Después de la cena de recibimiento, subí con Ginny y Harry a la Sala Común. Nos sentamos en una butacas lejos de los demás compañeros, y quedamos en silencio durante varios minutos. La falta de Ron era tan evidente que no sabíamos ni como empezar una sencilla conversación, ni siquiera la cena había sido divertida como los años anteriores, pues faltaba él. Lord Voldemort lo había asesinado, y lo peor de todo era saber que ese demente seguía con vida, con una vida que no se merecía. Me había prometido a mi misma pasar página y dejar de llorar ya la perdida de Ron, habían pasado seis meses desde su partida y iba siendo hora de volver a vivir, muy a mi pesar. Asi que me levante de la butaca, sabía lo que necesitaba para olvidarme un poco de todo, sabía que un clavo se quitaba con otro clavo a pesar de que no me enamoraría. Había marcado una cita con Theodore Nott frente a la Sala de los Menesteres.
- ¿Donde vas? - pregunto Ginny, mirandome como loca.
- Necesito tomar el aire. - excuse.
- Te acompaño. - dijo Harry, desde la partida de Ron, Harry se había vuelto una especie de psicologo que ya no necesitava, nunca me dejaba ir sola a ninguna parte, pero eso tenía que acabar.
- No quiero compañía Harry. - dije mirandolo a los ojos. Quedo medio dolido, pero se volvió a sentar. Llegaba tarde a mi cita asi que acelere el paso, cuando llegue Nott ya estaba alli, recostado en la pared, me miro y sonrió de una forma sensual y atractiva. Fui a saludarle con dos besos, pero en vez de eso él atrapo mis labios con los suyos de una forma veroz, me agarro por la cintura y una de sus manos bajaron a mi trasero, asi que me aleje un poco y mire a la pared, pensando en aquello que quería tener para disponer. Cuando apareció la puerta Nott la abrió, tratando de ser caballero. Entre sin miedo, no era la primera vez que estaba en aquel cuarto, pues aquel era el cuarto en el que más de una vez había amado a Ron con locura. Nott no dejo pasar los segundos, me agarro y me dió la vuelta, besandome por el cuello lentamente, pasando la lengua humeda despacio, despertando deseos en mi, me empezo a besar con deseo, mientras sus manos recorrían mi cuerpo sobre la ropa. Asi que poco a poco me quite la blusa, miro mis senos y paso la lengua por sus labios, dejandolos humedos e igual de apetecibles, desabrocho mi sujetador y me guío hacia la cama, en la cual me recoste y deje que él juguetease con mis senos. Fue depositando suaves besos mientras bajaba hasta el ombligo, una vez alli me quito la falda y el culote de una vez, asi que al verme ya desnuda tome ya el control, me puse sobre él, le quite la blusa, tenía buen cuerpo, pero todavía era de niño. Fui besando su cuello y bajando poco a poco, le quite el pantalón y los bóxer azules que llevaba, dejandolo descubierto al completo. Jugue durante un rato con su miembro, dejandolo loco, su expresión era de pura excitación y su miembro estaba tan duro y puesto que supe que era el momento, me posicioné sobre él, y hay empezo el juego. Nott jugaba con las posturas, después de cinco minutos en una cambiaba rapidamente a otra, y la verdad yo era capaz de adaptarme a todas sin problema alguno. Para mi poca gracia Nott termino antes que yo, asi que después ya no tubo tanta gracia, apesar de que él siguió esforzado en hacerme tocar el cielo. Lo consiguió pocos minutos después. Cuando terminamos, simplemente nos vestimos y salimos del sitio, antes de separarnos me agarro por la cintura y me beso con intensidad.
- Me has sorprendido Granger. - dijo sonriendo.
- ¿Por qué? - pregunte, como si no lo supiera.
- Jamás hubiese imaginado que precisamente la come libros iba a ser la que se posiciona en primer lugar como mejor amante. - respondió. Me volvió a besar y se despidió. Camine con lentitud hasta la Sala Común, apenas eran las doce y media, aún había gente levantada pero pocos. Harry y Ginny seguían exactamente donde los había dejado, los dos me miraron con cara de perro mal-humorado, lo entendi cuando vi a Harry con el mapa. Ginny no me quiso ni mirar.
- ¿Un Slytherin?¿De las tres casas que tienes tenías que ir a la cuarta y la peor? - pregunto con reproche, le mire con enfado.
- Nadie te manda vigilarme Harry, además yo hago lo que quiero con quién quiero. - fue lo unico que dije, Ginny salió disparada y se fue al cuarto.
- ¿Por qué Nott? - pregunto Harry más tranquilo.
- Porque solo quiero sexo y nada más Harry, no quiero enamorar a ninguno para después tener que romperle el corazón, y para una situación asi, un Slytherin es lo mejor. - comente. - Hasta mañana. - Vi que Ginny se había metido en la cama, pero encuanto escucho la puerta se incorporo.
- ¿Tan rápido has olvidado a mi hermano? - pregunto con lagrimas en los ojos. Le mire.
- No lo he olvidado Ginnebra, pero tengo 17 años y no puedo estar llorando el resto de mi vida por él, he pasado los seis, cuatro días y cuarenta y seis minutos peores meses de mi vida por haber perdido a mi amor, y ya basta, quiero vivir y quiero hacer mi vida, lo que no quiero es enamorame nunca más. - solte enfadada. Su mirada cambió, pareció entender algo que hasta el momento no había entendido.
- Herms... - se quedo sin saber muy bien que decir, asi que le hice un gesto, no quería que dijese nada.
Había pasado un mes desde el inicio de las clases, Nott había sido mi amante durante diecinueve días, pero no quería que los sentimientos floreciesen y al parecer Nott empezaba a querer algo más que sexo, asi que hoy me había levantado con animos de encontrar a un nuevo amante de las noches. Después de la comida me acerque a Víktor Wood, un Gryffindor por el que muchas suspiraban, pero él tenía fama de ser un gálan unicamente que jamás se interesaba por nadie. Yo no quería ganar una mala fama, unicamente no queria sentirme vacia, y por eso necesitaba a un compañero de la noche que no acabase enamorandose.
- Hola Víktor. - salude sentandome al lado suyo, él me miro con una sonrisita de gálan.
- Hola reina. - saludo dandome dos besos, las chicas que estaban frente a él me miraron con eterno odio, pero no me importo, asi que después de hablar unos minutos de temas sin importancia me levante, dispuesta a irme, pero él se levanto conmigo. - ¿Qué clase tenemos ahora? - pregunto con poco interes.
- Pociones. - respondí como si nada, me acompaño hasta las mazmorras y antes de que entrasemos en el aula me paro.
- ¿Qué tal si nos vemos después de cenar? - pregunto.
- Por mi no hay problema. - respondi sonriendo.
- ¿A las diez frente a la Sala de los Menesteres?
- Perfecto. - fue lo unico que dije, no corría peligro con Nott ya que con él siempre quedaba a las diez y media pasadas, asi pues entramos en clase, yo me sente junto a Harry como siempre y saque el ejemplar.
- ¿Coqueteando con Wood? - pregunto Harry sonriendo.
- Bueno, al menos no es un Slytherin. - respondí con sequedad.
- ¿Y Nott? - pregunto mirando en la dirección en donde se encontraba.
- Agua pasada, está empezando a tener sentimientos conmigo y eso es precisamente lo que no quiero, asi que dejemoslo. - respondí. En ese momento entro Snape, asi que nos callamos y pusimos atención en la clase.
Después de mi primera noche en los brazos de Wood descubrí que también se podían aprender cosas importantes e interesantes en la cama, solo era necesario tener al profesor adecuado. Cuando salímos de la Sala de los Menesteres nos encontramos con Nott apoyado en una pared, impresionante la paciencia que tenía Nott para esperar durante tres horas. Wood se despidió de mi con dos besos al ver que yo debía hablar con la serpiente.
- ¿Acaso no soy bueno? - pregunto con rabia y ofensa en la mirada.
- Yo no he dicho nada de eso. - me limite a responder mirandolo a los ojos.
- ¿Entonces porque me dejas por otro? - pregunto.
- En primer lugar yo no te he dejado porque no hay nada que dejar, y en segundo lugar nunca te dije que sería tu compañera de la noche hasta el final Nott, mira nuestras noches estubieron bien y fueron buenas pero tú estás empezando a dejar florecer sentimientos hacia mi, y eso es precisamente lo que no quiero, asi que es mejor que dejemos de vernos Nott. - hable con tranquilidad. Me miro con malas pulgas y se fue a grandes zancadas, se había enfadado. Justo cuando pensé en que ya no había problema lo vi regresar. Suspire.
- ¿Es mejor que yo en la cama? - quiso saber, la verdad tube que reirme.
- ¿Importa eso? - pregunte tratando de no seguir riendome.
- Quizá a ti no, pero a mi si. - dijo más nervioso y rabioso.
- Los dos sois buenos, pero cada uno de una forma distinta Nott, que hallamos tenido nuestras noches juntos no significa que te use para comparar. - respondí divertida ante su expresión. Pero la diversión paro cuando vi dolor en la mirada de Nott, y en ese momento me di cuenta de que ya había pasado, sin querer había permitido que Nott empezase a quererme como algo más que una compañera de la noche, suspire y me aleje de él, en este momento lo mejor sería mostrar frialdad y dureza con él, sería lo mejor para que él dejase de verme como lo que me estaba viendo, preferia su odio antes que su amor.
- Me gustas. - dijo en apenas un susurro.
- Nott, de haber querido enamorarme o querer a un chico, tú hubieses sido el último a quién hubiese buscado, te lo dije desde el primer momento, sexo y nada más. - hable con seguridad y mucha frialdad, lo que me provocó mal estar, quizá estaba siendo demasiado dura con él, pero era la verdad de haber buscado a alguien para enamorarme jamás lo hubiese buscado a él, y desde el principio le había dicho que lo unico que me interesaba era el sexo. Me miro, definitivamente estaba dolido.
- Qué diga que me gustes no significa que te ame estúpida Sangre Sucia. - espeto antes de salir casi corriendo de alli, me quede pasmada mirando por donde se había ido. Al final olvide lo sucedido y di el primer paso, me asuste cuando escuche palmas, era de una sola persona asi que me gire y para mi desgracia me tope con la serpiente más repugnante que podía existir sobre la faz de la tierra.
- ¿Necesitas algo Malfoy? - pregunte con ironía.
- Ahora que lo dices, no me vendrían mal tus servicios. - respondió con frialdad, lo que no supo fue que sus palabras no habían llegado a ningún rincón doloroso.
- Lo siento Malfoy, no colaboro en obras de caridad. - espete.
- ¿Caridad? - pregunto indignado.
- Ofrecerte mis servicios sería una obra de caridad, pues satisfacer sin ser satisfacida recibe tal nombre, aunque solo pongo el ejemplo de la caridad en este tipo de sucesos. - respondí dispuesta a irme, pero al parecer yo si le había ofendido, me agarro del brazo con fuerza.
- ¿Satisfacer sin ser satisfacida? - pregunto sonriendo de una forma extraña. - ¿Qué te hace pensar eso? - pregunto.
- Tu apellido. - respondí. Se acerco más a mi y yo reí con ironía dibujada en mi rostro.
- Ya veo... - quedo callado unos segundos. - Quizá no sea hoy o mañana, pero algún día te tendré entre mis sabanas Granger. - dijo soltandome. - Y ese día veremos quién sale insatisecho. - acabo.
- Insinuas... - me quede callada unos segundos, entonces abrí los ojos con un poco de sorpresa, al parecer el muy idiota hablaba enserio. - ¿Sexo contigo Malfoy? - pregunte casi riendo, aquello sonaba ridículo para alguien como yo.
- Tengo todo lo que buscas Granger, y al parecer tú también tienes lo que busco.- resumió apoyandose en la pared de forma casual.
- ¿Y que es lo que buscamos? - pregunte situandome frente a él, manteniendo las distancias.
- Tú y yo queremos lo mismo, en tu caso un compañero de la noche y en el mio una compañera de la noche, los dos buscamos placer ser tener nada que nos comprometa. - comento. Me reí.
- Bueno Malfoy, te aconsejo a que te busques a otra compañera de la noche, porque yo no quiero tener nada, absolutamente nada que ver contigo. - respondí. Se acerco peligrosamente a mi tomandome de la cintura y sonriendo de esa forma extraña.
- Yo ya tengo a mi compañera de la noche y esa eres tú. - espeto con frialdad, me agarraba con tanta fuerza que me hacia daño en la cintura. - Olvidate de Wood, yo soy mucho mejor que eso. - espeto soltandome repentinamente.
- No eres mi dueño Malfoy, y pienso acostarme con quién me de la gana. - espeté.
- Bueno, pues si tú no le dices a Wood que se aleje de ti se lo tendré que decir yo, recuerda Granger que en este colegio todos me temen y todos hacen lo que yo quiero, cuando yo quiero y porque yo lo quiero, asi que no me saques de mis casillas. - espeto. - Te esperare mañana en las escaleras que bajan hacia las mazmorras a las diez y cuarto, yo que tú no faltaría. - dijo como último. Lo vi desaparecer a grandes zancadas, Malfoy estaba loco si esque creía que yo lo iría a obedecer, pues yo era de las pocas que no le temía. Camine hacia mi Sala Común, alli me encontre a Harry sentado junto a Neville y Wood, hablaban de Quidditch como no, asi que decidi pasar de largo y subir a mi cuarto. Ginny estaba sentada sobre su cama, al parecer me estaba esperando. Desde el incidente con Nott no le había vuelto a hablar, pero ella tampoco lo había intentado.
- Hermione, lamento mi comportamiento. - escuche. La mire a los ojos. - Es que aunque no lo creas me sigue doliendo y a veces confundo las cosas no lo puedo evitar. - comento.
- Ginny, no pasa nada yo se que te cuesta más que a mi, tú llevabas todo una vida con él, pero yo no puedo quedarme parada en el tiempo llorandolo más, porque por mucho que he llorado él no ha regresado a mi lado ni lo hará. - comente. Después de hablar un poco más con Ginny me meti en la cama, llorando hasta que pude conciliar el sueño. A la mañana siguiente mientras desayunabamos llegaron las lechuzas, por lo normal yo no esperaba ninguna para mi y me extraño cuando una hermosa lechuza se paro frente a mi. Le quite la notita que traía y bajo la atenta mirada de Harry y Ginny al otro lado de la mesa la abrí.
''Recuerda, a las diez y cuarto nos veremos en las escaleras que bajan a las Mazmorras. D.M.''
Bufé. Pero no iba a dejar que Malfoy alterase mi estado de animo, asi que guarde la nota en mi tunica y deje que la lechuza se marchase de allí.
- ¿De quién es? - pregunto Harry interesado.
- Un admirador al que ignoro. - respondí secamente. Durante el desayuno me di cuenta de que Harry estaba más ausente de lo normal, algo lo tenía completamente centrado. Ginny también parecía estar ausente, quizá habían discutido o quizá no querían hablar en ese momento. Lo que me extraño fue ver que ambos estubieron asi durante todo el día. Apenas hablaban entres ellos y apenas me hablaban a mi. Después de la cena decidí irme a la cama, hoy no tenía humor para estar con Wood y mucho menos para toparme con Malfoy. Asi que con paso ligero me dirigí a las escaleras que me ayudarían a llegar a mi destino. Cuando llegue a la Sala Común subí rapidamente a mi cuarto y después de bañarme y ponerme el pijama empecé a leer, en ese momento una lechuza paró frente a mi ventana, mire la hora, eran más de las once asi que pude imaginarme de quién era esa lechuza.
'' Querida Hermione;
Jamás me perdonaré el irme y dejarte aquí. Pero es necesario que yo haga solo este viaje, tengo que encontrar a Lord Voldemort y ya he dejado pasar demasiado el tiempo, las cosas se ponen cada vez peor y yo soy el unico que puede parar esto, o al menos intentarlo. No quiero llevarte conmigo porque lo último que le prometi a Ronald Weasley fue que te protegería y que jamás te pondría en peligro, y haberte dejado venir conmigo sería romper esa promesa que tanto quiero mantener. Ginny estará contigo, ya que a pesar de que lo hable con ella tampoco la deje venir conmigo, es mejor que esteís en Hogwarts, porque aunque no lo parezca todavía es el lugar más seguro en este Mundo Mágico tan despreciable. No me enviés lechuzas, no quiero que me localizes de ninguna manera ni quiero que pases malos dias por mi, estudia y haz tu vida, cuando menos te lo esperes estaré de vuelta. Deje junto a tu diário el mapa merodeador, asi tendrás privacidad en todo lo que hagas. Anoche pude comprobar que estubiste unos diez minutos o algo asi con Malfoy, espero que él no sea lo que buscas. Ten mucho cuidado.
Harry Potter.''
Lo unico que pude hacer fue quedarme en completo Shock.
- GINNEBRA! - grite a todo pulmón, al abrír la puerta todos los que estaban en la Sala Común me miraron, ella no estaba asi que cogí el Mapa Merodeador y salí hecha una furia por el retrato de la Dama Gorda, olvidando por completo el pijama que llevaba puesto.
(Pijama: https://biopixmod.com/images/86pijamabettyboop.png)
En el Mapa Merodeador vi que Ginny estaba cerca de los bosques, definitivamente ese era el lugar indicado para acabar con la pelirroja. Bueno no para acabar con ella en el sentido de la palabra si no más bien para poder desahogarme sin que me importase quién puede estar escuchando detrás de la puerta. Camine lo más rápido que pude y cuando estaba llegando a la puerta para salir a los campos alguien se paro frente a mi. Le mire a los ojos y me dije lo cuan estúpida había sido. Con lo ocurrido en el Mapa solo me había molestado en buscar el nombre de Ginny, y se me había olvidado por completo el idiota de Malfoy, pero al parecer él no se había olvidado de mi en ningún momento.
- Te dije a las diez y cuarto, y si ves el reloj te darás cuenta de que son las once y cuarenta y dos minutos, Granger. - dijo serio.
- Malfoy, no tengo paciencia asi que dejame en paz. - dije tratando de esquivarlo, pero él se puso nuevamente frente a mi, me miro a los ojos y se acerco a mi tomandome por la cintura.
- Para mi siempre debes de tener paciencia Granger, asi que sea lo que sea que ibas a hacer olvidalo, ahora estás conmigo. - dijo pasando de una forma sensual la lengua por sus labios, humedeciendolos y dandoles un toque completamente apetecible. Deje de mirar a sus labios y me aleje un poco de él, no se me podía olvidar quién era él y mucho menos quién era yo.
- Dejame en paz Malfoy. - dije atropelladamente empujandolo, en ese momento él me tomo por los hombros obligandome a quedar pegada en la fría pared, se acerco a mi oído.
- Dentro de poco mi madre será la directora de Hogwarts Granger, lo que supone que Hogwarts será territorio de los Malfoy, todo cambiará, se pondrán las normas que yo mismo decida poner, asi pues yo como niño caprichoso te tendré solo para mi el tiempo que deseé. - susurro. Con su mano derecha acarició uno de mis senos, dejandome petrificada y sin reacción de algún tipo, asi que lo mejor para mi sería quedarme completamente quieta y esperar a que la serpiente abandonase su posición. - Y cuando digo dentro de poco, me refiero a mañana por la mañana. - susurro alejandose un poco de mi y dejandome suelta, le mire a los ojos.
- Eso no puede ser, la directora es Minerva McGonagall. - susurre, ahora sin querer alzar la voz, pues si lo que Malfoy me decia era cierto, las cosas se estaban poniendo muy, pero que muy feas. Si Hogwarts empezase a ser propiedad de los Malfoy, no me quería ni imaginar como sería.
- Minerva McGonagall, al igual que los demás profesores de Hogwarts serán pasado, a partir de mañana a la mañana las decisiones de este castillo serán tomadas por la familia Malfoy, y te aseguro que no quedará ningún profesor de los que estas acostumbrada a ver, bueno si, Severus seguirá siendo profesor, pero a parte de él, los viejos profesores serán substituídos por quienes yo mismo eliga Granger, y te aseguro que los Sangre Sucia como tú sufrireís hasta el final. - comento, su rostro daba miedo, estaba completamente sombrió, por una vez en mi vida le tube miedo a Draco Malfoy. Mire un momento el Mapa, Ginny todavía estaba donde antes. - Ahora dime, ¿a quién buscas? - pregunto.
- Ginny. - susurre. Me miro a los ojos.
- ¿Tienes miedo Granger? - pregunto riendo. No respondí, porque no podía mentir cuando algo era evidente, lo que Malfoy me acababa de decir era verdaderamente terrorifico. - Piensalo, si me das lo que busco tal y como te propuse, tú serás la Sangre Sucia más envidiada y respetada de Hogwarts, al menos hasta que yo me aburra. - comento riendo. Se alejo unos pasos.
- ¿Por qué yo Malfoy? - pregunte al final.
- No lo se, quizá porque me antojaste. - respondió sin darle demasiada importancia. - Hasta mañana, Granger. - despidió con frialdad. Lo vi desaparecer asi que me apresure en ir a buscar a Ginny, tenía que sacar a muchos Gryffindor de aquel castillo, al menos a los más inocentes. Corrí rápidamente hasta Ginny y al encontrarla me asuste, pues no esperaba toparme cara a cara con ella.
- AH! - grito empujandome. Me miro y se llebo la mano al pecho. - Herms! - se quejo.
- Ginny, debemos ir corriendo a la Torre Gryffindor, tengo algo muy importante que decirles a todos y no hay tiempo que perder... - dije cogiendola de la mano y arrastrandola conmigo, ambas corriamos casi sin respirar, cuando llegamos al retrato de la Dama Gorda tuvimos que esperar unos minutos hasta que pudimos hablar para decir la contraseña. Al entrar la Sala Común estaba casi vacía, pero eso no me importo. - Ve habitación por habitación y haz que todos bajen. - le dije a Ginny, que sin preguntar asintió y fue por las escaleras, espere a que todos estubiesemos presentes, hasta que por fin pude hablar. - Lo que tengo que decir es serio, y la verdad solo os lo digo para que no os tome por sorpresa y para que podaís tomar vuestras propias decisiones. - empecé. - Hogwarts ya no es seguro, mañana a la mañana vendra una nueva directora llamada Narcissa Malfoy y con ella vendrán nuevos profesores, no hay tiempo para reaccionar asi que solo os he hecho llamar porque aquellos que sois como yo, que no sois Sangre Limpia, deberiaís recoger vuestras cosas y desaparecer esta misma noche, pues como os podeís imaginar los nuevos profesores que vienen de camino no tienen ni titulo de tal cosa, asi que todo aquel que quiera huir antes de que esto se convierta en su infierno personal, es libre de hacerlo ahora mismo, y aquel que se quiera quedar hasta el final debe ser consciente de que habrá cosas muy duras en Hogwarts, cosas que ninguno de nosotros nos llegamos a imaginar. - Se escucharon muchos murmullos de la gente, todos me miraban, deje que debatíesen unos veinte minutos, hasta que me decidí a preguntar. - ¿Alguien quiere marcharse? - pregunte, al principio hubo silencio y caras raras, pero al final empezaron a verse manos en el aire. La gente corrió en busca de sus cosas, después los lleve hasta el pasadizo que los llearía a Hosmeade, una vez alli serían libres de ir donde quisieran. Después de todo en Gryffindor solo quedamos los mayores, de quinto, sexto y septimo. Eramos en total unos cuarenta, pero eso no importaba porque estaba segura de que Gryffindor dejaría de existir en menos de unas horas. Nadie fue capaz de pegar ojo, y cuando llego la hora del desayuno todos temiamos a lo que nos podríamos encontrar en el Gran Comedor. Pero eramos Gryffindor's asi que con la cabeza en alto bajamos hasta llegar a las puertas, nos sentamos en nuestra mesa de siempre y empezamos a tocar la comida, con lentitud y observando cada detalle. No tubimos que esperar mucho hasta ver la mesa repleta de nuevos profesores, Slytherin estallo en aplausos que retumbaban. Narcissa se puso frente a todos y sonrió con frialdad.
- Buenos días queridisimos alumnos. - saludo, mirando en especial a la mesa de Gryffindor, en la cual nadie abrió la boca más que para decir 'buenos días' secamente. - Como ya os imaginareís yo soy la nueva directora de Hogwarts, me imagino que ya todos me conocen pero para que no halla ningún tipo de confusión soy Narcissa Malfoy. - dijo sonriendo. - Hogwarts necesitaba unos cambios y aqui estoy yo para dar esos cambios que tan necesarios y urgentes son, pero empezaremos por lo más importante, los nuevos profesores; Avery será el nuevo profesor de Transformaciones y Astronomía, Snape seguirá siendo el profesor de Las Artes Oscuras y además de Historia de la Mágia, GreyBack será el nuevo profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas y Herbología, Bellatrix Lestrange será la profesora de Pociones y Aparición, Yaxley será el profesor de Adivinación y Oclumancia, Draco Malfoy será profesor de Vuelo y el Perfecto de Hogwarts, y yo seré la profesora de Aritmancia y Runas Antiguas. - nos miro con seriedad a todos. - Una vez sabeís quienes serán los profesores de cada matería he de hablar de Draco Malfoy, además de profesor de Vuelo será él quién organice los equipos de Quidditch y las horas de entrenamientos, también será perfecto y sus ordenes serán tan respetadas y tomadas en cuenta como las de cualquier profesor, podrá castigar y restar rubiés a la casa que asi deseé. - suspiro. - Por otro lado he de decir que no se eliminara ninguna casa, aunque no todas serán llevadas en cuenta, Gryffindor no tendrá ningún derecho a nada, asi pues no quiero quejas por parte de los alumnos, aquellos que sean Sangre Limpia y se quieran mudar de casa podrán hacerlo pero primero deberán hablar con Draco, por otro lado están los Sangre Sucia. - paro su mirada en mi. - Esos tendrán que obedecer cada orden que se les diga, ya sean de un profesor o de un mismo alumno, por supuesto con los Sangre Sucia tendré que hablar más tarde. - corto la conversación al mirar la hora. - En este colegio los retrasos son penalizados severamente, asi pues no os aconsejo a llegar tarde a ningún lado. - en ese momento tubimos que salir todos corriendo hacia el aula que nos tocaba. Y en este momento tocaba ni más ni menos que Pociones con la mismisima loca llamada Bellatrix, estaba corriendo cuando sentí que alguien me agarraba de la tunica.
- ¡Malfoy no puedo llegar tarde! - dije apurada.
- Se te olvida que soy quién soy, no necesitarás ir a esta clase. - repuso sonriendo malevolamente. - Mi madre quiere hablar contigo a solas. - dijo con una sonrisa picara. - Asi que te llevare con ella, para asegurarme de que llegas sana. - repuso, camine a su lado hasta el despacho en el cual estaba Narcissa, temble al entrar pero trate de no mostrar miedo. Baje la cabeza un poco, estaba completamente perdida en medio de tantos mortífagos, de eso no había duda.
- Sientate Granger. - ordeno esta, asi que sin demoras me sente. - No se que ha visto en ti mi hijo la verdada, pero eres su capricho y yo como madre le doy todo lo que me pide, asi pues tú tendrás algunos privilegios que los demás no tendrán. - resumió.
- No la entiendo profesora. - dije mirandola a los ojos.
- Mi hijo y yo hemos hablado y ya que eres su capricho contigo seré, 'piadosa'. - sonrió con falsedad dibujada en sus labios. - Siempre y cuando mihijo este a tu lado para ti no existiran las normas Granger, y deberan respetarte, si está mi hijo a tu lado eres libre de hacer lo que se te antoje menos traicionarlo, si mi hijito descubre algo que no le gusta se encargará de sancionar a quien tenga que sancionar, por lo demás me aburre verte aqui asi que haz lo que Draco quiera y no tendrás problemas. - dijo despachandome rapidamente y dejandome llena de dudas de todo tipo, pero sin más vueltas me levante y salí de alli, Malfoy estaba en la puerta.
- Sigueme. - dijo sin más rodeos.
- Malfoy. - llame sin apenas prestar atención, él se paro y me miro. - ¿Puedo mandar una carta?
- ¿San Potter? - pregunto con burla. Le mire a los ojos.
- Por favor. - pedí, sabía que si Malfoy me veía indefensa me dejaría mandar la carta con tal de sentir que me humillaba y que me tenía a sus pies.
- ¿Qué recibiré a cambio? - pregunto acercandose a mi.
- Recibiras lo que gustes. - dije sin rodeos, pasando mi lengua por mis labios, dejandolos humedos y a juzgar por su cara también los deje apetecibles, se acerco a mi pero yo fui más rápida y le bese, con frialdad y dureza pero pareció no importarle, me separe. - ¿Puedo? - suspiro.
- Si, te acompañare después de la cena a la lechucería, pero de momento nos vamos a clase. - dijo caminando. Al llegar a la clase de Pociones se me revolvió el estomago, aquella loca me miro. - Estaba conmigo señorita Lestrange. - excuso Malfoy con una sonrisa autoritaría a la cual ella respondió. Me sente de inmediato y me puse sobre el rumbo de la clase.
El día había sido el más duro y el más extraño de mi existencia, nunca me hubiese imaginado que Hogwarts llegaría a estar tan oscuro y sombrio como en este día. Unicamente los Slytherin parecían felices por lo sucedido, por lo demás los alumnos estaban que no cabían en si de la angustía. Camine con Ginny hacia la Torre Gryffindor.
- Granger. - al escuchar su voz me pare en seco, le busque con la mirada y cuando lo encontre camine hacia él. - A las diez en punto en la lechucería, y no cuentes con ir a dormir a Gryffindor. - comento.
- Malfoy, quizá mejor a las diez y cuarto, pues había planeado bañarme después de cenar y también escribir la carta. - comente con sequedad.
- A las diez en la lechucería, y no te preocupes con bañarte porque te podrás bañar conmigo ya que lo mencionas. - dijo marchandose, camine al lado de Ginny, me miro con tristeza.
- ¿Piensas obedecer y callar Herms? - pregunto.
- ¿Qué otra cosa puedo hacer? - pregunte yo.
- La verdad es que si quieres vivir no puedes hacer nada mejor que obedecer y callar, Herms los tiempos que vienen serán de lo peor, pero juntas podremos salir adelante, además mientras seas el capricho de Malfoy serás intocable, asi que yo que tu, trataría a toda costa ser su favorita. - comento.
- Me repugna. - escupí.
- Lo se, a mi también me repugnaría una situación asi.
Cuando llegamos a nuestro cuarto me tumbe sobre la cama y respire ondo. No me podía creer lo que estaba pasando en Hogwarts, sencillamente esto no podía ser verdad. Cogí pergamino y pluma, tenía que contarle a Harry como iban las cosas por aqui, tenía que informarlo pero... ¿Y si Malfoy me pedía para leer la carta? Malfoy era sencillamente astuto, o al menos eso había dado a entender. Pero eso era lo de menos, Harry tenía que saber lo que estaba pasando.
- ¿A que le das tantas vueltas? - cuando escuche aquella voz no pude evitar un grito, me había asustado y a causa del susto había derramado la tinta en las mantas.
- ¿Qué demonios haces tú aqui? - pregunte a la defensiva. Sencillamente esto no podía estar pasando, me sentía acorralada por todos los lados, ojalá no fuese una sangre sucia, ojalá hubiese rechazado entrar en Hogwarts...
- ¿Te molesta que venga aquí? - pregunto alzando una ceja.
- La verdad es que si, un poco. - respondí, cogiendo la varita para limpiar la colcha.
- ¿Donde están tus amigos? - pregunto, le mire a los ojos.
- Si tu pregunta se refiere a Harry, se ha ido de Hogwarts, Viktor. - respondí tranquilamente. Nuestra relación no había llegado a ninguna parte por sus celos contra Harry, y yo no podía entender como le había preocupado más Harry que Ron. Pero ahora no estaba como para pensar en eso nuevamente, el pasado era pasado.
- ¿Y no has ido con él? - pregunto sentandose en mi cama.
- Se marcho sin avisar. - dije alejandome.
- Hermaiony quiero pedirte disculpas, pero que fracasase como novio no significa que vaya a fracasar como amigo. - dijo sonriendo dulcemente.
- Lo se, Viktor. - respondí con un suspiro, entonces me acerque lentamente a él y le abrace.
- Vengo de parte de Harry. - dijo de pronto, le mire con fijeza.
- ¿¡Y solo ahora lo dices?! - me puse histerica pero trate de controlarme lo mejor que pude. - ¿Qué pasa?¿Por qué no ha venido él? - me silencio posando su dedo indice en mis labios.
- Estoy junto a él en este inicio de lucha, él no se puede arriesgar a venir hasta aqui, por eso he venido yo, queremos saber como van las cosas por aqui, y como estás tú y Ginny. - respondió tranquilamente.
- ¿Las cosas por aqui? - pregunte con ironía, me sente en mi cama y le conte absolutamente todo lo ocurrido en el día de hoy, desde la mañana hasta la hora punta. Se quedo boquiabierto.
- Tranquila, hablare con Harry y pronto volveré a visitarte, aunque dejame decirte que estás haciendo lo mejor que puedes hacer en estos momentos, aguantar y callar, Hermaiony vienen tiempos muy duros por delante, hay que tener cuidado. - dijo a modo de despido, me dió dos besos y me regalo una sonrisa, poco antes de desaparecerse. Me quede estupefacta, en Hogwarts nadie se podía aparecer no desaparecer, ¿como lo había hecho? Estaba sentada en mi cama, pensando.
- ¡Herms, Malfoy está hecho una furia! - alarmo Ginny, entonces mire la hora y me di cuenta de que eran las diez y media pasadas, salí corriendo por la puerta y seguí corriendo hasta que me choque con alguien en la entrada de la Torre Gryffindor, no hizo falta mirar para saber contra quién me había chocado, me miro a los ojos y alzo una ceja.
- ¡Lo siento me quede dormida! - dije de inmediato, me miro con tanta fijación que por un momento pensé que sus ojos eran mis ojos.
- ¿Quién ha estado contigo en el quarto? - pregunto. Me quede muda y blanca como la cal.
- N.nadie. - mentí, tratando de sonar convincente, y al parecer soné bastante convincente, pues desvió la mirada y me tomo de la mano.
- Vamos. - dijo, camine a su paso rápido, aunque por mucho que me esforzase no sabía hacia donde nos dirigiamos, estabamos bajando, ¿acaso me llevaría a Slytherin con él? Descarte esa idea cuando nos empezamos a dirigir por otro camino hacia el lado opuesto, aquello empezaba a dar miedo, era muy oscuro. Lo mejor era preguntar, aunque estaba casi segura de que no me lo diría.
- ¿Donde vamos? - pregunte al fin, mi voz sonó como un susurro, algo inesperado en mi.
- A mi Torre. - sin duda una respuesta muy limitada.
- ¿Tu torre? - pregunte extrañada, ¿acaso el húron desteñido tenía torre para él solo? No hablo más, cuando llegamos a una puerta él se paro y la abrió, tiro de mi mano y entre con él.
- Sientate. - ordeno, asi que me sente el aquel pequeño sofá a su lado, extrañada y quizá un poco asustada, ¿aquello era su torre? Por un momento me entraron ganas de reir, escuche un siseó y de pronto el sofá se movió, asi que se esfumaron por completo las ganas de reír, el sofá nos había aprisionado con una especie de red, y iba en movimiento apesar de que no se podía ver nada se sentía. Cuando paro de moverse Malfoy se puso de pie y yo lo imite, abrió nuevamente la puerta, solo que ahora no estabamos en las mazmorras, había una bonita Sala de estar al otro lado de la puerta, camine con él y cerre la puerta. La sala de estar era grande para ser de una sola persona, los colores que más resaltaban era el verde, plateado y negro.
- Vaya. - fué lo unico que llegue a decir.
- ¿Te gusta? - pregunto con ironía. - No me interesa tú opinión, sientate. - ordeno con frialdad. Me sente y le observe ir de un lado al otro de la sala, se sirvió Wishky, a pesar de que en Hogwarts no se podía consumir alcohol pero claro, al ser el niño mimado eso era lo de menos. Se sento lo más lejos que pudo de mi y me miro directamente a los ojos. - ¿Sabes? Estaba pensando en tu sanción Granger, no quiero ser blando con una sangre sucia que al parecer se cree mejor que yo. - comento.
- ¡Malfoy yo no me creo más que nadie, y ya te he dicho me he dormido no lo he hecho queriendo y cuando Ginny vino a decirme que alli estabas mire la hora y baje a todo correr! - hable tan rápido que él pareció haberse perdido en algún momento, su mirada cambio a divertida.
- ¡Vaya! - suspiro y después empezo a reirse. - Está bien, si lo dices con tanta credibilidad tendre que dejarlo pasar, pero te advierto Granger, es la última vez que te perdono algo. - dijo señalandome con el dedo. - ¿Qué quieres tomar? Tengo cerveza de mantequilla y Wishky de Fuego, elige. - dijo.
- Pues, cerveza de mantequilla. - dije no muy alto. Se levanto y en un segundo me trajo la bebida.
- Me han hablado muy bien de ti Granger, jamás había tenído tantas ganas de probar a una chica como las que tengo de probarte a ti. - comento sonriendo de medio lado.
- ¿Y que es lo que te han dicho de mi? - pregunte extrañada.
- Todo lo que he querido saber, aunque no he pedido detalles que no se te suba a la cabeza. - repuso.
- No entiendo tú interes por mi Malfoy. - susurre, él me miro directamente a los ojos.
- No me interesas tú, me interesa tú cuerpo y su uso Granger. - espeto con frialdad. - No pienses que te quiero ni que siento algo por ti, ya te dije si te busco es porque ambos queremos una persona para lo mismo, además no me parece tan mal, tú disfrutas de mi cuerpo y yo del tuyo, deberías sentirte la mejor sangre sucia del castillo. - prosiguió.
- O la más humillada, según como lo veas. - espete yo, desvió la mirada y empezo a reir. Se sento justo a mi lado y eso me puso un poco nerviosa, aunque no era un nerviosismo fuera de lo normal.
- Granger, no me saques de mis casillas. - advirtió.
- Bueno... ¿Me has traído aqui para hablar o para algo más? - pregunte ya, arta de escucharlo.
- Te he traído aqui para lo que me de la gana, y no tengas prisa porque tenemos toda la noche por delante Granger. - dijo riendo con burla. - De momento me conformo con un baño relajante, espero que sepas dar masajes. - comento.
Cuando entre en el baño me quede impresionada con lo que vi. La bañera superaba en tamaño a la que había en el baño de los perfectos. Ya estaba llena, supuse que Malfoy había ordenado a algún pobre elfo llenarla. El agua parecía estar demasiado caliente ya que se podía ver claramente el vapor que el agua hechaba, aunque ha decir verdad no se podía apreciar el agua ya que estaba cubierta por una extensa capa de espuma verde. No pude evitar un bufido, ¡hasta la espuma era verde! Nunca se me había ocurrido preguntarle a Malfoy cual era su color favorito, o bueno en este caso sus colores favoritos, pero tampoco me hacía falta preguntarselo, pues su estilo dejaba ver a la perfección que sus colores predominantes eran el verde-esmeralda y el plateado, aunque tampoco se podía descartar el negro. El baño además de tener aquella enorme bañera, también contaba con una lujosa ducha a parte, que quedaba cubierta por unas manparas de color negro, luego estaba el vater y lo demás.
- ¿No piensas meterte en el agua? - pregunto, asustandome pues no lo había escuchado llegar.
- Estaba observando lo grande y lujoso que es el baño. - admire.
- ¿Grande y lujoso? - repitió riendose. - Pues si ves el de mi casa, no se como lo describirás. - comento, posicionandose delante de mi. Se quito la camisa y me quede mirando su torso desnudo, la verdad esque Malfoy no estaba nada mal, sus brazos tenían una forma musculosa y definida, aunque tampoco era demasiado musculoso, sus abdominales se veían bien formados y marcados, le heche imaginación a como sería su espalda aunque no tenía porque hacerlo ya que tendría la oportunidad de verla mientras le daba esos masajes que había pedido. - ¿Te gusta lo que ves? - pregunto mirandome.
- No está mal. - reconocí, aunque pareció no quedar satisfecho con la respuesta. Se quito el pantalón y los calcetines, dejo su ropa en la silla que había al lado de la bañera y después se quito el bóxer, quedando completamente desnudo delante de mi. Yo no era una niña que se asustaba al ver el cuerpo de un hombre desnudo, asi que no quite ojo ya que no me importaba mirarle. Observe como se metía lentamente en la bañera y se sentaba en una de las puntas. - El agua está perfecta. - dijo mirandome, yo no sabía que hacer, si desnudarme delante de él o si ocultar mi desnudez. - Has apreciado como me desnudaba frente a ti, ahora te toca a ti dejarme apreciar como lo haces. - dijo poniendo una sonrisa de medio lado. Con suma lentitud desabotone la camisa, y después deje caer la falda. Me quite las medias y quede solamente en ropa interior, Malfoy me miraba de una forma enfermiza, me entraban ganas de vestirme y salir corriendo de alli pero yo sabía que no podía hacer eso asi que me decante por quitarme primero la parte de arriba, y deje todo en la silla, después me puse frente a él y con algo parecido a un baile sensual me fui quitando lentamente la braguita. La reacción de Malfoy fue la esperada, pues por alguna razón a todos los chicos les enfermaba esta parte de la desnudez, o quizá lo que les enfermaba de verdad es como tomaba la desnudez. Poco a poco me fui adentrando en la bañera y me quede en una punta al lado opuesto de Malfoy, aunque sabía que no podía quedarme alli el resto de la noche. El agua estaba caliente aunque no tanto como había supuesto al principio, el aroma de la espuma relajaba y eso me agradaba. Lentamente me fui acercando a donde se encontraba Malfoy. Me puse detrás de él y empeze a masajear suavemente sus ombros. La espalda tenía la forma y la fibra esperada, combinaba a la perfección con todo su cuerpo, lo había observado mientras entraba en la bañera aunque con los nervios no me había parado a apreciar. Sin verguenza alguna, deje caer unos suaves besos por su cuello sin detener el masaje, después lo rodeé con mis piernas.
- Lo haces muy bien, Granger. - reconoció pocos minutos después. El masaje se había extendido por toda la espalda, y se lo estaba haciendo de una forma suave y a la vez sensual, dejando caer de vez encuando unos inesperados besos por el cuello, o alguna caricia en zonas inesperadas.
- No lo pongo en duda. - dije imitando el alto ego de Malfoy, no pude evitar reir por lo bajo, él no se dió cuenta de ese pequeño detalle, y si lo hizo no dijo nada. Me separe de él y salí un momento de la bañera, tomando su varita prestada. De un momento a otro Malfoy ya no estaba en el agua, había desaparecido en una especie de humo negro, mire acia todos los lados y casi me caí cuando me tope con su cara justo detrás de mi. - ¡Estás loco o que! - refunfuñe, él quito su varita de mis manos y me miro con un rostro demasiado sombrio.
- ¿Qué pensabas hacer con mi varita? - pregunto. - ¿Ibas a matarme con mi propia varita, Granger?
- ¡Solo iba a cambiar el ambiente idiota! - dije, hablando quizá demasiado alto.
- ¡Cuida esos modales, Granger! - espeto con dureza, baje la cabeza pues era lo mejor que podía hacer, Malfoy me tenía en sus manos y podía hacer de mi lo que le diese la completa gana.
- Solo queria poner un ambiente más relajado. - susurre, y esque con Malfoy o hablaba muy alto, o mi voz quedaba en un susurro apenas audible. Me miro a los ojos, por momentos pensé que mis ojos eran sus ojos, ya que la intensidad de su mirada era odiosamente confundible.
- Toma. - dijo dandome su varita y volviendo con relajación a la bañera, y esque ahora si estaba segura de que Malfoy era bipolar, solo una persona bipolar puede tener estos cambios de humor tan repentinos ni siquiera yo con la regla tenía esos cambios. Alze la varita bajo su atenta mirada y susurre el conjuro, el ambiente se volvió más relajado, unicamente había iluminación de velas rojas, aunque no eran muchas iluminaban lo justo. Y había cambiado el techo, por una visión extraordinaria de estrellas. Cuando realize los cambios deje la varita en el sitio y regrese a la bañera, iba a ponerme detrás de Malfoy pero no me dejo, y me sento frente a él dandole la espalda. Lentamente empezo a masajear mi espalda, de una forma suave y relajante. Estaba imitando lo que había hecho yo y la verdad lo hacia muy bien, cuando sus labios rozaban mi piel me sentía unica, no recordaba haberme sentido asi nunca. Sus manos fueron poco a poco acariciando mi piel, hasta que llego a mis senos. Malfoy estaba acariciando mi cuerpo sin limites, sin fronteras y parecia que lo disfrutaba. Lentamente me di la vuelta y quedamos cara a cara, tome la iniciativa y comence a acariciar sus abdominales, bajando lentamente la mano hasta llegar a su parte débil y sensible. Su cara cambió por completo, mostrandome lo mucho que Malfoy estaba empezando a disfrutar de la sensación. Yo no iba con prisa pero al parecer él si, me tomo por la cintura y me puso sobre él, entro en mi de una forma posesiva y se aferro a mi cuerpo como si su vida fuese en ello. Juntos disfrutamos de las sensaciones que nuestros cuerpos nos regalaban al estar unidos, juntos nos adentramos en un mundo en el cual no había odio en nuestras miradas ni asco en las palabras, y aunque fuesemos enemigos, ambos estabamos disfrutando del trabajo que estabamos haciendo juntos. Sin darme cuenta, estaba provando los labios de Malfoy. Los estaba disfrutando como nunca me hubiese imaginado que haría, sus besos sabían bien y eran dulces, cosa que jamás me hubiese esperado de una serpiente. Malfoy quiso cambiar de posición, asi que me sente nuevamente sobre él pero dandole la espalda, él tomo mi cintura con sus manos tomando las pautas de cada movimiento, yo me limitaba a escuchar su respiración irregular, e incluso pude escuchar algún gemido leve y contenido. Cambiamos varias veces de posición, algunas las optaba él y otras las optaba yo, los dos estabamos disfrutando con aquellos actos llenos de placer. Malfoy no duro más de una hora, aunque la verdad era el chico que más había aguantado conmigo, no me esperaba que durase tanto, aunque desde luego estaba segura de que se había contenido en más de una ocasión, lo podía saber cuando él bajaba el ritmo de los movimientos. Cuando él termino me separe de él, aunque este no me dejo, me tomo por la cintura y me sento sobre sus piernas, empezamos a besarnos. Unicamente eran besos inocentes.
- ¿A valido la pena probarme? - pregunte separandome de sus labios.
- Si, ha valido mucho la pena. - reconoció, y eso se me hizo extraño. - Aunque adivino que no has llegado al clímax. - reprocho finalmente.
- Bueno, a veces pasa. - excuse.
- ¿Acaso no soy lo suficiente bueno? - pregunto, desafiante.
- ¡Yo no he dicho eso! - me defendí.
- Pero no has llegado al clímax y por tiempo no ha sido, ni por falta de caricias. - comento.
- Mientras lo haciamos he estado distraída pensando en otras cosas, quizá eso sea la causa. - comente.
- ¿Me estás diciendo que estás conmigo pensando en otros? - pregunto con dureza.
- ¡Lo sacas todo de quicio, yo no he dicho que estubiese pensando en otros, Malfoy! - dije, enfadada.
- Yo lo he disrutado, y eso es lo que me importa. - dijo al final, separandome de él y saliendo de la bañera mal humorado. Yo también salí de la bañera y me vesti en silencio, no sabía que decir asi que mejor no decir nada. Ambos salimos del baño y fuimos a la Sala de estar, sin mirarme me entrego mi varita. - Cuando me apetezca estar contigo te lo haré saber. - dijo al fin, señalando la puerta por la cual se salía de su Torre. Eran casi las cuatro de la mañana, camine lo más rápido que pude para llegar a la Torre Gryffindor, casi me dió algo cuando vi el cuadro de la Dama Gorda vacio, si esa mujer no estaba yo no podía entrar, lo que suponía que tendría que esperar a que regresase. Me sente en el suelo frente al cuadro, y alli estube hasta que se decidió a aparecer. Eran casi las seis cuando por fin logré entrar en la Torre. Estaba cansada y muerta de sueño pero tenía que arreglarme para ir a clase, no me daba tiempo ni a dormir media hora, asi que suspire y de inmediato me metí en el baño, dandome una ducha de agua helada para espabilar. Me puse un uniforme limpio y con un toque de varita arregle mi pelo, me mire al espejo y note que tenía mala cara, asi que me maquille un poco para que no se notasen aquellas horribles ojeras. Cuando salí del baño y fui al cuarto me encontre a Ginny medio zombi por la habitación buscando su ropa para ir a bañarse. Me acomode un poco en la cama y mis ojos se cerraron automáticamente.
- ¡Hermione!¡Hermione! - a lo lejos escuchaba mi nombre. - ¡HERMS! - abrí los ojos asustada y me di cuenta de que Ginny ya estaba más que preparada, mire la hora y suspire al ver que apenas eran las siete y cuarto, era hora de desayunar. Cogí mis cosas y juntas caminamos hasta el Gran Comedor, me sente y me serví un buen desayuno, tenía que sacar energía de cualquier sitio. - ¿Y bien?¿Qué tal con Malfoy? - pregunto Ginny en un susurro.
- No ha estado mal, aunque se enfurruño cuando le dije que no había llegado al clímax porque había estado con la cabeza en otro sitio. - susurre. Ginny me miro y puso una cara rara.
- No me extraña. - dijo sonriendo un poco. Durante el desayuno le conte todo, hablabamos en susurros apenas audibles, y quizá por eso Neville y los demás nos miraban con curiosidad. Después de las dos primeras horas de clase me di cuenta de que tenía dos horas libres, asi que decidí ir a la biblioteca aunque con el sueño que tenía dudaba poder leer, pues las letras se hacían borrones negros en los pergaminos blancos. Me sente en mi mesa favorita y empecé a hacer los deberes que nos había mandado la loca de Bellatrix para Pociones y Aparición. Empecé por Pociones y de un momento a otro quede dormida en la mesa. Sentí que alguien tocaba mi hombro una y otra vez, abrí los ojos asustada y me dí la vuelta para toparme con los ojos de Malfoy, suspire.
- ¿No eres capaz de aguantarme el ritmo? - pregunto sonriendo con suficiencia. Bufé.
- Al menos tú has dormido algo. - espete.
- ¿Acaso tú no? - pregunto poniendo mala cara.
- La Dama Gorda no apareció para abrirme la puerta de mi Torre hasta casi las seis de la mañana Malfoy, asi que no, no he podido dormir. - conte con un susurro. Estaba cansada, me dolía el cuerpo, tenía frío y además un dolor de cabeza horrible. Me miro con reprobación.
- ¿Acaso no te sabias el camino de vuelta a mi Torre? - pregunto.
- Dudaba mucho que me aceptases de nuevo después de casi hecharme. - respondí. Nego con la cabeza. - El orgullo de la leona. - susurro.
- No tiene nada que ver con el orgullo Malfoy. - dije. En ese momento di un brinco. - ¿Qué hora es?
- Uhm, interesante pregunta Granger. - dijo con arrogancia. - Ni siquiera has aparecido para comer, por eso me he visto obligado a buscarte. - comento.
- ¡¿QUÉ?! - me puse histerica, y este lo unico que hizo fue reir.
- Te espera un buen castigo, Granger. - dijo dandome la espalda. Si se pensaba que le iba a pedir ayuda estaba tan equivocado. Recogí mis cosas y camine con cuidado por los pasillos.
- ¿Le importaría decirme señorita Granger porque razón se ha saltado las dos horas de Artes Oscuras y la hora de la comida? - mi cuerpo temblo, Snape estaba justo detrás de mi. Le heche valor a la situación y le mire.
- Yo fui a la biblioteca para aprobechar dos horas libres y me quede dormida señor. - dije atropelladamente.
- ¿Y a eso llama aprobechar las horas libres? - pregunto alzando las cejas. Me quede callada esperando a que me citase para el castigo. - Está castigada a las siete en mi despacho. - dijo marchandose, pero se paro en seco y me miro. - Y intente no dormirse. - dijo sonriendo con superioridad.
- ¡Lo que me faltaba! - dije cuande estube segura de que ya no me escuchaba. Sencillamente nada podía ir peor en este día.
- ¿Castigada, Granger? - o bueno si, el día todavía podía ir peor porque allí estaba la razón.
- Sabes de sobra que si. - respondí. Me miro con sonrisa de suficiencia.
- Solo tienes que pedirme que te libre del castigo y lo haré, pero no hago nada porque si. - dijo.
- Prefiero ir al castigo. - murmure. Me miro con mala cara y se alejo, me sente en el suelo, el agotamiento estaba acabando conmigo y no sabía la razón. Estube sentada hasta que me di cuenta de que faltaban apenas cinco minutos para la siguiente clase, asi que me levante y corrí por los pasillos para llegar puntual a la clase de Transformaciones. Llegue al mismo tiempo que Avery, el nuevo profesor, que me miro con mala cara. Apenas pude prestar atención, el dolor de cabeza estaba acabando conmigo, cuando termino la clase me quede sentada unos minutos más.
- ¿Estás bien? - mire a Nott.
- Se podría decir que si. - respondí.
- Estás palida. - murmuro poniendo su mano en mi frente, dió un respringo. - ¡Tienes fiebre, Granger!
- Lo se, bueno me lo suponía. - mentí, ahora no me podía enfermar. A saber lo que haría Snape si no llego a su castigo por estar enferma, seguro me lo duplica.
- Es mejor que vayas a la enfermería. - propuso.
- Estoy bien, Nott. - dije levantandome.
- ¿Qué pasa aqui? - intervino Malfoy, le mire sin entender de donde había salido.
- Granger está ardiendo en fiebre pero igual dice que está bien. - comento Nott, ambos me miraron.
- Te llevaré a enfermería. - dijo Malfoy.
- ¡No! - respondí de inmediato. - ¡Estoy bien! - dije empezando a caminar, pero Malfoy me agarro de la muñeca impidiendome avanzar.
- No es una opción, Granger. - dijo con seriedad.
- ¡Malfoy si no llego al castigo de Snape... a saber que hará! - dije al fin, ambos me miraron como si estubiese loca.
- ¿Por eso no quieres ir a la enfermería? - pregunto Nott extrañado.
- Soy una Sangre Sucia, no me tratan igual de bien que a ti. - espeté. Malfoy empezo a caminar y tiraba de mi, me llevo a la enfermería. Había una enfermera nueva, no sabía ni quién era, me tomo la temperatura y realizo un chequeo rápido.
- Tiene casi 41º de fiebre, no se ni como está de pie. - dijo mirando a Malfoy. - ¿Prefieres que se quede o te la llevas? - pregunto.
- La llevo conmigo. - respondió este. Recogió las medicinas que yo debería tomar y me llevo a su Torre, me presto un pijama y me metió en la cama. ¡Me estaba tratando como a una niña! Pero yo ahora no estaba para discutir, aunque quise hacerlo cuando me obligo a tomar aquella asquerosa poción.
- ¿Qué hora es? - pregunte, me miro y alzo la ceja.
- Son las siete y diez. - respondió. Automáticamente de un brinco me levante, pero él de un solo movimiento me obligo a quedarme tumbada.
- Ya hablé con Snape, quedas libre del castigo. - comento, suspire y bufé. Después de un rato me dormi en la cama de Malfoy.
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Necesito opiniones sinceras sobre lo que pensaís de este Fic. Por que la verdad no se si es lo que esperabaís o si os esta decepcionando. Graciass!!
En siguiente cáp. será dedicado sobre todo al que primero comente en este cáp.!!
Desperte desorientada, no recordaba donde estaba. Cuando me incorporé un poco, aclare mis ideas y recorde que estaba en la cama de Malfoy, aunque él no estaba allí. Me levante de la cama, me dolía todo el cuerpo pero necesitaba bañarme, estaba sudada y quizá con agua tibia la fiebre bajase. Di un respringo cuando la puerta del cuarto se abrió y un Malfoy con ambas cejas levantadas se acerco a mi.
- ¿Donde vas? - pregunto, por un momento tube la sensación de que estaba siendo amable conmigo, aunque al ver su rostro supe en el acto que solo estaba siendo exigente.
- Necesito bañarme con agua tibia. - respondí. Me miro a los ojos nuevamente con aquella mirada tan penetrante que me desorientaba.
- Te ayudaré a bañarte. - replico, le mire frustrada.
- No estoy bien como para...
- Solo te voy a ayudar para evitar que te caígas o que te desmayes, no quiero mantener relaciones contigo en estos momentos. - dijo con frialdad y dureza cortando mi frase. - Y esa es la condición, o te ayudo o no te bañas, Granger. - finalizó. Me lo pense unos segundos, pero él ya me había visto desnuda, asi que... ¿Era su ayuda un inconveniente para mi? Asentí levemente con la cabeza. Camine hacia el baño y en mitad del camino me desequilibre, lo primero que pensé fue que me iba a caer y que él se reiría de mi, pero hizo algo que me dejo perpleja, me sujeto por ambas partes de mis caderas, con fuerza y me mantubo en los segundos que tarde en equilibrarme. Después de eso, camine con más tranquilidad, a pesar de que él no me había soltado. Me desnude y entonces recorde que no tenía ropa interior limpia, asi que me quede mirando a Malfoy, este mi miro extrañado.
- Malfoy... - me daba algo de verguenza. - No tengo ropa interior limpia. - dije con un suspiro.
- Sientate y esperame. - dijo acompañandome a la silla, que me tratase como a una niña que estaba empezando a dar sus primeros pasos me desquiciaba, pero a la vez me hacía sentir protegida. Hice lo que me mando, aunque él no tardo demasiado. En cuestión de unos minutos apareció en el baño y en su mano traía ropa interior limpia, era de mujer pero no era mia asi que alce las cejas, preferia no ponerme ropa interior antes que ponerme algo de una desconocida. - Relaja, esta recién comprada. - dijo mostrandome la etiqueta que aún colgaba de la braguita, me quede atonita.
- ¿Has ido a comprarme ropa interior? - pregunte, él me miro y sonrió de medio lado.
- Ya la tenía comprada Granger, de hecho la comprer el día que mi madre se presento como nueva directora, al saber que te tendría más tiempo en mi Torre que en cualquier otro sitio tome medidas, de hecho no se si te habrás dado cuenta pero ese pijama que llevas puesto es de mujer y también lo compre para ti. - comento, entonces mire el pijama.
- Oh. - fue lo unico que salió de mi boca.
- A proposito, espera unos minutos más, voy a buscar el otro pijama que te compre ya que ese estará sudado, has pasado una noche muy mala. - comento, pensativo. Salió del baño y a los pocos minutos regreso con un pijama color rojo, era un pijama muy bonito y sofisticado a decir verdad. Después dejo la ropa limpia colgada y me acompaño hasta la ducha, puso el agua en una temperatura más fría de la que me hubiese gustado, pero no me queje ya que se suponía que el agua tibia era más fría de lo normal, lave mi pelo y mi cuerpo con cuidado, no quería hacer movimientos bruscos, me sentía algo intimidada, quizá porque Malfoy estaba frente a mi, observando en todo momento mis movimientos, suspire. No tarde mucho en darme la ducha, la verdad me sentía algo mejor. Después de ponerme la ropa limpia Malfoy me acompaño, me iba a meter otra vez en la cama.
- Malfoy... preferiría estar sentada. - comente, él me miro a los ojos pero no tan profundamente como solía hacer, y asintió con la cabeza, me agarro nuevamente por la cintura y con lentitud caminamos hasta el sofá. Me sente y estire las piernas, Malfoy desparareció unos minutos, pero cuando volvió lo hizo con una enorme bandeja entre manos, llena de comida.
- Este es el trato, tu comes y te tomas la poción y yo te dejo quedarte en el sofá hasta que decidas regresar a la cama. - dijo, con seriedad. Mire la bandeja y la verdad esque me sorprendió ver que era una de mis comidas favoritas, mire de medio lado a Malfoy que de inmediato escondió la pequeña sonrisa que había sacado. Asentí con la cabeza y empece a comer, cuando termine, con mucho repelus me tome la poción. Estubo toda la tarde sentado en una butaca, cerca del sofá en el que estaba yo, y no me quitaba ojo ni para ir al baño. Ese comportamiento de Malfoy me parecía muy extraño, porque me estaba cuidando con delicadeza pero sin embargo seguía tan frío como siempre. Durante la tarde había mejorado y ya no tenía fiebre alguna, aún asi cuando le pregunte a Malfoy si bajaríamos al Gran Comedor a cenar me lo negó. Asi que cenamos juntos en la Torre. Después de cenar me quede unos minutos más mirando la nada, hasta que un vaso que se paro justo frente a mi me asusto, mire a Malfoy que estaba poniendo la poción frente a mi cara, la tome sin rechistar y pocos minutos después me acompaño hasta la cama, entonces me pregunte donde había dormido Malfoy la noche anterior.
- ¿Donde dormiste esta noche? - pregunte, extrañada.
- En el sofá del cuarto. - respondió secamente. - Ya te he dicho has pasado una noche muy mala, y he tenido que estar atento. - dijo como si la cosa no fuese con él.
- ¿Y donde dormirás esta noche? - pregunte, curiosa.
- En el sofá. - respondió. Me metí en la cama y observe como Malfoy se ponía su pijama y se acomodaba en el sofá, me miro por un segundo y apago la luz. No tarde en dormirme.
Después de tres día Malfoy me había liberado, aunque en este momento iba a mi lado hacia el Gran Comedor, cuando vi a Ginny mi mirada se ilumino. Casi quise correr, pero no estire tanto la cuerda, asi que fui despacio manteniendo el ritmo de Malfoy. Cuando por fin llegue al lado de Ginny, esta me abrazo y me miro de arriba abajo.
- ¡Por fin estás bien! - dijo sonriendo. - Malfoy apenas me decia como ibas recuperandote. - dijo frustrada, y no pude evitar reir.
- Es un caso perdido, lo sabes. - dije sonando normal, aunque la verdad era que no podía quejarme de los cuidados que ese húron me había dado, nunca jamás hubiese imaginado que él me trataría con tal cuidado y delicadeza, asi que durante el desayuno le conte todo a Ginny, está estaba tan sorprendida como yo o incluso más por primera vez estabamos hablando de Draco Malfoy sin insultos o malas lenguas lo que se hacía extraño. Cuando terminamos de hablar de ese tema, Ginny me dijo que Viktor Krum me había estado buscando en más de una ocasión, asi que cabía la posibilidad de que hoy por fin me encontrase. Cuando me levante de la mesa, Viktor Wood se acerco a mi con su sonrisa de galán.
- Veo que has vuelto. - dijo sonriendo.
- Ujum. - asentí sin dar mucha importancia, entonces él me tomo de la mano y me agarro de la cintura, yo era consciente de que todos los del comedor tenían la vista clavada en nosotros, Wood me dió un inesperado beso en los labios y eso me preocupo. Y razón tenía para preocuparme porque el húron no tardo mucho en acercarse hecho una furia. Me alejo bruscamente de las manos de Wood, sentí verguenza por la situación, pero sobre todo senti miedo. Malfoy le susurro algo a Wood, alguien que nadie pudo escuchar, ni siquiera yo. Después de eso Wood se marcho mal humorado y Malfoy me miro a los ojos, no supe que decir y delante de todo el mundo me dió una bofetada.
- Esta vez no te perdono. - dijo severamente, mirandome con veneno en sus ojos. Todo el comedor estaba en absoluto silencio, viendo la situación pero nadie se atrevía a decir nada y no era para menos, pues la situación no estaba nada bien. Malfoy fue hacia la mesa de los profesores y intercambió algunas palabras con su madre, esta me miraba furiosa. Malfoy se paro frente a todos. - No tolero que toquen lo mio, y no llebo nada bien ese tipo de situaciones. - dijo alto y claro. - Si a alguno de vosotros se os ocurre acercaros a Granger, tal y como lo ha hecho Wood no llegareís vivos a Navidad porque ella es mia y solo yo la puedo tocar. - dijo con furia en su voz y en su mirada que estaba clavada en mi, después de eso regreso a su mesa, y yo decidí irme a la clase con la que empezaría el día.
Pasaron días en los cuales Malfoy ni me miraba, aunque por un lado eso era bueno para mi, por otro no, los chicos de Hogwarts no se atrevían ni a mirarme, y cuando pasaba al lado de alguno con el que antes hablaba, este se limitaba a saludar y se alejaba rápidamente. El unico chico que me seguía tratando igual era Viktor Krum, solía venir cada noche a visitarme, hablabamos durante horas del tema que saliese y luego se marchaba. Estabamos tomando un té cuando Ginny apareció con una mirada apavorada.
- ¡Vete! - le chillo a Krum, que sin dudarlo se desapareció. Y entonces entendí la mirada de Ginny cuando vi entrar a Malfoy hecho una furia, con una simple mirada Ginny salió aterrorizada y esque en verdad la cara que traía asustaría al mismisimo Lord Voldemort.
- ¿Qué hacia Viktor Krum aqui? - pregunto acercandose a mi, me quede sin saber que decir, pero me apresure a contestar, pues esta noche sería mala.
- Nada, él solo es mi amigo, mi mejor amigo es como Harry... - dije atropelladamente. - Solo estabamos hablando de como era su colegio. - dije apurada, y entonces Malfoy me miro a los ojos con aquella mirada tan penetrante que me confundía.
- ¿Y por qué hablaís aqui? - pregunto.
- Para que nadie lo vea. - respondí.
- Granger, voy a tomar medidas drásticas si sigues en este plan desafiante. - dijo lentamente.
- Malfoy, ¡solo estabamos hablando! - me queje, tratando de no levantar la voz.
- No me importa lo que estubieseis haciendo, lo que si me importa es que lleves viendote con él desde que llegaste a este castillo. - espetó. - Y ya se que no habeís hecho nada, porque de no saberlo estarías muerta por traídora Granger. - dijo levantando la voz. - Eres mía Granger, que no se te olvide. - espetó.
- ¡Yo no soy de nadie! - por primera vez estaba sacando las garras a la serpiente.
- ¿Perdona? - pregunto desafiante acercandose a mi. Me tomo por la cintura y me beso a la fuerza, no tardo ni cinco minutos en quitarme la ropa a la vez que se quitaba su ropa y me tiro en la cama posicionandose sobre mi. Sus besos empezaron a ser más suaves y sus caricias empezaron a ser lentas y cuidadosas, como si en algún momento pudiese herirme. No espero nada para la penetración, simplemente lo hizo, con cuidado pero sin consentimiento por mi parte. Se movía de una forma extraña pero placentera, sus besos iban sellando cada pedazo de piel que tocaban, poco a poco hizo que me olvidara de todo, y empecé a colaborar en los movimientos, y en los besos y en todo en proceso. De estar pasandolo mal empecé a pasarlo bien, muy bien. Antes de lo que me hubiese esperado llegue al clímax, pero no llegue yo sola si no que lo hicimos a la vez. Rápidamente se levanto y se alejo de mi, se vistió y me miro. - Te acabo de hacer mia, con lo cual TÚ eres MIA. - dijo con severidad y frialdad antes de abandonar la estancia. Ginny no tardo en aparecer, me vió tapada con la sabana y abrió mucho los ojos.
- ¿Te violó? - pregunto con miedo a la respuesta. Negue con la cabeza y empecé a llorar, Ginny me abrazo y acarició mi pelo.
- No quiero ser suya, no quiero estar a su completa disposición... - negue. - Me está quitando la poca felicidad que quedaba dentro de mi. - dije, llorando sin parar. Ginny estubo aguantando mi llanto durante horas, hasta que yo me tranquilice y me acoste. A la mañana siguiente cuando abrí los ojos lo primero que vi fue una rosa roja sobre el otro lado de mi almohada, pensaba que era de Malfoy pero la nota que había al lado me hizo saber que era de Viktor Wood y eso me molestaba.
'' Necesito verte, tengo algo que decirte. A las siete en el lago, Te quiero. V.W''
Ginny estaba tan pensativa como yo, y me miro con dudas.
- No vayas, puede que Malfoy te este poniendo una trampa. - dijo ella.
- No es una trampa, conozco la letra de Malfoy y estoy segura de que esta no es suya. - dije negando la posibilidad de que Malfoy hiciese una cosa asi. - Iré a esa cita pero solo para decirle a Wood que me deje en paz porque empieza a buscarme problemas. - dije segura de mi misma. - Y para no acarrear más problemas después de hablar con Wood hablaré con Malfoy.
El día paso rápidamente, y a las siete en punto allí estaba yo, en el lago. Wood ya estaba esperandome, cuando me vió sonrió abiertamente, pero yo no respondí a esa sonrisa.
- Pensaba que no vendrías. - dijo suspirando. - Hermione me gustas y quiero estar contigo. - dijo directamente, mirandome a los ojos. Suspire.
- Wood, siento decirte que no me gustas y que quiero que me dejes en paz, tus constantes acercamientos y comentarios me están dando problemas y si sigues asi Malfoy no tardará en hacer algo en tu contra. - dije rápidamente. - Dejame en paz, y olvidame. - dije friamente antes de irme de alli casi corriendo, no quería darle la oportunidad de decirme nada. Estaba caminando por el pasillo de la biblioteca cuando Malfoy se acerco a mi, me arme en valor, tenía que decirselo antes de que se enterase por alguna boca sucia.
- ¿Como va el día Granger? - pregunto alzando una ceja.
- Malfoy tengo que decirte algo. - empecé. Él me miro poniendo atención en lo que yo le iba a decir, aunque yo no sabía como empezar. - HevistoaWoodjuntoallagoestatarde. - dije rápidamente, pero Malfoy no entendió ni media palabra asi que tome aire. - Está mañana me desperte con una rosa en mi almohada y pensé que era tuya pero me equivoque, era de Wood, traía una notita en la cual me citaba a las siete en el lago. - Malfoy miro la hora y puso cara de perro rabioso. - He ido a esa cita y le he dicho que me deje en paz y me fui. - dije, Malfoy me miro directamente a los ojos y compuso una pequeña sonrisa. ¿Por qué sonreía?
- Bien, bien... - dijo. - Lo que me estás contando yo ya lo sabía, lo que no me esperaba era que me lo contases tú. - comento. - Eso es un voto a tu favor, Granger. - dijo.
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¿Y bueno?¿Os ha gustado este cáp.?
Dedicado en especial a . . .
Pansy_Potter |
Gracias a todos los que seguís la historia, y gracias por comentar. Os Quiero!
Me pregunte mentalmente como era posible que Malfoy lo supiese. Aunque no le di mucha importancia porque ya me iba acostumbrando a que ese húron lo supiese todo de mi, cada movimiento que yo hacia, era vigilado de alguna manera por él.
- Por cierto, Granger he de decirte que ya he pensado en tú sanción. - dijo dandome la espalda, si esa sanción había sido idea suya, no podía tener nada de bueno.
- ¿Y que has pensado? - pregunte caminando trás él. No paro y tampoco me respondió, asi que por unos segundos no supe que hacer, si seguirle o si seguir mi propio camino. - ¡Malfoy! - llame, pero él ignoro mi llamada, asi que decidí tomar mi propio camino hacia mi Torre. Camine a paso lento, sin prisa. Sencillamente iba pensando en mis cosas cuando una mano me atrapo y me metió dentro de un aula vacía. Estube por gritar pero me taparon la boca, finalmente la persona que me había cogido por sorpresa mostró su rostro. Era Viktor Wood, nuevamente. - ¿Otra vez tú? - pregunte, sin poder evitar el enfado.
- Granger, te quiero y no le tengo miedo a Malfoy, asi que no esperes que me rinda a la primera de cambios asi porque si. - susurro, abrazandome lentamente. Me separe de su abrazo y le mire friamente a los ojos. - Lo que estoy sintiendo por ti, nunca lo he sentido por ninguna y eso trás mi fama de galán, te lo puedo asegurar, te quiero y quiero que seas mia. - susurro.
- Dejame en paz Wood, no tengo paciencia. - espeté entre dientes, esté me agarro con fuerza por los hombros y me puso contra la pared, clavo sus ojos en mis ojos y después me beso a la fuerza, yo no me podía defender, puesto a que Wood también estaba cubriendo su parte débil con habilidad, asi que por fin se me ocurrió la brillante idea de morderle el labio, se aparto rápidamente de mi y su primer reflejo fué darme un puño inesperado por mi parte, la poca distancia que mi cabeza tenía de la pared quedo reducida en nada, el golpe fué tan fuerte que llegue a sentir el eco del golpe. Sentí que mi cuello humedecía con algo caliente, y el olor a sangre inundo mis fosas nasales, mire a Wood con eterno odio y trate de irme, pero el muy imbécil me cogió nuevamente y me tumbo en el escritorio del profesor, se puso sobre mi y nuevamente me dejaba sin movilidad alguna, no me beso pero eso no hizo que no aprobechase para tocar mi cuerpo a su antojo. Mi cabeza me dolía mucho, demasiado aún asi tendría que hacer algo. - ¡AYUDA!¡SOCORRO! - grite esas palabras una y otra vez, y de pronto alguien me quito de encima a Wood me incorpore un poco y vi como Malfoy llenaba a Wood de fuertes puños, ahora el indefenso era Wood. Lo estaba golpeando tanto que al fin decidí meterme antes de que lo matase a puños, Wood sangraba por la boca, por la nariz y por otras zonas en ese momento supe que Malfoy le estaba pegando sin medir el daño de su fuerza, incluso me atrevería a decir que Malfoy estaba fuera de si. Me asome a la puerta y vi a sus amigos. - ¡Zabinni, Crabbe, Goyle! - todos me miraron y caminaron hacia mi, entonces cuando vieron lo que pasaba no tardaron en reaccionar y sacaron a Malfoy de encima de Wood, este yacía inconsciente. Sentí un repentino mareo que me obligo a buscar apoyo, sentí la fría pared en mi espalda y supe que estaba por desmayarme, la cabeza me dolía horrores. Poco a poco me sentía deslizar hacia el suelo y ya estaba por caer cuando sentí unos brazos fuertes cogiendome y levantandome del suelo, sentí su olor y supe que ahora de momento nada malo podía pasar.
- ¿Qué te sucede, Granger? - pregunto con voz suave, y por una vez pude distinguir una nota de preocupación.
- Mi cabeza... me duele... él me golpeó... - dije intranquila, el dolor cada vez era más fuerte, poco me faltaba para gritar de dolor.
Abrí los ojos completamente desorientada, mire alrededor. Estaba en la enfermería, y aunque no estaba Malfoy, si estaba Zabinni.
- ¡Hasta que despertaste! - dijo regalandome una pequeña sonrisa.
- ¿Dormi mucho? - pregunte, él me miro y puso cara de preocupación por unos segundos, poco después escuche la puerta de la enfermería abrir y Malfoy se acerco a mi, me miro a los ojos con aquella mirada que me desorientaba, pero esta vez me estaba mareando. - ¡Tú mirada me esta mareando mucho! - me queje en un susurro, y entonces él aparto la mirada.
- ¿Como te sientes? - pregunto con indiferencia.
- Bueno... Le preguntaba a Zabinni cuanto había dormido. - susurre, Malfoy miro el reloj.
- Siete días, nueve horas y diecisiete minutos. - comento, mirandome. - Ahora dime, ¿que paso con Wood? - pregunto sentandose a un lado de la cama, le mire con dudas no sabía si preguntarle que había sido de Wood. Pero mejor quedarme callada después de lo que paso.
- Cuando deje de seguirte fui caminando a paso lento rumbo a la Torre de Gryffindor, y de la nada una mano me agarro y me metió dentro de un aula vacio yo estaba a punto de gritar pero me tapo la boca y se mostro, cuando vi a Wood me queje y le pregunte ''otra vez tu?'' y entonces él me dijo que me quería y que no te tiene miedo, también dijo que no se iba a rendir a la primera, entonces le dije que me dejase, que no tenía paciencia para él y trate de irme, pero él me agarro y me beso a la fuerza arrinconandome y dejandome indefensa asi que le mordí el labio provocando que sangrase... - tome aire. - Entonces con el impulso suyo de separarse de mi me separo un poco de la pared, solo que encuando vió que tenía sangre me dió un puño y yo me golpeé fuertemente con la cabeza en la pared, trate de irme pero me lo impidió y me tumbo sobre la mesa del profesor, y en ese momento empecé a pedir ayuda porque sabía que yo sola no podría zafarme. - después de resumir lo ocurrido me di cuenta que Malfoy mantenía sus puños fuertemente cerrados.
- No tendrás que preocuparte más por ese imbécil, lo mataré hoy mismo. - susurro, le mire asustada.
- No vale la pena que lo mates, yo creo que con los golpes que le diste ya le basto. - susurre, él me miro a los ojos y luego hizo un gesto con la mano, Zabinni se fué, con su varita puso varios encantamiendos sin apartar su mirada de la mia, y después hablo.
- No soporto que toquen lo que es mío, pero lo que en verdad no aguanto es que no se tomen mis palabras en serio Granger, tuviste suerte de que escuche tu voz y fui corriendo. - dijo claramente. - Ese imbécil merece morir solo por el hecho de no saber respetar a un Malfoy, pero la razón principal por la cual le quiero matar, es por lo que te ha hecho porque él no es nadie para besarte, ni para golpearte, ni para tratar de violarte Granger a una mujer no se le debe tratar asi, aunque esa mujer sea impura ese no es modo de tratar a una mujer. - escupió entre dientes.
- No quiero que lo mates, no por mi pues no vale la pena que lo hagas. - susurre bajando la mirada, y entonces Malfoy hizo algo tan irrealista que llegue a dudar si estaba despierta o dormida, tomo con su mano derecha mi barbilla alzandola un poco y me miro a los ojos, por una vez en mi vida vi en la mirada de Malfoy algo más allá del odio, en su mirada vi algo que jamás hubiese creído posible, en su mirada había un pequeño reflejo de dulcura y preocupación. ¡Ese no podía ser Malfoy! Ahora si no sabía que pensar, sonrió suavemente y deposito en mis labios un pequeño y dulce beso.
- Se equivoco al hacerte daño, Granger. - susurro. - No permitire a nadie que te lastime mientras seas mia, a nadie. - dijo alejando su mano de mi rostro, quito los hechizos.
- Malfoy... - llame, pero cuando me miro supe que su arrogancia y frialdad habían vuelto asi que me limite a negar con la cabeza dandole a entender que no tenía nada qu decirle. No le quite ojo hasta que desapareció por la puerta, a los pocos segundos por la misma puerta apareció Zabinni, le mire extrañada. - ¿Otra vez aqui? - pregunte, él me miro.
- Bueno, después de lo que ha pasado Draco no te quitará ojo. - dijo con indiferencia, aunque a pesar de que Zabinni fuese una serpiente, no parecía tan malo como Malfoy, no parecía ni la matad de malo.
- ¿Creés que matará a Wood? - pregunte finalmente, Zabinni clavo su mirada en la mia.
- ¿Acaso te importa lo que le pase a ese cobarde? - pregunto con dureza, quede en silencio varios minutos hasta que por fin tube la respuesta.
- No quiero que lo mate por mi culpa. - dije buscando su mirada, Zabinni bufo.
- Lo que Draco va a hacer, lo haríamos cualquiera para defender lo que nos pertenece, Granger. - dijo.
- Pero yo no le pertenezco a Malfoy. - deje escapar en un susurro. Después de eso decidí que lo mejor sería descansar un poco, me dolía nuevamente la cabeza asi que me recoste y cerre los ojos tratando de conciliar el sueño. Cuando desperte abrí los ojos suavemente y mire alrededor, pensé que me encontraría a Zabinni, pero en su lugar me encontre a un rubio recostado en la silla con sus manos detrás de la cabeza, sus ojos estaban bien abiertos y me observaba. Mire hacia las ventanas, era de noche, suspire. Ya no me dolía la cabeza, al menos de momento. Quise preguntarle a Malfoy que decisión había tomado respecto a Wood, pero pensé que sería mejor quedarme callada y no romper el hielo hasta que él mismo lo rompiese. Pasaron varios minutos hasta que él abrió la boca.
- El golpe de la pared te rompió la cabeza, pero ya se ocuparon de sanarte, no te quedo marca ni algo por lo que debas preocuparte, aunque también ha dicho la enfermera que es normal que te duela la cabeza durante algunos días. - dijo con su habitual frialdad.
- ¿Por qué? - pregunte, recordando su comportamiento horas atrás, cuando me cogió suavemente la barbilla y luego me dió un suave beso.
- ¿Por qué que? - pregunto alzando las cejas.
- ¿Por qué antes me trataste bien y ahora vuelves a ser el arrogante de siempre? - pregunte, él sonrió con ironía y me miro a los ojos.
- Nunca te he tratado bien. - espetó. Le mire con rabia, definitivamente yo era una ilusa por llegar a pensar que Malfoy hasta podía ser bueno conmigo, definitivamente me había imaginado cosas que no eran verdad. Desvié la mirada y mire el reloj, eran las 1:23 de la madrugada.
- ¿Qué paso con Wood? - pregunte. Le mire y este se puso serio, para pocos segundos después tomar una posición completamente relajada.
- Nada. - respondió con un suspiro.
- ¿Nada? - no entendía si ese nada era algo bueno o algo malo.
- Tenías razón, no vale la pena que me ensucie las manos por ti asi que solamente hable con él, de hombre a hombre y me pareció que entendió lo que le dije. - comento, apartando la mirada. Sus palabras eran un poco inesperadas para mi, pero bueno solo su apellido definía la persona con la que estaba hablando.
- ¿Cuando saldré de aqui? - pregunte, enojada.
- Mañana. - respondió con limitación. - Y ahora si no te importa te quedarás con la compañía de un elfo, pues yo quiero descansar y mi cama me espera. - repuso levantandose y caminando hacia la puerta, el elfo no tardo ni dos segundos en aparecer a mi lado, se quedo sentado en una cama frente a la mia, mirandome con aquellos enormes ojos verdes. Me acomode, para dormir a pesar de que no tenía sueño, pero esque tampoco tenía nada mejor que hacer asi que mejor dormir que aburrirme. Pase toda la noche sin pegar ojo, tenía una sensación extraña de que no solamente estaba vigilada por aquel elfo que no apartaba la mirada de mi algo me decia que en algún lugar había otro par de ojos que no quitaban su mirada de mi. Di varias vueltas en la cama esperando dormirme pero fue inutil. Por fin el sol salió y aquella enfermera que yo no conocía de nada se acerco a mi, me hizo incorporarme y me hizo innumerables pruebas que para mi eran molestas, pues yo me sentía bien y sabía que ya estaba completamente bien, ni siquiera había tenido más dolores de cabeza debidos al golpe. Por fin después de una hora chequeandome me miro a los ojos.
- Cuando quieras puedes irte. - comento alejandose de mi, y con su varita puso mi ropa sobre los pies de la cama en la cual yo estaba recostada. Asi que me levante y me vesti, el elfo me miraba y negaba una y otra vez con la cabeza, cuando estaba por salir de la enfermería se puso frente a mi y me miro con desafio.
- El amo no dejar salir de aqui. - dijo claramente, mire al elfo con reproche pero igualmente salí. Camine por los pasillos y aquel pequeño ser no paraba de seguirme de un lado al otro, paso que yo daba él lo seguía conmigo. Camine hasta mi Sala Común y después me fui al cuarto, estaba vacio lo que me recordo que la gente estaría desayunando y a punto de iniciar las clases, asi que cogí mis cosas y me prepare para ir a clase. En ese momento recorde que no tenía mi varita, la busque por todos los sitios pero no la encontre lo que me hizo pensar que mi varita estaba en poder de Malfoy, no pude evitar un bufido. Me sente en mi cama y espere, sabía que Malfoy vendría en mi busca pero me equivoque, en su lugar vino nada más y nada menos que Pansy Parkinson con mi varita en sus manos.
- Draco me envía para que te de esto, y para que te lleve conmigo a clase. - dijo esta, mirandome con eterno odio, y yo sabía porque me miraba asi aunque no entendía porque me había hablado tan bien comparado a otras veces, la mire a los ojos.
- ¿Como le puedes querer? - pregunte, ella fijo sus ojos en los mios y rió alto.
- No he venido aqui para entablar amistad o conversación contigo, he venido para hacer lo que Draco me ha pedido. - dijo. Me levante y tome mi varita, entre un momento al baño y arregle mi pelo que después de la ducha había quedado horrible, después de eso camine junto a Parkinson hasta el aula de Pociones, yo iba a sentarme en mi sitio habitual junto a Neville cuando Lestrange me miro.
- Su nuevo sitio es alli. - dijo señalando la silla vacia que estaba al lado de Malfoy, lo mire y él me miro. Camine a paso lento hasta la silla y tome asiento sacando mis cosas. La poción de hoy era extremadamente complicada y la verdad sabía que no me saldría bien, yo tampoco era una genio en Pociones hasta podía decir que era una de las peores asignaturas para mi. Tome los ingredientes y empece a hacer la Poción, Malfoy no decía nada y tampoco colaboraba conmigo y eso me molesto, aunque debería de habermelo esperado. Después de la clase no tube otra opción que ir acompañada de Malfoy y su cuadrilla de serpientes hasta la siguiente clase. Asi que cuando llego la hora de comer sentí alivio, empece a caminar hacia la mesa de Gryffindor pero él me detubo y me miro a los ojos.
- A partir de hoy te sentarás en la mesa Slytherin. - comunico arrastrandome con él a la peor mesa que existía en ese comedor. Me sente a su lado y apenas pude probar la comida, repentinamente había perdido el apetito y él no paso eso por alto, asi que sin permiso de nadie lleno mi plato con un poco de todo. - Come. - ordeno señalando mi plato, ahora lleno de comida que no entraría en mi estomago. Con suma lentitud empecé a comer, y a la vez no pude evitar mirar a la mesa de Gryffindor. Por un momento mire a Wood, este estaba completamente sumido en sus pensamientos de un momento a otro senti sed de venganza por lo que me hizo asi que sin pensarlo me levante y camine hacia él. Era consciente de que la mesa de Slytherin no quitaba ojo de mi, sobre todo una mirada grisacea. Me puse frente a Wood y capte su atención, este me miro y aparto la mirada.
- ¿No tienes nada a decir Wood? - pregunte bien alto, captando la mirada de todos los que estaban presentes en aquel comedor, este se levanto y me miro.
- No. - negó con energía, asi que sonreí con evidente ironía y saque mi varita.
- ¿No quieres pensar un poco? - pregunte desafiandolo, y entonces él saco su varita de la túnica. Su varita volo de su mano sin que yo hiciese nada, me gire y descubri a Malfoy justo detrás de mi, con su varita en mano.
- Ni se te ocurra atacarla Wood. - serpenteó fijando su mirada en la de Wood, este me miro.
- Lo siento. - dijo entre dientes, pero esa no era una disculpa sincera asi que no me servía de nada.
- Ese lo siento vacio, no me sirve de nada Wood. - susurre amenazadoramente. - Se que este no es el momento de ajustar cuentas, pero antes o después acabarás cayendo en mis manos, y en ese momento te arrepentirás de lo que hiciste Wood, te prometo que me recordarás hasta los últimos segundos de tu miserable vida. - amenaze guardando mi varita. Me gire y vi a Malfoy con un deje de sorpresa en su mirada, después tomo mi mano y me llebo fuera del comedor, caminamos hasta un aula vacia.
- ¿Qué pretendes, Granger? - pregunto mirandome a los ojos.
- Vengarme. - susurre. - ¿Acaso tampoco puedo hacerlo? - pregunte. Él me seguía mirando pero se lo estaba pensando, después de unos minutos hablo.
- De hecho si, si que puedes siempre y cuando me avises para que yo este a tú lado. - dijo severamente.
- No necesito un guardaespaldas Malfoy, se defenderme. - repuse.
- No me importa, no pienso permitir que se defienda porque si tú no tuviste oportunidad de defenderte creo que él tampoco debería tenerla. - susurro. Después de decir aquello se acerco más a mi y me tomo por la cintura obligandome a quedar pegada a su cuerpo, me beso y yo seguí el beso. Quizá este fuese el beso más largo hasta el día de hoy con Malfoy, la verdad no me importo estar saboreando sus labios porque a pesar de su frialdad y de su mal caracter Malfoy nunca me hacia daño, al menos en lo que era fisicamente. Puse mis brazos alrededor de su cuello pensando en que él me quitaría pero me equivoque, no se movió unicamente seguía jugueteando con mi lengua. Escuchamos el toque para ir a clase, asi que el beso termino en unos segundos, cuando nos separamos Malfoy me miro a los ojos y después me indico con un gesto que nos fuesemos al aula que nos tocaba. Caminamos uno al lado del otro sin embargo ninguno decia nada, la gente que había en los pasillos ya no se asombraba al vernos juntos, ni al ver que Malfoy me defendía. Cuando llegamos a clase me sente en mi sitio habitual, pero no estaba con mi compañero de siempre porque este había sido substituído por Malfoy. Wood estaba unas mesas por detrás de mi, pero no hice caso ni me sentí en tensión. Las clases fueron un verdadero aburrimiento, además Malfoy tampoco hablaba y yo por lo normal, aunque solo fuesen dos palabras solía comentar cosas con Neville. La tarde se hizo eterna pero por fin ahora podría ir a mi cuarto y por fin podría hablar tranquilamente con Ginny, que después de lo ocurrido la sentía más distante que nunca. Malfoy iba a mi lado y yo no sabía si esque no pretendía dejarme sola ni en mi Sala Común.
- Me voy a mi cuarto, para estar con Ginny. - avise. Este me miro.
- Creo que no. - negó.
- ¿Qué? - pregunte enojandome, no sabía que pretendía Malfoy pero si pensaba que iba a estar las veinti cuatro horas del día conmigo se equivocaba y mucho, pues yo no le temía a Wood.
- Wood está en Gryffindor y allí eres carne de cañon para él, no pienso dejar que vayas alli. - dijo.
- Pero yo también soy Gryffindor y tengo derecho a estar alli, además Wood no puede entrar en mi cuarto, los chicos no pueden hacerlo. - comente.
- Creo que te equivocas, porque si Krum puede es obvió que Wood también. - comento. - Además ya estás recuperada y tienes una sanción pendiente que cumplirás hoy. - espetó con dureza.
- ¿Y si no puedo ir ni a mi cuarto donde pretendes que me quede? - pregunte parandome y alzando la voz, Malfoy me miro con indiferencia.
- En mi Torre, le pediré al elfo que te ponga una cama en la Sala Común. - comento. - Y ahora si me perdonas te dejaré con Zabinni, tengo que ir a una cita. - dijo, como si fuese lo más normal del mundo, y ahora si me enfade con él de verdad.
- Me repugnas Malfoy, si esque te estás acostando con otras no entiendo para que me quieres, además ahora que se que vas con una y con otra a mi no me volverás a tocar. - escupí. Él me miro entre enfadado y divertido, cosa que hizo que me alterase más pero me quede callada.
- Tú sola no eres suficiente para mi, ¿crees que he sobrevivido siete días sin sexo Granger? No me hagas reir. - comento. - Por otro lado, he de decirte que te seguiré tocando siempre que me plazca, porque tú me perteneces Sangre Sucia. - escupió. Zabinni se acerco a mi y vi como Malfoy se alejaba, camine a paso lento con Zabinni siguiendome los pasos. Estubimos dos horas en completo silencio, y no me importaba porque yo estaba centrada en mi tarea. Pero después de terminar la tarea me empece a aburrir y quizá él lo noto.
- Yo no soy como Malfoy, si me hablas te hablaré. - comento, caminando a mi lado.
- No creo que tengamos nada de que hablar. - susurre.
- ¿Te molesta que Malfoy ande con otras? - quiso saber.
- No, lo que me molesta es que no me deje en paz, me repugna ser de su propiedad y me asquea tener que obedecer y callar, y ahora que no me deja sola ni por un momento me asquea mucho más, no por la compañia ya que podría haber elegido a alguien peor, si no por el hecho de que no soy una niña indefensa, además no se porque demonios le importa tanto mi seguridad si yo le doy completamente igual, no lo entiendo en absoluto, solo se que lo que más deseo en este mundo es que me deje en paz, porque la poca felicidad que yo aportaba en mi vida él la ha hecho desaparecer por completo y cada día que pasa me siento más infeliz, lo odio y odio que me toque. - me calle y me quede pensativa, provablemente todo lo que le acababa de decir a Zabinni me traería problemas con Malfoy, pues debería haber controlado mi rabia y haberme callado en vez de dejar salir todo.
- Qué sea amigo de Malfoy, no significa que le vaya a decir si tu y yo hablamos o no Granger, no soy como crees que soy. - comento. - Además yo tampoco lo entiendo, no se hasta donde quiere llegar con su comportamiento, veo como te trata y me quede alucinado, luego veo como te habla o te mira en otros momentos y incluso llego a pensar que siente algo por ti, pero Malfoy es como es y no debes dar importancia, lo que mejor puedes hacer es aguantar algún día se aburrira de ti y te dejará libre, a tu antojo. - dijo hablando por lo bajo, quizá por el hecho de que ibamos caminando por el pasillo.
- Me apetece ir a sentarme junto al lago. - dije. Él me miro y asintió levemente, caminamos en completo silencio y cuando estubimos comodos Zabinni saco su varita y lanzo hechizos a nuestro alrededor, supe que eran hechizos para que nada de lo que hablasemos se escuchase y para ocultarnos de la gente.
- Granger, aunque te parezca raro conmigo puedes hablar tranquilamente. - comento en tono normal.
- ¿Por qué lo haces? - pregunte. - ¿Por qué tratas de ser amable conmigo? - él me miro a los ojos.
- Porque no todos los Slytherin somos como Draco, y no todos pensamos lo mismo de los Impuros, yo personalmente ya le he dicho que no me gusta como se comporta contigo, y también le he preguntado en varias ocasiones lo que pretende. - comento. - Él me responde pero eso no debo decirtelo porque sería traicionar la confianza de Draco, solamente te puedo decir que él no pretende hacerte daño, aunque se que igualmente te lo hace, a veces no se da cuenta de que lo esta haciendo, pero debes entender que su educación fue dura y severa y para Draco mostrarse contigo amable o simpático es una especie de debilidad que no se debe permitir, un mortífago no tiene derecho a sentir algo por alguien que no sea el mismo, debe ser inmune a ese tipo de cosas no debe creer en los sentimientos y eso es lo que hace Draco. - conto despacio.
- Pero él puede cambiar, solo tiene que quererlo. - comente.
- O quizá necesite a alguien que le haga ver eso. - comento mientras me miraba.
- ¿Esperas que yo le haga ver eso? - pregunte molesta.
- Bueno, eres la que más cerca de él está, y de momento eres la unica que ha logrado que se preocupe por tu salud y que incluso te cuide, aunque no entiendo su forma de cuidarte. - dijo.
- ¿Te refieres a esa forma posesiva que tienede hacer las cosas? - pregunte ironizando.
- Si, a eso mismo. - afirmo sonriendo, después miro la hora y se levanto. - Casi es hora de cenar, deberíamos ir. - dijo. Levanto los encantamientos y caminamos hasta el comedor, Malfoy ya estaba en la mesa con sus demás amigos y a su lado estaba Astoria, no me quería sentar en aquella mesa y al parecer Zabinni noto que algo no iba bien, por eso me miro y sonrió disimuladamente, lo hizo con tanto disimulo que llegue a dudar de su sonrisa, finalmente camine junto a él hasta la mesa y me sente al otro lado de Malfoy, me relaje un poco al darme cuenta que Zabinni había tomado asiento a mi otro lado. Cene lo que pude y después me levante, no quería postre. Al levantarme Malfoy imito mi gesto y salió detrás de mi, yo camine entre los pocos alumnos que estaban por el pasillo y finalmente heche a correr lo más rápido que pude, sentí que Malfoy me seguía y para no perder ventaja aceleré aún más mi ritmo, cuando llegue al retrato de la Dama Gorda me encontre a Ginny que justo estaba entrando asi que aprobeche y entre trás ella, sabía que en mi cuarto Malfoy me encontraría asi que me escondi en el dormitorio que alguna vez había sido de Harry y Ron, con mi varita hice el conjuro que me mantendría invisible a sus ojos siempre y cuando no me saliese del areá. Pasaron varios segundos hasta que los Slytherin inrrumpieron en la Torre Gryffindor, empezaron a buscar rincón a rincón por cada habitación, justo en el cuarto en el que estaba yo entraron Zabinni y Malfoy, buscaron y Zabinni rozo con mi brazo, me puse en tensión cuando se quedo mirando fijamente al punto en el que yo me encontraba, tape mi boca porque ahora si estaba por ver si Zabinni era de fiar o no.
- ¿Qué mirás? - pregunto Malfoy acercandose. Zabinni reaccionó.
- Nada, solo que me da la sensación de que Granger no está en la Torre. - murmuro.
- ¿Qué te hace pensar eso? - pregunto Malfoy acercandose a la ventana.
- Si ella estubiese por aqui ya la hubiesemos encontrado Draco. - dijo este mirando a su amigo.
- Puede, o quizá simplemente está bien escondida bajo algún conjuro, ni siquiera puedo entrar en su mente y eso me está enfadando. - comento. ¿Entrar en mi mente? Ahora entendía aquella mirada extraña que me hacía sentir como si sus ojos fueran mis ojos, ahora ya entendía porque cuando algo pasaba me miraba a los ojos y sabía si era verdad o no, y ahora sabía que tenía que poner fin a esto porque que Malfoy entrase en mi mente era una gran ventaja que tenía sobre mi.
- Draco, sigo pensando que quizá ella se comporte asi porque tú eres un completo imbécil con ella y lo sabes. - comento Zabinni. - La tratas como quieres sin importarte lo que ella piense y eso no debería ser asi. - dijo.
- Blaise, deja la clase de Psicología y vamos en su busca. - comento este.
- ¿No te das cuenta que estás obsesionado con Granger? - pregunto al fin Zabinni.
- ¿Obsesionado? - pregunto este ironicamente. - No me hagas reír, solo es una sangre sucia. - espeto.
- Ya, una sangre sucia a la que cuidas como no has cuidado a ninguna otra, una sangre sucia que te vuelve loco, ¿sabes? Creo que no deberías decirle la verdad, no se porque le digiste que estabas enredandote con otra si no es verdad y no se porque le digiste a Astoria que se sentase a tu lado, si sigues asi... - se quedo callado. - Si sigues asi jamás dejará de verte como un mortífago más.
- Para ser quien soy estoy siendo bastante bueno con ella, ni siquiera la sancione cuando me entere por la Weasley que se estaba viendo con Krum cada noche a escondidas. - se defendió.
- ¿Le dirás alguna vez lo que sientes por ella? - pregunto finalmente Zabinni.
- Jamás, porque yo no digo lo que no siento, y por esa sangre sucia lo unico que siento es atracción fisica además tenerla para mi es una forma de torturarla por eso me aprobechare de su situación en la cuál debe obedecerme y cuando me canse de ella la mataré. - murmuro. Zabinni quedo con una cara de cuadro.
- ¿La matarás? - pregunto incredulo.
- Después de ser mía no será de nadie más, además ella no vale nada. - dijo Malfoy dando la conversación por finalizada. Zabinni miro en mi dirección y desapareció al igual que Malfoy. Yo había quedado en chock. Ahora tenía muchas cosas en mente y si esque Malfoy podía ver mi mente tenía que evitar aquella mirada suya a toda costa, pero yo sabía que eso no sería posible y que rebuscaría en mi mente cada detalle para saber donde estube exactamente mientras me buscaban como locos. Después de escuchar aquella conversación supe que tenía que desaparecer de Hogwarts lo antes posible. Escuche unos picoteos en la ventana que quedaba detrás de mi y vi una lechuza ambarina, abri con cuidado la ventana y cogí el sobre, la lechuza era de Hogwarts asi que me la mandaba alguien del colegio.
'' Te esperare en el mismo sitio de hoy junto al lago, necesito hablar contigo coge mi capa. B.Z''
No sabía si ir o no, lo que si sabía era que seguramente me alguien me viese por los pasillos o en la Sala Común, tenía miedo de moverme de allí. Vi que la lechuza no se marchaba y entendi el motivo cuando vi un saco que colgaba por su cuerpecillo, cogí el saco y la capa de invisibilidad y camine por el castillo con dicha capa, una vez llegue al lado de Zabinni yo misma puse los hechizos protectores, y por fin me quite la capa.
- ¡Tengo que irme de Hogwarts! - susurre.
- Tienes otra opción, Granger. - comento Zabinni. Le mire a los ojos.
- ¿Cuál? - pregunte.
- Draco y Theo, ambos tienen la misma posición social y todo lo demás, los dos son dos mortífagos prestigiosos y de confianza, si te acercas a Theo y él decide que te quiere a su lado Draco no te podrá obligar a estar con él. - dijo.
- ¿Y Narcissa? - pregunte.
- Nadie podrá hacer nada, ya te he dicho Draco y Theo están en el mismo escalón social. - dijo.
- Zabinni no deveríamos estar hablando, cuando Malfoy me veo mirara mis ojos y verá todo lo que hemos hablado. - comente.
- No te preocupes, ese recuerdo estará oculto cuando Draco acuda a tu mente no verá que yo estoy aqui contigo hablando, solo te verá a ti y nada más. - comento.
- ¿Enserio? - pregunte fascinada.
- Si.
- ¿Por qué me ayudas Zabinni? - pregunte, y él me miro.
- ¿Recuerdas aquel niño que conociste una vez, en el Valle? - pregunto él, yo hice memoria pero no recordaba, asi que negue con la cabeza. - La primera vez que nos vimos teníamos seis años, y estubimos dos semanas jugando a escondidas de nuestros padres. - dijo.
- ¡Oh! - me lleve las manos a la boca. - ¿Eras tú? - pregunte.
- Si, ese con el que subias los árboles era yo. - comento sonriendo. - Te conoci sin saber cual era tu estatus de sangre y me caíste bien, asi que el estatus no hará que me caígas mal, tu no eres como los demás impuros porque a ti te conoci sin saber el significado de esas palabras. - comento. - Y ahora ve y busca a Theo.
- ¿Y que le digo? - pregunte.
- Dile que te aleje de Draco. - dijo Zabinni.
- Pero Nott no me quiere ni ver, deje de acostarme con él por Wood. - dije mordiendome el labio.
- Si, pero él siente cosas por ti, asi que si vuelves a su lado reconociendo tu error, te acogerá como su mujer. - dijo Zabinni seguro de sus palabras. Le di un beso en la mejilla a Zabinni y salí corriendo en busca de Theodore Nott, aprobeche a que un Slytherin entrase en la Sala Común para colarme y lo consegui, busque habitación por habitación a Nott y lo encontre en el último cuarto del pasillo, me asombro ver que en aquella habitación había dos fotografías mias. Me quite la capa de invisibilidad.
- Nott. - llame con suavidad, este se giro y me miro a los ojos.
- ¿Qué haces tú aqui? - pregunto, extrañado asi que antes de hablar me abalance sobre él y le bese, él no me nego en beso lejos de hacerlo me tomo por la cintura y me recosto en la cama, poco a poco nos fuimos deshaciendo de la ropa, Nott cogió su varita y hizo varios conjuros que yo conocía, el silenciador, el protector y el invisible. Nott acarició mi cuerpo zona a zona sin dejar ningún centimetro de piel. Se entretubo con mis senos, besando, lamiendo y masajeando suavemente, después bajo su mano y empezo a tocar mi punto débil por asi llamarlo, yo también lo iba acariciando y cubriendo su piel de besos, no tardo en penetrar y tampoco tardo en llegar al clímax, quitando la última vez con Malfoy nunca había tenido una relación sexual tan corta y fuera de detalles. Nott se levanto y se vistió sin dejar de mirarme. - ¿Venias en busca de esto? - pregunto.
- En parte si, en parte no. - susurre. Después de vestirse se sento en la silla.
- Explicate. - ordeno.
- En parte si porque me arrepiento de haberte dejado por Wood, pero vi que empezabas a sentir algo por mi y me asuste pensando que lo mejor sería alejarme de ti, pero me equivoque porque al menos tú me tratabas relativamente bien. - susurre. - Y el en parte no es por Malfoy, mi situación con él es repugnante y quiero que me deje en paz, lo odio con todo mi ser y no hace más que lastimarme una y otra vez y prefiero estar a tú lado a estar con él.
- ¿Enserio? - pregunto levantando las cejas.
- Si. - respondí con seriedad.
- Si yo te libro de Draco, serás mia hasta el final. - dijo, me puse a pensar y en esa situación me encontraba yo con Malfoy asi que, no me importaba.
- Bien. - asentí, este se acerco a mi y me cogió la mano.
- Lo que quiero decir es que, si te libro de él te casarás conmigo. - concluyó.
- Dudo que alguien deje que nos casemos Nott, eres sangre limpia y mortífago. - dije.
- Eso es lo de menos, cuando un mortífago elige mujer, está será para siempre y no importa ni el estatus ni nada. - dijo. - Tú decides, solo te libro de Draco si te casas conmigo. - me quede pensando unos segundos en lo que él me estaba diciendo, y suspire, él no podía ser peor que Malfoy.
- Me casaré contigo. - dije en un susurro. Nott me beso y me dió la mano. - ¿Donde vamos? - pregunte al ver que saliamos del cuarto
- A enfrentar al rubio engreído. - dijo sonriendo abiertamente, mi corazón quedo en un puño pero era lo menos que podía hacer para librarme de él. Caminamos en busca de Malfoy y lo encontramos junto a Zabinni en la última planta del castillo, miro nuestras manos y luego me miro a los ojos, aparte la mirada rápidamente. - Draco, me temo que debo pedirte que dejes a mi prometida en paz. - solto Nott, a Malfoy se le abrieron los ojos como platos.
- ¿Tu qué? - pregunto mirandome unicamente a mi.
- Si, Malfoy me canse de ti y he tomado una decisión para alejarme de ti. - comente con seguridad en cada palabra. Malfoy paso a mi lado sin mirarme, me gire y él se giro.
- Acabas de condenar tu vida, Granger luego no me pidas ayuda. - dijo como último alejandose junto a Zabinni.
¿Os gusto?¿Muy largo? Bueno lo hize largo para recompensar los dias que no pude actualizar.
Dedicado en especiial a:::::::::::::::::::::::::
Adrianamalfoy |
Mio fiiel seguiidora entre otras! Os ador0 chicas!
Habían pasado dos semanas y había vuelto casi todo a la normalidad en mi alrededor, los chicos me hablaban con tranquilidad y Malfoy no me atosigaba. Perfecto, de no ser por el hecho de que a momentos extrañaba la insufrible presencia del húron. Aunque por supuesto no estaba enamorada de él ni me gustaba de él, obviamente no porque si no ahora no estaría por anunciar mi compromiso con Theo.
- Me gustaría verte con aquel vestido rojo esta noche. - dijo Theo, acercandose a mi de improvisto y asustandome, le mire y sonreí.
- ¿Enserio? - pregunte, formando una sonrisa estúpida.
- Por algo te lo digo. - susurro, besandome. El beso era duradero lo que me indico que Malfoy andaba por algún lugar cerca de nosotros, paro el beso y se despidió de mi alejandose a paso ligero. Camine despacio hasta llegar al lago, en donde alguna vez había estado hablando con Zabinni. Me sente y mire a la nada, pensando en todo lo sucedido y en todo lo que estaba por venir. El banquete empezaría a las nueve en punto, y ahora eran las siete y media asi que decidí ir rápidamente a prepararme. Camine a paso ligero hasta la Torre Gryffindor, estaba por llegar a mi cuarto cuando alguien me tomo del brazo, me gire y me encontre a Wood.
- ¿Qué creés que pasará hoy en el banquete especial? - pregunto curioso.
- Pues, no lo se. - dije haciendome la tonta, y es que vaya sorpresa se llevarían los alumnos de Hogwarts cuando se enterasen, y esque ya sabían que Theo y yo salíamos juntos, lo que seguramente los alertaria seria el compromiso. - Luego te veo. - dije despidiendome. Antes de bañarme me prepare la ropa, me pondría el vestido rojo que Theo me había regalado la noche anterior junto a unos tacones negros.
https://estilosdemoda.com/wp-content/2011/03/vestido_novia_rojo_05.jpg (vestido)
https://www.blogys.net/UserFiles/image/moda/2011/calzado/11/zapatos-fiesta-invierno-1.jpg (zapatos)
Me bañe y me arregle el pelo, después me maquille un poco y finalmente me vesti. Mire la hora y me di cuenta de que apenas faltaban diez minutos para las nueve. Así que con la cabeza bien alta baje las escaleras, algunos compañeros de Gryffindor me miraron embobados, mientras que algunas chicas me miraban con envidia, quizá no envidía de mi si no de mi vestido. Me di cuenta de que allí había mucha gente y no todos eran de Gryffindor, o al menos llegue a esa conclusión cuando vi a Zabinni alli. Sin saber porque, busque con la mirada a Malfoy aunque tal y como sospechaba no estaba por alli. Camine a paso lento hasta llegar a la puerta en donde me encontre a Theo, me miro de arriba abajo y sonrió con un deje de dulzura.
- Estás bellisima. - susurro mientras bajabamos las escaleras de marmól, pues antes de entrar al Gran Comedor teníamos que hablar con Narcissa Malfoy, aunque la verdad yo no tenía ni idea de que teníamos que hablar con ella. Caminamos hasta su despacho y subimos por la gargola, la puerta se abrió sola.
- Nott, Granger tomen asiento. - dijo con sarcasmo. Me miraba con una mezcla de emociones muy confusa, no podía descifrar que me quería expresar con aquella mirada. - ¿Y bien? - pregunto sin dejar de mirarme, asi que yo no aparte la mirada cuando Theo habló.
- Creo que hablo mejor cuando puedo tutear a la persona, Narcissa. - comento Theodore Nott, de pronto aquel chico ya no me parecía tan educado y pacifico. - Se que tú hijo tiene una torre para él solo, y la razón por la cual estoy aqui es para exigirte una Torre para mi y para mi prometida. - comento él.
- ¿Exiges? - pregunto alzando la ceja y apartando su mirada de la mia para mirarle a él.
- Si bueno, puedo exigirlo yo o directamente te lo puede exigir Él. - le mire a Theo y no pude evitar un suspiro, aunque aquel duelo de miradas los tenían tan ocupados que ni se dieron cuenta. - Después de las vacaciones de Navidad quiero nuestra Torre preparada ya que volveremos siendo marido y mujer, asi pues ahora debemos ir a nuestro banquete para anunciar nuestro matrimonio. - repuso Theo levantandose, asi que yo imite su gesto.
- Granger, espera un momento. - dijo esta poniendose de pie, mire a Theo y este me miro con una expresión extraña, finalmente abandono la estancia dejandome a solas con Narcissa, esta rodeó la mesa y se puso frente a mi mirandome a los ojos. - Lamentarás lo que estás haciendo, y cuando lo hagas no habrá nadie que ponga las manos en el fuego por ti. - comento en casi un susurro.
- Al menos Theo no me trata como su exclava. - comente.
- De momento no lo hace, pero cuando empieces a tener problemas con Nott te arrepentirás de no haber aprobechado a mi hijo y cuando eso pase mi hijo ya estará lejos, demasiado lejos. - dijo con un deje de frialdad, le mire a los ojos.
- No me importa nada de lo que me estás diciendo Narcissa. - dije alejandome, en la puerta estaba Theo esperandome, tomo mi mano y miramos la hora, eran las nueve y cuarto, asi que suponiendo que ya estaría todo el mundo presente nos dirigimos al Gran Comedor, las puertas se abrieron para nosotros, la gente estaba de pie esperandonos, no estaban las cuatro mesas como siempre en su lugar había muchas mesitas redondas ocupando toda la estancia menos el pequeño pasillo por el cual ibamos caminando, había una mesita redonda de dos en el sitio en el cual solía estar la mesa de profesores, y a los lados de esa mesa habían otras, supuse que esas serían la de los profesores y familiares de Theo. La gente nos miraba, y Theo nos centro frente a todos.
- Buenas noches. - saludo mirando a todos los lados, yo acompañe su mirada pero la mia se detubo en una mirada grisacea que miraba con cierta intensidad, entonces recorde las palabras de Narcissa con más tranquilidad. - Tengo el honor de comunicar mi compromiso con esta bella dama que tengo al lado, Hermione Granger. - dijo alzando nuestras manos entrelazadas. Entonces Theodore se arrodillo frente a mi, delante de todos los alli presentes y me miro a los ojos. - Hermione Jean Granger, ¿aceptarías casarte conmigo? - dijo a la par que mostraba un elegante y carisimo anillo, por última vez mire a Malfoy y suspire, no sabía si debía hacer caso de las palabras que Narcissa me había dicho o no, pero seguramente lo había hecho por asustarme. Mire nuevamente a Theo y al anillo.
- Si. - dije claramente, poniendo la sonrisa más falsa que podía poner en esos momentos, él me puso el anillo y se puso de pie, besando mi mano con delicadeza y sonriendo.
https://www.webadicto.net/blogs/webadicto/image.axd?picture=anillo-de-compromiso-07_1.jpg (anillo)
Después de eso se inició el banquete en el cuál hubo música entre otras cosas, todo el mundo se acercaba a felicitarnos, pero el mal trago fué cuando Malfoy se acerco.
- Que os vaya bien. - dijo secamente y con mucha ironía en la voz, en sus ojos se reflejaba el odio que tanto caracterizaba aquella mirada grisacea. El banquete finalizo a las doce de la noche y poco a poco la gente se marcho y en aquel sitio solo quedaron los mortífagos y yo. Todos me miraban con curiosidad en la mirada, por un momento me sentí intimidada y temerosa, y a pesar de que Theo estaba a mi lado, la verdad preferiría estar bien lejos de ese sitio.
- Tenemos a una bella dama aqui presente. - cuando escuche aquella voz estube a punto de morirme de la rabia que inundo mi mirada. Por un segundo estube segura de que por mis venas no corría sangre si no más bien veneno, me gire lentamente y me di cuenta de que yo era la unica que no estaba haciendo una reverencia a pesar de que Theo tiraba de mi mano hacia abajo. Yo no me podía mover, estaba en un momento en el cual no podía ni reaccionar. Lo peor fue cuando aquella cosa acarició mi rostro y trato de sonreír.
- Nos hemos visto en varias ocasiones pero nunca nos hemos presentado con formalidad. - serpenteó, yo no era capaz de decir absolutamente nada asi que no sabía que hacer ni como reaccionar. - Yo soy Lord Voldemort. - dijo con una voz amenazante, me miro tratando de obtener respuesta, una respuesta que yo no quería dar hasta que Theo me pellizco el dedo.
- Hermione Granger. - dije, mi voz se escucho tan fría y tan distante que por un momento dude haber sido yo la que había hablado.
- Tienes suerte, no siempre una Sangre Sucia enamora a un Sangre Limpia como el señor Nott. - dijo. Todos se levantaron y adoptaron posturas normales, aunque ahora me sentía poco observadora y con mucho instinto asesino corriendo por mis venas, por mi mente y por mi cuerpo. Si tubiese mi varita en mano no dudaría en empezar una lucha en ese mismo momento, en el nombre de Ronald Weasley.
- Me retiro. - anuncié cuando vi que aquella especie de reunión duraria bastante tiempo como para terminar por caer al suelo del sueño, o como para acabar de robar una varita y comenzar una lucha.
- Hermione... - empezo Theo.
- Nott, si la dama desea irse dejala ella no es imprescindible en esta reunión. - concluyó Voldemort. Asi que me marche sin tan siquiera decir adiós o algo que me despidiese, camine tan rápido que no me di cuenta de que alguien me seguía, no quise darme la vuelta pues provablemente Theo me estaba siguiendo nadie más lo haría. Camine por las escaleras y alguien que no fué Nott me hablo.
- No debes casarte. - dijo casi en un susurro, me gire y mire sus ojos grisaceos.
- ¿Por qué no? - pregunte, desafiante pues ahora no tenía porque respetarle o porque tener miedo de él. Ahora yo podía tratarle igual que él a mi y si me diese la gana incluso peor.
- Te hará daño. - comento.
- No tanto como tú. - espete. - Además, ¿que te importa eso? - pregunte friamente, él me miro y en su mirada volvió a reflejarse el odio.
- La verdad es que no me importa. - dijo dandose la vuelta y marchandose, dejandome completamente desconcertada, Malfoy era bipolar y de eso ya no tenía duda alguna. Casi corrí hasta la torre Gryffindor, alguien me detubo justo en la entrada.
- Wood ahora no. - dije seriamente, pero él no dijo nada en vez de decir algo simplemente me beso, dejandome fuera de lugar, sin evitarlo le di un puño y salí corriendo hasta llegar a mi cuarto, para mi sorpresa Ginny no estaba sola. - ¡Luna! - la abrace con tanta fuerza que poco falto para estrangularla.
- Uau, te ves como una princesa. - dijo sonriendo con su aire soñador.
- ¿Donde estabas?¿Por qué apenas llegas ahora a Hogwarts? - pregunte.
- No quería volver, pero mi padre me animo. - comento, le mire a los ojos y entonces descubri el porque, me senti culpable y a la vez mal, yo sabía que Luna había sufrido tanto o más que yo la muerte de Ron, pues ella me había confesado que lo amaba. Se me heló el alma por unos segundos hasta que la vi sonreir abiertamente, Luna era fuerte y yo no ponía en duda que ya había superado aquello.
- Lo importante es que has venido. - comente sentandome en la cama.
- Ginny me ha estado contando lo que ha ocurrido últimamente. - dijo Luna con tristeza.
- Oh, pues nada bueno. - comente bajando la mirada.
- Hermione, Malfoy me tubo bajo la maldición Imperio para que le dijese todo lo que tú hacias y yo trate de luchar contra esa maldición pero no podía yo lo.. lo siento mucho.. Por no haber tenido el valor de decirtelo cuando dejaste a Malfoy esque me daba miedo tu reacción. - dijo Ginny a punto de llorar.
- Tranquila, me lo había supuesto. - dije como si nada pasase, ella sonrió un poco.
- ¿Crees que casarte con Nott es buena idea? - pregunto Ginny.
- Si, al menos es mejor que ser el trapo sucio de Malfoy. - comente recordando la conversación que había escuchado entre él y Zabinni. - Además, después de usarme a su antojo su plan para mi era la muerte, no me pierdo nada. - comente quitandome aquel vestido bonito pero incomodo como el solo.
- ¿Qué? - preguntaron al unísono. - ¿Como sabes? - pregunto Luna.
- Escuche una conversación de Malfoy y Zabinni. - comente con indiferencia mientras me ponía el pijama, y a la vez me acomodaba en la cama.
- ¿Ese es el anillo de compromiso? - pregunto Luna señalando el unico anillo que llevaba puesto.
- Si. - dije observando aquel horrible anillo. - Y es horrible, al menos para mi gusto. - dije en un suspiro.
- No está tan mal. - trato de animar.
- Luna, tiene razón es horrible. - concordo Ginny sonriendo calidamente. - Pase lo que pase estaremos a tú lado Herms. - comento.
- Lo se. - respondí, cerrando poco a poco los ojos, el cansancio me ganaba.
Apenas faltaba una semana para la Navidad, llevaba un mes sin para por el tema de la boda, que si vestido, que si medidas, que si lista, que si decorativos... Cosas a las que realmente no les había dado importancia como se suponía que tenía que hacer, la verdad es que una novia tiene los nervios a flor de piel meses antes de casarse, pero yo lejos de estar nerviosa estaba más tranquila que nunca, aunque también estaba más vacia que nunca. Me había encontrado a Malfoy veces innumerables por los pasillos y él ni me miraba, a su lado siempre solía estar Astoria, su querida y bella Astoria. Me di cuenta de que apenas faltaban dos días para mi boda, aunque eso no me altero en lo más minímo. Ahora me estaba empezando a plantear si realmente prefería a Nott antes que a Malfoy. Pues había estado en la cama con Nott y jamás me había sentido como me había sentido entre los brazos de Malfoy, quizá porque Malfoy me trataba con más delicadeza o con más 'cariño'. No sabía que estaba pasando dentro de mi, no me podía concentrar en las clases pensando en que quizá me había precipitado, o que quizá no estaba haciendo las cosas bien. Pero lo que yo realmente había querido era estar lejos de Malfoy y ahora que estaba a poco de conseguirlo no me iba a arrepentir, además Nott me trataba como una princesa de cuento.
- Despierta dormilona. - cuando mi madre entro en el cuarto despertandome, no me quise levantar.
- ¿Es el día? - pregunte a pesar de que ya sabía la respuesta.
- Cariño debes empezar a prepararte. - dijo mi madre quitandome las mantas, asi que muy a mi pesar y sin ilusión en la mirada camine hacia el baño, me bañe durante un buen rato y luego me puse la bata, baje al salón y me encontre alli a la madre de Nott, algo que por un lado me molesto pues yo no había hablado nunca con ella a pesar de haberla visto muchas veces.
- Vengo a peinarte y a maquillarte. - comento levantandose. - ¿Donde queda el baño? - pregunto empezando a subir las escaleras.
- Segunda puerta a la derecha. - contesto mi madre en mi lugar, bufe y tratando de no perder la calma subí las escaleras detrás de la señora Nott, me sente en la silla que había hecho aparecer en el baño y cerro la puerta de golpe, empezo a enredar con mi pelo y por un momento pensé que su plan era dejarme sin pelo, pero media hora después pude ver un bonito peinado no me lo había esperado. Después del peinado me dió la vuelta y me maquillo con cuidado, no vi el resultado hasta que termino pero cuando lo vi me asombre, no parecía estar maquillada pero sin embargo mi cara estaba más bonita que minutos atrás, me miro a los ojos.
- No sabes lo que estás por hacer. - dijo abriendo la puerta y marchandose de mi casa, asi como había venido se iba. Me dirigi a mi cuarto y me puse mi vestido de novia, me había gustado aquel vestido y no me había molestado en buscar algo mejor o que me quedase como a nadie, sencillamente había comprado el primero que me había gustado para asi quitarme una cosa de encima.
- ¡Mamá! - llame, ella vino corriendo en su mirada había tanta emoción. - ¿Me ayudas? - dije dandome la vuelta para que ella me acomodase el vestido, asi que se puso manos a la obra.
- Mi princesa. - dijo acariciando mis mejillas con cuidado. - ¡No me puedo creer que mi niña se va a casar tan jovén! - comento, y en ese momento recorde lo mal que se habían tomado mis padres la noticia, me habían dicho cosas como que era un capricho que no acabaría bien, me dijeron haber si estaba embarazada o que no tenía edad suficiente para casarme, pero después de hablar con la familia Nott poco a poco cambiaron de opinión, lo que sin duda alguna fue un alivio para mi, mire la hora y con lentitud baje las escaleras de mi casa, juntandome a mis padres que ya listos estaban sentados en el sofá. Mi padre cuando me vió abrió mucho la boca pero después termino por sonreir abiertamente, lo que me reconforto bastante. Me sente al lado de ellos a la espera de que llegase la hora pues había terminado de arreglarme media hora antes y ahora no había nada que hacer.
- ¿Nos vendrás a visitar? - pregunto mi padre rompiendo el hielo.
- ¿Por qué no lo haría? - pregunte yo.
- Pues porque al estar casada tendrás tu vida... - comento.
- Papá, da igual que este casada, ¡claro que vendré a veros! - dije sonriendoles dulcemente.
- Esa es la sonrisa más bonita de mi angel. - dijo mi madre con un suspiro. Cuando llego la hora me fui con mis padres, mi madre entro antes que nosotros en la Iglesia puesto a que la tradición asi lo decia, cuando llego el momento de mi entrada mire a mi padre.
- Tú siempre serás el hombre más importante en mi vida, papá. - dije en un susurro, me abrazo. - ¡Me vas a arrugar el vestido! - me queje sonriendo, la verdad no era una queja si no una forma de evitar que se pusiese a llorar. Tome su brazo y juntos entramos por el pasillo de la Iglesia, caminamos lentamente hasta llegar al altar, una vez estubimos alli mi padre unió mi mano a la Nott y sonrió a ambos antes de ir a su sitio. La boda trancurrió lentamente, no fui consciente del tiempo que estaba pasando hasta que llego el momento menos deseado.
- Theodore Nott, ¿acepta a Hermione como su esposa? - pregunto el cura.
- Si, acepto. - dijo alto y claro, entonces al mirarlo de medio lado me di cuenta de que un poco más atrás estaba Malfoy de pie, detrás de una torre redonda que había en la Iglesia. Sin poder evitarlo mis ojos quedaron clavados en sus ojos, en los cuales había mucho dolor reflejados. No podía creer lo que estaba viendo en aquella mirada, unas pequeñas lagrimas cayan por su rostro, yo no podía ver aquellas diminutas gotas de agua pero si podía ver el reflejo que dejaban a su paso.
- Hermione Granger, ¿acepta a Theodore Nott como su esposo? - no aparte mi mirada de su mirada grisacea, no podía hecerlo me tenía atrapada. Podía decir que no a Nott, podía tirarlo todo a la basura y volver a ser la muñeca de trapo que ocupaba un minusculo espacio en la vida de Malfoy, pero si aceptaba eso, solo estaría hechando mi vida por la borda porque Malfoy jamás me haría feliz sencillamente porque nacimos para ser enemigos y él lo unico que había hecho era aprobecharme de mi posición y de su asención.
- Si, acepto. - dije lo más alto y claro que pude, pero mis palabras quedaron en un sordo susurro. Pocos minutos después los invitados aplaudían, había terminado la peor fase del día. Cuando volví a mirar hacia el sitio en el cuál había visto a Malfoy mirandome, me dí cuenta de que ya no había rastro de aquel rubio al que tanto odiaba, pero que sin embargo extrañaba en contadas ocasiones.
- Estás demasiado ausente. - comento Nott, mi marido acercandose a mi. Le mire y trate de sonreír.
- Los nervios, me tienen ausente de todo. - comente.
- ¿Los nervios? - repitió sonriendo ironicamente. - Yo diría que Malfoy te tiene ausente. - comento.
- ¿Malfoy? - dije.
- Me di cuenta de como lo mirabas cuando apareció de improvisto en nuestra boda, pero al menos no me dejaste plantado por aquel payaso, y eso es lo que importa. - comento seriamente. - Creo que deberíamos unirnos a la fiesta ya que es nuestra fiesta. - comento cogiendome de la mano y arrastrandome al centro de la sala en la cuál la gente estaba reunida esperando la comida. Busque a mis padres, pero no había ni rastro de ellos. Mi corazón rompió en alivio cuando los vi entrar por la puerta, agarrados de la mano sonriendo. Quise ir donde ellos pero Nott me atrapo en un baile, llamando la atención de todos los invitados.
Había pasado mi boda, y también la navidad. Ahora venía la parte más dura, regresar a Hogwarts. Estaba en el tren sentada al lado de Ginny y Luna cuando la puerta del bagón se abrió, no era sorpresa ninguna ver a Nott entrando. Sonrió a las chicas y me saludo con un pequeño beso.
- Cuando el tren pare, no te alejes de mi. - comento sonriendo.
- Bien. - respondí secamente. Ginny y Luna habían estado en mi boda pesé a que solo me había podido acercar a ellas unos cinco minutos en todo el día, había sido una boda de lo más llamativa. Cuando de pequeña veía como las princesas se casaban con los principes me preguntaba como podían tener tan pocos invitados, y ahora yo sin ser princesa ni nada me preguntaba como había tenido a tante gente presenciando mi boda. Un día que se suponía que tenía que ser uno de los mejores dias de mi vida, sin embargo para mi había sido un día como otro cualquiera. El caso es que, cuando Nott me dijo que en total tendríamos 180 invitados estuve a punto de desmayarme, no por el numero si no por la gente que no conocía, que era aproximadamente 160. Cuando el tren bajo, camine junto a Nott, subimos en un carruaje y quise bajar al momento cuando me di cuenta de quién más estaba ocupando ese carruaje, ni más ni menos que Astoria, Malfoy, Zabinni y Pansy. Nott no pareció incomodo y mucho menos cuando entablo conversación, unicamente había dos personas en silencio y esas eramos Malfoy y yo. Aquella situación para mi era muy incomoda, demasiado. Asi que fue un alivio cuando llegamos al castillo, lo que no me alivio fue saber que ya había una Torre especial para Nott y para mi, unicamente para los dos. La entrada estaba un poco más arriba que la de Gryffindor, la puerta era un cuadro al igual que el de la Dama Gorda, solo que con otra portera.
- Uvas con miel. - dijo Nott, la puerta se abrió y entramos, aquella Torre estaba recubierta de lujos inimaginables para mi, los sofás eran bonitos y el salón acogedor, quizá por el color o quizá por la chimenea encendida. Solo había dos puertas, una era la del baño y la otra era de nuestro cuarto, con una enorme cama de matrimonio.
- ¡En está cama entran como minímo seis personas! - dije al ver lo grande que era. Nott sonrió.
- Bueno, más espacio mejor. - comento. Nuestros baúles ya estaban allí, asi que con la varita organicé mis cosas en los nuevos armarios, me había comprado ropa asi que la mayoría de ropa que tenía en mi enorme baúl era practicamente desconocida para mi. Aunque no me importaba demasiado, pues sabía que mucha ni la llegaría a usar en este año. Después de tener mi cosas organizadas baje al salón.
- Iré a ver a mis amigas. - hable alto para que Nott me escuchase.
- ¿Ahora? - pregunto asomandose por la puerta.
- Mmm, si. - respondí.
- Es nuestra primera noche aqui como marido y mujer, lo lógico es que bajemos juntos al Gran Comedor, además no se que prisa tienes porque podrás estar con ellas en la cena. - comento.
- Ya bueno... - quizá a él le hiciese ilusión bajar conmigo de la mano, o quizá solo fuese a restregarle a Malfoy que me tenía en su poder. - Pues date prisa, tengo hambre. - dije al fin, por decir algo. Y no tardo más que cinco minutos en bajar, después fuimos juntos hasta el Gran Comedor, a pesar de que la mayoría habían estado invitados a nuestra boda, la gente todavía nos miraba extrañados.
(vestido de novia: https://www.f2x.net/_blogger/vestidos_novias/images/48537870_WDA1724a.jpg)
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Aquí os dejo otro cáp. aunque creo que no me salió del todo bien. Debo disculparme por llevar días sin actualizar pero estoy en temporada de examenes y debo usar el tiempo estudiando. Aún asi no paso por alto que Paola Cullen Malfoy cumplió años el ocho de Febrero, lamento no haber actualizado, no tube ni un poquito de tiempo, aún asi ¡¡Feliiciidades!!
Por otro lado, este cáp. esta dedicado en especial a:
meli_lovegood |
Y para terminar... ¡Gracias a los 176 usuarios que siguen mi historia! & como no, ¡Gracias por esos 71 comentarios que me han animado un montón & que incluso me han hecho sentir especial!
Me había dejado llevar tanto por el odio que no había dado atención a ninguno de los muchos avisos que la gente me fue dando. Y es que al principio de la relación con Nott todo había sido maravilloso, como un cuento, incluso me había hecho a la idea de que Nott era mi guardián. Pero cuan equivocada estaba no lo sabía hasta ahora. Últimamente pasabamos los días discutiendo, quizá porque pasabamos las veinticuatro horas al día juntod, o quizá porque era más controlador que Malfoy, o quizá porque para todo debía pedirle permiso, o quizá por todo junto. Nott era celoso y posesivo conmigo, y lo era de tal forma que cuando alguien se acercaba a mi, él se encargaba de aullentar a esa persona sin rodeos o cortesías.
- ¡No tienes derecho a hacer eso! - dije exasperada mientras caminabamos hacia nuestra Torre.
- Soy tú marido, tengo todos los derechos sobre ti. - dijo mientras caminaba a mi lado.
- Qué seas mi marido no te convierte en mi dueño. - espete entrando a la Torre, tire mi saco y le mire.
- Te recuerdo que cuando viniste a mi, accediste a ser mia hasta el final. - comento.
- ¡No sabía lo que decía, de saberlo jamás hubiese accedido a tal proposito. - defendí.
- Estoy cansado, me voy a bañar. - excuso, y es que siempre que discutiamos él se marchaba.
- ¡NO ME IMPORTA QUE ESTÉS CANSADO! - grite al fin, cansada de la situación. - ¡Eres peor que Malfoy, tu si que eres un celoso, maniatico y posesivo! - dije acercandome a él, y sin previo aviso me dió una cachetada que resonó por las paredes, le mire fijamente. - ¡Me das asco! - dije marchandome, pero antes de llegar a la puerta él me retubo.
- ¿A donde crees que vas? - pregunto.
- A ver a mis amigas. - respondí fríamente.
- Te dije que si las quieres ver que las invites aqui, no quiero que andes sola por este castillo lleno de babosos. - comento, poniendo la voz más amenazante que le salía en el momento. Le mire y bufé, cogió su varita y hechizo la puerta, dejandome sin salida. Me sente en el sofá mientras que él se fue a bañar, y no pude evitar derramar unas cuantas lágrimas, si hubiese escuchado a Narcissa, a Malfoy o a la señora Nott, nada de esto estaría pasando. Y es que solo llevabamos dos meses casados y ya me veía en las puertas del mismisimo infierno. Llevabamos discutiendo a diario por lo menos un mes y dos semanas, por todo y por nada lo peor era que él siempre quería tener la razón y para no desquiciarlo se la acababa dando, pero eso ya se iba a terminar porque para estar asi prefería mil veces estar muerta junto al amor de mi vida. Cuando él salió del baño bajamos a cenar, gracias a dios aún me dejaba sentarme tranquilamente al lado de Ginny, pero Luna al no ser de Gryffindor nunca estaba conmigo. Le conte en susurros a Ginny lo que había pasado hoy, al igual que le contaba todos los días nuestras peleas, Ginny le miro con odio.
- ¿Te pego? - pregunto con rabia.
- Solo una cachetada. - respondí.
- Herms, si ya empieza levantandote la mano... - comento preocupada.
- Tranquila, le pediré el divorcio. - comente, ella rió amargamente.
- Todos te avisaron que cometías un error al casarte con esa cosa, y tú solo te centraste en deshacerte de Malfoy sin siquiera pensar que al menosél te cuidaba y te protegía de verdad. - comento.
- ¿Lo dices porque te tubo como su chivata de todos mis movimientos? - pregunte con rabia, ella me miro a los ojos. - ¿Hicisteís migas? - pregunte.
- Sabes que estaba bajo una maldición, y me parece que acabas de caer muy bajo reprochandome eso Hermione. - dijo esta, enfadada.
- Lo siento es que ando con los nervios de punta. - comente, dejando el tenedor en su sitio, ni siquiera tenía hambre. Asi que me levante y me marche, camine por los campos verdes de Hogwarts. Me acerque al lago y me sente donde siempre me solía sentar, con mi varita puse el hechizo para que nadie me escuchase, y una vez estube protegida llore todo lo que necesitaba llorar, estaba arrepentida por todo lo que había hecho. Jamás debí ser como fui, el hecho de que usase a Nott contra Malfoy... Simplemente me equivoque al tomar tal decisión, por mucho que me doliese que Malfoy quisiera matarme cuando se cansase de mi, al menos sabía que lo haría rápido. Ya nada tenía sentido, ahora si podía decir que había metido la pata hasta el fondo. Cuando me di cuenta de la hora me levante y me asuste al ver que no estaba sola, detrás de mi estaba cierto rubio que llevaba sin mirarme a la cara desde el día de mi boda.
- ¿Infeliz? - pregunto, con ironía.
- No tengo tiempo para tus burlas. - dije alejandome. Pensaba que él me seguiría y se estaría riendo de mi hasta que entrase en mi Torre, pero en vez de eso me paro y se puso frente a mi, haciendo varios conjuros con su varita.
- Si quisiese burlarme de ti ya lo hubiese hecho. - comento.
- ¿Y qué quieres? - pregunte.
- ¿Qué te llevo a eso de casarte con Nott? - pregunto directamente, asi que decidí decirle la verdad, ya no valía de nada mentirle. Después de decirselo abrió mucho la boca. - Jamás pense en matarte, fue una excusa para callar a Zabinni que no dejaba de molestarme contigo. - susurro, le mire a los ojos.
- ¿Una excusa? - pregunte atónita. - ¿Y no se te paso por la cabeza decirle que no era verdad?
- ¡Si se lo dije esa misma noche! - se defendió, y entonces vimos a lo lejos varios Slytherin's y entre ellos Theodore Nott. - Al agua. - dijo tirandome con él al agua, vi las luces de las varitas y me asuste, estaban demasiado cerca de nosotros y a mi se me acababa el aire, estaba a punto de soltarme de Malfoy para salir flotando cuando él unió nuestros labios para que de alguna forma un poco extraña pudiesemos mantener algo de oxígeno en nuestros pulmones, después él se empezo a sumergir más llevandome con él, cuando me quise dar cuenta estabamos en una especie de sala. - Sala de los Menesteres. - comento él, desorientandome.
- ¡Eso es imposible, la Sala de los Menesteres está arriba! - dije contrariada.
- En Hogwarts hay tres salas de los Menesteres. - concluyó. - Ahora secate y regresa a tu Torre antes de que tengas problemas, mañana cuando alguien te agarre de imprevisto no te asustes, seré yo. - no tenía tiempo de decirle nada, solamente tube tiempo de salir casi corriendo de alli, cuando llegue a mi Torre fue un alivio ver que Nott no había llegado, asi que me puse lo más rápido que pude el pijama y me sente en el sofá con un libro en las manos, pocos minutos después Nott llego. Vino como alma que lleva el diablo donde mi y me tiro el libro.
- ¿Donde estabas? - pregunto rabioso.
- Aqui. - dije.
- Hace una media hora estube yo aqui y tú no estabas, asi que... ¿Donde estabas? - dijo.
- Estube.. estube.. con Ginny en la Sala de los Menesteres. - dije.
- ¿Con Ginny? - pregunto alzando una ceja. - Curioso. - dijo.
- ¿Curioso? - repeti.
- Si, porque hace apenas unos minutos le pregunte por ti y me dijo que no sabía nada de ti. - dijo.
- ¿Luna? - me hice la tonta.
- Has dicho que has estado con Ginny. - comento, con frialdad.
- ¿He dicho Ginny? - fingí quedarme pensativa. - No, no... He querido decir Luna. - dije al fin, me miro con una extraña expresión.
- ¿Y por qué no la tragiste aquí en vez de llevarla a la Sala de los Menesteres? - pregunto.
- Pues para tener intimidad. - dije en un susurro.
- ¿Tienes algo que ocultarme? - dijo pegando su cara a la mia.
- No, claro que no. - mentí. Entonces Nott me miro como solía hacer Malfoy y supe que se estaba metiendo en mi mente para cerciorarse de que le estaba diciendo la verdad, para mi sorpresa se alejo sin decir nada.
- Tengo sueño, vamos a la cama. - dijo seriamente, le mire con enojo pero con el fin de no provocar otra absurda discursión me fui con él a la cama. Me metí en la cama y le di la espalda, lo último que sentí antes de dormir fue como agarraba mi cintura posesivamente. Cuando me desperte a la mañana Nott ya no estaba en la cama, en su lugar había una carta acompañada de una bonita rosa roja.
Abrí la carta que ponía:
Esta mañana he pensado en tí, y entendí que ya estás más cerca de mí la conexión entre nosotros me parece infinita.Tal vez vivimos de un sueño pero es bonito.
P.S: Lamento lo de ayer. Tu querido Theo.
No pude reir ironícamente ante aquella especie de poema. Arrugue aquella carta con todas mis fuerzas y me prepare para ir a clase, cuando baje al Salón él estaba alli sentado, leyendo 'el profeta'.
- Tenemos que hablar. - dije enfadada.
- ¿De qué? - pregunto sin mirarme. - Espero que te gusten las rosas rojas. - comento.
- Quiero la separación. - dije alto y claro, él me miro.
- No seas rídicula mi amor, lo de ayer solo fue un desquicie, pero no por eso vamos a arruinar nuestro amor. - dijo levantandose. - Vamos a desayunar. - dijo tomando su saco y mi mano, camine detrás de él sin ganas, cuando hubo gente me aparte bruscamente de él.
- Me voy a mi mesa. - espete acelerando el paso a no más poder. Cuando llegue al lado de Ginny suspire, y entonces mi corazón se encogió al ver que Nott se estaba acercando a Luna, no se de que hablaron pero Luna me miro con una extraña expresión. Nott no tardo mucho en venir donde mi.
- Tenemos que hablar. - dijo, era evidente que estaba enfadado.
- ¿De qué? - pregunte fingiendo no saber lo que pasaba.
- En diez minutos te espero en la Torre. - dijo como último alejandose a paso ligero, suspire y le conte rápidamente a Ginny lo que estaba sucediendo para que esta le contase a Luna lo que estaba pasando, y después me retire hacia la Torre en la cuál un enfadado Nott me esperaba y seguramente con ansías.
- ¿Qué quieres? - pregunte al estar dentro.
- ¿Sabe Luna algo de Oclumancia? - pregunto. Le mire y cambie la expresión.
- Que yo sepa no, ¿Por qué? - se acerco a mi y me miro a los ojos.
- Porque ayer no pude ver donde habías estado, sin embargo en la mente de Luna pude ver que ella permaneció en su cuarto desde que la vi salir del comedor, no estubo contigo en ningún momento asi que dime, ¿Con quién demonios estabas? - pregunto molesto, y en ese preciso momento alguien llamo a la puerta y yo le dí paso, era ni más ni menos que Zabinni.
- Granger. - saludo animadamente dandome dos besos. - Ayer cuando estubimos hablando me digiste que me ayudarías con Transformaciones, pero veo que se te ha olvidado. - me quede perpleja ante la gran actuación de Zabinni, estaba segura de que Nott no diría nada ya que seguía siendo amigo de Zabinni y este salía con Parkinson.
- ¿Ayer? - pregunto Nott.
- Mmm... - Zabinni fingió haber metido la pata al hablar, pero lo emendo. - Bueno ayer después de la cena me acerque a Granger y le pedí ayuda en Transformaciones, estubimos comparando horarios junto a la Torre Gryffindor y habíamos quedado para resolver el asunto después del desayuno... - comento Blaise como quién no quiere la cosa. Nott quedo extrañado, y entonces Zabinni se despidió, dejandome a solas con Nott.
- ¿Porque no me digiste que habías estado con Blaise? - pregunto mirandome.
- Pues porque como es chico no sabía como te lo ivas a tomar, porque siempre te tomas a mal que yo este con algún chico hablando. - comente.
- Me habías hecho mal pensar. - dijo.
- Siempre mal piensas. - espete. Después de eso salí de la Torre y me dirigí a la primera clase del día, Nott no se retraso más que un minuto en llegar supuse que había salido detrás de mi como siempre. La mañana paso lenta y se hizo pesada, cuando llego la hora de la comida apenas me podía creer que por fin había terminado aquella tortura, Ginny se sento a mi lado.
- Tenemos que hablar a solas. - dijo en un susurro.
- Me temo que eso no es posible Gin. - conteste exasperada.
- Bueno... - se mordió el labio. - Luna y yo estubimos hablando con Blaise y Draco. - comento.
- ¿Desde cuando le llamas Draco a Malfoy o Blaise a Zabinni? - pregunte.
- ¡Eso no importa, presta atención! - dijo exasperada. - Draco me ha dado este diário para ti. - dijo dandome un bonito diário. - Draco tiene un igual asi que todo lo que quieras escribir para comunicarte con él debes hacerlo en la última página, y él te hára llegar la respues que solo será visible a tus ojos, al igual que lo que escribas solo vosotros podréis leer lo que escribais en la última página. - comento.
- ¡Vaya! - dije, no había pensado en algo asi. Estaba caminando al lado de Nott hacia la siguiente aula cuando Luna se acerco a nosotros con expresión triste.
- Herms, necesito hablar contigo. - dijo. - ¿Puedo ir luego a tú Torre? - pregunto.
- Mmm, si claro. - respondí, ella me miro y sonrió. La tarde paso volando, nada que ver con la mañana, estaba estudiando en mi Torre junto a Nott cuando apareció Luna, Nott se retiro al cuarto dejandonos a solas. - ¿Y bien? - pregunte.
- ¿Me veo bonita? - pregunto.
- Mmm, si. - respondí, y entonces cogió un pergamino de su saco y escribió algo que desapareció en cuanto lo leí.
'' Soy Malfoy bajo la poción...''
Le mire y mi boca formo una O.
- Si, por eso pregunto si me veo bonita. - comento.
- ¿No era que no pensabas ayudarme? - pregunte irónizando.
- Mi comportamiento te metió en esto, asi que mi nuevo comportamiento te sacará de esto. - dijo.
- Lun... digo Malf... - me quede callada, ver a Malfoy transformado en Luna era muy extraño.
- Luna. - comento, sonriendo.
- Si, eso... - me quede callada.
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Bueno, bueno -.- Tranquilidad, ya hay un poco más de acercamiento entre Draco y Hermione, pero poco a poco porque no quiero ir rápido. Más adelante os daréis cuenta del porque.
Dedicado en especial a:
alisson_cullen |
Espero que os guste, porque el cáp. anterior pareció no gustaros mucho.. -.-
Nott se asomaba cada cinco minutos mientras que yo y Malf... Luna fingíamos estudiar. Pero no estudiábamos lo que se suponía que teníamos que estudiar, si no que estudiábamos la forma de deshacerme de Nott.- La poción... - dije mirando a la que se suponía que era Luna, pues los efectos estaban escaseando ya que el pelo se estaba encogiendo y se estaba volviendo más rubio. Me miro y saco de su túnica un pequeño bote, lo abrió y bebió un poco de lo que llevaba dentro.
- Claramente venía prevenida. - comento sonriendo, una sonrisa de Malfoy adaptada en el rostro de Luna, era de lo más extraño. Nott bajo y se sentó en el sofá pero eso no hizo diferencia, pues igualmente teníamos que hacer deberes y mientras que Nott hiciese acto de presencia nosotros adelantábamos un poco de lo que se suponía que estábamos estudiando.
- ¿Qué estáis estudiando? - pregunto Nott acercándose a nosotros, cosa que me puso un poco nerviosa, quizá demasiado ya que deje caer el bote de tinta sobre el pergamino recién escrito fastidiando todo mi trabajo bufe, ahora por culpa de aquel imbécil tendría que empezar nuevamente el trabajo.
- Criaturas Mágicas. - contesto Malf... Luna.
-Toma. - dijo Nott dándome mi varita para arreglar el pergamino, pero prefería rehacerlo para asegurarme de que no hubiese ninguna minúscula mancha que me desquiciase. Igualmente tome la varita y hice el hechizo, quedo limpio pero tal y como había sospechado unas minúsculas manchas de tinta mostraban que había habido un pequeño incidente con aquel pergamino, suspire y mire a Malf... Luna. Era tan difícil concentrarme cuando sabía que realmente aquella no era Luna si no que era Malfoy transformado por una poción en Luna. - Voy un momento a la biblioteca. - dijo Nott alejándose, suspire y espere a que saliese, cuando lo hizo el ambiente quedo en tensión total al menos por mi parte.
- No tienes porque ayudarme. - susurre.
- Lo se, pero ... - quedo en silencio, le mire esperando a que terminase de hablar. - Quiero hacerlo, siento que debo hacerlo porque estás desprotegida. - comento finalmente.
- ¿Por qué te comportabas así conmigo? - pregunte.
- No se, quizá porque nunca he sabido tratar bien a alguien a quién quiero. - dijo en un suspiro.
- ¿Tú me quieres? - pregunte realmente extrañada, algo en mi interior llamado corazón quedo en un puño.
- Si. - dijo sin rodeos. - Te quiero a mi manera. - comento en un susurro.
- Nunca has dado a entender que sentías algo por mi. - susurre.
- Lo se, por el mero hecho de que es una debilidad. - comento.
- De todas formas, voy a ser sincera contigo. - dije hablando bajo. - A pesar de que Ron está muerto, yo lo sigo amando y no pienso enamorarme de nadie, sencillamente no puedo pasar nuevamente por aquella experiencia tan aterradora además tú eres un mortífago estás de parte de aquel... de aquella cosa. - dije.
- Granger, uno no puede elegir si enamorarse o si no, sencillamente es algo que pasa porque tiene que pasar. - dijo mirándome a los ojos. - Además cuando un Malfoy quiere algo, lo consigue y no seré tan tonto de hacerlo nuevamente aprovechándome de la situación, porque ahora se lo que debo hacer. - comento. - Respeto que sigas amando a Weasley pero, yo te amo a ti y aunque te suene muy duro él está muerto mientras que yo estoy aquí y se que algún día en algún momento me amarás como yo te amo a ti, porque haré lo que haga falta y si tengo que morir en el intento moriré. - dijo con claridad sin apartar la mirada.
- Jamás me voy a enamorar Malfoy, ni de ti ni de nadie. - fue lo único que pude decir bajando la mirada.
- Lo siento por el daño que te he hecho, pero hasta que no vi como te casabas con Nott tampoco fui consciente de lo mucho que te quería. - dijo bajando el tono.
- Creo que deberías irte. - dije dando por finalizada la conversación, me miro y suspiro, recogió sus cosas y pocos segundos después ya no había nadie en la Torre, bueno estaba yo. Seguí estudiando para terminar ya las tareas, cuando Nott llegó pasaban de las nueve cuando Nott llegó al verme sola se sentó en el sofá.
- ¿Bajamos a cenar? - pregunto sin tan siquiera mirarme.
- Claro. - dije guardando mis tareas finalizadas y saliendo con él por la puerta, cuando llegue al comedor casi corrí para sentarme al lado de Ginny, a la cual le conté absolutamente todo, la conversación la sorprendió pero el hecho de que Malfoy entrase con apariencia de Luna no le sorprendió en lo más mínimo. Cene tranquilamente sin poder evitar sentirme observada en cada segundo, así que disimuladamente mire a la mesa de Slytherin en la cuál encontré a tres pares de ojos clavados en mi, Nott, Zabinni y Malfoy. Ante las tres atentas miradas no pude evitar sentirme un poco intimidada así que volví a mirar a Ginny la cual se había percatado de lo ocurrido.
- Blaise estuvo bajo la maldición Imperio hasta que te casaste. - comento Ginny que le miraba con una tímida sonrisa.
- ¿Te gusta Zabinni? - pregunte ella me miro a los ojos.
- Bueno. - fue lo único que dijo, haciéndome sentir un poco mal.
- ¿Y Harry? - pregunte un poco molesta.
- Harry nunca esta a mi lado Hermione, es normal que acabe por poner mi atención en alguien más, además Harry ni siquiera me manda noticias, al menos se preocupaba en mandarte a Krum para que te diese noticias suyas, pero y a mi ¿qué? - hablo tan rápido que incluso me sentí perdida en sus palabras.
- Pero Ginny debes pensar que todo lo que Krum me decía de Harry yo te lo contaba a ti y seguramente Harry sabía eso, por cierto ¿Krum volvió a buscarme alguna noche? - pregunte.
- Vuelve cada noche Hermione, pero ahora que no estás tú habla conmigo durante horas y más horas, me cuenta todo lo que hacen y me ha contado que Harry ha encontrado una compañera de viaje, además tú que eres tan inteligente deberías de saber que Potter no está enamorado de mi, no de eso nada, está más que enamorado de ti. - escupió ella con una mirada dolida.
- ¡Eso no es verdad, Harry me quiere como una hermana! - me defendí.
- Y yo pensaba que eras la más lista. - comento.
- Mira, no me importa ya lo que sientan los hombres por mi porque me jure jamás enamorarme y no lo haré cuando me aburra y quiera compañía tendré compañía pero jamás uniré mi vida a la de ningún hombre porque amo a tu hermano y porque no quiero volver a sufrir lo que estoy sufriendo por su perdida, así que ¿sabes? No me importa los sentimientos de nadie, porque jamás nadie será como tu hermano y porque jamás nadie ocupara su lugar. - dije. Ella me miro a los ojos y en su mirada vi varios sentimientos pero el que más se dejaba ver era el sentimiento de la tristeza.
- Hermione... - se quedo con la mirada perdida unos minutos. - Deberías darle la oportunidad a alguien, dar una oportunidad a que te amen y ser amada lo que paso con Ron no tiene porque volver a pasar. - comento.
- No quiero amar ni ser amada. - dije fríamente.
- Malfoy te hará cambiar de opinión. - susurro.
- ¿Malfoy? - pregunte con ironía. - Por favor Ginebra no seas ridícula, ¿Malfoy? - me levante.
- ¿Donde vas? - pregunto levantándose.
- He terminado de cenar. - comente alejándome, camine a mi paso por los pasillos, hasta que llegue a la puerta de mi Torre.
- Hermione. - me gire y mire a Luna, aunque la verdad no tenía ni idea de si era la Luna de verdad o la Luna falsa.
- ¿Qué? - pregunte mirándole a los ojos. En ese momento se acerco a mi y sin aviso previo me beso, fue un pequeño beso pero a la vez fue grande porque yo sabía que aquellos labios en verdad no eran los de Luna si no los de Malfoy. No sabía de donde me había venido aquel sentimiento positivo pero seguramente no seria nada pues yo por Malfoy no sentía nada y de ello estaba segura, en ese momento escucha que alguien dejaba caer algo y me separe rápidamente, Nott estaba mirando la escena con los ojos abiertos como platos y la boca también abierta, no se movía y eso me hizo pensar que mi 'querido' marido había quedado en shock, entonces reacciono y se acerco más.
- Como si fuera poco tener que preocuparme por los babosos ahora encima debo preocuparme por las babosas. - dijo mirando a Luna con evidente asco.
- Nott, Luna solo estaba ensayando conmigo como declararse pero se le metió demasiado en la cabeza que yo era ese chico y sin medir sus actos me beso, accidentalmente. - dije rápidamente, él miro a Luna de cabeza a los pies.
- ¿Y quién es ese chico? - pregunto alzando una ceja, y entonces apretada por la situación...
- Malfoy. - dije rápidamente.
- Oh, ya me parecía raro verlos juntos en pasillos alejados. - comento con ironía.
- Yo... - era la primera vez que Luna/Malfoy hablaba. - Lo siento Herms, estaba tan concentrada que yo... - se puso roja como un tomate, me pregunte como era Malfoy capaz de hacer ese tipo de cosas de una forma tan improvista.
- Bueno... - quede callada, pues la cara de Nott era de cuadro y estaba poniendo todo mi empeño en no reírme a carcajadas. - Supongo que si no lo coges por habito no importa. - dije al fin, me dolía la tripa de la fuerza que estaba empleando para no reírme.
- ¿Puedo darte un beso más? - pregunto de una forma inocente, pero que a Nott lo hizo reaccionar de mala manera, empezó a despotricar por lo bajinis y finalmente no pude aguantar más la risa y empece a reír bajo para terminar riendo a carcajadas. Nott me cogió de la mano y me llevo para dentro de la Torre, cerro la puerta sin siquiera despedir a Luna y eso me molesto a pesar de que no era la Luna verdadera. Desde luego Malfoy era de lo que no había, pues si la situación había estado difícil este no dudo en poner más leña al fuego justo cuando estaba por apagarse.
- No quiero verte más con Luna. - espeto Nott.
- ¿Qué?¿Estás loco o que? - dije molesta.
- No estoy loco, ¡es lesbiana! - dijo despotricando. - ¿Acaso no viste aquella mirada morbosa que tenía cuando os besasteis? - pregunto.
- Nott es mi amiga y no es lesbiana, además ya te dije el porque lo hizo y no hay que darle importancia. - comente.
- ¡Hasta que no tenga novio la quiero lejos de ti! - insistió.
- ¿Enserio? - pregunte con fastidió. - ¿Tan lejos llegan tus celos? - pregunte con coraje.
- ¡Es lesbiana! - repitió. - Antes solo lo sospechaba pero ahora estoy seguro. - dijo.
- Por favor, no seas necio. - conteste.
- ¿Necio, yo? - pregunto molesto.
- ¿Y cuando la veas besar a Malfoy? - pregunte.
- Pues entonces la querré lejos de ti por ser la novia de ese. - dijo con sencillez.
- Luna es mi amiga y seguirás viéndome con ella te guste o no. - dije finalmente subiendo al cuarto y poniéndome el pijama.
- Más te vale que no te vea con ella, ¿acaso no has pensado en lo que pensarían los demás al veros besándoos? - pregunto subiendo tras mi.
- ¡Nadie nos ha visto! - dije. - ¡Además lo dices como si Luna y yo fuésemos por todo el castillo besándonos. - dimos la discusión por terminada y nos metimos en la cama, Nott quería tema pero yo no y como hacia mucho que no había usado la escusa más poderosa de las chicas la use. - Me ha bajado esta mañana el período. - comente, en el momento dejo de toquetear y se dio la vuelta. A la mañana siguiente me levante mal humorada y el humor empeoro cuando vi a Malfoy en la puerta de la Torre.
- ¿Qué quieres? - pregunto Nott mirándolo.
- Hablar con ella. - respondió.
- Lo que tengas que hablar con ella lo harás frente a mi. - comento Nott con dureza. En ese momento apareció Luna y me puse de los nervios ante la reacción de Nott, pero me relaje cuando Luna se acerco a Malfoy y se dieron un pequeño beso después Malfoy la agarro por la cintura, y eso hizo que algo dentro de mi doliese de una forma extraña, seguramente era el hambre que tenía porque si no, no entendía la reacción que aquello había provocado en mi interior.
- Quería agradecerle, pues gracias a ella Luna y yo somos pareja Oficial. - comento Malfoy mirándome fríamente, y besando nuevamente a Luna, supuse que aquello solo era escenita para restarle importancia a lo ocurrido la noche anterior.
- Me alegra saberlo, pero ahora dile a tú novia que no practique con mi novia los besos. - dijo Nott, con sarcasmo y yo no pude evitar reír.
- ¿Practicar? - rió Malfoy con ironía. - Por favor, si besas a mi novia te darás cuenta de quién tiene que practicar. - comento, observe que Luna se sonrojo a no más poder y después de eso ambos se alejaron. Camine en silencio junto a Nott hasta llegar a la puerta del comedor.
- ¿Te duele verlos juntos? - pregunto con frialdad.
- ¿A mi? - pregunte. - No fastidies. - fue lo único que dije. Me separe de él y llegue a donde Ginny, abrí el diario y escribí en la última página.
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- ¿Qué miras? - pregunte.
- Pues que no entiendo que magia se puede poner en un diario para que tu veas lo que escribes y lo que te responden mientras que yo no veo nada. - comento. Vi que Malfoy había respondido.
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<<¡Sabes a lo que me refiero, el beso que Nott vio!>> respondí.
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--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Bueno bueno bueno.... ¡IMPORTANTE LEER!1º - Gracias a todos los que comentan, debo aclarar que aunque yo no responda si tengo en cuenta cada comentario.2º - Hoy al ver cuantos comentarios tuve en el anterior cáp. casi muero de la ilusión.3º - Este cáp. va dedicado en especial a: Hannah Potter Digory 4º - Se que en este cáp. he adelantando las cosas, pues Malfoy ha confesado, pero he pensado que si voy tan despacio como pretendía quizá os aburra un poco y eso no es lo que quiero.5º - ¡Soy la más feliz del mundo! He visto que estoy entre los favoritos de 205 lectores y me he emocionado, por no decir que con los 106 comentarios estoy que lloro de emoción, nunca pensé que a la gente le gustase tanto este fic.6º - Si lo se, últimamente no hay Lemmon, pero paciencia pues todo a su tiempo.7º - GRACIAS A TOD@S, OS ADORO.Ginny y yo salimos del comedor y caminamos a paso lento por los pasillos, no pude evitar sentirme observada así que mire hacia atrás, era evidente; Nott me seguí junto a sus serpientes rastreras.
- ¿Crees que fue la verdadera Luna quién me beso? - pregunte mirando a Ginny, ella suspiro y estuvo callada unos minutos que se me hicieron eternos.
- Puede. - comento Ginny sin aclarar nada. - ¿Por qué no se lo preguntas? - pregunto ella mirándome a los ojos.
- Claro, me acerco a ella y le digo '¿Oye Luna eres lesbiana o algo por el estilo?'.
- ¡Claro que no Herms! - negó Ginny. - Haz lo de una forma disimulada. - dijo al fin.
- ¿Y como se supone que se disimula una pregunta de ese calibre? - pregunte enojandome.
- Pues... - quedo callada. - No lo se, a mi nunca me ha besado ninguna chica ni mucho menos una amiga, además si ha sido Luna no lo entiendo porque que yo sepa Luna no es lesbiana, y si lo es no le encuentro sentido a lo suyo con Malfoy. - comento rápidamente. Suspire.
- Estoy hecha un lío. - dije al fin.
- Incluso yo estoy hecha un lío y eso que no es cosa mía. - comento. - Luego nos vemos. - despidió subiendo las escaleras, pues a mi me tocaba en las mazmorras, con Slytherin para variar. Camine a paso ligero pues no quería la compañía de Nott ni mucho menos de sus amigos del alma que no eran más que serpientes venenosas. Cuando llegue al aula me senté en mi sitio habitual y saque las cosas. La clase fue un tostón pues no era entretenida y en cambio si era difícil. Después de las clases de la mañana camine a paso lento por los pasillos del castillo, iba caminando cuando me fije en una pareja muy melosa, algo oprimió mi pecho cuando me di cuenta de que esa pareja eran ni más ni menos que Luna y Malfoy, por un momento pensé en saludar a Luna y así hablar con ella pero preferí dejarlo para otro momento, repentinamente ya no sentía que Luna era mi amiga tenía sobre mi una extraña sensación así que me di media vuelta y camine por el otro pasillo, sin saber cual era la razón exacta no pude evitar llorar de angustia y tristeza. Había estado con Ron en aquel sitio en donde ahora estaban aquellos dos y repentinamente me sentí fría por dentro los recuerdos de Ron superaban mis fuerzas y no podía evitar pensar en él cada día, en aquellos pasillos había estado tantas veces con él, al igual que en la sala de los Menesteres en donde Ron había tomado mi inocencia y yo la suya. Me senté en una esquina y me quede llorando hasta que me desahogue por completo, cuando me sentí mejor me levante y camine nuevamente por los pasillos pensando en que si Ron estuviese a mi lado nada de esto estaría pasando, nada. La feliz pareja ya no estaba allí y eso me causo una extraña sensación de alivio. Cuando me dí cuenta de la hora me apresure hacia el comedor, en el cuál mucha gente se me quedo mirando de una forma extraña. Me senté junto a Ginny y serví mi plato con apenas una cucharada de arroz.
- ¿Por qué me miran así? - pregunte. Ginny negó con la cabeza y luego se acerco un poco a mi.
- Comentan que están aquí tus padres. - susurro.
- ¿Mis padres? - pregunte incrédula. - ¡Eso es imposible, son Muggles y no saben donde queda Hogwarts ni nada por el estilo. - comente, entonces Ginny negó nuevamente con la cabeza. Mire a Narcissa Malfoy y esta me miraba con una seria expresión incluso juraría que con algo de preocupación.
- Herms... después de la comida la directora quiere verte en su despacho. - dijo secamente, le mire y luego comí un poco de lo que tenía en el plato. En ese momento me dí cuenta de algo muy raro y es que Nott no me había perseguido como hacia habitualmente, le mire pero me di cuenta de que Nott no estaba presente en aquel comedor, sin más paciencia me levante y camine hacia la salida del comedor, bajo la atenta mirada de todos. Camine a paso lento hasta el despacho de Narcissa Malfoy, pensaba esperarla pero para mi sorpresa cuando llegue ella ya estaba allí, esperándome. Sin decirme nada me hizo señas para que la siguiera, así que lo hice. Caminamos hasta la que era la Torre de Malfoy y eso me pareció de lo más extraño, sobre todo cuando me dí cuenta de que Malfoy estaba sentado en una de las butacas, observe que Narcissa Malfoy hecho varios hechizos en el aire y luego me indico que me sentase, obedecí. Estaba intrigada a más no poder, pero a la vez me sentí horrorizada.
- ¿Qué es lo que pasa? - pregunte. Ambos me miraron y me sentí extraña.
- Tengo una noticia mala y otra peor. - comento Narcissa Malfoy provocando que mi corazón se encogiese. Asentí con la cabeza aunque no estaba segura de saber lo que me quería decir.
- ¿Él tiene que estar aquí? - pregunte mirando a Malfoy, entonces ambos se miraron por unos segundos, Malfoy se levanto y lo vi marcharse a su cuarto. Narcissa Malfoy suspiro y clavo sus ojos en los míos. - Verás... - al parecer ni ella sabía como empezar. Así que lo hizo de una forma fría y con poco tacto. - No eres hija de los Muggles con los que te has creado, de hecho ellos te encontraron cuando tenías un año en un túnel en el cuál te habían escondido tus verdaderos padres por motivos desconocidos, y se quedaron contigo. - dijo, le mire incrédula.
- ¿Y de quién soy hija? - pregunte, estaba en un ambiente emocional poco sano y claro, así suspire varias veces.
- Tú eres Katheryna Walcoot Nott, la hija perdida de la familia Nott, la hermana pequeña de Theodore Nott. - y entonces cuando me dijo aquello me dio un ataque de risa, ella me miro con una expresión confusa.
- Eso es imposible, Nott y yo tenemos la misma edad. - dije.
- Lo se, de hecho eres más pequeña que Nott por apenas unos minutos. - comento. - Sois mellizos. - comento.
- ¡No nos parecemos en nada! - dije.
- ¿Cuanto te parecías a tus padres Muggles? - pregunto alzando una ceja, y es que la verdad yo siempre me había preguntado cual era mi parecido con mis padres, pero nunca había llegado a saberlo así que siempre había pensado que era cosa del ADN.
- En nada, pero eso no sig... - me corto la frase.
- Es fácil, no eres Hermione Jane Granger, si no que eres Katheryna Walcoot Nott la melliza perdida de Theodore Nott y a su vez la hija perdida de los Nott. - resumió.
- ¿Como es posible? - pregunte sin creérmelo.
- Cuando Theodore y tú nacisteis los tiempos eran crueles y duros, así que después de un año estallo una gran guerra en la cuál los Nott dejaron sus hijos escondidos en donde pudieron, lo más seguro era el mundo Muggle Holandés así que así lo hicieron, a ti te dejaron en un túnel poco frecuentado y a Theodore lo dejaron en un bosque, pero cuando te fueron a buscar tú habías desaparecido, te buscaron y la búsqueda no ceso, sin embargo nunca te encontraron porque jamás imaginaron que te habían cogido unos Muggles y que estabas en el mundo Muggle de Londres. - contó.
- ¿Como saben que soy yo? - pregunte.
- Por que una madre siempre reconoce a su hija, además los parecidos con tú madre son tantos que no cabe duda de ella. - argumento.
- No te creo. - dije fríamente.
- No se trata de que me creas o no, si no de que sepas la verdad. - respondió. - Y la muy mala noticia es que cuando tu padre se entero de tu paradero se informo de todo y ha encontrado y asesinado a tus queridos padres Muggles. - dijo fríamente.
- ¿QUÉ? - grite con todos mis pulmones.
- Si a mi me hubiesen robado a mi hijo durante dieciséis años, yo también hubiese hecho lo mismo. - espetó fríamente. - Mañana los Nott vendrán a verte, espero que sepas que esto cambia tu calibre puesto a que estás en una gran familia, se harán pruebas de ADN y después de tales serás reconocida al mundo Muggle como hija de los Nott, mucha gente se va a sorprender no solo de que te hayan encontrado si no también al saber de quién se trata. - dijo.
- ¿Y si no soy su hija? - pregunte con rabia. - ¿Será huérfana? - pregunte con ironía.
- Has sido huérfana durante toda tú vida. - espetó. - Con la sangre que corre por tus venas, no deberías ser así ni comportarte así. - comento levantándose. - Entiendo que sea duro, pero es la verdad y he preferido decírtelo de golpe en vez de andar con rodeos, lo demás lo hablarás mañana con tú padre. - comento alzando la varita quitando los conjuros y saliendo por la puerta. Yo no me moví, no fui capaz de hacerlo, era como si me hubiese quedado sin movilidad alguna, era una sensación extraña y de lo más dolorosa, porque no tenía derecho de matar a los Granger, no lo tenía porque ellos eran mi vida o al menos siempre lo habían sido. Puse la cabeza entre mis manos y empecé a llorar desconsoladamente, me deslice por la silla hasta tocar el suelo en el cuál termine tumbada sin importarme nada, únicamente me importaba la muerte de aquellos a los que había amado durante toda mi vida. Sentí unas manos acariciando mi espalda y después sentí como me movían del suelo. Supe que Malfoy me estaba cambiando de lugar, me puso en su cama y se sentó a mi lado uniendo su mano a la mía. No pare de llorar, no podía parar, toda mi vida había sido una mentira, una irrealidad. Durante años Sangre Sucia había sido el insulto favorito de la gente hacia mi y de repente me entero de que nada es como yo pensaba y que a pesar de que me había acostumbrado a aquel insulto nunca lo había merecido. Pensé en todos los momentos junto a mi familia, y luego se juntaron los recuerdos de Ron, en algún momento mis ojos dejaron de llorar y me quede dormida. Desperté en mitad de la noche deseando que todo aquello fuese una pesadilla pero me di cuenta de lo real que era cuando observe como Malfoy dormitaba en el sofá en una esquina del cuarto. Me levante y baje al salón de la Torre, me senté en el sofá y mire las llamas que estaban prendidas en la chimenea, entonces las lágrimas acudieron nuevamente a mis ojos, me acurruque en el sofá y mis pensamientos volaron al pasado recordando a unas personas que jamás volvería a ver. Las horas pasaron y yo no me movía del sofá, me había quedado allí acurrucada desde la madrugada, el silencio era completo pesé a que Malfoy andaba por la Torre. Yo agradecía aquel silencio, pues en estos momentos no soportaba la compañía de nadie. Las horas siguieron pasando y yo seguía en la misma posición, acurrucada en el sofá.
- Addam y Elizabeth Walcoot Nott te están esperando. - susurro una voz detrás de mi, me gire y me tope con el rostro de Malfoy.
- No quiero verlos. - susurre.
- Debes ir. - dijo mirándome con serenidad.
- ¿Por qué? - pregunte.
- Porque si no vas tú, ellos vendrán aquí. - comento, dándome la mano para ayudarme a levantar, pesé a que yo no necesitaba ayuda acepte su mano y camine con él por los pasillos del castillo hasta llegar al despacho de la directora, la cuál tenía una mirada cubierta de preocupación, en el despacho estaba Nott y una pareja a la cuál yo había visto en mi boda.
(https://3.bp.blogspot.com/_djT5dUMvX5E/TUYMotiPbGI/AAAAAAAAAPc/-dYNt_aSXHU/s1600/jeremy-gilbert-and-the-vampire-diaries-profile.jpg - Theodore Nott)
(https://www.milpeinados.com/wp-content/uploads/2010/06/ninel-conde.jpg - Elizabeth Nott.)
(https://content8.flixster.com/photo/11/41/36/11413646_gal.jpg - Addam Nott, el nombre de pila lo he inventado yo puesto a que en ningún libro se menciona el nombre, solamente se le reconoce por el apellido.
- Aquí está Hermione. - comento Narcissa Malfoy, y entonces el hombre se levanto y se giro, me miro a los ojos y una fría sonrisa apareció en su rostro, se acerco a mi con lentitud y sin poder evitar agarre con más fuerza la mano de Malfoy.
- ¿Como puede ser que no me halláis reconocido en la boda? - pregunte asqueada. Él hombre me miro a los ojos.
- Por que nosotros no estábamos en esa boda, estábamos en una misión y unos tíos vuestros tomaron la poción multijugos no podíamos permitirnos que la gente hablase de nuestra ausencia, ¿entiendes? - respondió con tono autoritario. No dije nada y de pronto me abrumaron las ganas de vomitar, por dios me había acostado con mi hermano y ... y ... - Si te preocupa haberte acostado con tu hermano que no sea así, pues entre las familias que quieren conservar bien su estatus es algo muy normal. - puntualizo. No me hizo sentir mejor, pero tampoco peor.
- Ya me habéis visto, me voy. - dije dándome la vuelta. Entonces Malfoy me debuto y me obligo a darme la vuelta, en ese momento la mujer que estaba sentada se levanto y camino hacia mi, poniendo su mano en mi cara de una forma cariñosa.
- He soñado tantas veces con encontrarte. - susurro. - ¡Ha pasado tanto tiempo! - se quejó con lágrimas en los ojos. Entonces la túnica se escurrió y en su brazo izquierdo dejo ver una enorme Marca, tal y como la de Theodore Nott. Saco su varita y me pincho con algo haciendo salir una gota de sangre de mi mejilla, después hizo lo mismo con ella y junto las dos gotas de sangre en la punta de la varita, esta se puso de color azul y luego cambio a lila. - Eres tú. - dijo mirándome a los ojos y sin aviso previo abrazándome, un abrazo que rechace y ella me miro dolida.
- Puede que lleve la misma sangre que vosotros, pero vosotros jamás seréis mi familia. - dije con frías palabras, en ese momento mire a Nott que me observaba con una expresión fuera de lo normal. - Y tú haz el favor de darme el divorcio. - comente, entonces todos los allí presentes se percataron de que Malfoy y yo teníamos las manos entrelazadas.
- Por supuesto que te lo dará. - respondió Addam Nott mirando en su dirección y luego mirando a Malfoy a los ojos. En ese momento les dí la espalda dispuesta a irme. - Él te está esperando con ansias. - comento, le mire.
- ¿Quién? - pregunte temerosa.
- Mi Señor. - dijo sonriendo ampliamente.
- Jamás me uniré a Él. - respondí fríamente, entonces se acerco.
- Claro que lo harás, por la herencia. - comento.
- No me importa la herencia. - dije.
- Te unirás a Él o morirás. - dijo fríamente, solté la mano de Malfoy y entonces di un paso al frente y clave mis ojos en los suyos.
- Entonces, moriré. - respondí duramente, les dí la espalda y salí de allí. Camine perdida por el castillo, no sabía a donde ir pero entonces se me ocurrió ir a la Sala de los Menesteres, no quería que nadie me encontrase así que pensé en una necesidad que no era real. Cuando apareció la puerta entre y me deje caer en el suelo, llorando nuevamente. Perdí la noción del tiempo, no sabía cuantas horas, días o semanas llevaba en la Sala de los Menesteres, pero sabía que varios. Mi dedicación en estos días había sido llorar y sacar de mi lo más doloroso, lo había hecho y ahora estaba lista para salir de allí y encarar a todo el mundo, estaba dispuesta a ser otra, lo que no estaba dispuesta era a dejar que me pisoteasen ni que se riesen o burlasen, y tampoco estaba dispuesta a que la gente viese a la dulce Hermione Granger de siempre, pues esa ya había muerto junto a sus padres, ahora había una nueva Hermione Granger, cuyo corazón había quedado partido y en su lugar había un gran cubo de hielo, una Hermione Granger en la cuál no corría sangre por sus venas si no veneno en estado puro. Me miré al espejo que había en aquella sala en la cuál había olvidado todo, incluso la comida. Había adelgazado hasta el punto de parecer un esqueleto andante, se me notaban todos los huesos pero eso no me importaba. Me puse un hechizo desilusionador para que nadie viese como estaba realmente. Salí de la Sala de los Menesteres, suponía que alguien me estaría esperando allí fuera y así era. Narcissa Malfoy estaba sentada en una cómoda butaca. La mire a los ojos y me acerque a ella, esta se levanto y también se acerco. Su expresión era seria.
- Por un momento pensé que jamás saldrías de esa Sala. - comento.
- Era una opción. - respondí con mi nuevo tono, frío y amenazador.
- ¿Quieres comer? - pregunto. - ¿Quieres beber, necesitas algo?
- No quiero comer ni beber, solamente quiero irme a mi Torre. - comente.
- Claro. - respondió dejándome paso, camine por los pasillos y fui consciente de las atentas miradas de la gente, entonces sentí que alguien se acercaba por detrás.
- ¿Qué quieres Malfoy? - pregunte, no había hecho falta girarme para saber que era él.
- Hablar contigo. - dijo, me pare en seco y lo encare.
- No quiero tú pena, no quiero tú compasión ni quiero tú atención Malfoy. - espeté. Este me miro con evidente frialdad, quizá porque mi tono había sido frío y distante.
- No me importa lo que quieras o no, únicamente tengo que hablar contigo. - dijo en el mismo tono que había usado yo para hablarle. - Vamos a mi Torre. - dijo. Camine a su lado hasta llegar a su Torre, tome asiento y él hizo lo mismo.
- El Señor Oscuro te quiere entre sus filas, ¿que piensas hacer? - pregunto mirándome a los ojos y hablando con un tono tranquilo.
- Pienso vengar a Ron y a mis padres, eso es lo que pienso hacer. - dije fríamente.
- No entiendo tú arrogancia y tu frialdad conmigo. - comento.
- No me importa lo que entiendas o dejes de entender Malfoy. - comente. Él se levanto y se acerco a mi despacio, toco mi cara con las yemas de su mano derecha y suspiro.
- Si necesitas algo...
- No necesitaré nada. - dije cortando su frase y poniéndome de pie.
Había pasado una semana en la cual yo había seguido con mi vida pesé a que la gente no entendía mi gran cambio, mucho menos Ginny la cuál ya no sabía como hablar conmigo tranquilamente. Theodore Nott ya me había dado la separación aunque no había cruzado palabra conmigo, solamente miradas las suyas de culpabilidad y las mías de frialdad. Hoy era el día en el cual vería nuevamente a la familia Nott reunida, pues hoy tendría una citación con Lord Voldemort, el cual parecía estar impaciente por verme. Me había puesto un vestido negro, palabra de honor, justo al cuerpo y llegaba poco más arriba de la rodilla. Junto a unos tacones del mismo color, me había alisado el pelo y me había puesto unas horquillas negra también, como complementos únicamente me había puesto unos pendientes negros, que se podían ver por su brillo.
(https://www.vestidosstore.com/images/vestido/VSS087.jpg)
Camine hasta el despacho de Narcissa Malfoy y allí me encontré a los Nott, quedaron impresionados con mi vestimenta pero no dijeron nada, apenas tocamos una taza y aparecimos en lo que parecía un cementerio abandonado. De hecho era un cementerio abandonado. De un momento a otro yo quede en medio de un circulo formado por varios enmascarados, pocos segundos después allí estaba Él. Me miro tranquilamente analizando cada detalle. Se acerco unos pasos a mi y rozo mi mejilla con su mano, sonrió de una extraña forma. No hubo palabras, Él levanto la varita de saúco y señalo mi brazo izquierdo, a la vez que hacia un corte en su mano hacia un corte en la mía, entonces unió la sangre y dejo caer varias gotas allá en donde la varita estaba dando una sensación de calor agonizante, sin embargo me mantuve como si nada. El dolor aumento, pero no perdí los modales y mi rostro no cambió de expresión.
- Una más en mis filas. - dijo dándose la vuelta, mire mi brazo izquierdo en el cuál había una horrorosa Marca y luego lo mire a Él.
- Si, una más. - dije con tono arrogante. Entonces me tendió una mascara igual a la de los demás, y me la puse. Me situé junto a los Nott y escuche las palabras de Lord Voldemort, no hice caso ya que no era nada importante, antes de lo previsto me volví a encontrar en el despacho de Narcissa Malfoy.
- Has aguantado el dolor como nadie, nunca había visto algo así. - comento.
- ¿Dolor? - repetí. - ¿Que es eso? - ironice. Addam Nott se acerco a mi y me miro a los ojos.
- Es hora de que nos trates como a tú familia Katheryna. - comento.
- Mi nombre es Hermione. - fue lo único que dije antes de salir de aquel despacho, camine por los pasillos consciente de que mi Marca estaba visible a cualquiera, y entonces me encontré con Ginny y con Luna.
- Herms... - Ginny quedo callada mirando mi brazo.
- ¿Que? - pregunte, ella me miro a los ojos.
- ¿Que está pasando? - pregunto.
- Eso no te incumbe. - respondí con frialdad.
- ¡Claro que si, somos tus amigas! - intervino Luna, la mire.
- ¿Por qué me besaste Lovegood? - pregunte mordazmente. Ella se puso roja y no supo que decir, pero después de unos minutos hablo.
- Me gustan las chicas y al saber que Malfoy se transformaba en mi pensé que nadie sabría la verdad, ya que también le había dicho la mentira que formamos frente a Nott. - comento. Agarre a Lovegood por ambos lados de la cara con una mano, ella puso gesto de dolor y Ginny puso sus manos sobre las mías tratando de alejarme.
- Si valoras tú vida, no te atrevas ni a mirarme. - espeté fríamente. La solté y mire a Ginny, esta me miraba enfadada.
- ¡No es para tanto! - dijo Ginny defendiendo a Luna.
- ¿Y si te besase a ti haciéndose pasar por Harry? - pregunte, Ginny me miro a los ojos.
- Ella no lo hizo por lastimar. - excuso.
- No me importa porque lo hizo, solo me importa que no lo vuelva a hacer. - espete marchándome a paso ligero. Mucha gente había visto lo ocurrido sin embargo nadie se había entrometido. Ahora yo compartía Torre con Nott, solo que en vez de un cuarto había dos. Cuando entre en la Torre, Nott estaba sentado en una butaca, me miro y por primera vez pareció dispuesto a hablar.
- ¿Como estás? - pregunto con cortesía, y yo simplemente pase de largo y me metí en mi cuarto, quite el hechizo desilusionador y me tumbe sobre la cama, nuevamente me sentía hundida y perdida, nuevamente necesitaba llorar.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Bueno, bueno, bueno... espero que os guste. Personalmente yo sabiendo como voy a seguir me gusta, ahora no se si a vosotr@s os agradar@... Este cáp. está especialmente dedicado a: mari1604 Creo que la historia a dado un giro radical, y Hermione también. Necesito que votéis, y si no lo hacéis tomaré yo la decisión.¿Qué nombre preferís que use?A) Hermione Walcoot Nott.B) Katheryna Walcoot Nott.La opción que obtenga más voto será la elegida.Estaba a punto de dormirme cuando sentí una presencia en el cuarto, me asuste y me levante rápidamente con la varita en mano, mis ojos dudaban de lo que estaban viendo.
- ¿Harry? - pregunte, él se acerco a mi y sonrió como siempre hacia cuando sabía que algo no iba bien o que sencillamente era necesario su apoyo.
- Me entere de todo y vine a ver como te va. - comento, le mire a los ojos aún no me creía que él se había arriesgado a entrar en Hogwarts.
- ¡No deberías haber venido, este castillo esta repleto de mortífagos! - regañe.
- Y tú eres una de ellos. - dijo bajando la mirada tristemente, aquello no era una acusación o una pregunta, si no que era una clara afirmación. Suspire y observe como él tomaba asiento en la butaca que estaba junto a la ventana, me senté en la cama sin dejar de mirarle. - Cuando supe lo que había pasado me supuse cuál sería tu destino, no te culpo. - comento en bajo.
- Me dieron a elegir Harry, entre unirme o morir. - comente. - Al principio elegí la segunda opción, pero después de soportar el dolor que se me vino aprendí a controlar mis emociones y a ocultar mis sentimientos, me he unido porque solo así podre vengar la muerte de mis padres y de Ron, de todas formas no me queda mucho más por lo que seguir adelante. - susurre.
- En realidad te envidió un poco, eres privilegiada. - comento, y yo no entendí. - Ya no te trataran como a los Muggles. - comento.
- Ojala me siguiesen tratando como a los Muggles, porque eso significaría que mis padres están vivos y que yo sigo siendo la misma. - comente. - Después de lo sucedido ya no puedo ser aquella Hermione que la gente conoció, ahora he de tomar nuevas medidas. - dije.
- Lo se. - respondió.
- Harry quiero pedirte que no vuelvas a visitarme, ni a mandarme noticias tuyas. - susurre.
- Me suponía que algo así pasaría. - dijo levantándose y acercándose a mi, se sentó a mi lado y me abrazo. - Por eso he venido a despedirme antes que sea demasiado tarde. - susurro. De pronto y sin saber como los labios de Harry se pegaron a los míos y no pude evitar responder a su beso, tierno, dulce, delicado y especial. Poco a poco se inclinaba hacia mi, hasta que por fin quedo sobre mi. Harry me besaba con dulzura por el cuello y por el rostro, pero siempre se detenía unos minutos en mis labios, formábamos pequeñas guerras con nuestras lenguas, jugueteando sin parar, sin pensar en lo que estaba pasando y sin medir los hechos, simplemente nos estábamos dejando llevar. Poco a poco las manos suyas empezaron a recorrer mi cuerpo, con tranquilidad y suavidad, poco a poco desabrocho mi camiseta y acarició mi piel como si se tratase de algo maravilloso e único. Beso mi piel, a la par que iba quitando en sostén y luego jugueteó por unos minutos con mis senos. Lo deje juguetear hasta que empezó a subir con dulces besos hasta mi boca, yo le quite su camisa y sin dejar de besarnos nos acariciábamos como si nuestras vidas dependiesen de ello. Íbamos sin prisas, pero la ropa iba desapareciendo, cuando por fin quedamos ambos desnudos, él penetro. Al parecer Harry no era de esos a los que les gustaba que la mujer juguetease con su zona y eso me descoloco, pues yo no estaba acostumbrada a ese tipo de relación. Igualmente su penetración fue lenta al principio, luego acelero un poco más el ritmo. Cambiamos de posición, yo me puse sobre él y tome el control, Harry gemía de placer y eso me gusto a pesar de que yo no estaba sintiendo placer al mismo nivel, por lo normal ninguno se había quejado de mis movimientos, lo que me hacía pensar que no era mala en lo que hacia. Cuando Harry termino, yo fingí haber terminado a la par y me separe de él. Me vestí y entonces empecé a pensar en lo que acababa de suceder, mire a Harry y él no parecía preocupado en lo más mínimo. - Nuestra despedida. - susurro cuando estaba a punto de irse.
- Supongo que si. - susurre, siempre había visto a Harry como un hermano, y ahora me sentía verdaderamente mal por haberme dejado llevar, pero si era lo que él quería de algún modo me aliviaba pues era una buena despedida, aunque no la mejor.
- Siempre te he querido como mujer, no como hermana. - confeso dándome un pequeño beso en los labios y sonriendo al apartarse. - Aunque no me ames, tengo el consuelo de que fuiste capaz de hacerlo por unos minutos. - susurro alejándose, y pocos segundos después Harry ya no estaba allí. Me senté en la cama y me quede mirando a la nada, unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos ajenos al castillo, me puse de pie y abrí la puerta.
- Narcissa Malfoy te llama. - dijo Theodore Nott que por un momento me miro con impresión, asentí y salí por la puerta, camine hasta el despacho y cuando entre los Malfoy quedaron con extrañas expresiones, Malfoy Junior fue el ganador en expresiones de horror.
- ¿Qué pasa? - pregunte al ver que no apartaban la mirada de mi, y entonces caí en cuenta, se me había olvidado ponerme el hechizo desilusionador, con lo cuál ellos me estaban viendo con el aspecto real.
- ¿Acaso no comes? - pregunto Lucius Malfoy.
- Digamos que eso es asunto mío. - espeté. - ¿Para que me ha llamado? - pregunte mirando a Narcissa Malfoy, ella me miro a los ojos.
- Un anuncio de compromiso. - comento ella, con los ojos rojos parecía que tuviese ganas de llorar.
- ¿Compromiso? - pregunte temiéndome lo peor.
- Si, bueno es que mi hijo y Luna Lovegood se casarán. - comento ella mirando a su hijo.
- ¿Qué? - aquella pequeña interrogación salió de manera inesperada por mis labios, así que rápidamente corregí mi postura. - ¿Qué tengo yo que ver? - pregunte con mi tono frío.
- Mi prometida no quiere que estés presente el día del banquete en el cuál anunciaremos tal noticia. - respondió Malfoy sin siquiera mirarme a los ojos. Entonces por primera vez desde lo ocurrido con Luna entendí lo que había hecho, había lastimado a una de las pocas personas que siempre había estado a mi lado, había provocado su rechazo hacia mi, había provocado su repulsión contra mi, sencillamente había destruido una amistad por no haber actuado debidamente. Y es que por mucho dolor que había sufrido mi corazón por los recientes hechos no justificaba mi comportamiento para con ella, había sido mala y sin duda alguna había sobrepasado el limite. Lo mismo con Ginny, la cuál había dejado de hablarme o de mirarme, en ese momento me sentí mal, muy mal. Pero frente a los Malfoy solamente mostraría indiferencia por los hechos.
- Pues díganme cuando es el banquete y estaré fuera. - dije mostrando una total indiferencia.
- Mañana a la noche. - respondió secamente Malfoy, su tono era frío y distante.
- ¿Algo más? - pregunte dispuesta a irme, nadie dijo nada y entonces me dí media vuelta y salí de allí. Camine a paso lento por los pasillos hasta llegar a mi Torre, me encerré en el cuarto y me tumbe, quedando dormida al momento.Pasaron días, en los cuales la novedad del colegio era el compromiso de Luna y Malfoy. Por alguna razón cada vez que escuchaba algo del tema mi corazón quedaba envuelto en un puño. Me había vuelto solitaria, no tenía amigos ni amigas. Solamente tenía mi rabia y mi rencor. No podía evitar sentirme mal cuando veía a Luna junto a Malfoy, y a Ginny entre el grupo de amigos de ambos. Cuando pasaba por el lado de ellos todo quedaba en silencio, regalándome una gran sensación de vació. Por las noches mi actividad favorita era llorar desconsoladamente, sin saber como me había transformado en una Hermione repulsiva, me había transformado en alguien a quien todo el mundo evitaba, ni siquiera Viktor Wood se acercaba a mi. Apenas faltaba una semana para la dichosa boda y todo el mundo hablaba de ello, todos presenciarían ese acto menos yo, y por un lado me sentía agradecida. Estaba sentada junto al lago mirando a las estrellas cuando sentí una presencia detrás de mi, me di lentamente la vuelta.
- ¿Zabinni? - pregunte dudosa, este se acerco y comprobé que era él.
- Hola Hermione. - saludo sentándose a mi lado. Hablamos horas y horas en las cuales yo le dije absolutamente todo lo ocurrido, pero antes de finalizar la conversación le comente lo que me pasaba cuando veía a Luna y a Malfoy, él suspiro. - Te enamoraste. - susurro mirándome a los ojos, no sabía como me estaba sintiendo en ese momento, pues yo sabía que sus palabras eran ciertas a pesar de que yo siempre me lo había negado a mi misma. No sabía en que momento había ocurrido ni mucho menos entendía la razón, pero el hecho estaba ahí; y yo estaba nuevamente enamorada.
- Ya no importa eso, después de todo ya lo perdí. - susurre.
- ¿Has hablado con él? - pregunto.
- De nada serviría, él me odia. - comente.
- Puede que en este momento te odie, pero yo se que también te ama pues nunca había visto a Malfoy llorar por una chica. - contó.
- ¿Lloro por mi? - pregunte, él asintió con la cabeza. - ¿Cuando?¿Por qué? - quise saber.
- En varias ocasiones, por tu rechazo. - fue lo único que me dijo y al parecer no estaba dispuesto a decirme nada más sobre el tema, se levanto y vi como se alejaba a paso lento, cuando lo perdí de vista nuevamente empecé a llorar, de rabia, de dolor, de rencor, de ira... No sabía que hora era cuando por fin me decidí a irme a la Torre, pero me choque con alguien y a pocas caímos al suelo, levante la mirada y únicamente me tope con aquellos ojos mercurio que tanto fascinaban. No sabía si hablar o no, me quede en silencio unos segundos observe que él estaba dispuesto a irse y lo deje alejarse, pero no pude contenerme más.
- Malfoy, espera. - dije con un tono apenas audible, él se paro y me miro, sin embargo no dijo nada. - Yo... yo... - no sabía que decirle, ni sabía como comportarme. - Lo siento. - dije al fin recordando la tarde en la cuál con la apariencia de Luna me confeso sus sentimientos y yo lo mande irse. - Fui una estúpida. - dije en tono más claro, él clavo sus ojos en los míos.
- Yo diría que solo eres una niña dolida. - comento con tono distante. - De todas formas ya no tengo nada que perdonarte, llegas tarde. - dijo con voz clara, sentí como algo dentro de mi se encogía.
- Si dices que es tarde, me das a entender que mentiste. - dije lentamente.
- No mentí, lo que si hice fue enterrar lo que sentía por ti cuando vi en lo que te convertías, tu frialdad, tu indiferencia y tu distancia han hecho de ti una persona desconocida para mi, y yo amaba a la Hermione de siempre, sin embargo la que veo ahora delante de mi no me llama la atención. - comento. Suspire.
- Malfoy, no te pido que me ames solo te pido que me perdones. - dije.
- Pues estás perdonada, pero eso no cambia nada. - dijo con indiferencia, una indiferencia que me dolió hasta lo más profundo de mi ser. Vi como se alejaba a paso ligero y me apoyé en la pared, dejándome caer al suelo. Me quede allí pensando y pensando, cuando me di cuenta el sol ya hacia acto de presencia. Me levante y camine hacia mi Torre, me arregle y camine hacia las clases, en uno de los pasillos me tope con Ginny y Luna, ni me miraron. Ahora me daba cuenta que un Slytherin no era una persona sin sentimientos, si no más bien era una persona que ocultaba los mismos ya que tal y como decían era una debilidad. No fue hasta la noche que tome la decisión de acercarme a las chicas, ambas estaban sentadas hablando animadamente, cuando me acerque quedaron en completo silencio.
- Lo siento. - empecé. - Se que no hay forma de justificar mi comportamiento yo solo... lo siento porque me sobrepase y no tenía derecho. - hable en susurros.
- No, no lo tenías. - dijo Ginny. - Sin embargo te conocemos de toda la vida y estábamos esperando a que reaccionases. - comento, saco una tímida sonrisa y se levanto.
- No hay nada que justifique lo que hiciste, pero tampoco hay forma de entender tu dolor con todo lo que había ocurrido. - dijo Luna con una pequeña sonrisa, esa que tanto la caracterizaba.
- ¿Y así sin más me dan su perdón? - pregunte.
- Somos tus amigas, y amiga es la que perdona aunque le duela en el alma, amiga es la que olvida y regala otra oportunidad. - dijo Ginny abrazándome, Luna se junto al abrazo y eso me hizo sentir peor, porque ahora me daba cuenta la mucho que me querían como para perdonarme como si se tratara de una tontería. Me quede sentada hablando con ellas durante un rato, sin embargo cuando salió el tema de la boda no pude evitar despedirme y irme a otro sitio, camine hacia el lago.Las cosas con Ginny y Luna volvían a ser lo de antes, y aunque hablasen a menudo de la boda yo había perdido mi oportunidad y no me quedaba otra si no aceptar, cada noche yo caminaba hacia el lago y me sentaba junto a la orilla observando así el reflejo de las estrellas en el agua.
- Ahora entiendo porque este es tu sitio favorito. - canturreó una voz detrás de mi, me gire y observe como Luna se sentaba al lado mio.
- Si, es muy bonito. - susurre, a sabiendas de que ya estaban en la cuenta atrás en apenas seis días Luna llevaría el apellido de Malfoy.
- ¿Le quieres? - pregunto sacándome de mis pensamientos.
- ¿A quién? - pregunte un poco confundida.
- A Draco. - aclaro, le mire a los ojos y suspire.
- No quiero mentir, así que prefiero no hablar. - susurre.
- Me he dado cuenta de que cada vez que el tema de mi boda sale te quedas callada o ausente, eso cuando no inventas alguna excusa y te vas. - comento con tranquilidad.
- No importa eso Luna, os vais a casar y ya le he aceptado. - comente.
- ¿Le quieres? - repitió.
- Mentiría si te dijera que no. - respondí al fin con un largo suspiro. - Pero él ya no me quiere, ahora te quiere a ti. - comente segura de mis palabras, ella negó con la cabeza.
- Él no me quiere, al menos no como a ti. - comento. - Se que me tiene cariño pero eso no es amar, eso diferencia los sentimientos que tiene hacia ambas, a mi me quiere pero a ti te ama y nadie lo puede negar. - dijo en un susurro.
- Y tu, ¿le quieres? - pregunte, su expresión cambió.
- Ya te dije, me gustan las chicas. - comento temerosa.
- Entonces... ¿Por qué te vas a casar con un hombre? - pregunte.
- No lo se, quizá porque me lo pidió como favor para olvidarte. - comento con sinceridad. - Somos novios y nos comportamos como cualquier pareja, pero los dos sabemos que no nos queremos por mucho que nos queramos convencer de lo contrario. - dijo.
- ¿Tú quieres a alguien? - pregunte, asimilando la sexualidad de Luna.
- Si, pero jamás diré nada de esa persona. - comento tristemente.
- ¿Por qué no? - pregunte inquieta.
- Porque esa persona no es como yo. - resolvió.
- ¿Como lo sabes? - pregunte, ella me miro y suspiro.
- Porque esa persona eres tú. - confeso finalmente, mis ojos se llenaron de tristeza.
- Lo siento mucho Luna. - dije apenada.
- No eres tú la que se tiene que disculpar. - susurro. - Nadie elige de quien enamorarse y no lo pude evitar, pero se que algún día encontrare a alguien que me quiera. - susurro nuevamente. Nos quedamos varios minutos en silencio. - Lo de la boda con Draco también fue para lastimarte, pues por mucho que negases sentir algo por él, una amiga de verdad se da cuenta de lo que pasa, y yo sabía que ya sentías algo por él a pesar de que te lo negabas a ti misma una y otra vez, sin embargo cuando pediste perdón me di cuenta de que había sido muy tonta al hacer algo así y que no había tenido el mejor comportamiento, por eso hoy cancele la boda con Draco, porque no quiero lastimarte, quiero que seas feliz al lado de la persona a la que elijas. - dijo.
- Me odia. - dije apenada.
- No te odia, sencillamente tiene el orgullo herido. - comento.
- De todas formas, ahora que se que no habrá boda, no perderé el tiempo Luna, lo voy a conquistar cueste lo que cueste. - susurre con una pequeña sonrisa.
Habían pasado unos días y ahora el tema era porque ya no había boda, aún así y todo Malfoy y Luna se seguían hablando por los pasillos y paseaban juntos como buenos amigos, a veces yo me sentía mal, pero después recordaba la conversación con Luna y me daba cuenta de lo patética que podía llegar a ser. Ya sabía cual sería mi primer paso para conquistar nuevamente al rubio, sin embargo no sabía si llevarlo a cabo o no. De todas formas primero tenía que hablar con Ginny y comentarle lo ocurrido con Harry. Había muchas cosas por hablar, y muchas otras por hacer y eso no salía de mi mente.
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Dedicado en especial a: Tiny Fox
Espero que os guste & espero vuestras opiniones!Le había contado a Ginny lo ocurrido con Harry, y su reacción fue peor de lo que me había supuesto así que llevábamos desde entonces sin hablarnos, exactamente dos semanas. Con todo lo ocurrido en tan poco tiempo me sentía sola y fuera de lugar, mi único punto de apoyo era Zabinni al que solía ver todos los días junto al lago. Con Luna las cosas estaban volviendo a la normalidad, sin embargo no podía dejar de sentirme incomoda en algunos momentos, y Malfoy... Todavía no había llevado nada a cabo, mi miedo por su rechazo me impedía de hacer algo.
- Aún con lo pasado con Luna, él ni me mira. - susurre, Zabinni siempre me consolaba.
- He hablado con él anoche. - comento. - Granger, me dijo cosas que creo que debes saber porque me da que va enserio. - prosiguió.
- ¿Qué cosas? - pregunte mirándole a los ojos.
- Me dijo que pretende olvidarte a toda costa, que ya no quiere volver a estar contigo de ninguna manera, que simplemente te odia. - dijo en un largo suspiro. - También me comento que debido a su cancelación de boda con Luna, le ha pedido a Daphne Greengrass que se case con él y ella ha aceptado. - aquella noticia me cayó como un cubo de agua helada, me quede unos largos minutos en silencio sin saber que decir ni como reaccionar ante la recién noticia. - Esta noche anunciara su compromiso con ella. - finalizo.
- Vaya. - fue lo único que logre decir, de pronto me levante y salí corriendo hacia el castillo, tenía que encontrar a Malfoy y debía hablar con él. Cuando llegue a su Torre la puerta se abrió y eso me impresionó un poco, Daphne salía de dentro y Malfoy la llevaba de la cintura, paso por mi lado sin amago de haberme visto. - ¡Malfoy! - llame, los dos se pararon y se giraron. - Quiero hablar contigo. - dije al fin, ignorando la fría mirada de Daphne.
- Lo que tengas que hablar con él, lo puedes hacer frente a mi. - dijo esta, metiéndose donde nadie la estaba llamando, la mire directamente a los ojos.
- Aún no eres una Malfoy así que no entiendo porque respondes al apellido. - espete. - Por otro lado quiero hablar con él a solas, no contigo y con él. - dije con un deje frío. Malfoy se mantenía al margen de la conversación y eso me estaba incomodando. - ¿Hablamos? - pregunte.
- Ya la has escuchado, lo que tengas que decirme no es secreto como para que mi prometida no pueda estar presente. - dijo desviando la mirada.
- Entonces no tengo nada que decirte. - espete dándome media vuelta y caminando hacia el otro lado del pasillo, como era de esperar nadie pronuncio mi nombre con ademán de que me quedase o simplemente por curiosidad del porque quería hablar con él. Ese día decidí no bajar a cenar, en vez de eso me fui a la Torre donde me encontré con Nott sentado en una butaca y con aire de preocupación, ya era hora de hablar con él así que me senté a su lado, él me miro.
- ¿Qué tal el día? - repetía esa misma pregunta cada noche, sin embargo nunca obtenía respuesta, aunque hoy la obtendría.
- No ha sido uno de mis mejores días pero tampoco ha sido del todo malo. - respondí en tono bajo, pues era una situación un tanto agresiva. - ¿Como ha ido tú día? -pregunte.
- Normal. - respondió con sequedad. - Lo siento mucho por todo lo que te hice. - susurro.
- El pasado queda en el pasado. - respondí con indiferencia. - ¿Sabías que eramos hermanos?
- ¡Claro que no! - respondió. - ¡Ojala lo supiese! - comento. - ¿Sabes como me siento cada vez que te veo? - pregunto.
- No me importa como te sientas, sin embargo quiero decirte que lo pasado debe quedar en el pasado, mientras que ahora en el presente deberíamos unirnos más, tratarnos como lo que somos y dejar atrás nuestras diferencias. - comente tratando de auto convencerme de que decía lo que quería en verdad. Theodore me miro confuso pero esbozo una pequeña sonrisa.
- ¿Sin remordimientos? - pregunto el chico levantándose de la silla.
- Si, sin remordimientos Theo. - sentí una extraña sensación cuando pronuncie su nombre, quizá porque era demasiado pronto para dejar el pasado atrás o quizá por el simple hecho de que no estaba acostumbrada a llamarlo por su nombre de pila.
- Ahora que sabes que eres una Nott, ¿sigues usando Granger de apellido? - pregunto con cierta inquietud y timidez.
- Bueno, la gente me suele llamar Granger pero es la costumbre de los años. - comente.
- ¿No prefieres que te llamen Nott? - pregunto.
- La verdad es que no, he crecido con el apellido de Granger y pues considero que ese es mi verdadero apellido, aunque no lo sea. - comente. Él suspiro.
- ¿Ya sabes lo de Malfoy? - pregunto.
- Si. - mi respuesta fue tan clara por fuera y tan dolorosa por dentro que no supe que expresión me salió.
- ¿No harás nada? - quiso saber.
- Pues... - no sabía si podía confiar en él. - Si, en un principio quería hablar con él, pero ya no me voy a meter, si se quiere casar que lo haga no se lo voy a impedir. - susurre.
- No pensaba que te fueses a rendir tan fácil. - comento.
- Ni yo, pero él me odia y quiere dejarme en el pasado así que no se lo voy a impedir, además en parte es culpa mía por no haberlo aguantado un poco más de tiempo, por no haberle dado tiempo a cambiar de actitud conmigo. - susurre.
- No es culpa tuya. - dijo enérgicamente. - Él no te supo tratar como debía haber hecho. - dijo.
- Puede... - ya se me habían quitado las ganas de hablar así que me despedí de él y me fui a la cama, no lograba conciliar el sueño de tanto pensar y llorar; ahora si había perdido al rubio para siempre.
Habían pasado las vacaciones de Pascua, yo había decidido quedarme en el castillo y Theo también se había quedado para hacerme compañía. Mi relación con él había avanzado en muchos sentidos, incluso le llamaba hermanito o él a mi hermanita, en más de una ocasión nos habíamos dejado ver en publico con sus amigos. Si, ahora mis amigos estaban en Slytherin y es que un apellido en el mundo mágico puede hacer milagros. Las chicas después de vacaciones trataban de acercarse a mi y ganar mi amistad, algo a lo que yo no respondía ni entendía la razón de tales comportamientos. Aún así, yo hablaba con alguna, no quería hacer el feo.
- ¡Se dice que ya se han casado! - escuche a una de mi clase hablando.
- Si, adelantaron la boda. - respondió otra con total seguridad. Pase de largo y me senté junto a Theo que ya me esperaba, me miro a los ojos.
- Veo que ya sabes la noticia. - comunico en un susurro, no respondí pues no me apetecía hablar del tema así que mire al frente. El día paso antes de lo esperado, y yo me refugiaba en mi tiempo libre dentro de la biblioteca o de mi cuarto, en el día de hoy me había ido de la biblioteca tras ver una escena vomitiva de parte de Malfoy y su mujer. Sin ánimos de nada, había estado pensando en la posibilidad de mudarme a otro centro y la verdad era una idea tentadora, pues sería empezar de nuevo lejos de todo aquello que me hacia daño, sin embargo no había tomado ninguna decisión hasta la escena presenciada en la biblioteca, ahora si estaba segura de que no podría soportarlo.
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Dedicado en especial a: mari1604
Se que no es largo pero mi tiempo no es mucho, intentaré hacer el siguiente más largo y detallado.Flash Back;
Entre en la biblioteca y me dirigí a mi mesa favorita, quedaba en la esquina junto a la ventana redondeada, desde la cuál se podía ver un hermoso paisaje natural. Sin embargo al llegar a la mesa vi que estaba ocupada por dos figuras que parecían un tanto acaloradas, me acerque un poco más con ánimos de echar a ese par de babosos cuando de repente vi de quienes se trataban. Y es que Daphne Greengrass y Draco Malfoy estaban tan pegados el uno al otro que parecía que iban a mantener relaciones allí mismo, observe que Malfoy me estaba observando mientras pasaba seductoramente su lengua húmeda por el cuello de Greengrass, a la vez que una de sus manos acariciaban con cuidado el trasero de la misma. Vi como se empezaban a besar pasionalmente a la vez que ella se sentaba sobre él y hay deje de pensar y dándome media vuelta me marche.
End Flash Back
Nuevamente me había quedado sin cenar, así que decidí meterme en la cama y coger el sueño.
Una sensación llena de turbulencia me despertó, cuando abrí los ojos quede completamente desorientada mirando hacia todos los lados. No estaba en mi dormitorio ni mucho menos en mi cama, no sabía donde estaba ni quién me acompañaba ya que había mucha oscuridad y no pude distinguir el rostro de la persona que yacía a unos dos metros de mi. Me levante del frío y húmedo suelo, me di cuenta de que estaba sobre césped, no tenía mi varita pero eso no impidió de que me acercase a la persona que estaba en el suelo, era un chico. Cuando estuve demasiado cerca de él me di cuenta de que era ni más ni menos que Theo. Le desperté con lentitud, cuando abrió los ojos se puso de pie tan desorientado como yo, después levanto la manga de su pijama y me fije en que su marca estaba más oscura de lo normal, así que hice lo mismo que él y mire fijamente mi marca la cual había adoptado el mismo color.
- Nuestro Amo esta aquí. - dijo arrodillándose, me di la vuelta y busque con la mirada a ese que se suponía que era nuestro amo. Entonces me encontré con varios enmascarados que poco a poco empezaron a desaparecer, solo quedamos Theo y yo, cosa que me alarmo mucho. Imite el gesto de Theo y hinque una rodilla en el césped húmedo y frío, pocos segundos después apareció una serpiente y justo detrás de ella apareció una sombra, que poco a poco se fue distinguiendo como una persona o algo parecido.
- Levantaos. - comunico con su voz de reptil. Así que obedientes nos pusimos de pie, en ese momento toque mi cara y me di cuenta de que aquello que me había estado molestando era ni más ni menos que una máscara, poco después también me di cuenta de que mi pijama al igual que el de Theo había desaparecido y que en su lugar había una ropa que yo jamás había comprado.
(https://magazine.zankyou.com/es/wp-content/uploads/2010/05/Cymbeline-2011-Vestido-corto-en-negro-con-cola-larga-desde-la-cintura-apliques-florales.jpg )
- ¿Qué hacemos así? - pregunte con voz de dormida.
- Es nuestra ropa para las reuniones. - respondió Theo en un susurro.
- Buenos hermanos Nott... - hablo tomando nuestra atención. - Hace tiempo que llevaba pensando en una misión especial para vosotros y nunca he encontrado ninguna tan especial como la que deberéis hacer. - comento riendo de una forma escalofriante.
- ¿Misión? - pregunte asqueada, pues Él solo mandaba matar y hacer daño, ese era su único propósito en la miserable vida que había adoptado.
- Señorita Nott, ¿No pensarías que estarías en la primera fila de mis seguidores por la cara bonita que luces verdad? - pregunto groseramente, se acerco unos pasos. - Os he hecho venir porque ya tengo la misión de la cuál os haréis cargo y también llevareis a cabo. - comunico.
- ¿De trata la misión, señor? - pregunto Theo de una forma tan educada que dio la sensación de que estaba manteniendo una conversación con el mismísimo rey.
- Daphne Greengrass. - mencionó mirándonos a los dos. - Quiero que la matéis antes de que termine el curso en Hogwarts, y quiero que tú te encargues de matarla. - dijo señalándome. - A ella y al niño que lleva creciendo en su vientre. - comunico dejándome en estado de shock. ¿Ella estaba embarazada?¿Tan rápido?¿Como? - Si fallas, no solo morirás tú, si no que además morirán aquellos a los que más aprecias. - menciono, un brote de amargura recorrió mis venas.
- Entonces no tengo nada que perder, porque aquello que más quería ya me lo quitaste, tú y tus seguidores. - mencione asqueada e hirviendo por la rabia que sentía al recordar de nuevo los tres rostros que ahora únicamente serían eso, recuerdos lejanos.
- Hermione. - escuche la voz de Theo reclamando mi atención pero no le mire, pues ahora estaba centrada en hablar cara a cara con Lord Voldemort, aquel al que un día temí tanto que hasta me estremecía al escuchar su nombre, pero eso ya no servía de nada.
- Matar o morir, Nott. - dijo mirándome a los ojos.
- Qué sea lo que tenga que ser. - dije sin inconvenientes, sentí que una mano aprisionaba la mía, me gire y vi a Theo con expresión preocupada.
- ¿Me desafías? - pregunto.
- Solo digo la verdad. - mencione.
- Tienes el privilegio de un apellido pleno y respetado, tienes una familia poderosa y estás en la primera de mis filas, todo eso tiene un precio así que no falles porque siempre encontraré la manera de hacer que sufras, no acabes con mi paciencia porque se me olvidara quien eres y te bajare a la fila más humillante que hay. - aviso. - Mátala y tráeme su cuerpo, haz que sufra viendo como muere lo que lleva dentro, y que no se te olvide invitar al joven Malfoy al espectáculo. - serpenteó. - Marcharos. - dijo desapareciendo.
- ¡¿Como te atreves a desafiarlo?! - pregunto Theo fuera de si.
- ¿Y porque no? - pregunte con inocencia.
- Quizá porque Él tiene el control Hermione, no deberías hablarle así te quitara todo lo que tienes si es que sigues así. - reprendió.
- Lo que pasa es que ya no tiene nada que quitarme. - dije enfadada, su expresión tomo cierta apariencia de tristeza y dolor, después de aquellas palabras se desapareció dejándome allí sola, genial, ¿como regresaría a Hogwarts? No se me ocurrió tocarme la marca porque sabía que eso era el modo de llamar a Voldemort, sin embargo yo sabía que aquella marca era más que para eso, así que sin pensarlo la acaricié suavemente con la llena del dedo, poco después sentí como mi cuerpo empezaba a transformarse en un humo negro. Poco después me encontré por los cielos, haciendo algo parecido al vuelo solo que sin escoba. Entre en los terrenos de Hogwarts cosa que hasta ese momento creí imposible, me cole por la ventana de mi cuarto y entonces mi cuerpo reapareció, sin embargo el aterrizaje fue un poco desastroso ya que perdí el equilibrio y me caí. ¡No era tan fácil como parecía! Mire el reloj y me di cuenta de que apenas eran las cuatro de la madrugada, me metí en la cama y en ese momento me di cuenta de que ya no llevaba aquel vestido, si no que nuevamente tenía mi pijama puesto. Trate de no darle vueltas al asunto y me acomode, lista para dormir.
Apenas pude pegar ojo el resto de la noche, pensando y dándole vueltas a todo, no entendía porque me lo había mandado a mi, sinceramente no me tragaba ese cuento de la muestra de honra ni mucho menos, detrás de esa misión estaba segura de que se ocultaba algo, pero... ¿Como iba yo a descubrir lo que realmente pretendía ese demente llamado Lord Voldemort? Me pase la noche pensando en las razones por las cuales asesinaría a Greengrass con todo el gusto pero también pensé en una razón por la cuál no se me ocurriría hacerlo. Lo malo ganaba lo bueno, pero yo no podía hacerlo. No tenía sangre como para asesinar a alguien que no fuese el mismísimo Lord Voldemort y eso me hacia débil en varios sentidos. Lo que le había dicho en parte era verdad, ya no tenía nada que quitarme pero esa noche pensando entendí la reacción tan negativa de Theo, y es que yo le había dicho que ya no había nada que me pudiese quitar sin siquiera pararme a pensar en mi hermano o en mis padres de sangre, porque a pesar de todo lo ocurrido y toda la vida vivida en una bola de cristal la realidad me estaba rodeando en estos momentos, y me había equivocado pues Lord Voldemort si podía quitarme algo más, a mi hermano, aquel al que había empezado a aceptar como tal. Los que eran mis padres no me daban igual pero tampoco me parecía que les debiese nada, pues para mi no eran nada en especial, solo dos personas que me trajeron al mundo y que estuvieron toda mi vida fuera de mis días. Me prepare rápidamente y baje las escaleras, Theo no estaba por la Torre así que me apresure en buscarlo, por todos los lados, lo encontré en el séptimo piso.
- ¡Theo! - llame a la vez que corría hacia él.
- ¿Qué? - pregunto sin girarse, así que le cogí de la túnica y lo pare, me puse frente a él.
- Lo que dije ayer de que Él ya no me podía quitar nada... - comencé. - Me equivoque al decir eso, pues todavía tiene algo que quitarme. - dije con seguridad. - Todavía puede quitarte a ti de mi vida. - dije en un susurro.
- ¿Lo dices enserio? - pregunto fijando sus ojos en los míos.
- Si Theo, porque para mi eres lo único que me queda, eres mi hermano y quiero seguir presumiendo de tal hecho. - reconocí, él se acerco a mi y me abrazo, respondí al abrazo y me di cuenta de lo muy importante que era Theodore ahora en mi vida, ¡lo necesitaba! Al fin y al cabo él no tenía la culpa de lo ocurrido, él era tan inocente como yo en cuanto a la verdad que descubrimos poco tiempo atrás y no podía culparlo de nada. Después de separarnos me dio un tierno beso en la frente y caminamos juntos por el pasillo.
- ¿Has pensado en como lo harás? - pregunto en un susurro.
- No. - confesé.
- ¿Crees que serás capaz? - pregunto alzando la ceja.
- No, no creo que sea capaz Theo, no soy una asesina. - respondí en un susurro. Él suspiro.
- Si necesitas ayuda, solo pídeme y te ayudare. - dijo en un susurro.
- Confió en que no necesitare ayuda de ningún tipo Theo, ya he perdido mucho en sus manos y no estoy dispuesta a perder lo único que me queda. - mencioné.
- Hermione... - quedo callado, al parecer sin saber que decir.
- Tranquilo, me las apañare. - comente.
- ¿Cuando elimines a Greengrass, volverás con Malfoy? - pregunto.
- Theo, él me odia más que a cualquier otra persona. - recordé.
- Solo tiene el orgullo herido. - menciono, haciéndome reír, pues no era el único que me decía aquello. Nos separamos a medio camino y apresure el paso para llegar puntual a la clase que me tocaba, sin embargo alguien me rebuto unos momentos.
- Nott. - aquella voz era inconfundible, me gire lentamente y le mire con frialdad.
- ¿Qué quieres, Malfoy? - pregunte con indiferencia.
- ¿Puedo hablar contigo, en privado? - pregunto, me quede pensativa.
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Dedicado en especial a: victoire de malfoy Después de unos cortos segundos en silencio, respondí recordando lo que él hizo la última vez que trate de hablar con él.
- No tengo nada que hablar contigo, Malfoy, mucho menos en privado. - dije retomando el paso hacia la clase que me tocaba. En clase de Pociones me aburrí mucho y apenas pude prestar atención, por eso cuando escuche el timbre fui la primera en salir, me había pasando los últimos minutos observando el reloj con toda mi atención, y los últimos segundos los había contado como si jamás fuesen a terminar. Camine a paso lento por el pasillo, estaba cansada y extresada a la vez así que decidí irme a la Torre a descansar.
Apenas había pasado una semana que para mi había sido tan larga como un mes, pues no podía dejar de pensar en la misión y gracias a ello no solo había suspendido exámenes si no que también había perdido peso nuevamente, y si antes me parecía a un esqueleto caminante, ahora sencillamente se me asociaba como un esqueleto con vida propia. Theo había tratado por todos los medios que yo me relajase, y a pesar de que le había convencido de que lo había conseguido, no había podido hacerlo. En realidad nadie había conseguido que me relajase, Zabinni también lo había intentado hacer pero tampoco había logrado nada. Hoy había sido un día muy caluroso, pues estábamos a finales de Mayo y se notaba en el tiempo, así que ahora estaba tumbada sobre el césped observando las estrellas que sacaban luz en el cielo oscuro a la vez que le daba vueltas al asunto. Quería saber de quién era el hijo que Greengrass llevaba en el vientre, más que querer necesitaba saberlo. La tripa no se notaba así que eso significaba que estaba embarazada de uno o dos meses, me había fijado en más de una ocasión y su vientre seguía tan plano como siempre, eso me hizo preguntarme si realmente estaba o no embarazada. Suponía que era de Malfoy, y cada vez que se me venía la idea a la mente me sentía mal y con unas ganas devastadoras de matarla cruelmente, sin embargo el niño que venía en camino no tenía la culpa de lo que estaba pasando así que esa idea me mantenía apartada de Greengrass. Ya era tarde cuando decidí irme a la cama, teniendo en cuenta que al día siguiente tenía clase, así que con mucha pereza me levante y me dirigí a mi Torre. Estaba por llegar cuando sentí que una mano me cogía por la cintura mientras que otra tapaba mi boca, me defendí con mis manos sin embargo por muchos golpes ciegos que propine no conseguí que la persona me soltase, se me vino a la cabeza que solo Wood podía hacerme algo así pero, después de ser arrastrada a un aula y ver el rostro de la persona que me había agarrado quede sin reacción.
- Ya que no quisiste hablar conmigo en privado he tenido que buscar el momento. - dijo con su voz fría, sin embargo note que Malfoy ya no ponía aquel tono distante como había hecho tiempo atrás. Sin hablar salí por la puerta dispuesta a irme, pero él salió tras mi así que empece a correr y él hizo lo mismo, la escalera que necesitaba para acceder a mi Torre se estaba moviendo y cambiando de posición y yo no tenía tiempo para esperar así que subí por otras escaleras que me llevaban directa a la Torre de Astronomía, cuando llegué saque mi varita y puse un hechizo en la puerta para que él no pudiese entrar, sin embargo ese imbécil se las sabía todas y le llevo menos de un minuto poder abrir la puerta, yo me mantuve a la defensiva con mi varita en mano, tratando de no ponerme más nerviosa.
- ¿Qué demonios quieres, Malfoy? - pregunte sintiendo el corazón acelerado.
- Solo quiero hablar contigo. - dijo guardando su varita, dándome a entender que no quería un duelo o atacarme, así que con cuidado fui bajando mi varita, fije mis ojos en los suyos y espere a que hablase, pero este estaba callado observándome, con aquella mirada que yo recordaba...
- ¿Perdiste la lengua de camino o que? - pregunte forzándolo para que hablase de una vez.
- ¿Me quieres? - pregunto, mirándome a los ojos fijamente y yo sabía que estaba buscando la respuesta así que de nada me servía mentirle.
- Si. - respondí con sequedad. - ¿Y que más da si te quiero o no? - pregunte asqueada. Entonces Malfoy se acerco a mi con mucha lentitud, cuando estuvo a unos centímetros de mi di dos pasos para retroceder, entonces él avanzo dos pasos para ponerse nuevamente a mi altura y me agarro de la cintura con cuidado pero poniendo fuerza, me solté y camine hacia la puerta, él me cogió por detrás y me puso pegada a la pared, se puso frente a mi y puso sus ojos a la altura de los míos, sus brazos estaban uno a cada lado de mis hombros y acerco su rostro al mío, antes de que yo pudiese hacer algo sus labios y los míos ya estaban unidos y en ese momento supe que ya no podía escapar. Había soñado tantas noches con sus besos, sus caricias, sus miradas, simplemente había soñado muchas noches con tenerlo nuevamente a mi lado, puse mis brazos en su cuello y él me tomo por la cintura pegándome más a su cuerpo y profundizando más el beso. Poco a poco una de sus manos descendió hasta mi trasero y ese movimiento me regreso repentinamente a la realidad así que bruscamente me separe de él y lo mire con indignación, sin poder evitarlo le solté una cachetada aunque no con fuerza. - ¡Idiota, estás casado! - recordé, él se alejo unos centimentros sin apartar su mirada de la mía.
- Ya se que estoy casado. - comento en voz clara y quedando en silencio.
- ¿Entonces porque me has besado? - pregunte alzando una ceja.
- Echaba de menos tus labios. - respondió como si fuese algo normal.
- Eres un imbécil, Malfoy. - dije caminando hacia la puerta.
- Si, pero recuerda que soy el imbécil a quién quieres. - dijo con su tono de superioridad.
- Te olvidaré Malfoy, porque cuando un sentimiento no se cuida al final marchita y eso es lo que esta pasando con este sentimiento que tengo hacia ti, esta marchitando. -dije abriendo la puerta.
- ¿Sabes? - me agarro del brazo sin hacerme daño y me obligo a girarme. - No te creo. - repuso.
- ¿Y por qué no? - pregunte con un suspiro exagerado.
- Porque no solo me quieres si no que además también me amas, y cuando de alguna forma es un sentimiento compartido...
- ¿Compartido? - dije interrumpiendo sus palabras, él quedo callado.
- Si, porque yo también te quiero, te amo y te extraño. - confeso finalmente, en sus ojos se reflejaba una mirada tierna, dulce y triste.
- ¿Y porque te casaste?¿Porque no me perdonaste? - pregunte.
- Porque me heriste y para vengarme no se me ocurrió nada mejor que casarme con otra y ahora estoy a punto de ser padre y me doy cuenta de que te estoy perdiendo de verdad... Me estoy volviendo loco porque ya no puedo odiarte más, no puedo seguir ignorándote, sencillamente ya no quiero herirte ni hacer nada que te duela solo quiero despertar mañana y verte a mi lado en la cama. - susurro, a la vez que me acariciaba el rostro. Mostré una expresión de indiferencia hacia sus palabras a pesar de que aquello me había llegado muy adentro.
- ¿Vas a ser padre? - pregunte con una nueva herida en mi corazón, él bufó.
- Si, Daphne quedo embarazada antes de que nos casáramos así que tubo que adelantar la boda. - comento.
- ¿No eres feliz?¿No la quieres? - pregunte.
- Si soy feliz de cierta forma, y si la quiero pero querer no es amar, ella es buena y me quiere yo no puedo demostrarle el amor que ella demuestra por mi. - susurro mirándome fijamente sin perder detalle de mi expresión.
- Vas a ser padre Malfoy, y si en verdad dices que puedes ser feliz y que la quieres lo mejor es que disfrutes de ella y de lo que lleva en el vientre. - comente, tratando a su hijo como una cosa.
- Lo que lleva en mi vientre es mi hijo. - dijo algo dolido.
- Y además de ser tu hijo es nuestro fin definitivo. - espete marchándome a paso ligero, ya no quería que me parase otra vez, ya no quería seguir hablando con él. Era su hijo y no de otro y eso me dolía más de lo que me había imaginado, no era lo mismo pensar que era su hijo a tener la afirmación de que así era. Cuando llegue a mi cuarto me tumbe sobre la cama y nuevamente me derrumbe en un llanto sin fin. Ahora más que nunca sentía la necesidad de ser egoísta y de cumplir aquella estúpida misión con el fin de quedarme a Malfoy, pero no, esa no era yo ni era mi comportamiento. Me sentía estúpida.
Apenas quedaba un mes para terminar el último año en Hogwarts y el tiempo se agotaba, sin embargo yo seguía sin ser capaz de formar un plan para matar a Greengrass, a pesar de que me hervía la sangre cada vez que la veía junto a Malfoy, de la mano, abrazados o besándose. Theo había estado pendiente de mi, a pesar de que yo había estado más alejada que nunca de él y de Zabinni el cual llevaba sin quedar con él por lo menos un mes. Sentí que la marca quemaba mi brazo así que me apresure a salir del aula y corrí hasta el baño, sin siquiera tener que tocar la marca sentí nuevamente como mi cuerpo dejaba de ser solido para ser un humo espeso, me deje llevar hasta el lugar en el cual me esperaba. Aterrice de pie, con mucho lujo. Nuevamente lucía aquel vestido junto a la mascara que ocultaba mi rostro. Allí estaban todos reunidos, incluso los Malfoy y los Greengrass. Escuche las palabras de Lord Voldemort al igual que todos los demás, era una sencilla reunión y cuando termino suspire, pero Él no me dejo ir.
- ¿Te das cuenta del tiempo que tienes para cumplir la misión? - pregunto.
- Si. - respondí.
- ¿Cuando la matarás? - pregunto.
- A lo largo de esta semana. - respondí.
- Bien, bien, bien... - festejo aplaudiendo. - Espero que no me falles. - dijo finalmente.
- No fallare. - respondí con poca seguridad. Después de esas palabras me di cuenta de que ya no había nada que decir así que regrese a Hogwarts, ya no me moleste en regresar al aula si no que camine hacia la Torre de Astronomía, pues era uno de mis sitios favoritos desde el beso.
- ¿Pensando? - me gire y le mire a los ojos.
- Le he dicho que lo haría esta semana. - dije con los ojos inundados en lágrimas.
- ¿Y es verdad? - pregunto Theo acercándose.
- No voy a poder Theo, yo no puedo. - dije derrumbandome en sus brazos, Theo aguanto mi llanto como todo un hermano y no se quejo de perder tres horas mientras que yo me dedicaba a llorar. Cuando me sentí más despejada lo mire a los ojos y sonreí con timidez. Él puso una tierna sonrisa y me dio un suave beso en la frente abrazándome con cariño. En algún momento Theo se había sentado y yo me había sentado en sus piernas pero no recordaba ese momento, nos levantamos y él me limpió un poco la cara, después caminamos por los pasillos hasta llegar a la Torre, subí a mi cuarto y casi muero de un infarto cuando vi una sombra en mi cama. - ¿Krum?
- Ya era hora de verte. - dijo con una sonrisa. Después de mirarme unos minutos su sonrisa se apago y se levanto. - ¿Qué te ha pasado? - pregunto, y entonces me di cuenta de que al entrar me había quitado el conjuro desilusionador por lo cual se me veía tal y como estaba.
- Nada, falta de apetito. - susurre. - ¿Qué haces aquí? - pregunte.
-Solo quería saber como te va. - respondió. - Y me doy cuenta de que no muy bien.
- Viktor no tengo ganas de hablar... - dije. - Mejor ven otro día. - susurre, él me miro a los ojos y no dijo nada, simplemente se despidió con un gesto y se desapareció. Y como todas las demás noches me deje caer en la cama y empece a llorar, sin embargo hoy el lloro no duro como solía, si no que de un momento a otro deje de llorar y me di cuenta de que necesitaba hablar con Malfoy, necesitaba decirle que se marchase con Daphne, con el pijama puesto salí de mi cuarto y lo rebusque por todos los lados, para mi sorpresa lo encontré en la Torre de Astronomía. Entre en silencio. - ¿Malfoy? - susurre, él se giro lentamente. Poco a poco se acerco a mi y me observo.
- ¿Has perdido peso nuevamente? - pregunto alzando una ceja, me sonroje recordando que una vez más me había olvidado del conjuro.
- Puede que algo. - susurre. - Tengo que hablar contigo. - susurre.
- Si, yo también quiero hablar contigo. - comento. - ¿Prefieres hablar primero? - pregunto, yo negué con la cabeza y entonces él suspiro. - He pensado que tener un hijo no significa tener que quedarme con Daphne, quiero intentarlo contigo Hermione quiero que seamos tu y yo, que seamos felices juntos y que me dejes tratarme como nunca te ha sabido tratar, se que me he portado mal y que he sido un imbécil contigo pero también se que si me das la oportunidad voy a saber tratarte como nunca nadie te ha tratado, lo que siento por Daphne no es ni la cuarta parte de lo que siento por ti, a su lado nunca seré realmente feliz... - puse mi dedo indice en sus labios y tomando valor le di un suave beso, pero él no dejo que fuese suave ni corto, me tomo entre sus brazos y lo profundizo a la vez que una de sus manos iba recorriendo mi cuerpo con ternura, sentía que estaba en el cielo y me deje llevar. Poco a poco yo también fui acariciando su cuerpo, hasta que me atreví a hacerlo bajo la ropa, al igual que él. Quite su blusa y después el quito la mía, y así seguimos hasta terminar completamente desnudos uno en brazos del otro, no estaba segura si hacerlo o no, pero ahora no quería pensar en ello. Él jugueteaba con mis senos y sellaba cada poro de mi piel con sus besos, llenos de amor y ternura. Después de un rato hice que sintiese placer jugueteando con su miembro, se que lo disfruto por sus reacciones y por todo, Malfoy no quiso esperar y me puso sobre sus piernas penetrándome en el momento. En ese momento pensé que nada podía ir mal, me imagine que en el mundo solo existían dos personas, él y yo. Nunca me había sentido así de bien en los brazos de ninguno, aunque con Ron había sentido cosas muy buenas. Esto era algo intenso y lleno de pasión. Malfoy no despegaba sus labios de los míos y sus manos no dejaban de recorrer mi cuerpo, para mi sorpresa yo llegué al clímax pocos segundos antes que él. Cuando terminamos no nos separamos en el momento, nos vestimos y nos sentamos a ver las estrellas durante unos minutos en los cuales yo estaba tomando valor para decirle lo que le tenía que decir. Entonces me fui separando de él y este me miro. - ¿Qué va mal? - pregunto.
- Debo decirte algo. - comente. Él sonrió y me miro a los ojos.
- Dime lo que quieras. - susurro.
- Malfoy, solo te pido que no me odies. - pedí, su expresión quedo seria.
- ¿Qué pasa? - pregunto.
- Nuestro Señor me ha mandado una misión. - empece, tratando de esconder las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos. - Y esa misión tengo que cumplirla en un mes. - susurre.
- ¿Qué misión? - pregunto poniéndose de pie.
- Malfoy, tienes que llevarte a Daphne y a tu hijo lejos de aquí, debes esconderlos porque mi misión es matarlos. - susurre. Él clavo su mirada en la mía.
- ¿Qué los mates? - pregunto sin dar crédito.
- Si.
- ¿Pensabas hacerlo? - quiso saber.
- No, puedo ser muchas cosas pero no soy una asesina, aunque te confieso que si lo pensé pero no puedo hacerlo no soy capaz. - susurre. Él se marcho sin decir nada más y dejándome nuevamente herida. Esa noche no pude dormir pensando en que tal vez ya se había ido lejos con su mujer y su hija, entonces a las cinco de la mañana reapareció en la Torre de Astronomía y se acerco a mi.
- ¿Por qué? - pregunto.
- ¿Por qué, que? - dije sin entender.
- Quiero saber porque me lo has dicho. - pidió.
- Porque aunque yo no pueda ser feliz a tu lado, no significa que tú no puedas ser feliz al lado de otra. - dije con sinceridad. - Y si eres listo, márchate.
- ¿Y que pasará contigo si no cumples la misión? - pregunto, entonces decidí mentir.
- Nada, me pondrá otra. - susurre, entonces hizo aquello que yo tanto odiaba, puso sus ojos sobre los míos y se detuvo unos minutos mirando, yo desviaba la mirada o intentaba moverme para que él no viese nada pero igual seguía mirando.
- Theodore y tus padres son el precio si fallas. - aquello no era una pregunta, era una afirmación en toda regla.
- Me las apañare. - susurre.
- No qui...
- ¡No te estoy preguntando lo que quieres o no Malfoy, te estoy diciendo que te vayas antes de que tenga que mirarme al espejo y ver a una asesina en vez de a mi! - dije alzando la voz.
- Pero...
- Nada. - corte nuevamente.
- La esconderé, y volveré. - dijo con seguridad, le mire a los ojos.
- No quiero que vengas. - repuse. - Y si vienes no harás nada aquí. - dije fríamente.
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¡Espero que os guste!
Bueno, tengo ideas para el próximo capitulo pero prefiero que votéis, así podréis sentiros parte de este Fic.
¿Qué os gustaría más?
A) Qué Malfoy se vaya enfadado pero con intenciones de volver.
B) Qué Malfoy le pida a Hermione que se entregue a él hasta que regrese a su lado.
C) Qué Malfoy la haga suya y se vaya sin dejar rastro.
También quiero agradecer a los 250 usuarios que me siguen, & en especial he de agradecer a aquellos que ocupan dos minutos de su tiempo dejándome un comentario, porque en verdad es algo que me alegra el día; así que gracias por esos 182 comentarios. ¡Os adoro! P.S: A aquellos que a veces les surge dudas, espero que con el desarrollo este sacando de sus mentes esas dudas, si no es así me ponéis un comentario y trataré de hacerlo más claro. Besos!
Este capitulo queda dedicado en especial a: cris_watson
La expresión de su rostro cambio al igual que el sentimiento reflejado en su mirada grisácea, quizá mi frialdad había ido demasiado lejos o quizá las palabras habían sido las menos esperadas para él. Yo sabía que lo que acababa de decir era mentira, pues en verdad no había nada que más desease que tenerlo de vuelta junto a mi pero a pesar de lo que sentía ahora no podía escuchar mi corazón, pues debía hacer uso de la razón y mantener lejos de mi a Daphne, su hijo y sobre todo a Malfoy. Aparto su mirada de la mía y me dio la espalda, me quede mirando como su figura a lo lejos iba desapareciendo de mi vista y me sentí más vacía que nunca, destinada a enfrentarme a mis decisiones. Pase el resto de la madrugada en la Torre de Astronomía, hasta que llego la hora que estaba esperando. Suspire un par de veces y camine hasta mi cuarto, una vez estuve allí me bañe y me vestí, después a paso lento camine hacia el despacho de la directora, la cual al verme allí plantada no se sorprendió. Clave mi mirada en la suya y por una vez en mi vida vi en aquella mirada algo más allá del odio y de frialdad, su mirada era tierna y hasta cariñosa.
- Hay que tener mucho valor para hacer lo que has hecho. - comento acercándose a mi. - Pero... ¿de verdad estás dispuesta a pagar el precio por ello? - pregunto insegura, y ante su inseguridad yo me sentí más segura que nunca.
- El precio que tengo que pagar no es nada comparado a sentirme sucia tras convertirme en una asesina, he tenido la mala suerte de ingresar en una de sus filas pero eso no significa que vaya a ensuciar mi alma. - susurre. Entonces de una manera inesperada Narcissa Malfoy camino hacia mi y me dio un abrazo completamente maternal, en el cual no falto un pequeño beso en la frente.
- ¿Y Theodore? - pregunto. Suspire.
- Narcissa, yo he salvado la familia de tu hijo, así que he de pedirte un favor antes de irme. - dije.
- ¿Cual? - pregunto.
- Esconde a Theodore, se que no se va a esconder de forma voluntaria así que tendrás que aturdirlo al menos hasta que yo regrese a por el. - pedí. Ella suspiro y medio sonrió.
- Dalo por hecho. - dijo soltándome. - ¿Como estás tan segura de que regresarás? - pregunto.
- No estoy segura, simplemente no asumo que hoy sea mi último día, es más fácil sobrellevarlo así sin pensar en ello, y si no vuelvo Theo tendrá que tomar su propia decisión. - comente.
- Ojalá se pudiese dar marcha atrás, no sabes lo mal que me siento cuando te miro y recuerdo como me comporte contigo, o como deje que mi hijo se comportase contigo. - susurro.
- El pasado es pasado, y yo no vivo en el pasado si no en el presente. - comente como despedida, pues ya no tenía más ganas de hablar, así que entre en la chimenea y poco después aparecí en Hosmeade. Después de ello solo tuve que usar la Magia Oscura para buscar a Lord Voldemort, y no fue nada difícil encontrarlo. Camine en silencio por aquel oscuro pasillo hasta llegar a la puerta que nos separaba. Entre sin pedir permiso, pues había visto a la serpiente por el camino y estaba segura de que Él ya sabía que yo andaba por allí. - Señor. - dije llamando su atención, se levanto del sillón en el cual estaba acomodado y camino hacia mi.
- ¿Me traes buenas noticias? - pregunto alzando una de sus manos.
- No Señor, en realidad le traigo malas noticias. - susurre, entonces la tensión se noto.
- ¿No la has matado? - pregunto.
- Señor, Daphne Greengrass se ha fugado. - dije con toda la claridad que pude.
- ¿Cuando? - quiso saber.
- Esta madrugada, esta mañana cuando fui en su busca ya no estaba. - dije.
- Bueno... Entonces tienes un problema pequeña Nott. - dijo siseando.
- Me lo suponía. - asumí, entonces clavo su mirada en la mía y sonrió de una forma escalofriante, levanto su varita y mi cuerpo quedo sumido en un dolor infinito, parecía que algo había entrado por mi cuerpo y estaba estirando de mi corazón hacia fuera obligandolo a repartir el dolor por todo el cuerpo que pedía auxilió. Un dolor como este era difícil de describir, era tan profundo que por un momento estuve segura de que me estaba matando lentamente, mis pies no tocaban suelo y mis ojos no me enseñaban la posición en la que me encontraba. Sentía como si me estuviesen estrangulando a la vez que trataban de arrancar lo que me daba vida desde adentro. El choque contra el suelo fue duro, o quizá lo sentí así por lo dolorido que estaba mi cuerpo, puse mi empeño en levantarme y poco a poco lo conseguí. Nuestras miradas se clavaron la una en la otra y entonces Él levanto la varita nuevamente, vi como en dos ocasiones salían rayos verdes hacia personas que estaban detrás de mi, cuando me gire solo pude quedarme con la imagen de mis padres biológicos tirados en el suelo, cuerpos sin vida.
- ¿Qué sabes del joven Malfoy? - pregunto Él acercándose más a mi.
- Nada, a él no le estube buscando. - susurre, hablar dolía más que moverme.
- Escúchame bien, quiero que busques a Daphne Greengrass y que me la traigas viva o muerta, pero tráemela, o las consecuencias irán más allá de lo que te puedes imaginar. - susurro.
- ¿Por que quiere matar a Greengrass? - pregunte con cierto atrevimiento.
- El hijo que lleva no debe nacer, y ella no me escucho. - comento.
- ¿Qué tiene de malo ese hijo? - pregunte sin apartar la mirada, Él suspiro.
- Ese hijo es mío, y no debe nacer. - contó. - Y esa estúpida ha osado desafiarme y hasta ha tratado de engañarme. - dijo fríamente. - Tienes poco más de UNA semana para hacer lo que te estoy ordenando, porque si no lo haces arrasare con todo, verás morir a tu hermano, y a todos aquellos que están dentro de tu vida. - amenazo. - Has fallado una vez, intenta no fallar de nuevo o lo lamentarás. - dijo dándome la espalda. Camine a paso lento y arrastrado hacia la salida de aquel sitio, pero antes de abandonar la estancia no pude evitar mirar nuevamente los cuerpos de aquella pareja que yacía en el suelo. Note el olor a sangre y pude ver que la maldición había sido tan cargada de rabia que incluso me había hecho cortes por toda la piel dejando marcas por todos los lados. En estas condiciones no me podía desaparecer así que seguí caminando por el bosque, estube caminando horas sin parar a pesar de lo mucho que me costaba cada movimiento, sin embargo no había avanzado casi nada así que decidí que ahora si podía hacerlo, confiaba en mi fuerza de voluntad así que cuando me quise dar cuenta estaba en Hosmeade entrando a la chimenea que me llevaría de regreso a Hogwarts. Cuando reconocí el despacho de Narcissa no me quedaron más fuerzas que para desmayarme.
Sabía todo lo que había ocurrido, pues no había dejado de soñar con los sucesos, sin embargo ahora que recién había retomado la conciencia me sentía más fuerte que nunca. Abrí los ojos lentamente y no reconocí en el momento el sitio en el que estaba, me llevo unos segundos hasta que vinieron a mi mente recuerdos de aquel cuarto. Estaba en el cuarto de Draco Malfoy, y estube más segura de ello cuando lo vi dormido en una butaca que había junto a la cama, por muy mal que le hubiese tratado él había regresado a mi lado tal y como había dicho. Un escalo frío recorrió mi espalda al pensar que tal vez habían encontrado a Daphne y ya la habían matado, pues ahora más que nunca estaba dispuesta a protegerla y a luchar contra Él, me había arrebatado demasiado en esta vida como para quedar impune, y había llegado la hora de que pagase. Después de haber matado a mis padres biológicos ya no había vuelta atrás, todo se trataba de formar un plan bien estructurado y para eso necesitaba la ayuda de una única persona, esa persona estaba lejos pero de alguna forma podría encontrarlo; Harry jamás negaría su ayuda. Me levante despacio de la cama, tenía poco más de una semana y debía empezar desde ya a hacer algo. También tenía en cuenta el apoyo que podía obtener dentro de Hogwarts.
- ¿Donde vas? - pregunto una voz adormilada detrás de mi.
- Te dije que no regresarás. - espete. Me daba la sensación de que Malfoy solo iba a estorbar en mis planes, pero a lo mejor estaba equivocada, me di la vuelta y le mire a los ojos y de nuevo vi aquella expresión de dolor, tristeza y cierta rabia.
- Pero yo dije que regresaría y un Malfoy no falta a su palabra. - dijo con un poco más de claridad, me acerque un paso a él.
- Te dije que no regresarás, sin embargo ahora mismo me siento una egoísta porque lo que te dije no es lo que sentía. - comente en un susurro, se acerco a mi y me abrazo.
- Lo se, no sabes lo bien que te conozco. - dijo cerca de mi oído haciendo que mi cuerpo se estremeciese, y entonces sentí un ligero dolor por todo mi cuerpo. Me aleje de su abrazo y camine hacia el baño, vi en el espejo mi reflejo y quede atónita, estaba como nueva no presentaba ninguna señal de violencia o algo por el estilo y eso me animo. - Tuvimos que darte un montón de pociones para sanar las heridas, pero al fin conseguimos lo que queríamos.
- Ya veo. - comente. - ¿Donde está Theo? - pregunte repentinamente.
- En su Torre, mi madre lo tiene aprisionado. - respondió.
- Necesito hablar con él. - comente dispuesta a irme, pero Malfoy me detuvo.
- Creo que es mejor que te bañes y que te pongas ropas nuevas, por otro lado te acompañaré a la Torre de Theodore ya que solo yo o mi madre podemos abrir la puerta. - comento, hice caso de sus palabras y me di un rápido baño, me puse ropa lavada desconocida para mi, no pregunte de donde había salido ya que una vez Malfoy me había dicho que me la compraba y al ver las etiquetas me atrevía a decir que era verdad, el conjunto de ropa interior era normalito pero con un tono de atrevimiento. El vestido que me dio era cuatro dedos arriba de la rodilla su color era negro y era bonito, para un sábado no estaba nada mal siempre y cuando no estuviésemos en un colegio, sin embargo no debía darle importancia a eso.
(https://vestidosdfiesta.com/wp-content/uploads/2011/10/Vestidos-de-Baby-Phat-2.jpg)
Baje junto a Malfoy dispuesta a irme pero este se detuvo en la mesa que había en su sala de estar, me miro. - Es importante que desayunes, has perdido muchas fuerzas. - comento con una pequeña sonrisa mirándome de arriba abajo. Hice caso de sus palabras pues la verdad un poco de hambre si que tenía, después de comer lo que él me sirvió por fin me llevo junto a Theo, cuando me vio me abrazo con todas sus fuerzas y eso me dolió pues mi cuerpo estaba resentido por la maldición así que no era el mejor momento para achuchones. Le conté todo con detalle y Theo dejo escapar algunas lágrimas por la muerte de nuestros padres.
- Si hubieses tenido la oportunidad de conocerlos... - dejo la frase incompleta. Después de hablar con Theodore reunimos las tres casas descartando por completo la de Slytherin, todos los alumnos estaban en la Sala de los Menesteres y con la aprobación de Narcissa Malfoy habíamos dado frente a una reunión anti-Voldemort.
El trabajo prosiguió en los tres siguientes días, eramos 234 alumnos preparándonos para una batalla en la cuál la leí era clara: Matar o morir. Por otro lado Harry estaba al tanto ya que Ginny permanecía en contacto con él de una forma secreta que ni yo sabía, aunque me había alegrado mucho al saber que estaban juntos. Todavía no había visto a Harry en persona sin embargo Viktor Krum y algunos amigos suyos más venían cada noche a entrenar a los alumnos, los cuales mejoraban las tácticas en cada intento de superarse. Mientras ellos entrenaban yo también entrenaba, sin embargo yo tenía dos profesores especiales; Narcissa y Lucius Malfoy. También estaban mejorando las tácticas de su único heredero, hacíamos duelos sin parar y yo estaba exhausta pero jamás admitiría que me empezaba a debilitar en estos momentos.
- Bien Hermione, has mejorado. - dijo Lucius con aprobación, cuando yo estaba por irme. Me marche y estaba dispuesta a irme a dormir, sin embargo sentí unos pasos detrás de los míos, espere unos segundos antes de girarme para cerciorarme de que en verdad me estaban siguiendo, cuando estube segura me pare y con varita en mano me di la vuelta dispuesta a enfrentarme a cualquiera, sin embargo cuando lo vi baje la varita.
- ¡Malfoy! - me queje. Este se acerco a mi.
- ¿Pensabas atacarme? - pregunto con media sonrisa.
- ¡No sabía que eras tú! - me defendí.
- ¡Vaya! - exclamo.
- ¿Qué? - pregunte.
- Si tú me persigues siempre se que eres tu, me conozco tus pasos. - comento.
- ¡Eso es imposible! - me queje, pero en verdad no tenía porque ser imposible.
- No lo es.
- Si lo es.
- No lo es.
- Si lo es.
- No lo es y algún día haremos la prueba. - afirmo con orgullo. Bufe y luego no pude evitar sonreír, y es que aquel maldito hurón oxidado me hacia sonreír incluso en los peores días.
- Acepto el desafió, pero si pierdes... - me quede callada al escuchar un tremendo estallido que resonó por cada rincón del castillo. Camine siguiendo mi instinto por los pasillos mientras que Malfoy venía a mi lado, y quedamos atónitos cuando vimos la imagen. - Tenían que ser de Slytherin... - dije con reproche, él me miro y bufo.
- Eso queda por discutir. - aviso.
- ¡No hay nada que discutir! Solamente los Slytherin son tan burros y retorcidos como para intentar entrar en el gran comedor por la fuerza. - me queje.
- Son las once y la cena no esta servida, es normal que demuestren que tienen hambre. - dijo.
- ¿No hay cena? - pregunte.
- Parece ser que no. - respondió. - Ven, busquemos a mi madre. - dijo tomándome de la mano y arrastrándome cariñosamente con él por los pasillos.
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Espero no haberos decepcionado.
Dedicado en especial a: PaolaGrrr
Nuevamente he de agradeceros los comentarios, ¡gracias!
Os quiero!Cuando llegamos al despacho de Narcissa nos encontramos con el sitio vació, Malfoy bufo y mi estomago gruño de una forma inesperada. Me siguió arrastrando con él hasta el retrato por el cual se podía tener acceso a la cocina de forma privada. Unos elfos domésticos nos atendieron y nos dieron comida y más comida, sin embargo Malfoy se puso a hablar con uno de ellos lejos de mi, al parecer le estaba dando indicaciones de algo que yo no podía escuchar, solo esperaba que no le estuviese ordenando algo que no quería hacer. Varios elfos desaparecieron a la vez y me pregunte a donde se habían ido, igualmente Malfoy me saco de la cocina y juntos caminamos por los pasillos del castillo, hasta que media hora después me decidí por hablar.
- ¡Tengo hambre! - me queje sin entender la razón por la cual Malfoy no había aceptado la cena.
- Tendrás que esperar hasta mañana. - comento sin mirarme, sin embargo pude ver que una media sonrisa se asomaba por sus labios.
- Vale, hurón. - dije indignada. - Mejor ya me voy. - comente, entonces él me miro a los ojos.
- ¿Donde? - pregunto.
- ¡A mi cuarto! - dije en un suspiro.
- Estos días has estado durmiendo en mi cuarto y seguirás allí... - comento. - Son ordenes de mi madre... - comento.
- Y bueno... pero tu madre no esta aquí para decirme lo que debo hacer así que... - no me dejo terminar de hablar, me arrastro con él por los pasillos hasta que llegamos a su Torre, sin embargo cuando fui a entrar él me tapo los ojos, bufe pero me aguante. Me fue guiando para que yo supiese por donde debía caminar y poco a poco mis ojos quedaron libre de la oscuridad que había sobre ellos. Cuando vi lo que Malfoy me había ocultado mi boca formo una O enorme, y es que no pude evitar girarme y abrazarlo, de la emoción le di un suave beso en los labios, cosa de la cual me arrepentí al momento pero ignore ese pequeño sentimiento. La razón de tanta emoción era mucho. Pues su Sala estaba alumbrada suavemente con pequeñas llamitas de las velas que recorrían los rincones de la misma, y después delante del fuego los sofás y las butacas habían quedado substituidas por una mesa redonda con dos sillas, en la mesa había dos velitas y comida puesta de una forma muy romántica. Malfoy movió la silla y me indico que me sentase, cuando me senté me acomodo juntandome a la mesa.
- ¿Te gusta? - pregunto mostrándome el menú.
- Oh... Claro que sí, además tiene un olor esquisto. - reconocí, y es que era verdad.
- Me gusta que te guste. - dijo haciéndome reír.
- Y a mi me gusta que te guste que me guste. - dije haciendo un trabalenguas, él sonrió dulcemente y sentándose nos sirvió el plato a ambos, para beber había ni más ni menos que cerveza de mantequilla y la idea me agrado, no pude evitar sonreír. - ¿Como lo sabías? - pregunte mirándole a los ojos.
- ¿Como sabía el que? - pregunto.
- Pues que es uno de mis platos favoritos. - susurre.
- Cuando estoy interesado en alguien, me aprendo todo lo que le gusta y lo que no. - comento.
- ¡Qué memoria! - dije con ironía.
- Ni modo, por suerte solo estoy interesado en una persona así que no es muy difícil tener sus gustos en mente. - comento.
- Gracias. - comente sonriendo nuevamente. Cenamos tranquilamente y hablando de tonterías de las cuales nos reíamos sin motivo, bueno si el motivo era la tontería que uno de los dos sacaba como tema de conversación. Pero me daba igual que el tema no fuese perfecto porque en verdad lo estábamos pasando bien. Aunque me decepcionó un poco, solo un poco que no hubiésemos postre pero bueno, cuando él se levanto yo imite su gesto, nos miramos unos momentos incómodamente y finalmente le dije que tenía que ir al baño. Me metí en el baño y me quede mirando al espeja ya que realmente no tenía motivo para ir al baño, pero aún así conté cuarenta segundos y salí del baño, cuando lo hice quede asombrada pues donde estaba la mesa ahora estaba un sofá enorme y con cómodas apariencias, y frente al sofá había una pequeña mesita con dos cervezas más, una para cada uno y un juego.
- ¿Te apetece jugar a verdad o reto? - pregunto.
- Bueno... - y es que la velada con Malfoy estaba siendo tan especial que no quería estropear ninguno de sus detalles conmigo. - De acuerdo. - dije sentándome, y entonces él me dejo empezar. - ¿Verdad o reto? - pregunte.
- Verdad. - dijo sonriendo. Me quede pensando unos segundos.
- ¿Te importo? - pregunte tontamente, él sonrió.
- Es lógico... Verdad. - comento sin apagar su sonrisa, entonces me miro. - ¿Verdad o reto?
- Verdad... - elegí. Aunque tenía claro que después elegiría reto.
- ¿Qué te gusta de mi? - pregunto.
- Todo. - respondí, y en verdad aquel juego lo estábamos haciendo sin reglas, estábamos reinventando aquel juego, acomodándolo a nuestras necesidades de saber.
- Creo que es mejor que cambiemos de juego. - dijo sin darme tiempo a decir nada.
- ¿Por qué? - pregunte confundida.
- Se me ha ocurrido uno mejor. - respondió con una sonrisa traviesa.
- ¿Cual?
- Mira. - dijo sacando un juego de cartas y esparciéndolas por la mesa. - Si levantas un numero impar elijo una pieza de ropa para que te quites, y si sacas par elijes que pieza me tengo que quitar yo, si sacas un Ás, puedes elegir entre ropa o beso. - explico brevemente. - ¿Entiendes?
- Mmmm, si.... - dije con tranquilidad dando un sorbo de mi cerveza. Levante la primera carta y toco una impar, le mire y sonrió picaramente.
- Zapatos. - dijo al ver que mi ropa no era mucha, y es que con ese juego yo tenía todas las de perder, pues solo contaba con medias, bragas, sujetador y vestido. Mientras que él contaba con más, pues calcetines, pantalón, bóxer, camiseta y jersey. Después de quedar descalza él levanto una carta y salió impar.
- Jersey. - dije sin dudarlo, y es que tenía que sacar ventaja de algún lado. Levante y me toco un Ás, le mire y me miro. - Beso. - dije acercándome a él y dándole un breve pero dulce beso. Él sonrió y después levanto su carta y le salió de nuevo impar, así que ya no había desventaja. Le mire y sonreí. - Zapatos. - dije, y así seguimos el juego hasta que quedamos en ropa interior, entonces le mire. - ¿Qué tal si ya no jugamos? - pregunte con dudas.
- ¿No te gusto? - pregunto, y negué con la cabeza porque aquel juego había sido divertido aunque en algún momento un poco tenso por mi parte.
- Si, pero creo que deberíamos seguir con otro juego. - dije finalmente, se levanto y me cogió entre sus brazos robándome un beso, después cargo conmigo hasta su cuarto y cuando me fije en los detalles quede más que impresionada. Había un caminito por el suelo hecho de pétalos rojos, la fragancia del cuarto era claramente a rosas, había poca luz dándole un tono romántico e intimo al cuarto, ya que solo habían cuatro velas encendidas, en la cama había un enorme corazón hecho con pétalos rojos, y sobre una enorme almohada había una bandeja plateada llena de fresas y nata. Me puso en el suelo y camine despacio hasta la cama, sin perder detalle de todo lo que aquel hurón había preparado. Cogí una fresa... pero se me ocurrió una idea así que deje la fresa y entre besos arrastre a Malfoy hasta en centro de la cama. Entonces puse un poco de nata sobre sus labios, pase mi lengua suavemente y después me comí mi fresa antes de perder el sabor de la nata. Malfoy sonrió de una forma tan... tan... tan pervertida que no pude evitar reír, entonces me tumbo y cogió la nata, imito mi gesto solo que en vez de comerse la fresa dejo que la nata definiera el sabor de ese beso que nos estábamos dando en el momento.
- ¿Ya no te sientes culpable? - pregunto sacándome de mi mundo rosa.
- ¿Culpable? - pregunte.
- Si, por eso de que estoy casado y voy a ser padre. - comento.
- Bueno... - no sabía que decirle, pues después de saber de quién era el hijo no sabía ni que pensar del asunto. - Un poco, quizá. - dije al cabo de unos largos segundos, y entonces bruscamente se alejo de mi.
- ¡No pensaba que me lo ocultarías, pensé que en la cena me contarías lo que sabías! - dijo.
- ¿Contarte qué? - pregunte.
- ¡Qué el hijo que espera Daphne no es mío! - casi lo grito, le mire a los ojos.
- ¡No sabía como decírtelo! - me defendí. - ¿Quién te lo ha dicho? - pregunte.
- ¡ Lárgate Granger, no quiero volver a verte eres una mentirosa! - dijo señalando la puerta.
- Malfoy yo no te dije porque no sabía como hacerlo... - dije dolida.
- ¡Solo tenías que habérmelo dicho! - dijo bufando.
- ¿Como le dirías algo así a la persona a la que no quieres hacer daño? - pregunte.
- No me hubieses hecho daño, hubiese sido un alivio porque así no me hubiese torturado todo este tiempo por haber sido infiel. - respondió.
- Malfoy yo... - quede callada. - Lo siento. - dije saliendo del cuarto, recogiendo mis cosas y a punto de salir de la Torre, entonces una mano me agarro del brazo y. . .
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Dedicado en especial a:
alm Siento que os he decepcionado =( La verdad es que si no tengo opiniones sinceras no acertare, aunque quizá si lo haga. Igualmente yo voy a seguir tal y como lo tengo pensado... Por cierto tengo un nuevo Fic. |
- ¿Si? - la puerta se abrió lentamente y Theo entro, se sentó a mi lado y me paso el brazo por encima de los hombros.
- ¿Qué va mal, pequeña? - pregunto mirándome a los ojos.
- Malfoy. - respondí con sequedad. - Lo gracioso es que me prometí no enamorarme nunca jamás después de lo de Ron y ahora mírame... - comente en un susurro acompañado de una risa cargada de ironía, Theo me acerco más a su pecho y me abrazo con mucho cariño.
- Es un idiota y con el tiempo se dará cuenta de lo que esta perdiendo. - comento.
- No, esta vez tiene razón de enfadarse pues he sido yo la culpable. - comente.
- ¿Le has vuelto a herir el orgullo? - pregunto con sorna.
- Puede... - quede unos minutos en silencio. - No le dije que el hijo que espera Daphne no es suyo si no que es de Lord... - no pronuncie todo el nombre ya que sabía que a Theo no le gustaba, pero no solo le pasaba eso a él.
- ¿Como se ha enterado? - pregunto Theo.
- Pues la verdad, no lo se. - dije pensando en las formas de como se podía haber enterado.
- Bueno... Igual creo que no debería tomárselo tan a mal. - comento.
- Si, porque tuve oportunidad de decirle la verdad y no lo he hecho, es normal que ahora este enfadado y lleno de rabia hacia mi. - dije levantándome de un salto, pues la Marca me estaba ardiendo y al parecer a Theo también, nos miramos y caminamos juntos hasta el despacho de Narcissa, en su lugar el que nos estaba esperando era Lucius Malfoy.
- Nos llama para una reunión. - dijo arrastrando las palabras.
- ¿Reunión? - pregunte extrañada.
- Alguien ha dado información que Él considera valiosa. - comento.
- ¿Quién? - pregunto Theo.
- Chico, de eso os enterareis ahora. - dijo fríamente. - Vamos, ya sabéis que no le gusta esperar a nadie y menos cuando tiene prisa. - finalizo, así uno a uno entramos en la chimenea con destino a Hosmeade, una vez allí no tardamos más de un minuto en llegar al sitio desde el cual provenía la llamada. Note que ya tenía la ropa y la mascara puesta así que con un suspiro camine al lado de Theo, pues él sabía donde era nuestro sitio ya que seguíamos un orden. Después de nosotros llegaron unas pocas personas más y finalmente llego Él.
- Bien... Veo que ya estamos todos. - serpenteó caminando entre las filas. - Queridos, estoy buscando a una persona y ni rastro de ella, en principio le dije a la encargada de la misión que tenía poco más de una semana para buscarla pero he recapacitado y me he dado cuenta de algo, y es que eso es una misión casi imposible. - se quedo callado y lo note justo detrás de mi, un escalofrío recorrió mi espalda. - Así que entre todos buscaremos a esa persona llamada Daphne GreenGrass, que por lo que se esta escoltada por el mismísimo Harry Potter. - cuando dijo aquello me quede atónita, ¿Malfoy había llevado a Daphne a donde Harry? - Sin embargo entre estas filas solo hay una persona con autorización para aniquilar a Greengrass y a Potter, así que si lo encontráis recordad que debéis llamar a Hermione Nott, la única que podrá levantar su varita para acabar con esas vidas. - finalizo.
- Señor... - dije en un susurro. - ¿Usted no quería matar a Potter en persona, cara a cara?
- Si, pero creo que será más entretenido que tu los mates a ambos, ya que Potter no luchara contigo como lo hace conmigo lo tendrás más fácil y será un honor para mi tenerte como mi chica de confianza. - comento poniéndose delante de las filas.
- Pero... Yo no creo que Potter me deje acabar con él. - dije en un suspiro. Él rió.
- Claro que lo hará, te quiere demasiado como para luchar contigo a muerte. - opino. Suspire.
- Quizá así sea. - dije finalizando aquel cuestionario en el cual yo llevaba todas las de perder.
- Señor... - cuando escuche aquella voz me gire por instinto. - Déjeme que yo mate a Potter, será un duelo prometedor. - dijo con seguridad arrastrando las palabras, y es que Malfoy era un entrometido en toda regla, ¿como se atrevía?¿Ese era su plan de lastimarme?¿De vengarse?
- Señor Malfoy... - al parecer Lord Voldemort estaba considerando aquel ofrecimiento.
- Potter me odia tanto como a usted señor, el duelo será prometedor y claramente solo morirá aquel que tenga que morir. - comente echando más leña al fuego el imbécil de Malfoy.
- Sería una buena idea. - serpenteo Lord Voldemort.
- Pero señor, usted me ha encargado eso a mi, ¿cambiará de opinión ahora? - dije yo, ganándome una fría mirada de Malfoy y sus padres. Lord Voldemort me miro a los ojos y se quedo pensando en la muerte de la mariposa porque de repente ya no hablaba y su expresión era de una clara ausencia.
- Me lo pensaré y cuando decida os haré llamar. - dijo al fin marchándose. La gente empezó a desaparecer ya que la reunión había terminado, al menos por parte de Lord Voldemort, yo mire a Theo y juntos nos desaparecimos hasta Hosmeade, cuando llegamos nos metimos en la chimenea y una vez dentro de Hogwarts decidí hacer mis maletas y marcharme lejos del hurón ya que este solo estaba por la labor de volver a hacerme daño, además con él cerca de mi tenía muchas posibilidades de perder los papeles antes de tiempo. Con un toque de varita puse todas mis pertenencias dentro del baúl y a paso decidido salí de mi cuarto, y el veneno recorrió cada vena que había dentro de mi cuando al lado de Theo vi al estúpido Malfoy. Baje las escaleras y ambos se pusieron de pie, así que me pare frente a Malfoy.
- ¿Qué haces aquí? - pregunte arrastrando cada palabra.
- Tenemos que hablar. - dijo con mi mismo tono.
- Si os ponéis así, dudo que lleguéis a algún acuerdo. - comento Theo.
- Lo que pasa Theo, es que yo no pienso llegar a ningún acuerdo con este hurón. - comente.
- Si que lo harás si le escuchas Herms. - repuso mi hermano.
- ¿No entiendes? - dije girándome y mirando a Theo. - Nada de lo que este tenga que decirme me interesa, nada de lo que quiera acordar será acordado. - explique brevemente.
- Yo mataré a Potter. - soltó Malfoy como si la cosa no fuese con él. Le mire a los ojos.
- Si se te ocurre acercarte a Potter, te juro que yo misma terminare contigo Malfoy. - espete.
- Oh, al menos ahora no mientes ni ocultas lo que piensas hacer. - reprocho.
- ¡No te mentí, solo no fui capaz de decirte lo que sabía! - me defendí.
- ¿Y porque? - pregunto alzando una ceja.
- Porque no sabía cual sería tu reacción y sabiendo como eres a lo mejor hubieses ido a buscarla y la hubieses matado tu mismo por el hecho de que te ha sido infiel y de que te ha mentido, pero claro la mala en todo soy yo cuando simplemente no se como hacer las cosas o como decirlas y me quedo callada esperando la oportunidad... ¿Crees que ayer cuando vi lo que habías preparado era el mejor momento para decirte eso cuando ni siquiera sacamos el tema de Daphne?¿Como querías que te lo dijera? - me quede callada y imite una voz la cual no se le podía asociar a nadie. - Tendría que haber que haber dicho en medio de la cena y las risas, ¡Oye Malfoy aquel hijo no es tuyo sin embargo no lo quiero matar! - ambos chicos me miraban desorbitados esperando a que yo terminase de hablar, así que ya descargando un poco de mi rabia los mire de hito en hito hasta que Malfoy suspiro y me miro a los ojos.
- No me importa si mentiste o lo escondiste, lo que si me importa es que me dejes a Potter, pues yo soy el indicado. - comento Malfoy.
- ¿Lo haces para vengarte de mi? - pregunte sin apartar la mirada.
- En mi mundo hay cosas mejores que hacer, y venganzas para quien realmente las necesita y yo no necesito vengarme de ti. - escupió.
- Si es que te elige para que mates a Harry, primero tendrás que matarme a mi. - espete, me miro con una extraña expresión y suspiro.
- Entonces te mataré a ti primero. - espeto con frialdad e indiferencia. Solo reaccione cuando vi a Malfoy caer al suelo por el impacto de un fuerte golpe que Theo le había propinado, el hurón se levanto y miro a Theo con mucha rabia, fue a golpearlo pero Theo lo esquivo y entonces por miedo a que en verdad se lastimasen cogí a Theo de la mano y me puse frente a él, a pesar de que este me aparto un poco para encarar a Malfoy.
- ¡Antes de que la mates tu a ella, te mataré yo a ti! - dijo enfurecido Theo, entonces Malfoy bufo y retrocedió unos pasos chocando con mi baúl se giro y se quedo mirando fijamente le baúl.
- ¿A donde vas? - pregunto mirándome.
- No es asunto tuyo. - dije con frialdad.
- ¡Claro que lo es! - dijo exasperado. - ¿Donde vas? - pregunto.
- Lejos, bien lejos de ti. - espete entonces adelantándome un paso. - En tan poco tiempo nos hemos hecho tanto daño por tonterías Malfoy, que por fin he entendido que tu y yo no estamos hechos para estar uno con el otro, si no que más bien estamos hechos para mantener las distancias. - comente. - Admito que en alguna ocasión te he podido hacer daño, pero tú deberías dejar tu orgullo de hurón a un lado y podrías admitir que siempre has sido tu el causante personal de mis daños, siempre te ha gustado verme sufrir y por eso ahora te empeñas en matar a Harry, porque todavía no crees que me has hecho el daño suficiente Malfoy porque no te basta con lo que has hecho, para ser feliz necesitas verme infeliz y por eso he tomado la decisión de irme lejos, lejos de ti y de todo lo que tenga que ver contigo. - dije fríamente apartando finalmente mi mirada de la suya. Le di un beso en la mejilla a mi hermano y con la varita lleve el baúl tras mi, no tenía rumbo fijo. Sin embargo cuando estaba por empezar a alejarme de la puerta por la que acababa de salir escuche algo que me dejo un poco confundida.
- Siempre que tenga que elegir entre una vida o la suya, elegiré su vida Nott. - decía Malfoy.
- ¿Matar a Potter es tu manera de demostrarlo? - preguntaba mi hermano con frialdad.
- Matar a Potter es evitar que la maten a ella. - respondió este, y entonces inesperadamente la puerta se abrió y Malfoy salió por la puerta, cuando me vio quedo inmóvil. - Escuchar conversaciones detrás de la puerta es de mala educación. - dijo.
- No lo es si se escucha sin planearlo. - respondí.
- Allá a donde vayas, cuídate. - dijo inesperadamente para mi.
- No hay quien te entienda Malfoy, pero no voy a esforzarme por entenderte. - dije empezando a caminar, entonces él me cogió del brazo y me giro, quedamos con los rostros a pocos centímetros. Malfoy se movió para unir nuestros labios, pero yo tomando fuerzas de no se donde me aparte. El chico me miro con dolor reflejado en su mirada, pocos segundos después ese dolor fue substituido por indiferencia. - Ayer sellaste nuestro final, así que ya no habrá un tu y yo Malfoy, ya no quiero saber más de ti ni me importa lo que sea de ti, porque el beso que me diste ayer fue el último. - comente soltándome de su mano y caminando ahora si a paso ligero.
Había pasado una semana, yo me había instalado en la Mansión Nott.
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Theo y yo hablábamos a diario por cartas, aunque en realidad ninguno de los dos tenía nada importante que decir al otro. Yo no hacía más que leer y leer, necesitaba estar distraída porque mi corazón estaba roto y cuando no tenía nada que hacer sentía como su dolor consumía mi consciencia poco a poco, mostrándome tiernas imagen de Draco Malfoy. Ahora si estaba segura de que ya no volveríamos a tener nada, pues ya no estaba dispuesta a seguir sufriendo en silencio por él, además me había prometido no enamorarme después de lo ocurrido con Ron, sin embargo rompí esa promesa por culpa de un hurón desteñido.
'' Querida Hermione;
Las cosas en Hogwarts están fuera de control, ya no se imparten esas clases para los que se quieran defender y Malfoy a perdido definitivamente la cabeza. No se que le pasa últimamente pero parece desubicado, como si nada fuese importante.
Hermanita tengo muchas ganas de verte pero ya sabes que Narcissa esta tratando de mantener las cosas tranquilas así que no me deja salir del colegio a no ser que seamos invocados para alguna reunión o algo por el estilo. Espero que hayas elegido bien a la hora de irte de aquí, porque yo no estoy seguro de que lo hayas hecho bien, aunque entiendo las razones que te llevaron a hacerlo.
Escríbeme pronto, te quiero.''
Acababa de recibir esa carta y estaba algo sorprendida de que Theo sacase como tema a Malfoy, sin embargo cuando leí el apellido no sentí nada de lo que creía que sentiría. Sencillamente no sentí nada, y eso me hizo pensar que quizá ya no lo amaba, o que quizá ya no podía hacerme daño nada de lo que tuviese que ver con Malfoy. Llamaron a la puerta pero no me moví pues supuse que el elfo ya había abierto, y no me interesaba quien pudiese ser. Unos suaves golpes en la puerta de mi cuarto me sacaron de mi enmismamiento y abrí la puerta, el elfo me miro.
- Señorita... le esperan... - comento temeroso.
- ¿Quién? - pregunte.
- El Señorito Malfoy Junior. - dijo el pequeño elfo temblando.
- Echalo de casa. - pedí.
- Señorita... un elfo no puede hacer eso. - dijo aterrorizado.
- Bien, ahora bajo. - dije ofreciéndole tranquilidad al elfo. Baje las escaleras y me lo encontré sentado en el sofá, cuando escucho mis pasos me miro y se levanto. - ¿Qué haces en mi casa, Malfoy? - pregunte fríamente.
- Pedirte que regreses a Hogwarts. - dijo con tranquilidad. Sonreí con burla. - Entre la vida de Potter o la mía, ¿cual eliges? - pregunto.
- Vete de mi casa. - dije con indiferencia dándole la espalda.
- Hermi...
- Nott, para ti. - corte. Entonces justo en ese momento la Marca ardió, y en pocos segundos ya estaba delante de Lord Voldemort, pero no era la única pues el estúpido de Malfoy también estaba allí arrodillado.
- Bueno verlos, nuevamente. - dijo. - He tomado una decisión.
- ¿Qué decisión ha tomado? - pregunte mirándole a los ojos.
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Dedicado en especial a: PaolaGrrr
Espero que os guste.
Por cierto, he decidido que en vez de dedicar un capitulo a una sola persona, se lo dedicare a las primeras 3º personas que dejen sus comentarios. ¡Os quiero!
Entonces justo en ese momento la Marca ardió, y en pocos segundos ya estaba delante de Lord Voldemort, pero no era la única pues el estúpido de Malfoy también estaba allí arrodillado.
- Bueno verlos, nuevamente. - dijo. - He tomado una decisión.
- ¿Qué decisión ha tomado? - pregunte mirándole a los ojos. Se escucho un suspiro.
- No he tomado ninguna decisión señorita Nott, porque creo que eres tu la que debe tomar tal decisión ya que esa misión te pertenece. - dijo arrastrando cada palabra. Mire a Malfoy con triunfo, y luego mire a Lord Voldemort.
- Sin duda alguna mi señor, yo mataré a Potter. - siseé. Este esbozo una ancha sonrisa mientras que Malfoy esbozo una extraña mueca. No le di importancia, pues al fin y al cabo la decisión había sido mía. Me quede mirándolo unos minutos a los ojos, en los cuales reflejaba muchas cosas; rabia, miedo, ira... Después mire nuevamente a Lord Voldemort, el cual me miraba con una especie de sorpresa. - Es mi misión. - dije en un leve susurro.
- ¿Y si fallas? - pregunto Malfoy, le mire.
- No fallaré. - respondí.
- ¿Como lo sabes? - pregunto.
- Por que a diferencia de ti, yo siempre estoy segura de lo que debo hacer. - respondí.
- Señor, esa misión debería ser mía. - dijo Malfoy, aún de rodillas pero mirando fijamente a Lord.
- Ella y solo ella puede tomar la decisión final joven Malfoy, pero te garantizo que si ella falla te dejaré que lo intentes tú. - dijo siseando. Yo me sentía bien, de pronto me había quitado esas toneladas de peso que llevaba cargando por culpa de esa decisión que al final había tomado yo misma y con mucha seguridad.
- Pero mi señor...
- Cállate Malfoy, lo haré yo te guste o no. - espeté.
- Bien, bien... Me gusta esta chica. - dijo Lord Voldemort desapareciendo repentinamente. Antes de que Malfoy buscase discusión conmigo yo ya había desaparecido de aquel sitio y nuevamente estaba en la Mansión Nott.
- Arwen, Melian, Seelie... - llame rápidamente. Tres pequeños elfos se pararon frente a mi y me miraron. - A partir de hoy cuando llamen a esta puerta nadie abrirá, y quiero que pongáis barreras de protección para que nadie pueda entrar en esta casa hasta que yo lo diga, ¿entendido? - comunique. Los tres elfos asintieron levemente. - Podéis retiraros. - dije. Camine hasta mi cuarto y me tumbe sobre la cama, me sentía triunfante porque le había fastidiado los planes a Malfoy, pero... ¿Cual era el precio de quitarle algo que quería? Trate de no pensar en aquello, ahora ya no podría entrar en mi casa y eso me confortaba mucho, pues su visita para mi no era bien recibida, de hecho no quería ni verlo por miedo a debilitarme, quizá Malfoy me odiase, pero cuando escuche sus últimas palabras con Theo, me recordó a mi misma, porque quizá yo era la egoísta y la mala, quizá me estaba equivocando y me arrepentiría un día más adelante, pero entre su vida y la de Harry no cabía duda de la que yo elegiría, sin duda alguna Malfoy sería elegido, porque de una forma u otra yo lo amaba, a pesar de que no quería amarlo era algo que no podía evitar.
''Hermione;¿Que ha pasado con Malfoy? Bueno, debo decirte que sea lo que sea que ha ocurrido él esta como loco, no hay quien lo tranquilice o quien lo haga entrar en razón. De momento no me ha querido decir la razón por la cual esta así pero casi me puedo imaginar el motivo. En Hogwarts las cosas están peor que nunca, los alumnos ya no confían en poder juntarse a la guerra que esta por llegar, Narcissa esta empezando a asustarse de verdad, pues nadie sabe lo que nos espera. Después de saber que o tu o Malfoy debéis matar a Harry Potter ya no se que pensar, no se si creer que la guerra se desarrollara en otro sitio o aquí. Estoy empezando a perder la cabeza, muero de preocupación por ti hermanita, para colmo Malfoy me ha dicho que es imposible acceder a la Mansión, ¿Por que? De todos modos, cuídate mucho y ten mucho cuidado con lo que vallas a hacer. Te quiere; tu hermano mayor, Theo.''
Después de leer la carta solo me quedaron ganas de desaparecer. Las cosas lejos de mejorar estaban tomando un camino mucho más complicado. Pero pasase lo que pasase, yo ya tenía una solución en mano. Jamás mataría a Harry y para ello solo necesitaba una única aliada.
Después de tres días, finalmente conseguí lo que pretendía; marcar una cita con Ginny. Tendría que ir a Hosmeade, pero desde luego no debía de llamar la atención de ningún conocido, así que quedamos en la cueva que había descubierto años atrás con Harry y Ron, como el escondite de Sirius. Ya la estaba esperando y ella se estaba retrasando demasiado para mi gusto, así que empece a caminar de un lado a otro.
- ¡Bu! - grito haciendo su aparición, no me asusto pero casi lo consiguió. Me abrazo y me dio mil besos, nos sentamos dentro de la pequeña cueva. - Bueno... ¿Que tanto misterio me guardas?
- Ginny... - le conte absolutamente todo, y ella me miraba con mala cara. - Y no, no pienso matar a Harry por eso estás aquí. - dije antes de que ella lo preguntase. Me miro con una extraña expresión.
- ¿Que has pensado? - pregunto rápidamente.
- He pensado que por unas horas tu serás yo y yo seré Harry. - dije en un tono decidido ella me miro un poco confundida. - Necesito que me des un pelo tuyo, de Harry ya tengo. - dije rápidamente, ella me miro con los ojos entrecerrados. - ¡No mal pienses Ginebra, al igual que tengo un pelo de Harry también tengo de Ron y guardo ambos por reserva! - aclare.
- Eso no es lo que me molesta. - dijo bajando la voz. - ¿Para que necesitas un pelo mío?
- Para guardar de reserva, realmente ahora no lo necesito pero puede que dentro de unos días si lo necesite para ir al callejón. - comente. Ella me miro como si no entendiese ni media palabra, pero finalmente me entrego un pelo suyo. - ¿Qué es lo que te molesta? - pregunte.
- Lo que me molesta, si no he entendido mal, es que te hagas pasar por Harry... - comento.
- Es muy fácil Ginny, tu serás yo y yo seré Harry... - comente. - Todo lo que tienes que hacer es mandarme un Avada. - dije decidida.
- ¡No, jamás haré eso! - dijo levantándose.
- ¿No entiendes verdad? - dije levantándome. - Harry es el único que puede salvar a los impuros y a los mestizos, y mi misión es matarlo y si no lo mato yo Él hará que otro lo mate y eso solo le complicará las cosas a Harry, en cambio si piensan que esta muerto todo será diferente pues Harry dispondrá del tiempo que necesite para prepararse y para terminar con todo esto, Ginebra es la única manera de hacer esto bien. - explique. - Además a mi ya no me queda nada por lo que luchar, pues se que Theo lo entenderá y podrá seguir con su vida. - comente.
- ¡Eres su única familia! - dijo exasperada.
- Si, y si fallo en la misión de matar a Harry, Theo será el precio de mi error. - dije.
- ¿Y que hay de Malfoy? - pregunto repentinamente.
- ¿Malfoy? - pregunte confundida.
- Él también te quiere. - dijo.
- Eso es algo pasajero. - comente.
- Hermione, no lo haré. - dijo finalmente.
- ¿Prefieres ver como muere Harry y después como mueren millones de persona inocentes? - ella quedo pensativa y al parecer estaba manteniendo un debate interno bastante difícil.
- No quiero que muera Harry ni esas personas inocentes, pero tampoco quiero que mueras tu y mucho menos en mis manos. - comento.
- Pero si lo haces solos lo estarás haciendo el bien de todos Ginebra, solo te pido que me mates y que le des la oportunidad a Harry de acabar con esto de una vez. - casi suplique.
- ¿Y que haré después? - pregunto. - ¿Qué me vendrá a la cabeza cuando piense en ti, cuando me de cuenta de que yo he acabado con tu vida?¿Has pensado en eso? - dijo casi llorando.
- Cuando pienses que has acabado con mi vida, recuerda que ha sido por suplica mía, recuerda que por mi muerte has ayudado a derrotar al hombre que acabo con la vida de tu hermano, después de mi muerte jamás debes sentirte culpable por nada, si no que debes sentirte alagada porque has sabido ser valiente y fuerte, has sabido hacer algo que te ha dolido pero has conocido el motivo, Ginny este mundo no tiene nada que ofrecerme ya he perdido demasiado y no quiero seguir perdiendo. - dije despacio, cuando la mire ella estaba llorando así que me acerque instintivamente a ella y la abrace. - Necesito tu ayuda, Harry necesita tu ayuda, los impuros y los mestizos también. - dije.
- ¡Aunque sea por una buena causa, jamás me lo perdonaré! - dijo llorando aún más.
- Ginny, espero que entiendas que si te lo estoy pidiendo a ti, es porque eres la única que puede ayudarme con esto. - dije con seguridad. - ¿Lo harás? - pregunte finalmente. Ella me miro con sus ojos rojos e hinchados, lentamente asintió con la cabeza.
- ¿Cuando? - pregunto.
- Tranquila, te avisare con tiempo. - dije abrazándola con fuerza. La despedida fue un poco triste por parte de Ginny, no logré que sonriese ni un poquito. Yo sabía que le estaba pidiendo algo muy duro, pero también sabía que era lo mejor para todos. Ya había perdido todo en esta vida, empezando por Ron, siguiendo por mis padres adoptivos, mis padres biológicos... No quería perder a Theo también, sencillamente no quería sentenciarlo a muerte por no tener agallas suficientes de mandar una Avada. Cuando llegue nuevamente a la mansión me quede sentada sobre el césped recién cortado, me encantaba aquel olor era relajante y natural. La cabeza me daba vueltas y más vueltas. Por otro lado los pequeños mareos que había tenido durante estos días no cesaban. Me suponía que se debía al estrés así que no me preocupaba demasiado.
Habían pasado tres semanas.
Ginny; Podcast ingles diario
El día se acerca y necesito que estés preparada. Hazlo rápido y no lo pienses, cuando dejes el cuerpo de Harry sin vida vete, huye y jamás le reveles a nadie que fuiste tú. Se feliz, cuida de Harry y jamás te sientas culpable. El día 17 de junio a las 18:00 ven a mi mansión.
ps: dale la segunda carta a Draco Malfoy, y la tercera a mi hermano cuando todo acabe.
Te quiere; Hermione.
Malfoy;
Que ironía será para ti recibir una carta mía después de todo. Se que probablemente no te interese, quizá ni te molestes en leerla. Se que en momentos determinados te hice daño y también se que no siempre estuve a la altura de las circunstancias, sin embargo deberías apartar tu orgullo y darte cuenta de que lo nuestro sencillamente no funcionó porque los dos fallamos una y otra vez. Sin embargo esta carta no es para recordar el pasado o para hacerte daño, esta carta sencillamente es para despedirme de ti, pues mientras tu estás leyendo esta carta yo ya no estoy aquí, si Malfoy me he ido. ¿Sabes? A pesar de todo ambos teníamos algo en común; siempre que tenga que elegir entre una vida y la tuya, elegiré la tuya Malfoy, pero en este caso no pude elegir porque ambas vidas que me dieron a elegir son importantes para mi. Quizá hoy no entiendas bien la razón, quizá mañana te preguntes el porque... Pero eres inteligente y se que algún día te despertarás y te darás cuenta de que fue la mejor opción. No se que va a pasar con Daphne y con el bebé, tampoco lo he preguntado, pero pase lo que pase cuídate mucho y no busques problemas, vive tu vida y encuentra la felicidad.
ps: mi ironía fue prometerme que no me volvería a enamorar, y cuando me quise dar cuenta ya estaba enamorada.
Hermione Nott.
Theo;
Ojala hubiese sabido antes que eramos hermanos, me hubiese gustado crecer junto a un hermano como tu. Gracias por el apoyo que me has brindado después de saber la verdad, y aunque haya sido por poco tiempo gracias por haberme demostrado lo que es el amor de un hermano. Siento haber fallado, se que nuestros padres murieron por mi culpa. Cuando esto termine, busca tu felicidad, toma tus decisiones y siéntete orgulloso de saber quien eres.
Te quiero hermanito; Hermione Nott.
Puse la carta en la pequeña pata de la lechuza y envié las cartas. Era mejor que ella guardase las cartas en su baúl o algo hasta que todo terminase, pues yo no sabía si tendría tiempo de dárselas. Hoy era uno de esos días tristes, en los que me sentía sola y vacía. Decidí darme un baño de espuma y dejar pasar el tiempo, las horas... Estube dos, quizá tres horas en aquella espumosa bañera, hasta que por fin decidí salir. Mi piel estaba arrugada, y me pare en el espejo para ver mi aspecto cuando me di cuenta de algo que no me había dado cuenta. Mis senos estaban ligeramente más grandes y eso era muy raro por no hablar en la diminuta curva que mi tripa plana lucia.
- ¡No puede ser! - me negué. - Seelie... - llame a la pequeña elfa, ya que ellos podían ver.
- ¿Me ha llamado señorita? - pregunto con voz ronca.
- Si, Seelie... - dije dudando. - ¿Estoy embarazada? - pregunte al fin, la elfina me miró y suspiro despacio.
- Si señorita... - susurro la pequeña elfa. - De casi tres meses. - concluyó.
- Puedes irte. - dije atropelladamente, dejándome caer en el suelo empece a llorar. En ese momento sentía rabia, tristeza, ira, impotencia, felicidad, agonía... Pero no, no podía traer un niño a un mundo condenado, no podía echar a perder todo para luego enseñarle lo que quedo en el mundo mágico. Suspire... Suspire muchas veces, cuando Ginny viniese a casa no lo podía notar, porque de enterarse no lo haría.
El timbre sonó, los elfos estaban advertidos de que podrían abrir la puerta. Me asomé y vi a la pelirroja pálida entrando por la casa tras uno de los elfos. Me quiso abrazar y lo hizo, la tripa no era de embarazada y podía pasar perfectamente por unos quilos más.
- Ha llegado la hora Ginny. - dije dándole un frasco de poción, esa poción que le daría mi cuerpo, y mi aspecto. Ella me miro y parecía que de nuevo iba a llorar, pero Ginny era fuerte y se contuvo, substituyendo las lágrimas que amenazaban por salir con pequeñas sonrisas. - Has de tomar cada hora un poco, y si tomas antes de la hora mejor. - comente. - Toma, ponte mi ropa y la máscara. - dije.
- ¿No era que solo la tenías cuando tocaban la Marca? - pregunto.
- Si, pero este es otro vestido y esa es la copia perfecta de la máscara. - comente.
- ¿Y si no puedo? - pregunto.
- Confió en que podrás. - anime. Ginny tomo su poción y yo tome la mía. No tenía ropa de Harry pero había comprado ropa de hombre. Cuando ambas estuvimos completamente listas toque mi Marca. No pasaron más de cinco segundos, allí estaba Él observándonos. Pocos minutos después en jardín de la casa se lleno de mortífagos enmascarados, reconocí dos miradas. Malfoy y Theo estaban presentes en la escena. Un escalofrío recorrió mi cuerpo pero no mostré debilidad. Había llegado la hora y la expresión de Ginny se reflejaba a través de los que se suponía que eran mis ojos. Un circulo me rodeó dejándome sin salida alguna.
- Y aquí tenemos al niño que vivió. - serpenteo con burla Lord Voldemort, acercándose unos pasos. - Adelante pequeña Nott, acaba con esto. - Ginny ahora transformada en mi yo, levanto su varita con temor, la mire por última vez con seguridad reflejada en mi rostro.
- ¡Herms! - grite mi propio nombre a través de los labios de Harry.
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¿Y bueno como va? ¿Os gusta?
Dedicado en especial a:
mari1604
ValeeAnto
valerie rosier
Cerré los ojos con fuerza y de una forma inconsciente la mano derecha se poso en mi vientre.
- Perdóname. - susurre al bebé que estaba creciendo dentro de mi. De pronto se escucho varios susurros y abrí lentamente mis ojos sin entender porque seguía viva. Sin dar más tiempo empezó un duelo entre Harry y Lord Voldemort, el cual no tenía en absoluto asumida la idea de desaparecer de este mundo. Me quede bloqueada y en estado de shock, donde había estado la supuesta Hermione/Ginny, ahora estaba Harry Potter, mirando fijamente a Lord Voldemort, el cual no daba crédito a lo que estaba ocurriendo en ese preciso momento pero seguía peleando. Quise reaccionar pero alguien me lo impidió, una mano oculta tapo mi boca y me arrastro hacia atrás, mezclándome con el resto de mortífagos. Trate de soltarme pero ya no era una sola persona la que me agarraba, si no que eran varias y entre esas personas estaba Theo, cuando logre ver la persona que me había arrastrado hacia el interior de las filas me quede congelada. - ¡Ginny! - fue lo único que pude susurrar, note que el pelo empezaba a crecer y que las gafas de Harry me hacían ver borroso, me zafe de los brazos que me aprisionaban. - ¡No puede ser, no puede ser...! - dije con nerviosismo.
- Herms, tranquila. - dijo Theo con una pequeña sonrisa.
- ¿Tranquila? - pregunte. - ¡Te matará por mi culpa! - dije fríamente.
- No creo que resucite para matarme. - dijo sonriendo cálidamente.
- ¡Se supone que Ginny...! - alguien me callo.
- La pequeña pelirroja a hecho lo que debía hacer. - dijo Malfoy mirándome a los ojos.
- ¡Me ha traicionado! - escupí.
- Cuando recuperes la coherencia te darás cuenta de que te ha salvado. - contrario Malfoy.
- ¡Yo tenía que morir!¿Y si muere Harry? - de pronto sentí un fuerte mareo y empece a caerme, sin embargo nunca llegue a caer porque Theo y Malfoy tuvieron los reflejos a prueba.
- ¡Herms! - llamo Theo. - ¿Que te ocurre? - pregunto con preocupación. Espere a que mi mareo bajase y luego me puse delante de ellos, observando lo que estaba ocurriendo en medio del formado circulo. La batalla entre Harry y Voldemort estaba muy reñida, jamás había visto un duelo con tales igualdades. De pronto Voldemort lanzo el famoso Avadra Kedabra y la varita de Harry como si hubiese cogido vida propia creo una linea amarilla bloqueando la luz verde que salía de la varita de Voldemort, la linea amarilla estaba arrastrando el rayo verde y poco a poco Voldemort estaba perdiendo fuerza en la maldición.
- ¡Hazlo ya Harry! - susurre, pero pasaron varios minutos así hasta que Harry tomo el control del duelo y por fin de su varita salió una luz verde que llego al pecho de Voldemort, el cual sonrió irónicamente para caer pocos segundos después al suelo. Hubo un silencio que parecía eterno, pasaron minutos hasta que alguien reacciono. No pase por alto el detalle de que todos los mortífagos habían quedado con el rostro a descubierto cuando Voldemort cayó muerto, sin embargo lejos de apenarse por la muerte de su amo, muchos dejaron salir una sonrisa de sus labios y la gente empezó a aplaudirle a Harry el cual reacciono y vino corriendo hacia mi.
- ¡No puedo creer lo que ibas a hacer! - dijo abrazándome. - ¡Menos mal que Ginny fue capaz de hablar, menos mal que nos lo dijo porque no quiero ni pensar que...! - quedo callado y me abrazo con más fuerza. Me sentí completamente segura cuando a nuestro abrazo se juntaron Theo y Malfoy. Pero aquel abrazo no duro mucho porque quede sumida en un completo dolor, que quemaba mi piel en el sitio en el cual estaba la Marca Tenebrosa, pero al parecer no era yo la única que estaba sintiendo ese dolor ya que todos los que la llevaban estaban caídos por el suelo, Malfoy también había caído al suelo, igual que Theo pero a mi me sostuvo Harry el cual nos miraba con evidente preocupación. Fueron minutos de puro dolor y agonía, pero sentí que poco a poco ese dolor iba cesando y cuando deje de sentir el dolor no pude evitar mirar mi Marca, sin embargo me lleve una sorpresa cuando descubrí que no había Marca...
- ¡Ha desaparecido! - dije mostrandole a Harry, el cual ahora sonreía.
- Se a ido para no volver. - me dijo en un susurro, y yo respire con alivio ante tal idea, a pesar de que no estaba del todo convencida de que eso fuese cierto porque con Lord Voldemort nunca se sabía lo que podría pasar pesé a que estaba muerto, sin embargo ya había estado muerto antes y había regresado.
- ¿Como sabes? - pregunte.
- Te lo explicaré más tarde. - dijo agarrándome de la cintura y llevándome con él y con Theo. Pero cuando llegue al castillo recordé que Malfoy no había venido con nosotros y eso me hizo preguntarme donde estaba. Harry nos contó a Theo y a mi lo de los Horrocruxes que había aniquilado con la ayuda de Viktor krum y algunos amigos más y yo me sorprendí pues no tenía ni idea de la existencia de tal magia. Estaba cansada y agotada así que después de escuchar todo con atención decidí irme a la cama, a pesar de que el castillo estaba en plena celebración por el actual suceso. Pensé que a lo mejor Malfoy estaba en su Torre así que me dirigí allí, sin embargo nadie respondió a mi llamada.
- ¿Donde está? - le pregunte al cuadro que vigilaba aquella extraña entrada.
- ¿Quién? - pregunto mordazmente.
- Draco Malfoy. - dije. El cuadro no respondió, sin embargo me dejo entrar así que entre en su cuarto para descubrir que no había nada de Malfoy, apenas había ropa de mujer aquella que reconocí porque el me había comprado algunas cosas. Me puse un pijama y me acosté en la cama dejando que el olor guardado a su perfume entre las sabanas me embargase. Estaba a punto de dormirme, pues con el agotamiento no era capaz ni de pensar cuando una lechuza empezó a golpear con su pico una de las ventanas, perezosamente me levante de la cama y abrí la ventana. Cogí la carta que colgaba de su pata y volví a la cama, al reconocer la caligrafía no dude en abrir y leer la carta.
Hermione Granger;
Si ya se que ese no es tu apellido sin embargo para mi siempre serás Granger la ratona de biblioteca. Es irónico este momento en el cual estás leyendo una carta de despedida. Jamás pensé que me alejaría de ti después de descubrir que eres el gran amor de mi vida, que eres lo más importante y hasta lo más especial que he tenido nunca. Ojala hubiese sabido valorarte desde el principio, sin embargo no supe hacerlo y por eso nunca pudimos estar juntos tal y como he soñado muchas veces, pero a pesar de eso he de decir que me alegra haberte conocido, y que sobre todo estoy grato al cielo de haber podido estar contigo en alguna ocasión. No voy a escribir nuestra pequeña y desagradable historia porque tu también te la sabes. Sin embargo ahora que me voy para siempre no puedo dejar de preguntarme, ¿Como sería un futuro juntos? No quiero ni pensarlo porque se que he perdido algo muy grande, quizá lo más grande que halla podido tocar jamás.
Cuando Ginny nos contó tus planes estuve a punto de perder la cabeza, no podía entender lo que sería un mundo sin ti y ahora me doy cuenta de que lo voy a saber. Estoy feliz de que todo haya acabado, me siento bien al descubrir que en mi brazo izquierdo ya no queda restos por los cuales he sido juzgado más de una vez erróneamente. Jamás te voy a olvidar, jamás voy a dejar de soñar con volver a acariciar tu piel, sin embargo me parece que ahora es la ocasión perfecta para dejarte vivir tranquila y para dejar que encuentres tu felicidad. He de decirte que Daphne y el niño murieron, fue una decisión difícil pero la más correcta pues debíamos asegurarnos de que no quedará nada de Él en este mundo. Me he mudado con mis padres y estamos bien lejos, pero al menos tenemos la oportunidad de salir a la calle sin ser juzgados a cada paso que damos. No se que más decirte
Aquí en donde estoy jamás seré encontrado por nadie conocido y eso es reconfortante.
Draco Lucius Malfoy Black
Lo que yo no sabía era que después de leer aquella carta mi corazón quedaría más dañado que nunca. Me aferre con más fuerzas a la almohada y llore... Amanecí con mal aspecto pero no me importo, me bañe y me vestí con una de las ropas que Ma... me había comprado. No quería ni recordar su nombre. Baje al gran comedor y me di cuenta de que habían cambiado la directora, pues Minerva Mcgonagall había vuelto a asumir el mando, pero también me di cuenta de que hoy era el último día del año en Hogwarts. Para mi sorpresa había aprobado el año así que había finalizado mis estudios, pensé en que aquellas notas no eran las mías si no que eran un regalo, pues yo sabía que había suspendido algunas asignaturas. Suspire y me levante de la mesa, camine hacia el campo verde y me senté junto al lago. Estaba completamente sola, pues de las serpientes no quedaba ningún conocido salvo Theo.
- ¿No tienes ganas de festejar? - al parecer Theo se había dado cuenta de que no tenía ánimos para estar en el banquete final.
- Se han ido. - dije en un susurro tratando de no llorar, se sentó a mi lado y suspiro.
- Es lo mejor, así podrán iniciar sus vidas lejos de los dedos que los señalan mientras caminan por las calles. - concluyó Theo.
- A ti también te van a señalar y tu no te has ido. - dije.
- Aún no me he ido. - susurro, entonces le mire.
- ¿Que quieres decir? - pregunte.
- Herms, después de todo ya no puedo quedarme en Londres como todos los demás he de irme para encontrar un sitio tranquilo sin ser señalado. - comento.
- ¿Y yo? - pregunte.
- Tienes opción de venir conmigo o de quedarte aquí. - comento. - Que me vaya no significa que no nos volvamos a ver. - dijo.
- Theo, cuando ayer leí la carta de despedida de Malfoy sentí un gran dolor en el corazón, pero no solo porque se vaya... - dije lentamente. - Si no porque se ha ido mientras que yo estoy esperando un hijo. - susurre, Theo me miro con sorpresa y luego quedo sin expresión.
- ¿Se lo habías dicho? - pregunto.
- No. - respondí.
- Por dios... - dijo agachando la cabeza y llevándose las manos a la cabeza. - ¿Estás segura de que es hijo suyo? - pregunto.
- Si... - dije sin dudarlo, pues tenía ese presentimiento tan fuerte de que era de Malfoy...
Desde entonces habían pasado dos meses y yo ya lucía una tripa de casi cinco meses. Aunque Theo se había ido yo había decidido quedarme en la Mansión Nott por un tiempo, los únicos que seguían a mi lado eran Harry y Ginny. Luna había encontrando a una chica a la cual llamaba media naranja con la que se había ido a Bulgaria, pues su novia era búlgara. Cada día me levantaba tratando de ser optimista pesé a la situación en la que estaba. Aunque realmente no me podía quejar, tenía una enorme y bonita Mansión, tenía dinero, tenía a mis dos mejores amigos... pero me faltaba el amor de mi vida.
- Seelie. - llame a la pequeña elfina, durante este tiempo no había querido saber que sexo era el de mi bebé ni quien era el padre a ciencia cierta, sin embargo ya era hora de saber ciertas cosas. - ¿Quien es el padre de mi bebe? - pregunte, la elfina me miro.
- Su bebe lleva sangre Nott y Malfoy. - dijo la elfina.
- ¿Que sexo es? - pregunte, a la elfina le tembló un poco el cuerpecillo.
- Es una niña y un niño. - dijo dejándome boquiabierta.
- ¿Son dos bebes? - pregunte.
- Si señorita. - respondió.
Tenía otro mes más de embarazo sobre mi, mi panza daba miedo. Ginny me había ayudado a elegir las cosas de los bebes, porque siendo dos y encima un niño y una niña... Tenía mucho trabajo por hacer antes de traerlos al mundo.
- ¿Como los llamarás? - pregunto ella finalmente.
- Pues... no lo se. - respondí con una nota de dolor en mi voz, pues normalmente los padres suelen discutir eso de los nombres meses antes de que nazcan, sin embargo yo no tenía con quien discutir ese tema estaba yo sola en tal decisión. Mire con tristeza a un punto fijo y acaricié mi panza.
- ¿Ni siquiera lo has pensado? - insistió.
- La verdad es que no. - reconocí.
- ¿Y que tal Scorpius y Belinda? - escuche aquella voz tan familiar y añorada, me gire lentamente y me quede hipnotizaba en sus ojos grisáceos. No venía solo, sus padres también habían venido y Narcissa me miraba con una enorme sonrisa.
- ¿Belinda? - pregunte bromeando. - Es un nombre bonito pero ya es muy escuchado. - dije sin poder evitar acercarme a él. Su primer movimiento fue acariciar mi panza y cuando me di cuenta unas lágrimas caían por mis mejillas.
- Cuando Potter nos dijo que debíamos venir, estábamos chocados con la idea hasta que Theo nos contó un poco lo que pasaba. - dijo Narcissa.
- De haberlo sabido antes jamás me hubiese alejado. - comento Malfoy, mire a Ginny la cual observaba la escena con mirada triste, quizá por la situación o quizá por la emoción.
- ¿Os quedareis? - pregunte.
- ¡Claro que si, alguien tiene que ayudarte! - respondió Narcissa. La situación era un tanto extraña, sin embargo los invite a que tomasen asiento y no lo dudaron, cuando Lucius paso a mi lado se quedo mirándome.
- ¡No pienso perdonarte! - dijo serio. - ¡Haces que me sienta viejo! - dijo relajando su expresión y sonriendo, algo muy raro en el. Pasamos horas hablando de los dos últimos meses, de pronto sentí aquel hambre devastador.
- Arwen. - llame al elfo. Pero Narcissa me hablo.
- ¿Tienes hambre? - pregunto. Asentí con la cabeza. - Pues dile al elfo que me lleve a la cocina porque se lo que hacer de comida. - respondió con una enorme sonrisa, así que le deje hacer lo que quería y pedí al elfo que la acompañase.
- Respecto a los nombres... Scorpius el niño y Wittney la niña. - dije decidida, Malfoy me miro.
- ¿Wittney? - repitió con mala cara.
- Malfoy yo también quiero elegir. - recordé.
- ¿Sigues llamándome por mi apellido? - pregunto.
- Bueno... es la costumbre... Draco. - dije al fin. Él sonrió. No se en que punto de la relación estabamos si es que a esto se le podía llamar relación, pero la verdad es que no quería despertar y darme cuenta de que todo esto era un simple sueño.
- Wittney es un nombre cutre. - dijo el pasado unos segundos, lo dijo con tal expresión y voz que Lucius y Ginny explotaron a reír y sin poder evitarlo yo también.
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Dedicado en especial a :
Por otro lado pidiendo mil perdones he de hacer una dedicación más a alguien muy especial que siempre sigue mis Fics y que siempre los comenta. En verdad siento que es una fiel lectora!
Queridos Lectores...
¿Sabéis?
Ahora mismo me siento indignada por completo, como ya sabéis esta historia la he escrito yo dejando volar mi imaginación, pues bien...
Ayer revisando en la portada para ver si descubría Dramiones o historias que llamasen mi atención clique en una cuyo nombre de portada es; Descubriendo mi Origen. Y sin esperar vi la portada y descubrí que era un Dramione, ¡perfecto! Pero la perfección desapareció cuando empecé a leer y me di cuenta de que ese Dramione es mi Dramione.
Si como leéis, me han plagiado esta historia por lo cual sinceramente no se si tengo ganas de continuarla, no es la primera vez que encuentro un plagio de alguna historia mía, he encontrado alguno pero al menos 'el plagiante' se molestaba en cambiar algunos detalles, en cambio está persona solo ha hecho 'copiar y pegar'. Lo que más me decepciona es saber que tiene fans en su fic que le comentan con felicitaciones etc...
Se que sois muchos los que estáis siguiendo este fic y eso me hace sentir aún peor cuando pienso que ya no lo quiero continuar. La verdad creo que me tomare un tiempo para pensarlo.
Como favor os pido que tratéis de encontrar ese 'plagio' porque yo lo puse en favoritos para ver si después de mi largo y reñido comentario en el capitulo 7 (ya que de momento solo tenía esos capítulos publicados), y ahora no me aparece por ningún sitio. Quizá ha cambiado el nombre o quizá lo ha borrado. No lo se, pero confío en que si lo encontráis daréis parte del plagio tal y como hice yo. Tampoco lo tenéis que hacer si no os apetece, pero me haríais un favor porque ahora mismo perdí las ganas de seguir con este fic.
Cuando me aclare y dedida sobre seguir o abandonar este fic os lo diré, o bien dejando caer un capitulo nuevo o bien despidiéndome de Potterfics definitivamente. Narcissa había preparado uno de mis platos más ansiados, nada más sentí el olor inundando mis fosas nasales salí casi corriendo hacia la cocina para descubrir dos platos llenos, la mire sin entender porque había puesto solo dos platos si eramos cinco personas.
- Creo que mi hijo y tú necesitáis hablar con tranquilidad. - comento adivinando mis pensamientos.
- Hay mucho tiempo para hablar. - comente.
- Lo se, pero cuanto antes esteis solos antes hablaréis. - comento con una sonrisa.
- ¿Y tú y Lucius? - pregunte.
- Iremos a cenar fuera.. - comento.
- ¿Donde os alojaréis? - pregunte.
- En un Hotel seguramente. - respondió extrañamente.
- Bueno... - quede pensando. - Exijo que vengáis aquí a dormir, exijo que os hospedéis aquí. - dije.
- De momento Draco y tu debéis hablar, lo demás puede esperar. - comento preparando en un segundo la mesa para dos personas, ¿cena romántica? Porque si no era una de esas cenas no entendía porque había dos velitas acompañadas de una rosa roja y demás. Ambas caminamos hacia donde estaban los demás, entonces Ginny se despidió con la mano y finalmente Lucius y Narcissa Malfoy también salieron por la puerta. Sentí un nudo en la garganta. Malfoy y yo nos habíamos quedado solos.
- Mmmm... - no sabía como reaccionar. - ¿Cenamos? - dije al fin tratando de sonar amable.
- Bien. - respondió sonriendo minimamente. Así que empece a caminar hacia la cocina mientras sentía que sus pasos seguían los míos, me senté y él imitó mi gesto quedando frente a mi, empezamos a cenar en un silencio muy incómodo y al parecer ninguno de los dos sabíamos como romperlo o sencillamente había tensión cargada en el ambiente. - ¿Por que Wittney? - dijo rompiendo finalmente el hielo.
- Pues porque me gusta y porque es femenino y poco escuchado. - dije tratando de sonar tranquila, y en ese momento empece a pensar que ahora no teníamos que hablar de nombres si no de nosotros. - ¿Por que has vuelto? - pregunte, a pesar de que en mi mente ya tenía clara la respuesta, solo que quería especificar algo. - ¿Por obligación? - Él clavo sus ojos en los míos y se quedo pensando durante unos eternos minutos.
- No, por obligación no. - dijo con tranquilidad. - De hecho aunque no me hubiese enterado de que estabas embarazada yo regresaría aunque solo fuese por verte a distancia. - confeso. Entonces ahora fui yo la que se quedo en modo pensativo durante varios minutos. - Creo que ahora que vamos a ser padres es el momento de que decidamos, pues ahora tenemos la oportunidad de empezar de cero nuestra relación. - comento. Tome aire.
- Si, puede que sea el mejor momento para empezar de cero. - comente. - Pero de cero es que no habrá besos, ni toqueteos... - pensé un poco. - Empezaremos por conocernos tal y como somos, aunque ya conozcamos algunas facetas de cada uno... - me estaba liando con mis propias palabras, ya no sabía si él me estaba entendiendo o si se había perdido en la conversación al igual que yo.
- Hermione, ya se a lo que te refieres. - dijo finalmente. - Pero cuando digo empezar de cero me refiero a como pareja, tu y yo no servimos para ser amigos. - comento bajando la mirada.
- Mal... Draco no creo que eso sea bueno. - comente en un susurro, él clavo su mirada en la mía nuevamente. - No es que ... - No sabía que decirle. - En verdad siento que te quiero porque siempre te he querido, y a la hora de decirte que no creo que sea bueno no me baso en el pasado si no que me baso en que no se si funcionará. - comente finalmente.
- Si no das una oportunidad a lo nuestro no lo sabrás. - dijo lentamente.
- Daré esa oportunidad cuando me sienta preparada para saber si podemos ser felices juntos...
- ¿Cuando estarás preparada? - pregunto.
- No lo se Draco, solo dame tiempo. - pedí, asintió levemente con la cabeza y le sonreí dulcemente, y es que no lo podía evitar... Lo amaba con cuerpo y alma. - Por cierto, he invitado a tus padres para que se hospeden aquí y obviamente lo mismo te digo a ti, la casa es enorme y así no me sentiré sola. - comente, esbozo una pequeña sonrisa pero seguía con una mirada triste y apagada. - ¿Por que estás triste? - pregunte.
- No se, supongo que tengo miedo a que no me dejes vivir la experiencia desde cerca, ya he perdido mucho tiempo y me gustaría estar a tu lado... - dijo.
- Draco que no estemos juntos como pareja no significa que te vaya a apartar de mi, y estarás dentro de todo, cada vez que vaya al médico me acompañarás, cuando sienta pataditas te dejaré sentirla en tu mano, cuando este de parto te obligare a estar conmigo para reflejar mi odio hacia ti. - dije lo último con una sonrisa, al parecer el entendió el porque de las palabras.
- ¿Prometes que aunque te enojes conmigo no me alejarás de mis hijos? - pregunto.
- Lo prometo. - dije mirando a mi plato que ya había quedado vació. - Después de comer, los niños se suelen mover un poco, si pones la mano notarás sus patadas. - confesé, Draco sonrió abiertamente. Después de comer nos fuimos a sentar en el sofá y cuando sentí una patadita tome la mano de Draco y la puse sobre mi vientre dejando que él sintiese la siguiente. No tardo más de cinco minutos, me impresionó ver la cara de felicidad que puso Draco al sentir el suave movimiento que había dentro de mi. Parecía un niño esperando un regalo. Y aunque poco después las patadas cesaron Draco no aparto su mano, si no que siguió acariciando la panza con cuidado y mucho cariño, incluso deposito algunos suaves besos en ella.
Recién estaba entrando en mi octavo mes de embarazo, me sentía terriblemente cansada y con ganas de no hacer nada. Por suerte tenía a Narcissa a mi lado, la cual me cuidaba mejor de lo que me hubiese esperado. Por otro lado Lucius y Draco habían empezado a trabajar en el Ministerio de Magia y es que después de la derrota se había hecho un borrón y cuenta nueva, sobre todo al poder ser testigo de que La Marca había desaparecido de los brazos de la gente. Draco estaba estudiando para Auror, sin embargo trabajaba todas las tardes junto a su padre. Eran casi las siete y ambos llegaron a casa con una sonrisa en la boca, al parecer les había ido bastante bien.
- Me dieron un aumento. - anunció Draco orgulloso. - Y una semana de descanso. - comento.
- ¡Felicidades! - dijo Narcissa abrazándolo y dándole unos cuantos besos.
- Que bien, me alegro. - dije sonriendo. Mi relación con Draco estaba yendo mejor de lo esperado, cuando había tenido que ir al médico él me había acompañado, también me acompaño en las últimas compras de cosas para los bebés, y cada noche posaba su mano en mi vientre esperando a los movimientos. Podíamos hablar tranquilamente, de hecho no habíamos discutido ni una sola vez, si no más bien todo lo contrario. Draco se estaba dedicando a mostrarme su lado más dulce y tierno. No me podía quejar de su comportamiento porque de hacerlo estaría mintiendo. Cenamos tranquilamente, hablando animadamente. Ya era la rutina terminar la cena y caminar a sentarnos en el sofá, Draco ponía su mano sobre mi vientre mientras que Narcissa miraba la escena con expresión tierna a la vez que su marido echaba ojeadas discretas. Ese día cuando me metí en la cama no me sentía nada cómoda, de hecho no tenía forma de acomodarme y tampoco podía conciliar el sueño porque estaba ansiosa por alguna razón. Aunque según lo que había dicho el médico era algo normal y corriente en las embarazadas.
Apenas faltaban cuatro días para salir de cuentas. Cuatro días. El pánico me invadía, no quería que llegase el momento pero a la vez si que quería. Recién había terminado de merendar cuando sentí un dolor que pasando los minutos se fue intensificando más y más hasta el punto en el cual sentí que necesitaba ayuda para moverme. Hoy era viernes y Narcissa había salido en un momento para comprar algo mientras que Lucius y Draco estaban en el trabajo. Cogí mi varita y de ella salió mi patronus.
- Te necesito ya. - dije, dejando que mi patronus desapareciese por el aire. No pasaron más de diez minutos hasta que sentí que la puerta se abría. Era el rubio al que estaba necesitando, me miro asustado y a la vez feliz.
- Creo que ha llegado la hora. - dijo tomándome delicadamente entre sus brazos y desapareciéndose conmigo. Nada más llegar a San Mungo fui atendida, me metieron en la Unidad de Paritorio y eso me aterrorizo.
- Querida aún no has roto aguas y tampoco dilatas, las contracciones únicamente acaban de empezar pero todo indica que en una horas tendrá a los niños. - comento. - Cada media hora vendrá un médico de la Unidad a revisarla y cuando vea que el dolor es insoportable llame para pedir el anestésico. - dijo con una sonrisa marchándose
- ¿Estarás conmigo? - pregunte aguantando el dolor.
- Siempre que tu quieras estaré contigo. - susurro, trate de sonreír pero la sonrisa no salió muy bien que digamos. Narcissa y Lucius llegaron al cuarto y ambos parecían nerviosos. Aunque sin duda el más nervioso era Draco aunque trataba de ocultarlo a toda costa. Ya no soportaba el dolor, llevaba allí más de diez horas y ahora si estaba segura de que el momento había llegado, el médico vino con la enfermera y pedí la anestesia.
- Señorita Nott ya no hay tiempo para suministrar la anestesia, tendrá que ser parto natural. - dijo el médico listo para traer a mis hijos.
- ¡¿¡Quéééééééé!?! - no pude evitar el grito porque si ya las contracciones dolían no quería saber lo que me dolería ahora. - ¡¡Imbécil rubio de bote mira lo que me esta pasando por tu culpa eres un idiota!! - empece a decirle a Draco cosas y más cosas, el se limitaba a sostener mi mano y a mantener una sonrisa fija en sus labios.
- Tienes que empujar a la de tres. - dijo la enfermera. - Uno, dos, tres; empuja. - Puse todo mi empeño empujando pero aquello dolía.
- Cariño lo harás bien. - susurro Draco a mi oído a la vez que con su mano libre acariciaba mi rostro bañado en sudor.
- ¡¡Ni me hables!! - dije mal humorada.
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Bueno queridos y fieles lectores, espero no decepcionaros aunque ya se que este cap apenas tiene detalles y así... Tiempo al tiempo.
He de daros mil y una gracias por apoyarme y por haberos molestado en dejar la opinión sobre lo del plagio. Creo que tenéis razón y que no tengo porque abandonar y la verdad la decisión la he tomado partiendo de vosotros, pues no quiero decepcionaros dejando la historia sin terminar porque estaria haciendo pagar a justos por pecadores.
Este cap. va dedicado especialmente a TODOS lo que dejaron su apoyo en la nota de aviso.
Me siento orgullosa de tener lectores como vosotros siguiendo mi fic. Por supuesto no lo abandonaré porque me habéis demostrado que os mereceis que siga! Os adoro.- ¡Uno, dos y tres...! - cada vez que escuchaba la voz de la médica diciéndome que empujase no podía evitar lanzar miradas asesinas a Malfoy. ¡Maldito Malfoy! - Mira. - cuando la médica dijo eso observe que Draco miraba mi entrepierna lo que me hizo pensar que ya se podía ver la cabeza de mi primer retoño. Draco se puso un poco blanco pero a pesar de ello no quiso perderse ese momento. - ¡Uno, dos y tres empuja! - nuevamente empuje dejando mis energías en ese bebé, si ya no podía seguir empujando con el primero no me quería imaginar con el segundo que venía en camino. Cuando preste atención nuevamente Draco me hablo.
- El niño ha nacido primero. - comento con una sonrisa, al principio le sonreí cálidamente pero cuando la médica volvió a pedirme que empujase la sonrisa se esfumo y nuevamente puse mirada asesina sobre y ante todo. ¡Maldito se Malfoy! En estos momentos lo odiaba como nadie se imaginaba, él siempre me había hecho sufrir y ahora aquí seguía a mi lado observándome mientras yo sufría por su culpa. La niña salió más rápido de lo que me había imaginado y me había dolido mucho menos, pero no por eso quite la mirada de asesina, pues Draco me las pagaría. Pocos minutos después escuche dos llantos, los de mis bebés.
- ¿Donde están? - pregunte ansiosa, y entonces Draco apareció con uno en sus brazos mientras que una de las enfermeras depositaba al otro en mis brazos, la verdad es que tuve que mirar bien porque no sabía quién era el niño ni quién era la niña, lo que si sabía es que en este momento estaba más feliz que nunca. Cuando tuve el momento no lo pensé dos veces y me deje caer en un sueño profundo, estaba cansada y agotada. Mis bebés estaban dormidos y Draco estaba en la silla mirándolos mientras babeaba al igual que Narcissa y Lucius. Cuando desperté estaba sola, mire la hora y entendí el porque, ya que realmente era muy tarde. Busque con la mirada a mis bebés y entonces quede perpleja. ¿Quién se había llevado a mis bebés sin permiso? Me levante de la cama algo adolorida a pesar de que todo había ido bien y no había necesitado puntos, llame a la enfermera nocturna que vino en pocos segundos. - ¿Donde están mis bebés? - pregunte de mala gana, ella me miro y sonrió con amabilidad.
- Sus bebés están en la incubadora pasando una pequeña revisión, su pareja los esta acompañando. - dijo en tono suave. Suspire y me medio incorpore, esperaría a mis bebes despierta tardasen mucho o poco, o al menos eso pensaba firmemente hasta que el sueño me venció de una forma poco prevista y calculadora. Cuando abrí por segunda vez los ojos, lo primero que hice fue mirar a la cuna en la cual se suponía que mis bebes deberían de estar y sentí una enorme felicidad al comprobar que allí estaban mis niños, luego mire al sillón ocupado por un rubio plácidamente dormido y no pude evitar sonreír para mis adentros, a pesar de todo las cosas no me habían salido del todo mal y quien sabe, quizá ahora si era mi hora de ser feliz después de todo. Me levante despacio, necesitaba ir al baño y también necesitaba pararme a observar a mis pequeños, no me sorprendió en absoluto que al salir del baño Draco ya estuviese despierto.
- ¡Dormilona! - dijo con su voz ronca a causa del sueño, sonreí un poco y me acerque entonces a la cuna, mis pequeños dormían plácidamente uno al lado del otro. - En la revisión el médico ojeo todo y me ha dicho que nuestros hijos están perfectamente sanos y que en un principio no habrá problemas de ningún tipo en su salud. - comento sonriendo y levantándose para observar a los niños que dormían con caritas angelicales.
- Eso es bueno. - susurre sin dejar de mirarlos. - ¿Cuando podré irme a casa? - pregunte.
- Mañana. - respondió. - Me debes mil perdones por todo lo que me has llamado durante el parto Hermione, jamás pensé que me llamases cabeza de chorlito ni mucho menos pensé que me dirías que soy lo peor que ha pasado por tu vida. - bromeó con cierta tristeza en su mirada.
- ¡Oh! - entonces recordé todo lo que le había dicho durante el parto y me sentí considerablemente culpable, aunque por otro lado sabía que muchas cosas solo las decía de boca para fuera. - Fueron momentos duros y no calcule mis palabras, pero creó que no hace falta que te diga que no eres lo peor que ha pasado en mi vida. - dije apenada.
- ¿Y si soy cabeza de chorlito? - pregunto con cierta indignación en la mirada, sonreí.
- Admitir el problema es el primer paso. - aconseje bromeando. - Puede que a veces lo seas pero no demasiado. - dije tomando su mano de forma casi inconsciente, pero ese detalle no lo paso por alto y apretó un poco mi mano.
- En verdad cuando me paro a pensar en las cosas que te he hecho, si creo que soy lo peor que ha pasado por tu vida. - dijo en un susurro. Suspire.
- ¿Ves? - pregunte al aire. - En este momento estas siendo un cabeza de chorlito. - comente. Él sonrió, esa sonrisa que tanto había añorado mi corazón.
- ¿Me perdonarás todo algún día? - pregunto.
- Draco ya te lo he perdonado todo. - respondí con suavidad. - Ser rencorosa no es parte de mi personalidad y mucho menos con alguien a quién quiero, además creo que deberíamos olvidar el pasado de una vez. - dije en un suspiro. Me giro lentamente y quedamos cara a cara.
- Ahora que tenemos la oportunidad de ser felices con nuestra familia, creo que ha llegado el momento de que nos tomemos un tiempo para simpatizar y conocernos mejor como pareja, no puedo estar a tu lado sabiendo que no puedo besarte o acariciar tu piel, y me niego a pensar que tu corazón ya no me ama. - dijo abriendo su corazón. En ese momento no lo pensé mucho, únicamente acerque mis labios a sus labios y deje que un simple roce me hiciese sentir en las nubes, ese sentimiento que tanto había deseado. Draco quiso alargar el beso pero en ese momento uno de los pequeños empezó a llorar, lo cual llamo nuestra atención.
Llevábamos una semana en casa, y a pesar de que Lucius y Narcissa nos ayudaban en todo lo que podían mi cansancio empezaba a notarse. Por las noches apenas podía dormir, aunque para mi consuelo cuando me tenía que levantar en mitad de la noche Draco imitaba mi gesto con intención de mostrarme todo su apoyo moral. Nuestros bebes eran preciosos y la poca gente que los había visto no había podido evitar el asombro que lucía sus miradas. Scorpius era rubio al igual que su padre con ojos grises y grandes. Wittney era castaña pero poco le faltaba para adquirir el rubio, sus ojos eran como los míos, Draco decía que eran exactamente iguales a los míos. Ambos eran muy risueños y muy expresivos.
Draco y yo habíamos decidido darle una oportunidad a nuestro amor y de momento parecía ser que todo iba bien en la familia, de hecho me atrevía a decir que por una vez en mi vida era completamente feliz con todo lo que tenía. En la Mansión Nott nos habíamos acomodado perfectamente, y no había ningún problema de convivencia. En estos momento yo estaba sentada en la cama con Witt que tenía hambre, Draco observada atentamente cada detalle desde el otro lado del cuarto pues había cogido ese habito de observarlo todo. Alguien llamo a la puerta y era ni más ni menos que Cissy.
- Querida tienes una visita. - anunció con una sonrisa, por suerte para mi Witt ya se había dormido así que Draco la tomo en brazos y miro a su madre con semblante interrogante, pero esta decidió no decir ni una palabra así que sin reparar en la ropa que llevaba puesta baje a la sala de visitas, cuando lo vi todo mi ser se estremeció.
- ¡Theo! - grite su nombre a los cuatro vientos y me lancé en sus brazos dándole muchos besos por toda la cara, no podía evitar sentir la felicidad de tener a mi hermano allí, delante de mis ojos.
- ¡Tranquila! - dijo riendo, así que aunque sabía que lo decía en broma me aleje un poco y lo observe bien, desde luego había cambiado pero por lo que a mi opinión respectaba, había cambiado para bien. Entonces repare en una chica cuyo pelo era oscuro al igual que sus ojos, sabía quien era pues había estado en la misma casa que yo, Gryffindor. - Te presentaría a mi novia pero creo que ya os conocéis. - repuso mi hermano con una sonrisa acercándose a ella.
- ¿¡Novios!? - pregunte incrédula, Theo sonrió abiertamente mientras que ella solo se limitó a asentir suavemente con la cabeza. - Bueno pues... bien... - realmente no sabía que decir.
- Parece que no te alegras. - dijo mi hermano algo extrañado.
- No es que no me alegre, es solo que me parece tan extraño. - dije en un susurro.
- ¿Y mis sobrinos? - pregunto repentinamente.
- En mi recamara junto al padre y la abuela. - respondí de inmediato.
- ¿Puedo subir? - pregunto.
- Si, ambos pueden subir. - dije tratando de no hacer que Katie se sintiese mal.
- Yo prefiero no subir. - respondió esta con sequedad. - Es que últimamente ando un poco mala y no quiero que se contagié ningún virus o algo así. - justifico, por lo cual asentí levemente y mire a Theo.
- Bueno, pues enseguida vuelvo. - dijo medio riendo, Katie asintió y cuando Theo desapareció por la escalera me di cuenta de lo desconsiderada que era como anfitriona.
- Siéntate. - ofrecí con una sonrisa. Ella tomo asiento y me miro con una pequeña y tímida sonrisa, a lo que yo le ofrecí un té.
- Cuando no tenga ningún virus vagueando por mi cuerpo espero que me dejes ver a los pequeños, Theo moría de las ganas para venir a verlos. - comento con una sonrisa.
- Bueno, son sus sobrinos es normal... - coincidí. - Aunque tener a Theo cerca de mis hijos me preocupa, seguro los va a mal criar dándoles de todo. - comente un poco pensativa. Ella sonrió y en ese momento aparecieron los chicos luciendo sonrisas de complicidad, mire a Draco pero este se limito a apartar la mirada.
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Mi vida era perfecta, ahora más que nunca sentía el verdadero significado de la palabra felicidad. Mis bebés estaban por cumplir un año, apenas les quedaban tres días para cumplirlos... No quería robar el protagonismo de mis pequeños en su día pero Draco lo había deseado así a la hora de elegir una fecha de boda. Nos casábamos el mismo día que nuestros pequeños cumplían su primer añito y yo estaba de los nervios, Theo y Kate se habían quedado a vivir con nosotros y al menos tenía apoyo moral de una chica, Kate y yo habíamos simpatizado y nos tratábamos como hermanas.
- Estás a tiempo de echarte atrás. - susurro mi rubio mientras descansábamos tendidos en la cama. Le mire a los ojos.
- ¿Acaso quieres echarte tu atrás? - pregunte, él sonrió.
- Jamás. - respondió besándome. - He estado pensando en... - quedo callado y sonrió, al cabo de unos minutos puso una mueca.
- ¿En que has estado pensando? - pregunte.
- Pues en hacer crecer la familia... - dijo con dudas.
- ¡Ni sueñes que nuevamente voy a pasar por eso! - dije bruscamente.
- ¡Pero si luego de eso viene lo bonito! - comento.
- Draco somos jóvenes... sobra el tiempo para tener más... pequeños. - dije. En ese momento me levante de la cama y me encerré en el baño. ¿Porque la vida era tan injusta?¿Porque ahora que vivía completamente feliz me pasaba esto?¿Por que a mi?
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Dedicado en especial:
La Granger
KatheryneMalfoy
ValeeAnto
Espero vuestros comentarios con ansias de subir mi autoestima a la hora de escribir!Draco sabía que algo andaba mal, y cuando me preguntaba yo le respondía con otra pregunta, así que no insistía en el tema y me dejaba a mi aire.
Era el día más bonito de toda mi historia poniendo a parte el día que vi a mis hijos por primera vez. Estaba más nerviosa que nunca al sentir que hoy era el gran día y no quería que nada marchase mal, ya estaba maquillada y vestida con mi bello vestido blanco, en estos momentos me estaba mirando al espejo y no podía ocultar una sonrisa. Ginny y Kate estaban a mi lado dando los últimos retoques a mi vestido.
- Estas más que lista Herms. - comento Ginny detrás de mi, mire la hora y supe que debía ir bajando las escaleras. Mi boda se celebraba en el gran jardín de la Mansión. Teníamos cerca de 200 invitados en nuestra boda, mucha gente. Theo me acompañaría por la alfombra rojiza hasta llegar a Draco, que ya me esperaba. Tome de forma tradicional el brazo de Theo y camine por la alfombra con la cabeza en alto. Cuando su mano tomo la mía sonreí como nunca... ¡Estaba pasando!¡Realmente me iba a casar! Durante la ceremonia no aparte mi mirada de la suya, tan brillante y llena de vida.
- Prometo llenar tus días de alegría, tus noches de amor, prometo ser la luz de tu vida y darte todo mi amor. - cuando Draco mencionó los votos que el mismo había escrito me sentí en las nubes, tan bonito.
- Prometo hallar solución a tus problemas y cura a tus heridas, prometo darte mis mejores noches y mis mejores días y con ello demostrarte a cada instante mi amor. - cuando dije mis votos sentí un suave apretón en mi mano, sin embargo eso provoco que sintiese un gran vacío en mi interior, ¿Cuantas noches me quedaban?¿Cuantos días?
Después de dar el si quiero la gente comenzó a atacarnos con pétalos y arroz, Draco me cubría con una gran sonrisa en su rostro. Fue el mejor día de mi vida y a la vez el más triste, ¿Como podía una chica de casi 20 años estar expuesta a morir de un hemorragia cerebral en cualquier momento? Bailamos, cantamos, hicimos fotos, comimos, cenamos... Tantas cosas en un solo día, y tanta felicidad en apenas unas horas... La poca familia que tenía estaba presente, mis pocos amigos estaban allí, mis hijos lucían perfectos entre los brazos de la gente y mi marido no se alejaba de mi.
Mi gran día llego a su final y cerca de las 2.00 de la madrugada la gente empezó a marcharse dándonos sus mejores deseos. Ginny se quedo para hablar conmigo aunque no supe de que hasta que nos encerramos bajo varios embrujos en un salón.
- ¿Porque no me dijiste? - exigió.
- ¿Por que no te dije el que? - pregunte.
- ¡Qué en cualquier momento puedes morir! - casi grito, los ojos de Ginny quedaron automáticamente bañados en lagrimas, al igual que los míos. Ella, a parte del médico era la única que lo sabía, aunque yo no entendía como.
- Porque es crear un sufrimiento innecesario. - susurre.
- ¿Lo sabe Draco? - pregunto, no dije nada y ella se llevo las manos a la cara con desesperación y enojo quizá. - ¡No lo sabe! - dijo en alto aquello que yo no le había querido decir, las lagrimas empezaron a salir.
- No debe saberlo Ginny. - susurre. Se acerco a mi.
- ¡Claro que debe saberlo, es muy importante que se lo digas! - contrarió.
- Quiero que seamos felices hasta que mi vida termine Ginny, y lo que no quiero es que Draco ande preocupado a cada segundo por ver si sigo viva, quiero disfrutar mi luna de miel a su lado y quiero que cuando me mire lo haga con amor y no con agonía... - susurre sin mirarla a los ojos.
- ¿Cuando lo supiste? - pregunto hablando bajo, tono abatido.
- Hace un mes que lo se. - respondí.
- ¿Porque no me dijiste nada? - quiso saber.
- ¿Acaso te sientes mejor ahora que lo sabes? - contraataque.
- No... - negó con fuerza. - De hecho no se como me siento en estos momentos Hermione... No siento pena de ti pero si dolor de lo que esta pasando, eres mi mejor amiga y últimamente apenas he estado a tu lado, no quiero que te mueras apenas tienes 20 años dos hijos maravillosos y un marido que daría su vida por la tuya, no es justo que te pase esto... - comento llorando ruidosamente. - Desde que perdiste a mi hermano yo nunca te había vuelto a ver feliz..
- Ginny... solo prométeme que no le dirás nada a Draco, cuando regrese de la Luna de Miel y visite al médico decidiré si decírselo ya o no. - pedí.
- Sabes que por ti hago lo que sea... - susurro. - Pero esto es demasiado... - comento. - Aunque si así lo deseas así lo haré. - dijo al fin.
- Gracias Ginny... - dije en un susurro y sacando mi varita despacio. - Lamento mucho todo esto Ginny, lamento las veces que te he fallado o decepcionado, lamento todo lo malo que haya podido pasar entre nosotras y lamento que te hayas enterado por alguien que no soy yo, sin embargo no puedo dejarte vivir sabiendo mi secreto porque se que estarás angustiada y no quiero eso... - susurre, ella me miro a los ojos nuevamente. - ¡Obliviate! - dije apuntándola con la varita.
- Y... mmmm... ¿que decías? - pregunto confundida. Sonreí y negué con la cabeza.
- Nada importante... - comente. - ¿Ya te vas no? - pregunte.
- Ahmm, si... - susurro algo desconcertada. Cogió su pequeño bolsito. - Feliz Luna de Miel.
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Si, si, si... ya se es que muy corto el capitulo. -.-
Pero a parte de que ya no me queda más tiempo, tampoco estoy muy inspirada... Aunque os prometo que el proximo capitulo será más largo y se notará la inspiración.
¡Os quiero!
Dedicado en especial a:
La Granger
ValeeAnto
yuli_cullenEstábamos por tomar el avión que nos llevaría a nuestro sitio elegido para pasar una semana de luna de miel. Habíamos elegido París porque era un lugar muy romántico y exclusivo para recién casados como nosotros, más aún siendo jóvenes. Aunque me había costado un poco había logrado convencer a Draco para viajar en avión y pasar unos días únicos los dos juntos, nuestros pequeños no vendrían con nosotros y eso me preocupaba un poco aunque sabía que estaban bien guardados con Theo al mando. Entregamos en billete y pasamos por el pasillo.
Una vez en el avión pude sentir los nervios de Draco, el cual no paraba de mirar a todos los lados y incluso temblaba ligeramente. Tome su cara entre mis manos y le di un suave beso. Después de ayude a ponerse el cinturón. Cuando el avión despego pensé que Draco me arrancaría la mano por la fuerza con la que me agarraba, ante ese gesto no pude evitar reír un poco.
- Tranquilízate amor. - pedí con media sonrisa. Me miro a los ojos y trato de sonreír, pero el gesto quedo en una mueca. Las horas pasaron rápidas y pronto bajamos del avión con un Draco más tranquilo, cogimos el equipaje y caminamos hacia un taxi ya que le había dicho que me hacia ilusión. Fuimos apreciando las calles de París hasta que llegamos al Hotel en el cual nos hospedaríamos, era un Hotel de lo mejor por lo que había escuchado y aunque yo me conformaba con uno de dos estrellas, Draco se había empeñado en uno de cinco estrellas. Cuando llegamos un mayordomo del Hotel se encargo amablemente de nuestro equipaje mientras que Draco y yo caminábamos hasta el mostrador. Draco hablo algo en Francés y la mujer del mostrador le dio una llave. Subimos a un ascensor pese a que Draco quería ir por la escalera al no fiarse de ese ''cuadrado de metal''. Cuando la puerta del ascensor se abrió me di cuenta de que estábamos en una parte exclusiva del Hotel, de eso no había duda alguna. Entramos y quede fascinada con aquella Suite, era lujo desde el suelo hasta el techo. Mire todo detalle a detalle hasta que Draco me tomó por la cintura.
- ¿Que quieres hacer primero? - pregunto con media sonrisa. Le mire a los ojos.
- Primero quiero hacer el amor contigo, Draco. - susurre a la vez que mis mejillas enrojecían un poco, entonces el sonrió.
- Me parece una idea de lo mejor. - comento besándome en los labios dulcemente. - Pero debes esperar a que me bañe. - dijo al cabo de unos segundos, así que mientras que el entro al baño yo me quede deshaciendo el equipaje y poniendo todo en los armarios, aún así termine primero que el así que me senté en la cama esperando a que viniese. Cuando por fin abrió la puerta del baño me quede mirando para ver si de una salía pero ni modo de que saliese así que decidí entrar yo... Quede fascinada... Draco no se había bañado si no que había llenado el jacuzzi y también había adornado el baño con velas y pétalos, tome sus labios entre los míos.
- Gracias mi amor... - dije sonriendo. Draco no espero y me fue quitando poco a poco la ropa, así que yo lo imité con muchas ganas, finalmente nos metimos en el jacuzzi para disfrutar un poco, yo estaba apoyada en Draco con mi espalda en su pecho. ''¿Debo decírselo?''
- Hermione... Tenemos que hablar. - comento con voz seria.
- ¿De que mi amor? - pregunte presintiendo lo peor.
- De lo que te dijo el médico. - puntualizo. - Lo se todo Hermione, se que padeces de una enfermedad, se que lo sabes desde hace más de un mes, se que puedes morir en cualquier momento... - susurro. Sentí que mi alma se helaba. - Pero también se que hay una cura. - dijo al fin haciendo que yo me diese la vuelta para mirarle a los ojos.
- ¿Una cura? - pregunte.
- Si, una cura. - respondió.
- ¿Cual? - yo había buscado en inmensos libros y no había encontrado absolutamente nada.
- Primero me respondes a mis preguntas y después yo respondo a las tuyas. - dijo.
- Vale... - quede en duda... ¿Que me preguntaría?
- ¿Porque me lo ocultaste? - pregunto primeramente.
- Para evitarte sufrimiento y para que no me mirases con pena. - respondí con sinceridad.
- ¿Trataste de buscar alguna solución? - pregunto.
- Pues si, leí muchos libros y no encontré absolutamente nada, por eso no entiendo como puedes tener una cura. - dije con protesta.
- Es magia negra Hermione... Magia muy negra pero no me importa porque quieras o no la emplearé en ti para salvar tu vida... - comento. Me quede pensativa.
- No me importa que sea magia negra, lo que si me importa son las consecuencias. - susurre.
- ¿Consecuencias? - se pregunto a si mismo. - Ninguna. - respondió después de pensarlo durante unos minutos.
- ¿En que se basa la cura? - quise saber. - ¿Como lo supiste? - pregunte.
- Lo supe por tu médico, no me quedo otra que investigar que iba mal cuando empezaste a tener comportamientos extraños y como todo empezó desde el día en que lo viste pues no me quedo otra que invitarle a tomar algo y meter Veritaseum en su bebida... Me lo contó todo... Por otro lado... Sencillamente... No padeces esa enfermedad por algo natural si no porque alguien te la puso mediante magia y se quien fue, así que esa misma persona que te condeno a morir te quitará la maldición... - comento.
- ¿Que tiene eso de magia negra? - pregunte.
- Pues no mucho... solamente el hecho de que hacer enfermar a alguien para que se muera es de por si magia negra... - dejo de hablar y repentinamente me beso. Me separe un poco de el.
- ¿Quién me hecho la maldición? - pregunte, él dudo.
- Bueno es mejor que te lo diga para que estés preparada... - musitó. - Fui yo Hermione. - quede en shock y no sabía que hacer o que decir. Estaba confundida...
- ¿Tu? - pregunte levantándome.
- Si... en primer curso te odie tanto que empecé a jugar con un libro que mi padre siempre tenía en sus manos, hice el conjuro con la petición de que Hermione Granger muriese a los 20, cuando le faltase un día para los 21 años... No pensé que lo hubiese hecho bien... apenas era un niño y resulta que... - bajo la mirada.
- ¿Y que hace falta para deshacer la maldición? - pregunte entrecerrando los ojos.
- Sencillamente tienes que retroceder en el tiempo por lo menos 10 años y robarle ese libro a mi padre, si lo haces ese libro nunca habrá llegado a mis manos... Debes traer el libro al presente y yo debo destruirlo. - dijo. - El libro siempre estaba en el despacho de mi padre, es un libro grande y con capa negra, tiene de símbolo una serpiente escupiendo veneno, es muy importante que no toques el libro directamente con las manos, cógelo a través de un trapo o algo que te proteja... - estando todavía levantada le mire. - Lo siento mi amor... yo era un niño y no creí haberlo hecho bien. - dijo con agonía. Suspire, lo amaba... Debía perdonarlo porque el mismo lo estaba diciendo, era un niño cuando se le ocurrió tremenda barbaridad.
- No veo en que parte hay que usar magia negra. - suspire sentándome nuevamente pegando mi espalda a su pecho.
- Ese libro solo se puede destruir con magia oscura y solo yo puedo hacerlo ya que yo hice la maldición. - comento. - Mi amor... no sabes cuanto lo lamento... - dijo.
- ¡Ya deja de disculparte! - a pesar de la decepción me sentía feliz, porque tenía la solución a mi alcance para no morir... - Te perdono mi amor... te amo y ya no me importa lo que hiciste cuando eras un niño, lo importante es que tenemos la solución... ¡No me voy a morir! - dije con una sonrisa.
- Ir a por el libro puede que no sea fácil... advirtió.
- No importa mi amor, ya he hecho cosas mucho peores así que creo que podré hacer esto también, y más poniendo como meta el pasar el resto de mi vida junto a ti y a mis pequeños...
- Por cierto... Creo que tenemos que agrandar la familia un poco... ¿no? - pregunto riendo suavemente y con cierta tristeza.
- ¡No, no y no! - negué. - ¡Draco si es que me embarazas yo si que te mandaré una maldición en toda regla! - replique, solo logre que se riese.
- ¿Y si pasa accidentalmente? - pregunto.
- ¡Imposible, yo me cuido! - negué rápidamente.
- ¿Cuando agrandaremos la familia? - pregunto.
- Algún día... - respondí secamente.
- ¿Cuando tengamos canas y nuestros hijos tengan a sus hijos? - pregunto con rabieta.
- ¡Exageras! - replique. - Quizá dentro de tres o cuatro o cinco años... - dije.
- ¡De eso nada! - negó. - ¡No quiero que mis hijos se lleven tantos años! - replico. - ¡Antes de que acabe este año vendrá otro en camino! - dijo al fin con una sonrisa traviesa.
- ¡Eso habrá que verlo! - dije con desafió. Y antes de decir nada más Draco me hizo dar la vuelta y se apodero de mis labios con mucha dulzura. Draco era todo un experto y después de mantenerme distraída con una discusión tonta se había robado mis labios para seguir robándose mi cuerpo y demás. Yo no le negué nada y imité sus gestos, el tocaba yo tocaba, el besaba y yo besaba... Ya íbamos por la cuarta vez cuando exhausta me negué. - Mi amor tenemos todo una semana para disfrutarlos... ya vale por hoy... se nos hará de noche y no habremos salido de aquí... - comente.
- Las parejas recién casadas se pasan los dos primeros días encerradas en el cuarto Hermione, nosotros no vamos a ser menos. - comento.
- ¡Dudo que se pasen todo el día haciendo sexo! - replique. - ¡Por que a mi ya me está escociendo...! Y además llevamos casi tres horas en el tema... - dije saliendo del jacuzzi, y en verdad si que me escocia un poco mi zona intima. Me vestí de forma casual y lo anime a salir a la calle. - ¡Nosotros no somos una pareja normal! - le susurre al salir del Hotel. Caminamos por las grandes calles mirando tiendas que estaban por cerrar y finalmente entramos a un restaurante para cenar. El día había pasado muy rápido para mi gusto, pero no me podía quejar por pasarlo tan bien.
A la mañana siguiente me levante un poco alterada... Pues ya no esperaría más para hacer un viaje al pasado, tenía que aprovechar ahora que podía. Tome el gira tiempo y ante la atenta mirada de Draco di las vueltas necesarias... De pronto Draco ya no estaba frente a mi...
Aparecí en Hogwarts, poco después de empezar. Estaba en los campos viendo a Harry entrenar Quidditch y en ese momento divise a mi otro yo y a Ron. Mi corazón dio un vuelco al verlo, aún siendo tan pequeño como era en aquel entonces. Perdí la noción del tiempo mirando a mi otro yo y a Ron discutiendo seguramente por alguna tontería. Entonces me percate de que yo también estaba así de pequeña aparentando mis once años recién cumplidos. Baje de las gradas disimuladamente, en ese momento Harry me saludo desde su escoba, le salude y me marche lo más rápido que pude. ¿Como diantres saldría yo del castillo ahora? Quizá hablando con Albus Dumbledore... Camine a paso rápido hasta llegar a la gárgola que se lucía frente a la puerta del despacho del director, en ese momento la gárgola me dio paso y empezaron a aparecer las escaleras. Las subí rápido y llame a la puerta.
- Miss Granger. - saludo el director mirando por encima de sus gafas de media luna.
- Señor... - no sabía como empezar. - Necesito su ayuda. - susurre, me miro atentamente.
- ¿En que puedo ayudarla? - pregunto. Entonces le explique absolutamente todo sin dejar ningún detalle sin contar. Se quedo pensativo unos instantes. - ¿Dices que tu actual edad es de 20 años? - pregunto.
- Si señor... - respondí.
- Te acompañare a la Mansión, solo así podrás hacer lo que necesitas... - comento finalmente, le mire y pensé en replicar, pero después caí en cuenta de que era lo mejor que podía hacer, quizá necesitara ayuda... Entramos en la chimenea y con la red flu aparecimos en el callejón, una vez allí me tendió su brazo, lo acepte y nos aparecimos frente a la mansión. En ese momento me tendió la capa invisible de Harry, todavía no se la había dado. Me cubrí y pase los jardines seguida por el. Este llamo a la puerta y un elfo abrió, con lo cual aproveche la oportunidad para entrar en la casa.
Aquel lugar me dio escalofríos pero trate de centrarme en mi misión, así que camine hasta el despacho de Lucius Malfoy. Rebusque por todos los sitios y no había rastro del libro, en ese momento vi un cajón cerrado con llave, algo extraño eso era demasiado Muggle. Saqué mi varita y el cajón estallo dejando ver varios libros, entre ellos estaba el que Draco me había mencionado, me puse unos guantes gruesos y lo tome, con la varita arregle todos los estragos ocasionados para coger el libro, después salí de allí casi corriendo, Dumbledore ya se había ido así que abrí la puerta silenciosamente y salí al jardín, observe que Dumbledore estaba justo cruzando la verja de la mansión, así que corrí hasta él.
- ¡Lo tengo! - dije con triunfo en la voz.
- Muy bien señorita. - alago con una sonrisa tendiéndome su brazo. Cuando llegamos a Hogwarts me despedí de Dumbledore, estaba lista para irme cuando pensé en Ron. Entonces regrese al despacho de Dumbledore, el cual al parecer me esperaba. - Necesito un segundo favor señor... - susurre.
- Lo se, según lo que me ha contado también adivino que favor, por eso mismo he mandado llamar al señor Weasley. - comento con una pequeña sonrisa. Ron entro y en ese momento Dumbledore salió cerrando bien la puerta.
- ¡Hermione! - dijo asustado, seguramente temiéndose lo peor.
- Necesito que me escuches Ron... tengo poco tiempo... - urgí. - Se que es confuso para ti que te diga que he hecho un viaje del presente al pasado pero tuve que hacerlo... - comente. - Ron tu y yo hemos sido novios durante el último curso antes de que se iniciase la Guerra con el señor tenebroso en la cual... - quede callada recordando. Me miro.
- ¿En la cual que? - pregunto.
- En la cual te alejaron de mi, te mato Ron. - dije al fin. - Y antes de volver a mi presente debo decirte lo que no te pude decir... - tome aire. - Te amo Ron, eres lo más bonito que he tenido en la vida y cuando te perdí me deshice en dolor, y ojala no hubieses muerto porque te hecho de menos cada día, he aprendido a vivir sin ti y es lo más cruel que me ha pasado nunca, ahora después de mucho tiempo de tu muerte estoy empezando a ser feliz pero aún así te sigo amando y sigues presente en mi corazón, guardo todos tus recuerdos conmigo mi amor... - me di cuenta de que estaba hablando en un susurro, y en ese momento me acerque a el y le bese como nunca, lo que me sorprendió fue que el respondiese al beso tan dulcemente, ¿me estaría creyendo? - Se que todo es confuso. - dije cuando me separe de el, mirando sus ojos. - Pero necesitaba decírtelo... - en ese momento entro Dumbledore y nos miro. - Debo irme, se me termina el tiempo... - dije con tristeza. - Recuerda que te amo, estés donde estés no te he olvidado y no creo que pueda hacerlo nunca. - mire a Dumbledore como gesto de despedida y antes de irme lo que llegué a escuchar fue un 'Obliviate' y era la mejor opción, pues seguramente Ron se había quedado confundido por todo. Me situé en el sitio en el cual había aparecido al llegar al pasado y espere, el tiempo estaba por terminar y en ese momento el campo de Quidditch desapareció de mi vista. Llegué al Hotel en donde estaba Draco sentado mirándome como al principio. Me vio los ojos rojos por las lágrimas que había dejado caer al estar con Ron.
- ¿Has estado con el? - pregunto, supe de inmediato que se refería a Ron, asentí con la cabeza y luego baje la mirada.
- Me he despedido de el como no pude hacer cuando lo mato.. - susurre, pensaba que Draco se molestaría al contarle todo pero no lo hizo, en vez de enojarse se limito a abrazarme y a darme un beso en la frente.
- No puedo culparte de ese sentimiento, él estuvo en tu vida antes que yo... - susurro. - Probablemente si me hubiese pasado algo así a mi yo también me hubiese despedido, así pues te pido que no te sientas culpable ni mal... - pidió con media sonrisa limpiándome las lagrimas. Tomo el libro y se metió en el cuarto de baño de la suite cerrando la puerta, me quede sentada esperando a que saliese y acabe quedándome dormida. Desperté al escuchar la puerta, Draco parecía cansado mire la hora y me di cuenta de que había estado allí encerrado por lo menos cinco horas.
- ¿Y bien? - pregunte al ver su rostro tan serio. Una sonrisa ilumino su cara.
- Lo conseguí mi amor... pero para certificarnos irás al médico mañana por la mañana... - comento abrazándome tiernamente.
- Esperemos que todo vaya bien mi amor... - susurre con una pequeña sonrisa.
A la mañana siguiente el médico me dijo completamente asombrado que no tenía absolutamente nada, me pidió disculpas creyendo que a lo mejor había sido un error. Después de seis horas intensivas haciéndome pruebas no encontró otro tipo de explicación, solo pudo decir que era un error de los graves. Completamente feliz y tomando la mano de mi esposo le dije que no pasaba nada, absolutamente nada.
Pasamos una luna de miel exclusiva después de esos dos primeros días, subimos la Torre Eiffel los dos juntos y quedamos asombrados con las vistas, paseamos en barco por el rió durante la noche viendo a lo lejos una Torre Eiffel iluminada. Las calles de París fueron nuestras, los paisajes bonitos también... Estábamos felices, tan felices si no fuese por nuestros niños nos quedaríamos allí mucho más tiempo, pero necesitábamos ver a nuestros pequeños. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Dedicado en especial a:
La Granger
GabySJ
gabigomezbalala2
Bueno al menos cumplo con una parte de mi promesa, el capitulo esta bien largo. En cuanto a lo de la inspiración no es que cumpla mucho, aunque no me parece que este mal el capitulo, espero que los disfrutéis y también espero vuestros comentarios que últimamente son muy pocos y eso me hace pensar que empece a encaminar mal la historia. Os advierto que esta historia esta por terminar. Espero vuestras opiniones respecto a este capitulo y espero que sean más de 8. Si son menos me decepcionaran mucho !!Estábamos de regreso a casa junto a nuestros pequeños. Habían pasado tres semanas desde nuestro regreso y de pronto las nauseas empezaron a hacer acto de presencia cada mañana, sin dudarlo quise saber si nuevamente iba a ser mama.
' Positivo '
Tal y como Draco había mencionado una y otra vez sin cansarse, nuevamente me había embarazado, yo tomaba mi poción, sin embargo al saber que estaba embarazada también supe que Draco había hecho algún tipo de trampa en ella. Camine a paso lento hacia el salón donde lo encontré mirando la televisión. Me puse delante de la pantalla atrayendo su completa atención.
- Tal y como querías, me embarazaste. - dije con algo de reproche, aunque los dos sabíamos que yo estaba feliz, porque era mi bebé.
Los años habían pasado. Ya no eramos adolescentes, ni mucho menos jóvenes. Draco ya tenía sus 92 años mientras que yo estaba rondando los 91 años de edad. Nuestra familia era grande y los que habían sido nuestros niños ya eran adultos con sus propias familias. Wittney ya era una mujer casada con dos hijos, Scor era hombre casado con dos hijos también, Samantha era también mujer casada que esperaba su tercer bebé, Michael el más joven de los cuatro hermanos estaba esperando a su primer hijo. Mis cuatro hijos habían salido estudiosos para mi suerte, les habíamos educado lo mejor posible y les habíamos dado todo lo necesario. Ambos estábamos orgullosos de nuestros trabajos con la educación, y también de la bella vida que habíamos logrado tener juntos. Me senté en el sofá junto a mi esposo y miramos la televisión.
Los días pasaban, y cada día me sentía más mayor. Camine a paso lento hacia mi cuarto, Draco había subido durante la tarde para hechar la siesta sin embargo no había vuelto a bajar, lo que era muy extraño a las diez de la noche. Abrí la puerta del cuarto con cautela, mi esposo permanecía acostado en la cama, me acerque a el. Su piel estaba más pálida que nunca, y al rozar mi mano en su cara note que también estaba muy frío. Mi corazón dio un vuelco y una lagrima salió de mi corazón. Después de tantos años junto a él, llenos de tristezas y alegrías la vida de mi gran amor había llegado a su fin. Me senté en la cama junto a él.
- Amor, los años han pasado y hemos envejecido juntos y felices. Ha llegado tu hora de ir más allá y eso me entristece, sin embargo se que no dentro de mucho nos volveremos a ver y entonces estaremos juntos para toda la eternidad. Gracias por la vida tan feliz que me has regalado mi amor. - bese sus labios fríos por última vez.
Apenas había pasado un mes desde la muerte de mi marido. Y en estos momentos sentía que me faltaba poco a mi también en este mundo. Mis hijos me habían apoyado en todo y no me habían dejado sola. Sin embargo no me sentía infeliz, porque había pasado toda mi vida junto a él, si sentía nostalgia de sus miradas, sus sonrisas y sus mimos. Los recuerdos de cuando eramos jóvenes paseaban por mi mente una y otra vez, haciéndome sonreír. Tome una fotografía familiar y me senté en la cama con ella sobre mi pecho. Yo sentía como a mi corazón le costaba palpitar, y cada vez iba más despacio. También sabía que estaba a tiempo de pedir ayuda, sin embargo no quería recibir ayuda. Mi estancia en este mundo ya debía llegar a su fin, porque yo ya había vivido mi historia. El ritmo de mi corazón iba tan despacio que hasta me hacia sentir pequeñas punzadas.
Sentí un latido, otro más, otro más... Y por fin sentí mi último latido al tiempo que mis ojos se cerraban de por si solos dejando que mi alma volase libre.
FINGracias a todos los que siguieron mi historia hasta el fin. Por si a alguien le interesa estoy en otros Fics. Muchos besos a todos.
¿Sexo contigo Malfoy? - Fanfics de Harry Potter
Después de la cena de recibimiento, subí con Ginny y Harry a la Sala Común. Nos sentamos en una butacas lejos de los demás compañeros, y quedamos en silen
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2023-02-27
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