Vendí mi vida por cuatro duros. Sí señor, aquí estoy. Mi vida no sólo es amargada y aburrida, sino que es un completo desastre. La soledad me acompaña, por lo que no estoy solo. También me acompañan las cadenas de una prisión invisible y la carga de una vida dolorosa.
Sí, la verdad es que estoy demasiado acompañado. Sin ir muy lejos, hoy mismo castigué a Potter durante la tarde. Sólo logró dejar los calderos peor de lo que estaban, pero me hizo compañía amargandome la existencia durante dos largas horas. Es el primer año del chico y ya ha dado más problemas que su padre. ¡El otro día se enfrentaron a un trol! ¿En qué estaban pensando?
Mi mal humor empeora cada día y no sólo no aguanto a Potter, sino que detesto que esos ojos verdes tengan que estar sujetos a la cara de Potter, a la cara idéntica de JAMES Potter. Desisto de mirarlos y ver en ellos el resplandor verde de mi pasado. Miró más en ellos de lo que quisiera ver, pero después de salir de mi ensimismamiento sólo digo: "Diez puntos menos para Grifindor, Potter"
La verdad es que el chico tampoco tiene la culpa de que todo el mundo le conozca. Sé que el preferiría ser anónimo, pero me acuerdo de su padre y no puedo soportarlo. Me convenzco a mí mismo de que Harry Potter busca la fama y la gloria y que se pavonea por los pasillos de su maldita cicatriz, pero en el fondo sé que no es cierto. Me da igual, ya se lo dije a Dumbledore: yo no voy a simpatizar con él jamás. Lo odio y no hay más que hablar.
Giro a la derecha y veo abrirse una puerta misteriosamente. Harry Potter debe estar bajo esa asquerosa capa. Me muevo sigilosamente intentando encontrarle en la oscuridad de la noche y tener algún motivo para castigarle. Entonces oigo un ruido: Es Quirrel. Sé que él soltó al trol y no había tenido oportunidad de hablar con él hasta ahora. Lo agarro por la túnica y lo estampo contra la pared. También sé que fue él quien intento matar a Potter haciendolo caer de la escoba. Suerte que estaba yo para ayudarlo, aunque el muy idiota piensa que soy yo el que quiere matarlo. ¡Ja! Ni que a mí me importase su vida. Sólo lo hago por esa asquerosa promesa.
Acabo de hablar con Quirrel, quien se marcha con paso rápido lo más lejos posible de mí. ¡Maldita sea! Ahora no podré atrapar a Potter. Giro sobre mis talones y me dejo caer sobre la fría pared. Recetas faciles y rápidas
Lily... Si supieras el tormento por el que tengo que pasar. Si pudiera volver atrás cambiaría muchas cosas, pero mírame ahora. He vendido mi vida y no tengo donde caerme muerto. ¡Ojala estuviera yo muerto!
Entro en la sala de la que supuestamente salió Potter y me encuentro con un enorme espejo. Sé que es, pero no quiero caer en la tentación de mirarlo. Finalmente me acerco como una polilla a la luz, y miro hacia él. Tus ojos me devuelven la mirada y yo caigo al suelo. Mis puños se aprietan inconscientemente y mis lágrimas piden paso atropellandose entre ellas y saliendo despavoridas hasta caer al suelo. Lily... Susurro en un gruñido desgarrador. Levanto la mirada sin poder vencer la tentación. Tú estas ahí, sonriendome. Levantas la mano y la colocas en el espejo. Yo me levanto también y la coloco en el mismo sitio que tú, pero al otro lado. Se que no son más que ilusiones, pero juraré por mi vida que sentí calor en la mano, mientras que antes el cristal era frío y solitario. No sé si pasé minutos, quizás horas mirándote. Me pregunté qué habría visto el joven Potter en ese endemoniado espejo y tal vez yo mismo encontré la respuesta.
Me quedé a tu lado, sólo observándote, hasta que el sol nos sorprendió sonriente, y tu no habías dejado de hacerlo en toda la noche. Tu sonrisa era mi vida, la misma que había vendido. Cerré los ojos para no ver los tuyos mientras me daba la vuelta desgarrado de dolor y volvía mis pasos hacia la puerta.
-Severus- Dijo una voz- Gracias...
Me giré y tu estabas ahí, aun sonriendo. No te había visto mover los labios, pero reconocí esa voz.
Volví la noche siguiente, y sorprendentemente vi a Potter allí, obervando el espejo. "¿Mama? ¿Papa? " Decía. Yo lloraba tras la puerta, que cerré cuidadosamente.
Al día siguiente volví una vez más, pero el dichoso espejo ya no estaba allí. Yo sabía dónde lo habría llevado Dumbledore, pero vencería a la tentación, no, no iría a buscarlo más. Había vendido mi vida, pero no mi alma, y menos a un espejo que hacía ver ilusiones y....
En mi rostro se formó una expresión de dolor.
-...Hablaba- Dije para mí, ya una vez en la cama. Cerré los ojos y me dormí, pero no fue un sueño profundo, ni lo había sido desde hacía casi diez años.
Vendí mi vida - Fanfics de Harry Potter
Vendí mi vida por cuatro duros. Sí señor, aquí estoy. Mi vida no sólo es amargada y aburrida, sino que es un completo desastre. La soledad me acompaña, p
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2024-11-12
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