Tiempo de exámenes
Sentadasobre el frio suelo de uno de los tantos pasillos del castillo,Hermione Granger se encontraba distraída hojeando un libro que habíasacado de la biblioteca para releer. Lo había leído apenas habíaentrado al colegio, hacía dos años ya. Ella cursaba su tercer año allí,en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, donde pasaba el añoestudiando, una de las cosas que más le gustaba.
Era uno de losinviernos más fríos que se habían vivido en el colegio. Pronto seacercaba una nueva salida al pueblo de Hogsmeade y la chica habíadecidido ir a una tienda de ropa que había allí y comprarse algo máspara resguardarse del frío. Seguramente que luego de un par de cervezasde manteca con sus amigos, la acompañarían hasta allí. Ya faltaba cadavez menos para el receso de invierno, en el que probablemente sequedaría en el colegio.
Ese sábado por la tarde, la castaña notenía deberes para hacer, como la mayoría de los chicos de su curso.Por lo que se sentó a leer en la sala común, pero estaba tan abarrotadade gente riendo y hablando que decidió irse a leer a otro lado. CuandoHarry y Ron le preguntaron a dónde iba, ella les respondió, pero loschicos no quisieron acompañarla y prefirieron quedarse sacándole brilloa la nueva Saeta de Fuego de Harry. Hermione los ignoró y se fue sola.
Paracuando terminó el sexto capítulo del voluminoso tomo, ya habían dadolas siete y media. Se había distraído tanto que el banquete de la cenaya había comenzado, por lo que se apresuró a bajar al gran salón yocupar su asiento.
-Te íbamos a llamar pero cuando te fuimos abuscar a la biblioteca no estabas. -se excusó Ron, cuando la vio llegaralgo apurada.
-Está bien, yo no me di cuenta de la hora que era.-Hermione se sentó frente a los chicos y llenó su plato de comida. Nose había dado cuenta, pero estaba muy hambrienta. A los pocos minutoslos tres terminaron de cenar y se encaminaron de nuevo a la Sala Comúnde Gryffindor.
Se sentaron en un sofá algo alejado del fuego,porque los más cercanos ya estaban ocupados. Crookshanks se subió alregazo de Hermione y empezó a ronronear, para que ésta le hicieramimos. Hermione lo recibió de buen gusto y comenzó a rascarle lasorejas, mientras hablaba con Harry y Ron sobre cosas sin sentido.Cuando la chica sintió algo de sueño se despidió y se fue al cuarto deniñas a dormir.
Al día siguiente se levantó muy temprano, más quede costumbre, y no pudo volver a dormirse, por lo que se cambió y bajóa la sala común. Estaba desierta ya que los alumnos se levantaban tardelos domingos. Ese día hacia bastante frío por lo que para bajar aldesayuno probablemente tendría que ir a buscar la bufanda que habíadejado en el cuarto. Estaba por sentarse a leer el libro que habíadejado inconcluso el día anterior cuando algo llamó su atención desdeel tablón de anuncios. Un pergamino escrito rápido ocupaba un costadodel corcho. "Se buscan: clases de apoyo para EXTASIS- aritmancia desde3 curso. O. Wood" Dado que Aritmancia era una de las materias optativasy se daba desde el tercer año, Wood estaba muy necesitado. Hermione sesorprendió pensando en ayudarlo, aunque sea con los temas que habíaaprendido ese año. No sabía que el chico cursaba la materia,especialmente porque se lo veía en el campo de Quidditch y nuncahaciendo tareas. Tal vez la profesora McGonagall le habría dado ungiratiempos
Hermione decidió preguntarle a Oliver luego.Mientras tanto volvió a la habitación, busco la bufanda, así no tendríaque subir luego, y volvió a bajar a la sala a leer. Tiempo después losalumnos empezaron a bajar de las habitaciones y dirigirse al Gran Salónal desayuno. Hermione divisó a Wood entre ellos, pero estaba con susamigos y Harry y Ron ya la esperaban para irse ellos también, por loque le preguntaría después.
Luego del desayuno, acompañó a loschicos al campo de Quidditch, porque Ron estaba muy entusiasmado pormontar la Saeta de Fuego nuevamente, y Harry quería volar también. Paracuando terminaron ya era la hora del almuerzo, por lo que seapresuraron a volver al castillo. Por la tarde, hubo una tormenta denieve, así que los planes de volver al campo se cancelaron. Fred yGeorge Weasley invitaron a los chicos a participar de la guerra debolas de nieve que iba a tener lugar aquella tarde; Harry y Ronaceptaron encantados, pero Hermione prefirió volver a la sala común aterminar unos deberes y a ver si tenía suerte y podía preguntarle aWood sobre el tema.
En cuanto estuvo en la sala común, vio almoreno chico sentado con sus amigos en unos sillones, algo alejados delhogar a leña. Tomo algo de coraje y le fue a hablar; a pesar queparecía un chico común, intimidaba.
- Oliver, ¿puedo hablar contigo? -pregunto la castaña sin muchos rodeos.
-Si,cómo no. -Oliver se extrañó por la pregunta, se levanto de su asiento yse fue con la chica, dejando a sus amigos boquiabiertos. Cuandollegaron, estaban en un lugar algo apartados. -Dime, Hermione, ¿No esasí?
-Si. Te quería decir que yo también estudio aritmancia conla profesora Vector, y me preguntaba si tal vez quisieras que teexplique los temas que hemos visto hasta ahora, son cuatro temasbásicos. Tal vez te ayude.
-Bueno, pues, me vendría bien, ya quelos del primer año de aritmancia no me los acuerdo muy bien, y así lospodría repasar. La profesora Vector dijo que el Éxtasis de Aritmanciaes muy complicado de lograr, por lo que quiero poder formarme bien parallegar al examen en excelentes condiciones, y creo que lo mejor seríarepasar desde el principio. ¿Te parece bien encontrarnos en algunatorre por las noches?
-Bien, si surge algún inconveniente te avisaré pero por ahora confirmamos así.
-Gracias Hermione, si me permites me vuelvo para allá.
Olivervolvió a sus amigos, con una sonrisa en su cara. Había algo en lapequeña Granger que le atraía demasiado y pensaba que podía llegar aser un inconveniente si en vez de prestar atención a lo que ellaexplicaba, se le quedaba mirando con cara de tonto.
Hermione porsu parte quedó satisfecha; una de las cosas que más le gustaba erapoder ayudar a alguien que lo necesite, y más con las materias. Y habíaalgo más en esa suficiencia: el aroma del moreno la volvía loca.
Laprimer clase extra de Aritmancia fue el lunes siguiente. Hermioneterminó de cenar rápido, se despidió de sus amigos y volvió a la torreGryffindor a buscar sus libros de Aritmancia. No sabía si lo iba anecesitar, puesto que se sabía los temas de memoria. Se preguntaba sipodría explicarle temas que ella no había visto todavía. Igualmentecomo cada semana iban avanzando más en la materia, podría explicarlealgo nuevo cada clase.
Oliver le había mandado una lechuza amedia mañana diciendo que se encontrarían en la torre de Astronomía alas diez en punto. Eran las nueve cincuenta y cinco, y la chica ya seencontraba allí con libros en mano. Pasaron las diez, e iban a dar lasdiez y diez cuando finalmente el chico llegó. Se excusó que sus amigosno le habían dejado ir, hasta que pudo zafarse de ellos y correr a latorre. Los chicos entraron al aula vacía y se sentaron en uno de lospupitres, algo alejado de la puerta pero cercano a una ventana, paraque les diera de lleno la luz de la Luna y no tener problemas para leer.
Esanoche iban a repasar el tema uno, explicando lo que es la Aritmancia.Como a la castaña le encantaba ese tema, que fue el que la alentó apracticar la materia, se dejó llevar hablando sobre el arte de losnúmeros, el origen de la palabra Aritmancia y le contó una historia muyparticular que describía a un griego mentiroso y un romano. La leyendadecía algo así: Un romano se dirigía a Atenas. En su viaje, se diocuenta que no sabía cómo llegar por lo que paro en un lugar. Como allíno eran bienvenidos los viajantes extranjeros no conseguía preguntarlea nadie si estaba tomando el camino correcto y por donde debía seguir.Él sabía de un griego que vendía indumentaria y también sabía que eramuy mentiroso, por lo que se le ocurrió ir a comprarle ropa nueva ypreguntarle sobre el camino. Luego, cuando le pagó lo que le debía, queeran ocho galeones, le entrego 10. El vendedor debía devolverle dos,pero en vez de eso le devolvió tres, por lo que el romano dedujo que elgriego mentía. Fue entonces cuando le pidió al vendedor que locondujera a Atenas, y que le pagaría diez galeones si lo hacía. Elgriego acepto y lo condujo. Cuando el romano le pagó, le dio veintegaleones y el griego le devolvió siete, por lo que el romano supo quelo había llevado a otro lugar. Esto explicaba que el viajante tenía uncien por ciento de probabilidades que el camino era incorrecto cuandoel griego le dio el vuelto mal, gracias al método de modificar elfuturo con los números.
Cuando Hermione terminó de contarle lahistoria a Oliver, al que se la habían contado antes, decidió que poresa noche bastaba y que se encontrarían la noche siguiente para ver elsiguiente tema. Ambos volvieron a la Sala Común, ahora desierta y conel fuego a punto de extinguirse. Cuando la chica se dispuso a subir ala habitación, Oliver la tomo de la mano, haciendo que a ésta se leacelerara el corazón. No se lo esperaba.
-Gracias, Hermione. Te lo agradezco, de verdad.
-Por favor, Oliver. Lo hago encantada, me encanta la materia.
-Medi cuenta. Bueno, gracias, buenas noches. - el muchacho se acercó y leplantó un beso en la mejilla. Hermione se sonrojo y subió rápidamente ala habitación, aún atontada.
Esa noche, Hermione tardó un montónen conciliar el sueño, por lo tanto a la mañana siguiente estaba algocansada. Bajó desganada al desayuno de aquel martes, se sentó en lamesa de Gryffindor y lleno su plato de avena. Harry y Ron no habíanllegado todavía. Pronto, llegó el correo por lo que levantó la vista desu plato y atrapó el diario "El Profeta" de esa mañana. Miro a uncostado para ver si Harry y Ron venían a desayunar, pero se encontrócon Wood entrando por la gran puerta. El chico la miro y le sonrío,haciendo que la chica derramará un poco de avena en su túnica. Hermionelo volvió a mirar y vio que el chico se reía, por lo que, sonrojada,volvió su vista al plato y comenzó a leer el diario, sin prestarledemasiada atención, ya que el rostro de Oliver le revoloteaba en lamente. Aprender a programar con ejemplos
Ese día pasó rápido y cuando se dio cuenta ya eran lasdiez de la noche y debía encontrarse nuevamente con Oliver, a quien nohabía vuelto a ver durante el resto del día, además de en el desayuno.Esta vez, el chico llegó justo a tiempo, unos minutos tras ella. Esanoche repasarían las escuelas de Aritmancia, un tema algo aburridosegún Oliver ya que tenía mucha teoría. A Hermione no le gustó mucho elcomentario, a ella le encantaba ese tema. Hablaron sobre Pitágoras, laescuela pitagórica, pero decidieron dejar ese tema para más adelante.Ese día se centrarían en la escuela Cabalística, en la cual, paraadivinar el futuro con los números debías sumar las letras de un nombrepor ejemplo, y que la cifra de un numero entre el uno y el veintidós.Hermione abrió el libro en la página cuarenta y ocho y empezó a leer elsignificado de los números. Oliver, por su parte, bostezaba de cuandoen cuando, y cuando Hermione lo veía lo miraba enfurruñada.
-Bueno,Oliver, como veo que tanto te interesa este tema, te propongo adivinartu futuro. A ver
sumemos. -Oliver se sentó derecho, el lado prácticodel tema, sumar, le encantaba. - ¿Has soñado con algún numeroúltimamente?
-Tengo todo anotado, desde que me hicieron hacer undiario de sueños, lo mantengo al día. A ver, lo dejé en el cuarto.Espera. - Oliver sacó su varita. - Accio diario de sueños.-Hermione creyó que no funcionaría, pero luego vio como un pequeñodiario de color morado entraba volando por la ventana. - Veamos, soñécon
el 31, 52, 14 y el 22.
-Bueno, el 31 suma 4 por lo tanto
podemos anunciarte que morirás joven.
-Mentira,no digas eso. A ver, déjame ver
mm, progreso, éxito. Tal vez ganemosla copa de Quidditch este año
ojalá, así me voy contento.
-Prosigamos,Oliver. -Hermione lo sacó de sus pensamientos. -el 52 suma 7, y elsiete significa: triunfo, si triunfo, aunque con algunas amarguras ydolor. -Oliver se quedó en blanco. - ¿En qué piensas?
-¿Y si pasara algo en el partido?
-Tranquilo,no va a pasar nada, vas a ver que todo va a salir bien. Además muchasveces las predicciones no son seguras. Solo ayudan al mago a poderesperar preparado lo que puede llegar a venir. No te desanimes. Vamos aseguir con los otros números.
-El 14 significa matrimonio, largavida, suerte, estabilidad. Es un buen augurio, ¿no crees? Y el 22 es elmejor número de todos: verdad, victoria, triunfo, suerte, poder,fuerza. Parece que tienes un gran futuro por delante. -Hermione lesonrió tímidamente y miro el reloj. Eran las dos menos cuarto de lamañana, ya era hora que vuelvan a la sala común. Hermione pensó en usarel giratiempos para poder volver horas atrás y dormir un poco más, asíno estaría tan cansada por lo que se lo propuso a Oliver, y se diocuenta que este no sabía nada del artefacto, así que le resumió lahistoria, y ella y el chico, un poco receloso, se amarraron la cadenaal cuello.
Al estar tan juntos, la chica se perdió en el ricoaroma del muchacho, y cuando recobró el sentido el chico la mirabadesconcertado.
-¿Qué pasa? ¿No funciona?
-Si
no pasó nada,no importa. A ver, vamos a volver a las once. Una vuelta y mediaestaría bien. -Hermione giro el artefacto y lo accionó, haciendo quellevase a ambos de nuevo a las once en punto de la noche.
-Bueno, volvamos ahora. Tratemos de entrar separados, para que no sospechen de dónde venimos. ¿Te parece bien, Oliver?
-¿Te molesta que te vean conmigo? -El chico la miró extrañado.
-No, en absoluto, pero como quieras.
-Entoncesno va a hacer falta entrar separados. Además hace frío para estar enlos pasillos. Vamos. -Wood la tomó de la mano y la llevó camino a latorre. En el camino, Hermione se preguntaba si realmente iban a entrara la sala tomados de la mano. Una vez allí, el chico no la soltó, alparecer no tenía miedo al qué dirán, eso era algo bueno.
Ambosentraron a la sala y se despidieron con un beso en la mejilla, dejandoa un par de alumnos que había allí estupefactos. Subieron a los cuartosy cuando Hermione estuvo en el suyo una gran sonrisa iluminó su rostro.Nunca pensó que llegaría a la sala común tomada de la mano con OliverWood, aquel muchacho de séptimo que volvía locas a muchas. Igualmente,eran solo amigos, y su relación era solo para estudiar Aritmancia.
Lasiguiente clase de Aritmancia extra se suspendió: Wood le mandó aavisar que esa noche debía entrenar con el equipo, las fuerzas que lehabían llegado anoche por parte de la numerología lo habían motivado.
Eljueves por la noche estudiaron la escuela chaldeana y la china, pero leprestaron especial atención a la primera. En base a las fechas denacimiento de ambos dedujeron que Hermione era un 4 mientras que Oliverera un 1. El cuatro significaba la perfección, el orden, un granpensador, madurez, calculador, perfeccionista. El uno, primero en todo,testarudo, rencoroso, algo agresivo, se hace respetar, alcanza lo quese propone, bondadoso y familiar. Ambas descripciones coincidían consus personalidades, y se hicieron muchas bromas en cuanto a ellas.
Parael viernes ya habían repasado los primeros dos temas de tercero, ungran avance, teniendo en cuenta que se mantenían al día con sustrabajos y tareas, no faltaban a clase, ni tampoco a entrenamientos,que también fue la excusa para no realizar la clase extra del viernespor parte de Oliver. Hermione se alivió un poco también, y por serviernes, aprovechó para hacer sociales con otros chicos de otros cursosen la sala común. Cuando volvieron de entrenar, Harry la saludó y sefue a dormir, mientras que Oliver se le quedó mirando cuando hablabacon otro chico, algo celoso. Cuando el chico que estaba hablando con lacastaña se despidió y se fue a dormir, Hermione se levantó y fue haciaél.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me mirabas así?
-¿Así como? -pregunto el chico, distraído.
-Tú sabes cómo.
-No, no sé. Si me disculpas me voy a dormir. Estoy cansado. Mañana nos vemos.
-Ok, buenas noches.
Hermionedio media vuelta y cuando se estaba por ir, él la tomo de la mano, comolo hizo la primera noche y le dio un beso
pero no en la mejilla.Hermione le correspondió, y cuando el beso termino, estaba algoaturdida.
-¿Y eso
a que se debe?
-A dos cosas; la primera fue que no me saludaste antes de darte vuelta, y la segunda a que tenía ganas de hacerlo
-Entonces, ¿te sacaste las ganas y listo?
-Sí,pero no me malinterpretes. Me gustas, y bueno, como no sabía cómodecírtelo, lo dije de forma práctica. -Hermione sonrió. Oliver era tandirecto, y a ella le encantaba. ¿Debía confesarle que también legustaba? Lo pensaría con la almohada. Le sonrió y subió al cuarto deniñas, dejando al muchacho desconcertado.
La tarde del sábadotranscurrió lentamente, y más para Hermione, quien no sabía que hacerpara sacarse a Wood de la cabeza, y quien no podía esperar a quellegara la noche para volver a verlo. No lo vio durante la cena, por loque se dirigió a la torre de astronomía rápidamente, para ver si yaestaba allí, aunque era algo temprano. Efectivamente, él estaba allí.Hermione le sonrío tímidamente, pero él no le devolvió la sonrisa, solohizo un rápido movimiento de cejas y entro al aula. Esa noche leyeronel tema tres y el cuatro sobre las ramas de la aritmancia. Lanumerología resulto ser muy divertida, ambos definieron su personalidadsumando las cifras de las letras de sus nombres y se dieron cuenta queambas coincidían con las del tema anterior. Hermione nuevamente volvíaa ser un cuatro y Oliver un uno. En el tema de la aritmomancia,Hermione tenía como numero de carácter el 4, como número del corazón el7 y como número social el 6, por lo que, en resumen era: una personaperceptiva, comprensiva, brillante, aunque algo insegura en el amor, yera armónica, amable, leal, fiable y amorosa en cuanto a lo social.Oliver le prestó mucha atención a esto. El era numero de carácter eluno, en el amor un uno también y en lo social un seis. Esto queríadecir que era una persona independiente, con ideas claras audaz,decidido, un líder, inventor en el amor y era igual que Hermione en losocial.
Hermione se le quedó mirando un rato largo, intentando descifrar la manera en que la miraba Oliver, hasta que este habló.
-¿Vamos a hacer como si lo que paso ayer no hubiese ocurrido?
-¿Por qué lo dices?
-Porque no me hablaste del tema desde entonces, y no quiero pensar que no soy correspondido.
-Bueno, es que
no lo sé, soy novata en esto debo admitir. Pero me parece que te debo una aclaración. ¿No es así?
-Si quisieras hacerme el favor.
-Bueno,Oliver. Tu también me gustas, y mucho más de lo que yo a ti, supongo.Pero no lo sé, tú eres muy grande, y además este año te vas delcolegio. ¿Qué voy a hacer cuando te vayas?
-Existen las lechuzas
-Eseno es el problema, ¿Cuándo te voy a ver de nuevo? Vos vas a estar en elmundo de afuera y yo aquí adentro, no me parece lo correcto.
-Bueno,entonces te propongo algo. Disfrutar de este año lo más que se pueda yluego veremos, no es necesario seguir si no te parece.
-Me parecebien. Disfrutemos este año, juntos. - y dicho esto el chico le sonrió yla besó, haciendo que la chica se sonrojara, una vez mas.
Y esa es la historia de un amor que duró un par de meses nada más, pero que fue uno de los más felices de sus vidas.
Tiempo de Exámenes - Potterfics, tu versión de la historia
Sentadasobre el frio suelo de uno de los tantos pasillos del castillo,Hermione Granger se encontraba distraída hojeando un libro que habíasacado de la biblio
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2024-10-19
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