Hermione miraba a su esposo, mientras luchaba con el desasosiego de mirar a la pequeña Arisa. No escuchaba aunque insistiera. No comería brócoli ni aunque insistiese.
- Arisa, escucha a tu padre. Cómete el brócoli o no te levantarás de la mesa.
Lloraba y pataleaba en la mesa. No quería comerse el brócoli, no quería siquiera mirarlo. Suspiró ella, mientras Severus esperaba que terminara su rabieta, para volver a ofrecérselo. A sus tres años, era tan rebelde, como su madre a los once.
- Come, Arisa o no te levantarás. Mamá ya te lo dijo. No te levantas hasta que te comas todo el brócoli.
Pero mientras hacía la rabieta acostumbrada, había echado el plato al suelo y todo el brócoli junto a él. Hermione la miró echarse a llorar, mientras Severus la miraba severamente.
- ¿Ya sabes lo que eso significa?- preguntó- no hay galletas para ti- dijo Snape y Arisa seguía llorando.
Se fue a su habitación, luego de que Hermione la arreglara y colocara las pijamas. Siguió llorando, quería esa galleta a toda costa. Amaba las galletas caseras de su madre.
- Llora muy fuerte- dijo Snape, quitándose los zapatos en la cama. Hermione suspiraba con cierto pesar.
- Me parte el alma, escucharla. Pero fue muy grosera y no debemos consentirla.
Severus asintió en silencio, mirando a su esposa. Se cobijó a un lado de él y cerró los ojos. La miró por unos minutos, esperando que Arisa dejara de llorar. Luego de unos minutos, eso fue lo que ocurrió.
Dejó de oírla y supuso que estaba dormida ya. Cerró sus ojos y se quedó allí, pensativo, intentando dormir. Mientras dormía o creía dormir, tuvo una curiosa sensación. Se sentó en la cama, cuidando de no despertar a su esposa. La miró y caminó hasta la cocina, tomó una de las galletas que Hermione había preparado y caminó hacia la habitación de Arisa. Estaba dormida o eso le pareció. Respiraba agitadamente, luego de tanto llorar apenas podía calmarse. Se detuvo junto a la cuna y le acarició el rostro con cuidado. Ella despertó de golpe y lo miró.
Le sonrió suavemente y la sacó de la cuna. Ella se aferró a él y de pronto, había comenzando a llorar en silencio, otra vez. La acunó entre sus brazos.
- ¿Te vas a portar bien? ¿Te comerás el brócoli? A mí tampoco me gustaba, pero aprendí a comerlo porque lo necesitaba. Mi madre siempre lo colocaba en mi plato y lo detestaba. Te daré la galleta si me prometes que te comerás el brócoli, mañana.
Lo miró, mientras él le daba la galleta. La mordisqueó con mucha felicidad, mientras él se sentaba en el sofá y la miraba comérsela.
- ¿Te comerás el brócoli mañana?
La miró terminarse la galleta y volvió a dejarla en la cuna. Esperó hasta que se durmiera y regresó a la cama. Cerró los ojos y pretendía dormir, cuando sintió que Hermione se levantaba de la cama. Suspiró, mirándola caminar y tomar la dirección al salón.
¿Iría a la cocina?
Se levantó para seguirla en silencio y la miró abrir el tarro de las galletas. Iba a hacer lo mismo que él. Sonrió y suspiró una vez más.
- Ya hice eso- dijo, sobresaltándola- no podía imaginar que continuara llorando, así que le di la galleta. Espero que me haga caso mañana.
Hermione se sintió avergonzada y Severus sonrió con suavidad. La abrazó en silencio, mientras ella derramaba pequeñas lágrimas. Odiaba verla llorar de esa forma.
Al amanecer, las cosas parecían normales. Severus pensaba repetir el platillo en el almuerzo, la sopa con brócoli. La pequeña Arisa miró lo que su padre le ofrecía.
- ¿Te comerás el brócoli?
- Seguro no lo hará, como la hemos premiado. Es una lástima que...
Pero antes de continuar, Arisa había abierto la boca y Severus le había dado el brócoli. No sabía manejarse con las sopas, así que tenía que ayudarla a comer. Lo masticó en silencio y lo tragó. Al poco tiempo, se había tomado la crema de brócoli y espinacas.
- Pero ¿cómo?
- Le prometí que le daría una galleta, si se comía el brócoli y los vegetales.
Funcionó. Y quería más de ellos.
- Más galletas- rió Hermione, mirándola mientras le daba una galleta- Muy bien, mi amor- dijo inclinándose hasta estar a su tamaño y acariciándole la cabeza- ¿Me das un beso?
Un pequeño beso en sus labios, recibió.
- Ya no llores, no me gusta que llores así.
Odiaba el brócoli - Fanfics de Harry Potter
Hermione miraba a su esposo, mientras luchaba con el desasosiego de mirar a la pequeña Arisa. No escuchaba aunque insistiera. No comería brócoli ni aunque i
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2023-02-27
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