Rose no lo amaba.
Scorpius lo sabía. Lo aceptaba y se resignaba. Ya dejó de insistir, de comprar libros de ayuda para conquistar a las brujas, de hacer lo que fuera para que ella supiera que no encontraría mejor chico para ella. Scorpius le ofreció todo, le aseguró que a su lado sería feliz, que vivirían en una gran mansión, rodeados de lujos y sintiendo amor por el otro. Le había prometido que le comprarían desde libros hasta joyas, le había jurado que él estaría siempre enamorado de ella, que nunca le rompería el corazón. Se lo había dicho. Un montón de veces le había dicho que a su lado ella sería feliz.
Pero a Rose no le importó.
"Scorpius le había dicho, intentando no rodar los ojos, dijiste que eras lo suficiente maduro para no enamorarte de mí."
Si, él se lo había dicho, porque había creído que así podría ser, ya que ¿él, Scorpius Malfoy, con ella, Rose Weasley? Totalmente fuera de lugar.
Él era, según sus pocos amigos, un "niño perfecto", lo que se traducía a que Scorpius era una persona que solo le importaba seguir las reglas, hacer la tarea y ser el mejor estudiante que existía. Era Prefecto y sabía que el siguiente año sería escogido Premio Anual de Slytherin. Sus notas eran las mejores y era el favorito de los profesores, el orgullo de sus padres. Scorpius se sentía cómodo y feliz con su vida.
Entonces apareció ella.
Él estaba sentado en las gradas del campo de Quidditch, terminando de hacer el pergamino de seis centímetros de largo sobre el encantamiento patronus para la clase de Defensas Contra las Artes Oscuras, cuando levantó la vista y vio a Rose Weasley subirse a una escoba. No sabía cómo, pero él siempre sabía cuando ella estaba en el mismo lugar que él, lo sabía y punto, sin razón aparente. Olvidando su tarea, se había quedado mirando sus movimientos furiosos mientra volaba, la manera en la que soltaba la snitch dorada e iba con rapidez a buscarla, por nada era la mejor buscadora de Gryffindor desde Harry Potter.
Pero Scorpius se dio cuenta que ella estaba haciendo las cosas muy bruscamente, él estaba pensando que se caería de la escoba, pero no podía ser posible, Rose Weasley jamas se caía de la escoba. Pero lo hizo. Rápidamente, Scorpius se puso de pie y la apuntó con la varita, exclamando: "Arresto momentum". Ella ni siquiera gritó mientras caí, la palabra valiente realmente la describía, cuando aterrizó suavemente en el césped, se levantó y miró intensamente a Scorpius. Después, tomó su escoba y se marchó.
Tres días después, ella lo buscó para agradecerle y preguntarle cómo podía recompensarlo. Scorpius, sonrojado por estar cerca de ella, no hizo más que decirle que no hacía falta que haga algo. Rose solo sonrió y se lo llevó a rastras a Hogsmeade para ir a Las Tres Escobas, mientras que le revelaba que aquel día en el campo de Quidditch había decidido volar para que se le pasara el enojo.
"Estoy interesada en alguien dijo ella. A Scorpius le sorprendida su manera de ser, que no le importaba decirle sus secretos a cualquiera, sin temer que los revelarán más tarde. Rose no era una persona que se preocupaba por algo, pero sé que él no lo está de mí Y sonriendo, había agregado: O al menos por ahora, Rose Weasley siempre obtiene lo que quiere."
Scorpius admiró su seguridad, su confianza.
Ahí se dio cuenta que ya no le gustaba su vida. Que ya no le gustaba ser como era. Y solo por el hecho de que Rose Weasley nunca se fijaría en él si seguía siendo un niño perfecto.
Rose Weasley era digna de ser parte de la Casa Gryffindor. Godric Gryffindor estaría orgulloso de tenerla en su casa. Ella era valiente, segura, descarada, astuta, problemática, bromista, determinada. Ella era todo lo que nunca sería Scorpius. Rose era totalmente inalcanzable, como si ella fuera una estrella en el cielo y él una alga marina en el mar, ella nunca podría estar con él. Y aún sabiéndolo, terminó por enamorarse de ella.
"Será un juego dijo Rose, acercándose demasiado a él. Scorpius tragó saliva. Ambos saldremos ganando.
¿A qué te refieres?
Yo puedo acerté popular El dedo de ella presionó contra su pecho y subió hasta su mentón para levantarlo. Sus labios estaban a punto de rozarse. Y tú harás que yo me distraiga.
Scorpius vaciló. Se sintió estúpido al segundo. Rose Weasley, la chica más ardiente de Hogwarts, el deseo de los chicos y la envidia de los chicas, le estaba proponiendo tener sexo sin compromiso, ¿y él estaba dudando? Era un idiota.
¿Hay reglas? preguntó.
Sola una. Y como tú eres lo suficiente maduro, dudo que sea un problema. No tienes que enamorarte de mí y estaremos bien.
Bien. Acepto.
Y ella había cerrado el trato con un beso en los labios."
Rose hizo que fuera popular luego de tres revolcones en diferentes salones vacíos de Hogwarts, tenía a chicas atrás de él y uno que otro chico quería ser su amigo, algo que nunca pudo haber sido sin la ayuda de la princesita de Gryffindor. Albus Severus Potter, el primo de ella, le había enseñado a volar en una escoba a petición de su mejor amiga y él se convirtió en el cazador del equipo de Slytherin, aumentando su fama.
Y todo por estar íntimamente con Rose Weasley.
A ella solo le importaba tener sexo de él, no se molestaba en saludarlo en los pasillos o mantener una conversación en el Gran Comedor, ni siquiera cuando él se convirtió en el mejor amigo de su primo favorito. A Scorpius al principio no le importaba, también le daba igual que mientras la penetraba ella gimiera el nombre de James Sirius Potter en vez del suyo. Pero después él se enamoró de ella.
Y todo se fue al caño.
Se había animado a confesarselo al finalizar su encuentro sexual, pero ella le había rechazado, argumentando que ella seguía enamorada de su primo y que si se acostaba con él, era solo para olvidarlo un rato. Intentó otras veces, prometiendo que le haría feliz, ella le rechazó todas las veces.
"Olvidame, Scorpius le dijo cuando él le estaba besando el cuello. Yo nunca seré tuya."
Y nunca lo fue.
Scorpius acabó resignandose a no tenerla. Podía estar con ella tres horas en la Sala de los Menesteres, pero luego Rose ni siquiera le importaría su existencia. Las cosas eran así. Scorpius la amaba en silencio y Rose ideaba un plan para seducir a Potter, a la vez que ambos se intentaban quitar la ropa.
No pesé que fueras a venir le dijo Albus Potter, sacándolo de sus pensamientos. Realmente pensé que te quedarías en tu casa.
Yo... No tenía excusa, solo quiso ir y listo.
Su amigo lo miró con tristeza y lo llevó hasta uno de los asiento. Scorpius se sentó en una de las sillas, mirando hacia al frente. Albus se despidió de él y se fue a parar al lado de su hermano mayor.
Scorpius no sabía si haber ido era una buena o mala decisión.
Si era bueno o malo asistir a la boda de la mujer a la que amaba.
Rose no había cambiado, seguía siendo tan terca como cautivadora como de adolescente. Ella, apenas se graduó de Hogwarts y terminó por completo la relación íntima que mantenía con Scorpius, empezó a seducir a Potter, hasta que él al final quedó rendido ante ella. Siete años más tarde, serían de una buena vez marido y mujer, como tanto ella había deseado.
Scorpius sintió toda la ceremonia una punzada en el pecho y los ojos arder por las lágrimas retenidas. No había dejado de amar a Rose Weasley en ningún momento.
Ya puede besar a la novia finalizó el padre.
Potter sonrió y se acercó lentamente a ella. Rose (ahora) Potter puso los ojos en blanco y tomó a Potter de la camisa para besarlo con fiereza. Los invitados rieron mientras se paraban a aplaudir. Entonces Scorpius decidió que ya era tiempo de marcharse, pudo aguantar ver como el amor de su vida se convertía en la mujer de otro, pero no podría ir a desearle un feliz casamiento. No podría hacerlo sin llorar.
Rose no lo amaba.
Scorpius lo sabía. Lo aceptaba y se resignaba.
Y entonces desapareció de la iglesia, sabiendo que nunca tendría con él al amor de su vida.
Rose no lo amaba - Potterfics, tu versión de la historia
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2023-02-27
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