzan las vacaciones de navidad? - preguntó el muchacho.
Si, lo sé
¿y?- dijo Rose levantando una ceja.
¡Pues que volveremos a casa!- insistió Hugo con impaciencia.
¿Cuál es tu punto?-
Hugo hizo girar sus ojos y dijo:
¿Acaso no has pensado que tendrás que ver a papá? ¡Tarde o temprano tendrás que contarle lo tuyo con Scorpius!-
Una expresión de miedo apareció en el rostro de Rose. Ante eso su hermano decidió tranquilizarla:
Bueno pero
no te asustes tanto
tampoco es que papá sea un monstruo ¿no? (n/a: eh
-sin comentarios-) Solo es un poco
. Irascible. Pero si se lo dices con delicadeza y en el momento adecuado, nada va a pasar-.
Pero ¿Y si decide prohibirme ver a Scorpius?- Preguntó la chica con un hilo de voz- ¿Y si me cambia de escuela para alejarme de él? ¿Y si
?
¡YA! ¡Tranquila! Solo evita que se entere por otras personas, díselo tú, con toda la calma que puedas y ¡Listo!-
Rose cambió su expresión de miedo, a una de ternura.
¡Te quiero hermanito!- y se dispuso a abrazarlo, pero él se alejó rápidamente.
¡Ah! Si me quieres
¡No me abraces!- dijo Hugo, provocando la risa de su hermana, a la que él pronto se unió.
(N/a: ¡Ya! Parece que me estoy excediendo con eso de asustarse de Ron xD
Si no es tan Troll como parece
creo
xD)
Y el día siguiente llegó. El viaje a sus casas fue a través de la Red Flu. Mejor para Rose, ya que pudo despedirse de su novio sin esconderse de nadie.
Cuando llegaron a su casa el cálido abrazo de sus padres recibió a los dos chicos.
Volver a casa para los niños siempre era un agrado. Pero ahora Rose se sentía mal. Se sentía mal porque les estaba mintiendo a quienes más quería en el mundo y quienes más confiaban en ella.
¡Hija! ¿Hija? ¿Me escuchas?- Hermione miraba a su hija con preocupación- Hace 5 minutos que te estoy hablando pero parece que no me escuchas
¿Te sientes bien?
Eh
¡Si, si! Solo
¿De que me hablabas?- respondió Rose, saliendo de sus pensamientos.
Te estaba preguntando sobre el colegio
- dijo su madre mirándola, aún preocupada.
Bien
¡Muy Bien!- Rose, para disimular, adoptó un tono muy alegre, y comenzó a contar insignificantes anécdotas del colegio.
Los días siguientes pasaron tranquilamente (exceptuando las veces en que Hugo susurraba a Rose: ¿Cuándo le dirás? a lo que la chica no respondía)
La noche buena la pasaron en La Madriguera, donde pro cierto, se quedaron a dormir. (n/a: ¿Y caben todos? O.O! ¡Wau!)
Al día siguiente todos los primos compartían sus fantásticos regalos.
¿Qué es eso?- Preguntaba James a Hugo, observando unpequeño objeto que sosteñia en las manos.
Es X Box Mini 9.0 (N/a: Supongamos que eso es el Gameboy del futuro ¿si? O sea
Lo más moderno ¿Ok? jijij )
¿Un qué?- preguntó James confundido.
Es una consola de video juegos, portátil- respondió Hugo, divertido por la confusión de su primo. Aunque al ver que seguía confundido, comenzó a perecer la paciencia y agregó:
¡Digamos que es un aparato muggle muy divertido!... Regalo de mis abuelos maternos
Muggles
¿Los recuerdas?
¡Ah! ¡Si!- Ahora James (bastante infantil para su edad) observaba el aparato con codicia- ¿Me lo prestas?- preguntó entusiasmado.
¡No!- dijo Hugo
¡Vamos! ¡Por favor!-
La discusión se prolongó un rato, pero lo más interesante sucedía en el otro extremo de la sala.
Allí estaban los abuelos Weasley, Ron, Hermione, Ginny, Harry, Victoire, Lily y Rose (N/a: ¡Vaya! ¿Alguien más por ahí? ¿Olvidé a alguien? xD) Llevaban una muy amena conversación, hasta que
¿Y uds. Chicas? ¿Ya están saliendo con alguien?- Preguntó Victoire pícaramente, cerrando un ojo.
Ella era bastante mayor que sus primas, por lo que ya había salido de Hogwarts hace unos años, por lo mismo adoraba conversar con Lily y Rose, porque le recordaba sus propios años en Hogwarts.
Yo no salgo con nadie
- comenzó Lily con voz inocente- Pero Rose si
¿A que no adivinan con quién?
En ese momento todos, incluidos sus padres, observaron con curiosidad a Rose, quien en ese momento intentaba mantener una expresión tranquila, aunque por dentro rogaba porque su prima no cometiera una infidencia.
¿Con quién?- preguntó Victoire para terminar con la curiosidad.
Con
¡Scorpius Malfoy!- terminó Lily con una radiante y cándida sonrisa.
En la sala se hizo un silencio sepulcral.
¡Genial! ¡Papá ya se enteró y de la peor manera! pensó Rose. No se atrevía a mirar a su padre a al cara, pero sabía que en pocos momentos tendría que hacerlo.
Las reacciones en al sala estaban divididas. Victoire y los abuelos estaban atónitos. Lily miraba a todos con cara de ¿Dije algo malo? Mientras que Ginny, Harry y Hermione Miraban a Ron con preocupación, temían que se descontrolara e hiciera un escándalo exagerado para la situación. Pero tal vez se equivocaban
La expresión de Ron no era precisamente de tranquilidad, se notaba que estaba conteniéndose para no descontrolarse. Pero el tiempo le había enseñado que los platos sucios se lavan en casa (xD)
¡Nos vamos!- dijo con Voz de mando, mientras se levantaba del sillón. Su esposa e hija no dudaron en imitarlo.
Ahora todo el mundo los observaba con preocupación.
¡Hugo! ¡Nos vamos ahora!- llamó Ron a su hijo, que jugaba con James sin saber nada de lo sucedido.
Pero
¿No puedes esperar un poco?- porfió el muchacho.
¡Dije AHORA!- Ron comenzaba perder la paciencia.
Hugo, con una sola mirada a su hermana comprendió todo y decidió seguir las órdenes.
Así, en un tenso silencio, la familia desapareció a través de la chimenea.
Si el ambiente en la madriguera era tenso, cuando llegaron a su casa la cosa estaba peor. Un incómodo silencio reinaba en la sala.
De pronto Ron rompió el silencio, hablando bruscamente:
¿Es verdad lo que dijo tu prima?-
Rose no se atrevió a abrir la boca, a si que solo asintió con la cabeza. Este simple gesto hizo que la ira de su padre estallara:
¡A TU CUARTO INMEDIATAMENTE! ¡ESTAS CASTIGADA!-
Papá no puedes
- intentó defender Hugo a su hermana.
¡TU TAMBIEN, CASTIGADO!- interrumpió el padre, enojado.
¡Ron por favor! ¡Sé razonable!- dijo Hermione, poniendo una mano en el hombro de su marido, quien se dio vuelta hacia ella para decirle.
Estoy siendo razonable
¡Están castigados!-
¡Sabes que no puedes castigarlos por esto!- alegó la mujer, y acercándose hacia sus hijos, les susurró:- vayan a su cuarto, yo arreglaré esto ¿si?- y acariciándoles el cabello a cada uno, los chicos subieron las escaleras rumbo a su cuarto.
¡Que bien! ¡Acabas de desautorizarme frente a los niños! ¡Excelente enseñanza! ¿No?- dijo Ron irónicamente. Estaba muy enojado.
Al igual que Hermione, que observándolo con expresión severa, dijo:
¡¿Podrías comportarte como un adulto por UNA vez en tu vida, Ron?!-
Ron volvió a adoptar aquel desagradable tono sarcástico e iracundo:
¡Pues eso es lo que estaba INTENTANDO hacer! ¡Educar a mi hija! ¡Corregirla de su error!-
¡Ja! ¡Claro! ¡Castigar a Rose solo por el apellido de su novio! ¡Muy maduro! ¿No?- rebatió Hermione, mordazmente.
¡Por favor, Hermione! ¡No es cualquier apellido! ¡Estamos hablando de MALFOY!-
¿Vas a seguir con eso? ¡Que importa! Mejor sería conocer al chico primero
-
¿QUE?- Ron parecía indignado- ¡¿Cómo puedes decir eso después de todo lo que los Malfoy nos han hecho?! ¡¡Tanto tú como yo estuvimos a punto de morir a manos de ellos!! ¡¡Conocimos bien las atrocidades de Lucius Malfoy a su hijito siguiéndole los pasos!! ¡¡Pertenecen a la escoria mágica que discrimina a las personas solo por su origen familiar!! ¡¡Nadie de esa familia puede ser bueno!!-
Y sin embargo
¿Sabes que en este momento estás siendo tan ruin como lo son ellos?- Hermione hablaba en un tono calmado, pero aún así de reproche- Calificando a un chico solo por su apellido
¿No es eso tan absurdo como llamar Sangre Sucia a un hijo de Muggles?
Aquel si era un argumento irrefutable.
Lo que Ron menos deseaba era convertirse en ese tipo de persona a la que tanto odiaba. Y su esposa tenía razón, si adoptaba esa actitud tan prejuiciosa e injusta, terminaría como uno de ellos.
Finalmente se sentó rendido en el sillón.
Tienes razón- dijo con voz apagada- es solo que
no es lo que yo esperaba para mi hija
Hermione se sentó a su lado y con voz dulce y expresión de ternura dijo:
Eso aún no lo sabes
Lo mejor es que vayas a hablar con Rosie
¡Ah! ¡Y no olvides decirle que queremos conocer a Scorpius!
Está bien
- dijo Ron más alegre y partió hacia la habitación de Rose.
Mientras tanto, en el piso de arriba, la chica lloraba desconsoladamente.
Había escuchado la discusión de sus padres (aunque la verdad era inevitable no hacerlo)
Lo malo era que no había alcanzado a oír el final de la conversación y no sabía si las cosas habían salido bien o mal para ella.
Al parecer pensaba en lo peor.
De pronto golpearon la puerta.
¿Puedo pasar?- preguntó la voz del padre al otro lado.
Si
- respondió Rose débilmente.
Cuando Rose observó los hinchados ojos de su hija se sintió inmensamente mal. A ningún padre le agrada ver a su hija llorar
por su culpa.
Tenemos que hablar
- dijo tranquilamente Ron, sentándose en la cama de la chica.
Papá ¡Por favor no me
!- pero Rose no alcanzó a terminar la frase cuando su padre la interrumpió:
Tranquila, no vine a castigarte, solo a hablar
- la serena voz usada por el padre contrastaba con la brusquedad de hace un rato. Por eso Rose se quedó callada, expectante.
Voy a ser sincero contigo-comenzó al fin Ron en un tono nada agresivo pero aún así firme- No me gusta que tu novio sea un Malfoy
pero, tu madre tiene razón, no puedo juzgar al chico solo por su nombre a si que
le voy a dar una oportunidad a ese chico.
Envíale una lechuza y dile que tus padres lo quieren conocer
Luego yo veré si sigue o no siendo tu novio
- terminó, medio en broma medio en serio.
Pero Rose sabia que luego de que conocieran a Scorpius, el noviazgo sería aprobado.
Por eso estaba feliz, emocionada por el inesperado gesto de su padre, a quien envolvía en un cálido abrazo mientras le decía:
¡Gracias Papi! Te aseguro que Scorpius te caerá muy bien
¿A si?- dijo Ron separándose con suavidad de su hija, con una ceja levantada y una sonrisa porque, a pesar de todo, se alegraba de ver a su hija feliz. - ¿Por qué está tan segura, señorita?
Pues porque
lo conozco desde hace cinco años y sé que es buena persona y, ¡Cómo no! Si es un Gryffindor, y
-
A ver, a ver, a ver
¿Cómo es eso de que es un Gryffindor? Y ¿Hace cuanto dices que es tu amigo?- Rose fue interrumpida por su padre, que la miraba incrédulo, haciéndola sonrojar.
Eh
- iba a comenzar a dar explicaciones cuando fue interrumpida nuevamente, esta vez por su madre:
Permiso
¿Todo bien?- dijo la mujer, sonriendo.
Si, aunque creo que Rosie nos tenía algunas sorpresas- contestó Ron, francamente divertido. La verdad lo tranquilizaba bastante que el tal Scorpius demostrara diferencias al resto de su familia.
¿A si? ¿Cuál sería esa sorpresa?- preguntó Hermione, curiosa.
¡Pero si no es nada grave!- alegó Rose- Es solo que
olvidé decirles que Scorpius es de Gryffindor y que ha sido mi mejor amigo desde primer año
-terminó la chica algo sonrojada.
Hermione se quedó sorprendida unos segundos para luego decir:
¡Pero hija! ¿No pensaste que si desde un principio, en primer año, nos hubieras contado todo eso, tu padre habría hecho MUCHO menos escándalo?. Terminó, sonriendo.
¿Insinúas que soy escandaloso?- preguntó Ron, fingiendo enojo.
Si
- respondió Hermione. Los tres rieron de buena gana.
Sé que cometí un error al no contarles nada sobre Scorpius, pero es que yo pensaba que dijera lo que dijera papá no lo aceptaría
pero parece que me equivoqué
- terminó Rose, avergonzada.
Si, ahora saber que no soy un ogro
- sonrió Ron acariciando el cabello de su hija.
La próxima vez no nos subestimes ¿Si?- dijo por último Hermione, antes de que su hija la abrazara a ella y a Ron, emocionada.
Los amo susurró la niña, haciendo que sus padres se emocionaran tanto como ella.
Las vacaciones de navidad para Scorpius habían sido bastante aburridas.
Ni siquiera los regalos lo animaban en algo. Sobre todo porque ni sus padres, ni nadie de su familia lo conocía realmente, a si que ahora estaba tapizado de feos y caros regalos que en su vida usaría.
Lo único bueno que había sucedido en el último tiempo era la llegada de León Dixon, la única persona al parecer, capaz de ser agradable y pariente de Scorpius al mismo tiempo.
Como es evidente, León y Scorpius no comparten apellido pero siempre los habían presentado como primos y Scorpius lo asumía como tal.
León era un chico guapo. Alto, de cuerpo y músculos bien formados, con un brillante cabello negro, largo hasta in poco más debajo de las orejas, y con unos bellos ojos azul claro (muy claro), atraían las miradas de todas las chicas.
Además de esta suma de virtudes físicas, por lo que Scorpius había observado, León parecía ser muy amable, siempre ayudaba a la gente. Y por eso no dudó en cubrir a Scorpius para que pudiera visitar a Rose.
Habían dicho a Draco y Astoria que deseaban dar un pase, porque estaban aburridos en casa. Y no fue del todo mentira porque León y Scorpius sí salieron, pero no a lo que los Malfoy creían.
Scorpius había acordado encontrarse con Rose en el Caldero Chorreante (donde por cierto, casi siempre estaba Derek) y desde ahí se iría con ella hasta su casa. León lo esperaría en el callejón Diagon hasta que regresara y juntos se irían de vuelta a la mansión Malfoy.
((N/a: Recuerden que Derek es hijo de Neville, que se casó con Hannah Abbott, quien trabaja en el Caldero Chorreante))
A si que los dos primos partieron y un rato después se encontraban en el Caldero Chorreante. Adentro, Rose los esperaba (o más bien LO esperaba) con una radiante sonrisa.
León no recordaba haber visto a una chica tan hermosa como aquella. Esos ojos, más azules que el mismo cielo, tan llenos de alegría, tan llenos de bondad. Su sonrisa encantadora y su cabello, ¡Ah! Su brillante cabello rojo, tan poco común en el lugar de donde él venía, lo habían dejado absolutamente embobado.
Y ni Rose ni Scorpius habían dejado de notar aquello. La muchacha estaba sonrojada, probablemente por el enojo, no le gustaba para nada que un chico que apenas conocía la mirara de esa manera.
Y scorpius no estaba menos enojado. Miraba a León con el ceño fruncido y con voz inusualmente brusca dijo:
Si ya terminaste de observar a MI novia
- y, cogiendo la mano de Rose, se fueron, dejando a un solo y contrariado León.
Para fortuna de éste último, Scorpius no tuvo mucho tiempo de pensar en su escena con Rose, porque los nervios de conocer a los Weasley ocupaban su mente ahora.
Pero como a otros ya les había pasado antes, se sorprendió gratamente cuando se encontrón con una muy agradable familia.
Al principio la situación fue un poco tensa, pero eso duró poco y al final del día todos estaban felices.
Ron había descubierto lo buen chico que era Scorpius (quien se había esmerado en recalcar lo mucho que odiaba su apellido).
A si que, sí, el noviazgo había sido aprobado.
Cuando Scorpius volvió a encontrarse con León. Ya no estaba tan enojado, pero sí algo receloso.
Pero finalmente decidió dejara atrás los rencores, porque era muy poco probable que León y Rose volvieran a verse, ya que el chico no iba a Hogwarts, y además, ¿Quién no quedaría embobado observando la belleza de Rose?
Las vacaciones de navidad estaban próximas a terminar y lo extraño era que los Dixon (León, y Fedor, su padre) no se habían ido.
Se suponía que vivían lejos y cada vez que visitaban a los Malfoy se iban con bastante anticipación. Pero esta vez no. Faltaba solo un día para volver al colegio y los Dixon seguían allí.
El misterio de la larga estadía se aclaró cuando, durante la cena, Astoria Malfoy dijo a su sobrino:
Y, León, ¿Ya tienes tus cosas listas para ir a Hogwarts?-
León asintió con la cabeza mientras que el tenedor de Scorpius caía estrepitosamente sobre su plato. ¿León a Hogwarts? pensó el rubio, sorprendido.
Claro, León era agradable y todo lo demás, pero de ahí a verlo diariamente era otra cosa.
Cierto estaría un curso más arriba que él (ya que tenía un año más) pero aún así, lo vería BASTANTE mas de lo acostumbrado.
Y para colmo, ¡León volvería a ver a Rose!
¿Y que sucedería si a León le importa un rábano que rose sea mi novia y comienza a rondarla? Pensó Scorpius afligido.
Finalmente decidió que lo tendría vigilado. Porque de todos modos el no podía hacer nada para que León no fuera a Hogwarts, a si que mejor era estar alerta a cualquiera cosa desagradable que su primo pudiera hacer. De todos modos el confiaba ciegamente en Rose, y el amor que, de seguro, sentía por él.
Por su lado, León se había propuesto olvidar a esa bella chica. Porque al fin y al cabo, era solo eso, una bella chica. Además dentro de sus planes, enamorarse era lo último de la lista.
Hace mucho tiempo que en Hogwarts no sucedía algo que diera que hablar, pero la llegada de León Dixon les dio tema para varias semanas.
Y es que nunca un chico había ingresado al colegio a mitad de año y menos, de la manera en que León lo hizo.
Scorpius, quien había partido hacia la escuela junto a su primo, se preguntaba por qué el muchacho no había entrado junto a él al gran salón.
La respuesta llegó en medio de la cena, cuando el guapo primo de Scorpius irrumpió en el Gran Salón, avanzando hacia la mesa con paso de rey.
Todos observaban a aquel extraño que avanzaba con tanta confianza, y nadie se percató de la profesora Treventon, que en ese momento colocaba frente a la audiencia el famoso Sombrero Seleccionador.
Bueno- comenzó Treventon con tono molesto- Se suponía que YO debía presentar al señor Dixon, pero ya que decidió presentarse solo
- fulminó a León con la mirada y siguió, ahora hacia los demás estudiantes- Como pudieron darse cuenta, tenemos el
agrado, de recibir a un nuevo alumno, el señor León Dixon. Acérquese y el sombrero lo ubicará en la casa que corresponda
-
Pero no necesitaba decirlo, porque León ya estaba parado frente a la mesa de los profesores, sonriendo abiertamente a todas las chicas que en aquel momento lo miraban embobadas. (N/a: La autora y sus amigas son incluidas entre las chicas embobadas *¬*)
Colóquese el sombrero, señor Dixon
- ordenó de nuevo Treventon.
León vaciló. Miró alternativamente al sombrero y a la profesora, como queriendo decir: ¿Cree que YO me pondré ese roñoso sombrero?
Al parecer la profesora entendió a la perfección lo que el muchacho pensaba, ya que, con voz autoritaria, dijo:
¡Póngaselo!-
León resignado, se sentó y colocó el sombrero.
Todos observaban, expectantes. ¿En qué casa quedaría el chico nuevo?
Las niñas a lo largo de todo el gran salón, cruzaban los dedos porque el bello León quedara en su casa. (N/A
y sus amigas: ¡Que quede en mi casa! ¡Que quede en mi casa! xD)
En la mesa de Gryffindor, Scorpius intentaba adivinar a donde pertenecería su primo, pero no alcanzó a formular ninguna teoría, cuando el sombrero gritó:
¡Slytherin!-
Las chicas de Slytherin chillaron como si hubieran ganado la copa de las casas, al tiempo que Scorpius abría la boca, incrédulo.
Yo creía que él era distinto y resulta que ¡Quedó en Slytherin!- alegó finalmente a sus amigos, a quienes ya les había hablado sobre León.
Bueno
tampoco es que se convierta automáticamente en una mala persona por estar en Slytherin, ¿No?- comentó Rose, mirando a sus amigos, quienes respondieron al unísono:
¡Si!-
¡Emily! ¿Emily? ¡EMILY!- Albus intentaba en vano llamar la atención de su amiga, que tenía la mirada perdida en una lejana dimensión llamada
León.
De pronto la chica pareció despertar, y mirando a Scorpius, preguntó:
¿Te molestaría presentarme a tu primo?-
El muchacho la observó seriamente y dijo:
¡Estás loca! ¡No quiero que piensen que estoy relacionado con un Slytherin!-
Todos sus amigos rieron de buena gana, menos Albus, que parecía bastante molesto, y observaba alternativamente a León y a Emily.
¡Pero si toda tu familia perteneció a Slytherin!- dijo Rose a su novio entre risas.
¡No! Pero yo me refería a que
- intentó defenderse Scorpius, pero en vista de que sus amigos solo reían y no lo escuchaban, agregó: ¡BAH! ¡Olvídenlo!
En lo que restó de cena fue imposible restaurar la calma, la sala estaba más ruidosa que nunca y siguió así hasta que, hablando como cotorras, todos se fueron a dormir.
**********************************************************************
Después de la llegada de León pareció que los demás chicos de Hogwarts desaparecieron.
El 99% de las chicas solteras del colegio no hacían más que observar a León, y una gran parte de ellas incluso lo perseguían por los pasillos, cual estrella de Rock.
Una de las admiradoras de León, era la mismísima Emily, quien cada día andaba distraída , y sus ojos no podían dejar de posarse en el chico si pasaba cerca de ella.
Eres Patética, ¿Sabes?- comenzó Albus, hastiado, después de una semana entera con Emily en ese estado.
¿Qué me dijiste?- respondió la chica con aire ofendido, volteando bruscamente hacia Albus.
¡Ja! ¡Además de patética, sorda!- replicó el chico, mordazmente.
¡Idiota!- gritó Emily con ira.
¡Prefiero ser un idota a un BABOSO!- Albus miraba a Emily de manera desafiante.
Y sus amigos, Derek, Scorpius y Rose, los observaban perplejos. NUNCA en todo el tiempo de amistad que llevaban, los habían visto discutir.
¡Solo estás envidioso porque no eres tan popular como León!- respondió Emily en tono desagradable.
¿Envidioso? No, yo más bien diría
¡Avergonzado de andar con una ridícula como tú!-.
¡¿Cómo te atreves
?!-
¿Cómo me a trevo a qué? ¿A abrirte los ojos? ¡Como no te das cuenta! Tu aquí como tonta desviviéndote por ese- Albus hizo un gesto despectivo- que ni siquiera sabe que existes ¡No sabe ni le interesa saber quien eres!-
Emily parecía a punto de llorar, y con la voz quebrada, dijo:
-Gracias por recordarme lo insignificante que soy
en serio, ¡Eres un completo imbécil!- y dándose media vuelta, se fue rauda hacia la sala común.
Inmediatamente Rose corrió detrás de su amiga, no sin antes dedicarle a su primo una mirada de reproche.
¿Qué? ¡Si yo solo dije la verdad!- Dijo Albus, incómodo, intentando parecer indiferente aunque su nerviosismo era demasiado evidente.
¡Eres muy imbécil!- reprochó Derek, negando con la cabeza.
¡¿Qué pensabas cuando le dijiste eso a Emily?!- continuó el reproche Scorpius, enojado.
Yo
- comenzó Albus bajando la cabeza, pero no pudo terminar ya que Derek lo interrumpió:
Soy un idiota
-imitó la voz de Albus- eso ya lo sabemos, no necesitas decirlo
- y siguió, enojado- ahora, ESPERO que decidas al menos pedirle perdón a Emily-
Y yo espero que no te perdone tan fácil
- terminó Scorpius, en tono frío.
Y sin decir más, los dos amigos se fueron, dejando a un solo y apesadumbrado Albus.
Mientras tanto, en el cuarto, Emily lloraba, dolida aún por las palabras de su amigo.
Rose, a su lado, intentaba consolarla.
¿Por qué me dijo esas cosas?- dijo tristemente Emily, ya un poco más calmada- Es decir
a mi nunca se me habría ocurrido decirle algo así
algo que lo hiriera- una última lágrima rodó por su mejilla- Se supone que es mi amigo ¡Los amigos no hacen eso!
Bueno, pero
quizás é ya no quiere ser tu amigo
- murmuró Rose entre dientes, sin mirar a Emily a los ojos.
¿Qué quieres decir?- preguntó la muchacha, quien no paso por alto el comentario de su amiga- ¿De verdad crees que él ya no quiere ser mi amigo? ¿Piensas que me odia?-
No, no, yo no me refería a eso
- comenzó Rose, incómoda- yo me refería a que
tal vez
tulegustas- dijo esto último muy rápido, y luego procedió a taparse los oídos con las manos y cerrando los ojos con fuerza, previniéndose de un chillón y sonoro:
¡¿QUE?!- Emily se veía levemente alterada por los últimos dichos de Rose- ¡¿Pero que estupideces estás diciendo?! ¡Es IMPOSIBLE que Al esté enamorado de mi! ¡El es como mi hermano! ¡Jamás lo he visto de otra manera!-
¡Pero él SI te ve de otra manera!- rebatió Rose.
¡¿Y tu como sabes eso?!- preguntó Emily, bruscamente.
¡Porque es obvio! ¡Tantos celos porque miras a otro chico no es normal! ¿Acaso Derek se ha enojado porque te gusta otro? ¡NO! ¡NUNCA!- parecía que Rose estaba decidida a convencer a Emily de que ella tenía la razón.
Bueno, eso es solo porque me quiere como a una hermana ¡Y los hermanos son celosos! ¡Tu bien lo sabes!- Emily no estaba dispuesta a ceder respecto al tema- Y no quiero escucharte hablar más tonterías como esta ¿si?-
¡Ciega! ¡Te niegas a ver lo que está frente a tus ojos!- Rose, se levantó bruscamente, saliendo de la habitación, cerrando la puerta estrepitosamente.
Rose bajó las escaleras rumbo a la sala común, dispuesta a arreglar el entuerto que se había armado entre sus amigos.
Una vez abajo, encontró a un triste y solitario Albus intentando leer un libro
al revés.
Vaya
veo que estás disfrutando tu lectura de
- Rose giró la cabeza y leyó:
Doce Formas Infalibles de Encantar a las Brujas
Albus, asustado, escondió rápidamente su libro, y respondió, muy a la defensiva:
¡¿Qué quieres?!-
¡Ay! ¡Qué violento! Yo solo quería
¡Jugar ajedrez contigo!- contestó Rose, iluminada por la idea que recién se le había ocurrido- Juguemos y el que gane tiene derecho a preguntarle al otro algo
¡Lo que sea!
Albus la miró inseguro, pero, por alguna extraña razón, aceptó el trato.
Rose, aunque no tan experta en el juego como su padre y hermano, era bastante buena y no tuvo demasiada dificultad en ganarle a Albus.
¡Maldición!- exclamó el chico, nervioso.
No maldigas tanto y mejor contesta mi pregunta...¡Y más te vale que seas sincero porque o si no
!- amenazó Rose- ¡Te juro que pondré Verisaterum en tu jugo! ¿entiendes?
¡Si!- dijo Albus, impaciente y asustado a al vez- ¡Pregunta!
Bien
Si tu lo pides- comenzó Rose, misteriosa, para luego agregar bruscamente- ¡¿Te gusta Emily?!
Al se quedó impactado unos segundos, pensando si mentir o no.
Miró a su prima a los ojos y decidió que a ella no podía mentirle, a si que con la cabeza gacha y en voz baja, contestó:
-Si
-
-¡Lo sabía!- chilló Rose, triunfante.
-¿Tan obvio soy?- preguntó Al, apesadumbrado.
-Eh
Bueno
este
- Rose parecía incómoda- Si no te hubieras puesto ultra-celoso de León, jamás lo habría adivinado- Sonrió, haciendo sonreír también a su primo.
Al parecer, el muchacho decidió que era el momento para liberarse.
Es que
es injusto ¿sabes? Porque he sido yo quien ha estado a su lado todos estos años, soy su mejor amigo, el que la ha acompañado siempre
¡Y resulta que se enamora del primer niño bonito que aparece frente a ella! - Albus alzó la voz- ¡Ni siquiera lo conoce! ¡Tal vez es un completo idiota! ¡O quizás es un psicópata! ¡Quien sabe que le puede hacer!
Calma
¡No grites!- lo tranquilizó Rose- No te alteres
Yo te ayudaré con Emily, pero
¡Debes seguir mis consejos al pie de la letra!
Y los dos primos se enfrascaron en una larga conversación sobre como conquistar a Emily
Cuando ya estaban listos, cada uno se fue a la cama, convencidos de que el plan daría resultado.
Pero el destino no parecía estar de acuerdo
Supuestamente, el primer paso del súper plan de Albus, era disculparse con Emily, pero no alcanzó a hacer ni decir nada.
Esa mañana Albus, Rose, Scorpius, Derek y Emily se dirigían hacia su 1era clase del dia, pero en el camino se encontraron con
¡León!- dijeron Scorpius y Emily al mismo tiempo, el primero sorprendido, y la segunda, con voz lánguida.
¡Hola!- saludó el chico sonriendo de esa manera que tanto amaban las chicas, y que tanto odiaban los chicos.
Y
¿Qué tal tu vida en
Slytherin?- preguntó Scorpius, que por alguna rezaón se sentía incómodo con la presencia de su primo.
Bien
- Contestó León- Son
simpáticos. Aunque, en Slytherin no hay chicas tan lindas como en Gryffindor, por lo que veo
-Terminó el muchacho, galante, echando una fugaz mirada a Rose y fijando sus ojos en Emily.
La muchacha en su vida había estado tan sonrojada.
¿Cómo te llamas?- le preguntó León sin dejar de observarla.
E-Emily- susurró ésta torpemente. Se observaron unos segundos, hasta que León rompió el contacto, y, como recién reparando en Derek y Albus, dijo:
Supongo que ellos son los amigos de los que tanto hablas ¿no Scorp?- Este asintió- A ti ya te conozco ¿Derek no es asi?- ahora León reparo en Albus, y dijo: y tu eres
Albus, Albus Potter- respondió el chico, con voz cortante.
Vaya
un Potter
famoso apellido ¿No?-
Albus y León se observaron fijamente.
A Al de Proxy no le agradaba León, pero al observarlo a los ojos, sintió algo extraño, algo así como un dio profundo, mas allá de los celos o cualquier otro sentimiento superficial. No, esto definitivamente era más profundo.
Bien, yo debo irme a Clases
Espero volver a verlos- se despidió León, yéndose, no sin antes mirar por última vez a Emily.
Ese chico es raro
- comentó Albus un rato después, cuando Rose tuvo que acompañar a Emily a mojarse la cara.
¿Raro? ¿En que sentido?- preguntó Scorpius, interesado.
No lo sé- comenzó Albus, confundido- Es solo que
cuando lo miré, sentía algo extraño
¡No me digas que a ti también te gusta León!- se burló Derek.
¡No idota!- continuó Al- Sentí como un odio, profundo ¡jamás había sentido algo así por alguien!
¡Bah! ¡Es solo porque estás celoso!- rebatió Derek, relajado.
¡No!... Bueno si, puede ser
¡Pero no! Esto
era algo mucho peor que los celos- explicó Albus, y terminó, con voz derrotada: Pero no se por qué
Scorpius se quedó pensando, ¿Por qué Al habría sentido eso?
Después del episodio con Rose, León definitivamente había perdido su confianza.
Y últimamente, con todo esto de la llegada de León al colegio, y su presumida actitud, Scorpius ya no estaba tan seguro de conocerlo tanto como siempre había creído.
Comenzó a formular teorías sobre cual podría ser la razón del odio de Albus, cada una más improbable que la anterior.
Lo que sucedió a continuación fue algo que nadie en Hogwarts se esperaba.
Al día siguiente de ese pequeño encuentro con León, Emily recibió una extraña carta durante el desayuno.
Esta decía:
Te espero a las 6 pm.
En el Lago
No faltes
Atte.
León
Emily emitió un leve chillido.
¡¿Qué pasa?!- preguntó Rose, alarmada.
¡León! ¡¡León me invitó a salir!!-
¡¡¿Qué?!!- gritó Albus, escupiendo todo el jugo que tomaba.
Lo que escuchaste
León Dixon, el que jamás se interesaría en mi ¡Me invitó a salir!- Respondió Emily mordazmente. Y es que Albus aún no había tenido tiempo de disculparse con ella.
Esa tarde, Emily se esmeró especialmente en su arreglo personal.
A las 6 de la tarde, bellamente vestida, y muy nerviosa, se dirigió hacia el lugar de la cita.
Allí, un guapo chico la esperaba, sonriente.
Hola Emily- saludó León con voz grave, y por qué no decirlo, sexy.
Ho-hola- respondió la chica, ULTRA nerviosa.
¿Por qué tan nerviosa?- preguntó León, dando un paso hacia Emily- A pesar de mi nombre
no muerdo ¿sabes?- sonrió de forma encantadora. (n/a: Literalmente encantadora *¬*)
Los dos muchachos comenzaron a caminar a las orillas del lago.
A pesar de todo, durante toda la cita, Emily no logró relajarse del todo.
Pero esto no desanimó a León. Decretó al lago como el permanente punto de encuentro entre ellos.
Emily asistía sagradamente a las citas, y una semana después, estaba convertida en la flamante novia de León Dixon.
¡¡¿QUE?!!- gritó Albus cuando se enteró, haciendo saltar a sus amigos del susto. (obviamente Emily no se encontraba presente)
Es que en serio, no lo podía creer.
Es imbécil
¡Lo había logrado! ¡Le había robado a SU chica!
Pero no
¡No! Esto no se iba a quedar así
León Dixon se paseaba por la vacía sala común de Slytherin. Estaba nervioso.
¿Qué le estaba pasando? Había jurado a su padre no desviarse de los planes que ambos tenían
¿Y ahora estaba volcando su inteligencia en una estupidez?
Aunque, a decir verdad, había sido inevitable.
Por muy estúpido que fuera enamorarse, él no había podido evitar hacerlo de esa pelirroja tan bella que había conocido hace unas pocas semanas.
¡Yo no debería estar haciendo esto! ¡No!- se repetía León una y otra vez.
¿Y que era lo que hacía? Exactamente lo que no debía.
Había dedicado las últimas semanas a buscar la manera a Rose.
Y la había encontrado.
El camino hacia Rose era precisamente, Emily.
Hacerse novio de ella, según él, era LA forma de pasar más tiempo con Rose.
Porque luego de los lánguidos ojos con que Emily lo observaba, era obvio que no querría separarse de él. Esperaba que no por eso dejaría de estar con su amiga, a si que suponía que lo incluirían al grupo de amigos.
De ahí a conquistar a Rose, había un solo paso porque ¿Qué chica no caería rendida ante sus encantos?
¿Qué si sentía lástima por Emily? No, eso jamás. La palabra lástima no figuraba en el diccionario de León.
Desde pequeño había aprendido a lograr sus objetivos sin importar como, ni a cuantos tendría que pisotear en el camino.
Ahora, su padre lo presionaba. No paraba de enviar cartas preguntando que hacía, cuanto estaba avanzando el plan.
León había estado respondiéndole con evasivas, diciendo que se quedara tranquilo, que a unas pocas semanas de su llegada no podía hacer mucho.
Pero ya no le era posible seguir excusándose, había transcurrido casi un mes desde su llegada y necesitaba algo que dejara a su padre tranquilo
Pero ¡Ya!
No sabía que la solución a sus problemas estaba más cerca de lo que pensaba
A pesar de que ya todo el colegio estaba enterado de que León Dixon tenía novia, las chicas no se desanimaron en nada, incluso todo lo contrario, armaron un club de fans llamado Lions Hearts
El club parecía tener como objetivo separar a Emily de León, lo seguían a todas partes, con suerte lo dejaban respirar.
Ya había pasado un mes, tanto del noviazgo como del club de fans de León, y Emily ya estaba cansada. Las cosas definitivamente no estaban saliendo bien para ella.
Albus no le hablaba. Ni Derek, ni Scorpius, ni (para mas desdicha) Rose pasaban mucho tiempo con ella, pues ya estaban artos de las estúpidas fans.
Y a todo esto se le sumaba el extraño comportamiento de León.
Cuando estaban acompañados (o mas específicamente cuando estaba Rose, según se había fijado Emily) el chico era alegre, encantador, divertido
en fin.
Pero cuando estaban solos
era callado, serio, a penas hablaba y si lo hacía, generalmente eran monosílabos.
En ninguno de los dos estados León abrazaba o besaba demasiado a Emily.
La chica ya no aguantó más y le contó a Rose su problema. Claro que omitiendo algunos detalles, como por ejemplo, sus sospechas sobre cuanto tendría que ver el comportamiento de León con la presencia de su amiga. En realidad pensaba que era una sospecha tonta, ella JAMAS desconfiaría de su amiga.
Rose escuchó atentamente a Emily, para finalmente decir:
-La solución es simple
Termina con él-
-Claro
para ti es fácil decirlo
-comenzó Emily- ¡Solo porque tu y Scorpius son TAAN felices!- sonrió, y continuó, sonando un tanto dramática- Además, ¡No estoy psicológicamente preparada par terminar con el chico más guapo de Hogwarts!- terminó bromeando, pero con un dejo de seriedad en su voz.
Bueno, ya
más allá de bromas
¿Me vas a hacer caso?- preguntó Rose, impaciente.
Si
- contestó Em, derrotada- aunque todas las chicas del colegio me crean una completa idiota
Ya no puedo aguantar más esta situación.
Y partió en busca de León.
Finalmente lo encontró en la biblioteca, por primera vez (y de milagro) sin la compañía de las apestosas fans.
Emily se sentó a su lado y comenzó a hablar:
-León
debemos conversar-
-¿No podría ser en otro momento?- contestó el chico, algo irritado- estoy algo ocupado ahora
-¡No! ¡Tiene que ser ahora!- repuso Emily firmemente. Era la primera vez que le hablaba así a León.
El muchacho levantó una ceja extrañado y respondió:
-Está bien
te escucho-
-Eh
¿No podríamos conversar en otro lado? ¿Mas privado?-
¿Es que nunca deja de fastidiar? pensó León, siguiendo a Eily fuera de la biblioteca.
Cuando encontraron un pasillo vacío, Emily comenzó a hablar, decidiendo que iría directo al grano.
-León
creo que
debemos terminar-
León estaba sorprendido:
¿Qué? ¿Por qué?-
Bueno pues
porque lo nuestro no está funcionando
es claro que yo no te gusto y tu
- Emily tomó fuerzas para decir lo siguiente- tampoco me gustas más.
¿Quién se creía esa estúpida? ¡Esa insignificante niña lo estaba rechazando a EL?
Se tomó su tiempo antes de contestar. Sopesando todo, la verdad es que su plan para conquistar a Rose no estaba dando ningún resultado, ya que ella no daba la menor señal de haberse fijado en él. El pensar en eso lo irritaba terriblemente. Por primera vez uno de sus planes había salido mal, y aún peor, no había sacado nada en limpio de ese estúpido noviazgo. Aunque
tal vez
Está bien
como quieras- contestó al fin León, ofendido y altanero- Pero te lo advierto
te arrepentirás
Lo último que Emily vio antes de que el muchacho se volteara fue sus ojos azules brillando intensamente, tanto, que la chica llegó a sentirse levemente mareada.
Emily estaba desconcertada. La reacción de León la había dejado perpleja.
Ahora estaba sola, sentada en la sala común, mirando al techo.
Hola
- la voz de Albus la sacó de su ensimismamiento.
¡Ah! ¿Decidiste volver a hablarme?- dijo Emily, intentando disimular su alegría por éste hecho.
Si
- sonrió Albus- A si que
terminaste con León.
¡Hey! ¿Cómo supiste?- alegó Emily.
Bueno
Tu sabes que en Hogwarts las noticias corren rápido- explicó Al, sonriendo.
Se quedaron en silencio un momento, sin observarse entre si.
De pronto, Al rompió el silencio:
-¿Por qué aceptaste salir con él?-
Emily respondió con sinceridad:
-Supongo que
porque era guapo, el más guapo del colegio- sonrió, pero luego agregó, seria- Pero aprendí que eso no es lo único. León es una mala persona, es engreído
¡¿Puedes creer que me amenazó cuando terminé con él?!-
¡¿Que él qué?!- preguntó Albus, apretando los puños.
Me dijo: Te arrepentirás- contó Emily-de verdad
no me imaginé que fuera tan
raro.
No quiero decir te lo dije- espetó Al.
Emily sonrió y dijo:
¡Perdóname! ¡Perdóname por no haberte escuchado!- y se acercó a Al para abrazarlo.
El chico, muy sonrojado, respondió al abrazo.
¡Gracias por ser tan buen amigo, Al!-
Claro, amigo pensó Albus amargamente.
De pronto un estruendoso grito los obligó a separarse.
¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!
Los chicos se observaron y como por instinto corrieron hacia donde se escuchó el grito.
Un rato después Emily y Albus llegaron a la entrada del Gran Salón
Allí, un tumulto de gente se apilaba alrededor de algo.
¡Permiso! ¡Permiso! ¡Déjenme pasar!- decía Albus, que tenía un mal presentimiento.
Finalmente llegó al centro y horrorizado gritó:
¡¡¡LILY!!!-
Lily estaba tirada en el suelo con sangrantes y profundas heridas en todo el cuerpo. A su lado, James, desesperado, intentaba reanimarla.
¡Lily! ¡Lily! ¡Despierta, por favor!-
Pero Lily no despertaba.
Albus cayó de rodillas junto a su hermana, estaba en shock.
¡SALGAN TODOS!- Lavender Brown, la actual enfermera de Hogwarts, acompañada de dos ayudantes, se disponía a llevar a Lily hacia la enfermería.
La situación parecía ser grave. La directora Mcgonagall envió a Harry y Ginny Potter un aviso urgente para que vinieran a Hogwarts.
Y a los hermanos, Albus y James, no los dejaban entrar a ver a Lily y no tenían más noción de lo que sucedía con su hermana que las esporádicas salidas de la enfermera para buscar algo, y su cara de preocupación.
Ahora los dos chicos, junto con sus primos, Scorpius, Derek y Emily estaban sentados fuera de la enfermería, sin atreverse a hablar.
De pronto Hugo, quien había sido el último en llegar y no tenía muy claro que era lo que había sucedido, rompió el silencio:
¡¿Quién le hizo esto?! ¡¿Cómo?!- su voz sonaba bastante afectada.
Igual de afectado, James contestó:
- Nadie lo sabe con exactitud
Cuando yo llegué, Lily ya estaba
así. Le pregunté a una chica y me dijo que nadie vio como ni quién lo hizo
- bajó la cabeza, triste.
De pronto unos fuertes y apurados pasos se acercaban a ellos.
¡Niños!- chilló Ginny, abrazando fuertemente a sus hijos, y besándolos en la mejilla.
¡Chicos! ¿Dónde está Lily?- preguntó Harry, pálido por la preocupación.
Los chicos Lograron soltarse de los brazos de su madre y dijeron al unísono:
¡Está ahí!- apuntaron hacia la puerta de su derecha- ¡Pero no creo que los
!
La puerta se abrió abruptamente y Lavender dijo, muy seria:
¡Harry! ¡Ginny! ¡Pasen, por favor!-
Los padres entraron aceleradamente y la puerta se cerró tras ellos.
Fue difícil, pero a pesar de todo, Lily estaba fuera de peligro y se estaba recuperando bastante bien.
La habían trasladado a San Mungo, donde había comenzado a mejorar. A pesar de todo, los padres de Lily no se olvidaron de buscar al culpable de tan horrendo ataque. Lo extraño era que aún no lo encontraban.
Un caso parecido sucedía en el mundo mágico. Cosas inexplicables estaban sucediendo. Cada día El Profeta anunciaba desapariciones en circunstancias peculiares, por decir lo menos, eso, además de accidentes graves sin ninguna razón.
El departamento de Aurors, (con Harry Potter a la cabeza) se esforzaba cada día por detener los ataques y encontrar al culpable, pero al igual que con Lily, no lograban hallarlo.
En Hogwarts, aunque no desaparecían personas y los ataques habían comenzado y terminado Lily, no libraban de las cosas raras.
En los
Últimos días las mascotas (sapos, ratas, gatos y demases) habían estado desapareciendo en extrañas circunstancias
Algunos, incluso, había sido encontrados muertos, de formas raras, y bastante chocantes a decir verdad.
Ahora todo el mundo cuidaba a sus mascotas mas que nunca.
¡Rose! ¡Rose!- Hugo se acercaba su hermana (que estaba sentada junto a Scorpius en la sala común) con expresión de preocupación- ¿Has visto a Felicia?
Felicia era la gata de Hugo. El la adoraba, la tenía desde los 5 años y era una gata muy inteligente.
Hace unos dias que no aparecia, y dadas las actuales circunstancias, el chico comenzaba a preocuparse.
-No, hermano, no la he visto
- respondió Rose.
Pensé que quizás la habías visto
- dijo el pelirrojo tristemente- Desde hace dos días que no aparece. No será que
-
Miró a su hermana, algo aterrado.
¡Tengo una idea!- gritó Derek, bastante fuera de lugar.
¿Qué?- preguntaron todos, confundidos.
¡Debemos resolver este misterio!- siguió Derek, con entusiasmo.
¿Qué misterio?- preguntó Scorpius, aun sin entender.
¡Como que qué misterio!- comenzó Derek, y siguió en tono(valga la redundancia) Misterioso- El misterio de las mascotas perdidas
Todos rieron, menos Hugo, pensando en su desaparecida Felicia.
¡No es para reírse!- alegó Derek, serio- ¿No creen que es injusto- comenzó a pasearse frente a sus amigos con aires de importancia- ¡Nuestros padres vivieron grandes aventuras en Hogwarts! ¡Gigantes! ¡Acromántulas! ¡Peligrosas Batallas! ¿Y nosotros? ¿Qué hemos hecho? ¡Con suerte una bromita a algún Slytherin!- ahora los ojos de Derek se iluminaron- ¿No piensan acaso que necesitamos una aventura? ¡Algo grande! ¡¡Peligroso!! ¡FANTASTICO!-
Ahora los ojos de todos se habían iluminado, seguramente imaginando las aventuras que podrían vivir.
Pero Albus permaneció serio, y así mismo, dijo:
¿Y tu crees que perseguir a un matador de gatos es una GRAAN aventura?-
Pero Al, ¡Piénsalo bien!- rebatió Derek- ¡Los animales mueren de forma extraña! ¡Nadie en su sano juicio asesina gatos abriéndolos y quitándoles todos los órganos! (a Hugo se le heló la sangre al oír eso) ¡Algo horrible se esconde detrás!-
Los chicos asintieron y Albus admitió que Derek tenía razón.
Bueno
¿Y que piensas hacer para combatir el mal?- preguntó Emily, divertida.
Mmm
Pues yo había pensado en formar un grupo de investigadores para descubrir al culpable de los ataques- respondió Derek.
Pero ¿Dónde nos reuniremos?- planteó Rose.
Y
¿Quiénes serían parte de esto?- preguntó Hugo, olvidándose por un momento de su gata.
¡Eso aun no lo sé!- alegó Derek- ¡Se me acaba de ocurrir la idea! ¡Ayúdenme también ustedes!
Así, pasaron la tarde proponiendo locas ideas de lo que podían realizar en el grupo
Ninguna muy productiva, pero, fue una tarde divertida.
¡Estas loco Derek! ¡LOCO!- Rose reía, mientras caminaba junto a su amigo por un pasillo del séptimo piso.
Pero, ¿No crees que tengo razón, Rose?- preguntó Derek, deteniéndose frente a un muro vacío
Mmm
Aún me parece un poco raro que quieras practicar Defensa Contra las Artes Oscuras para defender a las mascotas pero
-
¡Hey! ¡Pero si es lógico! ¡Para asesinar animales de esa manera es obviamente alguien que usa Artes Oscuras! ¡Y si es eso contra lo que peleamos
!- explicó Derek.
Si, pero aún necesitamos un lugar donde practicar- comenzó Rose, pero Derek, con voz impaciente, con los brazos en alto y paseándose de un lado a otro, dijo:
¡Necesitamos un lugar donde practicar Defensa Contra las Artes Oscuras!
¡Necesitamos un lugar donde practicar Defensa Contra las Artes Oscuras!
¡Necesitamos un lugar donde practicar Defensa Contra las Artes Oscuras! ¡Eso es lo que todos dicen! ¡Y nadie hace nada por encontrar el lugar!-
Bueno, pero no
- Rose no terminó la frase, ya que se quedó observando la muralla, incrédula.
En lo que antes les había parecido una pared vacía, ahora una gran puerta estaba apareciendo.
¿Qué demonios
?- comenzó Derek, observando la pared con la boca abierta.
¡Entremos!- exclamó Rose, empujando la puerta.
Lo que encontraron tras ella los dejó perplejos.
Era una gran sala, repleta de libros, chivatoscopios, cojines, en fin
Todo lo necesario para entrenarse contra las Artes Oscuras.
Al final, colgado en una pared, había un antiguo pergamino que con una ordenada y pulcra letra, decía:
Ejército de Dumbledore
Rose lo tomó con cuidado y se lo mostró a Derek.
¿Dumbledore? ¿Quién es ese?- Preguntó el chico.
¡Pero como no lo sabes!- comentó Rose, con impaciencia- Albus Dumbledore, uno de los mas famosos directores de Hogwarts
¡Albus lleva ese nombre por Dumbledore!
Bueno, bueno ya, señorita sabelotodo, deja de darme la charla y ¡Lee el pergamino entero!- Dijo Derek, señalando el papel.
Los dos chicos observaron el pergamino con atención.
Había una larga lista de firmas.
Hermione Granger
Ron Weasley
Harry Potter
George Weasley
Fred Weasley
Ginny Weasley
Luna Lovegood
Neville Longbottom
Paravati Patil
Lavender Brown
Hannah Abott
Y así seguí.
Los muchachos abrieron los ojos de par en par y dijeron, al unísono:
¡Mira! ¡Son mis padres!- se miraron divertidos por haber dicho lo mismo.
Me pregunto a qué se dedicaba este ejército- reflexionó Derek.
Entre él y Rose inspeccionaron todo el lugar, pero no encontraron nada que les diera una evidencia clara de qué era lo que el Ejército de Dumbledore hacía.
¡Tengo una idea!- chilló Derek, con voz ahogada por la emoción.
¿Cuál?- preguntó Rose.
¡Mi padre! ¡Está en la lista! ¡Y aún mejor! ¡Está en Hogwarts!-
Sin pensar en como volverían a aquella extraña sala, salieron en busca de los demás.
Talking about the past
Una Tropa de 7 chicos, con ojos brillantes de entusiasmo, tocaban la puerta del despacho de cierto profesor de Herbología
¡Papá! ¡Papá, ábrenos!- Derek tocaba la puerta con entusiasmo.
Un adulto Neville Longbottom abrió la puerta algo molesto:
¡Derek! ¡¿Cuántas veces te he dicho que no me llames
?!-
¡Papá, llámame profesor!- completó el muchacho, burlesco.
En la cara de Neville se dibujó una sonrisa, y esta vez sin enojo, dijo:
Pasen chicos, aprovechen que estoy desocupado-
Derek, Rose, Scorpius, Emily, James, Albus y Hugo pasaron y se instalaron con confianza en la habitación.
Y ¿A qué se debe esta extraña visita?- preguntó Neville, divertido por estos tan confianzudos niños.
Queríamos hablar de
esto- Derek sacó el pergamino y se lo mostró.
Neville sonrió al recordar el famoso ED.
Luego, cambió a una expresión seria:
¿De donde sacaron esto?- preguntó.
Eh
de por ahí
- respondió Derek, evasivo.
¿De dónde?- repitió Neville, aún serio.
De una sala extraña- respondió la siempre sincera Rose- De pronto Derek comenzó a gritar y, mágicamente, ¡Apareció una puerta!-
Pero
¿Qué fue lo que dijiste Derek?- insistió el profesor
Derek contó todo lo que había sucedido hasta que la puerta apareció.
¡Ah! Ya entiendo
- murmuró Neville, pensativo.
Bueno, ahora ¿Nos puedes explicar qué es el famoso Ejército de Dumbledore?- preguntó Derek, impaciente.
Neville los observó a todos, analizando si debía o no contarles.
Finalmente decidió que no podría contra 7 muchachos sedientos de información, y comenzó a contar la historia.
-Cuando yo iba en 5to, como uds., llegó a Hogwarts una cara de sapo amargada que se decía profesora de DCAO pero en realidad solo vino a reprimirnos y a NO enseñarnos magia, sus clases eran las más aburridas y poco productivas que hubiéramos tenido nunca.
La situación en el mundo mágico era crítica y necesitábamos urgentemente aprender a defendernos. Entonces, a Hermione, (tu madre, Rose) se le ocurrió la brillante idea de formar un grupo en el que aprenderíamos a defendernos, con Harry como profesor
Los chicos escuchaban atentamente el relato.
Neville prosiguió:
-Necesitábamos un lugar donde no nos encontrara Umbridge, ya que ella había prohibido toda agrupación estudiantil
La narración de Neville se prolongó por largo rato. Les contó sobre como encontraron la sala Multipropósito, qué cosas hacía el ED, lo feliz que era siendo parte de él
En fin, cuanto detalle recordaba de su 5to año.
- ¡Guau! ¿Cómo es que papá nunca nos contó de esto?- exclamó James.
Albus, Hugo y Rose asintieron con la cabeza, levemente ofendidos.
Scorpius, una vez más, se sentía algo apartado. De nuevo el apellido Malfoy figuraba en el lado enemigo. La Brigada Inquisitorial, liderada por Draco Malfoy, había dicho Neville, durante su relato, seguramente sin acordarse que tenía al mismismo hijo del tan desagradable Draco, en frente.
Cuando le sucedían este tipo de cosas eran los momentos en que Scorpius comenzaba a preguntarse si estaba en el lugar correcto
Tal vez pertenecía a Slytherin, a los desagradables, al lado oscuro.
¿Scorp? ¿Te pasa algo?- Rose observaba a su novio con preocupación.
El chico la miró a los ojos y se sintió estúpido. ¡Claro que estaba en el lugar correcto! Su amor, sus amigos, su vida, estaban allí. ¡Al diablo si su familia entera era una mata de villanos! ¡El no sería así y eso era lo único que valía!
-No me pasa nada, no te preocupes respondió- respondió el rubio, sonriendo.
¡Te ves tan lindo cuando sonríes!- exclamó Rose con ternura, besándolo cariñosamente en los labios.
- Ejem, ejem, ejem
- Hugo se aclaró la garganta como diciendo ¡hola! ¡Estamos aquí!
Rose, divertida, le contestó:
-¡Cállate, envidioso! Solo porque tu no tienes novia
-
-¡Y que sabes tu!- respondió Hugo, a la defensiva, y sin pensar lo que decía.
-A ver, hermanito ¿Te gusta alguien?-
Antes de que Hugo pudiera replicar, Albus dijo:
- Bueno
dejando de lado los líos amorosos de los Weasley
Creo que ya debemos irnos ¿no?-
-¡Esperen!- dijo Neville- No se pueden ir antes de contestarme: ¿Para que necesitaban la sala Multipropósito?
Pues
- comenzó Derek, maquinando rápidamente una excusa- Es que
tenemos prueba de DCAO y
¡Necesitábamos practicar!
Neville levantó una ceja y preguntó:
¿A si? ¿Y los de 3ro y 6to año también tienen examen de DCAO?- terminó, señalando primero a Hugo y luego a James.
¡Por supuesto que no!- respondió Derek, ahora con seguridad- Solo los de 5to tenemos examen, pero, creímos que ya que sus padres estaban implicados en esto
también tenían derecho a saber, ¿no es así?-
Neville no parecía convencido del todo, pero finalmente los dejó irse, no sin antes advertir:
Cuidado, niños. No se metan en lo que no deben-
Tranquilo
- fue lo último que dijo Derek, antes de irse junto a sus amigos- Solo queremos estudiar
No haremos nada malo
-
No es que no confiara en su hijo. Pero tenía claro lo que un grupo de adolescentes sedientos de aventuras podría llegar a ocasionar. Decidió que los tendría vigilados.
Si, se podía decir que las cosas estaban saliendo bien.
Cierto, había cometido un error, pero no había sido directamente SU error.
Fueron esas estúpidas del Fans Club pensó León con amargura.
Efectivamente, habían sido ellas. Es que las muy tontas no le apuntaron bien a su objetivo.
León les había ordenado que atacaran a cualquier animal que vieran.
Porque su plan era probarlas, primero con las mascotas, para ver que tan capaces eran.
Pero una de las chicas apuntó mal, y en vez de atacar al gato que iba a los pies de Lily Potter, la hechizó a ella.
Claro que los Potter eran su objetivo, pero la idea con ellos era ser sigilosos
¡Y esa inepta había estado a punto de ponerlo en evidencia!
Suerte que León supo arreglar las cosas perfectamente.
Sabía que los padres de Lily nos e quedarían tranquilos hasta saber quién le había hecho tan grave daño a su hija.
A si que con la habitual técnica que usaba para manipular a las chicas del club, hizo que la muchacha responsable confesara, haciéndola decir además que odiaba a Lily con todo su corazón, y que la volvería a atacar una y mil veces si fuese necesario
Ni la directora, ni los Potter, ni los propios padres de la niña le encontraron algún sentido a sus extrañas declaraciones, y finalmente, todos concordaron en que la única explicación era que la chica estuviera loca, a si que fue enviada por un largo tiempo a San Mungo.
¡Problema solucionado! ¡Nadie, ni de cerca, sospechaba del perfecto León Dixon!
Esa era la razón por la cual las cosas salían bien.
El plan se cumplía a cabalidad.
Su ejército personal, como le gustaba llamarlo a él, ya no estaba compuesto solo por chicas del club, sino también por chicos.
¿El motivo? Los muchachos (no solo de Slytherin sino también de otras casas) habían descubierto que andar junto a León los hacía más populares y atractivos para las chicas.
Por esta razón ahora León tenía muchos
amigos a su haber.
Como lo había hecho con las chicas del Lions Heart , a sus amigos también los había convertido en sus esclavos, hechizados, entrenados para atacar en el momento en que él lo deseara.
Al paso que iba, se haría poderoso más pronto de lo que había pensado.
Porque sin lugar a dudas, León era mucho más hábil que su fracasado padre, e incluso más inteligente que su abuelo, el mismísimo Lord Voldemort.
Había estudiado bien las hazañas de Voldemort y tenía claro en que había fallado.
Era el mismo error que habían cometido todos los villanos conocidos, el mismo que llevaría a Fedor Dixon a la perdición: El amor, desconocerlo, despreciar los sentimientos humanos y centrarse en conseguir el poder sin ver nada más.
Pero León no era así, él amaba, y con intensidad. Amaba a Rose, tanto como había amado alguna vez a su madre.
Su madre
el solo recuerdo de ella lo hacía temblar. Temblar de pena, temblar de rabia, ya no lo sabía con claridad. Solo sabía que vengaría su muerte, a cualquier costo.
¿Cómo? Asesinando al responsable, Fedor Dixon, su propio padre.
¡Ja! Claro, el estúpido Fedor se creía tan listo, pensando que usaba a León como un instrumento para ascender al poder.
Pero no se había dado cuenta que era todo al revés.
León lo estaba usando a él, le seguía la corriente, incluso con esa (según él) absurda idea de matar a los Potter.
Pero en el momento indicado, destronaría a su padre (si es que alguna vez llegaba al trono) para tomar él el poder.
Fedor decía que debía torturar y matar a Harry y toda su estirpe para así vengar a su padre, Lord Voldemort.
León seguía las instrucciones de Fedor con respecto a ese tema, porque, al fin y al cabo, no estaba demás eliminar a quién había vencido al más grande mago oscuro de todos los tiempos.
Aunque, sinceramente, pensaba que era bastante estúpido vengar la muerte de un padre (si es que así se le podía llamar) prácticamente inexistente, que jamás se enteró de la existencia de Fedor, y si lo hubiera hecho, seguro no le habría importado.
León no sabía por qué su padre insistía con esa venganza, tal vez el hecho de que su madre (la abuela de León) se lo había pedido antes de morir
Quizás era el resto de humanidad que le quedaba, pensó el muchacho, porque de otra manera esa lucha no tenía sentido.
Más sentido tenían las luchas que él llevaba. Su lucha por desquitar la muerte de su madre, su lucha por Rose
En el último tiempo, esto se había convertido una de sus metas más fundamentales.
Porque no le veía sentido a llegar a la cima y ser el más poderoso, si iba a estar solo, sin nadie con quien compartir su triunfo y dicha.
Por eso peleaba por el amor de Rose. Y no le importaba lo que tendría que hacer para conseguirlo. Pero tenía claro que era lo único que estorbaba en esta historia: Scorpius Malfoy. Aunque, vencer a ese chico sería bastante fácil, pensó León con relajo.
Una vez que sacara a Scorpius del camino, todo sería perfecto.
Con Rose y el poder, entonces lo tendría todo.
Pero, dejando de lado lo sentimental, debía comenzar a preparar su siguiente golpe.
Era cierto que ya había probado a su ejército, y sabía cuán fuertes podían llegar a ser. Sin embargo, aún era un ejército pequeño como para lograr lo que él deseaba.
Pero su oportunidad de agrandarlo, además de cumplir otros tantos cometidos, estaba cerca
muy cerca.
Este sería el último golpe antes de la batalla real, esa en que todos se enterarían Quién era él.
NADIE se atrevería a desafiarlo, y quien lo hiciera, pagaría las consecuencias.
De una forma peor a como lo hacía ahora la atrevida de Emily.
Porque León no hacía nada porque sí (n/a: no daba puntada sin hilo como diría mi abuelita) Y su noviazgo con Emily no había sido la excepción.
La había hechizado de la misma manera que al resto de su gente Mediante un hechizo especial, una especie de Imperius mejorado.
De éste modo Emily estaba hechizada sin darse cuenta. Tenía control sobre sus actos, y recordaba todas sus acciones. Pero en el momento en que León lo deseara, ella acudiría como un zombi a cumplir sus órdenes.
León se recostó en su cama, tranquilo.
Lo tenía todo bajo control.
Derek estaba decepcionado. Hace pocos días que junto con sus amigos habían comenzado las investigaciones sobre las mascotas.
Habían encontrado a Felicia, era cierto. Pero aparte de eso, las indagaciones resultaban bastante improductivas y por lo demás nada emocionantes.
¡Pero Derek! ¡No podemos rendirnos ahora! ¡Nuestra investigación va muy bien!- dijo Emily, luego que Derek le dijera lo frustrado que se sentía con respecto al tema.
Pero no era verdad, las pesquisas no avanzaban nada, no estaban ni cerca de encontrar al o los culpables de los ataques.
Derek ya iba a responderle a su amiga que no era necesario que mintiera, cuando un agitado Scorpius, seguido por Rose igual de agitada, dijo:
¡Chicos! ¡Chicos! ¡A que no saben
- el chico tomó aire, que ya no le quedaba- Lo que acabamos de saber!
¡¿Qué?!- preguntaron Emily, Derek y Albus, este último recién bajando de los dormitorios.
¡Un torneo, chicos! ¡En Hogwarts!- terminó Rose, igual de emocionada que Scorpius.
¿Un torneo? ¿Y de qué?- preguntó Emily.
Eh
Bueno, eso no lo sabemos aún- explicó Scorpius- Pero, hoy a las 8 en punto nos reunirán a todos en el Gran Salón para explicarnos los detalles.
¿Y cómo saben todo eso?- preguntó Derek.
¡Pues porque somos prefectos! ¡Y nosotros lo sabemos todo Primero!- respondió Scorpius con autosuficiencia.
¡Oh! ¡Ya cállate prefectito!- Bromeó Albus, dándole un leve empujón a su amigo.
Eran las 8 p.m. En el Gran salón se respiraba expectación. El ambiente estaba lleno de murmullos cargado de entusiasmo.
De pronto, los murmullos se acallaron y todos los ojos se giraron hacia la puerta del Gran Salón.
Una mujer avanzaba con paso seguro, dejando a todos los muchachos (y, hay que decirlo, también a los profesores) con la boca abierta.
Es que, sinceramente, era una mujer impresionante.
Alta, delgada, con el reluciente cabello negro largo hasta poco más arriba de la cintura, poseía unos ojos verdes increíblemente cautivantes.
Llevaba puestos una blusa algo escotada, y unos pantalones, ambos negros y muy ceñidos a su cuerpo, destacando sus atrayentes curvas.
Rose le dio un fuerte codazo a Scorpius, para que cerrara la boca y dejara de observar a esa... mujer.
-Buenas tardes- saludó, una vez que llegó al frente del alumnado. Su voz era una extraña mezcla de sensualidad y firmeza- Mi Nombre es Ambar Handsome, soy del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos y, estoy aquí para hablarles de un Torneo que comenzará este mes en Hogwarts- sonrió amablemente, dejando a más de la mitad de los hombres presentes con la boca abierta
otra vez. Luego continuó- El torneo consistirá en una serie de pruebas que tendrán que superar los diferentes equipos que se inscriban. Los equipos deben estar conformados por 7 alumnos, ni uno más ni uno menos- echó una mirada severa, como de advertencia- Uno de ellos será el capitán y representante de su grupo. La edad mínima para participar en esta competición es 13 años. Los equipos pueden estar formados por chicos de distintas casas. En cuanto todos los equipos estén inscritos, yo misma anunciaré la fecha y en consistirá la primera prueba. Por último, quienes deseen participar, solo deben presentarse en mi oficina ubicada en el 5to piso. Sin más que decir, Gracias- Sonrió una vez más y tomó asiento en una silla vacía en la mesa de los profesores.
La perspectiva de tener que entrar a la oficina de Ambar para inscribirse en el torneo, dejó a varios con una estúpida sonrisa en la cara
De pronto la directora Mcgonagall se levantó, hizo un gesto para que guardaran silencio y comenzó a hablar:
-Por último, tengo dos cosas que informarles: Debido a los requerimientos de las pruebas que se realizarán durante el torneo, el Quidditch será suspendido
- un murmullo de decepción en el Gran salón.- Pero
- todos callaron- hay una buena noticia- sonrió- El próximo fin de semana se realizará un baile- murmullos de nuevo, la profesora los ignoró- Está organizado por alumnas de este colegio, quienes me pidieron que no develara las características de éste, porque va a ser un baile muy especial
Ahora, pueden irse a sus respectivas casas- la directora parecía bastante divertida cuando vio a los chicos salir murmurando emocionados.
¡¡No hay Quidditch!!- alegó James, molesto.
¡¡Un baile!!- gritaron Albus y Derek al unísono.
No sean exagerados
El baile es para pasarlo bien- Sonrió Scorpius, pasando un brazo alrededor de Rose, quien le devolvió la sonrisa, feliz.
¡Claro! Para uds. Si que va a ser divertido
¡Porque no necesitan conseguir pareja!- discutió Albus, ofuscado.
¡No hay Quidditch!- repitió James, ya que esa era su única preocupación. Las chicas no eran un problema para él.
Todos lo ignoraron.
¿Y quien te dijo que era un baile con pareja?- preguntó Emily, mirando sus uñas despreocupadamente.
¡Es obvio! ¡Todos los bailes son con pareja!- respondió Derek, Albus asintió. El chico volvió a hablar, esta vez hacia Albus:
Tú en realidad no deberías estar tan desesperado. Acuérdate que para san Valentín te llueven las cartas de amor- sonrió burlonamente- Ahora
que tu seas un tonto de bajo perfil que las rechace
es otra cosa
Al le echó a su amigo una mirada de disgusto (Así: ¬¬) Todos, rieron, pero James los acalló de un solo grito:
¡¡NO HAY QUIDDITCH!!-
Los chicos se sobresaltaron un poco.
¿Y eso qué?- preguntó Hugo.
¡¿Cómo que y eso qué?!- repuso James, ofendido- ¡Soy el capitán del equipo! ¡Los pocos partidos que habíamos jugado los ganamos! ¡Seriamos los ganadores! ¡¡Y ahora me hacen esto!!
Tranquilo
tenemos algo mucho mejor que el Quidditch- intentó calmarlo Derek, olvidándose por un momento del baile, y recordando el Torneo, su más cercana y real posibilidad de aventuras.
Tal vez, pero
- comenzó James con desilusión, aunque, de pronto una maliciosa sonrisa le iluminó el rostro- ¡Chicos!
¿Qué?- preguntó Rose, confundida por el repentino cambio de actitud de su primo.
Supongo que
quieren participar en el torneo ¿no?-
¡¡Si!!- contestaron todos, entusiasmados.
Bueno
pero para eso, necesitan un capitán, ¿No es así?-
Eh
Albus levantó una ceja, inseguro. Ya estaba imaginándose lo que su hermano pretendía.
Todos parecieron entender también la intención de James, y, luego de reflexionar un poco, cada uno llegó a la conclusión de que al pobre, ahora que no había Quidditch, se capitán del equipo del torneo lo recompensaría bastante. De todas formas no lo haría mal...
¡Si, James! ¡Puedes ser el capitán de nuestro equipo!- contestaron todos (sin proponérselo) al unísono.
¡Bien!- comenzó el muchacho, feliz y entusiasmado- tengo algunas ideas para
Habló mucho rato, pero ya nadie lo escuchaba con demasiada atención, saber que era el capitán les bastaba, no querían escuchar sobre planes. Por momentos escuchaban cosas como arrasaremos con todos o este torneo ya es nuestro.
Sus ideas quizás eran geniales, pero nadie lo supo pues cada uno estaba ahora sumido en sus propios pensamientos.
Sinceramente, era un día horrible. Hacía mucho frío y unas negras nubes oscurecían el cielo. Pero para una par de quinceañeros enamorados, la tarde era tan o más hermosa que un cálido día de primavera.
Todo es más fácil contigo a mi lado ¿sabes?- dijo Scorpius de pronto, mientras caminaba junto a su novia por los helados terrenos de Hogwarts.
¿De verdad?- repuso la muchacha, con ilusión.
¡Claro! Me refiero a, no se
Las clases, los deberes, ¡No se! ¡Los días!- los ojos de Scorpius parecían irradiar felicidad- ¡Los bailes!- agregó en broma.
Rose, rió igual de feliz que él.
Así no tengo que andar desesperado por conseguir pareja- la miró directamente a los ojos- Porque ya tengo a la mejor de todas- la tomó por la cintura y la besó suavemente.
Y pensar que hace unos meses te estaba dando una bofetada- bromeó Rose.
¡Auch!- exclamó Scorpius, fingiendo dolor y colocando una mano en su mejilla.
Pero te la merecías
- siguió la pelirroja, aún sonriendo.
Si
Pero es que yo
- intentó excusarse Scorpius.
¡Oh! ¡No te molestes en excusarte! ¡Son defectos de la raza!- dijo Rose, en tono burlón.
De la
¿raza?- preguntó el rubio sin entender.
Es que
¡Eres un chico! Y los chicos son, por decirlo menos, LEEENTOOS- la chica soltó una carcajada.
¿A si que eso es lo que piensas de mi?- exclamó Scorpius, fingiendo ofenderse.
Pero aún así, ¡Te quiero!- la muchacha rodeó a su novio con los brazos.
¡Oh! ¡Gracias!- dijo el joven, sarcástico.
Siguieron paseando, tomados de la mano, observando el paisaje.
Conversaban, aunque por momentos se quedaban en silencio. No eran silencios incómodos, pero es que a veces no necesitaban palabras para decirse todo.
¿No crees que nos ha salido todo demasiado fácil?- preguntó Rose de pronto, pensativa.
¿Fácil? ¿A qué te refieres?-
Es que
no lo sé
Siendo tu un Malfoy, yo una Weasley
imaginé que lo nuestro sería algo más
épico.- sonrió al escuchar sus propias tonterías- Es decir, Familias que se odian Un amor prohibido ¡Qué se yo! ¡Algo como Romeo y Julieta año 2022! (N/a: Lo se, es un texto Muggle, pero Rose es muy culta y se lo leyó XD)
Vaya
pensé que no te gustaba eso de las rivalidades entre familias- comentó Scorpius, algo desconcertado por la extraña observación de su novia.
Cierto, no me gustan- Rose reflexionó sobre sus propios dichos y continuó- Lo siento, fue una tontería
Debes entender, ¡A toda chica le gustaría ser protagonista de una película romántica! ¿No?- (N/A: Otras nos consolamos escribiendo fics, xD
sniff!!!)
Los chicos seremos lentos, ¡pero ustedes están locas!- soltó Scorpius, riendo.
Mientras tanto, en el castillo, 3 adolescentes aproblemados analizaban sus diferentes situaciones.
Iremos por partes.
Dominique
Ese nombre que lo atormentaba hacía tantos ¿meses? ¿años? Eso no importaba, el punto era que Dominique Weasley le gustaba ¡Y mucho! Pero ella, tan altanera y hermosa, jamás se fijaría en un chico tan común como él. Y pensar que había superado sus propias limitaciones en lo físico, y se había unido al equipo de Quidditch ¡Por ella!
Pero nada, ella ni volteaba a mirarlo, y eso que era amigo de sus primos
No, esa chica al parecer solo tenía ojos para muchachos grandes y corpulentos de ojos claros.
¡Presumidos! Pensó Derek, amargamente. Seguramente alguno de esos la llevaría al baile. ¿Y él? Bueno, tendría que conformarse con alguna de las nerds que lo admiraban tanto en los partidos de Quidditch. ¿Genial? ¿No?
Por otro lado, Albus Potter, recostado en su cama, meditaba. Se preguntaba si sería capaz de pedirle a Emily que fuera con él al baile. Se imaginó caminando hacia ella, se acercaba, comenzaba a hablarle y
¡Incluso en su imaginación se le trababa la lengua y se ponía nervioso! ¡El colmo!
Pensaba que todo aquello era demasiado inverosímil, era increíble que un chico que se decía valiente, flaqueara ante la sola idea de preguntarle algo a una chica.
Comenzaba a considerar seriamente la opción de no asistir al baile
¡Cobarde! susurró su conciencia. ¡Oh! ¡Cállate! dijo Albus, sintiéndose algo raro por el hecho de hacerse callar a si mismo.
Abajo, en la sala común, Emily pasaba despreocupadamente las páginas de una revista, sin leerla. Estaba apenada.
Ya se había dado cuenta, Rose tenía razón. Albus si que estaba enamorado de ella, se notaba en como la miraba, en como la trataba
¡Todo!
Desde que había terminado con León, Al parecía ponerle más atención incluso, que antes. Era más amable, atento, galante
Por todo eso, Emily estaba triste.
Triste porque ella quería mucho a su amigo, pero no de la manera en que a él le hubiese gustado. No lo veía más que como su mejor amigo, la idea de verlo como su
novio, le parecía simplemente absurda.
Seguro que vendría hacia ella, y le pediría ser su pareja en el baile, y ella no podría negarse, porque no querría herirlo. Luego pasaría el baile, y quizás Albus comenzaría a hacerse ilusiones y (imaginaba la siguiente escena con horror) le pediría que fueran novios. ¿Y que haría entonces? ¿Ser sincera, decirle que no estaba enamorada de él y lastimarlo? ¿O mentirle, aceptar y hacerlo feliz? No, eso no sería hacerlo feliz, eso era haberle aún más daño cuando descubriera su engaño.
Sus opciones eran limitadas: o lo hería ahora, o lo hería después.
Pero ¿por qué? ¡¿Por qué?! Tenía Albus que enamorarse de la UNICA chica del colegio que no estaba enamorada de él. ¡¡¿POR QUE?!! ¡¿Qué tenía ella de especial?!
En ese momento, Albus bajaba las escaleras, y venía en dirección a ella, cuando de repente
Rose y Scorpius, los prefectos, llamaban la atención de la sala común para que los escucharan:
-¡Chicos! Tenemos información sobre el baile.- comenzó Rose. Ahora todos estaban en silencio- Debemos dirigirnos ahora al Gran Salón, porque las muchachas del comité de diversión explicarán todo.
Todos salieron inmediatamente en dirección al Gran Salón.
¿El comité de qué?- preguntó Emily, extrañada, mientras seguían a la multitud,
De diversión
- respondió la pelirroja con fastidio. (N/a: que nombre mas bobo
)
¿Y que es eso? No sabia que existía algo así.- comentó Albus.
Es un comité de huecas encargadas de organizar la diversión del colegio según dijeron ellas- comenzó Scorpius, haciendo rodar los ojos- pero en realidad solo quieren organizar bailes y cosas cursis que les permitan conocer chicos
Seguro que van a organizar un día de San Valentín
Llegaron al gran salón y una chica delgada y rubia los miraba a todos, un tanto nerviosa. De pronto comenzó a hablar, con una voz aguda y chillona:
Hola, soy del comité de diversión, y estoy aquí para hablarles del baile. Sé que muchos esperan que este sea un baile como todos los demás, pues ya varios me han pedido que sea su pareja
- rió estúpidamente (n/a: huecamente diría yo
)- Pero, No desesperen muchachos, porque este no será un baile normal. ¡No! (n/a: imagínense un no chillón xD) Para empezar, no necesitarán pareja
-
¡¿En serio?!- dejaron escapar varios.
¡Si! En serio
- continuó la chica hueca (je!)- será un Baile A Ciegas
¡¿Un qué?!-
Un Baile a Ciegas, es decir todos los asistentes deberán usar antifaces, y a medida que vayan entrando les aplicaremos un hechizo modificador de voz, de manera que queden irreconocibles. A las 12 de la noche los hechizos se romperán, se quitarán los antifaces y
¡Descubrirán con quién estaban bailando! ¡Genial! ¿No?-
¡Genial! ¿no?- imitó Scorpius, desdeñosamente, cuando iban de vuelta a la sala común- ¡A quién se le ocurre una idea tan absurda y estúpida! ¡Solo a una tonta! (N/a: Gracias Scorpius yo también te quiero
¬¬ jeje
bueno estaba un poco falta de ideas)
A mi me parece un estupenda idea
- comentó Emily, pensando en el problema que se había sacado de encima con esta idea- ¿Te imaginas encuentro al amor de mi vida en este baile?- bromeó.
Scorpius no dijo nada. Su imaginación comenzaba a atacarlo con una serie de escenas en las que Rose bailaba con tipos mas altos y mas guapos que él, con un antifaz, se acercaba a su novia, y la besaba y
¡Arg!
Rose vio la cara de desagrado que su novio ponía, y adivinó más o menos lo que Scorpius pensaba. Con voz tranquilizadora le susurró:
- Confía en mi
Sabré reconocerte- lo besó tiernamente en los labios.
No había forma de no creerle. Me reconocerá pensó Scorpius con seguridad.
Mientras tanto, Albus y Derek pensaban algo parecido. ¡Esta es mi oportunidad!
¡Parecen chicas! ¿Lo sabían?- decía Scorpius, fastidiado. Estaba recostado relajadamente en su cama. Faltaba una hora para que el baile empezara y él no mostraba ninguna intención de comenzar a arreglarse. Muy por el contrario de sus amigos
Albus y Derek ya estaban elegantemente vestidos, prácticamente se habían bañado en perfume e intentaban arreglar su cabello sin mucho éxito. Era bastante extraño (y patético, pensaba Scorpius) verlos tan desesperados por lucir bien.
¡Claro que no parecemos chicas! ¡¿Tienes idea de hace cuanto que empezaron ellas a arreglarse?!- alegó Albus, molesto por aquel pequeño cuestionamiento hacia su masculinidad.
¡Los chicos normales nos preocupamos de la vestimenta media hora antes! ¡Y eso ya es mucho! ¡Pero aún falta una hora para el baile!- continuó Scorpius, burlón. Disfrutaba el reírse de sus amigos de vez en cuando
¡No falta una hora! ¡¡Faltan 58 minutos y 3
2
1
segundo!!- alegó Derek, observando su reloj.
¡Uí! ¡Alguien está ansioso!- siguió el rubio en tono de mofa- ¿A quiénes quieren impresionar?
Albus y Derek se observaron nerviosamente.
Yo a nadie
no se tú
- dijeron al unísono, señalándose mutuamente.
¡No se esfuercen tanto! ¡Si con un antifaz y la voz cambiada seguro que Dominique y Emily se volverán locas por ustedes!- dijo Scorpius, palmeando la espalda de sus amigos, quienes lo miraron como diciendo No sabía que fueras tan perceptivo
¿O es que soy muy obvio? se preguntó Derek.
¿O es que Rose se lo contó? pensó Albus.
Los dos tenían razón.
Tu deberías arreglarte un poco, si no quieres que mi prima se avergüence del novio que tiene
- comentó Albus, fingiendo mirar a su amigo con desdén.
Naaa
Yo soy guapo al natural
No como otros- respondió Scorpius, pasándose despreocupadamente la mano por su rubio cabello. (La autora se desconcentra imaginándose a Scorp todo waxón (baba) ejem
debo seguir escribiendo
)
Mientras tanto, en la habitación de las chicas
Tanto Rose como Emily ya estaban listas. Las dos se veían muy lindas.
Emily había pasado toda la tarde convirtiendo su liso pelo en rizos. Ahora llevaba su cabello negro encrespado, y suelto. Se había puesto un vestido blanco sin tirantes, liso en la parte de arriba y bajo la cintura la tela se volvía más rugosa. El vestido le llegaba hasta los tobillos.
Se había colocado unos hermosos pendientes largos color plata.
Rose, al contrario de su amiga, se había alisado el pelo, que brillaba más que nunca. Su vestido era precioso. De color morado, amarrado tras el cuello, un poco ceñido al cuerpo a la altura de la cintura, luego caía elegantemente. Llevaba unos zapatos de tacón del mismo color de su vestido. Sus pendientes eran una fina línea de plata que casi llegaba hasta sus hombros. Se había maquillado delicadamente los ojos con sombra púrpura, y brillo en los labios.
Estoy nerviosa
- dijo a su amiga, mientras bajaban para ir al baile.
¿Nerviosa? ¿Por qué?- preguntó Emily, extrañada.
Pues
¿y si Scorp no me encuentra? ¿Y si baila con otra chica?- espetó Rose, insegura.
¿No dijiste el otro día que estabas segura que lo encontrarías?- exclamó Emily.
Rose suspiró y se auto-infundó valor.
¡Tienes razón! ¡Claro que lo encontraré!-
De todos modos
todo es más fácil cuando estás soltera- sonrió Emily, pero dejó de hacerlo cuando vio una larga cortina blanca que dividía la sala común en dos- ¡¿Qué significa esto?!-
Esto, es para que no puedan ver ni siquiera como están vestidos los chicos
¡Es un baile a ciegas! ¿Lo olvidaste?- contestó la misma rubia que organizaba todo esto, apareciendo repentinamente al lado de las chicas. Les mostró una pequeña canasta que llevaba en la mano y dijo: Ahora, elijan el antifaz que más les guste y colóquenselo, la chica que está allá les aplicará el hechizo modificador de voz.
La muchacha sonrió, aunque a Rose todo esto no le hacía ni la menor gracia. Habría preferido mil veces caminar hacia el baile de la mano de Scorpius.
Emily, en cambio, estaba feliz. Quizás aquella noche encontraría el amor de su vida, y de pasada, se había librado de la incómoda situación que había pensado sucedería con Albus.
Una vez les hubieron aplicado los famosos hechizos, salieron rumbo al Gran Salón.
El lugar estaba casi a oscuras, iluminado con solo unas velas a grandes intervalos. Habían mesas para dos personas a los costados y algunos mozos se paseaban ofreciendo tragos o comida.
¡Waaw!- exclamaron las chicas cuando llegaron.
La música comenzó a sonar, y casi al unísono, todos los chicos y chicas presentes se fueron hacia la pista de baile. Al parecer el esconder su identidad les daba más confianza.
Scorpius tuvo un ataque de positivismo. No debería ser tan difícil encontrar a Rose. Si la conocía bien, un simple antifaz y un hechizo no le impedirían reconocerla. Y así fue.
Recién había terminado de bailar con una fastidiosa muchacha que no paraba de parlotear, y solo parecía querer besarlo. Se escapó como pudo de ella, y cuando lo hacía casi choca de frente con alguien. Una chica. Una hermosa chica. Tan hermosa como
¿Rose?- dijo Scorpius, con su ahora profunda voz, tomando suavemente a la niña del brazo.
Scorp- contestó ella, eso no era una pregunta.
El chico no pudo aguantarse y la besó.
Si que eres tu
- le dijo, casi sin separarse de ella. Rose le sonrió y lo besó de nuevo.
Simultáneamente, en otro parte del salón, dos chicos bailaban al son de la romántica canción que sonaba de fondo.
Y
¿como te llamas?- preguntó el muchacho de cabello negro, un tanto nervioso.
Eso no te lo voy a decir
- contestó la chica, misteriosamente. Jugueteó coquetamente con uno de sus rizos, también negros- Es un baile a ciegas
El muchacho rió, y se le quedó mirando a los ojos, como embelezado.
Se quedaron en silencio un momento, escuchando la nueva canción que ahora sonaba. Era algo más movida que la anterior.
-¡Es mi canción favorita!- exclamaron los dos chicos al unísono. Se miraron divertidos, y, volviendo a hablar al mismo tiempo, dijeron:- ¿En serio?
Soltaron unas carcajadas.
Es raro, ¿Sabes?- comenzó la niña- conozco solo a una persona que le gusta esta canción. Es
mi mejor amigo-
¿De verdad? También mi mejor amiga adora esta canción- comentó el muchacho, algo extrañado. La verdad no conocía a nadie, además de él y su amiga que fueran amantes de esa canción.
La chica se acercó un poco más a su pareja de baile. Es decir lo abrazó. Algo había en ese chico que la atraía. ¿Le conocía? Quizás, pero
¿Y si no? ¿Y si luego de aquella maravillosa noche no lo volvía a encontrar? Por alguna razón aquel pensamiento la intranquilizaba demasiado. ¿Sería acaso que en solo una noche se había enamorado? Eso sonaba demasiado absurdo
pero a la vez tan posible
¡Pum! ¡Crash! ¡Ahhhh!
De pronto gritos y estallidos interrumpieron el maravilloso baile de la pareja
Y de todos, en realidad. Los presentes detuvieron su baile y se volvieron hacia un costado del salón.
Allí, el mismísimo Derek Longbottom, ya sin antifaz, se había lanzado en contra de un fornido chico de 7mo año, e intentaba tanto golpearlo, como hechizarlo, y con bastante éxito en esto último.
¡Derek!- gritaron Emily y Albus, soltando el abrazo que mantenían y dirigiendo sus miradas hacia la pelea- ¿Lo conoces?- se preguntaron el uno al otro, pero la respuesta nunca la escucharon, ya que una turba de curiosos los empujaron bruscamente, separándolos.
¡Derek!- gritaba en ese mismo momento Rose, que estaba justo en ese momento sin la compañía de su novio, quién había ido por algunos refrescos. Justo en ese momento Scorpius regresaba
sin los refrescos. Pero Rose estaba demasiado preocupada por la pelea como para reparar en eso.
¡Scorp! ¡Mira! ¡Derek se está peleando con ese chico!- alegó la chica, extrañada porque él no se hubiera dado cuenta.
¿Ah? ¡Ah! Eh
¡Oh! ¡Vaya! Es bastante bueno ¿No?- comentó Scorpius, con relajo.
¡¿Y a ti que te pasa?! ¡No es para celebrarlo! ¡Hay que sacarlo de ahí!- chilló la chica, algo enojada.
Está bien
¡Pero no te enojes conmigo!- contestó el rubio, abrazándola por la cintura, con la intensión de besarla. Ella no se pudo resistir. Le correspondió el abrazo, y el beso, acariciando una de las mejillas del muchacho.
¡Ay! ¡Me desconcentraste!- alegó Rose divertida, aún con las manos alrededor del cuello de Scorpius- ¡Debemos parar a Derek!
¡Está bien! ¡Lo salvaré! ¡Pero dame un último beso por si muero en batalla! - bromeó Scorpius, besando otra vez a Rose, para luego voltearse e irse en dirección al tumulto.
Mientras tanto, Derek ya tenía al fornido muchacho en el suelo, y se disponía a continuar la golpiza, cuando sus dos amigos lo agarraron por los brazos para detenerlo.
¡Tranquilízate Derek! ¡Vas a llamar la atención de los profeso...!- intentó calmar Albus, pero en ese momento
¡¿QUE ESTA PASANDO AQUI?!- la profesora Treventon caminaba hacía ellos, gritando muy enojada.
¡Ese chico se intentó aprovechar de mi, profesora!- acusó Dominique Weasley, apuntando al chico que estaba en el suelo- ¡Derek solo me defendió!
Pero Treventon no la escuchó:
¡Que vergüenza señor Longbottom! ¡Ahora mismo usted y el señor Williams a la oficina de la directora!-
¡Pero Profesora!- intentó defenderse Derek. (El otro chico no dijo nada porque
bueno
no estaba en condiciones)
¡Pero nada! ¡A DIRECCION DIJE!-
Ante ese grito tanto los culpables como todos los presentes se asustaron, y no intentaron replicar la orden. Derek siguió a la profesora con la cabeza gacha, pero antes de que alcanzara a dar un paso
¡Hey! ¡Espera!- Dominique lo detenía tomándolo de la mano, hablando coquetamente- ¡Gracias por haberme defendido!- y sin importarle que todo el colegio y Treventon los observara, se acercó más a Derek y lo besó de lleno en la boca. Luego de unos segundos, lo soltó y se dio media vuelta, hacía sus sorprendidas amigas.
¡Wow! Eso fue
¡Atrevido!- exclamó Rose, observando como Derek era arrastrado por la profesora Treventon, ya que parecía bastante atontado luego de aquel sorpresivo beso- ¡Y pensar que es mi prima!
¡Pff! ¡Es que todas las Weasley son así!- bromeó Scorpius, recibiendo un no muy cariñoso golpe en la nuca, de parte de su novia.
La verdad es que después de eso el baile a ciegas se arruinó casi por completo. A raíz de la pelea habían encendido las luces, y la mayoría había visto con claridad a la persona con la quien bailaba. Menos Albus, que por mucho que buscó no volvió a encontrar a la bella chica con la que había estado bailando durante gran parte de la noche.
Aún así la fiesta no se acabó antes de las 2 de la mañana.
¿Dónde está Emily?- preguntó Rose, cuando llegaba a la sala común junto a su primo y a Scorpius.
Ni idea
- contestó este último. Albus parecía ausente.
Sus amigos lo atribuyeron al sueño.
Bien
yo me iré a acostar, quizás Em esté ahí
Ustedes también deberían ir a dormir- aconsejó Rose, antes de despedirse amorosamente de Scorpius, y palmeando amistosamente la espalda de Albus.
A Albus no se le quitó fácil aquel estado de aturdimiento. ¿Quién era esa chica? ¿A que casa pertenecía? Y lo más importante de todo
¿La volvería a encontrar?
-¡¿UDS. SON o se HACEN?!- Chilló Rose, que estaba en la habitación de los chicos, mirando a Albus y Scorpius con incredulidad. Ellos le devolvieron una mirada confusa.
¡ASH! ¿Es que no se han dado cuenta de QUIEN es la chica del baile? - preguntó la muchacha, al borde del enojo.
No- contestaron los dos varones, al unísono- Por eso te pedimos ayuda
Rose se dio una palmada en la frente, aun sin creer lo lentos que podían llegar a ser los chicos.
¡Es Emily! ¡SI! ¡Nada más y nada menos que Emily Wood!-
Los chicos se quedaron en piedra. ¿Emily?...
Pero si Emily no tiene el cabello con rizos y esta chica
-
Rose tenía unas incontrolables ganas de lanzarle algo a su primo.
Mira esto- dijo, y sacando su varita, pronunció un encantamiento nunca antes escuchado por los chicos, y sus rizos pelirrojos se volvieron perfectamente lisos. Acto seguido, pronunció un nuevo hechizo y sus rizos volvieron.
Ah
ya entendí- susurró Albus, avergonzado. Se quedaron en silencio, pensando.
A si que por eso Em desapareció de la fiesta, y no me ha querido contar nada pensó Rose con cierto resentimiento.
La reciente declaración de su prima cambiaba absolutamente el panorama de Albus. La noche anterior, hablando con Scorpius sobre el tema, había jurado que si llegara a encontrar a aquella misteriosa chica, lo primero que haría sería conquistarla (tarea fácil, porque ella parecía sentirse bastante atraída por él). Pero el hecho de que fuera Emily
definitivamente lo cambiaba todo. Una vez más, su valentía se desvaneció. Las inseguridades volvieron. Lo que ayer le había parecido una fuerte química, ahora solo era una gran amistad. Cualquier mirada, suspiro o abrazo de más, había sido producto de su imaginación. Seguro que Emily no sentía nada por él.
Decidió dejar las cosas como estaban, y concentrarse el la primera prueba del torneo, que empezaba en
¡Esperen! ¡Ahora!
-¡Chicos!- apuró Albus a Rose y Scorpius- ¡La prueba es en 5 minutos mas! ¡Los demás ya deben estar en el campo de Quidditch!
Los tres se miraron alarmados y corrieron a toda velocidad hacía los patios de Hogwarts.
Mientras tanto, en otro lado del castillo, un chico estaba recostado en un sillón de su sala común con expresión soñadora.
Ese beso
Ese beso que no lo había dejado dormir, que lo había dejado embobado, encantado
Ese beso que le había hecho perder la razón, el sentido del tiempo, que no le dejaba hacer nada más que mirar al vacío y recordar aquellos maravilloso segundos.
A estas alturas (es decir a unas 8 horas del famoso baile), León había distorsionado a tal punto la situación, que había olvidado que él, utilizando diestramente sus habilidades de metamorfomago, se había convertido en Scorpius Malfoy, y había besado a la preciosa Rose. Ahora su mente solo podía recordarlo a él (como él mismo) abrazando a Rose, y besándola
siendo correspondido
sintiendo el amor
ese amor dirigido a él, solo a
él.
¡LEON! ¡LEVANTANTE YA! ¡LA PRUEBA ES AHORA!- la siempre sensual voz de Ambar Handsome, estaba ahora bastante alterada. La mujer zamarreaba a León con impaciencia.
¿Ah? ¿Qué? ¿Qué prueba? ¿De qué me
?- aunque en lo hechos el joven ya estaba despierto, su cerebro acababa de despertar. De pronto cayó en la cuenta- ¡Claro! ¡La prueba! ¡Casi lo olvido!
Y sin mirar siquiera a la bella mujer parada junto a él, salió corriendo rumbo al campo de Quidditch.
¡Pensé que no iban a llegar!- reprochó un histérico James Potter, cuando vio a Scorpius, Rose y Albus entrar en los camarines de Quidditch, ahora usados por los participantes del torneo.- ¡Tomen! ¡Colóquenselas rápido! ¡¡La prueba es en 2 minutos más!!
Las lanzó a cada uno un bulto negro. Cuando lo desdoblaron, descubrieron una capa negra que en su parte de atrás tenía grabado el nº 19 con letras plateadas. Les quedaban a la perfección, y parecía ideal para las pruebas que suponían debían superar. Si, suponían, porque el equipo organizador del torneo decidió súbitamente no revelar en qué consistiría la primera prueba.
Pero igualmente los chicos se prepararon arduamente. Practicaron hechizos defensivos, estudiaron criaturas mágicas, por si debían luchar contra alguna, e incluso practicaron vuelo. Hugo, quien era el único que no pertenecía al equipo de Quidditch, resultó ser excelente en el arte de volar. Todos se preguntaron porque no quiso entrar al equipo, el solo se encogió de hombros y dijo que no le gustaba mucho el quidditch. Papá siempre dice que es un talento desperdiciado susurró ese día Rose, a espaldas de su hermano.
Ahora, en el día D el equipo 19 se sentía satisfactoriamente preparado.
Los siete miembros salieron de los camarines cuando escucharon nombrar su número. Y se quedaron con la boca abierta.
Lo que se alzaba ante ellos, definitivamente no se lo esperaban.
Una complicada red de anchos tubos negros elevados unos metros del suelo ocupaba todo lo que habitualmente era el campo de Quidditch.
¡WAAW!- exclamaron los chicos, mientras avanzaban hacía el lugar donde uno de los magos con capas rojas (los árbitros, según supusieron) los guiaba a una de las varias entradas del túnel.
Bien- comenzó la atrayente voz de Ambar, una vez que el último equipo (el nº 20) fue presentado- ahora que todos los equipos están presentes, procederé a explicar nuestra primera prueba. Esta se trata simplemente de encontrar la salida- simplemente no era la palabra adecuada pues incluso desde ahí afuera, la complicada red de túneles no parecía tener ninguna salida.- Pero, no crean que solo se trata de eso
adentro encontraran numerosas dificultades de distinta índole que deberán superar. Los siete integrantes deberán recorrer los túneles montados en escobas, que nosotros les entregaremos. Tienen 1 hora para completar la prueba, quienes sobrepasen ese tiempo serán eliminados del campeonato. En cambio, los puntajes de aquellos que logren terminar la prueba dentro del tiempo serán ponderados según cuanto hayan demorado y el desempeño que observe el jurado.
¿El desempeño que observe? ¿Pero una vez adentro nadie nos podrá ver?- preguntó Emily, amplificando su voz mágicamente para ser escuchada por el jurado ubicado en lo alto de las graderías.
Observe, señorita- contestó Ambar, con una media sonrisa de suficiencia. Dio la orden y cada uno de los árbitros, ubicados en cada una de las entradas, se introdujo en el túnel montado en su escoba. Los negros tubos se transparentaban cuando los árbitros pasaban y volvían a su negrura. Daba la impresión de que iban dejando una estela negra a su paso.
¿Contestada su pregunta, señorita Wood?- agregó Ambar, dirigiéndose a Emily que ahora asentía- Y bien, si no hay mas preguntas, por favor los participantes, colóquense en posición
¡Preparados! 3
2
1
¡COMIENCEN!
Con James a la cabeza, los chicos golpearon el suelo y se elevaron, entrando por la abertura que tenían justo sobre sus cabezas. Una vez adentro la negrura los envolvió. Seguro que los de afuera los veían perfectamente, pero ellos no veían nada más que oscuridad.
¡No veo nada! ¡Vamos a chocar!- chilló Rose, presa del pánico.
¡Lumos!- susurró Hugo, mirando significativamente a su hermana- ¡Y eso que tú eres la lista de la familia!- se burló. La muchacha enrojeció y encendió su varita, al igual que sus demás compañeros.
Aquí no hay nada peligroso
- susurró Derek, algo decepcionado.
¡Calma! ¡Ya encontraremos algo! ¡Sigan adelante!- instó James, aumentando la velocidad de su escoba.
Avanzaron varios minutos sin que nada los detuviera hasta que
¡AHHHHH!- unos horribles látigos que al parecer salían de las paredes del túnel, aprisionaban a Emily. Antes de que alguno de sus compañeros pudiera reaccionar, otros látigos comenzaron a salir de todos lados de la pared, amenazando con atraparlos a ellos también.
¡Diffindo!- chillaron los chicos, cortando los tentáculos. Pero a penas eliminaban uno otro nacía, ocupando su lugar.
¡Ahhh! ¡¡Harían el favor de soltarme!!- alegó Emily, casi sin aire.
Rápidamente, Albus apuntó su varita hacia ella y exclamó: ¡Relashio! Inmediatamente los tentáculos soltaron a Emily.
-¿Estás bien?- preguntó el chico. Ella asintió, respirando agitadamente.
¡Ah! ¡Estas cosas no desaparecen nunca!- alegó Derek- ¡Diffindo!-
¡¿No querías peligro?!- bromeó Scorpius- ¡Finite Incantantem!
El chico solo lo hacía por probar, no esperaba resultados. Pero, sorprendentemente, resultó. Los látigos desaparecieron de inmediato.
¡No creí que fuera tan fácil!- murmuró Rose, sonriéndole a su novio.
Yo creo que es solo el principio
- reflexionó Albus. Todos volvieron a montar en sus escobas, y continuaron el camino.
Lograron avanzar un gran trecho sin mayores contratiempos que algunos pasadizos que se contraían al pasar alguien, repentinos fuegos que les cortaban el camino y un bogart al que lograron vencer fácilmente.
Pero todo eso parecía ser solo el prefacio de lo que venía a continuación.
¡Ya casi llegamos! ¡Y solo ha pasado media hora!- celebró Hugo, encantado. Pero entonces
Un ruido como de alguien devorando salvajemente carne, los sobresaltó. Siguieron el sonido y descubrieron a una criatura de unos 4 metros de altura, con escamas de color cobre con distintivas crestas negras, y unos cortos cuernos, que engullía un gran trozo de carne cruda.
¡Sin duda es un Vipertooth Peruano!-exclamó Rose, sorprendida.
¿Un qué?- preguntaron Emily y Derek al mismo tiempo.
¡Un Vipertooth Peruano! ¡Es la especie más pequeña y peligrosa de dragón! ¡Las estudiamos! ¿Lo recuerdan? ¡Claramente no!- respondió Rose exasperada, y continuó- ¡Bueno, el hecho es que este dragón tiene una marcada preferencia
por
la carne
humana
!- terminó la chica con hilo de voz, ya que la criatura se había vuelto hacía ellos, mostrando sus colmillos, que Rose sabía, estaban llenos de veneno letal.
¡Petrificus Totalus!- exclamó Albus, instintivamente. Gran error, el hechizo no hizo ningún efecto en el dragón, pero si lo enojó mucho. Arremetió contra los chicos con peligrosa fiereza.
Albus se escabulló de él por pocos milímetros. El dragón se lanzó contra los demás, con clara intención de comérselos. Los chicos (que volaban hábilmente) se escapaban una y otra vez de las fauces del dragón.
¡Desmaius!- gritaban una y otra vez, pero los hechizos solo rebotaban contra las resistentes escamas del animal y aumentaban más su rabia.
¡Deténganse! ¡Tengo un plan!- bramó de pronto Scorpius, logrando hacerse oír por sobre los gritos de sus amigos y del propio dragón- ¡No le lancen más hechizos! ¡Déjenmelo a mí! ¡Hey tu! ¡Atrápame!- el dragón pareció entender la provocación, porque se dio vuelta inmediatamente en dirección al chico. Este reaccionó velozmente, y apuntó su varita hacia los ojos del dragón.
¡Hechizo conjuntivitis! ¡Buena idea Scorp! ¡Ya no puede vernos!- celebró Rose.
Pero aún puede olernos
- reflexionó Albus- debemos disimular nuestro olor
pero ¿Qué?
¡Si! ¡Están aquí!- murmuró Hugo, sacando algo de su bolsillo.
¿Qué cosa?- preguntó Emily, salvándose por porco de el ciegos movimientos del dragón, desesperado por no poder ver nada.
¡No hay tiempo de explicar!- replicó Hugo, y comenzó a lanzar cosas que los chicos no alcanzaron a distinguir. De pronto un asqueroso olor acompañado de un feo humo verde invadió el lugar.
¿Qué hiciste, Hugo?- alegó James, tosiendo.
Lancé pastillas-zorrillo. ¡Ahora el dragón no va a distinguir nuestro olor!- contestó el chico- ahora debemos irnos silenciosamente
Los siete jóvenes obedecieron al instante, bajaron la velocidad de sus escobas y avanzaron intentando no hacer ruido. La criatura se movía bruscamente, dando coletazos hacia todos lados. Era cierto que era una de las especies más pequeñas de dragón, pero en el reducido espacio del túnel, lo abracaba casi todo, dejando a los chicos casi sin escapatoria. Pero ya casi lo lograban, casi estaban fuera del peligro y veían la luz de la entrada, cuando
¡AHHHHHHHHHHHHH!- uno de los coletazos del dragón había alcanzado a Rose, haciéndole un gran corte en el brazo, y botándola de la escoba.
¡ROSE!- bramó Scorpius, lanzándose hacía ella, y por poco evitando que cayera.- ¿Estás bien?
-Si
- contestó la chica, agitada- Me duele pero
creo que
. estoy
bien
-
¡Y
el equipo 19 es el claro ganador! ¡Son los primeros en salir!- la voz del locutor (que ya no era Ambar, pues esas cosas no eran para ella) sonaba muy emocionaba, y sonreía.
Una sonrisa nada parecida a la de León Dixon y Ambar Handsome, quienes reían casi maliciosamente.
¡Si! Habíamos ganado, y estábamos felices, más que eso ¡Eufóricos!
Ahora estamos en una de las clásicas celebraciones clandestinas que nuestros nobles compañeros de Gryffindor (incluidos aquellos que no habían ganado la prueba) organizaron en nuestro honor.
Pero algo distinto se sentí en el ambiente esta vez. Pero ¿Qué era? ¿Envidia? No
los ojos de un envidioso tiene cierto brillo de malicia. No, los ojos de mis compañeros, muy por el contrario, se veían ausentes, apagados. ¿O es que yo me lo estoy imaginando?
Si, eso es... ¡Claro que me lo estoy imaginando! Aquí no hay nada raro
quizás solo están cansados
Y sin embargo, sus miradas no dejan de parecerme extrañamente perturbadoras
Lo peor es que lo mismo me ha estado pasando últimamente con Emily.
Yo sé que ella es una chica alegre, chispeante, siempre sonriendo de esa manera que me vuelve loco
Pero a veces
a veces cambia. Sus ojos pierden ese brillo especial, parece ausente y su mirada me perturba tanto como las de mis compañeros ahora.
¡Lo peor es que parece que solo yo me doy cuenta de estas cosas! ¿Es que acaso me estoy volviendo paranoico?
En esas cavilaciones estaba Albus, cuando su prima llegó a su lado, invitándolo a unirse al festejo.
Las siguientes semanas pasaron rápidamente para el equipo 19, dividiéndose entra las clases, los entrenamientos y otras distracciones propias de su edad.
Cuando llegó la fecha de la segunda prueba, estaban más que preparados, seguros de su triunfo.
Pero algo en el camino salió mal.
La segunda prueba era nada más y nada menos que en el Bosque Prohibido.
Raro, ¿No?- Señaló Derek- Considerando que el bosque está- dibujó comillas en el aire- Prohibido
Supongo que tendrán el lugar plagado de seguridad ¿No?- observó Rose sabiamente.
La prueba, al igual que la primera, parecía bastante simple. Solo debían encontrar las pistas del color correspondiente (rojas, en el caso de los chicos) y llegar a un tesoro en menos de 1 hora. Quien demorara más de ese tiempo quedaría eliminado inmediatamente.
¡Pero si es casi igual de boba que la anterior! ¡¿Para esto nos preparamos tanto?!- alegó James, decepcionado.
Aún no sabemos con qué nos encontraremos ahí adentro- apuntó Scorpius, con un brillo de entusiasmo en sus ojos grises.
¡Preparados!- la voz del comentarista desconocido los alertó- 3
- Rose tomó firmemente la mano de Scorpius- 2
- él le dio un leve apretón para infundirle seguridad. Ella suspiró-1
¡Comiencen!
Los chicos corrieron y se adentraron en la sobrecogedora oscuridad del Bosque Prohibido.
Caminaron largo rato, adentrándose más y más en aquella boca de lobo, mirando con atención a su alrededor, pero no encontraron nada. Ni una pista roja ni de ningún otro color, ninguna peligrosa criatura a la que enfrentarse.
¡Aquí no hay ninguna maldita cosa roja!- alegó Derek, enfadado, golpeando un árbol.
Pero estaba equivocado.
2 pequeños luceros rojos que parecían flotar en la oscuridad, se acocaban hacía ellos.
¿Será una pista¿- preguntó Hugo, caminando hacia los luceros.
¡ALTO AHI!-Bramó una voz ronca.
Fue ahí cuando comprendieron que esos no eran luceros ni pistas, si no los ojos de ese alguien que había gritado y que los apuntaba con su varita.- ¡NO SE MUEVAN! ¡LOS TENEMOS RODEADOS!
Los valientes chicos hicieron caso omiso a la advertencia y procedieron a apuntar con sus varitas también. De inmediato entendieron que realmente estaban rodeados.
Montones de ojos rojos comenzaron a aparecer a su alrededor, y avanzaban hacia ellos, acorralándolos, como queriendo demostrarles que no había escapatoria.
¡¿Qué quieren de nosotros?!- se atrevió a preguntar Rose, con la voz quebrada por el pánico, aferrándose a la mano de Scorpius.
A ustedes
eso es precisamente lo que queremos- susurró la misma voz ronca, lenta y maliciosamente. Luego, bruscamente, cambió su voz a un tono de mando- ¡ATAQUEN!
Inmediatamente los que antes parecían figuras difusas, ahora eran reales humanos, con expresión salvaje y siniestra, lanzándose hacía ellos como cazador a su presa.
¡Desmaius! ¡Petrificus Totalus!-los chicos lanzaban hechizos en todas direcciones, algunos de sus atacantes caían secamente al suelo, pero la mayoría esquivaba los ataques con gran habilidad.
¡Avada Ked
!- exclamó uno de los hombres, apuntando directamente hacia Albus, pero antes que terminara de pronunciar el maleficio, el que parecía ser su jefe, lo detuvo.
¡Para, imbécil! ¡Tenemos órdenes de llevarlos vivos!-
Vivos, no ilesos
¡Crucio!- A un costado de Albus, James era torturado por una despiadada chica cuyos ojos rojos brillaban por el placer que le producía la situación.
¡¡JAMES!!- bramó Albus. Desesperado.
De pronto, un odio infinito contra aquel monstruo que disfrutaba torturando a su hermano nació dentro de él, infundiéndole nuevas fuerzas para pelear.
¡Crucio! - Albus apuntó directamente hacia la chica, haciéndola caer y retorcerse de dolor. En ese momento, el muchacho se fijó en el rostro de la que había atacado.
¡EMILY!-
No, aquel monstruo no podía ser Emily. No, imposible
¡Emily había estado todo el tiempo a su lado!... ¿o no?
De pronto cayó en la cuenta que súbitamente había dejado de sentir la presencia de ella a su lado, de escuchar su voz
justo en el momento en el que los monstruos de ojos rojos aparecieron.
¡No! ¡Emily, no! ¡Tu no!- Albus cayó de rodillas al suelo, derrotado por el dolor de este nuevo y terrible descubrimiento.
¡Desmaius!. Fue lo último que oyó de los labios de la chica que amaba, antes de caer inerte junto al cuerpo de su hermano.
Final sin despedida
A metros de allí, Derek, Hugo, Rose y Scorpius luchaban tenazmente, sin percatarse de la desaparición repentina de Albus, James y Emily.
Rose logró aturdir al hombre con el que luchaba, lo que le dio una fracción de segundo para girarse y mirar a Scorpius, antes que otro monstruo se alzara contra ella.
El muchacho luchaba contra el jefe de la banda, un hombre de aspecto extremadamente aterrador.
El pánico la invadió. "¡Ese tipo lo va a matar!" En un intento desesperado, la chica corrió en ayuda de su novio, pero entonces reparó en algo.
Aquel monstruo de ojos rojos claramente no estaba utilizando todas sus capacidades contra Scorpius. Es más, le parecía que solo estaba alargando el combate para alejarlo de los demás, y luego
¡¡Scorpius!!- Rose olvidó todo lo demás y corrió hacia su novio. ¡Tenía que salvarlo!
¡Rose! ¡¿Qué haces?!- Exclamó Hugo, quien recién había tumbado a su contrincante.
No hubo tiempo de contestar. Aceleró el paso hacia la pareja de luchadores más alejada del grupo, aturdiendo a un par de enemigos al pasar.
¡¡Rose!!- intentó llamarla su hermano, pero una chica de ojos rojos se lanzó contra él para atacarlo.
¡¡Scorpius!! ¡¡Aléjate de ese monstruo ahora!!- Chilló Rose desesperada.
¡¡Rose!! ¡¡Vete de aquí!! ¡¡YA!!- La voz de Scorpius sonó acongojada, aunque no despegó los ojos de su opositor.
¡No me iré sin ti!- replicó la joven tajantemente.
¡Hazle caso a tu noviecito, niña! ¡Vete de aquí! ¡Esto no es contigo!- interrumpió fieramente el hombre gigantesco.
Esta intervención le dio a Scorpius un par de segundos para pensar.
Estaba seguro que Rose no cedería por mucho que él suplicara. Entonces, debía encontrar una manera de protegerla.
Repentinamente, se giró hacia su novia para hechizarla.
¡¿Qué
?!- exclamó Rose confundida.
En un segundo, varias cosas sucedieron a la vez.
El enemigo aprovechó la distracción de Scorpius para lanzarle una poderosa maldición, que lo derribó. Simultáneamente lo que parecía una gigantesca jaula de metal pesado cayó sobre ellos, encerrándolos en la más completa oscuridad.
Se acerca tu fin, niñito- el villano pronunció las palabras lentamente, como saboreándolas - ¡Expelliarmus!
Ahora Scorpius estaba completamente desprotegido.
Al igual que Rose, cuya varita había sido aplastada cuando cayó la jaula. Eso sin mencionar que los hechizos desilusionador, y silenciador de Scorpius la dejaron sin la menor posibilidad de ganar una lucha.
Ya verás los que les sucede a quienes se interponen en el camino de mi amo
¡Crucio!- El hombre se paseaba alrededor mirando con desprecio a Scorpius, que se retorcía de dolor.
Rose gritó pero su boca no emitió ningún sonido.
Quizás no lo parece
pero soy un hombre piadoso, a si que te daré a elegir
¿Prefieres
muerte rápida, o muerte lenta?- cada palabra que pronunciaba irradiaba crueldad.
Rose ni siquiera intentó controlarse. Olvidando su invisibilidad y mudez, se lanzó contra el gigantesco sujeto, colgándose de su espalda, y enterrándole los dedos en los ojos con todas sus fuerzas.
¡¡¡AHHHHHHHHH!!!- El villano dejó de torturar a Scorpius y se llevó las manos a los ojos con desesperación- ¡¿QUIEN ESTA AHI?!- Bramó una vez que se hubo desecho de su atacante, quien calló con un golpe seco al suelo.
Scorpius estaba horrorizado. Rose, a pesar de sus precauciones, había atacado y ahora volvía a estar en peligro. Se maldijo por no haberle lanzado también un hechizo inmovilizador.
¡¿Ella sigue aquí no es así?!- el hombre escudriñaba la oscuridad, tanteaba en el suelo buscando una figura extraña- ¡¿Dónde está?!- gritó hacia Scorpius- ¡¡DIME DONDE ESTA!! ¡¡CRUCIO!!
No
ella no
está
aquí
- el muchacho logró responder a pesar del dolor inmenso que lo traspasaba.
¡¡MIENTES!! ¡¡CRUCIO!!-
El dolor era aún más fuerte ahora, pero él solo podía pensar en una cosa: "Salvar a Rose"
Y ella tenía en su mano la única esperanza de salir de allí, la varita de Scorpius. Avanzó con sigilo, lista para atacar, cuando
¡Desmaius!- el villano se giró repentinamente, había escuchado pasos tras él y había visto una varita flotando. Casi da en el blanco. Rose se apartó justo a tiempo, pero aún así, el hechizo la alcanzó de refilón.
Nunca se había preguntado cuál era el resultado de un encantamiento que no daba directo en el objetivo.
Al parecer hacía efecto de todos modos, aunque más lento
Perdía la conciencia poco a poco, el entorno se volvía borroso y las voces se escuchaban lejanas. Una risa fría, gritos de dolor
la inconsciencia amenazaba con consumirla cuando
¡Avada Kedavra!-
Luego todo se apagó.
La Carta
¡Rose! ¡¡Rose!! ¡¡Despierta!! ¡¡Por favor!!-
La escena se presentaba difusa ante los ojos de Rose. No sabía dónde estaba, no recordaba cómo había llegado hasta allí.
Repentinamente, su mente recordó algo, y se vio invadida por el horror y la angustia.
¡Scorpius! ¡¿Dónde está?! -Su voz sonaba descontrolada.
Derek está buscándolo- contestó su hermano para tranquilizarla.
Justo en ese momento, Derek apareció en la escena, con heridas en la cara, la túnica desgarrada
y solo.
No está por ninguna parte- susurró abatido.
Todos temieron lo peor.
No
¡no puede ser! ¡no, no, no! - Rose se puso de pie, mirando a su alrededor con desesperación.
¿Qué no puede ser, Rose?- preguntó su hermano, aunque creía saber la respuesta.
Lo que yo oí
no es verdad- parecía hablar más para sí misma que para los demás- El no puede estar
- no se atrevió a pronunciar la palabra, pues el decirlo lo hacía más real. Aún así, la dolorosa seguridad de que estaba en lo cierto la sacudió desgarradoramente. Sus rodillas flaquearon, cayó al suelo abatida, con un torrente de silenciosas lágrimas corriendo por sus mejillas.
Sollozó. El imperceptible lamento fue aumentando de volumen junto con el dolor de su corazón. Aumentaba, llenándola toda, arrasándolo todo, expresándose en un grito desgarrador
Los tres chicos salieron del bosque. Sin poder sentir el alivio de estar a salvo, aterrados por la suerte de Albus, James y Emily. Sin poder creer la muerte de Scorpius.
Pero Rose no pensaba en nada de eso. Caminaba hacia su familia con la mirada ausente, sin ver, sin escuchar, sin sentir.
Estaba vacía, toda su alegría, toda la felicidad, toda la esperanza, todo sentimiento bueno que alguna vez existió dentro de ella, se había extinguido junto a Scorpius.
Su luz se apagó y solo quedó oscuridad.
Así sería el mundo desde ahora, penumbra, soledad, nada.
Pero el dolor era más fuerte que la nada. Más pronto de lo deseado la insensibilidad de su alma cedió, dando paso a un mar de dolor, que la inundó por completo, ahogándola, desbordándose por los ojos.
Las sombras se apoderaban de ella, acorralándola, desesperándola, matándola
Matándola
había encontrado la solución.
Vio una luz de esperanza.
La única forma de encontrar a Scorpius era seguirlo. La muerte había ocasionado el dolor, y la misma lo calmaría.
Rose se levantó de su cama, decidida.
¿Cuál sería la mejor manera de acabar con su vida?
Quizás, la maldición asesina
No, su nula experiencia en esto pondría en riesgo el éxito de su plan. No, debía encontrar algo que no requiriera de entrenamiento previo.
La luna iluminó de pronto el baúl entreabierto de una de sus compañeras de habitación. Un pequeño puñal brillaba intensamente, como invitándola.
Perfecto
- murmuró Rose, como si se preparase para asesinar a su peor enemigo.
Salió de su habitación cuidando hacer el menor ruido posible. No quería despertar a nadie que pudiera entrometerse.
Bajó las escaleras y comprobó que la sala estaba completamente vacía.
Estaba a punto de salir cuando de repentino pensamiento la detuvo en seco. Rostros con expresión de profundo dolor aparecieron ante ella.
Su familia, sus amigos
No podía marcharse sin decirles adiós. Debían saber que su partida era necesaria, tenía que decirles que no sufrieran por ella.
Encontró una pluma y un pergamino olvidados por alguien y comenzó a escribir:
"Perdón si los lastimo, pero espero que alguna vez logren entender lo que pues, créanme, es la mejor decisión.
Mamá, papá, hermanito, amigos, ustedes llenaron mi vida de felicidad, sepan que los amo y los amaré siempre. Pero la persona a quien más amo ya no está aquí, y es mi deseo buscarlo, donde quiera que el esté.
Repito, por favor perdónenme
Los amo mucho y no olviden que, de una u otra manera, estaré con ustedes."
Dejó la carta en la misma mesa donde la había escrito, segura que la encontrarían a la mañana siguiente, cuando todo hubiese acabado.
Luego tomó firmemente el puñal, encaminándose hacia su final.
Hugo se despertó sobresaltado. Por 5ta vez en la noche, las pesadillas le impedían dormir.
Su madre tendría que haber adivinado que luego de los horrores recientemente vividos, sería imposible dormir. Aún así lo habían obligado a ir a la cama.
Decidió bajar a la sala común, quizás Rose estaría allí. Estaba preocupado por ella, necesitaba verla y comprobar que al menos físicamente, estaba bien. Pero la sala común estaba completamente desierta. La recorrió entera con la mirada, hasta que a llamó su atención. Una carta sobre la mesa.
Se acercó y la tomó. Esa prolija escritura se le hacía muy familiar.
Tomó la carta sin vacilación y la abrió.
Hugo estaba impactado. No podía creer lo que leía. Lo único que atinó a hacer fue correr a dar la alerta.
No tenía idea de hace cuanto tiempo había sido escrita la carta, pero algo le decía que aún estaban a tiempo de salvarla de sí misma.
Llegó al gran salón, repletó de gente. Profesores, autoridades, periodistas, padres. Buscó entre ellos a los suyos.
Ahí estaban con expresión afligida, hablando con Harry y Ginny.
¡¡Mamá!! ¡¡Papá!! - gritó el niño, angustiado cuando llegó junto a ellos.
¡Hijo! ¿Qué sucede?- repuso Hermione, al ver las lágrimas en el rostro de su pequeño.
¡Rose! ¡¡Debemos salvarla! Ella
Ella quiere
- las palabras no lograban salir- ella va a
suicidarse
-terminó Hugo con un hilo de voz.
Pero
¡¿De qué estás hablando, Hugo?!- el terror se dibujaba en el rostro de Ron.
El muchacho extendió la mano y le entregó la carta a su padre.
Tal como le había sucedido antes a Hugo, Ron y Hermione cayeron rápidamente en la desesperación.
¡¡Hay que buscarla!! ¡Quizás aún estamos a tiempo! ¡Debemos salvarla!- urgió Hugo, con voz ahogada.
A unos pasos de allí, alguien había escuchado todo y ya se había puesto en marcha
Lo intentó una vez más
tomó la daga, y la colocó justo encima de su corazón
presionó con fuerza
¡Ahhh! Dolía
estaba funcionando
un poco más y ya todo estaría acabado
¡Accio!- antes que Rose pudiera dar el paso final, el arma mortal voló de sus manos - ¡Rose! ¡No lo hagas! ¡¡Por favor!!Ella no alzó la vista. León cayó de rodillas al suelo a su lado, con una expresión de real dolor. Porque eso era lo que sentía. Ver a su amada así era más de lo que podía soportar
¡Estás herida!- una mancha roja estaba apareciendo en la blusa de Rose. Los ojos de León Dixon se abrieron horrorizados. Sin pensarlo dos veces, tomó a la muchacha en sus brazos, y salió del bosque. La chica no opuso resistencia
¿estaba desmayada? León bajó la vista y con pesadumbre vio que estaba en lo cierto. ¿Qué tan profundamente había alcanzado a herirse? ¿Ya era demasiado tarde?
*************************************************************************************************************************** Aquí están los hijos de Potter, Fedor
- Ámbar Handsome avanzó con su habitual elegancia, por una larga y poco iluminada habitación, donde, en altura se ubicaba lo que parecía ser un trono. Para ti
señor- le corrigió la grave voz de Fedor Dixon. Su tono era extrañamente aterciopelado y amenazante a la vez. Lo siento
señor
- Ámbar bajó la cabeza, sumisa. Vaya, vaya
muy eficiente trabajo, Ámbar.- Fedor se levantó de su trono. Su imponente figura fue iluminada por una de las antorchas. Era alto, rubio, corpulento. Caminaba con la elegancia de un rey. Observó detenidamente a los dos chicos, sostenidos por dos tipos gigantescos, ya que los prisioneros no parecían capaces de mantenerse en pie.- ¿Solo dos? Pensé que eran 3
Yo
no pude
conseguir a la niña, señor
- Ámbar seguía con la mirada en el suelo. Su voz era temblorosa. Fedor se acercó lentamente a la mujer, y puso una mano bajo su barbilla para levantarle la vista.-Podrías haber hecho un mejor trabajo
lo sabes.- se inclinó un poco más sobre ella, sus rostros casi se tocaban- Pero, estoy de buen humor
No te castigaré, pues sé que con estos dos será suficiente. Sin embargo, te advierto
no permitiré más fallas en el plan. Dixon se alejó, y Ámbar volvió a respirar. Ahora
¡llévatelos! Luego veré que hago con ellos
- Ya oyeron al señor- la voz de Handsome volvió a ser segura cuando les dio la orden a sus guardias -¡Andando! ***************************************************************************************************************************Parecía demasiado. Era dolorosamente imposible que la catástrofe se hubiera desatado en tan solo unas horas, revolucionando las vidas de todos.Albus, James
desaparecidos
Y ahora, su propia hija, Rose, en una cama del ala del hospital, después de un intento fallido de suicidio.Hermione Weasley se aferró a su hijo pequeño y a su esposo con desesperación. Había luchado tanto para vencer a las tinieblas, y ahora ellas se volvían a apoderar de todo lo que amaba.León
muchas gracias
yo
no sé qué habría pasado si tu no hubieses llegado a tiempo a rescatarla- Hermione miró con cierto alivio a Rose, aún dormida, y luego alzó la vista hacia el apuesto muchacho sentado en la cama de enfrente.No me agradezca, señora Weasley- León le sonrió amablemente- Jamás me habría perdonado si a Rose le hubiese pasado algo
era mi deber.Era extraño, el nivel de compromiso que aquel chico parecía tener con su hija, pensó la madre. Nunca había escuchado a Rose hablar de León Dixon, ni siquiera al pasar. ¿Sería un amigo cercano? Raro
Pero su mente rápidamente olvidó este enigma, tenía demasiados problemas en los que pensar, y lo importante era que, amigo o no, aquel niño había salvado a su hija, y ella le estaba agradecida.¿Mamá?- la temblorosa voz de Rose sorprendió a todos los presentes- ¿Papá?¡Rose!- fue Hugo quien saltó primero, e hizo el ademán de abrazar a su hermana. Tranquilo, pequeño, ella aún está delicada
- Ron detuvo a su hijo con una sonrisa. Estaba realmente aliviado. Su hija estaba sana y salva. No importaba nada más.Alivio era todo lo contrario a lo que sentía Rose. ¿Sus padres? ¿Sus hermanos? ¿La enfermería del colegio? No
definitivamente la muerte no era así. No
algo había salido mal en su plan. Pero no podía recordar qué
¿Cómo te sientes, pequeña?- la calidez de ese contacto, la calidez de esa voz
la hizo retroceder algunos años
mamá
un abrazo
el único remedio contra las pesadillas de infancia. El único remedio contra las sombras que ahora la rodeaban. Rose abrazó a su madre con fuerza y se largó a llorar. Se aferró a ella como se aferraba ahora a la vida. Se dio cuenta que lo que había intentado hacer era una estupidez. Ella no quería morir. No podía morir. El dolor por la pérdida de Scorpius no había disminuido, pero algo en su interior le decía que tenía la fortaleza para enfrentar las tinieblas, luchar por él, luchar por Albus, luchar por James, Emily, por mamá, por papá, por Hugo
Vencer. Y lo iba a lograr, no estaba sola. Nunca lo estaría. Agradecía a quien quiera que la hubiese salvado de cometer una idiotez.Una vez que sus sollozos se calmaron, fue capaz de articular palabras de nuevo. ¿Qué
fue lo que pasó? ¿Cómo es qué estoy aquí?- preguntó ansiosa.Agradécele a este muchacho
- contestó su padre señalando a León- él fue quien te encontró en el bosque
y te trajo junto a nosotros, a salvo
Rose miró en la dirección que Ron había indicado, y ahí estaba él, hermoso, radiante
y desagradable. ¿Él? ¿ÉL era su héroe? ¿Por qué? ¿Tú?...- la muchacha no hizo esfuerzos de disimular el desdén de su tono.La respuesta desarmó la perfecta expresión de triunfo del joven. Definitivamente no era la respuesta que esperaba.¡Rose! Él fue quien te salvó
- regañó su madre, también desconcertada.Rose fulminó a León con la mirada. No sabía por qué, pero algo le decía que no debía fiarse de aquel individuo. Dale las gracias
- pidió Hermione nuevamente.Gracias- contestó la chica secamente. Algo extraño y siniestro rodeaba a León Dixon, eso lo sabía desde el primer momento en que lo vio
pero tenía la sensación que ahora ese misterio era de vital importancia
y lo iba a descifrar
Todas las sospechas que Rose pudo tener alguna vez, sehabían desvanecido. ¿León Dixon siniestro? ¿Extraño? ¡Vaya que mala impresiónhabía tenido de él!
Inesperado cambio, considerando lo segura que había estadode su impresión sobre León. Pero es que su personalidad era irresistible, noexistía absolutamente nadie que no hubiese caído rendido ante sus encantos. Elera todo lo que una chica podía desear. Inteligente, amable, amistoso,preocupado, generoso. Y además muy guapo.
Habían pasado unos meses desde la desaparición de Albus ,James y Emily
Y de la muerte de Scorpius. La herida que él había dejado en Rosejamás sanaría, de eso estaba segura. Peroestaba aprendiendo a vivir con ella. Y sabía que lo lograría, pues tenía a sulado a su familia
y también a León.
Rose repreguntaba Cómo no se había dado cuenta antes de lahermosa persona que era él. Luego de haberla salvado del suicidio, no se moviódel hospital ni un minuto. En un
principio aquello la irritó, pero poco a poco León fueconvenciéndola. Se convirtió en su amigo, la escuchaba, la comprendía, y sinque Rose se diese cuenta, él ya era parte de su vida.
¿Acaso sentía algomás por él? No
no aún, le decían todos.
Y es que todos ya sentían a León Dixon como uno más de subando. El joven se había vuelto una pieza importante en al búsqueda de lohermanos Potter. Los acompañó en cada expedición de búsqueda, muchas vecesarriesgando su propia integridad.
Pero la búsqueda no avanzaba demasiado.
Mientras tanto, el mundo mágico estaba ahora hecho un caos. Depronto la situación política se complicó de forma inesperada, con la apariciónde un tal Fedor Robb, un extranjero que consiguió un alto cargo en elMinisterio de Magia, y que en pocos meses alcanzó una increíble popularidad, alpunto que cuando sucedió el desastre en Hogwarts, la comunidad mágica consideróque aquello había sido una incompetencia del ministro de magia, exigiendo quedejase su cargo, y proclamando a Fedor como su lógico sucesor. Al principio, elministro ignoró las quejas, pero pronto la presión se volvió intolerable. FedorRobb era ahora el nuevo ministro de magia.
Todo aquello resultaba demasiado sospechoso, y cualquierpersona con un mínimo de entendimiento podía darse cuenta. Pero la mayoría parecíanestar conformes con el cambio. Si bien el nuevo gobierno tuvo en un principiouna fuerte oposición, ésta fue volviéndose cada vez más minoritaria. El gobiernode Fedor era tiránico. Su gobierno volvía a marcar las diferencias entre los SangrePura y los Sangre Sucia, algo que el mundo mágico había logrado superar hacetiempo. Las medidas represivas se hacían cada vez más notorias, y nadie hacía nadapor detener este nuevo régimen. Quizás el pueblo estaba asustado
Harry Potter, en su posición de jefe de la oficina deAurors, hacía todo lo posible por luchar contra Fedor, y convencer a la gentedel error que estaban cometiendo al adular a aquel odioso personaje. Pero laprioridad era ahora encontrar a sus hijos por lo cual no era mucho lo que podíahacer.
El mundo estaba siendo devorado lentamente por lastinieblas, pero solo unos pocos se daban cuenta
Ya has conseguido todo lo que el Ministerio puede dar,Padre. Ya es hora de continuar con el plan- dijo León a su padre, seriamente.
Tienes razón, ya es momento de completar nuestros planes-respondió Fedor, con una sonrisa malévola- Las cosas han resultado mejor de loque yo esperaba
y todo gracias a ti, Hijo.
Nada era más cierto que aquello. Resultó que el encaprichamientode León con aquella chica fue más productivo de lo que nunca hubiese imaginado.Simultáneamente con ganarse el amor de Rose, León se había ganado al confianzade todos los demás. Todos confiaban en él, y él los llevaba por el ladoequivocado. Por eso nada de lo que emprendían daba resultados. León losmanipulaba imperceptiblemente. Los únicos reales rivales del nuevo imperio,estaban bajo control.
También Ámbar había sido eficiente en su trabajo. La razónpor la cual la comunidad mágica no se alzaba contra Fedor, era porque muchosestaban bajo el efecto de aquel raro hechizo, hipnotizados, en palabras muggle.Y el número de hechizados aumentaba cada día. El ejército personal de los Dixonaumentaba cada día.
-Solo nos falta la última pieza, León
Quiero a la menor delos Potter
Allí, enmedio de una montaña, en un territorio olvidado, donde nadie esperabaencontrarla, se encontraba una desvencijada casita, de cuya chimenea salíatímidamente un humo gris. Justo frente a ella un hombre grande, ya entrado enaños, tomaba el té junto a un chico de unos 15 años, rubio y pálido, conheridas mal curadas en el rostro y los brazos, de aspecto demacrado y triste.
¿No seráhora de actuar ya?- preguntó el hombre con voz gastada - Ya han pasado variosmeses, mientras nosotros perdemos el tiempo, ellos adquieren cada vez máspoder.
Tienesrazón- contestó el joven con aire pensativo- es solo que
no se si estamos losuficientemente preparados.
¡Porsupuesto que lo estamos! ¡No podríamos estar más preparados que ahora!-
¿Será
? -preguntó con inseguridad.
No losabremos hasta que luchemos
pero, confía en mí, tenemos una buena oportunidadde vencer.
Scorpius nodijo nada. Recordó entonces en todo lo que había tenido que pasar durante estosmeses. Jamás se había creído capaz de soportar tanto dolor. Sin embargo, seguíavivo y luchando. Había logrado escapar, por cosa de milagro, de las garras delos secuaces de su odiado primo León. Resultó que aquella maldición asesina nodio en el blanco. Pero él tuvo que fingir que si lo había hecho. Desde elmomento mismo en que aquellos zombies de ojos rojos lo habían atrapado, se diocuenta que habían sido mandados específicamente para matarlo. Así que se dejócargar por su supuesto asesino, que era lo bastante estúpido como para nopercibir que su víctima respiraba aún. Ambos aparecieron en un lugar queScorpius no supo reconocer. Su captor caminóunas horas luego de eso, y de pronto lo tiró sin mucha delicadeza al suelo.Scorpius escuchó entonces, como el hombre conversaba con otro, contándole queya había logrado matar al chico, "tal y como el amo León lo había solicitado". Enun momento, tanto el secuestrador como su amigo sacaron unos tragos, y bebieronhasta quedar desmayados. Scorpius entonces aprovechó la oportunidad de escapar,antes que alguno de ellos despertara y decidiera enterrar al cuerpo.
¿Qué hacer?recordaba haberse preguntado entonces. Su primer instinto era volverinmediatamente con su familia y amigos, con Rose, averiguar si estaban bien ycontar todo. Pero de pronto algo lo detuvo. No, eso no era un plan inteligente.Ahora era conciente del poder que León tenía. No es que tuviese miedo de él,pero lo peor que podía hacer ahora era subestimar a su enemigo. No, debía sercuidadoso, averiguar lo que más pudiese sobre León, para así, al momento devolver, estar preparado. Estaba desesperado por volver con Rose, saber queestaba bien
pero no podía, no aún al menos.
Vagócompletamente solo por aquel lugar desconocido por algunas semanas. Hasta quese encontró con el viejo Rob, el hombre que ahora lo acompañaba. Lo encontró undía muy parecido al de hoy, tomando el té tranquilamente fuera de su cabaña enmedio de las montañas. Rob había sido la salvación de Scorpius. Gracias a élhabía logrado toda la información que manejaba ahora sobre León. Juntos habíanatrapado a algunos de los miembros del ejército de León, y se habían dadocuenta que estaban hechizados. León y su padre habían sido lo suficientementeinteligentes para no revelar a nadie de su ejército sus verdaderos planes. Peroya el mero hecho de tener a la gente hechizada no era presagio de nada bueno.También gracias a Rob, ahora ambos habían logrado reunir a un gran ejército deresistencia, que funcionaba en la clandestinidad, sin que nadie del bando enemigo se enterara.
Scorpiushabía encontrado también a sus padres. Más bien ellos lo encontraron a él.Cuando se enteraron de la muerte del hijo, no se resignaron. El cuerpo jamáshabía sido encontrado, así que aferrados a la esperanza que aún estuviese convida, se lanzaron en su búsqueda. Y tuvieron éxito. Scorpius no recordabahaberse alegrado tanto de ver a su padre como cuando se reencontraron, y seabrazaron con desesperación, con alegría infinita.
Sus padrestambién habían contribuido a aumentar el número de miembros de la resistencia,y eran además la pieza clave del plan para vencer los Dixon. Fue muy difícilconvencer a Draco de no asesinar a León. ¿Cómo convencer a un padre que matandoal hombre que quiso eliminar a su hijo, no ayudaba a nadie? Por suerte, lograrondetenerlo. Ahora, tanto él como Astoria, habían hecho un enorme esfuerzointerpretativo para actuar como aliados cercanos de Fedor. así era como habíanlogrado enterarse que, lamentablemente, León tenía una privilegiada posiciónentre los más fervientes detractores del gobierno de Fedor: Los Potter y losWeasley. Aún peor, se había ganado el cariño y la confianza de Rose.
Si, Robtenía razón.
Lamentablemente,Los Dixon tampoco habían revelado nada sobre sus planes específicos a losMalfoy.
Ya era hora de actuar. Aquello no podía seguirasí. Mientras más tiempo pasara Rose al lado del siniestro León, más peligrocorría.
Rob
esverdad: ya es la hora
- Scorpius se levantó con decisión de su silla - Avisa alos demás que se preparen
en unos días más todo esto se habrá acabado.
Ya es lahora
- la voz profunda de Fedor - ahora que ya tengo a la pequeña
solo faltaque traigas a Potter aquí, León.
Esta bien
-comentó este con voz aburrida- ¿para cuando los quieres?
Mañana
-
Deacuerdo
- León tuvo que reprimir una sonrisa. Pobre Fedor
se veía tan relajado,pensando que, una vez que lograra su cometido con los Potter, podría asentar supoder con tranquilidad. No adivinaba el gran golpe que su hijo le teníapreparado.
¡Harry!¡Harry! - León se presentó agitado, en la sala de la casa de los Potter- ¡Creo
creo que se dónde están tus hijos! ¡Debemos ir! ¡Debemos ir ahora!
En la salahubo diferentes reacciones: Harry y Ginny se levantaron inmediatamente, amboscon ojos marcados por el dolor, pero decididos a luchar por sus hijos. Ron,Hermione, Rose, permanecieron sentados, atónitos. Luego de unos momentos selevantaron los tres, listos para partir.
¡Llévanosal lugar! ¡Pero Ya! - exclamó Harry con desesperación.
Si
- Leóncaminó directo hacia Rose y, tomando su rostro entre las manos, mirándoladirecto a los ojos, le dijo: No vayas
por favor
¡Debo ir!-dijo ella, sosteniéndole la mirada firmemente- ¡Son mis primos! ¡Debosalvarlos!
¡Tranquila!¡Nosotros nos encargaremos de eso! ¡Juro que los traeré sanos y salvos! Pero
¡Por favor, quédate aquí! - León realmente no quería que Rose presenciara elespectáculo que estaba a punto de suceder. No sería nada lindo para ella, yprobablemente, tampoco fuera conveniente para él tenerla como testigo.
Rosie
Leóntiene razón
no es necesario que vayas- interrumpió entonces Ron - Va a ser peligroso.
¡Papá! ¡Nopuedes hacerme esto! ¡No puedes dejarme aquí!-
Hija
entiende
es por tu bien
- Hermione se acercó a su hija, para abrazarla - quédate aquícon los demás. Es lo mejor.
Pero
-
No Rose, noirás- sentenció la madre, ahora con dureza - Nos encargaremos de esto
- ydulcificando la voz, terminó - tranquila, todo saldrá bien.
Rosesuspiró resignada. Se despidió de cada uno con un fuerte abrazo, deseándolessuerte. Cuando le tocó el turno a León, esté la besó en la frente y luego laestrechó entre sus brazos:
-Prontotodo estará bien, y podremos estar felices
juntos.
Roseasintió con tristeza, bajando la mirada.
Un segundodespués, todos habían desaparecido.
Dime donde queda el escondite de tu amo ¡AHORA!- bramó DracornMalfoy en el oído de una mujer a quien tenía fuertemente agarrada por losrnbrazos, amenazándola con la varita enterrada en su cuello.
No
lo haré
- respondió ella con dificultad.
Draco hundió un poco más la varita en su piel, y esta vezrnsusurró con amenazante suavidad:
Puedo matarte
sabes eso
Puedo matarte aquí y ahora. No lernimportarás a nadie
ni siquiera a tu querido amo
-
Podía sentir como el corazón de Ámbar Handsome se agitaba alrnigual que su respiración. Sus ojos se llenaron de espanto.
¡HABLA!- insistió Malfoy.
Por fin, ella respondió:
Te lo diré
pero, ¡Por favor! Déjame ir luego
Cuando Fedorrnse entere de esto
¡va a matarme! - lo dijo con verdadero horror.
Dame la dirección y ya veremos que hacer contigo
-
Ella escribió la dirección en un papel, que entregó a Draco.rn
Espero que esta sea la dirección correcta
o si no
Ya sabesrnlo que te espera
- amenazó.
Pero la mujer se veía tan asustada, que remotamente sernatrevería a dar una dirección falsa.
Aún así, el hombre se aseguró de amarrar a su prisionera yrncerrar bien la llave de su prisión.
Una vez que todo haya acabado
serás libre.- Y diciendornesto, desapareció.
Lejos de allí, Scorpius, Astoria, Rob esperaban larninformación del padre.
Cuando llegó, dijo triunfante:
Ya la tengo
¡aquí está!-
Bien
¡Debemos irnos!- exclamórnScorpius. Y diciendo esto, él y su familia desaparecieron. rnrn
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Aparecieronrnen un cuarto gigantesco, con piso de oscura madera, frío y completamente vacío.rn
rnrnLeón
aquírnno hay nadie
-susurró Ginny con desesperanza.
Espera
-comentórnel aludido con tranquilidad.
Tranquilos
rnno tendrán que esperar demasiado
- La voz y los pasos de Fedor Dixon hicieronrneco en la habitación.
Tú
.- espetó Harry con odio.
Si Potter
rnyo
- y rió con fuerza - Todo este tiempo , tan cerca de ti
y no pudisterndetenerme
Incompetente.
Harry y Ronrnse lanzaron hacia él con las varitas en alto y una expresión salvaje.
rnrnrnrn¡Alto! Unrnpaso más y los mato
- amenazó Fedor con tranquilidad. Un segundo despuésrnaparecieron los niños : James, Albus y Lily, empujados con brusquedad por tresrnhechizados sirvientes. La chica que sostenía a Lily no era otra que larndesdichada Emily.
Los dos serndetuvieron al instante, al tiempo que Ginny daba un grito desesperado yrnavanzaba hacia sus hijos.
rnrnrnrn¡Ah! ¿Quérnfue lo que dije? - Fedor apuntó la varita hacia Albus, diciendo: ¡Crucio!
rnrnEl chicorncomenzó a retorcerse de forma antinatural, lanzando gritos desgarradores.
rnrnrnrn¡NO!-rngritaron los cuatro a la vez. Ginny cayó de rodillas al suelo, derrumbada porrnel dolor.
rnrnrnrnAl fin,rnFedor se detuvo.
rnrnrnrnBuenarnchica
-
¿Quérnquieres de nosotros?- preguntó Harry con la mirada cargada de dolor y desafío.
rnrnrnrn¡Ah!rnEsperaba que lo preguntaras
Lo que quiero es muy simple, en realidad.rnAbsurdamente simple. Quiero tu vida, Potter.-
Todos sernquedaron paralizados un momento. Mirándose unos a otros con extrañeza.
rnrnrnrn¿Por qué? -rnEsta vez fue Hermione la que habló.
rnrnrnrn¿Por qué,rnsangre sucia? Otra respuesta muy simple: Venganza - contestó Fedor conrndesprecio.
rnrnrnrn¿Venganza?rn¿De qué?-
rnrnrnrnTal vezrnconserves algún recuerdo de mi padre, Potter. - Harry lo observó expectante -rn¿No? Te suena acaso el nombre
Lord Voldemort.
Se oyeronrnjadeos de sorpresa.
rnrn¿Padre? -
rnrnSi, Potter,rnpadre. No voy a explicarte los detalles familiares, no te corresponde
-
Harry Potter no podía creer lo que escuchaba. Aquellarncriatura desagradable, que había marcado su vida, y de quien creía habersernliberado completamente hace 24 años, volvía ahora para arruinarle la vida unarnvez más. No iba a permitirlo
¡NO!
¡NO! -
rnrnrnrn¿No, Potter? La solución es muy fácil
Entrégate
.-
Harry dio un paso adelante.
rnrn
¡AVADA
!-
¡EXPELLIARMUS! - Scorpius detuvo la maldición de Fedor, quernapuntaba con su varita hacia Harry, de rodillas y con la cabeza baja a susrnpies.
rnrnrnrn¡¿Pero que
?!- comenzó León - ¡¡Tú!! - bramó entonces conrnhorror.
Si, yo Dixon
- respondió el chico con frialdad -rn¿Sorprendido? La próxima vez que mandes a matar a alguien, asegúrate derncontratar gente competente.
León lo observó con ira, y en una reacción instintiva,rnavanzó hacia él con la varita en alto. Pero tuvo que detenerse. Scorpius Malfoyrnno venía solo: tras él, sus padres, Rob
y más de un centenar de personas, conrnsus varitas en alto y expresión decidida. Dispuestos a luchar por recuperar larnlibertad del mundo mágico, de una vez y para siempre.
-¿Y con esta miserable gentuza piensas vencerme? - esta vezrnera Fedor el que hablaba, con profundo desprecio. Con una maliciosa mediarnsonrisa, alzó su varita y dibujó un círculo sobre su cabeza. Al instante yrndesde todas las direcciones, comenzaron a aparecerse más y más personas, dernrojos ojos, de ropas negras. Fácilmente miles.
rnrn-¿Qué dices ahora, Malfoy? - espetó Fedor.
rnrnrnrnMalfoys, Weasleys, Potters se miraron unos a otros con terror.rnPero pronto se recuperaron. Esto ya lo habían vivido. Superados en número, perornjamás en valor y fuerza.
rnrn-¡ATAQUEN! - Bramó el líder de los de ojos rojos.
rnrnEl ejército de Scorpius lanzó también un grito para darsernánimos, y la batalla comenzó.
rnrnLos hechizos iban de un lado a otro. Caían muchos, muertos,rngravemente heridos. Aún en pie, los héroes de antaño luchaban con fiereza:rnHarry, Ron y Hermione. Ginny. También estaban allí Luna, Neville, Dean, OliverrnWord buscando desesperadamente a su hija entre la gente. Draco, luchando por surnhijo, valientemente, como nunca antes.
rnrnEntre tanto caos, Lily, James y Albus habían logradornliberarse, y luchaban también con sorprendente habilidad.
rnrnLeón, miraba la escena desde una esquina, sin luchar. Esternera su momento, aquel que había esperado tanto y que había preparado con tantornesmero. Con una media sonrisa, desapareció de ahí.
*********************************************************************************-Rose
-susurró León en el oído de la muchacha, que nerviosarny con los ojos brillantes, sostenía el rostro entre sus manos.
-León
¿Qué pasó? ¿Por qué volviste? ¿Y mis padres? ¿Y misrnprimos? ¿Están todos bien? -soltó todas esas preguntas acumuladas en las horasrnde espera, mirando a León con desesperación. Se encontró con su expresiónrnsegura y serena, encantadora, o casi. Casi, porque siempre, siempre que Rosernintentaba convencerse que aquel chico podía ser el indicado, le aparecía larnsonrisa de Scorpius, y su corazón se retorcía de dolor.
-Tranquila
ven conmigo, te llevaré con ellos -
Eso no respondía ninguna de sus preguntas. Y es que León nornera capaz de mentirle. Podía mentirle a su padre, al mundo entero, pero no arnella. A ella su amor. A ella, su mayor conquista. A ella, que con una solarnmirada podía llevarlo al cielo, o destruirlo. Por suerte, hace tiempo que Rosernhabía dejado de mirarlo con odio, para mirarlo con simpatía, y pronto, estabarnseguro, con amor.
Rose no tuvo otra opción, más que seguirlo. Sucediera lo qeu sucediera, tenía que estar allí.
La escena que Rose estaba presenciando, era lejos, lo máshorrendo que había visto en su vida. Una estancia oscura, repleta de personastiradas en el suelo, cuerpos, muerte, arrumadas, unas sobre otras, vacías,tristes. Los que quedaban vivos, eran apresados por las mismas criaturas deojos rojos que había visto en el torneo. Allí los vio a todos, en fila. Suspadres, sus tíos, Harry, Ginny, su hermano (¿Cómo había llegado allí?) Susprimos, el profesor Neville, Luna, Draco y Astoria Malfoy, un hombre viejo aquien no reconoció y
No podía creerlo. Ese rostro, tan querido, tan añorado,soñado durante tantas noches, estaba allí, demacrado y herido, tal vez, perovivo, vivo por sobre todo., Vivo como ella había estado deseando todos estosmeses.
- ¡Scorpius! - cayó al suelo, sollozando. Scorpius alzóla cabeza, y la vio. Se alegró de verla tan saludable. La espera había validola pena.
-¡Rose! - exclamó él.
-¡Rose!- Exclamaron Ron y Hermione al mismo tiempo. -¡VETEDE AQUÍ, AHORA!
-¿Qué sucede aquí? -comenzó ella, pero la interrumpió la vozfiera de Fedor.
-¡CALLATE NIÑA! ¡En poco, tú y toda tu sucia familia estaránmuertos y al fin YO reinaré en este mundo! ¡Cómo siempre debió haber sido! Todoera silencio sepulcral. Respiraciones agitadas. Terror.
Muy cerca de Fedor, un corazón roto. León Dixon miraba aRose sin poder creer lo que veía. ¿Seguía amando a ese idiota de Malfoy? ¿Ydónde quedaban SUS esfuerzos? ¿Acaso no valían nada para ella? No podía ser, no, no
Él, más alto, más bello, más inteligente, ¿Rechazado por un escuálido einsignificante muchacho? ¡Niña tonta! La observó de nuevo. Y se maldijo porhaberlo pensado. Tan bella y delicada como una Rosa. No podía odiarla nisiquiera ahora.
-¡LA SANGRE DE LORD VOLDEMORT VUELVE EN GLORIA Y MAJESTAD!
Los bramidos de su padre, interrumpieron las cavilaciones deLeón. Volvió a la realidad. Más tarde se ocuparía de Malfoy. Primero era elturno de Fedor.
- Comenzaré contigo Potter
- Una vez más avanzó hacia Harry,a paso lento, disfrutando el momento. Alzó su varita. Él no hizo ademán dedefenderse. Los demás si.
-¡¡HARRY NO!! -
-¡¡PAPÁ!!
-¡AVADA
.!
-¡CRUCIO!
León apuntaba a su padre, y viéndolo retorcerse en el suelode dolor, reía. Se detuvo. Fedor lo observó con profundo odio y dijo:
-¡¿Qué crees que haces?!
-Lo mismo que tú hiciste con mi madre, ¿Lo recuerdas? - laserenidad de León era tal, que casi espantaba. - ¿Siquiera
la recuerdas? Noseguro que no - comenzó a pasearse a su lado, al tiempo que el padre volvía aretorcerse - Te casaste con ella, me dejaste nacer, pero nunca la visterealmente. No viste sus ojos bondadosos, amándote a pesar de todo. La usaste,la paseaste como un trofeo, entre tus amigos. Y ella, con su cabeza gacha, loaceptó, porque te amaba. ¿Quién sabe por qué? - Fedor cada vez gritaba másfuerte, pero la voz de León se imponía. Continuaba dando vueltas a sualrededor. - ¿Cómo alguien tan perfecto puede llegar a enamorarse de un serdespreciable como tú? Nunca la quisiste. Tampoco a mí. Solo te interesaba esestúpida historia de tu padre, de devolverle su gloria. Por eso la dejastemorir. Por eso la mataste. La fuiste secando. De a poco. Tu frialdad fue elveneno que la fue destruyendo, día a día, sin piedad. Yo la vi apagarse. Vi susojos perder la alegría, la vi enflaquecer, la vi odiarse a si misma por no sercapaz de ganar realmente tu aprecio. Y estuve allí ese día. En que tomó elcuchillo, y lo enterró lentamente, en su vientre - Ahora León parecía estarllorando - ¿ACASO TU LA VISTE? -gritaba de forma desgarradora -¿ACASO LA OÍSTEPEDIR PERDON? ¿LA OÍSTE SUSURRAR TU NOMBRE POR ULTIMA VEZ? ¡CRUCIO!¡SECTUMSEMPRA! -Fedor se retorcía y sangraba de una forma horrible - ¡SUFRE!¡GRITA COMO ELLA LO HIZO! ¡MORIRÁS COMO EL PERRO QUE ERES! ¡SIN GLORIA , SINPODER SIN NADA! - ahora bajó la voz, y medio riendo, dijo:
-Haz perdido Fedor Dixon
¡Avada kedavra! -
Ante la mirada atónita de todos, Fedor Dixon yacía muerto, amanos de su único hijo.
Nadie fue capaz de hablar. Lo que habían visto era tanprofundamente impactante. Además, aún estaba la incertidumbre de que pasaríacon ellos.
-No teman
Respetaré sus vidas
siempre y cuando, ya saben, notengan la osadía de desafiarme
Fedor está muerto, es cierto, pero yo aúnconservo todo su poder, porque
no lo olviden, soy el heredero- León sonrió consarcasmo - Ahora
¡Scorpius! ¡Levántate! ¡Imperio!
Él chico se levantó contra su voluntad. Draco quiso ir en suayuda, pero se dio cuenta que todos estaban extrañamente inmovilizados.
-La clemencia no me alcanza para ti
Scorpius Malfoy
-Loapuntó con la varita, Scorpius le sostuvo la mirada, desafiante.
-¡LEON, NO!- Rose corría hacía ambos. El joven se volteó. -No te metas en esto
Pronto nos habremos librado e su asquerosa presencia.
Ella lo miró a los ojos, y con mucho esfuerzo, logró ocultarsu odio profundo. Él pareció perderse unos segundos. Rose aprovechó parainterponerse entre León y Scorpius.
-Si lo matas
tendrás que matarme primero
- sentenció.
-Rose
¡Qué haces! - susurró Scorpius tras ella.
León no podía soportar aquello.
-Rose, querida
-
-¡No Soy tu QUERIDA! ¡JAMAS LO FUI! ¡Y JAMAS LO SERÉ! ¡NADIEPUEDE AMAR A ALGUIEN TAN ASQUEROSO Y MISERABLE COMO TU! - Sus palabras eranpara León peor que mil maleficios cruciatas. Se retorcía ante que cada sonidoque salía de su boca, ante cada destello de odio que sus ojos lanzaban -¡Puedes matarnos a todos si quieres! ¡pero nunca! ¡NUNCA! ¡NUNCA SERÁS FELIZ!¿Sabes por qué
? - León terminó la frase por ella. Derrumbado en el suelo,dijo:
-Porque tú nunca me amarás
-
Entonces todos los maleficios se rompieron. Los ojos de suejército dejaron de ser rojos, ya nadie estaba inmovilizado. AL centro de todosellos, León Dixon respiraba, pero estaba vacío, muerto. Por eso, no sintiódolor cuando miles de maleficios golpearon su pecho. Casi fue un alivio. Nocerró los ojos. Grabó en su mente, por última vez, la imagen de una rosa,hermosa, perfecta, clavando sus espinas en su pecho muerto
Recuperar la felicidad y sanar las heridas siempre era laparte más fácil de la guerra. Sin la incertidumbre, sin el miedo, y sobre todo,con los seres queridos al lado, todo iba a mejor.
-Al
- Emily había tardado tiempo en recuperarse. Habíaestado más tiempo hechizada que el resto lo cual le había costado variassemanas de reposo en San Mungo. Ahora, caminaba junto a su amigo Albus, en elpatio de la casa de los Potter. Se organizaba allí una linda comida paracelebrar el fin de estos oscuros días. Todos estaban invitados. Incluso losMalfoy. Nadie podía creer que Ronald Weasley, si, el mismísimo Ron, aguantaraestar sentado junto a Draco Malfoy en la misma mesa. Pero
solo digamos que losúltimos acontecimientos habían cambiado la perspectiva de muchos.
-Albus
yo
Lo siento tanto. Nunca quise hacerte daño, menosde esa manera tan horrible
-Emily tenía la voz quebrada. Albus le sonrió demanera encantadora.
-No tienes por qué pedir disculpas. No fue tu culpa, solofuiste hechizada por ese idiota y
-¡No! ¡Fue mi culpa! Fui una superficial
Jamás debí habermeacercado a León pero
me dejé llevar, él era guapo y yo
¡Tan tonta! ¡Tan tontapara dejarme engañar! ¡Tan tonta que no pude ver que
!
Albus Potter no le dejó terminar esa frase. Luego de todo loque había debido pasar, era capaz de reunir el coraje suficiente y demostrarlelo que sentía. Así que, sin mayor trámite, abrazó a su tan querida Emily Wood yla besó.
La cena transcurrió en total calma. O al menos, toda lacalma que se podía esperar en una cena familiar. Rose miraba alrededor y se alegraba de verotra vez a su gente más querida reunida. Se alegraba aún más de ver que supadre finalmente había aceptado que Scorpius era una buena persona.
-Aunque sea difícil admitirlo
es un buen chico- le habíadicho unos pocos días después del fin de todo. -Fue muy valiente. Muy
Gryffindor. -terminó, con una media sonrisa.
-¡Gracias papá!- Rose lo abrazó fuertemente. Él lecorrespondió, algo apenado. ¿En qué momento su niñita se había convertido enuna mujer?
Hermione había pasado junto a ellos, y emocionada, habíacomentado:
-¡Así me gusta verlos! - Y se acercó para unirse al abrazo. Juntoa ellos pasó Hugo, tratando, sin éxito, de pasar desapercibido. - ¡Mi pequeñotambién quiere un abrazo! - su madre lo atrapó y lo apretujó junto al resto dela familia. Aunque le costara reconocerlo
realmente quería el abrazo. Sonrió,feliz, junto a todos.
Victorie, la prima mayor, sacó a Rose de sus recuerdos.
-Scorpius
Me imagino que debes querer mucho a mi prima. Laverdad, son pocos los que juntan a un ejército y darían la vida por la chicaque quieren.
Rose enrojeció, pero Scorpius, sin una pizca devergüenza dijo:
-Claro que la quiero, muchísimo. - y le sonrió de la maneraque solo él sabía, y que Rose tanto amaba.
-Te equivocas Victorie
-interrumpió Ron a su sobrina - Creoque aquí somos muchos los que hemos arriesgado nuestras vidas por quienesamamos - se giró para mirar a su esposa, quien le sonrió y se acercó para besarle. No importaba cuantos años pasaran,él siempre se sentiría con ella tan aturdido como la primera vez.
A su alrededor muchos asintieron. Ciertamente, esa mesaestaba llena de hombres y mujeres valientes, que habían luchado muchas veces ylo harían muchas más, para salvar a quienes más querían. Harry Potter, el chicoque vivió, en la cabecera de la mesa, junto a sus fieles amigos, Hermione yRon. Los Weasley, con sus patriarcas dando el gran ejemplo, Molly y Arthur. Sinmencionar a Bill, Charlie, Ginny, George, también Percy, y por supuesto, Fred,él hombre más valiente de todos, que viviría en los corazones de todos, porsiempre.
Ted Lupin, que llevaba en su sangre el valor de dos grandespersonas, como habían sido sus padres Tonks y Remus.
Y finalmente
Scorpius Malfoy, que con su gran valentía,había enseñado a su padre más que Lucius y Narcisa. La vida y sus vueltasextrañas, lo tenían ahora, no solo asistiendo, si no disfrutando entre quienesen su juventud tanto se había esforzado por humillar.
-Tienes razón, tío, los siento
-terminó por aceptarVictorie.
Tras la comida, mientras unos habían ido a ordenar lacocina, otros jugaban un improvisado partido de Quidditch, y Rose y Scorpiushabían encontrado una ocasión para escaparse y conversar.
-No tienes idea de cuanto te extrañé
- le dijo ella,abrazándolo fuertemente.
-Tanto como yo a ti
- el la estrechó aún más.
-Mmm
¡ pues yo te extrañé más!- porfió ella, divertida.
-¡Ah! ¿Es competencia entonces?- Scorpius alzó una ceja.
-¡Si! - lo desafió Rose.
-¡Ya verás cómo te gano! - y acercándose delicadamente, labesó con ternura.
-¡hey! ¡Sentimos interrumpir! Pero nos preguntábamos siquerían jugar en el siguiente partido- la voz de Derek los volvió al mundoreal. Tras él, todo el grupo, Emily, Albus, James, Hugo, Lily y Dominique.
-¿Qué aventuras creen que nos esperarán el próximo año? -exclamó James con entusiasmo.
-Espero que algo más simple
-comentó Albus.
-Si, Dragones, o algún Basilisco escondido
estaría bienpara mí - bromeó Derek. Todos rieron.
Todo volvía a ser como antes.
Al final, Albus Dumbledore terminaba por tener razón. Elamor, esa arma subestimada por algunos, era lo más poderoso. Podía derrumbar almás grande, o fortalecer al más débil.
Los chicos ahora tenían la seguridad. No importaba lo quelos años siguientes les tuviesen preparados, estarían listos para enfrentarlos,y vencer. Juntos. Siempre.
FIN
Bien... he llegado al final. Han pasado casi cuatro años, y entre medio, muchas cosas. La vida cambió y yo también. Pero no tanto. Lamento este vacío de años, pero ya saben... la adolescencia, el colegio y todas esas cosas innecesarias que lo distraen a uno... jaja (en medio se nos acabron las películas y nos quedamos viudos jaja) Iba y volvía en esta historia, peor la verdad es que tenerla incompleta nunca me dejó dormir :) Gracias a todos los que me han leído durante este tiempo, y a los que van a leerlo, también :D Besitos para todos y recuerden siempre:
Es real para nosotros :)
Sombras Del Pasado... 19 Años Después - Potterfics, tu versión de la historia
Perdón si los lastimo, espero que alguna vez logren entender lo que hice, porque, créanme, es la mejor decisión.A los que queden aquí, sepan que los amo y
potterfics
es
2024-10-07
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