Silenciosa, como el viento cuando sobrevuela el mar, recorrió el camino que llevaba hasta él. No la importaba el peligro, se había entrenado para superar cualquier sentimiento, incluido el miedo. Pero no se consideraba valiente, ella era una superviviente. Y razón no la faltaba. Ser una de las últimas personas de una especie, de una especie mitológica tan importante como a la que ella pertenecía, no le había resultado nada fácil.
Había visto muchas cosas desagradables en su vida, había pasado por situaciones que ni ella misma se habría imaginado sobrevivir, y se había enfrentado a grandes problemas, pero ninguno tan grave y personal como este.
Aunque por su apariencia no aparentase más que una muchacha sin mucho mundo, los años le pasaban en la espalda. Había matado, y hoy volvería a hacerlo.
Sabía que después no sentiría remordimiento, pero en ese momento algo se removió y protestó en su interior. No quería matarlo, pero tenía que hacerlo. Un enemigo no debe seguir viviendo, y mucho menos si es tan peligroso como lo era él.
Se le quedó mirando desde las alturas. ¿Hay alguna manera de que esto salga bien? Se preguntó. No, no había forma de escapar se esa situación. Se convenció por última vez de que esa era la única solución.
Saltó desde lo más alto, y aterrizó en el blando suelo sin hacer el menor ruido. Pero él, claro, ya sabía que estaba allí. Mazos del Hearthstone
Se dio la vuelta despacio, no parecía preocupado por lo que estaba a punto de pasar.
Esos ojos, se dijo la muchacha, eso ojos me paralizan.
-así que por fin vienes a matarme, amor.- "amor", ninguna otra palabra podría causarle más dolor, ni siquiera una herida en el corazón.
No dijo nada, se limitó a asentir. Avanzó hasta él con deliberada lentitud. Aunque en ese momento aparentaba una indudable vulnerabilidad, no dejaba de poseer cierto alo peligroso; demasiado peligroso para que esto acabe tan deprisa, pensó la chica.
Sacó la daga de su cinto con rapidez y gran agilidad, girándola entre sus dedos. Se colocó entre sus brazos abiertos. No derramó ni una sola lágrima mientras hundía la daga entre sus costillas y él cerraba sus alas a su alrededor.
Pero nada había acabado.
Con un grito lastimero recibió una estocada de su amado que la atravesó el corazón. Se miraron a los ojos, él reía, ella lloraba, pero aún no sabía por qué. ¿De pena o de alivio?
- si tengo que morir, amor, moriré, pero tú vendrás conmigo al infierno.
Porque hay historias de amor, le faltó añadir, que no acaban nunca.
VenDRás ConmiGo al InFierno - Fanfics de Harry Potter
Silenciosa, como el viento cuando sobrevuela el mar, recorrió el camino que llevaba hasta él. No la importaba el peligro, se había entrenado para superar cu
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2024-10-13
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