Tres Generaciones en una - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

-No puedo creer que ya vayamos a cursar el sexto año en Hogwarts.
Tres chicos de dieciséis años se encontraban en un compartimento privado de un tren.
Un chico era alto y delgado, de cabello de color negro azabache y ojos verde esmeralda. Tenía unas gafas redondas y rotas, y una cicatriz en forma de rayo en la frente.
Otro chico era todavía más alto, delgado y de un cabello de un rojo encendido y pecas. Sus ojos eran azules, y tenía una nariz larga.
La tercera chica era delgada, con una cabellera castaña larga, poblada y rizada. Sus ojos eran marrones y era muy bonita.

El comentario de Hermione fue recibido por respuestas afirmativas de Harry y Ron.
-Y vamos a estudiar los Éxtasis dijo Ron.
-¡Genial! dijo Hermione, y Ron rodó los ojos.
-Bueno, como sea, Harry y yo ya no tendremos que cursar Adivinación ni Historia de la Magia dijo Ron con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Saben si ya hay un nuevo profesor de Defensa contra las Artes Oscuras? preguntó Hermione.
-Me parece que sí; yo acompañé a Dumbledore en el verano para ofrecerle un empleo a un tal Horace Slughorn dijo Harry.
-Y
¿no has notado nada raro en él, verdad Harry? preguntó Hermione con preocupación.
Desde hace muchos años, ha habido una maldición en el puesto de Defensa Contra las Artes Oscuras en Hogwarts, haciendo que el profesor durara menos de un año en éste.
-Pues, no, la verdad no admitió Harry.
-Vaya, no me imagino lo difícil que le costó a Dumbledore conseguir nuevo profesor
dijo Ron.
Harry y Hermione asintieron.
-Oigan, ¿Qué creen que esté tramando Malfoy? preguntó Harry, observando al rubio chico entrar a su compartimento con los demás Slytherins.
Ron y Hermione se dirigieron miradas de ahí va de nuevo.
-¡Vamos!, dijo Harry, ofendido, tienen que admitir que algo trama

Hermione suspiró.
-Lo sé, Harry, pero no creo que sea algo que el ministerio no detecte de inmediato dijo.
Harry refunfuñó y no habló en todo el camino.
¿Por qué nadie le hacía caso respecto a ese tema?
Pero la voz amable de una bruja interrumpió sus pensamientos.
-¿Quieren algo, guapos?
Era la bruja de las golosinas.
Ron se paró, contento.
-Unos druggles y un pastel de calabaza dijo.
Harry también se paró. Tenía que admitir que tenía hambre.
-Tres ranas de chocolate y una varita de regaliz.
-Y grageas de todos los sabores dijo Hermione, quien estaba sentada.
Cuando todos tuvieron sus golosinas, la bruja se fue.
-Extrañaba las golosinas mágicas dijo Harry.
Los Dursley, que eran los tíos muggles de Harry, nunca le dejaban comprar ni aunque sea un dulce muggle.
-Lo sé; debe ser insoportable vivir con esos muggles
dijo Ron, comprensivo.
Y entonces los tres miraron la ventana y suspiraron.
El sol todavía brillaba, aunque más abajo, así que todavía faltaba para que llegaran a Hogwarts.

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-¡Segundo año en Hogwarts! ¡Qué emoción! comentó una chica a sus dos amigos.
El primero era alto, de cabello negro azabache y ojos verde esmeralda, como su padre. Tenía unas gafas redondas y era delgado.
El segundo era también alto y delgado, de cabello rubio claro y de ojos grises.
La chica, en cambio, era al igual alta y delgada, pero su largo cabello lacio era castaño rojizo y sus ojos marrones. Era bonita, y tenía unas cuantas pecas en el rostro.
-Es la segunda vez que lo dices, Rose, ya cálmate bromeó Albus, el del cabello negro azabache.
Albus Severus Potter y Rosebud Weasley eran primos hermanos. Ellos se conocían desde que tenían memoria, y en su primer año en Hogwarts entablaron amistad con muchos alumnos, pero especialmente con Scorpius Malfoy, el chico rubio de ojos grises, a pesar de que era el hijo del enemigo de la infancia de los padres de los dos.
-Quién sabe que nos espera el siguiente año,comentó Scorpius, primero lo de las reliquias de la muerte
¿ahora qué?
En su primer año los tres habían descubierto y obtenido las no famosas pero si deseadas reliquias de la muerte, que eran La Varita de Sáuco, La Piedra de la Resurrección y La Capa de La Invisibilidad.
Pero, por el bien de éstas y para que no cayeran en manos equivocadas, decidieron esconderlas en una sala secreta en Hogwarts, llamada La Sala de los Menesteres. No las habían escondido todas, pues Albus era el dueño legítimo de la Capa de Invisibilidad, que se heredaba por tradición de su familia.
-Por cierto, ¿traes la capa, Al? preguntó Rose a su primo, y Albus asintió.
-No sé que haríamos sin ella dijo Scorpius, y los tres rieron.
Había que admitir que la capa les serviría para sus aventuras en Hogwarts.
-Me pregunto qué materia habrá primero dijo Rose, y sus amigos la miraron.
-¿Apenas en el tren y ya piensas en las materias? preguntó Albus, boquiabierto.
Rose le lanzó una de sus miradas de mejor cállate y Albus obedeció, temeroso.
-Bueno, la verdad es que me muero por ver si hay materias nuevas para nosotros dijo Rose.
Pero el carro de las golosinas interrumpió su pequeño discurso de sus expectaciones para el año escolar.
Albus y Scorpius suspiraron, aliviados, y pidieron golosinas, al igual que Rose.
-Cierto, ya me olvidaba de tu hambre de gigante dijo Scorpius, riéndose mientras la veía devorar su rana de chocolate.
Albus rió también, y Rose se sonrojó.
-¿Cuánto falta para que lleguemos? preguntó Rose una vez se hubiese comido entera la rana.
-Si apenas nos subimos dijo Albus.
-Bueno
dijo Rose, y los tres siguieron platicando hasta que llegaran a Hogwarts.
-¡Por fin llegamos!
Harry, Ron y Hermione, al igual que los demás alumnos, contemplaban el maravilloso e inmenso castillo enfrente de ellos.
Hogwarts tenía mil años de edad, pero eso no le impedía ser tan hermoso.
Harry contuvo las ganas de gritar de emoción. Hogwarts era como un hogar para él, a diferencia de con los Dursley.
No
Hogwarts era su casa, donde él pertenecía, y ahora la conocía bien, aunque no había pasado exactamente por todos los pasillos
Hogwarts era seriamente gigante.
Y tenía tantas ganas de llegar a su Gran Comedor, que estuvo a punto de lanzarles un hechizo a los thestrals que guiaban el carruaje con el que se dirigían a Hogwarts, pero se armó de paciencia.
-¡Hombre, me muero de hambre! dijo Ron.
-Tú siempre tienes hambre contestó Hermione.


-Potter, Weasley, Granger, ¿harían el favor de acompañarme un momento?
La profesora McGonagall los guió entonces, con una expresión preocupada, al despacho de Dumbledore.
-El profesor Dumbledore tiene algo muy importante que comunicarles dijo, y los chicos tragaron saliva.
¿Había muerto alguien?
Entraron, y hallaron a Dumbledore, de espaldas a ellos, observando los bellos paisajes de los terrenos de Hogwarts desde su ventana.
-Buenas noches dijo, y se volteó para observarlos.
En sus ojos azul cielo, ocultos bajo sus gafas de media luna, se notaba preocupación, y hasta (Harry se mordió el labio) miedo.
-Como seguramente les informó la profesora McGonagall, debo informarles algo empezó el director, pero Hermione lo interrumpió, levantando su mano.
-¿Sí, señorita Granger?
-¿Tiene algo que ver con Voldemort, señor?
Dumbledore vaciló un momento, pero finalmente asintió con la cabeza.
-Sí.
-¿Y que ocurre?
La curiosidad había vencido a Harry, haciendo salir de su boca su pregunta más sedienta de respuestas.
-Resulta, empezó Dumbledore, que Voldemort ha descubierto el secreto del giratiempo.
Harry vio por el rabillo del ojo cómo Hermione se tocaba el collar que llevaba puesto, aunque él sabía perfectamente que no era un simple collar.
Dumbledore siguió como si no lo hubieran interrumpido.
-Como decía, Voldemort ha descubierto el secreto del giratiempo, y ha armado un plan del que milagrosamente he logrado enterarme. Voldemort planea ir a la Generación donde estudiaron tus padres y sus amigos, Harry-Harry hizo una mueca, temiendo lo peor-y ha deducido que si no puede contigo, intentará matarlos para que tú no existas.
Hubo un silencio en la habitación.
-¿Y
que podemos hacer, señor? preguntó Hermione con la voz temblorosa.
-Eso es lo más importante, dijo Dumbledore, lo que deben hacer es usar el giratiempo, volver en el tiempo, y evitar a toda costa que Voldemort asesine a los padres de Harry.
-¿Cuántos giros, señor? preguntó Hermione, que ya había agarrado su collar que colgaba al giratiempo, y se había envuelto con la cadena junto con Harry y Ron.
Eran muchos los giros que debía dar, pero Hermione fue paciente y siguió las instrucciones de Dumbledore.
Harry notó como retrocedía en el tiempo y sintió que se le revolvía el estómago.

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Albus sintió que el estómago se le encogía.
Alice Longbottom, una chica rubia de rostro sonrosado, y de su edad, lo saludó desde el otro extremo de la mesa de Gryffindor.
La verdad era que a Albus le gusta Alice, y se habían hecho amigos en la comida de Navidad del año pasado. El padre de Alice daba clase de Herbología en Hogwarts, y por eso se veían a menudo.
-¡Caramba! Dudley está más gordo que antes
le susurró Scorpius a Albus, y los dos rieron con malicia.
Dudley Vernon Dursley era un chico glotón, sangrón y mimado que no le caía bien a casi nadie, y Albus y él se habían hecho enemigos desde el primer día en que estuvieron en Hogwarts, debido a que éste insultó a Alice.
Una voz detrás de ellos se aclaró la garganta.
Era la profesora McGonagall, la directora de Hogwarts.
-Señor Potter, Malfoy y señorita Weasley, les dijo, necesito que me acompañen a mi despacho.
Los tres chicos se miraron, confusos.
¿Qué había pasado o qué habían hecho, para que McGonagall los llamara antes de que empezara siquiera el curso?


-Debo comunicarles algo les dijo la profesora McGonagall una vez estaban en su despacho.
Ni Albus ni los demás habían entrado nunca al despacho de la profesora McGonagall, y en ese momento contemplaban, maravillados, a los retratos de los antiguos directores de Hogwarts, quienes fingían dormir.
-¿Han oído hablar de un mago tenebroso de la época de sus padres? preguntó la profesora McGonagall lentamente.
Los chicos negaron con la cabeza.
-Bueno, su nombre era Voldemort, y él era sumamente poderoso, empezó McGonagall, y resulta que ha descubierto una fuerza misteriosa que seguro le ayudara a
acabar con tu padre, Albus.
Albus estaba pálido e inmóvil.
¿Había oído bien? ¿Voldemort pensaba matar a su padre?
-¿Porqué a él? preguntó.
-Verás, cuando tu padre tenía un año de edad, Voldemort había escuchado de una tal profecía que decía que había nacido el mago que acabaría con él. Y, obviamente, decidió buscarlo y matarlo. Encontró la dirección de tu padre debido a que el guardián secreto de los hechizos protectores de la choza donde se ocultaban los Potter la reveló. Entonces fue y mató a tus abuelos. Y pudo haberlo hecho con tu padre, pero algo pasó y la maldición asesina rebotó contra él.
Tu padre sobrevivió, y desde los once años se enfrentó de diversas maneras a Voldemort, siempre venciéndolo. El encuentro final fue cuando tenía diecisiete años, y acabó finalmente con él; aquí en Hogwarts.
-Y, ¿de qué trata el plan? preguntó Albus.
-Resulta que Voldemort descubrió el secreto del giratiempo; un aparato con el que puedes retroceder o avanzar en el tiempo; y ahora planea, si no puede destruir a tu padre, destruirá a sus desprevenidos padres, para que éste no nazca.
Paró un momento. Los chicos estaban ya muy pálidos (especialmente Albus, que tenía pinta de querer vomitar) como para contarles más.
-Y
¿Qué podemos hacer? preguntó Rose con la voz temblorosa.
-Esa es la cuestión, respondió la profesora McGonagall, escucha, Rose, tu madre en su juventud poseía un giratiempo auténtico que le di yo en su primer año; y ahora ese giratiempo será tuyo.
Le entregó entonces, una cadena con una especie de reloj colgando.
-Gracias dijo Rose, atónita.
-De nada. Eso es lo que utilizarán para retroceder en el tiempo y salvar a sus familiares.
-¿Qué?
-Lo que escucharon; deberán retroceder en el tiempo.
-¿Y cómo se usa eso? preguntó Scorpius, apuntando al giratiempo.
-Deben dar vueltas al reloj, para adelante si quieren ir al pasado y para atrás si quieren ir al futuro, una vuelta por cada hora. Y no deben ser vistos o las consecuencias serán de verdad espantosas dijo la profesora McGonagall.
-¿Cuántas vueltas? preguntó Rose, que ya tenía el giratiempo listo en sus manos.
Inmediatamente que McGonagall le indicó el número de vueltas, ella las dio y Albus notó como cambiaba su alrededor.
Viajaba en el tiempo, a la época de sus abuelos; los abuelos que no llegó a conocer.
-¡Canuto, amigo!
James le dio una palmada a su mejor amigo, Sirius, y juntos rieron y fueron a alcanzar a Remus, quién se despedía de sus padres.
-Otro año de transformaciones dijo Sirius con una gran sonrisa, y Remus los vio y fue hacia ellos.
-¡Hola!, los saludó y después volteó a ver a otro lado.
James y Sirius siguieron su mirada.
Una chica de dieciséis años se encontraba con su familia, y le lanzaba miradas de odio a su hermana mayor (quien se las devolvía).
Era pelirroja, de ojos verde esmeralda almendrados; muy hermosa.
James la miraba, embobado.
-¿Sigues babeando por Evans, Cornamenta? preguntó Sirius a James, boquiabierto.
James lo miró ofendido.
-Difícil es dejar de amarla, suspiró, y de todos modos, ¿qué hay de ti y Mary?
Sirius refunfuñó, molesto, y siguió su camino.
James rió, y él y Remus se subieron al tren.
Mary Macdonald era el amor platónico de Sirius, cosa rara en un rompecorazones de su nivel.
-Mary es diferente al resto de las demás chicas, les decía a sus amigos cada que hablaban de eso, y planeo conquistarla.
-¿Qué no estás suficiente con tener loca a más de la mitad de Hogwarts?, le respondía James con una sonrisa burlona, y Sirius fruncía el entrecejo.
Ya se le pasara
pensaba James, y no se equivocaba: en unos minutos era el mismo Sirius bromista de siempre.
Y ese momento no era la excepción.
-¡Vengan, chicos, les aparté el mejor compartimento! les dijo Sirius, y James y Remus entraron.

-Muero de hambre comentó Sirius una hora después.
-Descuida, Canuto, no tarda en llegar el carrito de las golosinas lo consoló Remus.
Y, como si los hubiera escuchado, la bruja llegó.
-¿Quieren algo, guapos?
-¡CLARO! gritó Sirius y se lanzó sobre el carrito de la asustada bruja.
-Descuide, solo es un perro que acaba de ver un hueso dijo James.
-Ah, ok
dijo la bruja.
Y minutos después, Sirius se atragantó con una rana de chocolate.
Remus suspiró y con una sacudida de su varita hizo que Sirius pudiera digerir la pobre rana.
-Gracias, Lunático
dijo Sirius, apenas con voz, por cierto, ¿ya investigaste cuándo habrá luna llena?.
-El miércoles dijo Remus, guiñándole un ojo.
-Excelente sonrieron James y Sirius.



-Enserio, Lily, ¿qué no piensas darle una oportunidad? El pobre chico está loco por ti

-No; Mary, es un arrogante engreído, y sabes muy bien que no me gustan los chicos así le respondió Lily a su mejor amiga Mary.
No era la primera vez que ella le preguntaba eso a Lily, y entonces ella le respondía:
-¿Y que opinas de Black, el amigote de Potter?
Mary se ponía seria entonces.
-Ya veo tu punto.
Melannie, sin embargo, se declaraba fan #1 de Remus Lupin.
-¡Es que es tan hermoso! decía con voz soñadora mientras sus amigas rodaban los ojos.
Y así se la pasaron todo el camino hablando de magos, y de lo imbéciles que eran.
-¿Y que hay con el Club Slug?,le preguntó Mary a Lily, ¿ya sabes cuando hay nueva reunión?
-No
pero de seguro Slughorn va a hacerla lo antes posible respondió Lily, suspirando.
No es que no le gustaran las reuniones de Slughorn, pero es que a pesar de que sus amigas estaban ahí, James y Sirius también, y se la pasaban siguiéndolas.
-Qué mal que Remus no está en el Club
se lamentó Melannie.
-¡Miren, me parece que ya estamos llegando! exclamó Mary, cambiando de tema a propósito y mirando a la ventana, y las chicas se pararon y se fueron saliendo del compartimento, mientras el tren se detenía lentamente.
-¡Eh, Evans! gritó James y Lily se disculpó con sus amigas y se adelantó para que James no la alcanzara.
-¿Saben a donde se fue Evans? le preguntó James a Mary y Melannie.
-No respondieron las dos.
-Y será mejor que ya la empieces a llamar Lily, Potter le dijo Mary.
-Y tú a mi James le dijo James, y se fue en busca de Lily.
Mientras tanto, Lily se ocultaba al lado de Slughorn, cuya gran figura la tapaba.
Pero entonces sintió que alguien la jalaba del brazo.
-¿Qué
? dijo, pero la voz de James la interrumpió.
-Hola, Evans
-¿Qué quieres, Potter?
-Nada, solo me preguntaba

-¿Si quiero salir contigo?
James le lanzó su mejor sonrisa, y Lily respondió:
-No.
-Vamos, Evans, admite que te gustaría

-Que no, Potter, y lo siento, ya me debo ir
Y así se alejó, dejando a James solo y confundido.
Y entonces llegó Sirius, saludando de lejos a un grupo de sus admiradoras.
-¿Y qué tal te fue con Evans?, le preguntó Sirius a James tratando de no echarse a reír, ¿aceptó salir contigo al salón de té de Madame Pudipié, hogar de las parejas felices?.
James le echó una mirada de desprecio.
-Sabes que no, Canuto le dijo.
-Ayy, ya cálmate, amigo le dijo Sirius, esta vez asustado por su tono agresivo.
-Bueno, ya vamos al Gran Comedor les dijo Remus, que los había alcanzado justo a tiempo.
Y así, los merodeadores se dirigieron a la mesa de Gryffindor, empezando así un nuevo año en Hogwarts.

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-¡Llegamos! exclamó Hermione, pero Harry la calló.
-Shh
baja la voz, nos pueden escuchar.
-Oh, sí
lo siento, Harry.
-Hogwarts no ha cambiado mucho,comentó Ron contemplando el inmenso castillo, ¿dónde creen que estén ahora?.
-¿Quiénes? preguntó Harry.
-Ya sabes, tus padres, Sirius

A Harry se le encogió el estómago. Todavía le dolía la muerte de su padrino.
-Esperen, dijo Hermione de repente, ¿no ven allá? y apuntó con su mano a un lugar cerca de la entrada del castillo.
-¿Dónde?
Ni Harry ni Ron veía nada, hasta que Hermione les explicó mejor.
-Vean, cerca de las gárgolas, un grupo de personas

Y entonces Harry lo vio. Su padre era, como muchos se lo dijeron anteriormente, idéntico a él.
-Y ahora
¿a dónde iremos?
La pregunta de Ron hizo que a Harry se le erizaran los vellos de la nuca.
No lo había pensado

-Me parece que tengo un lugar dijo Hermione con tono seguro.
-¿Dónde? preguntó Harry.
-El Bosque Prohibido
-¡¿QUÉ?!
-Descuiden, estuve leyendo el libro Teoría y Defensa Mágica y me sé unos cuantos hechizos defensivos

-¿El Bosque Prohibido; te has vuelto loca, Hermione? le dijo Ron, sin escucharla.
-¡He dicho que tengo hechizos defensivos para que no nos encuentren! exclamó Hermione, molesta.
-Pero
empezó Harry.
-Miren, será mejor que me hagan caso o tendremos que dormir en La Casa de Los Gritos dijo Hermione, y unos minutos después se encontraban caminando en los adentros del Bosque Prohibido de Hogwarts.
-No puedo creer que vayamos a dormir aquí susurró Ron a Harry.
-¡Salvio Hexia
Protego Totalum
Muffliato
Repello Muggletum
empezó Hermione, pero Ron la interrumpió después del último hechizo.
-¿Repello Muggletum? ¡Aquí no hay muggles, Hermione!
-Es sólo por si acaso se defendió Hermione, y continuó con sus hechizos defensivos.
-¿Y donde dormiremos? preguntó Ron.
Ni Hermione supo contestar.
La expresión de Ron comenzó a endurecerse.
-Hermione
dijo, pero ella los calló.
-¡Shhh, escuchen!
Una voz grave hablaba y parecía agotada.
-No puedo creerlo
cada vez hay más alumnos nuevos, Firenze, y con ellos más madera por cortar para fabricar las camas
se quejaba Rubeus Hagrid.
-¡Hagrid! exclamó Ron, pero Hagrid no dio muestras de oírlo.
-Es por el muffliato, no nos puede escuchar, recuerden les dijo Hermione.
-¡Oh, espera Firenze, creo que no me di cuenta de que Fang se escapó de nuevo! dijo Hagrid, y corrió a buscar a su perro grande y negro.
Firenze corrió tras él, sus patas de caballo produciendo ruidos de cascos.
-¿Creen que deberíamos ir por la madera y fabricar camas? preguntó Ron.
Harry y Hermione se miraron.
-No es mala idea
opinó Hermione.
-Pero Hagrid tendrá más trabajo
dijo Harry con gesto de preocupación.
-Pues
¡mira, allá hay otro roble! ¡Hay que cortarlas nosotros y ponérselas! dijo Hermione, y a continuación había un monton de madera cortada con ellos.
-Genial, dijo Ron, pero, ¿cuál es el hechizo para fabricar camas?
Hermione suspiró y convirtió la madera en tres camas a la vez, y agarró más madera.
-¡Incendio! exclamó Hermione, haciendo una caliente fogata.
Ron sonrió.
-Mucho mejor dijo, poniendo sus heladas y pecosas manos junto al fuego.
-Buenas noches les dijo Harry a sus dos amigos, y se fue a dormir.

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-¡Miren!
-¡Por fin llegamos!
-Ay Albus, ni tardamos
lo regañó Rose.
Albus, Rose y Scorpius se hallaban en la entrada de Hogwarts.
-Dime que te trajiste la capa, Al dijo Scorpius a su mejor amigo, pálido.
-Claro que sí respondió Albus, para el alivio de todos.
-Me muero de sueño comentó Scorpius, bostezando.
-Yo igual, dijo Albus, ¿dónde podremos dormir?
-¿Qué opinan del Bosque Prohibido? sugirió Rose.
-NO respondieron sus amigos, atemorizados.
-Sabía que dirían eso
, dijo Rose, algo ofendida, entonces ¿qué tal en la Sala de Menesteres?
Albus y Scorpius sonrieron con aprobación.
-Pero hay que tener mucho cuidado de que nadie nos encuentre ni escuche dijo Rose.
-Para eso es la capa, Rose dijo Albus, cubriéndolos a los tres.
-Aun así, no hablen mucho dijo Rose.
Y así los tres caminaron, y los tres se detuvieron, ya exhaustos, en el sexto piso.
-Tenemos
que
se-seguir
caminando
chi-chicos
dijo Rose, apenas pudiendo hablar.
Y los tres chicos hicieron su mayor esfuerzo y por fin llegaron al séptimo piso.
Una puerta grande de madera, ya familiar para ellos, apareció en la pared, y se abrió, dejándolos pasar.
-¡Cama! gritó Scorpius, y se lanzó sobre una de las tres camas.
Albus y Rose observaron a su alrededor.
Era como estar en un hotel muggle, pero de lujo; era la habitación más grande y lujosa que hubieran visto en su vida.
-¡Miren, también hay comida! exclamó Rose, mirando a una mesa con montones de bandejas de plata, y corrió a devorar toda comida que se le pusiera enfrente.
Albus no sabía si comer o dormir, pero se decidió a cenar primero.
-¿No quieres cenar, Scor? le preguntó Albus a su soñoliento amigo, quien se paró de inmediato y no tardó en unirse a ellos.
Finalmente, los tres estaban satisfechos y se fueron a dormir.
-Buenas noches les dijo Albus.
-Buenas noches respondieron sus amigos, y los tres se quedaron dormidos.
-¡Harry! ¡Ron! ¡DESPIERTEN!
La voz de Hermione indicaba que estaba muy asustada, pero ni uno ni otro sabía por qué.
Cuando Harry se puso sus gafas lo supo.
¡Todo el curso de sexto año se hallaba ahí, incluyendo el grupo de su padre!
-¿Cómo saldremos? preguntó Harry.
-Tendremos que esperar a que se vayan dijo Hermione, y se sentaron a observarlos.

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-¿Has visto a Quejicus, Cornamenta? se burló Sirius, señalando a un chico de cabello negro, largo y grasiento, nariz aguileña y piel cetrina que buscaba su libro de cuidado de criaturas mágicas.
-Está mas feo que el año pasado sonrió con malicia James.
-¿Le hacemos la broma del año? sugirió Sirius.
-No, dijo James, será mejor para mediados del año
mejor una ‘broma de bienvenida’ .
Rieron, y a continuación Sirius susurró:
-Furnunculus
En un instante, Snape se llenó de forúnculos y ampollas, causando las risas de todos.
-¡Silencio! exclamó el profesor Kettleburn, y luego añadió: Señor Snape, mejor vaya a la enfermería y póngase un ungüento del doctor Mulibunder.
Snape se fue de mala gana, ignorando las burlas de sus compañeros, especialmente de los merodeadores.
-Esa fue buena, Canuto le susurró James, riendo.
Entonces llegó Remus.
-¡Chicos! ¿No fueron ustedes los causantes de que Severus se llenara de ampollas y granos, verdad?
-Baja la voz, Lunático le dijo Sirius.
-Sí; guárdala para el miércoles, ya quiero escuchar tus aullidos dijo James, pero Remus palideció.
-Ahora tú baja la voz, Cornamenta suplicó.
-¡Bueno, ya pongan atención! gritó el profesor Kettleburn, haciendo que todos se volvieran hacia él.
-Así esta mejor, comentó, hoy vamos a ver a los thestrals.
La clase entera lanzó un ruido de asombro.
-¿Thestrals? preguntaron James y Sirius.
-Enserio, ¿qué nunca han cruzado la biblioteca? les dijo Remus.
-Los thestrals son criaturas extrañas y es visible para todas las personas, dijo el profesor Kettleburn, interrumpiendo sin saberlo a Remus, y ¿alguien podría decirme porqué no son visibles a todos?
Remus levantó la mano.
-¿Señor Lupin?
-Por que solo pueden verlos los que han visto a la muerte contestó Remus, y el profesor Kettleburn asintió.
-Vaya, Lunático
lo felicitó Sirius, y James le dio unas palmadas en la espalda. La clase entera aplaudió, especialmente Melannie.
-Bueno, volviendo al tema, continuó el profesor Kettleburn, ¿alguien podría decirme ahora qué es lo que se le da de comer a un thestral?
Remus volvió a levantar la mano.
-¿Sí?
-A los thestrals les encanta la carne, sobretodo la carne roja, y es todavía mejor si tiene sangre respondió Remus, y la clase volvió a aplaudir.
-Excelente, señor Lupin ¡Diez puntos a Gryffindor! Ah, y cinco más debido a que olvidé darles en la pregunta anterior.
Los Gryffindors sonrieron, y les hicieron muecas burlonas a los de Slytherin.
-Bueno, ahora intentarán darles de comer por grupos a los thestrals dijo el profesor Kettleburn, y obviamente James, Sirius y Remus se pusieron juntos.
-¿Y cómo les daremos de comer? preguntó Bellatrix, la arrogante prima de Sirius.
-Se supone que debes guiarte por los sonidos del thestral, querida prima respondió Sirius desde lejos, con un muy falso tono de aprecio.
Bellatrix le dirigió una mirada de desprecio que Sirius le devolvió.
-Ya basta, chicos, los regañó el profesor Kettleburn, sigan trabajando, pero esta vez en silencio, si es que tienen la gentileza de hacerlo.

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-Oigan, ahora que estan distraídos alimentando a los thestrals, podemos irnos con la capa de invisibilidad dijo Hermione, poniéndosela a Harry y Ron.
-Pero silencio, porfavor les dijo, y sus amigos obedecieron.
-¿A dónde iremos? preguntó Harry.
-A Hogsmeade, podemos ir a
empezó Hermione, pero Ron la interrumpió, expectativo.
-¿Las Tres Escobas?
-No, me refería a

-¿Honeydukes? preguntó Harry.
-No, yo decía a

-¿Zonko? preguntó Ron, pero ya habían llegado al límite.
-¡QUE NO!, gritó Hermione, perdiendo la paciencia; era un alivio que estuvieran bajo el hechizo muffliato, ¡Vamos a ir a Cabeza de Puerco!
Harry y Ron pusieron cara de cómo si hubieran tragado jugo fétido.
-¿Por qué ahí? preguntó Ron haciendo una mueca.
-Nadie va ahí, y además

-Y además apesta a excremento de cabra y hace un buen de calor la interrumpió Ron.
-Bueno, pues entonces ¿a dónde quiere ir usted, Rey Weasley? le dijo Hermione, ofendida.
-Ummm

Hermione rodó los ojos.
-A Cabeza de Puerco, y se acabó dijo y arrastró a Harry y Ron hasta el pequeño pub.
-¡Levántate, Rose! la apuraron Albus y Scorpius.
-Lo siento
creo que me hizo daño comer tanto
dijo Rose, estirándose y bostezando.
-Rápido, que apenas logré escuchar a donde iban mis abuelos
dijo Albus, y Rose se paró de inmediato.
-¡Pues entonces vamos!
-Pero Rose, todavía estás en pijama

-¡Accio túnica! exclamó Rose, y en un instante estuvo vestida.
-Wow dijo Scorpius.
-Ya vamos dijo la chica, y los tres se cubrieron con la capa de invisibilidad.

-¿A dónde iremos? preguntó Rose.
-Al Bosque Prohibido respondió Albus.
-¡¿Qué?! dijeron Rose y Scorpius, con los ojos como platos, ¿porqué ahí?
-Por que escuché de Dumbledore que iban a una clase de Cuidado de Criaturas Mágicas dijo Albus.
-De acuerdo
suspiró Rose, y se apresuraron en ir al Bosque Prohibido.

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-¿Ya nos podemos ir, Hermione? preguntó un Ron preocupado.
Hermione suspiró. Era como la décima vez que Ron se lo pedía.
-De acuerdo dijo, rodando los ojos.
Harry y Ron se miraron, aliviados, y los tres salieron.
-Ahhh
aire fresco sonrió Ron.
-¡Ay, que tonta!, gimió Hermione de repente, ¡la capa!
Harry se apresuró en cubrirlos a los tres.
-Nadie nos vio, Hermione la consoló, pero Hermione ya estaba lo suficientemente alarmada.
-¿Ahora a donde vamos? preguntó Harry, intentando cambiar de tema.
-Al Bosque Prohibido dijo Hermione con voz temblorosa, y Ron gimió.
-¿De nuevo?
-No tenemos a donde más ir, Ronald dijo Hermione, molesta, y Ron decidió no protestar más.
Y así llegaron al Bosque Prohibido, y siguieron la misma rutina que la noche anterior.
-¿Ya se fueron los alumnos, verdad? preguntó Harry.
-Parece que sí dijo Hermione.
Por todo el bosque no se veía nada, y además ya habían pasado unas cuantas horas desde que empezó la clase.
-Ya debe ser la hora de la comida dijo Ron, y sus tripas rugieron al escuchar la palabra favorita de Ron: comida.
-Podemos asar unas salchichas que saqué de Cabeza de Puerco sugirió Hermione, y los chicos accedieron.
Harry suspiró.
Hubiera preferido estar en su época, en su dormitorio en la sala común de Gryffindor, con el mapa del merodeador en la mano intentando averiguar que tramaba Malfoy


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-Si serás tonto, Lunático, lo regañó James, ¿cómo no te fijaste bien en la fecha de tu pequeño problema peludo?
Resultó que la señora Pomfrey le había mandado un pergamino secreto a Remus diciéndole que se aproximaba la fecha de su recepción
que era esa noche, no la del miércoles.
-Pues es la primera equivocación que ha tenido nuestro amiguito licántropo dijo Sirius, defendiendo a su avergonzado amigo.
-Pero ¿porqué estamos aquí ahora?, preguntó Remus, Apenas es como mediodía.
-Porque debemos asegurarnos de que hay un buen lugar en nuestra guarida secreta dijo Remus.
-¿Qué no era la Casa de los Gritos?
-Es más divertido en el Bosque Prohibido insistió James, sonriendo y guiñándoles un ojo.

-¿Aquí está bien? preguntó James.
Habían llegado a un sitio donde había muchos árboles, y era también un sitio que inspiraba mucha confianza; un lugar donde alguien se escondería seguramente


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-¡Harry! ¡Ron!, dijo Hermione, asustada, ¡Tu padre, Sirius y Lupin están aquí!
-¿Qué?
-¡Sí! Vengan a ver, e intenten no salirse del límite del hechizo dijo Hermione, y los tres se acercaron para ver mejor.
Harry no pudo evitar sonreír al ver a su padre y a sus amigos.
-¿Creen que hoy halla luna llena? preguntó Ron, preocupado.
-No lo sé, dijo Hermione, pero no deberían estar aquí ahora, ya termino la clase

-Seguramente si habrá luna llena observó Harry.
-¿El hechizo protector también nos protege de hombres lobo, verdad Hermione? preguntó Ron, temeroso.
Hermione negó con la cabeza.
-No estoy segura, Ron.

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-¡Qué cansancio! se quejó Scorpius.
-¡Shhh, Scor, baja la voz, podrían oírnos! dijo Rose, preocupada.
-¿Quién, si no hay nadie? preguntó Scorpius, confundido.
-No lo sé, alomejor haya una criatura peligrosa por aquí

-Pero tenemos la capa, no creo que nos vea dijo Albus, y siguieron caminando, evitando pisar fuertemente las ramas del inmenso bosque prohibido de Hogwarts.
-Aquí hay más árboles que en las demás partes observó Rose cuando se detuvieron a descansar.
-Oigan, esperen
dijo Albus en voz baja.
Creía que había escuchado algo. Una voz
no, dos voces
¿qué? Eran tres voces
¡eran los merodeadores!
-¡Chicos, no hagan ruido, aquí esta mi abuelo y sus amigos! los calló Albus, y los tres se quedaron sin hablar, asustados.
-¿Qué creen que estén haciendo? susurró Scorpius.
-Creo que lo sé
, dijo Rose, observando fijamente a James, tu abuelo parece estar haciendo los movimientos para transformarse, pero me preguntó en que

Y entonces lo vio. James Potter se convirtió en un ciervo.
-¡Al! ¡Tu abuelo es un animago! susurró Rose, sorprendida.
-¿Un qué? preguntaron Albus y Scorpius.
Rose suspiró.
-Un animago es un mago que decide y se transforma en animal recitó Rose.
-Y creo que no es el único animago
dijo Scorpius mirando hacia donde estaban los merodeadores.
Sirius se había convertido en un perro grande y negro.
-¡Por Merlín, un grim! susurró Rose, atemorizada.
-¿Qué es eso? preguntaron Albus y Scorpius de nuevo.
-Enserio, ¿qué nunca leen? los regañó Rose.
-Ya, dinos, ¿qué es un grim? preguntó Albus, preocupado.
-Un grim es un augurio de muerte, muy temido por todos
quien lo ve morirá en poco tiempo, y ahí esta frente a nosotros

-Yo no creo en esas cosas dijo Scorpius, a lo que Albus asintió.
-Bueno
dijo Rose, y su expresión se calmó.
-Oigan, ¿nos acercamos más? preguntó Albus, interesado en ver a su abuelo más de cerca.
-Bueno
pero no mucho, ¿de acuerdo? dijo Rose, y los chicos asintieron y se acercaron.

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-Creo que este será nuestro nuevo lugar dijo James, contento y decidido.
-Si eso dices
dijo Remus, y se sentó en una piedra grande.
-Esta noche va a ser maravillosa
dijo Sirius, sus ojos negros brillando de emoción, al igual que los de James.
-Sí, prepara la voz Lunático, esos aullidos deben ser bien afinados
dijo James.
-Baja la voz, Cornamenta suplicó Remus.
-¡Ay, porfavor, Lunático!, dijo Sirius, estamos en el bosque prohibido, no creo que alguien escuche que eres un hombre lobo

-Canuto
dijo Remus.
-Domesticado, por cierto dijo James desternillándose de risa.
-Cornamenta, enserio dijo Remus, esta vez con las mejillas encendidas.
-De acuerdo, Lunático dijo Sirius, ya tranquilizándose, y James también se calló.


James suspiró.
-Me aburro, dijo con sorna, como desearía que Quejicus estuviera aquí

-Lo sé
otro Levicorpus no estaría mal, eh Cornamenta sonrió Sirius.
-¿Saben quién inventó ese hechizo? preguntó Remus con voz seria.
-No, pero quién lo haya hecho es un genio, el mejor de todos los magos bromistas
empezó Sirius, pero Remus lo interrumpió.
-El inventor fue Severus, Sirius.
Sirius pareció atragantarse con algo, mientras que James fingía vomitar de risa.
-¿Quejicus? ¿Él inventó el hechizo Levicorpus? No me extraña que se hubiera enojado tanto
comentó James.
-Oigan, se hace tarde, dijo Remus, y no quiero más detenciones
.
James suspiró.
-De acuerdo, Lunático, nos vamos

Pero no necesitó decir más.
Escuchó dos gritos provenientes de cerca de ellos, aunque no veía a nadie. Eran gritos de chicas.
-¡NO, RON!
-¡NO, SCORPIUS!
Y, entonces, de la nada, aparecieron tres chicos de doce años, y otros tres chicos de dieciséis años, todos paralizados del miedo de haber sido descubiertos.
-¿Qué
?
Era todo confuso; ¿quiénes eran aquellos extraños que eran muy parecidos a ellos?
Hermione decidió que tenía que tomar el primer paso.
-Emm
hola, dijo tímidamente a los merodeadores y a los chicos de segundo, yo soy
Hermione Granger, y ellos son
-señaló a Ron, quien estaba más cerca-Ronald Weasley, y él es
-señaló a Harry-Harry Potter.
Harry no se atrevió a mirar a su padre; ya se imaginaba la cara que iba a poner al escuchar que ese extraño tenía su apellido, y además era igual a él

-Ummm
hola, Hermione, Harry y
¿puedo decirte Ron?, le preguntó Remus a Ron, quien asintió, nosotros somos
bueno, yo soy Remus Lupin, él es James Potter-señaló al paralizado James-y él es Sirius Black-señaló a Sirius-.
Albus le hizo una seña a Rose para que los presentara ella.
-¡Ah!, dijo Rose, y todos voltearon a verla, hola, yo soy Rose Weasley-Ron casi se atraganta con su propia saliva-él es Albus Potter-señaló a Albus, y Harry no supo cómo pero logró mirarlo; el chico era igual a él a sus doce años-y él es Scorpius Malfoy-señaló a Scorpius, quién era el que más vergüenza tenía.
-¿Scorpius Malfoy? preguntó Ron, y volteó a ver a Harry:
-¿No será pariente de Draco Malfoy?
-Sí; él es mi padre dijo Scorpius, y Ron se sobresaltó.
Ron miró a Rose.
-¿Acaso eres
mi
.? Empezó, pero no logró articular la palabra ‘hija’.
Rose pareció entenderlo, y asintió.
-Sí; soy tu hija.
A Ron se le pusieron las orejas muy coloradas, y hasta se sonrojó de las mejillas, y Harry vio porqué: Rose era muy parecida en todo, menos en los destellos rojizos del pelo, a
Hermione.
-¿Harry?, preguntó una voz, y a Harry se le encogió el estómago.
Su padre lo llamaba, con unas cuantas lágrimas en los ojos.
Harry se acercó lentamente.
-¿Sí?
-No puedo creerlo
dijo James, y de repente lo abrazó.
Harry no cabía en sí de la sorpresa, pero le devolvió el abrazo a su padre.
James lo miró a los ojos.
-¡Merlín! Tienes los ojos de
Evans dijo, y volteó a ver a sus amigos.
-¿Evans? preguntó Harry, aunque sabía perfectamente a quién se refería.
-Sí; Lily, ya sabes dijo James.
-Ah
sí, es que ella es mi madre y tú
mi padre dijo Harry atropellando las palabras.
James sonrió.
-Así que por fin lograré conquistar a Evans dijo James, luciendo la sonrisa más radiante que Sirius o Remus hubieran visto en sus vidas juntos.
Harry miró ahora a Sirius y Remus.
-Yo
, empezó, tengo tantas cosas que decirles
.
Sirius lo calló con la mano.
-Para, para le dijo preocupado, me extraña tanta cursilería departe de la familia de Cornamenta
bromeó, y Harry sonrió y lo abrazó.
Albus contemplaba a su padre, sonriendo y se unió inesperadamente al abrazo.
James y Remus se dieron una mirada cómplice y corrieron a abrazar a los chicos.
Ron y Hermione se tomaron de la mano y no tardaron en unirse; exactamente al mismo tiempo que Rose y Scorpius corrían también a unirse.
El abrazo de nueve pronto se soltó.
-Caramba
dijo Harry, algo mareado.
-Sí, dijo James, no puedo creerlo
pero, um, creo que deberían irse de aquí a medianoche

-Ya lo sabemos, de todos modos dijo Harry.
-¿Enserio? preguntó Remus, preocupado.
Harry, Ron y Hermione asintieron.
Pero Albus, Rose y Scorpius los miraban confusos.
-¿Saber qué? preguntó Albus.
-Nada; nada, amigo, le dijo Sirius dandole una palmada en el hombro, pero no es algo que debas saber o ver

-¿Y por qué no? reclamó Scorpius.
-Son muy chicos como para saberlo
dijo Remus, pero eso levantó la furia de Rose.
-¿Se necesita edad para saber algo? ¡Que yo sepa no! ¡Tengo apenas doce años y ya me he leido catorce bibliotecas completas y no hay nada que no sepa! exclamó la chica, y Sirius retrocedió, horrorizado.
-¿Les decimos, Lunático? le preguntó Sirius con voz seria a Remus, quién no tuvo más remedio que asentir.
-Lo que pasa es que nuestro amigo Remus, dijo James, resulta que es un hombre lobo.
Albus y Scorpius se miraron, sorprendidos, mientras que los ojos de Rose brillaron.
-Oh
oh
dijo Albus. Cuando a Rose le brillaban los ojos era que iba a recitar información leída de un libro.
Albus le tapó la boca.
-Sí

ya lo sabemos dijo con una falsa sonrisa, y entonces se fijó en Remus.
Y se dio cuenta, entonces, de que tenía algo familiar

-¿Usted es el padre de Ted Lupin? preguntó, atónito.
Remus estaba más confundido que nunca.
-¿De quién? preguntó.
-Ted Lupin repitió Albus.
-Que yo sepa no dijo Remus, incómodo.
-Al, es obvio que aún no lo sabe susurró Rose a Albus.
-¿Si es su padre entonces? susurró Albus.
-¡Sí! respondió Rose.
-Tenemos que salir de aquí,dijo Ron, tendrán que admitir que es el pero lugar de encuentro
.
Los chicos asintieron, y salieron por grupos de dos o tres.
Harry iba con James.
-No puedo creerlo
, decía James, yo casado con Lily y con hijos

-Bueno
hijo único corrigió Harry, algo incómodo.
-¿Hijo único? preguntó James, y Harry decidió no contarle a su padre el cruel destino que él y su madre sufrirían, y para su alivio James cambió de tema.
-Y dime, ¿cómo es Hogwarts en tu tiempo? ¿Quiénes son los profesores?
-De transformaciones es la profesora McGonagall dijo Harry, y James suspiró.
-Transformaciones es mi materia favorita. No sé si sabrás que soy un animago le dijo a Harry.
-Sí, si lo sabía dijo Harry.
-Bueno, continúa dijo James.
-De encantamientos es Flitwick, de Herbología Sprout, de Adivinación la profesora Trelawney

-¿Quién es la profesora Trelawney? preguntó James, y Harry recordó que cuando la vidente pronunció la profecía causante de la muerte de sus padres era cuando iba a conseguir apenas trabajo en Hogwarts.
-Una loca que predice la muerte de cada alumno por cada año respondió Harry, y James rió y pidió que continuara.
-De Cuidado de Criaturas Mágicas es Hagrid

-¿Enserio? ¡Ha! Por fin lo consiguió sonrió James.
-De Historia de la Magia el profesor Binns

James fingió bostezar, y Harry lo entendió. La voz del profesor fantasma te hacía quedarte dormido del aburrimiento.
-De Defensa Contra las Artes Oscuras nunca ha durado ningún profesor, y finalmente de Pociones es Snape.
James se detuvo en seco.
-¡¿Qué?!
Harry tuvo que explicarle entonces que Severus Snape era el profesor de Pociones, aunque ansiaba el puesto de Defensa Contra las Artes Oscuras, y que siempre le decía que era igual de arrogante y engreído que su padre

-¡Maldito Quejicus!, dijo James, molesto, nunca debí salvarle la vida

Harry rió.
-Ya veras la que le espera a mi querido amiguito Slytherin
dijo James con malicia.
-¿Y qué más puedes decirme del futuro? preguntó James.
-Bueno
-Harry se detuvo a pensar-heredé tu capa de invisibilidad y tengo el mapa del merodeador.
-¿Enserio? preguntó James, riendo.
-Sí; a propósito felicidades, está muy bien hecho y me ha sacado de muchos problemas dijo Harry.
-Lo sé, era una maravilla de mapa
,dijo James, suspirando, ¿lo trajiste?
-No dijo Harry con tristeza.
-No te preocupes, lo consoló James, los merodeadores y yo te podemos prestar el nuestro.
-Gracias.
Entonces James llamó a Sirius.
-¡Eh, Canuto, ven aquí!
Sirius se vino riendo, con Ron a su lado.
-Este chico es muy simpático dijo Sirius, muriéndose de risa, señalando a Ron.
-¿Qué le dijiste, Ron? le preguntó Harry a su amigo.
Ron no contestó. Tenía las orejas coloradas.
-Bueno, ¿qué pasa Cornamenta? preguntó Sirius.
-¿Qué te parece si introducimos a nuestros nuevos amigos como primos a Hogwarts?
Sirius lo miró.
-¿Estás loco o qué, Cornamenta? No todos se parecen a nosotros, y además reconocerían perfectamente los ojos de Lily de Harry

Albus, Rose, Scorpius, Hermione, y Remus los alcanzaron.
-¿Qué pasa? preguntó Hermione, y los chicos les explicaron.
-¿Por qué no van a la Casa de los Gritos? sugirió Remus.
-Eso es sólo para tu uso personal, Lunático,dijo Sirius,
ah, y el nuestro.
-Mejor en la Sala de Menesteres sugirió Albus.
-¿La Sala de Menesteres?
-Sí; Rose, Scorpius y yo nos refugiamos allí y créanme que tiene muy buen servicio

-Sí, ya me imagino
sonrió Ron.
-Entonces
¿en la Sala de Menesteres? preguntó James.
-En la Sala de Menesteres dijeron todos, y sonriendo y riendo se dirigieron a la entrada del inmenso castillo de Hogwarts. La luz del sol bañaba cada rincón del castillo, con destellos rojo fuego que daban vida a los paisajes.
Harry, Ron, Hermione, Albus, Rose y Scorpius se habían refugiado, tal como habían dicho, en la Sala de Menesteres, y en ese momento se dirigían a los jardines de Hogwarts a pasar el receso.
-¿Qué les pareció la noche de ayer? preguntó James.
La noche pasada los chicos habían acompañado a los merodeadores al Bosque Prohibido, para la transformación de Remus en hombre lobo.
Fue un asunto complicado, ya que sólo James y Sirius sabían convertirse en animales, así que les hicieron un hechizo protector alrededor, y a Harry se le ocurrió lanzar encantamientos patronus para que los animales plateados danzaran alrededor del área especial que habían elegido del bosque, pero Albus, Rose y Scorpius no sabían conjurarlo; así que Harry les enseñó.
-¡Impresionante, Harry!, exclamó James una vez hubiera terminado la transformación y estuvieron fuera, ¿Quién te enseñó a hacer el encantamiento?
-Precisamente Remus Lupin respondió Harry.
James tenía los ojos como platos.
-¿Lunático te enseño a hacer un patronus? preguntó boquiabierto, y Harry asintió.
James miró a Remus, quién se sonrojó.


-Excelente sonrió Harry, y los demás asintieron.
-Pero hay algo que no me gusta opinó Hermione, y todos la miraron.
-No tiene nada que ver con lo de ayer dijo Hermione rápidamente, alarmada de si se había entendido mal.
-¿Entonces? preguntó Ron.
-Es que
¡nuestras clases! ¡nuestra educación! Deberíamos estar en nuestra época en Hogwarts, la verdad, porque todavía no somos mayores de edad y no podemos simplemente faltar a clases! dijo Hermione, enojada.
-¡Es cierto! dijo Rose, alarmada, y ella al igual que su madre se la pasaron defendiendo sus opiniones, hasta que finalmente los tímpanos de Sirius llegaron a un límite.
-¡Ya basta! Platiquemos de algo más interesante
¿le hacemos otro maleficio a Quejicus? ¿Vamos a hacerle calzón chino a Dolohov? preguntó.
-Estoy de acuerdo en lo de Quejicus sonrió James con malicia.
-De ninguna manera, los regañaron Remus, Hermione y Rose, y lo siguiente fue dicho nada más por Remus y Hermione: Somos prefectos de Gryffindor y no permitiremos que hagan tantas ridiculeces.
-¿Eres prefecta? preguntó Rose asombrada.
-Sí respondió Hermione, satisfecha de sí misma.
-Siempre he querido llegar a ser prefecta dijo Rose, y suspiró.
Albus y Scorpius rodaron los ojos.
-Me aburro, dijo entonces James, ¿no quieren ir a Hogsmeade?
-¿Hogsmeade? preguntaron Albus y Scorpius.
-Ya saben; el pueblo que está cerca de Hogwarts.
-Ah
bueno dijeron.
-Pero no podemos ir así como así, dijo Hermione, aún no toca la visita a Hogsmeade, y además podría haber consecuencias muy graves si nos cachan.
-Para eso es el mapa del merodeador, Hermione dijo Ron, guiñándole un ojo a Harry.
-Cierto, pelirrojo, dijo Sirius, Cornamenta, el mapa le dijo a James con un ademán de la mano que indicaba ‘dámelo’.
James hizo una mueca.
-No lo tengo ahora dijo.
-¿Qué?
-¡Está en mi baúl, donde siempre lo guardo! reclamó James.
-¿Tenemos que ir hasta arriba? preguntó Scorpius arrastrando las palabras y con voz de cansancio y flojera.
-¿No será mejor un encantamiento Accio? preguntaron Rose y Hermione.
-No; el mapa está encerrado con un candado especial, tendremos que ir por él dijo Remus.
-Vamos nosotros dos, Lunático se ofreció Sirius y él y Remus subieron rápidamente a Hogwarts.
Entonces sonó el timbre.
-Genial suspiraron James, Harry, Albus y Ron al unísono.
-Espero que no tarden suspiró Albus.
-Más les vale corrigió James.
Y poco a poco, los jardines y todos los corredores de Hogwarts se fueron vaciando; todos los alumnos se dirigieron a sus respectivas clases o a sus salas comunes, hasta que sólo quedaron ellos siete.
Ron bostezó y se estiró, y Hermione estaba ruborizada: nunca había llegado tarde a alguna clase.
-¡Ya estamos! gritaron Sirius y Remus desde lejos, y corrían con un trozo de pergamino amarillento en las manos.
-Muy tarde, ya tocó el timbre les dijo James con tono burlón.
-Perdón, es que Filch nos detuvo un buen rato debido a unas bombas fétidas que según él habíamos tirado nosotros en el corredor del tercer piso. Tardó mucho en averiguar que fue Peeves dijo Remus, y Sirius rodó los ojos.
-Tenemos que ir a clases dijo Hermione.
-Nah dijeron James y Sirius.
Hermione, Rose y Remus los miraron, alarmados.
-¿Cómo?
-La siguiente clase es Historia de la Magia, y nos moriremos del aburrimiento se quejó Sirius.
-Será mucho más divertido ir a Hogsmeade dijo James.
-Pero

-Anda, Lunático, vamos suplicó Sirius, y quién sabe como le hicieron para convencerlo, pero ahora se encontraban entrando en el pueblo de Hogsmeade.
-¡Honeydukes! exclamó Ron; su mirada fija en la tienda de dulces.
Albus, Rose y Scorpius simplemente miraban los locales, asombrados.
-¿Y vendremos aquí hasta tercer año? preguntó Albus.
-Sí dijo Harry, recordando que no pudo ir a Hogsmeade la primera vez que Ron y Hermione fueron, y miró a Sirius, agradecido, debido a que él había firmado el permiso para que pudiera asistir.
-¿Qué? preguntó Sirius, confuso.
-Nada respondió Harry, y siguieron caminando.
-Esperen dijo la voz alarmada de Scorpius.
-¿Qué pasa? preguntó Remus, y cuando siguió la mirada del chico su mirada se tornó del mismo tono pálido.
Harry volteó, y tembló.
Delante de ellos, había aparecido un extraño humo negro como la tinta que usaban para sus pergaminos, y de éste había aparecido una silueta de un hombre alto y delgado.
Su piel era blanca como una calavera, sus ojos eran rojos y en vez de nariz tenía dos rendijas. Su rostro tenía un parecido asombroso al de una serpiente, y miraba con la maldad reflejada en sus brillosos ojos a los nueve chicos.
-Harry Potter, dijo con un suave sonido que hacía que la piel se erizara, de nuevo nos encontramos.
-¡Crucio!
Montones de mortífagos aparecieron y atacaron a los chicos, que empezaron a defenderse y a atacar también.
Los merodeadores peleaban individualmente, y ellos y Harry, Ron y Hermione se turnaban silenciosamente para proteger a los más chicos.
-¡No necesitamos protección!,se quejó Rose, ¡expelliarmus!
Un mortífago fue desarmado y quedó en el suelo cuando Hermione le lanzó el hechizo ‘Desmaio’.
Harry luchaba mientras tanto con Voldemort.
Ninguno podrá vivir mientras el otro siga con vida

La voz de la profesora Trelawney resonaba en la cabeza de Harry, casi mareándole.
-¡Expelliarmus! exclamó James, y a Harry le dio un vuelco el corazón.
James y Albus se habían acercado a ayudarlo.
-¡Albus! empezó Harry, pero el chico lo detuvo.
-No, padre
voy a luchar contigo dijo Albus, y Harry sonrió.
-¡Petrificus Totalus! exclamó Rose a lo lejos, y era ayudada por Hermione y Ron, y Scorpius peleaba junto a Sirius y Remus.
-¡Levicorpus! exclamó James y Voldemort fue elevado por los aires.
Había llegado muy lejos.
-¡Avada Keda
!
-¡Expelliarmus! exclamó Harry, protegiendo a su padre y a su futuro hijo.
-¡Liberacorpus! exclamó Bellatrix Lestrange mientras peleaba contra Rose, Hermione y Ron; y siguió peleando.
-¡Crucio! exclamó Voldemort, pero Harry gritó:
-¡Protego!
-¡Rictumsempra! exclamó Albus y Voldemort se frotó la panza; las cosquillas no le provocaban risa, sino dolor de estómago.
-¡Serpensortia! exclamó Scorpius a lo lejos, y una serpiente grande y verde se deslizó desde la punta de su varita y atacó a su oponente, que cayó rendido.
-¡Sectumsempra! exclamó Harry, y Voldemort sangró gravemente.
-¡Crucio! exclamó Bellatrix, uniéndose a ellos, con Rose, Hermione y Ron siguiéndola.
Harry se retorció en el suelo, y Bellatrix rió con maldad y curó a su amo.
-No quiero que lo mates, Bella,susurró Voldemort a la mortífaga, yo lo haré; o a él o a su padre.
-¡POTTER, BLACK, LUPIN!
Una voz de mujer resonó, y Harry se dio cuenta que era su madre.
-¡Evans! exclamó James, y Lily corrió en su ayuda.
-¡Una sangre sucia! se burló Bellatrix, y Lily, rabiosa, exclamó:
-¡Incarcerus!
A continuación unas cuerdas salieron de la nada y estrujaron a Bellatrix, que se puso blanca como la cera.
-¡NO!,exclamó Voldemort, ¡Cruc
!
-¡Protego! exclamaron James, Harry y Albus a la vez, haciendo el escudo protector más fuerte que hubieran visto en su vida.
-Eso es, dijo Harry, si lanzamos un hechizo juntos los venceremos.
Lily lo miró por primera vez.
-¿Quién eres? preguntó.
-No hay tiempo de explicarlo dijo James con prisa, pero Lily no se retuvo.
-¿Porqué te pareces a Potter? ¡Creí que no tenía hermanos! Y
se quedó sin habla; miraba, como en un espejo, sus propios ojos reflejados en los del extraño.
-¿Prometes no asustarte, Evans? dijo James, y Lily asintió.
-Es nuestro hijo dijo, y Lily se puso tensa.
-Era
dijo Voldemort, con voz muy fuerte y clara, que todos dejaron de pelear y los voltearon a ver.
-¡Avada Kedavra!
Harry creyó que ese sería su fin, que moriría de una vez, pero lo que siguió no se lo esperaba.
Nueve varitas se alzaron, y nueve voces distintas exclamaron:
-¡¡PROTEGO!!
James, Lily, Sirius, Remus, Albus, Rose, Scorpius, Ron y Hermione habían lanzado el hechizo escudo al unísono y todos, incluso el mismo Voldemort, quedaron impresionados por el poder que éste tuvo, y era tan poderoso que los mortífagos (incluido Voldemort) cayeron como si hubieran sido empujados o golpeados del estómago.
Y entonces se oyó la voz de Voldemort:
-Nos veremos pronto, en nuestra época, Potter
. ¡ESTO NO HA ACABADO!
Y él y los mortífagos desaparecieron en una bocanada de humo negro, dejando a los sorprendidos chicos solos.
-¡POTTER,BLACK,LUPIN,EVANS!
La voz de la furiosa profesora McGonagall resonó en todo Hogsmeade, y los chicos se voltearon rápidamente, temblorosos.
-¡Vengan acá! rugió McGonagall, y se acercó a grandes zancadas, de las propias de Hagrid, así que no necesitaron acercarse mucho.
-¡¿Me pueden explicar que hacen aquí?! exclamó McGonagall.
-Perdón
profesora
es que
yo, bueno, nosotros
empezó Sirius, pero McGonagall lo interrumpió.
-¡Que yo sepa las visitas a Hogsmeade son dentro de tres semanas!
-Profesora, lo que pasa es que nosotros
dijo Lily, y McGonagall la miró con sus ojos de águila.
-No me lo esperaba de usted, señorita Evans le dijo, y Lily calló.
-Disculpe profesora, pero Lily no estaba aquí antes, casualmente pasaba por aquí cuando Sirius, Remus y yo estabamos aquí la defendió James.
-SI; estábamos siendo atacados por mortífagos dijo Harry, y McGonagall dio un salto; evidentemente no lo había visto ni a él ni a los demás.
-¿Qué..?
-Verá profesora, empezó Sirius, lo que pasa es que estos chicos

McGonagall hizo una seña con la mano para que callara, y Sirius se estremeció.
-Por ahora guarden silencio. Las explicaciones nos la darán al profesor Dumbledore y a mí en su despacho.
Y dicho esto, avanzó hacia el castillo; los chicos siguiéndola con la cabeza baja.




-¡Meigas Fritas!
La gárgola que se encontraba vigilando el despacho de Dumbledore se movió, dejándolos pasar por una escalera de caracol, y subieron.
Una reluciente puerta de roble se hallaba frente a ellos, con una aldaba de bronce en forma de grifo que la profesora McGonagall giró con prisa.
Albus, Rose, Scorpius, Ron y Hermione miraron con interés la habitación.
Era una sala circular, grande y hermosa, y por todas partes se oían curiosos sonidos, y arriba, en lo alto, se encontraban los retratos de los antiguos directores de Hogwarts, que estaban -o pretendían- dormir.
Delante de ellos, se hallaba un escritorio con pies en forma de zarpas, y una gran silla atrás de éste. Sobre el escritorio se hallaba una percha dorada, y en ella un pájaro rojo extraño.
Harry sonrió al ver a Fawkes, el fénix de Dumbledore, pero Fawkes no le devolvió la sonrisa, y Harry recordó que estaban en el pasado, y que el pájaro no sabía que a sus doce años lo rescataría de la Cámara de los Secretos.
-¿Profesor Dumbledore? llamó la profesora McGonagall.
Un hombre alto, delgado y anciano se asomó desde las ventanas, y Harry se dio cuenta de que las cortinas lo habían tapado mientras éste observaba los bellos paisajes que rodeaban a Hogwarts.
-¿Sí? dijo Dumbledore.
-Perdone, pero los señores Potter, Black, Lupin y la señorita Evans se hallaban en Hogsmeade a horas inadecuadas, sabiendo perfectamente que no era un día de visita.
-Entiendo dijo Dumbledore.
-Pero lo que más me sorprende, continuó la profesora McGonagall, es que no eran los únicos.
Dumbledore se volteó.
Sus ojos azul claro, ocultos detrás de unas gafas de media luna, vieron con curiosidad a Harry y sus amigos.
-¿Puedo preguntarles, empezó Dumbledore, ¿quiénes son ustedes seis?
Hermione se adelantó, asustada.
-Verá profesor, seguramente usted ha escuchado de un mago tenebroso llamado Vol
Vo-o

-Voldemort dijo Harry, y Hermione se estremeció.
-Como sea, continuó, nos informaron de que ese mago y sus seguidores, llamados mortífagos, estarían aquí para asesinar a James Potter y a Lily Evans.
James palideció y Lily casi se desmaya, y Harry se sintió culpable de verlos así.
-Y resulta que nosotros venimos de otro tiempo; venimos aquí con un artefacto especial llamado giratiempo le enseñó el aparato, que parecía un reloj porque nos avisaron; fue usted, pero en nuestro tiempo, y nosotros no sabíamos que ellos vendrían también señaló a Albus, Rose y Scorpius con la cabeza.
-Ya veo, dijo Dumbledore, pero siguen sin decirme ¿quiénes son ustedes?
-Yo soy Hermione Granger, él es Ron Weasley y él es Harry Potter dijo Hermione señalándolos.
-Y yo soy Rose Weasley, hija de Ron y Hermione, y ellos son Albus Severus Potter, hijo de Harry y Ginny Weasley, y Scorpius Malfoy, hijo de Draco Malfoy y Astoria Greengrass dijo Rose.
Ron no se atrevió a mirar a Hermione, y Harry reflexionó en lo que su futura sobrina acababa de decir.
Hijo de Harry y Ginny Weasley

¿Su esposa sería Ginny? ¿Qué pasaría con Ron? ¿Terminaría su amistad?
-Y debo suponer que ustedes tres señaló a Albus, Rose y Scorpius vienen de otro tiempo ¿me equivoco?
-No, señor, no se equivoca dijo Albus.
-A nosotros nos aviso McGonagall añadió Scorpius.
-Y, sorpresivamente, he de informarles que ya sabía que ustedes se encontrarían aquí, y su motivo.
Si Harry no hubiera visto los labios de Dumbledore moverse, hubiera creído que era una alucinación, pero, además, sus amigos también tenían las mismas caras de sorpresa que él.
-¿Cómo lo supo, señor? preguntó Hermione.
-Me lo informaron mi yo en el futuro, y la profesora McGonagall, también en el futuro respondió Dumbledore, y dos personas salieron de un rincón oscuro.
Eran los futuros Dumbledore y McGonagall.
Los chicos no sabían qué decir.
-Bueno, lamentablemente, les informo que el Ministerio ya se enteró de esto, y que Voldemort ya volvió a su época verdadera dijo el Dumbledore del tiempo de Harry.
-Y que parece que ya es tiempo de que vuelvan a sus respectivas épocas dijo la McGonagall de los tiempos de Albus.
-Pero, ¿y el castigo? preguntó James, y Sirius le dio un buen codazo en las costillas.
-Esperen, ¿castigo?, preguntó Ron, ¡pero nosotros ni pertenecemos aquí!
-Y es por eso que no lo tendrán dijo el Dumbledore de los tiempos de los merodeadores, y Ron suspiró.
-Pero ustedes sí añadió McGonagall observando a los merodeadores, que suspiraron.
-Se perderán tres idas a Hogsmeade, se quedarán por las noches de tres semanas a limpiar sin magia el Gran Comedor y se le quitarán treinta puntos a Gryffindor añadió McGonagall.
-¿Por qué todo tres? preguntó Ron.
-Somos tres generaciones, ¿no? observó Albus, y todos sonrieron.
Y entonces apareció Rufus Scrimgeour, nuevo ministro de magia de los tiempos de Harry.
-He sido informado de que seis menores de edad han viajado en el tiempo, alterando las épocas a las que fueron, ¿estoy en lo correcto? dijo.
-Sí; señor ministro dijo Dumbledore.
Scrimgeour miró por la ventana y suspiró, luego se volteó a ver a Harry, Ron, Hermione, Albus, Rose y Scorpius.
-Me temo que ya deben volver a sus épocas correspondientes, les dijo, y
hacerles a todos un encantamiento desmemorizante.
Y antes de que pudieran articular palabra, Scrimgeour levantó su varita y exclamó:
-¡Obliviate!
Y desde ahí Harry no supo qué había pasado, pues todo se oscureció.
-¿Qué ocurrió?
Ron se frotaba los hombros mientras Hermione ayudaba a Harry a levantarse.
-No lo sé dijo Hermione.
-¿Dónde estamos? preguntó Ron.
-¿Me ven cara de diccionario? preguntó Hermione, enojada.
Y entonces vieron el rostro de Albus Dumbledore, y se dieron cuenta de que estaban en su despacho.
-Bienvenidos, les dijo, creo que deben asistir al banquete de bienvenida lo antes posible, y señor Potter, intente no llegar tarde la próxima vez; el profesor Snape dice que ya no quiere traerlo de nuevo al colegio.
A Harry le daba vueltas la cabeza, pero él y los demás obedecieron a Dumbledore.
-Qué extraño, dijo Ron, ¿qué habrá pasado? Me siento confuso

-Bueno, eso ya no importa, dijo Hermione, sólo importa que vivamos lo que nos corresponde.
No supo cómo habían salido esas palabras de su boca, pero simplemente decidieron dejar ir el pasado e ir hacia el futuro.

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-¿Alguno de ustedes sabe porqué tenemos este castigo? preguntó James.
Él, Sirius, Remus y Lily se hallaban en el Gran Comedor, de noche, limpiándolo con unos trapos.
-Ni idea respondieron, y siguieron limpiando.

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-¿Huh?
Albus, Rose y Scorpius se hallaban en el despacho de la profesora McGonagall, tirados en el suelo.
Entonces ésta apareció y los ayudó a levantarse.
-¿Qué pasó? preguntaron a la vez.
-Vayan al banquete, no tarda en empezar dijo la profesora, evitando responderles, y los chicos, confusos, decidieron obedecerla.
-¡Hola, Al! saludó Alice Longbottom a Albus una vez estuvieron sentados en la mesa de Gryffindor, en el Gran Comedor.
-¡Hola, Alice! respondió Albus, y Scorpius intentó en vano ocultar una risita.
A Albus le gustaba Alice desde que la vio, y Scorpius y Rose lo sabían perfectamente, pues se los había confesado el año pasado.
-Su atención, porfavor dijo la profesora McGonagall desde la mesa de profesores, con voz claramente audible, y los alumnos callaron y prestaron atención.
-La Ceremonia de Selección dará inicio dentro de unos minutos, y siguiendo el gran banquete.

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Y así, todo volvió a la normalidad.
Empecemos por los merodeadores: James y Lily se casaron y tuvieron a un hijo al que llamaron Harry James, pero murieron gracias a un mago tenebroso que los asesinó cuando el niño tenía apenas un año, Sirius fue a prisión pero escapó y Harry supo la verdad a sus trece años, Lupin conoció a Harry y le enseñó el encantamiento patronus


Harry se enamoró de Ginny en su sexto año, y años más tarde, después de la batalla de Hogwarts, se casaron y tuvieron a James Sirius, Albus Severus y Lily Luna Potter. James fue a Hogwarts, y un año después fue Albus. Lily deseaba ir pero no tenía la edad suficiente. Ron y Hermione también se casaron y tuvieron a Rosebud y a Hugo Weasley. Draco Malfoy se casó con la Slytherin Astoria Greengrass y tuvieron a Scorpius Malfoy.


Albus, Rose y Scorpius cursaron su segundo año en Hogwarts normalmente. Era, finalmente, un año normal, sin riesgos ni descubrimientos, aunque quién sabe qué podría pasar en el futuro


Y esta fue la historia de cuando tres generaciones de magos se toparon por primera y única vez.

*~FIN~*

 

Tres Generaciones en una - Fanfics de Harry Potter

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-No puedo creer que ya vayamos a cursar el sexto año en Hogwarts.Tres chicos de dieciséis años se encontraban en un compartimento privado de un tren.Un chic

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2023-02-27

 

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