Draco Malfoy se encontraba en la Mansión Malfoy. Era apenas un niño de siete años, que deseaba pasar un tiempo en compañía de sus padres en el día de Navidad. Un día de amor y paz.
Cuando este pequeño niño de ojos grises y cabellos rubios platinados les comentó de sus deseos a sus padres, en un muy pequeño rato que estaban en casa, estos le contestaron.
- Un Malfoy nunca debe de sentir tal cosa, un Malfoy no debe de celebrar algo tan absurdo. La Navidad es absurda.
El pequeño niño derramo una sola lágrima. Era lo único que quería y pedía. Nada de regalos caros, o algo así. Lo único que quería era estar unos momentos con sus padres en ese día. Nunca pasaban una sola hora de su tiempo para estar con él. Solo trabajaban, o hacían que estaban ocupados en otras cosas como para pasar tiempo con él, con su único hijo.
8 AÑOS DESPUÉS
"La Navidad es absurda" Esas palabras todavía le dolían en el alma, sentía aún la única lágrima derramada en ese día. Así había sido desde entonces, nunca había celebrado la Navidad, nunca había estado feliz o sonriente en una fiesta así. Solo sonreía cuando despertaba, y a los pies de la cama, se encontraba con regalos, increíbles y costosos regalos. Cosas que presumía a todos. Como así debía de ser.
Draco se levantó de la cama, dispuesto a tener que soportar una Navidad más. Dispuesto a ver las caras sonrientes de todos. Dispuesto a tratar de arruinarle la fiesta a alguien. Sí, si él no celebraba la navidad, ¿Por qué alguien más tendría que celebrarla?
Se dirigió hacia el espejo, que estaba al lado de la puerta de salida del vacío dormitorio de los chicos. Había sido el único Slytherin de quinto año que se había quedado por las Navidades. Todo por alejarse de sus padres en estas fechas, les había inventado algo, solo para no tener que verlos.
Miró el reflejo que le devolvía la mirada, y se encontró con un muchacho de quince años, con ojos grises y cabellos rubios. Lucía triste, a pesar de tenerlo todo.
Sacudió la cabeza y se dispuso a dirigirse al Gran Comedor, con caras sonrientes, con risas. Todo eso le daba asco. Tendría que poner en marcha aquél plan de arruinarle la navidad a alguien.
Al llegar al Gran Comedor, habían personas, únicamente en la mesa de los profesores, ahí también se sentaban los pocos alumnos que se habían quedado en Hogwarts. Se encogió de hombros, y sin ninguna palabra se marchó del Gran Comedor, no le apetecía estar junto con personas que creían que la Navidad era la octava maravilla. Se marchó del Castillo.
No había notado que alguien le seguía, hasta que se detuvo en seco y se quedó admirando el Bosque Prohibido, aunque en realidad solo pensaba, no hacía caso de lo que miraba, vio con el rabillo del ojo que algo se movía. Guia y trucos de Tiktok
Sacó su varita, dispuesto a atacar a quien sea. Y se encontró con la Sangre Sucia de Hermione.
- ¿Qué quieres? - Le espetó Draco a la chica
- Yo solo
- Decía mientras se ruborizaba - Ten - Le tendió una pulsera, que tenía DM en diamantes, Draco lo reconoció enseguida - Se te cayó cuando fuiste al Gran Comedor
- Gra-gracias - Draco se odió por decir esas palabras a una Sangre Sucia, pero si a algo le tenía cariño, era a ese brazalete. Lo tenía desde que era un bebé.
- De Nada - A Draco le parecía que Hermione lucía muy bien cuando estaba ruborizada.
Sí, quizá se sentía algo atraído hacia Hermione desde siempre, pero sus padres
¿Y que tenían sus padres? Ellos nunca le habían cumplido su único deseo. Podía pasar el día de Navidad con Hermione. ¿Cierto?
- ¿Vienes? - Le preguntó a una muy sorprendida Hermione
- Cla-claro - Ahora fue el turno de Hermione de tartamudear un poco.
Ambos se sentían confundidos ante tales hechos, pues nunca habían sentido lo que en esos momentos. Era algo mágico.
Draco sonrió y le ofreció el brazo.
Él nunca olvidaría aquella Navidad, en la que había sido completamente feliz, había reído, platicado, sonreído con Hermione.
Pero eso nunca se podía volver a repetir. Draco sabía que ella también pensaba en ello.
Al finalizar el día, Hermione sonreía a Draco.
- ¿Sabes? Nunca pensé que fueras tan agradable - Draco sonrió - Creo que deberíamos
- ¿Irnos? Lo sé - Él miró el cielo oscuro, tendrían que regresar al castillo
- No me refería a eso
Quiero decir, es la mejor Navidad que he pasado
"¿Solo la mejor? ¡Esta ha sido la Navidad más especial de mi vida!" Pensó Draco. Pero claro, como era un Malfoy, no debía de pensar en ello.
- La Navidad es absurda - Le dijo dándole la espalda a Hermione. Ese día había sido una gran excepción, pero ambos sabían que todo tendría que ser como antes, que no deberían de hacer otra cosa más que odiarse mutuamente.
Draco supo ese día que la Navidad no era absurda, y que los Sangre Sucia eran muy buenas personas, agradables, sinceras
Tenían muchas virtudes. Pero ambas cosas nunca las iba a aceptar.
Al llegar a su dormitorio, en las mazmorras, sintió que el efecto de felicidad que había tenido con Hermione se iba.
- ¡La Navidad es absurda! - Gritó, golpeando la cama con el pié. ¿Cómo pudo haber caído ante el encanto de esa Sangre Sucia? ¿Cómo se ablandó de pronto?
La navidad es absurda. - Fanfics de Harry Potter
Draco Malfoy se encontraba en la Mansión Malfoy. Era apenas un niño de siete años, que deseaba pasar un tiempo en compañía de sus padres en el día de Nav
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2024-11-02
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