Hermione bajó rápidamente las escaleras. Tanto se había preocupado por su aspecto que ahora iba casi media hora tarde. Salió afuera y empezó a caminar un poco más pausada. No quería que él creyera que estaba demasiado ansiosa. Tras buscarlo por algunos minutos, lo encontró, sentado a la orilla del lago.
- Llegas tarde- dijo fríamente, sin mirarla.
- Lo siento- murmuró, entre tímida y asustada.
El fijó sus ojos grises en ella y su actitud cambió completamente. Se había alisado el enmarañado cabello castaño y ahora lo llevaba finamente peinado. Bajo la túnica, podía verse lo ajustado y corto que se veía el uniforme en aquel cuerpo de 17 años.
- Trata de que no se repita- dijo, a modo de conclusión. Acercó sus labios a los de ella, pero se encontró con su mejilla. La miró enojado, esperando una explicación.
- No quiero que los chicos me vean...
A pesar de su enfado, él la entendió. Después de todo, tampoco quería ser visto por los de su casa con una sabelotodo como ella. Sonrió tristemente y le indicó un pequeño claro entre altos y espesos arbustos. No podrían ser vistos desde ahí, a no ser que alguien pasara volando en una escoba, algo poco probable aún para ser Hogwarts.
Hermione se veía muy nerviosa. No podía creer que se estuviera viendo a escondidas con ÉL. Si Harry y/o Ron se enteraban, lo más seguro es que le darían una muerte larga y dolorosa. "Lo peor de todo- pensaba- es si Ron se entera". Su acompañante pareció darse cuenta de su preocupación, pues la abrazó tiernamente y le dijo al oído:
- Granger, no te preocupes, es IMPOSIBLE que Weasley se entere... porque espero que sea él quien te preocupe. Preferiría tomarme una de las pociones de Longbottom antes que saber que te preocupa si el "famoso Potter" está celoso...
Hermione se soltó, para retarlo, pero se dio cuenta que no quería pelear con él, por lo que decidió guardar silencio y pedirle un beso. Él joven se lo dio gustoso y sonrió.
- Me gusta verte sonreír- comentó ella, mientras sacaba un gran libro de su mochila- ¿en qué materia quieres que te ayude?
- En pociones... - suspiró, algo avergonzado.
Hermione rió y dijo, burlonamente:
- El alumno preferido de Snape, el que lo hace todo bien, el que es el ÚNICO que llega al color y tamaño exacto en cada ingrediente y que saca 10 en todos los exámenes, ¿tiene problemas en pociones?
Draco Malfoy (¿no era obvio?) gruñó, molesto, pero tras mirar a la joven fijamente, dijo, muy serio:
- Granger, ¿qué hay entre Weasley y tú? Te mira demasiado para mi gusto...
Ella sonrió dulcemente y le tomó la mejilla derecha con una mano.
- Nada, yo sólo te amo a ti...
Malfoy tragó saliva, como si estuviera metido en un gran problema. Nunca, ni siquiera su madre, le había dicho ESO (porque para él "te amo" era una frase prohibida e infame). Tomó mucho aire y tras un gran esfuerzo, respondió:
- Yo... también... te amo.
Hermione iba a responder, pero se escuchó un silbato desde el campo de quidditch y, al escucharlo, se sobresaltó.
- ¡El partido de quidditch!- exclamó, poniéndose de pie y guardando sus cosas rápidamente en la mochila- le prometí a Harry que estaría ahí...
- ¿Potter es más importante que yo?- preguntó Draco, dolido, de pie ya y con los brazos cruzados.
- No, pero lo más seguro es que hayan notado que no estoy allí... y que tú tampoco.
Él torció la boca de un modo muy parecido a como Snape lo hace al ver a Harry y tras pensarlo un poco, asintió con la cabeza y salió por el mismo lado por el que había entrado. Ella suspiró y salió por el contrario, que daba al campo de quidditch.
Hermione corrió a más no poder y al llegar se encontró con Ron, muy enojado por lo demás...
-¡¿Dónde estabas?!- rugió ferozmente.
- No te importa- contestó "Granger" burlonamente, sentádose para ver a Harry atrapar la snitch una vez más...
RING... RING...
Hermione se sobresaltó al escuchar su despertador muggle. Se sentó en su cama y miró la habitación. Era la casa de sus padres. Era verano y Draco no estaba ahí, diciéndole que la amaba... En ese momento una lechuza gris oscura y de grandes ojos grises entró por su ventana. Reconoció a Salem, la suya, aunque no recordaba haberla mandado a ningún lugar. "Tal vez- pensó -, todavía estoy durmiendo". La tomó suavemente y le quitó un papelito gris escrito con tinta verde y el sello de Slytherin en la parte inferior. Lo miró por todas partes antes de atreverse a leerlo.
"Para un Gryffindor que estaría mejor conmigo:
He visto tu lechuza volando por ahí y me tomé la libertad de usarla para enviarte esto. Si quieres, puedes tomarlo como una cita, pero voy a estar esperándote el 25 de agosto a las 5 en la tienda de madame Malkin. Este en nuestro último año juntos y hay que aprovecharlo al máximo.
No faltes y por sobre todo NO vengas con Potter y/o Weasley.
D.M."
La sonrisa de su cara se borró automáticamente al sumar la fecha y el nombre de su amigo y... su novio. ¡¿Cómo le había dicho que sí?!. Ahora era la "novia" de Ron y la "amante" de Draco. Lo más seguro era contarle a Harry, él la entendería, aunque obviamente se inclinaría por Ron... Sin embargo, tenía que intentarlo. Tomó a Salem de nuevo y escribió la mejor excusa que pudo imaginar sin levantar sospechas:
"Harry:
¿Recuerdas que nos íbamos a juntar con Ron el 25 a las 5 de la tarde en el Caldero Chorreante (es decir, pasado mañana)?. Ha surgido un inconveniente de carácter personal y no podré ir, por lo que prefiero que vayan mañana, o el 26, o cualquier día que les acomode. En el expreso te cuento mis razones. ¡Nos vemos el primero!
Hermione.
Tras leer la corta misiva muchas veces, se dijo a sí misma "¡Cobarde!" y se la dio a su lechuza, la que alejó volando sobre los tejados vecinos de su casa muggle en Londres. Suspiró y volvió a sus sueños con su querido enemigo.
Querido enemigo - Fanfics de Harry Potter
Hermione bajó rápidamente las escaleras. Tanto se había preocupado por su aspecto que ahora iba casi media hora tarde. Salió afuera y empezó a caminar un
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2023-02-27
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