My Inmortal Angel - Fanfics de Harry Potter

 

 

 

Hola a todas!!!!!... bueno después de haber publicado los primeros dos capítulos con otro nombre, la historia que estaba formándose en mi cabeza cambió de rumbo. Fue cuando la inspiración llegó y salió esta historia de amor que me propongo a escribir. En un principio este FF iba a tratar sobre la vida de Sirius, sobre su camino hasta caer en Azkaban. Ahora sigue tratando de él y su camino, pero tomado desde un punto de vista que no era el mismo del principio. Espero que les guste y me dejen sus reviews!!!!! Saludos!!!!!

No me atribuyo los derechos de autoría de ninguno de los personajes pertenecientes a los libros de J.K.Rowling, sinosólo de aquellos salidos de mi imaginación. La publicación de esta historia es sin fines de lucro.



MY INMORTAL ANGEL:
El Gran Amor de Sirius.

CAPITULO 1
La Noble y Ancestral Casa de Los Black.


Sintió varios gritos que lo hicieron abrir los ojos. No quería despertar, sabía que seguro su hermano ya había llegado y estarían festejando la noticia. Sin embargo la curiosidad fue más fuerte y, antes de pensarlo, se estaba poniendo unas pantuflas y bajaba lentamente las escaleras. Los gritos y las voces fueron haciéndose más fuertes hasta que, al llegar al rellano de la escalera, pudo distinguir una luz que provenía de la cocina. Se acercó lentamente y atisbó por la pequeña línea de la puerta entreabierta. Todos estaban ahí, sonrientes, festejando el gran día, con botellas de cervezas de manteca en la mano, brindando por la noticia que se leía en todos lados. Comenzó a voltearse para volver a la cama, ahora que había visto todo, no quería que lo descubrieran.

-¡Sirius!- gritó una mujer delgada y anciana, de corto pelo negro que le enmarcaba el rostro-¡Ven aquí!.

Sirius maldijo por lo bajo, definitivamente ese día no era su día de suerte, ya era la segunda vez que su madre lo descubría en lugares donde se suponía que no debía estar. Se volteó, abrió la puerta y entró en la cocina.

-¡Maldición Sirius!- espetó la mujer tomándolo fuertemente por el brazo.-¿Qué haces espiando por ahí?.

-Me despertaron los ruidos- respondió Sirius soltándose de la mano que lo aferraba y mirando a su madre fijamente con aquellos profundos ojos grises. - A mi me interesa un rábano lo que hagan ustedes acá, ¡sólo dejen dormir!- agregó en un tono de voz más fuerte.

-Pues lamento decirte que ahora que te dignaste a bajar, te quedarás- le dijo la mujer con una mirada que no daba lugar a reproches- Estamos festejando una gran noticia que me imagino ya sabrás.

-La sé, y creo que no es para festejar y yo no tengo ganas de hacerlo, así que vuelvo a mi habitación- respondió Sirius desafiante.

-¡Ah no!, ahora te quedas quiero que escuches lo que voy a decir- respondió la mujer furiosa. Una de las venas de su frente se había hinchado y amenazaba con explotar. Sirius sabía lo que significaba aquello, así que pensó, que lo mejor, era quedarse un rato y esperar el momento de escabullirse nuevamente a su habitación.

-¡Atención todos!- dijo entonces la mujer levantando la mano para llamar la atención. Todos los presentes fueron callando de a poco ante la amenazante figura de la señora Black, que esperaba impaciente que la sala quedara en absoluto silencio.

-Primero que todo- dijo cuando por fin se hizo el esperado silencio - Quiero que sepan los presentes, el tremendo orgullo que siento por tener la oportunidad de ver en mi casa una reunión tan especial, con un motivo tan especial- se sintió una exclamación de asentimiento por parte de todos los presentes, la señora Black movió la mano impaciente, acallando la interrupción.- Todos sabemos la gran noticia de hoy, por fin Lord Voldemort ha aparecido en los diarios, por fin se está haciendo un poco de justicia a los inmundos sangre impura- gritó la mujer. Todos aplaudieron y brindaron con emoción.

-Segundo- gritó la señora Black para hacerse oír sobre el bullicio- Quiero felicitar a dos miembros de esta familia, que siendo de los más jóvenes, han decidido unirse activamente a la causa de Voldemort. ¡Un aplauso para Bellatrix y Regulus!.- Sirius vio como, en medio del círculo de gente que aplaudía con emoción, su hermano menor y su prima sonreían con satisfacción. No aguantó más aquel cuadro y, cuando su madre se adelantó para abrazar a Regulus, se escabulló entre las personas y salió de la habitación.

La sangre le hervía, estaba completamente furioso ante todo aquello, ante aquellas personas que se regocijaban porque, alguien malvado como Voldemort, comenzaba a triunfar en sus locas ideas de purificación. Sirius sabía que aquello que estaban viviendo era sólo el comienzo, que aquel temible mago que ya algunos no se animaban a nombrar, sacaría lo peor de sí mismo cuando nadie lo imaginara y todo sería un caos. Caminó hasta llegar a las escaleras, entonces una muchacha de mas o menos su edad lo interceptó.

-Pudiste escaparte- le preguntó.

-¡Sí!- dijo Sirius- No soporto la sarta de estupideces que están diciendo allá- exclamo enojado.

-Si, la verdad que todo eso es un desastre, y ahora que mi hermana y tu hermano han decidido ser reclutas de Voldemort, mis padres van a estar insoportables- dijo Andrómeda.

-¡Imagínate los míos!, si Regulus era el preferido de ellos, ¡ahora va a ser su héroe!. Te diré una cosa primita, ya tengo dieciséis años, dentro de unos meses cumpliré los diecisiete y podré marcharme de esta maldita casa y alejarme de esta manga de locos.

-Es una buena idea, si yo me animara haría lo mismo Sirius, pero lamentablemente no soy temeraria como tú, así que sólo puedo desearte suerte en tu cruzada- dijo la muchacha sonriendo- ¡Eso si, más vale que no te olvides de mí!, yo no soy como ellos.

-Eso lo sé prima- respondió Sirius devolviéndole la sonrisa y tomando a Andrómeda por los hombros- Y prometo que no me olvidaré de ti, nos veremos seguido, es una promesa.

Se abrazaron y Sirius subió las escaleras. Al llegar a su habitación se dejó caer sobre la cama. Su cabeza daba vueltas, pensando en las mil formas en que podía salir de aquél horrible lugar. Se veía afuera, caminando por las calles, riendo con James y seguidos por algún par de chicas particularmente lindas. Sonrió al recordar a su amigo James. Hacía más de un mes que no lo veía porque, por supuesto, su madre no lo dejaba. James era de familia de sangre impura, y eso lo convertía en una persona indeseable para que alguien como él, un Black, lo tuviera de amigo. Sin embargo eso a él le importaba menos que todos en aquella casa, James era el mejor amigo que podía tener y se las había ingeniado para seguir comunicándose con él. Así era como se había enterado de lo sucedido con Voldemort, por un mensaje de su amigo.

Levantó la almohada y sacó un recorte de periódico. Las fotos mostraban primero a Voldemort hablando acaloradamente a una multitud de personas reunidas, y después a tres cadáveres. Tres magos murieron ayer durante un discurso rezaba el título del artículo. Más abajo explicaba cómo un grupo, eufórico ante el discurso de Voldemort, había atacado a tres magos de sangre impura, que habían perecido en el intento de huir de la enfurecida muchedumbre.

Le llegaron más ruidos de abajo, y entonces, la puerta de su habitación se abrió de un golpe.

-Imagino que ya sabes la noticia- dijo Regulus entrando a la habitación, detrás de él venía Bellatrix.

-Sí- dijo Sirius secamente y volviendo su atención al artículo.

-¿Y no nos vas a felicitar?- preguntó despectivamente su hermano.

-No- respondió simplemente.

-Ah, ya veo, tienes celos de que yo, tu hermano menor, de sólo catorce años, tenga las suficientes agallas para unirse al mago más grande de todos los tiempos.

-No, sólo me parece una tontería felicitarte por firmar tu acta de defunción. Pienso que lo que acabas de hacer es la estupidez más grande de toda la historia- respondió tranquilamente Sirius.

-Estas celoso, como siempre- respondió Regulus con tono enojado, una sola persona lo podía hacer sulfurarse, y ese era Sirius. Pero él sabía también cuál era el punto débil de su hermano.- Ya verás, cuando limpiemos todo esto de esos sucios sangre impura y no tengas más a tu querido amigo James, vendrás a verme con el rabo entre las piernas.

-¡Nunca!- gritó Sirius ahora sí furioso levantándose de la cama y apuntando a su hermano con la varita- ¡Nunca haré eso! Y ni siquiera pronuncies el nombre de James, es demasiado persona para ti. Esto acabará antes de lo que imaginas y el que saldrá perjudicado serás tú.

-Ya veremos- dijo Bellatrix hablando por primera vez, al ver que Regulus se había paralizado ante el hecho de que su hermano lo estuviera apuntando con la varita.- Ya veremos quién sale perdiendo de esta Sirius. Nosotros seremos señalados por apoyar a Voldemort, pero los de sangre impura y los que luchen contra él serán aniquilados. Y tú no te salvarás de eso, te lo aseguro. Ni tú, ni tu amiguito James.

Sirius sintió tanta furia ante las palabras de Bellatrix que actuó sin pensarlo, y antes de que se diera cuenta, Regulus y ella estaban desmayados en el piso por el hechizo desmaius que les había lanzado. Sólo, cuando vio los cuerpos en el piso, se dio cuenta de lo terrible que era lo que acababa de hacer. Seguro abajo no habían escuchado el ruido, o tal vez sí, pero cuando su madre se enterara de aquello no quería ni imaginar su reacción. Entonces lo vio claro, no podía quedarse ni un minuto más en esa casa, con aquellas personas que decían ser su familia pero que en realidad, para él, no eran más que extraños con los que se veía obligado a convivir todos los días. Tenía que marcharse en ese mismo instante, ya no podía esperar hasta cumplir los diecisiete años, ya no tenía más nada que hacer en esa casa.

Rápidamente tomó una maleta de adentro del armario y metió algunas de sus cosas, ropa y los libros de la escuela. Bajó las escaleras en absoluto silencio, pisando lentamente, con temor que ante el menor ruido fuera descubierto. Abrió la puerta que daba al jardín y salió a la noche estrellada, sintiendo la libertad que él tanto adoraba. Tomó la escoba, una barredora, y pronunciando unas palabras le lanzó un hechizo de invisibilidad. Sabía cuanto se arriesgaba al usar magia fuera del colegio, sabía que podían expulsarlo por ello, pero eso ya no le importaba, había salido de situaciones peores, podría salir de esta.

Se montó sobre la invisible escoba y emprendió vuelvo. El fresco aire del verano le azotó el rostro y se sintió liberado, liberado por fin de aquella casa a la que no pensaba volver nunca más.

-Nunca volveré allí, he estado encerrado en ella por suficientes años, y nunca volveré a estarlo- se juró mientras doblaba hacia el sur. No sabía que muchos años después volvería a aquella casa, y volvería a ser prisionero de ella.

Éste capítulo es un poco corto y sé que no muy divertido, pero necesario. Espero que sigan leyendo mis siguientes capítulos!!! (prometo q se pone mejor jeje)
Bien aquí está el capítulo 2... sé que estos primeros capítulos no tienen mucha acción... pero de a poco todo va a ir cambiando.. Saludos y espero sus Reviews!!!!

No me atribuyo los derechos de autoría de ninguno de los personajes pertenecientes a los libros de J.K.Rowling, sinosólo de aquellos salidos de mi imaginación. La publicación de esta historia es sin finesde lucro alguno.

CAPITULO 2
Expresso de Hogwarts


-Eres más lento que un Riddeback Noruego- gritó James a Sirius que venía volando detrás de él.- Nunca me alcanzarás-. Se agachó, pegando el pecho a la escoba y aceleró. Sirius hizo lo mismo y trató de alcanzarlo pero, a pesar de estar a sólo unos centímetros de él, no lo logró. Vislumbraron un jardín lleno de flores rojas y amarillas, y comenzaron a descender. Sus pies tocaron tierras y ambos dejaron las escobas a un lado, riendo.

-Buena carrera- dijo James- ¡Sobre todo porque gané!.

En ese momento un hombre de aproximadamente cuarenta años, cabellos oscuro y ojos color miel, apareció en el jardín.

-¡Vamos adentro!, James, Sirius, las cartas de Howgarts han llegado- dijo el hombre sonriendo.

James y Sirius entraron y se dirigieron a la cocina, donde la madre de James los esperaba con unas galletas de chocolate. James y Sirius tomaron las cartas mientras devoraban las galletitas.

-La lista de materiales para el séptimo curso- dijo James- Este año si que será divertido- agregó golpeando a Sirius en el brazo- ¿Qué me dices, ganaremos la copa de las Casas y el torneo de Quiditch?.

-Por supuesto- respondió Sirius agarrando un puñado de galletitas.- Y no solo eso- bajó la voz y se acercó a su amigo para que los padres de James no pudieran oírlo.- Sino que tendremos libertad para recorrer el Bosque Prohibido en las noches de luna llena.

James sonrió mientras sacaba de debajo de su túnica una cerveza de mantequilla y tomaba un sorbo a escondidas.

-Siempre hemos tenido esa libertad.- agregó pasándole la botella a su amigo.

-Si, pero esta vez será mayor, Lunático me mandó una lechuza, diciéndome que este año tal vez Filch no esté.

-¿Porqué?- quiso saber su amigo haciendo notar cada vez más su emoción.

-Parece que tuvo un accidente hace unas semanas, estaba tratando de hacer magia, y tú sabes que él no puede, hizo mal una poción y voló por los aires, está internado en San Mungo- explicó Sirius tomando un sorbo de cerveza y sonriendo.

-¡Increíble!, Hogwarts sin Filch, es lo mejor que nos podría pasar, imagínate que incluso con él pisándonos los talones, podemos hacer lo que queramos, lo que va a ser ahora.

-Lo sé, va a ser increíble, el mejor año.

-Así es, brindo por eso.- dijo James levantando la botella y escondiéndola rápidamente porque en ese momento su madre los llamaba para que pusieran la mesa.
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-¡Se escapó!, el muy estúpido se escapó- gritó la señora Black a su marido.- Es una vergüenza para esta familia.

-Es sólo un adolescente renegado, ya va a volver, no hace falta que armes tanto escándalo- le respondió un hombre de cabello largo negro, con algunas mechas blancas que se esparcían por la cabeza, sus ojos grises eran profundos y penetrantes. En verdad era la viva imagen de Sirius en edad avanzada.

-¡No!, no es sólo un adolescente renegado, es un ingrato que se junta con gente que no debería y que desprestigia a esta familia. Mira a Regulus, él se sacrifica por la pureza de la raza, mientras Sirius se marcha a casa de los Potter.

-¡Estás exagerando!, Sirius siempre ha sido un rebelde, pero ya se dará cuenta, tarde o temprano, que su familia tiene razón, y va a volver a pedirnos perdón.

-Pues si vuelve o no vuelve es cosa suya, a mi ya no me importa- escupió la Señora Black desapareciendo por la puerta de la cocina.

El Señor Black movió la cabeza mientras tomaba el diario que descansaba sobre la mesita. Al abrirlo vio el titular de las nuevas noticias. Más magos habían aparecido muertos en la última semana, el ministerio estaba desconcertado y no sabía con exactitud las medidas que debían tomar, pero ya se estaban formando brigadas de vigilancia para cada barrio de magos. Vio las fotos de los cuerpos y se estremeció. Él y su familia estaban seguros que lo que pregonaba Voldemort era lo mejor, pero, de pronto, no estaba tan seguro de si los medios que estaba utilizando eran los mejores. Él sabía con certeza que aquellas muertes eran causadas por Voldemort y sus seguidores, pero ¿hasta que punto iban a llegar con los asesinatos?. No dudaba que algunos sacrificios eran necesarios en pro de la causa, pero todas las semanas aparecían nuevos cadáveres, y eso comenzaba a ponerlo nervioso. Tal vez Voldemort se estaba sobrepasando en todo esto, y lo peor era que ahora su hijo estaba involucrado, y él no podía llevarle la contra.
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El expreso de Howgarts lanzó un último pitido y comenzó a andar. Las vías chirriaron ante el peso del tren que fue tomando cada vez más velocidad, hasta que los árboles de afuera, pasaban rápidamente como en una sucesión de filminas.

-Y eso fue todo, tomé la escoba, me subí y me marché- terminó Sirius. Estaba contando su huída a sus amigos. Lupin y Peter lo miraban desconcertados- Hubieran visto la expresión de susto de Regulus cuando lo amenacé con la varita- agregó riendo a carcajadas- Ni tiempo tuvieron de pensar antes de caer desmayados.

-¿Y te escapaste?, ¿así como así?- preguntó Peter con cara de horror.

-Ajá, así como así.- respondió Sirius tomando una rana de chocolate de una bolsita que había a su lado- No aguantaba más, esos estúpidos creen que pueden llevarse el mundo por delante, y no es así. Se creen que son más porque nuestra sangre puede rastrearse de aquí a la Edad Media, pero yo no me siento más que James ni que tú Lupin. Además tenemos el ejemplo de Snape, que es sangre pura y ¡no van decirme que es mejor que nosotros!.

James lanzó una carcajada y Peter una risa nerviosa, Lupin se limitó a mirar a su amigo con aire preocupado.

-¿Así que Regulus se unió a Voldemort?.

-Sí, ahora se cree el rey del mundo por ser parte de los seguidores. Pero yo le dije, le advertí que se estaba metiendo en algo muy peligroso, sólo que no quiso escucharme. Y ahora todos están convencidos que él y Bellatrix son los héroes de la familia.

-Si, la cosa va muy mal, el Ministerio está como loco tratando de organizar brigadas de vigilancia y los aurors están dividiendo las zonas donde ha habido asesinatos en distritos. El trabajo allí se está poniendo pesado- dijo Lupin mirando por la ventanilla.

-¿Creen que atrapen a los asesinos?- preguntó Peter tratando de agarrar una rana de chocolate que se le acaban de escapar.

-¡Peter, si que eres tonto!- dijo Sirius- El único responsable de eso es Voldemort, todos lo sabemos, pero no hay pruebas contra él.

-Sólo que ha aparecido como un agitador que pregona sobre la limpieza de la sangre, como muchos hicieron antes que él- dijo James.

-Pero no creo que esto de para más- intervino Lupin- En cualquier momento encontraran pruebas contra él y lo mandaran derechito a Azkaban, y sus seguidores se dispersaran y todo terminará ahí, no le veo mucho futuro a todo esto.

-Yo tampoco, seguro todo terminará muy pronto- dijo James tomando la rana de chocolate que se le había perdido a Peter y dándole un mordisco- Lo siento amigo, tú la perdiste.

Sirius miró por la ventanilla. Los árboles pasaban rápidamente y la noche comenzaba a caer, de un momento a otro llegarían a Hogwarts y empezaría la diversión. No sabía que una sombra se cernía sobre ellos, una sombra que recién comenzaba a mostrar las garras y que, de a poco, se transformaría en la mayor amenaza jamás conocida.

En ese momento sintieron ruidos fuera del vagón donde se encontraban, eran algunos gritos y pisadas.

-¿Qué sucede?- preguntó Sirius volteándose para mirar hacia la puerta.

-Parece que una pelea- respondió Remus.

-¿Una pelea?- dijo James sonriendo.- ¿Y que hacemos aquí adentro entonces?- Dicho esto los cinco amigos se asomaron por la puerta. En el pasillo estaba Lucius Malfoy con la varita en la mano apuntando a una muchacha pelirroja de ojos verdes.

-¡Los malditos sangre sucia no deberían existir!- gritaba el muchacho rubio con mirada de odio.- Dentro de poco no quedará ni uno Lily Evans, ni uno solo de ustedes, me encargaré personalmente de eso.

-Sólo alardeas Lucius- respondió la pelirroja Evans- Pero tu odio no te deja ver más allá de lo que realmente eres, un muchacho mimado que se cree lo mejor pero que, muy en el fondo, no soporta ni siquiera a su propia familia.

-Te vas a tragar tus palabras Evans- siseó Lucius mirándola con odio, levantó la mano apuntando con la varita al rostro de Lily. Pero no alcanzó a atacar, porque en ese momento un rayo lo golpeó haciéndolo saltar hacia atrás.

-Me parece que el que se va a tragar sus palabras eres tú Lucius- dijo James que había sacado su varita y había desarmado al rubio. Se acercó a Lily que todavía estaba con la varita en la mano, esperando el ataque de Lucius.

-¿Estás bien?- le preguntó a la pelirroja.

-Perfectamente Potter, y gracias, pero podría haberlo hecho sola.- Dicho esto dio media vuelta y comenzó a caminar por el pasillo hacia donde estaba Lucius tirado, aún sorprendido por el ataque de James.

-No siempre vas a tener a Potter para que te proteja.- le dijo éste poniéndose de pie.

-¡Pero voy a estar yo!- dijo una muchacha castaña de hermosos ojos azules que en ese momento apareció por el pasillo.- Y créeme Lucius, que no dejaré que le hagas nada malo a Lily, primero tendrás que pasar sobre mí.

-No creo que eso sea un problema Sheldden- respondió Malfoy mirando a la muchacha cuyos ojos azules parecían lanzar chispas. Y dando media vuelta recogió su varita y se marchó por el pasillo, caminado por el medio de los estudiantes que habían salido a espiar la pelea.

-¿Estás bien?- preguntó la muchacha castaña a Lily.

-Si, estoy bien, no te hagas problema Anne- respondió la pelirroja mirando a su amiga.

-¡No puedo dejarte sola un minuto que ya te agarras con ese Lucius!- le dijo Anne mirando enojada a su amiga.- Tienes que tener cuidado Lily, es una maldita rata que no dudará en hacerte daño.

-¡No mientras esté James aquí para defenderla!- saltó James acercándose a las amigas con una sonrisa- ¿Verdad Lily?.

-Ya te agradecí tu ayuda Potter, pero podría haber salido de esto sola- le dijo Lily, y dándose media vuelta, se marchó acompañada de Anne.

-¡Así es como agradece que la ayudaste!- dijo Sirius a su amigo cuya sonrisa se había borrado de su rostro.- No le hagas caso, las mujeres son así, complicadas, ¿quién las entiende?. Ven vamos al vagón que tengo escondidas unas cervezas de mantequilla-. James miró a su amigo y lo siguió adentro del compartimiento. En el pasillo los curiosos fueron dispersándose, mientras varias chicas se quedaron suspirando por el salvador de la pelirroja y su amigo de ojos grises.
No me atribuyo los derechos de autoría de ninguno de los personajes pertenecientes a los libros de J.K.Rowling, sinosólo de aquellos salidos de mi imaginación. La publicación de esta historia es sin finesde lucro.

CAPITULO 3
El Secreto de Snape


Corrieron por el pasillo, ya llegaban tarde a clase, pero eso no importaba, porque la noche anterior lo habían pasado muy bien escabulléndose por uno de los pasadizos secretos hasta Hosmeadge. Habían bebido cerveza de mantequilla hasta cansarse y luego habían vuelto a sus camas como si nada hubiera pasado. Y lo mejor de todo era que nadie se había dado cuenta de aquello, ya que, efectivamente, Filch no se encontraba en el castillo, así que ahora todo sería mucho más divertido.

Entraron riendo a la clase. El profesor de pociones, Rivers, los miró desde atrás de sus anteojos de pequeños vidrios, haciendo su cabeza hacia delante para resaltar más aún su enojo.

-¿Se puede saber el motivo de su tardanza?- preguntó mirando seriamente a James y Sirius. Siempre había tenido especial resentimiento contra ellos dos, no sólo por ser famosos por sus bromas y travesuras, que se acarreaban los enojos de todos los profesores, sino sobre todo, porque les iba muy bien en su clase, cosa que Rivers no podía soportar. Remus era el mejor de su clase y el profesor casi no lo retaba, ya que no le echaba la culpa de las travesuras, porque pensaba que todo se debía al gran error de juntarse con aquellos dos revoltosos. Sabía que Remus era un chico educado y correcto. Y en cuanto a Peter, bueno todos sabían que Peter seguía a los tres merodeadores a cualquier parte, sólo para estar con ellos.

-Lo sentimos profesor Rivers- dijo Sirius aún con una sonrisa en su rostro- Es que nos quedamos dormidos, ayer con todos los preparativos del viaje no pudimos descansar bien.

-¿Los cuatro señor Black?- preguntó Rivers cuya vena de la frente empezaba a hincharse. Los alumnos empezaron a lanzar risitas escondidas.

-Así es profesor, los cuatros, es el stress de volver a clases- respondió Sirius.

-¡Muy bien señor Black!, ya que le produce tanto stress volver a clases, será mejor que se marche, no queremos que tenga más stress, ¿verdad?- dijo Rivers tratando de contener su furia ante el hecho de que la mitad del alumnado había dejado de esconder su risa y ahora reían a sus anchas.- Pero para la próxima clase le tomaré un examen sobre lo visto hoy en clase y además, tendrá que presentarme un pergamino sobre la poción que vamos a hacer, con sus propiedades, modo de hacerse y antídoto. Ahora puede marcharse.-

-Pero profesor...- empezó a decir Sirius mirando a Rivers con los ojos muy abiertos.

-Nada de peros... allí está la puerta, puede marcharse.

Sirius se quedó boquiabierto unos segundos, después levantó la cabeza, miró al profesor, y salió decidido del aula. Casi todas las chicas presentes se voltearon a verlo cuando pasó por su lado.

-¡Y diez puntos menos a Gryffindor!- gritó Smell cuando Sirius salía por la puerta.-¿Y ustedes?- preguntó el profesor a los tres amigos que quedaban.- ¿Black habló por ustedes también?, si es así, pueden marcharse con él.- Peter miró hacia todos lados y luego se dirigió a un banco, sentándose con la mirada baja y sacando su pergamino. James miró la puerta y no dudó un minuto en salir tras su amigo, seguido de cerca por Remus que hubiera preferido no perderse la clase, pero era conciente de que la culpa de la tardanza la tenían todos y él no iba a abandonar a sus amigos.

-Te hubieras quedado Lunático- dijo Sirius cuando sus amigos se encontraron con él en la sala común.- Sé que no te gusta perderte ninguna clase.

-¡Vamos Canuto!- dijo Remus sentándose en uno de los sillones y sacando un libro- Todos tuvimos la culpa de la tardanza, no iba a dejarlos a ustedes parecer culpables, además acá tengo el libro de pociones, así que ya mismo me pongo a estudiar.- Y dicho esto se enfrascó en la difícil tarea de la preparación de las pociones.

-¿Ajedrez?- preguntó Sirius mirando a su amigo James.

-¡Por supuesto!- respondió éste sentándose y haciendo volar desde la habitación un tablero de ajedrez- ¿Dos de tres?- preguntó mientras acomodaban las piezas.

-Como quieras, sabes que de todas formas siempre gano yo- dijo Sirius sonriendo.

-¡Eso lo veremos Canuto!.

Así pasó el primer día, con un castigo en Pociones y varias hojas de pergamino de más en Transformaciones por una pequeña broma que le realizaron a Snape. En su primer día de clases no podían dejar pasar su reencuentro con Severus.

-¡Cinco hojas de pergamino de tarea!- dijo Peter apenado mientras se dirigían al Gran Salón.

-No te quejes Peter, te divertiste como todos nosotros al ver al pelo grasiento dando vueltas como un trompo- le dijo Canuto retorciéndose de la risa al recordar aquel cuadro.

-¡Black, Potter!- sintieron que decía una voz detrás de ellos, al voltearse vieron a una muchacha pelirroja y otra castaña que se acercaban a ellos.

-¡Evans!- dijo James al ver a Lily- ¿Cómo andas?.

-¡Mal!- respondió Anne antes de que Lily pudiera hablar- Muy mal, ¿quiénes se creen que son para tratar así a Snape?.

-Bueno querida- dijo Sirius acercándose a ella y pasándole el brazo por encima de los hombros.- En primer lugar, nosotros nos bañamos.

-¡Suéltame Black!, ¡y yo no soy tu querida!- rugió Anne- Ustedes no tienen ningún derecho de tratarlo así.

-¿Y desde cuando Snape tiene defensoras?- preguntó Remus a Anne que lo fulminó con la mirada.

-Si, ¿qué dirá él al respecto?.- dijo Sirius maliciosamente, y volteándose buscó a Snape con la vista.

-¡Eh pelo grasiento!- gritó al ver a Snape que en ese momento caminaba por el pasillo- Acá tengo a tus defensoras, ¿qué me dices, no puedes defenderte por ti mismo que mandas a estas chicas?. Snape se puso rojo como un tomate y se acercó al grupo, fulminando a Sirius con la mirada.

-¡Yo no necesito que nadie me defienda!- rugió- Y menos una sangre impura- agregó mirando a Lily.

-¡Oye!- dijo Lily volteándose hacia Severus enojada- Yo no estoy defendiéndote, y si lo hago es porque me parecía injusto el trato que recibes por parte de ellos, pero ahora ya no estoy tan segura.- Y dicho esto dio media vuelta y se marchó.

-No tenías que ser tan desagradable- dijo Anne a Snape- Por eso nadie se acerca a ti.- El delgado muchacho de cabello grasiento se quedó mudo mirando a Anne- Lo... lo siento.- dijo antes de marcharse con la cabeza baja.

-¡No lo puedo creer!- dijo Cornameta cuando Anne se marchó en busca de su amiga-¡Vieron eso!, Snapis pidió perdón.

-Es increíble, ¿qué bicho le habrá picado?- preguntó Canuto.- Tengo que averiguar que sucede aquí- Y diciendo esto salió disparado detrás de Snape.

Sus amigos se quedaron quietos en el lugar al verlo salir corriendo.

-Mejor vamos yendo hacia el aula, no queremos que nos den más castigos por el primer día- dijo Remus arrastrando a James que quería salir corriendo detrás de su amigo.

Sirius corrió por los pasillos hasta vislumbrar a Severus caminado lentamente a lo lejos. Se detuvo y esperó unos segundo antes de empezar a caminar detrás de él, a una distancia prudente. Snape recorrió los pasillos hasta llegar a unas escaleras donde se sentó. Sirius se acercó lentamente por atrás, cuidando no hacer ningún tipo de ruido que pudiera delatar su presencia. Entonces vio como Snape abría uno de sus libros y se ponía a leer, pero eso no fue lo que le llamó la atención, sino algo que vio anotado al costado de la página. Atónito y aguantando la risa se alejó de Severus y corrió en busca de sus amigos.

-¡No van a creerlo!- dijo cuando salían de la clase de Historia de la Magia. Había estado toda la hora torturándolos con la intriga de lo que había visto.

-¡Ya dínoslo!- gritó Remus.- O vas a volverme loco.

-Ok, acá va- dijo Sirius con una gran sonrisa.- Nuestro querido pelo grasiento, ¡está enamorado!.

-¿Qué dices?- gritaron sus tres amigos al unísono- Eso es imposible, ¿acaso tiene sentimientos?- preguntó James.

-¿Tiene corazón?- agregó Peter.

-¿Enamorado?, ¿de quién? ¿cómo lo sabes?- preguntó Remus.

-Así es, enamorado. Lo sé porque vi que tenía anotado a un costado de la hoja un corazón con el nombre de la chica. Y ahora viene lo mejor de todo, la chica es la histérica de Anne Sheldden- dijo Sirius a sus amigos con una sonrisa triunfal en el rostro.

-NOOOOOOO- gritaron Colagusano, Lunático y Cornamenta.- ¿La amiga de Lily?- preguntó este último.- Ahora entiendo lo de recién.

-Sí, nuestro Snapis tiene un amor. Es lo mejor que me podría haber pasado- dijo Canuto pasándose la mano por el negro cabello y haciendo suspirar a un grupo de chicas que pasaba por su lado.

-¿Qué estás tramando?- dijo James.

-Algo muy bueno amigos. ¡Esto no podría ser mejor!. ¿Qué pasaría si determinada castaña de pronto se fijara en mí?- dijo mientras los cuatro se sentaban a la sombra de un gran árbol.

-¡Ah ya sé lo que estás tramando!- rió James palmeando a su amigo.- Vas a conquistar al amor de Snapis.

-¡Exacto!, imaginen la cara que pondría al verme con ella, sería de lo mejor.-

-Creo que estás exagerando, además Anne te detesta Canuto.- dijo Remus mirando seriamente a sus amigos, la idea no le gustaba para nada.

-¡Vamos mi querido hombre lobo!, ¿acaso alguna chica puede resistirse a mí?- dijo Sirius haciendo un ademán exagerado con la mano.

-No sé, no me parece buena idea, algo puede salir mal- agregó Lupin.

-¿Qué puede salir mal?, ¿qué tan difícil puede ser conquistarla?- dijo Canuto mirando fijamente a una muchacha rubia que lo miraba desde un grupo que estaba en la galería.- Te apuesto que antes de que termine el trimestre, ella estará a mis pies- agregó levantándose y dirigiéndose a la muchacha que le sonrió seductoramente.
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-¡Son todos unos despreciables!- gritó Anne. Estaba caminando nerviosamente por toda la habitación, mientras Lily la miraba sentada desde la cama.- ¡Esos merodeadores por todo lo que hacen, y Snape por ser tan antipático!. Aunque en realidad Severus tiene sus motivos para ser despreciable, los demás lo son de naturaleza.

-Creo que estás exagerando, ¿qué motivos puede tener Snape para ser como es?, tú sabes perfectamente que no soporto a Potter y Black, pero Severus siempre se ha portado muy mal conmigo, a pesar de que he tratado de ayudarlo- dijo Lily.

-Bueno amiga, pero entiéndelo, él es así, ha sido criado de esa forma. Yo creo que Snape no es una mala persona, simplemente que no tiene a nadie que le demuestre cariño; siempre está solo y todos se burlan de él. Realmente me da pena amiga; el año pasado me toco hacer un trabajo con él, y créeme que no es malo.

-No sé, no me convence...

-¡En cambio Potter y Black realmente son insoportables!- prosiguió Anne sin escuchar a su amiga- Pavoneándose por los pasillos, con todas las chicas suspirando por ellos, en especial ese Black, que se cree la octava maravilla del mundo.

-Si son insoportables- coincidió su amiga- Pero dentro de todo no creo que sean malos, después de todo Potter me ayudó en el tren.

-Sí, para hacerse ver, ¿no te diste cuenta que todas sus fans estaban allí mirándolo como a un héroe?- dijo Anne.

-Si, tal vez tengas razón, pero no me convences de que Snape sea una buena persona.

-Sólo necesita amigos- dijo Anne sentándose junto a su amiga y sacando una caja de ranas de chocolate.
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-Bien, ahora es el momento- dijo Canuto a sus amigos. Estaban en clase de Encantamientos y tenían que ponerse en parejas para trabajar. Sirius se acercó a Anne que estaba sola en un banco porque Lily estaba en una reunión de prefectos.

-¡Hola Sheldden!- dijo cuando estuvo a su lado- Estaba pensando que tal vez quisieras ser mi pareja para el trabajo- agregó con su mejor sonrisa.

-Gracias Black, pero ya he elegido a otro- le contestó la castaña levantándose y caminando hacia Snape que estaba trabajando solo detrás de Sirius.

-Snape, me preguntaba si no te molestaría que trabajáramos juntos- le dijo. Severus se quedó mudo mirándola seriamente y atinó a mover la cabeza afirmativamente. Anne se sentó a su lado.

Sirius se había quedado boquiabierto ante semejante desprecio y, antes de que pudiera darse cuenta de que había sido cambiado por Snape, la profesora lo había puesto en pareja con una muchacha de Ravenclaw, que casi se desmaya al enterarse de que el codiciado muchacho sería su compañero. Todavía sin poder creerlo se acercó a su compañera y se puso a trabajar.

-¡Me rechazó!, como una basura, ¡se burló de mi y me cambió por el estúpido de Snapis!- rugió Sirius a sus amigos mientras salían del aula.- Pero esto no se va a quedar así, esa muchacha va a tener su lección, mira que tratarme así.

-Creo que estás exagerando- dijo Remus mirando a James seriamente para que se callara, porque éste no había parado de reír en toda la clase.

-Si, Lupin tiene razón- dijo Cornamenta tratando de contener la risa unos minutos.- No exageres.

Sirius miró a sus amigos y despidiéndose de ellos se alejó por el camino hacia los jardines. Estaba que echaba fuego. Nunca le perdonaría la vergüenza que le había hecho pasar esa chica frente al estúpido de Snape.
Caminó por una loma hasta llegar a la cima y desde allí miró el paisaje del castillo. Estaba demasiado enojado, necesitaba hacer algo para sentirse mejor. Sacó la varita y encantó un trozo de madera que había a su lado, luego saltó sobre él y bajó por la loma como haciendo Snowboard sobre el césped. El viento le golpeó el rostro y cerrando los ojos disfrutó la sensación de libertad que lo embargaba. Entonces cuando los abrió vio algo que se cruzaba delante de él y trató de esquivarlo. Pero ya era demasiado tarde y PUM!!, con un fuerte golpe cayó sobre otra persona.

-¡Pero estúpido!- sintió que decía una voz femenina debajo suyo - ¿Por qué no te fijas por dónde andas?. Sirius miró a la persona que había atropellado y vio que se trataba de Anne.

-¡Perdón linda!- dijo esbozando una sonrisa maliciosa. Anne lo miró roja de furia

-¿Puedes salirte de encima mío?- gritó la muchacha tratando de moverse.

Sirius estaba por moverse cuando de pronto vio a Snape que caminaba por el prado, entonces tuvo una idea y, antes de que Anne pudiera insultarlo de nuevo, la besó. Cuando se apartó ambos se quedaron mirándose. Canuto miró entonces hacia los costados, deseoso de que Snape los hubiera visto, pero entonces una bofetada casi lo tira hacia el costado

-¿Quién te crees que eres?- gritó Anne que había logrado reaccionar después de aquel inesperado beso.

Él se quedó duro al ver la reacción de la chica y levantándose le extendió su mano.

-¡No seas histérica!- le dijo mientras ella intentaba ponerse de pie- No quise ofenderte.

-¿Que no quisiste ofenderme?- gritó Anne enfurecida, el pie le dolía terriblemente.- ¡Mira querido, ¿quién te crees que eres?, ¡que porque todas las huecas de Hogwarts están detrás de ti puedes besarme sin permiso!- se veía realmente enfadada.

-Muchas chicas pagarían por estar en tu lugar- dijo Sirius indignado.

-Ah!!!, pues yo paso gracias- dijo la muchacha tratando de mantenerse de pie- Y ¡no pagaría ni un centavo porque alguien como tú me besara!- gritó.
Entonces intentó caminar pero al apoyar el pie izquierdo una fuerte punzada le subió desde el tobillo a la rodilla, haciéndola perder el equilibrio y cayendo sobre Sirius, que la agarró fuertemente. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos debido al fuerte dolor que sentía.

-¿Estás bien?- preguntó él un poco preocupado pero a la vez gustoso de que ella tuviera su merecido.

-¿Acaso te parece que estoy bien, tú me ves bien?- dijo sarcásticamente Anne.

-¿Quieres que te ayude a llegar a la enfermería?.-añadió Sirius.

-No gracias, ya has hecho bastante por hoy, no necesito más nada de ti.- dijo la muchacha castaña soltándose de los brazos de Sirius, intento que duró apenas unos segundos porque inmediatamente volvió a tambalearse y él la tuvo que agarrar nuevamente.

-No podrás llegar sola- dijo Canuto pasando su brazo sobre los hombros de Anne y tomándola de la cintura. Ella esta vez no dijo nada porque, definitivamente si no quería quedarse allí tirada, tenía que ir con él.

Caminaron unos pasos hacia el castillo. Anne trataba de no apoyarse en Sirius, pero le era imposible caminar, así que no le quedó más remedio que dejarse ayudar. Y para su desgracia, en la mitad del camino, cayó nuevamente por lo que Sirius tuvo que llevarla en brazos hasta el castillo.


Bueno espero q les haya gustado!!!!!! por fin el ff empieza a tener un poco de acción!!! y no saben lo q todavía faltaaaaa!!!!! Déjenme sus reviews plisssssssss!!!!Saludos!!! Jully.
No me atribuyo los derechos de autoría de ninguno de los personajes pertenecientes a los libros de J.K.Rowling, sinosólo de aquellos salidos de mi imaginación. La publicación de esta historia es sin finesde lucro.

CAPITULO 4
Black eres...¿insoportable?



-¡Entonces la histérica me echó de la enfermería a los gritos!- dijo Sirius. Estaba en la Sala Común con sus amigos, ya era tarde y no quedaba nadie más que ellos.

-Espera, ¿eso fue antes o después de la segunda vez que te abofeteó?- preguntó James retorciéndose de la risa.

-¡Después James!, y no es gracioso. ¡Mira que despreciarme de esa forma!- dijo Canuto mirando a su amigo seriamente.

-Vamos Sirius, no es para tanto. Tal vez encontraste al fin una chica que no babea por ti, no se puede tener a todas. Déjalo así.

-¿Qué lo deje así?, ¿qué lo deje...?- preguntó Black indignado- ¡Remus me sorprendes!, ¿acaso no me conoces?, nunca dejo las cosas a medio hacer.

-Bueno si es por eso, el plan ya se cumplió porque Snape seguro los vio a ti y a Anne besándose, así que está hecho.- dijo Lupin sacando una caja de ranas de chocolate.

-¿Cómo sabemos que Snapis nos vio?, cuando yo lo busqué con la mirada, ya se había ido- dijo Canuto- Así que nada está hecho todavía, además ahora esto va más allá, es personal.

-¿Personal?- preguntó James acercándose a Remus y tomando una rana de adentro de la caja.

-Si, personal, esa chica va a aprender una lección, ¡nadie desprecia a Sirius Black!.- Se sentó al lado de sus amigos y tomó una rana de chocolate. Estaba que hervía, nunca, en toda su estadía de Hogwarts, se había tragado dos cachetadas, ¡y de una misma chica!. Ella había herido su orgullo en lo más profundo, y lo pagaría, lo pagaría como que él se llamaba Sirius Black.
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-¡Ese maldito de Black lo va apagar!- decía una muy enojada Lily a su amiga Anne que volvía de la enfermería con el tobillo curado.

-¡Y eso no es todo!- dijo Anne enojada y sentándose en la cama. En el cuarto habían sólo tres chicas más que escuchaban atentas las palabras de Anne.- ¡El hipócrita me besó!, ¿puedes creerlo?, me atropella y después se viene a hacer el galán.

-¡Es un descarado!- asintió la pelirroja.

-¿Qué te besó?- preguntaron las tres chicas que no se había perdido ni una palabra. Sus nombres eran Vivian, Elis y Beth.- ¿Besa delicioso verdad?- preguntó la rubia Vivian como en una ensoñación.

-No sé si besa delicioso o no Vivian, en ese momento estaba tratando de no vomitar- respondió Anne enojada. Siempre se había llevado bien con las tres, eran muy parecidas en todo, excepto en que eran seguidoras de los merodeadores, y Lily y ella simplemente los detestaban.

-¡Vamos Anne, sé que no te caen bien, pero no puedes negar que Sirius es hermoso!- dijo Vivian sentándose en la cama junto a Lily.

-¿Hermoso?, ¡es un dios!- exclamó Elis.

-¡Ah! déjate de tonterías Elis, dime ¿qué le ven de guapo?- preguntó Anne frunciendo el ceño y poniendo cara de asco.

-Bueno, para empezar tiene esos profundos ojos grises que cuando te miran, te das cuenta que no hay otros iguales- dijo Vivian suspirando.

-Y su cuerpo perfecto, con esa espalda ancha y esos hombros fuertes, y tan bien formado- agregó Elis- Cuando te abraza te sientes en las nubes.

-Y el cabello negro azabache, no demasiado largo ni corto, perfecto, haciendo contraste con esa piel blanca y deliciosa- dijo nuevamente Vivian.

-Y su aroma, que deja cuando pasa por tu lado...

-¡Bueno ya!- gritó Anne poniéndose de pie- Me están volviendo loca, ustedes porque lo han idealizado, pero en verdad es un engreído maleducado que necesita unas lecciones sobre como tratar a la gente. ¿Verdad Beth?- dijo mirando a la única chica que no se había unido a la larga lista de perfecciones de Sirius.

-Bueno, pues que es muy guapo no vamos a negarlo- dijo Beth con la mirada baja- Pero yo me quedo con James, con Black hagan lo que quieran.

-¡Otro insoportable!- dijo Lily ante el comentario de Beth- No puedo entender cómo chicas tan inteligentes como ustedes, anden babeando detrás de personas tan insoportables como Potter y Black-.

-¡Oye James es un divino!, ¿y vieron lo bien que vuela?- dijo Beth mirando enojada a Lily.

-¿Un divino?, ¿un divi...?

-Bueno con ustedes es imposible hablar de este tema- cortó Vivian a Lily que se había puesto roja- Mejor dejemos a los merodeadores de lado y vamos a dormir- agregó ya que presentía una pelea inminente.

-Creo que tienes razón- dijo la pelirroja de ojos verdes metiéndose en la cama- No vale la pena pelear por ellos.- Todas asintieron y fueron acostándose de a una, sin hablar, pensando algunas en lo hermoso que sería en ese momento estar en brazos de Black, y otra en las ganas que tenía de volver a abofetearlo.
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-¡Peter otra vez lo hiciste mal!- dijo Canuto a su amigo. Había estado más de dos horas explicándole la forma de hacer una poción, pero Peter nuevamente había fallado.- Eres realmente torpe, ya no aguanto ni un minuto más aquí. Será mejor que sigas practicando tú solo.- Y dicho esto se levantó y salió de la Sala Común. Lo sacaba de sus casillas explicarle algo a Peter, sobre todo porque le prestaba atención a la mitad de las cosas y después preguntaba veinte veces lo mismo. Caminó por el pasillo hacia la biblioteca, tenía que sacar unos libros para escribir sus cinco pergaminos, que le habían puesto de castigo en Transformaciones. Al entrar sintió una voz conocida, y lentamente se escabulló por entre las estanterías de libros, cuidando no hacer ruido. Fue entonces cuando los vio.

-Entonces después de cinco minutos, cuando la poción ya ha adquirido un color verdoso, agregas Luparia, ¡y listo!- terminaba Snape.

-Ahora que me lo explicas de esa forma me resulta más fácil- dijo Anne, que estaba sentada junto a Severus.- Gracias Snape, esta poción me estaba matando.

-D... de nada- respondió Snape nervioso- P...puedo ayudarte cuando quieras.

-Eres una buena persona ¿sabes?- dijo Anne tomando sus libros y dándole un beso en la mejilla, para luego salir rápidamente de la biblioteca.- Snape se quedó inmovilizado unos minutos, asimilando el hecho de que una chica acababa de decirle que era buena persona, y además le había besado la mejilla. Se llevó la mano hacia donde Anne lo había besado, como si aquello hubiera sido un sueño. Luego movió la cabeza y tomando sus libros salió de la biblioteca. Sirius miró la escena atónito, ¡así que a ella le daba asco sus besos pero se atrevía a besar a Snape!.

-¡No entiendo como no se quedó pegada a su mejilla por la grasa que le chorrea del cabello!- dijo en voz baja enojado. De pronto sentía unas ganas incontenibles de seguir a aquella chica y decirle en la cara cuánto la detestaba. Caminó por el pasillo buscándola, no se salvaría de lo que tenía que decirle. Al doblar una esquina vio a un muchacho de cabello rubio que sacaba su varita y apuntaba a una chica castaña.

-El otro día estuve a punto de deshacerme de Evans- decía en ese momento Malfoy- Pero tú y el estúpido de Potter se entrometieron, ahora tal vez deba deshacerme de ti.

-No te tengo miedo Lucius- dijo Anne volteándose y mirándolo con odio- Eres tan patético que hasta me das lástima.- Malfoy abrió grande los ojos ante el comentario de la chica y sin pensarlo alzó más la varita dispuesto a atacar. Anne metió la mano en la túnica, pero no tuvo tiempo de sacar su varita, un rayo la golpeó y cayó hacia atrás; la varita voló de sus manos.

-¿Sigues sin tenerme miedo?- preguntó ahora Lucius acercándose a ella.

-Aléjate de ella Malfoy- dijo Sirius apareciendo detrás de él con la varita en la mano. Detestaba a Anne, pero el odio que sentía por Malfoy era mucho mayor.

-¡Pero que tenemos aquí!. ¿así que Anne también tiene a su propio defensor?, un maldito traidor de la sangre.- escupió Lucius volteándose hacia Canuto.-¿Quieres luchar conmigo, no tienes miedo de que arruine tu perfecto rostro y todas tus fans se alejen de ti?- agregó despectivamente.

-Eso no ocurrirá, porque el que va a quedar deformado eres tú- respondió Sirius sacando su varita.- El pasillo empezó a llenarse de alumnos que miraban atónitos la escena. La rivalidad entre Sirius y Lucius era demasiado legendaria como para que dejaran pasar aquella pelea que se avecinaba. Nadie quería perdérsela.

-¡Levicorpus!- dijo Sirius antes de que Malfoy pudiera reaccionar. Lucius se alzó en los aires por los talones y todos los que estaban mirando comenzaron a reír. Las chicas lanzaban vítores a su merodeador favorito. Sirius sonrió ante el espectáculo.

-¡Sectusempra!- gritó Malfoy enojado. Canuto apenas tuvo tiempo de moverse y el encantamiento lo alcanzó en el brazo que empezó a sangrar profusamente, entonces miró a Lucius enfadado y levantó la varita.

-¡Relaskio!- gritó haciendo que Lucius volara unos metros por el impacto. En ese momento apareció la profesora McGonagall y en un segundo el pasillo quedó vacío a excepción de Sirius, Malfoy y Anne.

-¡Qué sucede aquí!- gritó enfadada.-¡Cuántas veces he dicho que no deben pelear!- dijo enojada- No puede ser señor Malfoy que siempre lo encuentre pelando con Black. ¡Veinte puntos menos para Slytherin!, y venga conmigo para que veamos cuál será su castigo. En cuanto a usted señor Black, vaya a la enfermería para que le curen ese brazo y después viene a verme a mi despacho. ¡Veinte puntos menos también para Griffyndor!. Y también la espero a usted en mi despacho señorita Sheldden- dijo antes de marcharse por el pasillo seguida de un Lucius muy enfadado.

Sirius se puso de pie y se encontró con Anne que lo miraba preocupada.

-¿Estás bien, quieres que te acompañe a la enfermería?- le preguntó acercándose a él.

-No te hagas problema Anne, estoy bien, no tienes que torturarte con mi presencia hasta la enfermería- respondió Canuto enojado. Ella lo miró sin responder y comenzó a caminar a su lado.

-Gracias- dijo cuando ya habían caminado un largo trayecto sin hablar- Muchas gracias.

-De nada- dijo él levantando el rostro para mirarla. Sus ojos grises se posaron en los azules de ella.- Me pareció que necesitabas ayuda- agregó sonriendo.

-En realidad hubiera matado al maldito de Malfoy yo sola, pero me agarró por sorpresa, no tuve mucho tiempo para reaccionar. Gracias nuevamente- dijo Anne mirándolo fijamente. Entonces al ver sus ojos recordó las palabras de Vivian, y no pudo dejar de notar que había en ellas mucha razón. Aquella mirada la hacía sentirse un poco vulnerable.

-Parece que ese Malfoy te la tiene jurada, vas a tener que tener mucho cuidado- dijo Canuto sacándola de sus pensamientos.

-Sí, lo sé, espero que no siga así sino no sé si voy a llegar a mi casa de nuevo- respondió ella riendo, él también rió y luego hizo una mueca apretándose el brazo que seguía sangrando

-Tal vez si no fueras tan grosera con la gente, los problemas no te seguirían- dijo entonces Sirius.

-¿Grosera?, ¿yo grosera?, así que ahora un loco desequilibrado trata de matarme y la grosera soy yo- dijo Anne sin poder creer lo que acababa de escuchar.

-Bueno tal vez el ejemplo de Malfoy no era precisamente el ejemplo que estaba buscando.

-Ah, ya veo- respondió la castaña cuyos ojos empezaban a lanzar chispas - Así que se supone que ahora debo sentirme mal por haberte tratado como te traté ayer.

-Y, yo creo que me sentiría mal si hubiera tratado a alguien así- dijo Canuto sonriendo.

-¡Pues resulta que yo no me siento mal por haber tratado mal a alguien tan insoportable como tú!- gritó Anne pasando por su lado y subiendo las escaleras sin mirar atrás.

-¡Allá tú!- gritó Sirius atónito por la reacción de ella- ¡Eres una histérica!- agregó- ¿Pero que le pasa a esa chica?- pensó mientras caminaba con dificultad- Está loca, y yo soy un estúpido por haberla defendido- se dijo mientras golpeaba la puerta de la enfermería.
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-¿Me está mirando?- preguntó James impaciente a Sirius. Habían entrado al Gran Salón y James iba jugando con una snicht.

-Lo siento amigo- respondió Sirius que iba con el brazo vendado.- Pero Lily ni siquiera se percató que acabas de entrar.

James se encogió de hombros resignado, pero siguió jugando con la snicht ya que percibió la mirada de muchas chicas del salón. Buscaron un lugar para sentarse y en menos de un minuto estaban rodeados de la mitad de las chicas del salón, que preguntaban preocupadas por el brazo de Sirius.

-Allá está el engreído de Potter y Black, haciéndose ver como siempre- dijo Lily a su amiga que, sentada a su lado, no había probado bocado.

-El muy estúpido aprovecha su brazo herido para llamar la atención, ahora es el héroe- respondió Anne enfadada.

Terminaron de comer y Anne se dirigió cabizbaja al despacho de la profesora McGonagall. Esperaba poder llegar antes que Sirius para que le dieran el castigo sin tener que verlo. Pero eso no ocurrió, a los dos segundos de haber entrado al despacho, él hizo su aparición.

-Realmente estoy muy desilusionada- dijo la profesora mirándolos seriamente- Del señor Black estoy acostumbrada a que se meta en problemas, ¿pero usted señorita Sheldden?, creí que era más inteligente como para andar peleándose por los pasillos con Malfoy.

-¡Yo no empecé!- dijo Anne indignada- Fue él el que me atacó, no es justo que...

-No hay excusa señorita, seguro usted lo habrá provocado. Malfoy tendrá su castigo, así que ustedes no pueden librarse de uno. Lo cumplirán mañana a la noche, ayudarán a Filch a limpiar las mazmorras, así que los espero acá después de la hora de cenar. Pueden marcharse.

-¿Lo vamos a cumplir juntos?- preguntó Anne abriendo grande los ojos.

-¿Algún problema señorita Sheldden, le molesta la presencia de Black a su lado?.

-Sí- respondió Anne indignada.

-Pues lo lamento, el castigo está dado y espero que lo cumplan al pie de la letra o estarán castigados una semana.- terminó la profesora.

Sirius y Anne dieron media vuelta y salieron del despacho. Ninguno de los dos habló por un rato.

-No creas que yo estoy contento con el castigo- dijo Canuto cuando doblaban por uno de los pasillos.- Estar con una histérica como tú no me da gracia.

-¡Claro, imagino que preferirías estar con alguna de las huecas que te idolatran como un dios!- le respondió Anne entrando por la abertura hacia la Sala Común.

-Pues una de ellas es tu amiga Vivian, no creo que le guste saber que le dijiste hueca- contestó Sirius con una sonrisa.

-¡Mira Black!, me importa un comino lo que hagas con todas las chicas de Hogwarts, pero no te metas con mis amigas, ellas son buena gente y no merecen andar suspirando por un hipócrita como tú- dijo la castaña antes de dar media vuelta y marcharse hacia la habitación.

-Ya vas a caer Sheldden- dijo Sirius en voz baja sentándose en un sillón frente a la chimenea- Vas a caer como todas las demás, y voy a disfrutar mucho cuando tenga el placer de dejarte.

Hola!!!!! bueno se está poniendo interesante ¿verdad?. En realidad esta historia está un poco inspirada en una experiencia personal, asiq espero q la disfruten. Estoy publicando los capítulos rápido porq en estos días he estado bastante desocupada e insirada, espero poder seguir así. Saludos y déjenme Reviews plisssssssssss!!!!!!..Jully
No me atribuyo los derechos de autoría de ninguno de los personajes pertenecientes a los libros de J.K.Rowling, sinosólo de aquellos salidos de mi imaginación. La publicación de esta historia es sin fines de lucro.



CAPITULO 5
Encuentro en el Bosque Prohibido


Caminaba por los pasillos del castillo, todo estaba oscuro y afuera la tormenta arremetía con fuerza, iluminando de vez en cuando su camino con los relámpagos. Se arregló la capa, ajustándola más a su cuerpo y siguió su camino. Nada la detendría, absolutamente nada, tenía que llegar como fuera. Una sombra pasó a su lado y sintió frío, un frío como la hiel que le recorrió el cuerpo, pero no se detuvo, nada lo haría.

Salió a los jardines y comenzó a correr. Si no se apuraba no llegaría, tenía que correr lo más rápido posible o perdería la oportunidad para siempre. A lo lejos vislumbraba una casa de barrio, iluminada por fuera con un farol que apenas lanzaba un pequeño haz de luz. ¡Estaba cerca!, así que apresuró el paso todavía más. La casa se hacía cada vez más grande y su corazón latía, cada vez con mayor fuerza, ante el hecho de llegar. Estiró la mano esperando poder tocar el picaporte, pero entonces una sombra se interpuso. Se quedó paralizada en el lugar, como si de pronto sus músculos hubieran dejado de responderle. La sombra bajó la capucha que le cubría el rostro y unos ojos rojos la miraron, entonces reconoció de quién se trataba y gritó...

Abrió los ojos, Lily estaba a su lado mirándola asustada, todo estaba oscuro y tardó unos minutos en darse cuenta de que se encontraba en su habitación.

-Anne, ¿estás bien?- preguntó Lily a su amiga que la miraba pálida desde su cama.

-Una... una pesadilla- respondió Anne todavía conmocionada por el sueño.- Tú sabes lo que son mis sueños Lily.- Su amiga asintió.- Fue... fue horrible, él estaba ahí.- dijo Anne casi llorando.

-Tranquila linda- dijo la pelirroja sentándose junto a su amiga y acariciándole el pelo.- Cuéntame, ¿quién estaba allí?.

-Voldemort- respondió Anne en un susurro- Estaba frente a mi casa y no me dejaba entrar, ¿crees que signifique algo Lily?- preguntó asustada- Tal vez algo malo va a pasarle a mi familia.

-No te desesperes Anne, nada malo va a pasarles, pero para que te quedes más tranquila mañana les mandas una lechuza, ¿qué te parece?.- dijo Lily tratando de tranquilizar a su amiga que estaba temblando.

-Sí, tienes razón, no puedo ponerme así por un sueño, después de todo es la primera vez que lo tengo, así que no debo asustarme. Mañana les escribiré- respondió la castaña tapándose más con las sábanas. Lily se quedó hasta que Anne volvió a dormirse y después volvió a su cama. No quería decirle a su amiga, pero la había preocupado el sueño que había tenido, si aparecía Voldemort, no podía significar nada bueno.
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Remus caminó rápidamente. Se sentía mareado y muy débil así que apuró el paso para llegar pronto a la enfermería. En un recodo se mareó y apoyó sus manos en la pared para no caer, dejando que sus libros se escaparan de sus manos. Se agachó a recogerlos y vio una melena roja frente a él.

-Toma- dijo Lily pasándole unos libros.- ¿Te sientes bien?- preguntó al ver que estaba muy pálido.

-Gracias. Si estoy bien, creo que es una gripe o algo así- respondió Lupin un poco nervioso.- Ahora me dirigía a la enfermería.

-Te acompaño- dijo Lily mirándolo de reojo. Remus asintió y comenzaron a caminar juntos.

-¿Tus amigos no vienen contigo?, eso es raro- dijo la pelirroja tratando de entablar una conversación. En verdad Remus siempre le había caído muy bien, era excelente estudiante y al parecer, muy buena persona, sólo tenía la desgracia de la mala compañía.

-No, no pudieron venir, pero de todas formas estoy bien, no es nada grave- respondió el licántropo. Seguía mareado, pero eso era normal, ya estaba acostumbrado.

-Nunca he entendido porqué te juntas con ellos- dijo Lily- No te pareces en nada a ninguno, ni a Potter y Black que van por ahí pavoneándose de lo grandiosos que son, ni a Petigrew que los persigue como un perrito a su amo.

-Aunque no parezca- respondió Remus sonriendo- Son excelentes amigos, cuando los conocí no pensé nunca que pudieran ser tan buenos. Pero a lo largo de estos años se han vuelto en los mejores amigos que cualquiera pudiera pedir, créeme, son increíbles. Así como los ves, son capaces de hacer cualquier cosa por un amigo.

-No sé- dijo Lily dudando- Parece que realmente te han demostrado su amistad, sino no hablarías así de ellos.

-Realmente lo han hecho, lo han demostrado una y otra vez, y no podría estarles más agradecidos- dijo Lupin.- Si te dieras la oportunidad de conocerlos, verías que tengo razón- agregó mirando a la muchacha pelirroja.- Gracias por acompañarme Lily, por aquí puedes volver a la Sala Común, no hace falta que te desvíes a la enfermería, puedo continuar solo.

-De nada Remus- respondió Evans despidiéndose del licántropo y bajando por las escaleras.

Lupin sonrió, si sus palabras habían llegado a Lily, le había dado la oportunidad que tanto había estado esperando James durante todos esos años; sólo esperaba que su amigo la supiera aprovechar. De pronto salió de su ensimismamiento y apuró el paso hacia la enfermería; la noche empezaba a caer y tenía que estar en la Casa de los Gritos antes de que la luna llena hiciera su aparición.
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-¡No es justo!- protestó Sirius- Mientras ustedes se divierten por ahí, yo tengo que limpiar las mazmorras con la histérica de Sheldden.

-Vamos Canuto, no seas quejón, es sólo unas horas, después podrás unirte a nosotros- le dijo James que estaba jugando ajedrez mágico con Peter, por lo que iba ganando ampliamente.

-¡Pero sigue siendo injusto!, aguantarme a esa insoportable- agregó Black sentándose frente a la chimenea.- ¿Por dónde van a andar hoy?- preguntó al cabo de unos minutos.

-Por el Bosque Prohibido, no podemos pasearnos por Hogsmeade porque el ministerio de la magia ha puesto guardianes por todos lados, para prevenir cualquier ataque de los mortífagos- respondió James mientras gritaba triunfante Jaque al desesperado de Peter.

-Bueno entonces nos veremos allí más tarde- dijo Sirius levantándose y, despidiéndose de sus amigos, salió de la Sala Común. Caminó sin ganas todo el trayecto hasta el despacho de la profesora McGonnagall, y al entrar, se encontró con que Anne ya estaba allí.

-Dejen sus varitas aquí- dijo la profesora a ambos alumnos- Y suban a las mazmorras, Filch los está esperando para decirles cuál va a ser su tarea. Mañana pueden recoger sus varitas antes de clases.

Sirius y Anne se dirigieron a las mazmorras en silencio. El mal humor que ambos tenían se hacía evidente y pasó más de una hora antes de que Sirius abriera la boca para quejarse.

-¡Ya no aguanto más!- dijo dejando el trapo a un costado.- Y mira la hora, debería haberme ido ya.

-¿Acaso tienes algo que hacer?- preguntó Anne mirándolo fastidiada.

-Pues sí- respondió Sirius apoyándose en la pared y mirando a la muchacha.

-¿Se puede saber qué es tan importante?- preguntó la chica tratando de restarle importancia a la cuestión.

-Cualquier cosa es más importante que estar aquí fregando paredes y pisos- respondió Black- Pero no puedo decirte que es lo que tengo que hacer.

-Imagino que será alguna cita a escondidas con alguna de tus seguidoras- dijo Anne sarcásticamente.

-Ojalá fuera eso- respondió Sirius esbozando una pícara sonrisa- Pero no, es otra cosa.

Anne lo miró intrigada, era sabido que los merodeadores hacían lo que querían y conocían salidas secretas del castillo. ¿A dónde tenía que ir Black?.

-Linda, no me mires así- dijo Canuto acercándose a la castaña que de pronto se puso nerviosa. Había notado su mirada y pensó que era el momento justo para atacar- Si pudiera decirte, te prometo que te lo diría, pero no puedo. De todas formas si quieres venir algún día conmigo a...

-Espera un minuto Black, si crees que iría contigo a algún lado, estás muy equivocado- dijo Anne cortándole la frase a Sirius- No soy la clase de chicas a la que tú estás acostumbrado.

-Vamos Anne, no te hagas la difícil, acepta una invitación mía- dijo Canuto acercándose más a ella, que comenzó a hacerse hacia atrás hasta que chocó con la pared. Sirius se acercó peligrosamente, apoyando las manos a su costado.- Y ¿qué dices, salimos alguna vez?- preguntó mirándola fijamente. Anne volteó la cara y trató de escapar por debajo de su brazo, pero en ese momento pisó un jabón que había en el piso y resbaló, empujando a Sirius con ella, y cayendo encima de él.

Se quedó muda, sobre él, y al verlo a la cara, su respiración se cortó. Los penetrantes ojos grises se posaron en los azules de ella y sintió que nada más existía. Trató de moverse, pero no pudo, podía sentir los fuertes brazos de Sirius a su alrededor y su cuerpo bien formado debajo de ella.

Canuto casi ni se dio cuenta cuando Anne cayó sobre él, y al abrir los ojos se encontró con un mar azul mirándolo muy de cerca; los bucles castaños le rozaron la mejilla y sintió ganas de besar aquellos labios que tan cerca estaban de los suyos. Inspiró el aroma de su piel, de su cabello y sintió una oleada de fuego en su interior.

-Linda, no es que me moleste tenerte sobre mí- dijo Sirius sonriendo- pero si no vamos a hacer nada, te pediría que te salieras- agregó- a no ser que quieras....- dijo acercando su rostro aún más al de ella. Anne reaccionó a tiempo y en un segundo apartó a Sirius de una bofetada y se salió de encima de él.

-¡Eres un depravado Black!- gritó poniéndose de pie. La magia había dudado sólo unos segundos, para dar paso al desprecio que siempre sentía por aquel muchacho que tenían enfrente.

-¡No te puedo creer!- dijo Sirius levantándose- ¡Otra cachetada!, tú sí que eres una loca histérica. ¡Eres increíble!.

-¡Prefiero ser una loca histérica y no un depravado sexual!- dijo Anne poniéndose roja.

-¡Já!, no te ilusiones, no me arriesgaría a tener algo contigo ni un millón de años- dijo Sirius volteándose y tomando un trapo. Anne abrió la boca para decir algo pero nada salió; en ese momento hubiera matado a Black con sus propias manos, pero simplemente tomó otro trapo y siguió con su tarea. A la media hora ambos habían terminado y se marcharon sin dirigirse la palabra. Sin embargo a los pocos minutos, cuando Sirius dobló en una esquina, Anne sintió una curiosidad enorme por averiguar hacia dónde se dirigía el merodeador, así que esperó a que los pasos se alejaran y se escabulló entre las sombras detrás de él. Lo seguiría hasta donde fuera, y luego le diría a McGonnagal. No le importaba que a ella pudieran castigarla también, sólo quería que él tuviera problemas.

Caminó por los pasillos, escondiéndose en los recovecos, caminado despacio para no hacer ruido. Al llegar a una de las puertas laterales del castillo Black la abrió y salió por ella a los jardines. Anne lo siguió, pero cuando estaba saliendo sintió pasos, así que tuvo que esconderse unos minutos detrás de la armadura que tenía a un costado, esperando que quien fuera, pasara. Cuando por fin pudo salir al jardín buscó con la mirada a Black por todos lados, pero no lo encontró. Sin embargo lo había visto dirigirse hacia el Bosque Prohibido, así que se encaminó hacia allí.

Al llegar no encontró a nadie, y frustrada intentó visualizar cualquier movimiento entre los árboles. Fue entonces cuando lo vio, la criatura más hermosa que había visto en su vida, un enorme ciervo blanco. El animal la miró de lejos, con sus cornamentas coronándole la cabeza, erguido como un rey, observando todo desde donde se encontraba. Como hipnotizada comenzó a caminar hacia el ciervo, sin poder apartar la vista de él, se adentró en el bosque.

El ciervo, al ver que se acercaba, escapó entre los árboles y ella comenzó a correr para alcanzarlo. Pero no pudo, al cabo de unos minutos el animal había desaparecido, y ella se encontraba en medio de fantasmagóricas ramas que se erguían sobre su cabeza. Asustada se volteó y emprendió el camino de regreso, tratando de mantener la calma.

-Tranquila Anne, tranquila- se repetía en voz baja- No has caminado mucho, en cualquier momento vas a encontrar la salida.- Pero entonces un sonido le llegó a los oídos, un sonido que la paralizó unos segundos; el aullido de un lobo. Aterrorizada comenzó a correr, sintiendo que las ramas le golpeaban el rostro, que las piedras bajo sus pies le entorpecían el camino, pero no se detuvo. Hasta que el animal se interpuso delante de ella.

Un enorme lobo de pelaje gris la miró con los ojos inyectados en sangre, listo para atacar. Ella se hizo lentamente hacia atrás hasta que tropezó con una raíz y cayó sobre un tronco. Vio como el lobo se acercaba más a ella y se agazapaba, mostrando sus colmillos y preparándose para saltar sobre su presa. Quiso gritar, pero ningún sonido salió de su boca, ni ningún músculo de su cuerpo se movió. Cerró los ojos, esperando en cualquier momento la arremetida del animal.

Pasaron los segundos y sintió un choque frente a ella. Al abrir los ojos vio a un enorme perro negro que se había interpuesto entre ella y el lobo, y ahora luchaba encarnizadamente con éste. Horrorizada observó cómo los animales se mordía, se rasguñaban y se desgarraban, sin soltar ninguno a su presa. A pesar de que el perro era más grande que cualquiera que había visto, el lobo casi lo doblaba en tamaño, por lo que era inevitable que en cualquier momento la pelea terminara desfavorablemente para el can. Y así fue, el lobo trabó sus mandíbulas en el cuello del animal y luego lo arrojó varios metros. Anne lloraba apoyaba en el tronco del árbol, esperando que el lobo se fuera dejando a su presa inconsciente.

Pero entonces apareció el ciervo blanco, que minutos antes la había inducido a seguirlo, y asombrosamente se paró frente al lobo y comenzó a empujarlo con sus enormes cornamentas. El animal herido forcejeó unos segundos, pero luego pareció decidir que no estaba preparado para otra lucha y se escapó, seguido del ciervo. Anne se quedó tirada, con los brazos alrededor de sus rodillas, con miedo a moverse, esperando inmóvil que los animales se alejaran. No supo cuántos minutos pasaron hasta que pudo moverse y se levantó acercándose hacia el perro, que yacía tirado sobre la hierva. Se arrodilló a su lado y comenzó a acariciarlo.

-Perrito- dijo con lágrimas en sus ojos- Me salvaste la vida- agregó mientras pasaba sus manos sobre el suave pelaje, ahora manchado de sangre. Se quedó su lado, sin saber que hacer, buscando con la mirada que alguien apareciera en aquel oscuro lugar. Entonces sintió pisadas detrás de ella y, al voltearse, vio a James Potter que se acercaba corriendo.

-¡James!... un lobo... el perro- dijo entre sollozos. James se arrodilló junto al perro que en esos momentos había abierto los ojos y gemía.

-Amigo- dijo Cornamenta preocupado.

-¿Es... es tu perro?- preguntó Anne ante las palabras de James.

-Eh.. no.. digo... si.-balbuceó él- Necesito tu ayuda, tenemos que sacarlo de aquí- agregó mirando a la muchacha.

-Llevémoslo con la señora Pomfrey- dijo la muchacha- Ella seguro lo va curar.

-¡No!- respondió James inmediatamente- No podemos, hay que llevarlo a nuestra habitación.

-¿A la habitación?, no, llevémoslo a la enfermería, ella seguro va a ...

-No podemos Anne- la cortó Cornamenta- No puedo explicártelo ahora, pero no podemos llevarlo a la enfermería, tenemos que llevarlo a la habitación. ¿Vas a ayudarme?. Sin preguntas- Anne lo miró intrigada, pero estaba dispuesta a ayudar al animal que la había salvado, por más que tuviera que hacer cosas que, para ella, no tenían sentido.

-Esta bien- dijo- Te ayudo. Sin preguntas.- James asintió y se puso de pie, inmediatamente sacó su varita e hizo que el animal se elevara en el aire, y comenzó a caminar hacia el castillo. Anne iba junto al animal, sin sacar su mano sobre el lomo, acariciándolo. No pudo dejar de notar cómo los enormes ojos grises la miraban; esos ojos que resaltaban increíblemente en medio de todo el pelaje negro.

Caminaron con cuidado por los pasillos del castillo. Anne se adelantó y cuidó que no hubiera nadie por ninguno de los lugares que anduvieron. Así llegaron por fin a la Sala Común y se dirigieron a la habitación de los chicos. Una vez dentro James depositó al perro sobre una de las camas.

-Prométeme que lo que veas aquí esta noche, no se lo vas a decir a nadie- dijo volteándose hacia la muchacha que asintió sin entender.-Escúchame amigo- le dijo al animal- Necesito que hagas un esfuerzo y te transformes, sabes que no puedo curarte así.- Anne se quedó detrás de James, intrigada ante sus palabras. Entonces algo increíble ocurrió, el perro comenzó a deformarse hasta que en unos segundos en su lugar se encontraba Sirius. Anne ahogó un grito y se tapó la boca con las manos.

-Si..Sirius- dijo impresionada.

-Si, es Sirius, pero no puedo explicarte ahora- respondió James ante la mirada inquisitiva de ella.- Sólo quédate aquí mientras voy a la enfermería a buscar unas cosas.- Y dicho esto salió apresurado. Anne fue a su habitación y buscó en silencio unas vendas; luego volvió y, acercándose al muchacho que yacía sobre la cama, comenzó a limpiarle las heridas. Sirius abrió sus ojos y la miró. Sin embargo ninguno de los dos habló mientras ella limpiaba cada rasguño, mordida y desgarro; y él juntaba fuerzas para no quejarse.

-Me salvaste la vida- dijo cuando terminó. El volteó la cabeza hacia donde ella estaba y la miró.- Nunca voy a poder terminar de agradecerte lo que hiciste- agregó acariciándole el cabello.

-No... no fue nada- dijo Sirius con esfuerzo buscando esos ojos azules que lo miraban asustados.

Entonces apareció James con varios frascos, y se dio a la tarea de curar las heridas de su amigo. Al cabo de unos quince minutos las heridas de Sirius ya no sangraban y comenzaban a cerrarse; también había recuperado sus colores y ya no respiraba con dificultad, así que se sentó en la cama.

-¡Si que me asustaste!- dijo Cornamenta a su amigo- Esa pelea fue de las peores.

-La peor- respondió Black con una sonrisa.- ¿Y Lunático?.

-Encerrado en la Casa de los Gritos, estaba bastante malherido también, pero ya volveremos cuando salga el sol a ayudarlo.

Sirius asintió y luego se percató de la presencia de Anne en el fondo.

-¿Qué hacías en el Bosque Prohibido?- dijo levantándose y acercándose a ella.

-Eh... yo... es que te vi salir y....- balbuceó Anne.

-¿Me seguiste?, acaso no sabes que es peligroso adentrarse en ese bosque- dijo él subiendo el tono de voz.- ¿Sabes lo que te hubiera pasado si no hubiera llegado?.

-Si... yo...

-¡Eres una inconsciente!, no puedo creer que me hayas seguido y te hayas expuesto de esa forma- rugió Black de pronto- ¿No te dije que era una loca?- preguntó volteándose hacia su amigo.

-Yo... lo lamento... yo...- dijo Anne cuyos ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

-¡Claro ahora lo lamentas!, pero en el momento no pensaste que podías salir lastimada, ¿verdad?.

La muchacha miró a Sirius sin saber que decir. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y se las secó con furia.

-¡No tenías que salvarme!- le gritó volteándose y dirigiéndose a la puerta.-¡No tenías que hacerlo!-agregó sollozando- Y no te hagas problema James, prometí no decir nada ni hacer preguntas, y voy a cumplir- dijo antes de salir corriendo de la habitación.

-Creo que fuiste muy duro con ella amigo- dijo James cuando Anne desapareció.

-¿Duro?, ¿duro?, es una inconsciente, ¿entiendes lo que hubiera pasado si no hubiéramos estado allí?- dijo Sirius todavía enojado.- Y todo por un capricho, porque no le dije adónde iba y ella lo tenía que saber a toda costa.

-Pero no era para que la trataras así, ¿no crees que ya se debe haber sentido suficientemente culpable al verte todo herido?.

-Pues me alegro que se sienta culpable- dijo Canuto volviendo a la cama y acostándose- Después de todo por su culpa Lunántico casi me mata ¿no?.

James se dirigió a su cama sin decir una palabra y se acostó. Sabía el motivo por el que Sirius estaba tan enojado, y no era precisamente por las heridas que le habían causado.


Acá está el capítulo 5!!!!!... se hizo un poco largo, pero creo que valió la pena ¿verdad?... es un capítulo que me gusta mucho y disfruté mucho escribiéndolo. Espero que les guste y me dejen sus reviews!!!!! Saludos a todas y gracias por tomarse el tiempo de leer mi Fic... Jully. No me atribuyo los derechos de autoría de ninguno de los personajes pertenecientes a los libros de J.K.Rowling, sino sólo de aquellos salidos de mi imaginación. La publicación de esta historia es sin fines de lucro.


CAPITULO 6
Just a dream


-¿Te sientes bien Anne?- preguntó Lily a su amiga que estaba pálida y con enormes ojeras

-Si, estoy bien.- respondió la muchacha tratando de no mirar a su amiga.

-¿Acaso no pudiste dormir?- insistió la pelirroja.

-Si, en verdad me dormí muy tarde-respondió Anne. No era del todo mentira, aunque la verdad es que no había dormido absolutamente nada, sin contar que se la había pasado llorando.

-El sueño, ¿lo tuviste otra vez?-preguntó Lily preocupada.

-No Lily, no fue el sueño, es sólo que no podía dormirme y me quedé mirando la ventana como una tonta, toda la noche- respondió rápidamente Anne entrando en el baño. Salió al cabo de unos minutos más arreglada y con un poco de maquillaje. Ella casi nunca se maquillaba, pero ahora quería disimular las bolsas que tenía debajo de los ojos. En ese momento entraron Vivian, Elis y Beth hablando animadamente.

-¿Mandaste la lechuza a tus padres?- preguntó Lily.

-Si, y está todo bien, así que no tengo que preocuparme por eso- dijo Anne mirando a las muchachas que acababan de entrar.

-¿Qué sucede que no bajan a desayunar?, se les está haciendo tarde- preguntó Vivian.

-Si ya vamos- respondió Lily volteándose a ver a sus amigas- ¿Y que le pasa a ustedes que están tan emocionadas?.

-Es que en el Gran Salón hay una revolución- dijo Elis sentándose en la cama junto a Lily.

-¿Y eso porqué?- preguntó la pelirroja.

-Por quién mejor dicho- agregó Vivian.

-¿Por quién va a ser?, por Sirius Black- dijo Beth.

-¿Por Sirius, porqué, que pasó?- preguntó Anne repentinamente al oír las palabras de sus amigas.

-Mmm... ¿desde cuando tanta preocupación por Black?- susurró Lily a su amiga, que la miró sin hacerle caso.

-Porque apareció con el brazo vendado y la cara llena de rasguños- explicó Elis- así que imagínate a la mitad de las chicas del Salón. Todas empezaron a acercársele para preguntarle que le había pasado, y en unos minutos un círculo femenino lo rodeaba. Así que no puedo explicarte lo que es allá abajo.-

-¿Y que fue lo que le pasó?- preguntó Evans intrigada.

-Fue atacado por un animal en el bosque, por salvar a un pequeño zorro- dijo Vivian suspirando- ¿No es divino?.

-Ah, seguro fue porque se peleó con alguien y no quiere decirlo- repuso Lily poniéndose de pie.- ¿Vamos a desayunar Anne?- preguntó a su amiga que miraba a Vivian sombríamente.

-Si vamos- le replicó la castaña tomando a Lily del brazo y saliendo de la habitación.

Llegaron al Gran Salón y se asombraron al ver efectivamente un círculo de chicas rodeando la mesa donde los merodeadores estaban sentados. Ambas pasaron cerca del círculo y se sentaron en el otro extremo de la mesa.

-...y así fue como salvé al pobre zorrito de un destino fatal..- terminaba Sirius melodramáticamente. Las chicas suspiraron y empezaron a hablarle animadamente, algunas de ellas acercándose a él y acariciándolo.

-Ah!- dijo Lily enojada- ¡Patético!, mira a todas esas estúpidas rodeando al creído de Black. No saben que lo único que logran es aumentar su ego, si eso es posible. Pero falta Remus, ¿viste?, eso es extraño, esos tres nunca se separan. No te conté, ayer lo encontré, estaba pálido y se veía muy débil, así que tuve que acompañarlo a la...

-No tengo hambre- dijo Anne cortando a su amiga y levantándose de la mesa- Voy a buscar unos libros a la biblioteca- agregó dejando a Lily sin poder reaccionar.

-¡Estúpida!- se dijo cuando salió del salón- ¡Y tú que creías que realmente él había estado preocupado por ti!, todo lo hizo para hacerse ver, como siempre.- Caminó enojada consigo misma por haberse sentido culpable por lo de la noche anterior, por no haber podido dormir pensando en las heridas de Sirius, por haber creído en las palabras de él y en su actitud protectora. Llegó a la biblioteca y tomando unos libros, se sentó a terminar su pergamino de Transformaciones.

-¡Maldición!- exclamó al cabo de media hora de tratar de concentrarse en vano.

-¿Necesitas ayuda?- sintió que una voz decía detrás suyo. Al voltearse vio a Snape que estaba parado mirándola.

-En realidad si- dijo Anne sonriendo- No puedo terminar este maldito pergamino y sólo queda media hora para presentarlo.- Severus se acercó a la chica y se sentó a su lado. Estaba extremadamente nervioso, todo su cuerpo temblaba ante el hecho de tenerla cerca. La había estado observando desde que ella había entrado a la biblioteca, pero sin animarse a acercarse por miedo a su rechazo, después de todo, él nunca había tenido ningún amigo, y menos una chica. Entonces vio la oportunidad y, haciendo un esfuerzo enorme, se acercó a hablarle. Ahora agradecía el haberlo hecho, pero sentado junto a ella, sentía que su mente se nublaba.

-¡Contrólate Severus!- se decía mentalmente tratando de concentrarse en el pergamino de transformaciones- No vas a echarlo a perder ahora, que estás con la única persona que no te insulta y te rechaza.-¡Ya está!- dijo de pronto. Sacó un libro de adentro de su bolso y lo puso sobre la mesa- Puedes agregar esto y con eso lo terminas- dijo sin mirar a la chica que tenía a su lado.- Déjame que te explique- agregó enfrascándose en la tarea de explicar algunas difíciles transformaciones a Anne; pero sin apartar un segundo la vista del piso, ya que sabía que si miraba aquellos ojos azules, echaría todo a perder.
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Así pasó el primer mes de clases. Los alumnos se emocionaron ante el hecho de que se acercaba el baile de Haloween, lo que significaba un receso en los exámenes durante esa semana. Los merodeadores siguieron con sus bromas durante todas las semanas, y siempre terminaron castigados, cosa que no les importaba porque ya estaban acostumbrados a aquello. Pero de lo que más se hablaba en todo el castillo, era de la relación que extrañamente había empezado entre Snape y Sheldden. Por primera vez el chico tenía una amiga con quien hablar, aunque cuando la tenía cerca sus palabras fallaban y no sabía que decir. Pero a ella parecía no importarle porque casi siempre era la que hablaba todo el tiempo, logrando que Severus se sintiera más tranquilo. Anne pasó a ser el blanco de burlas de algunos chicos que le decían que si se acercaba demasiado a Snape iba a terminar como él; pero a ella no le importaba, y cuando podía lo saludaba en los pasillos, logrando que él sintiera que valía la pena caminar por ellos, e incluso asistir a clases. La actitud de Anne llevó a que algunas chicas que siempre habían sentido pena por Severus lo saludaran de vez en cuando, cosa que a él le pareció demasiado, aunque trataba de responder al saludo, mientras no se tratara de una sangre impura.

-Ella también es una sangre impura- se decía una y otra vez cuando Anne se acercaba a hablar con él. Pero el pensamiento duraba sólo unos segundos, porque cuando la tenía enfrente parecía olvidarse de todo lo que lo rodeaba. Sólo existía ella y sus ojos azules.
Fue por eso que un día decidió arreglarse el cabello por primera vez, de tratar de cambiar un poco su forma de vestir, su actitud recia y agria. Y eso fue lo que más llamó la atención de todos. El día que apareció con ropa nueva, el cabello arreglado e incluso media sonrisa en el rostro.

-¡Vieron eso!- dijo James a sus amigos mientras se dirigían al Gran Salón- ¿Es Quejicus?, ¿me pareció a mí o tenía un asomo de sonrisa?-

-¿Tenía el pelo lavado?- dijo Peter asombrado.

-¿Y ropa nueva?- agregó Remus.

Sirius asintió sin mirar a sus amigos. Él también era conciente de los rumores que corrían en el castillo, y sabía que ese cambio se debía a una sola persona: Anne. Durante aquel último mes había tratado de evitarla, pero de vez en cuando se la cruzaba en los pasillos y no podía evitar mirarla. Después de aquella noche en el bosque prohibido no había vuelto a hablar con ella, primero porque ella lo esquivaba en todo momento; y segundo porque sabía que hablar con ella suponía pedirle disculpas, cosa que su orgullo no le permitía. Sin embargo, cuando habían empezado los rumores de ella con Severus, había sentido una incontenible rabia correrle por dentro. Su plan del principio tambaleaba, y tenía que lograr a toda costa que ella se fijara en él y dejara de lado al estúpido de Quejicus.

-Bueno, pues propongo que le hagamos alguna bromita en el desayuno, ¿qué les parece?- dijo saliendo de sus pensamientos. Sus amigos asintieron y los cuatros se apresuraron a llegar al Gran Salón.

Por otra parte Lily se había llevado una sorpresa cuando Anne le dijo que James Potter no le parecía mala persona.

-¿Y cuándo cambiaste de idea con respecto a Potter?- le preguntó una tarde en la biblioteca, después de haberle contado la charla que había tenido con Remus aquella tarde que lo había acompañado a la enfermería.

-Hace poco Lily, es sólo que creo que Lupin tiene razón cuando te dijo que es buena persona y buen amigo.

-Se refería a todos, no sólo a él- respondió la pelirroja.

-Sí, lo sé, pero yo creo que James encaja en esa definición. En verdad no creo que sea mala persona, sólo que se junta con Black y se vuelve arrogante como él.- Anne no había olvidado la preocupación de James cuando había visto a su amigo herido, la forma en que le había pedido ayuda y luego lo había curado. Todo eso había cambiado un poco la visión que tenía con respecto al muchacho.

Después de esa charla Lily había tratado de no ser tan grosera con James, cosa que no siempre lograba. Pero sí había podido hablar con él en algunas ocasiones, sin peleas ni insultos. Le devolvía cordialmente los saludos de él en los pasillos, y hasta le había agradecido su ayuda en el tren.

-No sé si hacer esto- dijo James cuando ya habían llegado al Gran Salón y estaban esperando la entrada de Snape para atacarlo- Ahora que me estoy llevando un poco mejor con Evans, no me gustaría que se enojara conmigo.

-¡Ah!, ¿desde cuando lo que piensa una mujer influye en lo que haces o no?- preguntó Sirius mirando a su amigo.- Sé lo que sientes por ella, pero si quiere estar contigo, que te admita como eres, y tú eres así- agregó Black.

James asintió un poco indeciso aún, pero cuando entró Severus al salón, no dudó en seguir a sus amigos a encararlo.

-¡Me gusta tu ropa Quejicus!- dijo Sirius acercándose al muchacho que inmediatamente sacó su varita.

-¡Expelliarmus!- gritó James al ver que Snape
estaba a punto de atacar a su amigo.

-Me gustaría que me la prestaras- agregó Sirius riendo- ¿Verdad que se vería mejor en mí?- preguntó en voz alta. Los alumnos que habían empezado a arremolinarse alrededor asintieron riendo. Sirius levantó la varita y con un movimiento hizo desaparecer la ropa de Snape, haciendo aparecer en su lugar un vestido rosa con moñitos rojos. Severus trató de recoger su varita, pero Lupin lo paralizó y Black hizo que empezara a dar vueltas rápidamente.

-¡Déjalo!- gritó una voz femenina detrás de él- ¡Expelliarmus!.- Black salió disparado por el haz de luz rojo que lo golpeó y la varita se le escapó de las manos. Snape dejó de girar, pero siguió paralizado mirando la escena. James se volteó para atacar a la muchacha que había desarmado a su amigo, pero vio a Anne y Lily, entonces dudó unos momentos antes de alzar la varita hacia las muchachas.

-¡Esto no es contigo Potter!- dijo Anne acercándose a él. James bajó la varita, no quería atacar a la mejor amiga de Lily, que en esos momentos la miraba como diciéndole que si se animaba a tocar a Anne, se las vería con ella.

-¿Cómo te atreves a atacarme Sheldden?- preguntó Sirius levantándose indignado y acercándose a ella.

-¿Cómo te atreves tú a atacar a alguien así?- bramó Anne- Nadie puede caer más bajo Black, eres despreciable.

-¿Eso lo dices por defender a tu novio?- dijo entonces Canuto con una sonrisa. Los alumnos miraban atónitos la escena, después de todo Black estaba desarmado y Anne se había puesto roja de ira.

-No es mi novio, pero si es mi amigo, y no te ha hecho nada para que lo trates así- rugió la chica desafiante

-Si, me ha hecho, existe y me molesta- dijo Sirius que se había acercado más a Anne y, sin previo aviso, la besó. La muchacha se quedó dura cuando sus labios tocaron los de él y sintió que el piso temblaba bajo sus pies. Todos los presentes miraron la escena atónitos, incluso los restantes merodeadores y Lily, que abrió grande los ojos ante aquel cuadro. Entonces Anne reaccionó y apartándose de él le dio una bofetada que lo hizo tambalear, para luego salir corriendo del salón. Black se quedó unos segundos en el lugar antes de salir corriendo tras ella.

-¡Espera Sheldden!- gritó a la muchacha que corría por los pasillos.- ¡Te he dicho que esperes!- agregó tomando a la muchacha del brazo. Ella trató de zafarse, pero no pudo.

-¿Qué quieres?, suéltame Black.

-¡Oye!, ¿acaso estás loca?, primero me atacas, luego me vuelves a golpear, ¿quién te crees que eres?. Mi paciencia tiene límites, ¿sabes?- dijo el muchacho tomando a Anne del otro brazo y mirándola fijamente.

-No te tengo miedo, tú no me asustas- dijo la chica forcejeando- Ahora déjame, ¡suéltame Black!- gritó. Pero él no lo hizo, la agarró más fuerte disfrutando el esfuerzo que ella estaba haciendo por soltarse.

-¡Que me sueltes o voy a gritar más fuerte!- rugió Anne- ¡Suéltame o...- pero no pudo terminar la frase. La vista se le nubló de repente y todo se volvió negro. Una voz desesperada la llamó por su nombre. Su cuerpo se aflojó y un rostro apareció en su mente antes de desvanecerse. Sirius tomó a tiempo a la chica que de pronto se había desmayado y la miró un poco asustado.

-¡No seas inmadura Sheldden!, sé que estas actuando- dijo Canuto sosteniendo el cuerpo en sus brazos- ¡Vamos, no es gracioso!- añadió ahora preocupado-¿Anne, estás bien?, contesta.- Pero la chica no contestó. La observó, esperando que ella en cualquier momento abriera los ojos, diciéndole que era sólo una broma. Pero la muchacha no se movió y Sirius levantó el cuerpo en sus brazos y la llevó rápidamente a la enfermería.
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La puerta se abrió. La oscuridad reinaba en el lugar, pero a lo lejos se veía una luz, casi tapada por varias sombras. De pronto se oyeron gritos, gritos de dolor, de miedo, de terror, de ayuda. Forcejeo, corridas, pisadas, insultos, golpes y más gritos. Una cabellera rubia brilló en la oscuridad, antes de perder su color y caer al piso. Los ojos, una vez azules y vivaces, miraban ahora sin vida desde las sombras. Más gritos, esta vez de angustia, de sufrimiento, llantos, lágrimas. Se acercó al cuerpo que estaba inmóvil en el piso y se sintió morir cuando reconoció de quien se trataba.

Despertó sobresaltada y se sentó en la cama. Sus ojos tardaron en acostumbrarse a la luz y lentamente se percató de que se encontraba en la enfermería.

-¿Anne?- sintió una voz a su lado.- ¿Estás bien?.- Miró hacia el costado todavía aturdida y vio que se trataba de Sirius.

-Si...Sirius- balbuceó mientras unas lágrimas comenzaban a rodarle por la mejilla. Le costaba respirar y su corazón latía con mucha fuerza. Trataba de recordar lo que acababa de soñar, pero no podía.

-Tranquila, fue solo un desmayo- dijo Sirius sentándose en la cama- Perdóname Anne, soy un bruto, no debía tratarte así, no quería que te pasara nada malo- agregó mirándola preocupado. Ella le devolvió la mirada todavía confusa, tratando de recordar porqué él le pedía disculpas.

-No es tu culpa... yo...- se detuvo, las imágenes empezaban a aparecer en su cabeza. Su enfrentamiento con Sirius, el beso, el forcejeo y después... nada, oscuridad, gritos, dolor. Entonces lo recordó, el cuerpo inerte tirado, los ojos sin vida mirándola.

-¡Oh no!- dijo horrorizada. Trató de salir de la cama pero se mareó, así que se quedó allí, mirando el vacío, tratando de contener las lágrimas que cada vez salían con más fuerza.

-¿Quieres que llame a Pomfrey?- dijo Sirius mirándola, sin saber que hacer.

-¡No, no te vayas!- gritó la chica fijado sus ojos en él- ¡Oh Blak!- agregó lanzándose a sus brazos y, apoyando la cabeza en su pecho, comenzó a llorar. Sirius se quedó duro unos segundos ante aquella actitud, pero luego la abrazó y comenzó a acariciarle el pelo, mientras trataba de tranquilizarla con palabras dulces. Ella temblaba en sus brazos, llorando descontroladamente, aferrándose fuertemente a él, como si su vida de dependiera de ello.

-Tranquila Anne- le dijo Sirius al oído con ternura.- Todo está bien, seguro has tenido una pesadilla, pero ya pasó.- agregó abrazándola con más fuerza.

Anne no apartó el rostro de su pecho. Se sentía demasiado segura en sus brazos, y eso era lo que necesitaba en ese momento, seguridad; porque sabía que aquello, no había sido sólo un sueño.

Capítulo 6!!!!!... este me he demorado un poquito más en escribirlo, pero no tanto, todavía sigo con el ataque de inspiración jajaja... todo empieza a volverse un poco más oscuro verdad??... Muchas gracias a todas las que se toman un tiempito para leer la historia y dejarme sus reviews, de verdad me hace muy bien leerlos y saber que la historia va por buen camino :)... sigan leyendo y escribiendo!! Besos y nos vemos en el próximo capi!!!...Jully. CAPITULO 7
Escapando de Hogwarts



Salieron de la enfermería. Anne iba ensimismada, casi sin notar la presencia de Sirius a su lado. Sin embargo agradecía el hecho de que él estuviera allí, acompañándola.

Iban caminando por los pasillos cuando, al doblar en una esquina, sintieron voces que provenían del otro extremo del pasillo. Se veía a cuatro personas, tres de las cuales, estaban acorralando a una muchacha pelirroja.

-¡Bien, al fin solos!- dijo un muchacho rubio apuntando con la varita a Lily.- Ahora no tienes a nadie para que te defienda maldita sangre sucia- espetó mirándola con odio.

-Expelliarmus- gritó un muchacho de cabellos negro que acompañaba a Malfoy, al ver que Lily sacaba su varita para defenderse. Vio cómo el rayo rojo salía de la varita pero no alcanzó a golpearle, porque en ese momento James se interpuso y el rayo le dio de lleno en el pecho. Cornamenta salió disparado hacia atrás, llevándose a Lily que estaba detrás de él, asombrada aún de su aparición.

-Ajá, así que Potter otra vez- gritó Malfoy.

-A Potter déjamelo a mí- dijo una muchacha de cabellos negros que estaba a su lado. - Sectusempra- dijo alzando la varita.

En ese momento apareció Sirius que había corrido desde el otro extremo del pasillo al ver que atacaban a su amigo.

-¡Expelliarmus!- gritó apuntando a la muchacha que salió disparada hacia un costado. Luego se volteó hacia el otro chico morocho y lo desarmó antes de que éste pudiera reaccionar. Anne había alcanzado a desarmar a Lucius antes de que atacara a Sirius.

-Hermano- dijo el muchacho morocho que había ido a estrellarse contra una pared.- Un placer verte, como siempre- añadió con una sonrisa burlona- Te dije que me encargaría de Potter, ¿lo recuerdas?.

-Y yo te dije Regulus, que no te acercaras a él porque te las verías conmigo- respondió Sirius mirando desafiante a su hermano- Lo mismo va para ti Bellatrix- añadió mirando a la muchacha de cabello negro que se estaba poniendo de pie.

-Y yo te dije que no te tengo miedo Sirius Black- respondió la chica mirándolo con odio- Más vale que cuides tus espaldas, porque un día de estos podrías recibir un maleficio, y eso sería una pena ¿verdad?. Porque si algo te pasa a ti, Potter no tendrá a nadie que lo defienda.

-¡Yo lo defenderé!- dijo Lily apuntando con su varita a Bellatrix.

-Ah, que tierno, la novia de Potter. Pues tú deberías cuidarte también, después de todo eres una maldita sangre sucia, al igual que tu amiga- dijo Bellatrix lanzando una fugaz mirada a Anne.

-No las tocarás a ninguna de ellas, ni a mis amigos, no mientras yo esté. Antes tendrás que pasar sobre mi cadáver- dijo Sirius enojado poniéndose delante de Anne en un gesto de protección.

-Oh, eso será un placer. Pero no estés tan seguro de tus palabras, tal vez una tragedia pueda ocurrirle a alguna de tus amigas- respondió la muchacha fulminando a Anne con la mirada- O a alguno de sus familiares- agregó en un susurro al pasar por su lado antes de marcharse junto a Regulus y Lucius, que se había golpeado la cabeza y tenía una herida.

-¡James!- dijo entonces Canuto dirigiéndose a su amigo que yacía desmayado en el suelo. Una herida en su pecho sangraba profusamente.-Hay que llevarlo a la enfermería- añadió.

-¡Yo lo haré!- dijo Lily, y con un movimiento de la varita hizo levitar el cuerpo.- Tú acompaña a Anne a la Sala Común- añadió mirando a su amiga que estaba muy pálida.- ¿Te encuentras bien?- dijo al pasar por su lado.

-Si, si- dijo Anne como saliendo de una ensoñación- Estoy bien, apúrate a llevar a Potter a la enfermería.

-Y tú no te separes de Black, te ves muy débil- dijo la pelirroja antes de marcharse.

Anne se dejó arrastrar a por Sirius a la Sala Común, y una vez allí, le dijo que podía marcharse, que ella sólo necesitaba descansar.

-¿Estás segura Anne?, no te ves muy bien.- insistió el morocho.

-Estoy bien, gracias por todo.- dijo la muchacha.

-Anne, quería pedirte perdón por todo esto. Yo no quise lastimarte ni nada, igual que aquella noche, no era mi intención ser tan grosero- dijo por fin Canuto, dejando un poco de lado su orgullo.

-Esta bien Sirius, no te hagas problema, de todas formas yo ya lo había olvidado. Sólo te quiero pedir que no le cuentes a nadie cómo me viste hoy, ni un comentario ni nada, ¿entiendes?- dijo la muchacha.

-Lo prometo, no diré nada.

-Bien entonces ahora vete a ver a tu amigo-dijo Anne volteándose y caminando hacia las habitaciones.

Sirius salió rápidamente de la Sala Común, un poco sorprendido ante la actitud de la chica, que de pronto parecía como ida de la realidad, con la mirada perdida y su tez más pálida que nunca, tan frágil que parecía que iba a partirse en cualquier momento.
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-¿Porqué tenías que defenderme Potter?- decía Lily sentada al costado de la cama de la enfermería.- Eres un insensato poniéndote delante de un ataque. ¿Porqué, porqué haces todo esto?- añadió mirando al chico que yacía dormido. La señora Prims, enfermera, ya había curado la herida del pecho, por lo que sólo restaba esperar que despertara para poder marcharse.

Lily se quedó mirando a aquel chico con quien tantas veces se había enfrentado, insultado y rechazado. Pero ahora sentía que había algo más, algo que la llevaba a ser tan dura con él, algo que de pronto sentía, al verlo allí.

-Es lindo- pensó estirando una mano y acariciándole un mechón de cabello que le caía sobre el rostro- En verdad es guapo-. En ese momento James abrió los ojos y se encontró con aquellos ojos verdes que lo volvían loco desde la primera vez que los viera.

-¿Cómo estas?- preguntó Lily retirando rápidamente la mano del rostro de él.

-Bien- respondió James- Mejor ahora que te veo a ti- añadió clavando sus ojos en los de ella.- Lily se sonrojó sin saber que decir, de todas las palabras que siempre había tenido para decirle a chico que tenía enfrente, ahora ninguna le servía.

-Gracias por ayudarme- dijo por fin al cabo de unos segundos- Eres un engreído, pero de vez en cuando puedes ser una buena persona.

-Gracias por eso, creo que debería tomarlo como un cumplido ¿verdad?- respondió James sonriendo. Lily también sonrió y asintió lentamente con la cabeza. En ese momento entraron Sirius y Remus.

-¡Despertaste amigo!- dijo Remus al verlo.

-¿Interrumpimos algo?- preguntó Sirius mirando a James y Lily, a los que se les habían subido los colores a la cara.

-No amigo, no te hagas problema, Lily me estaba diciendo cuánto le gustaba.- respondió James con una sonrisa.

-¡¿QUE?!- gritó Lily al oír las palabras del merodeador.

-Eso linda, que me estabas por decir cuánto te gusta. Vamos admítelo, mis amigos pueden saberlo, no van a decir nada. ¿Te gustaría salir conmigo?.

-¡Ni en un millón de años Potter!- dijo la pelirroja levantándose de un salto.- Cuando te vuelves así de estúpido es cuando me dan ganas de matarte- agregó antes de salir de la enfermería como una tromba.

-Creo que lo echaste a perder- dijo Remus a su amigo, sentándose en la cama de al lado y sacando una caja de ranas de chocolate.

-Si, Lunático tiene razón- añadió Sirius acercándose a su amigo y sacando una rana- Era el momento ideal.

-Si, lo eché a perder- admitió James bajando la cabeza- Pero es que no sé como actuar cuando ella está frente a mí.

-Actúa normal Cornamenta, no trates de hacerte notar, porque eso a Lily la enferma- dijo Remus comiendo una rana de chocolate.

-Claro, eso lo dices porque tú no estás detrás de una chica desde tercer año mas o menos- respondió James melancólico.

-Bueno, pero en mi caso es diferente, nunca podría actuar como yo frente a una chica. ¿Quién querría ser la novia de un licántropo?- respondió Lupin.

-Ah, vamos, no se pongan nostálgicos, tú James ya vas a lograr que Lily acepte algún día tu invitación. Lunático ya conseguirás a una chica que te quiera tal como eres. Y yo conseguiré una chica que soporte tener a su lado al chico más guapo de Hogwarts sin desmayarse- dijo Sirius logrando una carcajada generalizada.
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-¡Es un idiota!- dijo Lily furiosa al entrar a la habitación- Anne, ¿estás despierta?- preguntó al ver a su amiga acostada.

-Si, te estaba esperando, ¿cómo está James, quién es un idiota?- preguntó la muchacha castaña sentándose en la cama.

-¡James!, ¿quién más sino?. Está bien, tan bien que ya volvió a ser el mismo estúpido de antes- dijo Lily sentándose enojada junto a su amiga.- Pero bueno ya pasó. Ahora cuéntame de ti, ¿cómo estás?.

-Bien, ¿porqué preguntas?- respondió Anne tratando de esquivar la inquisitiva mirada de su amiga.

-¿Cómo que porqué?, porque te fuiste furiosa del Salón después del beso de Sirius, con él detrás de ti, y ninguno de los dos apareció en la clase de Transformaciones. ¿Acaso te hizo algo ese bruto de...?- dijo Lily que se estaba poniendo roja de furia.

-No Lily, él no hizo nada. Sólo que...- Anne dudó unos segundos antes de hablar. No quería contarle a su amiga del sueño, sabía que Lily se asustaría y no la dejaría sola un minuto. Y ella necesitaba estar sola para lo que quería hacer. No quería meter a su amiga en problemas- ...que me desmayé, creo que me bajo la presión o algo así- dijo por fin.

-¿Te desmayaste, cómo es eso?- preguntó la pelirroja preocupada.- ¿Segura que fue la presión Anne?. No me mientas.

-Seguro Lily, creo que no he dormido bien estos días.- dijo Anne, y al ver que su amiga abría grande los ojos se apresuró a arreglar lo que había dicho- Por los exámenes, sabes que soy muy obsesiva con eso.

-¿Segura que sólo por los exámenes?, ¿no habrás tenido otro sueño verdad?. Puedes decirme si es así Anne- dijo Lily mirándola seriamente.

-No ningún sueño, quédate tranquila. Y ahora apresúrate o vas a llegar tarde a clase de Pociones. Yo puedo faltar por hoy, así que voy a aprovechar para dormir- dijo Anne sonriendo. Lily dio mil recomendaciones a su amiga antes de salir de la habitación. Anne se tiró hacia atrás en la cama, dejando que su cabeza funcionara a rápidamente, preparando todo para esa noche.
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La luz de la luna entraba débilmente por la venta. Las nubes habían comenzado a aparecer en el cielo, por lo que la oscuridad amenazaba con envolverlo todo.

En la habitación todas dormían hacía más de una hora. Anne había esperado que todas estuvieran completamente dormidas para salir sigilosamente de su cama, tomar su ropa y una mochila, y dirigirse a la Sala Común. Allí se cambió rápidamente y salió a los pasillos del castillo.

Caminó lentamente, tratando de no hacer el más mínimo ruido para que no la descubrieran. Si alguien la veía perdería la única oportunidad que tenía, y no quería ni pensar en lo que pasaría si eso ocurría. Por lo que, por más que sus piernas luchaban por empezar a correr, su mente lograba dominarlas para ir a un ritmo lento y pausado.

Dobló en una esquina y se chocó contra algo. Cayó al suelo estrepitosamente y confundida miró hacia delante; pero no vio a nadie. Se quedó quieta unos segundos, escuchando expectante por si alguien había oído su caída. Entonces frente a ella apareció Sirius con varias bolsas de Honeydunkes en las manos.

-¿Estás bien?- preguntó el muchacho dejando las bolsas y extendiéndole la mano para ayudarla a levantarse.- Perdóname, no te vi- añadió.

-Yo tampoco te vi- respondió la muchacha en un susurro- ¿De dónde apareciste?.

-Este.... bueno tengo esta capa de invisibilidad, que en realidad es de James y ...- empezó Sirius.

-Bueno, no me importa- lo cortó Anne mirando
asustada para todos lados.- Tengo prisa, adiós.- añadió empezando a caminar.

-¡Espera!, ¿adónde vas tan apurada?- le preguntó el muchacho posando sus ojos grises en los de ella y tomándola del brazo.

-Eso no te importa Black, ¡déjame ir que tengo prisa!- dijo la muchacha tratando de zafarse de sus manos.

-Tranquila, ¿sabes lo peligros que es andar por los pasillos de noche?- dijo Canuto sonriendo- Si quieres verte con tu novio de noche, que vaya él a verte a ti. Aunque es demasiado cobarde para andar por los pasillos de noche- añadió sin apartar la mirada de la muchacha.

-¡Eres un estúpido Black!- dijo Anne un poco más alto- Esto es mucho más serio que eso, déjame ir o llegaré tarde y...- cortó la frase porque unas lágrimas comenzaron a brotarle de los ojos. Sentía un nudo en la garganta que le impedía hablar, no quería ni imaginar que sucedería si no llegaba a tiempo.

-Oye, ¿qué te pasa?, no te pongas así Anne.- dijo el muchacho al verla llorar.- No quise ofenderte, era una broma.- añadió para calmarla- ¿Quieres que te ayude en algo?.

-Sí, suéltame para que pueda marcharme- dijo Anne una vez que pudo controlar las lágrimas.

-Si me dices a dónde vas tal vez pueda ayudarte. ¿O acaso no sabes que los merodeadores conocemos salidas secretas del castillo?- preguntó Sirius soltando a Anne.

Ella lo miró unos segundos, sospesando la posibilidad de aceptar su ayuda. Después de todo si él tenía una forma mejor de ir a Hogsmeade, le ahorraría tiempo, y eso era lo que ella necesitaba.

-Bueno yo... quiero ir a Hogsmeade- dijo por fin.

-¿A Hogsmeade, a esta hora, porqué?- inquirió el muchacho intrigado.

-¡Eso no te importa!- dijo la muchacha enojada

-¡Claro que me importa!, ¿o no sabes que Hogsmeade está colmado de gente del ministerio que patrulla todas las noches?. Si te encuentran allí pueden pensar que eres mortífaga o algo así.

Anne se mareó al sentir la palabra mortífago. ¿Y ahora que iba a hacer, cómo iba a llegar a su casa?.

-Bueno, en realidad necesito llegar a mi casa. Pensaba ir a Hogsmeade a tomar algún tren y ...-

-¿A tu casa, y eso porqué?- preguntó Sirius, aquello se volvía cada vez más extraño.

-¿Vas a preguntar todo lo que te digo?- dijo Anne furiosa.

-Bueno si te voy a ayudar necesito saber a que atenerme ¿no?.

-Esta bien, te contaré- dijo Anne tomando aire- Mi familia está en peligro, temo que esta noche sea atacada por mortífagos y mi hermana muera.

-¿De dónde sacaste eso Anne?- dijo Sirius mirándola extrañado- ¿Tienes una hermana?.

-Si, tengo una hermana. Somos gemelas, pero ella es muggle, al igual que mi madre. Pero siempre nos hemos llevado muy bien.- respondió la chica inquieta- ¿Has oído hablar de el lazo especial que une a los hermanos gemelos?, pues es verdad, yo siento lo que le pasa a ella, lo presiento, sé que ella está en peligro, sé que esta noche va a pasarle algo y tengo que llegar antes de que...- se cortó, nuevamente sentía esa opresión en el pecho- Además lo vi en el sueño.

-¿Un sueño?, no vas a guiarte por un simple sueño- dijo Canuto tratando de tranquilizarla, todo eso le parecía muy extraño.

-Tú no sabes lo que son mis sueños Black. Pero no puedo explicarte ahora, ¿vas a ayudarme o no?- preguntó la muchacha mirándolo desafiante a los ojos. Sirius dudó unos segundos pero luego asintió lentamente.

-Pero necesito buscar unas cosas, espérame aquí, no me demoro nada- y diciendo esto desapareció por el pasillo. Anne se quedó quieta, pensando si había hecho bien en contarle a Black todo aquello. No sabía porqué pero le había inspirado confianza, y ella necesitaba ayuda urgente. Sirius apareció al cabo de unos minutos con un pergamino y una escoba en la mano.

-¿Y eso?- preguntó intrigada la chica.

-Esto- dijo Sirius señalando el pergamino- es lo que nos va a ayudar a salir de aquí sin ser vistos. Y esto- dijo señalando la escoba- Es para volar hasta tu casa desde Hosmeage. Eso de esperar un tren es una locura, no vas a llegar nunca así.

Anne asintió en silencio. En otra situación se hubiera negado rotundamente a subirse a una escoba, y menos con Sirius Black; pero ahora haría cualquier cosa con tal de llegar rápido.

Sirius abrió entonces el pergamino- Juro que mis intenciones no son buenas- dijo en un susurro señalándolo con la varita. Entonces un mapa comenzó a aparecer en la superficie del pergamino que antes estaba en blanco. Arriba aparecieron grandes letras que decían Mapa del Merodeador y cuatro nombres que a Anne le sonaban familiares, pero que, en ese momento, no recordaba de dónde los conocía.

-Es un mapa que muestra los terrenos del castillo y dónde se encuentra cada persona- aclaró Canuto a la muchacha que miraba el mapa extrañada. Así caminaron por los pasillos logrando esquivar a Filch, a la señora Norris y a uno que otro profesor que salía a hacer ronda por las noches. Llegaron a una estatua de una bruja tuerta, donde Anne descubrió que había un pasadizo secreto para llegar a Hogsmeade a través de Honeydunkes.

-Bueno súbete a la escoba detrás de mí- dijo Sirius cuando salieron al fresco aire de la noche en el pueblito de los magos. Anne se subió a la escoba y se agarró fuertemente de Sirius. Le tenía terror a volar, pero no podía echarse para atrás. A la cuenta de tres el muchacho se elevó por los aires con la escoba; ella sintió vértigo al remontar por los aires y, sin notarlo, se apretó más a él. Cerró los ojos para no mirar hacia abajo, a la altura que se encontraban. Pero al cabo de unos minutos los abrió y, al ver la ciudad a sus pies, tuvo que admitir que no estaba tan mal. Además sentía el cuerpo de Sirius delante de ella, fuerte, esbelto, que la hacía sentir segura, y empezó a disfrutar el viaje.

Él le habló para tranquilizarla un poco, al notar que lo apretaba fuertemente y temblaba en cada ascenso o descenso. De a poco notó que ella aflojaba un poco los brazos que lo rodeaban y se relajaba admirando el paisaje.

Cuando llegaron a Londres Anne le señaló el camino para llegar a su casa. Ahora su corazón latía fuertemente ante el hecho de llegar a su casa. No sabía con lo que iban a encontrarse allí.

Llegaron a un barrio tranquilo al norte de Londres y Sirius descendió lentamente hacia un pequeño jardín. Era el jardín delantero de la casa de Anne, que se bajó rápidamente de la escoba al llegar al césped. Canuto dejó la escoba a un lado, pensando que le hubiera gustado que ella no se soltara de él.

-Es aquí- dijo Anne asustada.

-Pues entonces entremos- respondió Sirius.

-¿Entremos?, ¿vas a venir conmigo?- preguntó la
muchacha volteándose hacia él.

-Por supuesto, ¿creíste que te iba a traer aquí para luego irme?, por supuesto que no, además si encontramos mortífagos allí adentro, vas a necesitar ayuda- dijo el muchacho sacando su varita del bolsillo. Anne asintió y después se encaminó hacia la puerta. Levantó la mano para golpear, pero apenas sus nudillos tocaron la puerta, ésta cedió. La muchacha sintió un escalofrío, sus padres nunca dejaban la puerta abierta.

Entraron a la sala de estar. Anne sintió un vuelvo en el estómago al ver como estaba todo. La habitación estaba completamente a oscuras y habían muebles destruidos por todas partes, vidrios rotos en el piso, cortinas rasgadas; indicios de que allí se había llevado a cabo una lucha. Caminaron en silencio, atentos a cualquier movimiento o sonido que delatar la presencia de alguien. Anne iba adelante, con la varita en alto, atenta y diciéndose una y otra vez que habían llegado demasiado tarde. Sirius la seguía, alerta a cualquier posible ataque.

Llegaron a las escalera y empezaron a subirlas en silencio. Al llegar arriba vieron una luz que provenía de una habitación y un sollozo ahogado que les llegaba desde ella. Anne comenzó a correr hacia la habitación y entró rápidamente. Sabía que había llegado tarde, pero no estaba preparada para la escena que la esperaba allí dentro.


Capítulo 7!!!!!!!! demoré un poco más en actualizarlo pero acá está por fin!!!!!...un poquito largo jeje... espero que les guste y que me dejen sus reviews!!!!! Gracias a todos lo q leen la historia. Saludos y nos vemos en el próximo capi!!! Antes de que lean el capi... aclaro q es un capi bastante fuerte y triste... por si están sencibles, déjenlo para otro día :D ...

CAPITULO 8
Palabras de vida



La casa ya estaba llena de gente. Sirius no entendía cómo la noticia había corrido tan rápido y ya tantos se habían enterado.

Había salido al jardín para tomar un poco de aire, aunque hubiera preferido quedarse con Anne. Pero ella quería estar con su familia y era comprensible.

Se sentó en un banco de madera y colocó la cara entre sus manos. ¿Cómo había sucedido aquello?. Y lo peor es que Anne lo sabía antes de que llegaran. Sus presentimientos habían sido ciertos.

No conocía a la hermana de Anne, pero verla allí tirada, el cuerpo sin vida; lo había dejado atónito.
Lo peor había sido el parecido. Anne le había contado que eran gemelas, pero no había podido evitar sentir un vuelco en el estómago al ver aquella muchacha igual a Anne, pero de cabello rubio. Era como verla muerta a ella. Y se dio cuenta cuánto le importaba aquella muchacha loca y histérica, como él la llamaba.

No sintió cuando Anne se sentó a su lado. La miró y se le rompió el corazón al ver su mirada triste y vacía. Estiró la mano hacia ella y le acarició el cabello. Entonces ella volvió su cabeza hacia él.

-No entiendo- dijo la muchacha - No entiendo como pudo pasar esto.

-Linda- dijo Sirius tratando de tranquilizarla- Esto no tiene explicación...

-Es que no imagino la vida sin Sarah- lo cortó la chica- Llegar en el verano y no escuchar su risa... y...- cortó la frase porque las lágrimas empezaron a fluir nuevamente. Su mente viajó a aquel momento en que había entrado a la habitación. El momento en que su vida se había derrumbado.

Vio horrorizada la peor escena que pudiera imaginar. La habitación destrozada, los muebles volteados; y en el centro su padre con el cuerpo de Sarah entre sus brazos.

Richard Shelddon, que siempre había sido fuerte, ahora parecía un niño pequeño tratando de despertar la muchacha que sostenía con desesperación.

Anne recordó el dolor que sintió en el pecho al ver el cuerpo de su hermana, maltratado, con las ropas rasgadas, hecha girones; y con esa mirada de terror, de súplica, de sufrimiento, de dolor. Esa mirada petrificada pidiendo ayuda. Deseando ver en el último segundo de vida el rostro de algún ser querido, para morir tranquila.

Había caminado tambaleante hasta la habitación y se había arrojado sobre su hermana, tomándole la cabeza y gritándole que despertara.

Con los ojos anegados en lágrimas su padre la había reconocido, y había querido sacarla de aquella habitación antes de que ella notara que allí había otro cuerpo. Pero sus intentos fueron en vano, nada podía separar a Anne de Sarah. Nada excepto el cuerpo de la mujer que se hallaba a su lado y ella no había visto.

Fue entonces cuando reconoció a su madre. Yacía de costado, con una mano estirada hacia donde se encontraba el cuerpo de su hija.

Anne sintió que el aire se escapaba de sus pulmones, que el corazón se exprimía en su interior. Soltó un grito agudo antes de desvanecerse.

Volvió al presente, consiente de que aquella escena no se borraría jamás de su mente. Había quedado gravada con la sangre derramada de sus seres queridos.

-Me voy a morir- dijo entonces secándose las lágrimas.- No puedo vivir sin ellas, simplemente no puedo seguir adelante. Voy a morir.

-No, no digas eso Anne. Tú no vas a morir, vas a seguir adelante.- dijo Sirius sin dejar de acariciar la suave cabellera de ella.

-¡No Sirius!, no voy a seguir, no quiero seguir.- gritó Anne de pronto- ¿Para qué?, ya no las tengo a ellas, ¿qué importa si vivo o no?.

-Pues importa y mucho- respondió Sirius- En primer lugar le importa a tu padre, ¿crees que él quisiera perderte ahora Anne?. Tú eres lo único que él tiene, tienes que mantenerte por él. En segundo lugar le importas a tus amigos, ¿o piensas que Lily podría vivir si ti?. Y en tercer lugar yo...

Anne miró a Sirius confundida, tratando de que aquellas palabras entraran en su mente.

-Tienes razón- respondió bajando la cabeza- Mi padre me necesita. Tengo que vivir por él, por Lily...

-Si- dijo Canuto abrazando a la chica. Tienes que hacerlos por ellos, y por mi.

-Pero es tan difícil- añadió Anne descansando su cabeza sobre el pecho de él- Ahora que ellas no están...

-Ellas si están, van a estar siempre a tu lado- respondió el muchacho- ¿O crees que tu madre y Sarah te van a abandonar?, no pequeña, ellas van a cuidar de ti. Piensa que son ángeles que ahora velan por ti.

Anne miró a Sirius como si lo viera por primera vez. Nunca hubiera imaginado que detrás de ese chico engreído y superficial, se encontrara alguien con la sensibilidad suficiente para decirle aquellas palabras.

-¿Tu crees?- preguntó mirándolo a aquellos ojos grises.

-Por supuesto, estoy seguro.- respondió él sonriendo

-¿Porqué estás tan seguro?.

-Porque es lo que haría yo. Si muriera, no me alejaría de ti.- respondió Sirius.

-¿Serías mi ángel?- preguntó Anne.

-Si, lo sería. El ángel más guapo de todos, ¿qué me dices?- dijo él alzando la cabeza.

-Digo que estás loco- respondió Anne esbozando una pequeña sonrisa- Pero que me gusta la idea.

-¿Es un trato entonces?- dijo Canuto.

-¿Un trato?- preguntó Anne sorprendida.

-Si, si yo muero cuidaré de ti, y si tu mueres lo harás de mi. ¿Que me dices, quieres ser mi ángel?.

Anne sintió cómo el corazón le daba un vuelco.

-Si- respondió aferrándose más a él- Lo prometo.

-Así me gusta pequeña.- dijo él abrazándola con
más fuerza- Pero por ser mi ángel tienes que mantenerte aquí conmigo, con tu padre, con tus amigos. No quiero que vueles todavía.

-No te hagas problema. Me quedaré. No ha llegado aún mi hora de volar- respondió Anne cerrando los ojos y abandonándose a la seguridad que le ofrecían aquellos brazos.

Sirius asintió satisfecho. Esperaba que aquellas palabras ayudaran a Anne seguir adelante. No sabía lo que ellas significarían para la muchacha. Ni tampoco que las palabras dichas aquella noche, volverían a su memoria muchos años después.
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La lluvia caía fuertemente sobre las figuras. En el cielo las grises nubes se arremolinaban, como en una triste danza que acompañaba la caravana.

Las figuras vestidas de negro habían acudido a dar el último adiós a Sarah y su madre.

Sirius acompañaba a Anne. Caminaba a su lado firmemente, sin demostrar la curiosidad que le producía estar rodeado de muggles. Entre la multitud vislumbró a algunos magos, e incluso a algunos profesores de Hogwarts, pero la gran mayoría eran muggles, ya que tanto Sarah como su madre lo eran.

Siguió la caravana hasta que se detuvieron, y vio asombrado como Anne se acercaba a los dos cajones. Tuvo un impulso de acercarse a ella, pero después se percató de que aquella despedida le correspondía sólo a ella.

Anne tocó el cajón de su madre y hermana con las manos, y un escalofrío le recorrió el cuerpo, de sólo pensar que no las vería nunca más. Se sintió desfallecer y por unos minutos pensó que ella tendría que estar allí dentro, acompañándolas.

-Mamá, Sarah, ¿cómo voy a hacer para vivir sin ustedes?- susurró bajando la cabeza y sollozando.
Entonces recordó las palabras de Sirius. Cerró los ojos y la imagen de su hermana en sus brazos le vino a la mente.

De pronto la imagen de su inexpresivo rostro se transformó y la vio sonreír, con sus cabellos rubios recogidos por trenzas como siempre lo usaba.

Recordó la tarde de verano en que, sentadas bajo un viejo álamo, ella le había pedido que le cambiara el color del cabello. Era justo después de que Anne regresara de su primer año en Hogwarts.

Por supuesto Anne no sabía en esa época hacer aquel hechizo; pero lo había buscado, hasta encontrarlo, para darle el gusto a su hermana.

Recordó las veces que habían jugado con la escoba, llevándola a volar. Cuando le contaba todo sobre Hogwarts y la magia, mientras Sarah le peinaba el cabello, escuchando en silencio, imaginando cada detalle.

Una era bruja, la otra una simple muggle, pero desde el momento en que ambas miraron el mundo por primera vez, había habido una conexión imposible de romper, incluso por las barreras de la magia. Una conexión que pasa por el corazón, por los sentimientos. Una conexión que Anne aún sentía, a pesar de que ella ya no estaba a su lado. ¿O lo estaba?.

Las palabras de Sirius vinieron a su mente: ...ellas van a cuidar de ti. Piensa que son ángeles que ahora velan por ti.. Y entonces lo supo, supo que aquello era cierto, ellas no la habían abandonado.

Se volteó y vio al muchacho de cabello negro y ojos grises que estaba detrás de ella. Y comprendió que si él no hubiera estado en ese momento con ella, probablemente se hubiera vuelto loca.

Sirius se acercó a ella lentamente y la abrazó.

-Yo estoy contigo- le dijo en un susurro- No lo olvides.

-Nunca lo olvidaré- respondió Anne sabiendo que aquel muchacho le había salvado la vida.

Aca está el capítulo 8!!!!!... me demoré un poquito más pero bueno acá está... se que es bastante triste... en realidad cdo lo leí pensé que había quedado demasiado triste, pero bueno... es necesario esta historia tb es de Drama y Tragedia además de romantica!!!! jeje... tb es más corto q los demás, pero pensé q no hacía falta torturárlos más de la cuenta jeje... Espero q les haya gustado y me dejen sus reviews!!!... Miles de gracias a todos los q leen la historia y me escriben!!! Saludos y nos vemos en el próximo capi... CAPITULO 9

Look What You've Done



La muchacha observaba el lago tratando de contener su impulso de llorar. Una hermosa cabellera rojiza le caía por la espalda, dándole el aspecto de una ninfa junto a aquel espejo azul.

-Lily, ¿estás bien?.- sintió que alguien preguntaba detrás de ella. Se volteó y se encontró con un muchacho de cabello rubio y hermosos ojos color miel.

-Remus- dijo la pelirroja volteándose nuevamente hacia el lago.- No- agregó lanzando un sollozo ahogado- No estoy bien.

Lupin se sentó a su lado y le pasó la mano sobre los hombros tratando de calmarla.

-Tranquila Lilian- dijo en un susurro.- Anne estará de vuelta en unos días, dentro de muy poco podrás verla.

-No quiero verla en unos días, quiero verla ahora- sollozó la muchacha- No es justo que Black esté con ella y yo no. Soy su amiga, su mejor amiga, tendría que estar acompañándola.

-Entiendo que quieras estar con ella, pero entiende tú porque no te dejaron ir a lo de Anne.

Lily miró al licántropo con los ojos anegados en lágrimas. Ella sabía perfectamente que no la habían dejado salir por su seguridad. Después de todo ella era una sangre impura, y corría peligro fuera de Hogwarts.

-Lo sé, y lo entiendo. Pero aún así me siento mal por no estar con Anne.- dijo la chica secándose las lágrimas al ver que una figura se acercaba hacia ellos.

-¿Ocurre algo?- preguntó James cuando llegó junto a ellos.

-Lily se siente mal por lo de Anne- dijo Remus al ver que ella no respondía. James asintió y se sentó.

-¿Te gustaría estar con ella, verdad?- preguntó el muchacho observando aquellos ojos color esmeralda que lo volvían loco.-Si quieres yo podría llevarte....

-¡James!- dijo Remus cortando a su amigo- No seas tonto, ¿no ves que Lily no puede salir del castillo?. Corre peligro afuera.

-Si creo que tienes razón... - dijo James despacio.

-Gracias de todas formas- dijo la muchacha rompiendo el silencio en el que se había sumido desde la llegada de James. Todavía estaba enojada con él desde lo ocurrido en la enfermería, pero en esos momentos no tenía ganas de pelear con nadie. Al contrario, necesitaba amigos. Y allí estaban Remus y James dándole su apoyo. ¿Quién lo hubiera pensado?.

-Sirius envió una lechuza- dijo Cornamenta sacándola de sus pensamientos- Dice que vuelven dentro de dos días- trató de consolarla.

Lily suspiró, tendría que esperar dos días para ver a su amiga y eso la exasperaba.

-Ella lo sabía- dijo en voz baja para sí misma- Lo sabía y yo no lo vi, ¿cómo pude ser tan ciega?.

-¿Perdón?- preguntó Remus mirando a la pelirroja- ¿decías?.

-Si, ¿quién lo sabía?- inquirió James.

-Anne- respondió Lily después de meditar unos segundos.- Verán ella es muy especial. Tiene... como podría decirse... presentimientos...

-¿Presentimientos?- preguntó Cornamenta.

-Si, ella presiente cuando va a pasar algo. Desde chica le ha sucedido, y no sólo eso, a veces sus presentimientos se le manifiestan en sueños, como premoniciones.- explicó la pelirroja sin saber porqué le contaba todo eso a los dos merodeadores.

-¡Guau!, ¿cómo puede ser eso posible?- dijo James.

-No sé, pero lo es. Y sobre todo cuando se trataba de su hermana, al ser gemelas tenían una conexión muy especial. Anne podía sentir lo que le sucedía a Sarah.

-Esto va a ser muy difícil para ella- dijo por fin Remus.

Lily asintió y dejó que una lágrima se escapara de sus ojos. Al verla James la abrazó dulcemente y ella no se alejó. En esos momentos se sentía a gusto en sus brazos.
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Los dos días pasaron lentamente. Todo el castillo se había enterado de la noticia y todos estaban conmocionados. Algunos se habían asustado y practicaban encantamientos de defensa a toda hora; otros no paraban de hablar del tema y de que los mortífagos cada vez eran más. Y un grupo, de Slytherin, celebraba orgulloso por los pasillos provocando peleas en cada esquina.

Por su parte Lily se había vuelto inseparable de Remus y James en esos días. No quería estar sola y se sentía muy bien con ellos, que le daban su apoyo en todo momento y pretendían hacerla reír y olvidar un poco la tragedia.

Severus Snape, por primera vez en su vida, había dejado de asistir a clases y se la pasaba recorriendo los pasillos. Su aspecto había vuelto a ser el del viejo Snape, sino peor aún, ya que había perdido interés en cualquier arreglo hacia su persona. Sólo pensaba una cosa, y era en Anne y en el hecho de que Black la estaba acompañando en el peor momento de su vida y él no.

Así llegó el día en que Anne volvió a Hogwarts.

Dio el primer paso en el castillo y sintió que tenía ganas de salir corriendo de allí. Ahora tendría que enfrentar a todos sus compañeros y profesores sintiendo lástima por ella y diciéndole cuánto lamentaban su pérdida. Cómo si ellos supieran lo que ella sentía por dentro.

Sin embargo cuando quiso retroceder se encontró con el cuerpo de Sirius que se lo impedía.

-Linda, recuerda lo que hablamos- dijo él tomándola de la mano.

Y así entró al castillo que era su hogar y agradeció haberlo hecho. Apenas puso un pie se encontró con Lily que la esperaba ansiosa y la abrazó durante por lo menos diez minutos.

-Anne... amiga- dijo la pelirroja conteniendo el llanto. Sabía que delante de ella no tenía que llorar, sino darle fuerzas.- Yo estoy aquí, siempre voy a estar. Sabes que eres mi hermana y nunca te voy a dejar- agregó.

Los días pasaron y Anne sentía que cada día era una eternidad. Caminaba por los pasillos como si fuera una zombie y trataba de no prestarle atención a la mirada de todos.

Para su asombro, Sirius parecía haber hecho un cambio radical con respecto a ella, y la acompañaba a todos lados. A veces hablaban, y a veces no decían nada, pero ella agradecía el hecho de que él estuviera allí, a su lado.

Pero no sólo Sirius la cuidaba, también Remus y James, junto con Lily, se hicieron inseparables y la seguían a todos lados, haciendo siempre algún chiste para hacerla reír. Así Anne encontró en los merodeadores, unas personas que nunca hubiera imaginado. Encontró amigos.

Por su parte Snape le hacía visitas furtivas a la biblioteca, donde ella normalmente se encontraba sola. Severus siempre había sido una persona poco elocuente, por lo que se limitaba a sentarse a su lado a ayudarla con alguna tarea, o simplemente a ofrecerle su compañía.

La situación era difícil y todos sabían que tal vez Anne nunca volvería a ser la misma. Sin embargo la muchacha castaña volvió de apoco. Primero fueron algunas sonrisas a los comentarios tontos y sin sentido de alguno de los merodeadores, o una mueca de agradecimiento a Snape por su compañía.

Después aparecieron las risas y los chistes; y la tarde que tuvo una fuerte pelea con Sirius, todos festejaron su arrebato, por lo que terminaron tomando cerveza de manteca a escondidas en la Sala Común.

Anne volvía durante el día, pero durante la noche, sólo ella sentía el dolor en su corazón y derramaba amargas lágrimas por su pérdida.
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-Voy a encontrarme con Sirius- dijo la muchacha castaña mirando a Lily. Ya había anochecido y ella se estaba preparando para una salida furtiva.

-Ajá- dijo detrás de ella la rubia Vivian- Así que de pronto la chica que odiaba a Sirius Black, ahora parece que no lo odia tanto. En los últimos dos meses has pasado mucho tiempo con él y los merodeadores. Las dos- añadió señalando a Lily.

-Bueno puede ser un estúpido engreído- respondió Anne- Pero es muy buena persona y le debo mucho.

-Si. La verdad que todos se han portado muy bien con nosotras- dijo Lily.- Potter y Black a veces son un incordio, pero otras son muy graciosos; y Remus es sinceramente la persona más buena que he conocido.

-Lo sé querida, sólo te digo que tengan cuidado porque el club de fans de los merodeadores están un poco celosas. Especialmente de ti.- añadió Vivian señalando a la castaña.- Y me refiero a más de la mitad de la escuela.

Anne sonrió, ya sabía de aquellos celos. Pero eso poco le importaba ahora, ella y Sirius nunca podrían tener algo más que una amistad. Él podía ser muy buen amigo, pero como algo más sería terrible, sobre todo porque era muy conocida su afición por andar con más de una chica a la vez.

Salió de la Sala Común y caminó por los pasillos dirigiéndose a la torre de Astronomía. Llevaba unas ranas de chocolate escondidas en el bolsillo para que Sirius le entregara a Remus. Ahora que conocía la debilidad del licántropo por el chocolate, le regalaba alguno cada vez que podía. Era un forma de agradecer todo lo que había hecho por ella.

Entonces sintió un ruido. Era el ruido de uno pasos.

Se detuvo expectante, pero en el momento que paró, los
pasos también se detuvieron.

Volvió a caminar metiendo la mano en el bolsillo de la túnica y tomando su varita. De pronto una mano la tomó del brazo y volteándola le tapó la boca.

Sintió cómo era arrastrada al interior de una de las aulas.

-¡Severus!- dijo cuando vio quien era su captor- ¡Pero que diablos haces!, me has dado terrible susto.- añadió respirando aliviada y guardando su varita.

-Lo siento Anne- dijo el muchacho algo apenado- Es que necesito decirte algo, pero es muy delicado.

-¿Qué, sucede algo malo?- preguntó la muchacha preocupada.

-Bueno... es algo que oí..- prosiguió Snape algo inseguro- No sabía si decírtelo o no... pero creo que debes saberlo.

-¿Qué es por favor?!, ¡dímelo ya!- dijo Anne ansiosa.

Snape no era una persona que anduviera con rodeos, él siempre decía lo que tenía que decir en pocas palabras. Por eso la preocupaba el titubeo del muchacho.

-Es sobre... los mortífagos que entraron a tu casa aquella noche- soltó por fin.

Anne sintió que su corazón se detenía, incluso dejó de respirar esperando que Severus continuara.

-Sólo sé de dos de ellos...- prosiguió el muchacho- No sé cómo hicieron para salir y entrar de Hogwarts y...

-¡Por las barbas de Merlín Severus!, dímelo de una vez por todas- lo cortó chica.

-Dos de ellos... Bellatrix y Regulus Black- dijo rápidamente Snape.

Anne se quedó dura como una piedra. Aquello no podía ser cierto, ¿acaso el hermano de Sirius y su prima habían asesinado a su hermana?. No podía ser, era imposible.

Sintió cómo todo le daba vueltas y tuvo náuseas. Se apoyó contra la pared respirando profundamente.

-¡Anne!, ¿te sientes bien?- preguntó Snape preocupado.

Pero ella ya no lo oía. En menos de un segundo apartó al muchacho que tenía enfrente y salió corriendo.

Sus pies no se detuvieron hasta entrar a la torre de Asrtronomía. Al abrir la puerta vio a un muchacho de cabellos azabache y penetrantes ojos grises que la miraron brillantes.

-¡Anne!- dijo Sirius estirando los brazos.- ¿Cómo anda mi pequeña hoy?.

La chicas sintió una furia incontenible recorrerle por las venas. Sin saber lo que hacía se abalanzó sobre Sirius.

-¡Maldito!- gritó enfadada mientras le lanzaba puñetazos al pecho del muchacho que se quedó duro ante su reacción.- Maldito tú y toda tu familia. Te odio, a ti y a todos los Black.- prosiguió enfurecida sin dejar de golpear a Sirius que trataba de detenerla.

-¡Anne, tranquila!, ¿qué rayos sucede?- preguntó Canuto sin entender aquel ataque.

-¿Cómo pudiste hacerme esto?- preguntó la chica sollozando.

-¿Qué hice?, no entiendo- dijo él tomándola de los brazos para detener la lluvia de golpes que ella le daba, y que ahora habían perdido fuerza.

-Tu familia...- sollozó furiosa intentando zafarse, pero lo único que logró es que Sirius la rodeara con sus brazos.

-Los voy a matar...- dijo Anne contra el pecho de él- Y no me importa que sea tu familia yo los odio, a todos lo Black, maldito seas.- prosiguió comenzando a moverse para salir de aquel abrazo.

Pasaron unos minutos en que Anne forcejeaba y Sirius la tenía aprisionada contra su pecho, hasta que por fin ella dejó de moverse y él la soltó un poco para verle el rostro.

Entonces Anne logró soltar una mano y le pegó una bofetada con sus escasas fuerzas, desatando toda su furia.

Sirius no se movió ante aquello y ella no pudo evitar aquellos ojos grises, tan profundos y que la miraban con tal intensidad que sintió cómo sus piernas se aflojaban. Y así, con la misma furia que lo había golpeado, le tomó la cara y lo besó.

Él le rodeó la cintura con los brazos y la aprisionó más contra su cuerpo, respondiendo a aquel beso como si lo hubiera estado esperando.

Se besaron durante unos minutos contra la pared de piedra, con pasión contenida, casi con furia. Hasta que, cuando por fin se separaron, Anne sintió que sus piernas ya no la sostenían y se dejó caer al piso, apoyando la espalda contra la pared.

Colocó la cabeza entre sus manos y empezó a llorar desconsoladamente.

Sirius se arrodilló a su lado y pasó un brazo sobre sus hombros, sin decir nada, dejando que ella descargara todo su dolor, como segundos antes, había dejado que descargara su furia.

-Yo...- sollozó Anne- No puedo creer que tu familia...

-Querida, no sé que ha hecho esa familia- dijo Sirius- Pero ellos ya no son mi familia.

-¿Qué?- preguntó la muchacha levantando la mirada hacia él.

-Que hace tiempo que ellos no son mi familia, es más, yo ya no vivo con ellos. En el verano me escapé y me fui a vivir con James, simplemente no soportaba ni un segundo más aquella casa.

Anne se secó las lágrimas y respiró profundo varias veces.

-Yo no sabía... lo... lo siento- dijo a modo de disculpa por su comportamiento.

-No te disculpes linda, ahora dime que fue lo que sucedió.

-Alguien... me enteré... que tal vez los que entraron aquella noche en mi casa- dijo la muchacha sin apartar su mirada de la de él- Fueron tu hermano y tu prima...

Sirius la observó unos segundos tratando de entender sus palabras. Cuando por fin estas cobraron sentido sintió tal furia recorrer por sus venas que pensó que estallaría. Se puso de pie y golpeó la pared con un puño.

-¡Maldición!- dijo casi en un grito- ¡Regulus y Bellatrix!. Los voy a matar- agregó caminando hacia la salida.

-¡No!- gritó Anne levantándose y tomando a Sirius del brazo.

-¿No?, creí que tu también los querías ver muertos- dijo el muchacho volteándose a mirarla. Había tal furia en su mirada que Anne sintió miedo- Te juro que van a pagar lo que te han hecho- prosiguió Sirius.

-No quiero que hagas nada. Es tu hermano y tu ...

-Ese monstruo no es mi hermano- la cortó el muchacho- Ahora déjame ir que los...

-Por favor Sirius no vayas- dijo Anne que, sin saber porqué, sentía miedo ante el hecho de un enfrentamiento.

-Anne no me va a pasar nada- replicó el chico furioso.- Yo solo puedo arreglarme con ellos y más si quieren, ¿o crees que les tengo miedo?.

-¡Ah, deja por un minuto tu ego de lado!- gritó la castaña furiosa- Lo que menos necesito ahora es que te pase algo a ti. No irás esta noche solo, a enfrentárteles.

Sirius observó a la muchacha que lo miraba suplicante.

-Por favor- insistió Anne- Sólo te pido que te quedes conmigo- agregó abrazándolo.

Al verse rodeado por sus brazos Canuto se relajó un poco. La abrazó fuertemente y le acarició el sedoso cabello.

-Esta bien, no iré- dijo por fin- Me quedaré aquí contigo.

Anne se sintió aliviada. El miedo que se había apoderado de ella se esfumó en los fuertes brazos de él.

Entonces lo vio claramente. Sirius nunca podría ser un amigo, porque ella lo amaba. Ahora lo sabía.

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Por fin el capi 9!!!!! Perdón x la demora pero es q he estado bastante ocupada... pero prometo no demorar tanto para el próximo capi!!... Gracias nuevamente a todos los q leen esta historia y los q me dejan sus reviews!!!... saben q sin ustedes esta historia no podría seguir porq es gracias a sus reviews q puedo seguir escribiendo!!... asiq plis escríbanme!!!! Saludos!! :D
PD: Desde este capítulo responderé los reviews en el mismo capi... creo q es más cómodo para q ustedes lo lean :D

Lupo_Edzna: Colega!!!!!! no sabes la emoción q me dio encontrar un review tuyo!! :D ...me alegro muchísimo q te haya gustado la historia. Es mi primer fic, y la verdad me costó tomarle la mano a esto de escribir sobre personajes no creados por uno mismo. Es más difícil porq hay q respetar los límites de Rowling y seguir con la personificación q ella le da a los personajes. Me alegra que me digas q he podido captarlo bien!! :D Bueno colega ayer empecé a leer tu fic y déjame decirte q me encantó!!.. cdo lo termine te dejaré mi review :D... Nos vemos linda y cuidate!!!

Akroma: Hola Akroma!!!... mi fiel lectora desde el principio :D ... en verdad el capi anterior es triste... quise hacerlo realista, el dolor de la pérdida de un ser querido es terrible, x eso pensé que necesitaban un capítulo entero para mostrar el dolor de Anne... además de q ese capi es muy importante, sobre todo por la promesa q se hacen... Gracias x seguir leyendo y estar siempre ahí!... Besos y nos estamos hablando!! :D

Silvia: Hola Silvia!!...me alegra q te guste el fic... he tratado de mostrar todo eso para hacer el fic más real... depués de todo en la vida hay mezcla felicidad y tristeza y me gusta mostrar ese realismo en mis fics... aunq a veces sea un poco trágico... Saludos y muchas gracias x leer y dejarme tu review... Nos vemos en el próximo capi!!

Patito@potter: Hola Patito!!... me alegro mucho q te guste... aunq el capi anterior fue bastante triste realmente... pero justamente es eso lo que une más a Anne y Sirius, porq es cmo tu dices, en esos momentos vemos realmente a quienes tenemos al lado... y eso lleva a q en este capi Anne se de cta. de sus sentimeintos hacia Sirius.. Besos y gracias x escribir!!.. nos vemos en el próximo capi!!...

elisa_evans: Hola elisa!!! me alegro q te guste la historia... el capi enterior es muy triste.. pero necesario sobre todo por la parte de la promesa ... esa parte creo q es muy bonita. Asiq les entraron ganas de llorar?... bueno cdo yo escribi el capi lo hice con una canción bien triste... y ni te cuento jeje... Gracias x escribirme y espero q lo sigas haciendo! :D.. saludos para ti y tu amiga!! Bye!!


JULLYNo me atribuyo los derechos de autor de los personajes de esta historia, excepto los salidos de mi imaginación. La publicación de este fan fiction es sin fines de lucro

CONTESTACIÓN DE REVIEWS AL FINAL DEL CAPÍTULO!!! (Dedico este capi a mi amiga Akroma)

CAPITULO 10

Como Decirte...Te Amo.



El hombre entró en el recinto con un papel en la mano. Una sonrisa se dibujaba en su rostro, era la sonrisa de un nuevo triunfo.

Con la mirada buscó en la estancia hasta que, en una esquina, pudo vislumbrar una silueta.

-¿Señor?- preguntó con voz firme. La noticia que tenía para darle a su señor lo pondría de muy buen humor.

-¿Si Edward?- siseó la figura sin moverse. El hombre sintió un escalofrío, admiraba el poder que tenían cada una de las palabras de aquel hombre que se estaba convirtiendo en líder.

-Buenas noticias, ha llegado el informe de la semana- respondió Edward orgulloso.

La figura se volteó a verlo, una sonrisa se dibujaba en sus finos labios.

Era un hombre joven de unos de unos treinta años, alto, de contextura física delgada y huesuda, tez pálida. Sus ojos, que alguna vez habían sido grises, ahora danzaban entre tonalidades rojas y ocres, dándole un aspecto terrorífico. Su cabello oscuro, contrastando con la palidez blanquecina de su piel, lo hacían aún más misterioso.

Aún podía distinguirse una belleza extravagante debajo de ese aspecto feroz.

Pero era su porte, sus palabras, su seguridad, su inteligencia, su poder, lo que atraían a los magos a unirse a la causa que él pregonaba.

Si, él era Lord Voldemort, un muchacho huérfano que había decidido trazar su propio destino y arrasar con todo aquel que se le opusiera.

Aún era joven, pero su poder ya era inmenso y empezaba a hablarse con temor de él. Estaba seguro que en unos años su nombre sería temido por todo el mundo.

Por ahora se contentaba con unas apariciones furtivas, con charlas a algunas multitudes, con promesas de pureza de la raza.

En su interior sabía que eso era sólo el comienzo.

Él avanzaba lentamente, cauteloso, como un reptil en busca de su presa, con sigilo y sin desvelar nunca la totalidad de sus planes. Eso lo sabía sólo él y nadie más. Ya llegaría el día en que su sola presencia impondría tal miedo que nadie, ni sus seguidores, se animarían a mirarlo a los ojos.

Por ahora, planeaba, maquinaba, convencía, mentía, utilizaba, traicionaba, buscaba. Se movía entre sombras y a la luz del día, siempre dispuesto a encontrar en la mirada de un hombre, lo que necesitaba para su causa.

Se acercó al hombre que sostenía el papel.

-¿Qué tal nos fue?- preguntó con suavidad pero firme.

-¡Excelente Señor!- dijo Edward orgulloso.

-¡Estúpido!- pensó Tom, cree que la victoria es suya, y la victoria es mía, siempre es mía.

-Bien- dijo apartando sus pensamientos, ya tendría oportunidad de darle su merecido a ese hombre. Por ahora lo necesitaba.- Dame los apellidos- agregó.

-Kedmells, Roberts, Andderson, Wallace, Birthon y Sheldden- dijo Edward triunfante.

-¿Todos muertos?- preguntó Voldemort.

-Toda la familia Kedmells, Roberts, Wallace y Andderson. De los Birthon quedó uno de los hijos, pero está internado en San Mungo y no creen que sobreviva. Y los Sheldden sobrevivió el padre y una de las hijas que estudia en Hogwarts- informó el hombre.- La esposa y la hija que fallecieron eran muggles.

-¡Perfecto!- dijo Tom saboreando aquellas muertes como si él hubiera estado presente.- Creo que con eso el ministerio sabrá que no bromeamos.

Ya se acercaba el momento en que comenzaría la encarnizada batalla, y él estaba preparando el terreno para ser el único ganador y dueño de todo.
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-¡¿Qué?!- preguntó Sirius sobresaltado ante lo que le acababa de decir la profesora McGonnagal- ¿Hasta que termine el curso?, ¡eso no es justo profesora...!- empezó a protestar. Pero Minerva estaba demasiado furiosa como para permitirle rezongar, por lo que de una sola mirada, lo cayó inmediatamente.

-¡Tendría que haberlo expulsado Señor Black!- dijo enojada- Por suerte logré convencer al director de que le pondría un castigo ejemplar para que le permitiera quedarse. Así que tendría que estar agradecido.

Sirius asintió, sabía que debía agradecerle no ser expulsado, pero lo enfurecía demasiado que lo castigaran por darle un merecido a los que habían entrado en casa de Anne. ¿O acaso nadie se daba cuenta que su hermano y su prima eran unos malditos asesinos?. ¿Porqué todo el mundo de pronto parecía hacer la vista gorda a todo lo que sucedía?.

-Mire Señor Black- dijo Minerva por fin cuando vio que el muchacho no respondía.- No apruebo que halla atacado de esa forma a dos alumnos de esta institución...

-Pero ellos...- empezó Black.

-Sin embargo- prosiguió la profesora sin prestarle atención- Tampoco estoy de acuerdo en que no se halla hecho nada para averiguar si fueron ellos quienes entraron esa noche en lo de la Señorita Sheldden. Creo que el ministerio no está llevando bien las cosas, pero no quiero que mis alumnos tomen venganza por mano propia, puede ser muy peligroso, ¿me oye?. Así que por favor, no se meta en más problemas hasta que termine el curso y hablaremos entonces sobre si el año que viene puede seguir en esta institución o no.

Sirius asintió y salió del despacho de McGonnagal.

Estaba un poco mareado ya que hacía sólo unas horas que había salido de la enfermería. El enfrentamiento con su hermano y su prima había sido duro, y los tres había terminado en la enfermería por una semana.

Pero él se sentía satisfecho, aunque hubiera preferido que Regulus y Bellatrix desaparecieran de su vida y la de Anne para siempre.

-¿Qué sucedió?- preguntó James cuando lo vio aparecer por el pasillo. Detrás de él estaban Anne, Lily y Remus, que se apresuraron a alcanzarlo.

-Si, cuéntanos- dijo Anne ansiosa.

-Estoy castigado hasta que termine el curso- respondió Sirius esbozando una sonrisa tranquilizadora a Anne- Sólo no puedo ir a ninguna salida de Hogsmeade y los fines de semana ayudaré a Filch a limpiar y ordenar, y tampoco puedo asistir a ningún baile que se haga. Pero no fue tan malo después de todo ¿no?, podrían haberme expulsado- dijo mirando a la castaña.

-¡Y nosotros nos quejábamos!- dijo James. Al resto de los merodeadores y a Anne, los habían castigado un mes por participar al final de la pelea, junto con Lucius Malfoy y otros alumnos de Slytherin que también se habían unido al final de la lucha.

-Ay Sirius, ¿porqué eres tan terco?- dijo Anne- Te dije que no te enfrentaras a ellos, pero claro, tenías que hacerlo. Dime ¿qué ganaste con eso?- preguntó.

-Una satisfacción increíble al ver a mi hermano rogando como un niño que no lo matara- rió Sirius seguido de James que lanzó una carcajada al recordar la escena.

-¡Hubiera jurado que se iba a hacer encima!- dijo James. -¿Vieron cómo le temblaban las piernas?- agregó doblándose de la risa.

-Ajá, muy gracioso James- dijo Lily con tono sarcástico- Sobre todo cuando un maleficio casi le da a uno de tercero que pasaba por allí.

-Si, ¡y más gracioso cuando Bellatrix te atacó por la espalda mientras tu hermanito te imploraba!- explotó Anne furiosa- Yo no le veo nada de gracioso a todo esto Black, sólo que te comportaste como un idiota, cuando te dije que no te acercaras a ellos. ¿Ahora estás contento que tu grupo de fans anda sintiendo pena por ti por todo el colegio?, ¿era eso lo que querías verdad?.

-Anne no...- empezó Sirius.

-¡Anne nada!, sigues siendo el mismo estúpido de siempre- terminó la muchacha mientras se volteaba y se iba corriendo por uno de los pasillos.

-¿Y ahora que le pasó?- preguntó James.

-Ah Potter- dijo Lily- Definitivamente eres pésimo para entender a las personas.

-Oye yo tampoco entiendo- dijo Canuto mirando a la pelirroja, a la espera de una explicación.

-Es muy simple Black- respondió Lily intentando mantener la calma ante aquellos dos muchachos que le hacían perder la paciencia- Anne acaba de salir de una pérdida muy dolorosa y tiene miedo de que le pase algo a las personas que quiere. Te pidió que no pelearas con Regulus y Bellatrix, estaba aterrorizada ante la idea, y tú vas y te bates a duelo con ellos y terminas en la enfermería. No sabes lo que Anne sufrió cuando te vio desmayado. Realmente te portaste como un idiota.

-¡Pero yo lo hice por ella!- explotó Sirius.

-Pues hiciste muy mal, si hubieras actuado por ella, te hubieras quedado en tu lugar sin poner en riesgo tu vida ni la de los demás- respondió la muchacha.

-Tiene razón- dijo Remus que se había mantenido a raya de la conversación- Anne está muy asustada por lo que pasó.

-¿Ven lo que digo?- siguió la pelirroja- Así que la próxima vez traten de portarse un poco más juiciosos antes de seguir sus instintos de machos protectores- terminó Lily alejándose del grupo.

-¿Todas las mujeres serán así?- preguntó Cornamenta cuando la muchacha se hubo marchado.- ¿O simplemente a nosotros se nos ocurre juntarnos con un par de locas?.

-Una loca que te vuelve loco desde que la viste- dijo Remus sonriente.

-Bueno, pero eso no quita que esté loca, ¿verdad?.- dijo James intentando robarle una rana de chocolate que sobresalía del bolsillo de Lupin.- ¿Tú que piensas Canuto?- preguntó.- ¿Canuto...?.... ¿Y este adonde se fue?- dijo al ver que su amigo ya no se hallaba con ellos.

-A buscar a su propia loca que lo vuelve loco- dijo Remus esquivando la mano de James que en ese momento estaba por robarle el chocolate.
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-Lo....lo siento- dijo Sirius cuando llegó junto al lago.

Allí estaba Anne, sentada, contemplando el agua, con los brazos alrededor de las rodillas. Cuando ella levantó la vista, él se dio cuenta de que había estado llorando.

-Actué impulsivamente- siguió Canuto sentándose a su lado- Pero yo soy así, ¿sabes?. Me dejo llevar y cuando me doy cuenta ya estoy metido en un gran lío.

-Lo sé Sirius- respondió la chica secándose los rastros de lágrimas- Sé que eres así, pero deberías pensar un poco antes de actuar. Está bien ser así para un niño, pero tú ya no eres un niño, tus actos traen consecuencias y debes pensar en ellas antes de actuar.

-Como siempre cuando hablas de esa forma, no puedo llevarte la contra- dijo el muchacho- Pero tampoco fue para tanto linda, en todo momento supe que tenía todo bajo control.

-Si claro, ¿también en el momento en que Bellatrix te lanzó un crucio por la espalda?, imagino que eso estaba en tus planes ¿no?- respondió la chica clavándole una mirada de reproche.

-Bueno tal vez me distraje un poco viendo como Regulus imploraba- dijo Sirius- Pero es que fue tan divertido verle la cara...- se cortó al ver que Anne movía la cabeza en señal de negación.

-Tu no entiendes nada- dijo la muchacha.

-¿No entiendo qué?- preguntó el muchacho intentando descifrar la mirada de su amiga.

-Cuánto me importas Black- respondió ella intentando contener las lágrimas- Tú, Lily y el resto de los merodeadores son lo único que me queda.

-Anne yo..-

-Nada Sirius, no sabes cuán importante se han vuelto ustedes en mi vida. Si no fuera por ustedes..- dijo Anne empezando a llorar- Si no fuera por ti, yo no estaría aquí. Y ahora que tengo algo a lo que aferrarme para seguir viviendo, tú te haces el héroe y pones en peligro tu vida- siguió hablando cada vez más fuerte- ¡Dime qué haré yo si a ti te pasa algo!, ¿cómo podré seguir con mi vida- gritó- ¿no te das cuenta de que te amo?-. Cuando acabó la frase deseó no haberla dicho y hundió más la cara entre sus manos.

-¡Maldición Anne!- se dijo sin poder creer que acababa de declarársele al muchacho que tenía al lado- ¿Porqué no cuidas un poco más lo que dices?. Ahora se va a arruinar todo.

Sintió que pasaba una eternidad con la cara oculta entre las manos. Incluso llegó a pensar que Sirius se había ido.

Pero entonces sintió sus manos que le acariciaban el pelo y se animó a levantar el rostro hacia él.

Sus ojos se cruzaron con los grises de él y sintió que el corazón le daba un vuelco. Vio como Sirius se acercaba lentamente a ella y, sin apartar las manos de su cabellera, la besó.

Anne sintió que el mundo se hundía bajo sus pies y agradeció el estar sentada, porque si no seguro que sus piernas no la habrían sostenido.

-Linda- dijo Sirius una vez que se separaron.

-Espero que esto no sea uno de tus impulsos Black- respondió Anne. No podía creer que él la hubiera besado después de lo que ella acababa de decirle, ¿acaso eso significaba que él también...?.

-Todo lo que hago desde que estoy cerca de ti lo hago por impulsos- respondió él- Desde interponerme entre tú y un lobo, hasta escapar de Hogwarts de noche y batirme a duelo con mis parientes. Pero esto- agregó mirándola a los ojos- esto es algo con lo que sueño cada noche desde que crucé una palabra contigo.

-La primera vez que cruzamos una palabra Sirius, fue para pelear- dijo Anne sonriendo.

-Lo sé, y desde entonces te convertiste en una obsesión para mí.- respondió él- Al principio me decía que era porque me hacías enojar y eras una loca desquiciada, pero en el fondo sabía que era porque me llamabas la atención como ninguna chica lo había hecho. Y ahora no puedo negarlo, que por primera vez en mi vida amo a una mujer, tanto como para dar mi vida por ella.

Anne sintió que se desmayaba ante las palabras de Sirius. Sabía que se había jurado no enamorarse de él, no tener nada más que una amistad. Sabía que se arriesgaba a sufrir, porque él no estaba acostumbrado a estar con sólo una mujer.

Pero ahora que había vivido la muerte tan de cerca, sabía que la vida podía ser muy corta y ella no quería desperdiciar el tiempo que le regalaran junto a él.

Lo abrazó y se acurrucó en su pecho, sintiendo que después de tanto dolor todavía quedaba una esperanza de ser feliz. Que su corazón destrozado por la pérdida aún podía amar.

Y no desperdiciaría esa oportunidad, la aprovecharía hasta el último momento de su vida, por más que aquello le costara dar hasta su último aliento.

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Hola!!!!!!!!!! bueno acá está por fin este capítulo!!... se que me demoré mucho en actualizar, pero he estado muy ocupada y tenía una idea de cómo quería que fuera este capi, pero me costó darle forma... ahora los que vienen ya los tengo más armados asique no creo demorar tanto en publicar :D . Nuevamente quiero agradecer a todos los que leen esta historia y me dan su apoyo para seguirla, quiero contarles que la historia ha sido nominada en esta página para un premio anual, asique estoy muy orgullosa de ella. Por eso quiero agradecerles hoy más que nunca, porque sin el epoyo de mis lectores, la historia no seguiría en pie, asiq Muchas Gracias!!! :D Ahora si a contestar reviews!!

Zorion: Hola!!... si la verdad que la historia va tomando un giro muy importante... desde el principio tenía la idea de ir haciéncola cada vez más oscura, con los comienzos de la guerra con Voldemort, y a la vez con sentimientos muy profundos, como pueden ser los de los merodeadores y los de Anne y Lily. Creo q en un momento dde se empieza a vivir una guerra, afloran aún más los sentimientos. Saludos y nos vemos en el próx. capi!!!

Klaudia_Lupin: Hola!!! bueno me demoré en actualizar pero acá está por fin... creo q este capi es muy diferente a los demás y demuestra el giro que va a ir tomando la historia desde ahora. Muchas gracias linda por estar ahí!!! Besos!!

Akro: Mi lectora fiel, la q está desde el principio se me ocurrió dedicarte este capi a ti, que has estado desde el principio de esta historia, y has estado esperando este momento!!!... espero q te haya gustado y gracias x todo tu apoyo!!! Besos y nos estamos viendo!!!

 

My Inmortal Angel - Fanfics de Harry Potter

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Hola a todas!!!!!... bueno después de haber publicado los primeros dos capítulos con otro nombre, la historia que estaba formándose en mi cabeza cambió de

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2024-09-20

 

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