Harry, suéltalo, por favor.
Lavoz de Hermione llegó a Harry como un eco lejano, buscando filtrarse a travésdel manto de furia rodeándolo, pero él apenas podía descifrar las palabras,mucho menos darle significado. Todo en él se sentía en llamas, como si estuvierafebril; su estómago daba tumbos en su abdomen, como una bestia buscando escaparde su prisión; la sangre tronaba en sus oídos, distorsionando los sonidos.
Unjadeo, como el de un animal herido, fue producido frente a él, y en lugar dequerer ir a socorrerlo, le dieron unas ganas asesinas de ir y aporrearlo más.La furia bullendo por cada uno de sus poros.
Susmanos se crisparon, intentando cerrarse en puños, siéndole imposible por lamasa temblorosa y viva que sujetaba con ellas.
Es mejor que me sueltes, Potter, no querrás saber su elección aquella voz,aquella maldita advertencia, como si le estuviera previniendo problemas.
Pedazo de mierda.
Sumano voló hacia arriba, conectando con carne y hueso, haciendo crujir susnudillos. Pero en lugar de calmarse, la bestia rugió en su interior,incitándolo a ir por más.
¡Harry, no!
Unapequeña mano tomó su brazo, frenándolo antes de que golpeara otra vez a lapersona frente a sí. Una mano que estuvo apenas segundos atrás apoyada en elpecho de ése imbécil.
Esto es cosa de hombres, nena, no te inmiscuyas.
Nena. Sólo uncretino pretensioso como Cormac McLaggen podía usar una palabra tan insulsacomo ésa al referirse a Hermione.
Harryapretó sus dientes, sintiendo dolor en su mandíbula por la fuerza ejercida. Detodas las personas con las cuales Hermione pudo involucrarse, tuvo que ser él.Ése idiota engreído que para lo único que usaba la cabeza era para detener lasquaffles; porque cuando se trataba de coordinar cerebro-boca salía a relucir suestúpida vanidad.
¿Porqué él?, pensó mientras sentía la mano de su mejor amiga todavía en su brazo.Ciertamente jamás creyó que Hermione gustara de ése tipo de personas. PorMerlín, ¿qué no se daba cuenta que incluso Malfoy tenía más personalidad yclase que el imbécil de McLaggen?
Laboca le supo a bilis cuando recordó la escena que lo inició todo. Que despertóla bestia dormida dentro de sí.
Hermioneapoyada en la pared, una mano en el pecho de McLaggen, la otra en su mandíbula;un brazo de él rodeando su cintura, su otra mano en su nuca, inclinándose haciaella como en cámara lenta
Ungruñido, como el de un animal rabioso, retumbó en su pecho cuando borró lasonrisa brillando en los ojos del imbécil Cara de troll al empujarlo nuevamentecontra la pared con su brazo libre.
Sí, idiota, aun conun brazo puedo sacarte toda la mierda, pensó satisfecho cuando vio yescuchó su gemido de dolor.
Perosi el Cara de troll creía que después de esto seguiría perteneciendo al equipode Quidditch como si nada, estaba muy, pero muy equivocado. No dejaría quevolviera a atrapar una quaffle en lo que le quedaba como capitán del equipo,mucho menos pisar el mismo suelo o respirar el mismo aire que Hermione.
Nola merecía.
Vamos, Potter. ¿Es todo lo que tiene el gran Elegido? lo provocó McLaggenentre dientes, claramente evitando que Hermione lo escuchara.
Harryse jaloneó, intentando soltarse del agarre de la castaña.
¡Es suficiente, los dos!
ejerciendo de toda la fuerza en ella, Hermione halóa Harry del brazo, quitándoselo a McLaggen de encima, alejándolo de él, suespalda hacia éste último ¿Podrías detenerte de una buena vez?
Harryparpadeó, encontrándose con la mirada molesta de Hermione recriminándole.
Unmomento, ¿recriminándole?, ¿acaso ella
?
No. Hermione sería incapaz de ponersedel lado de ése imbécil. Pero entonces ¿por qué lo miraba con tanto enojo?,¿por qué tuvo que ir con él a la fiesta de Slughorn?
Labestia furiosa vaciló en su estómago, encogiéndose ante su mirada. Harry crispósus manos, fulminando a McLaggen sobre el hombro de Hermione. Éste le sonrióengreídamente, limpiándose la comisura de los labios, donde le había cortadocon el puñetazo. Labios que seguramente
¡Basta! exclamó Hermione cuando intentó abalanzarse sobre él, interponiéndoseen su camino.
Déjalo venir replicó Cormac despreocupadamente.
Cállate, Cormac.
Cállate, cara de troll.
Lasréplicas de ambos se mezclaron, formando "Cállate,Cormac cara de troll". Hermione mordió su labio inferior, su entrecejo tratandopor permanecer fruncido en un gesto de reprimenda, aunque luchando contra unasonrisa. Un gesto que Harry no vio por estar demasiado ocupado imaginando un granodel tamaño de una toronja en medio de la cara de McLaggen.
Sitan sólo supiera hacer magia sin varita.
¿De verdad crees que éste es nuestro primer beso? murmuró Cormac entrelabios, para que sólo él lo leyera.
Algoestalló en el vientre de Harry, viajando hasta su pecho cuando una imagendemasiado real parpadeó tras sus ojos, de Hermione en los brazos de ése idiota,dejándolo
permitiéndole tocarla.
¡Harry! chilló Hermione cuando éste le sacó la vuelta y estampó a Cormaccontra la pared, el golpe retumbando en el solitario pasillo.
¿Poresto se había ido de la fiesta?, ¿para estar a solas con él?, ¿para besuquearsecon ése imbécil?, los nudillos de Harry se volvieron blancos, apretando latúnica de gala de McLaggen. Y la bestia rugió, desesperada por demostrarlequien valía más.
Flipendo.
Unsegundo estaba casi nariz con nariz con McLaggen, al siguiente un choque demagia lo golpeaba en la espalda, mareándolo, haciéndolo trastabillar unoscuantos pasos hacia atrás. Harry parpadeó aturdido, regresando a ver a Hermione,quien sostenía su varita en alto y lo mirada entre enojada y culpable. ¿Acababade hechizarlo?, ¿Hermione lo había hechizado para salvarlo a
él?
Unpinchazo de dolor recorrió su pecho, debilitando la bestia en su interior,haciéndolo olvidar momentáneamente su furia.
Será mejor que te vayas, Cormac le dijo la castaña a éste sin despegar lamirada de Harry.
¿Qué?, pero
¿estás bromeando?; creí que nosotros
la regresó a ver pasmadoel aludido.
Harrycerró sus manos en puños, desviando la mirada hacia éste, retándolo a completarla oración.
¿Ellosqué?, ¿pensaban seguir con sus arrumacos una vez se deshicieran de él?, ¿teníanplaneado perderlo e irse a otro pasillo en el cual nadie los molestara?
Puesque les aprovechara.
Apenashabía comenzado a dar media vuelta cuando sintió la mano de Hermione tomarlootra vez del brazo, pero ésta vez suavemente.
Como quieras espetó Cormac despectivamente al ver la mano de la castaña sobreel molesto moreno.
Haciendogala de sus buenos modales, Cormac pasó a un lado de Harry empujándolo en elhombro y mandándole una mirada fulminante a la vez que le dedicaba un gestoobsceno con el dedo medio. El agarre de Hermione sobre su brazo se intensificócuando quiso darle alcance y escuchó la risa provocadora de McLaggen.
Quieniba a pensar que en el mundo mágico también conocerían esos gestos infantilesque te hacían rabiar.
Ojalále cayera mierda de troll en toda su preciada cara, pensó Harry mientras loperdía de vista. O mejor aún, que las escaleras cambiaran de posición justocuando estaba por pisarlas y cayera al vacío, deseó cuando lo perdió de vista.
¿Al vacío?, ¿tan mal te cae? le preguntó Hermione.
Oh, mierda
¿acasohabía
?
Dicho eso en voz alta, sí
afirmó la castaña, soltándolo De hecho, hasestado diciendo muchas cosas en voz alta en medio de la riña.
Mierda, mierda,mierda, mierda
Nunca pensé que tuvieras un lenguaje tan colorido
¡Lo siento! una mano voló a su boca, cubriéndola. Hermione volvió a mordersus labios, y ésta vez Harry se dio cuenta que intentaba no reírse.
¿Quépensaría ahora de él?, ¿que hablaba como un neandertal?, ¿que Kreacher era máselocuente que él?, ¿que Cormac bien podría recibir el premio al Gryffindor conmejor clase?
Bueno, tampoco es como si él fuera muy bien hablado. ¡Viste el gesto que mehizo! espetó de pronto; queriendo que se diera cuenta de todos sus defectos.Tal vez así recapacitaba y se daba cuenta que ella merecía algo mucho mejor queel pretencioso, cabeza hueca, de Cormac McLaggen.
Hermioneenarcó una ceja, cruzándose de brazos.
¿Y?
Harrysacudió la cabeza, mirándola con incredulidad. ¿Estaba hablando jodidamente enserio?
¡¿Y?! repitió exasperado.
¿Acasono veía la manera en que era ése imbécil?, ¿no veía su cara de troll?, ¿noescuchaba sus tontas palabras que apenas podían formar una oración?, ¿no notabasu actitud engreída y egocéntrica?
¿Tantole gustaba?
Labestia reaccionó, gruñendo en su estómago con advertencia.
¡Pues si tanto te gusta entonces
pues si tanto te gusta
si tanto
! la bocale supo a bilis nuevamente, la bestia se erizó en su estómago, como un león apunto de atacar.
Nisiquiera podía terminar la oración. No podía escucharla decir que le gustaba.No quería escucharla decirlo. ¡No podía permitir que saliera con ése imbécil!
¡Es un Cara de troll!
vociferó sin poder contenerse un segundo más, desesperadopor hacerla reaccionar ¡Cuando habla produce más saliva que una babosa!,¡huele peor que Grawp!, era como si alguien más hubiera tomado el controlsobre su boca, las palabras seguían derramándose una tras otra como elcontenido de un refresco después de haberlo agitado por mucho tiempo. Por otraparte, la bestia daba tumbos, eufórico porque podía seguir insultándolo ¡sus piesparecen gnomos!, ¡tiene la sonrisa de un Dementor!
¿los Dementores siquierasonreían?, se preguntó en un breve momento de lucidez. Que importaba, McLaggensí y era horrendo ¡no podría sumar uno más uno porque el resultado duplicaríael total de sus neuronas!, ¡él
!
¿Y?, no me importa lo interrumpió Hermione.
¡¿NO LE IMPORTA?!, gritó Harrypara sus adentros, mirándola pasmado. ¿Qué no había escuchado ninguno de susargumentos?, ¡todos y cada uno de ellos eran más que válidos!, se impacientó,sintiendo la imperiosa necesidad de zarandearla.
No es como si saliera con él continuó Hermione con tranquilidad.
¡Entonces estás diciendo que
!
como si una bombilla se hubiera encendidosobre su cabeza, Harry calló, mirándola inseguro ¿No?
Portoda respuesta Hermione sacudió la cabeza. Harry podría haberla besado ahí mismo;mas su cerebro, demasiado sobrecargado para siquiera analizar la reacción quetuvo, se llenó de interrogantes.
Pero entonces
¿Elhechizo que le lanzó para defenderlo?, ¿su postura molesta?, ¿la escena quepresenció?, sus ojos se abrieron como platos, dando un paso atrás en shock.¡¿Acaso Hermione y McLaggen eran amigos con derechos?!
¡Por supuesto que no!, chilló Hermione intempestivamente, su rostro tornándoseescarlata ¿cómo puedes siquiera pensar semejante insensatez?
¡Lo siento!, es que yo
no sé qué me
yo, yo sólo
sus manos se humedecieronde nervios, incapaz de encontrar su mirada, sintiendo sus mejillas en llamas Entonces ¿qué hacías a solas con él en medio de un pasillo apenas iluminado? exigióde pronto, cruzándose de brazos.
¡Honestamente!
Hermione chasqueó la lengua, mirándolo con aquella expresiónque había perfeccionado con los años cada vez que él o Ron, más comúnmente Ron,la impacientaban ¿Y tú que hacías aquí? atajó a su vez.
Harryfrunció el entrecejo.
Yo pregunte primero.
Me acompañaba a la sala común, estaba cansada respondió a regañadientes.
Pues yo no los veía caminar mucho que digamos. A decir verdad, yo diría que losinterrumpí en algo que seguro no era un simple besito de buenas noches replicó irónico. La bestia se agitó en su interior, recordando la manera en queCormac la tenía apoyada contra la pared y ella le dejó hacer.
Unaexpresión de contrariedad cruzó el rostro de Hermione, el sonrojo volviendo asus mejillas, haciéndola desviar la mirada al suelo. Sus labios se movieroncasi sin emitir sonido.
¿Qué?
¿Y tú que hacías aquí? inquirió Hermione a la defensiva.
Entoncessí era eso. Una nueva punzada de dolor recorrió el pecho de Harry. La bestiadesinflándose como un globo dejado a la luz del sol.
No podía dejar que tetocara. No soportaría ver que él
Hermionelo regresó a ver con incredulidad, su boca secándose.
¿Lo hicieron? preguntó sin más. El sonrojo de Hermione se incrementó aún más,casi llegando al purpura; su entrecejo se frunció en un gesto de indignación.
¿Cómo puedes
?, ¿qué clase de
? balbuceó atropelladamente.
Alzandola mirada hacia la de ella, Harry mordió sus labios, cerrando sus manos a suscostados, sintiendo las uñas hacer presión en sus palmas. El dolor y rabia volviéndoloun títere de sus emociones.
¿Te besó?
¡Por favor dime queno lo hicieron!, imploró para sus adentros, desconcertándose ante laclara desesperación apresando su pecho. Hermione,por Merlín, dime que llegué a tiempo.
Hermioneparpadeó aturdida, antes de que su rostro enrojeciera de vergüenza.
¡Él no me obligó a nada! farfulló apresurada.
"Él no me obligó a nada"
Harryrecordaría ésas seis palabras por mucho tiempo después de ésa noche, estabaseguro.
Porsupuesto que no, Hermione era una chica lista y fuerte, ella jamás seríaforzada a hacer algo que no quisiera, pensó. Ella había ido con McLaggen. Sehabía marchado con McLaggen. Entonces ¿por qué le sorprendía tanto que tambiénhaya decidido besarse con McLaggen?; después de todo, había aceptado ser sucita para la fiesta de Slughorn.
Entiendo.
Lohacía. Pero aun así dolía.
Harrybajó la cabeza, escondiendo el gesto de pesadumbre que seguramente teníatatuado en el rostro. La rabia siendo reemplazada de tajo por una intolerablesensación de desazón.
Maldición.
Unamano viajó al cuello de su túnica de gala, intentando aligerar la presión quele apretaba la garganta.
¡No!, no me refiero a eso. Quiero decir
la voz de Hermione tembló denervios.
Está bien. Yo lamento
calló. Mordiendo sus palabras, sabiendo que estaba apunto de convertirse en un mentiroso si seguía el rumbo de ésa oración.
Nolamentaba haberlos detenido. Pero cuanto le dolía no haber llegado antes.
PorMerlín, ¿por qué de pronto quería llorar?, era absurdo. Sentía que la estabaperdiendo, y sin embargo ella seguía frente a sí. Un suspiro de congoja quedóatascado en su pecho cuando se dio cuenta que Hermione nunca fue suya parasiquiera perderla; en todo caso, sería McLaggen quien debería estaracompañándola ahora mismo, no él. Pero el simple pensamiento de dejarla ahí, oen cualquier otro lugar, a solas con el Cara de troll, le daban ganas de borrarsu "perfecta" sonrisa a golpes.
Sucabeza, su corazón, todo era un embrollo dentro de sí. Y sentir su miradacastaña sobre él sólo lo hacían desear salir corriendo.
Enbuen momento había decidido salir de la fiesta. En buen maldito momento habíadejado que el idiota de Cormac la tomara como su pareja.
¿Harry? su voz preocupada le hizo una cosa extraña a su pecho, haciéndolocomprimirse.
Necesitabasalir de ahí.
Antesde siquiera darle una idea a Hermione de cuál sería su siguiente movimiento,Harry dio media vuelta sobre sus talones y echo a correr. ¿Valiente?, no.¿Inteligente?, tampoco. ¿Necesario?, maldición, sí.
¡Harry, espera!
Harryalcanzó a llegar a la entrada de la torre Gryffindor sin aliento, con la sangretronando en sus oídos y el corazón latiendo desbocado en su pecho. Dobladosobre su estómago, con las manos apoyadas en sus rodillas, jadeó en busca deoxígeno, recordando la expresión preocupada de Hermione, y escuchando el eco desus palabras.
Ellalo había seguido, lo había perseguido y de no ser por una escalera cambiante,probablemente le hubiera dado alcance.
¿Contraseña? le preguntó la dama gorda con actitud impaciente, cual sillevara varios minutos preguntándole lo mismo.
Harryvaciló. Quizás si la esperaba, Hermione podía decirle que todo era unmalentendido. O tal vez sólo confirmaría su suposición. ¿Realmente estabapreparado para escuchar cualquiera de los dos?
¿Porqué demonios tuvo que salir corriendo?, ¿por qué no fue capaz de quedarse yescucharla?
¿Y bien?, ¿cuál es? insistió la dama gorda.
Harryalzó la cabeza, encontrándose con su expresión fastidiada.
Yo
yo
¡Harry!
Elaludido dio un respingo. No podía ser, él la había dejado muy atrás. Regresandoa ver sobre su hombro, su aliento se detuvo cuando contempló a Hermione alfinal del pasillo, mirándolo con una expresión ilegible, las mejillassonrojadas y la respiración agitada.
Baubles. ¡Baubles!, ¡déjeme entrar! casi le gritó a la dama gorda, a punto deirse de bruces contra el retrato cuando éste no se abrió.
Está bien, te escuché la primera vez lo miró exasperada. Foro ciclismo
¡Harry! los pasos de Hermione se escucharon cerca, emprendiendo una carrerapara alcanzarlo.
¿Y bien?, ¿qué espera? le espetó impaciente al retrato.
¿Un "por favor", quizás?, me paso todo el día aquí, abriendo y cerrando lapuerta para ustedes, mocosos insolentes, cuidando que nadie de otra casa entre.Pero ¿alguna vez alguien me agradece?; no, que va. Me ven como su
¡Por favor, dama gorda, la contraseña es baubles!, ¡baubles!, ¡déjeme entrar,por favor! la interrumpió apresurado.
De acuerdo
suspiró cansada pero dejemos que llegue la señorita Granger,así no tengo que abrir dos veces.
¡No!, clamó veloz. La dama gorda lo miró con una ceja enarcada es que tengoprisa, un montón de tarea, y si espero a que llegue sólo me demoraré más replicó nervioso, a punto de un colapso.
Ladama gorda lo miró por los cinco segundos más largos de su vida. Gotas de sudorcorriendo de sus sienes a su mandíbula. La carrera de Hermione tronando susoídos, debilitando sus rodillas.
Merlín,ya empezaba a ver estrellitas frente a sus ojos. Si Hermione lo alcanzaba. SiHermione lo detenía. La sangre viajó a sus brazos y piernas, mareándolo. Suboca se secó.
¿Asíse sentía una persona antes de morir de nerviosismo?, ¿se podía incluso morirde eso?
Habíaescuchado que tal vez de un corazón roto, pero
¡No te atrevas a huir de nuevo, Harry Potter! la voz de su mejor amiga,cargada de advertencia, lo hizo tensarse.
Ibaa morir, pero bajo las manos de una castaña molesta.
Amor de adolescentes
chistó cansada la dama gorda, finalmente permitiéndoleentrar.
Harryse apresuró a ingresar.
¡Espera!
¡Pum!,¡crack!
Unsegundo estaba cruzando la entrada, al siguiente un cuerpo se estrellaba contrasu espalda, tomándolo de la túnica, haciéndolo golpear la pared del estrechocorredor que conectaba con la sala común; el retrato de la dama gordasellándose tras ellos, quitándole ésa vía de escape.
Harryabrió los ojos como platos cuando sintió el cuerpo de su mejor amiga pegado asu espalda, permitiéndole apreciar
Sus mejillas ardieron.
¡Hermione! chilló en un hilito de voz. Tratando de alejarse cuando la bestiase agitó en su estómago, eufórico por atención; se vio sorprendido cuando losdedos de Hermione se aferraron con más fuerza a su túnica, impidiéndolemoverse.
Harrypasó saliva, sus manos apoyadas en la fría pared. Si se daba media vuelta
Labestia dio un brinco en su abdomen, animado ante la idea. Sus uñas rasparon lasbaldosas, alejando aquellos pensamientos. Pero estos corrieron rápidamente porsu cabeza, llenándolo de anhelo. Una imagen demasiado real de Hermione apoyadaen la pared, pero ésta vez abrazada a él, se reprodujo tras sus gafas.
Lo siento
musitó Hermione contra su espalda, su respiración agitada sintiéndosecálida en su nuca, poniéndolo aún más nervioso. Sus manos aferradas a sutúnica, haciéndole notar el temblor de su cuerpo Lo siento repitió, como siél no la hubiera escuchado.
D-descuida musitó tembloroso.
Ellano tenía por qué disculparse. Él, por otro lado, debía hacerlo de rodillas porel rumbo que estaban tomando sus pensamientos y como anhelaba hacerlosrealidad.
Unaextraña, excitante y nueva emoción despertó en su pecho, volviendo sus rodillasinestables. La bestia rondó en su abdomen como un cachorro estrenando unjuguete nuevo.
Hermioneapoyó la cabeza en su hombro y el aliento de Harry se detuvo.
Lo siento
insistió.
Harrysacudió la cabeza, incapaz de encontrar su voz cuando Hermione lo rodeó con susbrazos.
Harryrecordaba cada una de las veces en que Hermione lo abrazó, dónde fue, cuántoduro, qué sintió. Pero ése abrazo sin duda sería el que más anhelaría recibirotra vez. Con su cabeza en su hombro, sus brazos rodeando su cintura, sus manosentrelazadas en su abdomen, su corazón descansando contra el suyo.
N-no
no lo besé murmuró.
Yésas palabras borraron las anteriores, llenándolo de tranquilidad.
Harryse volteó tan rápidamente que Hermione apenas tuvo tiempo de soltar un pequeñosonido de sorpresa antes de que estuviera apoyada contra la pared, Harry frentea ella, un brazo a cada lado de su cuerpo, aprisionándola entre él y la pared.La punta de sus zapatos tocándose.
Lasmejillas de Hermione se sonrojaron cuando se encontró con su mirada.
¿No lo
besaste? repitió Harry, sin dar crédito a sus oídos.
No replicó, y sacudió la cabeza para mayor énfasis.
Pero entonces
Si no hubieras huido te lo habría podido explicar completó Hermione,mirándolo con un dejo de recriminación.
Lasorejas de Harry se sonrojaron, pero no vaciló.
¿Y bien?
¿Y bien qué? repitió Hermione con confusión.
¿Me lo vas a explicar?
¡Honestamente!
chasqueó la lengua por segunda vez en ésa noche. Y si lascuentas no le fallaban, Harry estaba a un chasquido más antes de que lohechizara ¿Al menos podrías dejar de aprisionarme contra la pared?, sialguien viene podría pensar otra cosa, igual que uno que yo conozco.
Harryla miró con confusión, antes de darse cuenta que estaba casi nariz con narizcon ella. Pegó un respingo que lo lanzó un metro atrás, hasta la otra pared.
¡B-bueno, tampoco es que haya m-mucho espacio! se justificó atropelladamente.
Hermionemordió su labio inferior, luchando con una sonrisa de diversión cuando vio elsonrojo cubrir las mejillas de su mejor amigo, quien eludió su mirada.
Te decía: no besé a Cormac.
No lo parecía rumió molesto.
Aldiablo con el juguete, decidió la bestia, esto era mucho más importante. Con unpoco de suerte, Cara de troll podía aparecer y podrían terminar lo queiniciaron. Que bien se vería una marca de sus zapatos en su culo.
Hermionelo miró con advertencia.
¿Lo hice otra vez?
Sí, realmente deberías controlar lo que dices en voz alta.
Mierda.
Y vuelve el lenguaje colorido.
Harrygruñó frustrado. ¿Le recriminaba a él su forma de hablar, pero no vio el gestoque le hizo Cormac cuando se marchaba?; maldita suerte que siempre lo asediaba.Sacudió la cabeza.
Eso no importa ahora, dime qué sucedió zanjó.
Hermionese cruzó de brazos, una ceja enarcada.
¿Por favor? añadió inocentemente.
Me acompañaba a la sala común
continuó, dedicándole una mirada deadvertencia cuando lo vio con la intención de replicar Estábamos caminandopor el pasillo cuando de pronto se detuvo
Estoera una mala idea, cada célula formando su cuerpo le gritaba con advertencia.Era una pésima idea haberle pedido una explicación, y sin embargo era incapazde detenerla, necesitando conocer cada pequeño y sórdido detalle.
Entonces,podría partirle a McLaggen cada hueso con regocijo.
Éseidiota no sabría ni que lo golpeó, pensó con satisfacción, imaginando elpróximo entrenamiento. Mordería el polvo.
Hermione,quien parecía haberlo escuchado nuevamente, sólo lo miró con impaciencia,continuando con su relato
Y fue cuando tú apareciste terminó.
¡¡Ése hijo de ghoul!!, rugió labestia en su estómago, golpeando su pecho como un gorila reclamando suterritorio. Dejarle la cara como mierda sería misericordioso. Oh, no. Ése idiotase merecía algo mucho peor que lo que tenía planeado hacerle. Merecía
merecía
¡Le voy arrancar los huevos al cabrón! proclamó iracundo, importándole unbledo su "lenguaje colorido", como le decía la castaña.
¡Harry! exclamó Hermione escandalizada.
¿Ysi no se hubiera ido de la fiesta?, ¿y si hubiera tomado otro pasillo?; supecho se comprimió de angustia. Hermione jadeó sorprendida cuando Harry laabrazó contra su pecho, sintiéndolo temblar. ¿De rabia?, ¿de miedo?
Ambasemociones estrujaban el pecho de éste, imaginando a Hermione indefensa antealguien mucho más fuerte y grande.
Ésepedazo de mierda no volvería a tocarla nunca más. Lo iba a hacer añicos.
Creo que debería lavarte la boca con jabón
musitó Hermione contra su pecho,intentando aligerar el ambiente ¿Dónde aprendiste éste lenguaje tan colorido?
Dudley rumió. Ira goteando de cada letra.
Hermionemordió su labio inferior.
Harry
Debería buscarlo, sacarlo de su cómoda cama y hacerlo rodar por las escaleraspara que te pida perdón de rodillas.
No es para tanto.
¡¿No es para tanto?!, repitió incrédulo. ¿Qué no veía el gran problema aquí?,ése imbécil
¡te iba a besar! exclamó.
Hermionese encogió en su abrazo, probablemente por casi haberle reventado el tímpanocon su grito.
Pero sólo hubiera sido eso. Cormac no se hubiera atrevido a más.
Harryse tensó.
¿Hubieras dejado que te besara si yo no los hubiera interrumpido?
¡Honestamente!
Oh, mierda, ¡eltercer "honestamente"!
Harryla soltó rápidamente, retrocediendo hasta chocar con la pared, mirándola através de ojos entrecerrados de pánico.
¡Eres increíble!
exclamó de pronto Hermione. Y Harry sabía que no lo decíaen un buen sentido Primero llegas y te empiezas a pelear con Cormac sinescuchar razones. Después vienes y me exiges explicaciones. Cuando finalmentete digo como sucedieron las cosas, ¿qué haces?; ¿me recriminas?; lo miróexasperada pues ¿sabes qué?, estoy harta, entre tú y Cormac pueden ir ymatarse el uno al otro si con eso logran calmar su ridículo nivel detestosterona.
¿Test
?
Loslabios de Harry se sellaron con una sola mirada por parte de la castaña,haciéndolo pasar saliva.
Parecen un par de niños peleando por un juguete. ¡Pero yo no soy un juguete!,¡y claramente no necesito que alguien venga y me orine encima!
Harryparpadeó con estupor. ¿Juguete?, ¿orinar?
Porque eso es lo que hacen todos los niños como ustedes, ven algo que quieren ypelean por ello. ¿Acaso alguna vez se han puesto a pensar que es lo que quiereésa persona por la que pelean?; no, ¿verdad?
Harryse pegó a la pared cuando Hermione dio un paso al frente, encogiéndose. Lacastaña vaciló, el enojo desapareciendo gradualmente de sus gestos hasta quesacudió la cabeza, volviendo a retroceder.
Y yo que pensé
calló, mirándolo cansada Olvídalo. Olvida lo que viste,olvida que siquiera tuvimos ésta conversación. De todas formas, no tiene ningúnsentido. ¿No es así? comentó sin esperar respuesta.
¿Olvidarque el imbécil de McLaggen la detuvo en un pasillo y le pidió que salieran?,¿olvidar que cuando ella lo rechazó amablemente, él no la escuchó y siguióinsistiendo?, ¿olvidar que en un momento de descuido por poco la besa?
Labestia despertó iracunda, cual si le hubieran pinchado mientras dormía.
Yo no puedo hacer eso zanjó tajantemente.
Hermionelo miró frustrada.
¿Y qué quieres hacer entonces?, ¿golpearlo?, ¿expulsarlo del equipo?, ¿sacarleuna disculpa que ni siquiera busco?; dime, Harry, ¿eso te calmaría?
Harryapretó sus dientes, sacudiendo la cabeza.
No, ni siquiera unpoco,pensó molesto.
No es mi culpa que estés celoso, Harry.
¿Celoso?, repitió ésteen silencio, la palabra sonando desconocida para sus oídos.
Ni siquiera sé porque fui con él
continuó en un murmullo Ha sido una larganoche, me voy a la cama anunció sin más.
Hermione
Harry la alcanzó a detener del brazo antes de que se adentrara enla sala común. Su boca se secó. Desprovisto de palabras.
Unsolo sentimiento volviendo inestables sus emociones.
¿Cómo puedo detenerlo?
le cuestionó de pronto. Ella siempre sabía larespuesta a sus interrogantes. Ella siempre lo ayudaba a salir de un problema.Ella era su mejor amiga, y era quien había despertado ésas emociones extrañaspara él.
Hermionelo regresó a ver con desconcierto.
Cada vez que cierro los ojos te veo con él. Cada vez que cierro los ojos te veoen aquel pasillo, abrazándolo
Y sé que no fue así, pero aun así no puedoevitar pensar que pudo ser verdad; y sé que es incorrecto sentirme de éstamanera porque eres mi mejor amiga y yo
humedeció sus labios, atreviéndose aencontrarse con su mirada ¿Te gusta McLaggen?; ¿por eso no te importa si tehubiera besado?, ¿porque en el fondo querías que lo hiciera?
¿Y si así fuera? le preguntó Hermione mirándolo expectante, un débil sonrojobañando sus mejillas.
Sumano se aflojó hasta dejarla ir. Un músculo palpitó en la mandíbula de Harry,la bestia se agitó en su interior, pero la ignoró.
Yo te apoyaría replicó, desviando la mirada. Las palabras sabiéndole amargas.
¿De verdad?, ¿lo harías sinceramente?
No. Merlín, no.
Nopodría. No toleraría verla día tras día de la mano de ése imbécil. Nosoportaría presenciar un verdadero beso entre ellos.
Obligóa su cabeza a asentir, sus nudillos volviéndose blancos por lo fuerte queapretaba sus manos a sus costados.
Tú siempre me has apoyado. Siempre has estado conmigo
dijo, y supo que almenos eso no era mentira Yo estaré ahí para ti también.
McLaggenno tenía idea de la maravillosa persona que era ella, no podía siquieraimaginar la grandiosa chica que estaba dispuesta a abogar por él frente a susmejores amigos.
No la merece, elpensamiento se filtró otra vez en su cabeza, pero lo mandó callar.
Se sentaría con nosotros en el Gran Comedor, pasearía con nosotros por losterrenos, conviviría con nosotros en la sala común
Basta. Basta, porfavor,deseó para sus adentros, imaginándolo. Todos y cada uno de los escenarios únicamentecon Cormac y Hermione, y él viéndolos desde las sombras, deseando que fuera élcon quien pasara el tiempo.
No puedo apoyarte, nopuedo verte con él porque yo
porque yo
Estás celoso completó Hermione con un leve temblor en la voz.
Harryasintió sin darse cuenta.
No quiero cerrar los ojos y dejar que pase las palabras se filtraron de suslabios sin poder contenerlas.
Hazlo.
¿Qué? Harry la regresó a ver abatido.
Hazlo, repitió Hermione dando un paso hacia él cierra los ojos. T-teaseguró que ésas imágenes se borraran.
¿Me hechizarás? una pequeña luz de esperanza se encendió en su interior.
Hermionepodría salvarlo. Si ella mataba a la bestia, todo volvería a la normalidad,olvidaría esos nuevos sentimientos, olvidaría
Noquería olvidar. Porque pese al dolor, era lo mejor que había sentido algunavez.
¿Confías en mí?
Siempre.
¿Me dejarás ayudarte? se acercó otro paso.
Harryretrocedió instintivamente, golpeando su espalda contra la pared, acorralado.
¿Lo sacarás? indagó temeroso.
¿Sacar qué? Hermione vaciló.
Lo que se agita aquí dentro Harry sujetó su pecho.
Hermionemordió su labio inferior, un gesto que Harry no perdió de vista, mordiendo elsuyo inconscientemente.
¿Ahora está agitado?
Harryasintió vehemente.
¿Y si estuviera Cor
?
No lo menciones su entrecejo se frunció con molestia, la bestia viajando desu pecho a su estómago, haciendo hervir sus entrañas.
Unatisbo de sonrisa parpadeó en el rostro de Hermione tan rápido que Harry creyóimaginarlo.
Confía en mí.
No quiero perder labestia en mí,pensó Harry mientras la miraba una última vez. No quiero olvidar lo que siento por ti.
Lospárpados de Harry cayeron, ocultando sus ojos. Un murmullo de paso, unasensación de calidez cerca de su cuerpo, una respiración inestable, como quientraga un suspiro, un aliento mentolado
Unbeso.
Fin.
Hola,les traigo este nuevo oneshot que espero les haya gustado.
Losé, lo sé, debería traer actualización de "Retorno
", pero esta idea surgiómientras de hecho escribía la actualización de "Retorno
" y simplemente no mepude detener.
Siempreme he preguntado porque J.K. Rowling no nos dio un lenguaje más acorde a laedad de los personajes conforme crecían. Yo especialmente creo que Harry puedeser muy mal hablado cuando se enoja, recordemos que Dudley era todo unbuscapleitos y siempre lo provocaba e insultaba; es natural que Harry le hayaaprendido un par de cosas. Así que quise plasmar un poco de eso aquí.
Laverdadera personalidad de un adolescente.
Estoes una escena, no una larga historia, así que no hay detalles del pasado, etc.,etc. Siempre le dejó a mi lector la oportunidad de imaginar que pasa después,yo sólo les doy el inicio.
Elpropósito de este oneshot era narrar como sería si Harry descubría lo que eranlos celos y se daba cuenta que los causaban. Esto fue el resultado.
Enfin, es todo por ahora. Sigo escribiendo la actualización de "Retorno
", esperoleerlos pronto.
Yuly.
Ghoul.
Pareceun ogro algo baboso, con los dientes torcidos hacia fuera, y generalmentereside en los desvanes o graneros de los magos, donde come arañas y polillas.Gime y en ocasiones arroja objetos, pero suele ser muy tonto.
La bestia en mi - Potterfics, tu versión de la historia
Lavoz de Hermione llegó a Harry como un eco lejano, buscando filtrarse a travésdel manto de furia rodeándolo, pero él apenas podía descifrar las palabras,
potterfics
es
https://potterfics.es/static/images/potterfics-la-bestia-en-mi-potterfics-2048-0.jpg
2024-09-22
El contenido original se encuentra en https://potterfics.com/historias/187872
Todos los derechos reservados para el autor del contenido original (en el enlace de la linea superior)
Si crees que alguno de los contenidos (texto, imagenes o multimedia) en esta página infringe tus derechos relativos a propiedad intelectual, marcas registradas o cualquier otro de tus derechos, por favor ponte en contacto con nosotros en el mail [email protected] y retiraremos este contenido inmediatamente