Capítulo 1: Las mejores vacaciones de su vida
Carolyn Clearmoon
Edad: 13 años
Cumpleaños: 12 de Julio
Cabello: castaño oscuro, decolorado al frente, puntas moradas, ondulado, corte en capas un poco mas abajo del hombro, casi siempre suelto.
Ojos: café oscuro, grandes. Rimel negro, delineador negro y sombras moradas.
Nariz: fina, con pecas.
Piel: morena
Estatura: 1.62
Carácter: Es una completa psicópata, impulsiva, divertida, bromista, rebelde y amistosa.
Adicciones: a Erick (aunque no lo acepte), a las bromas y a la tecnología.
Mirna Darkwater
Edad: 13 años
Cumpleaños: 1° de Mayo
Cabello: negro, liso, corte parejo hasta el hombro y casi siempre amarrado.
Ojos: café oscuro, delineador negro, rimel negro y sombras rosas.
Nariz: fina y pequeña
Piel: morena
Estatura: 1.55
Carácter: Un poco loca, reflexiva e impulsiva a la vez, bromista, enojona, rebelde y amistosa.
Adicciones: a las bromas, a la tecnología y a navegar por la red.
Ana Touchman
Edad: 13 años
Cumpleaños: 15 de Mayo
Cabello: Castaño claro, chino, corte degrafilado de enfrente y largo hasta el hombro.
Ojos: café claro, sombras azules
Nariz: respingada
Piel: apiñonada
Estatura: 1.65
Carácter: prudente, responsable, inteligente, alegre y entusiasta.
Adicciones: a cierto chico (aunque tampoco lo acepte).
Rebecca Stony
Edad: 12 años
Cumpleaños: 2 de Julio
Cabello: rubio, liso, corte parejo hasta los codos y siempre suelto
Ojos: azul topacio, sombras lilas.
Nariz: recta
Piel: clara
Estatura: 1.45
Carácter: Tranquila, un poco antipática y alegre
Adicciones: ir de compras
Erick Gainer
Edad: 13 años
Cumpleaños: 8 de Octubre
Cabello: negro, liso, corto y con muchísimo gel.
Ojos: verde brillante
Nariz: recta
Piel: morena
Estatura: 1.70
Carácter: impulsivo, loco, desmadrozo, fiel, confiable, rebelde seguro de sí mismo, egocéntrico y encantador
Adicciones: chocolate
Alexis Woodworm
Edad: 13 años
Cumpleaños: 21 de Junio
Cabello: negro, chino y con mucho gel
Ojos: café oscuro
Nariz: fina
Piel: morena
Estatura: 1.52
Carácter: burlón, loco, desmadrozo, divertido, tierno y ocurrente
Adicciones: football soccer
Edgar Casel
Edad: 13 años
Cumpleaños: 28 de Marzo
Cabello: castaño oscuro, chino y corto
Ojos: café oscuro
Nariz: recta
Piel: morena
Estatura: 1.60
Carácter: divertido, alegre, gracioso, idiota y burlón
Adicciones: football soccer
La historia comienza en un hotel en Londres donde siete chicos extranjeros estaban hospedados desde hacía una semana. Era 31 de Agosto y las 7:30 de la mañana.
En una habitación del tercer piso había dos chicos completamente dormidos y uno ya listo para salir.
-Chicos!!! Levántense!!!- gritó Alexis saltando sobre la cama de Edgar, esquivando un puñetazo de su parte y luego saltando sobre la de Erick.
-¡Déjame dormir!- se quejó Erick tapándose otra vez con las sábanas que Alexis le había quitado-, ¿Qué hora es?
-Las siete y media- le informó Edgar checando su reloj de mesa-, y este imbésil nos viene a despertar.
Los dos chicos miraron con furia a Alexis que los veía con cara de niño bueno.
- Esque las chicas ya están listas y esperándolos para ir al Callejón Diagon a comprar todo lo necesario para ir a Hogwarts. Están muy enojadas con ustedes.
-Mierda!!!-exclamó Edgar levantándose de inmediato porque sabía que lo último en la vida que querría hacer sería molestar a las chicas porque cuando de verdad se enojaban arremetían contra el que les hubiera hacho enfadar.
Edgar salió corriendo hacia el baño para darse una ducha.
- ¡Qué flojera!- dijo Erick desde su cama estirándose-¿No podemos ir mañana de compras?- preguntó esperanzado
- No, porque mañana es 1 de septiembre y es la fecha en que entramos al colegio.
- ¿Tan rápido? El tiempo se me fue volando!
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Cuando estuvieron listos fueron a disculparse con sus cuatro temperamentales amigas y salieron de hotel.
Se subieron a la limousine privada que les otorgaba el colegio de los magos y las brujas de Salem para pasear por Londres y se dirigieron hacia el Callejón Diagon.
El grupo se separó apenas llegaron al Callejón Diagon: los chicos se fueron a la tienda de Artículos de Calidad para el Juego del Quidditch y las chicas se fueron a ver la ropa de moda para el inicio de clases.
Las chicas compraron los libros, pergaminos, calderos, plumas, ingredientes para pociones, el uniforme y todo lo necesario para el ciclo escolar que pasarían en Hogwarts.
Los chicos hicieron sus compras por separado de las chicas pero quedaron en reunirse en los helados Florean Fortescue después de terminarlas.
Se tomaron un helado, contaron el dinero que les quedaba y decidieron comprarse una mascota cada uno.
Compraron todo tipo de animales y cuando salieron tenían todos a su mascota en brazos:
Carolyn llevaba un hurón negro
Mirna llevaba una lechuza dorada en su jaula
Ana llevaba unas pequeñas tortugas
Rebecca llevaba un peludo gato blanco
Erick llevaba una enorme boa constrictor
Alexis llevaba un alacrán guinda
Y Edgar llevaba una acromántula bebé
Cuando terminaron sus compras ya era de noche y regresaron, visiblemente agotados y cargando muchas bolsas, al hotel.
Todos se metieron en la habitación de Ana y Rebecca (que era la más amplia), pidieron pizza para cenar y se quedaron platicando toda la noche sobre lo emocionados que estaban por ir en un colegio nuevo.
La razón por la cual estaban en Londres e iban a entrar a Hogwarts es que eran alumnos de intercambio que venían desde Estados Unidos.
Como a las 2 de la mañana se despidieron para ir a descansar un poco antes de iniciar su nueva aventura en un continente, país y colegio desconocido.
Erick, Edgar y Alexis se fueron a su habitación. Mirna y Carolyn se fueron a la suya.
---------------Habitación de Carolyn y Mirna---------------
- ¡Estoy tan emocionada que creo que no podré pegar el ojo en toda la noche!- exclamó Mirna mientras se acostaba en su cama- ¿y tú cómo te sientes, Carolyn?
- ¡¿Cómo no estar emocionada, si vamos a pasar un año entero en el mejor colegio de magia en toda Europa?!
- Y podríamos conocer a gente nueva...
- ... y a chicos guapos.
Las dos chicas se echaron a reír.
-Y mejor hay que dormirnos para levantarnos con energía mañana - vio su reloj de mesa y se dio cuenta de que ya era el otro día-, bueno más bien hoy dentro de unas cuantas horas.
-Sí, tienes razón. Buenas noches.
- Buenas noches.
--------------- A las 9:00 AM ---------------
En el tercer piso del hotel había un revuelo de gente corriendo por el pasillo con equipajes y con sus mascotas en la mano.
- Oigan, ¿nadie ha visto mi boa constrictor?- preguntó Erick a todos con los que se cruzaba.
Nadie le ponía atención a la noticia de que había una boa constrictor suelta y le contestaban que no, distraídamente. Hasta que llegó con Carolyn y le preguntó sobre su boa constrictor.
-¿¿¿¿QUÉ????¿TU ASQUEROSA BOA ESTA SUELTA?- gritó ella al momento de saber la noticia.
-¡Exacto!- exclamó Erick contento de que alguien lo hubiera entendido- ¿me ayudas a buscarla?
En ese momento llegó Mirna con la boa en brazos.
-¿Es ésta, Erick? La encontré debajo de mi cama cuando buscaba mis tenis.
- ¡¡¡Sí!!! Gracias Mirna- le dio un beso en la mejilla-, y gracias Carolyn por preocuparte por mi boa- también le dio un beso. Erick se fue feliz a guardar a su boa.
Carolyn no sabía muy bien lo que había pasado, lo único que sabía era que Erick la había besado. Se tocó la mejilla como si no pudiera creerlo. Como Mirna vio que Carolyn no iba a reaccionar se la llevó del brazo.
Las dos chicas se fueron hacia su habitación a terminar de empacar y cuando terminaron, los tres chicos entraron por la puerta.
- Veo que ya están listas, ¿Les ayudamos a bajar el equipaje?- preguntó amablemente Edgar, lo cual las extrañó porque normalmente ninguno de los tres chicos eran amables.
-Bueno
.- aceptaron las dos.
Erick cargó el baúl de Carolyn; Edgar, el de Mirna y Alexis las jaulas de sus mascotas, los llevaron hasta la calle, donde una limousine los esperaba. Ana y Rebecca ya estaban afuera esperándolos.
De pronto Mirna tuvo una idea.
-Todos, júntense! Hay que tomarnos una foto antes de partir hacia la estación, como recuerdo de unas inolvidables vacaciones en Londres!!!
Todos se pararon enfrente de la limousine y saludaron a la cámara que se sostenía sobre un tripié, sonrientes.
Sus atuendos eran muy modernos:
Carolyn: Pantalón pescador a la cadera de color rosa, playera negra de manga corta con estampado de Dark Lady, boina rosa, tenis negros, lentes rosas, su cabello suelto, aretes y collar de media luna, pulseras de hilito y las uñas pintadas de negro.
Mirna: Pantalón acampanado de mezclilla a la cadera con tres cadenas colgando, playera blanca y roja de manga corta con estampado de hip-hop baby, boina negra, tenis grises, cabello suelto, aretes y collar de corazón, una pulsera de picos y un reloj azul turquesa,
Ana: Pantalón de mezclilla a la cadera, playera roja, tenis rojos de moda, cabello amarrado en media cola, aretes y collar de estrella, dos pulseras de hilito y reloj rosa.
Rebecca: Falda de mezclilla arriba de la rodilla, playera blanca con una sola manga, sandalias de pata de gallo, cabello suelto, aretes y collar de flor violeta, dos pulseras de cuentas lilas, reloj blanco y sus típicos lentes.
Erick: Pantalón de tres cuartos con muchas más bolsas de las que un humano normal necesitaría y con dos cadenas colgando, playera negra muy grande con estampado de Busco novia con coche. Interesadas mandar foto del coche, gorra negra hacia atrás, reloj negro y tenis negros.
Alexis: Pantalón de mezclilla cholo y muy roto, playera verde olivo de manga larga con estampado de Soy naco, ¿y qué?, tenis para football soccer, un reloj azul marino y gorra azul.
Edgar: (pendiente)
Todos se subieron a la limousine y emprendieron el viaje hacia la estación donde tomarían el tren a Hogwarts. La estación se llamaba King Cross y se hallaba un poco lejos del hotel donde se habían hospedado así que llegarían con un poco de retrazo porque no contaban con el tráfico matutino de la cuidad.
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Llegaron a las 10:50 (10 minutos antes de que el tren partiera) a la estación, arrastraron sus pesados baúles por los andenes y atravesaron la barrera que había entre los andenes 9 y10.
Cuando la atravesaron, del otro lado había un tren de color rojo escarlata que echaba vapor y ya se empezaba a mover.
-¡Miren!- exclamó Rebecca- ¡El tren ya se va!
-Corran!!!- gritó Erick y todos echaron a correr hacia el tren (era una de esas situaciones donde te tienes que decidir entre tú y tu equipaje), llegaron hasta una puerta y entraron muy apresurados, tratando de recuperar el aire perdido por el esfuerzo de arrastrar los pesados baúles por todos los andenes.
Cuando lo hubieron recuperado echaron a andar por el largo pasillo del tren buscando un compartimiento lo suficientemente grande como para que los siete cupieran. No encontraron ninguno con siete asientos vacíos hasta que llegaron al último vagón del tren donde había un compartimiento para doce personas y sólo estaba ocupado por tres.
Cuando Mirna (empujada por todos) se asomó al compartimiento, vio a tres chicos. Había uno pelirrojo de ojos azules y con pecas; uno moreno con cabello negro azabache y ojos verde esmeralda; y la chica era morena con cabello castaño y muy esponjado, ojos café claro.
-Eh
hola! Mis amigos y yo nos preguntábamos si no les molestaría que nos sentemos aquí, lo que pasa es que en todo el tren no hay un solo compartimiento en el que quepamos todos.- explicó Mirna.
-Claro, no hay problema.
Los siete entraron y se acomodaron en los asientos sobrantes.
-Yo soy Mirna, ellos son Carolyn, Ana, Rebecca, Erick, Alexis y Edgar, venimos de Nueva York como estudiantes de intercambio entre el Colegio de las brujas y los magos de Salem y Hogwarts escuela de magia y hechicería.
-Yo soy Harry, ellos son Ron y Hermione. Vamos en Griffindor en el tercer curso. ¿Ustedes en qué curso van?
-Vamos en tercero también.- respondió Mirna.
-Queremos quedar en Gryffindor porque, por lo que hablan, debe ser la mejor.- comentó Carolyn-Dicen que su equipo de quidditch es el mejor de la escuela, ¿es cierto?
- Claro!! Y además tienen a el mejor buscador de todos, ¿no es cierto, Harry?- opinó Ron y Harry se sonrojó- También tienen a las bludgers humanas, las tres cazadoras más veloces y al mejor guardián de toda las escuela.
-Wow!!, y ¿cómo se llaman todos los del equipo?- preguntó interesada Mirna
Esta vez fue Harry quien contestó.
- El capitán y guardián se llama Oliver Wood y va en séptimo, los golpeadores son los hermanos gemelos de Ron: Fred y George Weasley y van en quinto; las tres cazadoras son Katie Bell, que va en cuarto; Angelina Jonson y Alicia Spinet, que van en quinto.
- ¿y el buscador?
- Bueno
ese soy yo- se sonrojó levemente.
Se pusieron a platicar acerca del quidditch durante un rato y luego se pusieron a jugar ajedrez por turnos contra Ron, quien les ganó estrepitosamente todas las partidas.
-¿Cómo es que eres tan bueno en ajedrez, Ron?- preguntó Ana.
-Pues ya vez, mi intelecto superior.- dijo él.
-jajaja, Sí, como no, Ron.- se burló Hermione como si dudara de las facultades mentales del chico.
-¡Oye! ¿Me estas diciendo tonto?- preguntó Ron enojado.
-Yo no te estoy diciendo nada. Tú lo interpretas como quieres.- dijo Hermione sabiamente.
Justo cuando Ron iba a contestar, una chica entro por la puerta del compartimiento muy apresurada y se sentó del lado derecho de Harry, quien la miró confundido, pero no tanto como los siete extranjeros.
La chica era bellísima: tenía el cabello largo, liso y pelirrojo (indudablemente era la hermana menor de Ron), unos ojos castaños hermosos, pecas en la cara, era bajita y delgada. Se veía como de 12 años.
-¿Ginny?-dijo Harry. Ella lo volteó a ver y le sonrió algo sonrojada
-¿Qué haces aquí?- preguntó Ron esta vez.
-Escondiéndome.
-¿De quién?- preguntó Harry alarmado.
-De Draco.
-¿Pero por qué?
-¿Qué diablos te quiere hacer esa maldita rata albina?- inquirió Ron bruscamente.
-Eso no importa ahora. Mejor díganme quienes son sus nuevos amigos.- dijo Ginny notando que no conocía a siete de las diez personas del compartimiento.
-Bueno,- dijo Harry resignándose.- Ellos son nuevos alumnos que vienen desde Nueva York. Sus nombres son: Mirna, Carolyn, Ana, Rebecca, Erick, Alexis y Edgar. Ella es Ginebra Weasley, mejor conocida como Ginny.
Ginny también se quedó con ellos por el resto del viaje platicando con Hermione, Ana y Rebecca (congeniaron muy bien) mientras Harry, Ron, Erick, Edgar y Alexis jugaban snaps explosivos. Solo había dos personas alejadas del feliz grupo: Carolyn y Mirna.
Ellas estaban hablando en voz baja para que nadie las escuchara pero no se dieron cuenta de que Ron si las estaba oyendo.
Estaban planeando la primera broma que harían al entrar a Hogwarts.
-¿Qué tal si explotamos un excusado?- propuso Carolyn.
-Sería divertido, pero tiene que ser algo más grande.- dijo Mirna tratando de pensar en algo lo suficientemente grande como para que no las olvidaran fácilmente.
-¿Qué hacen?- preguntó de repente Ron por detrás de ellas, haciendo que saltaran de sus asientos.
-Nada- dijeron rápidamente poniendo cara de niñas buenas.
-Ah, claro. Entonces estoy paranoico porque las escuche hablar sobre una broma.- ironizó Ron.
-OK, es cierto.- confesó Mirna- ¿Qué vas a hacer? ¿Acusarnos?
El tono en el que habló Mirna, le recordó a dos personas.
-No....pero las voy a ayudar, bueno yo no, pero dos personas que conozco, sí.
-¿Quiénes?- preguntaron al mismo tiempo Carolyn y Mirna.
-Los gemelos.
-¿Los gemelos?- preguntaron algo confundidas.
-Sí, son los goleadores del equipo, los alborotadores más conocidos de la escuela, los más bromistas y, a mi pesar, mis hermanos. Síganme, se los voy a presentar, pero antes, pónganse las túnicas porque llegaremos pronto a Hogwarts.
Las dos se pusieron sus túnicas encima de su atuendo muggle y siguieron al pelirrojo por el largo pasillo del tren.
Caminaron aproximadamente hasta la mitad del tren y se detuvieron frente a un compartimiento.
-Esperen aquí, yo hablaré con ellos y les diré lo que quieren hacer. Si aceptan ayudarlas, de lo que no me cabe ni la menor duda, las haré pasar para presentarlas. No me tardo.- dijo Ron y entró al compartimiento.
En los pocos segundos en los que la puerta del compartimiento estuvo abierta, las chicas pudieron ver a dos apuestos gemelos pelirrojos.
---------------En el compartimiento de Fred y George---------------
Los gemelos estaban hablando sobre la gran broma que les harían a los de Slytherin cuando entró Ron al compartimiento.
-¡Roooooonie! Cuánto tiempo sin verte!- exclamaron los dos al mismo tiempo.
-No sean payasos, vivimos en la misma casa. Pero bueno, vengo a pedirles su ayuda: es que hay un par de chicas que....
-¡Te gustan!- lo interrumpieron.
-Nooo! Ellas no me gustan, quieren su ayuda para planear y llevar a cabo una broma, pero no saben por dónde empezar.
-Ah!
-Ellas dos están afuera y los quieren conocer- dijo Ron
-En ese caso...-comenzó Fred
-...hazlas pasar- terminó George
---------------En el pasillo---------------
Carolyn estaba en los hombros de Mirna tratando de escuchar la conversación de Ron con los gemelos.
-¿Oyes algo?- preguntó Mirna
-No te muevas, me vas a tirar!
Entonces salió Ron empujando la puerta y ocasionando que las dos chicas cayeran al suelo estrepitosamente encima de él. (na: uff, eso debió doler!!)
-ahhhh!!
-¿Qué hacían ustedes dos ahí?- preguntó Ron al mismo tiempo que se trataba de parar.
Los gemelos escucharon el alboroto de afuera y salieron a investigar. Se sorprendieron al encontrar a las dos chicas y a Ron tirados en el suelo así que los ayudaron a pararse. Fred levantó, sin esfuerzo, a Mirna, y George a Carolyn.
-Bueno. Fred, George, ellas son Mirna y Carolyn- las presentó Ron cuando se estaba levantando del suelo.
-¡¡Hola!!- dijeron ellos
-Nosotros somos...- dijo Fred
-Fred y George...- siguió George
-A sus...- dijo Fred
-servicios...- terminó George haciendo reír a las dos chicas.
-Mucho gusto- dijo Carolyn
-¿Quieren pasar a nuestro compartimiento para hablar más tranquilamente?- preguntaron los gemelos.
-Claro!- contestó Mirna
-Yo me voy para que puedan hablar mejor- dijo Ron con una sonrisa pícara
-Sí, nos vemos, Ronie- se burló Fred
Ron se fue a su compartimiento al final del tren. Cuando regresó, Erick se le quedó viendo y luego miró por encima de su hombro (del de Ron).
-¿Dónde están Mirna y Carolyn?
-Con Fred y George- contestó él tranquilamente mientras se comía una rana de chocolate.
-¡¿Qué?!
-Tranquilo, ¿Qué? Estás celoso?
-No, claro que no- repuso Erick muy sonrojado.- Es que las conozco muy bien y se pueden meter en problemas.
-Ahhh- dijo Ron sin creerle al 100%. Se sentó y empezó a comer ranas de chocolate que Harry había comprado.
Erick había mentido porque sí estaba celoso. Él había estado enamorado de Carolyn desde primero pero no se había atrevido a decirle porque no quería arruinar su perfecta amistad por su culpa, así que se había quedado callado durante dos años enteros, pero creía que no podría aguantar más. Lo peor era que Erick no sabía que Carolyn también estaba enamorada de él pero por las mismas razones tampoco se lo había dicho.
Erick estaba sumido en sus pensamientos y no prestaba atención a la partida de ajedrez mágico que iba perdiendo.
Un súbito movimiento lo sacó de sus pensamientos. Todos se pusieron sus túnicas encima de su ropa muggle y se levantaron.
Erick, Alexis, Edgar, Ana y Rebecca no sabían si llevarse sus baúles o qué, hasta que Hermione les dijo que los debían dejar.
Se fueron hacia la salida del tren y Erick se quedó de piedra al ver como su Carolyn salía del tren colgada del brazo de uno de los gemelos, Mirna venía detrás de ella colgada del brazo del otro gemelo. Se quedó pálido y sus dos amigos lo notaron, voltearon a ver lo que Erick había visto y se encontraron con que sus hermanitas estaban con unos desconocidos para ellos.
Estaban visiblemente enojados.
Hermione, Ginny, Ana, Rebecca, Erick, Edgar y Alexis se encaminaron hacia un centenar de diligencias que por lo visto debían estar jaladas por caballos invisibles.
Erick, Edgar, Alexis, Ana y Rebecca se subieron a una; Harry, Ron, Hermione y Ginny se subieron a otra; Mirna, Carolyn, Fred y George se subieron a otra, y así emprendieron el camino hacia el castillo.
Cuando la silueta del enorme casillo entro dentro de su campo visual, todos los nuevos exclamaron un fuerte Ohhhhh!!
Salieron de las diligencias y subieron unas escaleras hasta el vestíbulo donde los esperaba una bruja de rostro severo, que tenía gafas cuadradas y era tan vieja que fácilmente estaría en una exposición de las momias de Guanajuato.
-Necesito que todos los que nombre a continuación vengan conmigo para ser seleccionados en la casa a la que pertenecerán el resto del ciclo escolar. Edgar Casel, Carolyn Clearmoon, Mirna Darkwater, Erick Gainer, Rebecca Stony, Ana Touchman y Alexis Woodworm.
Los siete se separaron de la multitud de alumnos que estaban en el vestíbulo y siguieron a la momia. Desde la multitud se escucharon las voces de Fred y George:
-¡Suerte, Mirna!- era la voz de Fred
-¡Suerte, Carolyn!- era la voz de George
Las dos chicas voltearon a verlos muy sonrojadas y les sonrieron. Erick les hizo (a los gemelos) cara de pocos amigos.
La momia los guió hasta una pequeña habitación donde ya estaban los de primero. Después de 10 minutos salieron los de primero. 10 minutos después, la momia fue por ellos y los condujo por una puerta.
Al atravesar el portal se quedaron con la boca abierta. Estaban en un comedor del tamaño de una catedral que tenía cuatro mesas largas (una para cada casa) para los alumnos y otra para los profesores.
La momia los llevó caminando hasta quedar enfrente de un taburete de tres patas sobre el cuál había un sombrero viejo y raído.
-Como ustedes son nuevos les explicaré como serán seleccionados- dijo la momia- Cuando diga su nombre, vendrán, se sentarán y se les pondrá el sombrero, él les dirá a que casa pertenecerán.
-Yo pensé que iba a ser una prueba más difícil - le susurró Carolyn a Mirna. Ella sólo asintió.
-¡Casel, Edgar!
Edgar se sentó en el taburete y la momia le puso el sombrero. Todo el Gran Comedor estaba en silencio.
-RAVENCLAW!!
La mesa de Ravenclaw estalló en aplausos cuando Edgar se fue a sentar muy emocionado.
-¡Clearmoon, Carolyn!
--¡suerte!- Mirna le deseo a Carolyn en voz baja.
Su amiga iba caminando, completamente pálida, hacia lo que parecía su juicio final.
-GRYFFINDOR!!
Carolyn no se lo podía creer y se fue a sentar a un lado de George, que le había guardado lugar.
Era el turno de Mirna.
-¡Darkwater, Mirna!
Estaba igual o más pálida que Carolyn.
-GRYFFINDOR!!
Soltó el aire que había estado reteniendo. Se fue a sentar en el asiento que Fred le había guardado, abrazó a su amiga Carolyn y (para sorpresa de todos) abrazó a los gemelos.
-¡Gainer, Erick!
-GRYFFINDOR!!
Erick se sentó a un lado de Harry y Ron. De inmediato dos chicas de la misma mesa se pusieron a coquetearle a Erick, Lo cuál puso algo celosa a Carolyn, bueno más bien demasiado celosa.
-¡Stony, Rebecca!
-RAVENCLAW!!
Rebecca Se fue a sentar a un lado de Edgar y lo abrazó, contenta de no ser la única de Ravenclaw.
Ana estaba tan nerviosa que temblaba de pies a cabeza.
-¡Touchman, Ana!
Caminaba como si se dirigiera a la horca.
-RAVENCLAW!!
Sonrió, más relajada, y se reunió con Rebecca y con Edgar.
Alexis era el último que quedaba.
-¡Woodworm, Alexis!
-RAVENCLAW!!
Aliviado, se sentó junto a Edgar.
Todo el Gran Comedor se quedó en silencio mientras la momia se llevaba cargando el taburete y al Sombrero Seleccionador y Dumbledore se levantaba de su asiento para dar el discurso de inicio de curso:
-¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos a otro año en Hogwarts! Espero que hayan disfrutado de sus vacaciones haciendo bromas, jugando y paseando! Este año tenemos el honor de hospedar a siete alumnos de intercambio que vienen desde Nueva York. ¡Espero que pasen uno de los mejores años de su vida! Sólo quiero decir dos palabras más: ¡A comer!
Las fuentes de comida (hasta ahora vacías) se llenaron de comida.
Se sirvieron de todo lo que estaba a su alcance y comieron como si no hubieran probado bocado en años.
Los gemelos platicaban animadamente con Mirna y Carolyn cuando llegaron tres chicas se sentaron frente a ellos y los saludaron alegremente.
-Mirna, Carolyn- les dijo Fred en modo teatral- ellas son las tres cazadoras más veloces de Hogwarts, las que no llevan a la victoria en cada partido, las...-comenzó Fred pero una de las tres chicas lo interrumpió
-Ya, Fred. Nos estás sacando los colores- las tres hicieron como si se sonrojaran.
-Bueno, al grano. Ellas son Angelina Jonson, Alicia Spinet y Katie Bell- dijo George muy rápido.
-Mucho gusto- dijo Carolyn- nos han hablado mucho de ustedes, dicen que son las mejores cazadoras del colegio entero.
Platicaron un buen rato sobre los partidos de quidditch que habían ganado hasta entonces (osea todos) y las cazadoras se despidieron.
Al terminar la cena salieron del Gan Comedor junto con los gemelos y se detuvieron en el vestíbulo donde esperaron a sus otros cinco amigos y despedirse antes de irse camino hacia la Sala Común de sus casas.
Cuando se despidieron de ellos, Carolyn, Mirna, Fred y George se fueron juntos a la Torre de Gryffindor.
Subieron por muchas escaleras, atravesaron oscuros pasillos y uno que otro pasadizo hasta llegar enfrente de un retrato de una mujer gorda (que habría ganado el record Giness de obesidad) con vestido rosa que les pidió la contraseña. Al dársela les dejó pasar y del otro lado se encontraron con una confortable sala redonda, donde había una gran chimenea y muchos asientos mullidos cerca de ella.
Había varias escaleras de caracol que, al parecer, conducían a los dormitorios. Fred y George les dijeron a las dos chicas cuáles eran sus nuevas habitaciones y les dieron un beso de buenas noches.
Erick estaba ya sentado en un sillón con Harry, Ron y Hermione, y cuando vio que Mirna y Carolyn se dirigían a sus dormitorios, se paró de inmediato para alcanzarlas.
Se paró frente a ellas, impidiéndoles el paso, y comenzó a hablar.
-¿Saben chicas? No me dan buena espina esos dos- dijo señalando a los gemelos- No creo que se deban juntar con ellos: se pueden meter en serios problemas.
-Aaayyy!!! Que tierno!!- dijeron las dos al mismo tiempo.
-Erick, gracias de verdad por preocuparte por nosotras, eso demuestra lo buen amigo que eres-le dijo Carolyn con aprecio.
¿Sólo amigos? pensó Erick ¿no podemos ser más que eso?
Mirna lo abrazó, le dio un beso de buenas noches y se perdió escaleras arriba.
Carolyn lo abrazó después y se sintió muy rara al hacerlo, sentía que quería quedarse así para siempre. Cuando se separó de él, ocurrió algo extraordinario.
Sin siquiera planearlo, Erick la besó tiernamente por unos segundos y Carolyn le correspondió hasta que a los dos les faltó el aire.
Cuando se separaron Erick la miró a los ojos y le dijo:
-Carolyn, ya no aguanto esconder esto por más tiempo, sé que sólo somos amigos, pero yo siempre he querido decirte que he estado enamorado de ti desde el primer instante en que te vi y no te lo había dicho por miedo a que me rechazaras y, así, perderte. Te quiero Carolyn.
Carolyn se había quedado muda y parecía que no podría hablar en, por lo menos, unas cuantas horas más, pero tomó aire y le dijo:
-Erick, yo también te quiero.
Y simplemente con esas palabras se fundieron en el más lindo de los besos.
-Carolyn...este...yo entendería si no quisieras...pero...este... ¿Quieres ser mi novia?
-¡Por supuesto!-Carolyn lo abrazó emocionada y le dio otro beso corto, pero dulce.
Se fue corriendo hacia su nuevo dormitorio para contarle todo lo sucedido a Mirna. Al momento de llegar encontró a Mirna desempacando. Corrió hacia ella y le contó todo con lujo de detalle.
-¿y te besó? ¿Así sin más?- le preguntó cuando hubo terminado su relato.
-Sí y luego me preguntó si quería ser su novia y yo le dije que SIIIII!!!
-Por fin te llegó!!! Ya se había tardado.
-Sí. Estoy tan emocionada....Yo había presentido que algo así me iba a pasar.
-Que bien! Bueno, yo ya terminé de desempacar, ¿Te ayudo?
-Claro.
Las dos desempacaron las cosas de Carolyn y cuando terminaron entraron por la puerta tres chicas. Una era Hermione las otras dos eran desconocidas.
Saludaron alegremente a Hermione pero a las otras dos no, por un lado las habían reconocido como las que le habían coqueteado a Erick durante la cena, y por otro porque las miraban con antipatía ya que hacía un rato habían visto besándose a Carolyn y a Erick.
Se acostaron a dormir y se dieron las buenas noches.
Hola!!! perdon por borrarlo primero pero tenía unos pequeños desperfectos, pero bueno...
espero que disfruten de mi historia tanto como Carolyn y yo la dsfrutamos.
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Capítulo 2: Primer día de clases, nuevos novios y uno que otro herido
---------------A las 8AM el la habitación de las chicas---------------
Tres chicas ya estaban listas para ir a clases pero había otras dos todavía profundamente dormidas.
Mirna se empezaba a mover porque la luz del sol la deslumbraba, se sentó, todavía en su cama, y se estiró dando un gran bostezo. Miró el reloj de mesa y se dio cuenta de que ya era tarde.
Lo primero que hizo fue subirse a brincar a la cama de Carolyn para despertarla pero sin resultado, después se puso a gritarle:
-Carolyn!!! Levántate, perezosa!! ¡Nos quedamos dormidas!- su técnica no tuvo resultado, y se dispuso a llevar a cabo el plan C.
-CAROLY, PARATE. SE INCENDIA LA TORRE!!! FUEGOOOO!!! FUEGOOOOOO!!!
La técnica de Mirna funcionó, pero no como a ella le hubiera gustado por que, al escuchar las palabras de Mirna, Carolyn se levantó tan bruscamente que tiró a Mirna de su cama y ocasionó que Mirna se lastimara el brazo al dar contra el suelo.
-Lo siento Mirna!! ¡Es que me asustaste y no te vi! - la ayudó a levantarse.
--Sí, ya. Mejor vete a bañar porque ya es tarde- le aconsejó mientras se sobaba el brazo izquierdo y la cabeza.
Carolyn y Mirna se arreglaron en tan sólo 40 minutos mientras las otras tres ya habían bajado a desayunar.
Al terminar de vestirse, peinarse y maquillarse, bajaron a la Sala Común para descubrir que sólo había tres chicos ahí: Erick (que miraba con la boca abierta lo bien que Carolyn estaba arreglada), Fred y George.
Carolyn se fue a desayunar, de la mano, con Erick mientras que Mirna se iba del brazo de los dos gemelos.
-Oye, Mirna- comenzó George- , ¿Por qué Carolyn se fue con Erick muy cariñosa? Yo tenía entendido que sólo eran amigos...
-Ah, sí. Se me olvidó contarles.-dijo un poco apenada- es que ayer por la noche Erick le pidió ser su novia a Carolyn.
-Pero, ¿no crees que es muy pronto?- dijo George
-No, porque ellos se han gustado desde hace dos años pero no se atrevían a dar el buen paso.
-Ah
Desayunaron muy apresurados porque ya era tarde y se despidieron a la entrada del aula de transformaciones (que era la primera clase de Mirna).
Los gemelos se fueron a su primera clase, que era la de pociones, sin entusiasmo.
---------------Aula de transformaciones---------------
Mirna entró al aula sonriente y se sentó junto a Carolyn que ya había llegado.
-¿Qué onda? Ahora que eres novia de Erick, ¿vas a pasar todo el tiempo con él y me vas a abandonar a mi y a los gemelos?- le preguntó con cara de perrito degollado
-No, para nada. Sólo durante un rato en el día.
-Ah, OK. Más te vale.
Len ese momento la momia entró por la puerta del aula y todos se quedaron en silencio, todos menos Mirna y Carolyn (para variar son las más desmadrozas, jejeje).
-Señoritas Clearmoon y Darkwater, guarden silencio o las castigaré- les advirtió la momia.
Las dos se quedaron en silencio de inmediato.
-Muy bien hoy estudiaremos las transformaciones humanas en animales...
La clase estuvo muy interesante para Hermione pero para el resto del alumnado estuvo casi para dormirse. Erick sólo hacía garabatos en las esquinas de sus pergaminos sin poner atención a una sola palabra de lo que decía la maestra; Carolyn se la pasó viendo por la ventana los pájaros volando; Harry y Ron, jugando ahorcado; Hermione, tomando apunte; Mirna, platicando en voz baja con un tal Seamos Finnigan, el cual le cayó muy bien.
De repente el celular de Carolyn, que había puesto en vibrador para que no sonara, la sacó de sus pensamientos porque comenzó a vibrar. (na: pasemos por alto el hecho de que en Hogwarts no funcionan eso aparatos muggles por el exceso de magia en el aire)
Ella se asustó un poco, se metió debajo de su banca para que la momia no la viera y contestó en voz baja. Felizmente ella estaba en la última banca de la esquina y la momia no la podía oír.
Cuando Carolyn salió de debajo de su banca Mirna le preguntó que quién le había hablado.
-Me habló Alexis. Dice que castigaron a Edgar por golpear a un compañero de clases durante el desayuno, justo antes que llegáramos. Edgarcito está en la enfermería.
Se miraron algo preocupadas y acordaron ir a visitarlo en el cambio de clases.
La clase transcurrió sin contratiempos y cuando terminó todos los alumnos se dirigieron hacia su clase de Historia de la magia.
Cuando Carolyn y Mirna pasaban apuradas por uno de los miles de pasillos del castillo oyeron que alguien las llamaba en susurros desde un armario. Se acercaron con cautela hasta que vieron que eran los gemelos los que las llamaban.
-Hola, ¿cómo les fue en Transformaciones?- preguntó Fred
-Bien- contestaron las dos al mismo tiempo
-¿Quieren ir a Hogsmeade?- preguntó George
-¿Después de clases, verdad?- preguntó insegura Mirna.
-No, ¿para que esperar? Vamos ahora.
-Claro- respondió Carolyn sin pensárselo dos veces, sin embargo Mirna se mordió el labio pensando en los problemas que tendrían si los cachaban.
-¿tú que dices, Mirna?-preguntó Fred
-No lo se, esque teníamos que ir a ver a nuestro hermanito a la enfermería porque se peleó con un tal Draco.
-Vamos, nos merecemos un descanso después de la larga y agotadora semana de clases que acabamos de pasar- dijo George
-No llevamos una semana de clases, acabamos de tener apenas la primera clase del día!!
-Bueno casi......-apoyó Fred
-Anda Mirna, vamos-casi casi le suplicó Carolyn con cara de perrito degollado.
-Está bien.
Las condujeron por un pasadizo secreto que parecía un túnel. Caminaron por una hora y Carolyn ya se estaba quejando, cuando Mirna se iba a quejar de nuevo llegaron al final del túnel y salieron a lo que parecía un sótano oscuro.
Subieron por las escaleras sin hacer ruido y atravesaron una puerta. Se encontraron detrás del mostrador de Honeydukes. Estaban en una tienda llena de estantes repletos de los dulces más apetitosos que se podrían imaginar. Cremosos trozos de turrón, cubitos de helado de coco de color rosa trémulo, gruesos caramelos de café con leche, cientos de chocolates puestos en filas, barriles llenos de caramelos de sabores y de meigas fritas, bolas de helado levitador, chicles que hacían bombas del tamaño de un globo aerostático, seda dental de menta, ratones de helado, diablillos de pimienta, crema de menta en forma de sapo, plumas de azúcar hilado, caramelos que estallaban, babosas de gelatina y píldoras ácidas.
Compraron de todo un poco (más bien dulces como para alimentar a todo un ejército durante más de un año) y salieron de la tienda. Se encontraron con una calle muy pintoresca con tiendas y casas con techo de paja.
Visitaron Zonko, correos, la Casa de los Gritos y a Dervish y Banges.
Llegaron al frente de Las Tres Escobas y se tomaron una cerveza de mantequilla tranquilamente. Cuando se acercaba la hora de comer se dirigieron hacia el pasadizo que ya antes habían recorrido de ida al pueblo. Al llegar al castillo no había nadie por los pasillos así que no tuvieron problemas para llegar al Gran Comedor sin ser vistos.
Se quedaron afuera del comedor hasta que sonó la campana que indicaba la hora de la comida y entraron. Fueron los primeros en entrar y comieron bastante porque esa mañana no habían desayunado bien por lo tarde que se levantaron. Cuando ya casi terminaban de comer apareció Erick con pinta de haberlos buscado por todo el castillo.
-¿dónde se habían metido? Estuvimos muy preocupados por ustedes dos, niñas- las regañó Erick severamente mientras Mirna y Carolyn bajaban la cabeza como señal de disculpa.
-¿estuvimos? ¿Tú y quién más?- preguntó algo extrañada Mirna.
-Pues todos nuestros amigos: Edgar, Alexis, Harry, Ron, Ana, Rebecca, Hermione y, claro, YO!!!
-Pues perdónanos la vida!!- exclamó Mirna con sarcasmo.
Después del almuerzo se fueron (seguidas de cerca por Erick) a su siguiente clase que era la de Pociones y duraría dos horas (osea que abarcaría todas las clases de la tarde). Se sentaron al fondo del aula con Erick y sacaron sus materiales para la clase.
El aula se fue llenando y cuando entró el último estudiante, entró un profesor pálido, con cabello negro y grasiento y nariz ganchuda. Carolyn le preguntó a Hermione que cuál era el nombre de aquel profesor pero antes de que Hermione le pudiera responder...
-Silencio!!
En realidad no había necesidad de que impusiera orden pues su sola presencia infundía tanto miedo como para que alguien se atreviera a hablar, pero esto no lo sabían Mirna y Carolyn así que seguían platicando muy animadas sin darse cuenta de que todos las miraban tratando de advertirles...
-50 puntos menos para Gryffindor y si siguen hablando, señoritas Clearmoon y Darkwater, serán 150 y las castigaré- advirtió Snape.
Eso se le hizo demasiado injusto a Mirna así que se paró para reclamar.
-Eso no es justo y usted lo sabe!!- le gritó desde su lugar. (na: MALA IDEA!!!)
-Sólo por platicar un poco no nos puede quitar puntos que ni siquiera tenemos. Eso es lo más injusto del planeta, eso es antidemocrático, eso es favoritismo, eso es una infamia, eso es...- iba a seguir con su discurso liberalista pero se contuvo al ver las miradas de la clase entera clavadas sobre ella, pero sobre todo la expresión de Snape que estaba lívido: nunca antes alguien había tenido el valor suficiente como para reclamarle.
-Señorita Darkwater, está castigada por una semana y si no se calla serán dos. La espero en mi despacho a las 5 en punto y ahí le informaré cuál será su castigo.
Esto bastó para que Mirna se callara y se sentara, asesinando con la mirada a Snape.
-Después de la desagradable interrupción de su compañera Darkwater, deberían darle las gracias por haber perdido otros 100 puntos de su casa.
Mirna iba a ponerse a gritarle otra vez pero Erick la detuvo y la tapó la boca con su mano como diciéndola: . Sólo esto la logró calmar.
-Como iba diciendo, hoy haremos una poción para encoger. El procedimiento está en la página 12 de su libro de Mil Hiervas y Hongos venenosos y dónde encontrarlos. Tienen una hora y media para terminarla. Cuando terminen tráiganme una muestra de su poción con el nombre de todos los integrantes de su mesa y podrán salir.
Una hora y media después en la mesa que compartían Mirna, Carolyn y Erick había un desastre por toda la mesa, restos de ingredientes por todos lados y su poción que debía de ser de color verde limón se había convertido en...
-¿¡Púrpura?!- exclamó Snape vertiendo un cucharón el caldero para que todos la vieran. Los de Slytherin soltaron una carcajada mientras que los de Gryffindor miraban aprensivamente la poción- ¿¿Qué es esto??
-¡Una poción!- respondieron los aludidos con mezcla de sarcasmo, orgullo y cinismo.
-Se suponía que la poción tenía que quedar de color verde limón y no PÚRPURA!!!
-Usted lo ha dicho: se suponía-dijo Erick
Todos los alumnos del salón rieron con ganas.
De repente el caldero empezó a echar burbujas.
-¡Va a explotar! ¡Pecho tierra!- gritó Carolyn justo a tiempo porque cuando todos se escondieron debajo de sus mesas el caldero explotó, esparciendo su poción mal hecha por todos lados. En las mesas, en el suelo, en las paredes y en la cara del profesor de pociones al que en ese momento le estaban saliendo horrorosos granos rojos en la piel.
Mirna, Carolyn y Erick salieron de debajo de su banca para revisar el resultado de su grandiosa poción sobre Snape.
-Se lo tenía merecido!- susurró Mirna a Carolyn pero Snape la escuchó.
-¿Qué ha dicho, señorita Darkwater?- preguntó enfurecido mientras los tres se reían tanto que tenían lágrimas en los ojos y se sostenían las costillas.
-Nada, profesor.- dijo inocentemente Mirna cuando se había calmado un poco y se secaba las lágrimas con su túnica.- Sólo que debería ir a la enfermería para que le revisen esos granos que no se ven nada bien.-dijo Carolyn
Echaron a reír más aún (si se podía) y eso puso a Snape más enojado así que les gritó:
-¡¡¡¡ESTÁN CASTIGADOS TODAS LAS TARDES DE LAS PRÓXIMAS DOS SEMANAS!! Los espero a las 5 en punto en mi oficina a los tres chistositos...
Si pensaba que eso les quitaría las sonrisas de la cara estaba muy equivocado porque se necesitaba más que un simple castigo para quitárselas.
Tocó la chicharra (ahora si que salvados por la chicharra) y salieron lo más rápido posible de el salón que estaba hecho un asco de porquería. Ya eran las 2 de la tarde.
Se fueron corriendo hacia la sala común de Gryffindor pero a medio camino se acordaron de que Edgar estaba en la enfermería y cambiaron de dirección para ir a verlo.
Al entrar en la enfermería se encontraron con dos camas ocupadas, una por Edgar y la del otro lado de la sala, por un chico rubio. La cama de Edgar estaba rodeada de gente como sus amigos y compañeros. Lo que no se explicaban Mirna, Carolyn y Erick era qué hacía Ginny ahí.
Llegaron al borde de la cama y lo saludaron alegremente.
-Hola, Edgar!!!
-Hola- Edgar parecía en buen estado si pasaban por alto el pómulo hinchado y morado y su labio partido.
-¿Por qué tardaron tanto en venir a verme?- dijo un poco sentido- Si ven que estoy llorando, no estoy llorando, sólo se me metió una basurita al ojo- dijo poniendo cara de niño chiquito que está llorando.
Todos los presentes rieron, incluso los recién llegados.
-Ya no te hagas el sufrido que nosotros somos los que nos deberíamos quejar porque nos acaban de castigar por dos semanas con trabajo forzado - los tres castigados empezaron a decir hasta de lo que se iba a morir Snape.
La enfermería se fue vaciando hasta que sólo quedaron Ana, Rebecca, Alexis, Mirna, Carolyn y Erick alrededor de la cama de Edgar y el club de fans de Draco alrededor de la cama del Slytherin.
-¡Edgar, cuéntanos con lujo de detalle lo que pasó!- exigió Mirna
- Está bien... yo estaba tranquilamente desayunando en la mesa de Ravenclaw y...
-------------------------Flash back------------------------
Edgar estaba sentado el la mesa de su casa entre Alexis y Rebecca junto con Ana. Una hermosa pelirroja iba entrando por la puerta y un rubio platino la alcanzó.
La tomó del brazo para voltearla y quedar de frente. Ella se resistía y él la tomó de las manos y la besó salvajemente. Cuando se separaron ella le dio una cachetada que por poco lo deja inconsciente y él la trató de besar de nuevo. Fue ese el momento en el que Edgar se levantó y corrió en ayuda de aquella chica a la que había reconocido como Ginny Weasley, la hermana menor de Ron.
Llegó como un rayo al lado del rubio y la pelirroja y, sin pararse a preguntar primero, lo golpeó en la mandíbula con todas sus fuerzas.
El rubio, llamado Draco (como se informó Edgar al momento en que una chica gritaba el nombre del afectado), cayó al suelo con sangre saliéndole de la boca. Edgar se abalanzó sobre él mientras Alexis (que había corrido para tratar de ayudar a Ginny también) gritaba algo que sonaba más o menos como: ¡¡DALE EDGAR, DALE SIN PIEDAD!!
Se formó un corro de alumnos, la mayoría de Gryffindor y Ravenclaw, alrededor de ellos dos.
De un momento a otro llegó la momia corriendo a ver lo que pasaba y a castigar a los involucrados.
Cuando en grupo de alumnos divisó a McGonagall dirigiéndose hacia ellos, advirtieron a todos y se dispersaron haciendo como si nada hubiera pasado.
La momia llegó hasta donde estaban en el suelo los dos chicos, peleando.
-¿QUÉ DIABLOS PASA AQUÍ? SEPÁRENCE AHORA!!!
Eso no le dio resultado así que los separó con una maldición que los lanzó hacia atrás y los dejó medio inconscientes, pero despiertos el suficiente tiempo como para enterarse que estaban castigados por un mes entero.
Cuando Edgar se despertó, dos horas después, se encontró en la enfermería con un tremendo dolor de cabeza por el golpe que se había dado contra la pared del gran comedor y con un grupo muy numeroso de alumnos a su alrededor, esperando a que recuperara la conciencia.
-------------------------fin del flash back-------------------------
Cuando terminó de contarlo sus seis amigos se estaban revolcando en el suelo de la risa.
-¿Qué? ¿Qué es tan divertido?- interrogó enojado.
-pues como lo cuentas: tu cara de lelo cada vez que mencionabas a Ginny, tu puño en alto al hablar orgullosamente de cómo golpeaste a Draco y tu cara de sufrido cuando te enteraste que estabas castigado- terminó Erick cuando se habían dejado de reír.
-Oye Edgar, nos tenemos que ir a cambiar para ir al dichoso castigo con Snape pero te prometo que vendremos mañana aunque nos tengamos que saltar nuestra materia favorita: Pociones- los otros tres miraron a Mirna como si estuviera completamente loca hasta que aclaró- Era una broma!!
Se despidieron de Edgar, de Ana, de Rebecca y de Alexis y emprendieron de nuevo el camino hacia la sala común que quedaba muchos pisos arriba.
Al llegar se fueron por escaleras diferentes hacia sus dormitorios a darse una buena ducha y cambiarse de ropa porque estaban en contra del uniforme.
En su anterior escuela no tenían que usar uniforme, podían traer el pelo del color y la forma que quisieran y el horario era mucho más flexible.
No estaban acostumbrados a tantas reglas y por eso ya tenían castigos múltiples y eso que era el primer día de clases.
A las cinco en punto ya estaban enfrente del despacho de Snape. Tocaron la puerta y entraron. Lo que vieron les revolvió el estómago: el despacho estaba lleno de estanterías con pociones e ingredientes que parecían estar sacados de una película de terror, y eso no era todo, había toda clase de criaturas en frascos con un líquido verde francamente repulsivo y barriles con entrañas de animales que todavía se movían.
El profesor más querido por todos (ni en sueños) estaba del otro lado de un escritorio de madera de roble esperándolos.
Con una seña les pidió que se sentara.
- Su castigo será lavar todos y cada uno de los escusados de la enfermería. Mañana cambiarán de castigo y así sucesivamente. Ya pueden empezar.
Los tres chicos se marcharon cabizbajos hacia la enfermería.
Se tardaron más de tres horas fregando los sucios inodoros y a las ocho y media se dirjron hacia sus dormitorios a darse de nuevo una ducha.
Cuando bajaron de nuevo la sala común estaba llena en señal de que la cena ya había acabado y ellos se la habían perdido, no había forma de matar el hambre que tenían. Desilusionados, se sentaron en un sillón largo junto a la chimenea.
Fred y George estaban del otro lado de la sala y los vieron bajar de los dormitorios. Se dirigieron hacia ellos y se sentaron en el sillón de a lado.
-Hola, Mirna!- saludó Fred.
-Hola, Fred- dijo Mirna sin el entusiasmo que siempre la acompañaba.
-Hola, Carolyn!- la saludó George, ignorando olímpicamente a Erick.
-Hola, George- dijo Carolyn de la misma manera que Mirna.
-¿Qué tienen?- preguntaron los gemelos al mismo tiempo y la respuesta no se hizo esperar porque los estómagos de las chicas dieron un tremendo rugido lo cuál señalaba que estaban hambrientas.
-Estuvimos castigados toda la tarde y no hemos comido- explicó Carolyn.
-Eso no es problema- dijo Fred
-Nosotros lo arreglamos- terminó George.
-Síganos, bellas damas- le ofrecieron un brazo a cada chica quienes los tomaron felizmente.
Erick miró a los gemelos con cara de pocos amigos por llevarse así a su amiga y a su novia. Les dio las buenas noches a Mirna y a Carolyn y se perdió por las escaleras hacia su dormitorio.
Los gemelos guiaron a las dos chicas por pasillos y pasadizos hasta lo que parecía el primer piso. Se pararon enfrente del cuadro de un frutero, le hicieron cosquillas a la pera y se abrió una puerta que conducía a las cocinas.
Un grupo de elfos domésticos se les acercó corriendo y les preguntó que qué querían de comer.
-Mm...yo quiero una hamburguesa con tocino, queso y papas a la francesa y un jugo de fresa y naranja- pidió Mirna.
-si que tenías hambre- le susurró Carolyn al oído.
- yo quiero pollo frito y jugo de calabaza- pidió Carolyn
-para nosotros...sólo pastelillos y té- pidieron los gemelos- esque comimos bastante en la cena- explicaron a las dos chicas.
Les prepararon lo que pidieron en menos de cinco minutos.
Cuando terminaron de comer se llevaron una canasta de galletas a la sala común.
Dieron las buenas noches y las gracias a los gemelos y subieron por las escaleras hacia su dormitorio. Al cerrar la puerta se quedaron oyendo durante un minuto afuera para asegurarse de que ya no había nadie afuera. Salieron de nuevo del dormitorio cautelosamente y subieron hacia el dormitorio de los chicos con la canasta de galletas en las manos. Entraron sin tocar y descubrieron a los chicos en ropa interior.
Se quedaron paralizadas en la puerta y los chicos corrieron a esconderse de las dos.
Erick salió de su escondite al ver de quienes se trataba. Harry, Ron, Seamus, Dean y Neville seguían tratando de esconderse en vano por que las dos chicas ya los habían visto de arriba abajo.
-¿Qué hacen aquí?
-Venimos a traerte algo de comer, ingrato.- Erick sólo llevaba puestos unos bóxers rojos y se podían apreciar sus músculos en los brazos, tórax y piernas, ya que en el colegio anterior jugaba quidditch con la posición de golpeador y era el mejor.
-Perdón, Perdón. Gracias por la comida.
Le entregaron las galletas y se las comió tan rápido que en menos de cinco minutos ya no quedaba ninguna.
Les dio las gracias de nuevo y las buenas noches. Las dos chicas regresaron a su dormitorio sin otro pensamiento en la cabeza que no fuera lo bien que se veía Erick.
Se durmieron en seguida porque estaban exhaustas por el castigo tan agotador que les habían puesto.
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hola! ¿que tal? espero que les haya gustado para que me mande reviews, pero si no les gustó...también mandenme reviews...les pido de favor que no me manden reviews solo con dos letras escritas porque no los responderé...
bueno me voy...Capítulo 3: Pleitos, viejas amistades y borracheras
-Ana...Ana...oh, Ana...ANA!!!
-Que???
Era Rebecca, la mejor amiga de Ana.
-Que te llevo hablando por más de 10 minutos pero parece que le hablo a la pared- reflexionó lo que había dicho durante unos segundos- Corrección: la pared me haría más caso- sonrió para sí misma por su chiste.
-Ah, perdona. Es que no se donde tengo la cabeza estos días- admitió un poco avergonzada.
-mmm...eso me suena conocido. Ya se por que estás así: por Alejandro. ¿Verdad?
-Nooooo. ¿Cómo crees?- dijo poniéndose muy sonrojada- cambiando de tema, ¿qué me estabas diciendo cuando no te estaba poniendo atención?
-Ah. Que íbamos a llegar tarde a la clase de adivinación.
Las dos se dirigieron hacia la torre muy apresuradas por el retrazo.
Ya había pasado un mes desde que habían entrado al colegio y se trataban de acostumbrar a los horarios, pero les costaba un poco.
Ana no dejaba de pensar en Alejandro, y también en Leonardo, en todo lo que había vivido todos esos años en su escuela de Nueva York.
Ella había sido novia de Leo y lo extrañaba mucho. En los días lluviosos no se lo podía sacar de la mente, no podía olvidar las experiencias que pasó con él en su primer año de secundaria mágica.
Habían empezado siendo los mejores amigos y ella sólo lo veía así, como un amigo. Él estaba enamorado de ella en secreto pero un día de Noviembre, cuando ya no pudo aguantar más, se le declaró. Ella no sabía qué decirle y dos días después le dio el SI. Habían durado un mes y cortaron, se reconciliaron varias veces pero siempre había algún problema y cortaban y al final del año Ana lo terminó finalmente. Ella dio su primer beso con él pero nunca se lo confesó.
Desde entonces no se habían vuelto a hablar como nada más que compañeros de clase, ni siquiera llegaban a amigos. Ella no dejaba de pensar en él hasta que llegó otro chico a cambiar su vida.
Y ese era Alejandro. El entró de nuevo ingreso a su escuela y el segundo día de clases estableció comunicación con él. Platicaban largos ratos y como era uno de los más codiciados de la escuela entera, Ana se había ganado muchas enemigas. Hablaban de temas como de si le gustaba la escuela, que como le parecían las instalaciones, que si los maestros eran preparados, que si en su anterior escuela había más alumnos, que qué le enseñaban en su otra escuela, etc.
A Ana le gustaba ese chico y al parecer a Alejandro también le gustaba Ana. Se hicieron novios como a mitad del año, para ser exactos el 14 de Febrero.
Seguían siendo novios pero ella tuvo que partir al finalizar el año por lo del intercambio y se fue con el corazón en la mano. Desde ese día había estado muy distraída y ya no le interesaba nada, casi no comía y dormía poco. Su amiga Rebecca se estaba preocupando por ella.
Llegaron a Adivinación con 5 minutos de retrazo así que les dejaron trabajo extra de tarea.
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-Ginny!!- la pelirroja se dio vuelta a mitad del pasillo y se encontró de frente con Harry que llegaba corriendo hacia ella.
-Ah. Hola, Harry- dijo sin mucho entusiasmo
-Ginny, te tenía que decir algo- él estaba tan nervioso que no dejaba de moverse de un lugar a otro.
-Sí, dime.
-Pues...no se muy bien por donde empezar...Ginny...yo...tú...nosotros, quiero decir...que yo me di cuenta de que...bueno...no es fácil de explicar...bueno...Ginny...tú me gustas y me has gustado desde el año pasado...pero yo confundía ese sentimiento hacia ti con la fraternidad...y bueno ahora que ya me di cuenta quiero que empecemos de nuevo...y...Ginny, ¿quieres ser mi novia?- durante todo el tiempo que Harry estuvo hablando también se iba acercando suavemente hasta quedar a pocos centímetros de la cara de Ginny y cuando terminó de dar su largo discurso no esperó a que ella le respondiera porque la besó primero. Ginny estaba tan sorprendida por la declaración de Harry que ni se movió cuando él la besó.
Harry pensaba que el pasillo estaba desierto pero no se dio cuanta de que había un moreno viéndolos con la boca abierta desde la esquina.
Edgar ya venía de la enfermería pues se había repuesto por completo y cuando se dirigía hacia la sala común pero cuando dobló una esquina se encontró con la escena más desagradable para él: a Ginny y a Harry besándose. Se paró en seco unos segundos hasta que reaccionó.
Avanzó con paso decidido hacia la cómoda pareja y le lanzó una maldición a Harry que lo mandó volando hasta el otro extremo del pasillo. Ginny estaba tan impresionada que sólo tuvo tiempo de mirar a Edgar y a Harry batiéndose a duelo y hacerse a un lado para que no le llegara un hechizo perdido.
Un grupo de chicos de Ravenclaw venía doblando la esquina por la que hacía un momento había pasado Edgar, mientras que una pareja de Gryffindors venía por la otra. Como era hora del almuerzo todos se dirigían al Gran Comedor. Sólo tuvieron tiempo de aventar sus cosas al suelo y tratar de separar al par de chicos. Cuando por fin los separaron estaban en muy mal estado pero decidieron no ir a la enfermería por que los castigarían. Edgar se fue a su propio pié lejos de ahí pero sin quitar la vista asesina de Harry, Ron y Hermione que eran los que lo habían ayudado.
Se fue junto con su grupo de Ravenclaw. Rebecca decidió llamarles por celular a sus mejores amigos de la infancia que todavía no se enteraban de lo sucedido. Ellos, sin lugar a dudas, estarían a favor de Edgar y lo ayudarían a vengarse del trío de oro.
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-------------------------En el Gran Comedor-------------------------
Mirna, Carolyn, Erick y los gemelos (los últimos tres sin dejar de mandarse miradas asesinas) estaban almorzando tranquilamente (bueno tranquilamente para ellos) y haciendo una guerra de comida (para desgracia de los que estaban alrededor) y cuando Mirna, cubierta de comida, estaba apuntando hacia George, sonó su inoportuno celular. Justo en ese instante los cinco se dejaron de reír y Mirna contestó.
-Bueno? Ah, hola, Rebecca... ¿en serio?... ¿pero, cómo?...uy ese se mete en problemas a cada rato...- los otros cuatro escuchaban con atención la plática- buen...vamos para allá...sí...no nos tardamos. Sí, bye.- y colgó.
En ese momento todos la bombardearon con tantas preguntas sobre la llamada que sólo entendió unas pocas palabras como ¿quién era? ¿Qué quería? y otras semejantes.
Se tapó los oídos hasta que todos se callaron.
-Era Rebecca, dice que Edgar se peleó con Harry y que está herido, quiere que vayamos de inmediato a la sala común de Ravenclaw por que quieren hablar con nosotros. Para eso hay que faltar a la siguiente clase que, por suerte, es la de Historia de la Magia y no notarán nuestra ausencia. Bueno Erick, tendrás que dejar tu almuerzo, comelón.- Erick miró con tristeza su pastel que había dejado a medias mientras se levantaban.
-¿Quieren que las acompañemos? No es seguro andar por los pasillos sin un hombre con ustedes- dijeron los gemelos ignorando a Erick que se aclaraba la garganta.
-No, gracias. Estaremos bien.
Se dirigieron hacia la entrada cargando sus cosas. Llegaron al frente de la sala de Ravenclaw en 10 minutos y esperaron a que llegara Rebecca a abrirles. Ella los dejó pasar ya que no había nadie más de Raven adentro.
Edgar estaba acostado en un sillón largo con una bolsa de hielo en la cabeza.
Ana, Rebecca y Alexis les contaron con lujo de detalle lo sucedido y cuando terminó Erick tenía una extraña en el rostro.
-¿¿Qué te pasa, Erick??
-es que...-dijo algo inseguro- me caen bien Harry, Ron y Hermione y no quisiera estar peleado con ellos...
Iba a continuar pero Ana lo interrumpió.
-Creo que tienes confundidas tus prioridades. ¿Quién es más importante para ti? ¿Tu amigo de toda la vida o un trío de chicos que apenas conoces?
-No me plantees ese dilema...bien sabes que lo escogería a Edgar...
-No, no lo sé. Por lo que dices creo que ellos son más importantes para ti.
-si eso piensas mejor me largo...
-Pues vete! No te necesitamos, si así son los amigos ¿para qué queremos enemigos?- le gritó Alexis.
Erick salió de la Sala seguido por Mirna y Carolyn.
-¿ustedes a dónde creen que van?
-Si así se hacen llamar amigos, para qué queremos enemigos. ¿Qué no ven que lo hacen sentir mal? Él no los ha traicionado pero ustedes a él si.
La declaración de Mirna hizo enojar más a Rebecca.
-ADIOS.
Las dos Gryffindor salieron por la puerta para alcanzar a Erick.
Iban muy tristes y decepcionadas por la actitud de sus amigas y casi casi iban llorando. Pronto alcanzaron a Erick y notaron que él sí estaba llorando y les ganó el sentimiento provocando que las lágrimas corrieran por sus caras.
Se consolaron sin necesidad de palabras, sólo con miradas que decían ya verás que se arreglarán pronto las cosas.
Se dirigieron a su sala común que creyeron que estaría vacía por que a esas horas todos estarían en clases. Pero se equivocaron. Al entrar vieron a los gemelos que los miraban preocupados. Fred y George se les acercaron a preguntarles que tal les habían ido, pero antes de que Fred le hubiera formulado una sola pregunta a Mirna ella ya estaba llorando sobre su hombro y él solo la abrazaba con todas sus fuerzas y le acariciaba el cabello. Fred era por 20 centímetros más alto que Mirna y en ese momento se veía mucho la diferencia. Lo mismo pasó con George y Carolyn, la única diferencia fue que ella se separó rápidamente de George para ir a abrazar a Erick.
Entre sollozos les contaron todo lo que Ana y Rebecca les habían dicho para hacerlas sentir así.
Ya solo las dos chicas estaban llorando y los tres chicos las consolaban. Se desahogaron por un largo rato recordando todo lo que habían vivido en Estados Unidos cuando eran más jóvenes.
A los gemelos les dio remordimiento haber tratado mal a Erick y le pidieron disculpas.
-¿sin rencores?
Desde ese momento se volvieron amigos los gemelos y Erick.
De un momento a otro dieron las dos y eso significaba que las clases habían terminado. Como no querían que los vieran en ese estado decidieron hacer una rápida visita a Hogsmeade porque como estaban castigados no tenían permiso de ir y Erick quería conocerlo.
Los gemelos los llevaron y se dieron una vuelta por el pueblo. Tenían ganas de una cerveza de mantequilla y entraron en las tres escobas. A Erick le apetecía algo más fuerte para olvidarse un rato de sus penas así que pidieron wisky de fuego y media hora después estaban tan pedos que no podían distinguirse entre sí.
Cuando madame Rosmerta los corrió del bar decidieron irse a otro bar y dieron de milagro con cabeza de puerco (na: y digo de milagro porque el suelo se movía continuamente y se tambaleaban al caminar). Se sentaron en una mesa vacía y pidieron más tragos. Se quedaron ahí tomando hasta pasadas las doce y como no creían poder llegar sanos y salvos hasta Hogwarts decidieron quedarse, nada más y nada menos que en la Casa de los gritos que estaba abandonada.
Como todas las ventanas estaban cegadas tuvieron que romper una y así entraron. Cuando Erick trató de brincar la ventana, como era el que estaba más pedo, se cayó en el intento pero se volvió a levantar y tratar de nuevo. No lo logró hasta el cuarto intento mientras que las dos chicas y los gemelos lo lograron al segundo.
Subieron por las escaleras hacia el único dormitorio y ahí (aunque usted no lo crea) encendieron una fogata a base de sillas viejas para estar calientes durante la noche.
Empezaron a jugar botella y verdad o reto y se estaban contando hasta sus más íntimos secretos.
Era el turno de Fred y les contó que cuando Ron era pequeño convirtió su osito de peluche en una repugnante araña gigante y desde ahí Ron les ha temido a las arañas. Con esa información todos echaron a reír. Luego Fred y George se pusieron a cantar y a bailar como tontos.
-¿te acuerdas la broma de fin de año que hicimos?- le preguntó Mirna a Carolyn que se echó a reír con todas sus fuerzas.
-¿crees que no me voy a acordar? Fue la mejor!!- le respondió Carolyn.
Los gemelos las miraban con caras de interrogación y Mirna les explicó en que consistía la broma:
-Es que nuestro anterior colegio estaba en una calle muggle y era un internado común y corriente por fuera así que, para ser discretos, nuestros padres nos llevaban en coche a la escuela. Tomando en cuenta esto planeamos una broma: pusimos clavos detrás de las llantas de los autos y cuando se echaban de reversa se les ponchaban. Al final nos descubrieron y nos castigaron pero valió la pena. En nuestra gloriosa broma participamos: Ana, Rebecca, Carolyn, Erick, Edgar, Alexis y yo. Fue genial!! Y aún así nos enviaron de intercambio.
Cuando terminaron de platicar se dispusieron a dormir. Todos se fueron a acostar esparcidos en las dos únicas camas que, para acabarla, eran individuales.
Quedaron en que Mirna y Carolyn las ocuparían, y que los gemelos y Erick dormirían en el suelo, pero los chicos no estaban de acuerdo así que cuando las dos se durmieron se acostaron junto a ellas.
Erick se metió en la cama de Carolyn y la despertó con un beso. Ellos dos se acomodaron con las frentes juntas entre beso y beso.
Mirna todavía no se despertaba. De pronto sintió peso a un lado de ella y eso la despertó. Se dio cuenta de que Fred estaba acostado a su lado derecho y George al izquierdo y se habían dormido instantáneamente.
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¿Qué tal? ¿les gustó? Espero que sí porque me estoy esforzando mucho en escribirlo.
Dejen muchos, muchos reviews. Porfavor...@-@
Bye
Solo puedo decir dos palabras....................................................................Leánlo plisss!!!!!
Capítulo 4: Recuerdos dolorosos
-------------------------Al día siguiente-------------------------
Se despertaron a causa de un rayo del sol que entraba por una rendija de la gran ventana de la habitación.
Mirna se sentó todavía en su cama y se estiró perezosamente. Volteó a ver a los dos lados y soltó un grito: ¡¡¡había dormido con Fred y George toda la noche!!!
El potente grito de Mirna despertó a los gemelos, a Carolyn y a Erick (y seguramente a todos los habitantes de Hogsmeade y a todo ser humano en un radio de 3 Km.), y les causó aturdimiento por que todos los sonidos más leves los oían demasiado amplificados a causa de la cruda. Se sentían muy mal.
Fred se levantó apresuradamente. No se acordaba de nada de lo que había pasado la noche anterior. Se sorprendió a sí mismo por que había dormido tan cerca de la chica que le gustaba desde el primer día de clases.
En cambio, George si se acordaba de lo que había pasado la noche anterior pero decidió guardarlo en secreto.
-¿Qué pasó aquí?- preguntó Mirna
-Pues que acabamos de despertar con una tremenda cruda a causa de la enorme peda que nos pusimos ayer- dijo Carolyn como si fuera obvio.
-Pero que yo recuerde nosotras dormimos en las camas y ellos en el suelo- señaló a los tres chicos- Y cuando despertamos ellos ya están con nosotras en la cama!!
Regañaron a los chicos durante unos 10 minutos y luego se dispusieron a marcharse.
Salieron por la misma ventana por la que habían entrado la noche anterior cautelosamente.
Se suponía que ellos ya deberían estar en clases y no debía de verlos nadie. Bajaron al pasadizo por el que vinieron y en menos de media hora ya estaban en el colegio.
Los corredores estaban vacíos y eso los inquietaba. Subieron hasta la Sala Común sin que nadie los viera ahí se separaron. Las chicas subieron por las escaleras hasta su dormitorio para darse una buena ducha, los gemelos se fueron al suyo y Erick al suyo.
Eran las 9:30 AM y a las 10 empezaba la segunda clase. Decidieron asistir a esa para que nadie sospechara.
A la hora acordada salieron de la Sala Común y se dirigieron a sus clases.
La clase que les tocaba a Mirna, a Erick y a Carolyn era la de Cuidado de Criaturas Mágicas que se impartía en los terrenos de Hogwarts y estaba a cargo de Hagrid.
Su clase pasó casi sin contratiempos, excepto que a Mirna la mordió un Snogger en la mano derecha por que se quedo dormida mientras acariciaba a uno y debían de tenerlos vigilados porque eran muy salvajes.
Luego de tomar apunte de algunas medidas de protección contra los Snoggers sonó la chicharra.
Cuando se dirigían hacia el Gran Comedor la herida de Mirna se empezó a hinchar y a ponerse morada. Se preocuparon y pensaron que sería mejor hacerle una breve visita a la enfermera.
Ella le dijo a Mirna que la mordida del Snogger era muy infecciosa y que tendría que quedarse en la enfermería toda la noche hasta que sanara.
-Ojalá que no te recuperes nunca, pequeña rata!-le dijo Carolyn en broma
-Ay, gracias por tu apoyo- le contestó Mirna sarcásticamente.
Carolyn se fue a comer un poco antes de la peor materia que era la de... (Na: chacachacán... a que no se imaginan cuál es!!) Pociones y con su profesor menos querido: Snape.
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A Mirna le dolía mucho la mano en la que le había mordido el Snogger y también le seguía doliendo la cabeza.
Ella estaba pensando y vagando por los recuerdos de sus anteriores dos años en secundaria.
Ella se había enamorado de un chico que era especial para ella el año anterior. Ese chico había sido su primer amor pero le rompió el corazón en mil pedazos y se había prometido a sí misma no volver a enamorarse porque no quería que su historia se repitiera, pero estaba faltando a esa promesa: se había enamorado de Fred.
El chico del que se había enamorado, hacía ya un año, era Alexis. Él se le había declarado el 4 de Noviembre del año anterior y ella le dio el SI ese mismo día. Todos decían que eran la pareja ideal y que se veían muy lindos los dos juntos.
Un día se fueron de campamento y en el campamento dieron una caminata hacia una cascada. En la cascada Alexis besó a tres chicas y esperaba que Mirna todavía ni se enojara. Ella lo vio todo y se alejó llorando.
Después de eso Mirna lo perdonó porque era encantador. Una semana antes de que el anterior curso terminara unas chicas estaban molestando a Alexis durante una clase y una de ellas lo besó en la boca. Mirna lo vio todo y su mundo se le vino abajo.
Para colmo la chica que besó a su novio la volteó a ver como para ver su reacción. Para Mirna su orgullo era muy importante así que se aguantó las ganas de llorar hasta que salió y caminó afuera del colegio. Ahí dejó fluir, silenciosas, las lágrimas de dolor.
Ese fue el fin. Ella estaba destrozada durante las vacaciones pero trataba de disimularlo lo más posible. Solo así logró salir adelante: haciendo a un lado la pena tan grande que tenía en el alma. Pero sabía que un día explotaría y sacaría todo aquello que le hizo tanto daño durante mucho tiempo.
Cuando Mirna estaba vagando en ese recuerdo el sentimiento le ganó y, sentada en su cama y con la cara apoyada en las rodillas, se puso a llorar desconsoladamente. De pronto sintió que alguien le tocaba el hombro y, pensando que era la enfermera, le dijo:
-Por favor, quiero estar sola...
-Pero no es bueno desahogarte sola- le dijo una voz que no se parecía nada a la de Pomfrey. Era la voz de Fred.
Mirna levantó la vista y se encontró con él mirándola enternecido.
Fred no se paró a preguntar y la abrazó. Ella le devolvió el abrazo, pero con más fuerza y él entendió que necesitaba alguien para que estuviera con ella.
Ella siguió llorando en su hombro hasta que él le preguntó:
-Mirna, ¿Quieres contarme algo? Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.
-Es que... el año pasado... un chico... me rompió el corazón y... al recordarlo sufro mucho- le dijo entre sollozos.
Esa frase también destrozó a Fred. Quien hubiera hecho sufrir así a Mirna se las vería con él.
-No te preocupes, eso ya pasó. Ahora hay que vivir en el presente porque el pasado no lo puedes cambiar.
-Pero le prometí a este corazón necio que no me volvería a enamorar y es lo primero que hago.
-Ah, si...y ¿de quién estás enamorada?- preguntó Fred como quien no quiere la cosa.
-Este...no te puedo decir- contestó ella nerviosa
-Anda, dime- Fred puso carita de perro degollado- Te juro que no le digo a nadie- al ver que Mirna negaba con la cabeza dijo- Bueno, por lo menos dime si lo conozco ¿Siiiiiiii?
-Bueno, sí, si lo conoces.
Fred se dispuso a averiguar quien era esa persona costar lo que costara.
Estuvieron platicando del y al dar las cinco de la tarde Fred se despidió de ella con un beso en la mejilla y se fue a la Sala Común.
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Esa noche Mirna no pudo dormir bien, soñaba con cosas sin sentido y luego su sueño cambió, se volvió una pesadilla, cosas horribles.
Se despertó sobresaltada. Eran las doce de la noche. Sudaba frío y temblaba de pies a cabeza. Estaba en la enfermería todavía. Sintió una onda de frío recorrer su cuerpo. No estaba sola. Dos camas después de la suya había alguien acostado y, como Mirna supuso, dormido.
Al principio no lo reconoció pero, después de un rato, descubrió que era Draco, el chico que se la pasaba molestando a Ginny. Mirna se preguntó a que hora lo habían llevado a la enfermería y por qué estaría ahí.
Se levantó y fue hacia él sin hacer ruido. Él, por lo visto, también tenía pesadillas, porque se retorcía en la cama y murmuraba cosas sin sentido. Mirna se sentó en la orilla de la cama de Draco y le pasó una mano por su cara, quitándole el cabello que caía dulcemente sobre ella. Tal vez el sentir alguien con él fue lo que calmó a Draco, porque de inmediato dejó de retorcerse y se quedó quieto. De improviso abrazó a Mirna por la cintura causando que ésta cayera junto a él. Draco la abrazaba como se abraza a un oso de peluche. Ella podía oír su respiración tranquila y los latidos de su corazón; podía sentir su olor y, arrullada por su melódica respiración, se quedó dormida con él, los dos abrazados.
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Rebecca estaba sentada al lado de la chimenea en la sala común de Ravenclaw y ya eran pasadas las 12.
Estaba acurrucada en un cómodo sillón viendo las llamas cuando una voz la sorprendió.
-Creo que ya es muy tarde como para estar despierta ¿no crees?- era la voz de Alexis, eso la sobresaltó.
-Lo sé, pero quería estar sola para pensar un poco- contestó sin levantar la vista.
-¿en qué piensas?- le preguntó Alexis sentándose junto a ella.
-En muchas cosas: en Nueva York, en los viejos amigos, en los nuevos, en las peleas absurdas, en las antiguas parejas, en los viejos tiempos, en nuestra unión, en mi hogar- al decir cada palabra se le iba quebrando la voz y Alexis lo notó, le pasó un brazo por los hombros y la recostó en su pecho- en todo lo que ha pasado entre nosotros, en lo lejos que estamos de Estados Unidos, en que estamos separados, en todos los meses que estaremos aquí, en si lo lograremos o no, en qué pasará, si seguiremos siendo amigos después de esto, en si regresaremos diferentes a casa, cómo afrontaremos este nuevo reto, en muchas cosas más...
-Uy...eso es fuerte- dijo Alexis- pero por ahora no te preocupes por el futuro, sino por que tal lo haces en el presente.
-Gracias, Alexis, siempre supe que podía contar contigo para cualquier cosa.
Se quedaron abrazados un rato más.
-Bueno creo que mejor me voy a dormir porque ya es muy tarde. Bye- le dijo Rebecca a Alexis y le dio un beso de buenas noches.
Alexis se quedó en la Sala Común pensando en todo lo que le había dicho hacía un rato y pensó que tal vez tenía razón, tal vez regresarían a casa no siendo los mismos que cuando se fueron, tal vez ya no serían amigos, tal vez...
Después de un rato también él se fue a dormir.
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Carolyn estaba platicando con su novio en la habitación de los chicos de tercero, bueno más bien estaba platicando con los 6: Seamus, Dean, Neville, Ron, Harry y Erick.
-Bien, bien, tengo otra: ¿a los cuántos años diste tu primer beso?- le preguntó Ron a Carolyn
-Mm. Creo que a los once- respondió ella.
-¿con quién?- volvió a preguntar Ron
-Con uno que se llamaba Gary Spencer, era mi novio. ¿Y tú, Ron? ¿A los cuántos años lo diste?
Ron se sonrojó hasta las orejas y respondió algo que nadie le entendió.
-No te entendí, Ron. Repítelo.
-Que todavía no doy mi primer beso- confesó Ron en voz baja.
-¿¿Qué?? Bueno, eso lo podemos arreglar- Carolyn sonrió maliciosamente- haber Ron,¿quién te gusta?
-Pues...a mi me gusta...Ana- se sonrojó todavía más.
-Guau, no me lo hubiera imaginado, pero lo primero es lo primero. Tienes que acercarte a ella, conquistarla. Seguro que a ella también le gustas, lo sé por cómo te ve. Luego le pides una cita en Hogsmeade y ahí te le declaras y a la luz de las velas la besas. Suena genial ¿no?
-Pues, es que no sé, ¿qué tal si todo sale mal?
-¿cómo crees? Si yo lo voy a planear, bueno junto con Mirna...Bueno, creo que ya es bastante tarde, ya me voy a dormir...
-¿no te quieres quedar?- le propuso Erick poniendo cara de perro degollado.
-Mm. No lo sé, creo que mejor me duermo en mi cuarto porque Parvati va a inventar que soy una ofrecida por quedarme a dormir en un cuarto con seis hombres alrededor de mí.
Carolyn se había vuelto la peor enemiga de Partvati. Parvati no desaprovechaba ninguna oportunidad de hacerle la vida imposible a Carolyn, o de inventar un chisme sobre ella, o de coquetearle a su novio.
Cada vez que se cruzaban por los pasillos, en la Sala común o en las clases se lanzaban miradas asesinas.
Carolyn se fue a su cuarto y cuando entró vio que Parvati y Lavender estaban cuchicheando y no tardó en imaginarse que eran chismes sobre ella, Carolyn.
-Dime, Carolyn, qué hacías fuera de la torre a estas horas o le diré a la profesora McGonagall- la amenazó Parvati.
-Si de veras te interesa, estuve besándome con mi novio Erick en su cuarto y platicando con todos mis admiradores Harry, Ron, Seamus, Dean y Neville, y soy tan amiga suya que me confiesan sus secretos, pero como saben que tu eres una chismosa culebra mentirosa no te los cuentan a ti- a Carolyn se le formó una sonrisa de satisfacción al ver que Parvati se quedaba callada- Buenas noches chicas.
Carolyn se fue a dormir a su cama muy feliz de lo que había hecho, pero segura de que al siguiente día tendría un chismezazo garantizado.
No le preocupaba demasiado Parvati porque sabía que casi nadie le creía las horribles cosas que decía de Carolyn porque la mayor parte del colegio conocía bien a Carolyn y les caía muy bien.
Al día siguiente
Mirna se despertó y seguía abrazada de Draco. Se levantó y se alejaba lentamente para que él no se diera cuenta de que habían dormido abrazados.
-¿a dónde vas? - una voz le heló la sangre cuando estaba a la mitad del camino entre su cama y la de Draco- ¿creíste que no notaría que dormimos juntos?
Era el propio Draco que se acababa de despertar pero, para su sorpresa, no se veía enojado, más bien se veía divertido por la actitud de Mirna. Ella se volvió y regresó junto a su cama.
-Tú fuiste el que causó esto. Tú me abrazaste y no me dejabas ir anoche- se apresuró a defenderse Mirna.
-¿tú qué hacías junto a mi cama anoche?
-No podía dormir y vi que tú tenías pesadillas así que me acerqué y me senté en el borde de tu cama y tú me abrazaste.
-Que esto quede entre nosotros dos- le pidió él.
-Está bien, prometido.
La señora Pomfrey entró en la enfermería.
-¡Señorita Darkwater! Le dije que tenía que quedarse en su cama hasta que estuviera bien de nuevo- la regañó severamente.
Draco se burló de Mirna mientras ésta volvía a su cama.
A medio día madame Pomfrey los dio de alta y los dejó irse al almuerzo en el Gran Comedor.
Salieron juntos de la enfermería y al entrar en el Gran Comedor todos los alumnos empezaron a cuchichear sobre la razón por la cuál entraron juntos. Al llegar a la mesa de Gryffindor se separaron y Draco se fue a la de Slytherin después de despedirse de beso de Mirna.
Fred los veía ceñudo y no ponía atención a lo que Lee les decía a él y a su gemelo.
-¡¡¡Lo tengo!!!- exclamó Fred al tiempo que se paraba de la mesa sin darse cuenta que todo el Gran Comedor se había quedado en un silencio sepulcral y que todas las miradas estaban dirigidas hacia él.
-¿qué es lo que tienes?- le preguntó George riéndose por lo que su gemelo había hecho.
-Vengan, les tengo que pedir un favor.
Fred, George y Lee salieron del Gran Comedor con las miradas de todos sobre ellos. Llegaron al vestíbulo y Fred empezó a buscar un aula vacía para que pudieran hablar tranquilamente. Al cabo de dos minutos encontró una y los tres entraron.
Fred los hizo sentarse en dos pupitres y él se paró muy serio frente a ellos.
-Chicos, creo que...creo que estoy enamorado.
George y Lee intercambiaron miradas como si dudaran de las facultades mentales de Fred.
-No es en serio ¿o sí?- preguntó dubitativo Lee
-Sí, es en serio.
-¡¡OH no!! Has caído en la ridiculez. ¡¡Dios mío, un médico por favor!!- exclamó George ganando un una mirada asesina de Fred - Bueno hermanito y ¿qué quieres que hagamos? ¿Qué te hagamos el paro? ¿Que la espiemos todo el día para ver que nadie se le acerque?- dijo George de broma.
-¡¡Exacto!!- dijo Fred evaluando la propuesta de George- Lo que pasa es que ella me dijo que estaba enamorada de alguien que yo conocía y creo que ese es Malfoy porque entraron juntos al Comedor.
George y Lee decidieron ayudar a Fred por la mirada de súplica que le vieron, sabían que estaba de verdad enamorado y desesperado.
Salieron del aula para oír la chicharra tocar y esperaron a que Mirna saliera del comedor para seguirla por toda la escuela y así asegurarse de que no vería a Draco.
La siguieron hacia su clase de Encantamientos y a la de Defensa Contra las Artes Oscuras. No entraron a ninguna clase de la tarde y en la cena se sentaron muy cerca de ella para mantenerla vigilada.
Quedaron que el siguiente día, para no faltar a todas sus clases, se turnarían para espiarla y todos llevarían un espejo de doble sentido para informarse las novedades. Fred la espiaría en la primera clase, George en la segunda, Lee en la tercera y le encargaron a Harry y a Ron que la vigilaran en la cuarta.
Ese día Carolyn se hartó de aguantarle todas a Parvati y decidió tomar medidas drásticas. Después de contarle lo sucedido el día anterior a Mirna, planearon una broma para la odiosa de Parvati Patil.
Esa noche fingieron estar dormidas hasta que ella se durmió. Se levantaron sigilosamente y se dirigieron a la cama donde ella dormía placidamente. Le echaron unos cuantos conjuros, le pusieron aceite en el suelo, espuma en las manos y miel en su perfecto cabello. Al terminar regresaron a dormir y se quedaron pensando en lo que haría Parvati por la mañana cuando se encontrara con su broma.
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Cuando escribí este cap casi lloro.
El siguiente cap va estar muy gracioso...
dejen reviews...Hola!! ¿qué tal están? Espero que lean mi creación. A mi me divirtió muchísimo escribir este cap. A Carolyn también le gustó. Leanlo.
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Capítulo 5: ¡¡¡te declaro la guerra Carolyn Clearmoon!!!
Por la mañana Carolyn y Mirna ya se habían arreglado para ir a Hogsmeade a pero claro no sin antes dejar una cámara para ver como reaccionaria Parvati cuando se diera cuenta de la broma que le habían puesto y para dejarlo como un recuerdo inolvidable y esperaban en la sala común a que la bomba de tiempo que habían activado explotara.
Las dos estaban jugando ajedrez mágico en el Gran comedor con Harry, Ron y Hermione de repente escucharon un grito tan agudo que les perforó los oídos, a ellos y a todos los de las otras casas.
-¡¡¡¡¡AAGGHHHHHH!!!!!
La bomba había explotado.
-------------------------------------- Flash Back--------------------------------------
En el cuarto de las chicas de tercero...
Parvati se despertó con su reloj de mesa y no quería abrir los ojos pero sintió algo húmedo en todo el cuerpo y los abrió. Por lo que pasó a continuación hubiera preferido no abrir los ojos esa mañana...
Al abrir los ojos vio todo normal. Se talló los ojos con las manos y toda la espuma que había en ellas se le pegó a la cara.
-Mierda...
Se paró y se resbaló inmediatamente por todo el aceite que había tirado en el suelo. Al dar dolorosamente contra el suelo creyó que su día no podría empeorar.
¡¡¡Qué equivocada estaba!!!
Se levantó con mucho esfuerzo, agarrada de su cama se encaminó al baño y se miró en el espejo.
-AGGGGGHHHHH!!!
Su cara estaba de color azul y con barba y bigote pintados con plumón negro de aceite; su cabello estaba parado como para ir a un concierto del grupo de rock más estrafalario estilo goku, de color verde vómito y lleno de miel, y el resto de su cuerpo estaba cubierto por una espesa capa de mostaza.
Al terminar de ver el estado de su cara sólo un nombre se le vino a la mente: CAROLYN CLEARMOON.
Ella lo había hecho. Ella y su amiga Mirna. Las odiaba por lo bien que se llevaban con los chicos porque ella nunca se había llevado bien con ellos y le daba coraje verlas rodeadas de chicos a todos lados.
--------------------------------------Fin del flash back--------------------------------------
Parvati salió del dormitorio tal y como se había levando recorrió todos los pasillos de Hogwarts hasta llegar al Gran comedor todos los presentes la vieron y soltaron una carcajada tremenda de la cual nadie podía parar.
Carolyn y Mirna no aguantaron y soltaron una risa descontrolada. Parvati reparó su presencia y se dirigió enfurecida hacia ellas. Al llegar al frente tiró el juego de ajedrez al suelo al barrer con su mano la superficie de la mesa, y las piezas corrieron a refugiarse de ella. Harry, Ron y Hermione se apartaron.
-¡¡Tú!!- Parvati señaló a Carolyn con un dedo acusador.
Todo el gran comedor se quedo en silencio para escuchas lo que diría
- ¡eres una estúpida!
-Hay si, como no! Mira quién habla: el burro hablando de orejas- se burló Mirna
-¡¡¡te declaro la guerra Carolyn Clearmoon!!!
-Si guerra es lo que quieres...-dijo Carolyn
-...Guerra tendrás!!!-contestaron las dos chicas
Parvati se fue a su cuarto de nuevo, maldiciendo a Carolyn por lo bajo y con los puños muy apretados, para tratar de arreglar su cabello y el color de su cara.
-Que drama va a hacer cuando se dé cuenta de que el color de su cara lo tendrá por lo menos los siguientes dos días- dijo Carolyn como quien no quiere la cosa, lo cual hizo que Harry, Ron y Hermione rieran.
-¿Y su cabello?- preguntaron Harry, Ron y Hermione
- tres días-las dos chicas contestaron cínicamente
-Ni modo, creo que no va a poder ir a Hogsmeade hoy-dijo Harry
-Se lo pierde- dijo Mirna.
Ese día Mirna iba a ir a Hogsmeade con los gemelos mientras que Carolyn iba a ir con Erick.
Mirna se había puesto una playera blanca de manga corta con el estampado de ríete de la vida antes de que la vida se ría de ti primero, un pantalón de mezclilla deslavado, unas botas negras de militar, una boina blanca, se peinó con dos colas bajas, se maquilló con rimel negro y se puso mucho brillo labial con sabor a lima.
Carolyn se había puesto una blusa blanca con manga de tres cuartos y con botones, un pantalón negro, unas sandalias blancas, una boina negra y se había cambiado con magia los rayitos morados y ahora los llevaba de color azul eléctrico y el cabello suelto.
Erick acababa de entrar al comedor y llevaba puesta una playera azul marino, unos pantalones cholos y rotos de las rodillas, unos tenis con estampado militar verde oliva con las agujetas desamarradas y una gorra negra.
Fred llevaba puesto un pantalón de mezclilla deslavado del cuál le colgaban dos cadenas gruesas, una playera negra, unos tenis azules, unos guantes negros sin dedos y una gorra negra.
George traía unos pantalones iguales pero una playera guinda, los tenis rojos, los guantes negros y la gorra guinda.
Erick, Fred y George daban perfecta pinta de delincuentes juveniles.
Fred, George, Erick, Mirna y Carolyn salieron al vestíbulo, juntos, riendo y bromeando. El vestíbulo estaba lleno de alumnos de tercero en adelante, todos con ropa de calle, que iban a ir al pueblo de Hogsmeade.
Filch, el celador, estaba en la puerta cuidando que nadie sin permiso pudiera ir a Hogsmeade y cuando fue el turno de los gemelos les lanzó una mirada llena de odio.
Se fueron caminando al pueblo y al llegar se separaron: Carolyn y Erick se fueron al café de Madame Pudifoot y los gemelos y Mirna fueron a Zonko para comprar artículos de broma.
Ese día se la pasaron especulando que era lo que estaría haciendo Parvati para quitarse el color verde vómito del cabello.
-Tal vez se lo trate de arrancar- dijo Mirna con lágrimas en los ojos a causa de la risa.
-o tal vez se eche una maldición a sí misma- dijo Fred tratando de imaginarse a Parvati tratando de quitarse el color del cabello.
-No, seguramente se ponga una peluca para disimular el color- dijo George
Después de bromear un rato más decidieron ir a Honeydukes porque los dulces que habían comprado la última vez ya se les habían acabado.
Compraron veinte galeones de dulces y los metieron en las mochilas que llevaban. Luego se fueron a tomar cerveza de mantequilla.
Regresaron al castillo a las siete y se fueron a la Sala Común donde encontraron a Carolyn y a Erick, para variar, besándose.
A pesar de que habían comido dulces hasta que ya no pudieron más, comieron del banquete de la cena y al finalizarla Dumbledore se puso de pie para hacer un anuncio.
-Buenas noches a todos. Esta noche les tengo un aviso importante: el 24 de diciembre de éste mismo año habrá un baile de Navidad. Sólo podrán asistir los alumnos de tercero en adelante, bueno también pueden ir de otros grupos claro que la condición es que los inviten .Bueno creo que es todo. Buenas noches a todos.
Todos empezaron a cuchichear sobre el baile y todos, sobre todo las chicas, estaban muy emocionados.
Se fueron a dormir los chicos pensando en cómo le pedirían a una chica que bailara con ellos, y las chicas en qué se pondrían.
Esa noche Carolyn no vio a Parvati en la cena y eso la alegró mucho. Pero al llegar a su dormitorio descubrió que toda su ropa había desaparecido. Eso enfureció a Carolyn. Sabía muy bien quién había sido la graciosita de la broma y juró vengarse de Parvati Patil a como diera lugar.
Mirna, por lo mientras, le prestó una de sus pijamas para dormir.
Se durmieron pensando un lugar en donde Parvati escondería su ropa. Sabían que Parvati no tenía suficiente cerebro como para llenar un dedal y tuvieron que pensar en un lugar demasiado obvio como para que ella hubiera pensado en él.
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Se despertaron temprano a la mañana siguiente para buscar la ropa de Carolyn. Mirna le prestó, por lo mientras, un pantalón de mezclilla, una playera rosa y unos tenis.
Bajaron a la sala común de Gryffindor y ésta estaba desierta porque nadie se levantaba temprano los domingos. Pasaron el retrato de la señora gorda y antes que nada se dirigieron al Gran Comedor para desayunar.
En el comedor sólo habían ocho estudiantes más: Harry, Ron, Hermione, Draco, Crabbe, Goyle, Cedric Diggory y Cho Chang. (Los dos últimos muy acaramelados)
Se sentaron a un lado de Harry y se sirvieron cereal. Cuando Mirna iba a servirse jugo de naranja oyó una voz fría detrás de ella.
-Hola, madrugadora- dijo Draco.
Mirna se volteó para saludarlo pero, antes de que pudiera hacer nada, Harry se había levantado y miraba amenazadoramente a Draco. Draco sólo miraba a Harry con indiferencia.
-¿Qué quieres, Malfoy?
-Nada que te importe, cara rajada- le contestó maleducadamente.
-Entonces lárgate de inmediato- le ordenó Harry.
Mirna se levantó de la mesa para quedar entre los dos chicos.
-Harry, él no te ha hecho nada hasta el momento, ¡déjalo en paz!- le gritó a Harry y las miradas de los demás alumnos se clavaron en ella.
-¿Qué? ¿De cuándo a acá defiendes a Malfoy, Mirna?
-Desde que descubrí que es una buena persona.
Tomó a Draco del brazo y salió del Gran Comedor muy enojada.
Carolyn se quedó a terminar su cereal y las miradas de Harry, Ron y Hermione se dirigieron a ella en señal de pregunta.
-Yo no sé nada, no me vean a mí!- respondió antes de que ninguno formulara una sola pregunta.
***En el vestíbulo***
-¿En serio piensas que soy una buena persona?- preguntó Draco esperando que la respuesta no fuera no, sólo lo dije para que Harry se callara o no, creo que eres la peor persona del mundo o equivalentes, pero no.
-Sí, creo que eres una de las mejores personas del mundo y no entiendo por qué le caes tan mal a Harry, si eres súper buena onda.- Mirna le dio un abrazo y Draco se lo devolvió en señal de gratitud.
-Creo que mejor vuelvo a mi Sala común, ya te acarree muchos problemas con el trío de oro.- dijo Draco y se fue.
Mirna regresó al Gran Comedor para terminar de desayunar y se encontró con las miradas de enojo de parte del trío. No le importó y terminó su desayuno tranquilamente. Cuando terminaron Carolyn y Mirna se fueron a emprender la búsqueda de la ropa de Carolyn por toda la escuela.
A las seis de la tarde regresaron a la Sala Común de Gryffindor muy agotadas pero satisfechas: habían encontrado la ropa de Carolyn metida en una caja que estaba en la punta de un árbol en el Bosque Prohibido.
Se precipitaron a ir a su dormitorio para darse una ducha y a preparar la siguiente broma que le gastarían a Parvati y, esta vez, a Lavender, porque se enteraron que la última había ayudado a Parvati a esconderle la ropa a Carolyn.
Cuando Carolyn se terminó de bañar se puso de su propia ropa y esperó a que Mirna terminara de vestirse.
Cuando las dos estaban listas fueron a la habitación de los gemelos para pedirles ideas.
Entraron sin tocar y no encontraron a Fred ni a George, sólo a Lee Jordan que estaba, en esos momentos, tomando una siesta y no lo quisieron despertar. Se sentaron en las camas de los gemelos, Mirna en la de Fred y Carolyn en la de George, a esperarlos.
Los gemelos volvieron 10 minutos después y descubrieron que las chicas estaban dormidas en sus camas.
Sonrieron al verlas así y las fueron a despertar.
-Mirna...Mirna...-le susurraba Fred a Mirna en el oído- soy Fred, despierta bella durmiente...es hora de la cena.
-Carolyn...oh Carolyn...despierta...despierta...te vas a perder la cena- le susurraba George a Carolyn.
Las chicas se despertaron poco a poco hasta que comprendieron por qué estaban en el cuarto de los gemelos.
-Ah, lo que pasa es que los venimos a buscar hace rato para que nos ayudaran a planear una broma para Parvati y para Lavender. Vean, hoy esas dos garrapatas me escondieron toda mi ropa y Mirna me tuvo que prestar de su ropa para que me la pusiera en lo que encontrábamos la mía.
Los gemelos les prometieron que lo iban a pensar y bajaron junto con Lee a la cena.
Llegaron al Gran Comedor y se sentaron en una de la orillas de la mesa para poder planear sin interrupciones la broma.
Propusieron varias cosas, entre las cuales estaba: secuestrarla y dejarla en el bosque prohibido; convertirla en sapo, garrapata o comadreja; hacer desaparecer su cama, entre un sin fin de bromas.
Al final decidieron que su gran broma la llevarían a cabo el día del baile de navidad.
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En la escuela corrían tiempos extraños
Los chicos, por primera vez, notaron el enorme número de chicas que había en la escuela.
Las chicas formaban pequeños grupos de tres o más integrantes y, las que no tenían pareja, reían como deficientes mentales, haciéndose notar entre la multitud, cada vez que pasaban por a lado de un chico, con la esperanza de que las invitaran al baile.
Carolyn ya tenía pareja, era, por supuesto, Erick. Mirna, por otro lado, todavía no tenía pareja. No porque no se lo hubieran propuesto, sino porque rechazaba a todos con la esperanza de que Fred la invitara.
Llegó el 23 de Diciembre, un día antes del gran baile, y ya casi todos tenían con quien ir, todos menos Mirna. Lavender y Parvati no perdían la oportunidad de burlarse de ella.
Mirna estaba muy triste y ya se había resignado a que no asistiría al baile.
Estaba sola, caminando por los pasillos del colegio sin rumbo fijo, Carolyn, Erick, Fred y George estaban en los terrenos del colegio haciendo guerra de bolas de nieve.
Iba doblando una esquina y vio a lo lejos la sombra de alguien que se dirigía hacia donde ella estaba. No quería toparse con nadie porque ya había sufrido bastante las burlas de algunos, así que entró por la primera puerta que encontró. Entró en una sala oscura, llega de pupitres y sillas arrumbadas. Oyó que alguien giraba el pomo de la puerta por detrás de ella. Se escondió, rápidamente, detrás de una pila de pupitres y esperó.
Alguien entró a la sala y prendió la luz. Vio a Mirna escondida entre los pupitres y sonrió.
-¿te escondes de mi?- dijo el chico riendo -¿por qué?
-No, es solo que no quería hablar con nadie- dijo saliendo de su escondite y sonriendo.
Su expresión cambió de repente al recordar la razón por la cual no quería hablar con nadie. Ese sería el primer baile al que asistiría en su vida y se lo perdería porque no tenía pareja.
Una lágrima llena de tristeza recorrió su rostro, perdiéndose por su mejilla. Se apresuró a limpiársela para que Oliver no lo notara.
-¿quieres contarme algo?
-No...Bueno...sí, es que es bastante tonto y te vas a reír.
-No, te juro que no me río- Oliver puso cara seria y Mirna se lo contó.
-Lo que pasa es que no tengo pareja para el baile, y esta sería el primer baile al que asista y me lo voy a perder por no tener con quien ir.
Oliver no se rió, es más, la miró con cara extraña.
-Yo tampoco tengo pareja.
-¿no? ¿Tu, uno de los chicos más codiciados de la escuela? ¿Qué no ibas a ir con Reachel Parker? Ella ya le dijo a todo el mundo que iban a ir juntos, tu y ella.
-No, eso es lo que dice ella, pero yo no la he invitado, seguro se invitó sola.
Mirna rió del cometario de Oliver.
-Oye, ¿Quieres ir al baile conmigo?- le preguntó Oliver tan de repente que ella no supo qué contestar.
-Oliver...no sé qué decirte...
-Pues di que sí.
-Bueno, sí.
-Mañana te estaré esperando en la sala común a las siete y media. No faltes. Adiós.- Oliver se despidió de ella con un beso en la mejilla.
Cuando Oliver hubo salido de la sala Mirna por poco se puso a brincar de felicidad. Ya no estaba triste: si iba a ir al baile, con el chico que muchas desearían, y le enseñaría a Fred de lo que se perdía.
Salió de la sala poco después de Oliver y se dirigió a la Sala Común de Gryffindor. Al entrar por el retrato de la Señora Gorda vio que sus amigos ya habían terminado de hacer guerra de bolas de nieve.
Tenía una sonrisa de oreja a oreja que su amiga notó de inmediato y le extrañó porque últimamente Mirna había estado deprimida por lo del baile.
-¿qué, a ti que te pasó?
-Nada- mintió Mirna.
-A bueno, es que como hace un rato estabas triste y de un momento a otro te veo esa sonrisa...
-No, no me pasa nada.
-Oye, Mirna. Quiero hablar contigo- le dijo Fred haciéndole señas para que se sentara junto a él, cerca de la chimenea.
Mirna supuso que era algo sin importancia y fue con él.
-Oye...es que...te quería decir algo...-Fred estaba realmente nervioso- ¿Quieres ir conmigo al baile de mañana?
-Ay, Fred. ¡¡Lo siento tanto!! Es que yo ya estoy comprometida con otro.- dijo Mirna con cara de que lo sentía mucho pero en realidad quería vengarse de Fred por no haberla invitado- En verdad lo siento, pero no puedo cancelar.
-Ah, este...no hay problema.- Fred se veía muy triste. Mirna ya se estaba levantando del sillón cuando Fred la llamó de nuevo-: ¿y con quién vas?
-Con Oliver, Oliver Wood- respondió ella ruborizándose y se fue.
Fred hubiera deseado no haberlo preguntado. Las palabras de Mirna resonaban en su cabeza: con Oliver, Oliver Wood. No aguantó más y se fue a encerrar a su cuarto.
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¿les gustó? Pobre Fred, está destrozado...voy a llorar.................................................................................................ya me recuperé.
PD. dejen reviews.
Bye
Sé que me tardé mucho en actualizarlo, pero les prometo que no volverá a pasar. Gracias a la impaciente actitud de mi amiga Carolyn clearmoon ya les traigo este nuevo capítulo para que lo disfruten. Sé que hay cientos de ff que tienen un capítulo con éste título en específico pero no se me ocurrió otro así que si a ustedes se les ocurre otro me lo pasan por favor. Bye
Capítulo 6: El baile.
El día más esperado para todos los de tercero en adelante por fin llegó.
Era 24 de Diciembre y las siete de la mañana. Ese día caía en sábado así que no tenían clases.
Mirna estaba sentada al borde de su cama y veía a su amiga dormida. Carolyn se había desvelado la noche anterior y por eso no se había despertado.
Mirna estaba pensando en Fred. Si sólo se hubiera esperado unos cuantos minutos iría con Fred al baile, pero NOOO, le tenía que decir que sí a Oliver, ni siquiera pararse a pensarlo detenidamente. Aunque viéndolo de otra manera, Mirna no podía esperar a Fred por más tiempo, ni que fuera su esclava, él tuvo la culpa por no pedírselo antes. Sí eso era, él tenía la culpa de todo.
Carolyn se empezaba a mover. Cuando por fin despertó Mirna le propuso algo.
-¿qué tal si después de vestirnos y arreglarnos vamos a dar una vuelta por los terrenos tú, Erick y yo?
-esta...bien- dijo en medio de un gran bostezo.
Mirna se metió a bañar y en seguida Carolyn. Cuando estuvieron listas fueron a despertar a Erick a su cuarto.
Entraron, como siempre, sin tocar y lo descubrieron, también como siempre, en ropa interior y completamente dormido.
Las miradas de Carolyn y de Mirna se cruzaron maliciosamente.
-FUEGO!!! FUEGO!!! AUXILIO!!! LA TORRE SE INCENDIA!!! FUEGO!!!
Estas palabras se las gritaron al oído a Erick quien, de la sorpresa, se cayó de la cama muy asustado.
Las dos chicas se estaban muriendo de la risa y cuando se recuperaron le dijeron a Erick que se bañara y se vistiera para dar una vuelta por los terrenos del colegio. Él aceptó y se metió a bañar.
Las dos chicas se fueron a la Sala común a esperarlo y 20 minutos después salió con capa, gorro y guantes.
-Es que hace frío!- se excusó Erick al ver las miradas de confusión de Carolyn y de Mirna.
Las chicas fueron también por su capa, sus guantes, una bufanda y un gorrito y los tres bajaron al vestíbulo.
El olor a comida se filtraba por todos lados, era obvio que la comida para el banquete estaría más que deliciosa.
Había adornos por todos lados. Muérdago en el techo, doce árboles de navidad en el vestíbulo adornados con búhos, hadas, chispas de colores y burbujas de cristal, guirnaldas en las escaleras, estatuas de hielo con forma de santa claus y de renos y muchos adornos más llenaban las antes vacías paredes y pasillos del colegio.
Mirna, Carolyn y Erick salieron a los terrenos y se dirigieron hacia el lago congelado a patinar un poco. A pesar de las múltiples caídas y golpes que sufrieron, se la pasaron muy bien. Todavía se reían de la última caída de Mirna (iba patinando hacia atrás y se cayó de sentón) cuando entraron de nuevo al castillo.
Ya eran las nueve de la mañana y muchos alumnos ya estaban despiertos y desayunando. Se sentaron al Gran comedor a desayunar y media hora después regresaron a la Sala Común.
Mirna, al entrar, vio que Fred estaba abrazando a Katie Bell. El corazón le empezó a latir con tanta fuerza que le dolía, la sangre le hervía, apretó los labios hasta formar una delgada línea, se le hizo un nudo en la garganta y se le llenaron los ojos de lágrimas. Pero no podía llorar, no debía llorar, no lo daría el gusto a Fred de notar que le afectaba así que retuvo sus lágrimas y se dirigió hacia su dormitorio.
Fred no se dio cuenta de su presencia hasta que ella cerró con fuerza la puerta de su dormitorio. Se separó de Katie rápidamente. Volteó a todas partes, nervioso.
Mirna sentada contra la puerta del dormitorio con la cara entre los brazos, llorando amargamente. Tocaron la puerta varias veces y ella no abrió hasta la cuarta ocasión y se encontró de frente con George.
-¿Qué pasa, Mirna?
Sin esperar respuesta George la abrazó fuertemente y cuando se separaron Mirna ya estaba un poco más calmada.
George le pasó un brazo por los hombros y Mirna y él se sentaron en la cama más cercana a la puerta, que era la de Hermione.
Mirna le contó todo: lo de sus sentimientos hacia Fred, lo del baile, lo de Oliver, lo de Katie y hasta lo de Alexis.
George la escuchó sin interrumpirla ni una sola vez y cuando terminó le dijo:
-Ya no te preocupes por cosas ya pasadas, lo hecho, hecho está. Mejor preocúpate por cómo le vas a hacer para que él no se dé cuenta de todo, porque se arruinaría. Mira pon cara de felicidad porque el baile es hoy y tu no quieres ir con los ojos hinchados de tanto llorar ¿o sí?- le dijo George limpiándole las últimas lágrimas con su mano, tiernamente.- ¿ya vas a estar bien?
Mirna asintió, sonriendo, y George salió de la habitación.
A las seis de la tarde Carolyn y Mirna se empezaron a arreglar para el baile y a las siete ya estaban listas y radiantes junto con sus compañeras de cuarto.
El vestido de Carolyn era de color azul eléctrico, que combinada perfecto con su cabello de mechas azules. El vestido tenía puntas desiguales a un lado y se veía muy moderno. Llevaba un pequeño suéter blanco semitransparente encima del vestido. Traía unos aretes de media luna, un anillo de la misma figura y un collar que hacía juego. Sus zapatillas eran azules con el tacón muy alto. Su atuendo culminaba con el peinado: era un chongo entrelazado con hilo azul y con dos palillos chinos azules que lo sujetaban. Se había maquillado con rimel y delineador negro, sombras azules, gloss de cereza y rubor en las mejillas.
Mirna llevaba un vestido rosa trémulo arriba de las rodillas, traía un pequeño suéter de un rosa un poco más subido que el de su vestido, llevaba unas zapatillas rosas con un tacón que la hacía ver bastante más alta de lo que era en realidad, unos aretes, anillo y collar en forma de corazón. Su cabello estaba suelto y llevaba dos broches blancos en él, el color del vestido hacía resaltar el de su cabello. Su maquillaje constaba de rimel y delineador negro, sombras rosa claro, mucho gloss de fresa y rubor claro en las mejillas.
Hermione traía un vestido azul marino muy subido de tono, un suéter blanco que contrastaba con el vestido, unas zapatillas altas de color blanco, el cabello muy alisado y amarrado en una cola alta con un elegante moño azul. Llevaba un sencillo collar de ópalo. Su maquillaje era ligero con un poco de plateado y azul.
Lavender llevaba un vestido rojo de seda, un suéter guinda arriba del vestido, zapatillas rojas, también. El cabello lo llevaba en dos colas. El maquillaje muy subido y llevaba muchas pulseras en los brazos.
Parvati llevaba un vestido rosa oscuro, zapatillas blancas con tacón bajo, un suéter del mismo tono que el de su vestido, llevaba su largo cabello en una igualmente larga trenza y los brazos llenos de pulseras de todo tipo.
Parvati y Lavender miraban a Carolyn y a Mirna (respectivamente) con desprecio. Mirna y Carolyn no les hicieron caso y bajaron a la Sala común y vieron a muchos chicos y chicas con diferentes colores de trajes y vestidos. Ya se habían cansado del monocromatismo de las túnicas negras diario. Encontraron a Erick rápidamente pues era el único que llevaba gorra a un baile formal.
Erick se acercó a ellas pasando por entre la multitud y se quedó con la boca abierta por lo lindas que se veían las dos esa noche. Él traía un traje azul marino muy elegante y su gorra negra de lado.
-¿tu con quien vas a ir, Mirna?- le preguntó Erick
-Con alguien que me está esperando por aquí en Sala.
Y dicho esto se alejó de la pareja para ir a buscar a Oliver. Lo encontró muy rápido.
Oliver se había puesto un tarje gris claro con capa y una camisa blanca. Se veía realmente apuesto.
Al llegar al vestíbulo vieron a todos los alumnos de tercero para arriba congregados afuera del Gran Comedor. Entre la multitud Mirna pudo ver a Fred con Katie Bell. Le hirvió la sangre por unos instantes hasta que vio la vista hacia otro punto: George con Angelina Jonson.
Unos momentos después llegaron Carolyn y Erick agarrados de la mano entre beso y beso.
-¿Qué tal? ¿Alguien conocido?- preguntó Carolyn al tiempo que se dejaba de besar a Erick porque vio la cara de preocupación de su amiga Mirna.
-Pues...sí. George con Angelina, y Fred con Katie, Lee con Alicia, Cedric con Cho, Harry con Ginny, Parvati con Dean, Lavender con Seamus, Edgar con Hermione y Draco y Pansy.
-Ah. Entonces casi no hay nadie- dijo Carolyn con ironía.
-jajaja- se rieron todos, incluso Oliver.
De repente las puertas del Gran Comedor se abrieron y todos se quedaron en silencio.
Formaron una fila enfrente de las puertas y Carolyn, Erick, Mirna y Oliver estaban por la mitad de ella. Hasta enfrente estaban, por supuesto, Dean y Parvati. Parvati porque quería que la notaran, Dean, porque Parvati lo arrastró hasta el principio de la fila.
Carolyn miró a Parvati de arriba abajo con desprecio y recibió la misma actitud por parte de Parvati.
Entraron al comedor y se sorprendieron mucho. El lugar estaba completamente cambiado. En vez de la acostumbradas cuatro mesas de las casas habían, al menos, un centenar de pequeñas mesas circulares para cuatro personas. Todas las mesas tenían manteles con motivos de navidad. Había veinte árboles de navidad esparcidos por todo el lugar y estaban adornados con hadas de verdad, que revoloteaban entre las ramas. En medio de gran salón había una enorme pista de baile, una tarima y muchos instrumentos musicales.
Todos los alumnos se quedaron con la boca abierta de la impresión y la profesora McGonagall se paró enfrente de la fila para hacerlos pasar.
Como siempre, Parvati fue la primera en pasar arrastrando a Dean por el brazo, detrás de ellos estaba Ron con Ana, que se veía muy feliz. En muy poco tiempo ocuparon todas las mesas.
Mirna se fue a sentar a una que estaba a un lado de una ventana junto con Oliver, Carolyn y Erick y comenzaron a charlar animadamente. Dumbledore se levantó de su asiento y se aclaró la garganta. De inmediato el ruido de las pláticas se apagó para dejar hablar a Dumbledore.
-Ejem, ejem. Tengo otro aviso importante que hacerles- todas las caras estaban dirigidas hacia el director- dentro de un mes aproximadamente vendrán a esta escuela, Hogwarts, los alumnos y alumnas del Colegio Salem, desde América del norte y espero que los reciban calurosamente porque se quedarán aquí en la escuela por cinco meses.
-Carolyn, dime que no estoy soñando- dijo Mirna con voz ahogada y con la boca ligeramente abierta- Dime que escuché lo que creo que escuché.
-Por lo visto escuchaste lo mismo que yo escuché- dijo también con la boca abierta Carolyn.
Dumbledore continuó:
-La fecha exacta en la que llegarán los alumnos de Estados Unidos es el 10 de Enero. Así que ya saben, prepárense para recibirlos como es debido- al decir esto dirigió una elocuente mirada a Ana, Rebecca, Carolyn, Mirna, Edgar, Alexis y Erick- bueno creo que es hora de seguir con esta celebración.
Mirna estaba que no cabía de la alegría al igual que todos sus compañeros de América.
En las mesas donde estaban sentados había vajillas y cubiertos, todos vacíos hasta que un momento después apareció la comida en todas las mesas y comenzaron a comer. Cuando terminaron Dumbledore dijo que ya era hora de comenzar a bailar.
De repente en la tarima entraron 3 brujas algo jóvenes (como de 18 años cada una) vestidas muy modernas. Sus túnicas estaban desgarradas en muchas partes y eran de color rojo eléctrico, azul turquesa y púrpura brillante respectivamente. Todos los alumnos de Hogwarts aplaudieron animadamente.
-¿Quiénes son esas?- quiso saber Carolyn.
Son The weird sisters, grupo muy estrafalario que toca para la CM ( los cuarenta magistrales).- les informó Oliver.
Las brujas empezaron a tocar una canción lenta y suave y pronto la pista de baile se llenó de gente que comenzó a bailar. Oliver se levantó y se inclinó frente a Mirna.
-¿me permite esta pieza, señorita?- preguntó caballerosamente.
-Claro, apuesto joven- le contestó Mirna sonriendo y se levantó.
Carolyn y Erick vieron a Mirna y a Oliver alejándose hacia la pista de baile.
-Carolyn, ¿te gustaría bailar?- le preguntó Erick rápidamente.
-¿Qué? Ah, sí, claro.
Erick se fue de la mano con Carolyn a bailar a un lado de Mirna y Oliver. Como era una canción más que nada para lo enamorados, Mirna recargó su cabeza en el hombro de Oliver (que le llevaba como 20 centímetros). Carolyn también se recargó en el hombro de Erick y así bailaron por hasta que se acabó la canción. Era momento de llevar a cabo la broma. Todos en el Gran Comedor aplaudieron cuando la canción terminó. Luego la banda se puso a tocar una canción más movida y las dos parejas se fueron a sentar.
Parvati estaba bailando con Dean muy pegaditos. Era el momento de actuar.
Carolyn y Mirna se levantaron de la mesa y se acercaron a la feliz pareja y se escondieron donde pudieran vigilarlos, o sea detrás de un árbol de navidad. De repente le echaron un hechizo zancadilla a Parvati y a esta se le enredaron los pies, perdiendo el equilibrio por unos instantes y cayendo al suelo estrepitosamente de sentón.
-Jajajajajaja.
Todos los alumnos reían sin consideración y eso hizo que Parvati saliera corriendo del Gran Comedor por la pena. A Mirna y a Carolyn se les salían lágrimas de risa y ya les dolía el estómago de tanto reír. Se estaban revolcando en el suelo y no podían dejar de reír.
-¿Viste su cara?- le preguntó Carolyn a Mirna con los ojos empapados de lágrimas.
-No solo eso. ¿Viste la cara de Dean? Estaba como que se estaba aguantando la risa- ese comentario hizo reír aún más a Carolyn.
Se estuvieron burlando del suceso por bastante tiempo hasta que empezó otra canción, era alegre y para disfrutarla. Carolyn y Mirna fueron por sus parejas para bailar y así lo hicieron.
En la pista de baile había muchos alumnos y las dos parejas se les unieron. Carolyn se fue a un rincón con Erick y bailaban muy juntos. Mirna se llevó a Oliver de la mano a una orilla de la pista, no le gustaba llamar mucho la atención.
Cuando se fueron a sentar encontraron a Carolyn y a Erick muy acalorados. Carolyn se estaba abanicando con la mano.
- Es que estoy cansada de tanto bailar- dijo Carolyn ante la mirada interrogativa de Mirna. Luego Carolyn se dio cuenta de que Mirna y Oliver estaban tomados de las manos y sonrió picadamente- Ustedes dos, ¿Qué se traen?
De pronto como si Mirna hubiera sufrido una descarga eléctrica soltó a Oliver y se sonrojó mucho. Oliver solo la miraba divertido.
-N-nada... ¿por?- dijo Mirna muy, pero muy nerviosa y sonrojada.
-No, por nada- dijo en tono inocente Carolyn.
Dejaron el tema en paz y se dedicaron a platicar de lo bien que bailaban sus parejas. Después de cómo media hora llegó quien menos quería Mirna, Fred. Él, para enojo de Mirna, venía de la mano de Katie. Detrás de ellos venía su hermano George de la mano de Angelina. Mirna ignoró olímpicamente a Fred y a su pareja.
-Hola, chicos... ¿Cómo se la están pasando?- preguntó Fred acercando dos sillas a la mesa mientras su gemelo traía otras dos.
-Muy bien, gracias- dijo Erick, que ya se había hecho muy amigo de los gemelos- ¿y ustedes?
-También- respondió George pasando un brazo por los hombros de Angelina.
-¿qué van a hacer cuando termine el baile?-preguntó Fred como quien no quiere la cosa.
-Pues, no tenemos planes- dijo Erick mirando a Carolyn como para preguntarle si tenía planes. Ella se encogió de hombros.
-Bueno, los queríamos invitar a una fiesta en nuestro cuarto- anunció Fred a todos los de la mesa.
-Bueno, yo no tengo nada mejor qué hacer- dijo Carolyn animadamente.
-Sí, yo tampoco- la apoyó Erick.
-Pues está decidido. ¡Fiesta en el cuarto de los alborotadores!- dijo Carolyn.
Al dar las doce ya casi no había nadie en el baile. Carolyn, Erick, Mirna, Oliver, Fred, Katie, George, Angelina, Lee y Alicia decidieron irse a la fiesta.
Los gemelos los hicieron pasar a su cuarto que, ya de antemano, habían arreglado para la fiesta.
- Ahorita venimos- dijo Mirna tomando del brazo a Carolyn- Nos vamos a cambiar porque ya no aguantamos un minuto más con éstos tacones que me están matando.
Las dos salieron del cuarto de los gemelos y entraron al suyo. Adentro estaba Hermione con Edgar (besándose), Parvati (llorando) y Lavender (consolándola).
Entraron como si nada y se cambiaron de ropa completamente. Carolyn se puso un pantalón de mezclilla oscuro, una playera azul claro y unas botas negras. Mirna se puso un pantalón negro a la cadera, una playera rosa y unas botas de militar negras.
Salieron de su cuarto y volvieron a entrar al de los gemelos. Su cuarto estaba irreconocible. En el centro había una mesa llena de botanas y cervezas de mantequilla, todo estaba lleno de globos rojos y dorados, serpentina de colores y música para bailar. Parecía que habían invitado a todo el alumnado de quinto para arriba y que Carolyn, Mirna y Erick eran los únicos de tercero. Todo estaba lleno de gente que iba, venía, reía, cantaba, bailaba, comía, tomaba y platicaba.
Se quedaron hasta las cuatro de la mañana despiertos hasta que Percy los mandó a dormir a todos por el escándalo.
Las dos chicas se durmieron de inmediato por lo cansadas y agobiadas que estaban.
Al día siguiente Hermione despertó a todas las chicas porque los regalos habían llegado.
-Vamos, chicas, arriba. No sean flojas. Los regalos ya están aquí!
-Hermione, no hagas tanto escándalo que apenas he dormido como tres horas- dijo Carolyn mientras abría las cortinas de dosel de su cama y asomaba la cabeza.
Mirna estaba en las mismas pero cuando vio los regalos se le quitó el sueño e inmediatamente se levantó para abrirlos.
Erick le había mandado una linda tarjeta navideña y un oso de peluche, Carolyn le había enviado una nueva boina azul claro, sus papás le habían mandado un par de guantes para el frío, un gorro, una bufanda y un par de calcetines, todo de color rosa oscuro, Fred y George le habían enviado una dotación de dulces suficientes para poder alimentar a un ejército durante un mes, Draco le había regalado un diario mágico, Oliver le había regalado un collar de cuentas rosas y todos sus antiguos compañeros de escuela en Nueva York le habían enviado una foto de todos ellos, un libro con las firmas de todos y una computadora portátil laptop de color rosa.
A Carolyn Erick le había mandado un ramo de rosas con una pequeña nota, Mirna le había regalado un portarretratos y chocolates, Fred y George le habían enviado una bolsa llena de bombas fétidas, sus papás le habían enviado un enorme paquete de golosinas y ropa para invierno y sus amigos de Estados Unidos le habían mandado un reno de peluche de un metro de altura y una computadora portátil laptop de color negro.
Después de abrir sus regalos Carolyn le fue a poner un listón de oropel a su hurón. Después evaluó el aspecto que tenía su hurón negro con un moño rojo y no le gustó.
-Nel, se ve mal con eso, mejor le pongo su collar de picos. Se vería...- dijo Carolyn buscando las palabras adecuadas-... más tratable.
Le quitó el moño a su hurón, al que parecía no haberle gustado su listón, y se lo cambió por un enorme collar de picos.
-Listo- dijo Carolyn evaluando su nuevo look- ¿a que se ve adorable?
-Mm. Algo así- dijo Mirna y guardó todos sus regalos en su baúl.
El hurón comenzó a dar vueltas de felicidad por todo el cuarto y luego se echó en su canastita.
Como ya eran vacaciones se vistieron con ropa de calle y bajaron a la Sala Común. Se sentaron en unos mullidos asientos y Fred y George fueron hacia ellas.
-Hola, Mirna- dijo Fred.
-Hola, Carolyn- dijo George.
-Hola- dijeron al mismo tiempo Mirna y Carolyn.
-Hoy hay una salida a Hogsmeade- dijo Fred como quien no quiere la cosa.
-Y nos preguntábamos si no querían ir con nosotros- dijo George.
-¿solo ustedes dos y nosotras?- preguntó Carolyn porque sabía que eso no le haría ninguna gracia a su novio, Erick.
-Claro que no. También van a ir Oliver, Erick, Angelina, Katie, Alicia y Lee. ¿Quieren venir o no?- dijo George.
-Yo sí- dijo Mirna de inmediato porque iba a asistir Oliver- ¿qué dices, Carolyn? Hay que distraernos un poco.
-OK.
Se levantaron de los asientos se fueron con Fred y George al vestíbulo donde los esperaban los demás y, para enojo de Carolyn, Erick estaba platicando animadamente con Parvati.
-¿ya los viste?- preguntó en voz baja Carolyn a Mirna- Erick y la garrapata está ahí muy felices platicando.
-No le tomes importancia, ya sabes que Parvati solo lo hace porque sabe que a ti te gusta Erick. Él nunca le haría caso a esa...cosa- le susurró Mirna a Carolyn haciéndola reír.
Cuando llegaron del brazo de los gemelos a donde estaban todos reunidos para ir a Hogsmeade Parvati hizo como si se tropezara y cayó en los brazos de Erick haciendo que a Carolyn le diera un ataque de celos.
Carolyn tomó del brazo a Erick y lo jaló hacia ella.
-¿qué hacías con Parvati?- le susurró al oído a Erick con cara de pocos amigos.
-Nada, ella se iba a caer y yo la detuve- dijo él orgullosamente.
Se fueron caminando hacia Hogsmeade en una especie de fila. Dirigiendo la marcha estaba lee con Angelina, Alicia y Katie, detrás de ellos estaba Carolyn con Erick, un poco más atrás estaba Mirna con Oliver y los gemelos, y mucho más atrás estaba Parvati con Lavender lo suficientemente cerca como para ver qué hacían.
Al llegar a Hogsmeade notaron que hacía un frío de los mil demonios y caminaron contra el viento hasta llegar a Las Tres Escobas. Entraron al concurrido local, ocuparon una mesa grande y Fred, George y Lee fueron por las bebidas. Carolyn estaba muy acarameladita con Erick y a Mirna le dio nostalgia porque le recordaba los tiempos en que estaba igual pero con Alexis. Fred, George y Lee llegaron con las cervezas y las repartieron.
De repente entró una corriente fría y Mirna pudo distinguir entre la nieve a Rebecca, a la gemela de Parvati, a Ana y a otras amigas de Ravenclaw que acababan de entrar y se sentaron muy cerca de ellos.
Algo en la expresión de la cara de Rebecca no le gustaba nada, a Rebecca nunca le había caído bien Mirna y a Mirna tampoco le caía bien Rebecca pero siempre habían tratado de llevarse lo mejor posible. Rebecca miraba a Mirna como si ella le hubiera hecho algo malo.
Mirna sintió que alguien le tocaba el hombro y volvió a voltear hacia Oliver.
-Mirna...- dijo Oliver con nerviosismo.
-¿sí?
-¿quieres ser mi novia?- dijo él sin más rodeos y antes de que Mirna pudiera darle una respuesta él la interrumpió- Sé lo que me vas a decir: que la diferencia de edad, que los intereses, que nos conocemos muy poco. Pero antes de que me des cualquier respuesta escúchame. Sé que apenas este año nos conocimos, sé que solo hemos salido una vez, sé que te llevó cuatro años de diferencia, pero yo siento algo muy fuerte por ti. Nunca me había sentido así, te lo juro... ahora sí dime la respuesta que me ibas a dar- terminó Oliver como esperando el golpe.
-Sí.
-Bueno, ya sabía que no aceptarías- dijo Oliver rápidamente y sin poner atención a Mirna- y quiero que sepas que...
-Oliver- dijo Mirna poniendo un dedo en los labios de Oliver- Te he dicho que sí.
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Sólo les recuerdo que acepto de todo: cartas, reviews, criticas constructivas y destructivas, pedradas, ladrillasos, etc...Holis!!! Por fin actualizo. Este cap me gustó mucho pero Carolyn se puso algo triste cuando se lo mostré. Tal vez esta no era la forma en que pensaba terminar con Erick. En la vida real no fue así, terminaron porque Erick se fue de la escuela y se mudo lejos. Carolyn estuvo triste muchos meses pero creo que se recuperará.
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Capítulo 7: El rompimiento
Oliver estaba que no cabía de felicidad y abrazó a Mirna con todas sus fuerzas.
Mirna volteó a ver a todos lados con nerviosismo y captó la mirada de Rebecca. Rebecca estaba roja de rabia porque no entendía cómo Mirna había logrado ganarse el cariño del capitán del equipo de Gryffindor.
Pero Rebecca no era la única que no estaba feliz por eso. Fred también estaba así pero Mirna no lo notó.
Luego Mirna sonrió con satisfacción, Oliver le pasó un brazo por los hombros y ella se recargó en él. Estaba muy feliz de ser novia de Oliver pero no estaba completamente segura de que eso fuera lo correcto.
Ella estaba enamorada de Fred pero estaba casi segura de que él de ella no.
Después de media hora de estar en Hogsmeade salieron para comprar dulces y artículos de bromas. Erick dijo que se le había olvidado algo en el bar y echó a correr de regreso a Las Tres Escobas.
-Creo que mejor lo acompaño- dijo Carolyn y fue caminando detrás de su novio.
A George no le dio buena espina que Erick regresara tan apresurado así que siguió a los dos hacia el bar.
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Carolyn iba entrando al bar y vio que Erick se iba a sentar a una mesa donde estaba Parvati sola. De repente sintió que se le caía el mundo encima porque vio que Erick comenzaba a besar apasionadamente a Parvati y ella le seguía el juego.
Carolyn se tapó la boca con las manos. Unas lágrimas empezaron a salir y caminó lentamente hacia atrás, negando con la cabeza.
"No puede ser" se repetía una y otra vez.
De pronto sintió que chocaba contra alguien que estaba detrás de ella y volteó para encontrarse con George que por lo visto la había seguido hasta el bar. Sin pensárselo dos veces lo abrazó con todas sus fuerzas y empezó a llorar desconsoladamente. George solo la seguía abrazando y acariciándole el cabello. A George le dolía que Carolyn estuviera así porque sabía que Erick no la merecía.
"Pero ese idiota me las va a pagar, y muy caro" se prometió a sí mismo George con coraje.
George sintió que una ráfaga de viento lo despeinaba por detrás porque la puerta del bar se había abierto de nuevo, se separó lentamente de Carolyn y volteó a ver. En el umbral de la puerta estaban Fred, Lee, Mirna, Oliver, Alicia, Katie y Angelina. Todos estaban preocupados porque Erick, Carolyn y George no habían vuelto.
Notaron que Carolyn estaba llorando y se había vuelto a abrazar de George. Mirna miró a George con una cara de interrogación y él señaló con la cabeza la mesa de Parvati con Erick.
Todos voltearon a ver, simultáneamente, la mesa y Oliver tuvo que detener a Mirna porque se iba a abalanzar sobre Erick.
-Tranquila, Mirna- le dijo Fred y fue el único que pudo calmarla- Tú no puedes golpear a Erick...
-¿por qué?- preguntó hostilmente Mirna.
-Porque de eso nos encargamos nosotros- dijeron Fred y George al mismo tiempo y se dirigieron hacia la mesa donde Parvati parecía que se estaba comiendo a Erick vivo.
El primero en llegar fue George y con toda la diplomacia que tenía le tocó el hombro tres veces a Erick. Erick se separó (despegó) de Parvati y miró molesto a quien le había interrumpido.
-¿Qué quieres?- inquirió bruscamente a George.
Pero George no le respondió. Con una mano agarró su puño izquierdo y le dio con todas sus fuerzas a Erick en la boca.
-A ver si puedes besar a alguien después de esto- se burló George mientras su hermano tiraba al suelo a Erick.
Erick se sabía defender, y muy bien, pero como eran dos contra uno y le llevaban dos años de diferencia, sus cuatro años de entrenamiento en tae- kwan-do no sirvieron de nada.
George estaba muy concentrado en golpear a Erick y solo escuchaba gritos emocionados a su alrededor.
Todo el bar estaba reunido alrededor de la pelea y en vez de tratar de detenerla estaban haciendo apuestas. Lee había tomado una caja vacía y anunciaba que ahí se hacían las apuestas; éstas variaban desde apuesto diez galeones a que el que está en el suelo se desmaya en dos minutos, hasta apuesto ocho galeones a que por lo menos deja sangrando a uno de los gemelos.
La caja que tenía Lee para las apuestas pronto se llenó de monedas y como pesaba mucho la tuvo que poner en una silla vacía.
Cuando Fred y George se cansaron de golpear a Erick llegó Rosmerta y los corrió del bar literalmente a patadas.
Fred y George salieron rápido para que Rosmerta no se enojara más y se sentaron en una banca de la calle. Oliver, Lee, Katie, Alicia, Angelina, Carolyn y Mirna se sentaron con ellos pero Mirna se levantó al notar algo.
Cuando Parvati trató de escapar del bar Mirna se dio cuenta y fue tras ella, la tomó de un pie y la hizo caer.
-Eres una sabandija- le dijo (gritó) Mirna a Parvati mientras se trataba de levantar- Si vuelves a hacerle eso a mi amiga Carolyn te juro que vas a desear no haber nacido nunca. ¿Me entendiste, maldita bruja, o tengo que explicártelo más gráficamente?
Parvati tuvo miedo de que Mirna se lo explicara más gráficamente así que asintió con la cabeza y se fue, no sin antes dirigirle una mirada llena de odio como diciéndole: Anda ahora me amenazas pero vas a ver cómo a ti te va peor que a tu amiguita.
A Mirna no le gustó la expresión de Parvati pero tenía otras preocupaciones en la cabeza como para pararse a pensar en eso.
Regresó a donde había dejado a sus amigos y todos salieron del pueblo rumbo al castillo. Lee se estaba doblando de la risa porque le pareció muy gracioso como Fred y George machacaron a Erick y cómo Rosmerta les advirtió que si volvían a entrar a su bar avisaría a Dumbledore.
Fred y George iban de cada lado de Carolyn, abrazándola para que ya no siguiera llorando y tratando de hacerla reír con las estupideces que decían.
Oliver también iba abrazando a Mirna pero por razones diferentes: trataba de impedir que Mirna volviera al pueblo a partirle la madre a Parvati.
Iban caminando lentamente a causa de que el suelo estaba cubierto por una capa muy gruesa de nieve y de repente oyeron pisadas rápidas por detrás. Los nueve se giraron y observaron cómo Erick se acercaba corriendo por detrás. Automáticamente George se puso enfrente de Carolyn y sacó su varita. Su gemelo, Lee y Oliver lo imitaron e hicieron una barrera para que no pudiera acercarse a Carolyn. Ella solo de verlo se estremeció y las lágrimas empezaron a salir de nuevo haciendo que el esfuerzo de los gemelos por hacer que dejara de llorar se viniera abajo.
-Solo quiero hablar con Carolyn- dijo Erick cuando se paró frente a George.
-Pues ella no quiere hablar contigo, idiota- le dijo bruscamente George- ¿cómo te atreves a venir aquí después de lo que le hiciste?
-Porque le quiero decir que no es lo que parece...
-Creo que todos sabemos cómo fueron, Gainer. A menos que tú estés miope o ciego. Carolyn te vio BESÁNDOTE con su peor enemiga y ahora vienes diciendo que no es como parece. Yo creo que sí es como parece y que tú estuviste todo este tiempo jugando con sus sentimientos. Ahora lárgate o luego no respondo.
Erick se fue a reunir con Parvati que lo estaba esperando y George se dio media vuelta para encontrarse que Carolyn estaba llorando mucho más que antes y todas las chicas trataban de consolarla.
-Ya, Carolyn. No llores, me vas a hacer llorar a mi- le decía Mirna- ya sabes que yo también soy muy sentimental. Además si lloras te vas a quedar como pasita. Mira no llores por alguien que no lloraría por ti...bueno tampoco por alguien que si lloraría por ti...bueno no llores por nadie.
-Mirna tiene razón, Carolyn. Ese animal ni siquiera merece que le tengan lástima- le dijo Angelina.
-No, nunca valió, no vale ni valdrá la pena- apoyó Alicia.
-Y míralo de éste modo: hace un rato tenías novio, pero ahora tienes la oportunidad de ligar con el chico que quieras- dijo Katie.
-Tienen razón, no vale la pena llorar por un pedazo de idiota como Erick. No se preocupen por mi... yo estaré bien- después de decir eso sonrió ligeramente y se marchó, dejando a sus amigos preocupados.
Cuando George estuvo a punto de correr detrás de ella Mirna le puso una mano en el hombro y le dirigió una mirada como de: No te preocupes, ella saldrá adelante. Ahora quiere estar sola.
George pensaba que tal vez Carolyn necesitaba a alguien a su lado, pero Mirna sabía que Carolyn en ese tipo de situaciones le gustaba más pensar sola.
Esa noche Mirna volvió a su dormitorio a las diez y notó que, de las cinco camas que había, solo una tenía las cortinas corridas. Mirna supuso que Hermione debería estar con Edgar besándose a algo así, y que Parvati estaría con Lavender celebrando lo que le había hecho a Carolyn.
Desde afuera se podían oír los sollozos de Carolyn. Le daba tristeza por Carolyn porque sabía que después de eso no sería la misma. Toda la alegría y el entusiasmo que siempre la acompañaba brillarían por su ausencia.
Mirna se dispuso a dormir después de ponerse su pijama pero Carolyn salió de su cama.
-¿Cómo te sientes?- preguntó Mirna pero la respuesta era innecesaria por el aspecto de Carolyn: tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar y el semblante, que antes era siempre alegre, ahora lo tenía con una expresión de profunda tristeza.
-Bien...- se limitó a contestar Carolyn- pero estoy segura de que podría estar mejor...
-Tengo una idea...- dijo Mirna y se le iluminó la cara- mañana me puedes acompañar a ver las pruebas de quidditch para elegir a la selección. Oliver me invitó y me dijo que te llevara.
Carolyn asintió con la cabeza pensando que eso tal vez la distrajera para no pensar en el idiota de Erick.
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Las pruebas se llevarían a cabo a las ocho de la mañana y eran para formar un solo equipo de quidditch para el juego contra Durmstrang.
Oliver sería el capitán y guardián del equipo. Tenía que escoger a dos jugadores por cada puesto para sustituir a los jugadores si tenían alguna lesión grave.
Mirna y Carolyn llegaron al estadio a las ocho menos diez. Ahí estaban reunidos muchísimos alumnos que querían estar en la selección, todos con una escoba en mano y, los que harían pruebas para golpeadores, con bates.
Las dos se sentaron en las gradas para presenciar las pruebas. Mirna estaba buscando con la mirada a Oliver cuando en su espectro visual entraron Parvati y Erick. Se quedó helada. Por nada del mundo podía dejar que Carolyn viera eso, no quería que sufriera por un idiota que no valía la pena.
-¿Qué ves?- le preguntó súbitamente Carolyn.
-Nada- contestó Mirna con nerviosismo.
Justo cuando Carolyn estuvo a punto de voltear a donde estaba Parvati con Erick llegó George y se paró frente a ella.
-Hola, Carolyn. Hola, Mirna. ¿Qué hacen aquí?
- Fíjate que venimos a barrer el estadio y ahorita nos vamos ¿eh?- contestó con sarcasmo Mirna.
-Perdón, perdón. Vienen a ver las pruebas ¿verdad?
-Claro, so tonto- dijo Carolyn sonriendo- ¿tu vas a hacer prueba para golpeador?
-Claro. Fred y yo seguro que quedamos como golpeadores titulares.
-¿O sea que Fred también está aquí?- preguntó Mirna con renovado nerviosismo.
-Sí. El uno sin el otro no es nada.
Por detrás de George llegó Fred abrazando por la cintura a Katie Bell. Mirna desvió la mirada de ellos y siguió buscando a Oliver entre la multitud de alumnos.
-¿a quien busca, señorita?- preguntó una voz ya familiar al tiempo que alguien le tapaba los ojos a Mirna.
Mirna sonrió y volteó a ver a su novio.
-A nadie más que a ti.
-Ah, pues qué bien porque yo también te estaba buscando para darte...-dijo Oliver sacando un ramo de flores de su espalda- ...esto.
- Ay, gracias, Oli- dijo Mirna emocionada y le dio un beso en la boca.
Fred hizo un ruido extraño, como de incredulidad.
-Va a ser muy difícil escoger a solo trece jugadores de los cientos que hay aquí- comentó Oliver con pesar.
-Sí, pero estoy segura de que escogerás a los mejores- dijo Carolyn observando a todos los alumnos por si había rastro de Erick.
-Bueno...- dijo Oliver mirando su reloj de mano- ya es hora.
Se despidió de Mirna con un corto beso y fue hacia la mitad del campo.
-¡¡¡Todos los alumnos que van a hacer pruebas para alguna posición vengan aquí!!! Le ruego a los espectadores que vayan a las gradas para no desconcentrar a los demás.
Todos los alumnos que iba a hacer pruebas se juntaron muy apretados en el centro del campo y Oliver solo pudo hacerse oír entre la multitud por medio de un sonorous.
-Muy bien. Los que vayan a hacer pruebas para guardián vayan a un extremo del campo, junto al poste central y ahí les daré instrucciones.
Todos los que esperaban ser guardianes corrieron hacia un extremo del campo y cada uno empezó a hacer calentamiento para estar preparados para la prueba.
-Los que vayan a hacer pruebas para cazadores, les haré las pruebas primero así que espero que estén preparados, quiero que vayan al otro extremo del campo para hacerles la prueba.
Los que iban a hacer pruebas para cazadores (que eran la mayoría) se fueron hacia el lado opuesto de donde se habían ido los primeros.
-Los que vayan a hacer pruebas de golpeadores quédense en la mitad del campo, aquí les haré las pruebas. Y los que van a hacer pruebas para Buscador salgan por el momento del campo...esa prueba la haré al último.
Harry y Draco estaban entre los que iba a hacer pruebas para buscador, así que salieron del campo. Draco se fue a sentar a un lado de Mirna y la saludó con un suave beso en la mejilla.
Las pruebas eran muy difíciles. Oliver les hizo la prueba primero a los cazadores.
Se puso a custodiar los aros de gol y cada alumno pasaba a tratar de anotar. Tenían cinco oportunidades para anotar tres goles. Al final todos estaban muy agotados pero Oliver apenas y había sudado.
-Muy bien- dijo Oliver al ver al desanimado grupo- Todos lo hicieron muy bien, pero solo puedo escoger a seis de ustedes. Los cazadores del equipo de Hogwarts son: Angelina Jonhson, Alicia Spinnet, Katie Bell, Marcus Flint, Roger Davies y Padma Patil.
Angelina, Alicia y Katie se abrazaron muy emocionadas, Marcus solo sonrió muy satisfecho de si mismo, y Roger y Padma comenzaron a saltar de la felicidad. Todos los que no habían sido seleccionados se fueron cabizbajos a las gradas para ver las pruebas de los otros.
Oliver les ordenó a los nuevos cazadores que lo siguieran y se fueron hasta el otro extremo del campo.
-Para los que van a hacer la prueba para Guardián tienen que ir hasta los tres postes de gol y tratar de parar los tantos que los nuevos cazadores y yo trataremos de anotar. Tienen cinco oportunidades y el que pare con más eficacia las cinco tendrá el puesto de Guardián suplente.
Los alumnos asintieron y fueron pasando por turnos a tratar de parar los tantos. Casi todos fueron un fracaso total y terminaban su prueba con su autoestima por los suelos.
-Muy bien. Lo hicieron estupendo- dijo la voz de Oliver sin mucho convencimiento- El guardián que será mi suplente será: Ronald Weasley- anunció con voz apagada y Ron, que estaba seguro de que no lo elegirían, se quedó en su lugar con la boca entreabierta.
Ana corrió desde las gradas a abrazar a Ron que seguía pasmado ante la noticia.
-Sabía que te elegirían!!- decía Ana con voz radiante.
Los siguientes en la lista eran los golpeadores así que Oliver se dirigió hacia la mitad del campo para darles instrucciones.
Los que iban para hacer pruebas para golpeadores tenían que ir en pareja. Todos estaban seguros de que los gemelos Fred y George quedarían en la selección pero lo que se preguntaban era qué otra sería la pareja de golpeadores.
Empezaron con una prueba de acoplamiento. Oliver tenía que ver qué tan bien trabajaba la pareja para que se acoplaran a los demás jugadores.
Los primeros en pasar a llevar a cabo la prueba fueron Crabbe y Goyle. Volaron alrededor del campo y se iban pasando la Bludger. Lo estaba haciendo aceptable al principio pero todo salió mal cuando, en un intento desesperado de esquivar la bludger, Crabbe hizo una pirueta y le dio con el bate a Goyle, quien se enfureció y así empezó una lucha encarnizada con los bates y lanzándose la bludger con todas sus fuerzas pero sin nada de puntería.
Cuando Oliver consiguió parar la lucha y les dijo que se fueran o que llamaría a McGonagall así que los dos no tuvieron más remedio que dejar el campo.
Los segundos en pasar fueron Fred y George. Los dos hicieron un trabajo estupendo y se lucieron haciendo piruetas de todo tipo para terminar con un lanzamiento de la bludger que pasó por en medio del aro de gol central.
Todos los presentes aplaudieron con entusiasmo mientras los gemelos hacían reverencias a su público.
-Gracias, gracias, querido público. Fred y yo esperamos serles de agrado y formar parte de la selección en el futuro partido contra la selección de Durmstrang- dijo George al mismo tiempo que Fred lanzaba besos.
En esa demostración hasta Oliver aplaudió.
Las siguientes parejas de golpeadores lo hicieron pésimo. Oliver estaba desesperado, necesitaba a dos personas que lo hicieran por lo menos casi tan bien como Fred y George.
Ya habían pasado todas las parejas de Golpeadores y ninguna les llegaba a los talones a Fred y a George.
De pronto se le vino una idea a la cabeza. Sonrió maléficamente mirando a su novia.
-Hey, Mirna- Mirna volteó a ver a su novio- ¿tu y Carolyn no quisieran hacer una pequeña prueba para golpeadoras?
Las dos se quedaron heladas. ¿Pruebas para golpeadoras?, pensaron.
Carolyn y Mirna se voltearon a ver mutuamente.
-¿por qué no?- preguntaron al mismo tiempo- pero no tengo escoba- volvieron a decir simultáneamente con un gesto de preocupación.
-Draco, ¿me prestas tu escoba para la prueba?- preguntó dulcemente Mirna.
-Sí, pero me la regresas después- dijo él divertido.
-Harry, ¿me prestas tú tu escoba?- preguntó Carolyn con cara de niña buena. Harry no le contestó, sólo le dio su Saeta a la chica.
Las dos bajaron las gradas corriendo y llegaron junto a Oliver.
-¿listas?- preguntó Oliver- Recuerden que son mi última esperanza.
Ese comentario solo hizo que las dos se pusieran todavía más nerviosas. Las dos se elevaron en el aire y Oliver soltó las bludgers. Cada bludger se fue hacia una de ellas. Mirna tomó el bat y le dio con todas sus fuerzas a la rebelde pelota, que salió despedida hacia el otro extremo del campo y volvió.
Las dos chicas, a pesar de no haber jugado nunca en la posición de Golpeadoras, fueron todo un éxito y parecía que eran igual de buenas o mejores que los gemelos. Cuando terminaron la prueba bajaron de nuevo a tierra firme y se llevaron una grata sorpresa al ver que todos los que estaban en el campo de quidditch les estaban aplaudiendo mucho más que a Fred y a George.
Oliver se acercó corriendo y lleno de euforia.
-¡Magnífico!- exclamó antes de abrazarlas dos chicas tan fuerte que sus cabezas chocaron.
-Tranquilo, Oliver, que nos vas a quebrar algún hueso y así no podemos jugar.
-Bueno, ya tenemos a nuestras dos parejas de Golpeadores, y solo faltan los buscadores- dijo Oliver con entusiasmo- ¡los que van a hacer pruebas para Buscador, vengan aquí con sus escobas!
Mirna se fue a sentar a las gradas con Carolyn. Fred y George las estaban esperando para felicitarlas.
-¡Qué bien lo hicieron las dos!- dijo George cuando llegaron junto a ellos- Pero nadie puede superarnos- dijo después frotándose las uñas con su sudadera con un gesto de superioridad.
-¿así o más engreído?- dijo Carolyn dando gala a su ironía.
Los cuatro empezaron a reír. Se sentaron a ver la prueba que Oliver les hacía a los últimos alumnos. Por turnos volaban por el campo con una bolsa colgando de su hombro y Oliver les lanzaba pelotas pequeñas que tenían que atrapar y meter en la bolsa, luego Oliver les hacía una prueba de velocidad donde les tomaba el tiempo que tardaban en dar tres vueltas al campo.
Muy pocos consiguieron atrapar todas las pelotas. Entre los que sí lo lograron estaban: Harry, Draco, Cho y Cedric (no por nada son los buscadores de sus equipos). En la prueba de rapidez Cedric y Draco lograron las más altas velocidades. Oliver no tuvo más remedio que escoger a los buscadores de Hufflepuff y de Slytherin.
Oliver hizo que todo el equipo se reuniera alrededor de él para darles las instrucciones finales.
-Muy bien. Este equipo va a ser el mejor que la historia del Quidditch haya visto jamás y nos vamos a encargar de que sea así. Los entrenamientos empezarán la próxima semana y serás dos veces por semana. Mañana verán los horarios en el tablón de anuncios. Si hay entrenamientos adicionales yo les avisaré. Bueno, se pueden ir.- dijo Oliver con mucho ánimo.
Todos estaban felices de ser parte del equipo, pero nadie superaba a Mirna y a Carolyn que eran las únicas que todavía no podían asimilar bien que estaban en la selección y que en unos cuantos meses jugarían contra la escuela que presumía tener el mejor equipo de quidditch, que no había perdido ni un solo partido y que tenían como Buscador al mejor del mundo: Viktor Krum.
Ya eran las 2 de la tarde y como todavía era invierno empezaba a hacer frío. Las dos chicas se encaminaron de regreso al castillo. La cara de Carolyn reflejaba una inmensa alegría y no paraba de hablar acerca del partido contra Durmstrang.
Mirna solo la veía divertida porque había logrado que dejara de pensar en Erick. Las dos iban caminando justo a la orilla del lago y se detuvieron un momento para ver al calamar gigante.
Mirna miró al suelo y vio que una sombra de cernía sobre ellas. Ella inmediatamente se dio la vuelta y se encontró cara a cara con el mismísimo Erick.
Como en ese momento no estaban ni Fred, ni George, ni Oliver, así que Mirna se apresuró a abalanzarse sobre Erick pero Carolyn la detuvo antes de que pudiera sacar siquiera su varita.
Mirna la miró como si estuviera loca y le pidió explicaciones con la mirada.
-Mirna...déjalo, no vale la pena que te molestes por él- dijo lentamente y en voz baja Carolyn.
Las dos voltearon a ver a Erick que en ese momento se estaba cubriendo la cara con los brazos por miedo a que Mirna lo fuera a atacar pero al ver que Mirna guardaba su varita pensó que el peligro ya había pasado y bajó los brazos.
-Carolyn...- empezó a decir él pero no pudo terminar la frase porque Carolyn le había dado una cachetada tan fuerte que lo tiró al lago.
Al momento de golpear la superficie tranquila del lago salpicó por todas partes y se oyó una voz histérica...
-¡¡Ay, Dios mío!! ¡Estoy empapada!
Mirna y Carolyn se quedaron estupefactas porque no sabían de donde había venido la voz y se voltearon a mirar mutuamente.
-¿Oíste eso?- preguntaron al mismo tiempo.
-Sí- volvieron a decir simultáneamente.
-Esa vos sonó muy...afeminada, ¿no crees?- dijo Mirna con voz apagada.
-Lo cual nos deja con dos posibilidades- dijo Carolyn pensativa.
-¿Ah, sí? ¿Cuáles?
-La opción a) Alexis y Edgar no habían estado mintiendo todos estos años en referencia al sexo dudoso de Erick y en verdad es GAY; o b) ese árbol habla!!- dijo señalando primero a Erick, que estaba luchando por no ser comido por el calamar gigante, y luego señalando el árbol que estaba detrás de ellas.
-Mm. Creo que la más verídica es la a)- dijo Mirna como tratándose de convencer de algo.
-Sí, yo también pensé en esa.
Las dos chicas se dirigieron de nuevo a la orilla y dijeron: ¡¡Accio!! Para sacar del lago a Erick.
Cuando Erick estaba tratando de levantarse ya en la orilla del lago Mirna le dio una patada y le sacó el aire.
-Siempre quise hacer eso- se excusó al ver la mirada de Carolyn sobre ella.
-Déjame hablar con él a solas- le pidió Carolyn a Mirna en voz baja y Mirna se fue al castillo, no sin antes descubrir a Parvati detrás del árbol donde oyeron la voz afeminada y embrujar a una lechuza para que cagara en la cabeza de Parvati.
En cuanto Mirna se fue Erick empezó a escurrirse su perfecta cabellera.
-Carolyn...-dijo después de terminar se secarse el cabello- quiero que sepas que no fue mi intención lastimarte, yo no quería que esto pasara. Creeme que estoy arrepentido y lo único que te pido es otra oportunidad. Sé que me equivoqué. No sé en qué estaba pensando cuando lo hice. En serio. Perdóname.
-¿Crees que con un simple perdón puedes sacarme el dolor que me quema por dentro? No, Erick. Una disculpa no lo arregla todo. El dolor sigue ahí. Yo creí que no me podría recuperar de lo que me hiciste pero personas que en verdad me aprecian me hicieron ver que no valía, no valió, ni valdrá la pena llorar por gente como tú, que en lo único que piensan es en sí mismas. Yo sé que a ti en verdad no te importa lo que me hiciste, que solo viniste porque seguro ya te cansaste de Parvati. Pero creeme, ya no me importa. No me veas así, Erick. Así es, estoy terminando contigo, así que ya no me busques. Adiós, Erick- dijo Carolyn sacando todo el dolor que tenía en el alma y mientras lo decía las lágrimas se iban apoderando de ella.
Erick se quedó ahí, parado, a punto de derrumbarse. La había perdido para siempre. Todo por idiota. Una lágrima cruzó su cara y se perdió por su mejilla. Había terminado, ya no había nada que hacer. Lo había arruinado, había arruinado aquello que él más quería, todo por un poco de diversión.
Él vio alejarse a Carolyn rumbo a la torre de Gryffindor y no voltear atrás.
Al momento en que Carolyn acababa de entrar al castillo él se dejó caer de rodillas en el pasto. Las lágrimas ahora eran abundantes. Le dolía el pecho y tenía un nudo en la garganta. Se abrazó a así mismo y miró hacia el lago.
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¿les gustó? espero que Carolyn no se ponga sentimental cuando lo lea y si lo hace le pido una disculpa. Por cierto si estás leyendo esto Lorena dame más ideas porque me estoy quedando estancada en el capítulo 11. No seas rata y ayúdame!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Dejen reviews.Hola!!! Sí Carolyn, ya lo actualizo. Eres una niña sin paciencia...por eso me caes bien. En este capítulo salen muchos nombres nuevos, no es importante que los recuerden porque solo los pongo de relleno, los únicos que deben recordar son los de Kyle y Frederick. Bye.
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Capítulo 8: Reunión
Las vacaciones de navidad ya habían terminado. Ya era diez de Enero y la fecha de la llegada de los alumnos de Estados Unidos estaba a tan solo unas horas.
Erick había tratado de hablara con Carolyn muchas veces pero ella se negaba. Carolyn ya se estaba reponiendo de lo de Erick y trataba de pasárselo igual de feliz que antes. Pero era un intento en vano porque en el fondo sabía que hiciera lo que hiciera no volvería a ser la misma. No podía.
Era lunes y hacía un clima estupendo. No hacía mucho frío y se podía pasear por los terrenos del colegio sin terminar hecho una paleta.
Las clases se pasaron lenta y tormentosamente para la mayoría de los alumnos. Para todos era una pena desaprovechar el clima teniendo clases, excepto para Hermione. Ella estaba contenta de volver a la monotonía de las clases.
Al llegar la tarde Mirna y Carolyn tenían que ir al primer entrenamiento de quidditch de su vida y estaban muy emocionadas.
Llegaron al campo de quidditch con media hora de anticipación. Las dos ya tenían escobas: pidieron dos Saetas por medio de catálogo vía lechuza.
Entraron a los vestidores y unos minutos después empezaron a llegar los demás jugadores. El primero en llegar fue Oliver, luego Marcus, luego los gemelos, luego Angelina, Alicia y Katie, luego Roger y Padma, y al último Ron, Cedric y Draco.
Oliver les repartió sus nuevas túnicas para el juego: eran de color rojo y negro. También le dio guantes a los buscadores y a los cazadores, bates a los golpeadores y lentes al guardián.
Todos estaban conformes con su equipo para jugar así que se cambiaron de sus túnicas negras al uniforme para jugar.
Salieron de los vestidores hacia el campo de quidditch y montaron en sus escobas...
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-Estoy muerta- declaró Mirna a la hora de la cena.
Ya habían terminado de entrenar y ahora estaban en el Gran Comedor esperando la llegada de los alumnos de Estados Unidos.
-Es gracioso- dijo Oliver, que estaba sentado a su lado izquierdo- Yo creía que los muertos no hablaban.
-Pero estoy muerta de cansancio y de hambre- rectificó la chica mientras se recargaba en el hombro de su novio.
De pronto un rayo cruzó el cielo y comenzó a llover.
-El clima está de acuerdo conmigo- dijo Mirna señalando al cielo que ahora se estaba pasando de ser azul marino a negro- Hoy no es mi día.
-Verás que nos iremos acostumbrando a los entrenamientos- intervino Carolyn que no había hablado desde que el entrenamiento terminó.
-Tienes razón.
Dumbledore se levantó de su asiento y todas las conversaciones se vieron interrumpidas.
-Ya casi es hora- anunció sacando un reloj de oro puro de su bolsillo- Antes de que lleguen nuestros nuevos invitados quiero hacerles unos pequeños anuncios. 1: nuestros huéspedes se quedarán por el resto del curso escolar y dormirán en la Casa que les fue asignada desde que salieron de Estados Unidos. 2: ellos van a tomar clases con ustedes a diario para que no se atrasen mucho en lo que respecta a su educación. 3: el primero de Mayo se llevará a cabo el partido contra la selección de Durmstrang. 4: la selección de Hogwarts será llevada a la sede del partido una semana antes que los demás para que se acostumbren a la situación climática tan adversa. 5: el lugar del encuentro entre secundarias mágicas será en Francia. Y 6: espero que les den una calurosa bienvenida.
Al momento en que terminó de decir sus pequeños anuncios otro rayo cruzó el cielo con una luz cegadora y con un sonido sonoro.
De repente un niño de segundo de Gryffindor se levantó de su asiento y mirando al cielo gritó:
-¡¡Miren!! ¡Son ellos!
Eran Colin Crevey y con lo emocionado que estaba empezó a tomar fotos a diestra y siniestra.
Todo el Gran Comedor volteó al mismo tiempo a ver el cielo. Colin los estaba deslumbrando con el flash de su cámara y se quedaron más que deslumbrados al ver al cielo.
Había muchas luces cegadoras del tamaño de faros. Eran cuatro helicópteros negros y se dirigían hacia las cuatro chimeneas del castillo que se encontraban en cada sala común de cada casa.
Todos los alumnos salieron precipitadamente del Gran Comedor y se dirigieron a la chimenea del castillo más cercana.
Mirna, Carolyn y Oliver se dirigieron a la chimenea de la torre de Gryffindor...
Mirna entró corriendo por el retrato de la dama gorda y se paró, anhelante, frente a la chimenea.
Desde afuera se veía una escena muy...graciosa.
Cada helicóptero se dirigió a una chimenea y soltó cerca de diez cuerdas. De las cuerdas se descolgaron casi cuarenta chicos vestidos con pantalón negro, playera del mismo color y botas de militar. Todos se iban descolgando desde dos metros de altura para caer adentro de la chimenea y así llegar a una sala Común con una precisión exacta.
Hasta que se descolgó el último estudiante que era gordito y rechoncho y al tratar de llegar a la chimenea...chocó contra la ventana que estaba casi tres metros a la izquierda de ella. Se resbaló por el cristal y cayó en una pequeña terraza debajo de la ventana.
Todos sus compañeros si habían acertado en la puntería y habían llegado a la Sala Común asignada menos él.
Adentro de la sala Común de Gryffindor estaban siete personas que ayudaron al que no había podido entrar por la chimenea a entrar por la ventana.
Cuando todos se sacudieron el hollín de la ropa fueron hacia Mirna y Carolyn para abrazarlas.
-¡Qué gusto verlas de nuevo!- exclamó con alegría un chico de tez clara y abrazó con cariño especial a Carolyn.
-También me da gusto verte, Frederick- dijo la chica de puntas azules desde los brazos de él.
Erick estaba mirando desde lejos aquella escena tan...repulsiva para él.
Frederick era bastante alto y musculoso. Erick y él eran enemigos a muerte desde que iban en primero y no se aguantaban entre sí. Era de tez clara y tenía un cabello extraño. Para Erick su cabello era horrible pero la mayoría de las chicas lo encontraban interesante y hasta a veces sexy. Eran negro noche (o sea con un toque de morado) y de puntas azul claro.
Sus ojos eran de color hazel. Tenía una nariz respingada y unos labios capaces de derretir con una sonrisa a cualquier chica.
Mientras tanto Mirna estaba dándole un abrazo a un chico de tez blanca con ojos azules y cabello castaño.
-¡Cuánto te extrañé!- dijo el chico mientras la separaba un poco de él y la veía de arriba abajo- ¡No has cambiado nada!
-Kyle, no han pasado más que seis meses- dijo Mirna secándose las lágrimas de felicidad.
-¿pero por qué lloras? ¿Que no te dio gusto vernos?- preguntó el castaño mientras le limpiaba las lágrimas tiernamente.
-Claro que me dio gusto verlos. Son lágrimas de felicidad.
Después de eso se abrazaron de nuevo y Oliver se molestó que Mirna le pusiera más atención a aquel chico que a él, así que se acercó a ella y la abrazó por la cintura.
Kyle miró a Oliver con cara de pocos amigos pero siguió hablando con Mirna.
Cuando Hermione se acordó de que habían dejado a Dumbledore y al resto del personal docente en el Gran Comedor soltó un grito y bajó corriendo.
Los prefectos anunciaron que todos deberían volver al Gran Comedor y la multitud salió por el retrato.
Cuando ya todos estaban en el Gran Comedor Dumbledore se levantó de su asiento para presentarlos.
-Tengo el honor de presentarles a los alumnos del Colegio de los magos y las brujas de Salem junto con su director Jack Finn.
Todos los alumnos extranjeros aplaudieron cuando su director se levantó para dar una pequeña reverencia.
-Ellos ya tienen asignada una casa, así que ahí les van los nombres de los huéspedes de Gryffindor: Frderick Thomson, Michael Stebbins, Kyle Turner, Diego Forester, Iván Kranker, Laura Fanthom y Andrea Smith.
La casa de Gryffindor vibró entre aplausos.
-Para la casa de Slytherin los huéspedes serán: Aron Gray, Joshua Hick, Harvey Nash, Jeff Carter, Sabrina Bluscarf, Alison Chattier, Imelda Hollow y Sandra Mack.
Las serpientes les dieron una calurosa bienvenida.
-Para Ravenclaw: Benjamín Clapton, Fabián Horney, Steve Wayne, Gael Sellers, Abigail Grant, Ethel Rubbens, Coral Costner y Ágata Rott.
Los de Ravenclaw se levantaron de sus asientos para aplaudir.
-Y, por último, los huéspedes para los leales de Hufflepuff: Bruce Bancroff, Eddy Walsh, Jonh Grimaldi, Kevin Powers, Grace Lange, Dafne Collins, Melissa Molina y Joanna Mulder.
Todos los Huppies les dieron un fuerte aplauso.
Dumbledore se aclaró la garganta y todo el comedor se quedó en silencio de nuevo.
-Una última cosa antes de que nuestro banquete los deje aturdidos... el equipaje de nuestros huéspedes ya está instalado en sus cuartos. Ahora sí, a comer...
Las fuentes de comida se llenaron a rebosar de platillos, muchos de ellos, evidentemente, de origen americano.
Los estudiantes en Hogwarts nunca comían papas fritas, sólo puré de papas, pero para los extranjeros parecían muy familiares.
-Ya extrañaba nuestra comida chatarra- dijo con emoción Carolyn- Ya me había cansado de comer puras cosas sin freír- dijo después de que Oliver viera con curiosidad que casi todos los platillos que comían los nuevos tenían algo frito.
Aparecieron platos llenos de hamburguesas, hotdogs, papas fritas, pizza, tacos de todo; además de botellas llenas de refresco de sabores.
Al final de la cena algunos alumnos de Hogwarts ya tenían dolor de estómago a causa de aquellos platillos tan llenos de colesterol.
Todos volvieron a la sala Común de su Casa y algunos inmediatamente se fueron a dormir.
Cuando ya era muy tarde la sala común se fue quedando vacía. En ella solo quedaban: Mirna, Carolyn, Andrea, Laura, Frederick, Michael, Kyle, Diego e Iván.
Mirna y Carolyn les estaban contando todo lo que habían hecho desde que se fueron de Estados Unidos. Lo de las vacaciones, lo del tren, lo de los gemelos, lo del desmadre que habían hecho en el laboratorio de pociones, lo de los múltiples castigos, lo de las peleas entre su grupo, lo de su borrachera, lo del baile de navidad, lo de las bromas que le hicieron a Parvati, lo de Erick con Parvati, y hasta lo del rompimiento entre Carolyn y Erick.
Al terminar su largo relato sus amigos las veían alucinados.
-Creo que han pasado demasiadas cosas ¿no?- dijo Kyle- Yo creía que casi no habían hecho nada.
-Sí- dijo Mirna pensativa- Nunca pensé que pudieran ocurrir tantas cosas en tan solo seis meses. Es muy raro.
-¡Miren qué hora es!- exclamó de repente Andrea- Son las cuatro de la mañana.
-¡Demonios! Y dentro de unas horas tenemos Pociones- dijo Carolyn con una mueca.
Todos se despidieron para ir a dormir. Frederick, Kyle, Michael, Diego e Iván se fueron hacia un dormitorio, Laura y Andrea se fueron hacia otro, y Carolyn y Mirna regresaron al suyo.
La semana se les pasó entre bostezos, pergaminos, libros, tareas, explicaciones, fórmulas..........esperen, en Hogwarts no llevan fórmulas, bueno ignoren eso de las fórmulas y... ¿donde me quedé?...ah sí.........entre entrenamientos de quidditch y bromas de todo tipo, la mayoría para Parvati.
Cuando fue fin de semana, lo único que querían Mirna y Carolyn, era quedarse dormidas hasta las tres de la tarde, pero no lo lograron porque a las nueve de la mañana alguien entró en su habitación.
-Levántense, flojas- dijo una voz familiar para Mirna. Era Kyle.
-Sí, queremos que nos acompañen a Hogsmeade- dijo ahora una voz familiar para Carolyn. Era Frederick.
Mirna, con mucho pesar corrió unos cuantos centímetros una cortina de dosel y vio que Carolyn también hacía lo mismo. Se miraron por un momento a la cara y luego miraron a los dos chicos que tenían delante.
-Está bien- dijo Mirna abriendo completamente su cortina y poniéndose de pie lentamente. Le dolía todo el cuerpo, desde las plantas de los pies hasta el cuello, a causa de los duros entrenamientos de quidditch.
Carolyn se levantó en el mismo estado. Las dos estaban muy despeinadas y descalzas.
Mirna traía puesto un pantalón azul rey que le quedaba muy largo, una camiseta blanca de tirantes delgados y encima una blusa de manga larga desabrochada en un tono de azul un poco más claro que el de sus pantalones.
Carolyn llevaba puesto un pantalón de tres cuartos de color verde esmeralda con una playera verde brillante de manga larga.
-Voy a bañarme y luego bajo ¿sí?- dijo Mirna mientras buscaba la ropa que se iba a poner y, después de encontrarla le dio un beso suave en la mejilla de Kyle.
Carolyn solo buscó su ropa y se metió al baño rápidamente antes de que Mirna lo pudiera notar.
Frederick y Kyle salieron de la habitación y cuando Mirna iba a entrar al baño notó que la puerta estaba cerrada con seguro.
-¡¡Carolyn Clearmoon!! Me tocaba bañarme primero y tú lo sabes- gritó Mirna mientras golpeaba la puerta con todas sus fuerzas y tan fuerte que por poco y la tira.
-No me importa. Yo te gané- gritó Carolyn desde el otro lado de la puerta.
Mirna se dio por vencida después de 5 minutos de gritarle a Carolyn y despertar a medio castillo.
Se dejó caer en su cama completamente soñolienta y se quedó dormida al instante. 20 minutos después Carolyn la estaba zarandeando para que se levantara y se metiera a bañar. Después de esa pequeña siesta se medio-recuperó y se metió al baño para darse una ducha con agua muy, muy caliente.
Cuando las dos ya estaban vestidas, peinadas y maquilladas salieron de la habitación sin hacer caso al interrogatorio de Hermione.
En la sala común las estaban esperando Kyle y Frederick. Los dos se veían muy apuestos.
Por un lado Frederick llevaba puestos unos pantalones negros de cuero, una playera blanca con el estampado Demonios, una chamarra también de cuero y unas botas negras.
Kyle llevaba puestos unos pantalones aguados, una playera azul con estampado de un símbolo del demonio, una sudadera de cierre y con gorrito, y unos tenis rojos desamarrados.
-Hola!- dijo Frederick dándole un tímido beso en la mejilla a Carolyn y ella se lo devolvió.
-¿nos vamos?- propuso Kyle ofreciéndole a Mirna su brazo para que lo tomara.
Eso le recordó mucho al gesto que hacía Fred cuando caminaban juntos pero sólo sonrió tristemente y lo tomó.
Caminaron hacia el vestíbulo y notaron que como era todavía temprano casi no habría gente en Hogsmeade.
Cuando estaban caminando por los terrenos Kyle y Frederick no paraban de hablar del partido que presenciarían en unos cuantos meses y ya habían aburrido a las chicas.
Llegaron a Hogsmeade y entraron a las tres escobas. Se sentaron en una mesa para cuatro personas y ordenaron los tragos. Frderick les repartió las cervezas de mantiquilla y les empezaron a preguntar sobre el equipo de quidditch.
De un momento a otro Carolyn y Frederick se estaban acercando peligrosamente y Mirna vio cómo se empezaron a besar apasionadamente.
Mirna volteó a ver hacia el otro lado y vio que Kyle la estaba viendo. Cuando sus miradas se encontraron Kyle bajó la suya visiblemente sonrojado.
-¿Qué?- Mirna preguntó riendo.
-Nada- contestó él viéndola otra vez a los ojos- esque hoy te ves muy linda.
Ese comentario hizo que Mirna enrojeciera violentamente.
Kyle la tomó de la nuca y la acercó a él. Ella estaba a punto de besarlo pero justo cuando sus labios estaban a punto de rozar cambió la dirección de su cabeza. No quería besarlo. Al único que en ese momento quería besar estaba viéndola desde afuera, aunque ella no lo supiera.
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Desde afuera tres personas veían la escena con la boca abierta. Oliver, Fred y George estaban viendo hacia adentro del bar a través de la ventana.
El primer impulso de George fue entrar a poner en su lugar al idiota que estaba besando a Carolyn, pero Fred y Oliver lo detuvieron. Oliver estaba blanco de enojo y miraba a Mirna y a Kyle con los ojos entrecerrados.
Los tres dieron media vuelta y en eso se encontraron con Katie, Alicia y Angelina. Una idea completamente egoísta les vino a la mente...
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a que no adivinan cuál es su ´maléfica idea??? Es cruel y egoísta. Bueno, eso lo descubriran en el próximo capítulo así que no olviden sintinizarnos en el mismo canal y a la misma hora...hasta luego.
Pd. ¡¡¡¡¡DDDDEEEEJJJJEEEENNNN RRRREEEEVVVVIIIIEEEEWWWWSSSS!!!!Perdonenme por no haber actualizado pronto. Es que estuve muy ocupada con lo de los exámenes, que bueno...el chiste es que no pude actualizar. weno los dejo con otro capítulo.
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Capítulo 9: Mi príncipe azul
En cuanto Mirna presintió la presencia de ese alguien apartó a Kyle de ella. Él tenía los ojos cerrados esperando recibir el beso que nunca llegó.
Miró hacia todos lados y su mirada captó algo que le hizo sentir como si un balde de agua helada le hubiera caído.
Detrás de la ventana se encontraban tres personas. Se le encogió el estómago al verlos.
No podía ser cierto. Era su novio Oliver junto con los gemelos. Lo primero que hizo Mirna fue darle un codazo a Carolyn en las costillas. Ella se separó inmediatamente de Frederick y la miró con el seño fruncido.
-¿Qué?- preguntó de mal humor a punto de comenzar a besar a Frederick de nuevo.
Como respuesta de Mirna solo vio que señalaba la ventana.
Carolyn volteó a ver lo que Mirna estaba señalando y se quedó fría de la impresión, abrió mucho los ojos y se llevó una mano a la boca.
En ese momento las tres figuras de afuera se habían topado, en su intento por salir de ahí, con Katie, Alicia y Angelina y sin pararse a pensarlo las besaron. Oliver estaba besando apasionadamente a Alicia, Fred a Katie y George a Angelina.
No podía ser cierto que se estuvieran besando con ellas. Simplemente no podía ser.
A Mirna se le escurrió una lágrima y se perdió por su mejilla. Se levantó rápidamente y salió del bar. Ya estando afuera sintió que se desbarataba, pudo ver a su novio besándose con otra, pero
eso era lo de menos. Lo que sí la había herido era el hecho de que Fred estuviera besando apasionadamente a Katie.
Se tapó la boca con las manos y se le escapó un sollozo. Las lágrimas corrían abundantes por sus mejillas. En eso salió Carolyn, pero a ella no le afectó tanto como a Mirna. Ella sólo regresó, con paso decidido y no sin antes pasar a empujar a George y a Angelina a un charco de barro, al colegio.
Cuando Fred notó que su gemelo se había caído al barro se separó de Katie y volteó a ver a Carolyn. Después volteó a ver a Mirna y al ver su expresión le entró un remordimiento que lo destrozaba. Su intención no había sido herirla. Él nunca habría hecho nada para lastimarla, sin embargo, lo que se prometió nunca hacer (lastimar a Mirna) lo acababa de hacer. Él lo había hecho sin pensar en las consecuencias. ¿Qué haría ahora?
-Mirna, yo...- pero no supo qué decir y Mirna se fue sin decir nada.
La escena que acababa de pasar desconcertó a Oliver. ¿Por qué Fred había tratado de explicarle lo sucedido a Mirna, si él no era su novio siquiera?
Fred y George salieron detrás de las chicas dejando solo a Oliver y a las tres cazadoras que estaban muy, pero muy confundidas.
Cuando Fred logró alcanzar a Mirna ella iba caminando por los terrenos de Hogwarts y se puso a caminar a un lado de ella.
-Espero que tengas suerte- dijo repentinamente Mirna tratando de embozar una sonrisa. Falló miserablemente en su intento y lo único que logró fue que la voz se le quebrara y dejó escapar otra triste lágrima.
-¿Suerte? ¿Con qué?- preguntó Fred algo confundido.
-Con Katie- respondió simplemente Mirna y otra lágrima resbaló por su rostro- Se ve que ella te quiere mucho y George un día me platicó que ella era tu amor platónico.
-Tu lo has dicho: era.
Mirna lo volteó a ver con una mirada de reproche.
-Fred, no juegues conmigo.
-No, no estoy jugando, Mirna.
-¿entonces qué pretendes?
Fred se quedó callado sin saber bien qué responderle.
-Sólo pretendo ser sincero. Ella era- remarcó mucho el era- mi amor platónico. O al menos eso creía yo. Pero dejó de serlo desde que conocí a la persona más especial para mí.
-¿Entonces por qué la besaste? Ella no merece que juegues con sus sentimientos- en el fondo Mirna creía que si lo merecía.
-Fue un error. Yo sólo trataba de acercarme a la chica que amo- dijo él con un tono juguetón.
-¿Ah, sí?- dijo ella con sorpresa- ¿Quién es?
-Es gracioso que tú me lo preguntes- dijo Fred interponiéndose en su camino para no dejarla avanzar.
-¿Por qué?
-Porque esa eres tú.
Cuando dijo esas cuatro palabras Mirna hizo un esfuerzo casi sobrehumano para no ponerse a saltar de alegría. Había esperado más de seis meses para oírlo decir eso.
Fred se empezó a acercar lentamente, como pidiendo permiso. Mirna cerró los ojos. Sus respiraciones se mezclaban y podían sentir su olor. Fred rozó los labios de Mirna suavemente, como si estuviera tratando con un frasco de nitroglicerina.
Mirna siempre imaginó su primer beso así, pero para su mala suerte el primero...mejor no hablar del primero y seguir con la historia.
Ella sintió como si miles de mariposas estuvieran volando en su estómago y su corazón empezó a latir velozmente.
Fred hizo de ese beso el más dulce que le hubieran dado a Mirna en toda su vida. Mirna pasó sus brazos por el cuello del pelirrojo y él la abrazó con fuerza, como si de eso dependiera su vida.
Cuando se separaron Mirna le sonrió de manera confidente y él le tomó la mano.
Caminaron sin soltarse hasta llegar a la sala común. Mirna había dejado de llorar desde hacía un rato y se preguntaba dónde se había metido Carolyn.
Fred se sentó en un sillón y Mirna se sentó junto a él, se recargó en su pecho y él le pasó un brazo por los hombros.
¡¡¡¡¡Ella era la chica más feliz en la faz de la Tierra!!!!!...bueno creo que exageré...ella era, por lo menos, la chica más feliz del colegio.
-¿Qué le vas a decir a Oliver?- preguntó Fred después de un rato de silencio.
-Decirle la verdad.
-¿Vas a llegar a decirle: Oye Oliver, creo que deberías saber esto, Fred y yo nos queremos y él se dio cuenta de que no quiere perderme así que me haré su novia. No te sientas mal pero creo que yo no puedo tener dos novios así que ya no quiero ser tu novia. Gracias por entenderlo?
Todo lo dijo Fred como si fuera Mirna la que hablaba y eso la hizo reír.
-No, tonto- dijo alborotándole el cabello a Fred- Sólo le voy a decir que conocí a alguien y que podemos seguir siendo amigos.
Fred se quedó callado como si intentara reflexionar.
-Sí, esa respuesta es mucho más corta y más entendible.
Justo cuando Mirna iba a besar de nuevo a Fred entró Oliver por el retrato. Como si sufrieran una descarga eléctrica los dos se separaron y se levantaron del sillón.
-Mirna que bueno que te encuentro- dijo Oliver con pinta de haberla buscado por todo el colegio- quiero que sepas que lo que hayas visto en Hogsmeade no es lo que tú piensas...
-Oliver- dijo Mirna antes de que siguiera con su discurso- yo soy la que tiene que hablar contigo.
Oliver la miró con extrañeza.
-¿No...No estás enojada?
-No, para nada. Pero tengo que hablar contigo.
Oliver la miró con desconfianza. Sabía que Mirna era muy...irritable, por decirlo así y que cuando se enojaba en verdad uno desearía no haber nacido. Estaba seguro de que cuando él bajara la guardia ella sería capaz de asesinarlo en plena Sala Común.
Pero como no le quedaba otro remedio la siguió hasta un sillón algo apartado del resto. Él estaba seguro que era para causara menos alboroto su asesinato.
-Mira, Oliver, hay algo que quiero decirte, pero me tienes que prometer que no me vas a interrumpir hasta que termine ¿de acuerdo?
-De acuerdo- dijo él preparado para pedir ayuda si ella se ponía loca.
-Esque...no sé por donde empezar.
-¿Qué tal por el principio?- dijo Oliver con una sonrisa.
-Jaja, muy gracioso- dijo Mirna con sarcasmo- Mira esque...yo si te quiero pero solo como amigo y tu me haces sentir bien, pero conocía a alguien que me hace sentir todavía mejor. Mira pero todavía podemos seguir siendo amigos.
Oliver se quedó con la boca entreabierta por tal declaración. Hasta se le olvidó lo que debía hacer si Mirna intentaba asesinarlo.
-¿Me estás terminando?- preguntó con una expresión de tristeza en la cara.
-Sí...y no. Porque como seguiremos siendo amigos y en una amistad nada termina...
-Me estás terminando- confirmó Oliver sin dejarla terminar. El labio le empezó a temblar a Mirna y ya no le pudo sostener la mirada más tiempo así que la apartó.
-Oliver- lo llamó ella pero él se levantó y sin decir otra palabra se alejó de ahí y se fue a encerrar a su cuarto.
Mirna se sintió muy mal hasta que Fred fue a reconfortarla.
-Seguro ya nunca querrá ser mi amigo y no me volverá a hablar en el resto de nuestras vidas- dijo ella.
La voz se le empezó a quebrar y Fred la atrajo hacia su pecho tiernamente. Ella se aferró a su cuerpo con la mirada perdida.
Cuando Mirna se calmó y anunció que se iría a la cama porque estaba muy cansada llegó Carolyn por el retrato de la dama gorda y mejor decidió esperar para que ella le contara en dónde había estado.
Para sorpresa de Mirna (que esperaba verla entrar y destrozar todo lo que estuviera a la mano por lo furiosa e iracunda que debía estar) Carolyn tenía en la cara una sonrisa de oreja a oreja y hasta un poco soñadora.
-¿y ahora a ti qué te pasó?- preguntó Mirna olvidándose por completo de lo que había pasado con Oliver.
Carolyn pareció no escucharla porque se pasó de largo y entró en su dormitorio. Mirna decidió seguirla para ver qué locura estaría haciendo. Entró en la habitación si hacer ruido y se paró detrás de su amiga.
Carolyn estaba sentada en su cama, encaramada sobre un pequeño libro y dándole la espalda a la puerta. Estaba escribiendo algo muy apresurada y la sonrisa ya se había enfatizado. Mirna vio por encima del hombro de su mejor amiga y se dio cuenta de que era un diario...
Ah, solo es el diario de Carolyn pensó Mirna...
¿¿¿CAROLYN TENÍA UN DIARIO???
Eso era lo último que se imaginaría de Carolyn... ella estaba completamente en contra de esas boberías de niñas fresas. Eso iba a dejar mucho que hablar en muchos meses.
De lo que Mirna alcanzó a leer comprendió la razón para la sonrisa de hacía ya un rato.
Decía:
Querido diario:
Lo que empezó como un día malo terminó por ser genial.
Esta mañana lo único que quería era quedarme echadota en mi cama hasta las cuatro de la tarde pero Frederick me fue a despertar a las nueve para que fuera con él a Hogsmeade. A Mirna la fue a invitar Kyle también.
Los cuatro nos fuimos al pueblo y entramos a las tres escobas para tomar unas cervezas de mantequilla.
Frederick me empezó a decir cosas muy lindas y mientras nos íbamos acercando hasta que él me besó. Estuvimos así un rato hasta que sentí que alguien me daba un codazo en las costillas. Volteé a ver a Mirna que me estaba señalando la ventana. Vi hacia la ventana y hubiera preferido no ver. Detrás del vidrio se podían distinguir claramente a Fred, George y Oliver que nos veían perplejos.
Luego me sorprendí muchisisísimo al ver que George, así sin más, se acercó a Angelina y le plantó uno de los besos más apasionados que he visto en toda mi patética existencia sobre la faz de la tierra.
Mirna y yo salimos del bar y ella se puso a llorar al ver a Fred besando de igual modo a la arrastrada de Katie.
Yo me enojé mucho y me fui caminando muy rápido al castillo después de pasar por un lado de George y Angelina y empujarlos a un charco de lodo.
La cara de Angelina nunca la olvidaré. Se parecía a la cara de Parvati cuando le hicimos la broma del cabello verde y con miel.
Cuando salí del pueblo oí unos pasos detrás de mí. Era alguien que venía corriendo. Cuando llegó a mí vi que era Frederick.
Platicamos durante tanto tiempo que se me había olvidado ya lo de George y de repente me hizo la tan ansiada pregunta: ¿Carolyn, quieres ser mi novia?
Yo por supuesto le dije que sí. Me abrazó y me levantó en el aire dando vueltas. Fue maravilloso. Así Erick se dará cuenta de todo lo que perdió al engañarme.
Bueno, espero que todo salga bien. Eso es todo.
Carolyn La loka Clearmoon.
Mirna salió del dormitorio sin hacer ni el más mínimo ruido así que Carolyn no se dio cuenta.
Durante los días que precedieron al sábado Mirna trató de hacer entrar en razón a Oliver para que le hablara de nuevo. Ninguno se sus intentos funcionó. Después ella pensó que no iba a rogarle a Oliver para que le hablara así que dejó de intentarlo.
Pasaron varias semanas desde que sus amigos llegaron y cada vez se acercaba más la fecha del gran partido.
Mirna estaba más nerviosa de lo normal. Temblaba con la sola mención de aquel partido. Oliver solo le hablaba como capitán y solo cuando era necesario.
Por fin llegó el día en que la selección viajaría a Francia antes que los demás alumnos para acostumbrarse a la situación climática.
Era un sábado por la mañana. Más bien, madrugada. Mirna estaba instalada en un profundo sueño en el que ella estaba volando en su escoba durante el partido en Francia cuando de pronto una bludger le dio en la en la cabeza, ella caía de la escoba a una velocidad inimaginable.
Ella no era una de esas chicas que tiene el sueño pesado, se despertaba con una facilidad inimaginable.
De repente sintió que alguien se sentaba a su lado, en la cama. Esa persona le estaba acariciando la cara y ella se despertó sobresaltada porque en su sueño esa era la parte en la que alguien la atrapaba en el aire. Se sentó bruscamente en su cama y vio delante de ella una silueta oscura.
El corazón le latía a mil por hora antes de descubrir que esa persona era George. Suspiró aliviada.
-¿qué haces aquí?- le preguntó bostezando y miró el reloj de su mesita de noche- ¿y a las cuatro de la mañana?
-Vine a despertar a las golpeadoras estrellas del equipo. Espero que tengas tu equipaje preparado porque nos vamos en una hora.
Mirna abrió mucho los ojos al enterarse. Por supuesto que no había preparado su equipaje. Ese pequeño detalle del partido se le había borrado de la mente el día anterior. Quitó todas sus cobijas de la cama y se paró de inmediato. Empezó a recorrer el cuarto de arriba abajo para encontrar sus cosas y guardarlas. George la veía divertido. Ella vio su propio aspecto por primera vez.
Mirna llevaba puesto un pijama que consistía en solo una ombliguera verde y un short un poco más oscuro. Se sonrojó mucho porque George la había visto así.
-¿te ayudo a guardar tus cosas?- dijo George tratando de parecer que no le importaba lo que Mirna traía puesto- Yo termino de guardar tu equipaje mientras tu te bañas y luego le hablas a Carolyn- al hablar de Carolyn su voz reflejaba una profunda tristeza.
Mirna solo asintió, se acercó a su baúl, sacó ropa para ponerse ese día y se metió al baño.
George, mientras tanto, comenzó a guardar las cosas de Mirna y se preguntó cómo es que todo eso cabía en su baúl y cómo era posible que una chica necesitara todo aquello.
Él oyó el sonido de la regadera al accionarse y vio el vapor que salía por la puerta. Se acercó lentamente a la cama en la que Carolyn seguía dormida. Se sentó al borde de su cama y la miró dormir, tranquilamente. Le dio una inmensa pena no poder besarla en ese mismo instante. Se mordió el labio, apartó unos mechones, ahora de color rosa chicle, de la cara de Carolyn y la besó lo más sutilmente que pudo. Notó como ella empezaba a despertarse y se alejó rápidamente. Hizo como si estuviese doblando la ropa de Mirna cuando Carolyn despertó.
-Por fin despiertas- le dijo fríamente a modo de saludo.
-¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Mirna? ¿Por qué estás doblando su ropa? ¿Quién se está bañando? Y lo que es más importante... ¿Qué hora es?- preguntó Carolyn con una rapidez impresionante.
-Vine a despertarlas. Ella está en el baño. Porque ella me lo pidió. Mirna se está bañando. Y son las cuatro de la mañana- dijo él respondiendo a cada pregunta con calma.
Carolyn se levantó y preguntó:
-¿por qué has venido a despertarnos?
-Porque partimos dentro de una hora hacia Francia. Ya sabes, por lo del partido.
Carolyn se golpeó con un puño la frente, por despistada. Se había olvidado de eso. Ella también empezó a guardar su equipaje y cuando terminó Mirna salió del baño casi completamente vestida.
Llevaba un pantalón de mezclilla deslavado y aguado y una playera verde oliva de manga larga. Iba descalza y con el cabello mojado.
-Ah, ya despertaste- le dijo a Carolyn mientras se ponía sus calcetines.
-Sí. ¿A que no adivinas lo que soñé?- le preguntó Carolyn a Mirna con emoción.
-¿qué soñaste?- preguntó Mirna mientras recordaba lo que había soñado.
-Que un chico guapísimo, que iba vestido con un traje azul claro, llegaba a mi lecho de muerte, se sentaba a mi lado, se inclinaba hacia mi cara, me besaba lo más tiernamente que te puedas imaginar y yo despertaba de mi ensueño, como Blancanieves. ¡¡¡Seguro que él era mi PRINCIPE AZUL!!!!- respondió Carolyn mientras veía a la nada con una cara soñadora.
Mirna sospechó algo y volteó a ver a George que estaba de perfil y muy sonrojado, hacía como si estuviese muy entretenido mirando por la ventana. Él iba vestido con un pantalón de mezclilla claro y una playera azul cielo.
Carolyn se metió a bañar y después de un rato salió completamente vestida. George le dijo a Mirna que Fred estaba encargado de levantar a las chicas de quinto y cuarto; y Oliver, al resto del equipo.
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¿Qué les pareció? Bueno, les aviso que lo actualizaré dentro de unas cuantas semanas y preparense porque viene lo bueno.
Bye.
PD. Preguntas, sugerencias, criticas, opiniones, pedradas, ladrillasos, howlers: por favor a mi correo, [email protected]
Gracias por leerHola!!!!!!!! No sé cómo decirlo pero mi fanfict está muy muy cerca de su final. Prepárense para el fin de mi linda hostoria!!!!!!!!! Lean.
Capítulo 10: Viajando, conociendo otros lugares...
Los tres salieron del cuarto de las de tercero y llegaron a la sala común donde las tres cazadoras y Fred los esperaban. George iba cargando los baúles de Carolyn y Mirna. Se sentaron en los cómodos sillones a esperar a Oliver y cuando llegó salieron al pasillo donde estaban los de las otras casas.
Mirna se estaba cayendo de sueño y George la tuvo que sostener para que no se cayera. Carolyn iba caminando dormida y Fred también la tuvo que sostener para que no se diera un susto si ella se caía por las escaleras y se daba un madrazo.
Mirna venía recargada en el hombro de George con los ojos entrecerrados pero cuando sintió el frío en su cara los abrió. Habían salido a los terrenos de Hogwarts y hacía mucho frío.
Se separó de George lentamente y él la soltó. Eran las cinco menos diez y todavía se veía a la perfección la luna. Era un paisaje hermoso. George pasó una mano por sus hombros y ella le pasó su brazo por la cintura y recargó la cabeza en su hombro.
-Es hermoso- dijo Mirna en un susurro, refiriéndose al paisaje.
-Sí, ya sé que soy hermoso- dijo George sonriendo.
-Tu no, tonto. El paisaje.
-Ya lo sabía.
Salieron de los terrenos y caminaron por Hogsmeade hasta llegar a la estación del tren, donde lo abordaron. Mirna, Carolyn, Fred y George se sentaron en un compartimiento al principio del tren. En el trayecto Mirna por poco se duerme pero se mantuvo despierta porque quería ver todo lo que pasaba por las ventanas.
Pasaron por muchos puentes, pastizales, bosques, mares, ríos, montañas, lomas, barrancos, acantilados y lagos hasta que por fin llegaron a su destino.
Cuando el tren se detuvo ya era medio día. Mirna se levantó de inmediato y se estiró perezosamente. Sacó la cabeza por la ventanilla y notó que habían llegado a un bonito andén al aire libre. Los rodeaba un hermoso bosque que no se veía tan tenebroso como el de Hogwarts.
Fue a despertar a Fred, que se había quedado dormido al igual que su gemelo, con un beso en la boca. Él abrió los ojos de inmediato y sonrió.
-Ven, mira- le dijo Mirna en voz baja para no despertar a George. Le tomó la mano a Fred y lo jaló hacia la ventana. Fred la abrazó por la cintura y la besó apasionadamente y entonces los dos oyeron que alguien acababa de entrar al compartimiento y se aclaraba la garganta.
Fred volteó rápidamente y vio que en el umbral estaba parado Oliver Wood.
-Ya tienen que bajar- dijo Oliver sin mirar a Mirna, pero lanzándole una fría mirada a Fred, el cuál se la regresó.
Oliver salió del compartimiento y se fue a avisarles al resto del equipo. Mirna despertó con cuidado a Carolyn y a George. Los dos estaban recargados el uno en el otro y se veían muy tiernos.
Afuera del tren había tres personas esperándolos. Había un hombre como de treinta años, de cabello castaño claro, ojos color miel, con rostro joven, con una amable sonrisa y con semblante cansado, que se acercó a darles la bienvenida.
-¡Bienvenidos!- dijo muy feliz y le estrechó la mano a Oliver- Yo soy Remus Jonh Lupin y ellos son Bill Arthur Weasley y Nimphadora Andrómeda Tonks. Nosotros les enseñaremos donde se alojarán hasta el día del partido. Síganme.
Fred y George se quedaron boquiabiertos y fueron a abrazar a Bill con euforia.
-¡¡Bill!!- gritaron los dos juntos mientras asfixiaban al pelirrojo con un abrazo.
-Ho...la- dijo Bill entrecortadamente.
-¿qué haces aquí?- preguntó Fred.
-Pues vine a verlos a ustedes, par de tontos- por fin dijo él cuando lo soltaron- Además mamá me dijo que cuidara de Ron. Por cierto ¿Dónde está?-buscó a Ron con la mirada y cuando lo vio fue a saludarlo.
-¿quién es?- preguntó Mirna a los gemelos.
-Es uno de nuestros hermanos mayores-explicó Fred con alegría- Como vive en Egipto casi nunca lo vemos. Si acaso, en las vacaciones.
-¿tienen más hermanos?- preguntó interesada Carolyn.
-Sí- esta vez contestó George- Ginny es la menor, luego le sigue Ron, después nosotros dos. Percy ahora va en el último curso. No puedo esperar hasta que se gradúe, como es el prefecto y premio anual nos acusa con mamá cuando hacemos una de nuestras inocentes bromas. Después le sigue Bill, el que acaban de conocer, trabaja para Gringotts. Y el mayor es Charlie, vive en Rumania, así que tampoco lo vemos mucho.
Cuando terminó la descripción de sus hermanos las dos chicas lo miraban sorprendidas.
-Wow! Es grande su familia. Haber cuándo nos invitan a conocer a todos los integrantes- dijo Mirna de buen humor.
Después se encaminaron hacia el linde del bosque, siguiendo a Remus. Entraron en el bosque y por orden de Oliver dejaron sus baúles cerca del tren.
-Se los haré llegar a donde se quedarán en cuanto lleguen- les había dicho.
La marcha por el bosque era en fila. Delante iba Remus, seguido por Tonks. Detrás iba Oliver platicando animadamente con Alicia. Un poco más atrás iban Angelina y Katie, que no paraban de voltear a ver a los dos gemelos. Justo detrás de ellas iban Mirna y Fred de la mano. Después estaban Carolyn y George sin dirigirse la palabra; seguidos por Cedric, Roger y Padma. Casi al final estaban Marcus y Draco. Y cerrando la marcha iban Bill y Ron.
Caminaron por alrededor de media hora y al fin llegaron a un inmenso claro que estaba justo al borde de un gran lago. Había cerca de veinte cabañas, cada una con chimenea y baño; había un comedor para cincuenta personas; un pequeño muelle con algunas canoas; de lejos se veía un campo donde podrían entrenar quidditch.
Cuando llegaron vieron que en la puerta de cada cabaña había un pequeño letrero donde había dos nombres.
-Muy bien- dijo Tonks juntando las palmas- en cada cabaña dormirán dos personas. Como ven, sus equipajes ya están aquí; y como habrán notado hay el doble de cabañas de las que ustedes necesitarán. Hay una razón para eso, es que los jugadores de la selección de Durmstrang también compartirán el campamento con ustedes. Ellos llegarán dentro de media hora, así que pónganse cómodos.
En cuanto terminó de decir eso todos corrieron a buscar su cabaña.
Mirna y Carolyn salieron corriendo y encontraron la suya muy cerca del lago. Se metieron a la cabaña y vieron sus baúles a los pies de su cama. Después volvieron a salir para ver quiénes les habían tocado de vecinos.
En la cabaña de la derecha a la suya estaban Fred y George, y a la izquierda había una cabaña vacía con los nombres de dos de los jugadores de la selección de Durmstrang.
Treinta minutos después sonó una campana. Las dos chicas asomaron la cabeza por una ventana desde donde se podía ver una pequeña plaza en el centro del claro. Vieron que acababan de llegar unos jugadores guapísimos vestidos con túnicas rojo sangre. También había unas cuantas jugadoras todas igualitas hasta en el último detalle excepto que los ojos los tenían de diferente color.
-Deben ser los jugadores del equipo contrario- dijo Carolyn- Creo que me voy a ligar por lo menos a uno.
Las dos salieron de la cabaña como los demás de su equipo para conocer a los de aquel colegio.
Cuando llegaron a la pequeña plaza Remus, Tonks y Bill los estaban esperando para presentarlos.
-Durante esta semana pueden aprovechar para conocer mejor a los que creen conocer y empezar a conocer a los que no se saben ni su nombre- empezó a decir Bill- Aparte de entrenar quidditch, también haremos otras actividades y no podrán usar su varita porque serán pruebas de supervivencia.
Hubo un murmullo general de emoción.
-Ahora creo que pueden empezar por presentarse- dijo Tonks.
Remus, Bill y Tonks fueron a presentarse con los encargados de los alumnos de Durmstrang, dejando tras de ellos un incómodo silencio, solamente roto por una de las ocurrencias de Fred y George.
-¿vamos al lago?- propusieron los dos alegremente y todas las miradas se clavaron en ellos- ¿Qué? Hace mucho calor aquí.
-Yo si voy- dijo felizmente Mirna y luego todos se unieron a la propuesta. Los de Durmstrang fueron a desempacar en sus respectivas cabañas mientras los demás se ponían sus trajes de baño para nadar o tomar el sol en el lago.
Cuando Mirna llegó a la orilla del lago acompañada de Carolyn se dirigieron a un grupo de chicos de Durmstrang muy apuestos y se sentaron.
-Hola- dijo alegremente Carolyn- ¿hablan inglés?
-Sí- contestó un chico de cabello negro, con una nariz perfecta, cejas remarcadas, sonrisa casual y ojos negros- Yo soy Joseph, ellos son Goran y Marco.
-Mucho gusto- dijo el chico llamado Marco y se levantó para besar la mano de las dos chicas- ¿ustedes son de Inglaterra?
-No- contestó Mirna- En realidad somos alumnas de intercambio de Estados Unidos. Entramos al equipo por coincidencia pero nada mas estaremos esta temporada porque el próximo año regresamos a nuestro país natal.
-¿O sea que esta será la única semana que gocemos de una plática inteligente con una chica?- dijo Joseph.
Mirna y Carolyn se quedaron perplejas.
-¿por qué?- preguntó Carolyn algo confundida.
-Porque todas las chicas de nuestro colegio están huecas de la cabeza. Si quieres hablar con una, empiezan a hablar de cosas que no nos interesan, o de ellas mismas. Yo, en lo personal, prefiero llenarles la boca con goma de mascar. Así por lo menos no hablan- contestó Goran.
A las dos chicas les hizo gracia el comentario así que se quedaron platicando un rato más hasta que Fred y George anunciaron una lucha en el agua. Todos corrieron al lago y las chicas se subieron a los hombros de algún chico para tirarse unas a otras.
El chico llamado Marco se ofreció para ser la pareja de Carolyn y ella, al ver la cara que puso George, aceptó gustosa.
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Mientras tanto en Hogwarts.........
En el Gran Comedor reinaba un silencio absoluto hasta que alguien bostezó, presa del aburrimiento, y exclamó:
-¡Me aburro!
-¡¡Cállate, pinche casco!!- exclamó Iván, el amigo de Diego, sólo para callarlo.
Iván le había puesto de apodo casco a Diego a causa de su nuevo peinado cuadrado. Le causaba gracia a todos menos a Diego, que se indignaba cada vez que alguien le decía así.
-Mira, mendigo Iván, no te permito que me hables así, bastante tengo con tener que soportar tus demás apodos estúpidos, como para seguir aguantándote este. Si no me dejas de decir así, le escribiré una carta a Supervisión de Salem para decirles que ya te quieres regresar a Estados Unidos, y la firmaré con tu reputo nombre- amenazó Casco...perdón, Diego...a Iván.
Iván estaba un poco intimidado por la amenaza de Diego y se encogió hasta parecer un niño de diez años.
-Casco- dijo con una voz muy infantil y Diego se abalanzo para, por lo menos patearle el trasero, pero Iván era muy rápido y lo esquivó justo a tiempo.
Cuando diego se cansó terminó la poca actividad sin aburrimiento del día y todos volvieron a sumirse en coma de aburrimiento.
-yo también me aburro- dijo Kyle.
-Sí, tienes razón- apoyó Michael a Kyle- ¿Por qué de pronto cuando se van algunos, ya nadie hace nada?- preguntó Michael con curiosidad a Ginny.
-Todo se remonta a los tiempos en que Fred y George entraron al primer grado aquí en Hogwarts- comenzó ella- Hasta ese entonces solo había habido un grupo de alborotadores capaz de armar una fiesta en menos de siete minutos. Todo un récord. Pero ellos se habían graduado hacía mucho tiempo así que desde que ellos pusieron un pie fuera del castillo hasta que los gemelos pusieron uno dentro, se había vivido una temporada tranquila. Nadie creyó que algún día habría otros alborotadores como los llamados merodeadores- Ginny hizo una pausa dramática mientras que todos los que estaban a su alrededor escuchaban atentos y la animaban a seguir-Bueno, llegaron los gemelos y por los primeros días supieron algo acerca de los merodeadores así que ellos tratan de superarlos. Muchos dicen que eso es imposible, pero yo creo que si lo lograrán.
-Eso suena genial- comentó Frederick.
Se fueron a la cama sabiendo que el día siguiente sería igual de aburrido que ese.
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Ya eran pasadas las doce de la noche y los chicos seguían a la orilla del lago, todavía con bañador. Habían encendido una fogata y encendieron una grabadora para escuchar música. Algunas parejas estaban bailando una canción lenta. Habían tomado mucho alcohol pero todavía estaban medio-concientes de lo que pasaba a su alrededor.
Hacía ya varias horas que Remus estaba en la cabaña de Tonks y las luces ya estaban apagadas. Bill había conocido a una joven de Croacia con la que se la estaba pasando en grande y se habían unido a la gran celebración de los chicos.
En ese momento Mirna estaba bailando con Fred una canción lenta. Ella había recargado la cabeza en el hombro de él. Fred la estaba abrazando por la cintura y sólo daban vueltas lentas. Los que estaban sentados en torno a la fogata estaban todavía tomando cerveza y vodka.
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Carolyn abrió los ojos y como el sol le lastimaba los volvió a cerrar. Notaba que estaba acostada en algo duro; era una superficie fría, a pesar que hacía mucho calor. Volvió a abrir los ojos y se cubrió de aquel destello de luz radiante con sus dos manos. Se sentó con dificultad. Le dolía todo el cuerpo, pero lo que más le dolía era la cabeza.
Oh, no, me emborraché de nuevo. Y juré que no lo volvería a hacer durante los próximos...no recuerdo...haber...1, 2, 3,4,...sí creo que era durante las próximas cuatro semanas... ¿y cuántas han pasado?...................ahora no estoy de humor para contar...pero creo que ya se cumplió esa fecha.................................Demonios
Volteó hacia un lado bruscamente y vio que estaba en la orilla del lago con otros 28 chicos. Todos estaban tirados y desparramados por el suelo, algunos todavía tenían la botella de alcohol en la mano, ya medio vacía. Al parecer ya eran las ocho de la mañana. Algunos ya se estaban despertando como Carolyn, aturdidos y con mucho dolor de cabeza, nauseas, sed y ojos rojos.
Carolyn se incorporó rápidamente con el pensamiento de que los encargados del grupo los reprendieran pero se calmó después de ver que hasta Bill había participado en la fiesta porque estaba tirado, con la boca medio abierta, los ojos rojos y masajeándose la cabeza con ambas manos. Caminó con paso inseguro y tambaleándose hacia su cabaña donde por fin pudo recostarse en algo blando. Se quedó dormida de nuevo en cuanto su cabeza tocó la superficie de su suave almohada.
Mirna entró en la cabaña tambaleándose, con los ojos cerrados y masajeándose la cabeza en una mano mientras que con la otra tanteaba el camino. Estuvo a punto de tropezar con una mesa y volcar tres veces la misma silla hasta que por fin llegó a su cama y se recostó.
Apenas se había acomodado para dormir cuando empezó a sonar una estridente trompeta por todo el claro.
Como si estuvieran programados para eso, todos los estudiantes que estaban en el lago o dentro de sus cabañas se taparon los oídos al mismo tiempo porque ese sonido parecía el grito de una banshee.
-Oh, Dios mío. ¡¡¡Mis oídos!!!- exclamaban algunos.
-Quieten ese infernal sínodo- decían otros.
Mirna abrió los ojos con las pupilas dilatadas y se sentó en su cama. Carolyn también se había levantado y tenía los ojos fuertemente cerrados. El sonido seguía. Carolyn abrió un ojo para ver a Mirna.
El sonido cesó el tiempo suficiente para que al mismo tiempo todos los chicos empezaran a echar madres pero de pronto se oyó una voz atronadora que parecía estar amplificada diez veces.
-¡¡Buenos días a todos!! Les aviso que tienen que asistir a una junta con los representantes de su equipo dentro de 5 minutos en el campo de quidditch del claro de al lado- dijo la voz de Tonks con estridencia.
Cinco minutos después todos estaban congregados en el campo de quidditch, alrededor de Remus, Bill, Tonks, y los otros tres representantes de Durmstrang.
-Muy bien, el propósito de esta junta es darles a conocer los horarios y las fechas de determinadas actividades dentro de esta semana- dijo una de las encargadas de Durmstrang con la que Bill se la había pasado en grande la noche anterior.
-En primer lugar- dijo Remus sacando un pergamino de su túnica, extendiéndolo y comenzando a leer- hoy a las 14 horas habrá entrenamiento de quidditch del equipo de Hogwarts, a las 15 horas nos reuniremos en el comedor para que coman algo, a las 16 horas habrá entrenamiento de quidditch del equipo de Durmstrang, a las 18 horas hay una caminata por el bosque, a las 22 horas estaremos de regreso. Es mejor que se vayan a dar una ducha, descansen y se preparen para los entrenamientos y la caminata.
Todos se fueron con los hombros caídos a sus respectivas cabañas, se ducharon y los de Hogwarts a las dos menos diez se pusieron su uniforme de quidditch, tomaron sus escobas y fueron hacia el campo. Ahí los esperaba Oliver con muchos ánimos.
-Esta es nuestra oportunidad de brillar, les enseñaremos que se necesitan más que chicos de Rusia, Croacia, Alemania, entre otros y un niño mimado y famoso para ganarnos.
Salieron de los vestidores y montaron en sus escobas. Salieron disparados hacia las alturas y fue ahí donde Mirna se dio cuenta de que tenían compañía.
-Oh, hay un pequeño detalle. Se les está permitido a los del equipo contrario asistir a nuestros entrenamientos solo para ver nuestras tácticas- dijo Oliver al ver la cara de confusión de Alicia.
En las gradas estaban sentados los chicos con los que Mirna y Carolyn habían hablado la noche anterior en el lago, junto con Viktor Krum y cuatro chicas, todas rubias, con ojos verdes o azules, con una mueca en la cara como si tuvieran mierda debajo de la nariz.
-Como que huele a algo podrido, ¿no Paige?- dijo una de ellas en voz muy alta para que todos la escucharan.
- Creo que son los inútiles de Hogwarts- le contestó su amiga con malicia.
Carolyn se sublevó y le dijo en voz alta a Mirna:
-Pues yo creo que alguien recibirá una buena paliza si sigue hablando.
Mirna rió disimuladamente y siguió con su entrenamiento sin hacer caso de las huecas de Durmstrang. En una de esas Carolyn lanzó una bludger a propósito a las gradas en las que las rubias estaban hablando de los zapatos que estaban de moda por esas fechas. Ellas salieron despavoridas para huir de la bludger pero Marco no tuvo tiempo de correr así que la rebelde pelota le dio de lleno en la cabeza y calló inconsciente.
Carolyn estaba horrorizada por lo que había hecho y de inmediato bajó en picada para ver el estado del chico. Él estaba tendido en el suelo de la tribuna y Carolyn llegó hasta él antes que una chica rubia que parecía ser su novia.
-Oh, Dios mío. ¡¡Asesinaste a Marco!!- le gritó la chica de ojos verdes a Carolyn con un dedo acusador.
-Ay, Reina. Mi verdadera intención no era darle a él, sino a ti. Tú te quitaste del camino, dejando a Marco en la trayectoria de la bludger, así que técnicamente fue tu culpa- dijo calmadamente Carolyn mientras se acercaban los demás para ver lo sucedido. La chica rubia se quedó como reflexionando lo que Carolyn había dicho pero pareció no entenderlo así que desistió.
Llevaron el cuerpo de Marco hasta la cabaña de Carolyn (la cuál ofreció sin pensárselo dos veces para alojarlo mientras despertaba, según ella, porque era la culpable) y lo tendieron en la cama de la chica.
Después de una hora de estar inconsciente, por fin Marco despertó.
-¿qué pasó?- preguntó levantándose de la cama y mirando a todos lados sin poder enfocar algo completamente.
-Oh, ya despertaste- dijo una voz con alegría. Carolyn se acercó a su cama y evaluó el aspecto del chico- Por accidente una bludger te golpeó en la cabeza así que quedaste inconsciente por más o menos una hora.
Al cabo de unos minutos salieron los dos de la cabaña y él dijo que estaba bien de nuevo así que se fue a sus entrenamientos de quidditch sin comer porque se había perdido la comida.
Después de los entrenamientos de ambos equipos todos se prepararon para la caminata por el bosque. Mirna echó en su mochila una linterna, unos walkie tolkies, una bolsa llena de chucherías, algo de comida, un suéter, golosinas, bombas fétidas, entre un sin fin de artículos de broma que Fred y George le habían dado.
Mirna salió de la cabaña junto con Carolyn. El cielo ese día estaba oscuro y tenebroso, había tantas nubes que no se veía la luna llena que había ese día y había señales de que iba a llover. Justo el tipo de clima que les gustaba a ambas chicas.
Un rugido desgarró el cielo cuando el primer trueno se apareció en el cielo. Mirna se estremeció y echó a andar hacia el linde del bosque prohibido, donde estaban muchos chicos y chicas esperando a que les dieran instrucciones.
-Hola- saludo a Fred y a George con un beso a cada uno- Hace un clima estupendo ¿no?
Los gemelos la miraron extrañados.
-Si tú lo dices- admitieron sin darle importancia.
Para sorpresa de algunos esta vez Remus no los iba a acompañar, según Tonks, por un dolor de muela. Era la excusa más patética que los gemelos, Mirna y Carolyn hubieran escuchado. Emprendieron la marcha detrás de Tonks por un camino angosto en el que se tenía que hacer una sola fila para poder pasar por en medio de los arbustos sin ser herido por las espinas.
No se oía ni un solo ruido en el bosque, salvo sus pisadas en las hojas muertas y secas. Casi todos se habían vestido con pantalones gruesos, sudaderas y botas para poder aguantar la caminata que duraría 4 horas, todos excepto las cuatro chicas que acompañaban a Viktor, Joseph, Goran y Marco. Ellas iban vestidas muy primaverales, con faldas cortas de mezclilla, ombligueras y zapatillas de tacón de vértigo.
Mirna y Carolyn iban burlándose de su aspecto cuando llegaron al primer claro porque había ramitas atoradas por todo su cabello, también tenían varios rasguños en las piernas, brazos y cara, y por si fuera poco ya no aguantaban los tacones.
-Es por eso que les dijimos que se vistieran con propiedad- les dijo Tonks cuando se tuvieron que parar a descansar por enzima vez a causa de sus quejidos- tengo una idea. Ustedes se pueden quedar aquí y cuando volvamos de la caminata pasamos por ustedes, así no se cansarán y no atrasarán al grupo.
Las cuatro chicas aceptaron al instante sin sospechar que eso les saldría caro. De nuevo emprendieron el viaje pero a Fred y a George se les había ocurrido algo.
-¿Qué tal si nos separamos del grupo y rondamos un poco por el bosque?- preguntó Fred en un susurro a las dos chicas.
Ellas solo asintieron y se fueron quedando rezagados hasta que perdieron de vista al resto de los muchachos.
Se salieron del camino y caminaron por unos minutos hasta que oyeron un espeluznante aullido que parecía de lobo. Mirna se aferró a Fred y empezó a temblar.
-¿Son coyotes?- preguntó Carolyn con temor mientras se acercaba inconscientemente a George.
-No, aquí no hay coyotes. Tal vez lobos- dijo George y empezó a rebuscar en su mochila una lámpara de mano.
Oyeron el ruido de unas pisadas que se acercaban rápidamente por detrás de ellos. Los arbustos que había a sus espaldas se movieron violentamente. Todos voltearon simultáneamente a ver y George iluminó la zona con la lámpara. No había nada ni nadie.
Mirna se aferró más fuerte al brazo derecho de Fred y Carolyn al izquierdo. George estaba delante de los tres.
-Tenemos que movernos rápido- dijo de pronto George- Sea lo que sea esa cosa ya nos tiene en la mira.
Un gruñido se oyó a sus espaldas y los cuatro tuvieron tanto miedo que ni siquiera se quedaron a investigar, en lugar de eso corrieron echaron a correr mientras oían las ligeras pisadas detrás de ellos, entonces se oyó otro aullido.
Fred vio un tronco viejo en el camino y jaló a Mirna afuera del sendero para que se ocultaran en un hueco. Fred no pudo avisarle a su gemelo, que aún corría con Carolyn y se perdieron de vista. De pronto todo fue silencio. Mirna no se atrevía ni a respirar. Fred la atrajo hacía sí y se asomó apenas unos centímetros por la rendija del árbol. No se veía nada excepto vegetación.
Empezaba a hacer frío y Mirna podía ver su respiración en el aire como una nube de vapor. De pronto se vio un ojo grande con la pupila de lobo asomado por la rendija. Fred se hizo para atrás justo a tiempo y se escondió con Mirna en las penumbras. El ojo desapareció de ahí al cabo de unos segundos y se oyeron más pisadas que anunciaban la partida de aquella criatura.
-¿qué era eso?- preguntó Mirna con la voz quebrada- Eso que nos seguía.
-Creo que era un hombre lobo- dijo Fred abrazándola más fuerte.
-¿Y Carolyn?- preguntó ella asustada mientras las lágrimas se avecinaban en sus ojos- ¿Qué pasó con ella y George?
-No te preocupes, si está con mi hermano él no dejará que nada le pase. Ella está segura a su lado como tú lo estás al mío.
Mirna trató de calmarse un poco antes de salir con Fred para buscar al gemelo de éste y a la amiga de ella. Cuando salieron Mirna llevaba en la mano izquierda la linterna y en la derecha su varita.
-¿No dijeron que no podíamos traer varitas a la caminata?- preguntó Fred con una sonrisa.
-Esto podría salvarnos la vida, aunque no sé muchos hechizos defensivos así que saca la tuya. No me mires así Fred, sé muy bien que tú también trajiste la tuya.
Fred sacó su varita del bolsillo trasero de su pantalón y la alzó.
-Muy bien. Ahora vamos a buscarlos y si aquella cosa regresa prométeme que correrás sin mirar atrás ni una sola vez- dijo Fred en tono serio.
-¿pero qué pasará contigo?- preguntó Mirna con temor.
-No te preocupes por mí. Me las arreglaré. Pero prométeme que te salvarás.
-Pero...
-¡Promételo!
-Está bien, lo prometo.
Fred la abrazó brevemente y se pusieron a caminar uno al lado del otro con las varitas en ristre.
-¡¡¡AGHHHH!!!- los dos se voltearon a ver al oír un grito desgarrador que venía de alguna parte cercana del bosque.
-Vamos- susurró Fred a Mirna y los dos apresuraron el paso...
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-Creo que lo perdimos- dijo Carolyn con voz ahogada cuando ella y George se detuvieron a recuperar el aliento y no oían más las pisadas.
-Sí, creo que sí- corroboró George- ¿Puedes creerlo? Era un hombre lobo.
-No, de hecho pensaba que era una ardilla voladora- respondió ella con ironía.
-jaja, muy graciosa- dijo George con sarcasmo- Creo que deberíamos tratar de hallar el camino de vuelta.
Empezaron a caminar hasta que repararon en algo.
-¿Dónde están Mirna y Fred?- preguntó Carolyn mirando hacia atrás.
-Creí que venían detrás de nosotros- dijo George confundido.
Se miraron perplejos y acordaron buscarlos pero sin gritar su nombre por si el hombre lobo los encontraba primero. Caminaron por varios minutos hasta que oyeron un grito que desgarraba la espesura de la noche. Carolyn se paralizó de miedo, se le erizó el cabello de la nuca y la recorrió un escalofrío.
-¿Qué fue eso?- preguntó ella mientras se aferraba al brazo izquierdo de George hasta tal punto que él no sentía los dedos.
-Carolyn, me has cortado la circulación del brazo y ya no siento mi mano- dijo él con voz entrecortada y ella lo soltó.
-Perdón- dijo ella apenada.
Siguieron caminando hasta donde oyeron el grito y de pronto se encontraron de frente con dos personas.
-¡Qué alivio!- exclamó Mirna y abrazó a Carolyn y luego a George- ¿eras tú la que gritaba, Carolyn?
-No, acabamos de llegar porque íbamos a ver quién había gritado.
Cuando Fred miró a su alrededor notó que ya estaban de vuelta en el camino otra vez.
-Miren, ya podemos regresar al campamento- dijo George con alegría cuando él también se dio cuenta.
Echaron a andar hasta que a lo lejos distinguieron la luz de una fogata. Aliviados apresuraron la marcha hasta entrar en el claro de donde habían salido. Miraron hacia el centro y encontraron ahí a todos, maestros, encargados y alumnos.
Cuando los vieron llegar casi todos alzaron la mirada y un gran alivio se reflejó en ella. Aunque Tonks los miraba además con enojo.
-¿Porqué se separaron del grupo?- preguntó enojada justo cuando llegaron al centro- Les pudo haber pasado algo grave.
Después de reprenderlos un poco ella se calmó y fue cuando uno de ellos hizo una pregunta que ella no supo contestar.
-¿Hay hombres lobo en este bosque, Tonks?- quiso saber Fred.
Ella palideció al instante y hasta pareció que su cabello se tornaba de ser color rosa chicle a color rosa pastel.
-¿P-porqué?
-Porque nos encontramos con uno- esta vez dijo George.
Todos los presentes soltaron un grito ahogado y algunas chicas se taparon la boca con las manos.
-¿se encontraron con un hombre lobo, de verdad?- preguntó Katie mientras se acercaba y le tocaba sensualmente el antebrazo a Fred y cuando ella lo trató de abrazar para consolarlo él se apartó inmediatamente.
-Sí, nos persiguió por unos minutos hasta que lo perdimos de vista.
-¿qué más?- preguntaba la multitud mientras cerraban más el círculo alrededor de los cuatro.
Mirna fue la que siguió narrando:
-Estábamos corriendo cuando nos separamos, Fred me jaló hacia un tronco hueco y George siguió corriendo con Carolyn. Cuando nosotros dos estábamos en el hueco el lobo se acercó a ver y luego se fue, entonces salimos y empezamos a buscar a Carolyn y George...
Carolyn siguió diciendo:
-nosotros dos nos detuvimos en un pequeño claro al dejar de escuchar las pisadas y de pronto un grito desgarró el aire. Yo pensé que habían atacado a alguien así que...
Era el turno de George:
-Seguimos la fuente del ruido para ayudar a quien fuera que había emitido el grito pero no lo encontramos. En su lugar encontramos otra vez a Mirna y a Fred...
Fred tomó el protagonismo:
-Mirna y yo también oímos ese grito y lo seguimos y nos topamos de frente con Carolyn y George. Cuando los hayamos Mirna le preguntó a Carolyn que si ella era la que había gritado pero ella le dijo que no. Cuando miré a nuestro alrededor noté que estábamos de vuelta en el camino...
George fue el que terminó diciendo:
-Lo seguimos de regreso hasta llegar aquí y ahora estamos narrando lo que nos pasó.
Cuando terminaron de narrar su interesante historia la mayoría de los estudiantes estaban aterrorizados.
-Por cierto, ¿quién gritaba?- preguntó Mirna
-Yo- contestó una voz. Todos miraron alrededor y sus miradas se clavaron en una de las rubias- Es que me pareció escuchar un gruñido detrás de un arbusto así que grité y corrí de regreso al campamento.
Cuando Tonks los mandó a dormir todos seguían comentando acerca del incidente.
Mirna ya estaba acostada en su cama medio dormida cuando escuchó un ruido afuera. Se incorporó rápidamente sacó una linterna pequeña, se puso sus tenis y una chamarra y salió sin hacer ruido. Recorrió el sendero entre las cabañas hasta llegar al linde del bosque. Se escondió detrás de un arbusto y esperó.
El cielo estaba igual de nublado que la noche anterior y como era el alba había mucha neblina por todos lados que apenas y podía ver lo que había unos cuantos metros enfrente.
Ella vio a Tonks correr hasta el bosque y minutos después llegar con Remus recargado en su hombro. Él parecía muy débil y exhausto. Mirna sospechó algo acerca del incidente de hacía unas horas, talvez...no, no podía ser cierto. Meneó la cabeza como ahuyentando sus sospechas y regresó a su cabaña. Volvió a acostarse y se quedó dormida.
Al día siguiente Mirna se despertó preguntándose si la escena que había visto de Remus saliendo del bosque prohibido no había sido parte de su sueño. Decidió dejarlo a un lado hasta averiguarlo y mejor se dirigió al comedor para desayunar.
Adentro de la cabaña del comedor ya estaba Carolyn desayunando.
-El itinerario de hoy- anunció Bill pasando por la larga mesa y repartiendo unas hojas.
-Vamos a ver, ¿qué tenemos para hoy?- dijo Carolyn mientras lo revisaba.
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Durante el transcurso de la semana los chicos y chicas se conocieron mucho mejor y trabaron amistad con los de Durmstrang así que el día del partido ya se conocían bastante como para estar tranquilos para jugar.
Carolyn y Mirna estaban en los vestidores escuchando las últimas indicaciones de Oliver.
-Muy bien. Hoy hay una tormenta pero no nos asustamos por un poquito de lluvia. Recuerden: esta es nuestra oportunidad de vencer al mejor equipo de la liga estudiantil y si ganamos pasaremos a la historia. Buscadores recuerden: Draco, tú eres el titular, después de una hora de partido se turnarán y Cedric tomará tu lugar. Cazadores: en la primera hora entrarán Katie, Angelina y Roger; en la segunda hora, Alicia, Padma y Marcus. Golpeadores, ya saben, los gemelos entran primero y luego Carolyn y Mirna. Y Ron: tú entras en la segunda hora. ¿Todos listos?
-Sí- contestaron al uníoslo con mucho entusiasmo.
-Todos al centro.
Todos se juntaron en el centro del vestidor, alrededor de Oliver y pusieron sus manos sobre la suya.
-¡A ganar!
Gritaron de emoción y se separaron.
-Es hora.
Tomaron sus escobas, bates, guantes y lentes oscuros (para conservar el estilo) y salieron de los vestidores. Inmediatamente el murmullo que oían en los vestidores se incrementó hasta sonar como un gran rugido de emoción por parte de los espectadores. Se oían gritos, silbidos y vítores.
La adrenalina que sentían se convirtió en euforia al ver a tantas personas reunidas. Frente a ellos se acercaban los jugadores de Durmstrang con sus túnicas azules con blanco.
Mirna, Carolyn y los que iban a entrar en la segunda hora se fueron a sentar a unas gradas reservadas para ellos. Las demás gradas eran un mar de colores y caras. La mitad del estadio estaba lleno de los partidarios del equipo de Durmstrang y la otra mitad de Hogwarts.
Oliver, Draco, Katie, Angelina, Roger, Fred y George estaban en el centro del campo con sus escobas en mano junto con los siete del otro equipo y el árbitro.
El rugido de la multitud apenas dejó escuchar el sonido de un silbato que anunció el inicio del partido. Catorce escobas se elevaron en el aire...
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¿Les gustó? Espero que sí. El partido se pone interesantísimo y me encató cómo quedó.
Si quieren dejen reviews. Si no quieren jódanse.Holis!!!!!!! ¿Qué tal están? espero que bien. Mi fanfict está a punto de acabar y a que no se imaginan cómo termina!!
Bueno se acaba en el prox capítulo. Sé que está muy corta pero a mi en lo personal no me gustan las que tienen más de 15 capítulos, me terminan por aburrir. Me gustan las cortas, de unos 7 o 10 capítulos porque me entretengo.
Bueno ya no los entretengo más, mejor lean!!!!!
Capítulo 11: El inicio del verano está cada vez más cerca
Catorce escobas se elevaron en el aire. Los guardianes volaron hasta los postes de gol, los buscadores se fueron hasta la parte más elevada, los cazadores se apresuraron a recuperar la pelota y los golpeadores embistieron a las bludgers.
Los jugadores volaban tan rápido que solo se veían manchas rojas o azules de un lado a otro del campo. De la emoción Mirna ni se dio cuenta de quién era el comentarista hasta que volteó a ver las gradas principales donde estaba Lee Jordan y otro chico que parecía de Bulgaria. Mientras que Lee narraba el partido en español el otro chico lo narraba en búlgaro.
Aún así los gritos de la multitud no dejaban escuchar ni una sola palabra de parte de los comentaristas. Mirna veía con emoción y un poco de nervios cómo se desarrollaba el juego. Apenas 10 minutos después de que comenzara Hogwarts ya había anotado 15 tantos, mientras que Durmstrang había anotado 12. Los golpeadores jugaban con tal destreza que era casi imposible que los derribaran o golpearan las bludgers.
Fred y George embestían al que tuviera en su poder a la quaffle y casi nunca fallaban. Katie, Angelina y Roger parecía que se leían el pensamiento porque se pasaban la quaffle sin mirarse y como si supieran exactamente dónde estaría su compañero en el segundo siguiente.
Mirna y Carolyn gritaban tanto que casi se quedaban afónicas. Todos los espectadores gritaban tanto que ni siquiera podían oírse a sí mismos. Mirna nunca había presenciado un partido tan parejo. Mientras los de Hogwarts tenían velocidad y tácticas, los de Durmstrang tenían técnica e ingenio.
Para cuando se turnaron los jugadores al cabo de una hora ya iban 420 a 400, a favor de Hogwarts. Era la hora. Mirna temblaba de pies a cabeza, no sólo por los nervios, sino por la emoción. Salió de los vestidores y una lluvia de vítores cayó sobre ella. Inmediatamente subió a su escoba y se elevó junto con Carolyn.
Todos los jugadores se elevaron al mismo tiempo y reanudaron al juego. Ron voló hacia los aros de gol, Cedric empezó a buscar la snitch, Alicia, Padma y Marcus se apresuraron a quitarles la quaffle a los del equipo contrario y Mirna y Carolyn les lanzaron las bludgers al buscador y a un cazador de Durmstrang. La que Mirna le lanzó al buscador falló por poco porque él dio una pirueta para esquivarla, pero la que Carolyn le lanzó a Marco le dio de lleno en el estómago y lo derribó de la escoba, lo bueno fue que estaba a tan solo un metro del suelo y se incorporó inmediatamente.
-Buena lanzada, Carolyn- la felicitó Mirna con una sonrisa.
-Gracias- contestó ella.
De repente una bludger lanzada por Marco como venganza le dio a Carolyn, tirándola de la escoba. Ella estaba a más de veinte metros de altura. La multitud soltó un grito ahogado al mismo tiempo.
La escena pasó en cámara lenta. Cedric y Viktor Krum volaban con el brazo estirado en dirección de la snitch, Marco se había quedado paralizado viendo cómo Carolyn caía, Ron estaba parando un tanto espectacularmente, los espectadores se cubrían la boca con las manos, George veía horrorizado la caída.
Viktor Krum desvió la mirada de la snitch y vio a Carolyn cayendo a toda velocidad del otro estremo del campo, se detuvo en seco y aceleró hacia donde estaba ella. Carolyn ya estaba a diez metros del suelo y Viktor todavía no llegaba. Aceleró más pegándose a su escoba. Cuando Carolyn estaba a tan solo tres metros del suelo Viktor la atrapó en el aire.
La multitud soltó un suspiro de alivio cuando Viktor retomó el vuelo con Carolyn en brazos. Cedric atrapó la snitch dos segundos después ya que no estaba Viktor para impedírselo. Carolyn estaba inconsciente en los brazos de Viktor así que cuando sonó el silbatazo que anunciaba el fin del partido descendió al suelo y la dejó ahí suavemente.
La porra de Hogwarts y Salem gritaba de emoción. Habían ganado. Todos los jugadores de los dos equipos se dieron la mano y algunos hasta se abrazaron. Era un ambiente de euforia.
Mirna bajó de su escoba como pudo y se abrió paso hasta donde Viktor estaba con Carolyn.
-¿qué ha pasado? ¿Está bien?- preguntó George que también se había abierto paso hasta Carolyn.
Viktor tenía a Carolyn recostada en el suelo con la cabeza en una de sus rodillas y trataba de despertarla. George parecía al borde de un paro cardiaco o una crisis nerviosa.
Un medimago llegó a donde Carolyn descansaba e hizo aparecer una camilla para llevársela. Por un momento nadie dijo nada hasta que Mirna reaccionó y eufórica gritó:
-¡¡¡GANAMOS, FRED!!!
Mirna lo abrazó tan fuerte que le sacó el aire. Pasó ambos brazos alrededor del cuello de él y lo besó. Cuando se separaron lo volvió a abrazar y George los abrazó a ambos mientras el resto del equipo se les reunía alrededor.
-¡¡¡¡¡GANAMOS, GANAMOS, GANAMOS!!!!!
El equipo entero estaba eufórico. Levantaron a Cedric en brazos mientras él les mostraba la rebelde snitch que tenía en la mano.
Toda la multitud saltó al estadio para abrazar a los ganadores. Los de Durmstrang se veían algo decepcionados pero aún así vitorearon a Viktor por salvar a Carolyn al impedir la caída en la que seguramente se hubiera hecho mucho daño.
Mirna no cabía de felicidad y abrazó a gente que ni conocía. Alrededor de ella había muchas personas. Sintió a alguien que la abrazaba desde atrás y volteó a ver a Fred.
-Vamos a ver a Carolyn- propuso George mientras se acercaba.
Los tres dejaron al campo y fueron hacia una tienda que había con el emblema de San Mugo. Se metieron y preguntaron por Carolyn. Ella estaba echada en una camilla y ya estaba despierta.
Cuando Mirna llegó al borde de su cama ella empezó a moverse con nerviosismo.
-¿por cuánto perdimos? Lo siento. Siento haber arruinado el partido. ¿Qué pasó? ¿Por qué caí?- preguntó a una velocidad impresionante.
Mirna sonrió. De pronto se le vino a la cabeza una idea. Puso cara de sufrimiento y dijo.
-¡Perdimos, Carolyn! Perdimos vilmente!!!!!!
-No puede ser- dijo Carolyn con horror- ¿Perdimos? Oh, dios mío. Todo por mi culpa.
Fred y ella se miraron a los ojos y soltaron una carcajada. Carolyn frunció el entrecejo y miró a Mirna con cara de pocos amigos.
-¡¡¡Ganamos!!!- exclamó Mirna al tiempo que abrazaba de nuevo a Fred y los dos empezaban a saltar con emoción.
-¡¿Qué?!- preguntó Carolyn sin podérselo creer.
Se levantó de la cama y abrazó a Mirna, luego a Fred y cuando era el turno de George sólo le dio la mano en señal de apreció. Él esperaba tener un abrazo y se quedó muy decepcionado al ver la mano de Carolyn tendida ante él y no tuvo más remedio que tomarla.
Salieron de la tienda. El campo ya se estaba vaciando. Ya casi no había espectadores porque todos se estaban encaminando hacia el tren en el que habían llegado.
-Vamos- dijo George.
Fueron hacia un andén, donde todos estaban parados y esperando su turno para entrar en el tren.
-esperen- dijo de pronto Carolyn parándose en seco- ahora vengo, tengo que hacer algo.
Carolyn se alejó hacia el mar de alumnos de Durmstrang y abrazó sorpresivamente a Viktor Krum antes de darle las gracias por salvarla. Él se quedó confundido pero feliz.
Regresó a un lado de los gemelos y Mirna y los cuatro se fueron juntos al tren. Por fin de regreso a sus vidas normales. El transcurso se pasó entre un millón de chicos que felicitaron a los jugadores por su victoria. Mirna y Carolyn estaban muy felices.
-¿Sabes? Ya extraño mi casa- dijo repentinamente Mirna mirando por la ventana con melancolía después de que saliera un grupo de chicos de sus compartimiento después de felicitarlos- Extraño hasta la escuela ¿puedes creerlo?
-Sí, me pasa lo mismo- contestó Carolyn reflexionando un poco- Me pregunto si algo habrá cambiado para cuando volvamos.
-Espero que no.
Los pensamientos de Mirna volaron hasta su hogar, su barrio. Ella solía vivir en una casa a las afueras de Nueva York, no en el centro. Le gustaba la tranquilidad del barrio, no el ruido de la cuidad. Aún así siempre salía a pasear con sus amigos y amigas al centro. Carolyn, por otra parte, vivía justo en el centro de la cuidad, entre el bullicio de la gente, en un departamento desde el cuál se podían ver los monumentales rascacielos.
Llegaron al colegio en lo que le pareció a Mirna un corto trayecto. Estaba sumamente cansada por tanta agitación en un solo día, lo único que quería era darse una larga ducha y dormirse.
Cuando llegaron a la sala común de Gryffindor le pareció que no había estado ahí desde hacía mucho tiempo. Sin decir una palabra subió a su dormitorio.
-Es extraño- comentó Mirna mientras tomaba su ropa para bañarse.
Carolyn estaba doblando su ropa para volverla a guardar.
-¿Qué es extraño?- preguntó Carolyn sin poner mucha atención.
-Que me muero de ganas de volver a casa, pero también me quiero quedar. Me refiero a que allá está mi familia, mis recuerdos, mi pasado, mi escuela. Pero aquí está Fred, el colegio, nuevos amigos, más memorias.
-Estoy segura de que extrañarás a Fred, ¿no?- dijo Carolyn sentándose en su cama.
-Demasiado- contestó Mirna metiéndose al baño.
Salió treinta minutos después con un pijama puesto y empezó a secarse el cabello mientras lo cepillaba cuidadosamente.
-Pienso que este intercambio es una de las mejores cosas que nos ha pasado- dijo Mirna antes de acostarse en su cama.
-Sí, hay que aprovechar el tiempo que nos queda aquí- contestó Carolyn también deshaciendo su cama para dormirse.
Apenas la cabeza de Mirna tocó su almohada se quedó profundamente dormida. Ya habría tiempo para pensar, tiempo para volver, tiempo para disfrutar...
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La noticia de que habían ganado el partido contra Durmstrang se propagó rápidamente por todo el mundo mágico. Las familias de los jugadores les enviaron felicitaciones y regalos. En El Profeta publicaron la crónica del partido y entrevistas con los jugadores.
-Mira, mis padres me enviaron otro abrigo. Una pensaría que está helando- dijo un día Carolyn desenvolviendo un gran abrigo de color beige de una caja.
Ya estaban en junio y el calor era inaguantable. Para las clases ya no se ponían capas porque el negro atraía el calor. Iban de clase en clase con las camisas cada vez más desabrochadas conforme el verano hacía su aparición. Todas las tardes Carolyn, Mirna, Fred y George iban al lago a refrescarse.
Las clases se hacían cada vez más tediosas y los estudiantes se ponían de mal humor al no poder ir afuera a recibir la fresca brisa.
Sólo había una clase que todos disfrutaban: Astrología. Porque daba la oportunidad de recibir fresco aire sin acabar en la enfermería con quemaduras de primer grado por el contacto con el ardiente sol. Además daba una vista estupenda desde la torre. Lo malo era que sólo tenían Astrología una vez por semana.
Los días pasaban y Mirna se estaba preocupando. Faltaba un mes para decir Adiós. Trataba de pasar el mayor tiempo posible junto a Fred pero su subconsciente le decía que se fuera alejando poco a poco de él para que no resintiera tanto la despedida.
-¿me extrañarás cuando te vallas?- le preguntó Fred un día que estaban acostados debajo de la sombra de un árbol mientras George y Carolyn se estaban tratando de ahogar en el lago.
Mirna se quedó sacada de onda. No esperaba que Fred le preguntara eso. Ella esperaba que el día se alargara. Pero parecía que entre más deseara alargar el plazo los días se iban haciendo más cortos cada vez.
-Claro que te extrañaré. Y tú... ¿me vas a escribir seguido?- dijo Mirna besándolo y luego abrazándolo.
-Mmm. Eso depende- dijo Fred.
Mirna se incorporó y lo miró con reproche.
-Todos los días- dijo Fred tranquilizándola y abrazándola por la cintura para volverla a acostar.
Carolyn y George regresaron escurriendo de agua.
-Ya, par de tórtolos. Hay que regresar al castillo- dijo Carolyn mientras se escurría el cabello y tomaba sus cosas.
Fred y Mirna se levantaron y siguieron a Carolyn y George al castillo sin dejar de abrazarse. Llegaron a la Sala Común que estaba llena de gente y Carolyn y George subieron a su respectivo dormitorio para cambiarse la ropa por otra seca.
Mirna se sentó en un sillón muy mullido y se recargó en el respaldo. Miró alrededor, a todo lo que dejaría dentro de unas semanas. Le dio tristeza saber que nunca se volvería a sentar en aquel lugar, nunca volvería a calentarse junto a aquella chimenea, ni tampoco volvería a comer en el Gran Comedor, ni pasear por los terrenos.
Fred se sentó junto a ella.
-¿Qué tal si mañana nos olvidamos de las clases y vamos a Hogsmeade?- dijo cuando se sentó- ¿Mirna, qué tienes?- preguntó al ver su cara.
Ella tenía los ojos llenos de lágrimas. Sin contestarle lo abrazó con suavidad. Él la apretó contra sí.
-No te preocupes. Tenemos todavía tiempo para pasarla bien juntos- le dijo Fred adivinando su tristeza.
Mirna le agradeció con la mirada y lo abrazó más fuerte. No quería separarse de él nunca. Pero tenía que hacerlo. Tenía que regresar a su casa. Quedaba tan poco tiempo.
Carolyn bajó de nuevo a la sala con ropa seca y unos segundos después bajó George. Pero cuando George se sentó a su lado ella se levantó como intentando no estar cerca de él y se fue a sentar con su novio Frederick al que tenía muy abandonado últimamente. Ya casi no pasaban tiempo juntos porque Carolyn se la pasaba con Mirna, Fred y obligatoriamente con George.
Frederick se ponía muy irritado cuando veía juntos a los cuatro y trataba de colarse con ellos. Sólo que Fred y George sabían cómo hacer para perderlo de vista. Así Frederick se irritaba aún más. A George también le irritaba que fuera tan posesivo con Carolyn y al parecer a ella también le molestaba.
Continuamente se quejaba con Mirna sobre esto. Mirna ya estaba cansada de decirle que terminara con él de una vez por todas pero ella no se atrevía. A pesar de haber terminado con muchos chicos eso le recordaba a lo que había pasado con Erick.
-Ya supéralo, Carolyn. No pasará igual que con Erick- la trataba de tranquilizar Mirna.
Hasta que un día se atrevió. Cuando Mirna se la encontró en el dormitorio parecía muy feliz.
-¿Qué te pasó?- le preguntó Mirna con curiosidad.
-Por fin terminé con Frederick y creo que él lo entendió muy bien.
A Mirna le dio mala espina. Frederick no era de esas personas que entienden todo muy bien, era muy posesivo y no se daba por vencido. Aunque tal vez él había cambiado. Mirna decidió creer lo mejor de él.
Fred y Mirna no entraron a clases una semana completa para estar juntos el mayor tiempo posible. Cuando estaban en Hogsmeade les encantaba porque no había el acostumbrado bullicio de estudiantes por todos lados.
Ya faltaba medio mes para irse. Oliver por fin le hablaba a Mirna con normalidad después de que ella decidió hablar con él con sinceridad. Ya eran como antes del baile de navidad. Mirna y Carolyn estaban comiendo en el Gran Comedor junto con otros amigos.
-no puedo creer que en dos semanas estaremos de vuelta en estados Unidos- dijo Kyle.
-Dímelo a mí- dijo Mirna sin ánimos.
-Ya, Fred estará bien- dijo Carolyn y siguió comiendo.
-Eso no lo dudo, pero lo que me preocupa es que nunca lo volveré a ver- dijo Mirna levantándose para irse a la torre de Gryffindor.
Caminaba lentamente por los pasillos. Había cambiado de opinión. Ya no tenía ganas de ir a la Sala Común. Sólo quería estar sola. Fue hasta los terrenos y se sentó a un lado del lago, entre la hierba que se movía con el viento. Se recostó boca arriba y miró al cielo.
Las nubes eran escasas y el sol brillaba en todo su esplendor. El viento soplaba muy fuerte y la despeinaba constantemente. Su cabello volaba de un lado a otro. Cerró los ojos disfrutando de la brisa y oyó la voz de alguien.
-¿Qué haces aquí, Mirna?
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Fin del capítulo. está algo chafa pero bueno. Preparense para el final. A que no adivinan quién es la persona que se encontró con Mirna!!!!!!! Lo sabrán en el cap´çitulo final. Es, según yo, muy predecible, pero me guta ser así, aveces.
ByeHola. este es el último capítulo. Prometí que no iba a llorar!!!!!!!! T_T. Les agradesco a todos los que leen mi fanfict. Pero te agradesco especialmente a ti Carolyn, que me ayudaste a escribirla y a ti Lalo que me animaste para publicarlo. Gracias.
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Estufa de pellets
Mirna abrió los ojos y vio la silueta de alguien, pero no lo pudo reconocer porque estaba contra el sol. Se cubrió los ojos con una mano y trató de enfocarlo bien. Era Erick.
-¿Me puedo sentar?- preguntó mirándola a los ojos.
-Claro- respondió Mirna haciéndose a un lado mientras él se sentaba en la hierba.
-Quería saber cómo está Carolyn- dijo poniendo sus codos sobre sus rodillas y mirando al horizonte.
-Creo que ella está bien. Pero deberías de hablar con ella en persona.
-Traté, pero no quiso escucharme. Todavía no me perdona- dijo Erick con abatimiento.
-Ya te perdonó pero todavía le duele y le cuesta olvidar- dijo Mirna poniendo su mano en el hombro de Erick.
-Tal vez tengas razón pero eso no arregla nada. Yo sólo quiero que me perdone por completo, que volvamos a ser por lo menos una pobre imitación de amigos.
-Ya hablarás con ella, no te preocupes.
Se quedaron en silencio un tiempo indeterminado. No hacían falta las palabras, Mirna sabía que Erick estaba arrepentido de lo que había hecho y eso era suficiente para ella. Aunque tal vez no era suficiente para Carolyn.
El sol empezaba a ocultarse por el horizonte. El cielo se teñía de colores rojizos. Primero pasó del color azul al anaranjado hasta convertirse en color rojo claro.
-Creo que deberíamos regresar al castillo- dijo Erick levantándose. Luego estiró una mano para tomar la de Mirna y ayudarla a levantarse.
Una brisa fría le causó escalofríos. El aire, que estaba antes cálido y fresco, se había tornado frío y seco. A Mirna le dio un extraño presentimiento y se apretó contra el costado de Erick.
-¿Pasa algo?- preguntó él confundido.
-Tengo un presentimiento- le temblaba la voz.
-¿Sobre qué?
-No lo sé. Es frío, horrible.
A Erick también le dieron escalofríos. Apretó a Mirna contra su costado y se fueron hacia el colegio. Llegaron al castillo y se despidieron al llegar a las escaleras porque Mirna tenía que subir a la torre de Gryffindor y Erick se tenía que dirigir hacia el Gran Comedor para ver si podía encontrar a Carolyn y hablar con ella.
Mirna siguió sintiendo frío durante todo el camino a la torre y se abrazó a si misma en ausencia de Erick. Entró por el retrato y lo primero que vio fue la melena de Hermione que salía con paso apresurado en encuentro con Edgar para otra sesión de besos.
Mirna siguió caminando hasta llegar a su dormitorio y sin hacer caso a Fred, que la llamó para que se sentaran juntos. Ella cerró la puerta con seguro y se recostó en su cama. Su presentimiento le oprimía el pecho. Sabía que algo horrible pasaría, pero no sabía qué. Miró por la ventana. El cielo. El cielo tenía un color peculiar. Las nubes parecía pintura roja derramada en agua, tenía tal color que parecía la sangre derramada por alguien.
Ese pensamiento la hizo estremecerse. Se volvió en su cama y alguien llamó a la puerta.
-¿Mirna?- se oyó la voz de Fred, se oía preocupado. Ella se levantó con pereza y abrió la puerta.- Cuéntame, ¿qué ha pasado?
-Nada. Tengo miedo. He tenido un presentimiento horrible- dijo ella aferrándose a su cuerpo.
-Sabes que no dejaría que nada malo te pasara nunca- le dijo Fred abrazándola con más fuerza.
-Quédate- le rogó ella- No quiero dormir sola esta noche. Siento que las cosas van a ir mal.
Él le prometió que se quedaría y salió del cuarto dejando a Mirna sola con su presentimiento. Cerca de las nueve Fred volvió ya con su pijama puesto. Mirna sonrió aliviada. Sin decir una palabra los dos se metieron en la cama y abrazados se quedaron dormidos al cabo de unos minutos.
Ya pasadas las diez de la noche la puerta se abrió con un chirrido pero no despertó a las chicas ni a Fred. Era Carolyn. Ella tenía en la cara una expresión de desconcierto. Acababa de llegar porque alguien la entretuvo por un pasillo del tercer piso.
-------------------------Flash back------------------------
Carolyn iba caminando, casi corriendo, con mucha prisa. Le urgía llegar al baño del tercer piso porque tenía una indigestión monumental, la cuál le hacía soltar tales gases que ahuyentaba a todo mortal que tenía la mala suerte de cruzarse con ella. Cuando de repente oyó que la llamaban por su nombre. Esa voz la hizo estremecerse.
-¡Carolyn! ¡Carolyn! ¡Espera!
Ella paró en seco en medio del pasillo y hasta se le olvidaron las ganas que tenía de llegar al baño. Se dio la media vuelta lentamente y vio a aquel chico por el que por muchos meses la hizo sentirse miserable y triste. Él venía caminando lentamente hacia ella.
-Carolyn, sólo quiero que me escuches- le dijo antes de que ella empezara a echar blasfemias contra su persona.
-Habla- dijo ella cortantemente y tan frío que a Erick le recorrió la columna vertebral un escalofrío.
Él tomó aire.
-Mira, yo no espero que me perdones ahora. Sé que lo que hice estuvo mal. Sé lo que te hice sufrir. Sé que te hice pasar por un dolor inmenso. Pero quiero que sepas lo que yo siento. Siento que estoy a punto de perderte. Quisiera poder regresar el tiempo para poder librarte de ese dolor. Pero no puedo. No puedo volver a remediar lo que hice. A veces quisiera nunca haberte conocido para poder ahorrarte muchas lágrimas que sé que derramaste por mi. Pero luego pienso que prefiero haber pasado unos momentos a tu lado y luego morir que vivir 100 años sin haberte conocido. Mi error no tiene perdón. Lo siento, no sabes cómo lo siento. Siento haberte lastimado. Siento haberte hecho llorar. Siento que tuvieras que pasar por esto. Siento lo que hice. Pero lo que más siento es que tal vez nunca me perdones. Te comprendo. Estás en tu derecho de no querer verme nunca más. Estás en tu derecho de no perdonarme. Sólo quería que lo supieras. Esta culpa que siento en el corazón nunca se borrará y vivirá conmigo, recordándome lo que hice para perder a la chica más maravillosa de este planeta. La que siempre estuvo a mi lado durante algunos años, pero por un error mío, se fue para siempre. Se fue la niña de mis ojos. Se fue por mi culpa. Nunca me lo perdonaré. Quiero que sepas que me arrepiento de todo esto y que tal vez en un futuro, lejano o cercano, puedas perdonarme.
Cuando terminó, Carolyn tenía los ojos empapados en lágrimas, que corrían libres por su rostro. Erick también tenían lágrimas retenidas en sus ojos y cuando terminó suspiró y una rebelde lágrima solitaria cruzó por su mejilla.
-Erick. Lo que hiciste me hizo perder el brillo en la mirada. Me hizo llorar un mar de lágrimas. Me hizo dejar de creer en el amor. Me hizo repudiarte. Me hizo odiarme por no poder odiarte por mucho tiempo. Me hizo creer que nadie que querría nunca. Sentí la cuarteadora de mi corazón y casi la pude escuchar en el momento en que te vi con ella. No sabes lo que sentí en ese momento. Sentí que tú nunca me habías querido. Me hizo perder la ilusión. Por muchos días lloré y grité hasta quedarme sin voz. Pero mi corazón se reparó después de un tiempo...y de verdad creo que todas mis lágrimas valieron la pena porque me hicieron más fuerte-
-Entonces ¿me perdonas?- preguntó Erick esperanzado lanzando una tímida sonrisa.
Carolyn cerró los ojos.
-Eres un idiota, imbésil, estúpido y un desgraciado- fue lo que dijo antes de lanzarse al cuello de Erick y abrazarlo como no había abrazado a nadie hasta ese momento.
El tiempo se detuvo y a ellos les pareció una eternidad la que estuvieron abrazados. Ya nada más importaba. No importaba que Erick hubiera tardado tanto en pedirle un perdón tan genuino. No importaba que Carolyn hubiera estado llorando por unas cuantas semanas seguidas sin parar. Ya no importaba nada de eso.
Se quedaron parados y abrazados en medio de aquel vestíbulo por tanto tiempo que a Carolyn se le secaron las lágrimas completamente de la túnica. Tanto tiempo que perdieron la noción del tiempo. Tanto tiempo que les pareció que las estaciones del año pasaron en cuatro segundos. Tanto tiempo que todos los recuerdos de su adolescencia pasaron antes sus ojos.
Se separaron y se miraron a los ojos.
-Creo que es mejor que volvamos a la sala común, ¿no crees?- dijo Carolyn ahogando un sollozo. Erick sólo asintió y los dos se fueron caminando, de la mano hasta la torre de Gryffindor.
-------------------------Fin del Flash back------------------------
Carolyn se sentó en su cama y se dejó caer sobre su costado. Apenas su cabeza tocó la almohada se hundió en sueños. En un sueño desesperante y triste.
Ella estaba en medio de un gran prado verde. Vestía con un vestido negro y fúnebre. Lágrimas recorrían su rostro pálido. A su alrededor había mucha gente, pero todas desconocidas. En el aire se respiraba la desesperanza y el dolor. Enfrente de ella había un ataúd de madera y sobre él lo más escalofriante. Sobre él había una fotografía móvil. Era un chico morena de no más de 14 años. Tenía el cabello negro y los ojos verdes.
-Erick- susurró Carolyn en sueños.
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-¡¡¡FRED!!! ¡¡¡CAROLYN!!! ¡¡¡MIRNA!!!- gritó George entrando al dormitorio de las chicas con su bata puesta encima de su pijama. Tenía en la cara una expresión de pánico.
Los tres aludidos se despertaron sobresaltados.
-¿Qué? ¿Qué pasa?- preguntó Carolyn todavía medio dormida, pero notando el miedo en la voz de George.
-¡¡Rápido!! Tenemos que irnos cuanto antes- dijo sin hacer caso a Carolyn y despertando a Hermione, Parvati y Lavender. Ellas no preguntaron nada, solo se pusieron una bata y bajaron corriendo.
-George, ¿Qué pasa?- le preguntó en tono serio Mirna tomándolo del brazo.
-¡Están aquí!- exclamó él- ¡En el castillo! Nadie sabe cómo entraron. La profesora McGonagall vino a avisarnos. Tenemos que irnos lo antes posible.
-¿Los Mortífagos?- preguntó Fred nervioso.
-Sí- dijo George desesperado.
A Mirna se le comprimió el estómago. Eso era. Eso era su presentimiento. Miró su reloj de muñeca. Eran las cuatro de la mañana. Miró por la ventana rápidamente antes de que Fred la jalara bruscamente de la mano escaleras abajo. El cielo todavía estaba oscuro.
Carolyn bajó junto con George y justo detrás de ellos venían Fred y Mirna. Llegaron a la Sala Común y vieron que de todas las escaleras de caracol bajaban todos los alumnos con las batas a medio poner, el cabello muy despeinado y las caras pálidas. Carolyn estaba buscando con la mirada a Erick. Cuando lo vio su corazón se calmó un poco pero aún así sintió que el pánico se extendía como una nube de gas tóxico por las caras de todos los chicos y chicas.
La Sala Común de Gryffindor nunca había estado tan atestada de chicos desde 11 hasta 18 años de edad. En las caritas de los niños de primero se podía ver claramente el miedo mezclado con la confusión.
El retrato de la dama gorda se abrió con brusquedad y por él entró la profesora McGonagall.
-¡¡Silencio!!- gritó para hacerse oír entre los llantos, gritos, gemidos y conversaciones que abundaban en la torre- Oliver- giró la cabeza en busca del capitán del equipo de Gryffindor- Tú y tus compañeros llevarán a los de segundo- giró la cabeza hasta encontrar a un alumno de sexto- Ustedes llevarán a los de primero- buscó con la mirada a algún estudiante de quinto grado hasta que su mirada se topó con los gemelos- Los de quinto lleven a los de tercero junto con los de cuarto.
En la sala reinaba un miedo asesino y el silencio se apoderó de todo, oprimiéndolo. La profesora salió de nuevo sin decir una sola palabra más. Justo en el instante en que la puerta del retrato se cerró el barullo se escuchó de nuevo pero fue acallado por Oliver.
-Ya escucharon a la profesora. Los de primero, segundo y sexto síganme- ordenó Oliver con voz autoritaria que hizo que todos se callaran y siguieran sus órdenes- los de tercero, cuarto y quinto, sigan a los gemelos. Ellos los llevarán a un lugar seguro.
Oliver les ordenó a los más pequeños que tomaran a una pareja de un grado superior y que pasara lo que pasara que no se separaran de su pareja. Él tomó la mano de Ginny y salió de la sala seguido de sus compañeros.
Fred y George se quedaron a cargo de los demás.
-Muy bien. Salgamos de ésta rápido- dijo Fred- Sígannos y no se separen.
Salieron de la torre de Gryffindor. Bajaron las escaleras con rapidez. Mirna podía ver a su alrededor todo normal. Pero cuando llegaron al primer piso todo era diferente. Había heridos por todos lados. Había hombres con capuchas que les cubrían las caras que atacaban a diestra y siniestra.
Pero lo que hizo que a Mirna se le encogiera el estómago es que había unos seres que le pusieron la carne de gallina. Parecían flotar sobre el suelo y se movían con movimientos suaves y elegantes. Tenían puesta una gran capucha negra que les daba un aire espectral y escalofriante. El aire se volvió denso y frío que llegaba a calar los huesos.
Fred se apresuró a tomar a Mirna por la muñeca para llevársela. Iban todos pegados a la pared con la esperanza de no ser vistos por el enemigo. Una visión horrible le llegó a los ojos de todos los chicos. Un trol enorme estaba tratando de machacar a un centauro que se veían muy pequeño a un lado de la prominente montaña de grasa. El centauro era de color blanco dorado y se veían con el rostro joven. Pero justo antes de que el mazo del trol diera contra el pobre centauro que sólo se defendía con un arco y unas cuantas flechas, Hagrid lo detuvo.
Fred y George se apresuraron a guiar al resto de los chicos a un lugar seguro pero por todos los pasadizos que trataban de sacarlos estaban bloqueados, incendiados o derrumbados. La única salida ahora era la puerta principal. Se dirigieron si demoras hacia ella. Tuvieron que pasar por entre las piernas de algunos trols más y uno que otro gigante, además de los hechizos y contra hechizos que pasaban apenas rozándoles un brazo o la cabeza.
Uno de esos hechizos perdidos le dio directo a un cuadro que estalló en pedazos mientras sus personitas corrían a refugiarse a otro cuadro y las llamas empezaban a esparcirse hasta causar un incendio. Unas vigas cayeron justo detrás de Mirna. Y escapó por un pelito. El aire se llenó de humo y era más difícil la respiración.
Los chicos empezaron a toser por aspirar ese humo negro y apresuraron cada vez más el paso. Cuando por fin salieron por la puerta principal ya la mayor parte del colegio se había salido y se dirigían a los terrenos.
El aire puro le inundó los pulmones a Mirna. Se dobló por la mitad para recuperar el aliento y apoyó sus manos en los muslos.
-¿y Carolyn?- preguntó de pronto George.
Mirna volteó a todos lados en su busca. Una sensación de vacío y vértigo se apoderó de ella.
-Creí que venía justo detrás de mi- dijo nerviosa sin atreverse a mirar a los ojos a George.
-¡¿Qué?!-gritó George y empezó a buscarla entre la gran multitud de niños.
Se empezó a desesperar y casi le da una crisis nerviosa. Mirna buscaba también entre la multitud indicios de Carolyn pero de ella ni sus luces. De pronto su mirada se desvió hacia el castillo en llamas. Se imaginó lo peor. Pero al ver más de cerca puso ver la silueta de alguien entrando de nuevo al castillo de manera decidida.
-¡Erick! - le gritó ella. Pero él no la escuchó.
Entró al castillo sin escuchar a nadie. Avanzó por el humo y las llamas. Entre escombros, criaturas tenebrosas y llamas. Hasta que llegó a donde había una chica en el suelo, entre el humo y las llamas, que estaba atrapada debajo de una viga rota.
-¡Carolyn!- gritó Erick llamando la atención de la chica que estaba intentando soltarse pero sin mucho éxito.
-¡Erick!- exclamó ella olvidándose de su pierna atrapada.
-No te muevas- dijo Erick. Se acercó, se arrodillo frente a Carolyn y, con mucho esfuerzo, levantó la viga, dejándola libre. Pero parecía que el tobillo de Carolyn estaba roto porque ella dijo que había oído algo tronar.
-Hay que salir de aquí- dijo Erick, pero en ese momento otra viga se desprendió del techo obstruyendo gran parte del camino.
-Erick-gimió Carolyn abrazándose a él. Sus manos tocaron suavemente una cadena de plata con un ángel de cristal que Erick tenía en el cuello. Ese había sido el regalo de cumpleaños que Carolyn le había dado hacían ya dos años y desde ese entonces él no lo había dejado.
Erick miró a todos lados en busca de una salida.
-Carolyn, si salimos de ésta, prométeme que seguiremos juntos- le dijo Erick mirándola a los ojos- Pero ni no lo logramos, quiero que sepas que significas todo para mi. Te amo. Siempre te he amado.
-Erick, yo también te amo, y si saldremos de ésta- le dijo Carolyn besándolo en los labios.
-¡¡Aaaayyy!!! ¡Qué tierno!- dijo una voz fría y burlona detrás de ellos.
Los dos voltearon a ver lentamente. Era alguien vestido con una túnica negra que le cubría el rostro y tenía una voz muy familiar. Pero no lo lograron reconocer por completo. Aún así le pudieron ver los ojos hazel llenos de odio y resentimiento. Apuntó su varita directo al corazón de Erick y dijo:
-¿Quién hubiera pensado que algún día te tendría así? Indefenso. ¡Avada Kedabra!
Carolyn soltó un grito que desgarró el aire matutino. Un haz de luz verde iba hacia Erick. Cuando el rayo tocó a Erick sus ojos se quedaron ausentes y su cara sin expresión. Se balaceó un poco para luego ir cayendo lentamente hacia atrás. La fuerza de sus brazos, alrededor de Carolyn protectivamente, se esfumó.
Carolyn todavía tenía su mano cerrada en torno a la cadena de plata del cuello de Erick, pero cuando él cayó se desprendió de él. Ella se quedó con la cadena y el ángel entre sus dedos y con la boca entreabierta del asombro.
Por alguna razón incomprensible para Carolyn, el mortífago se dio la vuelta y huyó. Ella se quedó ahí, con un dolor inmenso en su tobillo roto, pero otro dolor más intenso en su corazón y su alma. Ahí se quedó, aún arrodillada, sin poder moverse.
-Vámonos- gritó aquella persona que asesinó a Erick. Todos los mortífagos, trols y dementotes lo siguieron fuera del colegio.
Carolyn estaba en medio del pasillo con la mirada perdida en dirección a Erick y los ojos empañados. El cuerpo inerte de Erick estaba a un lado de ella, con la cara completamente tranquila y sus ojos, antes llenos de vida, ahora ausentes.
Una mano, salida de la nada, tomó la muñeca de Carolyn con sumo cuidado. Ella oía gritos de horror como si vinieran de muy lejos. Unos brazos fuertes la levantaron del suelo y la levantaron. Ella forcejeó mucho, tratando de soltarse y oía las palabras tranquilizadoras de un chico que la abrazaba y le besaba el cabello con ternura y aflicción. Pero Carolyn se había quedado sin fuerzas y no le quedó más remedio que dejar que él se la llevara. Su tobillo le dolía ya muy poco. Esa persona a la que no veía a la cara la llevó corriendo afuera.
El aire frío de la madrugada le dio de lleno en la cara. Miró alrededor y vio los rostros asustados de muchas personas. Pero no reconocía el de ninguna. El que la llevaba en brazos la bajó en un lugar casi completamente vacío y la sentó con cuidado en un tronco viejo.
-¿Carolyn? Mírame a los ojos. ¿Estás bien? ¿No te pasó nada? Carolyn, contesta- le dijo George muy nervioso. Él era el que la había sacado de la escuela.
Carolyn lo miró a los ojos y vio en ellos el miedo. George vio en los de ella el vacío y la desesperación. Carolyn no respiraba bien. Su garganta se llenaba de gemidos que no podía contener.
Tristes lágrimas silenciosas corrían por su cara. Una lágrima por Erick. Una lágrima por sus padres, una lágrima por sus amigos. Una lágrima por su amiga. Otra lágrima por Erick. Mil lágrimas por Erick.
-Estoy bien, George- dijo ella tratando de levantarse pero cuando lo hizo volvió a caer. Ya se había olvidado de su tobillo roto. George la levantó contra su voluntad y la volvió a sentar en el tronco.
-No te muevas- le dijo él mientras sacaba su varita y murmuraba algunas palabras. Un haz de luz azul cielo salió de su varita y le reparó el tobillo a la chica.
-¡Carolyn!- exclamó Mirna acercándose corriendo, con Fred detrás de ella- ¿Estás bien?
Carolyn asintió. Mirna se sentó junto a ella y se fijó en lo que tenía en la mano. Le tomó la mano y la abrió. Hasta Carolyn se sorprendió al ver la cadena de plata de Erick. Mirna se tapó la boca con las manos.
-Carolyn...él no...Él no está...- tartamudeó Mirna levantándose y buscando a Erick con la mirada.
-Está muerto- confirmó George con la mirada clavada en el suelo.
-¡¿Qué?!- gritó Mirna deseando, incluso anhelando que hubiera escuchado mal a George- No- dijo ella tratando de convencerse.
Las lágrimas inundaron los ojos de Mirna y escondió la cara en el pecho de Fred quien la abrazó comprensivamente. Carolyn tenía la mirada ausente, reviviendo una y otra vez la escena de la muerte de Erick.
Ni Mirna ni Carolyn supieron cómo acabó todo. Sólo oyeron el sonido de una explosión y los gritos de muchas personas.
Cuando Mirna miró al horizonte apenas se empezaban a ver los primeros rayos del día. Al igual que los de la tarde anterior, eran de color rojo sangre. Aunque entre ellos todavía se vislumbraba un rayito amarillo de esperanza.
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Era un día lluvioso. Pero apenas era una ligera llovizna, como una delgada cortina de dolor que se cernía sobre ellos. En medio de un gran prado había muchísima gente. Parecía una fiesta pero no había música y todos estaban vestidos de negro.
Las lágrimas brotaban de casi todos los rostros, excepto el de una chica morena, de cabello café y rizado. Ella no tenía ni una lágrima en el rostro. Parecía que se encontraba en otro universo. Su rostro estaba pálido y sus ojos mostraban desesperanza. Ya había llorado demasiado.
Parecía que todo su peso se le había ido en lágrimas. Lloró tanto que pensó que se ahogaría. Lloró tanto que pensó que nunca pararía. Lloró tanto que pensó que nunca olvidaría. Lloró tanto que pensó que sus lágrimas se acabarían.
Miraba directamente hacia un ataúd de caoba oscuro que estaba entre otros diez más. Arriba del féretro de caoba había una foto de un chico risueño, moreno, con cabello negro y ojos verdes. También había muchas rosas blancas encima.
Carolyn llevaba entre sus manos una rosa roja oscuro, casi negra, que le lastimaba las manos cuando la apretaba muy fuerte. Pero eso no le importaba. Ya no le quedaba ni una gota de sangre que no extrañara a Erick. Dejó la rosa encima del ataúd de Erick.
Su mejor amiga se hallaba a su lado, dejando una rosa blanca encima del féretro. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar. Fred y George estaban detrás de ellas, vestidos con unos trajes negros idénticos.
Mirna retrocedió lentamente limpiándose más lágrimas que acudían a su rostro. Fred la tomó desde atrás de los hombros y se los apretó en señal de apoyo. Ellos dos se fueron a sentar pero Carolyn se quedó parada frente al ataúd de aquel chico que la había hecho reír y llorar al mismo tiempo.
Se llevó una mano al cuello. Apretó con fuerza el ángel de cristal que pendía de una cadena de plata. Era esa cadena la que le recordaría a Erick por el resto de su vida. Era esa cadena la que no le dejaría dormir por las noches. Era esa cadena la que le recordaría también esos ojos hazel llenos de odio que había visto en los ojos del asesino de Erick. Era esa cadena la que le haría querer cobrar venganza tarde o temprano.
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-Te escribiré todos los días, te lo prometo- dijo Fred cuando, en la estación de King Cross tomaba la mano de Mirna antes de que ella subiera a un autobús que la llevaría al aeropuerto de Londres para regresar a Estados Unidos.
Ella sonrió con pesar y le apretó la mano con cariño antes de depositar un dulce beso en la mejilla de Fred.
-Hasta siempre, Fred- dijo ella con la voz débil- No me olvides.
-Nunca lo haré.
Se abrazaron por última vez. Fred aspiró por última vez el aroma del perfume e Mirna. Mirna sintió por última vez la suavidad de la piel tersa de Fred.
-Vamos, Mirna. Perderemos el avión- le gritó la voz de Diego desde la puerta del autobús.
-Ya voy- dijo Mirna.
Se separó de Fred con un dolor inmenso en el alma y caminó en dirección contraria para subir al autobús. Fred se quedó en la entrada de King Cross de pie y son poder evitar que ella se fuera. Por la ventanilla de autobús se asomó la cabeza de Mirna y le dijo adiós con la mano.
-¡Te amo!- le gritó ella cuando el autobús arrancó.
-¡Lo sé!- le gritó de vuelta Fred pero al ver la mirada de reproche de su hermano gritó- ¡Yo también te amo!
El autobús se alejó con rapidez y dejó a un par de gemelos pelirrojos con un hueco en el alma. Tal vez nunca volverían a ver a aquellas dos chicas con las que habían compartido un año lleno de aventuras, sorpresas, amores, viajes, rumores, peleas, borracheras, caminatas, días de diversión en el lago, y muchísimas cosas más que no olvidarían en lo que quedara de sus vidas.
Fred y George se quedaron ahí estáticos por un largo rato sin poder terminar de asimilar que ellas se habían ido, tal vez para siempre. Cuando el sol se empezó a ocultar por el horizonte Fred y George por fin se fueron. Regresaron a casa, justo como ellas dos.
Mientras tanto Mirna y Carolyn se preguntaban si volverían a conocer a dos personas similares a los gemelos. Ellas mismas se respondieron su pregunta. Nunca. Nunca volverían a conocer a dos personas como ellos. Nunca.
Epilogo
Ana Touchman siguió siendo novia de Ron Weasley. Como lo prometieron se escribieron a diario y no perdieron la comunicación. Se siguieron frecuentando en las fechas importantes como Navidad hasta que Ron le propuso matrimonio después de su graduación. Ella le dijo que sí y unos meses después se casaron en Estados Unidos y se fueron de Luna de Miel al Caribe. Están muy enamorados y seguirán así.
Rebecca Stony se hizo novia de Alexis Woodworm un año después de su intercambio a Hogwarts. Después de andar 3 años con Alexis ella se mudó con sus padres a Nueva Zelanda. Lloró por muchos días y noches. Se rumorea que ya tiene otro novio con el que planea casarse pero no hay nada seguro. Se graduó en un colegio de Nueva Zelanda.
Alexis Woodworm sufrió mucho después de la partida de Rebecca pero no la buscó ni intentó ponerse en contacto con ella. Ahora ella solo vive en su memoria como una chica de la que se enamoró profundamente pero se fue. Después de graduarse se fue a vivir a la república Checa y ahí conoció a una muchacha con la cual se comprometió y vive feliz.
Edgar Casel se fue a vivir a Inglaterra para estar junto a Hermione pero ella se fue a vivir a Paris así que él se quedó solo. Después de varios años entró a trabajar en el ministerio en el Departamento de Cooperación Mágica internacional. Está encargado de organizar el próximo mundial de Quidditch de la liga estudiantil y le gusta mucho su trabajo.
Diego Forester siguió aguantando la tortura de que Iván Kranker le dijera casco por el resto de su vida.
Iván Kranker es un importante empresario en el mundo muggle mientras que en el mundo mágico fundó una compañía de escobas voladoras de última tecnología. Gana millones de galeones al año y vive en Francia.
Harry se quedó completamente solo cuando su mejor amigo de casó con Ana Touchman y su mejor amiga se fue a vivir a Paris.
Lee Jordan hizo una tienda de Artículos de broma que está en el Callejón Diagon. Se hizo millonario pero sigue siendo igual de simple y modesto que siempre. Sigue siendo amigo de los gemelos pero ya casi no se ven.
Katie Bell, Angelina Jonhson y Alicia Spinet se unieron al equipo de Quiddich de Inglaterra y son mundialmente famosas. Han ganado tres campeonatos y las tres siguen siendo mejores amigas. Se volvieron apáticas con eso de ser ricas y ya no contestan llamadas personales.
Remus Lupin se declaró ante todo el mundo mágico como un hombre lobo. Un año después se comprometió con Nimphadora Tonks a pesar de ser casi 20 años mayor. Hacen una bonita pareja y viven en Madrid, España con su hija Ashley.
El profesor Dumbledore está en la cárcel de Azkaban cumpliendo con su penitencia de 6 años por ser encontrado culpable de traficar Dragones ilegales y cuernos de unicornio. Aunque está en la cárcel sigue siendo director de Hogwarts. Muchos desaprueban su estado como director pero cuando la prensa lo entrevista siempre dice: sin comentarios.
En cuanto a nuestros protagonistas...la vida todavía les depara mágicas aventuras y...¿quién sabe? Tal vez el destino quiere que se vuelvan a encontrar...
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FIN
Locas aventuras de adolescentes - Fanfics de Harry Potter
Capítulo 1: Las mejores vacaciones de su vida Carolyn ClearmoonEdad: 13 añosCumpleaños: 12 de JulioCabello: castaño oscuro, decolorado al frente, puntas
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2024-09-24

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