La nieve caía copiosamenteenvolviéndolo todo con su manto de nácar. La joven se estremeció levemente,aunque estaba acostumbrada a las bajas temperaturas invernales de Madrid. Se arrebujó en su abrigo debido a queel ambiente era frío y corría una leve brisa gélida creada por un aparato queescupía aire helado.
Era la primera vez que visitabaFlorida. Esa misma mañana, a través de una de las ventanillas del avión, pudoobservar a cámara lenta los copos que se precipitaban al vacío desde lo másalto del cielo.
Esperó pacientemente en la cola.Estaba muy emocionada. La entrada al parque estaba completamente abarrotada,pero apenas parecía importarle. Sólo podía pensar que estaba a punto de visitaruno de los sitios más extraordinarios que jamás vería. Ya que por desgracia alos once años no había recibido la carta de Hogwarts -a pesar de que la habíaestado esperando con ansia tras ver la primera de las famosas películas de la Saga Harry Potter-, sehabía decidido a cumplir su sueño y ser ella quien visitase el parque temáticodel joven mago en la otra punta del mundo. Lo que no sabía era que a tan solodiez personas de distancia había una chica que tenía muchas ganas de conocerla.Mientras esperaba encendió el iPod y escuchó una de las canciones de Los No Procede,uno de sus grupos favoritos.
El tiempo de espera se hizosorprendentemente corto. Tras escuchar unas cuantas canciones de Rock y entreempujones, consiguió entrar al parque. Drea se apartó algunos mechones de peloazabache que caían a ambos lados de su rostro y apagó el iPod para disfrutarahora de la banda sonora pottérica que se oía de fondo. Era extraordinario. Alo lejos pudo divisar el castillo, con sus torres azuladas, el campo deQuidditch, e incluso el invernadero, a través de cuyos cristales translúcidosse podía apreciar la presencia de unas cuantas mandrágoras enterradas en susmaceteros correspondientes.
Drea no pudo evitar reír. Sentíaque algo serpentino le recorría el estómago, la emoción estaba a flor de piel.Sin saber muy bien por qué y siendo consciente de que tenía que empezar poralgún lado se decidió por el taller de pociones que se había preparado esasemana por cumplirse un año desde el estreno de la última película de la saga.
Entró a Hogwarts a través de laspesadas puertas principales. El interior le dejó sin respiración. Todo eraexactamente igual a como lo había visto tantísimas veces en la gran pantalla.Había también mucho movimiento de gente, sobre todo adolescentes, andando de unlado para otro, echándose fotos, dando saltitos de alegría...
Siguió a un pequeño grupo que sedirigía a las mazmorras, oscuras y escalofriantes. Después de un rato llegó alaula de pociones, tenuemente iluminada por unas cuantas velas doradas.
Los adolescentes fueron tomandoasiento de dos en dos alrededor de cada una de las pequeñas mesas con unmechero bunsen que había en la sala. Drea observó a su derecha una chica queacababa de sentarse en uno de los sitios indicados. Parecía simpática, así quese acercó.
-¿Te importa si me pongo contigo?
La chica, unos años mayor queella, le sonrió.
-Para nada.
Nevermind, I'll find someone like you,
I wish nothing but the best for you,
Don't forget me, I beg,
I remember you said,
"Sometimes it lasts in love,
But sometimes it hurts instead,"
La breve conversación fueinterrumpida de inmediato por un hombre de pelo negro que había sidocaracterizado como Severus Snape.
-Bienvenidos al Colegio Hogwartsde Magia y Hechicería. Esta tarde haremos un pequeño experimento, y debéishacerlo bien si no queréis que se descuente puntos a la Casa en la que se os haclasificado por los resultados de vuestro formulario. Gryffindor, Slytherin,Ravenclaw y Hufflepuff...¿Cuál será la ganadora?
-¿En qué Casa estás?.-preguntó lachica de cabellos de color chocolate.
-Gryffindor, ¿y tú?
-También. Eres española, ¿verdad?
-¡Sí! Madrileña,concretamente.-suspiró.-es un alivio que en el parque hayan traductores, mevolvería loca tratando de seguir todo esto en inglés, y como seguramente noentendería nada luego lo haría todo mal. ¿Tú te has enterado de lo que tenemosque hacer con esto?
Ambas rieron a carcajadas.
-Por suerte para ti, estaMurciana ha prestado atención.-le guiñó un ojo.-Ven conmigo.
Se acercaron a la estantería delfondo de la sala. Había todo tipo de frasquitos de colores de distintostamaños. Las dos chicas fueron comprobando lo que tenían que coger con la listaque les había entregado el falso Snape. Cuando lo tuvieron todo regresaron a susitio y fueron leyendo las instrucciones y mezclando las disoluciones químicas.
-Nunca he entendido laquímica.-confesó Drea, divertida.
-¿No? Mi sueño siempre ha sidoexplotar un laboratorio...
-¿Qué tiene eso de bueno?
Volvieron a reírse tan fuerte queel falso Snape tuvo que hacerlas callar.
Drea introdujo las disolucionesque habían preparado en unos pulverizadores pequeños y alternativamente fuepulverizando -una vez ella y otra la chica de al lado- el contenido sobre lallama del mechero, que fue cambiando de color según la disolución. Cada vez quela potente llama se volvía más grande y cambiaba de color las dos chicasaplaudían o reían encantadas.
Por supuesto, ganó Gryffindor.
Al salir del aula el falso Snapeentregó a todos los participantes del taller un bonito diploma comoreconocimiento y una bufanda de una de las cuatro Casas.
-¿Me dejas ver el tuyo?
Drea se quedó helada cuando lachica le tendió el pergamino. El nick que había elegido era Barby. Recordabahaberla visto verter el contenido de los frascos con la mano izquierda y era deMurcia...¿Demasiadas coincidencias? ¿era posible que fuese su Barby?
-¿B-Bárbara?.-musitó.
Por primera vez sendos ojososcuros se encontraron y se reflejaron los unos en los otros.
-¿Qué ocurre?
Drea se abalanzó sobre ella y laabrazó con cariño. Durante unos segundos permanecieron así, unidas por unaamistad que tenía una historia, que nadie podría imaginar cómo se había forjadoen tan poco tiempo y sin verse cara a cara.
-Soy tu cielo.-le dijo Drea alsepararse.
-¡¿Qué me dices?!
El corazón de Bárbara se acelerótanto que volvió a abrazar a su protegida, a su cielo, como ellas se llamabanmutuamente.
En ese momento, adornando tanemotiva escena, la Navidadhizo acto de presencia y los copos de nieve, que habían parado durante untiempo volvieron a caer con fuerza como lágrimas divinas, prueba de que hastaÉl se alegraba de su encuentro, de un encuentro inesperado.
Nevermind, I'll find someone like you,
I wish nothing but the best for you, too,
Don't forget me, I beg.
Un encuentro inesperado - Fanfics de Harry Potter
La nieve caía copiosamenteenvolviéndolo todo con su manto de nácar. La joven se estremeció levemente,aunque estaba acostumbrada a las bajas temperaturas in
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2023-02-27
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