Y me cortaste las alas� - Fanfics de Harry Potter

Y me cortaste las alas

Ya no estoy tan herida como antes, ni tampoco soy tan inocente, por que deje que cortaras las alas a mi pensamiento, por que mi pensamiento no merece alas.

Tal vez no quisiste hacerlo, pero lo hiciste, y cuando te marchaste te llevaste a rastras a mi autoestima.

Y se, que ya es demasiado tarde, demasiado tarde para lamentar. Demasiado tarde para creer en los cuentos de hadas, demasiado tarde para aceptar que solo soy basura, aunque lo supe desde un principio.

Y es demasiado el peso de lo que quiero hacer, por que soy demasiado débil, por que se que no voy a ser capaz de derramar esa sangre, como tu bien me dijiste.

Pero te quiero demostrar que no soy solo débil y de pensamiento extraño, quiero que veas que soy fuerte, y que a la hora de mi muerte vallas a llorar a mi tumba y a orar por mi espíritu.

Y tal vez me duele tanto por que se que todo lo que dijiste es verdad, solo soy una chiquilla insegura y dramática que ama llamar la atención, pero como siempre, trato de cambiar las mentiras para convertirlas en verdades a mi conveniencia.

Por que ahora ya no tengo alas, y por que ya es demasiado tarde para decir adiós, para despedirme.

Y aunque siempre me repetiste que nunca es demasiado tarde, para mi si lo es, por que estoy demasiado cansada de auto compadecerme, por que soy tan inútil que es lo unico que se hacer, lamentarme en un rincón, siempre siendo esa niña ilusa que tiene una pregunta entre la tinta y el papel esperando a que sea respondida.

Me lamento de no poder intentarlo, y ese es precisamente el problema, y ya bien dije, si no hay respuestas no quiero hacer preguntas.

Entonces, trato de decir adiós, y de ver el brillo amenazante y siniestro del acero, sostenido con mi mano derecha.

Y si ya me dijiste, clávate tu acero, pero no digas que duele, no te lamentes.

Y eso es lo que voy a hacer, aunque el dolor sea tan insoportable no me lamentare, aunque duela a morir no llorare, no gritare

por que ya mi pensamiento que nunca mereció alas no las tiene. Y por eso me despido, diciendo adiós

Y paso ese acero por su muñeca, dolía, dolía a mas no poder, la sangre empapaba el piso y allí estaba ella, el ángel sin alas, retorciéndose de dolor por dentro, pero fría y distante por fuera, cumpliendo con nobleza su promesa y sintiendo como su corazón bombeaba dolorosamente, implorando a Dios que esa tortura terminara pronto, y al fin, cuando el dolor se desvaneció y su cabeza golpeo inerte el piso se dio cuenta de algo

ahora si tenia alas.