Tengo que Olvidarte - Potterfics, tu versión de la historia

 

 

 

Comenzaren que punto de mi vida, ¿en él que lo conocí o el momento en el que lo perdí?Supongo que debo empezar cuando lo vi llegar a mi vida, no sé si será fácil,pero dicen que esto me ayudara, por favor llevo más de un año sin él y sigo sinsuperarlo y que él siga aquí simplemente no me ayuda.

Nosé si en verdad sirva, pero lo haré, porque necesito sacarlo de mi mente y demi corazón.

- Comienzacon tu nombre - comento el Sanador.

Buenomi nombre es Camille Eileen Snape, tengo 17 años, vivo con mi padre, mamá murió cuando yo era demasiado pequeña,apenas si tengo recuerdos de ella, pero mi padre dice que mis ojos a pesar deser casi negros como los de él tienen el mismo brillo, de hecho dice que soy suviva imagen, solo que herede los ojos negros de él.

 

Nosoy una de esas chicas que se fijan en cada paso que da la de ha lado, de hechoel ser criada por un hombre, me dio más por vestir con pantalones, odio losvestidos y las faldas ni se digan, me atraían más las cosas para niños que esascosas de muñecas o de cocinar, aunque lo último tuve que aprender a hacerlo, yaque mi padre casi nunca estaba en casa.

Entrea Hogwarts cuando acaba de cumplir los 11 años, creo que fue en ese momento quepor primera vez lo vi, sus ojos grises que adornaban su perfecto rostro, sucabello castaño casi rubio, era más que guapo, creo que fue la primera vez queadmití que un niño me gustaba.

Lorecuerdo como si hubiera sido ayer, recuerdo como subió al tren sumamente nervioso,parecía que al igual que yo era su primer año, me acerque a él sin miedo, esoera lo que aprendías cuando tu padre te deja sola por horas debido a sutrabajo.

- Hola- salude con una débil sonrisa - soy Camille Snape - extendí mi mano como mipadre me había enseñado.

- CedricDiggory - contesto con las mejillas un tanto encendidas.

- ¿Estu primer año? - pregunte mientras estrechaba su mano, asintió levemente - elmío también - dije como para tratar de entablar una plática más larga -¿quieres que compartamos compartimiento?

- Sí -susurro.

Sonreíante aquello y tome mi baúl que pesaba al menos lo doble que yo, mi padre siempre me había reprendido por lopoco que comía y bueno según él por eso mi baja estatura y mi bajo peso, perosegún todos los sanadores tanto muggles como mágicos que me había llevado aver, estaba completamente sana.

- Déjameayudarte - repuso un chico que al menos me ganaba como por diez centímetros,pero tenía el mismo tamaño de Cedric, cabello rubio y ojos azules.

- Gracias- conteste con una media sonrisa.

- ¿Yatienes compartimiento? - negué con la cabeza - ven.

Observea Cedric que venía detrás de mí, él levanto los hombros y ambos seguimos alotro chico, abrió la puerta del tercer compartimiento, dentro estaba una chicade cabello negro y rizado, otra chica de color y dos chicos que eran gemelos,ambos pelirrojos y ojos azules.

- ¿Suprimer año? - pregunto la chica de color al vernos llegar.

Ambosasentimos y uno de los pelirrojos dirigió su mirada a nosotros.

- Nosotrostambién - comento con una media sonrisa - soy Fred Weasley.

- SoyCamille Snape - conteste serenamente - y él es Cedric Diggory.

- Yosoy Angelina Johnson - se presento la chica de color.

- Minombre es Elizabeth Brown - dijo la chica del cabello largo.

- GeorgeWeasley - se presento el otro pelirrojo.

 

- Y buenoyo soy Ian King - ese fue el rubio.

- ¿Hijosde magos? - pregunto Angelina.

- Sí -contesto con una media sonrisa.

- Mestiza- respondí sentándome al lado de los pelirrojos.

- Yotambién - repuso Ian.

- ¿Quées eso de mestiza? - pregunto Elizabeth.

- Buenomi padre es mago, al igual que mi madre, solo que papá, su padre era muggle -repuse, pero pareció no entender - ¿Eres hija de muggles? - asintió levemente -bueno has de cuenta que mi papá es como tú, hijo de muggles y cuando una brujao un mago de "sangre pura" - dibuje las comillas - se casa con un hijo demuggles se dice que la sangre de sus hijos es mestiza.

- ¡Oh!- sonrió al comprender - todos vienen de padres magos.

Elresto del compartimiento asentimos, observe como entre Ian y Cedric subían losbaúles, en cuanto terminaron Cedric se sentó a mi lado.

- ¿Enqué casa quieren estar? - pregunto uno de los gemelos que aun no identificababien.

- Mispadres fueron a Ravenclaw - comento Ian - así que ahí debo quedar.

- Gryffindor- contesto Angelina.

- Laque sea menos Slytherin - dijo el otro pelirrojo y su hermano lo apoyo.

- Buenomis padres fueron a Hufflepuff - comento Cedric y levanto los hombros.

- Enla que me elijan - repuse tranquilamente - mi padre dice que como soy harán unacasa especial, para no contaminar al resto.

Todosrieron, de hecho yo también lo hice, mi padre solía decir que podía sacar dequicio a cualquiera que no fuera él y bueno tal vez tenía razón, ya que a todaslas niñeras que contrato para que me cuidaran huían de mí y bueno cuandoincendie la cocina por querer encender una vela fue el acabose, de hecho miabuela fue la que decidió que era mejor que viviera con ella y bueno papá conel trabajo que tenía tuvo que aceptar.

Seguimoshablando de cosas triviales, después de cómo dos horas por fin llegábamos a laestación, en verdad que odiaba las faldas, me pusela capa encima, pero aun así me sentía torpe con la falda.

- LOS DE PRIMER AÑO POR AQUÍ - gritabaun hombre demasiado alto que sobresalía por toda la multitud.

- Vamos - susurro Cedric que me empujosuavemente de la espalda.

En un bote subímos Cedric, Elizabeth,Ian y yo y en el otro se fueron los gemelos y Angelina con el gigante, encuanto llegamos al castillo, una profesora nos dijo que su nombre era MinervaMcGonagall y que era la subdirectora y algo de un sombrero, que mi padre ya mehabía dicho.

Se escuchaban varios murmullos, todosprecían nerviosos, Fred y George hacían pequeños chistes, tratando de relajarel ambiente entre los siete, yo solo sonreía para tratar de tranquilizar aElizabeth que era la más nerviosa de nosotros.

- Camille - aquella grave voz, era demi padre, gire y ahí estaba todo de negro, como desde que mi madre habíamuerto, medía como 1.80 el cabello le llegaba a los hombros, la nariz ganchuda,gracias al cielo había heredado la nariz de mi madre, y sus ojos negros ypenetrantes.

Camine hacia él un tanto ansiosa,sabía que no podía comportarse como siempre, pero esa frialdad en su voz, mehizo sentir miedo, me tomo suavemente del brazo y me alejo de los demásalumnos.

- ¿Cómo te sientes cariño? - mepregunto con su tono habitual para mí.

- Nerviosa - conteste tratando desonreír.

- Serás una digna Gryffindor como tumadre - y paso su mano por mi cabello y me despeino suavemente.

 

- ¿Pensé que desearías que quedará enSlytherin?

- Cariño - susurro - eres una dignaGryffindor como el idiota de tu padrino y la hermosa de tu madre.

- Tío Sirius dice que

- No le hagas caso cariño - me beso lafrente - aun no sé porque deje que tu madre lo eligiera como tu padrino.

- ¿Entonces si quedo en Gryffindor nohabrá problema?

- Eres mi hija Eill - puso un mechon demi cabello detrás de mi oreja - no importa en que casa quedes, mi cariño por tiseguirá siendo igual.

Sonreí débilmente y él beso micabello y me dio un pequeño empujoncito para que regresara a mi lugar.

- Camille - escuche que me llamaban,cerré el diario que me habían dado para que escribiera todo - es hora de comer.

- Ya voy - conteste, dejando el diariosobre el escritorio.

Baje al comedordonde mi padre me esperaba con cierto aire de preocupación, trataba de hacermesentir como si todo estuviera bien, aunque el rostro de tío Sirius demostrabalo contrario, además de que poner a esos dos hombres en la misma habitación,era que deseaban que comenzara una guerra campal.

- Hola muñeca - saludo mi tío Sirius.

- Hola - conteste tratando de sonreír,pero no salió nada como desde hacía un año.

- Tu abuela hablo - repuso mi padremirándome directo a los ojos - vendrá en una semana para verte.

- Si claro - conteste y me senté.

- ¿Vas a quedarte a comer Black?

- Sí - respondió.

No dije nada deeso, se estaban tratando como personas y tío Remus no estaba, si hubiera estadoconsciente me habría burlado, pero no tenía cabeza para nada, absolutamentenada.

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espero ke les guste y espero sus comentarios

kiero agradecerle a:

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KiKaDiGgoRy

LillianPotterCullen

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No sé para que seguir escribiendo, si no siento mejoría alguna, pero tíoRemus dice que esto no es de un día para otro, así que seguiré su consejo yescrbiré otra vez, supongo que retomare lo que deje.

En cuanto regrese McGonagall nos hizo entrar, supuse que ese era el GranComedor, todos mirabamos el techo sorprendidos y entusiasmados, la profesora secoloco justo al lado de un banquillo y un sombrero bastante viejo, Elizabethestaba aun más impresionada que el resto.

Comenzo a nombrar, apenas si escuchaba la voz de McGonagall, mis ojos sehabían clavado en los de mi padre que con su mirada trataba de tranquilizarme,siempre había sido así, la mirada negra de mi padre me ayudaba a tranquilizarme,aunque muriera de miedo.

- Elizabeth Brown - reaccione, porque la morocha me empujo para poder pasar.

La vi sentarse en el banquillo más que nerviosa, en menos de un minuto elsombrero grito Hufflepuff caminohacia la mesa en la que la habían elegido, mientras el resto aplaudía, claroque su mesa aplaudía aun más, espero a que el salón quedara de nuevo ensilencio para seguir, subieron otras dos chicas que fueron designadas aSlytherin y Ravenclaw.

 

- Cedric Diggory - la voz de McGonagall se escucho un poco más fuerte.

- Suerte - le susurre y le dedique una débil sonrisa.

Camino entre la gente un tanto nervioso, se sentó con las manosentrelazadas, McGonagall le coloco el sombrero y en un minuto el sombrero gritoHufflepuff lo vi caminar hacia su mesa y sonreírmedébilmente, dos de los que podría considerar amigos habían quedado en la mismacasa.

- Angelina Johnson - me sonrió nerviosa antes de caminar hacia el banco.

Como al resto, le colocaron el sombrero y espero a que este gritara en quecasa había quedado, pero a ella en cuanto le colocaron el sombrero grito Gryffindor, se levanto de un brinco ycorrió a su mesa.

- Ian King - el rubio subió con los ojos cerrados para no ver a la multitud.

Revanclaw el sombrero de nuevo grito alinstante, suspire y de nuevo regrese mi mirada a la mesa de profesores, mipadre estaba más ansioso que yo, pero solo sonreí tratando de tranquilizarlo yél me la regreso enseguida, ya quedabamos solo diez alumnos y entre ellos losgemelos y yo.

- Camille Snape - sentí como mis piernas comenzaban a flaquear - CamilleSnape - repitió McGonagall.

Camine temerosa, mis manos temblaban, de hecho me preguntaba que parte demi cuerpo no temblaba, sentía la mirada de todos sobre mí, estuve a punto decaer cuando mis pies se enrredaron, pero logre mantener el equilibrio aunquetrastabille, me pregunte porque nadie se había reído y gire mi vista de nuevohacia la mesa de los profesores y tanto tío Sirius como papá mantenían unrostro de seriedad hacia el resto de los alumnos.

Me senté y la profesora coloco el sombrero en mi cabeza, espere a que comoel resto solo me eligiera y ya.

- Eres muy inteligente - escuche una ronca voz - aunque demasido pasiva paraestar en Ravenclaw, pero tal vez si me prometes poner a trabajar ese cerebro almáximo pueda dejarte ahí - arrugue la nariz - muy bien, veo que no lo deseas,tu valor también sobresale, pero es demasido para Gryffindor, Slytherin podríaser una opción, pero no eres tan audaz como se necesita - mi padre tenía razóny no existía ninguna casa para mí - Hufflepuff.

Me levante con manos temblorosas me quite el sombrero y se lo entregue ala profesora y casi corrí hacia mi mesa, no quería ver la mirada de mi padre ode mi tío, me senté aun lado de Cedric que me había hecho un espacio, habíaquedado en Hufflepuff, debía ser una broma hecha por ese sombrero. Las demásselecciones ni siquiera las escuche.

- ¿No quieres comer? - gire hacia aquella voz y mis ojos se clavaron en losgrises de Cedric.

- No gracias - susurre y clave mi mirada en la mesa.

Tal vez los había decepcionado, no comí abslutamente nada, tenía elestomago revuelto, debía haber quedado en Gryffindor o al menos en Slytherin,pero no, había quedado en Huflepuff.

- Vamos - de nuevo fue Cedric el que tomo mi brazo.

Me levante sin decir nada, Cedric siguió sin soltar mi brazo, sentía comoera llevada hacía la sala común de Hufflepuff.

 

- ¿Estás bien? - esa voz fue de Elizabeth.

- Sí - susurre.

- Señorita Snape - aquella voz era de mi tío Sirius, gire y lo encontre conlos brazos cruzados, su 1.82 era impactante en ese momento para mí y sus ojosgrises que me observaron seriamente - ¿Podemos hablar?

Asentí levemente y mis dos amigos dudaron en si dejarme ir, gire y lessonreí débilmente, seguí a tío Sirius hacia un aula, abrió la puerta y me dejoentrar primero, esperaba su grito o algo, de hecho cerré los ojos para noempezar a llorar.

- Gracias al cielo no tienes el corazón de tu padre - escuche un gruñido,fue cuando abrí los ojos y encontre a mi padre sentado en una banca en la esquina.

- No te pases Black - le advirtió.

- Snape tengo que felicitarte que tengas a una hija con tanta bondad yhonestidad que quedo en Hufflepuff - gire hacia mi padrino que tenía unasonrisa de oreja a oreja.

- ¿No están enojados? - pregunte sorprendida.

- Muñeca tienes un corazón más blando que el de tu madre y tu tío Remusjuntos - me dio un pequeño golpe en la frente - estamos orgullosos de que nohayas quedado en la casa de víboras.

- E insistes Black - le espeto mi padre - bueno al menos no tendré que preocuparmede que te salga la rebeldía que tu madre tuvo por los leones sarnosos.

Mi tío le mando una mirada asesina, pero yo estaba más que feliz, porqueno estaban enojados conmigo, primero abrace a Sirius que era el más cercano ydespués corrí hacia mi padre que me sonrió y me beso el cabello.

- Bueno pequeña tejón - como siempre tío Sirius tenía que encontrarme unnuevo apodo - mira de hecho suena bien, imaginate en Slytherin pequeñaserpiente - parecía pensativo - no eso suena a insulto ahora que si hubierasquedado en Gryffindor pequeña leona - elevo una ceja - no creo que eso tambiénsuena mal.

- Ven te llevare a tu salá común - comento mi padre que me tomo de la manocomo siempre.

No objete, lo seguí y en pocos minutos estabamos frente al cuadro de unaninfa, me observo con cierta aflicción y beso mi frente y acaricio mi cabello.

- Tu madre estaría orgullosa de ti - acaricio mis mejillas - como yo loestoy.

- Gracias - susurre y lo abrace.

- Gracias a ti por ser mi hija - sonreí y bese su mejilla.

- Te quiero papi - repuse aun sonriendo.

- Y yo Te Amo cariño.

- Ya deja que la niña entre - replico tío Sirius - con tanta melosidad ledarán nauseas.

- Tarta de Melaza - dijo mi padre sin hacer caso a mi tío - esa es lacontraseña que cambiarán al menos cada dos meses.

- Hasta mañana - me despedí de ambos adultos.

Después de aquello entre a la sala común que estaba decorada con amarilloy negro, observe a mi alrededor y varios alumnos habalaban, busque a mis amigosy los encontre en una esquina hablando en susurros.

- Hola - salude con una media sonrisa.

- Estás completa - Elizabeth me abrazo con fuerza.

- No son ogros - comente con la nariz ligeramente arrugada - además solo mellamaron para felicitarme por quedar en Hufflepuff.

- ¿Tu padre es el profesor que estaba del lado izquierdo de Dumbledore? -asentí levemente - vaya creo que no es muy amigable.

- Todos dicen eso - sonreí y él enseguida me la regreso - pero en el fondoes un gran hombre.

No se en quemomento comence a llorar, pero el diario comenzo a mojarse, me las sequesuavemente, observe el espejo que estaba frente a mí, estaba más pálida que laúltima vez y las ojeras eran mayores,debía hacer algo o esto no iba a mejorar. Escuche como llamaban a la puerta,seque mis lágrimas antes de decir suavemente un adelante, entro tío Remus, papáen verdad debía estar muy preocupado, ya que para llamar a tío Remus no erabueno.

 

- Hola - saludo con una débil sonrisa -tu padre me dijo que ahora no has querido salir y que ahora si no comesabsolutamente nada.

- No tengo hambre - conteste secamente.

- Tu madre no esta

- Dejen a mi madre fuera de esto - leespete - ni él ni ella están, así que dejemoslos fuera.

- No es tu culpa que él se haya ido -repuso serenamente.

- Claro que lo fue - eleve la voz másde lo necesario - no debí dejarlo entrar.

- No era un niño - comento observandomedirecto a los ojos - todos sabemos que hiciste hasta lo imposible porque él noentrara.

- Pero no fue suficiente - de nuevo laslágrimas volvían a salir - debí de haber dado más.

- Ya habías dado todo - tomo mi mano -fue su decisión.

- ¿Entonces él no esta porque no meamaba?

- Si a alguien quiso fue a ti, de hechote amaba - me limpió las lágrimas - no sé muy bien que paso, pero a parte desus padres se acordó de ti.

- Esto no me ayuda - avente la pluma yme solté de su mano - cada vez que hablo de él la herida aquí - pose mi mano enmi pecho - se hace más grande.

- Escribe de cómo comenzaron a salir -sugirió.

- El solo escribir de cómo lo conocí meduele - acaso no me escuchaba - ahora si comienzo a poner en que momento sefijo en mí o en que momento note que era algo más que un amigo la herida seharía aun más grande.

- Para sanar esa herida tienes quesacar todo lo que puede infectarla y lavarla aunque duela más, pero al finalserá mejor.

Lo observe y tomesu fotografía y pase mi mano por el vidrio, no era justo, yo amándolo comoidiota y él simplemente había desaparecido de mi vida.

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espero ke les guste el cap y dejen comentarios, al menos kiero 4 comenarios para actualizar

Capitulo dedicado a:

SweetDream

cindydiggory

KiKaDiGgoRy

 

sammy_diggoy_cullen

Ahora que escribir, bueno creo que haré lo que Remus dijo, escribiré comome di cuenta que lo amaba. Creo que íbamos en quinto, si así fue.

- No Ced - le espete - es horrible - en verdad que la chica con quien deseaba salir no era su tipo.

- Vamos Cam - repuso pasando su brazo por mis hombros - últimamente ningunade las que te digo que me gustan, te agradan a ti.

- Eso es porque tú no tienes buenos gustos - comente con indiferencia - ¿ono Beth?

- A mí no se me hace tan fea - otra que simplemente no me ayudaba.

- ¿George? - elevo los hombros - ¿Fred?

- Mira Ell, la chica no esta para nada fea, tiene un cuerpo muy bienproporcionado, es mayor que nuestro querido Ced y sobre todo tiene experiencia,algo que le hace falta.

- Quisiera decirte que estoy contigo, pero no tiene tan malos gustos - Angieme vio como pidiendome disculpas.

- Ok - acepte - creo que suelo exagerar en los gustos de mis amigos.

- A mi no me molesta - comento Ian que llegaba con una paleta - de hecho poreso es la paleta - me entrego una y a las otras dos chicas también - para mischicas, que siempre nos están cuidando.

- ¿A qué chica nos traeras ahora? - pregunto Beth elevando una ceja.

- En verdad que les caera muy bien - respondió un tanto nervioso.

- ¿Entonces para que son las paletas? - cuestiono Angie observandolofijamente.

- Simple cortesía - fijo su vista en mí - ¿Y tú que piensas?

- Que debe ser la tarada de Marrietta - conteste recargandome en el hombrode Ced.

- ¿Cómo demonios lo sabes?

- Estaba entre ella o Chang - levante los hombros.

- ¿Has pensado en dedicarte a leer el futuro?

- Vienen por allá - respondió Ced sonriendo.

- Ya sabía yo - susurro.

- Puedo aceptar cualquiera menos Marrietta - replico Beth levántandose degolpe.

- Niña ven - dijo George tranquilamente y abriendo sus brazos - todo estarabien, además conocemos las conquistas de nuestro querido casanova.

Todos asentimos dandole la razón a nuestro querido pelirrojo, Beth sesentó abrazada a George, los cuales comenzaban una relación, tome la mano deCed y comence a formar figuras en sus manos, mientras él solo reía suavemente.

- Hola - saludo Chang y Marrietta.

- Hola - contestamos todos al unísono.

Marrietta se sento junto a mi rubio amigo, mientras Chang se había quedadoen una esquina, observando a Ced de reojo, lo abrace con más fuerza, en verdadque me molestaba de sobremanera que el resto de las chicas giraran a verlo, lemande una mirada asesina para ver si así dejaba de verlo.

- ¿Cuándo será el próximo partido? - pregunto Marrietta como tratando debuscar plática.

- Es esté fin de semana - contesto Ced que jugaba con mi cabello - Ravenclawcontra Gryffindor.

- ¿Quieren apostar? - comento Fred con media sonrisa.

- Harry es el buscador - repuse tranquilamente - apuesto cincuenta galeonespor Gryffindor.

- Yo apuesto los mismos cincuenta por Ravenclaw - Ced parecía irritado.

- Bueno yo apuesto veinte por Gryffindor - Beth beso la mejilla de George.

- Dejen sus tontas apuestas - replico Angie que como siempre tenía quecallar las cosas tontas que Fred decía - y mejor comencemos a repasar o en verdadno pasaremos ningún TIMO.

- Ya no exageres - dijo Ian besando la nariz de Marrietta -obtendremosnuestros TIMOS.

 

- Vean la hora - comente observando el reloj - tenemos que ir a DCAO -repuse tomando el brazo de Ced y observando a Beth - vamos.

En cuanto estuve de pie se soltó suavemente de mi agarre y camino pordelante de mí, lo mire sin comprender, suspire y camine detrás de él pensandoque había hecho mal, me sentía realmente mal al no saber que le había molestadoy más que yo hubiera sido la culpable.

- Te gusta - susurro una voz a mi espalada.

- Claro que n

- Vamos Camille - repuso tranquilamente Beth - en los últimos meses laschicas que le gustan para salir ya no son de tu agrado, vives pensando en queponerte para llamar su atención.

Era cierto, desde hacía mucho que solo buscaba la forma de agradarle, perome engañaba diciendo que no era para él, que era para llamar la atención delresto de los chicos, pero Beth tenía razón, sentí cierta opresión en el pechoestaba enamorada de Cedric Diggory.

- Tranquila - denuevo su voz - aquí estoy.

- Todos creen quemiento - susurre y lo busque con la mirada y ahí estaba sentado en el borde demi cama .

- Solo estoy aquípara ti - contesto sonriendome como siempre.

Me levante de lasilla y camine hacia él, me puse frente a él, acaricie su mejilla temiendo queen cuanto mi mano tocara su rostro, este fuera a desaparecer, pero simplementeno paso, su mano tomo la mía y la beso suavemente, como extrañaba ese calor, loextrañaba tanto que aun no entendía como podía seguir de pie enfrentando unavida que para mí no valía la pena.

- Luces tan hermosacomo siempre.

Sonreí, en verdadestaba ahí para mí, que más podía pedir, me incline para poder besarlo, pero seescucho como llamaban a la puerta y con eso él desapareció como siempre quealguien más llegaba , suspire frustrada por no poder estar más tiempo con él.

- Camille debes comer- era la voz de mi padre.

- No quiero -conteste sin abrir la puerta.

- No puedesencerrarte - me espeto - eso no te ayudara en nada.

- ¿Entonces que meayudara? - replique abriendo la puerta - he tomado todo lo que me han dado, heseguido cada consejo que me han dado los sanadores, pero simplemente nada meayuda.

- Sé por lo que estáspasando - susurro tranquilamente - cuando tu madre murió, nada de lo que medijeran me ayudaba, pensé que estaba solo,que con ella se había ido mi felicidad.

- ¿Cómo saliste deeso? - pregunte observándolo directo a los ojos.

- Con la ayuda de laspersonas que me querían - no deje de verlo, mi padre no era un hombre conamigos y dudaba que alguien lo quisiera, solo tal vez la abuela y bueno yo -aunque lo dudes hay personas que me quieren - no puede evitar sonreír.

- Lo sé papá - acepté- bueno creo que solo somos la abuela y yo.

 

- Muy graciosa niña -replico con un falso tono de enfado.

- Bueno con elcarácter que tienes - de nuevo sonreí.

- A tu madre legustaba mi carácter - se quejo - y bueno solo necesite el cariño de alguien -lo observe con la nariz ligeramente arrugada - solo necesite tu suave te quieropapi, para saber que necesitaba estar bien para ti. Y ahora yo necesito que túestés bien por mí.

- No es fácil - susurre.

- Lo sé - me abrazo -pero si salimos juntos con lo de tu madre, de esto también saldremos.

- ¿Siempre juntos? -me aferre más a él.

- Claro cariño - mebeso el cabello - jamás, te dejare sola, siempre estaré contigo.

Lo abrace confuerza sin importarme nada, solo quería sacarlo de mi mente y de mi alma comofuera, quería seguir con mi vida ahora que mi padre me había dicho todoaquello, no deseaba dejarlo solo.

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espero les guste el Capitulo y ya saben hasta los 4 comentarios actualizo, pueden decirme esta horrible o lo ke deseen

Capitulo dedicado a:

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AlexiaKali

Seguir con esto es lo mejor, o al menos eso han dicho los sandores, así que seguire, no importa cuanto tiempo tarde, necesito olvidarlo. Supongo que hablare del día en que por fin le dije todo.

Esa mañana no estaba para nada de buenas, primero apenas si había dormido gracias a Beth que me había obligado a estudiar Pociones, en las cuales sería tan patético que no fuera buena, teniendo al profesor en casa, pero era mi mejor amiga y debía ayudarla en eso. Segundo mi mejor amigo no había cumplido su promesa de explicarme Aritmancia, y además me había dejado esperándolo durante más de dos horas.

Esperaba que Cedric Diggory tuviera una buena excusa o me iba a escuchar, cuando llegue a la sala común, me sentía un tanto mareada y tenía un dolor horrible de cabeza, pero suponía era por la falta de sueño, en la sala común no estaba ni Cedric ni Owen que era uno de los amigos de Diggory.

Camine hacia el Gran Comedor, esperando que la comida me ayudara a que todo lo que llevaba encima se fuera, hoy sería un día largo, ya que además de tener Pociones con Slytherin y dos horas de DACO, sin contar que tendría que ver a Trelawney y además por si fuera poco, tendría entrenamiento de quidditch, mi día no podía ser más horrible.

- Camille - gire al escuchar mi nombre y frente a mi estaba un chico que estaba por debajo de mi estatura como por cuatro centímetros, unos bellos ojos verdes que se escondían detrás de unas gafas y la cicatriz en la frente.

 

- ¿Qué pasa Harry? - pregunte sonriéndole débilmente.

- Soy pésimo en Pociones y según los gemelos tú podrías darme clases para esto - se sonrojo suavemente.

- Claro - conteste entrando con él al Gran Comedor - cuando quieras.

- ¿Puedes mañana después de la cena?

- Sí - repuse haciendo más grande mi sonrisa - bueno nos vemos mañana.

Después de despedirme camine hacia la mesa de Hufflepuff, en donde por poco y caigo debido a que mis piernas perdieron fuerza debido a la escena que tenía al frente, Cedric Diggory haciéndole cariñitos a la idiota de Hudson, la estúpida zorra que había terminado enredándose con mi ex novio.

Esto debía ser una broma y una de muy mal gusto, sentí mis ojos picar y sabía la razón, pero no iba a llorar y menos enfrente de él, respire varias veces, antes de caminar hacia la mesa de Ravenclaw, en donde Ian me tomo del brazo y me ayudo a sentarme.

- ¿Te sientes bien? - me pregunto, dandome un vaso de jugo - estás pálida.

- ¿Cómo puede hacerme esto? - susurre observando de nuevo a la mesa de Huflepuff, lo cual fue un error, ya que ahora se besaban.

- No veas - y me giro suavemente el rostro hacia él - es un idiota Eill - trate de sonreír pero no lo logre - pero sé que se dará cuenta de a quien tiene a su lado.

- Gracias Ian.

Él solo me sonrió como siempre, a penas si pude terminarme el jugo, tenía revuelto el estómago, en cuanto termino de desayunar tomo mi mochila, y con una seña me dijo que era mejor salir del lugar, asentí levemente y lo seguí de cerca.

No quería hablar con el idiota de Diggory, ¿Cómo podía hacerme esto? Estaba saliendo con la zorra que se había metido con Owen cuando aun éramos novios, cuantas cosas dijo de él y ahora estaba en el mismo lugar que había estado mi ex, ahora buen amigo.

- Camille - gire y me encontre a un chico de la misma estatura de Cedric (1.82)cabello castaño y ojos azules.

- ¿Qué pasa Owen? - pregunte tranquilamente.

- ¿Cómo estás?

- ¿Por qué la pregunta? - eleve una ceja.

- Bueno por lo que paso en el Gran Comedor - dijo observándome fijamente.

- Estoy bien - conteste secamente.

Asintió no muy convencido, pero no me dijo nada, Ian siguió el camino y yo lo seguí a él, en menos de lo que imegine llegamos al aula, el profesor Flitwick aun no llegaba, mi rubio amigo me hizo que me sentara en una esquina del salón, donde no debía tardar en llegar Beth y como supuse dos minutos después se sentaba al lado de mí y Owen al lado de ella.

Para ser sincera apenas si escuche la clase de Encantamientos, ya que tanto mi mirada como mi pensamiento estaba en la pareja sentada frente a mí, se suponía era mi mejor amigo, y ahora estaba con la arpía que me había lastimado, suponía que lo que me estaba haciendo debida estar prohibido y escrito en algún lado.

Mi mente seguía sin comprender porque la actitud y la traición de Diggory, pero de que esto me lo iba a pagar caro de eso no había duda, pero primero tenía que terminar mi día, sino como lo mataría si ni siquiera podría terminar el día.

- Señorita Snape, la raíz de ajenjo no va en está poción - la voz de mi padre hizo que por fin saliera de mis pensamientos.

 

- Si, lo siento profesor - conteste dejando de cortar la raíz.

- Ya deja de pensar en ellos - me espeto Beth.

No conteste, solo seguí con la poción, pensé que en DCAO, estaría mejor, pero simplemente no podía de dejar de pensar en ellos y menos teniéndolos frente a mí y bueno tío Sirius parecía saber que no estaba bien, ya que en esos momentos me ponía de muestra.

Y nada absolutamente nada de lo que me pidió salió bien, estuve a punto de quemar el aula de no haber sido por Owen que actuó rápidamente. En verdad que no era mi día, a la hora de la comida, apenas si probe bocado, Beth me acompoño en la esquina de la mesa para poder comer.

Después de dos horas de un inutil intento de estudiar, decidí que iría a volar un rato, antes de que el entrenamiento comenzara. El aire pegando en mi rostro era sumamente relajante, pero lo bueno dura poco, ya que apenas llevaba como quince minutos, cuando el resto del equipo llego.

El entrenamiento fue bastante pesado y más escuchando las palabras secas de Cedric hacia mí, supuse que solo lo hacía porque era el capitán, sino ni siquiera me habría mirado, después de casi tres horas, el capitán decidió que era demasiado por hoy.

Observe como todos agotados caminaban hacia el castillo, esa era mi oportunidad de hablar con él y más al notar que nos habíamos quedados solos, lo ayude a recoger las pelotas.

- ¿Qué es lo que pretendes? - le espete.

- Nada - contesto secamente.

- ¿Desde cuando sales con Hudson?

- Es algo que no te importa.

- Pensé que éramos amigos - dije secamente - pero salir con la zorra de Hudson me deja claro que para ti nuestra amistad te vale.

- Yo no te digo nada porque salgas con Potter - lo mire con la nariz arrugada.

- Harry - le espete - es dos años menor que yo, ¿Qué clase de persona creiría que salgo con él? - no contesto - no salgo con Harry - lo mire fijamente - ahora si seguimos siendo amigos explicame porque estás saliendo con Hudson.

- No es mi obligación decirte - replico fríamente - y ahora ve al castillo, yo term

- NO - grite - ESTOY HARTA ¿QUE DEMONIOS HICE QUE TE TIENE TAN MOLESTO?

- NO ME GRITES.

- TE HABLO COMO SE ME DE MI GANA - estaba furiosa.

- ¿QUIERES SABER QUE ME TIENE TAN MAL? - clavo su mirada gris en la café mía - no te me vuelvas a acercar.

- ¿Qué? - pregunte con un hilo de voz.

- Lo que escuchaste, mantente lo más alejada posible de mí - sus ojos mostraron cierto dolor.

- ¿Por qué? - por segunda vez en el día tenía ganas de llorar.

- Simplemente aléjate - lo mire alejarse y me sentí traicionada y sin ser consciente corrí hacia él y lo tire.

- ERES UN IMBECIL - de nuevo gritaba, mientras lo golpeaba - NO PUEDES DEJARME POR ESA ZORRA, IDIOTA SIN CORAZON, PRIMERO ME HACES AMARTE Y AHORA ME DEJ

- ¿Qué? - tomo mis muñecas, impidiendo que lo siguiera golpeando.

- Idiota - le espeté, sintiendo las lágrimas rodar por mis mejillas.

- Dijiste que me amas ¿es cierto? - sentí que mi mundo en menos de un minuto de nuevo se venía abajo.

- Que más da idiota - le espete y trate de soltarme de su agarre - si ni siquiera qui

- Solo dime si es cierto - y de un movimiento se coloco sobre mí.

- No - conteste, pero él sonrió.

- Mentirosa - dijo simplemente y antes de que pudiera replicar, me estaba besando.

 

- No soy tu maldito juguete Diggory - replique empujandolo y levántandome.

- Cam no pienses mal - camino detrás de mí.

- ¿Qué quieres que piense? - replique a punto de llorar - primero me dices que no quieres verme y después me besas ¿Qué debo pensar Diggory?

- Te Amo - susurro abrazandome suavemente por la espalda - no quería hacerte sentir incómoda y pensé que lo mejor era mantenernos alejados.

- Eres el idiota más grande que conozco Diggory - le espete.

- ¿Quieres ser mi novia? - no hizo caso a mi comentario.

- No - me solté de su agarre y comence a caminar.

- No seas caprichosa - me reprocho.

- Cállate - replique sin girar a verlo - no quiero que me dirijas la palabra al menos durante este curso.

- Lo siento Cam - repuso, caminaba como a medio metro de mí - si ya sé que soy un imbécil por no haber hablado antes, pero debe valer que Te Amo.

No contesté, seguí mi camino hacia el castillo, pero antes de llegar escuche un golpe seco, giré la vista y lo encontre en el suelo.

- Cedric - eleve la voz más de lo necesario y corrí hacía él - ¿estás bien?

- No - susurro poniendose boca arriba - creo que me rompí una costilla.

- No seas drámatico - no pude evitar sonreír.

- Mi madre tenía un remedio para mis golpes - repuso, lo vi con la nariz ligeramente arrugada - me daba un beso en cada parte afectada.

- Aja - conteste como medio entendiendo a lo que se refería - ¿Dónde te pegaste?

- Aquí - susurro señalandome su codo, me incline y besé la zona afectada- también aquí - ahora me enseño su mano, también la bese - aquí - señalo su mejilla, también lo bese - y creo que me abrí el labio.

- No - sonreí débilmente - no seas tramposo Cedric Diggory.

- Muy bien - acepto - pero la pregunta que te hice.

- Sí - susurre y me incline y bese la comisura de sus labios - ¿mejor?

- Perfecto - contesto incorporándose.

Sonreí observando su fotografía en donde primero se mostraba serio y dos segundos después sonreía, pase mis dedos por el cristal, como si en verdad lo acariciera, suspire, sabía que esto no sería fácil, para nada fácil. Escuche que llamaban a la puerta, así que deje la fotografía en el escritorio.

- Adelante - repuse.

- Hola - saludo George que me observaba como los demás con tristeza y compasión mezcladas - ¿cómo estás?

- Recuperándome - conteste cerrando el diario.

- Te ves mejor que la última vez - comento, sabía que lo hacía con las mejores intenciones, pero cuando estaba nervioso, solo arruinaba las cosas.

- Eso es muy halagador George - dije con una débil sonrisa - ¿Qué tal va la tienda?

- Bastante bien - respondió sentándose frente a mi - ya solo faltas tú para que la tienda sea un completo éxito.

- Eres increíble - susurre - extrañaba tus palabras.

- Y yo extraño tu sonrisa y esa mirada brillar - se hinco y tomo mis manos - ya sé que has de estar cansada de escuchar que lo sentimos o que compartimos tu dolor - desvíe la mirada - pero no solo tu lo perdiste, nosotros también, y también sé que para ti es más fuerte, pero también recuerda que nos tienes a nosotros.

- Gracias - murmure sintiendo las lágrimas querer salir.

- Somos amigos - acaricio mi mano - y siempre vamos estar contigo.

 

Lo abrace, necesitaba ahora más que nunca de ellos, necesitaba sacarlo, necesitaba olvidarlo, sin importar lo que tuviera que hacer, quería deshacerme de sus recuerdos que seguían tan nítidos como si hubieran ocurrido ayer.

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me estaba pasando x la cabeza 2 finales, uno es triste o bueno no tanto y el otro se podría decir ke es feliz, pero no me dicido x alguno, kería ver si me ayudaban, solo diganme kieren final triste o feliz

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Mis lágrimas por más que deseo que sean menos, cada vez aumentan, trato de engañar a mi padre, pero sé que no lo hago, debo seguir escribiendo y tal vez así, pueda olvidarlo o al menos que el dolor sea menor. Escribiré un poco de cómo lo aceptaron nuestros amigos.

- Lo sabía - repuso George.

- Si no lo hacías te golpeaba - comento Ian.

- Dos más - ironizo Angie - esto en vez de ser un círculo de amigos, cada vez hay más parejas.

- Solo faltamos tu y yo - dijo Fred que la tomo de la cintura.

- Ni en tus mejores sueños Weasley - le espeto y se soltó de su agarre.

- Yo estoy más que feliz - Beth sonreía más que el resto - y sabía que la cabeza dura de Cedric iba a recapacitar.

Ced me tenía tomada de la cintura y su cabeza estaba recargada en mi hombro, así que escuche su suave risa, cosa que me hizo sonreír.

- Espera - replico Fred que lo miro horrorizado.

- ¿Qué pasa? - pregunto Ced.

- Tu novia es hija del profesor más tenebroso de Hogwarts.

- Fred - le reproche - mi padre no es tenebroso.

- Yo no estaría tan seguro - ahora fue George - podría cortar a Cedric en pedacitos y después utilizarlo en sus pociones.

- Si claro - ironizo Beth - y después vendría campanita y te llevaría al país de nunca jamás.

- ¿Campanita? - los gemelos arrugaron el entrencejo.

- ¿Quién es campanita? - pregunto Ced.

- Recuerda que son hijos de magos - le recordó Ian - y ellos no escucharon las historias de Peter Pan.

- ¿Quiénes son esos? - Angie también nos observaba con la nariz arrugada.

- Son personajes de un cuento para niños - explico Beth - pero el profesor Snape no le hará nada a Ced.

- ¿Cómo estás tan segura? - la voz de Ian también sonaba nerviosa.

- Mi padre no es un ogro - eleve una ceja - tal vez parezca muy estricto y un poco amargado, pero a mi me preocuparía más si mi padre fuera el profesor Black.

- Es cierto - susurro Ced - no solo tendré que enfrentarme al profesor Snape, sino también al profesor Black.

- Pobre de ti amigo - Fred le palmeo la espalda como dandóle el pesame.

- Si fuera tú terminaría con la problemática - bromeo George, le mande una mirada asesina.

 

- Además es bastante desagradable cuando se enoja - concordó Ian - te convendría más una chica tranquila, la cual tenga a sus padres lejos y además que no sea hija única y menos de alguien como el profesor de pociones.

- Gracias - dije sarcasticamente - con amigos como ustedes, para que quiero enemigos.

- Sabes que se te aprecia - como siempre Fred me despeino - y que nuestro valiente Hufflepuff irá a hablar con tu padre, aunque no viva para contarlo.

- Exageran - repuse tranquilamente - mi padre no es un monstruo.

Elevo los hombros, pero no contesto, de hecho nadie dijo nada; mi padre solía ser un poco estricto, pero no era malo. Tomo mi mano y la entrelazo con la suya y me beso suavemente el cuello.

- Esas manos niños - replico Ian con una falsa seriedad - es mejor que vayamos a comer.

Ced rió suavemente a mi oído, después de eso se separo de mí y tomo mi mano, caminamos hacia el Gran Comedor, su mano y la mía se amoldaban como si estuvieran hechas la una para la otra, si mis pensamientos eran realmente cursis, pero en ese momento mi vida era color de rosa.

En cuanto llegamos al Gran Comedor, la mayoría de las miradas estaba sobre nosotros y bueno mi tío y mi padre no fueron la excepción, Ced soltó un suave suspiro y sin soltar mi mano caminamos hacia la mesa de Hufflepuff, pero en ese momento desee ser invisible, y más al sentir la penetrante mirada de ambos hombres.

Me senté tratando de darle la espalda a la mesa de profesores y ver si así dejaba de sentir la mirada penetrante de los ojos grises y negros, Beth que estaba frente a mí, miraba de reojo la mesa.

- ¿Han dejado de verme? - pregunte en un susurro.

Asintió levemente y yo gire y fue un error, ya que la mirada de mi padre seguía en mí, y vi que con la mano me decía que después de la comida nos veríamos, regrese mi mirada a Elizabeth irritada.

- ¿No que habían dejado de verme? - gruñí.

- Pensé que solo preguntabas por el profesor Black - se disculpo con una sonrisa estúpida.

Le mande una mirada asesina, antes de tomar mi mochila y levantarme, Ced hizo lo mismo, solo que me quito mi mochila y de nuevo tomó mi mano, quise separar mi mano de la de él, pero sabía que lo haría sentir mal. Sin decir palabra alguna caminamos hacia el despacho de mi padre.

Se me hizo tan corto el camino, que en menos de lo que imagine ya estaba frente a la puerta del despacho del profesor de Pociones, en ese momento me solté de la mano de Ced y antes de llamar suspire.

- Adelante - fue la ronca respuesta.

- ¿Para que quería verme? - pregunte sin abrir del todo la puerta y que no viera a Ced.

- Pase - me señalo la silla frente a su escritorio y note que tío Sirius estaba de pie a un lado de mi padre - también usted señor Diggory.

No pensé ponerme tan nerviosa frente a mi padre y frente a mi tío y menos frente al último que en vez de haberlo visto como una figura de autoridad, lo había visto como mi mejor amigo tanto en la infancia como en esos momentos, me senté frente a mi padre que no despego la mirada de Ced.

- ¿Qué intenciones tienes con Cami? - pregunto enseguida tío Sirius.

- Black - le espeto mi padre, antes de que mi novio pudiera hablar - él que hace las preguntas aquí soy yo - los ojos negros de mi padre, de nuevo se clavaron en Ced - ¿Qué intenciones tienes con Camille?

 

- Señor - la voz de Ced por un segundo se escucho temblorosa, pero en seguida volvió a la normalidad - quiero pedirle permiso para que Camille sea mi novia.

- Demasiado formalismo - susurre irritada.

- ¿Cuántas relaciones has tenido? - mi tío se había inclinado y lo miraba con irritación.

- No muchas - contesto en voz baja.

- Pues según lo que tengo entendido es que eres como el Casanova de Hogwarts - replico.

- Basta - replique levantándome - este es un interrogatorio sin sentido.

- Aquí los que dicen que tiene o no sentido somos nosotros - contesto Sirius mirándome fríamente.

- No tengo dos años - les espete - sé lo que hago.

- Tienes razón - la voz de mi padre evito que mi tío hablara - y te apoyaremos - mi tío arrugo la nariz - pero nada de demostraciones publicas OK.

- Claro - contesto Ced con una media sonrisa.

Escuche pasos, así que cerré el diario y como en menos de un minuto, llamaron a mi puerta.

- Adelante - repuse.

- Hola - saludo Harry.

- Hola - me miro con cierta culpabilidad.

- Fred me dijo que no estabas muy bien.

- Ese chismoso - susurre, pero enseguida le sonreí.

- ¿Me ves mal?

- ¿La verdad? - le mande una mirada asesina - te ves mejor de lo que creí.

- Vaya veo que Fred es muy buen profesor de halagos - ironice.

- Vamos no te enojes - comento sentándose al borde de la cama - tu padre por poco y no me deja entrar - cambio de tema tan drásticamente que no me dejo responder.

- ¿Qué le dijiste para que te dejara entrar?

- Tío Sirius lo amenazo con algo que no entendí - levanto los hombros - pero eso no importa - me sonrió - todos preguntan por ti.

- Diles que estoy bien - conteste secamente - que estoy logrando recuperarme.

- No les voy a metir - me miro de forma acusatoria - en estos meses no has mejorado nada, de hecho cada día estas peor.

- ¿Lo crees? - murmure.

- No lo creo - gruño - lo estoy viendo, cada vez estas más delgada, más ojerosa - mis ojos se clavaron en los verdes - entiendelo Camille, no solo tú lo perdiste, sus padres y sus amigos también lo hicieron - no cambie la expresión de mi rostro - yo escuche sus últimas palabras, yo estuve con él, yo fui el que lo escucho decir, dile que Lo siento y que la Amo y a mis padres solo diles que los quiero - sentí de nuevo el hueco en el estómago - Cedric Diggory se m

- VETE - grite, levantándome de la silla - LARGATE Y NO VUELVAS.

Lo saque a empujones de mi recamara, no quería escucharlo, no quería volver a escuchar esa palabra, que desde ese día que se había ido, no la había escuchado ni la había pronunciado; y ese día llegaba Harry a tratar de decirmela, no podía ni quería escucharla, no otra vez.

 

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creo ke tomare la opcion de erika_cullen y pondre los dos, solo kiero decirles ke este fic no pasara de mas de 20, tal vez ni siquiera los 15, pero espero ke les guste.

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Quisiera decir que he salido, que he vuelto a ver a mis amigos, pero sería una mentira, esto de escribir al menos me saca un poco del dolor que llevo dentro, pero no me ayuda a olvidarlo, siempre que abró los ojos, en lo primero que pienso es en él y lo último que hago antes de ir a dormir.

Bueno después de lo de mi padre y mi tío, no hubo más "agradables" encuentros. Mi vida era tan agradable, tenía a un padre y un padrino que me querían, y tenía a Cedric Diggory como novio ¿Qué mas podía pedir?

- Es hora - repuso la voz de mi padrino - de que despiertes muñeca

Abrí los ojos y me encontre con Sirius Black abriendo los cajones del closet, solte un ligero bostezo, antes de incorporarme y estirarme.

- El desayuno está listo - dijo tío Remus que estaba en el marco de la puerta.

- Si vamos - contesto tío Sirius que puso mi ropa sobre la cama - te espero abajo.

Asentí levemente antes de que saliera, cuando escuche la puerta cerrarse, me quite la pijama y me puse la ropa que él había dejado sobre la cama, me estaba quedando en casa de tío Sirius y tío Remus, debido a que papá había tenido que quedarse en el colegio por asuntos de trabajo y no había querido que me quedara sola en casa, así que tenía que vivir por unas semanas con mis tíos y con Harry.

Baje veinte minutos después de que tío Sirius fuera a despertarme, cuando llegue al comedor, los tres hombres ya comían; les sonreí como saludo y despues me senté, tome un poco de fruta, ya que jamás había sido muy buena comiendo y menos por las mañanas.

- Comé algo más - me reprocho tío Remus.

- No saco el apetito de su madre - dijo tío Sirius a modo de defensa - además come mejor que cuando tenía nueve.

- Solo come un poco más.

Asentí levemente y tome un pedazo de tarta, Harry sonrió ante el comentario, así que le mande una mirada asesina, que solo hizo que su sonrisa se hiciera mayor. Decidí mejor concentrarme en mi desayuno a decirle algo, el desayuno fue en silencio, al menos para mí, ya que no ponía atención a lo que decían.

- ¿Y entonces que te parece? - dirigí mi vista hacia tío Sirius.

- ¿Qué me parece que? - pregunte con la nariz ligeramente arrugada.

- Las entradas para el mundial de quidditch - contesto como si fuera obvio.

- ¿Tienes entradas?

 

- Niña no menos precies a tu padrino - me reprocho y mostro tres entradas.

- Eres lo máximo - sonreí - y por supuesto que cuenta conmigo.

- Entonces preparen sus maletas, que maña

- Se irán a quedar con los Weasley - lo interrumpió tío Remus - y Sirius los verá ya en el estadio con Percy, Charlie y Billy.

- ¿A que hora nos iremos? - pregunte dando un sorbo al jugo.

- Arthur pasara por ustedes después de la comida - contesto tío Remus.

- Bueno ya que lunático les contesto por mí - mandándole una mirada asesina - quiero que tengan preparada una maleta, para que se vayan a quedar con los Weasley - ambos asentímos - y por favor Cami no hagas tonterías con los gemelos, que Molly apenas puede con esos dos, para que llegues tú y le compliques la tarea.

- Siempre me portó bien - replique.

[
























.]

- Vamos despierta - escuche que me llamaban - Mill despierta - la única persona que me decía así era Fred Weasley - o cuando bajes Gerge te habrá dejado sin desayuno.

- Ya voy - me incorpore y me estire tratando de desperezarme.

- Te espero abajo y tratare de guardarte un poco de comida - repuso antes de salir de la habitación.

Sonreí, Fred era todo un caballero, yo no sé porque Beth decía que eso era una mentira, pero conmigo siempre se portaba tan bien, me puse lo que había sacado la noche anterior de la maleta. Me tarde como veinte minutos en estar presentable. Cuando llegue a la cocina, solo estaba Fred, George, Ginny, Hermione y los señores Weasley.

- Buenos días - salude sentándome al lado de Fred.

- ¿Qué quieres desayunar querida? - como siempre a señora Weasley tan amable conmigo.

- Solo dale cereal o fruta - contesto Fred - es lo único que su pequeño estómago prueba en las mañanas.

- Mejor solo dale un cacahuate - bromeo George - y aun así te dejara la mitad.

- Que gracioso - le espete - y solo un vaso de leche por favor.

Escuche el suspiro de Fred, la señora Weasley me entrego el vaso de leche, estaba por terminar la leche, cuando Harry y Ron entraron a la cocina. La señora Weasley les dio un poco de fruta que entre Ginny y George hicieron que se la comieran rápido.

Salimos de La Madriguera, mientras el señor Weasley regañaba a Harry y a Ron

por su tardanza, el sol todavía ni salía, pero según el señor Weasley debiamos llegar antes por cosas que no entendí, al terminar de subir la montaña o cerro que estaba frente a La Madriguera, estaba un hombre que no recnocí.

- Arthur - al escuchar su voz lo reconocí, era el padre de Ced.

- Buenos días Amos - contesto el señor Weasley - ¿no llegamos tarde?

- Justo a tiempo - repuso con una media sonrisa y observando al resto - ¿todos son tus hijos?.

- No - dijo tranquilamente - solo los pelirrojos - Harry y Hermione observaban al hombre contrariados - ella es Hermione Granger, amiga de mi hijo Ron - la castaña hizo un leve movimiento con la cabeza - ella es

- Camille querida - en menos de lo que imagine ya me abrazaba - ya supe lo de mi Ced y tú y no puedo estar más feliz.

- Gracias, señor Digg

 

- Vamos querida, ya casi somos de la familia, dime Amos - me tomo por los hombros.

- Ya le dije que nos acompaña Harry Potter - informe para alejar su atanción.

- Por las barbas de merlín - y como supuse me soltó y dirigió su mirada hacia Harry - pero es cierto - le extendió la mano - soy Amos Diggory - ahora al que comenzo a acosar fue a Harry - mi Ced me ha hablado de ti, como que te ganó en el quidditch, le dije que se lo podrá contar a sus nietos.

- Papá - Ced bajo de un árbol - ya te dije que se desmayo.

- Pero tu no lo hiciste - el señor Diggory tenía en un pedestal a su hijo.

- Lo siento - susurro.

- Vamos si veo que a Harry le encanta - comente sonriendo.

- Me odiará - repuso y me tomó la mano.

- Ya te odia - replico George que se coloco a su lado.

- ¿Por qué? - arrugo un poco la nariz.

- Por favor, sales con la chica más deseada de Hogwarts - Fred me despeino - la mitad del Colegio te odia y entre ellos está Harry.

Solo sonrió y yo negué con la cabeza, llegamos junto al resto que se habían colocado alrededor de una vieja bota, me coloque en medio de Fred y Ced, escuche que el señor Weasley contaba, en menos de lo que pensé sentí el suelo bajo mi espalda.

- ¿Estás bien? - me extendió una mano la cual acepté.

- Si - conteste sacudiendome el pantalón.

- Dejame ayudarte - le dijo a Harry que la aceptó después de dudar unos segundos.

- Gracias - dijo en cuanto estuvo de pie.

- No hay de que.

Después de decir eso, seguimos con el camino hacia el campo, todo estaba lleno de tiendas de campaña de diferentes colores, era realmente divertido, ver la admiración del resto de los chicos, de hecho hasta Ced estaba fascinado.

- Camille, Harry - al escuchar aquella voz, gire hacia mi derecha y ahí estaba mi padrino - gracias Arthur por cuidarlos y traerlos.

- No te preocupes Sirius - contesto el señor Weasley.

- Bueno chicos nuestra tienda queda por allá - y nos señalo hacia el centro - de nuevo gracias y Amos fue un placer verte.

- Igualmente - respondió el señor Diggory - nos vemos.

- Más tarde te voy a buscar - me susurro Ced - hay algo importante que tengo que decirte.

Asentí levemente y seguí a tío Sirius y a Harry, la tienda de campaña estaba bastante cerca de donde estaba el estadio, amaba la magía y más al ver la hermosa tienda de acampar que nos había tocado, cuando entre mi tío me señalo la recamara que me tocaba, solo deje la maleta, antes de regresar a la sala, en donde ellos hablaban.

- Este año se celebra de nuevo el Torneo de los Tres Magos - le decía tío Sirius a Harry.

- ¿Qué es el Torneo de los Tres Magos? - pregunte sentándome frente a ellos.

- No pueden decir nada - nos advirtió y ambos asentimos - bueno como su nombre lo dice es un torneo que consta de tres pruebas que pone a prueba a los tres campeones.

- ¿Campeones? - cuestiono Harry.

- Hace como trescientos o menos años, este torneo se hacía con las escuelas más representativas de Europa, que son Beauxbatons, Durmstrang y Hogwarts, entonces de cada escuela se elegía a un campeón para participar.

- ¿Por qué se dejo de realizar? - de nuevo Harry interrumpía.

- Por las muertes de los alumnos, profesores y encargados - respondió como si nada.

- ¿Y lo van a volver a celebrar? - no entendía porque volverían a hacerlo.

 

- Sí - arrugue la nariz - pero ahora serán con las medidas adecuadas, para que no haya más muertos.

- Locura - dije simplemente - cualquiera que quiera entrar debe estar loco.

- Estoy de acuerdo - concordó Harry.

- Ustedes no son nada aventureros - nos reprocho tío Sirius.

- La verdad prefiero seguir con vida - dijo Harry y yo me eche a reír concordando completamente con él.

- Me avergüenzo de ser su padrino - comento con un fingido enojo.

Harry y yo reímos, mientras los veíamos salir de la casa, en verdad que tío Sirius debía estar loco por querer que alguno de nosotros entrara a ese torneo, pero conocía a dos personas que les encantaría entrar y esos dos eran mis queridos pelirrojos.

- Iré a buscar a Ron y a Hermione - me informó Harry cuando dejamos de reír - dile a nuestro padrino loco que estoy aquí antes del partido.

- Muy bien - lo observe salir de la tienda.

En cuanto estuve sola camine enseguida a la cocina, ya que moría de hambre, decidí hacerme un sándwich, estaba tan metida preparándomelo, que no escuche que alguien entraba a la tienda.

- ¿Qué haces? - ante aquella voz, pegue un brinco debido al susto, él solo se echo a reír.

- Muy gracioso - replique mirándolo de forma asesina.

- Lo siento - se disculpo y me tomo de la cintura - pero no me contestaste.

- Pero eso no es para que casi hagas que me de un ataque - le reproche - pero mejor dime a que veniste, antes de que mi tío llegue y haga un drama.

- Supongo que ya sabes lo del Torneo de los Tres Magos - asentí levemente - bueno estoy pensando en competir.

- No - mi voz sonó más elevada de lo necesario.

- ¿Por qué no?

- Muchos han muerto - mi angustia se veía reflejada en mi voz.

- Eso no pasará - me sonrió y me beso la frente.

- Por favor - casi suplique.

- Cam - me acaricio la mejilla - aun ni siquiera me anotó, solo es una idea.

No dije nada, sabía que eso de solo es una idea, era una mentira, ya que cuando a Cedric Diggory se le metía algo en la cabeza hasta que lo hacía o lo lograba se quedaba en paz y está no sería la excepción, a pesar de que lo desee con todas mis fuerzas.

Ese día fue horrible, ya que no simplemente me dijo que entraría a ese Torneo, sino que también los mortífagos y seguidores de Voldemort hicieron un espectáculo, por eso no puede hablar más con él de ese tema.

Cerré el diario y cerré los ojos, aun recordaba ese día tan claramente que aun seguía doliendo; escuche la puerta de mi habitación abrirse, giré y observe a mi padre con el semblante serio, detrás de él entro un hombre pequeño con aspecto de ratón, sobre todo sus pequeños ojos negros y esté llevaba una maleta, sin decir una palabra con su varita comenzo a sacar todo de mi closet.

- ¿Qué pasa? - pregunte con la nariz arrugada.

- Te irás a casa de Black y Lupin - contesto oscamente.

- ¿Por qué?

- Porque es una orden - parecía furioso.

- Pero no quiero irme - me puse frente a él.

 

- No te pregunte - gruño - te irás y es mi última palabra.

- Al menos merezco una explicación - lo observe irritada.

- Aquí el que decide si mereces o no una explicación soy yo - mi nariz se arrugo - y como no lo creo conveniente, solo tomaras las maletas y te irás sin hacer ninguna pregunta.

- Per

- Solo vete - me entrego la maleta - y si Black cree conveniente decirtelo te lo dirá.

En pocas palabras me saco de la casa a empujones, fuera de la casa estaba tío Sirius, que tomó la maleta y me hizo una seña para que lo siguiera.

- ¿Qué pasa? - pregunte entre irritada y dolida - ¿Por qué papá me saco así?

- Problemas - contesto sin verme - ahora vámonos.

- No - me negué - no me iré sin una buena explicación.

- Tu padre pasa malos momentos - replico con molestia - y no quiere involucrarte, así que me pidió que viniera por ti.

- No tengo cuatro años - le espete - sé cuidarme sola y si papá tiene problemas quiero quedarme y ayudarlo.

- Te he dicho que te vayas - la voz ronca de mi padre me hizo girar.

- Pero quiero ayudarte - trate de convencerlo.

- Camille ni siquiera puedes ayudarte a ti misma - dijo con indiferencia y entregándome el diario - menos a mí - eso me dolió - así que dejáme solucionar esto y en cuanto el problema se haya acabado iré por ti.

Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos, pero no dije nada, solo me di media vuelta y camine hacía tío Sirius. Me dolió esa forma en que me había sacado de la casa.

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Mi padre, después de correrme literalmente de la casa, ni siquiera ha venido a verme, mis tíos, ninguno quiere hablar sobre mi padre, aunque tío Remus se molesta cuando el nombre de papá sale, no entiendo la razón, pero parece que algo de lo que últimamente hace mi padre no le agrada.

Hoy no quiero escribir, además de que Fred prometio venir por mí y llevarme a conocer su tienda, de la cual soy socia y eso lo descubrí hacía pocos días, ahora entiendo de donde provenía el dinero que me llegaba cada mes.

En ese momento debería estar trabajando ya, pero aun no encontraba las fuerzas para salir de mi habitación, que había sido robada hacía dos semanas, no había podido escribir debido a que Fred en cuanto supo que no estaba en casa de mi padre no se ha separado un momento de mí.

 

Es extraño lo cómoda que me siento con él a mi lado, es el único que logra hacerme reír, a tío Sirius comienza a digustarle tantas visitas, pero tío Remus como siempre la voz de la razón lo ha tranquilizado.

La puerta de mi habitación provicional se abrió, gire hacia ella y me encontre a tío Sirius con el rostro serio.

- El cabeza de zanahoria te busca.

- No lo llames así - le reproche, pero no evite que una débil sonrisa apareciera.

Levanto los hombros con indiferencia y salió de la habitación, me acomodé el cabello lo mejor que pude y yo también salí, baje hacia la sala, en donde Fred me esperaba con su sonrisa de siempre.

- Hola - salude con una media sonrisa.

- Hola - contesto levantándose - es mejor irnos, porque creo que Sirius piensa ponerle algo al jugo que le pedí.

- Tal vez - acepté divertida - solo deja despedirme y nos vamos.

- Adelante.

Camine hacia la cocina, en donde mi padrino miraba de forma asesina el vaso de jugo que estaba sobre el desayunor y mi tío Remus trataba de no poner los ojos en blanco por la actitud infantil de su amigo.

- Nos vemos en la noche - me despedí desde la entrada de la cocina.

- Antes de las 10 - me recordó mi padrino.

Asentí levemente, sin hacer ningún otro comentario salí de la cocina, cuando llegue a la sala, Fred ya estaba en el marco de la puerta de la calle, camine hacia él sonriendo, él extendió su mano y yo la tome sin decir nada.

El camino en el Callejón Diagon, estuvo llena de chistes que me hacían reír, como desde hacía mucho no lo hacía, en verdad extrañaba a mis amigos, pero principalmente lo extrañaba a él, extrañaba a Fred Weasley, necesitaba sus chistes para ver la vida con más color y con menos problemas.

- Llegamos - me hizo una pequeña reverencia y con un gracioso movimiento me abrió la puerta - adelante mi Lady.

- Gracias - repuse con una débil sonrisa.

La tienda era simplemente perfecta, era el negocio que siempre me imagine para mis queridos pelirrojos, a pesar del regreso de Lord Volemort y que la gente no quería salir de sus casas, su negocio estaba bastante concurrido.

- Pensé que Fred había mentido - sentí los brazos de Beth - pero aquí estás.

- La pequeña Ell a decidido visitar a sus amigos - aquella voz no podía ser más que de Ian.

 

Todo sobre videojuegos

- Los extrañe - susurre separándome de Beth.

- Y nosotros a ti - en ese momento Angie se unió al abrazo de Ian y mío.

- Hay tantas cosas que contar - repuso Beth.

- Claro - sonreí y observe que Beth lloraba - ¡Oh vamos! - de nuevo la abrace - esto no es para llorar, tenemos que hacer un brindis, porque volvemos a estar jutos.

- Camille Eileen Snape - ante aquella voz giré y me encontre a mi otro pelirrojo - en verdad estás aquí.

- Por supuesto George - y en menos de lo que imagine mis pies se habían despegado del suelo.

- Estás más delgada - comento cuando me dejo en el suelo - ¿acaso en Nueva York no te daban de comer?

- Jamás ha comido - repuso Fred que sonreía feliz - pero ahora que ha regresado la obligaremos.

- Espera - gruño Angie - tiene tres meses que termino el año de escuela y tú apenas vienes a visitarnos.

- Compromisos - sonreí con cierta culpabilidad - pero prometo que ahora estaré aquí a diario.

- No - dijo drámaticamente George - tendré a Camille todos los días.

- Para que me hacen socia - conteste con indiferencia.

- Bueno eso ahora no importa - comento Angie - mejor hay que pedir comida y festejar que nuestra Camille ha regresado.

- Y también para hablar sobre todo lo que ha pasado con sus vidas - repuse feliz, como desde hacía tiempo no me sentía.

Fred tenía razón, necesitaba a mis amigos para salir un poco de mi depresión, tal vez había sido un error que me hubiera ido a terminar el colegio al de Salem en Nueva York. Tal vez debí quedarme y ayudarme de mis amigos para salir; pero el solo hecho de imaginar que iba a tener todo lo que me recordará a él, recobre mi idea de que había sido lo mejor.

George me enseño toda la tienda, mientras el resto arreglaba un poco para que pareciera un poco más que festejabamos, todo era simplemente perfecto y cada cosa que veía me hacía reír y más al escuchar la explicación de porque cada cosa.

- Fred esta encantado de que estés aquí - dijo de pronto.

- ¿Y tú no? - arrugue un poco la nariz ante aquel comentario.

- Claro que estoy feliz - contesto al instante - pero bueno él lo esta aun más.

- No entiendo - lo observe.

- Bueno él te ve como su mejor amiga - repuso un tanto nervioso, pero no le tome importancia - y en cuanto supo que habías regresado de Nueva York, fue el primero en alegrarse de que hubieras regresado.

- Para mí también es mi mejor amigo - respondí serenamente - y aunque no lo creas me ayuda estar con él.

 

- ¿Podemos hablar de él? - ante aquella pregunta mi sonrisa se esfumo - veo que Fred no mintió, pero si en algún momento deseas hablar, aquí estaré, bueno aquí estaremos todos para escucharte.

- Gracias - sonreí muy levemente.

- Vamos - me tomo de los hombros.

Caminamos hacia una habitación que estaba detrás de la tienda, cuando llegamos Fred me sonrió, esa sonrisa ayudaba a llenar un poco el hueco que él había dejado, no lo llenaba del todo, pero al menos el dolor era mucho menor con esa sonrisa.

[













]

- Explícame porque sacarla de la casa - me espeto Lupin.

- Se supone que se unió a Voldemort - le recordó Black - y Camille no puede estar con él.

- ¿Entonces lo que se fuera a Nueva York también estaba planeado? - me miro de forma fría.

- Camille me pidió que la mandará lejos - conteste tranquilamente - de hecho ella misma me dijo que quería irse al Instituto de Las Brujas de Salem - no podía creer que tuviera que darle explicaciones a Lupin - y con las calificaciones de mi hija, la aceptaron gustosos.

- Pero eso no la ayudo - replico - el irse lejos de nosotros y de sus amigos, le afecto más que el haberse quedado.

- De hecho en Nueva York, ella estaba en perfecto estado - gruñí - solo fue cuestión de que ella regresara, para que cayera en depresión.

- Sabes que es una mentira - me miró de forma ácida - Camille estaba en Nueva York, como está aquí. Sin poder superar la muerte de su novio - mis ojos se entrecerraron - porque a pesar de que tú y Sirius digan que solo murió un alumno, para Camille fue mucho más que eso, siente que perdió una parte de ella - trate de hablar - ella esta pasando lo mismo que tú cuando Starla se murió.

- Ella lo va a superar - dije oscamente.

- ¿Al igual que tú? - comento sarcásticamente - mírate - me espeto - sigues vistiendo de negro, todos los días despiertas pensando en que ella estará abajo con el desayuno preparado. No hay un día que no hagas lo mismo que el último día que Starla estuvo con vida.

Me levante furioso, no tenía ni como defenderme, si todo era verdad, todos los días que despertaba, lo primero que hacía era acariciar su fotografía y después entrar a la recamara de Camille y saber que a pesar de que Starla no estaba, con ella era como si su madre siguiera aquí.

- Pero al menos a mi me queda el consuelo de que se fue amandome - fue un golpe muy bajo, pero ni siquiera había pensado al decirselo.

- Bajo Snape - susurro Black.

 

- Si amaba a Starla - replico irritado - y no me arrepiento de haberla amado, aunque ella te amara a ti, cuando se fue me dolió y es por eso que entiendo a Camille, pero parece que tú no lo haces.

Después de decir eso salió de la casa, Black me observo entre enojado y desilucionado, no entendía porque su maldita mirada. Y luego sin decir nada salió.

[

















]

- Tuvimos como directora a Dolores Umbridge - comento Ian con repulsión.

- Y en verdad no solo es fea por fuera, es una horrible persona - repuso Beth - mira que despedir a Hagrid y a Trelawney.

- ¿Sigues creyendo en poder leer el futuro? - cuestione con una media sonrisa.

- Puedo leer tu taza -y antes de que pudiera contestar, ya me la había quitado - dice que hay una persona que Te ama, pero tiene miedo - la mire sin expresión alguna - además hay dos personas que te cuidan, que ya no están aquí, pero que cuando estuvieron aquí, fuíste muy importante para ellos.

- Deja eso - replico Fred quitándole la taza - mejor dinos Mill que tal Salem.

- Pues no es nada del otro mundo, las mujeres son insoportables, además que como es de solo mujeres, cuando ven a un hombre se ponen muy mal - sonreí al ver la reacción de George, pero Beth lo golpeo.

- Sigo siendo tu novia - le recordó.

- Y nadie lo esta negando - se defendió.

Extrañaba esos momentos, riendo de las tonterías de George y de Fred, ver como entre Beth y Angelina, trataban de controlarlos y sobre todo saber que a pesar de que creí que no pertenecía a ningún lugar, me daba cuenta que estaba equivocada, que pertenecía a ese lugar, junto a ellos que a pesar de que los abandone me seguían considerando su amiga.

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y les deseo un muy FELIZ NAVIDAD

Creo que debería retomar un poco esto de escribir, llevo un mes sin poner nada, y en verdad cuando estoy con mis amigos no siento ese vacío tan grande, pero cuando estoy sola, su recuerdo me mata, creo que en verdad me estoy volviendo loca, no puedo dejar de soñar con él y como siempre despertar llorando y gritando.

Tío Sirius esta realmente preocupado, mis ojeras han aumentado, no quiero dormir, por el miedo de volver a soñar ese horrible día cuando él dejo de estar a mi lado, hoy no escribiré sobre él, porque no puedo, mi vida es un infierno sin él, si Cedric me quería ver débil, lo logro, porque así estoy en estos momentos.

 

No puedo pensar mi futuro sin él, tantas cosas que planeamos, todos decían que eramos demasiado jóvenes para creer que estaríamos siempre juntos, bueno creo que después de todo si escribiré de él y de mí.

Estabamos sentados frente al lago, estaba recargada en el pecho de Ced, mientras Fred se había recostado y su cabeza estaba en mis piernas, Angie miraba pensativa el lago, Beth acariciaba el cabello de George e Ian leía algo sobre Transformaciones.

- Creo que la regla de Dumbledore es injusta - repuso Fred - debería dejar entrar desde los 16 y no solo a los mayores de edad.

- Mi cumpleaños es en dos días - se burlo Ced - y bueno en ese momento podre poner mi nombre en el Cáliz.

- No lo pondrás - le espete.

- Ya lo hablamos Cam - repuso besando mi cabello.

- Y pensé que había quedado claro que no estaba de acuerdo en que entraras - replique levantándome de golpe y haciendo que Fred se golpeara.

- Oye - se quejo pero no le hice caso.

- No tengo dos años Camille - él también se levanto - y te dije que entraría.

- ¿Así que mi opinión no te importa? - estaba furiosa - pues entonces para que seguir con esto - tome mi mochila - terminamos Diggory.

Camine furiosa hacia el Castillo, se suponía que después del Mundial, me había ido a quedar dos días en su casa y me había preguntado si estaba de acuerdo en que entrara y yo le había contestado que no, entonces él me beso y me dijo que estaba bien, que no iba a entrar.

- Cam - escuche su voz detrás de mi - debemos hablar.

- Creo que ya lo dijiste todo - replique - y espero que te aproveche el Torneo.

- Cam - repuso tomando mi brazo - no puedes enojarte.

- Deja de decirme Cam - le espete - y ya está platica no tiene sentido, ya escogiste Diggory y espero que siendo campeón tengas muchas chicas a tu alrededor.

- No lo hago por las chicas - me tomo la barbilla y me hizo mirarlo - porque ya tengo una novia hermosa, que siente que me va a perder porque tal vez pueda participar en un Torneo.

- Ya no tienes novia - replique soltandome de su agarre.

- Camille no empices - me tomó de la cintura - si no tengo tu apoyo, ¿Cómo pasare las pruebas, si resulto elegido?

- No me hagas esto - le suplique.

- Es lo que yo te digo - replico inclinándose para besarme - no me termines y mucho menos me hagas elegir, porque sabes que te elegire a ti.

¿Entonces porque no lo haces? Me pregunte, pero mis ojos se habían clavado en los grises de él, y cuando eso pasaba, era su esclava, haría lo que él me pidiera, suspire derrotada.

- Muy bien - acepte, rogando porque no lo eligieran.

- Esa es mi chica - y sin más me beso.

 

Rodee su cuello con mis brazos, para profundizar el beso y él me tomo de la cintura, en verdad que no podía pedirme que aceptará que entrara al Torneo, pero después de todo me lo había hecho y yo lo había aceptado, pero que podía hacer si lo amaba, más que a mi vida, de hecho mi vida ya no era mía sino suya.

- Te Amo - susurro besando mi cuello.

- Y yo a ti - conteste acariciando su cabello.

Sus ojos brillaban, como suponía los míos lo hacían al verlo, beso mi frente y me quito la mochila y después tomó mi mano y caminamos hacia la sala común, estaba perdidamente enamorada de él y que más daba si me manejaba a su antojo, no importaba porque era completamente suya.

Ese había sido mi error, haberle dado todo, sin importar que quedará en deuda conmigo misma, ese día no debí haber caído, debí mantenerme y tal vez él seguiría aquí conmigo, limpiando mis lágrimas que ahora bajaban por mis mejillas. Ese día pensé que tal vez no lo elegirían o que sus amigos me apoyarían, pero estaba tan equivocada.

24 de septiembre su cumpleaños, ese día desperte llorando, sabía que era patético, ya que hoy lo único que haría sería meter su nombre al Cáliz, pero aun no sería elegido, era bastante temprano, de hecho el Sol aun no salía, observe el despertador y marcaba las 4.

Me levante y me puse la bata y tome su regalo, camine hacia la habitación de los chicos, cuando llegue sabía perfectamente cual era su recamara, escuche sus ronquidos, sonreí suavemente, podría hacer competencia con tío Remus, abrí las cortinas de su cama y estaba totalmente despatarrado y a pesar de eso me pareció tan tierno.

Me senté del lado de su rostro, acaricie suavemente su cabello, sonrió entre sueños, después me incline y bese su cabello, pero parecía que debía hacer algo más para despertarlo, me mordí el labio pensando en que hacer para despertarlo.

- ¿Qué haces aquí? - al escuchar su áspera voz, no evite dar un pequeño brinquito.

- Pensé que dormías - le reproche.

- Sentí tu olor y desperte - se incorporó y me beso castamente - ¿Qué le ocurre a la señorita?

- No puedo dormir - susurre abrazándome a él, temiendo no volver a hacerlo - Feliz Cumpleaños.

- Gracias - me beso el cabello.

- Espero que te guste - le entregue una cadena que tenía una "C" de oro blanco, por Cedric.

- Cada vez que la vea podre recordarte - me beso de nuevo - una "C" de Camille.

- De hecho era por Cedric - comente con una débil sonrisa.

- Para mí es de Camille - me beso de nuevo - mi hermoso ángel.

Me abrazo e hizo que nos recostaramos y mi cabeza quedara en su pecho y comenzo a acariciar mi cabello y tarareo un suave canción, su voz era un tanto ronca para que fuera un buen cantante, pero a mi simplemente su voz, me tranquilizo y poco a poco mis ojos comenzaron a pesar.

- Cam es hora - susurro a mi oído.

- Cinco minutos más - pedí acurrucándome más en sus brazos.

- Si te los doy, nos quedaremos sin desayunar - beso mi cabello - así que mi hermoso ángel, es hora de que te levantes.

Sin decir nada me incorporé, me estiré para desperezarme y me levante, pero antes de salir de la habitación, me beso suavemente y tiernamente, después de eso dejo un beso en mi frente, salí de la habitación y camine hacia la mía.

 

- ¿Por qué? - pregunte en voz alta - debí de haberle puesto un ultimátium - observe su fotografía - debí haberte obligado a elegir entre el Torneo o yo.

- Eso hubiera sido muy egoísta - gire mi vista y encontre al anciano profesor que me observaba detalladamente con sus ojos azules - parece que no me mintieron al decirme que te ves mal.

- ¿Quién le pidió que viniera? - cuestione secamente.

- Remus - contesto amablemente - ¿me puedo sentar? - asentí levemente, se sentó al borde de la cama - dime Camille - no lo observe - ¿Qué es lo que sientes? - no pude evitar reír amargamente.

- Lo siento - me disculpe - es que escucho esa pregunta a diario y creo que solo lo hacen para burlarse, ya que no es necesario preguntar como estoy, para que lo sepan.

- Entiendo - me sonrió amablemente - pero en verdad me gustaría saber todo lo que sientes.

- Siento dolor, enojo, miedo, confusión, me siento sola - clave mis ojos en los de él - siento - lo medite un poco - siento tantas cosas que no sé explicarlas.

- ¿Qué sentiste el día que Cedric metió su nombre en el Cáliz?

- Miedo - conteste en voz baja - la profesora Trelawney solía decirme que tenía un sexto sentido muy desarrollado y cuando temía era porque algo malo iba a pasar.

- La profesora Trelawney suele equivocarse la mayoría de las veces - sonreí débilmente - pero contigo no lo hizo.

- Si lo sé - admití.

- Podrías decirme que paso cuando escuhaste que sería seleccionado - baje mi mirada a mis manos.

- Pensé que no lo elegirían, de hecho le rogué al cielo que no lo elegieran, pero cuando escuche su nombre, lo abrace con fuerza y él simplemente me beso la frente y camino hacia donde usted les había indicado - levante la mirada - quise llorar, pero en cuanto escuche el nombre de Harry, el miedo se hizo mayor. Algo andaba mal y de eso no había duda.

- ¿Por quién temiste?

- Por ambos - respondí, sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos - Harry ni siquiera era mayor de edad, no estaba ni psicológicamente ni físicamente preparado y bueno Cedric era algo que no tenía lógica.

Se quedo callado, observe al hombre que estaba frente a mí, su cabello blanco estaba un poco más largo al igual que su barba desde la última vez que lo había visto, baje mi mirada hacia sus manos y note que su mano izquierda estaba como marchita y enegrecida.

- Profesor - llame amablemente, él levanto la mirada hacía mí.

- Llamame Dumbledore querida, además ya no soy tu profesor.

- Lo siento, Dumbledore - era extraño llamarlo así - pero si no es intromisión ¿Qué le paso en la mano?

 

- Un accidente con un poco de magia - respondió serenamente - bueno Camille, me gustaría seguir viniendo a verte, claro sino te molesta.

- Será un placer tener sus visitas Dumbledore.

Lo vi salir de la habitación, al menos no había palabras de debes olvidarlo, las lágrimas no te ayudarán o estaré aquí para ti, fue por eso que decidí recibir de nuevo a Albus Dumbledore, porque él simplemente me había escuchado sin decir nada.

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y espero ke tengan un PROSPERO AÑO NUEVO y ke todos sus deseos se hagan realidad.

Otra vez los sueños de siempre, son las tres de la mañana, debería dormir lo sé, pero ese horrible día sigue tan lúcido que parece que fue ayer y no hace un año y medio. ¿Cómo superar que no está? ¿Cómo aceptar que me dejo? ¿Qué hacer con mi vida? ¿En dónde encontrar mi corazón?

Son tantas preguntas y él no contestará ninguna, porque simplemente se ha ido y tal vez nunca volvere a verlo, mi vida ya no es vida, intento seguir de pie, pero no puedo, su voz, sus ojos, sus labios, sus manos, su olor, simplemente todo sigue tan presente que aun no sé como seguir.

Es tan fácil decir "Debes superarlo" y ¿Cómo lo haces? Creo que nadie puede contestarme esa pregunta y si lo hacen, es simplemente "Sal, conoce gente nueva" claro suena tan fácil, cuando no eres el que no sabe en que lugar o en que momento perdió el control de su vida. En que momento dejaste que él comenzara a ser el centro de tu vida.

Un error lo sé, pero lo aprendí tarde y ahora no sé como salir adelante, como superar su partida, son tantas cosas que debo aprender sola, son tantos momentos que tengo que olvidar.

Recuerdo ese día de los dragones, por poco y muere, ese día pensé que lo perdía pero sentí tanto alivio cuando tomo el huevo y simplemente me sonrió, claro salió quemado pero nada que Madame Pomfrey no pudiera arreglar. Era tan condenadamente guapo y pensar que ese día por poco y queda marcado, pero la magia lo ayudo.

Él odioso me dijo que debía estar feliz porque mi súper novio que más de la mitad de Hogwarts deseaba con él había quedado tan guapo como siempre, puse los ojos en blanco y él me beso. La primera prueba fue fácil o al menos eso aparento.

La segunda, esa no la recuerdo, solo recuerdo que horas antes de que la segunda prueba comenzara nos llamaron, antes de ir al despacho de Dumbledore me beso y me dijo que me esperaría despierto para seguir hablando de la prueba.

 

- Creo que es mejor que duermas - repuse jugando con su bufanda - mañana tendrás que despertarte con energía.

- Pero se supone que el huevo dice que en el lago, tendrán lo que yo más valoro - me tomo la mano.

- Tú escoba está a salvo - dije con una media sonrisa.

- No digas tonterías - me reprocho - supongo que hoy en la noche alguien vendrá a secuestrarte y te encerrara debajo del lago y bueno pensaba meter a Beth a tu cama y así engañarlos.

- Torpe - le espete - no creo que alguien entre y me secuestre, además se supone que si me valoras mucho, tendrás que salvarme.

- Eres mi mayor tesoro - me abrazo con fuerza - y bueno solo mantente viva hasta que te salve.

- Por tu bien Diggory - le dije con una voz falsa de molestia - porque si muero, vendré por ti.

- Prometo que te salvare - me sonrió - y ahora bésame antes de que tengas que ir con Dumbledore.

Me tomo de la cintura y yo rodee su cuello con mis brazos. Es lo único que recuerdo y después en el despacho de Dumbledore, estaba Hermione, Ron y una niña que jamás había visto, nos explico la prueba y que ninguno de nosotros corría peligro y después simplemente nos durmió.

En cuanto salimos del agua lo bese, creo que fue la primera y única vez que lo besé delante de tantas personas y más después del regaño de mi padre y de tío Sirius. Sabía que algo iba mal y lo sabía pero como saber que tan mal estaba, creo que olvide mencionar que la noche del baile me obligo a ir con él.

Estaba agotada, mi padre me había obligado a aprender a hacer la poción de mata lobos, no tenía ni idea para qué, pero lo había hecho, llegué a la sala común cuando faltaba casi una hora para el baile, me rehusaba a ir, pero él simplemente me miró con esos ojos grises que eran mi perdición.

- Vamos - me pidió tomando mi mano - no piensas dejarme llegar solo ¿verdad?

- De hecho - me miro tiernamente, ¿Cómo podía negarle algo? - pero no cre
.

- Beth te ayudará - me susurro besando mi mejilla - ahora sube.

Sin decir más subi a mi habitación, donde mi mejor amiga ya me esperaba con la túnica de gala sobre mi cama, me metió a la ducha sin siquiera hablar, solo me empujo al baño, en quince minutos salía con una toalla enredada en la cabeza y solo salí con ropa interior, claro y una toalla ocultandola.

En menos de lo que imagine Beth ya me colocaba la túnica que era de color como plateado que ella misma había elegido, en cuanto tuve la túnica puesta me obligo sentarme en mi cama, me quito la toalla de la cabeza y comenzo a hacer conjuros que apenas si entendía.

Después de que termino mi cabello, tomo su caja de cósmeticos le rogue al cielo que no me fuera a maquillar demasiado, sabía que no debía hablarle porque según ella solo la desconcentraría y terminaría haciendo algo mal, después de casi una hora por fin me dejaba.

- Te ves hermosa - susurro emocionada.

- Esto está demasiado corto - me queje, tratando de que el vestido se bajara al menos hasta cubrir mis rodillas.

- Vamos Cam se te ve precioso - me sonrió - además el mío también es hasta ahí - era cierto su vestido negro le llegaba a la misma altura que el mío una mano arriba de la rodilla - además debes de ser el centro de atención.

Camine hacia el espejo de cuerpo completo, mi cabello estaba en perfectos rizos, el maquillaje era sencillo y el vestido no me quedaba mal, de hecho tampoco me veía mal, el único problema eran los estúpidos zapatos, jamás había sido buena para caminar con tacones.

 

- ¿No puedo usar unos más bajos? - mire suplicante a Beth.

- Claro que no - y me tomo del brazo - ahora hay que bajar, antes de que Ced se desespere y mi pelirrojo me deje.

Suspire y deje que me guiara hacia la sala común, en donde estaba mi novio con su túnica de gala, en la cual lucía simplemente perfecto, en ese momento descubrí que era mi vida, que no había nadie más que no fuera él.

Las lágrimas de nuevo me traicionan y como no van a hacerlo, si fue la primera vez que me entregue a él por completo, fue cuando decidí que solo él sería el único hombre que estaría conmigo.

En verdad estaba agotada, mis pies dolían con los estúpidos zapatos y bueno ahora estaba sentada muriendo de frío esperando a que Cedric regresara con un poco de ponche, de pronto lo vi, simplemente lucía hermoso, no había otra palabra para describirlo.

- Luces cansada - susurro - sentándose a mi lado y entregandome el ponche.

- Y me congelo - corrobore.

Me sonrió suavemente y se quito la chaqueta y la coloco sobre mis hombros y beso mi cabello.

- ¿Mejor? - asentí levemente - creo que es mejor que te lleve a dormir, pero antes te tengo una sorpresa.

- ¿Tengo que caminar? - el rió por la bajo y asintió - muy bien.

- Si los zapatos son el problema quítatelos - comento tranquilamente.

Lo observe y luego mire mis pies que en verdad deseaban quitarse esos estúpidos zapatos, pero después vi el piso y decidí que lo mejor era caminar con los zapatos, aunque me matarán, Ced al ver eso levanto los hombros con indiferencia y me extendió la mano.

La tome sin pensar, salimos del Gran Comedor, en cuanto estuvimos en las escaleras, no fuimos hacia las cocinas donde estaba la sala común de Hufflepuff, subimos al tercer piso en donde estaba el cuadro de unos Trolls, me soltó la mano y comenzo a caminar frente a la pared, segundos después una puerta se materializo.

- Ven - susurro extendiéndome su mano.

No dije nada, simplemente tome su mano, en cuanto entramos quede maravillada con la habitación en el centro había un sillón o una cama en forma de concha, todo era de madera, parecía una cabaña, frente al sillón o cama, había una chimenea y al fondo había un ventanal que daba a una pequeña terraza en donde había una pequeña hamaca y un sillón para dos personas.

- ¿Te gusta? - me pregunto en un susurro al oído.

- Es precioso - susure caminando hacia una pequeña mesa en donde había fruta.

- Ponte cómoda - me sonrió refiriendose a los zapatos.

- Si claro - sonreí tontamente.

Me acerque al sillón y me agache para quitarme los zapatos, pero sus manos me lo impidieron me sonrió y comenzo a quitarme los zapatos, después sus manos comenzaron a masajearlos, en verdad si lo necesitaba, me deje mimar por Ced, en segundos comence a sentir sus labios en mis piernas.

- ¿Qué haces? - pregunte con un hilo de voz.

- Siempre me has dicho que quieres que te ame de los pies a la cabeza - su voz se escucho un poco ronca - y eso hago.

En ese momento se levanto y me beso, no era un beso como los demás, estaba lleno de pasión y deseo, mis manos se enredaron en su perfecto cabello, mientras sus labios bajaban por mi cuello y sus manos recorrían mi cuerpo por completo.

 

No sé en que momento las túnicas quedaron a un lado, pero ambos ya estabamos solo en ropa interior, sus labios estaban sobre mi vientre, mientras yo trataba de controlar mi respiración, de pronto se detuvo y clavo su mirada gris en mí.

- ¿Estás segura? - ¿acaso estaba loco? Pero aun así asentí levemente, me sonrió y volvió a apresar mis labios - Te Amo Camille, eres mi vida.

Yo no pude hablar, debido a que me beso con más fiereza.

Esa noche fuimos uno mismo, no nos importó nada que no fueramos él y yo, no había un mañana, solo existía el momento, esa noche es uno de los recuerdos que más necesito olvidar, porque siempre que recuerdo esa noche es saber que a pesar del tiempo soy completamente suya.

A la mañana siguiente, cuando abrí los ojos, sentí unos brazos rodeando mi cintura, me giré suavemente y a mi lado acostado bocabajo estaba Cedric Diggory, era realmente maravilloso ese despertar, bese su mejilla y él sonrió entre sueños, acaricie su perfecto rostro, poco a poco sus hermosos ojos grises se clavaron en los míos.

- Buenos días mi hermoso ángel - me sonrió y me tomo de la cintura colocandome sobre él.

- Buenos días mi querido prefecto - salude con una media sonrisa.

- Lo de anoche ha sido lo mejor que me ha pasado, claro después de ti - beso mi barbilla - quiero amanecer así todos los días de mi vida - lo mire completamente enamorada - quiero que nuestros hijos se parezcan a ti.

- ¿No vas muy rápido? - arrugue un poco la nariz.

- Encontre a la mujer de mi vida y no la dejare jamás - ahora se posiciono sobre mí - siempre estaré contigo.

- Mentiroso - las lágrimas salían sin piedad - me mentiste Diggory.

Me levante del escritorio y tome su fotografía, me había engañado, sin importar lo que me había dicho, me había dejado, se había ido, estaba sola sin él y con el corazón destrozado.

- Maldito mentiroso - avente su fotografía sin importarme nada - te creí Diggory - ese maldito espejo que me mostraba lo estúpida que había sido en creer en él - y que hiciste me dejaste sola - comence a golpear el espejo - y tú me dejaste, veme Diggory, ¿así querías verme?

El espejo estaba hecho pedazos y en el suelo había algunas gotas de sangre, las heridas de mis manos no eran nada con lo que mi corazón sentía.

- ¿Me querías ver débil y pátetica? - mire hacia donde estaba su otra fotografía, en donde los dos estabamos - pues felicidades lo lograste, no soy nada.

- Abre la puerta - escuche la voz de Harry - Camille abre la puerta.

- Mírame Cedric - me hinque frente a la fotografía - mira lo que dejaste de mí, te llevaste todo contigo, no soy más que una pátetica niña que te sigue amando, solo eso, no hay más que este estúpido amor por ti, que me quema.

- Camille - fue la voz de tío Sirius.

- ¿Por qué? - me levante de golpe y lo mire - ¿Por qué le gustaba mentirme?

 

- Él no te mintió - los ojos grises estaban cristalinos.

- Claro que lo hizo - gruñí - me dijo que siempre estaría conmigo y no está - me puse a llorar como una niña pequeña.

- Ya muñeca - me abrazo - necesitas tranquilizarte.

- Creo que es hora de hablar con Gab - esa voz fue de tío Remus.

- Sí - acepto tío Sirius.

En ese momento no me importaba quien fuera Gab, lo único que deseaba era olvidar, sacarlo de mi mente y de mi corazón, principalmente del último.

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espero ke les guste y bueno se los dejo como regalo de Año Nuevo,

ya saben 4 comentarios y actualizo

Capitulo dedicado a:

nohe_malfoy

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KiKaDiGgoRy

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FELIZ AÑO NUEVO

- Hola - me saludo una mujer como de unos 35 años, el cabello castaño lo llevaba atado en una coleta y sus ojos avellana me observaban con amabilidad - soy Gabrielle Swan, pero tu puedes decirme simplemente Gab - no conteste, solo la mire - tu nombre es Camille ¿cierto? - asentí levemente - bueno yo soy psicóloga de muggles, pero al igual que tú soy bruja.

Seguí sin decir nada, mis tíos en verdad estaban locos, después de mi ataque de esa noche, le hablaron a la tal Gab y me hizo una cita dos días después, así que ahora me encontraba en un consultorio en el centro del Londres muggle.

- ¿Quisieras hablarme de Cedric?

- ¿Qué quiere que le diga? - me levante del sillón - ¿Qué es un maldito mentiroso?

- ¿Por qué piensas eso?

- Primero me dice que siempre estará conmigo y de repente se va, sin importarle que yo lo ame como idiota, sin ni siquiera decirme adiós.

- ¿No te dejo ni una carta?

- Nada - me deje caer de nuevo en el sillón - lo único que me dijo fue "no te preocupes, yo regresare" - cerré los ojos - y no fueron más que mentiras.

[


















]

Estoy esperando a que Gab termine de hablar con ella y me diga que hacer para que mi muñeca deje esos ataques que tiene cada vez que despierta después de soñar el último día que estuvo con él, Remus tiene razón lo que Snape y yo hicimos no estuvo bien, tal vez debimos decirle que estabamos con ella, no simplemente ignorar el tema.

 

Escuche como la puerta del consultorio se abre, el cabeza de zanahoria que después del ataque menos se despega de ella, se levanto y camino hacia Camille que le sonrió débilmente y él simplemente la abrazo, y a pesar de que no me guste, parece ser que con él es con el único que en verdad sonríe con sinceridad.

- Entra - me dice Gab tranquilamente.

Antes de entrar observo a los dos chicos el cabeza de zanahoria comienza a hablar con ella y mi muñeca simplemente comienza a reír, después de eso, entre al consultorio.

- ¿Cómo está? - pregunte girando a verla.

- Esta mal - contesto con cierta aflicción - no sabe como salir de esa depresión, sabe que hay muchas personas a su alrededor, pero no a quien ella desea.

- No lo acepta - susurre.

- Exacto - me miro seriamente - ella no dice que él murió, ella simplemente dice que la dejo, se esta haciendo un mundo en donde él solo se ha ido de su vida, no uno en donde Cedric está muerto.

- ¿Qué hago? - la mire a los ojos suplicándole que me ayudara.

- Primero tienes que hacerle ver que Cedric esta muerto y que no la dejo porque no la amara, simplemente ese era su destino; segundo cuando vuelva a tener un ataque así, dile que estás ahí y que todo estará bien y tercero haz que salga, sal con ella, que salga con amigos que se distraiga - me sonrió - dile a Snape que le demuestre su cariño, que no sea tan seco, que hable con ella que sea un padre.

- Ahora no puede - repuse seriamente.

- Pues su hija ahora lo necesita, no creo que a Starla le gustará que no le pusiera atención - comento secamente - pero entonces si Snape no está, tú tienes que tomar un lugar importante para ella.

- Lo haré - me levante - y de nuevo gracias por atenderla.

- Sabes que lo hago con gusto, Starla fue mi mejor amiga - me extendio la mano - y fue un gusto volver a verte.

- Y a mí - le sonreí, mientras estrechaba su mano.

- Y la espero la próxima semana - asentí levemente antes de salir

Cuando llegue a la sala de espera Camille seguía riendo con el cabeza de zanahoria, parecía ser que Fred Weasley era lo único que alejaba un poco la tristeza de mi muñeca y ahora su padre con sus cosas, creo que Dumbledore no lo tomo en el mejor momento, pero no hay más que hacer, más que esperar que Camille comience a salir de esto.

- Es enserio - escucho que le dice la zanahoria - te ves hermosa cuando sonries.

- Eso se lo debes decir a Angie y a Beth cuando están tristes - le espeto, pero aun así sonrió.

 

- Bueno pero a ti te lo digo más seguido - no podía ser, esa cabeza de zanahoria estaba enamorado de mi Camille.

- Es bueno tenerte - le susurro y lo abrazo.

Carraspee para que notaran que había llegado, Camille simplemente se separo de la zanahoria y me sonrió débilmente, por más que tratara, esos ojos cafés no había ese brillo que siempre había tenido, parecía que su alma estaba muerta, sonreía y caminaba, pero parecía un zombie que solo hacia las cosas para no afectarnos a los que estabamos a su alrededor.

Llegamos a casa y ella enseguida subió a su recamara y de nuevo se encerró, eso me angustiaba, de nuevo iba a empezar con sus manías de no comer, ese Cedric Diggory había sido demasiado importante en su vida, más de lo que me gustaba.

[


















]

Llegue a mi recamara y me tire en la cama, esperando así que pasara más rápido el tiempo en donde él no estaba, entre más rápido pasara mejor sería, escuche como alguien se sentaba en la cama.

- Cami - era la voz de Harry - podemos hablar sobre él.

- ¿Se acordó de mi? - pregunte en voz baja.

- Antes de tomar la copa hablamos un poco - contesto acariciando mi cabello - me dijo que después de todo habías tenido razón, ese Torneo era lo más peligroso que había hecho, me pidió que tomara la Copa, que además tú ya estarías feliz, de que él terminará vivo - sonreí amargamente, ese era Cedric Diggory - pero yo dije que debía tomarla él - sentí que su voz temblaba - soy culpable de que él no este aquí.

- Claro que no - replique levantándome y abrazándolo - tú jamás supiste lo que esa copa era, de haberlo sabido no habrías dejado que la tocará.

- Me lastima Camille - sus ojos esmeralda estaban llenos de lágrimas - a la que considero mi hermana, esta sufriendo por una estupidez mía.

- No sufro por una estupidez tuya, sufro por una estupidez mía - replique, secando sus lágrimas que habían logrado salir - lo amo demasiado Harry, es por eso que sufro, quisiera encontrar la forma de morir o de que él regresara aunque creo que es más fácil lo primero.

- No digas tonterías - me reprocho - piensa en tu padre, en tío Sirius y tío Remus, y en mí y en tus amigos - sus ojos verdes se clavaron en los míos - no puedes dejarnos.

- Es por eso que no lo he hecho - susurre - sino créeme Harry, ya no estaría aquí desde hace mucho.

- Yo estoy aquí para ayudarte - apreto mi mano - y sé que Fred también, sostente de quien quieras, lo único que deseo es que te mantengas de pie, no importa si alguien tiene que sufrir, solo aferrate a la vida, eso le gustaría a C
- lo mire con los ojos brillosos - a él.

 

- Lo intentare - le sonreí débilmente.

Él parecio aceptarlo, ya que me regreso la sonrisa, pero como intentarlo si mi apoyo se había ido y con él yo, porque ya no estaba viva no después de que él se fue.

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Espero les guste ^^

Capitulo dedicado a:

KiKaDiGgoRy

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cindydiggory

Remus dice que es momento de quetermine de escribir esto y siga adelante, que él me ayudara a seguir con mivida, así que creo que es momento de hablar de ese día, el día más horrible detoda mi vida, espero que en verdad cuando cierre este diario mi vida siga, queen este libro se vaya él, que con el diario se vaya Cedric Diggory, que por finme deje vivir, eso es lo único que deseo, poder al menos sonreír más y nosimplemente cuando Fred esta a mi lado.

Hoy era la última prueba, habíadespertado al menos hacia una hora, me había colocado simplemente la camisa deCedric, ya que estabamos en nuestro lugar, así le nombro Ced, y yo encantadaacepté, estaba recargada en el ventanal, observando los terrenos del castillo,gire suavemente y él dormía placidamente, se veía como un pequeño que se habíadormido después de hacer una travesura.

Sonreí y regrese mi mirada hacia losterrenos, sentí una punzada en el corazón, pero trate de ignorarla, recordabahaber sentido algo así cuando tenía cuatro años y mamá se fue, hace muchotiempo que le había dejado de preguntar a papá por ella, ya que siempre que lohacía, esos ojos negros se ensombrecían, así que decidí solo preguntarles a mistíos por ella.

Estaba tan metida en mi ensoñación,recordando cada cosa que mis tíos habían dicho de mi madre que no lo escuchellegar, solo sentí sus manos en mi cintura y sus labios en mi mejilla, sonreísuavemente, esto era algo fácil de acostumbrar.

- Hola, ángel - susurro a mi oído.

- Pensé que dormirías un poco más -comente entrelazando mi mano con una de las suyas que tenía en mi vientre.

- Eso pensaba yo, pero cuando quiseaspirar tu aroma ya no estabas - sentí su nariz en mi cuello.

- Quisiera estar así por siempre - susurregirando a abrazarlo - no quiero perderte.

- Y no lo harás - me levanto con sumafacilidad, a pesar de ser delagado, tenía bastante fuerza - cuando gane esto,comprare un departamento y saliendo de Hogwarts nos iremos a vivir juntos.

- Mi padre querra que antes nos casemos- respondí con una media sonrisa.

- Claro que nos casaremos señorita - mepuso de nuevo en el suelo y beso mi frente - no quiero que en una pelea tevayas y no vuelva a verte, así que saliendo de Hogwarts nos casaremos y despuésnos iremos a vivir al departamento.

 

- Tu imaginación llega a volar muy alto- comente besando su cuello.

- ¿No piensas ser mi esposa? - me tomode la cintura y comenzo a girar conmigo - porque si es así, tendre queobligarla y bueno eso no me gustaría, pero si no me acepta me veré en la penosanecesida de usar mis encantos.

Comence a reír y él me puso de nuevoen el suelo y me observo con cara de pocos amigos, pero yo simplemente loabrace.

- Ya no necesitas usar tus encantos -repuse - porque soy completamente tuya.

- Y no hace falta que yo le diga que yosoy completamente suyo y lo seré por siempre - se inclino y unió nuestrasfrentes -porque la amo más que a mi vida, de hecho usted es mi vida.

- Al igual que usted es la mía - lobese tiernamente.

Después de eso, Ced observo el relojde su muñeca y observo que eran las nueve de la mañana y debiamos desayunar,así que nos duchamos y nos dirigimos a la sala común a cambiarnos, gracias alcielo Beth no estaba, así que no tendría que explicarle mi desaparición, encuanto estuve lista baje y en la sala me esparaba mi novio.

El desayuno estuvo bastantedivertido, ya que en la mesa de Hufflepuff, se sentaron el resto de nuestrosamigos, eso quería decir que había tres Gryffindor y un Ravenclaw, los gemeloscomo siempre nos estaban haciendo reír, de pronto me beso el cabello y le pidióa Fred hablar con él, salieron del Gran Comedor, no entendí porque, pero minovio parecía serio, al igual que mi pelirrojo cuando regresaron, nadie hizopreguntas.

Ahora que lo recordaba, nunca me había enterado de quehabían hablado, tendría que preguntarselo a Fred, pero bueno volvamos al finalde la historia.

Después de un rato llamaron a loscuatro campeones y yo me quede con el resto de los chicos, los cuales mehicieron olvidar un poco que hoy sería la última prueba, principalmente Fredque no dejaba de contarme las bromas que tenía preparada para cuando Percyfuera a La Madriguera.

En verdad ese pelirrojo podría llegara sacarme de una gran depresión, y es que para mí era imposible no reír con él,escuchaba a George decir cada tontería y también reía, pero jamás como conFred.

Por fin después de un largo rato deestar esperando nos llevaron al campo de quidditch que ahora era un enormelaberinto, ya entendía lo que Ced me había dicho, de hecho los gemelos parecíana punto de un ataque al igual que Angie ¿A quien demonios se le había ocurridohacerle algo así a nuestro campo de quidditch?

Pero también sabía que sería solopara esta prueba y después de que terminara, el campo volvería a ser el mismo,nos sentamos en una de las bancas más cercanas al enorme laberinto.

- Cam - escuche su voz, así que gire ylo encontre debajo de las gradas.

Hizo un movimiento con su mano, meestaba pidiendo que fuera, así que me levante diciéndoles a mis amigos queregresaba enseguida, llegue como en dos minutos a donde él estaba y antes decualquier cosa, me empujo hacia un pasillo por donde suponía entrarían loscampeones, cuando estuvo seguro que ya nadie nos veía me beso, parecía quequería demostrarme con ese beso lo mucho que me amaba, parecía que sentía queiba a ser el último.

- No vayas - dije en cuanto nosseparamos.

- Estare bien - me sonrió de lado - note preocupes, yo regresaré - después de decir eso me volvió a besar - Te Amo.

- Y yo a ti - deje un casto beso en suslabios y uno en su barbilla y regrese a las gradas.

 

En cuanto regrese me senté entre Frede Ian, ya que Beth se sentó al lado de George y este al lado de Angie queestaba del otro lado de Fred, la última prueba dio comienzo, él fue el primeroen entrar, debido a que estaba en primer lugar, enseguida lo hizo Harry ydespués Krum y Delacur.

Esto estaba durando más de lo queesperaba, Fred noto aquello y tomo mi mano, le sonreí débilmente, Delacur fuela primera en ser descalificada y después Krum, así que solo quedaban Harry yCedric.

- Albus - aquella voz era del profesorFlitwick, el anciano director giro a verlo - la copa era un traslador.

- ¿Qué? - el director se levanto degolpe.

Observe como mi padre y tío Siriushacían lo mismo, los tres abrieron el laberinto, en donde debería estar lacopa, ahora estaba vació, no había ni copa ni competidores, ante eso mi corazóncomenzó a latir más rápido, él estaba bien, debía estarlo.

- Severus, Sirius, - llamo el profesorDumbledore - Alastor - que ahora se hacía cargo de DCAO y tío Sirius se hacíacargo de Transformaciones, mientras McGonagall se hacía cargo de Aritmancia, yaque no habían conseguido profesor para esa materia - busquen hacía donde sedirigió esa copa.

Ninguno de los tres contestaron, solorodearon el lugar donde debería estar la copa, hacían movimientos con lavarita, salían luces de colores, pero nada de ellos, creo que paso como unahora cuando mi padre se acercó a Dumbledore y le murmuro algo, la expresión deldirector no cambió.

- Todo esta bien - me susurro Fredpasando su brazo por mis hombros.

Mis manos comenzaron a temblar más ymi respiración y los latidos de mi corazón comenzaron a aumentar, y él seguíasin aparecer, como media hora después de eso, llego Harry, que llevaba a Cedrico eso era lo que parecía, sin importarme nada brinque de las gradas, que debíande ser como tres metros, pero gracias a la magia caí perfectamente.

Llegue al resto en segundos, Harrylloraba sobre el cuerpo de Cedric, sin querer soltarlo, me quede congelada,¿Qué estaba pasando? No sé en que momento estaba hincada junto a él, su rostroestaba inexpresivo, sentí nauseas.

- Él ha vuelto - dijo Harry mientrassollozaba - Voldemort ha vuelto.

- ¡Dios
. Dios mío, Diggory! - exclamó- ¡Está muerto, Dumbledore!

Ante esas dos palabras mi mundo sevino abajo, no él no podía estar muerto, claro que no, él solo bromeabaconmigo, quería hacerme llorar y en cuanto eso sucediera él se levantaría y mesonreiría, porque eso iba a pasar, no se quien quito a Harry, pero en esemomento pude ver mejor su rostro.

- Cedric - llame con un hilo de voz -por favor - suplique, mientras acariciaba su pálido rostro.

Escuchaba voces, pero todas meparecían tan lejanas, mis lágrimas habían comenzado a salir y él ni siquiera sehabía levantado o al menos sonreído, sentí una opresión en el pecho.

- Vamos abre los ojos - mi voz sonabaquebrada - ya basta - pero por una razón sabía que ya no los iba a abrir - nopuedes dejarme Cedric, me lo prometiste.

Lo abrace con fuerza, no podía irse,no debía irse, no supe si el grito fue mío, pero se escucho horrible, mislágrimas mojaban su rostro, pero él no despertó simplemente se había ido, sentílos brazos de alguien, pero me aferre más al cuerpo de Ced, no quería separarmede él.

 

Al igual que siempre que recordaba ese día las lágrimasvolvieron a salir, mire su fotografía me sonreía, porque amarlo tanto si él yano estaba, sentí unos brazos rodeandome.

- ¿Me quieres de vuelta? - era su voz.

- Es lo que más deseo - susurre, sentí como acariciaba micabello.

- Bueno en la biblioteca de Hogwarts, en la secciónprohibida hay un libro que te dirá como regresarme - me gire hacia él y mesonreía como siempre - será peligroso, pero sé que tú lo lográs.

- ¿En Hogwarts? - él asintió - mañana lo buscare.

- Ahora mi hermoso ángel, es mejor dormir - asentí levementey me recoste en la cama.

Lo sentí recostarse a mi lado, sentí como acariciaba micabello y bueno me quede dormida en minutos, mañana buscaría ese libro y haríaque él regresara.

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Lamento el retraso pero la historia se había kedado en mi otra compu y hasta ahora la pude rescatar ^^U ahora kiero decirles ke para el siguiente cap, yo creo ke si me voy a tardar, xq no tengo ni idea de como seguir, ya tengo el final, pero no sé como continuar O.o espero ke sean comprensivos y pedirles si me pueden ayudar ^^

Y bueno les pido ke se pasen x mi nuevo fic "Mi Gran Error" https://www.potterfics.com/historias/48221

Capitulo dedicado a:cindydiggorysammy_diggory_cullenKiKaDiGgoRyerika_cullen

- Te gusta ¿no es cierto? - pregunto Cedric mirandome fijamente.

- Que importa -replique secamente - ella te ama a ti.

- Camille es mi vida - contesto pasivamente - pero no sé porque siento que no estare mucho tiempo con ella - lo mire con la nariz ligeramente arrugada - así que como los amigos que somos y sabiendo que tú la quieres, prometeme que si no llego a estar, tú la ayudaras a que me olvide.

- ¿Es broma? -pero su rostro era serio - Cedric ella te adora, no hay un hombre que se pueda comparar contigo, Camille simplemente si te vas ella querrá irse contigo.

- Es por eso que quiero que no la dejes sola - ¿tanto la amaba, como para pedirme que estuviera con ella si a él le llegaba a pasar algo? - esta un poco loca y bueno quien sabe que ideas se le puedan venir a la cabeza si algo me llega a pasar, así que tú no la dejaras.

- Lo prometo - repuse.

Abrí los ojos, fue la última plática con Cedric, fue el último día que él estuvo con vida, me había hecho prometerle que no dejaría que Camille sufriera, pero esa niña no me hacía las cosas fáciles y mucho menos cuando lloraba suplicando porque Cedric regresara, era por la única mujer que sufría y a la que siempre amaría.

Pero aun no sabía como alejarla de esa depresión que se había instalado en su alma, no quería olvidar a Cedric, sus ojos me lo decían cada vez que la veía; ¿Qué hacía yo lastimandome cada vez que la veía? Ella jamás me amaría y eso lo tenía claro; pero no podía dejarla sola y mucho menos muriendo por dentro.

 

- Cam al teléfono - repuso George desde el marco de la puerta de mi habitación.

Me incorpore y tome el teléfono que estaba en el buro, observe a George que seguía en la puerta y con una seña le dije que saliera, bufo irritado pero salió, observe todo la habitación verificando que no hubiera orejas extensibles cuando estuve seguro que no había nada conteste.

- ¿Qué pasa Mill? - pregunte en cuanto coloque el auricular en mi oreja.

- ¿Me acompañarías a Hogwarts? - no noté nada que me angustiará, de hecho se escuchaba más feliz que los últimos días.

- Claro - conteste con una débil sonrisa - ¿Cuándo y dónde nos vemos?

- Hoy - arrugue la nariz un tanto extrañado - y nos vemos en media hora en el Caldero Chorreante.

- Muy bien, nos vemos.

En cuanto colgue, me levante y me duche lo más rápido de lo que fui capaz, diez minutos después ya me estaba cambiando, y en quince minutos ya estaba en la cocina tomando una manzana que sería lo único que llevaría en el estómago.

En ese momento me pregunte que era lo que ella deseaba hacer, esperaba que nada malo, suspire y camine hacia la puerta, tal vez un camino me ayudaría a dejar de pensar un poco en si estaba bien o no el ayudarle, porque verla mal solo me lastimaba, pero si no la veía me sentía incompleto.

- Estúpido amor - susurre.

Y era cierto, jamás me había sentido así, hasta que Camille me sonrió como solo ella sabía, creo que me enamore de ella cuando ya era demasiado tarde, la conocía desde que teníamos 11 años, en ese entonces no la vi más que como una amiga, el tiempo paso y eso no cambió.

Me enamore de ella cuando la vi llorar, la vi tan frágil y entonces entendí que a pesar de que trataba verse fuerte, era una niña ondefensa, fue en ese momento que desee protegerla, pero fue tarde porque ella amaba a Cedric y muy a mi pesar él a ella.

Claro que los dos eran unos tontos y niguno se animaba a decirselo al otro, fue por eso que cuando la vi llorar y sentí el deseo de partirle la cara a Ced, me sentí aun peor, porque él solo me lo había dicho a mí, que desde tercero sentía algo más por su mejor amiga, hubo noches en que rompio todo porque Camille estaba en una cita.

Y yo que se suponía sabía todo, me había enamorado de la chica que amaba uno de mis mejores amigos, era estúpido ese sentimiento, pero ya no podía hacer nada, porque ya estaba instalado en mi corazón y no podía hacer más que ayudarla en todo lo que me pidiera.

Llegue al Caldero Chorreante apenas siendo consciente de ello, entre al lugar y en una mesa en la esquina estaba ella, su cabello atado en una coleta y su piel era más pálida que antes, camine hacia la mesa lentamente, pero por más que tratara de que ese camino durara años no lo iba a lograr.

- Hola - salude suavemente.

- Hola - contesto tranquilamente, aunque su voz era monotona, ya no estaba esa alegria que contagiaba a cualquiera.

- ¿Para que quieres ir a Hogwarts? - pregunte sentándome frente a ella.

- En la secció prohibida hay un libro que tal vez me ayude a volver a verlo - una media sonrisa adorno su calaverico rostro.

- Él ya no puede regresar - susurre - Cedric se fue y ya no va a volver.

- Claro que lo va a hacer, solo tengo que encontrar la manera - me miro fríamente.

 

- Ell solo te estás haciendo daño - le reproche - tienes que acostumbrarte a la ausencia de Cedric.

- ¿Me vas a ayudar? - su voz sonó indiferente.

- No te voy a hacer cambiar de opinión ¿cierto? - no hubo respuesta, pero eso me contesto - muy bien.

Me sonrió levemente y se levanto, saque todo el aire y camine detrás de ella, sabía que cuando algo se le metía en la cabeza no había nada que la hiciera cambiar de idea.

Llegamos a Hogsmade por medio de aparición, el camino hacia el castillo fue en silencio, en ese momento una pregunta llego a mi cabeza ¿Cómo íbamos a entrar?

Pero eso a ella no parecía importarle, ya que caminaba muy segura de lo que estaba por hacer, decidí no hacerle saber mi duda, solo la seguí. En cuanto llegamos se detuvo y mando un patronus que tenía forma de águila.

Lo vi entrar al castillo, nos quedamos ahí como unos dos minutos, antes de que Dumbledore apareciera, su larga barba se ondeaba por el viento, camino hacia nosotros con el rostro sereno.

- Buenos días - nos saludo cordialmente - ¿Por qué la urgencia de verme Camille?

- Necesito buscar un libro - su voz sonaba ansiosa.

- Él no va a regresar - repuso Dumbledore suavemente - ve a tu alrededor Camille - no hubo respuesta - el señor Diggory no te dejo sola, solo debes aprender ver más allá de tu nariz, tal vez puedas encontrar a un buen chico que te quiera y te ayude a pasar este atrago amargo.

- No lo entiende - gruño - nadie entiende lo que siento.

- Camille - la tome de los hombros, pero ella se aparto de mi.

- Nadie entiende mi dolor, nadie puede aceptar que lo amo más que a mi vida - ante aquellas palabras mi corazón se partió.

- Camille no es eso - Dumbledore trataba de tranquilizarla - pero Cedric no va a regresar, no hay ningún hechizo que lo traiga de vuelta si lo hubiera, tu padre ya lo habría hecho - sollozo con fuerza - no solo tu sufres, sino también las personas que te quieren.

Sus lágrimas me estaban partiendo el alma, la abrace con fuerza, no deseaba verla llorar más, no podía, sus lágrimas mojaban mi capa, la mirada de Dumbledore estaba sobre mí.

- Hazlo - me ordeno.

Bese su cabello y espere a que Dumbledore desapareciera que fue dos minutos después, la separe suavmente de mí y clave mis ojos en los de ella.

- Te Amo Camille - repuse seriamente - y me duele verte así, no me lastimes más.


Mis ojos se abrieron al escuchar aquella declaración, no podía ser que mi mejor amigo estuviera enamorado de mí, mis piernas estaban temblorosas, no deseaba hacer sufrir a Fred, sabía lo que eso era y no deseaba hacerselo a él, sentí como todo se volvia borroso y lo último que escuche fue mi nombre.

- Cami - era su voz, lo busqué en medio de la obscuridad.

- ¿Dónde estás? - mi voz sonaba temblorosa.

- Aquí.

En ese momento la habitación se ilumino y estabamos en, la sala de Menesteres, claro que estaba decorada como cuando estabamos ahí, lo vi sentado en la silla que estaba en la terraza, camine hacia él, me sentía tan llena de paz y feliz.

- ¿Estoy muerta? - pregunte sentándome al lado de el.

- No - sonrió levemente - y aun te falta mucho para eso.

- No quiero sufrir más - me queje.

- Por eso estoy aquí - se hinco y tomo mi mano - tu inconsciente te hace ser cosas que a pesar de que no creas me lastiman, Te Amo y lo haré siempre, pero aun no puedes estar a mi lado.

 

- Per

- Nada de peros - su sonrisa seguía hipnotizandome - tu vida debe seguir, y Fred es la mejor opción, Te ama y sé que tú también comienzas a amarlo - trate de negarlo, pero no pude - no importa - me beso la mano - lo único que deseo es que tú seas feliz y bueno me alegra que sea Fred.

<< Ahora debes prometemerme que no volverás a buscar una forma de que este contigo - iba a replicar, pero coloco su dedo sobre mis labios - aun no es tiempo amor, falta un poco para que tú y yo volvamos a estar juntos, pero yo estare aquí esperandote, solo promete que serás feliz.

- Muy bien - acepte - te lo prometo.

- Te Amo - me beso castamente.

- Y yo a ti.


si creo ke kedo un poco corto, pero como dije no tenía mucha imaginacion, espero lamente de nuevo mi tardanza y bueno se podría decir ke este es el final, ya solo falta el epílogo ^^

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- Ya desperto - repuso Madame Pomfrey.

- Gracias - contesto Snape.

Se levanto de la silla y yo me quede ahí sin moverme, sabía que era su hija, y que tenía todo el derecho de entrar, era por eso que no me había levantado, tenía la mirada en el suelo, no podía creer que le había dicho todo y ella se había desmayado, no creo que eso fuera un buen inicio.

- Weasley - llamo ácidamente - ¿no piensa entrar?

- Claro - dije confuso.

Me levante de la silla y camine dentro de la enfermería, se encontraba sentada en la cama y sus ojos estaban sobre sus manos, a pesar de escuchar que entrabamos no levanto la vista.

- Me prometiste que comerías - le reprocho su padre - y mira te dejo un tiempo sola y tienes anemia.

- Lo siento - se disculpo - pero no me pidas que esté bien si me echaste de casa sin darme una explicación.

- Camille - dijo suavemente - lamento haberte hecho pasar esto, no quería que sufrieras, pero creo que como siempre, hice las cosas mal.

- No fuiste el único - sonrió levemente - yo también me equivoque, pero para eso somos una familia, para ayudarnos a solucionar los problemas.

- Gracias - beso su frente - bueno creo que debes hablar con el señor Weasley.

- Te quiero - repuso Camille suavemente.

- Yo te adoro cariño - después de eso salió Snape.

Respire profundo antes de hablar y decirle que no importaba, que yo seguiría siendo su amigo sin importar nada, que lo único que me importaba es que fuera feliz.

 

- Fred - susurro, me senté al borde de la cama - estos últimos días me puse peor, porque creí que estaba traicionando a Ced, no deseaba olvidarlo y bueno creí que si él regresaba, el sentimiento que estaba creciendo se iba a ir.

- No entiendo - comente suavemente.

- Eres demasiado desperado - me reprocho con una media sonrisa - me estoy enamorando de ti.

- ¿Qué? - sus ojos cafés eran como un imán para mí.

- Te Amo, Fred - tomo mi rostro con delicadeza - dame la oportunidad de estar contigo.

- ¿Enserio? - soltó una débil risita.

- Jamás bromearía con algo así - sus ojos decían la verdad - así que, ¿me aceptas?

- Por supuesto - sin dudarlo mucho la besé, sus labios eran mejor de lo que pensé y lo mejor de todo es que respondía mis besos.

- Papi - esa pequeña vocecita me saco de mis pensamientos.

- ¿Qué pasa muñeca? - la tome y la senté en mi regazo.

- Mi mami dice que mis abuelitos ya deben estar esperándonos - contesto con una media sonrisa que era idéntica a la de su madre.

De hecho era igual a mi esposa, a excepción de los ojos azules y el cabello pelirrojo que había sido mi herencia.

- Fred necesito ayuda - escuche en la planta alta.

Me levante del sofá y deje a mi hija ahí, mientras yo subí corriendo las escaleras, en donde mi esposa ya venía conuna chamarra para Starla que era el nombre de mi pequeña, que lo llevo por su abuela, la pañalera, un suéter para mí y uno para ella y para completar esto, llevaba en brazos a nuestro pequeño Cedric de dos meses.

- Cam - le reproche - ¿Por qué no me pediste ayuda antes de que comenzaras a bajar?

- No quiero que George comience con eso de que ya estamos planeando escribirle a la cigüeña - replico - y te tardaste demasiado en subir.

- Fue un minuto - le espete.

- Bueno como sea vámonos - respondió secamente.

- Podemos llegar un poco tarde a la comida de mis padres - le asegure - además creo que Ced quiere comer.

Mi pequeño pelirrojo que todos decían era idéntico a mí, comenzaba a removerse entre los brazos de su madre, pidiendo su alimento, Camille suspiro, antes de caminar al sofá y sentarse para darle de comer a nuestro hijo, observe la escena tan tierna y a mi pequeña Starla de 5 años caminar hacia su madre mientras amamantaba al pequeño de la familia, mi esposa acaricio su pelirrojo cabello, mientras yo le agradecía a la vida que la hubiera sacado de esa depresión.

- Gracias - escuche un susurro.

- La cuidare - le asegure - nunca al menos no mientras yo pueda, ella volvera a caer en una depresión como esa, te lo prometo Cedric, amigo.

B


Bueno x fin esta locura llego a su final ^^ kiero agradecer a los 24 favoritos, por los 50 comentarios, pero principalmente a akellos ke dejeron comentarios

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Tengo que Olvidarte - Potterfics, tu versión de la historia

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Comenzaren que punto de mi vida, ¿en él que lo conocí o el momento en el que lo perdí?Supongo que debo empezar cuando lo vi llegar a mi vida, no sé si ser

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2024-10-27

 

Tengo que Olvidarte - Potterfics, tu versión de la historia
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