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Una carta de Navidad.
Navidad. La mejor época del año. Sí, como no.
Snape salió de su habitación en las mazmorras con menos ánimos que los habituales ¿El motivo? Era Noche Buena.
Y ahora Dumbledore me hará explotar petardos con él, y cantar villancicos... Muy divertido, sí. Lo único que espero es no verla la cara de Potter, sería lo único que falta para arruinar esta Navidad...
Aunque en el fondo, somos iguales él y yo. Ambos sin familia, sin nadie que nos espere en nuestra casa... Claro que hay una gran diferencia: yo soy fuerte, él es débil...
Cuando se dio cuenta había llegado al Gran Salón. Las mesas, al igual que hacía tres años atrás, estaban a los costados y sólo había una gran mesa en el medio del salón:
-Pocos alumnos este año, Severus- le informó Dumbledore al verlo llegar-. Ven siéntate, estábamos por empezar.
Snape asintió con un gruñido y se sentó a la izquierda de Dumbledore que encabezaba la mesa. Los platos se llenaron de repente de comida y la cena comenzó. Snape se dispuso a mirar a los comensales.
Al frente de él estaba la profesora McGonagall, el profesor Flitwick y la profesora Sprout, que al ser jefes de casa debían quedarse; los demás profesores se habían ido a pasar noche buena con sus familias. Había un par de alumnos de primero de Hufflepuff, uno de séptimo de Ravenclaw y...
...Potter, Weasley y Granger, era de suponerse...
Después de terminar la comida Dumbledore hizo que entonaran algunos villancicos y luego decidió que ya era hora de irse a la cama.
No comprendo como con todo esto del Señor Tenebroso pueden aparentar ser felices, cantar, reír... Hipócritas...
-No somos hipócritas, Severus- Snape se dio vuelta sorprendido.
-Creía estar solo- repuso.
-¡Oh! Es que te vi tan solo en Navidad, que decidí acompañarte...- explico Dumbledore mientras caminaba por las mazmorras junto al profesor de pociones- Te decía- continuó calmado-, que no somos hipócritas y tu ibas a contestarme...
-No comprendo como se puede estar feliz con todo lo que pasa...
-¡Ah! Severus, ¿oíste hablar del espíritu de la Navidad?- preguntó el director cuando habían llegado al dormitorio de Snape.
Snape gruñó y puso los ojos en blanco.
-Pues, aunque no lo creas, la Navidad hace que la gente cambie, y cuando la gente cambia, hay milagros...-un reloj algo desvencijado dio doce campanadas estridentes. Dumbledore sonrió- ¡Feliz Navidad, Severus!- y despacio desapareció entre las sombras.
Snape se quedó solo en la penumbra de las mazmorras contemplando el reloj hasta que reaccionó y entró a su habitación.
A la mañana siguiente se despertó y observó la pila de regalos al pié de su cama. No tenía humor para abrirlos, pero sin embargo lo hizo, porque le picaba un poco la curiosidad.
Un par de medias... de Dumbledore, creo que regala lo que en realidad quiere que le regalen... Un libro... de Minerva, siempre tan atenta... La profesora Sprout... ¡hojas de violeta africana en polvo! Justo lo que me hacía falta... Y...
Snape abrió los ojos sorprendido y tomo en sus manos un paquete rectangular acompañado de una carta. Algo tenso, desenvolvió el pergamino y leyó:
Querido Severus:
Sé que hace tiempo que no te escribo. 20 años para ser exacto. Mucho tiempo. Estoy escribiendo y me tiembla la mano. Mucho tiempo.
Tengo una hija ¿sabias? Su nombre es Megan y tiene 13 años. Ya esta en la escuela. Sí, también es bruja y creo que tiene mucho de ti, su materia favorita es pociones... Le conté de ti y dijo que quería conocerte y hablar contigo sobre pociones complejas.
Con Clarisse (mi esposa,¿la recuardas?) y Megan estamos viviendo en Dinamarca, es un bonito lugar. Trabajo para el Ministerio de aquí en el departamento de uso indebido de la magia, es agradable aunque no lo parezca.
Sabes... Es difícil para mí estar escribiendo, es raro. Te había borrado de mi vida, prometí nunca volver a ponerme en contacto contigo y me arrepiento... Sólo... Tan sólo quería pedirte perdón, por excluirte de mi vida todos estos años, por no escuchar razones cuando debí haberlo hecho, por dejar de creer en ti. Perdón.
Tal vez me odies. Lo comprendo. Pero quiero que sepas que estoy arrepentido, y mucho.
Feliz Navidad, hermano.
Rigurus.
HERMANO. La palabra dio vueltas en su cabeza. Su hermano le había escrito. Su hermano se había disculpado. Después de tanto tiempo. Tanto tiempo...
Con la carta aún en la mano se sentó en la cama todavía shokeado. HERMANO
*-*-*-*FLASH BACK*-*-*-*
-¡¿Qué vas a hacer que?!- gritó un muchacho de unos 20 años de pelo negro y nariz ganchuda.
-¡Lo que oíste y tu deberías hacer lo mismo, Rigurus!- dijo amenazante un muchacho unos años más joven de piel cetrina y nariz ganchuda también.
-Escucha, Severus, que nuestra familia sea de sangre pura no nos obliga a barrer con los hijos de muggles.
-Todos se unirán a él- dijo el muchacho joven sosteniendo la mirada.
-No. No todos. Y lo sabes muy bien- Rigurus miró fijamente a su hermano menor.
-¡Ah! Claro, debí habérmelo imaginado- ironizó Severus levantando los brazos- ¡Los fantásticos Merodeadores!
-¿Te refieres a Potter, Black, Lupin y Pettigrew?- Rigurus miró a Severus y luego hacia un costado mientras suspiraba- Claro... Ahora comprendo porque te les unes...- volvió a mirar a su hermano- ¿Sabes una cosa, Severus? Haces esto sólo para vengarte de cómo te trataban en la escuela...
-¡No es cierto!- estalló Severus mientras golpeaba la mesa con furia.
-¡Sí, es así! ¡No lo niegues!- contraatacó el mayor.
-¡No! ¡Si me uno a Lord Voldemort es por voluntad propia!- Severus se paró y miró con ira a su hermano.
-¡Pues únete si es lo que quieres! ¡Pero no quiero verte más pisando el suelo de esta casa, Severus Snape! ¡Desde hoy dejo de llamarte hermano!
*-*-*-*FIN FLASH BACK*-*-*-*
Miró la carta de nuevo. No había dudas, era la letra de su hermano. 20 años y no la había olvidado...
*-*-*-*FLASH BACK*-*-*-*
Rigurus negaba frenéticamente con la cabeza.
-Tomará Veritaserum si quieres escucharlo de su boca, esta dispuesto...
-No, Dumbledore, no. No quiero escuchar a ese hombre...
-Señor Snape, es su hermano- dijo suavemente la profesora McGonagall.
-¡Él no es mi hermano!- estalló Rigurus mientras señalaba a Severus.
Estaban en el despacho de Dumbledore dos años después de aquella discusión.
La profesora McGnagall se estremeció y retrocedió.
-Lo siento, Minerva- se disculpó Rigurus-, lo siento...- y sin más dejó el despacho.
-Se lo advertí, Dumbledore, le dije que él no querría escuchar...- la voz de Severus hizo que el director se diere vuelta. Dumbledore asintió.- ¿Usted me cree?- preguntó temeroso.
-Creo que todos merecen una segunda oportunidad, Severus...
*-*-*-*FIN FLASH BACK*-*-*-*
Aún sin entender mucho, Snape, se levantó de la cama y se dirigió al escritorio. Tomó un trozo de pergamino, una pluma y tinta negra y se dispuso a escribir.
La mano bailó sobre el papel sin tocarlo. Pasaron unos instantes que no supo que hacer. Estaba por desistir... hasta que.... Dudó, pero se decidió. Con trazo firme escribió:
Querido HERMANO:
*-*-*-*-*-*-*
¡Y fin! ¿Qué les pareció? No soy muy aficionada a los personajes que no aparecen en los libros, pero me pareció buena la idea de que Snape tenga un hermano.
Espero que les haya gustado y va dedicado a todas/os las/os fanáticas/os de Snape, entre los que me incluyo y a todo Mascardi 2004 (aunque dudo que alguno lea esto, a ninguno le va Harry Potter). Y también a mi hermana, porque estoy peliada con ella y se acerca la Navidad (creo que la historia se me ocurrió un poco por eso..)
Bueno, sin más: FELICES FIESTAS, que la pasen lindo, tomen mucho (pero no manejen), coman mucho (pero no se depriman porque rompieron la dieta), tiren muchos cohetes (pero no terminen en el hospital) y ¡DISFRUTEN DE LA FAMILIA Y AMIGOS!
Annie Malfoy
Una carta de navidad - Fanfics de Harry Potter
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2024-09-16
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