Supe desde el momento que te vi, que ya nada sería igual. Supe cuando el destino cruzó nuestros caminos, que serias alguien especial, que ya no iba a olvidarte. Al principio debo haber sido para ti una más de tus conquistas, una más que caía muerta a tus pies, que amaba tu sonrisa, tu forma de hablar, tu forma de ser. Comenzaste a conocerme mejor, ibas conmigo a donde yo fuera, te convertiste en mi mejor amigo y en mi cómplice, tanto que pronto me había olvidado de esa atracción que había sentido desde que tus ojos color esmeralda se unieron a los míos, me olvidé de todo porque te sentía tan imprescindible que no fui capaz de seguir sobrellevando esos sentimientos.
Crecí contigo, escuchando tu voz, ayudándote, temiendo por ti. Precencié todas tus aventuras, tus miedos, escuché todo lo que tenías para decir, perdía la cabeza si tu estabas mal o si algo te estaba sucediendo y no querías contarme. Tal vez eran actitudes de sabionda las que a veces te hacían enfadarte conmigo, pero yo solo quería hacerte comprender que tenía miedo, que si elegías algo tenías que elegirlo con cuidado porque tanto yo como Ron como todos moríamos si te pasaba algo y yo me hubiera sentido totalmente culpable de no haberte guiado un poco más, porque sé que en el fondo me escuchabas.
Lo más comprometedor eran los celos que me daba verte con alguien o enterarme de que te gustaba alguien. waa.. eso me hacía rabiar, me volvía loca, me hacía sentir que ibas a remplazarme como tu mejor amiga, pero en mi subconciente yo sabía que no era solo de eso de lo que yo tenía miedo. Debe parecer algo egoísta ponerme celosa cuando yo estaba con Víctor y todos pensaban que me gustaba Ron, pero no podía evitarlo, y Ron fue el camuflaje perfecto, porque no quería que te dieras cuenta del amor que en silencio ocultaba.
Momentos cruciales en tu vida, en la mía y en la de todos se avecinaban, era el momento de mayor miedo, el momento en el que temí más que nunca por todos, en el que creí por momentos que mi mundo y el de todos iba a derrumbarse. El miedo disfrazado de valentía me superaba, pensaba todo el tiempo qué pasaría, dónde estaríamos mañana, si estaríamos vivos para entonces, si podríamos ver al pequeño Teddy crecer. Estuve contigo siempre, como siempre estuviste tú conmigo, estuvimos solos cuando Ron se fue, y nunca dejaste que me diera por vencida, aunque igual no iba a hacerlo pues el mundo mágico nos necesitaba a todos unidos.
Después de la gran batalla todo cambió, yo empezaba una vida con Ron y tú una con Ginny, mis sentimientos parecían estinguirse opacados por el amor que esta vez si comenzaba a sentir por Ron. Pero otra vez nos volveríamos a juntar, y esta vez yo comprendería que las cosas no fueron nunca como yo lo pensé.
Yo había tenido una tremenda pelea con Ron, sus celos me tenían harta y ya estaba cansada de eso. Me fui para tu casa, pues te había contado y me habías dicho que si necesitaba hablar fuera para allí.
Estabas solo, pues Ginny había tenido un congreso del Ministerio y no volvía hasta dentro de dos días, así que la casa del Valle de Godric estaba solo habitada por ti. Llamé a tu puerta entre lágrimas de rabia y dolor porque Ron evidentemente no confiaba en mi y tú abriste. Como un impulso, me lancé a tu pecho, y tu me rodeaste con tus brazos mientras entrábamos. Yo seguía llorando, tú me aconsejabas que tuviera paciencia y yo te explicaba cansinamente que ésta ya se había agotado y que ya no había forma de volver atrás. Me quedé dormida sobre tu pecho, tú acariciabas mi cabello y yo me sentía tremendamente protegida.
Al cabo de un par de horas desperté, estaba acostada en el sillón tapada con una manta, tú ya no estabas allí. Me levanté despacio, y oi ruidos en la cocina. Ahí te encontrabas, cocinando, no te sorprendiste al verme entrar.
-Sabía que despertarías pronto -Dijiste con una sonrisa
-¿Cómo lo sabías?
-Porque estube muchas horas observándote dormir, y crei que era suficiente sueño, que pronto despertarías. -La simplesa con la que dijiste esa frase me inundó, sonreí tontamente.
-¿Y qué tiene entretenido verme dormir? -Quise saber
Te acercaste a mí y corriste los mechones sobre mi cara, mirándome a los ojos.
-Que te ves muy linda cuando duermes, aunque cuando estás despierta también.
Sentí que iba a explotar de verguenza, no sabía que decir, así que preferi cambiar de tema.
-Y... ¿Qué estás cocinando de rico? -Pregunté rompiendo el incómodo silencio.
-Sopa de calabaza, dicen que las comidas calientes hacen bien cuando uno está deprimido. -Respondiste, y yo sonreí.
-Mmm... que rico!! quiero probarla! ¿Tardará mucho?
-No, ya está lista, pero con una condición! -Exclamaste con una gran sonrisa
-¿Cuál? -Pregunté
-Tienes que dejarme darte la sopa en la boca, así como los bebés...
Me reí, te miré a los ojos y pregunté: Mazos del Hearthstone
-¿Para qué?
-Porque te vi dormir como una beba, también quiero verte comer como una beba.
-Jajaja ok -Acepté.
Me senté en una silla, y tú poco después te sentaste frente a mí con un cuenco lleno de sopa de calabaza y una cuchara. Comenzaste a darme de a cucharadas, haciendo caras raras, y en una las hiciste mientras yo tragaba y, como a una bebé, me salpiqué la ropa. Ambos nos reimos, y tú en seguida lo limpiaste. Fue un momento tan raro, levantaste la cabeza y nos miramos a los ojos, fue hipnotizante, inconsciente, extraño, aún no sé como definirlo bien. Uniste tus labios con los míos y yo te seguí, mientras mis manos se deslizaban alrededor de tu cuello, dejándome llevar por el calor de tu boca, por el sabor de ese beso tan rico. Nos paramos, aún besándonos, y yo me colgué a tu cintura, cada vez más pegada a tu cuerpo. Seguíamos con aquel rito pasional, aquel momento de debilidad que los dos permitimos. Me llevaste al sillón y te acostaste sobre mí, seguíste llenándome de caricias y besos, hasta que tus manos se dirijeron a los botones de mis jeans y ahí me miraste a los ojos como pidiéndome concentimiento, el cual yo te di sin pensarlo. Me despojaste de los jeans y yo te quité la camisa, mientras mis manos recorrían tu piel. Poco a poco nos fuimos despojando de nuestras ropas, hasta que solo quedamos en ropa interior. Te deshiciste de mi sostén, porque a ese punto ya estorbaba, y empezaste a lamer mis pechos con muchas ganas... me dirigi hacia tus boxers, y te los quité, solo quedaba mi tanga, de la cual también me despojaste en cuestión de segundos. Seguimos con las caricias y los besos unos momentos mas, hasta que te acomodaste y me penetraste, un momento de éxtasis y placer. Nos movíamos a ritmo y estuvimos así un buen rato, hasta llegar al clímax.
A la mañana siguiente desperté contigo, a tu lado, me miraste y me saludaste con un tierno beso, el cual yo respondí.
-Harry... -Te susurré - ¿Cómo vamos a hacer? Porque...
-No sé, Mione, tenemos que hablar con Ron y Ginny ¿No crees? -Preguntaste
Me senté sobre la cama y te miré a los ojos antes de decirte:
-Creo que primero deberíamos hablar tú y yo, Harry, dejar todo en claro. Quisiera saber... ¿Qué fue lo de anoche? ¿Algo de una sola noche o...
-Pienso que los dos sabemos que no fue algo de una sola noche, por lo menos para mí fue algo que me vengo guardando hace quince años Mione, es algo que siempre sentí pero que jamás fui capaz de demostrarte para no exponerte, para no lastimarte. Te amo desde hace años Mione, desde que te vi en el Expreso de Hogwarts supe que tenías ese algo que a mí me hacía falta. Pero no te lo dije nunca, porque Ron también te amó desde el principio, y él es mi mejor amigo. Y cuando tuve el valor para enfrentarme a mi mismo y aceptar esto que me pasa contigo, ya era tarde porque habías empezado a salir con Ron. Y ayer fue algo tan extraño que me llamaras llorando, que me dijeras que necesitabas hablar, que vinieras y tenerte en mis brazos, que no me pude aguantarme más, que no supe ocultar más esto. Te amo Hermione, y ahora eres lo único que me importa, lo único que me mueve el piso, lo único por lo que tengo ganas de seguir. Y quiero hablar con Gin porque ella y yo sabemos que las cosas hace tiempo que no están bien.. yo sé que la voy a lastimar.. pero quiero hacer lo que siento no le quiero mentir mas!
Yo ya estaba casi que llorando, las palabras dicho eran hermosas, que a mí solo me salió una frase:
-Quiero estar siempre contigo, quiero quererte siempre, quiero disfrutar de la vida a tu lado, y todo esto es porque te amo.
Me abrazaste y yo pensé que jamás había estado tan feliz, jamás. Me imaginé como sería nuestra vida juntos, a pesar de que todavía había cosas que solucionar.
Los meses que siguieron fueron enredados, sobre todo porque tuvimos que hablar con nuestras respectivas parejas, porque no era justo mentirles después de que habían pasado toda la vida junto a nosotros. Ron dijo que él también iba a decirme algo, que debíamos terminar, porque él quería su vida junto a Luna porque se había enamorado de ella, porque no había nadie más que amara, a pesar de que yo durante mucho tiempo fui su vida.
Ginny lloró mucho me contaste, pero dijo que ya se la veía venir, que tú no eras para ella a pesar de que te amaba como a nadie. Me pidió que te cuidara, y yo prometí hacerlo. Poco después, me pediste que me casara contigo, no podía creerlo cuando lo dijiste y claro que acepté.
Y ahora estamos acá, estoy en esta playa escribiendo mirando como juegas en el agua con Lily, James y Sirius, y me siento muy feliz de ser tu mujer. Me siento feliz de haberte conocido, porque si no te hubiera conocido simplemente no sé quien sería, no sé como viviría, no sé.
lo republiqo :) por cualqier cosa agreguen: [email protected]
Confesiones... Harry y Hermione! - Fanfics de Harry Potter
Supe desde el momento que te vi, que ya nada sería igual. Supe cuando el destino cruzó nuestros caminos, que serias alguien especial, que ya no iba a olvidar
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2023-02-27
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