Tratando de callar al corazón - Potterfics, tu versión de la historia

 

 

 

POV Samantha

- Unensayo más - escuche la voz del director.

Solté un suspiro, mientras veía el reloj de mi muñeca, sesuponía que debía haber llegado al restaurante hacía una hora, pero claro todotenía que retrasarse, por el imbécil de mi compañero de trabajo, solté unsuspiro.

- Entres - fije mi vista en el hombre que tenía delante, cabello rubio, ojos grisesy una complexión robusta - tres, dos, uno.

Porfin, después de lo que a mí me parecieron años, estaba saliendo del teatro,observe de nuevo el reloj 9:54pm, y la reservación había sido a las 7, creo queestaba en problemas, y para mi suerte el auto se había descompuesto en lamañana.

Caminelo más rápido que los estúpidos zapatos altos me dejaban, hacia la avenida paratomar un taxi y así llegar más rápido a casa, saque el móvil, para llamarle aEmmett y disculparme, pero como supuse no me contesto.

 

- ¿Quieresque te lleve? - ante aquella voz, solo pude mandarle una mirada ácida.

- No,gracias - por su culpa no llegaba a la cena de aniversario.

- Vamos- me sonrió de lado - una mujer tan hermosa como tú, no debería estar esperandoun taxi, y menos con este frío.

- Estarébien - le espete.

- Nome iré, hasta que llegue tu transporte - y sin más apago el auto - ¿y no estásemocionada que en una semana será el estreno?

- Nomucho - ni siquiera lo miraba, esperando que un estúpido taxi apareciera, perono había nada, la avenida solo pasaban autos privados.

- Pareceque tienes prisa, - mi vista estaba en el reloj, eran las diez, Emmett me iba amatar - sube en verdad, no me molesta llevarte.

- Muybien - dije al fin, subiendo del lado de copiloto.

Sonrió,mientras yo trataba de no gritar. Esto era horrible, se suponía que hoy eranuestro segundo aniversario de matrimonio, y desde hacía una semana me habíadicho que me tenía una sorpresa; y para mí estaba perfecto, porque se suponíaque mi ensayo terminaría a las seis, así que había llevado mi vestido, para lacena.

Parallegar a tiempo al restaurante, pero claro mi co-estrella, había llegado contres horas de retraso, y había perdido la cena con mi novio. Y todo por unimbécil, que ahora me llevaba hacia mi casa.

- Lamentohaber llegado tarde - se disculpo.

- Hmph- fue mi contestación.

- ¿Estásmolesta? - rodee los ojos, pero sin verlo - sé que tal vez tenías planes, quehice arruine.

- Noimporta - mi voz sonó ronca.

- ¿Arruine,algún plan con un galán? - en su nota escuche cierta irritación, por lo quearrugue la nariz, pero no conteste - pues si fue así me alegra.

- ¿Dequé diablos hablas? - esta vez sí lo mire.

- Nose necesita ser un genio, para que te des cuenta, de que me gustas - esto, nome gusto.

- Tengomarido - le espete - con el cuál llevo, casada desde hace dos años.

- ¿Dosaños? - repitió, con cierta burla - es muy poco tiempo, además de que nadie seha resistido a mis encantos.

- Puesaquí hay alguien - dije ásperamente - y aquí está bien.

- ¿Vivesaquí? - arqueo una ceja.

- No -eleve los hombros - pero prefiero caminar, a seguir escuchando a un patán.

Ysin esperar baje del auto, lo único que me faltaba, era que ese imbécil,quisiera coquetearme. Odiaba a los actores australianos, porque creían que conuna simple mirada, podrían tener a la mujer que quisieran, pero claro actriz,era lo que deseaba ser, y la verdad no estaba mal, pues con veintidós años habíalogrado mi primer protagónico en teatro, y claro había hecho pequeños papelesen la televisión.

 

Observede nuevo el camino, no estaba muy lejos de casa, de hecho estaba más cerca delo que había pensado, camine lo más rápido que los zapatos me dejaban, fueroncomo veinte minutos, antes de entrar a la calle tranquila, en donde busque elnúmero 12, en cuanto estuve frente a la puerta, vi las luces de la salaencendidas.

Abríla puerta despacio, sabía que estaba en serios problemas, en cuanto estuve enel umbral me quite los zapatos que me estaban matando, coloque las llaves en lapequeña mesa, en donde estaba un espejo, y el abrigo y la bolsa en el perchero.

Respireprofundo, armándome de valor, para poder verlo a la cara, y enfrentarme a susreproches. En cuanto llegue a la sala, él estaba en el sofá con una copa en lamano, mientras leía el periódico, sentí un nudo en el estómago.

- Lolamento - susurre.

- Noimporta - su voz se escucho demasiado tranquila - no es, como si fuera laprimera vez.

- Tratede llamarte - no me acerque a él - pero nunca contestaste.

- Festejaba- levanto su copa hacia mí - después de todo, hace seis años una chicamaravillosa me dio el sí - se levanto y poco a poco se fue acercando - pero¿sabes? - no despegue mi vista de él - hoy mientras cenaba solo, de nuevo; medi cuenta que mi chica maravillosa ya no existe.

- Emmett

- Shh- coloco sus dedos en mis labios, para que me callará - es cierto, y los dos losabemos, tú te has dedicado a tu carrera, y yo a la mía - me sonrió de lado -ninguno quiere dejar nada por el otro, así que lo mejor es que lo nuestrotermine.

- Novolverá a pasar, - mi voz tembló - lo prometo.

- Eslo que siempre dices - no había reproche.

- Porfavor - tome su rostro entre mis manos - quédate, sabes que si hay algo queame, eres tú.

- Yotambién Te Amo, - me acaricio la mejilla - pero odio, que tu trabajo, te alejede mí.

- Jamás- me abrace a él - eres lo que más amo.

- Aundeseo mi regalo - me mordió el lóbulo de la oreja, haciendo que meestremeciera.

Yantes de que pudiera responder, me tomo en brazos y sin más camino hacia lahabitación, sonreí levemente, mientras buscaba sus labios, era el hombre de mivida, solo necesitaba sus labios para sentirme en casa, solo él podía hacermesentir protegida.

SoloEmmett Cullen, podía hacer que dejara mi orgullo a un lado, pero sabía que sien alguien podía confiar ese era él, porque mi corazón era completo suyo.


Espero que les guste el capitulo y no les cuesta nada dejar su opinión ^^

POV Emmett

Losrayos del sol me impidieron seguir durmiendo, odiaba no cerrar las cortinas, aunquecuando recordé la razón, me di la vuelta para abrazar a mi esposa, pero mismanos dieron al colchón sin nada que se interpusiera, abrí los ojos y como casitodas las mañanas estaba vacía.

- Samantha- susurre, recostándome boca arriba - lo hiciste de nuevo.

Medi la vuelta y note que en el buro había una nota, debía comenzarme aacostumbrar a esto, desde hace un año, despertaba sin mi mujer a mi lado, y enlas noches me dormía sin que ella hubiera llegado, si no conociera su trabajo,comenzaría a pensar que me estaba siendo infiel.

 

Tomela nota, su caligrafía era suave y pequeña, era como ella, aunque muchas vecesquisiera aparentar que era la mujer maravilla, era de cristal, que podíaromperse en cualquier momento, pero aun así siempre daría una cara de que todoestaba bien. Con un suspiro comencé a leer:

Losiento, sé que es lo que siempre digo, pero tengo que ir a la sesión de fotos ya la rueda de prensa. No quise levantarte, pues sé que has tenido una semanademasiado pesada, le dije a Molly que te tuviera preparado el desayuno, nosvemos en la noche.

Estavez ni siquiera había un Te Amo, supuse que creía que ya no era necesario,después de todo, llevábamos dos años de casados. Me levante y observe el reloj,marcaba las 9:30.

Caminehacia el closet, para tomar un pants y bajar al comedor para poder desayunar. Denuevo iba a desayunar solo un sábado por la mañana, al igual que iba a pasar eldía solo, esto no era lo que había pensado cuando me había casado, me imaginabaque todas las mañanas lo primero que iba a ver iba a ser, la mujer que amaba.

Peroen cambio despertaba, con una nota, en la cual se disculpaba por tener queirse, ni siquiera cuando éramos novios pasaba esto, de hecho ella se aferraba ami cintura, impidiendo que me levantará; extrañaba esos momentos, en donde miMuñeca se aferraba a mí.

Laamo y mucho, pero comienza a desesperarme el despertar solo, y tener que dormirigual, pasar el día completamente solo. No, así no era como lo imagine, peroSamantha Swan era la mujer de mi vida, y era por eso que la apoyaba en todo,aunque en estos momentos me sintiera solo.

- Señor- esa voz fue de Molly, la mujer de servicio.

- ¿Quépasa? - pregunte observando a la mujer como de unos cuarenta y tantos años,robusta de cabello negro y rostro de buldog, creo que por eso Sam la contrato,ya que era la única que no me había hecho ojitos.

- Hayuna mujer, que dice ser amiga de su esposa - respondió seriamente.

- Puesdile que no está - repuse con indiferencia.

- Es quelo busca a usted - ante aquello arrugue un poco la nariz.

Sinpensar que solo traía un pants, baje las escaleras, en la sala estaba una mujerde cabello rubio y quebrado, jamás lahabía visto.

- Hola- salude, ella giró su vista y sus ojos grises me escanearon - Molly, me diceque deseas hablar conmigo, ¿para qué?

- Veo queSam no mintió, cuando dijo que eras directo - comento con una media sonrisa.

- Lamentodecir que mi esposa, no ha hablado sobre ti - le sonreí de lado.

- Buenosoy Maggie Lutz - me extendió la mano - conocí a Samantha en la obra.

- ¿Eresactriz? - cuestione con una ceja elevada.

- Puesen eso ando, pero ahora me dedico a maquillar a los actores - elevo loshombros.

- Puestienes un rostro que sería digno de los escenarios - ante aquello ella sesonrojo, cosa que me causo gracia.

- No soytan bonita como Samantha - eleve una ceja confundido.

- El rostrode mi esposa es angelical, y más esos hermosos ojos azules que parecen ser laventana de su alma, - sonreí levemente - tiene la belleza y el talento, paraser grande en la actuación.

- Y ademásdebemos aumentar, que es muy joven, tiene todo un mundo por delante - repuso suavemente.

- Siempreha conseguido lo que quiere, - me senté en el sofá que estaba enfrente de ella -y yo soy muestra de ello.

 

Ellarió, y yo la seguí, aunque no entendí muy bien de que, en ese momento seescucho la puerta abrirse, giré el rostro y por ahí entraba mi muñeca, con unpantalón de mezclilla, que se ceñía perfectamente a ese trasero que me volvíaloco y esas piernas perfectas.

- Hola- saludo con una media sonrisa - ¿Maggie? ¿Qué haces aquí?

- Yo solovine a traerte esto, - le mostró una cadena, que era la que yo le había dado eldía de su cumpleaños - lo dejaste en la mesa y supuse que sería importante.

- Gracias- sonrió mi esposa recibiendo, la cadena - me habría dado algo, si la hubieraperdido.

- Buenoes mejor que me vaya - se despidió la chica - nos vemos el lunes.

- Nos vemos- se despidió - fue un gusto conocerte.

- Lo mismodigo - respondí tranquilamente.

Esperéa que la mujer saliera, en cuanto eso pasó, giré mi vista hacia mi esposa, queobservaba la cadena.

- Penséque la habías perdido - comente.

- Lo mismocreí - susurro - pero es bueno, que Maggie la haya encontrado - levanto lamirada, y su sonrisa se esfumo.

- ¿Quépasa? - pregunte.

- ¿Porqué no te pusiste una playera? - estaba molesta.

- Se mefue por completo - sonreí de lado - pero ahora estoy, demasiado feliz, comopara dejar que tú te enojes.

- ¿Porqué? - arrugo la nariz.

- Puesporque estás aquí - la tome de la cintura - pensé, que tendría que esperar hastala noche para verte.

- Bueno,el idiota de Charles, jamás llego - refunfuño - y por su culpa, mañanatendremos que hacer, lo que teníamos que hacer hoy.

- Es mejordisfrutar el día - le bese la frente - olvidarnos, de todo, y solo disfrutar denuestra compañía.

- Suenabastante interesante - rodeo mi cuello con sus brazos.

- Y loprimero que haremos será desayunar como una pareja - bese su nariz, y luego suslabios.

- Muy bien- acepto con una media sonrisa - hoy estaré a tu completa disposición.

- Eso meagrada - le susurre al oído.

Ellasimplemente rió, pero este día no lo iba a desaprovechar, ya que no sabíacuando se iba a repetir, y por eso lo mejor era disfrutarlo.


Maggie Lutz

Capitulo dedicado a:

bitha_granger

yesica7448

ana_de_cullen22

andrelara

POV Samantha

Llegueal ensayo antes de tiempo, después de todo hoy en unas cuantas horas sería elestreno y estaba sumamente emocionada, después de todo sería mi primerprotagónico y esperaba que fuera un éxito en verdad lo anhelaba.

- Veoque los nervios, no te dejaron dormir - ante aquella voz, giré la vista untanto exaltada debido al susto.

- Mary- susurre - no pensé que alguien fuera a llegar a esta hora.

- Y yopensé, que estarías disfrutando con tu marido - me sonrió de lado.

- Emmett,se levanto muy temprano, - eleve los hombros - tenía una junta importante.

- ¿Vendráal estreno? - sus ojos cafés estaban clavados en mí.

- Nome dejaría en algo así, - sonreí levemente - sabe que esto es importante paramí.

- Megustaría conocer a ese Emmett, - sonrió de lado - hombres tan maravillosos,como tu marido ya no hay.

- Losé - mi sonrisa de tonta enamorada apareció.

- Aunqueaun me sorprende que con veintidós años, ya estés casada, - su rostro me hizosonreír - yo con veintiséis no me pasa por la mente el matrimonio.

 

- Esoes porque no te ha llegado el hombre correcto, - comente tranquilamente -admito que no me imaginaba casándome a los veinte, de hecho a mí se me hacíapatético eso de casarse tan jóvenes, pero apareció Emmett en mi camino, y todocambio.

- Enverdad debes amarlo mucho - repuso tranquilamente.

- Noimagino mi vida, sin mi musculoso al lado - confesé.

- Asíes el amor, - rió levemente - seguramente si alguno de mis novios, hubieransido un poquito más como tu esposo, tal vez yo también ya me habría casado.

Ambasreímos, Mary Brown era mi mejor amiga en la obra y bueno no voy a decir queéramos amigas fuera, pero al menos teníamos un trato cordial y si teníamoscomunicación, claro que nada como con mi hermana o Rosalie o Alice, solo éramosconocidas.

Ademásse podría decir que había un poco de celos, ya que ella había audicionado parami personaje, pero yo me había quedado con él, y no es porque ella fuera mala,de hecho era de las mejores, había temido que ella se quedará, pero al final melo dieron a mí.

- ¿Quierespracticar un rato? - se ofreció.

- Claro- respondí.

Nopracticamos mucho, pues como unos veinte minutos después, el resto del elencollego, por lo cual comenzamos el ensayo entre todos. Estuvimos practicando doshoras, posteriormente de ese tiempo, el director nos dijo que podríamos ir a comery relajarnos, pero teníamos que llegar a las seis, para ajustar los últimosdetalles.

- Espero,que llegues - le espete a Charles - y que no salgas, con ninguna de tus tontasexcusas.

- Note preocupes, primor - me sonrió de lado - que voy a llegar a tiempo, parabesarte.

Lemande una mirada asesina, antes de salir del lugar, en verdad odiaba a eseimbécil, eso era lo único negativo de la obra, pero mi madre solía decir que notodo era perfecto, y en ese momento lo entendía, ya que en todo lo que bien queme sentía en la obra, era opacado por tener que compartirlo con el imbécil deCharles, aunque no se comparaba con la feliz que estaba.

Decidíignorar el punto negro que era mi co-estrella, y pensar en que todo saldríabien, y esperaba que la obra fuera un éxito. Decidí ir a la casa y tratar derelajarme, después de todo faltaban cuatro horas, para que tuviéramos queregresar.

Ygracias al cielo o a mi marido, mi auto por fin estaba ya andando, y todoparecía que ese día iba a salir bien; el camino a casa fue bastante rápido yrelajante, con la música clásica que Edward había grabado, era bastante buenocon el piano, lástima que no se dedico a eso, porque además de haberse casadomuy joven con mi hermana, le habían gustado más los números y ahora se dedicabaa la administración.

Bellaque era el nombre de mi hermana, bueno era Isabella pero no le agradaba mucho,bueno ella ahora daba clases de Literatura en el instituto en Forks, mientrasAlice estaba terminando de estudiar diseño de modas, y Jasper su novio acaba degraduarse en Medicina y estaba comenzando la residencia.

Mientrasque Rosalie había estudiado ingeniería automotriz, y trabajaba en una empresaimportante de autos, al igual que Jake al que consideraba mi hermano; la rubiaestaba pensando en casarse, aunque Stefan que era abogado y seis años mayor queella, no parecía muy seguro de querer dar el siguiente paso.

Yeso tenía bastante alterada a Rose, y tenía suturada mi bandeja de correo, porella, quejándose de que tal vez Stefan ya no la amaba, pero solo tenía quedarle tiempo, pues no debía ser fácil para él, pedirle matrimonio, sabiendo queDiego su hermano menor que ahora tendría once años, estaba bajo su tutela,debido a que sus padres habían muerto.

 

Lleguea casa, se me hizo bastante corto el camino, deseaba comer algo, dormir un pocoy después ducharme para regresar al teatro, abrí la puerta, la cual no teníallave, cosa que me extraño ya que había cerrado en la mañana.

- Pensamosque jamás llegarías - esa voz la reconocí como Alice.

- Llevamoshoras esperando, a que tú o Emmett aparecieran - se quejo Rose, que ahora meabrazaba.

- ¿Quéhacen aquí? - cuestione, pues ellos vivían del otro lado del mundo.

- Emmett,nos dijo que hoy sería tu estreno - repuso Esme, que me había extendido losbrazos.

Meabrace a ella, pues además de ser mi suegra, también había sido como otra madrepara mí.

- Y puesque es una estrella sin sus fans - comento mi hermana con una media sonrisa.

- ¿Y Carlie?- pregunte al no ver a mi sobrina.

Peromi respuesta quedo contestada, cuando Edward entraba con mi sobrina en brazos,camine hacía él y le quite a Carlie de brazos.

- Yo tambiénte extrañe, Sam - repuso Edward sarcástico.

- Lo siento- me disculpe, abrazándolo - pero ya necesitaba, tener en brazos a mi sobrinafavorita.

- Yo tambiénte extrañe - a sus cinco años, era como su madre, que en vez de tener unainfancia normal, le gustaban más los libros que la televisión.

- Gusy- en ese momento Jacob, entraba de la mano de Renesmee, que ya mostraba unpequeño vientre de no más de cuatro meses.

- Es buenotenerlos aquí - primero abracé a mi prima y después a Jake.

- Ni Jazz,ni Carlisle pudieron venir - comento Esme - pero te desean lo mejor.

- Al igualque Stefan - terció Rose.

- Y buenoTanya llegará al teatro - me informó Bella.

Sesentía bien, que mi familia estuviera aquí, los hice sentarse en la sala,mientras le pedía a Molly, que trajera un poco de limonada.

- ¿Cómote trata el musculoso? - cuestiono Jake seriamente.

- No hacambiado nada desde hace un mes, que estuviste de visita - dije con una mediasonrisa - y Emmett, sigue siendo un marido ejemplar.

- Más levale - la voz de Bella sonó ronca - porque si me llego a enterar, de que tehace sufrir, que se dé por muerto.

- ¿Yahan pensado en bebés? - cuestiono Renesmee, que se acaricio el abultadovientre.

- Son demasiadojóvenes - se altero Esme - además, Samantha apenas comienza a ascender en sucarrera de actriz, ahora deben esperar ¿no es así?

- Pueseso es lo que yo pienso, - acepté - pero a Emmett, le hace mucha ilusión unbebé.

- Paraeso tiene a Carlie, - Jacob mostraba más seriedad de lo normal - además apenastienes veintidós años, un futuro prometedor, y un bebé en estos momentos soloharía que tus sueños se fueran a la basura.

- Exacto- concordó Alice - disfruta la vida, el matrimonio, y ya después pensarán en hijos,ahora es demasiado pronto.

- No sigasmi ejemplo, - susurro Bella, ante eso arrugue la nariz - adoro a mi hija, - se defendió- pero si yo que tengo más paciencia que tú, y que Carlie es tranquila, hayveces que no sé qué hacer, no quiero pensar que pasaría con tu salud mental,con un pequeño como tu marido.

 

Esoen vez de alentarme a tener un bebé, hacían que temiera cada vez más, pues misplanes eran que después de la obra, me embarazaría, pero ahora con esto, creoque esperaría demasiado más tiempo, para tener hijos.

- Muñeca,- ante aquella voz, me levante del sillón - pero si está toda la familia.

Sonrióde lado, mientras era abrazado por su familia, y por la mía, que ya también sepodría decir que era suya. Se sentó a mi lado como siempre, seguimos hablandopor un buen rato, después de comer, los deje en la sala, mientras yo me dabauna ducha rápida para regresar al teatro.

Encuanto termine, solo me coloque un pants y baje a la sala, ya que el relojmarcaba 5:45 y me hacía veinte minutos, creo que la que llegaría atrasada estavez, sería yo.

- Nos vemos,en el teatro - me despedí.

- Ahí estaremospara apoyarte - me aseguro Jake, que beso mi frente.

Nodije nada, salí de la casa, y maneje lo más rápido que pude hacia el teatro, elsemáforo estaba en verde pase sin mayor precaución, pues era mi siga, peroescuche un rechinido de llantas y como algo se rompía y después todo se pusonegro.


Charles Baker

Capitulo dedicado a:

Gabriela Black

yesica7448

andrelara

Medolía todo, era como si un tren me hubiera pasado por encima, no había parte demi cuerpo que no dolía, pero sobresalía la del vientre y el dolor de cabeza,que sentía que me iba a explotar. Abrí los ojos con cuidado, pues hasta hacereso dolía.

Encuanto los tuve abiertos, observe las paredes blancas, y un olor a alcohol ymedicamento inundo mi nariz, frente a mí estaba un televisor, del lado derechoestaba un sofá, y del otro lado un sillón, en el cuál estaba un hombre sentado,aunque no pude reconocerlo.

- Es buenoque ya hayas despertado - al escuchar su voz lo reconocí enseguida.

- ¿Quéhaces aquí? - mi voz sonó amarga como siempre, para él.

- Puesestaba cerca, de donde tuviste el accidente - me informó, y en ese momento recordéel choque - de hecho, fui yo quien le llamo a la ambulancia.

- Gracias- susurre.

- Y porla obra no te preocupes - me informó tranquilamente - le llame, a Margaret, yle dije sobre tu accidente.

- ¿Auntengo el papel? - pregunte en voz baja, pues si la elevaba me dolía.

- Por supuesto- me sonrió de lado.

- ¿Porqué no estás en el teatro? - enserio no entendía que hacía aquí.

- Puesles dije que solo haría la obra contigo - fue su sencilla contestación.

- ¿Quiénestomaron nuestros lugares? - clave mi mirada en él, y en ese momento note que noera feo, de hecho era bastante guapo.

- El tuyolo tomo, Mary y el mío Jeff - repuso suavemente.

- ¿Cuándopodre salir de aquí? - odiaba los hospitales.

- Segúnel médico, tendrás que quedarte unos tres días - me acaricio el cabello, en susojos azules noté cierta lástima.

- ¿Pasoalgo más? - necesitaba saber todo lo que estaba pasando conmigo.

- El golpemás fuerte fue en el vientre - bueno eso explicaba, mi dolor.

Perono termino de hablar, porque en ese momento entro un doctor, junto con unaenfermera, la última me checo todos mis signos y la solución que estaba pasandopor la intravenosa de mi mano.

- Hola,soy el Doctor Stevens - me saludo el doctor, que tendría como unos cuarenta ytantos, tenía una sonrisa y sus ojos cafés me veían con amabilidad - ¿Cómo tesientes?

 

- Me dueletodo - conteste.

- El choquefue fuerte, - comento - y bueno fue una suerte que salieras solo con unoscuantos golpes - aunque sentía que todo mundo me estaba ocultando algo -aunque, si hubo una perdida.

- No entiendo- arrugue la nariz.

- Teníastres semanas de embarazo, - el pasado no me agrado mucho - tratamos de hacertodo lo que estuvo en nuestras manos, para salvar al bebé, pero el sangrado eramucho y no lo soporto. Lo siento.

- Gracias- susurre, no sabía ni porque lo decía.

- Cualquiercosa que necesite, puede llamarme o con la señorita Marina - me señalo a laenfermara.

Soloasentí, mientras las palabras del médico se seguían repitiendo en mi mente,sabía que un bebé en ese momento no era bueno para mi carrera, pero era mihijo, tenía mi sangre y estaba creciendo dentro de mí, aunque ahora ya no habíanada, y me sentí vacía como jamás lo había hecho.

Lohabía perdido, sin siquiera saber de su existencia, me lleve la mano al vientreen el cual ya no había nada, era estúpido pero a pesar de no haberlo sabidoantes, en ese momento era como si hubiera perdido lo que más amaba, mi bebéhabía muerto y yo no había hecho nada para evitarlo.

POV Emmett

Llegamosal teatro, y nos sentamos en las primeras bancas, esperando a que la obracomenzará, pero en ese momento apareció la productora de la obra, una mujerregordeta de cabello rubio con algunos mechones castaños, parecía un tantonerviosa, y llevaba un micrófono.

- Sé queesperan ver a Samantha Cullen en la obra, - ante aquello arrugue la nariz -pero hubo pequeños percances, que no le permitieron llegar

- ¿Quépaso? - mi cuñada se levanto de un brinco.

- Sufrióun accidente automovilístico - ante aquello, todos nos pusimos de pie - parece queestá bien, pero no podrá presentarse hoy, ni toda esta semana, esperamos que lapróxima ya esté de nuevo con nosotros, y bueno Charlie

Peroen ese momento ya salíamos del teatro, no podía creer que mi esposa, habíasufrido un accidente y yo no lo sabía.

- Ellaestá bien - me aseguro Rose - así que tranquilízate.

- No puedo- le espete - no mientras, no la vea, y me asegure que en verdad está bien.

Nadiedijo nada, de todas formas, no podían decirme que me calamara, cuando la mujerque amaba estaba en un hospital, y yo no estaba a su lado, no quería imaginarlasola en aquel tétrico lugar, y más con lo mucho que ella detestaba esoslugares, yo tenía que estar con ella, y hacerle ver que todo iba a salir bien.

Via Alice llamar a cada hospital, para ver a cual debíamos ir. Después de cómo veinteminutos y cinco llamadas.

- Estáen Weston General Hospital - informó la duende.

Manejecon dirección al hospital, nadie se quejo de cómo lo hacía, porque seguramente sialguien lo hubiera hecho, lo habría mandado al diablo, en cuanto llegamos ledije a Edward que lo estacionará, ya que el resto ya había corrido hacia elhospital.

Encuanto llegue, note que la recepcionista parecía mareada por tantas personasque le preguntaban por mi muñeca, en ese momento un hombre que recordabavagamente se acerco a mí.

- EresEmmett Cullen ¿cierto? - solo asentí - soy Charlie Baker, compañero deSamantha, ella está bien - dijo, antes de que lo preguntara - está en lahabitación 310.

 

- Gracias- fue lo único que dije.

Caminehacia el elevador y marque el piso tres, en cuanto llegue al piso, busque lapuerta con el número 310, que en cuanto lo vi me dio un vuelco al corazón, algome decía que había pasado algo grave, respire profundo antes de abrir lapuerta.

Cuandolo hice, escuche suaves sollozos, camine hacia la cama, en donde estaba hechaun ovillo y lloraba como tenía mucho que no veía, solo lo había hecho cuando seentero, de que Aro si había asesinado a sus padres.

- Muñeca- susurre, acariciando su cabello - aquí estoy.

- Emmett- se aferro con fuerza a mí - lo siento.

- ¿Porqué? - no entendía de que hablaba.

- Lo perdí- oculto su rostro en mi cuello.

- Samantha- la separe de mí, y clave mi mirada en ella - no entiendo, de que hablas.

- Perdía nuestro bebé - contesto, y sus ojos dejaron salir más lágrimas.

Aquellaspalabras, me cayeron como agua helada, no dije nada solo la abrace, no eramomento para preguntas o reproches.

- Estamosjuntos en esto - besé su cabello.

- Ni siquieralo sabía, - se aferro a mi camisa - ¿Por qué mi bebé, Emmett?

- No erapara nosotros, - me recosté a su lado, tratando de que se calamara - pero nopienses en eso, ahora lo importante es que te recuperes, todo va a estar bien,porque estamos juntos.

Peroella no dejo de llorar, y a pesar de que apenas me enteraba de la existencia deun hijo mío, aunque claro ahora ya no iba a conocerlo, enserio dolía más de loque podía decir, pero debía ser fuerte por Samantha, y hacerle ver que todo ibasalir bien.


Rosalie, Isabella y Alice

Capitulo dedicado a:

ana_de_cullen22

andrelara

maryadorotaylor

ysecica7448

Otromes que me encontraba en el baño, con esa prueba en mis manos y como siempre,el resultado era negativo, y de nuevo salía frustrada y llorando, no podía serque de nuevo no hubiera nada.

- Muñeca- mi marido estaba recostado en la cama - ¿Qué pasa?

- Estoycansada - fue mi respuesta.

- Samantha- replico - somos un matrimonio, y debo saber que está pasando.

- ¿Porqué habría de pasar algo? - mi voz sonó ronca.

- Estoes por lo del accidente ¿cierto? - no conteste - sé que fue un golpe duro, peropaso por algo, pues aun no es el momento, no estamos preparados para algo así.

- No entiendes- le espete.

- Entoncesexplícame - susurro, abrazándome por la espalda - quiero entender, que es loque pasa por tu cabeza.

- Pensarásque estoy loca - fue mi sencilla contestación.

- Jamáscreería algo así - me aseguro besando mi cabello.

- Sé queno quería un hijo, - murmure - pero en cuanto supe que lo había perdido, fue lopeor que he sentido en mi vida, y a pesar de no conocerlo, siento un vacío, mehace falta.

- En unoscuantos años, tendrás un bebé - me giró hacia él - o a lo mejor, tendrás unostres niños corriendo, detrás de ti, llamándote mamá; solo es cuestión depaciencia.

- ¿Meamas? - clave mi mirada en la de él.

- Másde lo que imaginas - me beso la frente - nunca veré, a una mujer como lo hagocontigo, eres el amor de mi vida.

- Y túeres el mío - recargue mi cabeza en su pecho - no quiero, perderte.

 

- Y nolo harás - me aseguro.

Mesepare de él, después de todo tenía que ir al ensayo de la obra, me di unalarga ducha, esperando que con eso pudiera tranquilizarme un poco, solo unpoco, en cuanto salí, Emmett ya no estaba en la recamara no le tomeimportancia, supuse que estaría en la cocina.

Mevestí y sin más salí de la recamara, cuando llegue a la sala, me extrañe unpoco de ver a Mary en mi casa, pero trate de esconder mi rostro de sorpresa, ycamine hacía ellos.

- Hola- salude a ambos, haciendo que girarán hacia mí - Mary ¿a qué debo el honor detu visita?

- PuesEmmett, me pidió que viniera por ti - ante aquello arrugue la nariz.

- ¿Desdecuándo son amigos? - fije mi vista en mi marido.

- La conocíel día, en que estuviste en el hospital - me tomo de la cintura - y bueno, comoaun no quieres que te compre un auto, y yo tengo una reunión, me pareció adecuadoque Mary te llevará al teatro.

- No debistehacer que ella se desviará, del camino - sonreí, aunque en el fondo era falsa.

- No esningún problema - aseguro - después, de todo un compañero, es para ayudarse.

- Gracias- en verdad eso de que ellos comenzaran a llevarse, no me agradaba mucho.

Peroquise creer que era por los celos, aunque se me hacía absurdo que yo sintieraeso, de hecho solo los había sentido con Renata, y ahora con Mary, pero estaúltima no parecía tener interés en mi marido, fue por eso que deseche la idea,de que pudiera haber algo entre ellos.

Emmetttenía razón lo del incidente, me tenía bastante mal, fue por eso que aparte,todo mal pensamiento entre ellos, sería muy infantil de mi parte creer queentre ellos había algo, o pudiera en el futuro, después de todo mi marido,acababa de decirme que yo era el amor de su vida.

- Tienesun marido encantador - comento con una media sonrisa.

- Lo sé- sonreí levemente.

Despuésde eso el resto del camino fue en completo silencio, en cuanto llegamos alteatro, Charles se acerco a mí. La verdad desde el accidente había aprendido atolerarlo, de hecho no era tan malo como creía, solía ser muy amable y simpático.

- ¿Cómoamaneciste hoy? - me pregunto con una sonrisa.

- Horrible- le confesé.

- De nuevodio negativo ¿cierto? - solo con él podía haberle dicho, lo que sentía.

- Sé quecrees que estoy loca, pero el vacío cada vez es mayor, y más cuando el test danegativo - mi voz sonó desesperada.

- No estásloca - me aseguro tranquilamente - es normal, que después de lo que paso,desees que ese bebé de nuevo esté en ti, pero debes tomarlo con calma.

- No puedo- enserio me sentía desesperada - necesito, ser madre.

- Sabes,siento que te haría bien, conocer a mi familia - no tenía ni la menor idea, deque tenía que ver eso.

No dije nada, después de todo, supuse que conocer a máspersonas necesitaba, salir un poco de mi rutina tal vez de esa forma iba apoder salir de mi obsesión, por quedar embarazada, que solo Charles eraconsciente de ello, pues no quería que Emmett se preocupara, de lo que estabapasando conmigo.

- Chicos- llamo el director - tenemos que arreglar, algunas escenas.

No dijimos nada, solo comenzamos desde el principio,esperando que todo saliera bien, aunque también era ver como estábamos paraimprovisar. Charles tenía una esposa y un hijo de dos años, y bueno se habíacomportado como un idiota, porque así se acercaba a sus amigas, enserio quenecesitaba clases para socializar.

 

De hecho me preguntaba, como había hecho para conquistar asu hora esposa, si solía ser un idiota, cuando no conocía a las personas, perocuando lo conocías solía ser agradable. Además de que cuando llegaba tarde, eraporque se le iba el tiempo con su pequeño.

¿Y entonces venía la pregunta? Emmett sería así con un hijo,y la respuesta era que sería mejor, pero yo no estaba segura de sí sería unabuena madre, pero esto de quedar embarazada, se estaba volviendo una obsesión yme aterraba que de esa forma se quedará, que el sueño de estar embarazada y despuésser mamá no se fuera a cumplir, y eso me aterraba.

- Samantha- esa voz fue del director - ¿Qué pasa? - se veía molesto - necesito que estésaquí, no quiero que estés divagando.

- Lo siento- me disculpe.

- Tomatecinco minutos - comento secamente - Mary, toma su lugar.

Decidí que lo mejor era no discutir, fui y me senté en lasbutacas, para ver que tan bien lo hacía ella, y la verdad es que lo hacíaexcelente, pero ese era mi papel, y ella no podía quedarse con él. Tenía quemantener mi mente alejada, del tema del embarazo, para lograr hacer un mejor papel,en la obra y eso iba a hacer. Dejaría de lado el tema de un nuevo bebé.


Capitulo dedicado a:

ana_de_cullen22

Lleguea casa más temprano de lo normal, la verdad es que deseaba pasar un rato conSamantha, pues se notaba extraña, aunque parecía que no quería que yo supieraque estaba mal, pero era tan transparente o al menos para mí lo era, ynecesitaba saber que era lo que pasaba por su mente.

Abríla puerta de la casa, y escuche la suave melodía, que venía del salón, deje lasllaves y el portafolio sobre la mesa y camine hacia ese lugar, la encontrétocando el piano, no me sorprendía que lo hiciera, aunque lo que si lo hacía,es que estuviera antes de las siete en casa.

Lamelodía era triste, estaba tan concentrada, de hecho tenía los ojos cerrados,mientras sus dedos pasaban por las teclas del piano, me quede de pieobservándola. Su cabello caía sobre sus hombros, llevaba un suéter quedescubría su hombro derecho.

Estabahermosa, aunque para mí siempre lo estaba, no importaba lo que llevara puesto,debo admitir, que para mí era preferible que no llevara nada. Me recargue en lapared, deleitándome con la imagen y con el sonido que el piano emitía, mientraspasaba sus manos sobre él.

Encuanto la melodía termino, escuche su sollozo, eso hizo que me preocupara,camine hacia ella, para ver qué era lo que pasaba, en cuanto llegue a su lado,me hinque y la abrace por la cintura.

- ¿Quépasa, bebé? - susurre.

- Estoyfuera de la obra - fue su respuesta.

- ¡¿Qué?!- eso no me lo esperaba.

- Dijeronque Mary, era mejor - la sentí temblar.

- Sonimbéciles - gruñí - nadie, es mejor que tú, preciosa.

Nohubo respuesta, simplemente siguió llorando, y a mí me mataba verla así, era lopeor que me podía hacer, era que Samantha llorara, ella era mi punto débil,todo lo que pasara me afectaba directamente, después de todo yo adoraba a esamujer.

- Perono hay porque llorar - me levante y bese su cuello - habrá muchas más obras, enlas cuales estarán encantados de tenerte, eres increíble en lo que haces.

- ¿Quémás? - su voz sonó rota - Emmett, ya no puedo, todo me está saliendo mal.

 

- Esono es cierto - la contradije - una obra, no es nada, vas a ser grande, muñeca.

- ¿Enqué? - se giró hacia mí - me costó sangre, que me aceptarán en la obra, y debuenas a primeras la pierdo, no encuentro en nada en que sea buena.

- ¿Esuna broma? - la vi como si estuviera loca - tienes muchos talentos, vamos asalir de esto.

- ¿Vamosa salir de esto? - repitió secamente - a mí, es a la que parece que el destinoodia, tú tienes una carrera en ascenso, un trabajo que te encanta, las mujereste siguen como abejas a la miel; lo único malo en ti, es tu patética esposa.

- Samantha- replique - no eres patética, puede ser que mi trabajo sea bueno, y que estécreciendo, pero las mujeres no me interesan, porque tengo a una Diosa conmigo.

- Eresun mentiroso - me espeto - ¿Quién va a querer una mujer, que no sobresale ennada, mejor dicho que no sirve?

- Nodigas tonterías, - tome su rostro entre mis manos - eres una mujer maravillosa,que no sé que haya hecho para merecerte, pero agradezco lo bueno que hice.

- ¿Quétengo de especial? - sus ojos, ya no tenían esa vivacidad que me encantaba,ahora se veían opacos - no soy bonita, no tengo un cuerpo de modelo, no soy muylista. Soy tan poca cosa para ti.

- ¿Dequé rayos hablas? - comenzaba a preocuparme, porque la mujer que tenía delanteno era mi esposa - eres la mujer más hermosa que he visto, tienes el cuerpo,que logra que en tiempo record me excite, eres más lista que yo, de hechotienes un cerebro que en ocasiones me asusta.

- Losiento, - se disculpo, bajando la mirada - pero en este momento, es como si elmundo se me viniera encima.

- Siasí fuera, aquí estoy - levante su rostro - para evitar, que te aplaste - lebese la frente - porque eso es lo que hace, una pareja, se ayuda mutuamente,siempre se está ahí para apoyarse.

- Prométemeque jamás habrá otra mujer - sus ojos parecían suplicarme.

- Prefieroa la Samantha arrogante y creída - susurre, acariciando su mejilla - a ella sécontrolarla, pero está me asusta, bebé - uní nuestras frentes - porque no sé cómohacer para que te veas como yo lo hago.

- Emmett- clavo su mirada en mí - no quiero, sentir esto.

- Haremosque mi Muñeca, segura de sí misma regresé, - acaricie su nariz - porque yotampoco quiero ver a la Samantha deprimida.

- Teamo - me beso suavemente.

- Nomás que yo - repuse, sin despegar nuestros labios.

Despuésde ese día, se dedico de tiempo completo a encontrar otra obra, y volvimos a lode siempre, a apenas verla, en las mañanas se iba mucho más temprano, de lo querecordaba. Las lágrimas se habían ido por completo, al igual que las nochesjuntos, siempre llegaba cuando ya estaba dormido.

Claroque la escuchaba llegar, pero ella ni siquiera se abrazaba a mí, de hechodormía de espaldas a mí, eso en verdad me estaba matando, pues estaba peor, quecuando le habían dado la obra, ya que ahora no hablábamos, ni siquiera nosveíamos.

Observeel reloj, eran las nueve de la noche, y no había indicios de que ella fuera allegar, me deje caer en el sofá y encendí el televisor. Llevaba casi cuatromeses apenas viendo a mi esposa, aunque no se le podría llamar así, pues solola sentía llegar, pero no la veía.

Éramosun matrimonio joven, se suponía que deberíamos, de estar como novios, pero todohabía cambiado desde esa estúpida obra, en la que ahora ya ni siquiera estaba,en verdad no podía creer, que ahora Samantha fuera casi una desconocida paramí.

 

Eltimbre de la puerta, fue lo que me saco de mis pensamientos, me levante ycamine a abrir, aunque me preguntaba ¿quién podía ser a esa hora? Quede delantede una mujer de cabello castaño y ojos miel, que me sonreía abiertamente, peroestaba empapada.

- ¡Mary!- me sorprendió verla frente a mi casa - ¿Qué haces aquí?

- Uncaballero, me habría invitado a pasar - sonrió de lado.

- Losiento - me disculpe, haciéndome a un lado para que entrará.

- Eresmuy amable - sonrió levemente - pensé que aun estarías en el trabajo.

- Salgoa las seis - eleve los hombros - pero ¿a qué debo el honor de tu visita?

- Veníaa hablar con Samantha - respondió, quitándose el abrigo que estaba bastantemojado.

- Noestá - conteste tranquilamente - te traeré una toalla.

- Creíque ya sería toda una ama de casa - comento desde el umbral, mientras yo habíaentrado al baño de visitas, para darle una toalla.

- Pareceque no hablamos de la misma Samantha, - respondí, con una media sonrisa,entregándole la toalla - mi esposa no conoce lo que es ser ama de casa.

- Esuna mujer independiente, - acepto, mientras se secaba el cabello - aunque conun hombre como tú, sería fácil acostumbrarse a ser una esposa condescendiente,que solo se dedique a su marido.

- Samno es así - susurre - y me gusta, que siempre este buscando ser mejor.

- Perote deja muy abandonado - me miró fijamente, sentí mi sangre hervir, de unaforma que tenía mucho que no vivía - siento, que deja lo más por lo menos.

Lavi caminar hacia mí, sus ojos me tenían como en una hipnosis, no me habíamovido del lugar, solo la estaba viendo, era bastante guapa y muy sexy, no ibaa mentir, me gustaba.

- Tevoy a decir un secreto, - con dos de sus dedos, comenzó a subir por mi pecho -desde el primer día en que te vi, no he podido sacarte de mi cabeza - sonrió delado - eres un hombre que cualquier mujer desearía tener, eres perfecto.

- Samantha- fue lo primero que salió de mis labios.

- Ellaes una tonta - su sonrisa, me estaba calentando más de lo que me gustará -porque teniendo a un hombre como tú, prefiere estar fuera de su hogar, quecomplacer a su sexy marido; pero yo estoy aquí, para darte lo que ella no.

Antesde que mi cerebro pudiera decir algo, ya me había besado, dejando que elpensamiento de que era un hombre casado se fuera a la basura, en ese momento mesentía solo y ahí estaba ella para complacerme, no podía recapacitar, pues enese momento tenía lo que necesitaba, solo eso era lo que me importaba.


Capitulo dedicado a:

ana_de_cullen22

Observeal pequeño dormir, había estado cuidándolo desde hacía tres meses, se suponíaque solo sería por un día, pero las cosas habían salido mal, y ahora ya mehabía encariñado demasiado con él. Había heredado el cabello castaño de supadre, al igual que los ojos azules, pero se parecía mucho más a su madre.

Estarcon Drew, era algo que llenaba un poco el vacío que había dejado el accidente,con él olvidaba un poco mi ansiedad de quedar embarazada, y disfrutaba pasartiempo con él, de hecho era lo único que podía alejar mi mente de misproblemas.

 

Despuésde darle un último vistazo, baje a la sala a esperar a que Charles llegará, mesenté en el comedor y tome mi móvil y marcaban las 22:57, se suponía que yo yadebería estar en casa, pensé en enviarle un mensaje a Emmett, pero supuse queya estaría dormido y no deseaba despertarlo.

Charlesya no debía tardar en llegar o al menos eso esperaba, pues tenía que llegar adormir a mi casa, aunque en ese momento sintiera mayor agrado en la de miamigo, y pues pasaba mucho más tiempo en aquel lugar que en la mía, puesllegaba a las ocho de la mañana y me iba pasada de las once y media de lanoche.

Encuanto escuche la puerta, me levante y camine para recibirlo, y como siempredesde los últimos meses, llegaba más pálido que cuando se iba, sus ojos grises,estaban ensombrecidos y su semblante de tristeza, hacía que mi corazón seencogiera.

- ¿Cómosigue? - pregunte en un susurro.

- Siguensin saber si va a despertar - su voz sonó quebrada.

- Kristaes más fuerte, de lo que imaginas, - trate de animarlo - además, sabe que tienedos hombres que necesitan de ella, va a salir de esto.

- Quisieratener tu misma fe, - trato de sonreírme, pero solo fue un amago - pero cada díaque llego al hospital, y la veo en esa cama, mis esperanzas cada vez van siendomenores.

Yen ese momento se soltó a llorar, ya lo había visto así, fue cuando Krista suesposa, le dio un derrame cerebral, y después de llevarla al hospital, ledijeron que estaba en coma y no sabían si iba despertar, de eso hacía casicuatro meses; había llorado toda la tarde, y me quede a su lado tratando detranquilizarlo.

Caminehacia él y lo abrace, se aferro a mí, como un niño pequeño que acaba de teneruna pesadilla, y su madre entra a consolarlo; me dolía verlo tan vulnerable,después de todo yo lo había conocido engreído y bromista, y ahora era un niñoasustado y solo.

- Nopuedes caerte, - le susurre, acariciando su espalda - tienes un hijo, que tenecesita fuerte.

- Tienemás contacto contigo, que conmigo, - su voz pastosa apenas fue audible, puestenía su rostro escondido en el hueco de mi cuello - y no sabes cómo teagradezco, que lo cuides, no sé qué haría sin ti.

- Paraeso somos amigos, - lo separe de mí, y le limpie las mejillas - para ayudarte,cuando lo necesites.

- Emmett,se saco el premio mayor al casarse contigo, - me sonrió levemente - eres unamujer maravillosamente única.

- El cansancio,te hace decir tonterías, - sonreí de lado - además de que me imagino, que siapenas probaste bocado en el hospital.

- Mimadre me obligo a comer - me aseguro - y bueno, dice que ella puede hacersecargo de Drew.

- Essu abuela, - eleve los hombros - supongo que lo cuidara mucho mejor que yo.

- Élse siente a gusto contigo, - suspiro - pero creo que es momento de que sigascon tu vida, sin preocuparte por cuidar a un niño de dos años.

- Nome pesa cuidar de él - le asegure.

- Losé, - me dio un beso en la frente - pero estás descuidando tu matrimonio, yahora que mi madre por fin llego de Los Angeles, le tomare la palabra de quecuide a su nieto, pues mi suegra ya hace mucho quedándose en las noches conKrista, y además estar con ella durante los ensayos y las presentaciones.

- Estábien, - acepté - pero iré a verte al hospital, y también recuerda, cualquiercosa que necesites me llamas, no importa la hora.

 

- Enverdad, eres increíble - me sonrió levemente.

- Esmejor que subas a dormir, - comente, mientras tomaba mi chamarra y mi bolso - yespero que desayunes algo antes de irte, pero seguramente tu madre te obligará.

- Lohará - me acompaño a la puerta - de eso no te preocupes.

- Tequiero, Charles - le besé la mejilla - y me preocupas, así que come, porque Drewdepende de ti.

- Notienes que repetírmelo, cada cinco minutos, - me espeto - y yo también tequiero, Sam.

Caminehacia el auto, en verdad me dolía ver a Charles tan cabizbajo, y en verdaddeseaba que Krista se recuperara, pues tenía un pequeño que la necesitaba muchode ella, además de que la mujer que yo había conocido se veía que era una mujerfuerte y joven, que iba a superar esto.

Elcamino hacia la casa fue más corto de lo normal, estacione el auto y entre a lasala en donde vi, una taza de café, que parecía que Emmett solo le había dadounos cuantos sorbos, en el comedor había una toalla, en verdad que mi maridoera bastante desordenado, mañana que viniera Molly le iba a dar algo.

Dejelas llaves en la mesa y subí las escaleras, para por fin dormir, aunque apenassi descansaba, entre al baño, en donde estaba mojado, me extraño pues Emmett seduchaba en las mañanas, casi nunca en la noche, observe su camisa, me agache atomarla, para dejarla en el cesto de la basura.

Loextrañaba, pues hacía meses que no habíamos tenido el mínimo contacto, lleve sucamisa a mi nariz, para aspirar su aroma, pero estaba mezclado con perfume demujer, ante aquello mi corazón se detuvo, observe el cuello, en donde había unamancha rosa.

- Tranquila,Samantha - susurre - es Emmett, de quién hablamos, él no te sería infiel, teama.

Siél me amaba, y no sería capaz de estar con otra mujer, y lo de cuello, tal vezuna de esas tantas mujeres, que deseaban su divorcio, lo habían manchado apropósito, si eso debía ser, pues él no sería capaz de engañarme, no EmmettCullen.

Melave el rostro, pensando eso, de que mi marido me amaba, y no era capaz detocar a ninguna otra, pero si mi cerebro estaba tan seguro, ¿por qué el corazón dolía?

- Nodejes, que tu mente comience a trabajar, - me reproche - porque eres buenísima,para crear historias fantásticas.

Lomejor era olvidarme de la camisa, y todo lo que eso conllevaba, la metí alcesto de ropa sucia, antes de caminar a la recamara, busque mi pijama aobscuras, para no despertar a mi marido, en cuanto la tuve en manos, regrese albaño a cambiarme, y dejar mi ropa en el cesto, me lave los dientes y después por fin me dirigí a dormir, aunque enese momento el sueño se había ido.

Metumbe al lado de Emmett, estaba de espaldas a mí, era imponente, me quedeobservando su cuerpo, pero me extraño no escuchar sus ronquidos, pues siempre aesa hora ya estaba en su sinfonía.

- Amor- susurre, pegándome a él - ¿estás despierto?

- Queríaverte llegar, - se giró hacia mí, y dejo un beso en mi frente - pero ahora esmejor dormir, mañana tengo una junta temprano.

- ¿Meocultas algo? - pues su voz, sus movimientos eran diferentes.

- Soloestoy cansado, - de nuevo me dio la espalda - y necesito dormir.

- Teamo - le dije, antes de darme la vuelta, para dejar de verlo.

- Yotambién - respondió.

Perono hubo abrazo como siempre, después de decirme eso, estaba extraño, y eso meangustiaba, cerré los ojos tratando de no pensar en que algo andaba mal.

 


He estado leyendo Cazadores de Sombras y bueno debo decir que me encanto, bueno el primero que he leído ¬¬ y pues estaba pensando no sé, si les gustaría que hiciera un fic sobre el libro, o tomar a los personajes de crepúsculo y hacer un fic basada en el trama, no va a ser una adaptación, solo sería basada en el libro, pero ustedes deciden

Capitulo dedicado a:

andrelara

alice_cullen28

ana_de_cullen22

SamVulturiHale

Estono podía ser cierto, me sentía realmente miserable, le estaba siendo infiel ami esposa, ¿Qué diablos le pasaba a mi cerebro, que me permitía hacer esto? Porquesabía que estaba mal, pero a pesar de todo eso, después de la primera vez, nopude detenerme, y tal vez también se debía a que seguía sin ver mucho a Sam,aunque no era su culpa, pues ahora ya pasaba más tiempo en casa.

Peromi culpabilidad no me lo permitía, no era capaz de verla a la cara, me sentíael ser más idiota y horrible del mundo, porque estaba engañando a una mujer,maravillosa, que me amaba y yo la amaba a ella. Pero suelen decir que el cuerpoes débil y aquí lo estaba viendo, de hecho comenzaba a dudar si la amaba enverdad.

Despuésde todo, mis padres decían que cuando se amaba a alguien, no se podía pensar ennadie más, y sin embargo Mary me volvía loco, hacia mucho que una mujer no meexcitaba tanto, era sexy en exceso, me sacaba ese hombre salvaje, que creímuerto, cuando me casé. Volvía a ser el mismo de antes, el Emmett quedisfrutaba del placer, porque no tenía que enfrentarme a los dolores de cabezay cansancio de mi esposa.

Teníalo que pedía con una simple mirada y eso me gustaba, porque Mary sabíacomplacerme, y nunca había una negativa. Y cuando pensaba en eso laculpabilidad se iba, pero solo era cuestión de ver a Sam, y de nuevo me sentíamiserable, porque cabía la posibilidad de que lo descubriera, eso lo haríasufrir; no me agradaba la idea de poder lastimarla, odiaba verla llorar y seríaaun peor, siendo yo el causante de ellas.

- ¿En qué piensas? - me susurroal oído.

- Esto está mal, - repuse,sin hacer el intento de separarla - soy un hombre casado.

- Llevamos un año viéndonos,y ella no te ha descubierto - me beso el cuello - no pienses en tu esposa,además creo que puedo ser lo suficiente para complacerte.

- ¿De qué habas? - esta vezsi la separé.

- Sé que te gusto, - me sonrióde lado - de hecho creo que más que eso, comienzas a sentir algo más por mí.

- Amo a Samantha - le espete.

- No te engañes - me acaricioel cabello - un hombre que ama, no engaña, y si quieres decir que solo fueporque te sentiste solo - clavo sus ojos en los míos - solo hubiera sido sexo,pero no fue así, ya que hemos convivido como una pareja.

- Es educación - replique.

- Emmett, cariño - odiaba esasonrisa burlona - ¿dime cuantas veces le has hecho el amor a Samantha, en estetiempo que llevamos juntos?

Me quedecallado, ya que si lo habíamos hecho, pero no con la misma regularidad desiempre, de hecho por la culpa no la deseaba, porque me sentía demasiado suciopara tenerla, así que nuestros encuentros íntimos se habían reducido al extremo.

- ¿Lo ves? - me besocastamente - ya no amas, a tu esposa.

- No lo entenderías - la empujesuavemente y me levante de la cama.

 

- Te darás cuenta, que yo soyla mujer, que tú necesitas - dejo un beso en mi espalda.

No conteste,solo camine al baño en donde me daría una ducha, para irme a casa, tal vez Marytenía razón, y lo que pensé sentir por Sam se había ido, después de todo elamor se tenía que cultivar, y nosotros hacía mucho que ya no hablábamos y esoera algo que desgastaba la relación.

Terminede ducharme y después de vestirme, sin despedirme salí de su departamento, mesubí al auto, aun pensando que era lo que sentía ahora por Sam.

POV Samantha

- Tranquilízate - repusoKrista, tomando mi mano.

La esposade Charles había despertado hacía casi un año, y a pesar de seguir en silla deruedas, debía decir que se había recuperado bastante. Pero volviendo alpresente, en ese momento me quería morir, por la razón de que el hombre en quemás confiaba, me había traicionado.

EmmettCullen, me había estado viendo la cara, desde no sé cuánto tiempo, no era unrumor que me hubiera llegado, porque si me lo habían dicho, pero dicen que elamor es ciego, pues yo había seguido confiando ciegamente en él. Pero lo habíavisto con mis propios ojos entrar a aquel edificio, besando a Mary Brown.

- ¿Por qué? - pregunte - lo amo,Krista, era capaz de dar todo por él, y me paga de esta forma.

- Tienes que mantener lacalma, - lo decía como si fuera muy sencillo - con la cabeza fría se piensamejor.

- Si ya no me amaba, pudo habérmelodicho - las lágrimas, parecían no querer detenerse - no tenía porque habermementido, solo tenía que habérmelo dicho.

- Debes escucharlo, antes detomar una decisión - comento Charles - los hombres, solemos hacer cosas porimpulso, no hagas cosas precipitadamente, puedes arrepentirte.

Y apesar de que lo había visto besar a otra, aun deseaba volver a verlo, volver abesarlo, necesitaba sentirlo de nuevo cerca. Lo amaba demasiado, pero saber quealguien más había estado con él, me hacía sentir menos, porque si yo no lo satisfacíapor completo, por eso busco a alguien más.

- Debo irme - susurre.

- Te llevo - se ofreció Charles.

No menegué, pues no me creía capaz de llegar a la casa, por mi propio pie, laslágrimas por fin se habían acabado, pero mi corazón destrozado, no se iba avolver a pegar. No quería pensar en nada, lo único que quería hacer, eratirarme en la cama y dormir, esperando que cuando despertará, todo esto nofuera más que una pesadilla.

- ¿Qué vas a hacer? - me preguntoCharles.

- No lo sé - confesé - lo únicoque deseo ahora es dormir.

- Cuentas conmigo, para loque necesites - me aseguro.

- Gracias - ni siquiera lomiré.

Elresto del camino fue en completo silencio, y a pesar de que no deseaba pensar,mi mente comenzaba a hacer planes. En cuanto llegue a la casa, trate desonreír, pero no lo logré.

- ¿Segura que quieresquedarte? - su rostro mostraba preocupación.

- Segura - cerré la puertadel auto.

Caminehacia la casa, en verdad no deseaba entrar, pero tenía que hacerlo, no encendílas luces, camine a mi habitación, tome una maleta, guarde lo más esencial, enese momento me sentía más tranquila, aunque el dolor del corazón aun siguiera. Busqueel dinero que había ahorrado, lo metí en mi bolso, junto con todos misdocumentos.

 

En cuantoescuche la puerta, guarde la maleta en el closet, junto con el bolso, me vi enel espejo, esperando que ya no hubiera rastro del llanto. Le iba a dar unaoportunidad, para decirme la verdad, si me la decía y me daba una buenaexplicación, lo perdonaba, claro si aun había amor.

- Pensé que ya estabasdormida - me sonrió levemente.

- Te estaba esperando - mi sonrisasalió natural.

- No debiste - dejo un besoen mi frente.

- ¿Me amas? - me sentíapatética preguntándolo.

- ¿Por qué lo preguntas? -jamás me había respondido así.

- Solo necesito saberlo -aunque ya conocía la respuesta.

- Te amo - no sonó comosiempre, parecía más por obligación.

- ¿Me haces el amor? - sabíaque después de esto, olvidarlo sería más complicado, pero necesitaba llevarmeeso - por favor.

- Encantado - me sonrió,mientras se inclinaba para besarme.

Esanoche disfrute cada caricia, tal vez era masoquista, por quererme grabar cadatoque, cada beso, cada palabra. Necesitaba creer que todo aquello era real queaun me amaba, después de eso, me iría para tratar de olvidarlo, para dejar desufrir; después de todo él ya no me amaba, qué más daba que yo me quedará si noiba a ganar nada.


Krista Blumer, la esposa de Charles

Capitulo dedicado a:

andrelara

alice_cullen28

ana_de_cullen22

-Twilighter

Esperéa que se quedará dormido, en cuanto estuve segura, de que no despertaría,aunque pasará un elefante por encima de él, saque la maleta y mi bolso, cuandollegue a la puerta de la habitación, lo observe de nuevo, tratando de que micorazón dejara de gritar su nombre.

- Te amo, - susurre, sabiendoque no me escuchaba - pero te voy a olvidar.

Cerréla puerta, esperando que cuando volviera verlo, podría tener la fortaleza deenfrentarlo, sin que me temblaran las piernas y deseará llorar por su engaño.En ese momento estaba dejando atrás mi vida con él, iba a construir otra vida,lejos de todo aquello que me había lastimado.

Subíla maleta al carro, y sin pensar demasiado arranque, al hotel que estaba máscercano del aeropuerto, mientras llamaba para saber cuando salía el primervuelo a California, en ese momento deseaba regresar donde había empezado mivida, creo que eso era lo que necesitaba.

Cuandollegue al hotel, ya tenía el vuelo que salía a las ocho de la mañana, así quesolo podría dormir, tres horas, aunque dudaba que pudiera hacerlo, en cuantollegue a la habitación, me recosté en la cama y llore como mi alma deseaba,necesitaba sacar todo lo que me había lastimado.

Nodormí nada, al ver que el reloj marcaba las cuatro, me levante de la cama y medi una ducha, pues tenía que ir al aeropuerto, a tomar el vuelo que me llevaríaa otra vida, lejos de Emmett Cullen. Le deje las llaves del auto a larecepcionista, diciéndole que vendría mi marido por ellas.

Metrague las lágrimas que habían deseado salir, al abordar el avión, tome mimóvil y le mande un mensaje al que creí que jamás me traicionaría, pero denuevo me daba cuenta que no debía confiar en nadie. Solté un suspiro doloroso,al apagar el móvil, para después volver a guardarlo, pero con la seguridad queen cuanto llegará a California lo tiraría, para no saber nada de mi pasado.

POV Emmett

 

Meremoví un tanto incómodo al escuchar mi móvil, enserio no podía creer que nopudiera dejarme un momento sin un mensaje, creo que tendría que hablar conMary, para que no me marcará ni me mandara mensajes, mientras estuviera conSamantha, me incorporé antes de que ella pudiera ver el mensaje.

Peroextraño no verla recostada a mi lado, supuse que se estaría duchando opreparando el desayuno, tome el celular que estaba en el sillón en donde habíaquedado botado mi pantalón, sonreí al recordar la noche anterior. Saque elteléfono y me sorprendió ver el número de mi esposa, tal vez quería hacer estomás entretenido, así que lo abrí.

Espero que disfrutes tusoltería, xq a partir de ahora, ya no tienes q preocuparte x tu esposa, esperoq pronto lleguen los papeles del divorcio, x cierto las llaves del carro estánen el hotel River

Anteaquel mensaje, creí que era una broma, abrí la puerta del baño, pero no hubonada, después baje a la cocina y tampoco había indicios de ella, eso comenzabaa preocuparme, abrí el closet, y note que no estaba la mayoría de su ropa,después busque su pasaporte y tampoco estaba.

Marquesu número, esperando que me contestará, pero no hubo nada, de hecho me mando albuzón, me vestí lo más rápido que pude, mientras marcaba el número de susamigos más cercanos para que alguien me diera razón de ella.

Bajecorriendo las escaleras y tome las llaves de la camioneta, comenzaba adesesperarme que nadie me contestará, marque el número de Charles, después detodo ellos se había hecho muy amigos seguramente él debía saber donde estaba mi esposa.

- ¿Diga? - supuse que seríaél.

- Charles, habla Emmett -manejaba con dirección al aeropuerto - necesito saber, si Samantha estácontigo.

- ¿Ahora sí te interesa? - seescuchaba molesto.

- Es mi esposa - dije un pococonfundido.

- Anoche, eso no parecióimportarte, mientras entrabas al departamento de Mary - eso no podía sercierto.

- ¿Sam me vio? - salióinconsciente.

- Estaba destrozada - le diun golpe al volante.

- Ahora más que nunca,necesito encontrarla - ¿Cómo había sido tan imbécil?

- Pues aquí no está, y no seha comunicado - fue su respuesta - y espero que pronto, pueda alejarse de ti.

Despuésde decir eso colgó, ella no podía dejarme, me amaba y sabía que esto lo íbamosa superar. Samantha era demasiado noble e iba a saber perdonar mi enorme error,tenía que hacerlo, ella tenía que regresar, no podía dejarme, no sabría quérumbo tomaría mi vida si ella no estaba.

- Vamos, muñeca - aceleré,tenía que detenerla - no puedes dejarme, nos amamos, y esto no puede terminarasí.

Encuanto llegué al aeropuerto, me quede en la camioneta, pues que avión podíatomar, dudaba que fuera a Forks, después de todo tendría que soportar uninterrogatorio y como estaba, lo que desearía sería un poco de tiempo parapoder tranquilizarse. Podría ir a Nueva York con Jacob y Renesmee, o a Oregóncon Tanya, pero creo que a donde más iría sería con Rosalie a Atlanta.

- Idiota - me di un golpemental - California, tiene que ir ahí.

Marqueel número de Billy, él tenía que saber si iba hacía allá, tendría que haberleavisado, espere con paciencia a que contestara.

- ¿Sí? - trate detranquilizarme.

- Hola, Billy - salude, lomás educado que pude - lamento incomodarte, pero tuve que salir de viaje, yacabo de regresar y Sam no está, quería saber si te llamo para mencionarte quete haría una visita o algo por el estilo.

 

- De hecho llamo hace unahora, - sentí alivio - y me dijo que iría unos días a Irlanda, para distraerseun rato, pero me dijo que te lo comunicaría.

- ¿Estás seguro? - podríahaber apostado mi mano, a que iría a California.

- Eso dijo ella - me dijoseriamente - pero si me llama, de que cambio de opinión, yo te lo hará saber.

- Gracias.

Enverdad que Samantha podía llegar a sorprenderme, no podía ser que se hubieraido a Irlanda, necesitábamos aclarar las cosas, pero primero debía estar segurode donde estaba, porque eso que me había dicho Billy no estaba tan seguro,podría jurar que ella se había ido a California, y le había pedido quemintiera.

Lleguea casa realmente frustrado, pues necesitaba hablar con Sam, decirle que lo quehabía hecho era un error, que la amaba y lo que había hecho no volvería apasar, que había sido un imbécil que se había dejado controlar por sushormonas, pero si me perdonaba no iba a volver a pasar nada, porque me iba adedicar en cuerpo y alma a ella, a demostrarle que estaba decidido a no volvera cometer el mismo error.

Solonecesitaba que ella me perdonará, porque sabía que era idiota, pero el dicho de"no sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes" no era completo cierto, pues yosabía lo que tenía en Samantha, pero la había sentido segura, y ahora aquíestaban las consecuencias. Herramientas y Apps IA


Capitulo dedicado a:

alice_cullen28

andrelara

ana_de_cullen22

- No entiendo, porque noquieres hablar con Emmett, pero respetaré tu decisión - en verdad agradeceríalas palabras de Billy, si está no fuera la quinceava vez que me decía lo mismoen los dos meses que llevaba aquí.

- Gracias - susurre.

No hubomás, solo termine con mi desayuno, aunque desde hacía días no me sabía igual,de hecho parecía que estaba comiendo cartón, y creo que eso de que apenastocará la comida le preocupaba a Billy, pero no me pasaba nada.

- Buscaré un departamento -le informe, mientras me levantaba para lavar los platos.

- ¿Ya no te sientes a gustoviviendo aquí? - pregunto un tanto dolido.

- No es eso, - le asegure -pero creo que necesito un poco de privacidad, al igual que tú, y es por eso quelo mejor es que vaya y busque un lugar donde pueda vivir.

- ¿Por qué no la casa de tuspadres? - por un momento había olvidado aquella casa - está en perfectascondiciones, pues le he estado dandomantenimiento cada mes, creo que puedes quedarte ahí, además de que estarías aun lado y podrías venir cuando quieras.

- Me agrada - sonreí levemente- aunque también debo buscar trabajo, pues ya me queda muy poco dinero, y nopuedo mantenerme de aire.

- Hablando de dinero - me giréhacia él con una ceja elevada - creo que es hora, de que tu y Bella, por fin recibanla herencia que les dejaron Charlie y Renee.

- No creo que mi hermana,quiera dejar Forks, por una herencia - comente tallando los platos.

- Entonces arreglaré todo,para darte tu parte y ya después veré lo de Bella - no conteste - supongo quecon eso, podrías empezar con algún negocio.

- Lo único que sé hacer, estocar piano y actuar, y creo que en lo segundo no soy muy buena - repuse roncamente.

 

- Te puedo ayudar a poner unaescuela de actuación y música - comento con una media sonrisa.

- No sé si podría con eso -dije un poco miedosa.

- ¡Claro que sí! - me animo -estoy seguro, de que lo harás muy bien.

- Mejor empezaré dando clasesde piano, ya después veré si me conviene lo de poner una escuela - dije suavemente.

- Como quieras, - me sonrió -yo apoyare todo lo que tu decidas.

- Gracias, Billy - le bese lamejilla, antes de seguir con mi trabajo de lavar platos.

Billysalió de la cocina y cuando termine de lavar los platos y de recoger la cocina,decidí que iría a dar un paseo por la playa, creo que necesitaba un poco dedistracción, pues a pesar del tiempo, no podía sacarme de la mente a EmmettCullen, y a pesar de que ya tenía los papeles del divorcio aun no había podidofirmarlos y por fin mandárselos, para que en cuanto tuvieran su firma poderestar completamente separados.

Y sabíaque era lo que me detenía de firmar los papeles, pero no era algo sencillo, dehecho esto complicaba demasiado las cosas, pues se suponía que yo iba alibrarme por completo de Emmett, pero no había contado con que una última nochejuntos, pudiera traer consecuencias. De hecho jamás me había pasado por lacabeza, que algo así pudiera pasar, después de todo había sufrido tanto tiempo,esperando que esa prueba diera positivo; y ahora que lo hacía, no sabía quepensar.

Eracierto que ya comenzaba a amar aquello que poco a poco, se iba formando ycreciendo dentro de mí, pero el problema, es que quien me había ayudado ahacerlo, en esos momentos estaba del otro lado del mundo y no solo eso, sinoque me había hecho demasiado daño.

- Te busque hace tiempo -pose mi mano en mi vientre - y ahora que estoy desenado olvidar, a tu padre,apareces - me senté en la arena - enserio cariño, que llegas en un momentocomplicado.

Teníaque decirle, que estaba embarazada, y sabía que tenía derecho de conocer a suhijo, pero una cosa era saberlo y una muy diferente a hacerlo, de hecho nadietenía idea de lo que estaba pasando, pues lo del embarazo en esos momentos eraun secreto, no le había dicho a nadie, aunque tenía que hacerlo pronto, pues unembarazo no se podía ocultar por mucho tiempo.

- Hola - ante aquella voz,levante la vista y me encontré a un hombre alto, cabello rubio y ojos azules.

- Vladimir - susurre - ¿Qué hacesaquí?

- Billy, me dijo que habíassalido, y supuse que estarías aquí - se sentó a mi lado.

- Me da miedo, que comience aser un libro abierto, para ti - bromee.

- No lo eres - me aseguro -de hecho, creo que por más que pase tiempo contigo, nunca aprenderé a conocertepor completo.

- Bueno ya sabes, a donde vengo,cuando no estoy en casa de Billy, y solo llevamos un mes conociéndonos - sonreílevemente.

- Eso es sencillo, siempreestás aquí o en el cementerio - clavo su mirada en mí - eres hermosa, ¿te lohan dicho?

- No últimamente - bromee.

- No sé que es de tu pasado, -desvió su vista hacia el mar - y la verdad no me interesa, porque me gusta laSamantha que tengo delante de mí.

- La Samantha que tienesdelante, es la sombra de lo que alguna vez fue - solté un suspiro.

- Entonces déjame ayudarte,para conocer a la otra Samantha - sus ojos se clavaron en los míos - quiero ayudartea salir de ese pozo, en el que estás.

 

- No creo que sea el mejormomento - susurre.

- Tienes que darte otraoportunidad - y antes de que pudiera reaccionar ya me estaba besando.

Vladimirera guapo no lo iba a negar, pero solo llevaba un mes conociéndolo, además aunamaba a Emmett y sobre todo estaba esperando un hijo suyo, no era justo que lediera falsas esperanzas, pero mi corazón dolía y en ese beso sentía alivio y envez de separarlo, rodee su cuello, mi cerebro no estaba funcionando.

Peroantes de que pudiera reaccionar, se separo de mi o mejor dicho alguien loseparo de mí, mis ojos se abrieron al darme cuenta quien estaba delante de mí yestaba por golpear a Vladimir, en ese momento reaccione, y sin pensar, me colguéal brazo de Emmett que era el que iba a estampar contra el rostro de miacompañante.

- ¡No! - exclame, evitandocon todas mis fuerzas, que pudiera soltarle el golpe.

- ¿Qué diablos te pasa? -gruño Vladimir, que ahora parecía también querer golpearlo.

- Me pasa, que estabasbesando a mi esposa - le escupió.

- ¿Esposa? - clavo su vistaen mí.

- Es una larga historia -susurre.

- Debiste haberme dicho, queestabas casada - me espeto.

- Lárgate - la voz de Emmettera bastante ronca.

- Vete - le suplique,mientras seguía sosteniendo a Emmett.

Sindecir una palabra se dio la vuelta, dejándonos solos en la playa, y bueno dondeestaba era un lugar bastante alejado, así que nadie había visto el espectáculo.

- ¿Desde cuándo has estadosaliendo con él? - se zafo de mi brazo de manera brusca.

- No salgo con él - respondí secamente- y aunque lo hiciera, eso es algo que a ti no te importa.

- Eres mi esposa, - gruño -de hecho vengo a tratar de arreglar las cosas, y te encuentro besándote conotro.

- No sé qué te molesta - le espete- después de todo, quien hizo que este matrimonio se fuera a la basura, fuistetú.

- Tenemos que arreglarnuestros problemas, no podemos dejar que este amor muera - me tomo las manos.

- Tú fuiste quien lo asesino -me solté - y no quiero verte, entiéndelo lo nuestro ya fue, y fuiste tú quienhizo que se acabará.

Me dila vuelta, la verdad no quería verlo, pues sentía las lágrimas a punto desalir, pero no le iba a dar el lujo de verme llorar por él.

- Aun me amas - lo escuchegritar - y yo también te amo, y sé que pronto vamos a resolver esto.

Loignoré, pues era cierto que aun lo amaba, pero no estaba segura de poderperdonarle lo que me había hecho.


Vladimir y Samantha

Acabo de subir un nuevo fic, se llama "No hay reglas para el corazón" https://www.potterfics.com/historias/90713

Capitulo dedicado a:

ana_de_cullen22

andrelara

alice_cullen28

Lleguetemprano a la casa de Billy, debo decir que cuando me abrió, no parecía muyfeliz de que estuviera ahí, de hecho creo que estaba un tanto decepcionado. Enese momento estaba sentado en la sala, con la mirada de Billy sobre mí, eracomo estar delante del padre de Sam, esperando a que ella bajara para poderirnos a la fiesta.

- ¿Qué paso? - fue su secapregunta.

- Un mal entendido - no creíaque fuera bueno que, se enterará de la verdadera razón, de la porque me habíadejado.

- Te conozco, y la conozco aella - replico - sé que Sam no se iría por un pequeño mal entendido, y túsueles ser impulsivo, así que necesito saber que fue lo que paso entre ustedes.

 

- No quiero entrometerte enesto - fue mi excusa.

Anteaquello abrió los ojos, y supe que si pudiera caminar en ese momento, meestaría sujetando de la playera, exigiendo una explicación, de lo que ya estabaseguro que ya sabía que había hecho.

- ¿Te atreviste? - gruño, consu silla se alejo de la sala - no puedo creer, que hayas sido capaz de metertecon alguien más.

- No dije que fuera eso loque había pasado - trate de salir por la tangente.

- Mírame y dime que no le fuiste infiel - girosu silla tan rápido, que por poco y choco con él.

Susojos negros se clavaron en los míos, en verdad me daba escalofrío, pues sabíalo que mi esposa significaba para él, además no podía mentirle, había pasadotoda mi infancia jugando con su hijo y porque mentir con él también. Por lo quesimplemente baje la mirada esperando a que llegará el reproche, de lo que habíahecho.

- Buenos días - al escucharaquella voz, levante la vista y vi a Samantha bajar en pijama, y aun así lucíahermosa, a pesar de que se acabará de levantar, la sonrisa que tenía se borró ainstante que se fijo en mí - ¿Qué diablos haces aquí?

- Debemos hablar - repusesuavemente.

- Pensé que ya estaba tododicho, - se cruzo de brazos - pero si no te quedo claro, no quiero verte.

- Sé que cometí un errorimperdonable, - camine hacia la escalera, en donde a ella le faltaban trespeldaños para terminar de bajar - que tampoco hay alguna excusa, que mejustifique de lo que hice, solo puedo decir que te amo, no sé hacer una vidasin ti, y por eso estoy aquí, suplicando porque me des una segunda oportunidad.

- Un poco tarde, - aunque susojos no decían lo mismo, parecía que no tardaba en ponerse a llorar - hecomenzado a rehacer mi vida lejos de ti, y no puedes venir a hacer que midecisión se vaya a la basura, con tu estúpida cara de culpabilidad, no puedes.

- Dime que todo lo quesentiste por mí, se acabo - fije mi vista en sus ojos - y te prometo que me iréy no volveré a molestarte.

- En un mes no puedo olvidar,todo lo que vive contigo, - lo sabía - y comienzo a dudar que algún día lohaga, pero no sé si mi amor sea tan grande como para perdonarte lo que mehiciste.

- Dime qué quieres que haga,para que me perdones y lo haré sin pensarlo - le asegure - no me importa sitengo que humillarme, estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, para que regresesconmigo.

- No voy a regresar aLondres, - se veía seria - así que si quieres regresar, debes olvidarte deseguir una vida allá.

- Renuncie hace una semana, -eleve los hombros - así que si quieres vivir aquí no hay problema.

- Debes volver a enamorarme -me espeto - será como antes, si quieres que esto funcione, debes hacerme verporque me case contigo, porque en estos momentos comienzo a olvidar que fue loque vi en ti.

- Muy bien - acepte con unaleve sonrisa, no creía que fuera tan complicado.

- Quiero que vendas la casade Londres - replico - porque solo así, estaré segura de que jamás regresarás,y sobre todo no quiero saber que tuviste contacto alguno con Mary, porque si mellego a enterar, te prometo que no vas a volver a verme.

- Es un hecho - en verdad nopodía creer, que en verdad me estuviera dando una segunda oportunidad, tansencillo.

 

- Ahora quiero desayunar -fue su sencilla respuesta.

- ¿Puedo acompañarte? -pregunte amablemente y como respuesta recibí, un levantamiento de hombros.

Pasopor mi lado, y se dirigió a la cocina, antes de que la siguiera, el brazo deBilly me detuvo.

- Me llego a enterar, de quela hiciste llorar una vez más - su mirada me decía que no estaba bromeando - yte prometo que haré que pases unos días en una celda.

- No te preocupes, - sonreíde lado - no voy a desaprovechar la oportunidad, de volver con mi esposa.

Nohubo ninguna respuesta, aunque su mirada me decía que si había algún otroproblema, lo más probable es que no la pasará muy bien, pero no era tan imbécilcomo para volver a pasar por lo mismo.

Encuanto llegue a la cocina, ella estaba frente a la estufa y parecía prepararwaffles, casi enseguida de que nos sentamos, coloco una taza enfrente de cadauno, y después puso el café en la taza, y sin más volvió su concentración en sutarea culinaria.

- ¿Quieres que te ayude? -pregunte suavemente.

- Corta un poco de papaya,melón y manzana - me pidió - y colócala, en esos tres platos.

Dejeun beso en su mejilla, antes de hacer lo que me había pedido, ella rodo losojos como siempre, que preparábamos el desayuno, y según ella, siempre laultrajaba, pero que podía hacer si esa mujer me volvía loco.

- ¿Te he dicho, que te veshermosa, cuando cocinas? - le dije, mientras ella colocaba un poco de la mezclaen un sartén, para hacer hot cackes.

- Siempre - sonrió levemente.

- Pues no puedo ocultarlo -eleve los hombros, mientras seguía cortando la fruta.

- No va a hacer tan sencillo- me espeto.

Sabíaque Samantha iba a terminar perdonándome, conocía el enorme corazón que tenía,aunque la felicidad de pasar un raro con ella no duro mucho, pues cuando llevelos platos al comedor, el idiota que besaba a mi esposa el día anterior, estabaahí.

- Vladimir, él es Emmett -nos presentó Billy - Emmett, él es Vladimir.

- Ya tengo el disgusto deconocerlo - dijo con repudio.

- Emmett - escuche en lacocina, y con una sonrisa de suficiencia me di la vuelta, para ver quenecesitaba.

- ¿Qué pasa preciosa? - pregunte.

- ¿Puedes llevar estos dosplatos? - me los entrego.

Nodije nada, solo la deje pasar con el plato, y yo salí detrás de ella, ante lamirada de Vladimir, supe que más que enojado con ella estaba decepcionado, y sesentía dolido por lo que había pasado.

- Veo que escondiste muchascosas - le reprocho.

- Lamento mucho, si te hicecrear falsas ilusiones, - se disculpo - y más haberte ocultado mi matrimonio.

- No importa, - su voz fueronca - fue mi culpa, por creerte diferente.

- Es diferente - le espete -no vas a encontrar una chica como ella muy pronto.

- Por favor - pidió Billy alver que iba a replica - Vladimir, es mejor que te vayas.

Y sindecir una palabra se dio media vuelta y salió de la casa, mientras Sam se dejocaer en una silla, quise abrazarla, pero sabía que si lo hacía lo único que ibaa recibir sería rechazo.

- Y también que tú te vayas -repuso Billy.

Sabíaque tenía razón, así que simplemente salí de la casa, esperando que todo lo quehabía pasado, se le olvidará pronto, después de todo yo no pensaba dejar deluchar por ella.


Capitulo dedicado a:

SamVulturiHale

 

andrelara

ana_de_cullen22

alice_cullen28

Observela casa donde había pasado toda mi infancia, aquellos colores me recordabantanto a los momentos que había pasado en esa casa, necesitaba cambiar loscolores, eso sería lo primero que haría, pues creo que el rosa no me gustabamucho, tal vez un beige o un café vendría mejor.

Tambiénquitaría los muebles, pues en verdad deseaba empezar una nueva vida, sinrecuerdos de mis padres, aunque no me creía capaz ni de venderlos, ni muchomenos de tirarlos, tendría que hacer una bodega con aquellos recuerdos, quehabían sido tan importantes para mí.

Subílas escaleras, observando cada habitación, recordando todas las estupideces quehabía hecho ahí, mi recamara seguía como lo recordaba, entre fijando mi vistaen un cuadro, en donde estaba una fotografía donde estaba con snowy, era miperro, aquel que había sufrido tener que darlo en adopción, pues resulto que noera bueno para el asma de mamá, así que tuvimos que darlo a otra familia.

Yesa foto que estaba frente a la cama, era lo único que me había quedado pararecordar a aquel perro, con el cual había convivido durante dos años, pero mimamá, no pudo seguir ocultando sus crisis. Recorrí la habitación y vi que en elburo había un álbum de fotos, hacía años que no veía mi infancia tan nítidacomo en ese momento.

¿Cómoiba a quitar todo eso de aquella casa? Era como dejar ir a mis padres y laverdad no lo deseaba, creo que lo mejor era buscar un departamento, y dejar esacasa como estaba, tal vez la familia Cullen les gustaría venir de vacaciones ypodrían quedarse ahí, claro sin mover nada de lo que había ahí.

- ¿Puedo pasar? - giré lacabeza, y Emmett estaba delante de mí, simplemente asentí - supongo que es turecamara.

- Aquí pase quince años de mivida, - respondí suavemente - siempre que me sentía mal, este era mi refugio,claro después mamá, venía a ofrecerme galletas.

- Sé que es complicado, - sesentó a mi lado - pero tus padres siempre van a vivir en tu corazón.

- Quiero mantener la casacomo hasta ahora, - susurre - Billy me ofreció que viviera aquí, pero no quierocambiar nada de esto.

- ¿En verdad quieres quedarteen California? - pregunto tomando mi mano.

- Quiero que mi
s hijos,crezcan donde yo lo hice - por un momento estuve a punto de cometer un error,aunque ya debería decirle, porque estaba dispuesta a darle una segundaoportunidad.

- ¿Entonces no importa lo queyo quiera? - tenía una ceja elevada.

- ¿Qué es lo que quieres? -clave mi mirada en él.

- Tener hijos contigo, - anteaquello no evite sonreír, por su tontería - que corran por todo el jardín,mientras tú y yo los observamos por la ventana.

- ¿Por qué? - clave mi miradaen él - explícame porque engañarme.

Ensus ojos se veía el arrepentimiento, pero necesitaba entender, porque se habíaido a revolcar con Mary.

- ¿No me amas? - que me dierauna respuesta así, haría que mi vida de por sí ya un infierno lo fuera aun más.

- Si no te amará, no habríavenido a buscarte, - tomo mi rostro entre sus manos - aunque debo confesarte,que me sentí solo, pues tu siempre estabas en la obra, parecía que yo no teinteresaba, y entonces llego ella, y se mostró interesada en mí - sentí misojos picar - creí poder olvidarte, de hecho pensé que ya no te amaba, pero encuanto te supe perdida, mi vida no se vio igual, la casa se sentía sola, micorazón pedía a gritos por tu presencia.

 

- ¿Por qué no hablasteconmigo, sobre eso? - acaricio mi mejilla.

- Lo intenté, pero no teníastiempo, - dejo un beso en mi frente - y después vino a complicar más, lo delaborto; con eso te alejaste más de mí, ni siquiera me dejabas ayudarte con tudolor, de hecho ni siquiera parecías darte cuenta, que yo también sufría, perome dolía más verte a ti, tan desesperada, y sobre todo, que parecías sentirtesola, pero no me dejabas ayudarte con nada.

- No quería hacerte parte, demi desesperación, - susurre - de que fueras parte de mi infierno, de no podervolver a embarazarme, no quería que supieras la frustración que vivía mes trasmes, al ver llegar mi período o que esa prueba diera negativo, - sentí laslágrimas comenzar a bajar por mis mejillas - no quería que vieras mi parteobsesiva, y que con eso poco a poco dejarás de amarme.

- Muñeca, para que te dejaráde amar, sería necesario que me arrancarán el corazón, - unió nuestras frentes- además somos un matrimonio, tenemos que estar unidos en todo, y yo hubieratratado de ayudarte con eso, y tal vez con solo hablarlo, habría sido menor elpeso de todo lo que cargabas.

- Me equivoque, - cerré losojos disfrutando de su cercanía - y lamento haberte dejado tanto tiempo solo yno hacerte parte de mi vida, pero eso no va a volver a pasar.

- Perdóname, - llevo unmechón de mi cabello detrás de mi oreja - por no saber amarte, pero debesentender que jamás amaré a alguien como te amo a ti, tú eres el amor de mivida, lo supe desde la primera vez que te vi, cuando tus ojos azules seclavaron en mí, supe que no habría nadie más en mi vida. De hecho cuandohicimos el amor, fue como si también hubiera sido mi primera vez, pues conninguna otra, me sentí tan vulnerable y a la vez tan indestructible, solo porti hubiera sido capaz de matar, pero también eres mi mayor debilidad.

- Fue amor a primera vista, -sonreí levemente - jamás me había enamorado, hasta que te conocí, de hechonadie me ha besado como tú, además no podría soportar que otro hombre, seatreviera a tocarme, de solo imaginar a alguien más ocupando tu lugar, nopuedo.

- Entonces déjamedemostrarte, que he cambiado, - me beso castamente - formemos esa familia quetanto soñamos, volvamos a ser un matrimonio - llevo una de sus manos, a lasbolsas de su pantalón - llenemos nuestra nueva casa, con nuestros hijos - ycoloco en mis manos unas llaves.

- ¿Enserio? - de nuevo misojos se llenaron de lágrimas.

- Yo haré mi vida, en dondetu estés - esta vez yo lo besé.

Elbeso poco a poco se hizo profundo, sus manos bajaron a mi cintura, mientras misdedos se enredaron en su cabello, nadie me había besado como él, solo con suslabios podía olvidarme de todo, de cualquier problema que tuviera.

- ¿Nunca quisiste hacerlo entu recamara? - ante su sonrisa, estuve a punto de caer.

- Ni siquiera hemos tenidonuestra primera cita, - me solté de su agarre - debe esforzarse más señorCullen.

- Pensé que con la casa,sería más sencillo - soltó un suspiro de resignación.

- Te costará más trabajo, quela primera vez - sonreí débilmente, antes de salir de la recamara.

- Eso es injusto - se quejo -la primera vez, tuve que esperar dos años, para poder hacerte el amor.

 

- Entonces ahora seráncuatro, - mi sonrisa se ensancho - además quiero ver la casa.

- Dime que solo serán días -me pidió, mientras me abrazaba por atrás y dejaba un beso en mi mejillas, neguésuavemente - ¿semanas? - de nuevo volví a negar - por favor que solo seanmeses.

- Todo dependerá, de cuál seatu actitud, - me deshice de su abrazo, solo tomando su mano - pero ahora quieroconocer la casa.

No sequejo, simplemente camino a mi lado, claro sin soltar mi mano, creo que estematrimonio, iba por un buen camino, al menos esta vez no iba a cometer el mismoerror, que la primera vez.


Espero que les guste el capitulo y espero que tengan una:
Feliz Navidad
Capitulo dedicado a:
andrelara

Encuanto le mostré la casa, fue como si le hubiera dado el juguete favorito a unaniña, corrió por toda la casa, revisando cada rincón, con una sonrisa que adecir verdad me llenaba por completo, no había nada mejor que verla feliz, erarealmente lindo, verla así.

- Es perfecta - dijo, encuanto llego a una recamara que estaba justo al lado de la principal, además deque se comunicaban por una puerta, a parte de las del pasillo.

- Creo que aquí, debe ser lahabitación, de nuestros hijos, claro cuando sean bebés - comente connaturalidad - pero mientras eso pasa, podemos usarlo como estudio o sala detelevisión, o lo que tú te hayas imaginado.

No huborespuesta, aunque algo me decía que me estaba ocultando algo, pero ya me lodiría o al menos eso esperaba, bajo al jardín, había un enorme árbol en medio,la observe desde la cocina, imaginado como sería aquello, cuando nuestros hijosjugarán ahí; Sam se recostó en el césped y fijo su vista en el cielo.

Enserioestaba fascinada con esa casa, y a mí me encantaba verla tan sonriente, eracomo volver a tener aquella adolescente de dieciséis años, que había llegado acasa, que a pesar de la muerte de sus padres, seguía siendo una guerrera, nohabía duda, que tenía una fortaleza que admiraba.

Estabaa punto de salir, pero mi teléfono sonó, así que sin despegar mi vista de ella,sin observar el número conteste.

- Hasta que te dignas a tomarla llamada - esa voz era de Rosalie - les he marcado a ti, y a Sam, pero pareceque ninguno se digna a contestarme.

- Hemos estado ocupados -respondí con tranquilidad.

- Recuerdas que nuestrospadres, cumplen años de casados en un mes, - no dije nada, esperé a quecontinuara - y bueno Alice y yo hemos estado planeando, ir una semana antes deque sea Navidad, para pasar más tiempo con ellos, después de todo hace muchoque no nos reunimos.

- Había olvidado Navidad -susurre.

- Más les vale que vayan,después de todo el año pasado no vinieron - me reprocho - y se supone que esasfechas, es para estar con la familia.

- ¿Cuándo llegarán ustedes? -pregunte con amabilidad.

- Stefan le dan la semana del31, así que pedirá una más, yo creo que llegamos a Forks el 17 - contesto.

- Sam y yo estamosdesempleados, así que supongo que podemos irnos la próxima semana - estabaseguro, que le agradaría convivir con su hermana.

- ¿Por qué estándesempleados? - supuse que había arrugado la nariz.

- Decidimos venir a vivir aCalifornia - respondí con tranquilidad.

- ¿Cuándo diablos pensabandecirme? - había olvidado lo aprensiva que era la señorita.

 

- Llegamos hace una semana -mentí - y no hemos tenido tiempo, para llamarte.

- Quiero hablar con Samantha- ordeno.

- Ahora está ocupada - laverdad no deseaba incomodarla, con la llamada de Rosalie.

- Muy bien - acepto concierta molestia - dile que quiero hablar con ella.

- Le diré - le asegure - peroahora te dejo, debo hacer algunas cosas.

- Nos vemos - se despidió.

- Cuídate y salúdame a Stefan- dije antes de colgar.

Encuanto lo hice, salí al jardín, en donde Sam no se había movido, seguíacontemplando las nubes.

- Acabo de hablar con Rose -le informe.

- ¿Qué quería? - se incorporoy clavo su mirada en mí.

- Avisarme del aniversario deCarlisle y Esme, - me recargue en la puerta - y sobre todo, para advertirnosque no podemos faltar a la cena de Navidad.

- Había olvidado que suaniversario es el 22, - soltó un suspiro - pero supongo, que merecen que lapasemos juntos, después de todo hace tres años, faltaron Alice y Jasper, hacedos Edward y Bella que decidieron irse de vacaciones, y hace uno tu y yo noasistimos.

- Sí creo que merecen queesta vez estemos todos reunidos - comente serenamente.

- ¿Cuándo nos iremos? -pregunto, incorporándose.

- Pensé que estaría bien lapróxima semana - eleve los hombros.

- ¿No piensas buscar trabajo?- elevo una ceja.

- Puedo estar durante un añosin trabajar, y seguir como siempre - le sonreí de lado - además un mes, devacaciones me vendría bien.

- Ok - acepto, no muyconvencida.

- Confía en mí, - la tome delas manos - estaremos bien.

- Hay algo que tengo que decirte - susurro, y bajo la mirada.

- ¿Debo preocuparme? - letome el mentón, para que me viera.

- No lo sé, - admitió - debodecir que a mí me cambio la vida.

- En verdad muñeca, comienzasa asustarme - le reproche.

- Si te di una segundaoportunidad, no fue tanto por mí, - ante aquello arrugue la nariz - y no esporque no te ame, porque lo hago y mucho, pero si me estoy arriesgando a quetal vez me hagas daño, es por alguien que es muy importante.

- Por favor - le pedí, al verque de nuevo se quedaba callada - vas a hacer que me dé un ataque.

- Después de haberloesperado, durante seis meses, - su voz fue baja - sé que en sí no fue mucho,pero a pesar de haberlo deseado tanto, cuando decido separarme de ti. Una partetuya decidió quedarse en mí.

- No entiendo - me sentíanervioso.

- Hace un mes, descubrí queestoy embarazada - anta aquello, abrí la boca tratando de decir algo, pero lavolví a cerrar, al ver que no había nada - estaba decidida a olvidarte, perocomenzaron las nauseas, y después la desaparición de mi periodo, y claro lo deno gustarme nada de la comida, aunque me haya enamorado de las donas, cuandohace un mes las detestaba, creo que ahora es lo único que puedo comer sin tenerganas de vomitar - posó su mano en mi mejilla - creo que va a ser adicto aellas, como tú.

Queríaabrazarla, y decirle que me hacía feliz, que esperábamos a nuestro primer hijo,pero mi cerebro no parecía estar conectado, con ninguna parte de mi cuerpo,simplemente me había congelado, sin decir una palabra, de hecho creo que mirostro debía mostrar terror, ya que sus ojos se comenzaron a llenar delágrimas.

- Sé que no lo esperabas - suvoz era temblorosa - de hecho, si no te alegra, está bien, de hecho si quierespuedes arrepentirte de lo que me prometiste hace un rato, no tienes por

 

Sinpensarlo la silencie con un beso, pues había sido lo único que había logradoque mi cuerpo hiciera, ella no lo respondió, de hecho sentí su tensión, por loque supuse que eso no era lo que esperaba como respuesta.

- Muñeca, - tome su rostroentre mis manos - estoy tan feliz, que no encuentro las palabras
Y esto en vezde hacer que me aleje, hará que este mucho más cerca de ti - la tome de lacintura y comencé a dar vueltas con ella - me has hecho el hombre más feliz.

Ellasolo rió, y a mí me pareció lo más perfecto que había escuchado, sabía queamaba a esa mujer, y ahora me iba a dar un hijo, no podía pedir más en estavida, mientras la mantuviera a mi lado, nada podía salir mal, porque ella erami fortaleza, y estaba seguro de que la quería por siempre a mi lado.


Rosalie Hale

Capitulo dedicado a:

alice_culen28

ana_de_cullen22

Elviaje hacia Forks, fue un martirio, pues casi todo el viaje me la pase en elbaño del avión, pues no podía quitarme las náuseas, además de que habíavomitado todo el desayuno, y bueno lo que nos habían dado en el avión, eramejor ni recordar, porque por eso fue que había tenido que correr al baño.

- ¿Estás bien? - preguntoEmmett, cuando salí del baño del aeropuerto.

- Solo estoy embarazada, - leespete - pero por lo demás estoy bien.

Pasepor su lado, porque en ese momento odiaba, todos los síntomas del embarazo ymás al saber, que él era el culpable de mi estado, enserio deseaba, que fueraél, que pasara por todo esto, pero claro él solo había dejado su semilla, y la quetenía que sufrir todos los cambios era yo.

Tuvoque alquilar un auto, para poder llegar a Forks, que sería una hora de camino,y yo lo único que deseaba en ese momento era estar en cama y poder olvidarmedel horrible viaje.

Elviaje comenzó en silencio, cosa que en verdad agradecía, pues necesitabatranquilidad, y ver el paisaje me ayudaba a controlar mi humor, que también seveía afectado por las hormonas.

- Sé que los cambios, debenser horribles, - susurro, como tratando de no molestarme - y lamento que estéspasando por todo esto.

- Lo sé, - solté un suspiro -y tal vez sean desesperante para ti mis cambios de humor, pero espero que meentiendas, esto no es sencillo.

- Te amo, - me aseguro - ysoportare todo lo que conlleve este embarazo, - tomo mi mano - porque entiendo,que quien lleva la peor parte, eres tú.

Simplementesonreí, en verdad que era increíble, a pesar de todo, siempre lograbasorprenderme y hacerlo que lo amara más, y eso en cierta forma me molestaba,pues una parte de mí aún seguía muy clara la infidelidad, pero otra, no leinteresaba, lo único que le importaba es que él seguía a mi lado.

Despuésde eso, comenzó con sus malos chistes, haciendo que el resto de mi mal humor sedesvanecería; era mágico lo que podía hacer conmigo, creo que estabacompletamente en sus manos, y ya no había marcha atrás.

Elviaje se me hizo tan corto, que apenas sentí la hora en el carro, en esemomento ya veía la casa de los Cullen, estaciono el auto, y después me ayudo abajar, él se hizo cargo de las maletas, mientras yo caminaba a la puerta, parapoder llamar, y por fin ver a mi familia.

 

- Sam - esa voz fue de Esme -que gusto, tenerte aquí - abrazarla, era como tener una parte de mamá.

- No tienes idea, de lo muchoque los eche de menos - y con los sentimientos a flor de piel, como los tenía,no tarde en comenzar a llorar.

- Y nosotros a ti, cielo - mebeso la frente, mientras me dejaba pasar.

- ¿Por qué tanto alboroto? -ante la voz de mi cuñado, me lance a abrazarlo, no podía creer que lo habíaextrañado tanto - ¡Sam! - y sin más me levanto del suelo - no puedo creer, queesté viendo de nuevo a mi pequeña hermanita.

Simplementereí, pues estar con él, era como volver a tener dieciséis años, y no losveintidós o casi veintitrés que tenía, con Edward volvía a sentirme esaadolescente, que pasaba las horas frente al piano junto con él, escribiendonuevas canciones.

- Yo también tengo derecho asaludar a mi hermana - ante la voz de Bella, en cuanto Ed me dejo en el suelo,corrí hacia ella.

- No sabes lo feliz, queestoy, de estar de nuevo aquí - me separe un momento de ella, pero de nuevo lavolví a abrazar - estás hermosa.

- No más que tú - me aseguro- no cabe duda, que el matrimonio con el musculoso, te sentó bien.

- Es mi mayor tesoro - sentíel brazo de Emmett en mi cintura - es obvio, que la cuide, como la luz de misojos.

- Por tu bien, - lo miroseriamente - porque si llego a ver una lágrima de mi hermana, por tu culpa, teva a ir mal.

- ¿Dónde está mi sobrinafavorita? - pregunte, para cambiar el tema.

- Soy tu única sobrina - anteaquella voz.

- ¡Dios! - exclame - estásenorme, no puedo creer, que el tiempo pase tan rápido.

Laabrace con fuerza, aunque tuve que hincarme, para poder quedar a su altura, nohabía duda, de que Renesmee había crecido demasiado, pues al menos se habíaestirado unos cinco centímetros.

- ¡Tía! - me reprocho - measfixias.

- Lo siento - me disculpe -pero tiene mucho que no te veo.

- ¿Y para mí no hay nada? -cuestiono Emmett que se había colocado detrás de nosotras.

Seseparó de mí y se abrazó a mi marido, que la alzo en brazos, ella comenzó areír, clave mi mirada en ellos, en verdad me encantaba verlo con Nessie, puescon eso me daba cuenta que sería un gran padre.

- Creo que le vendría bien unhijo - comento Edward a mi lado.

- Pero no ahora, - intervinomi hermana - puede esperar, aún es demasiado joven.

- Tengo cuatro años más quetú al tener a Ness - repuse con cierta molestia.

- Sí - acepto - pero sé que túamas tu carrera, por lo que un bebé ahora, no sería la mejor opción.

- Eso será nuestra decisión -fue mi respuesta.

- Lo sé - elevo los hombros -solo te estoy dando una opinión.

- La tomare en cuenta -susurre.

Puesya habíamos quedado que en Navidad, les daríamos la noticia, por lo que ahorafingiríamos que no había un bebé en camino, al igual que no hablaríamos de lainfidelidad de mi marido, actuaríamos como si nada hubiera pasado, pues nodeseaba que nadie me dijera, que era una tonta por aceptar darle una segundaoportunidad.

Ya teníabastante, conmigo que aún seguía reprochándome lo fácil, que había aceptadodarle una segunda oportunidad, como para escuchar al resto darme opiniones, noquería que nadie lo supiera, por lo que mantendríamos el secreto.

- Te notas cansada - comento Esme.

 

- No ha tenido un muy buenviaje - repuso Emmett.

- Entonces, sube a dormir -eso sonó más a orden de mi hermana.

- No tengo dos años - me molestabaque me tratara como niña.

- Muñeca - susurro mi marido -es mejor que subas a dormir, es lo mejor, para el bebé - eso lo dijo a mi oído,para que nadie escuchará.

- Muy bien, - odiaba quesupiera mis puntos débiles - creo que no me hará mal, dormir un poco.

- Cuando este la comida, tedespertaré - me sonrió Esme - después de todo, tienes que alimentarte.

No respondí,simplemente subí las escaleras, en verdad estaba agotada, creo que ese embarazoiba a ser realmente agotador, pero estaba feliz, de que un bebé estuvieracreciendo en mí, y más saber que tenía una parte de Emmett y otra parte de mía.

- Te amo - susurre,acariciando mi vientre.

En verdadque ya lo amaba y lo iba a proteger de todo, era lo más importante que tenía, yno iba a dejar que nadie lo tocará, daría mi vida por defender aquellapersonita, que crecía dentro de mí.


Esme Cullen

Capitulo dedicado a:

ana_de_cullen22

Mariana11

- Tengo que decirlo - comentoBella - estás loco.

- Quizá, - acepté, mientrascolocaba la carpa, con la ayuda de Edward - pero la causante es tu hermana.

- Es un efecto común, en laspersonas que están a su alrededor - elevo los hombros.

- Está familia está loca -repuso Edward con tranquilidad.

- Yo digo que es algoromántico - aseguro Alice, que había llegado la noche anterior - y no puedocreer, que Emmett Cullen, ame tanto a su esposa, que esté haciendo esto.

- Samantha es lo másimportante de mi vida - asegure, dando unos pasos atrás para ver cómo habíaquedado.

- Mi hermana, le va aencantar - Bella sonría abiertamente.

- Eso espero - susurre.

- Creo que es hora de que tearregles - me ordeno mi hermana - Sam, ya debe estar preparándose, y no puedeshacerla esperar.

Noconteste, solo camine hacia la casa, mientras el resto terminaba de arreglar,tenía que salir perfecto, Sam debía saber que seguía amándola, y que haríahasta lo imposible, por demostrarle, que seguía siendo la mujer más importanteen mi vida.

Encuanto llegué a la casa de mis padres, cuando quise usar el baño, la escuchecantar, hacia tanto tiempo que no lo hacía, creo que la llegada del nuevomiembro en nuestra familia, la llenaba de alegría, y eso me hacía feliz a mí,pues amaba a esa mujer y si ella sonreía, me daba por bien servido.

Caminea la habitación de Carlisle y Esme, para usar su baño, ya que debería estarlisto, para la cena que le había preparado. Me duche lo más rápido que pude, encuanto salí, en la cama de mis padres estaba mi ropa, supuse que en la otrahabitación estaba ella.

Yseguramente Alice la estaba obligando a ponerse el vestido, que le habíacomprado, y también sacando sus mejores cartas de la manga, para hacerla salir,ya después se encargarían Edward y Bella, pero yo debía estar esperándola.

Salíde la casa, para llegar al lugar en donde estaría su sorpresa, solo esperabaque no lloviera, porque se vería arruinada mi sorpresa. Observe el lugar,viendo que todo estuviera bien, solo acomode la rosa que había en el lugar queella iba a ocupar, tal vez era demasiado de película, pero deseaba que fueraperfecto.

 

- ¿Emmett? - parecíaconfundida.

- ¿Esperabas a alguien más? -me giré hacia ella, lucía hermosa con aquel vestido gris, que le llegaba unoscinco dedos debajo de la rodilla, aunque la gabardina apenas si lo mostraba, dehecho solo se veía, porque la llevaba abierta.

- ¿Qué es esto? - pregunto,caminando hacia mí.

- Es una de las tantas cosasque haré, para que vuelvas a confiar en mí - tome su mano ya guíe hacia ellugar con la rosa.

Ellala tomo mientras, yo recorría la silla para que se sentará, antes de sentarme,camine hacia una pequeña cesta, en donde había puesto la comida, le serví unpoco de ensalada, que había hecho con ayuda de Alice y Bella.

- Espero te guste - comente,mientras la dejaba frente a ella.

- Gracias - susurro.

Me sentéfrente a ella, ambos nos quedamos en silencio, simplemente comiendo, la vihacer caras al comer la ensalada, sin evitarlo me eche a reír.

- No es gracioso - replico,mandándome una mirada asesina.

- Si no te gusta, hay máscosas - repuse suavemente.

- Esté bebé, parece nogustarle mucho las comidas saludables, - jugo un poco con la ensalada - pero sile cumplo todos los caprichos de comida, voy a terminar como una vaca.

- Veo que ya comienzas ahacerle ver, quien manda - de nuevo me miró de forma fría.

- Quisiera que tú tuvierasque soportar, sus gustos por las donas, y el azúcar - replico.

- Sé que debe ser horrible,pero hare lo que sea, para que mis dos amores, estén perfectos - ante aquelloella rodó los ojos - lo digo enserio, quiero que estés perfectamente.

Nocontesto, simplemente se llevo un poco de ensalada a la boca, en verdad parecíaque no era de su agrado, pero no dejo de comer, sonreí pues no importaba lo malque le supiera, con tal de hacerle saber al bebé quien era quien mandaba.

Apesar de lo obstinada que era, no podía negar lo mucho que la amaba, y todo loque haría con tal de que ella entendiera, que era mi vida y jamás habría nadiea quien amara más que a ella. Comieron en silencio, de hecho la hora delpostre, Esme le había preparado pastel de chocolate.

Encuanto lo puse en su plato, su mirada brillo, en ocasiones podía ser peor queuna niña, pero me encantaban sus reacciones, devoro su pedazo en un abrir ycerrar de ojos, solo conmigo y su hermana era capaz de dejar los modales

- Estás hermosa - repuse tomandosu mano.

- Lamento que tengas quesoportar, mis cambios de humor - comento con una media sonrisa - pero escomplicado para mí, de hecho muchas veces ni siquiera yo misma me soportó.

- No hay forma en que tú note veas hermosa, - me hinque a su lado y tome su mano - y voy soportar todo,porque te amo.

- Estás haciendo un grandiosotrabajo, para que te perdone por completo - sonrió de lado.

- Las noches suelen serfrías, y más en Forks - ante aquello, recibí un ligero empujón.

- Aun no es suficiente, - posósu mano en mi mejilla - pero cada vez te vas acercando más, y me da miedo.

- No voy a volver a hacertedaño, - le asegure - antes me mato, no voy a volver a dejar que esos hermososojos vuelvan a llenarse de lágrimas.

- ¿Por qué me haces tancomplicado el mantenerme alejada de ti? - se hinco frente a mí.

- Estamos destinados a estarjuntos - lleve un mechón de cabello detrás de su oreja - no voy a volver alastimarte.

- Si llegas a volver a hacerlo,no sé que haría - tomo mi rostro entre sus manos - de hecho cuando te vi entrarcon ella a su edificio, fue como si una parte de mi hubiera muerto, y te heperdonado, pero no sé si la confianza regrese.

 

- Lo sé, - sonreí de maneraamarga - pero no habrá día, que no intenté reconstruir lo que yo mismo destruí.

Sonriósuavemente, y me beso castamente, después se levanto y me extendió la mano paraque yo hiciera lo mismo.

- Gracias, por la comida-cena- dijo tranquilamente.

- Mereces lo mejor - le aseguretomando su mano - ¿me permite esta pieza, señorita?

- No hay música - elevo unaceja.

- El sonido de la Naturaleza,es la música que necesitamos, - y ante aquello se soltó una enorme lluvia -como la primera vez que te vi.

- Esta vez, no echare acorrer - prometió, mientras colocaba sus brazos alrededor de mi cuello.

- No dejare que lo hagas -posé mis manos en su cintura, mientras comenzábamos a movernos a un ritmoimaginario - te amo, y eso nunca va a cambiar.

- Yo también te amo - fue surespuesta.

Recargosu cabeza en mi pecho, y yo coloque mi barbilla en su coronilla, y seguimosbailando, sin importar el sonido de la lluvia, en ese momento lo único que meinteresaba era estar con ella.


Alice y Jasper

Capitulo dedicado a:

Mariana11

ana_de_cullen22

Abrílos ojos al escuchar el ruido de la puerta al cerrarse, aunque los volví acerrar, estaba agotada, en los últimos días apenas si había podido dormir, asíque lo único que deseaba era estar unos minutos más en la cama y en los brazosde Morfeo.

- Muñeca - susurro Emmett -te traje un poco de fruta, jugo y huevo.

- No tengo hambre - nisiquiera lo miré.

- Ya son más de las once dela mañana - le reprocho - ya tienes que despertar, de hecho Bella no tarda envenir, a levantarte, para que ayudes con la cena de Navidad.

No mequedo más que abrir los ojos y desperezarme, pues conociendo a mi hermana comolo hacía, no me iba a levantar de buena manera, como lo había hecho mi marido,por lo que lo mejor era desayunar y cambiarme, para ayudar con los preparativosde esa noche.

Emmettcolocó frente a mí la bandeja con el desayuno, nada de lo que estaba ahí, se meantojaba, pero era una comida saludable, y sabía que era lo mejor para los dos,comencé a comer, sin sentir ningún sabor, enserio era molesto que la comida notuviera sabor, a excepción de lo dulce.

Cuandotermine de desayunar, me puse un pants, y una sudadera, pues en Forks enseriohacía demasiado frío, baje a la cocina, en donde Bella, Alice y Esmeconversaban, aun no parecían muy preocupadas por comenzar a preparar la cena.

- Hola - salude.

- Hasta que despiertas - fue elsaludo de mi hermana.

- Buenos días - esa fue Esme -¿Qué tal dormiste?

- Bien, gracias - me senté allado de Alice - ¿Qué vamos a preparar de cenar?

- Lo de siempre - contesto Esme- el pavo, un poco de bacalao, y pierna.

- Al igual que la ensalada demanzana - comento Allie.

- Suena bien - sonreí levemente- y ¿los hombres?

- Fueron por leña, ya conocesa Carlisle con ese de la chimenea, es necesario que sea él mismo quien la corte- repuso - y los chicos no les quedo más que acompañarlo.

- ¿Y Rose? - pregunte al nover a la rubia.

- Cerraron los aeropuertos -dijo Alice - así que vienen por tierra, y según lo que dijo es que llegaban alas seis o esperaban que antes, pero que aquí estarían para la cena.

 

No preguntemás, pues en ese momento Esme dijo que era momento de comenzar con lospreparativos de la cena, y eso hicimos. Estuvimos más de cuatro horas esperandoque todo estuviera listo, porque además de la cena a Esme se le ocurrió hacerun paste, para celebrar su aniversario, que había sido dos días atrás.

Comoa eso de las cuatro, Alice se fue a arreglar, a los veinte minutos huyo Bella,mientras yo lavaba lo que ya no estábamos usando y Esme limpiaba la cocina,cuando termine mi labor, yo también subí a ducharme y a arreglarme.

Cuandollegue a la habitación, me encontré a Emmett solo en ropa interior, no es quefuera la primera vez que lo viera así, pero en ese momento me resulto tanirresistible, la parte de mi cerebro que decía que no debía caer tan fácil, enese momento cada vez era más débil.

Su espaldaera perfecta, al igual que su trasero, que en ese momento me estaba dando unavista maravillosa, sentí mi boca seca al verlo tan ajeno a lo que mi menteplaneaba. No pude controlarlo más, sin pensar pase mis manos por su cintura ybesé su espalda.

- Ya no puedo - susurre,dejando mis labios pegados a su espalda - te necesito.

- ¿Ahora? - escuche ciertaburla en su voz.

- Sí - mordí ligeramente supiel, y él soltó un gruñido.

- Samantha - su voz sonóronca, se giro a mí - se supone, que debemos alistarnos para la cena.

- Lo sé - acepté, comenzandoa delinear con un dedo su pecho - pero te necesito - hice un ligero puchero.

- Eso es bajo - me reprocho.

- Emmett - besé su barbilla -tú también quieres.

Y como si eso fuera lo que necesitara escuchar,me beso con desesperación, pero eran los besos que más me gustaban de él, pocoa poco comenzó a quitarme la ropa, para quedar de la misma forma que él, soloen ropa interior.

Pocoa poco la habitación se lleno de gruñidos, jadeos y gemidos, al igual que cadavez hacía más calor, estar con él era realmente maravilloso, no había otrapalabra que describiera lo que él me hacía sentir. En cuanto sentí aquella explosiónde placer mordí su hombro para no gritar, él solo soltó un gruñido que meencanto.

Se dejocaer a un lado de mí, pero me atrajo hacia él, mientras los dos tratábamos decontrolar la respiración, la sensación poco a poco fue pasando.

- En una hora debemos estarpresentables - su mano acariciaba mi cabello, haciendo que el sueño llegará.

- Si no dejas mi cabello, mevoy a dormir - comente con voz débil.

- No puedes dormirte -susurro besando mi hombro - lo mejor es que nos duchemos, o sino Alice se puedeponer muy mal.

No respondí,simplemente me tomo en brazos y caminamos al baño de la habitación, él abrió lallave y sin más me ayudo a entrar a la regadera, y como si fuera una niñapequeña él me enjabono y me lavo el cabello, en cuanto termino de ducharme.

- Vístete, mientras yo meducho - repuso, cuando me envolvió con la toalla.

No dijenada, solo salí y busque el vestido que Alice me había ordenado ponerme paraese día, era color café de tirantes, y me llegaba arriba de la rodilla, cuandocomenzaba a maquillarme, salió mi marido del baño, dejo un beso en mi mejilla ydespués comenzó a vestirse.

Casicuarenta minutos después ya estábamos listos, me ofreció su brazo y bajamos ala sala, en donde fui tacleada por Rosalie Hale, sino hubiera sido porqueEmmett me sostenía, hubiéramos terminado en el suelo.

 

- No sabes lo mucho que teextrañe, - repuso, separándose de mí para verme - estás maravillosa.

- Gracias - sonreí levemente -tú estás espectacular como siempre.

Solosonrió antes de abrazar a Emmett, mientras Stefan solo la veía con una mediasonrisa, no había duda de que la amaba con locura.

Despuésde los abrazos por parte de los recién llegados, nos pusimos a platicar un pocosobre todo lo que habíamos pasado, desde la última vez que nos habíamos visto;Rosalie era la más animada, pues hacía menos de medio año que se había casado,y platicaba todo lo que había hecho como casada.

El tiempopaso extremadamente rápido, pues en un abrir y cerrar de ojos ya habíamosterminado de cenar, y en ese momento felicitábamos a Carlisle y Esme por suaniversario.

- Ya hay que abrir losregalos - repuso Renesmee, que trataba de mantenerse despierta.

- Eso se hace hasta mañana -le recordó su madre.

- ¡Oh, vamos! - replique -deja que abramos los regalos, parece que ya no te acuerdas cuando tenías suedad.

- Sí - se unió Alice - ya hayque abrir los regalos, además por la hora ya es Navidad.

- Muy bien - refunfuño mihermana.

- Primero abre este - Alice lepaso su obsequio - es parte de tu tío Jazz y mío.

La pequeñaabrió la caja emocionada, y se encontró con un vestido rosa y unos zapatos conun pequeño tacón, la verdad es que era hermoso y a mi sobrina parecióencantarle ya que se abrazó a ella con fuerza.

- Ahora este - Stefan le pasouna caja amarilla con un enorme moño - espero que te guste.

Su sonrisano había desaparecido en ningún momento, y cuando vio la muñeca su sonrisa seensancho, le dio las gracias a Stefan al igual que un abrazo, después de quetodos le dieran sus regalos a Nessie, había recibido una gabardina por parte desus abuelos, un par de suéteres por sus padres y unas botas y un perro depeluche de nosotros.

Fueel turno de los adultos de abrir sus regalos, todo lo que Alice y Jasper daban,eran ropa, claro que siempre a la moda, Rosalie y Stefan dieron relojes a loshombres y pulseras a las mujeres, Bella y Edward dieron suéteres, mientrasCarlisle y Esme dieron cuadros, y bueno nosotros les dimos chamaras.

El árbolhabía quedado vacío a excepción de una bolsa de regalo, que tenía una pequeñatarjeta, la tome y Emmett apretó mi mano como tratando de transmitirme el valorque me hacía falta.

- Este regalo es para toda lafamilia - se lo entregue a Esme y a Carlisle - pero al ser ustedes la cabeza,creo que ustedes deben abrirla.

- ¿Qué es? - pregunto emocionadaEsme, y Nessie veía con atención el regalo.

Emmetty yo aun tomados de la mano, observábamos como abrían el regalo, en cuanto lohicieron, venía un pequeño mameluco amarillo, junto con una pequeña manta delmismo color.

- Se une un miembro más a lafamilia, - leyó Carlisle a la tarjeta - para principios de Julio.

Porunos momentos se hizo el silencio, en ese momento el nerviosismo aumento, y seme hacía eterno los segundos en que nadie reaccionaba.

- ¿Seré abuela? - pregunto Esme,que fue la primera en salir del shock.

- Tengo dos meses y medio -conteste suavemente.

En menosde lo que imagine, todos nos felicitaban, de hecho Renesmee gritaba emocionada,que por fin tendría con quien jugar; sonreí pues lo habían aceptado bastantebien, de hecho parecía que mi bebé iba a ser muy bien recibido.

 


Renesmee

Creo que algunas personas han de querer matarme por tardar tanto en actualizar, pero debo decir que para este fic, nada más no me llega la inspiración, espero que les guste como quedo el capitulo. Y también les digo que si les gusta Harry Potter o mejor dicho los merodeadores, acabo de subir un fic, si ya sé otro más y no actualiza los que ya tiene, pero la verdad es que cuando me llega la inspiración tengo que escribirlo, sé que me he tardado mucho en actualizar, pero en verdad mi cerebro se ha secado para este fic, así que si tienen ideas haganmelas saber. Pero hablando del otro fic, es de Remus Lupin y se llama "Solo para ti" https://potterfics.com/historias/105552

Capitulo dedicado a:

ana_de_cullen22

Mariana 11

Odiabaque la casa estuviera tan llena de gente, mi humor era bastante cambiante y máscon aquellas mujeres, que no paraban de hablar, sabía que eran mi familia, peroenserio me irritaban bastante, pues ya se habían puesto a hablar del nombre queiba a llevar mi hijo, de hecho hasta discutían porque no podían llegar aponerse de acuerdo.

- ¿Y quienes serán lospadrinos? - pregunto Rose, mirándome fijamente.

- Emmett y yo no lo hemospensado - respondí tranquilamente.

- Estás a unos días de dar aluz, ¿y aun no sabes a quienes serán? - me reprocho mi hermana - Edward y yotuvimos a los padrinos de Renesmee, a los cinco meses de embarazo.

Respireprofundo para no explotar, de nuevo volvieron a la discusión, la única que noestaba en ella era Esme, que simplemente las veía con una media sonrisa, puesno solo era Rose, Bella y Alice, sino también estaban Tanya, Renesmee la esposade Jacob y mi prima, al igual que Zafrina, y enserio comenzaba a dolerme lacabeza.

Habíanllegado anoche, Jacob y Renesmee se habían quedado con Billy, al igual queAlice y Jasper, mientras Esme, Carlisle, Edward, Bella, Nessie, Tanya y Stefanse habían quedado en casa de mis padres, y Rosalie, el otro Stefan, Zafrina ysu novio se habían quedado en mi casa.

Aunqueahora todas estaban en mi hogar, pues en unas horas se suponía que sería elbaby shower, pero la verdad lo que en ese momento quería era acostarme y nosaber nada de nada, aunque sabía que esas mujeres no me dejarían hacerlo, porlo que tenía que soportar su parloteo ysus tomas de decisiones, en las cuales ni siquiera me tomaban en cuenta.

Yen verdad lo agradecía, pues con los movimientos constantes del bebé, al igualque lo cansada que estaba, me hacían mandarlos al diablo en unos segundos, porlo que lo mejor era mantenerme alejada de sus conversaciones.

Medeje caer en el sillón de la sala, sintiendo como el aire de la ventana abiertagolpea mi rostro, es algo agradable, pues con esto del embarazo, tengodemasiado calor y más viviendo en California, si pudiera ir desnuda lo haría,pero con eso de que tengo visitas, no puedo ir en ropa interior como desde hacecuatro meses hago.

Ademásde que el pronunciado vientre, que apenas si me deja ver mis pies, no es algoque quiera mostrar, aunque Emmett dice que soy la embarazada más hermosa que havisto, pero sinceramente no creo que sea hermosa, pareciendo un globo, que notarda en reventar, y estoy a unos días de que por fin llegue el tercer miembrode la familia Cullen-Swan.

 

Pasomi mano sobre mi prominente vientre, y sonrió al sentir un golpecito, aunqueenseguida me siento sofocada, porque como siempre ha decidido moverse, pero miincubadora ya es demasiado pequeña para mi bebé, y me duele todo lo que elgolpea, al igual que me hace falta el aire.

- Te notas cansada - comentoEsme.

- Desde hace un mes, noduermo bien, - confieso - se me encaja por todos lados.

- Pronto pasará - me sonríelevemente.

- Y después no dormiré por sullanto nocturno - suelto un suspiro de resignación.

- Pero Emmett ya podrá ayudarte- dice con tranquilidad.

Yeso es cierto, porque ahora no puede hacer nada, además de que no lo levanto,pues debe ir a trabajar demasiado temprano, pero estoy segura de que cuando elbebé nazca, estará al pendiente, y me ayudara en la madrugadas que no quieradormir, aunque espero con ansias, que sea un buen bebé, y duerma toda la noche.

- ¿Por qué no subes y tratasde dormir un poco? - me propone Esme.

- Te tomare la palabra, - melevanto con esfuerzos del sillón - solo no dejes que tiren la casa.

- Las supervisare - measegura - tu sube y duerme, que yo me hago cargo de ellas.

- Ok - acepto.

Subolas escaleras un tanto despacio, pues ya no puedo caminar igual, ahora pareceque mis piernas pesan veinte kilos más cada una, y me canso con facilidad, perocuando llego a mi recamara, me recuesto en la cama, esperando que me dejedormir, pero no es así, porque en cuanto mi espalda toca la cama, siento comose encaja en mi costado derecho. Me semi-siento y es así como puedo estar máscómoda, pues no se encaja, aunque no deja de moverse, parece más inquieto queotras veces.

- Vamos - poso mi mano en mivientre - deja que mamá duer
¡ahh!

Medio un pequeño dolor, pero casi enseguida desapareció, por lo que no le tomeimportancia, y parecía que me iba a dejar dormir, por lo que cerré los ojos, enverdad estaba agotada, apenas si duermo y ahora aquella siesta me sienta tanbien, mis músculos están relajados.

Nosueño con nada, y eso también me ayuda, pues solo debo disfrutar los brazos deMorfeo, que hace tanto no he podido hacerlo. Otro cólico hace que me despierte,y al ver el reloj, veo que han pasado dos horas, me siento más relajada, medesperezo y me levanto de la cama.

Medesvisto, pues dentro de una hora será la reunión, y creo que me sentará bienuna ducha, dejo que el agua caliente relaje aun más mis músculos, pero de nuevosiento un dolor, y ahora que lo medito desde la madrugada he tenido cólicos,solo que cada vez van siendo más seguidos y más fuertes.

Terminode ducharme y cuando estoy buscando la ropa que debo ponerme, siento como unlíquido baja por mis piernas, y de nuevo otra contracción. Me obligo a mantenerla calma, mientras termino de vestirme, me pongo lo primero que encuentro, puescreo que lo mejor es ir al hospital.

- Preciosa, - escuche a miespalda, mientras termino de colocarme la blusa sin mangas - han comenzado allegar los invitados, y las chicas me

- Emmett - llame con vozronca.

- ¿Qué pasa? - pregunto consu vista en mí.

- Creo que debemos ir alhospital - mi voz apenas si es audible.

- ¡¿Qué?! - ahora se hapuesto nervioso.

- Llego la hora - es lo únicoque digo, antes de verlo correr hacia la recamara del bebé.

 

Hemostenido todo preparado desde hace dos semanas, la maleta del bebé con unoscuantos cambios de ropa y cobijas, otra maleta para mí, en donde vienenpantuflas, pijama, cosas de higiene personal y un par de pants, junto conplayeras; ambas están en el cuarto del bebé, que han esperado el momento paraser utilizadas.

Yal parecer ese momento es hoy, en menos de dos minutos, regresa con la dosmaletas, no pude evitar sonreír, al ver su rostro de desesperación, caminehacia él y me pare de puntitas, para dejar un beso en sus labios.

- Todo estará bien - le dijecon tranquilidad.

Nohubo respuesta por su parte, salí de la habitación y baje las escaleras, viendocomo los invitados se ponían de pie y se acercaban a mí para saludarme, peroantes de que eso llegará a suceder, Emmett paso por mi lado.

- Debemos ir al hospital, -anuncio, haciendo que todos nos miraran - el bebé ya viene en camino.

Yantes de lo imaginado, tanto mi hermana como mis cuñadas, y también miscuñados, tomaron la actitud nerviosa de Emmett, no podía ser que yo tuviera quetranquilizar a todos, pero antes de que dijera una palabra, apareció Esme.

- Emmett llévala al hospital- ordeno.

Mimarido no necesito escuchar eso dos veces, me tomo del brazo y me saco de lacasa, me hizo subir al auto, mientras me decía que hiciera las respiracionesque nos habían enseñado en el profiláctico, a pesar de que las contraccionesaun no eran muy seguidas.

Elcamino al hospital, fue realmente rápido pues no estaba demasiado lejos dedonde vivíamos, en cuanto llegamos, no dejo que bajara, hasta que un enfermerollego con una silla de ruedas, me ayudo a sentarme y después caminamos hacia larecepción.

- Queremos ver a la doctoraLizzie - repuso Emmett.

- Permítame - comento larecepcionista, mientras hablaba por teléfono - en un momento esta con ustedes -nos informo unos minutos después.

- Gracias - dijo con la vozun tanto ronca.

- Debes tranquilizarte, - lepedí - además soy yo la que va a dar a luz.

- Lo siento - se disculpo -yo soy quien debería darte tranquilidad, y en cambio es al revés.

Solosonreí y tome su mano, esperando que con eso lograra tranquilizarse, pues en verdadse veía demasiado ansioso, de hecho yo también lo estaba, pero en alguno de losdos debía haber tranquilidad, y al parecer tenía que ser mi trabajo, porque élno lo estaba haciendo para nada bien.

- Sam, Emmett - levantamos lavista, y nos encontramos con una mujer de cabello castaño que combinaban consus ojos - los esperaba la siguiente semana.

- Lo mismo pensamos nosotros,- comente con una media sonrisa - pero desde como las cuatro de la mañana mevinieron pequeñas contracciones, que cada vez van siendo más intensas, ytambién en menor tiempo, y creo que se me rompió la fuente.

- Se va a parecer a su madre- repuso Emmett - y más con eso de tomarnos, desprevenidos.

Ladoctora solo sonrió, mientras nos guiaba a una sala, en donde estaría hasta quellegará el momento del parto, pero antes me hizo colocarme una bata, que tuveque colocarme con la ayuda de mi marido, cuando estuve lista, entre unenfermero y Emmett me ayudaron a costarme.

Eltiempo paso realmente rápido, aunque se me hizo eterno, cuando lascontracciones eran tan fuertes, que pensaba que en cualquier momento me iba apartir, no sé cuanta veces insulte a Emmett, y tampoco cuantas amenazas lehice, solo sé que él jamás me soltó a pesar de que prometí castrarlo cuandoesto terminará.

Cuandoentre a la sala de expulsión, todo es tan borroso, solo recuerdo que dijeronque pujará, mientras mi marido seguía sosteniendo mi mano, obligándome a hacerel trabajo, recuerdo un llanto, y después unos profundos ojos azules, iguales alos míos y el cabello negro de su padre.

Lodemás no pareció importante, dure dos días en el hospital, mi familia nos llenode regalos, tanto a mi bebé como a mí, pero hoy por fin regresábamos a casa,todos habían decidido darnos una hora para nosotros como familia, pues en unrato más vendrían a festejar el nacimiento de nuestro hijo y su despedida, puesmañana saldría su vuelo a sus distintos destinos.

Bajedel auto, aun con la piernas temblorosas, pero al menos ya tenían más fuerza,Emmett había tomado a nuestro bebé de la puerta trasera, y después me habíadado su brazo para darme sostén, me dejo en la sala, mientras él subía a dejarlas maletas, estaba tan embobado con nuestro pequeño Dorian que no lo habíadejado para nada.

Cuandoregreso a la sala, aun con él en brazos, era la imagen más hermosa que yopudiera ver, mi corazón latía con fuerza y rapidez, delante de mí tenía a losdos hombres más importantes de mi vida, mi musculoso Emmett, y mi pequeñoDorian.

- Trate de callar al corazón- dije de la nada, obteniendo como respuesta la mirada de mi marido - pero nopude, porque te amo más de lo que alguna vez imagine, eres el amor de mi vida,Emmett.

- Tú eres mi vida, - seacercó y dejo un beso en mi frente - junto con este pequeñín, que lo amo aunmás, porque también es tuyo, de mi hermosa muñeca, y además heredo esos ojosque me hacen un completo idiota.

Pasosu brazo por mis hombros y me acurruque con mis dos hombres, los amaba y sabíaque Emmett también me amaba, al igual que esta vez no iba a haber nada que nos separa,pues jamás iba a dejar que nada me volviera a separar de mi crecida familia,ellos dos serían lo más importante para mí.

Yninguna Mary Brown volvería a meterse en mi matrimonio, porque sabía que lacomunicación era lo que mantenía vivo el amor, era por eso que se tenía quedejar hablar al corazón, que expresara lo que muchas veces el orgullo deseacallar, solo abriendo el corazón es como se mantenía el amor, y eso sería loque haríamos, siempre dejar que el corazón se expresara.


Lamento haber tardado en actualizar, pero espero que les guste el final del fic, y les agradezco que se hayan tomado la molestia de leerlo, y también quiero informarles que subí un nuevo fic, que esta vez es original, espero que se puedan pasar por el, se llama "Marcas del corazón" https://potterfics.com/historias/107589

Emmett y Dorian

Capitulo dedicado a:

ana_de_cullen22

Mariana11

Tratando de callar al corazón - Potterfics, tu versión de la historia

Tratando de callar al corazón - Potterfics, tu versión de la historia

Solté un suspiro, mientras veía el reloj de mi muñeca, sesuponía que debía haber llegado al restaurante hacía una hora, pero claro todotenía que retrasa

potterfics

es

https://potterfics.es/static/images/potterfics-tratando-de-callar-al-corazon-potterfics-5147-0.jpg

2023-02-27

 

Tratando de callar al corazón - Potterfics, tu versión de la historia
Tratando de callar al corazón - Potterfics, tu versión de la historia

MÁS INFORMACIÓN

El contenido original se encuentra en https://potterfics.com/historias/77266
Todos los derechos reservados para el autor del contenido original (en el enlace de la linea superior)
Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente

 

 

Update cookies preferences