Malfoy, ¿Qué haces tú en el mundo muggle? - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Hermione:

Me encontraba en casa de Ron, recogiendo mis cosas, me iba,pero para no volver.

Había pasado un año desde que Harry había vencido aVoldemort, por fin, llegó la paz para el mundo de los magos.

Harry había comenzado una relación con Ginny, que iba vientoen popa.

Yo también comencé una relación, con Ron, uno de mis amigosdesde que tenía once años. Empezamos a salir momentos antes de que Voldemortfuera vencido. Yo realmente había estado enamorada de Ron, pero, poco a poco,la llama se fue apagando, él no era como yo creía, había cambiado mucho desdeque dejamos Hogwarts.

Cuando empezamos a salir, todo iba muy bien, estupendamentediría yo, pero discutía constantemente con Ron, hasta por cosas insignificantes.Por eso, lo dejamos.

 

Estuvimos unos tres meses sin ni tan siquiera hablar. Sólonos encontrábamos cuando estábamos con Harry y Ginny, mejores amigos de ambos.

Pronto, volvimos a hablar, y nos llevábamos muy bien, por loque decidimos retomar nuestra relación.

Grave error.

Sí, tenía razón, Ron había cambiado mucho. Llegaba a altashoras de la noche de trabajar. Pero nunca me decía de dónde venía cuando yo lepreguntaba. A veces, me ignoraba, otras, que no fuera desconfiada, y, cuandoestaba de mal humor, sencillamente me decía que a mí no me importaba.

En más de una ocasión regresó a casa borracho, y, cuando lohacía, intentaba forzarme para que hiciera el amor con él. Lo intentó en dosocasiones, pero no lo consiguió, pero yo, como estaba asustada, me encerraba enla habitación de invitados, como venía borracho, ni se daba cuenta de miausencia.

No hablábamos, él salía por la puerta de casa por la mañana temprano y volvía tarde, muy tarde.

Un día fuimos a visitar a Ginny y Harry, que decían que nostenían que dar una noticia.

Mientras íbamos en el coche, debajo de mi asiento pude untrozo de tela negra, lo cogí, era un tanga. Le pregunté, nada de nada, nisiquiera una mirada.

Llegamos a casa de nuestros amigos. Se iban a casar. Estabanmuy felices, enamorados.

La verdad, me daban envidia, yo quería una relación así, máso menos.

Siempre la había querido con Ron, pero ya no.

Regresamos a casa. Ron fue a ducharse. Se vistió de traje. Memiró de arriba abajo, con una cara inexpresiva.

Llegó a casa a media madrugada. Olía a perfume de mujer.Cuando se acostó en nuestra cama, yo me fui a dormir a la habitación deinvitados.

Pero, al día siguiente, tuvo el descaro de decirme que qué mepasaba. Que me comportaba de una manera muy extraña. Que ya ni le dirigía lapalabra.

Exploté. Lo solté todo. Le dije que era un sinvergüenza. Quevolvía a casa siempre tarde. Unas veces, borracho, otras, con olor a perfume demujer.

Le dije que lo odiaba, que no quería volver a verlo más. Medijo que ya no me quería que era insoportable y muy celosa, sin motivos.

Así que estaba recogiendo mis cosas. Guardando mi ropa ytodas mis pertenencias en un par de maletas. Esta noche, cuando regresara detrabajar, no me iba a encontrar, pero ni aquí ni en otro lugar de este mundo.

SÍ, pensaba irme a vivir al mundo muggle.

Sólo le escribí una nota, estaba tan furiosa que me salió unaletra horrible. Pero legible.

Me voy, no me busques. No pienso volver. Sé que no mequieres. También que me engañas, así que ya puedes disfrutar de la vida, sinmis celos, como dices.

 

Hermione.

Le dejé la nota pegada en la nevera, ahí la vería, siempreque volvía a casa, lo primero que hacía era atacarla.

A las pocas horas, me encontraba en el mudo muggle. Loprimero que hice, fue visitar a mis padres. A su trabajo, ambos son dentistas.

-Perdone- dije a la recepcionista- soy Hermione Granger, megustaría que le dijera a mis padres que cuando tengan un hueco salgan unmomento, estaré en la sala de espera.

-De acuerdo, señorita.

-Me senté, estaba realmente agotada, menos mal que mis padresno tardaron mucho en aparecer, apenas quince minutos, porque estaba muerta.

-¡Hermione!- me llamó mi madre.

Me dirigí a ellos y los abracé fuertemente.

-¿Dónde está Ron?- preguntó mi padre.

-Lo hemos dejado. Me vengo a vivir aquí. Quiero comenzar unanueva vida.

-¿Hija qué ha
?

-Mamá, no preguntes- la interrumpí- no quiero hablar deltema.

-Está bien- me beso en la mejilla.

-Bueno, me voy y os dejo trabajar, necesito descansar, estoyagotada.

-Claro hija, ¿te vienes a casa, no?- preguntó mi padre.

-No, voy a una habitación de hotel, me apetece estar sola.

-Pero hija
bueno, como desees, pero mañana prométeme que vasa venir a cenar a casa. ¿Prometido?

-Claro, mamá.

Me despedí de ellos. Llegué a un hotel y pedí una habitación.Subí rápidamente por el ascensor, desenado tomar un baño.

Dejé las maletas por el suelo y me encaminé a darme un baño,con mi neceser.

Llené la barriga hasta arriba y me senté, estaba en lagloria. Hasta que escuché un ruido, habían abierto la puerta. Salí de labañera, asustada, me envolví con la toalla.

¡Mierda! Era muy pequeña, apenas cubría mis muslos. Entonces,me armé de valor y abrí la puerta.

No me podía creer lo que veían mis ojos.




Hola! Este es mi nuevo Dramione. Espero de verdad que os guste, he comenzado otro porque mi otra historia, está casi terminada.Espero que les guste.Cada capítulo será contado o por Draco, o por Hermione, sucesivamente.Me gustaría que me dijeran que les ha parecido el primer capi!Muchos besos! n_n

Draco:

Estaba preparándome para ir al Ministerio. Hoy, en unas horas, se celebrabami vista disciplinaria. Me decidí por un traje formal. También arreglé mi pelo.Todo listo.

Tenía Que reconocer que estabanervioso. Ayer, fue la celebración de la vista de mi madre. Ella no había sidocondenada. Al fin y al cabo, ella no llevaba grabada la Marca Tenebrosa. Yo sí.En mi brazo izquierdo. Hace dos días, fue la de mi padre. Lucius sí que fuecondenado. En estos instantes, se encontraba en una celda de Azkaban, laprisión de los magos. Había sido condenado al beso del dementor. Pero claro,teniendo en cuenta que él había sido un fiel seguidor deEl-que-no-debe-ser-nombrado y se encontraba entre sus primeras filas, no era deextrañar.

Esperaba no correr su misma suerte.Salí de la Mansión. Llegué a mi destino. Que se encontraba en el subsuelo de laciudad de Londres. Si los muggles supieran lo que se encontraba bajo sus pies
Llegué mediante la Red de Polvos Flú. Al llegar, tuve que colocar una chapa enmi ropa, en la que se leía: <>. Laenganché en mi camisa. También fui sometido a un cacheo y tuvo que dejar mivarita en el mostrador de seguridad, que se encontraba al final del Atrio,dónde la revisaron, y me la devolvieron.

 

Llegué a mi destino. El Tribunal deWizengamot, ubicado en la décima planta. Me encontraba ya dentro de una enormemazmorra. Las paredes eran de piedra oscura y unas antorchas apenas iluminabanla estancia.

-Siéntese- me dijo una voz.

En el centro de la sala había unasilla, con los reposabrazos cubiertos por cadenas. Cuando me senté, tenso, lascadenas comenzaron a moverse, hasta que me sujetaron los brazos.

Miré al frente. Había alrededor decincuenta personas que llevaban túnicas largas de color ciruela. Llevaban en elpecho una insignia, una <>. En la primera fila está sentadoRufus Scrimgeour, ministro de Magia. Sumelena de cabello rojizo tenía mechones entrecanos, unos ojos amarillentosescondidos tras unas gafas. Es delgado, y sé que cojea.

-Vista disciplinaria del dos dediciembre- comenzó Scrimgeour- Señor Malfoy, usted ha sido condenado por elintento de asesinato de Albus Dumbledore durante su sexto curso en el ColegioHogwarts de Magia y Hechicería, año en el cual parece ser que se convirtió enseguidor de Voldemort, también año en el que parece ser que fue grabada la MarcaTenebrosa en su antebrazo izquierdo. Durante su séptimo curso, al parecer,aunque no consta, luchó del lado de Voldemort, aunque es normal, si era un mortífago.También, parece ser, aunque tampoco consta, intentó atrapar a Harry Potter paraentregárselo a su amo, algo que no consiguió. Finalmente, antes de la luchafinal entre Potter y Voldemort, usted se retiró, huyó junto a sus padres. También sabemos de su odio y repulsión haciala gente que proviene de familias no mágicas, de muggles, a los que usted llamasangre sucia. Bien, comencemos- prosiguió.

-Señor Malfoy- me volví hacia lavoz de una mujer que no reconocí- En su sexto curso, usted fue marcado ¿verdad?

-Sí- respondí, sinceramente.

-Bien- otra voz desconocida- entoncesfuiste un seguidor de Voldemort. Intentaste matar a Dumbledore, ¿no?

-Lo planeé todo, lo reconozco- empecé, dispuesto a contartoda la verdad- lo tenía todo bien atado, o eso era lo que pensé yo. Desarmé aDumbledore. Pero no fui capaz de matarlo, nunca había matado a nadie, a pesarde que frente a mis ojos moría asesinada mucha gente. Llevé a cabo mi plandurante todo el curso, lo hice por mi familia, si yo no era capaz de hacerlo,mataría a mis padres, y yo no podía permitir eso. Pero cuando vi al profesor,indefenso, no me vi capaz, además, él me dijo que me uniera a la Orden delFénix, que nos protegerían. Y, la verdad, pensé en hacerle caso. Pero vinoSnape y lo mató. Pensé que fue por el Juramento Inquebrantable que le hizo a mimadre. Pero fue porque Dumbledore sabía desde un principio mis intenciones y ledijo que lo matara, ya que a él, de todos modos, apenas le quedaban unos mesesde vida.

-¿Querías unirte a las filas de Voldemort?

-No, nunca, me obligó, además, lo hice, de nuevo, paraproteger a mi familia.

-Entonces, ¿por qué quisiste capturar a Potter?- otra vos noidentificada.

-Sobre todo, porque iba con dos de mis amigos, ello síquerían verlo muerto, pero Potter me ayudó. Y le estoy agradecido por ello.Potter nunca fue de mi agrado. Pero no lo quería ver muerto. Yo quería que elvenciese. Además, durante el último curso, él y sus amigos fueron torturados, ellosusaron una poción multijugos, yo sabía quiénes eran, y pese a que me lopreguntaron, yo no los delaté.

 

-Nos quiere decir que usted ayudó al Señor Potter y susamigos, ¿no?- preguntaron.

-Sí, no los delaté, pese a que sabía quiénes eran.

-¿Ha usado alguna vez las vestimentas de mortífago?- y otravoz diferente.

-Jamás, y menos mal. Yo no quería. Si tengo en el brazo loque tengo, créame, no es porque yo la quisiera

.-Vemos que está siendo sincero,Draco Malfoy. Hemos revisado su varita, no mató a nadie. Pero, sí lo intentó.

-Sólo porque me obligaban, pero, si Snape no hubieraaparecido, le habría hecho caso a Dumbledore. Voldemort me encomendó esa misiónporque sabía que iba a fracasar, me quería ver muerto. Yo, ante sus ojos, sóloera un crío asustado.

-Bien- habló Scrimgeour- aquellos que consideren que debe serabsuelto de todos los cargos

Vi que en la sala levantaban la mano veintiséis personas.

-Aquellos que consideren que ha de ser encarcelado en Azkaban

Otras veintiséis manos se alzaron. ¿Qué iban a hacer conmigo?

-Nunca se ha dado un caso como el de hoy. Entonces-reflexionó- no podemos ni dejarlo libre, ni llevarlo a Azkaban, ya que haymitad y mitad- hablaba para sí mismo-. Ya está, será condenado a pasar seismeses con los muggles. Sí, pero deberá aprender a vivir como ellos, nada de magiaen ese tiempo. Así que por favor, levántese.

Las cadenas que me apresaban me liberaron.

-Tiene doce horas para ir a su hogar y recoger todo lo quenecesite, después, vendrá aquí, me buscará- dijo el ministro- y yo le diré loque tiene que hacer. Buena suerte.

-Adiós- me despedí y me dirigí apresuradamente al exterior,antes de que se replantearan la condena, aunque eso no podía ser.

Ya me encontraba fuera. ¡Maldita sea! No quería estar conmuggles. Bueno, peor sería estar en Azkaban. Llegué a la Mansión, y mis cosasempezaron a recogerse solas.

-Diminuendo- todas mis maletas empequeñecieron, se hicierondiminutas, y me las guardé en un bolsillo.

Otra vez en el Ministerio de Magia.

-Bien- empezó el ministro-. Aquí tiene- me tendió un sobre-.Dinero muggle. Le hemos buscado un empleo, trabajará en una empresa, una quedirige una revista. Debe buscarse un hogar, ahora, su varita.

-Finite incantatem- las maletas volvieron a su tamaño normal.

Le di la varita y salí de allí, como un mulo de carga, contodas mis pertenencias a cuestas. Mejor eso que doce horas en Azkaban, merecordaba constantemente.

Por fin, llegué al mundo muggle. Esto era totalmentedesconocido para mí. Entonces, vi un hotel. Pedí una habitación, ya que no ibaa poder buscar un sitio donde vivir con todo a cuestas. Me tendió una llave. Yme dijo que dejara mis maletas, que ellos me las subían. Suspiré, aliviado.

Llegué a la habitación. Y entré. Sólo llevaba conmigo unapequeña maleta con las cosas necesarias para ducharme. Me senté en la cama unosinstantes. No estaba mal del todo, era cómoda, y bastante espaciosa. Me levantéy empecé a desabotonar los botones de mi camisa. Escuché un sonido, lo queparecía una puerta abriéndose a mis espaldas, pero no me giré. Estaba sólo.

 

Tiré las camisa sobre la cama, pero, por un espejo, vi unaspiernas desnudas. Eran de una mujer.

Hermione:

En mi habitación, justo en frente de mí, había un hombre.Estaba de espaldas. Era rubio, estaba sin camiseta. Tenía una espalda ancha yfuerte y unos hombros

¡Hermione,cállate, y deja de mirar!- me dije a mí misma.

-Perdona- comencé con voz chillona- pero ésta es mihabitación- di unos pasos hacia mi izquierda, ya que en el espejo se reflejabanmis piernas desnudas.

El chico se dio la vuelta lentamente. No podía creer lo quecreían mis ojos. Era Draco Malfoy. Abrí los ojos como platos. Él se mostrabatan sorprendido de verme a mí como yo a él.

-Malfoy vete de mi habitación.

-Me parece que no es tu habitación. Me han dado la llave deeste dormitorio- se aproximó hasta la puerta- así que ya puedes salir.

-¡No, no, no! ¡Te vas tú!- le grité- ¡Además, yo lleguéprimero!

-La cuestión no es quién llegara primero, me han dado lallave de este cuarto, me parece que Doña Sabiondilla se ha equivocado y se hacolado en una habitación que no es la suya- me dijo con una sonrisa maliciosaen los labios.

-Déjame ver tu llave- le dije.

Malfoy señaló con su mano hacia la mesilla de noche.

-Compruébalo tú misma, Granger.

-Oh, por supuesto que lo haré- avancé a grandes zancadashacia dónde me estaba indicando.

Cogí la llave de la pequeña mesita. Tenía razón. Había sido unfallo de recepción. A ambos nos habían dado la llave de la misma habitación.

-Malfoy- ¿dónde se había metido?- Malfoy ¡Sal ahora mismo dela bañera!- el muy asqueroso estaba en mibañera. Tomando el baño que yodebería haber tomado.

-Tranquila, Granger- metió la mano dentro del agua y sacóunos bóxers negros. ¡Se estaba desnudando! Es que no me lo podía creer
¿Cómopodía ser tan idiota?- Vaya
aquí dentro se está de maravilla- se pasó la manopor el cabello- el agua está a una temperatura estupenda. Has hecho un buen trabajo, Granger.

-¡Tú!- ¿pero cómo se atrevía?- ¡Sal de ahí dentro, ahoramismo!

-No quiero- replicó como un niño pequeño. Se sumergió en elagua.

Me acerqué hasta el borde de la bañera y metí la mano dentro. Encontré su pelo, lo agarré y tiréhacia arriba.

-¡Granger, eres una bruta! Déjame tomarme un baño tranquilo,estoy cansado, me lo merezco.

-Pues prepárate tu propio baño-. Estaba realmente furiosa-cuento hasta tres y como no salgas, te juro que te sacaré yo. Empiezo a contar,Malfoy- tomé aire y comencé-. Uno- se miró las uñas-. Dos- bostezó-. Tres.

-Está bien, está bien, ya salgo- por fin- pero no tengotoalla, y no pienso salir desnudo.

Pongo los ojos en blanco.

-Sal, me doy la vuelta y me tapo los ojos, te juro que no voya mirarte- le dije, me sacaba de quicio.

-No me fío de ti- suspiré, frustrada-. Estás deseando verme.

-No tengo ningún interés en verte, Don Ególatra.

-Dame esa toalla- Malfoy se agarró y tiró de la toalla con laque me envolvía, reaccioné a tiempo y la sujeté.

-¡No vuelvas a hacer eso! ¡Quita esa mano de ahí!

El rubio soltó mi toalla.

-Granger, yo sí que no tengo ningún interés en verte desnuda.Ni siquiera te miraría, ¿qué quieres que me dañe la vista?

 

- Hasta aquí íbamos a llegar, como no salgas
- no sabía conqué amenazarlo.

-Mira, tú no me amenazas, ¿entendido? Pero voy a salir, mesestoy aburriendo y además el agua se está enfriando. Así que ya te dejo túbañerita, toda para ti.

Crucé los brazos sobre el pecho, esperando. En la cara delestúpido Malfoy se formó una sonrisa maligna. Di un paso hacia atrás. No mefiaba de él ni un solo pelo.

Lo que hizo fue loúltimo que esperaba que hiciera. Salió de la bañera. Sí, completamente desnudo.Volví la cara, pero ya se lo había visto absolutamente todo.

-Tranquila Granger, que aunque hayas visto a un hombre desnudopor primera vez en tu vida, puedes estar tranquila, vas a seguir conservando tuinocencia- dudó unos instantes-. O quizá no, esta noche seguro que tendrássueños conmigo

-Si sueño contigo, ten por seguro que lo que tendré será unahorrible pesadilla.

Malfoy soltó una sonora carcajada.

Fui hacia mi maleta y cogí algo de ropa. Ni siquiera miré alrubio. Cuando lo tuve todo, me metí en el baño.

-Vístete- le dije- vamos a ir a recepción a solucionar esteproblema.

-De acuerdo- le oí murmurar.

Me puse unos vaqueros ajustados, un jersey negro y unosbotines, también negros, planos.

Abrí la puerta. Esto sí que no se lo perdonaba.

-¡Asqueroso!- le grité- ¡Quita tus manazas de ahí!- meacerqué al platinado y le quité mi sujetador. Recogí el resto de mi ropainterior, que me la había esparcido por toda la cama, y la metí dentro de unamaleta, la primera que encontré.

-Vaya, no sabía que la santurrona de Granger usara este tipode lencería. Pensé que me iba a encontrar bragas de tipo abuela y cosas así. Loque menos me esperaba encontrar eran conjuntos de colores llamativos y tangas.

-¿Por qué me registras?- este chico me desquiciaba.

-La verdad, tenía curiosidad. Nunca había visto bragas deabuela y quería ver algunas. Pero no, deben de ser un mito, porque si nisiquiera tú te las pones, no lo hará ninguna mujer.

-Vamos a recepción, ¡ya!- y salí como una exhalación,furiosa.

Me giré para ver que me seguía y así era, por lo que seguícaminando. Recorrí el pasillo, y llegamos al ascensor. Dudé. Mejor bajamos porlas escaleras, no quería estar ahí dentro con el asqueroso hurón.

Llegamos al mostrador.

-Perdone, pero ha habido un error, nos ha dado a los dos lamisma habitación.

-Vaya- comprobó su ordenador- lo siento mucho señorita, esque hoy llegaba una pareja y me dijeron que no llegarían juntos, pensé que eranustedes. Ahora mismo lo soluciono- siguió mirando su ordenador- vaya, me temoque no nos quedan habitaciones libres, bueno solo queda una que tiene dos camasindividuales, pero
dos desconocidos no querrán compartir habitación.

-No importa- dijo Malfoy, ¿cómo que no importaba? Síimportaba, y mucho- nosotros nos conocemos del colegio, no nos molestacompartir cuarto por una noche.

-Entonces estupendo- nos tendió unas llaves a cada uno- pero,por las molestias, no se les cobrará nada esta noche, hoy se pueden alojargratis.

-Muchas gracias- Malfoy cogió las llaves y se alejó, yo leseguí.

-No pienso compartir dormitorio contigo.

-Entonces, tendrás que dormir en el pasillo.

Recogimos todas nuestras pertenencias y nos mudamos dehabitación. Elegí la cama más alejada de la puerta.

 

-Malfoy
- tomé aire-¿Qué haces tú en el mundo muggle?

-No te importa- casi me gruñó- y tú, ¿dónde te dejaste a lacomadreja? ¿Encerrada en su jaula?

-No te importa- le respondí yo también de malos modos.

-Yo respondo si tú respondes ¿de acuerdo, Granger?- asentí-.Fui condenado a pasar seis meses en el mundo muggle. Tu turno.

-Lo dejé con Ron. Ahora, sí que voy a darme un baño, y ni site ocurra molestarme- le amenacé.

-Estoy aburrido, ¿aquí no hay nada que hacer?

-Ve la tele.

-La ¿qué?- olvidé que no sabe nada de objetos muggles.

-Este aparato- lo encendí con el mando a distancia- cógelo-se lo lancé y lo pilló al vuelo- dale a los botones hasta que encuentres algoque te guste.

Lo dejé ahí, mirando la tele con la boca abierta y me encerréen el cuarto de baño. Por fin un poco de paz y tranquilidad.



¡Hola! Otro capítulo, bueno, qué les ha parecido, ¿les ha gustado? Espero que sea de su agrado. me gustaría que dejaran sus opiniones, ya sean críticas positivas o negativas o algún consejo con el que pueda mejorar.

Gracias a: luna_azul, Dany_fabri25, brendisis, kaki_harry , never_stop_dream, malfoy19dani, por dejarme comentarios.

También dar las gracias a todos aquello que pusieron mi dramione entre sus favoritos.

Un beso a tos@s! n_n

Draco:

Me senté sobre la cama que no eligió Granger, con la cosa que me había dado en mis manos.Hice lo que me dijo y toqué un botón que elegí al azar. Por ejemplo, el uno. Seveían animales en la pantalla y una voz monocorde y aburrida hablaba. Porfavor, que suplicio. Ahora, el dos. Había unos muñecos muy raros en el aparatoeste. Eran de distintos colores, uno era verde, otro morado, otro rosa y elúltimo, amarillo. Los muñecos se abrazaron a la vez que gritaban teletubbies, o algo parecido. Patético. Bueno, habría que probar suerte conotro número. El siguiente, el tres. Había una docena de personas sentadasalrededor de una mesa. Dos mujeres, al parecer, que estaban completamentelocas, se daban voces y se insultaban. Una acusaba a la otra de haberse acostadocon su marido. Bah, no había nada interesante, normal. ¿Qué esperaba de un cachivachemuggle?

Decidí probar los demás botones. Toqué un botón que tenía dibujado un +, el sonido subió. Demasiado alto,toqué el -, bajó el ruido. Ahora mucho mejor. Me puse a tocar todos los botonescomo un loco. El aparato llamado tele,hizo un ruido muy extraño, pero seguí pulsando botones, entonces, se quedó ennegro y echaba humo.

Ups, solté la cosa llena de botones, como si nada.

Me tumbé en la cama. No estaba mal, era cómoda, aunque no losuficientemente espaciosa. Una imagen me vino a la cabeza. Las piernas de mujerdesnudas reflejadas en el espejo. Jamás hubiera dicho que la sangre suciapudiera tener unas piernas tan sexys. La cara de espanto que puso cuando meencontró allí fue épica. Solté una risita por lo bajini al recordar su cara.

No, pero esa no fue su mejor expresión. La mejor cara quepuso fue cuando me vio desnudo completamente. Puso cara de horror y miró haciaotro lado. Aunque me dio tiempo a verle un ligero rubor en sus mejillas.

 

Recordé su ropa interior. Me gustaban sus conjuntos. Me laimaginé con ellos puestos. Parecía que tenía un buen físico, desde luego, habíacambiado mucho.

Nunca la vería en ropa interior, no pensaba acostarme con lasangre sucia. Ahora que lo pensaba
¿Qué iba a hacer yo? Tenía que estar aquíseis meses, sin sexo. Porque era evidente que no me iba a acostar con ningunamuggle. Antes prefería acostarme con Granger, aunque fuera una sangre sucia.

-Tú -otra vez Granger-¿Dónde has puesto mi ropa interior?

-Tú sabrás -le contesté- ¿no sabes qué has hecho con tu ropa?-le sonreí malévolamente.

Pero, por un momento, se olvidó de la ropa interior.

-¿Qué le has hecho a la tele? -antes de que pudieracontestar, salió corriendo y regresó con su varita-. Reparo -el aparato dejó deechar humo.

-No le he hecho nada, solo pulsé todos los botones -pero meignoró.

-No debes hacer eso -dijo a la vez que avanzaba hasta micama-. Es una televisión antigua y se rompe muy fácilmente.

-Eh, alto ahí, Granger -me dirigí hacia ella, ya que estaba abriendotodas mis maletas-no sé dónde están tus cosas, ¿crees que no tengo nada mejorque hacer qué quedarme tus prendas?

-Ah ¿no?, entonces, ¿esto qué es? -dijo, mostrándome unpuñado de lencería- yo creo que no es tuyo, a menos que te guste vestirte conropa de mujer cuando te aburres.

-No digas gilipolleces, no sé qué hace eso en mi maleta.

Entonces recordé. Granger cuando me vio mirando sussujetadores me quitó sus cosas y fue ella quién las guardó.

-Granger, has sido tú la que has guardado tus cosas en mi maleta.

-¿Para qué iba a hacer yo
? -abrió los ojosdesmesuradamente-.Oh, tienes razón -se mordió el labio inferior- no me habíadado cuenta
siento haberme puesto un pelín histérica -se rió tímidamente.

-¿Un pelín? -le interrogué- pero so parecía que estabasposeída, he temido por unos instantes por mi integridad física.

-No exageres, Malfoy.

Con tantas voces por parte de Granger, y como estabacorriendo de un lado para otro no me di cuenta de que su cuerpo sólo lo cubríauna toalla de baño.

Me crucé de brazos.

-¿Sabes, Granger? -di un paso hacia ella- me parece que has guardado tu ropa interior enmi maleta a propósito -ella dio otro paso hacia atrás, para alejarse de mí, loque me hizo sonreír.

-No digas estupideces, ¿para qué iba a hacer yo eso? -estabanerviosa.

-Bueno
para tener una excusa y salir sólo cubierta por unatoalla y provocarme -le sonreí de medio lado-. Granger, aunque me hayas vistodesnudo, no creas que me voy a acostar contigo. Jamás lo haría con una sangresucia.

-¡En ningún momento he pensado en eso! -pasó de estarnerviosa a estar enfadada- quítate de micamino que molestas.

Me hice a un lado y pasó, con toda su ropa interior en lamano.

-Si quieres que haga algo contigo, vas a tener que ponertealgo muy sexy -la miré de arriba abajo, y eso la disgustó-. Qué te parece
esto-le mostré un tanga rosa.

-No toques mis cosas -se acercó a mí como un huracán y me loquitó de la mano.

Entonces, se metió en el baño y cerró de un portazo.

- Vaya, veo que me vas a hacer caso.

 

No hubo respuesta. Me volví a tumbar sobre la cama, mirandoel techo.

La chica salió del baño, ya completamentevestida. Guardó sus cosas en una de sus maletas. Después, se sentó sobre sucama y empezó a tocar todos los números.

-¿Qué quieres ver? -pregunté.

-Pues
no lo sé, voy a hacer algo de zapping hasta que veaalgo que me guste.

-¿Zapping? -estaba confuso.

-Sí, ya sabes -no, no sabía. Me miró, y, al ver mi cara,siguió-, mirar en todos los canales para ver qué hay.

-Ah, comprendo -más o menos.

Por fin se detuvo, en ese número que ella dejó puesto, unchico le decía a su novia cosas muy empalagosas. Miré de reojo a Granger, teníacara de boba. Seguí mirando el aparato. Después de media hora, lo que Grangerveía, acabó en tragedia, el chico murió. El asesino lo apuntaba con una varitamuggle, de la que salió algo a toda velocidad y se metió en el cuerpo del otrohombre.

-Joder, se lo han cargado -me sorprendí- ¿van a meter alasesino en Azkaban, no?

Para mi sorpresa, se empezó a reír.

-No, Malfoy, es unan película, nadie ha muerto de verdad, además,aquí no existe Azkaban.

-Entonces, ¿por qué llorabas? -ahora sí que estabasorprendido y confuso.

Ella se encogió de hombros.

-Pues, porque es una historia de amor muy bonito, pero muytriste.

-Ajá -sólo fui capaz de decir eso.

-Que varita más rara -le dije.

-No era una varita, era una pistola. De ella sale una balaque mata a las personas, olas hiere -me explicó.

-Ah -qué extraño y confuso me resultaba aquí todo.

No sabía qué hacer, lo iba a pasar realmente mal en estemundo. ¡Si no llevaba aquí ni un día y ya estaba harto!

Empecé a darle golpes a la cama con el pie.

-¿Puedes dejar de hacer eso? -otra vez la insufrible- es muymolesto.

-Más molesta eres tú y por eso no te digo que te largues.

-Yo no quería compartir cuarto contigo, pero tú dijiste: "si,no nos importa, ya nos conocemos, del colegio." Así que ahora, te aguantas, bueno, o mejor, vete a dormir al pasillo.

-Si no fueras una sangre sucia

-¿Qué? -me interrumpió.

-Tú qué crees -le sonreí.

-Aunque fuera una sangre limpia, jamás haría nada contigo.Porque eres despreciable y no me atraes.

-Ya, ya.

-No me des la razón como a los locos.

-No lo haré cuando dejes de decir tonterías.

-¡Casi se me olvida! -salió de la cama de un salto- tengo unacena con mis padres.

Otra vez se metió en el baño con ropa. ¿Pero cuántas veces secambiaba esta mujer?

Hola! Siento no haber actualizado ayer, pero no podía entrar en potterfics.

Quería haceros una pregunta: ¿Con qué aparato muggle os gustaría que la liara Draco y como? Me gustaría saber lo que se os ocurre.

Espero que os guste este capi.

Quería dar las gracias a las 58 personajes que han agregado mic fix a sus favoritos, y, sobre todo, a los que han dejado comentarios, que son: EileenMSlyffindor , luna_azul ,

brendisis , never_stop_dream, Scarlet Malfoy , kaki_harry, misa1820, malfoy19dani,

_anita_malfoy_ , miadharu28.

 

Mil gracias a todos!

Hermione:

Casi me olvido de que había quedado con mis padres en queesta noche iba a ir a su casa a cenar.

Decidí ponerme cómoda, así que pasé de los vestidos. Además,hacía frío. Me puse unos pitillo una camisa roja y unos zapatos de tacónmarrones. Me dejé el pelo suelto. Puse un poco de brillo en mis labios y mepinté la raya de los ojos.

Lista. Salí del cuarto de baño. Y cogí un bolso marrón. En elque guardé lo necesario: móvil, llaves, cartera,

- ¿Dónde vas, Granger? -me inquirió Malfoy.

-A casa de mis padres, quedé con ellos en que esta noche lapasaría en su casa, que cenaría allí. Hasta luego.

-Adiós.

Salí por la puerta.Comencé a caminar distraídamente. Pensé en Malfoy. En su cuerpo desnudo. Teníaun cuerpo de escándalo. Parecía tallado en mármol. Ni el mismísimo David deMiguel ángel se le podía comparar. Tenía una espalda ancha y fuerte. Brazosmusculosos. Un torso en el que se le marcaban lo abdominales, perfectamentedefinidos. Estaba bien dotado
¡Nopienses en eso! -me dije a mi misma.

Llegué a mi destino. Toqué el timbre y salió mi padre arecibirme.

-Hermione, hija, pasa -estaba feliz de verme, con una sonrisade oreja a oreja en su rostro.

-Hola, papá -saludé, devolviéndole la sonrisa- ¿mamá está enla cocina?

-Sí.

-Estupendo, voy aecharle una mano -entré en la cocina, mi madre se encontraba frente a la vitro, con un delantal puesto.

La ayudé a poner la mesa, mientras que charlábamosanimadamente de cosas amenas.

Cenamos pescado al horno, y de postre, natillas.

-Estaba todo delicioso.

-Gracias, hija -respondió mi madre tiernamente- ¿nos vas acontar qué ha ocurrido con Ron?

-Prefiero no hablar de ello.

-Pero somos tus padres, Hermione, estamos preocupados por ti,queremos saber si te encuentras bien.

-Me encuentro de maravilla, es que -tomé aire- las cosas noiban últimamente bien con Ron y lo dejamos.

-Vale hija -mi padre sonrió tímidamente.

-¿Qué estás sola en la habitación del hotel?

-Sí, sí- mentí- claro, si he venido aquí sola, ¿con quién ibaa estar?

-Ah, claro, pensé que habías venido con alguna amiga.

Me hablaron de su trabajo, de que les iba muy bien. Mealegraba mucho por ellos.

-Es tarde -les dije- me voy a marchar ya.

-Buenas noches, Hermione- se despidieron.

Mi padre me acompañó hasta el hotel. Me despedí y salí delcoche a toda velocidad.

Cuando entré al dormitorio, Malfoy no estaba allí. Porlo que me puse el pijamaapresuradamente. Salió del baño cuando me estaba poniendo la parte de arriba.Así que me apresuré. Aunque me había visto.

-Granger, sin prisas -este chico me exasperaba-, tú me has vistoa mí, lo justo sería que yo te viera a ti.

-Si no hubieras salido desnudo de la ducha, no te habríavisto.

Cada uno nos metimos en una cama. Entonces, escuchamos unruido sordo. Como caerse algo parecía que se había roto. Encendí la lámpara queestaba sobre la mesita de noche. Malfoy y yo nos miramos.

-¿Qué ha sido
?- se llevó un dedo a los labios, para que mecallara.

Silencio. Ruido de muelles. Gemidos. Oh, no, los de al ladoestaban haciendo el amor. Seguro que rompieron algo en la habitación con lasansias.

 

-Que envidia, mientras otros disfrutan, yo aquí encerradocontigo.

-Pues vete a buscarte a alguien- le grité, ojalá se fuera deverdad.

Pero los gritos cada vez eran más y más fuertes.

-Si hombre- protestó- no me pienso acostar con ninguna muggle.

-Pues entonces vas a pasarte una buena temporada sin sexo.

-Bueno, a menos que
- me miró fijamente, con una cejalevantada.

-Ah, no, no pienso acotarme contigo.

-Ni yo contigo, acostarme yo, un Malfoy, con una sangresucia- murmuró- pero puedo pedirle que venga a Pansy, o a Astoria

-Haz lo que te venga en gana, pero no en la misma habitaciónque yo. Yo mañana me voy, quiero comprarme una casa, o un piso, o lo que sea,así que mañana haces lo que te apetezca.

-Eso es mucho tiempo- se dejó caer en la cama.

-Eres increíble.

-Lo sé- sonrió pícaramente.

-No me refería a eso, digo que cómo puedes estar tan salido.

-Granger, un hombre tiene sus necesidades. Incluso lasmujeres, aunque tú eres tan santurrona que no creo que tengas apetito sexual.

-¡Aquí se acabó la conversación!- me di media vuelta y metapé con las mantas.

Al cabo del rato, Malfoy volvió a hablar.

-Se me ha ocurrido algo

-Eso no me gusta
- pero no me escuchó y siguió hablando.

-Podemos fingir que lo estamos haciendo como locos- lo miré fijamente-no hace falta que te acerques a mí, sólo tienes que saltar en la cama para quechirríen los muelles, gritar y gemir. Muy fácil, yo haré lo mismo. Pero tienesque fingir bien, como si de verdad tuvieras un orgasmo
y gritar mi nombre.

-¡No pienso hacer eso!- le chillé, ¿cómo se le podían ocurrirsemejantes ideas?

-Es verdad, no sabes fingir un orgasmo, como jamás has tenidouno

Le tiré mi almohada a la cara, la agarró al vuelo antes deque le diera en la cara y la metió debajo de sus sábanas.

-Devuélveme mi almohada- exigí, con la mano estirada.

-No quiero- refunfuñó- no habérmela tirado.

-Malfoy, dámela si no quieres que vaya.

-Ven- se metió bajo las mantas.

Me acerqué hasta su cama y tiré para destaparlo, pero teníalas mantas agarradas. Me sacaba de mis casillas. Metí la mano debajo.

-Granger, cuidado, que te puedes encontrar con otra cosa.

Lo ignoré, me puse de rodillas en la cama y tiré de lasmantas, él hizo lo mismo, Estuvimos unos segundos forcejeando. Él tirófuertemente de las mantas, tan fuerte que me caí sobre él.

-No sabía que estabas tan desesperada- tenía su cara acentímetros de la mía.

-Imbécil.

Me puse de pie, y, en lugar de intentar coger su almohada, lequité la suya, que estaba debajo de su cabeza. La saqué con un tirón.

Me volví a acostar, pero con su almohada, me puse de espaldasa él para no verlo.

-¿No roncaras, verdad?

-Como un oso- se rió- es broma.

Tenía su almohada bajo mi cabeza, aspiré su olor, olía aperfume de hombre. Mucho mejor que las colonias que usaba Ron. Este era el olorde un verdadero hombre. La apreté contra mi rostro. Me quedé profundamentedormida.



Hola! Espero q os guste este nuevo capii, pero tengo q decir q el siguiente es bastante mejor y lo subire mañana.

Gracias a los q me dejaron comentarios: Isa Loka, EileenMSlyffindor, luna_azul,

 

unasonrisaqueregalar, mari_wapa , brendisis, misa1820, ximmalfoy, Caro A,

shikatema_L, kaki_harry, marifer421, never_stop_dream, Hermione_Malfoy1991,

malfoy19dani . GRACIAS POR VUESTRAS IDEAS SON ESTUPENDAS

Besitos n_n

Draco:

Me desperté a la mañana siguiente. Dormí con la almohada deGranger, ya que me quitó la mía. Me senté en la cama y la miré. Seguía dormida.Al verla, sonreí. No sé por qué lo hice. Entonces se me ocurrió algo. Meaproximé lentamente hacia la cama de Granger para no hacer ruido. Y, cuando meencontraba al lado de su cama, le quité la almohada de un tirón. Ella sesobresaltó y se sentó rápidamente.

-¿Pero qué?- yo la interrumpí.

-Granger, por favor- puse una fingida cara de horror y asco-me estás babeando la almohada.

-¡Eso no es cierto!

-Sí que lo es, y no tevoy a permitir que me llenes mi almohada con tus babas. Duermes con la bocaabierta, y roncas.

-No es verdad, yo no ronco- se llevó las manos a la cara y sefrotó los ojos. Después, se levantó y se encerró en el cuarto de baño. Entrédetrás de ella.

-¿Tienes pensado dejarme tranquila en algún momento?- con quéfacilidad se alteraba esta chica.

-Sí, pero voy a lavarme la cara- la aparté de un empujoncitoy me eché agua fría en la cara- ya estoy completamente despejado.

-Pues ya puedes salir.

-Tengo que lavarme los dientes- suspiró. Pero se quedómirándome, cruzada de brazos-. Ahora, si no te importa, sal, es que quiero
-señalé el retrete.

-Malfoy, yo entré antes, así que vete y después entras.

-Como quieras- levanté la taza de váter. Y ella saliórefunfuñando. Cuando terminé, me apoyé contra la pared, a comprobar supaciencia. Al cabo de unos diez minutos,ya no se pudo contener más.

-Malfoy- aporreó la puerta- sal ya de ahí.

-No.

-Voy a abrir la puerta- esperó- que entro-. Abrió la puertacon la mano en los ojos. Se la aparté.

-Anda, ya puedes pasar- me di cuenta de que llevaba en sumano lo necesario para ducharse.

Salí. Pensé en curiosear por la habitación las cosas muggles,para familiarizarme con ellas. Ya que, desgraciadamente, iba a pasar aquí unatemporadita. Miré a mi alrededor, pero no vi nada interesante. Le registré aGranger en una maleta. En ella no había ropa interior. Algunas camisetas y vaqueros.Cogí un pequeño aparato. Le di vueltas entre los dedos. Parecía no tener ningúnuso. Se encendió una luz y de él empezó a sonar música. Lo tiré sobre la cama.

-Malfoy, pásame el móvil- dijo con la puerta entrecerrada. -Loque suena.

-Ah- lo cogí con dos dedos y se lo pasé. La musiquita dejó desonar.

-No, no puedo, hoy voy a buscar vivienda- pausa- vale, mamá,después me paso a veros- si yo no le había dicho nada. ¿Me había llamado mamá?Se había vuelto loca, no encontraba otra explicación-. Adiós.

Al rato salió. Tenía curiosidad sobre el aparato.

-¿Hablabas conmigo?, bueno con quién si no, si aquí no haynadie más. Pero si yo no te he dicho nada
¿me has llamado mamá?- estaba muysorprendido. Me miró raro.

 

-No, hablaba con mi madre.

-¿Has encerrado a tu madre ahí dentro?- le quité el aparatode las manos-. Pero, ¿cómo?- la miré fijamente- has dicho que luego vas a ir averla, ¿tú también te vas a meter ahí? Si es así, quiero verlo. Esto es muyconfuso.

-No, Malfoy, esto es lo que usan los muggles paracomunicarse, mi madre está en su trabajo. Con esto, puedo llamar a cualquiera.Son muy útiles, deberías comprarte uno.

-No pienso comprar un cachivache muggle que no sirve paranada.

-Sí que sirve, mira mi madre quería hablar conmigo, y con esto-me lo mostró- lo puede hacer sin tener que moverse de dónde esté. También sepueden echar fotos, pero no se mueven. Y podemos mandar mensajes. Lo de losmensajes funciona más o menos como una lechuza. Sólo que llega más rápido.

-Si la tele meparecía rara, esto ya es sorprendente.

Soltó lo que ella llamaba móvilencima de su mesilla de noche y entró de nuevo al baño. Escuché un ruido.Estaba con otro aparato muggle en la mano, parecía que echaba aire, ya que sele movía el pelo. Después, cogió otra cosa, era plana. Cogía mechones de pelo,y el chisme que sujetaba lo pasaba por su cabello, que, poco a poco, quedabaliso. Me apoyé en el quicio de la puerta, eso lo tenía que probar yo. Parecíatener el mismo efecto que una poción alisadora.

-¿Qué miras?- me preguntó.

-Nada, solo miraba cómo se usan esos- los señalé- aparatos.

-Bueno, no los toques, sobre todo este- señaló el que teníaefecto de poción alisadora- ahora vuelvo.

Aproveché y cogí el primer aparato muggle. Le di a un botón.Me lo puse frente la cara y me lo aparté rápidamente, debido a que una ráfagade aire caliente me azotaba la cara. ¿Cómo no se quemaba con esto? Toqué otrobotón, y salió aire frío. Mejor así. Me lo apunté hacia el pelo. Y este se merevolvió.

-Lo debo estar usando al revés- murmuré, para mí mismo.Entonces, le di la vuelta, y me lo aproximé al pelo. ¡Oh, no! Se me quedó elpelo enredado. Tiré y saqué el pelo de ahí dentro. Había un mechón de peloenredado en la cosa. Me miré en elespejo. Tenía un nudo en el cabello. Bueno, me lo alisaría con el otro chisme.Si a Granger se e quedaban lisos toda su melena rizado, y a mí también se mealisaría un pequeño mechón. Lo agarré, Granger metía un mechón de pelo entrelas dos placas y se le quedaba liso. ¿Cómo harían eso los muggles? Pero antes,puse un dedo en el centro y lo cerré. Grave error.

-¡AHH!- proferí un gritó y tiré esa porquería en el lavabo.Tenía el dedo colorado. Granger vino corriendo. Entonces vio mi dedo.

-¿Cómo se te ocurre meter ahí dentro el dedo?- inquirió-. Tedije que no tocaras nada. Pero como no me haces caso, pues

-Granger- la interrumpí- me hierve el dedo, me lo heachicharrado con esa basura- me agarraba el dedo quemado con la otra mano-. Asíque deja de reñirme como si fuera un niño pequeño y haz algo- tendí mi manohacia ella.

-Voy por mi varita- y salió corriendo. Me dolía muchísimo,creo que no sentí tanto dolor desde que Potter me atacó en sexto curso.

Granger regresó con su varita. Me sujetó la mano, y murmuróun conjuro. El dedo dejó de quemarme.

-Gracias- le dije, todavía mirándome el dedo- esos objetosson peligrosos

 

-No, tú eres tu propio peligro, ¿para que los tocas?-. Meencogí de hombros.

-Curiosidad, Granger-. La chica empezó a reírse. -¿Qué es tangracioso? Porque creo que no tiene ni pizca de gracia que me haya achicharradoel dedo. Creo que casi lo pierdo

-No exageres- me dijo entre risas-. Es tu pelo. ¿No me digasque se te ha enganchado en el secador? Estás tan ridículo

-Supongo- cogió lo que quemaba y se acercó a mí- pero noestoy ridículo. ¿No te parece que estoy sexy? Con un toque salvaje
No teacerques con eso- di un paso hacia atrás, ya que se acercó a mí con lo queprovocó que me quemara.

-Malfoy- puso los ojos en blanco- voy a alisarte ese mechónde pelo. ¿O te gusta así?

-De acuerdo, pero cuidado, vayas a quemar mi preciosa cara.

Para estar a mi altura, se puso de puntillas. Me cogió elmechón enredado y, antes de nada, me pasó un peine. Tenía los ojos fijos en suslabios, carnosos. Sin ser consciente, pasé la punta de la lengua por mislabios. Me incliné hacia ella. Pero se separó. Menos mal. Ni se había dadocuenta de mis intenciones. Ni yo tampoco.

-Listo- me miré en el espejo, tenía razón.

-Gracias- le dije, sinceramente.

-Y no vuelvas a tocar nada, que mira luego lo que te pasa.Ahora, me voy.

-¿A dónde? Te pasas en día en la calle. Voy contigo.

-No- dijo, tajantemente- voy a buscar vivienda, y no meapetece escuchar todas tus estupideces cada vez que veas algo muggle. Así quetú quédate aquí. O vete, pero noconmigo.

-Me vas a dejar sólo y abandonado- suspiré, y la miré concara de suplica, ninguna chica se resistía cuando actuaba así.

-No, Malfoy- pero ella parecía resistirse a todos misencantos-. No tardaré en volver, después recogeré mis cosas y me iré de aquí.¿Tú no piensas buscar casa?

-No lo he pensado aún.

-Adiós- cerró la puerta tras ella. No sé qué iba a hacercuando se vaya, si no sería capaz ni de prepararme de comer.

Me senté en la cama, pensando en una manera para sobrevivir atodo lo que se me avecinaba. Creo que moriría aquí. Ya veía el titular de ElProfeta <>. Pero un golpe en la ventanainterrumpió mis cavilaciones. En el alféizar de la ventana, había dos lechuzas,reconocí a la primera, era de mi madre. Abrí la ventana y entraron. La de mimadre me tendió una pata y le quité el pergamino. Lo desplegué.

Querido Draco:

¿Cómo te encuentras? Espero que bien, tú, en el mundo muggle,parece mentira, aunque mejor que enAzkaban, ¿no? Te he regalado una lechuza para que puedas ponerte en contactocon tus amigos o conmigo. Mira dentrodel sobre, he ido a Gringotts y he cambiado algunos galeones por dinero muggle,no lo pierdas, y espero que sea suficiente, al menos, para empezar, ya queparece que también tienes que trabajar allí.

Quería decirte que yo me encuentro perfectamente, triste, porlo que te ha pasado, pero feliz, ya que los dementores no te chuparán poco apoco tus recuerdos felices ni te volverán loco.

Te quiere:

Narcisa

Rebusqué en los cajones y vitrozos de papel. Me apresuré encontestarle a mi madre.

Queridamadre:

Hola,gracias por la lechuza, me va a venir de perlas. Gracias por preocuparte por mí, sí, mejor esto queAzkaban, mil veces mejor. He tenidoalgunos problemas sin importancia. Espero que estés bien y que seas feliz. Encuanto termine esto, este infierno, iré a verte lo primero de todo.

Recuerdos

Draco

Até la carta a la lechuza de mimadre, y ésta, salió volando. Miré la que me había regalado. Era muy bonita, también pequeña.Revoloteaba por la habitación. Era blanca, excepto por algunas manchitas engris. Cogí otro trozo de papel. Escribiría a Pansy, ella vendría de inmediato.

Pansy:

SoyDraco, estoy en el mudo muggle y necesito que vengas lo antes posible. Teestaré esperando. Ponte algo sexy.

Le escribí también la direccióndel hotel. Cuando Granger regresara y nos viera... Até la carta a la pata de lalechuza y a esperar. Me senté mientras tanto, pero, llamaron a la puerta. Abrí.Pansy estaba en el umbral. No me dio tiempo ni de decirle que pasara cuando sequitó el vestido. Cerré la puerta y se lanzó a mi boca.

-¿Me has echado de menos, Draquito?-me dijo, juguetonamente.

En respuesta, la liberé del sujetador y del tanga, ambos de encaje rojo. Meempujó contra mi cama, y con dedos veloces me desabotonó la camisa, y yo, mequité los pantalones y los bóxers. Lamí y mordisqueé sus pechos, mientras ellagemía y gritaba mi nombre. No pude aguantarlo más y me abrí paso dentro deella. La embestí una y otra vez, y ella me suplicaba que no parara. Finalizamoscon una sesión de sexo oral. Me recosté en la cama, y Pansy se tumbó sobre mí.

-¿Ha estado bien, verdad?- mepreguntó.

-Uf, ha estado más que bien- ledije.

Cogí los bóxers y me los puse.Pansy, como tenía que irse que había quedado con su novio, se puso el vestido,pero sin la ropa interior. Entonces, oí fuera el ruido de llaves
Granger.


Hola! Espero que os haya gustado. Mira que el pobre Draco... A ver cómo reacciona Hermione cuando se los encuentre. Draco no pierde el tiempo, ?verdad¿

Bueno ,agradecer a las 83 personas que me han agregado a favoritos, y, en especial, a las personas que dejaron comentarios: anuskha_black, mariajesus93, kaki_harry,

Mara_13, ROSEMMET_MARIE, misa1820, brendisis, Caro A, luna_azul, malfoy19dani,

lauralunnarisdyh, never_stop_dream, EileenMSlyffindor, shikatema_L, cristalune.

Besitos! n_n

Hermione:

Al final, fui a buscar vivienda sin Malfoy. No me apetecíaque me estuviera preguntando por cada cosa que viera. Además, si alguien loescuchaba, pensaría que era idiota o algo. No tardé mucho en encontrar casa.Era más bien pequeña, pero, ¿para qué la quería más grande si viviría yo sola?Pasé por una confitería y decidí comprara algunos dulces para merendar conMalfoy. Me apresuré al hotel. Estaba segura de que el rubio ya habría hechoalguna de las suyas. Abrí la puerta y lo primero que vi fue un tanga de encajerojo que no reconocí como mío. Me giré sobre mí misma.

 

Malfoy estaba tumbado en la cama solo con unos bóxer. Habíauna mujer morena que lo estaba besando, pero no le vi la cara, ya que el pelo,de color negro, se la cubría. Malfoy se volvió hacia mí.

-Vaya, que pronto has vuelto- me dijo.

-¿Qué hace aquí la sangre sucia?- la chica era PansyParkinson.

-Resulta que me alojo en este hotel- le espeté de malosmodos.

-Draco, ¿me puedes explicar por qué compartes habitación conesa?- le chilló la morena, señalándome con el dedo.

-Lo sé, para mí tampoco es agradable, pero no me quedó másremedio. Granger- me miró- ¿has encontrado casa?

-Sí, y me voy ya- le espeté.

-Menos mal- dijo Malfoy, soltando un suspiro de alivio.

-¿Cómo que menos mal?- ahora se iba a enterar- fuiste tú elque le dijiste al de recepción que nos daba igual compartir dormitorio.

-¿Es eso verdad, Draco?

-Le vas a hacer caso a esta- respondió el rubio mentiroso.

-Tú, Parkinson- la chica me fulminó con la mirada- ya tepuedes ir de aquí.

-Pues mira, ahora no me voy- y se sentó sobre la cama deDraco.

-Mira, o te vas por lasbuenas o por las malas. Pero este no es sitio para hacer tus guarrerías, ymenos en mi presencia.

-No son guarrerías. Deberías probarlo. Aunque bueno, no sé yoquién va a querer acostarse contigo, sangre sucia santurrona.

Draco soltó una carcajada, y lo miré con odio.

-Mejor eso a ser una puta consumada que se va tirando a todolo que se mueve.

-A todo lo que se mueve y que tiene rabo, que se te olvida.

-Largo, asquerosa. Fuera de aquí o llamo al de recepción ydigo que estás molestando.

-Sólo le hago un favor a Draco, el pobre lo está pasando muymal, todo el día en compañía de una sangre sucia. Si por lo menos fuerasatractiva, el pobre podría estar más alegre. Pero claro, con esa cara y esecuerpo- me miró de arriba abajo- nadie te va a tocar ni con un palo. Nisiquiera la comadreja pelirroja, ¿verdad?

-¡Tú que sabes lo que yo hago!- le grité, pero ella hizooídos sordos.

-Me tengo que ir que he quedado. Adiós, Draquito- Pansy besóa Malfoy en los labios a la vez que apoyaba una mano en su entrepierna. Malfoyle agarraba el trasero.

La pelinegra salió de la habitación sin mirarme y con unasonrisa de autosuficiencia en su rostro.

-Pero bueno, tú qué te crees que es esto- exploté-. Te dijeque no quería aquí a ninguna de tus guarrillas. Menos mal que no he llegadoantes, que si no os encuentro revolcándoos.

-No te pases, Granger, que tampoco he hecho nada malo. Bajaesos humos.

-Es cierto, no has hecho nada malo, pero ya te vale- lofulminé con la mirada- sabías que no iba a tardar en volver, y sabías que hoymismo me marchaba. ¿No has podido esperar unas horitas más?

-Pues no. Además, Pansy había quedado con su novio y nopodría venir después- lo soltó con total tranquilidad.

-Y lo dices así, como quién no quiere la cosa- me miró, extrañado-. No te da nada,piensa en el novio de tu "amiguita", pobre

-De pobre nada. Él se lo ha buscado, que no salga con nadietan suelta como Pansy.

-Sí, que ahora la culpa será de él, tú que sabes, a lo mejorestá enamorado de ella. Y vosotros jugando con sus sentimientos.

 

-Bueno, Granger, no me calientes la cabeza, que no me apeteceescuchar tu discursito- se echó sobre la cama-. Parece que ha sido a ti a laque le han puesto los cuernos.

Me quedé callada, y él lo notó. Para disimular, hice levitarla ropa de Pansy y la arrojé por la ventana.

-¿Te ha engañado la comadreja?- se sentó en la cama.

-Es un asunto que no te incumbe.

-Vamos, que sí.

Lo ignoré, no pensaba contarle a Malfoy nada de lo que sepudiera seguir riendo de mí. Saqué la maleta de la cama y empecé a recoger miscosas y a guardarlas.

-A dónde vas- preguntó.

-Te lo acabo de decir, he encontrado una casa. Me voy. Yapuedes hacer lo que quieres con quién te dé la gana.

-Ah, no Granger- se levantó y se acercó a mí- tú no te vas aningún lado.

-Tú no eres nadie para prohibirme nada.

-¿Me vas a dejar solo?- estaba preocupado, se lo notaba en lavoz-. No puedes irte, Granger.

-Qué te importa. Además, le dijiste a Parkinson que micompañía no era de tu agrado, y, cuando te dije que había encontrado casa y meiba, dijiste que menos mal. A ver qué es lo que quieres. Que me vaya o que mequede- me miraba fijamente mientras hablaba-. Encima niegas que la idea decompartir habitación fue tuya. Y cuando esa se metía conmigo, tú te reías.

-No lo hice con mala intención.

-Tú todo lo que haces es con mala intención, que nosconocemos ya.

-No te vas a ir a ninguna parte sin mí- se acercó y comenzó asacar todo lo que yo había guardado en las maletas.

-¿Qué haces, imbécil?- le di un empujón, pero él siguió comosi nada.

-Voy a hacer todo lo que sea posible para que no me dejesaquí tirado. ¿Acaso pretendes que me muera?- su contestación me pilló desprevenida-.Sí, seguro que quieres que muera, solo e indefenso.

-¿Indefenso? ¿Tú?- le solté- no me hagas reír Malfoy, seráscualquier cosa menos alguien indefenso. Tampoco te vas a morir por estar solo.

-Aquí, rodeado de muggles, estoy indefenso.

-No creo que ninguno te muerda- dije por lo bajo.

-Qué graciosa eres, deverdad. ¿Has aprendido tú solita ese chiste?

-Quieres que me quede contigo pero eres un desagradable.Ahora sí que me voy y tú no me lo vas a impedir.

-Eso lo vamos a ver- se acercó a mí, pero yo cogí mi varita yle apunté con ella.

-¿Me vas a atacar?- tenía una sonrisa de medio lado dibujadaen el rostro.

-Si me obligas a ello, te aseguro que sí.

Susurré un hechizo y mis cosas comenzaron a guardarse solasen mi maleta.

-Granger, joder
Mira, si yo no te voy a molestar.

-Me molesta el solo verte. Y haz el favor de vestirte de unavez, que te gusta mucho desnudarte.

-Mentirosa- cogió sus pantalones y se los puso.

-Además, no me apetece ver en mi casa noche sí y nochetambién a una chica distinta, con la que estés toda la noche haciendoguarrerías y yo no pueda ni dormir.

-Está bien, vete. Muchas gracias, eh- me reprochó.

-No hay de qué, si no me cuesta nada.

Se sentó en su cama y me miró, con cara de pena y de enfado ala vez. Lo ignoré. Cogí los dulces y le tendí un par de ellos. Los cogió sinmirarme a la cara.

-Gracias- dijo en apenas un susurro.

-Venga, anímate- me senté a su lado-, no te preocupes, tedaré mi dirección y cuando tengas algún problema con algo muggle, vienes y mepreguntas, que sé que es eso lo que te preocupa.

 

-¿Vas a ayudarme de verdad o vas a mentirme y darme unadirección falsa?- dijo con voz un poco recelosa.

-No te voy a engañar, puedes venir a verme. Venga, prueba eldulce, anda, que está muy bueno.

Nos comimos un dulce cada uno. Miré la hora.

-Me voy ya- cogí un papelito y le escribí una dirección-.Toma,ven a verme si te pasa algo- me puso un chaquetón y abrí la puerta-. Adiós,Malfoy.

-Adiós, Granger.

Cogí un taxi y me dirigí a mi nuevo hogar. Pensé en Malfoy,me sentí un poco mal al recordar su reacción cuando le dije que me marchaba.Llegué y me tumbé en un sofá mientras mis pertenencias se guardaban solas. Ahoraque recordaba, Malfoy había estado todo el rato en ropa interior. Dios, teníaun físico espectacular, no conocía a ningún chico con ese cuerpo. Aunque yotampoco había visto a muchos chicos en persona con tan poca ropa, bueno, solo aRon, y no tenía ni punto de comparación. Me encantaba su ancha espalda, y sushombros cuadrados. Sus abdominales, duros como una piedra. Dejé de pensar enél.

Decidí dar un paseo. Iba totalmente distraída, hasta que paséal lado de una tienda de animales y allí dentro vi a una preciosa cobaya. Sinpensarlo dos veces, entré para verla de cerca. Me enamoré al ver sus ojitosnegros y brillantes, la cobaya era más o menos del tamaño de mi mano. Tenía elpelo de color canela y blanco. Le metí el dedo entre los barrotes de su jaula yme lo olisqueó.

No me lo pensé, la quería.

-Perdone
- le dije al hombre que se sentaba tras elmostrador, que estaba leyendo un periódico, me miró-. Estoy interesada en lacobaya que tiene en su escaparate, me gustaría comprarla.

-Voy a traerla, señorita- la trajo y la sacó de la jaula. Mela tendió para cogerla-. ¿Se la queda, entonces?

-Sí- le compré una jaula enorme, de dos plantas, una casita,su bebedero, comedero, la tierra, paja, la comida y todo lo necesario para sucuidado-. ¿Qué es hembra o macho?

-Es un hembra.

Me fui a casa encantada con mi cobaya, pensando en un nombrebonito con el que bautizarla.


Hola! Espero que les haya gustado el capi.

Habrá que ponerle nombre a la cobaya. ¿Cómo prefieren que se llame: Nazhira o Saskia? Son un poco raros... ganará el que tenga más votos. Ahh, habrá que ponerle nombre a la lechuza de Draco, que es una hembra. ¿Qué nombre les gusta? Lo dejo a su elección, luego yo, le pondré uno de los que me hayan dicho.

Quería dar las gracias a todos las personas que me han comentado: Mara_13,

lauralunnarisdyh, EileenMSlyffindor, Caro A, shikatema_L, Paola Cullen Malfoy ,

Isa Loka, mari_wapa , Sol Meyer, malfoy19dani, ANGEL_CARIE, brendisis,

_anita_malfoy_, cristalune.

Besos a todos!

Draco:

Estupendo. Maravilloso. Realmente genial. Granger se va y medeja aquí tirado. A lo mejor tendría que haber sido algo más amable con ellapara que no se enfadara tanto y así, quizá, no me habría abandonado. Bueno, medaba igual, me había dejado su dirección, no tardaría mucho en ir allí. Estaríaen su casa a todas horas, fastidiándola hasta que aceptara vivir conmigo. ¿Quémás le daba? Si eran seis meses de nada

 

Bueno
me puse un jersey y decidí intentar hacer algo decenar. Sabía que la cena iba a resultar un desastre, por lo que no me quedaríamás remedio que ir a casa de Granger para que me enseñara. Manos a la obra.

Decidí empezar con algo sencillo. Sí, una tortilla estaríabien. Sólo necesitaría huevos. Abrí la nevera y cogí un par de ellos. Encontréuna sartén y un plato. Golpeé un huevo fuertemente contra la encimara,salpicándolo todo.

-Joder- el huevo me había llegado hasta el pelo.

Saqué otro huevo y le di un golpecito contra el filo delplato. Mucho mejor, sí, tenía pinta de que me iba a salir una tortillariquísima. Esto no podía ser difícil si eran capaces de hacerlo simplesmuggles. Batí el huevo y las cáscaras. Lo eché todo en una sartén. Pensé quelas cáscaras no se comían, pero si las cocinaba les daría un toque crujiente ala tortilla.

-Fuego, fuego
- ayer vi en un programa de la tele queencendían el fuego tocando botones. Apreté unos pocos, hasta que saltó unfogonazo.

-Por poco no me quemo la cara- murmuré, apartándome. El fuegoestaba muy alto, pero no sabía regularlo. Puse la sartén al fuego y la tapé,para que no saltara.

Miraría la comida enun cuarto de hora, para darle la vuelta y que no se me quemara. Para pasar elrato, abrí los muebles de la cocina. Cogí un bote en el que ponía Cola Cao.Había una especie de polvos marrones oscuros. Los olí. No olía nada mal. Metíuna cuchara y la llené hasta arriba de polvos. Cuando me los metí en la boca,empecé a toser. Me agarré al filo de la encimera. Me estaba ahogando. Cuando seme pasó, miré alrededor, lo puse todo hecho un asco.

-Luego dice Granger que no me voy a morir si estoy solo.¡Casi me ahogo!- solté un suspiro- estos muggles comen cosas muy raras ypeligrosas para la salud.

De la sartén empezó a salir humo negro. Corrí y la aparté delfuego. Levanté la tapa, la tortilla estaba quemada y pegada a la sartén, laaparté con un tenedor. Me armé de valor y la probé. Era repugnante, sí, crujir,crujía, pero era realmente asquerosa. Estaba quemada y llena de cáscaras. ¿Cómole quitaban los muggles las cáscaras a la tortilla? Es que era imposibleretirar las cáscaras de la clara del huevo. Se tirarían horas para dejar latortilla totalmente libre de cáscaras.

En fin, no le iba a dar más vueltas al asunto. Me iba a ver aGranger. Apagué el fuego, no fuera a provocar un incendio. Metí el intento detortilla en un bol para que lo viera. Cogí el papel con la dirección deGranger.

Tuve que preguntar a varios muggles por la dirección. Porfin, llegué. Toqué a la puerta y me abrió una mujer que, sin lugar a dudas, noera la persona que estaba buscando.

-Perdone
vive aquí Hermione Granger.

-No- seguro que me confundí de número- está bien, gracias.

Miré el número, sí, me había equivocado, llamé a la puertacorrecta. Pero tampoco me recibió Granger.

-¿Vive aquí Hermione Granger?- me recibió un hombre gordo ycalvo.

 

-No.

-Mi amiga se ha mudado hoy a esta calle, pero no sé cuál essu casa, ¿sabe si hoy se ha mudado alguien aquí?

-No, joven, nadie se ha venido a vivir aquí, llevo todo eldía sentado en la puerta y no ha venido nadie nuevo. Además, no había ningunacasa en venta.

-Vale, gracias- me alejé.

Maldita sangre sucia, me había engañado, pero ¿cómo seatrevía? Pensaba encontrarla de alguna manera, haría todo lo posible.

Regresé al hotel, el de recepción me entregó una carta. Subía mi habitación, no ponía en el sobre de quién era. Lo abrí, era del Ministeriode Magia.

Señor Draco Malfoy:

Le mandamos esta carta parainformarle de que le hemos conseguido un puesto de trabajo, comenzará mañana.Vas a trabajar en una empresa que se dedica a la publicación de su revista.Serás el becario. Es lo único que te hemos podido conseguir, debido a que notienes estudios de empresariales ni sabes nada del mundo muggle. Básicamente,tu trabajo consistirá en hacer todo lo que se te ordene. Serán trabajossimples, sin importancia y fáciles de realizar. Hacer fotocopias, realizaráscontratos, redactarás informes, harás los cheques para pagar al resto de laplantilla, les llevarás los cafés, recogerás su correo y todos sus pedidos,etc.

Te deseo suerte

RufusScrimgeour

Anoté la dirección de la empresa y tiré la carta a lapapelera. Cogí un paquete de galletas y eso fue lo que cené. Me acostétemprano, ya que mi nuevo y primer empleo comenzaba temprano y yo no tenía niidea de dónde era.

Madrugué. No desayuné nada, tenía el estómago cerrado. PorDios, que fuera a ser la marioneta de unos muggles no era de mi agrado,precisamente.

Fui preguntando a los viandantes que encontraba a mi paso. Y,al final, llegué a mi destino. Miré a mi alrededor. No sabiendo a dónde ir.

-Hola, eres el nuevo becario, ¿verdad?- me preguntó unamujer, de unos cuarenta años, que llevaba un aparato muy extraño en la cabeza yque se alargaba hasta situarse delante de su boca-. Yo soy la recepcionista. Minombre es Brenda.

-Sí, soy el becario. Me llamo Draco Malfoy.

-Todavía no ha llegado tu jefe, puedes subir a la segundaplanta a esperarlo.

-De acuerdo- no me despedí siquiera de ella y subí. Arribaestaba la persona que menos esperaba encontrar.

-Vaya, Malfoy, qué casualidad, ¿trabajas aquí?- me preguntóGranger.

Pasé por su lado, ignorándola por completo.

-Malfoy, ¿qué
?- me puso una mano en el hombro.

-No me toques, sangre sucia- sacudí el hombro.

-No te entiendo, ayer me suplicas que no te deje solo y hoyme vuelves a insultar, ¿volvemos a los viejos tiempo, no?

-Parce ser que sí- me volví para encararla- y yo no te supliqué nada. Un Malfoy no suplica a nadie,menos a una sangre sucia.

-Muy bien- se dio media vuelta y se metió en una habitación.

-Vaya- un hombre trajeado me miraba, sonriente- eres el becario,¿verdad?- asentí-. Acompáñame- lo seguí entre varias mesas- mira, esta es tumesa de trabajo. Aquí tienes, haz diez copias de cada impreso. Después,tráemelos a ese despacho- señaló una puerta con el dedo antes de marcharse.

Copias, no sabía a qué se estaba refiriendo, primero pensé enque quería que las pasara a mano. Me iba a tener que tragar mis palabras ypedir ayuda a Granger. Irrumpí en el despacho en el que ella había entrado.

 

-Granger, necesito tu ayuda. Tengo que hacer diez copias deesto- le mostré unos papeles.

-Lo siento, no estoy disponible. Sal de aquí en seguida.

-Venga, no te enfades, era una bromita de nada- intenté quitarlehierro al asunto.

-¿Una bromita? Mentira. Pero ahora no tienes más remedio que pedirmeayuda, por eso vienes. No pienso ayudarte, ahora, te aguantas.

Suspiré y miré las cosas que tenía esparcidas por la mesa.Cogí varios papeles y los hojeé.

-Suelta ahora mismo eso, que es importante.

-Pues, ayúdame- se acercó a mí apresuradamente- ¿desde cuándotrabajas aquí?

-Soy la secretaria del de Recursos Humanos desde hoy- intentóalcanzar los papeles que tenía en alto, pero no llegaba-.Malfoy, dámelos- metendió la mano.

-Ayúdame y serán todo tuyos.

-¡No te pienso ayudar!- cogió algo de encima de su mesa y melo lanzó.

-Ay, eres una agresiva- solté los papeles sobre su mesa y mellevé la mano a la cara.

-Solo te he tirado la goma- me aparté la mano de la mejilla,estaba manchada de sangre-. Oh, Dios, que te he lanzado las tijeras sin darmecuenta. Lo siento- se acercó a mí.

-Te perdono si me ayudas.

-De acuerdo- antes de nada, sacó su varita y me sanó el cortede la cara- vamos, te voy a enseñar cómo funciona.

Salí tras ella. Me fijé que llevaba un vestido rojo que lellegaba justo por encima de las rodillas y se ceñía perfectamente a su cuerpo. Teníaunas curvas impresionantes, y qué decir de ese trasero respingón.

-Malfoy- interrumpió mis cavilaciones- esto es lafotocopiadora. Déjame los papeles y te digo cómo funciona. Se los pasé, y ellame iba explicando el funcionamiento de la fotocopiadora.

-Gracias, Granger- le sonreí. Ella me devolvió la sonrisa.

-Ayer supongo que te las arreglaste bastante bien, ya que noviniste a mi casa.

-De eso quería hablarte, me engañaste. Me diste una direcciónfalsa. Por eso estaba tan borde hoy.

-Eso no es verdad- abrió desmesuradamente los ojos-, seguroque te confundiste.

-Pues entonces salí para nada. La cena fue un desastre, mitortilla estaba quemada, llena de cáscaras y encima, casi me ahogo con unospolvos marrones.

-¿Fue con Cola Cao?

-Creo que sí- le dije, algo avergonzado mientras ella sereía.

-No te preocupes, también me ha pasado a mí. Si quieres,después del trabajo vienes a mi casa, así sabes dónde vivo y te enseño apreparar una tortilla sin cáscaras.

-Vale, me parece bien.

Le entregué a mi jefe los papeles. Después, me envió atraerle un café. Parecía un elfo doméstico, quién me iba a decir a mí que yoobedecería normas de nadie. Y, por la tarde, tuve que ir a correos, segúnGranger, una especie de lechucería, a recoger un paquete.

Terminé el día de hoy. Así que fui a la planta de abajo aesperar a que acabara Granger, iba a comprobar en un rato si de veras no eratan complicado hacer una tortilla.


Hola! Espero que les haya gustado el cap, más accidentes del pobre Draco, jaja

Agradecer a los que me dejaron comentario: Isa Loka, lauralunnarisdyh, Mara_13,

Paola Cullen Malfoy, HermioneK, EileenMSlyffindor, luna_azul, brendisis,

 

kaki_harry, malfoy19dani, mari_wapa, Caro A , Dramiones7, never_stop_dream,

ANGEL_CARIE, Katherine Malfoy17, GloriaSanape, cristalune, Ana Casillas.

Muchos besos a todos!

Hermione:

Bajé por el ascensor, y Malfoy ya estaba allí.

-¿Has bajado por ahí?- señaló el ascensor.

-Sí, el próximo día subimos juntos y lo probamos.

-Adiós chicos- nos dijo Brenda, la recepcionista.

-Adiós- me despedí, no como Malfoy- no preguntes por todocuando haya gente, que van a pensar raro de ti.

-No me importa lo que piensen- se encogió de hombros- ¿Hasvisto lo que llevaba esa en la cabeza?

-Sí, ella es la que atiende las llamadas, la recepcionista.Lleva un pinganillo en el oído para escuchar y contesta por el micrófono, loque tenía delante de la boca- le expliqué.

-Si tú lo dices.

-Venga, sube al coche.

-Ah, eso con lo que vinieron volando Potter y Weasley ensegundo. He visto ya un montón por la calle, pero de distintos colores yformas. Había uno sin techo.

-Sí, venga- le abrí la puerta y se sentó.

-Vaya- miró sorprendido a su alrededor, puse el coche enmarcha y él se agarró al asiento.

-Tranquilo.

-Pero si no estamos volando- miró por la ventanilla.

-No, los coches no vuelan, es que ese lo hechizaron losWeasley.

-Me tienes que enseñar a usar esto.

-Conducir, los coches se conducen. Y no te voy a enseñar,debes de ser un peligro.

-Venga, Granger, soy un buen alumno, aprendo rápido.

-Eso lo vamos a ver ahora, con la tortilla.

Malfoy abrió la puerta del coche y casi se cae, lo pudeagarrar por el jersey.

-¿Estás tonto? No toques nada, que nos vamos a matar- echélos seguros.

Pero me hizo caso omiso. Abrió la guantera, pero, como no había nada interesante, la cerró. Jugócon la ventanilla, después, encendió la radio. Cuando escuchó la música, dio unsobresalto y se pegó al respaldo del asiento.

-¿Qué es eso?- lo señalaba con el dedo- casi me da un ataqueal corazón- dijo, llevándose la mano al pecho.

-No seas exagerado, se llama radio, y sirve para escuchar música.Dale a estos botones y cambia de emisora- mejor que jugara con la radio que conla puerta.

-No, no me gusta- yo la apagué.

Estuvo un rato en silencio, mirándolo todo. A continuación,tocó la rueda que había en su asiento, y este quedó totalmente tumbado.

-Ah- pegó un grito- Granger, ponme derecho, que estoy muyincómodo.

-No puedo, gira la rueda en sentido contrario-. La giró tantoque quedó doblado hacia delante-. Malfoy, regula bien el asiento, que te vas apartir.

Finalmente, lo consiguió. Llegamos a mi casa, por fin, elcamino se me hizo interminable. Quité los seguros.

-Venga, sal ya, que hemos llegado.

Se bajó del coche. Cuando entramos a la casa, lo miró todo,entonces, reparó en mi cobaya.

-Granger, sí que eres rencorosa. ¿Has convertido en comadrejaa Weasley? Has hecho bien- me sonrió pícaramente.

-No es una comadreja, es una cobaya, y se llama Nazhira,¿verdad que es preciosa?

 

-Sí, muy bonita. Me han regalado una lechuza.

-¿Cómo se llama?- pregunté.

-Hermin- respondió.

-Bonito nombre, me gusta. Venga, vamos a preparar algo decenar, mejor una tortilla y aprendes a hacerla.

Me dirigí a la cocina. Malfoy venía pisándome los talones.Cogí los ingredientes necesarios.

-Primero, hay que partir los huevos- rompí un par de ellos yvertí su contenido en un plato.

-Vaya, yo le di tan fuerte que lo machaqué completamente. Asíestaba lleno de cáscaras. Pero Granger, si dejamos las cáscaras estará máscrujiente y rico, ¿no?

-Las cáscaras no se comen. Ahora, se baten.

-Yo lo eché directamente a la sartén.

-No, eso después- lo batí, eché aceite en una sartén, la puseal fuego, y después, añadí el huevo.

-Yo no le eché aceite.

-Por eso se te quemó- cuando la tortilla estaba hecha por unlado, le di la vuelta, lanzándola al aire, ya estaba lista-. Pues ya está, esfácil, ¿verdad?

Malfoy estaba detrás de mí, con una mano a cada lado de micintura, y la cabeza la tenía inclinada sobre mí. Me aparté como si nada.

-Sí, más o menos. Me ha gustado cuando la has lanzado por losaires.

-Vale, pero no lo hagas, que se te vaya a caer encima.

Pusimos la mesa entre los dos y comimos en silencio, sobretodo, debido a que Malfoy lo miraba absolutamente todo. De postre, cenamoshelado.

-Vaya, está delicioso, pero los de Honeydukes son mejores,estos cuando los lames no flotas.

-Malfoy, son helados muggles, no existe la magia, ¿recuerdas?

-Cómo olvidarlo. Hace frío.

-Espera un segundo- me dirigí al aire y lo encendí- voy allevar los platos a la cocina.

Puse los platos a fregarse solos y regresé al comedor. Hacíamás frío que antes, lo entendí al ver a Malfoy con el mando en su mano.

-Granger, esto no funciona, echa aire frío.

Le quité el mando de la mano y subí la temperatura.

-Te he dicho que no toques nada desde que nos encontramos,pero no me haces caso.

-Lo siento, a partir de ahora seré un niño bueno- me dirigióuna sonrisa pícara-. Mañana me vas a ayudar a buscar casa, ¿no?

-¿Pero es que no puedes hacer nada tú solo?

-Puede hacer muchas cosas solo, pero mal. Me llevarás alhotel, ¿no?

-No, que hace mucho frío y no me apetece salir.

-Granger- me hizo pucheros.

-No seas crío, mira, si quieres, te puedes quedar aquí. Perodormirás en el sofá.

-Vale, pero no tengo pijama- cuando abrí la boca para hablar,él continuó- pero como con ese aparato no hace frío, duermo en ropa interior ypunto.

-Como quieras, voy a ponerme el pijama y a traerte unasmantas. Quédate ahí sentado y no te muevas hasta que yo vuelva, ¿entendido?-asintió-. Lo más importante, no toques nada.

-Tranquila, seré un niño bueno.

Me puse el pijama a toda prisa y cogí algunas mantas y unaalmohada. Salí corriendo al comedor, para ver lo nuevo que había estropeadoMalfoy. Para mi sorpresa, estaba sentado en el sofá, sólo con los vaqueros, yleyendo algo.

-¿Qué lees?- no sabía qué era lo que estaba leyendo.

-Nada interesante, las cartas que Victor Krum te escribía- lodijo como si tal cosa.

-No me acordaba ya de ellas, dámelas- me dirigí al sofá, peroél se levantó y puso las cartas en alto, quedando estas fuera de mi alcance.

 

-No empieces como antes, devuélvemelas, el correo, por si nolo sabes, es privado.

-Querida Hermione- empezó a leer, yo di saltos paraquitársela-. Me gustaría que este verano vinieras a verme a Bulgaria
- hizo unapausa-. Nunca sentí nada tan fuerte por otra chica- se echó a reír.

-No tiene nada de gracioso- ya estaba enfadada, por lo que meabalancé sobre él, caímos los dos sobre el sofá, yo quedé encima.

-Granger, avisa la próxima vez que vayas a hacer eso- seescondió mis cartas detrás de la espalda.

-No vuelvas a tocar nada que no sea tuyo- puse las manosdetrás de su espalda, para sacar las cartas.

-Esta postura no es mi favorita, yo prefiero estar encima- meagarró de la cintura con una mano, y no sé cómo se las arregló, pero yo quedédebajo-. Mira, sigo con la cartas- las estaba alzando sobre su cabeza.

Intenté incorporarme como mejor podía, algo complicadoteniéndolo sobre mí. Me apoyé sobre los codos y alcé una mano, pero seguí sinllegar.

-Relájate, Granger, que estás muy alterada.

-Quítate de encima, idiota, y dame eso, que no es tuyo- pasélas manos por encima de sus hombros, y nuestros rostros quedaron a unos centímetros, pero yo seguíintentando alcanzar lo que me había quitado. La mano que tenía libre, la estabametiendo debajo de mi camiseta de pijama. Vi que a la vez que me tocaba, bajabala mano con la que sujetaba las cartas. Por lo que me tumbé, agarré su cabeza y lo atraje hacia mí. Sin darmecuenta, puso la otra mano en mi muslo, y lo apretó con fuerza-. ¿Y las cartas?

-Allí, las he lanzado- giré la cabeza y las vi rociadas porel suelo. Puse mis manos sobre su pecho y lo aparté de mí. Como pude, me libréde su presa y corrí hacia las cartas. Cuando las recogí del suelo, Malfoy meagarró de la cintura e intentaba volver a recuperarlas.

-Suéltame, son mías y no vas a leerlas- eché a correr y lashice pedazos.

-¿Por qué las rajas?- me preguntó, ya no intentaba agarrarme.

-Son mías y hago lo que quiero- me encogí de hombros- además,ya ni me acordaba de que las tenía.

Las hice trocitos diminutos y las tiré a la papelera.

-Mira, te he traído mantas- se las señalé- buenas noches.

-¿Cómo que buenas noches? Pero si estábamos a punto de

-Ah, no, no estábamos a punto de nada. Yo solo intentabarecuperar las cartas y tú has intentado aprovecharte de la situación. Anda,hasta mañana.

Cuando llevaba unos minutos acostada, escuché murmullos en elcomedor. Salí para ver qué le pasaba. Estaba peleándose con las mantas. Meacerqué sin decirle nada, le quité las mantas y le ayudé a preparar el sofá.

-No era capaz de poner las sábanas de manera que no sesalieran. Cada vez que me acostaba y tiraba de ellas para taparme, se salíanpor el otro lado-. Me fijé que ya no llevaba ni los pantalones,

-Anda, todo listo, me vuelvo a la cama.

-Gracias.

Me refugié entre mis mantas. Pensando en el peso del cuerpocaliente de Malfoy sobreel mío y me quedé dormida.


Hola! Espero que les haya gustado el capi. Al final, a la lechuza le he puesto Hermin, que se parece a Hermione, haciendo caso del consejo que me dio cristalune.

Gracias a las personas que me dejaron comentario: Caro A , brendisis,

EileenMSlyffindor, kaki_harry, ukwii, malfoy19dani, shikatema_L, Sol Meyer ,

 

Scarlet Malfoy, Dany_fabri25 , Mara_13, Mechitas22, lauralunnarisdyh,

GloriaSanape, cristalune.

Besos a todas! n_n

Draco:

Por fin, la cama, bueno, sofá, estaba bien hecha, ya no medestapaba. Maldita Granger, no sé qué me había pasado que había pensado enacostarme con ella. Desde luego, tenía un buen cuerpo, de escándalo, diría yo. Eraamable, un poco borde, pero bueno. Guapa, sexy, tenía un pecho, y un trasero
.Dejé de pensar en eso, que si no iba a tener que abalanzarme sobre ella.

No paré ni un segundo de dar vueltas en el sofá, era muyincómodo. Me dolía el cuello y la espalda y no podía ni girarme para no caerme.Al cabo de unos minutos, me dormí.

No sé cuánto tiempo había dormido pero empezó a entrar luz yme molestaba en los ojos, por lo que los cerré fuertemente. Metí la cabeza bajolas mantas.

-Malfoy- escuché a lo lejos-. Malfoy- empezaron a sacudirmede los hombros. Abrí un ojo- venga, que tienes que ir a tu casa a cambiarte,que nos vamos a trabajar.

-No quiero, no me gusta mi trabajo- metí la cabeza bajo lasmantas de nuevo.

-No seas niño- tiraron de mis sábanas y me destaparoncompletamente-. Venga, que si no te mueves me voy y te dejo aquí.

-Pues vete- me di la vuelta.

-Muy bien, tú lo has querido- escuché pasos alejarse de mí,por fin me dejaban descansar. Entonces, me estremecí, me había tirado un cubode agua helada encima.

-Granger, esto no tiene ni pizca de gracia- me envolví con lamanta, estaba tiritando.

-Lo he hecho por tu bien- me sonrió maliciosamente- además,te lo debía por lo de ayer. Espera que te traiga una toalla, te vayas aresfriar.

Regresó con una toalla y me la lanzó, después, me dijo:

-Voy a vestirme, cuando regrese espero que estés listo, quetenemos que ir a tu hotel para que te cambies de ropa.

Entró en una habitación. Yo me sequé a toda prisa. Pero teníalos bóxers mojados, por lo que me los quité y me puse solamente los pantalones.Me puse mi jersey. Tenía el pelo mojado.

-Venga, que te voy a secar el pelo- se acercó con el cacharroen el que se me enredó el pelo.

-No, eso no, que me tira del pelo.

-Eso fue porque no sabes usarlo- era cierto, me lo acercó y el pelo a los pocos minutos se me quedócompletamente seco- listo, ¿ves que bien? Venga, vámonos.

Nos subimos otra vez en el coche, pero esta vez no toqué absolutamente nada. Si algo estaba aprendiendo,era a no tocar nada que no supiera para lo que servía, vamos, no podía tocarnada de nada. De repente, el coche sedetuvo.

-Venga, date prisa, yo te espero aquí.

No le dije nada, eché a correr hacia mi habitación. Mitrabajo no me gustaba, pero tampoco quería llegar tarde. Me cambiéapresuradamente de ropa y volví a su encuentro.

-Listo- le dije, pero ella ni me miró-. ¿Qué te pasa?

-Nada- la miré fijamente, ella me miró de reojo-. Nada, deveras, es que
no quiero llegar tarde.

-No vamos a llegar tarde, no te preocupes tanto. Esto- toméaire- qué te parece si quedamos hoy para
ya sabes, que me ayudes a prepararalgo de comer. Mira, en el momento que aprenda algo de cocina, te invito undía. ¿Qué te parece?

 

-Me parece bien- pero no se la veía muy conforme-. Pero hoyno puedo, tengo algo que hacer, mejor mañana.

No le dije nada. Cuando llegamos, nos bajamos del coche y nos dirigimos a nuestro lugar detrabajo. Ella entró en el ascensor yyo la seguí.

-Vaya, sí que hay botones-, me acerqué a ellos.

-Malfoy, no toques nada- me dio un manotazo en la mano y fueella la que pulsó un solo botón.

El ascensor comenzóa moverse. Yo di un brinco.

-Tranquilo, estamos subiendo.

-Ya lo sabía- mentí.

-Sí, por eso pusiste ese cara de espanto- soltó una débil risita.

-¿Estás burlándote de mí?- di un paso hacia ella.

-¿Yo? Que va- puso cara de fingido horror-. Bueno, quizá unpoquito.

Cuando fui a acorralarla, se abrieron las puertas y ellasalió apresuradamente. ¿Por qué actuaba así? Ella era Granger, una sangre sucia,pero atractiva. No, era una rata de biblioteca, y punto.

-Sal rápido, que se cierran las puertas- hice lo que medecía.

Estuve toda la mañanatrabajando. Nada nuevo, menos mal, fotocopias, café para arriba, café paraabajo. Recoger y enviar varios pedidos

Llegó la hora del almuerzo. Granger ya estaba en la cafetería.Estaba sentada sola en una mesa, por lo que decidí sentarme con ella. Además,me apetecía hablar con ella. Me gustaba su compañía. Solo di dos pasos haciaella cuando vi que otro hombre se colocaba en frente de Granger. Retrocedí elcamino andado, pedí un sándwich y me subí arriba a comer. A Granger se la veíamuy a gusto con su nuevo amigo. Subí por las escaleras, que conociéndome,seguro que me pasaba algo si iba por el ascensor.

-Anda, estás aquí- dijo me jefe, que no recordaba cómo sellamaba-.Te he buscado en la cafetería. Bueno, es igual, quiero que me redactesunos informes, sólo tienes que pasar estos papeles al ordenador-. ¿Al qué?-cuando acabes, me lo traes a mi despacho.

-De acuerdo.

Miré lo que me dejó sobre el escritorio. Papeles, sabía loque era. Pero no tenía ni idea de qué era lo otro. Era otro artilugio muggle,cómo no. Era de color negro. Sólo tenía escrito Sony, a ver qué era eso. Eramuy plano. Quizá funcionase igual que la fotocopiadora. Lo abrí, coloqué unfolio dentro y volví a cerrar el ordenador.Busqué algún botón para pulsarlo. No vi ninguno. Ahora me di cuenta. Lo volví aabrir. La parte del aparato que quedó frente a mí estaba en negro. Me veíareflejado. Pero, en la otra mitad, había botones con letras, números, símbolos

Levanté la cabeza y vi que una chica joven me miraba con unaexpresión de extrañeza. Le sonreí y ella apartó la mirada. Se ve que estabahaciendo el tonto, otra vez.

Necesitaba a Granger. La había visto entrar en su despachohacía unos instantes. Recogí todas las cosas y me dirigí a buscarla.

-Granger, necesito tu ayuda- entonces, me di cuenta queestaba con ella el mismo chico de antes.

-La próxima vez, llama a la puerta- me fulminó con la mirada.

-Hasta luego, Hermione- le dijo su nuevo amigo y salió porla puerta, sin mirarme.

 

-¿Para qué quieres que llame? ¿Para que no te pille haciendoguarradas con tu amigo?

-No digas tonterías, Malfoy, es solo que podía haber estado haciendocosas importantes- respondió, bastante alterada.

-Mira, necesito que me ayudes con esto. Mi jefe me ha dichoque pase estos papeles al ordenador.Lo he intentado usar como la fotocopiadora, pero nada, es imposible, noencuentro el botón para pulsarlo y que salga todo lo que necesito.

-Dame, es que esto no funciona así- me quitó las cosas de lasmanos- presta atención, que si no, no te vas a enterar de nada. Siéntate.

Tomé asiento y ella hizo lo mismo, pero por el otro lado dela mesa.

-Mira, esto se abre- asentí- se le da aquí y se enciende. Tarda unossegundos.

-¿Sabes? Una chica me ha mirado raro. Es que estaña metiendolos papeles aquí dentro y dándole vueltas al ordenador para encontrar un botón. Me di cuenta que estaba haciendoalgo mal al ver su cara.

-Ya te vale. Ya se ha encendido. Inicias sesión- no lo quisepreguntar qué era eso-. Mira, abres este programa, y te sale una hoja vacía,ahora, tienes que copiar estos papeles aquí. Cuando lo hayas escrito, avísame,pero llama a la puerta, y te digo cómo imprimirlos.

-¿Imprimirlos?- medolía la cabeza de tanto pensar.

-Olvídate ahora de eso, tú solo escribe lo que tienes en lospapeles en el ordenador.

-Fácil- cogí un bolígrafo de su escritorio y escribí en lahoja blanca del ordenador.

-Malfoy, qué haces. Vas a rayar la pantalla.

-¿Por qué no puedo escribir aquí?- no hubo respuesta, mequitó el bolígrafo de la mano.

-No, pulsa las teclas- la miré y ella soltó un largosuspiro-. Las teclas son estos botones- empezó a escribir.

-Vale, ahora lo entiendo- lo intenté delante de ella.

-Sí, así es, lo estás haciendo muy bien- me felicitó.

-Cuando acabe, regreso.

Salí de su despacho. Llegué a mi mesa e hice lo que ella medijo. La verdad, no sabía qué sería de mí si no estuviera aquí Granger. Tardécasi dos horas en hacer lo que me pidió. Acudí a ella, pero antes, llamé.

-Pasa- la escuché decir. Entré, ella estaba escribiendo en elordenador pero sus dedos se movían agran velocidad-. Dame, que vamos a imprimirlos.

Cogió una cinta negra, que decía que era un enchufe y le metiódentro de un agujero del ordenador. Le dio a un botón de otra máquina, segúnella, una impresora, y en los foliosque estaban en blanco, empezaron a salir letras.

-Aquí tienes. Un consejo, Malfoy, dile a tu jefe que hastenido un problema con el ordenador, dile que tenía un virus y por eso hastardado tanto.

-¿Virus? No sabía que los ordenadores cogían enfermedades.

-No son como las nuestras, son, por así decirlo, enfermedadesinformáticas- al ver mi cara de incredulidad, me dijo:- olvídalo, tú dile quetenía un virus.

Me despedí de ella y fui al despacho de mi jefe.

-Vaya, has tardado mucho, ¿qué ha pasado?

-Un virus- me encogí de hombros, como si supiera de lo queestaba hablando.

-¿Lo has arreglado tú?- asentí- vaya, sí que sabes deinformática- y qué tipo de virus era exactamente.

-Nada importante, un simple catarro- al ve su cara, supe quehabía metido la pata. Para mi sorpresa, emitió una sonora carcajada.

-Vaya, tienes mucho sentido del humor. Ya te puedes ir acasa.

 

Salí aprisa y fui al despacho de Granger. No estaba. Recogímis cosas y fui a esperarla abajo. Tampoco estaba en la cafetería. Le preguntéa la que llevaba algo extraño en la cabeza.

-¿Has visto a Hermione Granger?

-Acaba de irse.

Era cierto. Su coche no estaba allí. Seguro que se fue con eltío ese con el que llevaba todo el día. Muy bien. Me decidí en ir a su casa,para ver qué era lo que hacía. Aunque lo más seguro es que no estuviera allí.


Hola! Espero que les haya gustado. Ahora, el nuevo problema del pobre es el ordenador. Y Hermione, aunque no lo admita, en el próximo capi sabremos qué hacía hermione. Le dedico el capi a ls que me dejaron comentarios: lauralunnarisdyh ,

cristalune, EileenMSlyffindor, Mara_13, Paola Cullen Malfoy, Dany_fabri25 , lefrance13,

brendisis, kaki_harry, karlha_potter, malfoy19dani, Caro A , Paola Evans ,

Scarlet Malfoy, Mechitas22.

Muchos besos a todas! n_n


Hermione:

Estaba muy preocupada. Mi amiga Claire había sufrido unaborto. Había perdido a su bebé, no sabía ni tan siquiera el sexo de lacriatura, ya que lo perdió estando de tan solo dos meses. Por eso, hoy sequedaba a dormir en mi casa Brittany, su hija de seis años, ya que su madretendría que pasar la noche ingresada en el hospital y Colin, marido de Claire,se quedaría con ella toda la noche.

Terminé de trabajar y fui a casa de los abuelos de Brittany.Eran unos ancianos muy agradables, pero estaban ya mayores para quedarse acuidar a una niña tan inquieta toda la noche. Aparqué el coche. La niña estabaen la puerta, jugando con su abuela. Una sonrisa se iluminó en mi cara alverme.

-Tita Hermione- corrió hacia mí. Yo la alcé en brazos y le diun beso en su sonrosada mejilla-. Qué bien, hoy duermo contigo- la pequeñapensaba que sus padres estaban trabajando. Y que estarían toda la noche.

-¿Nos vamos ya?- le pregunté, poniéndola en el suelo.

-Sí, vamos a recoger mis cosas- entré a la casa de sus abuelos.

-Hola, querida- dijo Anne, su abuela.

-Buenas tardes, Anne, ¿cómo se encuentran?

-Muy bien, cariño. Mi marido está acostando, descansando.Lleva todo el día jugando con la niña y está agotado. No sé de dónde sacaBritanny tanta energía. Estoy segura que estará muy cansada y no te dará muchojaleo.

-No creo que esté cansada. Seguro que querrá seguir jugando,no para.

La niña apareció en el salón. Dios mío, venía cargada depequeñas mochilas.

-¿Qué es todo esto?- le quité algunas mochilas de encima.

-Mis juguetes, hoy vamos a jugar con todos. Tita Hermione, hepensado que podremos hacer una fiesta del pijama- me sonrió.

-Venga, Brit, vámonos, esta noche vemos lo que hacemos, daleun beso a la abuela.

Corrió hacia su abuela y le dio un beso en la mejilla.

-Adiós abuelita- se despidió.

Nos despedimos todas y la monté en su sillita, que me lahabía dado hoy su padre.

 

-Tengo ganas de ver tu casa, tita Hermione- me dijo.

-Ya mismo llegamos- le respondí- tengo una cobaya, se llamaNazhira.

-¿De verdad?- se le iluminó la carita- yo quiero verla.

Fuimos todo el camino de regreso a casa cantando cancionesinfantiles. Cuando llegamos, yo cargada de todas sus cosas, la niña saliócorriendo a ver a la cobaya.

-Es muy bonita, pero no quiero cogerla, porque estosanimalitos muerden.

-Vale, pues la miraremos desde aquí.

Pero Brit pronto se aburrió de la cobaya. Cogió una de susmochilas y roció su contenido por el suelo. Tenía, por lo menos, media docenade muñecas.

-Vamos a jugar, tita Hermione.

-Vale, pero voy a poner una manta en el suelo, que hace frío.Lo preparé todo y me senté con ella a jugar. Apenas estuve sentada cincominutos, cuando llamaron a la puerta.

-Ahora vuelve, Brittany, no te muevas de aquí- me dirigí a lapuerta y tiré de ella para abrir. Y ahí estaba. Draco Malfoy. Apoyado en elmarco de la puerta con los brazos cruzados. Se veía tan sexy, con esa miradaseductora y esa media sonrisa dibujada en sus perfectos labios rosados. Pero élinterrumpió mis pensamientos.

-Vaya Granger, ¿eso era lo que tenías que hacer hoy?, ¿jugarcon muñecas?- escondí la muñeca tras mi espalda.

-No, estoy ocupada, Malfoy, así que vete- fui a cerrarle lapuerta cuando apareció Brittany.

-Hola- dijo a nuestro visitante- ¿eres el novio de mi titaHermione?

-Hola pequeña- se arrodilló para ponerse a la altura de laniña-. No, no somos novios, ya le gustaría a tu tía.

-Venga, vamos dentro, que él ya se iba- ignoré el comentariode Malfoy.

-¿Cómo te llamas? ¿Quieres jugar con nosotras?- le preguntóBrittany.

-No, no puede, tiene cosas que hacer y se iba, ¿verdadMalfoy?

-No, que va, me quedo a jugar- la niña cogió su mano y loarrastró hacia el salón.

-Vaya, tienes un nombre muy raro Malfoy- le dijo la niña.

-No, me llamo Draco, Malfoy es mi apellido.

-Vale- a Brittany le daba igual cómo se llamara- vamos ajugar. ¿Quieres jugar con las Barbies o prefieres que juguemos a la cocinita?

-Mejor a la cocinita- le dijo, yo solté la muñeca en elsuelo.

-Muy bien, ¿quieres que te prepare un té?- Malfoy asintió-.Tita Hermione, ponte cómoda, venga, siéntate con nosotros-. Me senté en elsuelo, lo más alejada que pude de Malfoy.

La niña volcó el contenido de otra mochila en el suelo. Teníaun montón de juguetes, cogió dos vasos, dos cucharas y una tetera. Fingió queechaba té en las tazas, y nos dio una a cada unos.

-Bebed, a ver si os gusta, sóplale, tita Hermione, te vayas aquemar la lengüita- soplé el contenido imaginario del vaso.

Malfoy me miré fijamente mientras soplaba el vaso y luegofingía beber. Soltó una carcajada.

-Granger, ¿qué haces?- dijo entre risas, pero no le hicecaso.

-Draco, bebe, que se te enfría el té- le regañó Brit.

-Eh, vale- se llevó la taza a los labios- estaba muy bueno.Toma, ya me lo he bebido.

-Draco, sé bueno y termínatelo todo, toma una cuchara y muévelo.

Ahora era yo la que me reía.

-¿Os ha gustado el té?- los dos asentimos.

-Draco te voy a presentar a mis muñecas- la niña trajo varias Barbies-. Ella se llamaBibi. Saluda Draco, no seas maleducado.

-Hola- dijo, mirando a la muñeca. Tenía cara de sorprendido.

 

-Pero dale dos besos- Brit le acercó la Barbie y él le dio unbeso.

-Draco, me parece que a Bibi le gustas- le dijo la niña.

La niña siguió insistiendo en que le diera besos a todas susmuñecas, y él lo hacía.

-Brit, voy a la cocina a la cocina a beber agua, ahoravuelvo.

-Vale.

Malfoy tenía que verse la cara que ponía. Estaba muy graciosojugando con la niña. La verdad, no me imaginaba que fuera a estar dispuesto adarle besos a unas muñecas solo porque una cría se lo pidiera. Llené un vaso deagua.

-Granger- tosí- ¿quién era ese con el que llevas todo el día?

-Malfoy, que me iba a ahogar- solté el vaso- un compañero deltrabajo- me encogí de hombros.

-Ya, claro, pero si llevas todo el día hablando con él.

-Pero a ti qué te importa- le grité- trabaja allí, y hoy hasido amable conmigo, y hemos comido juntos, somos compañeros de trabajo.

-Sí, y yo me chupo el dedo- ¿pero de qué iba?

-¿Por qué me lo preguntas?

-Por nada especial- se encogió de hombros.

-Venga, Draco, vamos a jugar.

-Ya voy- dijo, para mi sorpresa, le dio la mano a la pequeñay se fui con ella.

No entendía por qué me preguntaba eso. Daniel fue mi mejoramigo durante el tiempo que estuve en el colegio. Nos habíamos vuelto a ver eíbamos a seguir como antes de que me fuera a Hogwarts. Pero, ¿a él qué leimporta? Regresé al comedor.

-Tita Hermione, ¿se puede quedar Draco a dormir con nosotras?

-Él no puede, Brit, mañana tiene que trabajar- le dije.

-No, Granger, mañana es sábado, no trabajamos, y me quedo situ tía quiere-. ¿Cómo le decía eso a la niña?

-Di que sí, porfi, porfi, tita Hermione- estaba dandosaltitos a mi alrededor.

-Bueno, que se quede- dije de malas ganas.

-¡Bien! ¿Oíste eso, Draco?, ¡te quedas!- se arrojó a susbrazos y le dio un beso en la mejilla.

Estuvimos toda la tarde jugando a la cocinita, con lasBarbies
.

-Voy a preparar algo de cenar, ¿qué te apetece, cariño?- miréa Brittany.

-¡Quiero piza!- la miré seria- por favor- me suplicó.

-Está bien, piza.

Cuando estaba en la cocina, entró Malfoy con la niña acaballito.

-Tita Hermione, ¿por qué no te casas con Draco? Es que quieroque sea mi tito- me dijo. Ni Malfoy ni yo dijimos nada.

-Pues porque tu tía ya tiene novio, ¿verdad?- le dijo a Brita los pocos segundos.

-Joo, pero a mí me gusta Draco- la niña se cruzó de brazos yél la puso en el suelo.

-No tengo novio, Malfoy- le espeté.

-¿Eso quiere decir que os vais a casar?- dijo la pequeña,sonriendo.

-No, Brit, no vamos a casarnos.

-Joo, me hacía ilusión. Yo me voy a ver los dibujitos- dijola niña, y echó a correr.

-¿Es tu sobrina?

-No, es la hija de unos amigos.

-¿Y cómo es que se queda aquí contigo?- quiso saber.

Miré hacia el comedor, pero la pequeña estaba absorta viendolos dibujos, así que no me podía escuchar.

-Su madre ha tenido un aborto y va a pasar la noche en elhospital.

-Vaya- dijo- es un encanto de niña.

-Nunca pensé que escucharía salir de tu boca unas palabrascomo esas, Malfoy- le dije- y menos dedicadas hacia alguien muggle.

-Bueno, pero no deja de ser un encanto de niña.

-Sí, es cierto, la adoro, llevaba ya mucho sin verla-.Abrí elhorno y metí dentro la piza.

 

-¿Qué es eso?- lo señaló.

-Se llama horno, es para hacer comida y eso.

-Me voy a ver la televisióncon Brittany.

Se fue de la cocina. Cuando la piza estuvo lista, salí de lacocina y sonreí al verlos en el sofá. Brit estaba sentada sobre las piernas deMalfoy, y miraba embobada los dibujos. Malfoy parecía no pestañear y tenía unamueca extraña en la cara.

-Vamos, a cenar, venga, a poner la mesa- Brittany saliócorriendo a la cocina- tú trae las servilletas.

-¿Qué es eso?- señaló la tele- vaya pegos que dicen.

-Es normal, es un programa para niños, se llama Dora laexploradora.

-Ah- entró en la cocina y cogió los vasos.

Pusimos la mesa entre los tres y nos sentamos. Puse cojinesen la silla de Brit para que alcanzara la mesa. Le partí un poco de piza y empezóa comer.

Malfoy miraba la comida fijamente.

-¿Y los cubiertos?- preguntó.

-Se come con la mano, tonto- dijo la niña entre risas.

Cogió una porción y empezó a darle mordiscos. Malfoy teníahilos de queso por toda la boca. Brittany empezó a reírse al verlo, y yo laimité.

-¿Qué es tan divertido?- no sabía de qué nos reíamos.

-¡Tú!- le dijo Brit- límpiate la cara, Draco.

Se pasó una servilleta y se limpió la boca. Cuando Britterminó de comer, la cogí en brazos y le dije que era la hora de dormir.

-Pero yo no tengo sueño- protestó- quiero jugar al conejo dela suerte.

-Pero somos muy pocos para jugar a eso- no pensaba jugar aeso con Malfoy.

-Draco, ¿juegas al conejo de la suerte?

-Eh, sí- me miró con cara de interrogación- pero me tienesque enseñar.

-Bájame, tita Hermione- la dejé en el suelo y corrió haciaMalfoy, que la recibió en su regazo con los brazos abiertos. La escuchéexplicárselo-. Venga, vamos a jugar.

-Somos muy pocos, Brittany.

-No seas aguafiestas, siéntate y juega- me dijo Malfoy.

Nos sentamos en círculo y juntamos las manos como nos decíala niña. Ella y yo cantamos la canción, mientras Malfoy me miraba con cara deincredulidad.

-Me toca a mí- cantó Brit, tiró del brazo del rubio y le dioun beso en la mejilla. Seguimos cantando-. Draco, te toca- el aludido besó a laniña.

Seguimos cantando. Me tocó a mí, fui a darle un beso a laniña y se apartó.

-Tienes que dárselo a un chico, tita Hermione- me pidió-venga, besa a Draco-. Yo lo miré. Suspiré y me incliné hacia él.

Besé su mejilla, fue en leve roce, pero noté un hormigueo enlos labios. Me aparté sin mirarlo. Noté que me ruborizaba.

-Tita Hermione, te has puesto colorada- gritó, tapándose laboca con las manos-. Te gusta Draco, te gusta Draco.

-Venga, hora de dormir- no miré a Malfoy, me daba vergüenza.

-No, es pronto- se escondió detrás de su nuevo amigo- quierover una película. Mira- corrió hasta su mochila- he traído palomitas. Hazlas,porfi, porfi, tita Hermione.

Le cogí la bolsa de palomitas y me dirigí a la cocina agrandes zancadas. Abrí el microondas y metí la bolsa de las palomitas. Oí pasosque se acercaban.

-Vaya, Granger, sí que te has puesto roja- desgraciado.

-No es verdad- mentí.

-Sí, sí que lo es- se puso detrás de mí- ¿nunca has besado aun chico?- se rió- y eso que ha sido un inocente beso en la mejilla.

-No digas estupideces, sí que he besado a chicos- repliqué.

 

-La comadreja no cuenta- puso las manos en mi cintura. Yo megiré para encararlo. Su rostro estaba a centímetros del mío. Bajé la miradahasta sus labios. Me gustaba su boca, sus perfectos labios rosados. Entreabrióla boca. Yo, sin darme cuenta, me pasé la lengua por mi labio inferior. Meincliné hacia él y cerré los ojos.

-¿Están las palomitas?- gritó Brit a lo lejos, sacándome demi ensoñación. Di un paso hacia atrás para separarme de su cuerpo.

-Ya casi están, cariño- las palomitas empezaron a saltar.

-Una explosión,Granger, corre, vámonos- me agarró de un codo- corre, voy a por la niña.

-Sólo son las palomitas- el microondas pitó y lo abrí. Puselas palomitas en un bol. Fui al comedor seguida de Malfoy.

Pusimos una películade dibujos animados. Nos sentamos en el sofá, yo, en una esquina, Malfoy en aotra, y Brit en medio. Evité la mirada del rubio. Comimos palomitas en unsilencio sepulcral. A la media hora, la pequeña estaba durmiendo. La tapé conmantas que traje y le di un beso en su cabecita. Al levantar la vista, meencontré con la mirada de Malfoy, me sonrió, se la devolví, pero bostecé y mesalió una mueca. Él se rió por lo bajo. Me recosté en el sofá y cuando miré,Malfoy estaba dormido. Así, tan quieto, estaba tan guapo. Sonreí y me quedédormida.


Hola! Espero que les guste, en los próximos capítulos aparecerá más Daniel.

Muchas gracias a las 149 personas que pusieron mi fic entre sus favoritos ^^

Y mil gracias a los que comentaron: ukwii, lauralunnarisdyh, EileenMSlyffindor, Paola Cullen Malfoy, Caro A, Katherine Malfoy17, PotterFan, anuskha_black, Scarlet Malfoy,

Hermione_Granger_, Sol Meyer, ximmalfoy, mari_wapa, malfoy19dani, Mechitas22,

astorya malfoy, never_stop_dream, GloriaSanape , brendisis.

Besos y abrazos n_n

Draco:

Cuando me desperté, me encontraba por segunda vez en el sofáde Granger. Pero no estaban ni la niña ni Granger. Recordé el beso que me dioen la mejilla el día de antes. Me había gustado, sentí un escalofrío que merecorrió la espina dorsal al sentir sus cálidos labios. Y eso que sólo merozaron durante una fracción de segundo. Es que nos había faltado tan poco parabesarnos... Pero iba a conseguir un beso de sus labios, aunque fuera robado. Y pensarque jamás había sentido nada igual con ninguna otra mujer...

Me levanté, y giré sobre mis talones, y allí estaban,sentadas las dos jugando con las muñecas. Pensar que había besado sus juguetessólo porque la cría me lo había pedido. Brit puso su pequeña manita en lamejilla de la castaña y le giró la cara hacia mí. Me miraron y comenzaron areírse. La pequeña se tapaba la carita con sus dos manos.

-¿De qué os estáis riendo vosotras dos?- pregunté.

-De nada, Draco- dijo Brittany- ¿sabes que hoy estás muyguapo?- siguió.

-Yo siempre estoy guapo- alardeé.

 

-Pues hoy estás especialmente guapo- dijo Granger, cosa queme pilló desprevenido.

-Vaya, gracias por el cumplido. Bueno, voy al baño- entré ycerré la puerta detrás de mí.

Entendí sus risas y sus piropos nada más mirarme en elespejo. Me habían pintado los labios de rojo. Por el resto de la cara teníadibujados flores y corazones. Me eché agua en la cara de inmediato, hasta quese me quitó. Vi que se habían dejado la barrita de labios sobre una repisa.Ingenuas, al menos podían haberla escondido bien. Me la guardé en el bolsillo ysalí como si nada fuera a hacer.

-Sois muy graciosas, ¿no?- pregunté.

-Sí- contestó Brit- no tendrías que haberte quitado lapintura, estabas guapo.

-¿A qué jugáis?- me acerqué a ellas.

-A las Barbies- dijo la pequeña. Me puse de rodillas junto aella y saqué la barrita de labios de mi bolsillo. Se fue a levantar, pero yofui más rápido y la sujeté.

-No te vas a librar de mí- le pinté en la mejilla. PeroGranger ya había echado a correr. Hicecomo si nada y le hice cosquillas a la niña.

-¡Para! ¡Draco, para!- la pequeña se retorcía- ¡ me voy ahacer pipí encima!- me detuve.

-¿De quién ha sido la idea?- ella no me dijo nada- si me lodices te perdono, si no, te hago más cosquillas.

-Fue idea de la tita Hermione- confesó.

-Muy bien, me voy a vengar, ¿vas a ayudarme?- movió la cabezaarriba y abajo enérgicamente- vale, se ha encerrado en su habitación. Ve y dileque te ayude.

La niña echó a correr hasta el dormitorio de Granger y llamóa la puerta, yo me escondí.

-Tita Hermione- la niña golpeó la puerta con uno de suspuñitos- ábreme, porfi, que Draco me está haciendo cosquillas y me voy a hacerpipí.

La puerta se entreabrió y sacó una mano para coger aBrittany, mano que yo atrapé.

-Granger, da la cara- le dije. Ella intentaba soltarse, peroyo era más fuerte.

Abrí la puerta de su habitación y la niña y yo entramos.Solté su muñeca.

-Pensé que eras más lista- le sonreí- venga, ven aquí, queahora te voy a poner guapa yo a ti.

Negó con la cabeza. Avancé lentamente hacia ella, pero saltósobre su cama entre carcajadas. Yo me subí también en la cama y ayudé a Brit aque nos imitara.

-Brit, no me puedo creer que ahora te pongas de su lado- ledijo entre risas.

-Venga, Granger, estate quieta que te pueda poner guapa- leacerqué su barrita a la cara, pero ella se echó hacia atrás-. Brittany, yo lasujeto y tú la maquillas.

Agarré a Granger de los hombros y Brit se acercó a ella.

-Brit, si no lo haces te doy ahora helado- la niña dudó antesu soborno.

-Yo te compro una muñeca nueva- aumenté la oferta.

-Brit, cariño, yo soy tu tita, no me hagas esto- le hizopucheros y la niña me miró.

-Dame eso- tendí mi mano hacia la pequeña- ya lo hago yo.

La castaña se revolvió pero la tumbé sobre la cama y me pusesobre ella. La agarré de la barbilla para que no se moviera y le pinté en lamejilla. Ella se reía e intentaba librarse.

-Ya, para Malfoy, estate quieto- intentaba librarse de mí.

-Tú te lo has buscado- la agarré de las muñecas- Brit, hazlecosquillas- la niña me hizo caso. Granger empezó a reírse a carcajadas y amoverse para soltarse.

-Pídeme perdón y te suelto- le pedí.

-¡No!- consiguió decir entre risas.

 

-Tita Hermione- la niña dejó de hacerle cosquillas-, yo teperdono si me das un beso.

-¿Que me perdonas?- la miró- pero si yo no te he hecho nada-Brittany se rió-. Venga, ven que te dé un besito.

La pequeña se inclinó y la castaña besó su mejillasonoramente. La niña me dio una buena idea.

-Venga, yo también te perdona si me das un beso- negó con lacabeza.

-Dáselo, tita Hermione, así te deja y vamos a desayunar, quetengo hambre.

-No, me niego- volvió la cara hacia otro lado.

-Porfi, que quiero comer ya- me encantaba esta chiquilla.

-Está bien- se rindió.

-Pero ahora, por no haber querido haberme besado antes, metienes que dar dos.

-De acuerdo, pero levántate- me pidió. Yo me quité de encima,pero la seguí sujetando de una muñeca.

La miré con una sonrisa.

-Tita Hermione, aprisa- animó Brittany.

Por fin, se acercó a mí. Puse una mano en su cintura. Me dioun beso en una mejilla, y, cuando se inclinó para besarme la otra, yo giré lacara a su vez, de modo que la besé en la comisura de sus labios. Nuestrasmiradas se encontraron por un instante, pero ella apartó la mirada.

-Porque está aquí la niña, sino, no te libras- le guiñé unojo. Ella se sonrojó, algo que me encantó.

-A desayunar- Brit sujetó una mano de cada uno y tiró denosotros- quiero un vasito de leche con galletitas.

-Pues no se hable más, leche con galletas.

Preparamos el desayuno entre todos y comimos. Granger evitabami mirada todo el rato. Miré la hora y decidí irme.

-Chicas, me voy ya- les dije- nos vemos otro día, ¿no, Brit?

-No te vayas todavía, quédate un ratito más, porfi, porfi,Draco- me hizo pucheros.

-Malfoy, te puedes quedar un rato más, su padre me ha llamadoy dentro de un rato la voy a llevar a su casa, espérate y te llevo.

-Bien, Draco, vamos a hacer un precioso dibujito, porfi- mecogió de la mano y me dejé arrastrar hasta el sofá.

-Por Dios- exclamó Granger- está todo el salón lleno de pelode las Barbies- voy a pasar el aspirador-. De un pequeño armario, sacó unaparato que parecía una especie de caja con una trompa.

La miré con gesto de interrogación. Cuando le dio un botón,el aparato empezó a hacer un ruido ensordecedor. Me acerqué para curiosear.Ella me vio acercarme, le dio a un botón y el trasto se calló.

-¿Para qué sirve eso, Granger?- le pregunté.

-Pues, por ejemplo, yo ahora quiero recoger los pelos de lasmuñecas y la hago con esto. Mira- puso otra vez el aspirador, le acercó una servilleta y el aparato se la tragó.

-Vaya, es bastante útil.

-¿Quieres que te aspire?- intentó acercarme la especie detropa.

-No me acerques esa cosa Granger, que no me apetece que metrague.

-No digas tonterías, no te puede aspirar- se lo acercó a laropa y solo tiró de la camiseta.

-Ya lo sabía- mentí- déjame probarlo a mí- le quité el aspirador e hice lo que ella estuvohaciendo hace unos instantes, arrastrar la trompa del aspirador por el suelo-. ¿Lo estoy haciendo bien?- le grité porencima del escándalo.

-Sí- vociferó también.

Cuando terminé de arrastrar la trompa por el suelo, ella laparó.

-Draco, tita Hermione- cantó la niña- mira que dibujo, somosnosotros tres. ¿Os gusta?

-Sí- respondimos al unísono.

 

-Dame- le dijo la castaña- que lo voy a poner en la nevera.

La niña aplaudió con sus pequeñas manitas y dio pequeñossaltitos alrededor de Granger mientras esta pegaba el dibujo en el frigorífico.

-Venga, Brit, cariño, que te voy a llevar ya con tus papás-la niña corrió al comedor a recoger sus colores, que los tenía esparcidos porel sofá.

Salí tras la pequeña y la ayudé a recoger todos sus juguetes.

-Vaya, Brit, tienes un montón de juguetes- la niña se habíatraído tres mochilitas llenas de sus cosas.

-Toma, Draco, he hecho un dibujito para ti- me dio uno igualque a Granger.

-Muchas gracias- le di un beso en la mejilla.

Cogí las mochilas de la niña. La niña me dio una mano a mí yotra a Granger y salimos juntos a la calle.

-Tita Hermione, Draco, ¿si os casáis me vais a invitar avuestra boda?- dijo Brittany.

-Claro que sí, Brit- le dijo la castaña, estaba claro que leestaba siguiendo la corriente.

Llegamos al coche deGranger, quien cogió en brazos y sentó a la niña en una especie de silla quehabía en el asiento. Me senté al lado de Granger.

Todo el trayecto, Brit y Granger fueron cantando. Paró elcoche.

-Brit, ya hemos llegado- nos bajamos del coche. La niña echóa correr y llamó a una puerta, imagino que su casa. Un hombre la recibió.

-Papi- Brittany se le echó a los brazos- me lo he pasado muybien con la tita Hermione, mira, ese de ahí- me señaló con su dedito- es minuevo amigo. A lo mejor se casa con la tita Hermione.

Busqué a Granger con la mirada. Tenía medio cuerpo dentro delcoche.

-¿Qué haces?

-Intento quitar la silla de Brittany, pero no soy capaz- la sujetépor la cintura para apartarla y saqué la silla. Fuimos hasta donde estaban Brit y su padre.

-Muchas gracias por todo- le dijo a Granger.

-No hay de qué, Colin, es un encanto de niña- le acarició unamejilla a la pequeña- Brit, a ver cuando volvemos a dormir juntas.

-Sí, otro día, ¿puedo papi?- el hombre asintió- Draco, tútambién vienes a jugar con nosotras.

-Hola, soy Colin- el hombre me tendió una mano y yo se laestreché- quedarse a tomar algo.

-No, no podemos. ¿Cómo está Claire?- preguntó la castaña.

-Está mucho mejor, ahora está durmiendo.

-Mándale un beso de mi parte cuando despierte, ¿vale?

-Por supuesto, Hermione.

-Adiós chicos, y gracias por todo.

-Adiós- nos despedimos, y no encaminamos hasta el coche.

-Malfoy, te llevo al hotel ¿no?

-Sí, y gracias.

Estuvimos un rato en silencio, uno incómodo, hasta que ella,para romperlo, tocó un botón de la radio y esta se puso a cantar. Granger,también cantó, seguramente lo hacía para no entablar conversación conmigo.

-Llegamos.

-Hoy quiero buscar casa, no me gusta estar en el hotel.Cuando encuentre, vendrás a verla, ¿no?

-Por supuesto que sí.

-Adiós- me incliné y la besé en la mejilla, provocando que seruborizada.

Entré en mi habitación y me tumbé en la cama. ¿Por qué besabaa Granger? Nunca me había atraído, la había odiado desde que entramos enHogwarts, y ahora, sencillamente, me encantaba. Suspiré y empecé a recogertodas mis cosas al modo muggles. Salí a buscar casa. No sé cuantas horas estuvepara encontrar vivienda, pero, finalmente, di con una que me encantaba. No erauna mansión, pero no estaba nada mal. Antesde nada, tenía que ir a casa de Granger para enseñársela, así que me dirigíhasta allí. Anduve ligero por la calle, hasta que vi su casa frente a mí.Frente a su fachada, había un coche del que ella estaba saliendo, pero ese noera el suyo. Se bajó sonriendo. Me acerqué hasta ella, pero el chico que estabaa todas horas con ella en el trabajo salió por la otra puerta. Me paré degolpe. La acompañó hasta la puerta de su casa. Los dos se quedaron quietos,mirándose.

 

-Vamos, dile adiós y entra ya en casa- susurré para mí mismo.

Pero no, no entró en casa. Su acompañante se inclinó sobreella y le dio un beso en los labios. Fue solo un roce, pero ese beso me sentócomo una patada en las tripas. ¿Cómo se atrevía? Me esperé hasta que ella entróen su casa. Pero ya no me apetecía verla. Desanduve el camino y llegué hasta minuevo hogar. Abrí la puerta.

-Maldita sea- le di una patada a una silla.

Ese tío no me había gustado nunca. Pero ahora lo odiaba.Pero, ¿por qué me importaba tanto que otro la besara? Yo no estaba celoso. Dequé iba a estar celoso, si Granger no me gustaba. Sí, sí que me gustaba unpoco, para qué me iba a engañar a mí mismo. Vale, sí, estaba celoso, al menossería sincero conmigo.


Hola! Os ha gustado el capi?¿

Se lo dedico a todos los que dejaron comentarios en el capitulo pasado

Muchos besos! n_n

Hermione:

Después de llevar a Brittany y a Malfoy en su casa, pasé elresto del día con Daniel. Almorzamos juntos, fuimos al cine y cenamos.Realmente, me encantaba su compañía, pasar tiempo con él, era un chico muyamable y divertido. También muy guapo. Alto, mediría sobre metro ochenta.Moreno y con ojos azules. Y buen físico. Me había dado un beso, un beso que yono me esperaba, que me pilló desprevenida. Pero no había sentido nada con él.Todo lo contrario que con Malfoy, me puse muy nerviosa las veces que besé sumejilla. Pero, cuando nuestros labios se rozaron. Me dio un vuelco el corazón,sentí mariposas revolotear en mi estómago. No había experimentado esassensaciones ni con Ron. Mejor, no pienso en ese chico, ya no más. ¿Por quétendría que sentir lo que sentía con Malfoy? ¿No podía gustarme Daniel? Con éltodo sería mucho más sencillo y llevadero.

Me acordé que Malfoy iba a buscar hoy casa. No sé si la habíaencontrado, me dijo que cuando tuviera, me la enseñaría, pero, si había venidoa mi casa a buscarme, no me habría encontrado. Pasé todo el día fuera.

Me apetecía hablar con Malfoy, pero no sabía cómolocalizarlo. No sabía si seguía en el hotel, si tenía ya casa. Bueno, lo veríael lunes en el trabajo. Podía esperar.

Fui al congelador y saqué una terrina de helado. Cogí elmóvil y me senté en el sofá. Iba a llamar a Harry y a Ginny. Marqué su número.El de Harry.

-Hola, Herms- saludó.

-Hola, Harry, os echo de menos. ¿Cómo estáis?- le pregunté.

-Nosotros muy bien, Hermy, organizando todo lo de la boda yeso, ya sabes, estamos liados con las invitaciones, ya te enviaremos la tuya. Ytú, ¿qué tal?

-Muy bien, también. Ya he encontrado casa y trabajo en unaempresa. Estoy contenta.

-Me alegro por ti. Pero Ron esté destrozado, Herms, dice quelo dejaste sin decirle los motivos que te llevaron a ello y solo le dejaste unanota. Ahora bebe mucho, normalmente llega por la noche borracho, y se acuestacon muchas chicas. Dice que te quiere. ¿Por qué lo dejaste de esa manera?Aunque Ginny dice que tienes que tener tus motivos.

 

-Claro que los tengo. Siempre llegaba a casa borracho yoliendo a perfume de mujer. No me hablaba, ni siquiera se dignaba a mirarme ala cara. Una vez encontré un tanga en el coche. Ya no podía más.

-Vaya, lo siento, no sabía todo eso. Ginny te echa de menos-se calló unos instantes- vaya, hablando de Gin, aquí viene. Ginny, ven a hablarcon Hermione.

-¿Pero con ese aparato?- la oí decir.

-Sí, adiós Herms, te paso a Ginny.

-Adiós Harry, un beso- esperé unos segundos.

-¡HERMIONE! ¿ME OYES? TE ECHO DE MENOS HERMS- gritó tanfuerte que me aparté el móvil del oído.

-Gin, no grites, habla como si estuviera a tu lado- le pedí-¿cómo te va?

-Muy bien, por cierto, me tienes que acompañar a comprar elvestido, y no admito un no por respuesta. Además, te tenemos que comprar unvestido precioso, mi dama de honor ha de ir muy guapa.

-¡Oh, Ginny! Muchas gracias. Por supuesto que voy contigo,estoy deseando.

-Ya lo sabía- empezó a reírse y me uní a ella- oye, ¿te hasenterado de que Draco Malfoy ha sido condenado a pasar seis meses en el mundomuggle? Yo creo que debería pasar el resto de su vida

-No digas eso, que no lo voy a poder aguantar toda la vida-mentí- es que trabajamos en la misma empresa.

-Vaya, qué mal- refunfuñó-. Tú mira el lado bueno. Harry,amor, tápate los oídos- la oí decir a su futuro marido-. Draco Malfoy está muybueno, y es guapo, sexy...

-Bueno Ginny, eso me da igual.

-Bueno, pero te puedes alegrar la vista. ¿No se atreverá ainsultarte delante de los muggles, verdad?

-No, ni detrás, más le vale. Es que soy yo la que la ayuda acomprender los aparatos muggles- expliqué.

-Pues mejor así. Podías intentar ligártelo.

-No digas tonterías.

-Sí, mujer, date una alegría, que no te vendría mal. Tienebuena fama, ya sabes como lo llaman. Dios del Sexo, y demás. Vaya, el pobreestará desesperado, va a tener que estar seis meses sin mojar el churrito- mereí- que se aguante. Porque no creo que lo haga con ninguna muggle. Podríasacostarte tú con él, que te puede enseñar muchas cosas.

-No quiero acostarme con Malfoy, Gin, y no creo que esté desesperado,el otro día lo pillé momentos después de acostarse con Pansy Parkinson.

-Ella tiene novio. Creo que se llama Andrew Stewart a algoasí. Es un ricachón de sangre limpia- me explicó-. No te acuestes con Malfoy,pero intenta seducirlo, para que vea de lo que es capaz una hija de muggles.

-No, Ginny, me parece que no- le dije.

-Ay, Herms, tenemos que irnos, habíamos quedado con Fred yGeorge.

-Adiós. Besos para los dos, os quiero.

-Nosotros también te queremos. Adiós.

Momentos antes de colgar, escuché a Ginny decirle a Harry quecolgara él "esa cosa", que ella no laentendía. Me había olvidado por completo del helado. Se me había derretido. Lovolví a meter en el congelador.

Estaba cansada, hoy había sido un día muy largo. Por lo queme puse el pijama y me acosté.

Decidíhacer caso a Ginny y seducir a Draco Malfoy. Él estaba sentado en el sofá de micasa. En ese momento, salí de mi dormitorio sólo con un vestido, sin nada deropa interior. Me acerqué y me senté sobre sus piernas, colocando las mías acada lado de las caderas de Malfoy. No perdí el tiempo y lo besé con pasión, élme correspondió. Yo no perdía el tiempo, pero Draco Malfoy tampoco. Me quitó elvestido y quedé completamente desnuda. Empezó a besarme el cuello condesesperación, después, descendió hasta mis pechos, los que besó y lamió.

 

Me desperté de golpe. ¿Por qué soñaba con esas cosas? Estabaenferma. Ya no iba a escuchar más a Ginny. Ya no más. Pero entonces, llamaron ala puerta. ¿Quién era, tan temprano? No era tan temprano. Eran las once. Salíde la cama de un salto. Llamaron al timbre. No podía salir en pijama ydespeinada. Llamaron de nuevo tres o cuatro veces seguidas. Estaba enfadada ysalí, mientras quién quiera que estuviera en la puerta no dejaba de llamar.Abrí de un tirón la puerta.

-¿SE PUEDE SABER
?- empecé a chillar.

-Qué buen recibimiento, Granger, muy amable- dijo Malfoy.

-¿Qué quieres tan temprano?- interrogué.

-No es tan temprano, son las once de la mañana. ¿No me vas adejar pasar?- me hice a un lado y entró.

-Te vuelvo a repetir que qué quieres- espeté.

-No seas tan borde, ¿no puedo venir a hacerte una pequeñavisita? He venido a decirte que ya tengo casa.

-Muy bien- le dije de malos modos- ¿te vas ya?

-¿Me estás echando?- me contestó con otra pregunta.

-No. Siéntate y espera, voy a lavarme la cara, los dientes ya vestirme- y me fui de allí aprisa.

Me vestí rápidamente y me lavé la cara y los dientes, el pelome lo recogí en una alta coleta.

-Ya, bueno, dime qué quieres- inquirí, de nuevo.

-Te he dicho que nada en especial, Granger. Por cierto,llevas la camiseta del revés- me miré y vi que era cierto- ¿Quieres que teayude a ponértela bien?- se levantó y se acercó.

Yo me quedé parada dónde estaba, reaccioné cuando puso lasmanos en el borde inferior de mi camiseta, dispuesto a sacármela.

-No me toques- me aparté bruscamente de él.

-Ah, se me olvidaba- me miró con cara de pocos amigos-.Prefieres que lo haga tu nuevo amiguito.

-¿Qué dices? No sé de qué

-Sí que lo sabes, no te hagas la tonta- me cortó.

-Bueno, pero a ti eso no te importa.

-Vamos, que lo reconoces.

-No reconozco nada porque no sé de qué me estás hablando- legrité.

-Sí que lo sabes, te vuelvo a repetir. Me refiero a
tunovio, ¿sabes ya de qué hablo o te vas a hacer la loca?

-Daniel no es mi novio.

-Así que tu novio se llama Daniel- ignoró lo que le dije.

-¡TE HE DICHO QUE NO ES MI NOVIO!- ya me había enfadado deverdad.

-No te pongas así, mujer. Entonces, es un amigo con derecho aroce, ¿no? No me esperaba eso de la devora libros, pero bueno, no todas son tansantas como parecen.

-No sabes ni lo que estás diciendo.

-Sí que lo sé, Granger, ayer te vi besándote con ese- gruñó.

-¿Me estabas espiando?- capaz era.

-No, vine a buscarte para que vieras mi nueva casa. Pero tevi muy ocupada y no te quise interrumpir.

-Ah- fue lo único que fui capaz de decir.

-Me voy, adiós.

-¿Tan pronto?- se me escapó sin darme cuenta.

-¿No quieres que me vaya?- dijo, sonriendo.

-Pues
no es eso- no sabía que decir- es que pensé quevenías, pues, no sé, para decirme algo.

 

-Sí, venía a decirte que ya tengo casa, que cuando quierasvienes y te la enseño.

-Ah, vale, sí, eh
¿qué te parece si me la enseñas mañana?Después del trabajo.

-Sí, me parece bien- accedió- nos vemos mañana, ¿no?

-Por supuesto- se acercó y me dio un beso en la mejilla.

-Hasta mañana- susurró en mi oído, provocando que meestremeciera.

Cuando se fue, me quité la camiseta y me la puse derecha.

"Tendría que haber dejado que él me la quitara"- pensé.

-No pienses esas cosas, Hermione.


Hola! Espero que les haya gustado este capii! Diganme que les parece porfii!

Como han podido ver, mas bien leer, estan los dos gemelos, si, es que me caen muy bien y no queria que ninguno muriera.

Muchas gracias a las personas que me comentaron en el capi anterior!

besos. n_n

Draco:

Bueno, pues tenía una cita con Granger el lunes, ya lo estabadeseando. Aunque también estaba enfadado porque la vi besarse con él tío ese,Daniel. Estúpido. Tendría que preparar algo interesante, pero no se me ocurríael qué. A lo mejor improvisaba. Eso sí, mi objetivo era besarla, o intentarlo.No quería más que un beso. Para que viera que eran mejores que los del Danielese. No lo conocía y ya lo odiaba a más no poder. Ahora, eso sí, como se besara con su amigo, onovio a lo que fuera, quizá no la besara, lo que tenía claro era que no me ibaa comer las babas de otro. Y mucho menos si se trataba de un muggle.

Llegué a mi casa. Miré para ver qué preparaba hoy paraalmorzar. Abrí la nevera. ¿Pero esto qué es? Estaba completamente vacía. Pero,¿Qué iba a comer yo ahora? Miré dentro de todos los cajones y armaritos de lacocina. Nada de nada. Ni un triste paquete de galletas. Tendría que salir acomer fuera. Cogí el dinero muggle, que no sabía cómo funcionaba, por cierto, yme fui a la calle. Paseé sin rumbo, hasta que vi un pequeño restaurante. Entréy me senté solo en una mesa. Cuando el camarero me preguntó si esperabacompañía, le dije que no y momentos después me trajo el Menú. Me decanté porsolomillo, y no me apetecía postre, lo único que quería era irme de allí. Lepedí la cuenta al camarero. Y le pagué como buenamente pude.

Salí del restaurante a toda velocidad. Miré la hora. Las tresy media. ¿Sería pronto para ir a ver a Granger? Me daba igual. Me encaminéhasta allí. Toqué el timbre repetidas veces.

-Ya va, ya va- la oí decir, abrió- Hola, Malfoy, qué raroverte por aquí- pero me lo dijo con una sonrisa.

-Sabes que estabas deseando verme- le dije y entré alinterior de la casa.

-Ya, pero se ve que no tanto como tú a mi- vaya, qué raro queGranger se comportara de ese modo.

-¿Quién eres tú y qué has hecho con Hermione Granger?-bromeé.

-Anda, qué te sucede ahora- cómo me conocía.

-Nada, que mi nevera está vacía- puso los ojos en blanco.

-Pues ve a comprar la comida, es obvio.

-Será obvio para ti, yo nunca he tenido que comprar nada, yalo hacían los elfos domésticos.

-Es verdad, tus esclavos. No sé cómo sois capaces casi todoslos magos de cometer semejante atrocidad- ya se estaba poniendo dramática-lástima que dejara lo del PEDDO, que si no

-Bueno, haré como que te sigo la corriente- suspiró, algofrustrada- ¿vamos hoy a comprar?

 

-Bueno, como veas. Ah, que este fin de semana es elcumpleaños de Brittany, dice que quiere que vayas. ¿Vas a ir?

-Por supuesto. Le compraré algo bonito, con tu ayuda- le guiñéun ojo- vamos a comprar.

Ella cogió un bolso y metió dentro la cartera, las llaves yel móvil. Fuimos todo el camino ensilencio. Hasta que llegamos a lo que ella llamaba supermercado. En frente de nosotros, había una especie de ventanasenormes, pero no había puertas, miré a todos lados.

-¿Y las puertas?-inquirí.

-Las tienes en frente, Malfoy.

-Vale, ¿y el pomo?

-Se abren solas, son automáticas- entonces, salieron del supermercado una mujer y su hijo, laspuertas se abrieron para dejarles paso.

-Esto seguro que tiene truco, quieres que me acerque a ellaspara que me choque.

-Parecemos tontos aquí mirando las puertas. Paso yo primero ylo ves- se acercó y las puertas se abrieron para dejarla pasar, y luego, secerraron. Me hizo señas para que entrara. Me acerqué lentamente, extendí unamano y la puerta se abrió, asustado, por si me quedaba atrapado, entré de unsalto. La gente me miraba.

-Malfoy, entra como las personas normales.

-Es que eso parece que se abre unos tres segundos y luego secierra, no quería quedar atrapado.

-No hables tan alto- una mujer que pasaba por mi lado se mequedó mirando fijamente- no funcionan por tiempo, detectan, por así decirlo,los movimientos, y cuando notan que alguien ha pasado, se cierran. Ahora, cogeun carrito y vamos a comprar.

-¿Eso es como lo que lleva la bruja que vende las golosinasdel expreso de Hogwarts, no?

-Bueno, sí, ya lo cojo yo- cogió algo igual que lo que yohabía dicho, solo que estaba vacío. También cogió otra cosa que arrastrabapor el suelo, como una maleta.

-¿Y eso?- le pregunté.

-Una cesta, que yo necesito algunas cosas- se encogió dehombros y me pasó el carrito. Empezamos a andar por un pasillo, que estaba repleto deestanterías.

-¿Qué cojo?

-Las cosas necesarias para comer, y para ducharte, limpiar ydemás.

-¿Por qué no coges tú lo que creas que necesito?

-Está bien- accedió.

Ella iba andando por los pasillos y echando cosas dentro demi carrito constantemente, en su cesta, echaba menos productos. Yo cogía lo quepensé que me podía gustar. Bolsas de patatas y más surtidos de snacks,galletas de chocolate, tabletas dechocolate blanco y negro, golosinas, y demás.

-Cómo te comas todo eso, vas a engordar- me avisó.

-No me lo voy a comer todo de una vez. No sabía que tepreocupara tanto el físico de las personas, si engordo, ¿ya no te voy agustar?- bromeé.

-No me gusta ni así.

-Ya, claro, lo que tú digas- tiré de una asa que tenía elcarrito, y se abrió una especie de asiento-. Granger, ven, que te voy a meteraquí y te paseo.

-No me voy a montar ahí, además, no quepo, eso es para losniños pequeños- pero no le hice caso y la levanté del suelo, sin apenasesfuerzo-. Malfoy, bájame- empezó a darme golpecitos en el pecho.

-Eres una cría, tanto en tu comportamiento como en lo pocoque pesas, así que te voy a pasear. Encima de que no vas a tener que andar, tequejas-. Intenté meterla, pero no le cabían las piernas, y ella tampoco meayudaba mucho, no se estaba quieta, por lo que la solté.

 

Me fulminó con la mirada, se apartó el pelo de la cara y echóa andar a grandes zancadas, claramente ofendida.

-Te dejas tu cesta- retrocedió y se la llevó arrastrándola-yo solté una carcajada. Eché a correr con el carrito detrás de ella-. No teenfades, que no he hecho nada malo.

-No, solo has hecho el idiota, como siempre- la agarré de unbrazo.

- ¿Me perdonas?- le puse cara de bueno.

-Sí, pero si me prometes no hacer más el tonto- asentí yseguimos con nuestras compras.

-Vaya que no es grande esta tienda muggle- le dije. Un hombreque había a mi lado se me quedó mirando, como si yo estuviera loco. Se alejómirándome por encima del hombro.

-No uses esas palabras donde la gente te pueda oír- meregañó- ya hemos terminado, vamos a la caja. Venga, pon los productos en lacinta y yo los guardo.

-¿En dónde?- le dije en voz baja, y ella me la señaló. Meacerqué y los puse dónde me dijo, entonces, la cinta empezó a moverse.

-¡Se mueve!- grité-. Granger, mira, la cinta se mueve- y meeché a reír. Entonces me di cuenta de que ella me miraba con gesto enfadado ylas demás personas, con cara de sorprendidos. Agaché la cabeza y seguí a lomío. Ayudé a Granger a guardar algunas cosas en las bolsas.

-Ochenta y tres con veinticinco- dijo la mujer que cogía losmandados y se los pasaba a Granger.

-Un segundo- metí la mano en el bolsillo y saqué un fajo debilletes. Granger corrió hacia mí, me quitó el dinero de la mano, y le tendióun solo billete a la cobradora, los demás, me los guardó rápidamente en elbolsillo. La mujer nos dio el cambio y nos fuimos. Llegamos al coche y Granger abrióuna puerta. Pero no había asientos, sino un gran espacio. Alcé una pierna paraentrar.

-¿Se puede saber qué haces?- me dijo mirando a todos lados.

-Qué voy a hacer, montarme en el coche.

-Eso es el maletero, aquí vamos a guardar las bolsas- no dijenada y empecé a ayudarla. Cuando terminamos, nos montamos en el coche, pero nonos movimos, ella me miró fijamente.

-¿Por qué llevas tanto dinero en el bolsillo? Un consejo, novuelvas a sacar un fajo de billetes de 200 euros así como así.

-¿Por qué?

-Pues porque es mucho dinero. Ahora, te voy a enseñar ausarlo, ¿cuánto dinero llevas?

-Todo lo que me envió mi madre. Pero no sé contarlo- le tendílos billetes y ella los contó-. Pero no creo que sea tanto, un galeón no esmucho y eso que es una moneda de oro, así que un trozo de papel pintado, nocreo que sirva de mucho.

-Malfoy, llevas casi dos mil euros en el bolsillo, eso esmucho dinero muggle. Guárdalo bien- entonces, ya movió el coche y llegamos acasa. Entre los dos, entramos la compra a mi casa.

-¿Me vas a enseñar a usar el dinero muggle?- le pregunté.

-Sí, pero antes vamos a guardar la compra, venga, que teayudo- nos dirigimos a la cocina y empezamos a guardar la compra en silencio.Vi que ella se alzaba sobre las puntas de los pies para guardar una caja decereales. Me puse detrás de ella, pegando mi cuerpo a su espalda, le quité lacaja de las manos y me alcé sobre ella, para colocarla. Cuando la solté, no meretiré de su lado, puse mis manos en su cintura.

-Malfoy, vamos a seguir guardando los mandados, que tenemosmuchas cosas que hacer- se alejó de mí, mira que se resistía
Pero yo no medaba por vencido tan fácilmente.

 

-¿Qué cosas tenemos que hacer?- la acorralé contra la nevera.

-Pues enseñarte a usar el dinero muggle, para que no vayascon tanto dinero siempre en los bolsillos, y ahora, haz el favor de dejarmepasar.

-Cuando has dicho "tenemos muchas cosas que hacer", pensé quete referías a cosas, entretenidas- le sonreí, mis manos, que estaban sobre sucintura, comenzaron a subir, pero ella me dio un manotazo y se apartó.

-¿Por qué te resistes tanto?- me quejé.

-Y tú, ¿por qué eres tan cerdo?- se agachó y guardó cosas enlos muebles de abajo.

-Tú tienes la culpa, si no te pusieras así- entonces, sesentó en el suelo.

-Todo listo- se hizo la sorda con respecto a mi últimocomentario- venga, ahora vamos a aprender a usar el dinero muggle.

Nos sentamos y me explicó su funcionamiento, era muy fácil,porque cada moneda indicaba su valor.

-¿Has visto qué fácil? Ahora, me voy.

-¿Qué? No te vayas. Si, Malfoy, se está haciendo tarde,mañana nos vemos en el trabajo, y que no se te olvide que me habías invitado acomer.

-No, claro que no se me había olvidado.

-Pues entonces, no vemos mañana.

-Está bien, adiós.


Hola! Espero que les guste, quería agradecer a todas las personas que me agragaron a favoritos, 171 personas, está genial. Sobre todo, a los que me dejaron comentarios.

Besos a todos! n_n

Hermione:

Vaya día el de ayer, si Malfoy normalmente hacía tonterías,esta vez se había superado a sí mismo. Hoy iba a cenar con él, en parte teníaganas. En parte no, vamos a ver lo que pensaba preparar para la cena. Me puse un pantalón pitillo vaquero, con unjersey marrón y unas botas a juego. Y me fui a mi trabajo. Durante el trayecto,no se escuchó otra cosa más que la radio. Pero el silencio se acabó nada másaparcar el coche.

-Hola, Granger- susurró detrás de mí.

-Hola, Malfoy- le dije sin mirarlo y me encaminé hacia laempresa.

-¿Por qué llevas tanta prisa?- me agarró de un brazo- tenemostiempo.

-Lo sé, pero no me gusta llegar tarde- intenté soltarme, perome sujetó con más fuerza.

-No seas niña, no huyas de mí, Granger, además el día de hoylo vas a pasar conmigo, ¿no?

-Sí, Malfoy- respondí.

-¿Tienes ganas?- quiso saber.

-¿Y tú?- me giré para mirarlo a los ojos.

-No sabes cuántas- y me guiñó un ojo.

-¡Hermione!- Daniel se aproximó hasta nosotros. Malfoy sepuso tenso y me soltó. Lo saludé con la mano.

-Quería decirte que si te apetecía que fuéramos a tomar algodespués del trabajo.

-Me gustaría mucho- empecé y Malfoy clavó su mirada en mí-pero no puedo, ya he quedado, lo siento.

-Bueno, no pasa nada- miró hacia el suelo-. Luego nos vemos.

-Daniel, el sábado voy a un cumpleaños de la hija de unaamiga, puedo llevar un acompañante. ¿Te quieres venir?

-Claro que sí- me sonrió y se fue.

-Granger, pensé que me habías invitado a mí, me lo dijisteayer, yo quería ver a Brit. Muchas gracias- echó a andar.

Corrí para alcanzarlo y me puse frente a él. Intentó pasarpor mi lado, pero me interpuse en su camino y apoyé las manos en su pecho, parapararlo.

-Tú estás invitado, puedes llevar acompañante, si quieres.

-¿Todavía puedo ir al cumpleaños?- me cogió las manos.

-Claro, si no, no le hubiera dicho nada a Daniel- solté suagarre.

 

-Ese tío no tiene buenas intenciones contigo, Granger, nodeberías estar a solas con él.

-No digas tonterías, es un antiguo amigo de la infancia. Esmuy amable. Y mira quién fue a hablar- le solté- también estoy a solas contigo,y eso que siempre nos hemos llevado fatal.

-No es lo mismo.

-Ya, claro, venga, ya nos hemos entretenido bastante-empezamos a andar hacia la empresa en silencio.

Llegué y me senté en mi puesto de trabajo, hasta que eldirector nos llamó a todos para que nos reuniéramos en la cafetería. Cuandobajé, Malfoy ya estaba allí. Me puse junto a él.

-Hoy viene el propietario de esta empresa- dijo el director,Albert Ross- el señor Richardson, quiere conocer a los empleados y quierecomunicarnos algo a todos, pero no sé qué será.

-No irá a despedir a nadie, ¿verdad?- preguntó una mujer, deunos cuarenta años, cuyo nombre no conocía.

-No, no creo, eso lo suele avisar- se apresuró a contestarnuestro jefe.

Entonces, vieron entrar por la puerta de la cafetería a unhombre bajito y rechoncho, con cara de bonachón. El hombre rondaría loscincuenta años.

-Buenas tardes- saludó afablemente-. ¿Cómo estás, Albert?-estrechó la mano de nuestro director.

-Muy bien, Ben, gracias, y tú, ¿qué tal?

-De maravilla.

-Bueno, aquí tienes ya reunidos a toda la plantilla, alparecer- comenzó-. Bien, ¿podéis dar un paso al frente los nuevos empleados?-Malfoy, dos personas más, y yo, dimos un paso hacia delante, aunque yo preferíadarlo hacia atrás-. Vaya, son todos muy jovencitos, eso está bien, juventudalegre- dirigió una sonrisa a todos nosotros.

Nos estrechó la mano a todos y nos preguntó nuestro nombre.

-Sed bienvenidos- saludó-. Bien, quería anunciar que estaempresa va viento en popa. Por lo que he decidido, que los viernes, en lugar devenir al trabajo, vamos a realizar una serie de actividades en equipo, en lasque participaremos todos, así fomentaremos las relaciones entre jefes yempleados. Este viernes os espero a todos en la puerta, con ropa de deportecómoda. Echaremos un día en el campo. Ya veremos qué tipo de actividadesrealizamos- miró su reloj de muñeca-. Me tengo que ir, he quedado para almorzarcon mi esposa. Nos vemos el viernes-. Y, con una sonrisa dibujada en surechoncha cara, se fue.

Actividades en el campo, yo espero que no se le ocurraacampar y dormir allí.

-Hermione, qué te parece si almorzamos juntos. Es que queríahablar contigo de algo- ya sabía yo lo que era ese "algo".

-Sí, claro, vamos Daniel- no quise mirar a Malfoy. Nosdirigimos a una mesa, ya con nuestro almuerzo-. Pues
dime.

-Quería
es que no sé cómo decírtelo- tomó aire- paraempezar, quería decirte que siento si te molestó que te besara, yo
es que nome pude resistir. Quería decirte que me gustas. Y mucho. Quería saber quésientes tú.

-Yo
pues verás, eres un chico muy agradable y me gusta estarcontigo, pero yo acabo de salir de una relación en la que lo he pasado muy maly no estoy preparada para nada- lo de la relación era verdad, pero no estabapreparada por motivos muy diferentes.

-Ya, entiendo, pero
podemos intentarlo, no sé, salir y a verqué pasa- insistió.

-Me lo pienso, ¿vale?- contesté con evasivas- me tengo que irya. Hasta luego.

 

-Adiós- nos despedimos.

Entré en mi despacho y Malfoy estaba sentado sobre elescritorio.

-Me has asustado, ¿qué haces aquí?

-Te estaba esperando. ¿Qué te apetece que hagamos hoy?

-Malfoy, me da igual, lo que quieras- respondí de manerabrusca.

-Algo te apetecerá hacer más que otra cosa. ¿No?

-No, lo que quieras. Levántate de mi sitio y vete.

-Estás tan borde porque le has dicho a tu amigo que hoy tenías planes, ¿verdad? Estámolesta porque querías estar con él. Siyo te llego a besar, seguro que me das una bofetada.

-Mira, sí, tienes razón, te habría dado una bofetada. Porqueél no es como tú.

-¿Que no es como yo? Claro, Granger, mira, ¿sabes qué? Que yano me apetece quedar contigo, vete con ese, a ver si te lo pasas mejor.

-A mí tampoco me apetece quedar contigo, pero ni hoy ninunca- casi le grité- y sí, saldré con Daniel, que es mucho mejor que tú entodos los sentidos y me gusta más su compañía que la tuya.

-Pues muy bien- se levantó- que te diviertas, pero que sepasque no es mejor que yo en ningún aspecto- y se fue.

Pero sería idiota. Me arrepentía de haberme puesto tan bordecon él. Pero es que siempre estaba entrometiéndose en mis asuntos. Y eso memolestaba. Decidí pedirle perdón después del trabajo. Terminé sobre las cincocon todos los informes y me dirigí hacia su mesa de trabajo. Pero ya no estaba,por lo que me dirigiría a su casa. Pero no hizo falta. Me lo encontré por elcamino, andando. Toqué el claxon cuando estaba a su lado. Él se sobresaltó ymiró a su alrededor. Bajé la ventanilla.

-Malfoy, sube- me miró y siguió andando. Mira que eracabezota. Tuve suerte, encontré un sitio libre y estacioné el coche. Corrí y meplanté frente a él.

-Venga, que te llevo a casa y cenamos algo.

-No, ahora no quiero- cruzó los brazos sobre el pecho.

-No seas crío.

-Pues si soy un crío, dile a tu querido Daniel que te vas conél a cenar. ¿No es tan hombre?

-No te pongas en plan estúpido otra vez, que no tengo ganasde escucharte.

-Pues si no tienes ganas de escucharme, ya sabes lo quetienes que hacer.

-No, no lo sé- grité.

-Vete, vete con el gilipollas ese con el que te llevas tanbien y es tan majo.

-Mira, si no te conociera, diría que estás celoso.

-¿Celoso, yo? ¿De ese? No digas estupideces, Granger.

-He dicho "si no te conociera". ¿Me puedes explicar por quédespués de que hable con Daniel te comportas de esta manera conmigo?- espeté.Él se quedó mudo.

-Pues no, no te lo puedo explicar, porque ni yo mismo lo sé-me gritó.

-Venga, no os peleéis y daros un beso, que hacéis una bonitapareja- nos dijo un hombre que pasaba por allí.

-¡No somos pareja!- le gritamos los dos a la vez.

-Malfoy, todo el mundo nos está mirando, ¿podemos hablar enotro sitio?

-Yo no tengo nada más que hablar contigo, así que si medisculpas
- intentó pasar pero le puse una mano en el pecho.

-No seas idiota, venga, que yo no estoy enfadada, vamos ahacer las paces.

-¿Para qué? Siempre vamos a estar de pelea.

-Vale, pues no hagamos las paces. Pero a ver cómo vas a ir alcumple de Brittany.

-Sé dónde viven- le noté en la voz la preocupación,realmente, él adoraba a la pequeña.

-No van a celebrarlo en su casa, sino en el chalet de susabuelos, y no sabes dónde viven.

 

-¿Me estás haciendo chantaje, Granger? ¿Me vas a amenazar conque no voy a ver a la niña?- me eché a reír-. No tiene ninguna gracia, tengoganas de ver a Brit.

-No me río por eso, tonto, es que parecemos un matrimonio apunto de divorciarse y yo, como no consigo lo que quiero, te amenazo con no vera tu hija- él se echó a reír conmigo.

-¿Hacemos las paces?- le tendí una mano, pero él me la rechazó,en cambio, colocó sus brazos alrededor de mi cintura y me estrechó contra supecho. Y yo no dudé en entrelazar mis brazos por detrás de su cuello. Seescuchó un "¡Ohhh!" en la calle. Al parecer, todo el mundo que pasaba por allínos miraba.

-¡Que se besen, que se besen!- empezaron a corear todas laspersonas.

-Vamos, Granger, complace a tu púbico- ¿estaba pidiéndome loque yo creía, que lo besara? Me separé de él.

-Venga, vámonos- tiré de su brazo.

-Lo siento- se dirigió a la gente- pero a ella le davergüenza, es muy tímida-. Malfoy, como si de verdad hubiéramos tenido unapelea de pareja, me cogió la mano y entrelazamos nuestros dedos. Sentí unhormigueo desde mis dedos, amarrados a los suyos, hasta mi hombro. Si sentíaeso y solo íbamos de la mano, ¿cómo me sentiría si sus manos acariciaran cadacentímetro de mi cuerpo, o si me besara?

-Cállate- murmuré para mí misma.

-Pero si no he abierto la boca.

-Ya, lo sé, olvídalo, paranoias mías.

-¿No te gusta más estar así que peleándonos?- alzó nuestrasmanos unidas para que las viera.

-Sí, es verdad, pero siempre que nos peleamos es culpa tuya.

-¿Culpa mía? Granger, eso no

-Déjalo, que vamos a empezar de nuevo otra pelea- le corté.

-Sí, es cierto- me otorgó la razón.

Llegamos hasta el coche, por lo que me dirigí hasta elasiento del conductor, pero él me estrechó más fuerte los dedos.

-Malfoy, que me voy a subir al coche.

-Ah, lo siento- me soltó a desgana, fuimos deshaciendonuestro nudo poco a poco, hasta rozar nuestras yemas de los dedos con las delotro. Me subí en el coche y él hizo lo mismo, solo que por la puerta delcopiloto. Una vez los dos dentro, me volvió a coger de la mano.

-No puedo conducir así.

-Perdón- volvió a soltarme.

Puse el coche en marcha y, como podía llevar el volante conuna solo mano, puse una sobre la suya, que la tenía apoyada sobre la rodilla.Él, giró la mano y me volvió a apretar los dedos.

-Antes, escuché un ruido muy raro, me sobresalté, ¿sabes quéera?- me paré a pensar y recordé por lo que se había sobresaltado. Volví atocar el claxon.

-Sí, era eso lo que escuché, ¿a qué le has dado? Porque hassido tú-. Volví a tocar el claxon.

-Vaya- miró, sorprendido-. ¿Para qué sirve?

-Pues
por ejemplo, yo antes quería llamar tu atención, conotra persona la habría conseguido, pero como tú no sabes de esto. También, siun coche te molesta, porque quieres pasar y te entorpece y cosas así.

-¿Puedo probarlo?

-Cuando lleguemos, que no haya tantos coches- al fin,llegamos a su casa-. Ahora no hay aparcamiento por aquí cerca.

-Eso lo soluciono yo- me soltó la mano y tocó el claxon.

-Porque hagas eso, no van a venir y nos van a quitar el cochede la puerta.

-Yo creo que sí, espera y verás- entonces, un hombre salió deun bar, se metió en su coche y se fue, dejando libre un aparcamiento-. ¿Vescómo llevaba razón?- no le quise decir que había sido casualidad.

 

Salimos del coche y entramos en su casa. Estaba muy vacía, nohabía nada que la decorara.

-¿Qué te apetece cenar, Granger?

-Pues
no sé, lo que podemos hacer es pedir algo y quenos lo traigan. ¿Qué te parece comidachina?

-Puaj, Granger. ¿Acaso no sabes que los chinos comen ratas?Yo no quiero de eso.

-No van a traernos ratas, Malfoy. ¿Comida japonesa?

-Está cruda- puso cara de asco-. ¿No te gusta la comidaitaliana? Podemos pedir algo de pasta.

-Vale, pues comida italiana- registré en mi bolso, hasta queencontré lo que buscaba, la hoja de con los platos y el número del restauranteitaliano-. ¿Qué te apetece?

-Pues no quiero ni espaguetis, ni macarrones, podemos comerpizza, como la que comimos con Brit, estaba buena.

-Vale- saqué mi móvil, y marqué el número del restaurante, encuanto contestaron, hice mi pedido.

-¿Puedo verlo?- señaló el teléfono.

-Claro, pero ten cuidado, no vayas a llamar a nadie- empezó amirarlo, estaba muy concentrado, de repente, empezó a sonar un ruido muy extraño,él, tiró el móvil al sofá y yo lo recogí.

-Malfoy, no seastonto, es que has encendido la radio.

-¿Ahí dentro hay una radio?- estaba confuso.

-No exactamente, es que los móviles sirven para muchas cosas,eso ya te lo había dicho.

-Lo sé. Qué música más extraña escuchan los muggles. Si es un zumbido muy molesto.

-No, eso no oyen, es que tienes que buscar una emisora-cogíel móvil y lo guardé en el bolso, que estaba sobre la mesa. Me doy la vuelta yveo que Malfoy está detrás de mí-. Déjame pasar.

Pero no se aparta, nose hace a un lado ni da un paso hacia atrás. Hace todo lo contrario: no seaparta, se acerca, no se hace a un lado, sino que me bloquea el paso, no da un paso hacia atrás, sino hacia delante. Pongomis manos en su pecho para empujarlo, pero no lo alejo de mí, sujeta mis manosy me pega a su cuerpo. Retiro mis manos de su pecho y las dejo caer a miscostados. Él pone sus manos en mi cintura y se acerca a mí todo lo que puede.Acerca su rostro al mío y puedo respirar su cálido aliento.

-Malfoy
- pero me interrumpe, pone su dedo índice sobre mislabios. Cuando ve que no voy a protestar, lo retira. Se acerca más y más,tanto, que su nariz roza la mía. Él suspira y cierra los ojos. Mi corazón seacelera, va a mil por hora, de un momento a otro se me saldrá por la boca. Lomiro, pero no me ve, sigue con los ojos cerrados. Apoya su frente sobre la míay la deja ahí unos instantes. Mueve una de sus manos y la entierra en micabello. La otra, sigue apretada en mi espalda. Me siento estúpida con losbrazos a mis costados, quiero moverlos, pero no sé dónde colocarlos. No me atrevoa hacer ningún movimiento brusco para que no se aleje de mí. Entonces, mientraspienso en qué hacer con mis manos, él baja hasta el lóbulo de mi oreja. Loatrapa entre sus labios, y dejo escapar un suspiro. Sigue bajando hasta micuello, dónde deposita un beso. Pero no sigue descendiendo, todo lo contrario.Sube. Besa y muerde mi barbilla, y yo deseo hacer algo, tengo que hacer algo, por lo que subo mis brazos y los coloco trassu cuello, no es nada del otro mundo, pero no parezco tan estúpida. Me mira alos ojos, y yo le sostengo la mirada unos instantes. Sus ojos centellean, no sési se debe al deseo, pero, si es así, los míos deben estar ardiendo. Su mano seenreda más en mi pelo y se acerca, cierro los ojos en señal de rendición. Merindo. Deseo que lo haga. No sé si todavía me verá, porque no puedo ver si hacerrado sus ojos, pero, entreabro mi boca, deseando acoger la suya. Es lo quemás deseo en este momento. Es lo que más he deseado en toda mi vida. Noto surespiración sobre mi boca. Sus labios rozan los míos. Primero, muerde mi labioinferior y yo dejo escapar un gemido, las piernas me tiemblan, y él parecenotarlo, porque me agarra firmemente por la cintura. Después, su lengua saboreami labio, todavía el de abajo. Abro más la boca y la uno con la suya. Es laexperiencia más maravillosa que he sentido jamás. Noto su lengua abrirse pasohasta mi boca, y yole dio la bienvenida. La recibo con mi lengua. Nuestraslenguas se enredan, y ahora el que deja escapar un gemido es él. Se aparta. ¿Quéhace? No se puede apartar, no ahora. Abro los ojos, me está mirando. No quieroque me mire, quiero que me bese. Esta vez soy yo la que da el paso. Enredo mismanos en su rubio cabello y atraigo su cabeza hasta mí. Atraigo su boca hastala mía. Ahora soy yo la que mueve los hilos. Soy yo la que introduzco mi lenguaen su boca. Me aprieto más a su cuerpo. Todo lo que me es posible. Sus caderasestán completamente pegadas a las mías. Pero ese contacto no me disgusta. Meagrada. Exploro su boca con mi lengua, y él hace lo mismo. Nunca pensé sentirmil emociones a la vez con tan solo un beso. Sus manos descienden. Pero nosinterrumpen. ¡Nos interrumpen! Han llamado al timbre. Nos separamos jadeando. Meestá mirando. Detengo mi mirada en sus labios, entreabiertos, porque no deja dejadear. Tiene los labios rojos e hinchados. Así estarán los míos. Paso lalengua por mis labios. Cierto: hinchados.

 

-¿Quién
?- ya sé lo que quiere preguntar.

-Serán los del restaurante.

Se aleja de mí y se acerca hasta la puerta. A recoger nuestropedido. No quiero comer. No quiero pizza. Lo que yo quiero es sentir su bocasobre la mía. Pero él ya ha recogido la pizza. Veo que me mira y me siento. Sesienta frente a mí. Cada uno cogemos un trozo de pizza. Me doy cuenta de queestoy hambrienta. Él parece que también lo está. Por lo tanto, comemos ensilencio.




Hola! Siento no haber podido subir capítulo estos días. Pero es que he estado bastante ocupada, a cambio, os dejo este capítulo, el más largo hasta ahora. ¿Qué os ha parecido el beso, os ha gustado? Pensé en que los interrumpieran justo antes de besarse, pero sería muy cruel, jeje.

Bueno, pues espero vuestras opiniones, ya sean buenas o malas, del capii.

Muchas gracias a todos los que me han dejado comentario.

Besos n_n

Draco:

Mientras cenamos, no puedo apartar mi mirada de ella. Tieneel cabello alborotado, y los labios, rojos e hinchados. Cada vez que nuestrasmiradas se cruzan, ella se sonroja. Me encanta ver ese rubor en sus mejillas.¿Quién diría que una mujer sonrojada sería hermosa? Pues sí, ella cuando sesonroja está preciosa. Me encanta el color que tiñen sus mejillas. Como sin serconsciente de lo que estoy haciendo. Porque no dejo de mirarla.

-Malfoy, me voy a ir ya, es un poco tarde- me dice. Miro elreloj, son las ocho.

-Pero, si solo son las ocho- protesté.

 

-Sí, pero mañana tenemos que madrugar para ir a trabajar- selevantó de la silla y yo la imité.

-Te acompaño hasta el coche- salimos los dos al exterior-.Nos vemos mañana.

-Sí, hasta mañana- me mira unos instantes, abre la puerta delcoche, pero yo la sujeto de un brazo y la atraigo hasta mí- Granger, ¿sólo vasa decirme eso? Tengamos una despedida como Dios manda-. Me inclino sobre ella yle beso en la comisura de sus labios. Ella gira la cara y me muerde el labio.Cierro los ojos y la acerco más a mi cuerpo. Abro mi boca y la uno con la suya.Ésta vez no duda, me rodea el cuello con sus brazos, y me devuelve el beso. Esella la primera en introducir su lengua en mi boca. La acaricio con la mía. Meseparo un poco de ella y paso mi lengua por sus labios. Acto seguido, subo hasta su frente y deposito en ella unbeso. Entierro mi cara en su pelo y ella me abraza. Me encanta su olor. Hueledulce. Pero no empalaga, como Pansy. Huele a vainilla. Un olor delicioso.Desciendo hasta el lóbulo de su oreja. Lo muerdo, ella deja escapar un gemido,y eso me gusta. Beso su boca de nuevo, algo que adoro saborear. Nuestraslenguas vuelven a enredarse. Lentamente, desciendo mis manos hasta su trasero,pero ella me detiene y se aleja.

-Malfoy, esto no está bien- dice.

-Esto está genial, Granger- la corrijo.

-No, nosotros no deberíamos hacer esto.

-No estamos haciendo nada malo.

-Tengo que irme- me deja con las palabras en la boca. Se metedentro de su coche y miro como se aleja.

Suspiro. Cuando ya no veo su coche, entro en casa. Si llego a saber que se iba a poner así, nocontinuo descendiendo. Me tiro sobre la cama y pienso en ella. ¿Por qué megusta besarla? ¿Por qué no me molesta que me haya interrumpido, si no que sehaya sentido mal? Cierro los ojos, aún pensando en ella, hasta que me duermo.

Nada más llegar al trabajo, lo primero que veo es a Grangerhablando con su estúpido amigo. Noto la rabia correr por mis venas. Parece quele está contando algo muy divertido, porque ella no para de reírse. Le van asalir agujetas en las mandíbulas. Al pasar por su lado, se callan de repente.Eso me irrita aún más. Paso por delante de ellos y noto sus ojos clavados en minuca, pero continuo andando hasta que oigo mi nombre:

-Malfoy- dice- escucha, tengo que hablar contigo un segundo-.Me giro y la miro, está mirándose las uñas, seguro que me dice que lo de ayerno significó nada.

-Dime, Granger.

-Que el sábado es el cumpleaños de Brit, pero mañana estamosen el campo, por si querías que compráramos algo juntos.

-Ah, sí, claro que sí.

-Bien, pues nos vemos después del trabajo. Hasta luego- laobservo alejarse.

Es increíblemente sexy la manera en que mueve sus caderascada vez que da un paso. Pero, lo más sexy, es que ella lo hace sin darsecuenta, esa es su forma natural de caminar. No va contorsionándose por ahí comootras mujeres. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que no soy el único que lamira. Todo el sector masculino se vuelve a contemplarla. ¿Cómo ella no se dacuenta de que todos la miran? Me enfurece que algunos la miren con esa cara dedeseo. Idiotas. Como si pudieran hacer con ella algo más que contemplarla.

Me siento justo detrás de mi escritorio y continuo con unosinformes. Odio esto. Es una rotunda estupidez este trabajo. Cuando pase seismeses, podré dejar todo esto atrás. Me iré. Me pregunto si Granger regresaríaconmigo al mundo mágico. Conozco la respuesta: no, no se va a venir conmigo.Además, ¿para qué quiero yo estar con Granger allí? Si nunca la he aguantado.Tengo la mirada perdida. Estoy absorto en mis pensamientos. Sacudo la cabezapara espabilarme y veo que una chica no me quita el ojo. Pobre, como si yofuera a hacerle caso a una muggle. Empiezo a trabajar, y, cada vez que levantola cabeza para descansar el cuello, me encuentro con la mirada de la chica,pero, cuando ve que nuestras miradas se cruzan, ella mira hacia otro lado. Ilusa.

 

Miro un reloj y veo que son las dos. Hora de almorzar, cuandoveo que la gente baja a la cafetería, los sigo. Hay poca gente allí. Hago mipedido y me siento solo en una mesa. Entonces, veo aparecer a Granger. Seacerca hasta mí y se sienta en la silla de en frente.

-¿Sabes? Quizá no te hayas dado cuenta, pero a esa chica,Madison, le gustas.

-Aunque no te lo creas, me he dado cuenta- respondí.

-Es muy guapa- dijo, como quien no quiere la cosa.

-No me lo parece- lo dije en serio-. No pongas esa cara, esverdad. Además, aunque fuera guapa, es muggle.

-Ah, se me olvidaba, Malfoy y sus prejuicios con respecto ala sangre. Me voy, que soy una sangre sucia. No querrás que contamine tuespacio vital.

-Granger, no digas estupideces, yo no he dicho eso.

-Ya, bueno, a ti nunca te han gustado ni los muggles ni lossangres sucia, por lo que me voy.

-Muy bien, vete, sí, lo más lejos que puedas, que la verdad,cada vez hay menos oxígeno limpio en el aire. Me estoy asfixiando.

Se levantó sin decir ni una palabra. No me sorprendió ver queiba a sentarse con su estúpido amigo, que ya estaba allí esperándola. Cogí mibandeja de la comida y volví hasta mi escritorio. Todo el mundo que había en lacafetería me estaba mirando. Pero yo solo miré a Granger, que me fulminó con lamirada, y yo hice lo propio.

Llegó la hora de marcharnos. No sabía si esperarla o no.Seguro que no querría ir a ningún lado conmigo. En efecto, pasó por mi lado sinmirarme. Por lo que yo eché a andar por la calle. Iría solo a comprarle unregalo de cumpleaños a Brittany. Vi una juguetería y entré. Allí estabaGranger, y, cómo no, su fiel perrito faldero. Pasé de ellos y seguí paseandopor la tienda, buscando algo bonito para regalarle a la niña. Me decidí por unacochecito. Podría meter y pasear a sus muñecas, además, traía una especie de bolso,en el que podría meter todos sus otros juguetes. Pagué mi regalo y me fui. Mesentía un poco ridículo con un carrito de bebés en tamaño miniatura. Pero nadieme miraba como si fuera ridículo. Todo lo contrario. Además, varias niñas ledecían a sus padres que ellas querían uno igual. Así que me alegré, esperabaque Brit se pusiera igual de feliz.

Llegué a casa y guardé el regalo. Pero no me quedé en casa,se me ocurrió algo. Encontré una floristería no demasiado lejos de mi casa,para mi alivio. Allí había un hombre eligiendo un ramo de rosas rojas. Había,por lo menos, dos docenas de flores.

-Buenas tardes, joven- me saludó un señor mayor- ¿en quépuedo ayudarte?

-Hola, eh, verá, es que quería pedirle perdón a una chica, y
me gustaría regalarle unas flores que significaran "perdón"- le expliqué.

Sacó un libro y empezó a hojearlo. Tardó varios segundos en encontrarlo que al parecer buscaba.

 

-Aquí- señaló una página- mira, un ramo de rosas rosassignifican tanto felicidad como dulzura. Pero una sola de ellas sirve parapedir perdón.

-Estupendo, entonces, me gustaría llevarme una- el señor mesacó una preciosa flor. Se la pagué y puse rumbo a casa de Granger. Era laprimera vez que le regalaba flores, bueno, una flor a una chica.

Me planté frente a la puerta de su casa. Escondí la mano enla que llevaba la rosa tras la espalda y llamé al timbre. Al cabo de unossegundos, abrió la puerta.

-¿Qué quieres?- gruñó.

-Menudo recibimiento, Granger, vengo en son de paz.

-Ya, claro. Si es así, seguro que es porque quieres algo.

-Sí, quería pedirte perdón.

-Disculpas aceptadas. Yo también lamento haber sido tanborde. ¿Algo más?

En respuesta, le tendí la rosa. Ella miró a la flor y a míalternativamente. Alargué el brazo más para que la cogiera, y ella lo hizo.

-Gracias- dijo, se llevó la flor a la nariz y aspiró suaroma-. Huele muy bien, no tendrías que haberte molestado, Malfoy.

-No ha sido ninguna molestia. Te he regalado una rosa rosaporque significa "perdón". ¿Vas a invitarme a pasar, por lo menos?

-Venga, anda, pasa- se hizo a un lado. Cogió un pequeñojarrón y fue a la cocina, con el que regresó lleno de agua. Metió la rosa enél. Sacó una pequeña cajita, de la que extrajo una pequeña píldora y la echó enel agua. Cogí la caja y la leí.

-Vaya, no sabía que las flores tuvieran dolores musculares ode cabeza, bueno, ni siquiera sabía que la flores tuvieran músculos o cabeza-la miré.

-No tienen nada de eso, es que si le echas una aspirina,duran más tiempo. Tardan más en marchitarse.

-Ah, ya decía yo
Bueno, ¿qué la has regalado a Brittany?

-Le he comprado un nenuco, es decir, un bebé de juguete, quellora, y dice algunas palabras, y hasta come. Trae todas sus cositas: biberón,pañales, ropita

-Ah, yo le he comprado un cochecito de bebés, pero enminiatura.

-Anda, qué bien. Así podrá pasear a mi regalo con el tuyo.

-Qué bien nos complementamos, ¿verdad?

-Lo que tú digas. Iba a preparar una tarta de cumpleaños paraBrit. ¿Me quieres ayudar?

-Por supuesto- nos dirigimos a la cocina.

-Ya lo había empezado- me explicó- espera que termine deremover la masa y nos ponemos con otra cosa-.Ella empezó a remover una masapastosa y yo me apoyé en la encimera. Pero me lo pensé mejor.

-¿Te ayudo?- me coloqué detrás de ella.

-De momento no, espera que termine con esto.

-Venga, te ayudo a mover la masa- pegué mi pecho a suespalda, me incliné hacia delante y puse las mis manos sobre las suyas,removiendo junto a ella la masa. Noté cómo ella se ponía tensa, y le di un besoen el cuello.

-Bueno, esto ya está listo- y se apartó. Parecía cierto, yano era una masa pastosa. Cogió otro bol más grande y vertió lo que acababa deremover, entonces, la metió en el horno-. Vamos a hacer el chocolate- enrealidad, ella lo hacía y yo miraba. Después, cogió una tableta de chocolate,la metió en otro chisme de cocina y la puso al fuego, el chocolate, poco a pocose fue derritiendo mientras ella lo movía lentamente y yo la observaba.

Sacó la tarta del horno y empezó a bañarla en chocolate, yola ayudé a expandirlo por la tarta, que ya tenía mejor pinta.

 

-¿Verdad que tiene buena pinta?- asentí-. Ya está casi, vamosa decorarla con nata montada. Sacó de la nevera lo que parecía una botella, yescribió el nombre de la niña en la tarta.

-Déjame ver eso, Granger- me lo tendió.

Vaya, qué curioso, pero apreté y salió disparado un chorro denata, que fue a parar a la cara de Granger. Empecé a reírme mientras ella,furiosa, se limpiaba con un trapo.

-Qué gracioso eres- espetó.

-No te enfades, ha sido sin querer- me acerqué a ella y lelimpié la nariz, pero ella se apartó, cogió la tarta y la metió en la nevera.Dentro, vi un bote en el que se leía leche condensada. Lo saqué de la nevera ylo abrí.

-Puaj, Granger, qué asco, esta leche se ha puesto mala, miraque textura más extraña tiene.

-Está buena, pruébala, coge una cuchara- fui a probarla perome arrepentí. Seguro que estaba mala y esa era su venganza. Me acordé del ColaCao, seguro que me pasaba algo si probaba este potingue. Metí un dedo en lalata, era una sustancia pegajosa.

-Granger- se giró y se las restregué por los labios.

-Malfoy, joder- protestó, se pasó la lengua por los labios-está buena, pruébala-. Eso me convenció más. Volví a meter el dedo en la lata,pero, antes de llevármelo a la boca, se me ocurrió algo mejor, y más delicioso.Le volví a pasar el dedo por la boca, me incliné sobre ella y pasé la punta dela lengua por su labio inferior. Cierto: estaba buena.

-Tienes razón, está buena- le dije contra su boca, introduje la lengua en su boca y la saboreé,me gustaba más su sabor que el de la leche condensada.

-Ya te lo he dicho- se apartó de mí.

-Mira que te gusta resistirte, Granger. Déjate llevar, aunquesea por una vez en tu vida.

-Yo no me dejo llevar, y menos contigo. Dejarme llevar- estavez hablaba también para sí misma- sí, vamos, para que acabemos en la cama.

-Pues mira, no estaría nada mal, y seguro que a ti tampoco teiba a disgustar.

-Lo siento, Malfoy, pero no soy como las chicas con las quete sueles acostar.

-Eso desde luego, eres la primera chica que se resiste abesarme.

-No todas somos unas guarras, aunque te parezca extraño.Malfoy, algunas chicas no nos acostamos con hombres solo buscando sexo. No mevoy a acostar con un chico que solo quiera llevarme a la cama. Además, si eseso lo que pretendes, es solo porque no están aquí ninguna de tus guarrillaspersonales.

-Hay que ver cómo eres. Tienes una mente muy sucia, Granger.Yo no me acuesto con todas.

-Es verdad, no te acuestas no con muggles ni con sangressucia. Pero, como por aquí no hay ninguna sangre limpia, es preferible unasangre sucia a una muggle.

-Siento decirte, Doña Sabionda- le guiñé un ojo y le sonreípara que supiera que hablaba en broma- que no te beso porque seas la única depor aquí con la que puedo tener algo. Cuando quiera sexo, no tengo más quemandarle una lechuza a Pansy, o a Astoria, o a Daphne, y un largo etcétera, yellas vendrán encantadas.

-Entonces, ¿por qué me besas?- se cruzó de brazos.

-No sé- dije, y meacerqué a ella-. Y tú, ¿por qué me devuelves los besos?

-Yo he preguntado antes.

-Y yo después. Eso qué más da.

-No voy a responder a tu pregunta hasta que no respondas a lamía.

-Entonces, ninguno de los dos vamos a responder. Granger, mevoy ya. Nos vemos mañana, a ver cómo nos lo pasamos en el campo.

 

-A ver lo que nos espera, no me lo quiero ni imaginar.

-¿Has estado un año con Potter y la comadreja en el campo yahora no te apetece una simple excursión?- le pregunté.

-No es lo mismo, estuve en el campo para destruir loshorrocruxes, no porque me apeteciera.

-Claro, cómo no se me había ocurrido- bromeé- nos vemosmañana-. Me incliné para besarla, peroella giró la cara y solo rocé su mejilla.

-¿Ves como no te devuelvo todos los besos?- pero me lo dijosonriendo. Le agarré la barbilla y la besé, y ella me correspondió.

-¿Ves como sí?- le respondí- hasta mañana.


Hola! Espero que les haya gustado este capítulo ^^

Quería dar las gracias a las 29 personas que comentaron el capítulo anterior: Paola Cullen Malfoy, Ana Casillas, ximmalfoy, cullen-cecy-09, lefrance13, Hermione_Granger_,

Scarlet Malfoy, ukwii, Katherine Malfoy17, MayraGarcia01, HermioneK, jazmin7, jeka13,

kaki_harry , Vanessa_weasley, Ale_Malfoy, never_stop_dream, Lamasthu , DracoTeAmo,

malfoy19dani,salesia, anuskha_black, astoryamalfoy, _anita_malfoy_ ,cristalune,

dulcemcflayer, kaede-a.

Bueno, y a ver qué pasa en el suguiente capi en el campo jejej

Besos n_n

Hermione:

Ya estaba en la entrada de nuestra empresa, tal y cómo nospidieron. Llevaba bastante ropa encima, seguro que haría un frío que pelaba enel campo, y más en pleno Diciembre.

-Buenas días, Hermione- me saludó Daniel, junto con un besoen la mejilla.

-Hola- respondí- ¿Tienes ganas de ir de campo?

-Hombre- se encogió de hombros- depende de lo que vayamos ahacer. Pero, estando contigo, me lo pasaré bien- le sonreí tímidamente. En eseentonces, llegó Malfoy. ¿Cómo podía estar sexy hasta con chándal? Sabía mostrarclase vestido así. Él a mí ni siquiera me miró, pero sí a Daniel, a quien lofulminó con la mirada. Se alejó de nosotros y se apoyó en una pared.

-Daniel, ahora vengo- le expliqué. Me acerqué a Draco.

-Malfoy, ¿qué te pasa?- quise saber.

-¿A mí? Nada, ¿por qué iba a pasarme algo?

-Hombre, pues porque estás muy raro. Ayer tan normal, y hoy,de repente
Ah, pero solo te conformas de forma extraña cuando Daniel estápresente.

-¿Por qué será?- dijo en tono irónico.

-Pues no sé, dímelo tú- me apoyé en la pared.

-No te lo voy a explicar, si no lo entiendes, no es miproblema.

-Muy bien, tampoco me importa mucho que te comportes de esemodo- aunque no era del todo cierto lo que le dije.

-Hola a todos- saludó el señor Richardson, ni siquiera mehabía dado cuenta de que había llegado-. Bien, os preguntaréis qué nos espera.Mirad- nos señaló un todoterreno- ahí dentro tengo una pistola de paintballpara cada uno. Tengo que deciros antes varias cosas importantes: dispararemos anuestros contrincantes a cierta distancia ya que un impacto puede hacernosbastante daño, también dispararemos de cintura para abajo, y llevaremos unostrajes protectores. Creo que no tengo nada más que decir. Pongamos rumbo, si seme ha olvidado algo, os lo diré después. Montémonos en nuestros coches yseguidme todos.

 

-Malfoy, ¿vienes conmigo, no?- me miró con gesto dubitativo-en el coche.

-Ya, eh
sí, claro- nos subimos juntos, tras instantes desegundos, volvió a hablar-. Granger, ¿tienes algo con ese muggle?

-¿Con Daniel? No, que va, solo somos amigos, nos conocemosdesde siempre- me sinceré.

-Ya, bueno, pues ese tío no quiere solo tu amistad, por si note habías dado cuenta, si vieras las miradas que te echa

-Ah, no me he dado cuenta de eso- resoplé-. Bueno, sé que élquiere que seamos más que amigos, me lo ha dicho- Malfoy se revolvió en suasiento.

-Bueno, y tú, ¿quieres ser algo más que su amiga?- mepreguntó.

-Pues
no sé, Malfoy, no lo sé. Es que
se porta tan bienconmigo, es tan buen chico, siempre nos hemos llevado tan bien.

-Sí, todo eso está muy bien, Granger, pero, tú siempre hassido muy amiga de la comadreja, y cuando salíais juntos, me parece que no tetrataba tan bien, ¿me equivoco?

-No, no te equivocas, pero es distinto, a Daniel lo conozcodesde que era una cría. Lo sabe todo de mí, y creo que yo también de él. Danieltampoco lo ha pasado muy bien en sus relaciones, su última pareja le hizo muchodaño
Además, no es un mujeriego y

-Bueno- me cortó- la gente cambia, ¿no crees? Lo sabe todo deti, ¿también que eres maga?- negué con la cabeza-. Pues eso es lo primero quedebería saber de ti, lo mismo cuando se entere, no quiere volver a verte.

-No he pensado en eso, la verdad, pero no creo que fuera a asustarseni nada por el estilo- hice una pausa-. La gente cambia, tú lo has dicho, y tú,¿has cambiado?

-Granger, yo creo que está claro.

-No está tan claro, ahora eres distinto, sí, pero es quevives entre muggles, no te queda otra que aguantarte.

-Ya nos los detesto tanto como antes. Además, me llevo muybien contigo, y adoro a Brit.

-Te llevas bien conmigo porque no te queda otra, y Brit
esnormal que la adores, es un encanto de niña. ¿Le gustarán nuestros regalos y latarta?

-Yo creo que sí, Granger. Vaya, parece que hemos llegado-cierto, la gente estaba aparcando sus coches.

Hice lo que todos y nos bajamos. Daniel de momento se unió anosotros.

-Parece que estamos todos- dijo el señor Richardson- pues,voy a hacer los equipos- como no conocía nuestros nombres, nos fue señalandouno a uno. En mi grupo estaban Malfoy, Daniel, Madison, y dos chicos y unachica más que no conocía. En el otro grupo, estaban el señor Richardson, elseñor Ross, y cinco personas que tampoco sabía sus nombres.

-Bien- el señor Richardson se frotó las manos- pues, aquítenéis los trajes protectores y una pistola para cada uno. Podéis ircogiéndolos.

Todos nos acercamos al todoterreno, Daniel me tendió un trajey la pistola, se lo agradecí con una sonrisa. El traje no podía ser máshorrible: de color verde, cubría todo el cuerpo, como un mono de trabajo, lasgafas eran negras y gigantescas, pero aún así, me lo puse todo, el traje sobremi ropa.

 

-Estoy ridícula- murmuré.

-Qué va, estás preciosa- me dijo Daniel.

-Muy bien, veo que ya estáis todos preparados, veréis québien nos lo vamos a pasar, seguidme- lo seguimos hasta dentro de un bosque- aver, un equipo en esta parte, el otro, en este. Ahora, lanzarán un tiro alaire, esa será nuestra señal, tenemos que atacar, con una distancia prudente, anuestros adversarios. Vale, ganará el equipo que antes robe la bandera de susoponentes, debéis encontrarla, está en el bosque, sujeta en un mástil. Elequipo verde irá a por la bandera azul y viceversa.

Esperamos unos instantes, hasta que sonó el tiro, la señal,todo el mundo echó a correr al interior y yo los imité. Mi objetivo eran losque iban vestidos de azul. Levanté la cabeza, todo el mundo había desaparecido.Aligeré el paso y me adentré en el bosque. Noté que algo me golpeó en laespalda. Me giré y apunté con la escopeta de pintura. Pero, el hombre, vestidode azul, echó a correr y lo perdí de vista.

-Mierda- gruñí. Anduve a grandes zancadas. Otro golpe, en eltrasero. Me giré.

-Vamos, Granger, date prisa, que vas a ser la más sucia-frente a mí, estaba Malfoy, impecable, como siempre, hasta ese traje, de colorverde vómito, le sentaba como un guante. Y las gafas, con las que yo parecía unmoscardón, le sentaban bien.

-Idiota, soy de tu mismo equipo- se echó a reír.

-¿A que tengo buena puntería? En todo el trasero- hizo ungesto de victoria.

-Dispara a los que van de azul- caminé hasta él.

-Así es más divertido- me sonrió-. Vaya, que sexy te ves conese mono, y sobre todo con esas gafas que te cubren media cara- le disparé y ledi en la rodilla-. Granger, somos del mismo equipo.

-¡Pero si has empezado tú!- me quejé.

-Bueno, vamos a buscar a otros, que si no, vamos a perder, ya mí me gustan ganar en todo- me guiñó un ojo.

-Sí, pero has ganado poco en tu vida. Todos los partidoscontra Gryffindor, perdidos, en la guerra, de parte del bando perdedor.

-No, no, yo quería que ganara Potter- andamos un tramo juntosy en silencio. Vimos pasar a uno vestido de azul, Malfoy le disparó y acertó.La chica se volvió y apuntó contra mí. Malfoy fue más rápido y me hizo a unlado. A cambio, la chica recibió otro montón de pintura, por lo que pensó quelo mejor era salir de allí.

-Gracias por tirarme al suelo, eres todo un caballero-ironicé. Me tendió la mano y yo se la tomé, y me puso en pie con apenas untirón. No me soltó la mano, pero yo sí-. Vamos a separarnos, es mejor.

-Vale, intenta darle a alguien- se fue corriendo.

-Idiota creído.

Parecía mentira, me había pasado un montón de tiempo con loschicos en mitad del campo, y me las había apañado muy bien. Era yo la que lollevaba todo en mi bolsito. También tenía buena puntería con la varita, pero nocon este chisme no atinaba ni una. Al cabo de diez minutos, me habían disparadopintura por todos sitios. Segura que era la más sucia. Yo sólo conseguíacertarle a una chica, y fue porque se cayó al suelo y antes de que le dieratiempo a levantarse, yo eché a correr como alma que lleva el diablo. Noté otrodisparo en el trasero.

-¡Malfoy!- le grité sin volverme.

 

-Vaya, ¿cómo sabes que era yo?

-Porque eres el único que me dispara en el culo, imbécil-caminé a grandes zancadas hasta él, y, cuando lo tuve cerca, le disparé en elpecho. El cayó al suelo con un quejido.

-¡Ja! Te di- pero me di cuenta del error: además de darle enel pecho, le di desde muy cerca, seguro que le había hecho bastante daño. Mearrodillé a su lado y me quité la máscara.

-Granger, me has hecho daño, me duelo el pecho, noto muchocalor.

-Malfoy, lo siento mucho, de verdad- el empezó a desabrocharseel mono y yo lo ayudé- venga, quítate la camiseta.

-No, no, Granger, no quiero que
- de momento caí en la cuentade que en su antebrazo izquierdo llevaba grabada la marca tenebrosa.

-No pasa nada, sé lo que no quieres que vea- alzó los brazosy le saqué la camiseta, de refilón, le vi lo que llevaba grabado en el brazo.

-La verdad, esperabaque me desnudaras por otro motivo, no por herirme de muerte.

-No te he herido de muerte. Y no pienso desnudarte nunca porel motivo que estás pensando.

En el abdomen, tenía una herida, en forma de círculo, justodónde le di el golpe.

-Vaya, Malfoy, lo siento- le dije sinceramente.

-No te preocupes, saca tu varita, me curarás en un instante.

-Esto
no me la he traído, no suelo andar entre muggles conla varita encima.

-Joder, Granger- suspiró-, bueno, habrán traído algo,regresemos hasta el coche- lo ayudé a ponerse en pie y anduvimos hasta dóndeestaban aparcamos nuestros vehículos-. Encima, me voy a congelar, hace unmontón de frío.

-Ponte la camiseta, luego te la quitas- hizo lo que le dije.

-Vaya, ¿qué les ha pasado?- era el señor Richardson.

-Le di en el pecho y tiene una herida. Y a usted, ¿qué lepasa?

-Nada grave, señorita, me he torcido un tobillo. ¿Por qué leha disparado si son del mismo equipo?

-No se dio cuenta de que era yo- respondió de inmediatoMalfoy.

-Bueno, pues aquí hay un botiquín. Pasad a esa cabaña, quefuera hace frío.

-Gracias- cogí el botiquín y Malfoy y yo entramos- siéntateen la cama y quítate la camiseta, si puedes- empecé a buscar algo que mesirviera por el botiquín.

-Vaya, pensé que íbamos a ir más despacio. Pero

-Malfoy, déjate de bromas- me acerqué y lo ayudé a quitarsela camiseta, hizo una mueca de dolor. En frente, tenía un espejo y se miró.

-No puede ser, cómo se me quede la marca en el pecho, memuero. A ver cómo voy a ligar con esta cosa asquerosa y roja e hinchada y

-Malfoy- lo interrumpí- no se te va a quedar la marca, tesaldrá un cardenal, pero, en unos días, se te habrá quitado y estarás intacto-dejó escapar un suspiro. Me coloqué frente a él-. Venga, en esta pomada poneque es para este tipo de heridas, te la voy a untar.

Era una crema espesa y amarilla, nada más rozarlo, encogió elabdomen.

-Está fría- explicó-. Empecé a extendérsela, tenía unosabdominales bien marcados, su pecho era duro, pero agradable al tacto. Seguíuntándola con delicadeza, para no hacerle más daño.

-Malfoy, lo siento mucho, yo no

-Tranquila, si yo no hubiera empezado pues

-No, no, pero de todas formas, no debí enfadarme tanto. Esque no pensé ni lo que hacía.

-Mira, no te preocupes, hagamos una cosa: si se me queda estaseñal para siempre, no podré ligar con más chicas, no puedo permitir que veanun defecto en mi perfecto cuerpo. Pero, tú ya lo has visto, por lo que cuandonecesite un favor sexual, pues tú y yo

 

-Ah, no, eso sí que no- lo interrumpí-. No se te va aquedarnada, tu perfecto pecho estará tan bien como siempre.

-Acabas de reconocer que mi pecho es perfecto, bueno, y yoentero.

-No, he dicho perfectoporque es lo que has dicho tú- le repliqué.

-Ya, claro, lo que tú digas- bajó la mirada-. Granger, estoes asqueroso, es de un color horrible.

-Bueno, ya, pero es lo que hay- me limpié las manos en mimono.

-Eres la más sucia de todas- me miró.

-Y tú, que eres de mi equipo, has colaborado en ello.

-Es que es más divertido si a quién le doy es a ti. Anda,quítate ese horrible traje, no te sienta bien ese verde tan feo-. Se acercó yme bajó la cremallera.

-Sí- me lo quité- además, tengo calor.

-Yo también tengo calor, quítate la camiseta estarás másfresquita.

-No, no me voy a quitar la ropa- me senté en la cama.

-Mira que eres difícil, pero bueno, tiempo al tiempo- él setumbó boca arriba.

-¿Qué quieres decir con eso?- espeté, aunque sabía a lo quese estaba refiriendo.

-Que, un día de estos, amanecerás entre mis sábanas.

-Eso jamás. No entiendo por qué eres tan cansino con esetema, búscate a otra, que hay muchas deseando acostarse contigo.

-Cierto, pero me gustan los retos, y tú eres uno verdaderamentedifícil. Granger, sabes que te gustan mis besos, no te resistas, te va a gustarmás todo lo que hagamos sin ropa.

-No me gustan tus besos, tú es que me acorralas, y no puedoni moverme, cuando tengo espacio, me aparto- en respuesta, me sujetó del brazo yme tumbó a su lado. Se acercó a mí, con una mueca de dolor.

-Vamos a comprobarlo- me besó, y yo desconecté en ese momentoy le correspondí al beso. En el momento que ponía una mano en su cuello paraprofundizar el beso, interrumpieron.

-Hermione- llamó Daniel al otro lado de la puerta, me apartéde Malfoy a regañadientes-, nos vamos ya.

-Es que siempre pasa algo- protestó él. Lo ayudé a ponerse enpie y salimos de la cabaña.


Hola a tod@s! Espero que os haya gustado este capi, pobre nuestro Draco, todo le pasda a él. Y mañana, de cumple jeje, a ver qué pasa, porque también va Daniel. ¿Se os ocurre que podrá pasar?

Bueno, gracias a todas las personas que comentaron en el capi anterior, os dedico este a todos vosotros.

También, dar las gracias a las 206 personas que han agregado mi historia a sus favoritos n_n

Por cierto, ya tengo mas de 10 mil lecturas, me he puesto muy contenta al verlo!!!

Besos a todo el mundo =)

Draco:

Hoy era el cumpleaños de Brittany. Me apetecía bastante ver a la niña, y tambiénme gustaba que se pusiera de mi lado. Esperaba sinceramente que a la pequeña nole gustara el perrito faldero de Granger. Estaba abotonándome la camisa cuandollamaron a la puerta, era, sin lugar a dudas, ya que habíamos quedado a estahora, Granger. Por lo que desabotoné los pocos botones que tenía abrochados.Abrí la puerta.

-Hola, Granger- saludé con mi mejor sonrisa.

-Hola- le dejé paso y entró- espero que no te quede mucho,Daniel está en el coche esperando.

-¿Va a venir con nosotros?- inquirí, molesto.

 

-Claro, pero él va en su coche y tú vienes en el mío-suspiré-. ¿Cómo tienes el pecho? Espero que mejor.

-No, lo tengo bastante peor- me abrí la camisa para que loviera, ella ahogó un grito.

-Malfoy, lo siento mucho, en serio, te debe doler un montón ytodo por mi culpa- se tapó la cara con las manos.

-Tranquila- le aparté las manos de la cara para que memirase-, si yo no te hubiera provocado, pues
nada me habría pasado, me lo hebuscado yo solito.

-Yo tampoco tendría que haberte disparato tan de cerca. ¿Siguesuntándote la pomada?

-Eh
sí, sí- mentí.

-Mentiroso, deberías seguir echándotela.

-Granger, es que no me gusta, es de un color horrible, y estáfría- me quejé.

-Eres peor que un niño pequeño, Malfoy, no se ve, te ponesuna camisa encima y punto, además, no está tan fría.

-Pues úntamela tú, mamá- bromeé, registré en un cajón y letendí la crema.

-Venga, anda, pero no te acostumbres- se acercó a mí, y me untóla pomada, al notarla, encogí el pecho, no pude evitarlo, estaba fría. Pero, demomento, al sentir moverse sus cálidas manos en mi pecho, me relajé.

-Ven aquí, Granger- la agarré de las muñecas y la acerqué amí.

-¡Malfoy, Malfoy!- se soltó de un tirón- que me vas a mancharla blusa.

-Lo siento, pero, vamos, que si era eso, no hay problema- acerquémi cara a la de ella, y la besé. Ella apoyó sus manos en mi pecho, pensé queera para apartarme; pero no, era para que no me acercara a ella y la ensuciara,porque me devolvió el beso.

-Malfoy- dijo contra mi boca- Daniel
está
esperándonos-jadeó y se retiró.

-Pues que espere, ya me fastidió bastante ayer- volví abesarla, pero esta vez sí se apartó.

-Malfoy, Brit, ¿recuerdas? Vamos a llegar tarde. La niña creeque no vas a su cumple porque no puedes. Será una sorpresa.

-Pues vamos, no se hable más- ella me puso una venda en elpecho para que no manchara la camisa y yo me la abotoné. Cogí el regalo y salimos.Qué gracia me hizo ver al idiota ese, metido en su coche con cara de enfado,normal, llevaba unos diez minutos esperando. Que se fastidiara, por lo de ayer.Si supiera por qué hemos tardado tanto, se molestaría aún más. Sí, iba amolestarse, se iba a enterar de que mebesaba con Granger.

-Malfoy, ¿qué haces ahí parado?- la castaña me sacó de miensoñación- sube al coche.

-Parece que tu perrillo faldero está enfadado.

-No lo llames así, y es normal, llevaba mucho rato esperando.

-No me importa, oye- quise cambiar de conversación- me voy acomprar un coche de estos, para moverme por ahí.

-Primero, tienes que sacarte el carnet de conducir.

-Granger, no me hables en idioma muggles, que no me entero.

-A ver, tienes que aprobar dos exámenes: un tipo test

-Pan comido.

-Y otro en el que has de conducir- siguió como si no lahubiera interrumpido-. Tienes que dar clases para que te enseñen a conducir.

-Lo haré- insistí.

-Ya hemos llegado- paró el coche frente a una casa, rodeadapor un enorme jardín. Nos bajamos y cada uno cogimos nuestro regalo. También vila tarta en una de sus manos, se la cogí para que no fuera tan cargada. Ya nome acordaba del pastel, de esa tarde solo recordaba sus besos
- Malfoy,escóndete detrás de ese árbol, para que no te vea la pequeña, que ya estájugando en el jardín con sus amigos- lo hice de momento.

 

-¡Tita Hermione!- gritó la niña.

-Hola, cariño, muchas felicidades- hizo una pausa-. Mira, éles Daniel, un amigo.

-Hola, Brittany, felicidades- la saludó el aludido.

-Hola, y gracias a los dos, tita Hermione, ¿dónde está Draco?-le preguntó.

-No ha podido venir, cariño, pero me ha dado su regalo paraque yo te lo dé.

-Yo no quiero el regalo, yo quiero ver a Draco, ya me dijisteque no iba a venir, pero tenía esperanzas de que

-Venga, Brit, vamos al jardín- escuché alejarse sus pasos ysalí sin hacer ruido. Me agaché, detrás de la niña, noté una punzada de doloren el abdomen, pero la ignoré. Le tapé los ojos y la pequeña se detuvo.

-Felicidades, Brit- dije, poniendo voz más ronca-. ¿Sabesquién soy?

-No, ¿quién eres? Dímelo, porfi, porfi.

-No me digas que no me conoces- esta vez hablé con mi voz.

-¡Eres Draco!- gritó Brit y le destapé los ojos, se dio lavuelta-. Pensé que no ibas a venir. Que no querías verme.

-Claro que quería verte, no me perdería tu cumple por nadadel mundo. Muchas felicidades- le di un beso en la mejilla, y ella me lo devolvióy se agarró a mi cuello.

-Brit, cariño, eh
él tiene una pupa, no te puede coger enbrazos- me di cuenta que no quería decir mi nombre de pila, la niña me soltó.

-¿Qué te pasa, Draco?

-Nada importante- me puse de pie y le tendí la mano, ella laaceptó gustosa. Echamos a andar hasta llegar al jardín. Saludé al padre deBrit, que ya lo conocía, y él me presentó a su esposa. Granger presentó a suacompañante.

-Venga, Brittany, vamos a soplar las velas- le dijo su madre.

-Sí- ella echó a correr hasta la mesa y se puso de rodillasen una silla. Todos la rodeamos, su padre encendió siete velas, le cantamos el Feliz cumpleaños y la niña apagó lasvelas, después de intentarlo dos veces.

Todo el mundo le pasamos nuestros regalos, había un montóntan grande sobre la mesa que solo se veía la coronilla de la pequeña. El amigode Granger le regaló una casita de muñecas, y a la niña le encantó. Pero, miregalo, le gustó más.

-Draco, me encanta- me dijo con una sonrisa.

-Tu regalo también, tita Hermione, así la pasearé en elcochecito de Draco- metió el dedo en la tarta que hizo Granger y la probó- meencanta, está muy rica.

El padre troceó las tartas de cumpleaños y todo el mundo nossentamos a comer, Brittany sobre mis rodillas.

-¿Quién es el que viene con mi tita Hermione?- me preguntó.

-No sé, creo que es amigo de tu tía, pregúntaselo a ella.

-No me cae bien, espero que no sea su novio.

-A mí tampoco me cae bien. ¿Sabes qué?- negó con la cabeza-.Hoy, tu tía y yo nos hemos besado- se le iluminaron los ojos, azules.

-¿Pero en la boca?- asentí-. ¿Un beso tornillo?- sonreí y volvía asentir. Ella se tapo la cara con ambas manos.

-¿De verdad?- asentí con la cabeza- qué bien, ¿sois novios?

-No.

-¿Le has pedido que sea tu novia?- negué de nuevo-. Voy apreguntarle a mi tita Hermione si le gustas y si quiere ser tu novia, si me diceque sí, te lo digo y le pides salir y que se case contigo- se bajó de misrodillas y corrió en dirección a su tía, sentada al lado de su perrillofaldero, cómo no. Me senté en una silla vacía cerca de ellos, para escuchar.

 

-Tita Hermione, ¿quieres ser novia de Draco?- la aludidaabrió los ojos y su amigo miró a una y a otra.

-¿Por qué me preguntas eso? Sólo somos amigos, Brittany.

-Pues los amigos no se dan besos tornillo.

-No me he dado ningún beso tornillo con él, no sé de dóndehas sacado esas cosas.

-Tita Hermione, me parece que no sabes qué es un besotornillo, por eso dices que no te hasbesado con Draco, mira, un beso tornillo es un beso con lengüita, lo he vistoen la tele, lo hacen los enamorados- si antes me gustaba la pequeña, ahora laadoraba, me encantaba la cara de estúpido que se le había quedado a Daniel.

-Brittany, quédate aquí, voy a hablar con tu nuevoconfidente- se levantó y se acercó hasta mí.

-No sé que es un codifente
- pero ella echó a correr tras sutía.

-Malfoy, vamos a hablar tú y yo un momento- me agarró delbrazo y tiró de mí.

-Draco, pídele ahora que se case contigo- Brittany corriótras nosotros. Entramos en la casa, en la que no había nadie.

-¡Eres idiota! ¿Por qué le cuentas esas cosas a la niña?- meespetó.

-Tita Hermione, no lo insultes, Draco te quiere- Grangerbufó- y no so soy una niña, tengo siete años, sé lo que es un beso tornillo, selo dan los enamorados. Además, el pobre tiene una pupa, no la pagues con él,vamos a curarlo- por un momento, la castaña se olvidó de mí y miró a la niña-mira, me lo han regalado para mi cumple, en un kit de médicos.

-Brittany, yo ya lo he curado, está bien. ¿Nos puedes dejarun momento a solas?

-Vale, pero no le grites, dile que te vas a casar con él, quelo estás deseando- dicho esto, se fue.

-¿Por qué le cuentas eso a la niña? A ver, ella cree quetodos los besos se los dan los que se quieren, no los que son unos salidos, yahora ella se ha hecho ilusiones.

-Granger, no te enfades, solo le he contado que nos hemosdado un inocente besi

-¿Inocente?- me interrumpió- me parece que lo que elladenomina "beso tornillo", no es inocente.

-No me grites, estoy herido, venga, vamos a jugar a losmédicos. Creo que te has alterado tanto que el corazón te late a mil por hora,y eso no es nada bueno, déjame que te lo vea- me acerqué y le desabroché elbotón de arriba de su blusa.

-Déjate de niñerías- dio un par de pasos hacia atrás- no ledigas esas cosas a Brittany, que se ilusiona.

-Pues no la desilusiones tú.

-Malfoy, ella quiere que nos casemos, se está haciendoilusiones.

-Está bien, lo siento- me pasé las manos por el pelo-, tienesrazón, no puede hacerse falsas esperanzas, le diré que
fue un inocente beso, yya está. Pero antes, perdóname tú, ¿vale?- ella suspiró.

-Es que te pasas cada vez más.

-No volverá a ocurrir- me miró-, de verdad. Venga, un beso deperdón- le di un beso en los labios- ahora, tú me das un beso porque meperdonas.

-No te voy a besar- le puse la mejilla, ella resopló pero seinclinó para besarme, me volví en el momento justo y me besó en los labios.

-Venga, ahora lo mejor, el beso de reconciliación- la abracé yuní, sin pensármelo dos veces para que a ella no le diera tiempo a reaccionar, miboca a la suya. Para sorpresa mía, pasó sus brazos por mi cuello, la estrechémás contra mi cuerpo. Ella jadeó e introdujo la lengua en mi boca, yo laacaricié con la mía. Enredó sus manos en mi pelo y me acercó más a ella. Notésu redondo y turgente pecho contra mí, eso me excitó más, pero debíacontrolarme, estábamos en la fiesta de cumpleaños de una cría de siete años. Meaparté un poco de ella y jugué con sus labios.

 

-Malfoy
eres
un aprovechado- dijo entre jadeos.

-Eso te
gusta
Grang
- en respuesta, ella se lanzó sobre miboca. Movimos nuestros labios a la par, mordí su labio inferior, apretandolevemente. Posó las manos encada una de mis mejillas y me apartó. Pero no seechó hacia atrás, me dio un suave beso en los labios, después, en la punta dela nariz, estiró uno de sus dedos y me acarició los labios, yo, me limitaba aobservarla. Apoyó su frente contra la mía. Aspiré su delicioso olor: vainilla.La besé en los párpados y en la punta de la nariz, ahora, el que estabamemorizando su rostro era yo: descubrí que era perfecto, ojos castaños, con laspupilas dilatadas a causa de la excitación, una nariz recta, decorada poralgunas pecas, no muchas, sino un número perfecto. Tenía las mejillassonrosadas, y los labios, rojos e hinchados, pasó su lengua por su labio,humedeciéndoselo. No me pude contener y volví a besarla, pero la besélentamente, fue un beso que nunca había dado antes: era tierno, apenascomenzamos de nuevo, oímos un vocecita que hizo que nos separáramos de golpe:

-¡Sois novios! Por fin- la niña echó a correr.

-Malfoy, vamos, me temo que nos espera lo peor-, y corriódetrás de ella, yo no sabía a qué se refería, pero las seguí a mi ritmo. Laniña estaba de pie sobre una silla, con un vaso en la mano y una cuchara en laotra, le dio unos golpecitos al vaso con la cuchara, me coloqué detrás deGranger.

-Atención, porfi- pidió la niña.

-Brittany, ven- la llamó la castaña.

-Anda, aquí está la parejita- nos miró a los dos, con unaradiante sonrisa dibujada en su carita-. Mi tita Hermione y Draco son novios,seguro que él ya le ha dicho que la quiere y le ha pedido que se case con él. Yella le ha dicho que sí, porque los he visto besarse.

En ese momento, todos se vuelven a mirarnos. Ella tiene todoel cabello revuelto y los labios hinchados. No sé qué pinta tendré yo, peroestá claro que todos saben que Brittany ha dicho la verdad, en parte.


Hola! Espero que les haya gustado el capítulo de hoy =)

Queria preguntarles algo: qué les gustaría que planeara el director de la empresa para el próximo viernes?¿

Muchas gracias a todos los que añadieron mi historia a sus favoritos, y, en especial a todos los que me comentaron en el capitulo anterior.

Besos n_n

Hermione:

Todos los invitados nos observaban, yo no sabía qué hacer niqué decir. Noté la respiración de Malfoy en mi nuca.

-Hermione, ¿es cierto?- quiso saber Daniel. Malfoy carraspeódetrás de mí.

-Sí, es verdad- dijo Brit-. Yo los he visto- la niña se bajóde la silla y corrió a nuestro lado, tomó mi mano y la de Draco, y nos la unió-hacéis una bonita pareja- como todos nos miraban, yo lo solté, sino la gentepensaría que de verdad éramos pareja.

-Brit
- le dijo Malfoy.

-Mira que sois tímidos- le interrumpió la pequeña-, venga,volvamos a sentarnos con todo el mundo- tomó una mano de cada uno y nos condujoa dos sillas que estaban juntas, me senté y Malfoy hizo lo mismo, la niña echóa correr en dirección a sus amigos.

 

-Granger, tenemos que decirle que eso no es cierto.

-Sí, es lo mejor, vamos a hablar con ella ahora- nosacercamos hasta la niña-. Brittany, ven que queremos hablar contigo.

-Ahora vengo- se lo dijo a sus amigos, cogí a la niña de la manoy nos alejamos de todo el mundo. Me agaché para quedar a su altura.

-Brit, verás, a veces, los adultos se besan, pero eso noquiere decir que están enamorados.

-¿No? Qué raro, pero, vosotros estáis enamorados, ¿verdad? Tita Hermione, yote conozco, y tú no besarías a nadie que no quisieras, y Draco, te conozco y séque tú tampoco eres así- si la niña supiera de la vida de su querido Draco

-Verás, Brit, él y yo no nos quere

-Brittany- habló Malfoy- mira, a veces la gente no se quierey se besa, nosotros pues
no nos queremos, pero nos besamos porque nosgustamos.

-A mí me gusta un amigo y le doy besos en la cara- replicó.

-Ya, pero los adultos, cuando nos gusta alguien, pues se lodemostramos besándolo, ¿me entiendes?- ella asintió-. Mira tu tía y yo, demomento somos amigos, pero

-¿A lo mejor os dais algún día os enamoráis?- ella estabailusionada con esa idea.

-Sí, Brit, quizá algún día, pero dentro de mucho tiempo, puesnosotros

-Seremos novios- terminó él.

-Vale, me parece bien, pues conocerse, a ver cuándo os daiscuenta de que os queréis, y os casáis, espero que en vuestra boda, que estoysegura de que llegará aunque sea muy tarde, me invitéis.

-Brit, si nos casamos, tú serás la primera invitada- le dije.

-Sí, serás la primera en saberlo- le dijo Malfoy.

-Vale- se veía contenta.

-Brittany, pero no le puedes decir a nadie lo que te hemosdicho. Será nuestro secreto.

-Vale, tita Hermione, me voy a jugar con mis amigos, os dejosolos, para que os deis cuenta de que estáis enamorados- echó a correr y yo mepuse en pie.

-Parece que hemos conseguido que sepa que no somos novios yque no se ponga triste por ello.

-Sí, menos mal, Granger, no quería que se sintiera mal-suspiró.

-Ya, pero tiene la esperanza de que nos casemos, poco a poco,le haremos saber que eso no va a pasar, pero que seguimos siendo amigos.

-Sí, claro, aunque nunca se sabe lo que va a pasar, Granger.

-Nosotros no nos casaríamos ni el día en que se congele enInfierno.

-Tienes razón- se echó a reír y yo lo imité. Nos dirigimos allugar en el que se encontraban todos. Evité a Daniel todo el tiempo, aunquesabía que tarde o temprano me abordaría con respecto a lo que había contado laniña.

Al cabo de un par de horas más, decidimos irnos. Daniel montóen su coche y yo y Draco en el mío.

-A tu amigo parece que no le ha hecho mucha gracia lanoticia.

-Mira que te gusta fastidiar, Malfoy, no cambiarás nunca- leespeté.

-He cambiado, Granger, ya no soy como solía ser antes devenir aquí. Bueno, una vez finalizada la guerra, también cambié.

-Por lo menos, ya no vas siempre con esa cara de asco- mereí.

-Eres muy agradable, ¿sabías?

-Pero es verdad, Malfoy, siempre con esa cara, metiéndote contodo el mundo, en especial con los hijos de muggle.

-En especial contigo- afirmó-. Siempre has sido tú la que hasrecibido más insultos de mi parte, ahora, eres tú la mujer que ha recibido másde mis besos, bueno, al menos antes de terminar en la cama
Siempre te he hechomás caso a ti que a nadie.

 

-Me halagas, Malfoy- ironicé- bien, llegaste a tu destino, yanos veremos el próximo día.

-Ya lo estoy deseando. ¿Me vas a dar un beso de despedida?Siempre soy yo el que da el primer paso.

-No, no te voy a dar un beso.

-Dices que no me quieres besar, pero cuando lo hago yo, bienque no me rechazas, Granger- resoplé.

-Está bien, te voy a decir una cosa, pero que no se te suba ala cabeza: besas bien, continuo besándote pues porque
bueno, te lo acabo dedecir, sabes besar.

-Por fin lo reconoces.Pues sé besar aún mejor, si quieres, entra conmigo en casa y te lo demuestro eneste mismo instante. Además, hay algo que se me da aún mejor que besar- medesafió con una sonrisa.

-No, te agradezco el detalle-enfaticé la última palabra- pero no hace falta, demuéstraselo a otras, que lodesean más que yo.

-Acabas de reconocer sin darte cuenta que deseas acostarteconmigo- lo miré-, has dicho, "que lo desean más que yo", vamos, que lo deseas,y estoy seguro que bastante.

-Malfoy, baja ya, y deja de decir tonterías, que parece quetú también te has creído eso de que me quiero casar contigo- empezó a reírse.

-Imagina por un momento nuestra boda, dónde sería, ¿en elmundo muggle o en el mágico?- inquirió.

-Deja de decir tonterías, hasta luego, Malfoy.

-Joder, que manera más directa de echarme, Granger, venga, unbeso de buenas noches- se inclinó hasta mí, esperando que yo lo besara, cerrólos ojos. Y yo lo observé. Miré sus labios, rosados y perfectos, pasé la lenguapor lo míos, humedeciéndolos.

-Granger, que es para hoy- susurró y abrió los ojos, estabamuy cerca de él, me había inclinado sin ni siquiera darme cuenta-, Granger,venga, lo deseas tanto como yo- claro que lo deseaba, pero no quería darle lasatisfacción de besarlo y que él se burlara de mí, de que dijera que no yo eracapaz de resistirme a sus encantos. Pero me dio exactamente igual, recorrí losescasos centímetros que separaban nuestras bocas y las uní. Me dejó que fuerayo la que decidiera cómo lo quería besar: mordí su labio inferior y lo perfilécon la punta de mi lengua. Le mordí la barbilla, noté su barba de un par de días. Él introdujo su mano en micabello, y me alzó la cara, lo miré a sus grisáceos ojos. Volví a besarlo en laboca, pero, esta vez, más a fondo, introduje mi lengua en su boca, la queexploré milímetro a milímetro. Alcé mis manos y las situé tras su nuca, con elcinturón puesto, apenas podía moverme, por lo que lo desabroché. Pero tambiénme molestaba la palanca de mano. No podía ceñirme a su cuerpo. ¿Sería muy osadase me subía a horcajadas sobre él? Seguramente sí. Me separé bruscamente de él.

-Pero, por qué
- le puse mi dedo índice en sus labios, paraque se callara. Como mejor pude, me arrastré hasta él. Me senté sobre suspiernas, las mías estaban a cada lado de sus caderas. Posé mis manos en supecho, hizo una mueca de dolor, por lo que las retiré. Con dedos temblorosos, fui desabotonando su camisa. Me acerqué aél, pero sin rozarle el pecho y besé su cuello, soltó un gemido, y eso me gustóa la par que me excitó. Mientras yo trazaba un sendero por su cuello, élacariciaba mi espalda por debajo de la blusa, por dónde sus manos sedeslizaban, notaba que me invadía una ola de calor. Busqué su boca y la devoré,nos besamos apasionadamente, nunca había llegado tan lejos, ni siquiera conRon. Rápidamente, me desabotonó algunos botones de mi blusa, no todos, y yo selo agradecí, bajó hasta el hueco de mi cuello, por el que pasó su lengua,volvió a subir y mordió el lóbulo de mi oreja. Dejé escapar un gemido y mepegué más a su cuerpo. En ese momento, noté algo abultado dentro de suspantalones y emergí a la superficie.

 

-Malfoy
- siguió mordiendo mi cuello-. Malfoy- me retiré todolo que pude de él.

-¿Qué
?- tenía la voz ronca.

-Malfoy- lo volví a interrumpí, tomé aire para poder hablar-debemos parar, estamos dentro de un coche en mitad de la calle, pueden vernos-tragó saliva antes de responderme.

-Ese es un problema de solución fácil, entremos en mi casa.

-No, Malfoy, yo no
, mejor me voy a casa- miré hacia otrolado.

-No puedes dejarme así- me reprochó, sabía a lo que serefería.

-Malfoy, de verdad, no sabes cuánto lo siento, pero yo
nopuedo continuar, yo
lo siento, no tendría que haber llegado tan lejos- medisculpé.

-Tranquila, yo no te voy a obligar a hacer nada que no teapetezca, pero me choca- tomó aire-, hemos llegado tan lejos que pensé que
llegaríamos hasta el final. ¿Es por
Daniel?

-No, él no tiene nada que ver, es que
sé que te vas a burlarde mí, pero
soy virgen- lo solté- y yo quiero que la primera vez sea conalguien especial, que estemos enamorados, y con alguien con el que tenga algomás serio que un rollito de una noche, no soy ese tipo de chica.

-De acuerdo, está bien, no pasa nada- apoyó su frente en lamía- entonces, ¿ya te vas a casa?

-Sí, es lo mejor. Nos vemos en el trabajo- me bajé de suspiernas y me volví a sentar en el asiento del conductor y me abroché losbotones de mi blusa. Me pasé las manos por el pelo, completamente alborotado.Lo miré de reojo, estaba abotonándose su camisa, entre sus piernas, vi queseguía allí el bulto.

-Bueno, pues
adiós- se acercó y me dio un beso en lamejilla.

-Malfoy, lo siento mucho, no tendría que haber llegado tanlejos, no debería haberme montado sobre ti.

-Aunque yo pensaba que lo
que llegaríamos hasta el final, mealegro de que hayamos llegado tan lejos,aunque me hayas dejado con la libido
- se detuvo cuando lo miré- bueno, yasabes.

-Sí, ya sé- suspiré.

-Venga, nos vemos otro día- se inclinó y me dio un beso enlos labios, que yo respondí gustosa. Se bajó del coche y yo conduje hasta mi casa.En la puerta, reconocí que el coche que estaba aparcado era el de Daniel.Aparqué detrás y me bajé. Él hizo lo mismo.

-¿Con que sales con Draco Malfoy?- me preguntó.

-No, nosotros solo

-Solo os enrolláis cuando os apetece, ¿no?- estaba enfadado.

-Daniel

-Ni Daniel, ni nada, Hermione. Sabes que te quiero, medijiste que acababas de salir de una relación, no me dijiste con quién, y yo lorespeté, si no sentías lo mismo, me lo podrías haber dicho, ¿no crees?- guardésilencio-. ¿Es ese tu ex?

-No,

-Vaya, o sea, no quieres nada conmigo pero te besas hoy conél, y a saber cuántas veces más, si no te gusto, habérmelo dicho desde elprimer momento y no hubiera hecho el capullo de este modo, Hermione.

 

-Daniel, tú no

-Has tardado mucho, llevo casi media hora esperando a queaparezcas, acaso, ¿vienes de echar un polvo rápido con él?- eso me enfureció-por la pinta que traes, parece que sí-claro, debía estar despeinada, ya no tendría los labios pintados, en cambio,estarían hinchados.

-Ahora sí que estás haciendo el capullo- se lo dije concalma-, para tu información, no me he acostado con él, no me acuesto con elprimero que se me cruza, pensé que tú sabías cómo era, pero veo que me conocesmuy poquito. Pero una cosa sí que es cierta, me he besado con él, tanto en elcumpleaños de Brittany como ahora.

-¿Te gusta?- me miró.

-Pues
no sé, me atrae, sí, me gus

-Ese tío no tiene muy buenas intenciones contigo- me espetó.

-Qué casualidad, el dice lo mismo de ti, se ve que decir esascosas es algo propio de los hombres, ¿no?

-Hermione, tú me gustas realmente, si para mí solo fueras untía con la que pasar un rato, actuaría como Draco Malfoy, intentaría besarte,aunque tú te resistieras, eso es lo que está haciendo él contigo, solo quiere,
acostarse contigo, Hermione, las cosas como son.

-Sí, lo sé, Daniel, pero
, no sé, es que cuando estoy con él,me dejo llevar, pero yo sé que él no quiere nada conmigo.

-Hermione- me cogió las manos- yo sí te quiero, si me dierasuna oportunidad

-Es que yo tampoco quiero hacerte daño, si te doy unaoportunidad y no funciona

-Hermione, estoy dispuesto a correr eso riesgo por ti, déjameque te demuestre que en verdad te quiero, déjame estar contigo, si tú no
mequieres, pues yo te dejaré en paz, no te presionaré, sabes que nunca te haríadaño, te quiero demasiado.

-Daniel, yo
me lo pensaré.

-De acuerdo, te dejo que lo consultes con la almohada- mesonrió-. Buenas noches, Hermione- me dio un beso en la mejilla-. Te quiero.

Lo observé montarse en el coche y alejarse. A ver qué le decíayo mañana. No quise pensar en mañana, lo que me esperaba, lo afrontaría al díasiguiente. Me metí debajo de las mantas, y pensé en lo que me había dichoDaniel, sencillamente, quería que saliera con él, aunque yo le había dicho queno lo quería. Pero mis pensamientos tomaron otro sendero y llegaron hastaMalfoy. Ese chico me volvía completamente loca. Nunca había experimentado esasensación de placer, dónde el me tocaba o besaba, notaba un fuego abrasador. Provocar esas sensaciones deberíaestar prohibido. Si su cuerpo fuese el Infierno, iría hasta él gustosa yardería en sus llamas. Me imaginé que le había dicho que sí, que entraba en sucasa. Lo imaginé a él desnudándome, besando cada centímetro de mi cuerpo,explorándolo con sus manos. Imaginé lo que se debería sentir si nuestroscuerpos desnudos se tocaran, y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Lo imaginéconvirtiéndome en suya
y con esos pensamientos, caí rendida en los brazos deMorfeo.

-Buenas días, Hermione- me saludó Daniel a la mañana siguiente,momentos después de llamar a mi puerta- mira, te he traído el desayuno- le dejéespacio para que pasara.

-Gracias, no tendrías que haberte molestado.

-No, para nada, ha sido un placer- sobre la mesa, dejó loschurros y el chocolate. Nos sentamos un frente a otro y comimos, la verdad, loque me apetecía desayunar eran unas tostadas acompañadas de un zumo reciénexprimido o una taza de café, pero no dije nada.

 

-Hermione, has pensado en
- llamaron al timbre. Abrí lapuerta y allí estaba: apoyado en el marco, perfecto, como un Adonis,mostrándome la sonrisa que más me gustaba.

-Buenas días, Granger- me dio un beso en la mejilla- hevenido a invitarte a desayunar fuera, ¿qué te parece un buen zumo y
?- se quedómirando al interior de la casa-. ¿Podemos hablar fuera?- pidió.

-Daniel, vengo en un minuto- cerré la puerta y los dosestábamos en el portal. Se estaba paseando de un lado a otro, pasándose lasmanos por su rubio cabello.

-Granger, a qué ha venido a tu casa- quiso saber.

-Me ha traído el desayuno- me encogí de hombros.

-Eso quiere decir que no te vienes conmigo- no le quiseresponder-. ¿Has pasado la noche con él?

-No, no- contesté rápidamente.

-Pero no te vas a venir conmigo, ¿verdad?

-Malfoy, ha venido a que desayunemos juntos, qué quieres quehaga, le digo: "oye, Daniel, vete ya atu casa, que ha venido Draco Malfoy a buscarme para que desayunemos los dos juntosy me voy con él".

-Pues mira, eso serviría- lo miré-. Venga, Granger, no tegusta, es un muermo, conmigo te lo pasas mejor. Entre nosotros hay más química-se acercó y me acorraló contra la pared-, derrochamos pasión por los cuatro costados.

-Malfoy, con Daniel me lo paso bien, no es un muermo, y sí,te he dicho que besas bien, y
sabes que me atraes, pero eso no es suficiente,yo no quiero tener encuentros apasionados con un chico, yo quiero estabilidaden mi vida, quiero estar con una persona que me quiera también para salirconmigo, para hablar, todo eso, todo lo que conlleva una relación. Quiero unchico que me quiera de verdad, no que solo quiera acostarme conmigo.

-Ya, y esa estabilidad te la daría él, ¿no?- asentí y él seapartó-, Granger, para que una relación funcione también es necesario que dospersonas se deseen, y sé que tú no lo deseas.

-Una relación no se basa solo en el sexo.

-No, tienes razón, pero el sexo es una parte esencial de unapareja, yo diría que la más importante.

-Eso es porque tú solo piensas en eso, el sexo es lo únicoque ocupa tu mente, hay más cosas, tú nunca podrías tener una relación estable,porque te gustan todas, ese es tu problema, pero no todo el mundo es como tú.

-Yo sí podría tener una relación estable si quisiera, peronunca me lo he propuesto.

-Bueno, relación estable no es lo que tiene Pansy, que aunquelleve ya un tiempo con su novio, se tira a todo el que se mueve, y eso es loque harías tú, y eso no cuenta, Malfoy.

-Granger, ¿sabes qué te digo? Adelante, sal con ese, dudomucho que duréis, porque no lo deseas, nunca vas a sentir nada cuando te toque.Ni cuando te bese.

-Sabrás tú. No tienes ni idea de lo que yo siento cuando mebesa, ni cuando me toca.

-No me hagas reír, Granger, una mirada mía te provoca más no deseoque un beso suyo.

-Te acabo de decir que me atraes, pero eso no significa quecon él no sienta la misma atracción- le grité.

-Muy bueno el chiste, pues si de verdad te atrae, vamos,entra en casa y demuéstraselo. A qué esperas- él también gritó.

-Sí, eso es lo que pienso hacer. Así que vete, no quiero quenos molestes.

-Muy bien, me voy, pero no te engañes, sabes que no lo vas abesar.

-Voy a entrar en mi casa y eso es lo primero que pienso hacer-le di la espalda y abrí la puerta, pero él me giró bruscamente y volvió acerrarla. Me agarró de los brazos y me besó. Fue un beso cargado de furia ypasión, al principio, me resistí, pero, en el momento que noté su lenguadeslizarse por mi boca, le devolví el beso. Pero no duró mucho, se separó demí, con una sonrisa petulante en la cara, alcé la mano para borrársela, perofue más rápido que yo y me sujetó la muñeca.

-No vas a besarlo, ¿y sabes por qué? Porque no vas a quererborrar el sabor de mis labios-. Me soltó la muñeca, me dio un beso brusco en laboca y se marchó.

Estaba en lo cierto, no había pensado besar a Daniel, y menosdespués de haberme besado él.


Hola! Espero que les haya gustado el capii ^^

Vaya, ya tengo más de 300 comentarios, qué feliz soy =)

Dedico este capi a todos aquellos que comentaron en el anterior capitulo:

Ale_Malfoy , marifer421, Mara_13, jeka13, kaki_harry , Pil Felton, lefrance13, Sophie_13,

salesia, lhoani_potter, Katherine Malfoy17, astorya malfoy, unasonrisaqueregalar ,

Vanessa_weasley, alexandra malfoy, ukwii, EileenMSlyffindor, crepusculo4ever,

ginniny, vampirita sexi m, Paola Cullen Malfoy, brendisis, Mechitas22, analu

Besos enormees!

Los quiero a todos n_n

Draco:

Estaba sentado detrás de mi escritorio, perdido en mispensamientos. No estaba completamente seguro de que Granger no hubiera besado aDaniel. No entendía la necesidad de besarla, ni la furia que me embargaba cadavez que estaba con Daniel. Físicamente me gustaba, había dado un cambio radicaldesde nuestros días en Hogwarts, pero era solo atracción física lo que sentíapor ella. ¿O quizá estaba
? No, eso era imposible. Aunque, yo nunca pasaba tanto tiempo con una chica,pero claro, ninguna otra mujer se me había resistido tanto como Granger. Loúnico que yo quería era acostarme con ella, sí, eso era, no había otro motivopara que me gustara su compañía.

Miré al frente, la tal Madison no me quitaba el ojo deencima, cuando la pillé mirándome, fijó su vista en los papeles que tenía sobresu mesa.

Se abrió el ascensor. Y salió Granger, sonreí al verla, pero,justo detrás de ella, salió Daniel, la sonrisa se me borró de repente.Caminaron juntos, hablando en voz baja, él tenía una mano sobre su espalda.Cuando pasaron por mi mesa, ella me sonrió tímidamente, yo solo la fulminé conla mirada. Cada uno entró en un despacho diferente, y yo me levanté e irrumpíen el de ella.

-Dime que no sales con el idiota ese- le exigí saber.

-Te he dicho que llames a la puerta antes de entrar, Malfoy-cerré la puerta y me senté frente a ella, ignorando lo que me acababa de decir.

 

-Te he hecho una pregunta, y quiero que me la respondas,Granger.

-A ti no te interesa lo que haga con mi vida, Malfoy- hablabasin mirarme a la cara.

-Eso es un sí. Podías mirarme a la cara cuando te hablo.

-Mira- me miró fijamente- no te importa lo que yo haga. Nicon quien yo salga.

-O quizá sí que me importa.

-No creo, pero te voy a responder para que me dejes en paz,sí, nos estamos conociendo, él me pidió una oportunidad, si funciona, bien, ysi no, cada uno por su camino.

-Dentro de poco, cada uno irá por su camino.

-Estás muy seguro de eso, ¿no crees?

-Sí, estoy totalmente convencido de que llevo la razón,Granger. Como también estoy seguro de que ayer no lo besaste.

-Pues entonces, te equivocas, nos besamos- eso me sentó comoun jarro de agua helada, me quedé en silencio durante unos instantes, mirándolafijamente a los ojos-.Malfoy, no me mires de esa forma, me incomoda- desvió lavista, la agarré de la barbilla y volví a preguntar:

-¿Lo besaste?- ella suspiró pero respondió.

-Está bien, no, no nos besamos, no sé por qué tanto interés,Malfoy.

-Tanto interés, pues
porque
, porque, eh
- dije más para míque para ella.

-Malfoy, qué dices, no te entiendo- me estaba mirando con elceño fruncido.

-Mira, Granger, tanto interés, pues porque te
eso no es detu incumbencia.

-O sea, que sí es de tu incumbencia saber si Daniel y yo nosbesamos, pero no es de la mía saber el por qué de tu interés, ¿no?

-Sí, así es- me levanté y me fui apresuradamente. ¿Habíaestado a punto de decirle a Granger que la quería? No, no, pues claro que no,solo me atraía físicamente. Volví a sentarme en mi silla, encendí el ordenador y me dispuse a trabajar, mesentía bastante incómodo, cada vez que alzaba la mirada, me encontraba con losojos de Madison, que chica más frustrante.

-¿Draco Malfoy?- me volví, una mujer estaba mirándome.

-Sí, soy yo.

-Bien, ven a mi despacho, quiero hablar contigo- seguí a esamujer hasta el que debía ser su despacho- siéntate, por favor-, era joven,treinta y pocos, pero tenía cara de pocos amigos- me llamo Sophia Ross, soy laDirectora de Contenidos y sí, soy laesposa del señor Ross, bien, quería ofrecerte un puesto de trabajo, como miayudante personal- la miré, incrédulo, si yo no tenía ni idea de nada.

-Eh, sí, claro que acepto.

-No esperaba menos, Draco, bien, tendrás un nuevo despacho,bueno, tendrás un despacho, mejor dicho, pero será compartido, su compañeraserá la ayudante del señor Ross, venga conmigo, le enseñaré su despacho- laseguí.

En la habitación había dos escritorios, sobre cada unos deellos, un ordenador, detrás de cadamesa, en una pared, había una gran estantería.

-Bien, su lugar de trabajo, su compañera llegará pronto, creo,puede ir a recoger sus cosas- salió por la puerta. Fui hasta mi mesa, pararecoger mis cosas, sería un alivio, no tendría los ojos de Madison fijos en míen todo momento. Con tal de que ella fuera la ayudante del señor Ross
ojaláque no. Abrí la puerta del despacho y vi una melena alborotada de color castaño.

-¿Granger?- le dije.

-Malfoy, ¿qué haces aquí? No me digas que tú

 

-En efecto, el ayudante de la señora Ross.

-No puede ser cierto, no puede ser.

-Tenía razón yo cuando decía que pasaríamos más tiempojuntos.

-Me exasperas- dijo, estaba ordenando su escritorio.

-No, no te exaspero, más bien, te gusto.

-Oye, y dale, Malfoy, a ver si se te mete en tu cabecita deuna vez, no me gustas- sentí una punzada en el pecho al escuchar esas palabras.

Terminamos de ordenar todo en silencio, pero este pronto serompió.

-Hermione, ¿almorzamos juntos?

-Claro, Daniel, te veo abajo en diez minutos- él cerró lapuerta y se fue. Ella se sentó tras su escritorio, sacó un pequeño espejo de subolso y una barra de labios. Como estaba distraída, me aproximé hasta la puertay la cerré con llave, me apoyé sobre ella y a esperar. Se acercó.

-Malfoy, déjame pasar- me hice a un lado, pero no pudo abrirla puerta.

-¿Dónde está la llave?

-Te refieres a ésta- se la mostré y ella intentó cogerla- nova a ser tan fácil, Granger, parece que no me conoces- guardé la llave en elbolsillo trasero de mi pantalón.

-Dámela, Malfoy- exigió con la mano abierta.

-Con esos modales, no vas a conseguir nada, cógela por timisma- la reté.

-No voy a sacártela del bolsillo trasero.

-Me parece bien, pero yo tampoco te la voy a dar. Saca tuvarita y podrás salir.

-Sabes que no llevo encima mi varita, pero el próximo día mela traeré- amenazó-. Date la vuelta por lo menos.

-No- se acercó hasta quedar frente a mí.

-Dime al menos en qué bolsillo te la has guardado.

-Haber prestado más atención- ella suspiró y se acercó a mí. Pasólas manos por detrás de mi espalda y yo hice lo mismo. Di un paso adelante,hasta que su pecho quedó pegado a mi cuerpo.

-Por favor, dime en cuál de los dos está.

-Descúbrelo por ti misma, Granger.

-Muy bien, acabemos con esto cuanto antes- metió una mano enel bolsillo equivocado y yo hice lo mismo, salvo que ella la sacó rápidamente yyo la dejé sobre su trasero.

-Saca ahora mismo la mano de ahí.

-Es un poco injusto que tú disfrutes y yo no pueda hacerlo-me quejé. Ella metió su mano en el bolsillo izquierdo, el correcto, sacó lallave y se apartó rápidamente de mí.

-Bien, a ver, déjame pasar-intentó apartarme, pero no pudo.

-¿Por qué tantas ganas de ir a comer con él? Si yo te gustomás.

-No, Malfoy, no me
- la agarré de la barbilla.

-Mírame a los ojos y dime que él te gusta más que yo, si medices la verdad, dejaré que te vayas- la miré a los ojos, suplicándole con lamirada, pidiendo a Dios que no le gustara Daniel, suspiró y respondió,penetrándome con sus preciosos ojos castaños.

-Vale, Malfoy, me rindo: llevas razón, él no me gusta, nosestamos conociendo, ahora, ¿me puedo ir ya?

-No has respondido completamente a mi pregunta- le solté labarbilla- te he preguntado si te gusta más que yo, y solo me has dicho que note gusta, ¿y la otra parte de mi pregunta?

-Me has dicho que te diga si me gusta más que tú, y te hedicho que no, que él no me gusta. Tú me atraes, eso ya lo sabes, así que,supongo que me gustas tú más- se levantó, y yo sonreí para mis adentros, cuandoabrió la puerta, la llamé:

-Granger- ella se volteó- tú también me gustas- sonriótímidamente y se fue. Le acababa de decir que me gustaba, ella que me habíadicho que yo a ella también. Entonces, ¿por qué narices se iba con él? Que sequedara aquí conmigo, o que bajara conmigo, de la mano, a almorzar. Dios, se mehabía ido la olla, ¿de verdad le había dicho que me gustaba? Sí, se lo habíadicho, porque esa era la verdad: me gustaba.

 

Decidí bajar a almorzar, sentados en una mesa, estabaHermione con su perrito faldero. Ella estaba jugueteando con su comida, y él nodejaba de mirarla. Me senté lejos de ellos, también con mi almuerzo, de vez encuando, les lanzaba miradas furtivas, estaban hablando, aunque ella no se veíamuy interesada con lo que le estuviera contando su acompañante. En una mesa unpoco más apartada, estaban sentadas varias mujeres, la más mayor rondaría loscuarenta, y, la más joven, los veinte. No paraban de cuchichear y reírse. Entreellas, la más joven, se encontraba Madison, que, igual que yo no dejaba demirar a Granger, ella no dejaba de mirarme a mí. No los hice caso y seguícomiendo. Madison se acercó a mí, pero ni me había enterado.

-Eh, perdona, me llamo Madison- eso ya lo sabía, pero noquise decírselo, levanté la cabeza y la miré-. Si quieres, te puedes sentarallí con nosotras, como siempre estás solo, pues

-Ya, es que mejor solo que mal acompañado- ella se sonrojó yse fue. No tenía bastante con soportar sus miradas de lejos, que ahora queríaque me sentara en la misma mesa que ella, sí, hombre, y qué más. Aunque, nodebería haber sido tan brusco, ella no me había hecho nada-. Madison- la chicame miró y yo le hice un gesto con la mano para que se acercara- perdona, nodebería haberte dicho eso, es que estoy de mal humor.

-No te preocupes, ¿quieres venirte, entonces?

-No, te lo agradezco- la chica se despidió y se alejó.

-¿De qué hablabas hoy con Madison?- me preguntó Granger, unavez que estábamos en nuestro despacho.

-¿De qué hablabas hoy con Daniel?- la misma pregunta, soloque otro nombre.

-Malfoy, no eludas mi pregunta.

-Nada del otro mundo, Granger, me dijo que me sentara en sumesa, yo fui un borde, y luego la llamé para disculparme.

-Ah, bueno
a ella le gustas
bueno, ya lo sabes, y mepreguntaba si

-Ya sé que le gusto,pero no estoy interesado- le dije-. Oye, y hablando de todo un poco, ¿cómo leva a San Potter?- quise saber.

-A Harry- enfatizó su nombre- le va de maravilla. Se va acasar.

-¿Qué? Pero si es muy joven, con quién, ¿con la chica Weasley?

-Sí, se llama Ginny, bueno, serán jóvenes, pero ya llevanbastante tiempo juntos y se quieren. ¿Para qué esperar más?

-No sé, deberían conocer a más gente, porque lo mismo conocena otra persona, o les gusta más ir por libre.

-Malfoy, ellos no son como tú, son felices, se quieren y noles interesa nadie más a ninguno de los dos.

-Vale, vale, oye, ¿a ti te gustaría casarte?- pregunté.

-Supongo- se encogió de hombros- si encuentro a alguien queme ame y que yo sienta lo mismo, por supuesto que sí.

-Pues entonces deja de perder el tiempo con ese idiota,porque, desde luego, jamás lo vas a querer.

-Sabrás tú- la miré con una ceja alzada-, bueno, quizá cuandonos conozcamos más me enamoro de él.

-No me hagas reí, Granger- solté una carcajada.

-Cuando te lo propones, eres un desagradable- me espetó.

-Lo sé, Granger, ¿por qué no salimos hoy a cenar?

 

-Ya he quedado- se limitó a responder.

-No sé por qué te gusta perder el tiempo de esa manera conél, Granger- le dije-. Sal conmigo, nos lo vamos a pasar mejor, me has dichoque yo te gusto más.

-Y tú me has dicho que yo te gusto.

-Otro motivo para que cenes conmigo y no con él, oye, que note engañes, que te he dicho que me gustas, pero me refería en plan
ya sabes,¿no?

-Sí, ya sé, para enrollarte conmigo, y si puedes llevarme ala cama, mejor ¿no?-asentí-. Precisamente por eso no quiero salir a cenarcontigo, porque solo quieres tener sexo conmigo, y yo no busco solo eso, encambio, a Daniel de verdad le gusto.

-Muy bien, le gustarás, pero él a ti no, Granger, no terecojas muy tarde, y mañana me cuentas como te fue, ¿de acuerdo?

-Ya veremos- me levanté para irme ya, pero antes
- ¿teapetece darme un beso? Así, si te aburres mucho con él, puedes rememorarlo.

-No hace falta, Malfoy, no me aburro con él, y si quiero unbeso, se lo pido a él- empezó a reírse.

-Granger, no tiene gracia.

-Mira que tienes poco sentido del humor- ella cogió su abrigo, me dio un beso en la mejillay se fue.



Hola a todas! Aquí, nuevo capítulo, espero que les guste =)

Un adelanto, en el siguiente capi, volveran a hacer una actividad, no sera por parejas, eso sera en la siguiente,

besos a todas! y gracias por leer, y en especial, por comentar.

Os quiero muchoooo, besazos (=

Hermione:

Aquí estaba yo, preparándome para otra actividad, me puse unchándal y unas deportivas y me dirigí al trabajo. En la puerta, ya había variaspersonas esperando a que apareciera el señor Richardson. Entre ellos, estabaDaniel, que me sonrió nada más verme. Le devolví la sonrisa y me acerqué hastaél, al llegar a su lado, me tomo de la mano y me dio un beso en los labios. Alpoco llegó Malfoy, que, como siempre, hasta el chándal le favorecía. Me observóbreves instantes, después, no dio señales de que me había visto.

-Buenos días- saludó el señor Richardson-. Bien, veo que yaestamos todos, pues seguidme, vamos a pie, a un polideportivo que está por aquícerca- lo seguimos todos hasta los vestuarios- veréis, hoy vamos a echar unpartidillo de fútbol, pero amistoso eh,- se frotó las manos-, no creo que tengaque explicar nada, todos sabéis lo que hay que hacer, aunque no os conozcáistodas las reglas- miré a Draco, estaba claro que no se estaba enterando denada.

El señor Richardson hizo los equipos y nos pasó nuestraequipación, esta vez, no estaba en el mismo equipo que Malfoy, todos entraron acambiarse, pero yo me acerqué a él.

-Malfoy- se giró para mirarme-, ¿quieres que te explique unpoco por encima lo que hay que hacer?- asintió con la cabeza-. Verás, hay unapelota

-¿Como una quaffle o como una bludger?- preguntó.

-Más bien como una quaffle, porque hay que marcar en unaportería, el balón va por el suelo, se le puede dar con cualquier parte delcuerpo, salvo con las manos, y, no se le puede golpear a nadie.

-Qué aburrimiento, una pelota
, si en Quidditch hay cuatro.

-Ya, Malfoy, pero esto es fútbol, no Quidditch, voy acambiarme- me di media vuelta, pero me agarró del brazo y me giró.

-Ya veo que es oficial lo tuyo con ese, ¿no?

-Malfoy, no empieces, por favor- me solté de su agarre de untirón y me marché.

 

Ya estábamos todos en el campo de juego, Malfoy jugaba dedelantero, y yo, de defensa, Daniel también era delantero. El juego comenzó, miequipo sacaba ventaja, estaban más tiempo en posesión del balón. Con bastantefrecuencia, lanzaba miradas a Malfoy, teniendo en cuenta que jamás había vistoun partido, lo hacía bastante bien, pero mi equipo se adelantó y marcó un gol.Seguimos con el juego. En un momento dado, él se hizo con el balón y corríahacia la portería de mi equipo, yo era defensa, tenía que hacer algo. Corrí ensu dirección y me planté frente a él, intenté quitarle el balón, pero meesquivaba fácilmente.

-Granger, quita de en medio.

-No, somos rivales, no te voy a dejar el camino despejadopara que marques- pero, como era más rápido que yo, me esquivó con facilidad ymarcó. Empate. Llegamos al descanso. Me senté en un banquillo y bebí agua.Daniel se sentó a mi lado.

-Está entretenido, ¿verdad?- me encogí de hombros-, oh, vamosHermione, por poco paras a Draco Malfoy.

-Qué va, me ha evitado con facilidad, estoy deseando terminary ducharme, quien me iba a decir que en pleno diciembre estaría sudando- éltambién bebió agua.

-Me voy allí, que están pensando alguna estrategia paraganar- me dio un beso en la mejilla y se marchó corriendo. Puse la cabeza entrelas rodillas, respiraba agitadamente.

-Respiras como si acabáramos de hacer el amor- la voz deMalfoy.

-Siempre igual, ¿no piensas en otra cosa?

-A veces- se sentó a mi lado-, se me da bien, ¿verdad?

-Sí, la verdad es que sí, y eso que nunca has jugado.

-Pero me sigue gustando más el Quidditch.

-Hombre, es más emocionante por lo de volar en escobas,porque te persiguen las bludgers, en fin- dejé escapar un suspiro-, pero estoes el mundo muggle.

-Granger, ¿por qué no salimos a dar un paseo?

-Malfoy, yo ahora tengo novio y no estaría bien que salieracon otro chico.

-¿Acaso teme que vayas a conocer a alguien más interesante,por ejemplo, yo, y lo dejes?

-Él no me ha dicho que no pueda quedar con nadie, pero a míno me gustaría que mi pareja saliera con otra chica, por lo que yo no voy ahacer algo que no me gustaría que me hicieran.

-Granger, venga, como amigos, a tomar algo, una hora aunquesea, sabes que me porto bien- puso cara de niño bueno.

-Tú nunca te portas bien, lo mismo que tampoco son buenas tusintenciones.

-Mis intenciones siempre son buenas, lo único que pasa es quete gusta provocarme.

-No si ahora la culpa va a ser mía.

-Casi toda, ahora, por ejemplo, estás muy sexy, el pelorecogido, salvo unos mechones rebeldes que tienes en la cara, la ropa algosudada, estás jadeando de tanto correr
no sabes lo que me cuesta controlarme por no tomarte enbrazos y meterte en la ducha, y bueno
ya sabes que más- me sonrió pícaramente.

-Sexy
si doy asco, estoy sudando y eso a ti te pone.

-Sí, así es, lo has captado. Venga, que volvemos a jugar.

En efecto, ahoratocaba la segunda parte. Esta vez decidí correr menos, no nos jugábamos nada.Malfoy desde luego corría como si se le fuera la vida en ello, bueno, y casitodo el mundo, sobre todo los chicos. Malfoy volvía a correr hacia la portería,pero Daniel lo alcanzó, intentó robarle la pelota, pero le dio una patada y lotiró al suelo. Daniel le tendió la mano para ayudarlo a levantarse, pero Dracose la rechazó.

 

-Se ve que tu novio quiere jugar sucio, pues yo también sé-me dijo cuando pasó a mi lado, como iba corriendo, no me dio tiempo a decirleque había sido sin querer, estas cosas sucedían en el fútbol. Ahora fue Malfoyel que pateó a Daniel. Siguieron así, hasta que Daniel le dio un empujón con elhombro y Draco se levantó enfurecido, pasó por su lado y lo golpeó con fuerza,también en un hombro.

-Imbécil- masculló Daniel entre dientes, caso error.

-¿Qué has dicho?- Malfoy lo encaró.

-No sabía que además de imbécil eras sordo- el aludido le dioun puñetazo en el estómago, al que Daniel no tardó en responder. No paraban dedarse golpes el uno al otro, Draco lo tiró al suelo, alzó su puño, pensabadirigirlo contra su mandíbula.

-¡Malfoy, no!- le pedí a voz en grito. Me miró, aún con elpuño en alto, Daniel aprovechó su distracción y lo golpeó en la boca. Dracoquedó tumbado sobre la hierba, con el labio sangrando. Daniel se levantó y sedirigió hacia él, dispuesto a seguir golpeándolo, pero el señor Richardson, quellegó corriendo, se puso entre ellos.

-Ya vale, muchachos, esto es un campo de fútbol, no un ringde boxeo- Daniel se acercó a mí y tiró de mi muñeca, pero yo me zafé.

-Has sido un bruto, no debiste golpearlo en la mandíbula, ymenos aprovechando su distracción.

-Pero si era él el que pensaba pegarme.

-Sí, pero le pedí que no lo hiciera y se detuvo, en cambio túno- me acerqué hasta Draco, seguía tumbado en el suelo, moviéndose la mandíbulade izquierda a derecha, le tendí una mano y se levantó. No lo solté y loconduje hacia los vestuarios.

-Hermione, no te vayas con él- no escuché la súplica deDaniel. Llegamos al vestuario, y él se sentó en un banco.

-No sé cómo lo haces, pero siempre acabas herido.

-Y tú curándome- lo miré, el labio se le estaba hinchando pormomentos, tenía la camiseta manchada de sangre, igual que el labio de abajo.

-Voy a mirarte, vaya que te haya partido el labio- me senté asu lado, le agarré con cuidado la barbilla y le examiné el labio-. Voy alimpiarte la sangre, así te lo veo mejor-. Cogí una toalla, la humedecí y lelimpié el labio con cuidado.

-Voy a salir del mundo muggle totalmente desfigurado, llevoun par de semanas y ya he sufrido varios accidentes, no muy graves, pero
- mereí por el comentario.

-Tienes razón, tu vida aquí corre peligro- le sonreí.

-Sí, menos mal que tú estás siempre conmigo- me acarició unamejilla.

-Bueno, a veces provocándote los accidentes- soltó unacarcajada, pero al instante después esbozó una mueca de dolor.

-¿Sigo estando guapo?- preguntó.

-Sigues tan ególatra y narcisista como siempre.

-¿Y sigo tan guapo como siempre?- insistió.

-Malfoy, estás como siempre.

-Pensaré que has querido decirme que estoy guapo.

-¿Te duele el labio?- se lo acaricié con la punta de mi dedoíndice.

-Me duele un poco, para serte sincero, ¿tiene muy mala pinta?

-Hombre, ha tenido momentos mejores- levantó una ceja-, lotienes hinchado, pero nada más, no te preocupes, en unos días estará comosiempre.

-Déjame probar una cosa- me agarró la barbilla y se inclinóhasta mí, sabía lo que pensaba hacer, pero me mantuve en mi sitio, me besólevemente, despacio, muy despacio, entreabrí la boca y me pegué a la suya. Perose apartó-. Mierda, con lo bien que habría estado eso,
me duele bastante,Granger- se levantó y se miró en un espejo-, voy a matarlo, te juro que

 

-Malfoy, tranquilo

-¿Tranquilo?- me interrumpió- como voy a estar tranquilo,mira lo que le ha hecho a mi preciosa cara, no voy a salir a la calle hasta queno se me cure.

-Pues menos mal que ahora toca el fin de semana, porque sinotendrías que ir a trabajar- intenté calmarlo.

-Granger, quedemos hoy- miré hacia otro lado-, venga, además,no voy a besarte, me duele el labio, si te lo tengo que pedir por favor, tenpor seguro que lo haré.

-Malfoy, no puedo, y no- alcé la mano para que se callara, yaque había abierto la boca para quejarse-, no he quedado con Daniel, tranquilo,he quedado con mis padres.

-Bueno, pues no vemos mañana. O puedo acompañarte a casa detus padres.

-No digas tonterías, no puedes venir a casa de mis padres.

-Mira que es difícil quedar contigo, siempre estás ocupada,Granger. ¿Vas a ir con tu queridísimo novio?

-No, voy sola- salimos del vestuario, Daniel me estabaesperando.

-Hermione, vamos a echar un partido de baloncesto, ¿te vienes?

-No, me voy a casa- miró a Draco, que iba a mi lado.

-Oye, dentro de dos días hay una cena de Navidad, es en elrestaurante que hay detrás de la empresa, ¿quieres que me pase por ti y vamosjuntos?- me limité a asentir-, es a las nueve, me llego a por ti media horaantes.

-De acuerdo, me voy a casa, que te diviertas.

-Gracias, Hermione, te quiero- y se fue a reunirse con suequipo, que lo esperaban en la cancha.

-No lo soporto, no sé como lo aguantas, es algo que no mecabe en la cabeza, Granger- me tomó de la mano-, ¿no vas a decir nada?

-¿Qué quieres que diga? Si no te va a parecer bien- salimosdel polideportivo.

-¿Hoy has venido andando?-asentí-, entonces, te acompaño-caminamos en silencio por la calle, así, tomados de la mano, en un momento dado,apoyé la cabeza en su hombro, él me pasó el brazo por los hombros y yo por laespalda-. Parecemos una pareja.

-Si te molesto, me aparto, sin problema- me estrechó másfuerte, y fuimos así, hasta llegar a mi casa, que nos separamos- ¿te duelemucho?- le acaricié el labio y él se encogió de hombros, le di un beso.

-Ahora está mucho mejor- volví a besarlo con cuidado, pasé lalengua por su labio hinchado, él me agarró de la cintura y me pegó a sucuerpo-, me encanta estar contigo- enterró la cara en mi pelo.

-Y a mí.

-Entonces, ¿por qué sales con ese? No pierdas el tiempo.

-Malfoy, yo no busco lo mismo que tú- volví a besarlo-, nosvemos en un par de días, ¿vale?

-De acuerdo, pensaré en ti mientras tanto- le rodeé el cuellocon los brazos-, piensa en mí tú también, eh- en respuesta, le di otro beso.

-Nos veremos pronto- le dije, y lo solté.

-En dos días, ni uno más, menos quizá. Hasta dentro de dosdías, Granger.

-Adiós- me dio un beso y se marchó.

Tenía que reconocerlo, cada vez me gustaba más.

-Hermione, enamorarte de él no puede ser bueno- me dije a mímisma mientras entraba en casa.



Hola! ¿Les ha gustado? Espero que sí. ¿Verdad que Draco es tierno?

 

Le dedico el capi a:analu , ginniny, katia vulturi, Ale_Malfoy, EileenMSlyffindor,

Mechitas22, jeka13, ukwii, astorya malfoy, vampirita sexi m, salesia, kaki_harry ,

brendisis, Paola Cullen Malfoy, Scarlet Malfoy

Besos a todas mis lectoras! Os quiero mucho n_n

Draco:

Hoy era el día en quedaban una cena de empresa. Estaba abotonando mi camisa y pensando en Granger.Me gustaba pasar tiempo con ella, era divertida, guapa, sexy, me gustaba. Cadadía un poco más. Me puse la chaqueta, me miré por última vez el labio, el cualya estaba menos hinchado, y me dirigí al restaurante.

-Buenas noches, Draco, veo que ya estás mejor- me saludó elseñor Richardson.

-Buenas noches, sí, va mejor- le sonreí. Nos sentamos a tomaralgo mientras llegaban los demás, pero no me apetecía nada, miraba de hito enhito a la puerta, para ver si veía entrar a Granger.

Se abrió la puerta y no aparté la mirada para ver si eraella. En efecto, allí estaba, más guapa que de costumbre, llevaba un vestidonegro que le llegaba por encima de las rodillas, era algo escotado, pero nomucho, se ajustaba perfectamente a su cintura, y, a partir de sus caderas, eramás suelto. Llevaba unos zapatos azules y cerrados con un alto tacón y un bolsode mano a juego. Elegante a la par que sexy. Llevaba el pelo recogido, salvopor algunos tirabuzones que descansaban en sus hombros. Llevaba un maquillajesencillo. Sombra de ojos azul y los labios, en rosa. No me di cuenta de queDaniel iba a su lado hasta que le puso una mano en la espalda. Cerré los puñosal verlo.

-Hola, Malfoy- me saludó ella.

-Hola, Granger- me incliné para hablarle al oído-, estáspreciosa.

-Gracias, tú también estás muy guapo- me dio un beso en lamejilla-, veo que tienes mejor el labio.

-Hermione, voy a buscar sitio para sentarnos, en seguidavuelvo.

-Vale- se limitó a decir ella-, ¿pensaste en mí estos días?

-A todas horas- le sonreí. Ella acarició mi labio con su dedopulgar y yo se lo besé.

-Venga, vamos a sentarnos con los demás- nos dirigimos a lamesa, en la que ya había varias personassentadas.

-Hermione, te he buscado un sitio- Daniel le estaba señalandouna silla a su lado. Ella me sonrió por última vez y ocupó la silla que había asu lado. Me senté frente a ella. Daniel me fulminó con la mirada, pero yo lesonreí falsamente.

-Feliz Navidad a todos, espero que disfrutéis de la cena- nosdeseó el dueño de la empresa.

Los camareros nos servían la comida, se me hacía extraño queno fueran los elfos domésticos. La gentea mi alrededor conversaba animadamente, yo era el que estaba más callado, solohablaba cuando alguien me preguntaba algo o me hacían un comentario. Danielestaba hablando con otro hombre, que se sentaba a su otro lado, aproveché sudistracción. Cogí una servilleta de papel y la hice una pequeña bolita, apuntéy lancé. La pelotita se coló por el escote de Granger, ella levantó la cabeza yyo le sonreí.

-Malfoy, no tiene gracia- murmuró. Bajó la vista hasta suescote. Ella se levantó.

 

-¿Dónde vas, Hermione?- quiso saber su perrito faldero.Entrometido.

-Al servicio- agarró su cartera, me fulminó con la mirada, ypuso rumbo al servicio. La seguí. Entré al cuarto de baño de mujeres y cerré lapuerta. Ella estaba de espaldas a mí, pero la veía reflejada en el espejo.Estaba murmurando, seguramente improperios contra mi persona, y una mano latenía dentro de su escote.

-¿Te ayudo?- ella dio un brinco.

-Ya no hace falta- me enseñó la bolita de papel.

-Lástima- dije-, Granger, esta cena me aburre, ¿qué te parecesi nos vamos tú y yo?

-No voy contigo ni a la vuelta de la esquina- intentó pasarpor mi lado pero la agarré del brazo.

-Eso lo dices porque te has enfadado. Venga, Granger, nos lovamos a pasar bien.

-No le voy a decir a Daniel, con lo bien que se portaconmigo, que me voy contigo.

-Pues si Daniel es el problema, tengo la solución: mira, yoahora digo que me voy, al rato, tú le dices a él que te quieres ir y que teacompañe hasta tu casa, y yo estaré esperándote

-Vale, ¿pero si me dice que vayamos a dar una vuelta, oquiere entrar en mi casa, o
?- le puse un dedo en los labios.

-Dile que te quieres ir porque has empezado a sentirte mal,no es tan difícil.

-De acuerdo, te espero en mi casa- se asomó para comprobarque no hubiera nadie-, ya puedes salir, Malfoy- le di un beso en la mejilla ysalí. Al rato, salió ella y se sentó junto a Daniel. Cuando iba a decir que meiba, Daniel habló:

-Hermione, ¿qué es eso?- le señaló su brazo izquierdo.

-Nada- ella me miró y escondió su brazo.

-Yo tengo que irme- me levanté y fui hacia el dueño de laempresa-, señor Richardson, he de irme, ha sido una cena magnífica.

-¿Ya te vas, joven?-asentí-, bueno, me alegro que te hayagustado. Adiós y Feliz Navidad- me tendió una mano que yo estreché.

-Feliz Navidad- caminé en dirección a la casa de Hermione.Estuve casi quince minutos dando vueltas cuando oí sus voces. Me escondí en laotra esquina.

-¿Quieres que me quede contigo, Hermione?

-No, Daniel, no hace falta, solo me encuentro un poco mal, mevoy a acostar.

-Como quieras, pero si me necesitas, llámame, ¿vale? Tequiero-, vi como se alejaba con su coche y salí, ella estaba abriendo la puertade su casa, pensaba esperarme dentro, corrí, me puse detrás de ella y la agarréde la cintura.

-Me has asustado- se giró.

-Estás hermosa, Granger- le di un beso en los labios.

-Aunque me halagues, no se me va a pasar el enfado contigo-se cruzó de brazos.

-Entonces, ¿por qué te vas a venir conmigo y has fingido queestás enferma?

-Pues
porque me apetecía- le tiré del brazo izquierdo paraver que había tratado de esconder-. Malfoy, suéltame- pero yo era más fuerte,tenía algo grabado en el mismo lugar en el que yo tenía la Marca Tenebrosa,pero no se le veía bien. A pesar de que ella trataba de soltarse, vi, a la luzde una farola, que tenía grabadas las palabras <>, sezafó de mi agarre de un tirón. No sabía qué decirle. Al igual que a mí lo quellevaba en mi antebrazo izquierdo me recordaría lo que fui, a ella, lo quetenía en el mismo sitio que yo, le recordaría los momentos que pasó en mimansión, los ataques recibidos por parte de mi tía, le recordarían que se laconsideraba inferior por ser una sangre sucia.

 

-Yo,
lo siento, Granger- me di la vuelta, no me atrevía amirarla a la cara.

-Tú no tienes la culpa, Malfoy, tú no me grabaste

-Ya sé que yo no te las grabé, pero no hice nada paraevitarlo, mientras tú te retorcías y chillabas de dolor, yo me limitaba a
anada, porque no hice nada, además, te he llamado sangre sucia muchos años.

-Eso es el pasado, aunque nos hubiésemos llevado bien enHogwarts, no podías defenderme, te matarían, además, intentaste ayudarnos,cuando te preguntaron si yo era Granger, tú dijiste que no lo sabías, que noestabas seguro.

-Granger, pero

-Ni pero ni nada, Malfoy, no quiero que vuelvas a hablar deeso, no quiero escucharlo, y menos ahora-, volví a mirarla.

-Está bien, no volveré a mencionarlo- tiré de su mano y laestreché contra mi cuerpo-, ¿he había dicho ya que estás hermosa?

-Sí, no hace falta que me lo digas constantemente- pero mesonrió.

-Oh, de acuerdo, de acuerdo-fingí que pensaba-, estáspreciosa, oh, espera, creo que eso también te lo dije. Lo que se me olvida eslo más importante- le sonreí maliciosamente.

-¿El qué?- la besé en respuesta, primero, me limité a rozarsus labios, a repartirle besos por su rostro, a jugar con el lóbulo de suoreja, a morder sus labios, y después, la besé, nos besamos con pasión, abrí laboca y ella introdujo su lengua, la que yo acaricié, con la que yo enredé lamía, me rodeó el cuello con los brazos, y yo la estreché más fuerte, queríaacercarla más a mí, la necesitaba más cerca, enredé mi mano en su cabello y meaparté de ella, abrió los ojos de golpe y me miró, tenía las pupilas dilatadas,yo le sonreí y bajé hasta su cuello, en el que deposité un sinfín de besos, lolamí, mordisqueé, y volví a besarlo mientras ella gemía y suspiraba. Volví aatacar su boca, ella enterró sus dedos en mi cabello, y tiraba de mi cabezahacia ella, para acercarme más, pero eso era ya imposible, bajé mi mano hastasu muslo y lo aferré por encima del vestido, pero yo quería sentir su cálidapiel, bajé mi mano y la escondí dentro de su vestido, agarrando su pierna tal ycomo yo quería.

-Malfoy,
- se separó de mi boca, pensé que iba a apartarmecomo la última vez, pero no, ella metió las manos por debajo de mi camisa y memordió y lamió la barbilla.

-Mira papá, están haciendo el amor- Granger se separóinmediatamente de mí, me volví para ver quién nos había interrumpido. Unafamilia nos estaba mirando, la madre tapaba los ojos a una cría que llevaba enbrazos, y un niño de unos diez años nosseñalaba.

-Vámonos, Malfoy- ella tiró de mi mano y echamos a andar.Ella me soltó y se abrazó el cuerpo, tenía frío, me quité la chaqueta y se lapuse sobre los hombros, no lo dudó dos veces y metió los brazos en las mangas.

-Muchas gracias.

-No hay de qué, lo hago encantado- le sonreí-, es que ir enDiciembre con un vestido de tirantes es de locos.

-Bueno, ¿no te gusta el vestido?- se puso frente a mí paraque la mirara, y eso hice.

-El vestido me gusta, pero tú me gustas más, favoreces alvestido.

-Será que el vestido me favorece, ¿no?

-No, ese vestido en el cuerpo de otra mujer no luciría tanhermoso, tú favorecerías hasta a un harapo.

-Mira que eres tonto- me dio un beso en los labios.

 

-Un poco, ¿damos un paseo?- asintió, entrelacé mis dedos conlos suyos y caminamos, nos lanzábamos miradas, de vez en cuando nos dábamos unbeso, hablábamos de cosas sin importancia. Me encantaba su compañía, eraperfecta: guapa, sexy, divertida, inteligente, amable, cariñosa, fogosa,tierna, dulce,
todo en su justa medida, manteniendo un perfecto equilibrio.

-Malfoy, vamos asentarnos- me condujo hasta un banco-, estos tacones me están matando. Pero es queno quiero ir descalza.

-Eso se soluciona fácil, ponte de pie en el banco.

-¿Para qué?- me preguntó.

-Tú solo hazlo, Granger- le tendí la mano y la ayudé a ponerseen pie sobre el banco. Llevaba mi chaqueta puesta, me acerqué más y le abrochéun par de botones, después, le doblé las mangas, que le quedaban grandes, hastaque se le vieran las manos. Le di un beso en la palma de una de sus manos y ledi la espalda. Pasé mis manos por sus rodillas y eché a andar, ella pasó susbrazos por mi cuello.

-Malfoy, bájame, no vamos a ir así- se quejó.

-¿Por qué no? Te duelen los pies, así que te llevo acaballito.

-Malfoy, llevo un vestido, como sople mucho aire, se me va aver el trasero.

-Correré el riesgo, porque no te voy a bajar- eché a correr.

-La que corre el riesgo soy yo, no tú. Y no corras- sesujetaba a mi cuello solo con una mano, supuse que con la otra se estaría sujetando el vestido. Despuésde correr un rato con ella a mi espalda, nos volvimos a sentar, yo a tomaraliento.

-Estoy
agotado- logré decir entre jadeos.

-No me extraña, mira que correr conmigo a cuestas
- apoyó lacabeza en mi hombro.

-Pero no puedes negar que te lo has pasado bien- ellaasintió, le pasé un brazo por los hombros y le di un beso en la coronilla-.Granger, mira lo que lleva ese niño- señalé a un niño de unos seis años quellevaba en la mano un palo y, en el extremo superior de este, había una nuberosa, que el niño se llevaba a la boca-, eso no puede ser una nube tintada, ¿verdad?

-No seas tonto, ¿Cómo van a coger una nube?- se apartó un pocode mi-, es algodón de azúcar, no te muevas de aquí, en seguida vuelvo- la viperderse en la multitud, me puse de pie para buscarla, pero me volví a sentar,ella me dijo que regresaría. Y así hizo, al cabo de un par de minutos, la viaparecer con lo mismo que llevaba el niño de antes, se sentó a mi lado.

-¿De dónde has sacado eso?- le pregunté.

-Lo acabo de comprar- partió un poco de algodón y se lo llevóa la boca-, está bueno, muy dulce, pruébalo, Malfoy- lo hice, estaba bueno,aunque un poco empalagoso. Nos terminamos el algodón de azúcar entre risas,dándonoslo el uno al otro y jugando con él.

-Me lo estoy pasando muy bien, Granger, ¿y tú?

-Bueeeno, me lo he pasado mejor otras veces- se levantó yechó a andar. Me levanté para seguirla y ella empezó a correr, la perseguí, nocorría muy rápido, porque llevaba todavía los zapatos de tacón, pero no lapillé fácilmente porque había mucha gente en la calle y ella se escondía entrela multitud.

-Te atrapé- la tenía abrazada por la cintura-, ¿por qué salescorriendo?

-Intentaba huir de ti.

-Lo siento, pero no te vas a librar de mi tan fácil- le di unbeso en el cuello. Caminamos un rato así, yo detrás de ella, aferrado a sucintura, y ella con sus manos sobre las mías.

 

-Dios, mira que tarde es ya, Malfoy- me señaló un enormereloj, que marcaba los tres de la madrugada-. Ese reloj es muy famoso en Londres, se llama Big Ben- meexplicó-, Malfoy, era menester regresar ya, ¿no?

-No, no me quiero ir, un ratito más- enterré la cara en sucabello.

-Malfoy

-No, venga, un poco más y nos vamos, que es Navidad, ¿por quéte quieres ir tan pronto?

-Está bien, tú ganas- se rindió-, mira allí, ¿ves ese hombrevestido de rojo?- asentí-, es Papa Noel.

-Ahora traduce.

-Sí, se supone que es el que trae los regalos a los niños,que vive en el Polo Norte, pero no es real.

-Pero si está ahí será porque es real.

-No, no existe, es un hombre disfrazado. Solo creen en él losniños, pero en realidad quien les compra los regalos son sus padres.

Pasamos por el lado del hombre y gritó: "¡Jou, jou, jou, FelizNavidad!"

-No entiendo cómo os gustan estas cosas a los muggles- elhombre me había asustado cuando se había puesto a gritar.

-Ya, claro, ¿te ha asustado, eh?

-Qué dices, pues claro que no. Solo que no me lo esperaba-empezó a sonar una musiquilla que decía algo como: "Navidad, Navidad, dulceNavidad
"

-Vamos a bailar- agarré sus brazos y los puse detrás de micuello y la tomé por la cintura, mientras cantaba-: Navidad, Navidad, dulceNavidad, la alegría, no sé qué no sé cuánto hay que celebrar
No me la sé.

-Ya me he dado cuenta, venga, estate quieto, que la gente nosestá mirando- era cierto, nos observaban. Sonreían, pero no se reían, más bienponían la cara que pone alguien cuando ve algo bonito.

-No importa- seguí bailando con ella hasta que dejó de sonarla música-, ¿quieres que te acompañe a casa o has cambiado de opinión y tequieres quedar aquí conmigo?

-Vámonos mejor, que tengo un poco de frío- la abracé y nosdirigimos hasta su casa.

-Llevaba tiempo sin pasármelo tan bien, no espera, rectifico:jamás me lo he pasado tan bien como hoy, tenemos que repetir, Granger.

-No, no, no, yo paso, he pasado frío, me duelen los pies, tueres muy pesado- se separó de mí y me miró, momentos después, se echó a reír-,es broma, es broma, me lo he pasado genial, repitamos otro día, y me pondrézapatos planos. Ah, y no eres pesado.

-Eso ya lo sé- le sonreí-, señorita, ya ha llegado a casa,sana y salva.

-Oh, muchas gracias, caballero, ha sido usted muy amable-abrió la puerta y se dispuso a entrar.

-Señorita, ¿no va a invitarme a pasar?

-Lo siento, pero una dama no puede dejar a un hombre entrar asu casa a estas horas, a saber qué clase de depravado podría ser usted.

-Vaya, pero yo soy un caballero como Dios manda, al menos, ¿vaa darme un beso de buenas noches?

-Sí, eso sí, pero solo uno- se puso de puntillas y me besó. Apoyémis manos en cada una de sus mejillas, ella me rodeó el cuello. Cuando noté sulengua juguetear con la mía, me sentí en el paraíso, sentía que flotaba, quevolaba, y, por primera vez, sin escoba, noté un hormigueo en el estómago, perono era incómodo, más bien todo lo contrario. Nos separamos jadeando.

-Granger, pasa la Nochevieja conmigo- le pedí.

-Malfoy, verás, es que ya había quedado en pasarla con Daniel-se me cortó la respiración.

-Oh, vaya, pensé que
no importa, Granger, nos veremos enotro momento, será por días- cuando me iba a marchar, ella me cogió una mano, yese cosquilleo en el estómago volvió a surgir.

 

-Malfoy, quedemos el día de Reyes, desfilan cabalgatas,veámosla juntos, podemos pasar todo el día juntos, no solo el rato del desfile.

-De acuerdo, quedemos, me paso otro día por tu casa y ya medices cuando es eso y a qué hora nos vemos.

-Vale, y toma, tu chaqueta, muchas gracias- se la quitó y mela devolvió. Me dio un beso en la mejilla. Yo le sonreí y me fui.

¿Por qué se iba a pasar la última noche del año con él? No loentendía, si ni siquiera le gustaba. Yo sí que le gustaba, me lo había dichoella misma, y ella también me gustaba. ¿Porqué no se venía conmigo? Nos lo pasábamos bien juntos.

¿Qué había sido eso que sentí en la boca del estómago? Era comoun hormigueo, una especie de cosquilleo, como si cientos de mariposasrevolotearan en mi interior



Holaa! Espero que les haya gustado. ^^

Un adelantoo, seré buena: Hermione no va a ser tan mala de irse con Daniel dspués de lo de hoy,... el adelanto se debe a que no se si mañana voy a poder subir capii.

Le dedico el capi a :Mechitas22, Naiara , jeka13, ukwii, ximmalfoy, Paola Cullen Malfoy,

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analu, katia vulturi

Os quiero a todas n_n

Hermione:

Estaba pensando para ver cómo me las ingeniaba para estar conDraco el último día del año. No era tan fácil como parecía. Daniel quería quefuera a su casa, no podía llamarlo y decirle que no, heriría sus sentimientos.No quería eso. Pero tampoco quería estar con él esa noche, sino con Draco.Llevaba una semana sin ver a Draco, ya lo echaba de menos, me apetecía verlo,pasar un rato con él, besarlo
Estaba absorta en mis pensamientos cuandollamaron a la puerta. Abrí. Y allí estaba él. Sonreí nada más verlo, pero no medevolvió la sonrisa.

-Ven, pasa- tiré de su mano.

-No, me voy ya, solo he venido para que me digas cuándo eseso de las cabalgatas y a qué hora quieres que quedemos- me dijo.

-Ah, pues es el día seis, paso por tu casa sobre las cinco,¿te parece bien?

-Sí, a las cinco está bien, pero me paso yo a recogerte- medijo-, pues nos vemos dentro de unos días. Adiós, Granger- se dio media vueltapara irse.

-Malfoy- lo llamé-, ¿con quién pasas el día de hoy?- queríasaber si ya había hecho planes, no fuera a ser que me presentase en su casa y,una de dos: o no estuviera, o fuera gente a visitarlo.

 

-Con nadie, Granger- dijo fríamente-, pásatelo bien.

-A lo mejor sí que tienes visita, Malfoy.

-¿Qué quieres decir?- se volvió para mirarme, con la dudareflejada en su rostro.

-Nada, pero quizá pases la noche con alguien- le sonreí-, yalo verás.

-¿No habías quedado con Daniel?- asentí-, entonces, ¿le hasdicho que no puedes?

-No, pero quizá no pueda estar con él, y no me hagas máspreguntas, Malfoy- le dije.

-Si has quedado con él, no entiendo

-Malfoy- le interrumpí-, deja de hacer cavilaciones, ya loverás esta noche.

-Vale, pues,
adiós- se dispuso a marcharse.

-Malfoy- volvió a mirarme-, di mejor hasta luego, que quizános volvemos a ver.

-Hasta luego, Granger- se alejó un poco de mí.

-Malfoy- le agarré una mano y se giró, me puse de puntillas yle di un beso en los labios-. Hasta luego.

Esta vez sí le dejé que se fuera. Comencé mi plan. Fase uno:llamar a Daniel. Cogí el móvil, busqué su número y le di a llamar, al segundotono me respondió.

-Hola, Hermione, ¿qué tal?- me preguntó.

-Muy bien, llamaba para decirte algo- como no decía nada,proseguí-, verás, ¿por qué no vienes tú a mi casa esta noche?

-Ah, vale, ¿a las diez está bien?

-No, no, es muy tarde, mejor
a las ocho- si quedábamos a lasdiez llegaría a casa de Draco sobre las doce, y quería pasar más tiempo con él.

-Vale, pues allí estaré, hasta luego.

-Adiós, Daniel- le colgué antes de que le diera tiempo dedecir "te quiero".

Pensé para ver qué se me ocurría para darle esquinazo aDaniel, y me acordé de inmediato de un día que pasé en La Madriguera hace yacasi un año. La conversación que tuve con los gemelos Weasley.

Flashback

-Hermione,no sé qué viste en Ron- bromeó George, mirando a su hermano con cara dedesaprobación mientras engullía.

-Sí, esverdad, ¿no estarás bajo la maldición imperius?

-Callarseya- dijo Ron, después de tragar, mientras yo me reía.

-Hermione,vamos a hacerte
- comenzó Fred.

-Un regalo-prosiguió su gemelo.

-Mira, estoson las pastillas vomitivas, pero las hemos modificado.

-Sí,vomitarás a intervalos de tiempo, y como una persona normal.

-Y, cuandoquieras detener el efecto, te tragas la otra mitad.

-Ah, se nosolvidaba decirte que la parte azul te hará vomitar, y, la naranja, lo detendrá.

-¿Para quéquiero yo eso, chicos?- les dije.

-A ver,cuando se ponga pesado, y quiera besarte

-Algorepulsivo
- hablaban terminando las frases del otro, como siempre.

-Te libraráscon esto.

-Os mato-les dijo Ron, poniéndose en pie y empuñando su varita.

-Hermione,cógelas- George me lanzó una bolsa con algunas pastillas que yo atrapé alvuelo.

Los chicosempezaron a pelearse y a desarmarse los unos a los otros, y yo, divertida,guardé las pastillas en mi bolso.

Fin delFlashback

-Ahora me van a servir- no recordaba dónde las habíaguardado, por lo que fui a mi mesilla de noche, saqué mi varita, y las invoqué.Llegaron volando y las agarré con mi mano izquierda. Había cinco pastillas,decidí probarlas para comprobar que funcionaran bien. Pero antes fui alservicio, para vomitar en el retrete. Partí una pastilla por la mitad y me metíen la boca la parte azul. Efecto inmediato, comencé a vomitar, pero no me tuveque tragar la otra parte, porque el vómito se detuvo. Parecía que de verdadestaba enferma ya que vomitaba como una persona normal, me volvieron a dararcadas, por lo que me tragué su antídoto, la mitad naranja.

 

Asunto solucionado: le diría que no me sentía muy bien,después, comería algo, fingiría que me había sentado mal, me tragaba lapastillita, así, él se iría a su casa, y yo, a la de Draco. Esperaba quefuncionase.

Cuando quedaba poco para que Daniel se presentase, decidíarreglarme. Me puse un vestido azul marino ajustado al cuerpo, que me llegabapor encima de las rodillas, era de palabra de honor. Hacía frío, por lo que mepuse encima una torerita marrón. Me maquillé de manera sencilla: un poco debase, sombra azul y rímel y brillo de labios. No me dio tiempo de ponerme loszapatos cuando llamaron a la puerta. Allí estaba Daniel.

-Hola, estás muy guapa- me saludó.

-Gracias Daniel, pasa- me hice a un lado y entró-, voy aponerme los zapatos, siéntate mientras-, corrí hasta mi dormitorio y me puselos tacones de color marrón.

-Estoy lista- no sabía sobre qué hablar-, ¿cenamos?

-Hermione, pero si son las ocho nada más.

-Lo sé, pero yo si ceno demasiado tarde, me siento mal, y yaes un poco tarde, pero bueno- me senté, haciéndome la víctima.

-Pues cenemos ya Hermione, así podemos salir a dar una vuelta,y luego venimos a tomarnos las uvas.

-Buena idea- me sentía un poco mal haciéndole esto al pobreDaniel, pero era o él o Draco, y prefería estar con el segundo.

No tuvimos ni que servir la mesa, eso ya lo había hecho yopara no perder ni un segundo.

-Vaya, veo que lo tienes todo muy bien preparado- dijo,mirando la mesa, me apartó una silla para que me sentara, y eso hice.

-Sí, bueno, me gusta organizarlo todo- musité.

-Ya lo veo- se sentó a mi lado-. Oye, saldremos a ver lascabalgatas, ¿no?

-Es que yo ya he quedado en ir a verlas con alguien. No va apoder ser.

-Y ese alguien tendrá un nombre y apellido que serán, ni másni menos, que Draco Malfoy, ¿verdad?

-Sí, quedamos en ir a verlas la semana pasada. Daniel, venga,come algo, que no está envenenada- le sonreí. Yo no tenía hambre, no cenaba tantemprano nunca, pero, habría que hacer un esfuerzo, por lo que empecé apicotear.

-Veo que ese chico es un poco pesado, ¿no? No va a pararhasta conseguir su objetivo.

-No es pesado, Daniel, me lo paso muy bien con él, y no sé dequé objetivo me hablas.

-Pues te lo voy a explicar: su objetivo eres tú. No sé si tehas dado cuenta, pero no te quita el ojo de encima. Está deseando revolcarsecontigo.

-Pues no lo ha intentado- en parte era mentira.

-Sí que lo ha intentado, lo que pasa que sus juegos deseducción no han surtido efecto contigo- me revolví en la silla, me incomodabaun poco la situación-, eres un chica lista, no vas a caer en sus redes tanfácil.

-Dejemos de hablar de él, por favor, y cenemos.

-Es cierto, ahora solo estamos tú y yo- cubrió mi mano con lasuya. Se inclinó peligrosamente, por lo que cogí un trozo de queso y empecé amordisquearlo. Miré disimuladamente el reloj que tenía sobre la tele. Las ochoy media. Hora de actuar. Fase dos. Disimuladamente, me llevé a la boca la mitadazul de la pastilla. Empecé a sentir nauseas y corrí al servicio. Me inclinésobre la taza del retrete y vomité. Daniel llegó y me sujetó el pelo.

 

-Daniel, no quiero que veas esto- le dije entre arcadas.

-No seas tonta- me pasó una servilleta, con la que me limpiéla boca.

-Sal un segundo, por favor, voy a lavarme los dientes-abandonó la habitación y yo cerré la puerta, me tomé la otra mitad, la partenaranja, y me lavé los dientes.

Salí del servicio, fingiendo que me encontraba mal. Me sentéen el sofá.

-¿Te encuentras bien?- quiso saber.

-No, me duele el estómago, eso ha sido por comer tan tarde.

-No creo, seguro que algo te ha sentado mal, ¿quieres que telleve al hospital?

-No, solo quiero
descansar- apoyé la cabeza en el brazo delsofá y cerré los ojos-. Lo siento, te he destrozado la noche.

-No digas tonterías, te has puesto enferma, no tienes laculpa- cada vez me sentía peor, mas no enferma, sino culpable- ¿quieres dormir?-asentí y cerré los ojos. Él se limitó a acariciarme el pelo.

-Daniel deberías irte con tu familia, o tus amigos

-No te voy a dejar sola, venga te acompaño a la cama- meayudó a levantarme, pasó un brazo por mi cintura y me llevó hasta midormitorio. Me tumbé en la cama.

-Gracias- susurré.

-¿Quieres que me quede a dormir contigo?- contratiempo.

-No hace falta, me voy a echar a dormir, vete y disfruta- mequitó los zapatos y me tapó.

-Si me necesitas, me llamas- puso mi móvil en mi mesilla. Mehice la dormida, me dio un beso en la mejilla y se fue. Cuando escuché cerrarsela puerta, me levanté de un salto. Fase tres. Me asomé a hurtadillas por laventana, vi su coche alejarse, por lo que me puse los zapatos, me retoqué el maquillaje,me puse un abrigo y corrí a la calle. Eran ya las nueve. Conduje, ansiosa,hasta la casa de Draco. Tuve suerte, encontré aparcamiento a unos metros de supuerta. Estacioné y corrí. Tomé aire y llamé. Me abrió la puerta, estaba unpoco despeinado y llevaba la camisa a medio abotonar, seguro que lo habíapillado a medio vestir.

-¡Hola, Malfoy!- me arrojé a su cuello y le di un beso en loslabios, él me miró fijamente, como si le desconcertara que estuviera allí-, teinsinué que iba a venir, pues aquí estoy. Me ha costado un poco venir, ¿sabescómo lo he conseguido?- negó con la cabeza-, pues te lo voy a contar: losgemelos Weasley me dieron unas pastillas vomitivas-, abrió la boca, pero noquería que me interrumpiera, le di un beso en los labios y proseguí-, sí, sunombre indica lo que hacen, pues fingí que la cena me había sentado mal y enrealidad me había tomado la pastilla. Daniel quería quedarse conmigo, pero ledije que no hacía falta, que solo quería dormir, me hice la dormida, él se fuey aquí estoy yo- le sonreí, estaba muy feliz, en cambio, él parecía preocupado-.Alegra esa cara, he venido a pasar esta noche contigo, como me pediste, mírate,estás a medio vestir-, me reí le di otro beso y empecé a abotonar su camisa.

-Granger...- pasó la mano por su pelo y miró hacia atrás, porencima de su hombro.

-Parece que no te alegras de verme, no vas a dejarme
- laspalabras se me quedaron atascadas cuando vi aparecer a una mujer.

 

-Vaya, sangre sucia, ¿qué te ha traído por aquí?- me fijé enella, era Astoria, la hermana pequeña de Daphne Greengrass. Tenía una manoapoyada en su cintura y en la otra sostenía una copa de vino. Lo peor de todofue ver cómo iba vestida, o, mejor dicho, no vestida. Llevaba una blusacompletamente desabotonada, y ya había perdido el sujetador, la falda,sumamente corta, estaba también sin abotonar, dejando ver el borde de unasbragas, o tanga, rojas. Volví a mirar a Draco, no, no estaba a medio vestir,sino a medio desnudar. Era una estúpida por haber venido hasta aquí.

-Astoria, haz el favor- le dijo el rubio.

-No, es igual, yo
ya me iba- me di media vuelta y eché aandar por la acera.

-Granger, espera- me agarró de la muñeca, yo me solté de untirón y seguí caminando-, Granger, tiró de mi brazo para girarme, intentésoltarme, pero me había sujetado por los hombros-, escúchame un segundo, porfavor.

-No, no quiero oír nada. Suéltame, deja que me vaya.

-Deja que te explique, por favor.

-No me tienes que dar ninguna explicación.

-Lo sé, pero quiero dártelas. Esto no es lo que parece- soltéuna carcajada amarga, nada más oírme me asusté, porque no reconocí a la vozcomo mía, pero lo era, salía así por las lágrimas contenidas.

-Ya claro, no es lo que parece, no te has acostado con ella, ¡yyo me chupo el dedo!

-No me he acostado con ella- me gritó.

-Pensabas acostarte ahora mismo, que, al fin y al cabo, es lomismo.

-Joder, Granger, de verdad que no es como tú crees.

-Tú no sabes lo que yo creo- empezó a nevar, noté caer coposde nieve sobre mi pelo.

-Sí que lo sé, no hay nada más que ver tu reacción.

-Te voy a decir una cosa, que te quede clara: me daexactamente igual con quién te revuelques, es tu vida, no la mía, no tienes quedarme ninguna explicación porque no somos nada. Solo conocidos.

-¿Conocidos? No me hagas reír, somos mucho más que eso, y túlo sabes.

-Tú y yo no somos nada- tomé aire-, te voy a decir algo: nosé para qué querías que pasara contigo la Nochevieja si tú ya estás muy bienacompañado. ¿Acaso querías que viniera para verte con ella y burlarte de mí?Pues lo has conseguido, ya te puedes reír de mí, de lo patética y de loestúpida que soy.

-Quería que pasaras conmigo esta noche porque, eh,
meapetecía
tu compañía. Quiero empezar el Año Nuevo contigo- apoyó su frentesobre la mía. Me aparté y me solté de su agarre.

-Yo no quiero empezar el año contigo. Me voy, Malfoy, yolvídate de que veamos juntos las cabalgatas.

-No seas tonta, te enfadas por tonterías.

-¿Tonterías? A mí no me parece una tontería saber que teacuestas con otra. No sé para qué me besas si luego te acuestas

-No me hagas reír, Granger- me interrumpió-, no eres la másindicada para molestarse por eso. Para tu información, desde que nos besamospor primera vez, no he vuelto a besar a otra, a diferencia de ti, no sabes lo queme molestaba ver que ese estúpido muggle te tocara. Quería, y sigo queriendopasar esta noche contigo, lo quería, y lo quiero todo contigo. Cuando digotodo, es todo, Granger. Lo quiero todo de ti, pero se ve que tú no quieres lomismo cuando te sigues viendo con ese estúpido- no sabía que decirle, me habíaquedado sin palabras.

 

-Adiós, Malfoy- me limité a contestar, eché a correr hastaentrar en mi coche, rumbo a casa, fui todo el trayecto conteniendo las ganas dellorar.




Hola!! Lo sientoo, se que no habra sido de su agrado lo que ha pasado, querran matarme, y con motivos.

Pero yo, de todas formas, quiero dedicar el capi a: kaki_harry , Lily Rosie Malfoy,

ukwii , brendisis, zafirac4, LiliJamesPotter, cullen-cecy-09, Mara_13,

Hermione_Granger_ , EileenMSlyffindor, alexandra malfoy, vampirita sexi m, Ale_Malfoy, salesia , astorya malfoy , Mechitas22, Katherine Malfoy17,

kim noah de malfoy

Gracias, las quiero a todas n_n

aunque vosotras me odiareis...

Draco:

Me quedé ahí, plantado en la calle, viendo como su coche sealejaba. Cuando el coche volvió la curva y se perdió de mi vista, entré en micasa. Me sacudí la nieve del pelo y abotoné la camisa.

-Draco, ¿qué hacía aquí la
?

-Astoria, vete, no sé para qué has venido- le espeté, sin nisiquiera mirarla.

-He venido a empezar el año contigo, que lo celebremos demanera especial.

-No vamos a celebrar nada juntos, vístete de una vez y sal demi casa.

-Draco, no te pongas así.

-Déjame tranquilo, ¿se puede saber para qué has salido mediodesnuda?

-Draco, no le he hecho porque estuviera ahí esa, sino porquetú y yo íbamos a acostarnos.

-No, no íbamos a acostarnos.

-Pero yo he venido para eso.

-Me da igual a lo que hayas venido, no voy a follar contigo,así que ya te puedes largar de mi casa.

Me senté en una silla, sin mirar a Astoria. No habíamosquedado. No me iba a acostar con ella. No habíamos estado a punto de nada,aunque pareciese lo contrario.

Flashback

Estabaterminando de vestirme, cuando un ruido, a mis espaldas, hizo que me diera lavuelta. Allí estaba Astoria, sonriéndome, con una botella de whisky de fuego enuna mano y un par de copas en la otra. Iba muy provocativa.

-Draco,deja de vestirte, dentro de un momento, nos sobrará todo.

-No, no nos sobrará nada- le di la espalda, y seguía lo mío-, mejor vete, Astoria, tengo cosas mejores que hacer.

-¿Cosasmejores que acostarte conmigo?

-En efecto,mucho mejores- sonreí al pensar en Granger.

-Lo dudomucho- ella dejó escapar un bufido-, venga, Draco, verás qué bien nos lo vamosa pasar-, caminó hasta mí, y tiró de mi camisa, intentando quitármela.

-Astoria,estate quieta, vete por las buenas, sino, tendré que ponerte de patitas en lacalle- me giré para encararla, y ella estaba quitándose la blusa, fui haciaella y la agarré de los brazos-. Deja de quitarte la ropa y vete de aquí,aunque te desnudes, no te voy a tocar.

 

-Estás muyextraño, jamás me has rechazado.

-Pues ahorasí, hay una primera vez para todo, Astoria- ella no tuvo tiempo para replicar,porque en ese momento llamaron a la puerta. Sabía que era Hermione. Abrí lapuerta, y, en efecto, allí estaba.

Fin delFlashback

Maldita sea, por una vez que no hacía nada con una mujer
Cogí la botella de whisky de fuego que trajo Astoria, la descorché, me servíuna copa y comencé a beber. Me llevé la copa a los labios y la vacié de un solotrago. Astoria se sienta enfrente de mí, pero yo ni siquiera la miro. Mes sirvootra copa y la vacío en un abrir y cerrar de ojos. Me trago un par de copas másy levanto la cabeza para mirar a Astoria. Sigue medio desnuda, no se hamolestado en vestirse. Pero me da igual. Puede quitarse hasta la última prenda,que yo no la voy a tocar.

-Draco, deja de beber- me dice.

-No, no quiero- le respondo como un niño pequeño. Me vuelvo allenar la copa y a vaciarla de un trago. Y otra, y otra más. Ya no quiero bebermás. Me siento en el sofá, tambaleándome un poco. Ella se sienta a mi lado ypone una mano en mi muslo, yo cierro los ojos y echo la cabeza hacia atrás. Laoigo hablar, pero no la escucho, no me interesa lo que me quiera decir. Mecuanto algo sobre que me echa de menos y no sé que más, pero sigo sin prestarleatención. ¿Qué se cree, que porque me diga que me ha echado de menos me voy alanzar sobre ella?Pues está muyequivocada. Pero es Astoria, no necesita que yo me abalance sobre ella, eso lehará ella si hace falta.

-Vamos, Draco, levántate- tira de mi mano, y yo la sigo aregañadientes. Me conduce hasta mi dormitorio.

Me suelta y se quita la blusa, ya no lleva el sujetador, selo había quitado para que la viera Hermione. Hermione
¿qué estará haciendo?, ¿conquién?, ¿dónde? No se habrá ido con Daniel, él piensa que está enferma.Hermione
debo ir a buscarla. Enfoco mi vista al frente. Allí está Astoria.Desnuda de cintura para arriba. Se acerca a mí, quiero decirle que se aleje,que voy a buscar a Hermione, pero las palabras no salen de mi boca. Ella, ágil,me libera de la camisa en tan solo unos segundos. Con manos ágiles, medesabrocha también el pantalón, dejando que caiga. Me arrastra hasta la cama yme sienta sobre ella, tengo sueño. Quiero dormir. Pero ella no me deja. Sesienta sobre mis piernas y yo instintivamente pongo las manos en su cintura yatrapo sus pechos con mi boca. Ella grita, está consiguiendo la que ha venido buscando.Me empuja y me tira sobre la cama. Se tumba sobre mí, y me besa, me devora.Baja hasta mi pecho, en el que también deposita un sinfín de besos. Y desciendede nuevo. Ya estoy completamente desnudo. Me dejo llevar, al fin y al cabo, megusta todo lo que me está haciendo. Es un experta en todo esto. Sé que deberíairme, pero no recuerdo por qué. Hay algo por lo que no quiero estar aquí, niasí, ni con ella, pero no recuerdo cuál es ese motivo. Decido olvidarme delmotivo, ya no me interesa. Ese motivo no ha querido quedarse conmigo
Se subesobre mí, completamente desnuda. No sé cuándo se ha desnudado. No me he dadocuenta de nada. Ella me cabalga, enfoco su rostro, no para de gritar y gemir.Ve que la estoy mirando y me mira, me sonríe, orgullosa, ha conseguido lo quequería. Coloco mis manos sobre su cintura, y me dejo llevar, pero dejo que ellatome las riendas, que sea ella la que me monte, la que me cabalgue. Estoyconteniendo las ganas de gritar, de gemir, no quiero gemir, por lo que giro lacara y la entierro entre las sábanas. Vuelvo a recordar que no quería estaraquí, intento levantarme, pero ella me agarra, me inmoviliza, y se mueve arribay abajo. Cuando, por fin, queda satisfecha, se derrumba sobre mí, rueda sobreun costado y se tumba a mi lado. Se ha quitado en el último momento, cuando mehe corrido. Apoya la cabeza en mi pecho y me da un beso. Después, me besa en laboca. Se levanta y empieza a vestirse.

 

-Draco, he de irme, he quedado con mi familia, queda mediahora para que termine el año, lo hemos despedido bien, ¿verdad? Feliz Año- meda un beso en los labios y desaparece.

Me siento en la cama, y entierro la cara en las manos. Quedamedia hora para que empiece el año
Y recuerdo, por fin me acuerdo. Hermione havenido a que pasemos juntos esta noche. Pero se ha ido, se ha ido al ver aAstoria. Y saber que se marchó cuando aún era inocente, cuando aún no me habíaacostado con ella.

Debería ir a su casa, pero no me atrevo. ¿Qué le voy a decir?No quiero ocultárselo. Pero no voy a ir, voy a quedarme aquí. Ella tenía razón,no le debo ninguna explicación, nosotros no somos nada, nada
Yo puedo hacer loque me venga en gana y con quién quiera, pero esta vez, lo que había hecho nohabía sido con quien yo quería.

Recordé la discusión con ella. Se había enfadado, pero elúnico que debería enfadarse era yo. Me echó en cara que me acostara con otracuando me besaba con ella, pero yo en ese momento no había tocado a otra mujer.En cambio, de ella no se podía decir lo mismo. Ella salía con un estúpidomuggle a pesar de que se besaba conmigo.

A pesar de eso, le había dicho que lo quería todo con ella.Quería hablar con ella, salir con ella, discutir y reconciliarme con ella,besarme con ella, hacer el amor con ella, y solo con ella. Pero ella no ella noquería nada de eso, a sabiendas de lo que le había dicho, se fue y me dejótirado en esa fría calle.

Me puse el pijama y cambié las sábanas, en las que estabanlos restos de mi culpabilidad. No iba a lavarlas. Iba a tirarlas. Y eso hice.Me metí en la cama, pensando en ella. Si Astoria no hubiera aparecido, estaríacon ella. Hablando, bromeando, besándonos. Y quizá hubiera hecho el amor conuna persona muy diferente. No, yo hoy no había hecho el amor, eso no era hacerel amor. Dentro de diez minutos empezaba el 2012. Y ya se sabe lo que se dice:Año Nuevo, vida nueva. Quizá hubiera empezado una nueva vida con ella. Yo,desde luego, pensaba decirle lo que sentía.

Empecé a escuchar las campanadas. Era el momento de tomar lasuvas. Cerré los ojos. Ya no sonaron más campanadas. Era la hora de brindar. Yohubiera chocado mi copa contra la de ella y le hubiera dado un beso. Pero noestaba conmigo.


Holaaa! Nuevo cap, ya ven que Astoria era la que había buscado a nuestro rubio. Asquerosa arpia. Espero que les haya gustado. Por lo menos, ya saben lo que siente Draco, aunque se ha acostado con Astoria, y eso no sera de vuestro agrado.

¿Que habra sido de Hermi? ¿Donde iria? Se sabra mas adelante.

Muchas gracias a los que me comentaron: analu , nathiiita_DH, isabelinda, cullen-cecy-09, Hermione_Granger_, vampirita sexi m, Katherine Malfoy17, Mara_13 , ukwii,

 

zafirac4, salesia , EileenMSlyffindor, kaki_harry , brendisis, brendisis,

Paola Cullen Malfoy , astorya malfoy, ximmalfoy, crizthal , Draming, melycullenblack .

Chicas, voy a contarles una cosa, nunca dije nada porque crei que era mentira, alla va: al parecer, Tom Felton y Emma Watson se besaron. Lei una entrevista de ella por internet, que decia que el beso con draco malfoy fue el mas dificil de todos, ya que era obligado. Pense que era mentira, ¿hermione y draco se van a besar? ¿quien iba a obligarlos a acer eso? Pense en bellatrix, pero no creo que obligara a hermione a besar a draco, el es un sangre limpia, y ella todo lo contrario, no le iba a hacer eso a su sobrino.

Pero, el otro dia escuche una entrevista que le hicieron a Tom, y si, se besaron, es ciero, les dejo el enlace para qeu las escuche, pero es en ingles, yo no la entendi toda.

https://www.youtube.com/watch?v=ASQgx-Is8gc, le preguntan sobre el beso el el minuo tres y medio, aproximadamente.

Por favor, si entendeis lo que el dice, decidmelo, por favor, muero por saber que paso, tambien me gustaria ver ese besooo

si si enteran de algo mas, digamenlo, please, les estare muy agradecida.

Me emocione mucho al escuchar que se besaron y vosotras, ¿qie pensais?

Besos enormes, las quiero n_n

Hermione:

Me tapé la cara con la almohada para no escuchar lascampanadas que anunciaban el inicio de un nuevo año. El 2012. Había sido unaestúpida. No debería haber ido a casa de Draco. Y pensar que había creído queél de verdad quería pasar esta noche conmigo
Pero lo peor no era que, despuésde lo que había hecho para estar con él, él estuviera con otra, porque, al finy al cabo, eso ya me lo esperaba, era Draco Malfoy, lo peor era que estabaenamorada de él. Era culpa mía. Sabía que no debía enamorarme de él. Nuncadebería haberle permitido que me besara. Él solo quería acostarse conmigo.Pero
¿por qué me había dicho que lo quería todo conmigo? Eso no lo dice unhombre que solo busca una aventura. Pero, si él de verdad lo quisiera todoconmigo, no estaría con Astoria en estos momentos. Seguramente ahora él estaríacon ella, haciéndole el amor. Y riéndose de mí. Diciendo lo estúpida que era.Explicándole la estupidez que había hecho para pasar esa noche con él.

Pero no se iba a reír más de mí. Iba a dejar de ser tansumamente idiota. Enterré la cabeza en la almohada y cerré fuertemente losojos, para evitar llorar. Me estaba quedando dormida, cuando escuché algo a lolejos. Me senté en la cama, medio adormilada. Estaban llamando a la puerta. Nopensaba abrir, haría como si no estuviera. Siguieron llamando al timbre,repetidas veces. Cuando vieran que nadie abría la puerta, creerían que noestaba en casa. Pero quien quiera que estuviera llamando, no se daba porvencido. Decidí abrir, rezando para que no fuera Malfoy. Era él. Intenté cerrarnada más verlo, pero él me lo impidió.

 

-Vete y déjame en paz- empujé la puerta para cerrar, pero élla sujetaba con fuerza.

- Feliz Año Nuevo a ti también- puse los ojos en blanco- ¿Estáscon alguien?- me preguntó.

-Sí, por eso mismo, vete de aquí- le mentí. Pero irrumpió enmi casa-. Malfoy, no te he dado permiso para entrar, así que, ya sabes- sujetéla puerta para que saliera.

-Aquí no hay nadie, y son los vampiros los que necesitanpermiso para entrar, no los magos- se sentó en una silla y enterró la cara enlas manos. Me di cuenta del aspecto que tenía. Estaba despeinado y llevaba lacamisa mal abotonada. Cerré la puerta de un portazo. Él se sobresaltó y memiró. Tenía los ojos inyectados en sangre.

-He venido a hablar contigo.

-No tengo nada que hablar contigo, así que, si no te importa,lárgate.

-Tienes una pinta horrible- sabía que era verdad, pero aúnasí, eso me molestó.

-Pues anda que tú- bufé-, ¿te has mirado en un espejo? Por lomenos no llevo los botones de la camisa en el ojal que no le corresponde. Nitengo los ojos inyectados en sangre.

-Ya, bueno, es que no llevas camisa, llevas un vestido.

-¿Estás borracho?- él se encogió de hombros-. ¿Has estadobebiendo?- esta vez, asintió.

-Granger, por favor, déjame pasar esta noche contigo. Mira,no tenemos ni que hablar, déjame dormir a tu lado. Te prometo que no te tocaré.

-Estás loco si piensas que te voy a dejar dormir en mi cama.

-Soy un estúpido, un estúpido enamorado y que ha cometido unerror- cerró los ojos con fuerza.

-Si has venido aquí a decir tonterías, mejor te vas.

-No estoy diciendo ninguna tontería, mujer, es cierto. Quierocontarte lo que he hecho esta noche.

-Ya sé lo que has hecho, Malfoy, te has acostado con Greengrass.

-Cierto. Pero no ha sido como tú crees. Cuando viniste a micasa yo no le había tocado ni un pelo.

-Malfoy, me da igual, no me interesa lo que hagas con tuvida, y mucho menos a quién te tiras- le mentí.

-Nunca pensé que Granger se besara con alguien que no le importa lo más mínimo- se levantó tanbruscamente de la silla que ésta se volcó.

-¿Y tú qué? Me parece que tú hacías lo mismo que yo. O peor,porque te las tiras a todas. Eres un hipócrita.

-¿Hipócrita? ¿Por qué cojones
?- pero lo interrumpí, no me apetecíanada escucharlo.

-¿Por qué? Me acusas de besarme con alguien que no meimporta, ¿y tú? Tú haces lo mismo- ya hablábamos a gritos.

-¿Eres sorda? ¡Creo que te acabo de decir que estoy enamoradode ti!- eso me desconcertó, antes lo había dicho, pero no le creí, y ahora, noquise creerlo.

-¡Eres un cerdo y un mentiroso! Si de verdad estuvierasenamorado de mí, como dices, no te hubieras acostado con Astoria- escupí laspalabras.

-Para tu información, me acosté con ella después de que tefueras.

-¿Qué más da si fue antes o después? Te acostaste con ella detodos modos. Así que no te importaré tanto como dices.

-Yo no quería

-¿Qué no querías? Si no hubieses querido, no lo hubierashecho, Malfoy.

-¿Qué quieres que te diga? Es la verdad, lo siento de veras,pero a ti no te interesa escucharme, te da igual lo que te diga.

 

-¡Eso no es cierto!- le grité.

-Sí es cierto, tú misma me lo acabas de decir, no te importaa quién me tire, ¿llevo razón?

-Sí, es verdad, te lo acabo de decir. Pero, ¿crees que si nome importaras hubiera ido esta noche a tu casa? ¿Crees que si no me importarasme hubiera escapado de la cena de Navidad contigo? No, si no me importaras, nolo hubiera hecho.

-¿Vamos a ir al desfile juntos?- agaché la cabeza y negué-.Sí, te importo, ya lo veo. No sabes lo que quieres.

-Yo sí sé lo que quiero, y es que no me hagan daño, y tú melo vas a hacer, ya me lo estás haciendo- le espeté.

-No te preocupes, me largo, te dejaré en paz, que vivas tufeliz sueño de color rosa.

-Sí, lárgate, porque te querré, pero también te odio- eso síera cierto, lo odiaba también, porque era un idiota. Cruzó la habitación engrandes zancadas, abrió la puerta sin mirarme y salió, cerrando la puertadetrás de él de un portazo.

Estaba furiosa. No sabía si creer todo lo que me había dicho.Porque si de verdad estaba enamorado de mí, ¿por qué se había acostado conGreengrass? Aunque, a decir verdad, yo también me había pasado un poco. Al finy al cabo, nosotros no éramos nada, podía tirarse a quién quisiera. Durante lacharla, había habido momentos en los que me habría gustado lanzarme sobre él ybesarlo. Pero después pensaba en quién era él. Para empezar, si por algo teníafama, era por lo mujeriego que era. Pero me había dicho que desde que nosbesamos por primera vez, no había vuelto a tocar a ninguna otra, sin contaresta noche y yo lo creía, parecía sincero.

Pero ese no era elúnico problema. Dentro de unos meses, él se iría de aquí. Sí, yo podía regresarcon él, y lo haría encantada. Pero, ¿y su familia? Yo era lo que ellos denominabanuna sangre sucia. No me aceptarían jamás. Y él me abandonaría.

Por otro lado, era un mujeriego. ¿Me sería fiel? No estabasegura de eso. No sabía si había cambiado tanto como para poder estar con unasola mujer.

Lo que tenía que hacer era olvidarlo aunque fuera difícil. Yano solo por mi bien, sino por el de él. Para que cuando regresara al mundo delos magos, pudiera ser feliz, y que ninguna sangre sucia manchara su impecableestatus de sangre limpia.

Pasaron unos cuantos días, en los que me planteaba ir enbusca de Draco, pero, en seguida, desechaba esa idea. Hoy también pensé en ir asu casa, ya que era el día de Reyes y desfilarían las cabalgatas. Pero tambiénborré de mi mente esa idea. El día no lo pasé con Daniel, tampoco me apetecíaverlo. Salí a ver el desfile con mis padres. De vez en cuando me agachaba paracoger un caramelo. Lanzaron un peluche, venía en mi dirección, por lo que alcéla mano para atraparlo, pero otra mano más ágil y rápida que la mía se meadelantó.

-¿Lo quieres?- susurró su voz en mi oído, estaba detrás demí, y me mostraba el peluche.

-Puedes quedártelo, Malfoy, me dispuse a andar mas su mano seenredó en mi muñeca.

-Venga, Granger- me giré y acepté el peluche.

Gracias- llevaba varios días sin verlo y parecía que estabamás guapo que de costumbre. Reparé en su frente-. ¿Qué te ha pasado
?

-Oh, no es nada, me han dado un caramelazo. Pensé que habíasido a traición, pero entonces vi que eran niños desde esas carrozas. Me hacostado mucho dar contigo entre tanta gente, pero ha merecido la pena

 

-Sí, a veces lanzan un poco fuerte- le dije, ignorando loúltimo.

-Hermione, ¿qué haces ahí parada?- me llamó mi madre,entonces, reparó en Draco.

-Buenas noches señora Granger- la saludó de manera educada.

-Buenas noches, y llámame Jean, ¿y tú eres
?

-Me llamo Draco Malfoy- mi madre le tendió la mano paraestrechársela, pero él se la cogió delicadamente y le dio un beso.

-Hermione, voy a buscar a tu padre, luego nos vemos. AdiósDraco, encantada de conocerte.

-Lo mismo digo, Jean- él le ofreció su mejor sonrisa, y mimadre se marchó medio atontada.

-¿Qué haces? Parece que estabas ligando con mi madre.

-Qué exagerada, solo he sido educado con mi futura suegra- medio un vuelco el corazón-, te pareces mucho a ella.

-Lo sé. Malfoy, voy a buscar a mis padres. Ya nos veremos enel trabajo.

-Adiós, Granger- me dio un beso en la mejilla y se fue.Caminé entre la multitud hasta que divisé la tupida melena castaña de mi madre.

-Hermione, ¿quién era ese chico? Es muy guapo.

-Es un compañero de trabajo- le dije.

-¿Estás saliendo con él?- negué con la cabeza-, me gustaDraco, es muy educado.

-Eh, sí, mucho.

-Deberías ligártelo- me sugirió.

-¡Mamá!- protesté.

-Hija, un hombre como ese no se encuentra todos los días.Deberías echarle el lazo y no dejarle escapar- me sonrió-, ahora en serio, creoque está interesado en ti, Hermione.

No le di respuesta. Si ella supiera lo que había pasado estosúltimos días


Hola! Espero que les haya gustado, porque, lo que es ami, no me convence.

Siento haber tardado mas que de costumbre en actualizar, pero he estado ocupada.

le dedico el cap a las 26 personas que comentaron en el capi anterior.

Besos y gracias a todas, os quiero =)

Draco:

Después de tantos días sin ir al trabajo, se me hacía un pocoduro tener que regresar. No me apetecía, pero nada. Lo único bueno que teníaera que ahora compartía despacho con Granger. Pensé en Hermione y me levanté deun salto de la cama. Me vestí con unos vaqueros y una camisa blanca y marchéapresuradamente al trabajo. Entré en el despacho y ella ya estaba allí sentada.Al parecer, ni había notado mi acto de presencia, porque seguía con la cabezagacha, mirando los papeles que tenía sobre la mesa. Me acerqué sigilosamente aella, por detrás. Me incliné sobre ellay le di un beso en el cuello. Ella dio un brinco y giró la cara.

-Me has asustado- me reprochó.

-Lo siento- le di un beso en la mejilla-, ¿qué tal estás?

-Como siempre- se encogió de hombros- ¿y tú? Ah, por cierto,tengo que decirte algo.

-Ahora que te veo estoy mejor- ella puso los ojos en blanco-,¿qué tenías que decirme? Espero que no sea nada malo.

-No, tranquilo- solté un suspiro-. Verás, nuestros jefestienen una reunión en España, y nosotros hemos de acompañarlos. Pero no sécuánto tiempo vamos a estar allí, supongo que ya nos lo dirán.

-Qué bien, espero que vayamos a un lugar cercano a la costa.Así podemos bañarnos juntos. Por la noche si no hay nadie podemos bañarnosdesnudos en la playa- le sonreí.

-En primer lugar, no sé a qué parte vamos. En segundo, vamosa trabajar, no de vacaciones, y en último lugar, aunque tuviéramos tiempo paradescansar, ten por seguro que no me bañaría desnuda, y menos contigo, que eresun pervertido.

 

-Eso no es cierto- me miró con los ojos entornados-, bueno, alo mejor un poco sí. Yo creo que tendremos algo de tiempo libre, no vamos aestar todo el día trabajando, Granger, y ese tiempo, lo quiero pasar contigo-le sonreí.

-Hay que ver cómo eres, Malfoy- a pesar de eso, me sonrió.

-¿Cómo: encantador, guapo, sexy, romántico?

-Se te olvida narcisista, ególatra, creído, y un largo etc.Tienes mucho amor propio.

-No soy nada de eso, a ver, tengo ojos en la cara y veo perfectamente,me he visto en un espejo y eso es lo que veo, un tipo guapo y atractivo,Granger. ¿Amor propio? Tengo más para ti, pero como parece ser que no loquieres
-abrieron la puerta.

-Chicos, venid a mi despacho un momento, por favor, os voy ahablar del viaje y de todo lo que necesitáis- nos levantamos y lo seguimos, sumujer, la señora Richardson ya estaba allí. La saludamos y nos sentamos enfrente del escritorio, tal como el señor Richardson nos indicó-. La señoritaGranger ya te ha contado lo del viaje, ¿verdad?- asentí-, genial, pues salimosen unos días, y tengo vuestros billetes de avión- ¿avión, qué puñetas eraeso?-, no sé cuántos días vamos a pasar allí, vamos ir a Barcelona, en la zona en la que vamos ainstalarnos hay playa por lo que podéis llevar trajes de baño, allí hace mejortiempo, hará calor, lleven ropa fresca. Tendremos varias cenas, por lo quelleven ropa elegante. Creo que no se meolvida nada, si es así, os lo haré saber. Podéis retirarse.

Nos levantamos y salimos del despacho, en dirección alnuestro. Pero ella se desvió del trayecto.

-¿A dónde vas?- le pregunté.

-Al servicio, ahora nos vemos- y puso rumbo al servicio.

Yo entré a nuestro despacho compartido. Me acerqué a su mesay vi los papeles que estaba mirando. Cosas del trabajo. Se me ocurrió una idea.Los cogí y los puse en la repisa más alta de la estantería, donde ella nollegaba. Me senté en mi mesa como si nada. Al cabo de unos minutos entró ella.Se sentó en la mesa y, al ver que no estaban sobre ella sus papeles, miródebajo del escritorio.

-Malfoy, ¿has visto los papeles que tenía aquí encima?

-¿Te refieres a esos?- le señalé la estantería.

-Dámelos ahora mismo- exigió, cruzándose de brazos.

-Si me das un beso, quizá te los doy.

-Eso es chantaje, no te voy a besar así, y no necesito tuayuda- acercó la silla a la estantería y se subió a ella.

Le costó un poco, ya que el vestido le llegaba por losmuslos. Ella alzó una mano, y el vestido se le subió. Me apoyé en el respaldode la silla, disfrutando del espectáculo. Como veía que se le subía el vestido,se lo intentaba sujetar, pero era algo complicado sujetarse el vestido, alzaruna mano para coger unos papeles que no veía y que tenía que buscar a tientas ymantenerse de pie con los tacones encima de una silla. Me levanté y me acerquéa ella. Le puse una mano en el muslo.

-¿Quieres que te ayude?

-No necesito tu ayuda, y quita esa mano de ahí- me pegó unmanotazo, por lo que trastabilló y no cayó al suelo porque la sostuve.

-Me parece que sí necesitas mi ayuda- le dije, su rostroestaba a apenas unos centímetros del mío.

-Déjame en el suelo.

-No quiero- empecé a darle besos en el cuello. Al principiose dejó hacer, pero, al final, puso las manos en mi pecho y me apartó. Yo ladevolví al suelo, cogí los papeles y se los tendí, ella lo agarró y se sentó ensu silla-. No te molestes en darme las gracias, eh.

 

-Me lo has quitado tú, no te voy a dar las gracias pordevolvérmelos.

-Es la primera vez que te apartas cuando te beso- le dije,extrañado.

-Ya, bueno, estaba enfadada- se limitó a responder.

-¿Estabas?- me acerqué a ella, me incliné sobre su escritorioy comencé a besarla.

-Malfoy
- ella se apartó.

-Has dicho que me acabas de rechazar porque estabas- enfaticéla palabra- enfadada, es decir, en pasado- ella me sonrió.

-Tienes más cara que espalda- pero, a pesar de decirme eso,se rió, rodeó la mesa, y me besó, sonreí y seguí jugueteando con sus labios-.Debemos parar- susurró contra mi boca. Yo le hice caso omiso, pero ella seseparó.

-Mira que eres difícil, Granger- me quejé.

-Estamos en el trabajo, no podemos hacer eso- me dio un besoen la mejilla y se sentó detrás de su escritorio.

-De acuerdo, quedemoshoy- insistí.

-¿Sólo quieres quedar conmigo para que nos besemos?

-No, solo para eso no, me gustan más otros juegos- alcé unaceja.

-Eres de lo que no hay- me dijo-, hagamos una cosa: quedemos,pero- alzó un dedo-, sin besos.

-¿Por qué?- quise saber.

-Porque nunca hablamos, quiero saber de ti, ¿no quieres sabernada de mí, no te interesa saber nada de mi vida? Si no es así, si solo teintereso para que nos besemos, tendremos que dejar de vernos.

-No seas tonta, claro que me interesas, hoy, hablaremos, y prometointentar resistirme a no besarte.

-De acuerdo- me sonrió y agachó la cabeza de nuevo.

Trabajamos en silencio durante un rato. Pero yo no dejaba dedarle vueltas a lo que me había dicho. Quería saber cosas de mi vida. Pero yono quería contarle nada.

-¿Qué es lo que quieres saber?- le pregunté.

-¿Qué?- ella me miró extrañada, obviamente no sabía de lo quele hablaba.

-¿Qué quieres saber de mi?

-Oh, eso. Muchas cosas, no sé, luego lo sabrás. ¿O ya noquieres quedar conmigo?

-No es eso, es solo que

-No te preocupes por nada, por favor- ella me sonrió,consiguiendo que me tranquilizara.

Terminamos de trabajar y salimos juntos del despacho. Estabanervioso, no quería contarle nada de mi vida, ella pareció notarlo, ya que mecogió de la mano y me dio un leve y cálido apretón. Ni siquiera pasamos pornuestras casas, fuimos directamente una cafetería.

-¿Empiezo yo o empiezas tú?- me dijo.

-Eh, empieza tú- tomé aire, esperando su pregunta.

-¿Por qué ibas a matar a Dumbledore?

-Eh, mejor empiezo yo- ella me fulminó con la mirada-, estábien, me obligaron, tenía que hacerlo para proteger a mi familia, para que nomataran a mis padres.

-No lo sabía, lo siento.

-No te preocupes, eso es agua pasada. A ver, ¿qué le parecí atu madre?

-No me dijo nada de ti- ella esquivó mi mirada.

-Pequeña mentirosa, venga, yo he sido sincero, y eso que tupregunta era más delicada que la mía- en ese instante, la camarera nos trajonuestras tazas de chocolate caliente.

-De acuerdo, me dijo que le parecías muy guapo y educado.

-Te dijo algo más, ¿verdad? No esquives mi mirada cuandomientes o intentas ocultar algo, que te pillo.

-Me dijo que debería ligar contigo, ya que un hombre así nose encuentra todos los días, que tendría que echarte el lazo y no dejarteescapar, ah, y que se nota que estás interesado en mí.

 

-¿Todo eso te dijo?- ella se limitó a asentir con la cabeza-,vaya, bueno, puedo estar tranquilo, por lo menos sé que le gusto a la quedentro de poco se convertirá en mi suegra.

-¡Malfoy! Deja de decir eso.

-De acuerdo, pero no he dicho ninguna mentira, las madressiempre tiene razón, por eso, hay que hacerles caso- tenía la mirada clavada ensu jarra de chocolate.

-Ahora pregunto yo: ¿cómo es la relación con tus padres?

-Pues
no sé cómo explicarlo, a ver, con mi padre no me llevobien, jamás me ha hecho caso, ni cuando era un crío. Esperaba a mi padre parajugar con él, pero me ignoraba, y, cuando era más grande
no me trataba muybien, decía que era un hombre, y no uno cualquiera, sino un Malfoy, y que debíade ser fuerte, y no llorar nunca, yo apenas tenía seis años cuando me dijo eso,se me hacía difícil no derramar lágrimas cuando me pegaba- la miré a los ojos,y decidí que no era necesario que conociera más detalles de esa situación-, conmi madre, pues, ella me mostraba más afecto, cuando mi padre no estaba jugabaconmigo, me besaba las heridas, y me permitía llorar, ella siempre me hademostrado que me quiere, salvo cuando mi padre estaba presente, claro.

-Vaya, no me imaginaba eso, ni tampoco que me lo contaras.

-Me he quitado un gran peso de encima, pero preferiría nohablar más de ello.

-No te preocupes, no te voy a hacer más preguntas- alargó lamano y la puso sobre la mía, yo le sonreí.

-Vale, pero a mí me queda otra: ¿vas a hacerle caso a tumadre?- ella frunció el ceño-, si, ya sabes, eso de que deberías ligar conmigo,y echarme el lazo.

-Vaya preguntita, te has lucido, pues
no sé, y te estoydiciendo la verdad, pero dudo que a ti se te pueda echar el lazo, ¿meequivoco?- yo me limité a encogerme de hombros. Ella se levantó y se sentó a milado. La miré y le sonreí, pero ella se inclinó y me besó. Yo sin dudar lecorrespondí, pero se me pasó algo por lacabeza.

-¿No decías que nada de besos?

-De acuerdo, si no quieres, pues
- ella se levantó, pero laagarré del brazo y la sentó de nuevo en la silla. Tomé su rostro entre mismanos y le besé delicadamente. Ella pasó sus brazos por detrás de mi cuellomientras que yo introducía mi lengua en su boca. Cuando empecé a morderle labarbilla, ella se retiró un poco.

-Estamos en una cafetería- me dio otro beso y se separó demí.

-Está bien- pero lo dije a regañadientes-, tenía razón, vamosa estar juntos en un lugar donde hay playa, y tendremos tiempo libre. ¿Te vas abañar desnuda conmigo?

-Sí, pero no desnuda.

-¿Vas a dejarme que te vea desnuda alguna vez?

-Pues
. No lo sé.

-Me gusta esa respuesta, no es un no rotundo. ¿Sabes?- ella negó con la cabeza-, me gustaría hacerteel amor en un lugar bonito- el rubor acudió a sus mejillas, le di un beso en lapunta de la nariz. Llamé a la camarera y le pedí la cuenta. La pagué y nosfuimos de allí.

-¿Qué te apetece hacer? Y no digas nada relacionado con sexoni nada parecido.

-Me lo has puesto muy difícil, entonces, de verdad que no losé. Es que no conozco nada de por aquí, nada muggle.

 

-¿Te apetecería conocer cosas de por aquí conmigo? No sé,podemos ir al cine, a un parque de atracciones, al zoo, me encantaría pasear enbarca- todo lo que decía me sonaba a chino.

-Me parece estupendo, así, cuando conozca todo esto, puedollevar a mis ligues a todos esos lugares- ella aligeró el paso y yo la seguí-,era broma, era broma- le dije entre risas.

-Pues no tiene ni pizca de gracia.

-Eso es porque tú tienes muy poco sentido del humor- corrí yme puse frente a ella-, no te enfades, no era verdad, a mis ligues las llevaríaa sitios mejores- ella me dio un empujón en el hombro y prosiguió su camino- Granger-grité, y ella echó a correr.

La seguí y la sujeté de un brazo, obligándola a darse lavuelta.

-Suéltame patán- flexioné las rodillas, pasé mi brazo por lassuyas y la cargué en mi hombro. Ella empezó a patalear y yo le sujeté elvestido para que no se le levantara.

-Déjate de tonterías, no me lo pongas tan difícil, te voy allevar de todas formas, voy a dejar de sujetarte el vestido, si no te estásquieta, todo el mundo verá de qué color es tu ropa interior, y quiero ser elúnico que tenga ese privilegio.

-¡Ja! Ni en tus mejores sueños, Malfoy- ella dejó de darpatadas. Las personas que había por la calle nos miraban y se reían, divertidasante tal escena. Como vi que estaba más calmada, la dejé en el suelo. Ella searregló el vestido.

-Oye, cambia de insultos, patán es de otra época.

-Piérdete, hurón- me dirigió una mirada propia de unbasilisco.

-Ese es más original- intenté darle un beso pero ella se hizoa un lado.

-Me voy a casa- caminamos en silencio, hasta que ella rompióa reír, la miré extrañado- vaya tontería por la que me he molestado.

-Por fin reconoces que no tiene nada de malo que lleve a misligues a sitios que haya compartido contigo.

-Eres idiota, aunque sean bromas, son de muy mal gusto,¿sabes? Te la pienso devolver, espera y verás.

-Adelante, yo no soy celoso- la abracé, ella enterró su caraen el hueco de mi cuello-. ¿Cómo piensas devolvérmela?

-Ya lo verás, pero seguro que te va a molestar- me dio unbeso en el cuello, cuando iba a besarla, ella se retiró- lo siento, sigoenfadada.

-Vamos, Granger, no seas así. ¿No me vas a perdonar?

-A lo mejor- ella se puso en dedo en la barbilla, como sirecapacitara-, de acuerdo, te perdono, pero déjame llevar las riendas- me rodeóel cuello con sus brazos, pensé que iba a besarme, pero empezó dándome levesmordiscos en la barbilla, yo cerré los ojos y suspiré. Coloqué mis manos en suscaderas. Ella bajó hasta mi cuello, el cual saboreó con su lengua, subió hastael lóbulo de mi oreja y lo atrapó entre sus dientes, se me escapó un gemido, yella sonrió satisfecha. De repente, se separó. Abrí los ojos, ella me estabasonriendo, con los brazos cruzados sobre el pecho.

-Veo que te ha gustado.

-¿Por qué te has parado?- quise saber, estaba molesto.

-Te dije que quería llevar las riendas del asunto yo, y heparado cuando lo he creído conveniente.

-¿Conveniente? No, has parado cuando me has excitado,Granger.

-Sí, y ese era el momento que yo he creído conveniente.

-¿Así es cómo me la pensabas devolver?

-No, será peor- sonrió maliciosamente.

-¿No pensarás dejarme a medias cuando estemos a punto dehacerlo, verdad?- la creía capaz de eso y de más.

 

-Siempre tienes que pensar en lo mismo. No, ni se me habíapasado por la cabeza, oye, que tampoco soy tan mala- ya habíamos llegado hastasu casa.

-Eso espero, supongo que no me vas a besar ahora.

-Supones bien, veo que vas aprendiendo, Malfoy- desvié lamirada-. No te pongas así, me haces sentir mal.

-Pues imagínate cómo me siento yo.

-Qué exagerado eres, ven aquí- hice lo que me pidió, ella medio un beso muy corto en los labios-. Hasta mañana.

-Adiós, Granger- le sonreí y me fui a casa. Mañana, otraactividad. Estaba a la espera de que Granger me la devolviera, iba a estaralerta, para que no consiguiera su propósito.

A la mañana siguiente, el señor Ross dijo que íbamos a ungimnasio, por el camino, Granger me explicó lo que era. Nos anunció un combatede boxeo, el dueño del gimnasio nos explicó las normas, después, fuimos acambiarnos a los vestuarios. Me puse unos pantalones cortos y una camiseta detirantes, cuando salí, Granger ya estaba allí. Hablando con Daniel, como no.Estaban muy juntos, a él no le veía el rostro, estaba de espaldas, pero veíacomo la que hablaba era ella. Se inclinó sobre él y le dio un beso en lamejilla. Daniel se fue y yo me acerqué a ella a grandes zancadas. Iba vestidaigual que yo, solo que la camiseta de ella era más ajustada. La agarré de unbrazo y la llevé hasta el ring más apartado que había. Nos pusimos los guantesen silencio.

-¿Qué hablabas con ese?

-No es de tu incumbencia, Malfoy- ella estaba de mal humor.

-¿Me la vas a devolver con ese? Es patético, Granger- legruñí.

-No voy a jugar con los sentimientos de alguien parafastidiarte, no soy como tú- eso era un golpe bajo-, y no vuelvas a meterte conél. Por cierto, no voy a pelear contigo.

-Venga, no seas cobarde ¿y tú eres una Gryffindor?- estabaprovocándola.

-Sí- se acercó a mí y me dio un golpe en la mandíbula, aunqueno me hizo mucho daño-¿Te hecho daño, pequeño Slytherin?- me dijo con una falsavoz preocupada.

-¿Qué te pasa?- le pregunté.

-No quiero que insultes al chico que me ha dicho que quiereir más en serio conmigo- eso me enfadó.

-Qué pareja más ridícula- solté un bufido y ella empezó adarme puñetazos.

-Deja ya de burlarte de nosotros- me rugió.

-¿Vosotros? ¿Ahora vais en el mismo pack?

-Desde que vamos a empezar a salir en serio, sí- me dio otropuñetazo en un brazo, pero no fuerte-, venga, defiéndete.

Empezamos a pelear, ahora yo también doy golpes, bueno no,más bien detengo los suyos, no quiero golpearla. Me ha jodido enormemente que mediga que va a salir con ese. ¿Y yo qué? ¿Pensaba pasar de mí así como así?Ahora golpeo yo, pero lentamente, para que ella pueda pararlos, pero, sinquerer, la golpeo en la mandíbula.

-Lo siento, ¿estás bien?- me acerco hasta ella, pero ellacomienza a darme puñetazos, se nota que está cansada, al igual que yo pordetener tantos golpes, finalmente, me arrincona en una esquina y me golpea, mecubro la cara con las manos.

-Vamos, Malfoy, haz algo de una vez, empiezo a aburrirme- lebloqueo el brazo izquierdo, y eso la pilla desprevenida, por lo que aprovechola situación, paso mi otro brazo por su cintura y ahora soy yo quien laacorralo.

-Vaya, vaya, vaya, Granger, te acabo de atrapar, preciosa-empiezo a darle pequeños golpes en la cara, ella se defiende como una loca, conuñas y dientes, como una verdadera leona, sonrío ante la comparación.

 

-¿De qué te ríes, imbécil?- se tapa la cara con sus manoscubiertas con los guantes.

-De la pareja tan ridícula que hacéis, de eso me río- lemiento, aunque en verdad, eso me molesta, estoy celoso.

-Estás celoso, reconócelo de una vez, Malfoy- me dice.

-No estoy celoso, guapa, puedo tenerte cuando quiera- acercomi cara a la suya y la beso, ella abre la boca, sabía que lo haría, pero, en elmomento que roce su lengua con la mía, ella me la muerde, me aparto de ella deun salto-, joder.

-No vuelvas a besarme, ahora tengo una pareja estable,reconoce que estás celoso.

-Está bien, tú ganas, estoy celoso, ¿contenta?- ella sonríe,satisfecha, y vuelve al ataque. Empieza a darme golpes que yo intercepto, hastaque me acorrala en una esquina.

-Mira, como me la devuelvas, te vas a enterar- no sé a qué serefiere, pero me lo demuestra al instante con un beso, sé que se refería almordisco, pero no pienso morderla, abro la boca y ella introduce su lengua enella. Aprieta su cuerpo contra el mío, estamos sudados, pero me encanta.Acaricio su lengua con la mía. Le rodeo la cintura con los brazos, pero no lasiento debido a los guantes. Ella se ríe y se aparta.

-Por fin reconoces que estás celoso, te dije que te la iba adevolver- se aleja, orgullosa y altiva. Le agarro de un brazo y se da lavuelta.

-¿Vas a ir en serio con un tío solo para devolvérmela?- no melo podía creer.

-No seas tonto.

-Entonces, ¿de qué hablabais?- interrogo.

-Le he dicho que entrenosotros no puede haber nada, que no siento nada por él. Que lo dejemos comoamigos.

-¿Por qué le has dado un beso?

-Como decidimos quedar como amigos y te vi mirándonos, le diun beso para ponerte celoso, y veo que ha dado resultado.

Me ha dejado sin palabras. Me quedo mirando cómo se dirige alvestuario, pero se vuelve.

-Oye, que mañana salimos ya, me prepara la maleta para unoscuantos días. Me paso a recogerte a las seis de la mañana, que el avión sale alas siete- yo asiento y ella entra a cambiarse.


Hola! Siento no haber comentado antes, he estado muy liada, en recompensa, les he dejado este que es mas largo que de costumbre, espero que lo hayan disfrutado ^^

Ya han hecho su nueva actividad en parejas, aunque no ha sido romantica, ya habra tiempo para romanticismos en Barcelona jeje.

Le dedico este cap: salesia, ginniny, emce993, Hermione_Granger_, aline,

alexandra malfoy, kerocruz, isabelinda, kaki_harry, vampirita sexi m, alilove98,

Vanessa_weasley, astorya malfoy, melycullenblack , lefrance13 , Mara_13 , ukwii,

Katherine Malfoy17, anuskha_black, Mechitas22 , Paola Cullen Malfoy, analu ,

EileenMSlyffindor, katia vulturi , zafirac4, LiliJamesPotter , jeka13, MayraGarcia01 ,

 

HermioneK, Rocio_Gerez,

Muchas gracias a todas por comentar.

Alguna sugerencia para cuando esten en Barcelona?

Besos n_n



Hermione:

El despertador sonó a las cinco y media de la mañana. Erahorrible, no quería salir de debajo de mis sábanas, hacía frío y tenía sueño.Nunca había madrugado tanto, excepto durante los exámenes finales de Hogwarts.Pero me levanté, había quedado con Draco a las seis y no quería llegar tarde.Me preparé para el viaje, y arrastré mi maleta al exterior, hasta el maleterode mi coche. Preparé mis cosas la noche anterior, pero, aparte de que no mecostó nada de trabajo, no tardé mucho, un simple hechizo solucionó mi problema.Conduje hasta casa de Malfoy. Después de insistir llamando a su puerta, meabrió.

-Buenos días- le saludé y entré dentro.

-¿Buenos días? Pero si aún es de noche- se quejó. Me fijé enél, iba despeinado y solo llevaba enfundados unos vaqueros.

-Malfoy, termina de vestirte- le dije-, llevamos prisa, ¿haspreparado tu maleta?

-Verás- se rascó la cabeza-, he sacado todo lo necesario,pero era incapaz de guardarlo en la maleta, no me cabían las cosas- me cogió dela mano y me arrastró hasta su dormitorio.

Era un caos, en el suelo estaba la maleta abierta, y, a sualrededor, estaba esparcida toda su ropa. Saqué la varita, y la ropa se doblósola y se guardó. Después se metieron dentro los productos necesarios para elbaño y demás.

-Eres estupenda- me dio un beso en la mejilla.

-Lo sé, Malfoy- le sonreí-, te he falsificado un pasaporte,que lo necesitarás para subir en el avión.

-No sé qué es eso.

-Da igual, ya te lo he preparado- registré en mi bolso y selo tendí, él lo examinó de cerca.

-Bueno, ahora explícame lo que es un avión.

-Ya lo verás, y va por el aire, pero no, no es como unaescoba, se parece más al coche volador de Ron, pero mucho más grande.

-De acuerdo, ya lo veré- se puso una camiseta y se acercó amí-, te invito a desayunar.

Guardamos las maletas en el maletero, y entramos a un barcercano a la casa de Draco.

-¿Llevarás bikinis sexys, verdad?- me preguntó de formacoqueta.

-Ya los verás, ¿y tú? Serán sexys los bañadores, ¿no?

-No llevo ni uno, voy a bañarme desnudo- lo miré fijamente yse echó a reír-, es broma, llevo algunos que te van a quitar el hipo, pero sinos vayamos tú y yo solos, no los necesitaré.

-No voy a bañarme a solas contigo si lo piensas hacerdesnudo.

-Bueno, pues me loquitaré una vez dentro del agua, o quizá me lo quites tú.

-¿Puedes estar sin hablar de sexo aunque sea solo por undía?- le pedí.

-Pero si no he hablado de sexo, tú es que eres muy malpensada.

-Si ahora la culpa va a ser mía- puse los ojos en blanco.

Terminamos de desayunar en silencio, y, prácticamente en todoel trayecto hacia el aeropuerto no hablamos. Aparqué el coche y nos apeamos deél. Mientras bajábamos las maletas, se me pasó por la mente algo.

-Malfoy, hoy no has intentado besarme ni una sola vez- mepuse de puntillas y le di un beso en los labios, un leve roce, pero elsuficiente para que una corriente eléctrica me recorriera todo el cuerpo.

 

-Si te beso porque te beso, y si no te beso porque no tebeso, ¿en qué quedamos? ¿Qué prefieres, besos o no besos?

-Hombre, pues besos, lo que pasa que no me gusta que me besesapasionadamente en público, ni en el trabajo, podía vernos alguien, ni cuandome gastas bromas de mal gusto, ni cuando

-Ya lo he pillado, Granger. A partir de ahora te besarécuando estemos a solas, ¿de acuerdo?

-No es eso, Malfoy, es que

-Veo que ya estáis aquí- el señor y la señora Richardson seaproximaron a nosotros-, estupendo, aquí tenéis vuestros billetes de avión- locogimos y Malfoy los examinó-, dentro de poco despegará nuestro avión. Andamoshasta el lugar en el que se encontraba nuestro medio de transporte. Draco sequedó con la boca abierta, y yo le di un codazo en las costillas. Me miró ycerró la boca.

-Venga, vamos a mostrar nuestro pasaporte y billete de avión,seguidme- el señor Richardson echó a andar, con su mujer colgada del brazo.Cogí la mano de Draco y tiré para que se moviera.

-Granger, eso es enorme, ¿cómo va a mantenerse flotando en elaire?

-Tranquilo, se mantiene, y por si pasa algo, llevo mi varita-le di un leve apretón de manos que él me devolvió y echamos a andar.

Entregamos nuestros billetes de avión, montamos el equipaje ysubimos al avión. Conduje a Draco hasta nuestros asientos, nos tocó al lado deuna mujer mayor. Él se sentó en medio.

-Malfoy, disimula un poco, deja de mirar como si nuncahubieras visto un avión.

-Nunca he visto un avión, Granger, ¿cómo quieres que lo mire?No entiendo como hacen los muggles para que algo tan pesado vuele por el aire-la mujer que se sentaba a nuestro lado se le quedó mirando.

-Malfoy, no digas eso delante de la gente- le susurré aloído.

-De acuerdo, pero es que todo esto es nuevo para mí.

-Lo sé, venga, ponte el cinturón- empezó a buscarlo al ladode su cabeza, esperando encontrarlo ahí al igual que en el coche- me inclinésobre él, buscando el cinturón, lo encontré y se lo tendí.

-Parece que querías abusar de mí, ya tendremos tiempo enBarcelona, tranquila- le di un codazo, la mujer que se sentaba a su lado nosmiraba de hito en hito.

Anunciaron el despegue, Malfoy se puso tenso, por lo que lepuse una mano sobre la suya, que la tenía apoyada sobre su rodilla.

-Tranquilo, vamos a ponernos a mucha velocidad, y notaráspresión en los oídos.

-¿Más velocidad que con una Saeta de fuego?

-Sí, y cállate de una vez- mi di cuenta que nuestraacompañante prestaba atención a nuestra conversación y nos lanzaba miradasrecelosas.

El avión despegó y Malfoy se puso tenso, no se lo esperaba,lo pilló desprevenido. Le apreté la mano y se relajó cuando por fin volábamos.Ya no se notaba la gran velocidad a la que íbamos.

-Te dije que quería hacerte el amor en un lugar bonito, yBarcelona seguro que es una ciudad preciosa- noté encenderse mis mejillas.

-Malfoy, por favor.

-¿Vas a dejar que te haga el amor?- me preguntó de manerasugerente.

-No te voy a responder a eso y lo sabes.

Una azafata vino a ver si nos apetecía algo, nosotros nopedimos nada, pero la señora de nuestro lado sí lo hizo. Antes de marcharse, ledijo a Draco:

-Si necesita algo, avíseme de inmediato- le mostró unapreciosa sonrisa antes de marcharse.

 

-Deja de coquetear con todas, luego quieres que hagamos elamor, pero vas por mal camino.

-¡Pero si yo no he hecho nada! Ni siquiera le he hablado.

-De acuerdo, tienes razón, Malfoy- al fin y al cabo, no eraculpa suya. Me dio un beso en el cuello.

-Estoy deseando verte en bikini- me susurró al oído,provocando que me estremeciera al sentir su aliento. No le respondí, no sabíaqué decirle.

-Sois una pareja muy extraña, no me malinterpretéis, lo digoporque os llamáis por el apellido, pero os complementáis bien, o al menos, melo parece- nos dijo la señora que se hallaba al lado de Draco.

-No somos pareja- respondí.

-De momento- él me contradijo-, somos amantes, y vamos aBarcelona para tener un encuentro furtivo y apasionado- la señora miró por laventanilla y no habló más. Yo me puse colorada.

-¿Por qué dices eso? Qué vergüenza, habrá pensado fatal denosotros- le dije al oído, pero la mujer no nos escucharía fácilmente, se habíapuesto unos auriculares y miraba una pequeña televisión.

-Qué más da lo que piense, no vamos a verla nunca más- éltomó otros auriculares e imitó a la mujer.

Yo me acomodé en mi asiento y cerré los ojos. Al rato, notécómo me sacudían por los hombros y los abrí.

-Mira, Granger, están haciéndolo en el baño del avión, ¿quémorbo, no?- miré la televisión y vi lo que me decía- voy al servicio a ver side verdad son así los baños del avión- se quitó el cinturón y se alejó.

Lo vi alejarse por el pasillo, la azafata andaba por allícerca, y vi cómo lo recorría con la mirada cuando él pasó. Al rato lo viregresar, la azafata estaba allí, otra vez observándolo, cuando él pasó por sulado, ella lo detuvo, vi que le pasaba una notita y después él siguiócaminando. Él se sentó a mi lado y abrió la nota.

-Esto no tiene ningún sentido, me ha escrito números en elpapel, ¿qué quiere que haga yo con esto?

-Es su número de teléfono, para que la llames, ya puedesimaginarte lo que quiere.

-Oh, vaya, pues

-Si quieres queda con ella, me da igual- le dije con vozchillona.

-Mira que eres tonta, no voy a quedar con ella.

-¿Es porque es muggle?

-No, es porque quiero quedar contigo y con nadie más- meagarró la barbilla y me dio un beso en los labios. Después, cogió el papel y lorompió en dos-, estoy deseando llegar, ¿queda mucho?

-Ni idea, pero yo también me muero de ganas por llegar. Nuncahe estado en España, y debe ser preciosa, ¿verdad? Además, allí hace mejortiempo, ahora allí es verano.

-¿Sabes cuánto tiempo vamos a pasar allí?- negué con lacabeza.

Estuvimos en el avión varias horas, hasta que aterrizamos. Yobajé junto a Draco y esperamos a los señores Richardson. Bajaron casi de losúltimos.

-Tomemos un taxi y vayamos al hotel- nos dijo la señora Richardson.

Llamamos al primero que pasó por allí y nos acercó hasta elhotel. Cuando lo vi, me quedé con la boca abierta. Era un hotel de cincoestrellas. Nada más entrar, el botones tomó nuestras maletas.

-Chicos, ya tengo las llaves, subamos- montamos en elascensor, que era sumamente espacioso. El ascensor se detuvo y todos salimos.

-Mirad, vuestra suite- el señor Richardson abrió una puerta.Era una habitación enorme y muy bonita.

 

Miré todos los detalles: había una televisión de pantallaplana, un equipo d música, al final, vi el baño, entreabierto, y pude ver unjacuzzi. Seguí recorriendo la habitación y, en medio de ella, había una cama dematrimonio. Tenía un precioso cabecero de madera oscura y las sábanas eran deterciopelo negro. Un momento, ¿había dicho nuestra suite?

-¿Tenemos que compartir cuarto?

-Sí, lo siento, pero ha habido un error. Pedí dos suites dematrimonio, la reservé sin pensar, ya que como yo estoy casado, pues
Losiento, no me di cuenta. He preguntado, no pueden daros otra, hay que reservarcon antelación.

-No se preocupe, nos las apañaremos- dijo Malfoy.

-De acuerdo, nos vamos a nuestra suite, espero que al menosles haya gustado, tendremos una cena de negocios esta noche, así que podéisdisfrutar- ellos salieron y Draco cerró la puerta.

-¿Cómo que no pasa nada? Solo hay una cama, por si no tehabías dado cuenta- le dije.

-Mejor, podemos dormir y lo que no es dormir, juntos- medirigió una sonrisa seductora.

-No hay problema- saqué mi varita y dividí la cama en dos-,listo.

-Granger, vuelve la cama a su estado normal, por favor- mepidió.

-No voy a dormir contigo, no me fío de ti.

-No seas tonta, mira, solo haremos el amor cuándo tú quieras,no te voy a obligar a nada y lo sabes, solo me apetece dormir junto a ti, perosi tú no quieres

-Eres un chantajista- devolví a la cama su tamaño original.

Me ignoró y entró en el cuarto de baño. Yo saqué las cosasque me harían más falta de mi maleta.

-Ven un momento, Granger- fui hacia el baño y me apoyé en elmarco de la puerta-, démonos un baño aquí- suspiré y se acercó a mí- prometoque me voy a portar bien.

-De acuerdo, voy a ponerme el bikini- fui a la habitación yme puse un bikini rojo, las braguitas me parecían un poco pequeñas, pero decidíno darle demasiada importancia, regresé al baño, él estaba preparando eljacuzzi.

-Ah, ¿ya estás lista?- se giró para mirarme y me recorrió elcuerpo con la mirada, noté como me ruborizaba-, estás increíble.

-Gracias, venga, metámonos dentro ya- él se quitó la camisetay yo fui la primera en entrar. Evité mirar su torso desnudo. Él se sentó a milado y me estrechó contra su cuerpo. Coloqué una mano sobre su pecho, deslicémi mano por él, acariciando sus músculos, productos de Quidditch.

-Granger- susurró. Después me besó apasionadamente, y yo ledevolví el beso con la misma intensidad. Se me aceleró el corazón y larespiración. Empezó a besar mi cuello, y siguió bajando, lamió el principio demi pecho, y todo lo que dejaba al descubierto la parte superior de mi bikini.Dejé escapar un gemido y me apreté contra él. Apoyé mi mano en su pecho y sentísu corazón latir al mismo ritmo que el mío.

Nuestros pechos subían y bajaban a gran velocidad, tomé sucara entre mis manos y lo besé de nuevo. Me agarró de la cintura, sin dejar debesarme, pero, al momento, se apartó de mí.

Se alejó un poco y cerró los ojos fuertemente.

-Granger- su pecho seguía subiendo y bajando-, como sigamosasí, no voy a poder parar.

-De acuerdo- intenté controlar mi respiración-, lo siento.

-No lo sientas, ha estado muy bien- me sonrió y me tendió unamano.

Yo la acepté gustosa, tiró con delicadeza de mí y me pegó asu cuerpo, apoyé la cabeza en su cuello y cerré los ojos. Draco desliza su manoy la apoya en mi cintura, pero la deja ahí, no sigue descendiendo, y loagradecía.

 

Estamos así unos minutos, abrazados, intentando controlarnuestras respiraciones, hasta que un sonido procedente de mi estómago rompe conla tranquilidad. Sonrío y escondo la cara en su cuello.

-Salgamos ya y comamos, que tienes hambre.

-No quiero, estoy muy a gusto- protesto y él se ríe.

-Yo también, salgamos ahora y comamos juntos- él se levanta ytira de mí. Coge una toalla y me envuelve con ella, después, me cobija entresus brazos.

-Voy a vestirme y a pedir que nos traigan ya de comer, casies la hora.

-No hace falta que salgas, se puede llamar por teléfono,vamos y te enseño cómo se utiliza, deberías comprarte uno, es útil.

-Si me compro uno, ¿hablarás conmigo por ese trasto cuando noestemos juntos?

-Quiero que te compres uno para hablar contigo- le doy unbeso en los labios. Ya estábamos secos, por lo que comenzamos a vestirnos.

-Me gusta ese bikini, no lo tapes- se queja.

-Cuando bajemos a la playa lo verás de nuevo, Draco- mierda,lo he llamado por su nombre-, Malfoy- intento corregir mi error.

-Dilo otra vez- lo miro con la duda reflejada en mi rostro-,me refiero a mi nombre, es la primera vez que me parece bonito, suena biencuando lo dices tú, Hermione.

-Entonces, a partir de ahora serás Draco.

-Me gusta esa idea, Hermione- me da un beso en la mejilla.

Llamo a recepción para que nos traigan el almuerzo, y él nose pierde detalle de cómo lo utilizo.

-Es fácil, no debería haber tirado el número de la azafata-cojo la almohada y se la lanzo, pero él la intercepta-, era broma y lo sabes.

-Deja ya de hacer ese tipo de bromas, una vale, pero unadetrás de otra cansa, Draco.

-De acuerdo, nada de bromas de mal gusto, aunque he de deciren mi defensa que la tuya fue mucho peor- me río y ahora soy yo la que me lanzosobre él.

-Te lo merecías- me abraza y me vuelve a besar-, me gustaestar contigo- me dice al oído.

-A mí también- me siento en la cama y tiro de su mano, meacuerdo de algo-, Draco, ¿ya no llevas grabada la Marca Tenebrosa? No te la hevisto cuando estábamos en el jacuzzi.

-Sí que la tengo, no te habrás dado cuenta, cada vez se notamenos, ojalá se fuera del todo.

Llaman a la puerta y voy a abrir. Nos traen la comida en uncarrito, que dejan dentro de nuestra habitación. Le doy las gracias al chicoque la ha traído y lo empujo hasta la cama.

-Qué bien huele, tengo un hambre- y mis tripas me dan larazón, ellas también se manifiestan. Comemos casi en silencio, solo comentamosalgunas cosas, nos han traído comida típica española, pero está muy buena. Nosdamos de comer el uno al otro.

-Tengo sueño, hemos madrugado mucho, Hermione, vamos aecharnos una siestecita- me cogió en brazos y me tumbó en la cama, después seechó a mi lado.

-Vale, yo también estoy cansada, voy a poner la alarma delmóvil, no vaya a ser que nos quedemos durmiendo mucho rato y se nos haga tarde-puse el despertador y volví a tumbarme de lado, mirando hacia él, quien estababoca arriba, me pegué a él y apoyé mi cabeza en su pecho. Colocó una mano en micintura y me dio un beso en la frente. Al poco me quedé dormida, escuchando loslatidos de su corazón.

 

Me desperté con un molesto <>.Apagué la alarma. Draco seguía dormido. Un mechón rubio de cabello cubría partede su rostro, y yo se lo aparté.

-Draco- le susurré, sacudiéndolo levemente de un hombro-,vamos, despierta- él me dio la espalda, por lo que seguí insistiendo-, venga,dormilón, despierta- me agarró y me tumbó sobre su pecho.

-Vamos a seguir durmiendo, por favor- dio un bostezo.

-Draco, tenemos que ducharnos y prepararnos para esta noche, venga,duerme un rato más y me ducho yo antes- le di un beso y me liberé de su agarre.

Lo dejé tumbado en la cama y entré a darme un baño. Me lavétambién el pelo. Me puse un sencillo vestido de color celeste y regresé a lahabitación. Seguía dormido.

-Venga, ahora en serio, Malfoy, despierta ya- la zarandeé unpoco. Él abrió los ojos.

-Está bien, ya me levanto, voy a darme una ducha, ¿vienesconmigo?- me preguntó de manera coqueta.

-Acabo de ducharme, Draco- le di un beso en la mejilla y élse encaminó hacia el servicio.

Estaba secándome el pelo cuando llamaron a la puerta. Era laseñora Richardson.

-Hola, señora Richardson, pase.

-Hola, espero que estéis cómodos, no sabes lo que lamentaeste error mi marido.

-Dígale que no sepreocupe, que estamos muy a gusto.

-Espero que así sea. Verás, tenemos una cena con unosempresarios en dos horas. Es para conocernos y eso, ya mañana sí hablaríamos denegocios. Nos vemos dentro de dos horas en el vestíbulo, ¿de acuerdo?

-Claro que sí, hasta luego.

-Adiós- ella abandonó nuestra suite.

-¿Quién era?- me volteé, Draco acababa de salir de la ducha,tenía el pelo revuelto y mojado, y solo llevaba una toalla alrededor de lacintura.

-Ponte algo, Draco- le lancé una camisa y unos pantalones-,era la señora Richardson, debemos estar dentro de dos horas en el vestíbulo,vamos a una cena- no lo miré, me ponía nerviosa verlo tan
desnudo.

-De acuerdo- se puso frente a mí, aún desnudo-, ¿por qué nime miras?- me alzó la barbilla.

-Vístete, por favor, que me pones nerviosa- le di un beso enlos labios y me alejé-, voy a empezar a arreglarme.

Me alisé el pelo y me hice un semirecogido. Me puse un pocode maquillaje, me puse sombra gris y me eché rímel, los labios me los pinté derojo. Me puse un vestido rojo. Teníaalgo de escote y los tirantes atados al cuello. Debajo del pecho tenía un fajínde pedrería, también rojo, a partir de ahí caía suelto hasta la mitad de losmuslos. La cremallera estaba detrás y no era capaz de subírmela.

-Draco, ¿puedes ayudarme?- le pedí, y momentos después notabasus dedos rozarme la espalda mientras que subía la cremallera lentamente. Sentíaun escalofrío por dónde sus dedos se iban deslizando.

-Debo estar loco- murmuró.

-¿Por qué? ¿Qué te pasa?

-Cada vez que te veo me dan ganas de quitarte la ropa y ahorate estoy subiendo la cremallera del vestido- se colocó frente a mí-, estáspreciosa.

-Gracias, vístete que nos vamos dentro de diez minutos.

Me puse unos zapatos grises de tacón. Draco se acercó a mí.Llevaba un traje azul marino oscuro, lacamisa era blanca, y, la corbata a rayas, combinaba los dos colores.

-Vamos- bajamos hasta el vestíbulo y esperamos unos minutos alos señores Richardson. Cuando llegaron, nos dirigimos hasta el lugar en el quese celebraba la cena.

 



Hola!

Espero que les haya gustado el capítulo ^^

Les dejo los enlaces por si quieren ver el vestido y los zapatos de Hermione:

https://www.google.es/imgres?q=vestidos+escotados+rojos&um=1&hl=es&biw=1024&bih=509&tbm=isch&tbnid=3OrfRt1dnBtD6M:&imgrefurl=https://www.teens.com.pe/2008/11/13/vestidos-cortos-para-fiesta-de-graduacion/&docid=OwCuf5JLTURLcM&w=199&h=400&ei=DVdaTtOaCebY4QSw9J2sBQ&zoom=1&iact=hc&vpx=142&vpy=31&dur=461&hovh=238&hovw=118&tx=62&ty=160&page=1&tbnh=121&tbnw=60&start=0&ndsp=22&ved=1t:429,r:0,s:0

https://www.google.es/imgres?q=zapatos+de+tacon+gris&um=1&hl=es&biw=1024&bih=509&tbm=isch&tbnid=C_iHh08vDebPtM:&imgrefurl=https://zapatosmarca.net/2011/06/01/sandalias-to-be-para-ser-original/&docid=keeVWJ4sL3i06M&w=393&h=284&ei=bV9aTtSNMaLc4QSnpsSsBQ&zoom=1&iact=hc&vpx=320&vpy=206&dur=5934&hovh=191&hovw=264&tx=135&ty=155&page=1&tbnh=115&tbnw=160&start=0&ndsp=16&ved=1t:429,r:12,s:0

Le dedico mi cap a:

kaki_harry, vampirita sexi m, clau-dita, jeka13, Paola Cullen Malfoy , Mara_13,

EileenMSlyffindor, LiliJamesPotter, katia vulturi, ukwii, aline, Hermione_Granger_,

kriss , emce993, salesia, anuskha_black, zafirac4, Varne Belikov, Katherine Malfoy17,

crizthal, Mechitas22, MayraGarcia01, astorya malfoy, Scarlet Malfoy, Pao13,

alexandra malfoy.

Os quiero a todas! n_n

Draco:

La cena fue muy tranquila, el señor Richardson y el otroempresario, el señor Bond, hablaron de negocios y esas cosas, nada que meinteresara, Hermione estaba sentada a mi lado, y charlaba con un hombre de unostreinta y tantos años sobre el trabajo. Podíamos hablar sin necesidad detraductores, todos sabían inglés.

-Pareces muy eficiente, ¿por qué no aceptas un trabajo en miempresa?, será mejor que el que tienes en tu país, te lo aseguro, además, enEspaña hace mejor clima- presté toda mi atención a esa conversación.

-No, se lo agradezco,pero estoy muy bien en Londres.

-Solo te digo que te pienses mi propuesta.

-Está bien, lo haré- le respondió con una sonrisa. Miré alhombre, y no me gustaba la manera en la que la miraba, estaba claro por quéquería que se quedara en España.

-Discúlpenme, en seguida regreso- el hombre se levantó de lamesa y se alejó.

-Hermione, vamos a sentarnos a otro lado, por favor- le pedí.

-¿Por qué, no estás a gusto aquí?- me miró extrañada.

-No, no me gusta la manera en la que te mira ese- señalé conla cabeza la espalda del hombre que se alejaba.

-No digas tonterías, Draco, solo es amable, y no me mira deninguna forma.

-Sí que te mira, te desnuda con la mirada y eso no me gusta.

-Estás obsesionado, de verdad, solo es amable.

-Pues no me gusta su amabilidad, Hermione, vamos a otro lado,te lo pido por favor- apoyé mi mano sobre la suya.

-No, si quieres vete tú, estamos hablando y es simpático,además, para que te tranquilices, está casado.

-Como si eso fuera un impedimento, ¿te quedas aquí o tevienes conmigo?

-Me quedo aquí- ella retiró la mano y miró al frente.

-Muy bien- me puse en pie-, pero ten cuidado- me alejé deella.

Estaba más claro que el agua, ese tío quería algo. Ella erademasiado inocente, que está casado, como si por eso fuera a tener buenasintenciones con ella. Soy un hombre y sé lo que se quiere cuando se mira de esamanera a una mujer. Tomé una copa de vino y me apoyé en un árbol, sin retirarla vista de ella. El hombre con el que hablaba aún no había regresado, y ojaláque no lo hiciera nunca.

Pero no tuve esa suerte, porque volvió y no se sentó frente aella, si no a su lado, ocupando la silla que yo había dejado vacía. Peor,porque solo veía la espalda de él. Me bebí la copa de un trago y la dejé sobrela bandeja de un camarero.

Cuando todos terminaron de comer, se levantaron, y seguíanhablando y tomando algunas copas. Qué gente más aburrida, siempre hablando denegocios. Aunque parecía que Hermione se lo estaba pasando realmente bien. Sehabía levantado y bebía de su copa, no paraba de sonreír y reír a todas lasgracias de su acompañante. Me daban ganas de llevármela de allí.

Una chica se acercó a mí y me tendió una copa. Yo la aceptépero no prestaba atención a lo que decía. Solo llevaba la cuenta de las copasque se estaba tomando Hermione. El hombre con el que estaba la animaba a beber,ya iba por la cuarta. Ahora sí que no podía perderla de vista. Ella seguramenteno estaba acostumbrada a beber y pronto acabaría borracha.

En ese momento, actuaría su acompañante, y ella, en su estado,no se enteraría de nada.

-¿Te gusta España?- miré a la chica y asentí con la cabeza.Regresé mi vista a Hermione. Otra copa vacía.

Y la chica no paraba de hablar. Y Hermione no dejaba dellevarse una copa tras otra a los labios. Y yo cada vez estaba más furioso. Yano llevaba la cuenta de las copas que ella había tomado.

Entonces soltó la copa y se alejó con el que hablaba tanto.Apreté sin darme cuenta la copa que sujetaba entre mis dedos y se rompió. Dejéque se callera al suelo. Trucos de los Sims 4

-Disculpa- le dije a la chica que hablaba por los codos- hede irme- y me alejé de ella.

Había perdido de vista a Hermione, pero escuché sus risas yme guié por eso. Entonces la vi a lo lejos. Él tenía una mano sobre la cinturade ella y le hablaba al oído. Eché a correr hacia ellos.

-Eh, tú, quita tus manazas de ella- le aparté el brazo.

-Eso me lo tendrá que decir ella.

-No va a ir contigo a ninguna parte, y menos después de haberbebido tanto- puse a Hermione tras mi espalda.

-¿También le llevas la cuenta de las copas que bebe? Eres unpoco patético.

-El patético eres tú, que has de emborrachar a una chica paraque se vaya contigo- tomé a Hermione de la mano y empecé a caminar.

-No corras- ella se apoyó en mi hombro. Pasé una mano por sucintura para sostenerla.

-Se acabó la fiesta, Hermione, nos volvemos al hotel- ledije.

-Noo, vamosh a la plaaya- canturreó. Se zafó de mi agarre yechó a correr. Corrí tras ella, y ella empezó a chillar como una loca. Laalcancé y le tapé la boca con la mano. Ella se asustó y empezó a patalear.

 

-Hermione, soy yo- quité la mano de su boca.

-No intentesss viiiolarme, Drraco, te

-Hermione, soy yo, venga, regresemos, por favor, y no vuelvasa correr.

-Dracoo- se me arrojó a los brazos- mee duelen los piezs- sesentó en la arena, se quitó los zapatos y los lanzó lejos de allí.

-No te muevas de aquí, por favor, ahora vuelvo- corrí abuscar los zapatos, cada uno estaba esparcido por un lado, pero no tardé muchoen encontrarlos, cuando regresé, Hermione ya no estaba allí. Entonces la vi,iba en dirección al agua, e iba tambaleándose.

Corrí de nuevo tras ella. Solo había metido los pies en elagua cuando la alcancé.

-Hermione, por favor, estate quietecita- la agarré de lacintura.

-Vamoss al abua.

-Hermione, mañana nos bañamos, ahora nos vamos al hotel-intenté atraparla, pero ella saltó sobre mí y me derribó. Ella comenzó areírse.

-Qué torrpe, Drrraco.

-Es que te has lanzado sobre mí y no me lo esperaba, venga,levántate y regresemos al hotel- intenté levantarme pero ella no me lopermitió. Me agarró por los hombros y seinclinó sobre mí.

-Draco Malfoy- me susurró al oído-, hazme el amor- hablabacon tanta serenidad que parecía que no había tomado ni una copa.

-No sabes lo que dices, venga, regresemos- como siguiera asíno me podría controlar.

-Te deseo- pasó su lengua por mi cuello.

-Ya está bien, Granger, nos vamos al hotel- me zafé de suagarre y me levanté, pero ella se sentó en la arena.

-¿No quieres hacerme el amor?- gimoteó.

-En tu estado no, estás borracha.

-¿Yo?- se señaló con el dedo índice el pecho-.Si yo no beboo-canturreó.

-Pues hoy te has pasado con las copas- la agarré por loshombros y la puse de pie. Decidí cogerla en brazos y llevarla así, de locontrario no llegaríamos nunca.

Estuvo prácticamente todo el camino pidiéndome que le hicierael amor, pero yo hacía oídos sordos. Quería que se acordara a la mañanasiguiente. Además, si lo hacíamos, se enfadaría y diría que había abusado deella.

Llegamos a nuestra suite del hotel, que no estaba muy lejos.La llevé hasta el baño y le eché agua en la cara, el cuello y en las muñecas.Parecía que estaba algo más serena y despejada. La senté sobre la cama.

-Qué vergüenza, me has rechazado y yo que pensé que tegustaba- tenía los ojos anegados en lágrimas. No quería que se convirtiera enuna manguera viviente.

-Y me gustas, Hermione- me senté a su lado.

-Mentira, te doy asco. Ni siquiera quieres hacerlo conmigo-una lágrima descendió por su mejilla. Se la limpié con un beso.

-Escúchame bien- acuné su rostro entre mis manos-, cuandohagamos el amor quiero que seas totalmente consciente de lo que haces- abrió laboca, por lo que continué hablando-, estás bebida. Mañana amanecerás con undolor de cabeza horrible y no te acordarás prácticamente de nada, y cuando tehaga el amor quiero que lo recuerdes todo a la mañana siguiente.

-Vale- fue lo único que dijo. Después esbozó una tímidasonrisa.

-Venga, ve a ponerte el pijama y a dormir. Voy al servicio acambiarme, así puedes cambiarte tranquila- le di un beso en la nariz y fuihacia el baño.

Me puse el pantalón del pijama y me cepillé los dientes. Decidípreguntarle a ella si podía salir ya, no fuera a ser que estuviera en ropainterior y, aunque quería que le hiciera el amor, se enfadaría si la veía.

 

-Hermione, ¿estás lista?- pregunté entreabriendo la puerta.

-Más o menos, ven, necesito ayuda- abrí la puerta del todo ysalí, estaba de espaldas a mí.

-No puedo bajar la cremallera, ayúdame- me pidió.

-Está bien, pero ahora te vas a dormir, ¿de acuerdo?- ella seencogió de hombros.

Me puse detrás de ella y bajé lentamente la cremallera delvestido. Tanto tiempo imaginando este momento, y ahora he de hacerlo porqueestá borracha y no es capaz. Desvío mi mirada de su espalda desnuda, ya esdemasiado duro para mí tener que desabrocharle el vestido.

-Ya, Hermione- me doy media vuelta.

-Gracias, eres un amorrr- ella me abrazó por la espalda.

-Venga, ponte el pijama.

-Hace calor- se queja.

-Hermione, por favor, no me lo pongas más difícil, vete adormir ya- me solté de su agarre y megiré para mirarla. Tenía lágrimas en los ojos que amenazaban con salir.

-Eres un borde- empezó a sollozar, he aquí otro efecto de laborrachera.

-Lo siento mucho, no llores, solo ponte el pijama y vamos adormir- la agarré de la mano y la conduje hasta la cama, ella se tumbó, aún conel vestido puesto, tenía bajada la cremallera y no se le había caído gracias alos tirantes. Bordeé la cama y me tumbésobre ella, Hermione estaba de lado, solo veía su espalda desnuda. Sonreí ycerré los ojos.

Pero ella no se durmió, se acercó a mí y comenzó a besarme.Estaba apoyada sobre mi pecho, y una de sus piernas estaba entre las mías. Seapartó un poco de mí y se llevó las manos a los tirantes del vestido.

-Hermione, deja de desnudarte.

-¿Quieres hacer lo tú?- me sonrió de manera coqueta. Perodecidió dejarse el vestido puesto, volvió a atacar mi boca, y yo seguí con elbeso. Ella cogió mi mano y me la apoyó sobre su muslo, yo seguí subiendo hastaque rocé su ropa interior. En ese momento reaccioné. La agarré de los hombros yla alejé de mí.

-Escúchame, ahora vamos a dormir, si tú quieres, mañana lohacemos, ¿de acuerdo?- ella dejó escapar un suspiro pero asintió.

-No puedo dormir con el vestido.

-Ponte el pijama- le sugerí.

-No sé dónde está- me levanté y me dirigí hasta una de mismaletas, cogí la parte de arriba de mi pijama, ya que no lo llevaba puesto, yse lo lancé a la cama.

-Te voy a buscar unos pantalones.

-No hace falta, hace demasiado calor- como la camiseta eraamplia, le cubriría las braguitas. Por lo que regresé a la cama.

Estaba luchando con el vestido.

-Si quieres, te ayudo a ponerte la camiseta del pijama ydespués te quitas el vestido.

-Primero el vestido- me tumbé en la cama dándole la espalda.No quería verla, aún no. Al cabo de un rato volvió a llamarme.

-Ayúdame-, me senté en la cama y la miré, suspiernas estaban totalmente al descubierto, y podía ver sus bragas negras.Estaba luchando con la camiseta, había metido la cabeza por dónde debería habermetido un brazo, y un brazo dónde debería ir la cabeza. Estaba en una posiciónextraña: tenía un brazo levantado y la cabeza ladeada. El sujetador no se leveía, porque la camiseta caía sobre su pecho. Pero iba a ser inevitable noverla. Me puse de rodillas en la cama y me acerqué a ella. Le quité la camisetadel pijama. Llevaba un sencillo sujetador negro de encaje, que se amoldabaperfectamente a su pecho. Nunca la había visto con tan poca ropa. Tragué salivay le di la vuelta a la camiseta.

 

-Anda, ven aquí, te ayudo a ponértela- ella se arrastró hastamí. Volví a tragar saliva dificultosamente. Sin poder evitarlo, posé mi vistaen ella. En su pecho, solo cubierto por un pequeño sostén, en su estrechacintura, en su vientre plano. Volví a mirarla a los ojos. Me había excitado.¿Cómo me había excitado el simple hecho de mirarla?

Ella alzó los brazos, y recordé que iba a ponerle lacamiseta. Intenté rozarla lo menos posible, aunque era inevitable no tocarla.Mientras le ponía la camiseta, ella no apartaba su mirada de mi rostro, y esome ponía más nervioso.

-Ya estás lista, buenas noches- dije con voz ronca.

-Gracias- ella me dio un beso en la comisura de los labios yse llevó las manos a la espalda. La miré con gesto de interrogación, larespuesta llegó pronto, se había liberado del sujetador.

Hice un gran esfuerzo para no desviar mi mirada hasta suspechos. Volví a tumbarme en la cama, ella hizo lo mismo, y apoyó su cabezasobre mi pecho desnudo. Le rodeé la cintura.

-Buenas noches- susurró, haciendo que me estremeciera alnotar su cálido aliento sobre mi cuello.

-Buenas noches- le di un beso en la frente y cerré los ojos.



Holaa!

Aqui les traigo un nuevo cap ^^

espero que les haya gustado y no les haya parecido muy corto

Se lo dedico a :

Scarlet Malfoy, MayraGarcia01 , vampirita sexi m, Mara_13, Pao13, ximmalfoy,

EileenMSlyffindor, jeka13, katia vulturi, zafirac4, melycullenblack, kaki_harry ,

kerocruz, salesia , ukwii, astorya malfoy, Katherine Malfoy17, Paola Cullen Malfoy,

Hermione_Granger_, fideye, Varne Belikov, LiliJamesPotter.

Besos a todas n_n

Hermione:

Cuando medesperté, lo primero que hice fue llevarme una mano a la cabeza y cerrar denuevo los ojos. Cómo me dolía la cabeza, parecía que me estaban martilleando elcráneo. Me incorporé en la cama y me senté. ¿Qué había pasado anoche? Norecordaba nada. Giré la cabeza hacia mi izquierda. Draco estaba allí, dándomela espalda, estaba dormido, escuchaba su respiración leve y acompasada. Estirélas piernas y vi que estaban desnudas. Oh, Dios mío, qué vergüenza, y Draco ami lado. Me escondí debajo de las sábanas. Encima, la camiseta del pijama noera la mía, miré a Draco y vi que hacía juego con el pantalón de su pijama. PorMerlín, nosotros habíamos
No, no, era imposible, lo recordaría. No, no lorecordaría, tenía una resaca horrible. Decidí despertar a Draco.

-Dracodespierta- susurré, lo zarandeé levemente-. Draco, levántate ya- él se removióun poco.

-¿Qué?-murmuró, pero escondió la cabeza debajo de la almohada. Se la quité de untirón.

 

-Mírame,tenemos que hablar.

-Hablamosluego, ahora dormimos.

-Draco, porfavor, es importante- él dejó escapar un gruñido pero se puso boca arriba. Vique tenía abultada su entrepierna-. Tápate eso- le puse encima la almohada.

-Dime,Hermione- se frotó los ojos-, ¿qué te pasa?- se sentó en la cama, con laalmohada cubriendo sus partes.

Pero norespondo inmediatamente. Estoy mirándolo y no puedo apartar mi mirada de susmarcados tríceps y bíceps y de los demás músculos de su cuerpo.

-Granger,reacciona- me pasa la mano por enfrente del mi cara, al inclinarse se leresbala la almohada.

-Haz elfavor de taparte- clavo mi mirada en la pared- no me puedo creer la facilidadcon la que te excitas.

-A veces,nos pasa a todos los hombres- se cubre con la almohada y vuelvo a mirarlo-,aunque te parezca increíble, a veces tenemos erecciones por la mañana- me lo dice en tono burlón.

-Ya lo sabía-pongo los ojos en blanco.

-Parece queno te has dado cuenta, pero tú
-deja la frase inconclusa pero me mira el pecho.

-Oh, no- nollevo sujetador-, ¿qué me hiciste anoche, Malfoy?- encuentro mi sujetador e lospies de la cama, le doy la espalda y me pongo el sostén.

-No te hicenada que tú no quisieras.

-No meacuerdo de nada de lo que pasó anoche, así que ya sabes, explícame qué hicimos.

-¿Norecuerdas nada?- me encogí de hombros- dime qué recuerdas.

-Pues quedurante la cena te enfadaste y te fuiste, yo seguí hablando con
no recuerdo sunombre, bueno, la cosa es que tomé un par de copas, y
pues no sé, Draco, norecuerdo nada.

-¿Un par decopas? Te tomaste una copa tras otra, y no me fui, me alejé pero no te quité elojo en toda la noche.

-O sea, meemborrache- él asintió-, y luego tú te aprovechaste de mí.

-¿Qué? Esono fue así, Hermione.

-Puesentonces explícame qué pasó, porque no recuerdo nada, y ahora amanecemos mediodesnudos, cada uno con una parte de tu pijama.

-Te fuistecon el tipejo con el que no parabas de charlar, vi que él quería propasartecontigo, por lo que fui a buscarte.

-Recuerdoque fuimos a la playa y
- horror, recordé lo que hice- te pedí que me hicierasel amor. ¿Qué me hiciste?

-Solo lo queme pediste, Hermione- me sonrió, y me dieron ganas de borrarle la sonrisa deuna bofetada, pero me contuve.

-¿Hicimos elamor?

-Sí- lo dijocon gran tranquilidad.

-Pues nodebió ser nada del otro mundo, porque no me acuerdo.

-No hicimosel amor, a pesar de que tú me lo suplicaste.

-No exageres,Draco, continúa, qué más pasó.

-Después,llegamos al hotel, ah, pero antes me dijiste que me deseabas- me pusecolorada-, me hiciste bajarte la cremallera del vestido, y eso hice, te di micamiseta del pijama, te la pusiste mal, te la quité y te la volví a poner,luego tú te quitaste el sujetador. Y ya está, nos fuimos a dormir.

-Me vistedesnuda.

-Solo enropa interior.

-Malfoy,creo que has exagerado un poco, no creo que yo fuera tan pesada con eso delsexo, ni tampoco que tú fueras tan santo.

-¿Dudas demí?- se estaba enfadando.

-No es eso
-pero no me dejó hablar.

-Te voy adecir una cosa, y espero que te quede bien clara- se levantó de la cama de unsalto, se quitó los pantalones del pijama y se puso unos vaqueros-, no mesobrepasé contigo, aunque no lo creas, sí fuiste una pesada con lo del sexo, aunqueno lo creas tampoco, no soy un cerdo, si yo no llego a ir a buscarte, hubierasacabado en una cama muy diferente, y con alguien muy diferente, sí, en la camadel que decías que estaba casado, porque el matrimonio no es ningún impedimentopara muchos.

 

-Draco

-Escúchame:te traje aquí, no quería verte desnuda, lo evité de todas las formas posibles,me acosté, pero me llamaste: te habías hecho un lío con la camiseta, no mequedó otra que ayudarte, te vi en ropa interior, pero ni siquiera te toqué,aunque te parezca tan increíble de creer, te quitaste el sostén, paro nada, nosfuimos a dormir y ya está. Pero ya veo cuál es tu opinión sobre mí, pero no tepreocupes, ahora me voy, volveré para la reunión, y no te voy a molestar más,Granger, ni siquiera voy a dormir a tu lado- cogió una camisa y se fue, dandoun portazo.

Me sentíaterriblemente mal. Me había portado fatal con él, después de que se preocupópor mí, yo iba y se lo paga de esta manera.

Me levantéde la cama y decidí ir a ducharme, a ver si así me despejaba y recordaba algo. Mientras me duchaba, recordé algunas cosas:

Flashback

-Draco Malfoy-le susurré al oído-, hazme elamor.

-No sabes lo que dices, venga, regresemos-me respondió él.

-Te deseo- pasé mi lengua por su cuello.

-Ya está bien, Granger, nos vamos al hotel.

-Escúchame bien- me dijo-, cuando hagamos el amor quiero queseas totalmente consciente de lo que haces, estás bebida. Mañana amanecerás conun dolor de cabeza horrible y no te acordarás prácticamente de nada, y cuandote haga el amor quiero que lo recuerdes todo a la mañana siguiente.

-Hermione, deja de desnudarte.

-¿Quieres hacer lo tú?- le sonreí. Volví abesarlo y el prosiguió. Cogí su mano y se la apoyó sobre mi muslo y él perdiósu mano debajo de mi vestido. Pero me agarró de los hombros y me apartó.

-Escúchame, ahora vamos a dormir, si túquieres, mañana lo hacemos, ¿de acuerdo?- yo asentí.

Fin del Flashback


Él tenía toda la razón, yo me había puesto sumamente pesadacon el sexo, y él me había respetado. Eso no lo hubiera hecho otro, otro sehabría aprovechado de la situación. Me puse un vestido de palabra de honormarrón con pequeñas flores en rosa estampadas, era por los muslos. Me puse unascuñas del mismo tono que el fondo del vestido y salí a buscar a Draco.

En realidad no sabía dónde buscarlo. Fui a un par de baresque había cerca, pero no estaba en ninguno, tampoco estaba en un parque, anduveun cuarto de hora por el paseo marítimo, hasta que divisé una cabellera rubia.Sin duda, era él. Estaba sentado en la orilla de la playa, y las olas rompíancontra sus pies.

Me puse detrás de él. Tomé aire y decidí decirle algo:

-¿Puedo sentarme?

-Tú misma, este lugar no es mío- me senté a su lado y me quitélas cuñas, así ganaba algo de tiempo mientras se me ocurría algo que decir.

-¿Has venido porque se te ha olvidado decirme que fui yoquién te emborrachó?- dijo con ironía.

-No, he venido a disculparme y a decirte que lo siento. Queme he equivocado.

 

-Vaya, esto es algo que no se ve todos los días, lasabelotodo de Granger ha reconocido que se ha equivocado, esto tenemos querecordarlo siempre, ya que no habrá otro momento como este- decidí ignorar elcomentario.

-Veo que sigues enfadado, de verdad que me he portado comouna estúpida, tú en cambio te has portado muy bien conmigo.

-Vaya, ¿ya no piensas que me sobrepasé contigo?

-No, he recordado algunas cosas y

-Solo piensas que no abusé de ti porque lo has recordado,¿no? Ya veo lo que confías en mí, Granger-se puso en pie y echó a andar, yo recogí mis zapatos y eché a correr tras él.

-Draco- tiré su brazo y se dio la vuelta-, por favor,perdóname, no solo por no haber confiado en ti, sino por todos los problemasque te di ayer. Debía haberte hecho caso y no seguir hablando con ese hombre.Si tú no llegas a estar ahí

-No pienses en eso, yo estaba ahí y no pasó nada, Hermione-le dediqué una sonrisa y él me la devolvió.

-¿Me perdonas?- le pedí.

-No tengo nada que perdonarte, anda, ven aquí- me dio un abrazo,yo empecé a llorar, sin poder evitarlo.

-Lo siento- murmuré-, te estoy mojando la camisa- me separéde él y me di la vuelta, no quería que me viera llorar.

-No llores, Hermione, siento haber sido tan desagradable.

-No tienes que disculparte, llevabas razón- me volvió aestrechar contra su cuerpo.

-Y me da igual que me mojes la camisa, no seas tonta- meapreté contra él, y me dio un beso en la cabeza.

-Gracias, Draco.

-Lo hice encantado, Hermione, además, me confesaste algocuando ibas bebida, dijiste que me deseabas, y también querías que te hicierael amor, y no digas que era porque estabas borracha, porque los niños y losborrachos siempre dicen la verdad.

-De acuerdo, no diré nada, eso sí, no volveré a tomar unacopa en toda mi vida.

-¿Cómo que no? Cuando tú y yo celebremos algo quiero quebrindemos con champagne.

-¿Y qué vamos a celebrar?- me aparté de él, me tomó de lamano y caminamos por la playa.

-Hoy ya no porque tenemos asuntos de trabajo, pero mañana note me escapas, te invito a cenar, y luego si te apetece nos bañamos en el mar.

-De acuerdo, pero con el traje de baño puesto.

-Está bien, como gustes- me acercó más a la orilla-, vamos amojarnos un poco los pies, ¿te apetece?- me dejé guiar por él y entremos en elmar hasta que el agua nos llegó a las pantorrillas.

-Draco, ¿harías algo por mí?- le rodeé el cuello con losbrazos.

-Lo que quieras- me dio un pequeño, pero suficiente para queme estremeciera, beso en los labios.

-Me gustaría que me acompañaras a la boda de Ginny y Harry.

-¿Qué? ¿Cómo voy a ir yo a la boda de Potter y Weasley?Hermione, pídeme cualquier cosa menos eso.

-¿Por qué?

-Por ti lo haría, ¿pero tú crees que a Potter le gustaría quefuera a su boda? La respuesta es no. Además, tampoco me apetece estar rodeadode un montón de Weasleys.

-Hagamos una cosa, le pregunto a ellos, y si no les importa,que no les importará, vienes conmigo, ¿de acuerdo?- él miró a otro lado y yosostuve su rostro entre mis manos-, por favor- le puse ojitos.

-Está bien, pero solo si a ellos no les importa. ¿Cuándo esla boda?

-Aún no lo sé, cuando lleguemos a Londres llamaré a Ginny yle preguntaré, y de paso le diré que vienes tú conmigo.

 

-No, le dirás que si no le importa que vaya.

-Está bien, pero te aseguro que no les va a importar. Y ahorabésame cómo solo tú sabes besar, que echo de menos tus besos.

-Es que soy irresistible- sonríe y se apodera de mis labios.Y yo noto esa sensación vertiginosa en el estómago, y no me caigo porque él meagarra de la cintura y me pega a su cuerpo.

Pero es apenas un simple beso, y yo quiero más, por lo quevuelvo a besarlo, él sonríe ante mi prisa y se separa, y me muerde el lóbulo dela oreja, y después recorre mi cuello con su lengua. Y pasa la punta de sulengua por mi labio inferior, y yo entreabro un poco la boca, y la uno a lasuya, nuestras lenguas se rozan un instante, pero él vuelve a abandonar mi bocay juega con mi barbilla, yo cierro los ojos, disfrutando del momento, ymientras tanto, enredo mis dedos en su cabello.

Él sube de nuevo hasta mi boca y me besa lentamente, tanlentamente que me está matando de placer, entonces, su lengua encuentra la mía.Y se enredan en un baile lento, me aferro a sus hombros para no caerme, aunquesé bien que él no dejaría que eso pasara. Enreda una mano en mis rizos, y laotra desciende lentamente, como si pidiera permiso, porque ya antes no lo hedejado llegar tan lejos, hasta el lugar en el que la espalda pierde el nombre.

Pero no se detiene ahí y sigue bajando, hasta esconderse,revoltosa, debajo de mi vestido, y agarra mi muslo con fuerza, y yo dejoescapar un gemido, y subo mi pierna, y rodeo con ella su cintura, para que lesea más fácil acariciarme, y eso hace, me recorre todo el muslo, pero sin dejarde besarme ni un breve instante. Cada vez estoy más excitada. Y notó unaincómoda humedad entre mis piernas, pero la ignoro, con una sola mano rodeo sucuello, y la otra la introduzco bajo su camisa, acaricio su pecho. Y es curiosoporque me resulta duro y suave a la vez. Ahora es él que el emite un ronco jadeo,y se separa un poco de mí, tiene los labios rojos e hinchados, y las pupilasdilatadas. Se inclina sobre mí y apoya su frente en la mía, está jadeando,igual que yo. Bajo mi pierna y su mano sube hasta mi cintura.

Le doy un corto beso en los labios y rozo mi nariz con la deél. Desabrocho los dos primeros botones de su camisa, y beso la parte de supecho que he dejado al descubierto. Y muerdo suavemente su cuello.

-Hermione
- pero yo lo callo con un beso, no quiero que diganada, vuelvo a buscar su cuello, y él me aferra el trasero, vuelve a colar sumano dentro de mi vestido. Y roza mi parte más íntima. Ante ese contacto meavergüenzo, ya que se va a encontrar con mi humedad.

Sé lo que espera, por lo que entreabro un poco las piernas, yno sé cómo lo consigue, pero ha introducido un dedo dentro de mí. Dejó escaparun ronco jadeo. Y muerdo su cuello para no gritar, me agarro a sus hombros parano caerme, y me sujeto con fuerza.

Entonces, introduceotro dedo, y yo busco su boca y la uno a la mía. Y sus dedos empiezan a entrary salir rápidamente de mí, y ahogo los gemidos en su boca. Y muerdo sus labios,y él también jadea. Y ya no hay nada más: solo Draco, Draco y yo. Sus dedossiguen entrando y saliendo, y yo pego mi cuerpo al suyo, y, lentamente, retirasus dedos de mí. Y me toma de la mano y me lleva hasta la orilla de nuevo, yallí nos tumbamos. Cierro los ojos y apoyo mi cabeza en su hombro, permanecemosen silencio, hasta que nuestras respiraciones recuperan un ritmo normal.

-No sabes cuánto te quiero, Hermione- me susurró en el oído,y el corazón me da un vuelco ante esas palabras, porque yo lo amo con locura.

 

-Yo también te quiero- le doy un beso en el cuello.

-Va siendo hora de irnos, ya mismo es la reunión.

-Cierto- me puse en pie y extendí mis manos para que lastomara, y lo ayudé a levantarse-, vámonos.

Me pasó un brazo por los hombros y yo a él por la cintura, yasí nos dirigimos de nuevo al hotel.



Hola! Espero que les haya gustado el cap ^^

Se lo dedico a:

Hermione_Granger_, EileenMSlyffindor, nathiiita_DH, isabelinda, Mara_13, zafirac4,

NeksSer, MayraGarcia01 , Scarlet Malfoy , kerocruz, kaki_harry, crizthal, jeka13,

ukwii, vampirita sexi m, melycullenblack, alexandra malfoy, astorya malfoy,

katia vulturi, Paola Cullen Malfoy , LiliJamesPotter, Nina Battaglinim Rocio_Gerez,

lefrance13.

Un beso a todas ñ_ñ

Draco:

Me desperté temprano, ya que quería estar todo el día fueracon Hermione. Ya no teníamos nada que hacer en España, por lo que en un par dedías regresábamos a Londres. Ella se removió un poco, pensé que se habíadespertado, pero no, seguía descansando sobre mi pecho. Sonreí y le di un besoen la frente. Después, con sumo cuidado para no despertarla, me deshice de suabrazo y me levanté de la cama. Iba a ir a ducharme, pero antes me acerqué aella y rocé mis labios con los suyos. No se despertó y siguió durmiendo. Me diuna ducha sin ser consciente de lo que hacía, ya que en todo momento estabapensando en cómo podíamos pasar el día juntos. Me puse el bañador, por si acasonos bañábamos, y me puse una camiseta de manga corta.

Me dirigí de nuevo a la habitación, cogí el teléfono, y salífuera al pasillo para llamar a recepción para que nos trajeran el desayuno, noquería que se despertara, aún no. Ella me había enseñado cómo se usaba elteléfono, solamente sabía llamar, pero cuando regresáramos, me iba a compraruno.

Entré de nuevo en la suite y al cabo de un par de minutos nossubieron el desayuno. Arrastré el carrito y lo coloqué al lado de la cama.

-Hermione- le susurré al oído-, despierta, preciosa- le di unbeso en el cuello. Ella se removió y abrió los ojos.

-¿Qué pasa, Draco?- me preguntó, aún soñolienta.

-Vamos a desayunar- le puse una bandeja sobre las piernas-,acabo de pedir que nos la suban- rodeé la cama y me senté a su lado.

-Qué raro, con lo que te cuesta levantarte, y hoy hasmadrugado- ella me sonrió y empezó a mordisquear una tostada.

-Sí, es que me apetece pasar el día entero contigo, no sé,ahora desayunamos, salimos a dar un paseo, almorzamos, visitamos algo, vamos ala playa, cenamos fuera, ¿te apetece?

 

-Claro que sí- me sonrió y me acercó una tostada que yomordí-. Has cambiado mucho, Draco.

-La verdad es que sí, pero me alegro, ahora soy más feliz- ledi un beso en la punta de la nariz.

-¿A sí? ¿Y por qué eres más feliz?- preguntó, curiosa.

-Pues porque te he conocido- le dije como si fuera lo másobvio del mundo.

-Me conoces desde hace mucho, Draco.

-Pero ahora te conozco de verdad, me gustaría haberme fijadoantes en ti, creo que he perdido el tiempo.

-Ahora tendremos tiempo para conocernos, ¿no?

-Todo el tiempo que nosotros queramos.

-Entonces, nos quedan para conocernos mejor, unos cuatromeses y medio, ¿verdad?

-¿Por qué precisamente cuatro meses y medio?- no sabía adónde quería llegar.

-Pues porque después de esos cuatro meses largos, se acaba tucondena.

-¿Y qué más da? Eso lo único que significa es que podré hacermagia de nuevo, que lo estoy deseando. Pero después quiero que sigamosviéndonos, bueno, en realidad, me gustaría que saliéramos en serio, como unapareja formal- di un sorbo a mi taza de café. Sin previo aviso, ella se mearrojó a los brazos. La abracé con fuerza.

-Pensé que después no ibas a querer saber nada más de mí.

-Vaya tonterías crees, pues te equivocas, quiero seguirsabiendo de ti.

-Me alegra oír eso, yo también quiero pasar más tiempocontigo- me dio un beso en los labios.

Terminamos de desayunar y ella fue a darse una ducha. Yo,mientras tanto, encendí la televisión.Aunque no le prestaba mucha atención. Más bien pensaba en si pedirle quesaliera conmigo o no. No sabía cómo hacerlo. Ni tampoco si sería demasiadopronto. Pero lo intentaría. Ella salió del baño. Se había puesto un bikini, delque sólo veía las cuerdas atadas alrededor de su cuello. Llevaba unos vaqueroscortos y una camiseta de tirantes. Cómoda, fresca, perfecta para pasar todo undía fuera. Conmigo. Sonreí ante la idea.

-¿Por qué sonríes?- me preguntó.

-Pues no sé, me ha apetecido hacerlo al verte- me encogí dehombros. Ella cogió un bolso, que se cruzó sobre el pecho, y después me tomó dela mano.

-Vámonos, ¿no?- le di un pequeño apretón en su mano y echamosa andar hacia la puerta.

Al bajar al vestíbulo, nos encontramos con los señoresRichardson. Miraron nuestras manos unidas y sonrieron.

-Buenos días chicos, me alegra ver que estáis felices- nossaludó él.

-Sí, estamos muy bien- rodeé a Hermione y le acerqué a mí.

-Pues disfrutad hoy este bonito día, que mañana yaregresamos.

-Gracias, lo mismo les deseo- nos despedimos y salimos delhotel.

La reunión de ayer fue muy bien, tan bien que nos fusionamoscon la segunda empresa más importante de España.

-¿A dónde te apetece ir?- le pregunté.

-Eh
- reflexionó un momento-, podríamos dar un paseo por laplaya, y después podríamos comprar recuerdos. ¿Te parece?

-Me parece perfecto- fuimos a la playa y caminamos por laorilla con nuestros dedos entrelazados. Y después fuimos a comprar algúnrecuerdo. Ella dijo que quería ver la Sagrada Familia, el monumento más famosode Barcelona, pero estaba bastante lejos, por lo que no pudimos ir. Ella dijoque iba a llevarles algo a sus amigos. ¿A mi madre le gustaría que le compraraalgo de esto? No lo sabía.

 

-¿Crees que a mi madre le gustaría que le regalara algúnsuvenir?

-Claro que sí, Draco, yo también voy a regalarle algo a mispadres-. Ella compró detalles para Potter, la chica Weasley, y sus padres.Compré a mi madre lo mismo que ella a la suya. Entonces vi algo

-Hermione, espera un segundo, no te muevas de aquí- ellaasintió con la cabeza y siguió mirando objetos. Yo me acerqué a un hombre, quevendía monumentos en miniatura. Y le pedí la de la Sagrada Familia.

Me acerqué a ella, con la mano con la que sujetaba el regalotras mi espalda.

-¿A dónde has ido?- le enseñé la miniatura.

-Para ti- ella me sonrió y la aceptó.

-Muchas gracias, Draco- me dio un beso en los labios.

Almorzamos en el McDonald, una hamburguesa para cada uno ypatatas fritas para compartir. Ella fue a coger una, pero yo fui más rápido ycogí la que ella se dispuso a tomar. Le guiñé un ojo y fue a la caza de otra,que también atrapé.

-Eres demasiado lenta- bromeé.

-No tengo prisa, y deja de quitarme las patatas- acerqué elplato de patatas hasta mi lado de la mesa.

-¿Quieres? Pues ven a cogerla- mordí un extremo de unapatata, esperando que ella mordiera el otro, acercó su silla a la mía y mordióel otro extremo de la patata, yo devoré lo que quedaba de patata y me lotragué, y después juntamos nuestros labios. Fue ella la primera en mover suslabios junto a los míos, y yo fui el que continuó. Fue un beso corto, pero nopor eso dejó de gustarme.

-Hay que ver cómo eres- ella sacudió la cabeza,divertidamente molesta.

-Te gusta que sea así- y me lo confirmó con un pequeño besoen los labios.

-Así es, te quiero así- me emocioné al escuchar esaspalabras. Ya anoche me había dicho que me quería, pero esta vez era la primeravez que esas dos bonitas palabras salían primero de sus labios que de los míos.

-Yo también te quiero- seguimos robándonos patatas el uno alotro y riéndonos hasta que se acabaron.

-Ahora podíamos ir un rato a la playa.

-Me parece una idea estupenda- salimos al exterior y variaspersonas iban por la calle subidos sobre un coche de dos ruedas, pero que notenía ni puertas, ni volante-. Hermione- bajé la voz para que solo me escucharaella-, ¿qué es eso?- señalé los extraños coches con la cabeza.

-Se llaman bicicletas, y es otro medio de transporte, las haypara que podamos montar dos personas, pero tú no sabrás usarla.

-Da igual, probemos.

-No, Draco, no sabes montar en bici.

-No importa, aprendo rápido- tomé su mano y nos acercamos aun montón de bicis.

-Espera aquí, voy a alquilar una- al rato, se acercó con unaa su lado-, a ver, yo me pongo delante, y tú detrás, tienes que poner los piesahí- me señaló algo que estaba a ras del suelo-, y tienes que mover laspiernas, como hace la gente- miré a los demás.

-Pan comido, venga, sube tú primero- ella se sentó en unpequeño asiento y yo la imité. Puse los pies dónde me dijo y empecé a mover laspiernas. Ella hizo lo mismo.

-Tú limítate a no dejar de pedalear- y eso hice. Era másincómodo estar sentado aquí que dentro de un coche, pero era agradable sentirel viento contra el rostro. Pero me distraje con una bandada de pájaros y dejéde pedalear. La bicicleta setambaleó, instintivamente, puse un pie en el suelo para no caerme y ella hizolo mismo.

 

-Lo primero que te digo que no hagas, lo primero que haces-se queja.

-Lo siento, me he distraído- pero no volvimos a montar enella, la arrastramos hasta el punto en el que otro hombre las recibía.

-Vamos a la playa- me agarró de nuevo la mano y echó acorrer. Llegamos a la playa entre carreras y risas, y nos sentamos en unahamaca. Ella se sentó en mis piernas.

-¿Vamos a bañarnos?- pregunté.

-Claro, para algo me he puesto el bikini. Pero antes vamos arecuperar el aliento- ella me dio un pequeño empujón y me tumbó en la hamaca,después, se recostó a mi lado- vamos a untarnos loción solar para no quemarnos-rebuscó en su bolso y sacó lo que buscaba.

Se puso de rodillas en la hamaca y se quitó la camiseta, y yono pude hacer otra cosa más que comérmela con la mirada. Recorrí cada milímetrode su piel. Su pecho, solamente cubierto por un pequeño bikini rosa estampado,su estrecha cintura, su vientre plano, sus caderas.

No pude evitar tampoco seguir con mi mirada la manera en laque se aplicaba la crema. Tragué saliva. Se la untaba de una manera tansensual
Y eso que había empezado con los brazos.

-Draco, vamos, quítate la ropa, ¿o te vas a bañar con ella?

-Eh, no, ya voy- desvié mi mirada de su cuerpo y me quité lacamiseta, acepté el bote de crema y la imité.

Ella se quitó los pantalones, y sus piernas fueron ya miperdición. Lisas, largas, perfectas y esbeltas.

-Date la vuelta y te unto crema en la espalda- hice la que medijo, y me estremecí al sentir sus cálidas manos recorrer mi espalda.

-Relájate, Draco- me susurra al oído- estás tenso- me muerdeel lóbulo de la oreja. Me giro y sujeto sus manos con las mías.

-Mi turno, date la vuelta- ella se gira, aplico un poco decrema en sus hombros y ella se encoge ante el contacto frío de la loción.Después masajeo sus hombros y su cuello, le pongo más crema en la espalda, y sela acaricio, es suave al tacto, paso la lengua por mis labios. Retiro un pocola fina cuerda del bikini para tener acceso libre por su espalda. Antes de quela situación se descontrole, me pongo en pie y tiro de su mano.

-Vamos al agua- nos tomamos de la mano y volvemos a ircorriendo hasta la orilla, esta vez porque la arena quema. Ella se acerca ymete un pie.

-Está helada- se queja.

-Es mejor entrar de una vez, así la impresión será uninstante- suelto su mano y entro al agua. Esta fría. Me cubre hasta le cintura,después extiendo mi mano hasta ella, invitándola a entrar. Ella camina con pasofirme, pero se detiene cuando el agua le llega por las pantorrillas, abre laboca ante la sensación. Sonrío y me acerco hasta ella. Paso un brazo por susrodillas y la sujeto contra mí, después entro en el agua y me sumerjo con ellapor completo.

-Está fría- se separa el pelo mojado de la cara.

-Nada un poco, verás cómo se te pasa- y me hace caso, yempieza a nadar.

-A ver si me atrapas- y nado hasta ella, y ella se distraeporque no hace más que mirar para atrás para ver dónde estoy, y llego hastaella, y rodeo su cintura, y ella grita.

-No grites, mujer- ella se gira, se apoya en mis hombros y mehunde. Cuando vuelvo a salir se está riendo. Acerco mi cara a la de ella y labeso. Es un beso nuevo. Sabe diferente. Es salado. Pero igual de delicioso.Pero una ola nos interrumpe. Le aparto el pelo de la cara y la abrazo, porprimera vez nuestros cuerpos desnudos se encuentran. Y esa sensación me gusta,y parece que a ella también porque me abraza más fuerte. Y empiezo a excitarmeal notar sus pechos contra el mío. Sujeto sus brazos y los coloco en mi cuello,pero por detrás, y nado hasta la orilla con ella en mi espalda.

 

-¿Te lo estás pasando bien?- me pregunta.

-De maravilla- le doy un beso en la palma de la mano.

-Yo también.

-¿Salimos ya?- ella asiente. Tomo su mano y salimos juntos.Corremos de nuevo, no solo para no quemarnos los pies, sino porque tenemosfrío. Llegamos hasta nuestra hamaca y la envuelvo con una toalla, estátiritando. Abre la toalla, invitándome a entrar, y eso hago, le rodeo sucintura y ella apoya la cara en mi pecho. Y nos secamos así, juntos.

-Vamos, te invito a un helado- me pongo la camisa y le tiendosu ropa.

-Llevamos todo el día comiendo- ella se ríe.

-Pues aún falta la cena- ella se viste, y, cuando está lista,la cojo en brazos y nos alejamos de la playa.

Llegamos a una terraza y la siento en la silla.

-Espera aquí, voy a por los helados- compro una copa devarias bolas para los dos, le ponen gran cantidad de nata montada. Y vuelvohasta dónde ella me espera.

-Draco, esa copa es enorme.

-Es para los dos- me siento a su lado y le paso una cuchara.

-Aún así es enorme.

-No importa- meto el dedo en la nata y se la unto en lanariz. Ella se ríe y se la limpia. Nos comemos el helado entre los dos,dándonos de vez en cuando de probar al otro. Ella deja la cuchara en la mesa.

-No me apetece más, no puedo comer más.

-Venga, una más- y le acerco mi cuchara a la boca y ella laacepta, pero ya no quiere más. A mí en realidad tampoco me apetece más. Meinclino sobre ella y le doy un beso. Ella se ríe y toma mi cara entre sus manosy me besa con más intensidad, profundizando el beso, buscando con su lenguajuguetona la mía.

Después hablamos de cosas banales, sin ninguna importancia,pero con las que nos divertimos. Entonces, discusión. No, no, pero no nospeleamos nosotros, si no la pareja que está a nuestro lado.

-Si no te importa, deja de babear cada vez que pasa unachica- se quejaba una voz irritada.

-¿Yo?- claramente se estaba haciendo como el que no sabe dequé le están hablando-, eso no es cierto.

-No, qué va. ¿No podemos hablar sin que cada vez que pasealguna chica te vuelvas a mirarla?

-No las miro, solo que pasan por delante y las veo de pasada,pero nada más.

-Sí, pues ese chico no las mira ni de pasada- los dos sevuelven a mirarme. Y yo, cómo no sé a dónde mirar, la miro a ella, a Hermione-,ha estado todo el rato pendiente de su novia.

-O sea, que si sabes que ha estado todo el rato mirando a suchica, será porque tú lo has estado mirando a él.

-Los tengo en frente, es imposible no verlos.

-Bueno, pues sí, he mirado a algunas chicas, pero eso lohacen todos, e incluso las mujeres miráis cuando veis a un chico guapo.

-Hermione, ¿nos vamos?

-Sí, mejor- se vuelve a cruzar el bolso y se levanta,entrelazo mis dedos con los suyos, y eso empeora la situación.

-¿Cuánto hace que no paseamos de la mano?- pero no oímos larespuesta del chico, porque hemos echado a andar.

-Me gusta el tiempo que hace aquí, cuando regresemos, allíseguirá haciendo frío- me dice.

 

-Ya mismo empieza la primavera y el buen tiempo.

-Ya lo sé, pero falta mucho- me mira y tiene el labioinferior sobresaliendo, como una niña desilusionada, o que pide algo.

-Tiempo al tiempo, no quieras correr tanto- paso mi brazo porsus hombros-, cenaremos fuera, ¿verdad?- ella se ríe.

-Acabamos de comernos una copa enorme de helado y ya estáspensando en la cena, ¿ya tienes hambre?

-No, claro que no, es para saberlo.

Pasamos el resto del día visitando lugares, hablando,riéndonos, besándonos
Hasta que era de noche y fuimos a cenar. Cenamostranquilamente en un restaurante, y después, fuimos de nuevo a dar un paseo porla playa, bajo la luz de la luna. Y decidí decirle todo lo que sentía por ella.

-Hermione- me detuve frente a ella y la miré a los ojos.

-Dime- ella me miró fijamente.

-Te quiero, pero no es solo eso lo que siento por ti, te amo,nunca me he enamorado de nadie, pero creo que lo que siento por ti es amor.Cada vez que te veo, me alegras el día, me gusta estar contigo, tu compañía,cuando no estamos juntos, no consigo sacarte de mi cabeza. Eres mi primerpensamiento al despertar y el último al acostarme. Y
no sé qué más decirte,cuando nos besamos, noto como si flotara, y no solo eso, sino como si cientosde mariposas revolotearan en mi estómago. Y
- le sonreí-, por Merlín, estoysonando demasiado cursi, ¿verdad?

-¿Por qué dices eso? Has estropeado el momento- ella tomó mimano y la apoyó justo por encima de su pecho. En su corazón, que latíadesbocado- creo que de un momento a otro se me va a salir por la boca. Draco,yo también te quiero, nunca me he sentido tan bien con nadie, y cuando no estoya tu lado te echo mucho de menos, y te amo, te amo más que a nadie- ahora fuiyo el que tomé su mano y la apoyé sobre mi pecho, para que sintiera mi corazón,que latía a la misma velocidad que el de ella.

-Hermione, me gustaría estar contigo, salir contigo, solo quiero tu compañía, es lo que más megusta. Lo que más deseo. Hermione, ¿te gustaría salir conmigo?

-Sí, me encantaría- ella me dio un pequeño beso en loslabios-, te amo, Draco, quiero ser feliz a tu lado- yo le sonrío y entierro mimano en su pelo. Y nos besamos. Y me siento de maravilla. Este es nuestroprimer beso de pareja, de una pareja de verdad.



Holaa!

Pues aquí les traigo el nuevo cap, me parece que me quedó un poco empalagoso, ¿no?...

Y he sido un poco mala, porque al final no han hecho el amor...

Y ahora pregunto, ¿os gustaría que esta noche sea la "gran noche", su noche? Quizá hagan el amor en el próximo cap, ¿les gustaría? y si es así, ¿dónde prefieren que sea: en la playa a la luz de la luna, o que regresen al hotel?

Le dedico estos momento a :

andi potter fan, kaki_harry, Hermione_Granger_ , zafirac4, ukwii , Mara_13, crizthal,

cullen-cecy-09, EileenMSlyffindor, ximmalfoy, MayraGarcia01, salesia, kerocruz,

Pao13, Nina Battaglini , alexandra malfoy, melycullenblack, NeksSer, luciia_dram,

 

mia_twicullen, vampirita sexi m, Katherine Malfoy17, HermioneK, katia vulturi,

Scarlet Malfoy, jeka13, nerea 3, LiliJamesPotter, lefrance13, Naiara, astorya malfoy,

MimiR_98, Paola Cullen Malfoy, Desiree Potter.

Hermione:

Me siento feliz, más que nunca en mi vida. Apoyo las manos en sus hombros y me deleito con ellos, subo las manos hasta su cuello, y lo acaricio lentamente, aún sin dejar de besarnos, y noto como se le pone la piel de gallina ante el contacto.

Me separo un poco de su boca, y afirmo su labio inferior entre los míos. Y tiro suavemente de él, y lo saboreo. Y él introduce sus manos por debajo de mi camisa, y noto como juguetea con las cuerdas del bikini.

Esta vez sí me aparto de él, pero la mano que tiene en mi espalda me pega contra su cuerpo. Yo le doy un beso y le sonrío, para que sepa que aún no hemos acabado. Y, como puedo, porque sigo pegada a su cuerpo, llevo mis manos al borde de mi camiseta y tiro de ella, y la dejo caer en la arena. Y luego busco el borde de su camiseta, y tiro hacia arriba, y él ve mis intenciones y sube los brazos para ayudarme. Y también la dejo caer. Acaricio con mis dedos su pecho desnudo, degustándome con sus marcados abdominales.

-¿Te apetece darte un baño?- le pregunto, con mis manos apoyadas en su pecho.

-¿Tú qué crees?- me sonríe de forma pícara, y yo retiro mis manos de su pecho y las llevo hasta el botón de mi pantalón. Pero él coloca sus manos sobre las mías, y me desabrocha el botón, y el pantalón cae también. Queda sujeto en mis tobillos, pero levanto primero un pie, y después el otro, y así me libro de él.

Entrelaza sus dedos entre los míos y nos dirigimos al agua. Las olas rompen contra nuestros pies, está más cálida que esta tarde. Y seguimos caminando hasta que el agua nos cubre el vientre. Draco me toma por la cintura y me pega a su cuerpo, y su mano acaricia mi espalda, y desciende hasta mi trasero. Yo rodeo su espalda con mis brazos. Me gusta sentir bajo mis dedos su fuerte espalda.

Nos besamos de nuevo, subo mis manos hasta su cabello y enredo mis dedos en él. Una de sus manos está apoyada en mi espalda, y la otra abandona mi trasero y descansa en mi nuca. Su boca abandona mis labios y desciende, desde la barbilla, pasando por la garganta, hasta mi cuello, y besa todo lo que no está cubierto por mi bikini.

Yo agarro su cara entre mis manos y beso sus párpados, y bajo hasta su nariz, en la que también deposito un pequeño beso, y desciendo hasta sus labios. Los que quiero conocer mejor. . Por lo que primero le doy un beso en ellos, y después los perfilo con mi propia lengua. Y atrapo el labio de él entre los míos, y lo muerdo levemente, y uno mi boca a la de él, y rozo su lengua de terciopelo, esa lengua cálida, la que a veces he saboreado. Después viajo hasta su oreja, y lamo y muerdo su lóbulo, y él deja escapar un gemido. Sostiene mi cabeza entre sus mano y me aleja. Y me besa en la boca, yo la abro y busco con mi lengua la suya, hasta que la encuentro y la enredo con la suya.

 

Me pego más a su cuerpo, y sus manos descienden hasta mi trasero, y lo aferran con fuerza, yo enredo mis piernas torno a su cintura, y me sujeta más firmemente. Abandono su boca. Empiezo a mordisquear su barbilla, su cuello, su pecho, y él deja escapar un gemido.

-Hermione- tiene la voz ronca y la respiración entrecortada- esto se
nos está yendo
de las manos- tiene razón, porque noto su abultada entrepierna contra mi vientre.

-De
acuerdo- a regañadientes dejo de besarlo. Él me deposita de nuevo en el suelo, y toma mi mano. Salimos del agua y nos tumbamos en la arena.

Yo me tumbo de lado para mirarlo, está bocarriba, un brazo está cubriendo su rostro. Tiene la respiración entrecortada y su pecho sube y baja a gran velocidad. Y no bajo mi mirada hacia aquel lugar por debajo de su vientre, porque será allí dónde voy a encontrar la prueba de lo excitado que está.

Me siento culpable, no debería llegar tan lejos si luego no voy a llegar hasta el final. Porque él siempre se queda con las ganas.

Yo también me tumbo mirando hacia el cielo, y, mientras intento acompasar mi respiración, contemplo las estrellas.

-Lo siento- dijo en un murmullo apenas audible, y él tarda mucho en responder, no sé si se deberá a que no me ha escuchado o que está furioso conmigo. Pero entonces habla:

-No te preocupes- se quita la mano de la frente y agarra la mía. Me da un leve apretón en ella. Me acerco más a él y apoyo mi cabeza en su hombro.

Permanecimos así unos minutos. Hasta que él comienza a reírse. Levanto mi cabeza para mirarlo.

-Tengo arena dentro del bañador- me dice. Y yo me uno a sus risas.

-¿Qué esperabas? Es normal, estamos aquí revolcándonos en ella.

-No nos estamos revolcando, solo estamos tumbados, esto es revolcarse en arena- gira sobre sí mismo, tumbándose boca abajo, y después se tumba de lado. Está totalmente cubierto de arena-, venga, ahora tú- me sonríe.

-No, mejor no, ya tengo bastante dentro del bikini.

-A mí me parece que no- sin previo aviso, se coloca sobre mí, apoya su pecho sobre el mío. Me agarra de la cintura, y gira conmigo, quedando está vez yo sobre él. Tira de mis brazos y los coloca tras su cuello, y yo quedo tumbada sobre él. Me da un mordisco en el cuello.

-Me haces cosquillas- le digo. Gira su rostro y me da un beso en la barbilla.

-¿Nos vamos?- yo asiento y me pongo en pie. Draco hace lo mismo- ¿dónde está nuestra ropa?- yo me río, y entonces veo una prenda.

-Allí hay algo- corro hasta allí, son mis vaqueros, juntos buscamos nuestra ropa, y una vez que la tenemos toda, regresamos a nuestra suite-. ¿Te duchas tú antes o yo?

-¿Nos duchamos juntos?- yo no le respondo, me siento algo incómoda-, olvida lo dicho, ve tú primero- no le digo nada, y entre a ducharme.

En realidad, me gustaría darme una ducha con él, pero con eso solo voy a conseguir excitarlo aún más, y no sé si quiero hacerlo, todavía no. Me doy una ducha rápida, y salgo al dormitorio mientras me paso una toalla por el pelo. Pero no está. Se abre la puerta de la habitación y entra él. Lleva una botella de champagne en una mano y en la otra un par de copas.

 

-Te dije que ibas a brindar conmigo, y no acepto un no por respuesta- me dice, poniéndose muy serio.

-Está bien, si te pones así- bromeo.

-Así me gusta, Granger- me guiña un ojo, y levanta una ceja, ese gesto tan característico suyo- pero antes me doy una ducha- se echa una toalla sobre el hombro, y, al pasar por mi lado, me da un beso en el cuello.

Yo sonrío tontamente, cojo el champagne y lo guardo en la nevera, termino de secarme el pelo con la varita. Draco sale del baño con una toalla alrededor de la cintura, el pelo mojado y revuelto, del que algunas gotas resbalan por su torso, y se pierden dentro de la toalla. Trago saliva y desvío mi vista de ese cuerpo que nada tiene que envidiar a las esculturas griegas.

-¿Dónde está el champagne?

-En la nevera, y lo saco yo, vístete mientras tanto- saco la botella, él ya tiene los pantalones puestos y está terminando de abotonarse una camisa. Se sienta en la cama y da unos golpecitos a su lado, invitándome a que me siente. Y eso hago. Me tiende una copa y yo la tomo.

-A ver, me han dado esto- me enseña un sacacorchos-, y no sé qué es.

-Es para abrir la botella, ¿hago yo lo honores?- él me lo pasa y me mira con el ceño fruncido.

Me pongo en pie, y me dispongo a abrir la botella, pero no consigo quitar el corcho. Doy un tirón y éste sale disparado, dándole a Draco un golpe en la frente.

-Oh, Dios, lo siento- pongo la botella en la mesita de noche, y me acerco a él, que tiene una mano sobre la frente, la tomo y se la aparto. Está claro que le va a salir un chichón.

-Si no querías champagne, haberlo dicho, no hacía falta que me agredieras.

-Perdóname, se me ha escapado, no ha sido adrede.

-Eso espero- él me sonríe-, si salgo con vida de aquí, será un milagro.

-No exageres- pongo los ojos en blanco-, solo te he dado con el corcho.

-Sí, ahora el corcho, pero primero fueron tus aparatos del pelo, se me enredó el pelo en uno y el otro me achicharró un dedo. Del coche no me caí por los pelos, aparte de que me iba a partir por medio. Después me dieron un caramelazo.

-Tienes algo de razón, Draco.

-Hermione, prométeme que cuando acabe mi condena en el mundo muggle vamos a regresar al mágico, sino aquí voy a acabar muy mal- me alegré mucho al escuchar que me incluía en sus planes de regreso al mundo mágico. Decidí ver hasta dónde me incluía en su futuro.

-Pero es que aquí vive mi familia, y me gustaría estar con ellos.

-Hombre, estaría dispuesto a hacer un esfuerzo y quedarme aquí, pero
allí podemos hacer magia sin necesidad de escondernos. Mira, te prometo que cada vez que quisieras visitar a tu familia, vendría contigo.

-Entonces no hay más que hablar, en unos meses regresamos allí- me senté a su lado y le di un beso en el lugar en el que le acerté con el corcho- me alegra ver que me incluyes en tu futuro.

-No es que te incluya en mi futuro, es que ahora tú y yo compartimos uno. Y si esto funciona, quiero que te vengas conmigo.

-¿Crees que funcionará?- le pregunté.

-¿Nuestra relación?- asentí-, por supuesto, creo que hay más probabilidad de que funciono que de que no.

-Ten en cuenta que somos muy diferentes, Draco.

-Otro motivo más, lo que le falta a uno, le sobra a otro y viceversa, además, los polos opuestos se atraen.

 

-Veo que tienes respuestas para todo.

-¿Qué creías, Granger, que te ibas a librar tan fácil de mi? Va a ser que no.

-Me alegro- ya ves si me alegraba, estaba que no cabía de felicidad, le di un beso en la mejilla y llené nuestras copas, le pasé una y me senté a su lado.

-Brindemos- chocó mi copa contra la mía- por nuestra recién comenzada relación, para que funcione-, se llevó la copa a los labios y yo hice lo mismo.

Todavía no me podía creer que estuviera saliendo con Draco Malfoy, y mucho menos que hubiera cambiado tanto, parecía una persona completamente diferente, nueva. Nos bebimos entre los dos casi la botella, yo notaba como se me estaba subiendo a la cabeza, por lo que decidí dejar de beber. Me tumbé en la cama y cerré los ojos, al rato, noté cómo apoyaba su cabeza sobre mi pecho y me rodeaba la cintura, sonreí, y empecé a jugar con sus cabellos. Hasta que caí rendida en brazos de Morfeo

-Hermione, despierta- me llamaban a lo lejos-, tenemos que irnos- abrí los ojos y me encontré con su rostro muy cerca del mío-. Nos vamos en un par de horas- tiró de mis brazos y me sentó en la cama.

-No quiero irme- me desplomé en la cama. Escuché su risa y sentí cómo sus manos envolvían mis muñecas y tiraban de mí para sentarme de nuevo.

-Tenemos que estar listos, dentro de hora y media debemos estar en el aero no sé qué.

-Aeropuerto- le corregí. Como una autómata, fui al servicio y me lavé la cara y los dientes. Cuando regresé a la habitación, Draco ya estaba totalmente vestido y preparado.

-¿Cómo puede ser que unos días te cuesta tanto levantarte y otros te levantas de un salto de la cama?

-Te he dicho que nos complementamos muy bien, Hermione, y tú misma lo has visto. A veces soy yo el perezoso, y otras veces tú, nunca nos quedamos durmiendo los dos, y así uno podemos despertar al otro.

-Yo no soy perezosa- protesté, y me miró con las cejas levantadas.

Con mi varita, y un simple hechizo, nuestro equipaje terminó de recogerse solo.

-No sabes lo que echo de manos la magia- me vestí, desayunamos, y fuimos al vestíbulo, dónde ya estaban los señores Richardson.

-Espero que hayáis disfrutado, nosotros, desde luego, lo hemos hecho- dijo el señor Richardson, y su mujer empezó a reírse tontamente, a la vez que le daba un golecito en el hombro. Estaba claro a lo que se referían, Draco y yo intercambiamos una mirada cómplice.

Al cabo de media hora, ya estábamos dentro del avión, acomodados en nuestros asientos, yo de nuevo al lado de Draco. Solo que esta vez en lugar de una mujer mayor nos acompañaba un chico de unos veintitantos.

-Cuando lleguemos voy a llamar a Ginny, y le voy a comentar eso de que tú vienes a la boda.

-No. Le vas a preguntar si le importa que vaya a la boda, que es muy diferente.

-Está bien, cómo quieres, pero te aseguro yo que no le va a importar, Draco.

-Creo que me he vuelto majara.

-¿Y eso?- le pregunté.

-Jamás se me ocurriría ir a la boda de San Potter y su novia. Ese lugar va a estar infestado de Weasleys, y, para colmo, estará allí la comadreja.

-Draco- intenté ignorar los insultos dirigidos a mis amigos-, creo que es más raro estar saliendo conmigo.

-Llevas razón, no lo había pensado- recapacitó un momento-, quién iba a decirme que iba a salir con una hija de muggles- le di un codazo ante la última palabra.

 

-A ver si aprendemos a ser más disimulados, Malfoy.

-Lo siento, Granger- me sonrió maliciosamente y m dio un beso en los labios.

Esta vez yo también me puse unos auriculares y vimos una película juntos. Y vaya película, iba de un accidente de avión.

-Vaya película- dijo él, y yo asentí.

-Verás cuando se entere Brittany, Draco- el sonrió ante la mención de la pequeña-, creo que vas a tener que acostumbrarte a que te llame tito Draco.

-Cuando se entere creo que va a empezar a preparar la boda.

-Seguro, es como si la estuviera viendo en este instante- me imaginé a la niña-, primero se pondrá como loca de contenta, sobre todo con su nuevo tito Draco, porque está deseando llamarte así, y después nos bombardeará a preguntas sobre cuándo nos vamos a casar y demás.

-Tenemos que ir a verla, Hermione.

-Sí, cuando llevemos allí unos días, ¿no?, primero hay que llamar a Ginny.

-Oye, que ¿por qué no vas tú sola? Verás, ellos no van a aguantar mi presencia, se van a enfadar contigo cuando sepan lo nuestro, y no quiero estropearle la boda a nadie, aunque ese alguien sea Potter
bueno, a Weasley no me importaría.

-Qué malo eres- pero me dio una buena idea al nombrar a Ron-, bueno, si no vas a estar cómodo mejor no vengas, estaré con mis amigos, y con Ron y

-Ah, no, de ningún modo, ni se te ocurra acercarte a ese. Porque con lo pesado que es va a estar toda la noche intentando volver contigo y

-¿Celoso?

-¿Yo? ¿De Weasley? Será una broma, ¿verdad? Sé que nunca me dejarías por esa comadreja.

-La verdad que no sé qué sentiré al verlo, quizá al verlo después de tanto tiempo, él ha cambiado, y quiere que volvamos

-Cuando lleguemos llamas a Weasley, y voy a ir a esa boda tanto si le gusta como si no- lo miré, tenía los puños apretados sobre las rodillas, me sentí mal al chantajearlo de esa forma.

-Draco, lo he dicho para ponerte celoso y que vengas conmigo, si vas a estar incómodo, no hace falta que vengas, y no te preocupes, no pienso volver con Ron aunque fuera el último hombre sobre la faz de la tierra.

-Tendrías que estar mal de la cabeza si me cambiaras por la comadreja.

-Tienes el ego por las nubes.

-Lo sé, haré un esfuerzo por ti, iré a esa boda y me comportaré.

-Gracias, Draco, te quiero- giró su rostro y me dio un beso en la mejilla.

-Pues imagínate lo que tengo que quererte yo para ir a un lugar atestado de Weasleys. Solo de pensarlo me dan escalofríos.

-Exagerado- murmuré, y él se echó a reír.

Llegamos a Londres de nuevo y subimos a mi coche. Él guardó las maletas y después se sentó a mi lado.

-¿Te dejo en tu casa?

-Sí, que voy a ir a comprar una cosa y luego me llego a verte.

-¿Qué vas a comprar?

-Ya lo verás- aparqué en la puerta de su casa, me dio un beso en los labios y salió. Cuando sacó su maleta, me despedí con la mano y me dirigí a mi casa.

Tenía curiosidad por saber lo que había comprado.

Llegué a casa, las cosas de mi maleta comenzaron a guardarse solas, yo llamé a Harry.

-¿Diga?- preguntó por el otro lado.

-Harry, soy Hermione, quería hablar con Ginny.

-Ginny, ven, es Hermione. Ya viene, y ¿cómo estás?

 

-Muy bien, Harry, ¿y tú?

-De maravilla. Te paso a Ginny. Adiós. Ginny, habla como si estuviera a tu lado- escuché que le decía.

-Es que se me hace más raro
- se quejó, pero habló con un tono de voz normal-. Hola Hermione.

-Hola, Ginny, ¿qué tal estás?

-Bien, soy muy feliz, Herms, ¿y tú?, ¿estás mejor?

-La verdad, estoy más feliz que nunca- pensé en Draco- verás, llamaba para preguntarte algo.

-Dime, Hermy.

-Verás, era para saber si podría llevar acompañante a vuestra boda.

-Hermione, ¿significa eso que estás saliendo con alguien?

-Sí, eso mismo significa.

-Por supuesto que puedes venir con él. Y ahora mismo me estás poniendo al corriente. ¿Desde cuándo os conocéis?

-Pues
nos conocemos desde que teníamos once años. Pero desde que llegué al mundo muggle hemos empezado a conocernos, y llevamos muy poco tiempo saliendo.

-¿Cómo de poco?

-A ver, hemos quedado muchas veces, pero somos pareja desde hace un par de días.

-Cuéntame cómo es: color de pelo, de ojos, si es alto, cómo es físicamente. ¿Está bueno?

-Pues júzgalo tú misma- tomé aire y lo solté-, es Draco Malfoy.

-Muy bueno el chiste, ahora en serio.

-Es cierto, estoy con él.

-Hermione, estás loca, haz perdido completamente el juicio. A ver, Malfoy es increíblemente sexy, atractivo, guapo, está tremendo

-Lo he captado, Ginny- le dije divertida.

-Vale, físicamente es el tío más bueno que conozco, pero su personalidad
además, te odia. ¿Recuerdas cómo te llamaba?

-Sí, lo recuerdo, pero ha cambiado, Ginny, en serio, yo estoy igual de sorprendida que tú. Parece otra persona.

-Hermione
quizá solo quiere sexo, a ver, ya sabes que dicen que es increíble en la cama, y se le conoce como Dios del Sexo, es un mujeriego y

-Ginny, lo sé, no hace falta que me lo recuerdes.

-Hermione, creo que él sólo busca sexo, allí está solo y desesperado, y mejor una hija de muggles que una muggle.

-Sé que no está buscando solo sexo, me lo ha demostrado, aún no nos hemos acostado, cuando llegamos demasiado lejos, él me dice que debemos parar antes de que sea tarde. El otro día me pasé con las copas, y un tío pretendía llevarme a la cama, él vino a buscarme, y yo me puse muy pesada, le dije que me hiciera el amor, pero se negó a que nos acostáramos mientras estuviera borracha.

-¿Seguro que hablamos de la misma persona? ¿Has dicho Malfoy, verdad?- dijo, sorprendida.

-Sí, él mismo.

-Pues que venga contigo a la boda, quiero ver el cambio de ciento ochenta grados que ha dado.

-Lo verás, Ginny, y muchas gracias.

-Espero que seas muy feliz, Hermione, y qué suerte, te has llevado al hombre más deseado- nos reímos juntas- ahora en serio, que venga contigo, quiero ver al nuevo Malfoy.

-Ya lo verás, una cosa, me preocupa un poco la reacción de Ron, Harry

-No te preocupes- me interrumpió-, eso lo controlo yo, les diré que se comporten, es mi boda, no querrán estropeármela.

-Eso espero.

-Oye, en un par de días me llego a tu casa, ¿de acuerdo? Es quiero comprar ropa interior sexy, y si ando por aquí seguro que me encuentro con mi madre o alguno de mis hermanos.

-De acuerdo, yo quedo contigo.

 

-Y ya te doy la invitación de la boda. ¿Te parece bien que me llegue sobre las seis?

-Sí, estupendo. Pues hasta el próximo día. Y gracias.

-Adiós, y no hay de qué. Somos amigas.

Acabé de colgar, cuando llamaron a la puerta. Era Draco.

-Mira lo que he comprado.

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Hola! Aqui les dejo el nuevo cap, siento haber tardado tanto, pero tuve q replantearme si lo hacian o no, escribi la escena, dos hojas, ni mas ni menos, pero la tengo reservada para mas adelante ^^

Dedico el cap a :

kaki_harry , astorya malfoy, zafirac4 , cullen-cecy-09, Rocio_Gerez, vampirita sexi m ,

malfoyblack , lefrance13 , Paola Cullen Malfoy, nerea 3, Mara_13, telephone97 ,

ximmalfoy, andi potter fan , MayraGarcia01, lauralunnarisdyh , crizthal, ValeLightwood,

Pao13 , kerocruz, natascha , Katherine Malfoy17 , NeksSer , salesia, patricia alejandra ,

melycullenblack , ukwii , HermioneK , Desiree Potter , Esmeralda Karkarov , nere23 , katia vulturi ,

estefa1523, LiliJamesPotter , Scarlet Malfoy , BellaCullen152 , EileenMSlyffindor ,

Anne Weasley , covarrubias09 , Nina Battaglini.

P.D. Ayer cumplí 18 años!!!

Draco:

Llamé a casa de Hermione, y nada más abrirme la puerta, ledije:

-Mira lo que he comprado- le mostré mi nueva adquisición,ella frunció el ceño.

-Draco, ¿eso qué
?

-Es un móvil, Hermione- cogí su mano y entramos en su casa-iba a comprarte uno igual, pero me dijeron que solo les quedaba este.

-No me puedo creer que te hayas comprado eso- señaló elmóvil, entre risas.

-Pues es mejor que el tuyo, Granger- le dije-, esa porqueríade miniatura que tienes, el mío es mucho más grande, además, tiene más botones,el tuyo tiene uno verde y otro rojo, a ver para qué te sirve.

-Draco, lo móviles de ahora son como los míos, te hascomprado uno de los primeros móviles que salieron a la venta- ella se rió- perosi tiene hasta antena, Draco.

-¿Qué? ¿Esto es antiguo?- lo observé, extrañado-, pero eltuyo es muy pequeño, y las cosas cuanto más grandes, mejor, Granger- le levantéuna ceja, sugerente.

-Pues esa regla no funciona con los móviles, ese chisme no teva a servir para nada.

-Ahora entiendo por qué la dependienta puso esa cara cuandole dije que quería este. Pues pensaba regalarte uno a ti.

 

-Oh, Dios, Draco, pero haberle dicho a la dependienta que teenseñara teléfonos.

-Eso hice, pero me enseñó unos muy pequeños, y le dije que mesacara teléfonos más grandes y eso hizo, pero eran muy planos, le dije que meenseñara el más grande que tuvieran, y me enseñó este.

-Y tú le dijiste que te lo quedabas, ¿verdad?- ella no podíacontener la risa.

-Sí, eso hice, ahora entiendo por qué me miraba como si fueraun bicho raro- me rasqué la cabeza.

-Draco, por Dios, lo descambiarás, ¿verdad?

-Pero si me lo ha regalado, dice que nadie va a comprar unmóvil así, y yo que me sentí orgulloso de ser el único con este móvil.

-Madre mía, ese móvil tiene más de diez años, normal quenadie quiera uno.

-Pero si las cosas viejas tienen más valor- cada vez estabamás confundido.

-Pues no pasa lo mismo con los móviles.

-Hermione, si tu teléfono no tiene ni botones, mira este- selo mostré-, tiene números y letras.

-El mío también- rebuscó en su bolso un instante y sacó elmóvil-, mira, es táctil, los números y letras están en la pantalla. Perotambién te puedes comprar un teléfono que no sea táctil pero que sea bueno, noeso, Draco.

-La dependienta habrá pensado que soy imbécil, menos mal queno voy a verla más.

-Sí, y yo también lo pienso- me dijo con una sonrisa.

-Otro día me acompañas a comprar uno, ¿vale?

-De acuerdo. Por cierto, que a Ginny le parece bien quevengas a la boda.

-Oh- eso me pilló por sorpresa-, pues qué bien, y, ¿cuándoes?

-Aún no lo sé, dentro de un par de días voy a salir con ellaa comprar algunas cosas y dice que entonces me lo dirá.

-¿Qué vais a comprar?- le pregunté.

-Ah, nada importante, cosas que faltan para la boda- pero elrubor que se apoderó de sus mejillas la traicionó.

-Qué mentirosa, Granger- le dije con una sonrisa.

-Te he dicho la verdad, quiere ver, eh
un ramo de flores.

-Seguro, flores, y por eso te has puesto colorada.

-Está bien, quiere que vaya con ella a comprar cosas dechicas, ¿contento?

-¿Y qué cosas son esas?- la agarré de la cintura y la acerquéa mí.

-Te lo digo si no mencionas nada más sobre el tema.

-Está bien, no vuelvo a hablar más sobre "cosas de chicas".

-Quiere que vaya con ella a comprar ropa interior- ella sezafó de mi agarre.

-¿Y tú
?

-Me has dicho que no íbamos a hablar más sobre el tema- mecortó.

-De acuerdo, no insistiré, pero si tú te compras algo, quieroverlo- la abracé por detrás.

-Lo tendré en cuenta.

-¿Qué te apetece hacer?- le di un beso en el cuello.

-Pues no sé, ¿salimos a dar una vuelta y ya decidimos? Y depaso miramos mejores móviles.

-No, lo del móvil lo dejamos para otro día. Vámonos- tiré desu mano.

-Espera un momento, voy a coger mi bolso- recogió sus cosas ysalimos.

-¿Vas a comprarte ropa interior?- le dije, como el que noquiere la cosa.

-Draco, dijiste que no ibas a mencionar más ese tema.

-Pero si no tiene nada de malo. Es lo más natural.

-No sé si voy a comprar algo, ya te contaré, ¿vale?

-Y me lo enseñas, pero puesto, y yo doy el visto bueno paraver si te queda bien.

-Eso ya lo veremos.

-Me alegro de que la respuesta no sea un "no" tajante.

 

-Draco, vamos allí, es un parque infantil.

-¿Para qué?- ¿qué podíamos hacer en un sitio de niños?

-Venga, vamos a pasearnos en los columpios.

-¿En dónde?- pero no me respondió. Echó a correr y se sentóen una especie de tabla sujeta por dos cuerdas. Empezó a balancearse adelante yatrás.

-Vamos, Draco, ven aquí- fui hacia ella.

-Hermione, no muevas eso tan bruscamente, vayas a caerte.

-No digas tonterías, es seguro.

-¿Seguro? Si solo está sujeto por dos cuerdecitas.

-Pero si son de hierro, tírate por el tobogán.

-No sé lo que es eso, pero no pienso tirarme por ningúnsitio. ¿Quieres que me mate, acaso?

-Anda, anda. Hasta los niños se tiran por los toboganes, venga,vamos- se bajó de un saltó del columpio y se dirigió hacia una especie de tuboinclinado con escaleras. Ella comenzó a subirlas.

-Ten cuidado, no te vayas a
- se tiró por el tubo- hacerdaño- concluí.

-Ahora tú.

-No, paso- me crucé de brazos y miré hacia otro lado.

-Pareces un niño enfurruñado, venga, lancémonos juntos por eltobogán.

-Está bien- acepté. Subimos las escaleras, ella delante demí, se sentó y yo me situé detrás.

-Pasa tus piernas por detrás de mí- eso hice, la abracé por lacintura y bajamos juntos-. ¿Ves cómo no pasa nada?

-Sí, ya veo, resulta hasta divertido. El único inconveniente queveo es que somos los únicos adultos que estamos jugando, los demás son niños-dije.

-Qué más da, nos lo estamos pasando bien, venga, vamos alsube y baja.

-Si insistes- la seguí hacia dos especies de asientosconectados por una barra.

-Siéntate en uno, yo me sentaré en el otro- amos lo hicimos,y cuando alguno empujábamos hacia abajo, el otro subía.

-Hermione, parecemos críos.

-¡Tita Hermione!- gritó una vocecita.

-¡Brit!- Hermione se bajó del sube y baja y la niña se learrojó a los brazos- ¿cómo estás?

-Muy bien, tita Hermione- ella se giró hacia mí-, hola Draco-corrió hacia mí esta vez.

-Hola, Brit- la cogí en brazos- ¿qué haces, pequeña?

-He venido al parque a jugar- se acercó más a mí y me susurróal oído- ¿sigue mi tita con su novio Daniel?

-No, pero ahora sale con otro.

-Joo, ¿quién es?

-Pregúntaselo a ella.

Ella corrió en busca de Hermione, que estaba hablando con lamadre de Brittany.

-Tita Hermione, ¿ya no estás saliendo con Daniel?- Hermioneme miró y yo alcé los brazos, como si no tuviera nada que ver.

-No, Brit.

-¿Y tienes un nuevo novio?

-Britanny, preguntar eso es de mala educación- le regañó sumadre.

-No te preocupes, Claire, sí, estoy saliendo con alguien.

-¿Puedo saber con quién?

-Me extraña que Draco no te lo haya contado como todo lodemás.

-No, no me ha dicho quién es. Tita Hermione, tendrías que darleuna oportunidad a Draco, yo quiero que él sea mi tito.

-Pues ya puedes llamarlo "tito Draco"- a la niña se leiluminaron los ojos.

-¿De verdad?- gritó, dando saltitos.

-Sí, cariño, de verdad- le dijo Hermione, la niña vinocorriendo hasta mí una vez más.

-¡Tito Draco, tito Draco, tito Draco!- me cogió la mano- québien, por fin sois novios, si yo lo sabía.

-Es que eres muy lista- le dijo su tía.

-¿Cuándo os vais a casar? ¿Pensáis tener hijos?

 

-Brittany, deja de preguntar, hija.

-No hemos pensado en eso Brit- le dije.

-¿Por qué no?- hizo pucheros.

-Es muy pronto para pensar en casarnos o tener hijos, Brit-le dijo ella.

-¿Eso significa que no vais a casaros?

-No, eso significa que no hemos pensado en casarnos, llevamosmuy poco tiempo siendo novios para pensar en eso.

-¿Sabes qué?- le dije-, tú has sido la primera en saber queestamos saliendo, y si nos casamos, serás la primera es saberlo también.

-¿Me lo prometes tito Draco?

-Claro que sí, te doy mi palabra.

-Gracias tito Draco, voy a montarme en el columpio, adiós.

-Adiós Britanny- ella se fue dando saltitos hasta el únicocolumpio que quedaba libre.

-Siento mucho que Britanny os haya hecho todas estaspreguntas.

-No te preocupes, Claire, la niña no preguntaría tanto si aDraco no le gustara contárselo todo.

-Tengo que irme con Brit, ya nos veremos otro día Hermione,adiós Draco.

-Adiós- le sonreí, ella se despidió con un beso de Hermione yse marchó en busca de su hija.

-No pierdes ocasión para poner a Brit al tanto de todo.

-Lo sé, y tenía ganas de decírselo, sabía que se iba a ponercontenta.

-Sí, estaba deseando que saliéramos juntos. ¿Quieres que nosvayamos, Draco?

-Vale- le pasé un brazo por los hombros- vayamos a mi casa ytomemos algo.

-Me parece bien- ella rodeó mi cintura.

Cuando estábamos cerca de mi casa, ella metió su mano en elbolsillo trasero de mi pantalón.

-Oye, deja de intentar abusar de mí- bromeé.

-Pues pensaba besarte, pero como veo que piensas que abuso deti- se zafó de mi agarre y se alejó un poco, yo la agarré de la muñeca y laacerqué a mí.

-Estoy deseando que abuses de mi- ella empezó a reírse, peroyo la besé. Rodeó mi cuello con sus brazos y yo hice lo mismo con su cintura.Empezó a mordisquear mis labios, y yo jadeé.

-Tiempo- murmuré contra su boca, me separé de ella, que dejóescapar un bufido- tengo que abrir la puerta- abrí la puerta y entramos dentro.

Apenas me giré de nuevo hacia ella, se apoderó de nuevo de miboca. Nos besamos con pasión, con desenfreno. Ella jamás había puesto tantasansias en un beso como ahora. Pero me gustaba. Coloqué mi mano en su nuca ydevoré su boca, la exploré con mi lengua, fuimos andando a tientas hasta quechoqué contra el sofá. Me senté sobre él y ella sobre mí.

Seguimos besándonos, pero ahora de forma más delicada, conmás ternura, aferré sus muslos y la acerqué más a mí. Nos separamos para tomaraire, nuestras respiraciones están cada vez más agitadas. Comenzó a depositarbesos en mi cuello, eché la cabeza hacia atrás y cierro los ojos, disfrutandodel momento.

Sube por mi garganta, besando mi mandíbula, y me da unpequeño beso en los labios. Le sonrío y ahora soy yo el que besa su cuello. Ledesabrocho un par de botones para tener un mayor acceso. Ella lleva sus manos alos demás botones, y empieza, con dedos temblorosos, a liberarlos de su ojal.Su pecho, solo cubierto por un sencillo sujetador negro, sube y bajaagitadamente, y eso me excita aún más.

Acaricio con mi lengua toda la piel que no cubre el sostén.Meto mis manos por debajo de su camisa y le acaricio la espalda. Me detengo alllegar al broche del sujetador, y jugueteo con él. La acerco más a mí y la besode nuevo. Ella lleva sus manos temblorosas a su espalda, y sé lo que va ahacer. Coloco mis manos sobre las de ella, para que me deje hacerlo a mí.

 

Se aleja un poco, me da un beso en los labios y aparta las manosdel cierre. En ese momento oigo muchos golpecitos, pero los ignoro. Intentosoltar el cierre, pero no sé cómo se abre. ¿Por qué son tan complicados?

Oigo de nuevo los golpecitos, solo que esta vez másinsistentes. Giro mi rostro hacia la izquierda y veo una lechuza en elalfeizar de la ventana. Pero no una lechuza cualquiera. Si no una que reconozco con gran facilidad.

-Draco, ¿qué ocurre?- la miro a los ojos un instante, perodespués, la agarro de la cintura y la siento con delicadeza en el sofá. Abro laventana y dejo entrar a la lechuza. Le desato la carta que lleva en la patamientras ella me picotea la mano. Una vez tengo la carta, la lechuza sale porla ventana, rumbo de nuevo a su hogar.

Abro la carta y la leo rápidamente. Noto como Hermione apoyasus manos en mis hombros.

-¿Qué ocurre, Draco?- me giro para mirarla, ya se haabotonado la camisa.

En respuesta a su pregunta, le paso la carta, ella la lee enun momento y se lleva una mano a la boca.

-Oh, Draco- es lo único que dice antes de abrazarme.



Hola! He regresado, bueno, más bien mi ordenador. Por fin me lo arreglaron, esta mañana ya lo tenían listo, y lo prometido es deuda, por lo que aquí tenéis un nuevo capítulo. Espero que os haya gustado.

Muchas gracias por vuestra comprensión cuando os conté lo que me pasaba. Yo ya me temía que iba a perder lectores, pero veo que no ^^

Dedico este cap a:

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Un beso enorme a todos ñ_ñ


Hermione:

Draco sigue intentando desabrocharme el sujetador, peroparece ser que no es capaz, y yo cada vez estoy más nerviosa. Por un instante,deja de mirarme y gira su cara hacia otro lado. Abre los ojos desmesuradamente.

-Draco, ¿qué ocurre?- le pregunto. Vuelve a mirarme,entonces, me deja sobre el sofá. Veo que se dirige a la ventana, y lo primeroque pienso es que hay alguien. Pero no, es solo una lechuza.

Empiezo a abotonarme la camisa mientras él trata de desatarla carta de la pata del ave. Abre la carta y yo me acerco hasta él. Dejodescansar las manos sobre sus hombros.

-¿Qué ocurre, Draco?- se gira hacia mí. Y, como de formainconsciente, me pasa la carta. La sujeto con dedos temblorosos, porque estoysegura que no puede contener nada bueno, y la leo:

Querido Draco:

Ya se ha establecido la fecha. Mañana, alas ocho y media de la tarde, tu padre recibirá el beso del dementor. Hijo, tenecesito, espero que vengas, necesito tu apoyo en un momento tan difícil comoéste.

Te quiero, eso ya lo sabes.

Narcisa

Me llevé una mano a la boca.

-Oh, Draco- me arrojé en sus brazos. Él me estrechó confuerza y enterró la cara en mi pelo. Al cabo de unos instantes, nos separamos.

Empezó a dar vueltas por la habitación. Pasándose las manospor el cabello, revolviéndoselo.

-No voy a ir, no puedo ir, Hermione- se giró para mirarme.

-Tienes que ir, Draco, tu madre te necesita a su lado.

-Iré a verla, pero en otro momento, no cuando mi padre seasometido al beso del dementor.

-Draco- solté la carta en la mesa, y me acerqué a él-, tienesque ir, hazlo por tu madre. Ella te necesita a su lado en un momento tandifícil como este. Necesita tu apoyo- agarré sus manos.

-¿Y quién me apoya a mí?- se deshizo de mi agarre y me dio laespalda.

-Yo voy a apoyarte, Draco- lo abracé por la espalda.

-No puedo ir, Hermione, de verdad- se dio la vuelta y me mirófijamente.

-Sé que va a ser muy duro para ti, pero piensa en tu madre,se sentirá aún peor si tú no estás a su lado.

-Tienes razón, pero
va a ser difícil.

-Lo sé- rodeé su cuello con mis brazos y me apreté contra él.Se refugió en el hueco de mi cuello.

-Muchas gracias, Hermione- susurró. Me limité a abrazarlo másfuerte- voy a ir, no puedo dejar sola a mi madre. Tú mañana as quedado conWeasley, ¿verdad?

-Sí, pero la llamaré y le diré que no puedo, así me quedocontigo.

-No canceles tus planes por mí, Hermione.

-Claro que sí, salir de comprar puede esperar.

-Pero yo me voy, mejor, cuando regrese, nos vemos.

-Pero Draco

-Ni pero ni nada- me interrumpió-, tú vete con tu amiga, ydespués nos vemos. Y no quiero escucharte decir más que no vas a ir a comprar.

-Está bien- me rendí, pero solo porque sabía que era muytestarudo-, pero escúchame bien, en el momento en el que llegues, me llamas yyo de momento vengo. ¿Me estás escuchando? Y yo tampoco acepto un no porrespuesta.

-Trato hecho- me dio un pequeño beso en los labios.

-¿Vas a responder a tu madre?- le pregunté.

-Sí, ya se me olvidaba- rebuscó en un cajón y sacó unpergamino, una pluma, y un bote de tinta. Después, comenzó a escribir-, voy adecirle que allí estaré, que la veo en la Mansión a las ocho, y así nos vamostodos juntos. ¿Está bien así?- me miró.

 

-Sí, perfecto, y no te olvides de decirle que tú también laquieres.

-Sí, se lo diré también- y siguió escribiendo, fue hacia lajaula de su lechuza y la dejó salir-, pues ya sabes lo que tienes que hacer,Hermin- le dijo, la lechuza le dio un picotazo cariñoso en la mano y salió porla ventana que Draco se había olvidado de cerrar.

-¿Por qué se llama Hermin la lechuza?- le pregunté.

-Pues porque yo se lo he puesto- se encogió de hombros.

-Qué perspicaz- puse los ojos en blanco- pero, ¿por quéelegiste ese nombre?

-Se me ocurrió de golpe- recogió las cosas y las guardó denuevo en el cajón.

-Draco

-No insistas, no te lo voy a contar, es demasiado vergonzoso.Vas a reírte.

-Te juro que no- soltó un prolongado suspiro, pero finalmentehabló.

-Hermione, Hermin, y ya no voy a hablar más, y no te rías- sesentó en el sofá, sin mirarme.

-¿Por qué iba a reírme?- si estaba la mar de contenta-, mehace mucha ilusión- me senté a su lado, y le di un beso en la mejilla.

-No sé, creí que pensarías que era idiota.

-Qué va, todo lo contrario, ¿vas a contarme cómo se lopusiste? Por favor, Draco- lo miré, poniendo ojitos y dejando sobresalir un pocoel labio inferior.

-Estaba pensando en nombres, y, de repente, me acordé de ti,y empecé a llamar a la lechuza Hermin. Después me arrepentí e intenté cambiarleel nombre, pero ella no respondía a ningún otro, solo a Hermin. Pero ahora nome arrepiento de haberla llamado así.

-Es un detalle muy bonito- él me dio un beso en los labios.

Hermin entró de nuevo por la ventana, y se posó sobre elhombro de su dueño, tendiéndole la pata, Draco me miró, y yo le sonreí, animándoloa leer la carta. Desató el pequeño pergamino y lo abrió, sosteniendo la cartaentre los dos, para que yo también pudiera leerlo.

Sabía que podía contar con tu apoyo, hijo.Nos vemos mañana. Te quiero mucho,

Narcisa

-Hermin, puedes salir a cazar esta noche- la lechuza ululó yechó a volar, rumbo a la calle, Draco apoyó la cabeza en mi hombro.

-Te quiero- le di un beso en la frente.

-Y yo, Hermione, quédate a dormir conmigo, por favor, tenecesito.

-Claro que sí, siempre que quieras, Draco.

-Pues entonces todos los días- se echó a reír y me dio unbeso en la frente- ¿pero antes cenamos, no?

-Sí, porque tengo hambre. ¿Qué te apetece?

-Nada en especial, lo que tú quieras- se le notaba que estababastante deprimido.

-¿Pedimos que nos traigan una pizza?

-Sí, me parece bien, y me apetece acostarme temprano, estoyagotado.

-Pues no se habla más, pido una pizza, cenamos y nos vamos adormir- rebusqué en mi bolso hasta encontrar el folleto de la pizzería. Pedí lafavorita de Draco, y me senté a su lado.

-No tengo ganas de nada, parece mentita que hace tan poco loque más deseaba era a ti, y, de repente, plaf, sin ánimo de nada.

-Es normal, Draco, es tu padre, cualquiera se lo tomaría así.

-Pero no sé por qué me siento así, Hermione, yo no quiero ami padre.

-No digas eso, Draco.

-Pero es cierto, es mi padre, y lo lamento por él, pero solome siento tan triste por mi madre, ellasí lo quiere, y se tiene que sentir fatal.

-Es horrible, la verdad.

 

-Pero tiene lo que se merece, al fin y al cabo- abrí la bocapara decir algo, pero no sabía qué, pero no me dejó hablar-, no digas nada,sabes que llevo razón aunque no me lo quieras decir.

No tuve que decir nada. Quedé salvada por la campana, o,mejor dicho, por el timbre. Me levanté de un brinco y abrí rápidamente lapuerta, para recoger nuestra pizza. Pusimos la mesa juntos y cenamos en silencio.Cada uno sumido en nuestros pensamientos.

Sabía que él tenía razón. Su padre se lo merecía. En otrocontexto me habría alegrado escuchar esa noticia. Pero no en este momento. Nosabiendo que él era el padre de mi novio.

-¿Nos vamos a dormir ya o no tienes sueño?- me preguntó.

-Estoy muerta, Draco- le sonreí, aunque era mentira, no teníani pizca de sueño, pero él necesitaba descansar, por lo que yo le haríacompañía.

-Pues vamos a dormir- recogió los restos de pizza y entró ala cocina. Entré detrás de él.

-Draco, no tengo pijama- le dije.

-Pues menudo problema el tuyo- bromeó- ahora te dejo uno mío-me cogió de la mano y tiró delicadamente de mí, yo dejé que me guiara.

Entramos en su dormitorio, se acercó al cabecero de la cama ysacó un pijama de seda negro de debajo de la almohada

-Ten, Hermione- lo agarré, pero volví a tenderle lospantalones.

-Solo me voy a poner la parte superior.

-Pues yo solo me voy a poner los pantalones. Salgo para que puedascambiarte tranquila.

-No, quédate- qué más daba, no me iba a avergonzar ahora, noiba a ver más de lo que ya había visto.

-Como quieras- él se quitó la camiseta, sacudí la cabeza,para no quedarme embobada mirándolo, y lo imité. Terminé de cambiarme y meacerqué a la cama. Él ya estaba sentado sobre ella. Yo también entré en lacama. Nos tumbamos y él me recostó en su pecho desnudo, y después nos arropó aambos.

-Hermione- susurró.

-¿Mm?

-No me dejes- sonreí y lo abracé más fuerte.

-Estoy contigo, Draco.

-No me refiero a ahora solamente.

-Ni yo tampoco- alcé la cabeza y le di un beso en los labios-te quiero.

-Yo te quiero más, preciosa- volví a recostarme en su pecho.

Cuando sentí su respiración más acompasada y estuve completamentesegura de que dormía, cerré los ojos y me dejé caer en los brazos de Morfeo.



Hola!

Pobre Draco, no?

Muchas de vosotras iban muy bien encaminadas con la idea de de quién podría ser esa carta, muy listas, chicas ^^

Espero que os haya gustado el cap, no fue uno de mis favoritos, la verdad...

He tenido muchos comentarios en este cap, pero a mi me han parecido pocos. Y LA CULPA ES DE VOSOTRAS, QUE ME HAN MAL ACOSTUMBRADO!! jajaja es broma, solo que en caps anteriores he tenido mas coments.

Y sigo dándole vueltas a la noche de estos dos. Quiero preguntarles algo: ¿prefieren que sea mas romántica o pasional? Yo creo que debería ser romántica, ya que va a ser la primera vez que hagan el amor, pero me gustaría conocer sus opiniones, que son muy importante para mí.

Otra pregunta, cuando alguien es sometido al beso del dementor, este le absorbe el alma, vedad? y qué le pasa, porque creo que en Harry Potter no dicen que mueran, si no que es peor, porque viven sin alma, que les pasa, se vuelven locos?

Les gustaria que quitara de en medio a Lucius o que se vuelva loco?

 

Muchas preguntas he hecho, jaaja, hoy estoy preguntona, pero eso es bueno, quiere decir que tengo en cuenta sus opiniones ^^

le dedico esta cap a:

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LiliJamesPotter


Os quiero mucho n_n

Draco:

Llevaba prácticamente todo el día dando vueltas por mi casa,de aquí para allá.

A veces pensaba que debía ir, era mi padre el que había sidocondenado al beso del dementor. También debía ir por mi madre, ella necesitabami apoyo en ese momento tan difícil para ella.

Pero pensaba de nuevo que yo no sentía absolutamente nada pormi padre. Quizá algo de cariño, eso era algo que ni yo mismo podía negar.Además, no iba a ser agradable ver esa escena, la de una persona a punto derecibir el beso del dementor, esa imagen quedaría grabada en mi mente.

Pero también quedaría grabada en la mente de mi madre. Y erasu esposo. Y ella, por extraño que pudiera parecer, lo amaba. Y ella me quería.Y quería que yo, su único hijo, estuviera junto a ella. Por eso volvía a pensarque debía ir por mi madre. Necesitaba un apoyo, pero solo yo podía estar conella en el instante en que su marido fuera condenado.

Seguí caminando de un lado para otro. Mientras en mi cabezapasaban, uno tras otro, todos estos pensamientos. Me llevaba las manos a lacabeza, alborotando mi pelo. Y seguía dando vueltas, y vueltas

-Draco, por favor, siéntate un rato- me dijo Hermione.

-No, no puedo estar sentado, me pongo más nervioso- ella selevantó y se acercó hasta mí.

-Draco, sé que es una situación difícil y delicada, perotienes que relajarte, son las cuatro, y la condena no se llevará a cabo hastalas ocho y media, ¿vas a estar así todo el rato?

-Tú no lo entiendes- le dije.

-Sé que será difícil para ti, pero has de relajarte por tubien.

-No te haces una idea de la situación. No quiero estar allí,pero debo ir por mi madre. Pero quizá a ti te parezca una estupidez que estéasí de nervioso por algo que no sea un examen- respondí de manera cortante.

-Tampoco es necesario que lo pagues conmigo, yo no tengo laculpa.

-Lo sé, pero no me entiendes, Hermione.

-Pues siento mucho si no te comprendo, Draco- se sentó en unasilla y se cruzó de brazos, mirando hacia un punto fijo.

 

La ignoré y seguí sumido en mis pensamientos. Pensando en quédebía hacer, qué debía decirle a mi madre cuando todo se llevara a cabo. Dejéescapar un largo suspiro. Me senté en el sofá. Ella tenía razón, tenía querelajarme, no podía estar así, dar vueltas no me iba a ayudar.

Clavé mi vista en ella, no había cambiado ni un ápice suposición. Me sentí terriblemente mal por haberle hablado de esa manera. Ellasolo trataba de ayudarme, de apoyarme, de estar conmigo. Ella estaba conmigo enesto, mostrándome que de verdad me amaba. Me había comportado como ungilipollas con ella y allí estaba, sentada, enfadada, sí, pero no se había ido,no me había dejado. Se había quedado conmigo, tal y como me dijo que haría lanoche anterior. Esa noche también había estado conmigo. Se quedó a mi lado,haciéndome compañía. Apoyándome.

-Ven aquí, Hermione- ella hizo oídos sordos, como el que oyellover- no me obligues a ir a por ti, Granger- bromeé, para aliviar tensiones.

-Ahora déjeme- me acerqué y me arrodillé, quedando frente aella.

-Perdóname, Hermione, he sido un gilipollas- volvió su rostrohacia mí-, no tendría que haberte hablado de ese modo, has sido maravillosaconmigo, me has mostrado tu cariño y tu apoyo, y yo solo te suelto una sarta deburradas.

-No tienes que disculparte, es normal que estuvieras así.

-No tenía ningún derecho a hablarte de ese modo, cariño.

-¿Qué has dicho?- susurró.

-Pues
, que no debería haberte hablado así.

-No, no, después de eso, Draco.

-Yo, hum
- le había dicho "cariño"- lo siento, se me habíaescapado- ella frunció el ceño.

-Te perdono que hayas sido tan borde si lo repites de nuevo-me sonrió tímidamente, y yo la devolví la sonrisa.

-Gracias por aceptar mis disculpas- hice una pausa, y ellaalzó las cejas, esperando-, cariño- se inclinó y me dio un beso en los labios.

Me levanté y sujeté su mano, conduciéndola hasta el sofá.

-Te quiero mucho, Hermione- le susurré al oído.

-Te amo, Draco- murmuró.

-Yo también te amo- apoyé mi frente en la suya-, ¿puedopedirte algo?

-Lo que quieras- dijo, acariciando mi mejilla.

-Oh, eso suena tentador, me dan ganas de pedir muchas cosas-le dije en tono seductor-, ahora en serio, ¿puedo pasar a verte cuando acabetodo?

-Pues claro, vaya petición- escuché una musiquita, y ella sacósu móvil.

-Dime, Ginny- dijo de manera casual, después, volvió ahablar- me parece genial que nos acompañe- otra pausa-, sí, nos vemos allí,hasta luego, Ginny.

-¿Te vas ya?

-Sí, me ha llamado para que nos veamos antes, mejor, antesvuelvo y antes nos vemos, me ha dicho que nos acompañará Luna.

-¿Lovegood?- pregunté- ¿Lunática Lovegood?

-No la llames así, pero sí, ella también viene. He de irme,luego nos vemos- se puso en pie y yo la imité.

-Luego me pasa por tu casa- le abría la puerta-, te quiero.

-Hasta pronto, Draco, te amo- me dio un suave beso en loslabios y se marchó.

Cerré la puerta, pero volví a abrirla. Iría ya a ver a mispadres, así pasaría más tiempo con mi madre.

Llegué a la Mansión Malfoy y di dos golpes a la puerta con laaldaba. De inmediato, la puerta fue abierta por un pequeño elfo.

-Buenas tardes, señor Malfoy- me abrió la puerta mientras mehacía una reverencia.

 

-Buenas tardes, Eldamar, ¿dónde está mi madre?

-Permítame que lo conduzca, señor- hizo otra reverencia yechó a andar, le seguí. Llegamos al salón, mis padres estaban sentados allí,nada más asomé por la puerta, giraron sus rostros en mi dirección.

-¡Draco!- mi madre se echó a mis brazos-, te he echado demenos, hijo.

-Ya estás con sentimentalismos, Narcisa- se quejó mi padre,solo por hoy le dejaron salir de Azkaban, para que estuviera con su familia.

-Yo también te he echado de menos, madre- ignoré lo dicho pormi padre.

-Buenas tardes, hijo- me tendió una mano que yo estreché.

-Siéntate Draco- mis padre se sentaron, tomé asiento junto ami madre.

-Pensé que ibas a repudiar a tu padre durante sus últimashoras de vida, Draco- no lo miré.

-No vine por ti, si no por mi madre, no quería dejarla sola,será duro para ella.

-¿Cuándo finaliza tu maldita condena?- inquirió.

-En unos cuatro meses.

-Cuatro meses más soportando el hedor a muggle debe ser horrible,Draco.

-Podré soportarlo- apreté los puños sobre las rodillas.

-¿Cuáles son tus planes una vez hayas terminado allí?

-No lo he pensado todavía.

-No le presiones, Lucius, por favor- le pidió mi madre.

-Me gustaría saber qué cojones piensa hacer mi hijo ahora,porque dentro de poco habré perdido el juicio y no comprenderé nada- le gritó.

Mi madre se echó a llorar. Le pasé un brazo por sus hombrostemblorosos.

-Me largo, nos veremos cuando llegue la hora- al pasar por milado, se detuvo.

-¿Qué es ese olor, Draco?- estaba aún más furioso que antes-,hueles a perfume de mujer.

-Es imposible, no he estado con nadie- le espeté.

-¿No te dedicarás a revolcarte con muggles, verdad?

-No- era cierto-, debe ser el olor del detergente.

-Explícame qué es eso.

-Lo que se utiliza para lavar la ropa.

-No te creo, pero no me importa a quién te tires en estoscuatro meses, si no lo que hagas después, y espero que no dejes al apellidoMalfoy por los suelos porque salgan a la luz tus revolcones son sucias muggles.

-Si alguien ha dejado nuestro apellido por los suelos, esehas sido tú- me dio una bofetada.

-La verdad ofende, ¿no es cierto?- le gruñí. Se marchó, sinmediar palabra.

-No deberías haberle dicho eso, Draco, sabes como es.

-Sí, lo sé, pero ya estoy hasta las narices de soportarlo.

-Draco, ya sé que tu padre tiene un fuerte temperamento, perono sé qué voy a hacer una vez que,
que
- las palabras se le quedaronatascadas en la garganta.

-Comprendo cómo vas a sentirte, lo que no entiendo es cómo loamas.

-El amor no entiende de razones, Draco, quiero a tu padre,aunque su carácter no sea el mejor.

-No, sin lugar a dudas, no es el mejor- corroboré.

-Cuéntame cómo te va, espero que no hayas tenido muchosproblemas.

-He tenido muchos problemas- y empecé a narrarle mis sucesos,pero en ningún momento nombré a Hermione, pese a que estuve a punto de hacerloen varias ocasiones.

-Vaya, has salido bastante mal parado, hijo- ya había dejadode llorar, aunque tenía los ojos rojos e hinchados. Ella no me soltó de la manoen ningún momento.

Oímos unos pasos que caminaban hacia el lugar en el que nosencontrábamos.

-Draco- dijo a mi espalda-, escúchame un momento- lo dijo másen tono de súplica que de obligación.

 

Me giré para encararlo, pero con el odio reflejado en mimirada.

-Quería disculparme, no quiero someterme a la condena estandopeleado con mi hijo- soltó.

-Está bien, no te preocupes- era la primera vez que mi padrese disculpaba con alguien que no fuera mi madre.

-Lo único que yo quiero es que a mi hijo le vaya bien en lavida, que se labre un buen futuro con alguien digno de él, con una bruja sangrelimpia- nos dijo.

-Tranquilo, Lucius- le dijo mi madre- nuestro hijo esinteligente, sabrá formarse un buen futuro con una buena mujer.

-Sí, lo sé- le sonrió mi padre. Me sentí incómodo, pero noculpable. No estaba con una sangre limpia. Salía con alguien que ellosdespreciaban, y no solo por ser hija de muggles, si no porque era HermioneGranger.

Pero yo no pensabacambiar mi situación. Si las cosas funcionaban, podría tener un buen futuro conla mujer que amaba. De la que yo no eradigno, y no al revés. Pero, a pesar de eso, la quería, y pensaba darle lomejor.

-Va siendo hora de marcharnos- dijo mi padre-, han venido abuscarme.

Mi madre y yo nos levantamos, ella estiró su otra mano paratomar la de mi padre, y salimos al vestíbulo de la mansión. Allí había dosdementores. Nada más verlos, una ola de tristeza se apoderó de mí. A los piesde las criaturas había un cartel. Mi padre se acercó y lo recogió del suelo.Después, vino hacia dónde estábamos nosotros. Era una placa con númerosgrabados. El número que contenía hacía referencia a mi padre. Era su placa deAzkaban.

-Es el traslador- apoyamos nuestros dedos en él. Al cabo deunos segundos, noté como si una especie de cuerda, situada justo debajo de mi ombligo,tirase de mí hacia arriba.

Momentos después, llegamos a una sala que desconocíacompletamente. Estaba oscura, solo iluminada por varias antorchas que estabandistribuidas por las paredes. Una figura se acercaba hasta nosotros.

-Buenas tardes, familia Malfoy- era el ministro, RufusScrimgeour-, señor Malfoy, ¿cómo le va en el mundo muggle?

-No me va mal del todo, señor ministro, gracias.

-Ya te queda menos, pronto podrás regresar. Pero a lo queíbamos- hizo una pausa-. Señor Malfoy, de un paso hacia delante, por favorrecordemos su condena.

Mi padre se soltó del agarre de mi madre y avanzó un par depasos. Yo, mientas tanto, miré la habitación. Era la primera vez que estaba enella. No la reconocía, estaba completamente vacía. Pero claro, no era plato debuen gusto para nadie ver cómo un dementor besa a otra persona.

-Señor Lucius Malfoy, usted era un fiel seguidor deVoldemort, aquellos que se hacían llamar mortífagos,ha matado a inocentes, los ha torturado, también a torturado a muggles. Por lo quehoy será sometido al beso del dementor.

Mi madre empezó a sollozar. Yo la abracé.

-Veo que viene con su familia. Tiene un par de minutos parahablar con ellos. Después, será sometido a su condena. Si su familia así lodesea, puede quedarse con usted mientras uno de nuestros dementores lo besa.

Mi padre se acercó hasta nosotros. Mi madre se tiró a susbrazos y él la abrazó.

-Escúchame, Narcisa, has de ser fuerte, sé que eres una mujerluchadora. Sabes que te quiero, Cissy, no sé si voy a sobrevivir o no, quieroque sepas que te quiero, aunque nunca antes te lo haya dicho- ella lloró másfuerte.

 

-Draco, a ti también te quiero, aunque no te lo hayademostrado. Sé que harás que el apellido Malfoy recupere su prestigio. Que tecasarás con una bruja de sangre limpia digna de llevar nuestro apellido, y quetendrás un heredero, y así el apellido Malfoy pasará de generación engeneración. Quiero que cuides de tu madre.

-No te preocupes, estaré a su lado- no podía decirle nadamás, solo le podía prometer eso, porque lo demás, iba a ser difícil, imposiblesi mi relación con Hermione funcionaba. Mi madre nos abrazó a los dos, cada vezlloraba más fuerte. Incluso hiperventilaba.

-Señor Malfoy, ha llegado la hora- me dio un apretón demanos, besó a mi madre, y se dirigió al centro de la sala. Un dementor seacercaba cada vez más a mi padre, que cayó de rodillas al suelo. La criatura sedeslizaba hacia él. A mi madre le temblaron las rodillas y también cayó alsuelo, convertida en un mar de lágrimas. Me arrodillé frente a ella y la abracécon fuerza.

Cuando el dementor se bajó la capucha, con sus manos viscosasy cubiertas de pústulas, mi madre escondió el rostro en mi pecho, la notabatemblar convulsivamente. Cerré los ojos y enterré la cara en el pelo de mi madre.

Unos instantes después, escuché el peso de un cuerpo al caer.Levanté la cabeza y miré al frente. El dementor ya salía de la penumbrosahabitación. Lo que oí caer era el cuerpo de mi padre. Estaba tumbado en elsuelo. Tenía la boca entreabierta y los ojos cerrados.

Mi madre se separó de mí. Al ver a su esposo, dejó escapar ungrito estremecedor, que helaría la sangre de las venas a cualquiera. Se levantócomo pudo, y corrió hasta él.

-Lucius, por favor, dime algo- se abrazó al cuerpo de mipadre, pero él no le iba a responder



Hola! Espero que no les haya defraudado el capítulo. En el siguiente, veremos a Hermione con Luna y Ginny de compras.

Pobre Draco y Narcisa, ¿no creen? :(

Me he creado un twitter, es: desi_crepusculo, cuando suba cap, lo diré por ahí, y si alguna vez tardo mucho en actualizar, se lo comunicaré por twitter. Si me dicen que leen mi historia, los seguiré ^^

Dedico este cap a :

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Un beso a todas! n_n

Hermione:

Saqué el móvil del bolso, ya que me estaban llamando. EraGinny.

-Dime, Ginny- le pregunté.

-He hablado con Luna, y le apetece venir. ¿Qué opinas?

-Me parece genial que nos acompañe- vaya pregunta me hacía.

-Sabía que dirías eso, ¿te parece que nos veamos en tu casaen quince minutos?

-Sí, nos vemos allí, hasta luego, Ginny.

-Adiós, Herms- respondió antes de colgar.

-¿Te vas ya?- me preguntó Draco.

-Sí, me hallamado para que nos veamos antes, mejor, antes vuelvo y antes nos vemos, me hadicho que nos acompañará Luna- respondí a mi vez.

-¿Lovegood?- mepreguntó- ¿Lunática Lovegood?

-No la llames así, pero sí, ella también viene. He de irme,luego nos vemos- me dirigí hacia la puerta, con Draco pisándome los talones.

-Luego me pasa por tu casa- abrió la puerta-, te quiero.

-Hasta pronto, Draco, te amo- le di un beso antes demarcharme.

Él cerró la puerta y yo me encaminé hasta mi casa. Meapetecía mucho estar con mis amigas, llevaba tiempo sin verlas y las echaba demenos, pero no quería llegar demasiado tarde a casa, quería estar con Draco.

No sabía, en realidad, si su padre sobreviviría al beso deldementor o no. Pero, aunque sobreviviera, no sería él mismo. Ya no solo meestaba refiriendo a la maldad, si no a que sería algo similar a un muerto envida, no tendría alma, sería como un cascarón, estaría vacío por dentro, sinemociones, ni sentimientos, sin nada que le importase. Y no sería consciente denada.

En realidad, no sabía que era peor, si la muerte, o ser unmuerto en vida

Pensé en Draco, él iba a pasarlo mal, es más, ya lo estabapasando mal. Aunque intentara negarlo, se le notaba, hoy lo había demostradodando vueltas nada más que de un lado para otro. También me molestó laantipatía con la que me contestó, pero tenía que entenderlo, era su padre, yaunque negara cualquier tipo de sentimiento afectuoso hacia él, algo de cariñoaún quedaba.

No tardé mucho en llegar a mi casa, y en la puerta ya estabanGinny y Luna. Ninguna se percató de mi presencia, no hacían más que mirar paratodos lados.

-Chicas, disimulad un poco- ambas miraron hacia mi persona.

-¡Hermione!- gritaron a la vez, me acerqué a ellas y lasabracé, depositando un beso en sendas mejillas de cada una de ellas.

-Espero que traigáis dinero muggle.

-Sí, lo hemos cambiado en Gringotts- me respondió lapelirroja.

-Herms, todo esto es fascinante- mencionó Luna.

-Más fascinante es la relación de Hermione con Draco.

-Cierto- corroboró la rubia-, queremos todos los detalles.

-No hay mucho que contar- eché a andar-, estamos saliendo ypunto.

-Hermione, por favor, hay mucho que contar, una no sale de lanoche a la mañana con su enemigo como si tal cosa.

-De acuerdo, no fue de golpe- y aquí comenzaba mi relato-,nos encontramos en un hotel, pero yo me fui, no quería aguantarlo, busquévivienda y trabajo, con tan mala pata que Draco y yo encontramos trabajo en elmismo lugar- hice una pausa-, él si tenía alguna duda me la preguntaba a mí,empezamos a quedar, pero solo para explicarle las cosas, y ya saben cómo esMalfoy, un salido, como llevaba mucho tiempo sin sexo, lo intentó conmigo, perosin resultados. Pero un día me besó, y Dios, fue el mejor beso de toda mi vida-reí de la felicidad-, y así, nos besábamos, cada vez salíamos más, pasé Nochebuenacon él- intenté olvidar lo de Noche vieja-, y luego, un viaje de negocios aBarcelona, y me dijo que estaba enamorado de mí, yo le dije lo que sentía, y mepidió que fuera su novia.

 

-Es preciosa tu historia, Hermione, nunca lo imaginé delPríncipe de las Serpientes.

-Es hermosa, la verdad, pero lo que más me interesa, ¿es enverdad tan bueno en la cama como se comenta?- típico de Ginny.

-Draco y yo aún no hemos hecho el amor- giré el rostro haciaotro lado al sentir mi rubor.

-Di que sí, Hermione, primero tienes que enamorarlo, y unavez está colado por ti, entregarte a él- me impresionaron las palabras deLuna-, si te hubieras acostado con él desde el primer momento, para él soloserías su juguete sexual, a los hombres hay que hacerlos sufrir un poquitohasta que caigan rendidos a tus pies, después puedes ser suya, que ellos serántuyos.

-Eso es cierto, si te hubieras acostado con él, ahora pasaríade ti- opinó Ginny-, eres mi diosa Herms, yo amo a Harry más que a nada en elmundo, él es mi vida, pero tú tienes enamorado al mago más sexy que conozco,Hermione.

-Dejemos de hablar de mí, contadme cosas de vosotras, y novedades.

-Bueno, Luna tiene un pequeño flirteo con Neville.

-Solo somos amigos.

-Sabes que te gusta.

-Me gusta, pero yo a él no, por lo que somos amigos.

-Lo que pasa es que ambos sois muy tímidos, y ninguno da elpaso, pero ya verás, haré lo posible para que os declaréis- Luna se limitó asuspirar-, Hermione, lo más fuerte es que mi hermano a dejado embarazada aLavender.

-¡Venga ya!- no me lo podía creer.

-Ella está enamorada, pero para él solo fue una noche. Mihermano ha cambiado mucho, ahora va de flor en flor, cuando no, está borracho.

-Dice que solo te quiere a ti- respondió Luna con su inocentesinceridad, y vi por el rabillo del ojo como Ginny le daba un codazo.

-Entremos a esa tienda- la pelirroja señaló unestablecimiento de ropa interior, me sentí aliviada, no me esperaba eso de Ron,después de lo mal que me lo hizo pasar.

Luna curioseaba todo, pero no miraba con interés ningúnconjunto. Me era más extraño ver a Luna comprando ropa interior sexy que yo,por lo que no sería la única que no compraría nada. En cambio, Ginny observabalos más atrevidos.

-Me encantan la lencería- dijo con una sonrisa en loslabios-, y a Harry le va a gustar más. Hermione, busca algo para Malfoy.

-Será para ella, no va a comprarle un sujetador a su novio-dijo la rubia.

-Qué inocente eres, se lo pondrá ella, pero el que lodisfrutará será él- señaló un maniquí-, mira ese Hermione.

No me pondría eso ni loca. Era un tanga negro, completamentetranparente, con el sujetador a juego, e igual o más transparente si cabía.

-No me pongo, eso ni se me pasaría por la cabeza.

-Yo me llevaré estos dos- me los enseñó, eran bastanteprovocativos. Uno era un camisón negro, era transparente en el pecho, pero unosbordados cubrían lo más necesario, y caía abierto, mostrando el vientre,llevaba un tanga a juego, tipo brasileño, pero no mostraba más que el trasero.El otro era rojo pasión, y era idéntico al que llevaba el maniquí.

-A Harryles va a encantar- dijo riendo.

-Es lo másprobable- reconocí.

 

-Deberíascomprarte algo, así animas a tu chico después de lo de hoy.

-Vaya, loolvidaba, hoy un dementor lo besará, seguro que se me ha metido un torposoplo ypor eso no me acordaba- miré a Ginny con una sonrisa cómplice, mientras Luna sedaba leves golpes en una oreja con la palma de la mano- seguramente estáembotándome los oídos- siguió, con aire soñador.

-Tranquila,verás cómo se te sale solo- le dijo Ginny-, ¿le ha afectado a Malfoy la condenade su padre?

-Aunque éllo niega, sí, al fin y al cabo es su padre, y lo está pasando peor por sumadre. Por eso hoy no quiero regresar tarde, me ha dicho que cuando terminevendrá a mi casa, y quiero estar ahí antes de que él llegue.

-Laverdad, Malfoy se lo merece, no tu novio, su padre.

-Sí, losé, en otro momento quizá hasta me hubiera alegrado, bueno, no alegrarme, perosí decir que se lo merece, pero no ahora que salgo con Draco, me preocupo porél.

-Vaya, síque estás enamorada, Herms, te puedo imaginar con cualquiera, pero no conMalfoy- tomó aire-, pues como ahora estará triste, más motivos para comprartealgo sexy, así lo animas.

-Ginny,por favor, no creo que esté hoy con ánimo de verme en ropa interior.

-Bueno,hoy quizá no, pero otro día con ropa interior y sin ella, entiendo que noquieras comprarte algo demasiado provocativo, puedes comprarte un conjunto sexya la par que sencillo.

-Comoéste, por ejemplo- nos giramos, Luna nos estaba mostrando un conjunto.

La verdadque era bastante bonito, era completamente negro, el sostén, que me parecía queiba a cubrir bastante poco, tenía flores bordadas, también en negro, estabordeado por un pequeño encaje del mismo tono. Las braguitas, que eran un pocopequeñas, también estaban decoradas con el mismo estampado de pequeñas flores.

-Hermione,es perfecto, tienes que probártelo- me sugirió Ginny.

-No sé,Ginny, quizá a Draco no le guste como me queda y

-No digasestupideces- me interrumpió-, ¿cómo no le va a gustar? Cuando te vea, se le vana salir los ojos de las cuencas. Entra al probador, ya- me metió de un empujóntras la cortina del probador. Después, me pasó el conjunto.

Lo observéunos instantes, era muy bonito, y sexy, pero sin mostrar más de la cuenta. Perolo más probable era que yo no me viera sexy con él, más bien me vería ridícula.De todas formas, decidí probármelo, no iba a perder nada.

Me fuiquitando toda la ropa, y me puse el conjunto de lencería sin atreverme amirarme en el espejo.

-Voy aentrar- Ginny entró sin abrir la cortina, y Luna la siguió.

-¡Herms,estás hermosa!- gritó Luna.

-Y muysexy, le va a encantar- la pelirroja me guiñó un ojo.

-No sé,chicas, no estoy muy convencida.

-¿Te hasvisto? Parece que está diseñado para ti- Ginny me puso frente al espejo, decidíecharme aunque fuera un vistazo rápido. La verdad, no me quedaba del todo mal,el conjunto resaltaba mi figura, pero no estaba del todo convencida.

-Me quedabien, es mi talla, pero no estoy sexy ni nada.

-Hermione,si te pones tiesa como un palo y con los brazos pegados al cuerpo, te aseguroque no, relájate, destensa los músculos.

Me apoyésobre una pierna, dejando una cadera más alta que la otra, moví en círculos loshombros, relajándolos, una mano descansaba en mi cadera, y la otra caía al ladode mi costado, pero sin tener el brazo rígido.

 

-Muchomejor, no se habla más, te lo llevas. Y una cosa- dijo antes de salir delprobador-, muéstrate segura de ti misma delante de Malfoy. Le va a encantar.

Sin poderevitarlo, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Era cierto, si estaba relajada,me sentaba mejor. Volví a ponerme mi ropa. Y, sin que ellas me insistieran paraque me lo comprara, yo me aproximé decidida hasta el mostrador y pagué por él.

-Vamos almenos a tomarnos algo, ¿no?- miré la hora, las nueve menos cuarto, Dracotardaría un poco, su padre recibía el beso del dementor a las ocho y media.

-Estábien, vayamos.

Nossentamos en mi chocolatería favorita. Nos tomamos nuestras tazas de chocolatemientras ellas me contaban novedades.

-Herms,casi lo olvido- registró en su bolso y me tendió un sobre, lo abrí-, lainvitación a nuestra boda, en ella también aparece como invitado Malfoy.

-¿Qué dijoHarry?

-No lesentó nada bien, pero aceptó, dice que se va a comportar, que no va a arruinarel día de nuestra boda. Espero que tu novio se comporte.

-Lo hará,Ginny. En dos semanas, de boda, tengo que comprarme el vestido.

-Sí, y yosigo pensando en cómo quiero que vayan mis damas de honor.

-Cuando lodecidas, avísame, por cierto, ¿cuántas somos?

-Tú, Lunay Fleur.

Mehablaron de Luna y Neville, de cómo siempre estaban hablando, y salían a cenara solas, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el paso, me hablaron de suspadres, que el señor Weasley había conseguido un ascenso, y el señor Lovegoodhabía visto un snorkack de cuernos arrugados, y decidí no decirle que noexistían, que a los gemelos le iba de maravilla con su tienda de artículos debroma, Sortilegios Weasley.

-Chicas,ahora sí que me voy- eran casi las diez.

Me despedíde ellas y caminé a paso apresurado hasta mi casa. Cuando estaba metiendo lasllaves por la cerradura, noté cómo depositaban un beso en mi cuello. Me abrazópor detrás y apoyó la cabeza en mi hombro. Alcé una mano para acariciarle lamejilla.

-¿Qué tal,Draco?

-No hasobrevivido- dijo en voz baja, me giré y le di un abrazo.

-Cuanto losiento, Draco.

-Entremos,Hermione- abría la puerta, tomé su mano, y lo arrastré hasta el sofá.

-¿Cómoestá tu madre?

-Fatal,estaba enamorada de él, no ha parado de llorar hasta que se ha quedado dormida-enterró la cara entre las manos-, poco antes de morir le dijo que la amaba, y amí me dijo que me quería, aunque nunca me lo haya demostrado.

-¿Y tú quétal estás?- me senté a su lado y apoyé una mano sobre las suyas.

-He dichoque no me importaba su muerte, pero no era cierto, Hermione, estaba engañándomea mí mismo, no lo quería, me lo ha hecho pasar muy mal muchos años, pero algode cariño escondido sí había.

No sabía que decirle, por lo que me limité aabrazarlo.

-¿Qué hascomprado?

-Nada-escondí la bolsa en mi espalda.

-Ah, esropa interior, que acabas de comprarla en tu salida de chicas. Déjame verla-pasó una mano por detrás de mi espalda.

-No,Draco, por favor, me da vergüenza.

-No tengasvergüenza conmigo, cariño- retrocedí un poco, y él se acercó más, hasta quedartumbado sobre mí-, ¿vas a dejarme ver lo que te has comprado?- empezó a besarmeen el cuello.

-No,Draco, ahora no, en otro momento, te lo prometo- siguió besándome.

 

-Mira quete gusta hacerme sufrir, me las vas a pegar todas juntas, te lo aseguro-respondió de manera pícara.

-Qué miedo-,bromeé, alzó las cejas y se recostó en el sofá.

-Estoycansado- dijo en un leve susurro- oye, te ha dicho Weasley cuándo se casa.

-Ah, sí,se me olvidaba decírtelo, en un par de semanas. Tengo la invitación en elbolso, luego te la enseño.

-No quieroir a la boda, Hermione- escondió la cara en mi pecho, como un niño pequeño.

-Veráscómo nos lo vamos a pasar bien, Draco- le di un beso en la frente.

-Hoy heestado a punto de decirles a mis padres lo nuestro.

-¿No creesque es muy pronto?

-Sí, espronto, pero qué más da eso, llevamos poco saliendo, pero vamos en serio, ¿no?-levantó la cara para mirarme.

-¿Acaso lodudas?- le di un beso.

Se encogióde hombros y bostezó.

-¿Tienessueño?- él se limitó a asentir-, pues vámonos a dormir.

-¿Es unainvitación a que duerma contigo?

-Puesclaro, pero si no quieres, puedes irte.

-Déjamepensar- se llevó un dedo a la barbilla-, me quedo.

-Sialguien me hubiera dicho hace unos años que iba a salir contigo, me reiría deél y le diría que está loco.

-Sí, yoreaccionaría igual, pero desde luego, eres lo mejor que me ha pasado.

-Oh,Draco- sus palabras me habían emocionado- te quiero tanto- le di un abrazo.

-Y yo ati.



Hola! Pues aquí les traigo un nuevo capítulo, espero que les haya gustado.

Tengo que decirles que a partir de ahora no voy a poder actualizar tan frecuentemente como lo he hecho hasta ahora. Acabo de empezar la universidad, solo llevo dos días y ya tengo que leer cuatro libros y hacer un trabajo.

Pero cada vez que tenga un hueco, por pequeño que sea, escribiré, palabra ^^

Dedico este cap a :

lefrance13, MimiR_98, vampirita sexi m, MARITA2, Paola Cullen Malfoy, Pamex17,

BellaCullen152, ukwii, Varne Belikov, jeka13, cullen-cecy-09, kaki_harry, salesia,

melycullenblack, kerocruz, astorya malfoy, rooivanna, Pao13, The Halfblood Melton,

katia vulturi, FerMalfoy , brendisis, Rociobg, marigranger, nerea 3,

Katherine Malfoy17, EileenMSlyffindor, LiliJamesPotter, debii_MalfoyRiddle97

Besos a todas! n_n

Draco:

Me desperté cuando la luz se filtró por las ventanas. Me giréhacia un lado, quedando frente a una cabellera castaña. Sonreí y me pegué a sucuerpo, rodeándole la cintura con un brazo, mientras enterraba la cabeza en supelo, respirando el olor que desprendía. Ese olor a vainilla que me volvíacompletamente loco.

Hoy tenía pensado ir a visitar a mi madre. Para ver cómo seencontraba.

 

Hermione se removió, y después se dio media vuelta, quedandofrente a mí.

-Buenos días, pensé que estabas dormido.

-Acabo de despertarme, ¿has dormido bien?- tracé pequeñoscírculos en su cintura con el pulgar.

-Sí, ¿y tú?, ¿estás mejor?

-He dormido muy bien estaba muy cansado, por lo que hedormido como un bebé- ella sonrió-, ya me encuentro mejor, y más estando a tulado.

-Te quiero- se pegó a mi cuerpo.

-Yo también- le di un beso en el cuello-, ¿sabes? Hoy iré aver a mi madre.

-Sí, a ella le hará bien que tú la visites.

-Eso espero, Hermione. Me gustaría que un día me acompañarasa mi casa, le hablaré a mi madre de ti, y así podrás conocer tú también a tusuegra.

-Pero, ¿cómo crees quese tomará tu madre que estés saliendo conmigo?

-No sé, la verdad, pero me da un poco igual. Hombre, megustaría que se lo tomara bien, y así podemos ser una familia convencional,pero si la noticia no le agrada, va a tener que acostumbrarse, no piensocambiar mi situación- le di un beso-, pero ella no es como mi padre, confío enella y sé que le dará igual con quien salga siempre que sea feliz.

-¿Eres feliz conmigo?

-Tú eres mi felicidad- hice una pausa-. Cada vez sueno máscursi, Hermione- ella solo se echó a reír y yo me uní a ella.

Desayunamos tranquilamente, y me despedí de ella para ir avisitar a mi madre.

Antes pasé por mi casa para cambiarme de ropa.

Tardé un rato enllegar a la Mansión Malfoy ya que no podía aparecerme. Llegué a mi casa y toquéen la puerta, que se abrió al instante, recibiéndome el mismo elfo de la vezanterior.

-Buenos días, señor Malfoy- hizo una reverencia.

-Buenos días, Eldamar- se hizo a un lado y entré-, ¿dóndeestá mi madre?

-Su madre, señor, se encuentra en su dormitorio, lo acompañohasta allí, señor- después de volver a hacer una reverencia, echó a andar y yolo seguí escaleras arriba.

Sabía perfectamente cuál era el cuarto de mis padres, pero nose lo dije al elfo doméstico, de todas formas él se empeñaría en acompañarme.

-Ya hemos llegado, señor, me retiro, señor.

-Gracias, Eldamar- tomé aire y llamé a la puerta deldormitorios de mis padres.

Mi madre me abrió la puerta, tenía los ojos enrojecidos ehinchados.

-Draco, hijo, qué alegría que estés aquí- me dio un abrazo yla estreché.

-¿Cómo te encuentras, madre?

-Mejor, Draco, bajemos al salón, allí estaremos mejor- metomó la mano, y yo se lo permití, bajamos hasta el salón y nos acomodamos enunos sillones de piel. De momento, un pequeño elfo nos trajo una bandeja contazas de café y pastas.

Mi madre cogió una taza de café con manos temblorosas.

-Me siento tan sola, Draco- sus palabras me dolieron-, tengoganas de que llegue a su fin tu estúpida condena, así puedes regresar, hijo.Estoy deseando que te cases y me des un nieto.

-Madre, no tengo intención de tener un hijo de momento, perono te preocupes, no te voy a dejar sola.

-Eres tan bueno- me acarició una mejilla-, lo único que tepido es que no cometas el mismo error que tu padre, demuéstrale tu amor a tufamilia, y no seas muy estricto con tu hijo- por un momento, los ojos se letornaron vidriosos.

-No lo haré madre, te lo prometo.

-Espero que una vez que tengas un hijo, no te importe queesté en tu casa cada dos por tres, y espero que a tu futura esposa tampoco-intentó reírse, pero lo único que consiguió fue esbozar una mueca.

 

-Madre, tengo que contarte algo-, hice una pausa-, estoyconociendo a alguien- abrió los ojos de manera desmesurada.

-Eso es maravilloso, Draco. ¿Cuándo vas a presentármela? ¿Laconozco?- quiso saber.

-Eh, sí, sí, la conoces, aunque no mucho. Y
, pues no sé,cuando regrese aquí, podemos quedar y te la presento- todavía no queríaarriesgarme a contarle que estaba saliendo con Hermione.

Porque, aunque confiaba en mi madre y tarde o tempranoaceptaría que estuviera con alguien hija de muggles, le costaría un pocoasimilarlo, además, le costaría un poco dejar atrás los estúpidos prejuicios dela pureza de sangre que tenía y que mi padre se había encargado de hacerlos másnotorios.

-Estupendo, espero que sea una buena mujer- ella ni tansiquiera estaba mencionando que era una sangre limpia, ya lo daba por hecho.

-Es maravillosa- respondí con una sonrisa.

-¿Y se puede saber a qué estás esperando para presentármela?-frunció el ceño-, quiero saber ya quién es mi nuera.

-Tiempo al tiempo, madre, pero te prometo que pronto te dirécon quién estoy saliendo.

-¿Vais en serio? Quiero saber si habéis hablado ya decasaros, o de tener hijos.

-No, no, aún no, es pronto, pero sí, vamos en serio.

-¿Sabes ya que se casa Potter? Con esa Weasley, sí que hacaído bajo, salir con una pobretona.

-Sí, lo sabía- íbamos por el mal camino, si no le gustabaWeasley por ser pobre y eso que era sangre limpia, no quería ni pensar en sureacción cuando supiera que la persona con la que yo salía era hija demuggles-, he escuchado que ya mismo es la boda- tampoco iba a decirle que yoiba a ir, no cuadraría mucho que yo fuera a la boda de unas personas con lasque jamás me había llevado bien. O, mejor dicho, de unas personas con las quesiempre me había llevado rematadamente mal.

-Weasley ha cazado un buen partido- dijo con cara de asco-,nada más y nada menos que el niño que derrotó al Señor Tenebroso, además, lasacará de la pobreza. Hijo- me miró a los ojos muy seriamente-, hay muchaslagartas sueltas por ahí como esa Weasley o como las sangres sucia que muchasveces van por los hombres por la fama o el dinero, sé que tú sabrás con quiénhas de salir o quién no, pero, la verdad, ese Potter podría haberse buscado aalguien mucho mejor.

-Es su decisión, madre, hay que respetarla, nada se puedeentrometer, y puedo decirte que Weasley está enamorada de Potter desde hacemucho. Me di cuenta hasta yo, y eso que no me relacionaba con ellos. Hasta leregaló una tarjeta por San Valentín cuando Potter y yo estábamos en segundocurso.

-Bueno, si tú lo dices- respiré más tranquilo-, aunque seapobre, al menos es una sangre limpia- y de nuevo salía a relucir el linaje-. Elotro día vi a Pansy con su novio. Pobre chico, me parece que es el único que nosabe de los cuernos que tiene.

-Tú misma lo acabas de decir de manera inconsciente. Hasdicho que hay muchas lagartas sueltas como las sangres sucia, y Pansy, que essangre limpia es una suelta, no todas son iguales, madre, hay sangres limpiaque son unas lagartas y otras que no, pues pasa lo mismo con las hijas demuggles- me miró, desconcertada.

-Me parece que estar tanto tiempo rodeado de muggles te estáafectando al cerebro, hijo.

 

-Me encuentro perfectamente, sé lo que digo, hay de todo.

-Bueno, hijo, no sé qué decirte.

-Pues yo sí sé lo que digo, y puedo asegurarte que no todaslas que no son sangre limpia son unas guarras.

-Bueno, eso serán las muggles que no saben de la existenciade la magia, pero da igual, no quiero que nos enfademos por tonterías comoestas, ¿de acuerdo?- dijo.

-Por supuesto, madre- me levanté del sillón-, he de irme,pero volveré pronto, ¿de acuerdo?

-Sí, hijo, te esperaré hasta entonces- ella también seincorporó.

-Si necesitas algo, házmelo saber- ella me dio un beso en lamejilla.

-Sí, no te preocupes, adiós, Draco.

-Adiós, madre- apreté su mano y me marché.

De camino a casa, pensé en preparar una cena e invitar a Hermione.Pero, ¿qué iba a preparar si no sabía cocinar? Antes de nada, me dirigí a sucasa, vaya a ser que ella no pudiera quedar esta noche. Di unos golpecitos a supuerta, y al cabo de unos instantes, ella me abrió la puerta.

-Hola, Draco- se hizo a un lado, al pasar por su lado paraentrar, me incliné y le di un beso en los labios, ella cerró la puerta-, ¿cómoestá tu madre?

-No se encuentra muy bien, la verdad, dice que se sientesola, hasta me ha dicho que quiere ya un nieto- me senté en una silla.

-Pero si eres muy joven para tener hijos- exclamó.

-Somos, cariño, vamos en un mismo lote, ¿recuerdas?- le guiñéun ojo- por cierto, venía a preguntarte si te apetece que salgamos a cenar.

-¿Esta noche?- asentí-, me parece estupendo.

-Me paso a por ti a las nueve, ¿te viene bien?

-Sí, me viene estupendamente- me sonrió.

-Hermione, ¿por qué no te traes el pijama? Así duermes en micasa- me miró fijamente-, tranquila cariño, no es la primera vez que dormimosjuntos, no vamos a hacer nada que tú no quieras.

-Lo sé, Draco- me dedicó una sonrisa.

-Pues luego nos vemos, tengo que irme- le di un beso-, hastaluego, te quiero, preciosa.

-Yo también te quiero. Adiós Draco.

No fui directamente a mi casa, antes, me pasé por unafloristería y compré un par de docenas de rosas. Después, me llegué a unsupermercado y compré una botella de champagne.

Cuando llegué a micasa, una de las rosas la coloqué sobre la mesa.

Fui hasta mi dormitorio, y arranqué los pétalos al resto delas flores, y formé un camino con ellas desde la puerta de la habitación hastala cama. El champagne lo guardé en el frigorífico.

Me di una ducha después de afeitarme. Me vestí de traje. Y,cuando terminé de ponerme la corbata, cogí la rosa y puse rumbo a su casa. Ellame abrió la puerta y me quedé embelesado mirándola, siempre me parecía queestaba guapa, pero hoy más que nunca.

Se había puesto un vestido, justo por encima de las rodillasy de de tirantes finos, raso y de colornegro. Era más ajustado al pecho y a lacintura, y, a partir de las caderas, caía más suelto, dando mayor movilidad asus piernas. Sencillo pero elegante, como toda ella. Llevaba unos zapatos detacón, también negros. Llevaba el pelo recogido salvo por algunos mechones.

-Estás hermosa- dije con voz ronca, a la vez que le tendía larosa.

-Gracias, Draco- aceptó la rosa y se la llevó la nariz,aspirando su aroma-, voy a ponerla en agua- se adentró en su casa.

Yo esperé en el vestíbulo hasta que terminara. Cogió unpequeño bolsito de mano y se acercó hasta mí.

 

-¿Nos vamos?- entrelazó sus dedos con los míos.

-Sí, claro.

No tardamos mucho en llegar al restaurante puesto que estababastante cerca de su casa. Ocupamos una mesa y de momento el camarero nos trajola carta.

-Estás muy guapo- comentó.

-Siempre estoy guapo, Hermione- le sonreí.

-Pues hoy estás más guapo que de costumbre.

-Oh, vale, eso está mejor.

-Al poco de que te fueras vino Ginny y me ha dicho que ya haelegido los vestidos que llevaremos las damas de honor. Ya solo tenemos queprobárnoslos por si no nos están bien, arreglarlos.

-Ya me lo enseñaras, ¿no?

-Claro que sí- el camarero se acercó en ese momento hastanuestra mesa y le pedimos lo que queríamos de cena.

-¿Qué vamos a hacer, regresar al mundo mágico o quedarnosaquí?

-Regresamos allí, ¿no? Así también puedes ver más a tu madre.

-Como tú quieras, Hermione, pero nos quedemos dónde nosquedemos, me gustaría que nos fuéramos a vivir juntos. ¿O piensas que es muypronto?

-Para nada-me sonrió-, entonces, nos buscamos allí una casa.

-Te quiero- coloqué una mano sobre la suya.

-Yo también- tuvimos que soltarnos las manos porque elcamarero nos trajo la cena.

Durante toda la cena casi ni hablamos, nos limitamos amirarnos y a sonreírnos, pero ya se sabe, una sola mirada dice más que milpalabras

-¿Nos vamos a pasar por tu casa para que recojas las cosasque necesitas para dormir?

-No hace falta, ya lo llevo aquí- me mostró su pequeñobolsito.

-Oh, estupendo- le sonreí-, ¿te parece que nos vayamos?

-Sí, antes de que refresque más- llamé al camarero y pagué lacuenta.

Antes de salir al exterior, me quité la chaqueta y se la pusesobre los hombros.

-Gracias- dijo, mientras se abotonaba mi chaqueta.

-No hay de qué, Hermione- le abrí la puerta para que pasara ycaminamos en dirección hasta mi casa.

No tardamos mucho rato en llegar, ya que el restaurante en elque cenamos se encontraba más o menos a medio camino entre la casa de ellay la mía. Abrí la puerta y ella entró.

-Vaya, qué bien huele- miró hacia todos lados-, ¿huele arosas?

-Sí, pero no busques, porque no las vas a encontrarprecisamente aquí.

-¿Entonces dónde?

-Ya lo verás, no seas impaciente- me acerqué a la mesa delcomedor y solté sobre ella las llaves y la cartera.

Y, apenas me giré, ella me rodeó el cuello con sus brazos yme besó.



Hola! por fin rgreso con un nuevo capitulo! Espero que les haya gustado!

¿Se imaginan lo que puede pasar esa noche? Si, si, todas, creo, que estareis pensando en lo mismo, y os puedo decir qu no os equivoccais ^^

Esta sera la noche de esta pareja! Creo que podre subir ese cap el domingo, ants de seguro que no debido a falta de tiempo...

Os adelanto, el cap no sera narrado ni por Hermione, que es a quien le toca, ni por Draco, sino por mi, asi se pueen ver lo que siente ambos.

Quiero agradecer a todos los que dejan comentarios y dedicar este cap a las personas que comentaros el cap anterior, no puedo escribir sus nobres como siempre debido a falta de tiempo!! :(

Besos n_n

Autora:

Es Hermione la que se decide y rodea el cuello de él, y lobesa. Le da un beso cargado de pasión. Draco tampoco pierde el tiempo, colocasus manos en la cintura de la chica y la pega a su cuerpo todo lo que puede. Él es el primero enintroducir su lengua en la boca de Hermione. Sus lenguas se enredan juntas, y danzan.Es un baile lento, sensual. Es un baile que se asemeja al tango.

 

Hermione se separa del chico y toma su rostro entre susmanos. Se miran fijamente a los ojos. Se dirigen una sola mirada, mirada que noestá solo cargada de pasión y deseo, sino que también refleja el amor quesiente el uno por el otro. Amor que ninguno ha sentido jamás por nadie más.

Hermione sí que había querido a Ron, pero no había estadoenamorada de él. Y se daba cuenta de ello ahora. Ella había llegado a pensarque no se había enamorado de Ron por todo lo que le hizo pasar, pero no, alprincipio el pelirrojo era bueno con ella, pero jamás había sentido como sicientos de mariposas revolotearan en su estómago cuando se besaba con Ron, niuna de sus sonrisas le quitaba el aliento. Ni le daba un vuelco al corazóncuando le decía que la quería. Y, todo eso sí que le pasaba con Draco. Con Ron,lo que le había sucedido era que había confundido el amor con la amistad, esaque ya ni siquiera existía.

Draconunca ha querido a otra persona, nunca ha sentido nada por ninguna otra mujer,las chicas con las que estaban no eran más que un entretenimiento, eran solouna noche, excepto para algunas privilegiadas que podían disfrutar varias vecesde su compañía. Pero jamás había dormido con ninguna, después de acostarse conellas, una de dos, o él se iba, o pedía a las chicas que se marchasen. Pero conesas chicas sólo había tenido sexo, con ninguna de ellas había tenido unaspalabras bonitas, y por palabras bonitas él no se refería solo a un "tequiero", sino a un "te ves preciosa", y esas palabras solo se las habíadedicado a la castaña, con la que también había compartido cama, pero solo paradormir, y, si acaso, algunos besos y abrazos. Pero a él le llenaban más,disfrutaba más de un solo roce de labios con esa castaña, ahora su castaña, que de una noche de sexo con otramujer. Y era algo que aún él no entendía. Que era nuevo. Nunca creyó en elamor. Las personas que él conocía no se casaban por amor, sino por dinero, opor mantener el estatus de sangre, el de los sangre limpia. La única persona, aaparte de Hermione, que él quería, era su madre. Por su padre quizá solo sentíacariño, ese cariño que se siente por una persona a la que conoces de hace muchotiempo. Y ese cariño estaba enterrado. Enterrado a kilómetros de profundidad.

Ella, con el rostro de él aún entre sus manos, deposita untierno beso en sus labios. Esos labios que la vuelven completamente loca. Peroes una locura sana, porque ella está loca de amor.

Abandona su boca, y él la mira con una ceja alzada, un gestoque puede resultar arrogante, pero que a ella le encanta. Ella le sonríe yviaja hasta su oído. Y le susurra que lo quiere. Y al impactar el alientocálido de ella, mezclado con esas palabras de amor, él se estremece, y eso aella le gusta, le gusta tener a veces con él el control. Por lo que atrapaentre sus labios el lóbulo de su oreja, lo lame y él cierra los ojos, y ella loatrapa ahora con sus dientes, y lo muerde. Pero no lo muerde con fuerza, sinoen el punto necesario para que él suelte un suspiro de placer. Y ella sonríe,satisfecha ante esa muestra de debilidad de él ante ella. Y baja hasta el huecode su cuello, en ese lugar también mordisquea, y lo saborea de nuevo con sulengua. Y lo besa de tal manera que de seguro le dejará marca, y sube y muerdesu barbilla, y también la acaricia con su lengua.

 

Y él ya no puede más con esta placentera tortura, por lo queagarra su cabeza y la aleja un poco de él. Y ella hace un mohín, porque ellaquiere seguir jugando. Y él sonríe ante esa muestra de capricho. Pero éltambién quiere sentirla, y ahora es su turno. Y él aparta un poco su cabello, yrespira en el oído de ella, y ahora ella se estremece y cierra los ojos. Y élla mira de nuevo, y apoya su mano en el rostro de ella, y con su pulgaracaricia el labio inferior de ella. Y luego acaricia su mejilla, y ella gira lacara y le da un beso en la palma de la mano.

Él toma con delicadeza una de las manos de Hermione, y laconduce hasta su dormitorio. Ella abre los ojos al ver ese pasillo de rosas queconduce directamente hasta la cama. Ahora sabe de dónde procedía el deliciosoaroma a rosas.

-Draco, qué bonito- ella le dio un beso en los labios.

-Tú eres mucho más bonita- ella se coloca frente a él, y, condedos temblorosos, tira del nudo de la corbata del chico. Cuando el nudo estuvosuelto, él se saca la corbata por lacabeza con un solo movimiento y la deja caer al suelo.

Ella tira de la camisa de él para sacársela de dentro de lospantalones, y comienza a desabrocharle algunos botones. Apenas ha desabotonadoun par de ellos, ya que el temblor de sus dedos no le permite avanzar másdeprisa, cuando él agarra sus manos. Hermione levanta la mirada hasta encontrarsus ojos. ¿No quiere continuar? Le extraña. ¿Lo estará haciendo mal?

-Hermione, no he preparado esto con esas intenciones, no hacefalta que
- ella sonríe y le da un beso,contenta al saber que él se preocupa tanto de ella y la cuida de ese modo.

-Lo sé, pero quiero estar contigo- y no puede hacer nada paraque el rubor ascienda hasta sus mejillas.

Hacen el trabajo juntos, entre los dos terminan de desprenderel resto de los botones. Con un solo dedo, ella dibuja los marcados abdominalesde él, que no puede evitar estremecerse y encoger el vientre ante tal contacto.

Él rodea su cintura y comienza de nuevo a besarla, y andalentamente en dirección a la cama. Y, cuando las piernas de ella chocan contrael colchón, se sienta sobre ella. Y Draco abandona de nuevo su boca y se poneen cuclillas, y lentamente le quita los zapatos, toma uno de sus pies ydeposita un beso en el tobillo, y así asciende, trazando un sendero de besospor sus piernas, comenzando por la pantorrilla, pasando por la rodilla, tieneque subirle un poco el vestido para poder besar su muslo, y ella, mientrastanto, tiene los ojos cerrados y dejaba escapar leves suspiros, pero cuando seaproxima demasiado a su ingle, aparta su rostro y se pone en pie, y le da unbeso en el cuello.

Él la toma de la mano y tira de ella para que se levante, unavez que lo consigue, pasa sus manos por la espalda de la chica y, lentamente,baja la cremallera del vestido, pero este no cae de inmediato al suelo graciasa los tirantes. Es ella la que se anima y decide también actuar, hacer algo.Por lo que lleva sus manos hasta los finos tirantes del vestido y los dejaresbalar por sus hombros. Draco no puede hacer otra cosa más que observarla, noquiere ni pestañear para no perderse ni uno solo de los movimientos de lacastaña. El vestido cae al suelo y la desnudez de la chica solo queda cubiertapor un pequeño conjunto de ropa interior. Ese que se compró por consejo de susamigas.

 

Sabe que ha hecho bien comprándoselo al ver la cara delrubio. No puede dejar de mirarla ni un solo instante. Él ya sabía que su noviatenía un físico espectacular, pero nunca se le pasó por la cabeza que ella sepusiera un conjunto de lencería tan atrevido como ese. En realidad, el conjuntono mostraba nada indebido, pero le gustaba lo que insinuaba. Había visto amujeres con menos ropa, pero no le había gustado verlas tanto como le gustabaver a Hermione. Supuso que se lo había comprado el día de la salida de chicas.

Él se acerca más a ella y comienza a besar y lamer su cuello,y besa también todo lo que no cubre la tela del sostén, esa prenda le resultabastante molesta en su cometido, pero decide no retirarla, aún. Y sigue bajandocon su boca, con su lengua, hasta el vientre de ella, y llega hasta elborde de sus braguitas, y ella aguantala respiración, pero él también va a respetar esa zona, por el momento.

Él se levanta y la mira, y ella ataca de nuevo su boca. Élagarre con firmeza sus muslos, y ella entrelaza sus piernas alrededor de lacintura del chico. Un instante después, se encuentran sobre la cama, él sobreella, ella lleva sus manos a los hombros de él y tira hacia atrás de su camisa,la que cae al suelo.

Draco lleva una mano a la espalda de Hermione, y suelta elbroche del sostén, y sitúa esa misma mano bajo el sujetador, y aprieta supecho, y ella no puede hacer más que dejar escapar un gemido de sus labios. Y,con su otra mano, le sube el sostén, a fin de poder contemplar por primera vezsus pechos. Ella no tarde en ruborizarse, y él le da un beso en los labios.

Y él la contempla un instante, observa la manera en la quesube y baja su pecho, y, con la punta de su lengua, acaricia uno de suspezones, y ella, para evitar que un gemido vuelva a escapar de su boca, muerdesu labio inferior con fuerza. Él después lo envuelve con su boca, y ella arqueala espalda y juega con su pelo rubio. Y así, con su boca, con su lengua, consus dientes, juega con los pechos de ella, ya erectos, sin descuidar a ningunode los dos, mientras ella ejerce más fuerza en su labio con los dientes para nogritar.

Él vuelve a subir hasta su boca, y lame la herida del labiode Hermione. Ella se incorpora en la cama, y rodea la cintura de él con suspiernas. Y se abraza a él, y él gime cuando sus pechos desnudos entran encontacto. Ella besa el cuello y el pecho desnudo de Draco, mientras que élretira los ganchillos que sujetan el cabello de ella, y la melena rizada deHermione cae sobre sus hombros y su espalda, tal y como le gusta a él.

Ella conduce sus manos hasta el cinturón de Draco, y una vezque se lo quita, decide desabrocharle el pantalón. Él apoya su frente sobre lade ella y la observa, una vez que ella termina su misión, levanta la miradapara encontrarse con la del rubio, que le sonríe tiernamente y le da un beso enla punta de la nariz.

Él se aparta un poco para poder liberarse de los pantalones,a ambos les queda encima una solaprenda. Draco introduce un dedo dentro de ella, y ella no entiende muy bien cómolo ha conseguido, ya que aún lleva puestas las bragas. Hermione arquea laespalda ante tal contacto y se agarra a la fuerte espalda de él. Él introduceotro dedo dentro de ella, y éstos empiezan a salir y a entrar, y ella lo únicoque puede hacer es agarrarse fuertemente a su espalda, y volver a cerrar losojos y morder su labios para no gritar, aunque, de vez en cuando, no puedeevitar que un gemido escape de su boca. Y los dedos de él toman un ritmo másrápido, y Hermione no puede soportarlo más, no puede hacer nada para que losgemidos y los suspiros escapen de su boca, enreda sus dedos entre el cabello deél, y besa su boca, y lame su barbilla mientras los dedos de él siguen entrandoy saliendo. Pero ella no puede aguantarlo más, no puede con esa placenteratortura, y desea que él termine ya, y él parece conocer cuáles son sus deseos,porque él retira los dedos del interior de ella.

 

Hermione no deja de jadear, y descansa un momento, con lacabeza apoyada en el hombro de él, y entonces levanta su rostro para mirarlo.Él le sonríe y ella le da un beso en los labios. Él lleva sus manos al borde desus bragas, y espera, espera la reacción de la chica. Ella, con una sonrisa, leda su consentimiento. Y, lentamente, desliza la última prenda que le queda aella. Desciende por sus muslos, por sus rodillas, por sus pantorrillas, yquedan atrapadas en sus tobillos, pero Draco, con un solo movimiento, lo quitóde allí. Y él vuelve a subir, y separa un poco las piernas de ella, y pasa,una, una sola vez, su lengua de serpiente por el sexo, ya húmedo, de ella, quearquea su espalda y pronuncia su nombre.

Él se coloca entre las piernas de ella, quién le rodea elcuello con los brazos, y se pega más a su cuerpo, notando cierta parte de laanatomía de él, ya bastante abultada, chocando contra su vientre.

Volvieron a besarse, ambos están sudorosos, un mechón decabello rubio está pegado a la frente de él, y ella se lo retira. Y ella llevasus manos hasta el bóxer de él, él sabe cuáles son sus intenciones y decideayudarla, coloca sus manos sobre las de ella y entre los dos hacen descender laúltima prenda que les queda.

Ella no baja la mirada, no quiere ver el miembro de él, perosí quiere notarlo, sí quiere sentirlo dentro de ella. Él la observa unosinstantes, no sabe si dar el siguiente paso.

-¿Estás completamente segura de
?- pero no le da tiempo deacabar su pregunta, porque ella lo calla con un beso, después lo mira y asientecon su cabeza.

Y él, con sumo cuidado, empieza a entrar en ella, que setensa y se muerde el labio inferior, él desearía entrar dentro de ella con unasola embestida, pero sabe que la primera vez, por muy cuidadoso que sea elchico, es dolorosa. Él espera un instante, hasta que ella vuelve a relajarseentre sus brazos, y vuelve a entrar. Deja escapar un quejido, ya está notandoel dolor, él la besa para calmarla, y ella responde a su beso, quizá mientrasse estén besando ella no sea consciente del dolor.

Y él comienza a moverse de manera controlada, ella se agarraa sus hombros con fuerza, necesita aferrarse a algo. Él continúa con su vaivéncontrolado, ella suelta un suspiro, y una lágrima resbala por su mejilla. Locurioso es que no es ella la que deja escapar una lágrima, sino él. Ella se la limpiacon un beso, y él abre los ojos, sorprendido.No se puede creer que haya llorado, en realidad, eso no es llorar, solo hadejado escapar una lágrima. Pero hace tanto tiempo que no llora, ya ni seacuerda cuando fue la última vez que derramó una sola lágrima. Quizá la últimavez que lloró fue cuando se encontraba en sexto curso. Cuando le encomendaronla misión de matar al director
Pero no piensa en eso.

 

El dolor que ella ha sentido en un primer momento poco a pocoes sustituido por el deseo y el placer, y comienza a moverse ella también, almismo ritmo lento que él. Y él acelera el ritmo, ella clava sus uñas en loshombros de él y busca su boca, así pueden acallar sus gemidos juntos. Ellasigue ejerciendo fuerza en los hombros de Draco, dejándole la marca de susuñas.

Draco sigue entrando y saliendo, cada vez más rápido, aumentandoel ritmo de sus embestidas. Él no puede aguantar más, y deja escapar un roncogemido. Y ella decide no contenerse por más tiempo. Y pronuncia el nombre de éluna y otra vez, lo pronuncia entre jadeos y gemidos. Y ya no hay nada más queellos, ya nada de lo que haya a su alrededor les importa, están disfrutando delmomento.

Hermione disfruta de su primera vez, y se sorprende de que leparezca un momento mágico, un momento bonito, único, irrepetible, y le extrañaque lo esté disfrutando, que le esté gustando, ya que creía que la experienciasería más dolorosa.

Draco disfruta de la primera vez que hace el amor, de laprimera vez que mantiene relaciones con una chica no solo por necesidad, sino porqueen verdad la ama. Y él lo tiene bastante claro, Hermione es suya y será así porsiempre, él mismo se encargará de ser el primero y el último en su vida, elprimero y el último pero sin nadie más de por medio.

La agarra del trasero para acelerar la velocidad, se miran alos ojos y se dedican una sonrisa, y siguen moviéndose a la par, hasta quellegan al culmen de la felicidad, y juntos alcanzan el orgasmo, y Draco sedesploma sobre ella.

Él rueda sobre su costado y se tumba al lado de ella para liberarlade su peso. Jadean unos instantes, e intentan recuperar el aliento. Draco lapega a su cuerpo y cubre la desnudez de ambos con una sábana.

-Te amo, Hermione-, le susurra al oído, mientras aparta de sucara algunos mechones sudorosos-, ¿te he hecho mucho daño?

-No Draco, ha sido perfecto- le da un beso en el hombro- tequiero mucho.

Él sonríe y rodea su cintura con su brazo, le da un beso enfrente. Los dos cierran los ojos, y se dejan caer juntos en los brazos deMorfeo.



Hola! Voy a hablar un poquito bastante, seran capaces de leeer esta "pequeña nota hasta qeu la termine"?

Bueno, pues como lo prometido es deuda, aqui les traigo el capitulo que tanto esperaban.

Espero que les haya gustado, la verdad, me asustaba bastante escribir este cap, ya que vosotras teniais unas expectativas muy altas de este capitulo, y yo jamas habia descrito uno de esta forma.

Espero que no les haya desilusionado... Me gustaria que me dieran su opinion, tanto si el cap les gusto como si no, tanto si su opinion es buena como si es mala.

Si les gusto, pues me alegrare mucho, si no les gusto, me pueden dar algun consejo, si les apetece, y asi me ayudan a mejorar.

Quiero decirles que estoy muy contenta y agradecida, nada mas y nada menos que 380 personas han añadido mi historia a sus favoritos.

Ademas, mi historia tiene mas de 41000 visitas!! Y tengo 847 comentarios, hay personas qeu me dejan comentarios siempre o casi siempre, y se los agradezco mucho, ya que a veces tambien me dan muy buenas sugerencias, los nombres de las personas que me dejan comentarios muy a menudo ya hace bastante tiempo que los reconozco! ^^

 

Tengo que decirles qeu no se cuando voy a poder actualizar, estoy muy ocupada con la universidad, les ire informando en mi twitter:

https://twitter.com/?lang=es&logged_out=1#!/desi_crepusculo

Y ahora, dedico este cap a :

telephone97, Hermelove, HermioneK, astorya malfoy, nayelipach, katia vulturi,

MayraGarcia01, ximmalfoy, vampirita sexi m , Katherine Malfoy17 , emce993, Pao13,

kaki_harry, salesia, FerMalfoy , cullen-cecy-09, melycullenblack , HermioneMalfoy_ ,

Violines de Vioeta, adrmil, rooivanna, Paola Cullen Malfoy, isabelweasley,

EileenMSlyffindor, Varne Belikov, Angy Granger, jeka13, Mara_13, lefrance13,

The Halfblood Melton, estefa1523, nerea 3, love_hpmf , Anne Weasley,

Adrianamalfoy, LiliJamesPotter

Besos a todas, las quiero ñ_ñ

Abrí los ojos ya que empezaba a tener frío. Una sábana deseda negra era lo único que cubría mi cuerpo desnudo. Me incorporé un poco enla cama y tiré del edredón para taparme a mí y a Draco. Después, volví atumbarme al lado de él, y apoyé mi cabeza sobre su pecho. Él se removió y dejódescansar una mano sobre mi cintura. Levanté la cabeza ya que pensaba queestaba despierto, pero no, seguía descansando.

Sonreí al verlo. Estaba tumbado boca arriba, el cabello rubiole cubría la frente. Su pecho subía y bajaba acompasadamente. 

Volví a apoyar mi cabeza en su pecho y me abracé a su cuerpo.Y empecé a rememorar la noche anterior. Me sentía llena de dicha y felicidad. Jamáspensé que iba a enamorarme del que había sido por muchos años mi peor enemigo,y menos aún, que él sintiera lo mismo por mí.

Sentí cómo me acariciaba el brazo y levanté la cabeza una vezmás para comprobar si realmente ahora estaba despierto.

-Lo siento- susurró-, ¿te he despertado?- me dio un beso enla frente.

-No, hace ya rato que me desperté.

-¿Has dormido bien?

-Jamás había dormido mejor- me incorporé, y le di un beso enlos labios-, ¿y tú?

-Mejor que nunca- me dio un abrazo y me cubrió don lassábanas-, te quiero más que nada, Hermione.

-Te amo- le di un beso, pero esta vez lo prolongué más, él metumbó boca arriba en la cama con delicadeza y se colocó sobre mí, apoyado sobresus brazos y descendió por mi cuello, yo cerré los ojos y suspiré.

Siguió bajando con su boca, pasó por el nacimiento de mispechos y llegó hasta mi vientre, dónde me dio un suave mordisco, enredé mismanos en su pelo.

 

Entonces me sonaron las tripas, interrumpiendo el momento, yaque él se separó de mí.

-¿Por qué te detienes?- me senté de golpe en la cama, y ledirigí una mirada molesta.

-Tranquila, esto lo tenemos pendiente- me guiñó un ojo- peroes hora de desayunar.

-No quiero desayunar, vuelve ahora mismo aquí, Malfoy- ledije medio en serio medio en broma.

-Antes desayunamos, cariño- me dio un beso en la punta de lanariz- estás hambrienta.

-No es verdad- pero mis tripas me volvieron a traicionar enese momento.

-Hacemos una cosa, desayunamos y regresamos aquí- me sonrióde medio lado.

-Está bien, me rindo- el soltó una carcajada.

-¿Puedespasarme el pantalón? Está a tu izquierda- me giré, estaba enganchado en un ladode la cama, lo cogí y se lo tendí-gracias- se puso los pantalones, sin nada más-, yo voypreparando el desayuno.

-¿Tú solo? ¿Serás capaz de hacerlo sin que haya ningúnaccidente?

-Muy graciosa, amor- se dirigió hasta la puerta-, cuandoestés lista, ven a la cocina- y salió de la habitación.

Empecé a buscar mi ropa interior, estaba toda esparcida porel suelo. Suspiré y me levanté resignada, de la cama, dispuesta a encontrarlatoda para salir a desayunar, porque en verdad estaba hambrienta. Me agaché pararecoger mi sujetador, y a su lado vi la camisa de Draco. Dejé a parte el sostény recogí su camisa del suelo. Antes de ponérmela, la acerqué a mi rostro, ycerré los ojos, aspirando y disfrutando del aroma que desprendía, del olor tancaracterístico de Draco.

Me la puse y la abotoné, dejando desprendidos los tresprimeros botones. Caminé descalza hasta la cocina, y antes de llegar hastaella, ya podía oler un delicioso desayuno.

-Huele de maravilla- me acerqué hasta él-, ¿qué estáspreparando?

-Tostadas, ya por fin, después de varios intentos fallidos,he aprendido a prepararlas, y me salen deliciosas, créeme.

-Cómo sepan igual que huelen, desde luego que lo estarán- meapoyé en la encimera.

-Te sienta de maravilla mi camisa. Pero no deberías habértelapuesto.

-¿Y eso por qué?- pensé que le había molestaba que la tomaraprestada, por lo que me tensé.

-Porque no sé si vamos a terminar el desayuno, no sabes loque me tientas al ir solo con una prenda, y encima mía, puesta. Además, eso desaber que no llevas nada debajo no ayuda mucho.

-Siempre pensando en lo mismo- le dije, divertida.

-Y es culpa tuya- soltó y se quedó tan tranquilo.

-¿Mía? ¿Y yo que he hecho?

-Mírate, es suficiente el verte para pensar en hacerte elamor- apagó el fuego y sirvió las tostadas en un plato, después cogió una y seacercó hasta mí- ten- la acercó hasta mi boca y yo le di un bocado.

-Vaya, sí que está buena-, dije después de tragar-, pero no esnada difícil preparar unas tostadas, así que tampoco tiene mucho mérito.

-¿Cómo que no? Jamás he tocado un cacharro muggle, y mira yaque bien me desenvuelvo con ellos, es que sirvo para todo- dijo con una sonrisaaltanera.

-Nunca dejarás de ser un ególatra- le di un beso.

-Nunca, y yo solo digo la verdad, soy perfecto, es así desencillo, y tú eres casi perfecta.

-Oh, muchas gracias, cariño- puse los ojos en blanco-, te haquedado muy bonito.

 

-Toma, come algo- me tendió una tostada que empecé a comer,él se acercó y me desabotonó la camisa.

-Draco, ¿qué haces?- le dije, tratando de cubrirme.

-Así sí eres perfecta- dijo trazando un sendero de besos pormi cuello.

-Draco, por favor, estamos a plena luz del día- protesté.

-Así te puedo admirar mejor, cariño- envolvió uno de mispechos con su boca, y perdí la poca cordura que me quedaba.

 

***

Hermione echó hacia atrás la cabeza mientras el rubio sededicaba a explorar con su boca cada uno de sus pechos, jugando con ellos, besándolos,lamiéndolos, mordisqueándolos, y ella revolvía los cabellos de Draco,despeinándolo aún más.

Ella colocó cada una de sus manos en las mejillas de él ytiró delicadamente de su cabeza hasta que sus bocas quedaron a la misma alturay ella las unió. Se besaron con pasión, con desenfreno, él la tomó de lacintura y la sentó con delicadeza en la encimera y ella le rodeó la cintura conlas piernas. No dejaron ni un segundo de besarse, saborearon una vez más suslenguas, y solo se separaron cuando se quedaron sin aire.

Se miraron unos instantes, mientras sus pechos subían ybajaban rápidamente y sus respiraciones estaban agitadas. Draco estiró su manoy la apoyó en la mejilla de ella, estiró el pulgar y delineó el borde del labioinferior de Hermione.

-Te quiero- le susurró él, ella giró su rostro y depositó unbeso en la palma de su mano.

Ella le mordió la barbilla y subió por su cuello hasta llegaral lóbulo de su oreja, el que atrapó entre sus dientes.

-Yo también te quiero, Draco- le susurró al oído, provocandoque él se estremeciera. Después llevo sus manos al botón del pantalón del rubioy lo desabrochó, cayendo éste al suelo y Hermione pudo ver el grado deexcitación que había alcanzado él.

Draco atrapó sus muñecas y sostuvo los brazos de ella porencima de su cabeza. Y atacó de nuevo a su cuello, mordiendo y succionando detal manera que dejó marca. Y bajó de nuevo a sus pechos, y ella arqueó laespalda al sentir su lengua en esa zona.

-Draco- gimió, y tiró de sus muñecas, intentando zafarse desu agarre y él se lo permitió.

Y así ella pudo llevar sus manos al pecho de Draco, y puedoacariciar sus marcados abdominales. Hermione situó sus manos tras el cuello delrubio, y él alzó su cabeza y la miró. Su mirada se había oscurecido por lapasión del momento, ella se sintió poderosa, ya que sabía que la deseaba y lededicó una sonrisa que él le correspondió.

Draco pegó sus caderas a las de ella y ambos soltaron ungemido. Él llevó una de sus manos al sexo de Hermione y deslizó un dedo en suinterior, notando la humedad de ella, sintiendo que ya estaba lista, excitada,preparada para él.

-Draco por favor- solo fue ella capaz de decir, pero él laentendió a la perfección y cumplió en ese momento su deseo, que era el mismoque el de él.

Draco entró en ella con una embestida y ella abrió los ojoscomo platos al sentirlo, un vez más, dentro de ella. Hermione arqueó la espalday él comenzó a moverse, a entrar y a salir, primero, de manera más controlada,movían las caderas a la par, Hermione se agarró a los hombros de él y clavó susuñas en ellos, provocando que él soltara un suspiro, él llevó sus manos a laespalda de ella y se acercó más, y después la agarró del trasero, para podercontinuar con sus vaivenes de modo más fácil y excitante.

 

Ella le rodeó la cintura con las piernas y, como podía seguira la perfección el ritmo que le marcaba su novio, éste lo aumentó, poniéndola aprueba. Condujo una de sus manos hasta los pechos de ella, y lo cubrió con sumano, masajeándolo, amoldándolo a su antojo, mientras ella jadeaba y repetía sunombre una y otra vez, y decía cosas sin coherencia, él sonreía, era la primarvez, pero no sería la última, que escuchaba a Hermione Granger, la bruja másinteligente que había conocido jamás, decir cosas sin sentido, pero le gustaba,porque se lo estaba provocando él.

Ella agarró a Draco por la nuca y lo miró a los ojos y leapartó un mechón de pelo que le cubría parcialmente uno de sus ojos y ella, conun solo movimiento de cabeza, se apartó la melena rizada de la cara.

Por el rostro de ambos escurrían perlas de sudor, el pelo deella estaba pegado a su espalda, pero no bajaron el ritmo. Temblaban de placer,y estaban a punto de alcanzar el orgasmo, de poder tocar el cielo con la puntade sus dedos. Hermione bajó su rostro hasta el cuello de él y le dio un ligeromordisco, y de la garganta de Draco escapó un salvaje rugido que a ella leencantó. Y Draco sabía el nivel de excitación que había alcanzado Hermioneporque notaba las paredes del sexo de ella contraerse y relajarse, aprisionandosu miembro.

Y el orgasmo los sacudió, provocándoles un escalofrío que lesrecorrió toda la espina dorsal. Y sus cuerpos se agitaban convulsivamente, y alfinal, Draco vertió todo su jugo en el interior de ella.

Y todo llegó a su fin. Draco cubrió el cuerpo de ella con elsuyo, y apoyó sus manos a ambos lados de ella, para que no sintiera todo elpeso de su cuerpo aplastándola. Y así permanecieron unos instantes, hasta queconsiguieron regular sus respiraciones.

***

Draco se apartó de mí y me tendió las manos para ayudarme abajar de la encimera. Y una vez que tenía los pies de nuevo en el suelo, mepegué a su cuerpo, y él me rodeó con sus brazos.

-Te amo Draco- él me sostuvo la cara entre sus manos y me dioun beso en la punta de la nariz.

-Y yo- me puse de puntillas para alcanzar su boca, y le di unbeso-, venga, terminemos de desayunar y nos duchamos- se retiró un poco de mí yme abotonó su camisa, después, recogió del suelo los pantalones y se losenfundó.

Cogí la tostada, que ya se había enfriado, y terminé decomérmela, ya que ahora tenía más hambre que antes, incluso. Apenas terminé decomer, escuché mi móvil y corrí hacia el salón, antes de contestar, miré lapantalla, que me indicaba que era Harry.

-Hola, Harry.

-No soy Harry, soy yo, Herms- susurró Ginny.

-Ah, hola, Ginny, ¿qué pasa?

-Te llamaba para preguntarte si puedes quedar en un rato paraprobarte el vestido de dama de honor- cada vez hablaba más bajito.

-Gin, como sigas bajando el tono, no me voy a enterar denada. Habla como si estuviera a tu lado.

-Oh, lo siento, es que no acabo de acostumbrarme a estosaparatos- dijo con un tono de voz algo más elevado-. Entonces, ¿qué dices,puedes?

-Sí, dime dónde y a qué hora.

-Pues, hemos quedado en mi casa dentro de una hora.

-Oh, uhm, pues- no quería ir a La Madriguera, pero no podíahacer otra cosa- nos veremos allí en una hora.

 

-Mi hermano no está, tranquila- eso me alivió.

-Vale. Tengo que colgar, que tengo cosas que hacer antes deir a tu casa, ¿de acuerdo?

-Hasta luego, Hermione.

-Adiós, Ginny- y colgué el teléfono. Me llevé una mano a lafrente.

-¿Qué te ocurre, Hermione?- me preguntó con tono preocupado yse sentó a mi lado.

-Nada, es solo que me ha llamado Ginny porque ya tiene losvestidos de las damas de honor y vamos a ir a probárnoslos.

-¿Y por qué estás así?- me tomó las manos.

-Porque tengo que estar en La Madriguera dentro de una hora.

-Un momento, ¿esa no es la casa de la comadreja?- asentí-,pues muy bien, te acompaño- se puso en pie.

-No, Draco, Ron no estará allí.

-¿Estás segura?

-Eso me ha dicho Ginny, y no creo que me engañe.

-Pero no me fío de la comadreja, es capaz de regresar deltrabajo solo para molestarte.

-No te preocupes, Draco, voy a estar bien, solo voy aprobarme el vestido y regreso, ¿de acuerdo?

-¿Tardaras mucho?

-No lo creo, pero no te preocupes, estaré bien, tranquilo.

-No voy a estar tranquilo hasta que no vuelvas. Venga, puesvamos a ducharnos, que tienes prisa- retiró mi silla y me cogió en brazos. Nome devolvió al suelo hasta que no llegamos al cuarto de baño.

-¿Tienes intención de ducharte conmigo?- le pregunté.

-Pues claro- se quitó los pantalones y se metió en la ducha,y yo lo seguí. Se colocó detrás de mí y me rodeó la cintura- te deseo- me dioun beso en la nuca y yo cerré los ojos.

-Hay que ver, siempre estás pensando en lo mismo- me di lavuelta hasta situarme frente a él. Alcé una mano y abrí el grifo, mojándonos.

Subí una pierna y la coloqué a un lado de sus caderas, él meagarró el muslo, y yo enrosqué la otra pierna a sus caderas, y él me sostuvo,le rodeé el cuello con los brazos.

-Ahora no he empezado yo, eres tú la que ha empezado.

-Si no quieres, no pasa nada- le mordí el labio.

-¿Quién ha dicho que no quiera?- me acercó a la pared hasta que miespalda quedó apoyada contra los azulejos de la bañera.

Y repetimos la misma acción que esta mañana.

 

-Draco, por Dios, que llego tarde- le dije, él estaba en sudormitorio buscando mi ropa interior, y yo buscaba en mi bolso la ropa quetraje para cambiarme por la mañana.

-Aquí tienes esto- salió de su dormitorio, con solo unatoalla atada a la cintura, y me tendió la ropa interior.

-Gracias- me deshice de la toalla y comencé a vestirme- queconste que voy a llegar tarde por tu culpa- le dije, y después le sonreí, paraque no se lo tomara en serio.

-No amor, has sido tú la que me ha buscado esta vez, que noyo. Y como no te vistas rápido, vas a llegar más tarde aún.

-Menos mal que me traje todo lo que necesito- le dije,mientras me ponía un jersey.

-Sí, menos mal que sigues siendo la misma Hermione Granger-hizo una pausa y me miró con malicia-. Bueno, la misma Hermione Granger en elsentido de que estás en todo, pero ya no eres la casta y pura Hermione Granger.

-Y todo por tu culpa, que me has pervertido- soltó unacarcajada- he de irme, Draco.

-Adiós Hermione.

-Hasta luego, cariño- le di un beso y me desaparecí.

Me aparecí a unos pocos pasos de La Madriguera. Una vez en lapuerta, la golpeé varias veces con los nudillos.

 

-Hola, querida- me abrió Molly.

-Hola, señora Weasley- se hizo a un lado para que entrara.

-Oh, dime Molly como antes, querida, que aunque ya no estéscon mi hijo no quiero que las cosas entre nosotras cambien.

-Está bien, Molly- le sonreí.

-Te ves muy bien, querida.

-Hermione- me llamó Ginny, por lo que no me dio tiempo deresponderle-, ven, sube, aquí ya están las chicas- la seguí escaleras arriba-.Pensé que te había sucedido algo, como nunca llegas tarde y hoy ya teretrasabas.

-Ah, sí, es que me he entretenido- se giró de golpe.

-Y seguro que ha sido con Malfoy.

-Sí, venga, subamos- desvié su mirada.

-¿Has estado haciéndolo con Malfoy, verdad? ¡Por eso llegastarde! Ya me extrañaba que tú llegaras tarde.

-Hola, Herms- me saludó Luna desde el marco de unahabitación.

-Hola Luna, ¿qué tal te va?

-No me intentes cambiar de tema, Hermione- me dijo Ginny.

-Sí, llevas razón, por eso me he retrasado.

-¡Oh Dios mío! Tienes que darme todos los detalles, Hermione.

-Ni loca- entré al dormitorio.

-¿Cómo que no? Primera pregunta: ¿cuándo lo habéis hecho porprimera vez?- la miré unos instantes, resoplé y le respondí:

-Anoche.  

-Segunda pregunta: ¿fue romántico? Y él, ¿fuetierno?

-Sí, Ginny, fue muy bonito- me miró, esperandomás que esa simple contestación-. Él hizo un recorrido de rosas que conducíahasta la cama, pero me dijo que no lo había preparado con esas intenciones,pero yo le dije que estaba preparada, y sí, Draco fue un encanto, me trató con mucho cuidado, hasta dejó escapar unalágrima mientras estábamos haciéndolo.

-¡Qué romántico!- dijo Luna, dando saltitos.

-¿En serio? Vaya, nunca imaginé eso de parte deMalfoy- sonreí al recordar la noche anterior-. Tercera pregunta: ¿Cómo es en lacama? ¿Es tan buen amante como hablan todas?

-¡Ginny!, no te voy a responder a eso.

-Por favor, solo a esto- me puso ojitos.

-De acuerdo, pero no me hagas ni una preguntamás- ella asintió-, todo eso de Dios del Sexo le queda corto.

-Oh Dios, una de mis mejores amigas se acuestacon el Dios del Sexo Malfoy- gritó.

-Ginny, por favor, no grites.

-Lo siento, es solo que me emociono, ¿vas a darmemás detalles?

-No, Ginny. Ya he dicho más de lo que pensabadecir. Ahora, enséñame el vestido.

Se acercó a un armario y de él sacó un vestido.Era precioso.  No tenía palabras paradescribir al vestido.

-Qué bonito Ginny.

-¿Te gusta?- asentí-, pues venga, probárselo-cada una cogimos el vestido que nos correspondía y comenzamos a cambiaros.

-¿Y Fleur?- les pregunté.

-Ella se lo probó ayer, es que hoy estabaocupada.

-Chicas, ¿puedo pasar?- la señora Weasley seasomó a la puerta.

-Claro, mamá.

-Estáis hermosas, queridas- Luna y yo lesonreímos, se acercó a Luna- te arrastra un poco- se puso en cuclillas y se losujetó con alfileres- perfecto, a ver tú, Hermione, te queda un poco ancho decintura- y también me lo sujetó con alfileres- tened cuidado cuando osdesvistáis, no vayáis a clavaros algún alfiler.

Me quité el vestido con cuidado para no clavarmeningún alfiler. La señora Weasley recogió nuestros vestidos y comenzó ahacerles algunos arreglos. Una vez que terminó, nos los volvimos a probar, yesta vez sí que nos quedaban perfectos.

 

Una vez que terminamos, bajamos a la cocina.

-¿Os quedáis a almorzar? Los chicos están a puntode llegar- dijo, mirando un punto fijo situado sobre mi cabeza, supuse que erael reloj que indicaba el lugar en el que se encontraba cada miembro de lafamilia Weasley. Me giré rápidamente, casi todas las manillas estaban situadasen "viajando".

-Sí, señora Weasley, gracias- dijo Luna.

-Gracias pero no puedo, yo tengo que irme-respondí.

-¿Por qué querida? Llevamos mucho sin vernos.

-Mamá, Hermione ha quedado- respondió Ginny.

-Oh, si es así de acuerdo, espero que otra vezalmuerces con nosotros- me dedicó una sonrisa y se la devolví- toma el vestido.

-Nos vemos el día de la boda. Adiós y gracias portodo.

-Adiós Hermione- salí rápidamente de la cocina yeché a andar, para no desaparecerme en la misma puerta.

-Hermione- frente a mí, estaba Ron-, ¿ya te vas?

-Sí, tengo prisa, adiós- pasé por su lado y meagarró del codo.

-Me alegro de verte, llevaba sin saber de tibastante tiempo, y veo que estás muy bien- me recorrió con la mirada, después,me miró a los ojos y me sonrió.

-Sí, me encuentro de maravilla, ahora he de irme-tiré para soltarme, pero él me agarró con más fuerza.

-Hablemos un momento, por favor.

-No tengo nada que hablar contigo- tiré con másfuerza hasta liberarme, anduve unos pasos, y él me siguió, por lo que medesaparecí en la casa de Draco.

Solté el bolso y el vestido sobre el sofá y entréen la cocina. Y allí estaba.

-Ya he llegado, Draco- él se giró y me recibiócon un beso.

-¿Te ha ido bien?- asentí-, ¿has visto a lacomadreja?- volví a asentir-. ¿Qué te ha dicho?       

-Nada, quería hablar conmigo, pero me he venido y no lo hedejado hablar.

-Pues mejor, ese no tiene nada que hablar contigo, y menosdespués de lo que te hizo- me pasó un brazo por los hombros-, ¿por qué no meenseñas el vestido?

-Vamos- le sonreí y fuimos hasta el comedor. Y volví de nuevoa la tarea de probarme el vestido. 



Hola! Aqui tienen el enlace apra qeu puedan ver, si les apetece, los vestidos de la chicas: 

https://www.google.es/imgres?imgurl=https://www.forodefotos.com/attachments/bodas/14623d1289421591-vestidos-de-damas-de-honor-vestidos-de-damas-de-honor.jpg&imgrefurl=https://www.forodefotos.com/bodas/14312-vestidos-de-damas-de-honor.html&h=465&w=600&sz=67&tbnid=b8kkpxs6pJz1yM:&tbnh=90&tbnw=116&prev=/search%3Fq%3Dvestidos%2Bde%2Bdamas%2Bde%2Bhonor%26tbm%3Disch%26tbo%3Du&zoom=1&q=vestidos+de+damas+de+honor&docid=hFim5tGNLJfepM&hl=es&sa=X&ei=RUebTvK2E4704QT4h_SyBA&ved=0CEcQ9QEwAw&dur=225

 Siento haberme demorado tanto esta vez, creo que nunca he tardado tanto en actualizar.

Se que no es excusa, pero he estado un poco triste, ya que una "amiga" ha empezado a leer esta historia, y dice que solo leyó algunas cosas por encima porque dijo que le parecía una estupidez de historia, sin argumento, y no muy bien escrita, y a mi se me quitaron las ganas de seguir escribiendo.

Pero hace unos dias vi todas la visitas que tiene mi historia, todos los comentarios, que son casi 900 y que casi 400 personas la han añadido a sus favoritos y pense: " no estara tampoco tan mal" asi que paso de lo que me diga y seguire escribiendo, no voy a quedarme con los malos comentarios, si no con los bueno.

 

Dedico este cap a :

telephone97Pao13lhoani_potterMayraGarcia01mercuchi92La_dragonaMara_13,

astorya malfoyAdrianamalfoyMimiR_98 , ximmalfoy , Varne BelikovHermelove,

Katherine Malfoy17FerMalfoyViolines de VioetakerocruzMechitas22salesia ,

sweetgraffitiEileenMSlyffindormajopotter_ , rooivannaLiliJamesPotter,

estefa1523BellaCullen152The Halfblood Meltonukwiivampirita sexi m

isabelweasley , nathiiita_DHPaola Cullen Malfoycrepusculo4everDesiree Potter,

paula cartasAnne Weasleykatia vulturi , adrmilnerea 3zafirac4

Gracias a todas y un beso enorme!

Las quiero n_n

Draco:

-Oye, Hermione, sé que la comadreja te fueinfiel, pero nunca me has contado nada más, ¿sabes con quién fue?

-No, no lo sé, pero seguramente con más de una-me senté a su lado.

-¿Cómo lo descubriste?

-Siempre llegaba a altas horas de la madrugada,borracho, y olía a perfume de mujer, y una vez encontré un tanga en el coche.

-¿Y cuáles fueron sus explicaciones?

-No me dio ninguna, se limitaba a, una de dos, oa ignorarme o a gritarme.

-Espero que en la boda ni se te acerque, por subien- le pasé un brazo por los hombros y la acerqué a mí.

-¿Cómo que por su bien?- me miró fijamente-Draco, por favor, compórtate, es la boda de mis amigos y no quiero que nadie sela estropee.

-Me comportaré si él lo hace.

-Draco
- le puse un dedo en los labios.

-Escúchame, no voy a dejar que te moleste. Teprometo que no voy a armar un escándalo, no voy a ponerme al mismo nivel que esacomadreja. Lo único, que si tan siquiera se acerca a hablarte, le diré que tedeje en paz.

-Supongo que él no montará ningún escándalo, esla boda de su hermana y de su mejor amigo.

-Te aseguro que sí lo hará. Nada más ver que soytu acompañante montará un escándalo- le aseguré.

-Ojalá que no pase nada, no quiero que nadiearruine la boda de mis mejores amigos.

-Espero que lleves la razón y la comadreja nosdeje tranquilos- le sonreí para reconfortarla y le di un beso en los labios.

Los días siguientes previos a la boda se mepasaron en un abrir y cerrar de ojos. Me pasaba prácticamente todo el día conHermione. Habíamos ido a comprarme una túnica de gala para la boda, y ella sehabía comprado los complementos. También había ido a visitar a mi madre, que yase encontraba bastante mejor, aunque se había quedado más delgada.

Y el día de la boda de Potter y Weasley llegó.

Me duché, me puse un traje, ya que no podía irpaseando por el mundo muggle con una túnica de gala y puse rumbo a la casa deHermione. No hizo falta ni que llamara a la puerta, ella me había dado unacopia de las llaves de su casa, por lo que entré.

Sobre la mesa del comedor, estaba su bolso.

-Hermione, ya he llegado- grité.

 

-Ven un segundo, cariño, necesito tu ayuda- lavoz provenía de la otra punta del pasillo, justo dónde se encontraba sudormitorio. Fui hasta allí- súbeme la cremallera, por favor.

-Claro- me puse tras su espalda e hice lo que mepidió, después la tomé de la cintura y la hice girar sobre sí misma- estáspreciosa- ella me sonrió y me dio un beso en los labios.

-Gracias- se sentó sobre la cama para ponerse loszapatos- tú tampoco estás mal- me dijo con una mirada coqueta.

-¿Sólo eso? Me parece que no me has visto bien,pequeña- le guiñé un ojo y di una vuelta sobre mí mismo, con los brazosextendidos.

-Es cierto Draco, estás increíblemente guapo ysexy.

-Ahora sí estoy completamente de acuerdo contigo-me dedicó una cálida sonrisa y se colocó frente al espejo, para maquillarse.

Y yo me dejé caer en el marco de la puerta y laobservé mientras se arreglaba. Cuando estuvo lista, se acercó hasta la puertapara salir, pero antes me tomó de la mano para que anduviera junto a ella.

Cogió su bolso de mano y salimos por la puerta.

-Parece mentira que hoy sea la boda de Harry yGinny, aún recuerdo cuando ella estaba loquita por él, pero Harry ni caso lehacía. Qué rápido pasa el tiempo, ¿no crees?

-No lo demasiado rápido para mi gusto, estoydeseando que se acabe mi maldita condena, que ganas tengo de volver a hacermagia.

-Apenas te quedan ya dos meses cortos, Draco, sépaciente.

-Lo intentaré. Por cierto, ¿qué celebran la bodaen La Madriguera?

-Sí.

No tardamos mucho en llegar hasta el CallejónDiagón. Pero nada más llegar al mundo de los magos, casi todo el mundo nosmiraba y cuchicheaban con sus acompañantes.

-Todo el mundo nos mira, Draco- me susurró.

-Es normal, a nadie se le ha pasado nunca por lacabeza, que un día, de buenas a primeras, nada más y nada menos que Hermione Grangery Draco Malfoy pasearan juntos y de la mano.

-La noticia se extenderá como la pólvora,¿verdad?

-Estoy totalmente seguro- corroboré.

-Y tu madre también lo sabrá dentro de poco- medijo, eso era algo en lo que no había pensado, me pilló totalmente desprevenido.Pero en verdad, me daba igual, tarde un temprano mi madre tendría que saberlo.

-Ella tiene muchas ganas de conocer a su nuera,cada vez que voy a visitarla me dice que por qué no voy nunca a verlaacompañado de mi novia, que quiere conocerla, pues bien, dentro de nada sabráquién eres.

-¿Cómo crees que se lo tomará?

-No lo sé Hermione, al principio quizá no leguste la noticia, pero creo que finalmente lo aceptará.

-Eso espero- dejó escapar un suspiro. Yo solté sumano y le pasé el brazo por los hombros, y ella me rodeó la cintura.

Seguimos caminando en silencio y sin prestar lamás mínima atención a todas aquellas personas que se volvían para mirarnos.

A lo lejos, ya pude divisar la casa de losWeasley. Había una gran carpa, de color blanco, y bajo ella había ya bastantesinvitados, la mayoría pelirrojos.

Dentro de la carpa, se veían hileras e hileras desillas, y entre ellas, una larga alfombra de color azul turquesa. Había globosblancos por todas partes, y lo mismo ocurría con las flores.

Poco a poco, llegamos hasta el lugar en el que sereunían el resto de los invitados.

-Draco, entremos a la casa para buscar a Ginny yle decimos que tienes que ponerte la túnica de gala.

 

-De acuerdo- entramos al interior de la casa, yen una pequeña cocina se encontraba la novia, su madre, y el resto de las damasde honor. Ninguna nos vio, ya que estaban de espaldas, la madre de la noviaestaba dándole los últimos retoques al vestido.

-Hola, chicas- las saludó Hermione, y todas segiraron de repente- Ginny, estás preciosa.

-Muchas gracias, Herms- le sonrió y se volvióhasta mí- hola, Malfoy.

-Hola, Weasley- le dije-, y felicidades- ella yLuna Lovegood eran las únicas que no estaban sorprendidas por mi presencia. Lasotras dos, la madre de la novia, y la otra dama de honor, que no recordaba sunombre, pero que creo que su apellido era Delacour, bueno, ahora sería otraWeasley, una de las participantes del Torneo de los Tres Magos, pero que enverdad fueron cuatro, me miraban con los ojos como platos y boquiabiertas.

Miraban a Hermione, después a mí, y acontinuación detenían la vista en nuestras manos entrelazadas.

-Molly, Draco necesita ponerse la túnica de gala,¿dónde puede cambiarse?- le preguntó mi novia, y eso sacó a la mujer de sutrance.

-Eh
, sí, sí, querida, que vaya al baño.

-Lo acompañaré hasta allí- ella me dio un empujoncito para que echara aandar.

-Gracias, señora Weasley- le dije, y ella selimitó a asentir.

El baño no estaba muy lejos de allí, y una vezllegamos a la puerta, Hermione se despidió.

-Te espero en la cocina con las chicas, ¿deacuerdo, Draco?

-Sí cariño- le di un beso en los labios y entréal servicio.

Mientras me cambiaba de ropa, pensé en la miniaturade esta casa. ¿Cómo podían caber tantas personas aquí dentro? No sabíaexactamente cuántos Weasleys eran, pero de seguro que no menos de diez.

Una vez listo, me dirigí de nuevo hasta lacocina. Me detuve en la puerta para escuchar la conversación, ya que hablabande mí.

-Vaya Hermione- le dijo la madre de todos losWeasleys-, no sabía que venías acompañada, y menos de
bueno, de Draco Malfoy,menuda sorpresa, la verdad. ¿Lleváis mucho juntos?

-En realidad, no. Pero a pesar de llevar pococomo pareja, vamos muy en serio.

-Ah, ya veo
yo tenía la esperanza, de que...bueno- se le veía incómoda, y yo me tensé, ya que sabía por dónde iba a salir-,no sé.., que quizá con mi hijo, otra vez

-No, señora Weasley, Ron ya forma parte delpasado, ahora salgo con Draco y estoy muy bien con él.

-Me alegro por ti, sabes que te quiero como a unahija.

Decidí que ese era el momento adecuado parasalir. Me coloqué al lado de Hermione, ella cogió mi traje y lo dobló, paradespués guardarlo dentro de su bolso.

-Va siendo hora de que salgamos, vosotrasquedarse aquí chicas, nosotros salimos.

La señora Weasley salió, y todas las que quedaronen la sala me miraron fijamente.

-Draco, yo me quedo aquí con las chicas, lasdamas de honor acompañamos a la novia hasta el altar.

-Oh, de acuerdo, pues
- me rasqué la parte deatrás de la cabeza.

-Vamos- me tomó de la mano y me condujo hasta elexterior de la casa- ve a sentarte, en el momento que se acabe la ceremonia teveré de nuevo, ¿de acuerdo?

-Qué remedio- dejé escapar un suspiro- ahora nosvemos, amor- le di un beso en los labios y fui a buscar un asiento.

La mayoría de las sillas ya estaban ocupadas,pero yo iba a sentarme en la parte de atrás. Pasé por delante de los gemelosWeasley, que le dieron un codazo a la comadreja, que estaba muy ocupado mirandoa una veela, y me señalaron con la barbilla para que me mirara. Pero yo no lespresté la más mínima atención, y me senté en una silla de una hilera que estabacompletamente vacía.

 

Pero la comadreja no hizo lo mismo, porque anduvohasta el lugar en el que me encontraba yo y se sentó en dos sillas a distanciade mí.

-¿A qué has venido, maldito hurón? Largo de aquí,no quiero que arruines la boda de mi hermana.

-He venido porque estoy invitado, comadreja- ledije, con voz cansina y sin tan siquiera mirarlo a la cara-, y no voy aarruinar nada.

-¿Tú invitado? No mientas y vete de una puta vezde aquí si no quieres que te saque a patadas- me amenazó.

-Vengo acompañando a alguien, y no pienso irme.

-¿Con quién vienes?

-No te interesa en lo más mínimo.

-Mira, asqueroso mortífago- se puso en pie, y enese instante, aparecieron tras él sus hermanos gemelos- te vas de aquí pero ya-sus hermanos lo agarraron por los brazos.

-Está invitado, Ron, déjalo en paz, no arruinesel día de tu hermana y tu mejor amigo- le dijo uno de ellos.

-¿Cómo que está invitado, Fred?- le dijo la comadreja-, es imposible.

-No, no lo es- dijo el otro gemelo-, viene conalguien, vamos a sentarnos en otro sitio- a pesar de que ellos vinieron atranquilizar a su hermano, me miraban con la misma cara de asco y desprecio quela comadreja, y, en verdad, no los culpaba.

-Yo de aquí no me muevo, no me fio un pelo de susintenciones- la comadreja se sentó en una silla, alejada de la mía, pero de lamisma fila, y los gemelos se fueron-, voy a estar toda la noche vigilándote,Malfoy, no te voy a quitar el ojo de encima ni un instante.

-Me parece bien, mírame toda la noche, asíaprendes- sonreí maliciosamente.

-Habla claro, Malfoy.

-Tranquilo Weasley, pronto sabrás a qué merefiero.

Al cabo de unos segundos, Potter se puso en laparte delantera de la carpa, y al poco rato, se escuchó una música lenta, laque dentro de nada sería su mujer, andaba por la alfombra agarrada del brazo desu padre. Pero ya casi que no la miré, detrás de ella, caminaban sus damas dehonor, cuando Hermione pasó cerca de mí, me sonrió, y yo le devolví la sonrisa.

Me giré para ver la cara de la comadreja. Mirabasonriente a Hermione, parecía pensar que la sonrisa se la dedicaba a él, y meenfureció que eso creyera, pero me calmé pronto, dentro de nada, sabría a quiénella había mirado y sonreído, y esa estúpida sonrisa, se le iba a borrar de lacara.

El mago que presidía la unión de Potter yWeasley, ya los dos Potter, nos tardó en unirlos en matrimonio.

El mago alzó la varita, y de ella salió un lazode flores blancas, que se enredó entre ambos, y momentos después se desvaneció.

Todos nos pusimos en pie mientras Potter besaba asu esposa, y las sillas se desvanecieron, ocupando su lugar unas mesas repletasde comida.

La mayoría de los invitados se apiñaron alrededorde los novios para darles la enhorabuena, y yo busqué con la mirada a Hermione,cuando la localicé, caminé hasta ella, le puse una mano en la espalda y ella segiró, le sonreí y ella se puso de puntillas para rozar sus labios con los míos.

Apenas me separé de ella, me tomaron por la partede atrás de la túnica y me giraron bruscamente, lo siguiente, fue un puñoimpactando contra mi boca.

 

-Maldito hurón, te mato- me agarró del cuello dela túnica-te juro que yo

-Ron, déjalo en paz, suéltalo- me daban ganas dedevolverle el golpe, pero no lo hice, me contuve, lo hice por Hermione, ellaquería que la boda de sus amigos saliera bien, y no iba a ser yo el quearruinara la noche.

Los gemelos llegaron rápidamente y tiraron de lacomadreja, que me soltó, por fin, del cuello de la túnica.

-Déjalo en paz, no merece la pena- le dijo uno deellos, me llevé una mano a la boca, y después me miré los dedos, estabanmanchados de sangre, la maldita comadreja me había partido el labio.

-Ronald Weasley, eres un imbécil- su hermana vino a paso velozhacia nosotros-, siempre tienes que arruinarlo todo, compórtate- tenía lágrimasen los ojos.

-Tranquila, Gin- su marido apreció pro detrás-Ron, te pido por favor que no vuelvas a atacar a nadie.

-Pero él

-No, él nada, Ron, has sido tú el que te hasabalanzado sobre él.

Una chica, que me sonaba de mis años en Hogwarts,se puso al lado de la comadreja, y le tomó de la mano.

-Déjame tranquilo, Lavender- se libró de un tiróny se alejó de todos nosotros. Y, ahora que me fijaba, la chica estabaembarazada, y lo más probable es que su hijo fuera de la comadreja.

-Ven, Draco, vamos a curarte- agarré de lacintura a Hermione y anduve a su lado, hasta apartarnos un poco más de lamultitud.

Primero, me limpió la herida con una servilletaque tomó de una mesa, y después, con un simple hechizo, mi labio quedó intacto.

-Menos mal que tengo por novia a la bruja másinteligente- comencé a besarla, y ella me devolvió el beso, acariciando con sulengua la punta de mi labio, el que me había curado.

Alguien carraspeó detrás de nosotros, y nosseparamos para ver quién era.

-Siento interrumpir.

-No importa, Harry, qué pasa.

-Solo quería decirle a Malfoy que siento que Ronlo haya golpeado.

-No es nada Potter, además, no ha sido culpatuya.

-Y quería agradecerte por no haber continuado con la pelea, te estoy muyagradecido por eso.

-Te digo lo mismo, no tiene importancia.

-Bueno, os dejo solos, y Malfoy, cuídala- dichoeso, echó a andar.

-Lo haré, por cierto Potter- se giró-enhorabuena- me sonrió levemente y siguió con su camino.

-Es que es imposible que no te quiera- me dio unbeso en la mejilla.

-Hermione, ven aquí ya, que voy a lanzar el ramo-le gritó la novia, ya más animada.

Tomé su mano y tiré de ella, ya que parecía queno tenía intenciones de moverse de donde estaba plantada.

-Nunca me ha gustado ponerme para coger el ramo,Draco.

-Pero si eso gusta a todas las mujeres.

-Pues no a mí, cuando la novia lanza el ramo,todas se ponen como locas para intentar cogerlo, y se lanzan hacia la mismadirección que el ramo, eso nunca me ha gustado.

-Tú solo ponte por allí, aunque no intentesatraparlo, ¿vale?

-Está bien- me soltó la mano y ella y la otradama de honor, la que estaba soltera, Lovegood, se colocaron al fondo del todo, ni siquiera laveía.

La pelirroja se puso de espaldas a todas lasdemás y lanzó las flores hacia atrás. Y Hermione, una vez más, llevaba larazón, todas saltaron para intentar atrapar el ramo de flores, y este se perdióentre la multitud de mujeres, y no pude ver quién fue la que lo atrapó.

 


Hola! Pues aquí estoy de nuevo, yo y otro capitulo, espero que les haya gustado!

En el proximo cap, sabremos quein a sido la afortunada que a atrapado el ramo de florees, y Ron no los dejara en paz asi como asi, en el proximo cap, habra mas (:

Dedico el cap a:

Varne Belikov, vampirita sexi m, melycullenblack, MimiR_98, jeka13, La_dragona, patricia alejandra, brendisis, Lady Antares, salesia, MayraGarcia01, Scarlet Malfoy,

The Halfblood Melton, isabelinda, Mara_13, ukwii, HermioneK, FerMalfoy, BellaCullen152, nathiiita_DH, Desiree Potter, Violines de Vioeta, Katherine Malfoy17,

LiliJamesPotter, katia vulturi, Savannah 169, Angy Granger, Melisa Evans, ValeLightwood, majopotter_, Adrianamalfoy, Pao13, andy-okulos, astorya malfoy,

nerea 3, marce1394


Ahora les quiero agradecer por tdo el apoyo que me han prestado, muchisimas gracias, a partir de ahora no me dejare guiar por aquellas personas a las q no ls gusta mi historia, solo hare caso a los comenarios que me dajais aqui.

Quiero tambien disculparme por tardar tanto tiempo en actualizar, lo sinto, pero estoy bastante ocupada, encima quiza se os haga mas larga la espera porq al principio actualizaba cad dia, es que os tenia muy mal acotumbrados jaja

Ytambien quiero decirlesd que el cap anterior a sido el que ha tenido comentarios ms largos que ningun otro, hay personas q me comentaron q quiza no lea su comentario entero porq es muy largo y qiza me aburra, pero no, los leo completos, todos y cada uno de los coemntarios, y no me aburren para nada, ademas, respondo, creo, que ha casi todo, lo unico q tardo mas en responder porq son mas lrgos, pero jamas voy a dejar un comentariosin responder, y yo espero que lean mis respuestas, lo hacen? (:

Hay quien no se porque no pudo ver los vestidos de damas de honor, si hay alguiqn mas q no los haya visto y quiera verlos, que me lo diga y yo les pasare de nuevo el enlace

Y ultima cosa, y ya me voy, que no quiero ser pesada, algun chico lee mi historia? Si es asi, manisfiestate jaja,

Besos y cuidense mucho (:

Hermione:

Finalmente, hice lo que me dijo Draco y me coloqué entre lamultitud, me puse por la parte de atrás, al lado de Luna ya que no iba a hacerni siquiera el amago de intentar atrapar el ramo, no me apetecía ponerme comouna loca solo porque si lo atrapaba significaría que yo sería la siguiente encasarme, tiempo al tiempo, no estaba tan desesperada como para, literalmente,abalanzarme sobre el ramo como hacían muchas.

 

Y el momento llegó, y Ginny, que estaba de espaldas, lanzó elramo hacia atrás, y lo vi venir, fue como si todo pasara a cámara lenta. Elramo de flores volaba en nuestra dirección, y un montón de manos se alzabanpara intentar pillarlo. Y el ramo cada vez estaba más próximo, e iba en midirección, y todas las chicas corrieron hacia dónde yo me encontraba parahacerse las dueñas de él. Di un paso atrás, y volví a mirarlo, cada vez máscerca, más cerca, y ya caía prácticamente sobre mí, por lo que más por instintoque por otra cosa, levanté mis manos y atrapé las flores.

No me lo podía creer. Yo que ni siquiera lo había buscado.

Un montón de chicas a mi alrededor empezaron a resoplar y agruñir. Querían ser ellas la que en estos momentos lo sostuvieran.

La multitud se dispersó. Y alcé la mirada para encontrar aDraco. Y allí estaba, más alejado de los demás. Nuestras miradas se encontrarony yo le sonreí. Pero nada más hacerlo, me arrepentí y borré la sonrisa. Noquería que pensara que me alegraba de haber atrapado el ramo ni tampoco quecreyera que me había hecho ilusiones de que seríamos nosotros los siguientes encasarnos.

Aunque, ahora que lo pensaba, no me desagradaba esa idea, esmás, empezaba a gustarme, cada vez más
Por lo que la deseché rápidamente.

A pesar de que yo dejé de sonreírle, él me sonríocálidamente, una sonrisa de medio lado que me encantaba y me hacía estremecer.

Echó a andar hacia mí, y yo hice lo propio.

-Vaya, me parece que la única que no quería atrapar el ramoha sido la que lo ha conseguido- me dijo una vez que se encontraba a mi lado, yme dio un beso en la frente.

-Yo no dije que no quisiera coger el ramo, lo que dije fueque no me gustaba ponerme entre la multitud para atraparlo- me quejé.

-El que no te guste ponerte entre la multitud sí significaque no quieres atrapar el ramo, si lo quisieras, te hubieras puesto sinrechistar.

-No Draco, eso no es completamente cierto. Lo que yo quierodecir es

-¡Felicidades!- Luna me interrumpió, llegó hasta nosotros yme dio un pequeño abrazo- ¿sabes lo que eso significa, Hermione?- abrí la bocapara responder, pero ella no me dio tiempo- que sois los siguientes- exclamó.

-Sí, lo sabemos, Luna- resoplé.

-¿Os sentáis a cenar con nosotros?

-Por mí está bien- miré a Draco, para ver qué opinaba.

-Sí, sí, me parece bien- nos dijo a las dos.

-Pues venga, vamos a buscar una mesa- echó a andar y Draco yyo la seguimos, pero se detuvo-, por cierto, ¿puedo llamarte Draco?

-Sí, claro- él le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.

-Hacéis una bonita pareja- comentó mientras retomaba elcamino.

Me giré a mirar a Draco, que observaba a Luna con cara deincredulidad, claro, yo ya estaba acostumbrada a la facilidad de palabra quetenía la rubia y a la sinceridad con la que decía las cosas, pero él no.

Seguimos caminando detrás de ella, y se sentó en una mesajunto con Neville. Yo la imité y tiré del brazo de Draco para que se sentarajunto a nosotros, y eso hizo. Me di cuenta de que Neville evitaba mirar a minovio, y se le veía incómodo estar en su compañía.

 

-Hola Neville- lo saludé con una amplia sonrisa.

-Hola Hermione- me devolvió el saludo- Malfoy- también dijo,pero no con tanta confianza como pronunció mi nombre, Draco le respondió conuna cabezada.

Ninguno de ellos se sentían cómodos. Neville no estaba agusto al tener a mi novio a su lado, debido a todo lo que le había hecho en elpasado. Y Draco también se veía tenso, pero no solo por Neville, sino por todoel mundo que estaba aquí.

Coloqué una mano sobre la de él. Y me sonrió cálidamente.

Ciertamente, hicimos bien en sentarnos en compañía de Luna,ella empezó a hablar, a hacernos preguntas, y, poco a poco, Neville y Draco sefueron relajando, hasta sonreían y hablaban, aunque fueran monosílabos o frasesde no más de cinco palabras, entre ellos.

Y con respecto a Luna y a Neville, decir que se les veíaenamorados era quedarse corto. Neville no dejaba de contemplarla, y cada vezque ella se giraba hacia él, él rehuía su mirada, avergonzado, y la dirigía aotro lugar.

Y ella se sonrojaba cuando sus miradas se encontraban.

Lo único que necesitaban era un pequeño empujoncito, no más.Porque los dos eran bastante tímidos y ninguno se atrevía a dar ese paso. Y seme ocurrió algo

Vi entrar a Harry en La Madriguera y me apresuré a seguirle.

-Ahora vuelvo, chicos- le di un beso en la mejilla a Draco-,voy al servicio, regreso en cinco minutos.

Anduve hasta la casa a paso ligero, buscando a Harry.

Pero nada más entrar, en la misma cocina, escuché a la señoraWeasley hablando con alguien, y como nombró a Draco, me detuve a escuchar.

-Sigo sin comprender como ha podido cambiar a Ron por Malfoy,no lo entiendo- decía.

-Mamá- la voz de Ginny-, Hermione no ha cambiado a nadie pornadie, ella rompió con Ron hace bastante, y ahora sale con Malfoy.

-Pero sigo sin comprender por qué dejó a tu hermano, con lo que él la quiere, el pobre aún sufrepor ella.

-Mira mamá, tú no sabes lo que pasó, si Hermione lo dejó,Ronald se lo buscó- se notaba enfadada.

-Vale que se cansara de tu hermano, pero fue muy feo eso dedejarlo por medio de una nota- estuvieron en silencio varios segundos.

-Te lo contaré, para que entiendas de una vez- la escuchétomar aire-, Ron le fue infiel a Hermione, y ella lo aguantó por mucho tiempo,eso entre otras cosas.

-¿Qué Ron
? No, eso es imposible, hija

-Pues fue así, mamá- decidí que era el momento de hacerpresencia en la sala.

-Hola- las saludé.

-Hola, querida, ¿qué ocurre?- me preguntó la señora Weasley,a la que cual se le notaba nerviosa.

-Nada, es solo que buscaba a Harry- les dije.

-Pues aquí me tienes, Hermione- me volteé, estaba detrás demí.

-Bueno, yo me voy- se despidió la madre de la novia.

-Harry, quería decirte que ¿por qué no le das a Luna la florque llevas prendida en la solapa de tu chaqueta? Es que eso significa lo mismo que atrapar el ramo de la novia,¿sabes? Y bueno, a ella y a Neville no les vendría mal un pequeño empujoncito.

-Buena idea- dijo, desprendiéndose la pequeña flor de suchaqueta- voy a ello. ¿Venís, chicas?

-Yo sí- le dijo su ahora esposa.

-Yo voy al servicio, id vosotros-ellos salieron de la cocinay yo me dirigí al servicio.

Nada más salir, en la misma puerta, estaba cierto pelirrojo.Le hice caso omiso e intenté pasar por su lado, pero me tomó del brazo, yo mesolté con un fuerte tirón.

 

-¿Por qué sales con Malfoy?- me preguntó.

-¿Tú qué crees?- le dijo, fulminándolo con la mirada.

-Es de mala educación responder con otra pregunta.

-También es de mala educación acorralar a las personas.

-No te estoy acorralando- se defendió.

-Pues entonces, hazte a un lado y déjame pasar.

-Solo quiero hablar contigo, después te dejaré en paz,escúchame, por favor.

-Desembucha de una vez- me crucé de brazos, a la defensiva.

-Quiero decirte que te quiero, y te echo de menos, quiero quevuelvas conmigo, que olvidemos el pasado, me arrepiento mucho de lo que tehice, y quiero decirte que nunca más ocurrirá, quiero que empecemos de cero, túy yo.

-Es tarde para arrepentimientos, y aunque esto me lo hubierasdicho antes, no te hubiera perdonado, además, ahora salgo con Draco.

-Hermione, por favor, eres una chica inteligente, no salgascon alguien como ese maldito.

-El único maldito eres tú, Ronald Weasley- le siseé, furiosa.

-Te ha comido el cerebro, si no fuera porque sé que no puedehacer magia, diría que te tiene bajo el influjo de algún hechizo- puse los ojosen blanco, cansada de escuchar esa sarta de tonterías.

-No digas estupideces.

-Te va a dejar tirada cuando finalice su condena, él tedesprecia, repugna a los que son como tú.

-Ya te estás pasando, me voy, no quiero escucharte más-intenté pasar, pero se puse en medio.

-¿Te acuestas con él?- no respondí- respóndeme- dijo con vozdura.

-No tengo que responderte a nada.

-Eso es un sí. Aunque entiendo por qué te acuestas con él, tesientes inferior, y acostándote con él, crees que vas a limpiar tu sangre, pueste equivocas, la sangre que corre por tus

-Déjate de decir estupideces- grité- estoy muy orgullosa demis padres, estoy muy orgullosa de ser hija de muggles.

-Solo recuerda lo que te he dicho, cuando termine su condena,se irá y se casará con una sangre limpia, y te dejará tirada, pero luego noregreses a mí, será tarde.

-Si me dejara, ten por seguro que jamás te buscaría, jamás.

-Eres una
- pero no continuó hablando.

-¿Una qué? Dilo, ¿qué soy? Dilo, cobarde- le reté.

-Weasley- Draco se encontraba detrás de Ron- hazte a un ladosi no quieres que te aparte yo.

-¿Y cómo vas a hacerlo, si puede saberse? No puedes hacermagia.

-He aprendido otros métodos de los muggles- Draco lo mirabacon odio.

-Draco, por favor, vámonos- él me tendió la mano y yo fuihasta él.

-Mira, comadreja- lo amenazó- no voy a arruinar la boda denadie, pero en otra ocasión, como se te ocurra solamente mirar a Hermione, temato- las últimas palabras sonaron más como un rugido amenazador.

Draco colocó una mano sobre mi cintura y me condujo hasta elexterior.

-Vámonos ya de aquí Hermione, cariño- yo me limpié unalágrima que brotó de mis ojos.

-No, Draco, estoy bien, en serio.

-No me mientas, Hermione.

-No pasa nada, un rato más y nos vamos, por favor.

-Está bien, vamos a sentarnos de nuevo- ocupamos la mesajunto a Neville y Luna.

-¿Hermione, te encuentras bien?- me preguntó Luna, preocupada.

-Sí, Luna, no te preocupes, gracias- Draco me agarró de lamano.

 

Estuve sentada más de media hora en silencio, sin hablar.Draco de vez en cuando me daba un beso y me pedía, al oído, que nos fuéramos,pero yo me negaba a irme tan pronto de la boda de mis dos mejores amigos.

-Hermione, vamos a bailar- me dijo Ginny, que se aproximó anosotros- ¿qué te pasa?- dijo, cuando llegó a mi lado.

Yo negué por la cabeza, pero Draco habló por mí.

-El imbécil de tu hermano, eso pasa.

-¿Qué le ha dicho?

-No lo sé, no me lo ha querido decir, pero cuando lleguéhasta dónde estaban, él la estaba insultando.

-Oh, me va a oír- dijo Ginny.

-No, Ginny, por favor, déjalo estar, por favor- le pedí-, noestropees tu boda, disfruta, hoy es tu día y el de Harry.

-Pero Herms

-No pasa nada, de verdad, me encuentro bien- le sonreí.

-No, no está bien, es un imbécil y me va a escuchar ahoramismito.

-Weasley- la llamó Draco-, bueno, no, ya eres Potter. Déjalo estar, ya tendré yo unaspalabritas con ese antes de irnos.

-Está bien, pero que no se te olvide- le dijo mi amiga justoantes de tirar de mi mano- y ahora, vamos a bailar, y no acepto un "no" porrespuesta en el día de mi boda.

Finalmente, me dejé guiar por ella hasta la pista de baile,aunque no tenía muchas ganas, lo hice por ella, no podía negarme en el día desu boda.

Cuando pusieron una música más lenta, para bailar agarrados,Harry tomó a Ginny de la mano y se alejó con ella, y apenas me giré, Draco seencontraba detrás de mí, colocó sus manos en mi cintura y yo rodeé su cuellocon mis brazos.

-Dime qué te ha dicho para que estés así, Hermione- me pidió.

-Solo ha sido una tontería, Draco, no te preocupes- coloquémi rostro en su pecho.

-No, cariño, no trates de engañarme que no lo vas aconseguir, tú no te pones así por una tontería.

-Te lo cuento cuando nos vayamos, ¿vale?- él asintió-, solosi me prometes que no vas a decirle nada a Ron, no vale la pena.

-No puedo prometerte eso, Hermione.

-Pues entonces, no te lo diré, vamos a bailar, y olvidemos lodemás, por favor.

-De acuerdo, lo olvidaremos, pero solo de momento- no seguíinsistiendo con el tema, porque no sería él el que desistiera.

Bailamos un rato, y cerca de nosotros bailaban muy acarameladosLuna y Neville.

-Oye, Draco, ¿le ha dado Harry una flor a Luna?- quise saber.

-Sí, se la ha dado, y no veas el corte que le ha dado a Longbottom.

-Sí, es bastante tímido.

-Atención un momento, por favor-encima de una mesa, estaban los gemelos.

-Es hora de despedir a los novios-comenzó Fred.

-Se marchan ya a su Luna de Miel-terminó George.

Todo el mundo nos acercamos paradespedirnos de ellos y para entregarles su regalo de boda. Dentro de nada, seiban dos semanas de Crucero.

-Vámonos ya, Draco- él antes denada, fue a cambiarse y volvió a ponerse su traje, no podía andar por el mundomuggle con una túnica. Se quitó su chaqueta y me la colocó sobre los hombros, ydespués, echamos a andar para irnos.

En frente de nosotros, dispuesto aseguir incordiando, estaba Ron.

-Hermione- dijo, y yo ni siquieralo miré-, es tu última oportunidad para venirte conmigo.

-No va a irse contigo, comadreja.

-Tú no decides por ella.

-Sí, tienes razón, pero ella ya hahecho su elección. Y ahora que te veo de nuevo- Draco dio un paso hacia él, yyo lo sujeté del brazo para que no siguiera avanzando-, no vuelvas a dirigirlela palabra, y mucho menos la insultes. Además, no sé qué quieres con ella, si túhas dejado embarazada a otra mujer.

 

-Eso no tiene nada que ver- sedefendió- puedo salir con Hermione y hacerme cargo de ese niño sin tener queestar con Lavender.

-¿Qué no entiendes, Ronald?- ledije-, no quiero saber de ti, hace tiempo que no quiero saber nada de ti, ya mecansé, ahora estoy con Draco, y no voy a cambiar eso, y tienes muy pocavergüenza, dejas embarazada a Lavender y ahora no quieres saber de ella.

-Ya la has escuchado, comadreja, nos vamos- Draco me pasó unbrazo por la cintura y nos alejamos.

Tardamos bastante en llegar a mi casa ya que no estaba lo quese decía cerca de la casa de la familia Weasley. Nada más llegar, Draco measaltó.

-Dime qué te dijo Weasley, por favor, Hermione- me abrazó pordetrás-, ¿no estabas tan mal porque te insultó, verdad?- yo negué con la cabezay mis ojos se anegaron el lágrimas al recordar por lo que estaba así.

-No, no ha sido nada- él me abrazó con fuerza y yo lloré ensu pecho-, es que me dijo que tú me ibas a dejar cuando finalice tu condena, eibas a casarte con alguien que fuera sangre limpia.

-Maldito Weasley, no le hagas caso, Hermione, estoy contigo.

-Ahora sí Draco, ¿pero y cuando pasen unos meses? Tengo miedode que me dejes- él me agarró con delicadeza la barbilla y me limpió laslágrimas.

-No voy a dejarte, cariño, no te preocupes por eso- me dio unbeso en los labios.

-¿Me lo prometes?- me sentía como una tonta al decir eso,pero necesitaba saber si él iba a estar a mi lado, o si por el contrario, tardeo temprano, iba a dejarme.

-Te lo juro- yo le sonreí y me aferré a su cuello.

-Te amo, Draco.

-Yo también te amo Hermione, y nuca dudes de eso, ¿me oyes?Nunca dudes de que te amo.

-Demuéstramelo- lo reté.

-Claro que lo haré- me tomó en brazos y me llevó hasta midormitorio.

Y allí hicimos el amor, demostrándome que me quería, que suspalabras eran ciertas.


Hola! Pues aquí tienen el siguiente capitulo, espero que les haya gustado (:

Se lo quiero dedicar a :

Draming, Pao13, MimiR_98, melycullenblack, isabelweasley, Mara_13, jjwurt, salesia ,

cullen-cecy-09, Lady Antares, Naiara, LiliJamesPotter, Angy Granger, brendisis, ximmalfoy, Paola Cullen Malfoy, FerMalfoy, nathiiita_DH, MayraGarcia01, La_dragona,

The Halfblood Melton, katia vulturi, AntoMalfoy , vampirita sexi m, nerea 3,

zafirac4, rooivanna, patricia alejandra, Varne Belikov , andy-okulos, Astoriamdq,

gisele-98, Katherine Malfoy17, astorya malfoy, ukwii , ValeLightwood, ErinMalfoy,

Hermioni, Anne Weasley

Iba a haber actualizado ayer, pero estoy malita, llevo un par de dias con fiebre, y hoy he podido actualizar porque solo me duele un poco la garganta, espero no ponerme peor.

Los quiero a todos. Besos enormes y cuidense n_n

 

Draco:

Desperté cuando la luz se filtraba por la ventana y empezó amolestarme. Giré el rostro instintivamente para evitar la claridad. Y meencontré frente a su rostro. Ella ya estaba despierta. Cuando me vio, mesonrió, y yo no tardé en corresponderle. Ella se acercó hasta mí y colocó sucara sobre mi hombro.

-Buenas días, preciosa- le dijo al oído-, ¿qué tal hasdormido?

-Muy bien- me dio un beso en el cuello-, ¿y tú?

-De maravilla, como siempre que duermes a mi lado.

-Te quiero- me dijo, estuvimos un rato en silencio, hasta queella lo rompió-. Voy a preparar algo para desayunar, ¿vienes ahora a la cocina?

-Sí- ella se apartó de mí y se puso de pie, pero no echó aandar, sino que se sentó en la cama-, ¿qué ocurre?- me senté en la cama y puseuna mano sobre su hombro.

Ella se llevó una mano a la boca y echó a correr hacia elbaño, cerrando la puerta detrás de ella de un portazo. Me levanté rápidamentede la cama, me puse los pantalones, y corrí tras ella.

-Hermione, ¿te encuentras bien?- pregunté a través de lapuerta.

-Sí, no entres, en seguida salgo- me recosté en la puerta aesperar a que saliera.

La escuché tirar de la cadena. Abrió la puerta, y como teníala espalda apoyada en ella, casi me caigo.

-Oh, lo siento- se excusó-, no sabía que estabas ahí, cariño-se acercó al lavado y comenzó a cepillarse los dientes.

-¿Te encuentras bien?- le pregunté. Ella se limpió la bocacon una toalla y me contestó.

-Sí, no te preocupes, seguro que anoche me sentó algo mal delo que comí.

-Desayunamos y vamos a San Mungo, ¿de acuerdo?

-No voy a ir a San Mungo, solo me he mareado y me han dadoganas de vomitar.

-¿Te encuentras mejor?- quise saber.

-Sí Draco, no ha sido nada, a cualquiera le sienta mal lacena y al día siguiente vomita.

-Pero has dicho que te has mareado, y si la cena te hubierasentado mal, no deberías haberte mareado, Hermione.

-No le des más vueltas al tema, Draco, no pienso ir almédico.

-No seas cabezota, cuando una persona enferma, va a SanMungo.

-No estoy enferma, no te preocupes.

-¿Cómo que no me preocupe? Estás enferma y no quieres visitara un medimago.

-Hacemos una cosa- puso sus manos sobre mi pecho-, si mesiento peor, vamos a San Mungo, ¿de acuerdo?- se puso de puntillas y rozó suslabios con los míos.

-Está bien- fuimos a la cocina y entre los dos preparamos eldesayuno: tostadas con zumo de naranja reciénexprimido.

Observé a Hermione mientras desayunaba, controlando susactos. Mientras miraba como bebía de su zumo. Una idea paró por mi mente. ¿Y siella estaba
? Era muy probable, nunca habíamos tomado precauciones.

-Hermione- ella levantó su mirada- ¿y si tú
?- me costabatrabajo decirlo en voz alta-. Bueno
ya sabes, es muy probable que

-¿No querrás decir que estoy embarazada?- me miró fijamente.

-Es muy probable. Nosotros nunca hemos tomado precauciones.

-Sí que lo hemos hecho, de eso me he encargado yo- me sonrió.

-Oh, bueno, era una posibilidad-en realidad, en parte me decepcionó saber que era imposible que ella estuvieraembarazada.

-Ya, bueno, pues esa opción queda refutada- mordió la tostaday luego se cubrió la boca con la mano.

-Hermione- me levanté de la silla.

 

-No te preocupes, no es nada, creo que es un virus.

-Saldremos de dudas cuando vayamos a visitar a un medimago.

-Dejemos de margen el día de hoy, por favor, si me sientopeor, mañana vamos.

-Me parece que no, terminamos de desayunar, si es que tú erescapaz, y nos vamos a San Mungo.

-No pienso ir- se cruzó de brazos, como una niña pequeña yenfurruñada.

-Eso vamos a verlo, señorita.

Terminé de desayunar rápidamente, y fui a vestirme, cuandoescuché golpear el cristal de la ventana. En el alféizar de la misma, había unalechuza. Era la lechuza de mi madre. ¿Qué hacía en cada de Hermione?

Abrí la ventana y la dejé pasar. Le desprendí de la pata unacarta.

Draco:

Me gustaría hablar contigo lo antesposible. Ven a verme, por favor, si puede ser en el mismo momento en el querecibas esta carta.

Narcisa

Me imaginaba de lo que querría hablar mi madre. Lo mejor erazanjar el asunto de una vez por todas. Regresé al comedor. Hermione estabasentada en el sofá leyendo.

-Hermione, venga, vamos a San Mungo, y luego voy a visitar ami madre.

-¿Por qué no vas a ver a tu madre antes?- la miréseriamente-. Por favor, quizá mejore un poco y no hay necesidad de ir a ningúnsitio.

-Está bien, voy a ver a mi madre, pero como vuelva y no seascapaz de comer nada sin vomitarlo, vamos a San Mungo tanto si te gusta como sino- le dije.

-De acuerdo papá- me dijo entre risas.

-Lo digo en serio, cariño, no te lo tomes en broma.

-Sí, sé que si hace falta me arrastrarás de los pelos hastaSan Mungo- dejó escapar un suspiro.

-De los pelos no, pero te llevaría a cuestas- me acerqué y ledi un beso en los labios.

-Te quiero- murmuró contra mi boca.

-Yo también, así que, por favor, ten cuidado, no tardaré envolver, te lo prometo- le di un último beso y me fui.

Cuando llegué a la Mansión Malfoy, me recibió el elfo desiempre.

-Buenos días, señor Malfoy- me saludó con una reverencia.

-Buenos días Eldamar- se hizo a un lado y entré-, ¿dónde estámi madre?

-Se encuentra en el salón, señor Malfoy.

-Voy hasta allí, puedas retirarte- y se alejó con una últimareverencia.

Entré en el salón y vi a mi madre. Se encontraba sentaba enun sillón con una taza entre sus manos.

-Hola madre- me acerqué hasta ella para darle un beso en lamejilla, cosa que no llegué a hacer, ya que ella no me dio tiempo: me recibiócon una bofetada.

-¿Se puede saber qué es esto?- arrojó un periódico, másconcretamente, El Profeta, sobre la mesa- se ha casado Potter, pero sumatrimonio no ha sido la noticia que ha salido en primera plana, ¿sabes cuál hasido?- guardé silencio, aunque me imaginaba cuál habría sido esa noticia.

Ella me miró, esperando, pero no hablé, por lo que prosiguió.

-Supongo que debo entender tu silencio como un "sí".

-Madre, yo

-Tú nada, Draco. ¿Se puede saber qué pasa por tu cabeza paraestar saliendo con una sangre sucia?

-No la llames así, madre. La quiero- me limité a contestar.

-¿Que la quieres? No digas tonterías, Draco. No puedes querera alguien como ella.

-¿Y por qué no? Me da igual la sangre que corra por susvenas, la quiero de igual modo, madre.

-Me da igual que la quieras, Draco- se puso de pie- vas aterminar con ella.

 

-No pienso hacer eso.

-Sí que vas a hacerlo, hijo. Quiero que termines con ella.

-Me da igual lo que tú quieras, pero yo la quiero a ella y nola voy a dejar.

-¿Te estás escuchando, Draco? Tu padre no te ha educado paraque hables así, y mucho menos para que actúes de ese modo. Eres un Malfoy, ysabes lo que eso implica.

-Me da igual lo que

-No, que no te de igual, eres un Malfoy y como uno de ellos debescasarte con una bruja sangre limpia y tener un hijo para continuar con nuestrostatus.

-Pero yo no quiero estar con nadie que no sea Hermione,madre.

-Draco, ella no te merece, ¿acaso no lo entiendes?

-Soy yo el que no la merezco a ella.

-No digas estupideces, debes casarte con alguien de nuestraclase, lo más probable es que no la ames, pero con el paso de los años,aprenderás a quererla, al igual que yo hice con tu padre. Además- continuó- tupadre antes de morir te dijo que deseaba que te casaras con una sangre limpia yque tuvieras un hijo para que nuestro apellido no se pierda.

-Lo siento, pero no voy a dejar a mi novia.

-¿Eso es lo que quieres? ¿Desprestigiar nuestro apellido? ¿Dejarel honor de tu familia por los suelos por una vulgar hija de muggles? Esasmujeres no merecen la pena, Draco, te lo hemos dicho toda la vida, no dejes queuna mujer como ella te engatuse.

-No te voy a permitir que insultes a la mujer de la que estoyenamorado en mi presencia, madre.

-Tu padre tenía razón, esa condena te ha afectado seriamente.

-En realidad, lo mejor que me ha pasado ha sido gracias a esacondena.

-Draco, sabes que tarde o temprano vas a dejarla, y que vas acasarte con una bruja sangre limpia, haré lo que sea para que eso suceda, asísea lo último que haga.

-No sabes lo que dices, no vas a conseguir que me separe deella. Ni tú ni nadie- me di media vuelta para marcharme- y no voy a volver poraquí hasta que tú no cambies de opinión, cuando lo hagas, házmelo saber.

No me detuve a mirarla. Seguí adelante hasta que salí deallí.

Caminé hasta casa de Hermione pensando en todo lo que mehabía dicho mi madre. Y ella desde luego iba a hacer todo lo que estuviera ensu mano, a su alcance, para separarme de Hermione.

Pero no lo iba a conseguir, no iba a permitir que se salieracon la suya. Ella tendría que aceptar lo mío con Hermione, sino, no iba a sabermás de mí. Era así de sencillo.

Aunque, en verdad, estaba preocupado, no sabía hasta dóndeestaría dispuesta de llegar mi madre con tal de que no estuviera junto aHermione. Esa amenaza me la hubiera esperado más de parte de mi padre. Jamáspensé que mi madre fuera capaz de llegar a esos extremos, pero estaba claro queestaba equivocado.

Además, ahora que mi padre no estaba, alguien debía hacer quelas cosas siguieran como habían sido siempre, y la encargada de ello ahora erami madre.

-Hermione, ya he llegado- la saludé al entrar.

-¿Qué quería tu madre?

-Ya sabe lo nuestro, se ha enterado a través de El Profeta.

-¿Y qué te ha dicho?- me preguntó. Yo me senté a su lado, enel sofá.

-No le ha gustado la noticia- le di un beso en la frente-, ¿ytú cómo estás?

-No me cambies de tema. ¿Qué más te ha dicho?

-A ver, pues básicamente que no quiere que esté contigo, y meha amenazado, nada más.

-¿Cómo que nada más, Draco? ¿Te parece poco?

 

-Mi padre hubiera sido mucho peor, te lo aseguro.

-Y no lo dudo, pero no sé, dijiste que tu madre no se lotomaría tan mal.

-Lo sé, y me equivoqué, pero también dije que con el tiempolo acabaría aceptando.

-Draco, tengo miedo- me dio un abrazo y yo la estreché.

-¿De qué, cariño?- le pegunté, aunque ya sabía a qué seestaba refiriendo, mientras jugaba con uno de sus rizos.

-De que nos separen, quiero estar contigo y si me dejas, yo

-Hermione- le alcé el rostro con delicadeza- no pienses eneso, te juré que no te iba a dejar, y lo pienso cumplir. Y ahora dime, ¿cómo tesientes?

-Bastante mejor, he terminado de desayunar y no he vomitado,eso será lo que te dije antes, que me sentaría algo mal de la cena.

-Eso espero, pero si te sientes peor, vamos a

-Sí, ya sé, cariño, no lo he olvidado.

-Oh, de acuerdo- le dije-, oye, aún no me has presentado atus padres, ¿cuándo voy a tener el gusto de conocer a mis suegros?

-¿Hablas en serio?- yo asentí-, pues, no sé puedo llamar a mimadre y decirle de quedar un día.

-Perfecto, ¿te acuerdas el día que vi a tu madre y te dijeque me alegraba de conocer a mi futura suegra? Pues no me equivocaba.

-Sí, ya veo. ¿Te parece que la llame ahora, así podemosquedar esta noche?

-Cuándo tú quieras.

-Pues voy a avisar a mi madre- me dio un beso en la mejilla,cogió el teléfono de la mesa, y marcó un número.



Hola! Bueno, pues aquí nuevo cap, se que no ha sido muy emocionante ni muy largo, pero espero que les haya gustado.

y ahora voy a escribir una "pequeña" nota. ¿seran capaces de leerla completa?

QUIERO DECIR QUE MI HISTORIA ESTA NOMINADA A MEJOR DRAMIONE!! Si, asi como lo oyen, este fic esta mominado a:

-Mejor long fic de Romance y Mejor Dramione 2011, y yo estoy nominada como mejor autora y mejor escritora.

Me haria muy feliz que me votasen, por si les apetece votarme, algo que les agradeceria enormementte, les dejo el enlace:

https://docs.google.com/spreadsheet/formResponse?formkey=dF9fSjVXWXZNZ1NoTTBseEFzQUZ6NHc6MQ&theme=0AX42CRMsmRFbUy1jOGMwMTZkMC01YzgyLTQ4ZDgtODBkOS0yYzNiNzY2NDA0ODg&ptok=1198251007429934005&ifq

Continuemos hablando del cap de hoy.:

Ya habeis visto, Hermione parece que estar enferma, porque si, ya la habeis escuchado, ella se ha encargado de tomar precauciones (con un hechizo) y no esta embarazada. A ver que le pasa a nuestra castaña, esperemos que no sea nada grave.

Tammbien tenemos ya aqui la opinion de Narcisa, y no va a parar, ha dicho, hasta que los separe. Y bueno, Draco dice que eso no va a ocurrir, pero a ver que ingenia Cissy.

Quiero decirles que muchas gracias por todos los comentarios en los que me deseaban que mejorase, mil gracias, ya estoy completamente recuperada, n_n

El haber estado enferma me ha dado mucho tiempo libre, y he pensado mucho. Esta historia no durara mucho mas, ya le quedan pocos capitulos, no se exctamente cuantos, pero no muchos. Un par de personas me han dicho que siga con la historia por mucho mas tiempo, y hasta que no la termine jaja! Pero es imposible, y no quiero meterle mucha paja a la historia por que al final os acabaria aburriendo.

Tambien he pensado mucho, tanto que he llegado a pensar en no darle un final feliz a la historia, y sí, he llegado a replantearme seriamente en separar a estos dos, y que cada uno haga su vida por separado.

 

Tambien he pensado en escribir un nuevo Dramione, a ver, solo he pensado la idea basica, y me gusta, aunque no se si lo escribire, es mas probable que no lo escriba a que si lo haga.

A ver... que mas cositas....

Ah, si! Quiero dar las gracias a las personas qeu han añadido esta historia a sus favoritos, que son nada mas y nada menos que 439 personas!

Y muchas gracias por todos vuestros comentarios, que son 988, llegare a los 1000 con el cap de hoy? a ver si es asi!!

Y mas de 53000 lecturas! muchisimas gracias!

Y por cierto, por si no lo sabian: Mi Dramione es el segundo mas comentado! Y todo gracias a todos vosotros n_n

Vuestros comentarios siempre me animan mucho, ademas de que me dan muy buenas ideas.

Bueno , ahora dedico el cap de hoy a :

patricia alejandra , Pao13, gisele-98, AntoMalfoy , MimiR_98, salesia, ukwii,

The Halfblood Melton, astorya malfoy , Varne Belikov, cullen-cecy-09, alilove98 ,

Mara_13, melycullenblack, brendisis , katia vulturi, vampirita sexi m, Angy Granger ,

FerMalfoy, valu, jjwurt, andy-okulos, OrionMalfoy, jeka13, Rocio_Malfoy,

Anne Weasley, nerea 3 , Hermioni .

Y bueno, lo dejo aqui que estoy siendo muy pero que muy pesada.

Que nota mas larga, casi tanto como el cap xD

¿Habeis sido capaces de llegar hasta aqui? Si ha sido asi, espero no haberos aburrido mucho.

Ahora me despido, que me voy a dormir.

Los quiero mucho a todos! Besos enormes n_n

Hermione:

-Hola mamá- la saludé cuando me contestó al móvil.

-Hola Hermione, cariño, ¿ocurre algo?- me preguntó con untono de voz preocupado.

-No mamá, todo bien- solo quería saber cuándo puedo ir acenar a casa, quiero presentarte a alguien- miré a Draco y le sonreí.

-¡¿A tu novio!?- me preguntó, entusiasmada.

-Sí, mamá.

-¿Es el chico rubio tan guapo que
? Bueno, si sales con otrochico me parece bien, solo me importa cómo te traten, ya lo sabes, es solo queese chico me pareció tan

-Mamá- la interrumpí-, sí, salgo con ese chico, y se llamaDraco.

-¡Qué alegría, hija!- chilló-¡Qué bien que siguieras miconsejo y le echaras el lazo a ese chico! ¡Te dije que se veía interesado enti! Las madres siempre llevamos razón, Hermione.

-Sí, mamá, no te equivocaste- Draco me miraba con gestointerrogante.

-Bueno, ¿y qué te parece si venís esta noche a casa?

-Me parece bien.

-Entonces, nos vemos sobre las ocho, ¿vale, cariño?

-Sí, hasta luego mamá.

-¡Espera, no cuelgues!- gritó, y volví a llevarme el teléfonoa la oreja- ¿Qué le gustará cenar a tu novio?

-No te preocupes por la cena, le gustará.

-Pues haré algo rico, hasta luego cariño.

-Adiós mamá, te quiero- y dicho esto, sí colgué el teléfono.

-O sea, hoy a cenar con los señores Granger, ¿cierto?-merodeó la cintura.

 

-Así es- le di un beso en los labios.

-Voy a confesarte algo- se acercó a mí y me susurró al oído-:estoy nervioso- un escalofrió recorrió mi columna vertebral al impactar sucálido aliento contra mi oreja.

-¿Draco Malfoy nervioso? Vaya, esto es algo que no se vetodos los días.

-No te burles, no es gracioso.

-Lo siento, pero ¿a qué se debe tu nerviosismo?

-¿Te parece poco motivo el ir a conocer a mis suegros? No séqué van a pensar de mí, si me aceptarán, además, nunca había estado en unsituación como esta.

-¿Has salido con montones de chicas y nunca has conocido alos padres de ninguna?

-Nunca he tenido una relación seria, es más, nunca he tenidouna relación.

-No te preocupes, a mi madre le gustarás, es más, se haemocionado al saber que salía contigo.

-Ah, sí, cierto, Jean Granger, me acuerdo de ella. ¿Recuerdasque te dije que sería mi futura suegra?

-Sí, me acuerdo. Así que ya sabes, al menos a ella le caerásbien.

-¿Y tu padre será muy duro conmigo?

-Sinceramente, no lo sé. La verdad, fue un poco borde conRon, y eso que ya lo conocía y le caía bien.

-Gracias por los ánimos, cariño- dijo, sarcásticamente.

-Lo siento, no te preocupes, no le puedes caer peor que yo atu madre, ¿no?

-Olvídate de mi madre, no me la recuerdes.

-Está bien, pero ¿sabes? Hay algo que me dice que nosaldremos bien parados de todo esto, vaa ocurrir algo malo, lo presiento.

-Da igual lo que pase, tú y yo estamos juntos es esto.

Yo solo lo abracé, porque no estaba tan convencida de que estuviéramossiempre juntos.

-¿Sabes, cariño? Voy a mi casa a cambiarme, luego me paso apor ti.

-No, te recojo yo y vamos en coche, me llego a las siete ymedia, ¿te parece?

-Sí, nos vemos luego- me dio un beso en los labios y sedirigió hacia la puerta.

Cuando Draco salió porla puerta, me dirigí a la cocina para prepararme el almuerzo, no me apetecíacomer nada demasiado pesado, ya que tenía el estómago revuelto. Así que medecidí por una tortilla francesa, algo ligero, a la par de rápido de hacer.

Rompí un huevo, y nada más olerlo, me dieron ansias. Me llevéuna mano a la boca y me apoyé en la encimera. Al menos, esta vez no vomité.

Maldito virus.

Cogí el bolso y decidí ir al médico. Ni siquiera tenía cita,a ver si me atendían.

Me acerqué a la chica que atendía en el mostrador.

-Buenas tardes señorita.

-Buenas tardes- hice una pausa, pero al ver que ella no decíanada, proseguí- verá, me gustaría ver a mi médico, el Doctor George Anderson.

-¿Tiene cita?

-No, pero verá, no me encuentro muy bien, y

-Lo siento, si no tiene cita, no podemos atenderla. Siquiere, ahora mismo le doy cita para mañana- comenzó a buscar en el ordenador,y en ese mismo momento, me mareé y me dieron arcadas.

La chica rodeó el mostrador y se acercó hasta mí.

-Siéntate aquí. En seguida llamaré al Doctor Anderson- sealejó un segundo y se acercó de nuevo con un vaso en la mano-. Toma un poco deagua, te sentará bien.

Murmuré un gracias y comencé a beber. Me apoyé en el respaldode la silla y cerré los ojos. Hasta que al poco rato me hablaron.

-Eh, señorita

-Granger.

-Señorita Granger, el Doctor Anderson la puede atender ahora,la acompaño hasta su consulta.

 

-Muchas gracias- me acompañó hasta la misma puerta de laconsulta de mi médico de cabecera. Yo llamé levemente a la puerta y actoseguido la abrí.

-Señor Anderson, gracias por atenderme, siento mucho habervenido sin cita previa y

-No te preocupes, venga, no te quedes ahí parada, pasa- entréy cerré la puerta detrás de mí. Meindicó con la mano que me sentara frente a él, y eso hice-, bien, pues cuéntamecuáles son tus síntomas.

-Tengo mareos y ganas de vomitar.

-Puede ser un virus o que estés embarazada.

-Es imposible que esté embarazada- le dije.

-Está bien, pues vamos a ver si es un virus. Siéntate en lacamilla- hice lo que me dijo-, a ver, abre la boca, bien, pues no tienesanginas- se acercó a su escritorio-, toma, colócate el termómetro debajo de laaxila- eso hice, y me lo quité cuando emitió un pitido.

-Tome- se lo tendí.

-Bien, tampoco tienes fiebre- dijo una vez que lo examinó-oye, ¿has mantenido relaciones sexuales últimamente?

-Eh, sí- y noté como me ponía roja hasta la raíz delcabello-, pero es imposible que esté embarazada, mi pareja y yo siempre hemostomado precauciones.

-Los métodos anticonceptivos no son cien por cien infalibles. Así que comenzaremos conuna prueba de embarazo- se dirigió de nuevo hasta su escritorio- toma, un testde embarazo.

Lo cogí con dedos trémulos.

-Vale, pues, si da positivo, me iré a casa, ¿de acuerdo?

-Claro que sí, adiós señorita Granger.

Entré al servicio y seguí las instrucciones a rajatabla,aunque sabía a la perfección cómo funcionaba. Salí del servicio y me dirigíhasta el coche, a esperar el resultado. Si salía rosa, estaba embarazada, cosaimposible. Los métodos anticonceptivos mágicos eran más fiables que losmuggles, por eso los usaba.

Esperé unos diez minutos, y volví mi rostro hacia la prueba.Y


rosa.

Estaba embarazada. No me lo podía creer. En realidad, no era que no quisiera tener un bebé, pero,¿y Draco?

Arranqué el coche y me fui a casa. Con un movimiento devarita, la cocina se limpió sola. Yo me comí un par de yogures, eso no mesentaría mal.

Me di una ducha y me vestí. Elegí un vestido sencillo decolor azul marino que me llegaba por encima de las rodillas, y me puse unassandalias negras. Me maquillé levemente: sombra de ojos del mismo tono que elvestido y brillo labial. Tomé mi bolsode mano y conduje a casa de Draco.

-Hola Hermione, estás preciosa- me dio un beso en los labios.

-Gracias, tú estás muy guapo, también- vestía camisa de sedanegra, a juego con el pantalón.

-¿Te ocurre algo?- me acarició una mejilla.

-No, nada, estoy bien, vámonos ya- cogí su mano y tiré de élhasta el coche.

Claro que estaba preocupada. ¿Cómo no iba a estarlo? Estabaembarazada. ¿Y si Draco no quería ser padre?

-Hermione, ¿te encuentras bien?- me preguntó de nuevo, lo miréy tenía el semblante serio.

-Sí, perfectamente- le sonreí-, venga, hemos llegado.

Nos apeamos del coche. Le tomé una mano y le conduje hasta lapuerta de la casa de mis padres. Le sonreí para darle fuerzas y llamé altimbre.

-Hola, cariño- nos recibió mi madre, la que me dio un beso yun abrazo.

-Mamá, él es Draco.

-Sí, me acuerdo de ti. Me alegra volver a verte Draco.

 

-Lo mismo digo, señora Granger.

-Oh, ya te dije que me llamaras Jean, muchacho, venga, dameun abrazo- mi madre no esperó a que él se acercara, si no que lo hizo ella, estrechándoloun par de segundos-. Venga pasad, no os quedéis en la puerta.

Mi madre nos llevó hasta el comedor, mi padre estaba sentadoen el sofá, y al vernos llegar, se levantó.

-Hola papá- el me dio un beso en la frente-, papá, él esDraco Malfoy, mi novio.

-Un gusto, señor Granger- Draco le extendió la mano, y mipadre se la estrechó con fuerza.

-Lo mismo te digo- aunque eso no era del todo cierto, se lonotaba en su tono de voz.

-Venga chicos, sentarse- nos dijo mi madre. Tomó a Draco delbrazo y lo arrastró, literalmente, hasta una silla. Yo me senté junto a él, ymi madre a su otro lado, quedando mi padre frente a Draco- y bueno, cuéntanosalgo de ti, Draco, ¿eres
?- mi madre me miró, sin saber si podía preguntarsobre ello o no.

-Sí mamá, es mago.

-Pues espero que no seas como el otro, el pelirrojo ese, ¿cómo se llamaba, Weasley?

-Tranquilo señor Granger, no me parezco en nada a eseindividuo, es más, él y yo no nos llevamos nada bien- mi padre asintió, y unamueca, que se asemejaba a una sonrisa, se dibujó en sus labios. Le caía mejorDraco por el simple hecho de que también odiaba a Ron. Pero bueno, daba igualel motivo, lo importante era que le empezaba a simpatizar mi novio.

-Y ¿tus padres son como nosotros o ellos son magos?

-Ellos son magos.

-¿Y dónde os conocisteis? ¿En ese colegio dónde estudiabaHermione?

-Él y yo ya nos conocíamos del colegio mamá, pero no nos llevábamosbien, ya sabes que estábamos divididos en casa, y nuestras casas eran enemigas.

-¿Entonces habéis comenzado a salir aquí, o lleváis mástiempo juntos?

-Empecé a salir con su hija aquí, Jean, desde hace unosmeses.

-¿Y cómo es que vives aquí? Pensé que los magos vivíais enotro mundo.

-Sí, pero

-Mamá, él se mudó aquí una temporada para ver como marchabaeste mundo, pero pronto volveremos al mundo mágico.

-¿Y vas a presentarnos a tus padres pronto, Draco?

-Mi padre murió, y las cosas con mi madre están un poco complicadas,pero si la situación mejora, por supuesto que sí.

-Lo siento mucho, hijo.

-No se preocupe, ya lo he superado.

-Voy a por la cena, que ya estará lista, acompáñame a lacocina, George.

Mi padre se levantó y la siguió.

-No le gusto mucho a tu padre- me susurró al oído.

-Te lo estás ganado, confía en mí- le di un beso en lamejilla.

-Bien, pues aquí está la cena, espero que sea de tu agrado,Draco.

-Tiene una pinta deliciosa, Jean, gracias.

Mi madre sirvió los platos y comimos en silencio, hasta que mipadre decidió romperlo.

-¿Y bueno, qué tipo de problemas tienes con tu madre?

-George
- le regañó mi madre.

Draco se quedó en silencio, sin saber qué contestar, por loque decidí ayudarlo.

-Papá, para él es un tema un poco complicado y

-Hermione, tienen derecho a saberlo, son tus padres. Bien,señor Granger, mi madre tiene prejuicios contra los magos que no son como losde mi familia. A mi madre no le gustan los magos nacidos de padres no mágicos,por eso mi madre no acepta nuestra relación- aclaró.

 

-O sea, que te madre no acepta a mi hija- soltó mi padre.

-Papá, no importa.

-Sí que importa Hermione- me dijo mi padre.

-Tu padre tiene razón Hermione, sí que importa. Pero no tienede qué preocuparse, yo estoy enamorado de su hija, y la voy a cuidar, ya hehablado con mi madre y se lo he aclarado, y sabe que hasta que no la acepte aella, yo no volveré a pisar su casa- eso relajó a mi padre.

Y a partir de ahí, la cena sí transcurrió en el más absolutosilencio.

-Voy a llevar todo a la cocina- mi madre se levantó, y Dracotambién lo hizo- no te levantes, Draco, pero gracias.

-Te ayudo, mamá- recogí parte de la vajilla y la seguí hastala cocina-. Mamá, me gustaría contarte algo.

-Dime cariño- murmuró, mientras metía los platos en ellavavajillas.

-Verás, es que, estoy embarazada- mi madre se giró a mirarmede golpe.

-Hermione, eso es maravilloso- me dio un beso en la mejilla-,voy a contárselo a tu padre.

-No, espera- la agarré del brazo- Draco aún no lo sabe, yo mehe enterado hoy y aún no se lo he contado.

-Está bien, estoy muy contenta, me vas a hacer abuela- me diootro beso.

Salimos de la cocina, mi padre y Draco estaban conversando,pero no sabía de qué.

-Bueno mamá, pues nosotros nos vamos ya.

-Como queráis Hermione, y estáis invitados a venir siempreque queráis.

Draco tomó mi chaqueta, que estaba apoyada en el respaldo deuna silla, y me la pasó por los hombros.

-Ha sido un place conoceros. Adiós, Jean- besó la mano de mimadre-. Hasta luego, señor Granger- Draco le tendió de nuevo la mano y mi padrese la estrechó.

-Y llámame George- le dijo, sonriendo a medias. Dracoasintió.

-Adiós, os quiero- me despedí de ellos y volvimos a montarnosen el coche.

-¿No ha ido tan mal, verdad?- le dije.

-No, me lo esperaba peor, al final, parece que ni le he caídodel todo mal a tu padre.

Me bajé del coche y abrí la puerta de la casa. Él me agarróde la cintura.

-Te amo Draco- le dije, dándome la vuelta para mirarlo a losojos.

-Yo también te amo, preciosa- me dio un beso en el cuello-. ¿Cómote encuentras?

-Mucho mejor, solo que estoy agotada.

-Pues vamos a descansar, cariño- y me tomó en brazos parallevarme al dormitorio.



Hola! Que tal? Hoy voy a seguir un orden, primero les hablare de un par de historias, luego de este fic, y luego paso a los agradecimientos.

A ver, quiero decirles que he escrito un songfic, es el primero que escribo, y me gustaria que se pasaran por el y me dieran su opinion, si tienes tiempo y les apetece, por supuesto :)

Les dejo el enlace: https://www.potterfics.com/historias/92768

Mi amiga Gigí me ha dicho si puedo recomendar su fic, y pues claro que puedo! Les dejo tambien el enlace: https://www.potterfics.com/historias/86050 Es un Dramione, asi que no duden en pasarse a leer y en añadirlo a favoritos (:

Otra cosita, voy a comenzar un nuevo Dramione, y no es el que tenia en mente, es otra idea totalmente distina, cuando lo comience, se lo avisare por si qse quieren pasar, y se llamara algo asi como: "Hola Draco, soy tu hija".


Ahora paso a hablar d e este cap. Habran dicho ¿pero no dij oque no estaba embarazada? Valee! Les menti a todos! Es que si nos os engañaba un poquitp hubierais sabido de inmediato que ella estaba embarazada. Pero prometo no mentiros mas! ;)

 

A ver, en el proximo cap más problemas! Y viene uno mucho mas grave! pero no digo nada, mis labios estan sellados jeje :D

Actualizare el finde qeu viene, antes no puedo, porque tengo examen de lengua, y estoy super nerviosa, va a ser el primer examen que haga en la facultad, y espero que me vaya bien!


Y ahora a agradecimientos. Les quiero decir que muchas gracias a todos los que lenn y comentan. Y este cap batio record! Nada mas y nada menos que 44 comentarios en este cap! Sera este el maximo de comentarios o el numero seguira subiendo? Lo iremos comprobando.

Ya vamos por 1030 comentarios a ver hasta donde llega este numero! :D Eso esta en sus manos jaja!

Dedico este cap a :

Astoriamdq , AntoMalfoy , jjwurt, ukwii , Varne Belikov , cullen-cecy-09, Breelsy Malfoy,

salesia , isabelweasley , nerea 3, Alexia_Black96 , andi potter fan, Pao13,

melycullenblack, LiliJamesPotter , katia vulturi, brendisis, Angy Granger ,

mariangi_felton22, nathiiita_DH , gisele-98, Rocio_Malfoy, FerMalfoy, Hermioni ,

Anne Weasley , The Halfblood Melton , OrionMalfoy , Shoshi_ malfoy, patricia alejandra,

vampirita sexi m, valu, LunaticasporMalfoy, ValeLightwood, mari1604, Alem7591,

LyanderLovegood3, andy-okulos , Violines de Vioeta, Rocio_Gerez.

Y habra alguien por ahi pensando que otra vez me he olvidado de ella, pues no, no lp he hecho, y quiero dedicar doblemente este cap a Katherine Malfoy17, siento no haberte dedicado el anterior, mil disculpas.

Si alguna vez me olvido de agradecer a alguien que me ha escrito un comentario, no duden en decirmelo!

Y bueno, pues me voy ya y les dejo

Un gran beso, los quiero mucho n_n

Draco:

-Draco, hoy voy a ir a casa de Harry y Ginny, ¿me acompañas?

Me lo pensé unos segundos, en verdad, no me apetecía nada denada ver a los Potters.

-No es necesario que vengas si no te apetece, solo quiero vercómo les ha ido en su Luna de Miel.

-Oh, pues entonces no voy- solté.

-Anda que te lo has pensado mucho, cariño- me sonrió.

-Mucho no, nada- le di un beso-, ¿y cuándo vas?

-Pues ya, me voy a arreglar y me voy, nos vemos después, ¿no?

-Sí, yo estaré en mi casa, ¿te llegas?

-Sí- la observé mientras se maquillaba- estás hermosa.

 

-Gracias Draco.

No tardó mucho en terminar de prepararse, y salimos juntos.Pero nos separamos pronto, ella tomó un camión, y yo tomé otro.

-Adiós, cielo- me dio un beso en los labios.

-Hasta luego.

Entré en mi casa y vi una luz encendida, provenía delcomedor. Extraño. Siempre revisaba para no dejarme ninguna encendida. Me encogíde hombros. Cualquiera se despistaba. Pero no era yo la que se la había dejadoencendida. En el sofá estaba sentada una mujer.

-Hombre, por fin llegas- Pansy se puso en pie y se acercó amí, se alzó y me dio un beso en la mejilla.

-¿Qué haces aquí, Pansy? No puedes entrar en mi casa así comoasí, y más si yo no estoy.

-He llamado antes de entrar, pero como nadie me contestaba,me he aparecido dentro, y llevo aquí casi una hora.

-¿Y a qué has venido?- me senté en el sofá, y ella tomóasiento a mi lado.

-A saber por qué sales con la sangre sucia.

-No la llames así, o tendré que pedirte que te marches, ysalgo con ella porque la amo.

-Vaya, nunca pensé que esas palabras salieran de tus labios.

-Déjate de tonterías- puse los ojos en blanco.

-Eso quiere decir que he perdido a mi mejor amante, ¿cierto?

-Sí, cierto.

-Si alguna vez cambias de parecer, no dudes en llamarme- medijo coquetamente.

-No cambiaré de idea mientras salga con Hermione.

-Tu madre está que se sube por las paredes, no sé si losabes.

-Lo sé, y no me importa.

-Draco, yo estoy de tu lado- la miré directamente a los ojos-eres mi mejor amigo desde hace mucho, y si esa es tu decisión, la respeto- ledi un abrazo.

-Muchas gracias, Pansy.

-Tu madre me llamó, y me dijo que hiciera lo posible parasepararos, de eso hace un par de días, pero no quise. Y hoy ha venido a micasa, ha pedirme que no haga nada, pero me ha contado algo, que
Draco, lo quetiene que decirte tu madre, no va a gustarte.

-¿Qué ocurre, Pansy?- la tomé por los hombros.

-Le he prometido que yo no te diría nada, son ellas las quequieren hacértelo saber.

-¿Quiénes Pansy, por favor, dime?- se mordió el labio, estabaclaro que se le había escapado.

-Draco, mejor vayamos a tu casa, ¿sí?

Me puse en pie de un salto y caminé a grandes zancadas haciala puerta.

-Espera, voy contigo.

-Yo tengo que ir andando, no puedo aparecerme.

-Está bien, pero te acompaño- aseguró.

-¿Es algo acerca de mi relación con Hermione?- le pregunté,mientras andábamos a paso ligero.

Dudó antes de responder.

-No, no pero

-¿Y repercute en nuestra relación?

-Depende de lo que tú decidas, Draco- le temblaba la voz.

-Pues entonces, no tengo de qué preocuparme, no la voy adejar por nada del mundo.

-Draco, no va a ser tan fácil.

-Mira Pansy- me detuve en seco-, si no vas a hablarme claro,mejor te callas, ¿sí? Nada va a afectar a mi relación con mi novia.

Seguí andando y ella me seguía de cerca. Me arrepentí dehablarle así, al fin y al cabo, no se lo merecía, ella no había intentado nadapara separarme de Hermione.

-Pansy, lo siento, no he debido hablarte así- le acaricié lamejilla.

-No te preocupes, te comprendo- me sonrió y seguimos connuestro camino.

Y ya no volvimos a hablar más durante el trayecto, yo ibasumido en mis pensamientos, imaginando todo lo que mi madre con quién sabequién había estado planeando. Pero daba igual lo que estuviera maquinando.

 

No se iba a salir con la suya.

Me detuve cuando llegamos a la Mansión. La Mansión Malfoy. Y,como siempre, nos recibió el mismo elfo.

-Buenas tardes, señor Malfoy- hizo una reverencia.

-Eldamar, ¿dónde está mi madre?- inquirí.

-Se encuentra en el salón, señor Malfoy- no necesité más,irrumpí en mi casa, y casi corrí hasta el salón.

-Draco, cariño, qué alegría verte, tenemos buenas noticias-pero no le presté atención a ella, sino a la mujer que ocupaba un sillón.

-¿Qué estás haciendo aquí?- le pregunté.

-Oh, ella es la quetrae las buenas noticias, Draco.

-No, ella solo puede traer problemas, y si lo que quieres esque me comprometa con ella

-No, nada que ver, esmejor aún- miré a mi madre, estaba feliz. Hacía mucho que no la veía así.

-Pues tú dirás- me crucé de brazos.

-Astoria, cariño, digámosle a Draco- la aludida se puso enpie. Y no pude creer lo que veían mis ojos.

-Draco, está embarazada, vais a ser papás, y yo abuela-dibujó una amplia sonrisa-. ¡Voy a tener un nieto!

-No, yo no voy a tener ningún hijo- me volví hacia la otrachica-. Astoria, no me cuentes cuentos, por favor.

-No es mentira- caminó hasta mí, lentamente-, vamos a tenerun bebé- me cogió la mano, e intentó ponérmela sobre su vientre, pero yo mesolté de un tirón.

-Tú vas a tener un bebé, no yo- me alejé de ella.

-Draco, no seas así- me pidió mi madre.

-Madre, es imposible, no puedo tener un hijo con ella porqueyo no he estado con otra mujer que no sea Hermione.

-Te equivocas en eso, Draco, ¿ya no recuerdas Nochevieja?-sí, sí que recordaba ese día. Perfectamente. Como si fuera ayer. Y llevabarazón, me había acostado con ella. Y había hecho sufrir a Hermione.

-Pero, no, no puede ser, eso no puede ser cierto- me llevélas manos a la cabeza, y me revolví el pelo, dejado llevar por los nervios y hablaba más para mí mismo que para nadie.

-Draco, hijo, un bebé es una bendición.

-No lo es cuando esperas un hijo de la que no es la mujer queamas- le respondí a mi madre.

-Pero tienes que hacerte cargo, es tu responsabilidad.

-Déjame madre, por favor- me senté en un sillón y enterré lacara en mis manos.

-En cuatro meses le veremos la carita a nuestro bebé- dijoAstoria-, va a ser un hermoso niño.

-Si se parece al padre, será muy guapo- le dijo mi madre-.Además, las cosas habrá que hacerlas bien, el niño no puede nacer fuera de unmatrimonio, un Malfoy ha de nacer en una buena familia.

-Estoy de acuerdo contigo, Narcisa.

-Dejad de hacer planescomo si yo no estuviera, yo tengo una vida por delante con otra persona.

-No puedes hacer una vida con otra persona si estás esperandoun hijo, Draco, lo sabes, te hemos educado así.

-Pensaré lo que voy a hacer.

Me levanté y salí de allí si mirar a ninguna de las dos, yano me acordaba de Pansy, no hasta que la vi fuera. La tomé del brazo y tiré condelicadeza de ella, para marcharnos ya.

Y le di mil vueltas al asunto. Hoy debía hablar con Hermione.Ella tenía que saber lo que ocurría. Le iba a contar que estaba esperando unhijo.

Ya había tomado una decisión.

 



Hola! Aquí traigo el nuevo cap! Espero que os haya gustado ^^

Sí, como veis, las cosas cada vez se ponen más feas. Y Draco ya ha tomado una decisión. ¿Cuál será? Lo sabremos en el próximo capítulo.

Draco tiene que hablar con ella y Hermione con él. Ahora de golpe, Draco va a ser padre por partida doble, tiene un dilema, el pobre, ha tomado una decisión, que quiza cambie cuando descubra que Herms espera un bebé de él. ¿Y que creeis que pasaran? Yo ya lo tengo decidido! :D

Se que es mas corto que de costumbre, intentare hacer mas largo el siguiente.

Una amiga me ha dicho que si puedo recomendar su historia, y pues claro que puedo, os dejo el enlace. Es un Dramione, así que pasarse! :)

https://www.potterfics.com/historias/92910

Y dedico el cap a:

Alem7591, Varne Belikov, Varne Belikov, Astoriamdq, LunaticasporMalfoy,

cullen-cecy-09, Violines de Vioeta, brendisis, Pao13, isabelweasley, FerMalfoy,

jjwurt, Breelsy Malfoy, nayelipach, ukwii, AntoMalfoy, salesia , Paola Cullen Malfoy ,

melycullenblack, Angy Granger , katia vulturi , nathiiita_DH, Katherine Malfoy17,

Hermioni, gisele-98, gisele-98, Shoshi_ malfoy, luna_22 , astorya malfoy, Rocio_Gerez,

vampirita sexi m, The Halfblood Melton, nerea 3, covarrubias09, sayuri-potter


Y hoy no me enrollo mucho que estoy muerta de sueño.

Los quiero mucho a todos. Un gran beso y buenas noches ^^


Hermione:

Fui andando a casa de Harry y Ginny, estaba de poco tiempo,pero, en mi estado, no me quería arriesgar a aparecerme.

Se habían comprado una casa preciosa, pequeña y acogedora, ycon un hermoso jardín. Y ambos se encontraban sentados en el exterior, encompañía de Neville y Luna.

Cuando me vieron acercarme, todos se acercaron a mí pararecibirme.

-¡Hermione!- Ginny fue la primera en llegar, y me abrazócálidamente.

-¡Hola chicos!- les di un beso a cada uno de los cuatro-, y¿cómo ha ido vuestra Luna de Miel?

-A sido increíble, Herms- empezó Ginny- todo el viaje fue enun braco.

-Barco, Ginny- la corrigió Harry de manera cariñosa.

-Cómo sea, da igual, bueno, la cosa es que ese vehículo paraviajar ¡es increíble! Todavía no entiendo como flota en el agua, al principioestaba asustada, pensé que nos ahogaríamos o algo, ¡pero no! Y hemos estado enun montón de países, me han encantado todos. Ha sido un viaje magnífico.

-Qué bonito- le dije-, ha tenido que ser increíble.

-Sí, lo ha sido,venga, vayamos a sentarnos en la terraza.

 

-Tenéis una casa preciosa, chicos, os ha quedado muy bonita-le dije, mientras nos sentábamos.

-Luego te enseño el interior- añadió Harry, y yo le asentícon la cabeza.

-Hermione, ya se han decidido a salir Neville y Luna- acababade darme cuenta de que iban cogidos de la mano.

-Chicos, enhorabuena, hacéis una bonita pareja- ellos mesonrieron.

-Yo también traigo una noticia.

-¿Sí, y cuál es?

-Pues ¡estoy embarazada!- grité.

Y todos me felicitaron, dándome besos y abrazos.

-¿Y qué dice Malfoy?

-Bueno, aún no se lo he dicho, pero lo haré hoy mismo, luegome paso por su casa y hablaré con él.

-¿De cuánto estás?- me preguntó Luna.

-No lo sé exactamente, pero aproximadamente de un mes, medirán de cuánto estoy exactamente cuando vaya a la primera revisión, que seráya mismo, le diré a Draco que me acompañe.

-Bueno, pues esperando un hijo tendréis que casaros, ¿no?

-No hemos hablado aún de eso, pero sí vamos a vivir juntos,en cuanto finalice la condena de Draco, regresaremos aquí, así también podemosvernos más a menudo- les dije con una gran sonrisa.

-Herms, se te ve radiante, hace tiempo que no te veía tanfeliz.

-Es que nunca he sido tan feliz como ahora, chicos.

-Nunca pensé que podrías salir con Malfoy- dijo Neville.

-Sí, yo me lo creía menos, pero así es. Y estoy muy contenta,lo quiero mucho, él siente por mí lo mismo, dentro de nada viviremos juntos, yvamos a tener un bebé.

-Todo es perfecto, Herms.

-Y, ¿sabes? Mi hermano le ha pedido matrimonio a Lavender,por eso de que está embarazada, ella se ha puesto la mar de contenta, pero élno la quiere, dice que es por el bien del bebé que viene en camino- me contóGinny.

-Pero eso no está bien, no está bien que salga con ella si nola quiere. Puede hacerse cargo del bebé sin tener que casarse con ella, eso ala larga va a hacer mal a Lavender.

-Se lo he dicho a ella, Herms- me dijo Ginny- pero le daigual, lo único que ella quería era estar con mi hermano, y no le importa queél no la ame.

Antes de irme, me enseñaron la casa, en la parte baja, habíaun salón-comedor, la cocina y ladespensa, un cuarto de aseo, y una pequeña sala de estudios.

Y, en el piso de arriba, había un dormitorio de matrimonio,otras dos habitaciones para cuando tuvieran hijos, dos cuartos de baño, y otra sala,la que iba a ser la de juegos.

-Espero veros pronto a todos, chicos.

-Y nosotros, Hermione.

De camino a casa de mi novio, me topé con una tienda debebés. Miré el escaparate. Había cochecitos, cunas, moisés, y demás. Por lo queme decidí a entrar a comprar algo.

Di varias vueltas por la tienda, pero como no sabía el sexodel bebé, me decanté por unos patucos de color blanco, que sirven tanto paraniños como para niñas.

Y ya sí, directa a casa de Draco.

Antes de llamar a la puerta, guardé los patuquitos dentro delbolso, no le diría nada a Draco sobre mi embarazo inmediatamente, le daría loszapatitos de bebé, y si no pillaba la indirecta, que era poco probable quepasara eso, le diría que esperábamos un hijo.

-Hola, cariño- le di un beso en los labios cuando me abrió lapuerta y me invitó a pasar.

-Hola- me quedé parada en la entrada de la puerta, ya queallí, sentada en el sofá, estaba Parkinson, miré a Draco, esperando lo peor, yaque la última vez que veía a una mujer en su casa se había acostado con ella.

 

-Buenas tardes, Granger- me saludó la morena.

Ho- hola- me sorprendió que se mostrara tan simpática.

-Draco, me voy y os dejo hablar. Adiós, espero verte pronto,Hermione- no dije nada, ya que me quedé de piedra.

Cerró la puerta al salir.

-¿Desde cuándo es tan amable conmigo?

-Se ve que desde ahora, ha venido a decirme que apoya nuestrarelación, que está de mi parte.

-Vaya, es
- por una parte me parecía bien, ya que era suamiga, pero, por otro lado, no me hacía mucha gracia, ya que se había acostadocon ella en más de una ocasión, pero confiaba en Draco.

-Tranquila, no va a pasar nada entre ella y yo- me dio unbeso en la mejilla.

-¿Sabes?- se colocó detrás de mí, y puso su cabeza sobre mihombro, y negó con la cabeza- tengo un regalo para ti, que viene acompañando auna buena noticia- me giré para darle un beso, pero vi que tenía mala cara, depreocupación.

-¿Qué te ocurre, Draco?- le acaricié la mejilla, él cerró losojos.

-Yo también tengo una noticia, pero no creo que te guste.

-¿Tiene que ver con Parkinson, verdad?- di un paso atrás.

-No, nada que ver. Siéntate, por favor- me tomó de la mano ynos sentamos en el sofá.

-Hermione, mejor comienzo yo, que quizá cuando lo sepas, noquieras darme ese regalo.

-No digas tonterías, nada va a hacer que no quiera darte loque traigo- me revolví en el asiento, preocupada.

-Quiero que sepas que te amo, más que a nada, Hermione- cogiómis manos entre las suyas- eres lo mejor que me ha ocurrido nunca, jamás hesido tan feliz como estos últimos meses contigo. Y nunca, pero nunca, voy adejar de quererte- cerró los ojos y tomó una gran bocanada de aire.

-Draco, por favor, todo lo que me has dicho es muy bonito, yotambién te amo, pero me estás asustando. Dime qué pasa.

-Yo
verás, hoy he estado en casa de mi madre, y estabaAstoria allí, y ellas me dijeron, que
verás, mi madre

-Quiere que te cases con ella- terminé por él.

-No, no me ha dicho eso. Astoria está embarazada, espera unhijo mío- eso me sentó como un jarro de agua helada- ella está de cinco meses.

Hice mis cálculos mentalmente. Greengrass estaba de cincomeses, se había acostado con Draco en Nochevieja, y estábamos en mayo. Sí,salían las cuentas, hace cinco meses que se acostaron, los meses justos de suembarazo.

Solté su agarre y llevé las manos al bolso. Y ahora, ¿qué ledecía yo? ¿Que yo también estaba embarazada de él? Pues sí, eso iba a hacer.Mi hijo era tanto o más de Draco que elde Astoria.

-Buen, pues
no sé qué decirte, Draco. Pero no te preocupestanto por eso, cariño, yo te quiero, no te voy a dejar porque otra mujer espereun hijo tuyo. Eso ocurrió antes de que tú y yo comenzásemos a salir, por loque... bueno, pues te doy ahora mi noticia, aunque no me vas a tomar en serio.

Se puso de pie y empezó a dar vueltas por el salón.

-No es solo eso, Hermione, yo he de hacerme responsable deese niño, es mi deber como padre.

-Lo sé, y prefiero quecumplas con tus funciones de padre con ese niño a que no lo hagas, al fin y alcabo, el bebé no tiene la culpa de nada.

 

-Sí, y voy a cumplir con mis responsabilidades, y ese niñonecesita una familia. No puede crecer y criarse sin que sus padres esténjuntos.

-Draco, ¿me estás diciendo que
?- las palabras se me quedaronatascadas en la garganta, no me podía creer que estuviera terminado conmigo. Meacababa de decir que me amaba
se me empezaron a anegar los ojos de lágrimas.

-Hermione, compréndelo, mis padres me han enseñado que tengoque hacerme responsable de mis actos. Y ahora he de hacer eso, me duele tenerque separarme de ti, y más aún me duele dañarte, porque te quiero, pero, a lalarga, a nosotros no nos hará bien que yo tenga un hijo con otra persona que noseas tú.

-Pero yo
me acabas de decir que me quieres- ya no puedecontener por más tiempo las lágrimas- ¿por qué terminas conmigo entonces?

-Quizá ahora las cosas funcionen, Hermione. Pero no a lalarga, yo solo quiero tener una familia, y yo quería que fuera contigo, perolas cosas no siempre son como queremos que sean.

-Pero no sabes lo que va a pasar, no lo sabes, podríamosintentarlo, y si ya vemos que no
pues terminamos- parecía una tonta, llorandode esa manera y suplicándole que no me dejara.

-Hermione, encontrarás a alguien que te quiera, y que tecuide como te mereces.

-Pero yo no voy a querer a nadie como te quiero a ti-continué, entre lágrimas.

-Lo siento, Hermione- se acercó a mí puse en pie, me dio unbeso en la frente, y yo me aferré a su camisa.

-Draco, por favor
yo
yo
no sé qué haré sin ti.

-Lo siento, Hermione, pero sé que si sigo contigo te voy ahacer sufrir más que si terminamos ahora- delicadamente, soltó el agarre de mismanos de su camisa-. No vas a darme esa noticia, ¿verdad?

Negué con la cabeza.

-No, ya que no somos pareja, no tiene sentido que lo sepas,además, solo te complicaría más las cosas- me enjugué las lágrimas-. Adiós,Draco. Te quiero.

-Y yo. Espero que seas muy feliz, te lo mereces- le di unbeso en la mejilla, el último beso que iba a darle, y abandoné su casa.




Hola! Espero que les haya gustado, aunque lo mas seguro sea que no...

Se que es corto, pero no he tenido mucho mas tiempo, ayer tenia casi terminado el cap, pero tuve un pequeño accidente, un poco patetico, pero me cai al suelo y me golpee la cabeza, y me maree incluso, por lo que no segui escribiendo.

Y hoy he estado muy ocupada, he estado en la facultad 11 horas, seis dando clases y el resto liada con un trabajo, que me trae muy ocupada, ya que es un teatro, y tenemos que hacer marionetas y pintar con dibujos un papel de 12 metros de largo por 1 y medio de ancho,... por lo que no se cuando podre actualizar...


A ver, el cap de hoy ha sido muy triste, hasta he llorado escribiendolo, es que soy de lagrima facil jeje

Espero que no me lanceis miles de crucios, y menos avada kedavras, ya qeu si no os quedais sin autora! jeje

Y por lo menos no le ha dicho que no la quiere, y Herms si quiso decirle lo de su bebe, pero claro, despues de que le dijo Draco que iba a formar una familia con Astoria, ella no quiso dificultarle las cosas....

Esto ya mismo se acaba, quedan, segun mis calculos, un par de caps o como mucho tres, mas el epilogo, y ya lo tengo todo mas o menos pensado, al menos se lo uqe voy a hacer con estos tres personajes! :)

 

Asi que, ahora me dirijo a esas personas que nunca han comentado, ¿que os parece un comentario? me haria mucha ilusion saber que pensais de mi historia, teneis pocas oportunidades para comentar, esto ya mismo se termina! n_n


He empezado una nueva historia, que se llama "Hola Draco, soy tu hija" os dejo el enlace:

https://potterfics.com/historias/93711 Espero que os guste, me gustaria mucho que os pasaseis ^^

Y voy a recomendaros otra historia, por supuesto, un Dramione, espero que os paseis y le dejeis comentarios! ^^ os dejo tambien el enlace: https://potterfics.com/historias/86646


Y dedico el cap de hoy a todos los que comentaron el comentario anterior, que son:

Lady Antares, AntoMalfoy , jjwurt, astorya malfoy, Shoshi_ malfoy, Pao13, salesia ,

nayelipach, EmmaHermione, Varne Belikov, brendisis, Astoriamdq, cullen-cecy-09,

ukwii , luna_lunaticus, Mara_13 , Rocio_Malfoy, ANGEL_CARIE, OrionMalfoy,

anuskha_black, Breelsy Malfoy, nathiiita_DH, melycullenblack, Alem7591,

Angy Granger, andy-okulos, FerMalfoy, Hermioni , sayuri-potter, valu ,

Katherine Malfoy17, luna_22, Violines de Vioeta, nerea 3 , vampirita sexi m,

gisele-98, Adrianamalfoy, katia vulturi, Rocio_Gerez , ana-paulina-jane

Os quiero mucho a todos. Un beso y un abrazo ñ_ñ

Draco:

Un mes había pasado desde que había roto con Hermione. Y esemes había sido el más largo de toda mi vida.

En ese tiempo, mi condena había finalizado. Ya podía hacermagia de nuevo, y ya había regresado al mundo mágico.

Yo tenía otros planes, unos muy distintos. Pero todo me habíasalido mal.

Deseaba poder regresar al mundo mágico con Hermione. Parairnos a vivir juntos. Y hasta había pensado pedirle matrimonio. Y formar unafamilia con el paso del tiempo.

Pero todo se había torcido. Todo había salido del revés.

Vivía de nuevo en la Mansión, y eso que yo no pensaba ponerun pie más en ella hasta que mi madre aceptara a Hermione. Estaba esperando un hijode otra mujer, y, además, tendría que casarme con ella, para ser una familiaconvencional.

Pero lo que más me dolía no era estar sufriendo yo, sino queestuviera sufriendo Hermione. Le había dicho que la quería, que la amaba,además, le había prometido que siempre iba a estar con ella, y no había cumplidocon esa promesa tan fácil.

 

Además, el último día que la vi, se veía tan contenta, teníamuchas ganas de darme una noticia, pero al final se arrepintió, para nocomplicarme las cosas, me dijo, y, la verdad, moría de la curiosidad por saberqué era eso que me quería contar.

Me sentía fatal también por el hecho de que ella aceptaba quefuera a tener un hijo con otra persona, aceptaba que yo tuviera que hacermecargo de él. Pero yo terminé con ella de todos modos, porque quizá al principiolas cosas resultaran, y nuestra relación fuera bien, pero una vez naciera eseniño, nosotros no podríamos estar como siempre, yo tendría que ausentarme enmás de una ocasión para ver a mi hijo. Y, lo nuestro, poco a poco, sedesgastaría.

Todavía hoy no era capaz de olvidarla, de olvidarme de suslágrimas, de las palabras que me dijo, de sus súplicas para que no la dejara.No podía olvidarme de ella, pero tampocoquería. No quería olvidarla nunca. Ni tampoco quería olvidar el daño que lehabía causado, tendría que cargar con ello para siempre, sabiendo que le habíahecho daño a la única mujer que había amado.

Ella para mí lo era todo. Gracias a ella, aprendí lo que erael amor. Y la echaba de menos, la extrañaba con todo mi corazón.

Extrañaba su voz, su sonrisa, su rostro. Extrañaba sus besos,sus caricias, su cara al despertar cuando amanecíamos juntos.

Extrañaba tenerla entre mis brazos y hacerla mía. Al igualque extrañaba decirle que la amaba más que a nada en el mundo. Que ella era mivida, mi mundo, mi todo.

Pero ella encontraría a alguien que la amase, que la cuidara,porque ella era una mujer maravillosa, perfecta, a la que era imposible noquerer. En el momento que la conocías, terminabas perdidamente enamorado deella.

Y habría alguien, algún afortunado que jugara bien suscartas. Alguien que la cuidara, que mirara por ella, y ella se enamoraría deesa persona, aprendería a quererlo, ya que hay que aprender a querer a aquelloque nos hace bien.

Abrieron la puerta de mi cuarto, interrumpiendo miscavilaciones.

-Draco cariño, mira qué ropita hemos comprado para el bebé tumadre y yo- Astoria, con dificultad, debido a su tripa de seis meses, se sentóen la cama, y empezó a sacar ropa de bebé de color azul de una bolsa.

-Todo muy bonito- me levanté de la cama y me apoyé en elalféizar de la ventana- una cosa más, no vuelvas a llamarme "cariño".

-Pero si no la has visto- hizo caso omiso a mi últimocomentario.

-No hace falta, no dudo de tu gusto ni del de mi madre-atajé.

-¿Cuánto tiempo vas a estar así? ¿Cuánto tiempo vas a estartratándome tan mal?- me preguntó.

-El mismo tiempo que tú estés jodiéndome la vida- le espeté,me sentía furioso con ella.

-¿Joderte la vida es darte un hijo? Pues si es eso, no piensodisculparme contigo.

-No, joderme la vida es tener un hijo cuando estás enamoradode otra persona.

-La culpa no es solo mía, Draco. Yo no me quedé embarazadasola

-Supongo- espeté, con ironía.

-Tú colaboraste en que me quedase embarazada.

-Podías haber tomado precauciones, para algo existen loshechizos anticonceptivos.

-¿Qué quieres que te diga? No me acordé, ¿vale? Un despistelo tiene cualquiera.

-Sí, pero no un despiste de tal calibre- me acerqué hastaella- no entiendo cómo se te pasó, ese hechizo los has tenido que hacer cientosde veces ya que te tiras a un montón de tíos- ella me dio una bofetada, algoque me pilló desprevenido.

 

-No soy una puta, no voy de cama en cama- ella empezó asollozar.

-Lo siento, no quise decir eso, solo estoy furioso, ya sé quela culpa es de los dos, Astoria, lo sé, por eso mismo lo he dejado todo, paraque ese niño crezca feliz, con una familia que lo quiera.

-¿Vas a quererlo?

-Claro que sí, es mi hijo, cómo no iba a hacerlo.

-¿Sabes? Tu madre me ha dicho que va a empezar ya con lospreparativos de nuestra boda, para que una vez que nazca el bebé, nos casemoslo antes posible.

-Me parece bien.

-¿No vas a pedírmelo?

-¿Pedirte qué?

-Matrimonio, qué va a ser si no- soltó una risita, esa que medesesperaba, que odiaba.

-Sabes que no, Astoria, no me hagas repetírtelo una vez más.

-Pero pensé que

-Mejor no pienses, que solo se te ocurren tonterías- iba asalir de la habitación, para que ella dejara de llenarme la cabeza detonterías, pero lo que dijo hizo que me mantuviera en el sitio.

-Es por ella, ¿verdad?- hizo una pausa, esperando unacontestación, pero como vio que no le contesté, prosiguió-. Todavía piensas enella.

-Pienso en ella a todas horas, y no voy a deja de hacerlo- yahora sí que me fui. No quería hablar de Hermione con ella.

Bajé al salón y pedí a Eldamar que me preparara una taza deté. Y se ve que hoy no podía estar tranquilo en ningún rincón de mi casa,porque mi madre no tardó en aparecer.

-Draco, ¿te ha enseñado Asto
?

-Sí madre, ya la he visto, así que, si no te importa, déjametranquilo.

-Últimamente no sé qué te ocurre hijo, estás muy irascible-comentó, como el que no quiere la cosa.

-Quizá eso sea culpa vuestra, ¿no crees, madre?

-Pero Draco, Astoria y yo no tenemos la culpa, es tu hijo ytú

-No me repitas otra vez la canción de que tengo que hacermecargo de mis actos, que ya lo sé, y pienso hacerlo, por eso mismo estoy aquí,pero eso no significa que sea feliz.

-Si quieres que tu hijo crezca feliz, debes ser feliz tú. Túhas de querer a la madre de tu hijo para que ese bebé también se sientaquerido, si tú estás amargado porque no quieres estar con Astoria, ese bebéserá infeliz.

-Yo solo podría ser feliz con

-¡No digas el nombre de la sangre sucia en mi presencia!- gritó.

-Y tú no vuelvas a llamarla sangre sucia en mi presencia- mepuse de pie- me voy.

-¿Dónde vas?

-No te importa, deja de inmiscuirte en mi vida, no soy unniño- y me fui, cerrando la puerta detrás de mí de un portazo.

Empecé a dar vueltas por la calle, ya que no sabía a dóndeir. Pensando en lo que me dijo mi madre. Tenía razón. Ese niño no iba a serfeliz si su madre y yo no nos queríamos. Él sería el que pagara lasconsecuencias.

Yo solo podría ser feliz con Hermione. Decidí ir a verla,necesitaba saber de ella. Ver si estaba bien. En realidad, lo que yo quería erapedirle otra oportunidad, pero ella me rechazaría, y yo me merecía ese rechazo,por idiota, por haberla dejado en la estacada.

Así que me dirigí a su casa, a paso ligero. Aunque dudaba quefuera a verla, ella quizá no querría saber nada de mí y ni me abriría lapuerta.

Cuando llegué frente a su casa, tomó aire y golpeé con losnudillos un par de veces la puerta. Y esperé. Pero nada, no me abría, quizá no me hubiera escuchado.Llamé al timbre. Y volví a esperar. Y, de nuevo, no hubo respuesta.

 

Opté por la aparición, me aparecería dentro de su casa,aunque quizá no le apeteciera verme, pero yo quería verla una última vez.

Una vez dentro de su casa, miré a mi alrededor. Nada. No solono estaba ella, sino que no había nada en la casa, ni siquiera muebles. Sehabía ido. Se había marchado a otro sitio, y yo ni siquiera sabía dónde estaba.

Salí a la calle, y decidí preguntar por ella. Vi al vecino deal lado salir de su casa, y lo detuve.

-Perdone- el hombre me prestó su atención-, ¿sabe si la chicaque vivía aquí se ha mudado?

-Sí, hace unos días vino un camión de mudanza. Pero, ¿cómoque no lo sabes?- me miró con gesto de confusión- ¿tú no eras su novio?

-Usted lo ha dicho, era- le respondí- y, ¿sabe a dónde se haido, por casualidad?

-No, no lo sé, vino a recoger sus cosas con un muchacho, y sefueron juntos, pero no sé a dónde ha ido.

-Gracias por su ayuda- le agradecí.

-No ha sido nada muchacho.

Y me marché de nuevo a mi casa, sabiendo que ella se habíaido, lo más probable era que no la volviera a ver más.

Se había marchado con otro, aunque quizá fuera solo un amigo,lo mismo era Potter. No, si fuera Potter, iría con su esposa. Quizá fuera lacomadreja. Era lo más probable, ahora que no había ningún obstáculo de pormedio, seguro que la buscaba, y, aprovechando el malestar de Hermione, éljugaría bien sus bazas, volviéndose a ganar la confianza de ella.



Hola! Se que es un poco corto, pero es que he ido al hospital, mi tio ha tenido un accidente y se a roto los dos tobillos, entonces he estado en el hospital todo lo que ha durado la operacion, y yo quería actualizar ya que lo dije por twitter.

El cap ha sido cortito, pero espero que les haya gustado. Qudan dos capitulos y el epilogo, el epilogo, lo mas seguro, sea que lo narre yo, pero lo pensare.

Ya habeis visto que Draco lo esta pasando mal, y en el proximo cap veremos como se encuentra Hermione. Tambien veremos quien era el chico que la acompañaba, que lo mismo era Harry...

Quiero recomendarles hoy otro Dramione, asi que les dejo el enlace, y les digo lo de siempre, no duden en pasarse a leer, aunque sea a echar un vistazo y a darle al boton de favoritos o de comentario ;) https://www.potterfics.com/historias/86589

Este ha sido el cap que mas comentarios ha tenido, nada mas y nada menos que 53! a ver si sigune en aumento, que le hisoria ya mismo se acaba! si, se que es mucho pedir, jaja, aunq me vale cualquier comentario, aunqe sean maldiciones imperdonables, que ya me han mandado unas cuantas xD

Y les vuelvo a repetir (soy una pesada) que he empezado una nueva historia, les dejo el enlace

https://www.potterfics.com/historias/93711

Dedico este cap a las personas que comentaron en anterior

Rocio_Malfoy , MimiR_98, Hermione_Granger_, ukwii , Rocio_Gerez , ToryRiddle,

marta61995, alilove98, lunalongbotom, gisele-98, brendisis, nayelipach, yensi potter,

 

Varne Belikov , Melinapotter89, Violines de Vioeta, jjwurt, EmmaHermione, FerMalfoy ,

Asterix18_dh , AntoMalfoy , cullen-cecy-09, emce993, Adrianamalfoy , Shoshi_ malfoy,

mia_twicullen, isabelweasley , Desiree Potter, Angy Granger, Paola Cullen Malfoy,

HermioneK, ginniny , Pao13, nathiiita_DH, TheWeasleyGirl1, ayye_96, ValeLightwood,

Hermioni, valu, naomipotter, The Halfblood Melton, astorya malfoy, salesia ,

Katherine Malfoy17, Hermione x draco, zafirac4, katia vulturi, melycullenblack,

vampirita sexi m , rosa gothika, emma_ivon , Jaqueline Slytherin, Ale_Malfoy

Muchos besos, los quiero n.n

Hermione:

Ya hacía un mes que no sabía nada de Draco, justo el tiempoque hacía que me dejó. Y ese mes había sido el más largo y el más doloroso de mivida.

Nunca lo había pasado peor, nunca. Aún recuerdo ese nefastodía, ese día en el que me dijo que iba a tener un bebé con Greengrass, y, enverdad, me molestó un poco saber de la noticia, ya no solo por el hecho de quefuera a tener un niño con otra mujer que no fuera yo, que también, sino porqueme hizo recordar esa Nochevieja, esa noche de fin de año en la que ellos seacostaron.

Pero, aún así, yo acepté que él fuera a tener un hijo, ledije que no tenía de qué preocuparse, yo no lo iba a dejar por eso. Y yo quisecontarle de nuestro hijo, del fruto de nuestro amor, pero no me dejó hablar,prosiguió diciendo que ese bebé era su responsabilidad, cosa que yo entendía, yque me parecía muy bien, debía hacerse cargo de la criatura que venía encamino, pero no solo iba a encargarse del niño, sino que dijo que iba a empezaruna relación con Astoria, con la que iba a formar una familia, todo por el biende ese niño.

No era yo la que iba a terminar con él, sino que fue alrevés.

Por esa razón, no le dije que yo esperaba un hijo de él, esosolo le haría a Draco las cosas más difíciles, lo pondría entre la espada y lapared. Y, si ocuparse de un bebé no era fácil, menos lo era encargarse de dos,y más si no eran hijos de la misma mujer.

También recuerdo la manera en la que me comporté, y sé quelloré como una tonta, como una niña, casi suplicándole que no me dejara, que lonecesitaba, y, es que, era cierto, le necesitaba, él se había convertido en unaparte muy importante de mí, y, sin él, sentía cómo si me faltara algo, algovital para vivir.

Ya me habían avisado, me lo había dicho Ron, que él me iba a dejar, que me iba a hacer sufrir,pero no quise creerle, no quise escuchar sus palabras. Me dijo que Draco Malfoyno era de fiar, pero no hice caso.

Y Draco me dijo que eso no sería así, que me quería y que nome iba a hacer daño, que nunca me iba a dejar, que se iba a quedar a mi lado.Me lo prometió, y yo creí ciegamente en sus palabras, me aferré a ellas conuñas y dientes. Y rompió esa bonita promesa, terminó con ella, terminó nuestrarelación, y terminó conmigo.

 

Sí, me había dicho que me amaba, y que no terminábamos porqueya no me quisiera, sino porque tenía que cumplir con sus deberes como padre.

Pero quizá me hubiera dolido menos que él no me quisiera. Siera así, el amor se había acabado, y no había nada que hacer, pero me quería, yme dolía que me dejase para casarse con una mujer que no amaba, se mehacía difícil hacerme a la realidad.

Yo ya me había creado mis sueños, mis sueños de una vidafeliz junto a él.

Y él había contribuido a que yo me creara esas falsasesperanzas.

Me había imaginado una vida a su lado, con nuestro bebé. Yquizá tuviéramos más hijos. Había imaginado todo lo que me decía. Que en elmomento en el que terminase su condena, nos íbamos a ir a vivir juntos al mundomágico.

Pensé que siempre estaría a mi lado, ya que fue capaz deenfrentar a su madre por mí.

Pero todo se había roto, eso nunca se haría realidad. Losprimeros días justo después de la ruptura, fueron los más difíciles, me lospasaba llorando como una magdalena.

Pero decidí hacer caso a mis amigos. No podía seguir así, yano solo por mi bien, sino por mi hijo, tenía que pensar en él. En su bienestar,y seguir así, a la larga, no haría bien a mi embarazo.

Por lo que me mudé, esa casa me traía muchos recuerdos.Muchos recuerdos bonitos, pero dolorosos.

Daniel me insistió una y otra vez que me fuera a vivir conél, primeramente, yo me negué, no quería ser una carga para nadie, ni tampoco quería que me viera así de mal.

Pero finalmente acepté. Aunque solo iba a estar en su casa una temporada. No quería abusar de suhospitalidad. La verdad que su compañía me hacía bien, no era que me olvidarade Draco estando en su compañía, pero, mientras estaba con Daniel, me distraía.

Draco me había dicho que encontraría a un hombre que me amasey me cuidase, pero yo no iba a poder querer a nadie más tanto como lo quería aél. Era algo imposible. El cariño que podría sentir por otra persona quedaría aaños luz de distancia de lo que sentía por él.

Y Daniel era un claro ejemplo de ese hombre. Me había dichoque me seguía queriendo. Que iba a estar a mi lado, y me había pedido unaoportunidad, pero que no hacía falta que le respondiese aún, sino cuando yoestuviera preparado para tener algo más a parte de amistad con él. Queríahacerse cargo de ese niño, quería darle su apellido, pero yo me negabarotundamente a eso.

Mi bebé iba a llevar mi apellido sino podía llevar el de supadre. Nadie me iba a hacer cambiar deopinión con respecto a eso.

Yo estaba en el salón, cuando me llamó Daniel.

-Hermione, ven, tienes visita- y me dirigí hacia la entrad dela casa. Eran Harry y Ginny.

-Hola Hermione- Ginny me dio un beso y un pequeño abrazo, yHarry hizo lo mismo justo después de ella.

-Hola chicos, ¿qué tal estáis?- dibujé una pequeña sonrisa.

-Nosotros bien, hemos venido a ver cómo estás tú- Ginny mecogió una mano.

-Bien, gracias- al decir eso, me di la vuelta, ya que cadavez que me hacían esa pregunta, me venía todo de nuevo a la cabeza y me dabanganas de llorar.

-Pasad al salón- los invitó Daniel.

Harry y Ginny se sentaron cada uno a mi lado, quedando yoentre ellos en el sofá.

-Voy a preparar café- Daniel nos dejó a solas.

 

-¿Y cómo llevas el embarazo? ¿Sigues vomitando recién levantada?

-Lo llevo mucho mejor, hace un par de días fui al ginecólogoy le conté que nada más levantarme, vomitaba, y me dijo que antes deincorporarme, que comiera un par de galletas, que así se me asentaba elestómago, y funciona muy bien- hice una pequeña pausa-. El mes que viene me hadicho que posiblemente conoceré el sexo del bebé.

-¡Qué bien, Herms! ¿Y qué quieres prefieres, niño o niña?

-La verdad que me da igual, lo único que me importa es quevenga sano.

Me daba igual si era niño o niña, pero quería que separeciese a su padre, que fuera tan hermoso, o hermosa, como él. Que tuviera sucabello rubio, sus ojos grises, su nívea piel.

-¿Y cómo va tu embarazo?- le pregunté yo a ella.

-Pues la verdad que muy bien, no he vomitado ni una vez, loque pasa, que cuando huelo olores fuertes, me dan ansias, pero no vomito. Esosí, como muchísimo.

-Es normal, tenemos que comer por otra personita- llevé mimano a mi vientre de dos meses, apenas abultado.

-Pues yo como por tres más- Harry se rió- y eso que solo estoyde un mes, no sé cómo comeré cuando este de tres o cuatro meses, me voy a ponercomo una vaca.

-Ya mismo vamos a tener que ensanchar las puertas de la casapara que puedas entrar, cielo- le dijo Harry, en tono cariñoso.

-Voy a hacer como si no te hubiese escuchado- Ginny le guiñóun ojo-, y dentro de nada se casan Luna y Neville, dentro de una par de semanasseguramente, ya nos avisarán. Yo les he dicho que no la aplacen mucho, que sino, no voy a encontrar vestido de mi talla, me lo van a tener que hacer a mimedida.

-No exageres, Ginny- no pude evitar reírme ante sucomentario.

-Aquí traigo cafés, zumitos para las embarazadas, y unaspastas- Daniel se sentó frente a nosotros, poniendo una bandeja repleta degalletas sobre la mesa.

-Gracias Daniel- tomé un zumo y le tendí otro a Ginny.

-No hay de qué, preciosa- me sentí incómoda ante sucomentario, y me limité a sonreír.

Después comimos en silencio, salvo por algunos comentarios deGinny sobre lo enorme que se iba a poner si seguía comiendo tanto.

-Nos vamos a ir, chicos- Daniel se despidió de ellos y yo losacompañé a la salida.

-Hermione- me dijo Ginny-, ¿no vas a decirle a Malfoy sobrevuestro hijo?

-Yo
no lo sé. Sé que tiene derecho a saber que estáesperando un hijo de mí, pero eso le haría las cosas más difíciles.

-¿Y crees que eso a él le va a importar?- inquirió Ginny- Hermione, si se preocupa tanto por el hijode esa zorra, más se va a preocupar por el tuyo y por ti. Si le hubieras dichosobre vuestro bebé, quizá las cosas serían distintas, él no te habría dejado.

-Eso ya lo sé, pero si le hubiera dicho sobre mi bebé, él nohubiera sabido qué hacer con su otro niño, con el que también quiere pasartiempo, por eso se ha ido con Astoria, por su bebé, para estar con su niño.

-Sí, pero es injustoque ahora sufras tú y que tu bebé crezca sin padre por culpa de Greengrass, aél le hubiera gustado saber que tú esperas un hijo suyo, aunque eso lecomplicara las cosas.

-Creo que deberías ir a verlo, decirle de tu embarazo- me dioun beso en la mejilla- vamos, Harry.

-Espérame en el coche, ahora voy yo- Harry le tendió lasllaves del coche que se habían comprado.

 

-Me encanta este chisme- cogió las llaves- mira lo que hago,Hermione- apuntó al coche- abierto, cerrado, abierto, cerrado, nunca me canso deabrir y cerrar el coche- y se dirigió a él, dándole al botón de la llave paraabrir el coche a distancia.

-¿Qué ocurre, Harry?- le pregunté.

-Ginny tiene razón, deberías decirle a Malfoy. Pero voy adecirte otra cosa, tú no te mereces sufrir por él, y tendrías que hacer caso alo que te dijo; debes aprender a querer aquello que te hace bien, y Daniel tehace bien, además, está enamorado de ti, está dispuesto a cuidar de ti y de túbebé, hasta de darle su apellido, sin ser su padre.

-Pero yo lo quiero como te quiero a ti, Harry, como a unamigo. Y no quiero hacerle daño, porque no quiero que él sufra.

-Sí, llevas razón, pero te aconsejo que aprendas a quererlo,que pongas de tu parte, serás feliz con él con el tiempo.

Ginny empezó a tocar el claxon del coche. La miramos y leestaba haciendo gestos con la mano a Harry para que fuera ya hacia allí.

-Cuídate, Hermione- me dio un beso en la mejilla.

-Y tú, y cuida a Ginny- la miré, y estaba jugando con laventanilla del coche- vete ya, que va a hacerse daño- cuando la vio, sedespidió con la mano y corrió hacia el coche.

Yo cerré la puerta cuando el coche se alejó. Daniel salió dela cocina.

-Ginny me cae genial, pero has de reconocer que es un pocorara.

-¿Por qué lo dices?- me hice la tonta.

-La he viso por la ventana de la cocina, jugando con el mandoa distancia del coche, y abriendo y cerrando la ventanilla, casi se pilla lacabeza, parece que nunca ha visto un coche.

Yo solo me eché a reír.



Hola! Aqui traigo otro capitulo! Espero que les haya gustado.

En el siguiente, se volveran a ver, ¿que sucedera entre ellos? ¿Alguna idea? :)

Ya solo queda un cap mas y el epilogo! A ver si puedo subir el siguiente cap el domingo, aunque no prometo nada!

Vuelvo a invitar a esas personas que nunca han comentando que me dejen algun comentario, que me ponen muy contenta! :D

Voy a recomendarles un fc, por supuesto, un Dramione, espero que lo lean y le den al boton de favoritos,y, justo despues, al de comentar ;) les dejo el enlace:

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Dedico este cap a los que dejaron comentaron el anterior chapter:

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Katherine Malfoy17 he echado de menos tu comentario... :)

Besos a todos! Los quiero n_n

Draco:

Los días pasaban poco a poco, hasta llegar a formar un mes. Yyo seguía sin saber nada de Hermione.

 

Estaba en mi dormitorio, donde me pasaba la mayor parte deldía, apoyando en el alféizar de la ventana, contemplando el paisaje.

Escuché cómo abrían la puerta, y unos pasos acercándose hastadonde yo me encontraba, pero no volteé a ver quién era. Apoyó las manos sobremis hombros.

-Draco, hijo, ¿cuánto tiempo vas a estar así?

-No creo que te importe, madre- le respondí.

-Claro que me importa, Draco mírame- no hice caso a suspalabras- mírame- tiró de mí, hasta que la miré- claro que me importas, eres mihijo, te quiero, y lo que más me importa es tu felicidad.

-Ya se nota, madre- ironicé.

-Déjame terminar de hablar, hijo- me crucé de brazos, a laespera-, si esa chica es tu felicidad, adelante- arqueé una ceja.

-¿Qué has dicho?- seguro que no era lo que estaba pensando.

-Que si tú vas a ser feliz solo con Hermione, adelante, soloespero que te hagas cargo también del hijo de Astoria.

-Madre, ¿estás diciéndome que
?

-Sí, no pierdas más el tiempo y ve a por ella- me animó. Yome senté sobre la cama.

-Ya he ido a buscarla, y se ha mudado, no tengo ni la másremota idea de dónde se encuentra- me llevé las manos al pelo, claramentefrustrado.

-Habrá algún método de localizarla, alguien sabrá dónde está.

-Pero ya han pasado dos meses, no va a querer saber nada demí, he sido un capullo por dejarla.

-No, lo que has sido es una buena persona, la has dejado parano dejar que una mujer críe sola a su hijo, y ha sido en parte mi culpa que ladejases, si yo no te hubiera dicho una y mil veces que no me gusta esa chicavosotros estaríais juntos. Así que venga- se puso en pie y me tomó la mano- vea buscarla, haz lo que sea pero encuéntrala, y si se pone difícil, tráela acasa, me gustaría hablar con ella y decirle lo mucho que la amas.

-¿Harías eso por mí, madre?- tomé su mano y me puse de pie.

-Sí, y no me agradezcas, no me debes nada, yo tendría quehaber aceptado esa relación desde el principio.

-¡Potter!- ahora caí en la cuenta, ellos sabrían dónde seencontraba Hermione-, ellos deben saber dónde está. Adiós madre- le di un besoen la mejilla y salí corriendo.

-Draco, ¿a dónde
?- no dejé hablar a Astoria, seguícorriendo, y no me detuve hasta llegar a casa de los Potters.

Golpeé la puerta un par de veces. Me abrieron la puerta.

-Hola- saludé, jadeando.

-¿Malfoy, qué haces aquí?

-Por favor Ginny- era la primera vez que la llamaba por sunombre-, necesito que me digas dónde vive Hermione- apoyé las palmas de lasmanos sobre mis rodillas.

-Malfoy, ¿se puede saber qué quieres?- salió su esposo.

-Ver a Hermione, Potter.

-Ya le has hecho suficiente daño, ¿no crees?- me dijo-,déjala en paz, verte solo le va a hacer más daño.

-Potter, siento haberle hecho daño a Hermione, pero quierodecirle que la amo, más que a nada, que la necesito, que nunca debí dejarla,así que te pediría por favor que me des su dirección.

-Hermione no

-Cállate Harry- le exigió su esposa, cada vez me caía mejoresa pelirroja, Potter entró refunfuñando en su casa-, entra Malfoy, te voy adar su dirección.

La seguí hasta la sala principal, ella empezó a rebuscar enun cajón, y sacó una agenda.

 

-Aquí tengo su dirección, espera un segundo- empezó a pasarpáginas y yo me recosté en la pared para tomar aire.

-Aquí- arrancó la hoja y me la pasó- te deseo suerte Draco-me sonrió de oreja a oreja.

-Gracias- y salí a la calle.

-¡Malfoy!- me giré al escuchar mi apellido.

-Hermione tiene una bonita sorpresa para ti.

-¿Qué
?

-Ya lo verás, corre y no pierdas más tiempo.

-Gracias- le grité, ya que había echado a andar-, y, porcierto, enhorabuena por el embarazo.

Ella se despidió con la mano y yo seguí corriendo. Todo elmundo se me quedaba mirando, pero no me importaba, solo me importaba una solacosa: ver a Hermione.

Me detuve en momento, a tomar aire y a ver la dirección de sunueva vivienda.

Y emprendí de nuevo la marcha, a la carrera. Solo me detuvecuando llegué frente a su casa.

Me acomodé la camisa, me guardé el papel arrugado en elbolsillo trasero del pantalón, y llamé al timbre. La sonrisa que presidía micara se me borró cuando vi al estúpido muggle que babeaba por Hermione.

-¡Tú! ¿Qué haces aquí?- le inquirí.

-No, la pregunta es qué haces tú aquí, esta es mi casa.

-¿Tu casa? Pues he debido equivocarme, yo estoy buscando aHermione.

-Oh, no te has equivocado, ella vive aquí- se cruzó de brazosy me sonrió-, pero no creo que a ella le apetezca verte.

-Eso me lo tendrá que decir ella, imbécil- miré dentro de lacasa, pero no la vi, por la que la llamé- ¡Hermione!, ¡Hermione!

-Cállate y vete de aquí, te queremos lejos.

-Daniel, ¿qué son esas voces?- y entonces la vi, era ella. Sequedó perpleja al verme allí plantado. Estaba más guapa que nunca. En sus manosllevaba un libro, al que se abrazó- Draco.

-Hermione, tengo que hablar contigo.

-Pero a ella no le apetece escucharte, largo de aquí- y meempujó hacia fuera.

-Hermione, por favor, escúchame- , me agarré al marco de lapuerta.

-¿Cómo he de decirte que
?

-Déjalo Daniel, ¿Qué tienes que decirme, Draco?

-Me gustaría hablar a solas, por favor.

-Yo no me voy a mover de aquí- el idiota se cruzó de brazos.

-Hablemos fuera, Draco- ella echó a andar hasta mí.

El muggle la miró cuando pasó por su lado, pero ella loignoró.

-Sentémonos allí- señaló un banco del parque.

-Ten cuidado, Hermione.

-Estaré bien, Daniel, no te preocupes- ella le sonrió.

-No le voy a hacer nada, pedazo de imbécil.

-Draco, por favor, terminemos con esto cuanto antes- seacercó al banco y se sentó, y yo la imité-, dime, ¿qué ocurre?

-Te amo- le solté, ella me miró fijamente-, te amo más que anada en la vida, dejarte ha sido el peor error que he cometido en mi vida, yeso que he cometido muchos, y tienes razón- le tomé una mano, ya que con laotra ella mantenía abrazado a su pecho un libro-, podemos estar juntos, teneruna familia, y yo puedo tener otro hijo, puedo hacerme cargo de él estandocontigo.

-Pero Draco
- ella clavó su vista en el suelo-, ¿no decíasque ibas a formar una familia con Greengrass?

-Esa ha sido la mayor estupidez que he dicho nunca, quieroestar contigo, siempre, por favor, necesito que me perdones, que me perdonestodo el daño que te he hecho- acerqué su mano hasta mis labios y se la besé-,te necesito en mi vida, sin ti estoy incompleto, me falta lo más esencial paravivir, que eres tú, Hermione- ella retiró su mano de entre las mías y se pusoen pie.

 

Empezó a dar vueltas, yo me puse de pie, y coloqué las manossobre sus hombros. Se giró bruscamente.

-¿Sabes el daño que me has hecho?- me gritó-, lo he pasadofatal, he llorado cada día, te he extrañado muchísimo- las lágrimas resbalabanpor sus mejillas-, te lo dije-, me apuntó con un dedo-, te dije que podíastener un hijo y estar conmigo, que un bebé no era un obstáculo- me golpeaba conel dedo índice en el pecho-, pero no me hiciste caso, y me dejaste, me dejastedestrozada, con el corazón hecho añicos, ¡y vienes ahora, después de dos meses,ha decirme que me amas y que has cometido un error!- se limpió las lágrimas-eres un idiota Draco Malfoy, eres un estúpido.

-Lo sé, y me merezco todos tus insultos, sé que no merezco tuperdón, lo sé, pero te quiero, y megustaría saber si tengo alguna oportunidad.

-No tendrías que haberte ido nunca, Draco, jamás lo he pasadotan mal.

-Lo siento.

-Decir que lo sientes no hace que el sufrimiento que he pasadose vaya de golpe.

-Hermione, soy gilipollas, pero te necesito a mi lado, porfavor, solo
, solo quiero saber si me darías otra oportunidad, quiero saber siaún me amas.

Ella se dio media vuelta, y empezó a andar, yo la seguí,hasta que se detuvo y me miró. Clavé mi mirada en sus ojos llorosos. Y ella memiró unos instantes.

-Ya no te quiero, Draco- jamás unas palabras me habían hechodaño, pero me sorprendí a mismo de la tranquilidad que aparentaba por fuera.

-Eso cambia las cosas- pasé por su lado, para marcharme- soloespero que seas feliz, te lo mereces.

-Te deseo lo mismo, Draco- y me marché antes de derrumbarme yvenirme abajo.

***

Llegué a mi casa, mi madre estaba en el salón, tomando unataza de té.

-Draco- se levantó cuando aparecí- ¿cómo te ha
?- se detuvocuando me vio- Oh, Draco cariño- corrió hasta mí y me abrazó- ¿no te dije quela trajeras, que quiero hablar con ella?

-Sí, pero ya da igual,porque me ha dicho que no me quiere.

Mi madre no dijo nada, me condujo hasta el sofá, donde nossentamos, sin dejar de abrazarnos, enterré la cabeza en su pecho, y empecé allorar como nunca lo había hecho, como nunca lloré en presencia de nadie. Y medejé consolar por mi madre, como si fuera un niño. Porque así me sentía como unniño que se había quedado solo. Porque lo había pedido todo. Había perdido loque más amaba. Y encima por mi culpa.

-Y encima la cínica de Potter me dijo que Hermione me teníauna bonita sorpresa. ¿Sabes cuál era la sorpresa, madre?- ella no habló, solose quedó en silencio, por lo que yo proseguí-, la sorpresita era que ella estácon otro. Sí, y viven juntos.

Mi madre no dijo nada, solo nos quedamos en silencio, hastaque poco a poco dejé de llorar, solo me detuve porque ya no me quedaban máslágrimas que derramar.

Pero el silencio se quebró por un grito.

-¡Draco!- levanté la cabeza y miré a mi madre, la que habíachillado había sido Astoria, mi madre miró al frente, horrorizada. Y yo hice lomismo.

-Ayúdame, por favor, se muere- Astoria estaba en medio de lasescaleras, agarrada al pasamanos, una mano la tenía sobre su vientre. Y estabasangrando, tenía todo el pantalón manchado de sangre.

 

Me levanté de un salto y corrí hasta ella, estaba blanca comola cera, y estaba seguro que de un momento a otro se iba a caer al suelo, desmayada.Llegué a su lado y le pasé una mano por la cintura.

Mi madre llegó a nuestro lado.

-Astoria, cariño, suelta la barandilla-le pidió mi madre,pero ella no aflojaba el agarre.

-No, el bebé, mi

-Astoria, te tengo yo- le dije-, suéltate, sino no te voy apoder llevar a San Mungo- ella se soltó y me rodeó el cuello con la mano, laotra la tenía sobre el abdomen, y no tenía intención de quitarla de ahí. Paséuna mano por sus rodillas, y la levanté del suelo.

-Vamos, madre- ella asintió. Se agarró a mi brazo ydesaparecimos.

De un momento a otro, estábamos en el hospital.

-Ayuda, por favor- gritó mi madre. Y varios médicos acudieroncorriendo hacia nosotros. Solté a Astoria en una camilla.

-Parece que ha sufrido un aborto, ¿quién de los dos va apasar con ella al paritorio?

-Ve tú, madre, yo
no puedo- mi madre asintió y echó a correrdetrás de los dos los sanadores, me dejé caer en una silla de la sala deespera.

¿Podía pasarme hoy algo más? Primero Hermione me dice que yano me ama, y ahora, al parecer, Astoria había sufrido un aborto, era muyprobable que perdiéramos al niño.

Había perdido a la única mujer que iba a ser capaz de querer,de amar, no quería perder a mi hijo, no quería que ese pequeño muriera




Hola! Aqui les traje el nuevo cap! Espero que no quieran lanzarme muchas maldiciones...

He llorado mucho escribiendolo, pobre Draco,...

Pero no sufrais mucho, Hermione sera feliz, y Draco... pues tambien... que creeis qeu habra pasado con el bebe de Astoria?

Quiero recomendar un Dramione, su autora es FerMalfoy, espero que se pasen y comenten! Les dejo el enlace:

https://www.potterfics.com/historias/86589

Dedico el cap a todos los que comentaron el anterior:

brendisis, niebla, Varne Belikov, Hermioni , MimiR_98, melycullenblack , nayelipach,

gisele-98, Tamara Malfoy, Shice Black, vampirita sexi m, rosa gothika, valu,

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Desde aqui le mando muchos besos a mi amiga gisele-98, que espero que te recuperes pronto.

Besos a todos, os quiero n.n

Hermione:

Me dolieron las palabras que le dije a Draco, y en parte mesentí estúpida, porque le quería, porque lo amaba, negarle eso era la mentiramás grande que había dicho en mi vida. Pero si volvía con él, no todo iba a serun camino de rosas, precisamente, no me importaba que él tuviera un hijo, perosí Greengrass, ella iba a hacer lo que estuviera en su mano para separarnos, yluego estaba su madre, que tampoco aceptaba nuestra relación.

 

No sé cómo fui capaz de decirle eso, no sé cómo pude mostrartanta templanza a la hora de soltarle semejante cosa, pero ni me inmuté, y élpareció creer que mis palabras no tenían ni un deje de mentira.

Me quedé ahí plantada, como si mis pies hubieran echadoraíces y no pudiera avanzar, contemplando cómo se marchaba, pero tampoco me movíde mi sitio cuando volvió la esquina y ya no podía verlo.

-Vamos dentro, Hermione- Daniel tiró suavemente de mi codo, yyo reaccioné. Me giré, el me sonrió, enfundándome fuerza, pero yo no fui capazni de contener un sollozo. Me arrojé sobre sus brazos, llorando a mares- vamosa la casa.

Yo me dejé conducir, tampoco quería que todo el vecindario meviese llorar. Anduvimos hasta el sofá,en el que yo me dejé caer, me cubrí el rostro con las manos, y seguí con millanto. Incluso mi cuerpo temblaba violentamente.

-Te he traído una taza de tila- no lo quería, pero no queríaser desagradable con Daniel, ya que se portaba muy bien conmigo.

Tomé la taza, y le sonreí, para agradecérselo, aunque solologré esbozar una mueca.

Me la llevé a los labios, con las manos temblorosas, y se mehubiera caído al suelo si él no me la hubiera quitado de las manos y puestosobre la mesa.

En ese instante, llamaron al timbre. Me limpié rápidamentelas lágrimas, no quería que quién quiera que fuese me viese así.

Pero era Ginny. Traía una sonrisa de oreja a oreja, que se leborró al verme.

-Hermione- se acercó a mí y mis ojos nuevamente se anegaronen lágrimas-, ¿dónde está
?

-¿Te refieres a Draco?- asintió lentamente- ya se ha ido.

-¿Cómo que se ha ido? ¿Sin ti? Pero si ha venido a buscarte,no me digas que el muy estúpido al ver a Daniel se ha pensado otra cosa- neguéde forma brusca.

-Nada que ver.

-¿Entonces?

-Yo
le he dicho que no lo quiero- tardó en asimilar mispalabras.

-¿Que tú qué?- gritó- pero, ¿por qué? Si lo quieres, y él ati, si vino a mi casa a pedirme tu dirección.

-Pero las cosas no van a ser fáciles, y alguien seinterpondrá entre nosotros, y ahora tengo que mirar por mi hijo, que él seafeliz.

-¿No ha notado que estás embarazada?- negué con la cabeza- ytú, claro está, no se lo has dicho- volví a menear la cabeza hacia los lados-,y me ha ofendido- la miré, confusa- no se dio cuenta de tu embarazo y sí delmío, y eso que estoy de un mes que tú- solté una risita-, yo no le veo lagracia.

-No te preocupes.

-Da igual- pasó del tema-, te preocupa la felicidad de tuhijo- asentí-, por eso, creo que el bebé sería más feliz si conociese a supadre- en eso tenía razón.

-Pero si las cosas con Draco no funcionan, el niño

-Da igual que lo vuestro no funcione, ese niño será más felizse conoce a su padre, esté junto a su madre o no, al menos, deberías decirleque está esperando un hijo.

-La verdad que llevas mucha razón- le concedí.

-Mucha no, toda, Hermione. Y vamos a ir y antes a decirle lodel niño le vas a decir que lo amas, y que vas a volver con él.

-Pero
él y

 

-¿Qué es lo que te preocupa?

-Es solo que yo he estado pasándolo muy mal por él, y Dracoseguro que mientras
que seguro que se ha acostado con Greengrass.

-Pues se lo preguntas.

-¿Cómo le voy a preguntar eso?- pregunté.

-A ver, no creo que le haya puesto una mano encima a esazorra, quizá Malfoy haya pensado que tú también lo has lecho con Daniel, poreso de que vivís juntos.

-¡Pero no lo he hecho!

-Y puede que él tampoco, Herms.

Llevaba razón, miré al frente y pude ver la hora que era enel reloj situado sobre la televisión.

-¡Llego tarde!- me puse en pie de un salto.

-Pues vamos, que seguro que se encuentra en su mansión.

-No, es que hoy tengo cita con el médico.

-¿Quieres que te acompañe?

-Sí, pues vamos a San Mungo- fui al servicio para echarmeagua en la cara.

-Pensé que habías pedido cita a un sanador muggle.

-Son médicos, no sanadores, es que ellos aún no puedendecirme el sexo del bebé, pero sí los sanadores, por lo que voy allí.

-Pues vamos.

-Hoy voy a decirle a Daniel que me marcho, no quieromolestarlo más.

-¿Y vas a volver con Draco?

-No tengo intenciones de hacerlo, pero hoy voy a decirle quevamos a tener un hijo o una hija- me di cuenta de algo-, ¿desde cuándo esDraco?

-Oh, es que hoy él me llamó por mi nombre, y pues me hasalido.

No le dije nada, cuando pasé por la cocina, entré para hablarcon Daniel.

-Espera un segundo, Ginny- ella asintió y yo me acerqué a él-Daniel.

-¿Te encuentras mejor?

-Sí, gracias por la tila- le sonreí- yo
verás, hoy me iré,no quiero ser una molestia.

-No me molestas.

-Yo, Daniel, verás

-Te vas con él, ¿verdad?- negué con la cabeza.

-Es que no quiero molestarte más.

-Sabes que no me molestas, que te quiero, y quiero estar a tulado- abrí la boca para hablar, pero él alzó la mano, por lo que no dije nada-,sé que lo quieres a él. Espero que si regresas con él, no te haga más daño,sino, me encargaré yo mismo de él.

-Gracias, Daniel- le di un beso en la mejilla y me marché.

Y me dirigí a San Mungo, con Ginny.

Una vez allí, me hicieron unos exámenes, y comprobaron quetodo estuviera bien, el embarazo iba perfectamente. Me dijeron que esperaseunos instantes, que en nada tendrían los resultados del sexo del bebé.

-Y luego, vas a ir a ver a Malfoy, ¿verdad?

-Sí, se lo diré, tiene derecho a saberlo.

-¿Malfoy?- miraba por detrás de mi espalda, y me giré, viendoa Draco sentado en una silla de la sala de espera.

-¿Le habrá pasado algo?

-No lo sé- me respondió.

-Voy a ver cómo está.

-Yo voy a la cafetería, necesito merendar ya, el bebé tienehambre- en otro momento, me hubiera reído por lo que había dicho, pero ahorano, estaba preocupada, quizá Draco no se encontraba bien.

No me había visto, porque había enterrado el rostro entre lasmanos. Me senté a su lado.

-Draco
- se giró de golpe.

-¡Hermione!- me tomó las manos-, ¿te encuentras bien? ¿quéhaces aquí? ¿qué te ha pasado?

-Nada, no te preocupes, todo bien, y tú, ¿qué haces aquí?

-Astoria
creo que ha sufrido un aborto- me llevé una mano ala boca, temiéndole lo peor-, no sé si el bebé sobrevivirá, es muy pequeño, yhabía tanta sangre

 

-Oh, Draco- me arrojé sobre sus brazos-, lo siento mucho-,enterró el rostro en el hueco de mi cuello.

-No me dejes solo- lo estreché con más fuerza-, por favor,Hermione.

-Me quedaré aquí contigo- le di un beso en la mejilla, y pudenotar que estaba mojada, estaba llorando- Draco- le agarré el rostro y se loalcé, para mirarlo a los ojos-, ya verás cómo no le pasa nada, es un Malfoy- élme sonrió, y yo borré con mis pulgares las lágrimas que rodaban por susmejillas.

-Y dime, ¿por qué estás tú aquí?

-Yo, verás, tengo que decirte algo, aunque debería habértelodicho antes, pero no quería complicarte más las cosas.

-¿Qué ocurre?

-Estoy embarazada- abrió los ojos desmesuradamente-, vamos aser papás-le dije-, bueno, tú porsegunda vez- miré hacia otro lado. Él me agarró con delicadeza la barbilla y megiró la cara para que lo mirase.

-Eso es
maravilloso- sonrió, y yo hice lo mismo al verlo tanfeliz-, papás, tú y yo-, parecía que hablaba más para él mismo-, voy a tener unhijo tuyo- llevó la mano hasta mi vientre- y, ¿qué es, niño o niña?

-No lo sé, he venido para eso. Dentro de nada me darán losresultados de los exámenes.

-Quiero ir contigo.

-Por supuesto- en ese instante, me dieron ganas de besarlo,pero me contuve.

-¿Desde cuándo losabes?- me preguntó.

-Ya hace bastante, quise hablar contigo, pero las cosas setorcieron.

-¿Eso era lo que querías decirme el día que
que bueno
?

-Sí, ese mismo día.

-Lo siento, no sabes cuánto lamento todo el daño que te hecausado-, apoyó la frente en mi hombro-, soy lo más idiota que existe porperderte de ese modo.

-Draco, tú no

-No digas que no soy idiota, porque lo soy- se puso de pie yme tendió una mano-, ponte de pie, quiero ver cómo te sienta el embarazo- lesonreí, le tomé la mano, y me puse de pie. Volvió a colocar sus manos en mivientre, y yo se las cubrí con las mías-, estás preciosa-, yo ensanché más misonrisa, como una tonta enamorada, aunque eso era lo que yo era.

Deseaba besarlo, para que supiera que mentí, que no eracierto lo que le había dicho. Me puse de puntillas, y él se inclinó sobre mí,cerré los ojos, esperando un beso que no llegó, porque gritaron su nombre.

-¡Draco!- abrí los ojos para ver a su madre-, Astoria y elbebé están bien, Astoria algo cansada, y el niño está algo débil, pero fuera depeligro, van a llevarlo a la incubadora, dentro de un rato podremos pasar averlo, ya nos avisarán.

Draco suspiró aliviado, yo le miré, asustada, ya que nos viosu madre, pero él me sonrió.

-Madre, Hermione está embarazada.

-¡Vaya! Voy a ser abuela, ¡otra vez!- ella sonrió, cosa queme extrañó-, Draco, ¿por qué no pasas a ver a Astoria?, me gustaría hablar conella- no quería que me dejara a solas con ella, aunque sabría que nada me pasaríaen un hospital.

-Pero
- miró a su madre, y después a mí.

-No te preocupes, todo irá bien- me susurró-, no te vayas,por favor.

-No lo haré, estaré aquí cuando salgas.

Narcisa Malfoy y yo miramos a Draco, hasta que torció unaesquina, después ella se giró hasta mí, la pude ver por el rabillo del ojo, yme giré, para saber qué era lo que quería decirme.

-Verás, Hermione, quiero disculparme contigo- empezó adecirme-, siento no haberte aceptado antes por mis ideas de pureza, pero ahorame arrepiento, veo a Draco tan mal por ti, ya no es el mismo, desde que tedejó
está fatal- se sentó en una silla, y yo tomé asiento a su lado.

 

-Señora Malfoy

-Llámame Narcisa, por favor- pidió-, y sé que tú tambiénhabrás sufrido, y me siento una madre horrible, ahora que mi hijo va a decirteque te quiere y tú ya no estás enamorada de él, si yo no le hubiera insistidotanto, si yo desde un primer momento hubiera respetado sus decisiones.

-Narcisa, estoy enamorada de su hijo, pero verá
- me removíen el asiento-, lo he pasado muy mal, y no quiero sufrir más.

-Yo no me voy a interponer entre vosotros.

-Ya no es por usted, Narcisa, sino por Greengrass, él tieneun hijo con ella, y pues pasará tiempo en su compañía, y quizá nuestra relaciónse desgaste, y, pues seguro que ellos, en estos meses
pues
verá, que elloshan estado como una pareja, y

-Hermione, si lo que te preocupa es que Draco haya estado conAstoria, puedes estar tranquila, no la ha tocado, no le ha puesto ni un dedoencima. Draco solo pensaba en ti, él te ama, nunca ha visto sufrir tanto a mihijo, ni jamás ha llorado de ese modo, no al menos en presencia de nadie. Pero-hizo una pausa-, me ha dicho que sales con alguien, y que vives con él.

-Sí, pero nada que ver, solo es un amigo, que lo conozco detoda la vida. Y hoy mismo me marcho, y, yo
lo siento tanto por Draco.

En ese momento, apreció el aludido.

-¿Cómo está Astoria, Draco?

-Muy cansada, tenía mala cara, pero se encuentra bien, ahoraestá durmiendo.

-Yo voy a la cafetería, Draco, luego nos vemos- le acaricióun brazo al pasar por su lado, y se marchó.

-Y, ¿cómo se va a llamar?- le pregunté, pero se encogió dehombros.

-No lo sé- se sentó a mi lado-, mejor hablemos de nuestrobebé. ¿Qué prefieres, niño o niña?

-La verdad que me da igual, solo espero que esté bien, ¿y tú?

-Lo mismo, solo espero que se parezca a su madre- le sonreílevemente.

-Señor Malfoy, puede pasar a ver a su hijo, acompáñeme.

-Ven conmigo, por favor- le tomé la mano y seguimos a lasanadora.

Llegamos hasta una sala, a la cual no entramos, pero veíamosa los niños a través de un cristal, había varios niños, algunos ya en cunaspero otros en incubadoras.

-Este bebé de aquí es su hijo- la enfermera se lo señaló. Eraun bebé muy pequeño, cabría dentro de una mano, pero era normal, había nacidounos dos meses antes de tiempo. No tenía nada de pelo, y estaba dormido-, esmuy pequeño, pero es fuerte.

La enfermera se marchó y nos dejó solos. Draco miró duranteunos minutos al bebé, a su hijo, y después se giró para mirarme.

-Y, ¿cómo va tu relación con
Daniel?

-No tengo nada con él,Draco, no sé qué te hace pensar lo contrario.

-Ah, pues, es que como vives con él-se pasó una mano por elpelo, revolviéndoselo.

-Ya, pero solo es un amigo, Draco, quiero decirte algo- lomiré a los ojos- yo
verás, lo que te dije antes era mentira.

-Hermione, ¿qué
?- le puse un dedo en los labios.

-Sí que te quiero, Draco- me miró fijamente-, te amo, sigoenamorada de ti, no he dejado de quererte, ni un poco.

Le puse una mano sobre la mejilla, y después me puse depuntillas y cerré los ojos, esperando acoger sus labios, su boca, su lengua,deseando volver a disfrutar de sus besos, lo que llevaba sin probar dos meses.

 

Y cuando sentí sus labios sobre los míos, una descargaeléctrica recorrió todo mi cuerpo, abrí la boca, para acoger la suya, era unasensación maravillosa sentir su lengua moverse junto a la mía.

Tiré de su cabeza paraacercarlo más a mí, él colocó una mano en mi cintura y otra en mi nuca,profundizando el beso.

Exploré toda su cavidad bucal con mi lengua, mordí suslabios, los perfilé con mi lengua,
me entregué completamente al beso, a lassensaciones que estaba volviendo a experimentar, porque todas las noches soñabacon su boca, con sus besos, pero la realidad no se comparaba a los sueños.

Y me separé de su boca solo porque me quedé sin oxígeno.

-Te amo- apoyó su frente sobre la mía- te he extrañado tanto

-Yo también, Draco- me abracé a su cuerpo, y él me rodeó consus brazos-, no te vuelvas a ir nunca más, ¿me entendiste?

-Nunca, no volveré a cometer el mismo error.

-Draco, hijo- la madre de Draco lo estaba buscando-, vaya,siento interrumpir, pero el sanador está buscando a Hermione, ya tiene losresultados.

-Vamos, Hermione- Draco me tomó de una mano-, ven connosotros, madre- la cogió también de la mano y tiró de las dos.

Ya estaba deseando saber el sexo de mi bebé, de nuestro bebé,íbamos casi corriendo por los pasillos, hasta que dimos con el médico.

-Aquí tiene- me tendió un sobre, y se alejó.

-Veamos qué va a ser, Draco- se puso detrás de mí, y me rodeóla cintura.

Abrí el sobre, y saqué un papel, doblado por la mitad, lomiré a los ojos, y me sonrió, desdoblé el papel, y lo leí rápidamente, hastaque mis ojos se posaron en las palabras que indicaban el sexo del bebé.

Me giré para abrazar a Draco, y me estrechó con tanta fuerzaque incluso me alzó del suelo.

-¿Y bien?- me llegó la voz de Narcisa, con la emoción, habíaolvidado que se encontraba con nosotros.

-Es un niño, madre.

-Voy a tener otro nieto- se llevó las manos a la boca-, québien. Enhorabuena, chicos, yo
os dejo solos, y voy a ver a Astoria.

-¡Hermione!- me volvíhacia otra voz, Ginny-, ¿sabes ya qué es?

-Un niño, Ginny.

-¡Es fantástico!- se acercó a nosotros-, y, veo que habéisarreglado las cosas, ¿no?- asentí,sonriente y feliz.

-Y quiero tener unas palabras contigo, Malfoy. Me hasofendido.

-Yo
bueno, perdona, es que creí que la sorpresa era el tipoese, y no su embarazo.

-¿Qué? No sé de qué estás hablando.

-Que creí que querías joderme
- Ginny arqueó una ceja, estabaclaro que no sabía de qué hablaba Draco, y yo tampoco-, olvídalo, y, ¿por quéte he ofendido?

-¿Por qué? ¿Cómo que por qué?- preguntó-, te has dado cuentade mi embarazo y no del de Hermione.

-Ah, es que tu embarazo está más avanzado que el de ella- cadavez estaba metiendo más la pata.

-¿Qué? Perdona pero Hermione está de un mes más que yo.

-Oh- se rascó la cabeza, claramente incómodo-, vaya, pues losiento.

-Te perdono solo porque te has dado cuenta de lo idiota quehas sido- le dijo mi amiga.

-Draco, Astoria quiere hablar contigo- salió de nuevo sumadre.

 

-En seguida vuelvo, Hermione- me dio un beso en los labios yse metió en la habitación que estaba en frente de nosotros.

-Hermione, yo me tengo que ir, Harry ha venido a buscarme,pronto nos vemos.

-Adiós, y gracias por acompañarme- me dio un beso en lamejilla y se marchó.

Iba a sentarme a esperar a Draco, pero me detuvieron lasvoces que salían de la habitación.

-¡¿Estás diciéndome que ese niño no es mi hijo?!

-¡No!- se defendió Astoria-, te estoy diciendo que no lo sé.Yo no sé quién es su padre, estuve con más hombres por esa fecha y

-¿Y por qué me mientes?- Narcisa y yo nos miramos.

-Porque te quiero, y pensé que si te decía que mi hijo eratuyo, tú y yo seríamos felices.

-Yo no te quiero, Astoria, yo estoy enamorado de Hermione, yola dejé para darle una buena vida al que creía que era mi hijo, y casi pierdo ala mujer de la que estoy enamorado por tu culpa.

-¿Cómo que casi?

-Hemos vuelto.

-Pero Draco, es una sangre sucia, tú te mereces

-¿No irás a decir algo mejor? No vuelvas a insultarla, tú nole llegas ni a la suela de los zapatos. Me voy, no quiero discutir contigo.

-Pero Draco, quizá sea tu hijo.

-Voy a hacerme una prueba de paternidad, si es mi hijo, meharé cargo de él, pero no quiero saber nada de ti.

Salió de la habitación.

-Hermione, la muy
Astoria me ha mentido.

-Lo sé, os he escuchado discutir- me pasó un brazo por loshombros.

-Madre, ¿tú sabías que posiblemente ese niño no es mío?

-No, ella me dijo que estaba segura, yo nunca te habríaengañado para que criaras al hijo de otro.

-Voy a hablar con un médico, me voy a hacer una prueba depaternidad, esperadme aquí, por favor- asentí con la cabeza, Draco me dio unbeso en la frente.

Me senté. Era muy probable que ese niño no fuera de Draco, ysi era así, nosotros nos habíamos distanciado para nada. Greengrass casi sesale con la suya.

-Hermione- Narcisa se sentó a mi lado-, quizá no me creas,pero yo no lo sabía, te juro que ella me mintió también a mí- se veíaangustiada.

-Narcisa, la creo, sé que usted no le haría eso a su hijo.

-Yo nunca le haría esoa mi hijo, nunca le diría que un niño es suyo si no lo fuera, por eso Astoriame mintió también a mí, porque si no yo no mentiría de esa manera a Draco.

-No se preocupe, Draco la cree, y yo también.

-Gracias, mi hijo tiene razón, eres estupenda- le sonreítímidamente.

Las dos estuvimos un rato sin hablar. Yo estaba rezando paraque ese bebé no fuera de Draco. Aunque lo lamentaba por el niño, si no eraDraco su padre, se quedaría sin una figura paterna.

-¿Crees que sea de mi hijo?

-No lo sé.

-Espero que no, por haber engañado a mi hijo, pero lo sientopor ese niño.

-Yo pienso como tú, lo siento por el bebé.

-¡Hermione!- venía corriendo hacia nosotras, con una sonrisade oreja a oreja, me puse de pie, y, cuando llegó hasta mí, me alzó en vilo yempezó a dar vueltas, después, me depositó en el suelo-, no es ni hijo- apoyósu frente en la mía.

Agarré su rostro y lo besé.

-¿Qué va a pasar ahora con el bebé?

-Lo siento por él, que no tiene la culpa de cómo sea sumadre, pero estará bien, los Greengrass lo cuidarán bien- asentí.

-¿Nos vamos ya?

 

-Sí, ya no tenemos nada que hacer aquí.

-Yo me voy a casa, adiós- Narcisa se despidió con la mano yse alejó.

-Vámonos, cariño- entrelacé mis dedos con los suyos y nos alejamosdel hospital- te invito a cenar.

-Está bien, pero antes- me detuve y le eché los brazos alcuello.

Y volví a besarlo. Ahora sí que podríamos ser felices. Él, yoy nuestro bebé.



Hola! Sí, ya sé que dije que este capitulo seria el epilogo, y eso pensaba hacer, la historia no iba a tener final feliz, pero estos dias he estado muy contenta, el lunes fui a un colegio a representar un teatro a niños de 4 años, y el miercoles me dieron la nota del examen de lengua, y he sacado un 8! he sacado la nota mas alta de mi clase! :D

Ademas, vosotros no se mereceis un dramione con un final triste, ya que llevais mucho tiempo leyendola, y como soy muy buena persona, pues os traigo un final feliz =)

Nunca pense que mi historia duraria tanto tiempo, nunca pense que fuera a tener tantos capitulos, pero ha sido gracias a todos vosotros que sea tan larga. Y jamas de los jamases se me paso por la cabeza que cada capitulo fuera a tener tantos comentarios! Y mucho menos que fuera a ser el Dramione mas comentado! :)

Pero ya si que se acaba, muchas personas me han dicho que escriba una 2ª parte, pero ya se termina aqui, ya solo falta el epilogo...y ahora de verdad.

Pero por si les interesa seguir leyendome, he empezado un nuevo Dramione, se llama "Hola Draco, soy tu hija".

Dedico este cap a todos los que comentaron el anterior:

nayelipach , melycullenblack , Luna_Hermionie, MimiR_98, zafirac4, marta61995,

brendisis, barbiiie, Katherine Malfoy17, violeta male, iuzu16, gisele-98, mari1604,

La_dragona , FerMalfoy, Varne Belikov, Rocio_Gerez, marigranger, jjwurt,

Breelsy Malfoy, Hannah Potter Digory, salesia, isabelweasley, yomera, ToryRiddle,

valu, ilwen49, Paola Cullen Malfoy, rosa gothika, nathiiita_DH, LiliJamesPotter,

Angy Granger, Astoriamdq, Jaqueline Slytherin, lefrance13. Pao13,

The Halfblood Melton, kaki_harry, Rochi_Malory, Violines de Vioeta, nerea 3,

vampirita sexi m, Anne Weasley, nanitha-malfoy, Ale_Malfoy, _anita_malfoy_ , Hermioni,

Melinapotter89, manu-molina

Besos a todos n.n

Hola! Aqui el ultimo capitulo, siento haber tardado tanto en actualizar, espero que me perdonen. Les dejo leer, solo espero que hoy, por ser el ultimo cap, lean mi nota, ahora, les dejo leer tranquilos, espero que los disfruten:




Autora:

 

Abrió los ojos cuando los rayos del sol penetraron por laventana e iluminaron la estancia. Se sentó de golpe al comprobar que su maridono estaba a su lado, siempre que se despertaba, él estaba junto a ella. Miró elreloj, se iba dentro de diez minutos a trabajar al ministerio, estaríadesayunando.

Se calzó, salió del dormitorio que compartían, y bajóapresuradamente por las escaleras.

Y allí estaba él, tomando un abrigo del perchero que había ala entradita.

-Buenas días, cariño- la saludó. Ella bajó el último escalónde un salto y se colgó, literalmente, de su cuello.

-Buenos días- le plantó un beso en los labios. Draco laobservó un instante y le sonrió con cariño.

-Veo que ni siquiera te has peinado- le pasó una mano por elcabello, recién levantada, su pelo parecía un nido de golondrinas.

-Quería despedirme de ti, idiota- le dio un leve empujón-,hoy te has levantado sin decirme adiós.

-Lo siento cielo, llevo prisa, hoy tengo que estar allíantes- mintió-, y volveré tarde, no me esperes despierta- le dio un beso en lafrente. Y se alejó de ella.

-¿Qué ha pasado?- inquirió, preocupada.

-Nada de lo que haya que preocuparse, mañana te cuento- abrióla puerta-, adiós Hermione.

Se quedó confundida, mirando la puerta por la que se acababade marchar.

Estaba segura de que le pasaba algo. ¿Cómo que esta noche nolo esperase despierta? En todos los años que Draco llevaba trabajando comoauror, nunca había llegado tarde a su casa. Pero a cualquiera podíannecesitarlo más horas en su trabajo, a ella le había ocurrido más de una vez.

Pero pensaba irse sin despedirse de ella, siempre le decíaadiós.

Además, era su cumpleaños, su veintisiete cumpleaños, y él,al parecer, se había olvidado, eso sí que le extrañaba, de todos los años quellevaban juntos, más concretamente siete, nunca había olvidado una fechaimportante.

Ni la de su aniversario, ni su cumpleaños, ni el de sushijos.

Pasaba algo con Draco. Decidió preguntarle mañana y nocrearse ideas extrañas.

Subió de nuevo por la escalera, y fue al baño, a prepararse,se cepilló los dientes, se lavó la cara, y se peinó, después, se puso un cómodovestido.

Y salió para preparar el desayuno, sus pequeños ya mismo sedespertarían, eran bastante madrugadores.

Estaba en la cocina, cuando los dos niños llegaroncanturreando el feliz cumpleaños a voz en grito. Scorpius, de seis años,llevaba de la mano a su hermanita, a Rose, que había cumplido recientemente sustres añitos.

Scorpius era la viva imagen de su padre cuando era niño,salvo por los ojos, que eran de color miel y que su pelo no era tan lacio. Rosetenía una cascada de rizos castaños, y unos enormes ojos grises, como los de supadre.

Se puse en cuclillas para estar a la altura de los dos, y lesdio un beso a cada uno.

-Feliz cumpleaños, mamá.

-Feliz cumpe, mami- pronunció la más pequeña.

-Muchas gracias- cogió a Rose en brazos, y le dio una mano aScorp-, venga, a desayunar- sentó a la pequeña en la trona.

Sirvió el desayuno y se sentó junto a sus hijos.

-Mamá- le dijo Scorpius-, James dice que vayamos hoy a sucasa para jugar. ¿Vamos a ir?

 

-No lo sé, Scorp, además, papá llegará tarde, y luego tenemosque regresar los tres solos.

-Pero mami, podemos volver antes de que se haga de noche, porfavor- Hermione lo miró, y no pudo resistirse a los encantos de su hijo.

-Está bien, pero solo un rato.

-¡Gracias! Eres la mejor- sabía cómo meterse a su madre en elbolsillo-, me voy a jugar.

-Scorp, ¡ezpedame!- le gritó Rose, Hermione la sacó de latrona, y la depositó en el suelo.

-Llévatela a jugar contigo, cariño.

-¡Pero mamá! No sabe jugar a nada, es un bebé- protestó.

-Un ratito hijo, después voy a buscarla.

-Está bien- cogió de la mano a su hermanita y fueron a lasala de juegos.

Hermione sonrió mientras los veía alejarse, después recogióla cocina, y fue a la biblioteca, así podía leer un rato, tampoco tenía nadaque hacer, ahora que Draco se había empeñado en que se tomara unas vacaciones yque pudiera así estar con sus hijos.

Además, la bibliotecaestaba al lado de la sala de juegos de los niños, si necesitaban algo, losescucharía.

Se acercó a una estantería, y pasó la punta de los dedos,acariciando el lomo de los libros, decidiendo cuál de ellos leer. Se detuvo enunos de ellos, y lo sacó, aunque no era un libro, era un álbum de fotos. El deldía de su boda. Con una sonrisa dibujada en el rostro, se acercó a un sillón yse sentó a hojear el álbum.

Recordaba el día en que Draco le pidió matrimonio, había sidotan romántico, le había preparado una cena, a la luz de la luna, y le habíapedido que se casase con él. Ella pensó que su boda no iba a ser especialmente bonita,ya que tardaron un par de semanas en casarse, para que a ella no se le notasedemasiado su embarazo, pero no, todo había resultado bien, perfecto, había sidouna boda pequeña, con sus seres queridos y los de su ya marido, y con losamigos más allegados de ambos.

La primera en enterarse del enlace fue Brit, como leprometieron, la pequeña saltaba de la felicidad, y ella fue la niña de lasflores. Ginny y Harry fueron los padrinos, y Luna y Pansy las damas de honor.

Hermione siguió pasando páginas, rememorando el momento delsí quiero, su primer beso de marido y mujer, abriendo el baile

-Mami- Rose y Scorpius entraron a la biblioteca- te hemoshecho un dibujo- Scorpius le dio un hoja de papel a Hermione, en ella habíadibujado a toda su familia, su madre estaba soplando las velas de una tarta, yDraco y ellos dos aplaudían.

-Muchas gracias, es muy bonito- besó a sus hijos-, vamos aponerlo aquí, con el resto de vuestros dibujos- en la sala, había un grantablón de madera, repleto de dibujos de Scorp y Rose.

-Estás muy guapa, mamá- los niños estaban viendo lasfotografías de la boda.

-Gracias, chicos- Hermione se sentó junto a sus hijos a seguir mirando ese álbum lleno dehermosos recuerdos, el día de su boda, fue uno de los mejores de su vida, junto con elnacimiento de sus hijos, el primero beso y la primera vez con Draco.

Se pasaron gran parte del día viendo todas las fotosfamiliares, que no eran pocas, a decir verdad.

-Mamá, ¿vamos ya a casa de James?- Hermione miró la hora.

-Está bien, pero no estaremos mucho, vendremos antes de queanochezca- ella se puso unas sandalias, cambió de ropa a sus hijos, montó a la más pequeña en el cochecito, yfueron, echando un paseo hasta la casa de sus amigos.

 

No tardaron mucho rato en llegar, ya que su casa no estabamuy alejada de la suya, llamó a la puerta, y la recibió Harry.

-Hola Hermione, qué bien que hayáis venido.

-Hola Harry, sí, es que Scorp quería jugar con James, y hemosvenido un rato- su amigo los hizo pasar. Hermione la verdad que estaba algotriste, nadie, salvo sus hijos, se había acordado de su cumpleaños.

-Salgamos al jardín trasero, Ginny y los niños están allí- AScorp no le hizo falta escucharlo dos veces y corrió hasta allí, Hermione sacóa su pequeña del cochecito, y ella echó a correr detrás de su hermano.

-No corras Rose, te vayas a caer- su hermano mayor se detuvo,le tendió la mano, y juntos salieron al jardín.

-Veo que tus hijos se llevan muy bien- comentó Harry- mishijos también, salvo cuando se pelean, que suele ser constantemente.

-La verdad que se llevan bien, no se suelen pelear, y además,Scorpius cuida de su hermana. Se quieren mucho.

-Salgamos al jardín- Hermione asintió y caminó hasta eljardín trasero de casa de sus amigos, cuando vio todo lo que había allí, sedetuvo, estaban toda su familia y sus amigos. Había globos de colores por todas partes, yuna gran mesa, al fondo, un pastel de cumpleaños. Y flotando, había una cinta,en la que se podía leer: Feliz Cumpleaños Hermione.

-¡Felicidades!- gritaron, a coro. Hermione no se lo podíacreer, no es que no se hubieran acordado de ella, era que le habían celebrado unafiesta sorpresa.

-Gracias a todos- todo el mundo se acercó a ella, para darleun beso o un abrazo. Además, la llenaron a regalos. Partieron la tarta, y sesentaron a la mesa. Se lo estaba pasando bien, pero extrañaba a Draco. Ellaentendía que tuviera que trabajar y que no estuviese allí, pero la ponía tristesaber que Draco había olvidado, por primera vez, la fecha de su cumpleaños.

Miró a su alrededor, allí estaban, por supuesto, era su casa,Harry y Ginny con sus tres hijos: James, Albus y Lily. Luna y Neville con suhijo Kevin, y ella, embarazada de gemelos, en un par de meses daría a luz. Rony Lavender con su pequeña Sheila. Estaba también Brittany, que ahora era unmujercita, junto a sus padres. Narcisa, que charlaba animadamente con suspadres, se habían hecho muy buenos amigos. Los gemelos junto a sus esposas ehijos, y el resto de la familia Weasley. Estaba Pansy, que ahora salía conBlaise, en seis meses se casaban. Estaba Daniel, con su mujer, Astoria y suhijo Michael.

Todo el mundo se sorprendió al saber que ellos salían juntos.

Se conocieron en laque ahora era su casa y la de Draco. Daniel estaba allí, visitándola, ya queacababa de dar a luz, y, al rato, llegó Astoria, quería disculparse con losdos, aceptaron su perdón, aunque Draco a regañadientes.

Estuvieron un rato charlando, y cuando anocheció decidieronmarcharse, Daniel se empeñó en acompañarla hasta su casa, para que no fuera sola y de noche conun bebé. Y, desde entonces, siempre se les veía juntos. Él había accedido adarle su apellido al hijo de Astoria, a Michael, ya que él desde que nació,llevaba el apellido de su madre, ya que ella no sabía quién era el padre de suhijo, pero Daniel lo crió como su hijo.

Estaba todo el mundo, excepto Draco.

Hermione se levantó para ir a por un refresco, hasta que lallamaron.

 

-Señora Malfoy- reconocería esa voz en cualquier parte,Hermione se giró lentamente, para encontrarse con su esposo, el que estabasubido a un escenario, con un ramo de rosas rojas en la mano-, hola cariño, séque pensaste que estaba trabajando, y que me había olvidado de tu cumpleaños. Sientohaberte mentido, la verdad que no me pensaba despedir de ti, ya que si te veía,no iba a poder resistirme a desearte un feliz cumpleaños.

Hermione sonrió.

-Quiero decirte algo- correspondió a la sonrisa de ella yprosiguió-, te amo. Eres la mujer de mi vida, nunca pensé que me iba a enamorarde ti, pero así fue. Gracias a ti aprendí a amar, tú me enseñaste lo que era elamor, además, gracias a ti soy mejor persona. Junto a ti he vivido los mejores añosde mi vida, y me has dado lo más maravilloso, que son nuestros hijos. Tequiero, cielo- Draco se bajó del escenario y caminó hasta ella, Hermionerecorrió el espacio que los separaba corriendo y se echó a sus brazos.

-Te quiero mucho, tonto- lo besó en los labios.

-Y yo amor, esto es para ti- le tendió las flores-, te amo preciosa-a Hermione se le iluminaron los ojos, estaba a punto de llorar-, no llores, porfavor.

Ella rió tontamente.

-Pensé que habías olvidado mi cumpleaños.

-Jamás- una música lenta empezó a sonar, ella le echó losbrazos al cuello, Draco le rodeó la cintura y se movieron lentamente-,tengootros dos regalos para ti- se separó de ella, y del bolsillo de su chaqueta,sacó un sobre.

-¿Qué es?

-Compruébalo por ti misma- le tendió el sobre, ella lo abrióy se llevó las manos a la boca. Eran dos billetes de avión-.Nos vamos aFrancia, tú y yo- le dio un beso.

-Pero Draco, no podemos irnos, y los niños

-No te preocupes, nuestros padres se encargarán de ellos,están deseando que nos marchemos.

-¿Cuándo nos vamos?- preguntó.

-Mañana, temprano- volvió a abrazarla.

-Yo tengo otro regalo para ti.

-Es tu cumpleaños Hermione, tú no puedes hacer regalos.

-Es tarde- llevó las manos de Draco a su vientre- vas a serpapá, por tercera vez- Draco sonrió, y besó a su mujer.

-Te amo con locura, nos sabes cuánto- le susurró al oído- ¿decuánto estás?

-Solo de un mes, me enteré hace un par de días. Por cierto-preguntó-, ¿no tenías otro regalo para mí?

-Lo tengo- se acercó a su oído, y le mordió el lóbulo de laoreja-, te lo daré esta noche, cuando estemos solos- murmuró, con voz sumamentesensual.

Ella alzó la cara, buscando sus labios, y lo besó condulzura.

Draco nunca olvidó el cumpleaños de Scorp, Rose o Albus, niel de Hermione, ni su aniversario. ¿Cómo olvidar el cumpleaños de las personasque amaba?

Sobre todo, ¿cómo olvidar la fecha de su aniversario? Él nopodría olvidar nunca algo que estuviese relacionado con la mujer que amaba, lamujer que se lo había dado todo




Pues este fic, ha llegado a su fin, espero no haberlos decepcionado con este ultimo capitulo.

Les ha sorprendido lo de Daniel y Astoria? Creé a Daniel con este proposito :)

Quiero agradecerles a todas las personas que leen mi historia, me alegro mucho de que la sigan, nunca imagine que tantas personas iban a leerla, 532 personas la han añadido a sus favoritos, estoy tan feliz!

Y sobre todo, muchas gracias a todos aquellos que alguna vez me han dejado un comentario, aunque hay personas que no han dejado un solo comentario, sino que comentan siempre o caso siempre y les estoy muy agradecida.Los considero mis amigos, y les tengo mucho cariño y aprecio, sus comentarios siempre me alegran. Jamas pense que iba a tener aprecio a personas que ni siquiera conozco, y a algunos les tengo hasta cariño.

Me da mucha pena terminar esta historia, y tambien despedirme de todos vosotros, aunque a algunas ya los he visto en mi nuevo Dramione, por el que los invito a pasarse, se llama "Hola Draco, soy tu hija".

Me voy despidiendo, que me estoy poniendo sentimental...

Les deseo un muy Feliz Año Nuevo, espero que este 2012 sea fantastico para todos vosotros, y que se cumplan todos vuestros deseos.

Ahora les cuento una cosita jeje: Desirée es mi segundo nombre, el primero es Nerea :)

Y sin mas, me despido de todos vosotros, les quiero mucho,

Un gran beso, Nerea




Malfoy, ¿Qué haces tú en el mundo muggle? - Fanfics de Harry Potter

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Había pasado un año desde que Harry había vencido aVoldemort, por fin, llegó la paz para el mundo de los magos. Me encontraba en casa de Ron, recogiendo mi

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2023-02-27

 

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