Uno de Nosotros - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Una de las calles de Londres Muggle era testigo de una feroz batalla 4 Jóvenes entre los 22 y 24 años trataban de negociar con el que parecía el líder de los magos oscuros.

-¡Caín, por favor detente!- una de las jóvenes avanzaba lentamente hacia el joven de la misma edad que ella, sus penetrantes ojos verdes lo miraban fijamente y suplicantes. -¡Sabes que este no es el camino!-

-¡jajaja!- el hombre reía estridentemente ante las palabras de la joven, una mueca demente cruzaba su rostro -¡No seas tonta, a demás
apenas estoy comenzando
!- una fuerte explosión, gritos y oscuridad reino en el momento.

-¡NO!- la joven de cabello negro y ojos verdes se despertó sobresaltada, su habitación se encontraba en penumbras, eran las dos de la mañana, una pesadilla. La pesadilla del pasado que constantemente la atormentaba. - No otra vez- murmuro y se levanto.

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Un radiante sol se colaba por la ventana iluminando una habitación algo desordenada, un despertador comenzaba a sonar en la mesa de noche, un brazo apareció desde el enmarañado de colchas para intentar apagarlo una extraña marca en forma de sol que cubría parte de la palma de su mano que poco a poco fue tanteando en la mesa hasta encontrarlo y apagarlo.

-Mateo, hijo es hora de levantarse- una voz sonaba desde el otro lado de la puerta del cuarto. Mientras desde el otro lado un joven poco a poco se desperezaba para levantarse. Desde las colchas un joven delgado moreno de ojos color miel, cabello castaño corto aparecía.

Bostezaba - Yaaaa voy
-

-se te hará tarde para llegar a la universidad, el desayuno ya está listo-

-voy- se levanto y fue a ducharse, tenía clases temprano y el catedrático de esa materia los tenía sentenciados Cinco minutos después de la hora de entrada, cerraré la puerta y nadie entra a mi clase había dicho el intimidante maestro.

Iba con el tiempo justo para llegar a la clase, se bebió la leche casi en la puerta de la casa, le dio un beso a su madre y salio.

Eran casi la una de la tarde cuando se dirigía a su casa, caminaba por una calle solitaria, la mayoría de las personas estarían cocinando o comiendo, solía recorrer a diario esa calle antes de llegar a su casa, pero ese día en particular sentía algo extraño, un mal presentimiento, se sentía vigilado, varias veces giró su cabeza para ver si alguien lo seguía me estoy volviendo paranoico pensó para si.
Pero cuando pensaba que todo eran ideas suyas de repente tres personas, dos hombres y una mujer aparecieron frente a él.

-¡Que demonios!- dijo sobresaltándose, los tres extraños lucían ropas extrañas le parecieron túnicas y cada uno de ellos llevaba en su mano varitas de madera. Mateo instintivamente levantó sus dos puños dispuesto a darse a golpes con los extraños que le cerraban el paso. - si quieren dinero, no tengo. Y no cargo nada de valor para ustedes-

-¿Eso crees?- la mujer había hablado - Ni siquiera eres conciente de el valor que posees para nosotros- y una sonrisa cínica se mostró en su rostro. -¡petrificus totalus!-

Mateo ni siquiera pudo reaccionar repentinamente sus brazos y piernas juntaron y se sintió como congelado y calló al asfalto. Que aparezca alguien y me ayude pensaba, no sabía como librarse de esa. Cuando los hombres se acercaban a él para levantarlo, su mano derecha comenzó a brillar una luz entre plateada y blanca le iluminó, rápidamente dos figuras más aparecieron frente a él. Una mujer y un hombre, el ultimo, alzó una varita parecida al de sus atacantes, la otra mujer realizó otro movimiento con su varita y le descongelo, este se levantó rápidamente.

-¿Estás bien Mateo?- la Joven que lo había descongelado se acercó a él con un rostro de preocupación

-Si, ¿Pero como saben mi nombre?- Mateo estaba desconcertado

-Eso no importa ahora ¡Corre y escóndete. Rápido!- le dijo el joven que habían llegado al ultimo con la mujer, era algo robusto y un poco más pequeño que él.

-¿Pero
?-

-¡Después te explicaremos, solo Cúbrete!- ordenó el joven, Mateo se escondió tras unos vagones de basura que estaban cerca, no quería perderse nada de lo que estaba sucediendo en ese momento.

-Vaya, vaya
.- dijo la primera mujer - Asi que las mascotas del ministerio vienen a hacerse cargo de nosotros- la mujer dio una carcajada fingida y continuo - deben estar en austeridad, por que nos mandan a los dos aurores más bobos: Lea y Hirtzan-

-Nunca dejaremos que te salgas con la tuya Nadia- habló la mujer llamada Lea - tu y tus gorilas pueden irse marchando, si no quieren salir lastimados de aquí- los tres rompieron en carcajadas.

-¡Eso ya lo veremos!- dijo el hombre que estaba a la derecha de la mujer -Expeliarmus-

-Protejo- dijo Hirtzan y cubrió a Lea

-Bombarda- dijo Lea aprovechando el primer ataque para sorprender a los enemigos que tenia de frente, a estos les dio muy poco tiempo para cubrirse de la explosión del ataque de Lea.

-Veo que has practicado Lea, bien
, muy bien- y aplaudió

-lamentablemente no puedo decir lo mismo de ti Nadia- dijo con fuerza Lea - me he dado cuenta que has elegido bastante mal tus compañías-

-¿Eso crees?- dijo Nadia levantando su varita y atacando de frente -Sectumsempra-

Lea a penas pudo esquivar el hechizo que venia dirigido hacia ella, rápidamente creo un escudo, en el que Hirtzan le ayudo a fortalecerlo para que no se rompiera.

- Lea tiene razón, has elegido un mal camino Nadia- dijo Hirtzan que junto a Lea liberaban el escudo. -¡Deja al chico en paz!- dijo - No permitiremos que te lo lleves-

-¿A si?, ¿tu y cuantos más?- dijo el otro hombre que acompañaba a Nadia. Rápidamente seis figuras más se aparecieron al lado de Lea y Hirtzan levantando sus varitas frente a los tres atacantes. Nadia y compañía al verse acorralados desaparecieron, pero el eco de la voz de Nadia se escucho decir esto no se quedará asi, el chico será nuestro

-¡Gracias!- dijo Hirtzan a sus demás compañeros que habían aparecido para apoyarlos, mientras Lea se acercaba a Mateo que se encontraba escondido.

-¿Te encuentras bien?- dijo.

-Si, ¿Pero quienes eran ellos? ¿Por qué me buscaban? Y ¿Quiénes son ustedes?- Mateo estaba confundido, mil cosas cruzaban por su cabeza. Lea le sonrió.

-Muy bien, una pregunta a la vez. Pero necesito que ahora me acompañes al Ministerio de Magia- dijo Lea cambiando su sonrisa a seriedad - es muy importante que vengas por favor-

-¿A dónde dices?- Mateo frunció el ceño y pensó me estoy volviendo loco, Hirtzan sonrió y se acercó a él

-No te estás volviendo loco, esto es real- Mateo sorprendido abrió sus ojos como platos

-¡Vamonos! No es seguro quedarnos aquí, acompáñanos por favor- volvió a decir Lea y tomó por un brazo a Mateo y desaparecieron.

Si le hubieran dicho a Mateo sobre que se sentía la desaparición, tal vez hubiera preferido tomar el autobús. Sintió que se ahogaba, que algo le tapaba su nariz y boca para tomar aire y como su cuerpo era presionado por algo invisible. Al momento que aparecieron tomó todo el aire y tosió un poco por los segundos que se había quedado sin aire.

-Calma, pronto te acostumbrarás- dijo Lea.

-¿Dónde estamos?- dijo el joven observando el lugar en el que se encontraban, era un piso de madera pulido, en un extremo de las paredes se encontraban empotradas múltiples chimeneas por la que varias personas aparecían o desaparecían haciendo ¡Plof!, una enorme fuente en la que se encontraban varias imágenes de figuras mitológicas en la que un hombre y una mujer que hablaban (según le pareció a él) en armonía con las criaturas.

-¡Bienvenido al Ministerio de Magia!- dijo Hirtzan acercándose - ven, acompáñanos por aquí por favor- Hirtzan le hizo una señal para que le siguiera. Lea les acompañaba, subieron por un ascensor en el que se detuvieron en el piso #9 y bajaron unas escaleras, entraron a una pequeña salita acogedora en la que se encontraban dos sillones y una mesa al centro.

-Pasa, siéntate- dijo amablemente Lea sentándose frente a él y Hirtzan tomó su lugar a la par de ella. - Bien ahora con mucha más calma responderemos tus preguntas, ¿Cuál era la primera?, a si ya recuerdo. Los dos hombres y la mujer que te atacaron hoy son parte de un grupo de magos tenebrosos que se hacen llamar legionarios de la oscuridad ah, ah - dijo Lea deteniendo a Mateo que intentaba interrumpirla- déjame terminar, dejaré tu segunda pregunta por último. ¿Quiénes somos nosotros? Pues él se llama Hirtzan y yo Lea, somos Aurores.

Mateo no pudo contenerse más -¿Magos?, esto es una locura, ¿los magos no existen?- Hirtzan y Lea rieron

-¿Te parecemos un espejismo?- pregunto Hirtzan - Mira, has vivido toda tu vida con Muggles, escuchando historias falsas de los magos. Nosotros existimos, solo que nos gusta mantener el anonimato. Por seguridad-

-¿Aurores, Muggles? ¿Qué es eso?-
-Bien, los Aurores son un grupo de magos encargados de capturar a magos tenebrosos. Y los Muggles es la manera que nosotros utilizamos para llamar a las personas sin magia-

-Osea que yo soy Muggle para ustedes- Lea y Hirtzan intercambiaron miradas.

-Pues
no exactamente- dijo Lea - verás, tu caso es un poco raro, nunca se detecto magia en ti. Hasta hace algunos momentos-

-Creo que eres el primer mago que le pasa eso, aunque
- Hirtzan se levantó del sillón, puso una de sus manos en su barbilla y comenzó a pasearse y luego se fijó en la mano derecha de Mateo -¿
Esa marca?- dijo señalando la mano de Mateo -¿Desde cuando la tienes?- y se acercó al joven para observarla mejor.

-Pues
creo que desde siempre, me pareció que era un extraño lunar, pero me gusta, es bastante curioso tener la forma de un sol en la palma de la mano-

-¿No puede ser?- dijo Lea y miró fijamente a su compañero -¿Será por eso que la ha mandado a buscar Hirtzan?-

-Creo que si, no puede haber otra explicación. Por eso se ha empeñado en encontrarla estos últimos días-

-¿Me pueden explicar de que están hablando?- dijo Mateo un poco molesto ante la conversación que sus acompañantes tenían. Cuando Hirtzan se dio la vuelta para contestarle, unos golpes a la puerta los distrajo.

-Pase- la puerta se abrió dejando ver por ella a otro joven de cabello negro ondulado, piel blanca y ojos color café claro, más alto que Hirtzan y Lea.

-Hola, ¿están bien? Me dijeron que tuvieron un poco de problemas para venir acá- fijándose rápidamente en Mateo.

-Si, Gracias Porthos, llegaron refuerzos a apoyarnos- dijo Hirtzan

-Porthos, el es Mateo. Mateo este hombre es nuestro amigo y compañero de acción Porthos, también es auror como nosotros- dijo Lea y los jóvenes se saludaron dándose la mano.

-Este
les traigo un aviso, el ministro nos ha convocado a la reunión que el tendrá con los principales miembros del Wizegamont ahora. Nos está esperando en este momento y dice que si le puedes esperar Mateo-

-¿Por qué quiere que entremos a la reunión?- dijo ceñudo Hirtzan

-¿La encontró?- dijo Lea acercándose a Porthos y sonriéndole.

-Pues no lo se, pero parece que la reunión es de carácter urgente, por que ha invitado a los Aurores clase A y en especial a nosotros tres. Asi que no le hagamos esperar. Mucho gusto Mateo, nos vemos al rato- Porthos le hizo un saludo con su mano y salio.

-Volvemos luego Mateo, espéranos aquí- dijo Hirtzan y junto con Lea salieron después de Porthos.

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Era un salón grande de piedra iluminado con múltiples antorchas, al frente se encontraban unas cuatro filas de bancos en el que se encontraban sentados al menos seis magos y brujas con unas túnicas moradas y una W bordada al lado izquierdo de cada túnica.

Al lado derecho e izquierdo se levantaban otras filas de bancos pero solo el lado derecho se hallaba ocupado por 3 magos y brujas que integraban a los aurores clase A, la puerta principal de abrió dando paso a tres jóvenes que ingresaban al salón.

-Lamentamos la tardanza señor ministro- Porthos tomaba la palabra por sus otros dos amigos.

-No se preocupen, nuestra invitada aun no llega- el ministro le lanzó a los jóvenes una mirada cómplice. Lea le sonrió y miro a sus dos amigos con el rostro radiante y tomaron asiento junto a sus compañeros aurores.

No esperaron mucho, repentinamente una ráfaga de fuego apareció al centro del salón y un fénix rojo con dorado apareció. Traía sujeto en sus garras el brazo de una mujer delgada, cabello liso color negro que le llegaba debajo de los hombros, este estaba cortado en tres capas y las puntas de cada capa estaba pintadas de color rojo. Vestía ropa Muggle, un Jeans azul y una camisa cuello de tortuga roja y botas negras. Al posar sus pies al suelo levantó su rostro mostrando rasgos finos y unos hermosos ojos verdes que lucían tristes.

-Buenas tardes Naim- dijo el ministro, su rostro quedaba un poco oculto como al resto de los miembros del Wizagamont.

-No era necesario que enviarás a Fawkes, una lechuza era suficiente- dijo la joven mirando a los miembros del Wizegamont. El fénix voló hasta colocarse en el respaldo de la silla del ministro.

-Creo que no solo envié una lechuza Naim, creo que fueron alrededor de siete, más los últimos dos vociferadores- dijo el ministro con calma y con una voz bastante seria no como la que había utilizado anteriormente con los aurores.

-Bueno, entonces estaba claro que no estaba aceptando la invitación. ¿No cree señor ministro?- dijo Naim un poco más fuerte de lo que hubiera querido, cruzando los brazos.

-¡No le estaba preguntando si podía venir, era una orden!- dijo alzando la voz el ministro, Naim se descruzó de brazos y fulmino con su mirada al ministro.

-¡No puedes traerme aquí cuando se te antoje!- dijo, dio unos pasos al frente y poso su mirada en la mujer que se encontraba al extremo izquierdo del ministro - ¡Según la constitución, tengo derecho a la libertad y si me traen aquí en contra de mi voluntad es catalogado como secuestro!- el ministro se levantó de su asiento y su rostro fue iluminado por fin, era un hombre de aproximadamente cuarenta años su rostro crispado por el enojo, mostraba unos ojos verdes idénticos a los de Naim al igual que el color de su cabello negro y una reluciente cicatriz en forma de rayo al lado derecho de su frente.

-¡Tu no eres una Muggle, eres una bruja y esas leyes no nos amparan a nosotros!- dijo el ministro Potter, la mujer que se encontraba al lado derecho del ministro trato de calmarlo, tomándole la mano y tratando que se sentara nuevamente.

-¡Entonces la directora del departamento de leyes mágicas me dará la razón al decir que: en el articulo 15 cláusula #2 dice que todo mago o bruja posee la libertad que le fue otorgada desde su nacimiento ya sea de familia Muggle o Mágica y que cualquiera que viole esa libertad estará
- Naim no pudo terminar, por que la mujer a la que se había dirigido la interrumpió con una voz pausada y bastante dulce.

-Antes me llamabas Tía Hermy, no directora del departamento de leyes mágicas Naim- Naim suspiró, cerro sus ojos y bajo la voz para continuar.

-Lo siento tía, pero por lo que veo esta es una reunión oficial no familiar. No quise incomodarte- Naim miró a todos los miembros del Wizegamont escaneándolos uno a uno y reconociéndolos. - Si no les importa me retiro, para mi no es grato estar aquí y creo que para ustedes tampoco lo es mi presencia. Compermiso- Naim hizo una pequeña inclinación con su cabeza y les dio la espalda a los miembros del Wizegamont para dirigirse a la puerta, en ese momento las puertas se cerraron de golpe y cuando ella tomo el pomo de la puerta se dio cuenta que estaba cerrada mágicamente. Giró su rostro con furia hacia el ministro.

-¡Déjame salir!- ordenó

-¡No, hasta que nos escuches!- dijo el ministro

-¡Creo que hace cinco años fui bastante clara al decir que no quería tener ninguna relación con el mundo mágico!- dijo con fuerza -¡Déjame salir!-

-¡No!- dijo nuevamente el ministro, pero su voz ya no sonaba con furia sino con tristeza

-¡Sabes perfectamente que puedo abrir esta puerta cuando quiera, no me obligues a tirarla!- dijo está amenazante.

-¡Quisiera verlo!- dijo el ministro mostrando una sonrisa, esto enfureció a Naim, su mano derecha que la tenía hecha puño pronto empezó a brillar.

-¡No me provoques!- el ministro no hizo nada y continuo riendo. Naim no se pudo contener y abrió la palma de su mano y de ella empezó a brotar una varita dorada, que la hizo levitar unos centímetros y con una gran agilidad la tomó en su mano y la dirigió amenazante hacia el ministro.

Uno de los aurores levantó su mano derecha pidiendo permiso al ministro para poder hablar.

-Si usted nos permite Señor Ministro
- Hablaba Porthos - quisiéramos hablar con Naim, solo si ella y los miembros del Wizegamont nos lo permiten-

La mujer que estaba sentada a la derecha del ministro realizo una inclinación con su cabeza y dijo - Tienen nuestra autorización-

-¡Gracias!, ¿Naim? Por favor solo será un momento- Porthos le suplico a la chica y hasta ese momento ella se dio cuenta que sus tres mejores amigos se encontraban presentes en aquella sala, al verlos dio una leve sonrisa y asintió.
Los jóvenes bajaron de las graderías y comenzaron a salir, cuando Hirtzan salía al último, el ministro le pidió que trajera a Mateo. Caminaron hacia el salón al que habían dejado al joven con más preguntas en su cabeza.

¿Magos?, no puede ser que en pleno siglo XXI se den estas cosas ¿estaré soñando? Mateo en ese instante se dio un pellizco en el brazo e hizo una mueca de dolor No, no creo que sea un sueño, entonces ¿me estoy volviendo loco?, claro no puede haber otra explicación hay no, se me safaron las tejas
. Y decían que el estudio y trabajo era salud en ese momento la puerta del cuarto se abrió y Hirtzan seguido por sus amigos y otra mujer que no conocía, pero que le pareció que era Muggle por su vestimenta, ingresaron al salón.

-Mateo ¿podrías acompañarme por favor?- luego dirigiéndose a sus amigos - no empiecen sin mi- y les dedico una enorme sonrisa cerrándose la puerta al salir.

-¿A dónde vamos?- dijo asustado

-El ministro de magia quiere verte-

-¿El ministro de magia?- Mateo se sintió bastante confundido, muchas cosas habían pasado en las últimas horas y ni siquiera sabía que tenía que ver él en todas ellas. -¿Quién es? ¿Cómo debo portarme frente a él?-

-Pues
él se llama Harry Potter y es un gran mago, el mejor de nuestro tiempo. Es un buen ministro justo, amable solo que
, ya lo conocerás. Y con respecto a como portarte frente a él, se tu mismo, no le mientas por que él lo sabrá, es un experto en Legerimancia y Oclumancia así que no intentes engañarlo-

-¿Experto en que?- dijo Mateo

-La Legerimancia es una rama de la magia que le permite leer al mago que la utiliza lo que estás pensando y la Oclumancia es la habilidad de poder detener que otro mago entre en ellos-

-¿Puede él hacer eso?-

-Si, así que será mejor que no le mientas y sé tú mismo-

-muy bien, pero aun no me explicas ¿Qué hago yo aquí?-

-pues exactamente creo que eso es lo que él te dirá- llegaron frente a la puerta de roble y la abrió. - Pasa Mateo- y le hizo un gesto con la mano para que entrara.

-¿No irás tu con migo?- dijo asustado, Hirtzan sonrió.

-No, vamos no te harán nada. Cálmate y entra- Mateo entro y Hirtzan cerro la puerta, tras él e inmediatamente se dirigió a la sala donde sus amigos les esperaban.


-Pase Sr. Wallass, siéntese por favor- había al centro una confortable silla con un respaldo alto.

-Gracias, llámeme Mateo por favor -
*
-¡Que gusto verte después de tantos años!- Lea se había abalanzado a los brazos de Naim y comenzó a llorar.

-¡Cálmate Lea! Solo fueron cinco años- Naim abrazaba con fuerza a su amiga e intentaba confortarla, la puerta del cuarto se abrió y Hirtzan entró por ella. Lea se hizo a un lado para que Porthos también saludara a su amiga.

-Cinco años desde que nos abandonaste sin dejar ningún rastro de ti- Porthos la abrazó y le dio un tierno beso en su mejilla. Y se apartó para darle paso a Hirtzan.

-¡Eres una loca! Nos has tenido tan preocupados. ¿Por qué no nos dejaste estar contigo?- abrazando también a su amiga.
*
-¿Me imagino que estarás muy confundido con lo que te ha pasado verdad?- habló el ministro.

-la verdad es que si, no entiendo nada de lo que está sucediendo, ¿Qué hago yo aquí Señor?-

-Creo que ya nuestros aurores te habrán explicado que somos magos-

-Si señor y eso es lo que más me confunde. Me parece un sueño en realidad-

-Bueno, creo que debo explicarte principalmente tu presencia en este lugar, pero antes debo ponerte en antecedentes- el Ministro se levantó de su asiento y se dirigió hasta llegar frente al joven. - Hace cinco años, nos vimos amenazados ante un brujo llamado Caín, este era miembro de nuestro grupo selecto de Aurores- y señaló con su mano a los 3 magos que se encontraban a un lado - algunos de los aquí presentes participaron en esa batalla y otros lamentablemente murieron. En ese entonces solo existía una auror capaz de batirse con él y ella lo enfrentó, pensamos que ella le daría muerte. Pero no contamos con la cualidad principal de ella.- y guardo un instante de silencio -Por muy grave que fuera la situación ella nunca
-
*
-¡¿Por que no lo asesine?!- Naim miraba sorprendida a sus amigos -¿Por qué creen?- Naim se movió incomoda hacia uno de los sillones y se dejo caer.

-El no merecía vivir Naim- dijo Hirtzan y se sentó a su lado - Traiciono tu confianza y la nuestra también-

-Si, pero era nuestro amigo- Naim no quería recordar más cosas de ese pasado, traerlos nuevamente a su memoria le causaban mucho daño.

-¡Me vas a decir que después de lo que hizo
!- Lea miraba atónita a su amiga -¡El lo mato Naim!- ella no respondió solo inclino su rostro viendo el suelo y con una de sus manos sostenía su cabeza.

-Naim- porthos se colocó frente a ella y con su mano levantó el rostro triste de ella. - se que no somos quien para juzgar tus actos, pero pensamos
. Que después de lo que hizo
-

-Nosotros no somos Dios para decidir quien debe morir y quien vivir Porthos- y retiro la mano de su amigo de su rostro y se levantó nuevamente hacia uno de los rincones de la sala.

-Naim Caín ha
-
*

-¡Vuelto!, ¿que quiere decir con eso?- Mateo grito y abrió los ojos en señal de sorpresa y miró al ministro, su voz temblaba un poco y continuo - disculpe, pero pensé que su auror casi lo había matado, entonces pesé que ya estaría derrotado-

-Todos creímos eso Mateo, pero unos recientes acontecimientos nos han alertado que él ha recobrado fuerzas y ahora se enfrenta a nosotros mucho más poderoso que antes- el ministro colocó sus brazos en la espalda y cambio su rostro de preocupación a tristeza. - Hace unas semanas nos encontramos con dos de nuestros mejores magos asesinados
-

-¿Dos magos asesinados?- a Mateo esas declaraciones no le estaban gustando

-Si, nuestro experto en Herbolaria y el mago más instruido en Pociones
-

*
-¡Que!, ¿Cómo que dos de mis tutores académicos han fallecido?- Naim se acerco a sus amigos interrogándoles con la vista. -¿Quienes? No se queden callados, díganme quienes murieron-

-Neville Longbottom y Draco Malfoy- respondió Porthos.

-¡No puede ser!- Naim dijo estas palabras como en susurro y unas cuantas lagrimas se escaparon de sus ojos - no puede ser- Lea se acercó a su amiga para abrazarla y reconfortarla como ella lo había hecho antes, pero Naim muy sutilmente de desprendió del abrazo y se alejó de ellos.

-Pero
no solo ellos fueron atacados Naim- dijo Hirtzan acercándose a su amiga - Ronald Weasley también-

-¡Que! ¿Cómo esta mi tío?- pregunto Naim y sus lagrimas continuaron saliendo de sus ojos

-Pues está bastante grave en San Mungo y
- Lea ya no pudo continuar

-¡Oh no, mi tío no se va a morir!, el es muy fuerte, él es el jefe de los aurores- Naim decía estás palabras incoherentemente tratando de convencerse así misma, el dolor que sentía en su pecho era grande. Le había hablado mal a su tía y ella estaba destrozada, tenía que verla y pedirle disculpas.

-Naim, eso no es todo
-
*

-¡¿Hay más?!- dijo Mateo

-Me temo que si Mateo, según nuestras investigaciones, hemos descubierto que Caín no ha asesinado casualmente a estos magos sino con un propósito específico- El ministro se mostró altamente preocupado y se detuvo frente a Mateo, tomo entre sus manos la mano derecha de él. En ella se mostraba el lunar en forma de sol. -¿Nunca te has preguntado el significado de esta marca Mateo?- este giró su rostro a ambos lados. - no, claro que no. Has vivido entre muggles es normal que no la conozcas- el ministro hizo aparecer frente a él una silla igual a la de mateo y se sentó frente a él.

-Existe una leyenda desde hace como mil años
-
*

-¿Una leyenda?-

-Si- dijo Porthos

*
-Esta leyenda es muy antigua, tanto que nadie la recordaba hasta que hace 28 años nació una niña con una singular marca en su mano derecha, una luna. En ese tiempo la directora de Hogwarts se vio bastante interesada en la singular marca e investigo hasta que unos años después encontró una leyenda, esta habla que en tiempos antiguos los magos se enfrentaron a una serie de males que empezaron a asolar el mundo dispersados por la caja que Pandora por su curiosidad abrió, ¿sabes de esa leyenda?-

-Si- respondió el joven sin entender que relación tenía la leyenda griega con los magos.

-bien, entonces sabes que lo único que quedo en la caja es la esperanza guardada en los corazones de los hombres. Esta esperanza fue hecha hombre y mujer en unos gemelos de una familia de magos, estos niños nacieron con una marca en particular en su mano derecha. Estos fueron destinados a vencer al mal que se había encarnado en una bestia de 7 cabezas que estaba acabando con la humanidad, arrasaba con poblaciones enteras, acababa con las plantaciones y todas las formas de sobrevivir dejando un rastro de sufrimiento y el olor a muerte por donde pasaba.
Estos niños fueron instruidos en las más antiguas y poderosas ramas de la magia Pociones, Herbología, Historia, Transformaciones, Astronomía y Defensa mágica. Pero su fuerza no solo radicaba en sus conocimientos sino en los lazos que les unían, en este caso por ser hermanos gemelos, los unía un lazo de sangre que les hacia complementarse a la perfección hasta parecía que pensaban igual, ellos extraían la magia desde su cuerpo para enfrentarse a sus enemigos, los magos necesitamos nuestras varitas para canalizar esa energía, pero ellos eran magia pura. Pero a pesar de ser fuertes, capaces de enfrentar al enemigo, también tienen un talón de Aquiles
-

-¿Cuál era esa debilidad?-
*
-No podían pelear separados si querían vencer al enemigo. A pesar que cada uno de ellos eran casi invencibles en batalla, su victoria estaba en la unión de sus fuerzas: La esperanza y Fe, representados en sus marcas, el sol y la luna- Porthos continuaba la historia.

-¿El sol y la Luna?- Naim miró rápidamente su mano derecha en donde la marca de la luna se reflejaba.

-Si Naim, mira la leyenda no acaba ahí- continuo Hirtzan -resulta que el enemigo se dio cuenta de la existencia de esos niños y descubrió su debilidad, así que les engañó y les separo haciendo que uno con otro se batieran en duelo, el niño casi murió y la niña en venganza por el engaño, enfrentó sola a la criatura dejándola al borde de la muerte, pero la bestia hirió a la niña de muerte. El mal quedo debilitado pero no eliminado. Es por eso que el mal persiste en el mundo y la fe y esperanza se encuentran débiles y separadas esperando que algún día el destino los vuelva a unir para vencer.-

-Y
pues parece que la leyenda es verdad ya que
- dijo Porthos

-¿Me puedes decir a que te refieres con que es verdad?- Naim se limpiaba con su mano los rastros de las lagrimas que había derramado - solo es una marca, ¡no es verdad!-

Lea se puso frente a ella y la miró seriamente - ¿Crees que el que aparezca la varita desde tu mano, hacer magia y atacar de esa manera es una mentira?-

-Mira, tuve tutores extra después de cada clase en la academia de aurores. Mi padre me obligo a tomarlas, ustedes lo saben muy bien- dijo Naim con el ceño fruncido.

-¿Encuentras alguna relación entre los magos que han sido atacados y la leyenda Naim?- dijo Porthos con la paciencia que siempre le mostraba a ella.

-Pues
ellos son tres de mis maestros en las artes en las que fueron entrenados los niños- dijo Naim seriamente. - ¿Pero eso que tiene que ver con Caín?-

-mucho. Veras cuando Longbottom y Malfoy fueron asesinados sus cuerpos no solo mostrabas signos de batalla, sino que descubrimos que de sus cuerpos fueron extraídas ciertas células mágicas
-
*

-¿Qué células?-

-Sabes Mateo, existe una rama de la magia oscura que permite que al asesinar a un mago, puedes extraer su célula mágica y adherirla a tu cuerpo, esto te hace portador del conocimiento y habilidades que este mago poseía e incrementa su poder-

-¿Eso es lo que ha hecho ese mago?- Mateo no podía creer lo que estaba escuchando.

-Creemos que Caín está asesinando a los tutores de la niña que entrenamos en todas las artes mágicas para igualar su poder, pero como decía la leyenda, ella no puede vencer sin la esperanza, ósea tú. En tu mano posees el sol, la marca de la esperanza el de ella es la luna que representa la fe-

-Pero
-
*

-
¿Dónde está el Sol?- Naim lucia un poco sorprendida - hasta donde yo recuerdo no tengo ninguna hermana gemela-

-lo extraño de esto Naím, es que primero no es una niña sino un hombre- dijo Hirtzan

-¿Que?-

-y Segundo, nosotros al igual que él nos hemos enterado hasta hoy que es un mago-

-¿Qué quieres decir? Espera un momentito- Naim interrumpió a su amigo que estaba por contestar levantándole una mano en señal de alto. - Ya lo encontraron ¿verdad?, ¿está aquí?-

-Si- dijo Lea - En este momento está hablando con tu padre- Naím se aparto de sus amigos y rápidamente salio del salón para dirigirse donde estaban reunidos los miembros del Wizegamont. Y sus amigos corrieron tras ella.


La puerta de la sala se abrió bruscamente dando paso a Naím que se acercaba hacia donde su padre estaba sentado platicando con alguien que no pudo ver por el respaldo de la silla -¡¿Por qué no me lo dijiste antes?!- explotó furiosa a su padre.

-No era el momento adecuado- dijo el Ministro poniéndose de pie.

-¿Es él?- dijo fríamente

-Si-

-Si me lo hubieras dicho
- Naím comenzó a llorar de rabia e impotencia por lo que sentía en ese momento - Nada hubiera pasado ¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! - dijo tristemente. -
él no hubiera muerto
él no merecía morir-

-Naím, necesitamos que superes el pasado- una mujer de cabellos rojos y finas facciones como los de Naím se acercaba - se que ha sido duro lo que has vivido, pero tienes que enfrentarlo, hay que seguir adelante- la mujer llegó hasta ella y la abrazó - Te extrañamos mucho hija
- Naím se dejó arropar entre los brazos de la única persona que podía entenderla, su madre.

-¿Por qué ahora mamá?- Naim lloraba aun más en los brazos de su madre -¿Por qué ahora?-

-Hija, escucha. En ese tiempo no teníamos ninguna pista de quien podía poseer el otro niño. No queríamos hacerlo publico, por que al hacerlo te exponíamos a ti y a la otra persona también. Era necesaria la prudencia y por obvias razones el silencio- Ginny se separó de su hija y limpiaba las lágrimas que corrían por el rostro de ella. - Mira que hermosa estás- y contemplaba las facciones de su hija, Naim esbozó una pequeña sonrisa.

Mateo se sentía un intruso en ese momento; era una reunión familiar y creía que necesitaban privacidad, aunque con tanto mago a su alrededor era imposible, se levantó de su asiento y se dirigió al ministro.

-Disculpe señor ministro, pero creo que será mejor que me marche- dijo en voz muy suave para no interrumpir a las mujeres que lloraban - mi madre debe estar preocupada por mi, ya es muy tarde-

-Ah, Mateo disculpa, discúlpenme todos- y el Ministro Potter se dirigió a todos los presentes para ofrecer las disculpas - primero, Sr. Brock-dijo dirigiéndose a Porthos - dada las condiciones de Ronald Weasley y mientras el se encuentre en San Mungo necesito que se haga cargo del cuartel de los Aurores de inmediato, el Memorando en el que todos los Aurores están a su mando ya fue enviado-

Porthos se quedo sin habla, a él lo habían nombrado para sustituir temporalmente a su superior - hee
yo
Gracias Señor-

-De nada, es uno de los mejores. Y ahora con los Aurores de clase A presentes, están bajo las órdenes del Sr. Brock y por lo tanto necesito de su total confiabilidad en lo que acaban de escuchar por que la tarea que les será asignada será difícil- El ministro Potter frunció el ceño y continuo - Sr. Brock necesito que realice horarios de vigilancia de todos los Aurores clase A, para ser los guardaespaldas de todos los tutores de Naim-

-Si señor ministro- dijo Porthos - tendrá los horarios de las vigilancias de todos en una hora-

-Muy bien. Tiene que organizar cuatro rondas de vigilancia- dijo el ministro

-Son cinco- dijo Ginny

-No querida, serán solo cuatro- dijo el ministro seriamente, Ginny se acercó a su esposo y le susurro para que nadie más le escuchara.

-¿Quién es el que no tendrá vigilancia?- y entre cerró sus ojos en signo peligroso de enojo, Harry sabia lo que se le avecinaba cada vez que su esposa tomaba esa actitud, ella siempre lograba intimidarlo con esa mirada. -¿Tu?- Harry opto por el mismo tono de voz que su esposa para que nadie los escuchara.

-Si, querida. Paso casi todo el tiempo en el ministerio así que no tendré ningún problema-

-¡¿Estás loco?!, él también tratara de atacarte a ti. Sabes lo delicada que es la situación- dijo con voz firme -¡No te expongas!-

-hablaremos después- y se separó de su esposa para dirigirse a los demás.-Muy bien damas y caballeros sus ordenes están dadas, Pueden retirarse. Sr. Brock lo espero en mi despacho en una hora-

-Si señor- y todos los Aurores de la sala y los demás miembros del Wizegamont salieron a excepción de Hermione, Ginny, Harry, Naím y Mateo.

-Ahora que estamos solos, su tarea y el motivo por el que se encuentran aquí- Naím levantó rápidamente la mirada fulminando a su padre.

-¡Oh no! No, no, no, no. Yo no pienso involucrarme esta vez. NO- Naím no usaba el mismo tono tierno que había utilizado con su madre, sino uno más rudo.

-Aunque no te guste tienes que hacerlo- dijo su padre

-No, claro que no. Renuncie a la magia hace cinco años y planeo pasar el resto de mi vida de esa manera-

-lo lamento hija, pero ya no tenemos tiempo, Caín se hace más fuerte y no tardará en volver atacar-

-No me importa, no pienso involucrarme-

-Naím, ¿Crees que después de que Caín conquiste el mundo mágico se quedará hasta ahí?- dijo Hermione - No querida, el continuará después con el mundo muggle que tanto amas-

-¿Quieres que ellos también sean asesinados y esclavizados por Caín?- dijo su madre

-No- dijo con una voz desconsolada - Pero
no se puede hacer
está bien ¿Qué quieres que haga?-

-Primero, déjame presentarte a Mateo Wallass- ella se fijó por primera vez en el joven; cuando llego a la sala con sus amigos paso a su lado y ni siquiera se dio cuenta de quien era. - Sr. Wallass déjeme presentarle a Naím Potter- entre los dos se dieron la mano y se miraron fijamente a los ojos.

-mucho gusto- dijeron ambos, a Naím el joven le pareció engreído, para Mateo ella era una niña temperamental y delicada.

-Bien, su labor es complicada. Naím dadas las circunstancias necesitamos que entrenes a Mateo en las artes mágicas en las que tu fuiste instruida-

-¿Que?- dijeron los dos jóvenes al mismo tiempo

-¡Yo no se nada de la magia, ni siquiera puedo hacerla!- dijo Mateo muy abatido.

-¿Me vas a decir que este muchachito no sabe nada de magia?- dijo Naím señalando a un lado Mateo con uno de sus pulgares -¿Ni siquiera fue a Hogwarts?-

-¡Oye!, ¿Cómo que muchachito?, para tu información tengo 25 años, y tu pareces de la misma edad, asi que no me vengas con estupideces de edades-

-¡Vaya que saliste insolente! Tengo 28 años, no 25. Soy mayor que tu y me debes respeto-

-¡Yo no voy a respetar a nadie que no me respete primero!- Naim y Mateo se habían puesto uno frente al otro a discutir, olvidando a los presentes.

-¡Pues parece que se llevan de maravilla!- Dijo Harry con entusiasmo interrumpiendo a los jóvenes que le devolvieron la mirada.

-¡¿Estás bromeando verdad?!- dijo Naím

-¿Te parece que todo es una broma?- dijo Harry

-Naím, Caín no está jugando y nosotros tampoco- Hermione había tomado la palabra

-¿Pero tía?-

-¡Ay por favor!- Mateo hablaba en tono irónico - Si está niña delicadita no puede hacerlo, definitivamente que habrá otro mejor que lo haga-

-¿Cómo que niña delicadita?, ¿Qué demonios te has creído? Ya te mostraré lo delicadita que puedo ser
- y su mano derecha comenzó a brillar.

-¡Suficiente!- Harry había detenido la discusión - Lo siento Naim, pero tu tarea es esa. Mateo tu tarea es aprender de ella todo lo que sabe- se puso frente a ellos y los miró duramente - No tenemos tiempo, la fuerza de Caín crece a cada momento y ustedes deben a prender a trabajar en equipo-

-¿Por qué no pueden hacerlo los tutores que tubo ella?- dijo Mateo señalando con su cabeza a Naim, esta le dirigió la mirada mas dura que tenía.

-No se si ya lo sabes niño sabiondo, pero dos de ellos ya fueron asesinados
-

-Y los otros Tutores en este momento tienen otras tareas importantes que realizar- dijo Harry terminando por su hija - asi que les suplico que se pongan a trabajar inmediatamente-

-¿Pero..?- dijo Naím

-pero nada Naím- dijo su madre

-Disculpe, pero creo que nos veremos con ciertas dificultades- dijo Mateo

-¿A que te refieres?- dijo Ginny

-Pues
a que tengo que ir a la universidad y ¿Qué le diré a mi familia?- dijo abatido Mateo - Ellos no entenderán esto, ni siquiera se si me creerán-

-Yo tengo que ir a trabajar y no pienso dejar mi trabajo por esto- dijo Naím cruzándose de brazos.

-Bueno, aquí los que se tienen que poner de acuerdo para trabajar son ustedes- dijo Harry encogiéndose de hombros - Asi que después me dirán en que acuerdo quedaron- y se dio media vuelta para salir del salón.

-Por tu familia no te preocupes Mateo, hace unas horas cuando recibimos la detección de tu magia recibí un informe interesante- dijo Hermione - Tu madre es Squib así que sabe perfectamente de nuestra existencia, solo tu padre no lo sabe-

-¿Mi madre es que?- dijo Mateo, no sabia si lo que ella había dicho era un halago o insulto.

-Los Squibs Mateo, son los hijos de magos que no pueden hacer magia- dijo Hermione pacientemente. - así que ella entenderá-

-En cuanto a ti Naím, deber dejar algunas de tus tareas Muggles para dedicarte exclusivamente al entrenamiento- dijo Ginny.

-¡Y basta de Peleas!- dijo el ministro desde la puerta para esperar a su esposa y amiga.

-Está bien- dijeron los jóvenes al mismo tiempo. - Vamos niño- dijo Naim duramente y Mateo le lanzó una mirada fría. Y salieron del salón antes de Hermione y Ginny que se quedaron en la puerta hablando con Harry.

-¿Saben que?- comentó Harry - Estos dos me recuerdan a un par de amigos que conocí en el colegio ¿no crees querida?-

-Si- y vio de reojo a Hermione que su rostro entristeció de golpe - Vamos Hermione, el se pondrá bien ya verás-

-él es muy fuerte, saldrá de esta como otras tantas veces- dijo Harry, dándole unas palmadas a su amiga en la espalda.

-Si- dijo ella - me voy a San Mungo para ver como está-

-Te acompaño- dijo Ginny - Yo también quiero verlo. Harry ¿Vienes con nosotras?-

-Yo llegaré más tarde, solo revisaré lo que Porthos me presente y llegaré- se acercó a su esposa y le dio un beso - Cuídate. Cuídense las dos; en unas horas llegaran sus guardaespaldas-

-Harry yo creo
- dijo Ginny

-Después querida, hablamos en el hospital. ¿Si?- dijo Harry y acompañó a las mujeres hasta la recepción del ministerio y desaparecieron.

-¿A dónde vamos?- dijo un molesto Mateo siguiendo a la chica loca que se convirtió en su tutora, no le agradaba.

-Vamos a la oficina de los Aurores, tengo que hablar con Porthos- dijo ella caminando frente al joven a toda prisa - a demás necesitamos que nos asignen un lugar de entrenamiento privado- llegaron a una oficina enorme en la que se encontraban muchos cubículos y al fondo la puerta de una oficina. Cuando pasaron por el pasillo múltiples rostros asomaron por los cubículos observando a los visitantes. Unos cuantos reconocieron a la joven que pasaba por ahí y murmuraban. Llegaron frente a la puerta que tenia una placa grabada en la que decía: Brock, Porthos. Jefe suplente, Oficina de Aurores. Toco y una voz sonó desde el otro lado permitiendo el paso de las visitas

-¡Naím!, ¿Qué haces aquí? ¿Paso algo?- y el joven se alejo de su escritorio y se acercó a la chica tomándola de las manos y ofreciéndole asiento en un sillón que se encontraba al lado derecho de esta, también le ofreció asiento a Mateo y este se sentó en otro sillón frente al que se encontraba Naím.

-Tranquilo, no te preocupes, solo quiero pedirte un favor- dijo Naim mirando seriamente a su amigo que frunció el ceño.

-¿Qué favor?-

- Quiero participar en la vigilancia de mis tutores-

-¿Qué?- dijo el joven - Pero tu tienes otro trabajo que hacer ¿verdad?; por que no creo que tu padre se haya tomado tantas molestias para traerte si no fuera por algo importante-

-Si. Ya tengo trabajo que hacer, pero
-

-entonces concéntrate en tu trabajo Naím- dijo Porthos

-Quiero que entiendas una cosa
-dijo esta señalándolo con uno de sus dedos- mis tutores están muriendo por mi culpa y no puedo quedarme de brazos cruzados sin que pueda hacer algo por ellos- dijo está decidida.

-Naím, sería cargarte de más trabajo del que puedes- y agarró el dedo acusador de su amiga y lo bajo de su rostro -Me imagino que lo que tu padre te ha pedido es importante y debes cumplir-

-Si lo haré, entrenaré a este niño
- Mateo frunció el ceño nuevamente

-¡Me llamo Mateo, no niño!- explotó este

-¿Entrenarás a Mateo?- dijo sorprendido - ves, entonces concéntrate en tu tarea y déjanos a nosotros lo demás -
-No, por lo menos déjame cuidar a mi tío hoy por favor- dijo esta con voz suplicante - y aunque no quieras yo estaré ahí-

-Terca- dijo Porthos - está bien, solo por hoy. Tu padre me mataría si sabe que te dejé estar ahí. Me pondré en el turno de la noche y podrás quedarte conmigo ¿estás de acuerdo?-

-Si, gracias- y se abalanzó sobre su amigo y le dio un beso en la mejilla, Mateo dio un resoplido de impaciencia - Ahh, se me olvidaba; necesito un lugar que me permita entrenar a
¿Cuál dijiste que era tu nombre?- Mateo se enojo mucho, la miró fijamente para responderle.

-MATEO- está mujer ridícula en serio le estaba cayendo súper mal.

-Ah si, necesito entrenar a Mate sin que nadie se de cuenta-

-MATEO NO MATE-dijo Mateo molesto, Porthos comenzó a reírse

-Ahh si- dijo Naím -¿Puedes asignarme un lugar de entrenamiento privado en el ministerio para entrenar?-

-Veré si puedo asignarte uno de los cuartos de entrenamiento de los Aurores- dijo Porthos sonriendo, se acercó al oído de la chica y le dijo en un susurro. - Por lo que veo no te cae muy bien-

-aciertas bien amigo- le contesto de la misma manera a Porthos -Bueno te veo en la noche. Tengo que ir a dejar a Marcus a su casa- le guiñó un ojo a su amigo y comenzó a salir del salón, Mateo se levanto furioso del sillón y salio tras de ella.

-ME LLAMO MATEO BRUJA SORDA- salió de la oficina tras ella y cerró la puerta con fuerza. Porthos continuaba riendo.

-Estos se llevaran muy bien- y continuo con su trabajo.

**********************************
Aparecieron en una calle tranquila, en el que los jardines se encontraban bien cuidados y verdes, algunos niños jugaban en ellos y sus padres sentados en las puertas de las casas platicando con algunos vecinos, no se dieron cuenta de los dos personajes que acababan de aparecerse; comenzaba a oscurecer y los últimos rayos del sol daban su bienvenida a la gloriosa noche.

-No me agrada esta forma de viajar- dijo un Mateo sacudiéndose la cabeza después de que por segunda vez en ese día tuvo que pasar por la experiencia de aparecerse.

-Te acostumbrarás- dijo Naím encogiéndose de hombros - cuando lo haces tú solo ya ni se siente nada- el chico la miró de reojo. - Que bonito lugar-

-Si- dijo Mateo y comenzó a caminar por la acera derecha -¡Buenas Noches Sra. McGregor!- dijo Mateo saludando a una señora que barría sus gradas mientras sus hijas jugaban en el jardín.

-Hola, buenas noches Mateo- respondió la sra. Con una enorme sonrisa. Continuaron caminando hasta que se detuvieron en la quinta casa, esta era de color verde claro, los barandales eran de color blanco y la cerca que rodeaba el jardín también; un frondoso árbol se encontraba al centro de este, dando una espectacular vista.

-No puedo creer que aun vivas con tus padres- dijo Naím con una gran sonrisa.

-¿Por que?-

-Muchos jóvenes a tu edad ya tienen su propio apartamento y viven con sus amigos-

-la verdad, me siento muy a gusto con ellos, la universidad me queda muy cerca de aquí, así que no tengo por que mudarme en ella- la miró fijamente y con seriedad. -¿Que? ¿Vas a burlarte de mi solo por que me gusta vivir con mis padres?- Naím por primera vez tomo una actitud de tristeza.

-No- y lo miró - al contrario. Me alegra que puedas llevarte muy bien con ellos. ¿Vamos?- Mateo la vio bastante extrañado y avanzaron hasta la puerta de la casa. Mateo sacó las llaves y abrió la puerta. Un pequeño Cocker Spaniel negro salio a recibirle y en el momento que vio a su acompañante le ladró y salio corriendo.

-¡Si que es valiente!- dijo Naím.

-Mamá, ya vine- grito Mateo dejando las llaves en la mesa del recibidor - Pasa, ven vamos a la sala- y se dirigieron por un pequeño pasillo hasta llegar a la sala.

-Hola hijo, ya me estaba preocupando- dijo una señora que estaba lavando unos vasos - como te fue en
¡Oh veo que traes compañía!- dijo ella al levantar la vista y ver a Naím. Ella se quito los guantes para lavar, se secó las manos en una toalla y se acercó a ellos.

-Mamá, quiero presentarte a Naím Potter- la señora le tendió una mano y Naím hizo lo mismo, le sonrió.

-Mucho gusto Sra. Wallas-

-Lo mismo digo- y le correspondió la sonrisa - Que linda chica hijo, ya era hora que nos presentarás a tu novia-

-¡Nosotros no somos novios!- saltaron los dos jóvenes al instante. Mateo se acercó a su madre que los miraba uno y a otro.

-¿Entonces?- dijo esta sorprendida.

-No mamá, veras este
. No se como comenzar- dijo Mateo y vio a Naím lanzándole una mirada de ayuda -¿Por qué no nos sentamos?-

-¿Qué es lo que pasa Mateo? Me estas asustando- y Mateo guió a su madre a uno de los sofás de la sala.

-No señora, no se preocupe. No es nada tan
malo- dijo está en un tono como de disculpa para que no sonará tan grave.

-¿Que?- dijo la mujer un poco sorprendida sentada al lado de su hijo y Naím frente a ellos. Naím le dirigió una mirada a Mateo.

-Mamá, ¿sabes que es un Squib?- La Sra. Wallas abrió enormemente los ojos en señal de sorpresa, luego los fue haciendo más pequeños para cambiar su mirada, escudriñando a su hijo con ella

-¿Dónde escuchaste eso?- dijo ella seriamente

-En el Ministerio de magia- dijo este esperando ver la reacción de su madre que fue inmediata.

-¿Qué fuiste hacer ahí Mateo?- dijo está

-Así que es cierto- dijo este sonriéndole -¿Sabes que existen magos en este mundo?-

-Si, nuestra familia viene de una descendencia de magos, menos yo- dijo ella entristecida y bajó su mirada.

-Tranquila mamá- dijo él y la abrazó -no te pongas triste; ¿Sabes que?-

-¿Qué?- le respondió ella y levantó la vista

-Qué yo te quiero y no me importa si eres bruja o no- y le dio un enorme beso en su mejilla. Naím miraba con nostalgia la escena, ella se llevaba así con sus padres cuando era más joven; cuanto daría por volver a tener la misma relación con ellos como antes. Naím se levanto del sillón y se fue a la ventana de la sala para observar la calle en la que se encontraban, era una zona bonita, acogedora al igual que la casa de Mateo, en ella se sentía el ambiente a hogar.

-¿Le sucede algo Srta. Potter?- dijo la mamá de Mateo al verla.

-No, no se preocupe y llámeme Naím por favor- dijo ella volviendo la vista a la Sra. Wallas.

- ¿Sabes mamá? no creo que mi papá se moleste al saberlo-

-Tu padre lo sabe Mateo-

-¿Qué?- dijo este bastante sorprendido

-Si. Cuando íbamos a casarnos tus abuelos aun estaban vivos y él los conoció; pero no le importo. Supo que mis hermanos eran magos y que también fueron asesinados- el rostro de la Sra. Wallas se puso nuevamente triste.

-¿Mis tíos murieron asesinados?- dijo mateo sorprendido - Tu me habías dicho que habían muerto en un accidente aéreo-

-Hijo, ¿Qué querías que te dijera? tus abuelos y yo fuimos los únicos sobrevivientes de nuestra familia. Mis hermanos fueron asesinados por los mortifagos hace más de 23 o 24 años. A mi familia no le importo que yo fuera Squib me criaron y cuidaron de las garras de esos asesinos. Hasta que Harry Potter eliminó a El que no debe ser nombrado y su reino de maldad se vino abajo- la Sra. Wallas pareció comprender en ese momento algo importante, por que inmediatamente vió a Naím y está le devolvió la mirada.

-¿Tu
eres de apellido Potter? ¿Eres la hija de Harry Potter?-

-Si señora Wallas- dijo esta tristemente y se acercó nuevamente a ellos.

-Es un honor conocerte y Llámeme Margarita por favor- dijo la Sra. Wallas - pero lo que no me queda claro, es que está haciendo usted aquí si en mi familia ya no queda ningún mago o bruja-

- El motivo por el cual estoy aquí Margarita es por que el Ministerio de Magia acaba de descubrir que su hijo es Mago- dijo Naím

-¿Qué cosa?- dijo Margarita sorprendida - Pero es imposible, en toda su infancia el no dio ninguna muestra de magia y nunca una carta de Hogwarts llegó para que fuera educado en las artes mágicas-

-Si, la verdad que es un caso bastante extraño, pero hace unas horas fue posible descubrirlo- Naím continúo manteniendo su actitud seria - es necesario que su hijo sea instruido en las artes mágicas y fui designada a ser su tutora. Necesita tener conocimiento bastante especializado ya que se nos fue asignada una misión y
-

-¿Qué tipo de misión?- dijo Margarita preocupada.

-Un nuevo mago oscuro está amenazando nuestro mundo
- Naím pacientemente fue contándole los hechos acontecidos ese mismo día y como se habían dado cuenta que Mateo era mago, luego como pudo, le explico lo de la leyenda en la que los dos se veían implicados y que era necesario que se prepararan para enfrentar lo que se les presentara.

-¿Qué, pero
?- Margarita parecía bastante asustada y tomaba fuertemente las manos de su hijo.

-No se preocupe Margarita, debemos entrenar mucho y es necesario que él esté listo lo más pronto posible- afuera los faroles en las orillas de las aceras se habían encendido, la noche había caído ya, Naím creyó que era momento de partir - Mañana vendré por él a las dos de la tarde para comenzar a entrenar- al ver la cara de angustia de la madre de Mateo se sintió bastante conmovida, se acercó a ella para despedirse y la abrazó - Tranquila, todo saldrá bien. ¡Buenas Noches!- y desapareció.

-Sabes mamá, no me agrada esa forma de viajar- y le sonrió.

-A mi tampoco me gusta Hijo- dijo está devolviéndole la sonrisa a su hijo.
La calle se encontraba vacía, oscura y lúgubre; únicamente iluminada con la luz de la luna. Era bastante contradictorio; por la mañana esa calle casi era intransitable, todos se dirigían a toda prisa pasando desapercibida la vitrina de esa tienda vieja, desde hace muchos años mantenía el mismo rotulo que decía en remodelación, el mismo maniquí viejo con ropa antigua se encontraba a la vista, los pasos sordos de una persona sonaban solitarios y hasta con eco al acercarse. Vestía con una larga gabardina negra que le cubría, lentamente se acercó a la vitrina y le susurro. Al momento la extraña figura atravesó el vidrio como si de un espejismo se tratara; del otro lado apareció una enorme sala en la que se encontraban múltiples sillas vacías, la figura se fue acercando a la recepcionista hasta que le indico donde dirigirse, lentamente fue subiendo los escalones hasta encontrar la sala en la que se encontraba a la persona que quería ver
al final del pasillo se observaba la figura de dos jóvenes que se encontraban custodiando una puerta, se acercó a ellos, uno de los jóvenes instintivamente levanto la varita, mientras el otro sonreía y le indicó a su compañero bajar el arma.

-Pensé que te habías arrepentido- dijo Porthos.

-No- dijo la figura, lentamente se deshizo de su gabardina, mostrando a una mujer delgada de cabellos negros y profundos ojos verdes, vestía un pantalón deportivo de algodón negro y una camisa ajustada color blanco. - Solo que se me hizo un poco tarde en la casa de ese chico y luego fui a mi casa a cambiarme de ropa. ¿Mis padres aun están ahí?-

-No, se fueron hace como una hora-

-Bien, ¿puedo entrar a verlo?- dijo Naím

-Su esposa continua ahí- dijo Porthos.

-Lo se, no me esperaba menos de ella- Naím sonrió y lentamente pasó entre los dos chicos y abrió la puerta. La habitación se encontraba con poca iluminación que venia de una pequeña lámpara que se encontraba en una de las mesas de noche a un lado de la cama y del otro lado la figura de una mujer que acariciaba con su mano el rostro de su esposo. Al escuchar el ruido de la puerta se giró rápidamente para ver quien era.

-¡Naím!- dijo la mujer y con una de sus manos se secaba algunas lágrimas de su cara y se levanto para recibirla.

-¡Hola tía!- dijo esta y se acercó a ella y se abrazaron - lamento mucho lo que te dije hoy, no tenia idea de lo que estaba pasando, de verdad yo
- Hermione le tapo la boca a la joven con delicadeza y con el rostro negaba.

-Tranquila, no pasa nada- dijo Hermione y le sonrió.

-¿Cómo sigue?- dijo Naím dirigiendo su vista al hombre que estaba tendido en la cama, cubierto por múltiples tubos con pociones en uno de los brazos y con una mascarilla de oxigeno.

-Igual- el rostro de Hermione se llenó de tristeza nuevamente - no despierta y eso está preocupando mucho a los sanadores. No reacciona y
- Hermione no pudo continuar y se puso a llorar.

-Tranquila tía, él se pondrá bien ya verás. ¿Kiara y Frank están aquí?- dijo Naím separándose un poco de su tía y la llevaba abrasada hacia la silla que se encontraba cerca de la cama de Ron.

-No, hice volver a Kiara hoy a la academia y Frank vendrá después, debe hacer sus practicas en este hospital, así que también debe cumplir con sus obligaciones de Sanador- dijo Hermione tomando asiento junto a Ron - en pocas semanas harán sus Exámenes y ahí están más seguros que junto a nosotros-

-¿Cómo están los abuelos?-

-Imagínate- dijo Hermione volviendo a acariciar el rostro de su esposo - Molly no deja de llorar; Arthur no dice nada, pero en el fondo se que está destrozado, Fred y George hacen de todo para que ellos se tranquilicen, han llevado a sus hijos más pequeños junto a ellos para que se distraigan-

-Si, creo que lo mejor es mantenerlos ocupados- dijo Naím y se acercó al otro lado de la cama, lentamente se aproximó al rostro de Ron y le dio un leve beso en la frente, sus labios tocaron la piel helada carente de sensaciones, ningún movimiento, nada
-Hola tío- le susurro

-¿Sabes quien ha venido a visitarte Ron?- dijo Hermione hablándole al cuerpo tendido en la cama -¡Es Naím! Ha vuelto-

-¿Ya comiste tía Hermy?- dijo Naím

-Si, tus padres me trajeron algo- Hermione se veía destrozada y cansada, sus ojos hinchados de tanto llorar, cuanto peso cargaba la mujer y aun así se mostró fuerte ante ella en el ministerio, cuanto tenía Naím que aprender de la fortaleza que poseía su familia. -¿Has vuelto a casa de tus padres Naím?-

-No tía, yo tengo mi propio apartamento en el centro de Londres- dijo

-Pensé que hablarías con ellos-

-No tenemos nada de que hablar tía-

-Querida, Harry y Ginny solo querían lo mejor para ti-

-¿Lo mejor para mí?, no tía, lo mejor que me había pasado en la vida murió hace 5 años-

-Hija
-

-No tía, está bien. Ya paso, solo haré lo que me piden y volveré nuevamente entre ellos-

-Naím, eres una bruja. No puedes negar tu naturaleza-

-Para lo que me ha servido la magia- dijo con su rostro entristecido - Caín persigue esta magia tía, por eso mi tío está así, tu y mis demás tutores corren peligro y dos han muerto ya. ¿Dime para que ha servido?-

-Naím, la magia ha salvado vidas, gracias a la magia tus padres se conocieron, yo conocí a Ron. Tu padre venció valientemente a Lord Voldemort salvando la vida de muchos-

-Tía, ni siquiera pude salvar la vida de la persona que más me importaba-

-Tu padre también perdió a personas muy importantes para él. Tus abuelos, Sirius que fue lo más cerca a un padre que él conoció y al prof. Dumbledore que lo había protegido desde su nacimiento- Naím sabia de las perdidas que había sufrido su padre, su madre y tíos le habían contado como él había sufrido en su época de colegio.

-¿Por qué no descansas un rato tía? Yo le cuidaré-

-No quiero separarme de él-

-No lo harás, déjame ponerte una cama aquí junto y descansas un rato- Naím levantó su mano derecha y esta brilló intensamente y una varita dorada fue saliendo de ella y la tomó con su palma, la agitó delicadamente y una cómoda cama apareció junto a la del paciente.

-Gracias, pero ha sido un largo día para ti ¿Por qué no descansas tu?-

-No tía, yo estoy bien. Ven y toma esto- Naím se acercó a su tía y la hizo sentarse en la cama y le dio un té.

-¿Qué es?-

-Es solo té, para que te relajes un poco y descanses- Hermione se sentó a la orilla de la cama y se tomó el té que su sobrina le ofrecía.

-descansaré solo unos momentos, luego lo harás tu, ¿de acuerdo?-

-Si tía- Naím le sonrió y vio como su tía calló vencida por el cansancio, la tristeza y por la poción para dormir que ella le puso al té. Apenas apoyó su cabeza en la almohada se quedo dormida, no habían preocupaciones, ni dolor, nada. Solo se dejaba arropar por la tierna noche


-Naím, es hora de partir. El relevo vendrá pronto- Hermione poco a poco fue abriendo sus ojos cuando los primeros rayos del sol pasaban a través de la ventana, Porthos entraba en la habitación para que pudieran retirarse.

-Espera un momento- hablaban en susurro - mi tía aun no despierta y no puedo dejarla así-

-No te preocupes- Naím se sobresaltó no se había dado cuenta que su tía se había despertado -¿Has pasado en vela toda la noche?, no debiste darme esa poción para dormir sin soñar-

-Es imposible engañarte ¿verdad?, no te preocupes estaré bien-

-No me percate de la poción hasta este momento, te has vuelto hábil en las pociones Naím-

-No creas, Draco Malfoy siempre fue un genio para esto. Me falta mucho para superarlo- dijo Naím y Hermione sonrió.

-Antes de que te marcharas, Malfoy le dijo a tu padre que ya no podía enseñarte nada, por que lo habías superado hacía mucho tiempo y creo que tenía razón- dijo Hermione levantándose y regresando junto a su esposo. Naím no dijo nada.

-¡Naím!- Porthos la apresuraba para salir

-Discúlpame tía por haberte dado la poción sin tu permiso, pero te vi muy cansada y ya que todos estábamos aquí pensé que podrías descansar tranquila-

-No te preocupes, ahora vete y descansa tu-

-¿Que?- dijo en una sonrisa - Si estoy como nueva, no te preocupes, a demás tengo unos cuantos asuntos pendientes que resolver. Adiós tía y cuídate- y le dio un beso en la mejilla - Adiós tío- y le dio un beso a Ron en la frente. - trataré de venir pronto, tengo ganas de ver a los gemelos. Adiós- y salio de la habitación con Porthos pisándole los talones, la siguiente guardia ya había llegado cuando ellos salieron de la habitación.

-¿Estás seguro que estos aurores cuidaran bien de ellos?- dijo Naím Observando a los dos Aurores hombres que ahora hacían guardia en la puerta.

-Si Naím, al menos darían su vida antes de dejar que tocaran al jefe y a su esposa- dijo Porthos - Ron Weasley es grandioso Naím, todos lo apreciamos mucho, cuando los aurores se dieron cuenta que había sido atacado, todos se ofrecieron para cuidar de él no importando los riesgos que tuvieran que pasar. Pero por orden del Ministro, solo se ha designado a los mejores para esta misión ya que los demás deben estar en guardia por cualquier ataque-

-Veo que mi tío se ha ganado el respeto de todos- dijo Naím llena de orgullo.

-¿quieres que vayamos a tomar un café?-

-No puedo Porthos debo ir a trabajar y se me hará tarde si no me apresuro-

-¿Trabajar?, pero si verás a Mateo hasta en la tarde-

-No me refiero al trabajo del ministerio, sino a mi trabajo con los Muggles-

-¿Trabajas con los Muggles?-

-Claro que si, como crees que me he podido mantener por todos estos años- dijo esta estirándose para desperezarse - Uy, es tarde- dijo viendo su reloj de pulsera -ni modo tendré que recurrir a la magia para llegar a tiempo, adiós Porthos, nos vemos después- y desapareció.
Eran las dos de la tarde, la hora en la que ella dijo que llegaría, sus padres se habían tomado la idea de que el era un mago bastante bien, aunque no les gustaba el hecho de saber que se enfrentaría con un mago que quería matarles. Por lo menos les reconfortó saber que no estaría solo en esta misión y que la dulce chica como la llamaba su madre estuviera junto a él y le entrenara. Su mamá no tenia ni idea de lo fastidiosa que era, la manera hostil en que le trataba y la forma en que le fastidiaba cuando nunca le llamaba por su nombre.

-¡Mateo, Naím está aquí!- la madre de Mateo le gritaba desde la sala, él bajó las gradas hasta donde se encontraban las mujeres platicando animadamente. Naím tomando un vaso con agua que su madre le había ofrecido, ella siempre era hospitalaria pero con Naím lo era más, tal vez el hecho de saber que era la hija de Harry Potter hacia que su madre tuviera ciertas atenciones con ella.

-¿Nos vamos?- dijo el al encontrarse a las dos mujeres animadamente platicando.

-Si- Naím se puso de pie y le devolvió el vaso vacío a la madre de Mateo y le dio un abrazo para despedirse de ella - Muchas gracias Sra. Wallas, regreso por la noche a dejar su retoño- dijo separándose de la madre de Mateo y guiñándole un ojo.

-Vamos Naím te pedí que me llamaras Margarita. Y Se que en tus manos él estará bien- dijo la mujer dándole un beso en la mejía a Naím para despedirse de ella. - ¡que les valla bien!-

-Muchas gracias, adiós- dijo Naím, Mateo se acercó a su madre mirándola seriamente y al darle el beso en la mejilla se acercó a su oreja para hablarle.

-¿desde cuando te llevas bien con esta loca?-

-es agradable hijo y muy dulce- le sonrió su madre y también le dio un beso en la mejilla.

-Si claro, tan dulce como la medicina para la tos. Adiós mamá, regreso en la noche- Naím tomó por el brazo a Mateo y desaparecieron. Reaparecieron como el día anterior en el vestíbulo del ministerio, al llegar frente al guardia de la entrada, este le sonrió, era un anciano gordito y con su pelo todo blanco.

-Naím, mi niña ¿hace cuanto tiempo?- dijo el anciano

-Hola Ben, si hace mucho tiempo que no circulaba por aquí-

-Pasa querida, ¿y quien es este apuesto joven?- dijo el anciano refiriéndose a Mateo que se encontraba tras ella.

-¿Cuál apuesto joven?- y Naim miró hacia su derecha e izquierda como buscando a alguien, el anciano comenzó a reír a carcajadas.

-Tan alegre y graciosa como siempre- dijo el aciano - aunque... no veo que tus ojitos brillen- dijo el hombre viendo minuciosamente el rostro de Naím y deteniéndose en sus ojos, el rostro del hombre cambio.

-¿Podemos pasar Ben?- dijo Naím poniendo su rostro serio como el del hombre

-claro mi niña, pasa- y les dejó pasar, subieron a los ascensores hacia la oficina de Aurores. Mientras recorrían el camino hacia la oficina de Porthos, Mateo le dirigían de vez en cuando la mirada. ¿Por qué todos decían que la Mirada de Naím era triste?, o ¿por qué le decían que debía dejar el pasado y continuar?, ¿qué pudo haberle pasado para que se alejara del mundo mágico? Obviamente, eran preguntas que ella no le contestaría. Desde que se conocieron no habían hecho nada más que discutir y Mateo no creía que el hecho que ella le entrenara cambiaria su relación, desde el principio ella no había querido aceptar ser su Tutora, así que sería un día largo de trabajo. Los golpes en la puerta de la oficina de Porthos sacó a Mateo de sus pensamientos.

-¡Hola, pasen por favor!- dijo Porthos acercándose a ellos para saludarles. - Hola Mateo ¿cómo estás?-

-Muy bien Gracias Porthos-

-y tu ¿descansaste Naím?-

-¡Claro!- dijo ella, aunque parecía que por el rostro de Porthos no le creía.-¿Tienes el lugar asignado para nuestro entrenamiento?- dijo Naím antes que su amigo le regañara.

-Si, está en el quinto piso, la tercera puerta a la derecha- dijo Porthos y se acercó al escritorio y sacó de una de las gavetas una llave. - Ese salón es exclusivo para ustedes dos, espero que cumpla con tus expectativas, en el se encuentran varias cosas que podrías necesitar para los entrenamientos y para las practicas de defensa y encantamientos ya sabes como funciona el sistema-

-si gracias Porthos-

-Bien, y buena suerte Mateo- dijo Porthos acercándose a él para estrecharle la mano, sin que Naím se diera cuenta le susurro - la necesitarás- Mateo se sintió un poco preocupado, pero pensó que talvez los amigos de Naím solo trataban de intimidarlo, así que decidió no mostrar ningún temor y siguió a su tutora hacia el salón asignado para su entrenamiento.

Cuando entraron al salón a Mateo le pareció un gran gimnasio, los lugares en el ministerio de magia eran bastante engañosos, la puerta por la que cruzaron era angosta pero el interior era grande, este se encontraba dividido en varios sectores, en una esquina se encontraba un pequeño laboratorio, frente a él una pequeña biblioteca, en la otra esquina habían varios telescopios, al otro lado un pequeño invernadero y al centro una larga tarima que se extendía de un lado a otro. El lugar estaba equipado como para que varios grupos estuvieran haciendo diferentes acciones a la vez, en una de las paredes había un largo vidrio negro y a Mateo se le figuró que era polarizado para que alguien pudiera observarlos


-Wow- dijo Mateo al verlo - este lugar es enorme-

-tiene lo básico- dijo Naím, se quitó la chaqueta que llevaba puesta y se quedo en camisa de centro, se sacó las botas e hizo aparecer un par de tenis y traía puesto sus habituales jeans -así está mejor, ¡comencemos!- Naim Caminó hacia el centro del salón en el que se encontraba la tarima y se sentó en ella, Mateo le siguió e hizo lo mismo.

-¿Qué tengo que hacer primero?- dijo Mateo

-Haber
- Naím colocó su mano derecha en la barbilla meditando - por lo que me dijeron Lea y Hirtzan, tu magia se detecto y salio cuando tú estabas en peligro. Los magos regularmente necesitan varitas para realizar magia
-

-Pero yo no tengo varita ¿Dónde consigo una?-

-Aunque la compres no te servirá de nada-

-¿Por qué?-

-Por que nuestra varita es nuestra magia. Déjame mostrarte- Naím extendió su mano derecha y abrió la palma de su mano, se concentro y ésta comenzó a brillar, poco a poco fue apareciendo la punta de un objeto hasta que al cabo de unos segundos apareció por completo, una varita dorada. -¿ves?, en nuestro caso la varita surge de nuestra magia, por que nosotros somos magia, asi que lo primero que haremos es hacer que tu varita aparezca-

-¿Y como hago eso?- dijo Mateo maravillado en la forma en la que Naím hizo aparecer su varita.

-Concéntrate, trata de centralizar toda la energía de tu cuerpo en la palma de tu mano. Deja que la magia recorra tu cuerpo y déjale salir
-

-Del dicho al hecho hay mucho trecho, no crees- dijo Mateo, después de varias horas de intentos fallidos para tratar de concentrar su magia -¡No puedo!-

-No seas llorón, sigue intentando- dijo Naím perdiendo la paciencia - te rindes fácilmente-

-No es cierto, si me rindiera no estaría como entupido aquí perdiendo mi tiempo-

-¿Asi que solo tu pierdes tiempo?- dijo Naím en tono irónico - eres mas patético de lo que creí, pensé que por ser la esperanza por lo menos me sorprenderías, pero veo que eres un inútil-

-¡Cállate!- Mateo se había molestado, él nunca dejaba que nadie lo tratara de esa manera y menos lo iba a permitir de esa mujer que ya lo estaba cansando - Mira niña tonta, el hecho que tu tengas más de 30 años practicando la magia no significa que yo lo haga de la noche a la mañana- Naím reaccionó inmediatamente y se puso de pie al igual que Mateo.

-¿A quien le llamas niña tonta? Inútil- dijo está poniéndose roja de la colera y mirándolo fijamente, Mateo apretaba sus puños fuertemente, si por lo menos ella fuera hombre le daría un par de puñetazos


-A ti tonta, no veo a otra más en este salón-

-escúchame bien mozalbete si vuelves a llamarme tonta no respondo- Naím le señalaba con su dedo índice y su mano derecha comenzaba a echar chispas doradas.

-¿A si? ¿y que piensas hacerme TONTA?-

-Te lo Advertí- de la mano de Naím brotó rápidamente su varita dorada y apuntó a Mateo -Rictumsempra- Apenas vio surgir el rayo, Mateo extendió su mano derecha instintivamente y una luz plateada y cegadora le cubrió del ataque, al desvanecer la luz Mateo tenía entre sus manos una varita idéntica a la de Naím solo que era plateada. Este se quedo pálido de la sorpresa y Naím rió. - Por lo menos sirve de algo hacerte enojar-

-¿Cómo sucedió esto?- dijo Mateo observando su varita detenidamente.

-Magia involuntaria, todos comienzan de esa manera-

-Hasta tu querida amiga- dijo una voz desde la puerta del salón, Naím vio rápidamente hacia ella, Hirtzan sonreía y se acercaba a ella seguido por Lea - lo has hecho muy bien Mateo, Lea ¿Creo que me debes dos galeones?-

-Sabes que te odio verdad- dijo Lea con cara molesta entregándole dos monedas de oro a Hirtzan.

-Gracias, es maravilloso hacer apuestas contigo- dijo Hirtzan sonriendo.

-¿Qué habían apostado ustedes dos?- dijo Naím molesta

-Este
- dijo Hirtzan un poco nervioso al ver la cara molesta de su amiga - pues yo
que lograbas que Mateo hiciera magia en su primer entrenamiento y Lea dijo que sería en el segundo- Cuando Naím estaba a punto de explotar contra su amigo, Lea se les adelantó para ofrecerles ir a comer juntos.

-Vamos, han entrenado mucho y Porthos dijo que nos alcanzaría, aunque sea solo un cafecito, anda di que si- dijo Lea poniéndole carita suplicante.

-Está bien, solo un café, tenemos que descansar. Hoy ha sido un largo día para todos- y salieron del salón para dirigirse a la cafetería.
Muchas semanas habían transcurrido desde la primera vez que se conocieron, la relación no había cambiado mucho, ya que ella seguía siendo odiosa con él, ni siquiera sabía por que se caían tan mal, auque debía admitir que como tutora era buena, aunque tenía métodos bastante inauditos para enseñar, como el de dejarlo solo en lugares que ni él conocía para enseñarle a aparecerse, engañarlo con pociones que resultaban ser agua con color para que aprendiera antídotos etc. Está loca era lo que cruzaba por la mente de Mateo cada vez que ella realizaba ese tipo de trucos para instruir.

-¡Es todo por hoy!-

-¿Qué?- dijo sorprendido Mateo viendo su reloj - Pero si apenas son las cuatro de la tarde-

-Lo siento chico, pero tengo cosas que hacer- dijo está colocándose su abrigo para salir.

-¿Por que mi tortura acaba más temprano Naím?- dijo Mateo

-No te importa- dijo ésta cortante sin dirigirle la mirada

-es temprano-

-¿Quieres dejar de interrogarme?- dijo ésta cansada y devolviéndole una mirada gélida - El hecho que tu no tengas nada que hacer, no significa que los demás pasamos desocupados. A demás, no tengo por que darte explicaciones. Adiós- y salio del salón, Mateo se encogió de hombros, empezó a colocarse su chamarra y recoger sus cosas para salir. Cuando estaba junto a la puerta, esta se abrió de golpe; Hirtzan estaba en el Marco.

-¡Hola Mateo!-

-Hola Hirtzan- dijo este - si buscas a Naím, ya se fue-

-¿Qué?- Hirtzan mostró una cara decepcionada - Naím cada vez es más escurridiza. Y ¿A dónde fue?-

-ni idea, a atormentar a otro ser humano- Hirtzan comenzó a reírse junto a Mateo por su comentario.

-Oye Mateo y ¿Qué harás después de salir de aquí?-

-Pues
no tengo ningún plan- dijo este

-Perfecto, ¿Quieres ir con nosotros a dar una vuelta? Con Lea y Porthos-

-Claro, por que no-

-Muy bien, vamos por ellos- salieron juntos del salón y se dirigieron al departamento de Aurores en busca de Lea. Cuando la encontraron, los tres se dirigieron a la oficina de Porthos para poder salir, quien aun se encontraba trabajando.

-Vamos Porthos, deja eso, también debes descansar- le dijo Lea acercándose a él

-Espera, ya casi termino. ¿Dónde está Naím?

-Se nos escapo otra vez- dijo Hirtzan - Sabes Porthos, ¿Por qué no terminas eso mañana?-

-No puedo, Tengo que presentar este reporte hoy, es del ataque de ayer-

-¿Hubo un ataque ayer?- dijo Mateo

-Si, intentaron entrar a Hogwarts por La profesora Lovegood- dijo Hirtzan

-Pero habían Aurores de planta, así que pudieron avisar a los demás y llegaron refuerzos pronto; asi que no paso a más- dijo Porthos

-La situación se está empezando a poner más fea- comenzó Lea - parece que los seguidores de Caín se están multiplicando más-

-Termina pronto tu entrenamiento amigo, no caería mal una varita más que nos ayude- dijo Hirtzan.

-Con Naím como tutora, serás un gran mago- dijo Lea, Mateo sonrió.

-Eso dicen ustedes, la verdad es que creo que para Naím todo lo que hago no es lo suficientemente bueno-

-Ella es muy exigente, me imagino que te está exigiendo como le exigieron a ella- dijo Porthos sin despegar la vista del pergamino que escribía.

-Yo también pienso igual- dijo Hirtzan -si te das cuenta Mateo, en unos pocos meses que llevas practicando, puedes aparecerte, realizar pociones muy difíciles hasta para los Aurores y lo único que creo que te hace falta es más practica de duelo. Has avanzado bastante rápido para alguien que hace poco supo que era mago-

-Si, creo que pronto estarás listo- dijo Porthos - he terminado. Vámonos- selló el pergamino y lo hechizó, este salió volando como los múltiples memorando que volaban de un lado a otro en los pasillos del ministerio.

-¿y a donde vamos?- dijo Lea

-A pues
no se, pensé que podríamos variar de ir a la misma cafetería- dijo Hirtzan

-Si quieren puedo llevarlos a una heladería que se encuentra cerca de la universidad- dijo Mateo.

-¡Perfecto!- dijo Porthos poniéndose de pie y desperezándose - un cambio de ambiente no caería mal-

-bien, andando - dijo Lea

-Este
, no me la tomen a mal- Mateo se rascaba la cabeza -pero creo que sería bueno que usaran mejor esto- Mateo hizo aparecer su varita rápidamente y con un movimiento de ella, cambio las túnicas de sus tres amigos en ropa deportiva, Jeans para los tres y camisas Sport.

-¡Gracias¡- dijo Hirtzan mirándose

-Tienes razón, no podíamos ir en túnicas- dijo Lea

-Listos, ¿Nos vamos?- dijo Porthos

-Vamos a la villa universitaria, es un lugar seguro para aparecernos y de ahí nos vamos hacia la cafetería, ¿conocen la villa verdad?- dijo Mateo

-Yo si- respondió Lea, mientras sus otros dos amigos negaban con la cabeza - bueno Mateo si quieres te vas con Hirtzan y yo con Porthos ¿de a cuerdo?-

-Si- dijeron los tres, se acercaron y desaparecieron, llegaron tras un gran muro en el que habían mucho pasto y árboles, era una zona verde muy grande y salieron.

-Es por aquí- dijo Mateo para que los demás le siguieran, caminaron entre los estudiantes que se movían de un edificio a otro, los tres jóvenes magos tenían poca experiencia en el mundo muggle y al ver a estos movilizarse y realizando sus actividades sin la magia les parecía extraño. Jóvenes con objetos electrónicos que nunca habían visto. Mateo iba entre ellos explicándoles algunos de las nuevas tecnologías que estaban de moda entre los jóvenes.

Salieron del campus y se dirigieron a una heladería que se encontraba a unas seis cuadras de la universidad, se encontraba llena de jóvenes que se divertían platicando y riendo entre ellos, otros con sus computadoras portátiles realizando tareas o estudiando y alguna gente mayor que se encontraba solo disfrutando del descanso con un helado y la compañía de sus familiares o amigos.

-¡que buen lugar!- dijo Hirtzan al ver detenidamente el lugar, un local bastante amplio, con sus grandes ventanas transparentes permitiendo que entraran los últimos rayos del sol que brindaban un ambiente calido al lugar, habían algunas mamparas de madera decorada que dividían algunas zonas de la heladería, y cerca de la caja una barra, parecida a la de los bares, solo que en vez de cervezas servían malteadas.

-no se por que me parece conocido el lugar- dijo Lea, poniendo una de sus manos en su barbilla y elevando sus ojos.

-¿has estado aquí antes?- preguntó Mateo.

-no se, no lo recuerdo- dijo Lea tratando de recordar el lugar - tal vez lo he confundido con otra cafetería, no me hagan caso-y les dirigió una sonrisa a sus amigos.

-¡Bueno y que hacemos aquí parados! Busquemos una mesa y pedimos esos helados- los cuatro jóvenes ocuparon una mesa pegada a una de las mamparas y que les separaba de la barra.

-es un bonito lugar- dijo Lea. Uno de los meseros se acercó llevándoles la carta para tomar la orden de los jóvenes. Algunos de los clientes, pero más algunas mujeres saludaban a Mateo, quien correspondía con su mano o con una sonrisa.

-¡eres bastante popular Mateo!-le dijo Porthos dándole un codazo y sonriendo.

-pues
. He pasado la mayor parte de mi tiempo en esta universidad y por obvias razones también relajándome en esta cafetería- y le regresó a él una sonrisa cómplice.

Mientras les empezaban a servir, la puerta de la heladería se abrió y la campanita de entrada sonó atrayendo las miradas a la puerta, Lea casi tira su helado por la mesa al ver entrar a la joven que cruzaba la puerta. La misma que había pasado evitándoles toda la semana. Todos giraron su rostro hacia Lea que limpiaba sus manos del helado derramado en ellas.

-¿Qué hace Naím aquí?- dijo Porthos viendo a sus dos amigos. Naím inmediatamente se dirigió hacia la barra, sonriéndole al hombre que parecía el dueño del lugar y por el efusivo saludo que se dieron parecía que se conocían muy bien. Naím no les había visto ya que la mampara les ocultaba de su vista.

-¡Por Merlín, ahora lo recuerdo!- dijo Lea golpeándose con una de sus manos la frente.

-¿Qué?, ¿Qué es lo que recuerdas hasta ahora?- dijo Hirtzan intrigado al ver la reacción de su amiga.

-¡Como pude olvidarlo!, ¿Qué fecha es hoy?- dijo Lea a los tres jóvenes

-tres de julio, ¿Por qué?- dijo Mateo

-¡Soy una tonta! ¡Como pude olvidarlo!- Lea se tapo con sus dos manos el rostro y comenzó a moverse incomoda en su silla.

-¿Se puede saber que es lo que te pasa Lea?, por que si no vas a contestar nuestras preguntas, será mejor que te calles- dijo Porthos comenzando a perder la paciencia.

-¿¡No lo recuerdan!?- dijo Lea interrogándoles con la mirada, Porthos y Hirtzan solo se miraron entre ellos con el ceño fruncido y movieron sus cabezas de un lado a otro negando y viendo a Lea. Esta solo suspiro -¡Hombres!, este lugar me parecía tan conocido por que aquí Naím y yo conocimos a Ariel- sus dos amigos abrieron los ojos como platos y vieron entre la mampara a Naím que ahora entablaba conversación con el que parecía el dueño del lugar.
-¿Quién es Ariel?- preguntó Mateo con interés al ver la reacción de sus amigos ante las palabras de Lea.

-Shhhhh, ¿puede oírnos?- dijo Hirtzan bajando la voz. Naím se había ubicado en la barra de la heladería, el dueño del lugar era un hombre blanco, de estatura media, con el cabello entrecano y ojos color castaño, le sonreía a la joven y se había sentado frente a ella a conversar.

-Mi querida niña, ¿A que debo el honor de tu visita?- dijo el hombre que hablaba con Naím.

-Pues hoy es un día especial para mí y decidí pasar por aquí- dijo Naím con voz suave

-¿Tiene que ver con Ariel?- dijo el dueño

-Si Jimmy, un día como hoy lo conocí. Y ese día fue el mejor día de mi vida- dijo Naím en un tono triste.

-Naím
debes dejar el pasado atrás, esto te hace daño- dijo el hombre preocupado

-lo se, pensé que ya lo había dejado atrás, pero cada vez que llega esta fecha o el día en el que el murió. Todo regresa, es una pesadilla- Naím apoyó su frente en su mano y miraba a Jimmy.

-Nada que un buen helado de chocolate no pueda hacer- dijo Jimmy sonriéndole. Naím sonrió.

*
-¿Me piensan decir por fin quien es Ariel?- dijo Mateo un poco molesto por no saber lo que les sucedía.

-Lo siento Mateo- dijo Porthos - Ariel era el novio o mejor dicho el prometido de Naím-

-¿Era?- dijo Mateo -¿Qué pasó? La abandonó por ser tan temperamental verdad- dijo Mateo con una sonrisa.

-No Mateo- comenzó Lea - Ariel murió hace 5 años- Mateo cambió su cara inmediatamente y regresó su mirada hacia Naím.

-¿murió?, pero
¿Qué le paso?- dijo Mateo con más seriedad.

-Caín lo asesino- dijo Hirtzan -ese día, fue la ultima vez que vimos a Naím-

-Creo que debemos acercarnos para saber si está bien- dijo Mateo con un poco de preocupación, ¿estaba preocupado por ella?

-no creo que sea buena idea- dijo Porthos - Naím tiene maneras muy raras de reaccionar, puede molestarse y pensaría que la hemos estado siguiendo-

-Pues yo no pienso quedarme aquí, ustedes son sus amigos, deben apoyarla en los momentos buenos y malos
- dijo Mateo un poco molesto

-y lo hacemos Mateo, pero hay momentos en los que necesitamos estar solos- dijo Lea. Pero Mateo pensaba que era una absurdo quedarse ahí sentado, asi que sin pensarlo se levantó y se fue directo a la barra.

-Hola Jimmy- Naím se sobresaltó al oír la voz de Mateo y lo miró rápidamente con cara de sorpresa.

-¡Mateo! Tenias tiempo de no pasar por aquí ¿lo de siempre?- dijo Jimmy sonriéndole.

-lo de siempre- dijo Mateo y se sentó a la par de Naím, Jimmy se fue a preparar el Frozen de Moka que le fascinaba a Mateo - ¿Qué tal?- dijo este viendo a Naím

-¿Qué haces aquí?- dijo sorprendida y hablando en voz baja

-no creerás que eres la única a la que le gustan los buenos helados- dijo Mateo riendo - a demás, este es el único lugar en el que preparan mi frozen favorito- y Jimmy se acercó a la barra llevando un vaso con el frozen y encima le habían puesto crema chantilly y migajas de galleta de chocolate encima.

-¡Eso es cierto!- y rió junto a Mateo -¡ten cuidado con este joven Naím!- dijo Jimmy dirigiéndose a Naím - tiene el record del conquistador numero 1 de la universidad- Jimmy y Mateo comenzaron a reírse a carcajadas

-¿A si?- dijo Naím escéptica - a mi no me impresiona- dijo sin darle nada de importancia.

-Bueno
luego no digas que no te lo adverti- dijo Jimmy y se alejó de los jóvenes para atender a otra persona que había llegado.

-¿me seguiste?- dijo Naím, viendo con el ceño fruncido a Mateo

-no seas paranoica, es solo una casualidad- dijo Mateo sin siquiera mirarla y dando un gran sorbo a su frozen - ab
debas
te bi fola y defidi hafebte compañia-

-¡no hables con la boca llena!- dijo Naím -a demás, yo quería estar sola.-

-no te creo, este no es un buen lugar para estar sola. Es el lugar más concurrido de toda esta zona-y miró seriamente a Naím - se que no nos llevamos bien, pero te ves triste y tus amigos están preocupados por ti- y con su cabeza señaló hacia la mampara en donde se encontraban los tres amigos de Naím. Ella miró rápidamente hacia ese lugar y Porthos levantó una mano para saludarla de lejos y se veía como apenado.

-¡Vaya!- dijo Naím y sonrió

-¡Mateo Wallas! ¿Se puede saber en donde has estado escondido?- Mateo se sobresaltó y vio hacia la puerta en la que una joven blanca, delgada, de cabello rubio y rizado se acercaba a ellos con una cara de pocos amigos.
-¡Hola Anggie!- Mateo se paró de inmediato y le sonrió -¿cómo has estado pequeña?- y le dedicó una sonrisa maliciosa.

-¡No me vengas con dulzuras ahora!- dijo Anggie - has estado desaparecido por semanas, no me as llamado, te busco en tu casa y tu madre dice que estas estudiando y no te veo en la universidad ¿te estás escondiendo de mi?- Naím empezó a sonreírse y Jimmy se acercó a ella.

-¿Qué te dije?- Naím y Jimmy se sonrieron entre ellos.

-¿y tu de que te ríes?- dijo Anggie dirigiéndose a Naím en tono de molestia. Está inmediatamente frunció el ceño y la vio amenazadoramente.

-Anggie cálmate, ella no te está haciendo nada- dijo Mateo y trató de agarrar a Anggie por uno de sus brazos y ella lo esquivó.

-¿es por ella verdad?- y lo vio seriamente -es ella la que te mantenido alejada de mi- Jimmy vio de Naím a Mateo y luego a Anggie. Dirigiéndose a Naím le preguntó

-¿Ya se conocían?-

-¡Aja, tu silencio te delata!- y señaló con su dedo índice a Mateo, Naím empezó a molestarse y se puso de pie, Hirtzan , Lea y Porthos también se acercaron a la barra por si tenían que detener a Naím.

-¡esto es ridículo, ya parece circo y nosotros la atracción!- dijo Naím y comenzó a levantar sus cosas.

-Espera Naím- le dijo Mateo. Tratando de apaciguar a su tutora. - Anggie ¿quieres calmarte?- y vio seriamente a la joven escandalosa - Naím es solo una amiga, asi que no tienes nada por que estar disgustada- y ella le vio con reproche - esta bien, lamento no haberte llamado, pero es que he estado muy ocupado. Si quieres nos vemos el fin de semana y hablamos con calma ¿Qué te parece?- la joven lo vio con incredibilidad.

-¿me lo prometes?-

-si Anggie, me voy con ellos. Nos vemos el sábado a las 7 - y le dio un breve beso en los labios a la joven y salió junto con Naím, Porthos, Hirtzan y Lea.

-si que es algo histérica tu novia- dijo Naím cuando caminaban por la calle

-lamento mucho lo sucedido, ella es un poco
insegura- dijo Mateo encogiéndose de hombros.

-por lo que dicen de ti en la heladería
la pobre debe pasársela pensando que le pones los cuernos a cada rato- y todos comenzaron a reírse por el comentario de Lea mientras seguían caminando sin rumbo por las calles de Londres.


-¿quieren un café?- preguntó Naím - mi apartamento se encuentra cerca de aquí y de paso conocen donde vivo- todos los jóvenes se vieron entre ellos sonrientes

-¡con mucho gusto!- dijo Porthos y se acercó a su amiga. Naím comenzó a sospechar que talvez Mateo tenía razón
realmente ese día no quería estar sola.

Caminaron por lo menos unos 20 minutos, hasta que llegaron a una zona en la que se encontraban muchas casas y 2 edificios de apartamentos privados, al entrar por el portón vieron que en la zona verde muchos niños jugaban y varias parejas de ancianos y jóvenes sentados en las bancas descansando.

-¡Buenas tardes!- dijo Naím en voz fuerte para que la gente le oyera y todos comenzaron a saludarla, los niños corrieron hacia ella para pedirle que jugara con ellos.

-¿quieres jugar ladrón librado con nosotros?- decía uno de ellos - nos hacen falta policías, todos los ladrones se nos están escapando- el niño la halaba por un brazo para que ella se uniera a su juego.

-lo siento Carlitos. Mañana si quieres jugamos cuando regrese del trabajo ¿Qué te parece?- Naím se puso en cuclillas hasta llegar a la altura del niño para hablar con él.

-¿lo prometes?- le dijo levantando su dedo meñique y esperando para que ella lo estrechara.

-lo prometo- y levantó su dedo meñique también para estrecharlo con el de Carlitos. Este se fue corriendo para continuar jugando.

-parece que eres muy popular con los niños- le dijo Mateo mientras Naím se levantaba y continuaban su camino hacia su apartamento.

-me gusta jugar con ellos, después de las clases dominicales en la parroquia armamos equipos de futbolito y nos la pasamos jugando hasta que sus padres llegan por ellos después de la misa- y les sonrió a sus amigos

-¿Clases dominicales?- dijo Hirtzan ¿parroquia?

-¿Misa?- dijo Porthos sorprendido

-hay muchas cosas que han pasado estos años- dijo Naím. - Junto al café les explicaré- subieron por las escaleras del primer edificio hasta la segunda planta, era un lugar bastante limpio y acogedor, los pasillos estaban bien pintados, unos grandes vidrios servían de muro para que entrara la luz natural, cuando llegaron al apartamento # 7 Naím se detuvo, sacó una llave y abrió.

El apartamento de Naím estaba pintado de color azul claro en dos paredes y las otras de color crema, sus muebles de cuero negro al igual que la lámpara que tenía en una esquina. Junto a la sala se encontraba un desayunador y la cocina. Tres puertas distribuidas en las que se encontrarían las habitaciones y el closet.

-¡Vaya! Que bonito lugar- dijo Lea al entrar después de Naím.

-Gracias- dijo está con una gran sonrisa - Siéntense, en un momento preparo el café-

-pero si no tienes que hacer mucho, solo un movimiento de varita y listo- dijo Hirtzan

-No, no, no, me gusta el café hecho a la antigua- dijo Naím dirigiéndose a la cocina

-te ayudo- dijo Lea y se fue junto a su amiga a la cocina, los tres jóvenes se sentaron en los sillones, pero Porthos y Hirtzan empezaron a ver los múltiples aparatos eléctricos que tenia Naím y empezaron a pasearse por todo el lugar, Mateo se fue junto a ellos para explicarles para que servían.

-Esto es un DVD, sirve para proyectar películas en el Televisor- dijo enseñando el aparato que se encontraba en un estante - ¡Naím ¿Puedo encender tu DVD para enseñarles como funciona?- gritó Mateo para que ella le escuchara.

-Si- y el teléfono de Naím comenzó a sonar, asustando a los magos, Hirtzan sacó su varita y apuntó hacia el aparato telefónico. Mateo soltó una sonora carcajada.

-quieres calmarte- dijo entre risas - es solo un teléfono, los muggles se comunican por medio de este aparato-

-Mateo, ¿podrías contestar por favor?- le grito Naím desde la cocina. Mateo tomo el auricular.

-Hola-
-¿hola? ¿Quién es usted?- dijo la voz de un hombre
-¿con quien desea hablar?- dijo Mateo en tono más serio
-Con Naím-
-¿de parte de quien?-
-René-
-Naím, es alguien llamado René- Naím levantó el rostro y dio una gran sonrisa
-¿René?, ¿René Villalta?- dijo limpiándose las manos y acercándose.
-no se, solo me dijo su nombre- Naím prácticamente corrió y le arrebato de las manos a Mateo el teléfono para contestar.

-¡Hola!- le respondió con una gran sonrisa - jajaja, no te pongas así, es solo un amigo- los visitantes miraban y escuchaban atentamente a Naím. - no, no estoy sola con él, hay tres personas más con nosotros-

-¿Naím tiene novio?- dijo Hirtzan con cara de sorpresa a sus demás amigos. Mientras la joven hablaba animadamente con René

-Sabes que eso no es cierto. Por que no pasas y los conoces. ¡Vamos
di que si!- Naím hablaba con voz de niña y con una sonrisa suplicante - sabes
aquí tengo tus bollos de miel favoritos. Excelente, aquí estaré esperándote- Naím colgó el teléfono y miró a sus amigos que la veían impresionados. -¿Qué les pasa?- los miró algo divertida.

-¿Con el tipo que hablabas, es tu novio?- dijo Porthos haciendo énfasis en tipo. Naím se puso seria y miró a su amigo duramente.

-Momentito, más respeto cuando hables de René enfrente de mí-

-si que es amor del bueno- dijo Hirtzan cruzándose de brazos

-Si, claro que es amor del bueno. Ya lo conocerán, él estará aquí pronto- y le sonrió a sus amigos, Naím se fue riendo a carcajadas hacia la cocina para terminar de preparar el café que en pocos minutos llevó en una bandeja hacia la sala y el timbre sonó. -¡Ya está aquí!- y corrió hacia la puerta, los cuatro amigos se pusieron de pie para ver entrar al famoso René.

Mateo casi rompe en carcajadas cuando por la puerta fue apareciendo un hombre bajo, de cabello entrecano como de unos sesenta y cinco años con bastón y vestido con el habito de cura. Naím lo abrazó y junto a él se acercó a los jóvenes.

-Amigos, quiero presentarles al Padre René Villalta- cada uno de ellos reaccionó lentamente. Mateo fue el primero en acercarse con una gran sonrisa en el rostro.

-Mucho Gusto Padre René, mi nombre es Mateo Wallas- y le estrecho la mano al sacerdote.

-Ahhh, tu eres el joven que me contestó ¿verdad?-

-Si señor- dijo aun sonriendo

-mmmmm- y se le quedó mirando a Mateo de pies a cabeza como analizándolo - Bueno, pues si eres amigo de Naím, no creo que seas tan mala persona-

-Gracias- dijo este. Naím les presentó uno a uno a sus demás amigos y se sentaron para compartir el café y algunos bollos de miel.

-¿desde hace cuanto conoce a Naím?- preguntó Porthos

-me parece que desde siempre- y sonrió - pero creo que son como 5 años o 5 años y medio ¿verdad Naím?-

-Si, más o menos ese tiempo- dijo esta tomando su café.

-fue una sorpresa cuando Ariel la llevó a la parroquia- René miró rápidamente a Naím que en ese momento hizo que su taza tintineara con el plato. -¿te sucede algo Naím?-

-no- dijo esta en un tono que no convenció a nadie y todos se le quedaron viendo. - no me vean así- dijo algo molesta.

-sabes Naím, algo que nunca podrás hacer con nosotros es mentirnos. Te conocemos muy bien- dijo Porthos acercándose a Naím y tomando una de sus manos.

-parece que ya te descubrieron- dijo René -Hija, Amelia, toda su familia y yo te hemos dicho muchas veces que dejes el pasado atrás, no te atormentes más. Cuando entenderás que no fue tu culpa, solo fue un accidente - Naím miró a René con tristeza y se levantó a dejar su taza a la cocina.

-¿Cómo puedes estar tan seguro de eso, si ni siquiera estuviste ahí?- dijo Naím con pesar desde el desayunador. Todos miraban a Naím, Mateo no alcanzaba a entender todo lo que sucedía, dos mundos se habían juntado y no alcanzaba a dimensionar lo que estaba sucediendo.

-¿Qué hacia Ariel en su parroquia padre?- dijo Mateo, Naím parecía un poco incomoda al hablar de la muerte de su novio.

-Ariel era un Teólogo, daba formaciones en la fe a todos los agentes pastorales y era el encargado de dar charlas PRE matrimoniales- dijo Naím contestando por el padre. - podemos dejar esta conversación hasta aquí por favor- dijo en tono suplicante.

-Mi hermosa ciudad- dijo René - debes perdonarte a ti misma y a tus padres también-

-¿Cómo la llamó?- dijo Lea

-mi hermosa ciudad, ¿no sabían que el nombre de Naím es Hebreo y significa ciudad hermosa?- dijo el sacerdote - el nombre de Naím es bíblico, me imagino que tus padres deben ser religiosos, realmente a ella nunca le gusta hablar de ellos. Eres una mujer de fe Naím, asi que debes ser ejemplo, recuérdalo- y se paró - debo marcharme, tengo que dar la misa- y le dirigió la mirada a todos los jóvenes - fue un gusto haberles conocido, ya me estaba preocupando de que Naím no buscara a sus amigos. Cuídenla mucho- y les sonrió - y tu mi niña, debes llegar a la parroquia, la gente se ha estado preguntando el por que de tu ausencia ¿Qué te ha pasado?-

-ahhh
este
pues
- y empezó a ver como desesperada a sus amigos - he tenido mucho trabajo René, pero te prometo que llegaré uno de estos días-

-Amelia me ha preguntado por ti-

-Si la ves, dile que llegaré este fin de semana por favor- y se acercó a René para acompañarlo a la puerta, la abrió y espero a que sus amigos no la vieran y bajo la voz - René, quiero que tengas esto- y le dio al sacerdote una cruz con una piedra azul en medio.

-que bonita Naím-

-mira, si tu presionas esta piedra de en medio, se activará como una alarma. Presiónala cuando te encuentres en dificultades y yo llegaré inmediatamente, estés donde estés ¿esta bien?-

-¿Por qué noto temor en tus ojos hija?, ¿en que andas metida?- dijo el sacerdote preocupado y utilizando el mismo tono de voz que ella.

-No puedo decirte mucho, pero no estoy en malos pasos si es lo que piensas- y le sonrió - es por precaución, no quisiera que nadie te hiciera daño por mi culpa-

-¿pero quien querrá hacerme daño hija? No te preocupes- y le sonrió

-solo prométeme que lo harás, por favor. ¿Dame tu palabra que siempre la andarás contigo y que cuando me necesites la ocuparas?-

-Si hija, te lo prometo. Me voy sino llegaré tarde. Cuídate mucho y que Dios te bendiga- se asomó la cabeza por la puerta - Adiós muchachos-

-Adiós- dijeron en coro - que le vaya bien- terminó Mateo.

-Cuídate mucho René y nos vemos pronto-
Varias semanas habían transcurrido desde la última vez que se habían tomado un descanso, Naím parecía más enfocada en querer enseñar a Mateo a defenderse, quería someterlo a pruebas de aurores en batallas, pero sabía que aun no estaba preparado, por lo que decidió pedirles a sus amigos que le ayudaran en el entrenamiento de Mateo en defensa. Lea se ofreció encantada en tener un duelo con él, quería saber cuanto el joven había avanzado en los meses que Naím llevaba entrenándolo. El día había sido fijado. Solo estaban invitados a asistir al duelo, los amigos de Naím, asi que le solicitaron a Porthos ser juez del duelo, pero no acepto, diciendo que no podría ser imparcial, asi que Hirtzan aceptó.

Era jueves por la tarde, el salón de entrenamientos para aurores estaba preparado con la tarima de duelos, Hirtzan, Mateo y Lea se encontraba sobre ella. Los duelistas a cada extremo y Hirtzan en medio para ser mejor testigo del combate. Este conjuró una silla alta para sentarse y poder evaluar. Naim estaba al lado de Mateo solo que no se encontraba sobre la tarima al igual que Porthos que se había quedado del lado de Lea.

-debes concentrarte en los movimientos que realice Lea- le decía Naím a su discípulo antes de comenzar el duelo

-si, ya me lo dijiste tres veces, que observe y luego ataque-

-pues lo hago para que no se te olvide, Lea te lleva muchos años de ventaja en cuestión de duelos asi que no te confíes-

-este bien- dijo un Mateo algo fastidiado por las múltiples instrucciones que le daba su tutora.

-¡Duelistas listos!- Hirtzan daba la orden de comienzo del duelo, los duelistas se separaron de sus acompañantes y se colocaron uno frente a la otra. -¡Varitas al centro!- los dos jóvenes elevaron sus varitas a la altura de sus rostros, las bajaron y realizaron una pequeña inclinación, se dieron media vuelta y dieron los cinco pasos reglamentarios. Se prepararon cada uno en atacar y la primera fue Lea.

-¡Expeliarmus!-, Mateo rápidamente conjuro un escudo y rechazo el hechizo. Y contraatacó

-Petrificus Totalus- Lea se movió ágilmente para evitar el rayó y aprovecho su movimiento y atacó nuevamente

-Rictusempra- el rayo venia directo a las piernas de Mateo, y este oyó la voz de su tutora al gritarle ¡Salta Ahora!, este le obedeció, pero comenzó a oír que le daba ordenes atácala ahora que se levanta desármala

-¡Ya te oí Naím, no me grites, me distraes!- le grito Mateo a su tutora sin dirigirle la mirada, para no perder de vista a Lea.

-¡que estas diciendo tonto!, yo no he abierto mi boca- en ese momento Mateo miró a Naím, los dos intercambiaron miradas de enfado, Naím miró hacia Lea y Mateo escuchó la voz de Naím al gritarle ¡cuidado Mateo! Lea lanzó un hechizo de llamas que Mateo contrarrestó con el hechizo ¡Aguamenti!, rápidamente Lea conjuró un muro de hielo y Mateo atacó con todas sus fuerzas

-¡Bombarda!-, el muro de hielo se hizo pedazos y lanzó a Lea fuera de la tarima, varios de los restos de hielo se dirigieron directamente a ella que se vio indefensa por la sorpresa, detuvo a algunos pero no pudo con tantos. Los demás le hirieron parte de sus manos y brazos al intentar cubrirse.

Al ver esto, Hirtzan, Mateo y Naím corrieron hacia Lea. Porthos, que estaba junto a ella, le quitaba algunos de los restos de hielo de su cuerpo.

-estoy bien, no se preocupen- decía Lea.

-lo siento, de verdad-dijo Mateo al verla en el suelo

-oye, era un duelo. Tranquilo- y Lea sonrió, pero de los brazos de Lea que estaban heridos, comenzaron a brotar hilos de sangre.

-¡Estás herida!- dijo Porthos, que mostraba angustia en su rostro - vamos, te llevaré a la enfermería o a San Mungo-

-No hace falta-

-¿Cómo que no hace falta?- dijo Naím al ver las heridas - algunas heridas se ven que son profundas-

-de verdad, lo lamento mucho- Mateo se sentía muy mal, sacó su pañuelo blanco y se acercó a Lea para tratar de vendar una de las heridas de las que brotaba más sangre. Al acercarse a Lea y tocar su brazo una luz blanca se escurrió de sus manos y sintió como una corriente de energía salía de él. Todos se sorprendieron al ver el resplandor blanco y cuando termino, el brazo de Lea estaba curado. Mateo se separó y se tambaleo, se sintió muy mareado, Hirtzan lo sostuvo a tiempo antes de golpearse con la tarima.

-¿Qué hiciste?- dijo Lea sorprendida

-Mateo ¿estás bien?- Naím estaba junto a Mateo.

-no lo se, me siento muy agotado y sin fuerzas-

-¡Mateo, puedes curar a las personas!- dijo Lea emocionada acercándose a sus demás amigos que estaban ahora junto a Mateo en la tarima. -¿Por qué no nos habías dicho?-

-Yo no lo sabia, es la primera vez que me pasa- Mateo trataba de recuperarse de la sacudida de energía que había salido de él, zarandeaba la cabeza para quitarse el mareo.

-Creo que nuestros poderes, poco a poco se van desarrollando- dijo Naím

-¿Qué quieres decir?- preguntó Hirtzan

-En pleno combate, descubrí que puedo entrar en la mente de las personas sin que se puedan dar cuenta, el único que me descubrió en su mente fue Mateo, escucho las indicaciones que yo daba en mi mente. Y, ahora descubrimos que el poder que se desarrolla en él es el de poder curar-

-¡Increíble!- dijo Porthos - con sus poderes desarrollados, Caín no podrá vencerlos. Podrán curarse y comunicarse mentalmente, serán una pareja de duelistas invencibles-

-Ahora ya sabemos por que los niños de la leyenda eran más fuerte unidos- continuo Hirtzan, ellos seguramente también tenían esos poderes, por eso su complemento en el combate era maravilloso.

-lo único que ustedes necesitan es trabajar en equipo y serán los mejores- continuo Lea.

-Uyy, el día en el que esta brujita y yo nos igualemos nacerán rosas en los árboles de manzanas- dijo Mateo riendo

-que graciosito niñito, y le dio un golpe en el brazo con su puño-

-Auch, ven a lo que me refiero- y todos comenzaron a reírse. Poco a poco Mateo fue recuperando la fuerza, decidieron que era suficiente entrenamiento por ese día. Asi que cada uno continuo con sus actividades cotidianas, Mateo y Naím se quedaron solos.

-¿vas hacia tu apartamento?- preguntó Mateo

-no. Ya que terminamos temprano, creo que iré a ver a mi tío- contestó Naím, mientras se ponía su chaqueta.

-¿quieres que te acompañe?, es muy temprano para que llegue a mi casa y no quiero aburrirme-

-esta bien, pero vamos caminando, no tengo ganas de utilizar la magia-

-bien, de todos modos no quiero arriesgarme, creo que aun no me recupero del todo-

Los dos jóvenes salieron del ministerio de magia por la puerta de las visitas y comenzaron su recorrido hacia el viejo edificio en el que se escondía el hospital para los magos.

-hoy fue un día bastante extraño ¿no crees?- comenzó Mateo para romper el silencio que tenían.

-si, hoy más que nunca creo que la leyenda no es simplemente un cuento de hadas- Naím reflexionaba sobre los nuevos poderes que poseían - Creo que debemos aprovechar esta ventaja que tenemos y aprovecharla de la mejor manera posible-

-si, es verdad- nuevamente el silencio reino entre los dos.

-¿Cómo sigue tu tío?-

-Igual, no reacciona- su rostro se volvió muy entristecido

-según los Sanadores ¿Qué es lo que tiene?-

-es como si estuviera en Coma, creen que en la batalla una parte de su cerebro quedo lesionada, y ellos no encuentran la manera de curarla- Naím hablaba suave y pausado, Mateo comprendió lo especial que era su tío y lo mucho que le dolía a ella que él estuviera así. - Frank, Mi primo, está haciendo todos los experimentos posibles para encontrar una técnica para traer la mente de mi tío a la realidad y curar su padecimiento-

-¿tu primo es un sanador?-

-casi, es su último año- Mateo pensaba detenidamente en el padecimiento del jefe de los aurores.

-¿Naím?-

-¿Qué?-

-¿crees que funcionen nuestros poderes con tu tío?-

-¿Qué?- Naím se paró bruscamente y Mateo se puso frente a ella para explicarle mejor su teoría.

-Si, mira. Tú puedes introducirte en la mente de tu tío y traerlo a la realidad y yo sanaré el daño que tiene en su cerebro-

-¡Estás loco! ¿Y si le causamos un daño peor?-
-No lo sabremos si no lo intentamos-

-pero
¿recuerdas lo que te paso cuando curaste a Lea?-

-Vamos, estoy bien ahora. Después me iré a mi casa y descansaré- Mateo reía, quería animar a su amiga

-¿lo dices en serio? ¿Estás seguro de lo que dices?- Naím comenzó a sonreír.

-Claro que si-

-Bien, hagámoslo-, los dos jóvenes aligeraron el paso para llegar al hospital mágico, subieron rápidamente hasta la sala en la que se encontraba el jefe de los Aurores, Ron Weasley. Dos aurores que Mateo solo había visto una vez se encontraban en la entrada, Naím se identificó con ellos y entro en la habitación de su tío; Hermione y sus hijos se encontraban ahí, al igual que sus padres.

-Buenas noches- saludaron los dos jóvenes. Naím se sintió un poco cohibida al ver que su padre estaba presente.

-¡Naím!- sus primos se acercaron a ella y la abrazaron.

-¡Hola, Kiara, Frank! ¿pero
si están irreconocibles?, miren cuanto han crecido-

-Jajaja- sus primos rieron, Frank tomó la palabra - obviamente cualquiera nos reconocería al vernos, pelirrojos
-

-gemelos idénticos -

-y que no se te olvide hermana, Simpáticos- los dos rieron -¿Quién no nos reconocería?-

-Si, ya veo. Siguen igual de modestos- continuó Naím y Mateo sonrió.

-Y el apuesto joven que te acompaña ¿Quién es?- dijo coqueta Kiara

-¿Cuál apuesto joven?, ¿Dónde, donde?- y Naím movió su cabeza hacia todos lados simulando buscar a alguien.

-JA, JA, JA. Que graciosa- dijo Mateo y todos rieron - Hola, mi nombre es Mateo. Mucho gusto- y le extendió la mano sonriendo y respondiendo al coqueteo de Kiara

-Hola, yo soy Kiara y este es mi hermano gemelo Frank- Kiara devolvió la sonrisa y no soltó la mano de Mateo hasta que Frank se acercó.

-hem, hem. Hola, yo soy Frank - tomó fuertemente y rápido la mano de Mateo y le devolvió una mirada seria a él y luego se la dio a su hermana.

-no te preocupes- dijo Naím al oído de Mateo - Frank es bastante celoso con Kiara.-

-si ya me di cuenta- dijo Mateo de la misma forma a Naím, -oye, hay mucha gente-

-si ya me di cuenta, no estoy ciega. Pero quiero que lo hagamos. Como tu dijiste hay que intentarlo-

-muy bien, pero creo que por lo menos tu tía debe saberlo, ¿no crees?-

-si, creo que tienes razón- Naím pareció meditarlo un poco - Tía, ¿podemos hablar contigo un segundo?- Todos dirigieron la mirada hacia Hermione y esta asintió y salio detrás de los jóvenes al corredor del hospital

-¿sucede algo?- dijo extrañada la funcionaria.

-No tía, bueno
es que quería pedir tu permiso para hacer un experimento-

-¿un experimento?- dijo extrañada Hermione - Naím, sabes perfectamente que se tienen prohibido realizar experimentos sin el cons
- Naím no dejo terminar de hablar a su tía y continuo.

-No, no tía. No me refiero a ese tipo de experimentos-

-¿Entonces?- Hermione miró extrañada a su sobrina, Naím y Mateo se miraron mutuamente y Mateo continuó.

-Sra. Weasley, hoy durante un entrenamiento descubrimos que tenemos ciertos poderes que podrían ayudar a que su esposo se recupere- Hermione cambio su cara de extrañes a la de asombro. Y miraba a los jóvenes que tenia al frente.

-Tía, hoy descubrí que puedo entrar en las mentes de las personas sin que se den cuenta y si me concentro más, puedo llegar hasta su subconsciente. Mateo puede curar a las personas, sanó a Lea de muchas heridas en un par de segundos- Naím reía y miraba alegre a su tía -¿Comprendes ahora cual es nuestra idea?- Hermione cambio su cara a la de alegría.

-¿Crees poder sanarlo Mateo?- dijo esperanzada al joven.

-Creo que si, pero yo solo sanaré lo físico- y miró a Naím - ella hará el resto, traerá a la conciencia a su esposo para que despierte- y le devolvió la sonrisa a la Sra. Weasley.

-Tía, por eso queremos tu consentimiento- y miró suplicante a su tía -¿nos dejas intentar sanar a mi tío?-

-No hay peor lucha, que la que no se hace- dijo Hermione decidida - Los sanadores lo han intentado todo y no logran sanarlo. Frank casi no duerme tratando de encontrar una cura. ¡Hagámoslo!- Naím abrazó a su tía y continúo.

-Gracias, pero me gustaría que lo hiciéramos sin tener tantos testigos.-

-Naím, solo es nuestra familia, amigos. No puedes dudar de ellos-

-no es que dude, lo que pasa es que
-

-No te preocupes por tus padres. Vamos Naím, le has dado una esperanza a mi alma. Háganlo por favor-

-está bien- dijo esta resignada y volvieron los tres al cuarto. Con una luz de esperanza y fe en sus corazones.
Los dos jóvenes entraron a la habitación siguiendo a la Sra. Weasley, que entró al frente. En ese momento Frank examinaba a su padre.

-Hijo, ¿nos permites acercarnos a tu padre?-

-Claro mamá- y Frank le dirigió a su madre una mirada extrañada mientras se separaba de Ron.

-Frank, ¿Dónde está la lesión cerebral de tu padre?- preguntó Mateo a Frank, quien le dirigió una mirada ceñuda a Mateo, evaluando su respuesta.

-en el occipital izquierdo, cerca de su cuello- contestó extrañado el joven. Mateo se colocó al lado derecho de la cama frente al sr. Weasley y se acercó a su cabecera, quedando frente a la parte de la cabeza que señaló Frank. Naím se fue hacia el lado izquierdo de la cama frente a Mateo y Hermione se quedó junto a su sobrina. El resto miraban extrañados la actitud de los jóvenes.

-Naím, creo que deberías empezar tú, puede ser que te tardes en encontrarlo y traerlo a la conciencia- dijo serio Mateo a Naím. Quien por toda respuesta asintió y empezó a ver a su tío, luego cerró sus ojos e intentó concentrarse.

-¿Qué se supone que están haciendo?- dijo molestó Frank, intentado acercarse. Pero Hermione elevó su brazo cerrándole el paso.

-quédate donde estas Frank- dijo autoritaria la mujer. Frank sabia que cuando su madre utilizaba ese tono en su voz, era mejor no desobedecer y se quedó quieto junto a ella.

Naím comenzó a visualizar en su mente la cara de su tío y lentamente abrió sus ojos posándolos en la cara pálida del enfermo, en silencio sintió como poco a poco iba entrando a un lugar oscuro, como una cueva. No había nada a su alrededor los ecos de sus pasos retumbaban en ese lugar, Naím siguió recorriendo el túnel oscuro, despacio sin intentar ser brusca, camino largo trecho, hasta que al fin pudo distinguir una pequeña luz.

-¿Tío Ron?- dijo suavemente mientras poco a poco se acercaba a la luz -¿Dónde estás tío?-

Naím continúo en dirección a la luz, no había otro camino que recorrer, asi que debería continuar por ahí, mientras más se acercaba al claro se podía distinguir con mayor nitidez en donde se encontraba. Era un gigantesco bosque, soleado, con árboles inmensos y un hermoso y azulado riachuelo que lo cruzaba por la mitad, Naím intentó dar un paso ante aquella vegetación, pero al dar el primer paso, sintió una descarga en su pie.

-¡Auch!- dijo sacudiendo su pie - esto debe ser su inconciente, con razón no quiere irse. ¡Es tan hermoso!- dijo la joven mirando con detalle la hermosa vista. Pero ella estaba decidida a encontrar a su tío costara lo que le costara. Y comenzó a gritarle.

-¡Tío Ron!, ¡Se que estás ahí, déjame pasar!- y grito muchas veces y su voz se perdía como eco entre los árboles, así estuvo por un par de minutos, gritando hasta que escucho un eco distinto al de ella.

-¿Naím, eres tu?- ella sonrió, lo había encontrado

-Si tío, déjame pasar por favor- nuevamente Naím puso un pie sobre el pasto húmedo. Y sonrió, la barrera había desaparecido, entro al inmenso bosque y nuevamente continuo llamando a su tío, para guiarse por su voz. -¡¿Dónde estás?¡-

-¡Junto al lago!- Naím, caminó o más bien corrió para llegar hacia el lugar que su tío le había indicado, al acercarse a la orilla del lago, vio frente a ella, al otro lado del rio, la silueta alta y sana de su tío, que se encontraba bajo la sombra de un frondoso árbol pescando. -¡Naim!- dijo el hombre emocionado, quien tiró la caña de pescar y se lanzó por el río para cruzarlo, no era hondo, lo cruzó rápidamente y abrazó fuertemente a su sobrina.

-¡Tío!-

-Mi niña, ¡Has vuelto!- dijo emocionado Ron -¿Cómo has estado?, te ves preciosa ¿Qué te hiciste en el cabello? ¿y esos pantalones tan ajustados?-

-jajaja, no puedo creer que lo primero que hagas al verme es retarme por como visto- dijo Naím entre risas.

-eres bruja Naím, me gustaba verte con las túnicas de mago-

-eso fue hace tiempos tío, pero he vuelto para llevarte a casa-

-¿A casa?- dijo Ron Extrañado -¿Pero
? Estoy de vacaciones Naím- Hermione y los chicos están de viaje, asi que decidí tomarme un relax.

-¿de vacaciones?- dijo extrañada la joven - Tío, llevas meses sin verlos-

-eso no es cierto- dijo Ron - apenas se han ido ayer-

-Tío, ¿no recuerdas lo que te pasó?- dijo Naím preocupada

-¿recordar lo que me pasó?- dijo Ron frunciendo el ceño

-¿Recuerdas alguna batalla reciente en la que hayas estado presente?- dijo esta tratando de indagar en los recuerdos de su tío, para no ser muy brusco el regresarlo a la realidad.

-¿Una batalla?- dijo Ron rascándose la barbilla con una de sus manos intentando recordar.

-Si tío, una batalla con Caín-

-¿Con Caín?- y miró a su sobrina con asombro, luego su rostro poco a poco fue tornándose serio. - Si, ahora recuerdo esa batalla- dijo seriamente.

-¿de verdad la recuerdas?- dijo Naím, tomando la mano de su tío y este asintió.

-fue cuando me dirigía a casa, decidí que antes de llegar a ella, pasaría comprando unos pasteles para Hermione- y rió - Tu sabes como a tu tía le encantan, y cuando regresaba fui sorprendido por varios magos y brujas, peleamos por mucho tiempo, pedí refuerzos, creo que herí a muchos de ellos
- dijo seriamente y comenzó a ver hacia todos lados - luego
solo recuerdo un rayo y todo volviéndose oscuro
hasta que llegué aquí por que Hermione esta de vacaciones, ¿Verdad que ella está de vacaciones con nuestros hijos?- Naím giró su rostro lentamente de un lado a otro.

-No tío, ella no está de vacaciones con Kiara y Frank-

-¿Morí en esa batalla Naím?- dijo Ron poniéndose triste -¿Qué hago aquí?, ¿este es mi cielo?- Naím abrazó a su tío

-no tío, estás vivo. Solo que tú no quieres regresar-

-¿Cómo que no quiero regresar?- dijo extrañado ¿a que te refieres?

-Saliste muy herido en esa batalla y estás inconciente- dijo Naím - he venido a llevarte de nuevo con tu familia-

-¿sacarme de aquí?- dijo triste Ron.

-Si tío, bueno
si tu quieres- dijo Naím calculando que no podía presionar el sub conciente -¿si quieres puedes quedarte aqui?, pero si decides eso, no volverás a ver a mi tía, ni a Frank y Kiara. Tampoco verás a mis padres ni a nadie. Solo estarás tu aquí pescando por días, meses y años talvez.- Ron pareció impactado por lo que su sobrina le decía.

-¿No ver de nuevo a mis hijos?- dijo sorprendido -¿Ni a Hermione?, ¿no tenerla junto a mi? Y que cada noche antes de dormir me de un beso y me diga te amo
-

-si tío, ¿quieres quedarte aquí solo? O ¿prefieres venir con migo y verlos de nuevo?- Ron miró a su alrededor y tiró la caña de pescar

-¡Naím, llévame nuevamente con mi familia!- tomó fuertemente la mano de su sobrina, quien poco a poco lo fue llevando fuera del bosque. Entraron por el túnel por el que había cruzado Naím antes, escuchando nuevamente los ecos de los pasos, hasta que llegaron frente a un muro de piedra.

-Tío espérame aquí, no te vallas a regresar-

-¿Qué es esto?- dijo Ron golpeando con su puño el muro -¿Por qué no puedo pasar?-

-creo que este es la parte de tu cerebro que se encuentra dañado y que no te permite despertar- dijo Naím acercando a su tío para calmarlo - escúchame bien, allá fuera hay un amigo que sanará esto, ya regreso, solo le indicaré que es momento de curarte y juntos saldremos de aquí ¿de acuerdo?- Ron asintió y Naím desapareció.

Naím respiró fuertemente y mentalmente le dirigió la indicación a Mateo para que sanara a su tío, este posó su mano derecha sobre el cuello, en el lugar que Frank había indicado que su padre tenía la lesión, una luz blanca y cegadora cubrió al joven y a Ron. Mateo sentía que está vez estaba descargando más energía de la que había ocupado con Lea.

-¿Estás listo tío?- Naím había aparecido nuevamente junto a Ron. Este asintió

-Quiero ver a mi familia- en ese momento el muro poco a poco fue desvaneciéndose y Naím junto a su tío cruzaron el umbral de luz.

-Creo
- dijo Mateo jadeando y sosteniéndose de la cama -
que ya está- y Mateo se desmayó. El ministro y Kiara corrieron a socorrer a Mateo, que yacía sobre el piso. Frank lanzó una llamada de alarma y se dirigía a atender al joven cuando un extraño movimiento y una suave voz le detuvieron.

-¿Hermione?- La suave voz de Ron llenó de silencio la habitación, Naím, se frotó con una de sus manos su cara, comenzó a buscar a Mateo viéndolo tendido en el suelo y corrió hacia él.

Hermione se acercó a su esposo, ¿era un sueño? O el realmente pronuncio su nombre, poco a poco puso una de sus manos sobre la cara de Ron, Frank y Kiara se acercaron también a su madre, mientras entraban más medimagos a la habitación para atender a Mateo.

-¿Hermione?- no era un sueño, poco a poco los ojos del jefe de los aurores se fueron abriendo, Hermione lloraba y con su mano temblorosa toco los labios de su esposo. -¡Hola amor!- Hermione no pudo contenerse más y comenzó a besar a su esposo.

-¡Ron, mi amor despertaste!- y lloró sobre el pecho de su esposo, los medimagos que estaban presentes se quedaron sorprendidos de ver a un mago que consideraban que nunca se recuperaría, despertando después de meses de inconciencia. Naím al ver que su tío estaba bien colocó a Mateo en la camilla que traían los medimagos, que se habían quedado como estatuas al ver a su tío despertar, y comenzó a salir de la habitación. Frank salió tras de Naím y le indicó una habitación para poner a Mateo y examinarlo, mientras los medimagos que habían entrado a socorrer a Mateo se habían quedado atendiendo a su padre.

-¿Qué fue lo que pasó allá dentro Naím?- preguntó Frank examinando a Mateo.

-es muy largo de explicar, ¿Cómo está?- dijo Naím preocupada

-muy débil- y comenzó a inyectarle una serie de pócimas - ha perdido casi la totalidad de su energía, creo que si se hubiera quedado unos minutos más
talvez hubiera muerto-

-¿Qué cosa?- dijo preocupada y su primo continúo suministrándole varios sueros.

-con esto debería bastar, ¡Enervate!- Mateo poco a poco fue abriendo los ojos, Frank suspiro aliviado

-¿Qué me paso?- dijo Mateo intentando levantarse, Naím le detuvo poniéndole una mono sobre su pecho.

-¡No te muevas!, estas débil aun-

-¿Tu tío está bien Naím?- preguntó mientras cerraba sus ojos y mostrando en su cara gestos de dolor.

-si, el despertó- y sonrió -¿Cómo te sientes?-

-Perfecto, ¿no se me nota?- dijo abriendo un ojo para verla, Naím le dio un pequeño golpe en el brazo -¡Auch!, ¿se puede saber por que me golpeas?-

-Por el susto que acabas de darme- dijo Naím volviendo al tono indiferente que tenia siempre con él, aunque Mateo había notado que su tutora ya no lo trataba tan mal como antes.

-Ahora que Mateo casi está estable ¿Pueden decirme que pasó allá dentro?- Naím no sabia que contestar o más bien por donde comenzar, cuando la puerta del cuarto se abrió y Harry Potter entraba.

-Creo Frank, que eso Naím te lo responderá a su tiempo- y miró fijamente a su sobrino, luego le dirigió la mirada a Mateo -¿Cómo se siente señor Wallas?-

-Bien- dijo suavemente - pero me sentiría mejor si me llama Mateo Sr. Ministro- Harry sonrió.

-Está bien. Debo advertirte Mateo que lo que acabas de hacer es maravilloso, muy bueno y noble. Pero también fue un acto muy tonto-

-Pero
Ministro- protestó Naím, que miraba con rabia a su padre. Y este le interrumpió.

-No he terminado Naím- y levanto un brazo para indicarle a Naím que le escuchara - Quiero decir que es un acto muy tonto, por que después de haber sanado a Lea te expusiste a perder mucha más energía. Casi mueres Mateo- y le miró seriamente.

-Tu poder no es un juego hijo, debes saber utilizarlo y controlarlo- el ministro se acercó al joven - Debo advertirles, a los tres, que esto debe quedar en secreto. Caín no debe enterarse que poco a poco van desarrollando sus poderes-

-¿Caín?- dijo extrañado Frank -¿Qué tiene que ver él en todo esto?-

-tiene que ver todo Frank- dijo Harry - Por él comenzaron estás persecuciones y también por eso Mateo está aquí. Pero te lo explicaré luego, ve al cuarto de tu padre, él está preguntando por ti y Naím-

-Frank, puedes decirle a mi tío que vendré a verlo después. Es mejor que estén ustedes con él ahora- dijo - Llevaré a Mateo a su casa-

-Él debería de quedarse esta noche en el hospital, para observación- dijo Frank

-Gracias, pero no. Yo me voy a mi casa, no quiero que mis padres se preocupen por mi- dijo Mateo haciendo grandes esfuerzos por levantarse.

-Mateo estará más seguro en su casa- dijo Harry

-Tío ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué tanto secretismo con esto?- dijo Frank viendo a su tío seriamente, y Harry lo miró escudriñando sus ojos.

-te lo explicaré después Frank, por favor deja que Mateo se vaya a su casa-

-esta bien, pero debes reposar por lo menos dos días- dijo Frank saliendo de la habitación.

-¿Has escuchado Naím?, son ordenes del médico. Tengo que descansar- dijo Mateo en tono gracioso para animar a su amiga que al estar ante la presencia de su padre se cohibía y se escondía tras una coraza de indiferencia.

-¡Flojo!, esta bien, tendrás vacaciones- y le sonrió

-Ahh Mateo, se me olvidaba- Frank se regreso y se puso frente a su prima y a Mateo - Gracias a los dos por sanar a mi padre. No se como pagar esto-

-Solo dame el alta, y con migo estas a mano- y le sonrió, Frank le extendió nuevamente la mano en agradecimiento y Mateo le correspondió.

-Hecho, te doy el alta pero a reposar ¿entendido?- y salio junto al ministro

-¡Vámonos! te llevaré a tu casa- Naím ayudó a Mateo a levantarse de la cama y le paso uno de sus brazos sobre sus hombros - y Gracias Mateo
por lo que hiciste por mi tío-

Mateo la miró fijamente, nunca antes Naím le había hablado en tono suave y amable.

-De nada- y Naím desapareció llevándose junto a ella a su amigo a descansar.


El sol brillaba intensamente y se colaba por los vidrios de la ventana que se encontraba al lado de su cama, un gran ramo de flores decoraba la mesa de noche. Ron Weasley leía el profeta con atención, el color había regresado a su rostro, unos cuantos largos mechones rojos caían por su cara y unos lentes se deslizaban por su larga nariz, un golpe en la puerta de su habitación lo sacó de su concentración.

-Pase- un rostro ya conocido por él, y que le había ayudado a salir de su coma días atrás se asomaba por la puerta tímidamente.

-Hola tío, ¿cómo estás?- Ron Weasley colocó el periódico a un lado de la cama y extendió los brazos en actitud de recibimiento a su sobrina.

-¡Naím!, ven aquí pequeña- ella se acercó con una gran sonrisa en los labios y se dejo arropar del abrazo calido que le ofrecía su tío. -¿cómo has estado? pequeña-

-No sabes cuanto extrañaba que me llamaran asi- dijo esta separándose poco a poco del abrazo de su tío.

-Tus padres también lo harían, si les dieras oportunidad de hablar con ellos- Naím frunció el ceño y lo miró fijamente.

-claro que no- y se acercó al ramo de rosas que se encontraba en la mesa de noche. Dándole la espalda a su tío -¿Por qué no hablamos de otra cosa?-

-Naím, debes hablar con tu padre- ella se dio la vuelta bruscamente y lo vio.

-No. Y por favor no insistas, hablemos de otra cosa ¿Si?-

-¿Cómo sigue tu amigo?, no tuve la oportunidad de agradecerles a los dos lo que hicieron por mi-

-aun no he tenido oportunidad de verlo, pero por lo que dijo Frank, él estará bien si descansa, y créeme que su madre no lo dejará levantarse de su cama hasta que el se recupere-

-te extrañamos mucho todos estos años- dijo su tío invitándola a sentarse junto a él. -¿cuéntame que has hecho?-

-pues de todo un poco, actualmente trabajo en una oficina para ayudar a jóvenes que tienen problemas de adicciones-

-¿adicciones?- dijo

-Sabes tío, vivir entre muggles ha sido una de las experiencias más fascinantes de mi vida- dijo con una sonrisa

-se nota- dijo el pelirrojo viendo a su sobrina de pies a cabeza, vestía una camiseta desmangada azul y un Jeans del mismo color - veo, que a pesar que has vuelto entre nosotros no utilizas túnica-

-No- dijo levantándose y dirigiéndose hacia la ventana - cuando termine lo que quieren que haga, me iré nuevamente entre ellos-

-Naím, no olvides que de este lado también hay gente que te quiere y sufre por ti-

Naím miraba por la ventana como la gente caminaba por las calles de Londres apresurada, sin mirar al viejo edificio que escondía el hospital mágico, una leve sonrisa se dibujo en su rostro.

-lo se- y bajo su rostro, fijó sus verdes ojos en la marca que tenia en su mano derecha - pero estar aquí
, me hace recordar constantemente la razón por la que me fui-

-pequeña- Ron se había levantado de su cama y abrazó a su sobrina - recuerda que no estás sola-

-Gracias tío, lo se-
******************************

Llevaba mucho tiempo ya en cama y se estaba desesperando, es prohibido que se levante de su cama, ella le había dicho eso a su madre y esta se había tomado muy enserio su asignación, solo dejaba que Mateo se levantase para ir al baño. Ya estaba desesperado de estar acostado tenia ya los tres días de reposo que le había dicho Frank y aun así su madre no lo dejaba salir de su cama.

-creo que un poco de magia no me afectará- se salio de su cama, se puso una camiseta y desapareció para llegar a la cocina de su casa, instintivamente abrió el refrigerador, tenia hambre y quería prepararse unos Sándwich. Un silbido a su lado, lo llevo a esconderse tras la puerta del refrigerador.

-¡Bonitas Piernas!- Naím estaba sentada en el desayunador con un vaso de agua en las manos.

-¿Qué haces aquí?- dijo el joven aun apenado tras la puerta del refrigerador, solo estaba vestido con el bóxer y la camiseta. - No pude sentir tu presencia-

-no lo harás, si yo no quiero ser detectada; a menos que seas un mago muy poderoso- dijo la joven - vine para ver como seguías, pero por lo que veo
- dijo mirando de arriba abajo a su compañero, dirigiéndole una sonrisa maliciosa -
estás bien- haciendo que Mateo de sonrojara.

-Ahhh aquí estás- Margarita entraba por la puerta de la cocina - me preocupe cuando no te encontré en la cama- Mateo aprovecho que llegó su madre y conjuró su bata para ponérsela encima.

-mamá, ¿Por qué no me habías dicho que Naím estaba aquí?- y se acercó al desayunador con pan de caja, jalea y crema de maní.
-bueno
- la mamá de Mateo miró a Naím y esta hizo un pequeño movimiento negativo con cabeza -
¿y que crees que acabo de ir hacer?-

-¿Qué me están ocultando las dos?- Mateo miró a su madre y luego vio a Naím. Pero fue hasta ese momento en que se fijó mejor en su amiga -¿Naím que es lo que te pasa?- Naím tenia grandes ojeras, y parecía que en los tres días que no se habían visto, había bajado de peso. ¿Pero, como era posible eso?, ella se miraba cansada. Mateo dejo las cosas sobre la mesa y se fue directamente frente a ella y le tomó el rostro entre sus manos, ella se estremeció ligeramente. - Estas fría-

-¡Déjame!- y se levantó rápidamente, separándose de Mateo. Ella le estaba evitando.

Margarita se acercó a ella - Naím, por que no te recuestas un poco-

-¡No, no se preocupen estoy bien!- y les sonrió a los dos. - Solo vine para ver si estabas bien y para esperar a los Aurores que enviaran para proteger su casa-

-¿Proteger la casa?- dijo Mateo

-si, el ministro cree, que ahora que nuestros poderes se están desarrollando, es necesario protegerte a ti y a tu familia, para que no puedan encontrarlos-

-¿Quiénes vendrán?- la respuesta de Mateo llegó en ese instante, cuando el timbre de la casa sonó, Margarita, Naím y Mateo fueron a la puerta.

-son amigos Margarita, puede abrir sin miedo- ella abrió la puerta y se encontró con tres jóvenes.

-Hola Mateo, veo que te encuentras mejor-

-si, muchas gracias Lea, hola Hirtzan. Que tal Porthos- los tres jóvenes saludaron a Mateo.

-¡Que bonita casa Sra. Wallas!- dijo Hirtzan

-muchas gracias-

-Creo que será mejor que comencemos a trabajar- dijo Porthos.

-Si- dijeron los otros dos.

-Bueno, ya que ellos están aquí, creo que es hora de retirarme- Naím se colocó una chaqueta de cuero y se preparo para salir.

-Adiós Naím, cuídate- Hirtzan y Lea se despidieron de Naím, caminaron junto a Margarita hacia una de las habitaciones de la casa. Porthos y Mateo se quedaron con Naím.

-Adiós Mateo, te veo el viernes-

-Si- Mateo vio a Naím escudriñando sus ojos ¿Qué le pasaba? Cuando Naím pasaba al lado de Porthos, este tomó el brazo de ella rápidamente, él le miró su rostro con el ceño fruncido, Naím le vio y rápidamente desvió su mirada hacia la puerta.

-Tu y yo tenemos que hablar- Porthos le giró su rostro para verla de frente.

-ahora no- dijo ella y se soltó de Porthos, ella comenzó a salir y Porthos salio tras de ella. Mateo solo los pudo ver discutir por la ventana de su casa, parecía que Porthos estaba molesto y Naím también. Tendría Porthos algo que ver en lo que a Naím le pasaba. Trató de escuchar lo que ellos hablaban, Mateo recordó que había comprado en una tienda de bromas unas orejas extensibles y creyó que era el momento de ocuparlas.

-¡Accio orejas extensibles!- un bulto color carne, llegó hasta sus manos, puso uno de sus extremos en su oído y el otro lo paso por la puerta para escucharles. Y como si estuvieran a su lado, les oyó hablar.

-¿Quieres dejarme en paz?- era la voz de Naím - Estoy bastante segura de lo que hago, así que no te metas-

-¡Lo que estás haciendo es muy peligroso Naím!- Porthos estaba irritado, la tomó por los hombros y la acercó a él hasta abrazarla - No entiendes que estamos preocupados por ti-

-gracias, pero es necesario que continúe Porthos- Naím se separó de su amigo y le acarició con una de sus manos su rostro - ¿Prométeme que lo que acabo de decirte lo mantendrás en secreto?-

-Naím
yo-

-¡Promételo!-

-¡No puedo!- Porthos estaba molesto - Te estas arriesgando demasiado, necesitas supervisión o podrías morir- Mateo se sobresaltó al escuchar lo que ellos hablaban, lo que Naím hacia era peligroso, pero
¿Qué podría estar haciendo?

-¡Promételo!, o te hechizo para que olvides todo lo que acabo de decirte- Naím hizo aparecer en un segundo su varita y apuntaba con ella a la cabeza de Porthos.

-está bien-

-dilo-

-Naím
- y con una de sus manos, tomó la mano que le apuntaba a la cabeza y la bajo -
te prometo que no le contaré a nadie- ella le sonrió y continuo su camino hasta que desapareció. Porthos se quedó un momento fuera y comenzó a caminar hacia la puerta para entrar. Mateo empezó a recoger rápidamente la oreja extensible para que Porthos no se diera cuenta que les había escuchado. Cuando este entró miró fijamente a Mateo.

-No se cuanto de nuestra conversación hayas oído
- Mateo abrió sus ojos como platos en señal de sorpresa, Porthos le había descubierto -
pero recuerda que es su secreto y no quiere que nadie se de cuenta-

-Discúlpame Porthos, solo escuche desde donde tu le advertías del peligro de algo que ella estaba haciendo-

-Mmm, solo te pido una cosa, no le digas a nadie de nuestra conversación-

-no te preocupes, no lo haré. Pero es que también estaba preocupado por ella-

-Si, veo que también te diste cuenta de su cambio- Porthos pareció pensar detenidamente lo que pasaba - ella estaba muy débil, ni siquiera se dio cuenta de la oreja extensible- Porthos movió su cabeza lado a lado, como sacudiéndose algo -otra cosa Mateo, cuídala mucho por favor-

-no te preocupes, lo haré- Porthos comenzó a caminar hacia las escaleras para ayudar a sus compañeros dejando a Mateo pensativo en la sala. ¿Qué estás haciendo Naím?
Llego el viernes y Naím se veía bien, las ojeras habían desaparecido y ya no se veía tan delgada. Parecía que había descansado, realizaron el entrenamiento de ese día y Ella creyó que era oportuno que pusieran más en adiestramientos sus poderes, ya que habían descubierto esa conexión entre ellos, era necesario el entrenar en conjunto, pero era necesario que primero Mateo pudiera igualarla en defensa, en las demás asignaturas eran más parejos, no tenia la calidad de Naím pero no le faltaba mucho.

Pasaron unas semanas y Naím creyó oportuno que realizaran otro duelo, pero esta vez el oponente sería ella. Nuevamente sus tres fieles amigos llegaron y Porthos fue el juez. El quería asegurarse que Naím se encontrará en óptimas condiciones para la lucha.

-¿estas segura que te encuentras bien?- dijo Porthos acercándose a su amiga antes del duelo.

-¡Como nueva!- dijo está dándole una gran sonrisa. Mateo observaba desde el extremo de la tarima como Porthos y Naím hablaban; sentía mucha curiosidad de lo que podría estar haciendo su tutora.

-Duelistas prepárense- Naím y Mateo se fueron cada uno a su esquina. - recuerden que está prohibido matar a su contrincante- y sonrió

-Hayyy, ya me arruinaste el plan- dijo Naím divertida y sonrió a Mateo, quien correspondió.

-salúdense por favor- los duelistas hicieron una inclinación de cabeza y se dieron la espalda para dar los cinco pasos reglamentarios, se pusieron uno frente a otro. Y la primera en atacar fue Naím. Que le lanzó un hechizo de desarme, Mateo correspondió con un escudo que le permitió protegerse.
-¡Por favor! ¿Es lo único que sabes hacer?- dijo esta provocando a su oponente.

-A penas estoy comenzando Naím- dijo Mateo y sonrió, Mateo elevó nuevamente su varita y le lanzó un hechizo que se convirtió como una flecha de fuego, esta se sorprendió.

-¡Aguamenti- respondió - sigues jugando amigo-

-¿tu crees?- Mateo se puso muy serio y realizó una floritura con su varita, era un hechizo no verbal, repentinamente frente a Naím aparecieron tres copias de Mateo, cada uno apuntando hacia ella. Naím se dio cuenta que su compañero ya no jugaba y entorno los ojos

-¡Cobarde!- y dio una carcajada - tienes que realizar esta ilusión por que no puedes con migo-

-ya veremos quien corre- y las tres ilusiones dispararon un rayo azul, Naím saltó, pero una de sus piernas fue alcanzada y su pie se congelo.

-Tonto- Naím lanzó un rayo naranja y las tres ilusiones desaparecieron, y descongelo su pie, lanzándose nuevamente al ataque.

-No hagas trampa Naím, no te metas en mi mente- dijo Mateo, cuando alcanzó a ver un pequeño destello en su mente.

-mmm, veo que has entrenado Tonto-

-se puede saber ¿Por qué te desgastas en insultarme? no entiendo por que aparentas ser una mujer fuerte, si eres tan débil por dentro- Mateo dijo eso sin pensar, le molestaba que ella le viera de menos.

-¡Yo no soy débil!- dijo, Naím se estaba enfureciendo, y le lanzó un hechizo como látigo que le hizo a Mateo una pequeña herida en la mejilla. - ¡no vuelvas a decirme débil nunca más!-

-te lo diré y muchas veces mas- Mateo estaba molesto por la herida en su rostro, y con su mano libre se limpio el hilo de sangre que rodaba por su mejilla - tus eres la mujer más cobarde que conozco- Naím se puso furiosa y elevó su varita hasta apuntar al rostro de Mateo. Porthos, Lea y Hirtzan se pusieron de pie y en alerta, este duelo estaba desviándose.

-¿a que te refieres?-

-ni siquiera eres capaz de arreglar las cosas con tus padres- Mateo estaba furioso y se estaba dejando llevar por ese sentimiento - si en verdad fueras valiente no tuvieras miedo de enfrentar la situación y arreglar las cosas con ellos-

-No hables de lo que no sabes- los ojos de Naím se entrecerraron y dijo esto con los labios crispados de rabia, como podía atreverse a decir esas cosas - ni siquiera tienes idea de lo que ha pasado-
-lo supiera si me lo dijeras- dijo este, también levantando su varita en espera de un ataque - pero siempre huyes y te escondes bajo una coraza de dureza- el cuerpo de Naím comenzó a emitir un brillo dorado pero a veces emitía pequeños destellos rojos, respiraba rápidamente y sus ojos estaban brillantes. Mateo se estaba preparando a recibir un gran ataque de Naím al ver la energía que despedía, sus tres amigos trataron de acercarse, pero había una barrera invisible que se había puesto entre ellos, al intentar acercarse recibieron una descarga. Pero la sorpresa de todos fue, que repentinamente el brillo desapareció, al igual que el escudo y Naím lentamente fue bajando su varita. Todos vieron que ella lloraba, se dio la vuelta y bajo de la tarima.

-Naím
- Mateo corrió hacia donde estaba ella, que en ese momento tomaba su abrigo y se lo colocaba - Naím, perdóname, no fue mi intención
- Naím ni siquiera le dirigió la mirada. Pero Mateo podía ver las lágrimas rodar por sus mejillas y le tomó por uno de sus brazos.

-El entrenamiento ha terminado- y se soltó de la mano de Mateo y salio. Los cuatro jóvenes se quedaron de pie, Mateo intentó correr tras ella, pero Porthos le detuvo agarrándole fuertemente.

-Déjala, Tenemos que hablar contigo Mateo- Porthos parecía muy molesto.

-no puede esperar, quiero hablar con ella- e intentó zafarse del brazo de Porthos.

-¡No, debe ser ahora!- dijo Porthos.

-será mejor que te contemos todo lo que paso, antes de que cometas otra imprudencia como la de hoy- Hirtzan que por lo general era muy pacifico también estaba molesto.

-¿Cómo pudiste decirle eso?- dijo Lea

-Lo siento, fue sin pensar-

-vamos, busquemos un mejor lugar para hablar. Esta es una historia algo larga de contar- los cuatro jóvenes salieron y fueron al salón en el que llevaron a Mateo el día que le dijeron que era mago.

*
Ella caminaba sin rumbo, solo deseaba que el dolor que sentía en su pecho disminuyera poco a poco, que saliera al igual que las lagrimas que brotaban de sus ojos. Era duro lo que él le había dicho, pero era cierto. Ya había pasado mucho tiempo y era momento de aclarar todo. ¿Pero como hacerlo? Si cada vez que pensaba en ese día su alma sangraba


Era un día caluroso, tenía 22 años y estaba cansada de todo el entrenamiento extra que tenia. Su vida era muy limitada, tenía las clases en la escuela de aurores y después de eso continuaba las clases con sus tutores. Pero ese día su tutor de pociones la notó distraída.

-¿Qué te pasa Naím?- y se sentó frente a ella.

-lo siento, solo estoy algo cansada- Naím miró a su tutor. Y tomó su libro y continúo leyendo. Draco Malfoy le quito el libro de las manos y se lo cerró.

-¿Pero
?- Naím estaba sorprendida.

-anda
- y le hizo señas con la cabeza para que saliera - diviértete y descansa -

-pero si mi papá se da cuenta me
- dijo preocupada

-no te preocupes de Potter- y le sonrió - yo te cubro y de él, me encargo yo- la abrazó y la acompaño hasta la puerta - ¡diviértete!-

-¡Gracias!- Naím salió y desapareció. Se puso ropa muggle y llegó a una zona concurrida, caminó entre ellos, estaba fascinada de la manera tan simple en la que ellos vivían sin magia. Mientras caminaba, vio como unos jóvenes tenían un aparato como una caja que emitía música y a ellos bailando al compás ella. No se dio cuenta hacia donde se dirigía y choco con alguien, los dos cayeron al suelo y los libros y papeles que llevaba la otra persona se esparcieron por todas partes.

-lo siento- dijeron los dos al mismo tiempo y empezaron a recoger los papeles esparcidos, hasta que sus miradas se encontraron; él tenia unos ojos color miel y de mirada dulce, era un joven color canela y cabello negro. El le tendió una mano para ayudarla a levantarse.

-Gracias- reacciono Naím, sacudiéndose el polvo de su pantalón. Y lentamente fue soltándose de la mano del joven.

-ahh, discúlpame, iba distraído leyendo unos papeles y no me di cuenta- dijo el joven

-no te preocupes, yo también estaba distraída- y le sonrió

-ehhh
¿te has hecho daño?

-no-

-¿podría invitarte a un helado? Para disculpar mi torpeza-

-mmm
este no se, discúlpame pero
yo
- ella titubeaba - no estoy acostumbrada a tratar con desconocidos- y le sonrió con pena.

-Soy Ariel Efron, ¿y tú?- y le tendió una mano, Naím la tomó.

-Naím Potter-

-¡Ahora ya no somos desconocidos, a demás mi hermosa ciudad hebrea
!- -Naím lo vio extrañada -¿No sabias que tu nombre es Hebreo?-

-No-

-Bueno, ¿aceptas tomar conmigo ese helado Naím?- ella sonrió - y así te cuento todo sobre tu nombre-

-Claro- y juntos entraron a una heladería que se encontraba al otro lado de la calle.

*
-Así es como Naím conoció a Ariel- Mateo escuchaba con atención la historia que sus amigos le comunicaban.

-Pero ¿Qué paso con él?-

-Ellos continuaron saliendo, Ariel era teólogo de profesión a demás muy dulce, bondadoso y principalmente un gran ser humano- continúo Lea - y Naím, continuo escapándose de clases. Después de unos seis meses se hicieron novios y era una relación muy bonita- dijo Lea con nostalgia -nosotros le conocimos- y miró a sus demás amigos - después de casi un año, el empezó a insistirle a ella que quería conocer a su familia-

-¿Después de un año?, ¿Ariel no conocía la familia de Naím?-

-No- dijo Hirtzan - él ni siquiera sabia que éramos magos-

-¿Qué cosa?- Mateo estaba sorprendido, ocultar eso por tanto tiempo -¿Y lo llego a saber?-

-Si- dijo Porthos - Ahí fue cuando todo se desencadeno-

-¿Cómo?-

Estaban en una iglesia muy grande, había un patio engramado en el que muchos niños jugaban con Naím, Ariel salía de uno de los salones junto a un sacerdote.

-Gracias por todo René y creo que seguiré tu concejo-

-Me alegro muchacho y otra vez ¡Feliz Cumpleaños!- y le abrazo -¡Naím!, ¿puedes venir un momento?- la muchacha se despidió de los niños y se acercó a su novio y amigo.

-Hola René, ¿dime?- ella se acercó y abrazó a Ariel.

-Se que este es tu cumpleaños Ariel, pero quiero hacerles un regalo a ambos- René sacó una cajita transparente de su habito y se la dio a ella. Esta le abrió y sacó una camándula color blanco y dorado.

-¡Es hermosa René!- Naím se la paso a Ariel quien la paso por entre sus dedos.

-Es para que oren como pareja y les mantenga siempre juntos-
*
Naím continuaba caminando sin rumbo, sus lágrimas habían cesado. Pasó cerca de un pequeño parque y decidió descansar un poco, se acercó a una banca y se sentó. De uno de los bolsillos de su pantalón sacó la fina camándula blanca y la puso en la palma de su mano.

- Mantenernos siempre juntos
cometí muchos errores- y veía el objeto que ahora posaba en sus manos -¿Por qué no te dije desde el principio quien era?-

Dos jóvenes caminaban de la mano, ya había oscurecido y las calles estaban oscuras.

-toda mi familia nos espera en casa para la cena-

-Creo que no podré acompañarte Ariel, ya es tarde y debo volver a mi casa, antes que mis padres se preocupen-

-Pero Naím, tienes que ir. Mi mamá preparó nuestra comida favorita-

-Amor, de verdad quisiera ir, pero
lo siento-

-Naím, ¿Cuándo conoceré a tus padres?-

-dame un poco de tiempo, a ellos no les será fácil
- una sombra venia tras ellos, al sentir esos pasos, Ariel tomó a Naím y comenzaron a caminar más rápido. Pero otro hombre les salio al frente, les apuntó con un arma y se vieron acorralados.

-Si no quieres que a tu mujercita le pase algo, danos todo lo que llevas- el hombre, al cual no podían ver su rostro, extendía la otra mano para que ellos le dieran sus cosas.

-¡Pero como se atreve!- Naím le respondió al asaltante

-Naím, cálmate y haz lo que dice- Ariel tomó a Naím la ubicó tras de él, quien comenzó a sacar su cartera y a quitarse el reloj.

-muchachita, que lindo cuello
. Y hermoso adornado con esa cadenita- el otro hombre se acercó a Naím y acarició su cuello.

-¡No la toques!- Ariel agarro al otro asaltante y lo apartó de su novia, el otro hombre disparó a Ariel. Un resplandor dorado surgió de la nada.

-¡Impedimenta!- un escudo invisible apareció y detuvo la bala, Naím apuntó con su varita a los asaltantes rápidamente -¡Petrificus Totalus!- los dos hombres cayeron inmóviles al suelo.

-Pero
Naím, ¿Qué fue eso?- Mateo estaba sorprendido, jamás había visto ni experimentado una cosa como esa.

-¿Estas bien Ariel?- y ella le observaba

-Si- el hombre tomó a su novia y la abrazó -¿podrías explicarme que acabas de hacer?- y se separó de ella para verla a los ojos.

-Yo
- repentinamente tres personas aparecieron de la nada, causando un sobresalto en Ariel.

-¡Naím!, debes salir de aquí inmediatamente- Porthos era el que había tomado la palabra

-¿Porthos, Lea, Hirtzan? ¿Cómo?... ¿Por qué están vestidos así?-

-¿Qué sucede?- dijo Naím alarmada acercándose a sus amigos

-La alarma sonó en el ministerio- dijo Lea.
-la detección de magia frente a muggles- dijo Hirtzan - los del ministerio no tardaran en venir-

-¿Mi padre sabe de la alerta?- dijo esta muy nerviosa.

-Si, lo se- una voz se escucho tras Naím, ella cerro sus ojos abatida y sus amigos también se pusieron nerviosos. Ariel se dio la vuelta y vio a un hombre mayor, vestido igual que los amigos de Naím, una túnica negra, piel blanca, ojos verdes como los de ella tras unos lentes de aros redondos. Este se acercó lentamente. Naím se acercó a él.

-Papá, yo puedo explicarte todo-

-¿Su padre?- Ariel susurró

-Sr. Ministro, nosotros podemos
- el ministro le hizo señas a Porthos para que se callara.

-Tienes mucho que explicar Naím, se supone que te encontrabas con Malfoy en clases y te encuentro aquí, realizando magia frente a muggles- el padre de Naím estaba furioso.

-Papá yo
- Naím estaba a punto de hablar cuando Ariel se acercó.

-¿Señor Potter?- el padre de Naím le miró de arriba a abajo, tenían la misma altura. Y Ariel se puso frente a él - Mucho gusto, mi nombre es Ariel Efron, el novio de Naím-

-¿Novio?- el ministro miró al joven frente a él y luego a su hija, quien en ese momento estaba pálida.

-se que estas no son las circunstancias en la que yo esperaba conocerle- y Ariel miró al ministro - quiero decirle, que amo a Naím desde el primer momento que la vi y que mis intenciones con ella son buenas y serias. Yo esperaba hacer esto hoy en la cena, se que no es el mejor momento, pero
- Ariel sacó desde una bolsa dentro de su abrigo una cajita color rojo y la abrió, mostrando un hermoso anillo plateado con una piedra color rosa. - Naím ¿quieres casarte conmigo?- Naím miraba a su novio, parecía estar a punto de llorar y le miraba conmovida.

-¿Tú esposa?- Naím se quedo de piedra, él se acercó a ella y le tomó sus manos

-no se que es lo que esta pasando aquí, ni siquiera entiendo lo que sucede. Pero se que tendrás una buena explicación para que me hayas ocultado algo y quiero decirte que no me importa. Solo quiero pasar el resto de mi vida contigo- le puso el anillo en su dedo -¿Qué dices?- Naím estaba muda, y parecía que se les había olvidado que su padre se encontraba ahí

-¿Casarte?- dijo Harry Potter fuera de sus casillas, e hizo reaccionar a todos los que contemplaban la escena - Eso es imposible Naím-

-Pero
-

-Pero nada, nos vamos ahora mismo- la tomó por uno de sus brazos y la haló. Naím se zafó del brazo de su padre.

-espera- Naím se acercó a Ariel. - siento lo sucedido hoy y quiero tener oportunidad de contarte todo antes que tomemos esta decisión
y si después de eso
- Ariel le dio un ligero beso y le susurro en su oído.

-mañana a la misma hora en el mismo lugar-

-esta bien- y después de eso desaparecieron todos

*
En la casa de Naím ardió Troya esa noche, sus padres discutieron mucho con ella, sobre lo que había pasado y el haberles mentido sobre las ausencias en clase.

-¿Cómo pudiste hacernos esto?- dijo su padre, su madre escuchó con atención el relato que su esposo le había dado y también quería escuchar lo que Naím tenía que decir. Naím ya no estaba calmada, elevaba su voz al igual que la de su padre.

-¿y que querías que hiciera? desde mi quinto año en Hogwarts, cada verano y vacaciones me hacían tomar clases particulares. Entré a la escuela de aurores y mantuve el mismo ritmo. ¡No tenia vida!- Naím estaba muy alterada.

-¡Tu no puedes casarte ahora!- le grito su padre.

-¿y por que no?- dijo esta desafiante.

-¡Tu deber como bruja, es entrenar y ser la mejor auror!- Naím estaba al punto de las lagrimas nuevamente y bajo su voz.

-¿Qué les ha pasado?- decía moviendo su cabeza lado a lado, con la voz entrecortada y llorando - antes, cada verano cuando salía del colegio no divertíamos en familia. Desde mi quinto año no he tenido descanso. Solo entrenamientos y más clases, ni siquiera hablamos de nada ya no somos una familia-

-Hija nosotros
- Ginny, su madre; también parecía estar a punto de llorar y miró a su esposo - no sabíamos que
-

-¡Basta!- dijo su padre - La cuestión es
en este momento no puedes casarte. Debes continuar tus clases y prepararte
-

-¡No!, creo que ya es momento que tome mis propias decisiones, siempre te he obedecido sin preguntar, he hecho todo lo que tu querías que hiciera sin reprochar. Pero ya no más- Naím estaba muy seria y miraba a cada uno de sus padres - Amo a Ariel y me voy a casar con él-

-¡No lo harás!- dijo su padre - ¡en esta casa se hace lo que nosotros decimos, y mientras vivas bajo este techo, se hace lo que mandemos!-
-Pues entonces no viviré mas bajo este techo- Naím se dio la media vuelta y se fue hacia la puerta.

-Hija, espera
- su madre corrió a alcanzarla - no lo hagas, no te vayas. Harry
por favor- dijo la mujer tratando de que su esposo la ayudara.

-¡Que haga lo que quiera!- dijo el hombre y salio de la sala.

-Adiós mamá- y le dio un beso a su madre - extrañaré cada uno de tus cuentos. Cuídate- y salio de la casa.

*
Ese día me tendiste la mano, llegué a tu casa esperando un abrazo de consuelo y lo encontré en ti.

-¡Naím!- Ariel abría la puerta de su casa, era muy entrada la noche. Él se encontraba en bata.

Me recibiste y me dejaste que te dijera la verdad, sin interrumpirme ningún instante, hasta que termine mi historia. Me quite el anillo que me habías dado.

-imagino que después de lo que te acabo de contar, ya no estarás tan seguro de querer casarte conmigo- tomaste mi mano y envolviste con ella el anillo.

-nunca estuve tan seguro de hacer esto- y me sonríes - Naím, no te amo por lo que eres, si no por quien eres cuando estás conmigo- desde ese día comenzamos lo preparativos de la boda, me abriste la puertas de tu casa y la de tu familia. Compramos el apartamento en el que viviríamos. Hasta que llego ese nefasto día.

-¡Naím!- Porthos, Lea y Hirtzan se encontraban en el Caldero Chorreante.

-¿Cómo estás?- dijo Lea

-de maravilla, quería verlos para darles esto- Naím sacó de su cartera las invitaciones para su boda. -¿Dónde está Caín?-

-últimamente no le hemos visto- dijo reflexionando Lea - pero si quieres nosotros le hacemos llegar la invitación-

-no, me gustaría dársela yo misma- dijo riendo - quiero ver su cara de alegría cuando se entere-

-veo que mantienes tus planes- dijo Porthos -¿has invitado a tus padres?-

-No- dijo triste. No creo que les alegre esto.

-Pues
. ¿y si lo intentas?- le dijo Lea

-No, mi papá fue muy claro - mientras los jóvenes hablaban cuatro lechuzas entraron al lugar posándose una enfrente de cada joven. Cada uno tomó la carta.

-¡Un Ataque en Londres Muggle!- dijo Lea sorprendida.

-¿Rehenes?- dijo Naím.

-¿A Quien se le ocurre atacarnos?- dijo Hirtzan - Todos los mortifagos fueron encarcelados y muchos ya murieron-

-¿no lo se?- dijo Porthos -pero será mejor que vayamos pronto, ¿vienes con nosotros Naím?- dijo viéndola con su propia carta en las manos.

-Vamos, después de todo soy Auror, el deber llama- y le sonrió y desaparecieron del local.

*
-¿Quiénes son ustedes?- dijo un joven de cabello negro y piel canela -¿Qué es lo que quieren?- dijo viendo a dos hombres con túnica negra y le apuntaban con unas varitas.

-A ti- dijo el más alto y un rayo rojo le dio de lleno en el pecho. Este callo desmayado, los dos le recogieron de los hombros uno a cada lado.

-¿Qué le están haciendo?, ¡déjenlo!- el padre René, Corría hacia donde los hombres se llevaban a Ariel. Los otros desaparecieron llevándose al joven.

-debo informar a la policía- dijo y se regreso a su oficina corriendo


*
Los cuatro jóvenes se acercaron en el lugar en el que se libraba una batalla entre Aurores y magos tenebrosos, Ron Weasley como pudo se acercó a los jóvenes.

-Que bueno que están aquí. Debemos sacar a los muggles que están en esas tiendas y
-

-Tío, ¿Quién nos ataca?- la respuesta de Naím fue dada al instante. Con la voz amplificada de un hombre que se hizo oír entre el barullo.

-¡Alto!, ¡Mi invitada de honor acaba de llegar!- cuando todos lo rayos se detuvieron y el humo se disipó, la figura de un hombre alto se acercaba, tenia una túnica negra y la capucha le cubría la cara. - ¡Naím!, que alegría que te unas a mi fiesta de bienvenida- Naím lo miró fijamente, ella conocía esa voz. La voz de uno de sus mejores amigos.

-¿Caín?- dijo acercándose -¿eres tu?- el hombre se bajo la capucha dejando ver a un joven moreno de cabello castaño y una sonrisa cínica en el rostro.

-¡El mismo!- Naím se puso frente a él, Porthos, Lea, Hirtzan se acercaron.

-¿Qué demonios estás haciendo?- dijo muy molesta

-¿no se nota?- dijo señalando todo el caos que estaba alrededor, en el que se veían automóviles quemados, vitrinas hechas añicos, algunas personas heridas - tomando el control de todo-

-¿Amigo, Qué es lo que te ha pasado?- dijo Porthos

-¿amigo?- y una sonrisa estridente se escucho - Mis amigos se encuentran de este lado- y señaló a los demás hombres con túnicas negras que se encontraban esparcidos en varias partes de la zona - mis Legionarios de la Oscuridad Aunque, me encantaría tenerte entre los míos Naím-

-¡Nunca!- dijo molesta conjurando su varita

-me imagine que dirías eso. La verdad Naím, eres tan predecible- dijo Caín riendo - pero tome mis medidas
- dos hombres se acercaron trayendo sujeto a un hombre que intentaba soltarse de sus captores.

-¿Ariel?- la cara de Naím se llenó de angustia -¡suéltalo Caín!, el no tiene nada que ver en esta batalla-

-No se como puedes hacernos esto Caín- dijo Ariel - Naím es tu amiga-

-jajaja, lo único que quiero de ella es su poder- y dio un paso al frente -¿Qué dices Naím?, estás conmigo o tu noviecito muere-

-Pequeña- su tío se había acercado, para hablarle al oído - trata de distraerlo un poco, mientras nosotros intentamos cercarlo para atacarle-

-tío, es muy difícil- le miró angustiada - tiene a Ariel-

-¿tiene a tu novio?- dijo sorprendido viendo al joven que intentaba liberarse de sus captores - danos unos minutos trataremos de salvarle-

-¡Caín, por favor detente!- Naím lo miraban fijamente con sus penetrantes ojos verdes y suplicantes. -¡Sabes que este no es el camino!-

-¡jajaja!- el hombre reía estridentemente ante las palabras de la joven, una mueca demente cruzaba su rostro -¡No seas tonta, a demás
apenas estoy comenzando
!- una fuerte explosión, gritos y oscuridad reino en el momento. - ¡Que demonios!- los aurores atacaron a varios legionarios y la batalla se reanudó nuevamente. - si yo muero, no me iré solo- Naím se había distraído de Caín, en ese momento, ella luchaba contra dos legionarios se acercó sigilosamente hacia donde ella estaba, Porthos y Hirtzan habían logrado liberar a Ariel.

-Ariel, escóndete pronto- le ordenó Porthos. Ariel se cubrió tras un auto y empezó a buscar a Naím. En ese momento observó que Caín se acercaba a ella y elevaba su varita para atacarle.

-¡Avada Kedabra!- el rayo avanzaba rápidamente hacia ella, quien se dio cuenta demasiado tarde para evitarle, cerró sus ojos esperando el impacto. Pero alguien la había lanzado al suelo.

-¡Ariel!- sobre Naím estaba el cuerpo sin vida de Ariel, ella le tomó en sus brazos y comenzó a llorar -¡Noooo!- miró a su atacante, con sus ojos llenos de lagrimas. Su rostro se crispo de rabia y se puso de pie. Respiraba rápidamente y su cuerpo comenzó a emitir una luz dorada, poco a poco esta luz se fue tornando roja, repentinamente todos los que estaban de pie cayeron al suelo expulsados por una onda de energía poderosa, Naím se acercaba poco a poco a Caín, que con dificultad se había mantenido de pie. Desde el suelo todos miraban la magnifica, pero a la vez aterradora escena.

Naím elevó su mano derecha en la que tenía su varita que se desvaneció, luego con su mano dibujo un semicírculo dorado que se convirtió en un arco y lo tomó con su mano izquierda y con la derecha tomó la cuerda del arco sosteniendo una flecha roja, que era de fuego y la disparó. Caín intentó detenerla pero no pudo y la desvió a unos centímetros de él, esta produjo estallido devastador que Naím pudo controlar, había hecho pedazos todo lo que se encontraba alrededor de Caín, este se encontraba en el suelo, su varita partida en dos e indefenso. Naím nuevamente apuntó con el arco y una nueva flecha se preparaba para ser lanzada. Ella apuntaba directamente a la cabeza de Caín, cuando una dulce voz en sus recuerdos la hizo reaccionar.

-
la vida de todo ser humano debe de priorizarse antes que cualquier cosa en el mundo
- las palabras de Ariel sonaron en sus oídos, miró su lado el cuerpo sin vida de Ariel, y más lagrimas brotaron de sus ojos, sus brazos comenzaron a temblar y la flecha de fuego se desvaneció, al igual que el arco. Naím había derrotado a Caín y no merecía la pena matarlo.

-¡Algún día lamentaras no haber acabado conmigo!- y desapareció al igual que sus seguidores. Todos los magos poco a poco se fueron incorporando. Naím se acercó nuevamente al cuerpo sin vida de Ariel, derrumbándose nuevamente.

-¿Naím?- Lea se acercaba para consolar a su amiga, Naím le abrazó y se dejó arropar de su abrazo.

- Naím, estás herida- dijo Porthos - debemos ir a San Mungo- Naím miró a sus amigos que estaban junto a ella, todos estaban heridos al igual que ella. Pero ninguna pócima, ni hechizo lograría sanar la perdida de Ariel.

-No- dijo poniéndose de pie - debo ir a su casa e informar a sus padres de lo sucedido-

-Naím, déjale eso al departamento de relaciones
.-

-¡no te das cuenta que esto fue por mi culpa!- dijo en un grito a Porthos - ¡Estoy harta de la magia, solo me ha traído problemas y sufrimiento!- varias sirenas de la policía y ambulancias Muggles se acercaban.

-Naím
- dijo Hirtzan - solo queremos ayudarte-

-Nadie puede hacerlo- miró hacia un lado de la calle y pudo distinguir a lo lejos a su padre que le miraba fijamente, ella le vio por dos segundos y desapareció.



*
Esa fue la última vez que te ví papá, y acumule este dolor y rencor por años. Pero creo, como dice Mateo, que ya es momento de enfrentar. Poco a poco me acerco a tu casa, a la que por muchos años yo llamé mi hogar, estaba igual solo
que
, conozco esa presencia, esa magia es
es


*
-Le debo una gran disculpa a Naím- decía Mateo muy apesumbrado

- si, la buscaremos- dijo Hirtzan.

-¡Debemos encontrarla ahora!- dijo alarmado Mateo, poniéndose de pie y con sus ojos llenos de terror.

-¡Cálmate amigo!, la encontraremos y te disculparás luego con ella- dijo Porthos.

-no es eso- dijo mirando a sus amigos -¡Naím está en problemas!-
***********************

Hola amigos y amigas, lamento estar tardando tanto en actualizar. este fic pronto lo actualizaré. Con mi otro fic, "la ultima puerta... prometo que actualizaré esta semana. gracias por seguir leyendoEstaba anocheciendo y ansiosamente esperaba la llegada de su esposo, miraba constantemente el reloj, el sonido de la chimenea le trajo tranquilidad a su corazón.

-¡hola amor!- Ginny corrió hacia la sala a recibir a su esposo. -¿Qué tal tu día?-

-Bien- dijo acercándose a su esposa, dándole un beso -¿Dónde esta Albert?-

-está en el recibidor- juntos se dirigieron hacia ahí.

-Hola Albert- este se encontraba junto a una ventana, al ver llegar a la pareja se acercó a ellos.

-Buenas noches señor Ministro- le saludo el auror

-gracias por cuidar a mi esposa-

-Es un placer Señor- dijo el hombre empezando a recoger sus cosas - bueno, me retiro-

-por que no te quedas a comer Albert- ofreció Ginny

-si Albert, quédate, he venido tarde y no hay mejor manera de recompensarte que acompañándonos a comer-

-bueno.... esta bien- dijo el hombre sonriendo - solo le hablaré a mi familia para que no se preocupen-

-claro- dijo Harry - ve a la chimenea y comunícate con ellos-

Los tres se encontraban comiendo y hablando sobre los últimos ataques que habían hecho los seguidores de Caín.

-Es posible que por lo menos en la mesa no se hable más de esta guerra- protesto Ginny - ya hablamos de eso constantemente en el trabajo, para continuar aquí con el mismo tema-

-lo siento amor, tienes razón- dijo Harry y le tomó su mano. Repentinamente un leve zumbido resonó en la casa.

-¿Qué es eso?- preguntó Ginny, Albert y Harry se pusieron en pie enseguida y sacaron sus varitas.

-¡Es la alarma!- dijo Albert - la primera defensa mágica de la casa ha sido destruida- caminó hacia la puerta. Harry ubicó a su esposa tras de él. - ¡Señor ministro, salga de aquí inmediatamente!-

-¡No!- dijo Harry, y lanzó una mirada asustada a su esposa - Caín está aquí- la puerta de la casa estalló y Albert que se encontraba frente a ella, fue lanzado a un extremo de la casa inconciente, varios trozos de la puerta y partes de la casa salieron esparcidos, Harry cubrió a su esposa. - estas bien- dijo él a su esposa.

-No por mucho tiempo- dijo la voz fría de Caín que entraba por el hueco que había hecho en la casa. Iba acompañado de dos hombres y una mujer.

-miren que tierno
- dijo la mujer riendo -
protegiendo a su esposa- Ginny también sacó su varita.

-¡Vete Caín!- dijo Harry con Ginny a su lado preparados para combatir.

-Ahhhh no se preocupe Sr. Ministro- dijo Caín acercándose hacia ellos -me iré tan pronto me lleve sus células mágicas, principalmente la de ella-

-¿Cómo?- dijo Harry, y una leve mueca de miedo se dibujo en su rostro - ella no tiene
-

-¡JA!, me va a decir que su esposa no fue tutora de Naím- dijo Caín riendo - Cada vez que Naím hablaba de las fabulosas historias que su madre le contaba cada noche. Solo la tonta no entendió que su madre la estaba empoderando de las miles historias mágicas-

-¡Ginny no tiene nada que ver en esto!- dijo el ministro tratando de cubrir a su esposa.

-no es solo por su conocimiento Potter- Caín había dejado de reír y seriamente apuntó hacia Harry -ella es la única persona que tiene en su inconciente los recuerdos de Lord Voldemort, ella ha sido la única persona que ha sido poseída por él-

-yo no recuerdo nada de eso- dijo la mujer valientemente saliendo detrás de su esposo y dispuesta a enfrentarse a él.

-no se preocupe yo lo haré por usted- dio unos pasos hacia ella.

-¡no te atrevas a acercarte a ella!- dijo Harry cerrándole el paso

-Tranquilo Sr. Potter, usted morirá primero
-

*

Naím corrió al ver una parte de su casa destruida, el poder que se encontraba dentro no era otro más que el de Caín, él iba tras sus padres
. No, no podía permitir que nada les pasara, no en este momento
. Su corazón se aceleró y le golpeaba con fuerza el pecho temía encontrar algo desagradable cuando entrara.

-¡Harry!- el cuerpo herido y casi inconciente del ministro fue lanzado hacia un extremo de la casa destrozando una librera que se encontraba en una de las paredes, su esposa se acercó a él como pudo y lo tomo en sus brazos. - Resiste por favor-

-¡está acabado!- dijo la mujer cruzándose de brazos y riendo. Caín elevó su varita

-Ahora es su turno, ya no hay nadie que la proteja- dijo el hombre con una sonrisa demente en su rostro.

-eso es lo que tu crees- Naím apareció repentinamente entre sus padres cerrándoles el paso hacia ellos.

-¡Naím, querida amiga!- dijo el hombre extendiendo los brazos -¿Cuánto tiempo sin vernos?-

-¡yo no soy tu amiga!-dijo la mujer con fuerza y apuntando hacia sus enemigos,

-Vamos, ¿Qué haces aquí?- dijo el hombre levantando también su varita y sonriendo - eres bastante mal agradecida -

-¿Qué yo soy malagradecida?- dijo irónicamente ella - yo no fui quien traicionó nuestra amistad Caín-

-vamos, deberías darme las gracias, voy hacerte un gran favor-

-¿Así?- continuo con su ironía Naím.

-¡Claro!, te quitaré los estorbos que te hicieron daño- dijo señalando con su cara hacia donde sus padres se encontraban - a demás, tu los odias ¿no?, así que apártate y déjame continuar con mi labor-

-¡No!- dijo - no permitiré que toques a la gente que amo- Caín rió.

-parece que te has ablandado ¿y que harás?, ¿tratarás de matarme Naím?- dijo el hombre haciendo girar la varita entre sus dedos - ya no soy el mismo de hace cinco años, te dije que te arrepentirías de haberme dejado con vida- y le apuntó directamente a su rostro - y no pienso irme sin ella- Naím vio de reojo a su madre.

-deja a mi madre en paz- y conjuro un muro que ocultó a sus padres de la vista de ellos. - ella no tiene nada que ver en esto-

-¿Aun no te has dado cuenta Naím?- dijo irónicamente el hombre - ella era tu tutora de historia, a demás su célula mágica es la más valiosa para mi, no me iré sin obtener los conocimientos sobre Lord Voldemort - Caín realizó un movimiento de varita, con el que destruyó el muro. Naím creo como un escudo transparente que cubrió a sus padres del estallido del muro - te dije que te arrepentirías de no haber acabado conmigo
. A demás estás sola y así no podrás matarme-

-¡ella no está sola!- Mateo se apareció junto a su tutora, varios aurores les rodearon.

-¡Vaya, el muchacho maravilla hace su entrada!- dijo irónicamente, y lo miró escaneándolo - aun son vulnerables y puedo acabar con los dos- y guardo su varita - pero no será hoy
- elevó sus brazos y apareció un remolino negro que lo hizo desaparecer con sus aliados.

Al desaparecer, Naím corrió hacia donde se encontraban sus padres, su madre aun sostenía a su esposo en brazos.

-¡Mamá!- y con una de sus manos acarició el rostro de su madre -¿estas bien?-

-Si- dijo la mujer llorando -¿pero Harry no
?- Naím tomó el brazo de su padre, su pulso era débil y estaba muy herido. Mateo se acercó a ellos.

-Déjame curarle- dijo Mateo y acercó su mano hacia las heridas del cuerpo del ministro, sangraba mucho de los costados, una mano le detuvo.

-no lo hagas- el ministro despertó - perderás mucha energía y en estos momentos no es prudente- había mucha gente alrededor.

-Papá- dijo Naím - ¿Yo
?- él le sonrió y se desmayó. - ¡Debemos ir a San Mungo ahora!- ordenó Naím, Mateo tocó con una de sus manos al padre de Naím, siendo ocultados por los amigos de ella.

-¿Qué haces?- dijo Naím entre dientes - no lo hagas, ya le oiste-

-no te preocupes- y un leve resplandor salio de su mano hacia el ministro - solo he compartido parte de mi energía con él, para que lleguemos a tiempo al hospital- una camilla hizo su aparición entre los escombros en los que se llevaron al joven auror y al ministro desapareciendo. Naím tomó a su madre.

-vamos al hospital mamá- quien se abrazaba a su hija -¿Dónde está Fawkes?- el pájaro apareció junto a ellas -¿nos llevas a San Mungo?- dijo amablemente - nos vemos luego- les dijo a sus amigos y desapareció.

Llevaban mucho tiempo en el hospital, ningún medímago salía para saber como estaba él, sus tíos habían llegado un momento después y le habían relevado en tratar de consolar a su madre, ella se alejó un poco.

-lamento mucho lo que te dije Naím- dijo Mateo que se había acercado a ella - no tenia ni idea de lo que había sucedido entre ustedes- y bajo la cabeza avergonzado - no debí decir nada, perdóname-

-no te preocupes- dijo suavemente - tu tenias razón y la verdad
si no me hubieras dicho eso
yo no habría ido a la casa de mis padres esta noche
y quizás ellos a esta hora ya estarían
- su voz se quebró, Mateo le abrazó y le hizo callar.

-No digas eso- dijo el hombre acariciando el cabello azabache de ella - ellos estarán bien ya veras- Frank salió por la puerta en las que se estaba atendiendo al ministro, todos se acercaron a él.

-¿Cómo esta Harry, Frank?- dijo Ginny

-no se preocupen, está estable aunque un poco débil- los rostros de todos se relajaron y Mateo abrazó con fuerza a su amiga - fue una suerte, con el ataque que recibió
es un milagro que esté con vida- Naím se abrazó más a Mateo

-gracias- le dijo ella al oído

-es lo menos que podía hacer- dijo el joven,

-Ehem- una fingida tos los hizo separase repentinamente, era Frank y todos les miraban fijamente, causando que se sonrojaran. - tu padre quiere verte, mi tía ya está a dentro-

-gracias- y entró a la sala, Ginny acariciaba con ternura el rostro de su esposo y giraron su vista al ver llegar a su hija. -Hola- fue lo único que pudo decir, se metió sus manos a los bolsillos de su Jeans y se acercó dejando un espacio entre ellos.

-acércate hija- le dijo su madre sonriéndole, ella se acercó hasta estar frente a sus padres


-Yo
este
¿Cómo te sientes?- dijo viendo a su padre

-bien gracias a ti- y le sonrió

-yo no hice nada, Mateo llegó y te dio un poco de fuerzas para mantenerte con vida-

-hija yo
- Naím no pudo contenerse y se abalanzó hacia su padre y comenzó a llorar.

-perdóname papá- este le acarició su cabellos - perdóname por no entender tus razones, por haberme desaparecido por tanto tiempo y haberte tratado tan mal
- su padre le limpio las lagrimas con su mano y le levantó su rostro.

-no, perdóname tú a mí- dijo con sus ojos brillosos - debí decirte la verdad desde el principio y no tratarte así, yo no quise darme cuenta que frente a mi tenia a una mujer y te seguí tratando como niña- y le abrazó con fuerza - se que es un poco tarde para esto, pero lamento mucho lo que paso con Ariel, era un gran joven y muy valiente- ella levantó su rostro y sonrió

-lo se- después de eso, paso hablando con sus padres sobre todo lo que habían hecho ellos por años y lo que ella había hecho, nadie les interrumpió sabían que en cinco años, muchas cosas se habían acumulado.
El ministro poco a poco fue recuperándose, pero aun no le daban el alta en el hospital, Naím se había llevado a su madre a su casa, pero las dos pasaban más tiempo en el hospital, habían suspendido los entrenamientos de Mateo, el había preferido darle su tiempo, le decía que ella no se concentraría, así que el prefería esperar.

-Los medimagos dicen que me darán el alta en unos días- decía el ministro a su familia y amigos en la habitación del hospital.

-yo creo que a ustedes les encanta pasar aquí
- decía Frank - si quieren, les saco una membresía a todos- causando que todos rieran.

- no gracias, yo prefiero mi casa hijo- hablo Ron - Tu casa pronto estará reparada Harry, debemos reforzarla nuevamente con hechizos y principalmente creo que debemos ocupar el encantamiento fidelio, no podemos arriesgarnos, creo que en la casa de Naím también debe realizarse este hechizo-

-no te preocupes tío, mi casa ya lo tiene-

-¿Cómo?- dijo extrañado - ¿tu lo hiciste?-

-No, lo hizo mi papá- y le sonrió a su padre, él le devolvió la sonrisa y todos les miraban extrañados.

-¿te diste cuenta?- le preguntó

-claro, como ignorar tu presencia mágica- dijo Naím acercándose a él y tomándole su brazo - mi casa lo tiene desde hace 5 años, por eso no podían encontrarme. Mi papá lo hizo después de que Ariel murió-

-¿tu sabias donde encontrar a Naím y nunca me dijiste?- dijo indignada su madre

-heee
- el ministro no hallaba como salir de esa, su esposa explotaría al ver como poco a poco su rostro se ponía tan rojo como su cabello.

-no podía mamá- salio su hija al rescate - recuerda que en el encantamiento fidelio, la persona no recuerda donde están escondidos, hasta que desee dar el secreto. Mi papá solo deseaba protegerme, no te pongas así-

-es cierto mi amor- dijo el ministro aliviado.

-no llevan ni una semana juntos y ya se empiezan a cubrir las espaldas- dijo Ginny mirando a su esposo e hija y riendo.

-parece que hay cosas que nunca cambian- dijo Ron - bueno pero aunque la casa de Naím ya la tenga, hay que hacerla en la tuya-

-no te preocupes tío, yo la haré cuando la casa esté lista- dijo Naím.

-me alegro saber que todo está bien- dijo Hermione acercándose a sus amigos

-Bueno familia, me retiro. Mateo me está esperando- dijo la joven colocándose su sudadera azul - si le doy más vacaciones, se volverá un holgazán-

- Naím, te recomiendo que trates de salir por la puerta del personal- le dijo Frank

-¿Por qué?-

-por que está llenó de reporteros haya abajo- dijo Frank - se dieron cuenta que volviste y que salvaste a tu padre, así que te imaginarás
-

-solo eso me faltaba- dijo la joven -¿por donde salgo?-

-por el pasillo verde-

-Espera hija- Harry, dio un largo silbido y el hermoso fénix apareció - Llévate a Fawkes contigo, puede ayudarte a salir- Fawkes se poso en el brazo del ministro - ¿Quieres cuidar de ella Fawkes?, ¿Quieres ponerte a su disposición?- el pájaro de fuego dio un hermoso sonido que interpretaron como un si, y se fue volando hacia el brazo de Naím. - Queda a tus servicios-

-Gracias papá- y en una ráfaga de fuego y luz desapareció. Naím se dirigió hacia el ministerio para continuar los entrenamientos con Mateo, parecía que el humor de la chica había cambiado mucho, se reunía más con sus amigos y reía con mucha frecuencia. Mateo pensaba que su tutora no era tan odiosa después de todo. Sus amigos decían que había vuelto a ser la joven de antes.

De vez en cuando, Mateo notaba que a Naím se le veía cansada y con ojeras, pero ella le sonreía diciéndole que estaba bien, ni él y Porthos se lo creían, de vez en cuando Mateo les veía hablar en secreto y le parecía que Porthos estaba preocupado.

-¡Muy bien!- dijo Naím después de el ultimo entrenamiento - veo que ya dominas esto-

-me muero de ganas por probarlo- dijo Mateo emocionado

-Cuidado Mateo, no debes utilizarlo al azar- dijo su tutora - es magia muy poderosa y no podemos permitir que se desborde-

-tranquila, sabré utilizarlo-

Los jóvenes se retiraron del salón de entrenamientos del ministerio, el padre de Naím saldría el siguiente día del hospital y ella quería tener todo listo cuando le dieran el alta. Esa tarde la pasaría en su casa con su madre, juntas habían estado preparando la bienvenida para él.

-Ufff, terminamos- dijo Ginny después de colocar unos floreros en el cuarto.

-Si, ¿quieres un café?- dijo la chica

-¡Claro!- y se fueron juntas a la cocina, Naím preparaba el café.

-¿no crees que es más fácil, solo agitar la varita?- dijo su madre haciendo un movimiento con su mano. Naím sonrió y le miró.

-me gusta más de esta manera- y sirvió dos tazas y las colocó en la mesa, se sentó frente a ella. - Mamá, ¿Por qué no me dijiste que eras mi tutora también?-

-creímos que era mejor no decirte que recibirías más clases- dijo su madre tomando un sorbo de café - ya estabas muy saturada de trabajo, las clases de Bins, no te gustaban mucho en el colegio
- dijo viendo a su hija tras la taza - y no queríamos que te resistieras a aprender más, así que tu padre pensó, que la mejor manera de darte la historia, era que pensaras que solo eran cuentos-

-si es verdad- dijo reflexionando - mamá ¿Cuándo supieron ustedes de la leyenda?-

-cuando cursabas tu quinto año- su madre bajó la vista hacia su taza - Cuando la profesora McGonagall nos lo dijo, no podíamos creerlo, tu padre y Ron se pusieron a buscar el otro niño, era esencial
- le miró a sus ojos - tu padre prefirió que guardáramos el secreto hasta que le encontraran
-

-
y pasaron muchos años esperando- dijo Naím, repentinamente una alarma como de reloj, empezó a sonar en el bolsillo de Naím, ella tomó una pequeña cajita de metal negra y la vio horrorizada.

-¿Qué sucede Naím?- Ginny se acercó rápidamente a ella que rápidamente dio un largo silbido y Fawkes apareció.

-Fawkes, ve por mi padre y tráelo aquí- Naím corrió hacia la puerta - Cuando mi padre regrese, no salgan de la casa. Estarán más seguros-

-¿por lo menos explícame lo que sucede?- Naím se detuvo - Hija
-

-un amigo está en problemas y debo ayudarlo- dijo tomando a su madre por los hombros, repentinamente Fawkes apareció llevando a su padre.

-¿Se puede saber por que me sacaste así Naím?- su padre caminó hacia ella algo molesto - ¡Porthos acababa de llegar con el informe de un ataque!-

-¡¿Donde?!- Naím se puso frente a su padre

- Es en una zona muggle- dijo su padre - en Trafalgar Sq
.-

-¡Hay no!- tomó su chaqueta y se la puso enseguida, empezó a salir, su padre salio tras ella, seguido por su madre.

-Naím, espera- su padre la alcanzó cuando caminaba por el patio antes de salir por el portón -¿Qué sucede?-

-Uno de mis amigos vive ahí papá, debo ir- cuando Naím cruzó el portón un pergamino apareció y cayó en su mano. Ella lo abrió y el terror se dibujo en su rostro -¡Maldito!- arrugó el pergamino, lo metió en la bolsa de su chaqueta y desapareció.

-Harry
- su esposa se acercó a él.

-Ginny, debo ir donde es el ataque-

-aun estás delicado Harry, ella te mando a traer para que estuvieras seguro en su casa- le dijo su esposa seria.

-Ginny, ya la dejamos sola una vez- miró a su esposa y le tomó sus manos - no podemos abandonarla, en este momento nos necesita-

-esta bien, voy contigo- y los dos desaparecieron

****

-¿Qué sucede hijo?, ¿estas bien?- preguntó Margarita asustada cuando su hijo se levantó de la mesa precipitadamente.

-Yo si- dijo poniéndose la chaqueta -pero parece que a Naím le gusta meterse en problemas-

-¿Qué le paso?- dijo su padre acercándose

-no lo se, pero debo irme- le dio un abrazo a su padre y un beso a su madre. - nos vemos después-

-¡hijo!- le grito su madre cuando él llegaba a la puerta - cuídate mucho por favor- él le dio una sonrisa

-lo haré- y desapareció.

***

La noche estaba cayendo, las lámparas de la calle se fueron encendiendo una a una. En la esquina de la calle Trafalgar, se elevaba una iglesia en el que dentro de sus portones había muchas personas frente a la entrada, estos miraban como otro grupo, armado de varitas, tenía a varios niños de pie en la puerta y Caín tenía a muchos muggles más dentro del templo.

-Señor- dijo Hirtzan a su jefe - Caín tiene más de cien rehenes dentro del lugar, los ha ubicado alrededor de las paredes para que no podamos destruirlas e ir por ellos-

-¿que?- dijo el jefe de aurores - debe haber algún lado vulnerable por el que podamos entrar-

-no hay ninguno señor- dijo Lea uniéndose a la conversación - a cubierto el lugar mágicamente para que nos descubran si intentamos acercarnos o atacarles-

-aprendió muy bien la lección de la última vez- dijo Ron Weasley maldiciendo por lo bajo. El sonido de una aparición hizo a todos ver hacia el frente, Naím había aparecido en medio del terreno, entre los aurores y a los legionarios de la oscuridad, viendo la escena que tenia al frente su rostro mostró miedo e indignación. Los niños al verla gritaron su nombre, Porthos se acercó a ella.

-Naím-

-Porthos- dijo con un nudo en su garganta - ¿hay mas gente dentro? Tiene a René ¿verdad?- su amigo asintió, ella cerro los ojos paso una mano por su cabello y caminó hacia la entrada del templo.

-¿Qué vas a hacer?- dijo su amigo sujetándola del brazo, ella le miró seria.

-negociar- y se soltó del brazo de Porthos -¡Caín!- le gritó -¡Caín, aquí me tienes!- el rostro moreno y de expresión cínica llegó al umbral del templo - aquí estoy sin Mateo como querías-

-¿Qué?- dijo Porthos

-no te acerques Porthos- le dijo Naím

-me alegro que hayas aceptado mi invitación- dijo riendo y extendiendo sus brazos - pero pasa adelante, aquí hay un par de amigos tuyos que quieren saludarte-

-suéltalos Caín- dijo seria - ¿Qué es lo que quieres a cambio de ellos?-

-tú bien sabes lo que quiero
- dijo acariciando su varita - lo mismo de hace cinco años
.-

-acepto
- dijo la chica

-¡¿Qué?!- gritaron sus amigos y tío a su alrededor, Ron se acercó para hablar con su sobrina - Naím, no puedes unirte a ellos-

-¿se te ocurre una mejor idea para que todos esas personas y niños salgan ilesos de aquí?- dijo ella viendo a su tío con ojos tristes - confía en mi tío- dijo abrazándole - todo saldrá bien. Te quiero- y se dio la vuelta -diles a mis padres que me perdonen, que los extrañaré y que nunca deje de amarlos-

-¿Qué piensas hacer?- ella le dio una sonrisa triste y caminó hacia Caín.

-Toda tuya- dijo Naím - ahora, suelta a los niños y a las personas que tienes dentro del templo-

-¿Cómo sabré que cumplirás tu palabra?- dijo Caín elevando una ceja

-mmm- dijo poniéndose una mano en su barbilla pensando, luego la retiró y miró a su enemigo directamente a los ojos - haré la promesa inquebrantable contigo ¿de acuerdo?-

-¡NO!- gritó Porthos -¿estás loca?-

-¡Cállate Porthos!- dijo la joven -Qué mejor garantía que esta Caín-

-libérenlos- dijo Caín, los niños corrieron hacia Naím, quien los abrazó

-¿están bien?- les dijo preocupada y tocando la caritas de cada uno de ellos, algunos lloraron en sus brazos.

-Tía, mi mamá y abuelita están dentro- dijo un niño de ojos color miel

-¿Amelia está aquí?- dijo sorprendida, viendo a su enemigo, que sonreía al verla - no te preocupes ellas saldrán pronto, al igual que sus padres- les dijo a los demás niños - vayan hacia ahí, ellos son mis amigos- y les señaló hacia donde estaban Lea, Porthos, Hirtzan y Ron. Todos salieron corriendo hacia donde ella les había indicado, el niño de ojos color miel se había quedado junto a ella y le tomó su mano.

-Yo quiero quedarme contigo tía, tengo miedo- dijo el niño abrazándola. El ministro y su esposa aparecieron en ese instante, ella les vio. -David escúchame
- y se agachó a la altura del niño - ves a ese señor de ojos verdes y a la señora de cabello rojo-

-si-

-ellos son mis padres, ¿quieres quedarte con ellos hasta que salga tu mamá?- el niño se abrazó más a ella, Naím le tomó de la mano y se fue hacia sus padres, ella se agachó nuevamente y pasó su mano que brillo frente a los ojos del niño y este callo dormido.
-¿podrían cuidarlo, hasta que salga su mamá?-

-¿Hija?- dijo Ginny, Naím tomó al niño y lo puso en los brazos de su padre.

-por favor-

-Si- dijo Harry

-gracias- y se fue hacia el umbral del templo, colocándose frente a Caín. - Suelta a sus padres Caín- su voz sonó más a una orden que a una petición, Caín sonriendo, le dio una señal a sus hombres que uno a uno, iban dejando salir a los adultos, los últimos en salir fueron René y Amelia que al verla intentaron acercarse pero los hombres de Caín no le dejaron.

-¡Naím! ¿Qué es lo que este hombre quiere contigo?- dijo René forcejeando con el hombre que le detenía.

-no te preocupes todo saldrá bien-

-¿Naím, hija?- dijo la mujer de rostro dulce y cabellos negros idénticos a los de su amado Ariel -¿Qué está sucediendo?-

-nada Amelia, salgan de aquí rápido- dijo la joven viéndola de reojo - David está con mi padre-
-¿tu padre?- dijo la mujer

-¡salgan de aquí por favor!- les gritó Naím perdiendo el control, los dos se fueron dejando el templo vacío, los hombres de Caín formaron una línea de defensa frente a ellos con las varitas levantadas por cualquier ataque de los aurores.

-Yo cumplí Naím, ahora te toca a ti- Naím solo asintió, ella se puso de rodillas y Caín sonrió.

-¡Nadia!, necesitamos que tu selles nuestro juramento- en ese momento Mateo apareció, Caín se puso de rodillas también.

-¡Naím!- gritó el joven, Porthos le agarro rápidamente -¡déjame Porthos, el puede matarla!-

-¿Qué?- dijo Caín molesto viendo al joven y devolviendo la misma mirada a Naím.

-Yo no le he llamado- dijo Naím molesta viendo a su enemigo

-ya veo, su conexión se hace más fuerte
-

-no voy a esperar aquí toda la noche Caín- dijo la joven elevando su mano derecha y esperando la mano de su enemigo, Nadia ya se encontraba entre ellos.

-¡NO Naím!- su padre le dio el niño a su esposa y también intentó acercarse, pero nuevamente Porthos le cerró el paso. -¿Qué te pasa Porthos? Quítate de mi camino-

-disculpe señor, pero no puedo-

-¿Qué esperas Caín?- le dijo la joven riéndose -¿acaso temes?- Caín le vio severamente y tomó el brazo de Naím, ella sonrió -¡Gracias!- y una mirada severa surcó el rostro de Naím. Esta elevó su mano izquierda, causando una ola de energía que tiró al suelo a todos los presentes. Menos a ella y a Caín.

-¿Qué haces estúpida?- dijo Caín intentando soltarse de la mano de Naím, parecía que estuvieran pegados, por que por más fuerza que hacia para tratar de soltarse, era imposible.

-acabar lo que deje a medias hace cinco años- su mano comenzó a brillar intensamente y Caín gritó, Mateo se levantó con mucho esfuerzo y poco a poco fue acercándose, Porthos también lo hizo. -¡No se acerquen! Es peligroso- les gritó al verlos acercarse, inmediatamente formó una cúpula de energía en la que dentro solo quedaron Caín, Nadia y Naím. Porthos lanzó un hechizo a la cúpula y el rayo reboto, rozando su brazo.

-¡Naím! No lo hagas - le gritó Mateo desde fuera de la cúpula, Porthos intentó atravesarla, pero al acercarse un rayo de energía le lanzó lejos. La joven le miró


-debemos acabar con Caín- le dijo en su mente

-¿a que precio? ¿A cambio de tu vida?- le contestó Mateo - no puedes absorber toda su energía, morirán los dos-

-lamento mucho que te hayan involucrado en esto
- y una mueca de dolor se dibujó en su rostro -
tu tenias una vida muy tranquila antes de esto- y le sonrió - cuida a tu familia y dile a tu madre que lo intenté-

-¿Qué?- dijo Mateo y le gritó -¡Naím, recuerda que debemos hacerlo juntos, o tu morirás y él no!-

-lo debilitaré lo más que pueda y entonces tu acabarás con el- Naím mantenía la comunicación mental para evitar que Caín oyera su conversación; tanto Caín como ella se debilitaban.

-¡¿Por qué eres tan terca?!- le gritó Mateo molesto

-¡Suéltame!- dijo Caín intentando soltarse del brazo de Naím, -te dije que no era él mismo de hace cinco años- y lanzó un rayo rojo en la cúpula de energía que Naím había hecho para alejar a sus amigos, ahora el grito fue de ella. - ¡Tú morirás no yo!- y rió cínicamente.

-¡La va a matar!- dijo Harry con el rostro abatido, los aliados de Caín comenzaron una lucha con los aurores que se encontraban ahí, estos estaban en desventaja, ya que a demás de pelear debían proteger a los Muggles que estaban en el lugar.

-¡Claro que no!- Mateo comenzó a brillar y su mano derecha emitió la característica luz blanca, la energía de Mateo se estaba concentrando en su mano y una reluciente espada comenzó a brotar de ella, la luz del arma lanzaba destellos entre plateados y rojos, el la tomó con fuerza.

-¿Qué vas a hacer?- dijo el ministro

-¡acabar con esto ya!- y elevó la espada hasta tratar de cortar la cúpula de energía, en el rostro del joven se notó el esfuerzo que hacía por atravesarla, Mateo concentró su fuerza en ese golpe los destellos brillaron más y poco a poco la cúpula de energía fue agrietándose


-¡NO- gritó Caín desde adentro. Naím estaba tan débil que empezó a perder el conocimiento -¡Ustedes no podrán vencerme, aun no han aceptado el lazo que les une!- cuando la cúpula termino de romperse y estallar en pedazos, ella había caído al suelo, Caín y Nadia desaparecieron al instante, los legionarios de la oscuridad continuaron la batalla hasta que uno a uno se retiraron del lugar.

-¡Hija!- Harry corrió hacia donde Naím se encontraba inconciente, la tomó entre sus brazos - esta helada- dijo palpando su rostro. Porthos trató de buscar su pulso.

-su pulso es débil, debemos llevarla a san mungo ahora- Mateo se acercaba a ellos, por su rostro resbalaban gotas de sudor y respiraba entrecortadamente.
-No llegaremos
a tiempo- y se agacho junto a ellos -discúlpeme- le dijo al ministro y tomó entre sus brazos a Naím. Su cara estaba pálida, su cuerpo estaba flácido y frío, él la abrazó y nuevamente comenzó a emitir un resplandor de luz menos intenso del que había utilizado en la batalla.

-¡No lo hagas!- dijo el ministro alarmado

-¡Si no lo hago morirá!- poco a poco el color del rostro de Naím regreso. Porthos revisó su pulso -¿está mejor?- dijo el joven totalmente agotado.

-Si- dijo Porthos.

-Que bien- y Mateo se desmayó.

Escuchaba susurros de voces a su alrededor, su cuerpo le dolía y le sentía pesado al intentar moverlo. Quería abrir sus ojos, pero los parpados le pesaban. Poco a poco comenzó a despegarlos, el resplandor de la luz le molestaba; no podía distinguir las sombras o las personas que se encontraban a su alrededor


-Perdió mucha energía en el ataque-

-la verdad, fue bastante sorprendente y aterrador a la vez-

-es una suerte que aun este con vida-

-suerte es que no les mate por dejar que Caín se les fuera- dijo Naím abriendo sus ojos e intentando levantarse.

-¿Cómo estás?- dijo su padre

-Como nueva, no se nota- y una mueca de dolor se dibujo en su rostro cuando intentó sentarse. Al abrir bien sus ojos, vio a su alrededor a su padre y tío -¿escapo verdad?-

-si pequeña- su tío le respondió

-¡esa escurridiza serpiente!- dijo la chica -¿la gente está bien?-

-Si, no te preocupes- dijo su padre - tuviste suerte Naím, casi mueres- su padre se puso serio - ese fue un acto bastante irresponsable de tu parte hija-

-si papá- dijo riendo - ¿Dónde está mamá?-

-con los padres de Mateo-

- y ¿Dónde está él? Solo recuerdo que intentaba romper la energía y
¿Dónde está él papá?- dijo asustada, miró a su tío y padre que no le respondían.

-él te salvó Naím, compartió lo último que le quedaba de energía para mantenerte con vida lo suficiente para llegar
-

-¿Dónde está?-dijo la mujer con temblor en su voz

-Recuperándome más rápido que tú, por su puesto, ¡mujer terca!- dijo Mateo entrando a la habitación de Naím, con bata y pantuflas. Los tres hombres comenzaron a reír.

-¿Cómo pudieron asustarme de esa manera?- le riñó a su padre y tío.

-te lo mereces por asustarnos a nosotros- dijo Mateo, Ginny entraba a la habitación acompañada de los padres de Mateo.

-¡Naím, ya despertaste!- dijo la pelirroja y se fue junto a su hija a darle un beso

-hola mamá- y sonrió - Mateo ¿cómo permitiste que Caín se te escapara?-

-hay no, te acabas de despertar y ya me estás regañando- dijo Mateo indignado - a demás la imprudente fuiste tu, ¿Cómo se te ocurre hacer semejante plan sin consultarme?-

-¿sin consultarte?- dijo ella sorprendida - que arrogante eres
.-

-yo no soy arrogante, tú y yo debemos trabajar en
-

-será mejor que los dejemos- dijo Harry en un susurro a los padres de Mateo, Ginny y Ron y salieron del cuarto, los jóvenes discutían tanto que ni siquiera se dieron cuenta.

-¡vaya! Estos no cambian- dijo Ginny riendo

-pero hay cosas que si- dijo su esposo poniéndose serio - Caín ha demostrado que es más fuerte y que no será fácil vencerle-

-si, pero Naím y Mateo le destruirán al final- dijo Ron.

-Caín dijo algo muy cierto en la batalla- dijo el ministro

-¿Qué dijo ese hombre Sr. Ministro?- preguntó Margarita.

-Que no podrán vencerle hasta que no acepten el lazo que existe entre ellos- dijo reflexionando

-¿un lazo de que?- dijo Ron

-eso es lo que hay que descubrir amigos- todos regresaron la mirada hacia la puerta cuando Mateo gritaba.

-¡Naím baja esa silla! no, no este es un hospital, ¡Naím
.!- y todos los espectadores rieron.

****
NOTA: gracias por leer hasta el final y espero que lean la segunda parte de mi historia llamada One more time hasta pronto. Celtapotter (Celina J. Campos)

 

Uno de Nosotros - Fanfics de Harry Potter

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Una de las calles de Londres Muggle era testigo de una feroz batalla 4 Jóvenes entre los 22 y 24 años trataban de negociar con el que parecía el líder de l

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2024-09-26

 

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