Un verano con un toque merodeador - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Capítulo uno: Sólo un trabajo
o eso pensé yo
.

P.O.V Lily

Suspiré. Por fin había acabado con la pesada tarea de Binns, el fastidioso profesor fantasma que nos había mandado no menos de cinco redacciones para ese verano. Me encontraba terminando la última composición para poder disfrutar de esas maravillosas vacaciones.

Ya eran las siete y supuse que estaríamos por cenar, decidí ir a ayudar un poco a mi madre pero cuando estaba bajando las escaleras escuché los chillidos de emoción de Petunia provenientes de la cocina, ya que estaba esperando que la fuera a buscar su novio Vernon, el cual, en mi opinión, tiene una sola neurona en esa enorme cabeza.

 

Volví a mi cuarto y me tiré sobre la cama, contemplé el blanco techo por unos minutos hasta que escuché la señal que inconscientemente estaba esperando: el sonido de la bocina del auto del novio de mi hermana.

Me levanté de esa cómoda posición y bajé perezosamente a la cocina donde solo estaba mi madre poniendo los platos, tomé los cubiertos del cajón y con un bostezo los puse en la mesa.

-Descansa Lily hoy estuviste estudiando todo el día-me dijo mi madre, ella también era pelirroja, llevaba su cabello corto hasta los hombros y usaba unas gafas que ocultaban sus ojos castaños.

-No me cuesta nada ayudarte mamá-dije decidida para luego ocupar una silla.

Enseguida bajó mi padre y los tres comenzamos a cenar.

Mientras cortaba el filete y me servia ensalada escuchaba la conversación de mis padres.

-¿Sabes con quien me encontré hoy?-preguntó mi padre, él tenía el cabello corto y entrecano, pero en un tiempo había sido de un dorado vivo, mientras que sus ojos eran verdes brillantes.

Pero al ver la cara de desconcierto de mamá prosiguió-con Doug Anderson nuestro amigo de la secundaria ¿te acuerdas?-.

-Claro que lo recuerdo-.

-Bien ahora tiene un negocio de comestibles y una de sus empleadas se accidentó la semana pasada, el pobre estaba desesperado porque ya no puede cuidar la tienda y le ofrecí que Lily podría solucionar el problema, ¿Qué te parece querida?-.

-Bien, así puedo ganar algo de dinero extra-dije sin pensar en las consecuencias que me traería.

-¡Que bien!, porque le dije que estarías allí mañana, tu turno comienza a las 14 y termina a las 20-mi madre sonrío por la ocurrencia de mi padre.

Caminé por una ajetreada calle de Londres, donde todas las casas eran elegantes, miré la dirección nuevamente para asegurarme de haber tomado el camino correcto, doble a la derecha en esa esquina y visualicé un gigantesco edificio de unos veinte pisos, caminé un poco más y llegué a la tienda.

Un letrero decía: "Anderson´s".

Ingresé y una campana anunció mi llegada, observé a mí alrededor, el lugar era modesto pero pintoresco.

Entonces, un hombre salió de la trastienda, era bajo, casi calvo y lucía un esmoquin que le quedaba apretado debido a su gran barriga.

-Hola, debes ser Lily, mucho gusto- se presentó amistosamente el amigo de mis padres.

Le estreché la mano y le dije:

-El gusto es mío-.

-Que encanto de muchacha, eres igual a tu madre, bueno basta de charla, tu trabajo consiste en cobrar y solucionar problemas a los clientes, esté será tu sitio de trabajo-me mostró una banqueta con una vieja caja registradora-vaya se me hace tarde el resto te lo va explicar mi gerente ¡John!, ¡John!-llamó él.

 

Por un momento me imaginé que por la puerta saldría un adulto de traje y expresión adusta.

Pero resultó ser un chico de unos dieciocho años, tenía el pelo negro y lacio, vestía informalmente y sus ojos tenían un toque cálido a pesar de ser completamente negros.

-John, ella es Lily Evans, la nueva cajera, enséñale que tiene que hacer-dijo el señor Anderson.

-Hola Lily, que bien que te nos unas, ven te mostrare la parte de atrás-se ofreció amablemente.

-Creo que estas en buenas manos, ya me voy-dicho esto el Sr. Anderson salió del lugar lo mas rápido que sus cortas piernas le permitieron.

Lo seguí y llegamos a una sala circular donde había una mesa llena de papeles, además, había tres puertas estrechas.

-Aquí es donde yo llevó las cuentas y me organizó con los distribuidores, en esa puerta-señaló la que estaba más a la izquierda-ese es el congelador, las siguientes son el baño y el almacén, pero tu no debes preocuparte, de esto me encargo yo-dijo con orgullo.

-De acuerdo, iré adelante-dije zanjando la situación.

Me senté en la banqueta y esperé, me pusé a leer, todo estaba calmo.

En esa tarde vinieron solamente seis clientes, tres ancianas y dos niños con su madre sobré protectora.

Cuando faltaba media hora para irme a casa, John salió de la trastienda.

-Todo tranquilo ¿no?-preguntó.

-Si así es-le respondí mientras leía.

-Bien, entonces
¿Por qué no tomamos un café para celebrar tu primer día?-propuso nervioso.

-Está bien-dije guardando mi grueso tomo.

-Ya vuelvo, dame un segundo-anunció volviendo a irse.

En ese momento quede pensando que John era bastante atractivo y amable
, hasta que unas risas tontas me hicieron regresar a la realidad.

La campana tintineó y me sobresalté.

Pude comprobar que habían entrado tres nuevos clientes, parecían tener mi edad, todos llevaban lentes oscuros y tenían un aspecto ¿peculiar?

El primero era él mas bajo de los tres, tenía el pelo negro, alborotado y una sonrisa de satisfacción, el segundo era alto y también tenía pelo negro pero lo llevaba más largo y caminaba con aires de presunción, el último parecía el más tranquilo y modesto, su cabello marrón claro estaba peinado y lucia muy pálido para estar en verano.

Me parecían algo
¿familiares?, hasta que lo comprendí solo unos segundos después cuando un último chico con cara de rata entró corriendo a la tienda como si lo hubieran dejado atrás, haciendo sonar la campana por segunda vez.

-¿Remus?-pregunté en voz alta sin poder creerlo mientras me paraba.

-Lily ¿eres tú?, ¡que sorpresa!-exclamó el de ojos miel.

Le dí un abrazo a mi amigo y luego saludé a los otros con un tono frío y sarcástico:

-Hola Potter, Black, ¿no tienen suficiente con molestarme en el colegio?, hola Peter-terminé dirigiéndome al último merodeador, al que no le tenía ningún rencor.

-Hola James, hola Lily, ¿Cómo has estado?, bien ¿y tú?, bien-eso son modales se burló el de anteojos.

-El mundo es muy pequeño ¿verdad cornamenta?-dijo Sirius.

Él asintió y grité bruscamente:

-¿Se puede saber que hacen aquí?-.

-Es una tienda, donde se compran cosas ¿y qué haces tu aquí?-se mofó de mi el de ojos grises.

 

-Para tú información Black, trabajo aquí-dije ante al insidiosa pregunta del muchacho más alto.

-No le hagas caso Lily, nosotros estamos pasando las vacaciones en el departamento de James, aquí enfrente-explicó divertido el licántropo.

-¿Enfrente?-repetí como si no hubiese oído bien.

-Si, siempre estarás invitada-me contestó Potter el descarado a la vez que me guiñaba un ojo.

-Ni en tus sueños Potter, bien la tienda esta por cerrar así que compren de una vez-ordené cansada.

-No te llevará más de cinco minutos atendernos, solo queremos unas chocolatinas para Remus, sabes que es adicto a ellas-volvió a hablar Potter.

John regresó con una bandeja de panecillos y dos tazas de humeante café, miró la escena confundido ya que yo hablaba con ellos hecha una furia.

-Lily ¿los conoces? ¿Quienes son?-me interrogo él.

-Son compañeros del colegio, Potter, Black, Remus y Peter-aclaré presentándolos ya más calmada.

-Ah pensé que te había sucedido algo a juzgar por tu tono de voz, mucho gusto-dijo aliviado el muchacho.

Remus estaba en el estante de los dulces, eligiendo muchos tipos de chocolates, finalmente fue hasta la caja con una canasta llena de chocolatinas y otra de otros dulces, Potter me pagó y lo noté distinto ya no parecía tan presumido como hace unos minutos y tenía un brillo extraño en sus ojos cafés.

¿Acaso estaría celoso?, me pregunté, aunque después mi mente me contestó un sonoro "no" como si estuviera loca, los cuatro se fueron y Remus prometió volver para charlar un día de estos.

Tomé el prometido café con John antes de cerrar la tienda y regresar a casa.

P.O.V James

No lo podía creer Lily, su pelirroja, por una casualidad extraordinaria trabajaba enfrente a su apartamento, miré a ese chico con ganas de estrangularlo él se preocupaba por ella, ¿es que acaso sentía algo por ella?, me pregunté como un paranoico. Sentía que la sangre me hervía y decidí no dar más vueltas y regresar otro día cuando no estuviera ese sujeto.

Ya sabia que iba a hacer de ahora en adelante, conquistar a Lily cueste lo que cueste, demostrarle a ese, que Evans es solo para uno.

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Capítulo dos: El comienzo del plan

P.O.V James

-Está es la estrategia ¿entendieron?-cuestioné a mis tres amigos.

Peter parecía dormir, Sirius jugaba con una mosca perdida y Remus me miraba fijamente mientras embutía una chocolatina.

-No hay caso, tendré que volver a explicarles todo-suspiré cansado-¡Colagusano despierta!-le llamé la atención.

Él se despertó de golpe y cayó de cara contra el suelo, Sirius comenzó a reírse tanto que hasta olvido a la mosca.

-Basta ¡pueden escucharme!-insistí.

Cuando todos me miraron empecé a explicarles a la vez que dibujaba en una pizarra mi bien pensado plan.

-A ver
el objetivo es Lily, lo represente aquí con una "L", esté es nuestro cuartel-señalé un cuadradito azul que había dibujado-y su cuartel-el cuadradito rojo-y también un enemigo-el punto negro-nuestra misión es sacar a Lily del cuartel enemigo y traerla aquí, ella no vendrá por su cuenta así que necesitamos una buena excusa, algo creíble-.

 

-¿Qué te parece si le decimos que nos ayude a usar un aparatejo muggle?-propuso Sirius.

-No creo que venga por eso, tiene que ser algo de vida o muerte más o menos
-le dije dudando.

-¿Y si nos hacemos los muertos?-participó Peter.

-Vaya que eres tonto Colagusano, si estamos muertos ¿para qué va venir?-se burló Canuto.

-Opino que tendría que ser algo en lo que ella pueda ayudarnos, no sé si me explico, algo en lo que sea buena-intervino Remus.

-Lily es hábil en
¿Pociones?-dije sin pensarlo, con emoción.

-Si pero eso de que sirve-criticó Sirius.

-Si que sirve, tengo una buena idea-dijo Remus con la sonrisa enigmática que ponía siempre antes de una travesura.

P.O.V Lily

-Perdona mi comportamiento de ayer, es decir lo de gritar en medio de la tienda pero es que realmente me llevó mal con ellos, lograré que no interfieran con mi trabajo-le pedí disculpas a John.

-No te preocupes, eso ya pasó-dijo el pelinegro sonriéndome ampliamente.

-Oh ya son las siete y media del martes, ¿sabes lo que eso significa?-me pregunto él.

-Si ya estoy lista-le contesté.

Unos segundos después una anciana empezó a golpear la puerta con su bastón como si esta cobrara vida y se abriera sola

Corrí a socorrerla.

-Gracias Srta., que amable, vine para hacerle una pregunta ¿vio usted mis gafas?, desde ayer que no las encuentro y pensé que quizás podrían estar aquí-.dijo la anciana.

La miré pensativa, luego miré a John, él estaba divertido por la escena, y le dije:

-Están justo aquí sobre su cabeza-.

-¡Oh! gracias que atenta que eres, ten tu propina, pero no te lo gastes enseguida-dijo entregándome un centavo antiguo que seguramente ya no tendría valor alguno.

Le sonreí y la señora se marchó, entonces dos chicos llegaron corriendo y casi voltean a la señora que venia cruzando la calle a velocidad tortuga.

-¡Lily, Lily!-gritaban sin aliento.

John frunció el ceño al verlos, pero estos no lo notaron.

-Pasó algo terrible, es una emergencia, tienes que ayudarnos-dijo entre jadeos el de ojos avellana.

-Llamen a la policía a los bomberos
no sé
-dije pensando que habrían quemado el apartamento.

-No entiendes no se trata de eso, tu eres mas hábil que nosotros, por favor
-suplicaron como dos niños chicos.

-¿Y Remus no puede él ayudarlos?-.

-Salió, fue al callejón Dia
, de compras hace rato-explicó Black a punto de meter la pata.

-Ok, ok, los ayudaré, pero
tengo que esperar que terminé mi turno-les dije excusándome.

-Puedes salir antes por hoy-concedió John, quitándome mi única excusa válida.

-En marcha entonces-dijo Potter apresurándome.

Tomé mi bolso a toda prisa y luego los tres cruzamos la calle, entramos al edificio y subimos por el ascensor, mientras íbamos subiendo me preguntaba ¿Qué habrían hecho?, ideas escalofriantes me venían a la mente pero decidí dejarlas de lado cuando el ascensor se abrió de par en par en el vigésimo piso.

Capítulo tres: Nada podía salir peor ¿verdad?

Allí había una sola puerta en la que Potter entró primero con mucha prisa seguido de Black. Los seguí hasta el vestíbulo, por el comedor, la cocina y finalmente a una moderna y costosa sala de estar.

 

En el sofá más grande había un chico que al parecer era Peter, estaba quieto y dormía placidamente.

-¿Y? la emergencia-protesté.

-Es Peter, bebió digamos que
por accidente un poco de filtro de los muertos en vida-aclaró el de anteojos.

-¿Hace cuánto que esta así?-dije nerviosa por los efectos que podía traerle.

-Unas
doce horas-replicó Sirius dudando.

-Tienes lo necesario para que haga un antídoto-cuestioné enseguida.

-Si en aquella mesa-señaló una mesa al fondo del salón, donde reposaba un caldero y un estuche de ingredientes básicos.

Empecé a prepararla y en diez minutos estaba lista, serví un poco en una copa de cristal y se lo hice tragar al muchacho.

De un momento a otro él despertó.

-Gracias, gracias Lily-me dijo Potter abrazándome, enseguida sentí una oleada de calor en mis mejillas-si Remus se hubiera enterado estaríamos fritos,de seguro nos delataba-.

-No es nada-dije guardando distancia bastante nerviosa por esa reación.

-¿No quieres quedarte a cenar?-preguntó Potter.

-No lo creo, mis padres se preocuparan si no llego a casa para las once-me excusé de nuevo, aunque el mundo ese día parecía estar en mi contra porque Potter dijo una rápida solución:

-Tengo un teléfono puedes llamar a tu casa y pedir permiso para quedarte a cenar y después yo te alcanzo a tu casa-.

-En ese caso
-pensé en voz alta buscando más excusas.

-Oh vamos Lily, es lo menos que podemos hacer después que nos hayas ayudado-trató de convencerme Sirius.

-Bien cenaré con ustedes-decidí sin poder creérmelo ni yo.

Después de que llamará a mi madre y para mi desgracia me diera permiso, nos sentamos fuera al lado de la piscina a contemplar la puesta del sol y a escuchar la radio mágica.

No mucho más tarde Remus regresó, parecía cansado y traía muchos paquetes entre sus brazos.

-Hola chicos, hola Lily-dijo despreocupado hasta que quedo duro del impacto y volvió a mencionar-Lily ¿Qué haces aquí?-.

Me reí por su cara y le dije:

-Me invitaron a cenar, ¿cómo te fue con las compras?-.

-Muy bien, conseguí todo lo que me pidieron-dijo mirando a Potter y Black con complicidad.

Media hora más tarde todos cenábamos en la azotea una pizza congelada que había comprado Remus.

Finalmente entre todos comenzamos a recoger los platos.

Potter me alcanzó a mi casa a eso de las diez y media en su auto deportivo.

-Hola cariño, ¿Cómo te fue?-me pregunto mi papá cuando me abrió la puerta.

Al ver el auto con asombro exclamó:

-¡WOW! que hermoso auto supongo que tu novio tendrá mucho dinero-.

-¡PAPÁ!-me escandalicé-¡no es mi novio!, solo es un tonto compañero de colegio-.

-Si él es tonto a mi me gustaría ser tonto para tener ese auto-dijo él todavía impactado.

-Buenas noches Sr.Evans, gracias por dejar que su hija cenara con nosotros-agradeció Potter haciéndose el "caballero".

-No es nada jovencito puedes cenar con Lily siempre, por cierto ¿Qué auto tienes?-se interesó mi padre.

Eso era el colmo, mi padre y el estupido de Potter se llevaban bien y yo ahí parada como una estaca sin saber que decir.

-Es solamente el auto que me regalaron mis padres cuando regresé este año de Hogwarts-dijo con algo de tristeza que percibí pero no dije nada.

 

-¿Tu también vas a Hogwarts?, no sabia que los magos eran tan caballeros como tu-halagó mi papá.

Me llevé una mano a la frente, ¿Por qué tuve que aceptar el trabajo?

-Si claro, estoy en la clase de su hija hace seis años-contestó orgulloso.

-Lily ¿Por qué no me has dicho nada sobre este fabuloso muchacho?-me preguntó enfadado.

-Lo que pasa es que no nos llevamos muy bien, solo me invitó a cenar es todo-aclaré enseguida.

-Como no llevarse bien con este caballero-.

-Sr. Evans no es para tanto-dijo Potter "fingiendo" modestia.

Se sintió el cerrar de las cortinas de la sala, seguramente Petunia y mamá estarían espiando.

-Buenas noches Sr.Evans, fue un gusto conocerlo, buenas noches Lily-se despidió con amabilidad.

-Adiós Potter-refunfuñé enojada.

-El gusto fue mío muchacho-saludó mi padre entrando conmigo a la casa después de darle un amistoso apretón de manos.

Subí a mi cuarto y cerré la puerta bruscamente.

Nada podía salir peor ¿verdad?

Capítulo cuatro: conquistando a Lily

P.O.V Lily

Era extraño. Muy extraño, Potter y sus compinches no habían aparecido en toda una semana, me pregunté ¿estarían planeando algo?, bueno en fin no me voy a preocupar por ellos.

Mi trabajo resultó ser bastante agradable y ya me estoy llevando mejor con John, nos gustan las mismas cosas y me parece que bastate agradable, a diferencia de Potter.

Oyeron el dicho, hablando de Potter el tonto se asoma, bien eso pasó, ni bien pensé donde estaría los cuatro muchachos cuando aparecieron en la tienda.

-Hola Lily-saludó Potter y luego lo repitieron los otros tres.

-Hola-dije malhumorada.- ¿Ahora que quieren?, no saben que estaba disfrutando mis vacaciones de ustedes-.

-Lo siento pelirroja pero Lunático esta en crisis de chocolate y no tenemos tiempo de conversar-contestó Black.

-CHOCOLATE-dijo Remus babeándose frente a la estantería de dulces.

-Tranquilo amigo, elijé los que quieras y serán tuyos-lo calmó Potter.

En menos de tres segundos el castaño había llenado tres canastas de chocolatinas, eso era obsesión.

Para mi impresión ellos pagaron apresuradamente y se fueron más rápido que el viento.

Me puse a leer la revista que había tomado "prestada" de mi madre, mientras que leía una entrevista de una famosa que estaba loca noté que una billetera estaba junto a la caja y parecía ser de
¿piel de dragón?,la tomé.

Tenía grabadas las iniciales "J.P", enseguida supe de quien era, nada más ni nada menos que del estupido de Potter.

Llena de curiosidad, la abrí, me preguntaba ¿Qué tendría él ahí?, habían varias tarjetas de crédito, dinero muggle y mágico y algo que seguramente estaba fuera de lugar, ¿Qué hacia una foto mía ahí?

Era extraño, no recordaba que me hubieran tomado esa foto en particular me preguntaba cuando me la habían sacado.

En ese momento, John salió de la trastienda y yo escondí la billetera en el primer lugar que vi.

-¿Qué tienes ahí?-notó viendo mi cara de ¡por favor no viste nada!

-Nada ¿Por qué piensas eso?-dije con falsedad.

-Creí ver algo
-confesó entornando los ojos.

-Te equivocas-.

-Venia a decirte que ya te puedes ir, yo cierro la tienda tu ve tranquila-me dijo el pelinegro.

 

Tomé mis cosas y con disimulo la dichosa billetera y salí de allí, tenía dos opciones: a) ser honrada e IR por mi VOLUNTAD al departamento de POTTER y devolverle su billetera o b) ir a mi casa y darle la billetera cuando me la pida.

Quedé pensativa en el cordón de la vereda, finalmente mi lado de buena persona triunfó, iba a hacer lo que nunca pensé que haría, había caído tan bajo que ni yo lo creía.

Crucé la calle y me acerqué al portero eléctrico, dando gracias que el portero estaba dormido y no me haría preguntas, respiré hondo y toqué le timbre, sin lugar a dudas enloquecí completamente.

De repente la puerta hizo un chirrido y se abrió sola, entré y tomé el ascensor.

Cuando se abrió en el último piso, salí atemorizada, nada me preparaba para lo que estaba por venir.

Me abrieron la puerta pero no había nadie, entonces alguien me empujo hacia el interior y escuché la voz de Black que decía:

-Vamos pelirroja pasa, no seas tímida-.

Me quedé en blanco al ver a Remus y Black vestidos como mayordomos esperando en la puerta.

Aunque me asombré más cuando vi a Potter sentado en una elegante mesa para dos, mientras decía:

-Hola Lily, pasa a sentarte-.

Acepté la invitación, estaba confirmado, se me había zafado el último tornillo que me quedaba, tomé asiento.

Potter me empezó a hablar de no sé que, no lo escuché ya que estaba concentrada "admirando" lo bien que estaban puestos los cubiertos, del lado derecho había una cuchara de helado y una de sopa y al otro lado un tenedor de postre y un cuchillo enorme.

Entonces las luces se apagaron y solo quedo iluminado por la pequeña vela del centro de mesa, una música lenta y romántica inundó la sala dejándome perpleja.

-Eh
vine a devolverte tu billetera-dije algo asustada por el ambiente.

-Me la das después, ahora vamos a disfrutar este maravilloso momento-.

-Ya me tengo que ir se va a hacer tarde-me excusé levantándome del asiento.

-No te preocupes ya les avise a tus padres-dijo el descarado como si nada.

Quedé boquiabierta, ahora ¿cómo rayos saldría de allí?

-¿Quieres ver televisión antes de cenar?-me preguntó cortésmente.

-Bueno un rato y me voy-.

Me senté en el sofá frente a la enorme pantalla, él prendió el televisor y apareció un canal que decía algo como

-No me dejes amor mío...- .

Cuando estaba a punto de decirle que cambiara de canal, Potter me pasó su brazo por atrás y quedé inmóvil, que se pensaba ese tonto.

Un reflejo anti-Potter me pasó por la mente y quitó con poca delicadeza el brazo del queridísimo Potter.

Un rato después él me preguntó:

-¿Quieres cenar ya?-.

-Me tengo que ir, además no tengo hambre-solté a la defensiva pero justo en ese preciso momento mi estomago del demonio crujió como nunca antes lo había hecho, él me miro comprensivo ante mis ruidos estomacales.

-Bueno que sea rápido-dije yendo a sentarme sin más remedio.

Él llamó a Sirius para que nos trajera la comida, pasaban los minutos y nada, hasta que Potter se hartó y decidió ir a ver que pasaba.

Capitulo cinco: Una cena exquisita

P.O.V James

 

-¿Qué pasa? ¿Y la comida?-protesté ansioso.

-Es que con Remus estamos en un debate-se justificó Canuto.

-No hay tiempo para eso sirvan algo y ya-reclamé.

-Lo que pasa
es que lunático cuando fue de compras solo compró chocolatinas y
chocolatinas-contó mi mejor amigo.

-No puede ser que solo haya eso en esta casa-me quejé, fui hasta el armario y lo abrí había cientos de chocolatinas apelmazadas, lo cerré, mire el refrigerador y solo chocolatinas y el armario y lo mismo.

-Y bueno el platillo de hoy tendrán que ser unas ricas y sabrosas chocolatinas-me resigné.

-NOO!, mis chocolatinas-gritó Remus como si tuviera que proteger a sus hijos.

-Oh vamos no seas tacaño te compro más mañana-le ofrecí.

-Bueno está bien, pero mañana me compras el doble de lo de siempre-dijo Lunático.

-Bien entonces vayan a servirnos antes que Lily desespere-.

Volví a la sala y me senté.

P.O.V Lily

Cuando estaba a punto de irme y dejarlo plantado, apareció muy sonriente seguido del camarero Black, este traía una bandeja con tapa que parecía ser de plata. Me ilusioné pensando en una rica y apetitosa langosta con ensalada y de postre un soufflé con caramelo

Pero nunca se me pasó por la mente que me sirvieran:

-¡CHOCOLATE!-dije sin creerlo-¿esto no es el postre?-.

-Estamos en crisis de alimentos-se disculpó Potter con gracia.

Él comenzó a abrir una barra y a disfrutarla, al ver que solo miraba el chocolate me dijo:

-Vamos come, no está envenenado-.

Cuando terminaba de comer el chocolate, casi me atraganto de sed y le dije a Potter:

-¿Por casualidad tienes algo de beber o también estas en crisis de bebidas?-.

Él volvió a llamar a Black y le reclamó algo para beber.

Volvieron a pasar quince minutos y Potter volvió a la cocina otra vez.

P.O.V James

-Canuto, Lunático ¿para cuando las bebidas?-volví a protestar.

-Es que solo hay whisky de fuego y no nos parece lo más adecuado para darle a Lily
-dijo Remus.

-¿No hay un poco de agua?-pregunté escandalizado por las crisis alimenticias de esta casa.

De repente la cara de Sirius se iluminó y me dijo:

-No importa si al whisky de fuego lo endulzamos un poco, no se va a notar-.

-¿Estas seguro?-cuestioné dudoso.

-Completamente cornamenta-me aseguró.

Regresé nuevamente viendo la cara de fastidio de Lily.

P.O.V Lily

-¿No me digas que también hay crisis de bebidas?-adiviné.

-Algo parecido-dijo restándole importancia.

Sirius se asomo con dos vasos en una bandeja, me dio el primero a mi y el segundo a Potter.

Tragué con confianza ya que estaba muerta de sed, enseguida me pareció que mi garganta se había prendido fuego, me quemaba y encima un extraño sabor salado me envolvió, sentía nauseas.

Los chicos notaron que no me sentía bien, el más alto corrió a la cocina.

Volvió acarreando una bolsa celeste con patitos que tenía manchas extrañas pero no me fijé y vomite allí sin aguantar más.

-¿De donde la sacaste?-preguntó Potter extrañado al igual que yo.

-No sé, creo que de la basura-dijo Black.

Entonces volví a vomitar, la cabeza me daba vueltas y el olor de esa bolsa me llego directo, comencé a ver todo borroso y de golpe todo se volvió oscuro.

 

Capítulo seis: más desastres

P.O.V Lily

Cuando abrí los ojos, me sentía que estaba sobre algo cómodo y mullido. No se parecía a mi cama, me senté, era una cama ¿de dos plazas?, ¿donde rayos estaba?

La habitación era lujosa y amplia, entonces lo ocurrido me vino a la mente, pero aún seguía sin entender donde estaba.

Para peor me percaté de que tenía puesta una bata enorme de color rojo, pero
no tenia puesta mi ropa por debajo de ella, si no que mi ropa interior.

-¡POTTER!-grité con todas las fuerzas de mis pulmones en un arrebato de furia.

Un muchacho asustado irrumpió en la habitación, venia cargando una bandeja.

-¿Qué sucede?-preguntó preocupado.

-¿Qué hago yo en tu cama y sin mi ropa?, tengo miedo por lo que me habrás hecho-dije alarmada.

-No te preocupes no te hicimos nada, te desmayaste y como no despertabas te pusimos la bata y te acostamos en mi cama-explicó tranquilamente-por cierto aquí está tu almuerzo-.

-Mi almuerzo ¿Qué hora es?-interrogué desesperada.

-No te preocupes recién son la una de la tarde-dijo con calma.

-La una de la tarde, es tardísimo, en una hora debo trabajar-grité-¿dónde está mi ropa?

-Se esta lavando así que almuerza tranquila-.

-No puede ser, llegaré tarde-protesté.

P.O.V James

-Canuto-llamé.

Mi amigo llegó y me dijo:

-¿Qué pasa cornamenta?-.

-Puedes poner a lavar la ropa de Lily, trata de demorar lo máximo para que el enemigo se enoje por su llegada tarde-.

P.O.V Lily

-Voy a llegar tarde, dense prisa-grité al chico que estaba sentado a mi lado.

-Se está lavando lo más rápido posible-insistía él una y otra vez.

Comí con una velocidad impresionante, en cinco minutos ya caminaba de un lado a otro de la habitación como una loca poseída por el diablo.

Una y cuarto, una y media -¿y mi ropa?-grité nuevamente a Potter que estaba sentado tranquilamente sin tener conciencia de mi problema.

-Eh
voy a buscarla-dijo por fin saliendo de allí mientras yo volvía a posar mi vista en el reloj.

P.O.V James

-Muy bien sigue así una media hora-le susurré a Canuto, que misteriosamente estaba frente a la puerta de la lavandería como para evitar que alguien pasara.

-Si
pero
veras sucedió un inconveniente-dijo nervioso-creo que se me pasó la mano con el jabón
-.

-¿Queeé?-no pude dejar de gritarle aunque el sermón duro poco ya que sentí pasos desde mi habitación. Lily venia.

-HAZ ALGO Y RAPIDO-le grité en el oído a Sirius antes que la pelirroja irrumpiera en el corredor más enojada que nunca.

-Tengo que trabajar en quince minutos y si no me das mi ropa Potter te juró que
-amenazó ella, pero no pudo acabar ya que a pesar que mi amigo hacia fuerza contra la puerta, esta se abrió de goznes y dejó paso a una avalancha de espuma rosa que nos arrastró desprevenidos.

Sentí los gritos de Lily, terminamos los tres tirados en la sala de estar, Remus que estaba sentado allí leyendo el profeta se levantó en seguida y miró la escena con asombro.

Comencé a toser, estaba bañado en jabón, ayudé a Lily a levantarse y pude escuchar a lunático diciendo con un tartamudeó:

 

-¿Queé paaasó?-.

-No sirves para nada-le reproché a Sirius.

-Demasiado jabón-dijo él algo abochornado.

Lily estaba pálida en cualquier momento reaccionaria y
seria nuestro fin, era muy joven para morir.

-No te preocupes pelirroja te daremos tu ropa estoy seguro de que se lavó-trato de solucionar Sirius mientras retrocedía y miraba como Lily se iba poniendo roja de furia.

-SI EN CINCO MINUTOS NO ESTA MI ROPA LOS MATO-gritó dejándonos a los tres helados y haciendo que Peter saliera de la cocina asustado.

Canuto corrió internándose en un mundo de burbujas rosas y tres minutos después regreso con ¿ropa de
muñeca?

El buzo, antes gris, lucia de un color rosa intenso, pero eso no era lo peor, si no que se había achicado muchas tallas y ahora solo le quedaría a una muñeca, el pantalón estaba desteñido a un rosa horroroso y también estaba tamaño Barbie.

-Toma pelirroja, tu ropa tu no mencionaste en que estado-se justificó mi amigo.

Antes que ella lo matara con la mirada decidí intervenir:

-Te puedo prestar ropa para que vayas a trabajar y luego te comprare ropa nueva-.

Lily respiró hondo y asintió con la cabeza.

-De acuerdo Potter tú ganas
por hoy-.

Fui hasta mi cuarto y busqué una remera y un buzo decentes, luego se los entregué, ella corrió al baño más próximo en donde se cambio en unos minutos. Luego la acompañé hasta su trabajo aunque ella se negó.

Capitulo siete: Propuestas

P.O.V Lily

O mi dios que pensaría John cuando me viera así, seguro se reiría, espero que no me despida por verme tan ridícula. Tenía puesto una camiseta blanca que me quedaba un poco holgada y un pantalón deportivo azul oscuro que parecía que llevaba una bolsa de papas, encima irradiaba perfume de hombre a varios kilómetros a la redonda.

Llegué y allí estaba el pelinegro, al verme escondió una leve risotada pero no dijo nada al respecto solo se dedicó a ver feo a Potter.

-Buenos días John, siento la tardanza-saludé yendo hacia la caja.

-De que hablas si solo llegaste cinco minutos tarde-dijo el muchacho con amabilidad.

Potter parecía enfadado por la presencia de mi jefe, pero no tardo en decir:

-Me alegra que la hayas pasado bien anoche en mi casa y que te quedé bien mi ropa-.

Lo iba a matar, ¡que vergüenza!, ¡trágame tierra! Me decía, ¿quien sabe que habrá pensado John que hicimos anoche?

-¿Eso es cierto Lily?-preguntó enseguida cambiando su semblante por uno de preocupación.

-Si, pero no es lo que piensas, pasé la noche en su casa porque me desmayé y era muy tarde-aclaré regalándole una sonrisa que hizo que Potter le dedicara una mirada asesina a mi jefe.

Potter miró con algo de arrogancia a John y después de saludarme se fue por donde vino.

Mi superior suspiró aliviado, me sonrío y se fue a la trastienda.

A pesar que ya me había acostumbrado al perfume de Potter y no estaba nada mal si lo olías bien, algunos clientes me miraron raro al percibir el aroma, no les dí importancia y la tarde transcurrió bastante tranquila.

Cuando estaba por regresar a mi casa, John me llamó.

-Disculpa Lily pero quisiera hacerte unas preguntas algo personales-.

-No tengo problema con eso-contesté con una sonrisa.

 

-¿Tienes algo con Potter?-cuestionó directamente.

¿Acaso veía visiones? como podía pensar esa barbaridad, antes saldría con el calamar gigante.

-No-dije enseguida haciéndome la ofendida.

-Que bien, porque me gustaría invitarte a cenar-propuso-encontré un restaurante muy bueno el otro día y me preguntaba ¿quieres ir conmigo?-.

-Claro, hace mucho que no salgo-dije con emoción.

-¿Te parece mañana, un viernes por la noche, a eso de las nueve?-.

-Seguro, dime donde queda y nos encontramos allí-confirmé.

Me dio la dirección, luego me despedí de él bastante emocionada.

Esa hermosa mañana de viernes me levanté con el pie derecho, pensaba en la cita con John, él es un gran chico me repetía una y otra vez.

Me duché y bajé a la cocina, tenía mucha hambre y no podía dejar de pensar en el desayuno.

En la cocina todo era tal cual lo imaginé pues la mesa estaba atestada de galletas, tostadas y bizcochos.

Saludé a mis padres con el típico "buenos días" y a mi hermana, pero esta no se molesto en contestarme, como de costumbre.

Después me serví un delicioso café caliente y sonreí, todo iba de maravilla esa mañana, mis padres estaban bien, Petunia todavía no me insulto y el sol resplandecía como nunca, hasta que

El teléfono comenzó a sonar haciendo que me sobresaltara y que por poco me bañara en café.

-Yo atiendo-dijo mi querida hermana mientras le sonreía a mis padres "angelicalmente"

Pronto se sintió la voz chillona y molesta de ella, comencé a preguntarme quien era para que Petunia se enfadara tanto.

-Es para ti- me indicó despectivamente.

¿Para mí?, me pregunté pensando quien podría ser, aunque no dudaría en agradecerle por haber hecho que mi hermana pusiera esa cara de asco.

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¿Quien será el de la llamada misteriosa?,¿qué pasara en la cita de Lily y John?,¿qué hara James cuando se entere?,todo esto y más en el próximo capítulo.

Capítulo ocho: Un viernes movidito

Agarré el tubo del teléfono y contesté con un hola dudoso.

Del otro lado una voz demasiado familiar me dijo:

-Hola Lily ¿Cómo estas?-.

-Bien Potter
¿Qué quieres?-solté de inmediato.

-Perdona si estabas ocupada, es que me preguntaba si estas libre para poder ir a comprar ropa ya que te arruiné la que traías el otro día-se explicó.

-Es cierto, creo que si, pero es que hoy trabajo-repliqué con una sinceridad que no sabia donde la tenía.

-Lo sé pero tengo entendido que comienzas a trabajar a las dos de la tarde y recién son las nueve y media-razonó él.

-Si pero
-busqué desesperadamente otra excusa.

-Entonces voy por ti a las diez, nos vemos-antes que tuviera tiempo para negarle la salida cortó la llamada.

Quedé impactada aún sujetaba el tubo telefónico, supongo que no tengo elección, me dije, terminé de desayunar, le expliqué a mis padres donde iría, parecían asombrados que Potter me recompensara comprándome nueva ropa.

Increíblemente a las diez en punto los cuatro chicos estaban aguardando en el auto.

En media hora más ya estábamos allí, hacia millones de años que no frecuentaba un centro comercial.

-Voy a la tienda de mascotas, necesito un nuevo antipulgas-dijo Black.

 

-A mi me encantaría ir a echarle un ojo a la librería-intervino Remus.

-Si y yo necesito nuevas calcetas-añadió Peter.

-Nos encontramos aquí en dos horas para almorzar-organizó Potter.

Los tres se fueron y me quedé sola con Potter.

Comenzamos a mirar vidrieras, hasta que por fin dimos con una tienda que era genial, ya que tenía todo tipo de ropa.

Mientras miraba las perchas de los pantalones, sentí que alguien decía a mis espaldas:

-¿Lily?-.

Me di vuelta y comprobé que estaba Chelsea, una compañera de la primaria que en un tiempo fue mi amiga.

-Chelsea cuanto tiempo-dije impresionada.

-Me alegra verte, a propósito no me presentaste a tu acompañante ¿es tu novio?-cuestionó ella con picardía mirando de arriba abajo a Potter.

Es que acaso la gente se esta volviendo loca o alguien quizás me había escrito en la frente "NOVIA DE POTTER" o peor aún "NOVIA DEL IDIOTA QUE ESTA A MI LADO"

-No para nada es solo un compañero, Chelsea él es James, Potter ella es Chelsea-.

La castaña comenzó a mirar a Potter coquetamente hasta que volvió a preguntar:

-Entonces ¿Qué hacen de compras juntos?-.

-Es una larga historia-dije para no dar explicaciones.

James que adivinó las intenciones de la chica miraba en otra dirección sin saber que hacer.

-¿Y a que secundaria van?-siguió el interrogatorio.

-A una en las afueras de Londres-.

Y eso cada vez iba para peor porque preguntó:

-¿Cómo se llama?-.

-Gowharts-confirmé, Potter comenzó a tener un ataque de risa por el nombre, intente ignorarlo pero Chelsea estaba muy pendiente de él, quizás demasiado, susurró una voz en mi interior, esa misma voz me insinuaba que debía alejarme de ella como si una necesidad de estrangularla para que dejara de mirar de esa forma a Potter se hubiera apoderado de mí.

No, debía tranquilizarme, respiré hondo y le dije:

-Se nos hace tarde, debemos irnos-.

-Tan pronto, bueno pero deberíamos arreglar para salir algún día James-indicó guiñándole un ojo, creí que la mataba allí mismo pero por suerte Potter no dijo nada y Chelsea se marchó algo ofendida.

James
digo Potter se río por como se fue la chica y me apresuré a elegir varios jeans y camisetas.

Fui hasta el probador y opté por los mejores aunque Potter se enojo por que solo elegí uno de cada uno y decidió pagarme todos los que me había probado.

Después de pagar seguimos caminando por el centro comercial, Potter no hablaba y se estaba tornando algo aburrido, entonces pasamos por una tienda de ropa de gala, al frente un hermoso vestido rojo reposaba en un maniquí, era simplemente perfecto.

Arrastré a Potter dentro y corrí a probármelo, él casi se cae de espaldas cuando me lo vio puesto. Me cambié y fui a pagarlo.

Llegamos a la caja y nos pusimos detrás de la que creí que era una Barbie en persona, llevaba una minifalda negra con una musculosa rosa fuerte muy apretada, su cabello era rubio y estaba perfectamente planchado.

Pagué y la muñequita de porcelana me dio un empujón que hizo que soltara mi compra y dejo caer "accidentalmente" su bolsa, luego se agachó exageradamente para recogerla mostrando todo, al mismo tiempo que yo me apresuré por alcanzar la mía.

Potter miraba la escena incrédulo pero no duro mucho ya que lo saqué de la tienda a una velocidad alarmante.

 

Por suerte ya eran pasadas las doce, decidimos ir a buscar a los demás porque si no Potter no se libraba de que lo acosen o...de algo peor.

Tomamos un rápido almuerzo en un pequeño lugar donde vendían sándwiches de todo tipo, tamaño y forma. Black estaba en el paraíso por casi se come la bandeja.

A eso de la una y media zarpamos, y a las dos Potter estacionó su auto sin problemas frente a la tienda Anderson´s, mientras que Remus, Black y Peter volvían al apartamento, Potter el pesado insistió en acompañarme unos tres metros para que llegara sana y salva a mi trabajo.

John estaba organizando unos estantes para cuando llegamos.

-Hola Lily, supongo que estas lista para nuestra cita de esta noche-dijo el recalcando cita y haciendo que Potter adquiriera tonalidades rojizas en su rostro.

-Si John, creo que si, me compré un vestido rojo precioso-le conté, eso creo, fue la gota que derramó el vaso pues Potter estaba impactado y shockeado, sin embargo no dijo nada, se despidió con formalidad y se fue en un pestañeo.

¿James sentira celos?¿ustedes que creen? jaajaj

gracias por todos los que usan su preciado tiempo en leer mi fic :D cada comentario me da animos para continuar asi que muchas gracias a todos :D

Capitulo nueve: Contratiempos

P.O.V James

No podía estar pasando, eso era una alerta roja, después de todo el desgraciado la invitó a salir, salí de la tienda a paso veloz y me apresuré a llegar al cuartel.

Todo estaba tranquilo, Sirius y Peter miraban la televisión mientras que Remus leía su nuevo libro.

-Estamos en código rojo, necesitamos un plan de emergencia para esta noche, ha sucedido lo peor-dije cerrando la puerta de golpe.

-¿Qué paso?-preguntó Lunático con interés cerrando su libro.

Les expliqué todo brevemente y al fin les dije:

-Nos infiltraremos para que nada salga bien, Peter ve por el equipo necesario que debemos trazar una estrategia-.

P.O.V Lily

Esa tarde llegué a mi casa muy nerviosa, solo tenía una hora para arreglarme así que me bañe con rapidez y tomé la bolsa de las compras para sacar mi precioso vestido nuevo, pero

-¡NO ESTÁ!-grité horrorizada, ya que en su lugar estaba uno también rojo pero "algo" diferente.

A quien voy a engañar me confundirán con una cualquiera, me dije viéndomelo puesto, era mucho más corto que lo que hubiera elegido ponerme en mi vida, tenía un escote demasiado pronunciado y como si fuera poco me quedaba algo ajustado.

Respiré hondo varias veces, ¿cómo eso me había podido pasar justo a mí?, seguro que cuando la Barbie dejo caer su bolsa tomo la mía sin querer.

Aún tenia treinta minutos, tenía tiempo, me repetía, busqué en mi closet algún milagro que me salvara de esa humillación color demonio, pero nada.

Entonces una idea brillante de parte de mua llegó a mi mente, volví a abrir el armario y saqué un abrigo, era largo y de piel, parecido al que suele llevar Hagrid, el guardabosques, pero por lo menos me resguardaba de la humillación pública.

Supongo que tendré que ir con esto, me resigné, mientras me disponía a calzarme y a peinar mi cabellera pelirroja.

Me maquillé un poco para dar un toque natural y baje a la sala, mi padre estaba sentado leyendo el periódico, tomé el teléfono silenciosamente para que no me notara y disqué a la compañía de taxis, la operadora me atendió diciendo que en unos diez minutos llegaría el vehiculo.

 

Cuando creí estar salvada, mi papá bajó el diario que le cubría el rostro.

-Que la pases lindo hija, ¿pero no te parece que hace calor para llevar semejante abrigo?-notó él.

-Es que hay una brisa helada que
es fría-traté de justificarme aunque una niña de cinco años se hubiera excusado mejor.

-De que hablas si casi nunca hay viento en esta época-desmintió mi amoroso y astuto padre.

-Si...pero
-busca Lily busca, me decía.

-No seas tonta y sácate eso-ordenó ya sin paciencia.

Comencé a sudar, la humillación con todas sus letras empezaba en la pequeña salita de mi casa, me desprendía los botones del saco muy despacio, uno por uno, hasta que llegue al ultimo y

La bocina del taxi sonó, ufff....., que cerca si mi padre hubiera visto el vestido seguro no me dejaba salir nunca más y me ataba a mi cama por siempre.

Saludé a mi padre con un fugaz beso en la mejilla y corrí a subirme al taxi que aguardaba.

En el camino me sentía observada, debían de ser alucinaciones, me dije después de mirar en todas direcciones sin notar nada más que otro taxi, un auto igual al de Potter color negro en el que un ocupante también vestido de negro lo conducía.

Capítulo diez: Los "arruina citas"

P.O.V James

Nos bajamos del auto al mismo tiempo que Lily entró al restaurante.

Sirius y yo nos dirigimos a la cabina telefónica más cercana como lo indicaba el plan.

Él tomo el tubo del aparato disco los números y ni bien contestaron dijo con rapidez:

-Adelante estamos en la avenida Queen 345-.

P.O.V Lily

Sin siquiera sacarme el abrigo, entré al restaurante y comencé a buscar con la mirada a John.

Entonces el mesero me indicó que estaba en el balcón, fui hacia allí como un manojo de nervios y me lo encontré sentado sonriéndome.

También le sonreí y después de darle un beso en la mejilla me senté frente a él.

Esa noche lucia una hermosa camisa celeste que hacia que sus ojos azabaches resaltaran.

-Para la dama más hermosa-dijo mostrando un ramo de rosas rojas.

Me sonrojé.

-Gracias John no tendrías que haberte molestado-.

Pronto entraron varias parejas llenando otras mesas y junto a ellas vinó el mesero.

-Buenas noches ¿Qué van a beber?-dijo él.

-Agua sin gas para mí, por favor-pedí.

-Lo mismo-dijo el morocho.

El mozo asintió con la cabeza y luego de darnos el menú se fue.

-¿Viste a ese sujeto?-me preguntó mi acompañante en tono burlón.

Lo mire sin comprender, por lo que me hizo un gesto con la cabeza para que mirara la mesa que se encontraba a mis espaldas.

Allí había una persona totalmente vestida de negro, con un sombrero gracioso que le cubría el rostro, por un momento la palabra "mortífago" llegó a mi mente, pero se esfumó gracias a un extraño presentimiento que me indicaba que lo conocía.

-Me suena de algún lado, pero no se de donde-susurré para que el sujeto no nos escuchara.

John rió.

-No me dijiste que te relacionabas con la mafia-.

 

-No sé, quizás estoy alucinando-confirmé entre risas.

Al final cuando el mozo regresó para ver que íbamos a ordenar nos olvidamos del hombre y pedimos unos fideos con salsa para cada uno.

-¿No tienes calor con ese abrigo?-me preguntó.

-No, de hecho hace frío-me apresuré a decir.

-Pero si hace más de treinta grados, ¿segura que te sientes bien?-.

-Si, si-aseguré.

-Entonces quítatelo-volvió a insistir.

-No enserio
-.

-Oh vamos, yo quería ver el vestido que me dijiste que te compraste-dijo apenado.

Refunfuñando por haber perdido la batalla y enojada por mi gran bocota, me lo saqué, aunque me apresuré a aclarar:

-No quiero que te asustes, porque veras es que hubo un error en la tienda y
-

-Estas
estas
preciosa-dijo tartamudeando asombrado.

De repente se sintió el chirriante correr de una silla y el sonido de un objeto cayendo de golpe.

Miré avergonzada en todas direcciones pero al no ver a nadie cerca me inquieté, entonces el hombre de negro comenzó a toser muy alto de una manera tan falsa que me hacia recordar a
no, no podía ser.

En ese momento aparecieron dos personas acompañadas por el mozo.

La primera era una señora con cabellos rubios rizados hasta la cintura que llevaba un vestido negro largo hasta los pies, su acompañante tenía un bigote oscuro, un sombrero que le ocultaba la cara y un traje marrón muy antiguo.

Lo extraño es que también esas personas me provocaban aquella sensación de familiaridad, tendría que plantearme seriamente la opción de ver a un especialista mental.

No pude pensar quienes eran porque el hombre tropezó y empujó al mesero quien, a su vez, soltó los fideos provocando que cayeran directamente

Capitulo once: Despejando caminos

-Disculpe, es que mi esposo es casi ciego-le dijo la señora a un John recubierto de fideos con tuco, que le colgaban en la cabeza, camisa y hombros.

Los de las mesas contiguas rieron, yo tuve que contener la risa porque realmente lucia gracioso, me dispuse a ayudarlo a quitárselos pero estaba furioso y pronto el mozo también intervino avergonzado.

-Lo lamento Señor-dijo él dándole una servilleta.

John echaba humo por las orejas, nunca lo había visto así.

-La próxima vea donde pisa-le gritó al señor del bigote.

El matrimonio se sentó en la mesa contigua sin decir nada aunque me daba la impresión que se estaban riendo.

-Voy al baño-indico mi acompañante duramente dejando un rastro de fideos a su paso.

Pasé varios minutos jugando con el tenedor, cuando la señora rubia me dijo con una voz chillona:

-Disculpa querida, que lindo es tu
pelo
si tu pelo, ¿Qué shampoo usas?

P.O.V James

Esa era la clave, me apresuré a moverme de donde estaba con rapidez antes de que el enemigo regresara, llegué al objetivo justo cuando Lily empezaba a mirar feo a Colagusano versión mujer, saque de mi bolsillo un frasquito y lo vertí todo en el vaso de agua de ese desgraciado. El plan estaba funcionando Peter y Remus fingían ser un matrimonio y Sirius se encargaba de que no se produjeran "acercamientos innecesarios".

Luego al ver que mi amigo buscaba desesperadamente como largarse de la situación de distracción y como John se acercaba cada vez más, miré a todas partes hasta que sin que lo notara descolgué el abrigo de Lily de la silla.

 

P.O.V Lily

"Misteriosamente" mi abrigo se cayó de la silla, lo junté extrañada y para entonces John ya había vuelto y la mujer se había largado.

Él comenzó a comer con enfado un nuevo plato de fideos que nos había proporcionado el mozo.

Comimos en silencio hasta que John dijo:

-¿Qué te parece el trabajo?-.

Lo miré desconcertada por su brusco cambio de actitud, pero al fin dije:

-Bien, es divertido hacer algo distinto en verano-.

Él sonrío y bebió nuevamente.

-Sabes que es lo importante que estamos disfrutando la noche-dijo a la vez que tomaba mi mano con suavidad y acercaba su rostro más y más cerca hasta que una tos bastante fuerte se escuchó varias veces seguidas, al parecer provenía del hombre de negro. Esta hizo que volviéramos a nuestras posiciones algo avergonzados.

John terminó su agua con incomodidad y me preguntó:

-¿No notas que tenía algo extraño la comida?-.

-No estaban ricos los fideos-.

Entonces él salio literalmente disparado de allí mientras se excusaba con un -Ya vuelvo-.

De nuevo sola, vaya cita, pensé con amargura.

Terminé mi vaso de agua y miré un rato la mesa de lo más aburrida.

Rechacé el postre al mesero mientras no cesaba de consultar la hora.

Las doce, las doce y media y nada, el no volvía.

A la una estaba más que enfadada, ¿A dónde fue a la luna o se tomo la molestia de dejarme plantada?

Rompí las rosas que me había dado con furia, pagué y a la una y media me fui de allí con el poco orgullo que me quedaba intacto.

P.O.V James

El plan salía a pedir de boca, "John quita pelirrojas", estaría en el baño con una fuerte indigestión por el laxante y Lily no le querría hablar nunca mas, ya tenía el camino despejado.

Capítulo doce: Ojo por ojo, diente por diente

Llegué enfadada al pórtico de mi casa, juró que me vengaría de John, busqué las llaves desesperada en mi bolso, las saqué, y cuando iba a abrir la puerta me percaté de mi aspecto. No podía entrar a mi casa con ese atuendo, pero ¿y mi abrigo?...

-¡Maldición! deje el abrigo en el taxi-murmuré en voz baja pensando que todo en esta noche iba de mal en peor.

Respiré hondo buscando una solución y rezando a todos los dioses que todos estuvieran profundamente dormidos, aunque considerando la hora, esto era bastante probable.

Entré a la sala de puntitas y de pronto me detuve ya que escuché algo como

-Mi amor no me dejes-.

-No te dejaré nunca-.

Seguido se sintió el ruido de un besuqueo, pero eso no era lo peor sino que Petunia y Vernon se besaban al igual que los protagonistas de esa cursi película que miraban. Un ruido semejante a un caño obstruido resonó en la sala y cada vez me daba más asco. Seguí lentamente hacia la escalera y por suerte no me detectaron, hasta que cuando toqué la perilla de mi cuarto, pensando que estaba salvada, mi padre dijo al momento que encendía la luz:

-¿Lily como te
¿Qué traes puesto?-soltó atónito.

Quedé paralizada unos segundos hasta que le respondí:

-Un vestido papá, ¿no es obvio?, buenas noches-.

 

Seguida por la desdicha ingresé a mi cuarto y cerré la puerta de golpe, ya no me importaba nada.

El fin de semana transcurrió lento y aburrido, me enteré que Alice, mi amiga, estaba de viaje en los Alpes con sus padres pasándola genial, mientras que yo me la pasaba en mi cuarto llorando y pensando ¿Por qué a mi?

En fin, el lunes llegó y no tenía más remedio que ver de nuevo a la cara a John, ya que seguíamos trabajando en el mismo lugar.

Entré a la hora de siempre y apenas lo saludé se me acercó haciéndose el "apenado" y me dijo:

-Perdón por dejarte sola pero es que tuve un problemita intestinal que me impidió salir del baño-.

-¿Me crees tan ingenua como para pensar que estuviste dos horas en un baño?-le grité enojada.

-No Lily, solo que es la verdad, cuando pude salir ya te habías ido-.

-Me dejaste más de dos horas plantada ¿Qué querías que hiciera?, ¿qué le pidiera al mozo una almohada?-le recriminé con ironía.

-Que me esperaras, eso quería-sentenció con seriedad.

-Esperarte ¿dices que no te esperé?, estuve dos horas sentada jugando con un tenedor-volví a gritarle completamente roja de furia.

Él se dio media vuelta y también enojado regresó a la parte de atrás de la tienda mientras que con amargura iba a mi puesto para comenzar lo que seria una larga
jornada de trabajo.

Ciertamente el reloj corría más lento que una tortuga porque después de tres horas, que me parecieron una eternidad, "Potter and company", arribó a la tienda con unas inusuales sonrisas, algo muy sospechoso.

-Hola Lily-saludaron los cuatro.

Les hicé un gesto a modo de saludo no estaba de humor para soportarlos el día de hoy.

-¿No vas a preguntar que necesitamos?-dijo Black.

Bufé-¿Qué necesitan?-dije con agresividad en el tono.

-¿Así tratas a tus clientes pelirroja?-me contestó el pesado de Black.

-Venimos a lo de siempre-informó Potter.

-¿Molestar?-.

-No, ya sabes a comprar dulces para Remus-respondió Potter con obviedad.

-Ah cierto que es lo único que ustedes consumen-solté despectivamente.

-Pelirroja no te ofendas pero eres muy dura con nosotros-notó el ojigris.

Lo ignoré y Potter se acercó a la caja a pagar mientras que Remus y Peter ojeaban el libro que tenía sobre la mesada de la caja.

Pagó y luego este me dijo:

-Lily creo que no estas bien ¿te pasó algo malo?-.

-No Potter, solamente me pase todo el fin de semana encerrada en mi cuarto lamentando mi cita del viernes, que fue un desastre, y aguantando a mi "querida " hermana torturándome-conté tristemente sin saber porque.

-Ya veo, ¿entonces quizás puedas venir con nosotros al parque de diversiones este sábado?-invitó él.

En ese momento John apareció en la parte delantera y parecía muy atento a mi respuesta, en mis ojos brilló la rabia y con toda la amabilidad que pude reunir le confirmé:

-Será un gusto ir con ustedes a divertirnos a un parque de diversiones, la vamos a pasar genial-.

Potter me miró incrédulo por la reacción, pero yo solo pensaba en la venganza al ver la cara de John de asombro.

Ellos se fueron y mi gerente regresó a la trastienda bastante confundido.

Lily Evans 1 y John McCarty 0, sonreía para mi interior.

Después de eso la semana transcurrió tranquila, John y yo no nos dirigimos más la palabra que para lo estrictamente necesario, el sábado llego con extrema rapidez y no sabia que ponerme.

 

Al final me decidí por un vestido ligero y unas sandalias que hacían juego, me peiné al natural y después de pasar la "inspección de vestimenta", como le decía mi padre a controlar que mi ropa no fuera demasiado liberal, porque desde el vestido rojo, que por cierto había confiscado, me vigilaba seriamente en este aspecto.

A las diez ya me esperaban en la puerta de mi casa, Remus y Peter estaban en la parte trasera y James y Sirius en la delantera con las mismas gafas negras y esa sonrisa deslumbrante que hacia que todas las chicas de Hogwarts, excepto yo, cayeran rendidas a sus pies.

-Hola Remus, Peter-comencé a saludar con amabilidad-Potter, Black-terminé.

Entré al auto y me senté entre Remus y Peter y el viaje comenzó. Ese día un sol deslumbraba y hacia mas calor que de costumbre augurando un lindo día.

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¿Qué les pareció?,¿se divertirán los cinco?,¿Les pareció justa la venganza de Lily?,jajaja quédense con la intriga,que malvada que soy :D

Capítulo trece: Un regalo especial

En no menos de media hora ya estábamos allí, estacionó el auto y los cinco nos dirigimos a la monumental entrada.

En realidad solo había ido a un parque de diversiones de pequeña con mis padres y Petunia, todavía recuerdo como termino mi hermana después de la montaña rusa

Compramos las entradas e ingresamos, por dios ¡ese lugar era enorme! y estaba lleno de gente.

Entonces Sirius, que estaba más emocionado que un niño de cinco años con juguete nuevo, nos condujo entre la gente para llegar a la fila de una especie de montaña rusa de agua.

Traté de zafarme pero cuando quise acordar los cinco estábamos repartidos en dos balsas bajando en picada el tobogán, menos mal que no había desayunado nada, aunque Peter no tuvo la misma suerte.

Salimos de allí totalmente empapados pero divertidos, no tuvimos un segundo de respiro ya que Black divisó los autitos chocadores.

Me reí como nunca en ese momento porque los chicos nunca habían conocido las cosas muggles en su totalidad y Peter se chocaba contra un muro una y otra vez sin encontrarle la gracia al juego. Después de chocar y rechocar los autos nos fuimos de allí directo a una especie de función de circo, donde los chicos quedaron boquiabiertos al ver al elefante haciendo diversos trucos.

Cuando dieron las doce ya nos ardía el estomago de hambre así que fuimos al sector de comidas a disfrutar unas hamburguesas y de postre un delicioso algodón de azúcar que les fascinó y comenzaron a halagar la cocina muggle.

Luego nos separamos y quedamos de encontrarnos en la puerta a las seis, hora en que cerraban el parque, Remus fue a una especie de feria de libros, Sirius y Peter a una casa de espejos mientras que, para variar, James y yo quedábamos completamente solos.

Lo arrastré a la rueda de la fortuna sin dejarlo protestar.

-Vamos adoro ese juego siempre fue mi favorito desde pequeña-le dije haciendo pucherito para conseguir lo que quería.

Él me sonrío y ambos subimos a la rueda, desde allí se podía ver todo el parque y a las personas como pelotitas de colores.

-Tenias razón desde aquí se ve todo-dijo James asombrado.

 

Después de charlar y reírnos un rato en el que subimos a trenes, teleféricos, recorrimos ferias de muchas cosas y hallamos a Sirius siendo perseguido por unas seis chicas, que lo miraban como un hambriento a un jugoso filete, llegamos a un juego de tiro al blanco.

-No quieren jugar chicos, podrías ganar un premio para tu hermosa novia-le dijo el señor que controlaba el juego.

Al instante me sonrojé sin saber el motivo y le desmentí-No somos novios, es solo un compañero de clase-.

Él señor me miro desconfiando de mis palabras y le dio tres aros de distintos colores a James,--inténtalo-.

Él que estaba más que entrenado en lanzar y atrapar gracias al bendito Quidditch, pudo acertar los tres a la perfección dejando bastante impresionado al cuidador.

-Elijé un premio-insistió señalando una repisa donde descansaban peluches, revistas entre otras cosas.

Le tendió una revista de autos que seguro le interesaría pero para mi sorpresa eligió el osito yo que estaba mirando desde hace rato con interés, este era marrón claro con detalles en rojo, una moña y lucia una tierna carita.

El señor le guiñó un ojo por lo que había hecho y entonces James me dijo:

-Toma un regalo para que recuerdes este día-.

Acepté al peluche con una sonrisa y lo guardé en mi cartera, que tenía un encantamiento de extensión indetectable para no tener que llevarlo en la mano.

-Gracias-fue lo único que pude decirle antes de que se formara un incómodo silencio.

Nos dirigimos a un pequeño, pero concurrido, café donde me contó de su familia y sobre la enfermedad que tenían sus padres, realmente me sentí mal al escuchar eso, se me revolvió el estomago y me dio lastima por haberlo tratado tan mal. Tomamos ambos un café y unas medialunas.

A las cinco y media solo podíamos ir a una atracción más antes de irnos, al final cedí al pedido de James y fuimos al tren embrujado.

Subimos, comenzó entrando en una especie de cueva repleta de telarañas, se sentían gritos, chillidos y el aleteo de murciélagos, es todo una farsa, me decía en mi mente para que James no notara que tenía un poquitito de miedo.

En un momento, en el que el carrito se detuvo de golpe, pensé que el paseo por fin se acababa y respiré hondo aliviada, pero en vez de eso una voz surgió de la nada, esta decía:

-Ahora deben valerse por si mismos y seguir la senda de la oscuridad.-

Tragué estupefacta y miré el camino que venia, esperó que Potter no noté que estoy temblando más que una gelatina.

En realidad él parecía bastante emocionado por esa aventura. Miré mi reloj y comprobé que en exactamente quince minutos cerrarían el parque y me alarmé, me bajé del carrito y caminé al lado de James con nerviosismo.

Ese seria un largo camino, me dije.

Cada vez temblaba más, en un momento cuando una araña se posó justo encima de mi cabeza, tomé accidentalmente su mano. No pude evitar sonrojarme ante el contacto y enseguida la retiré, aunque a James no le importo para nada.

Faltaban solo diez minutos y seguíamos en ese espeluznante túnel donde hasta el más insignificante ruido me sobresaltaba de los nervios, entonces sentimos pasos de detrás de nosotros, resonaban, luego se escuchó un grito. Me asuste más que antes y apresuramos el paso pero cada vez se escuchaba más los pasos, alguien nos seguía.

 

Entonces, una sombra se vislumbró a lo lejos y James sin vergüenzas me tomó nuevamente la mano y echó a correr hasta doblar la curva de ese cementerio recubierto de telarañas.

Capítulo catorce: ¿Casualidades?

-¿Estas bien?, te ves algo pálida-me preguntó deteniéndose de golpe y viéndome directo a los ojos provocando que me quedara inmóvil y que mi mente se vaciara de todo pensamiento.

-Si, solo que no me gusta mucho la oscuridad-dije a modo de excusa.

De repente sentimos el eco de unas pisadas que cada vez se acercaban más, quien quiera que fuera estaba a tan solo unos metros de nosotros.

Entonces los segundos transcurrían a una lentitud asombrosa y de súbito una luz se encendió, pegué un grito, no me lo esperaba y en menos de un pestañeo me encontrada entre los brazos de James.

-Hola-saludó el descarado de Black-Veo que estaban ocupados-.

Me separé de el de anteojos sonrojada, él quedo como embobado.

-Quedan solo cinco minutos para que cierren la entrada del parque debemos irnos y ¡ya!-soltó el ojigris.

Reaccionamos y nos apresuramos en dirección a la salida corriendo, en solo tres minutos habíamos abandonado el túnel embrujado y sin aliento llegamos a la puerta donde pasamos justo antes de que la cerraran, del otro lado Remus y Peter nos esperaban.

-Nos salvamos por poco-dijo James mientras yo me recuperaba de esa maratón.

Nos subimos al auto y en un momento noté que estacionamos frente a un gran edificio, miré a James sin entender y él me dijo:

-Vinimos de compras, tienes razón no podemos vivir a dulces-.

Lo miré sorprendida y los cinco entramos al enorme supermercado de las afueras de la ciudad.

-¿Qué es eso?-me preguntó Peter.

-Eso es un carrito para poner las compras-le dije pensando que me estaba tomando le pelo.

James y Sirius lo miraron sin entender y una señora que pasaba notó su expresión, tuve que llevármelos a todos a otra góndola antes de que empiecen a preguntar, ahora entiendo porque solo compran dulces.

Cuando llenamos el carro al completo, y eso que tuve que evitar que compraran cosas innecesarias como dedales y fósforos, ya habían hecho una enciclopedia de preguntas de todo tipo, dejándonos en exposición pública varias veces. Pero la peor fue cuando a Black se le dio por interrogar a la máquina en donde se comprueban los precios, comenzó a gritarle como si esta lo entendiera, hubiera deseado que la tierra me tragara porque todo el personal de la carnicería y las personas que rodeaban la zona se detuvieron a observarlo.

Como lo peor ya pasó, después de pagar, estábamos nuevamente los cinco en la seguridad del automóvil.

-Tengo hambre-se quejó Sirius por quinta vez en tres minutos.

-Yo también cornamenta-añadió Remus.

-Bueno, bueno iremos a comer algo, yo conozco un restaurante muy bueno por aquí cerca-dijo él.

Arribamos al restaurante cerca de las nueve y media, cuando íbamos entrando tuve un extraño presentimiento como si yo ya conociera ese lugar, al entrar confirmé la teoría que mi mente se planteaba.

¿Cómo puedo ser tan desgraciada de venir al mismo lugar en donde la semana pasada la había pasado horrible?

Encima cuando quise acordar ellos se habían ubicado en la misma mesa, pero eso no era todo sino que la única silla disponible cuando me fui a sentar era la misma de la semana pasada. Mucha casualidad ¿verdad?

 

Cuando el mozo vino, ordenamos tres pizzas grandes porque Sirius era capaz de comerse un elefante en esos momentos.

P.O.V James

En ese momento Lily fue al baño a lavarse las manos antes de comer, esperó que no lo tomé a mal lo de traerla al mismo lugar, pero es que si le mostramos la bien que lo podemos pasar quizás se sienta mejor.

Estaba distraído en otros mundos pensando en mi pelirroja favorita cuando sentí un ruido ensordecedor, resulta que el mesero, que venía trayendo las bebidas, tropezó arrojándolas todas al suelo.

Se fue muy apenado para traer algo para limpiar el desastre, traté de ayudarlo en cuanto trajo un trapo pero accidentalmente me caí al duro suelo tirando mis gafas en otra dirección, solo escuchaba las carcajadas de Sirius en ese mundo borroso. Entonces sentí pasos apresurados hacia mi y alguien me tendió su mano, no pude notar de quien era hasta que percibí su suavidad y calidez, sin duda era Lily.

Me dio mis gafas y le sonreí pero cuando íbamos a sentarnos ella se resbaló y me tomó del brazo para mantener el equilibrio, nuestros rostros se acercaron tanto que podría jurar que nuestros labios se rozaron, enseguida nos alejamos sonrojados, no podía creer lo cerca que había estado de darle un beso, el resto de la noche apenas comí solo tenia ojos para una sola persona.

En fin cerca de las once llevamos a Lily a su casa, donde saludé a sus padres, que me parecían tan encantadores como ella, luego volvimos a casa.

P.O.V Lily

Entre a mi casa todavía agitada por lo sucedido, estuve a centímetros de besar a Potter, cada vez que lo recordaba comenzaba a ponerme nerviosa.

Dentro, mi padre y mi madre me pidieron que me sentara en el sofá, obedecí pensativa sobre lo que me querrían decir.

-¿Cómo te fue?-preguntó mi mamá.

-Bien nos divertimos en el parque de diversiones-simplifiqué queriendo irme pero mi papá comentó:

-Que simpáticos que son tu novio y sus amigos-.

-¡PAPÁ!-me escandalicé-no es mi novio, es solo un compañero de casa en Hogwarts-.

Ambos se rieron, yo aun no le encontraba la gracia a mi comentario pero bueno así son los adultos.

Subí a mi cuarto dejando atrás la risa de mis padres, estaba más nerviosa que antes, por suerte llegué a mi habitación y cerré la puerta de golpe, respiré aliviada y me senté en la cama.

Localicé mi bolso que seguía colgando de mi hombro ignorado por mi mirada desde hacia rato, lo abrí y saqué el oso de peluche. Se veía tan tierno, lo acomodé junto a mi almohada cuando sentí que la puerta se abría.

-Lily aquí tienes la ropa limp
-comenzó mi madre pero sus ojos se desviaron hacia cierto peluche-¡que lindo osito!, ¿de dónde lo sacaste?-.

-¿Qué oso?-fingí haciéndome la sorprendida mientras me colocaba frente a él para que en un intento desesperado desapareciera unos momentos.

Mi madre se acercó y señaló un brazo del peluche que sobresalía y que no había podido ocultar, viendo que la batalla para esconderlo estaba perdida le confesé:

-Lo conseguí en el parque de diversiones, pero dime ¿lavaste mi vestido verde?-pregunté rápidamente para cambiar de tema pero mi madre no se daba por vencida tan fácilmente, me hacia acordar a alguien.

 

-Si lo lavé pero dime ¿tú lo ganaste?-cuestionó ella con una insinuación que no me paso desapercibida.

-Eh
no exactamente
digamos que me lo obsequiaron-conté comenzando a ponerme nerviosa, cosa que mi madre no paso por alto tampoco.

-Déjame adivinar, ¿James te lo regaló?-soltó ella como siempre, directa y al punto.

-Si, pero no es lo que piensas-dije totalmente avergonzada al ver la cara que ponía-¿arreglaron el lavaplatos?-.

-Lily, mi amor, déjame decirte que si en realidad no te importara ese muchacho no hubieras tratado de cambiar de tema tres veces, ni tampoco hubieras querido esconder su regalo ni mucho menos ponerte más colorada que tu cabello-sintetizó ella, por algo era mi madre me conocía de pies a cabeza.

Dicho esto ella se fue y me quedé pensando mucho rato, no podía, no me podía gustar James Potter.

Capítulo quince: Recados de domingo

Lentamente abrí los ojos, todo en mi habitación estaba oscuro y sumido en una intranquilidad inhumana, con un pronunciado bostezo me levanté de la cama. Lo primero que hice fue abrir la ventana de par en par para que el sol iluminara y diera vida a la estancia.

Me dí una ducha y ordené un poco mi cuarto que parecía victima de una batalla campal, hacia años luz que no limpiaba.

Bajé a la cocina como todas las mañanas, la idea de un desayuno me invadía por completo, pero me llevé una sorpresa al comprobar que allí estaba solo mi madre lavando los platos.

-Buen día ¿y el desayuno?-pregunté sorprendida.

-Lily son las doce, ya desayunamos, vas a tener que esperar al almuerzo-dijo ella.

-Pero
-refuté mientras que mis tripas hacían una sinfonía comparable a la de Beethoven.

-Si quieres puedes ayudarme, se acabó el pan y si vas tú a la panadería almorzaríamos antes-ofreció mi madre.

-Bueno iré -le dije, aprovechando que la caminata me serviría para dispersarme y pensar un rato a solas.

Me dio el dinero y salí de mi casa bastante despacio, no tenía prisas, por primera vez en esa larga semana, pronto llegué a una avenida donde había bastante tráfico.

Me la había pasado tan bien en el parque de diversiones que había olvidado por completo la cita fallida con John, en realidad nunca hubiera pensado que podría pasarlo tan bien con ellos, o más bien con Potter, él era amable y caballeroso en muy pocas ocasiones, sus ojos brillaban de una manera tan linda, además creo que mi madre tenia razón, algo me debía de importar para ponerme así, quizás es que el hecho de estar tan cerca de besarnos provocó esa reacción en mi, no sé.

Entonces volví a la realidad cuando alguien me dijo:

-Disculpe ¿podría decirme la hora?-.

Miré y noté que ya eran doce y media, cuando levanté la vista para decirle vi que era un señor muy alto y canoso pero tenia ¡¿la cara de Potter?! , me asuste mucho y crucé la calle precipitadamente como alma que lleva al diablo. TODOS, repito todos, tenían la "bonita" cara de Potter, ¿acaso estaba enloqueciéndome?

Sin dejar de ver al piso arribé a la concurrida panadería del barrio, saqué número y esperé mientras miraba los pasteles que vendían, finalmente llegó mi turno y una señora que estaba de espaldas al mostrador, la cual parecía hablar por teléfono hasta que notó mi presencia y se dio vuelta, mostrando su rostro, que para variar era el mismo que el de cierto chico de anteojos, esbozando la sonrisa perfecta y brillante que siempre lucía Potter al verme. Estuve a punto de gritar y correr de ahí ya que necesitaba tratamiento mental, pero me contuve.

 

-Dos hogazas de pan, por favor-pedí nerviosa y hambrienta después de ver tanta comida reunida en un mismo lugar.

-Enseguida-dijo ella.

Respiré al comprobar que cuando volvió ella ya no lucía la cara del pelinegro sino una cara de chica como debía de ser.

Me entregó el pan y me dijo que debía ponerme en la fila de la caja.

Allí, habían tres chicos adelante mío, uno tenía el cabello negro y desordenado, debía de ser Potter, quien más pudo haberme echo una broma así, entonces le llamé la atención diciendo:

-Potter ya sabias que tú tenias que estar involucrado-.

Pero cuando él se volteó sentí que el alma se me caía al piso, no era Potter. Era un chico lleno de pústulas bastante más bajo que él y además sus ojos eran de un azul acuoso, me quería morir, que vergüenza.

-Lo lamento pero no soy ningún Potter, pero si quieres puedo serlo por ti-soltó él mostrando su dientes torcidos y amarillos.

Entonces él tuvo que pagar y me zafé de tener que contestarle algo, la suerte no estaba tan en mi contra como yo pensaba. Lo peor fue cuando el chico se fue mandándome besos por el aire, se me revolvió el estomago y todas las ganas de comer se fueron a la basura. Finalmente pagué el bendito pan y salí de allí.

Decidí desviarme para tomar otro camino ya que no planeaba encontrarme con el chico rarito otra vez, pronto llegué a una plazoleta llena de árboles en donde se respiraba la tranquilidad en cada fuente y en cada paloma.

Aliviada caminaba mirando el cielo veraniego y disfrutando del aire cálido, en ese momento divisé un kiosco repleto de revistas, me acerqué a verlas puesto que adoraba leer en el trabajo y mi hermana no aceptaría prestarme una ni por navidad. Cuando estuve a punto de irme localicé una revista toda rosa que creí reconocer, era chica adolescente, la revista de chismes más loca de toda Inglaterra.

Curiosa leí su portada, esta decía,

Especial dedicado a los romances veraniegos:

¿Dos chicos te pretenden y no sabes que hacer?,¿te gusta uno o el otro?,¿no sabes como hacer para dejar de hacer papelones? Todo esto y más en Chica adolescente, la mejor amiga de cualquier chica enamorada.

No me pregunten porque pero acabe comprándola, si era increíble, yo Lily Evans comprando tontas revistas cursis para locas

Desesperadas pero bueno necesitaba leer algo en mi trabajo.

Volví a mi casa justo para el almuerzo y después de saciar al bichito del hambre me encerré en mi cuarto a comenzar a ojear la revista.

Capítulo dieciséis: La revista acusadora

La tarde estaba más calma que de costumbre, John no aparecía hacia horas, estaba confinado en la parte de atrás mientras que yo leía mi nueva adquisición.

Entonces, cuando acababa de leer sobre una cantante famosa, llegué a la sección de tests, la mayoría de las veces la salteaba olímpicamente pero estaba tan aburrida que saqué una lapicera de mi bolso y comencé a realizar el primero. Lo hice con confianza y cuando leí el resultado lo tuve que releer varias veces no podía darme eso, simplemente no podía.

 

En fin, seguí haciendo los tests y todos me daban la misma respuesta, ya sabia yo que la revista eran puros inventos pero nunca me imaginé que hasta tal punto.

Cansada de leer tantas barbaridades, decidí seguir leyendo las noticias de los famosos, cuando la campana de la tienda tintineó rompiendo el silencio.

-Pelirroja ¡cuanto tiempo!-saludó Black.

-Hola Lily ¿cómo va todo?-preguntó Remus.

-Hola-dijo Peter.

-Ah si que agrado verte Black-ironicé-hola chicos, todo bien Remus-terminé con amabilidad-Que raro que hayan salido sin Potter-exclamé extrañada.

-Lo que pasa es que cornamenta sufre un fuerte dolor de cabeza y decidimos probar con medicación muggle por eso venimos por un analgésico-explicó Remus mientras se desviaba hacia el sector de los dulces.

-Ya veo-dije aunque no me tragaba ese cuento, algo pretendían esos cuatro.

Sirius compró unos medicamentos mientras que Remus y Peter miraban las chocolatinas.

Entonces cuando se acercaron a pagar, noté que no tenía cambio y me excusé para ir hasta la parte de atrás por este.

Cuando volví por suerte no habían roto, incendiado ni desordenado nada. Me sentí aliviada al verlos marchar y dejarme sola nuevamente.

P.O.V James

Caminaba de un lado a otro, estaba inquieto por la misión de los chicos sobre espiar a Lily, quizás se había reconciliado con John o quizás no, o quizás

-Cornamenta-gritó Sirius mientras que entraba al apartamento bastante emocionado, sonreí ante esto, eso significaban buenas noticias.

-El enemigo no se encontraba en el campo de batalla-me informó Peter como en el ejercito.

-Excelente ¿pero qué paso?, ¿Qué escondes Canuto?-dije con curiosidad.

-Veras es que tenemos una revista-soltó él mostrándome una revista rosa llamada: "Chica adolescente".

-¿Y?-pregunte sin entender a que se debía tanta emoción.

-No es cualquier revista, es la revista de Lily-contó Sirius.

-¿Te la dio?-volví a interrogarlo dudoso.

-No, la confiscamos, requisamos o como quieras decirle.

-¡Canuto!-me escandalicé.

-Vamos Cornamenta no te hagas el delicadito porque cuando sepas que aquí están todos los tests amorosos de Lily vas a cambiar de bando-dijo mi mejor amigo con una sonrisa de oreja a oreja que pronto compartí.

-Ven vamos a leerla-insistí con ansias.

Los dos nos ubicamos en la sala con la revista en las manos, la abrí enseguida en la sección más interesante y comenzamos a leer, el primero decía:

"¿Estas entre dos chicos pero no sabes a cual le corresponde tú corazón?"

Las respuestas eran casi todas para el chico uno pero ¿Quién rayos era?

Podría ser yo o podría ser ese desgraciado, la guerra aun no había acabado.

P.O.V Lily

Volví a mi cuarto después de una agradable cena, me acosté y como aun era muy temprano decidí leer la "maravillosa" revista.

-Oh no-fue lo único que pude decidir después de buscar y rebuscar en mi bolso-No está.

Estaba tan nerviosa que comencé a pensar cuando fue la última vez que la vi, estaba en el trabajo y entonces los chicos llegaron y

¿Y si ellos se la llevaron cuando la deje sola y desamparada en el mostrador?

 

Allí tenia todos mis tests, que pensaran cuando sepan que el chico uno es Potter, que pensaran cuando sepan que yo ando haciendo tests amorosos, mi reputación terminará en la basura.

Finalmente decidí descansar y mañana mismo iría por mi hurtada posesión a esa casa de locos.

Capítulo diecisiete: Visitas inesperadas

Pasé toda la tarde pensando que habría sido de mi pobre revista, que le habrían hecho, que habrían leído.

Cuando dieron las siete volé hasta el edificio de enfrente.

-Hola señorita, ¿vino a ver a su novio y a sus amigos?-preguntó el portero antes de dejarme pasar.

-¡No es mi novio!, ¡es que nadie lo entiende!-grité alterada, una pareja de ancianos que también se encontraban ahí me miraron de una manera extraña pero justo llegó el ascensor y no dudé en resguardarme en él.

Subí bastante enojada hasta el piso numero veinte y de allí apreté el botón del timbre con violencia.

P.O.V James

Estábamos mirando la televisión en la sala cuando sonó el timbre.

-Que vaya Peter-dijimos Sirius y yo.

-¿Pero por qué siempre yo?-dijo él quejándose.

-Porque eres el que mejor atiende a las personas-se justificó Sirius con una sonrisa compradora.

P.O.V Lily

Después de lo que me apareció una eternidad alguien dijo:

-¿Quien es?-.

Supuse que era Peter y le contesté:

-Soy yo, Lily-.

-Espera que voy a llamar a James-dijo él mientras yo pensaba que era tan inútil que no sabia abrir ni una puerta.

P.O.V James

-¿Quién es Colagusano?-pregunté intrigado.

-Es Lily-dijo con naturalidad.

-¡¿LILY?!-repetí asombrado.

-Si es ella-replicó como si nada.

-¡Levántanse vamos!, Remus tráeme un peine, Sirius vístete de una vez-ordené apagando el televisor.

-¿Quien va notar que no llevó puesta la camiseta?-dijo él malhumorado.

-Déjame pensar
¡Lily atontado!-le respondí tirandole la camiseta en la cara.

Él se la puso de malhumor y entonces llegó Remus con el peine, traté de domar mi cabello sin resultados y entonces corrí hasta la puerta y abrí el pestillo.

P.O.V Lily

-Al fin. pensé que se habían olvidado que estaba en la puerta-refunfuñe entrando a la casa-Hola Potter-saludé sin ganas.

-Hola-dijo él como una estatua sin moverse de la puerta.

-Hola pelirroja a que debemos el honor de tu visita-ironizó Black pero enseguida fue callado por una mirada asesina de James.

-Hola Lily-me saludó Remus con una sonrisa.

-Necesito hablar con ustedes-solté bastante enojada.

-Siéntate-me invitó el ojimiel señalando los sillones.

-¿Hicimos algo malo?-preguntó Potter bastante afectado.

-Potter por primera vez en mi vida no tengo problemas contigo, sino que con tus amiguitos es la cuestión-dije con una sonrisa muy falsa.

-¿Qué hicieron?-se escandalizó el de anteojos en dirección a los otros tres muchachos.

-¡Ellos me robaron!-solté directo al grano.

-¿Nosotros?, empezando que no robamos, pedimos las cosas prestadas sin permiso, es diferente de robar-me explicó Sirius.

-¿Entonces tomaron sin permiso mi revista?-simplifiqué enojada.

-No, no nosotros no hicimos eso-dijo Sirius.

-Entonces ¿por que ayer James y tú leían una revista rosada?-preguntó el delator de Peter.

 

Un silencio sepulcral envolvió la sala hasta que yo dije:

-Exijo que me la devuelvan-solicité.

-Tú ganas pelirroja-dijo Sirius.

-Lo siento Lily-dijo Remus entregándomela.

-Igual ya la leímos de arriba abajo-dijo el ojigris sin importancia-sabemos que estas indecisa entre dos chicos y que te atrae el chico uno-.

Sentí que los nervios me invadieron, pero enseguida se me ocurrió una brillante idea.

-El problema Black es que la revista no es mía, es de mi hermana y casi me mata ayer cuando no se la devolví-mentí descaradamente haciendo un esfuerzo por no delatarme.

-¿Enserio?-soltó Potter sonrojado-no sabíamos, lo siento-.

Tuve que utilizar todo mi autocontrol para no decirles la verdad me daba tanta lastima ver a Potter así, pero bueno el daño estaba hecho.

-Bueno creo que es hora de irme-dije llegando a la puerta más rápido que un rayo-.

-No espera, lo mínimo que podemos hacer después de lo que hicimos es invitarte a cenar-dijo Potter.

-No gracias, no se ofendan pero no me agrada cenar dulces-dije abriendo la puerta del edificio.

-Quédate, además tus padres ya deben haber acabado de cenar, son las ocho y media-notifico él haciéndome recordar el fallido desayuno del domingo.

-De acuerdo-dije volviendo a sentarme.

-Entonces hoy pediremos pizza-informó Sirius con una sonrisa de oreja a oreja.

Capítulo dieciocho: Coincidencias

Mientras esperábamos la pizza me puse a charlar con Remus sobre una duda de Transformaciones que me había surgido el otro día, Black y Potter miraban la televisión y Peter nos escuchaba atento sin decir una sola palabra.

Entonces el timbre sonó y los dos pelinegros se lanzaron a la puerta, como perro a quien se le lanza un hueso.

Me acerqué a la entrada mientras los reprendía:

-Black, Potter, pueden hacer el favor de comportarse, parecen que tienen cinco en vez de diecisiete-.

En ese momento al ver al repartidor se me cayó el alma al piso, por un momento pensé que no me iba reconocer.

-Pelirroja que alegría verte de nuevo, Con que ese es el tal Potter que tanto hablabas el otro día en la panadería-dijo él con voz insinuadora, me quería morir, que me enterraran ahí mismo.

Black comenzó a reírse y James puso su cara más orgullosa y mostró su sonrisa que derretía a más de un corazón en Hogwarts.

-No es lo que creen, es que me confundí a Potter con él-me expliqué cruzando los brazos.

-Busca excusas pelirroja yo se que te mueres por Cornamenta-dijo el descarado de Sirius.

-Que pena yo le iba a pedir a la hermosa pelirroja que saliera conmigo un día de estos-se lamentó el muchacho de las pústulas

James lo miró con desconfianza y algo de resentimiento, le pagó enseguida le arrancó las pizzas de las manos y le cerró la puerta en la cara bastante molesto.

Entre Remus y yo pusimos la mesa y pronto los cinco comíamos junto a la piscina disfrutando esa noche de verano preciosa.

Finalmente cerca de las once me alcanzaron hasta mi casa y después de la dosis de insinuaciones de mis padres con respecto a Potter me fui a acostar.

Caminé lentamente por el corredor procurando que ninguna tabla del piso de madera me traicionara con su crujido, no debía ser percibida por el enemigo.

 

Seguí hasta que lentamente abrí el pestillo del cuarto de mi hermana.

Allí todo brillaba, literalmente, de limpieza.

No existía una mota de polvo, todo estaba perfectamente ordenado y la colcha de cama reposaba sin una sola arruga, era escalofriante.

Miré con cautela, pero no hallé a simple vista mi objetivo así que abrí el primer cajón de la mesa de luz y la vi. La tomé lentamente con cuidado de no desordenar nada para no dejar evidencias.

Retrocedí volviendo a colocar la alfombra en su lugar y sin soltar la revista llegué a mi cuarto, donde la guarde en mi bolso y suspiré de alivio: la misión había salido exitosa.

Bajé a desayunar sonriente por mi fechoría y ni bien abrí la puerta visualicé a los tres integrantes de mi familia.

-Hola papá, mamá-dije al entrar y sentarme en mi lugar-ah casi lo olvido, feliz cumpleaños Petunia-solté con inocencia.

Ella ni siquiera me miro por el comentario y mi madre le dijo:

-Petunia contéstale a tu hermana-.

Cuando iba a replicar vislumbró la cara de mi padre y con una falsa sonrisa me agradeció:

-Gracias Lily que bien que te acordaste-.

Desayuné feliz, ese comentario ya había dejado una gran sonrisa en mi rostro.

Cuando acabé me fui a mi cuarto con una sola intención: leer la revista.

No por que me gustara, claro, sino porque me moría por hacer los test de esa edición, para por fin comprobar que los anteriores estaban trucados y el resultado era una mera casualidad.

Ni bien la saqué del bolso la puerta se abrió y la figura de mi madre se dibujó.

-Lily tengo que pedirte un favor-solicitó ella-veras es que no tengo tiempo de ir por el pastel a la panadería, ya que debo limpiar la casa para cuando lleguen los invitados, por eso voy a pedirte que cuando vuelvas del trabajo vayas por él-.

-Pero mamá
-refuté recordando las malas experiencias vividas camino a la panadería.

-Lily sólo te pido un favor-pidió cansinamente.

-De acuerdo mamá, iré-cedí con algo de resentimiento.

Ella sonrió y me recordó-la panadería cierra a las ocho-seguido de esto se fue cerrando la puerta.

Retiré rápidamente la revista chica adolescente de debajo de la almohada, donde la tenía escondida, y comencé a hacer los benditos tests, que para mi desgracia, también estaban equivocados.

Capítulo diecinueve: La ¿grandiosa? idea de Potter

Esa tarde estaba bastante desagradable, unos inmensos nubarrones grises pizarra cubrían el cielo por completo, indicando la presencia inminente de la lluvia, pero a pesar de eso, un calor sofocaba todo Londres obligando a sus habitantes a buscar una forma de refrescarse.

Mientras tanto yo debía estar encerrada entre esas cuatro paredes, por eso para rematar el tiempo leía un artículo que me había llamado mucho la atención.

Me reí mucho, ya que era totalmente tonto que eso en verdad sucediera, seguro que les faltaba algo para rellenar la revista.

Este se llamaba:"Diez cosas para saber si realmente te gusta ese chico
"

En fin, la hora pasó y cuando quise acordar ya pude irme, aunque justo comenzó a llover a mares, las calles estaban empapadas, pero me armé de valentía y traté de tomar un taxi.

Me acerqué al cordón de la vereda para llamar a algún taxi libre pero estaban todos ocupados, gruñí y maldije varias veces, ya que autos a toda velocidad me empaparon más de lo que estaba.

 

Cuando estaba a punto de resignarme, un auto conocido se detuvo frente a mí, la ventanilla polarizada se bajó mostrando los sonrientes y secos rostros de Potter y Black.

-Pelirroja ¿qué haces paseando con este clima?-me preguntó el tonto de Black.

-Ay no sé, se me ocurrió mojarme y decidí ir a mi casa caminando-solté con ironía.

-¿Enserio?-dijo Peter desde la parte trasera.

-Vamos Lily sube-soltó Potter de una vez cansado de tanta charla.

Sin pensarlo me subí al automóvil.

Remus me dio una toalla para que me secara y pregunté:

-A propósito ¿qué hacen los cuatro de paseo?-.

-Fuimos de compras porque ya me estaba cansando de tanta pizza y chocolate-se explicó Potter.

Me reí ante esto y hablamos de no se que cosas más hasta que llegamos frente a mi casa.

Me extrañó ver tantos autos estacionados y tantas personas entrando a mi casa
entonces lo recordé.

-¿Qué hora es?-grité de la nada.

-Las ocho y diez-contestó Remus con calma.

-¡Oh no!-solté horrorizada-La panadería ya debe haber cerrado, me van a matar-.

Al ver la cara de desconcierto de los cuatro les expliqué rápidamente la situación y nos dirigimos a la bendita tienda.

Todos los semáforos nos obligaban a detenernos, estaba cada vez más nerviosa y no dejaba de cruzar los dedos para que siguiera abierta.

Ni bien llegamos salí sin tener conciencia de la fuerte lluvia que azotaba en el exterior, me asomé a la ventana iluminada de la panadería y logré ver como estaban cerrando.

Con la cabeza gacha volví al auto, dentro Potter propuso:

-Tengo una idea, vamos, le prepararemos un nuevo pastel a tu hermana-.

Asentí sin tener idea de lo que sucedería después en aquella cocina.

Capítulo veinte: Clases de cocina con Lily Evans

Todo estaba listo, estaba a punto de comenzar el pastel, tenía bastante práctica en la cocina puesto que siempre que podía ayudaba a mi madre.

Los cuatro me miraban expectantes.

-Lily queremos ayudar-soltó Peter emocionado.

Suspiré-saben que el reloj corre y no creo que tengamos tiempo porque
-

-Por favor, por favor-suplicaron dos muchachos de cabello negro, en especial uno de unos hermosos ojos chocolates, que emitían cierto brillo, no podía quitar mí vista de ellos y cada vez me ponía más nerviosa, hasta que

-Lily, Lily ¿Qué dices?-preguntó Remus emocionado por la idea de sus amigos haciéndome volver a la realidad.

Vi una vez más esos ojos que me hacían recordar a el sabor del dulce chocolate derretido, no podía negarle nada a esos ojos, simplemente no podía.

-De acuerdo, pero tienen que seguir todas y cada una de mis indicaciones-dije viendo al piso para que no se notara que me moría por volver a ver a cierto chico a los ojos.

-Si mi general-sentenció Black.

-Bien, en ese caso
, Remus lee la receta, Sirius busca la harina, Peter tu trata de encender el horno y Potter
ve por chocolate, quiero decir, pon los huevos para la torta en el recipiente, mientras que yo hago el relleno -ordené.

Cuando acababa de terminar el relleno en un extremo de la cocina, fui a hacer una ronda por la cocina para comprobar que no se hubieran matado ya que había un silencio sepulcral.

 

Black y Potter intentaban revolver la mezcla, sin éxito,mirándola como si esta tuviera algo contagioso, mientras que Remus releía la receta como si no entendiera algo, lo más extraño es que Peter había logrado prender el horno, seguro se iba acabar el mundo en cuestión de segundos.

-¿Qué pasa?-cuestioné a los tres chicos confundidos.

-Es que salieron unas cosas duras y rosadas en la mezcla y aquí no dice nada-explicó Remus.

Intrigada me acerqué al recipiente y enseguida carcajeé por su problemita.

-Chicos lo que pasa es que pusieron los huevos enteros y quedó la cáscara-dije riéndome pero ellos no me entendieron hasta que volví a empezar la mezcla y lo hice mostrándoselos.

-Hemos caído bajo Cornamenta hasta Peter hizo su trabajo bien-contó Black dándole una palmadita en el hombro a Potter.

-Black basta de tanta cháchara y pon la harina-mandé al ojigris.

Él la puso, pero al parecer le pareció divertida y comenzó a arrojarla por toda la cocina, dejando todo cubierto de blanco, parecíamos fantasmas.

-¡BLACKKKK! TE VOY A MATAR, ¡DÉJA LA HARINA!-le grité mientras dejaba la manteca para la preparación y corría tras el pelinegro que espardigaba harina y se reía.

-Me sigue un demonio, ¡auxilio!-gritaba el descarado.

Cuando lo alcancé y le quité la harina, lo dejé sentado sin que hiciera nada antes de que se tentara con arrojar la leche que estaba poniendo Potter a la mezcla.

En fin, finalmente colocamos el futuro pastel en el horno.

-Voy a desenharinarme, ¿puedes cuidar el horno Peter?-le pedí al muchacho regordete que no se despegaba del aparato electrónico desde hacia rato.

-Te acompaño Lily, Peter encontraste tu vocación-bromeó Potter siguiéndome.

Ambos nos lavamos o más bien nos empapamos en una mini guerra de agua que dejó al pobre baño hecho un desastre pero a nosotros sin un rastro de harina.

Cuando volvimos habían pasado lo menos, unos veinte o quince minutos, en donde me senté tranquila al ver que Peter seguía al lado del horno y Sirius y Remus hablaban sobre lo difícil que era la cocina muggle mientras comían chocolate.

Entonces me levanté de un salto:

-Díganme que le pusieron azúcar-dije alarmada.

- ¿Azúcar?, eso me suena, ¿estaba en un recipiente azul igual al de la harina?-dudó Black.

-Si, ¿lo pusieron verdad?-repetí nerviosa.

-Eh
no sé
creo que con James pensamos que era lo mismo que la harina, por el color y no le pusimos-dijo como si nada.

-Es un desastre-dije lamentándome, aunque quizás llegaría tan tarde que nadie llegaría a probarla.

-Chicos, creo que se rompió el horno-soltó Peter algo preocupado, eso era la gota que derramaba el vaso.

Corrí hasta allí, entonces comenzó a salir un humo negro y denso que hacia que me costara respirar.

-Ven, les dije-añadió Peter entre mis toses.

Apagué el horno y noté que el pobre bizcochuelo estaba negro y apretujado, parecía una pasa.

-No te preocupes Lily lo podemos disimularlo con una capa de
chocolate-me tranquilizó Remus.

-OK, OK, Calma Lily, calma-me dije respirando hondo.

Después de derretir chocolate para cubrirla y darle otra apariencia al pastel, la rellenamos, donde también luché con Sirius y Potter por quererse lamer la cuchara.

 

-Ya esta, ahora vamos a ponerle algo para que no luzca tan vacía-dije mirando la torta.

-Tengo una idea, vengan creo que va a servir-nos condujo Remus a la sala, allí nos mostró un cajón con cintas, telas y entre otras cosas que eran de la madre de James.

Entonces cuando miraba una cinta de puntilla rosada, sentimos un grito proveniente de la cocina. Los tres corrimos a ver que pasaba, resulta que Peter había decidido tomar la iniciativa para decorar la torta.

-¡Oh no que has hecho!-grite señalando la torta del demonio al mismo tiempo que mi reloj marcaba las diez en punto.

Capítulo veintiuno: Más vale tarde que nunca

El pastel tenía todo copos de algo blanco verduzco alrededor de él.

-¿Qué es eso?-pregunte señalando la cosa pegajosa que había utilizado Peter para decorar, en ese momento los otros tres chicos se partían de la risa.

-Lo saqué de la receta, ahí decía que se podía decorar con pasta de goma, o algo así, entonces le pusé pasta, pasta de dientes, lo mismo-me explicó muy convencido, pero al ver mi cara se le borró toda la seguridad.

-Es casualidad o es una torta para diabéticos-dije en un tono de broma que nadie entendió.

-Diabéticos ¿qué es eso?-preguntó Black confundido.

-Diabéticos, Black, son las personas que no pueden comer azúcar-le resumí riéndome.

-¿Enserio?, ¿entonces no pueden comer chocolates ni dulces?-preguntó Remus.

-No no pueden-sentencié sin dejar de ver poco convencida a la torta.

Remus al instante se puso más pálido que en luna llena y se estremeció con un escalofrío de tan solo pensarlo.

-No perdamos más tiempo, deben llevarme a mi casa, no importa, igual por fuera no quedo tan mal, el problema es si la prueban-dije algo nerviosa.

Los chicos rieron y Potter dijo:

-Si se intoxican no tenemos responsabilidad en lo más mínimo-.

-Vamos, aprisa-apuré tomando el pastel con delicadeza.

Me bajé del auto.

-Gracias chicos, sin ustedes hubiera terminado mojada y sin pastel-dije sin poder creérmelo ni yo.

Ellos sonrieron y los ojos de cierto chico brillaron mostrando ese chocolate que era tan lindo... pero no tenia tiempo para pensar en esas tonterías, seguro el humo del horno me había afectado mentalmente.

-Chau Lily-saludaron al unísono a la vez que el auto se iba por la empalizada con rastros de las pasadas lluvias veraniegas.

Entré a mi casa, el ambiente me dejó helada, lo menos quince personas, entre las que reconocí a parientes de Vernon, tíos míos a los que solo los vi una vez en mi vida y amigos de mi hermana junto a su novio, sentados en los sofás.

Nadie decía nada ni por asomo, se podía escuchar hasta el vuelo de una mosca, entretanto las personas ojeaban su reloj o daban un bostezo exagerado.

-Buenas noches-saludé nerviosa pasando entre ellas, una chica de unos veinticinco me miró de forma despectiva, por mi aspecto, una remera manchada de harina, chocolate, entre otros, un jean aún empapado y mi cabello desordenado y mojado. Esté desentonaba con su vestido negro ajustado, que le podría haber entrado a una morsa sin problemas, y su gran collar de perlas brillantes. Seguramente era la hermana de Vernon, una tal Marge, creo.

Con cuidado entré a la cocina donde estaban las dos personas que menos quería ver en ese momento, mi hermana y mi madre.

 

-Al fin te dignas en aparecer, hace tres horas que tendrías que haber llegado-me reclamó mi hermana con desdeño.

-Lily ¿qué te paso?, ya me había empezado a preocupar -dijo mi madre.

Apoyé el pastel en la mesada y dije:

-Hubieron ciertas dificultades, nada que no se pueda arreglar-.

-Pero, ¿por qué tienes toda la ropa sucia? y estas empapada-siguió con el interrogatorio mi mamá.

-Es que hubo un incidente con el pastel-confesé pero al ver la cara de Petunia me arrepentí al instante.

-Lo hiciste a propósito para fastidiarme en mi cumpleaños-se quejó mi hermana.

-No es cierto, por tu maldito pastel voy a terminar el resto del verano con una pulmonía-me defendí.

-Petunia y Lilian Evans-cortó mi madre antes de que la disputa siguiera-Bueno pero lo trajiste sano y salvo, vamos, los invitados están empezando a fastidiarse y ya quieren irse, así que vamos a cortar el pastel-.

Mi madre llevó el pastel a la sala y me dijo:

-Al menos tiene buena pinta-.

Tragué saliva de una manera inonsiente, realmente no quería estar presente cuando tuvieran que cortarlo y aun peor, cuando tuvieran que comerlo.

Petunia lo cortó y vio el interior negro:

-No sabia que lo habías pedido de chocolate-comentó Petunia a mi madre.

-No lo pedí de
-comenzó ella pero al ver mi cara de desgraciada se calló, seguramente había entendido el mensaje.

Sirvió un trozo para cada uno de los presentes y con educación pregunté:

-Mamá, Papá ¿podría retirarme a mi cuarto? realmente estoy muy cansada-.

-Todavía que no estuviste en toda la fiesta creo que te correspondería quedarte hasta el final-dijo mi padre.

Me ubiqué de malhumor en un sillón solitario, desde donde sentía como los amigos de Petunia se reían y me señalaban, por fin había llegado el payaso de la fiesta, habrán pensado.

Al final las personas comenzaron a dejar el pastel después del primer bocado, varios habrían ido al baño misteriosamente después de ingerirlo, en ese momento recordaba las palabras de James, digo Potter y la posibilidad de una intoxicación masiva en la fiesta.

Petunia lo tuvo que comer todo con los labios fruncidos, yo también me vi obligada a probar un bocado, realmente era horroroso, parecían grageas de moco, Era una mezcla de algo quemado con chocolate amargo, una pasta pegajosa de menta y encima costaba tragarla por lo seca.

Por suerte los invitados no tardaron en marcharse, seguramente por lo "divertida" de la fiesta y el delicioso pastel. Entonces pude encerrarme en mi cuarto y darme una bien merecida ducha.

Capítulo veintidós: Segundas oportunidades

El sábado finalmente llegó, había pasado todo el viernes pensando ideas tan locas como que los merodeadores no eran tan malos después de todo, una completa locura.

Recién me había despertado y me daba pereza levantarme ya que recién eran las nueve de la mañana, entonces decidí hojear la revista una vez más.

La abrí por cualquier hoja y leí una frase que me dejo paralizada,

"Primer síntoma: No puedes dejar de verlo a los ojos"

No me podía estar pasando a mí, Lily Evans, no me podía estar enamorando de Potter, me saqué esa absurda idea de la cabeza mientras que traté de leer los nueve síntomas restantes para no cometerlos en un futuro.

 

Nerviosa por lo ocurrido me di una ducha de agua fría y me vestí, después de todo no debía preocuparme ya que hoy le daría a John una segunda oportunidad.

Flashback

-Lily ¿puedo hablar contigo?-me dijo él mientras cerraba la tienda.

-Claro John, dime-.

-Estuve pensando toda la semana y me decidí en pedirte una segunda oportunidad, esta vez nada saldrá mal-afirmó el pelinegro.

Lo medité unos segundos, pero no encontré ninguna objeción para decirle que no así que con una sonrisa le respondí:

-Está bien ¿adónde quieres ir?-.

-Ya veras, yo te pasó a buscar a tu casa a eso de las ocho de la noche de mañana ¿te parece?-propuso bastante emocionado con un tono misterioso.

-Si, si aquí tienes mi dirección-le dije escribiendo apresuradamente en un papel para luego entregárselo.

-Bien hasta entonces-me despedí yendo hacia la parada del autobús.

-Adiós Lily-.

Fin del Flashback

Pasé el resto de la tarde mandándole cartas a Alice y Mary para informarle sobre todo lo que pasaba en Londres ya que ellas estaban de viaje, la primera seguía en los Alpes y Mary iba con destino a Australia.

Cerca de las seis me pase poción alisadora en mi rebelde cabellera y me vestí informal, no quería volver a pasar papelones con ropa demasiado elegante.

Me puse una musculosa rosa pálida que hacia juego con la pollera negra que me quedaba un poco más arriba de las rodillas y junto a unas sandalias de tacón bajo formaban el conjunto perfecto. Por otra parte mi cabello completamente liso estaba suelto, pero con una tiara blanca que tenía una pequeña flor rosada en un costado dándome un aspecto delicado.

A las ocho estaba sentada en la sala junto a mi madre esperando que me pasara a buscar. Estaba nerviosa y se notaba así que me distraje hablando con ella de cualquier cosa.

Finalmente una bocina resonó y salí de la casa con el corazón en la mano, John tenía un auto pequeño de los que generalmente se utilizan para repartir pizzas.

Me subí después de saludar a mi madre y noté que él también estaba arreglado, llevaba una camisa gris perlada, sin corbata y un jean gastado.

-¿Adonde iremos?-pregunté intrigada.

-Te va a gustar, ya veras-me respondió.

El camino transcurrió tranquilo y cerca de media hora después estaciono frente a una especie de restaurante.

Cuando me bajé me sorprendí al notar que era una especie de lugar a metros de la playa, era hermoso.

Entramos y nos ubicamos en una mesa junto al gran ventanal en donde se podían ver a las olas ir y venir.

-¿Te gusta?-me preguntó sonriente.

-Si es precioso-le dije aun maravillada.

Enseguida llegó el mesero, le pedimos las bebidas y la cena, que consistió en un filete con papas.

En medio de la comida charlamos sobre lo que nos gustaba hacer y me contó sobre su familia y yo le conté sobre la fastidiosa de mi hermana.

Entonces, lo vi directamente a los ojos, estos emanaban calidez a pesar de ser más negros que su pelo, pero no se podían comparar con los de

Quedé en blanco por unos segundos y no tenía ni idea que me decía, parecía que estaba en una película antigua donde todo era sin sonido a excepción de una risa melodiosa que se propagaba en mi mente.

 

-Lily, Lily-me llamó la atención el pelinegro.

-Ah lo siento-me disculpé por mi falta de atención, él sólo sonrío.

En ese instante música bastante rápida comenzó a sonar y la pista de baile se llenó de parejas que se movían al compás de la música.

Fuimos a bailar, después de un rato decidimos salir a la playa a tomar aire.

No nos alejamos mucho del restaurante pero aun así dimos un pequeño paseo, en ese momento noté algo que no era nada bueno.

La luna llena se alzaba ante nosotros majestuosa, por un momento recordé a los chicos y a Remus, el cual esa noche debía estar pasando una dolorosa transformación, quien sabe donde, mientras que yo me reía y me divertía, me sentí terrible, además los muchachos debían estar cuidándolo.

Se me hizo un nudo apretado en la garganta y no pude sacármelos de la cabeza por alguna extraña razón.

Llegó un momento que John se detuvó de golpe y me dijo a la vez que se acercaba:

-Me gustas desde que te vi por primera vez-.

Cada vez estaba más cerca, más y más, hasta que cuando restaban unos tres centímetros para que nuestros labios se juntaran, lo vi nuevamente a los ojos y vi unos de color chocolate enmarcados por unas gafas. Debía estar alucinando porque cuando nuestros labios se juntaron nuevamente vi sus ojos negros y instintivamente me eche hacia atrás.

Capítulo veintitrés:Presentimientos

Él me miró extrañado, una sensación de que estaba haciendo algo incorrecto me invadió, emprendí el regreso al restaurante sin dirigirle una sola palabra, no sabia como explicarle lo que había pasado por mi cabeza.

Cerca de las dos de la mañana estábamos en la puerta de mi casa y él formuló la pregunta a la cual más temor tenía de contestar:

-¿Qué te pasó en la playa?-.

-No sé, es que me di cuenta que a pesar de que eres una buena persona y bastante guapo yo no soy la indicada para ti, lo siento -simplifiqué dejándolo sin saber que decirme.

Me despedí dándole un beso en la mejilla y cuando estaba a punto de entrar me preguntó:

-¿Es por algo que yo hice?-.

-No-dije.

-Buenas noches-se despidió tristón volviendo al auto.

Ya en mi habitación la ventana seguía abierta dejando que la luz de la luna se escurriera. Me cambié y me acosté enseguida a dormir, esa noche aunque suene extraño dormí abrazada a cierto peluche en forma de oso, estaba nerviosa, algo me decía que había sucedido algo malo, muy malo.

A la mañana siguiente me levanté cerca de las nueve, no había dormido nada prácticamente porque algo no me dejaba dormir.

Desayuné bastante para poder tener energía ya que el domingo recién había comenzado. Luego sin que nadie lo notara tomé el teléfono de la sala y disqué, esperé y esperé hasta que una voz chillona me atendió:

-Hola ¿Quién es?-

-Soy yo, Lily-respondí nerviosa-¿esta Remus?-.

-No aún no han vuelto de las afueras de Londres, en donde iban a llevar a cabo la transformación, es raro pero todavía no volvieron-me respondió.

-Ah bueno, gracias Peter-dije cortando la comunicación.

Me sentí más tranquila pero no del todo, esa sensación que generaba un nudo en mi garganta no se iba.

 

Bostecé.

La siesta me había sentado bien, me desperecé y miré el reloj, eran las cinco. Había tenido un sueño muy extraño con ciervos, perros y un animal feroz y salvaje.

Entonces entró mi padre a mi cuarto y me dijo:

-Querida tienes una llamada-.

No sé porque pero volé hasta el teléfono donde atendí con una hola ansioso.

-Hola Lily, te llamo porque quizás te interese saber lo que pasó-dijo Sirius a modo de broma

-¿Qué paso Black?, ¿al fin te cambiaron el cerebro?-dije con ironía.

-No todavía no encontraron uno tan genial como el mío para poder cambiármelo, pero enserio paso algo muy grave-terminó con una voz deprimente.

-¿Qué cosa?-dije alarmada.

-James tuvó un accidente-.

Capítulo veinticuatro: La historia de una noche de llena

-¿QUÉ?-grité alarmada.

-Si ahora estamos en San Mungo desde anoche pero recién llegó Colagusano y me dijo que habías llamado esta mañana-me informó ahora con la voz más seria.

-¿Qué le pasó?-pregunté aterrada pensando miles de cosas una peor que la otra.

-No es algo que se debe decir por teléfono si te interesa la salud de mi amigo puedes venir-dijo con voz cortante.

-Pero Black, dime
-pero ya había cortado la comunicación.

Agarré lo que pude y me dirigí hacia el hospital.

-Papa en un rato vuelvo-le avisé a mi padre que estaba viendo la televisión.

-¿Adonde vas?-me preguntó.

Pero no llegué a contestarle ya que cerré la puerta de la calle de un portazo y en unos segundos miré la calle para comprobar que no pasara nadie por allí, entonces me desaparecí.

En unos instantes vi la emergencia del hospital, las personas yendo y viniendo, la recepcionista hablando con un señor que parecía tener un problema para hablar y cacareaba como una gallina por toda la sala, y el ascensor repleto de medimagos y pacientes.

Me acerqué al mostrador y le pregunté:

-Disculpe ¿sabe en qué habitación está James Potter?-.

-Potter, si lo ingresaron esta madrugada, está en cuidados intensivos en la habitación 112 de la planta baja-me dijo ella mientras mascaba un chicle.

Le sonreí agradecida y caminé rápidamente por los corredores angustiada, tenía el corazón en la mano y contenía las lágrimas.Debía de tener algo muy malo para estar en cuidados intensivos ¿no?

Casi al final del pasillo, la habitación 112 sobresalía, en la puerta había una especie de sala de espera, donde Sirius, con enormes cortes mal curados en el rostro y unas ojeras profundas, estaba sentado serio y pálido junto a un Peter que dormitaba.

-Dime en este instante que es lo que está sucediendo Black-le exigí al muchacho ni bien acabe agitada mi maratón con cara de psicópata.

-Está bien, pero primero siéntate, veras lo que pasó es que
-

Flashback

P.O.V Sirius

-James tranquilízate nosotros podemos controlarlo si intenta escapar-dije seriamente a mi mejor amigo que estaba con un café entre sus manos mirando al vacío.

-Lo sé, pero es que temo que alguien lo vea o que dañe a alguien o que
-.

-Deja ya de preocuparte, todo saldrá bien-dije esbozando una mueca que pudo haber pasado por una sonrisa.

 

Él terminó su taza de café, solo se sentían los gritos de la transformación de Remus en la otra habitación.

La ventana de la cocina estaba abierta mostrando la poderosa luna en cielo azabache, su luz era lo único que nos iluminaba esa cálida noche de fines de julio.

Entonces se sintió un ruido desgarrador, seguro Remus había roto los cristales de la ventana y no tardaría en

-Va a escapar, tenemos que detenerlo-me gritó James parándose de golpe y corriendo a la salida.

Lo seguí unos segundos después pero ya había corrido varios metros como animago hacia el interior del bosque.

Me transformé, como perro podía divisar mejor las cosas en la oscuridad además podía correr el doble de rápido que en mi forma humana.

Pronto los alcancé, Remus le gruñía al ciervo que no demostraba temor, después de que el último lo empujara contra un árbol ,como obligándolo a volver a su escondite, el licántropo corrió hacia las afueras de la mata de árboles.

Seguí a James hasta que dimos con una carretera ancha y desierta, entonces Remus se detuvo justo al lado de la vía, nosotros nos aterramos y nos quedamos completamente quietos.

De repente James se movió y nuestro amigo asustado se movió al centro de la carretera justo cuando un gran camión doblaba la curva restando cinco metros del indefenso Remus, que no debía tener ni idea de lo que ocurría.

Lo último que vi antes de que pasara el vehículo a toda velocidad fue a un ciervo empujando al licántropo fuera de ese lugar.

Cuando pasó lo único que vi fue a James ,ya humano, a un lado de la carretera bañando en sangre, temí lo peor. Corrí hasta él y ya en mi forma humana comprobé que respiraba y suspiré de alivio, después desparecimos juntos rumbo al hospital.

Fin del flashback

Ya sé que soy mala jajaja en el proximo prometó que sabran que le pasó a James,ahora ya saben como se lastimó jajaja

Pd: no me maten

jajaja

kisses

julid

Capítulo veinticinco: Visitando San Mungo

-¿Y James como está ahora?-pregunté al terminar de oír el relato.

-Está en un coma profundo del que no sabemos si saldrá pero están haciendo lo posible, el golpe que recibió fue muy fuerte, se salvó de milagro-me contó tristemente.

Solo pude mirarlo apenado, le puse mi mano en el hombro y le dije:

-No te preocupes se repondrá pronto, si se ha salvado de tantas caídas en escoba-lo animé.

-¿Puedo pasar a verlo?-cuestioné nerviosa.

Él asintió y lentamente se volvió a sentar.

Pasé a su habitación, todo parecía frío y lúgubre, había varias sillas una camilla y una mesita.

Me le acerqué preocupada y me senté a su lado, tenía parte de la cabeza cubierta con vendas, parecía estar dormido en un sueño muy profundo por la expresión ausente de su rostro.

Le tomé la mano, estaba extremadamente fría y blanca, entonces, no pude contener el llanto silencioso por unos minutos sin dejar de mirarlo como si así lograra despertar de golpe.

Unos minutos después, decidí irme para ver como estaban los demás y saber de Remus pero en ese momento sentí que se revolvía en las sabanas; eso solo podía significar una cosa: estaba despertando.

 

-¿Qué pasó?-preguntó confundido.

En ese momento quería reír, saltar y llorar de la alegría.

-¿Llegué al cielo?, hasta en el cielo nos encontramos Lily-dijo con una pequeña sonrisa.

-Eres un tonto como vas a tirarte delante de un camión en movimiento, ¿acaso estas loco?-le reproché secándome las lágrimas para que no me viera que había llorado pero era demasiado tarde.

-¿Estuviste llorando por mí?-se esperanzó él abriendo sus ojos chocolate de par en par.

-No es que se me metió una basurita en el ojo ¿Cómo piensas eso Potter?, seguro que el choque te afectó el cerebro-dije dramáticamente.

-Gracias por venir a verme ¿y los chicos?-cuestionó él.

-Mal por ti tonto, tú te intentas matar y nosotros sufrimos por tus locuras-dije en una especie de broma regaño.

-¿Sufrimos dijiste? Creo que te incluiste y todo, no sabia que me querías-dijo el muchacho con un poco más de color en el rostro.

Le hice una mueca y Salí al pasillo sonriente:

-Sirius, Peter; James despertó-grité alterada.

Ambos se precipitaron por la puerta de la habitación 112.

-James ¿estas bien?-preguntó Sirius preocupado.

-Claro como para jugar quidittch-exageró esbozando una sonrisa de lado a lado.

-¿Enserio?-preguntó Peter maravillado.

-No tonto, me duele mucho la cabeza-dijo él todavía en tono de broma.

-¿Y Remus?-cuestioné

-Aun no llega, ya le mandé un patronus diciéndole que estábamos en San Mungo-dijo Sirius.

-Peter ¿me acompañas a la cafetería?-preguntó el ojigris.

-Pero Sirius no tengo hambre-respondió Peter algo caprichoso.

-Peter, aunque sea vas a tomar un café, un vaso de agua yo que sé, solo ven-.

-Pero
-porfío el chico con cara de rata.

-¡Vamos!-ordenó Sirius sacándolo de la habitación a rastras dejándonos completamente solos. Algo me decía que eso era a propósito.

-Lily acércate-pidió Potter.

-¿Qué quieres?-dije de mala manera.

Me volví a sentar a su lado y mientras él hablaba de no sé que, yo me dedicaba a ver fijamente sus ojos chocolates.

-Lily Lily-me llamó.

-Chocolate
-dije con voz de zombi.

-¿Eh?-dijo confundido.

-Ah lo siento Potter es que estaba pensando en el pastel que hicimos el otro día-me justifiqué.

-¿Puedo pedirte un favor?-preguntó a lo que lo miré intrigada-podrías decirme por mi nombre suena tan bien cuando tu lo dices-por un momento me sonrojé por completo y me alejé para que no me viera, aunque creo que lo notó.

-Mmm...está bien-dije poco convencida, noté que aun mantenía su mirada fija en mi y que desde hacia rato que mis manos no dejaban de temblar.

-James ya llegó Remus-informó Sirius entrando de súbito bastante alegre.

Capítulo veintiséis:Investigando

Entró un muchacho extremadamente pálido con muchas heridas y con cara de somnoliento.

-Remus-gritamos James y yo.

Le dí un abrazo al ojimiel que parecía estar deshecho.

-Hola-dijo en un susurro.

-¿Cómo estas James?-preguntó él apenado con la cabeza baja.

-Estoy bastante bien pero
-.

-Soy un tonto fue mi culpa, no debieron haberme acompañado-dijo Remus bastante alterado.

-Pero Lunático estoy bien-trató de convencerlo el de gafas.

-Pero piensa un poco James, ese accidente te pudo haber costado la vida-gritó el chico al borde del llanto.

 

Todo quedó en silencio, Sirius y yo no sabíamos en donde meternos.

Hasta que el ojimiel dijo:

-Adiós-.

Seguido de esto se fue dando un portazo.

-Veo que ya esta mejor Sr.Potter-dijo calmadamente un sanador que entró en el preciso instante que Remus se iba.

-Si ya me siento de maravilla-soltó él.

-Que bien, te observaremos esta noche y quizás puedamos darte el alta mañana-informó-ahora te voy a hacer unos análisis ¿pueden retirarse unos momentos?-nos pidió amablemente el sanador.

Ambos nos fuimos al pasillo y Black me dijo:

-¿No quieres ir a tomar un café?-.

-Pero
¿no habías ido a tomar uno con Peter?-dudé.

-Este
que preguntas haces pelirroja, es que él se negó a ir conmigo se fue a el departamento a dormir un rato-explicó nervioso.

Asentí con la cabeza y ambos subimos hasta el último piso donde nos ubicamos en una mesita.

-Puedo hacerte una pregunta-le dije al chico que seguramente por ser el mejor amigo del pelinegro debía conocer la respuesta.

Él asintió mientras bebía su taza de café.

-¿Qué enfermedad tienen los padres de James?-solté de golpe.

Sirius se atragantó con su bebida y me dijo con una seriedad que creía imposible en él

-Dorea y Charlus tienen una rara enfermedad que a su edad es muy peligrosa, por eso es que el año pasado tomaron al decisión de ir a una clínica de rehabilitación, donde están muy enfermos, solo les dieron seis meses de vida, James esta muy mal pero trata de que no lo notemos-.

Se me formó un nudo en al garganta y no sabia que decir hasta que el ojigris volvió a hablar.

-Pero igual nosotros somos sus amigos y no los dejamos solo-.

Asentí con mi cabeza y terminé el café.

Hablamos un rato hasta que noté que ya eran pasadas las diez y si no llegaba a mi casa pronto seguro me cortarían en pedacitos.

Me despedí de Sirius y de James y me aparecí en el pórtico de mi casa.

Abrí la puerta y vi que mis padres estaban sentados en el sofá aparentemente durmiendo, había ganado la lotería.

Caminé en puntitas de pie hasta la escalera en donde la voz de mi madre dijo:

-¿Adonde vas jovencita?-.

-A dormir-dije mientras seguía subiendo.

-Espera-me detuvo mi padre-¿adonde fuiste?-.

-A ver a un amigo al hospital-simplifiqué mientras avanzaba unos pasos más.

-¿Qué amigo Lily?-cuestionó mi padre.

-Eh
-quedé unos segundos pensando la excusa perfecta hasta que decidí decirles la verdad-a Potter-.

Subí como atolondrada el tramo de escalera que me faltaba y ya en mi cuarto suspiré de alivio por haberlo dicho, me preparé para acostarme a dormir a pesar de no estar ni un poco cansada.

Los días pasaron y no tenia noticias de los merodeadores, hasta que el miércoles mientras estaba por cerrar, cayeron Sirius y Peter.

-Pelirroja ¿Cómo va todo?-preguntó el ojigris a modo de saludo.

-Bien Black sobreviviendo y ¿James está mejor?-curioseé tratando que no se notara mi preocupación.

-Si ya le dieron el alta hace dos días y está como si nada, el problema es Remus-dijo tristemente.

-¿Qué le pasó?, no me digas que sigue con esa tontería de que es su culpa-adiviné.

-Siempre sabes todo-se quejó él haciéndome reír-La cosa es que no nos escucha, necesitamos tu ayuda ¿podrías venir? quizás a ti te haga caso-pidió él.

 

-No sé es que
-.

-Por favor-suplicaron ambos.

-Está bien-dije antes de que siguieran insistiendo-en cinco minutos cerramos la tienda y voy a hablar con él-.

Capítulo veintisiete: La culpa es del pequeño problema peludo

Entré al apartamento.

-Lily-saludó Potter desde el sofá en el que miraba la televisión.

-Hola James ¿cómo te sientes?-pregunté.

-Bien, a propósito gracias por irme a ver al hospital-dijo él demostrando sinceridad en su voz.

-No fue nada-dije restándole importancia.

-Sirius ya intenté y fue en vano es tan caprichoso-dijo el de anteojos, yo lo miré sin comprender pero enseguida ambos me guiaron hasta una puerta que no había notado antes y llamaron:

-Remus abre, no puedes quedarte toda la vida ahí, además tienes visitas-.

-¿Visitas?-se escuchó un susurro lastimero de detrás de la puerta.

-Remus enserio necesitamos hablar-inquirí con un dejo de lastima.

-Váyanse no quiero ocasionarles mas daños-dijo él, esta vez subiendo la voz.

-No seas necio, no fue tu culpa lo que pasó, fue un accidente-dije con suavidad.

-No es cierto, es mi problema, mi estupido problema-gritó abriendo la puerta con violencia. Él estaba pálido y su aspecto enfermizo se había agravado, pero a pesar de esto, sus ojos miel, resaltados por unas ojeras, brillaban como nunca.

-Ya sabes que tu enfermedad no es tu culpa, sino del maldito de hombre lobo que te mordió-le dije para tranquilizarlo.

-O comes algo en este instante o te las veras con nosotros lunático-amenazó Sirius acercándose al muchacho.

El ojimiel nos miró tristemente-No tengo hambre-.

-Vamos Lunático, si no tienes hambre no eres humano, hace casi dos días que no comes nada -soltó James.

Entre los tres lo llevamos a la cocina y lo obligamos a sentarse.

Le servimos unos fideos y nos sentamos a su lado a verlo como devoraba su plato.

-Gracias chicos son los mejores amigos, no los merezco, además todos se afectan con mi enfermedad -dijo él apenado.

-Vamos no digas eso eres un amigo excelente-dije dándole un abrazo.

-No es cierto eres el mejor amigo con un pequeño problema peludo que tengo-dijo James sonriente.

-Soy tu único amigo así-dijo Remus con gracia provocando que una sonrisita se plasmara en su rostro.

-¿Y si hacemos algo divertido para olvidar todo lo que pasó últimamente?-propuso Sirius.

-Si podemos salir este fin de semana-opinó Potter bastante emocionado.

-Supongo que se van a divertir mucho, bueno mi labor esta hecha, me voy, cuídense-dije comenzando a moverme pero Black dijo:

-Nada de eso pelirroja tú también vas con nosotros-.

-Vamos Lily tu también me ayudaste a mi y a James-pidió Remus.

Los tres pusieron caras de perritos abandonados y aunque traté de resistir no pude.

-Está bien ¿adonde quieren ir?-pregunté dándome por vencida.

Los tres sonrieron y por un momento noté que la mirada chocolate seguía clavada en mi desde hacia rato.

-No sé ¿y si vamos a la biblioteca nacional?-dijo Remus emocionado.

Potter y Black comenzaron a reírse descontroladamente después de un segundo en el que pusieron cara de ¿es enserio?

 

-Podemos ir a algún baile en donde
-comenzó Sirius pero lo detuve justo antes de que quisiera llevarnos a un club de mujeres desesperadas como les decía yo.

-No Black no iremos a ningún lugar de esos ¿Qué les parece el cine?-dije maravillada por mi idea.

-¿Cine?-cuestionaron ambos pelinegros con cara sorprendida.

Remus se empezó a reír y les dije:

-Es un lugar donde pasan películas-.

Me siguieron mirando con cara rara.

-Una película es una proyección sobre una pantalla donde se muestra distintas historias según si es de terror, misterio, aventura, romance, etc -simplificó Remus.

-Yo quiero ir-saltó Sirius emocionado.

A ambos se les iluminaron los ojos como niño pequeño con juguete nuevo.

Entonces entró Peter adormecido y preguntó:

-¿Qué pasa?-.

-Vamos a ir al cime Colagusano-contó emocionado Potter.

-Cine-corregí divertida.

Después de que le explicáramos que era eso, puso la misma cara de emoción que sus otros amigos.

Pero lo peor fue cuando me pidieron que les contara con lujo y detalle como era ir al cine, entre que Colagusano casi se hace pis de la impresión, James me miraba con esa mirada de ingenuidad tan ¿linda? y Black daba saltitos de alegría por todo el comedor, pensé que estaba en un manicomio.

Al final concordamos en ir el próximo sábado, quien sabe que me esperará en esa salida.

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¿les gustó? espero que si jajaja,como siempre mucha expectativa para el siguiente capítulo, les dire que los siguientes seran mas graciosos :) ,queria agradecerles a todos los que leen y comentan mi fic relamente me hacen muy feliz :) ay ya me puse sentimental...jajajajja en fin gracias!!! y si seguire actualizando asi de seguido,nos vemos en los comentarios :D

kisses

julid

Capítulo veintiocho: Aventuras en el "cime"

-¡Wow!-fue lo único que pudieron decir los tres al entrar al reino de las palomitas y las pantallas gigantes.

-Con que esto es un cine-dijo Sirius de lo más impresionado.

-Si bueno, vamos a comprar las entradas-dije dirigiéndome a la fila.

-Porque mejor no vas a comprar las palomitas y las gaseosas mientras nosotros vamos por las entradas-dijo Remus sonriente, eso me daba mala espina.

-Pero enserio que no me molesta-dije moviéndome lentamente.

-Oh vamos pelirroja nosotros tres nos encargamos-soltó Sirius.

Me miraron suplicantes así que suspiré vencida y fui por los aperitivos, para mi sorpresa James me siguió.

Nos pusimos al final de la larga fila y estuvimos en silencio varios minutos, yo tenía la vista fija en el piso y escuchaba el sonido de todas las personas que estaban contenidas en ese gran cine de Londres.

-Lily-dijo él por lo bajo.

-¿Qué pasa?-pregunté volteando a mirarlo directo a los ojos.

-Solo quería decirte lo hermosa que te ves hoy-dijo provocando que por alguna extraña razón me sonrojara y cuando llegó nuestro turno casi me tropiezo torpemente contra el mostrador.

Pedí palomitas y refrescos para los cinco y luego de pagar llevamos los aperitivos donde ellos nos estaban esperando.

-¿En qué sala es?-dije para los tres chicos.

-En la 2a adelántense, nosotros vamos al baño-dijo Remus.

-Pero Lunático yo no quier
-comenzó por lo bajo Peter pero al recibir una mirada del ojigris se calló y los siguió.

 

Otra vez éramos los dos, no se porque pero estaba nerviosa, como si en mi interior se estuviera a punto de dar un examen final.

En menos de cinco minutos ya estábamos sentados esperando el inicio de la película, James estaba alucinado.

-¿Dónde se habrán metido los chicos?-pregunté al notar que la sala se oscurecía y ellos no habían llegado aun.

-Déjalos, deben de estar por ahí, además Lunático esta con ellos-dijo el pelinegro convencido.

Entonces las primeras imágenes aparecieron y el muchacho quedó sin habla, provocando que su boca se convirtiera en una perfecta o.

Cosa que me hizo reírme un poco, luego el título nos deslumbró, era Noche sangrienta, me pareció algo raro para una película cómica como les había insistido todo el viaje a los chicos para ver.

Después de un rato no había dudas que eso era terror, puro y simple terror, desde pequeña que las odiaba ya que una vez, que fui con mi madre y Petunia a ver una de zombies, ella me asustó todas las noches siguientes escondiéndose en mi armario, desde entonces nunca mas había ido al cine a ver películas de terror.

En fin ya no me podía librar, al principio la trama se trataba de una pareja que decidió mudarse a una antigua casa en las afueras de su ciudad, pero lo malo comenzaba en la primera noche, en la que espíritus de la casa los asustaban y trataban de echarlos.

James miraba la pantalla sin pestañear, él no demostraba ni un poco del miedo que yo experimentaba, en ese momento la joven veía al doblar la esquina una sombra con un cuchillo, y una risa maligna resonaba por la sala.

Un acto reflejo me hizo refugiarme en el ser que estaba más cerca: James Potter.

Escondí mi cabeza en su pecho para no ver y enseguida ese perfume que tanto recordaba me atrapó junto a su calidez, provocando que mi corazón latiera más rápido si todavía era posible.

Cuando tomé conciencia me alejé repentinamente viendo a pesar de la penumbra una sonrisa emerger del rostro de James.

Volví a mirar a la pantalla para que no se me notara el color tomate de mis mejillas, esa película cada vez se ponía peor ahora la pareja estaba atrapada en un cuarto en donde los seres malévolos golpeaban la puerta desesperados.

En el instante en el que la puerta se abrió, sentí que él había tomado mi mano temblorosa que reposaba sobre el posabrazos. Una seguridad me invadió, una parte de mi me decía que debía retirarla enseguida y la otra que no debía soltarla.

Al final, terminó que ambos se encerraron en un viejo sótano jurándose amor eterno y dándose un apasionado beso, por un momento me imaginé el pasado beso con John hasta que mis pensamientos fueron interrumpidos por un ruido de un besuqueo.

Inconscientemente James y yo volteamos a ver la fila trasera en donde cierto chico se besaba con una pelirroja.

Las luces se encendieron dando la señal de que la tortura había dado fin. No había dudas que ese era John Mcharty.

-Hola Lily ¿Cómo te va?-dijo el descarado soltando a su amiguita.

-Bien, vinimos al cime, digo cine, con los chicos pero el resto se perdió solo quedamos James y yo-contesté.

-Ah claro-dijo con algo de resentimiento e incredulidad-ella es Livy-presentó a la pelirroja que poseía unos ojos de un verde parecido al mío pero tenía la cara más alargada y las orejas más saltonas.

 

-Un gusto, creo que ya conoces a James-dije.

-Si lo conozco-dijo mordaz-por cierto ¿no me dijiste que no te gustaban las películas de terror?-.

-Es cierto, pero se equivocaron al comprar la entrada-me justifiqué con la verdad, aunque ésta era muy pobre para ser creída.

-¿Es tu novia?-preguntó la otra pelirroja a James.

-No solo somos amigos-soltamos el típico discurso a la misma vez.

-Por eso estaban tomados de las manos-insistió ella.

Me hice la sorda y grité:

-Mira James ahí están Sirius y los otros, adiós John-.

Luego saqué al pelinegro de allí a la velocidad de la luz.

Él y sus amigos me deben varias explicaciones.

Capítulo veintinueve: Como si fuera poco

-Con que por fin aparecen-los regañé saliendo de la sala donde había vivido una pesadilla las últimas dos horas.

-Es que digamos que nos equivocamos de sala-dijo el pelinegro con una cara tan falsa que
juro que
no Lily no, repetí internamente para no descuartizarlo ahí mismo.

-¿Se rieron mucho?-preguntó mi ex amigo Remus Lupin con una falsa sonrisa, aunque parecía algo pálido ¿estaría cerca la luna llena?

-Si, no sabes como me reí cuando los espíritus torturaban a los propietarios de la casa -ironicé molesta con una mirada asesina.

-No me digas que su película era de terror-predijo el "gran adivino" Sirius Black.

-No, era para niños-seguí irónicamente el juego mientras noté que James seguía embobado observándonos sin decir nada.

-Nuestra película era de acción y de piratas-contó Remus emocionado tratando de aplacar mi ira que cada vez estaba mas cerca.

Los fulminé con la mirada y luego percibí que faltaba un chico.

-¿Y Peter?-pregunté.

-Ah no sé, se fue a la mitad de la función a buscar más palomitas y no volvió-dijo el oji-gris como si nada.

-Debemos encontrarlo, quizás se perdió-dije malhumorada por el desinterés de los que eran sus amigos.

En ese instante se escuchó un gritito.

-Chicos chicos no saben lo bien que la pasé-dijo el aludido sonriente.

-Oh por dios ¿qué tienes en la cabeza?-examinó Sirius escandalizado, mientras que nosotros nos reíamos por lo ridículo.

-Es una corona, ¿te gusta?, te la puedo prestar-dijo satisfecho el de ojos vidriosos señalando la pequeña corona rosa con plateado que llevaba en su cabeza.

-No y nunca vuelvas a repetir eso, haznos un favor a todos y quítatela-insistió Black viendo en todas direcciones por si alguien reparaba que le hablaba por que de seguro "arruinaba su reputación tan respetable". Innovacion y creatividad

-Además conocí chicas gracias a ella-contó.

-Si chicas de cinco años-dijo James entre risas.

Él pareció no escucharlo y continuó-Fui a ver una película de princesas, unicornios y príncipes, además había más chicas que en la de piratas-agrego con superioridad.

Sirius comenzó a reírse escandalosamente y el chico entendió que tendría que haberse ahorrado algunos detalles de su salida.

Mientras que él se sonrojó yo no podía parar de reír desde hacia cinco minutos.

Entonces se quitó la corona y Sirius suspiró aliviado.

-Gracias Peter eso arruinaba mi reputación con las chicas-dicho esto el chico se volteó y guiñó un ojo a una morena que pasaba por ahí junto a una pandilla de tontas que comenzaron a reírse emocionadas.

 

No pude evitar rodar los ojos y cuando iba a hablarle al ojimiel sobre de donde había sacado a su amigo note que no estaba allí.

Miré hacia todos lados alarmada y enseguida lo localicé en una banca próxima sentado.

-Remus ¿qué te pasó?-pregunté preocupada viendo la cara demacrada del chico.

-Es solo que de repente me sentí un poco mareado-contó él en voz baja.

-En ese caso deberíamos volver-dijo James ayudando a su amigo a ponerse de pie.

-Tienes fiebre-pronostiqué tocándole la frente.

Los cinco regresamos, pero antes de dejarme en mí casa decidimos llevar a Remus al apartamento porque ahora tenía escalofríos y un fuerte dolor de cabeza.

Acostamos a Remus y luego de darle unos calmantes y un té caliente lo dejamos dormir.

-Sirius, Peter ¿me acompañaran a llevar a Lily a su casa?-preguntó James desde la puerta.

-No ve tú, nos quedaremos cuidando a Remus, hasta pronto pelirroja-se despidió él sin despegar su vista de la televisión.

Peter me hizo un saludo con la mano y después ambos salimos del apartamento y nos subimos al ascensor.

Presionamos el botón que indicaba planta baja y esperamos, últimamente James no hablaba mucho y se formaba un silencio incómodo cada vez que estábamos juntos.

Miré el espejo del ascensor unos momentos hasta que una especie de temblor hizo que me tuviera que sujetar de la pared para no caerme.

Repentinamente el aparato se había detenido, el visor no mostraba en que piso nos encontrábamos y eso hizo que una oleada de nervios me recorriera por completo.

James se alarmó y golpeó la puerta pero fue inútil, no se abría, oh no eso significaba que

-Estamos encerrados-dijo el pelinegro.

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¿que pasará en el ascensor?¿sus teorias?jajaaj ah y que opinan de la super corona de Peter jaajaj...inolvidable :),pobre Sirius le manchaba su gran reputacion como persona decente(?) jaajajja :)

Capítulo treinta: Confesiones en el ascensor

Intenté abrir la puerta, incluso con magia, pero fue inútil, estábamos encerrados en esa fría caja de metal.

Me senté resignada, él me imitó.

Pasamos un rato así, yo miraba el piso mientras que James tenía su mirada clavada en mí.

-No sabia que John tenía novia-dijo él de repente dejándome desconcertada.

-Yo tampoco, que bien por él, espero que sean felices juntos-dije sin poder sacarme la imagen mental del beso en la playa.

-Si porque me enteré que salieron juntos a cenar el otro día y no funcionó, perdona que te lo diga pero se notaba que no se conocían-dijo él dejándome atónita y sorprendida.

¿Cómo rayos sabia eso? , era información clasificada, ¿será que los vecinos son muy chismosos? o ¿que vigilan la tienda las veinticuatro horas?

-Si lo conozco-confirmé fastidiada.

-Si claro y ahora te pones a la defensiva-dijo él haciéndose el gracioso.

-Eres un inmaduro-dije cruzándome de brazos.

-¿Por qué? solo porque te digo la verdad en la cara, yo te conozco mucho más de lo que él te conoce-afirmó viéndome directo a los ojos.

-¿Ah si? ¿Cuál es mi color favorito?-pregunté.

-El Púrpura violáceo con un toque de rosa-dijo muy serio.

 

Wow pensé alarmada, eso solo lo sabia mi madre.

-Eh
, esa era fácil, a ver ¿Qué es lo único que no puedo ni probar?-

-Coles de Bruselas-contestó como si fuera obvio.

-¿Mi animal favorito?-.

-El ciervo-.

-Creo que te gané-dijo satisfecho sonriéndome al ver mi cara de anonadada total.

-Está bien si me conoces
un poco-dije sintiendo una sensación de satisfacción.

-Pero espera, te voy a hacer una última pregunta ¿Cuántos pares de zapatos tengo?-.

-Bueno te diría que seis pares de zapatos, cuatro de botas y cinco de sandalias ah y casi olvido las pantuflas-dijo divertido.

Ahora si que estaba en shock como hacia para conocer cada detalle de mi vida.

-No me estas vigilando ¿no? Porque eso ni mi madre lo sabe-dije impresionada por sus respuestas.

Él se rió.

-Como crees-dijo entre risas.

-No estaría tan segura-comenté.

-Hazme una pregunta más vamos ¡por favor!-pidió él con cara de perro mojado.

-Está bien, ¿Cuál es el color que prefiero para mi ropa interior?-dije saboreando la venganza los tres segundos que demoró en responderme.

-La blanca para verano y la negra para invierno-dijo el muy depravado con una sonrisita por la cual se ganó un buen golpe en su brazo.

-No quiero ni saber como obtuviste esa información Potter-dije.

-Veo que retrocedimos creía que ya habíamos pasado la etapa por la que me llamabas por mi apellido-notó.

-Cállate quieres que
-

Lo iba a golpear cuando el me atajó mi mano en el aire, quedamos frente a frente con tan solo unos centímetros de distancia entre nuestros rostros.

La puerta del ascensor se abrió y quedamos petrificados.

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¿Quien será? jajaaj

Capítulo treinta y uno: Con las manos en la masa

-Perdonen, de verdad que no quería interrumpir-dijo el desvergonzado de Sirius al vernos en esa posición-sigan, sigan-.

-Black por favor ¿de verdad crees que JAMES Y YO estábamos confraternizando en el ascensor? -le contesté sonrojada apartando al pelinegro.

-Mis ojos lo confirman querida Lily-dijo con una sonrisa triunfal.

-Las apariencias engañan, solamente nos quedamos encerrados en el ascensor-reafirmé.

-Lo que digas pelirroja-contestó el ojigris tratándome como a una loca que se había escapado de un manicomio.

-Son unos inmaduros-me limité a decir cruzándome de brazos.

-Son unos inmaduros-se burló el molesto de Black con una vocecita chirriante.

Le hice una mueca y luego, antes de que nos sacáramos los miembros, Potter intervino:

-Chicos, chicos, calma, no pasó nada Sirius, enserio, y Lily, ven te llevaré a tu casa-.

-Los acompañó para que no se atasquen en el auto ni en las escaleras y tengan que fingir que no hacían nada-dijo el imbecil de Black.

No le contesté y los tres bajamos esta vez por las escaleras para que me pudieran llevar de una vez a mi casa.

Oía el relajante ruido que hacia la lluvia al caer, esa mañana de domingo llovía a mares y no tenía la menor intención de abandonar la calidez de mi cama.

Entonces se escucharon golpes en la puerta.

-Pasé-dije con un bostezo.

-Lily dormilona veo que al fin despiertas-dijo mi madre sonriéndome.

 

Se sentó a mi lado y me contó:

-Vengo a decirte que tu padre, Petunia y yo vamos a ir al supermercado por víveres, así que lo más probable que no estemos para el almuerzo, te dejé algo en el horno-.

-Ok, no te preocupes yo me quedó descansando-dije viéndola sonriente.

-Está bien, recuerda no abrirle la puerta a desconocidos-dijo ella antes de marcharse.

Ni bien se fueron tomé el teléfono y disqué, luego esperé hasta que una voz me dijo:

-Hola-

-Hola Lily-dijo Potter al otro lado de la línea.

-Llamaba para saber como está Remus-.

-Ah, él está mejor pero aun tiene un poco de fiebre-me contestó.

Se escuchó un grito del otro lado, que "inesperadamente" provenía de la personificación del fastidio: Sirius Black

-¿Qué le pasa a Black hoy?-pregunté desganada.

-Es que me está llamando porque justo nos estábamos por ir-explicó con calma el muchacho.

-Ah bueno en ese caso mándales saludos y dile a Remus que se mejoré, adiós-dije.

-Adiós Lily-.

Pasé el resto de la tarde descansando y con un montón de pensamientos que se arremolinaban en mi mente y no me dejaban dejar de pensar otra cosa que no fueran John y James. Las palabras del de anteojos seguían resonando en mi cabeza, "yo te conozco mucho más de lo que él te conoce" y "no sé conocen" aparecían constantemente, creó, que en fondo Potter si tenía razón.

Ya era miércoles, la semana pasaba volando cuando uno trabajaba y leía chismes, todo estaba tranquilo hasta que John salió de la trastienda, miró su reloj con disimulo y luego me dijo:

-Lily, la estantería de allá se desordenó ¿podrías arreglarla mientras yo ordenó aquella?-

-Si claro-dije.

Mientras ponía las latas en orden vi que al otro lado de la calle habían dos personas que creían conocer, ambas estaban conversando.

Me pareció raro así que decidí investigar.

-John ya vengo, voy a tomar un poco de aire-avisé al chico que seguía limpiando de lo más sonriente.

Salí a la calle y pude confirmar quienes eran, hasta que de repente sentí que el corazón se me paralizaba y que la respiración se me entrecortaba, no podía creer lo que mis ojos me mostraban.

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Más intriga..chan chan ¿quienes serán?,¿qué pasará después?,¿Sirius seguira siendo aun más entrometido ? jajajaja ,el domingo subiré el proximo por que el sábado no podré ni tocar la computadora jajaja

kisses a todos

julid

Capítulo Treinta y dos: Malentendidos

El pelinegro y la pelirroja teñida esa, se estaban besando en medio de la acera, en solo tres segundos me dí vuelta y escuché que ella decía:

-Claro que si James, me encantaría ser tu novia-.

Se me revolvió el estomago y entré a la tienda con los puños apretados y con toda mi fuerza mental para no largarme a llorar ahí mismo.

-¿Qué te pasó? Parece que viste un fantasma-preguntó John preocupado.

Comencé a contarle todo y al final estallé, no pude reprimir el amargo llanto que me envolvió.

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Mientras tanto

P.O.V James

Le eché una mirada asesina al portero y subí al apartamento furioso, cuando llegué azoté la puerta con violencia y grité:

 

-¡Soy un estupido!-.

Inmediatamente, los tres arribaron a la sala confundidos por la situación.

-¿Qué pasó Cornamenta?-preguntó Sirius.

-Nada-dije cortante sentándome en el sofá.

-Si y yo soy Slytherin-contestó él.

-Vamos James que te sucede-inquirió Remus sentándose a mi lado.

-Todo empezó cuando
-

Flashback:

-James Potter ¿cierto?-dijo una chica mientras yo regresaba a mi apartamento luego de ir a hacer un Tour para vigilar a Lily.

-Si pero yo no te conozco-dije extrañado, ella era pelirroja, de ojos verdes y tenia las orejas saltonas como

-¿Livy?-pregunté.

-Exacto bombón, veo que me reconoces-dijo insinuadoramente.

-¿Tu no eras la novia de John?-asocié alejándome de ella.

-Veo que además de guapo eres inteligente, acertaste de nuevo cariñito, era, porque ahora estoy libre para hacer esto

Sin decir nada se me abalanzó y me dio un beso en los labios, cuando reaccioné pude empujarla lejos al mismo tiempo que distinguía una figura que creía conocer, que entraba a la tienda.

-Claro que si James, me encantaría ser tu novia-gritó a los cuatro vientos.

-¿QUÉ CREES QUE HACES?-le grité alterado al ver la sonrisa de satisfacción de la pelirroja.

-Te besó ¿no es obvio?, porque en vez de tanta charla no me das otro besito-dijo la desvergonzada acercándose.

-Aléjate estupida no te quiero volver a ver más-le dije antes de que mi razón cayera en la cuenta de las cosas que debían estar pasando por la cabeza de cierta chica que había contemplado la escenita.

Gruñí y regresé al edificio

Fin del Flashback

-Wow, amigo la tienes difícil, realmente metiste la pata hasta el fondo-dijo mi "gran amigo" Sirius Black.

-Gracias por el apoyo Canuto-ironicé.

-Creo que tendrías que ir a hablar con ella para arreglar el malentendido-propuso Remus.

-No creo que me quiera ni escuchar-dije tapándome la cara con las manos en señal de desesperación, había perdido a Lily y todo por un cruel incidente con una tonta.

-No te preocupes Cornamenta, de seguro se arregla-dijo Colagusano.

-Tienen razón-dije con nuevas esperanzas-voy a hablar con ella-.

-Así se hace compañero-dijo Canuto dándome unas palmaditas en el hombro.

Me encaminé decidido hacia la tienda sin mirar nada que no fuera mi objetivo.

Abrí la puerta de la tienda y no vi a nadie, por un momento me temí lo peor hasta que dos personas entraron por la puerta de las trastienda, Lily estaba roja y tenía rastros de llanto, el corazón se me acongojó al ver tal escena. John por otra parte sonreía como nunca.

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felicitó a Ivii,Angela y Assasha por haberlo intuido jaja en fin solo pido que no me maten por l ocorto del capítulo pero prometo que seguro el martes actualizó :) saludos a todos

julid

Capítulo treinta y tres: Golpes duros

-Ven vamos a la trastienda y me cuentas, así estarás más tranquila-me dijo comprensivamente John.

Asentí con la cabeza y lo seguí, allí ocupé una silla e intenté no sucumbir en el llanto mientras que él me preparaba una taza de té.

Me tendió la bebida caliente y se ubicó a mi lado.

 

-Te escuchó, realmente yo tampoco estoy pasando un buen momento desde que descubrí que mi novia me engañaba y no tuve a nadie para que me de ánimos, por eso ahora yo te ayudaré a ti Lily-dijo tiernamente mirándome directo a los ojos.

-Gracias John, eres una gran persona, veras es que me pareció ver a Potter con la que era tu novia, besándose y un sentimiento de
-no pude acabar porque poderosas lágrimas no tardaron en salir.

Él me abrazó y me refugié entre sus brazos para consolarme, me sentía tan bien.

-No te debes preocupar por lo que haga Potter-me dijo para consolarme a la vez que me acariciaba el cabello como lo hacia

Otra vez gotitas emergieron de mis ojos pero esta vez pude detenerlas y con un pañuelo que me tendía John en ese momento logré sacar sus vestigios de mi rostro.

-Eres tan dulce John no sé que haría sin ti-le confesé esbozando una pequeña sonrisa.

Él me sonrío y sin que me diera cuenta nos fuimos acercando cada vez más hasta que nuestros labios se juntaron dando como resultado un tierno y calido beso.

Cuando nos separamos le sonreí agradecida y él viéndome con esos ojos azabaches me dijo:

-Lily si te hace sentir mejor ¿te gustaría ser mi novia?-.

Quedé helada y en shock, pero creo que esta vez tomaría otro camino, no podía depender del estúpido mujeriego de Potter toda la vida ,por más que me conociera, debía intentar estar con una persona seria y tierna que no me quiera hacer daño constantemente.

-Está bien-le dije con una sonrisa radiante.

John me abrazó y después de darme otro beso me dijo:

-Genial, nunca estaré lo suficientemente agradecido por la oportunidad Lily, realmente eres estupenda-terminó con una sonrisa de oreja a oreja.

Terminé de tomar mi té y luego fui al baño a lavarme la cara.

Mis ojos se habían hinchado producto del llanto y mi cara estaba rojiza.

Luego ambos salimos de la trastienda y vi a la persona que menos quería ver en este momento: James Potter.

Él estaba más serio que de costumbre y con determinación se acercó a donde estaba yo y me dijo:

-Lily enserio que
-

-No te preocupes Potter, no es nada, perdóname por interrumpirlos a ti y a tu novia-esa palabra me había dolido en el alma como si me desgarraran las entrañas.

-No es mi novia y nunca lo será, ella se me abalanzó y no pude hacer nada-trató de explicar el descarado.

-Si al nene se le enciman las chicas y él no las puede detener pobrecito-ironicé con un tono molesto.

-Es la verdad
-intentó volver a justificarse con alguna tonta excusa cuando lo interrumpió John que hasta ese momento estaba callado.

-Potter haznos un favor y vete porque Lily y yo estamos trabajando-.

-Tu no eres nadie para impedir que le hable a ella-soltó agresivamente el de anteojos.

-Si lo soy, para tu información soy su novio-eso, creo, fue un golpe muy duro para James, se estremeció y ya sin más armas para defenderse se fue por donde vino sin decirnos una sola palabra.

Me sentí mal por él, pero después de todo él se besuqueaba con todo el vecindario y después quería salir conmigo para colgarme como un trofeo en la pared y tacharme de su lista de chicas pendientes.

El teléfono sonó.

Estaba mirando la televisión antes de la cena, después de que sonara varias veces decidí atenderlo.

 

-Hola Lily-dijo Sirius del otro lado de la línea.

-Hola
¿qué
-no alcancé a preguntar ya que parecía que me hubiera leído la mente.

-James desapareció, sabes donde está, no lo veo desde que fue a hablar contigo esta tarde-me contó con un evidente tono de preocupación.

Se me formó un nudo en la garganta-no, no sé-.

-¿Estas segura de que no pasó nada para que se comportara así?-indagó el muchacho haciendo que mi estomago se achicara y que de pronto mi mano que sujetaba el tono del teléfono comenzara a temblar.

-No no sucedió nada relevante-mentí, no me creía capaz de decirle que su amigo había sido humillado de la peor manera posible.

-Ah gracias, entonces lo seguiré buscando, llámanos si lo ves-se despidió nervioso.

-Si lo haré hasta pronto-dije cortando la comunicación.

Realmente me había dejado algo preocupada, ya que Potter es muy impulsivo, era normal que me preocupara por él si desaparecía sin dar explicaciones.

Antes de que en mi mente se siguieran tejiendo más y más ideas mi madre me llamó a cenar.

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Esperó que no me maten :) sean piadosos, es que me encanta el dramatismo,¿donde estará James?,¿John será tan dulce como aparenta? muajaja un poco de todo esto y más en el proximo capítulo del día viernes :)

kisses

julid

PD: soy muy joven para morir

Capítulo treinta y cuatro: Repercusiones

Cené en completo silencio y me retiré enseguida, en parte porque estaba cansada por todo lo que había sucedido y por otra para no seguir pensando que le habría sucedido al pelinegro.

Me acosté, me sentía intranquila y daba vueltas cada cinco segundos entre las sábanas, hasta que de repente sentí un ruido proveniente de la calle, por un momento me alarmé, pero luego intenté volver a mi desesperado intento por conciliar el sueño. Cuando el ruido se repitió me levanté de un salto y me acerqué a la ventana que daba a la calle.

Dudé si debía abrir o no la dichosa ventana, pero al final me decidí a hacerlo.

En la calle todo estaba tranquilo, sentía la fresca brisa propia de la estación dándome de lleno en la cara, provocando que mis mechones pelirrojos ondearan, despeinándome aun más.

Miré a ambos lados de la acera, no había ni un alma, hasta que me pareció ver detrás del seto a alguien.

Afiné la vista pero era imposible con la poca luz que había, la luna estaba en su punto más bajo y las estrellas eran inapreciables esa noche.rn

De pronto, este se movió, podría ser un perro o un gato pero sin embargo no me moví de allí.

Pude apreciar por unos segundos una figura humana que contrarrestaba con la tenue luz del foco de la calle, eso si era raro.

Entonces un gato salió de entre los arbustos y por un momento respiré aliviada aunque no me explicaba lo que había avistado antes.

Cerré la ventana mas tranquila y me acosté a dormir.

Mientras tanto

P.O.V James

-Son las dos de la mañana ¿donde rayos estabas?-me gritó Remus.

No le contesté y seguí el camino hacia mi habitación, en ese momento no me apetecía nada, ni comer, ni dormir, ni bromear, solo quizás encerrarme a intentar olvidar el episodio de la tienda.

 

-No me digas que nada, sabes como estábamos de preocupados cuando pasaban las horas y no regresabas-me reprochó Sirius.

No les hice caso, se que ellos no se lo merecían pero no quería pelearme con ellos.

Entonces el pelinegro se puso enfrente de la puerta de mi cuarto para que no pasara.

-¿Nos vas a decir que pasó?-preguntó Peter.

-Nada pasó-negué.

-Vamos suelta la sopa que Lily tampoco quiso decir nada pero a juzgar por su tono de voz por el teléfono, parecía nerviosa-contó Sirius.

-¿Llamaron a Lily?-dije llevándome una mano a la frente con un tono ofendido y bastante enojado.

-¿Qué querías que hiciéramos?, ya estábamos desesperados-dijo Remus.

-Déjame pasar-le exigí a mi amigo que me bloqueaba el paso.

-No hasta que no nos digas a donde fuiste y aún más importante ¿qué sucedió en la tienda?-pidió Sirius.

Lo miré cansinamente y luego suspiré harto de todo esto.

-Les cuento, verán es que
-

Flashback

Entré a la tienda y me extrañe por la ausencia de Lily.

Esperé unos minutos hasta que ambos salieron de la trastienda, cuando vi las lágrimas perdidas del rostro de Lily sentí dolor por haberle echo daño, pero cuando noté la sonrisa del traicionero de Mcharty se me estremeció todo el interior, ¿qué habría hecho ese desgraciado ahora?

-Lily enserio que
-le dije tratando de explicarme.

Ella me cortó fríamente- no te preocupes Potter no es nada, perdóname por interrumpirlos a ti y a tu novia -.

-No es mi novia y nunca lo será, ella se me abalanzó y no pude hacer nada-me sentía ofendido, ¿cómo podía pensar esa barbaridad?

-Si al nene se le enciman las chicas y el no las puede detener pobrecito-ironizó con un tono malicioso, me sentí como si me hubiese clavado una estaca en el corazón, como si me estuvieran matando lentamente.

-Es la verdad
-insistí, quería que ella volviera a creerme, a escucharme, pero parecía imposible en ese momento ya que John me interrumpió.

-Potter haznos un favor y vete porque Lily y yo estamos trabajando-dijo cortante ese ladrón de pelirrojas certificado.

-Tú no eres nadie para impedir que le hable a ella-solté no pudiendo evitar ser agresivo con él, no podía creer que se metiera en todo.

-Si lo soy, para tu información soy su novio-.

Cuando esas tres últimas palabras fueron procesadas por mi cerebro sentía que el alma se me caía al piso y se rompía en mil pedazos al igual que mi corazón. No pude evitar estremecerme.

Miré al imbécil de John que me miraba desafiante y esquivé la mirada de Lily, no podía verla después de eso, no me sentía capaz, me fui sin miramientos, ya no tenía más que hacer ahí.

Salí de la tienda con los puños apretados y con unas inmensas ganas de golpear, romper y liberarme de esa ira que me inundaba.

rn

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Hola a todos,

después de esquivar sus amenazas de muerte,cuidar mis espaldas estos dos dias sigó,milagrosamente,con vida jajaa,bueno ya saben algo más sobre lo que pasó decidí escribir de nuevo la escena desde la perspectiva de James no sé una loca idea que se me ocurrió, ¿A donde habra ido James para volver a las dos de la madrugada?jajaa bueno saludos a todos los integrantes del club anti John alias el "asqueroso" jaja,prometó actualizar mañana para recompensar la excesiva dosis de intrigas por capitulos jajaj

 

super kisses

Julid :)

Pd: el proximo capítulo tendrá una canción sorpresa ¿Qué les parece la idea? jajaaj

Capítulo treinta y cinco: Aunque estés con él

Lo primero que se me pasó por la mente fue el pensamiento de alejarme de todos, me subí al auto y arranqué, necesitaba reflexionar.

Conduje sin ver por donde iba hasta que divisé un parque y estacioné el auto, no podía seguir manejando en ese estado.

Que bonita estas

Cada día más

Tanto que decir

Tanto que reír para no llorar

Caminé por uno de los tantos caminos hasta sentarme en una banca frente a una fuente.

El momento llegaba una y otra vez a mi mente entonces me di cuenta, tomé conciencia de la situación, ellos realmente estaban saliendo y yo solo era un obstáculo para la felicidad de Lily, entonces el llanto que reprimía desde hacia horas salió a la luz y me quedé horas sin dejar de ver a un punto fijo tratando de consolarme.

Se que puedo controlar mis pensamientos

Pero no consigo callar el sentimiento

Que es libre como el viento

Al final llegué a la conclusión que llorando y lamentándome no llegaría a nada, y que la esperanza es lo último que se pierde.

No pretendo que lo dejes todo por mi amor

No te digo que conmigo te va a ir mejor

Solo digo que no ignores a tu corazón

Es el único que siempre tiene la razón

Tenía que hablar con ella y preguntarle si realmente quería a John o si solo lo había aceptado por resentimiento y furia por el malentendido.

Cuando me fui del parque, un poco mejor, ya estaba completamente oscuro, me dirigí a la casa de Lily y estacioné faltando una cuadra, no quería que me viera llegar.

He inventado mil razones para olvidarte

He luchado con mis ganas para no llamarte

Mi promesa siempre ha sido ser un hombre fiel

Mi promesa es respetar tu piel

Observé su casa por unos minutos y localicé la ventana del cuarto de la pelirroja, me acerqué decidido y le lancé una pequeña piedra, necesitaba que se despertara.

Y no dejaré de amarte aunque estés con él

Lo hice varias veces hasta que sentí como la ventana se abría, entonces justo antes que se asomara, me escondí detrás del alto seto que recubría su casa.

Desde allí la veía, era como un ángel, su cabello ondeando con el viento, su sonrisa de tranquilidad y esa mirada que estaba oculta por la negrura de la ya tardía noche.

Sobreviviré pensando en ti lo haré

Quedan los recuerdos

Flotando entre tus besos

Anoche lo soñé

 

Algo me decía que no debía salir de mi escondite, aunque podría haber jurado que me vio y que nuestras miradas se entrecruzaron por un segundo provocando que mi corazón diera un brinco de felicidad por primera vez en ese día más negro que la noche.

Se que puedo controlar mis pensamientos

Pero es imposible callarme lo que siento

Que llevo aquí dentro

Casi me localiza de no ser por un gato que justo emergió de entre los arbustos, asustado por mi presencia, logrando atraer la atención de ella.

No pretendo que lo dejes todo por mi amor

No te digo que con migo te va a ir mejor

Solo digo que no ignores a tu corazón

Es el único que siempre tiene la razón

Aguardé hasta que volvió a entrar para irme, me fui caminando despacio con la cabeza gacha.

He inventado mil razones para olvidarte

He luchado con mis ganas para no llamarte

Mi promesa siempre ha sido ser un hombre fiel

Mi promesa es respetar tu piel

Y no dejare de amarte aunque estés con él

He inventado mil razones para olvidarte

He luchado con mis ganas para no llamarte

Mi promesa siempre ha sido ser un hombre fiel

Mi promesa es respetar tu piel

y no dejaré de amarte aunque estés con él

Fin del flashback

-Eso fue lo que pasó-acabé con tristeza.

-Debes estar destrozado-soltó Sirius ganándose una mirada asesina de Remus por le comentario.

-¿Se nota?-ironicé.

-¿Por qué no hablaste con ella?-preguntó Peter intrigado.

-No lo sé, de seguro
-

-De seguro ¿qué?-cuestionó Remus.

-Ya no importa, ¿hay whisky de fuego?-.

Sirius me miró con algo de lástima y Lunático volvió a hablar.

-No creo que el alcohol lo solucioné James-.

Tenía razón como siempre, pero necesitaba distraerme con algo.

Él suspiró, seguramente había entendido lo que pensaba con solo mirarme, Canuto trajo una botella y cuatro vasos del aparador, los sirvió hasta el tope y dijo:

-Por los merodeadores-.

Lo imitamos y brindamos aunque en ese momento hubiera deseado ahogarme con ese vaso de líquido color ámbar.

P.O.V Lily

La semana voló, cuando quise acordar ya estábamos nuevamente a viernes.

-Lily ¿te gustaría salir a pasear este fin de semana?-me preguntó John mientras que yo guardaba mis cosas para poder irme a casa.

-Claro que si-dije con una sonrisa.

-Estupendo, entonces el sábado a las once de la mañana iré por ti-dijo el pelinegro emocionado.

-Está bien, ya me voy-me despedí, me acerqué a él y le di un pequeño beso de despedida.

Estaba agotada, después de tanto trabajo, aunque valía la pena el estar con John, el era muy considerado conmigo.

 

Volví a mi casa sumida en mis propios pensamientos, todo el viaje no me podía dejar de pensar en lo que vi la otra noche.

Llegué a mi casa y abrí la puerta.

-Lily al fin llegas, tienes que cambiarte antes de que lleguen los invitados-me dijo mi madre.

La miré sin comprender y pregunté:

-¿Invitados?-.

-Si hija, así que daté un baño porque no tardaran en llegar-apresuró mi madre.

Subí las escaleras confusa ¿Quién podría ser?, quizás algún compañero de trabajo de mis padres, algún amigo de Petunia o quizás algún pariente de Vernon.

Me bañé y luego me puse un vestido verde agua, me hice una cola de caballo al costado y me coloqué unos aretes dorados.

Cuando acabé de ponerme las sandalias escuché el sonido del timbre.

Estaba nerviosa, corrí a la escalera, comencé a espiar desde allí ¿quien podria ser?

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Hola!:

Bueno la canción se llama "aunque estes con él" de Luis fonzi (adoro como canta es tan romántico :))éste capítulo fue más largo y lo subi antes de las cuatro,lo prometido es deuda jajaja espero que les haya gustado, aunque como siempre me van a a declarar malvada por dejar nuevamete mi querida amada intriga jajaj pero que puedo decir es más fuerte que yo,quizas suba mañana el siguiente pero no se si me dará el tiempo.

Para toda las del club anti john:Alexitha PotterBlack, CarLy_o67 ,ivii,Priscila M R,Sofia-Lily Potter,kArLi CuLLeN EvAnZ,Assasha Gothick ,

tonksiita,Erha_athena,Nyx Dark,Adri Potter, FeRdYyY,ichigo snape,ananine y no se si me falta alguien porque las inscritas son muchas jajaja les adelantaré que los proximos capitulos les van a gustar mucho jajaja

saludos a todos!!! :)

kisses

julid

Pd: jaja me pasé un poquitito con las notitas jaja


Capítulo treinta y seis: invitados inesperados

Entonces mi padre abrió la puerta dejando ver cuatro rostros que conocía desde hacia bastante tiempo.

¿Qué?, fue lo único que dije en un susurro mientras mi cara quedaba estática de la sorpresa.

-Pasen, gracias por venir-dijo mi madre sonriéndoles.

-Gracias a ustedes por habernos invitado, Sres. Evans-dijo Potter.

-Esperen un segundo que voy a llamar a Lily-les dijo mi padre-¡Lily! Ven, tus amigos ya llegaron-me gritó, quedé paralizada por unos segundos hasta que, después de un profundo suspiro, para tomar aire antes de tener que enfrentarlos, especialmente a cierto chico de anteojos, bajé lentamente por la escalera.

-Hola-saludé algo incómoda sin atreverme a ver a James a la cara.

-Hola Lily ¿cómo estas?-preguntó Remus amablemente-.

 

-Bien bien-repliqué.

-¿Por qué no van a tu cuarto y hablan hasta que la cena este lista?-propuso mi madre, sentía que las manos me temblaban, no había sido capaz de dirigirle una palabra a Potter y ahora tendrían que ir a mi habitación.

-Ya vengo chicos quiero hablar con mi madre a
solas-dije haciéndole una seña para ir a la cocina, ella me miró extrañada pero me siguió gustosa.

-Mamá ¿qué hacen ellos aquí?-dije intrigada.

-El otro día nos los encontramos en el supermercado y fueron tan atentos ayudándonos a llevar las bolsas al auto que los invitamos a cenar, son unos buenos chicos-agregó ella sonriente.

-Ya veo-dije impresionada por la casualidad.

-Vamos que no los vamos a dejar esperando y yo tengo que acabar la cena-apresuró prácticamente echándome de la cocina.

-Los llamaremos cuanto la cena este servida-dijo mi padre cuando me los tope a los cinco en el recibidor.

Asentí con la cabeza y los cuatro me siguieron, llegué y noté que para mi desgracia cierto oso seguía sobre mi cama.

Me apresuré a ocultarlo por segunda vez, ese peluche tendría que ser invisible de vez en cuando.

-Lindo cuarto pelirroja-halagó Sirius admirando la video casetera como si fuera una obra de arte.

-Si cuantos libros tienes-fue lo primero en lo que se fijó Remus al ver la estantería con muchos volúmenes.

-Si gracias y ¿qué han hecho últimamente?-dije para aflojar el ambiente ya que James estaba mirando por la ventana con la vista perdida.

-Ah nada, nos hemos quedado viendo la televisión y leyendo-contó el ojimiel.

-Espera no estuve tan desesperado como para leer-dijo Sirius haciéndose el gracioso.

-¡Qué lindo oso!-dijo Peter ya que al sentarse en mi cama éste se había escapado de su escondite ultrasecreto: detrás de la almohada.

-Si si-traté de detenerlo antes de que cierta persona notara que lo seguía conservando.

Pero era demasiado tarde, a James le bastó con verlo para esbozar una sonrisita.

-Pensé que lo habías tirado-dijo hablándome por primera vez esa noche.

-No es que todavía no tuve tiempo
-me justifiqué con nerviosismo, aunque Sirius, que ya había adivinado todo miraba a su amigo de manera cómplice.

-Excúsate pelirroja todos sabemos que lo conservas porque te encantó el regalo de cornamenta-.

Rodé los ojos justo cuando se asomó mi padre.

-A cenar chicos-nos avisó.

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Saludos!!

Sé que está corto! pero estos dias no he tenido nada de tiempo :S,el viernes subiré el proximo que será mucho más largo y agradable para muchas de ustedes,especialemnte a las integrantes, cada vez mas numerosas, del club anti John,jajaja bueno por lo menos no puse tanta intriga como hubiera querido jajaja algo positivo tenia que haber jajaj

pd: amo a ese oso de peluche!jajaj

kisses

julid :)

Capítulo treinta y siete: Una oportunidad

Los cinco lo seguimos hasta el comedor donde me ubiqué al lado de Remus y este junto a Sirius, a su vez James frente a mí y a su lado Peter, mis padres se sentaron en ambas puntas de la mesa.

Frente a nosotros un delicioso pollo al horno descansaba, al igual que una fuente rebosante de papas.

-Siéntanse como en su casa-dijo mi padre sonriéndole a los invitados, especialmente a James.

 

En ese momento bajó Petunia atolondradamente por la escalera y reclamo con sus clásicos chillidos:

-¡Papá invitaste a unos bichos raros a casa!-.

Sirius comenzó a reírse ante el seudónimo que empleó mi hermana, yo estaba más que acostumbrada a él, enseguida este se calló ante una mirada asesina de Remus.

-Petunia, ten modales, son los amigos de tu hermana, nuestros invitados esta noche-corrigió mi madre molesta.

-¿Estas diciendo que tengo que cenar junto a ellos?-protestó con petulancia utilizando su acostumbrado gesto de fruncir los labios.

-Si querida, así que siéntate-ordenó mi padre.

Ella se sentó de mala gana en el último lugar de la mesa.

-¿Puedo, por lo menos, cerrar la ventana para que los vecinos no comenten con la clase de gente con la que nos juntamos?-pidió ella con arrogancia.

Mi mamá la miró enojada y ella se calló.

Mientras comíamos o más bien, devoraba, en el caso de Sirius, mi papá preguntó:

-Y ¿qué tal les va éste verano chicos?-.

-A nadie le importa lo que estos monstruos hagan para matar el tiempo fuera de ese colegio para personas especiales-sentenció fríamente mi hermana, eso había sido la gota que derramó el vaso, porque mis padres estaban furiosos.

-Petunia creó que es mejor que te retires a tu habitación y te disculpes con nuestros invitados-dijo severamente mi padre.

Todos admiráramos la escena, ella se levantó sin más y se fue por donde vino sin decir nada.

Entonces James reanudó la conversación.

-Bien, la estamos pasando en el apartamento que me regalaron mis padres-contó él.

-Excelente, excelente-elogió mi papá mientras cortaba un trozo de pollo.

-Por cierto ¿cómo están ellos querido?-volvió a cuestionar mi madre.

Todo quedó mudo unos segundos en los que hubiera querido que la tierra me tragara ya que el semblante de James cambió, envolviéndose en sombras.

Ninguno sabia que iba a decir, los chicos se miraban entre si afligidos.

-Están mejor-se limitó a decir a decir él aunque su aspecto indicaba lo contrario.

Pasados unos segundos en donde nadie decía nada, James volvió a hablar.

-Si me disculpan voy al baño-.

Miré a mi madre con enojo y dije:

-Ya vengo-

Fui tras él, debía de estar destrozado el pobre.

Lo encontré en el baño mirándose al espejo, sus ojos chocolate resaltaban con su pálida tez y su mirada estaba perdida en su reflejo.

-James ¿Estás bien?-dije apenada al verlo en ese estado.

-Si Lily ¿por qué piensas eso?-preguntó tratando de ocultar lo que había pasado.

-Sirius me contó todo-dije viéndolo comprensivamente.

-Y pensar que le dije que no le contara a nadie
-murmuró él dándose vuelta.

-No te preocupes ellos mejorarán-traté de consolarlo poniendo mi mano sobre su hombro obligándolo a verme de frente.

-No Lily no lo estarán, el medimago dijo que tenían los días contados-se lamentó él, sin dejar de ver al suelo, usando un tono más fuerte y serio en su voz, que denotaba tristeza.

-James
-pronuncié por lo bajo.

Él me miró por primera vez en toda la noche y yo al notar que sus ojos estaban anegados en lágrimas no pude evitar abrazarlo.

-Quiero que sepas que siempre podrás contar conmigo-dije mientras sentía su dulce perfume.

 

Después de varios segundos en completo silencio sentí como si estuviéramos en una realidad alterna, donde solo existíamos nosotros dos, su rostro se fue acercando hasta que nuestros labios se chocaron en un beso. Por un momento creí que estaba en las nubes, mi corazón se aceleró y mis manos temblaban a mis costados, inútiles.

Pasados unos treinta segundos tomé conciencia y le di un empujón, el sentimiento de culpa me llenó por completo, pero no iba a negar que me había dejado algo atontada y hasta un poco ¿confundida?

-No puedo James, tengo novio-dije bastante alterada.

Él quedó completamente callado y volvió a fijar su vista en el piso del baño.

P.O.V James

Lily se dio media vuelta camino al salón, no podía creer lo que había pasado, ella me había correspondido el beso.

Se sintió tan bien, lástima que ella no era libre, estaba atada a ese desgraciado, la tristeza volvió a apoderarse de mí cerrando las puertas de la felicidad y sumiéndome en un pozo de malos recuerdos.

Inconcientemente cerré los puños del enfado y regresé al salón detrás de ella. Por lo menos ahora sabía que su corazón no pertenecía del todo a John.

Una chispa de esperanza se había encendido en mí, ardiendo incontrolablemente como un talismán: todavía tenía una oportunidad.

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Hola!!!

La esperanza resurgió de las tinieblas jaja lo hice más largo no se pueden quejar jajaj :), ¿Qué les pareció? Lily está confundida comienza la batalla James vs John muajaja y más intriga, si eso es posible todavia jajaj

saludos para todos!

kisses

julid

Capítulo treinta y ocho: Arrepentida y confundida, una mala combinación

P.O.V Lily

Ocupé mi lugar en la mesa y James me imitó.

Los minutos siguientes estuve bastante nerviosa y se me cayó varias veces el tenedor, casi rompo un vaso y aunque no quisiera no podía dejar de ver a James.

Él estaba jugando con su comida sin ver nada ni a nadie.

-Iré por el postre-dijo mi madre rompiendo el incómodo silencio.

Pronto ella llegó con una bandeja llena de potes con helado de chocolate, Remus, Sirius y Peter casi se babean de la emoción.

En cambio James ni lo tocó, se dedicó a mirarlo como si fuera un programa de televisión aburrido.

-Cornamenta, amigo mió, si no vas a comértelo podrías dármelo ¿sabes?-preguntó el muerto de hambre de Sirius.

-Si claro-dijo él sin ánimos ofreciéndole su helado.

Entonces Remus le dio un codazo a el ojigris-no seas tacaño y dame un poco-.

Él lo miró para asesinarlo y pronto intervine antes de que se estrangularan por un poco de helado.

Les dí a ambos la mitad y terminaron comiendo contentos el postre.

Después de un rato en el que conversamos todos menos James, que seguía sumido en su mundo, Remus dijo:

-Chicos creo que deberíamos irnos, ya es tarde-.

-Es cierto, muchas gracias por todo Sres. Evans, usted cocina de maravilla-halagó Sirius sonriéndole a mi madre.

-Si me encantó el pollo-añadió Peter.

-Buenas noches y gracias por la invitación-dijo James en un casi murmullo perdido.

Mis padres les sonrieron emocionados.

 

-Adiós chicos supongo que nos veremos luego-dije resignada con una sonrisa de lado seguido de un bostezo.

Ellos se fueron enseguida y subí a acostarme.

A las diez ya estaba bañada y vestida, esta vez nada iba a salir mal, tenía que disfrutar cada momento con John.

Ya había terminado de desayunar y estaba completamente aburrida, por eso decidí ver que conservaba en el pequeño cajón de mi mesita de luz.

Me llevé una sorpresa al notar que seguía allí la revista que le había robado a mi hermana y que tantos problemas me había causado.

La tomé nuevamente, en realidad, esa solo había hecho que acabara más confundida, ya no sabia a quien pertenecían mis verdaderos sentimientos, desde la pasada noche, después del beso accidental con cierto chico de anteojos.

Ambos eran diferentes y únicos pero

Aun no sabía cual es el indicado para mí.

Suspiré, que difícil que era todo.

Abrí en una página al azar donde hablaban sobre algo llamado "comparación de besos", según el artículo eso podía ayudar a saber los verdaderos sentimientos hacia un chico y en el caso de haber dos, se podía averiguar cual era el verdadero dueño del corazón, una técnica que aun no había probado pero que quizás pondría en juego ese mismo día.

No podía salir con John si me gustaba James ni tampoco podía darle falsas ilusiones al de anteojos si me gustaba John.

Después de tantas deliberaciones se hicieron las once de la mañana.

Me miré en el espejo una última vez antes de bajar al vestíbulo, esa mañana llevaba puesto una camiseta azul, una pollera de jean con unas sandalias con un poco de tacón y unos hermosos pendientes regalo de mis padres para mis diecisiete.

Ni bien bajé, él llegó en su auto, nos saludamos con un tímido beso y nos fuimos bajo la presencia de un cielo de un azul penetrante y un deslumbrante sol.

Conducio como por media hora mientras escuchábamos melodías alegres de la radio y hablábamos.

Entonces, cuando nos detuvimos, tomé conciencia de donde estábamos, en el centro de Londres.

Caminamos un rato por la peatonal hasta que nuestros estómagos nos obligaron a entrar a un pequeño restaurante.

Nos sentamos en una mesa junto a la ventana y pedimos una pizza.

Él me sonreía cada tanto, pero nadie decía nada, en realidad creó que nunca me había reído mucho con John, eso más bien lo hacia con otras personas
¡No Lily no debes recordarlos estas con John!

Me tomó la mano como gesto cariñoso, yo estaba nerviosa, aun me arrepentía de haberle sido infiel con James la noche pasada, no sabia que hacer, si decirle y deshogar ese horrible sentimiento de culpa o guardármelo para no ocasionar una discusión. Por eso disimuladamente la alejé y me hice la desentendida.

Comimos en silencio y luego pagamos, después caminamos un rato más por las ajetreadas calles de Londres, visitamos muchas tiendas hasta que finalmente llegamos a una heladería.

-¿Podemos ir por un helado?-pregunté sonriente.

No sabía, en ese momento, las consecuencias que esa pregunta traería.

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Hola a todos:

chan chan más intriga! y no chicas, no le caé un yunque a John cuando se sientan a tomar el helado jajaaj este es el capítulo dedicado al helado jajaja q rico! :) les diré que el proximo capítulo sera bastante intenso,Lily no va a poder aguantar el secreto por mucho más jajaja saludos para todos y actualizaré el martes o miercoles :)

 

kisses

julid

Capítulo treinta y nueve: ¿Una ilusión?

Él asintió con la cabeza y entramos al local.

Pedimos ambos uno de chocolate, frutilla y nueces y nos sentamos en una banca bajo el sol para disfrutar el refrigerio.

Lo consumimos bastante rápido antes de que se derritiera y quedamos inmóviles en esa banca, hasta que de repente el se lanzó a mis labios.

Puse mis brazos en su cuello, no besaba mal, pero algo estaba mal. Con él no sentía ese cosquilleo, esas ganas de seguir el beso hasta morir por falta de aire, esa oleada de euforia que invadía mi ser, si no que un vacío y hasta un poco de asco.

Me alejé lo más rápido que pude, traté de que no se notara y esbocé una falsa sonrisa.

Seguimos caminando por un parque bastante bonito, no le dije nada, en realidad no tenia idea de que hablar.

Cuando quisimos acordar ya eran cerca de las seis y una brisa un poco otoñal sopló.

Entramos a una cafetería bastante coqueta donde nos ubicamos frente a frente.

Miraba por la ventana, no podía verlo a los ojos sin delatar lo que había pasado entre James y yo.

-Voy al baño-dije, necesitaba despejarme un poco o él lo notaria tarde o temprano.

Me fui hasta el tocador pero por el camino iba tan distraída que choque con

-¿Remus?-dije incrédula.

-Lily que bueno verte por aquí, aunque no luces muy bien-percibió el ojimiel.

-¿Qué haces aquí?-pregunté intrigada, quizás ellos me estaban siguiendo, aunque eso era bastante paranoico de mi parte.

-Acostumbró a frecuentar este café, adoro el capuchino de chocolate que sirven-me contó.

-Aja, bueno que bien que te veo, debo irme, le dije a John que iría al tocador-.

-Con John ¿eh?, ¿te hizo algo para que tengas la cara tan larga?-.

-No en absoluto-me miró esperando que confesara-no es que veras estoy bastante confundida porque digamos que ayer accidentalmente,
ya sabes, lo que pasó con Potter-.

Entonces una voz se escuchó a mis espaldas:

-¡¿Qué pasó con Potter?!-.

Me estremecí y lentamente me di vuelta, allí John me miraba bastante furioso.

-Eh
-era ahora o nunca, le tenia que decir, no podía sentirme culpable toda la vida-lo que pasó es que ellos vinieron ayer a cenar a mi casa
y Potter accidentalmente me besó-.

-¡¿Cómo que accidentalmente te besó?!-bramó todavía enojado-Ya se las va a ver conmigo ese desgraciado de Potter-.casi todo el mundo volteó para contemplar la escenita.

Él trató de irse pero algo me dijo que lo tenía que detener.

-Espera
no te conté una parte-.John me miró esperando que hablara-mi madre dijo una cosa que hizo que James se sintiera mal, entonces
traté de consolarlo al seguirle el beso y creo que confundió las intenciones-inventé apresuradamente para no decirle que le había seguido el beso consiente de ello y que para colmo, besaba mejor que él.

-¿Qué le dijo tu madre?-preguntó incrédulo cruzándose de brazos con el rostro rojo de furia e ira.

-No te puedo decir-dije apenada.

-Ah a mi no me dices y a ese amiguito de Potter muy bien que le cuentas todo-sentenció rabioso.

 

-Es mi amigo-defendí al pobre Remus que miraba la escena sin saber que hacer.

-Yo soy tu novio Lily y si no me vas a contar creo que esta relación no va a funcionar-dijo secamente.

Sentí que mis ojos se humedecían, ¿Por qué era tan cruel? ¿Donde había quedado ese chico cálido y comprensivo que creía conocer?, ¿acaso era todo una ilusión?

-Pero John
-dije tristemente en un murmullo vislumbrando solo crueldad y despecho en esos ojos azabache.

-Estoy cansado de que siempre que estamos juntos Potter se interponga entre nosotros, ya no sabia que hacer para que te fijaras en mi e incluso llegué a pagarle a esa tonta para que te dieran celos aquella vez en el cine-hizo una pausa-no funcionó y recurrí a que vieras a Pottercito besándose con esa para ver si podías prestarme atención de una vez y ahora resulta que me vuelves a engañar con él después de todo lo que hice por ti-me gritó con una mueca de desprecio en el rostro-estoy cansado de todo esto, yo te quiero Lily y dudo que tu sientas lo mismo, por eso debes decidirte, o él o yo-.

Estaba en shock, él había sido el culpable de todo y yo había tratado a James de esa manera, le debía una explicación al pobre. Ya no sabía que pensar, jamás me podría haber imaginado que él seria capaz de hacer eso.

Me quedé pasmada no sabia que debía decirle, me había puesto entre la espada y la pared ya que mis sentimientos eran mas confusos que nunca en ese momento y sinceramente, James tenía razón, yo solo conocía una faceta del muchacho que tenia enfrente.

-Tienes hasta el lunes-dijo antes de marcharse.

Todo quedo en silencio el tiempo en que el se fue como alma que lleva al diablo dando un portazo.

-¿Quieres tomar un capuchino y charlar un rato?-propuso Remus al verme en ese estado, interrumpiendo el silencio y desviando la atención de todas las personas que contemplaban la escena.

-Bueno-acepté tratando de ocultar mis ojos humedecidos.

Nos sentamos y Remus después de un suspiro me dijo:

-Lily creo que en el fondo tiene razón, no puedes seguir jugando con ambos, debes tomar una decisión-.

Asentí con la cabeza y miré la ventana que estaba cubierta de pequeñas gotitas de lluvia.

Le di un sorbo a mi capuchino y cuando noté que ya eran las siete, decidí que debía irme.

Me despedí de él, era un gran amigo por preocuparse por mí.

Salí de la cafetería bastante distraída y por segunda vez, me choqué con

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Hola:

Bien que capítulo! jajaa es una bomba, llegó uno de los tantos momentos que estaban esperando para nuestra querida pelirroja, se el cayó la fachada que tenia sobre Johncito jaja

Fue un poco más largo pero no dejé de largo a la querida intriga por que sino no seria yo jaja y ahora las del club anti-John hacen una fiesta y rezan para que le caiga por fin un rayo a John jajaj y ¿quién será? ¿ustedes que dicen?

Actualizaré el viernes :)

saluditos a todos

kisses

julid

Capítulo cuarenta: Sola

-Pelirroja que sorpresa-dijo el ojigris.

-Hola Sirius-saludé todavía deprimida.

-¿Qué hacías por aquí?-preguntó intrigado.

-Estaba tomando algo con Remus-le conté.

-Me contó un pajarito que tienes que hacer una decisión muy importante-dijo él.

 

Quedé en shock, ¿como él sabia eso?, ¿acaso todos los merodeadores tenían telepatía?

-Si bueno-admití en voz baja.

-Si la próxima vez trata de discutir con tu novio en otros lugares porque creo que se escucharon hasta la vereda de enfrente-me aconsejó divertido.

Me sonrojé, ¡que vergüenza!, habré quedado como una cualquiera que engañó a un chico para estar con otro y así sucesivamente.

-¿Traes paraguas?-me interrogó, de la nada, el pelinegro con una sonrisa de satisfacción.

-No
¿por qué
?-empecé pero mi boca se selló automáticamente al ver la tormenta que se desataba en el exterior.

-No te preocupes, te alcanzamos hasta tu casa, igual no tenemos nada que hacer y estoy harto de aguantar el malhumor de James estando ahí metidos-contó el ojigris revoleando los ojos dejándome destrozada por que en parte eso era mi culpa, por ser una ciega, ingenua y testaruda.

Llamó a Remus y enseguida los tres subimos al auto, encendieron la radio y una melodía alegre inundó el ambiente.

Ellos comenzaron a cantar mientras afuera resonaban las incontables gotas contra los cristales y el capo del vehiculo, por un momento sonreí y no me preocupé por nada incluso me uní a su canto divertida.

Cuando acabó la canción me quedé perdida por unos instantes viendo a través de la ventanilla a los otros coches, personas, casas y edificios que componían Londres. Me dejé llevar por la corriente de mis pensamientos hasta que me pareció que los chicos se susurraban algo. Traté de forzar a mis oídos para que extrajeran parte de esa conversación pero me fue imposible, entonces Remus me dijo:

-Queremos darte un consejo como amigos porque te hemos notado un poco distraída-.

-Se podría asegurar que estas confundida entre ciertos chicos, nosotros no queremos forzarte a nada, pero solo te avisamos que tienes que tomar una decisión definitiva, porque aunque no lo creas a James le dolió mucho que lo hayas besado por lástima y a pesar de que esta acostumbrado a que lo rechaces, fue como decirlo
-.

-Demasiado, la gota que derramó el vaso-Sirius asintió al ojimiel.

-Eso Lunático, bueno no puedes seguir jugando con ambos, así que toma una decisión porque nuestro amigo no merece que lo trates como a un segundo recurso-simplificó Sirius dejándome perpleja con la boca abierta, nunca se me pasó por la cabeza que ellos me fueran a dar un discurso de ese tipo, en especial Sirius, que tenía fama de mujeriego en todo Hogwarts y que era "normal" para él el andar con varias mujeres al mismo tiempo sin darle importancia.

Pero lo peor era que cada palabra era cierta y había hecho eco en mi mente provocando que un arrepentimiento por haberle hecho eso a James surgiera.

Asentí con la cabeza lentamente mientras que Remus me miraba comprensivamente desde el asiento del copiloto.

El auto se detuvo con un chirrido debido a que la calle estaba empapada y por la ventanilla vi la fachada de mi casa, esa era mi parada, les esbocé una tímida sonrisa a modo de gracias por lo que habían hecho, luego abrí la puerta.

Pero en ese instante la voz del castaño me detuvo.

-Creo que hasta que no hayas tomado una decisión no será posible que nos veamos debemos apoyar a James y no merece que le des ilusiones falsas mientras estés indecisa-.

 

Les dediqué una mirada suplicante, pero ellos me siguieron viendo con seriedad, me bajé del auto y arrancaron el vehículo enseguida, sin darse cuenta que ahora unas lágrimas se camuflaban con la poderosa lluvia y emergían de mi rostro gracias a la pena, tristeza y confusión por lo que sentía, sobretodo: soledad.

Había quedado completamente sola bajo esa cortina de agua cristalina, sola, primero sin mis amigas, luego sin James, sin John y ahora se había perdido el consuelo de las personas que consideraba como mis amigos.

Me encaminé hacia el pórtico sin impedir que esos reprimidos lamentos escaparan, sacándome un peso de encima, ahora lo único que me quedaba era pensar y tomar la decisión más importante, que venia postergando desde hacia semanas, ¿James o John?

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Hola:

¿Cómo les va?,primero que nada me gustaria decirles que la canción que cantan los chicos es Umbrella de Rihanna,segundo como está extra corto subiré otro mañana sin falta :) bueno la pobre de Lily también está sufriendo pero despues de la tormenta siempre sale el sol ¿no?,traté de no dejarles tanta intriga pero bueno...el capítulo no me quedaba,no me salia :S pero los recomponsaré ya verán jaja

Saluditos a todos, incluido el club anti John :)

kisses

julid

Capitulo cuarenta y uno: La respuesta se hallaba en mi interior

-A cenar-indicó mi madre entrando cautelosamente a mi habitación.

-Gracias, pero no tengo hambre-.

-Hoy no quisiste almorzar ¿te sientes bien?, quizás te agarraste un resfriado con la lluvia de ayer y
-

-Estoy bien mamá no te preocupes-dije intentando esbozar una pequeña sonrisa.

-No lo creo, te conozco bastante como para saber que algo te sucede-afirmó ella sentándose a mi lado.

Me miró unos segundos en los que un silencio invadió mi cuarto.

-Está bien-admití-tengo un problema-.

-Sabes que podría ayudarte si me cuentas-me dijo dedicándome una sonrisa cariñosa.

-Es que
, estoy confundida y no se cuales son mis verdaderos sentimientos, tengo mucho miedo a dar un paso incorrecto, a equivocarme y arrepentirme-solté con tristeza.

-Ya veo, a mi me pasó exactamente lo mismo que a ti hace años, trata de aislar en tu mente todo lo que viviste, sientes y crees sobre cada uno y luego intenta pensar que harías si esa persona desapareciera de tu vida para siempre, ahí sin duda podrás tomar una decisión para no herir a nadie -planteó mi madre.

-Lo intentaré-dije decidida sintiéndome un poco mejor.

-Voy a servir la cena antes de que Vernon se suicide de la angustia y Petunia me eche un sermón por dejar a su novio agonizar de desnutrición unos cinco minutos más-se burló ella haciendo que una pequeña risa se iluminará en mi rostro.

Se fue dejándome sola con el silencio, cerré los ojos y me recosté en la colcha de mi cama.

Primero imágenes de John inundaron mi cerebro, su cabello negro ondeando aquella lejana noche en la playa, sus ojos negros iluminados por la brillante luna y su sonrisa.

Después recordé nuestra primera cita, que había sido un completo desastre, luego la que le siguió que tampoco había sido mucho mejor, la vez que lo vi saliendo de la trastienda por primera vez y todos los días de trabajo junto a él hasta llegar a la cita de ayer y a su amarga reacción.

 

El había echo cosas horribles como el tratar de que creyera que James se había besado con esa tal Livy y eso nunca se lo perdonaría, aunque haya dicho que lo hizo por amor. Tejió una red de mentiras basada en las apariencias, me engañó y lastimó, pensar que yo me sentía culpable por haberlo traicionado y el muy hipócrita no sentía ni un poquito de culpa por lo que hizo.

Había sido una completa estupida en confiar en el ciegamente, realmente era muy ingenua al caer en sus juegos.

A continuación la figura de James apareció, la primera vez que lo había visto en aquel compartimiento hacia tantos años atrás, las veces que me rogaba a gritos en medio del patio para que le concediera una cita y también recordaba todos mis rotundos no. Hasta la vez que me había seguido un día entero para que hiciera un trabajo de encantamientos con él.

Las imágenes llegaron hasta el comienzo de ese mismo verano, todas y cada una de sus bromas, sus risas melodiosas y sus sonrisas relucientes. El brillo de esos ojos chocolate al abrirse en aquella fría tarde en el hospital, su despeinado cabello y su gesto para despeinárselo, todo rondaba por mi mente.

La calidez de su abrazo y la potencia de su mirada, su aroma varonil que se impregnaba en cada lugar, el suave tacto de su mano al tomar la mía en el obscuro túnel del parque de diversiones y más tarde sus labios rozando los míos en el restaurante, eran prueba de todo lo que había vivido con él.

Cada una de las salidas también aparecieron, el parque, el restaurante, la pizzería, el centro comercial, el supermercado, y por supuesto su apartamento ¡hasta había dormido en su cama! recordé alucinada por el hecho.

La vez que cocinamos aquel pastel y nos bañamos prácticamente para quitarnos la harina, cuando casi asesina con la mirada al repartidor de pizza y cuando se comportaba de manera seria para ayudar a sus amigos, retazos del pasado llegaban sin parar de mis recuerdos.

Entonces una imagen en especial hizo que me sintiera terrible, él estaba llorando apenado por la salud de sus padres, rodeándome con sus fuertes brazos.

Pronto esta se esfumó devolviéndome de a poco la tranquilidad, entonces me formulé la pregunta que mi madre me había dicho ¿Qué pasaría si no existiera o si nunca lo hubiera conocido?

En mi mente se sintió un vacío y la boca de mi estomago se achicó, los miles de recuerdos se volvieron borrosos y me sentí triste, por un momento visualicé sus ojos de perrito abandonado suplicándome y mis manos instintivamente comenzaron a temblar. Su voz apagándose
y de pronto abrí los ojos asustada como si hubiera despertado de una pesadilla.

Tragué saliva y admiré mi habitación mientras recuperaba el aliento perdido, mi madre tenia razón, después de todo la respuesta se hallaba en mi interior: ya no tenía ninguna duda.

Hola:

Bien la pelirroja ya sabe a quien elejir,¿cómo estará James después de todo lo que pasó?,¿Lily se arrepentirá?,estas preguntas y más se responderán en el próximo capítulo de...mañana! siii :) saludos a todos

kisses

julid

Capítulo cuarenta y dos: Expectación

P.O.V James

-¿Qué le dijeron que?-salté del sofá al recibir la noticia que mi mejor amigo Sirius Orión Black había sermoneado a Lily Evans para que elija entre John o yo.

 

-Si querido Cornamenta en vez de lamentarte tanto aquí postrado en el sillón decidí decirle a la pelirroja que no puede dejarte así y jugar contigo cuando se aburre de Mcharty-contó bastante orgulloso el pelinegro.

-Si tendrías que haber visto cuando John comenzó a gritarle a Lily por hablar conmigo y no con él sobre su beso, tenia canas verdes-se burló Lunático.

-Te olvidas la parte en que confesó que él había enviado a esa chica-hizo memoria unos segundos-esa tal, Livy, para que te besara frente a la tienda-cotilleó él.

-O sea que ahora solo resta esperar-dije con amargura hundiéndome nuevamente en el cómodo sofá.

-Si eso creo-replicó Sirius apoderándose del control remoto y de las botanas de encima de la mesa-pero creo que tienes más posibilidades-alentó.

-Sirius podrías dejar de tirar papas en la alfombra después la sala parece un chiquero-protestó Remus.

-Si mamá-dijo él sin hacerle caso mientras hacia zapping.

-Deja eso-gritó Peter cuando Sirius pasó un canal de ¡¿la hormiga en el espacio?!

El pelinegro no dudó en cambiar esos dibujos para niños de kinder provocando que se iniciara una pelea por el bendito mando de la televisión.

Remus se reía de su lucha grecorromana mientras yo con aires deprimidos decidí ir a mi habitación a buscar un poco de paz, sabia que tenía que dejar de pensar en ella pero no podía.

Debía de estar listo para cualquier decisión que tomara la pelirroja, si elegía a John no iba a poder hacer nada más.

Suspiré, ¿Cuándo llegaría el día en que Lily me diera un si?, hace años que hago lo posible y lo imposible para que se fijara en mi de una vez pero solo recibía de su parte insultos, rechazos y más rechazos, no voy a negar que he sido arrogante y quizás hasta un poco mujeriego pero todos tenemos un límite de paciencia ¿no?

Entré a mi recamara cansado de tanto pensar, necesitaba despejarme, alejarme de las preocupaciones que invadían mi mente esos días. Fui hasta mi baúl que reposaba dentro del armario y de allí extraje la fotografía.

Su sonrisa, sus ojos, su cabello, todo eso hizo que una sonrisa perdida apareciera en mi rostro, la conservaba desde el inicio de curso del año pasado en donde ella, con sus amigas, se habían sacado fotos con la cámara nueva de una de ellas, esa en particular había sido tomada el primer día de clases frente al lago y yo más tarde la había conseguido gracias a mi gran amigo Lunático.

Me quedé viéndola unos minutos hasta que la volví a resguardar en el fondo de mi baúl, luego me recosté en la cama con una ansiedad que recorría mi cuerpo entero. ¿Cuál seria su decisión?

P.O.V Lily

Sonreí mientras sujetaba el pergamino entre mis manos y mis ojos se deslizaban por las últimas palabras de éste, esa mañana me había llegado una carta de Alice, ya había regresado de su viaje y pasaría las dos semanas restantes antes de ir a hogwarts en la casa de sus abuelos en Londres.

Tenia muchas ganas de verla y contarle todo lo sucedido, ella siempre había sido mi confidente numero uno, como mejores amigas nos contábamos todo y nos consolábamos la una a la otra.

Emocionada, tomé otro pergamino y le contesté,

Querida Alice:

 

¡Me alegra mucho que hayas vuelto a Londres!, no te imaginas cuanto te eché de menos, ¿Cómo te fue en los Alpes?, ¿pudiste esquiar?, me pasaron tantas cosas desde que terminó nuestro sexto año y a decir verdad me encantaría verte para charlar, avísame si puedes que nos reunamos un día de estos,

Cariños

Lily

Cerré el sobre y se lo entregué a Brittany la lechuza cobriza de mi amiga, realmente era una buena noticia en medio de la confusión que era mi vida.

Ella me miró con sus ojos ámbar en señal de agradecimiento y se fue remontando el cielo despejado que invitaba a salir al exterior, mientras veía como se alejaba, hasta el punto de solo ver una mancha amarronada en la inmensidad del paisaje, sentía los efectos de los nervios.

Hoy es el gran día, debía decir mi elección, de la cual estaba plenamente segura pero temía la reacción que podía causar en el resto, así que era un manojo de nervios.

Apenas había desayunado y nada lograba distraerme, parecía que estaba en plena época de exámenes, solo que esta vez se trataba de uno muy distinto, este era una prueba del corazón, la final e indispensable para aprobar el curso.

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Holaa!!

Si expectación y nervios eso es más que obvio jaajaaj no se preocupen no será por mucho el martes o miercoles subó el próximo donde va a pasar algo muy cómico ajajaj ya veran! saludos a todos en especial a todos los míembros del C.A.E.A.J(club anti el asqueroso john) jajaj

kisses

julid

Capítulorncuarenta y tres: Interrupciones

rnrn

rnrn

Todornestaba en el más puro silencio, hacia ya casi cuatro horas que había llegado arnla tienda con la frente en alto, saludado de lejos a John para luego ubicarmernen mi puesto de trabajo.

rnrn

Él nornhabía hecho mención alguna al problema pendiente así que no insistí y me hicernla desentendida por un rato.

rnrn

Trataba dernconcentrarme en la lectura de ese libro pero era imposible con cada ruidornmiraba en cualquier dirección y las manos no me dejaban de temblar.

rnrn

Hasta quernla campanilla sonó y nuevamente un reflejo me indicó que debía avistar quienrnhabía ingresado, para mi sorpresa era nada más y nada menos que James.

rnrn

-Al finrnllegas Potter-fue lo único que se limitó a decir John al verlo entrar mientrasrnordenaba los estantes.

rnrn

-Si es querndigamos que los chicos me entretuvieron-se excusó con la voz seria a la vez quernse situaba frente a frente al pelinegro.

rnrn

Trataba dernpasar desapercibida leyendo mientras espiaba por el rabillo del ojo las miradasrnque se dirigían ambos, sabia que tarde o temprano ellos me llamarían y tendríarnque hablar.

rnrn

-Lily-respirérnhondo-puedes venir un segundo-me llamó John.

rnrn

Dejé el librornsobre la mesada y me froté las manos que temblaban y estaban frías, traguérnsaliva y caminé unos pasos en dirección a ellos.

 

rnrn

Los miré,rnlos dos estaban serios y sus miradas se clavaban en mí como puñales.

rnrn

-¿Cuál esrntu decisión?-preguntó entrecortadamente el más alto.

rnrn

-Estuvernpensando y
-

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-¡Chicos,rnapresúrense que se pierden de la escena mas importante de la tragicomedia!-gritórnel desubicado de Sirius Orión Black mientras entraba a la tienda con una bolsarngrande de palomitas de maíz en una mano y unos bastoncitos de caramelo en larnotra.

rnrn

John lornmiró con rabia, James con algo de vergüenza y yo con ganas de cortarlo enrnpedacitos.

rnrn

Se sentórnen la barra de la caja, embutió un puñado de las botanas y con la boca llenarndijo:

rnrn

-Sigan,rnsigan-.

rnrn

-Veránrnestuve todo el fin de semana pensando que aun que pasé buenos momentos conrnambos los lastimé ya que
-

rnrn

-¡Siriusrnespéranos!-gritaron dos chicos de cabello claro entrando como alma que lleva elrndiablo a la tienda, Remus cargaba bajo el brazo unas chocolatinas y Peter traíarnunas sodas.

rnrn

-Disculpen-dijornel ojimiel al ver que me había cortado en la mitad.

rnrn

Sernubicaron a ambos lados del ojigris y lo imitaron, comenzaron a devorar lo quernhabían traído.

rnrn

Me aclarérnla garganta para seguir.

rnrn

-En fin mernsentí muy mal porque salía con ustedes confundida sobre lo que sentía perornahora puedo decir que prefiero a
-

rnrn

El sonidornirritante de la pajilla de la soda de Peter inundó la sala haciendo que misrndientes se juntaran de rabia por ser interrumpida.

rnrn

-Esto sernestá poniendo bueno, viste que era mejor que la película de acción que queríasrnver Lunático-susurró Sirius a su amigo.

rnrn

James lesrndirigió una mirada asesina pero ellos no lo notaron seguían imbuyendo más y másrncomida chatarra.

rnrn

-Les voy arnpedir con amabilidad a los tres que se retiren-dije con los puños apretadosrnesbozando una falsa sonrisa.

rnrn

-Pero
-sernquejó el ojigris pero al notar la mirada de su amigo les hizo un gesto a losrnotros para marcharse.

rnrn

Se fueronrncon la cabeza gacha en dirección a la salida y lo último que oí antes de quernsiguiera con mi discurso, fue el sonido de la campanita de la puerta.

rnrn

Respirérnprofundo-como decía, después de aclarar mis sentimientos me di cuenta quernquiero estar con
-cerré los ojos-James.

rnrn

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¿Qué les parece?,ya se todo la decisión,¿Qué repercusiones tendrá?,¿Cómo se sentirá James?,si mucha intriga por hoy, sobrepasé mi límite, pero por lo menos intentó actualizar seguido :) para el jueves o viernes tendré listo el próximo capítulo,este capítulo se lo dedicó a todas las miembros del C.A.E.A.J,que siempre soñaron con este momento jajaaj son...(redoble de tambores)Priscila M R (fundadora del nombre del club),Alexitha PotterBlack ,ivii,AssashaGothick,ananine, ichigosnape, Wendy_PotterDeCullen, Erha_athena,alejandrag15 ,FeRdYyY , siriusjamespotter, Nyx Dark,Adri Potter, tonksiita ,CarLy_o67, isita_1496 ,Sol_Cullen,jessestabolito ,nympha_greentonks,leniiss ,Helena Grand,sakura_lily,Angela Granger,kArLi CuLLeN EvAnZ

 

celia potter,pamelamalfoy ,Sofia-Lily Potter,andi potter fan y paula cartas y si me falta alguien más pido disculpas jajaj es q son muchos miembros :)

Capítulo cuarenta y cuatro: Noticias inoportunas

P.O.V James

Por un momento sentí que se me paraba el corazónde la curiosidad pero al oír de sus dulces labios mi nombre pensé que habíallegado al cielo. ¿Eso significaba que me daría una oportunidad o que solopensaba en una amistad?

Divisé en la ventanilla a mis tres amigos que miraban a través delcristal con la cara pegada al vidrio, Sirius me hacia señas intrigado mientrasterminaba las palomitas.

Seguido de esto miré a Lily que continuaba calladasin saber que decir.

-Bien en ese caso espero que seanfelices-determinó John con un tono que me pareció algo falso.

Entonces dije:

-Lily ¿podemos hablar?-.

Ella asintió con la cabeza y salimos de la tiendadejándolo solo.

Me extrañó que no hubiera ni rastro de los chicos,que se hubieran esfumado en esos cinco segundos, supongo que habrán entendidoque tenía que hablar con la pelirroja de una vez y decidieron dejarnos solos,aunque me parecía extraño viniendo de Sirius que era muy entrometido.

La miré directo a los ojos, que eran tal y comolos recordaba, de un verde esmeralda con un brillo que les otorgaba un toquemuy especial.

-Lily, no me esperaba que me eligieras a mi, yo
-

En un segundo di el paso que me faltaba para estar junto a ella y darle unabrazo-gracias-.

Sentí como sus mejillas se sonrojaban.

De repente cuando iba a volver a hablar escucheuna tos detrás de nosotros que nos obligó a separarnos.

Era nada más y nada menos que Remus que venia conuna cara tristona y pálida.

-Lamento interrumpir la escena pero es urgente-soltóel ojimiel.

Lo miré con una mezcla de preocupación y ganas dedescuartizarlo por la interrupción.

 

Sirius y Peter llegaron tras él, el primero luciacomo si le hubieran dicho que tenia que pasar toda una tarde cuidando a sumadre y el segundo estaba nervioso.

Eso me dio mal agüero, Lily también debió depresentirlo porque los miraba perspicazmente.

-Sucedió algo terrible, me acabó de enterar, teenviaron una lechuza y no pudimos resistir la tentación de abrirla decía que
-

-Lo siento Cornamenta-murmuró Remus viendo alpiso.

Le arranqué la carta de las manos al pelinegro ydespués de sacarme los malos pensamientos que inundaban mi mente, lo leí.

EstimadoSr. Potter:

Leinformamos que después de administrarles un poderoso suero, esta misma tarde, ala Sra. Doreay al Sr. Charlus Potter, para poder seguir el tratamiento que nos indicó, ellosno reaccionaron de la manera que se esperaba y fallecieron súbitamente haceaproximadamente una hora, es mi deber informarle para que concurra a la clínica a firmar los papeles para poder organizarlesun funeral como es debido, mis más sinceros pésames,

Atte.

DenisseAdams, directora de la CMR(Clínica mágica de rehabilitación)


P.O.VLily

Unossegundos después de que el papel llegó a sus manos, él se estremeció y mepareció ver que sus ojos lentamente se humedecían antes de que echara a correracera arriba.

Miré alos chicos preocupada y les dije:

-¿Quédecía la carta?-.

-Teacuerdas de la charla que tuvimos en el hospital-replicó Sirius con una miradalastimera.

En esemomento lo entendí todo, ya sabia que terrible noticia llevaba ese trozo depapel, solo alcancé a susurrar un: ¡oh no! , ¡Pobre James! Antes de intentarseguirlo.

-No sequeden ahí-les grité desde la esquina al verlos todavía tiesos y silenciososcomo estacas.

Vi lacabellera azabache de James cuando dobló hacia el parque y seguí su rastroentre jadeos.

-James,James-llamaba sin respuesta mientras me apresuraba a atravesar el sendero derobles.

Lo videtenerse un poco más adelante, allí se sentó frente a una fuente bastante alicaído.

Caminélentamente los pocos metros que nos distanciaban y me senté a su lado en laverde banca.

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Bueno ¿pensaron que el drama iba a terminar ahí?,James se topó con otro obstáculo pero esta vez contara con el apoyo de cierta pelirroja a su lado :) quisiera dedicarle el capítulo a ivii y a kArLi CuLLeN EvAnZ por haberlas olvidado en el anterior capitulo deberás lo siento chicas :S, también a Priscila M R y alejandrag15 que me ayudaron con cierto problemilla, gracias :D

Capítulo cuarenta y cinco: Momentosdifíciles

P.O.V Lily

-James-dijemientras le daba un fuerte abrazo al chico que estaba llorando-lo siento mucho.

Él meapretó con más fuerza y me dijo por lo bajo:

-Ya sabíaque esto iba a suceder solo que no me lo esperaba
así de repente-admitió.

 

Por unmomento nos separamos y le esbocé una sonrisa al mismo tiempo que lo veíadirecto a los ojos, que estaban rojos e hinchados por el llanto, luego le toméla mano.

Entonceslos tres chicos nos alcanzaron y contemplaron la escena a unos metros bastantetristones.

-Quieroque sepas-comencé mientras mi mirada se dirigía a la hermosa fuente frente anosotros-que cuentas con todo mi apoyo-.

Él, queestaba más calmado y ya no lloraba, miraba el parque con expresión triste, al oírmedijo:

-Gracias-.

P.O.V Sirius

Los tresmirábamos como Lily y James hablaban en la banca, sabíamos que nuestro amigohabía quedado devastado por la noticia pero ahora estaba siendo consolado porla pelirroja y ya no lloraba.

-Creo quetendríamos que decirle algo-dijo Remus rompiendo el silencio del cantar de lafuente.

-Si peroahora esta ocupado-dije insinuadoramente refiriéndome a la presencia de Lily.

Lunáticome miró fulminante y le dije:

-Estábien pero si Cornamenta nos acusa de entrometidos, cosa que no soy, es tuculpa-.

P.O.V Lily

Loschicos se acercaron y el pelinegro le puso la mano en el hombro a James y ledijo:

-Ya vas aver como todo se soluciona Cornamenta-.

-Si ahoraellos están en un mejor lugar viendo por ti -intervino Remus.

-Tranquiloamigo -dijo Peter recibiendo un codazo por parte de Remus y un susurro audibleen el silencio de la tarde:

-Se másexpresivo-.

-James nopodemos hacer nada más por ellos-dijo el de ojos vidriosos.

-Tampocote dije que fueras bruto Colagusano-reprendió Remus.

-Vengancreo que debemos ir a la clínica de una vez, tienes que superarlo y el mejorpaso para eso es preparar su funeral para darles el ultimo adiós-dije con laseriedad propia del momento.

Élasintió y sin soltarme la mano se paró con las últimas fuerzas que le quedabany los cinco nos agrupamos y desaparecimos hacia allí.

Aparecimosfrente a un gran edificio gris en medio de la carretera, la pradera verderesaltaba contra la edificación.

Entramosa la CMRsilenciosos, dimos con una recepción bastante oscura e inhabitada, solo estabala secretaria escribiendo un pergamino con cara de concentración total.

-Buenastardes, disculpe pero vine a
-empezó James pero no pudo continuar, le apreté lamano para darle ánimos y prosiguió- poder organizar los funerales de Charlus yDorea Potter.

-Usteddebe ser su hijo-supuso la señora mientras se acomodaba los anteojos.

-Asíes-dijo apenado.

-Bien,debe saber Sr.Potter que la empresa se encarga de este tipo de digamos,accidentes, y ya se organizó todo lo requerido para el funeral, solo tiene quedecirnos, cuando y donde-contó ella.

-Buenopodría ser mañana a las cinco en la mansión Potter-acordó él.

-Asíserá-indicó ella con una sonrisa comprensiva.

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Hola a todos:

bien el próximo capítulo sera obviamente del funeral pero eso no quita que haya algo de comedia claro jajaj y alguna que otra sorpresa :) , cuídense

kisses

julid



Capítulocuarenta y seis: Sorpresa

Ese díame lo había tomado libre para poder asistir a los funerales y descansar de todolo que había pasado últimamente. El martes amaneció nublado y calmo, me levantémuy tarde y no desayuné.

 

Me vestípasadas las tres, con un vestido negro semi-formal, unas sandalias, tambiénnegras y unos aretes plateados.

Luego dever un rato la televisión, el timbre sonó.

Abrí lapuerta pensando que seria Vernon, o alguien vendiendo algo inútil, pero alcomprobar quien era me quedé petrificada.

-¿Alice?-preguntéatónita.

-¡Sitonta, soy yo!-exclamó dándome un abrazo.

Ellaestaba igual que siempre, rubia con el cabello bastante corto, más baja que yoy con sus característicos ojos castaños. Llevaba una musculosa blanca con unapollera rosa y unas sandalias de tacón alto que hacían juego con unos enormespendientes en forma de corazón que le había regalado su novio Frank en suprimer aniversario.

-¡Quesorpresa! no sabia que vendrías hoy-dije.

-¿Por qué?,¿tienes una cita?-investigó ella sonriéndome.

-Noprecisamente-dije no sabiendo como explicarle.

Se rió-Ajuzgar por tu atuendo diría que tienes una reunión de trabajo o hasta unfuneral-siguió carcajeándose con ganas hasta que vio mi rostro serio.

-Voy a unfuneral-sentencié.

-Ah-dijoabochornada-¿de quien?-preguntó tristemente.

-De lospadres de James-dije apenada.

-¿Cómo?-saltóincomoda.

-Si comooyes, ¿quieres venir?-ofrecí.

-Claroque si, ellos me caían muy bien y los chicos deben de estar muy mal-dijotratando de ponerse seria por unos segundos.

-¡Peroespera! no puedes ir así-advertí viendo su vestimenta.

-Si creoque tienes razón-aceptó mirando su pollera fucsia.

Miré elreloj y ya faltaban solo cinco minutos para que diera comienzo la ceremonia.

-No haytiempo, vamos-dije tomándola del brazo y desapareciendo.

Frente anosotras se materializó una gran casa blanca con muchas ventanas, una altaverja negra y reluciente la rodeaba, y el patio, enorme con una fuente, relucíaen la entrada.

Quedébastante asombrada unos minutos pero después recordé el motivo al que veníamosy La expresión se me ensombreció.

Caminamoslentamente hasta la entrada cuando Alice me preguntó:

-Al final¿ya se arreglaron James y vos?-

-¡Alice!-dijepor su atrevimiento a lo cual la chica se rió.

-No medigas que no te gusta por que no es cierto, Remus me lo contó todo, no creasque eres con la única que me carteó-dijo sonriente.

-No esque
-traté de explicarle pero su mirada de "ya lo sabía" me detuvo.

-Nobusques más excusas querida Lily, yo solo digo que después de esto el debeestar destrozado y necesita más que a sus amigos para superarlo, te necesita yno precisamente en papel de amiga
-

Lo meditéunos segundos para luego decirle un-cállate-por lo bajo antes de tocar eltimbre.

Un Remustristón abrió la puerta y ni bien movió su boca para saludarnos que Alice ledio un abrazo y chilló-Remus cuanto tiempo amigo ¿Cómo estas?-.

-Biengracias Alice, esperó que te haya ido bien en los Alpes-se apartó dejándonospasar-hola Lily-.

-Hola Remus¿Cómo está?-pregunté preocupada.

-Ahoramejor, Sirius le llevó hace un rato un té bien cargado a su habitación antes deque lleguen todos los invitados-contó.

-¿Por quéno acompañamos a Lily a la habitación de James para que lo salude?-propuso la rubia con cara detener otras intenciones en su mentecilla.

 

-Si seriabuena idea-aprobó él comenzando a subir las grandes escaleras forradas deterciopelo carmesí.

Caminamospor largos pasillos hasta que dimos con una puerta que decía: "James Potter"

Golpeó lapuerta suavemente y se escuchó un murmuro:

-Adelante-.

Pasé aesa lujosa habitación, que parecía del tamaño de mi sala de estar, y noté queJames estaba ubicado en un sillón con una taza de porcelana entre sus manos.

Su miradaparecía estar ausente y vidriosa, como si hubiera acabado de llorar hace unosminutos, su aspecto era pálido y ojeroso se notaba que no había podido pegarojo en toda la noche.

Lo mirécon lástima y me acerqué hasta sentarme a su lado.

-Jamestenemos que bajar, la ceremonia ya va a empezar-dije llamando su atención.

-Sitienes razón-suspiró-vamos, quiero que acabé cuanto antes-.

Se levantóen pocos segundos y apoyó, su ya vacía taza, en la mesita junto al sofá escarlata.

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Hola:

El próximo si será el funeral pero es que necesitaba todo un capítulo para la querida Alice que va a tener un rol muy importante de ahora en más jajaj en esa pequeña mentecilla suya pasan cada cosas jaja ya verán, y recuerden que después de la tormenta siempre sale el sol :),cuidense

kisses

julid

Pd: el miércoles o jueves habrá nuevo capítulo estoy inspirada jajaja


Capítulocuarenta y siete: Los funerales

Lo seguíhasta el extenso patio recubierto por una arboleda y miles de flores queparecían desteñidas debido a la ocasión.

Allíhabían unos cuatro o cinco magos y brujas junto a los chicos, unas sillasestaban sobre el pasto y los dos ataúdes abiertos descansaban un poco másadelante, no lograba ver su interior debido a la cantidad de flores quebloqueaban la vista.

También,un pequeño podio ubicado en un costado, indicaba que ellos iban a recibir unas palabrasde despedida, eso le haría mucho bien a James ya que necesitaba darles el adiós para poder seguiradelante.

-James losiento mucho-gritó la rubia para darle un abrazo al pelinegro.

-GraciasAlice, me alegro que hayas venido, espero que tus vacaciones hayan sido agradables-contestócordialmente. sin ánimos, para luego dirigirse al podio.

EntoncesAlice me guiñó un ojo y me susurró -¿y?-.

La miréfulminante, ¿cómo se le ocurría eso en ese preciso momento?, tenía que ser mimejor amiga para estar así de chiflada.

-Buenas tardesa todos, gracias por venir, sobretodo a mis amigos que siempre me apoyaron entodo lo referente a la prematura muerte de mis padres, hoy quería dar unaspalabras en honor a ellos, mis padres, las personas que me criaron yprotegieron para que pudiera convertirme en la persona que soy, ellos nodejaron que me faltara nada en estos diecisiete años que pudieron estar a milado, pero su enfermedad los obligó a asistir a una clínica dondelamentablemente no pudieron recuperarse-hizo una pausa y cerró los ojos unossegundos, en los que unas lágrimas brotaron lentamente de mis ojos-pero deigual forma siempre van a seguir vivos en mi, siempre van a formar parte de mismejores recuerdos-él terminó bastante afectado y se bajó del podio dejando atodo el mundo conmovido, Alice y yo llorábamos por lo bajo mientras que Siriuslo reemplazó.

 

-Hola atodos, quisiera decir que estas grandes personas a las que hoy despedimostambién fueron muy importantes para mi ya que me enseñaron la importancia de lafamilia, me cuidaron estos últimos años como si fuera otro hijo dándome elcariño y aprecio que nunca obtuve de mi familia, por eso para mi siempre serángrandes personas-al termino de éste varios magos subieron a expresarse mientrasque al final Alice subió junto a una pequeña bolsa, no pude dejar depreguntarme que es lo que la loca de mi amiga diría:

-Buenastardes, mis más sinceros pésames a James y Sirius por el momento que estánpasando, yo no los conocí personalmente pero creo que debieron ser excelentespersonas al igual que James, bueno para animar el momento voy a darles a loschicos los regalos que les traje la mis vacaciones a los Alpes-sacó de su bolsaun paquete mientras que yo pensaba: loque nos faltaba para su lista de locuras intentar oficiar de papa Noel en medio de un funeral, mi amiga notiene limites, comenzó a repartirlos, a James y Sirius les regaló artículos dequidittch suizos, a Remus un libro sobre las tribus que habitaban en lo alto delas montañas, a Peter una lapicera que desprendía copos de nieve al agitarla ya mi un bonito conjunto de bufanda, gorros y guantes de una lana suave y lila.

Loschicos parecían impresionados por los presentes aunque una señora mayor la mirabacon aspecto reprobatorio no precisamente solo por su atuendo fuera de lugar.

Luego James colocó cada ataúd enel foso y lo cubrió con tierra, posteriormente colocó las lápidas blancas,pulidas y brillantes de mármol, junto a dos ramos de bonitas flores.

Todosadmiraron la escena pasados unos segundos hasta que cada uno fue acercándose almuchacho a dedicarle los últimos pésames antes de retirarse.

Sirius,Remus, Peter y Alice estaban en un rincón algo callados y tristones.

-Puedendarme cinco minutos-pidió con calma el de anteojos con una mirada suplicante.

Asentimoscon la cabeza y entramos a la gran casa.

-Voy a prepararun té-dijo Remus yéndose a la cocina dejándonos solos en la gigantesca sala,que contaba con seis sillones de piel, la chimenea, un piano empolvado, lasenormes escaleras, las grandes arañas y los ventanales con hermoso vitros decolores vivos.

Unosminutos luego el ojimiel volvió con seis tazas de un humeante té caliente,perfecto para distenderse.

-¿Puedesir a buscar a James?-preguntó Sirius mirando cómplicemente a la rubia.

Salínuevamente de la casa, la imagen me impactó tanto que me aproximé a é l parapoder consolarlo.

Estabasentado frente a las lápidas, mirándolas como si estas fueran repentinamente ahablarle, lloraba como nunca y se tapaba la cara con ambas manos en señal dedesesperación.

Lo abracérepentinamente haciendo que se sorprendiera.

-Lily
-dijolentamente mientras se reconfortaba en mis brazos-¿Puedo hacerte unapregunta?-.

Lo miréansiosa mientras la formulaba.

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Hola!! lamento la demora :S prometo actualizar mañana sin falta como recompensa,capítulo triste y melancólico pero bastante esperado ¿qué pasará?,muajaja mañana se sabrá....jaja vino con rima y todo, cuidense mucho

 

kisses

julid

Capítulocuarenta y ocho: Todo tiene su momento


-¡CuéntameLily! no seas maligna-me imploraba la rubia mientras caminábamos desde elcallejón en el que nos habíamos aparecido para que no nos notaran los vecinos.

-Luego,¿no puedes esperar unos minutos hasta que lleguemos a mi casa?-preguntédivertida.

-No, soyla reina de los ansiosos, y bien lo sabes-dijo ella con una sonrisa.

Ignorésus suplicas hasta que alcanzamos mi casa, abrí la puerta y noté que mi madreestaba sirviendo la cena.

-¡Alice!-exclamósorprendida mi madre dándole un afectuoso abrazo a mi amiga.

-Sra.Evans ¿Cómo está después de tanto tiempo?-.

-Muybien, gracias querida, ¿por qué no me avisaste que Alice vendría a cenar?hubiera cocinado algo mejor-se apenó ella.

-No losabia mamá, fue una sorpresa, realmente no la esperaba ver hasta el inicio declases, la semana que viene-argumenté.

-No hacefalta Sra. Evans-dijo con una sonrisa de niña que no rompe ni un plato.

-Siéntense,estaba sirviendo la cena en este preciso instante-pidió mientras se dirigíanuevamente a la cocina.

-Laayudamos-insistió la rubia trayendo los platos y cubiertos-me gusta poner lamesa a lo muggle, mis abuelos se irritan de solo pensarlo-se río.

Al finalcomimos cuando Petunia y mi padre bajaron a la sala.

Mihermana estaba molesta por la presencia de mi amiga pero no le presté atencióny conversamos sobre todos los lugares que había visitado mientras comíamos milanesascon puré.

-Quedivertido ¿enserio aprendiste a esquiar?-dije fascinada.

-Si fuegenial-admitió.

-Tengouna idea, ¿Por qué no te quedas a dormir esta noche y se cuentan todas lasnovedades?-propuso mi madre.

-Graciaspor recibirme en su casa Sres. Evans-dijo emocionada mi amiga, esa noche seriauna perfecta noche de chicas, ¿Qué diría cuando supiera todo lo que hice conlos merodeadores éste verano?

Al acabarla cena disfrutamos un delicioso flan de caramelo y subimos a mi habitación.

-No tevas a librar de contarme con lujo y detalle todo lo que paso entre James yvos-dijo la rubia mientras escribía una carta a sus abuelos con mi lechuza,Dizzy, para que no se alarmaran por la ubicación de su nieta.

-Bien, tecuento lo que pasó hoy-dije bastante emocionada por nuestra charla de esa tardecon cierto pelinegro.

Me mirófijamente después de atarle el pergamino a la lechuza.

Flashback

-Dime-dijepor algún motivo bastante nerviosa.

-Estuvepensando mucho últimamente y llegue a la conclusión que me gustaría pedirte unaoportunidad, si lo arruino prometo no volver a molestarte y
-

No acabó porque lo rodeé con mis brazos y lo callé con mis labios, el beso fue bastanteapasionado, prácticamente mágico, pensé que estaba en otro mundo.

Él memiró con los ojos como platos y le dediqué una de mis mejores sonrisas.

-¿Eso esun si?-dijo atontado.

-Nosé
-dije divertida.

Esbozóuna sonrisa e inesperadamente
me abrazó.

-Gracias,gracias-dijo emocionado.

-Venia apreguntarte si querías entrar a tomar un té con nosotros, pero dadas lascircunstancias
-recordé.

-Tengouna idea mejor, vayamos a dar un paseo -propuso ofreciéndome su mano.

 

Se laestreché y ambos caminamos más de una hora hablando, traté de consolarlo ylucía mucho mejor cuando ambos entramos a la casa.

fin del flashback

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hola!!

después de la insoportable intriga del día de ayer decidí no dejar tanta en éste capítulo para no ser tan mala :) espero que les haya gustado especialmente la última parte ,tenía que compensar las toneladas de tristeza y dramatismo jajaj el próximo será muy..muy divertido jajaaj lo subiré el domingo porque el sábado tengo muchas cosas que hacer :S cuidense mucho

kissesx100

julid



Capítulocuarenta y nueve: Charlas de chicas

-Al fin,ya era hora-dijo con una sonrisa de oreja a oreja-todos sabíamos que estabasloca por él desde hace mucho y eres tan terca que pasó como un año para queficharas que James es una gran persona-me recriminó.

-Habla laque estuvo una semana practicando frente al espejo por si Frank la invitaba albaile de navidad en quinto-me burlé con una risita.

-Jaja,ríete si quieres pero no soy cabezota como otras, que negaron salir con unchico que incluso se tiró al lago, en medio del invierno, para poder ir aHogsmeade en una cita-rememoró dejándome sonrojada.

-Bueno,soy un poquitito terca
a veces-admití.

Me mirópara que confesara.

-Buenosoy una terca empedernida ¿contenta?-dije ante sus fastidios.

Luego ambasnos reímos.

-Gané laapuesta, Sirius me debe veinte galeones-murmuró entre risas la rubia.

-¿Qué?¿apostaron vos y el caradura de Sirius?-dije ofendida.

-Eh
bueno
-viomi cara y me conocía bastante para saber que me enojo bastante rápido-si, yo ledije que antes de terminar el verano ustedes iban a comenzar a salir y él medijo que en el primer mes de clases, por eso gané-terminó con una sonrisa, parapersuadirme de olvidarme que apostaban con mi vida amorosa.

-¡Quelindo osito!-notó rápidamente mi amiga para cambiar de tema-¿Dónde locompraste?-.

La mirésin saber que decir con un leve sonrojo pero ella enseguida captó el mensaje.

-Entiendo,te lo regaló James-dijo como si nada, dejándome helada por lo bien que sonabaesa oración.

-Si bueno,cuando fuimos al parque de diversiones lo ganó y me lo dio-conté con unasonrisa melancólica.

-¡Tunovio es un amor!-dijo conmovida-el mío es tan torpe que no puede ni siquierasubirse a una escoba sin sufrir traumatismos severos-se rió.

-Hablandode Frank ¿Cómo está todo entre ustedes?-pregunté curiosa a sabiendas de que esetema era su punto débil.

-Genial,aunque debido a mis vacaciones no lo he visto, solo hemos estado carteándonos,igualmente no creo que lo viera mucho ya que su madre está celosa-rodó los ojosy yo me reí-"Ay Frankie ¿no me dejaras cuando salgas con Alice verdad?"-imitó aAugusta Longbottom a la perfección-Pero igual ya acordamos ir a comprar losútiles-terminó sonriente.

-Yo irécon
-

-Losmerodeadores, si -dijo acabando mi frase.

-¿Tanobvia soy?-repliqué alarmada.

-Nooooo-negósarcásticamente-sólo que además de que Remus me contó que le prometiste ir con él, o sea también conlos cuatro-asoció-además debido a tu actual situación con James diría que es unhecho-se rió al ver mi cara sonriente.

 

-¿Y quemás te dijo Remus?-indagué aprovechando que estaba distraída.

-Sólo medijo a todos los lugares que salieron en este verano, que por cierto sonmuchos, tuviste un verano bastante agitado, lo que más me gustó fue cuandoellos te robaron la revista, o cuando Sirius los encontró a ambos en elascensor a punto de besarse y también
-

-Espera,espera-la detuve sorprendida por todo lo que sabia mi amiga-¿También tecarteaste con James?-.

Asintiócon la cabeza confundida.

-Ya sé dedonde saca tanta información este chico-murmuré para nadie en particular-¿o seaque sabes TODO?-confirmé nerviosa.

-Si,casi-.

-¿Y porque no me dijiste?-le grité alterada.

-¿Quécosa?-.

-Que lescontaste todos mis secretos, incluido el color de mi ropa interior a losmerodeadores-recordé al borde de la risa por la cara de mi amiga.

-Ah eso,...bueno es que
-la miré seria-James me pidió ayuda para poder conquistarte,además quería esos veinte galeones de Sirius y el pobre estaba desesperado, ledije algunos datos sobre ti pero creo que se me fue la mano-contó con unarisita.

Tomé unaalmohada y comencé a golpearla a la vez que me reía, ella hizo lo mismo y ambasiniciamos una pelea de almohadas inolvidable.

Terminamosriéndonos descontroladamente en el piso, todas despeinadas y con las almohadasesparcidas por la habitación.

-Eso telo ganas por contarle a James esas cosas-dije avergonzada y risueña después detanto reírme.

-Sisupongo que me lo merecía, al menos fue divertido aunque pensándolo mejor ¿novalió la pena? ahora estas con él-reflexionó ella mirándome con suficiencia.

Lamiré-si creo que tienes razón, en ese sentido valió la pena-contesté bastantealegre pensando en mi anterior beso con James y en sus reconfortantes y cálidosbrazos rodeándome.

Quedémirando el vacío unos segundos, Alice lo debió notar porque me dijo:

-Estasloca por él Lily-luego se rió bastante alto y yo me uní a sus risas, después detodo tenía razón.


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Hola !! espero que les halla gustado ^^, quedan solamente cinco capítulos para el final :) prometo actualizar pronto quizás el martes pueda subir el próximo, cuídense mucho y preparensen para reírse mucho jajaja

kisses

julid

Capítulocincuenta: Sol+arena+mar=diversión


-Quehermoso día-dije ajustándome los lentes de sol y viendo el horizonte con unasonrisa.

-Si, quebuena idea la de venir-halagó Alice respirando el aire salado.

Loschicos corrieron como desesperados por la playa buscando un lugar donde colocarla sombrilla, estaba repleto de gente.

Al finalla pusieron a unos cinco metros de la orilla, Remus no dudó en refugiarse delabrasador sol del mediodía bajo ésta, con la única compañía de su libro.

Nosotrasnos pusimos a tomar sol mientras que Peter comenzaba a crear una especie decastillo de arena.

-¿Chicasno van a ir al agua?-preguntó Sirius.

-No,vayan ustedes-dije mientras seguía de espaldas para captar el sol.

-Estábien-accedió James.


P.O.VJames

Sirius medirigió una mirada maliciosa que solo podía significar una cosa: tenía un plan.

 

Tomó lacubeta de Peter y se dirigió fugazmente hacia el océano lo seguí confundidohasta que cuando la llenó hasta la últimagota y se acercó lentamente a las chicas lo comprendí.

Solo atinéa reírme cuando escuché sus gritos al sentir el agua helada sobre sus espaldas.

Lilyestaba furiosa, comenzó a seguirme por toda la playa con el bronceador en unamano, dispuesta a darme una golpiza.

-¡Teatraparé Potter y no te dejaré con vida precisamente!-gritaba mientras reíamelodiosamente.

Paré degolpe y levanté los brazos en señal de rendición:

-Adelantedesquítate-

Ellasonrío y cuando me quiso golpear el brazo, con el producto, logré atajarlogracias a mis reflejos de cazador y la acerqué de golpe.

-Tequiero, sabias ¿no?-dije con una mezcla de seriedad y risa.

Lily sesonrojó un poco y me dedicó esa sonrisa que tanto me gustaba.

No dudéen regalarle un beso, separándonos solo para poder respirar y vernos directo alos ojos, tan relucientes eran sus ojos bajo la luz del sol que parecíanrealmente esmeraldas.

-¡Heytortolitos!-llamó Sirius interrumpiendo el momento.

-¿Qué?-reclamóLily molesta viendo con furia a mi amigo.

-Nada,solo quería avisarles que estamos en un lugar público-aviso él provocando queLily comenzara a gritarle.

P.O.V Lily

Elentrometido e inepto de Sirius siempre lo arruinaba todo, después de tirarle elbronceador por la cabeza, escuché que James gritaba:

-Chicos¿quieren jugar al voleibol?-

Remus se negópero Alice y Sirius asintieron.

Jugamosun partido dos contra dos, chicas vs. chicos.

Sonreícon suficiencia hacia Alice cuando anotamos nuestro primer tanto, ellos eranbastante malos en esto a pesar de que jugaban en el equipo de quidittch.

Tanto era así, que después de que James le arrojara la pelota en la cabeza a una anciana,haciendo que se le cayera la peluca al océano, esta lo persiguió por toda laplaya para golpearlo con su bastón mientras que nosotros tres nos partíamos dela risa.

Al finalella se fue ofendida a otro lado de la playa dándole a James un respiro.

-Creo queno jugaremos más a esto-indicó el pelinegro cansado.

-Sicornamenta, hoy has sido perseguido por mujeres, pero no precisamente las de mitipo-se mofó Sirius ganándose un buen golpe de mi parte-esto es guerrapelirroja-dijo él corriendo hacia la orilla y salpicándome de agua lograndoempaparme.

Jugamosun rato hasta que agotados volvimos a la arena, Alice y yo nos recostamos atomar sol nuevamente mientras que ellos intentaban pescar algo para poder cenaren la playa.

Cuando elsol comenzó lentamente a ocultarse tras el horizonte el cielo se tiñó de unanaranjado rosáceo, las olas bañaban suavemente la orilla dejando a su paso unrastro de espuma blanquísima, a la vez que una suave brisa corría indicando lainminente presencia de un cálida noche de verano.

Cerca delas siete ambos regresaron con dos grandes pescados, intentamos cocinarlos conuna pequeña cocinita que habíamos traído, mientras que Sirius miraba el pescadocomo para comérselo crudo de un bocado.

-Lily¿podemos dar un paseo?-propuso James con una sonrisa, indicando la playa, queahora estaba mucho más desierta que hace horas.

-Claro,chicos vamos a caminar-avisé mientras letomaba la mano al de ojos chocolate.

 

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Hola!!! espero que les haya gustado ^^,no se entristezcan que seguiré escribiendo,ya tengo otro gran fic planeado para cuando se acabe este, que yo también lo echare de menos :S pero bueno así es la vida,en los próximos se vendrá mucho Lily por James :) cuídense mucho

kisses

julid

Capítulocincuenta y uno: Diciendo adiós


Comenzamosa caminar el uno cerca del otro con el tibio contacto de nuestras manos comoindicio de que no nos separaríamos.

Sus ojoseran reflectores del gran astro dorado que se ocultaba dejando atrás al día.

-Lily,estuve pensando en convertirme en Auror cuando acabe Hogwarts-me dijoinesperadamente mientras clavaba sus ojos en los míos.

-¿Enserio?yo también, sé que seremos el blanco númerouno de los mortifagos pero vale la pena tratar de derrocar a Voldemort y a susseguidores-dije segura.

-Ay, casilo olvido- dijo extrayendo una pequeña cajita del bolsillo de su bermuda.

Me laentregó con una perfecta sonrisa, la abrí y me quedé muda al comprobar que unperfecto collar con forma de corazón y nuestras iniciales grabadas en él, eradorado y resplandecía como nunca con los últimos rayos del sol.

-Gracias,es hermoso-dije todavía sorprendida por el detalle.

Me lopuso y luego dijo:

-Te quedaperfecto-.

Sonreí ylo incité a seguir caminando a la vez que veíamos a la bandada de gaviotassurcar el cielo.

Hasta quede pronto nos volvimos a detener y sin que me diera cuenta nuestros labios sehabían juntado, ansiosos de mostrar todo el amor que sentíamos, mis brazos seamoldaban a la perfección a su cuello y los suyos a mi cintura.

Cuando senos acabó el aire, nos separamos felices y emprendimos regreso siguiendonuestras huellas en la tenue arena, el sol estaba en su punto más bajo y enminutos caería la noche, pero sus ojos seguían brillando con la mismaintensidad.

Volvimosy Alice, Remus, Sirius y Peter luchaban para poder cocer los peces.

Finalmentese cocinaron y los seis comimos bajo las estrellas riéndonos y disfrutando unade las pocas noches que nos quedaba de ese verano.

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-¿Cómoles fue ayer en la playa hija?-preguntó mi padre mientras desayunábamos.

-Increíble,nos divertimos mucho-dije mientras comía los huevos y el tocino.

-Mealegro, además ¿ahora sales con James verdad?-adivinó mi madre logrando que mesonrojara y que me atragantara con la comida.

-Si ¿comolo sabes?-pregunté nerviosa.

-Lo notócuando lo nombras se te encienden los ojos-contó ella con una sonrisa-además nopor nada tienes ese collar-admitió.

-Si
bueno-intentécambiar de tema-¿Y Petunia?-pregunté intrigada por su ausencia, sin quejas, nipeleas, en toda esa mañana.

-Tuvo queir a solucionar unos trámites para la boda, se va a casar, ¿sabias?-contó mipadre.

-Que bien,no vivirá más aquí-dije sonriente.

-Lily-mereprochó mi madre por el comentario.

-Bien, sime disculpan me tengo que preparar para mi último día de trabajo-dijelevantándome de la mesa y dirigiéndome a mi cuarto.

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-Buen día-saludéal pelinegro que estaba en la tienda.

 

-Hola-mecontesto de mal humor.

Lo ignoréy comencé mi trabajo, las horas pasaron volando y no nos dirigimos una solapalabra hasta que antes de irme lo llamé.

-Bien fue un gusto habernos conocido aunque noresultaras el tipo de persona que yo esperaba
-

En esemomento el teléfono comenzó a sonar ensordecedor ahogando mis palabras, él atendióeducadamente cuando unos gritos comenzaron a provenir del tubo.

-Eres undesgraciado ya sé todo lo que hiciste, todo fue un plan para lograr que Rickyse confundiera y la besara a la otra, así podías aprovecharte de mi,sinvergüenza-gritó enfurecida una chica al otro lado, provocando mi risita porlo irónico de la situación.

-PeroCharlotte
-fingió él, tratando de disimular.

-Nada deCharlotte esto y aquello, no quiero que me vuelvas a ver ni a llamar ni
querecuerdes mi nombre, Ricky vale miles veces más que vos-terminó a los gritoscortándole la línea.

Yo mereía de lo lindo ¿haría eso con todas?

-¿De quete ríes?-preguntó el descarado.

-¿No esobvio?-pregunte retóricamente-de lo mentiroso, hipócrita y rastrero que eres,sin contar de que deberías cambiar de táctica alguna vez-.

Él quedomudo pero sin ninguna señal de arrepentimiento, la verdad compadecía a todaslas chicas que habían caído de la misma manera que yo.

-Adiós,como bien sabes hoy era mi ultimo día y no espero volver a verte jamás-soltéfríamente.

Nuevamenteel teléfono sonó y yo con otra risotada maligna, mientras me iba, ledije-atendé tranquilo que debe ser otra de las tantas chicas que engañastevilmente, como se llama ¿Diana?-adiviné viendo su cara entre sorprendida y seria.

Me fui deallí con una sonrisa de oreja a oreja, crucé la calle y me detuve a contemplarla tienda, presa de los recuerdos tanto buenos como malos vividos en ella estosúltimos tres meses, suspiré, la vida seguía.

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Hola:

A solo tres capítulos vemos el final del asqueroso jajaja además de una tierna escena ^^,el próximo será como decirlo más...¿ dramático?,si se podría decir así, en fin cuídense mucho :)

Capítulocincuenta y dos: La realidad


Loscinco nos desempolvamos el hollín de lachimenea y salimos del caldero chorreante hacia el callejón diagon.

Estabacompletamente desierto, pocas brujas y magos entraban o salían de las tiendascon la varita en mano y un aire de desconfianza se palpaba a la perfección.

-Démonosprisa, ayer los mortifagos mataron cinco muggles y hubo dos desapariciones defuncionarios del ministerio-informó tétricamente Sirius mientras se dirigía atoda prisa a la tienda de Madame Malkin.

Loseguimos en completo silencio y allí compramos túnicas nuevas.

Despuésde comprar plumas, pergaminos, alimento para lechuza, ingredientes parapociones entre otras cosas, nos dirigimos a Flourish y Blotts por los libros detexto.

Entramosy solo se encontraba un mago encapuchado mirando unas estanterías, además delvendedor.

Mepareció sospechosa su apariencia pero lo ignoré para poder conseguir varioslibros extra de una biblioteca cercana.

-Lilyvamos a pedirle los libros, ¿vienes o te quedas con tus amigos los libros dehechizos?-me llamó James divertido.

-Vayanustedes en un momento los alcanzo-dije mientras continuaba buscando el deencantamientos protectores que usaban los aurores.

 

Entoncesen menos de una décima de segundo sentí que alguien me agarraba violentamentepor detrás, arrancándome varios cabellos y ahogando mi grito desesperado.

Sentíunas risas malvadas que creí reconocer a la perfección, el supuesto encapuchadono era nada mas ni nada menos que Bellatrix Lestrage, que me miraba con los ojosdesorbitados a la vez que mantenía la punta de su varita en mi cuellofirmemente presionada.

Logréavistar a unos seis mortifagos más, a su lado, no sabia como habían llegadohasta allí tan rápido.

Loschicos miraban la escena furiosos.

-Vaya,vaya miren quien trajo la marea, a mi primito con sus amigos, un repugnantelicántropo, una hija de muggles, un traidor a la sangre y uno que no sabe nisiquiera levantar su propia varita-se mofó ella siseaste, los demás se rieron.

Sirius seadelantó furioso y dijo:

-Déjala,¿por qué no vas a tomar té con tu amo?, ese tal Lord Voldemort y nos dejas enpaz, eres una psicópata que solo puede defenderse por que tiene seisguardaespaldas detrás-.

Se rió nuevamentepero esta vez me causó un escalofrió.

-Eres taningenuo que a veces me cuesta creer que seas un Black, debe ser por estarmezclado con semejante escoria, el señor de las tinieblas-por un momento cerrólos ojos con rabia-no pronuncies su nombre mocoso-escupió enojada causando que,los ojos grises de Sirius brillaran con sed de venganza.

-Eresuna
-empezó él pero su prima lo interrumpió.

-No estasen posición de hablarme así, o sino
tu amiga sangre impura se muere-recalcólas dos últimas palabras provocando que mi corazón se acelerara del miedo.

-Déjala-gritoJames trastornado, causándome un mayor dolor aun por su expresión.

Solosentí un débil -Crucio-salir de sus labios antes de que miles de agujas seclavaran en cada centímetro de mi piel, me desgarraran por dentro y soltara ungrito de dolor con los ojos humedecidos.

Ella me arrojó al piso y luego de echarme otro maleficioimperdonable, pude vislumbrar las luces de colores y la biblioteca cayendosobre mí antes de que todo se pusiera negro.

P.O.VJames

Al ver aLily caer sentí que el corazón se me salía del pecho, lancé maléficos a diestray siniestra, pero cuando pude ver entre la masa de luces, provenientes de los siete mortifagos, Sirius y Remus, localicé un estante donde antes estaba lapelirroja.

Corríhasta allí mientras escuchaba como todo se destrozaba, volaban libros,estantes, mesas y sillas, era una batalla campal.

Levantéla biblioteca con desesperación y la vi, estaba pálida y con los ojos cerrados,me temí lo peor por unos instantes hasta que de milagro la vi respirarlentamente.

La toméentre mis brazos y cerré los ojos, luego me desaparecí.

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P.O.VLily

Abrí losojos lentamente y noté que estaba sobre algo mullido, que resulto ser una cama,la habitación era de un color rojo intenso, la cabeza me daba vueltas y medolía todo el cuerpo.

Entoncesrecordé, la librería, Bellatrix Lestrage, los mortifagos, los hechizos y labiblioteca cayendo sobre mí.

Me enderecéignorando el dolor y traté de definir donde estaba, en ese preciso instante lapuerta se abrió dando paso a Alice.

 

La miréconfusa, ella traía consigo una bandeja con comida, la apoyó encima de unamesita y corrió a darme un abrazo.

-Lily¿Cómo estas?-preguntó enseguida con alivio.

-Me dueletodo el cuerpo pero
¿Qué pasó?-dije alterada.

-James tesacó de allí y te trajo para que él pudiera ayudar a los Chicos, Frank fue conellos y yo me quedé cuidándote hasta que despertaras-explicó alcanzándome unvaso con jugo de calabaza.

-Y losChicos, tenemos que ir a ayudarlos, mira si esa maldita de Bellatrix les hacealgo jamás me lo perdonaría
-empecé nerviosa.

-Descuidaellos saben defenderse y tu no vas a salir hasta que descanses un poco masSrta. Evans-ordenó con una risita-te lanzaron maleficios imperdonables y encimase te cayo un librero encima-dijo para que tomara conciencia.

-Buenomamá-me burlé notando la colección de moretones y cortes que tenia en losbrazos y piernas.

Bebí mi jugoen silencio pero cuando miré la hora mi corazón casi da un brinco.

-Son lasdiez-le informé perpleja.

-Siestuviste unas cuatro horas inconciente-me contó.

-Perodebo avisarles a
-comencé pero ella terminó la frase

-Ya lesdije a tus padres que te quedarías a cenar en mi casa e incluso quizás adormir-.

-Menosmal, mi madre me mata si no le digo a donde voy cada cinco segundos-dijetomando una tostada de la bandeja.

La puertase volvió a abrir.

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Hola!!!:

Si épocas difíciles les esperan a los pobres chicos y esto es solo una premonición,que triste pero bueno la vida es así:S

Estamos a solo dos capítulos del final y realmente agradezco cada uno de sus comentarios realmente me dan muchos ánimos :) prometo actualizar mañana mismo o pasado a más tardar, cuídense

kisses

julid

Capitulocincuenta y tres: Secuelas y nervios

Cincochicos entraron, se notaba a leguas que estaban cansados y pálidos. Presentabanvarios pequeños cortes y magulladuras como huella de la batalla pasada.

-Lilydespertaste ¿Cómo estas?-fue lo primero que articuló James al entrar, luego sesentó a mi lado esperando una respuesta.

-Bien, meduele todo, pero bien ¿y ustedes?, ¿Quépasó?-dije intrigada.

Flashback:

P.O.V James

Meaparecí en el primer lugar que me vino la mente, la casa de la mejor amiga deLily, Alice, seguro ella podría cuidarla mientras que ayudaba a los chicos.

Toqué eltimbre desesperadamente mientras sostenía fuertemente a la pelirroja entre misbrazos, con cada respiro que pronunciaba sentía un alivio inexplicable, nuncame perdonaría si le pasaba algo.

La rubiame abrió la puerta pasados dos minutos en los cuales los nervios me mataban.

-James
¿Qué pasó?-dijo ella horrorizada al ver el estado de Lily y mi rostro surcadode cortes.

-No haytiempo-insistí entrando a su casa casi a la fuerza.

Noté queFrank también estaba allí, él me miraba confundido pero yo lo ignoré y depositéa Lily cuidadosamente sobre el sillón.

-Cuídala,los mortifagos nos atacaron, la torturaron e incluso usaron maleficiosimperdonables-hice una pausa y cerré los ojos a causa de la culpa y rabia queme invadía, debía controlarme, ahora másque nunca-se le cayó la biblioteca encima y
apenas respira-dije tristementeviendo el horror en sus ojos cafés.

 

-Teacompaño-intervino Frank con seriedad.

Asentí conla cabeza y luego de ver una última vez a Lily, corrí velozmente junto al chicohacia la puerta. Desde donde desaparecimos hacia Flourish y Blotts

Ya en lapuerta de la librería se contemplaba el verdadero caos, Sirius y Bellatrix sedestacaban luchando frente a frente, los maleficios rebotaban por todas partesrompiendo los vidrios del negocio. Remus y Peter se enfrentaban al restobastante bien pero era evidente que requerían ayuda.

Ambosayudamos a los chicos hasta que un comentario se escuchó claramente dejándonosalgo aturdidos.

-Pagaras,tu y tus amigos, no falta mucho para que él obtenga el poder y ni siquiera Dumbledorelo va a detener-gritó Bellatrix antes de desaparecer dejando tras si un humonegro y opaco.

Los demásla imitaron y la librería quedó en completo silencio.

En eseinstante noté que Remus estaba destrozado, Peter permanecía horrorizado ypálido, Sirius tenía a la mismísima ira en sus ojos preparada para lanzarsecomo un león hambriento hacia el primero que se acercase. Frank miraba apenadoel lugar mientras que yo no podía dejar de pensar en una persona.

-Tenemosque irnos-me limité a decir.

-Si, peroantes debemos curarnos todas estas heridas, no quiero que las chicas nos veanasí-dijo Frank.

-Si, deseguro Alice nos reprende por no haberla traído-dijo Sirius con una mueca quepodría pasar por una media sonrisa.

-Está conLily-dije nervioso por la salud de ésta, sin importarme en lo más mínimo lacantidad de heridas que tuviera y las punzadas de dolor que me provocaban.

-¿Dóndeestán?-dijo Remus con un gesto de preocupación evidente.

-En casade Alice-respondió Frank.

-Vamos para allí-apuré.

Asintieron con la cabeza y nos desaparecimos.

Luego decurarnos la mayoría de los cortes con una poción muy efectiva que Remus siemprellevaba consigo y sacar todo rastro de la brutalidad de la batalla, pude porfin subir a ver como estaba ella.

Fin del flashback

P.O.V Lily

-Como laodio, no descansaré hasta que esté entre rejas toda la vida-comentó Siriusmientras caminaba de un lado a otro de la habitación.

-TranquilízateSirius que no arreglaremos nada insultándola-dijo Frank, un muchacho decabellos castaños, bastante alto y ojos avellana.

-Franktiene razón Canuto-apoyó Remus mientras abría una caja que había traído,mostrando varias tarritos de poción, vendas y desinfectantes. Eligiendo deentre ellas una botellita mediana con una gran etiqueta donde se distinguía"Filtro de la Paz".

Alicehizo aparecer más vasos y nos suministró a cada uno un poco de la poción paraque olvidemos los nervios de esa tarde de Agosto.

Ahora enmi mente solo habitaba nuestro inminente regreso a Hogwarts, el último, unprincipio del fin.

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Hola a todos:

Bien solo queda el final,el próximo capitulo sera nostálgico y se podría decir que de alguna manera divertido XD,lo subiré el miércoles o jueves sin falta. Cuídense mucho :D

kisses

julid

Capítulocincuenta y cuatro: Nostalgia

 

-Lily,¿puedes bajar de una vez? tienes horas para poder terminar de empacar-me pidiómi madre irrumpiendo en mi habitación.

Bufé perono protesté, esa seria la última noche antes de irme a Hogwarts, donde cursaríami séptimo año de educación mágica. Era predecible que mis padres quisieran estar conmigo ya que no meverían hasta la próxima navidad.

-Enseguidabajo mamá-dije dedicándole una sonrisa y dejando el libro que tenía en lasmanos sobre la colcha.

Ella se fuey cerró lentamente la puerta. Entonces noté que mi habitación era un desastre,libros, ingredientes de pociones y pergaminos estaba esparcidos todos fuera demi baúl.

Suspiré yme prometí ordenarlo todo luego, ahora me esperaba un boleto directo a paciencialandia,eso si quería tolerar a Petunia y a su novio toda la comida, sin tratar deahorcarla con la pasta, por supuesto.

Bajé lasescaleras de dos en dos y escuché las risas fingidas de mi hermana.

Llegué ala mesa algo malhumorada y me senté a cenar, sin darle importancia a lasmiradas de los demás, que en ese momento se posaban en mí.

-Queridacuéntale la mala noticia a Lily-dijo mi padre algo triste, yo arqueé las cejasansiosa por escucharla.

Petunialo miró algo enfadada y Vernon no disimulaba su repulsión hacia mí en loabsoluto. Pero yo ya estaba más que acostumbrada a creer que para ellos, teníaun cartel en mi frente que decía claramente: "Bicho raro".

-Vernon yyo nos vamos a mudar por que nos vamos a casar-soltó ella.

-¿Enserio?,que mal pero
¡que alegría que se vayan a casar!-dije fingiendo una gransonrisa a los novios.

-Si losaños pasan tan rápido-dijo mi madre sentimental.

-¿Cuandoserá el feliz acontecimiento?-pregunté de una manera tan falsa que estaba apunto de echarme a reír.

-El 24 deFebrero, pero tu estarás
-hizo una pausa algo molesta-en esa escuela especialpara entonces, que pena
-manifestó ella logrando que un sentimiento de rabia seapoderara de mi por que seguramente había elegido la fecha para que yo no asistieraaunque fuera en pleno invierno.

-No tepreocupes querida, te mandaré un pequeño regalito para que me recuerdes-dijecon sed de venganza pensando en un bonito vociferador o quizás una preciosaaraña peluda.

Ella hizouna mueca-no hace falta-dijo.

-No, yoinsisto-le repliqué con una sonrisa al imaginarla siendo perseguida por unalechuza que le picoteara todo el vestido de novia.

Mi padresonrío ante tal gesto, de supuesta, "amabilidad".

-Casi loolvido ¿Cómo te fue ayer?-preguntó mi madre.

Dudé unossegundos antes de contestarle, no podía contarles lo que había pasado enrealidad o se pondrían nerviosos, quería asistir a Hogwarts, así que debíacallar.

-Bien-dijecon otra sonrisa falsa, esto ya se estaba haciendo un hábito.

-Mañana¿a que hora te vas?-preguntó Petunia con interés.

-A lasdiez y media vienen por mi-dije contenta de ver como empalidecía al enterarseque toda la gente de mi "especie" pisaría la casa.

-¿Enauto?-dijo Vernon.

-No, nosapareceremos, es más rápido y seguro-conté mientras contemplaba el horror mismoen los ojos de mi hermana.

Terminéla cena a la velocidad e la luz y me retiré a mi cuarto a seguir empacando, aunqueya eran las nueve tenía al menos una hora para dejar todo perfectamenteorganizado para mañana.

 

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El timbresonó mientras me peinaba mi rebelde cabellera por última vez antes de irme, elhermoso colgante, regalo de James,relucía en mi cuello provocando unasonrisa de mi parte.

Abrí lapuerta sonriente de volver a verlos a todos.

-Hola¿quieren pasar?-dije con amabilidad haciéndome a un lado.

Ellos entraron,saludé a James con un pequeño beso y le esbocé mi mejor sonrisa antes dedejarlo pasar, nos ubicamos los seis en los sillones de la sala.

-¿Estasmejor?-preguntó Sirius, con algo de resentimiento por lo ocurrido con Lestrage,guardado en sus ojos grises.

-Si comonueva-dije contenta de ya no sentir los efectos de las maldiciones.

-Mealegro, bueno debemos irnos de una vez o perderemos el tren-dijo Remusenseguida.

Asentícon la cabeza y contemplé la sala melancólica, volveríamos a Hogwarts y noestaría en mi casa en mucho tiempo, la vida volaba y nos arrastraba con ella, solo hay quedejarse llevar.

Salimoslentamente de la casa y James me ayudó con mi equipaje, luego desaparecimos ala cuenta de tres.

De prontoun majestuoso tren a vapor surgió de la nada y vimos al expreso de Hogwartsechando vapor nuevamente, un sentimiento de nostalgia me lleno, allí habíaconocido a Alice, había estado con Severus y había perdido por completo elafecto de mi hermana.

Busquécon la mirada a Alice y Frank pero no había ni rastro de ellos, no sé que meextrañaba llegarían tarde como siempre.

EntoncesJames me tomó la mano afectuosamente y yo la estreché de buena gana, caminamospor el andén entre famillas temerosas que despedían a sus hijos como si fuerala última vez que los veían, esto James no lo paso desapercibido y bajo lacabeza algo tristón.

Por loque le dirigí una sonrisa fugaz para distraerlo de sus oscuros pensamientos yrecuerdos.

Lamayoría de chicas nos miraban sorprendidas y cuchicheaban mientras nosseñalaban, me daban ganas de arrancarles sus rubias extensiones para que nosdejaran tranquilos.

Estaba apunto de preguntarles que tanto miraban, cuando Remus, que presentía lo quepasaba por mi mente, se acercó impidiendo que les gritara lo entrometidas queeran en la mitad de la estación.

Entre todossubimos el equipaje y nos refugiamos en un compartimiento vacío donde nosresguardamos de las mirada ajenas de la mayoría del sector femenino.

Me sentéjunto a la ventanilla, los chicos comenzaron a hablar de sus expectativas paraeste año mientras que yo contemplaba la estación con una pequeña sonrisa, algome decía que debíamos disfrutar cada momento pues serian unos de los pocos depaz que nos restaban, la oscuridad cada vez inundaba mas al mundo mágico y nopensábamos cruzarnos de brazos, íbamos a actuar, a luchar, aunque nos costarala vida.

Pronto laloca de mi mejor amiga llegó riéndose y se sentó a discutir con Sirius sobreuna insignificancia, que más tarde derivaría a una apuesta sobre quien podíatomar jugo de calabaza en menos tiempo.

El trenarrancó enseguida y lo único que viantes de que nos alejáramos de Londres fue las manos de cientos de padressaludando entre el humo blanquecino de la locomotora.

Realmente,debía admitirlo, el verano había superado todas mis expectativas y siempre lorecordaría como a un verano con un toque merodeador, el mejor de todos.

 


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Hola:

Bien se acabó =( ,creo que voy a llorar pero sé que algún día tenía que suceder,primero que nada tengo que agradecerles a

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tonksiitaverenapotterVictoire PevensieVictoria Black
VicTorieWGwaywaninayoxo_86zafiro


Que me agregaron a favoritos,además de todas las personas que comentaron en cada uno de los capítulos,quiero que sepan que cada vez que los leía una sonrisa aparecía en mi rostro.Ya me estoy poniendo sentimental :`( ,igualmente en poco tiempo subiré otro fic, de Lily/James obvio, que espero que lean :)

cuídense mucho

kisses

julid


Un verano con un toque merodeador - Fanfics de Harry Potter

Un verano con un toque merodeador - Fanfics de Harry Potter

Suspiré. Por fin había acabado con la pesada tarea de Binns, el fastidioso profesor fantasma que nos había mandado no menos de cinco redacciones para ese ve

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2024-11-20

 

Un verano con un toque merodeador - Fanfics de Harry Potter
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